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....

L.RVBIO
Introducción a la
SINT S
ESTRVC'liVRAI 4

DEL LATIN

ARIEL
I .

COLECCION "CONVIVIUM" - 4

Introducción a la
SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATíN

'_
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LISARDO RUBIO
e)
C)
el
Introducciona la ()
COLECCiÓN CONVIVIUM
SINTAXIS ESTRUCTURAL ()
DEL LArtN ('1
1. Wilhelm Nestle, Historia del espíritu griego ..
2.
3.
4.
Emerich Coreth, Metaflsica
Jean Bayet, Literatura latina
Lisardo Rubio, Introducción a la sintaxis estructural del latín
S
~
5. J. Crépieux-Jamin,ABC de la grafologla ...
6. José Alsina, Literatura griega. Contenido, r iblemes y métodos
7. Carlos Miralles, Tragedia y po/ftica en Esquilo
B. Mario Bunge, La investigación científica
9. Frederick Copleston, Historia de la fílosofla
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
Manuel Sacristán, Introducción a la lógica y al análisis formal
Jesús Mosterín, Lógica de primer orden
Micaela Misiego, Los orlgenes de la civilización anglosajona
Jesús Mosterín, Teoría axiomática de conjuntos
-EulaliaVintró, Hipócrates y la nosologla hipocrática
José-Ignacio Ciruelo, Salustio. Polltica e historiografla
Miguel Sánchez-Mazas,Cálculo de las normas
~I
(/
17. José Martínez Gázquez,La campaña de Catón en Hispania (1,
18. Jorge L Tizón, Introducción a la epistemología de la psicopatología y la

19.
psiquiatría
A. J. Ayer, Ensayos filosóficos
,¿o
20. L. W. H. Hull, Historia y filosofla de la ciencia.
21. W. V. Guine, Los métodos de la lógica

EDITORIAL ARIEL
BARCELONA - CARACAS - MÉXICO
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IIILlOTECA CENTRAL
UA Nt A. IIL

A D. Antonio Tovar,

• el maestro de Salamanca,


I ,I
-
-•
I l.' edición:
Vol. 1: 1966
I Vol. 11: 1976

I l.' edición en un volumen:


enero de 1982

JI © 1966, 1976 Y 1982: Lisardo Rubio


© 1966, 1976 y 1982 de los derechos ~xclusivos de edición reservados para todo el mundo:
I Ariel, S. A., Tambor del Bruc, 10 - Sant Joan Despi (Barcelona)

l. Depósito legal: B. 1.184 - 1982


ISBN: 8434439514

E Impreso en España
1982. - l. G. Seix y Barral Hnos., S. A.
Carretera de Cornellá, 134, Esplugues de Llobregat (Barcelona)
I
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida
en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico. mecánico, óptico, de grabación o de 'fotocopia.
19 sin permiso previo del editor. .

JI 263949
(

(
I
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(
( j

PRÓLOGO

Esta Introducción'a la Sintaxis Estructural del Latín se.pu-


blicó anteriormente en dos volúmenes: el primero vio la luz"en
I
(
1966 y él segundo en 1976, Agotada ya totalmente la edición del I
volumen II y prácticamente también la última tirada del 1, pre-
sentamos ahora la obra en un solo volumen. !
Cuando, hace 15 años, iniciamos la publicación de nuestros ,
"

estudios de Sintaxis latina; nos embargaba el temor de un re- i


chazo general ante la novedad de nuestros planteamientos en (
una ciencia multisecular y tradicionalmente más arraigada que t
otra cualquiera. . (
Pero la acogida que se nos ha dispensado tanto en España ~
como en el extranjero superó todas nuestras esperanzas (reseñas
(
muy positivas de los más ilustres especialistas en Italia, Francia, ;1
Alemania y Estados Unidos),
Es cierto que nosotros 'intentamos preparar a nuestros lec- f
(
tores con una introducción de doce capitulillos (57 páginas en
I1
total) sobre "Nociones básicas de la nueva sintaxis". En el pró- (
logo de aquel primer volumen escribíamos: "HerrÍoscreído indis-
\1
pensable reunir algunas de las muchísimas ideas que han ilumi- \)
nado en los últimos decenios el oscuro horizonte de la lingüís- ,
tica; hemos seleccionado en esas páginas las nociones que nos (
parecen tener aplicación más constante en las consideraciones !
sinuicticas. Los especialistas en la lingüística actual pueden aho- (
rrarse la molestia de leer estas páginas previas sin interés para \:
ellos.' En cambio, conviene que las, lean con cierta atención las e
personas -jóvenes o mayores- acostumbradas a operar única- I
e1
(
,
10 PROLOGO

mente con los moldes tradicionales del pensamiento gramatical".


Pues. bien, ahora, quince años más tarde, esas ideas de lin-
güística general han hecho mucho camino al andar; vemos que
nuestros niños de bachillerato y. hasta de Educación General Bá-
sica ya estudian, por ejemplo, la fecundísima lección de "la.s fun-
ciones del lenguaje", noción que no sonaba en absoluto a la in-
men3B mayoría de nuestros profesores de latín en la década de
los 60. :
Ante este cambio de la mentalidad lingüística general, quizá ÍNDICE
podríamos ahorrarnos, como ya innecesarios, esos doce capituli~
Uos iniciales; más todavía, quizá debiéramos suprimirlos también PRÓLOGO.
porque, según nos han comentado amigablemente ciertos colegas 9
más duchos que nosotros en la materia, algunas de nuestras refe- PRIMERA PARTE: NOCIONES BASICAS
rencias a esos principios generales ya no está.n rigurosamente DE LA NUEVA SINTAXIS
al día.
I.- Las funciones del lenguaje '. ..
n Pensamos, pues, muy seriamente en eliminar ahora esas 57
páginas iniciales. Pero, después de muchos titubeos, optamos por
II. - Lengua y habla.
rrr. - El signo lingüístico .
. .
17
23
26
dejarlas, ya que quizá no sean todavía inútiles a cierto número
['1 de lectores (sobre todo a profesores de latín en edad .avanzada
IV. - Arb!trarie~ad del signo lingüísti~o: : : :
V. - Caracter Iíneal del signo lingüístico: la .cadena ha-
29
¡ ~) y aferrados a la enseñanza tradicional), y, en todo caso, ahí queda blada . . . . . . .
VI. - Sentido básico y sentido contextual
32
eso como testimonio de una etapá en el desarrollo de lbs estudios VII. - Sincronía y diacronía . . 36
Il sintácticos del latí'n..
En suma, no suprimimos hoy nada de lo que ya publicamos
VIII. - El "dogma" del léxico y la' gra~ática:
IX. - Las unidades lingüísticas básicas
.
43
46
50
,- ~ anteriormente en dos volúmenes. Vamos en cambio a añadir al- X. - Partes de la oración y clases de p~lab~as:
XI. - Las categorías gramaticales . .
56 :¿-
gunas páginas nuevas: a) Un apén-dice al capítulo del orden de 60
XII. - La gramática: "Ars obligatoria"
I ¡. \
pala.bras en latín; no se trata de retoques doctrinales, pero sí
de una presentación distinta y que parece haber tenido bastante
70

r: , ~1 éxito cuando hemos presentado las mismas ideas bajo esa nueva
perspectiva. b) La principal novedad de esta nueva edición serán
SEGUNDA PARTE: ORDENACIÓN
,1 DE LOS CASOS LATINOS
/ 1 dos breves capítulos al fin.al de la obra: uno sobre la consecutio
, temporum, y el otro sobre la atracción modal; ambos temas figu-
ran en los actuales programas oficiales del Curso de Orientación
I. - Teorías antiguas sobre el nominativo:
1. Teoría aristotélica
2. Teoría estoica '" 77
Universitaria y hemos tenido que tratarlos. en recientes publica-
'80
II. - La teoría moderna' del' nO~in~tiv~ ca~o "cero":
I ciones destinadas a alumnos de ese nivel. e) Y, por último, aña- A) Exposición .
B) Crítica: . . . . . 81
,1 ~iremos un simple pero ilustrativo ejemplo de alternancia corn-
1 pletiva infinitiva / completiva con ut (pág. 322). 1. La oración nominal . . . . .
" 83
2. La oración pasiva. . . . .
85
r L, ·RUBIO
3. Los ejemplos típicos de
y "fuera de contexto"
nominativo "caso cero"
.
. Los Endrinales, 1 de enero de 1981. 95
[ ti
(

(
12 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
INOICE 13 (
lII. - Alzunos principios teóricos:
1. Casos gramaticales y casos semánticos . 98
2. La transferencia lingüística. 99 (
IV. - Nuestra interpretación de los casos latinos: CUARTA PARTE: LA ORACIÓN
1. Esquema básico. . . . . . 102 \
2. La oposición nominativo-acusativo . . 104 1. El orden de palabras en latín clásico ('
3. El par nominativo-acusativo fren~e al vocativo . 110 \,
1. Introducción
4. Casos nominales y casos no nominales . . . 112 191
5. Neutralización de las oposiciones causales. 115 2. Los latinos tenían conciencia de una ordenación
(
V. - Función de los casos nominales: natural de las palabras en su lengua
1. Vocativo. 118 3. Orden de palabras: reglas generales y su alcance
192 I
199 (
2. Nominativo . 118 4. Las excepciones al "ordo rectus":
•:~3. Acusativo: 1) Secuencias fijas .
I
203 (
1) Acusativo de "dirección" . 119
2) Desviaciones libres o estilísticas 205 I
2) La gama del acusativo: desde el "interno" al
"adverbial". . . . . . . 121 5. El orden de palabras como indicio de orienta- (
3) El acusativo de relación: acusativo "estático" . 123 ción estilística
.215
4) El doble acusativo'. . : .
4. Usos neutros de los casos nominales: sintaxis re-
lajada .
127

128
6. El orden de palabras como indicio de orienta-
ción sintáctica 218
e:
7. Conclusión (
219
VI. - Casos no nominales: Apéndice ¡
1. Genitivo:
1) Genitivo adnominal. . 133
lI. Los modos verbales latinos en oración independiente
220
e
1 bis) Genitivo dependiente de adjetivos y partí- 1. Límites de este estudio .
234 I
cipios. . . . 137 2. Planteamiento del problema de los modos . (
234
2) El genitivo adverbal. 139 3. La indispensable consideración de los dos ejes .
239
I
2. Dativo: 4. Los modos al nivel de la forma verbal (eje 1)
1) Función del dativo. . . . .' . 142 242
2) Carácter unitario de todos los dativos . 148 5. Los modos al nivel de la frase (eje II) ~I
245
"6. El infinitivo.
3) Dativo adnominal .
3. Ablativo:
152
·~7. El imperativo 249 ¡
251 (
1) Ablativo y preposiciones de ablativo 153 8. Los trabajos de García Calvo y Mariner I
2) Significado del ablativo. . : 155 253 I
9. Conclusión
3) Sentidos contextuales del abl~hvo 158 255 (
IIl. Estructura del estilo indirecto en latín y en castella,
~")4) El ablativo agente y el ablativo absoluto 160 I
llano. Problemas de traducción
1. Introducción
e
"2. Las fronteras entre el estilo directo, el estilo in-
257 I
TERCERA PARTE: LAS PREPOSICIONES C )
directo y la subordinación: I
A) Verbo introductor; pausa y partículas su- (
§ 1.- Afinidad entre casos y preposiciones . 165
§ 2. - Diferencias entre casos y preposiciones '. . . 166 bordinantes; unidades melódicas . 260 I
§ 3. - Semántica de las preposiciones: Generalidades. 171 B) Modalidades de la frase y modos verbales. 262 ('
§ 4. - Las preposiciones en particular . 176 C) Transposiciones temporales, pronominales, 1
§ 5.- Addenda . 186 adjetivales y adverbiales 266
(J
3. Problemas de traducción .1
267 (!
:1
.
I 14 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

I IV. La subordinación PRIMERA PARTE


1. Introducción 271
! 2. La subordinación relativa:
A) Bases morfológicas 277 NOCIONES BÁSICAS
B) La oración pronominal relativa 279
C) La oración adjetivo-relativa 284 DE LA NUEVA SINTAXIS
D) El modo verbal en las oraciones de relati-
vo: subjuntivo de subordinación . 289
I E) La subordinación adverbial relativa (de
I lugar)
3. Subordinación conjuntiva (= marcada por con-
295

! junciones de subordinación) ~
A) Generalidades. 297
t B) Sistema de subordinación con partícula '_
única: VT . 301
1 C) Subordinación basada en partículas diver-
sificadas 322
4. La subordinación interrogativa . 353
5. La oración de infinito 361
V. La coordinación
1. Coordinación por yuxtaposición 366
11 2. Coordinación por polisíndeton 369
3. Las partículas coordinantes:
A) Coordinación copulativa 370
B) Coordinación disyuntiva 381
C) Coordinación adversativa 383
D) Coordinación "causal" y "conclusiva" . 385
VI. La "c,?~cutio temporum"
1. Qué es la "consecutio temporum" . 387
2. La concordancia temporal en latín (yen caste-
llano) 388
3. Ejemplos 389
JI 4. Concordancia temporal entre tiempos de un
mismo modo: el indicativo . 391
5. Alcance de la regla de la concordancia temporal. 392
6. Conclusión 395
VII. La atracción modal
1. En qué consiste la atracción modal . 396
2. Alcance de la atracción modal . 398
3. Conclusión 402
(

l
(

1 I
(

LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE I

l
1. Hasta no hace mucho se admitía, explícita o tácitamente,
que el lenguaje tenía como función única la de comunicar al I
prójimo lo que pensamos o sentimos. Parecía perfecto ~l si-
guiente esquema: una persona (= la "primera" persona grama- I
tical) expone a otra (= la "segunda" persona gramatical) algo
referente a algo o a alguien (= la "tercera" persona gramatical).
Efectivamente, el lenguaje es frecuentemente eso: un instru-
mento de comunicación mediante el cual alguien hace saber algo
I
I
a alguien. I
\
2. Pero el lenguaje es un instrumento bastante más complejo,
y tiene otras funciones que no podemos ignorar sin empobrecer r
I
grandemente nuestra comprensión de múltiples hechos lingüís- I
ticos.
K. Bühler (Teoría del lenguaje, trad. esp. de Julián Marías, I
pp. 51-56, Madrid, 196n fue el primero que habló de las fun-
ciones del lenguaje en plural y deslindó claramente algunas de
ellas. Varios autores han utilizado -y completado- sus ideas
en diversos estudios gramaticales; en España, por ejemplo,
A. García Calvo en un artículo sobre el verbo griego ("Emerita",
28, 1960, pp. 1-47). R. Jakobson (Essais de linguistique, trad. fr. I
de Ruwet, cap. XI, París, 1963) ha desarrollado el tema de las (
funciones del lenguaje con gran claridad. Siguiendo, pues, pre- I
(
ferentemente a este último autor, trataremos de "desmontar" el
mecanismo del lenguaje para considerar los factoreaconstituti- f
(
vos del proceso lingüístico. De los elementos·q;e integran el
r
acto de la comunicación verbal se deducirán, paralelamente, las I
(
diversas funciones que tiene el lenguaje.
i!
(
:/
(
18 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 19
\ 3. Para que se produzca un acto de comunicación verbal han rés preferentemente en uno de los factores que integran el acto
de existir un HABLANTE, un TEMA de conversación y un OYENTE' de la comunicación y, por 10 mismo, la correspondiente función
~sto es tan obvio que no necesitamos insistir en ello. Pero son se hará predominante -si no exclusiva- y determinará la for-
19ualh
mb:nte indispensables otros factores en que, generalmente, mulación más adecuada al logro de sus fines.
no a ramos reparado. Hace falta que exista un CONTACTO entre
hablante y oyente: proximidad física entre ambos o algún "meca- 6.1. La función declarativa. - La función declarativa pone
nismo" que, a pesar de la distancia física, permita establecer y de relieve la orientación del proceso lingüístico hacia los obje-
mantener el contacto entre los presuntos interlocutores. tos y relaciones que percibe el hombre a su alrededor; es evi-
i Pero tampoco eso basta. Dos personas pueden coincidir en dente que la misión de la palabra consiste en exteriorizar nues-
u.n m~dio de transporte y verse condenadas a largas horas de tra "representación" de ese mundo que nos envuelve.
!r silencio, a pesar del contacto físico y de los excelentes temas Esta fue la función que se reconoció siempre .al lenguaje
de conversación que ofrecen los viajes. Ello ocurre cuando les desde la antigüedad. Pocos autores dejan de reconocer aún hoy
1 falta un CÓDIGO O LENGUA COMÚN para el diálogo. N~evo. factor que es su función predominante, aunque no exclusiva. Sin em-
pues, tan imprescindible como los anteriores. ' bargo, no faltan lingüistas de prestigio que ni siquiera man-
1 Dadas ya las condiciones que acabamos de señalar, puede tienen a la función declarativa esta preferencia jerárquica entre
el hablante consumar el acto de la comunicación verbal emi- las restantes funciones del lenguaje.
j tiendo el MENSAJE que desee.
NOTA. - La terminología varía según los autores: "función
},
, 4. El siguiente esquema recoge los factores que integran el
acto lingüístico:

Factores del lenguaje:


declarativa", o "función lógica", o "funci6n cognoscitiva", o
"función referencial", o "función denotativa".

6.2. La ,función expresiva. - La función expresiva (llamada


¡ TEMA
también "emotiva" o "emocional") centra el mensaje sobre el
hablante y trata de comunicar la actitud subjetiva del autor
HABLANTE MENSAJE OYENTE
j frente al tema que está refiriendo.
CONTACTO
Se ha hecho notar repetidas veces estos últimos años que la
LENGUA
1 capa puramente expresiva de la lengua está .~esentada por
las interjecciones con su especial configuración fónica y su ori-
5. A cada uno de esos seis factores' del proceso lingüístico
! corresponde, en perfecto paralelismo, una función específica del
ginalísimo papel sintáctico en todas las lenguas. La función cla-
ramente expresiva de las interjecciones no había pasado inadver-
lenguaje. Al esquema que precede se superpone, pues, este otro:
t tida a San Agustín (Tract. in loan Euang., 51, 2); interiectio
Funciones del lenguaje: ...magis affectum indicans quam rem aliquam significans ... ut
! DECLARATIVA
cum dolentes dicimus "heul", uei cum delectamur "uah!" dici-
mus, uel cum miramur dicimus "o!", etc.
I EXPRESIVA POÉTICA
FÁTICA
IMPRESIVA Hemos de añadir que la función expresiva aflora con similar
pureza en la mayoría de los incisos, exclamaciones, etc., que sur-
¡ METALINGÜÍSTICA gen como elementos advenedizos, esto es, que no ligan sintagmá-
ticamente con el resto del enunciado. Como en el caso de las in-
6. Muy pocos procesos lingüísticos cumplen sólo y exclusiva-
terjecciones, se trata de una invasión de la sintaxis expresiva
mente con una de estas funciones. El hahlaníe centrará su inte-
dentro de la sintaxis declarativa.
20 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 21
Fuera de las circunstancias en que el predominio afectivo SOSTRATA
(a su esposo CREMES):
reduce ti cero los elementos intelectuales de nuestra comunica- (Filius noster) subditum se suspicatur.
ción, la función expresiva está rara vez ausente de un enun- - "Subditum" ain tu? (Ter., Heaut., 1014).
CREMES.
ciado cualquiera, aun en los mensajes aparentemente más ob-
jetivos e intelectualizados. "(Nuestro hijo) sospecha que es un expósito?" "Expósito",
Aun cuando pretendemos silenciar nuestros sentimientos y dices?" (O sea': "¿He entendido bien?").
expresar nuestras ideas desnudas de toda afectividad personal,
nuestro esfuerzo en aras de la imparcialidad resulta vano, "por- - Senex sí quaeret me, modo isse dictto
PARMENO.
que somos esclavos de nuestro yo: lo mezclamos constantemente ad portum percontatum aduentum Pamphili.
a la realidad y ésta, en vez de reflejarse fielmente en nosotros Audin quid dicam, Scirte? Si quaeret me, utí ...
lo que hace es refractarse en nosotros, sufriendo así una defor~ (Ter., Hecura, 76-78.)
mación cuya causa es la naturaleza de nuestro yo" (Ch. Bally,
Traité de stylistique franraise, 195P, 1, p. 6). "Si el viejo preguntara por mí, dile que acabo
de salir hacia el puerto a informarme de lª lle-
6.3. La función impresiva. - La función impresiva (o "cona- gada de Pánfilo. ¿Oyes lo que te digo, Escrrto? I
tiva", o "de apelación", o "mágica") centra el enunciado en el Que si preguntara ... "
oyente: pretende influir sobre él e inducirlo a actuar en la di- J'
rección que señala el hablante. Todos tenemos igualmente experiencia de cierto "hablar por
También la función impresiva, cuando alcanza preponderan- hablar", sin más objeto que el de mantener la conversación y de I
t
cia absoluta, tiene expresión gramatical propia: el imperativo y evitar un molesto silencio; en textos literarios no es raro encon-
el vocativo son formas exclusivas de la sintaxis impresiva. La trar largas series de frases carentes de contenido o de contenido 1
originalidad de unél:frase imperativa frente a otra declarativa intrascendente, cuya función es exclusivamente fática, \
;1
salta a la vista si observamos que ante una forma declarativa
como "Pedro es puntual", cabe preguntarse si aquello que se dice 6.5. La función metalingüística. - El lenguaje, al igual que
es o no es cierto; ante un imperativo, como "¡Pedro, sé puntual!", 1
otro objeto externo cualquiera, puede tomarse él también como (
no tiene sentido la pregunta. "tema" de nuestras disertaciones: es 10 que ocurre normalmente
en el estudio de la gramática, de las lenguas, de la lógica, y, en
I
6.4. La función [ática. - Al factor "contacto" corresponde la menor grado, en el estudio de otras ciencias (cuando precisan y :1
función fática: ésta asegura la comunicación entre los interlocu- "definen" el significado de su terminología específica). (
tores. Hay enunciados cuya finalidad única consiste en verificar Para designar la operación en que el lenguaje funciona simul-
el funcionamiento del circuito.
'!
táneamente como instrumento de comunicación y como objeto \
Frases como "oiga, oiga, ¿me oye? ... Diga, dígame", no son de esa misma comunicación, se va generalizando cada vez más I
recurso exclusivo de quienes entablan una conversación telefó- el nombre de metalenguaje. No es raro que aun en nuestro ha- ( :
nica. No es raro leer las mismas fórmulas u otras similares en blar cotidiano hayamos de verificar el alcance de los signos I
I
las obras Iíterarias: lingüísticos utilizados y asegurarnos que los aplicamos a idén- (
ticos significados, es decir, que los interlocutores hablamos la :1
Propera. Atque audin? / Verbum unum caue... (Ter., An., 209), misma lengua. Así, en los Captiui (189 y ss.) de Plauto, Hegión (
"Apresúrate. Y ¿me oyes? ¡Ojo! Ni una palabra ... " accede a que el parásito Ergásilo venga a cenar con él, pero le I
advierte que ha de contentarse con una cena "frugal". He aquí (~
ti
('
i
\
22 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATiN

cómo precisa Hegión el sentido de un término que el parásito


quisiera interpretar al dictado de su apetito:

HEGIO. - "Terrestris" cena esto


- Sus "terrestris" bestia esto
ERGASILvs.
HEGIO. - MuUis oleribus.
II
Hegión. - Mi cena es "terrestre" ...
Ergásilo. - El cerdo es anima] "terrestre" ... LENGUA Y HABLA
Hegión. - i...a base de muchas verduras!

Como es bien sabido, son incontables los capítulos de la obra 1. Uno de los puntos de vista más fecundos introducidos por
de Cicerón (tanto en la correspondencia como en los discursos Saussure en la lingüística es la distinción que establece entre
como en las obras retóricas o filosóficas) que no tienen más fina- "langue et parole", "lengua y habla" en español según {a acer-
lidad que precisar la uis uerborum en la lengua latina e incluso tada traducción de A. Alonso.
en la griega.
El habla es un "acto concreto" y "único" de un hablante de-
terminado frente a un oyente determinado en un lugar deter-
6.6. La función poética. - La actividad verbal puede, final- minado y referente a un estado de cosas determinado. '
mente, centrar su interés primordial en el propio mensaje: así Pero el HABLA supone la existencia de un lenguaje vivo en
ocurre en la "bella literatura", que se recomienda precisamente, la conciencia de los miembros de la comunidad lingüística: ese
y ante todo, por la calidad artística del mensaje transmitido. Sea lenguaje virtual es condición previa a todo "acto de habla". La
cual fuere el género literario que cultive, todo escritor que se lengua es algo general y constante: existe virtualmente en la
precie de conocer ei arte del lenguaje vive la preocupación de conciencia de todos los iniembros de la comunidad lingüística y
la "función poética"; tal preocupación es casi "pura" en el poema es el fundamento de todos los "actos de habla" concretos. La
lírico; pero tampoco falta en los géneros más "expositivos" o lengua no tiene más razón de ser que el hacer posible "el acto
"referenciales": la oratoria o la historia también tienen su "poé- de habla"; no existe sino en la medida que "actos de habla" se
tica", ininterrumpidamente estudiada por los retóricos en la an- refieren a ella, es decir, en la medida en que se realiza en "actos
tigüedad y los actuales cultivadores de la teoría literaria y la de habla" concretos. (N. S. Troubetzkoy, Principes de phonolo-
estilística. gie, París, 1949, p. 1.)

2. He aquí los párrafos esenciales en que F. de Saussure for-


muló su doctrina '(remitimos a la edición francesa de 1931): "El
r
HABLA consiste en ¡'actos individuales" (p. 29, 30, 38), en "mani-
..
festaciones individuales momentáneas del hablante"; es "la suma
de lo que dice la gente", "la suma de, los casos particulares"
(p. 38).
La LENGUA, en cambio, es el "modelo colectivo" y virtual a,
que ha de atenerse toda realización en el habla: "Es un tesoro
depositado por la práctica del habla en los miembros pertene-
24 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁsICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 25
cientes a una misma comunidad, un sistema gramatical virtual- realizaciones concretas en que no entre en "juego" alguna de
mente existente en cada cerebro." "Al separar lengua y habla se las oposiciones existentes en la lengua: en miles fortiter pugna:"
separa a la vez: 1.0 'lo que es social (lengua) de lo que es indi- uit ("los soldados lucharon valientemente"), o en manus manum
vidual (habla); 2.0 'lo que es esencial' (lengua) 'de lo que es lauat ("una mano lava a la otra mano"), el singular (miles,
accesorio y más o menos accidental' (habla)" (p. 30). "La len- manus) no es auténtico singular, ya que el contexto no com-
gua existe en la colectividad bajo la forma de una suma de porta la noción de número.
improntas depositadas en cada cerebro, poco más o menos como
un diccionario, cuyos ejemplares, idénticos, se hubieran repar-
tido en su totalidad entre los individuos" (p. 38).
"El estudio del lenguaje comprende, pues, dos partes: una,
esencial, tiene por objeto la lengua, que es social en su esencia
e independiente del individuo ... ; la otra, secundaria, tiene por
objeto la parte individual del lenguaje" (p. 37).
I
3. Un discípulo de Saussure, Von Wartburg, resume las ideas (
del maestro diciendo que la lengua es común, social y sistemá-
I
tica; y el habla, en cambio, es la explotación y utilización indi-
viduales de ese sistema. (Problérnes et méthodes de la linguisti- I
que, 19632, p. 7.) I
(~ 1

4. Estas últimas palabras nos abren otra perspectiva esencial


en los estudios lingüístícos: la lengua es un sistema de oposi-
ciones en que los términos carecen de valor aisladamente y sólo
cobran su significado cuando se les integra en el juego de opo-
siciones que les corresponde en el sistema (como ocurre en el
juego de ajedrez, donde cada pieza tiene un valor solidario del
resto de las piezas utilizadas).
Así, la palabra AMOR tendrá valores distintos según se integre
en la categoría nominal o en la verbal (pasivo de amo); además,
entrará en relación con otras "clases de palabras", como con
amabilis '(adjetivo) y amabiliter (adv.); y, dentro de la cate-
goría del nombre, se opondrá: como nominativo, a AMOREM,
AMORIS, etc.; como singular, a AMORES; como lexema, se opondrá
a todo el léxico latino y, ante todo, acotará una parcela en la
esfera del léxico sentimental, esfera delimitada por otras desig-
naciones más o menos sinónimas o antónimas.
Como en el caso de amor, hay para todo signo lingüístico
(fonema, lexema o morfema) un cuadro de oposiciones ordenado
sistemáticamente en LENGUA. Pero en el habla , podrán darse 1'1
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 27

cado, a la coincidencia de ambos significantes en la cara del sig-


nificado; si decimos que canis es bisílabo o tiene cinco letras , sólo
aludimos a la cara del significante, no al signo en su totalidad,
como medio de comunicación.

m;
EL SIGNO LINGüíSTICO

1. Llamamos signo lingüístico a la combinación de un con-


cepto y su imagen acústica. El signo lingüístico tiene, pues, dos
caras: " 1
A) Un sign_ificante,es decir, una forma acústica: ejemp 0,

"perro". . t o sentido: la idea


B) Un significado, es d ecir, un concep o
evocada por la palabra "perro". Para un mismo "significado" las diversas lenguas (latín, castellano francés etc.)
La cara AY es aprehensible por cualquier oyente, aunque tienen diversos "significantes". "

la imagen acústica aprehendida por el oído no evoque en el


oyente ninguna idea (por no hablar nuestra lengua, o, aunque . ~n el adjunto esquema admitimos, provisionalmente, que los
hable nuestra lengua, por desconocer concretamente la palabra sígnífícantes de varias lenguas (lat. canis, esp. perro, fr. chien)
se cubren exactamente por la cara del significado, es decir, se
en cuestión). . ., .
Para que el signo sirva de medio de comumcacion es Im- aplican a conceptos idénticos; veremos más adelante (p. 60-61)
prescindible que las dos caras (nombre y sentido) se aS?,cien e;: que normalmente tampoco hay equivalencia exacta entre los
relación recíproca y reversible; si uno oye la palabra ye_rro , signos por la cara del significado.
ha de pensar en el correspondiente animal (o concepto); SI ptensa
4. Una visión superficial del signo lingüístico puede llevar
en el animal, ha de poder decír. 1a pa lb"
a ra perro. "
2. Este principio tan sencillo, que pasa generalmente por uno a creer que en el signo convergen y se asocian directamente
de los grandes descubrimientos de Saussure, (~ours, p. 97 y ss), dos entes reales: una "cosa" y un "nombre". Saussure insiste
era ya familiar a San Agustín y la escolastl~a. Santo T?m~s, en que el problema es más complejo: El signo lingüístico no une
Duns Scoto etc distinguen claramente el szgnans (= signifi- una cosa y un nombre, sino un concepto y una .imagen acústica
, ., 1" d " (p. 98).
cante) y el signatum (= significado); resu ta muy. mo Trno :
. lo este párrafo de Santo Tomás (In Períh., lect. 8). Reflexiónese sobre el adjunto esquema y se verá que se
por e]emp ,. di . . pueden plantear múltiples problemas: el de las relaciones entre
"La voz es signo del entendimiento Y el enten tmiento es SIgnO
el concepto y cosa (campo de la psicología y de las ciencias na-
de la cosa". . turales); el de las relaciones entre la imagen acústica y el ma-
3. Si, en una traducción interlingual, decimos que lat .. ca~Lts
es lo mismo que casto perro, sólo aludimos a la cara del signifi- terial sonoro (campo de la fisiología y la fonética); el de las re-
l
T !
e \

, 1S ESTRUCTURAL DEL LATÍN


28 INTRODUCCION A LA SINTAX . ~!
t Y la imagen acústica (campo de la PSI- \
laciones entre e1 concep o .
(
colegia, la lógica y la lingüística); etc.
J' \
i (
IV I
(,
ARBITRARIEDAD DEL SIGNO LINGüíSTICO I
(
imagen visual 1
imagen acús- I
o concepto (
tica de la realidad 1. "El lazo que une el significante al significado ~s arbitra- I
de la realidad rio"; en fórmula más concisa: "El signo lingüístico es arbitra- I
"perro" (
"perro" rio" (Saussure, Cours, p. 100) o "inmotivado" (p. 101).
No hay ninguna relación natural entre el animal "perro" \
(
"perro" y el nombre "perro" o canis: este axioma lingüístico se pone en
"perro" realidad física manifiesta evidencia cuando tenernos presente que al mismo
(
realidad física del reino significado corresponden innumerables significantes en las mil
de las ondas animal lenguas que se hablan en el mundo; y, viceversa, que las pala-
sonoras ¡
bras "perro", "canis", son un puro flatus uocis para quien no
sepa, respectivamente, español o latín. Por convención social,
li ..,stico es la asociación del signi- un mismo animal es designado en una comunidad lingüística
5. Lo específica;n~nte mgui si nificado (concepto). Esta aso-
con el significante "perro" y en otra con el significante "canis", (
ficante (imagen acusttca)"Y del yg pSlqUlCO
, . s son 10"" elementos
" etcétera, como es bien patente en el esquema anteriormente
ciación es un hecho pSIqUlCO, t) Por u'ltimo el proceso
't' y concep o . ' propuesto.
asociados (imagen acus ica 'bl' 1 nombre evoca el sentido
.' bi lar y rever SI e. e b La "arbitrariedad" o, mejor dicho, el "convencionalismo" es
asoClatlvo es ipo t'd material del nom re.
y el sentido evoca la contrapar I a 10 que separa al signo lingüístico de los signos naturales (las (
nubes como señal de lluvia, o el humo como indicio de que
una casa está habitada) y de los signos iconográficos utilizados
en el arte (pintura, escultura, etc.), que, sin excluir ciertos
convencionalismos estéticos o estilísticos, tienden a representar
directamente la realidad (líneas, colores, masas, sonidos, etc.).
Un signo natural sólo puede convertirse en instrumento de co-
. municación si se le suma "un convencionalismo", como en el
caso del "humo" que anuncia a los romanos la elección de un
nuevo Papa.

2: El principio irrebatible de la arbitrariedad del signo lin-


güístico "no es impugnado por nadie", escribió Saussure (p. 100).
Sin embargo, los párrafos del Curso en que se formula el
, 30 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS - 31-
aludido-principio han suscitado, paradójicamente, una acalorada " B) Semántica: Hay cierta razón
y larga discusión sobre la arbitrariedad o no arbitrariedad del formación militar de ata" para que a determinada
signo lingüístico: 10 que parecía un axioma se ha convertido en la tortuga ("testudo")" fue :e le. ~aya dado el nombre de
uno de los problemas que han hecho correr más tinta en las tificar este significante' cl::;:'eUlsodatyvls(~?le"motivo" para iden-
últimas generaciones de lingüistas. En realidad, más que un t
um."p ero ello no resta arbitrar! e esta concha".' "t eja
[a")
y " tes-
problema de fondo, lo que ha habido es un tremendo confusio- nación de la zona semánt' rarledad .~l SIgno test- como desig-
. tea en cuestión
nismo alrededor de los términos "arbitrariedad" y "motivación". Toda etImología .t .
Véase en C. F. S., 19 (1962), pp. 1-66, unas 70 opiniones de otros linai;~..tic
o.~ a.. consrs e en ofrecer una "motivación" In . t ra-
tantos lingüistas sobre la "arbitrariedad" del signo lingüístico. ~ numeral uno, inmotiv d '
eli,amotivado" para quien 1 ~ o para muchos hIspanohablantes,
3. El signo lingüístico es esencialmente convencional y arbi- ello no desaparece el o ~ce rl~montar al latín unu(m)' con
1, d' convenClOnaismo dI' '
trario, pero ello no quiere decir que sea "inmotivado". En un :ra, arlo a la comunidad latinohablan' e SIgno; queda tras-
reducido número de casos, la motivación es natural: ello ocurre lato ~nus al indoeuropeo *oino .te, el que hace remontar el
cuando entre la forma fónica del signo y la cosa significada hay a la COlÍlunidadindoeuropea. s asigna 10 arbitrario del signo
una concordancia de orden material, como sucede en las pala-
bras onomatopéyicas: 4 "ConvenClOna
'.: . l' ' y "motivado" no son '. ~.
Esp. cucú, lato cuculus, gr. X.ÓXx.u:-, etc. se ~x;cIuyan. Conocemos 1 hi t . d ' pues, termmos que
Piénsese en el tic-tac del reloj o el guau, guau del perro, etc. ,s-utliacimiento:no hay nin ~nas iorIa . e muchas palabras desde
Pero estos términos realmente iconográficos no paeden darse nae~ muchos términos n g nmotIvada. Más todavía: vemos
d uevos en nuestros dí . t d .
sino en un área muy' reducida del léxico: la esfera de los ruidos es en su origen; sin embar " . .,,, las. o os motiva-
y sonidos. Y aun ahí la correspondencia imitativa es sólo apro- jl}al:á el "creador" del sí ghO,motIvaclOn no es "necesidad'"
- < • • e SIgno ay una libr 1 ., ,
ximada y convencional a medias, puesto que hay sensible dife- "IlQs;Ibilidades'y los ulter' e e eecion entre varias
- , lores usuarios del té .
rencia (Saussure, p. 102) entre el ouaoua francés, el wauwau
alemán y el guauguau español. '
También se ha observado que las voces onomatopéyicas, des-
conocer el detalle que mor '1
llet_e.p~arael TALGO, el ~:F~
parezcan arbitrarios e ínm tl d
1 ., rmmo no necesitan
ee~Cclon:se puede pedir un bi-
TER, aunque esos nombres
pués de introducirse en la lengua, son más o menos arrastradas seg1.Ín.nuestra informacióno ~~aTo:.Raf.;;n parte d:l público, y,
por la evolución general (fonética, morfológica, etc.) de los otros apareció en los primeros anunet ren Espanol Rápido")
términos; "prueba evidente, según Saussure, de que han perdido de Aluminio Rápido")' uncIoS de la Renfe como TAR ("Tren
algo de su carácter primitivo para revestir el del signo lingüís- por evitar confusiones 'e!:rro dueg~ s: desechó la forma TAR
tico en general, que es 'inmotivado'''. (Nosotros diríamos "con- cidos acústica y gráficament: (~~;~;,~;ntes demasiado pare-
vencional" en lugar de "inmotivado").
Más frecuentemente, la "motivación" es intralingüística: 5. En suma, el signo lin .., tí .
("arbitrario", según la termo gullS,ICOdes sl~mpre convencional
' . mo ogia e Sauss ).,
A) Morfológica: Así, en el vocabulario latino del "juego": el rac t erística esencial. La not 1 . ure , esa es su ca-
verbo, ludo, los sustantivos ludus (o lusus) y el adjetivo lusor o "inmotivado" no afecta a 1 a su~ edmentarla de "motivado" o
a esencía el signo.
lusorius, etc., están morfo1ógicamente "motivados": a partir de
un término cualquiera nos parece "motivada" morfológicamente
toda la serie; pero seguirá siendo convencional el lud- como
significante de los conceptos del juego.
¡ NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 33

¡ 4. Para que un enunciado cualquiera llegue a ser una unidad I
~ significativa han de hallarse todos sus elementos simultánea- (
,,1 mente presentes en la conciencia del oyente, pues sólo así podrá
~ I
1¡ relacionarlos y descubrir en ellos un sentido. El significante
¡ mesa no empieza a descubrirnos su sentido por etapas sucesivas I
v desde el primer fonema para completarse casi con el penúltimo \
y del todo con el último; un buen chiste no suele provocar la I
CARÁCTER LINEAL DEL SIGNO LINGüíSTICO: risa in crescendo, sino la explosiva carcajada final. Lo mismo
LA CADENA HABLADA sucede con un largo período oratorio: hasta que no se cierra
el círculo en una síntesis psíquica no surge el sentido: y cuando
surge no lo hace paulatinamente, sino de golpe: la comprensión
1. El signo lingüístico, por la materia prima de su signifi- o es instantánea o no existe. De ahí el alivio experimentado por
cante, se sitúa en el tiempo: su extensión coincide con el tiempo el estudiante cuando, después de mucho cavilar, llega repentina-
que necesariamente ha de invertirse en la articulación de los ele- mente la iluminación y todo. el párrafo que está traduciendo
mentos fónicos. Todo el material sonoro se ordena lineal y su- pasa, en un instante, de la plena oscuridad a la meridiana c1a:
cesivamente en dirección única e irreversible como la marcha ridad.
del tiempo. Los sonidos, sílabas, palabras y oraciones son como
otros tantos eslabones que forman una cadena: "la cadena ha- 5.. Hay, pues, así, una verdadera antinomia entre el carácter
blada". Esta ordenación en cadena viene impuesta por la natu- temporal-lineal-material del significante y el carácter atemporal-
raleza, ya que nuestros órganos fonatorios no nos permiten emi- alineal-psíquico del significado.
tir dos palabras simultáneamente: ha de dejar de existir una Un término cualquiera del enunciado puede entrar en múl-
tiples relaciones con los restantes términos: piénsese en el verbo
para que surja la siguiente.
que, como pieza central de la frase, conecta sintácticamente a la
2. El carácter lineal de la cadena hablada se proyecta auto- vez con el sujeto, con uno o varios complementos y el adverbio;
máticamente en la línea escrita (o impresa): una obra escrita se y, no obstante, en la cadena hablada sólo puede estar en con-
reduce en último término a una línea que por su excesiva lon- tacto con dos "eslabones": la palabra que precede y la que sigue.
gitud se ha "troceado" para "almacenarla" en un libro. Los mo- A la solución de esta antinomia se reducen muchas de las
dernos medios de comunicación han acudido a denominaciones dificultades con que tropieza el traductor. Comprender una len-
que reflejan igualmente el carácter fundamental de la cadena gua es llegar a establecer conexiones sintácticas, aunque no se
hablada: líneas telefónicas, líneas telegráficas, etc. hallen expresadas por secuencias en la cadena hablada; y, vice-
versa, hablar una lengua es transformar el "orden sintáctico"
3. Todo el mecanismo de la lengua está implicado en el ca- en orden lineal (cf. L. Tesniére, Éléments de syntaxe siructurale,
rácter lineal del signo lingüístico. La misma materia fónica pp. 16-24, París, 1959).
puede tener uno u otro sentido, según sea una u otra su orde-
nación en Iínea: 6. Cada lengua resuelve a su modo la antinomia a que nos
referimos. El orden de los elementos en la cadena puede ex-
cf. español: SAL / LAS presar ya una relación sintáctica: es el conocido uso del francés
SON / NOS en que el nombre que precede al verbo' es sujeto y el nombre
que le sigue es complemento directo. Cuando no hay posibilida-
cf. francés: Pi erre bat Paul y Paul bat Pierre
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS
35
34 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

des de contacto en la cadena se acudirá a otros procedimientos Sin la ineludible característica lineal del signo lingüístico, el
gramaticales: la concordancia en género o número o en ambas tratado sería para todos:
cosas a la vez es entonces capital, ya que gracias a la concor-
dancia podrán romperse secuencias sin' que sufra la claridad.
Por ello, cuanto más rica sea una lengua en morfemas gramati-
»
línea
del tiempo O (rganización)
...
cales mayor libertad tendrá para romper secuencias lineales, y, del
viceversa, a menos posibilidades morfológicas, menos libertad T (ratado)
para romper las secuencias lineales (cf. Tesniére, o. C., p. 21). {lel
A (tlántico)
7. La norma general que regula la antinomia orden lineal- N (orte)
orden estructural del enunciado es una de las características que
más visiblemente distinguen a las lenguas entre sí. Unas lenguas
se caracterizan por el acentuado orden lineal en que han de Por el lado del significado es una unidad ,psíquica. ~n qu~
aparecer sus términos y otras por su extraña (?) libertad. Cual- se combinan armónicamente las cuatro "notas signifi.catl'V'~s";
SI

quier estudiante pensará aquí en el "desorden", en el libérrimo 1 humanos tuviéramos un aparato fonatorio adecuado -algo·
"hipérbaton" de la lengua latina, y en la notable disciplina del a~ como un piano-, emitiríamos simultáneamente e~,ac~rde;
español, o en la rigurosa sucesión sujeto-verbo-complemento di- como no cabe esa posibilidad, hemos de emitir' e~ Suc~slonl.meal
recto del francés. Nosotros hemos de ver que tampoco en latín una nota tras otra; unas lenguas proyectan la rmp?slble símul-
el "desorden" es tan grande como creen los principiantes, y aun taneidad psíquica en la posible sucesividad del tiempo empe-
esperamos que muchos maestros queden tan extrañados como zando por un extremo de la serie y otras por el extremo opuesto.
nosotros ante la sorprendente regularidad de la cadena hablada Resultado:
en largos textos literarios del latín. Por ahora nos bastará re- T A N
cordar cosas ya sabidas: que en latín, por norma, el término de- Línea
terminante (o regido) precede al elemento determinado (o re- del tiempo
gente); el español procede a la inversa; con arreglo a esta norma
tan regular es, por ejemplo, el louis templum latino como nues-
tro templo de Júpiter.
orden progresivo
8. A la ordenación del tipo latino suele llamársele secuencia
regresiva; la ordenación del tipo castellano recibe el nombre de
N A T
secuencia progresiva. Lo normal es que las lenguas se atengan
a una u otra secuencia, aunque cabe, como antes dijimos, cierta »
libertad más o menos acentuada.
Todo 10 dicho sobre la antinomia "orden lineal"-"orden sin-
táctico" y sobre la solución dada en las diversas lenguas puede,
observarse en lo que pasa hoy en ciertas siglas internacionales orden regresivo
que nos son muy familiares.
Varias comunidades políticas, o, mejor desde nuestro punto
de vista, varias comunidades lingüísticas llegan a un acuerdo: en
unos pueblos, el tratado se llama OTAN yen otros NATO.
O más simplemente:
-
OTAN
orden progresivo
orden regresivo
(
(
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 37 (
5. En primer lugar es fácil comprobar que los diferentes sen-
tidos de una palabra no se hallan todos en plano de igualdad. (1
Aun los no especialistas saben que las palabras tienen un "sen-
tido propio" y un "sentido figurado".
(
I
(
6. Las cosas se simplifican mucho con la distinción básica
entre LENGUA y HABLA. Las palabras tienen un sentido en la es- I
VI (
fera de la lengua y un sentido en la esfera del habla. Los dos "

sentidos están a veces muy próximos y a veces muy alejados.


I
SENTIDO BÁSICO Y SENTIDO CONTEXTUAL (
La distinción entre ambos sentidos es un hecho generalmente I
reconocido en la actualidad: con frecuencia se habla de sentido ('
en la lengua y valores en el habla, o de "sentido fundamental"
1. Teóricamente, la comunicación postula una sola forma fó- y "sentidos accesorios", o de "sentido independiente" y "senti-
I
{
nica para cada unidad de sentido, y un solo sentido para cada dos condicionados", o de "sentido" y "significación", o de '..l'sen-
forma fónica. A priori, no parece posible entenderse si a un I
tido" y "efectos de sentido". Nosotros diremos más sencillamen- (
mismo significante corresponden varios significados. Y, sin em- te, con Guiraud (La Grammaire, p. 70, Presses Universitaires, I
bargo, ¿quién no se ha desesperado al comprobar que en el I
1961), "sentido básico", (en la lengua) y "sentido contextual" (
aprendizaje de una lengua cualquiera nunca acaba uno por co- (en el habla). I
nocer "todos los sentidos" de una palabra, de un caso nominal, (
de una forma verbal ni de una preposición? ¿ Cuántas veces con-
sulta el latinista principiante su diccionario para ver qué sig-
7. Pongamos un ejemplo con tres sinónimos (?) latinos que I
pueden designar "el vino": uinum, Bacchus y deus. Superficial- (
nifican palabras tan usuales como ago, facio, sum, ad, etc.? mente, podría decir un diccionario que Bacchus tiene dos signi- I
ficados: designa a un determinado "dios" y también a un deter- (,
2. En lugar de la ideal monovalencia del signo lingüístico, minado líquido, más corrientemente llamado "uinum". Se acepta I
el estudiante se encuentra siempre con una inextricable poliva- que Bacchus es, por derecho propio, un "dios", y (¡cuando uno (
lencia en ambas caras del signo (tanto en los signos léxicos como I
sabe que "Baca es el dios del vino"!) también se acepta sin aspa- I
en los gramaticales): varios significantes para un mismo signi- vientos el cambio metonímico de las cosas. (
ficado (polinimia o, como decimos más habitualmente, sinonimia) Pero para llamar al vino uinum (que es el único nombre que I
y varios significados para un mismo significante (polisemia). le corresponde en lengua), el hablante no necesita tomar precau- (
ciones; cualquier latino que tuviera vino y quisiera venderlo I
3. Pues bien, ¿hasta qué punto es cierta esta plurivalencia podía' poner el siguiente letrero en la puerta de su casa: VINVM
significativa de los signos lingüísticos? ¿ Cómo explicar este com- VENDO. Pero no podría cambiar caprichosamente el mencionado I
plicado juego de las' significaciones de los signos? anuncio por BACCHVM VENDO, ya que este texto resultaría enigmá- l
tico: "vendo (al dios) Baca (?)", "vendo un Baca (una esta- I
(
4, Para facilitar la exposición general, nos fijaremos ahora tua) (?)". No habrá inconveniente en anunciar VENDO BACCHVM
exclusivamente en la polisemia y sinonimia léxicas; tendremos si el lector comprueba, al leer el cartel, que se trata de una I
taberna, con los toneles y los vasos a la _yj..sJll; pues, en tal caso,
múltiples ocasiones de discutir la pretendida plurivalencia de
'los morfemas gramaticales cuando nos adentremos en el terreno el contexto situacional ya invita al lector a dar, sin violencia,
I
de la sintaxis específicamente latina, a Bacchus un sentido que no le corresponde en lengua, o, 10 que
38 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SI!(TAXIS 39

es lo mismo, a darle a cierto líquido un nombre que en lengua presenta a los Rútulos presuntuosamente confiados en la propia
no tiene. Si falta ese contexto situacional y el vendedor persiste situación: se entregan, despreocupados, al sueño y al vino:
en el intento de anunciar "poéticamente" su mercancía, tendrá
(Rutuli) SOMNO VINOQUE SOLVTI
que inducir de algún "modoa su lector a realizar juntamente con
PROCVBVERE.
el anunciante el cambio metonímico: por ejemplo, dibujando
junto al mismo letrero a un bebedor con el jarro a punto, etc. Por segunda vez, en los vv. 236-237,el poeta insiste:
Del mismo modo, el artista literario tampoco puede hacer
significar caprichosamente "vino" al nombre que en el fichero RVTVLI SOMNO VINOQVE SOLVTI
de la lengua designa a cierta divinidad; si quiere operar el cam- CONTICVERE.
bio, le es indispensable crear un contexto -ahora lingüístico,
naturalmente- para que el lector acepte la novedad sin vio- No se trata de un descuido en un poema' inacabado corno
lencia, aunque con cierto grado más o menos acentuado de sor- es la Eneida: el llamativo término inicial de verso, con su reite-
presa. Así procede Virgilio en la Égloga 5, 69: ración de la estructura métrica, de la morfología (-ere), del no-
table volumen fónico (cinco sílabas), y, por contraste, con la
et multo in pri'Vl'ishilarans conuiuia Baccho... variante semántica (procubuere / conticuere), prueba suficien-
temente que la repetición es intencional.
Podrá observarse que ya los dos versos" anteriores hablan de En el verso 316 vuelve por tercera vez el estribillo somno
"líquidos" (leche y aceite) corno preparación de la metonimia. uinoque soluti. Pero esta vez de modo definitivo: se va a ofre-
Finalmente, entre multo y Raccho van intercalados dos términos cer al lector una visión total del campamento de los Rútulos:
"orientadores": hilarans y conuiuia. un campamento de borrachos, "vencidos por el vino yel sueño".
Resulta mucho más imprevisible que, en un momento dado, A la desígnaeíón de las cosas por "su" nombre en lengua suce-
también deus pueda designar el "vino". No conozco más que un. den sus afines semánticos: "yacer", "roncar", "rendirse", etc.,
caso de este "atrevimiento" en la literatura latina (Virgilio, En., salen machaconamente hasta culminar en el multo ".. deo.
IX, 335-337):
... illa qui plurima nocte (Niso y Euríalo)
luserat, ins-ignis facie, multo que iacebat passim somno uinoque per herbam
membra deo uictus. corpora fusa uident . (316-317)
uina simul (319)
(Niso degüella al joven Serrano) que había estado divertidí- (Ramnes) tato proflabat pectore somnum . (325-326)
simo aquella noche y que yacía vencido por el "abundante vino" inter tela iacentes . (329)
(multo ... deo!) pendentia colla (la postura típica del borracho
"multo"." deo", en lengua, es imposible; tan imposible corno dormido) (331)
en castellano "mucho dios". Para que el hecho de habla se en- '" multo que iacebat
tienda corno "mucho vino"" y se acepte la sorprendente metoni- membra deo uictus . (336-337)
mia, el poeta ha de tornar extraordinarias precauciones.
Virgilio arrastrará la aquiescencia del lector gracias a todo Los 20 versos constituyen el "cuadro de los borrachos de
un proceso, muy cuidadosamente estudiado, que comprende tres Virgilio"; los 18 primeros son tan gráficos y sus términos tan ajus-
etapas: una lejana, otra próxima y la tercera inmediata. tados al patrón de la lengua común, que ya puede el poeta per-
Con mucha antelación, ya en los vv. 188-189, Virgilio nos mitirse, como última y definitiva pincelada, una atrevida "des-
40 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 41
viación", confiado en que su expresión no resultará oscura y Io- instante poético plasmado en multo deo, y desaparece la poesía.
grará el asentimiento del lector. Es curioso ver a los innumerables traductores de Virgilio deba-
Hemos visto cómo Virgilio logra llamar al vino "dios" y que tirse, desesperados, ante la síntesis virgiliana. Entre las interpre-
sus lectores lo entiendan, aunque nunca hayan oído tal "lengua". taciones consultadas, nos quedamos con la de Echave Sustaeta
Pero si no hubiera en el texto estudiado más que una mera sus- ("Serrano vencido' por el mucho Baco"), que traduce la meto-
titución de nomenclatura, Virgilio sería un simple "malabarista nimia del original por otra metonimia: es la única que, al con-
verbal", un sorprendente mago de la palabra, pero sin la hon- servar el recurso poético, puede guardar también algo de poesía.
dura, seriedad y calor humano que atribuimos generalmente a Pero aun con esta interpretación Virgilio nos llega enorme-
"la magia" del poeta frente a los malabarismos y magias de puro mente empobrecido; "Baco" por "vino" es un tópico literario,
entretenimiento. una figura poética en vías de lexicalización y, por 10 tanto, de
Si Virgilio llama "dios" al vino, no es para demostrarnos que limitado poder evocador; por eso Virgilio forjó una metonimia
él puede permitirse el capricho de poner un rótulo cualquiera a de nuevo cuño, cuya expresividad no puede, en modo alguno,
cualquier producto. Si Virgilio se refiere al vino y no lo llama pasar inadvertida. _
"vino" es que vislumbra en el vino algo que sólo e1 ha visto, El resto de los traductores sólo nos dan parte del contenido
alguna "nota" no incluida, según el código lingüístico, en el sig- que nosotros hemos analizado en multo ... deo: unos dicen, sim-
nificado "vino"; tal es la razón por la cual no le sirve tampoco plemente, "mucho vino", sin hacernos pensar en la suplementa-
el significante "vino" y acude a un sustituto, al que, por los pro- ria "nota divina" del vino; otros acentúan el significado en len-
cedimientos que hemos analizado, hará significar "vino", y que, gua de deo, y como entonces es imposible "mucho dios", desha-
por otra parte, conllevará la "nueva nota" que el poeta pretende cen el sintagma multo ... deo, ya sea sacrificando llanamente el
añadir al concepto de ese líquido llamado "vino": DEVS = VI- multo ("Serrano vencido por el dios del vino" o "por el dios
NVM+X. del sueño"), ya sea añadiendo en sintagma aparte ese multo:
Tratemos de averiguar qué representa la incógnita X: en "Serrano vencido por el dios del vino, del que había abusado".
esa incógnita se esconde la razón de la metonimia y la magia de (Esta última interpretación es la de la colección Budé.)
la verdadera poesía. Como en nuestro comentario, todas estas traducciones evapo-
·1
El contexto, con tiempo, desde los versos 188 y 236, con ma- 1
ran la expresión poética: la "intuición" del artista al pasar por
yor insistencia desde el 316, y de modo apremiante con el con- el tamiz intelectual del intérprete se queda en una enumeración
texto inmediato, nos obliga a pensar, ante todo, en "mucho vino"; más o menos completa de miembros inertes, que en el original
pero, como en lugar de multo ... uino, el poeta nos sorprende forman una síntesis viva. El Virgilio auténtico -el poeta- está
con multo ... deo, hemos de sumar al significado "vino", ya in- en el multo ... deo: ahí tenemos su "alma de cristal" reflejando
culcado al lector de antemano, el significado del inesperado sig- fielmente la impresión que le produce la realidad circundante;
nificante deo; por 10 tanto, deus es, accidentalmente, un signifi- el Virgilio traducido es un simple narrador, más o menos co-
cante complejo: vino + dios. rrecto, de una realidad que le es ajena. En una palabra, el men-
La intuición del poeta es intransferible; podemos, si no tra- saje esencialmente "poético" del original se desintegra con la \
ducirla, analizar así su contenido: traducción en un mensaje esencialmente "informativo". \

(El joven Serrano yacía vencido por) "el abundante vino + .\


+ la virtud divina que, como soporífero, tiene el vino".
8. Vistas así las cosas, desaparece 'la antinomia de la sinoni-
mia y polisemia a que aludimos al principio en los párrafos 1-6. I
Pero en el comentario analítico, en la descomposición lineal y lo que decimos aquí del léxico (uinum, Bacchus, deus) ha
de l~ que es un continuum psíquico, se esfuma la vivencia del de aplicarse rigurosamente a la sintaxis en toda su extensión: I
: ....

42 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

entre los signos gramaticales tampoco h~y equivalencias ni pluri-


valencias: nunca hay, por ejemplo, sinonimia entre dos casos o
dos preposiciones, y viceversa, un caso o una preposición no
tienen dos, tres, cuatro, cinco, etc. significados distintos, sino
que, en lengua, les corresponde uno solo (del que pueden irra-
diar diversos matices contextuales). VII
Hemos de volver con frecuencia sobre estas ideas; véase, por
ejemplo, pp:86-88, 171 y ss. y 186-187. SINCRONÍA y DIACRONÍA

1. Gr~mática comparada.- El siglo XIX representa el triunfo


del historicismo en la lingüística. En sus -comienzos, y gracias
al reciente descubrimiento del sánscrito, nació la gramática com-
parada de las lenguas indoeuropeas:

lat. genus gr. TÉvo<; ser, jánas;


lat. generis gr. TÉ\lEO<; scr. jánasa,s;
etc. etc. etc.

F. Bopp (1791-1867)aplicó sistemáticamente por vez primera


(1816) el método que explica esas concordancias entre lenguas
derivadas de un tronco común. Y, en 1861, Sch1eicher compen-
dia los resultados obtenidos en la lingüística indoeuropea por
el método comparativo.

2. Gramática histórica o diacronía.- De la comparación en-


tre concordancias se pasó, hacia 1870 (por iniciativa de los neo-
gramáticos Brugmann, Osthoff, Sievers, Paul, etc.), a situar ·los
hechos comparados en la línea de su sucesión natural en el
tiempo; es decir, se pasó al estudio histórico de la lengua. Los
resultados de la tarea sorprendieron por su claridad y objeti-
vidad; los neogramátícos descubrieron leyes (leyes fonéticas) al
parecer, tan "determinantes" (?) como las leyes naturales.
La generación neogramática, deslumbrada por sus éxitos,
creía haber encontrado el auténtico y único camino de la inves-
tigación lingüística: el método histórico. Toda la ciencia del len-
guaje tendría que ser o gramática histórica o historia de la
lengua.
44 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 45

3. Sincronía. - En plena euforia historicista surge, como voz ~i 4. La distinción entre sincronía y diacronía es un axioma del
discordante, la personalidad de Saussure (1857-1913). En sus que ha de partir todo estudio lingüístico. Suscribimos sin reser-
conversaciones particulares, en alguna carta y, sobre todo, en '.í vas la afirmación rotunda de Saussure (p. 115-116): es imposible
.,~

sus cursos universitarios de Ginebra (a partir de 1906) proclama o:ga~iz~r l~s investigaciones sin tener en cuenta los dos ejes,
frecuentemente la insuficiencia de la lingüística histórica de su sin distinguir por un lado el sistema de los valores considerados
en sí mismos y, por otro lado, esos mismos valores conside- (
época (lingüística que él mismo tenía que explicar como asig-
natura de los programas a la sazón vigentes). Saussure afirma rados en función del tiempo.
Pero no estamos de acuerdo con Saussure cuando proclama, (
que el estudio descriptivo de la lengua es más interesante y tan
científicamente posible como el estudio histórico. con la misma energía, "que nos está absolutamente prohibido es-
tudiar simultáneamente las relaciones en el tiempo y las rela-
(
El lenguaje se nos ofrece como objeto de estudio en dos pers-
pectivas. Por un lado, la lengua es algo inestable y en constante == en el sistema"; ni puede decirse, con L. Hjelrñslev (Prin-
(
evolución: es el aspecto minuciosamente estudiado ~y con asom- czpes de grammaire générale, p. 47), que "la oposición entre los
broso éxito- por la lingüística histórica. Pero, a la vez, la len- dos puntos de vista es absoluta y no admite compromisos".
gua se nos ofrece bajo un aspecto estático, como un sistema de Nosotros no creemos que haya que optar necesaria e intran-
oposiciones y contrastes en el que los elementos que entran en si~entemente entre la sincronía y la diacronía, sino que puede
(
juego no tienen valor absoluto en sí, sino que lo reciben del anadirse la consideración estructural (sincrónica) a la conside-
conjunto en que se integran (cf. el ejemplo antes citado de AMOR, r~ción evolutiva (diacrónica). Por esta vía se ha llegado -pre- (
AMORIS, AMOREM ... AMABILIS, etc. Este sistema de oposiciones no císamente en España y dentro de la lingüística indoeuropea-
se explica por la evolución, sino que tiene su razón de ser en a resultados muy fecundos en los últimos años; baste recordar (
sí mismo, como un vasto cuadro pictórico, .donde cada parte está aquí -entre otros trabajos importantes y otros autores- el só-
relacionada con el conjunto y no puede modificarse o despla- lido estudio de M. Sánchez-Ruipérez sobre el verbo griego y las (
zarse sin romper la armonía interna de la obra. dos obras maestras de F. Rodríguez Adrados sobre las laringales
Es legítimo, pues, estudiar la evolución de la lengua a través y el verbo indoeuropeo.
del tiempo, pero también merece estudiarse un estado de la Más que al objeto, la diferencia entre sincronía y diacronía
lengua en un momento dado, sin intervención del factor tiempo. afecta al observador. Ambas consideraciones aisladas nos dan
El propio Saussure ilustró claramente sus ideas en el siguiente sólo una visión parcial del lenguaje.
esquema: Nuestra presentación de la sintaxis latina será fundamental-
mente sincrónica; sólo ocasionalmente, y ante hechos incom-
e prensibles para la sincronía, haremos alguna alusión diacrónica. (

El eje AB simboliza la simultaneidad (objeto de la lingüística


SINCRÓNICA); CD, la sucesión temporal (objeto de la lingüís-
tica DIACRÓNICA).
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 47

,
1
..•.:
los casos; puede haber incluso mensajes exentos de gramática,
puramente léxicos: si una persona se encuentra en una comuni-
dad lingüística que le es extraña, puede, con el solo uso del dic-
cionario, emitir mensajes pregramaticales, pero válidos para la
comunicación: por ejemplo, una serie de palabras sueltas, como
VIII cazador, liebre, matar, puede ser un mensaje comprensible, ya
que los lexemas dados difícilmente admiten una concatenación
EL "DOGMA" DEL LÉXICO Y LA GRAMÁTICA que no sea: "el cazador mató una liebre" (sería inverosímil que
"una 'liebre matara al cazador"); por ello, tal enunciado puede
prescindir de la gramática sin grave perjuicio para la, compren-
1. Tal vez' no haya principio ele mayor trascendencia para sión. En cambio, la sintaxis -o un sustituto de ésta, cf. infm,
nuestros análisis que el formulado por K. Bühler (p. 101 y ss. p. 64 y sS.-es de imperiosa necesidad si en lugar de liebre tu-
de la traducción española) como dogma fundamental de la inves- viéramos que poner león: "cazador, león, matar" ya no es inte-
tigación lingüística: sepárese cuidadosamente lo qu~ corresponde ligible unívocamente y resulta indispensable .precisar dónd~ está
al léxico y lo que corresponde a la sintaxis (en lugar de sintaxis, el agente y donde está la víctima. Ha de venir la gramática en
nosotros diríamos más bien gramática). ayuda de los elementos léxicos para fijar en el haz de posibili-
Efectivamente, el lenguaje usa un sistema de signos de dos dades la relación efectiva y única que queremos establecer entre,
clases: unos elementos son léxicos y otros son gramaticales: los significados autónomos del léxico. La significación grama-
dos enunciados pueden distinguirse por variar un elemento lé- tical (sintáctica) se superpone a la significación léxica, pero a
'1' otro nivel: a nivel del sintagma. '
xico; compárese:
,1
tuus canis apr-um momordit, "tu perro mordió .al jabalí"; I 3. El valor semántico global de una frase es el total de dos
· " tu perro .mord'10, a1 1ob o" .
tuus canis lup-um momor dit, sumandos: 1.0, la sustancia significativa (léxica, material) de las

En cambio en los dos enunciados siguientes, la diferencia


I palabras y grupos de palabras contenidos en la frase; 2.°, la sig-
nificación de sus relaciones lógico-sintácticas.
radica en elementos gramaticales (morfológicos o, 10 que es lo Puer librum legit tiene, a nivel sintáctico, la misma e inva-
mismo, sintácticos) : riable significación en todo enunciado 'que presente el esquema.

tu-us can-is lup-um momordit, "tu perro mordió al Iobo"; Sujeto - complemento directo - verbo.
tu-um can-em lup-us momordit, "el lobo mordió a tu
perro". Sobre este patrón abstracto podrán formularse innumerables
mensajes reales; pero mientras subsista el tipo de construcción,
2. En el capítulo siguiente, al tratar de las unidades signi- es decir, la misma forma gramatical, sólo cambiará la sustancia
ficativas, insistiremos más en la esencial diferencia entre las dos significativa léxica. La forma es lo único que interesa al gramá-
clases de signos que integran el lenguaje. Aquí nos limitaremos tico; aunque éste no pueda prescindir del "ejemplo", es decir,
a esbozar la cuestión, sin penetrar todavía en la irreductible aunque haya de acudir a realizaciones concretas en el habla, le
diferencia de las unidades mínimas de significación. Una obser- es preciso elevarse "abstractivamente" hasta la forma, sin de-
vación incluso superficial permite advertir que, en un mensaje jarse ahogar por los valores que en toda frase real precipita el
dado, la gramática puede ser más o menos indispensable según léxico, pero que no son de la incumbencia del gramático.
·r
48 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
¡ NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 49 ·1

4. Por atender sólo a la forma, y no a la sustancia semántica, dan todo un enunciado. La razón es obvia: un adjetivo en lugar
el gramático considera legítimos ciertos tipos de enunciados into- de otro adjetivo, un nombre en lugar de otro nombre, un verbo
lerables para el lógico. "Si, ante una mesa redonda, alguien en lugar de otro verbo, etc., son errores "limitados" dentro de la
dice: esta mesa es cuadrada -escribe K. Bühler, p. 90 y ss.-, misma categoría gramatical; pero quien no ve una concordan-
el gramático calla plenamente satisfecho; sólo el lógico protesta: cia, quien toma un nombre o adjetivo por verbo, etc., baraja
¡absurdo!" En cambio, provocará la censura del gramático quien las categorías gramaticales, destruye el molde que informa todo
diga: HIC TABVLAM SVNT ROTVNDVM, porque aquí hay un puro el sintagma afectado y, por lo tanto, destruye todo el sistema de
flatus uocis "sin sentido" de ninguna clase. El gramático es insen- relaciones y arruina el mensaje en su totalidad.
sible al contrasentido, como "círculo cuadrado", pero es muy
sensible al "sínsentido", [que es algo muy distinto!
Un enunciado agramatical (HIC TABVLAM..• ) nunca tendrá sen-
tido ninguno; pero un enunciado gramaticalmente correcto tiene
ya un sentido en sí, independientemente de lo que opine la ló-
gica: los niños saben muy bien lo que dicen cuando cantan: "por
el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, etc."; saben
muy bien que sus afirmaciones son perfectamente comprensi- ,I
bles, pero esperan hacer gracia por lo sorprendente de esas afir-
maciones ante la experiencia y "saber" de los oyentes.
"Oro negro", siempre aceptable para el gramático, pareció
absurdo al lógico hasta no hace demasiadas generaciones; lac
gallinaceum ("leche de gallina") es tan correcto en gramática
como ouum gallinaceum ("huevo de gallina"). Pero, mientras sea
tan difícil encontrar "leche de gallina" como encontrarle "tres
pies al gato", sólo nos servirá el correctísimo complejo lac gal-
linaceum para referirnos a "un imposible" como ya 10 hicieron
Plinio (Nat. Hist., Praef. 23) y Petronio, Satiricon, 38: lacte gal-
linaceum si quaesieris inuenies, "si se te ocurriera buscar leche
de gallina, la hallarás (en casa de Trimalción)".

5. La diferencia esencial entre léxico y gramática puede ob-


servarse a diario en las clases y ejercicios de traducción: una
traducción "falla" porque un término (nombre, adjetivo, verbo,
.adverbio) no ha sido interpretado con acierto: el estudiante
"coge" en el diccionario la palabra menos adecuada al contexto
estudiado; otra traducción "falla" porque el alumno "no vio la
construcción". Aunque, ocasionalmente, una falta léxica puede
llegar a ser grave y alguna falta gramatical puede motivar un
error leve, lo normal es que los errores léxicos acarreen "fallos"
muy limitados y que los errores gramaticales, en cambio, hun-
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 51
t .
palabras; son, en cambio, los profesionales quienes confiesan
ignorar 10 que es la palabra. Hay una amplísima bibliografía
reciente sobre ei problema. Sin pretender entrar en la discusión,
1jj' báste recordar aquí algunoshechos de experienciacomún.Cuan-
do uno se pone a escribir en su propia lengua, no tarda en tro-
pezar con la dificultadde separar las palabras: ¿diecisiete o diez
IX y siete?, ¿enseguida o en seguida?, ¿"un dicho" aparte o a parte?
En latín quedan a discreción del editor un crecido número
LAS UNIDADESLINGüíSTICAS BÁSICAS de grafías: bene [acere o benefacere, animum aduortere o ani-
maduortere, quo minus o quominus, quam ob rem o quamobrem,
etcétera.
§ 1. - La palabra: fantasma del lenguaje Si ahora reparamos en las traducciones,¿quién no ha obser-
vado con:qué frecuencia a una palabra corresponden dos o más
Desde Aristóteles se vino creyendo a pies juntillas que la en otra lengua? Latín horto = esp. "en el huerto", lat. o:pud =
unidad mínima de significaciónera la palabra. De la palabra = esp. "en casa de", etc.
se partía para establecer enunciados más amplios y a la pala-
bra se llegaba en el análisis de cualquier enunciado complejo.
La palabra fue el irreductible átomo de la ciencia del lenguaje § 2. - Las verdaderas unidades lingüísticas
desde su nacimientohasta nuestros días.
Pero cuando, últimamente, la lingüística quiso "definir" lo A) UNIDADES SIGNIFICATIVAS. - Sin ahondar más en la cues-
que es la palabra como elemento básico de su ciencia,se encon- tión, parece e~idente que' "la palabra" no constituyeuna unidad
tró con una noción sumamente ambigua. No logró dar con una básica suficientementeclara y firme para cimentar los análisis
definiciónaceptable de la palabra ni establecer criterios firmes gramaticales.Por eso, los últimos años se ha intentado desinte-
para separar y distinguir en la cadena hablada esas pretendidas grar el "átomo de la palabra" y por este camino se han logrado
unidades, dándose así la curiosa paradoja de que, entre todas nociones mejor elaboradas y más fecundas.
las ciencias, la ciencia del lenguaje era la única que no sabía Un enunciado de cuatro palabras como el siguiente puede
con qué unidades operaba. descomponerseen elementos menores provistos de significado:
El año 1948,fecha del VI CongresoInternacional de Lingüís-
tica, celebrado en París, constituye un hito muy destacado en Discipul-vs libr-VMheri leg-IT("el alumno leyó ayer un
,la historia de la ciencia del lenguaje. Ese congresopuso en evi- libro") .
dencia la extraña fragilidad de muchos principios tenidos du-
rante milenios como firmes y definitivos.La labor de esta im- Discipul- es el significantede una noción básica ("alumno").
presionantereunión de sabios,con especialistasen casi toda clase -vs es el significante que simultáneamente nos dice:
de lenguas,resultó esencialmentedestructiva: un.verdadero des-
mantelamiento del edificio gramatical existente. El enigma de 1.0 Se trata de un solo alumno (número singular); 2.° Dicha
la pala?ra fue, tal vez, la máxima preocupación del Congreso, persona está clasificada entre los seres del género masculino;
y la primera columna que crujió y se desmoronó en el edificio 3.° Entra en el enunciado como actor del proceso (nominativo).
tradicional,
De modo análogo puede analizarse el contenido de las dos
El vulgo cree discernir claramente la individualidad de las unidades que hay en libr-VMy en leg-IT(unos núcleos léxicos
(
(
52 INTROD't!CCIÓN
A LASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELLAT:ÍN NOCIONES
BÁSICAS
DELANUEVA
SINTAXIS 53
(
en el radical significativo de las palabras y unos morfemas o B) UNIDADES DISTINTIVAS.- El que se ocupa de sintaxis no I
.1

formantes que relacionan las nociones básicas del léxico). necesita seguir descomponiendo la cadena hablada por debajo
El significante heri, en cambio, es indívisíble: no admite por de los monemas. Pero el análisis lingüístico no acaba necesaria-
debajo del nivel semántico un análisis en elementos significativos mente ahí. Puede disolver todavía los monemas en sus compo-
~I
menores. En heri coincide la palabra con la unidad mínima de nentes últimos, que son los fonemas.
significación, es decir, coinciden "palabra" y "monema". Los fonemas también poseen la doble cara de todo signo lin- (
Ya se habrá advertido que con este análisis descubrimos güístico; pero "su significado" no es de la misma índole que !
signos de dos clases y que volvemos a recaer en el "dogma del el significado de los monemas. Un fonema "no tiene referente (
léxico y la gramática" (cf. supra, p. 46). Los elementos signi- que le sea propio" (E. Sapir, "Sound patterns in language", Se-
lected Writings, Los Ángeles, 1949, p. 34); es decir, un fonema (
ficativos escritos en minúscula son unidades léxicas; los escritos
en versalitas son unidades gramaticales. no hace referencia a ninguna cosa del mundo que nos rodea ni I
(
a ninguna relación concebida por la mente humana entre las
NOMENCLATURA: MONEMA, LEXEMA y MORFEMA. - Es corriente cosas; su significación es meramente distintiva: distingue y se-
(
designar a ambas subclases con los términos de semantemas y para un significante de otro significante; y, por último, así como
hemos señalado dos subclases de monemas, así también hay d"es I
morfemas, respectivamente; pero esta terminología tiene el grave (
inconveniente de sugerir que sólo los semantemas son portado- subclases de fonemas: fonemas silábicos (o vocálicos) y fonemas
1
res de sentido y que los morfemas carecen de él. Otra nomen- asilábicos (o consonánticos). Gracias a la oposición de los fone- (
clatura en boga habla de elementos llenos (semantemas) y ele- mas vocálicos e / i, el significante misa es materialmente "otra
i
mentos 'vacíos (morfemas); estos términos son totalmente inacep- cosa" que el significante mesa; gracias a la oposición p / t / e, se (
tables, pues no sólo sugieren el posible error antes aludido, sino distinguen pasa / tasa / casa, etc.
que lo suponen en su concepción originaria y lo consagran en Los dos niveles del lenguaje y del análisis lingüístico han (
formulación explícita. de estudiarse separadamente: al nivel semántico corresponde
Nosotros analizaremos la cadena hablada en segmentos cada el estudio de las unidades significativas simples y complejas
vez más reducidos hasta llegar a elementos formales mínimos desde el monema hasta la frase e incluso hasta una obra literaria i
provistos de significación, ya sea léxica, ya gramatical. Alcan- en toda su extensión (morfología, sintaxis, lexicología y estilís- (
zado este nivel de unidades mínimas significativas, adoptaremos tica); al nivel fonológico corresponde el estudio de las unidades
la nomenclatura de Cantineau: "Todo elemento formal portador simples y complejas con función puramente distintiva (dominio
de un valor gramatical será llamado MORFEMA; los elementos for- exclusivo de la fonología).
males de valor léxico serán llamados LEXEMAS (C. F. S., 10, 1952. La honda diferencia que separa la función significativa de
p. 17). los monemas y la función distintiva propia de los fonemas puede
Cuando pretendemos referirnos a la unidad significativa ele- oscurecerse en ciertos casos patológicos. Hay afásicos que redu-
mental (prescindiendo de su índole léxica o gramatical), la lla- cen a un solo nivel las dos clases de signos: el nivel único con-
maremos MONEMA, como propone Martinet (Éléments de linguis- servado puede ser el de la clase significativa o el de la clase
tique générale, 19633, p. 20). distintiva. En el primer caso, el enfermo entiende y repite se-
Para evitar el tremendo confusionismo a que da lugar la cuencias como CAFÉo MESA,pero no capta ni puede repetir se-
anárquica terminología de la moderna lingüística, conviene re- cuencias sin sentido como FECAo SAME(con el mismo contenido
cordar que lo que aquí llamamos MONEMAS es lo que los lingüis- fónico que café y mesa); en el segundo caso, el enfermo repite
tas eslavos y americanos suelen denominar MORFEMAS. con la misma facilidad FECAy SAMEque CAFÉy MESA,pero enton-
ces café y mesa son para él tan carentes de sentido como FECA
· 54 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 55
y SAME, es decir, café y mesa se degradan hasta quedar reducidos En resumen: en él nivel semántico del lenguaje, los monemas
al puro valor distintivo que normalmente corresponde a los fo- por una parte y, por otra, la oración, que los articula en. men-
nemas. I sajes inteligibles, son las dos unidades funcionales básicas sus-
Esta alteración patológica subraya claramente la diferencia I
'11 ceptibles de comparación en todas las lenguas. En cambio, las
entre unidades significativas y unidades distintivas, es decir, la unidades formales denomina das "al p ab ras " , como compÍei
eros hí¡-
diferencia entre lo que toman como objeto de estudio, respecti- bridos en que se agrupan una o varias nociones específicamente
vamente, la sintaxis y la fonología. Conviene tener esto presente, léxicas con una o varias nociones generales ("gramaticalizadas"),
ya que la diferencia del objeto puede condicionar el método no son susceptibles de comparación entre las lenguas. Natural-
aplicable al estunio en sí. mente , cuando en una palabra no se da el aludido complejo .de
nociones dispares, sí cabe la comparación, porque entonces eom-
ciden palabra y monema, como ya dijimos antes.' .
§ 3.-La doble articulación del lenguaje

Aunque se puede hablar del lenguaje de las abejas, o de -las


flores, etc., en realidad no hay lenguaje comparable al lenguaje
humano;. yen la esfera de 10 humano, aunque sepueda hablar
del lenguaje de la música, de la pintura, etc., en el fondo el
único lenguaje humano propiamente dicho es el lenguaje audi-
tivo: éste tiene en exclusiva una característica incomparable, que
lo distingue de cualquier otro tipo de lenguaje: sólo el lenguaje
auditivo es articulado.
Martinet ha insistido en múltiples trabajos sobre la propie-
dad del determinante "articulado" aplicado al lenguaje. Efecti-
vamente, el lenguaje humano es doblemente articulado. En una
primera articulación se suceden y encadenan las unidades signi-
ficativas que hemos llamado monemas. En una segunda articula-
ción, cada monema, a su vez, se reduce en el plano formal a una
sucesión y encadenamiento de unidades distintivas: los fonemas.
La doble articulación de unidades lingüísticas básicas mul-
tiplica hasta el infinito las posibilidades de comunicación entre
los hombres, y ello con un sistema de signos relativamente eco-
nómico, sencillo y de fácil manejo.
Gracias a la primera articulación, con pocos millares de mo-
nemas pueden formularse mensajes distintos en número ilimi-
tado.
Y, gracias a la segunda articulación, con muy pocas decenas
de fonemas puede asignarse a todos los monemas necesarios a
la comunicación humana una forma específica e identificable sin
riesgos de confusión.
(

(
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 57 (
bras llamadas' "nombres" funcionan en la oración como sujeto
o complemento directo, es decir, como auténticos miembros o e I
I
"partes" de la oración; el verbo, que, como clase de palabras, (
designa un estado o un proceso, constituye, como miembro de
la frase, el predicado; el adjetivo, que, como clase de palabras, (
x designa cualidades, funciona, en cuanto miembro de frase, como
!
determinante del nombre, etc. (
PARTES DE LA ORACIÓN Por lo tanto, "clases de palabras" y "partes de la oración"
Y parecen apuntar efectivamente hacia el mismo objeto; por eso (
no se ha sentido la necesidad de distinguir entre "clases de pa- I
CLASES DE PALABRAS
labras" y "partes de la oración". •. (
Pero, si observamos más atentamente la realidad, hemos de
reconocer que las dos nociones "clases de palabras" y "partes
1. He aquí el principio de un conocidísimo tratado de gra-
mática latina, el Ars grammatica minor, de Donato:
de la oración" no cubren exactamente el mismo campo: un miem- i
bro de frase puede coincidir con una forma léxica (una clase dé (
=Partes orationis quot sunt? palabras), pero no ha de coincidir necesariamente con una deter- 1

-Octo. minada clase de vocablos. Casi siempre puede aparecer en el (


-Quae? mismo lugar de la frase, en vez de una forma léxica esperada, i
-Nomen, pronomen, uerbum, aduerbium, participium, con- ya sea otra forma léxica no esperada, ya sea un complejo de pa- (
iunctio, praepositio, interiectio. labras; un miembro de frase puede incluso tomar la forma de
-Nomen quid est? un enunciado estructurado predicativamente (W. Porzig, El mun-
-Pars orationis quae... do maravilloso del lenguaje, trad. Gredos, 1964, p. 152).
Ni los nombres existentes en una lengua cubren todas las
2. Nuestras gramáticas escolares siguen traduciendo sustan- necesidades de nombrar, ni los adjetivos todas las necesida-
cialmente a los gramáticos latinos: des de determinación nominal, ni los verbos todas las necesidades
-¿Cuántas son las partes de la oración? predicativas, ni los adverbios todas las necesidades adverbia-
(,
(Se contesta con el número de clases de palabras.) les, etc. Gracias a la transferencia de funciones, pueden satisfa-
1
Después, las respuestas a las sucesivas preguntas ¿Qué es cerse todas las necesidades de la comunicación sin sobrecargar (
nombre?, ¿Qué es adjetivo?, ¿Qué es verbo?, etc., empiezan in- la memoria con un inacabable léxico.
variablemente: La parte de la oración que ... Así, en latín y castellano es económico disponer de una serie I
adverbial como:
3. Y, así como nosotros repetimos la nomenclatura de los la-
I
"
tinos, éstos, a su vez, la habían heredado de los griegos: partes hic (= in hoc loco) - "aquí" (= en el lugar cercano a mí);
orationis traduce ta toó }.Ó¡O() flép-r¡. istic (= in isto loco) - "ahí" (= en el lugar cercano a ti);
mic (= in illo loco) - "allí" (= en lugar alejado de ambos).
4. "Partes de la oración" y "clases de palabras" se toman,
pues, tradicionalmente como expresiones sinónimas. Ese léxico adverbial es económico, de "mucho rendimiento",
Es cierto que no deja de existir un notable paralelismo entre por expresar relaciones espaciales de manejo continuo en la vida
clases de palabras y miembros de frase. Así, la clase de pala- diaria. La misma orientación espacial, pero referida a puntos me-
58 mTRoDUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIOlITES BÁSICAS DE LA NUEVA smTAXIS 59
I
nos utilizados,se expresará no por nuevos adverbiosléxicos, sino "

miembro de frase (una verdadera parte de la oración) toma la


por un complejo de significantesde categorías no adverbiales: forma de un enunciado predicativo completo. Bien conocido
in hac urbe, in ista urbe, in illa urbe: .urbe nombra el lugar; es el caso de las "oraciones sustantivas", que reciben esa deno-
in 10 relaciona con el resto del enunciado, como escenario en
que ha de situarse el proceso, o, en otros términos, transfiere la
categoría nominal a la adverbial; y, por último, el demostrativo
11
I
minaciónpor funcionar comosujeto o complementodirecto, aun-
que ellas no sean léxica y morfológicamente"sustantivos". Ahí
se aprecian, pues, claramente disociadaslas nociones de "clases
colocael nuevo adverbio funcional dentro de la esfera espacial de palabras" y "partes de la oración".
del hablante (hac), del oyente (ista); o fuera de la esfera espa- Lo mismo ocurre con las oracionesde relativo y las subordi-
cial de ambos (illa). nadas adverbiales. No creemos necesario insistir.

5. Si se abre un texto cualquiera, será fácil descubrir casos .6.En estas transferencias de funciones se fundan ciertos im-
similares a los latinos que citamos a continuación: portantes tratados de sintaxis de los últimos lustros. Entre los
autores de estas sintaxis transformacionalistasbaste citar aquí:
5.1. Transferencias de funciones entre categorías léxicas:
Zellig S. Harris, Methods in Structural Linguistics, Chicago,
Tácito, Hist., I, 8: uir facundus et pacis artibus, "hombre 1951;,
elocuente y con dotes (de mando en tiempos) de paz". Noam Chomsky,Syntactic Structures, La Haya, 1957;
L. Tesniere,Éléments de syntaxe structurale, París, 1959.
Obsérvese que facundus y pacis artibus son idénticos como
"partes de la oración": ambos tienen la común función de ser Este último dedica cientos de páginas al estudio de las "tras-
determinantes del sustantivo uir; pero facundus es morfológica- laciones" de funciones sintácticas.
mente adjetivo, es decir, pertenece a la clase de palabras previs-
tas en el ficherode la lengua comodeterminantes del sustantivo; 7. En resumen: a) Una categoría sintáctica no es patrimonio
en cambio, elll~mado "ablativo de cualidad" (pacis) artibus, no exclusivo de una categoría léxica. Las unidades complejas de
es morfológicamenteadjetivo, aunque aquí funcione como adje- la oraciónpueden, en virtud de su funciónsintáctica,distribuirse
tivo y esté coordinadocon un adjetivo: los dos términos coordi- en los mismosapartados formales en que se clasificanlas unida-
nados son, pues, homofuncionales como "partes de la oración", des sencillas (o palabras) en virtud de sus caracteres morfoló-
pero heterocategoriales como "clases de palabras". gicos.
b) Viceversa: una categoría léxica (o palabra) no va indefec-
Cicerón, Cat., 1, 32: secedant improbi, secernant se a bonis!, tiblemente unida a una función sintáctica, o, como dice Porzig,
"[retírense los malos, aléjense de las personas honradas!" "la palabra no está cortada a la medida de una determinada
Aquí, los adjetivos desempeñan funciones propias del nom- función" (o. C., p. 151).
bre: están "sustantivados".
8. En consecuencia,debiera reservarse el nombre de "partes
Cic., Att., 12, 1, 2: noctuabundus ad me uenit, "vino a mi de la oración" a los miembros que funcionalmenteintegran la
(casa) de noche". Según dicen nuestras gramáticas, ahí aparece frase, y llamar "clases de palabras" a 10 que tradicionalmentese
el adjetivo noctuabundus "usado como adverbio". llama "partes de la oración".
5.2. Transferencias de funciones entre categorías léxicas y
frases predicativas completas. - Con mayor frecuencia, un
(

NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 61


por la cara del significado. Un idioma es, ante todo, un modo de
ver la realidad, y, secundariamente, un modo de expresar esa
realidad para comunicarla a los demás, .
Muchas de las dificultades de la traducción arrancan de las
diferencias de los conceptos léxicos en una y otra lengua. Deci-
mos que ducere uxorem es una "frase hecha" latina que signi-
fica "casarse"; pero el significante latino ducere uxorem y el sig-
XI nificante castellano "casarse" no coinciden exactamente por el
lado del significado, es decir, no recubren exactamente el mismo
LAS CATEGORÍAS GRAMATICALES campo semántico, El "casarse" español vale para la mujer como
para el hombre; el ducere uxorem latino sólo es aplicable al
hombre; abarca, pues, tan sólo la mitad de nuestro "casarse"; el
§ 1,_ Arbitrariedad en el léxico otro medio concepto está concebido aparte y expresado con sig-
nificante propio: nubere, "casarse, hablando de la mujer". -
Todo en el lenguaje es arbitrario, tanto en la esf;r~ del lé- Si seguimos ahondando en los conceptos latinos de ducere
, 1 ti al Veamos lo que pasa en léxico como uxorem y nubere, vemos que son expresiones metonímicas. En
XlCO como en a grama ic , '"
introducción a lo que hemos de ver "aumentado en lo grama- el ceremonial del matrimonio, a los romanos les llamó la aten-
~~, 1 ción, en cuanto al novio, el "rapto" (fingido) de la novia y la
El vulgo cre~ que el léxico es una non:enclatura que ca c,a "conducción" de ésta, entre algaradas populares, al nuevo hogar
realidades con existencia propia e independIente de las ~~:o~nl- conyugal: ducere uxorem no es, pues, una "frase hecha", sino
naciones que el hombre ponga o deje de y~ner a esas rea 1 a :s, una construcción regular y de un contenido muy concreto: el
", ímplista es relativamente valIda para una pequena hombre se lleva una mujer a su casa como esposa: domum ducit
E sa VISlQnSI , bl dif
' , d 1 léxico ' el que se aplica a series de objetos len e- uzorern.
fraccion e ,. "" d " tc.: cf Gé
renciados por la natur~eza ("hombr~, cor, ero, e" ' ,- La metonimia paralela de nubere por "casarse la mujer"
. 2 18 19' "El eterno Dios formo de la tierra todos los am- arranca del rito según el cual la novia "se cubría la cabeza con
neszs, - , del ci 1 los hizo venir
males de los campos. y todas las aves e cíe o y el flammeum, "el velo de novia"; ahora bien, "cubrirse", "tapar-
hacia el hombre para ver cómo debía llamarlos y p~ra ~ue todo se", "velarse" es lo que, según Donato (Hecyra, 656), significa
., t llevara el nombre que el hombre le diera ) o por nubere, con la misma etimología que nubes.
ser vivien e " t) Pe o en la
la industria humana ("bicicleta", "estatua , e c. : r, Si vemos, pues, "la realidad" con los ojos de los romanos, las
, ' de los casos la realidad exteríor no se nos expresiones ducere uxorem y nubere dejan de ser frases hechas
inmensa mayorra , .' 1
presenta como una exposición de piezas dls~mtas a as que ta~ y nos parecen "significantes"; tan legítimas y admisibles como
sólo falta la "etiqueta", sino como ~n contmuum, Y hemos d nuestro casarse. Pero son etiquetas diferentes: a) por pertenecer
dividir analizar y clasifícar los datos de la expe- a lenguas diferentes; b) por aplicarse a "mercancías" igualmente
empezar por , 1 " ,
. riencia antes de registrarlos en el lenguaje .. En . a organ~aclOlíl distintas.
de la experiencia ya entra en juego la arbItrarIedad. Ca a co~ Entre los mil ejemplos que podrían citarse del subjetivismo
id d de hablantes analizará el mundo a su modo y pondra en el análisis de la realidad y la consiguiente organización del
mum a T' d donde
un nombre a cada elemento separado por su ana 1~IS: e léxico en las diversas lenguas es ya clásico recordar el espectro
se sigue que, en la traducción interlingual, los SIgnos de una solar. En la mayoría de los idiomas que nos son familiares se
lengua no sólo difieren de los signos de la ?tra por l~ cara d~l descompone la unidad del espectro en siete colores; hay, en
significante, sino también (¡y con frecuencia sustancl~mente.)
62 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN 1 NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS
63
1
cambio, lenguas que dividen la misma unidad en sólo dos fran- 2~ ~uchos idiomas no distinguen en absoluto entre nombres

I
jas, contentándose, pues, con sólo dos colores básicos. y adjetivos: para expresar. una determinación nominal acuden
regularmente a un segundo nombre, como en ocasiones también
ocurre en nue~tras Ienguas ; esp. hombre-rana, fr. timbre"'[Joste.
§ 2. - Al'bitrariedad en las categorías gramaticales . Cu~do. ;xIs~n. nombre y adjetivo puede haber grados de
dife~encIa~lOn maxxrna o mínima. En latín son leves las dífe-
Mayor arbitrariedad y diversidad hay que esperar en los rencIas: tre~:n la misma morfología en conjunto, y sabido es
conceptos gramaticales, ya que éstos tienen un apoyo menos di- con <l,u~facilI~ad se sustantivan los adjetivos en sintaxis. Los
recto que los léxicos en el mundo concreto de los sentidos y en ~ramahcos latinos, que veían en el participio una más entre
los datos de la experiencia. También los conceptos gramaticales .. 1as.pa;tes de la. oración", no distinguían entre nombre y adje-
arrancan, sin embargo, de la realidad. El género masculino, por tívo: solo a partir de la edad media se establece !la separación
ejemplo, tiene una base real cómo clasificador de los seres del entre nomen substantiuum y nomen adiectiuum.
reino animal, donde hay machos. y hembras. Pero cuando hace- . 3) El sistema de los pronombres demostrativos puede orga-
mos entrar en los mismos casilleros a todos los sustantivos y de- mzarss .de modos muy diversos, Frente al reparto del campo
cimos que silla es femenino, y libro, masculino, caemos
1
en puro mostrat~vo e~ t~es z?nas, c~mo en castellano (éste, ése, aZzuél)
y arbitrario formalismo; con la misma razón o, mejor dicho, con o en.l~tm (hz.c,,zste,zlle), el francés se conforma con 'dos zonas:
la misma sinrazón podía la lengua haber adoptado otro criterio celui-ci, ce luz-la; el inglés, que en un tiempo poseía la triple
clasificador. Las categorías gramaticales sólo tienen, pues, una forma"ahora tiene dos, como el francés, En cambio un idí
fílí , 1 il ' roma
semirrealidad; y no ha de extrañarnos, pues, que todas ellas ~Pll~O,e ocano, dispone de un sistema mostrativo muchísimo
difiera~ extraordinariamente de lengua a lengua, todas ellas, in- m~s neo:. t~es formas para referirse al campo mostrativo de los
cluso las que pueden parecernos más esenciales, como el género, objetos VISIbles, como nosotros, y, además, una cuarta formó.
el número, las clases de palabras, etc. referente a .los objeto~ invisibles y una quinta para los objetos
que han dejado de existir.
A) CLASESDE PALABRAS. - Las clases de palabras, llamadas 4) Muchas lenguas exigen para el nombre un mínimo de
comúnmente "partes de la oración", varían en número y moda- dete~minación. Destacan, pues, uno entre todos los posibles de..
lidades según las lenguas. termmantes del nombre y hacen de él una categoría gramatical
1) Ciertos idiomas, llamados "aislantes", ignoran nuestras apar~e: ~~ artículo. Cuando exista, parece indispensable a la co-
clasificaciones verbales en nombres, adjetivos, verbos, etc.,. ya mumcacíón y 'se convierte en la palabra más utilizada por los
que en ellos los elementos léxicos y los elementos relacionantes habl.antes. Ot;as lenguas, de las que es típico ejemplo el latín,
son mutuamente independientes en la cadena hablada. No se no .tIe~~n artIculo ni lo echan en absoluto de menos, como dice
dan, pues, unidades complejas como am-or-em, ama-ba-nt, etc., ~umtiha~o (1, ~, 18): les basta el contexto para indicar el sen-
en que los morfemas gramaticales se agregan a los lexemas y tído definido o mdefinido en que piensa el autor.
les confieren la categoría nominal, verbal, etc. En tales lenguas, Por último, si hay artículo, es muy variable su posición en
un mismo signo puede asumir, indiferentemente, el valor de lo la ca~ena hablada con relación al nombre, Lo más usual es que
que para nosotros sería un sustantivo o un adjetivo o un verbo, el artIc~o preceda al nombre, pero no es imposible que se pos-
etcétera. Así, el chino ignora las clases de palabras caracteriza- ponga a el, como ocurre en rumano entre las lenguas románicas
das formalmente: lai la equivale -al lat. uenit, casto (él) vino: lai e~ las lenguas germ~cas del norte (sueco, danés, noruego), e~
es la noción pura y simple de "venir"; y la le agrega en palabra ~úlgaro moderno (la unica lengua eslava que se ha creado un ar-
aparte el tiempo pasado. tículo) o en chino.
64 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN :NOqÓNES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 65

B) Los "ACCIDENTES GRAMATICALES". - Hay categorías gra- americana, el nass de la Columbia británica: 1.0 La mayoría
maticales más abstractas, tradicionalmente llamadas "accidentes de los sustantivos y verbos forman el plural mediante una re-
gramaticales", porque añaden al concepto básico del lexema duplicación muy similar .formalmente a la que utiliza el verbo
ciertas modalidades variables, "accidentales" en la representa- griego o latino con unas funciones que nada tienen que ver con
ción de los seres, las cualidades o los procesos. Los accidentes el número: gyat, "persona"; gyigyat, "personas"; 2.° Pueden
gramaticales más comunes son el número, el género, la persona, emplearse ciertos prefijos característicos: an'on, "mano"; ka-an-
¡
el tiempo, el aspecto, el modo y la voz. 'on, "manos"; wai, "uno rema"; lu-wai, "varios reman"; 3.° Cabe I
Varios de ~stos accidentes pueden afectar simultáneamente también el procedimiento de los cambios vocálicos internos, que (
a un verbo, a un nombre y a un adjetivo; algunos son exclusivos recuerdan en la forma y función las alternancias del inglés y I
de una determinada clase de palabras, otros son comunes al alemán en la formación de algunos de sus plurales; 4.° Por úl-
verbo, al nombre y al adjetivo (el número, por ejemplo), aun- timo, se acude, en ocasiones, al recurso, familiar para nosotros, I
que no sean aplicables del mismo modo a una u otra noción de elementos pospuestos: waky, "hermano"; wakykw, "her-
léxica; algunas lenguas pueden ignorar alguno de los accidentes manos".
que hemos enumerado y utilizar otros cuya existencia descono- y como cualquier recurso es bueno para expresar cualquier
cemos; también pueden utilizar nuestros mismos conceptos gra- noción gramatical, en una lengua del Alto Nilo, el shilluk, el
maticales, pero para fines que no sospecha nuestra conciencia plural de un sustantivo difiere del singular por el tono: yit, con
lingüística. entonación alta, "oreja", y con entonación baja, "orejas".
1) El número gramatical, en las lenguas más cercanas a nos- El mismo procedimiento de la entonación sirve en otras len-
otros, sólo. distingue entre "uno" y "~ás de uno": singular y guas para expresar el tiempo o para distinguir un nombre de un
pluraL Las antiguas lenguas indoeuropeas (sánscrito y griego, . verbo; al latín, y aun al español, le sirve para distinguir la im-
por ejemplo) distinguían, además, un dual para designar las co- portante serie de los interrogativos de la serie relativa-indefini-
sas a pares, tanto si suelen existir realmente a pares (los ojos, da: ubi?-ubi, "¿cuándo?-cuando", etc.
las manos, los pies, etc.) como si, everitualmente, se presentaban 2) El género clasifica a los nombres según criterios muy di-
a pares (dos personas o dos cosas cualesquiera); el latín sólo versos. Las lenguas románicas distinguen un masculino y un
tiene algún vestigio de dual. femenino, que, como ya dijimos, sólo pueden coincidir con el
Hay lenguas que disponen hasta de un trial e incluso un sexo natural en la estrecha zona léxica de los seres vivos. Sub-
quatrial. En el extremo opuesto, las hay que no han gramatica- siste -principalmente en castellano- algún leve vestigio del
lizado ninguna noción numeral (algunas lenguas exóticas ame- neutro que tenía el latín y las lenguas indoeuropeas en generaL
ricanas y australianas). Si en tales idiomas se precisa distinguir Fuera del área románica aún hay lenguas (el alemán y el ruso) r
la singularidad o pluralidad reales, no faltarán recursos, pero con el triple género del indoeuropeo antiguo. I
serán de tipo léxico y no gramatical, en cuyo caso la singularidad Otra clasificación posible es la que opone lo animado a lo
o pluralidad sólo afectará a un término determinado, sin matizar inanimado. Se cree generalmente que el triple género indoeu-
a otros elementos del enunciado (mediante la concordancia), ropeo sucedió a una visión del mundo que anteriormente dis-
como ocurre en las lenguas que elevan el concepto de número a tinguía los seres y las cosas por su sexo o ausencia de sexo; I
categoría gramaticaL masculino y femenino fueron subcategorías de 10 animado; y, r
Tanto la formación del plural gramaticalizado como la ex- frente a esos dos nuevos términos, lo inanimado pasó a ser J
presión de la pluralidad real, cuando no existe tal categoría, pue- neutro.
den revestir las más variadas formas. Sapir cita como ejemplo La mayoría de los idiomas no poseen nada parecido al gé-
cuatro métodos para la formación del plural en una lengua india nero indoeuropeo. Unos carecen por completo de género: por
66 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE' LA NUEVA SINTAXIS 67
ejemplo, el mapuche entre los idiomas americanos. Si, eventual- accion como ya cumplida, como durativa, como iniciada, como
mente, han de expresar el sexo real, lo dicen con alguna palabra iterativa, etc.
a~ecuada. En, latín arcaico hallamos todavía algunos curiosos La misma diversidad cabría señalar en el mundo lingüístico
ejemplos de genero no gramatica1izado:
en lo que se refiere a otros accidentes verbales, como la per-
En los fragmentos de las Leges Regiae leemos: Iunoni '" sona, los modos, las voces, etc.
agnum feminam caedito y Ianui Quirino agnum marem caedito.
"agnum f'"
emmam = aqnam, "una cordera"; "agnum marem" = C) LASRELACIONES SINTÁCTICAS. -1) Ya las clases de pala-
= aqnum, "cordero". En el ritual de los sacrificios se conservó bras apuntan a determinadas relaciones sintácticas. El nombre
el arcaísmo, según la información transmitida por Festo. y pronombre tienen, como función primaria, el servir de sujeto
En el extremo opuesto hay lenguas que ofrecen una exube- u objeto del verbo, aunque secundariamente puedan desempe-
rante gramaticalización del género, pero se basan en criterios ñar otras funciones; el verbo tiene como función primaria ser
totalmente ajenos a nuestra mentalidad. Como en español "se predicado; el adjetivo y el adverbio serán, en función primaria,
nos hace saber de una vez para siempre que un objeto es mascu- los determinantes del nombre y del verbo, respectivamente. Las
lino o femenino ... , así en muchos idiomas indios de los Estados preposiciones y conjunciones siempre se han definido exclusiva-
Unidos o del Asia oriental es preciso hacer constar, antes de mente por su función sintáctica. -
llegar. a denominar un objeto, que pertenece a cierta categoría 2) También los accidentes' gramaticales tienen una misión
por su forma: por ejemplo, circular como un anillo, esférico sintáctica. Es posible incluso, como opinan ciertos autores, que
como una pelota; largo y delgado) cilíndrico) parecido a una lá- no tengan justificación al nivel de la palabra. Martinet insiste en
mina) o macizo como el azúcar: se dice, por ejemplo: "dos) cate- que el género, por ejemplo, no tiene razón de ser en el nombre
goría-de.-pelota, manzanas"; "tres) categoría-de-lámina tapetes" 'en sí mismo, ya que con mucha frecuencia los nombres' o bien
etcétera". (Sapir, p. 117.) " implican el género por sí solos (hombre / mujer) o bien no en-
3) La categoría del tiempo es para nuestra conciencia lin- cajan lógicamente en la oposición masculino / femenino (libro,
güística occidental una característica exclusivamente verbal. El mesa, etc.). La verdadera justificación del género gramatical re-
verbo es, como explícitamente dice la lengua alemana, "la pala- side en las necesidades sintácticas: es de la mayor utilidad para
bra temporal" (das Zeitwort). Metafísicame:qte, no hay razón la articulación de Ía frase, ya que, gracias a la concordancia en
para negar a_Inombre vocación temporal. No es raro que haya- género, un adjetivo o un pronombre se marcan como inconfun-
mos de referirnos a nombres para situarlos en la línea del tiem- diblemente referidos a tal o cual nombre y de ninguna manera
po: "pre-historia, historia antigua) media, moderna contemporá- a otro cercano en la cadena hablada.
nea", y hasta historia "del futuro"; "ex ministro' ministro fu- 3) Los morfemas gramaticales son los factores de la unidad
turo ministro", etc. En lugar de estos recursos léxicos, la le~gua sintáctica: son las auténticas articulaciones que marcan la mu-
puede ~roveer de morfemas temporales al nombre. Martinet cita tua interdependencia entre los lexemas (unidades léxicas). Los
c~mo ejemplo. el. ~alispell, lengua india de Washington, donde lexemas, gracias a los morfemas, dejan de ser, un aglomerado
s?lo. hay una mcípíente diferenciación entre nombre y verbo, y informe --como en el diccionario- para organizarse· en una
unidad viva superior, cuyo sentido unitario ya no resulta de
sIgmficantes como n~estros n~mbres "isla", "montaña" o "lago"
la asociación directa de cada signo a una cosa significada, sino
no son totalmente ajenos a CIertos accidentes gramaticales que
nosotros nos figuramos como exclusivamente verbales. de las relaciones establecidas entre los signos. La diferencia del
nivel léxico y del sintáctico se pone de manifiesto cada vez que
., 4) El griego y otras lenguas combinan regularmente la no-
una palabra de menos o de más cambia radicalmente el sentido
cion temporal con el aspecto; este nuevo "accidente" presenta la
de un enunciado en su totalidad (compárese: A mí no me gusta
(
( I
;
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 69
68 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN (
Hoy se reconoce comúnmente que no ha lugar el planteamiento
el vino y A mí no me gusta el vino ... aguado) o cuando en un (
de tales cuestiones:. la claridad u oscuridad, la lógica o falta de
enunciado eliminamos toda gramática (como en hic tabulam ro-
lógica, nunca son imputables a fa lengua, sino al hablante que
tundum sunt). (
de ella se sirve; en todas partes hay mentes claras, capaces de
Las lenguas conocen procedimientos muy variados para ar- I
I
expresar con precisión sus ideas, y mentes oscuras que no saben
ticular sintácticamente los elementos de la frase: el orden de
clarificar sus mensajes. No se puede calificar despectivamente
('
palabras, la yuxtaposición, las preposiciones, los casos, etc. Pue- i
a ciertos idiomas de lenguas primitivas, sino simplemente de len-
den acudir a sistemas relacíonantes mixtos (orden de palabras (
guas organizadas con criterios distintos de los nuestros, pero
y preposiciones, preposiciones y casos) y explotar en diversa 1

medida un sistema dado: en las lenguas flexionales, frente a los siempre al mismo nivel que los nuestros. ' (
I
cinco o seis casos del griego y latín, hay idiomas con tres o cuatro
docenas de casos.
La proporción entre lexemas y morfemas puede variar enor-
e I

I
i
memente de una lengua a otra, ya que lo que una lengua ex- (
presa mediante léxico, otra lo expresa por gramática (sufijos e '_ !
I
infijos). Hay lenguas acentuadamente léxicas y lenguas acentúa- (
damente gramaticales. En nuestras lenguas, el léxico es un reper- (1
torio amplio, abierto, ilimitado; el repertorio morfológico-sintác-
tico es reducido y cerrado: el número de categorías gramaticales (1
es un numerus cuiusus de pocas nociones básicas. En muchas
¡
lenguas exóticas, el número de morfemas es casi ilimitado , de
modo que la lista de sus infijos y sufijos resulta mucho más volu-
(
minosa que la de los signos léxicos; entonces, a decir verdad, "la '1
frase no está constituida, como en nuestras lenguas, por seman- (
temas combinados por medio de morfemas; está constituida por
(
morfemas combinados por medio de semantemas" (L. Roudet,
BSL., XXVIII, 2, 1928, p. 74). Sapir nos da ejemplos como el
(
siguiente, del chinook:
i-ti-i-a-i-u-d-a-m,palabra-frase equivalente a "yo vine a dár- (
selo a ella". Sólo hay ahí un lexema -d~, "dar". Todo lo demás
son morfemas gramaticales (seis prefijos y un sufijo) que ex-
presan todo el léxico y toda la sintaxis de nuestra frase corres-
pondiente. El "contenido" de cada elemento puede verse en Sa- (
pir, que comenta ese y otros ejemplos (El lenguaje, p. 84 y ss.
de.a traducción española). (

CONCLUSIÓN. - Ante categorías gramaticales tan dispares se (


ha pretendido, a veces, sacar conclusiones de orden cultural. Se
han comparado las lenguas para dictaminar sus valores lógicos
y determinar su eficacia como instrumentos -de comunicación.
(

(
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 71

"La gramática elige, clasifica y expresa diferentes aspectos


de la experiencia y, además, cumple otra función importante:
determina cuáles son los aspectos de cada experiencia que deben
ser exp: -sados. Boas indica con finura que el carácter obliga-
XII torio de las categorías gramaticales es el rasgo específico que
las distingue de los significados léxicos." Recuérdese que tam-
LA GRAMÁTICA: ARS OBLIGATORIA bién del léxico hemos dicho (supra, p. 60-61) que elige, clasifica
y expresa diferentes aspectos de la experiencia.
En español, como en inglés, cuando decimos EL hombre mató
1. Las categorías gramaticales, como hemos visto, son arbi- aL toro, entendemos que un hombre único y definido ("el" hom-
trarias y variables en las distintas lenguas. La lingüística actual bre) mató (tiempo pasado) un toro único y definido ("el" toro).
tiene planteadas dos preguntas complementarias: ¿Hay catego- Puesto que necesariamente el nombre ha de ir precedido del
rías indispensables y, por lo tanto, universales? ¿Cuáles son esas artículo, no es posible comunicar la experiencia de modo que
categorías, comunes a la universalidad de las lenguas humanas? subsista la menor duda sobre el hecho que se trata de una per-
No se ha podido contestar todavía adecuadamente. No es nada sona definida o indefinida (e, igualmente, de un toro -~efinido
fácil citar categorías válidas para todos los idiomas, y ello es o indefinido), de una o de varias personas (e, igualmente, de
ya una buena prueba de que, en todo caso, la mayoría de los con- uno o de varios toros); puesto. que con la misma ineludible ne-
ceptos gramaticales no son sustancialmente indispensables. De cesidad hemos de poner el verbo en alguno de sus tiempos, tam-
hecho, ya hemos visto que la falta de una categoría cualquiera en poco subsistirá la menor duda sobre la situación temporal de
una lengua cualquiera no implica la imposibilidad de captar la la referida experiencia en el pasado, presente o futuro. Hemos
noción correspondiente ni la imposibilidad de expresarla even- de elegir entre los aspectos y quedarnos con uno u otro. Los as-
tualmente por procedimientos léxicos. pectos obligatorios son expresados mediante los procedimientos
gramaticales.
2. La obligatoriedad de la gramática.:- Ahora bien, si es
cierto que una lengua es libre en la elección de sus categorías 3. La verdadera divergencia interlinguaL. - Tanto es así que
gramaticales, no lo es menos que, una vez fijados los principios las lenguas no se diferencian entre sí por lo que pueden o no
que han de constituir su cuadro de clasificaciones gramaticales, pueden expresar (como ya hemos repetido en varias ocasiones,
esos principios se convierten en ineludibles reglas a las que ine- todas pueden expresarlo todo con recursos léxicos) : la verdadera
xorablemente ha de someterse toda la actividad lingüística de diferencia entre las lenguas reside en lo que necesariamente
los hablantes de la lengua en cuestión: la gramática es un ars deben o no deben transmitir. "Los aspectos elegidos varían fun-
obligatoria. damentalmente según los grupos lingüísticos." Así, mientras para
Franz Boas ("Language", en General Anthropology, Boston, nosotros los conceptos de lo definido o indefinido, del número
1938) puso de manifiesto esta característica de los hechos gra- y del tiempo son obligatorios, en otra lengua hallamos como as-
maticales en un célebre comentario a la sencilla frase inglesa pectos obligatorios los siguientes:
The man killed the bull, "El hombre mató al toro". Roman Ja-
el Lugar: la muerte del toro se produjo cerca del locutor,
kobson ("Boas view of grammatical meaning", en American
o en otra parte;
Anthropologist, vol. 61, núm. 5, 1959) insistió a su vez en la no-
ción de la significación gramatical, siguiendo las ideas de Boas. la fuente de la información: directa (por la vista o el oído)
He aquí lo esencial de su exposición. o indirecta, es decir, lograda por deducción.

I
.\
72 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 73
En una lengua de este tipo, el mensaje El hombre mató al
,. be: por ejemplo, cuando afirmamos algo atemporal, tan válido
toro se convertiría en algo así como "Este (estos) hombrees) mata en un momento futuro o pasado como en el presente; entonces,
(tiempo indeterminado) visto-par-mí este (estos) toro(s). al no disponer en latín ni en castellano de una forma personal
No menos ilustrativo es el siguiente ejemplo del ruso: Ja morfológicamente atemporal en el verbo, imaginamos un pre-
napisal prijatelju, "He escrito a un amigo". El ruso, como el sente "estirado hacia atrás y hacia adelante de manera que lle-
latín , es insensible al. carácter definido o indefinido del amigo, gue a abarcar toda la eternidad" (Sapir, p. 116): son los llama-
ya que ignora la oposición el-uno del artículo; en cambio, al dis- dos praesens pro futuro y praesens pro praeterito en nuestras (
1

poner de 'la categoría verbal "aspecto", le es imprescindible in- gramáticas.


dicar que la carta está acabada; y, por último, como dato más Para afirmar que "los hombres son mortales" huelga, además
I
sorprendente para nuestra conciencia lingüística, el verbo ruso del tiempo en el verbo, el número en el nombre y en el mismo
-por tener el "accidenté gramatical del género" - ha de expre- verbo (yen castellano, por añadidura, la.:.determin~ción del ar-
sar el sexo del amigo para arreglar la ineludible concordancia tículo); sin embargo, por las reglas del juego, ha de elegirse
del verbo en género. Estas precisiones no son omisibles para el entre Hamo est mortalis y Homines sunt mortales, sin atribuir
.ruso; en cambio, un inglés o un español que acabaran de pro-· relevancia a la oposición singular-plural. '- I
I
nunciar la correspondiente frase He escrito a un amigo tomarían Las imperfecciones de este tipo no llaman demasiado nuestra ~
por un entremetido a quien tuviera la ocurrencia de pregun- atención; la costumbre y el uso hacen que aceptemos a gusto I
tarles si la carta estaba terminada e iba dirigida a un amigo las "obligaciones' gramaticales" en gracia de la positiva como-
o a una amiga. didad que habitualmente nos proporcionan. I
4. Ejemplos latino-castellanos. - Muchas divergencias lin- I
güísticas tienen su explicación en la obligatoriedad de la gra-
mática. Veamos algunas aplicaciones' a nuestras lenguas. I
1) En español es normal un enunciado como "El mayor de (
mis hijos está ausente". Tal enunciado es indiferente al número I
de hijos que uno tenga (dos o más de dos); nosotros podemos,
eventualmente, precisar: "El mayor de mis dos hijos, de mis
tres hijos, etc.", pero se trata de una precisión facultativa, su-
plementaria, no sistemáticamente obligatoria; en cambio, el la-
tín en ningún caso puede omitir esta precisión, por tenerla "gra-
maticalizada"; en consecuencia, ha de expresarla siempre, eli-
giendo necesariamente entre maior natu, "el mayor de mis doe
hijos", o maximus natu, "el mayor de mis hijos en número su- i
(
perior a dos".
2) La utilidad de las categorías gramaticales es evidente en (
I
la mayoría de los casos. Así, dado que los procesos verbales se
desarrollan con frecuencia en el tiempo, es útil disponer de
marcas temporales que sitúen automáticamente al- verbo en la
línea temporal. Puede ocurrir, no obstante, que la categoría del
tiempo -u otra cualquiera- nos sea ociosa e incluso nos estor-
l.
!
SEGUNDA PARTE

ORDENACION
DE LOS CASOS LATINOS
(

1
(
TEORÍAS ANTIGUAS SOBRE EL NOMINATIVO

§ 1. - Teoría aristotélica

A) EXPOSICIÓN. - En el capítulo II del pert hermeneía~ de


Aristóteles al tratar del nombre, se dice que 1:0 a~<ll¡A.(JJVO~~ <ll(\UJ'il
xal óaa 1:0la~1:a no son nombres, sino casos del nombre: efectiva-
mente, añade, si se les agrega el verbo ser en cualquiera de sus
formas de indicativo resulta un enunciado sin sentido alguno;'
en cambio el nombre (esto es, el caso nominativo) siempre cons-
tituye un enunciado inteligible (verdadero o falso).
Esta doctrina pasa a todos los gramáticos antiguos o medie-
vales que tratan del nombre: oponen el nominativo o caso recto
al resto de la flexión en bloque. El nominativo es el auténtico (
nombre o pura designación de las cosas; de la declinación de ese
nombre absoluto nacen o "caen" los casos oblicuos (recuérdese
que casus y cadere significan respectivamente "caída" y "caer").
Sólo el nominativo es nombre, y no un caso del nombre; sólo los
casos oblicuos son casos, y no son nombres. He aquí, como mues-
tras, algunas fórmulas de los tratadistas antiguos:

casus rectus nominatiuus dicitur. Per ipsum enim no-


minatio fit Rectus autem dicitur, quod ipse primus na-
tura tuisciiur, uel positione, et ab eo facta flexione na- (
scuntur obliqui casus (Prisciano, lI, 185, Keil).
Catonis autem uel Catoni et quaecumque talia non
sunt nomina, sed casus nominis '" Cato nomen nullius (
inflexio est, nec omnino casus est. Cet(!ri autem casus qui
dicuntur nominatiui inflexione formantur: Catonis et Ca- (
toni et Catonem .... Sed hic Cato nomen est, casus ígitur

(
ORDENAcIÓN D~ LOS CASOS LATINOS
78 INTRODUCCIÓN A LA SINTAxIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

nomina non sunt. (Boetius, Commentarii in librum Aristo- similares" a que se alude, ¿serán todos los demás posibles ejem-
telis perl hermeneías, 1, 2, Meiser, p. 53.) plos concretos de genitivo y dativo? ¿O serán "los demás casos
similares" al genitivo y dativo? Y, en esta segunda alternativa,
Nomen 'in casu obliquo cum est uel fuit uei ent iun- ¿por qué no se cita al acusativo como único caso restante?
ctum neque uerum neque falsum esto Nomen in casu recto 2) Frecuentemente, la antigüedad funda su teoría del NOMEN
uero semper .,. facit uerum uel falsum cum est uei fuit o CASVS RECTVS en consideraciones morfológicas. El nominatiuus
uel erit iunctum (Boetius, ibidem, p. 65). se llama casus rectus, según Prísciano, quod ipse primus natura
nascitur uel positione, et ab eo facta flexione nascuntur obliqui
B) CRÍTICA. -1) Los antiguos razonan ñlosóficamente. Em- casus...
piezan por sentar las dos premisas siguientes: a) El nombre o (Nominatiuus) quem primum natura protulit, ipse primum
sustantivo designa seres o sustancias o algo lmaginado como tal locumi defendit. • .
por el hablante: canis, lignum, pulchritudo, etc.; b) De todo ser La gramática histórica ha demostrado definitivamente que la
o sustancia puede decirse, por definición, que existe o que no base sobre la cual se organiza la flexión es el tema y no el nomi-
nativo. Éste es; morfológicamente, un caso como los demás, for-
existe.
Luego -concluyen- será NOMEN toda palabra que pueda mado como los demás por alguna marca añadida al desnudó
anteponerse a EST (FVIT, ERIT) o NON EST (FVIT, ERIT). tema.
El criterio de Aristóteles y sus seguidores para distinguir en- Hay en todo nombre un tema (*lupo-) sin existencia real
tre el NOMEN y el NO-NOMEN es' estrecho: evidentemente, al lado (o autónoma); el sintagma real y autónomo es el tema provisto
del verbo dé existencia o el nombre irá en nominativo o no ha- de una desinencia que lo habilite para entrar en frase y lo deje
dispuesto, según la desinencia que reciba, a desempeñar una de
brá nombre.
Pero la existencia no es la única predicación posible ante un sus dos funciones específicas (sujeto u objeto de la acción) o in-
sustantivo. Además de existir, los seres pueden actuar, y dos de cluso otras funciones menos o nada "nominales".
entre ellos pueden eventualmente actuar uno sobre otro, envuel- Aristóteles y sus seguidores antiguos (¡y modernos!), al supo-
tos en el mismo proceso; las lenguas disponen de varios recursos ner ~m lupus existente absolutamente por physis o por thesis,
para nombrarlos y a la vez indicar cuál de los dos domina en previo a toda relación sintáctica, han identificado el nombre real
el juego de su actuación recíproca (agente y paciente); si el no- en nominativo con el tema abstracto.
3) Admitiremos que el nominativo es un NOMEN, pero un
minativo es nombre, no 10 es menos el acusativo.
NOMEN relacionado gramaticalmente como sujeto del enunciado'
Tal vez los antiguos ya se sintieron incómodos ante el acusa-
tivo, automáticamente excluido por su recurso al verbo ser como afirmaremos exactamente lo mismo del acusativo: también es ~
clave para de.. lbrir al nombre. Lo cierto es que, como caso nomen igualmente relacionado como objeto de alguna actividad.
recto, se cita en el perz hermeneías un nombre en nominativo, Si se quiere calificar de casus rectus al nominativo, también debe
y como casos oblicuos un nombre en genítrvo y dativo. Se silen- calificarse de rectus al acusativo (y al vocativo, si se le incluye
en el sistema casual). Estos dos (o tres) casos son rectos en el
cia el acusativo y únicamente el acusativo (el ablativo no tiene
sentido de que siguen siendo, semántica y funcionalmente,
por qué figurar en una teoría de origen griego y que, por lo
nombres.
tanto, ignora ese caso; el vocativo no cuenta entre los casos hasta
Por último, admitiremos con los antiguos, y sin reserva al-
que, en el siglo 1 antes de J. C., lo introduce en el paradigma
guna, que los casos oblicuos no son nombres, porque o bien
de la declinación Dionisío Tracio). Nos parecen enigmáticas las
añaden algo ajeno a la comprensión del nombre (dativo y abla-
palabras del original griego ¡(al iiCla ¡:Olaü¡:a y de su traducción
tivo) , o bien desempeñan funciones impropias del nombre y pro-
literal latina en Boecio: et quaecumque talía sunt. Las "cosas

113LlOTECA CENTRAL
(
80 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

pias de otras categorías gramaticales (dativo, ablativo y geni-


tivo) . (
Excluimos al acusativo (y vocativo), como queda dicho, de
entre los casos oblicuos. (

II
§ 2. - Teoría estoica
(
LA TEORÍA MODERNA DEL NOMINATIVO
Un punto esencial en la estructuración de los casos radica en CASO "CERO" 1
el concepto del nominativo y, por lo tanto, de su incorporación en
una oposición parcial dentro del sistema casual o -lo que nos • °

parece desacertado-- en una oposición como caso "cero" a todo A) EXPOSICIÓN


el resto del sistema en bloque:
La escuela estoica rectificó sustancialmente el concepto aris- 1. Que el nominativo y el acusativo -o, en las lenguas, sin
totélico del CaS1.LS nominatiuus, pero tal rectificación no ha tenido flexión, el sujeto y el objeto- constituyen la oposición más clara
eco ni entre los gramáticos antiguos ni entre los estructuralistas y constante en la sintaxis nominal es un principio generalmente
modernos, que siguen hablando del caso recto como de un caso evidente para cuantos se atienen al dictado de su conciencia lin-
cero o caso de la pura referencia. Puede verse una clara exposi- güística, sin ahondar en especulaciones teóricas. Entre los teóri-
ción de las ideas estoicas sobre este problema en un artículo de cos, la cuestión se ha convertido últimamente en un arduo pro-
K. Barwick (Gnomon, IX, pp. 590-594). blema, en una auténtica "manzana de discordia", según expre-
Los estoicos también hablan de los casos como 'lt'tÚlcrW;; pero sión de Bally.
sostienen que no puede haber 'lttLÍlJl~ fuera de un hecho deohabla 2. Es normal que se hable de "agente y paciente" en los libros
real y, por otra parte, que todas las formas de un nombre inte- de lingüística como de cosa sabida (por ejemplo, en toda la
grado en un enunciado deben considerarse igualmente como "ca- obra de Meillet, en todos los manuales de gramática). En un es-
sos". Por lo tanto, el nominativo es un auténtico caso como los tudio reciente sobre el sistema latino de los casos y preposicio-
demás. nes (B. Pottier, Systématique des éléments de relation, París,
Ahora bien, Aristóteles y sus seguidores, al salvar un caso 1962, p. 270) se despacha la cuestión en una línea: "El nomina-
"recto" -que no era verdadero caso, sino un nomen absolutum-, tivo es apto para ser el caso del sujeto animado; por lo tanto,
tenían en él un punto de partida para el resto de Olaflexión. Pero del agente." En un artículo de Karcevsky sobre el verbo ruso
si el nominativo es un auténtico caso como los demás, ¿ dónde (CFS. 14, 1956) se afirma, sin que asome la duda: "El sujeto es
pondrá la nueva escuela el punto de partida de-la flexión? ¿De pensado como fuente de energía que desencadena el proceso,
dónde "caerán" sus casos? "Del concepto del alma" (altw 'tOl) como su causa. El sujeto domina el objeto; su poder llega al má-
'toí) É~ 'tií ~OXií), contestan los estoicos. Este "concepto del
~o~f1.a:t:O<; ximo cuando la acción del sujeto reduce a la nada el objeto." (
alma" sí que es algo abstracto y previo al discurso; en nuestra 3. Veamos ahora la opinión opuesta, que cuenta con la adhe-
opinión, viene a coincidir con el significante abstracto y previo sión de no pocos lingüistas eminentes y constituye el presupuesto
,,
al discurso que la lingüística moderna llama "tema". -
básico de varios estudios recientes sobre la estructuración de
los casos.
He aquí cómo se expresan algunos representantes de esta
doctrina.
82 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 83

(El nominativo), "como su nombre indica, sirve esencial-


mente para nombrar la persona o el objeto, para presentar a esta B) CRÍTICA
per~ona o a este objeto independientemente de toda relación gra-
matical. Nos sentimos demasiado tentados de buscar en el nomi- § 1. - La oración nomiaol
nativo la indicación de una relación del nombre en este caso
con el. verbo, de ver en él, en cierto modo, la contrapartida del Ciertamente, hemos de reconocer que el sujeto no es siempre
acus~tIVO... El sujeto en nominativo es lo que se presenta, inde- "lógicamente" activo, sino "estático". Como es sabido, hay mu-
pendientsmsnn, de lo que de él se pretenda luego decir. Como chas lenguas que distinguen claramente ambos tipos de sujeto,
el vocativo, el nominativo debe entenderse fuera de contexto ... " con una forma específica para el caso activo o "ergativo", Tal
(Martinet, Linguistique structurale et grammaire comparée, TIL. no es el caso de las lenguas indoeuropeas, cuya característica
vol. J, 1956, p. 13). más notable es precisamente la confusión del predicativo y erga-
El holandés A. W. de Groot, que lleva muchos años dedicado tivo (N. S. Troubetzkoy, Acta Linguistica, 1939).
al estudio de los casos, parte en todos sus trabajos de la misma El indoeuropeo es indiferente a la oposición entre sujeto ac-
inconmovible premisa: tivo y sujeto estático, como lo es igual y paralelamente a .las di-
"El nominativo '" no es, como generalmente se piensa el ferencias verbales entre estado, transición de un estado a. otro
caso del sujeto, sino el caso de la pura referencia" (Classifica:ion y acción. Según la conocida definición -semántica- de Meillet:
and uses of cases, For Roman Jakobson, 1956"p. 189). "El verbo indica el proceso, tanto si se trata de acciones como
La teoría del nominativo como "caso cero" o caso "de la de estados o transiciones de un estado a otro": est, uiret, cadit,
pura referencia" se funda en argumentos de peso muy variable. currit, capit, etc., quedan englobados por igual en la voz "activa".
Se funda en primer lugar. en la terminología antigua (hemos oído Si la morfología es idéntica para verbos de estado y verbos
a M.artinet: "El nominativo, como su nombre indica ... ") y en de acción, la sintaxis, por la facilidad con que responde con una
las Ideas aristotélicas. Ya nos hemos referido a esta cuestión. predicación "estática" a una actitud previamente pensada como
Otro argumento más fundado es el hecho de que el nomina- activa, parece revelar la misma indiferencia:
tivo tiene funciones aparentemente irreductibles a la unidad.
Además-de funcionar como sujeto agente, puede ser: sujeto de Terencio, Adelphoe, 326:
la oración nominal pura o de verbo de estado; y, sobre todo -lo Quid is ergo? Alienus est ab nostra familia.
qu~ p~rece argumento irrebatible y decisivo contra el concepto ¿Qué hizo, pues, él? Es un extraño para nuestra familia"
unitario de "caso activo"-, funciona también como' "caso pa-
sivo" (sujeto "paciente" en la oración pasiva) y entonces el caso Virgilio, Eneida, JII, 339:
IVO es e 1a blatí
"ac tívo" ativo ,'agente". Quid puer Ascanius? Supe'~atne... ?
Por último, se citan múltiples hechos de habla en que se pre- "¿Qué (hace) el joven Ascanio? ¿Vive todavía ... ?"
tende ver al nominativo sin relación alguna con el contexto
como au téen tíco
ICO" caso cero',, como "pura referencia". ' En consecuencia, no debiera hablarse de verbos de estado ni
de sujeto "estático" cuando "no se advierte en la lengua una
clara oposición entre esos verbos y los de otra categoría" (R. Go-
del, Verbes d' état et »erbes d' éoenemetü, CFS. 9, 1950, p. 35).
En todo caso, nada tiene de extraño que el caso "activo" sea su-
jeto de cualquier verbo formalmente "activo".
Todo verbo activo (de estado o de acción) "corresponde a una
84 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 85

representación dinámica de los hechos e implica, por lo tanto, ! .


cierto grado de actividad ... Pero ese grado de actividad es extre- § 2. - La oración pasiva
madamente variable" (Godel, lo C., p. 36). Decrece (en los verbos
de estado) o aumenta (en los verbos de acción) en la medida El argumento decisivo para rechazar el concepto de nomi- I
que el lexema verbal adquiere valores más abstractos. Las len- nativo como caso "agente" está en el nominativo que funciona I
guas que no han alcanzado una gramaticalización sistemática como sujeto-paciente del verbo pasivo. Ahí tenemos la gran ex- \
de la oposición entre verbos de estado o verbos de acción la ex- cepción que no parece conciliable con el pretendido "caso de
presan por léxico, llegando en un caso extremo de abstracción la actividad". Si el nominativo puede funcionar como agente y (

a un verbo genérico que es "puro activo" (agere, facere, sin es- I como paciente, es que per se no es ni agente ni paciente: ha de i
pecificación alguna de la naturaleza de la actividad), y a otro interpretarse como un título, fuera de contexto.
verbo genérico que es "puro estado" (esse, sin especificación "Por lo demás, la existencia de la oposición entre .voz activa
alguna del estado). Cf. la serie: (.
y voz pasiva basta para arruinar toda esperanza de conferir un
sentido propio a la relación entre sujeto y verbo. En una frase I
haec mulier incedit, patet, tit, uidetur, est dea. (
como El gato come al ratón, el ser que ejecuta la acción de comer t
I
va designado por el sujeto; pero la frase El ratón es comido po.r
El verbo activo y su correspondiente sujeto activo cubren el gato tiene exactamente el mismo sentido; ahora bien, aquí el
una zona activa variable entre dos límites: el activo "cero" de sujeto que ejecuta la acción está designado por el complemento
la cópula estática (equivalente a la frase verbal cero de las len- agente; por lo tanto, la relación entre el ser que actúa y su
guas que, como el árabe, han gramaticalizado la oposición es- acción puede expresarse por diversas relaciones sintácticas"
tado/acción) y el infinito "activo" del iLgere o facere (equiva- (E. Buyssens, Vérité et lanflue: Langue et Pensée, Bruselas,
lente a la frase verbal árabe), en que el poder del sujeto puede 1960, p. 38).
llegar, como dijo Karcevsky, al aniquilamiento del objeto. Ante el sujeto "pasivo" no se sienten cómodos los que, a pe-
Es apreciable cierta actividad positiva en los verbos de estado sar de todo, creen en el nominativo como caso "activo". ¿ Cómo
a partir del límite de la simple cópula estática. Godel (l. c.) se- puede el caso agente convertirse de pronto, contradictoriamente,
ñala el contraste estilístico entre formas casi intercambiables: en paciente sin arruinar la noción básica que le suponemos ex-
presar por esencia? \
candidus est - candet En nuestra opinión, la antinomia radica en una inexacta in- \
pallidus est - pallet
uiridis est - uiret,
terpretación de la oración pasiva frente a la activa. Se quiere I
que ambas construcciones se correspondan, término por término, (
etc. etc. con una simetría que no existe. j
Es cierto que, ante una misma experiencia, los hablantes pue- l
"El verbo es más sugestivo o más descriptivo que el predi- den optar libremente por formularla en activa o pasiva: Caesar
cado analítico." Compárense también giros como éstos: Una (1
uicit Pomp~ium y Pompeius uictus est a Caesare son mensajes
persona es diferente o difiere de otra, pero Dos personas difieren prácticamente equivalentes. "Si todos los elementos están ex- 1
de opinión. presados, no hay -dice Lenz- ninguna diferencia lógica entre f
I
la frase activa y la pasiva; la distinción es psicológica, pues el I

mayor interés se concentra en el sujeto gramatical. Podríamos e


decir que la proposición "César venció a Pompeyo" pertenece a
(
I
la biografía de César; la pasiva "Pompeyo fue vencido por Cé-
I
I
(
•• 86 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

sar" corresponde a la biografía de Pompeyo" (R. Lenz, La ora- 1 .


ORDENACIÓN DJi: LOS CASOS LATINOS 87


1956, p. 107, con bibliografía) se habla de una eventual sinoni-
ción y sus partes, Madrid, 19353, p. 1(8). mia entre el dativo (al que se califica de "dativo separativo"), el

••
ablativo e incluso el genitivo. Se dice que hay un "dativo sepa-
rativo" en argentum alicui adimere, "quitarle a alguien su di-
A) No HAY SINONIMIAS SINTÁCTICAS
nero". En realidad, el dativo tiene aquí exactamente el mismo
valor que en argentum alicui dare, "dar dinero a alguien": siem-

••
Para entender este y otros muchos casos de aparente sinoni- pre representa a la persona "interesada" (por el daño o prove-
mia sintáct!ca, que discutiremos en este libro, hemos de tener cho resultante); la idea de separación está en el lexema verbal
presente un gran principio que C. de Boer expone en los si- "quitar" y no en elmorfema de dativo. Se dice igualmente que,
guientes términos: "Cuando nos hallamos ante dos giros que en el ejemplo citado, el alicui puede sustituirse por alicuius (ge-

••
significan la misma cosa y son equivalentes entre sí, ello no nitivo) o por el ablativo con a, y que, por lo tanto, "es difícil
quiere decir en modo alguno que esos giros no difieran esencial- determinar si el dativo evoca una idea de separación o dinámi-
mente uno de otro desde el punto de vista de la naturaleza. Equi- ca" (?). Es cierto que puede aparecer en el mismo lugar de
valencia desde el punto de vista de su significado no quiere esa frase alicui, alicuius o ab aliquo. Pero ello no quiere ....
decir

• decir en modo alguno que sintácticamente (esto es, desde el punto


de vista de su función sintáctica) haya de existir entonces equi-
valencia entre dos formas" (Syntaxe de fran~ais moderne, Lei-
den, 19542, p. 83).
que interfieran los tres casos como sinónimos: ninguno de ..ellos
aparece nunca por otro como simple sustituto'o equivalente, sino
que aparece por sí mismo, con su valor propio y exclusivo: el da-
tivo, como dativo de interés (o daño); el genitivo, como deter-


Insistamos un poco en este principio. minante del nombre ("quitar el dinero-de-alguien") y el ablativo
Frecuentemente, en nuestras gramáticas se señalan "interfe- (¡si no lleva preposición!) '. con su valor propio, "separativo":

•• rencias" entre casos, entra tiempos, modos, etc., y se concluye


que una determinada categoría se identifica en un momento dado
con otra categoría, 10 que da lugar a un inextricable confusio-
nismo. En realidad, la pretendida "interferencia" funcional es
"sustraer el dinero a alguien", pero con la simple idea "espa-:
cial" de punto de partida, como si dijéramos "sustraer el dinero
del-bolsillo-de-alguien" (cf. se eripuit flamma, Cic., Bruius, 90).
Si el ablativo lleva preposición, al quedar mecánicamente regi-

•• un simple fallo de perspectiva por parte del observador. No es


raro que dos rectas (dos cabl.es, por ejemplo) parezcan coincidir
en el mismo plano y tener un punto de intersección común;
luego, cuando nos situamos en la adecuada perspectiva, compro-
do, ya no aporta ninguna información; subsiste el sentido sepa-
rativo, pero expresado entonces por la preposición "separativa"
a(b), no por el morfema de ablativo (neutralizado).


Repetimos que el hablante podrá elegir entre el genitivo,
bamos que no se hallan en el mismo plano ni existe tal inter- dativo o ablativo (sin que sus valores se confundan) , según preva-
sección.

••
lezca en su mente la idea de ese "alguien":
En el mismo orden de ideas, recordemos que las lenguas
sugieren más de lo que realmente dicen: no es incluso raro que a) como poseedor del dinero (argentum alicuius),
importe más 10 que se sugiere que 10 que se dice: de ahí arranca b) como persona perjudicada (adimere alicui),
la fuerza expresiva o el efecto jocoso de muchos enunciados. e) como punto "espacial" de donde arrancó la sustracción del

• Pero 10 que sugiere una categoría gramatical (lo que sugiere


un caso, por ejemplo) no forma parte del contenido de esa ca-
tegoría (de ese caso, por ejemplo).
Ilustremos estas ideas con algún ejemplo. En nuestros ma-
dinero (adimere ab aliquo).
Cada uno de los tres casos expresará, pues, un sentido dis-
tinto, aunque, eventua 1mente, e1contex t o pue da "sugerrr
'''1 o que
positivamente dirían otros casos en su lugar. Así, el contenido
nuales de sintaxis latina (cf, Bassols, Sintaxis latina, I, Madrid, del mensaje argentum alicui adimere se reduce simplemente a
" 1

88 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 89


esto: "se perjudica a alguien al dejarlo sin dinero"; ahora bien, Comparemos el sujeto agente (Caesar) con el ablativo lla-
entre líneas puede leerse (¡aunque lo "sugerido" no forma parte mado agente (a Caesare).
del contenido del dativo!): "se ha sustraído un dinero que pro- Se nos ha acostumbrado a admitir como cosa natural la más
I
cedía de alguien (ab aliquo)"; y "el dinero pertenecía a ese al- ... sorprendente paradoja, a saber, que pueda existir el mismo sig-
guien y no a otra persona (argentum alicuius)". nificado "agente" en Caesar y a Caesare, aunque no haya nada
de común en los significantes (morfemas gramaticales). Y, pa-
ralelamente, se nos ha acostumbrado a admitir "distinto signi-
B) EL LLAMADO ABLATIVO AGENTE NO ES AGENTE ficado" (respectivamente, "agente" y "paciente") en Caesar y
Pompeius, aunque gramaticalmente sean un mismo significante I •
A la luz de estas ideas volvamos ahora al confrontamíento (morfema de nominativo).
que insinuamos antes: Caesar uicit Pompeium / Pompeius uicius Nosotros estimamos que, como no hay nada de común en los
est a Caesare. significantes, tampoco hay nada de común en el significado ca-
La oposición activo / pasivo parece muy sencilla cuando se sual de Caesar y a Caesare, sino que sus respectivos significados
enfrentan los paradigmas: se basan en nociones distintas: Caesar es un auténtico sujeto
"activo", como generalmente se entiende; a Caesare, en cambio;
amo amor es indiferente a la noción de actividad: sólo mira al punto de
amas amaris partida del proceso en el espacio exterior.
Tratemo's de expresarnos con mayor claridad acudiendo, a
algunos ejemplos.
En los paradigmas, las formas se oponen paralelamente en
plano horizontal.
César, B. G. I, 20, 4:
En cuanto hacemos entrar en frase las formas, todo se com-
plica: Si quid ei a Caesare grauius accuiisset... "Si de-parte-de-
César le hubiera ocurrido algo (algún contratiempo) de cierta
ego te amo f + ego a te amor gravedad." En a Caesare, todo el mundo ve un ablativo de pro-
tu me amas + ~ t tu a me amaris cedencia: "de-parte-de César". Efectivamente, es el sentido que
siempre tiene el ablativo (recordemos, sin embargo, que el sen-
Ahora, cualquiera de las cuatro formas parece entrar en opo- tido "separativo" está en la preposición, ya que el ablativo va
sición activo / pasivo con cualquiera de las otras tres: horizon- regido, es decir, queda neutralizado).
talmente, verticalmente, diagonalmente. Sin embargo, olvidamos
ahora la oposición horizontal y consideramos sólo válida la opo- Supongamos ahora que se sustituya el accidisset por inlatum
sición en diagonal. esset; entonces nuestras gramáticas ya dirían que el a Caesare
Los pares verticales constituyen mensajes distintos en có- se convierte en ablativo agente. Lo cual resulta una arbitrarie-
digos idénticos: los pares horizontales constituyen mensajes dis- dad. Lo único que cambia es el verbo; por lo tanto, es razonabl~
tintos en códigos igualmente distintos; los pares en diagonal seguir interpretando: "Si de-parte-de-César le hubiera sido infe-
constituyen mensajes equivalentes en códigos distintos. rido algo (algún contratiempo) de cierta gravedad."
La sinonimia entre Caesar uicit Pompeium y Pompeius uictus
est a Caesare no quiere decir que haya equivalencia en las for- Otro ejemplo: 'I'erencio, Adelphoe, 494:
mas sintácticas, como, según vimos, no había equivalencia entre una a pueris sttmus educti, "juntos fuimos criados desde
el dativo (separativo) y el ablativo. niños". Otro claro ablativo separativo.
90 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 91
Supongamos estas mismas palabras en un cuento infantil y en Caesar vicit Pompeium se interpreta dinámicamente así:
boca de unos muñecos "animados"; entonces, sin duda, se inter-
pretará: "fuimos criados por unos chiquillos" (¡~blativo agente!). Caesar vicit Pompeium
Supongamos, por último, el siguiente .C~b.lO en e~ text~ de Nominativo verbo "acusativo
Terencio: una a parentibus sumus eductt, fuimos criados Jun- --* ---* ----).

tos por nuestros padres". ¡Otra vez ablativo agente!


(con lo que estamos de acuerdo).
Si nos fijamos en otro ejemplo de Terencio (Hecyra, 667):
neutra in re uobis difficultas a me erit, "en ninguno de
Pompeius uictus est a-Caesare suele interpretarse con el
los dos casos habrá para vosotros dificultad por-mi-parte", vemos
mismo dinamismo en sentido opuesto:
que ese a me es el mismo ablativo que antes con accidisset, o con
inlatum esset, O con sumus educti (o con uictus est). Nominativo verbo ablativo'.
El único significado de Pompeius uictus est a Caesare se re-
.(~.---- ~- ~--
duce, pues, a "Pompeyo fue vencido por-parte-de-César". Hemos negado el dinamismo en el tercer término (a-Caes_ar'e).
Ahora bien: cuando el punto de partida del proceso es una En consecuencia, tampoco podemos verlo en uictus esto
cosa "inerte" (ablativo de "cosa"), no se nos ocurre ver en el ¿En qué consiste, pues, la oposición verbal uicit I uictue est?
ablativo más 'que lo que en sí mismo significa; a saber, la rela- Aquí recordamos unas líneas de Meillet que apuntan a la
ción externa con el proceso; en cambio, si el punto de partida raíz del problema, aunque ni él ni otros autores que han tenido
es "una persona", el significado léxico "animado" SUGIERE, junto parecida intuición hayan insistido en las consecuencias que de
al significado positivo del caso, que tal persona no sólo es el tal intuición se derivan: "El verbo indoeuropeo -dice Meillet-
punto "geográfico" de partida del proceso, sino su promotor. presenta el proceso esencialmente en cuanto es actuación de un
Pero ni siquiera el rasgo "animado" justifica automáticamente agente, y apenas comporta una formación de valor pasivo ... Lo
la interpretación pasiva: A Volscis et Aequis bellum timebatur que tiene forma propia al-lado de la voz activa es la voz media,
(T. Livio, Ill, 15, 4), "se temía la guerra en la frontera de los como en griego Cjl€POl y Cjl€POflUl, Entonces, continúa Meillet, la
Volscos y los Equos" (¡la temían los romanos!). forma media CP€POflUl, gracias a su significación peculiar, se pres-
Conclusión: Ablativo agente per se no existe en lengua; se taba a expresar el pasivo, y ello constituye un uso que no es
trata de un ablativo normal (con preposición o sin ella) como raro en griego ... " (Introduction d l'étude comparée des langues
otro cualquiera. Si se le quiere seguir llamando ablativo agente, i. e., París, 19378, p. 245). Por lo demás, es de todos bien sabido
por comodidad o por tradición, no hay inconveniente, con tal que la formación pasiva es reciente.
de no atribuirle la función específica "agente" que corresponde Nosotros estimamos íntegramente aplicables al latín histórico
al nominativo. El ablativo no afirma la función agente: tan sólo los anteriores párrafos de Meillet: "el latín apenas comporta
es susceptible de SUGERIRLA en determinadas condiciones con- una formación de valor pasivo".
textuales. a) En primer lugar, recuérdese el inextricable laberinto de
nuestros manuales de gramática latina cuando intentan distin-
C) VICTVS EST NO ES AUTÉNTICO PASIVO DE VICIT
guir, frente a la voz activa, una voz media y una pasiva, o, más
Si, como acabamos de ver, el ablativo agente no es el reverso simple y acertadamente, una voz medio-pasiva, lo cual viene a
del sujeto agente, otro tanto hay que pensar de uictus est con ser el reconocimiento más o menos explícito de que no existe
relación a uicit. una gramaticalizacíón sistemática de la oposición activo I pasivo.
Las sintaxis históricas han ido engrosando ininterrumpida-
I •

I
\ '

INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN


ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINO!' 93
92
mente .el apartado de los verbos medio-pasivos: el grupo de ."los Para que proicior se interprete como pasivo necesita el apoyo
verbos cuya voz pasiva conserva todavía un reflejo de su primi- de algo ajeno al verbo, a saber, el llamado ablativo agente (pro-
tiva acepción media es más numeroso de lo que hasta hace icior ab aliquo); si fuera pasivo per se, se bastaría a sí mismo.
pOCOse creta" (Bassols, II, 1, p. 108, Barcelona, 1948, con biblio- Ya se ha hecho observar algunas veces que para que haya
grafía). Aún hay que ir más lejos por este camino, hasta englo- equivalencia "lógica entre la frase activa y la pasiva" han de ir
bar en el mismo apartado a todos los verbos llamados pasivos. expresados todos los elementos (Lenz). Si no van expresados to-
b) Recuérdese igualmente el capítulo perturbador de los ver- dos los elementos, no sabremos en principio (¡porque la lengua
\
bos deponentes; que se clasifican ueHnt nolint en la voz que mor- no lo dice!) si hemos de interpretar la forma como media o como I
I
pasiva.
fológicamente no les corresponde.
e) La oposición medio / pasiva no tiene significante propio: Como prueba significativa de nuestra tesis, nos permitimos
por lo tanto, no existe en lengua. Si logramos distinguir valores citar un texto al que aludimos en el último párrafo de nuestra
medios o pasivos, será por consideraciones contextuales 'semán- introducción a los Adelfos de Terencio (Biblioteca Clásica de
Autores Gr. y Lat., tomo III, 1966). Se trata de una nota de Do-
ticas (ajenas, por consiguiente, a la forma verbal en sí misma).
He aquí un ejemplo que tomamos de' Ronconi (Il verbo latino, nato (v. 938) que dice: Apud Menandrum senex de nuptiis nOn
grauatur. El verbo grauatur ha dado lugar a una polémica ya
Florencia, 1959, p. 34):
secular entre los investigadores de "las fuentes" de Terencio.
proicio aliquem ad pedes alicuius, "arrojo a alguien a los Unos entienden que en Menandro "no se importunaba al anciano
pies de alguien"; Mición con el matrimonio", es decir, que no se le proponía la
boda con Sóstrata; otros entienden que, en Menandro, Mición
me proicio ad pedes alicuius, "me arrojo a los pies de
"no se disgustaba" ante la propuesta del matrimonio. En suma,
alguien"; la polémica se reduce a saber si grauatur es voz pasiva o media.
es decir, "arrojo a otro o me arrojo a mí mismo consciente y vo- En esta discusión nunca se apeló a argumentos lingüísticos, sino
luntariamente", con clara distinción del agere y el patio a las conveniencias contextuales; aun así parecen triunfar los
En cambio, frente a proicio, ¿qué significará proicior? El con- que ven en grauatur una voz media. Según nuestro concepto de
texto será decisivo: la voz pasiva, ni siquiera hubiera debido plantearse la discu-
proicior ad pedes alicuius, "caigo a los pies de alguien",
sión. Esta anécdota filológica demuestra en todo caso que ni aun i
los buenos latinistas -la mayoría de estas monografías están I
pero "caigo instintivamente", sin distinción del agere y el patio
Se dirá que aquí proicior es voz media (no pasiva).
escritas en excelente latín- pueden sentir la voz pasiva en la I
ausencia del llamado ablativo agente. Sencillamente, porque
proicior ab aliquo ad pedes alicuius, "soy arrojado por carece de significante, es decir, en una palabra, porque no existe
alguien a los pies de alguien". Según opinión común, sólo en la voz pasiva como tal.
este caso se presentan las formas proicio / proicior en oposición ¿A qué responde, pues, la diferencia uicit / uictus est?
activo / pasivo. (Lo cual no es obstáculo para que luego se vea Creemos que a la noción actividad / no actividad; la ausencia
la oposición activo / pasivo no en horizontal, sino en diagonal, de actividad no es todavía la pasividad: non agere no es lo I
/
según el esquema antes citado.) mismo que patio El que uno no sea asesino no implica que tenga
que ser asesinado. !
Pues bien, para nosotros, ni aun en este último caso pro-
El morfema llamado pasivo anula el verbo en cuanto activo
icio / proicior se oponen como voz activa y pasiva. Nos fundamos
(causativo, factitivo), o, si se prefiere, descarta todo eventual
en el hecho real de que la voz pasiva carece de' significante pro-
acusativo (el verdadero caso "paciente"). Recordemos lo dicho
pio y no puede haber significado sin significante. I
f
I
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
94 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN 95
3.° La oración activa es dinámica:
anteriormente sobre los dos extremos de la activid~d.e~presad~
por el verbo activo: la cópula estática (est), co~o .actIVld~d.
mi-
nima o cero y el verbo agere, [acere, como actividad maxima. Caesar uicit Pompeium
Pues bien Ías desinencias verbales "pasivas" colocan a todo
--~ --~ ~
verbo afectadopor ellas en el extremo de la cópula estática. En Caesarem uicit Pompeius
otros términos: todo verbo llamado pasivo es verbo de estado
+.--- +-- +.---
y no más pasivo que el verbo estático: uictus es~ vie~e a coin- 4.° La oración pasiva no salva el dinamismo como limitán-
cidir, en cuanto a actividad, con viridis esto La Identidad mor- dose a permutar los polos de su orientación: ·no ha lugar una
fológica no es accidental. El que en el tema de presente no representación aSÍ:
aparezca, como en el tema de perfecto, el s~~nogenérico d.e
estado revela otro posible recurso en la expresion de la no-acti- Pompeius uictus esi a Caesare
vidad; pero si uincor forma paradigma con uictus es~, el rasgo +.------+.- +.------
no-activoha de extenderse por igual a todo el paradigma, a la
forma.sintética del tema de presente como.a la forma analítica Lo que hace la voz pasiva es reducir a cero el dinamjsmo
del perfecto. de la activa. La oración pasiva es estática.
5,~ La oración pasiva, en ciertas condiciones (si todos sus
Conclusión: El sujeto paciente no es "paciente", sino "es- términos son explícitosy si el término separativo es un ser ani-
tático". mado), puede SUGERm (nunca "significar") un contenidoprácti-
Nota complementaria. - Se ha observado ~ucha~,veces 9_ue camente equivalente al de la oración activa.
la falta del sujeto agente en ablativo no da la impresión de elip-
sis violenta, que supondría la ausencia del sujeto agente en no-
minativo. Compárese: § 3. - Los ejemplos típicos de nominativo "caso cero"
y "fuera de contexto"
(Caesar) uicit Pompeium y Pompeius uictus est (a Caesare)
Los.que sientan comoprincipio qU..0 el nominativoes el caso
La razón está en la naturaleza estática de uictus est, que no de la designaciónpura, fuera de contexto, citan como ejemplos
necesita sujeto-agente(simple circunstancia accesoria,según di- una serie de nominativosque no están todos por igual "fuera de
jimos), comono se echaría de menos el a me.del ejemplo antes contexto".
citado: neutra in re uobis difficultas (a me) ent. 1) Se citan los anuncios, los rótulos, los títulos de un libro,
etcétera. Pero esto es hacerse una idea demasiadoestrecha del
"contexto". Un contexto "sítuacíonal" (cf. T. Slama Cazacu,
D) RESUMEN·
Langage et contexte, 1961, Mouton & Co. 'S-Gravenhage,passim,
1.° En la oración activa hay realmente sujeto agente, verbo y, sobre todo, pp. 207-231) ya basta para relacionar de algún
activo y objeto paciente. .. modo esos nominativos "sueltos". "Brutue" se entiende sobre
2.° En la oración pasiva no existe, como serie paralela, ro la tapa de un libro, o al pie de una escultura, comouna predica-
un sujeto paciente ni un verbo pasivo ni un ablativo agente en ción' estática implícita; no se entendería si 10 leyéramos en un
cartel colgado en la copa de un árbol.
el sentido habitualmente atribuido a esos términos. Lo que hay
es un sujeto estático, un verbo estático y un ablativo normal 2) También se citan nominativos sueltos (nominatiuus pen-
(separativo). dens) por ruptura de construcción.Pero nos resulta contradic-
I
I
96 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 97 l
Pero es más frecuente el tipo "nuHum" cum dico que el tipo
i
torio hablar de un nominativo que se vuelve suelto por ruptura l
de construcción: hablar de ruptura de construcción supone que "princeps" cum dico. Los partidarios del nominativo como caso I,
el nominativo no es forma destinada previa y conscientemente de la designación pura podrían pensar que, en principio, hay (
a quedar suelta como quedaría normalmente un caso "cero". siempre un nominativo, pero que las excepciones (!) se explican
3) Si existe un caso "cero" hay que buscarlo no en construc- como una atracción o desplazamiento secundario del auténtico
ciones "rotas", sino en construcciones perfectamente logradas caso cero hacia la transitividad de dico. Pero tal objeción queda
en las que sea forzoso usar el caso cero, si existe el caso "cero", invalidada ante la consideración siguiente.
de la designación pura. Ello ocurre cada vez que (¡y sólo enton- 2.° Nunca hemos hallado en el uso metalingüístico un nomi-
nativo (¡el pretendido caso de la designación pura!) ni un acusa- (
cesl) nos apartamos del asunto que tratamos para verificar el
valor que en el código léxico atribuimos a un término antes de tivo cuando en la operación metalingüística se recoge un ge- I
utilizarlo en el habla. nitivo, un dativo o un ablativo.
En este apartado entran nominativos como éstos: Ejemplos: cum istius mulieris uiro, "fratre" uolui dicere
(Cic., Cael., 32): "Con el marido de esta mujer, quise decir "el
Cognomen habuit "Coruinus" ("Se llamó Corvino"), Cl. hermano" (Cicerón finge irónicamente un lapsus linguae). •
Quadrig. 12, Peter 1, p. 212. Cf. más ejemplos: Cic., Phil., 5, 18, 49; 11, 8, 20; Tusc., 5, 36',.
Est uia ... "lactea" nomen habet, (Ovidio, Met. 1, 168-9). 105; Plin., Ep., 2, 20, 2; Quint., 9, 2, 83; Séneca, ;Ep., 83, 12; etc.
AqUÍ tenemos un argumento a favor de nuestra tesis general
En todos ellos sé toma el nombre por sí mismo, en su suposi- sobre los casos: vemos que el par nominativo-acusativo forma
ción material, según la terminología escolástica, en función me- grupo aparte frente al genitivo-dativo-ablativo. El nominativo y
talingüística, según terminología muy reciente. acusativo son casos nominales en las operaciones metalingüís-
Los usos metalingüístico s nos parecieron en un principio un ticas: ambos son, entonces, casos cero, ambos son designación
gran argumento a favor del nominativo caso cero, reñido con \
pura. Es decir, al neutralizarse la oposición que mantienen en
el concepto de nominativo caso agente y término opuesto al acu- el lenguaje declarativo, cualquiera de los dos sirve para repre-: I
(
sativo (paciente). sentar al puro NOMEN fuera de contexto, es decir, ese NOMEN que,
Tras la lectura de unos cuantos textos para observar las ope- según la teoría estoica, el hablante lleva en lo íntimo de su con-
I
,~
raciones metalingüísticas hemos sacado Ias siguientes conclu- ciencia lingüística antes de dejarlo "caer" del alma y realizarlo
siones: !
en un hecho concreto de habla, integrándolo en la oposición ¡
1.° En uso metalingüístico alternan el nominativo y el acu-
sativo:
verbo-nominal.
(
I
resonent mihi "Cynthia" siluae, "háganme resonar los I
bosques (el nombre de) Cintia" (Propercio, 1, 18, 31);
I
resonare ... "Amaryllida", "hacer resonar (el nombre de) (
Amarílis" (Virgilio, Egl., 1, 5); J
(
... princeps; cum dico "princeps" (Plinio, Ep. 3, 2, 2); I
... nullus sumptus ... "nullum" cum dico (Cicerón, Att. 6,
2, 4).
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 99
La inseguridad de De Groot nos parece todavía más notable.
En 1939 (o. c., p. 125) dice del acusativo: "En mi opinión, el acu-
sativo '" no tiene función semántica." En la página 127 se ex-
presa en términos análogos sobre el genitivo. En ~a miscelánea
For Roman Jakobson, su artículo sobre los casos latmos concluye
In que, salvo el vocativo, todos los casos tienen función sintáctica
y que el nominativo tan sólo tiene esa función sintáctica' (?). Por
ALGUNOS PRINCIPIOS TEóRICOS último (en Lingua, VI, p. 154), nos parece volver a titubear en
la interpretación del genitivo y acusativo.
Lo cierto es que no se ha logrado una organización clara y
§ 1. - Casos gramaticales y casos semánticos coherente de los casos sobre la feliz intuición que distingue va-
lores sintácticos y valores semánticos en el contenido casual.
Estamos de acuerdo con un principio, unánimemente acep-
tado por los estructuralistas en sus clasificaciones de los casos.
Es el siguiente: existen funciones casuales semánticas y funcio-
§ 2. - La transferencia lingüística
nes casuales sintácticas. O, como dijo De Groot en 1939 (Les
oppositions dans les systemes de la syntax~ et des cas, p. 127),
a) Transferencia funcional; b) Transferencia semántica
hay "casos con función sintáctica sin función semántica" y "casos
con función sintáctica con función semántica"
Nuestro nuevo intento arranca del mismo principio formu-
Desgraciadamente, la unanimidad se desvanece en cuanto se
lado por De Groot (o. c., Mél. Bally, 1939, p. 122): "Los casos
desciende del plano teórico a la aplicación del principio como
pueden tener funciones sintácticas y funciones semánticas. Hay,
criterio clasificador de los casos en una lengua dada. Surgen dis-
pues, siempre, o generalmente, dos sistemas de funciones, que
crepancias entre los autores y -lo que nos parece más grave-
son más o menos independientes."
hay contradicciones internas en las clasificaciones que se han
intentado. Ahora bien, este principio es un caso particular de otro gran
principio, muy general y de mayor alcance: el principio de las
Nosotros no hemos logrado descifrar, en los trabajos de Ku-
transferencias lingüísticas: transferencias funcionales y transfe-
rylowicz ni de D . Groot, qué casos son para ellos "casos sintác-
rencias semánticas.
ticos", "casos semánticos" o "casos semántico-sintácticos".
a) Como ya dijimos (p. 56 y ss.), una categoría léxica no está
Así, Kurylowicz, a lo largo de su artículo (Bulletin de la So-
invariablemente unida a una función sintáctica única o, para
ciété Polonaise de Linguistique, IX, 1949), parece admitir que
repetir una cita de Porzig anteriormente transcrita, "la palabra
todos los casos -excepto el nominativo y vocativo- son a la vez
no está cortada a la medida de una determinada función". El
semánticos y sintácticos, aunque en proporción inversa: el geni-
sustantivo designa normalmente una cosa (o persona) y funciona
tivo y acusativo tienen como función primaria la gramatical
como sujeto u objeto del verbo; pero pueden citarse sustantivos
(sintáctica), y como función secu.ndaria, la semántica (adver-
que funcionan como adjetivos ("he tomado un café café) y, ~
bial); y, viceversa, el dativo y el ablativo tienen como función
contrario, sujetos o complementos directos que no son morfolo-
primaria la semántica (adverbial) y como función secundaria
gicamente sustantivos (las llamadas oraciones completivas, por
la sintáctica. Ahora bien, en la página 42 leemos: "las relacio-
ejemplo). Otro tanto cabe decir del adjetivo, del verbo y del
nes mutuas entre casos gramaticales (nominativo, acusativo, ge-
adverbio. Categorías léxicas y funciones sintácticas no son series
ití
nllvO ) ... "
1 rigurosamente paralelas. Sin embargo, entre las categorías lé-

I
J
100 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 101
xicas (clases de palabras) y funciones sintácticas (partes de la una cosa, y, en el segundo, se abstrae de su comprensión una
oración), aunque independientes entre sí, no deja de existir característica peculiar" (Bally, o. c., p. 116).
cierta correlación: en principio, un sustantivo está predestinado La distinción entre transferencia funcional y transferencia
a ser sujeto o complemento directo; el adjetivo está predesti- semántica resulta a veces delicada; ambos fenómenos, aunque
nado a determinar al nombre; el adverbio, a determinar al ver- independientes, pueden coincidir y superponerse en un momento I
bo. Esa es su respectiva función primaria y propia (aunque no les dado. Por ejemplo, si un cazador, narrando sus hazañas, dijera (

pertenezca en exclusiva). Sustantivo y verbo, sustantivo y adje- que "(había comido) corazón de hiena", tendríamos en "hiena"
tivo, verbo y adverbio, son en principio categorías complemen- una sencilla transferencia funcional; "hiena" sería el nombre
tarias. Si un sustantivo funciona como adjetivo, o un adjetivo "hiena" con la función adjetiva de determinación de otro nom-
como sustantivo, y, generalizando, si una categoría cualquiera bre, y nada más. En cambio, cuando se dice de alguien que
forma sintagma con otra que, en principio, no le corresponde "(tiene) corazón de hiena", vemos la misma transferencia fun-
como complementaria, lo hacen secundariamente, por transferen- cional que en el ejemplo anterior; pero, además, hay, simultá-
cia de funciones (conservando su valor léxico previo a la trans- neamente, una transferencia semántica, ya que ahora "hiena"
ferencia funcional): así, repitiendo ejemplos de Bally (el pio- no designa a la fiera en toda su extensión: ha cambiado de sen-
nero de la teoría de las transferencias entre categorías), planeta tido, para designar tan sólo la ferocidad característica de la '1
(
y campo, sin cambio de sentido, se vuelven funcionalmente adje- hiena.
tivos en (sistema) planetario y (casa) de campo (obsérvese que Si ahora pensáramos estos dos ejemplos en latín, el primero I
en planetario hay transferencia morfológica del nombre en adje- nos haría ver en el genitivo un caso puramente sintáctico; pero
tivo, y no sólo transferencia funcional); la frase mientes con- el segundo tal vez podría parecernos sintáctico-semántico. (En
I
serva su sentido al convertirse funcionalmente en sustantivo y realidad, el genitivo sólo es responsable de la transferencia gra-
complemento directo en (sé) que mientes. A estos intercambios matical; la posible superposición de la transferencia semántica 1

gramaticales les dio Bally el nombre de "transpositions fonction- es fruto del contexto y no forma parte del contenido casual
nelles" (Ling. Générale et Ling. Frangaise, 1963\ p. 116); la sin- "genitivo") . I
(
taxis estructural de Tesniére (y de las escuelas "transformacio-
nistas" en general) es fundamentalmente un estudio de estas I
!
transposiciones, que él llama "traslaciones". Nosotros las llama- ,I
remos "transferencias funcionales", terminología usada ya en
castellano por A. García Calvo en uno de nuestros Congresos
I
(cf. Actas del JI Congreso Español de Est. Clásicos, Madrid,
1964, p. 118 y ss.). :I
b) La transferencia funcional, "que afecta exclusivamente a
la gramática, ha de distinguirse cuidadosamente de la transfe- I
rencia semántica, que interesa también al léxico porque los sig- (
nos cambian de sentido a la vez que de categoría. Así -seguimos I
citando a Bally-, la vegetación tropical es la que se halla bajo (
los trópicos (transferencia funcional -y morfológica- de tró-
pico); un calor tropical es un calor tan intenso como el que reina
I
en esas regiones (transferencia semántica -y morfológica- de I
trópico). En el primer caso, trópico se toma en extensión, como
r
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1

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ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 103

GENETIVVS, DATIVVS et ABLATIVVS non sunt NOMINA,


sed casus nominis
/

GENET. Es semánticamente nombre y funcionalmente adjetivo.

No supone transferencia semántica del nombre, ya que


IV designa a una persona o cosa como tal persona o cosa
en toda su comprensión; pero sí supone transferencia
NUESTRA INTERPRETACIÓN DE LOS CASOS LATINOS sintáctica del nombre en adjetivo, ya que el nombre en
genitivo es regularmente determinante' de otro nombre:
el morfema de genitivo eleva, pues, la noción del sustan-
§ l. - Esquema básico tivo a la idea más "general" del adjetivo (d. infra,
p. 133 y ss.). .
Si tomamos el principio de las transferencias lingüísticas en-
tre categorías como criterio clasificador de los casos, llegamos al DATIV. No son nombres ni semántica ni funcionalmente.
siguiente resultado. ABLAT. Suponen a la vez transferencia semántica y transferen-
cia sintáctica del nombre en adverbio.

NOMINATIVVS et ACCVSATIVVS sunt et NOMINA et CASVS NOMINIS El dativo no es semánticamente nombre porque el nom-
bre en dativo no designa a una persona (o cosa) por lo
NOM. Son semántica y funcionalmente nombres. que es en sí misma (en su extensión normal), sino por
ACCVS. No suponen ni transferencia semántica ni transferencia una característica accidental, a saber, su condición de
sintáctica del nombre. "persona interesada" en el proceso verbal (transferencia
semántica) .
Semánticamente, el nominativo y el acusativo designan Tampoco entra como sujeto u objeto en el sistema cen-
a las personas y cosas por lo que son en sí mismas, en tral, interno del verbo; su situación es "marginal", ad-
toda su extensión como personas o cosas. verbial (transferencia funcional).
Por otra parte, son dos formas distintas y reales del El ablativo no es semánticamente nombre, porque el
nombre ("virtual") para cada una de las dos funciones nombre en ablativo no designa a una cosa (o persona)
propias del nombre. Nominativo y acusativo gramatica- por lo que es en sí misma (en su extensión normal),
lizan (expresan por morfemas gramaticales) la oposi- sino por una característica accidental, a saber, su situa-
ción que, ocasionalmente, aparece aislada (lexicalizada) ción en la zona del proceso. Esta relación externa, en
en temas diferentes: ego / me, tu / te (d. alemán cierto modo "geográfica", pertenece propiamente al
Wirt / Gast, "huésped" que da I recibe la hospitalidad). adverbio (de lugar, modo, causa, etc.): transferencia
. funcional.
104 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 105

RESUMEN plano en el equilibrio de los principales miembros de la frase


(cf, Blinkenberg, Le probléme de la transitivité en fr. moderne,
CASOS NO-NOMINALES
Copenhague, 1960, p. 39).
CASOS NOMINALES
El sustantivo está predestinado a la función de sujeto, como
I
siempre se ha reconocido. Pero no es menos cierto que una gran f
Nombre de I Nombre de Caso adjetival Casos adverbiales
masa de verbos tampoco se conciben sin su segundo término,
la Sintaxis la Sintaxis Semánticamente: No son nombres ni semán- I
impresiva- declarativa
. Nombre tica ni funcionalmente aunque la situación dispense con frecuencia de expresarlo por
expresiva Funcionalmente: intuirse ese segundo término o por no ofrecer interés su especi-
Adietivo Designación Designación
Nombre No~bre \ ficación léxica: "el enfermo oye", es decir, "conserva la facultad
activo pasivo de persona de "circuns-
"interesada" tancia" auditiva", sin que importe saber "qué es lo que oy,e". La catego-
DATIVO ABLATIVO
ría por excelencia del objeto como del sujeto es el sustantivo.
VOCATIVO NOMIN. ACUSAT. \ GENITIVO
2) El nominativo y el acusativo señalan en el nombre una
polaridad -respectivamente, activa y pasiva- del proceso antes
que el verbo haga su aparición en el 'enunciado: '_ i
§ 2. - La oposición nominativo / acusativo Caso I
activo / Caso pasivo manus manum lauat (proverbio); I
ego te et tu me feres (Terencio, Hecyra, 610); I
De la visión que se tenga del nominativo y acusativo depende
1
toda la organización del sistema casual. Magnum Claudius, Cmssum NeTO interfecerant (Tácito,
El nominativo (o sujeto) no es el determinado absoluto para Hist., 1, 48, 2).
I
quien está hecha la frase, sin ser él determinante de nada; ni es
tampoco "un complemento como todos los demás", según la in- Señalan esa polaridad incluso sin que se diga explícitamente
sistente teoría opuesta de Tesniére. qué proceso concreto envuelve a los dos términos:
El acusativo (o complemento directo) ni está tan distanciado
I
del nominativo (o sujeto) ni tan próximo a los restantes casos Quid puer Ascanius? (Virg., En., 3, 339) ;
como lo pretende la teoría del nominativo "caso cero".
I
Ambos andan juntos en la órbita verbal: atraen al verbo y, Quid is ergo? (Terencio, Adelphoe, 326)
a la vez, reciben su influjo en una relación sui generis de mutua
interdependencia. Ni el verbo puede subsistir normalmente sin Piénsese en las numerosas frases incompletas del tipo quos
ellos ni ellos. sin el verbo. ego ... (Virg., E~., 1, 135). tu me ... (Terencio, Adelphoe, 539).
El significado total del sintagma verbo-nominal no es una La situación permite siempre al lector poner un verbo que su
suma de sus elementos constituyentes, sino la "novedad" resul- conciencia lingüística echa de menos; pero ¿quién puede garan-
tante del choque entre los conceptos' básicos expresados por el tizar que tal es precisamente el verbo "omitido" (1) por el autor?
verbo y el nombre (o los nombres) integrados en la unidad su- De hecho, no es raro que comentaristas y traductores no coinci-
perior que es el sintagma verbo-nominal con la interdetermina- dan en el verbo "sobreentendido". En realidad, cada cual puede
ción mutua entre verbo y nombre(s). leer entre líneas el verbo que más le guste: ahí está la elocuen-
1) Un hecho esencial en la relación verbo-nominal es que cia del silencio (figura retórica de la aposiopesis). Pero no queda I
sujeto y objeto del verbo se hallan, en principio, sobre el mismo al arbitrio del lector la relación activo / pasivo de los términos. l
El autor impone esa limitación a la libertad interpretativa: la I
(
r l
106 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
107
elección queda circunscrita por la zona de la transitividad. Así,
se determinan mutuamente. Los otros casos permanecen fuera
en Terencio (Adelphoe, 158), el lena, a quien le han arrebatado de la estricta oposición verbo-nominal.
a viva fuerza una de sus muchachas, dice, airado: ego istam
En cualquier lengua pueden señalarse hechos como éstos del
(= uirginem) inuitis omnibus ... O sea: "A pesar de todos vos- castellano;
otros, yo la ... ". Aunque nada ganaría la traducción, en lugar de
los puntos suspensivos. ca be poner "b
arre a t are,,,, "11
evare' (con- SUJETO
migo)", "recobraré", "detendré", etc. No es admisible la traduc- su madre s. 1
ción de Marouzeau: "Moi? Elle? En dépit de vous tous ... ". El un toro s. 2
moi y el elle no están orientados como sujeto y término del (in- (al niño) 10 cogió la policía s. 3
definido) proceso. el tren s.4
La oposición nominativo / acusativo, dentro del género ani- una tormenta • s. 5
mado, es un ineludible corolario de la oposición animado / in- una hormiga (?) s. 6
animado. Efectivamente, cuando dos seres 'animados se ven invo-
lucrados en el mismo proceso, y uno domina al otro, volvemos OBJETO '_
a una situación prácticamente idéntica, a 10 animado / inani- (a) su víctima 0.-1
mado: lupus agnum uiderat. Sin duda, no es accidental que
agnum coincida con el inanimado templum. Ambos deben ser (el malhechor) cogió
( el arma
el tren
o. 2
o. 3
el simple tema, eventualmente ampliado con un elemento nasal,
originariamente exento de valor casual; el valor "casual" (pa- ) fruta
una pulmonía
o. 4
o. 5
sivo) 10 recibirá precisamente al enfrentarse al caso positiva-
mente marcado como "ergativo".
\ la luna (?) o. 6

El caso nominativo es invariablemente atribuido al determi- Pueden representarse así los posibles sujetos y objetos de
nante ;erbal concebido como más agente, y el acusativo al tér- cogió:
mino más paciente. Si se considera la siguiente serie de ejem-
S. 1 o. 1
plos, se verá cambiar la orientación dinámica entre los dos
s. 2 0.2
términos relacionados, según vayan alternativamente en nomi-
s. 3 o. 3
nativo o acusativo:
s. 4 cogió o. 4
s. 5 o. 5
(ego) capio obliuionem aLicuiusrei (cf. Plinio, 7, 24, 24).
cepit nos obliuio seruitutís (cf. Cicerón, P' . , 3, 4, 9). SD OD
(ego) cepi satietatem alicuius reí (cf. Planto, Amph., 472).
cepit me satietas alicuius rei (cf. Livio, 27, 49, 8).
(senetores) metum ceperunt (cf. Livío, 33, 27, 10). Ahora bien, la acción de "coger", lejos de permanecer idén-
senatum metus cepit (cf. Livio, 23, 14, 8). tica a sí misma, varía sensiblemente: a) según el sujeto a quien
se atribuya: el "coger" de la madre no es el "coger" del tren
etcétera.
ni del toro, etc.; b) según el objeto "cogido": el arma el tren'
la pulmonía, etc, Ello no es obstáculo para que el casteIÍano "ex~
3) El nominativo y el acusativo constituyen con el verbo el
prese", simbólicamente, todos esos procesos como "idénticos"
sistema sintáctico interno en que la categoría nominal y la verbal
contando con que, gracias al, saber de hablantes y oyentes, nadi~
108 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
109
se llame a engaño. Los usuarios del idioma envuelven en una oradores: la.trant uun. quiclem oratores non loquuntur (B t
representación única el término activo y el pasivo alrededor de 15 "8) Y . ' ru us,
" ,;) '" ' por ,el camino de la estilística, los escritores hicieron (
un lexema verbal más o menos elástico, y el significado resul- ladrar ~ estomago'(Horacio, Sat., 2, 2, 17), a las preocupacio~
tante depende tanto de los protagonistas del proceso como de nes (Estacío, Theb., 2, 238), a las entrañas (Estacio Silu 2 1
la representación prefabricada que en el fichero de la lengua se 13), a los mares (Plinio, 4, 5, 9, 19), etc. '., , ,
llama "coger". Po~ 1~cara pasiva, sólo se pueden ladrar "ladridos" (latratus)
La relación expresada por el sujeto y objeto no se distingue d. ?vIdlO, latratus edere, Met., 4, 450), y, como no hace falta
í
de la acción en sí ni se concibe sin ella. En cambio, la posible decirlo, el verbo es intransitivo. Luego, ya es posible "ladrar"
añadidura de un eventual beneficiario (dativo) o de una circuns- ~lgo m~s. que .ladri~os; los poetas hacen que los perros ladren
tancia de tiempo, lugar, causa, etc. (ablativo) constituyen refe- una piel de CIervo (Horacio Epod. 5 57· Ep 1 2 66) 1
rencias marginales a personas o cosas externas, que no alteran nu bes (Estacio, Theb., 1, 551),'"etc. , .'" . ' o as
sustancialmente el proceso ya prefijado en el sistema interno . 5) Todo complemento directo es "interno": desde la interio-
antedicho. r~dad to~al (ac~sa~ivo "interno"), en que no se aprecia ninguna
4) Digamos de paso que el espectro semántico de un verbo d.iferencIa semantIc.a entre verbo y objeto, se pasa a una interio-
dado varía de lengua a lengua: los largos artículos de un diccio- ridad menos llamatrva, pero siempre real: el rasgo actum -como
,nado no son, en último término, sino un análisis de ese espectro el a.gens- si~mpre está presente en el agere: son categorías solí- (
semántico para señalar la zona que coincide y, sobre todo, las da:Ia~ y no sImplemente complementarias, Como el nombre y el
zonas que no coinciden con el espectro semántico del verbo que adJetlv~, o el verbo y el adverbio. El sujeto y el objeto son co-
habitualmente le corresponde en nuestra propia lengua. sustanCIales al proceso verbal. .
y aun dentro de una misma lengua puede variar, diacróni- . 6) NOTA: Suaerenciae de la terminologíá antigua: nota histó-
camente, ese espectro, tanto por la cara pasiva como por la ac- :2ca sobre la mterpretación del acusativo. - Una nomenclatura
tiva como por ambas a la vez. m~decuada puede motivar confusiones duraderas. Así ha ocu-
Así, la serie de' posibles sujetos y posibles objetos que rndo. con el nominativo, según hemos visto. Como se ha dicho
hemos visto funcionar con "coger" ha quedado reducida, en el rep~Íldas veces, la denominación del acusativo arranca de una
castellano de América, a un solo término por cada cara: "el hom- equivooada traducción latina de a.lttcn:ocn niñcrtc; "el c d 1
; :. " " ,,( '" aso e a
bre coge a una mujer"; el verbo se ha convertido en una palabra rU:.a, an:ta es causa y, secundariamente ,: "cargo" "
., "El d " acusa-
fea y, por lo tanto, desterrada de la buena conversación. Se le ;'lOn. ., t~a uctor latino se fue por el significado marginal de I

sustituye por tomar, alcanzar y, sobre todo (como puede obser- ~cusaclOn , ~ue triunfó generalmente y dio lugar a observa-
1
I
varse a diario en las películas que llegan a nuestras pantallas clO_nesperegr~nas c?~O .la de Prisciano: el acusativo es el caso
desde el continente americano), atrapar. qm uero truuns ad mtm2cos.att~net (Gramm. Lat., Keil, rr, 186).
Estos últimos años hemos visto enriquecerse extraordinaria- Hallamos
. .otras denommaclOnes aplicadas al mismo caso.. (
mente la cara pasiva del verbo bailar, antaño "intransitivo": "se casus mcusattuus se llama en Charisius (1 17 6) al
. 1 ',.' , , , parecer I
bailaba" (simplemente, "el baile" regional); ahora, cada tem- co~o sirnp e sinommo de accusatiuus: incusatiuus, qui et accu-
satmus uocatur. l
porada trae un nuevo "bailable".
Un ejemplo latino: latrare. Es un verbo de espectro semán-
!
. Tambi.én.se le llama, de paso y sin comentarios, casus causa-
tico reducidísimo en lengua por ambas caras. Por la cara activa ttuus (Príscíano, GLK., n, 185, 25), que es la traducción co-
sólo admite propiamente un solo sustantivo: "de verdad" sólo rrecta del original griego, y resulta denominación adecuada 1/
ladran "los perros": canes latrant.
Pero Cicerón, en un hecho de habla, dijo que ladraban ciertos
Como complemento del verbo causativo (factitivo). ' I
El Ars anonyma Bernensis (Supplem. Gramm. Lat. Keil, p. 87) (

I
I
I
110 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
111
nos sorprende llamando al acusativo casus actunis, pero el co-
mentario justifica plenamente el motivo; en prime~ lugar, ,se (cf. la teoría estoica, supra, p. 80). Los estructuralistas mo-
hace notar allí -contra la tradicción- que el acusativo no solo dernos, después de negar la legitimidad del nominativo como
sirve "para acusar a los enemigos", sino también "para alabar caso y excluirlo del sistema casual, oponen el vocativo a todos
a los amigos"; en segundo lugar, aun recogiendo la nomencla- los casos restantes: el vocativo, como caso "actitudinal", y los
demás, como casos de- contenido "referencial".
tura tradicional allí se rectifica con una apostilla que nos suena
a auténtica impresión personal de un hablante latino sobre el También la morfología refleja cierta originalidad del voca-
valor del acusativo: accusatiuus ... hoc est actiuus ... Accusatiuus tivo: cuando no tiene significante propio (y sólo lo tiene en los
uim accusandi et actum alterius declarat, quasi patiatur ab ea. temas en o/e), se confunde normalmente con el tema puro (de-
'"
En suma: el acusativo . ida d de1 otr"o. (Ese "to ro "
acusa la activi sinencia cero), lo que cuadra muy bien a una forma desligada
del contexto declarativo. •
no puede ser evidentemente, más que el nominativo). Se llama
,
"activo" al acusativo por acusar esa " activiivídad" ,y acusar la 2. En nuestra ordenación de los casos latinos respetarnos
quasi patiatu~ ab eo: es decir, el acusativo se erige en acusador igualmente la originalidad del vocativo, pero con una particula-
como "víctima" de la actividad denunciada ("acusada"). A}:J.í te- ridad de cierta importancia con relación a la doctrina tradicional
nemos, pues, un explícito reconocimiento antiguo, ~e la oposición ya los estudios recientes que nos han precedido (De Groot,~Ku-
rylowicz y otros).
nominativo / acusativo, que Martinet y otros teóricos modernos
se niegan a admitir. En lugar de oponer el vocativo directamente al conjunto de
los restantes casos, lo incluimos, en la primera dicotomía, dentro
del grupo de los casos estrictamente nominales:
a) La morfología nos invita claramente a ello, como ~e dirá
§ 3. - El pm' nominativo-acusativo frente al vocativo infm, p. 113 y ss.
b) Por otra parte, el vocativo cumple una función designa-
Frente al par nominativo-acusativo, y dentro del bloque de tiva, como el nominativo-acusativo: allí está la notable diferen-
los casos nominales, ha de situarse el vocativo. cia entre el vocativo y algún otro signo expresivo-impresivo que
EL nombre en »oeatuio queda habilitado para funcionar en invade la sintaxis declarativa: piénsese, por ejemplo, en las in-
la suiuuxu: expresiva-impresiva, y en nominati~o-acusativo, para terjecciones, cuyo contenido semántico tiende a cero.
funcionar en la sintaxis declarativa. E~ vocatwo, ?o: un lado, e) Por último, vemos que, frecuentemente -siempre en sin-
y, por otro, ei nominativo-acusativo pertenecen a dlstmtas zonas taxis expresiva-, con el vocativo pueden alternar el nominativo
del lenguaje. y el acusativo (neutralizados, como airemos, p. 128 y ss.); 110
1. Siempre se ha reconocido en el vocativo un caso. muy es- pueden alternar con el vocativo los casos no-nominales. E'l no-
pecial. Los gramáticos indios lo excluyeron de la serie ~e los men de la sintaxis declarativa asume la función evocativa por el
casos. Su criterio fue general en la antigüedad hasta el slgl~ 1 procedimiento lingüísticamente marginal de la tonalidad.
anterior a nuestra era, La incorporación definitiva del voca~Ivo y sólo como miembro perteneciente al grupo de los casos
al paradigma nominal se debe a Dionisio Traci~. Los estOICOS nominales se opone el vocativo -secundariamente y sobre dis-
-consecuentes con su principio de que no podía hablarse de tinta base- al genitivo, dativo y ablativo.
"casos" fuera de un contexto y, viceversa, que toda forma nomí-
nal integrada en un contexto debía ser consiidera da como ""caso. -
no admiten al vocativo en la serie casual, ya que ese pretendido
caso no forma parte de la frase y es independiente del contexto
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 113
112 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
f '
"algún rasgo" sintáctico (genitivo) o semántico-sintáctico (dativo
§ 4. - Casos nominales y casos no-nominales y ablativo); por lo cual el metalenguaje ha de conservarlos "in-
variablemente" en su forma adjetival o adverbial.
La primera dicotomía que se impone en la ordenación de los
c) Cuando el gran nexo verbo-nominal se relaja, como ocurre
casos latinos es la que distingue entre casos nominales y casos
en ~l estil.o in~i:ecto, en la oración de infinitivo en general (in-
no-nominales. Recapitulemos en apoyo de nuestra tesis algunos
cluido el infinitivo llamado "histórico"), los cambios sustancia-
argumentos dispersos en las páginas anteriores e insistamos
les en la relación nombre-verbo no tienen ninguna repercusión
ahora en algunos que tan sólo hemos insinuado. en los casos que nosotros llamamos no-nominales.
Hay un cambio de nivel sintáctico, o .semántico, o semántico-
d) Otro tanto se observa en el gran cambio verbo-nominal
sintáctico, cuando de la serie vocativo-nominativo-acusativo se
entre oración activa y pasiva (no importa que se entienda la opo-
pasa a la serie genitivo-dativo-ablativo. sición activo / pasivo a la manera tradicional o de otro modo:
Nuestros predecesores (sobre todo, Kurylowicz) han visto la
cf. supra, p. 90 y ss). '
diferencia entre los' extremos: vocativo-nominativo, por un lado,
y dativo-ablativo, por otro. El genitivo y acusativo han consti- B) Consideraciones morfológicas. - Si del campo de la sin-
tuido para ellos la zona oscura y discutida: ¿casos gramaticales? taxis pasamos al de la morfología, ésta nos orienta clara;;'.ente
¿casos adverbiales (semánticos)? hacia la oposición del bloque nominativo-vocativo-acusativo fren-
Nosotros, al negar el nominativo como "caso cero" y "caso te al genitivo-dativo-ablativo. El: hecho ha sido luminosamente
de la pura referencia", volvemos ipso jacto al acercamiento clá- JI
expuesto por Meillet. He aquí algunas de sus observaciones
sico nominativo-acusativo y vocativo. Estimamos que esos tres (cf. Introd. d L'étude comparative des langues indoeuropéennes
casos son distintos de los demás y los enfrentamos como nomina B.a ed., pp. 339-349). '
et casus nominis al resto del paradigma o non nomina sed casus 1. Sólo en el nominativo-acusativo-vocativo se marca la opo-
nominis. sición animado / inanimado, es decir, masculino-femenino / neu-
tro. Fuera de estos tres casos hay una forma única para el neutro
A) Consideraciones sintácticas. - Los cambios radicales de
y para el masculino-femenino: alius-alia ("otra persona": hom-
sintaxis afectan al nominativo-acusativo (y vocativo), sin afectar
bre o mujer, según el subgénero) / aliud ("otra cosa"). En cam-
al genitivo-dativo-ablativo. Nos referimos a hechos como los si-
bio, en genitivo-dativo-ablativo no hay forma específica para lo
guientes:
inanimado. Frente a alíud ("otra cosa"), el genitivo alius sería
a) En la sintaxis estrictamente impresiva-expresiva, el nom-
ambiguo respecto a la noción de animado / inanimado; y, por lo
bre tiene una forma propia, el vocativo, o caso "actitudinal".
tanto, se impone un procedimiento léxico para salvaguardar la
Con él pueden alternar, en determinadas condiciones, el nomi-
claridad: alius reí.
nativo y acusativo (no el genitivo, dativo y ablativo):
2. En los tres casos nominales, sólo para los nombres neutros

Nominativos: ¡
Ego miser!
Fabulae!
etc.
Acusativos: ¡
Nugas!
Me miserum!
etc.
h~y una oposición (positivamente marcada) singular / plural;
dicho de otro modo: dentro- de cada número, un sustantivo neu-
tro presenta una forma única para el bloque nomovoc. acus.:

b) En el metalenguaje hemos visto que, como caso de la "pura SINGULAR PLURAL

referencia", pueden funcionar cualquiera de los dos términos


de la oposición (neutralizada) nominativo / acusativo.
yugám yuga en védico;
En cambio, no hemos hallado el genitivo, dativo o ablativo ¡::'J·(ÓV ¡::oTá en griego;
porque, según dijim-os,no son nombres, sino "designación" más iugum iuga en latín.

!
I
114 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

Y, viceversa, dentro del bloque nomovoc. acuso sólo para el


género animado hay forma específica para distinguir estos tres
casos.
3. Es notable igualmente que, con frecuencia, el nominativo
y acusativo neutros hayan pertenecido a un tema distinto del
que hallamos en los restantes casos (alternancia *-er / *-en):
§ 5. - Neutralización de las oposiciones casuales
ser. yákrt, yaknáh
gr. ~1tap, ~1ta"to~ Hemos dicho anteriormente que no hay sinonimia entre casos
lat. iter, itin( er )is. ni polisemia en un caso dado.
En la ordenación de los casos latinos que precede hemos atri-
(Cf. E. Benveniste, Origines de la formation des noms en in- buido un valor casual único y bien definido a cada morfema del
do-européen, París, 19623, pp. 3-22). paradigma.
Antes de cerrar esta exposición hemos de referirnos somera-
mente a ciertos, hechos "perturbadores" que, en opinión de al-
gunos estudiosos, condenan de antemano al fracaso cualquier
intento de sistematización de los casos.
Un hecho perturbador sería ya la alternancia del nominativo
y acusativo con el vocativo en la sintaxis expresiva-impresiva.
Ya hemos aludido anteriormente a ello e insistiremos de nuevo
en la p. 128 y ss.
Más graves son los siguientes:
a) El acusativo sujeto y el acusativo (o ablativo) con prepo-
sición. - A. V. Isacenko (CFS. 7, 1948, p. 24) escribe: "El acu-
sativo latino amorem ... indica que esta forma puede figurar ya
sea como complemento directo, ya sea como sujeto lógico de una
oración de infinitivo, o, también, que puede aparecer tras ciertas
preposiciones. Está claro que esta indicación gramatical es muy
vaga, muy. difusa. Indudablemente, no puede hablarse aquí de
un significado... Una forma casual comporta varios contenidos
semánticos" ...
b) Las alternancias entre genitivo, dativo y ablativo con el
acusativo. - Se trata de construcciones como miseremini socio-
rum, moenibus inminebant, officio fungor, etc. Aquí, un geni-
tivo, un dativo o un ablativo parecen "variantes" o "sinónimos"
del acusativo. Incluso se dan con frecuencia las dos construccio-
nes: memini Ciceronis o memini Ciceronem, officio .fungor o
officium fungor, etc.
116 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTlTRAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 117
En el apartado a) hay dos tipos de construcciones en que' el la función "objeto", será por sugerencia del léxico o el contexto,
sistema casual no funciona: el acusativo con infinitivo y el acu- no porque lo indique positivamente la lengua. En realidad, la
sativo (u otro caso cualquiera) con preposición. oración de infinitivo es una construcción "relajada" en que la
Sin ahondar en el delicado problema de la neutralización, se sintaxis (nominal y verbal) se reduce a cero, aunque la "lógica"
trata siempre de algún tipo de neutralización casual, es decir, se pueda -eventualmente- descubrir un sujeto nominal y un f
trata de usos en que el significante casual se desprende de su tiempo o modo en el verbo, a pesar de que la lengua silencie \
significado positivo en el juego normal de la lengua, sin adqui- todo eso. Podemos inferir un sujeto, una persona, un tiempo 1
rir por ello ningún otro significado nuevo. y un modo en un enunciado asintáctico como canario-gato-ayer-
El acusativo o el ablativo, al aparecer mecánicamente regi- matar; no sería posible la misma inferencia en toro-torero-
dos por una preposición, no nos dan absolutamente ninguna in- ayer-matar; cf. igualmente estos enunciados normales en caste-
formación en ad urb(em), de cael(o), el morfema casual se vacía llano: después de intervenir la mercancía y después 4e interve-
de todo significado, ya que con ad o de no existe alternativa en nir la policía.
la elección casual (lo único que subsiste es, junto al significado El problema del genitivo, dativo y ablativo como "variantes"
del lexema, el "rasgo número": -em / -es, -o / is). del acusativo es algo distinto. Si se admite nuestra dicotomía
El acusativo con infinitivo es considerado por unos autores entre casos nominales y casos no-nominales, se habrá observado
como "sujeto", lo cual arruinaría, evidentemente, la idea básica que ambos grupos constituyen una oposición privativa: los casos
de la oposición "sujeto" / "objeto"; otros lo interpretan 1 como no-nominales son el término positivo por añadir al nomen algo
un "acusativo normal", objeto del verbo principal; por último, que no corresponde a su función semántica o a su función sin-
otros ven, más acertadamente, en la oración de infinitivo una táctica primaria. Si en un momento dado se prescinde del ras-
(
"neutralización" de la oposición "nominativo" / "acusativo" go positivo de los casos no-nominales, éstos se vuelven equiva-
(cf. R. Godel, CFS., 13, y M. S. Ruipérez, TIL., Il, 1957, p. 117) : lentes del caso nominal acusativo: fungor officio se interpreta '1
"En la oración de infinitivo en latín, al ir el sujeto en el mismo como fungor officium (cf. "cumplo con mi deber" y "cumplo
caso que el objeto directo, el acusativo no proporciona ninguna mi deber").
,I
(
información para establecer el contraste "sujeto" / "objeto", de El acusativo es la piedra angular del sistema casual latino:
tal modo que una frase como dico te esse uiciurumi Romanum es se opone por un lado, como caso nominal, al nominativo; y,
I
1
absolutamente ambigua" (Ruipérez, l. c.). por otro lado, se opone a los casos no-nominales: "la primera
Nos resulta sorprendente que Godel, en la Réponse au Ques- oposición funciona con notable estabilidad... La segunda cono-
tionnaire (p. 41), se retracte de su interpretación anterior: "No ció destinos más variables ... " (J. Perret, REL., 1957, p. 160). La
tengo ya por válido -dice- el ejemplo que imprudentemente di variabilidad consiste en un continuo progreso del acusativo a ex-
del sujeto y el objeto de la oración infinitiva: .las dos funciones pensas de los casos no-nominaÍes: nunca al revés. Es decir, fun-
continúan oponiéndose, a pesar de la identidad del caso: te unum
I
gor officio, por irrelevancia del rasgo ablativo, se vuelve equi- (
ex omnibus Venus me uoluit magnificare" (Plauto, Men., 370- valente de fungor officium; y, finalmente, esta última construc-
371). ción desplaza a la primera (cf. Kurylowicz, Le probleme du clas- (
Nosotros consideramos que su ejemplo es perfectamente vá- sement des cas, p. 35). I
lido. En lengua, no sabemos si el citado ejemplo ha de significar Sobre las cuestiones tratadas en este apartado hemos de \
Quiso Venus que yo te aprecie a ti solo entre todos o Quiso Ve- I
volver a lo largo de este libro; véase, en particular, todo el § 4 I

nus que tú solo entre todos me aprecies a mi. del capítulo siguiente. (
No "continúan opiniéndose las dos funciones": si logramos I
atribuir a uno de los dos acusativos la función "sujeto" y al otro (

(
I
I
(
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS '119
<; •
2) No necesitamos .i.nsistir en el nominativo como aposición,
ni como predicativo ni como predicado, ya que lo que entonces
importa es el hecho de la concordancia y no el caso como tal.
Estamos en esto totalmente de acuerdo con Kurylowicz: "Las
funciones de la aposición, del predicativo y del predicado están
v expresadas no por las desinencias casuales, sino poi la concor-
, dancia de las desinencias" (p. 40).
FUNCIÓN DE LOS CASOS NOMINALES 3) Ya nos hemos referido ampliamente a la teoría del nomi-
nativo como pretendido "caso fuera de contexto" y caso de "la
designación pura" (supra, p. 81 y ss.).
§ 1. - Vocativo 4) Pero el nominativo, como otros casos, puede tener usos
"neutros", que estudiaremos infra, p. 129 y ss.
El vocativo es, como dijimos, el nombre de la sintaxis afec-
tiva. La aparición de 'un vocativo supone siempre la irrupción
de la función impresiva-expresiva al primer plano entre las fun-
§ 3. - El acusativo
ciones del lenguaje:

Tu regere imperio populos, Romane, memento (Vírg., En., F. Blatt, en su sintaxis latina (Trad. francesa, París, 1952,
6, 851). \' p. 77) da una definición del acusativo .que responde a. nue~;ro
concepto de este caso semántica y funcionalmente nommal. El
Es tan sensible el cambio de plano sintáctico que siempre se acusativo -dice- sirve para designar la noción nominal que
ha reconocido la originalidad del vocativo o "caso actitudínal". marca en toda su extensión el objetivo y resultado (comple-
La lengua destaca el cambio de nivel sintáctico por procedi- mento directo) de la acción verbal."
mientos marginalmente lingüísticos, como son la entonación (ma- Ahora bien: ¿Tiene el acusativo un valor uniforme en todos
terializada, en ocasiones particularmente emotivas, en la inter- sus empleos o hemos de renunciar a ver en el acusativo un caso
jección o) y el aislamiento del nombre en vocativo entre carac- unitario? ¿Hay al Iado del acusativo gramatical (con su función
terísticas pausas. Estos procedimientos marginales son incluso "nominal" de complemento directo) otro acusativo adverbial (no-
el significante único cuando la morfología no dispone de una nominal, por lo tanto, como sería el acusativo de dirección, de
forma propia de vocativo, como ocurre en la mayoría de los te- extensión, etc.)?
mas nominales: sólo los temas en -o (y no todos) tienen forma
específica de vocativo.
El vocativo nunca "asume" la función de ningún otro caso 1. - ACUSATIVO DE "DIRECCIÓN"
(cf. intra, p. 128-129).
Sobre este problema están muy divididos los gramáticos. Nos-
§ 2. - Nomínativo otros creemos en el valor unitario del acusativo. Examinemos
1) El nominativo es el caso del sujeto agente o estático, como el tipo de acusativo "adverbial" que se considera como más cla-
antes dijimos: ro: el acusativo de dirección.
1) Oigamos a Kurylowicz (Le probleme du classement des
Deus caelum et terram creauit. cas, p. 27): "Se puede hablar, pues, de una función primaria del
Deus omnisciens (est). acusativo y de una serie de funciones secundarias: acusativo de
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 121
120 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
I
Vemos en "altura" un complemento directo tan legítimo como ·1
dirección (Romam ire), de extensión, de precio, etc. Las condi-
en "dinero"; sin embargo, "ganar altura" es algo comparable a
ciones de empleo en función secundaria son siempre definibles,
un "acusativo de dirección". El diccionario dice que "ganar" sig-
y de un modo positivo. Esas condiciones no radican en el con-
nifica, entre otras cosas, "llegar al sitio o lugar que se pretende"
texto en el sentido vago de la palabra, sino, ante todo y sobre
En realidad, cuando el verbo tiene un espectro semántico dila-
todo, en el valor semántico del verbo ... La desinencia del acu-
tado como el español "ganar" o el latín "petere", es el comple-
sativo se asimila al verbo, penetrándose de su sentido especial. \

La función primaria, en cambio, no se deja definir de este


mento directo quien, por la semántica del nombre, confiere al I
lexema verbal el matiz de movimiento. Y cuando el verbo tiene (
modo."
2) Pues bien, replicamos nosotros, si "la dirección" está con- un espectro semántico muy restringido y concreto, indicando ya !
per se movimiento (ire, uenire, etc.), si por añadidura es con- !(
dicionada, si "la desinencia de acusativo se asimila al verbo, pe-
netrándose de su sentido especial", en una palabra, si "la direc- creto y "local" el lexema nominal, todo contribuye a Ia expre-
ción" es una sugerencia de la semántica del verbo, hemos de sión del movimiento; y basta entonces el caso acusativo para in-
concluir que la dirección no forma parte del contenido "casual" dicar el objetivo, como basta el ablativo para expresar el punto
del acusativo: el acusativo de dirección no es "un caso concreto de partida del movimiento: Assoro itur Hennam. Si se trata de
de movimiento", un caso "adverbial" distinto del caso grama- expresar relaciones espaciales más complejas, el latín ya no la;'
tical y abstracto; lo que es muy concreto es el sentido del verbo confía a la simple flexión, sino que acude a las preposiciones,
("movimiento") y el sentido del nombre puesto en acusativo como las lenguas románicas.
("lugar menor"). 5) Conclusión: Puesto que ninguna caracterización gramati-
3) La costumbre de analizar las lenguas que nos son ajenas cal distingue eo Romam, peto pacem y uerbero puerum, es ve-
por las traducciones que les damos en la lengua propia es, sin rosímil pensar que los hablantes latinos no verían ahí acusativos
duda, lo que nos impide ver el valor uniforme del acusativo heterogéneos, como no vemos nosotros dos complementos direc-
latino. Que el latín vea gramaticalmente igual a eo Romam y tos heterogéneos en ganar dinero y ganar altura o en peto pacem
peto pacem no sorprendería a otros pueblos como nos sorprende y peto Romam (d. Cicerón, De imp. Pomp., 34: Siciliam adiit, (
1
generalmente a nosotros. En chino (citado por Mirambel, Jour- Africam explorauit ... , Sardiniam ... uenit). ¡
nal de Psychologie, 1950, p. 142 y ss.) se dice lo mismo en cuanto
a gramática: "sube al piso" y "lee libros".
En términos castellanos, la forma china sería ésta: 2. - LA GAMA DEL ACUSATIVO: DESDE EL "INTERNO"
AL "ADVERBIAL"
Acción de subir -es suya - dirigida al piso.
Acción de leer -es suya - dirigida a los libros.
Consideraciones análogas podrían hacerse sobre todos los ti-
Tal vez podrían citarse en nuestra propia lengua hechos simi- pos de acusativos registrados en nuestras gramáticas. El hecho
lares. Nosotros vemos gramaticalmente iguales estos giros: sintáctico nos parece idéntico en esencia; lo único que cambia
es el léxico, esto es, la semántica verbal y nominal: "acusativo
gana,;,altura y ganar dinero;
'interno', 'de dirección', 'de extensión' (espacial o temporal), 'de
dirigirse a Roma y dirigirse al Jefe del Estado.
r:
J relación', etc., son etiquetas cómodas, pero convencionales; no
y en latín: designan funciones distintas del acusativo, sino una misma re-
i
lación directa verbo-nominal, cuyo primer término presenta va- I
adire Romam y adire consuiem; (
lores variados" (J. Humbert, Synt. Grecque, 19603, p. 254). En
peto Romam y peto pacem.
I
I
,1
(
122 INTRODUcéIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 123
nuestra opinión, los dos términos, no sólo el primero, presentan .terioridad total en uitam uiuere o seruitutem seruire (¿Qué se
valores varios. ha de vivir sino la "vida" y servir sino la "servidumbre"?).
Echemos una rápida ojeada a los aludidos tipos de acusativo. Hay más exterioridad semántica en diruere urbem, ya que se
a) En el acusativo de la figura etymoIogica, verbo y nombre pueden "demoler" "muchas demoliciones" y entre ellas puede
cubren exactamente la misma zona semántica (acusativo "inter- estar como una de tantas la "demolición de una ciudad". Pero,
no"). Todo verbo puede llevar en principio ese acusati~o,. ya desde el momento en que se unen urbem y diruere, "la demo-
que, .por restringido y concreto que sea su espectro semántico, lición de la ciudad" queda incorporada, "interiorizada", con ex-
siempre admitirá como posible determinant: el acus~:ivo de u~ clusión de cualquiera otra demolición, como se incorporan uitam
nombre (si éste existe en la lengua) que repite la ~OCIO~ verbal: y uiuere en uiuere uitam. Como dijimos en su lugar, el sujeto,
gaudia gaudere, dolere dolorem, seTUÍt'Utemseruere, muere U'L- verbo y objeto directo forman el sistema interno- verbo-nominal.
tam pugnam pugnare, etc. Si es lícito calificar de acusativo de distancia, de 'movimiento,
b)Aunque no se dé la figura etimológica, no. es ~en?s "~- de duración, etc., a los acusativos que acompañan, respectiva-
mente, a abest, it, regnat, etc., con la misma lógica puede ha-
terno" el acusativo cuando nombre y verbo -SID coincidencia
etimológica- cubren más o menos exactamente la mi~ma ~ona blarse de acusativo "de afecto", "de destrucción", "de bebtda",
semántica: proelium pugnare, aetatem uiuere, longam sre umm, etcétera, a los acusativos con amo, diruo, bibo, etc. (cf. J. Perret,
etcétera. La diferencia entre el ire uiam de Virgilio (En., 4, REL., 35, 1957, p. 158).
467-68) y el ire Romam es puramente léxica.
e) El acusativo de "extensión espacial" siempre se da junto
3. - EL ACUSATIVODE RELACIÓN: ACUSATIVO"ESTÁTICO"
a un verbo de "extensión espací al " (¿otro acusa tiIVO ".IDt erno "?)
.. .
César, B. G., 2, 17, 2: magnum spatium abesse, "distar una
Los acusativos aparentemente más irreductibles al tipo nor-
gran distancia". mal son los diversos acusativos que se han agrupado bajo el epí-
Cicerón, Deiot., 42: discedere pedem, "separarse (una sepa-
grafe de acusativo de relación o acusativo griego. Tales denomi-
ración de) un pie". naciones son ya un indicio del apuro que ante esos acusativos
Cicerón, De signis, 14, 33: Pueri ... oculos de isto nusquam han sentido los gramáticos. ¿Hay algún acusativo que no ex-
deicere neque ab argento digitum discedere, "Los esclavos ... no prese relación? ¿No son todas las formas casuales formas que
le quitaban ojo de encima ni se apartaban un dedo de la plata". relacionan al nombre en la frase?
Gramaticalmente, deicere oculos y discedere digitum presentan El llamar "griegos" a esos acusativos tampoco resuelve nada:
idéntica caracterización sintáctica. es trasladar el problema al campo del griego. Por 10 demás, cree-
d) Exactamente lo mismo ocurre con la "extensión tempo- mos ya generalizada entre los latinistas la opinión que ve en el
ral" o acusativo "de duración": como se dice uiuere uitam, aeta- acusativo "griego" un auténtico acusativo "latino", aunque no
tem, aeuum, etc., se dirá con el mismo acusativo (¿interno?) es imposible que la influencia griega haya contribuido a exten-
uiuere unum diem (Cic., Tusc., 1, 94). der su uso en la literatura latina.
Paralelamente a regnare regnum se dirá regnare tres annos. Como siempre, resulta difícil marcar la frontera entre un
y así sucesivamentE;!. acusativo normal y un acusativo de relación.
La interioridad o exterioridad del acusativo es cuestión de Se cita como un acusativo griego o de relación el tipo fre-
grados. En el fondo, todos los acusativos son "internos", como cuente redit exuuuis indutus Achilli (Virg., En., 2, 275), "vuelve
dijimos' en otro lugar. La interioridad o exterioridad semántica revestido de los despojos de Aquiles".
entre el lexema verbal y el lexema nominal es variable: hay in- Este tipo es para F. Blatt (p. 86), sencillamente, un acusa-
124 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
125
tivo normal "regido por el verbo medio induor" (cf. Virg., En., 7, a) En la oración nominal pura:
640: loricam induitur, "ciñe su coraza").
Nos parece interesante citar un párrafo, aunque largo, de Sujeto estático: Omnia praeclara rara.
Bassols (Sint. Lat., I, p. 48, Madrid, 1956): "El acusativo se llama .Objeto estático: Omnia Mercurio similis (V'lrg., E n., 4,
de relación cuando depende de formas verbales (generalmente, 558).
participios usados con valor pasivo) para indicar la parte de una Sujeto estático: murus aitus, "la muralla es alta".
persona o cosa afectada por la acción verbal. .. Es, pues, indispen- Objeto estático: murus decem pedes altus, "la muralla
sable para el uso de esta construcción que el verbo no se emplee
tiene diez pies de altura".
con acepción media, pues, en este caso, el acusativo no es ya de Sujeto estático: Qui?, "¿Quiénes (sois)?".
relación, sino simple complemento directo ... En cambio, si atrí- Objeto estático: Qui genus? (Virg., En., 8, 114), "¿Qué
buimos al participio acepción pasiva, el acusativo es ya de rela- origen tenéis?"
ción ... En realidad, los acusativos de relación no son más que
primitivos complementos directos regidos por verbos que han b) En la oración verbal "estática":
dejado de usarse con valor medio para adquirir una acepción
pasiva". ...
ya sea con verbo de "estado" puro (cf. Terencio, Hecyra, 185
Se ve en esas líneas un tremendo esfuerzo por discernir lo 747, etc.). '
indiscernible. Según interpretemos como medio o como pasivo
el participio verbal, tendremos un acusativo normal o un acu- illic est dies complures "allí se está unos cuantos días ,
.sativo de relación; pero ya nos hemos referido a la escasa con- aetatem una eternidad".
sistencia de la oposición medio / pasivo (d. supra, p. 90 y ss.). etc. I
etc.
y ahora, al tratarse de formas nominales del verbo, ¿quién pue-
de asegurarnos que tienen sentido activo, pasivo o medio? ya sea con verbo "activo de sentimiento":
Lo que nosotros deducimos de la doctrina tradicional es que
hay un denominador común a todos los acusativos de relación, Sujeto estático: (ego) gaudeo, "estoy contento".
tanto verbales (doleo pedem, gr. dk(~tV TODe; 'ltÓaac;) como parti- Objeto estático: gaudeo id, "estoy contento de esto".
cipiales (exuuiae indutus) como "adjetivales" (nuda genu, Haua
gaudeo dolorem alicuiusJ "me alegro del
comas): anda siempre en juego la diátesis medio-pasiva, y se dolor de alguien" (cf. Estacio, Teb. 4
trata siempre de un acusativo que "indica la parte de una per- 231). ' ,
sona afectada por la acción verbal" o por la cualidad del adje- Sujeto estático: (ego) doleo, "estoy dolido".
tivo: en otros términos, se trata siempre de una "transforma- Objeto estático: doleo pedes, "tengo dolor de pies".
ción o estado" (Leroy, Notes de Gramm. Lat., I, 32). Si ahora.
recordamos que el nominativo es el caso del sujeto activ? o ya se~ con v~rbo "P~,sivo" (en el fondo, igualmente estático):
(en el caso límite de la actividad) "estático", paralelamente ve- SUJeto.activo y objeto pasivo: loricam induit (Curcio IV 6
mos que el acusativo es el caso del objeto "paciente" o (en el 27) , " se pone 1a coraza " (se la pone consciente y voluntaria,
, "
caso límite de la pasividad) "estático". Como el nominativo es mente).
sujeto estático en la oración nominal pura, en la oración con (
Sujeto y objeto estáticos: loricam induitur (Virg En 7
verbo esse y, por último, en la oración verbal estática (llamada I 640), "(y~) tiene puesta su coraza". Este ejemplo re~~ier~' u~
comúnmente "pasiva"), igualmente puede haber un acusativo I come~tar!o. En loricam induit se ve un acusativo normal, 10 cual
"estático" : l es evidente; en loricam induitur hay división de opiniones: unos

I
126 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINO
S 127
ven otro acusativo normal (con "voz media"), otros un acusa- Pero antes de pasar al estudio de 1 .
del acusativo, hemos de referí lOS~:~dentes usos neutros
tivo de relac. 'm; para todos hay perfecta sinonimia entre loricam ' erirnos a a típica constru ccion del
d obl e acusatívo. »Ór

induit y loricam induitur. Tal vez no sea perfecta la sinonimia.


Virgilio inicia el cuadro de la movilización de Ausonia diciendo
que "Ausonia era un pueblo tranquilo y que nunca se había 4. - EL DOBLE ACUSATIVO

movido anteriormente" (v. 623); se arma, pues, sin vocación El doble acusativo no ofrece dificultades de inte re . ,
guerrera, sin complacerse en la guerra; y el cuadro se cierra di- a) ~l doble acusativo, llamado "del todo d 1 rp ta~lOn.
ciendo que "el Ausonio (ya) tiene puesta su coraza" (sin ver- en realidad un solo' y e a parte , es
la arte" . acusativo por naturaleza: el acusativo "de
dadera actividad en el sujeto ni verdadera pasividad en el ob- PV' es una SImple aposición que precisa "el todo".
jeto) . lrg., En., 10, 698-699' L t .
"hiere L . a agum... occupat os faciemque
Una gran difer-encia separa al latín (y al indoeuropeo en ge- a . atago '" su rostro y su cabeza". •. '
neral) de las lenguas románicas actuales: éstas enfrentan al b) En el doble acusativo de " "
verbo genérico de "acción", hacer, dos verbos de "estado": uno dos acusativos' ambos al persona y cosa hay realmente
. norrn es ya que va .
intransitivo, ser (en castellano, además, estar) y otro transitivo, verbos "causativos": ' n SIempre junto a
haber (en castellano, además, tener). El latín, a sus verbos ge- - doceo (frente a disco) " h -..
néricos de acción,' [acere y agere, sólo opone un verbo de estado, (algo) », doceo es yo ago (a alguien) aprender
el intransitivo esse. No tiene, en cambio, nada comparable al
. pueros grammaticam "h 1 .-
der la gramática'" , ' ago a os mnos apren-
verbo transitivo de estado tan familiar e indispensable al ha-
- rogo (frente a rego) - "hago ( 1 .
blante románico. Para cubrir el inmenso campo de nuestro ha- piamente "alinear"] (al 0)"-:- a a guien) expresar [pro-
ber y tener, el latín (y el indoeuropeo en general) acude a va- al senador expresar su ~are'c:;'~o senat~r~dmsententiam, "hago
rios recursos: uno de ellos es el llamado "acusativo de rela- nador":, , o sea pi o el parecer del se-
ción", susceptible siempre de una traducción con haber o tener.
Los otros recursos son: a) algún verbo "haber" como habeo, - moneo (frente a memini) - "h ( .
(algo)": Fabius ea .: .ago a alguien) recordar
ÉXm, pero siempre con un sentido mucho más restringido que me ... monutt (CIC Fam 3 3 1) "F b
me ha hecho recordar esta s cosas" . ., "'" a io
el "haber" románico; b) unos cuantos verbos "de estado espe-
cífico": gaudeo, "estoy contento"; uiret, "está verde"; timeo, Si los verbos causativos se vuelve" . " ,
"tengo miedo"; sitio, "tengo sed", etc.; c) el verbo esse con da- teoría "estáticos") lo ". n paSIVOS (segun nuestra
, ,umco que cambia 1 d
tivo. moneo, etc., añaden a disco ~e o .. es o que o~eo, rogo,
En suma: con el acusativo de relación o acusativo griego al- tesis causativa' en consecu' . 9 'lmemmt, etc., es decír, la diá-
canzamos un valor "crítico" en la gama del acusativo: rozamos manece invari~ble como c:~~~~e:~m:.lemtento "de cosa" per-
¡. causativo: irec o normal del anti-
la zona de los usos neutros, en que el acusativo deja de oponerse
al nominativo, esto es, de erigirse en antinominativo. Nosotros, pueri docentur grammaticam" h ._
sin embargo, preferimos situar a dicho acusativo en el extremo la gramática'" , ' se ace a los runos aprender
de la gama del "objeto" porque aún nos parece apuntar la opo-
. s~ntentiam rogari, "ser requerido a expresar la ( . )
sición sujeto / objeto bajo la forma borrosa de sujeto estático opinión". propIa
y objeto estático. Con todo, nos parece un detalle intrascendente
para el concepto general del acusativo el concebirlo todavía La diátesis causativa puede ser simplemente 1" (
tí al' d exiea no gra
como el último eslabón en la gama del antinominativo o incluirlo ma IC. IZa a, como en doceo rogo moneo con ..•
' . ' , , su VocalIsmo c
entre los usos neutros del acusativo. rae t erístico. -o):,. cf en esp . "matar" -_ "h acer '.morIr": a-
128 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 129
transduco = "hago Ca alguien) traspasar (algo): exerci-
tum Ligerim traducit, "hace pasar a su ejército el Loira". Se dice igualmente que hay un vocativo por acusativo en
- creare = "hacer ser" (causativo de estado): creare Cice- ejemplos como éste de Propercio (1, 11, 9):
ronem consulem, "hacer a Cicerón ser cónsul", o sea "nombrar Atque utinam mage te, remis confisa minutis, paruula Lu-
cónsul a Cicerón". crina cymba moretur aqua, "¡Ojalá -¡confiada a diminutos re-
I
mos!- la barquita te detenga en las aguas del Lucrino!"

i
Etcétera.
Blatt (p. 74) comenta: "Es preferible ver aquí una falta de
concordancia y no suponer, con Wackernagel, que el vocativo
pueda asumir el papel de acusativo" (cf. Wackernagel, 1, 308).
§ 4. - Usos neutros de los casos nominales: sintaxis relajada Para nosotros (como en los ejemplos anteriores), ni siquiera hay
falta de concordancia, sino que el confisa (en lugar de confisam)
En nuestros manuales de sintaxis latina figuran apartados supone un salto de la sintaxis declarativa a la sintaxis afectiva.
con los siguientes epígrafes: "Nominativo en func.ión de voca- Así lo hemos querido reflejar en nuestra traducción, que nos
tivo", "Vocativo por nominativo", "Acusativo en función de no- dispensa de más comentario.
minativo", "Acusativo libre", "Acusativo exclamativo", "Acusa- B) El resto del material citado en los aludidos apartados .de
tivo elíptico", etc. nuestros manuales (y algunos hechos más que vamos a añadir
En esos apartados encontramos hechos muy dispares, que aquí nosotros) puede interpretarse bajo la perspectiva única de
intentaremos deslindar. la neutralización entre casos nominales y la propensión a impo-
A) Las formas de vocativo nos parecen siempre normales: ner el acusativo en las posiciones neutras.
no admitimos que el VOCfltiVO pueda asumir la función del no- 1) Existen nominativos y acusativos en función propia de
minativo ni del acusativo. No conocemos usos neutros del vo- vocativo: Evitaremos, no obstante, el término de "alternancia",
cativo. ya que, según dijimos, no existe la situación inversa.
Se dice que hay un vocativo por nominativo en textos corno El vocativo es un caso morfológicamente mal caracterizado:
los siguientes: sól~ tiene forma propia en el singular de los temas en -o, y no
Tibulo, 1, 7, 53: Sic uenias hodierne. en todos (d. uir, deus, puer, e incluso populus, etc.). En la gran
Virgilio, En., 2, 283: Quibus Hector ab oris expectate uenis? mayoría de nombres hay una forma común para el nominativo
Ibui., 3, 382: uicinosque, ignare, paras inuadere portus. y vocativo.
Es cierto que en todos esos ejemplos podría aparecer el no- No es, pues,. extraño que la forma del nominativo suplante
minativo (hodiernus, expectatus, ignarus), y tendríamos enton- al vocativo incluso cuando cabría dar a éste su posible forma
ces predicativos según la concordancia normal de la sintaxis propia.
declarativa; pero lo que han hecho les poetas es salirse del plano En la sintaxis afectiva hallamos también el acusativo en lugar
de la sintaxis declarativa y saltar al plano de la sintaxis "afec- del vocativo. Lo que sucede entonces es que, tanto el nominativo
tiva", cuya forma característica es el vocativo. Es de advertir que como el acusativo, dejan de oponerse entre sí como lo hacen
esa falta de concordancia se da siempre en frases notoriamente normalmente en la sintaxis declarativa: la gran oposición su-
"emotivas": la forma "vocativa" en el adjetivo aísla a ese ad- jeto / objeto queda en suspenso al relajarse la estricta sintaxis
jetivo y, por lo tanto, al independizarlo un tanto del verbo, 10 declarativa; ambos términos se vuelven "neutros", y ambos sir-
destaca. Es un uso esencialmente estilístico, en que el vocativo ven por igual, ya sea como nomen uocati1.~umo exclamatiuum
no es un "sustituto" del nominativo, sino un auténtico vocativo, (fabulae! -nugas! Ego miser! -Me miserum!); ya sea como nomen
con su valor propio de vocativo. nominatiuum, es decir, como "designación pura" en las opera-
ciones metalingüísticas (según vimos en otro lugar).
130 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LO~ CASOS LATINOS 131

2) Todos los ejemplos que se citan de "nominativo libre", dido como alguno de los verbos que nos vemos forzados a intro-
"acusativo libre", "acusativo en función de nominativo" ... son ducir en nuestras traducciones. En realidad, "no se sobreentiende
usos "neutros" de los casos nominales, y se dan siempre en cons- en tales casos ningún verbo determinado ... El hablante se con-
trucciones sin trabazón sintáctica rigurosa. Cuando hay sintaxis tenta con indicar el objeto que se presenta a su mente ... Refi-
"de verdad", la oposición nominativo / acusativo es inconfundi- 1 riéndose al acusativo cauneas (grito del vendedor de' higos),
ble; cuando la sintaxis "se relaja", o, 10 que es lo mismo, "deja Madvig observa que ya puede uno darse el gusto de sobreen-
de existir", también deja de existir la oposición nominativo / acu-
sativo; ambos casos, como en el metalenguaje, se convierten en-
I tender emite; no deja de ser cierto que los vendedores, cuando
gritan "¡alcachofas!, ¡alcachofas!", no sobreentienden nada"
tonces en "designaciones puras" y, por lo tanto, negativamente (Blatt, p. 87).
equivalentes.
Aquí podemos citar ejemplos como los siguientes:
I 3) Junto a los acusativos "libres" anteriores hemos de colo-
car el acusativo llamado "sujeto del infinitivo"; \al acusativo, por
a) Nominativo o acusativo de un nombre en aposición a una sernos más familiar, no resulta menos extraño y ambiguo que
frase entera: los anteriores. La oración de infinitivo representa una relajación
total del sintagma verbo-nominal: el infinitivo es un modo im-
Cic., Tusc., 1, 65: Ganymedem ab dis raptum
NOMINATIVO:
personal, y el modo impersonal excluye el sujeto; el grupo su-
ait (Homerus) propter formam ... ; non iusta causa cur ...
jeto-verbo está rigurosamente caracterizado en latín por -la con-
ACUSATIVO: ibid., 1, 102: hoc dicto adtnoneor ut aliquid etiam cordancia en' número y persona; todo esto desaparece en, la ora-
de humatione ... dicendum existimem: Tem non difficilem ... ción de infinitivo. El sujeto en acusativo es, pues, un pseudo-
b) Nominativo o acusativo en listas de nombres "sueltos": sujeto, o, a lo sumo, un sujeto "lógico", ya que por la semántica
nominal y verbal podemos "adivinar" cuál sería el sujeto si se
NOMINATIVO: CIL, VI, 100, 52: uicit Scorpus equis his: Pega- diera forma sintáctica a ese mensaje a-sintáctico; pero, cuando
sus, Elates, Andraemo, Cotynus, "triunfó Scorpo con los siguien-
la semántica nos falla, el mensaje es irremisiblemente indesci-
tes caballos: Pegaso, Elates, etc.".
frable. Cicerón da como ejemplo de perfecta anfibología el orácu-
ACUSATIVO: Catón, Agr., 37: Stercus unde facias: stramenta, lo de Apolo aio te, Aeacida, Romanos uincere (De div., Il, 116),
lupinum, paleas, fabalia, frondem iligneam, querneam, "Puedes "yo declaro, Eácida, -tu a los Romanos / los Romanos a ti-
sacar estiércol de esto: ramaje, lupino, paja, plantas de habas, vencer".
hojarasca de encina, de roble". 4) En la misma perspectiva de la sintaxis relajada hemos
e) Más bien acusativo que nominativo en la sintaxis más de ver la oración exclamativa en infinitivo: Virg., En., 1, 37:
a-sintáctica, es decir, más relajada. El acusativo se emplea libre- mene incepto desistere uictam?, "¿renuncia!' yo, vencida, a mi
mente siempre que una noción susceptible de expresarse por un propósito?"
sustantivo se ,ofrezca a la mente como un simple esbozo y haya La sintaxis no es totalmente relajada en el nominativo sujeto
de consignarse como tal (cf. Blatt, p. 87) : del llamado (arbitrariamente) infinitivo histórico: Terencio,
Horacio, Epist., 1, 5, 12: quo mihi fortunam?, "¿de qué me And., 146-147: ego illud sedulo / negare factum, "yo me puse
sirve la fortuna?"; Sat., Il, 7, 116: unde mihi lapidem?, "¿de a negarenérgicamente tal hecho". Aquí, el nominativo ya apunta
dónde sacaría yo una piedra?" claramente hacia la función que le es propia. Falta, sin embargo,
Petronio, Satiricón, 52: aquam [oras, uinum intro!, "¡fuera la caracterización verbal para que haya construcción "sintác-
el agua, venga vino!" tica".
Estos acusativos son, a veces, llamados elípticos, dando a en- La transición entre la construcción a-sintáctica y la sintác-
tender que son acusativos normales con un verbo sobreenten- tica puede observarse en estos ejemplos:
132 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

a) Dicitur Homerum caecum fuisse (sin ninguna sintaxis); 1.


b) Dicitur Homerus caecum fuisse (con sintaxis incipiente
en el sintagma nombre-verbo; pero no parece legítimo hablar
aquí de "oración de infinitivo con sujeto en nominativo": la gra-
mática nos dice que Homerus es sujeto de dicitur y no de caecum
fuisse). .
e) Dicitur Homerus caecus fuisse (enunciado totalmente sm- VI
táctico). '
5) Todavía dentro del latín literario hemos de señalar otros CASOS NO-NOMINALES
usos del acusativo como caso de la relajación sintáctica:

horam amplius, "más de una hora"; § 1.- Genitivo


plus mirle homines, "más de mil hombres";
aliquid id genus, "algo por el estilo"; 1.- GENITIVO ADNOMINAL '_
data a. d. IV K. Nou. (= data ante diem IV Kalendas Nouem- .\
bres), el kalendas nouembres queda tan "suelto" sintácticamente 1) Como dijimos (supra, p. 103), la diferencia entre el geni-
como'los lexemas "numéricos" de nuestras fechas olos lexemas tivo y los casos nominales es de orden sintáctico, no semántico. l
"nominales" de las señas que figuran en nuestra correspon- El nombre en genitivo es todavía semánticamente nombre, por- I
I
dencia. que designa todavía la noción nominal íntegra como el nomina-
Cabría alargar indefinidamente la lista con acusativos fosili- tivo y el acusativo; pero la función sintáctica del nombre en
zados: quod, quia, iam, partim, statim. etc. genitivo ya no es la que corresponde por definición a la cate-
goría léxica del "sustantivo", sino a la categoría del adjetivo:
Ha de reconocerse una evidente propensión de todo nombre .a saber, la función determinativa del sustantivo. El morfema
a caer en la forma de acusativo en cuanto se relajan las cone- del genitivo realiza, pues, la transferencia funcional del nombre
xiones sintácticas de un enunciado. Hemos dicho en otro lugar a la categoría (funcional) del adjetivo.
que el acusativo es la piedra angular del sistema .casual latino: 2) Esta transferencia, como todas las demás, es un proce-
el caso morfológicamente cero (tema puro o ampliado eventual- dimiento de economía lingüística: ahorra una masa muy nota-
mente con un sufijo nasal sin valor casual), cuyo valor sintáctico ble de léxico (una masa de adjetivos).
se define esencialmente por entrar en oposición con el nomina- Para cubrir la función "adjetiva", la lengua tiene cierto nú-
tivo positivamente marcado. En cuanto se relaja esa opo~ic~ón, mero de palabras ad hoc: las que son morfológicamente adjeti-
el nombre recae en su forma más neutra: las lenguas romamcas vos y constituyen la categoría del adjetivo. Pero el léxico adje-
llegarán al final de esta evolución: al acusativo como caso único, tival sólo .cubre las determinaciones nominales más frecuentes,
o sea al nombre indeclinable. habituales y sencillas; gracias a las transferencias lingüísticas, el
hablante podrá añadir a cualquier sustantivo cualquier determi-
nación nueva que le pase por la mente, aunque la lengua carezca
del correspondiente adjetivo morfológico. Los dos grandes re-
cursos (¡no los únicos!) del latín para cubrir la función adjetiva,
sin adjetivo morfológico, serán el nombre en genitivo y la ora-
ción de relativo.
I
(
I
(
134 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 135

He aquí una triple "adjetivación" sin adjetivo (morfológico) :. de T." (Cic.; Verr., 2, 4, 138), sólo vieron la noción genética, y
Petronio, 140: matrona ... quae multas saepe hereditates officio así tradujeron IEvlXóC; por genetiuus, como si en griego hubiera
aetatis extorserat, tum anus et floris extincti ... , "una señora ... ,EVV7j'lXÓC; ("propio a la generación"), derivado de ,ÉVV1¡OlC; ("acción

que (antaño), gracias a su juventud, había escamoteado en múl- de engendrar" o "generación"). Así, la verdadera naturaleza del
tiples ocasiones numerosas herencias, ahora vieja y marchita ... " genitivo, perfectamente vista por los griegos, quedó oscurecida
Obsérvese la triple transferencia adjetival: para la tradición latina que es todavía la nuestra (d. L. Tesniére,
a) La oración de relativo; Synt. Structurale, p. 439 y ss.).
b) el sustantivo anus "adjetivado"; El genitivo adnominal puede cubrir todas las relaciones es-
c) el genitivo floris extincti: como decimos nosotros, "una pecíficas "significadas" por los demás casos e incluso otras mu-
señora de edad avanzada", Petronio dice "una señora de flor chas que carecen de expresión casual. Si NI es un sustantivo
marchita". verbal, el genitivo (N2) podrá, lógicamente, ser agente o paciente
3) El genitivo es un caso puramente sintáctico: expresa una y representar a los casos nominales (nominativo y acusativo) del
"relación cualquiera de sustantivo a sustantivo". Un nombre en sintagma verbo-nominal: timor hostium = "los enemigos temen"
genitivo es una determinación no-particularizada de otro sustan- o "se teme a los enemigos". '_
tivo del cual depende. 4) Pero insistamos: el precisar en la categoría unitaria del
En el plano gramatical sólo existe un tipo de genitivo adno- genitivo subtipos como genitivo subjetivo, objetivo, posesivo, de
minal, y siempre con el mismo significado, a saber: relación ge- materia, etc., es un ejercicio de pura lógica, que nada tie~e que
neral de nombre a nombre. Podemos dar una traducción léxica ver con la gramática. La lógica opera en su dictamen con la se,
del contenido gramatical del genitivo. Llamemos NI al sustan- rnántica: por el significado léxico de los elementos relacionados
tivo regente, y N2 al sustantivo regido o genitivo: por la gramática, la lógica deduce a posteriori varias docenas de
usos del genitivo sin interés para el gramático.
NI N2 = NI tiene-q.ue-ver-con N2 Así: domus patris, la relación general se concreta en "po-
domus patr - is = "la-casa tiene-que-ver-con el-padre" sesión", ya que no es presumible otra posibilidad de relación
entre las dos nociones "casa" y "padre"; en poculum auri ("copa"
Ahora bien, ¿qué es 10 que concretamente tiene que v.er N' y "oro"), lo más probable es que se trate de "objeto" y "ma-
con N2? En otros términos: ¿ cuál es la relación específica que teria"; en cambio, en poculum lactis (Tibulo, 3, 5, 34) o en po-
hay entre NI y N2? A esa pregunta no contesta la gramática, sino culum ambrosiae (Apuleyo, Asno de Oro, 6, 23) debe (?) tra-
la lógica o el sentido común. El genitivo expresa la "relación ge- tarse de "continente" y "contenido"; y en poculum mortis (Cic.,
neral" entre dos nombres, no desciende al análisis de la "gene- Cluent.,31) o poculum amoris (Plauto, Truc., 43; Horacio, Epod.,
ralidad" en sus múltiples variedades concretas y particulares: 5, 38) podemos elegir razonablemente entre el genitivo posesivo,
el genitivo no "particulariza". Esta realidad no pasó inadvertida objetivo, subjetivo, etc.
a la perspicacia de los gramáticos griegos, que llamaron al ge- Tal vez quede más claro lo que pretendemos demostrar con
nitivo "(CVlX~ "lt"COJOtC;,es decir, "caso general", o, mejor dicho, "caso otro ejemplo ya clásico entre los estructuralistas. "Statua. My-
genérico", porque expresa "el género"; ,EVlXÓC; es un derivado de ronis" no significa ni más ni menos que "la estatua de Mirón".
,Évo:;,
I "género". Pero el genitivo no especifica si "Mirón" es el dueño de la esta-
Pero .los latinos, menos aptos para captar las ideas generales, tua, o el artista que la cinceló, o el personaje representado por
ll0 conocieron el alcance de la denominación griega. Sólo vieron el artista; si llegamos a intuir qué relación específica liga a Mi-
el caso particular en que el genitivo sirve para expresar el ori- rón con estatua no será por lo que nos enseña la gramática
gen, la paternidad: en Diodorus TimaTchidi, "Diodoro (hijo) -que no distingue entre genitivo posesivo, subjetivo ni obje-
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LA'~'NOS 137
136 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

tivo-, sino por razones ajenas a la gramática: por nuestros co-·


1 bis. - GENITIVO DEPENDIENDO DE ADJETIVOS Y PARTICIPIOS
nacimientos directos o indirectos sobre la aludida estatua y el
personaje llamado aquí Mirón. Y de esos con?cimientos deduci- 1. El adjetivo no figura entre las partes de la oración (partes
remos, a posteriori, que el genitivo es posesivo o subjetivo u ob- orationis) en la antigüedad. El capítulo de nomine estudia como
jetivo. Buen ejemplo es también el genitivo de "familia": He- categoría unitaria lo que a partir de la edad media se subdivide
ctoris Andromacha = "Andrómaca (la) de Héctor"; pero ignora- en nomen substantiuum y nomen adiectiuum.
J
remos si se trata de la esposa, la hija, la esclava o la liberta Entre los accidentes gramaticales del nombre señalan las (
de Héctor, o, si logramos saberlo,. será por consideraciones ex- gramáticas antiguas los "grados de comparación", característica
1
tralingüísticas. -di-cen- que sólo afecta a los "nombres" de la "cualidad o la
Todo esto ya: lo vio con mucha claridad, hace medio siglo, cantidad".
el gran Meillet: "El genitivo expresa sencillamente que un nom- No faltan razones para defender el punto de vis~ de los.tra-
bre determina a un sustantivo, y resulta tan inútil como imprac- tados antiguos: la morfología es prácticamente la misma para
ticable el intento de pasar revista a todos los matices de sen- el nombre y para el adjetivo; y la sintaxis usa gran número de
tido que el genitivo puede expresar" (Introd. d l'étude compara- vocablos en función sustantiva o adjetiva sin caracterizar grama-
tive des langues i. e., París, 19378, p. 346). ticalmente por nada el cambio de función.
Resulta inútil pasar revista a los matices semánticos que pro- De todos modos, si los hablantes latinos y sus teóricos -con
duce el choque de los dos sustantivos implicados en la interde- razón o sin ella- no vieron diferencia entre el nombre y el ad-
terminación, ya que la comprensión del sintagma es normal- jetivo, si ambas categorías eran para ellos nomen, tampoco hay
mente instantánea e inconsciente. No contribuye demasiado a necesidad para nosotros de subdividir el estudio del genitivo
ilustrar al latinista la explicación que ve un genitivo de materia según vaya determinando a un nombre o un adjetivo.
en lauri folia, "hojas de laurel"; no es lo mismo "hojas de laurel" 2. De hecho, ya lo han entendido así algunos gramáticos mo-
que "hojas de plata", o "de papel", etc. dernos (como F. Blatt y, en cierto modo, aunque confusamente,
(
Además, dicha tarea es irrealizable, ya que más de una vez Ernout), que incluyen el genitivo con adjetivo en el apartado del
caben varias especificaciones igualmente válidas dentro de la re- genitivo "adnominal". 1
lación general: en el ejemplo clásico de genitivo de materia sebi Que la noción principal del sintagma vaya expresada con
ac picis glebas ("bolas de sebo y pez") "no es imposible el sen- un nomen substantiuum o un nomen adiectiuum es una circuns-
tido partitivo" (Ernout, p. 43). Puede observarse que 10 que un tancia que no influye en el genitivo como determinante de esa
autor incluye en un casillero de su sintaxis, otro, con la misma noción:
razón (o la misma sinrazón), lo pone en otro casillero distinto.
- fastidium cibi (Cie., Inu., 1, 25), "el hastío de la comida";
Por último, lanzados ya a precisar la imprecisión del genitivo,
- fastidiosus litterarum (Cic., Brui., 247), "hastiado de la
podríamos seguir añadiendo indefinidamente nuevos apartados:
literatura" .
_ genitivo de "edad": puer nouem annorum, "niño de nueve
- studium sapientiae, ¡'el estudio de la filosofía";
años (de edad)" ;
- stuciiosus sapientiae (Cic., Tusc., 5, 9), "estudioso de la I
_ genitivo "de reclamación o exigencia": res multi laboris,
r
filosofía".
"trabajo 9ue exige mucho sacrificio";
- integritas uitae, "la integridad de vida";
_ genitivo "de necesidad": adulescens maxumae escae
- integer uitae (Horacio, Carm., 1, 22, 1), "íntegro de vida"
(P1auto, Men., 100), "joven de muchísimo comer" ("que nece- l .
o "de vida íntegra".
sita muchísima comida"), etc. I
I
()
I
138 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 139
- cupiditas regni (César, B. G., 1, 2, 1), "el deseo del reino".
o "el deseo de reinar"; 2. - EL GENITIVO ADVERBAL
- cupidus pecuniae, "ansioso de dinero".
3. Junto al participio, como zona fronteriza entre la cate- 1. Todos los usos del genitivo adverbal figuran, acertada-
goría nominal y la verbal, puede aparecer el genitivo o el acusa- mente, en la sintaxis de Ernout bajo el epígrafe de "usos en
tivo, sin que haya sinonimia entre ambas construcciones: regresión: pervivencias". Lo que nos parece menos acertado es
mezclar, en el mismo apartado, con los genitivos adverbales,
A) miles patiens frigoris; otros muchos no-adverbales y, en parte, "vivos" en La lengua.
B) miles patiens frigus. También nos parecen acertadas algunas observaciones de Bas-
"El genitivo -dice Ernout, p. 58- corresponde al empleo sols a determinados' genitivos adverbales aislados: "la prosa clá-
lel participio como adjetivo, el acusativo al empleo como verbo"; sica se muestra ... reacia a aceptar esta construcción" (1, p. 67;
o, mejor dicho, el genitivo, precisamente por ser "el comple- se trata de los verbos de abundancia y privación con genitivo);
mento adnominal", nos invita a ver en A) una representación el uso del "genitivo de referencia .. , aparece en latín limitado
de la cualidad estable (¡nominal!): "Soldada acostumbrado a so- a unas pocas construcciones ... " (p. 69); "el genitivo de oíbrica
portar el frío"; y el acusativo, como complemento adverbal, nos ha tenido ... una vida muy precaria en latín" (p. 73).
invita a ver en B) una representación dinámica (¡verbal!) de Bajo ese prisma de "pervivencias en regresión" hemos de ver
un hecho actual y transitorio: "Soldado que pasa momentánea- todos los usos adverbales del genitivo latino.
mente frío". 2. Sólo el genitivo adnominal se presenta al hablante latino
4. Todo adjetivo latino, como todo nombre, puede llevar en como uso "libre", "incondicionado", "productivo". El uso adver-
principio un complemento en genitivo. Hay adjetivos que, por bal queda reducido a un número muy limitado de verbos y "con-
su semántica, sólo se prestan a llevar un complemento en geni- dícionado" por esos verbos: no es libremente productivo, como
tivo: dubius, incertus, trepidus ... , de significado impreciso, sólo .el genitivo adnominal. El genitivo adverbal es un producto
se construyen con genitivo, el caso general de la imprecisión. . '.'muerto", arbitrario e inexplicable en la perspectiva sincrónica
Otros se prestan a regir un genitivo, un dativo o un ablativo. Ello (es decir, "funcional") del latín; su estudio no es, pues, de la es-
no quiere decir que los diversos casos se vuelvan entonces sinó- tricta incumbencia del gramático, que sólo se interesa por las
. nimos: mantienen normalmente su valor propio, más o menos construcciones regulares y libremente productivas; el autor de
perceptible según los contextos: una sintaxis puede desentenderse del genitivo adverbal y de-
jarlo --como producto "muerto", como residuo "fosilizado" de
A) ut sibi sui liberi superstites essent (Cic., Nat. Deor., 2, estados lingüísticos pretéritos- en manos del historiador de la
72), "para que sus hijos le sobrevivieran"; lengua. Para el gramático, el genitivo "no funciona" como com-
B) utinam te non solum uitae sed etiam dignitatis meae plemento del verbo; y si a veces -a pesar de la norma lingüís-
superstitem reliquissem! (Cic., Quinct. Fr., 1, 3, 1), "¡Ojalá so- tica vigente- se encuentra con un genitivo adverbal, lo tratará
brevivieras no sólo a mi persona, sino también a mi dignidad!" como una frase hecha, relegándolo, por lo tanto, a la lexicología.
Vemos que el complemento general, sin matices especiales 3. No todos los genitivos adverbales latinos presentan el mis-
(uitae, dignitatis) de superstes va en genitivo (ejemplo B); en 1110 grado de arbitrariedad e irreductibilidad a la norma vigente
cambio, en el ejemplo A, sibi va en dativo porque designa a "la en la lengua. Si nos permitimos una rápida digresión diacrónica,
persona interesada" en la supervivencia. observamos: a) que algunos genitivos considerados como adver-
Tendremos ocasión de volver sobre las "alternancias" entre bales son todavía "normales", es decir, adnomínalss; b) que otros
casos. son totalmente aberrantes con relación a la norma vigente en,
(
!
1
(
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 141
I
140 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN (
[
el latín histórico; e) y que otros son tipos intermedios entre los, cio de poco precio el mío"; nullus tam parui pretii (Plauto, AuL,
(
dos extremos anteriores. 1017), "nadie es de tan escaso valor".
Si en lugar de la simple cópula aparece otro verbo semánti-
!
a) Como muestra del primer grupo señalamos, entre varios (
ejemplos de los manuales de sintaxis latina, el texto de Plauto camente menos neutro, ya tenemos el genitivo' "adverbal" de
I
(Cist., 562): talenta uigínti det dotis. En dotis hay un genitivo precio o estimación: uoluptatem ." uirtus minimi facit (Cic., (
adverbal "de relación" para Ernout (p. 56), "de concepto o rú- Fin., 2, 42), "la virtud no hace el menor caso del placer". 1
brica" para Bassols (1, p. 72); "sin embargo, puede verse un ge- (
Un genitivo tan normal como iudicis officium pasa igual-
nitivo normal 'dependiente del sustantivo talenta: "que entregue I
mente con la cópula a iudicis est (officium):
veinte talentos de dote". Naturalmente, cabe precisar la impre-
ludicis officium est, ut res, ita tempora rerum quaerere (Ovi- [
cisión del genitivo traduciendo: "veinte talentos (en concepto
dio, Trist., 1, 1, 37), "Es deber del juez examinar' las circuns- (
de / a título de / como) dote"), Pero tales posibles traduccio-
tancias de los hechos como los mismos hechos en sí".
nes no deben llevarnos a creer que dotis sea l"más y mejor geni- 1
Y, sin el apoyo nominal,' tenemos ya el genitivo con esse (
tivo de relación" que patris en domus patris.
("ser propio de"): cuiusuis hominis est errare, nullius nisi 'insi-
b) Genitivo aberrante (y acusativo no menos "inmotivado")
tenemos con los verbos paenitet, miseret, piget, taedet y pudet:
.. pientis perseuerare in errore (Cc., Philipp., 12, 5), "Es pr6pio (
paenitet me culpce meae, "me arrepiento de mi culpa", es frase de todo hombre el equivocarse, pero tan sólo es propio del in-
sensato el perseverar en la equivocación".
cuya construcción no obedece a ninguna norma conocida, y sig-
nifica 10 que significa "porque sí", no por lo que la organización No hay fundamento para establecer el tipo llamado "genitivo
gramatical añade al léxico. de finalidad", ya que no suele faltarle a tal genitivo el apoyo no-
Otro genitivo "fuera de sistema" es el llamado genitivo ex- minal. Bassols (p. 96) comenta exercitus opprimundae libertatis
clamatívo: o mercis maZae!, "¡Oh la mala mercancía!" (Plauto, (Salustio, Hist. fragm., 1, 77, 3) como "el ejército de la represión
Truc., 409). Sólo existen otros tres ejemplos seguros en toda la de la libertad" > "el ejército para la represión de la libertad" >
latinidad clásica: uno más en Plauto (Most., 912), otro en Lucre- > " ... para reprimir la libertad". Pero ha de tenerse muy en
cio (2, 45) y el tercero en Propercio (4, 7, 21). cuenta que lo único que existe en la perspectiva del latín es la
e) Dentro ya del tercer grupo, es presumible que el geni- primera de las tres interpretaciones; las otras dos son simples
tivo con refert (y, paralelamente, con su sinónimo interest) fue, sugerencias del gerundivo, simples traducciones, y nada de eso (
en una etapa prehistórica, un genitivo adnominal: *patris res forma parte del contenido casual del genitivo. Todos los geni- 'L1
fert, "el interés del padre comporta" > patris rejert, "es del tivos de finalidad que citan los manuales van acompañados del (
interés de mi padre". gerundivo: esta forma es la que sugiere siempre la idea de "fu- I~
(
El genitivo de precio o estimación, el genitivo con esse ("ser turo" y hace interpretar la relación general expresada por el ge-
propio de") y el genitivo "de finalidad" son derivaciones del ge- nitivo como "relación final".
(
nitivo normal y, en ocasiones, todavía claros genitivos adnomi- Sólo una vez falta al genitivo de finalidad el apoyo adnomi-
nales: nal: Germanicus Aegyptum proficiscitur cognoscendae ueritatis
Tenemos genitivos adnominales de precio en senex minimi (Tac., Ann., 2, 59, 1), "Germánico se va a Egipto para conocer
pretii (Plauto, Bacch., 444) y homo nihili (Trin., 1017). la verdad". Es, por lo tanto, el único genitivo que en la litera-
Estos genitivos siguen marcando la misma dependencia en tura latina clásica podría llamarse con cierta propiedad "geni-
la frase nominal con esse: meam erus esse operam deputat parui tivo de finalidad". Pero un hecho aislado "de habla" no cons- (
pretii (Terencio, Hecyra, 799), "el amo considera que es servi- tituye un tipo sintáctico, un hecho de lengua.
(
[1
,
(
ORPENACI6N DE LOS casos LATINOS 143
INTRODUCCI6N A tA SINTAxtS ESTRUCTURAt DEL LATÍN
142
la gran mayoría de ocasiones damos al dativo. Siempre cabe no
4. Por último, hay un genitivo auténticamente adverbal con obstante, otra traducción "más léxica". En estas páginas he~os
el reducido grupo de los verbos que "rigen genitivo": los verbos de ~esarrollar con frecuencia mediante léxico la traducción del
de abundancia o privación (implere), los de recuerdo u olvido dativo para insistir en el valor claramente unitario de este caso
(memini, obliuiscor) y los uerba iudicialia (damnare, accusore). ~l léxico es~ecífico ,c~stellano que cubre el significado grama~
Al lado de la construcción "inmotivada" con genitivo adver- tical (es decir, gen~tlco) del dativo es éste: en-pro-de / en-
bal suele coexistir la construcción "motivada" por la norma sin- cont~a-de, en-beneficio-de / en-perjuicio-de, en-provecho-de / en-
táctica viva: detrimento-de, para-bien-de / para-mal-de, por-desgracia-para /
por-suerte-para, para-con / contra, en-interés-de / en-detrimen-
_ implere aquae, uini, etc., o (con el ablativo instrumental
to-de, ~ara-~::ensa-de / para-ataque-de; a-los-ojos-de, a-juicio-
regular) aqua, uino, etc. de, a-disposición-de, en-el-haber-de, en-opinión-de, etc.
_ memini offici, Cicero~is, etc., o (con el caso normal del Frente al genitivo, que es el caso de la relación en general
objeto) officium, Ciceronem, etc. (cualqui~~ relación de nombre a nombre), el dativo es un caso
_ accusare, damnare, pr<Jditionis,caedis, furti, maiestatis, de 'relacIOn específica, puesto que se limita a expresar una sola
pecuniae, etc., o (con el ablativo regular de causa) proditione, r~lación: la de interés. Pero lo mismo que el genitivo n"a espe-
eaede, furto, maiestate, pecunia, etc. cIfi?a dentro ~~ la relación general y que las posibles especifi-
eaciones (genitivo posesivo, de materia, etc.) quedan a merced
NOTA: condemnare aliquem certam pecuniam, "hacer pagar
del contexto, paralelamente el dativo no especifica subtipos "den-
a alguien cierta cantidad de dinero", es la construcción regular
tro de la relación de interés": por lo tanto, las especificaciones
"causativa" estudiada supra, p. 127. qu: nosotros .establecemos en nuestras traducciones (provecho /
daño, para bien / para mal, para 'la defensa / para el ataque
e~cétera) serán fruto del contexto: el único contenido del da~
tivo es "~el~ción de interés", noción ésta que abarca por igual
§ 2.-Dativo los dos termmos de cada oposición reflejada en nuestra lista del
"léxico del interés" Así, circumdare aLiquam rem alicui signi-
1. - FUNCIÓN DEL DATIVO ficará, simplemente, "colocar-alrededor alguna-cosa por-interés-
hacia-alguien". Este esquema abstracto de lengua puede reali-
1. El morfema de dativo añade a la función designativa del zarse en hechos de habla aparentemente contradictorios:
nombre la nota de "persona (o, eventualmente, cosa) interesada"
en la acción que se menciona. Es, pues, un caso semántico-sin- circumdare murum urbi (cf. T. Livio, 41, 20, 6) significa "dis-
táctico: semántico por la nota que añade a la función designa- poner-alrededor una-muralla en-interés-de-la-ciudad". Y sólo
tiva; sintáctico, por relacionar con el verbo al nombre previa- gracias al contexto podemos especificar más:
mente modificado semánticamente.
2. La persona puede estar '''interesada'' en el proceso por "una muralla en-interés-de la-ciudad"
resultar "beneficiada" o "perjudicada" (provecho o daño) o, sim- para-bien-de
plemente, por verse llamada a juzgar de 10 que se dice (dativo para-salvación-de
de relación o datiuus iudicantis). para-defensa-de
3. Al significado gramatical del morfema dativo suele co- etc.
rresponder el significado (también muy gramatical) .de nuestras
preposiciones a y para; y es, efectivamente, la traducción que en
144 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 145
En cambio, circumdare exercitum castris hostium (cf. T. Li- tivo de daño con abstuleram). Pero veamos lo que pasa en Plauto
vio, 3, 28, 2) será: (Aulularia, 634-635) :

"disponer un ejército: STROJULVS. - Quid tibi uis reddam?


el campamento enemigo" Evcr.ro, __; Rogas?
en-interés-de
STROBILVS. - Nihil equidem tibi abstuli.
para-ataque-de Evcr.ro. - At illud quod tibi abstuleras.
'para-mal-de
para-destrucción-de La afirmación rotunda de Estróbilo, "En verdad, yo a ti no
etc. te he robado nada", es interpretada por Euclión -y ahí radica
el efecto cómico- "yo para ti no robé nada Ca nadie) ", y, en
Lo mismo ocurre con la relación puramente "espacial" que consecuencia, le replica: "Pero devuélveme lo que habías robado
expresa el castellano en "disponer un ejército alrededor de un para ti". Plauto juega con la indistinción fundamental del dativo
campamento". En un contexto dado podrá inferir se si se rodea como de provecho o de daño.
el campamento para defenderlo o para atacarlo: todo depend.e 4. Los manuales clásicos nos hacen aprender de memori~_al-
de quién sea el que pone el cerco al campamento; una determi- gunas docenas de verbos que "rigen" dativo. Si el dativo fuera
nación del sustantivo "campamento" puede ser indicio suficiente un caso "regido", se convertiría en un caso "muerto", carente de
de orientación: "alrededor del campamento (enemigo igo)" ya per- información casual, como lo es el genitivo adverbal o cualquier
mitiría saber que el cerco es de los. atacantes y no de los pro- caso regido mecánicamente por una preposición. El saber de
pios defensores del campamento. memoria que memini rige genitivo, que las preposiciones ad o
Esta ambigüedad del dativo dentro de la noción de "interés" ab arrastran tras sí, respectivamente, el acusativo o el ablativo
puede: nos dispensa de bucear más en el valor del caso en cuestión.
a) evitarse: hay mil recursos para lograrlo; uno de ~llos es El dativo. no es nunca un caso necesariamente arrastrado I
(
el contexto como la determinación de castris por el hostmm en como el caso regido por una preposición; tampoco es, como el
'el ejemplo' citado; cabe también prescindir del dativo y acudir genitivo adverbal, un hecho aislado, inexplicable por el sistema
a procedimientos más léxicos: ad castra oppugnanda o ad castra vivo de la lengua latina; la construcción .memini Ciceronis no . ¡
tutanda en vez del simple dativo castris; uestra reique publicae puede extenderse a otros giros en que se halle la misma relación
verbo-nominal que hay entre memini y Ciceronis. El dativo no
causa (Cic., Verr., 5, 173), "en vuestro interés y en interés del
queda circunscrito a ciertos tipos fijos y heredados: se usará (
I
estado", etc.
libremente -sea cual fuere el verbo y sea cual fuere el nom-
b) explotarse estilísticamente, como lo hace el malabarismo
bre de persona (o cosa) - siempre que se haya de expresar la
cómico de Plauto. misma relación que hay entre do y pauperibus en do (panem)
Así, tibi reddo quod tibi abstuleram significa en principio: pauperibus.
"a ti te devuelvo lo que yo a ti te había sustraído" o, también, "a
ti te devuelvo lo que yo para ti habí!l sustraído (a otro)"; es de-
5: La realidad es que el dativo tiene siempre un valor en sí i
mismo, totalmente independiente del verbo determinado por él. (
cir, el tibi (con auferre) puede representar a la "persona íntere- La independencia del valor "dativo" frente al verbo se pone
sada" como "víctima de 1 ro bo" o como "bene ficí . de1 ro b"o .
ciaría de manifiesto cuando, por conmutación, se hace variar, en un
Normalmente entenderemos la frase como "a ti te devuelvo mensaje, el morfema casual y nada más que el morfema casual:
10 que a ti te había robado" (dativo de provecho con reddo y da- (

I
(
146 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 147
cauere: a) con dativo: cauere alicui, "estar-alerta al-servicio- tos, vemos que cualquier ~erbo latino es susceptible de llevar un
de-alguien", o sea, "velar por alguien"; cauere está determinante en dativo.
usado intransitivamente; equivale, transitivamente, a La terminología nos dice que el datiuus es el casus dandi; y,
cauere cautumem, con ese acusativo interno del len- en algunas lenguas (chino y cambodgiano), el verbo DAR se em-
guaje jurídico que leemos en Digest., 46, 8, 6. plea en un sentido abstracto, como mero símbolo de 16 relación
b) con acusativo: caue canem!, "¡ojo al perro!" Aquí "objetiva indirecta"; es decir, DAR se convierte en morfema equi-
t,enemos un "estar-alerta" transitivo; ya no se trata valente al morfema indoeuropeo de dativo.
de cauere cautionem, sino de cauere canem, por 10 Naturalmente, si algún verbo se presta, por su semántica, a
tanto, algo así como "vigilar al perro (para guardarse ir acompañado de un beneficiario es el verbo DAR, ya que DAR
de él) ". supone como noción complementaria el recibir en la persona
favorecida por la dádiva:
c) con acusativo y dativo a la vez: scabiem pecori
caueto (Catón, Agr., 5, 7), "Estáte-atento a (= vigila) Ríc panem damus, "aquí damos pan" (lo regalamos).
la sarna para-bien-de-tu-ganado", o sea "presta aten-
ción a la sarna del ganado". Ric panem pauperibus damus. '_
esurientibus
d) con preposición y ablativo: cauere ab aliquo, "es- canibus
tar-alerta del-lada-de alguien"; ab aliquo sólo alude a etc.
"la zona geográfica del peligro".
e) con dativo y preposición de ablativo: mi abs te En cambio, euenire, uiuere, exsistere, peccare, arare, etc., no
caueo (Plauto, Men., 151), "para-mi-seguridad estoy- apuntan por su semántica hacia un previsible beneficiario y, en
atento por-tu-Iado", o sea "tomo mis precauciones consecuencia, los manuales de sintaxis no los pondrán entre los
frente a ti". verbos que se construyen con dativo; pero este caso puede apare-
cer a su lado y tendrá con ellos el mismo valor que tiene junto
metuere: metuo alicui, "tengo-miedo en-interés-de-alguien", o a dare, es decir, "designará a la persona favorecida o perjudi-
sea "temo por alguien"; metuo aliquem, "temo a al- cada" en el euenire, en el uiuere, en el exsistere, en el peccare,
guien". en el arare, etc., como junto a dare designa a "la persona favo-
consulere: consulere alicuí, "hacer-consultas a-favor-de-alguien", recida o perjudicada" por la acción de "dar": Ejemplos:
o sea' "mirar por alguien"; consulere oliquem, "con- euenire: mihi ... bene et feliciter euenit (Cic., Mur., 1; ad
sultar a alguien". fam. 4, 14, 1), "en buena y feliz hora ocurrió esto para-mí-bien",
o, sencillamente, "me ocurrió esto".
Puesto que 10 único que cambia en tales ejemplos es "el caso",
parece lógico atribuir al cambio "casual" (gramatical) la respon- uuiere: sibi uiuere, "vivir para sí (solo)", o sea "vivir en
sabilidad del cambio dei mensaje y no al revés: no hay funda- egoísta" (d. Terencio, Eun., 480); satis diu uel naturae uixi uel
mento objetivo para pensar que el verbo (¡invariable!) cambia gloriae (Cic., Marc., 8, 25), "viví lo suficiente tanto para-satisfac-
previamente de sentido y que ese cambio semántico (léxico) mo- ción-de-la-natura1eza como de mi gloria"; sibi uixit, sibi sum-
tiva el cambio de la construcción. ptum fecit (Ter., Ad., 865), "vivió a-su-gusto, gastó a-su-gusto".
6. En consecuencia, no es previsible si tal o·cual verbo lle- exsistere: Nam nisi illi (referido a Aquiles) ars iHa (el arte
vará o no llevará junto a sí un dativo. Si nos referimos a los tex- de Homero) exstitisset, idem tumulus qui corpus eius contexerat,
148 INTRODUCCIÓN
ALASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELe
LATÍN ORDENACIÓN
DELOSCASOS
LATINOS 149

nomen etiam obruisset (Cic., pro Arch., 10, 24), "Pues si para. verbo sum es el auténtico verbo sum, ni el nominativo es au-
él (= por-fortuna-para-él,es decir, para Aquiles) no hubiera sur- téntico nominativo, ni el dativo un complemento indirecto nor-
gido aquel genio (el de Homero), la tumba que había cubierto mal; así, todo se vuelve terreno movedizo, tanto en el plano
su cadáver hubiera enterrado igualmente su nombre". del léxico como en el de la gramática.
La normalidad del dativo con sum se hace evidente compa-
peccare: si quid peccat (filius) ... mihi peccat (Ter., Adelphoe, rando estos dos ejemplos:
115-116),"si algún desmán comete mi hijo, a-mis-expensas lo
cometé". Lac mihi ... non defit (Virg., Egl., 2, 22), "Para mí no falta
la leche", o "siempre tengo leche";
arare: tibi aras, ... tibi seris, tibi ... metis (Plauto, Mer., 71),
"para ti aras, para ti siembras, para ti cosecharás" (tibi = "en-tu- Lac mihi non est, "Para mí no existe la leche", o "No tengo
provecho"). leche".
El dativo llamado "de finalidad" con el verbo sum (o con otro
verbo cualquiera) sigue siendo el dativo de siempre:
2.- CARÁCTER
UNITARIO
DETODOS
LOSJJ.ATIVOS
(filius meus) alicui rei est etiam (Terencio, Adelph., 35'8),
El dativo es siempre el caso que expresa "la persona intere- "mi hijo está todavía para-algo", o sea "sirve todavía para algo".
sada" (comofavorecida o perjudicada). Nos parece ociosoacudir (
Si junto al verbo sum (u otro verbo cualquiera) nos encontra-
a nuevas nocionespara explicar los usos del dativo, ya que todos
mos con doble dativo (generalmente, uno de persona y otro de
los usos tienen por base la única noción del "interés".
cosa), la naturaleza del dativo no se altera: el dativo de cosa
no hace más que precisar, por yuxtaposición, al dativo "perso- I
1. DATIVO CONSVM.- El dativo con sum, llamado "dativo \
nal": ilumina en la zona de la personalidad un sector particular-
posesivo", como otro dativo cualquiera, designa la "persona in-
mente "interesado": Id est mihi gaudio, "Esto hay para mí (con- I
teresada" en la noción del verbo existencial esse:
cretamente) para mi alegría", o sea, entre otras traducciones po-
sibles, "Es para mí una alegría", "Esto me sirve de alegría", etc.
est mihi domus, interpretado al pie de la letra, dice:
El doble dativo es, en realidad, uno solo, como dijimos que
"existe a-mi-disposición una casa". el doble acusativo con verbos no-causativos es un solo acusativo
en-mi-haber (cf. supra, p. 127).
para-mi-aprovechamiento Tum uero exarsit iuueni dolor ossibus ingens (Virg., En., 5,
etc. 172), "Entonces sobre todo se le inflamó al joven, a sus huesos)
un inmenso dolor", o sea "Entonces sobre todo sintió el joven
0, sencillamente, dicho con otra sintaxis: "tengo una casa". un inmenso dolor en la médula de sus huesos".
(
AlIado de domus est mihi cabe decir, aunque es menos usual,
domum habeo. Existe en castellano, aunque en proporción in- Quis mihi subueniet tergo aut capiti? (Plauto, Cas., 337),
versa de frecuencia, la misma doble posibilidad de articulación: "¿Quién acudirá en-mí-auxilio, (en-auxilio-de) mi espalda o mí
cf. "hoy hay carta para ti" y "hoy tienes carta". cabeza?"
1 \
El alumno, ante las reglas de nuestras sintaxis latinas, cree
que en domus est mihi hay una "frase hecha" a la que no debe 2. DATIVO AGENTE. - El dativo llamado "agente" es otro da-
buscarse explicación razonable: le parece que, en ella, ni el tivo de interés; es el dativo de la persona interesada, pero que

\
150 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ES.TRUCTURAL DEL LATÍN onDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 151
aquí coincide con la que ejecuta la acción. Esta afirmación, más En el clásico ejemplo de dativo "de dirección" (it clamor)
o menos tímida, ya se ha insinuado repetidas veces desde Brug- caelo ya reconoce Lofstedt (1, 180 y ss.) que "detrás del nombre
mann. Ernout (p. '74 y s.) es bastante explícito, a pesar de todas de la morada de los dioses late, evidentemente, el pensamiento
sus reservas: el dativo agente -dice-- resulta un término en en los mismos dioses". Una observación similar es aplicable a
gran parte impropio ,., Es un dativo de interés: con el adjetivo todos los dativos de dirección. Insistiendo en las palabras de
verbal en -ndus indica para ~uién existe la obligación: facien- Lofstedt, nosotros diríamos que el it clamor caelo supone que
dum est mihi ... , "me es preciso hacer ... "; con el verbo pasivo hay en "el cielo" caelites susceptibles de interesarse y prestar
designa igualmente la persona para la cual existe un estado o atención al clamorío que llega a sus oídos; ad caelum (en lugar
una situación: m'ihi consilium captum est, "es para mí una de- de caelo) sería "la zona espacial inerte del firmamento".
cisión tornada hace -ya tiempo"; por 'último -viene a decir to- Reflexiónese, por último, en esta doble construcción de in-
davía Ernout-, en rnihi rem quaero y mihi 'res quaeritur, "pro- ferre en T. Livio: lacustrarum nubes in Apuliam i'!t1ataesunt
curo enriquecerme", tenemos en el fondo el mismo dativo. El (42, 10, 7), "nubes de langostas se echaron sobre Apulia", y Ti-
cambio activo / pasivo no afecta al complemento externo que beris inlatus urbi (33; 16, 8), "el Tíber desbordado sobre la ciu-
es mihi. dad". El dativo marca positivamente la ciudad como "víctima"
Hemos sostenido (supra, p. 88 y ss.) que el "agente" en el del desbordamiento; sin duda, le afectaba más al escrÚi?_r"su
ablativo agente es una "sugerencia" contextual y no un signifi- ciudad" invadida por las aguas que Apulia invadida por las
cado del ablativo; la misma teoría es aplicable al dativo-agente. langostas.

3. DATIVO SEPARATIVOY DATIVODE DffiECCIÓN. - Ya hemos te- 4. DATIVO ÉTICO. - El dativo llamado "ético" o "de senti-
nido ocasión de analizar, sin utilizar la noción de "separación", miento" es la forma más pura del dativo de interés: Quid sibi
dos ejemplos en que habitualmente se ve un dativo "separativo": uult clamor? (T. Livio, 44, 12, 1), "¿Qué pretende este griterío?"
argentum alicui eripere y aliquid alicui auferre (cf. supra, pá- "Pretende" es una traducción léxica de sibi uult, ya que "pre-
gina 86 y s.). tender" significa "querer o buscar algo para sí o para otro".
La noción de «separación" está en la semántica verbal, no Suele considerarse al dativo ético como pleonástico, y, con
en el dativo: el caso dativo se limita a señalar "la persona inte- frecuencia, los traductores sacrificamos por las buenas los dati-
resada" en la separación a que alude el lexema verbal. Silici vos de este tipo. En realidad, nunca son pleonásticos, ya que
scintillam excudere (Virg., En., 1, 174) no es equivalente a e si- siempre señalan un especial interés personal de alguien.
lice scintillam excudere, como creen los que ven en silici un da- He aquí un buen ejemplo de dativo ético (Terencio, Adelph.,
tivo separativo; el dativo nos dice que la piedra guarda celosa- 46-47):
mente el fuego, con la avaricia de una persona, y que ha de nati fili
"robársele" como a una persona; e sílice significaría que "la duo; ...maiorem adoptaui mihi.
piedra" es algo inerte: el lugar de donde se tomaría el fuego
sin resistencia "viva". No conocemos ninguna traducción que se haga eco del mihi;
Y, viceversa, el dativo tampoco aloja en su significado nin- - todas interpretan como si el mihi no existiera o fuera un autén-
guna noción de "aproximación" o "dirección" en el llamado tico pleonasmo: "(mi hermano) .'. tuvo dos hijos; ... yo adopté
"dativo de dirección". La dirección está siempre en la semántica al mayor".
verbcl: el dativo sigue siendo "la persona interesada", incluso En nuestra edición de Terencio hemos querido reflejar el in-
cuando el nombre no sea estrictamente de persona, como aca- terés personal que hubo en la adopción interpretando "tuve el
bamos de ver en el silici de Virgilio. gusto de adoptar al mayor".
152 INrRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 153
Obsérvese la diferencia estilística entre estos dos textos de ~.
los bueyes"; satui semen, "semilla para la siembra"; mons pe- I
Plauto: (
cori bonus, "un monte bueno para el ganado"; utilis tibi, "útil
Persa, 815: restim tu tibi cape ...ac suspende te!, "¡Tú, có- para ti", etc.
gete una cuerda y cuélgate!"
Poen., 396: capias restim ac te suspendas!, "¡Podrías coger
una cuerda y colgarte!" § 3. - El ablativo

5. DATIVVS SYMPATHETICVS.- El dativo "símpatético" se defi- 1. - ABLATIVO y P:ij.EPOSICIONES DE ABLATIVO


ne en los manuales como un dativo equivalente a un genitivo f .
o a un adjetivo: Unas veces la gramática clásica ve en las formas casuales
más de lo que comportan en sí mismas: por ejemplo,' cuando se
Cic., Att., 1, 6, 2: pater nobis decessit. hace significar al morfema de genitivo la posesión, la cualidad,
Petri la materia, etc., nociones éstas totalmente ajenas al significado
noster del genitivo y que se le prestan gratuitamente como por 'Mna
etc. sobreestimación de la forma casual. - .
Otras veces, la misma gramática sólo atribuye a las formas
Se trata, en realidad, de articulaciones sintácticas distintas
casuales un significado muy borroso e impreciso que realmente
y con distinto sentido. El dativo relaciona al verbo y, mediante tampoco les corresponde: así ocurre cuando se nos dice, sin dis-
el verbo a todo el enunciado con la persona "afectada" por él: ..
crrmmacion,. , que tal o cua 1 ver boo vrize"
rige o " se const r uye" eon de -
"Se nos ,ha muerto el padre " es un mensaje.".". afectivo", senti-
terminados crasos: si se admite que memini se construye mecá-
mental (cf. el dativo ético); "nuestro padre" ha muerto, o "el nicamente y "porque sí" con genitivo =--comoefectivamente ocu-
padre de Pedro" ha muerto son mensajes puramente informa- rre-, no hay que bucear más en el significado de ese genitivo,
tivos. ya que tal caso no tiene nir..gún significado en sí mismo; pero si,
con la misma perspectiva, se nos dice que dare "se construye con
6. DATIVO DE RELACIÓN.- Como el dativo simpatético, el da-
dativo", ya no se está en lo cierto: se subestima entonces el valor
tivo de relación o datitms iudicantis también relaciona a una
del morfema dativo, ya que el significado de este dativo es muy
persona con toda la oración, pero esta vez el interés se centra
positivo y no se esfuma como el del genitivo con memini, según
más en el criterio estimativo (datiuus iudicantis!) que en la pura I
dijimos en su lugar.
afectividad de la persona: - Al llegar al estudio del ABLATIVO hemos de evitar atribuirle (
Quintia formosa est multis (Catulo, 86, 1), "Quintia es her- significados que no tiene o desposeerlo del significado que tiene.
mosa en-opinión-de-muchos". Aquí, las confusiones pueden arrancar del verbo determinado
por el ablativo y, sobre todo y ante todo, del uso de las preposi- I
I
ciones. Ya hemos aludido algunas veces (cf. p. 87), de paso,
3. - DATIVO ADNOMINAL
a la necesidad de separar-tajantemente el caso con y sin prepo- I
(.
sición. Que el caso vaya con o sin preposición no es nunca un
El dativo adnominal, con sustantivo o adjetivo, tiene el mismo
detalle sin importancia o de importancia secundaria para la sin- i
significado que con el verbo: designa a la persona (o cosa) inte-
taxis: la sintaxis de los casos es radicalmente distinta según va-
l
resada en la noción nominal: adiutores triumuiris, "colabora-
yan con o sin preposición. Un ablativo castris (sin preposición)
I
dores para los triunviros"; bubus medicamentum, "medicina para
y otro ablativo (e) castris (con preposición), a pesar de la equi-
I
¡
(
154 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 155

valencia entre castris y e castriMen un mensaje dado, son dos . mente despejado y aliviado si eliminamos todos los ablativos con
cosas gramaticalmente tan heterogéneas entre sí que no pueden preposición, cuyo análisis remitimos al capítulo de las preposi-
equipararse ni estudiarse juntas, so pena de condenarse a no ciones.
entender ni una ni otra de las dos construcciones. 'r
,) 2. - SIGNIFICADO DEL ABLATIVO
A) casiris egressi (César, B. G., 2, 11, 1);
B) e castris egressi (César, B. G., 1, 27, 4); La gramática histórica nos ha enseñado que en el ablativo
latino confluyen tres casos morfológica y funcionalmente autó-
(cf. igualmente muro deiecti, César, B. G., 7; 28, 1, y de muro se nomos en la prehistoria de la lengua: esos tres casos, atribuidos
deiecerunt, César, B. G., 1, 18, 3; etc.). al indoeuropeo, son el ablativo propiamente dicho, el instrumen-
El mensaje A), en una traducción léxica de todo su contenido tal-sociativo y el locativo, que aparecen todavía vivos en el pe-
léxico-gramatical, se reduciría a esto: ríodo histórico de ciertas lenguas indoeuropeas (sánscrito, litua-
no, eslavo). El instrumental y locativo han desaparecido del
castr-is = "campamento(s)" - "lugar-de-donde-parte-el he- sistema casual vivo del latín y su fusión (o sincretismo) ~on el
cho_que_se_menciona-en-el-verbo-determinado-por- ablativo es un hecho consumado desde los primeros textos
el-ablativo" . conservados (algunas pervivencias del locativo como belli, domi,
Romae, Lugduni, etc., no tienen vigencia como tipo productivo
Se observará que castr- es puro léxico: "campamento(s)"; y y libre: son construcciones fosilizadas, "irregularidades" en el
que -is es pura gramática, con el significado gramatical trans- sistema casual).
crito. Esta útil orientación de la lingüística histórica sería nefasta
En el mensaje B), castt-is es algo muy distinto. El elemento si sólo viéramos el sincretismo en el plano del significante y cre-
castr- sigue con su función léxica: "campamento(s)"; pero el -is, yéramos que el morfema de ablativo sigue alojando en la cara
mecánicamente esperado, no suministra ninguna información: se de su significado las tres nociones antiguas como nociones dife-
ha vaciado, pues, de toda su carga significativa (gramatical); se renciadas. Si los tres morfemas casuales han confluido en un
ha convertido en peso muerto (significativamente irrelevante): solo morfema casual (el ablativo), hemos de pensar que, para-
un satélite en la órbita de otro signo, que es la preposición e. En lelamente, las tres nociones primitivamente distintas ("separa-
menos palabras, en el eastris A, el ablativo significa todo 10 que ción", "instrumento" y "lugar") se han sincretizado en una
se añade al lexema castr-; en el eastris B, el ablativo no añade noción única, más general, que abarca a las tres antiguas sin
nada al lexema castr-, es decir, no significa nada como caso (si- distingos. El sincretismo morfológico supone, a la vez, un sin-
gue significando el "número plural"). cretismo sintáctico: en rigor, no hay, pues, tres ablativos (un
En eastris sin preposición tenemos dos unidades significati- ablativo "separativo", otro ablativo "instrumental" y un tercero
vas: un lexema puro, eastr-, y un morfema puro (sin ningún co- "1ocatilVO ").,smo uno so'l o: e1 abla tilVO d"e re 1ación
., a causa ma-
.
lorido léxico), -is. Las unidades significativas en e eastris son: nimada", como dijo De Groot.
un lexema puro, castr-, y un monema semiléxico-semigramati.cal, El latín abarca, bajo la noción única de la "contigüidad ex-
e... (is), con un "color léxico" muy perceptible y equivalente terna del proceso", tanto el punto de partida (espacial o tempo-
=
grosso modo a nuestro "fuera de": e castr-is "fuera-de: el- ral), como el lugar y tiempo de su desarrollo o las circunstan-
campamento". cias concomitantes en que se produce. Ello no puede resultar
El intrincado capítulo del ablativo latino quedará ya relativa- demasiado extraño si consideramos que el límite entre esas tres
156 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
157
nociones es con frecuencia borroso y que no resulta nada fácil tiV? (cuestión qua) no e~sino ~co-co~ ext~
decidir a veces, ante una forma de ablativo, si corresponde a un ASI,no hay distintos ab~e~tos ej~ ~: ___:__
ablativo propiamente dicho, a un locativo o a un instrumental-
sociativo. Athenis redeo, "vuelvo de Atenas".
Todo ablativo sitúa la acción verbal por referencia a ciertas Athenis uiuo, "vivo en Atenas"; ,
coordenadas externas a la acción en sí: es, pues, el caso de la uia Appia redii, "he vuelto por la vía Apia".
"relación de contigüidad externa". El nombre en ablativo no de-
signa a una cosa (o persona) por lo que es en sí misma, sino por L_oque hay ahí es distinta semántica. El ablativo es siempre
una característica accidental, a saber, su situación en la zona el rnrsmo y e~pre~a la misma noción, a saber, "relación del pro-
del proceso. Esta relación externa que expresa el nombre en ~es~ a causa InamwoQ?". En los ejemplos citados, la referencia ¡
ablativo pertenece como función primaria a la categoría léxica es rIgurosamente topográfica. •
del adverbio (lugar, tiempo, modo, causa, etc.). Athenis redire, "regresar de Atenas" r
Nos parecen ociosas las discusiones que se han planteado Roma
frecuentemente por saber si tal o cual ablativo es separativo o de Roma
rure del campo
instrumental (así para el ablativo "agente" o los ablativos con etc. etc.
doleo, laetor, gaudeo, etc.), instrumental o locativo (curru uehi, í
"ir en / con un carro"; includere aliquetn. carcere, "encerrar a El abl~tiv? es aquí, suficiente signo de orientación, por tra-
alguien en / con la cárcel", superioribus bellis exercitati, "adíes- ~ ta:se de ter~Ill~os?el.lexico estrictamente espacial y que por su
trados en / por los combates precedentes", etc.). Si los autores mIs~a sema~tICamvIta~ a situar en ellos el punto de partida
acuden al uso de las preposiciones, ya no hay duda ni, por lo ?el regreso. En cambio, Caesare redire no es tan fácilmente
tanto, problema: así, in curru uehi es "en carro" y no "con mterpr~table, ya que Caesar no es un "nombre de lugar"· en con-
carro". se~uencIa,se neutralizará el morfema ablativo y se le ~ntepon-
La contigüidad externa de un proceso reviste mil variedades dra. ~~ elemento de "colorido léxico espacial", como es la pre- (
'
concretas que sería imposible confiar a un morfema casual único. pOSIClOn a: a Caesare redire (Cíe. , Quínt ..""
Fr 2 4 6) "vo1ver
.
de-Junto-a~César".
El latín, mediante.el ablativo, sólo expresa las relaciones exter-
nas más sencillas e inequívocas, habida cuenta de la semántica En uia Appia redire, "regresar por la vía Apia", el ablativo
de los elementos relacionados. En el siguiente ejemplo, Cicerón basta para expresar la relación más sencilla entre uia y redire'
"sitúa" una afirmación suya con relación a tres puntos de refe- entre
." un "r egresar " y un "camino," 10 más natural es que el "ca-'
rencia: a su criterio personal, al espacio geográficoy al tiempo: mmo sea el lugar de paso para "el regreso", y basta el ablativo
Menippus Stratonicensis meo iudieio tota Asia illis tempo- com~referenCIatopográfica de la noción verbal- pero si se pre-
ribus disertissimus (Brutus, 315), "Menipo Str., en mi opinión ten,dlera deci
ecir ,que "se regresa del camino" sin ' pasar por él,
el (hombre) más elocuente en (de) toda Asia en aquellos tiem- ~arIa falta algun elemento más explícito: a uia Appi-a redeo
pos". Si la relación de contigüidad es compleja o la noción nomi- vengo del-lada-de la vía Apia". '
nal que sirve de punto de referencia no se presta a una inter- Con ~n nombre del léxico temporal (anno, mense, hora di-
pretación como causa "inanimada", el latín prescinde del caso luculo,.hzeme, aestate, kaLendis, idibus, etc.) bastará el abl~tivo
y acude al sistema de las preposiciones (con neutralización del par~ SItuar un proceso en el tiempo (cuestión ubi o quando):
morfema ablativo). ~aCIto,;tn., 1, ~3, 16: Quattuordecim annis exsilíum tolerauít, e
La distinción entr-eun ablativo separativo (cuestión 1.md~),un
ablativo-locativo(cuestión ubi) y un ablativo instrumental-socia-
soporto el destIerro durante catorce años". Pero si estos nom-
bres no han de designar la extensión temporal como escenario ,I
I
(
158 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 1.59 _
del 'proceso, sino el punto temporal a partir del cual se micra, Ejemplo 2: Athenis sumus, "estamos en Atenas".
el proceso o el punto final del mismo, ya será preciso acudir
Nota\: Frente a Athenis sumus se dirá -cuando subsiste el
a las preposiciones: ante annum, ab anno, usque ad annum, etc. locativo- Romae sumus.
y otro tanto sucederá si se toma como punto de reférencia tempo-:
ral una noción que en sí misma nada tiene de temporal: a puero,
Hay contigüidad, ya real ya metafórica, en los usos que nues-
a pueritia, etc.; y con mayor razón si se toma como hito tem- tras gramáticas señalan como ablativos separativos o derivados
poral e inerte a lo que en lengua es normalmente un nombre
del mismo, a saber: ablativo de origen, ablativo de materia y
propio de persona: Quod augures omnes usque a Romulo de- ablativo comparativo:
creuerunt (Cic., Vatin., 8), "Todos los augures, sin interrupción, Ablativo "separativo":
desde-tiempos-de Rómulo, lo decretaron".
Con un nombre del léxico instrumental bastará el ablativo non recedit loco (Plauto, Amph., 239), "no. se retira del
para orientar la relación externa como "instrumental": ferire sitio".
gladio, "herir con la espada", pero adesse cum gladio será, sim- liberamur mortis metu (Cic., Fin., 1, 63), "nos vemos Ii-
plemente, "estar presente een la espada (armado), sin utilizarla;
obsidere cum gladiis curiam (Cic., Cat., 1, 32) significa "asediar
bres del miedo a la muerte'" , • -
la" curia con-la-espada-en-mano"; gladiis (sin el cum) supondría flagitiis abstinere (Cic., Phil., 13, 17), "abstenerse de in.
el uso normai del instrumento, es decir, significaría "a sablazos"; famias".
igualmente e~ gladiis rem gerunt (César, B. G.~ 7, 88, 3), "com-
baten con la (s) espada(s); pero en (e quites) pedibus Tem gerunt, Nota: a me quidem abstinuit (Cic., De orat., 3,171), "en ver-
el sentido común -no la gramática- nos invita a ver en pedi- dad m~ ~erdonó" (literalmente, "se abstuvo de mí"); aquí con
bus un ablativo de mod~ y no un instrumental: "(los jinetes) preposicion porque un pronombre "personal", como polo opuesto
combaten a pie (no "a patadas"). del léxico "geográfico", no se presta con facilidad a servir de
punto inanimado de referencia.

3. - SENTIDOS CONTEXTUALESDEL ABLATIVO


Ablativo de origen (con natus, (ex)ortus, genitus, etc.):
Las reflexiones generales que anteceden nos permiten ser nobili genere natus, "hijo de noble familia".
muy breves en el examen de los sentidos contextuales que puede Gnaiuod patre (CIL., 12, 30) de Gneo su padre".
cobrar el ablativo. humana matre (Pl., Amph., 28) de madre humana".
El ablativo, según dijimos, se funda siempre en una noción etc. etc.
de contigüidad externa con el proceso verbal. Esta contigüidad
puede ser real o nocional. Nota: Frente a los ejemplos citados se usa regularmente la
Hay contigüidad real en el ablativo de nombres geográficos, preposición con un pronombre (Plauto, Epid., 574, ex te nata)'
que expresan una situación topográfica estricta del proceso: la relación de contigüidad entre "hijo" y "noble familia" o "pa~
Ejemplo 1: Roma proficiscitur, "sale de Roma". dre " o "ma dre " es tan obVIa
. que b asta el ablativo para orientar
Nota: a Roma proficiscituT sería: la comprensión; pero la relación entre "hijo" y "tu" resulta me-
nos previsible y conviene acudir a la sintaxis más explícita de
"sale de-las-proximidades-de Roma" (noción espacial com- las preposiciones. No nos convence la explicación de Lofstedt
del-lado-de pleja que no se confía al (I, 297-98), que ve en la preposición un recurso compensatorio
etc. ablativo). del reducido volumen fonético de las palabras pronominales.
(
160 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 161 I
1

\
Ablativo de materia: tingue del ablativo de causa, medio, instrumento u otra inter- ¡
pretación cualquiera de la contigüidad nocional: (
fornices lapide pQ.lito,"bóvedas de piedra pulimentada;'.
Ablativo comparativo: maerore conficior, "estoy agobiado de tristeza".
doctior Petro, "particularmente sabio al-lado-de Pedro". por
desde a-causa-de (
a-partir-de
a-partir-de
etc.
I
etc.
I

i
El ablativo señala al objeto que sirve de punto de referencia his rebus adductus, "inducido por estas cosas". I
para emitir un juicio comparativo. a-causa-de
mediante
La contigüidad nocional -gracias al conocimiento de la no- etc.
ción nominal y la verbal- podrá dar lugar a una interpretación
de la circunstancia concomitante como causa, modo, medio, ins- Cuando el ablativo agente lleva preposición, el rasgo ablatiyo
trumento, precio o' cantidad: se neutraliza y sólo importa la preposición, como hemos dicho
'1
repetidas veces (cf. supra, p. 153-154). I
I

laetari, "alegrarse 2) El ablativo absoluto, como todo ablativo, también-expresa


dolere, "sufrir una relación de contigüidad entre la noción nominal y la del
onerare, "cargar verbo principal. Como en todo ablativo, el contexto permite in- \
implere, "llenar terpretar esa contigüidad (circunstancia ¿óncorni{á{{te) como I
ferire, "herir temporal (la mayoría de las veces), o causal, o instrumental, o
aliqua re uiuere, "vivir de Icon Ipor-algo" modal, etc.; pueden ser legítimas simultáneamente varias de es-
alere, "alimentar tas posibilidades de interpretación. ¡
conuincere-' "convencer El término "absoluto" no es rigurosamente exacto: el abla- I
I
mori, "morir tivo "absoluto" está "relacionado", como cualquier otro ablativo,
emere, "comprar con el verbo principal; no es, por 10 tanto, absoluto, es decir,
etc. etc. "desligado" del resto del enunciado. Lo que sucede es que la
contigüidad entre la noción nominal en ablativo y la noción ver-
y en ocasiones, como ya dijimos, es indiferente la interpre- bal determinada por aquélla puede presentarse como más o me-
tación de la contigüidad bajo una u otra de las nociones aquí nos estrecha, o, si se prefiere, como más o menos laxa: la dífe- .
apuntadas. rencia entre un ablativo absoluto y otro no-absoluto es cuestión
.1
de grados en la contigüidad real o nocional; 'las comas que en (
nuestras ediciones encuadran habitualmente al ablativo abso- I
. 4. - EL ABLATIVO AGENTE Y EL ABLATIVO ABSOLUTO
luto marcan la "relativa independencia" del ablativo absoluto
Concluiremos este capítulo con observaciones sobre dos tipos frente al verbo determinado por él.
de ablativo muy destacados en las sintaxis latinas: el ablativo Incitato equo se hostibus obtulit (César, B. G., 4, 12, 6) puede
agente y el ablativo absoluto. interpretarse como ablativo no-absoluto: "con-Isu) -caballo espo- I
1) El ablativo llamado agente -sin preposición- no se dis- leado se lanzó cara al enemigo"; también cabe interpretarlo como ( I

I
I
162 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEI, LATÍN

ablativo absoluto (entonces la contigüidad será meramente tem- TERCERA PARTE


poral): .

"Después de espolear (su) caballo, se lanzó cara al enemigo". LAS PREPOSICIONES


"Una vez espoleado
"Habiendo espoleado
etc.
.
Otro ejemplo: dux capta praeda Romam rechit puede inter-
pretarse comoablativo no-absoluto: "El general regresó a Roma
con el botín conquistado".
+Condicíón necesaria y normalmente suficiente para que un
ablativo sea susceptible de interpretación "absoluta" es que el
sustantivo vaya determinado por un partícipio r-«

urbe capta, hostes discesserumi.


his rebus actis,
~'",
etc.

Así tenemos un ablativo no-absoluto en silentio noctis ex


castris egressi sunt, "se retiraron del campamentoen el silencio
de la noche; pero en silentio tacto, ex castris egressi sunt; ya ve-
ríamos un ablativo absoluto.
El sintagma en ablativo absoluto1contiene, pues, todo un su-
ceso en relación de contigüidadmarcadamente externa con otro
suceso expresado por el verbo principal. El contenido del abla-
tivo absoluto puede resolverse siempre -tanto en latín como
en nuestras traducciones- por una oración subordinada "cir-
cunstancial".
El ablativo no-absoluto tiene siempre una función propia-
mente adverbial y es comparable a la categoría léxica del "ad-
verbio"; el ablativo absoluto tiene exactamentela misma función
"adverbial", pero es comparable no a la categoría léxica del
adverbio, sino a la oración subordinada "adverbial". El ablativo
"absoluto" es "absoluto", o sea "desligado", "independiente" del
verbo principal en la medida que una oración subordinada "ad-
verbial" es independiente (?) de su oración principal.
§ 1.- Afinidad entre casos y preposiciones

1. Hemos visto que las desinencias de los casos oblicuos son


monemas funcionales que habilitan al nombre para' desempeñar
funciones sintácticas no-nominales (función adjetiva del genitivo
y función adverbial del dativo y ablativo).
2. Las preposiciones habilitan igualmente al sustantivo (ñom-
bre o pronombre) para una función no-nominal. Y la nueva
función resultante es siempre, en principio, "adverbial":

l
ubi? hic - in urbe - in ea;
qua? huc - in urhem - tn eam;
unde? hinc - ex urbe - ex ea;
qua? hac - per urbem - per eam.
1
I
3. Decimos adverbial "en principio"; pues, por el gran recur-
i
so de las transferencias lingüísticas (cf. supra, p. 99 y ss.), siem-
pre es posible un segundo traslado de este "adverbio funcional"
a una tercera categoría funcional: así, ab epistula o ab epistulis
junto a un verbo serán adverbios funcionales ("complementos
circunstanciales"): longius ab epistula digressa esi oratia mea
(Cic., Verr., 3, 163); pero si, accidentalmente, ab epistulis deter-
mina a un nombre, desempeñará una función adjetiva: libertus
ab epistulis, "el liberto del-lada-de las cartas", o, ya que en
nuestra lengua no admitimos esa articulación y disponemos, en
cambio, de un adjetivo adecuado, "el liberto secretario",
Tácito (Hist., 1, 11, 1) escribe: Africa ac legiones in ea,
1 "África y las legiones en ella", o sea, con un adjetivo morfoló-
gico, "África y sus legiones"; si no dispusiéramos de un adjetivo
adecuado o no quisiéramos servirnos de él, podríamos conservar I
(
el "en ella" en su primera función normal de "adverbio Iuncio-
I
166 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN TJAS PREPOSICIONES 167

nal", pero nos veríamos obligados entonces a desarticular el sín-, riencia. Son, ante todo, formas distintivas del nombre y varían
tagma legiones in ea e "inventar" un verbo en que apoyar ese' según el tema nominal (vocálico, sonántico, consonántico) al que
adverbio funcional: "África y las legiones (que) en ella (había)". hayan de aplicarse; su valor deriva exclusivamente no de la ex-
A la adjetivación existente en legiones in ea, que resulta inad- periencia externa, sino del sistema o paradigma en que se inte-
misible para el castellano, pueden compararse éstas del mismo gran, como ocurre con todos los signos estrictamente gramatica-
tipo que nos son muy familiares: "café con leche", "un día sin les: piénsese, en nuestra lengua materna, a la -s de plural, a la
pan", o un título como "la pelota en el tejado", etc. He aquí -a del femenino, a los forman tes de persona, tiempo, modo, ete.
más ejemplos ciceronianos: Nat. deor., 2, 52, a te uerba, "tus Los morfemas casuales se sitúan, pues, claramente en el có-
palabras" o "las palabras (escritas, pronunciadas, etc.) por ti"; digo de la más pura gramática; el léxico, o código opuesto, des-
Cluent., 163, caupo de uia Latina, "un cantinero de la vía La- cansa directamente en la experiencia externa, cuyos elementos,
tina; De diu., 2, 32, ab aqua aut ab igní pericula, "los peligros dados por naturaleza o diferenciados más o menos arbitraria-
del agua o del fuego"; etc. mente por el hombre, reciben una designación léxica: un nom-
He aquí varias posibilidades admisibles simultáneamente en bre, un adjetivo, un verbo o un adverbio.
ocasiones: Si el léxico, como todo signo lingüístico, es arbitrario, los
morfemas gramaticales son doblemente arbitrarios: primero, por-
uas aureum (transferencia adjetival por derivación); que, así como, en el léxico, otros signos posibles cumplirían la
uas auri (transferencia adjetival sencilla por flexión); misma función designativa que los realmente utilizados, también
uas ex auro (doble transferencia: adverbial y adjetival). otros formantes podrían sustituir a los existentes y desempeñar
su misma función gramatical; segundo, porque el sistema o pa-
4. De lo dicho se infiere la afinidad entre casos y preposicio- radigma en que se integran y del que reciben su significado
nes: ambas categorías tienen en común su carácter de elementos constituye una nueva y más pura arbitrariedad.
funcionales; ambas sirven para indicar la relación del nombre Ahora bien, el capítulo de las preposiciones pone al lingüista
(o pronombre) con el resto del enunciado. Pero sería erróneo en un aprieto: ¿ha de colocar a las preposiciones entre los signos
asimilar simplemente casos y preposiciones viendo exactamente léxicos, junto al nombre, el adjetivo, etc., o ha de situarlas entre
la misma realidad lingüística cubierta, respectivamente, por un los signos gramaticales, como los morfemas de caso, número, gé-
procedimiento sintético (= casos) y un procedimiento analítico nero, persona, etc.?
(= preposiciones).
1. Se dice que casos y preposiciones cubren los mismos con-
ceptos. Las nociones que las lenguas flexivas expresan mediante
§ 2. - Diferenc-ias entre casos y pr'eposiciones las desinencias casuales se traducen en las lenguas no-flexivas
con el recurso de las preposiciones; la única diferencia entre
Nos hemos referido (supra, p. 46) a la existencia en el len- casos y preposiciones se reduciría a su distinta posición en la
guaje de dos códigos, que Büh1er llama "léxico" y "sintaxis", y cadena hablada: el sistema casual sería una declinación por su-
a la necesidad de distinguir en los estudios lingüísticos dos tipos fijos; el sistema preposicional sería una "flexión por prefijos"
de elementos significativos: los que pertenecen al léxico y los Pero, en el fondo, habría identidad de contenido:
que pertenecen a la sintaxis o gramática.
Los morfemas casuales son signos de pura relación gramati- matr-is = de-la madre;
cal, sin ningún apoyo directo en el mundo externo de la expe- matr-i = a-la madre.
.\
t
. ¡
.(
1
168 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN -\ LAS PREPOSICioNES 169 I
i
y aun sin salirnos del latín parecen existir igualdades como . por último, que, si una preposición afecta por igual a varios sus-
las siguientes: tantivos, no se repite, como se repite necesariamente la desinen-
cia en todos los sustantivos coordinados en idéntica función.
res apta naturae (Cic., Fin., 5, 24) = res apta ad naturam \
(Fin., 5, 39); 3.2. Las preposiciones, en contraste con las desinencias, se !
hallan, por su semántica --como veremos en las páginas siguien- r
poculum auri = poculum ex auro; etc.
tes- sensiblemente más cercanas a las palabras autónomas que
a los puros morfemas gramaticales.
2. Como casos y preposiciones coinciden en ser monemas
Esta consideración semántica no elimina, sin embargo, las
funcionales, muchos gramáticos han pensado y piensan todavía
dificultades. Los que equiparan preposiciones y casos se fijan
que casos y preposiciones constituyen una misma y única cate-
preferentemente en las preposiciones llamadas, con 'Sechehaye
goría gramatical. En nuestras gramáticas castellanas de tiempos
(Essai sur la structure logique de la pJ~rase,París, 1926, p. 77),
no muy pretéritos,' nunca faltaba un capítulo de los "casos en
preposiciones "débiles", o, con De Boer (o. c., p. 107), preposi-
castellano". Y una sintaxis francesa moderna, de merecido pres- / ciones "casuales", o, por último, con W. von Wartburg, prepo-
J
tigio científico, vuelve a resucitar en las lenguas románicas la
siciones "incoloras": por ejemplo, las preposiciones románicas
categoría de los "casos sintácticos", aunque la morfología los t.
a y de. En cambio, los que separan preposiciones y casos ponen
ignore. En la misma obra se establece un grupo de "preposicio- ¡
. .
el acento en 1as preposiciones 11ama das "fu er t es," "no casu ales," r
nes casuales", que desempeñan en francés --dice el autor- exac-
"llenas", como contra, hacia, desde, etc.
tamente el mismo papel sintáctico que las desinencias en una
Ciertamente, las preposiciones no caen de lleno ni en el có-
lengua como la latina (C. de Boer, La syntaxe du fran~ais mo-
digo del léxico ni en elcódigo de la gramática: constituyen la
derne, Leyden, 19542, p. 106 y ss.). zona intermedia o de transición entre los dos extremos.
# Nuestras sintaxis latinas clásicas, que con tanta frecuencia
Las preposiciones latinas forman, no obstante, un grupo más
nos hablan del uso de un caso dado con o sin preposición, tam-
homogéneo que las preposiciones románicas. En latín no hay
bién admiten implícitamente una indistinción básica entre la ca-
"preposiciones casuales", es decir, "desemantizadas" y, en la mis-
tegoría de los casos y la de las preposiciones. ma medida, "gramaticalizadas". Todas las preposiciones latinas
son "fuertes", "no casuales", semánticamente "llenas".
3.1. Sin embargo, si nos atenemos a las características for-
males, desinencias y preposiciones nos parecen elementos acen- 3.3. Frente a los morfemas casuales, que expresan conceptos
tuadamente distintos. Las preposiciones son separables de los puros de relación, sin apoyo en nociones concretas, las preposicio-
términos modificad~s por ellas: nes latinas expresan conceptos concretos de relación: apuntan
directamente al mundo externo de los sentidos, a los datos de
esp. de la madre - de la difunta madre; la experiencia espacial (o temporal, ya que las nociones de es-
a la madre --:-a la difunta madre, etc. pacio y tiempo son inseparables).
latín oh causam - oh eam causam; etc. Como se ha dicho (cf. supra, p. 154), las preposiciones, al
regir mecánicamente un determinado caso, neutralizan el valor
En cambio, matris o matri constituyen unidades indivisibles. del morfema casual y convierten al nombre declinado en mera
Conviene recordar igualmente que, a pesar de la etimología designación del objeto nombrado. Entonces son ellas quienes pa-
(praepositio), la secuencia preposición-nombre está lejos del ri- san a señalar la relación del sustantivo en el enunciado; pero
gor que caracteriza a la secuencia. nombre-desinencia casual. Y, -y aquí está la originalidad de las preposiciones frente a la fle-
LAS PREPOSICIONES 171
170 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

simplemente una "orientación por referencia a la naturaleza";


xión- la relación se establece por medio del "significado léxico:'
el giro casual puede parafrasearse así: "una cosa adecuada a los
de la preposición:
intereses de la naturaleza", es decir, "de la cual sale beneficiada
. t';n•... , "vienen hacia-el-interior-de ... ",' la naturaleza"; y el giro preposicional significa "una cosa apro-
uentun
piada a la norma de la naturaleza", sin aludir a su repercusión
ueniunt ex , "vienen desde-el-interior-de ... ";
favorable o desfavorable para la naturaleza en sí (cf. Cic., Fin.,
ueniunt ad , "vienen hacia-la-proximidad-de ... ".
5, 26: secundum naturam uiuere).
Cicerón no nos parece barajar al azar el naturae y el ad na-
Es de ~dvertir que los términos "llamados" por la preposición
ya est'án relacionados antes de que aparezcan; bastará, pues,
turam. Dice que "el instinto animal busca res aptas o accommo-
"nombrarlos" para que automáticamente queden relacionados:
datas naturae: omne animal appetit quod naturae est accom-
modatum; y, en cambio, que finis bonorum est .-.. uiuere ad na-
in castra ex urbe ad nos ueniunt flentes principes (Plauto, turam accommodatissime ("el bien supremo consiste ... en vivir
Amph., 256), '~los jefes llorando vienen de la ciudad al campa- del modo más adecuado a (las normas de) la naturaleza".
mento ante nosotros". o_______

3.4. Es razonable pensar que una lengua no necesitaría pre- § 3. - Semántica de las preposiciones: Generalidades
posiciones si tuviera un nutrido léxico verbal para expresar no
sólo, como ocurre en 'nuestras lenguas, el movimiento en gene- 1. Si recordamos que un signo lingüístico es la combinación
ral o algunos aspectos del movimiento, sino la gran mayoría de de un concepto y su imagen acústica, cabe poner en duda la legi-
los movimientos concretos previsibles con sus múltiples modali- timidad de las preposiciones como signos lingüísticos. Efectiva-
dades de orientación y limitación. La hipótesis es una realidad mente, en este capítulo de la lengua se diría que los conceptos
que se da en mapuche, según Lenz (La oración y sus partes, y sus imágenes acústicas andan a la deriva sin lograr una com-
Madrid, 19353, p. 235), y tal vez en un gran número de lenguas binación estable, sino más bien circunstancial y caprichosa, dan-
exóticas (cf. V'-Brondal, Théorie des prépositions, Copenhague, do lugar ya sea a una inextricable polisemia (varios sentidos para
1950, p. 18 y s.). una forma fónica única), ya sea a una no menos inextricable si-
nonimia (varias formas para un solo sentido previamente deter-
3.5. Preposiciones y casos descansan, pues, sobre nociones minado).
esencialmente distintas, aun cuando prácticamente, y a efectos Las monografías o los léxicos (cf., por ejemplo, el Forcellini
de la traducción, resulten a veces equivalentes. Ya hemos ilus- o el Thesaurus) nos explican que una preposición (ah, por ejem-
trado esta doctrina con ejemplos (cf. supra, p. 154); pero insista- plo) tiene una exuberante polisemia con veinte, treinta y hasta
mos una última vez. más de cincuenta significados distintos. Pero luego la gran masa
El giro preposicional ad naturam y el dativo naturae parecen de esos significados se atribuyen por igual a ex y de en los co-
intercambiables: rrespondientes artículos, como si las tres preposiciones fueran
prácticamente sinónimas.
res apta naturae (Cic., Fin., 5, 24);
En una monografía de 134 páginas, de gran formato y letra
res apta ad natura1n (Cic., Fin., 5, 39).
menuda, sobre la preposición latina de se llega a un total escep-
La misma traducción vale (?) para ambos textos: "cosa apro- ticismo sobre la semántica de las preposiciones: "imposible ha-
o

piada a la' naturaleza". Pero el dativo se funda en la noción de llar algún tipo de significado medio resultante de los innumera-
interés centrado en la naturaleza, y el giro preposicional expresa bles usos, y con frecuencia contradictorios, de una misma prepo-
172 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LAS PREPOSICIONES 173
sición" (A. Guillemin, La préposition "de" da;"'s la littérature, Pero la representación mental del hablante latino es la misma
latine, París, 1920,p. IU). en los dos textos. Dijimos en su lugar que no hay un dativo de
provecho y otro de daño, sino uno solo: el de interés; si el inte-
2. En su estudio sobre las preposiciones, Viggo Brondal es- rés se resuelve en provecho o daño, será por sugerencia contex-
cribe (p. 22): "En la práctica gramatical y .Iexicográficase in- tual, De modo análogo, el in en in Haeduos o en in te sólo mira
siste generalmente sobre la variabilidad de las preposiciones (se- a la noción única de "dirección" o "incidencia" sobre el término
gún la situación, el objeto o la función sintáctica). Cuanto más en acusativo; y depende del contexto la posible interpretación
pormenorizada es una exposición,mayor número de grupos, sub- de la incidencia como favorable ("a-favor-de") o desfavorable
grupos y matices distintos comprende (hasta llegar a usos pura- ("en-contra-de").
mente individuales) ... En cambio, lo que regularmente falta
(o se indica de un modo totalmente rudimentario) es la unidad 4. La sinonimia y polisemia son también ilusiones y obede-
que se esconde tras esta multiplicidad, la fórmula unificadora cen a las mismas razones contextuales o a las mismas traduc-
capaz de explicar precisamente cómo esas variantes son varian- ciones interlinguales.
tes de una sola y misma unidad"... (p. 25): "Una preposición
tiene un significadocentral
, y uno solo, cualquiera que sea el ob- de corpore fugit (dolor) (Virg., En., 12, 421);
jeto alque se aplique". fugit e corpore sanguis (Ovid., Met., 14, 754); '1
i
Esos párrafos de Brondal constituyen todo un programa no fugit ab ara taurus (Lucano, 7, 165).
sólo para el capítulo de las preposiciones, sino para la sintaxis
en toda su extensión. ¿ Qué otra cosa hemos pretendido a lo largo A fugit de, fugit e, fugit ab corresponderá en castellano una
de este estudio sobre los casos, sino intentar descubrir l~idad . , uruca:
tra duccion ,. "huye de...."E sto puede ·levarnos
1 a creer que
básica en lengua de cada caso por encima de la variedad de sus no hay diferencia apreciable entre fugit de, fugit e, fugit ab,
realizaciones en el habla? y que, por lo tanto, el latín baraja arbitrariamente (o por como-
didades métricas) de, ex, ab como perfectos sinónimos en con-
3. En primer lugar, no podemos admitir que las preposicio- textos idénticos, según tesis sostenida por F. Pradel (Bemerkum-
nes (ni ningún otro signo lingüístico) tengan sentidos "contra- gen zu der Sprache und Technik der rimiische« Daktyliker
dictorios" en una lengua dada: por ejemplo, que la preposición "Glotta", 2, 1910,pp. 56-75). '
latina de signifique,como admite el Thesaurus, "de arriba abajo" La falta de signos castellanos equivalentes a las preposicio-
y "de abajo arriba", o que in signifique "a favor de" y "en con- nes
. latinas (y, en general, a la mayoría de los signos, tanto lé-
tra de". XICOS como gramaticales, del latín o de otra lengua cualquiera,
En el plano de la lengua latina no hay sentidos "contradicto- cf. supra, p. 60 y ss.) plantea problemas de traducción interlin-
rios", ni siquiera "sentidos" en plural; la pluralidad y contradic- gual que en la práctica se resuelven instintivamente con mayor °
ción son una ilusión contextual o una interpretación del latín menor acierto, pero cuya explicación racional permanece ocul-
a través de sus posibles traducciones en nuestra lengua. . ta la mayoría de las veces, y de la que conviene, no obstante,
Así, senatus consultum in eos (= Haeduos) factum (César, tomar conciencia para evitar malentendidos.
B. G., 1, 43, 7) se traduce: "decreto senatorial tomado a-favor-de Ejemplo:
los Heduos"; y, en cambio, habemus senatus consultum in te,
Catilina, uehemens et graue (Salust., Cat., 1, 1) se traduce: natus ... ex (Argo patre), Plauto, Amph., 98;
"contra ti, Catilina, tenemos un terrible decreto senatorial". (prisco) natus ab (Inacho), Horacio, Carm., 2, 3, 21.
174 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LAS PREPOSICIONES 175
Los traductores interpretan muy bien estos dos textos, res- LATÍN-CASTELLANO:
pectivamente, como:
natus "nacido"; =
natus ab = "descendiente de";
"hijo de (padre Argiano)" natus ex = "hijo de";
y "descendiente de (el antiguo Inaco)". natus =1= "descendiente (en lat., posterus)";
natus =1= "hijo (en lat., filius)";
Los traductores caen en la cuenta de que en el primer caso ex =1= "de";
se trata de '10 que nosotros llamamos un "hijo" y, en el segundo, ab =1= "de".
de lo que en nuestro código se llama un "descendiente". El conjunto natus ab es equivalente, como mensaje, al con-
Se nos plantean; pues, estos problemas de "equivalencias": junto "descendiente de", y el conjunto natus ex ,es equivalente
a) ¿Qué significa natus? ¿"Hijo"?, ¿"descendiente"? ¿O sim- al conjunto "hijo de"; pero no hay equivalencias dé lengua a
plemente "nacido"? lengua en las partes que integran los conjuntos: se trata de men-
Normalmente se admite sin escrúpulo la polisemia: se cree sajes equivalentes en códigos distintos.
que los tres significados son igualmente legítimos (y están in- Interpretemos por separado las unidades significativa's lati-
cluso consignados en los diccionarios bajo un solo artículo o bajo nas (sobre el significado que propiamente corresponde a ex-y ab
artículos distintos) y que ha de dejarse al traductor la libertad cf. infra, p. 177 y ss.) : '
de elección que mejor cuadre al texto estudiado. =
natus-ex (aliquo) "nacido"-"inmediatamente de (alguien)",
b) ¿Son equivalentes en latín ex y ab? Nermalmente se ad- o sea, prescindiendo de la forma interior del latín, y pensando
mite también, sin escrúpulos, la sinonimia y, por lo tanto, nadie a la española, "hijo de (alguien)";
se sorprende de su traducción "única" por el castellano de. natus-ab (aliquo) = "nacido"-"mediatamente de (alguien)", o
Por estos caminos es difícil salir de la pura subjetividad y sea, pensando en castellano, "descendiente de (alguien)".
hacer ciencia, es decir, lograr explicaciones objetivas. Todo esto puede ilustrarse esquemáticamente:
Si analizamos las unidades significativas latinas desde el in- A) natus ex = "hijo de":
terior del latín, veremos que estas unidades significativas no son
terreno movedizo que cada cual puede sortear a su antojo e in- Forma latina . . . . . . natus (= 1) ex (::::2+3)
terpretar por apreciaciones personales. (1) + (2 +3) =
natus ex y natus ab son cosas distintas, y ambos términos de Contenido de amboS>
mensajes(el latino nacido - inmediatamente _ r- de-
cada grupo difieren, por el contenido, de lo que en castellano (1) (2)
y el castellano) (3)
parece corresponderles; a la manera de los matemáticos, 'pode-
mas establecer una serie' de desigualdades e igualdades: Forma castellana. •.• • . • • • hijo (::::1 + 2) de (=3)
=(1 +2) +(3)

LATÍN: B) natus ab = "descendiente de":

natus ex A= natus ab; Forma latina . . . . . • . . . natus (1) ab (2 + 3)


ex =f= ab; (1) + (2+3)::::
na.tus = natus. Contenido de ambos>
mensajes (el latino nacido - '-- mediatamente de -
y el castellano) (1) (2) (3)

Forma castellana . descendient~ (1 + 2) de (3)


::::(1 + 2) + (3)
176 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LAS_PREPOSICIONES 177
Desmontando así el mecanismo de las equivalencias se ve
que la traducción tiene sus fundamentos objetivos y no es fruto 2. - CUESTIÓN VNDE: de, ex, ab
de apreciaciones subjetivas. Las tres preposiciones de, ex y ab responden a la cuestión
VNDE ("de dónde"), es decir, expresan por igual el alejamiento
a partir de algo. Pero de no expresa más que eso; en cambio, ex
y ab son más precisas: añaden un rasgo peculiar a la noción de
§ 4. - Las p1'eposicio-nesen particular alejamiento; ex denota un alejamiento a partir "del interior" y
ab a partir "del exterior" del objeto.
1. -CUESTIÓN QVA: per Cicerón, en uno de sus discursos (Pro Caecina, 87 y ss.), se
complace en jugar con las diferencias que oponen entre sí a estas
Per responde a la cuestión QVA("por donde"). Evoca siempre tres preposiciones. He aquí algunos párrafos de los mas notables
un movimiento a través de una extensión continua o discontinua (87-88) : .
y recorrida total o parcialmente.
A falta de un signo equivalente en nuestra lengua, acudire- Si qui meam familiam de meo fun- Si alguien expulsara a mi personal
mos a diversos signos castellanos que, con su mayor compren- do deiecerit, ex ea me Locodeiecerit; de mi tierra, a mí mismo me expü]-
si q'll.imihi praesto fuerit cum arma- saría de ella; si alguien se presenta-
sión (en rasgos pertinentes) y menor extensión, recogerán uno tis hominibus extra meum fundum et ra ante mí con gente armada fuera
u otro aspecto contextual del' per latino (con menor compren- me introire prohibuerit, non ex ea, de mi tierra y me prohibiera entrar
sión y mayor extensión que cualquiera de los términos o circun- sed ab ea loco me deiecerit ... (en ella), no me expulsaría del-inte-
locuciones que le corresponderán en nuestras traducci~es): rior, sino de-Zas-proximidades de ese
por (el signo castellano que más se acerca al latín per y cubre, lugar ...
por lo tanto, la mayoría de sus usos), a-través-de, sobre, por- Vnde deiectus est Cinna? ¿De dónde fue expulsado Cinna?
medio-de, durante, etc. -Ex urbe. -Del-interior-de la ciudad.
Vnde deiectus Telesinus? ¿De dónde fue expulsado Telesino?
coronam auream per forum ferre (Cic., Att., 14, 16, 2), "lle- -Ab urbe. -De-las-proximidades-de la ciudad. i
, ¡
Vnde deiecti Galli? ¿De dónde fueron expulsados los ga-
var la corona áurea por el foro";
-A Capitolio. los?
uagi per castra (Livío, 30, 4, 2), "desperdigados por el cam- -De-las-proximidades del Capitolio.
pamento"; • Vnde qui cum Graccho fuerunt? ¿De dónde los partidarios de Graco?
-Ex Capitolio. -Del-interior-del Capitolio.
per membranas oculorum cernere (Cic., Nat. deor., 2, '142), Videtis igituT hoc uno verbo vnde Veis, pues, que con la misma pa-
"ver a-través-de los ojos"; significari' res duas, et ex quo et a labra VNDE se pueden expresar dos
quo. cosas: "del interior de" y "de las
per eorpora transire (César, B. G., 2, 10, 2), "pasar sobre etc., etc. proximiélades de".
los cadáveres"; etc., etc.

sacra per mulieres confici solent (Cic., Verr., 4, 99), "los sa- Como es fácil observar, Cicerón inicia esta larga disertación
crificios suelen hacerse por-media-de mujeres"; lingüística con el término no caracterizado de: de meo fundo;
y luego establece la oposición ex / ab como términos caracteri-
per triennium (Cic., Verr., 4, 136), "durante un trienio". zados y opuestos ambos al impreciso' de.
Todos los teóricos antiguos coinciden al expucarnos la semán-
tica de estas tres preposiciones. "Estas preposiciones no sígní-
(
¡
,.
178 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LAS PREPOSICIONES 179
fican una sola y misma cosa, como algunos creen. Efectivamente, de por ex: "de" quoque nonnumquam perperam ponitur pro
no es lo mismo "venir a theatro y ex theatro. Pues quien dice . "ex", ut cum "d-eprouincia uenire" quis dicit ...
a theatro no afirma que venga del mismo teatro en sí, sino de De acuerdo con la aludida semántica, para indicar el origen
un lugar que se halla próximo al teatro; quien afirma venir ex famíliar de las personas se usan, regularmente, ex ante el nom-
theatro viene del mismo teatro (Diomedes, GLK, I, p. 415). bre de los padres, ab ante el nombre de los antepasados (origen
No serían intercambiables a y ex en este ejemplo de Plauto lejano en general) y de ante "orígenes" menos claros y precisos:
(Trin., 771):
ex: filia nascitur ex me (Juv., 9, 83);
quasi ad adulescentem a patre ex Seleueia uenuii, "(se pre-
ex Philippa matre natam (Plauto, Ep., 636);
senta) ante el joven como si viniera de Seleucia de-parte-de su
Amphitruo natus ex Argo patre (Plauto, Amph., 98);
padre".
etc.
Los grandes escritores no barajan al azar las preposiciones a: a Ioue ortus (Cic., Planc., 59), "descendiente de ... ";
aun cuando aparentemente lo hacen. Marcial escribe (IV, 61, prisco natus ab Inacho (Ror., Carm., 2, 3, 21), "deseen-
9-10) : diente de... "; .....

Here de theatro, Pollione cantante, \ etc.


cum subito abires... de: de gente nasci (creari, gigni, etc.)
"ayer, cuando de pronto te ibas del teatro, a pesar de estar de stirpe
cantando Polión ... " de sanguine
de paelice natus, "hijo de cortesana", con cierta discre-
De buenas a primeras choca el de theatro; cualquier latinista ción que no tiene ex paelice filius.
actual preferiría ex theatro, y cree que Marcial cedió aquí a "ne-
cesidades métricas". Sin embargo, el de tiene plena justificación
en lengua. Si prestamos atención al contexto, vemos que Marcial QVo: in CONACUSATIVO
3. - CUESTIÓN Y ad
pone el acento no en el hecho de que Mancino se vaya "del-inte-
rior-del teatro" (en cuyo caso era de esperar ex theatro), sino Al grupo preposicional de-ex-ab, contestando a la cuestión
en que se retire en plena actuación de un célebre artista, que ,
VNDEcorresponde , en contestación a la cuestión QVO("hacia
abandone "la sesión" en un momento del mayor interés. dónde"), el par ad-in.
La misma justificación valdría para todo el material a que Sigamos oyendo el testimonio de Diomedes (GLK, p. 415):
alude Guillemin en una observación puramente empírica, pero "A estas preposiciones (= de, ex, ab) se oponen ad e in, que tam-
muy objetiva: "Se hallan con mucha frecuencia complementos poco significan una sola y misma cosa, porque in forum i?,e es
con de junto a verbos que denotan salida y alejamiento cuando 'penetrar en el foro en sí', pero ad forum ire es 'ir a un lugar
se trata de locales, lugares de reunión, asambleas, etc., con una cercano al foro': así, no es 10 mismo in tribunal y ad tribunal
función en la vida privada y pública de los romanos" (La prépo- uenire, ya que ad tribunal uenit litigator (= 'ante el tribunal
..
sttwn "d"e ... , p. 13) . viene o se presenta el litigante'); en cambio, in tribunal uenit
Como término neutro, de puede usarse por ab o ex: de meo praetor aut iudex (= 'al tribunal viene o dentro del tribunal
fundo deiectus sum, de prouincia uenio, etc. Resulta curioso oír penetra' el pretor o el juez')".
a Terentius Scaurus (GLK, 7, 31, 1 y ss.) que distingue perfecta- Existe, pues, entre ad e in la misma relación que vimos entre
mente ex y de, pero califica de incorrecto el uso del impreciso ab y ex; frente al ejemplo de Plauto citado supra (a patre ex
180 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ·LAS PREPOSICIONES 181

Seleucia, de Trin., 771) he aquí el paralelo (Captiui, 43) con ibidem, 10, 27: ob incepti negotii persecuiionem; "para com-
ad e in: pletar el negocio emprendido". Los editores modernos suelen
rechazar este ob, perfectamenteatestiguadopor la tradición ma-
reducemque faciet liberum in patriam ad patrem, "y lo hará nuscrita, y ponen en su lugar un ad.
volver libre a su patria ante su padre".
Obsérveseigualmente:
4. - CUESTIÓN VE!: in CON ABLATIVOY ad I '
a-OO: fossam a maioribus castris ad minora perduxit (César,
B. G., 7, 36, 6), "dispuso un foso desde el campa- 1) Es algo ambigua la fórmula según la cual in con acusa- I
mento mayor hasta el menor"; tivo indica movimiento,y con ablativo indica reposo. Tanto mo-
vimientoy ausencia de reposo hay en in foro curro ,("estoy co-
ex-in: ex castris in oppidum sese recipiunt (César, B. G., 2, rriendo en el foro") o in foro ambulo ("estoy paseando en el
35, 5), "partiendo de (el interior de) el campamento foro") como en in forum curro ("voy corriendo al foro") o in
se refugian en (el interior Je) la plaza fuerte"; forum ambulo ("voy paseando al foro"). La diferencia real está
ex-OO: e castris egressi ad Rhenum contenderunt (César, en la permanencia o el desplazamiento. -
B. G., 1, 27, 4), "saliendo de (el interior de) el cam-
In foro denota "permanencia en el foro" con o sin movi- :
pamento se dirigieron,al (= ~la orilla del) Rin". \
miento: i'
Ante las tres preposicionesde la cuestión VNDE sólo hay pa- con movimiento:in foro ambulo, "estoy-paseandoen el foro";
ralelo para dos en la cuestión QVO; queda sin correspondencia sin movimiento:in fOTOsedeo, "estoy-sentadoen el foro".
el de. Sin embargo,aquí nos parece observar una evolución en In forum denota "desplazamientocon relación al foro", haya :, I.
el períodohistóricodel latín. En la época arcaica, oh aparece con o no haya movimiento en el sujeto "desplazado":
un Clarosentido local "hacia" que podría situarse junto al par . Ii
con movimiento: in forum ambulo, "voy-paseandoal foro"; ,

ad-in como término simétrico de de frente a ex-ab: sin movimiento:sella in forum uehor, "voy-(transportado)en .\

,
iI
litera al foro".
oh Romam legiones ducere (Ennio, Ann., 297);
Puede observarse en estos ejemplos una notable diferencia
ob portum obuagulatum ito (XII Tablas, 2, 3), "id a ar-
entre el latín y el castellano: el latín expresa el movimientoo la
mar escándaloante su puerta";
ausencia del movimiento en el verbo (curro, ambulo - sedeo,
follem obstTingit ob gulam (PIauto, Aul., 302), "aprieta uehor) y el desplazamientoo ausencia del desplazamientoen el
la bolsa contra el cuello"; etc. giro preposicional(in forum - in foro); el castellanonormalmente . ;¡
expresa mediante el verbo el desplazamiento o permanencia
Festo afirma taxativamente que "los antiguos usaban ob en ("voy"- "estoy") y añade el movimiento como una modalidad
lugar de ad". y este ob local puede rastrearse en toda la lite- -adverbial o predicativa- del desplazamiento ("corriendo",
ratura latina entre los autores adictos a la tradición primitiva: "paseando"); cf. "voy andando" y "voy mecanizado";esta última
Virgo (En., 12, 865), Cicerón (Rab. Post., 39) y, sobre todo, Apu- expresión es equivalente, por el contenido, de uehor, aunque
leyo, del que citamos algunos ejemplos: nuestras máquinas de' transporte difieran de los vehículos anti-
M~., 8, 15: oh iter i~ludqua nobis erat commeandum iacere guos. Comodijimos antes en nuestro análisis de natus ex y na-
semesa hominum corpora, "a 10 largo de la ruta que debíamos tus ab, se articulan los elementos del contenido en forma muy
recorrer yacían cadáveres humanos medio roídos"; distinta.
J
1
182 INTRODUCCION A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

2) El juego del acusativo o ablativo con in se repite con super


y sub: .
I LAS PREPOSICIONES 183
4) Con las restantes preposiciones no establece el latín nin-
guna diferenciación entre las cuestiones QVO y vsr; confía a la
ensis super ceruice pendit (Horacio, Carm., 3, 1, 17), "la es- semántica verbal la interpretación según una u otra noción, como
pada cuelga sobre su cabeza"; -, a a
hace el francés en "Je vais Madrid y "Je suis Madrid", frente
super aspidem adsidere (Cic., Fin., 2, 59), "sentarse sobre al castellano "Voy a M.", "Estoy en M.".
una serpiente". ) Ad sirve igual para expresar la aproximación a un lugar
sub terra esse, "estar bajo tierra"; (ovo) o la situación en las proximidades de un lugar (VBI):
sub terram ire, "ir bajo tierra".
Frente a sub o super, el término genérico in puede polari-
) ad urbem uenire (Cic., Verr., 2, 167), "venir a ";
zarse y ser, por lo tanto, equivalente a super (frente a sub) o a
sub (frente a super); así (ClL., F, 1211), de una madre que ha-
.
ad urbem esse (Cic., Verr., 2, 21), "estar en ".

bía tenido dos hijos se dice que En el siguiente ejemplo aparece ad sucesivamente como lu-
gar-vsr y lugar-ovo:
horunc alterum
in terra linquit, alium sub terra locat, Inter proelium ad castra Romana pugnatum est adu1!rsus
"de estos dos hijos deja a uno en (= 80'1.; .,) la tierra, al otro bajo partem copiarum ad castra missam (Livio, 4, 19, 7), "En el
la tierra" (es decir, uno le sobrevive, el otro le precede en la transcurso del combate se luchó junto al campamento contra el
muerte). /contingente de fuerzas enviado al campamento".

3) Con muchos verbos de movimiento (condere, ponere, col-


locare, tigere, statuere, congregare, cogere, etc.), el hablante 5. - OTRAS PREPOSICIONES
latino puede centrar su atención ya sea en el desplazamiento, ya
sea en el emplazamiento resultante del desplazamiento: Junto al genérico in ("hacia" con acusativo o "en el interior
de" con ablativo) surgen como especificaciones:
condere in puteum (Plauto, Aul., 347);
condere in pectore (Plauto, Pseiul., 941). Inter, "en el interior de", tratándose de unidades disconti-
nuas: inter bina castra (César, B. C., 3, 19, 1), "entre ambos
Aquí nos conformamos generalmente con una interpretación campamentos" ;
insensible a la diferencia que hay entre in con uno u otro caso:
Intra-extra: intra, "en el interior de", con perspectiva de un
límite frente "al exterior"; extra, "en el exterior de", con pers-
"esconder en el pozo";
pectiva de un límite frente "al interior":
"esconder en el corazón".
suos intra castra continuit (César, B. G., 5, 58, 1), "retuvo
Pero si queremos traducir "la mentalidad" latina, hemos de a los suyos en el interior del campamento";
acudir a verbos dinámicos o estáticos:
extra castra congrediemur (Cic., Phil., 12, 28), "nos reuni-
"ir-a-esconder al pozo"; remos fuera del campamento";
"tener-escondido en el corazón'" (recuérdese que tener es intra extraque munitiones (César, B. C., 3, 72, 2), "dentro
forma transitiva de estar). y fuera de las fortificaciones".
I LAS PREPOSICIONES 185
184 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

Sub-super: ya nos hemos referido a la situación "encima- .


I lante-de" sin solución de continuidad con el lugar de ref~rencia
debajo" con sub-super (cf. supra, p. 182). u objeto:. "indica la posición no 'delante', sino 'en la parte
\ anterior' de un objeto ... ; prae especifica la porción anterior del
lnfra-supra: obsérvese, frente a in luna (Cic., Nat. Deor., 2, i
~7. objeto en relación con la porción posterior" (Benveniste, Le sys-
88), infra lunam (Cic., Nat. Deor., 2, 56), "bajo la luna"; supra téme sublogique des prépositions en latin, TCLCo, 5, 1949; p. 176-
lunam (Cic., Rep., 6, 17), "sobre la luna" o ) 184); prae aliqua re es, pues, "en el límite o extremo anterior
de una cosa"; sobre esta base semántica explica acertadamente
Junto al genérico ad ("hacia o en las proximidades de") ca- l Benveniste todos los usos de prae y, concretamente, su sentido
ben las siguientes precisiones situacionales:
Circa o ciTcum (sinónimos), "alrededor de":
I "causal" y "comparativo":
prae laetitia lacrimae prosiliunt mihi (Plauto, S,ticho,466),
(Galbae caput) circum castra portarunt (Suetonio, Golba,
"al-límite-de la alegría (= "a causa de la alegría") me
20), "llevaron la cabeza de Galba alrededor del campa-
saltan las lágrimas";
mento";
erant circum castra Pompei colles (César, B. C., 3, 43, 1), prae gaudio loqui nequit, "en-el-extremo-de (= "a causa
"había colinas alrededor del campamento de Pompeyo"; de") su alegría no puede hablar";
circa castra, circa urbem- [uera; certamen (Livio, 10, 44,
prae candoribus tuis sol occaecatust (cf. Plauto, Meno)
10), "había habido lucha alrededor del campamento, alre-
181), "en-el-extremo-de (= "al-lado-de". o "en-compara-
dedor de la ciudad" o
ción-de") tu esplendor palidece el sol".
Ante-post; pro-contra; prae: ante, "delante de", y post, "de-
trás de", expresan la relación antero-posterior más general: / Cis, citra - trams, ultra, "del lado de acá" - "del lado de allá" o

La situación se determina por referencia a un límite y el límite


ante oppidum considunt (César, B. G¿ 7, 79, 4), "toman está orientado a su vez por la posición de un observador:
posiciones ante la plaza fuerte";
cis Padum ultraque (Livio, 5, 35, 4), "de este y del otro
post castra esse (César, B. G), 2, 9, 3), "estar detrás del lado del Po";
campamento" .

pro y contra expresan situaciones más complejas; pro, "de- !


I omnibus ultra castra transque montes exploratis (Livio,
22, 43, 7), "explorados todos los lugares al otro lado del
lante dando la espalda al lugar de referencia"; contra, "delante campamento y tras las montañas".
dando la cara al lugar de referencia":
Prope, propter, praeter: prope, "cerca de", sin excluir la
in statione pro castris erant (César, B. C., 1, 43, 4), "esta- propinquitas, que alcanza el límite, extiende la noción de "cerca-
ban de guardia ante el campamento (para defenderlo)"; nía" a un área no colindante con él: ¡'
contra Labieni castra considunt (César, B. G., 7, 58, 6), copias prope castra uidere (César, B. G., 1, 22, 3), "ver
"se sitúan ante el campamento de Labieno (para ata- I tropas en las cercanías del campamento". \
carlo) ".
Lo mismo ocurre con propter, como derivado de p;ope:
Como es fácil observar, pro y contra son un "delante de"
situado en el exterior del lugar de referencia y con la doble propter Platonis statuam consedimus (Cic., Brutus, 24),
orientación señalada para el sujeto y el objeto; prae es un "de- "nos sentamos junto a la estatua de Platón";
INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LAS PREPOSICIONES 187
186
fanum eius est in agro propter ipsa:r~ uiam (Cic:, Verr -: ~~. Nos hemos referido a ab en su sentido local, acompañando
96), "su santuario está en el campo Junto a la misma vía , al 'punto de partida, Ahora bien: según varíe la naturaleza del
sustantiv-o tomado como punto de referencia y la naturaleza de
agros propter Karthaginem nouam uendit (Ci,c., De lego lo que situemos frente a ese punto de referencia variarán nues-
agr., 2, 51), "vende unos campos en las cercamas de Car- tras traducciones por no sernas usual la representación unitaria
tagena". que se hace el latín de situaciones diversas para nuestra men-
praeter, derivado de prae, denota un punto de contacto. tran- talidad:
A) Varía la semántica del sustantivo regido por la preposi-
sitorio':
(Ariouistus) praeter castra Caesaris suas copias traduxit
ción: ab urbe (uenio) = "(vengo) de la ciudad"; pero ah urbe
condita es "temporal", porque el grupo regido urbe, condita con-
'
(Cesar, B . G." 1 48, 2) , "Ariovisto hizo pasar sus fuerzas
r " tiene "un suceso", y automáticamente nos situamos en lalínea del
ante ("rayando el límite de") el campamento de Cesar ; tiempo; por la semántica del sustantivo hay noción temporal en
mustela murem abstulit praeter pedes (Plauto, Stich., 460), a principio, "desde el principio",' y sugerencia temporal en a
"una comadreja cobró amis pies un ratón". puero, "desde la niñez", etc.; a parece causal en (mar e) a"'sole
(conlucet), "(el mar brilla) a-partir-de (= por efecto de, a causa
cum-sine hacen el mismo juego que nuestro "con-sin": de) el sol", etc.
B) Varía lo que situamos frente al punto de referencia: en
('bo)

cum fratre an sine eo cum filio? (Cic., Att., 8, 3, 5),
. hi ?"
"(¿he de ir) con mi hermano o sin él (y) con mi 1]0. si quid ei a Ceesare grauius accidisset nos parece hallarnos ante
un a "separativo"; pero en si quid ei a Caesare grauius inlatum
esset ya queremos ver un a distinto, un a que exprese el sujeto
§ 5. Addenda agente (sobre este y otros ejemplos cf. supra, p. 160 s.). "El sentí-
/ tido de ab explica que haya podido servir para introducir el com-
NOTA1.- No nos detenemos en el examen de otras prepo- plemento del verbo pasivo, no, como se dice con frecuencia, para
siciones menos sistematizadas, como apud, secundum, '(a~)uersus, expresar el nombre del agente, el sujeto "lógico" de la acción,
coram causa gratia etc. Su semántica no ofrece oseuzidades y sino ... para indicar de quién procede la acción expresada por
,
está aún "
visiblemente ligada a formas "sustanti
sustan ivas "d e t odos el verbo; así, en iniuria abs te (= que me vi-ene de ti) afficioT,
conocidas. el sentido de abs es el mismo que en leuior est plaga ab amico
quam a debitore (Cie., Fam., 9, 16, 7), "la herida es más leve
NOTAII. _ Hemos prestado atención exclusiva al sen~ido "~o- inferida por un amigo que por un deudor" (Ernout-Meillet, Dic-
cal de las preposiciones' del sentido local irradia, sin violencia,
" tionnaire Etymol., S. u.).
, diversos sentí idos "figura d"os o "no-
el sentido "temporal" Y los Por último, en numerosas construcciones, como doieo ab
cionales", Nos limitaremos a dar algunos ejemplos. oculis, "me duelen los ojos" (literalmente, "sufro de-parte-de los
ante urbem es "ante la ciudad" (sentido local estricto);, pero ojos"); petere (regem) a Ioue, "pedir (un rey) a Júpiter" (lite-
ante hunc diem será "antes del día d e h oy"( sentíid o "t,empor al")' , ralmente, ab Ioue = procedente-de JÚp.); timere ab aliquo. "te-
el contexto también nos invita a ver sentido temporal en ante ner miedo de-parte-de alguien", o, mejor, "temer a alguien", etc.,
tubam (Virgilio, s«,
11, 424), "antes ~del toqu~) de la· tro~- nuestras gramáticas soslayan el problema diciendo, simplemente,
peta" por último en ante alios pulcherr'Lmus omms Turnus (VIr- que esos verbos se construyen con la preposición ab, como si ello
gílio "En 7 55) tendremos -¡en nuestra tra dUCCIon.- "f un an te constituyera una explicación o como si no fuera posible averi-
, '" d 1
comparativo: "Turno, más hermoso que to os os. emas , d ," guar las correspondencias entre las unidades significativas.
CUARTA PARTE

LAORACION

.I
I
: I
I

iI
I

I
(
1
1

EL ORDEN DE PALABRAS EN LATíN CLÁSICO ore

§ 1.-Introducción

El primer autor moderno que se ha interesado por el o~den


de las palabras en las lenguas clásicas ba sido H. Weil (De l'oidre
des mots dans les langues anciennes comparées aux langue~ mo-
dernes, París, 1844, 2.u ed. 1869). El interés por la cuestión se ha
mantenido a cierto apreciable nivel hasta principios del siglo
) actual; desde entonces ha decrecido muy sensiblemente: basta
para comprobarlo recorrer nuestros repertorios bibliográficos.
Los manuales universitarios más utilizados en la actualidad
DO tocan en absoluto el problema o pasan rápidamente, como
sobre ascuas, si aluden a él. Los manuales a que nos -referimos
son concretamente las sintaxis latinas, ya que no puede asignarse
al orden de palabras un lugar fuera de la sintaxis y, por otra
parte, no hay problema más propiamente sintáctico que la orde-
nación de los elementos que integran la unidad de la frase.
Tal vez la razón del escaso interés por el orden de las palabras
latinas se explique, en buena medida, por la propia obra de Weil
y de sus seguidores, cuya doctrina, más bien negativa, se ha
impuesto con demasiada facilidad en el ámbito de nuestros estu-
\ dios. Las conclusiones de Weil, aceptadas prácticamente sin re-
servas, vienen a ser éstas: Frente a las lenguas modernas, que
son lenguas de construcción fija, las lenguas antiguas son lenguas
de construcción libre; es cierto que los latinos tienen marcada
predilección por colocar sus verbos después de los complementos;

* Este capítulo se publicó como artículo independiente en Homenaje a Antonio


TovaT, Gredos, Madrid, 1972,pp. 403-423.
192 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 193
es cierto igualmente que hay en latín muchos giros de palabras es "sentir" la natural ordenación de las palabras y otra muy
fijas; pero no cabe pretender fundar sobre esas observaciones un distinta es llegar a formular los principios que rigen tal ordena-
sistema de construcción usual ya que cualquier regla se vería ción. Más todavía, el orden de palabras en la propia lengua pa-
"cien veces quebrantada" en cada página de cualquier autor la- rece cosa' tan natural y tan sabida que apenas despierta una
tino. espontánea curiosidad por estudiarlo y formular los principios
Por otra parte, y sin afán de paradoja, nos atreveríamos a teóricos que rigen dicha ordenación.
afirmar 10 siguiente: los escasos autores que, de un siglo a esta Repetimos que los hablantes latinos, como los actuales ha-
parte, han pretendido defender teóricamente el orden de las pa- blantes románicos, nos parecen dar por supuesto un orden na-
labras en latín, han conseguido un efecto contraproducente: dan tural de las palabras en sus frases. Aluden muchísimas veces a I
al lector la impresión real de que no existe ningún orden en la esa ordenación espontánea, aunque 10 hacen de pasada y sin (

colocación de las palabras. Pensamos ahora en obras muy repre- insistir, como refiriéndose a algo que nadie pone en duda ni
sentativas como la tan manoseada y tantas veces reeditada y necesita demostración.
traducida estilística latina de E. Berger, con sus 70 páginas sobre He aquí una serie de testimonios en apoyo de nuestra tesis. I
el orden de palabras o como los tres volúmenes de Marouzeau (
sobre el mismo tema. Testimonios de Quintiliano. - Quintiliano es sin duda el au-
Según estos autores son tantos los principios reguladores del tor antiguo más explícito y que más reiteradamente se refiere a
orden y tantas las excepciones y contraexcepciones a tener en "un orden normal" de las palabras en latín. Transcribimos en
cuenta que el lector acaba preguntándose si sus reglas merecen primer lugar un texto suyo bastante largo pero que nos resistimos
ser recordadas o si el título apropiado a sus trabajos es el de "el a recortar, ya que nos parece ilustrativo en toda su extensión. I
I
orden" o el "desorden" de las palabras en latín. '\ Subrayamos en negritas las expresiones más interesantes y sobre
Nosotros creemos que en el gran período clásico existe un ellas centraremos nuestro breve comentario. I
principio general que realmente rige la ordenación de las pala- Inst. Orat., VIII, 6, 62 ss.:
bras latinas; y pensamos que no puede menospreciarse su alcance 62. Hyperbaton ... id est uerbi tf'ansgressionem ("el despla-
ya que, aunque "cien veces quebrantado en cada página", como zamiento de una palabra"), quoniam frequenter ratio composi-
-¡con notoria hipérbole!-, dijo Weil, es patente también en tionis et decor poscit, non inmerito ínter uirtutes habemus. Fit I
cada página que la relación entre orden excepcional y orden enim [reouentissime aspera et dura et dissoluta et hians oratío, , I
habitual, lejos de ser equilibrada, supone siempre un triunfo si ad necessitatem ordinis sui uerba redigantur et, ut quodque
rotundo del orden sobre las desviaciones, de tal modo que la oritur, ita proximis, etiam si uinciTe non potest, adligetur. 63.
norma no se oscurece nunca y sirve precisamente de pauta o Differenda igitur quaedam et praesumenda, at'que ut in structuris
punto de referencia para contrastar las desviaciones que se pue- lapidum impolitorum loco, quo conuenit, quodque ponendum.
dan presentar. Non ením recídere ea ne<;polire possumus, quo coagmentata se
magis iungant, sed utendJLmíis, qualia sunt eligendaeque sedes.
64. Nec aliud potest sermonem [acere numerosum quam oppor-
§ 2. - Los lati1ws tenían conciencia de una ordenación natuf'al tuna ordinis permutatio; neque alio ceris Platonis inuenta sunt
de las palabras en su lengua quattuor illa uerba, quibus in illo pulcherrimo operum in Pi-
raeum se descendisse significat, plurimis modis scripta, quam
En este punto nos parece que el sentir de los hablantes latinos quod eum quoque maxime numerosum [acere experiretur. I
I
con relación a su lengua fue aproximadamente el mismo que (Sigue este ejemplo: "Animaduerti, iuduse«, omnem accusa- I
tiene un hablante románico con relación a la suya. Pero una cosa toris orationem in duas diuisam esse partes" (= Cic., pro \
I
(

I
(
194 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 195

Cluent., 1). Nam "in duas partes diuisam esse" rectum erat, sed Non enim ad pedes uerba dimensa sunt, ideoque ex loco trans-
durum et incomptum. . feruntur in locum, ut iungantur quo congruunt maxime, sicut
Observaciones: in structura saxorum rudium etiam ipsa enormitas inuenit cui
1. Parecen especialmente significativas las siguientes expre-
.\ applicari et in quo possit insistere. Felicissimus tamen sermo est,
(

siones: a) "El hipérbaton, es decir, el desplazamiento de una cuí et rectus ordo et apta iunctura et cum his numerus oppor-
palabra ... "; b) "sí las palabras se sometieran al imperativo de tune cadens contigit.
la ordenación que propiamente les corresponde"; e) "Un opor- Merece especialísima atención la afirmación final de la cita:
tuno cambio de ordenación ... ". "Sin embargo, el discurso mejor logrado es aquél en que se dan
Parece' evidente que no podría hablarse de hipérbaton, de el orden normal, el adecuado ensamblamiento y, a la vez que
desplazamiento de una palabra, de la imperativa ordenación que esto, una combinación métrica adecuada".
propiamente corresponde a las palabras, sin tener in mente un He aquí, ya sin comentarios, otros testimonios de Quintiliano:
orden básico y previo como punto de referencia y contraste para 1, 5, 39: Transmutatione, qua ordo turbatur (Y siguen aquí
las desviaciones que se mencionan. ejemplos de esos desplazamientos de palabras que perturban el
2. En el texto (tomado de Cicerón, pro Clueni., 1) que Quin- . orden normano •
tiliano trae a colación para ejemplificar un hipérbaton, quizá VIII, 2, 22: Nobis prima sit uirtus perspicuitas, propria-uerba,
convenga recordar que no hay más que una desviación al orden rectus ordo, non 'in longum dilata conclusio "Para nosotros la
normal de las palabras latinas y es precisamente la desviación primera cualidad es la claridad, la propiedad de las palabras, su
que anota Quintiliano: sólo la palabra partes está fuera de su orden normal, un período que no difiera mucho su conclusión".
sitio; pero no es raro que modernamente se vea un hipérbaton IX, 1, 6-7: In hyperbato commutatio est ordinis Transfert
más llamativo en accusatoris; evidentemente es ésta una falsa tamen uerbum aui:partem eius a suo loco in alienum Et propiis
perspectiva moderna que descubre desviaciones imaginarias por uerbis et ordine collocatis figura fieri potest "En el hipérbaton
tomar como punto de referencia la ordenación normal en nuestras hay una inversión del orden norma!... [El hipérbaton] traslada
lenguas actuales. una palabra o parte de ella de su sitio propio a otro sitio que no
3. Pero quizá 10 más ilustrativo de esta larga cita de Quin- es el suyo ... [Frente al hipérbaton] con palabras propias y colo-
tiliano sea su comentario final: Nam "in duas partes diuisam cadas .en el orden normal puede darse una figura de dicción".
esse" rectum erat, sed durum et incomptum (es decir, in duas IX, 3, 91: Verborum autem concinna transgressio, id est hy-
partes diuisam esse hubiera sido 10 normal, pero resultaría duro perbaton "Una inversión elegante de los vocablos, es decir el
y sin arte). El sentido de rectum erat no es aquí en modo alguno hipérbaton ... (Cicerón usa la misma expresión en de orat., III,
dudoso. y esto nos permitirá afirmar más adelante cuando Quin- 207).
tiliano nos hable del rectus ordo uerborum, que no puede refe- IX, 4, 32: ... uitiosa locatio uerborum ... Si [ordo] uitiosus
rirse más que al "orden normal" u "orden básico" de las palabras est, licet et uincta et apte cadens oratio, tamen merito incompo-
latinas. sita dicatur.
En el libro IX QiJintiliano repite la misma doctrina y añade
nuevas e importantes precisiones: Testimonios de Cicerón. - En lo que afecta al orden de las
Inst. Orat., IX, 4, 26-27: Verbo sensum cludere, multo, si com-
\ palabras ningún autor nos ~a dejado traslucir su conciencia lin-
güística con tanta claridad como Quintiliano. Sin embargo, vale
positio patiatur, optimum estoIn uerbis enim uis est. Si id aspe-
rum erit, cedet haec ratio numeris, ut fit apttd summos Graecos
Latinosque oratores frequentissime. Sine dubio erit omne, quod
, la pena recordar aquí todavía algunos testimonios más. Y, en
primer lugar, los de Cicerón.
non dudet, hyperbaton ... I Quintiliano inicia el capítulo de compositione (IX, 4), donde
(
I
(
196 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL' ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 197 I
precisamente hemos hallado sus indicaciones más claras y ex- 202: numerus, concinnitas, constructio.
J
tensas sobre nuestro tema, con un cálido elogio de Cicerón: "So- 219: numerus, concinnitas, compositio uel ordo uerborum.
bre la composición, en verdad no me atrevería a escribir después Ahora bien: Quintiliano, hablando exactamente de lo mismo,
de Marco Tulio (y dudo que haya en su obra otra parte más cui- se expresa en los siguientes términos (IX, 4, 22): In omni porro
dada que ésta), si sus contemporáneos no se hubiesen atrevido compositione tria sunt genera necessaria: ordo, iunctura, nume- i
ya a criticarlo incluso en cartas dirigidas a él personalmente . rus. Y, con una leve variante, repite en IX, 4, 147: ordo, coniunc- (
Por 10 tanto seguiré a Cicerón en la mayoría de las cuestiones ; tio, numerus. I
en algunos puntos tal vez me separe de él". Si comparamos las diversas nomenclaturas, podremos aclarar
Esta declaración de Quintiliano nos indica ya que el sentir de los términos oscuros:
Cicerón sobre la collocatio uerborum coincidirá sustancialmente
con las teorías de Quintiliano expuestas anteriormente.
Pero hemos de reconocer que el pensamiento de Cicerón sobre Cicerón Quintiliano
-
la ordenación de las palabras no transparenta con demasiada
collocatio uerborum compositio
claridad. La gran preocupación del orador es la prosa oratoria; .
se extiende .pues en numerosos capítulos (Orator y de oratore) compositio = constructío = ordo ordo -
sobre la armonía de la frase, las cláusulas rítmicas y la concin- concinnitas iunctura uel coniunctio
nitas uerborum ("la artística disposición de las palabras"), sin numerus numerus
oponer esa concinnitas uerborum al ordo rectus uerborum como
ocurría frecuentemente en Quintiliano.
La collocatio uerborum de Cicerón es la expresión genérica
Con todo y gracias a la ayuda de Quintiliano, podemos des-
para designar "la colocación de las palabras en general", sea cual
cubrir el pensamiento de Cicerón e interpretar su vacilante ter-
fuere el criterio que rija esa ordenación; a esa expresión gené-
minología.
rica corresponde, con idéntico sentido e idéntica generalidad, la
Empezaremos por descifrar tres textos del Orator que son
compositio de Quintiliano, para quien composttio es el "arte de (
clave para nuestro problema:
componer o redactar" ("composición" aún pervive en algunas 1
201. Tertieae sunt ... partes ... collocationis (uerborum): com- I
tradiciones escolares de Europa como sinónimo de "redacción").
positio, concinnitas, numerus. I
La compositio de Cicerón tiene un sentido restringido: es una
202. Quod numerosum in oratione dicitur non semper n'I,L-
de las tres maneras de "componer"; es la composición espontá-
mero (fit), sed nonnumquam aut concinnitate aut constructione
nea, no estudiada, en que la propia constitución de las palabras
uerborum.
y en su orden normal produce ya un ritmo satisfactorio, sin
219. Et quia non numero solum numerosa oratio sed et com-
que el autor haya puesto nada de su parte por conseguirlo, Esta
positione fit et genere... concinnitatis, composittone potest intel-
sencilla compositio corresponde al rectus ordo de Qutntiliano.
Legi cum ita structa uerba sunt, ut numerus non quaesitus sed
Nuestra interpretación se confirma con el ejemplo del discurso
ipse secutus esse uideatur, ut apud Crassum: "Nam ubi libido
de Craso que nos da Cicerón: las palabras están en el orden
dominatur, innocentiae leue praesidium est"; ordo enim uerbo-
básico que rigurosamente les corresponde en latín y, por añadi-
rum efficit numerum sine uIla aperta oratoris industria. u u u
En los tres párrafos aquí citados se habla de las mismas tres dura, forman una bella cláusula: leue praesidi(um) est: "Por
facetas a tener en cuenta en la collocatio uerborum; pero la composición -dice Cicerón- puede entenderse el caso en que I
nomenclatura es fluctuante. las palabras están constituidas de tal forma que el ritmo no pa- I

201: compositio, concinnitas, numerus. (


rezca ser buscado, sino que parezca venir por sí mismo, como
I
(
I
(
198 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 199

en Craso: Nam ubi libido dominatur, innocentiae leue p-raesi; erit concinna. Y cita, como disyunción defectuosa, ésta de Coe-
dium est"; efectivamente, el orden (natural) de 1as palabras pro- lius: "In priore libro has res ad te scriptas Luci, misimus, Aeli",
duce el ritmo sin ningún recurso aparente por parte del orador".
Recuérdese que este tipo de composición es el ideal, según Testimonios de Séneca. - Otro autor a tener en cuenta es
Quintiliano: Felicissimus tamen sermo est cui et rectus ordo nuestro Séneca. Aunque muy breve, es bastante explícito en
et apta iunctura et cum his numerus opportune cadens contigit ciertos párrafos de su correspondencia con Lucilio. En la carta
(IX, 4, .26-27). 100, 5, hace el elogio de un contemporáneo suyo entre cuyos
A esta compositio artística per se dentro de su espontaneidad méritos señala en primer lugar un léxico "selecto", pero no re-
se opone lá concinnitas: ésta es una técnica que, mediante la in- buscado, y en segundo lugar una "resistencia" a seguir la moda
versión del ordo rectus, busca una ordenación artística: es, pues, reinante que invertía el orden de las palabras y les asignaba una
una "inversión artística", una concinna transgressio, según dicen colocación antinatural: electa uerba... non captnta' nec liuiu»
al unísono en otros lugares Cicerón (de orat., lII, 207, etc.; Ora- saeculi more contra naturam suam posita et inuersa ...
tor, 87) y Quintiliano (IX, 3, 91) .. En otra carta, la 114, dedica varios párrafos al mismo tema;
La concinnitas uerborum de Cicerón corresponde ,a la iunctu- concretamente, en el § 7 se refiere a las palabras "ordenadas con
ra o coniunctio de Quintiliano. Ambos nos explican en términos absoluto desprecio de la norma general vigente": uerba tam im-
muy parecidos que cuando los materiales de construcción -pie- probe structa, tam neglegenter abiecta, tam contra consuetudi-
dras o palabras- no caen a medida, hay que agruparlos buscán- nem omnium posita. y poco después (§ 16) señala como vicio
doles la cara que permita el mejor acoplamiento. en la composición de la frase esas disyunciones en que los tér-
Por último, como dato interesante para interpretar a Cicerón, minos esenciales de un enunciado se hacen esperar demasiado:
recordamos esta afirmación de P. Festo (33, 25): concinnare est Quid de iUa (compositione) loquar in qua uerba dijferuntur et
apte componere. diu expectata uix ad cuiusulae redeunt?
A la misma concinna collocatio uerborum, pero con una no-
menclatura muy próxima a la de Quintiliano, se refiere sin duda De todo lo dicho se deduce que el latín, como nuestras len-
Horacio cuando habla a los Pisones de la callida iunctura 'b\erbo- guas actuales, tenía un orden gramatical regular; pero así como
n~m (Ars poet., 46-48). \ nuestras lenguas de hoy están condenadas a seguirlo con cierto
A otros testimonios de Cicerón hemos de referirnos más ade- servilismo so pena de caer en la ambigüedad, el latín y las len-
lante. guas antiguas en general podían, gracias a su rica flexión, libe-
rarse de ese orden, pero sin que por ello se oscureciera en la
Testimonios deLautor de la "Rhetorica ad Herenmium", - De conciencia de los hablantes la pauta reguladora básica,
la Rhetorica ad Herennium son los siguientes párrafos:
IV, 32, 44: Transgressio (= excepción al orden normal) est
quae uerborum permutat ordinem peruersione (= inversión) § 3, - Orden de palabras: reglas generales y su alcance
aut transiectione (= disyunción), Peruersume sic: "Hoc uobis
deos immortales arbitror dedisse uirtute pro uestra", Transiec-
Al Reglas generales:
tione sic: "Insta bilis in istum.plurimum fortuna ualuit" ... Huius-
modi transiectio, quae rem non redi: obscuram, multum prode- 1. El sintagma predicativo. - Normalmente, el sujeto enca-
rit ad coniuiuatumes ... in quibus oportet uerba sicuti ad poeti- beza la oración y el predicado la cierra.
curn quemdam extruere numerum. 2. Sintagma determinativo, - Todo elemento determinante
IV, 12, 18: Verborum transiectionem uitabimus, nisi quae precede normalmente al determinado, La leyes única para todas
200 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 201

las variantes del sintagma determinativo: tipo adverbio-verbo.; observamos que los números 12 y 19 presentan una particu-
tipo adjetivo-sustantivo (organizado según el mecanismo de la laridad muy notable: cualquier estudiante medianamente fami-
concordancia) y tipo sustantivo en dependencia de un verbo o liarizado con el latín sabe que las secuencias tantum uini· y po-
de otro sustantivo (organizado según el mecanismo de la rec- pulus Romanus son secuencias fijas y que prácticamente no ca-
ción). ben las inversiones uini tantum ni Romanus populus; por lo
3. Las preposiciones preceden al sustantivo que rigen; las tanto, los números 12 y 19 están también en su sitio; es verdad
conjunciones preceden a los términos que enlazan. que, al no obedecer al orden del sintagma determinativo, plan-
tean un nuevo problema, al que hemos de referirnos más ade-
lante.
B) Su alcance
El número 17, es decir, el verbo de la oración subordinada,
Comprobemos inmediatamene hasta qué punto llega la regu- adelantado en cabeza de su frase, es un caso de hipérbaton, como
laridad de estas normas: 'dice Quintiliano en otro lugar (cf. supra, p. 16). No obstante,
1. Aunque puede efectuarse la comprobación con un texto esta posición del verbo subordinado, enfrentado de cerca con
clásico cualquiera de cierta extensión, empecemos por estudiar el verbo principal (núm. 15), ni chocó a Quintiliano ni nos sor-
un texto de Cicerón en el que Quintiliano señala una sola pala- prende a nosotros, los modernos. (
I

bra fuera de su sitio: un adverbio colocado detrás de su verbo Subsiste, pues, como única desviación estilística notable el I
(aunque como determinante del verbo era de esperar que lo pre- núm. 22, comentado por Quintiliano; pero aun computando la e,
cediera en la cadena hablada). excepción del núm. 17 resulta que el 91 por ciento de las pa-
(i
Quintiliano justifica esta intencionada desviación estilística de labras están rigurosamente ordenadas.
Cicerón; pero 10 único que ahora nos interesa es saber que para 2. He aquí ahora, elegidos por nosotros, dos ejemplos de lo '1
Quintiliano, como para nosotros, esa palabra está fuera de su que es el orden normal de las palabras en latín. Subrayamos to- (1
sitio normal, y que todas las demás ocupan el lugar que normal- das las excepciones, incluso algunas que sólo son aparentes (por
mente les corresponde. La cita de Quintiliano está en Inst. Orat. tratarse de secuencias fijas). Pero, aun así, su coeficiente de re- (1
gularidad es superior al 96 por ciento. 1
IX, 4, 30; y el texto de Cicerón corresponde a Philipp. 1I, 63. (1
Asignamos a cada palabra el número que en la ordenación line~ El texto que sigue es el principio de la obra de Valerio Má-
de Cicerón le corresponde. No asignamos número a las preposi- ximo, la dedicatoria de su libro al emperador Tiberio: I
(
ciones ni a las conjunciones, pues consideramos que las preposi- Urbis Romae exterarumque gentium facta simul ac dicta me-
moratu digna, quae apud alios latius diffusa sunt quam ut bre- I
ciones forman unidad con sus respectivos sustantivos y la con- (
junción ut con su verbo subordinado: uiter cognoscí possint, ab íllust7'ibus electa auctoribus digerere
constituí, ut documenta sumere uolentibus longae inquisítíonis
I
Tu (1) istis (2) faucibus (3), istis (4) lateribus (5), ista (6) (

gladíatoria (7) totius (8) corporis (9) firmitaté (10), tantum (11) labor absit. Nec mihi cuncta complectendí cupido incessit: quis
enim omnis aeui gesta modico uoluminum numero comprehen-
I
uini (12) in Híppiae (13) nuptíís (14) exhauseras (15) ut tibí (16) (
necesse esset (17)' in poputi (18) Romani (19) conspectu (20) derit? aut quis compos mentis domesticae peregrinaeque histo- I
uomere (21) postridie (22). riae seriem, felici superiorum stilo conditam, uel attentiore cura, l
"Tu", como sujeto, encabeza la frase; "istis" precede a fauci- uel praestantiore facundia traditurum se sperauerit? I
bus, a quien determina; y así sucesivamente. Sólo falla la ordena- He aquí ahora un largo período ciceroniano (pro Rab., 21): (

ción de 4 números en un total de 22; es decir, están en su sitio, Cum armatus M. A.emilius, princeps senatus, in comitio cons- I,
al tenor -de las reglas básicas, el 82 por ·ciento de las palabras. titisset, qui cum ingredi uix posset, non ad insequendum sibi tar- (
Si nos fijamos ahora en los fallos (números 12, 17, 19 y 22), ditatem pedum, sed ad fugiendum impedimento fore putabat, I
(
I
(
I
202 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 203
cum denique Q. Scaeuola confectus senectute, perditus morbo, adoptadas por Cicerón en el ejemplo a) y el ejemplo e) son del
mancus, et membris omnibus captus ac debilis, hastili nixus et
animi uim et infirmitatem corporis ostenderet, cum L. Metellus, tipo d; .su famoso ess': uia'~at':¡¡r;
en el ejemplo b) Cicerón logra
Ser. Garba... omnesque qui tum erant consulares pro salute un crétíco-espondeo, otra de las cláusulas más gratas a su oído.
communi arma cepissent, cum omnes praetores, cuncta nobilitas Naturalmente, todo esto desaparecería en la hipotética segunda
ac iuuentus accurreret, Cn. et L. Domitii, L. Crassus... , cum redacción.
omnes Octaui, Metelli ... , cum L. Philippus, L. Scipio, cum M. . Ahora bien: a nuestro juicio es muy notable que, indepen-
Lepidius, cum D. Bruius, cum hic ipse P. Seruilius, quo tu im- dl.ente,ment: d.e la rítmica, la ordenación dada como artística por
peratore, Labiene, meruisti, cum hic Q. Catulus, admodum tum Cicerón COInCIdeexactamente con la ordenación normal de las
adulescens,~um hic C. Curio, cum denique omnes clarissimi uiri palabras; y que, con la misma regularidad, la dislocación que "lo
cum consulibus essent: quid tandem C. Rabirium [acere conuenit? echa todo a perder" quebranta las reglas básicas del orden de
3. Volvamos ahora a Cicerón. En el Orator (232-233) nos da palabras. Esto nos lleva a creer que Cicerón, aunque él no nos
tres ejemplos de palabras correctamente dispuestas por él en 1~ diga expresamente, piensa como Quintiliano (IX, 4, 27): Feli-
uno de sus discursos y otras tantas posibles dislocaciones que ,ctsszmus tamen sermo est, cui et rectus ordo et apta iunctura et
-según dice- lo echarían todo a perder. cum his numerus opportune cadens contigit. -_
Orator, 232: Quantum autem sit apte dicere, experiri licet,
si aut compositi oratoris bene structam collocationem dissoluas
permutatione uerborum; ... ut haec nostra ín Corneliana: § 4. - Las excepciones al "ordo. recius"
a) "Neque me diuitiae mouent, quibus omnis Africanos et
_ v vv __
Laelios multiuenalici mercatoresque superarunt". Immuia pau- 1) SECUENCIAS FIJAS
lulum: "Multí superarunt mercatores uenaliciique": perierit Cuando hablamos de orden normal y orden excepcional nos
tota res. referimos a aquellas secuencias de la cadena hablada en que
b) "Neque uestis aut caelatumiaurum et argentum, quo 7108- puede jugar la libertad del escritor para adoptar una u otra
tros ueteres Marcellos Maximosque multi eunuchi e Syria Aegyp- ordenación.
toqu~ uicerünt"; uerba permuta sic: "uiceruni eunuehi e Syria ) Pero, de hecho, hay en latín un número no despreciable de
Aegyptoque". secuencias fijas. Hemos de registrarlas simplemente como tales
e) Adde tertium: "Neque uero ornamenta ista uillarurn, qui- ya que en t onces " e1 orden del latín" es patente. '
bus L. Paullum et L. Mummium, qui rebus his urbem ltoluim- Así, frente' a la regla básica tercera, nadie ignora que hay
que omnem referserunt, ab aliquo uideo perfaeile Deluico aut preposiciones pospuestas: meeum, nobiscum, etc.; hay conjuncio-
nes, igualmente enclíticas: senatus populusque R., plus;minusue,
Syro potuiSs~ s;;'p':rarf'; fac ita: "potuisse superari ab aliquo etcetera.
Syro aut Deliaco". E?, el sintagma determinativo (regla básica segunda) hay
, 233: Videsne, ut ordirÍe uerborum paululum commutato, is- también notables secuencias fijas, ya sea en el ordo reetus espe-
dem tamen uerbis stante sententia, ad nihilum omnia recidant, rado, ya sea en orden inversivo:
cum sint ex aptis dissoluta?
Es verdad que, cuando Cicerón recomienda una ordenación Secuencias fijas con mantenimiento del orden normal:
de palabras y condena otra ordenación distinta, sólo parece pre- Adjetivo-sustantivo: indicta causa, infecta re, quodam modo,
ocuparse de la belleza rítmica de sus cláusulas: las cláusulas tanto opere, pro uirili parte, etc.
(

204 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 205

Genitivo-sustantivo: pietatis causa, uerbi gratía, aquae duc-.


tus, iuris consultus, etc. 2) DESVIACIONES LIBRES O ESTILÍSTICAS

Secuencias fijas con inversión:


a) Aclaraciones previas
Sustantivo-adjetivo: populus Romanus, res publica, res inili-
taris, res.frumentaria, aes alieivum, ius ciuile, nauis longa, nauis Las normas básicas que regulan el orden de la cadena ha-
oneraria, ora maritima, dii inmortales, Kalendas Maias, Pontifex blada latina admiten numerosas "excepciones". No obstante, di-
Maximus, etc.. chas normas no son simples tendencias "cien veces quebranta-
Sustantivo-Genitivo: pcter familias, ius ciuitatis, mos maio- das en cada página" y, por tanto, sin importancia teórica ni uti-
rum , tarditas aurium "la sordera", debilitas pedum "la gota", lidad práctica. Por eso las hemos querido destacar ~bmo "nor-
debilitas membrorum "la parálisis", etc.; tribunus plebis, tribu- mas" que efectivamente se cumplen. Las excepciones son real-
nus militum, magister equitum, etc.; orbis ierraruati,Forum Iulii, mente "excepciones" y, por su franca minoría, sirven de con-
Eoruir: Appii, Forum Claudi, Portus Veneris, etc. firmacién a la regla. ...
Para despejar el terreno quisiéramos, ante todo, aclarar al-
Obsérvese que estas secuencias fijas, tanto en orden normal gunos malentendidos usuales.
como en orden inversivo, son expresiones técnicas por las que Es frecuente que por encontrarse algun(os) término(s) en
se pretende designar, mediante una especie de nombre compues- un orden extraño, el lector se crea que falla toda la ordenación
to, conceptos únicos y científicamente definidos: al lenguaje can- de las palabras; sin embargo, si se presta atención al texto será
cilleresco o jurídico pertenecen expresiones inversivas como ¡generalmente fácil comprobar que no todo falla y que muy
populus R., res publica, aes alienum, pater familias, ius ciuitatis, pocos cambios bastarían para restablecer la normal ordenación.
etcétera; nauis langa, nauis oneraria son tipos muy definidos No pocas veces, el lector opera con principios ordenadores
de embarcaciones ("nave de guerra" y "nave de carga", respec- inexistentes y no tiene en cuenta las criterios que realmente
tivamente); tarditas aurium, etc., son designaciones médicas; or- existen.
bis terrarum; Forum Iulii, etc., son términos geográficos. Por último, bastantes malentendidos son fruto de la nomen-
Sospechamos que la fijación del orden inversivo puede ser clatura.
debida a una preocupación definidora (cf. infra, pp. 34-35). Es frecuente hablar del "hipérbaton latino" o desorden ra-
Si alguna vez aparecen invertidos los términos en alguna de dical de las palabras latinas. Pero como el concepto de hipérba-
las expresiones apuntadas, ello es indicio de que tales expresio- ton supone por esencia "transgresión de un orden establecido",
nes no están usadas como tecnicismos, razón por la que los tér- variará el concepto de hipérbaton según lo que cada cual en-
minos vuelven a su colocación normal: así; frente a res publica tienda más o menos conscientemente por orden normal. Así,
("la cosa pública, en oposición a los intereses particulares"), habrá hipérbaton en Iouis templum para quien piense que el (
publica res será "una cosa pública cualquiera"; frente a nauis orden normal es el románico "templo de Júpiter"; no habrá hi-
langa ("nave de guerra"), longa nauis será "una nave larga cual- pérbaton para quien sepa o crea que el orden normal del latín
quiera"; frente a praetor urbanus ("el pretor urbano"); urbanus es "determinante-determinado".
praetor es el "pretor gracioso", etc. Sin caer en ese error vulgar, la palabra hipérbaton se ha (
Evidentemente, no hemos de buscar preocupaciones estilísti- usado desde la antigüedad para designar cuatro o cinco cosas
cas en las construcciones inversivas fijas, ya que, por ser fijas, más o menos distintas; sin entrar aquí en detalles que nos pa- (
excluyen la íntencíonalídad del hablante. recen ociosos, recordaremos tan sólo dos variedades de hipér-
(

(
206 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LA~N CLÁSICO 207

batan que realmente tienen importancia para nuestro tema. Con. buscar criterios de orden; y da como modelo de "irregularidad"
el autor de la Rhetorica ad Herennium (IV, 32, 44) definimos el el siguiente pasaje de la Eneida (1, 193-194):
hipérbaton, o, con nomenclatura latina, la transgressio: Trtuis-
gressio est quae uerborum pe1'mutat ordinem peruersione (= "in- ... (cycnos)
versión") aut transiectione (= "disyunción"). Aetheria quos lapsa plaga Iouis ole« aperto
Por inversión entiéndase la desviación del orden normal al Turbabat caelo.
tenor de nuestras tres reglas básicas. El autor de la Rhet. ad
Herenn. da. este ejemplo: uirtute pro uestra (en lugar de pro "Lapsa -comenta Ernout- está separado de Iouis ales, ae-
uestra uirtute). therui de plaga, aperto de caelo".
Por transiectio entiéndase la separación de términos sintác- Es fácil comprobar que este ejemplo "poético" no invalida sino
ticamente unidos; el autor de la Rhet. ad Herenn. cita como que confirma la exactitud de la regla según la c~al el determi-
ejemplo: Instabilis in istum plurimum fortuna ualuit; el adje- nante precede al determinado; de las siete palabras que -ipor
tivo insta bilis está distanciado del sustantivo fortuna, al que la disyunción!- desconciertan a Ernout , cuatro (aeiheru: " lapsa
determina. Iouis, aperto) son determinantes, y, como tales, preceden(con o
Los autores modernos entienden generalmente por hipérba- sin disyunción) a los elementos respectivamente determinados
ton una u otra de las dos variedades señaladas, olvidándose de por el1as. ¿No hay en esto' ya un importante criterio de orden
la otra. Y como las dos cosas son muy distintas, sus interpreta- respetado por el poeta? Nosotros señalaríamos como fuera de su
ciones del orden de palabras son confusas o totalmente equivoca- sitio, no las siete palabras que comenta Ernout, sino las dos que
das, como luego veremos con algún ejemplo muy concreto. a él no le llaman la atención, a saber: el relativo quos (que nor-
Nosotros procuraremos evitar en adelante el término "hi- malmente encabeza la oración) y el verbo (que normalmente de-
pérbaton"; emplearemos los de "inversión" o "disyunción", se- biera cerrar la frase) .
gún convenga al caso. J La impresión de orden o desorden depende de la perspectiva
Insistimos en que se trata de dos hechos muy distintos y de que adoptemos.
muy distinto significado en lo que a la ordenación de las pala-
bras se refiere. Por de pronto, ninguna disyunción como tal se b) Desviaciones libres: sus límites
opone a ninguna de las tres normas básicas tantas veces aludidas.
En ellas se dice que ciertos elementos de la frase han de ir por J. 1) Cuando queda a salvo el orden formulado en las tres
delante de otros en la cadena hablada; esta condición se cumple reglas básicas, es decir, en otros términos, cuando no hay "in-
tanto en la secuencia disyuntiva instabilis ... fortuna como en la versión", las posibles disyunciones pueden alcanzar dimensiones
secuencia no-disyuntiva instabilis fortuna. En cambio habría "in- máximas.
versión", tanto en fortuna instabilis (inversión sin disyunción) 2) y viceversa, cuando se produce la anomalía de la inver-
como en fortuna ... instabilis (inversión con disyunción). sión, el posible efecto multiplicador de la disyunción ha de ser
He aquí una muestra de algunos malentendidos a que hacía- muy reducido o nulo.
mos referencia. La tomamos de la Sintaxis de Ernout (1964\ pá- JI. Fijémonos en las inversiones y disyunciones que afectan
ginas 161-163). Este autor dedica un par de páginas al orden de a la regla tercera (preposiciones, elementos subordinan tes y
las palabras; en resumen nos dice que hay una "vaga. tendencia" coordinantes), donde precisamente los hechos son más patentes.
a que los elementos determinantes precedan a los determinados.
y añade: "Por lo demás, las indicaciones precedentes tan sólo se Preposiciones. -1) Con tal que la preposición vaya por
aplican a la prosa". En los poetas, insinúa Ernout, sería vano delante de su régimen, es normal la disyunción y caben disyun-
!
( J
208 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 209
I )

ciones máximas. He aquí una serie de ejemplos, que cualquier Véanse los variados ejemplos que aparecen en el texto siguiente
lector podría ampliar indefinidamente: (ut... habeatis, si... delectemini, si... uelitis, si uultis):
(populus R.) clamat permittitque uobis ui, si istis hominibus
Virg., Georg., I, 345: nouas cireum felix eat hostia fruges. delectemini, si ex eo splendorem ordini atque ornamentum curiae I

Prop., I, 18, 7: felices inter numerabar amantes. constituere uelitis, habeatis sane istum uobiscum senatorem, I
)
Catulo, 17, 5: bonus ex tua pons libidine fiat. etiam de uobis iudicem, si uultis, habeatis (Cic., Verr., 2, 77).
Ovidio, Fast., V, 12, 551: ultor ad ipse suos caelo descendit 2) Pero la libertad del poeta como la del prosista queda muy
honores. limitada cuando a la anomalía de la inversión se pretenda añadir
Hor., Sat., I, 3, 69-70: amicus dulcis... cum mea compenset la de la disyunción. Incluso en poesía hay que leer muchas pá-
I
uitiis bona. ginas para hallar inversiones como éstas: I
Obsérvese cómo los poetas multiplican los efectos disyunti- Lucrecio, III, 1.065: tetigit cum limina uillae. VI, 841: rares-
vos, ya que a la disyunción preposición-régimen que ahora co- cit quia terra colore.
mentamos, se superpone en la mayoría de los ejemplos citados. Hor., Sat., I, 3, 114: diuidit ut bona. I, 4, 32; ampliet ut remo I
j, '
una nueva disyunción, la del adjetivo-sustantivo. !
Las disyunciones amplias no son exclusivas del lenguaje poé- Si a la inversión se suma la disyunción, ésta ha de ser muy ,!
tico: moderada:

Cic., de off., n, 27: post uero Sullae uictoriam. Hor., Sat., I, 2, 116: tument tibi cum inguina. I, 3, 28: Euenit,
Val. Max, IV, 4, 3: In C. uero Fabricii et Q. Aemilii Papi,. inquirant uitui ut tua. I, 4, 125: flagret rumore malo cum ...
principum sQ,eculi,domibus argentum fuisse confitear oportet.
Por último, y refiriéndonos a las conjunciones de coordina- ,
(
2) En cambio, si se da la anomalía de la inversión (anás- ción, caben inversiones del tipo Virgiliano Turnus et, turribus
trofe), difícilmente se añadirá la disyunción, y en todo caso ésta aut, Veneris nec, etc.; pero no sabríamos dar ejemplos con la ; I
ha de ser mínima: anástrofes como haec inter, gente sub Hee- añadidura de una disyunción. /
torea, ilice sub nigra, etc., nos son relativamente familiares, aun- III. Si ahora nos fijamos en las inversiones y disyunciones 1 I
que sentidas como figura retórica. que afectan al sintagma predicativo (regla básica l.") y al sin- ,~.
Pero ya son llamativas rarezas las disyunciones, por leves tagma determinativo (regla básica 2."), aunque con mayor mar- ) I
.{
que sean, añadidas a la anástrofe: gen de libertad, los hechos son similares a los que acabamos de
ver en el apartado anterior. ,1

Lucrecio, 7, 718: quam fluitans circum. En el orden normal, es decir si no hay inversión, la distancia
Hor., Sat., I, 3, 68: uitis nemo sine nascitur. II, 3, 40: insanos que puede mediar ya sea entre el sujeto y su predicado, ya sea I
l }
qui inter uereare insanus haberi. entre un determinante y su determinado, puede ser máxima;
Virg., En., XI, 816: ossa sed inter. pero si se produce la anomalía de la inversión, la posible disyun-
i
(
ción de los elementos en cuestión sólo puede alcanzar dimensio-
Elementos subordinantes y coordinantes. -1) Esde lo más nes moderadas.
I
normal que una oración subordinada empiece con la conjunción A cualquier lector le será fácil buscar textos en que el sujeto
de subordinación (o pronombre relativo) y concluya con el verbo, vaya a más de media docena de líneas por delante de su verbo; (. )
sea cual fuere la distancia que medie entre ambos términos. en cambio, si el verbo precede al sujeto, la distancia susceptible I
(

r
210 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 211
de separarlos no puede alcanzar semejantes proporciones. Nos Vemos pues una inversión en las frases impresivas e interro-
parece ocioso dar ejemplos que están en la mente de todos. gativas, cuyos verbos suelen ir en cabeza, como es bien sabido.
y lo mismo ocurre con las disyunciones entre un determi- La razón de esta inversión nos parece obvia: en dichas frases el
nante y su determinado, según vayan éstos en su orden normal verbo es habitualmente la palabra clave, el soporte esencial del
o anormal. He aquí una notable disyunción (sin inversión) del mensaje; ello motiva su frecuente desplazamiento hacia la cabeza
sintagma Danaum... manu: de la frase: ya sea a la posición inicial absoluta en las oraciones
impresivas, ya sea a continuación de la palabra propiamente
Iluici cineres et flamma extrema meorum, interrogativa en las oraciones interrogativas. No creemos nece-
testor in occesu uestro nec tela nec ullas sario dar ejemplos.
uitauisse uices, Danaum et, si tata fuissent Frecuentemente se da como una ley rígida que las oraciones
ut caderem, meruisse manu. impresivas e interrogativas han de llevar su verbo en cabeza.
(Virg., En., 431-434). Nosotros queremos insistir en que la inversión no es nunca auto-
mática -como ocurre para ese mismo tipo de frases en las len-
No sería concebible la misma disyunción en el orden inver- guas románicas- y que si el autor latino quiere subrayar enfá-
sivo: manu ... Danaum. ticamente en la frase impresiva o interrogativa otro término- que
no sea el verbo, deja a éste en su sitio normal: os hominis in-
c) Desviaciones libres: sus motivaciones signemque impudentiam cognoscite (Cic., Verr., 4, 66). El acento
expresivo está evidentemente en la "cara dura" de Verres.
Si admitimos con los antiguos que toda infracción al ordo Aun en la modalidad aseverativa cabe desplazar el verbo a la
rectus es una desviación estilística, se comprenderá fácilmente primera posición por diversos motivos. Tácito, por ejemplo, en-
que no es posible encasillar mecánicamente en "reglas" todas y cabeza con el verbo un capítulo (Hist., I, 26) que por lo demás
cada una de las desviaciones estilísticas, es decir las vivenc\as podríamos presentar como modelo de ordo rectus, ya que sobre
más personales y no pocas veces irrepetibles que dan lugar a Uljla un centenar de palabras sólo aparecen dos o tres leves desvia-
determinada actuación del escritor en un momento concreto. El ciones más: Infecit ea tabes... "Alcanzó este contagio ... ". Evi-
efecto y por lo tanto el estudio de una desviación estilística no dentem:~nte se pretende centrar así la atención sobre la rápida e
puede captarse más que en su contexto. Con frecuencia es sufi- implacable expansión de un movimiento subversivo que va a pre-
ciente tener a la vista un contexto breve, y con no menor fre- cipitar la caída de Galba.
cuencia se impone la consideración de un contexto amplio. El desplazamiento del predicado sirve ya sea para presentar
A pesar de estas limitaciones, nos parece útil señalar algunos rápidamente una sucesión de acontecimientos, ya sea para insistir
motivos particularmente frecuentes de las transgressiones uer- en una peripecia repentina, ya sea para describir una situación
borum. imprevista o dramática: Luget senat'lts, maeret equester ordo,
tota ciuitas confecta senio est, squalent municipia, adflictantur
1. Motivaciones expresivas coloniae (Cíc., Pro Mil., 20). El verbo en cabeza de frase, dice
Marouzeau (L'ordre des mots en latin, 1953, pp, 48 ss.), subraya
Desplazamiento del verbo. - Para nosotros, como para Quin- una peripecia cómica, insiste en el valor de una argumentación
tiliano, "es indudable que toda forma verbal que no cierre frase oratoria, traduce un movimiento de tropas en un relato histórico,
constituirá un hipérbaton (= einversión») y este hipérbaton está dramatiza una visión poética, etc. En las páginas citadas se dan
catalogado entre los tropos y figuras que dan vigor al estilo" series de ejemplos.
(Quint., IX, 4, 26). Desplazamientos de los términos determinantes. - A la rela-
(

¡'

212 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 213

ción predicativa, única en cada oración, pueden añadirse variadas. propiamente dicha que enlaza los términos sujeto-predicado,
relaciones de dependencia gramatical en los sintagmas determi- como las subpredicaciones implícitas en los grupos determina- (
nativos. Éstos, formalmente, aparecen, frente al sintagma predi- tivos. De aquí el orden excepcional de las palabras que los
cativo, como secundarios, como "complementos". Ahora bien, si tratadistas suelen observar en las definiciones: Misericordia est
en lugar de considerar la estructura sintáctica, consideramos el aegritudo ex miseria olterius iniuria laborantis (Cic., Tusc., 4, 18).
contenido semántico del mensaje, puede ocurrir que el dato esen- , Lo propio ocurre también en las llamadas "oraciones de abla-
cial de la información radique precisamente en un término for- tivo absoluto"; y en todas las "oraciones participiales" en general.
malmente "complementario". La lengua latina entonces despla- El mero hecho de considerar "oraciones" a estas construcciones
zará esos determinantes esenciales para destacar la predicación (jsin verbo personal!) inclina a ver entre el sustantivo y el par-
implícita que contienen. Obsérvese el valor que cobran el abla- ticipio una relación predicativa, aunque desde el punto de vista
tivo luce y el adjetivo omnia al ocupar respectivamente las posi- formal se trata de un grupo determinante-determinado. Los au-
ciones reservadas en principio al sujeto y al verbo: Luce sunt tores podrán entonces optar por el orden normal de la relación
clariora nobis tua consilia omnia (Cic., Cat., 1, 6): "Más claros predicativa o por el de la relación de dependencia: Prima luce
que la luz del día son para nosotros tus proyectos en su totali- productis omnibus copiis, auxilus in mediam aciem coniel1tis
dad". Lo que nosotros subrayamos melódicamente en el lenguaje quid hostes consiUí caperent expectabant (César, B. G., 3, 24, T).
hablado o gráficamente en el lenguaje escrito, el latín lo puede
subrayar además mediante el orden de palabras. 2. Motivaciones estéticas
El adjetivo que sea simple determinante del sustantivo ha de
preceder a éste; y el adjetivo en función predicativa ha de cerrar Al inagotable capítulo de las desviaciones motivadas por ne-
la frase: omnia praeclara rara. En este proverbio todo es sen- cesidades expresivas hay que añadir otro no menos importante:'
cillo y normal, porque tanto desde el punto de vista formal como el de las desviaciones por motivos estéticos. Nos encontramos
desde el punto de vista del contenido, omnia es un claro deter- aquí con dos series de hechos: a) las alteraciones al orden nor-
minante, y rara un no menos claro predicado. mal de las palabras en aras del ritmo y la armonía; b) las altera-
Pero pueden surgir dudas en textos como este de Plauto ciones que tienden a adornar el estilo con tropos y figuras re-
(Poen., 1.111 ss.) : tóricas,
a) A la ordenación rítmica de las palabras se refieren mil
earum nutrix qua sit facie, mí expedí. veces los antiguos, sobre todo Cicerón y Quintiliano: cf. Cicerón, )
-Statura hau magna corpore aquilost ... Orator, 67; 83; 134 ss.; 187, 195-196; 201-202; 219, etc.; de oratore, I
)
Specie uenusta, ore atque oculis pernigÑ. III, 171; 201; 207, etc.; Quintiliano, VIII, 6, 62 ss.; IX, 3, 91; I

4, 32; 4, 143-144, etc. I


Aquí interfieren la función predicativa y la función determi- Ya hemos citado algunos de estos textos en páginas ante- I
nativa: formalmente los. cuatro adjetivos en ablativo determinan riores. Especialmente significativo y claro es Quíntiliano en
a (son regidos por) sus respectivos sustantivos; pero, lógicamente, VIII, 6, 62-63: "Con harta frecuencia -dice- el estilo se haría
son más que simples determinaciones: son verdaderas predica-
ciones con relación a sus sujetos "lógicos"; a ese carácter "predi-
áspero, duro, suelto y desaliñado si se sometieran las palabras
al imperativo de la ordenación que propiamente les correspon-
.( :
I
cativo" obedece la colocación de las palabras en el sintagma de... ; y no hay más remedio, para lograr un estilo armonioso,
formalmente determinativo. que acudir a un oportuno cambio en la ordenación de las pa-
Lo mismo ocurre en las definiciones. Cada término de una labras".
definición debe ser una nueva predicación, tanto la predicación Ahora bien, los antiguos percibían las diferencias cuantita- )
( I

1
(
214 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 215

tivas y los efectos producidos por la sucesión periódica de sílabas Del mismo tipo es la inversión que hemos encontrado en pro
largas y breves; sabemos que incluso el vulgo analfabeto no Rab., 21, pro salute communi (d. supra, p. 2'4).
perdonaba a un actor que, cansado y medio dormido, había co- b) Otro factor decisivo muchas veces en la ordenación de las
metido un lapsus cuantitativo. El oído era pues un juez siempre palabras es el de las figuras retóricas. Oigamos una vez más a
a punto e infalible en la apreciación de los efectos fónicos. Cicerón (Orator, 134-135): "Hay todavía otras figuras que nacen
Nuestro oído moderno no está desgraciadamente en las mis- de la colocación de las palabras y que, como focos luminosos,
mas condiciones. No sentimos la cantidad y sólo indirectamente, . añaden mucho brillo al discurso; se parecen en efecto a aquellas
gracias a nuestros estudios, podemos deducir el valor cuanti- galas que se despliegan con ocasión de las grandes solemnidades
tativo de determinados elementos fónicos. en el teatro o en la plaza pública: no son los únicos motivos deco-
Por 10 tanto muchas veces nos escapará la razón de ciertas rativos de la fiesta, pero sí los que más destacan. Lo mismo ocu-
ordenaciones de palabras en aras del ritmo; otras veces si lo- rre con las figuras de las palabras, que son los focos luminosos del
grarnos captarla será tras un estudio paciente y no consultando discurso y en cierto modo sus galas ... " (Sigue aquí en el texto la
.directamente nuestro oído. enumeración de las "figuras") .
Hemos visto antes (p. 24) que Cicerón se limitaba a decir a El exámetro Spernitur orator bonus, horridus miles ctmatur
:sus lectores, sin más explicación, que comprobaran cómo las (Enn., Ann., 269), con una ordenación totalmente inversiva "en el
palabras en determinado orden sonaban bien, y 'en otro orden primer hemistiquio y totalmente normal en el segundo, nos ofre-
"todo se echaba a perder". A nosotros sólo las estadísticas nos ce un buen ejemplo de construcción orientada a lograr la insignis
descubren 10 que debía sonarles bien, regular o mal. exo1'natio de un triple quiasmo.
He aquí un nuevo ejemplo, que debemos una vez más a Ci- Las figuras de retórica -sigue diciendo Cicerón- son para
el orador "como un bosque" donde puede acudir en busca de
cerón (Orator, 214): temerüas Hui compr~bauit. Verborum or- materiales inagotables para nutrir su elocuencia; tienen razón,
dinem. inmuta, fac sic: comprobauit filii temeritas. Iam nihil erit. pues, los comentaristas al acudir, ya desde la antigüedad, a ese
Sabemos por las estadísticas de Laurand que nuestro autor mismo bosque para explicarse muchas construcciones literarias.
busca la cláusula crético-dicoreo y evita el crético-peón 4.;0. Ob-
.sérvese además que ni siquiera menciona la posible ordenación
normal filii temeritas comprobauit, sin duda porque en este caso § 5. - El orden de palabras como indicio
de orientación estilística
desaparecería el crético ({iliD, pie preferido como base de sus
cláusulas. Los buenos escritores, aun cuando se permiten las más graves
Para descubrir la razón de muchas inversiones es aconsejable y sorprendentes alteraciones del ordo rectus, nunca abusan hasta
reponer provisionalmente las palabras en su orden normal y el punto de oscurecer la norma básica, la invariable pauta que
comparar las dos redacciones. Así Cic., Verr., 5, 170: Facinus precisamente es indispensable para medir el grado y el arte de
una desviación. Las desviaciones están siempre en franca mino-
,est uinc-;'';;cfuem Romiin~m, scelus uerberare, prope parricidium
ría, una minoría que en ningún momento pone en peligro el
-necare, quid dicam in cruce m tollere?
orden general reinante en la lengua, pero una minoría, por con-
Observamos que hay una excepción al orden normal en uin- traste, muy llamativa y eficazmente expresiva.
cire ciuem Romanum en lugar de ciuem Romanum uincire; la Veámoslo estudiando dos textos de notoria irregularidad.
razón de la inversión parece clara: el orden normal acarrearía
una serie de cuatro espondeos seguidos; en cambio, la redacción 1. Prosa. - Fremant omnes licet, dicam quod sentio: biblio-
de Cicerón logra una base crética, seguida de sólo dos espondeos. thecas mehercule omnium philosophorum unus mihi uidetur XII
(

216 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRASEN LATÍN CLÁSICO ,217
tabularum libellus, si quis legum fontes et capita uiderit, et terios distintivos separan la poesía y la prosa. y su contestación
auctoritatis pondere et utilitatis ubertate superare (Cic., de orat., insiste generalmente en los mismos puntos: cum licentiam statuo
1, 195). maiorem esse quam in nobis faciendorum iungendorumque uer-
El principio fremant omnes nos deja ya entrever una afirma- ~--
borum, tum etiam nonnuHorum uoluntate uocibu's magis quam
ción de máxima solemnidad. Luego hay, aparentemente, más rebus inseruiunt (Orator, 66-68).
arbitrariedad que orden en la construcción del período. Pero una He aquí un texto poético de los más audaces que se pueden
consideración más atenta demuestra lo contrario; para restable- citar:
cer el ordo rectus bastaría trasladar el omnium philosophorum
a la cabeza y ef mihi uidetur a la cola del período; en suma sólo malamque pectore expuli tussim
dos desviaciones, pero ambas de la mayor gravedad. En omnium non inmerenti quam mihi meus uenter.
philosophorum hay simultáneamente inversión y disyunción, ya dum sumptuosas appeto, dedit, cenas
que, además de ir el grupo pospuesto a su término regente, está (Cat., 44, 7-9).
separado de él por mehercule; y lo propio ocurre con mihi uide-
tur ... superare, donde coincide igualmente con la inversión una Salta a la vista que el poeta es notoriamente más libre que -el
disyunción de enormes proporciones. Los efectos que consigue prosista. No obstante volvemos a insistir: aun en los casos más
Cicerón son múltiples y en cadena. En primer lugar, al desplazar extremos el orden básico ha de predominar sin peligro de oscu-
el verbo de su habitual posición final, logra el autor su cláusula recimiento. En este famoso texto de Catulo son tres (sobre un
total de quince) las palabras desplazadas: tussim, quam, cenas. I
favorita ubertat~ s~p~rar';;(tipo esse uídeatur). Pero es evidente ,(
¿Qué efectos justifican la extraña disposición? Tratándose de
que para conseguir ese fin no necesitaba alejar tanto el verbo de
poesía suele prodigarse una respuesta fácil: la de las necesidades
su posición básica final; al llevarlo tan lejos consigue, por añadi-
métricas. Tal explicación nos parecería válida frente a un vulgar
dura, una llamativa disyunción (unus ... libellus) que pone de
versificador; pero un gran poeta no se conforma nunca, o casi
relieve el unus y el líbellus; a estos dos términos aproxima Ci-
nunca, con rellenar correctamente el esquema métrico.
cerón el omnium phitosophorum traído hábilmente aquí por la
Rara vez saldremos defraudados si reflexionamos sobre las
inversión y disyunción antes anotada. El efecto se hace ah,\ra pa-
construcciones anómalas para descubrir la intencionalidad del
tente: (bibliothecas mehercule) omnium philosophorum u~us ...
poeta. Aquí el quam produce una disyunción que ya subraya
líbellus, es decir "¡frente a las bibliotecas de todos los filósofos;
eficazmente el non inmerenti... mihi; esta primera exornatio
juntos ... un solo... folleto!".
incide sobre otra exornatio, a saber la lítote non inmerenti (fren- (
te al vulgar bene merenti). ¡I
2. Poesía. - Las normas no son esencialmente distintas
Con los otros dos desplazamientos nos parece que Catulo \
cuando se pasa de la prosa al verso. Según nos enseña Cicerón
buscó para los tres substantivos una disposición que materia- I
(Orator, 201-202), por lo que atañe al ritmo, al léxico y a la colo-
lizara arquitectónicamente, ad oculos, la relación existente entre (
cación de las palabras, las directrices son substancialmente las
mismas en la oratoria yen la poesía; más que en la naturaleza, la
tres realidades: la tos, la glotonería, los banquetes. Un intento I
de traducción que no traicionara demasiado el contenido del (
diferencia estriba en el grado de aplicación de los principios a
seguir: eadem cum faciamus quae poetae, effugímus tamen in
original podría ser ésta: I
(
oratíone poematis similitudinem ... frequentiores sunt et liberio- I
expulsé de mi pecho una peligrosa tos;
res poetae. (
no poco merecida la tenía mi glotonería,
Cicerón se planteó varias veces la cuestión de saber qué cri- por codiciar espléndidos banquetes. I
\
I
I
(
218 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 219
Los que llevamos ya largos años formando parte de tribuna-
§ 6. - El orden de palabras como indicio les examinadores sabemos con qué frecuencia caen en la trampa
de orientación sintáctica nuestros estudiantes' e incluso nuestros candidatos a cátedras.
Pero el orden normal de las palabras nos lleva sin titubeos a la
Si el orden excepcional es siempre un dato del mayor interés debida interpretación: "Entre hombres y mujeres de tal calaña
para la interpretación estilística, el orden habitual es siempre un se hallaba su hijo ya adulto, de modo que, incluso si la natura-
utilísimo indicio de orientación sintáctica, ya que permite al leza no 10 arrastrara a parecerse a su padre, la costumbre en
lector prever por dónde ha de buscar en principio los términos todo caso y la educación recibida lo forzaran a parecérsele".
sintagmáticamente relacionados entre sí. Este indicio llega a ser
no pocas veces una indispensable ayuda gracias a la cual la frase
latina no se convierte en enigma. § 7. - Conclusión
Ello ocurre cuando hay sobrecarga de determinaciones suce-
sivas y en cadena. El escritor debe entonces atenerse tanto más
estrictamente al orden normal cuanto mayor sea la aludida sobre-
.
No hemos pretendido, en un simple artículo , estudiar exhaus-
tivamente el complicado problema del orden de palabras e,.nla-
carga, para que el lector no se pierda ni pueda titubear en la tín; hemos tenido presente tan sólo el período clásico sin referir-
I ,
interpretación. Así ocurre en el siguiente texto de Valerio Máxi- nos a la posterior evolución que apunta ya al orden románico.
mo (1, 6, 11): et itlae elades... maiores: ...optimae indolis filii Sin embargo, las cuestiones tratadas nos parecen del mayor in-
cruore paterni respersi oculi, corpus imperatoris inter promiscuas terés teórico y práctico. Muchas de las ideas expuestas son ex-
cadauerum strues auiuni ferarumque laniatibus obiectum "Ma- clusivamente nuestras; otras, sin ser originales, eran ya letra
yores todavía son los desastres siguientes: ., .los ojos de un padre muerta para varias generaciones. Pensamos que merecían sacarse
salpicados con la sangre de un hijo de inmejorable carácter, el del olvido y que la consideración del orden de palabras debe
cuerpo de un general expuesto a la voracidad de las aves y de las ocupar un primer plano en nuestra enseñanza del latín y en
fieras entre confusos montones de cadáveres". nuestro contacto con sus textos.
Todos los determinantes de oculi están rigurosamente orde-
nados; corpus lleva una determinación única, pospuesta y, ~omo
tal, expresiva: "el cuerpo (nada menos que) de un genera! ex-
puesto a ... "; sigue luego un cúmulo de determinaciones al pre-
dicado obiectum todas ellas en estricto orden normal.
Es decisivo .el orden de palabras cuando un determinante
puede aplicarse aparentemente con la misma verosimilitud, ya
sea a un término que le precede ya sea a otro que le sigue en la
cadena hablada. El problema se presenta dos veces en el breve
texto siguiente: Inter eius modi uiros et mulieres adulta aetate
fmus uersabatur, ut eum, etiam si natura a parentis similitudine
abriperet, consuetudo tamen ae disciplina patris similem esse
cogeret (Cie., Verr., 5, 30).

adulta aetate: ¿determina a uiros et mulieres o a filius?


patris ¿depende de disciplina o de similem? I
APÉNDICE
221
2.
Ambas áreas coinciden al analizar sus respectivas siglas:

O (rganización)
I
(del) T (ratado)
I
(del) A (tlántico)
I
N (orte)
APÉNDICE 1

tér:i:r: r~:b:; :~!átfe:!e~t~men~


dios son a la vez regidos (c:~:~
clar~ la .jerarquía sintáctica:
~~en encia. Los eslabones interme-
cada

No vamos a añadir en este apéndice nada sustancialmente nuevo tes (con relación al que tienen ~e~c~~~.al que tienen encima) y regen-
respecto a lo que queda dicho en el capítulo. Pero sí queremos dar
3; La comprensión de la sigla es in t r .~
nuevas perspectivas a la misma doctrina y, sobre todo, plasmarla en capta el sentido de la totalidad en s antanea, ~te~poral: la mente-
ilustrativos gráficos. Éstos pondrán de manifiesto con claridad me- con cualquiera oración po 1 un presente psiquíco, como sucede
ridiana el orden reinante tanto en el plano interior y abstracto de la en su memoria los datos r ar~a qude slea: el oyente va registrando
estructura sintáctica como en el plano externo de la cadena escrita. sucesIvos e a cadena hablad ( .
y, al organizarlos luego sintáctica . a o escrita)
El orden de la cadena escrita es lineal, unidimensional e irrever-
sible como la línea del tiempo. En cambio el orden sintáctico-estruc-
en la unidad sintáctica superior s:::ge:tleacconsus d:~ldas conexiones
.Q ., ,0mprenslOn
I
¿ uien no recuerda su .. .
tural es pluridimensional (puede comportar ramificaciones a partir ¡Cuántas veces dando vue:taexpenenlctlas de traductor principiante?
de un punto dado), y, además, es reversible: una palabra puede estar , ' s Y vue as a una frase en 1 d
conectada con otra u otras que, inmediata o mediatamente, la siguen
o la preceden; puede haber conexiones hacia adelante o hacia atrás,
y entre términos contiguos o distanciados (¡con frecuencia muy dis-
velamos claro de pronto tod
q~ieta! L?grába~os la síntesi~ ::n
sabamos mstantaneamente de la obs
h'

id d'
:;;:os~~~:;:
I
=s~:~: a que na a
ment; in-
' y aSI pa-
dad más meridiana. cun a mas completa a la clari-
tanciados!) en la cadena escrita. Frente a esta realidad sintáctica, una
palabra no puede formar eslabón en el orden lineal más que rtre
dos términos contiguos (el precedente y el siguiente). x Y
Pero, a pesar de estas antinomias, lo cierto es que orden lineal
y orden sintáctico-estructural, lejos de interferirse y entrar en con-
flicto, andan normalmente coordinados: ambos se basan en el mismo Vamos a convenir que la
representación vertical O
principio ordenador.
1. Y, para ilustrar la cuestión, observemos cómo juegan dos pa- I
T
labras de la máxima actualidad política: en los países latinos habla-
I I
mos de la OTAN para referirnos al mismo tratado que en los países (
A
anglosajones se llama NATO.
I I
NATO y OTAN se corresponden como traducción interlingual en N
dos áreas lingüísticas distintas.
alude da la síntesis atemporal e instantánea que se produc
1. Este apéndice es parte de un artículo que, baio el título de "Método audio- punto e la línea temporal Xy. e en un
visual en la enseñanza del Latín", publicamos en Revista de Bachillerato, Cuaderno
Monográfico 6, sobre Lenguas Clásicas, 1980. 5. Ahora bien, si hemos de concebír nl d .,.
tural como instantáneo y atemporal el h eh or en sllntach~~-,estruc-
, ec o es que a emisión (por
222 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
APÉNDICE
223
., ( t del oyente) no pueden
parte del hablante) y la recepción . por pa\:adas en la línea tempo- 2. Tu (1) istis (2) [aucibus (3), istis (4) lateribus (5), ista (6) gladia-
. r unidades sucesivas y SI
efectuarse, smo po 1 id des sintáctico-estructurales a la se- toria (7) totius (8) corporis (9) firmitate (10), tantum (11) uini (12) in
ral. y para transportar as U~l a ue se nos ofrecen: empezar por " Hippiae (13) nuptiis (14) exhauseras (15) ut tibi (16) necesse esset (17)
cuencia lineal, son dos las.opcIOn;s q tructural o por su extremo su- in populi (18) Romani (19) conspectu (20) uomere (21) postridie (22).
el extremo inferior de la jerarquía es TAN) (Quint. 1. O. IX, 4, 30; Cíe, Phil. n, 63,) (22 + 3 = 25. DESVIACIONES: 2;
ORDEN: 92 %.)
perior (véase lámina 1:. el esque~: ~~~~ el ext~emo inferior de la
Tú, con esas tragaderas, con esos pulmones, con toda esa robustez fí-
. Las ,lengut:~c::;~~s~:~:n:~~e
]erarqUla es . n:olatinas empiezan por el extre- síca de un gladiador, habías engullido tanto vino en la boda de Hippias
que te viste en la necesidad de vomitarIo al día siguiente en presencia d21
pueblo.
mo Curiosamente
superior. el latín no es una 1engua OTAN , como las neolati-
. NATO como las anglosajonas.
nas, SInO d 1ti NATO se denominan lenguas centrípetas (por- 3. (Mag7'i.aeBritanorum manus) multitudine (1) nauium (2) perterri-
Las lenguas e ipo . h . 1 t) o as- tae (3), quae (4) cum annotinis (5) priuatisque (6) quas (7) sui (8) quis-
d hablada arranca de la periferia acia e cen ro
que su ca ena d 1 . el inferior de la jerarquía estructural que (9) commodi (10) causa (11) fecerat (12) amplius (13) octingentae (14)
cendentes (porque van .e mv 1 1 del tipo OTAN se deno- uno (15) erant uisae (16) tempore (17) a littore (18) discesserant (19).
a su nivel superior); y, VIceversa, as enguas (César, B. G. V, 8.) (19+2 = 21. DESVIACIONES: 2; ORDEN: g;¡ %.)
minan centrífugas o descendentes. (Las grandes manadas de británicos) se habían retirado del litoralllte_
rradas ante la masa de embarcaciones, que, entre las del año anterior
NOTA- La antinomia de la atemporalidad del orden estructural y las particulares que cada cual se había construido por personal interés,
Y la te mp~ralidad del orden lineal nos está impuesta por dla nat~dra- e:·tJban simultánemente a la vista en número Superior a las 800.
. d to emisor e soni os
le::I~~:~:r:o:~o~~g!~a~:; :l:!O~:str:r:::n::~Z:ed~ produci: acordes, 4. His (1) rebus (2) gestis (3), Labieno (4) in continenti (5) cum
SI d itir las mismas notas, smo sucesivamente, tribus (6) legionibus (7) et equitum (8) milibus (9) duobus (10) relicto (11),
pero el cantor no pue e erru 1 "d . I-do" o "do-sol-
ya sea subiendo, ya bajando la esca a: o-mi-so , ut portus (12) tueretur (13) et rem (14) frumentariam (15) prouideret (16),
mi-do". quaeque (17) in Gallia (18) gerentur (19) cognosceret (20) consilium :
que (21) pro tempore (22) et pro re (23) caperet (24), ipse (25) cum
qUinque (26) legionibus (27) et parí (28) numero (29) equitum (30)
quem (31) in continenti (32) reliquerat (33), ad solis (34) occasum (35)
Radiografía sintáctico-estructural de algunos períodos clásicos +
naues (36) soluít (37). (César, B. G. V, 8.) (37 15 = 52. DESVIACIO_
NES: 2; ORDEN: 96,2 %.)
Vamos a o b servar.,. a) Ca'mo ante la simple mirada . de un grá- 1 \
fi
co, se
puede comprobar la regularidad del orden reInant~ :D
a
5. Est rídiculum (1) ad ea (2) quae (3) habemus (4) nihil (5) dicere (6)
colocación de las palabras lati
atinas; . b) cómo las "')
escasas desviaciones
, 1 qwterere (7) quae (8) haber.e (9) non (10) possumus (11) et de homi.:
d larden normal reflejan evidentes matices estilísticos; e como ~ num (12) memoria (13) tacere (14), litterarum (15) memoria m (16) (lagi_
disposición de los miembros en sabios períodos pueden retratar a tare (17), et cum habeas (18) amplissimi (19) uiri (20) religionem (21),
aculas ciertas facetas estilísticas de sus autores. di láminas' intcgerrimi (22) municipii (23) iusiurandum (24) fidemque (25), ea (26)
He aquí los textos que vamos a ilustrar en las a Juntas . quae (27) deprauari (28) nullo (29) modo (30) possunt (31) repudiare (:32),
tobulas (33), quas (34) idem (35) dicis (36) solere (37) corrumpi (38), desi-
+
derare (39). (Cíe. Pro Arch. IV, 8.) (39 6 = 45. DESVIACIONES: 3;
ORDEN: 93,4 '!c.)

1Non (1) iudicis (2) solum (3) seueritatem _(4) in hoc (~) cri~;e
d . (7) inimici (8) atque accusatoris (9) mm (10) susctpere ()
d~)
"
Es ridículo, por una parte, no mencionar 10 que tenemos a mano, bus-
car en cambio pruebas que no se hallan a nuestro alcance; por otra parta,
se prape . (ORDEN: 100 o/c.) silenciar el testimonio de las personas físicas y reclamar en cambio los
bes (12). (CIC.Yerro n, I~, 69'1) . , sólo la severidad de un juez sino testimonios literarios, y, cuando cuentas con la sagrada garantía de un p-ir-.
Debes asumir en esta !DCU pacion no
la energía de un enemigo casi personal y de un acusador. sonaje de la mayor - solvencia, con el juramento y lealtad de un munici-
pio sumamente - intachable, rechazar lo que de ningún modo puede fal-
224 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN Vl (
W

searse y reclamar los registros, de los que también tú reconoces las ha- (
bituaies adulteraciones. •
(
6. Tácito, Hist. I, 5: Miles urbanus longo Caesarum sacramento im-
blltlls et ad destituendum Neronem arte magis et impulsu quam suo inge- (
nio traductus, postquam neque dari donatiuum sub nomine Galbae pro-
missum neque magnis meritis ac praemiis eundem in pace quem in bello
locum praeuentamque gratiam intetlegit apud principem a legionibus (
factum, pronus ad nouas res scelere insuper Nymphidii Sabini praefecti
imperium sibi molientis agitatur. (
La guarnicién urbana, adoctrinada por el largo juramento -de-lealtad
a favor de los Césares, fue inducida a destituir a Nerón más por impul- (
so-ajeno que por su propio carácter; cuando hubo comprendido que ni se
le entregaba el donativo prometido en nombre de Galba, ni había en la
paz la misma oportunidad que en la guerra para importantes méritos
(
y recompensas, y que se le habían adelantado en el favor del princeps
las legiones que lo habían entronizado, propensa (ya) a la revuelta, estaba, ,{
además, movida por la criminal-manipulación del prefecto Nínfidío Sa-
bino, que maniobraba para hacerse con el poder. (
NOTA: Este último texto de Tácito y su traducción requerirían un 7:i
~
amplio comentario. Digamos tan sólo que su unidad orgánica se pone de ..
e (
manifiesto en el gráfico; no se refleja en nuestra traducción: incapaces E a:
de construir en nuestra propia lengua un período similar, hemos desdo- ~ UJ

blado la unidad del original en dos unidades menores. La traducción no


Vl
:::;¡ (
sirve, pues, para dar a entender la construcción gramatical del texto tra~ "":x: (1
ducido; éste sólo se entiende a través del gráfico. se
w

(1
Láminas 1 y 2: Regularidad del orden de palabras.
I
Lámina 1 (a y b). 1. Ponemos a las palabras el número que, conse-
(
cutivamente, les corresponde en la secuencia escrita; no asignamos nú- I
mero ni a las preposiciones ni a las conjunciones, pues consideramos una (
sola unidad el sintagma "preposición + sustantivo" y sólo ponemos nú-
mero al sustantivo; análogumente, la conjunción coordinante forma unidad /
.¡;--ea.
:~al
COIl el elemento coordinado por ella, y (aunque aquí no hay ninguna) la
.~ .eL
conjunción subordinante con su verbo. Así pues el núm. 6 vale para in Vl~
W
crimine; el núm. 9, para atque accusatoris. al, _
2. Analizaremos luego el texto a la manera tradicional: ~"'
E-__gU'>
UJ
·C s;
Toda la vida, al analizar, nos hemos expresado en términos como los o u

siguientes: "tal palabra rige a tal otra", o viceversa, "tal palabra está re- .s
gida por", o "subordinada a ... ", o "depende de tal otra". Ahora bien "regir"
significa "mandar", "ser superior" o "estar por encima"; y "depender"
significa etimológicamente "colgar de" cf. latín dependere); por lo tanto
todos los términos "dependientes" o "subordinados" se los "colgaremos"
verticalmente al término del que "dependen", o, desde la perspectiva in-
..:
versa, al término que los "rige". Así representaremos el gran conjunto
J
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I

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228 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN APÉNDICE 229
de las conexiones verticales y estableceremos la jerarquía de sus conexio- • También nos hemos referido anteriormente a las antinomias entre
nes en la oración estudiada. orden lineal y orden estructural. Ahora en esta lámina vemos cómo se
Naturalmente, cuando varios términos dependen del mismo regente, salvan sin obstáculo dichas antinomias y, lejos de interferirse, conjugan
la verticalidad habrá de ceder a. la oblicuidad, ya que desde un punto perfectamente sus exigencias a pesar de sus aparentes incompatibilidades.
único, A., no podrá caer en vertical más que una línea única: A.' En ello vemos la confirmación matemática de nuestro acierto al for-
I mular las normas que regían el orden de palabras en la secuencia escrita
B del latín.
Si del término A depende no solo B, sino igualmente C, D, etc., el es- 4. Volvamos a la lámina para anotar todavía algunas observaciones
quema visual pasará necesariamente a representarse en forma de haz: de interés.
La lámina 1 a, como queda dicho, representa el orden jerárquico-es-
A
tructural, psíquicamente atemporal. La lámina 1 b pretende representar
I el inicio del giro hacia el orden lineal y temporal, NATO. Puede com-
B C D
probar el lector que, si se completa el giro hasta poner en lí~ea horizontal
Entre la gran masa de conexiones verticales, pueden presentarse tam- todos los elementos de la frase, o también, si se proyectan todas las pala-
bién determinadas conexiones horizontales: ello ocurre cuando un miem- bras sobre una misma base, se reconstruye exactamente el texto tal como
bro cualquiera de la organización jerárquica se desdobla mediante la coor- lo escribió Cicerón. 'w

dinación (aunque seu en la forma elemental de la yuxtaposición o aposi- Podíamos haber dibujado una tercera variante de la misma Iámina.rque
ción); en los gráficos recogemos horizontalmente, con "llaves" esos ,ele- sería exactamente la imagen simétrica de 1 b, y que correspondería al
mentos desdoblados y homofuncionales, a los que corresponde el mismo orden lineal OTAN, es decir, al orden español.
nivel jerárquico en la estructura sintáctica. y es ahora el momento de dar un primer consejo de traductor: consejo
3, Una vez levantado así el plano de la red estructural, quedan visrs l- fundamental para los alumnos. Éstos, normalmente, deben cambiar el orden
mente conectadas todas las palabras, ordenadas jerárquicamente según la NATO del latín al orden OTAN del español, y no conformarse con esas
función que a cada una le corresponde desempeñar. lamentables y extrañas traducciones llamadas literales ... Tales traduccio-
Por último, transportamos sobre el gráfico, junto a cada palabra, el nes pueden lanzarse alguna vez en clase, como ensayo a modo de impro-
número de orden que le corresponde en la secuencia lineal. visación, pero nunca deben aceptarse escritas, para evitar esas deforma-
Ahora bien si se recorren las series numéricas a lo largo de cada hilo ciones mentales que tanto tiempo suelen arrastrar nuestros alumnos y que
de la red, salta a la vista que tales series numéricas quedan "ordenadas": tanto nos cuesta luego enderezar en sus estudios superiores, si es que
ordenadas de menor a mayor o de mayor a menor, según se recorran las llegan a ellos.'
líneas de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo: d. 1, 3, 11, 12; 2, 4, Quede, pues, claro que no sólo podemos, sino que debemos, cambiar el
11, 12; y así sucesivamente, sin ningún fallo. orden de las conexiones verticales, pero no podemos ni debemos cambiar
Nosotros ya habíamos descubierto la regularidad del orden de pala- el orden de las conexiones horizontales. Cuando una función se desdobla
bras en la cadena hablada latina; ya explicábamos en nuestras clases las en dos, tres o más elementos (d. los numerosos casos de "llaves" en las
normas de la colocación de esas palabras tal como después las formulamos láminas), dichos elementos desdt)b~s no se hallan en conexión vertical,
en nuestra Sintaxis; pero, cuando un día, hace unos 15 años, ante un grá- es decir, como dependientes unos de otros, sino horizontal; entonces el
fico de la red estructural, se nos ocurrió colocar junto a cada palabra el traductor no puede barajarlos a su capricho: han de llevarse traducidos
número que consecutivamente le correspondía en la secuencia lineal, nos en bloque (yen el orden del original) al sitio que al bloque le corres-
quedamos asombrados al saltarnos a la vista que también en la red estruc- ponde en la jerarquía de la verticalidad.
tural quedaban las palabras "ordenadas" al tenor de los mismos índices
numéricos que les correspondían en la secuencia lineal.
Pronto vimos la razón de la sorprendente coincidencia; si nos fijamos 1. Los alumnos ingleses o alemanes de latín están en mejores condicionesque
los nuestros al encontrarse ya de antemano con un orden de palabras en latín tan
en el esquema, próximo a la mentalidad de su propia lengua materna.
advertimos que, verticalmente, ~ O Hubo una época en que era habitual en nuestra pedagogía oír al profesor dar
(en el orden jerárquico), NATO (en el orden lineal T como consigna una triple ordenanza: ¡Lee, ordena y traduce! Y yo recuerdo a un
centrípeto de las lenguas anglosajonas, y la latina) y A niño de unos 15 años replicar con tanta ingenuidad como sentido común: "Leer es
OTAN (en el orden lineal de las lenguas neolatinas) N fácil; pero eso de ordenar -¡ay!- [si yo pudiera ordenar, ya lo tendría traducido!"
A nuestros latinistas principiantes debemos enseñarles en seguida que la pala-
son, en el fondo, una sola y misma realidad, aunque bras latinas "ya están ordenadas", pero ordenadas al estilo NATO; no les resultará
vista desde distintas perspectivas. difícil convertir el orden NATO ~ el orden OTANde su lengua materna.

,
230 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN APÉNDICE 231
Lámina 2. Hemos dado el texto de la lámina 1 como muestra del regularidad del orden de palabras, regularidad que oscila entre el 90,2
orden de palabras en latín, con un '100,por 100 de regularidad. Este ejemplo y !J6,2 por 100, según los textos. No vamos a seguir insistiendo, después
sencillo e ilustrativo ciertamente, lo hemos elegido nosotros. Y para que de 10 dicho anteriormente.
nadie piense que, sin ese ejempio elegido ad hoc y utilitatis causa, no 2. Lo que sí queremos es recordar una observación de Quintiliano
podría demostrarse la exactitud de nuestra teoría, volvamos ahora al texto sobre las desviaciones al orden normal: son, dice, desviaciones intenciona-
que daba Quintiliano (d. supra, pág. 200) a sus discípulos para enseñarles das y, por lo tanto, de carácter estilístico. Es, pues, conveniente fijarse en
que una palabra, postridie, no estaba colocada en el sitio que normalmente las desviaciones para tratar de descubrir los presumibles matices estilís-
le correspondía (como determinante del verbo debía precederlo y no se- ticos del texto. No siempre alcanzaremos éxito seguro, pero vale la pena
guirlo). intentarlo, y, la mayoría de las veces, daremos con explicaciones convin-
Establecemos el gráfico como lo hicimos en la lámina 1 a. centes.
Si recorremos luego los hilos de la red, vemos que hay cuatro pala- Veamos como muestra la lámina 3. Ahí tenemos una oración no de-
bras que no quedan "ordenadas": las que llevan los números 12, 17, 19 masiado compleja todavía, pero sí con ciertas simetrías ¡nuy clásicas.
y 23. Son, a primera vista, cuatro excepciones a las normas esperadas. El conjunto de la oración comprende una principal en "la que encaja
Hemos marcado dos de los "fallos" con un círculo, y los otros dos con un una primera subordinada relativa; y luego, dentro de esa relativa, va
recuadro (y de modo análogo procederemos en las sucesivas láminas cuan- encajada una segunda relativa. También aquí, si proyectamos perpendicu-
do haya lugar). larmente tedos los elementos sobre la base, acertamos a reconstruir el
Con el círculo marcamos "fallos" tan sólo aparentes; pues no hay que texto tal como lo redactó César. ~
olvidar que, según dijimos en la sintaxis estructural, existen en latín cier- Las dos desviaciones que saltan a la vista son, los números 2 y -16. El 2,
tas "secuencias fijas", en las que no cabe libertad de elección entre varias un genitivo (nauium), como determinante de muhitudine, debía preceder
posibilidades de ordenar las palabras, por ejemplo, populus Roman1!s, res a su regente y no seguirlo, como lo sigue en este texto de César y lo ha
fmmentaria, praetor urbanus, consul iterum, consul tertium. etc. No t'~ de seguir necesariamente en castellano. César procedió así para subrayar
muy crecido el número de "secuencias fijas" en estadística absoluta, pero /" el término nauium. Las aludidas "manadas" de británicos (la palabra manus
como se trata siempre de expresiones muy usuales, aunque minoritarias, €3t<Íen el contexto inmediatamente anterior a nuestra cita), que recorrían
abultan más de lo .que representan en el léxico latino. sus costas en misiones de observación, se quedaron "aterradas" (perterri-
No podemos decir, al topar con esas expresiones, que el escritor se tae) "por la multitud", no de hombres o guerreros, que parecían las pala-
haya desviado del orden normal y esperado, ya que es un orden obliga- bra llamadas por "multitud", sino "por la multitud de navíos". La pospo-
torio. sición de nauium en latín corresponde a nuestro subrayado en la tra-
y marcamos con un recuadro las desviaciones reales, como son el pos- ducción.
trulie que comenta Quintillano (núm. 22) y también 'el núm. 17. El núm. 16 (el verbo) también está ligeramente desplazado: el orden
En un total de 25 palabras (22 con núm. y 3 sin él, por tratarse de pre- normal hubiera sido uno tempore erant uisae (el verbo cerrando frase);
posiciones o conjunciones), hay pues dos desviaciones; el coeficiente de César escribe uno erant uisae tempore; con ese mínimo desplazamiento
regularidad alcanza el 92 por 100. el autor logra una expresiva disyunción, un pequeño suspense: uno ...tem-
pore, "en un solo" ¿qué? "en un solo ... instante", es decir, "a la vez" o "al
mismo tiempo". Los británicos, sobre sus costas, tenían la oportunidad de
Lámina 3: Orden de palabras y estilística. contemplar innumerables embarcaciones, con tal de ir sumando día a día
,al verlas navegar ante su litoral; lo extraño y "aterrador" fue el espec-
táculo de tal multitud de navíos "a la vez".
1. Para elegir el texto de esta lámina y las siguientes no hemos tenido
en cuenta más que su extensión y complejidad, motivo de múltiples y 'va-
riadas dificultades; todo en estas oraciones serán problemas para inexper-
tos; pero incluso los profesionales nos veremos en algún aprieto, sobre Láminas 4, 5 y 6: Caracterización personal de Cicerón y Tácito.
todo a la hora de traducirlas en un estilo aceptablemente satisfactorio.
Además, al tratarse de tan sabios períodos, hemos de referirnos a ese Los gráficos que presentamos reflejan ciertos rasgos estilísticos que di-
estilo tan típicamente clásico y tratar de caracterizarlo. fícilmente captamos en toda su integridad sin dichos esquemas visuales.
Los gráficos, con sus datos objetivos y visuales, nos ayudarán muy efi- Se dice del arte clásico que en todas sus manifestaciones (literatura,
cazmente a ilustrar esos textos y resolver cuantos problemas nos planteen. pintura, escultura, arquitectura, etc.) es un. arte equilibrado, simétrico,
Los textos 3 y 4 llevan en las láminas la numeración que les corres- armonioso y proporcionado en todos sus elementos ...
pende en la secuencia lineal, para que así el lector siga comprobando la Tales características pueden contemplarse en el conjunto de nuestras
232 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN APÉNDICE 233
láminas. En cada una de ellas apreciamos una enramada bastante regular, Hay una impresionante desproporción entre los dos miembros que in-
que nos recuerda, no una vegetación desigual y anárquica, sino un jardín tegran la oración, el sujeto y el predicado: miles... agitatur.
cuidado por esmerada labor de poda. También se han comparado esos El sujeto se expande en sucesivas ramificaciones: miles urbanus ..' im-
períodos clásicos a soberbios edificios de entre 6 y 9 pisos cuyos pabello- butus... traductus... pronus... Esta última ramificación (miles... pronus)
nes forman conjuntos proporcionados en alturas y volúmenes. constituye la gran sorpresa; va precedida de una amplísima oración tem-
Podríamos admirar en la lámina 4 el texto de César, con su 96,2 o/r de poral (postquam ...intellegit) y nos imaginamos que, muy arropado ya el
orden en la colocación de las palabras; dejemos no obstante ya de lado sujeto, el autor, con esa circunstancia temporal, apunta hacia un predi-
"el orden" para fijarnos en otros aspectos de la soberbia construcción. Como cado que se está haciendo esperar demasiado; pero surge, de improviso,
tantas y tantas veces, un primer y vulgar ablativo absoluto (his rebus ges- la última y tardía determinación del sujeto (miles... pronus...); esta rama
tis) nos sirve de transición a un nuevo capítulo, al parecer, sin pretensio- abraza y envuelve la compleja oración temporal antes mencionada y así
nes. Pero, apenas cruzado el modesto umbral, ¡qué lujo en el primer la incorpora, como a viva fuerza y en volandas, a la masa del sujeto; en
pabellón! Es un segundo ablativo absoluto (Labieno ... relicto), pero éste este organismo de 60 palabras, más de 50 quedan convertidas en la inmen-
no repite ya el ablativo de rutina: es un ablativo absoluto grandioso; sa cabeza del sujeto, a la que se añade, como minúsculo apéndice, el pe-
abarca él solo más del 50 por 100 del llamativo volumen construido (d. queño resto en función predicativa. Estamos, pues, ante una auténtica
gráfico) . caricatura; en los antípodas de la proporcionalidad canónica de la escul-
tura clásica. ...
Vamos a insistir algo en las láminas 5 y 6 para captar a lo vivo ciertas Lo típico y sorprendente de Tácito, lo que no cabe imaginarse err-Ci-
cerón, es el entrecruzamiento en las líneas de conexión (d. líneas miles...
sustanciales diferencias entre el estilo de Cicerón y el de Tácito.
El texto núm. 5 es un típico período ciceroniano, en el que la simetría pronus y agitatur-postquam ... intellegit).
La maniobra envolvente del sujeto arrastra a la órbita de su propia (
y la proporción clásicas alcanzan el summum de la perfección.
Quien mire la correspondiente lámina observará que, desde el centro masa el cuerpo de su partenaire en el juego oracional: ese movimiento
envolvente es lo que nos recuerda en Tácito ciertos pasos del violento
verbal, arrancan dos alas: el ala izquierda comprende 6 elementos empa-
rejados y c:lordinados a pares de bloques: el aja derecha es una pareja rack and roll, como la perfecta e impecable símetcía de las parejas en el
más y aparte, como un pabellón aislado. Las 4 parejas andan muy al uní- texto de Cicerón nos hacía pensar en un suave minué.
sono en su estructura. Imaginemos la desnuda y abstracta red estructural
Quizá nos hayamos extendido ya demasiado. En general, cada texto
en sus líneas representativas prescindiendo ya de los elementos reales
es decir, las palabras así estructuradas: como en un baile de minué, los reducido a imagen visual sugerirá su comentario adecuado. Bastan los
ejemplos aducidos como muestras de lo que puede aportar a nuestra peda-
dos miembrcs de cada pareja aúnan a la perfección el ritmo de sus movi-
mientos hasta el más mínimo detalle. No sólo hay simetría en el número gogía la materialización de las ideas que tan sólo manejamos habitual-
y coordinación de elementos funcionales, hay también exacto paralelismo mente en abstracto.
en el plano morfológico y en las oposiciones semánticas; cf., por ejemplo
(pareja 2):

tacere-flagitare; '1

de memoria-memoriam; I
hominum-litterarum.

(o pareja 4): religionem-iusiuran,'¡um fidemque;


uiri-municipi;
amplissimi-integerrimi.

Si ahora pasamos a contemplar el texto de Tácito, vemos un enorme


contraste: si el texto de Cicerón nos ha recordado el baile del minué,
hemos de añadir, análogamente, que Tácito nos ofrece el espectáculo de
un rack and rollo Brillan aquí por su ausencia el sereno equilibrio, la pro-
porcionalidad y la s.metría entre los miembros del conjunto.
I
,.1
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 235

juenit.jueniat.jueniret.j
juenit? jueniat? jueniret? j
juenit! [uenuii!jueniret! j

3. Es, no obstante, evidente que cada enunciado constituye


un complejo significativo, una suma de dos elementos, a saber:
II ay Una unidad de primera articulación (uenit, ueniai, ueni-
ret), es decir, susceptible a) de un primer análisis en varias uni-
LOS MODOS VERBALES LATINOS dades significativas, como son el lexema, el morfema de modo
EN ORACIóN INDEPENDIENTE * y el morfema de tiempo y persona; b) de un segundo análisis
a nivel de las unidades distintivas: los fonemas que hay en
cada una de las unidades significativas antedichas.
§ 1. - Límites de este estudio b) Cierta curva melódica, según la modalidad de la frase.
A~: •
Vamos a referirnos aquí exclusivamente a los modos latinos jueniat.j = jueniatj + j.j
en oración independiente, ya que ahí está el problema fundamen- jueniat1 j = [uenuit] + j?j
tal planteado por los modos verbales. Dejamos para ulterior jueniat!j = jueniatj + j!j
ocasión los valores derivados de la subordinación, un segundo I 4. Ahora bien, si al significante jueniatj corresponde algún
problema cuya solución depende del primero.
significado, ese significado ha de buscarse en 10 que los tres
enunciados tienen de común, es decir, ha de buscarse precisa-
§ 2. _ Planteamiento del problema de los modos mente en jueniatj y no en los complejos oracionales jueniat.j
ueniat?jueniat!j.
A) 1. Martinét (Éléments de linguistique générale, 1963\ 5. Frente a estos axiomas, ¿cuál es la conducta de nuestros
p. 97) habla de una tentación que acecha a todo lingüista: "la gramáticos, tanto antiguos como de última hora? Lo que inva-
de identificar unidades significativas y unidades de primera ar- riablemente se ha hecho es considerar frases en bloque; y en-
ticulación". "Pero -sigue diciendo Martinet- no hay que ol- tonces, frente a un jueniat.j se pone la etiqueta ya sea de "po-
vidar que un rasgo prosódico, como la elevación de la curva tencial", ya sea la de "afirmación atenuada"; frente a un [ue-
melódica .que hace de il pleut? una pregunta, combina un sig- niat?j se nos dice que es o bien un subjuntivo "potencial" o bien
nifícante, la elevación de la curva, y un significado, el que se un subjuntivo "deliberativo"; frente a un [ueniat'] se dice "yu-
reconoce en francés al monema est-ce que. Hay, por tanto, sig- sivo", "optativo", -etc.
nos que no se adaptan a la doble articulación." Cayendo siempre en la tentación a que alude Martinet, nues-
2. Pues bien, todos los autores, en sus interpretaciones de tros gramáticos, que ignoran el significante melódico de la frase,
los modos verbales, han sucumbido a la tentación que señala atribuyen por derecho propio al desnudo subjuntivo un valor
Martinet. Nadie ha distinguido claramente los dos significantes "potencial" o un valor "yusivo"; y, por añadidura, un valor "de-
(con sus dos significados correspondientes) que se combinan en liberativo", otro "optativo", otro "volitivo", etc.
cada uno de los siguientes enunciados: Por este método -que pretende describir todas las posibles
bazas del juego, desentendiéndose de las reglas del juego en sí-
• Este capítulo se publicó como artículo independiente en Emerita, Madrid, XXXV ponen cada vez más etiquetas a la misma forma "subjuntiva",
pp. 77-96.
(1968),
236 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS lI€RBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 237

acabando uno por no saber ya qué significado corresponde a la . En el eje 1 aparecen las nociones de "real", "potencial" e
forma en sí misma o llegándose a dudar de que tal forma sea, por "irreal" que tantas veces se han atribuido a las correspondientes
sí misma portadora de algún significado constante y precisable. formas verbales.
Incluso es ya normal que todos nuestros manuales empiecen el En el eje II tenemos las modalidades de la frase (llamadas
capítulo del subjuntivo (o de los modos en general) proclamando también modo (¿?) "aseverativo", "interrogativo" e "impresivo")
la imposibilidad de fijar la significación "fundamental" de los que, desde fuera, inciden sobre el verbo.
modos y las inevitables discrepancias que surgen entre los auto- Intentaremos desarrollar estas ideas en las páginas siguientes.
res al tratar de la "acepción" que corresponde a las variaciones Pero ya desde ahora, y ante el esquema propuesto, pueden ha-
modales del verbo y más concretamente a las variaciones "sub- cerse ciertas observaciones que nos parecen del mayor interés.
[untívas" .
C) 1. Las etiquetas de la gramática descriptiva son todas
B) Frente a este estado de opinión tan general, frente a la buenas al cincuenta por ciento y deficientes al otro cincuenta
afirmación según la cual "sería vano pretender ser, demasiado por ciento. Se han puesto siempre desde uno de los dos ejes,
racional en la descripción del subjuntivo, ese modo que depende sin reparar que, en el habla, toda forma verbal representa -.zm
esencialmente del dominio de la subjetividad" (Ch. Hyart, Les vértice o cruce de dos conjuntos de nociones que nada tienen
origines du styte indirect tatin, Bruselas, 1954, p. 69), nosotros de común entre sí. En cada vértice, una forma dada recibe un
pensamos que todo puede aclararse si desglosamos los complejos rasgo de cada eje, sin que estos rasgos pierdan nunca su irreduc-
/uenit./ueniat.jueniret.j, etc., en sus elementos constitutivos y si- tible originalidad o se confundan. y siempre que los gramáticos
tuamos en ejes distintos -como un sistema de coordenadas ma- discrepan o se contradicen, lo que hacen es darnos la verdad
temáticas o un sistema de meridianos y paralelos geográficos-e- total por entregas: una explicación ofrece la perspectiva desde
los significantes constituidos por las desnudas formas verbales un eje, y la etiqueta discrepante nos da la perspectiva desde el
y los significantes melódicos de la frase: segundo eje.
2. Así, cuando un autor (por ejemplo, Ernout-Thomas, pá-
Eje I gina 236) llama a una forma como jueniat? j subjuntivo "poten-
Nivel de la forma verbal cial", se sitúa en el eje 1; y, cuando otro autor (o el mismo,
cf. Ernout, p. 242) llama al mismo jueniat? j subjuntivo "deli-

!
tJ o

I ~ Acción Ac, po- Acción berativo" es porque se sitúa en el eje II; la descripción total
MODOS ~ ~ R~AL n;NCIAL ffiREAL
sería en ambos 'casos "potencial- deliberativo": Quid faciam?
Sígnific- ~(~
'" I
uenit 1l.eniat ueniT~t
"Qué puedo (podría) hacer?". En la traducción reflejamos el
rasgo "potencial" que hay en faciam por el léxico "poder"; y la
-ado -ante
'tl modulación interrogativa expresa en ambas lenguas la modali-
...
e
'tl
ti A) Modalidad LÓGICA:
dad "deliberativa" de la frase.
-e ~ Ha de notarse que el rasgo "potencial" es intrínseco a la va-
<lO
/./ uenit. ueniat. ueniret.
~ AsEVERATIVA riación temática del verbo, y que, en cambio, el rasgo "delibera-
1-1
1-1

~ 3"g
1. I?I uenit? lteniat? ueniret? tivo" le viene a faciam de fuera, de la modalidad de la frase;
INTERROGATIVA
~ ~ ~ pero como los gramáticos piensan que ambos rasgos son ,con
'tl'tl
....~ igual derecho intrínsecamente inherentes a faciam, se sorpren-
B) Modalidad
::> den luego al encontrarse con indicativos "deliberativos", y se
~ IMPRESIVA /!I uenit! ueniat! ueniret!
creen obligados a explicarnos que "el indicativo puede sustituir
238 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 239

al subjuntivo deliberativo": véase Ernout, p. 250, donde se citan sin percatarse de los dos campos que se superponen en una forma
estos "indicativos deliberativos": quid fabulabor? (Plauto, Cept., verbal cuando se la saca del paradigma y se la integra en un
535), Dedemus ergo Hannibalem? (Liv., XXI, 10, 11), etc. Puede mensaje real.
verse también F. Blatt (Syntaxe latine, 1952, p. 187), quien, tras 5. Hemos de hacer más adelante especial mención de los ar-
el epígrafe sobre el subjuntivo que él llama "dubitativo (deli- tículos que en la revista Emerita publicaron Mariner (XXV
berativo) ", añade en nota que el indicativo constituye "un doble- [1957], pp. 449-486) Y García Calvo (XXVII [1960], pp. 1-47).
te" del subjuntivo "dubitativo (deliberativo)" y cita, como prue- Estos autores nos han dado una interpretación de los modos ba-
ba, este ejemplo de Catulo (I, 1): cui dono lepidum nouum li- sada en un conjunto único de nociones': el conjunto "real-poten-
beHum? Tal "aclaración" es ociosa, o, mejor dicho, no tiene sen- cial-irreal" en el trabajo de Mariner, y el conjunto "modalida-
tido, como no lo tendría la siguiente explicación fonética: "El fo- des de la frase" en el de García Calvo. Nuestros colegas ya no
nema d es sonoro, pero' con el fonema sonoro d puede alternar corren, pues, al azar, "a salto de mata", a la caza de significados
en el subjuntivo, ni se apresuran, por lo tanto -como se hacía
el fone~a b".
Lo mismo ocurre cuando otro autor (Bassols, Sint. lat., 1, 1956, antes-, a poner etiquetas con afán de recordar proteicos signi-
p. 320), titubeando ante subjuntivos como estos de Cicerón (pro ficados cogidos al vuelo. La indiscutible superioridad que ti~!,1en
, Sestio, 45): restitisses, repugnasses, mortem pugnans oppetisses l~s dos flencionados artículos sobre cuanto anteriormente se ha-
(= ¡Haber resistido! ¡Haber contraatacado! ¡Haber sucumbido bla escrjto acerca de los modos radica en su visión a perspectiva
peleando!"), propone dos interpretaciones posibles ("yusivos de única, es decir, en su interpretación de los modos según un eje
pasado" e "irreales de pasado") o insinúa su preferencia por una único: nuestro eje 1 para Mariner, y el eje U para García Calvo.
de ellas: "Para los latinos, sin embargo, es probable que preva- A sus deficiencias hemos de referirnos luego (§ 8); pero ya des-
leciera la primera interpretación, como lo demuestra el hecho de de ahora puede vislumbrarse la raíz de los reparos que pueden
que se usa la partícula ne propia de las prohibiciones". En rea- formularse o se han formulado ya (d. Rodríguez Adrados, Evo-
lidad, la definición total de esos subjuntivos ha de comprender lución y estructura del verbo indoeuropeo, pp. 542 ss.) a sus estu-
las dos notas: son "yusivos irreales", "irreales" desde el eje 1 dios: es precisamente el ignorar uno u otro de los dos ejes con
los que nos parece indispensable operar.
y "yusivos" desde el eje U.
Nos parece innecesario seguir multiplicando los ejemplos.
3. Según se pone de manifiesto en nuestro esquema, los tres )

términos del eje 1 pueden alternar en el eje U como "asevera- § 3. - La indispensable consideración de los dos ejes
tivos", como "deliberativos" o como "impresivos". y tal alter-
nancia en el eje U ni siquiera es exclusiva de las tres variacio- A) En uenit, ueniat, ueniret hay materia para posibles men-
nes verbales que expresan sucesivamente lo real, lo potencial y sajes, pero esos signos en sí mismos ni dicen nada de nada ni
lo irreal; puede darse la misma alternancia en términos ajenos tratan de influir en voluntades ajenas.
,. Un ueniat, por ejemplo, es un elemento susceptible de inte-
, a la categoría verbal. Así, hay modalidad
grarse en un mensaje, pero por sí solo no constituye un mensaje
~. "aseverativa" en Aquí. Ahí. Allí. ni lógico ni impresivo; lo decisivo para que deje de ser una mera
.. "deliberativa" en ¿Aquí? ¿Ahí? ¿Allí? designación verbal es la entonación o modalidad de la frase , es
"impresiva" en ¡Aquí! ¡Ahí! ¡AHí! decir, la "actitud" que el hablante tome ante el signo jueniat/,
actitud reflejada en la modulación del jueniatj. Sólo "la melodía
4. Las discrepancias y contradicciones de los gramáticos han de la frase y el ritmo descubre lo que domina en el alma del
surgido de la consideración a salto de mata desde uno u otro eje, hablante" (W. v. Wartburg, Problemas y métodos en la lingüís-
(

240 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 241
tica, Madrid, 1951, p. 152). Las diversas modalidades de la frase Mañana. ¿Mañana? ¡Mañana!
corresponden inequívocamente a las diversas ol'X6bEl; 'tf¡~4lrzf¡<; Fuego. ¿Fuego? ¡Fuego!, etc.
o "modalidades del alma".
Los valores lógicos o impresivos no existen a nivel de la forma r Naturalmente, ninguna categoría gramatical se presta como
verbal -la forma verbal es la misma en jueniat.j, jueniat? j o el verbo a constituirse en centro de frase y, por tanto, en soporte
jueniat!j-, sino únicamente a nivel de la frase y gracias exclu- de la modulación de dicha frase. Ésa es, sin duda, la única razón
sivamente al nuevo significante (la entonación) que modula esas por la que sólo se haya hablado de "usos lógicos" y "usos im-
frases ex animo loquentis. Un texto -por ejemplo, publica pro- presivos" al estudiar el verbo, y no al estudiar el adverbio, o el
dendo tua neqV:iquamserues (d. T. Livio, 26, 36, 9)- puede dar adjetivo, o las restantes categorías léxicas.
lugar a mensajes enteramente distintos según la entonación (o
puntuación) que se le ponga; y, desprovisto de toda entonación, D) Cuando, en el siglo pasado, la gramática histórica intentó
carece de todo sentido. reducir a la unidad los "usos del subjuntivo" topó con el irre-
ductible binomio Potencial-Desiderativo. Se suponía que dichas
B) Hay una radical diferencia entre los significantes y los formas subjuntivas debían tener sólo una u otra de esas rlos
significados cuando se pasa de un eje al otro. García Calvo
(op. cit., p. 5) ha hecho notar que, en el verbo, las variaciones
temáticas destinadas a modificar el semantema (número, voz,
aspecto, tiempo) o a situarlo respecto a otros (número, voz) pue-
"acepciones" como valor primario, del que derivaría secunda-
riamente el no-primario. El problema ha seguido planteado hasta '
la actualidad: desde Brugmann y Delbrück, los autores se re-
~arten en dos bandos numéricamente equilibrados para sostener
~:
(

den ser sustituidas por léxico: léxico adverbial en sustitución las dos tesis opuestas, sin que ninguna se haya impuesto defini-
del tiempo y aspecto; léxico numeral para la variación del nú- tivamente.
mero; léxico pronominal para las variaciones de la persona y El binomio es sencillamente irreductible, y toda reducción (
de la voz; pero, añade García Calvo, no cabe pensar que la varia- choca con la realidad: la realidad es que la nota "potencial" per-
ción modal "pudiera ser reemplazada por la presencia o ausen- tenece 31 eje J, es decir, al verbo; y la nota "desiderativo" no (
cia de morfema adverbial ninguno". Nos parece que esta fina pertenece al verbo, sino a la frase (= eje Il). Pretender confun-
intuición de García Calvo ha de rectificarse y completarse del dir los dos ejes es, en nuestra opinión, condenarse a no entender (
mr do siguiente: las va~iaciones del eje 1, uenit, ueniat, ueniret, el juego de los modos.
son perfectamente reemplazables por léxico, como veremos en (
los párrafos siguientes. Lo que, por lo menos en nuestras lenguas, E) Cicerón, explicando lo que es el modo como lugar común
no es susceptible de sustitución léxica es la variación melódica en retórica (de inu., 41), dice que hay un modo al nivel de los (
del eje Il, la entonación que el hablante añade a los signos lin- hechos en sí y un modo al nivel de la intención del agente; por
güísticos normales. Así como el hablante es algo exterior al len- ejemplo, una acción sin testigos puede cambiar radicalmente (
guaje, la manifestación de ese hablante tampoco tiene la carac- de significado según haya o no haya mediado intención de ocul-
terística de la doble articulación del lenguaje. tar la propia conducta.
(
El comentarista Victorino (C. Halm, Rhetores latini minores,
(
C) Los modos al nivel deja morfología (= eje 1) pertenecen Lipsiae, 1863, p. 225) admira la perspicacia de Cicerón: Modum
exclusivamente a la categoría verbal: uenitjueniatjueniretj. En Cicero diligenter inspexit atque ita definiuit ut nema umquam. (
cambió, los modos al nivel de la frase (= eje Il) no son caracte- Namque modum in duobus inspiciendum docet, in modo facti
rística verbal; pueden recaer sobre cualquier categoría gramati- et in animo facientis... y concluye: Similiter omnes madi ex (
cal que se convierta en centro de frase: modo facti et ex animo (facientis) inspiciendi sunt.
(

{
242 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 243
Paralelamente al factum y al animus facientis del modo como mundo de la experiencia y realidad que envu~lve al hablante.
término del lenguaje usual convendría distinguir en el modo Las tres formas verbales tienen una primera cara que mira hacia
como tecnicismo gramatical entre el dictum y el animus lo- las cosas. Las tres formas verbales suponen ante todo un cam-
quentis. bio en las experiencias que hemos de transmitir, no un cambio
Tratemos de analizar esas dos caras de los modos. de "nuestra actitud mental" frente a una invariable experien-
cia. En una palabra, 10 que cambia al nivel del eje 1 es el dictum,
no el animus loquentis. Afirmar que el hablante acude a usar
§ 4. - Los modos al nivel de la [ormo. verbal (eje 1) uenit, ueniat, ueniret, según conciba en su mente la acción
verbal, nos parece una fórmula tan poco afortunada como lo
sería esta otra: el hablante usa los términos perro, gato, liebre
A) Generalmente se cree que en pater uenu; pater ueniat, según "la actitud mental" que adopte ante el animal que tiene
pater ueniret, se habla siempre de lo mismo: de "la llegada del delante. Más exacto sería decir que la realidad se impone al ha-
padre"; pero que las tres formas verbales representan tres "acti- blante, y que éste elige entre varias especies de predicados (uenit,
tudes" diferentes del hablante con relación a esa "llegada del uenYzt, ueniret) el que corresponda ~ás exactame:nt: a las....~arias
padre". especies de realidades en que enralza sus conocimientos.
Se piensa que el indicativo mira hacia el mundo exterior, 2. Las formas uenii, ueniat, ueniret, por esta primera cara
hacia la realidad circundante; que la acción verbal expresada en que estamos analizando, constituyen tres verbos di~tintos en
indicativo existe fuera del hablante y se refleja en él, como en derivación léxica y con conjugación específica para cada forma.
un espejo, sin que dicho hablante quite ni ponga nada de su co- Decimos "derivación léxica" ya que la función sintáctica bá-
secha cuando en un mensaje usa una forma de indicativo. El in- sica (la función predicativa o verbal) no se altera al cambiar en-
dicativo es "el modo de la realidad". tre sí uenit, ueniat, ueniret; cualquiera de las tres formas sirve
Y, viceversa, en el subjuntivo (potencial e irreal) se piensa como núcleo de un mensaje dado: /pater uenit./pater ueniai.]
que las formas verbales no miran hacia la experiencia externa; pater ueniret.],
que las acciones expresadas en estos modos no tienen apoyo en Serían igualmente comunes los diversos complementos que
la realidad circundante, sino tan sólo en el mundo interior del pudieran añadirse.
hablante. El subjuntivo sería "el modo de la subjetividad". No se trata, pues, de una derivación sintáctica del tipo doceo,
Las gramáticas latinas más recientes y usuales acogen gusto- doctor, doctus, ya que a cada una de estas formas corresponde
sas la definición de Fr. Thomas (Recherches sur le subjonctif una función sintáctica radicalmente distinta (respectivamente,
latin, París, 1938, p. XIV): "El subjuntivo... es el contrapeso verbal, nominal y adjetiva).
aproximadamente exacto del indicativo, anunciando subjetiva- La variación uenit, ueniat, ueniret es más bien comparable
mente 10 que éste enuncia objetivamente. Frente al indicativo, a alguno de los tipos siguientes: latín doctus, doctior, doctissimus
modo de lo real, el subjuntivo expresa todo lo que no es dado (sin alteración de la categoría del adjetivo); español casa, casona,
como real, sino como deseable, querido, posible, eventual, con- casita (sin salir de la categoría nominal); o incluso series léxicas
trario a la realidad, indeterminado, incierto, etc.". (sin ligazón derivativa), como aquí, ahí, allí.
La diferencia entre uenit, ueniat, ueniret (como entre doctus,
B) 1. Frente a esta opinión, la nuestra es que los tres modos doctior, doctissimus, o entre casa, casona, casita, o entre aquí,
personales (indicativo, potencial e irreal) son por igual "objeti- ahí, allí) es esencialmente semántica y no escapa al gran princi- ,
vos" en cuanto al dictum (y, como diremos en § 5, por igual "sub- pio de Pierce (The Journal of Philosophy, 18, 1946, p. 91), segun
jetivos" ex animo loquentis); los tres miran por igual hacia el el cual todo signo lingüístico es susceptible de sustitución por
244 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 245
otro(s) signo(s) lingüístico(s) que exprese(n) el mismo sentido dicha materia (y su significante) permanece inalterable en toda
desarrollado con mayor amplitud: la profundidad de esas columnas verticales. (
uenit-potest uenire-poterai uenire (es el indicativo "modal" Simultáneamente se ve cómo "la actitud mental" del ha-
.Q "indicativo por subjuntivo" de nuestros manuales), como doc- blante (y su significante: la entonación) varía al pasar de una
tus-magis doctus-ualde doctus, como casa-casa grande-casa pe- franja horizontal a otra franja horizontal (eje II) y, a la vez,
queña, como el lugar cercano a mí-el lugar cercano a ti-el lugar cómo dicha actitud mental (y su significante) permanece inalte-
oleiado de ambos. rada en toda la extensión de esas franjas horizontales.
(
3. Este valor semántico de cada una de las tres variaciones Si se nos permite usar terminología y conceptos matemáticos,
verbales nunca desaparece, sea cual fuere el contexto en que se podemos decir que el juego de los modos es una sencilla "mul-
integren: uenit, ueniat, uenirei nunca dejarán de significar, res- tiplicación de dos conjuntos". Al existir tres términos en cada
pectivamente, una acción real, posible e irreal; dicho sentido les conjunto, resulta jue pueden darse tres dicta (eje 1)' .para cada'
es inalienable: donde salgan los significantes saldrán los corres- modus dicendi; e, igualmente, tres modi dicendi para cada dictum
pondientes significados, como las dos caras indisolublemente uni- (eje II) .
das de todo signo lingüístico.
Antes -de entrar en frase, es decir, antes de recibir ninguna
tonalidad en la comunicación oral o, 10 que es 10 mismo, nin- § 5. - Los modos al nivel de la frase (eje 1I) 1
1I
guna puntuación (/.j? j!j) en el lenguaje escrito, las formas
jpater uenitjpater ueniatjpater ueniretj encierran ya un con- A) 1. Si ahora pasamos a considerar el eje II, vemos cómo
tenido objetivo (¡un dictum propio y distinto para cada formal); el conjunto de nociones básicas (real, potencial, irreal) expresa-
la materia sobre la que recaerá el mensaje, a saber: das por los modos en su nivel morfológico se multiplican, al nivel
1) "el hecho de la llegada del padre"; de la frase, por un nuevo factor, variable él también; el producto
2) "la posibilidad de la llegada del padre"; será, por tanto, variable, pero estrictamente definido en cualquier
3) "la contra-realidad de la llegada del padre". mensaje, si se tiene en cuenta que representa la intersección de
En oración no-subordinada, ese significado "real" nunca fal- dos valores conocidos de las dos variables en cuestión.
tará a las variaciones modales al nivel de la forma, independien- 2. El nuevo factor es el hablante. Hasta aquí no hemos des-
temente del tipo de oración en que aparezcan. Esta idea destaca cubierto en uenit, ueniat, ueniret más que signos lingüísticos
luminosamente en el meritísimo artículo de Mariner sobre los normales: un significante y un significado precisos. Ahora entra
modos latinos. También remitimos al mismo artículo para la en juego un ente extralingüístico, y las variaciones a que dará
cuestión de los usos neutros de dichas formas verbales, usos lugar su intervención no serán reemplazables por signos lin-
que quedan fuera de nuestra consideración por tratar aquí sólo güísticos normales. La intervención del yo-hablante no se mate-
de los modos en posición independiente. rializa en "palabras", sino en el significante sui generis que es
La "actitud" del hablante (¡el animus loquentis!) se manifes- la modulación de esas palabras del eje 1, cargadas de referencias
tará en la "modulación" de esa materia real, es decir, en la mo- al "no-Yo".
dalidad de la frase; y entonces, el significado básico de los sig- 3. El eje II está formado por un "conjunto de actitudes (
nificantes se multiplicará por la actitud mental del hablante, se- mentales". Si el eje 1 mira en toda su extensión hacia el mundo
·gún la tabla expuesta supra, p. 44. exterior, el eje II es el eje de la "subjetividad": en el eje II están
4. Dicha tabla pone de manifiesto cómo varía "la materia de las OlaOZGEl:; -cY¡:; (~~I..i,~,
esto es, "las modalidades del alma"; todo
que se trata" (y su significante: la forma verbal) al pasar de una él mira al "Yo" del hablante y distingue tres posturas básicas
columna vertical a otra columna vertical (eje 1) y, a la vez, cómo de ese hablante.frente a lo que él mismo comunica.
246 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 247

4. Y así como la realidad, la posibilidad o imposibilidad, está . subjetividad o "actitud afirmativa del hablante"; lo ~~e varía es
fundamentalmente en las cosas, lo que de ningún modo está en el factor 1 es decir, la materia u objeto de la afirmación: se afir-
las cosas y únicamente en el hablante es /la certeza/la duda/el ma sucesi~amente la realidad/la posibilidad/la imposibilidad de
deseo-voluntad.j' Estas tres posturas tienen su peculiar manifes- la llegada. En principio, la seguridad del hablante en su ac:itu~
tación en la modalidad de la frase, o eje II de los modos. afirmativa es siempre la misma en cada uno de los tres térmí-
nos; y si se pretend¬ "graduar" dicha seguridad, ya .no ~irve
B) 1. La certeza del hablante se manifiesta en la modula- ninguno de los modos verbales; ha de acudirse a determmacIOnes
ción aseverativa: [uenii.] (o/non uenit.j). Esta modulación reve- externas a formas ajenas a la categoría verbal y aplicables por
la una posición de seguridad en la cohesión (o no-cohesión) entre igual a Íos tres modos verbales (como también a los adj:tivos,
el sujeto y su predicado. La posición de descanso en la seguri- o a los sustantivos, o a otra categoría gramatical cualqmera):
dad de lo que se afirma se refleja en la posición de descanso
(o descenso) de la voz. certe / fortasse uenit.
Creemos útil repetir aquí que todo el eje JI -como eje de certe / fortasse ueniat.
las actitudes mentales- es subjetivo: en el indicativo-afirmativo \ certe / fortasse ueniret.
no hay una realidad mecánicamente reflejada en el hablante:
hay un pronunciamiento consciente y "firme" del hablante frente C) Si el hablante tiene presentes los términos de sujeto y
a la realidad que comunica. predicado, y, por la razón que sea, no está. en condi~iones ~e
La "afirmación" es la certeza del hablante en la cohesión (o pronunciarse con certeza sobre el enfrentamiento de dichos ter-
no-cohesión) entre sujeto y predicado. Pero una cosa es la "cer- minos surge la duda (la deliberación, el problema); y como todos
teza" y otra cosa distinta es la realidad de esa cohesión o no- los problemas, también éste se plantea interrogativamente: uenit?
cohesión. Puede existir una efectiva cohesión sin que la mente ueniat? ueniret?
la haga suya y, por tanto, la "afirme". Así, por ejemplo, no basta La actitud de "inseguridad" se refleja en la elevación de la
dibujar un triángulo para que todo el mundo, ante el dibujo, voz: ésta queda en alto, como la decisión entre el sí y el no ..
pueda "afirmar" que los tres ángulos del triángulo suman dos Tanto en la modalidad aseverativa como en la modalidad
rectos. Más todavía: ante la misma realidad, varios hablantes interrogativa la actitud del hab 1ante, con ""su cer t eza (""
o su
pueden tener cada uno "su certeza", que da lugar a "aseveracio- duda, respectivamente) busca la verdad y nada más que la v.erdad
nes" distintas y aún diametralmente opuestas; en situaciones o adaequatio intellectus ad remo Se trata, pues, de dos actItu~es
idénticas, los individuos o los grupos sociales -como las liebres lógicas, cuyo interés se centra exclusivamente en la correcta m-
de la fábula- afirman con la misma seguridad, y muchas veces terpretación del sujeto considerado.
con no poca pasión, que es un galgo 10 que para otros es, indu-
dablemente, un podenco. D) 1. Muy distinto es el valor de los mod~s ~uando a~ ha-
Si la actitud afirmativa del hablante corresponde adecuada- blante no le preocupa fundamentalmente el pensamiento desinte-
mente a la realidad, la certeza se convierte en verdad (adaequa- resado ("la verdad") y utiliza en cambio el lenguaje como pa-
tio rei et uueileciu», según fórmula aceptada por el tomismo); si lanca para conseguir algún :fin práctico, para modificar la rea-
no existe tal adecuación, la certeza se convierte en error. Pero el lidad a tenor de su voluntad personal.
hablante nunca se limita a registrar pasivamente la realidad, La actitud "pragmática" se revela, como las actitudes lógicas,
sino que se erige siempre en intérprete -fiel o equivocado- de por una melodía inconfundible, que ni es de~cendente co~o
la misma. la aseverativa, ni ascendente como la interrogativa. La melodía
2. En /uenit./ueniat./ueniret./ no hay una gradación en la impresiva (desiderativo-yusiva) es llana.
248 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS- MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 249

2. Por no aventurarnos a inventar un nuevo signo de pun- En el irreal impresivo, el hablante toma partido por lo im-
tuación hemos representado la modalidad yusiva en nuestro es- posible, por lo que ya no tiene remedio. Este impresivo (ineficaz)
quema por el signo /!/, aunque no se nos oculta que, además se reduce a un simple deseo irrealizable, o a una vana recrimi-
de no ser del todo adecuado, puede dar lugar a confusiones. nación dirigida al oyente.
Acudimos a ese signo porque, en las ediciones usuales, ya Sin embargo, aunque en principio cualquier forma verbal
aparece efectivamente -con mayor o menor profusión, según el del eje 1 puede multiplicarse por cualquier modalidad del eje II,
gusto de los editores- acompañando a la inmensa mayoría de los tres modos formales no se prestan con igual facilidad a entrar
las frases en su modalidad impresiva. en un mensaje impresivo. (Algo así ocurre en otros muchos sec-
Pero tiene él grave inconveniente de hacernos pensar fácil- tores del lenguaje: por ejemplo, la combinación adjetivo sustan-
mente en las frases "exclamativas", que también lo llevan. Ahora
bien, éstas no entran en el sistema de oposiciones enfrentadas
( tivo no tiene, en principio, limitaciones; pero prácticamente, da-
dos ciertos sustantivos concretos como "leche" o "nieve", sólo
en el conjunto: aseverativas / interrogativas / yusivas. La ex- habrá fácilmente ocasión de aplicarles un adjetivo entre todos
clamación no es nuevo término, sino una forma intensiva de la los que componen el léxico adjetival de los colores.) Lo natural
modalidad de la frase, ya sea ésta aseverativa, interrogativa o es que los deseos y la voluntad del hablante se sitúen en la zoñ~
yusiva. La exclamación es una exageración expresiva de las di- de "lo posible"; por tanto, entre uenit, ueniat, ueniret, la desig-
ferencias que separan a las tres modalidades básicas que, me- nación de la acció~ impresiva será, en la inmensa mayoría de los
diante la exclamación, se convierten respectivamente en asevera- casos, la potencial ueniat (no uenit ni ueniret).
ción enérgica / interrogación angustiosa / orden apremiante. En el potencial (equivalente a un puede ser sin descartar el
3. La modalidad impresiva enfrenta voluntades: la voluntad puede no ser) el hablante, pragmáticamente y al dictado de su
del hablante con la voluntad del interlocutor o con voluntades conveniencia, se decide por el "[que sea!", desentendiéndose de
ausentes. la otra cara de la posibilidad.
Esta orientación del lenguaje da a la comunicación un sentido
frecuentemente insospechado desde el puro contenido del nivel
léxico. Así, ¡fuego! en una operación militar significará "haced § 6.- El infinitivo
fuego, disparad"; en cambio, en boca de un ciudadano será nor-
malmente "acudid a apagar el fuego". A) El infinitivo, al nivel del eje I, se opone al bloque Indi-
Según venimos sosteniendo a nivel del eje I, ninguna forma cative-Potencial- Irreal.
verbal en indicativo o subjuntivo (ni aun el potencial) es per se En los tres modos personales la acción se concibe como "ac-
e intrínsecamente impresiva; y, viceversa, ninguna forma verbal ción de alguien", acción del sujeto. La acción real, posible o im-
(ni aun el indicativo o el irreal) es, en principio, incompatible posible, sólo tiene sentido en función de un sujeto, como soporte
con la modalidad impresiva. Así tenemos un indic~tivo yusivo en de esa realidad, posibilidad o imposibilidad. EJ infinitivo -como
Itis, paratis quam primum arma uiri (Trag. inc. fr. 34 Ribbeck) : modo impersonal- designa una acción abstraída de todo sujeto,
I
(
"¡Guerreros, vais (y) preparáis cuanto antes las armas!" La in- y como existente per se, aislada de su natural soporte. "El infini- I
equívoca entonación yusiva afecta por igual a los dos indicativos tivo es una conquista de la abstracción", según dijo Bréal (Essai
y su "sujeto", el vocativo uiri. . de sémantique, París, 19247, p. 82). Es, por tanto, un nombre
Tenemos una modalidad (desiderativa) en (Vtinam) uiueret abstracto, un nomen actionis. El infinitivo ni incluye ni excluye ,\,
/uixisset! la realidad/posibilidad/imposibilidad. Es indiferente a esas no-
Hemos citado antes (p. 46) el ejemplo del pro Sestio en que ciones.
aparece la modalidad impresiva (yusiva) en irreal de pasado. y precisamente por su valor neutro o indiferente puede apa-
250 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 251
recer en sustitución de un indicativo, un potencial o un irreal, 'Tipo [uenire! /
según veremos en los siguientes ejemplos. Esto, hasta cierto Es el llamado infinitiuus imperatiuus (Szantyr, p. 366), del que
punto, ya se deduce de Szantyr, JI, pp. 365-368, y y~ lo dijo muy se citan ejemplos relativamente abundantes en el lenguaje téc-
claramente Mariner (Emerita, XXIII [1965], p. 5); mcluso lo ha- nico o el conversacional, como ocurre en nuestras lenguas actua-
bían advertido ya ciertos gramáticos antiguos, que enseñaban les con nuestros propios infinitivos; in cubiculum, Cum pariu»
hoc ue'rbum generale esse et pro omni posse accipi modo uerbo- rient, acus substernendum; cum pepererunt, tollere substramen
mm (d. Prisciano, XVIII, 4 = Keil, Gramm. latini, IV, 224).
et recens aliut subicere (Varr., R. R., III, 9, 8). Son posibles estas
sustituciones: tollere /tollatur / tollito; subicere / subiciatur / subi-
B) En cuanto al eje n, no hay problema: las modalidades de cito, exactamente como en castellano: "después del parto reti-
la frase son siempre las mismas y afectan por igual al infinitivo, rar/retírese/retirad la mullida y echar/échese/echad otra nue-
a los tres modos personales e incluso a términos ajenos a la va". La entonación vuelve uniformemente yusivas las' tres for-
categoría verbal, según venimos repitiendo insistentemente a lo mas verbales.
largo de estas páginas.
.
Si revisamos, pues, los textos en que aparece un infinitivo in-
dependiente (en el fondo, según explicación definitiva de Krest- § 7. - El imperativo
-
schmer, Glotta, 2, 1910, pp, 270-287, se trata siempre de oracio-
nes nominales con un nomen actionis como predicado), nos en- A) En resumen, venirnos sosteniendo que ninguna forma
contraremos con los tipos esperados: verbal de las estudiadas hasta aquí es en sí misma ni lógica ni
ímpresiva; que el rasgo lógico o impresivo les viene a todas ellas
modalidad "aseverativa": [uenire.] "desde fuera", desde la modalidad de la frase; que estos rasgos
modalidad "deliberativa": juenire? / lógicos o impresivos son, por tanto, independientes de las varia-
modalidad "yusiva": juenire! / ciones temáticas verbales, e incluso de la misma categoría verbal
en bloque, aunque, como ya quedó advertido, el verbo, en su
C) Ejemplos: calidad de centro normal de frase, se presta a encarnar sus mo-
Tipo [uenue.] dalidades mejor que cualquier otra categoría; también hemos
Sustituye al indicativo en: anotado que, dentro de la categoría verbal, unas formas son más
TH. inuidere omnes mihi, propicias que otras a recibir determinadas modalidades. Pero,
mordere clancuLum: ego Hocci pendere... (Terencio, Eun., en principio, todas las formas verbales estudiadas hasta aquí son
410 ss.). comunes a todas las modalidades lógicas o impresivas y, de he-
Es el llamado "infinitivo histórico". En oración verbal habría cho, según hemos visto, aparecen usadas indistintamente con uno
sucesivamente: inuidebant... mordebant... pendebam. u otro valor.
Sustituye al subjuntivo (concretamente al irreal) en: ~.
Quod ni [ecieset, perdere litem (Horacío, Sat., I, 9, 37). En B) Al llegar al imperativo todo cambia radicalmente. Desde
construcción verbal habría perdidisset o perderet. luego, nada se opondría a que una lengua dispusiera de una for-
ma verbal ad hoe para los usos lógicos y otra forma ad hoc para
Tipo [uenire? / los usos impresivos; incluso podría disponer, teóricamente, de
Sustituye al indicativo y subjuntivo llamados "deliberativos":
múltiples formas para las múltiples variantes dentro de las dos
Quid enim? Sedere totos die s in uilla? (Cicerón, Att., XII,
modalidades: por ejemplo, una forma yusiva, otra optativa, otra
44, 2). En oración verbal habría sedeam o sedebo. hortativa, otra deprecativa, etc.
1
252 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN I
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 253 (
,.
!
Ignoramos hasta qué punto se da esa profusión formal de mo-> en el sentido etimológico de la palabra, es decir, incrustaciones
dos, en el panorama lingüístico real. Ateniéndonos exclusiva- insertadas en el cuerpo de la predicación, pero claramente sepa-
mente al sistema verbal latino, observamos que sólo existe una :radas de él mediante inequívocas pausas como rígida frontera.
forma específicamente impresiva: el imperativo.
..
I D) En consecuencia, el lugar que en nuestro esquema co-
El imperativo no pertenece al sistema de la frase predicativa,
en la que no tiene entrada, salvo que se le introduzca mediante :rrespond.e alíi~perati~? es el. vé,~tice.de la c~lumna "potencial"
el recurso de un inquit; pero en realidad ese inquit aísla al im- y la franja hórízontal. rmpresrva . Ellmperahvo es una variante (
perativo frente a la frase predicativa y lo mantiene en su sitio morfológica especializada que en sintaxis impresiva alterna con
propio, que es el de la alocución directa e impresiva. Lo mismo la forma común del "potencial": ualeasjuale, faciasjfac, etc.,
que al imperativo le ocurre al nombre en vocativo y a la inter- .según consta ya en los gramáticos latinos antiguos.'.
jección: tres cotos rigurosamente reservados a la sintaxis expre-
siva-impresiva.
§ 8. - Los trabajos de García Calvo y Mariner
C) La originalidad morfológica del imperativo frente a las
restantes variaciones modales es obvia y ha sido frecuentemente Como anunciamos antes (p. 47), volvemos ahora brevemente
señalada. sobre los trabajos de García Calvo y Mariner.
Entre las formas imperativas, unas aparecen como puros radi-
cales sin caracterización de ninguna clase (i, es, ama, age); otras, A) A García Calvo tenemos que agradecerle el habernos en-
en cambio, corno combinaciones recientes de ese mismo tema señado a mirar los modos desde la doctrina de las modalidades
con la partícula -to(d), que en nada recuerda las auténticas desi- de la frase. Pero, deslumbrado sin duda por su auténtico hallaz-
nencias personales ni su funcionamiento: -to! d) es un elemento go, ha procedido a una explotación precipitada del mismo, sin
demostrativo y vale indiferentemente para la segunda y la ter- reparar que la modalidad de la frase no es el único factor a tener
cera persona. En el primer caso, el imperativo parece la forma en cuenta en el problema de los modos verbales.
más antigua y elemental del verbo; en cambio, sus formas se- Prescindiendo de detalles, García Calvo nos dice sustancial-
cundarias suelen considerarse como muy recientes: en latín, mente: a los modos, en oración independiente, corresponden dos
todavía nos parece alcanzar la etapa en que la lengua busca su funciones radicalmente distintas: a) una función impresiva:
creación en varias direcciones. En un mismo texto (CIL 12 401) ueniat!, "¡que venga!", y b) una función declarativa o lógica:
hallamos, junto a 'la forma en -tod, otra en -tad, y otra en -tid: ueniat, "puede que venga".
proiecitad, fundatid, parentatíd. Y, como la forma verbal es la misma, hemos de hablar de
También se ha señalado repetidas veces (cf, Szantyr, pp. 399- "un modo con sentido 1.0" (o impresivo) y "un modo con sen-
400) el parentesco entre el imperativo, el vocativo y las inter- tido 2.°" (o lógico).
Parece que a esto no haya nada que objetar. Pero, en todo (
jecciones. Tal vez fuera útil, como ya lo hizo Brugmann (Abré-
gé ... , p. 590), denominar al imperativo "interjección verbal";. caso, ahí está no una explicación contundente de los hechos, sino i
(
en el mismo sentido podría denominarse al vocativo "interjec- el hiriente problema que los hechos plantean: ¿ Cómo puede una
ción nominal" y reservar, como se viene haciendo, el nombre de' misma forma asumir dos valores tan heterogéneos? Eso es lo que I
interjección a secas para las voces puramente expresivas-impre- habría que explicar. García Calvo 10 intenta, sin convencernos
sivas, sin referencia a procesos ni personas externos al hablante. en absoluto.
Esto tendría la ventaja de agrupar los elementos impermeables Incomprensiblemente, al observar la coincidencia de los dos
a la función declarativa: todos ellos verdaderas inter-iectiones valores en una forma verbal única, nos dice --en flagrante con-
(
I
(
I
j
254 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 255
tradicción con los hechos- que los modos (concretamente el . europeo, pp. 542 ss.) como indicio de confusión entre usos lógicos
subjuntivo y el optativo) sólo tienen en el fondo un valor, el y usos impresivos, también tiene razón desde la otra perspectiva,
impresivo, del que derivarían secundariamente los usos lógicos. la de la modalidad de la frase.
Siguen entonces consideraciones cada vez más oscuras sobre los
I ...

caminos que conducen de lo impresivo a lo lógico... Y el autor


nos parece enredarse y enredar al lector entre la dualidad al
'. § 9, - Conclusión
nivel de la frase y la unidad de la forma, como en un laberinto
sin salida. , A) Todo el juego de los modos se explica por la fórmula:
El autor penetra ya en ese laberinto desde el mismo umbral MODO X MODALIDAD.
de su teoría, es decir, en cuanto sienta la premisa de "modos con Los modos verbales están inequívocamente señalados por la
sentido 1.0" y "modos con sentido 2.°". La realidad, según hemos morfología verbal, y son distintas designaciones de la acción en
visto, es: "Modo(s) único(s) con sentido(s) único(s)" en cada correspondencia con las distintas condiciones en que la expe-
forma verbal sobre la que incide "modalidad de frase 1.a/moda- riencia nos presenta la acción. .
lidad de frase 2. es decir, modalidad impresivaj1ógica.
ft",
Las modalidades de la frase revelan la actitud mental del
hablante. y no caracterizan intrínsecamente al verbo , sino "a la
B) Con nuestro esquema a la vista, puede apreciar el lector frase; pero, como el verbo .es el centro de la frase, resulta que
que García Calvo, al proyectar los valores variables y externos la modalidad de la frase incide normalmente sobre el verbo.
de la frase sobre la invariable forma verbal, rompe la unidad de Todo verbo integrado en un mensaje es, pues, un complejo
esta forma verbal sin posib.: .dad de recomposición ulterior. en el que se cruza un modo y una modalidad: 'las etiquetas
Mariner opera exactamente a la inversa: en lugar ..de la proyec- habituales de nuestras sintaxis son inadecuadas porque siempre
ción horizontal de nuestro eje n sobre la forma verbal, proyecta, recogen un solo rasgo: unas veces el modo, y otras la modalidad,
verticalmente, nuestro eje I sobre las frases; se fija en la cons- promiscuamente barajados desde uno u otro de nuestros dos ejes.
tante de la forma verbal. Resultado: donde haya un 'I.Leniat,hay Todo el confusionismo está sintetizado y consagrado en la cono-
"potencial"; ueniat.jueniat? [ueniat! son igualmente potenciales, cida definición de los modos que, desde la Lateinische Grammatik
como ueniret.jueniret? /ueniret! son igualmente irreales. (p. 325 de la última edición, la de Szantyr, Munich, 1963), pasó
Nos parece insuperable el estudio que hace Mariner de los al común de las sintaxis latinas y de otras lenguas: "Los modos
modos verbales al nivel de la forma (= nuestro eje I) y estamos son las formas que indican la actitud del hablante en relación
de acuerdo con su análisis del bloque Real/Potencial/Irreal, aun- con la acción verbal". Esta fórmula viene a decir que "los modos
que para nosotros esas nociones no son "actitudes mentales". del verbo son las modalidades de la frase" y resulta, por lo tanto,
Lo que falta en Mariner es la segunda p'¬ rspectiva,la consi- radicalmente inaceptable.
deración de nuestro eje Il, o nivel de la modalidad de la frase.
El rasgo común y uniforme debido a la forma verbal parece velar B) Para terminar, ejemplifiquemos el juego de los modos,
a los. oios de Mariner toda la variedad de los mensajes según la aplicando la fórmula MODO X MODALIDAD al modo que siempre
modalidad de la frase. La perspectiva única desde el eje I no le ofreció mayor dificultad de regulación: el subjuntivo.
permite distinguir la diferencia entre usos lógicos e impresivos; Factor MODO: en el subjuntivo hay dos modos formales: po-
de aquí que llame potenciales o irreales a yusivos como ueniat! tencial e irreal.
uenisset! y a desiderativos como utinam ueniai! utinam uenisset! Factor MODALIDAD: dos modalidades de frase pueden incidir
La consideración de Mariner es exacta desde la perspectiva de la sobre esos dos modos: una lógica y otra impresiva. Ha de ha-
desnuda forma verbal; pero Adrados que la critica (Verbo indo- blarse, pues, de "cuatro usos del subjuntivo":
256 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

2 modos X 2 modalidades = 4 usos, a saber: un potencial-


lógico, un potencial-impresívo, un irreal-lógico y un irreal-im- .
presivo.
Nosotros optaríamos por no introducir más apartados en una
Sintaxis. Ahora bien, caben subdivisiones en la modalidad; así
nosotros mismos, a lo largo de este artículo hemos subdividido
la modalidad lógica en aseverativa e interrogativa (lo hicimos JII
provisionalmente para recoger los apartados del subjuntivo deli-
berativo, el indicativo deliberativo y el infinitivo indignantis de ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO EN LATÍN
nuestras Sintaxis usuales). Con esta subdivisión, la fórmula Y EN CASTELLANO. PROBLEMAS DE TRADUCCIÓN '"
básica MODO X MODALIDADda: 2 modos X 3 modalidades = 6 usos
del "subjuntivo" (que figuran en nuestro esquema).
Pero, sobre todo, cabe un número ilimitado de subdivisiones § 1. -Introducción
en la modalidad impresiva. Dentro de la actuación sobre per- .
sonas y cosas, puede distinguirse el yusivo, el prohibitivo, el El concepto de estilo directo es tan transparente que nunca ha
hortativo, el desiderativo, el votivo, etc. Y, según este número planteado problemas de definición.
indefinido (n) de modalidades, la fórmula básica MODO X MODALI- El estilo indirecto es mucho menos claro y los autores discre-
DAD se plantea así: 2 X n = 2n usos del "subjuntivo". pan hondamente al intentar definirlo. En un libro bastante ex-
Se ve, no obstante, que esta posible complicación no oscurece tenso, consagrado todo él al estudio del estilo indirecto latino , se
los usos del "subjuntivo": multiplica innecesaria e inútilmente distinguen nada menos que ocho formas de estilo indirecto, sin
las bazas pero sin alterar las reglas -siempre precisas y las que tantos distingos hayan contribuido demasiado a clarificar
mismas- del juego de los modos verbales. el problema.'
Generalmente se admite como correcta definición del estilo (
I
indirecto una fórmula como la siguiente que tomamos de Meillet-
Vendryes: 2 "Se denomina estilo indirecto un tipo sintáctico en
el cual las palabras o los pensamientos atribuidos a alguien son
transmitidos bajo la forma de oraciones subordinadas a un verbo
declarativo expreso o sobreentendido". (Las negritas son nues-
tras.)
Esperamos demostrar que la fórmula no es adecuada para .. i
definir el estilo indirecto típicamente latino, aunque sí podría
valer para definir (¡lo que es muy distinto!) el "llamado" estilo
indirecto del castellano y de otras muchas lenguas (antiguas o
modernas). 1
(

• Este capítulo se publicó como artículo independiente en Revista Española de


I
Lingüistica, Madrid, Ir, n.s 2 (1972), pp. 259-271.
1.. Ch. Hyart, Les origines du style indirect latin et son emploi jusqu'li l'époque I
I
,!
de Cesar, Bruselas, 1954,pp. 19-23.
Z. Traité de grammaire comparée du grec et du latin, París, 1927, § 919.

I
258 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
,...
,
ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 259
Normalmente,para explicarse el estilo indirecto latino, todos i
~
los estudiosos 10 han opuesto al estilo directo y han tendido a MODALIDAD DE LA
FRASE ESTILO DIRECTO
TRANSPOSICIONES
1
NO DIRECTAS
Ir
acentuar los rasgo. que los separan, sin reparar en aquellos otros
no menos esencialesque los aproximan. Por otra parte, todo el ..i Tipo A:
Modalidad
ORABANT:
AVXILIUM NOBIS
ORA!!ANT:
AVXIUVM SIBI AVXILIVM
ORABANT VT
SIBr FERRENT.
campo sintáctico que queda fuera del estilo directo no es uni- impresiva. !'ERrE. FERRENT. Suplicaban que les
formemente "indirecto". Suplicaban: Suplicaban:
• ............... ?
prestaran ayuda,
¡Frestadnos ayuda! ¿,
En nuestra opinión y tratándose del latín, hemos de fijar cla-
Tipo B: LOQVITUR L~qvrrUR AFRANIVS: LOQVJTVR AFRANIVS:
ramente no una frontera única, sino dos fronteras: una frente al Modalidad AFRANIVS: QV¡S VENISSET/QVEM quaerit QVIS VENElUT..
estilo directo, y otra, no menos importante, frente a la subordi- interrogativa. QUIS VENIr? VENISSE? Habla Afranio:
Habla Afranio: Ha!:l!J.Afranio: pregunta que quién.
nación. ¿Quién ha venido? "......................
. ? ha venido.
Por no reparar suficientementeen esta segunda frontera, se
Tipo C: AFRANIVS DIXIT: AFRANIVS D1XIT: AFRANIVS DIXIT SE:
comprendeque el estilo indirecto latino se haya definidofunda- Modalidad IBO SE IWRV?II ESSE. ITVR~;.IESSE.
mentalmente y ante todo como un tipo de subordinación,como aseverativa. Afranio dijo: Afranio dijo: Afranio dijo que íría,
• ?
Iré. ¿ ...................
una subordinaciónmáxima: y se comprendeigualmenteque pue-
da llegarse a extremos como el del antes citado Hyart, que -.
ensancha el concepto de estilo indirecto latino hasta englobar La dificultadde la referida traducción es ya una buena mues-
prácticamente toda la subordinación: la llamada interrogación tra de la originalidad de dicho tipo sintáctico latino. y precisa-
indirecta, las oraciones completivas(con ut, ne, quominus, quin, mente para ese tipo sintácticoreservaremos nosotros en adelante
etcétera),las oracionesde infinitivo,todo esto cae bajo la rúbrica la denominación de "estilo indirecto latino": la transposición
de su estilo indirecto, "noción-dice-- que se extiende a todo el no-directa II será, para nosotros, sencillamente "subordinación".
ámbito de la subordinación" (cf. passim toda la obra, pero muy Pero en español y en la generalidad de nuestras lenguas eu-
especialmentepp. 18-19 y 29-88). ropeas modernas (e incluso antiguas) suele llamarse "estilo indi-
recto" a la estructura no-directa Il, y es natural, ya que no
conocen la otra. Sobre este punto y con relación al castellano
§ 2. - Las fronteras entre el estilo directo, puede verse el libro de G. Verdín Díaz, Introducción al estilo
el estilo indirecto y la subordinación indirecto libre en español, eSIe, Madrid, 1970.
Por último los latinistas que, según dijimos, ensanchan la
Si estudiamos atentamente los hechos podemos comprobar , noción de estilo indirecto hasta englobar más o menos toda la
que un mensaje directo cualquiera (impresivo, interrogativo o
aseverativo) admite en latín dos posibles transposiciones no-
I subordinación,lo que hacen es unificar bajo el mismo concepto
y la misma denominaciónde "estilo indirecto" las dos transpo-
directas (véase el adjunto esquema en la página siguiente): siciones no-directas. Ello entraña un grave riesgo, porque en-
Lo primero que puede observarse es que la estructura directa
{ tonces es imposible captar la originalidad del típico estilo indi-
.l.
y la no-directa IIson comunesal latín y al castellano.Basta com- recto latino y se cae inevitablemente en la confusión de dos
parar el texto de una lengua y su traducción en la otra para ver ,/ estructuras sintácticas hondamente diferenciadas,como vamos a
que el molde sintáctico es idéntico en ambas. En cambio la es- ver a continuación.
tructura no-directaI, por carecer de paralelo castellano,presenta
graves problemas de traducción. Por de pronto no hemos aven-
(
turado en nuestro esquema ninguna traducción; dedicaremosal
I
I

problema el último apartado del presente capítulo.


260 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 261
Ahí tenemos ya una clara frontera entre estilo indirecto y
A) VERBO INTRODUCTOR; PAUSA Y PARTÍCULAS SUBORDINANTES;
subordinación.
UNIDADES MELÓDICAS
2. Pero los rasgos anteriores arrastran a otros paralelos. El
El estilo indirecto latino es un intermedio entre el estilo estilo directo y el indirecto admiten ambos por igual: a) una
directo y la subordinación: tiene características comunes con misma variedad de fórmulas introductoras; b) la misma ilimitada
ambos extremos y rasgos específicos que lo hacen inconfundible extensión y la misma variedad de contenido en el discurso in- 11
con ellos. troducido.
Hay tres series de factores a tener en cuenta aquí: a) Verbo El discurso directo y el indirecto pueden extenderse sin difi-
introductor; pausa y partículas subordinan tes; unidades meló- cultad a varios capítulos; es un hecho igualmente claro que en
dicas; b) Modalidades de la frase y modos (morfológicos) ver- el estilo indirecto cabe toda la gama de contenido que puede 1I
hales; y e) transposiciones temporales, pronominales, adjetivales haber en un discurso directo, a saber: mensajes aseverativos,
y adverbiales. deliberativos e impresivos.
La primera serie une al estilo directo y al indirecto a la vez La razón de estos hechos nos parece evidente:. puesto que re : I
que separa a ambos de la subordinación; la segunda serie de pausa da una gran independencia al discurso introducido coñ I

factores separa al estilo indirecto del directo y a la vez de la relación a la expresión introductora, la semántica de esta expre-
11
subordinación; y sólo la tercera serie aproxima el estilo indirecto sión introductora es poco exigente con 10 que haya de seguir
y la subordinación frente al estilo directo. después de la pausa.
Los factores de la serie a) no pueden considerarse aislada- En cambio, en el estilo no-directo subordinado, la estrecha
mente ya que todos ellos se condicionan recíprocamente. unión entre verbo introductor y su complemento directo excluye I i
I
la inmensa mayoría de las expresiones introductoras del estilo
1. Así, el estilo directo y el indirecto tienen en común la I
directo e indirecto y exige, por el contrario, un verbo introductor
misma pausa entre el verbo introductor y el discurso reprodu- 'I
específico: el verbo decir (o un sinónimo) si ha de seguir una
cido. Hay, por lo tanto, dos unidades melódicas; en cambio, en la
aseveración, el verbo preguntar (o un sinónimo) si ha de venir 1 :
subordinación (completiva) desaparece dicha pausa. En su lugar
una interrogación, y el verbo mandar (o un sinónimo) si ha de
aparece necesariamente, y como relleno, una conjunción; las dos l'
venir una orden.
unidades melódicas antes mencionadas se funden en una sola:
Todos los discursos directos o indirectos que hay en los au-
orabant ut sibi auxilium ferrent tiene la misma curva melódica
tores latinos podrían traspasarse al estilo opuesto sin cambiar
que orabant auxilium.
para nada la expresión introductora; pero si pretendiéramos pa-
Podemos fijar estas ideas en el siguiente esquema:
sarlos al estilo no-directo subordinado, nos veríamos obligados
a cambiar la mayoría de las expresiones introductoras para
ESTILO DIRECTO E INDIRECTO: Dos unidades melódicas. hacer posible la correspondiente "oración completiva".
En los modelos que damos para las dos estructuras no-directas
~pausa ~ frente a la única directa, hemos tenido que hacer un esfuerzo
orabant : auxilium nobis ferte.
orabant auxilium sibi ferrent. para hallar verbos introductores únicos para las tres estructuras
(orare y dicere). Pero lo normal es que no valga el mismo verbo
SUBORDL'Ii\Cró;-.¡: Una 501<1 unidad melódica. introductor. Ello puede comprobarse en nuestro modelo B), en
~ el que Afranius loquitur admite sin la menor violencia el estilo
orahant ut sibi auxilium ferrcnt. directo o el indirecto, pero necesita alguna especificación para
/

262 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO

dar paso a la subordinación tanto latina como castellana: Loqui-; recto frente al indirecto, 0, más exactamente, para explicarse
tur Afranius quaerens... o: Loquitur Afranius: quaerit ... "el paso del estilo directo al indirecto".
Las mismas causas arrastran todavía estos efectos paralelos. 1. Nosotros, con el valioso precedente de Mariner," antepo-
Tras un verbo dado, la subordinación excluye la variedad de nemos la modalidad de la frase, ya que el distinto uso de los
contenido: tras un verbo de "decir" sólo caben aseveraciones; modos en uno y otro estilo es una lógica consecuencia de las dis-
tras un verbo de "preguntar" sólo pueden venir interrogacio- tintas modalidades que en ellos adopta la frase.
nes, etc. En el estilo directo," el significante suprasegmental de la en-
En estas condiciones no es posible "un largo discurso indi- tonación basta para hacer inequívoco el contenido de un mensaje
recto subordinado"; a lo sumo que puede aspirar la subordinación sea cual fuere el modo morfológico verbal usado por el hablante.
es a un mosaico de "breves discursos indirectos". Así a un único Así pueden darse órdenes no sólo en imperativo o subjuntivó,
discurso directo o indirecto propiamente dicho, la subordinación sino también en infinitivo (el llamado infinitivo yusivo) e indica-
sólo puede responder por fragmentación total: Dijo que ... Man- tivo (Itis, paratis quam primum arma, uiri, en Trag. inc. [r.,
dó que ... Preguntó que ... 34 Ribbeck); se puede deliberar no sólo en subjuntivo, sino tam-
bién en infinitivo (Nonne uidere ... ? Lucr., II, 16) e indicativo (el
ESTILO DIRECTO E INDIRECTO, esquemáticamente: llamado indicativo "deliberativo"); se pueden expresar asévera-
, I I I ciones no sólo en indicativo, sino en infinitivo (el infinitivo "his-
~ pausa ~ ¡-------------1.-------....... :- ---- tórico") y en subjuntivo (en las aseveraciones condicionadas
1 1 como felix sita si amicum habeam).
SUBORDINACIÓN, esquemáticamente: Ahora bien: en el estilo indirecto desaparece la entonación

»<:>: corte ~--------I corte 1----------- corte - ---


melódica que distingue un mensaje impresivo de otro asevera-
tivo; y frente a esta indistinción (o neutralización de la modalidad
aseverativajyusiva) sólo subsiste, positivamente marcada, la
modalidad interrogativa, con su característica entonación meló-
Compruébense estos esquemas en los textos citados en p. 73: .
dica (su puntuación "interrogativa" en la lengua escrita).
¿ Cómo se reconocerá entonces en el estilo indirecto la natu-
COLUMNAS 1 y II:
raleza aseverativa o impresiva del contenido si nada en el verbo
~ pausa ~I~I~I introductor (¡que no es específico como en la subordinación!) ni
lid .. !
ita cgit íbimus: I reminiscere; ne espicias;
i ! . nada en la modalidad de la frase dejan traslucir la naturaleza de
Ha cgit ituros:, 1 reminisceretur; 1I ne despiceret; 1 .
I ese contenido? .
La respuesta está en el oríginalíslmo y sencillísimo juego de
COLUMNA nr. los modos verbales del estilo indirecto latino. Éste conserva úni-
~corte ~ camente dos modos: el infinitivo para expresar el contenido
~ corte
(dixít) ituros (monuit) ut reminisceretur (monuit/ et) ne aseverativo (sea cual fuere el modo verbal usado en el estilo
despiceret. directo), y el subjuntivo, para expresar el contenido impresívo
(sea cual fuere el modo en el estilo directo). Y, por último, el
B) MODALIDADES DE LA FRASE Y MODOS VERBALES estilo indirecto usará cualquiera de sus dos modos en las inte-

En el juego de los modos verbales es donde se ha centrado 3. Cf. su trabajo ''Noción básica de 105 modos en el estilo indirecto latino",
Emerita., :xxxm (1965), pp. 47-59.
siempre la atención de los gramáticos para definir el estilo di- 4. Cf. supTa, pp. 42 ss.
264 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 265

rrogaciones, ya que aquí, al subsistir la modalidad específica- ESTILO DIRECTO ESTILO INDIRECTO SUBORDINACIÓN
1 II m
mente interrogativa de la frase, el modo verbal es irrelevante.
En su tiempo el gran Riemann (R.Ph., 7, 1883, pp. 112-131, ls ita curn Caesare eiji«:
Si pacem populus R.
164-169) recopiló todas las interrogaciones que pudo hallar en cum Heluetiis faceret
1wbiscum jaciet
los discursos indirectos latinos en un desesperado intento por ibimus in eam partern iiuros (di..rit) . o. itmos
dar con la fórmulaque explicara el reparto del infinitivo y sub- tu nos constitueris uoi eos Caesar c071"Sti-
juntivo en tales oraciones. Ni él ni sus sucesores han dado con tuisset; sin bello perse-
dicha fórmula; nos parece vano seguir buscándola, ya que, por perseuerabis qui perseueraret,
reminiscere reminisceretur ueteris (monuit) 1It reminisce-
la razón antes apuntada, el modo en las interrogaciones del estilo
i.ncommodi populi R.; reiur
indirecto es indiferente: 'Ile nos despicias. ne ipsos despiceret. (et) ne íllS0S despícerer.

Modo subjuntivo: Ariouistus praedicauit: ... CUT in suas pos- No hay que caer en la tentación de identificar el reminisce-
sessiones uenwet? (César, B. G., J, 44, 7). retur y el ne despiceret de la columna II 'Con sus formas homó-
Modo infinitivo: A~ii aspernari: CUT ilZos ipsos non uenire? nimas de la columna III. La columna II excluye las partículas
(Tito Livio, XXII, 50, 5). subordinantes, exactamente igual que la columna l. El ne de-la
columna II es el mismo ne de la columna 1, es decir, una simple
2. Los gramáticos han visto' siempre, y con razón, en el juego negación: ne despicias se opone a despice o despicias como una
de los modos la frontera esencial entre el estilo directo y el in- prohibición se opone a una orden. En cambio, en la columna III
directo. Pero creemos necesario insistir en un hecho totalmente (donde las conjunciones son indispensables en sustitución de la
olvidado: el estilo indirecto, tanto por las modalidades de la frase pausa) el ne juega en oposición a ut: ut (reminisceretur) / ne
como por el juego de sus modos no sólo se opone al estilo directo, (despiceret). y ambas oraciones subordinadas completivas nece-
sino que sigue oponiéndose en igualo mayor medida a la subor- sitan un verbo específico regente (nosotros hemos puesto monuit)
dinación. La subordinación es de absoluta "monotonía": una ora- ya que con la expresión introductora usada por César no cabría
ción subordinada (completiva) al perder toda clase de autonomía la subordinación.
y constituirse en simple complemento de un verbo principal, La última observación es igualmente aplicable para distinguir
pierde ipso facto su modalidad. En la interrogación subordinada el ituros de la columna III, frente al ituros de la columna Ir (este
(quaero quis uenerit) desaparecerá la modalidad interrogativa, último mucho más próximo, en cuanto a independencia grama-
cuya existencia acabamos de comprobar en el estilo indirecto. tical, al ibimus de la columna J).
Pero la costumbre de llamar "interrogación indirecta" a la "in-o

terrogación subordinada" contribuye no poco a confundir el 3. Para completar la exposición de los modos en el estilo
estilo indirecto con la subordinación normal. indirecto, sólo nos falta aludir al modo de sus oraciones subordi-
En cuanto a las partículas, téngase en cuenta que los dos mo- nadas: el estilo indirecto extiende el único nÍ'Odo personal que
dos del estilo indirecto excluyen, como tales, toda partícula subor- conoce, o sea, el subjuntivo, a todas las oraciones subordinadas
dinante; en su lugar hay fuerte pausa (o puntuación fuerte en la en modo personal.
lengua escrita): por lo tanto, los dos modos del estilo indirecto Suelen añadir nuestras sintaxis que esta "regla" tiene algunas
nos parecen formas verbales tan independientes como las formas excepciones, y que dichas excepciones se explican como un pa-
verbales que les corresponden en el estilo directo. Veamos un réntesis en que el escritor salta al primer plano para hablar en
ejemplo (César, B. G., J, 13): su propio nombre y no en nombre de su héroe. Esta explicación
nos parece satisfactoria, cuando realmente hay excepciones. Pero

I
266 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EST(UCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 267

debemos añadir inmediatamente que la mayoría de las preten-; un posesivo como mi (libro), un adverbio como aquí o ahora pa-
didas excepciones que se citan son imaginarias; concretamente, sarán a su (libro), allí, entonces, etc. Sobre el detalle de estas
todas las que cita Ernout, son simple fruto de la común confusión transposiciones no necesitamos insistir.
entre estilo indirecto y subordinación normal. He aquí sus pri- Ahora bien, la mayoría de estos cambios, en que coinciden
Ineros ejemplos: estilo indirecto y subordinación, son consecuencia de la desapa-
§ 412 a) Dic, hospes, Spartae, nos te hie uidisse iaeentes rición del diálogo, pero no son marcas positivas ni de estilo indi-
dum sanetis patriae legibus obsequimur. La aparición del impe- recto ni de subordinación; "su libro", "ahora", "entonces", así
rativo y del vocativo nos sitúan ya en pleno estilo directo; al die como el uso de la tercera persona, no son exclusivos de las trans-
le sigue una oración subordinada completiva y otra oración posiciones no-directas; también pueden aparecer en un discurso
subordinada temporal en indicativo, todo en subordinación nor- directo, naturalmente con referencias deícticas distintas.
mal dentro del más puro estilo directo. La única transposición que positivamente indica "subordina-
§ 412 b) César, B. G., 1, 38: Nuntiatum est ei Ariouistum ción" o "dependencia" con relación al verbo introductor es la
ad oeeupandum Vesontionem, quod est oppidum maximum Se- transposición temporal, la llamada eonsequutio temporum. Es
quanorum, csmietuiere. Aquí tampoco hay estilo indirecto de cosa bien sabida (cf. los ejemplos que nosotros hemos propuesto
ninguna clase: hay una oración completiva (eontendere), que es con otros fines) que, tanto en el estilo indirecto como "en la
el sujeto de nuntiatum est; no sería posible separarlos por la tí- subordinación, el tiempo suele ir regido, respectivamente, por el
pica pausa que precede al.estílo indirecto. y aún se comprobaría tiempo del verbo introductor o del verbo principa1. Éste es, en
más claramente la ausencia del estilo indirecto si se tuviera a la nuestra opinión, el único rasgo que positiva y efectivamente
vista la continuación del texto (jeon nuevos verbos principales y aproxima el estilo indirecto a la subordinación. Pero, a este res-
nuevas oraciones completivas!), texto que sigue así: Id ne aeei- pecto, aún quisiéramos recordar -aunque el hecho ya consta
deret, sibi praeeauendum Caesar existimabat, etc. claramente en ciertos manuales, como el de Ernout, §§ 415-417-
que esta única marca de dependencia está lejos de ser regular y
constante. César, por ejemplo (B. G., 1, 34, 2) escribe: si quid
C) TRANSPOSICIONES TEM.PORALES, PRONOMINALES,
ipsi' a Caesare opus esset, sese ad eum uenturum fuisse; si quid
ADJETIVALES Y ADVERBIALES
me a se uelit, illum ad se uenire oportere. A César, más que la
Sólo en este tercer apartado desaparece la frontera entre es- congruencia temporal, le interesa conservar la oposición irrea-
tilo indirecto y subordinación, oponiéndose aquí ambos por igual lidad/posibilidad, tal como se expresaría en estilo directo: si
al estilo directo. quid mihi a Caesare opus esset ... , si quid ille a me uelit. ..
El diálogo del estilo directo supone, por definición, una inter-
vención de las personas gramaticales, que actúan en circunstan-
cias temporales precisas Y en un campo mostrativo concreto. En § 3. - Problemas de traducción
las dos transposiciones no-directas es natural que se alteren los
tiempos y personas verbales, los pronombres personales y, en 1. La estructura del estilo indirecto latino, al carecer de co-
general, todos los elementos deícticos que aluden al campo mos- rrespondencia formal en nuestras lenguas, plantea dificultades
trativo de los interlocutores (adjetivos posesivos y adverbios de de traducción. El traductor sólo puede llevar el contenido del
lugar). estilo indirecto latino, ya sea al extremo de la pura subordina-
En ambas transposiciones no-directas los tiempos absolutos ción, ya sea al extremo opuesto de la independización total.
se vuelven relativos, la tercera persona representará por igual Veamos cómo proceden tres traductores diferentes frente al
al hablante, al oyente y a las personas u objetos de que tratan; mismo original. Hemos elegido, como ejemplos, dos fragmentos

j
268 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ESTRUCTURA DE1. ESTILO INDIRECTO 269
de César: uno de contenido aseverativo y otro de contenido im~, César, B. C., I, 85, 12: Ad ea Caesar respondit: ... Proinde,
presivo. ut esset dictum, prouinciis excederent exercitumque dimitterent.
En cuanto a intérpretes, hemos elegido a dos españoles de
distinta época y a un francés, a saber: Así que, conforme a "Y así conforme a lo "Ainsi, il leur ordon-
Val buena, Los comentarios de Cayo Julio César, Madrid, lo dicho, salgan de las dicho saliesen al ins- nait, comme il l'avait
1798; Mariner, Julio César. Memorias de la guerra civil, I, Alma provincias y despidan tante de las provincias, déjá sígnífié, de quitter
al ejército. y licenciasen al exér- l'Espagne et de démo-
Mater, Barcelona, 1959; Fabre, La guerre civile, I, Les Belles
crto". biliser leurs troupes".
Lettres, 1941~
César, B. C., I, 84, 3: Loquitur Afranius: non esse aut ipsis Los subrayados, naturalmente, son nuestros.
aut militibus suscensendum quod jídem erga imperatorem suum Ninguno de los tres traductores actúa con criterio fijo y uni-
Cn. Pompeium conseruare uoluerint. Sed satis iam fecisse officio forme.
satisque suppplicii iulisse: perpessos omníum rerum inopiam; La traducción de Val buena (siglo XVIII) es pura subordina-
nunc uero paene ut jeras circummunítos prohiberi aqua, prohi- ción en el primer texto. Añade una forma verbal (sin correspon-
beri ingressu, neque corpore dolorem neque animo ignominiam dencia en latín) para introducir las sucesivas oraciones comjile-
ferre posse. Itaque se uictos confiteri ... tivas: diciendo que... , que ... , que...
TRADUCCIÓN
De acuerdo con esto, era de esperar que, frente al texto de
TRADUCCIÓN TR,ADUCCLÓN
DE MARINER DE VALBUENA DE FABRE contenido yusivo, hubiera puesto: mandando que ... , que... Pero
no lo hace aSÍ, sino que independiza: saliesen... , licenciasen...
Afranio toma la pa- Rompió Afranio la Afranius prend la
Además, pone el discurso indirecto entre comillas.
labra, diciendo que no plática diciendo: "Q'ue parole: "Il n'y a, dit-il,
ni César ni sus tropas a s'indigner ni contre Fabre (1941) hace exactamente lo contrario. Subordina el
se les ha de reprochar
ni a ellos ni a sus sol- debían mirar con in- les chefs, ni contre les texto yusivo: Ii leur ordonnait de... , de... ; y, en cambio, su tra-
dados el haber querido dignación el que ellos soldats de ce qu'ils ont ducción del primer fragmento es una sucesión de oraciones inde-
guardar fidelidad a su hubiesen pretendido voulu rester fideles a pendientes, con la pausa y puntuación del estilo directo. y como
generalísimo Cn. Pom- guardar fidelidad a su leur général, Cn. Porn- en estas condiciones no se vería quién es el autor responsable
peyo. Pero ya habían general C. Pompeyo; pée; mais ils ont main-
pero que habían hecho tenant assez bien rem- de las sucesivas aseveraciones, añade, en inciso, un dit-il y en-
cumplido su deber su-
ficientemente y arros- ya lo bastante 'por su pli leur devoir, assez cierra entre comillas todo el discurso indirecto. Este entrecomi-
trado bastantes penali- obligación, y padecido subi de souffrances: ils llado y la añadidura del dit-il son procedimientos que, cierta-
dades, con haber pade- harta pena, habiendo ont enduré fermement mente, "traducen" una información contenida en la estructura
cido escasez de toda llegado al último ex- une disette complete; del estilo indirecto latino.
clase de recursos; mas tremo de faltarles todo maintenant, les voici
enfermés presque com-
Por último, Mariner subordina únicamente la primera aseve-
ahora que, acorralados lo necesario: que al
poco menos que como presente, cercados casi me des betes fauves, ración (diciendo que... ) e' independiza todo el resto. Otra dife-
animales salvajes, se como fieras, se les cor- on les ernpéche de Iaire rencia de Mariner frente a Valbuena y Fabre es la supresión del
les privaba el agua, se taba el agua y se les un mouvement: ils ne entrecomillado. Las comillas son innecesarias en la traducción
les privaba la libertad estorbaba la marcha: peuvent plus supporter de Valbuena, pero indispensables en la de Mariner, ya que, como
de movimientos, no po- que ni el cuerpo podía ces tortures Rhysiques.
en la de Fabre, sin ellas hay cierta ambigüedad: ¿Es el autor
dían resistir más ni el ya tolerar tal trabajo, cette humiliation mo-
dolor físico ni la igno- ni el ánimo tanta igno- raleo Aussi s'avouent- o su protagonista el responsable de las aseveraciones o de las
minia moral. Por lo minia, y así se confe- ils vaincus...". órdenes cursadas?
tanto se declaraban saban vencidos...". 2. ¿ Qué es lo aconsejable ante tan sensibles discrepancias?
vencidos... Un primer consejo nos parece claro: un traductor debe ser con-
270 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

secuente consigo mismo: por 10 tanto, o subordinemos siempre ,


o independicemos siempre.
y frente a este último dilema, ¿qué solución hemos de adop-
tar? Nosotros hemos venido sosteniendo en este trabajo que el es-
tilo indirecto latino está más próximo a la independencia del
estilo directo que a la subordinación. En consecuencia, aprecia-
mos como nadie el mérito de esas traducciones que conservan la IV
independencia gramatical del estilo indirecto latino. No obstante.
creemos que la independización tiene más inconvenientes que LA SUBORDINACIÓN
ventajas. Es ilusorio pensar que. porque se salve un rasgo gra-
matical del estilo indirecto latino ya se ha logrado una fiel tra-
ducción formal de la estructura sintáctica latina. Si nosotros tu- § 1. - Isitroducci/n:
viéramos que volver al latín un texto independizado como el de
Fabre, por ejemplo, 10 más natural es que procediéramos así: 1. Según definición común -e-admitida prácticamente mn re-
Non est, inquit, suscensendum quod... Pues, de hecho, no hay servas por todos los autores-, la sintaxis es el estudio de la
nada en el texto francés que nos invite a usar el estilo indirecto oración.
latino. Las reservas empiezan al definir la oración. Se han dado de
ella más de doscientas definiciones y ninguna consigue el asenso
En suma: para el estilo indirecto latino no hay correspon- general.
dencia formal en nuestras lenguas; por otra parte, la obligación Sin embargo, todos los intentos de definición giran alrededor
de un traductor es reflejar el contenido, no la tipología gramatical de tres criterios, que indudablemente recogen caracteres funda-
de la lengua originaria. Y, dado que, frente a las dos estructuras mentales de la oración y que efectivamente podemos considerar
no-directas del latín, nosotros sólo tenemos una, que es la subor- como las tres características esenciales de la oración:
dinación, lo más indicado parece ser que se responda al estilo
indirecto latino por la subordinación del "llamado" estilo indi- a) Unidad de sentido. - La oración se define como unidad
recto castellano. de sentido completo.

POST SCRIPTUM. Cuando publicamos -hace años- este b) Juicio lógico.- La oración es el conjunto de un sujeto
capítulo, nuestro objetivo esencial era dar a entender el meca- (del que se dice algo) y de un predicado (o sea, lo que se dice del
nismo sintáctico del estilo indirecto. Sólo de pasada consignamos sujeto). Esta definición sólo se aplica a la frase declarativa, con-
las breves reflexiones precedentes sobre la traducción. Nos pa- siderada tradicionalmente como el modelo de toda oración.
rece út.l y práctico sugerir una nueva opción a los traductores.
Aconsejamos una traducción similar a la de Mariner, pero, evi- c) Unidad melódica o de entonación. - La oración se define
tando el grave reparo que le pusimos; y para ello basta añadir -fonéticamente- por un patrón melódico (conjunto de pausas,
como inciso en cada párrafo independizado un "decía" o "aña- silencios y, sobre todo, de vicisitudes en la curva melódica).
día", o algo parecido. (Naturalmente, en los mensajes impresivos 2. Hay oraciones simples y oraciones compuestas. No vamos
el inciso sería "ordenaba" y en los interrogativos "preguntaba".) a tratar aquí de la oración simple. Su didáctica no presenta gra-
La traducción propuesta sería entonces: ... Pero --añadía- ves problemas. Pretendemos reflexionar tan sólo sobre la ora-
ya habían cumplido... Por lo tanto -seguía diciendo-- ... ción compuesta. '
272 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 273
y la primera pregunta que nos formulamos es ésta: "¿De qué. ción entera pierde su poder predicativo y funciona comotérmino
está compuesta la llamada oración compuesta?" de otra, comouna palabra, dotada por consiguiente de su seman-
Suele contestarse que una oración compuesta se compone de tema.. " etc.".
varias oraciones simples. 7. En el mencionado estudio salen repetidas veces expresio-
3. Por otra parte, se distinguen dos tipos de oraciones com- nes como "una predicación reducida a su denominación". Esta
puestas: reducción de un decir a un nombrar, y viceversa, nos es fami-
a) Oraciones compuestas por coordinación; liar desde la escuela en el sector de la morfología,ya que en la
b) Oraciones compuestas por subordinación. escuela se nos ha acostumbrado a transformar el verbo en nom-
Nosotros admitimosque una oración compuesta por coordina- bre y el nombre en verbo: amar ~ amor.
ción está, efectivamente,compuesta por varias oraciones simples, Se ha dicho que Baja de precios y Bajan los precios pueden
ya que la coordinación no destruye la autonomía de las oracio- servir, ambos por igual, como título de un mismo artículo perio-
nes simples integradas como elementos de la unidad superior. dístico. Sin embargo, los dos títulos no son sinónimos: no impli-
En otros términos: varias oraciones autónomas, aunque se coor- can necesariamente el mismo contenido. "Baja de precios" sólo
dinen, siguen siendo oraciones según cualquiera de los tres cri- implica, como contenido,que se va a tratar de la baja de preCi_os,
terios de definición que hemos reseñado antes: unidad de sen- algo así como una pura teoría sobre reducción de costos; en
tido, predicación o juicio y unidad melódica. cambio, "Bajan los precios", como aseveración actual, garantiza
4. Pero no nos asisten las mismas razones para creer y precios rebajados comouna realidad. "Bajan los precios" admite
afirmar que una oración compuesta por subordinación también como apostilla de un lector "Verdad" / "Mentira"; el otro títu-
ella está compuesta de oraciones simples. lo, como simple denominación,no puede ser ni verdad ni men-
Aquí, sólo las oraciones llamadas principales siguen siendo tira.
oraciones autónomas,con sentido y entonación propios y con ver- 8. Pues bien: la subordinación es un procedimiento sintác-
dadera-predicación. Las subordinadas son inconcebibles sin la tico (comparable a los procedimientos morfológicoscomo amor,
principal, no constituyen una melodía independiente ni una uni- amar, amable, amablemente) para transponer predicacionesente-
dad de sentido. ras: la subordinación es "la forma suprema de la transposición,
5. La expresión "oración subordinada" es contradictoria in la que se apodera de oraciones enteras para hacer de ellas sustan-
adiecto, puesto que la "oración", según todas las definiciones,es tivos, adjetivos o adverbios" (Ch. Bally, Linguistique générale,
algo "absoluto"; y "subordinado", por definición, sólo puede re- 1965\ p. 120).
ferirse a algo "relativo", "dependiente". 9. Esta transposición suprema tiene sus indicios o marcas
r
Sin embargo, los gramáticos seguiremos empleando ese len- formales. Entre esas marcas está el nutrido grupo de las llamadas
'guaje contradictorio, como los físicos siguen llamando "átomo" "conjunciones de subordinación". I
a lo que ya no es indivisible. También aquí hay que precaverse ante la nomenclatura usual.
6. Quisiéramos insistir aquí sobre ciertas características de Las "conjuncionesde subordinación" tienen muy poco o nada de
la oración subordinada, características que no somoslos primeros "conjunciones".
en señalar, pero que no son comúnmente reconocidas. En un ar- Función "csnjuntíva" tienen las conjunciones de coordina-
tículo reciente de A. García Calvo (Revista Española de Lingüís- ción, que, efectivamente, unen o "conjuntan" elementos horno-
tica, II, n." 1, pp. 145 ss) hallamos unas cuantas formulaciones funcionales: a) ya sean éstos simples: Juan y Pedro estudian;
que suscribimossin reservas: "Toda subordinaciónes un proceso Noche tranquila y serena; El barco se desliza suave y majestuo-
metalingüístico en que un decir aparece reducido a un nombrar ... samente; b) ya complejos: Juan estudia y Pedr.o se divierte; No
Por el dispositivo sintáctico de la subordinación, "una predica- acudió ilQrque estaba enfermo y (porque) debía guardar cama.
¡
¡
¡
(
274 INTRODUCCIÓN
ALASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 275

En cambio, las llamadas conjunciones de subordinación, más. tual predicación (o de un eventual mensaje cualquiera, aunque
que unir, lo que hacen es transformar una predicación autónoma no sea declarativo). Para restablecer una auténtica oración basta
en algo que ya no es predicación, sino un producto funcionalmen- desandar el proceso de la subordinación: a) suprimiendo el mor-
te nuevo. fema transpositor; b) devolviendo a la oración su melodía ade-
Las conjunciones de subordinación están más cerca de las cuada, y e) 'restableciendo el status morfológico (tiempo, modo,
preposiciones que de las conjunciones de coordinación: así como persona, elementos deícticos como pronombres personales, ad-
las preposiciones habilitan al sustantivo para desempeñar una verbios de lugar y tiempo) alterado por la subordinación.
función adjetiva (casa del padre = casa paterna) o adverbial Pero es innecesaria complicación la de extender el nombre
(habla con serenidad = habla serenamente), así también las con- de "oración subordinada" a construcciones puramente nomina-
junciones de subordinación habilitan al verbo para desempeñar les, en las que no figura absolutamente nada parecido a una ora-
funciones que en principio corresponden a clases de palabras ción de ningún tipo.
específicas en la lengua: función nominal de las oraciones com- Así, en ciertas gramáticas se nos enseña que una oración
pletivas o función adverbial de las subordinadas adverbiales subordinada final puede adoptar en latín hasta una docena de
(o circunstanciales). formas, a saber: a) ut con subjuntivo; b) ne con subjuntivo;
La función esencial de las preposiciones y conjunciones de e) oración relativa; d) gerundivo con preposición (de pace peten-
subordinación es la de marcar esas transformaciones a que hemos da; ad pacem petendam); e) gerundivo sin preposición (praeda
aludido; si, además, se les quiere atribuir, por añadidura, una diripienda data est); f) gerundivo en genitivo (pacis petendae
función "unitiva", pase, aunque a nosotros nos parece que la oratores misit); g) gerundivo en dativo (urbi condendae loc1.i.·;'
unión entre el determinante derivado de la transformación y el quaerere); h) participio de futuro (legatos misit pacem oraturos);
elemento determinado se establece sin necesidad de ayuda, como i) causa o gratia con genitivo; j) un nombre cualquiera con pre-
un adverbio morfológico' se une a su verbo sin ligamento de posición (Caesar me ad pacem hortatur); etc.
ninguna clase. Evidentemente, hay "sentido de finalidad" en todos esos giros,
y aún se podría alargar más la lista; pero, gramaticalmente, sólo
NOTA.- Tampoco somos los primeros en señalar esta afinidad merecen el nombre de oración subordinada final algunos giros
entre preposiciones y conjunciones de subordinación. M.a Luisa (no todos) en que aparece utjne con subjuntivo. Sobre la llamada
López (Problemas y métodos en el anál'isis de las preposiciones, "oración relativa-final" nos pronunciaremos en su lugar.
Madrid, 1970, pp. 21 ss.) cita los lingüistas que han sostenido la 11. En la literatura latina, y concretamente en el período de
misma doctrina. Sería deseable que se impusiera cuanto antes su máximo esplendor, alcanzó la subordinación un grado de des-
en la enseñanza escolar la idea (repetidas veces apuntada en el arrollo pocas veces igualado fuera de esta lengua. Los amplios
libro en cuestión y felizmente formulada en la p. 32) de "incluir y sabiamente articulados períodos ciceronianos. por ejemplo,
preposiciones y conjunciones de subordinación bajo el denomi- tienen muy pocos paralelos en nuestras literaturas modernas.
nador común de SUBORDINANTES, palabras que tienen la función De tales períodos se ha dicho -metafóricamente- que son so-
privativa de establecer relaciones entre distintos planos sintác- berbias construcciones de hasta cinco y seis pisos; nuestros auto-
ticos". res modernos no superan la altura del segundo o tercer piso.
10. Nos hemos referido a lo impropio de la nomenclatura que Ahora bien, resulta un tanto paradójico que el latín haya
llama "oración subordinada" a lo que ya no es propiamente ora- logrado tan alto desarrollo hipo táctico con los medios que utili-
ción. De todas formas, hay quizás una razón para seguir justifi- za: sus conjunciones de subordinación -los auténticos ejes de
cando el lenguaje tradicional, a saber: que una subordinada con- las articulaciones en el complicado mecanismo de la oración
tiene todos los elementos -toda la materia prima- de una even- compuesta- son como materiales viejos destinados en principio

.¡1
(

I
276 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN 277
LA SUBORDINACIÓN
I
(
a otros usos y, además, en la mayoría de los casos, poco caracte- Con estos medios de fortuna y la ayuda general del contexto,
rizados para cumplir con el nuevo cometido que se les pretendía . 1
la ayuda de las correlaciones y de los modos verbales, el latín
confiar, a saber: la expresión de la causa, la finalidad, la conce- logró su lujosa construcción hipotáctica.
sión, el tiempo, etc. El latín tiene nutridos grupos de conjuncio-
nes de subordinación, pero muy pocas conjunciones especializa-
das que clara y unívocamente signifiquen "porque", "para que",
"aunque", etc. Desde este punto de vista parecen estar mejor § 2. - La subordinación l'elativa
dotadas las lenguas modernas y resultar más aptas para expre- 11,

sar la subordinación. En latín, las conjunciones de mayor ren- I


dimiento (ut, quod, quum) se cargan de "valores" o "usos". ¿No A) BASES MORFOLÓGICAS

es mejor disponer, por ejemplo, de un único y claro "porque",


como en español, que de varias conjunciones susceptibles de in- 1. La morfología pone de manifiesto evidentes' conexiones
dicar la causa, sí..., pero como una mera posibilidad más entre entre los términos interrogativos (pronombres, adjetivos, adver-
varias nociones distintas? El ut es la conjunción subordinan te por bios de lugar, tiempo y modo) y sus posibles respuestas,
excelencia: [sirve para casi todo! Y, en menor medida, ocurre A un /QVIS?/, por ejemplo, se puede dar: a) una respuesta
10 propio con la mayoría de las conjunciones subordinantes. Cla- absoluta: un nombre o pronombre personal; b) una respuesta
ramente unívocas y de tipo románico, sólo hay en latín las con- deíctica: se señala de alguna manera a la persona sin nombrarla I
junciones de subordinación temporal antequam, priusquam, post- por su nombre (común o propio); e) una respuesta "relativo- ~
individualizadora": Quis uenit? -Quem herí uidimus in foro; I
quam; la causal quia, alguna concesiva como quamquam y la
condicional si. La masa de las conjunciones subordinantes latinas d) una respuesta "relativo-indefinida": quicumque, quidam.
2. Las respuestas a un [quis?/, /qui? /, /ubi? /, jquo? t, ,¡
son de una polisemia que desespera por igual al principiante y
al experto que pretenda sistematizar la subordinación atendiendo jqua?j, [unde?j, jut? j son absolutamente paralelas. Ello puede
a criterios del contenido. No se ha logrado ninguna clasificación comprobarse en el adjunto cuadro (selectivo en cuanto a térmi- I
satisfactoria: quizá no tanto por culpa de los que intentan nos percontativos). Un cuadro similar con más amplio léxico
ordenar los hechos como por culpa de la materia que se ha de interrogativo puede verse en Kühner-Holzweissig, Grammatik
ordenar (Bühler, Teoría del lenguaje, p. 492). der Lateinischen Sprache, I, pp. 627-628.
Tampoco formalmente las conjunciones de subordinación 3. En el cuadro se pueden apreciar notables simetrías o pro-
constituyen un grupo homogéneo. En su origen se reconocen, al porciones como éstas:
menos, cuatro tipos distintos:
a) La gran mayoría de ellas son de origen interrogativo- hicjis hic/ibi sic/ita
relativo: quod, quui, quum, quoniam, quam, quando, ubi, ut, etc. a)
qui ubi ut
b) Algunas derivan de antiguos demostrativos o anafóricos:
si, dum, dummodo, donec, etc. quicumque ubicumque utcumque
e) Otras son negaciones normales en parataxis; y, sin perder b)
esa com:lición en posición paratáctica, funcionan, por añadidura, quisquis ubiubi utut
como elementos subordinantes en la hipotaxis: ne, ni.
d) Incluso alguna forma verbal, como licet, se ha aislado c) Aún se puede señalar la siguiente con variantes no con-
e independizado de su paradigma verbal para engrosar el renglón quis ubi ut
signadas en el cuadro: _ ___:_--
de las conjunciones de subordinación.
quisnam ubinam utinam
I LA SUBORDINACIÓN 279
.~
'" o
I

O' lO
.,;:l 4. Nuestra interpretación de la subordinación relativa postula
O' un paralelismo sintáctico en rigurosa correspondencia con el pa-
~ ralelismo morfológico. Esta perspectiva única orienta todas las
...
;:l
(J
.
.,

\ observaciones que vamos a exponer. Y, a la vez,' nos indica el
&~ \
plan a seguir: subordinación pronominal relativa; subordinación
adjetival-relativa; subordinación adverbial relativa de lugar; su-
bordinación adverbial general (también ésta de base esencial-
Sro mente relativa); y, por último, subordinación interrogativa.
o Cll
'"d
o ;:l,....,
~ 0:;j NOTA.- Nuestra interpretación de toda la subordinación la-
.~
..o '";:l
.,...f
tina como "respuesta relativa" a determinadas interrogaciones
¡:l O'
-tanto si éstas se hallan efectivamente formuladas como si son
sencillamente posibles- podrá parecer una gr~m novedad a mu-
chos lectores. Es cierto que ninguna sintaxis ha planteadcidesde
o esta perspectiva el estudio de la subordinación; sin embargo; bien
'"d
o miradas las cosas, es el método inmemorablemente practicado
~
como ejercicio escolar: todos hemos aprendido a reconocer los
.~ .~ .,
o
elementos de una oración sometiendo el texto a determinadas
preguntas como éstas: ¿Quién es el que ... ? ¿Qué es lo que ?
¿Dónde ... ? ¿Cómo ... ? ¿Cuándo ... ? ¿Por qué ... ? ¿Para qué ?,
etcétera .
...
~
Quizá seamos muchos los que, un día u otro, como el perso-
naje de cierta comedia, caemos en la cuenta de estar haciendo
(J
.¡;; prosa sin saberlo.

B) LA ORACIÓN
PRONOMINAL
RELATIVA

1. La didáctica tradicional considera toda oración de relativo


como una determinación de un "antecedente" (nombre o pro-
nombre demostrativo). Toda oración de relativo se reduciría a
uno de estos dos modelos:
a) Con antecedente nominal: Pecuniam, quam credidisti,

!
o
\.
reddo.
b) Con antecedente demostrativo: Tibi id, quod credidisti,
reddo.
j No suele reconocerse entidad gramatical al tipo Tibi quod
credidisti reddo (PI., Epid., 549). Para esta construcción (jsin
opour ap '''PV
280 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 281 (
antecedente!) se postula un antecedente (id) "sobreentendido", el auténtico complemento directo es la expansión quo~ credidisti.
con lo cual queda reducida al modelo considerado normal. jTibi reddo pecuniamj es en sí mismo un mensaje completo,
Según esta interpretación, debiera eliminarse de nuestro es- tanto por la cara de la forma como por la cara del contenido.
quema de respuestas la c), o sea, la respuesta "relativa"; no ha- jTibi reddo idj es un mensaje incompleto, falto del comple-
bría más respuestas que la nominal y la deíctica (a y b), ambas mento directo (¡salvo que el mensaje se emita en un campo
susceptibles de una determinación facultativa mediante la ora- mostrativo real, es decir, "visual", ya que entonces ese id, por
ción de relativo. señalar materialmente su objeto, no necesita más precisiones!). (
Ahora bien, si comúnmente no se cree indispensable un ante- No ignoramos que el id es un anafórico y no un demostrativo:
cedente para ubi (lugar o tiempo), quo, unde, qua, ut, etc., nos- pero para nuestro caso no necesitamos distinguir entre la deixis
otros estimamos que tampoco se ha de postular un is, ea, id sobre- in phantasma (mostratio reflexiva o interna) y la mostratio ad
entendido para la oración de relativo con qui: oculos. •
(Vbi cenabis?) -Vbi tu iusseris (Pl., Truc., 577). Toda la información que puede proporcionarnos id, fuera del
(Qua consul peruenit?) -Consul, quo intenderat, peruenit campo mostrativo, se reduce a las nociones de género, número
(T. L., 35, 11, 13). y caso, es decir, las notas formales que definen la categoría no-
(Vt loqueris?) -Loquor ut opinor (Cic., Brut., 131). en
minal en abstracto. En id hay, pues, si se quiere, un sustantivo \
De la misma manera, y en riguroso paralelismo, interpreta- acusativo, pero un sustantivo sin contenido real en el plano se-
mos nosotros: mántico; en id hay el marco de un sustantivo en acusativo, pero
(Quid faciunt?) -quod iussi sunt faciunt (César, B. G., 3, un marco que tan sólo encuadra un lienzo en blanco y espera
6, 1). todavía la obra de arte que ha de plasmarse en su superficie,
(Quis uenit?) -quem heri uidimus in foro. El id no se vuelve inteligible antes de rellenarse semántica-
mente con el añadido jquod credidistij.
2. La oración de relativo con antecedente nomiual. - Vamos El id representa para el hablante la idea que tiene en la
a insistir en las diferencias entre los tipos puer quijis quijqui. mente antes de expresarla; para el oyente es, al revés, un anun-
Admitimos, como todo el mundo, que una oración de relativo, cio precursor de la información que va a llegar acto seguido. .
con antecedente nominal, tiene función adjetiva, es decir, consti- En el ejemplo concreto que tenemos a la vista, el id no tiene
tuye una determinación de ese antecedente en todo comparable más contenido que el de una flecha anafórica que apunta hacia
a la función de un adjetivo formal cualquiera referido a un nom- jquod credidistíj. Esta correlación anafórico-relativa (id: "esto
bre cualquiera. es" quod credidisti) nos recuerda no una relación vertical como
Esta oración de relativo no es, pues, estructuralmente, un la que hay en el interior del sintagma sustantivo-adjetivo (en
elemento central de la oración principal, sino una expansión se- que éste se subordina a aquél determinándolo) ,·sino que nos hace
mántica de un elemento de la oración principal, al que añade pensar más bien en alguna relación de tipo horizontal, como
alguna faceta nueva; esta expansión está "subordinada", es decir, [quo« homines, tat sententiaej, o como la relación "apositiva" t J
a un nivel sintáctico inferior y en conexión vertical con el ele- (Vrbs Roma) 0, por último, como la epexégesis, en la que un
mento determinado por ella. término desarrolla el contenido de otro.

3. La oración de relativo con antecedente demostrativo.- 4. La m'ación de relativo sin antecedente. - La oración de
En Tibi reddo id quod credidisti se dice que el id es el comple- "relativo sin antecedente prescinde de la ayuda preparatoria del
mento directo del verbo principal, pero en realidad es un com- signo anafórico, prescinde del marco nominal abstracto y expresa
plemento directo puramente "formal", sin contenido semántico; tan sólo su contenido real, contando con que el oyente sabrá atri-
282 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 283

buirle la forma y función adecuada con la ayuda del contexto Estas representaciones ponen de manifiesto las notables di-
y también con el indicio muy orientador de la melodía que dis- ferencias estructurales que separan a los tres tipos sintácticos,
tingue entre /Tibi id, quod credidisti, reddo/ y /Tibi quod ere- considerados generalmente como uno solo y el mismo.
,
didisti reddo[, En el primer caso habría pausas más o menos r

marcadas, pero en todo caso perceptibles, en los lugares en que 6. Comportamiento nominal de la oración de relativo.":'__El
los editores suelen poner comas, pausas seguramente similares a tipo 3 nos muestra la oración de relativo funcionando exacta-
las que nos imaginamos en /Quot homines, tot sententiQ,e/, o en- mente igual que un sustantivo con relación al verbo principal.
tre un sustantivo y su aposición. En cambio, en /Tibi quod cre- a) En el modelo propuesto, jquod mihi credidistij tiene el
didisti reddo/ la ausencia de pausas y la función unificadora del mismo valor que un nombre en acusativo.
acento hacen innecesaria la señalización anafórica. La melodía Otros ejemplos nos mostrarán la oración de relativo compor-
de /Tibi quod credidisti reddo/ debía ser la misma que se da tándose como el nombre en cualquiera de sus fu'nciones:
en jTibi pecuniam reddoj. b) Como nombre en nominativo: Cui dolet, meminit "Quien
sufre, recuerda" (Cic., Mur., 42). •
5. Tipos sintácticos distintos. - En cada uno de los tres tipos
de oración relativa que hemos examinado, esta oración de rela- c) Como nombre en aposición: Sed longis spatiis dis.creti
tivo ascieride gradualmente de jerarquía sintáctica: en el primer exercitus, quod saluberrimum est ad continendam militarem fí-
caso (pecuniam quam credidisti), la oración de relativo está su- dem, nec uitiis nec uiribus miscebantur "Pero, separadas por
bordinada a un miembro de la oración principal; en el segundo grandes distancias, lo más saludable para mantener la lealtad mi-
caso (id quod credidisti), la oración de relativo está al mismo litar, esas tropas no entremezclaban ni sus vicios ni sus fuerzas"
nivel que ese miembro de la oración principal y en yuxtaposición (Tác., Hist., I, 9, 4).
C on él:, en el tercer caso , la oración de relativo (quod credidisti)
d) Como nombre en dativo: Xerxes praemium proposuit qui
desplaza al antecedente y se convierte ella misma en el com- inuenisset nouam uoluptatem "Jerjes propuso un premio para
plemento directo del verbo principal. quien descubriera un nuevo placer" (Cic., Tusc., 5, 20).
Sólo en este último caso la oración de relativo se integra to- e) A nombres en ablativo pueden compararse las oraciones
talmente en la oración principal; en los dos primeros se queda relativas circunstanciales que estudiaremos más adelante.
en la antesala como acólito de uno de los componentes de aquella +
f) En paralelismo con el sintagma preposición nombre
oración principal. Quizá pueda entenderse así la denominación hallamos el sintagma preposición + oración de relativo: Nunc
tradicional de "subordinación sustantiva", esto es, sustancial. redeo ad quae mihi mandas "Ahora vuelvo a tus recomenda-
Gráficamente: ciones" (Cic., Att., 5, 11, 6). (Algunos editores optan aquí por
reddo la lectio facilior de algunos códices del xv ad ea quae... ).
Tipo 1:
I
Cum essent in ,quibus demostraui angustiis "Como se halla-
tibi pecuniam ban en las dificultades que he señalado" (César, B. Ciu., Hl,
I
quam credídisti 15, 6).
g) Como un nombre en ablativo absoluto: Certatim osten-
Tipo 2: reddo tantibus cruentas manus qui occiderant, qui interfuerant, qui
I I - ~ uere qui falso... facinus iactabant "Mostrando a porfía sus manos
tibi id: quod credidisti
ensangrentadas los que habían asesinado, los que habían estado
Tipo 3: reddo presentes, los que con razón o sin ella alardeaban del crimen"
I I
quod credidisti (Tác., Hist., I, 44, 2).
tibi
l

284 INTRODUCCIÓN
A LASINTAXISESTRUCTURAL
DELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 285
NOTA.- Como es bien sabido, a un nombre en genitivo co- como los autores del Esbozo ... seguramente se dieron cuenta
rresponde funcionalmente la oración de relativo con antecedente de que tal doctrina así formulada es falsa, la enderezan en la (
(tipo 1). misma página y páginas sucesivas. En efecto, añaden en seguida: I
"Por otra parte, el relativo puede ser pronombre adjetivo (<<cuya (

idea», «cuantas personas») o sustantivo fuera de esta construc- I


C) LA ORACIÓNADJETIVO-RELATIVA ción" (el subrayado es nuestro). y sigue luego un magnífico
apartado (p. 221) con el expresivo y adecuado título de "relati- I
Nos hemos referido en las páginas anteriores a la oración vos adjetivos", donde se habla de cuyo, cual y cuanto.
pronominal relativa. Nos vamos a referir ahora a la oración su- Sólo nos permitiríamos añadir, como leve observación a la
bordinada adjetivo-relativa. Las sintaxis latinas la eluden, cuan- Academia, que, así como el cuyo nunca es pronombre relativo,
do no la ignoran por completo. tampoco cual es nunca "sustantivo", a menos que se le l'sustanti-
1. Como preámbulo señalemos una situación muy parecida ve", como a cualquier otro adjetivo, mediante el artículo: el cual,
en la exposición usual de las gramáticas castellanas sobre la ora- la cual, etcétera.
ción relativa en nuestra propia lengua. 2. Volvamos ahora al latín. Si a una pregunta pronominal '*
Normalmente, en las gramáticas y diccionarios del castellano latín puede contestar con una respuesta pronominal relativa, pa--
se dice que "cuyo" es un "pronombre" rel~tivo cuando, evidente- ralelamente y con la misma naturalidad, a una pregunta "adje-
mente, "cuyo" no es pronombre, sino adjetivo relativo: siempre tival" el latín puede contestar con una "respuesta adjetival re-
se refiere a un sustantivo, como claramente 10 manifiesta la con- lativa" :
cordancia ("cuyo, cuya, cuyos, cuyas"); y determina a dicho (Quam facultatem habetis?) -Habetis quam. petistis faculta-
sustantivo como cualquier otro adjetivo. Por otra parte, como tem (César, B. G., 6, 8, 3)
"relativo", lanza una conexión anafóricavhacia un elemento de (Quam rem uis mihi commemorare?) -Quae res mihi non
la oración principal. Es, por tanto, adjetivo-relativo. mediocrem consolatumera attulit uolo tibi commemorare (Cie.,
La naturaleza adjetivo-relativa del cuyo ya la vemos con- Fam.', 4, 5, 4) {
signada en algunas gramáticas castellanas, aunque no con la de- (Cuitls lenitatis est Galba?) -Cuius lenitatís est Galba iam 1
bida claridad. ASÍ, R. Seco (Manual de gramática española, Ma- fortasse promissit iü qui nullo exposcente tot millia i'ltnocentissi-
drid, 1965) opera con el criterio de que los pronombres relativos m01'Umtrucidauerit (Táe., Hist., I, 37, 3)
españoles son que, quien, cuyo, cuanto y cual (así consta expre- (Qui modus est aestimationis?) -Qui modus est cupiditatis,
samente en la p. 275). Con este criterio escribe también el pá- idem est aestimationis (Cic., Verr., 4, 7, 14)
rrafo de los "pronombres relativos" (p. 45); pero concluye este (Quo modo me consulem. fecistis?) -Ita me eonsulem fecistís,
párrafo con una acertada observación que arruina su concepto qua modo pauci nobilis consules facti sunt (Cic., Leg. Agr., 2,
fundamental de cuyo como pronombre relativo; la aludida con- i I
1, '3)
clusión dice así: " ... sin embargo, cuyo no concierta con su ante- (Qui finis sermonis?) -Seneca, qui finis omnium cum domi-
cedente, sino que, por S'tL carácter adjetivo, debe concertar con nantibus sermonum, grates egit (Tác., Ann., 14, 56, 6) l
el sustantivo al que acompaña" (el subrayado es nuestro). (Quo... ?) -In aedem Telluris, in qua templo ... "En el santua- I
(
Lo mismo le ocurre a la Real Academi.a Española en su me- rio de Tellus, en cuyo templo ... " (Cie., Phil., 1, 1)
ritísimo Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (Vbi ... ?) -Vltra eum locuni qua in loco Germani cansede-
, I
I
(Madrid, 1973). Inicia su estudio de los pronombres relativos rant, Caesar castris idoneum locun: delegit "Más allá de aquel
(p. 218) con la consabida doctrina tradicional: "Los pronom- lugar, en cuyo lugar. .." (César, B. G., J, 49, 1) I
(
bres relativos ... son que, quien, cual, cuyo y cuanto". Pero Para traducir textos como los citados sólo tenemos en español ¡
(

(
!
286 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN
287
el paralelo qué (adjetivo interrogativo), correspondiente a la in-, en~re nosotros: Forcellini, Gaffíot, Lewis-Schort; bajo el epígrafe
terrogación (directa o indirecta); no disponemos de un *que (ad- qu~, quae, quod consignan tres apartados: a) pronombre relativo'
jetivo relativo) para traducir la respuesta relativa. En consecuen- b) pron~mb~e-adjetivo interrogativo; e) pronombre indefinido:
cia, podemos dar una traducción literal de la parte inquisitiva de En c~mblO, SI ve~o~ con~igna,do el qui, quae, quod como adjetivo
dichos textos, pero no nos es posible calcar del mismo modo la relatIvo en un dICCIOnarIOmas antiguo, el de Lebaígue.
parte responsiva. .4.. Compa~able al par latino qui adjetivo interrogativo / qui
Sólo los dos últimos ejemplos, gracias a nuestro pobre cuyo ~dJetIvo relativo es el par castellano cuánto adjetivo interroga-
(queremos decir: de pobre rendimiento en la lengua), admiten t:~o / cuanto adjetivo relativo. Nosotros vemos como construe-
un calco castellano; por eso son los únicos ejemplos que hemos Clan normal la siguiente: Cuanto dinero ganaba lo daba a los
traducido. pob:es; y nadie piensa aquí en una desviación a ~artir de "todo
En cambio, para los demás no son posibles traducciones como el dinero que ganaba lo daba a los pobres". De la misma manera
ésta: "¿Qué oportunidad tenéis? -~'La-que-oportunidad habéis han ~e verse como normales en latín las constrUC'cionesadjetivo-
anhelado (!)". Ello nos obliga, en la traducción, a prescindir de relativas.
la construcción sintáctica latina y a forjar una construcción pro- . Incl~so ~entro. d~llatín se podrían citar paralelismos ilustra-
piamente nuestra: un antecedente y un pronombre (en lugar del tívos '. Cicerón (de Fm., 4, 66) escribe: Quae hic reipublicae-uul_
inexistente adjetivo) relativo: "La oportunidad que habéis an- ' nera tmponeb~t, eadem. ille sanabat. Si Cicerón en lugar de quae
siado". .. : ~adem hubiera escrito quot '" totidem ("cuantas heridas in-
3. La didáctica escolar ante la construcción responsiva la- fligía un~, al est~do, otras tantas curaba el otro"), el tipo de
tina nos dice: se trata de un "pronombre relativo" que atrae ha- construccíón seria el mismo, y suponemos que nadie negaría
cia su oración y hacia su propio caso un "antecedente" que, "10- la naturaleza adjetivo-relativa de quot (uulnera). La relación
gicamente" (l), debiera 'aparecer en otra oración distinta y en quot quae
el caso requerido por su función en aquella oración: así, ante un --- parece evidente.
texto como jquae res mihi non mediocrem consolationem attulit totidem eadem
uolo tibi commemorarej se nos enseña que jquae res/ está por Tam~ién e~ significativo el paralelismo morfológico-sintáctico
jquae '" (attulit) rem (uolo tibi commemorare) [, en~re.qu~ y q~wumque. Está claro que este último funciona como
Esta explicación admite, pues, implícitamente que los autores adjetivo relativo indefinido: cf. T. L., 1, 26, 4:Sic eat quaecum-
latinos han cometido un entuerto, y que nosotros debernos ende- que Romana lugebit hostem "[Perezca así cualquier Romana que
rezar ese entuerto y partir luego, para nuestro análisis y traduc- llore a un enemigo!". Cf. igualmente quamcumque fortunam
ción, del texto así rectificado. (T. L., 35, 13, 9), cuiuscumque modi (Sal., Cat., 52, 10), quocum-
Esa doctrina tan extraña es, no obstante, la ortodoxa en todo que. modo (~al., .Jug., 103, 3) quacumque aetate (Cic., se«, 28).
el mundo de los latinistas. En Kíihner-Stegmann (Gramm. der <.:or que qui no ha de funcionar igualmente' como adjetivo
Lat. Sprache, JI, 2, p. 314) hay un apartado con abundante ma- relativo definido?
terial sobre 10 que allí se llama "el tipo Quae tua prudent-ia est" 5. Como nuestra interpretación chocará con el sentir general
(Cic., Fam., 10, 27, 2). Por toda explicación se dice que ese tipo va~~s a anal~ar con detenimiento un último ejemplo de oració~
ha de entenderse como Tu, pro ea, qua es prudentia. Es decir, adjetivo-relativa.
eliminan el sintagma quae prudentia (adjetivo relativo y nom- A una pregunta adjetiva podemos dar evidentemente dos res-
bre) para construir y analizar otro distinto. En suma, no recono- puestas:

¡
j
cen la oración relativa de adjetivo. Qua modo locutus est?- { Eo modo quem ab eo sperabamus.
Tampoco parecen reconocerla los diccionarios más usuales \ Quo modo ab eo sperabamus.
288 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 289
El que pregunta busca aquí una determinación del sustantivo
modo; supone que el sujeto ha hablado de "alguna manera" y
D) EL MODO VERBAL EN LAS ORACIONES DE RELATIVO:
(
quiere saber "cuál" es esa manera.
SUBJUNTIVO DE SUBORDINACIÓN
El que contesta puede optar entre dos procedimientos: ea
modo ("de esta manera", que inmediatamente te voy a precisar: (
el anafórico prefigura la inminente precisión, a sa~~'r) que m ab 1. En una biografía se dirá de un carácter voluble: "amaba
ea sperabamus. En suma, en la contestación señalada hay un y perdonaba". Ello indica simplemente que el personaje aludido
sustantivo (modo), que, por conocido y esperado, no aporta nin- "~~aba y ?erdonaba" sucesivamente, sin insinuar ninguna rel~-
guna información, y una oración relativa pronominal que aporta Clan especial entre el amor y el perdón, salvo que ambos senti- (
mientos se sitúan en el mismo sujeto.
la información deseada.
El segundo procedimiento de respuesta consiste en contestar Si ~n ~ambio se dice: "amaba y perdonó", el desenfoque tem-
no sólo al elemento estrictamente interrogativo (o sea al adjetivo poral invita claramente a ver algo. más que sentimientos suce-
quo), sino al bloque qua modo; para lo cual basta recoger el qua sivos de un carácter voluble; el desenfoque temporal invita a un
modo en forma átona y añadirle la determinación adecuada: raciocinio e implica claramente una conexión lógica entre los dos
quo modo ab eo sperabamus. p,re~ic.ados unidos por "y". En el caso aludido sería muy vejo-
Esta respuesta con adjetivo relativo + sustantivo no existe símil mterpretar tal relación como "causal'" podría decirse f-f)
que 1a ""y coor dimante es entonces una conjunción
,~ "causal", ya
en español; precisamente el sintagma latino qua modo evolucionó
en nuestra lengua hasta confundir los dos elementos componentes que puede explicitarse así: "amaba y (por eso) perdonó", o, "ama-
ba y (porque amaba) perdonó".
en una sola unidad, una unidad nueva, la conjunción "como":
"Habló como de él esperábamos". Algunos teóricos del lenguaje dicen que en "amaba y per-
Pero en latín la contestación adjetivo-relativa es completa- donó" hay una "relación circunstancial", y que la oración "subor-
mente normal como se ve por el paralelismo sistemático de las dinada (?)" tu perdonó/ añade "una magnitud lógica" (Cf. Büh-
ler, Teoría del lenguaje, trad. esp., p. 493).
formas entre preguntas y posibles respuestas apuntadas en el
esquema general de preguntas y respuestas y como se ve igual- 2. Pues bien, creemos que se da en latín un juego similar
mente en la serie de ejemplos aducidos más arri-ba (p. 93). entre ciertos términos subordinantes (pronombres relativos y I
Por lo tanto, postulamos entidad gramatical para el tipo qua algunas conjunciones) y los modos verbales. \.
modo ab eo sperabamus y no nos resignamos a ver en él un tras- Una conjunción de subordinación o un relativo son siempre
trueque de este otro (más normal para una mentalidad romá- ~arca inequívoca de subordinación gramatical; pero, si por afia-
I
nica): ea modo quem ab ea sperabamus. didura, se observa un desenfoque en los modos, es decir, si apa- I
(
Hay que entender una lengua desde dentro y en sí misma, no rece un subjuntivo donde cabía esperar un indicativo, entonces
a través de sus posibles u obligadas traducciones, ya que las ese desenfoque es una invitación a buscar una relación o conexión I
(
lenguas se forjan evidentemente como instrumento arbitrario de suplen:entaria entre el contenido de la oración principal y el
comunicación dentro de una comunidad humana: no se forjan contenido de la subordinada, conexión y relación que ha de !
(
pensando en futuras traducciones a otras lenguas con estructuras s~~arse a la idea evocada por el elemento subordinante (conjun-
sintácticas distintas. cion o pronombre relativo). I
(
3. Como ejemplo podemos citar aquí las oraciones de rela- I
tivo. Nuestras sintaxis tratan primero de las oraciones de rela- (
tivo "a secas", que se construyen con indicativo' -y. luego en I
apéndice, de las oraciones de relativo "con matiz circunstancial" (

I
(
290 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 291
(final, consecutivo, causal, condicional, concesivo) ; estas relativas En casos así no podemos condenar como infiel una traducción
llevan el verbo necesariamente en subjuntivo. "causal": "He cometido una tontería, por haberlo soltado". Pero
Evidentemente toda oración encabezada por un relativo es ha de reconocerse que el matiz causal con el verbo en indicativo
formalmente relativa, y, como tal, nada más que eso; pero si es puramente ideológico: es una sugerencia implícita en el con-
luego viene el inesperado modo subjuntivo, entonces se produce texto. En cambio, si en el mismo texto apareciera el subjuntivo,
una especie de hipersubordinacíón, una invitación adicional a habría una hípersubordinación explícita, concretable en un sen-
buscar una relación suplementaria con el contenido de la oración tido causal no simplemente sugerido.
principal. El subjuntivo no "contribuye" pues a hacer más causal lo que
4. Vamos a insistir en este punto y tratar de fijar ciertas ya era causal, sino que expresa una "relación gramatical" que
ideas. Suele hablarse de la oración de relativo como de "una sin él no quedaba marcada.
oración que se subordina a otra oración llamada principal"; este jqui hunc amisij significa únicamente "(Torno de mí) que lo
concepto de la subordinada relativa es inexacto. Como indicamos solté". Es cierto que, entre líneas, puede legítimamente dedu-
anteriormente (cf. supra, pp. 87 ss.), la mayoría de las oraciones cirse: "(Tonto de mí) por haberlo soltado". En cambio, j*qui
de relativo no se subordinan a "la oración principal en su con- hunc amiserimj sería "(Tonto de mí) que 10 solté y tont.? preci-
junto", sino exclusivamente a un elemento de la oración principal. samente por haberlo soltado".
a) Concretamente las oraciones de relativo consideradas nor- En el siguiente ejemplo, citado igualmente por Ernout, la
males en latín y cuyo modo verbal es el indicativo se limitan a relación causal no queda ya confiada a la deducción de un buen
determinar, circunscribir o definir al sustantivo llamado ante- entendedor, sino que está inequívocamente marcada por el sub-
cedente. juntivo: Amant te omnes mulieres, neque iniuria, qui si« tam
b) En cambio, la oración de relativo en subjuntivo expresa pulcher "A ti te quieren todas las mujeres, y no sin razón, ya que
por añadidura una relación recíproca entre el verbo principal y eres tan guapo" (Plauto, Mil. Gl., 58-59).
el subordinado (causa, condición, consecuencia, fin, etc., de un 6. En resumen: una oración de relativo con verbo en subjun-
proceso a otro). tivo nos invita a ver en ella no sólo una determinación de un
La oración de relativo con subjuntivo tiene pues una doble elemento de la oración principal, llamado antecedente, sino una
perspectiva: su elemento relativo remite por un lado, por su relación o concatenación entre el proceso expresado en la oración
concordancia en género y número, a un elemento de la oración subordinada y la predicación contenida en la oración principal:
principal; pero en segundo lugar, por su modo verbal, mira al el subjuntivo marca una segunda subordinación: una supersubor-
verbo de la oración principal y así se subordina realmente a toda dinación, por decirlo de alguna manera.
la oración principal.
I
5. Lo que aquí sostenemos ya se vislumbra en ciertos ma- Ejemplos:
nuales, pero no se expone generalmente con suficiente claridad. i Relativa-final: Cic., Verr., 2, 5, 160: (Messanam) sibi (Verres)
Así en la sintaxis de Ernout-Thomas (§ 335) se nos enseña que urbem delegerat, quam haberet adiutricem scelerum "Verres ha-
la oración de relativo expresa con frecuencia una "relación ló- bía elegido la ciudad de Mesina para tenerla como cómplice de
gica" y que el subjuntivo "contribuye" a marcar dicha relación.
Debemos precisar los términos "relación lógica" y "contribuir".
I sus crímenes". Obsérvese que el relativo quam representa y re-
mite a urbem, en cambio el subjuntivo haberet está en conexión
Gramáticos y comentaristas ven generalmente relativas causales con delegerat. Nuestra traducción sólo refleja la conexión entre
en construcciones con indicativo como ésta de Plauto (Mil. Gl., proceso y proceso (= "había elegido para tener ., .") y prescinde
1.376): Stulte feci qui hunc amisi. de la relación que el relativo establece con su antecedente urbem.
( I
292 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 293 i
Si en lugar de haberet se pusiera habebat, la oración relativa mismo verso una relación consecutiva y una relativa de pura
sería una pura determinación del antecedente y el significado' determinación:
sería: "Verres había elegido la ciudad de Mesina, la ciudad que
él tenía como cómplice de sus crímenes". Gemmas, marmor, ebur, ...
sunt qui non habeant, est qui non curat habere
Relativa-causal: Ter., And., 646: Me miserum, qui tuom ani- "Piedras preciosas, mármol, marfil, ... hay personas de-tal-
mum ex animo spectaui meo "¡Desdichado de mí, que juzgué de condición-que no pueden tenerlos, hay una persona (= yo sé de
tu corazón por el mío!" (No es explícitamente causal; pura deter- una persona) que ni se preocupa de tenerlos."
minación del antecedente).
En cambio: Cic., Att., 10, 10, 1: Me caecum, qui haec ante non Relatuia-ccmcesuia: Cic., Nat. deor., Il, 4: Peccatum suum,
uiderim "¡Ciego de mí (que-no-vi y ciego) por no haberlo .visto quod celari posset, confiteri maluit "Prefirió confe~ar su culpa,
antes!" (Determinación del antecedente y relación explícita, en aunque podía haberla mantenido en secreto". Sin el subjuntivo,
este caso "causal", entre el contenido de la oración relativa y el la oración sería una pura determinación del antecedente: "Pre- l
de la principal). firió confesar su culpa, (culpa) que él podía haber manteni~ en I
He aquí un ejemplo de Terencio en que alternan el indicativo secreto".
y el subjuntivo; nuestra traducción intentará reflejar el contraste
entre un modo y otro: Relativa-condicional: T. Livio, 22, 11,8: Libertini etiam, qui-
Vt illum di deaeque senium perdant, qui me hodie remoratus est, bus liberi essent ... in uerba iurauerant "Incluso los libertos que
Meque adeo qui restiterim, tum autem qui illum flocci fecerim tuvieran hijos (= si tenían hijos) habían prestado juramento".
T. Livio usó el subjuntivo, porque el tener hijos era condición
. "Confundan los dioses y diosas al viejo que hoy me entretuvo, exigida para ser admitidos a prestar el juramento en cuestión;
y también a mí por dejarme entretener y más aún por haber con erant en lugar de essent la traducción sería: "Incluso los li- 1
hecho el menor caso de él" (Eun., 302-303). bertos que tenían hijos habían prestado juramento", pero sin la (

posibilidad de interpretar el hecho de tener hijos como condición j


Relatun-coneecutiuc: Cic., Fam., 15, 4, 11: Tu es enim is, qui requerida para el juramento; quibus liberi *erant, como pura {

me in contionibus ad caelum extulisti "Tú eres la persona que determinación del antecedente, no condicionaría la aseveración 1
en las asambleas me pusiste por las nubes" (pura determinación contenida en la oración principal.
del antecedente).
En cambio, con el subjuntivo en Fam., 5, 12, 6: Neque enim 7. El subjuntivo de subordinación. - Para este subjuntivo
tu is es, qui quid sis nescias "Tú no eres tal que puedas ignorar de hipersubordinación que acabamos de señalar en las oraciones
quién eres". (La relación adicional-en este caso "consecutiva"- de relativo y que volveremos a encontrar en algún otro tipo de
expresada por el modo [nescias] es explícita.) subordinadas, quisiéramos nosotros reservar la antiquísima eti- (
Pl., Bacch., 807: Qui homost qui dicat me dixisse istuc? queta de "subjuntivo de subordinación".
"¿Quién es la persona capaz de decir que yo dije tal cosa?" (Hi- Reconocemos que esta etiqueta es peligrosa por venirse apli- I
(
persubordinación explícita: consecutiva). cando tradicionalmente como explicación de cualquier subjuntivo
En cambio qui dicit sería una relativa puramente determina- en oración subordinada. Estamos muy lejos de compartir la idea
I
1
tiva; significaría: "¿Quién es la persona que anda diciendo que -bastante difundida entre los latinistas- según la cual el sub-
yo dije tal cosa?" I
juntivo sería el modo propio de la subordinación en general
En el siguiente texto de Horacio (Ep., JI, 2, 18Q-182)hay en el
l.
=
(ú~I)1:(/.Xt'i(f¡ S"íxAt:Jl; subiunctiuus). Tal idea no puede [ustifi- I
I \

, I
(
I
294 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCT:URAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 295
carse de ninguna manera: 1) porque el subjuntivo no aparece. (Keil, II, pp. 424-25): Subiunctiuus eget non modo aduerbio uel
en todos los tipos de subordinadas; 2) porque el subjuntivo no coniunctione uerum etiam altero uerbo, ut perfectum significet
es el modo exclusivo de las subordinadas, sino que hay en latín sensum, ut Virgilius in bucolico:
innumerables subjuntivos en oraciones principales o indepen-
Cum faciam uitulam pro frugibus, ipse uenito.
dientes; -3) porque en latín no hay oración subordinada cuya
marca única de subordinación sea el empleo del subjuntivo; se (Subiunctiuus) a constructione nomen accipit.
ha pensado a veces lo contrario aduciendo tipos como uolo facias,
sine ueniat, caue cadas, habeas licet, etc.; pero aquí no se trata NOTA2. Nosotros, al usar la expresión "subjuntivo de subor-
de auténtica subordinación, sino de arcaísmos o restos de cons- dinación", utilizamos el término "subjuntivo" aplicado a la mor-
trucción paratáctica antigua; esos tipos sintácticos eran origina- fología; y con el añadido de "subordinación" queremos aludir a
riamente dos verbos autónomos en yuxtaposición: uolo: facias; los usos en que dicho modo no conserva sus 'valores propios
sine: ueniat, etc. Y como arcaísmos siguieron usándose al lado reconocibles en oración independiente e incluso en la gran ma-
de la subordinación organizada mediante marcas formales ex- yoría de las oraciones subordinadas; se trata pues de usos en que
plícitas. dicho modo no tiene sentido en sí-mismo (cf. Diomedes, l]ramm.
Lat., Keil, 1, 340, 24: quod per se non exprimat sensum) sino
NOTA 1. Los gramáticos modernos, que consideran el subjun- solamente conectado de alguna manera (cf. las denominaciones
tivo como modo de la subordinación, se figuran que siguen pen- sub-iunctiuus, con-iunctiuus, ad-iunctiuus) con el verbo regente
sando como los antiguos cuya nomenclatura adoptan o, mejor o principal.
dicho, creen adoptar. Pero la realidad es muy distinta y difícil-
mente podría hallarse un ejemplo de qui pro quo más curioso y
sorprendente en la terminología gramatical. E) LA SUBORDINACIÓN ADVERBIAL RELATIVA (DE LUGAR)
En boca de los gramáticos latinos modus subiunctiuus perte-
nece a la terminología puramente sintáctica, sin alusión a la En el cuadro sinóptico que nos sirvió de punto de partida para
morfología. Por modus subiunctiuus los antiguos entendían cual- el estudio de la subordinación hemos consignado -6nicamente al
quier forma verbal subordinada, tanto si se trataba de una forma adverbio de lugar /VBI? [, Evidentemente la situación es idéntica
verbal de las que ahora llamamos "indicativo" como de las que para las restantes cuestiones de lugar. Prescindiendo ya de la
ahora llamamos "subjuntivo"; y en sus ejemplos de modus sub- respuesta absoluta, bueno será recordar -por su especial interés
iunctinus aparecen incluso con más frecuencia formas de indi- para el estudio de la subordinación- las respuestas deíctícas y
cativo que de subjuntivo: cum dixero, cum legero, etc., son para relativas.
ellos modus subiunctiuus.
A esas formas las llaman subiunctiuus o adiunctiuus o con-
RESPUESTAS
iunctiuus por carecer de sentido en sí mismas y necesitar de una
"añadidura" (en términos actuales diríamos "un verbo princi- Deíctica
Relativo-
pal") para ser inteligibles: cum dixero, audies; cum legero, sur- Mostrativa Anafór. Relat. indefinida
gam; etc.
Sobre lo que aquí decimos cf. Diomedes (Gramm. Lat., Keil, VBI? hie, ístic, illie ibi ubi... ubicurnque, ubiubí
VNDE? . hínc, istine, illine inde unde ... undecumque, undeunde
1,340,24), Pompeius (ibid., V, 16, 14), Cledonius (ibid., V, 54, 10), quocurnque, quoquo
QVo? hue, istue, íllue eo quo...
Macrobii excerpta (ibid., V, 618, 21; 643, 22), etc. QVA? hac, istae, illac ea qua... quaeurnque, quaqua
Especialmente claras nos parecen unas líneas de Prisciano
i
(

296 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 297

Al tratar de la subordinación pronominal-relativa distinguí- .


(
mos tres tipos sintácticos: 1) Tibi Teddo pecuniam quam ere- § 3. - Sub01'dinación conjuntiva
didisti' 2) Tibi Teddo hoc/ id quod credidisti; 3) Tibi Teddo quod (= maTcada p01' conjunciones de sub01'dinaci6n)
credidisti. Ahora, en la subordinación adverbial relativa volve-
mos a encontrar, en riguroso paralelismo, los mismos tres tipos:
A) GENERALIDADES
VBI?
1) (Natus est) in Sicilia ubi re,r Agathocles regnatoT fuit 1. Por operar siempre con criterios formales prescindimos
"Nació en Sicilia donde reinó el rey Agathocles" (PI., Men., 409- de la clasificación habitual en oraciones completivas por un lado
410). y oraciones adverbiales (o circunstanciales) por otro, éstas últi-
2) Vbi sum, ibi non sum; ubi non sum, ibi est animus "~on- mas subdivididas a su vez en temporales, causales, "finales, con- (
de estoy, (allí) no estoy; donde no estoy, allí está mí pensamien- secutivas, etc.
La clasificación habitual, junto a la ventaja de agrupar los (
to" (Pl., Cist., 211-212).
3) Vbi tu Caius, ego Caia "Donde tú seas Gayo, yo seré distintos giros semánticamente sinónimos, tiene el grave iru:on-
/
Gaya" (fórmula de la ceremonia nupcial). Este mismo tipo con veniente de separar distintos usos de una misma forma subordí-
relativo i'hdefinido: lUam requiTam ubiubi est "La voy a buscar nante: quod, quum y ut salen bajo distintas rúbricas y en apar-
donde quiera que esté" (Pl., Epid., 492). tados muy distantes como si la unidad de la forma no existiera
o no significara absolutamente nada.
QVO? Quizá la clasificación por el lado del contenido sea la reco-
1) Aperiuntur aedes quo ibam "Se abre la casa adonde yo mendable en una sintaxis para principiantes a los que hay que
acudía" (PI., Trin., 400). ofrecer medios prácticos de traducción, aunque sea traducción
2) Huc uei illue uortar, quo imperabitis "Yo giraré para acá por tanteo. Pero consideramos más ilustrativa la exposición que
o para allá, como (= para donde) mandéis" (PI., Capt., 370). arranca de las formas para explicarnos los diversos usos que en
3) Abi quo lubet "Vete a donde te plazca" (PI., Aul., 657). la lengua adquieren sin transición brusca y a veces sin que se
Este mismo tipo con relativo indefinido: Certa Test me quaerere pueda señalar siquiera una clara frontera entre un valor y otro
illam quoquo abduetast "Es cosa decidida para mí el buscarla a hasta el punto de resultar arbitrario encasillar un quod bajo la
donde quiera que se la hayan llevado" (Pl., Mere., 858). rúbrica de completivo o causal, un ut bajo la etiqueta de compa-
rativo, temporal, etc.
y así sucesivamente con VNDEy QVA. Al clasificar bajo distintas rúbricas las comparativas, tempo-
El uso de los modos en estas subordinadas es también exacta- rales, finales, completivas, etc., con nuestras traducciones pre-
mente el mismo que señalamos en su lugar para la subordinación cisas y ad hoe para cada una de ellas, establecemos unas fronteras
relativa. claras donde frecuentemente no existen.
2. La subordinación relativa, según hemos comprobado ante-
riormente, constituye en latín un modelo de regularidad y siste- (
matización.
Ahora al entrar en la subordinación marcada por las conjun-
ciones de subordinación desaparece en gran medida la regulari-
1
dad y simetría.
La subordinación que aquí vamos a estudiar forma en las
LA SUBORDINACIÓN 299
INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
298
Alrededor de este VT como conjunción universal organizó el
sintaxis tradicionales el gran capítulo de la subordinación "ad- •
latín un sistema completo de subordinación: el ut puede intro-
verbial" y entra también como parte del capítulo de las "oracio-
ducir una oración completiva o comparativa o causal o temporal
nes completivas". o concesiva o final o condicional y hasta algún otro tipo de
La subordinación "relativa" está marcada por elementos su-
subordinadas que no encajan bien bajo ningún epígrafe de nues-
bordínantes "relativos"; en cambio, la subordinación "adverbial"
tras gramáticas y que sólo se registran en los grandes dicciona-
está marcada, según- la nomenclatura habitual, por "conjuncio-
rios o en las grandes monografías dedicadas a esta partícula.
nes" (y no por "adverbios" como sistemáticamente podíamos
Al lado de este genérico IVT? / y para indagar cualquier rela-
esperar) . ción específica dentro del "¿cómo?", los hablantes latinos acudían
Ya hemos expuesto antes (p. 82) nuestras reservas a la
igualmente a la pregunta IQVID?j. Este "quid?", escueto o acom-
-vomenclatura Y función atribuidas a las "conjunciones de subor-
pañado de diversas partículas (Quid uero?, Quid. deinde?, Quid
., ".
naclOn
Algunos gramáticos ilustres (Andrés Bello, por ejemplo) ha~
tum?, Quid ergo?, Quid enim?, Quid igitur?, Quid postea?) puede
apuntar a cualquier relación completiva o circunstancial (causa,
sustituido en sus obras el término de "conjunciones de subordi-
fin, tiempo, consecuencia, condición, etc.): ....
nación" por el de "adverbios". Lo mismo hacen M. A. Caro y
Cic., Att., 7, 23, 1: (Dicitur) persequi Caesar Pompeium?
R. J. Cuervo en su Gramática de la lengua latina (Bogotá,
1972 10), donde quod es adverbio causal, quum es adverbio de
Quid? Vt interficiat? "¿Se dice que César persigue a Pompeyo?
¿Para qué? ¿Para' matarlo?
tiempo, '!Jt es adverbio de modo, etc. .
PI., Stich., 588: Quid eo tibi opus esi? -Ad cenam ut uocem
No obstante, la práctica gramatical, reflejada en nuestros die-
"¿Para qué lo necesitas? -Para invitarlo a cenar"
cionarios y sintaxis, intenta comúnmente mantener la diferencia
Cic., Rose. Am., 34: Accusatis Sexo Roscium. Quid ita? Quia
entre conjunciones, adverbios relativos y adverbios en general,
aunque con frecuencia es difícil establecer un límite entre esos
de manibus uestris effugit, quia. se occidí passus non est? "Acu-
sáis a Sexo Roscio. ¿Por qué? Porque se ha escapado de vuestras
conceptos. manos, porque no se ha dejado matar"
Nos sentimos seducidos por el procedimiento de Caro y Cuer-
vo' sin embargo no nos decidimos a seguirlo, enfrentándonos
Cíc., de off., 2,83: Habitent gratis in alieno? Quid ita? Vt cum
con" la gran tradición europea. Mantendremos pues 1as " conjun- . emerim, aedificarún, tuear, impendam, tu me inuito [ruare meo?
"¿Podrían vivir gratuitamente en casa ajena? ¿Cómo es eso?
ciones de subordinación" en estas páginas.
3. De hecho, la subordinación adverbial y, en gran parte, la ¿Que, cuando yo haya comprado o construido una casa, cuando
yo cargue co.n el mantenimiento y gastos, tú vendrás a disfrutar
completiva sigue siendo en latín de base fundamentalmente r~-
de ella contra mi voluntad?"
lativa "1 ha tendido a organizarse sobre el modelo de la subordi-
No es raro incluso que el/quid? / y el lut? / salgan sucesiva-
nación relativa en sentido estricto.
Si volvemos una vez más al cuadro sinóptico que nos sirvió mente en el mismo contexto:
Pl., Truc., 577: Quid agis? Vt uales? "¿Qué haces? ¿Cómo
de punto de partida observamos que el latín tiene una serie muy
completa de términos para expresar las relaciones espaciales te va?"
PI., Mere., 391: Quid? Ea ut uidetur mulier? "¿Qué? ¿Cómo
(cf. adverbios relativos de lugar, p. 103); pero es extremadamente
pobre cuando se trata de expresar otras relaciones adverbiales: es esta mujer en tu opinión?"
Pl., Mil. GL, 1.073: Quid est? Vt ludo? "¿Qué tal? ¿Cómo son
para las relaciones temporales aprovecha la se;ie ~el ubi .espa-
cial: para todas las relaciones más abstractas solo sIstematIza el mis jugadas?"
, ' d Pl., Rud., 311: Quid agitis? Vt peritis? "¿Qué hacéis? ¿Cómo
genérico lut? I (= ¿cómo?) y sus respuestas, segun que a con-
consumís vuestra existencia?"
signado en el aludido cuadro sinóptico.
300 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN
301
PI., Trin., 51: Quid tua agit uxor? Vt ualet? "¿Qué hace tu
quo, qua y sus compuestos. Todas éstas son formas desprendidas
mujer? ¿Cómo le va?"
del paradigma del relativo para fosilizarse como partículas subor-
dinantes invariables.
Por esta segunda vía del /QVID?/,y siempre sobre el modelo
Con estas partículas el latín precisó las relaciones englobadas
de la subordinación relativa y con correlaciones similares, nace
en la conjunción universal ut; con tales partículas, la lengua, por
la compleja subordinación a base de partículas de origen interro-
decirlo de alguna manera, apuntaló la subordinación reforzando
gativo-relativo; pero no logra aquí la lengua una sistematización y especificando sus marcas. (
en series tan claras y completas corno las que hemos comprobado
De la serie B) vamos a ocuparnos seguidamente.
en la subordinación relativa propiamente dicha.
4. Por lo demás se admite comúnmente que el quid y el ut
están etimológicamente emparentados; ambos tenían originaria- B) SISTEMA DE SUBORDINACIÓN CON PARTÍCULA ÚNICA: VT
mente en común el elemento K\/-; pero el ut < *k!!ut perdió la
labiovelar inicial. 1. VT como adverbio de modo
. Las siguientes correspondencias ponen de manifiesto la doble
vía que siguió el latín en busca de sus partículas subordinantes. Vt es fundamentalmente un adverbio de modo: un adverBio ,
"
.,
La gran cantera de extracción es el interrogativo-relativa-inde- interrogativo-exclamativa-indefinido.
finido. Dejamos para el final el examen de las pocas partículas de Como /quis?/ (interrogativo), /qui ... / (relativo) y [quis]
distinto origen: ne, si, dum, donec, licet. (indefinido), tenemos para ut la serie paralela: [ui? / ("¿ Cómo?"),
[ut ... / ("como ... ") y /ut/ ("de un modo u otro", o "de cualquier
modo").
INTERROGATIVOS RELATIVOS INDEFINIDOS
Cada uno de estos tres valores servirá de base a construc-
A) QuOoI.' Quid? qui ... quis "uno cualquiera" ciones hipo tácticas con ut. Pero veámoslo funcionando todavía
B) Vt? "Cómo?" ut o •• "como" ut "de un modo cualquiera" como puro adverbio modal en oraciones independientes.
A) . quicumque "cualquiera que" quisque "cada uno" o "to-
dos, uno a uno" A.dverbio interrogativo. - Vt? = "¿Cómo?"
B) . lltcumque "comoquiera que" utique "de todos modo," Vt uales? "¿Cómo te va?" (PI., Most., 718)
A) . quisquis "cualquiera que" nequiqllam "en vano" Vt moratast? "¿Cómo es de carácter (la joven)?" (PI., Mere.,
B) . utut "como quiera que" neutiquam "de ningún 392)
modo"
Vtne tegam spurco Damae latus? "¿Cómo podría yo cubrir
A) . quisquam "alguien" el costado a un impuro Dama?" (Hor., Sat., Il, 5, 18).
Bl . utiqua.m "de algún modo"
Con este ut puede alternar qui, forma de. la serie /Quis? /
/Quid? /:
De la serie A) surgió en primer lugar la subordinación rela- QuI potuit scire? "¿Cómo pudo saberlo'?" (Pl., Stich., 301)
Qui" istuc? "¿Cómo es eso?" (Pl., Truc., 158). I
tiva en sentido estricto (como hemos visto en su lugar), con ca- I
(
racteres propios y exclusivos: el más sobresaliente y notable es
Adverbio exclamativo. - Vt! = "¡Cómo!"
sin duda el carácter flexivo del relativo (variable según género,
Este ut es una sencilla variante del anterior:
I
~.
número y caso) frente a las demás partículas subordinan tes,
todas ellas invariables. Ahora, de la misma serie veremos que
Vt erratl "¡Cómo se equivoca!" (Ter., Heaut., 844) I
Vt totus iacet! "¡Cómo está de hundido todo él!" (Cic., Att.,
derivan las partículas quum, quam, quamquam, quod, quia, qtti, VII, 21, 1) I
\ '

I
{
INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 303
302
Vt ille tum humilis erat! "¡Qué humilde era entonces!" (Cic.•, Qui illum dii omnes perduint! (Ter., Phorm., 124)
Qui istum dii perdant! "¡Quieran los dioses su perdición!"
Att., Il, 21, 3). .
Obsérvese que, como adverbi.o de modo exclamativo, el ut (Pl., Trin., 923)
latino puede determinar indiferentemente a un verbo, a un ad- Otros ejemplos: PI., AuL, 785; Rud., 1.166; Ter., Eun .. 3Q2;
jetivo o a otro adverbio; en cambio, en español se impone distinta Phorm., 123t etc.; Cic., Att., IV, 7, 1; etc.
traducción: "¡cómo!" sólo es admisible como determinante del El valor puramente indefinido de qui aparece con suma niti-
verbo; como determinante de un adjetivo o un adverbio usamos dez en Pl., Amph., 776: Edepol qui factost opus "Por Polux es
preciso actuar de alguna manera". Más ejemplos en Kroll (Sint.
"¡qué!" (y no "¡cómo!"):
Vt iurat! "¡Cómo jura!" (Pl., Bacch., 898). científica en la enseñanza del latín, Madrid, 1935, pp. 101-102).
Pero Vt elegans est! "¡Qué elegante es!" (Ter., Hecui., 1.063) Como es bien sabido este ut, en su aplicación, desiderativa,
Vt lepide deruncinauit militem! "¡Qué limpiamente se ha ce- fue normalmente desplazado, ya desde Plauto, por la forma com-
puesta utinam.
pillado al soldado!" (Pl., Mil. ot., 1.142)
Vt subito, ut prope, ut ualíde tonuit! "¡Qué repentinamente,
qué cerca, con qué fuerza empezó a tronar!" (Pl., Amph., 1.0~2). 2. VT como partícula subordinante

Adverbio indefinido. - Vt = "de un modo o de otro", o "de A) El VT con indicativo (sin exclusión del subjuntivo)
cualquier modo". Contra este uso, comúnmente admitido por los
latinistas, se han levantado esporádicamente algunas voces que 1. El ut con indicativo es siempre el ut relativo.
lo niegan. Sin embargo, el ut como adverbio indefinido de modo El ut, como relativo, es decir, como adverbio de modo relativo
nos parece imponerse si se tiene en cuenta los restantes términos funciona exactamente igual que todos los relativos, ya sean éstos
de la serie, cuyo valor indefinido nadie pone en duda:. ntut, ut- variables (qui, quae, quod) o invariables (ubi, quo, qua, uiule}.
cumque por un lado, y, por otro, utique, utiquam, neutlq'Ham. El ut relativo constituye la respuesta a la pregunta adverbial
El ut indefinido sobrevive en ciertas frases ímpresivas: noso- lut?l, como [qui] responde a jquis?l, como jubi ... 1, [qu» ... 1,
tros lo interpretarnos como desiderativo -por la modalidad. desi- [qua ... 1, lunde ... 1 responden sucesivamente a jubí?l, [quo"],
derativa de las frases en que aparece- y, en consecuenc.a, lo jqua? 1 y [unde? j:
traducimos por "¡ojalá!" o por un simple "qué" exclamativo. Quid agitis? Vt peritís? -Vt piscatorem aequomst, [ame, si-
Más literalmente sería algo así, como "decua lcui qUler mo do". Es tique speque "¿Qué hacéis? ¿Cómo consumís vuestra existencia?
muy posible que ya los latinos no sintieran en el período clásico -Como es lo propio del pescador: a fuerza de sufrir hambre,
el valor indefinido de 1ut! 1 y consideraran la partícula como un sed y desesperación" (PI., Rud., 311-312)
refuerzo del subjuntivo en frases desiderativas; de hecho la Vt uales? -Vt queo "¿Cómo estás? -Como puedo" (Pl., Per-
partícula ut(inam) fue siempre un añadido facultativo, no indis- sa.. 17)
(Vt respondisti?) - Respondí ut potui, ut uolui, ut debui
pensable al mensaje desiderativo.
Vt te quidem di deaeque omnes perduint! "¡Ojalá te arrastren "Contesté como pude, como quise (y) como debí hacerlo" (Cic.,
a la perdición todos los dioses y diosas juntos!" (Ter., Heaut., Verr.) 4, 147)
Exactamente igual que:
810-811)
Vt pereat positum robigine telum! "¡Ojalá el hollín eche a (Quid faciunt?) -Quod iussi sunt faciunt "(¿Qué hacen?)
perder el arma arrinconada!" (Hor., Sat., lI, 1, 43). . -Hacen lo que se les manda" (César, B. G., 3, 6, 1)
También aquí se ve la alternancia ut/ quí de las dos senes Vbi cenabis? -Vbi tu iusseris "¿Dónde cenarás? -Donde tú
mandes" (Pl., Truc., 360), etc., etc.
consabidas:
304 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 305
,
La situación sigue siendo rigurosamente proporcional para o menos numerosas: distinguen un ut "comparativo", un ut tem-
todos los relativos en cuanto se refiere a los "antecedentes" o poral", un ut causal y, con menos frecuencia, un ut "local", un
correlativos: ut "proporcional", etc.
Estas precisiones que los traductores expresan tan claramente
ita. - ís, ea, id ibi ea ea inde en sus versiones no siempre aparecen tan claras en latín. Para
--=--------=--=--=--= comprobarlo bastaría confrontar las divergencias entre los tra-
ut qui, quae, quod ubi qua qua unde ductores y las contradicciones y discusiones entre los comenta-
ristas.
Faciam ita ttt iubes "Obraré tal como mandas" (Pl., Amph., En todo caso, tales precisiones, más o menos seguras, son
1.143) = Mitte id quod scio "Deja de lado lo que sé" (Ter., And., siempre deducciones del contexto, pero no están "gramaticali-
764) = Ibi sum esse ubi miserum hominem decet "Estoy allí zadas", •
donde debe estar un desgraciado" (PI., Bacch., 1.107) = etc.
Este ut¡ como cualquier relativo, puede aparecer indistinta- a) VT comparativo. - El ut comparativo es una ligera va-
mente bajo cualquiera de los tres tipos de oraciones relativas que riante dentro del genérico ut modal. En efecto se puede expñesar
hemos establecido: . "cómo" es un proceso, "cómo" es una cosa comparándolos "con
Tipo 1: Con antecedente adverbial en consonancia con el ut otras cosas o procesos similares y conocidos:
adverbial; el antecedente será adverbial por pertenecer a la clase Ita est amor ballista ut iacitur "El amor es tal como una ba-
de palabras llamadas "adverbios de modo" (pariter ...ut, proinde llesta que se lanza" (Pl., Trin., 668) .
... ut, adaeque ...ut, etc.), o símplemente por tratarse de un sus- Las sintaxis habituales incluyen bajo el epígrafe de "oracio-
tantivo en ablativo de "modo", lo que constituye un adverbio nes comparativas" la inmensa mayoría de subordinadas con el
"funcional", aunque no "formal" (hoc modo ...ut, hoc pacto ut relativo. No vemos inconveniente en ello.
...ut, etc.). Nos parece en cambio poco fructífero seguir discutiendo si es
Tipo 2: Con antecedente -deíctica o anafórico: sic '" ut, ita "modal" o "comparativo" o "proporcional" un ut como el si-
... ut, ítem ... ut, itU1.em...ut, etc. guiente de Cicerón (de orat., 2.261): ut sementem feceris, ita
Tipo 3: Sin antecedente ninguno. metes "como siembres, así cosecharás", o "según siembres, así
Ejemplos: . ..", o "en proporción a lo que siembres, así ... ", o "se cosecha
Tipo 1: Reliquit filium pariter moratum ut paier fuit "Dejó lo que se ha sembrado".
un hijo que es el vivo retrato moral de su padre" (PI., Aul., 22-23)
Roe modo res gesta est ut dico "El asunto sucedió como digo" b) VT temporal. -El ut "temporal", estadísticamente muy
(PI., Rud., 1.072). por debajo del ut comparativo, es igualmente una sugerencia
Tipo 2: Sic est ut loquor "Es así como te lo estoy explicando" contextual del ut relativo:
(PI., Bacch., 468). In tonstrina ut sedebam, me infit percontarier "Como (según,
Tipo 3: Faciam ut iubes "Actuaré como ordenas" (PI., cuando, mientras) yo estaba sentado en la barbería, él empieza a
Bacch., 228) interrogarme" (Pl., Asin., 343)
Apparatus sum ut uuletis "Estoy a punto, como veis" (PI., Vt numerabatur forte argentum, interuenit hamo de impro-
Mere., 851). uiso "Como (según, cuando, mientras) casualmente se estaba
contando el dinero, se presentó nuestro hombre de improviso"
2. Dentro de la noción general del "modo relativo" expresado (Ter., Ad., 406).
por este ut, suelen las sintaxis latinas establecer" subclases más Los contextos que indican hechos sucesivos, inmediatos o
306 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 307

simultáneos señalan indirectamente el tiempo, y el traductor- Después de lo dicho no ha de extrañarnos que ante el mismo
puede permitirse el lujo de precisar en las conjunciones de su texto unos autores afirmen y otros nieguen el valor temporal de
propia lengua 10 que queda en la penumbra del ut latino; tra- un determinado ut:
ducirá pues el ut: por "desde que" j "después que" j "cuando" j Vt quisque uenerat, accedebosti "Según se presentaba cada
J"en cuanto"j, etc. uno de ellos, yo me iba acercando", o "A medida que se presen-
Ésta es, sin duda, la razón más o menos consciente que ha taba ", o "Cuando se 'presentaba ... ", o "En cuanto se presenta-
llevado a los gramáticos a clasificar las oraciones "temporales" ba " (Ter., Heaut., 802-803).
con ut atendiendo a los tiempos y modos del verbo en la oración
principal y la subordinada; gracias a este juego pueden dichos NOTA.- AJ;Úela posible traducción "a medida que" de ut,
autores concretar valores "temporales" (!!) del ut que aparece quizá conviniera recordar que fut? j como adverbio de "modo"
junto a ellos. equivale a ¡qua modo? j, y que en latín "modo" y "medida" son
Pero el latín se conforma muchas veces con el genérico ut. nociones inseparables y se expresan con el mismo sustantivo:
No obstante, si interesa a los hablantes latinos marcar clara- modus. .
mente el tiempo, pueden hacerlo y disponen de muchos recursos
para conseguirlo:
-
c) El VTcausal. - Es otra derivación del relativo modal. La
1) Expresan la noción temporal con un adverbio explícita- noción general del "cómo" incluye el "cuando", el "porque", el
mente temporal añadido al ut: ut primum, ut semel, ut simul, "donde", etc., y puede por lo tanto concretarse eventualmente
extemplo ut, etc. en cualquiera de esas circunstancias más precisas.
Vt primum ex puerís excessit Archías se ad scribimdi studium En nuestro propio idioma son frecuentemente sinónimos
contulit "En cuanto Arquias salió de la infancia, se dedicó al arte "como", y "ya que" o "porque": "Como"j"ya que"jporque"/ es-
de escribir" (Cie., Arch., 4). taba cansado, me acosté temprano".
2) Ponen el adverbio temporal, desligado del ut, en la ora- Aiunt hominem, ut erat furiosus, respondisse ... "Dicen que
ción principal: nuestro hombre 'como'/,según'/,ya que'/,porque' esteba furioso,
Vt illo aduenimus, continuo delegit uiros príncipes "Según contestó que ... " (Cic., Rosc. Am., 33).
llegamos allí, acto-seguido eligió a personas destacadas", o (corno Cuando en nuestras traducciones se impone el valor causal
ut ... continuo = "en cuanto") "En cuanto llegamos allí, eligió -y ello ocurre muy pocas veces- dicho valor causal es sugeren-
... " (Pl., Amph., 203). cia del contexto.
3) Aprovechan el relativo "espacial": ubi "donde" > ttbi
"cuando" : d) El VTlocal. - El ut local tampoco tiene entidad grama-
Vbi quid dederam, quasi columbae pulli in ore ambae meo tical; la mayoría de las sintaxis latinas o no lo citan o lo despa-
eratis "Cuando os traía algún regalo, como palomitas, ambas me chan con algún ejemplo poco o nada convincente. Esto último es
comíais a besos" (PI., Asin., 209). lo que comprobamos en las distintas revisiones de la Lateinische
4) Abandonan la vía del ut y acuden a la vía del quisj quid Gmmmatik (cf, la más reciente de Szantyr, 1966, p. 631) que cita
donde no faltan partículas que por sí mismas o aglutinadas con todavía como ut local el siguiente de Plauto (Amph., .241): Quis-
otros adverbios son claramente temporales: quum, quoad, ex que ut steterat iacet optinetque ordinem. No rechazamos una tra-
quo, postquam, antequam, priusquam. ducción "local" como: "Cada cual yace en el suelo y ocupa el
5) y disponen incluso de alguna partícula temporal sin re- puesto en que (o 'donde') había resistido a pie firme". Pero no
lación etimológica ni con el ut ni con el quis: dum, donec. son menos legítimas otras traducciones menos o nada "locales":
(

308 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN


LA SUBORDINACIÓN 309
!'
"Cada cual yace en el suelo y mantiene su puesto como / según. verbial invariable, es por lo demás un tipo sintáctico paralelo al
había formado a pie firme". tipo de subordinación relativa pronominal y, como pronominal,
En todo caso, si se impone alguna rara vez la traducción "lo- variable.
cal", ello será debido al contexto y a las servidumbres de toda
traducción. B) El VT con subjuntivo (con exclusión del indicativo)

e) VT = quanto. - Este valor de ut evidentemente es un 1. El tLt con subjuntivo tiene valores más complejos que con
€fecto contextual: el indicativo: puede introducir oraciones finales, o consecutivas,
Mercis omnis, ut uolui, uendidi (PI., Mere., 94). El "como" y
o concesivas, o condicionales, o completivas; y dentro de las com- I
ple tivas aún hay que mencionar los apartados de la subordina-
"cuanto" son sinónimos cuando determinan al verbo "vender":
ción completiva sujeto / objeto por un lado, y desde, otro punto I
"Vendí todas las mercancías como / por cuanto quise". V t no es (
de vista la interrogación subordinada (o interrogativa "indirecta"
intercambiable por quanto con otros verbos. Así ut UGlui=1= quan-
en la nomenclatura habitual de los latinistas). I
to uolui en otros textos: .
Quod uolui, ut uolui, impetraui "Conseguí lo que quise (y) -
2. Hay unanimidad en admitir que el ut de las interrogativas
como quise" (PI., Mil. Gl., 1.200). subordinadas es el mismo ut de las interrogaciones independien-
En el siguiente texto, también de Plauto, es la correlación tes. El hecho es evidente: el ut y todos los demás términos per-
ut ... magis - tanto magis que hace el ut equivalente de quanto: contativos (quis, cur, quantus, qualis, quomodo, etc.) sirven por
Vt quidquid magis contemplo, tanto magis placet "Cuanto igual para introducir interrogaciones independientes e interro-
más contemplo cada detalle, tanto más me encanta" (Most., 831). gaciones subordinadas. Sobre este tipo de subordinadas volve-
remos en su lugar.
3. Hemos encabezado el apartado que aquí finaliza con el Para los tipos restantes (completivas, finales, consecutivas,
epígrafe "ut con indicativo (sin exclusión del subjuntivo)". condicionales y concesivas) buscó la gramática histórica el ori-
Efectivamente, si el sentido de la oración comparativa con ut gen o bien en el adverbio de modo relativo o bien en el adverbio
requiere el subjuntivo por referirse, a un hecho no real, se usará de modo indefinido (cf. supra, pp. 109 ss.).
el subjuntivo como se usaría fuera de la subordinación. Com- Hoy se inclinan comúnmente los latinistas, y creemos que
pruébese cómo Cicerón en dos textos muy parecidos acude a uno con buenas razones, por esta última tesis, es decir por el origen
u otro modo, como lo haría en oración independiente: paratáctico:
Cum ceteris, ut quidem uideor, tum mihi ipsi displicio "He Vt quiescant: moneo "¡Que vivan en paz! Se lo aconsejo" (pa-
disgustado, como ciertamente creo, a los demás, y, sobre todo, me rataxis). Y luego: Vt quiescant moneo "Les aconsejo que vivan
he disgustado a mi mismo" (Fam., 4, 13, 3) en paz" (hipotaxis). El texto es de Terencio (And., 22).
Neque id fndo, ut forsitan quibusdam uidear, simulatione Lo mismo con ne: Orat frater: ne abeas longius! "Tu hermano
"y no obro así, corno algunos podrían tal vez pensarlo, por fin- te suplica: ¡No te alejes demasiado!" (parataxis) pasa a: Orat
gir" (Fam., 1, 8, 2).
frater ne abeas longius (Ter., And., 882) "Tu hermano te suplica
que no te alejes demasiado" (hipotaxis).
4. Conclusión: Todos los usos del ut subordinante con el "La hipotaxis -concluye Ronconi (Il verbo latino, 1959, pp.
modo indicativo se reducen al ut adverbio de modo relativo y no 158 ss.) - no es sino una más estrecha asociación entre dos ora-
parecen plantear problemas: se trata siempre de la subordinación ciones, por la cual se conviene en llamar conjunción, más bien
del tipo relativo; y esta subordinación, ahora con partícula ad- que adverbio, al ut, que en su origen tiene más la función de 1,
\

I
310 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 311
aclarar la naturaleza de la segunda oración que la de unirla a la. misma e invariable oración subordinada encabezada por ut con
precedente." subjuntivo pase a ser sucesivamente completiva sujeto / objeto,
interrogativa "indirecta", final, concesiva y consecutiva.
3. Quien intenta estudiar la subordinación con ut tropieza Tomamos de Plauto (Men., 841) un ejemplo para someter a
en seguida con la dificultad de delimitar fronteras bien definidas cambios su oración principal:
entre los diversos giros con ut y subjuntivo. El embrollo se cen- la) Apollo imperat ut ego illic oculos exuram "Apolo me
tra sobre todo en el tríptico completivas-finales-consecutivas. ordena que le queme los ojos (a esta mujer)". La oración subor-
Pueden comprobarse las diversas posibilidades de interpre- dinada (ut ... exuram) es "completiva" y complemento directo de
tación ante el fut cupiasf del siguiente texto de PIauto (Capt., imperat.
856): b) (Necesse est) ut ego illíc aculas exuram "Es preciso que
Ita faciam ut tu te cupias [acere sumptum etsi eg~ uetem. yo le queme los ojos". La misma subordinada es 'ahora comple-
a) "Obraré de tal modo que tú mismo desees hacer el gasto, tiva-sujeto.
aunque yo te 10 prohíba" (¿consecutiva?). 2) (Apollo lampadas ardentes mihi dat) ut ego illic oculos
b) "Así haré que tú mismo desees hacer el gasto ... " (¿com- exuram "Apolo me ofrece antorchas inflamadas para qua. yo le
pletiva?). queme los ojos". Vt ... exuram = subordinada final. -
c) "Obraré así para que tú mismo desees ... " (¿final?). 3) Vt ego iUic oculos exuram, (eam tamen non decipiam)
y , de hecho , ocurre con harta frecuencia que donde. un autor
. "Aunque le quemara los ojos, no podría no obstante engañarla".
ve una consecutiva, otro ve una final o una completiva, y VIce- Vt ... exuram = oración concesiva.
versa. 4) (Tam rabiosus sum) ut ego iHic oculos exuram "Estoy tan
Hemos observado que los autores alemanes y sobre todo los ." . Vt ... exuram = "conse-
ra bilOSO que 1e voy a quemar 1os OJos
italianos son particularmente propensos a interpretar como fina- cutiva".
les múltiples giros que nosotros solemos considerar como com- 5) (Aspice et contempla) ut ego illic oculos exuram "Mira y
pletivos. Así, un autor de tanta autoridad como Ronconi pone
como modelo de "final" con ut (Il verbo latino, p. 159) la frase
observa cómo le quemo los ojos". Vt ... exuram, = "interrogativa
indirecta".
siuuieo ut caueas; a nosotros nos parece más bien un ut comple-
tivo: "Te aconsejo que te pongas en guardia". Otro especialista 5. Normas de orientación en la sintaxis del UT con subjuntivo
italiano, Tescari (Sintc¡,ssilatina, p. 268) da como eje~plo de ut 1) Una observación atenta de los textos permite formular las
final un texto de Livio (2, 37, 1) que para nosotros es Igualmente siguientes normas:
completivo: Ludi quam amplissimi ut fierent senatus decreuit; a) N arma de la frecuencia. - Por la frecuencia de aparición
el texto latino, mirado directamente, nos parece decir: "El senado destacan, por un lado, las completivas y finales como de máxima
decretó que ... ", y no: "El senado dio un decreto para que ... ". frecuencia; y por otro, las consecutivas y concesivas, como de
En la sintaxis latina de Ernout, tan familiar entre nosotros, frecuencia muy inferior.
se habla (§ 306) de completivas-finales y de completivas-consecu- b) Norma de las correlaciones. - La misma separación se
tivas: y poco después se añade que "el ut consecutivo deriva del obtiene atendiendo a las correlaciones: las completivas y finales
ut final", Los tres tipos quedan así involucrados en una indiscer- no llevan correlativos; en cambio, las consecutivas y concesivas
nible unidad. suelen llevarlos y difícilmente pueden prescindir de tales corre-
laciones sin caer en la ambigüedad.
4. Como base de partida, téngase por último en cuenta que Con ello queda establecida la oposición: FINALES+ COMPLETI-.
basta introducir variaciones en la oración principal para que la VAS / CONSECUTIVAS + CONCESIVAS.
312 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 313

NOTA. - De las dos normas apuntadas se deduce lo siguiente i. Vt completivo:


(
puesto que el bloque "consecutivas-concesivas", con menor índice Los ejemplos siguientes ofrecen la situación inversa del ut
de frecuencia, necesita una marca (la de las correlaciones) para completivo, ya sea como complemento directo, ya como sujeto:
oponerse al bloque "finales-completivas", de máxima frecuencia Plauto, Amph., 1.085: Faciam ut aliter praedices "Haré que
(y sin marca específica), resulta evidente que el bloque "finales- hables de otro modo". La transitividad de faciam reclama la com-
completivas" es el término negativo (o no-marcado), y el bloque pletiva. En cambio, si en ese texto apareciera un posible com-
"consecutivas-concesivas" es el término positivo (o marcado). plemento directo para faciam, la primitiva completiva ut prae-
2) Norma de las exigencias sintácticas: oposición FINALES / dices pasaría automáticamente a final: (Aliquid) faciam ut aliter
COMPLETIVAS.- La elección entre el valor completivo o el valor praedices "Haré (algo) para que ... ".
final se decide por exigencias puramente sintácticas, según el Observemos también de paso que, si en lugar de '1ft con sub-
principio siguiente: el ut con subjuntivo (¡y sin correlaciones!) juntivo aparece ut con indicativo, éste no es susceptible de des-
acude a rellenar los posibles huecos en la estructura sintáctica empeñar la función completiva, sino que, como dijimos en su
en riguroso orden preferencial: si lo que falta en el enunciado lugar, será un ut modal o comparativo (o alguna de sus variantes:
es alguna de las funciones primarias del nombre (sujeto o com- temporal, causal, etc.): Faciam ut mones, ut iubes, etc. (Cf. T~.,
plemento directo) el ut con subjuntivo pasa automáticamente a Hec., 719; Pl., Trin., 1.064; etc.).
rellenar ese hueco primario: Subordinada COMPLETIVA (o sus- César, B. G., 4, 29, 1: Accidit ut esset luna plena "Ocurrió
TANTIVA). que era luna llena". Pero, si en este texto apareciera ut erat en
Si no hay huecos primarios libres, el ut con subjuntivo des- lugar de ut essei, ya no podría establecerse la relación sujeto-
ciende automáticamente a la función adverbial: subordinada verbo entre la subordinada y la principal; el ut con indicativo I
FINAL. sería un complemento circunstancial comparativo-temporal; y, 1
Observemos algunas muestras. por 10 tanto, tendría que darse otro sujeto para accidit: (hoc uel \
Vt final: illud) accidit ut erat luna plena "(Esto o aquello) ocurrió cuando I
Cie., Rose. Am., 55: Accusatores esse utile est ut metu conti- había luna llena".
neatur audacia "Es útil que haya acusadores para que el miedo He aquí, por último, un ejemplo en que salen sucesivamente I
mantenga a raya la audacia". Como la función nominal primaria el ut comparativo y el ut completivo sin que quepa la ambigüe-
de sujeto está cubierta por la oración de infinitivo (accusatores dad: Ter., Heaut., 552: Si euenerit, ut sunt humana, ut faciat filius
esse), el ut contineatur pasa automáticamente a oración final. "Si se diera el caso, siendo las cosas humanas como son, que tu
Pero si suprimiéramos el accusatores esse, automáticamente hijo lo hiciera". Obsérvese cómo, debido a la aparición de ut
ascendería el ut contineatur a sustituirle como sujeto para salvar sucesivamente con indicativo y con subjuntivo, se desconecta y
la gramaticalidad del enunciado: "Es útil que el miedo mantenga conecta respectivamente la estrecha relación sintáctica que une
a raya la audacia", cf. Ter., And., 60-61: (Est) utiie ut ne quid al sujeto con su verbo: si euenerit ut sunt humana ... (la relación
nimis. verbo-sujeto es imposible); si euenerit ut faciat (la relación ver-
Lo mismo ocurre con ne final: bo-sujeto se impone necesariamente).
César, B. G" 7, 70, 7: Iubet portas claudi ne castra nudentur 3) La oposición CONSECUTIVA / CONCESIVA.- Esta oposición
"Manda cerrar las puertas para que el campamento no quede se marca mediante las respectivas correlaciones. El ut con sub-
desguarnecido (de defensores)". Si faltara el portas claudi, as- juntivo y correlaciones es, según se dijo anteriormente, o conse-
cendería automáticamente el ne nudentur a sustituirle en su fun- cutivo o concesivo. La elección entre ambos tipos se decide en
ción de complemento directo: "Manda que el campamento no primer lugar por sus correlaciones, ya que éstas son específicas:
quede desguarnecido". con tamen el ut será concesivo; con todas las demás (sic, adeo,
I
I
314 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 315
tarn, talis) tantus) is, etc.) será consecutivo. Otro sí~to~a orlen- una "intención" a la montaña, pudo el autor ahorrarse el acci-
tador es que las consecutivas siguen siempre a su principal y las dentalmente superfluo correlativo.
concesivas suelen precederla: b) No es quizás tan difícil citar casos de ut concesivo en
Erat ea sagaeitate ut deeipi non possit "Era tal su sagacidad ausencia de su típico correlativo tamen:
que no se le podía engañar" (Nep., Alc., 5, 2) Vt non omnis peritissimus sim' belli) cum Romanis certe
Vt desint uires tamen est taudanda uotuntas "Aunque las beliare didici "Aunque no conozco a fondo el arte de la guerra,
fuerzas' falten, ha) de alabarse no obstante la voluntad" (Ov., 10 cierto es que he aprendido a luchar con los romanos" (T. L.,
Pont.) 3, 4, 79). 36,7).
Los casos como éste admiten todavía una interpretación pura-
6. Alcance de las normas expuestas mente paratáctica: Vt non omnis peritissimus sim belli! Cum Ro-
manis certe belZare didici "¡Sea (verdad) que yo no conozca
1) Hemos visto la importancia de las correlaciones a la hora a fondo el arte de la guerra! Lo cierto es que ... "
de caracterizar los cuatro prototipos de subordinadas con ut +
subjuntivo. NOTA. - Además, y como complemento de lo dicho aqáí, re-
Las oraciones típicas y de máxima frecuencia en cada una de cuérdese la ley general y bien conocida según la cual, en cual-
las cuatro clases reúnen las condiciones apuntadas. Hemos de quier oposición, el término negativo o no marcado puede even-
pensar, pues, que la lengua latina buscó en la presencia o au- tualmente ·usarse por el positivo: "Mi vecina ha tenido un niño"
sencia de las correlaciones un medio de concretar valores y mon- puede decirse incluso cuando el recién nacido haya sido niña,
tar sobre la conjunción única y universal del ut todo un sistema pero no sería posible la inversa.
completo de subordinación. . 4) Pero la mayor indistinción se da entre las consecutivas,
2) Pero si la presencia o la ausencia de las correlaciones completivas y finales. Estos tres tipos son los que suelen señalar
dilucidan normalmente con tanta eficacia el valor de las subor- los especialistas como muy próximos entre sí, hasta el punto de
dinadas con ut) algunas veces, aunque muy pocas, encontramos pretender derivar de uno de ellos los dos restantes, sin llegar
consecutivas y concesivas sin el esperado término de correlación. nunca a ponerse de acuerdo sobre cuál de los tres es punto de
. Cómo explicarnos estas excepciones o desviaciones de la norma? partida para los otros dos.
(, 3) En primer lugar los términos correlativos son una ayuda Ya hemos apuntado anteriormente un texto en que veíamos
para concretar valores específicos de ese ut) útil para todo en la dificultad de decidirse por el valor completivo, o consecutivo,
general y siempre impreciso por su misma general~dad; ah~~a o final. Volvamos sobre él:
bien, puede ocurrir que el mismo contexto aporte tal mformac~on Ita faciam ut tu te cupias [acere sumptum etsi ego uetem (Pl.,
que haga superflua cualquier ayuda para establecer la debida Capt.) 856). ¿En Ita faeiam ut cupias nos hallamos ante un ut
relación entre la principal y su subordinada. consecutivo o completivo o final?
a) No es fácil encontrar un ut consecutivo sin. al~ún t~po Según las normas que hemos admitido, las consecutivas no
de correlación. He aquí no obstante uno: Mons attlsslmus tm- debían confundirse nunca con las completivas ni finales, ya que
pendebat) ut facile perpauci prohibere possent "Una montaña las primeras deben llevar correlación y los otros dos tipos care-
muy alta dominaba la ruta, de tal modo que muy pocos hombres cen de ella.
podían fácilmente cortar el paso" (César, B. G.) 1, 6, 1). Nosotros, ante el ejemplo propuesto y otros similares -pues
Según las normas generales de la lengua este ut -por la ni se trata de un caso aislado ni tampoco de un caso demasiado
ausencia del correlativo- debiera ser "final"; pero como no hay frecuente-, podríamos optar por la interpretación "consecutiva",
riesgo de tomarlo por tal ya que a nadie se le ocurrirá atribuir . insistiendo en la norma según la cual las consecutivas llevan co-
316 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 317

rrelativos y las demás no 10 deben llevar. Así coincidiríamos adverbio referido a faciam: "Así haré que tú mismo desees ... "
con Leumann (Mélanges offerts d A. Ernout, París, 1940, pp. 230- (completiva); o: "Obraré así para que tú mismo desees "
(final). ...
235), según el cual el límite separativo de las consecutivas frente
a las demás subordinadas con ut y subjuntivo está marcado por .Entr.e es~as ,do,s últimas posibilidades, la decisión, según las
la presencia de ita. exigencias sintácticas, no suele ser difícil: normalmente se im-
No obstante, el problema no es tan sencillo. Hacemos, pues, pondrá la necesidad del complemento directo de faciam o sea
nuestra la tesis de Leumann, pero no en la fórmula absoluta que Jainterpretación completiva, salvo que el contexto cont:nga u~
él le da, sino tomando algunas precauciones en su aplicación. ~laro co~plemento directo implícito o expreso, en cuyo caso se
Un ita en las proximidades de un ut no supone necesariamente impondrá la norma regular y consabida: "Lo haré así para que
correlación entre ambos, aunque la proximidad invita a estable- tú mismo desees ... " (final).
cerla y -generalmente- debe establecerse. 5) Hemos operado con la norma según la cual l~s oraciones
El problema es, pues, el de saber si hayo no hay correlación finales (como las completivas) carecen de correlaciones. Tal nor-
en un texto dado. Lo cierto es que a la ambigüedad de ut se suma ma no se~ía admisible según la doctrina de algunas sintaxis y
en determinados textos, como el que estamos considerando, la monografías que nos hablan de las correlaciones de la oracwn
ambivalencia del ita, y de todos los correlativos en general: pue- final y nos dan una larga lista de posibles correlativos con ,ut
den entrar en correlación con otros términos subordinantes, pero final, a saber: eo, ulcirco, propterea, ob eam rem (causam) eo
'pueden también funcionar simplemente como 10 que son por consilio, ea causa, etc. r

sí mismos según la clase de palabras que les corresponde, corno Fijémonos tan sólo en un ejemplo: Reliquos Catilina abducit
adjetivos (tantus, talis.. .), como adverbios (ita, sic, tam .. ,), como eo .con~ilio uti per tramites occulte perfugeret (Sal., Cat., 57). I
pronombres (is), sin entrar en correlación con ninguna par- EVldenlemente, es aceptable una traducción "final": "Catilina r
tícula subordinante. retira a los restantes para huir secretamente a través de sendas".
En las consecutivas, el término correlativo de la oración prin- Pero la noción de finalidad está expresada por eo consuic: una
cipal llama como algo que ha de venir necesariamente el ut que traducción que pretendiera reflejar no sólo el contenido sino la
encabeza la subordinada; esto supondría, sin duda, una cierta construcción gramatical del texto latino sería más bien así:
melodía sostenida que enlazaría el grupo ita ... ut, sin descenso "Catilina retira a los restantes con el siguiente propósito: que
intermedio de voz entre la principal y la subordinada. En suma, huyera ... ", o, más sencillamente: "con el propósito de huir".
algo similar a lo que ocurre con las consecutivas que en nuestras No insistimos, ya que los mismos autores que hablan de
lenguas actuales llevan igualmente correlativos. Por ejemplo, en correlaciones con el ut final reconocen (d. Ernout-Thomas, Synt.
castellano: "Tal es mi opinión sobre este caso" y "Mi opinión
sobre este caso es tal que me resulta inadmisible tu oferta". En
) lat., § 341) que entonces "la final, gramaticalmente, no se distin-
gue ya en nada de la completiva explicativa que desarrolla el
latín debía suceder lo propio, pues no hay otro tipo de oración correlativo".
subordinada que se ordene en la cadena hablada en secuencia
tan rigurosamente invariable como la subordinada consecutiva: 7. Observaciones complementarias
sigue siempre a su principal, sin excepciones.
Ahora bien, la falta de la aludida información melódica es 10 A) La alternancia completiva infinitivajcompletiva COnUT
que nos hace vacilar en ita faciam ut tu te cupias...
a) Estableciendo la concatenación correlativo - consecutiva: 1) Habitualmente, las sintaxis latinas dedican un largo apar-
"Obraré de tal modo que ... " tado a las oraciones completivas con ut. En él suelen darnos fati-
b) Sin establecer la correlación y contando el ita como puro gosas listas de verbos que introducen dichas completivas: son
LA SUBORDINACIÓN 319
, 15 ESTRUCTURAL DEL I.ATÍN
318 INTRODUCCION A LA SINTAX los hechos sin comentario, o, más frecuentemente, se atribuye
L di erba sentiendi, uerba timen"; toda la responsabilidad del cambio de sentido al verbo principal:
uerba uoLuntatis,uerba dec aran t, u
se hace observar que el verbo dicere (y ocurre lo propio con cen-
di uerba impersonaLia,etc. dl d la oración de infinitivo, seo, concedo, decerno, moneo, suadeo, persuadeo, etc ..; d. Er-
, t do de ica o a .
Pero en otro apar a , . damente la misma lista nout-Thomas, § 309) tiene dos sentidos: uno "declarativo" que
. . len dar aprOXIma ..
las mismas síntaxts sue bi de la oración de infimtlVo, arrastra la construcción de infinitivo: "digo que ... ", y otro "yu-
de verbos como introductores tamf lenl'o'ncompletiva con el ut
, t alterna en une
+ sivo", de modo que dico ut significaría "mando que ... ".
que frecuentemen e ue decimos pueden compar~rse, Nosotros no podemos contentarnos con tal explicación.
subjuntivo. Como muestra de lo q ( d' . 'n de 1964) las págmas a) Situémonos ante los enunciados con sus respectivos men-
. d E t Thomas e icio , O
en la sintaXiS e rnou - 1r on ut) con las páginas 32 - sajes diferentes:
299-306 (dedicadas a las comp e ~vas ~, )
., de mfinltlVO . Dicam ut reuortantur "Diré que vuelvan". •
331 (dedicadas a 1a oración mbia el contenido del Dicam eos reuerti "Diré que vuelven".
t unas veces no ca
2) Por otra par e, 1 t' .mfinitiva como si se usa Si el sentido es distinto y lo que cambia formalmente es la
. sa la comp e iva . 1
enunciado tanto SI se u lt un mensaje sustanCia - oración subordinada, nos parece absurdo atribuir la respensabi-
la completiva CQnut; otras veces resu a
lidad del cambio en el contenido a lo que formalmente perma-
mente distinto: nece invariable (dicam); creemos que el cambio del contenido se
debe al cambio en la forma, es decir, al cambio en la oración su-
EQUIVALENCIA:
,. "(Pl Mil. Gl. , 96). bordinada: ut reuortantur / eos reuerti.
. "Q' ro que sepals.,
Volo uos scrre Ule, . aunque mucho me- b) Aunque admitiéramos que en dicam ut reuortantur ese
. . . 'ficana lo mIsmo y, .
Volo ut Sc¡aüs sigru , '. lmente correcto; d. Cic., m dicam no es "decir", sino "mandar", ello no constituiría una
nos frecuente, sena. l,gUa d . PI Bacch., 77: Vt razón para excluir la construcción con infinitivo ni para imponer
V at " 14: Volo ut rmht respon eas, " el cambio de sentido, pues los uerba uoluntatis no excluyen la
ille te uideat uolo; etc. oración de infinitivo ni imponen cambio de sentido; más todavía,
los verbos más típicamente "yusivos", como son iubeo y ueto,
OPOSICIÓN: prefieren la subordinación infinitiva a la subordinación con ut:
domum "Les diré que regresen el tipo iubeo te [acere es mucho más frecuente que iubeo ut fa-
DicarTLut relwrtantur
" (T r Heaut 340). cias; y ambos son equivalentes por el lado del contenido: "Mando
a casa e ", ., "Diré que ellos regresan a que hagas".
Dicam eos retwrtt d07num
5) La alternancia de las oraciones completivas infinitivas y
casa."
las oraciones completivas con ut, ya sea con o sin cambio de
s los casos de equivalencia que contenido, reclaman, pues, una nueva interpretación.
3) Son mucho más numeroso d it m'ás o menos explíci-
, ., 'por ello se a mi e, La nuestra enlaza con lo que ya dijimos al intentar separar
los casos de opOslcLOn,. . fi iti y la completiva con ut son, las nociones de subordinación y estilo indirecto (cf. supra, pp. 66
1 completlva in m iva
tame~te" q,ue ~ r , or el lado del contenido. ss.).
en prmciptc, smommas p , problema al que no se La semántica del verbo principal y la semántica de sus posi-
4) En todo caso, se plantea ~qU1udmn ite q~e ambas subordi-
bid t íón: SI se a bles complementos directos se condicionan mutuamente. Así
d
ha prestado la e 1 a a enci 'l' por qué a veces dejan de
. ,. ha de exp ícarse l' como el verbo "preguntar" sólo admite como complemento di-
nadas son smommas, , 1 son hay que exp icar recto una "pregunta subordinada" (la interrogativa "indirecta"),
. . e admite que no o ,
serlo; y, VIceversa, SI s vuelven sinónimas. así también:
por qué las más de las veces se 1 e o se señalan simplemente
En la bibliografía a nuestro a canc
320 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 321
al A un verbo de semántica estrictamente (iubeo,
"impresiva"
ueto, sino, uolo, nolo, etc., los auténticos uerba uoluntatis) sólo Di~o ut uenias =F Dico te uenire "Digo que vengas" =1= "Di o
que víenes", g
se les puede subordinar mensajes impresivos: por tanto, sea cual
fuere la forma que adopte la oración completiva, infinitivo o ut Tal es la conclusión de este apartado. Para cerrarlo veamos
con subjuntivo, el sentido no cambiará; la suerte está echada, algu~as muestras literarias de estas completivas y, par cierto, de-
en cuanto a contenido, por la excluyente semántica del ver-bo pendIendo de verbos que no figuran en las correspondientes listas
principal: de nuestros' manuales (d. el § 309, antes 'citado, de Ernout-
Thomas) :
=
iubeo ut faCias iubeo te facere
ueto ut facias =
ueta te [acere CLAMARE:Clamare coeperunt sibi ut haberet bereditatem:
sino ut facias = sino te [acere "Se pusieron a gr~tarle que se quedara con su herencia" (Cic.:
uolo ut facias =
uolo te [acere :verr., ~) 47). A~I tenemos la subordinación de 'un niensaje
etc. etc. Impreslvo, que, Independizado, sería: Tibi habeas heredita-
tem: "¡Quédate con tu herencia!" Sustituyamos ahora la corn-
b) A un verbo de semántica estrictamente declarativa (los pletlv~ c.on ut por la completíva infimtíva: Clamare coeper¡mt
mejores ejemplos aquí los constituyen las expresiones o uerba eu~ szbz habere hereditatem "Se pusieron a gritarle que=se
impersonalia: ,oportet, necesse est, uerum est, mirum est, etc.) habla ~ncontrad~ con una herencia". El mensaje independiza-
no se le puede subordinar más que mensajes informativos; tam- do sena: Heredztatem tibí ha bes! "¡Te has encontrado con
bién aquí está echada la suerte por el verbo principal y poco im- una herencia!" (

porta que, como subordinación completiva, salga ut o infinitivo:


MEMINI: Vt subdola sis memento "Acuérdate de ser astuta".
necesse est ut facias = necesse est te facere (Pl., Cas., 823). El mensaje independizado sería: (Vt) subdo-
mirum est ut facias = mirum est te [acere la sis!: "¡Sé astuta!".
etc. etc. Pero Subdolam te esse memento sería: "Acuérdate que eres
astuta"; y el mensaje indepetJ.dizado: "Eres astuta" (recuér-
c) Pero hay bastantes verbos que, por su semántica, ni son dala) .
estrictamente declarativos ni estrictamente impresivos, sino que
su espectro semántico es más general y pueden acoplárseles com- MONtO: Vt quiescant moneo "Les aconsejo que vivan en paz"
plementos directos más variados. Así ocurre con dico, que puede (T~r., And;: 22). La subordinada independizada sería: (Vt)
considerarse como el prototipo de todos ellos. Cuando alguien se qutescant! ¡Que vivan en paz!"
pone a hablar para decir "algo", ese "algo" puede ser una simple Res ipsa monebat tempus esse "Los mismos acontecimientos
información (función declarativa del lenguaje) o puede ser una me re~or~aban qu.e era el momento" (Cic., Att., lO, 8, 1). El
orden, un ruego, etc. (función impresiva). Por tanto, la suerte no mensaje Independizado sería: Tempus est "Es el momento".
queda echada ya por la aparición del verbo principal (dico), y no
sabemos si la completiva subordinada a él va a ser de contenido AnDO: lllud addidit (sena tus) ut redirem "El senado añadió
informativo o impresivo; así las cosas, la doble posible cons- que yo volviera" (Cic., Sest., 129). Mensaje independizado:
trucción completíva va a polarízarse en funciones distintas: la Redeat Cicero! "¡Que vuelva Cicerón!"
construcción infinitiva reflejará un contenido declarativo y
la construcción con ut refle¡ará un contenido impresivo: la alter- Addebant me desiderarí "Añadían que se me echaba de me-
nancia es ahora relevante: . nos" (Cic., Att., 16, 7, 1). Mensaje independizado: Tu deside-
rarís "Se te echa de menos".

1
INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN
322

He aquí por último un ilustrativo ejemplo de Tácito (An. )\IV, Ahora vamos a ver el desarollo de un sistema de subordina-
5) en el que aparece la doble construcción en dependencia del ción paralela;' es decir, vamos a ver, por el lado del contenido,
mismo verbo: Acerronia, dum se Agrippinam esse utque subue- los mismos tipos de oraciones subordinadas: comparativas, tem-
niretur matri principis CLAMITAT, contis conficitur "Aeerro- porales, causales, completivas, finales, consecutivas, concesivas
y condicionales; por el lado de la forma veremos nuevos medios
nia, por ponerse a gritar que ella era Agripina y que se socorrie-
de expresión para ese contenido: la lengua logró estas nuevas
ra a la madre del príncipe, es abatida a garrotazos".
formas por la vía del quis/quid (apartados 1-11) y, accidental-
mente, por elementos de procedencias varias (apartados 12-16).
B) El modo en las completivas, finales, concesivas y consecu- Este nuevo sistema es más explícito que el anterior, ya que
tivas. las nuevas partículas, por su semantización, comportan en sí mis-
El modo subjuntivo en las subordinadas que estamos es- mas algunas nociones concretas de tiempo, causa, condición, etc.
tudiando no plantea problemas, salvo en el caso de algunas con- Sin embargo, también aquí hay grados en la univocidad o pluri-
secutivas. Este subjuntivo subordinado conserva el mismo valor valencia, como vamos a ver seguidamente.
que le corresponde en posición independiente. Dado que en di-
chas oraciones se trata de procesos intencionales, deseados o su-
puestos, nadie se extraña de que esas oraciones excluyan el indi-
1. QVOM
,~ cativo o modo de la realidad y utilicen en cambio el subjuntivo.
Únicamente plantea problemas el subjuntivo de ciertas con-
. secutivas, ya que en éstas no es raro que los períodos subordi- 1. El origen de esta partícula es evidente. Quom es el acu-
nados expresen hechos reales, y podría esperarse entonces la sativo singular masculino del tema quo-, como quem 10 es del
aparición del indicativo. ¿Por qué se halla entonces sistemática- tema qui-, Ante estos dos acusativos del relativo-interrogativo, la
¡ mente excluido el indicativo en las consecutivas? Se han dado forma quom se desprendió del paradigma del relativo, y, ya
.' varias razones muy verosímiles: a) que a la mayoría de las con- fosilizado, pasó a conjunción temporal.
secutivas les hubiera correspondido también el subjuntivo por Es razonable pensar, como dicen nuestros manuales de sinta-
su contenido y que tal subjuntivo se habría generalizado hasta xis, que el paso de relativo a conjunción, y precisamente a con-
desplazar totalmente a la minoría de los posibles indicativos; junción "temporal", se produjo por infección a partir de antece-
bl también se ha dicho -y nos parece razón más convincente- dentes -nombres o adverbios- de semántica temporal: tempus,
que en las consecutivas (que son como la medida de la principal) aetas, dies, nunc, tum, etc.
no se tiene en cuenta tanto la realidad del hecho expresado como Iam aderit tempus quom sese etiam ipse oderit "Pronto llegará
la posibilidad de llegar a ella. el momento en que él se odiará a sí mismo" (Pl., Bacch., 417).
Hunc uulere saepe optabamus diem
Cum. ex te esset aliquis qui te appellaret patrem "Muchas ve-
C) SUBORDINACIÓN,BASADAEN PARTÍCULAS DIVERSIFICADAS ces suspirábamos por ver el día en que algún descendiente tuyo
te llamara padre" (Ter., Hec., 651-652).
Nos hemos referido anteriormente a las dos vías que siguió En ejemplos como ésos puede darse la alternancia quom/qui,
el latín en el desarrollo de su subordinación. cf. [uerat ille annus quom (Cic., Sesi., 15) / is erat annus quo
En la sección precedente, dedicada al ut, hemos visto cómo, (Caes., B. C., 3, 11).
por la vía del ut y valiéndose únicamente de esa partícula, la Si nos fijamos en la equivalencia quom = (in) quo, notamos
lengua logró montar un sistema completo de subordinación. que /(in) qua/ es puro "representante" o eco del antecedente; en
r
\
I (

324 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ( LA SUBORDINACIÓN 325


cambio, quorn, como relativo "semantizado", se independiza de ll¿ferinquit ... "Como (es decir: «cuando y precisamente porque»)
su antecedente y, en consecuencia, se hace invariable. el portaestandarte estaba gravemente herido, dijo ... " (César, B.
Ejemplo de adverbio temporal como antecedente: G.) 3, 64, 3).
Etiam si dudum fuerat amoiguom hoe mihi Cum ternporal-concesivo: Twni est condemnatus cum esset
nunc non est, eam cum sequitur alienus puer "Aunque hasta iudex quaestionis "Se le condenó aun cuando/aunque era pre-
aquí hubiera para mí lugar a dudas, ya no cabe dudar ahora que sidente del tribunal" (Cic., Cluent., 89).
ella (= Filomena) arrastra consigo al hijo que no me pertenece" En los dos ejemplos precedentes, si en lugar de cum esset se
(Ter., Hec., 648-649). . . dijera cum erat, el sentido sería puramente temporal: "Cuando
Una vez semantizado, el quom ya puede prescmdIr de todo estaba herido, dijo"; "Se le condenó cuando era ... "
antecedente, y es entonces pura conjunción subordinante "tem-
poral" : NOTA. - Para mayor claridad, el cum tempora1- concesivo
Quom 1wrices secobtuitur C. Mario, doieo«: "Cuando opera- puede llevar el típico correlativo de las concesivas, tamen: Grae-
ban a C. Mario de sus varices, él sentía dolores" (Cie., Tusc., 2, cia cum iam diu eloquetitia excellat, tamen ... "Grecia, aunque
35). destaca en elocuencia desde hace tiempo, no obstante ... " (Oíc.,
2. Como partícula subordinante relativo-temporal, quorn Brut., 26). .
debe construirse con el modo indicativo: 4. Si se quiere comprobar la exactitud de las normas apunta-
Hu: illest dies quom nulla salus sperabilist "Éste es el día en das, ha de tenerse en cuenta que una cosa es que objetivamente
que no cabe ninguna esperanza de salvación" (Pl., Capt., 518). haya relación temporal-causal (o temporal-concesiva) entre dos
Omnes quom uaiemiu: recta consiua aegrotis damus "Todos, hechos, y otra cosa muy distinta es que el autor tenga en cuenta
cuando estamos sanos, damos buenos consejos a los que están esa doble relación. Puede ocurrir, y de hecho ocurre, que al ha-
enfermos" (Ter., And., 309). blante sólo le interesa expresar la relación temporal, por ser
irrelevante para su propósito la relación causal. En este supuesto
NOTA. - Si la oración subordinada temporal, incluso indepen- utilizará cum con indicativo.
dizada, exigiera el subjuntivo por aludir a un hecho no real, Un ejemplo ilustrativo puede verse en los siguientes textos
naturalmente, al subordinarse, conservará el subjuntivo, ya que citados en un manual de sintaxis latina (B1att, Syntaxe latine, en
éste no es debido al hecho de la subordinación: Nutu: mud est Les Langues du Monde, 1952, 292) para demostrar (?) que no
quom me fuisse quam esse nimio uelim "Es ahora cuando yo hay normas válidas que expliquen el uso de un modo verbal u
preferiría, con mucho, estar muerto que seguir viviendo': ..(Pl., otro con el cum temporal:
Capt., 511). Ocurre aquí exactamente lo mismo que .dl]Ix_nOS Cum uarices secabantur C. Mario, dolebat "Cuando operaban
del ut comparativo-temporal, que tampoco excluye el subjuntivo, a C. Mario de sus varices, él sentía dolores" (Cic., Tusc., 2, 35).
y por la misma razón (d. supra, p. 116). . . Marius cum secaretur, ut supra dixi, principio uetuit se alH-
3. Como sucedía con todas las relativas, si en lugar del indi- gari "Cuando Mario era sometido a la operación, como anterior-
cativo sale el subjuntivo, éste añade una nueva nota a la acción mente dije, él, al principio, prohibió que se le amarrara" (Cic.,
temporal expresada por el quom. Habrá, pues, aquí también una Tuse., 2, 53).
subordinación doble: una subordinación temporal-causal o una Esos dos textos, así sueltos y enfrentados entre sí, parecen
subordinación tempora1-concesiva. En suma, volvemos a encon- revelar, efectivamente, una indistinción o irrelevancia del modo
trarnos aquí con el subjuntivo de subordinación, como quedó verbal con cum. Pero, si los examinamos de más cerca y en su
definido supra, pp,¿97 ss. . contexto, veremos que obedecen estrictamente a las normas es-
Cum temporal-causal: Cum graui uulnere esset affectus aquz- peradas.
LA SUBORDINACIÓN 327
326 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

pronombre y quod-conjunción, por coincidir ambos en el quod


En Tusc., 2, 35, Cicerón está discutiendo una cuestión lingüís-
como acusativo de relación.
tica; trata de demostrar que dolere y laborare no son sinónimos
en latín y pone como ejemplo: Cum uarices secabantur C. Mario,
dolebat; cum aestu magno agmen ducebat, laborabat "Cuando 2. C0I!l0 quiera que sea, nosotros seguiremos la tradición
distinguiendo entre el quod pronombre relativo y el quod. con-
operaban a C. Mario de sus varices, dolebat; cuando iba al frente
junción completivaj causal.
de su ejército en medio de grandes calores, laborabat.
Evidentemente ~ay una relación de causa a efecto entre la a) La oración completiva con quod puede funcionar:
intervención quirúrgica y el dolor; entre la marcha a pleno sol - Como sujeto: Multum ei detraxit quod alienae erai ciui-
y el esfuerzo o trabajo (laborare); pero esa relación no interesa tatis "Le restó muchas posibilidades su origen extranjero" (lite-
aquí a Cicerón para definir y oponer los términos dolere / labo- ralmente: "el [hecho de] que era de una ciudad extranjera") (C.
rare; se ve lo que significan esos términos señalando sencilla- Nep., 18, 1, 2). •..
mente el tiempo en que se produce el dolere / laborare; es como - Como complemento directo: Praetereo quod eam sibi do-
si el autor dijera: "durante una intervención quirúrgica, lo que mum delegit "Paso por alto el (hecho de) que se eligió dicha
se siente es dolor" y "durante una marcha agobiante de calor, lo casa" (Cic., Cluent., 188). •
que se siente es fatiga". - Como predicado: Causa transeundi fuit quod ah Suehis
Fijémonos ahora en el otro texto: Marius cum secaretur, bello premehantur "El motivo de su emigración fue la presión
principio uetuit se alligari. Aquí Cicerón considera no sólo la militar de los Suevos" (literalmente: "el [hecho de] que los Sue-
contigüidad temporal (cum), sino la concatenación o relación de vos los presionaban") (César, B. G., 4, 1, 2).
ideas entre la operación quirúrgica y la inmovilización del pa- - Como aposición: Causa haee est, quod neque tu defendis
ciente; esa consideración arrastra el subjuntivo: "Cuando se le "La razón es ésta: que ni tú mismo nos defiendes" (T. L., 23,
operaba y a pesar de la operación, Mario prohibió que se le 42, 11).
amarrara".
b) Quod causal: Jura te non nociturum esse nemini quod
tu hodie uerberatu'« "Jura que no harás daño a nadie por habér-
2. QVOD sete azotado hoy" (Pl., Mil. Gl., 1.410-1.412).
1. El quod, con el ut y el quom, son las tres conjunciones de
NOTA. - Si, como es tan frecuente, quod lleva un correlativo
mayor rendimiento en el desarrollo de la subordinación latina.
(id, eo, ideo, idcirco, propterea, oh han e causam, ob eam rem,
El quod es el nominativo-acusativo singular neutro del re-
etcétera), la noción de "causa" queda ya apuntada por ese corre-
lativo.
lativo y la subordinada con quod es mera epexégesis de dicho
Pero el quod siguió siempre formando parte del paradigma
correlativo:
del relativo: es decir, fue funcionalmente ambivalente: relativo
Exclamant laetae "uenit", id quod me derepente aspexerant
o conjunción. Esto puede prestarse a confusiones, cosa que no
"Alegres exclaman 'ya viene', por (aquello de) que me habían
ocurre con el quom, ya que éste quedó fuera --como forma so-
visto de pronto" (Ter., Hec., 368).
brante- del paradigma del relativo.
ldcirco sum tardior, quod non inuenio fidelem tabellarium
El lector moderno no sabe muchas veces si ha de encasillar
"Tardo bastante en escribirte por la razón que no encuentro
a un quod dado como pronombre o como conjunción; quizá ya
mensajero seguro" (Cic., Att., 1, 13, 1).
les fuera difícil a los hablantes latinos distinguir entre ambas
Recuérdese lo dicho supra., pp. 87 ss., de la subordinación re-
posibilidades, o quizá no se les planteara ningún problema y no
lativa.
distinguieran en absoluto entre lo que nosotros llamamos quod-
\
\
328 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
t LA SUBORDINACIÓN 329

3. El modo verbal en las subordinadas con quod es el misIY!-0 tivo de relación, puede funcionar con gran libertad. Los siguientes
que tendrían en posición independiente; el quod no excluye nin- ejemplos ponen de manifiesto la variedad de tipos en construc-
gún modo verbal. ciones con quod y la dificultad de encasillarlos bajo nuestras
a) En consecuencia el quod completivo permite establecer rúbricas habituales:
distinciones que no son posibles en las completivas con ut (ni con Sane gaudeo quod te interpellaui "Me alegro mucho de ha-
infinitivo), ya que el ut completivo arrastra automáticamente el berte interrumpido". "Me alegro de que ... / Me alegro por-
subjuntivo: que ... " (Cic., Leg., 3, 1). ¿Nos hallamos ante una completiva o
Huc accedit quod paulo tamen occuitior uestra ista cupiditas una causal? Quizá no debiera plantearse el problema, ya que con
esset "A esto se añade que la pasión que te posee quedaría algo los uerba affectuum el objeto y la causa suelen coincidir.
más disimulada" (Cic., Rose. Am., 104). Con erat en lugar de Quod ad me scribis de sorore tua, testis erit ipsd. "En cuanto
esset, el sentido sería: "quedaba de hecho". Si en el mismo texto a lo que me escribes con relación a tu hermana, ella misma será
apareciera ut esset no habría posibilidad de elección entre que- testigo" (Cic., Att., 1, 5, 2)
daría / quedaba. Est quod te uolo de communi re appeUare "Se da el caso-que
En la medida que no sea relevante la oposición real/no real, quiero hablarte de un asunto que nos interesa a ambos" (Pl.,
el ut y el quod completivo s son intercambiables. Aul.] 199)
b) El quod causal con indicativo -que es la construcción Est quod uisam domum "Tengo algo que ir a ver {_"n casa" (Pl.,
más frecuente- alude, pues, a una causa real y garantizada como Aul., 203)
tal por el autor: Iam diu est quod tLent-riuictu-m non datis "Hace ya tiempo
T1¿mos duo oHm pro re tollebas tua que no dais a mi estómago su alimento" (Pl., AmIA, 302)
Quod satis putabas tua bona ambobus [ore "En otros tiempos
Sed quid hoc quod pieus ulmum tundit? "Pero ¿ qué significa
tú educabas a los dos al tenor de tu posición, porque te figurabas
esto, que el pájaro carpintero picotea el olmo?" (Pl., Asin., 262)
que tu fortuna sería suficiente para ambos" (Ter., Ad., 809-810).
Una oración causal con quod y subjuntivo expresa una causa Gnatus quod se assimuLat laetum, id dieis? "Que es fingida
fingida: ya sea una causa simplemente imaginada por el hablante la alegría de mi hijo, ¿dices eso?" (Ter., Heaui., 888)
pero que a los ojos del propio hablante carece de efectivo atraigo Adde quod ingenuas didicisse fideliter artes emoUit mores
en la realidad: Nemo enim unquam est oratorem, qtwd Latine "Añade que el estudio profundo de las artes liberales suaviza las
loqueretur, admiratus "Nadie admiró jamás a un orador porque costumbres" (Ovid., Pont.] 2] 9, 47)
hablara en buen latín" (Cic., de or., 3, 52); ya sea una causa no Legati renuntiauerunt quod Pompeium in potestate habel'ent
garantizada por el hablante, sino simplemente referida como "Los emisarios anunciaron que tenían en su poder a Pompeyo"
opinión ajena y citada así como mera posibilidad: Noctu ambu- (César, B. Hisp.] 36, 1).
labat in publico Themistocles quod S07nnum capere non posset Estos dos últimos ejemplos nos muestran casos de transición
"Temistocles paseaba de. noche en lugares públicos porque (al hacia la construcción completiva tardía dico quod, scio quod, de
parecer o decía él) no podía conciliar el sueño" (Cic., Tusc.,
I
tanta transcendencia en el desarrollo posterior del latín que nos
4, 44). lleva directamente al "que" románico en sustitución de la clásica .\
oración de infinitivo: Seis quod epulum dedi "Sabes que he
4. Las clásicas oraciones subordinadas completivas y cau- dado un banquete" (Petr., 71, 9); Vides quod aliis Ieporetti ex-
sales con quod no agotan las posibilidades de esta conjunción. El citaui "Ves que he levantado la liebre para los demás" (ibid.,
quod, a través de sus posibles correlaciones y del u-socomo acusa- 131, 7).
LA SUBORDINACIÓN 331
330 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
2. La subordinación con quia no afecta al modo verbal; man-
5. La conjunción quod (d. Szantyr, Lat. Gra~m., 1964, pp. tiene el indicativo o subjuntivo que le correspondería en posición
579-584) a lo largo del período histórico, va extendIendo s~s usos independiente, exactamente en las mismas condiciones que seña-
hasta suplantar a casi todas las demás partículas subordmantes lamos al tratar de quod. Ya se he visto el quia con indicativo en
y convertirse en conjunción un~versal, co~o lo}uera antes el ut~ los textos citados anteriormente. He aquí ahora una muestra de
Pero hay una gran díferencía entre el que de nu~~t~as len quia con subjuntivo: Nunc mea mater iratast mihi quia non
guas románicas y e1 ut 1atimo, a sa ber er.: el "que" romamco
.' es- redierim domum ad se "Ahora mi madre está enfadada conmigo
cueto, quedó exclusivamente como introduc~or de oraClOnes com- porque (dice ella) no volví a casa a su lado" (PI., Cist., 101). El
pletivas: creo que ... ; ocurrió que ... ; es evtdente que .. : ~ara la subjuntivo (potencial) revela que la causa del enojo es alegada
subordinación circunstancial se hizo preceder de pre~oslcIones o por la madre, pero no admitida por la hija, Selenia, que nos la
locuciones prepositivas como cualquier otr~ sustantlvo e~ fun- refiere.
ción adverbial: de que, para que, porque, sm que, despues que,
3. Como conjunción causal, quia es, en el período literario,
mientras que, a fin de que, etc. ., ..
Así alcanzó el "que" románico una axtensión Y una establlI- mucho más frecuente que quod, sin duda por expresar más uní-
vocamente la causa: con el quui, al quedar fuera de su primiüvo
dad que no pudo mantener el ut latino.
/, paradigma, no se da la plurivalencia que hemos observado al
referirnos al quod.
3. QVIA En época tardía, en concurrencia con dico quod, se dijo tam-
bién con los verbos declarativos dico quia; uideo quia, etc.: Dixi
1. Quia, acusativo plural neutro del tema qui-, con .co:rela- quia mustella comedit "Le dije que la comadreja los había comido
tivos o sin ellos, es la conjunción causal de mayor rendlm1ento. (= los pajaritos)" (Petr., 46, 4).
Este quia completivo no tuvo sin embargo en románico el
éxito que alcanzó el quod en la misma función.
CON CORRELATIVOS:
Sin east causa retinendi apud uos quia aegrast... "Si el, mo-
tivo de retenerla (a Filomena) con vosotros es porque esta en- 4. QVAM y sus compuestos
ferma ... " (Ter., Hec., 255-256) . .' .
Niuu: adeo si ob eam Tem uobis mea mta mmsa, Aeschme,. est A) QVAM
quia non iusta iniusta prorsus omnia. omnino" obsequo:, mt~sa
facio: effundite, emite, fa cite quod uobis lu~et Ahora bien, Sl el Quam coincide con el acusativo singular femenino del rela-
motivo de que mi vida os sea odiosa, Esqumo, es porque no me tivo, como quom ~ quum? cum coincide con el acusativo singu-
presto totalmente a todo, justo o injusto, ya no hago caso: de- lar masculino.
rrochad, comprad, haced lo que os apetezca" (Ter., Ad., 990-992). En oración independiente aún podemos verlo funcionar como
puro adverbio interrogativo-exclamativo en el sentido de "cuán-
(to)", "hasta qué punto", "en qué grado": Haec tata fabella quam
SIN CORRELATIVOS:
est sine argumento! "¡Toda esta pequeña comedia cuán exenta
Discrucior animi quia ab domo abeundum est mihi "Estoy está de tramoya!" (Cic., Cae!., 64).
angustiado porque he de salir de casa" (Pl., Aul.: 105). ".
Eunuchum dixti ueUe te, quia soiae utuntur hts regm~e DI- 1. En hipotaxis puede introducir, como cualquier término
jiste que querías un eunuco porque sólo las reinas los tienen a percontativo, una interrogación subordinada:
su servicio" (Ter., Eun., 167).
332 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 333

Vide quam ad me litterae non perferuntur! "¡Mira hasta qu~ Así como el adverbio de cantidad quam, en su forma interro-
punto no me llegan tus cartas!" (Cic., Fam., 2, 10, ~)" gativa, significaba "hasta qué punto", "en qué grado", ahora
Non dici potest quam cupida eram huc redeundt No hay pa- quamquam, como relativo-indefinido (cf. utut, quisquis), signifi-
labras para expresar cuán deseosa estaba de volver aquí" (Ter., cará "en cualquier grado o medida que"; y su modo verbal será
Rec., 90) b h el de las oraciones relativas indefinidas (cf. supra el apartado
Quam bene abs te prospectumst cogita "Piensa qué len as correspondiente) :
tomado tus previsiones" (Ter., Heaut., 638)., ' Quamquam tu bella es, malum tibi magnum dabo "Con-todo-
Obsérvese en los tres ejemplos precedentes como este adver- 10 guapa que tú eres, te voy a dar una buena paliza", o: "Aunque
bio interrogativo sigue en.posición hipotáctica modificando, co~o eres guapa, ... " (PI., Bacch., 1.171-1.172)
cualquier adverbio, a un verbo, a un adjetivo o a otro adverbIO. Cedo, quamquam parum est "Dame, aunque po<;o es" (Pl.,
r-«, 910).
2. Como relativo, quam responde a tam de la oración prin- Este quamquam invariable es paralelo al adjetivo igualmente
cipal en correlación paralela a la de tumo ... quum:. " geminado, pero variable, quantus quantus, que a su vez es sinó-
Tam frictum illum reddam quam frtctum est creer Lo voy nimo del indefinido qucntuscumque: ...
a poner tan tostado como lo está un garbanzo tostado" (Pl., Quanta quanta haec mea paupertas est, tamen adhuc cura-;'á
Bacch., 767) . ' . ,,' unum hoc JJ.uidem ut mihi esset fides "Por mucha y mucha que
Tam facile uinces quarn ptrum uolpes comest Te sera tan sea mi pobreza (o 'cualquiera que sea mi pobreza') he tenido sin
fácil vencer como a una zorra comerse una pera" (Pl., Most., 559). embargo buen cuidado de que no me faltara al menos una cosa:
3. La correlación comparativa se extiende a todos los térmi- la lealtad" (Ter., Phorm., 904-905).
nos morfológica o semánticamente comparativos, cual~uiera q~e
2. Tamquam. - Ciertos adverbios al entrar en correlación
sea la categoría léxica a que pertenecen: adverbios (magts
con el comparativo quam se han aglutinado con éste en unidades
quam, potius quam, plus quam, contra quam:, aLiter quam:' etc.),
léxicas más o menos estables.
adjetivos (melior quam, doctior quam, ahus quam, dmersus
Tamquam < (tam ... quam) y, más frecuentemente, tamquamsi
quam, etc.), verbos (malo quam):
introduce una comparación hipotética. El modo es, naturalmente,
Mortuos pluris pretist quam ego sum "Un muerto vale más
el subjuntivo:
que yo" (Pl., Bacch., 630) . . ..". Parui primo ortu sic iacent tamquam omnino sine animo sint
Nihil aliud egit quam ut qua m plurtmts esset auxtlw No hizo
"Los niños al nacer yacen como si les faltara totalmente el alma"
más que auxiliar al mayor número posible" (Nep., Att., 11, 1)
(Cic., Fin., 5, 42).
Principem esse mauult quam uuieri "Prefiere ser que parecer
el primero" (Cic., Off·, 1, 65). 3. Post(ea)quam. - Post(ea)quam, "después que", "desde
4. La partícula quam, de función estrictamente comparativa, que", introduce una subordinada temporal; su modo es el indi-
no influye sobre el modo verbal. cativo:
Postquam copias ad se uenire uidit, maturauit "Después que
vio a las tropas venir hacia donde él estaba, se dio prisa" (César,
B) COMPUESTOS DE QVAM
B. G., 2,5,4).
1. Quamquam. - La conjunción de subordinación concesiva
quamquam, que nosotros solemos traducir por "aunque", se for- 4. Antequam y Priusquam. - Estas dos conjunciones (= "an-
mó por geminación del simple quam. tes que") se construyen con indicativo cuando indican pura rela-
334 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 3:35

ción temporal, como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones ; obrepat senectus "No se da uno cuenta de cuándo le sorprende la
Id actum est quinquennio ante quam consul sum factus "Esto> vejez" (Cic., Cato M., 38).
sucedió cinco años antes de mi elección como cónsul" (Cic., de· b) Subordinadas temporales "relativas" con antecedente o
amic., 96) sin él:
Te aspexi priusquam loqui coepisti "Te vi antes de haber tú Vbi satur sum, nulla crepitant (intestina); quando esurio, tum
empezado a hablarme" (Cic., Vat., 4). crepant "Cuando estoy harto, las tripas nunca me rugen; cuando
Pero no faltan ocasiones para usar el subjuntivo. Ello ocurre: estoy hambríento, entonces sí que suenan" (Pl., Men., 926)
a) Cuando la relación temporal no es accidental, sino bus- Mensam quando edo detergeo "Cuando como dejo la mesa
cada intencionalmente; la subordinada corresponde entonces al limpia" (Pl., Men., 78).
subjuntivo potencial desiderativo: e) Subordinadas causales: Non loquar, quando plus uoles
Priuscpuim incipias, consulto opus est "Antes de lanzarte a "No hablaré ya que (o porque) eres más fuerte" (pi., Amph., 390).
obrar es preciso reflexionar" (Sa1., Cat., 1, 6). Mensaje equiva-
2. El quando no influye en el modo verbal.
lente a: "No empieces sin reflexion~r antes".
Priusquam comprehenderetur, gladio se tmnsfixit "Antes que 3. La conjunción temporal quando, frecuente en latín-arcaí-
dejarse capturar, se atravesó con la espada" (T. L., 37, 46) ca, muy poco usual en el período clásico (no aparece en César, ni
Priusquam corporc curaient, arma tela que pamnt "Antes de Salustio, ni T. Livio, ni Tácito) adquiere otra vez pujanza en la
dedicarse a sus cuidados personales, preparan sus armas y sus lengua posterior y se convierte en la conjunción temporal por
dardos" (T. L., 36, 18, 1). Mensaje equivalente: "¡Frimero las excelencia del período románico.
armas y los dardos! Después, los cuidados personales".
b) Cuando el hecho expresado en la subordinada temporal 6. Quamuis. - Quamuis es una formación transparente:
no haya tenido lugar, en cuyo caso se acude naturalmente al quam-ui« "cuanto quieras". Su valor primitivo -no subordinante
subjuntivo (potencial o irreal): todavía- subsiste en casos como Quam-uis ridiculus est, ubi
Romanus, priusquam fores p01"tarum obiicereniur, inrumpit uxor non adest "Es todo 10 ridículo que quieras, cuando su mujer
"Los romanos !:e precipitan en la ciudad antes de que se echaran no está presente" (Pl., Men., 318).
los batientes de las puertas" (T. L., 1, 14, 11). Quarnuis, i en oración independiente es, pues, sinónimo de
No es raro que las dos razones apuntadas incidan simultánea- quanturn uis (cf. Hor., Ep., 2, 2,39: Quantum uis rusiicus "Todo
mente para justificar el empleo del subjuntivo. lo campesino que tú quieras").
El paso semántico a conjunción concesiva no ofrece dificultad:
5. Quando. - Quando « quam-dó) puede funcionar como
Pollio amat nostmrn, quamuis est rustica, Musam "Con todo
puro adverbio interrogativo-indefinido y como conjunción subor-
lo rústica que es (o aunque sea rústica), Polión ama nuestra
dinante "relativa".
Musa" Virg., Egl., 3, 84).
Interrogativo / indefinido: Quando? -(ali)quando, quando-·
En los ejemplos anteriores vemos que quamuis se emplea con
cumque.
el modo indicativo. No obstante, el modo más frecuente con esta
Quando ueniet consul? "¿Cuándo llegará el cónsul?" (Cic.,
conjunción es el subjuntivo (generalmente "desiderativo"), pues-
Phil., 11, 25).
to que en principio se trata de un hecho supuesto, considerado
Conjunción subordinante relativa: Quando uult "Cuando
como no realizado o en todo C;:lSO independientemente de su
quiere"; d. Pl., Bacch., 224: Veniat quando uolt.
realización:
1. En hipotaxis quando introduce, pues: Quamuis ille felix sit, sicu: est, tarnen "Aunque él sea feliz,
a) Subordinadas interrogativas: Non intellegitur quando como efectivamente lo es, sin embargo " (Cic., Rose, Am., 22)
INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 337
336
Quamuis res mihi non pLaceat, tamen pugnare non poteto Perfodi parietem, qua commeatus clam esset hinc huc mulieri
"Por mucho que me desagrade el asunto (o Aunque el asunto no "Perforé la pared por donde / para que. la mujer tuviera un
me agrade), me será imposible luchar" (Cic., Verr., 2,3,209). pasadizo secreto de un lado al otro" (Pl., Mil. Gl., 142-143).
Tenemos ahí -con el modo subjuntivo- una oración rela-
tiva-final.
5. QVONIAM
Como con cualquier relativo, existe la forma de relativo-índe-
Qu{)níam, de ':'quom-iam, es, como quando, conjunción tem- finido: qua qua (en paralelo con quisquis, utut, ubiubi, etc.):
noral que pronto pasa a~causal (d. nuestras expresiones ternpo- Quaqua tangit, omne amburit "Donde quiera que toca, 10
1:"" , " " h ") abrasa todo" (PI., Ep., 674).
rales-causales "ya que", "desde el momento que, a ora que .
Son numerosos los ejemplos de casos-límite hallados en los
textos:
Nunc a1Lfugit, quoniam ccpitur oppidurn "Ahora, cuando / 7. QVO
porque la ciudad sucumbe, él huye" (PI., Poen., _(65) .'
Quoniam ¡idem magistri cogn01ástis, cognosCtte nunc disci- 1. Qno es el ablativo del pronombre relativo. Es bien cono-
puh aequitatern "Ya que / puesto que conocéis la buena fe del cido su uso como adverbio relativo de lugar (Abí qua lubet "Vete
maestro, ved ahora la equidad del discípulo" (Cic., Rose, Am., adonde te plazca", Pl., Au!., 657) e igualmente como relativo in-
definido: Certa Test me usque q1¿aerere iHam quaquo abductast
119). ,
Lo mismo que quando tendió a especializarse como 'tempo- "Es cosa decidida que la he de buscar adonde quiera que se la
ral", quoniam tendió a ser en el período clásico estricta~ent.e hayan llevado" (Pl., Nlerc., 857-858).
causal. El modo del verbo con quoniam será normamente el indi-
cativo en cuanto expresa una razón efectiva: 2. A partir de su valor de ablativo (quo "con lo que") puede
Pergite, quoniam, oceepistis "Proseguid, ya que habéis empe- introducir una subordinada final ("a fin de que") y concurre así
con el ut final:
zado" (Pl., Most., 63).
No obstante, como ya dijimos al tratar de las restantes con- Rhadum ille projeetus est quo meliar esset "Se marchó a
junciones causales, puede usarse el subjuntivo para representar Rodas, a fin de perfeccionarse" (Cic., Brui., 151).
el pensamiento de un tercero, sin responsabilizarse el autor con Tendió a normalizarse el uso de qua en lugar de ut como in-
troductor de una final en la que apareciera un comparativo
1a causa alegada: .
Itaque quoniam ipse pro se dicere non posset, uerba fectt (cf. qua melior en el ejemplo anterior). Sin embargo tal tenden-
jrater "Y así, puesto que él (según la tradición) no podía hablar cia, dicen nuestros manuales, no debe erigirse en regla, ya que
en su propia defensa, habló su hermano" (Nep., Milt., 1, 7, 5). hay algunos textos con quo final sin el esperado comparativo:
Ego uos quo pauca monerem aduocauí "Os he convocado para
haceros algunas advertencias" (Sal., Cat., 58, 3)
6. QVA Huic omnia sint facienda ut conliniet, et tamen, ut.omnia fa-
éiat, quo propasitum assequatur, sit hoc quasi ultimum bonum
Qua es el ablativo singular femenino de quí, quae, quod. Las "Éste (= el tirador) debiera hacer todo lo posible por apuntar,
subordinadas con qUci siguen siendo puras oraciones de relativo: y, sin embargo, el hecho de tomar todas las medidas para dar en
Tempta qua Lubet "Cachéame por donde te venga en gana" el blanco es 10 que constituiría en cierto modo su fin último"
(Pl., Aul., 647) (Cic., Fin., 3, 22).
LA SUBORDINACIÓN 339
338 INTRODUCCIÓN
A LASINTAXISESTRUCTURAL
DELLATÍN
NOTA.- En lugar de non quo ... sed quo pueden presentarse
Pero quizá se quebrante la norma sólo en casos especiales y las siguientes formas en una y otra de las dos causas alegadas en
por razones estilísticas. En el ejemplo de Salustio tal vez el pauta contraposición: non quod, non quia, non quo, non quin ... sed
sea asimilable por su semántica a un comparativo, aunque for- quod, sed quia, sed quo, sed ut. No importa que se tomen los
malmente no lo sea. En cuanto al texto de Cicerón, está ya sobre- términos respectivamente iguales o que cualquiera de las formas
cargado de subordinadas con ut, y, por añadidura, se da la cir- negativas se asocie a cualquiera de las afirmativas:
cunstancia que la oración final con quo está subordinada a otr.. De consilio meo ad te, non quo eelandus esses, nihil scripsi
oración que a su vez también es subordinada con ut; sería cho- ante a, sed quia commumicaiio eonsilii tali tempore quasi quaedam
cante y ambiguo acudir a un tercer ut en sustitución del qua. uidetur esse efflagitatio ad coeundam societatem uel perieuli uei
NOTA. - En algunos casos el quo se adhirió al comparativo laboris "Nada te escribí anteriormente sobre mi proyecto, no
que lo acompañaba para formar nuevas unidades más o menos porque éste se te debiera ocultar, sino porque 1a comunicación
estables y más o menos sentidas como unitarias: quo minus, quo de mi proyecto en estas circunstancias parece ser en cierto modo
magis, quo setius. una apremiante invitación a compartir el peligro o la fatiga"
(ClC., Fam.) 5, 19,2).
3. Muy próximo a su valor de relativo está igualmente el quo
considerado conjunción causal. El uso del quo causal no es tan
libre como el de las otras conjunciones causales (quod, quia, 8. QVIN
quoniam); suele darse en determinadas condiciones como las si-
guientes: 1. Quin, de *qui-ne, es bien conocido en oracion indepen-
a) Que la oración principal sea negativa y que no se aluda diente como adverbio interrogativo: "¿cómo? / ¿por qué no?"
a una causa única, sino a varias causas en contraposición: unas Quin tu taces? "¿ Cómo / por qué no te callas?" (Pl., Curc., 84)
para ser rechazadas (su modo será el subjuntivo) y otras para Quin tu das sauium? "¿Cómo? / ¿Por qué no le das un beso?"
ser aceptadas como reales (modo indicativo): (Pl., Curc., 94)
Non ea dieo, C. Aquili, quo mihi ueniat in dubium tua fides, Quin ego hoc rogem quod neseiam? "¿Por qué no habría de
aut quo non spem habere P. Quinetius debeat "No lo digo, preguntar lo que no sé?" (Pl., Mil. Gl., 426).
C. Aquilio, por (aquello de) que se me ocurra dudar de tu buena
fe, o porque P. Quintio no deba tener ya esperanza" (Cic., pro NOTA.- [Cu» non? / también se traduce por j"¿por q~é
Quinct., 5). no?"/. Sin embargo no se trata de expresiones absolutamente
Obsérvese la negación de la oración principal y el antecedente sinónimas: la pregunta con / cur non? / indaga sencillamente el
correlativo eo. motivo de alguna actuación; en la pregunta con / quin? / subyace
En el ejemplo siguiente ya desaparece el correlativo: Lieet una exhortación o mandato a que se haga algo. En los ejemplos
huie, illi non licet, non quo dissimilis res sit; sed quo is q'l!i faeit anteriores: "¿Por qué no callas?" ="[Cállate!"; "¿Por qué no
"A uno se le permite, al otro no: no porque el hecho no sea el le das un beso?" = "¡Dale un beso!"
mismo, sino por no serlo el que 10 ejecuta" (Ter., Ad., 825-826).
b) Que haya en la oración causal un término comparativo 2. Como partícula subordinante introduce:
(la misma condición que suele darse con el quo final): a) Oraciones relativo-consecutivas en dependencia de prin-
Vexati omnes, et ante alios rex ipse, quo grauior aetate erat, cipales generalmente negativas; quin es entonces equivalente a
diffieultate uiae est "Todos sufrieron en este penoso viaje, y, más qui (quae, quod) non o a ut non en oraciones consecutivas:
que cualquier otro, el propio rey, en razón de su edad" (T. L., Nullast tam facilis res quin (= quae non) diffieilis siet, quom
40,22,6).
340 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 341
inuitus facias "Ninguna cosa es tan fácil que no parezca difícil o con los uerba impediendi es mera consecuencia accidental de
cuando se hace de mala gana" (Ter., Heaut., 805-806) . nuestras posibles traducciones. He aquí algunas muestras. Dare- (
Nullust quin (= qui non) sciat "No hay nadie que no lo sepa" mos dos traducciones igualmente legítimas: primero, una de
(PI., Bacch., 336) apariencia afirsaatíva y luego otra, más cercana a la visión la-
~,
Non intermittit tempus quin (= quo non) eum nominet "No tina, tratando de reflejar el valor negativo del quin:
deja pasar un momento sin pronunciar su nombre" (Pl., Bacch.,
Pl., Cas., 1.003: Nulla caUSa est quin me uerberes: 1) "Nada
210)
se opone a que me azotes"; 2) "No hay ninguna razón para que
Nihil est quin (= quod non) illi dixerim "Nada hay que yo no me azotes".
no le haya dicho" (PI., Bacch., 1.012)
NuUo modo potest fieri quin (= ut non) dos detur uirgini "Es Pl., Trin., 1.188: N1Lmquid ccusce est quin uxorem eras du-
imposible que no se le dé a la joven su dote" (Pl., Trin., 729); cam? 1) "¿Hay algún impedimento a que yo me case mañana?";
(cf. Cie., Verr., 2, 190: Fieri nullo modo potest ut non dicas). 2) "¿Hay algún motivo para que yo no me case_máñana?"
b) Oraciones completivas en dependencia de oraciones prin- Pl., Asin., 352: Argentum non morabor quin jeras: 1) "Yo
cipales negativas cuyos verbos expresen prohibiciones, impedi- .
no me resistiré a que te lleves el dinero":, 2) "Yo no me resistiré
mentos o ideas análogas (uerba impediendi en sentido amplio) : de manera que no puedas llevarte el dinero".
Non possumus quin alii a nobis dissentiant recusare "No po- En cambio, con los uerba dubitandi la situación es distinta
demos rehusar que los demás disientan de nuestro parecer" (Cic., y nos parece que realmente se pierde el valor negativo de quin.
Acad., 2, 7) Efectivamente, si dubito es un uerbum dubita.ndi, non dubito ya
Non humana neque diuina obstant quin socios exscindant "Ni no ]0 es, puesto que desde el momento que se niega la duda ésta
las leyes humanas ni las divinas impiden (a los Romanos) des- desaparece y se convierte en certeza: non dubito = certe scio.
truir a sus aliados" (Sal., Hist ad Mithr., 17) Así pues, una frase como non dubito quin ueniat no puede ex-
Aegre (= haud tacHe) abstinent quin castra oppugnent "A presar la duda entre "venir/no venir", puesto que, si no se duda
duras penas se abstienen de atacar el campamento" (T. L., 2, de una de las dos alternativas, tampoco cabe dudar de la otra.
45, 10). Ante la dificultad de interpretar, pues, como afirmativo o nega-
c) Al tipo causal non quin ... sed ya nos Remos referido su- tivo el quin ueniat, la lengua reaccionó creando una nueva opo-
pra (p. 147). sición afirmativa/negativa con los significantes quin/quin non;
d) Por varias razones, merecen mención aparte los giros non es decir: hipercaracterizó positivamente la negación de quin con
dubito quin, non est dubium quin y sus similares. la añadidura del significante negativo non; y el quin primitivo
En primer lugar, porque es el tipo más frecuente entre los se polarizó en sentido contrario como afirmativo; en consecuen-
usos .de quin. En segundo lugar, porque el quin, en estos giros, cia, non dubito quin ueniat ("No dudo que no venga", o sea,
pierde su valor negativo: "vendrá") se opuso a Non dubito quin non ueniat ("No dudo que
Nemo dubita.t quin sit occisus significa "Nadie duda que haya no venga", o sea, "no vendrá"). Ejemplos:
muerto"; es decir, "Todo el mundo sabe con certeza que ha Mihi non est dubium quin uenturae non sint "Para mí no (
muerto" (Cic., Verr., 3, 63). No significa, como podría esperarse, es dudoso que no vendrán" (Cic., Fam., 2, 17, 5). I
"Nadie duda que no estuviera muerto", es decir, "Todo el mundo (
Non dubito quin tibi ingenio praestiterit nemo "No dudo que
I
sabe con certeza que no ha muerto". no te aventaja nadie en talento" (Cíc., Rep., 1, 37). Obsérvese !
Hay quien cree que también desaparece el valor negativo de (
que, en este último ejemplo, la negación añadida al quin está en
quin en las oraciones consecutivas y en las completivas con uerba nemo. I
impediendi. Pero la apariencia afirmativa del quin consecutivo Neque dubium est quin unus homo familia non sit "No es i
I
(
!
(
342 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 343
dudoso que un hombre no constituye, él solo, una familia:' (Ci~., .'
Quoad potuit, fortissime restitit "Mientras pudo, resistió he-
Caec., 55). roicamente" (César, B. G., 4, 12, 5)
En cambio, el quin escueto es afirmativo: Ipse quoad legiones collocata« munitaque hiberna cognO'l,;.(-
Haud dubiumst quin eum possim cogere "No es dudoso que set, in Gallia morarí constituit "Decidió permanecer él mismo en
puedo obligarlo" (Ter., And., 530) la Galia hasta saber (= hasta que supiera) que las legiones se
Neque abest suspicio quin sibi mortem consciuerit "Hay 1 quedaban asentadas y sus cuarteles de invierno fortificados" (Cé-
quien sospecha que él se suicidó" (César, B. G., 1, 4, 4) sar, B. G., 5, 24, 8).
Non dubito quin ad te omnes ttti scripserunt "Estoy seguro
que todos los tuyos te han escrito" (Cic., Fam., 5, 8, 1).
1
Por último, obsérvese que dubito (¡sin negaciónl) expresa 11. VBI
auténtica duda, de tal modo que no importa en absoluto que el
quin se interprete como negativo o afirmativo, puesto que la 1. Vbi es otro adverbio de lugar, interrogativo y relativo.
duda afecta por igual al no y al sí, y no puede resolverse en Como tal, introduce: a) oraciones subordinadas interrogativas
certeza un término sin que se resuelva automáticamente el otro; (cí. infra, pp. 161 ss.); b) subordinadas relativas; a éstas.ya nos
por tanto, es absolutamente indiferente que traduzcamos por hemos referido a,nteriormente (cf. pp. 103 ss.).
"que" o por "que no" un quin con dubitare: 2. Por la normal aplicación temporal de lGSadverbios de lu-
Dubitatis quin mud uerissimum sit? "¿Dudáis que ello sea! gar, ubi "donde" pasa a ubi "cuando".
no sea auténticamente cierto?" (Cic., Font., 17). Juntamente con cum, ubi es la conjunción temporal por ex-
celencia en el período clásico:
Id ubi uulent, mutant consiLiu.:.l "Cuando ven esto, cambian
9. QVOMODO y QVEMADl\IIODVM de plan" (César, B. C,) 2, 11, 2).
Muy raras veces hay ocasión de usar el subjuntivo con ubi:·
Quomodo y quemadmocIum son formaciones transparentes Vbi res posceret; priores eronit "Cuando la ocasión eventual-
(= quo modo y quem ad modusn, respectivamente). Tampoco mente-la-exigía, ellos eran superiores" (T. L., 3, 19, 3).
ofrecen problemas en sus usos durante el período clásico: intro-
ducen subordinadas interrogativas o comparativas en concurren-
cia con 'Let. 12. NE

1. Ne es, en parataxis, la negación de los mensajes impre-


10. QVOAD sivos:
Ne eloquamur "No hablemos" (Pl., Poen., 251)
Quoad « quó-ad) es (cf. supra, p. 145) un adverbio de lugar Ne feceris "No lo hagas" (Pl., Men., 415).
interrogativo-relativo ("hasta donde"): Como tal negación se opone a non, que niega los mensajes ló-
Peruenit quoad progredi potuit hominis amentia "Llegó hasta gicos, ya sean éstos aseverativos (Non loquar, Pl., Amph., 390;
donde puede llegar la locura humana" (Cic., PhiL, 11, 6). Non est ita, Cic., Ciuetü., 1, 62), ya deliberativos (Non taces? Pl.,
En su aplicación temporal ("hasta cuando", "hasta que") in- Amph., 700; Rogem te? Non rogem?, Cie., Fam., 14, 4, 3).
troduce subordinadas temporales. Los modos verbales conservan 2. La negación ne pasa a ser conjunción a partir de usos pa-
sus valores propios: ratácticos como el siguiente:
INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 345
344
NIetuo: ne ueniat ("Tengo miedo: ¡que no venga!"). Bajo la que aquí se ha visto no se vea, para que lo que aquí se ha hecho
no sea un hecho" (Pl., Mil. Gl., 236-237)
influencia unificadora del acento, las dos unidades independien-
tes se funden en una sola: lVIetuo ne uetiuu: "Tengo miedo que Rex id celatum uoiuerat ut ne rnulti illud ante praeciperent
oculis guarn populus Romanus "El rey había querido guardarlo
venga". Obsérvese que, en nuestra traducción de la construcción
(= el candelabro) en secreto para que no fueran muchos a verlo
hipotáctica, no transparenta el valor negativo de ne (= "que
no"); ese valor es evidente en la construcción par stáctica: He- antes que el pueblo Romano" (Cic., Verr., 4, 64).
\ En el período de Plauto y Terencio, nosotros calculamos ho-
niat!/ne ueniat! (==-: "¡que venga!/¡que no venga!").
Lo mismo que con los verbos de temor sucede con los uerba
impediendi:
Prohibeo: ne ueniat! "Lo prohíbo: ¡que no venga!";
l jeando el primer volumen de la obra de Bennet (Syntax of ~arly
Latín, reimpresión, 1966) que en algo más del 10 por ciento de
los casos sale ut ne en lugar de neo
La impresión general de los latinistas es que ut n'e constituye
Prohibeo ne ueuuu: "Prohíbo que venga".
A la misma aparente contradicción y en condiciones sirni lares un refuerzo secundario de ne, y diacrónicamente posterior a él·
quizás hubiera que pensar en una cronología inversa y considerar
nos hemos referido antes al tratar de quin.
el ne como una simplificación de ut neo Sería interesante conocer
No hay, en cambio, problemas de traducción con otros ver-
la frecuencia de ambos giros a lo largo de todo el período his~tó-
bos: Rogo ne uenuit "Le ruego que no venga"; Moneo ne fac;atis
rico para resolver el problema que aquí apuntamos.
"Os aconsejo que no lo hagáis" (Cic., Rab. Post., 18). '
3. Como conjunción de subordinación, 11,e introduce oracio-
nes completivas o finales, y es el contrapeso exacto, en negativo, 13. SI y sus compuestos
del ut completivo o final. ,
Para distinguir ambos valores, vale la norma que dimos en 1. La forma si remonta, por evolución normal de las leyes
su lugar al separar al ut completí vo del ut final. foriéfícas del latín, a sei; y sei, bien documentado todavía en tex-
En las líneas que anteceden queda ya ejemplificado el uso del tos arcaicos, es el locativo del tema pronominal so/sao La misma
11,ccompletivo. forma, pero con partícula deíctica, tenemos en sic « * sei-ee),
El origen de las finales con 11,e, a partir directamente de la
2. Si, como sic, significaba, pues, en principio, "en este caso",
parataxis, no es imposible, pero tampoco es tan evidente como
"en tal situación", "así".
el origen de las completivas que acabamos de ver. Sin duda, aquí
De estos si y sic como locativos indiferenciados hay algunos
elut final contribuyó a que su paralelo negativo se interpretara
restos en el período histórico. Un si que nada tiene de hipotético
también como introductor de la causa final:
ni de función hipo táctica, y es más bien puro adverbio de modo,
Fiexi; uuuti Bruius, ne obuiam fieret "Bruto desvió su mar-
aparece en el texto siguiente: Expediui ex seruitute filium si
cha para no encontrarse con él" (T. L., 1, 60, 1).
(= sic) dis placet "Saqué a mi hijo de la esclavitud, tal es la ~o-
4. Tanto es así que el ne, ya sea en su uso completivo, ya en luntad de los dioses" (Pl., Capt., 454).
su uso final, se encuentra con frecuencia, en todo el período lite- Igual indiferencia puede observarse en:
rario, reforzado (¿?) por ui: O mihi praeteritos referat si Iuppiter annos (Verg., Aen., 8,
Roc ei dicito ut ?le quoquam ele ingenio degrediatur "Dile 560)
que no se aparte de su carácter en ningún sentido (Pl., Mil. Gl., Sic te duu: potens Cypri regat (Hor., Carm., 1, 3, 1).
185) 3. Pero normalmente, en época histórica, los dos antiguos
Cedo consiliurn cito quae hic sunt uisti ut uiso. ne sint, facta
locativos se bifurcan en sentidos diferentes: el locativo con par-
ut facta ne sient "Dame rápidamente un consejo para que lo
¡
(
346 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 347
tícula deíctica (sic) se conservó como adverbio, y el otr~ (si) ,se Efectivamente, esta concordancia temporal y modal se da con
fijó como partícula subordinante condicional. He a~uí un texto
en el que si puede interpretarse ya como adverbio, ya como
) altísima frecuencia. Pero ello no ha de inducirnos a creer que
tal concordancia deba darse necesariamente. Así como los tiern-
,
-<1'
conjunción: . ., ( pos y modos en las subordinadas con si conservan sus valores
Pl., Bacch., 239: Extexam ego illum pulchre tam, St dt uolunt. propios, otro tanto ocurre con los tiempos y modos de sus res-
1) Interpretación paratáctica: "Ahora mismo 10 voy a des- pectivas oraciones principales. En éstas pueden, pues, aparecer
,1 todos los tiempos y modos de la oración independiente, incluso
plumar límpiamente: así 10 quieren los dioses";
2) Interpretación hipotáctíca: "Ahora mismo 10 voy a des- el imperativo.
plumar limpiamente, si los dioses 10 quieren".
Todo depende aquí de la segmentación que hiciera ~l ~ablante Tipo 1) "Si sum ... sum":
mediante diferencias prosódicas: la pausa que mediaría entr.e
Erras si id credis "Te equivocas sí lo crees" (Ter., Heaut.,
las dos oraciones y la melodía que recaería sobre el si serían. deci-
sivas para orientar al oyente entre una u otra de las dos mt::r-
105)
Saluos sum si haec uera sunt "Estoy salvado si esto es ver-
pretaciones. Pero estos datos escapan a nuestra comprobación
dad" (Ter., And., 973). •
por tratarse de una lengua muerta.
a) Variaciones temporales:
4. A) Las oraciones condicionales.- Las subordinadas in- "Si sum ." ero": Si uultis, faciam "Si queréis, lo haré" (Pl.,
troducidas por si son, en su inmensa mayoría, condicionales. Amph., 54).
El modo del verbo depende de la idea que haya de expre- "Si sum ... fui"; Nisi me aliud uis, tibi respondi "Si no quie-
sarse: res otra cosa de mí, ya tienes mi contestación" (Pl., Trin., 458).
a) Si con indicativo alude a una condición puramente en { "Si sum ... fuero"; Si hoc non credis, ego credidero "Si tú no
abstracto, sin que el hablante se pronuncie so~re si ;r,~a~mente 10 crees, yo seguiré creyendo" (Pl., Trin., 607).
se cumple o no se cumple: Si amicum h~beo, fehx stt:n;, S~tengo "S i ero ... sum": Si infitias ibis, testis mecum est anulus "Si
un amigo (= siempre que tengo un amigo}, soy feliz (SIn pre- lo niegas, tengo la sortija como testimonio" (Ter., Ad., 347).
juzgar si se tiene o no se tiene). . ., ". "Si fui ... ero"; Si parum intellexisti, dicam denuo "Si lo has
b) Si con subjuntivo señala una condIcl~n pote~cla! o ~;r.eal. entendido mal, te lo diré de nuevo" (Pl., Rud., 1.103).
Potencial: Si amicum habeam (o habuenm), fehx stm SI tu- Cualquier tiempo de la prótasis puede aparecer junto a cual-
viera un amigo, sería feliz" (y es posible que ~otenga a~,g~nav~z). quier tiempo de la apódosis.
Irreal presente: Si amicum haberem, fehx essem SI tuviera
b) Variaciones modales:
un amigo, sería feliz" (pero no lo t~ngo). . .
Irreal pasado: Si amicum habutssem, felux:fmssem SI ~u-
" . .si quid in te peccaui, ignosce "Si en algo te he faltado, perdó-
name" (Cie., Att., 3, 15, 4).
biera tenido un amigo, hubiera sido feliz" (pero no 10 tema).
Iuppiter te perdat, et si sunt et si non sunt "Maldígate Júpi-
B) En los tipos que preceden puede observarse que hay con-
ter, tanto si están como si no están" (Pl., Rud., 569).
cordancia temporal y modal entre prótasis y apódosis:
Tipo 2) (potencial en la prótasis): "Si sim/fuerim ... sim":
1) si sum -sumo
2) si simjfuerim -sim. Imitari neque possim, si uelim, nec uelim fortasse, si possim
3) si essem -essem. "No podría imitarlos (= esos discursos), si lo quisiera, y quizás
si fuissem -fuissem. no lo quisiera, si pudiera" (Cie., Brui., 287).
348 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 349

Nequiquam Capitolium seruauerim, si ciuem meum in ses- conmoverse ante el peligro que corría Roma" (Cic., Sest., 54).
uitutem duci uideam "En vano habría yo salvado el Capitolio, C) Conclusión. - Los modos y tiempos de la oración condi-
si he de ver a un conciudadano mío arrastrado a la esclavitud" cional son independientes de los modos y tiempos de la oración
principal; y, recíprocamente, los modos y tiempos de la segunda
(T. L., 6, 14, 4).
son independientes de los modos y tiempos de la primera.
I
Variaciones:
I
"Si sim .,. sum": Te neque debent adiuuare, si possint, neque 5. El si completivo. - La partícula si introduce ciertas ora- t
posstent, si uelint "Ni deben ay~darte, suponiendo qu~ puedan ciones completivas que plantean algunos problemas. 1
hacerlo, ni pueden hacerlo supomendo que quieran (ClC.,Verr., a) Introduce interrogaciones subordinadas, es decir, interro-
4, 20). . - gativas "indirectas", en la terminología habitual. A veces se ha I
"Si sim ... ero": Nec si cupias, licebit "Y, suponiendo que lo considerado exclusivamente como postclásico este si' interroga-
desees, no te será permitido" (Cic., Verr., 2, 167). tivo (equivalente a num o -ne). Sin embargo, no parece aceptable
"Si fuerim ... sum": Tua istuc refert, si curaueris "Esto te tal opinión a la vista de la siguiente serie de ejemplos: •
atañe a ti, si te fijas con cuidado" (Pl., Amph., 740). Visam si fortest domi "Iré a ver si por casualidad está ·~n
Etc., etc. casa" (PI., Bacch., 529; cf. Ter., Eun., 545) ,
Volo scire si apud forum est "Quiero saber si está en el foro"
Tipo .3) (irreal en la prótasis): "Si essem ... essem" (presen-
(Ter., Ad., 154)
te); Si fuissem ... fuissem" (pasado):
Si quid ex coniecturali quaestione sumi possit, uuleri oporte-
Si equus esses, esses indom~bilis "Si fueras un caballo, Se-
bit "Habrá que examinar si se puede sacar algo por conjetura"
rías indomable" (PI., Cas., 811) (Cíe., de inu., 2, 87)
Si quiessem, nihil euenisset mali "Si me hubiera quedado en
Vide, quaere, circumspice, si qui« forte est ex ea prouincia
paz, ninguna desventura nos hubiera acaecido" (Ter., And., 604).
qui te nolit perisse "Mira, investiga, observa a tu alrededor, a ver
Variaciones: si por casualidad hay alguien en la provincia que no quiera tu
"Si essem ... fuissem": Qui si omnes uiuerent, beHum om:ni- perdición" (Cic., Verr., 3, 180)
no hoc non fuisset "Si todos ellos vivieran, de ninguna manera Quaeritur si diuitiae expeteiulae sint, si fugienda paupertas
se hubiera producido esta guerra" (Cic., PhiL, 13, 28). "Se trata de saber si se han de buscar las riquezas, si se ha de
"Si fuissem ... essem": Venisset si esset denuntiatum "Hu- huir de la pobreza" (Cic., Top., 84)
biera acudido, si se le hubiera convocado" (Cic., pro Flacc., 92). Ambiguunt adgnati si filius mortuus sit "Sus parientes discu-
"No irreal en la principal- irreal en la subordinada": Prae- ten si un hijo (que no ha existido) ha muerto" (Cic., de inu., 2,
dare uiceramus, nisi fttgientem Lepidus recepisset Anfonium 122)
"Habíamos conseguido ya una brillante victoria, si Lépido no Quaerebam sicce si posset piscis harena uiuere "Yo me pre-
hubiera acogido a Antonio en su huida" (Cic., Fam., 12, 10, 3). guntaba si el pez podría vivir en seco sobre la al';'" (Prop., 2,
Si tacuisset anus, tamen ego eram dictttrus "Si la vieja se 3, 5)
hubiera callado, de todos modos yo lo iba a decir" (Pl., Cist., Inspice si possum donata reponere laetus "Mira si puedo re-
152). Obsérvese el matiz concesivo de esa condición: "Si se hu- nunciar alegremente a tus dádivas" (Hor., Ep., 1, 7, 39)
biera callado" = "Aunque se hubiera callado". Ab iis quaesiui; si aquam hominibus iumentisque imposuis-
"No irreal en la subordinada - irreal en la principal": Si sent "Les preguntó si habían embarcado agua (suficiente) para
meis incommodis laetabantttr, urbis tamen periculo commoue- hombres y animales" (T. L., 29, 25, 8).
rentttr "Si se divertían con mis infortunios, debieran al menos b) Hay un si "intencional" dependiendo de verbos que sig-
350 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN
351
nifican "intentar", "es forzarse,"" esperar, ""extrañarse"_, etc. si ... si es equivalente a nonne '" nonne y no a un par de Con-
(conari, experiri, temptari, expectare, mirari, etc.) : " dicionales: quaeritul' sí diuitiae expetendae sint, si fugienda
,1 paupertas.
Hanc (paludem) si nost1'i transiren: hostes expectabant Los
\
.
enemigos es t ab an a la expectativa por- si los nuestros atravesa- r: Nosotros pensamos que la explicación por las conexiones
ban este terreno pantanoso" (César, B. G.) 2, 9, ~) " contextuales es aceptable al menos para el si interrogativo-subor_
Eques paratus instructusque stetit si quid h~~tts mou:Tet La dinado. Como dijimos al distinguir entre estilo indirecto y su-
caballería permanecía preparada y en formación por SI el ene- bordinación, el verbo "preguntar" convierte automáticamente a
migo iniciaba algún movimiento" (T. L., 31, ~2, 4). '. '" todos sus complementos directos en interrogaciones subordina_
e) Por último, si, en ciertos casos completivos, es equivalente das. Y, efectivamente, el verbo quaern es el gran verbo intro-
a ui: completivo, "a saber que": ductor del si interrogativo (como de cualquier otro tipo de inte-
Totum est in eo si ... = Toium est in eo ut... . rrogaciones subordinadas). Junto a quaero puede aparecer el re-
Totum est in eo si te uidero antequam ille ineat maglstmtum ducido número de verbos más o menos análogos a él: percontor,
"Todo depende de (esto) que yo te vea antes que el otro h.aya to- uideo, inspicio, etc. (cf. la serie de ejemplos antes citada).
mado posesión de su cargo", "Todo depende de (esto) S1 yo te Incluso consideramos suficiente la explicación contextua,l para
veo antes ... " (Cic., Att., 2, 22, 5).. . " ' el si dependiendo de verbos de conato, de esperanza, etc., ya. que
Totum in eo est tectorium ut concmnum sit Todo depende todos ellos nos parecen ser una ampliación del léxico inquisitivo:
de (esto) que el revocado sea bonito" (Cic., Quint. fT.) 3:.~,1). siempre se trata de saber algo desconocido, de intentar algo in-
seguro, etc.
ls es el antecedente más frecuente -aunque no el Ul1lCO-
d este si "completivo": In eo est peccatum si non licuit "En esto De todas formas es posible una explicación no-condicional de
e L la falta en que (o si) no f ue 1""
consiste ICItO (C' l~., P al'ad .) '"'
'JO) . los mismos giros; consistiría en ver en ellos restos del primitivo
Neque populus R. eo potest esse contentus, S1 condemnat~s valor locativo del si (= "así", "en el caso de que"). Esta interpre-
sit is qui adesse noluerit "Y el pueblo R. no puede quedar satis- tación "locativa" cuadra muy bien sobre todo al si en dependen-
fecho con (aquello de) que se condene a un acusado que n.o haya cia de los verbos que denotan intento, esfuerzo, esperanza, etc.
que rrido comparecer " ,o "El pueblo R . no puede quedar satisfecho Volviendo al texto de César (B. G., 2, 9, 1), puede traducirse así:
si se condena a un acusado", etc. (Cic., Verr., 2, 1, 3). "Los ~enemigos estaban a la expectativa para (o en) el caso de
La oración introducida por si en estos giros es un desarrollo que los nuestros atravesaran, etc.". Y quizá más claro todavía,
del antecedente o, si se prefiere, una aposición al misr_no. un texto de Cicerón (R. Am., 56): Canes aluntul' in Capitolio ut
d) Todos estos usos completivos de si son to~a~la, p~~a la signijicent si fures uenerint "Se crían unos perros en el Capitolio
mayoría de los latinistas, simplemente usos condicionales: las para que den la alerta en-caso-de·que se presenten ladrones".
conexiones contextuales serían las únicas responsables de los 6. Compuestos de si
variados matices que adquiere el mismo si condicio~al. a) Los compuestos de si no ofrecen problemas ni en su for-
Algunos autores, sin embargo, insisten en ~~e cIerto~ usos mación ni en su funcionamiento. Ni « nei), nísi « n~-si), sin
completivos de si no pueden reducirs: ,al si condicional y prensan
que ha de buscarse otra interpre:acIOn. . . rt « si-n~, si minus introducen condicionales negativas , "si no".,
Prescindamos del tipo in eo S1, donde nadie ve dificultad a el sin (= "si por el contrario") suele usarse para contraponer
la interpretación condicional; y volvamos a dos ej.emplos de los una segunda condicional a otra condicional precedente: si ... sin
antes citados. En el texto de César -dicen los aludidos autores- (= "si ... si por el contrario"); pero tampoco en este caso es de
j si nostri transireni] no es la condición de jhostes expectabantj rigor el uso de sin: junto a si ... sin puede darse si '" si, si ... si
autem, si ... si uel'o.
y en el texto de Cicerón Top., 84 -siguen diciendo-, el par
...•

352 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 353

b) Siue « si-ue) introduce condicionales disyuntivas. 3) Subordinadas condicionales restrictivas:


e) Etsi ("incluso si"), etiam si ("también si"), tametsi ("igu'al- Oderint dum metuant "Que odien con tal que teman" (Accius
mente si") introducen condicionales concesivas. apud Suet., ca;30, y Cic., Off., 1, 97).
d) Quasi ("como si") introduce condicionales comparativas. También este dum es reductible al temporal: "Que odien
mientras (= con tal que) teman".

14. DVM
15. DONEC
Dum de discutida etimología, es, como C1Lmy tum, una par-
Donee (arcaico donicum y dúnique) es otra conjunción tem-
tícula temporal: indica la duración con uno y otro de los dos
~ . ". t " "h poral de origen oscuro. De uso más restringido que' dum con-
matices perceptibles en nuestras expreslOnes mien ras y as-
curre con él en el sentido de «hasta que": '
ta que". Iba odorans quasi canis uenaticus, usque donec persecutus
Suele decirse que dum es, en su origen, un adverbio de
uolpem ero uestigiis "Iré olfateando como un perro de caza sin
tiempo. Pero en el período histórico de la lengua no conocemos
ejemplos Claramente adverbiales. No nos parecen muy convin-
parar hasta que haya rastreado a la zorra (Pl., Mil. Gl., 2691.
centes los que se citan en nuestros manuales; en todo caso, los
mejores ejemplos de dmn adverbial son los que aparecen enclí-
16. LICET
ticos: nondum ("todavía no"), uixdum ("apenas todavía"), nihiI-
dum ("todavía nada"), manedum ("espera un poco").
La conjunción concesiva Ince; (= "aunque") es, en su origen,
Todos los usos de dum como conjunción son reducibles a su
una forma verbal del impersonal lscet, licuit o licitum est, licere.
valor temporal. Introduce, pues: Como tal forma verbal, licet significa, pues, "está permitido"
o "es posible". El paso a conjunción puede verse en el texto de (
I
1) Fundamentalmente, subordinadas temporales:
Cice:ón (d~ orat., 1, 195): Fremant omnes licet, dicam quod 1
"Mientras":
a) sentw. Segun las pausas que pongamos al texto, podemos inter-
Da mihi sauium, darm. míc bibit "Dame un beso mientras el pretar el licet como verbo o ya como conjunción:
otro bebe" (Pl., Stich., 764). a) Como verbo: "Protesten todos, de acuerdo (= les está
Fnwre dum !icet "Disfrut~ mientras puedes" (Ter., Heaut., permitido), yo diré lo que pienso".
345). b) Como conjunción: "Aunque todos protesten, yo diré 10
Dum haec chcit, abiit hora "Mientras me dice esto, se ha pa- que pienso".
sado una hora" (Ter., Eun., 341). El modo verbal con la conjunción licet es el subjuntivo (po-
b) "Hasta que": tencial impresivo) que le corresponde en la construcción para-
Dum mihi a te litterae ueniant, in I~aliamorabor "Hasta que táctica.
me llegue tu carta, me quedaré en Italia" (Cic., Fam., 11, 23, 2).

2) Subordinadas causales. En realidad son temporales a las § 4. - La subordinación uuerroqatic«


que en ciertos contextos podemos dar una interpretación causal:
Dum ueritus est, non uidit "Por estar asustado (o 'mientras A) 1. Para completar la visión panorámica de la subordina-
estuvo asustado') no vio" (Cic., Att., 1, 16, 2). ción latina hemos de referirnos ahora a las oraciones llamadas

,
{
354. INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 3:55

tradicionalmente "interrogativas indirectas", y que nosotros ve- B) 1. Refiriéndonos a la "interrogación indirecta", ya he-
nimos llamando "interrogaciones subordinadas". mos criticado y rechazado el término "indirecta" (cf. supra,
Para ser consecuentes con nosotros mismos debiéramos seña- p. 72). Tampoco nos satisface el término "interrogación", aun-
lar, como hemos hecho hasta aquí, las "partículas" introductoras que, cediendo al peso de la tradición, lo vamos a mantener. La
de este tipo de oraciones. verdad es que las interrogaciones o son directas o, si dejan de
serlo, se convierten en un producto nuevo y lingüísticamente
2. No vamos, sin embargo, a dedicar unos párrafos por sepa- tan distinto del primero que es un tanto peligroso seguir po-
rado a cada una de las formas introductoras de "interrogaciones niéndole la misma etiqueta de "interrogativas", aunque se matice
.0
subordinadas": en primer lugar, porque el número y variedad tal denominación con el añadido de "indirectas" o "subordi-
de formas subordinantes es aquí muy superior a cuanto hemos nadas".
visto en cualquier otro tipo de oraciones subordinadas; en se- Veamos algunas de las hondas diferencias que median entre
gundo lugar y sobre todo porque la variedad de elementos intro- la interrogación directa y la interrogación subordinada.
ductores no implica variedad de problemas: el funcionamiento
de todas las interrogativas subordinadas es el mismo, cualquiera 2. El rasgo distintivo y propio de una interrogación (directa)
que sea su forma introductora. es la entonación inconfundible que la caracteriza: •
3. Todo el léxico interrogativo sirve por igual para introducir Tu me herí hic uidisti? "¿Tú' me has visto aquí ayer?" (Pl.,
interrogativas subordinadas y no-subordinadas: pronombres, Amph., 725)
adjetivos, adverbios (quis, quid, uter, qualis, quantus, etc.; ubi, Tu quoque aderas? "¿También tú estabas allí?" (Ter., Ptvorre :
quo, unde, qua; ut, quomodo, quamobrem, cur, quare, quando, 858)
.. etcétera) o partículas interrogativas propiamente dichas (-ne, Clodiu« insidias fecít M-íloni? "¿ Clodio tendió emboscadas a
n1tm, an, utrum, nonne, etc.). Milón?" (Cic., Mi1.,60); etc.
Todo este sistema de pronombres y adverbios interrogativos, Suele darse mucha importancia en nuestras descripciones tra-
que parece predestinado por naturaleza a introducir preguntas dicionales de la interrogación a las partículas interrogativas y a
(como efectivamente las introduce en las interrogaciones direc- las alteraciones en el orden de palabras que Írecuentemente se
tas) , se convierte en introductor de respuestas, similares a todas observan en las frases interrogativas; pero estas particularidades
las respuestas que se nos dan en cualquier tipo de oración subor- suplementarias no son estrictamente distintivas y pueden silen-
dinada: ciarse a la hora d., caracterizar la modalidad interrogativa (cf.
Quaero quis uenerit "Pregunto -(¿qué?)- que quién ha ve- A. Díaz Tejeda, "La frase interrogativa como modalidad", en
nido" Revista Española de Lingüística) III, núm. 1, p. 109).
Nescio quie uenerit "No sé -(¿qué?)- quién ha venido"
Memorat ut legiones fugauerit "Está recordando -(qué?)- 3. En cambio, lo que no puede silenciarse -y es ésta la se-
cómo ha puesto en fuga las legiones" (Pl., Amph., 136) gunda característica de la interrogación- es "la relevancia im-
Nec quid agam certum est "No está decidido -(¿qué?)- qué periosa del hablante a nivel de la comunicación" ... "El valor gra-
he de hacer" (Ter., And., 209). matical de la modalidad interrogativa consiste en una postura de
El léxico interrogativo no pierde nunca, en la subordinación, contraste y reacción por parte del hablante, mediante la entona-
su valor propio de palabra autónoma: de aquí que no pueda ha- ción que le es pertinente, frente al contenido contextual" (Díaz
blarse de "partículas" subordinantes cuando nos referimos a los Tejeda, loe. cit.).
pronombres (adjetivos) o adverbios que introducen las interro- La interrogación como modalidad de la frase, es decir, en
gaciones subordinadas. cuanto modalidad del alma del hablante (olc<OÉael; "C1¡<; f~Oy'f¡<;). no
356 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 357
admite transposiciones gramaticales, ya que el hablante. es un la respuesta a este problema, es decir, el objeto de la pregunta.
ente exterior al signo lingüístico (d. supra, pp. 48 y 53). Por eso Pero todo en pura modalidad declarativa. Basta observar, para
en la interrogación subordinada desaparece la típica e insustitui- comprobarlo, que ante un mensaje que incluya una "interroga-
ble entonación de la interrogación directa; o, dicho en otros tér- ción subordinada" puede plantearse la cuestión de su veracidad:
minos, por eso sólo la interrogación directa es susceptible de
adoptar la modalidad interrogativa. La primavera ha venido:
Entonces, si en la subordinación desaparece el hablante y, Nadie sabe cómo ha sido.
con él, la entonación que expresaba su postura ante el contenido
contextual, ¿es legítimo seguir llamando "interrogativa (subor- ¿Es o no es verdad que nadie sabe cómo ha sido?
dinada)" a una oración que carece de los rasgos distintivos de No es posible aplicar semejante prueba a,la interrogación
una oración interrogativa? directa: / ¿Cómo ha sido? /
En todo caso, quede claro que "oración interrogativa subordi- La interrogación "indirecta", es decir, subordinada, siempre
nada" designa una clase de oraciones subordinadas cuyos térmi- se queda incorporada como elemento de "otro mensaje": otro
nos introductores pertenecen al sistema interrogativo, pero con mensaje que puede adoptar cualquiera de las modalidades de
exclusión de la modalidad interrogativa que podría afectarles la frase: -
en posición independiente. a) Ejemplo de incorporación a mensajes declarativos:
Nescio quis uenerit.
C) 1. Interrogación directa e interrogación indirecta suelen b) Ejemplo de incorporación a mensajes interrogativos:
considerarse como variantes que comportan un mismo contenido, Quid illo faciemus, stulta? -:-Quid facias rogas? "¿ Qué hare-
"
a pesar de las diferencias gramaticales que las separan. Ello es mos con él, tonta? - ¿Preguntas qué has de hacer? (Ter., Eum.,
cierto sólo hasta cierto punto. 837).
Interrogación directa: Accepisti meam epistulam? "¿Has re- e) Ejemplos de incorporación a mensajes impresivos: Vita
cibido mi carta?" quam sit breuis, cogita "Piensa en la brevedad de la vida" (Pl.,
In terrogación indirecta: A n acceperim (epistulam tuam) Most, 726) .
quaeris "Preguntas si he recibido tu carta" (Pl., Ep., 9, 28, 5). Videamus primum deorumne p'rouidentia mundus reqatur ,
/ Accepisti meam epistulam? j es una interrogación en boca sleituie consulantne di rebus humanis "Veamos en primer lugar
de alguien. El hablante no utiliza el verbo quaerere para que su si la providencia divina gobierna el mundo, y, después, si los dio-
oyente se informe de que el mensaje constituye una pregunta: el ses se preocupan de las cosas humanas" (Cic., deor. nat., 3, 65).
(
significante de la modalidad interrogativa es la entonación de la 2. Ahora bien, en determinadas condiciones, las interroga-
viva voz (el signo de interrogación en la lengua escrita). ciones subordinadas, incorporadas ya sea a frases declarativas,
/ An acceperim tuam epistulam quaerisj es una traducción, en ya interrogativas, ya impresivas, dejan traslucir lo que pudiera
modalidad declarativa, del mensaje anterior. No requiere la pre- ser una interrogación directa; y tanto el hablante como el oyente
sencia del hablante; y en ausencia de éste y de su entonación las toman por el lado del contenido como si fueran interroga-
personal como portadora de la modalidad interrogativa se emplea ciones directas. Así, [quaer» quis ueneritj no se interpreta como (
un verbo que por el semantema verbal (qua ero) indica que se pura información a la que cabría, por parte del oyente, una re-
trata de una pregunta, y, además, gracias a la categoría verbal de acción como ésta: "¡Enterado! Ya sé que preguntas por la iden-
la "persona", indica quién es el sujeto que pregunta. tidad de alguien que ha llegado".
Pero dicho verbo plantea ipso jacto, por su transitividad, un En lugar de esa interpretación tan lógica, el hablante que (
problema: "pregunto (-as, -a, etc.) ¿qué? Y, acto seguido, viene dice "Quaero quis uenerit" y el oyente que capta ese mensaje

(
358 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 359

informativo, entienden la declaración como un sustituto de la análogo. En latín quaerere es el gran verbo regente de las in-
pregunta absoluta e intempestiva "Quis uenit?"; y entonces ya terrogativas subordinadas; en su lugar puede salir rogare, que
no se contesta con un ¡"enterado de lo que dices" /, sino que se es un sinónimo, y algunos más que, sin ser sinónimos de quae-
contesta: "Ha venido Fulano". rere, tienen en su semántica algún rasgo que implica búsqueda,
Volviendo al ejemplo de Plinio (Ep., 9, 28, 5)': An acceperim averiguación o algo parecido: dubito, scio, nescio, ignoro, (in)
(epistulam) quaeris. - Non accepi "Me preguntas si he recibido certus sum, clam me est, considero, delibero, uideo (sobre iodo
tu carta. - No la recibí". Es la misma respuesta que hubiera en imperativo: uide), metuo (= "me pregunto con temor"),
dado a la interrogación directa: Accepisti epistulam meam? exspecto, etc.; y, por supuesto, dico (¡que abarca por definición
En todo esto no hay nada de extraño. Más dificil parece, y es cuanto es susceptible de decírsel).
no obstante frecuente, que un mensaje declarativo como "Fumar Los estudiosos se han complacido durante generaciones en
es nocivo" pueda, en determinadas circunstancias, sustituir -y establecer listas y contar los verbos que "rigen" ya sea tal o
resultar equivalente- a un mensaje impresivo: "¡No fumes!" cual caso como complemento nominal, ya sea la construcción de
infinitivo, ya sea el ut con subjuntivo, etc., etc. No conocemos
D) Como confirmación de la doctrina aquí sostenida, no está ninguna publicación en que se consignen los verbos que ~'rigen"
de más señalar el paralelismo exacto, en cuanto a modalidad se la oración interrogativa indirecta; si la hubiera comprobaríamos
refiere, entre mensaje interrogativo directo / mensaje interroga- sin duda que el número de verbos susceptibles de llevar interro-
tivo indirecto (es decir, subordinado) por un lado, y, por otro, gaciones subordinadas es muy reducido.
entre mensaje impresivo directo / mensaje impresivo indirecto
(es decir, subordinado): 2 a) Caracterización negativa de la propia interrogación su-
bordinada es la ausencia de la entonación interrogativa, como
quis V:!_1!:.it?_____ __ ueni! _ hemos dicho insistentemente en las páginas anteriores.
quaerit quis uenerii. - iubet te uenire.
b) En segundo lugar, en contraste con lo que ocurre con las
jueni!/ es mensaje impresivo; [iubet te uenire] n? 10 es. Este interrogaciones directas, es indispensable en las interrogaciones
último es declarativo, aunque de semántica impresiva (por el subordinadas la presencia de un término introductor pertene-
léxico utilizado). Su carácter declarativo se comprueba, como ciente al léxico interrogativo. Este término interrogativo intro-
siempre, por la posibilidad de someterlo a la prueba de la vera- ductor puede ser una partícula propiamente dicha (-ne, num,
cidad: "¿Es verdad o no es verdad que él te manda venir?" No utrum, an, etc.), un pronombre (quis), un adjetivo (quantus,
puede someterse a la misma prueba el mensaje impresivo di- c:¡.ualis,
etc.) o un adverbio (ut, ubi, cur, etc.) de las respectivas
recto / líe1!i';' series de interrogativos.
Leemos en algunos tratados (por ejemplo, Ernout-Thomas,
E) Caracterización de la interrogación subordinada. - Fren- § 317) que la presencia de un término introductor no es indis-
te a la interrogación directa, que no requiere más que un ha- pensable en la interrogación indirecta, como tampoco 10 es, según
blante in actu con la entonación adecuada, la interrogación su- ellos y según hemos dicho nosotros mismos antes, en la interro-
bordinada exige condicionamientos más complejos tanto en la gación directa. Sin embargo, si nos atenemos a los textos, no
oración principal como en la propia subordinada. puede sostenerse que la interrogación directa y la indirecta res-
pondan a la misma norma en cuanto a la presencia o ausencia
1. En primer lugar el verbo principal o regente no puede ser del término interrogativo introductor. La ausencia de dicho tér-
cualquiera: ha de ser el verbo "preguntar" u otro más o menos mino en las interrogaciones directas se da con tanta frecuencia
'\\

360 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN


LA SUBORDINACIÓN 361 I
que no puede admitirse como norma de la lengua latina su pre- de sintaxis insisten más en otra característica menos constante ,
sencia. a saber, el modo verbal de esta clase de subordinadas: el modo
En cambio, los casos de ausencia de un término interrogativo subjuntivo.
como introductor de la interrogativa subordinada son -nadie lo Sin embargo, la generalización del subjuntivo en tales ora-
pone en duda- una auténtica rareza. cienes es un hecho bastante reciente y sin llegar nunca a elimi-
Nosotros creemos incluso que la norma según la cual una nar totalmente el indicativo.
interrogación subordinada ha de llevar siempre un término inte- Este último modo aparece con relativa frecuencia en período
rrogativo se aplica a lo largo de toda la historia de la lengua preclásico:
latina sin excepciones; y que los pretendidos y contados casos Nescio quis loquitur "No sé quién habla" (Pl., Amph., 1.056)
de interrogación subordinada sin el correspondiente término in- Vides ut expalluit? "¿Ves cómo se ha puesto, de pálido?"
troductor son malas interpretaciones de los editores, que toman, (Pl., Cure., 311).
innecesariamente, como construcción hipotáctica lo que en rea- y sigue apareciendo, aunque mucho menos, en el período
lidad es una construcción paratáctica. Veamos algún ejemplo: clásico y postc1ásico:
Velit nolit scire difficile est (Cic., ad Quinct. fr., 3, 8, 4). Se Die, quaeso, num te illa terrera "Dime, por favor, si te asu\,tan
dice que aquí juelit nolitj está, excepcionalmente, por jutrum aquellas cosas" (Cic., Tusc., 1, 10)
uelit an nolitj "Es difícil saber si quiere o no quiere". Pero nada Tantum quod mihi non dixerat quid pridie eenaueram "Tan
se opone a que interpretemos: Velit? Nolit? Scire difficile est sólo le faltó decirme qué había yo comido la víspera" (Petr.,
"¿Lo querría? ¿No lo querría? Es difícil saberlo". 76, 11).
Exactamente lo mismo ocurre con otro texto de Cicerón De estas interrogativas subordinadas con indicativo se ha
(Verr., 3, 62) donde Ernout-Thomas ven una interrogación indi- dicho repetidas veces (cf. Kroll, Sintaxis científica, 1935, p. 86,
recta en la que jtaceret responderetj estaría por jtaceretne an ed. alemana, 1917; Wackernagel, Vorlesungen über Syntax, 1,
responderetj. El texto dice: Homo quid ageret: taceret respon- 1926, p. 242; Blatt, Préeis de syntaxe latine, 1952, p. 267; etc.)
deret, quid faceret denique illa aetate et auetoritate praeditus, que faltan de caracterización gramatical, o que no han llegado a
nesciebat. Nosotros interpretamos en construcción para táctica : subordinarse por completo. Pero, preguntamos nosotros, ¿no
Homo quid ageret? Taeeret? Responderet? Quid [aceret' denique queda suficientemente asegurada su caracterización gramatical
illa aetate et auctoritate praeditus? Nesciebat. "¿Qué podría y su condición de subordinadas mediante el léxico interrogativo
hacer nuestro hombre? ¿Se callaría? ¿Respondería? ¿Qué podría y la carencia de modalidad interrogativa?
hacer en una p~labra un hombre de su edad y prestigio? No lo
sabía."
Evidentemente, la gran frontera entre interrogación directa § .5. - La oracion 'de infinitivo
e interrogación indirecta está en la modalidad de la frase, es
decir , en la entonación del hablante. Por lo tanto, el problema No hay oración subordinada más típica y frecuente en latín
puede planteársenos a nosotros al enfrentarnos con un texto que la oración de infinitivo. Es difícil leer un período de cual-
antiguo; no se plantearía en el lenguaje vivo y modulado inequí- quier autor clásico sin que nos la encontremos una o varias veces.
vocamente. Las sintaxis latinas dedican tradicionalmente un largo capí-
e) La presencia de un término del léxico interrogativo y la tulo a este importantísimo tipo de subordinación. Nuestra expo-
ausencia de la modalidad interrogativa como frase son, a nues- sición será mucho más breve.
tro juicio, las dos características auténticamente distintivas de 1. En primer lugar porque gran parte del largo capítulo
la interrogación subordinada. No obstante, nuestros manuales aludido está siempre dedicado a enseñarnos qué verbos requieren

¡
(
362 INTRODUCCIÓN
ALASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 363

la construcción con infinitivo y/o con ut completivo; y nosotros usos en que el infinitivo se convierte en centro de frase, esto es,
ya nos hemos referido a esta alternancia al tratar del ut (cf. en predicado independiente como es lo normal de cualquier
pp. 152 ss.). forma personal; ello ocurre, como es bien sabido, en el llamado
infinitivo histórico, el infinitivo exclamativo y el infinititms im-
2. En segundo lugar porque la subordinación mediante el peratiuus; cuestiones éstas ya tratadas por nosotros al estudiar
infinitivo no plantea problemas en cuanto a su uso como ele- los modos en oración independiente (cf. supra, pp. 57 ss.).
mento no-autónomo. Precisamente la gran diferencia entre la
subordinación infinitiva frente al resto de la subordinación ra- 4. Se nos podría tal vez echar en cara que nosotros pare-
dica en que la subordinación de verbos en forma personal (salvo cemos estar pensando tan sólo en el simple y desnudo infinitivo
restos paratácticos como uolo facias, caue cadas, etc.,. cf. supra, como sujeto u objeto de un verbo (decorum est mori; amo bibere),
, ,, p. 102) necesita marcas que adviert~n del gran. cambio, esto es y olvidamos que tal infinitivo escueto no es lo que constituye la
-repitiendo palabras de Bally ya citadas antenormente-, que llamada "oración de infinitivo"; esta denominación se reserva
adviertan de la transposición suprema que se apodera de una para el infinitivo con sujeto en acusativo (aceusatiuus eum infi-
oración entera para convertirla funcionalmente en susta~tivo, nitiuo). •
adjetivo o adverbio. Al estudio de tales marcas hemos dedicado Pero no es así; lo que pensamos es que la añadidur;~al infi-
las páginas que preceden sobre la subordinación latina. nitivo de un acusativo, susceptible de interpretarse como un su-
Pero lo característico de la subordinación infinitiva es que no jeto, no cambia sustancialmente la situación sintáctica.
precisa marca alguna de subordinación. El infinitivo, como for~a Supongamos que se diga como recomendación general: Irasci
nominal es, por natura1eza, "subordinado"; dicho en otros _ter~ minime decet "De ninguna manera es conveniente montar en
minos, el infinitivo, como cualquier otro nombre, desempenara cólera"; o que se diga con Cicerón (Tusc., 4, 55) como recomen-
por .derecho propio cualquiera de las grandes fu~ciones del. nom- dación particular al orador: Oratarem irasci minime deeet "De
bre (sujeto o complemento directo) u otras funciones noml?ales ninguna manera es conveniente que el orador monte en cólera";
de menor envergadura como la de aposición o la de predicado el tipo sintáctico es el mismo. La posible ampliación del núcleo
nominal: infinitivo mediante un acusativo-sujeto (o un segundo acusativo-
a) Sujeto: objeto, o un adverbio, o un complemento cualquiera) son meras
Decorum est pro patria mori "Es htonroso morir. por 1a pa t na. " variantes del mismo tipo sintáctico.
(Hor., oe., 3, 2, 13). No parece necesario multiplicar los ejemplos. He aquí, no
j
obstante, algunos:
b) Objeto:
Ego amo esse et bibere (= cibum et potum) "A mí me gusta
el comer y el beber" (PI., Poen., 313). EL INFINITIVOSIN SUJETO EL INFINITIVOCON SUJETO
e) Aposición: EN ACUSATIVO EN ACUSATIVO
Illud est dulce, esse et bibere "Aquello es lo agradable: el
comer y beber" (PI., Trin., 259). A) Como sujeto:

d) Predicado: Bonum est pauxillum amare Adparet seruum hune esse do-
llluc est sapere "Eso es sabiduría" (Ter., Eun., 782). "Buena cosa es amar un poqui- mini pauperis "Está claro que
I .
3. Lo que requiere explicación no son esos usos "subordina- to" (Pl., Curc., 176). éste es el siervo de un amo po-
dos" del infinitivo sino sus usos independientes, es decir, esos bre" (Ter., Eun., 486).
364 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL pEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 365

Nosotros ya hemos hecho algunas referencias personales al I


B) Como objeto:
tema (d. vol. 1, pp. 116-117). Y no insistimos más aquí porque
tal cuestión diacrónica no condiciona el funcionamiento de la 1

Me quasi murenam exossare co- lllam ciuem esse aiunt "Dicen oración de infinitivo como núcleo subordinado en el período
gitat "Piensa deshuesarme co- que la muchacha es ciudadana" histórico.
rno a una murena" (Pl., Amph., (Ter., And., 833).
319).
6. Como no hemos tratado en este volumen las categorías de
la voz y el tiempo en su aplicación al verbo latino, tampoco nos
referimos ahora a las variaciones de la oración de infinitivo a
C) Corno aposición:
nivel de dichas categorías gramaticales; tales variaciones están
por 10 demás perfectamente registradas y ejemplificadas en cual-
Illud est dulce, esse et bibere Certe hoc scio, tibi esse febrim
quier gramática latina escolar o científica.
"Lo agradable es aquello, el co- "Estoy seguro de esto: que tie-
mer y beber" (Pl., Trin., 259). nes fiebre" (P1., Pseiui., 642).

D) Como predicado: .!

IUuc est sapere "Eso es sabidu- lstucine est operam dare bo-
ría" (Ter., Elln., 782). 1!mn sodalem? "¿Es ésa la ayu-
da de un buen compañero?"
(Pl., Mere., 620).

5. Un problema que plantea la oración de infinitivo -es la


cuestión histórica de su origen. ¿ Cómo el acusativo, normalmente (
el caso del objeto, y, como tal, el polo opuesto del nominativo O
sujeto, ha podido. llegar a considerarse como sujeto? Hay varias
hipótesis ante esta paradoja. La explicación más extendida con-
siste en ver originariamente en el acusativo un complemento
directo normal del verbo principal y una reagrupación posterior
dé la articulación sintáctica mediante la cual el acusativo se une
más estrechamente al infinitivo que al verbo del que depende
en principio: "Lo que hemos convenido en llamar el sujeto de
la oración de infinitivo no era en un principio más que un com- 1
plemento del verbo en modo personal, que estaba construido con
dos acusativos, uno de persona, el otro de la acción: iubeo eum .1
uenire (le doy una orden, la de venir)" (Riemann-Ernout, Syn-
taxe latine d'apres les principes de la grammaire historique, 1
I
19427, p. 317). I~
1
LA COORDINACIÓN 367
cialmente conservadores, como el lenguaje religioso, jurídico o
institucional (asyndeton sollemne):
Iuppiter Optimus Maximus, uolens propitius, uelitis iubeatis,
emptio uenditio, qui damnatus est erit, ...
Especial mención merecen los pares de colegas en las magis-
v traturas:
Cn. Pompeio, M. Crasso consulibus; ab A. Postumio, Q. Ful-
LA COORDINACIÓN uio censoribus ...
Pero fuera de las "fórmulas oficiales" ha de usarse la coordi-
nación conjuntiva. Así, Cicerón, refiriéndose a los cónsules Mar-
," Pasamos ahora a referirnos a la oración compuesta por coor- cus Aemilius Lepidus y Lucius Volcacius Tullus, escribe: Lepido
., ' dinación . et Tullo concuiiou» (Cat., 1, 15); el motivo es sin duda que la
"Subordinación" o "hipotaxis" son términos que aluden muy designación de los cónsules exclusivamente por su respectivo
apropiadamente a elementos sintagmático s en relación vertical cognomen, en lugar del habitual praenomen y nomen, resulta del
y en planos superpuestos, es decir en dependencia jerárquica de todo ajena a la fórmula consagrada. -
inferior a superior (o de "regido" a "regente") en la construc- Tampoco T. Livio tiene por qué usar la fórmula mecánica de
ción del período. la yuxtaposición cuando en un momento crítico para Roma nos
i.' "Coordinación" o "parataxis" aluden con igual propiedad a dice quiénes desempeñaban precisamente en aquellas circuns-
elementos en relación horizontal, es decir, situados en el mismo tancias las, funciones consulares: Consules tune Romae erant
s. plano, o mismo nivel jerárquico en la construcción del período. P. Cornelius Scipio et Ti. Sempronius Longus (21, 63).
Los elementos unidos por coordinación tienen siempre idén- b) en géneros literarios-próximos al habla popular y fami-
tica función sintáctica. Cualquier elemento de una oración y cual- liar (comedia, cartas, sátira) :
quier oración entera (ya sea ésta independiente, ya principal, ya Valent pater mater? "¿Están bien tu padre (y) tu madre?",
subordinada de cualquier tipo) puede desdoblarse y dar así lugar o, mejor: "¿Están bien tus padres?" (Pl., Mere., 948)
a la coordinación. Dictum faetum "Dicho (y) hecho" (Ter., Heaut., 381)
Melius peius, prosit obsit, nihil uident nisi quod lubet "Lo
mejor, 10 peor, 10 útil, 10 perjudicial, nada ven fuera de 10 que
§ 1. - Coordinación por yuxtaposición les gusta" (Ter., Heaut., 643)
Par impar ludere "Jugar a pares (y) nones" (Hor., Sat., 2, 3,
La coordinación puede realizarse por simple yuxtaposición 248).
(6::J'Jvo:;-CO\l
o coordinación asindética) o por medio de partículas
(coniunctiones copulaiiuae, disiunctiuae et aduersariae). 2. Pero a pesar de su primitivismo originario, el "rudimen-
tario" procedimiento de composición asindética nunca fue des-
1. Aunque sea un lugar común, conviene recordar que la deñosamente olvidado en el período áureo de la bella literatura
simple yuxtaposición constituye el grado más rudimentario y latina. Al contrario: hasta los autores más refinados acuden a la
primitivo de la composición sintáctica. "sencilla" yuxtaposición como recurso estilístico de sabios efec-
No es, pues, de extrañar la frecuencia de este tipo de coordi- tos expresivos.
I
~ nación: Un significativo ejemplo puede ser el siguiente de Tácito. Ha-
a) en expresiones arcaicas o en sectores lingüísticos espe- blando del atormentado período que nos va a describir en sus
368 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 369 I
'.
Historias, dice que hubo prodigios tanto en el cielo como sobre
la tierra, y que, además, hubo respecto al futuro, praesagia, Iaeia, § 2. - Coordinación pOT polisíndeton
tris tia, ambigua, manifesta (Hist., 1, 3, 3; transcribimos la pun-
tuación de la edición Les BelIes Lettres); literalmente, con El polo opuesto del asíndeton es la coordinación por polisín-
una avara economía sintáctica, dice: "presagios, alegres, tristes, deton. El polisíndeton es una acumulación de partículas de en-
ambiguos, manifiestos". La gran sorpresa del lector (antiguo o lace. Si el asíndeton es un ahorro de gramática, el polisíndeton
moderno) es la de compaginar los adjetivos semánticamente tan es un lujo y hasta un despilfarro, con fines estilísticos, de re-
discordantes y referidos no obstante en buena ley, mediante la cursos coordinantes.
concordancia gramatical, al mismo sustantivo: ¿cómo pueden ser Por el polisíndeton trata el autor de moderar el correr dis-
los presagios "alegres y tristes", "ambiguos y precisos"? Para cursivo y fijar la mente en cada elemento coordinado en par-
que el lector pueda entender el texto, ha de poner por su cuenta ticular: '
la "gramática" ahorrada por el autor: "presagios (por un lado) Eum tibi commendo ut et hospitem, et familiarem meum, et
alegres (o, al revés) tristes (y por otro lado), ambiguos (o, al gratum bominem, et uiriun. bonum et principem ciuitatis suae
revés) precisos". Y tal lector descansa (jsatisfecho de "su propio" (Cic.,rs«, 13, 25). •
y "agudo" hallazgo!) cuando cae en la cuenta del único acopla- La figura retórica del polisíndeton suele asociarse a otras
miento posible ante el desnudo material léxico. exornationes, como ocurría, según hemos visto, con la yuxtapo-
Los efectos estilísticos de la yuxtaposición pueden ~r varia- •j
sición asindética; además ya sabemos, según doctrina reiterada- I
dos. En el ejemplo anterior el asíndeton subraya, según hemos mente expuesta por nuestro colega Hernández-Vista, que los I
comentado, las antítesis adjetivales. Otras veces subraya una estilemas no se presentan aisladamente, sino en convergencias
gradación: Ex cupiditatibus odia, discidia, discordiae, seditiones, desde los diversos estratos de la lengua. En el ejemplo anterior
bella nascuntur "De las pasiones nacen los odios, las disensiones, pueden observarse, entre otras cosas, curiosas homofonías simé-
las discordias, las revueltas, las guerras" (Cic., Fin., 1, 44). tricas. Otro tanto puede decirse del texto que sigue:
En el famoso ueni, uidi, uici, la yuxtaposicíón, junto con las Tu uera ut me et appelles) et interpelles, et obloqll,are, et
reiterativas similaridades fónicas, marca la rápida sucesión de colloquare uelim "De verdad yo quisiera de ti que me llames la
los acontecimientos. Algo análogo ocurre en este verso de Plauto: atención, y que me interrumpas, y que me quites la palabra,
, Neque illa ulli homini nutet nictet annuat "No se entienda y que dialogues conmigo" (Cic., Quinct. fr., 2, 8, 1).
con ningún hombre (ni) por señas, (ni) guiños, (ni) muestras de
aprobación" (Asin., 784). Al mismo efecto contribuye la tan fre-
cuente yuxtaposición de los infinitivos llamados históricos (¡que § 3. - Las partículas coordinantes
ya son por sí solos una gran muestra de economía gramati-
cal!): Interea Catilina in prima acie uersari, laborantibus succu- Entre el extremo de la yuxtaposición (pater mater) y el del
rrere, integros pro sauciis arcessere, omnia prouidere, multum polisíndeton (et pater et mater), está la coordinación del tipo I, \
ipse pugnare, saepe hostem ferire "Entretanto Catilina se mul- pater et mater, más usual en latín y más próxima a las costum-
tiplica en la primera línea, socorre a los que se hallan en situa- bres de nuestra propia lengua:
ción crítica, llama tropas de refresco en sustitución de los Omnium primum salutem dicito matrí et patri "Ante todo
heridos, está en todo, toma buena 'parte personalmente en el saluda a mi madre y a mi padre" (PI., Capt., 389).
combate, alcanza muchas veces al enemigo con sus golpes" (Sal.,
Cat., 60, 4).
Etc., etc.
370 INTRODUCC·.1NA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 371

2. Mención aparte merecen los casos en que las conjunciones


A) COORDINACIÓN COPULATIVA parecen barajarse al azar para unir más de dos miembros. Y va-
mos a empezar por ellos precisamente.
1. El estudiante que se inicia en la lengua latina se sorpren- Un buen ejemplo, entre mil, puede ser éste de Tácito:
de al encontrarse con cuatro formas equivalentes (?) a nuestra Tiberii Caique et Claudi ac Neronis res florentibus ipsis ob
conjunción "y": et, atque, ac y la enclítica -que. metum falsae, postquam occiderant recentibus odiis compositae
Aprende pronto que atque y ac son variantes materiales de sunt (An., 1, 1, 3).
la misma conjunción, como "y" /"e" del español, y que el uso de Calcamos la traducción francesa de este texto debida a Goel-
una u otra variante depende, como ocurre en "y", "e", del en- zer (ed. Les Belles Lettres, 19~3), que hace caso omiso de las
torno fónico. En latín se usa ac sólo ante consonante; su doblete cópulas del original latino: "La historia de Tiberio, de Gayo, de
atque puede usarse siempre, pero normalmente sólo aparece Claudio y de Nerón, falsificada por el miedo en la época de su
ante vocal o h. esplendor, se escribió después de su muerte bajo el dictado
Aún así quedan tres formas latinas a traducir por nuestra de odios todavía vivos".
única conjunción "y". Es éste uno de los casos en que algunos comentaristas han
Generalmente los latinistas, con tímidos atisbos de distinción, hablado de arbitrariedad en el uso de las partículas copulativas.
no ven en las tres formas latinéis sino la mera función unitiva o Ahora bien, lo menos que puede alegarse para justificar a Tácito
aditiva de nuestra propia conjunción, y consideran más o menos es que el gran historiador se sirvió de la variedad de instrumen-
explícitamente que hay muy poco o nada de sistemático en el tos copulativos disponibles en su lengua para agrupar a los cua-
empleo de una u otra de las tres formas del latín. No es raro tro emperadores, no como cuatro términos en serie única y me-
incluso que los comentaristas hablen de puro capricho ante cier- ramente cronológica (cf. la traducción antes citada), sino como
tos usos de las variadas conjunciones en los textos literarios una adición de términos previamente agrupados dos a dos.
latinos. Esquemáticamente, la traducción que hemos ofrecido se re-
Es más: resulta fácil presentar los hechos de manera que pa- presentaría así:
rezcan dar la razón a tales autores. He aquí algunas series de
cópulas "caprichosas" (?) :
en cambio, el texto de Tácito se representaría así:
consté.re ex animo et corpore (Cic., 'I'usc., 3, 1)
constare ex corpore atiitnoque (Cie., ri«, 5, 34) (A+B)+(C+D).
constare ex re atque uertns (Cic., de orur., 3, 19).
La perspectiva de Tácito tiene un claro fundamento histó-
senatus pOlJlLlusqueRomanus (fórmula habitual) rico: distingue en la dinastía "[ulío-claudiana", por un lado a los
senatus et populus Romanus (Sal., Iug., 111, 1) ¡'julios" (Tiberio y Gayo) y por otro lado a los "claudias" (Clau-
dio y Nerón). Tácito apunta aquí por medios puramente grama-
populus et senatlLs Romanus (Sal., Iug., 41, 2).
ticales a la distinción más explícita que hace en Hist., 1, 16, 2,
cuando escribe: finita Iuliorum Claudiorumque domo "extingui-
ferro ignique (clisé habitual)
da la dinastía de los Julios Y los Claudios". De acuerdo con esta
l.
ferro et igni (Suet., Caes., 75, 5) perspectiva y para reflejar el juego de las conjunciones del ori-
I
igni atque ferro (Tác., An., 14, 38). ginal, podemos traducir: "La historia, por un lado, de T. y G., y,
Etc. etc. por otro, de Claudia y Nerón ... "
(,

372 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 373

Tácito -y el procedimiento es general en él y en todoa Ios b) (ponamus) in ... et in ... et in ... ;


autores del período clásico- combina los diversos elementos c) los dos primeros de estos tres complementos circunstan- ;

yuntivos del latín para señalar diversas agrupaciones' de los tér- ciales están compuestos por bloques de dos términos cada uno
minos enumerados, con ac como yuntivo: in robore ac magnitudine, in contemptione
Los grupos así establecidos pueden: ac despicientia.
a) Hallarse en el mismo nivel sintagmático, como ocurre en Aunque menos complejos he aquí todavía un par de ejemplos
el aludido texto de Tácito. No acarrea entonces graves conse- en que el lector puede apreciar cómo la variación de los elemen-
l'
I~ cuencias el hecho de no reparar en los grupos e interpretarlos tos copulativos facilita la interpretación:
como serie única y uniforme, tal como se ha hecho en la men-
cionada traducción de Goelzer. Lo mismo ocurre en matemáticas , ... PeUitu!' paternos
donde sale una respuesta correcta aunque se haga caso omiso de in sinu ferens deos
los paréntesis en la suma (A + E) + + (C D). 'et UXO'I' et uir sordidosque natos
b) Pero pueden también hallarse en distintos niveles sintag-
máticos: entonces traería graves consecuencias el no percatarse "Se expulsa a la esposa y al marido que se llevan en su regazo
de la agrupación establecida: caería el filólogo en un error similar a los dioses de sus padres y también a los propios hijos cubiertos
al craso y frecuentísimo error del matemático principiante que de andrajos" (Hor., Carm., 2, 18, 26-28).
,
no sabe interpretar los paréntesis en una operación como: (A + Secutum est illud tempus occiso Caesare, quo res publica I

+ B) + + (C D)R. penes Brutos uideretur esse et Cassium ac tota ciuiias se ad eos


conuertisse uideretur "Á la muerte de César siguió aquella etapa
Así, plebs sordida et circo ac theatris sueta (Tác., Hist., 1,
4, 3) es un texto muy claro: "la: plebe burda y-además (= et) en que el gobierno parecía estar en manos de los Erutos y tam-
acostumbrada al circo y a las representaciones teatrales"; et une bién (= et) de Casio; más todavía (= ac), la ciudad entera
scrdula y sueta, como determinantes de plebs; ac une el bloque parecía haberse asociado a ellos" (C. Nep., Att., 8, 1).
circo ac theatris, que determina a sueia, Ni los tratados científicos ni los escolares -donde estas ob-
Si pusiéramos un segundo et en lugar de ac, cambiaría la in- servaciones serían de especial interés- prestan la debida aten-
terpretación; habría que ver en et circo *et theatris un caso de ción a estos sutiles mecanismos copulativos del latín. Vamos a
polisíndeton que uniría exclusivamente los dos ablativos deter- insistir con un último pero llamativo ejemplo en el que han nau-
minantes de sueta. fragado ilustres latinistas. Se trata de un pasaje de Tácito (Hist.,
He aquí ahora un texto de Cicerón que, sin las variaciones 1, 10, 6); nos permitiremos introducir en el texto variados pa-
copulativas, se convertiría en auténtico jeroglífico: réntesis que no tienen otro objeto sino el de poner de relieve las
Contemnamus igitur omnis ineptias totamque uim bene ui- uniones a diversos niveles que ya están marcadas en Tácito me-
uendi in animi robore ac magnitudine et in omnium rerum hu- diante la variación de las cópulas:
manarum contemptione ac despicientia et in omni uirtute pona- [Occulta fati] et [(ostentis ac responsis) destinatum fVespa-
mus "Despreciemos, pues, todas las frivolidades y hagamos des- sumo libeTisque eius 1 imperium] post fortunam credidimus; esto
cansar todo el peso de la felicidad (primero) en el vigor y la es: "Los secretos del hado y el destino del imperio (apuntado)
grandeza del alma, luego (= et) en el menosprecio y desdén de por prodigios y oráculos a favor de Vespasiano y de sus hijos,
todo lo humano y, por último (= et) exclusivamente en la vir- (todo eso) lo hemos creído después de su éxito".
tud" (Tusc., 1, 95). Es evidente la unión del bloque oeculta fati et ... destinatum
Puede observarse: imperium como complemento directo de crediclimus; el bloque
a) contemnamus ... totamque uim ponamus; unido con ac es el complemento normal del participio destina-

( ,
374 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUC'I;URAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 375
tum (literalmente: "destinado por prodigios y oráculos"); y el aquellos hechos en que sintagmas copulativos aparentemente
bloque unido con la enclítica -que es el complemento indirecto idénticos se presentan en textos diferentes y donde no ha lugar
normal del mismo participio ("destinado para o a favor de... "). la distinción en grupos, y no obstante aparecen unidos unas ve-
El texto no presenta, pues, dificultades de ningún tipo; sin ces con et, otras veces con ac y otras con la enclítica -que; se-
embargo, editores e intérpretes, evidentemente por no percatarse guiría, pues, apareciendo como caprichosa la unión copulativa
del valor de las cópulas, han visto ahí grandes problemas y han en las series antes citadas como: constare ex animo et corpore
llegado incluso a sospechar que el texto debía estar corrompido [ex corpore amimoque]; ex re atque uerbis; etc.
. ; y necesitaba enmiendas. Citamos a continuación un comentario,
4. Hemos de dar, pues, un paso más. Y aquí seguimos a Co-
aunque algo largo, en el que afloran todos los imaginarios pro-
blemas y los esfuerzos de los filólogos por resolverlos: seriu (Coordinación latina y coordinación románica, en Actas
"Occulta fati ... credidimus: pasaje oscuro y de difícil inter- del III Congreso Español de Estudios Clásicos, III, _pp. 35-57).
pretación. La manera más clara de traducirlo consiste en atribuir Si en una lengua, escribe Coseriu, hay varias conjunciones,
a la conjunción et significado explicativo, como en otros pasajes ellas manifiestan algo más que la mera adición.
= En el caso del latín, las tres conjunciones et, ac y -que forman
t=~
L
, . acontece (et id est), en cuyo caso la traducción del mismo será:
'una vez proclamado Vespasiano emperador (post fortunam), he- un sistema de oposiciones tal como se representa en el si~üente
mos creído en la existencia (fuisse) de una fuerza oculta del des- esquema:
tino, a saber (et = id est) que por los pronósticos y vaticinios
(se. de los oráculos) estaba destinado el poder a Vespasiano y a
sus hijos'. Por algunos críticos se ha propuesto intercalar el abla-
tivo ui o potestate entre occulta y fati, en cuyo caso occulta debe-
ría interpretarse también como ablativo concertado con la pala- ct ac
: t bra intercalada. Es evidente que con tal enmienda desaparecen
todas las dificultades de interpretación que este pasaje ofrece"
h¡;
I
(Bassols, Tácito, Historias, libro 1, p. 137). 1- +
I
T
!'l.
3. -Con lo dicho en el apartado precedente sobre la coordi-
nación múltiple al mismo nivelo a distintos niveles sintagmáti- Es decir: en una primera oposición et, como término negativo,
!
, I cos, parecemos atribuir a la variación copulativa un valor mera- se opone al complejo (ael-que), como término positivo; y, dentro
mente distintivo: parecemos admitir que lo importante es la va- del término positivo se establece una segunda oposición en la que
riación en sí misma, pero que sería indiferente acudir a cual- ac es término negativo frente al positivo -que. Por tanto, -que
quiera de las tres formas copulativas al iniciar cualquier adición es término doblemente caracterizado: caracterizado frente a et
de términos homofuncionales con tal de cambiar y acudir a otra y frente a ac; ae es término caracterizado frente a et y no carac-
forma cuando haya necesidad de establecer bloques entre los terizado frente a -que, y, por último, et es término doblemente no
elementos. caracterizado: no caracterizado tanto frente a ac como frente
Aunque la realidad se limitara a sólo eso, ya valdría la pena a -que.
'1
tener en cuenta la variación de las cópulas múltiples como pre- Coseriu concluye con las siguientes definiciones:
"
JI ciosa y hasta insustituible ayuda a la hora de interpretar ciertos et = "adición"
~ textos, según hemos comprobado. Pero tal concepto de la coordi- ac = "adición" + "unidad"
nación copulativa sería incompleto: seguiríamos sin comprender -que = "adición" + "unidad" + "equivalencia".

JI
(

(
376 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 377 (
5. Como bien saben los latinistas, et es la conjunción copula- iuris magna atque difficilis "ese estudio del derecho, largo y di-
tiva más usual. Por tratarse del término no caracterizado, incluye fícil" (Cic., de orat, 1, 185); sine tuo quaestu ac rnaximo quaestu c.
a ac ya-que y, por tanto, puede sustituir a ambas formas en "Sin tu beneficio y hasta muy considerable beneficio" (Cic., Verr.,
cualquier caso. No así a la inversa: ac y -que son de uso mucho 3, 52). Es significativo que, para poner de relieve estos miembros e
más limitado. explícitamente no-equivalentes, se refuerce eventualmente la con-
Dentro de la oposición acl-que ocurre 10 propio: ae incluye (
junción con otras partículas: atque adeo, atque etiam, atque in-
a -que y puede, por tanto, sustituirla; no así a la inversa: -que super, ac potius, ac quidem, ac quoque, ac tamen. En la misma (
es de uso mucho más restringido que ae. línea está también el frecuentísimo uso de ae como conjunción
Ae y -que, frente a la adición sin matices expresada por et, "comparativa": aeque ac, alius ac, aliter ae, contra ac, item ac, (
marcan el carácter unitario de los términos adicionados: se trata iuxia ac, sirnul ae, etc. Con algunas de estas locuciones es' posible !
I
de términos que se presentan al hablante en contigüidad semán- -aunque no muy frecuente- sustituir ac por et; no" es posible (
tica (sinónimos o antónimos) o en contigüidad "real" y rm'4e- la sustitución por -que: I
I
rial: 'infamia atque indignitas, dulcia atque amara; terra marique, Virtus eadem in homine ac deo est "La virtud es la misma en (
ferro ignique, senatus popuhLsque Romamis. el hombre y/que en la divinidad" (Cic., Leg., 1, 25). En este t~to
Por último, la elección entre ae y -que depende de la pers- subyace, evidentemente, la idea de que el hombre y la divinidad (
pectiva que ofrezcan los dos términos implicados en el' bloque: son distintos (no-equivalentes), pero que, no obstante, la virtud I
a) Sí aparecen como estrechamente unidos o lógicamente es la misma. (1
equivalentes, el hablante usará -que. Fórmulas como terra rna- Siempre se trata, con esas numerosas locuciones, de distin- I
guir dos miembros de una oración o dos oraciones enteras para (
rique, domi beLlique, peto quaesoque, etc., vienen aquí a la mente
de cualquier latinista. En Tácito encontramos a poca distancia comparar las dos magnitudes entre sí y medir una de ellas con I
el patrón de la otra. (
dos ejemplos menos triviales e igualmente claros: Iuliornrn
CÍaudiorumque domus "la dinastía julio-claudiana" (Hist., 1, lo, I
(
2) y en el capítulo siguiente (1, 17, 2), cuando Galba concluye el 6. A título de nuevos ejemplos, volvamos a algunas de aque-
I
discurso en el que proclama a Pisón como su heredero en el tro- llas series que nos parecían puramente arbitrarias: I
(
no, dice ,el gran historiador, refiriéndose a la contestación d"l
prineeps electo: Sermo erga patrem mvperoiorenuiue reuerens a) constare ex animo et eorpore
(
"Su discurso fue respetuoso hacia la persona de su padre (adop- constare ex corpore omimoque
tivo) y (lo que es lo mismo) del emperador". constare ex re atque uerbis. (
Véase en un mismo período un doble ejemplo de cópula con I
-que, una vez en fórmula rutinaria y otra en coordinación no Para comprender el uso de una u otra forma copulativa es (
imprescindible observar los hechos en su propio contexto; de 10
rutinaria: a[ii terra marique rem gerendam censebant, alii to-
contrario, los tres casos parecen sustancialmente idénticos y no ( )
I
t1l1n in Hispaniam Hannibalemque intendebant beIlum "Unos
se ve razón alguna que justifique la variedad de cópulas.
opinaban que se debía actuar (contra Cartago) por tierra y por
Perspicuum est horninem e corpore anirnoque constare "Es
I
mar (a la vez), otros concentraban todo el peso de la guerra con- (
tra España y (lo que es 10 mismo) contra Hanníbal" (que estaba evidente que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma"
atacando en España) (T. Livio, 21, 6, 6). (Cie., Fin., 5, 34). Aquí se habla de los dos componentes del
hombre, indisolubles y "equivalentes" como integrantes de la
b) Pero si no existe tal equivalencia o, en todo caso, el ha- naturaleza humana: corpore anirnoque es, pues, el grupo espe-
blante se desentiende de su existencia, usará ac: ista eognitio rado, como terra marique, domi beUique, etc.

j (
I
I i 378 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 379
. ;
En cambio, el mismo Cicerón (Tusc., 3, 1) inicia una diser- c) Senatus populusque Romanus
tación filosófica así: Constamus ex animo et corpore. La razón senatus et populus Romanus (Sal., Iug., 111, 1)
es que ve en este momento el cuerpo y el alma no como unidad, populus et senatus Romanus (Sal., Iug., 41, 2).
sino como elementos separados y distintos. Puede comprobarse,
efectivamente, en el texto que, acto seguido, dedica unos párra- No hay fórmula más constante que la de senatus populusque
fos sucesivamente al cuerpo y al alma por separado. R.; y ésta es, ciertamente, la copulación esperada, ya que se trata
Y, en tercer lugar, el mismo Cicerón (de orat., 3, 19) escribe: de las dos autoridades ideales del mismo pueblo romano. Sin em-
Cum omnis ex re atque uerbis constet oratio "Como todo dis- bargo, Salustio, en dos ocasiones, no se atiene al formulismo;
curso, consta de fondo y forma"; utiliza atque por tratarse del ello es debido a que el autor no considera entonces el "conjunto"
par de componentes distintos pero unidos en el discurso; no usa del pueblo y el senado operando al unísono e indistintamente en
-que, ya sea por no dar la misma importancia al fondo y a la cuestiones de gobierno, sino a las dos autoridades' actuando en
rl forma, ya sea por no preocuparse en aquel momento de su equi- un momento dado por separado. El hecho es patente sobre todo
-1 valencia, aunque la tuvieran. en 41, 2: Populus et sena tus Romanus placide ínter se rem pu-
;1 blicam tractabant "El pueblo y el senado romano compartían
entre sí el gobierno sin pasión". El inter se es aquí decisivo para
b) ferro ignique
igní atque ferro (Tác., Ano, 14, 38, 1) excluir el formalismo habitual.
ferro et igni (Suet., Caes., 75, 5).
7. Nos falta referirnos a la coordinación negativa. No esta-
mos aquí de acuerdo con Coseriu, cuya doctrina nos parece vi-
Quien tenga en cuenta el contexto observará que Tácito, al
ciada por una indebida interpretación de los textos.
usar igni atque ferro, deshace el indistinto y formulario grupo
Para Coseriu (d. pp. 48-49 de su citado artículo), et non y ac
ferro ígnique para oponer esas dos causas distintas a una ter-
non en ejemplos como patior et non moleste fero, o cum ab hos-
cera: dice que los belicosos pueblos de Bretaña quedaron arra-
tibus constan ter ac non tímide pugnaretur, admitirían dos inter-
sados en buena parte por el igni atque ferro (= grupo de armas
pretaciones igualmente posibles, a saber:
distintas utilizadas contra ellos por los romanos); pero en igual
o mayor medida por el hambre, ya que esas naciones, en su ter- a) non puede determinar al adverbio siguiente y formar con
quedad, no se preocupaban de sembrar y esperaban sobrevivir él el sintagma adverbial negativo [non-moleste], /non-tirnide/;
:t -dice el historiador- apoderándose de los víveres de los ro- en cuyo caso seguiríamos -dice Coseriu- en la coordinación
manos. positiva, con la particularidad que el segundo término coordi-
En cuanto a Suetonio (ferro et igni), se está refiriendo a un nado sería negativo: A + (non-B);
terco pompeyano que no perdona ni a las personas (libertos y b) non puede disociarse del adverbio, en cuyo caso et non
"
esclavos) adictas a César ni a los animales que César había com- (ae non) constituiría una coordinación negativa como neque.
prado para un espectáculo; tal individuo se conforma, en cuanto Pues bien: para nosotros, solamente es admisible la primera
a los animales, con degollarlos en masa (contrucidauerat); con de las dos interpretaciones; la segunda queda excluida por las
t las personas se ensaña más cruelmente: no sólo las degüella: les normas del orden de palabras. Según dichas normas, non debe
'0
I prende, además, fuego: libertis seruisque eius ferro et igni cru- determinar al término que le sigue en la cadena hablada. Por
delem in modum eneetis. Hay, pues, en este ferro et igni no una lo demás, nuestro modo razonado de ver las cosas -está en línea
ejecución única (o bien por el hierro o bien por el fuego), sino con la fina intuición de los mejores latinistas, como se desprende
algo así como dos ejecuciones sucesivas. del comentario que leemos en Ernout (Synt. lat., § 426) y que

r,
(

(
380 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN
381 (
éste, a su vez, recogió de la sintaxis más lejana del gran Riemann Si hoc profectio et non fuga est "Si esto es una salida y no
(§ 268): "non moleste forma una expresión equivalente a aequo una huida" (T. Liv., 2, 38, 5) (

animo" (el texto es de Cicerón, Verr., 1, 1). Poeta [acit fabulam et non agit, contra actor agít et non facít I
En consecuencia, creemos que la coordinación propiamente "El poeta compone la comedia y no la representa; el actor, al (
negativa, aun en el período clásico, se establece de una manera contrario, la representa y no la compone" (Varr., L. L., 6, 77)
uniforme con el antiguo neque. Y esta partícula, como tal forma (
CUT appellant ornnes aedem deum Consentium et non deorumi
coordinante negativa, carece prácticamente de limitaciones en su Consen~imn? "¿Por qué dice todo el mundo aedem deuni Con-
empleo. sentiura y no aedern deorum Consentium? (Van., L. L., 8, 71)
( i

Si algunas veces nos encontramos con et non y ac non, pensa- Quasí ego dicam eos miseros qui naii nOn sint et non eos mi- I
(
mos que siguen funcionando siempre como coordinación positiva, seros q-ui mm tui sunt "Como si yo hablara de los desgraciados
según el propio Coseriu reconoce para la primera de sus dos in- que no han nacido y no de los desgraciados que han muerto" (1
terpretaciones del tipo en cuestión. (Cic .,......_
7'usc ")'1 1'1)
v.
1
El recurso "estilístico" a las formas analíticas (et non) ac non)
(
tiene la ventaja precisamente de disociar la coordinación y la ne- I
gación para cargar el peso de esta última concretamente en un B) COORDINACIÓN DISYUNTIVA ( .
determinado término del enunciado, que por fuerza ha de ser el 1
!
primero que en la cadena hablada sea susceptible de negación. 1. En la coordinación disyuntiva latina observamos una or- (
La eventual sustitución de neque por et (ac) non es en todo ganización paralela a la coordinación copulativa. I,
paralela a la sustitución de nec quisquam) nec quidquam) neque También aquí dispone e11atín de tres formas: dos autónomas (
uUus, neque unquam, neque u'squam, respectivamente, por et y una enclítica: out, uel; -ue. I
i
nemo, et nihil, et nuUus) et numquam) et nusquam. Pueden definirse así: (
He aquí ejemplos muy similares unidos alternativamente por i
neque y et non. La forma analítica está usada para cargar el (wt = "alterñativa" (
acento sobre la negación y con ánimo de buscar la expresividad uel = "alternativa" + "elección" !
de la lítote: . -lle =-..= "alternativa" + "elección" + "equivalencia". \
Optimus uir nec tibi ignotus "persona excelente y que no te !
es desconocida" (Cic., Deiot.) 33) Aut es el término negativo frente al conjunto (uelj-ue).
Vir bonus et non illiteratus "hombre de bien y muy culto" Como ocurría con et, aut es también, en su serie, la conjun- I
(Cic., de oratore, 2, 25). ción más usual y la única que pasa al románico. Puede usarse
( .
. Hemos dicho que la conjunción negativa neque carece prác- siempre que se trate de expresar sencillamente la disyunción I
ticamente de limitaciones en su empleo. Citan, sin embargo, o alternativa entre dos términos, tanto si se trata de términos
nuestras sintaxis -y con razón- algunos casos en que se im- que se excluyen como de términos semánticamente unidos y hasta
pone el uso de et non. Creemos que ello ocurre sólo en el meta- equivalentes o indiferentes a la elección.
lenguaje, es decir, cuando se usa el lenguaje para analizarse a sí Con frecuencia consideran los autores (por ejemplo, Ernout,
mismo, delimitando el concepto de los términos utilizados. En- § 423) que aut es la conjunción disyuntiva que implica exclusión
tonces, como lo fundamental es oponer términos y marcar dife- en la alternativa; pero ello sólo ocurre en cierta medida, a saber:
rencias, no basta la conjunción negativa y resulta imprescindible en cuanto se opone a los términos que implican selección; pero
la negación clara del término excluido, como unidad negativa en su uso neutro es indiferente a la noción de exclusiónJno-
frente al primer término: exclusión.

~I'
Jo'

382 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 383

Las formas uei y -ue expresan ambas una alternativa que pronuneiatum, quod esi uerum aut falsum "Un enunciado com-
"
¡"",'
,,! ,
1; deja al oyente la elección: -ue marca la alternativa entre térmi- porta el ser verdadero o falso" (Cic., Tusc., 1, 14).
nos equivalentes para el hablante; es, pues, la menos disyuntiva 2. Como ocurría en la coordinación copulativa, también pue-
de las conjunciones disyuntivas. VeZ separa dos términos dife- de el latín, gracias a su sistema conjuncional, agrupar disyuncio-
rentes (en cuanto se opone a -ue) o equivalentes (en cuanto, como nes múltiples sin caer en la ambigüedad: es decir, puede incluir,
término negativo, incluye a -ue). dentro de los términos de una disyunción, nuevas disyunciones.
¡'l",' Entonces, la disyunción de mayor amplitud se establece con la
U~.'; Ejemplos: conjunción disyuntiva más general [aui}, y las alternativas in-
! i a) Aut (simple alternativa): cluidas sucesivamente en cada miembro se introducen con uel
1'" ¡ Hic uincendun: aut moriendum est "Aquí hay que vencer y -ue:
o morir", o sea: "Estamos ante la alternativa de vencer o morir" Vbi po test illa aetas aut colescere uel apricatione melius uel
(T. Livio, 21, 43, 5). igni, aut uicissim umbris aquisue rejriqerari salubrius? "¿Dón-
b) VeZ (alternativa con elección): de mejor (que allí) pueden los ancianos disfrutar, ya sea ~el ca-
J, i A Naeuio uel sumpsisti multa, si fateris, uel, si negas, sur- lor del sol o del hogar, ya sea por el contrario del salúdable
ricpuisii "De Nevio has tomado muchos préstamos, o si no los fresco de la sombra o de las aguas?" (Cie., Cato M., 57).
reconoces, muchos plagios" (Cíc., Brui., 76).
: ~. !
Venit Epicurus, homo minime malus uel potius uir optimus Esquema:
i
"Llega Epicuro, un hombre sin pizca de malicia o, mejor dicho,
un hombre excelente" (Cic., Tusc., 2, 44). aut caJescere f ud
apricatione
1Le~
igni
t
e) -ue (alternativa con indiferencia en la elección) :
Duabu» triousue horis "Dos o tres horas", 0, sin dar impor-
tancia a la disyunción, "de dos a tres horas" (Cic., PhiL, 14, 16)
Videtin, uiginti mina e quid pollent quidue possunt? "¿ Veis
aut refrigerari
{ umbris
aquisue

qué valor o qué poder tienen veinte minas?" (Pl., Asin., 636) 3. La coordinación disyuntiva, como la copulativa, puede
Quod munus reipublicae afferre maius meliusue possumus? subrayarse mediante la figura del polisíndeton:
"¿ Qué servicio mayor o mejor podemos ofrecer al estado?" (Cic., Aut bibat aut abeat "Ql.1ebeba o que se vaya" (Cic., Tusc.,
Diuin.; 2, 4). 5, 118).
NOTA. - El compuesto siue (seu), como conjunción disyunti-
va, sigue expresando, al igual que el simple -ue, una alternativa C)
I COORDINACIÓN ADVERSATIVA
l· intrascendente: Eiecto siue emisso iam ex urbe Catilina "Cuan-
do se le expulsó o se le dejó salir de la ciudad, Catilina " (Cic., 1. El repertorio de conjunciones adversativas latinas es, al
t l' Sulla, 17). parecer, bastante extenso. La mayoría de nuestras sintaxis cuen-
Por otra parte, según dijimos antes, allt incluye al bloque tan hasta una docena larga: sed, uerum, at, ast, atqui, immo,
juel-uej y, en consecuencia, puede sustituir a ambos: Anieulae quin, uero, autem, nihilominus, tamen, certe, quidem.
1;. saepe inediam biduum aut triduum ferunt "Las viejecitas aguan-
"
tan frecuentemente dos o tres días sin tomar alimentos" (Cic., 2. De este repertorio hemos de destacar tres formas, a saber,
Tuse., 2, 40). Pero no a la inversa. Así, no se concibe la sustitu- sed, at y autem, como núcleo fundamental de la relación adver-
ción de aut por uel ni -ue en un texto como el siguiente: Id est sativa.
(

(
384 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA COORDINACIÓN 385
SED es la conjunción más frecuente y general. No hay Iimita- ./
4. Las restantes "conjunciones" adversativas son más bien
cienes a su uso en cualquier oposición adversativa, fuerte o débil: adverbios (acusativos o ablativos adverbiales) y, como ya obser-
Sed haee alía quaestio est; nos ad proposdurn reuertarnur "Pero vó el viejo Magvid (cf. Gramm. lat., trad. francesa, París, 1885\
ésta es ya otra cuestión; nosotros volvamos a nuestro propósito" p. 475), no constituyen propiamente un enlace gramatical. ASÍ,
(Cic., Tsisc., 3, 11). Más todavía: tras una oración negativa, es no hay enlace estricto en: Ad sepulturam corpus uitrici sui negat
normalmente la única conjunción adversativa utilizada para in- a me datum. Roe uero ne P. quidem Clodius dixit 1.tnquam "Dice
dicar que las cosas no son de cierta manera, sino de otra dis- que yo no he devuelto el cadáver de su suegro para enterrarlo.
tinta: Adest M. Luculiue, qui se non opinari, sed scire, nOn au- Esto, en verdad, ni el propio P. Clodio me lo echó en cara" ()
diuisse, sed uulisse, non interjuisse, sed egisse dicit "He aquí (Cie., Phil., 2, 17). Pero, evidentemente, nada se opone a una
a M. Luculo, que IlO hace conjeturas, sino que declara saber; que interpretación coordinativa-adversativa: "Pero esto ni el propio
no afirma que ha oído, sino que ha visto; no afirma que ha sido P. Clodio, etc.". '
espectador, sino actor" (Cic., ilrch., 8). De hecho, en latín, como es también usual en muchas de
AT, de uso más restringido, acentúa fuertemente la oposición nuestras lenguas actuales, ciertos adverbios se prestan a servir
adversativa, introduciendo algo nuevo y opuesto: Relicti« piLis de sucedáneos de las partículas adversativas. Frente a la pura.
comrnitnis gladiis pugnatum est; at Germani phalange jact·'].un- relación coordinativo-adversativa de sed, sus sucedáneos adver-"
pet';¡.')qiadiorum exceperurii "Dejando de lado sus picas, se en- biales añaden diversos matices semánticos: uerum, 1lero, certe,
tabló un cuerpo a cuerpo con las espadas; pero los Germanos,' immo, ceterum, etc., no pudieron gramaticalizarse hasta el punto '( )
formando falange, aguantaron la acometida de las espadas" (Cé- de vaciarse de su semántica adverbial, ya que al lado de su uso
sar, R. G.) 1, 52, 4). Vestram, uulices, aequitatem et manSL¡etu- como sustitutos de sed coexistió siempre, paralela y simultánea-
dinem una mater oppugnat . .A.t quae maier! "Para enfrentarse, mente, su utilización como puros adverbios o adjetivos.
jueces, a vuestra justicia y clemencia, tan sólo hay una madre. VERVM se asimiló a sed, incluso en su uso tras una negación;
¡Pero qué madre!" (Cic., Ctueni., 199). Obsérvese, por último, VERO se convirtió más bien en sinónimo dé autem' v ambos con
la viva réplica con at en el siguiente diálogo: Quid? Quid? el matiz de "veracidad" o "realidad" implicado en' su semántica. (;
Nescio. -llt ego scio "¿Qué? ¿Qué? No lo sé. -Pero yo, en TAMEN es una conjunción adversativa con claro matiz "con-
cambio, sí 10 sé" (Ter., Hec., 850). cesivo", como nuestro "no obstante" o "sin embargo".
AVTEM ("por otra parte"), marca una simple contraposición y y ya, por último, es cuestionable el situar entre las conjun-
es la menos adversativa de las tres conjunciones apuntadas: ciones a quin ("al contrario"), immo ("más bien", "antes bien"),
Gyges a ?tullo uidebatu», ipse autem omnia uulebtü "A Gyges nihilominus ("a pesar de todo"), certe ("ciertamente"), quideni
no 10 veía nadie; él, en cambio (= pero éL) 10 veía todo" (Cic., ("en verdad"), etc. ( ,
Off., 3, 38).

3. Junto a at hemos de situar su compuesto atqui ("pero de D) COORDINACIÓN "CAUSAL" Y "CONCLUSIVA"


alguna manera") y, sobre todo, la partícula arcaica ast, que,
aunque de distinta etimología, ha sido asimilada a at: "ast" sig- Nuestras últimas observaciones sobre los "adverbios-conjun-
nificat "at" (Fest., 6). Los manuscritos vacilan enormemente en- ciones" de índole adversativa son igualmente válidas:
tre ambas formas. Ast se mantiene esporádicamente en el len- a) Para la llamada coordinación "causal": nam, enim, quip-
guaje familiar, el jurídico e incluso en la alta poesía de la época pe. Se trata de una coordinación meramente ideológica, como la
augústea. Para ejemplos puede consultarse el rico material del que establecemos en español con nuestro adverbio "efectiva- ( ).
Thesourue (s. u.). mente".
386 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

b) Para la coordinación "ccinclusiva": Ergo, igitur, ita, d.


nuestro "así" o "consiguientemente". Pero aquí la lista de adver-
bios ideológicamente "conclusivos" es muy amplia: eo, ideo,
idcirco, hinc, inde, proinde, quamobrem, quapropter, quocirca,
r, 'l ¡.'' .'.. etcétera.
No creemos necesario insistir.
,'!['.;
J.'. '

VI

LA "CONSECUTIO TEMPORUM",]

1. Qué es la "consecutio temporum" ..


La consecutiotemporum, o "concordancia temporal", o "atrac-
ción temporal", nos dice que entre el verbo de la oración princi-
pal y el de la subordinada hay congruencia en cuanto al tiempo.
Más concretamente: el tiempo de la oración principal «trae a su
esfera a ciertas formas temporales de la oración subordinada con
exclusión de otras, según se trate de expresar la simultaneidad,
.!lff~~
íi -
la anterioridad o la posterioridad. Es fácil comprobar la aplica-
ción de esta regla tanto en latín como en castellano:
U !
- Simultaneidad:
uidemHs quod facis: "vemos lo que haces";
uidebimus quod facies: "veremos lo que harás";
uidebamus (uídimus) quod fa- "veíamos (vimos) lo que hacías".
ciebas:
- Anterioridad:
uidemus qlwd fecisti: "vemos lo que hiciste";
uidebimus quod feceris: "veremos lo que habrás hecho";
uidimus quod [eceras: "vimos lo que habías hecho".
- Posterioridad:
uidemus quod facturus es: "vemos lo que vas a hacer";
uidebimus quod [acturus eris: "veremos lo que irás a hacer";
uidimus quod facturus eras: "vimos lo que ibas a hacer".

1. Este capítulo y el siguiente se publicaron anteriormente en nuestro manual


escolar Latín, ed. "Edelvives", 1978, pp, 127-136.
388 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA "CONSECUTIO TEMPORUM" 389

Si nos fijamos en ese esquema-modelo, podemos comprobar


2. La concordancia temporal en latín (yen castellano)
que el tiempo de la oración subordinada se adapta al tiempo de
la oración principal según la misma regla de concordancia tanto
La concordancia temporal puede sisternatizarse en un esque-
en latín como en castellano. Lo único que varía es el modo, ya
ma como el siguiente:
que el latín adopta automáticamente el modo subjuntivo en las
interrogaciones subordinadas y, en cambio, el castellano mantie-
ne el indicativo.
Oración principal Oración subordinada en relación de:
Obsérvese también que en el esquema figura siempre un tiem-
po del indicativo en la oración principal y su correspondiente
Tiempo Siuiu ltaneidad Anterioridad Posterio'ridad tiempo subordinado en subjuntivo. Sin embargo, puede darse
concordancia temporal con indicativo en ambas oraciones (d. su-
pra uidemus quod facis, uidebimus quod facies, etc.) y también
Presente
Futuro } Presente Perfecto
Participio
futuro + sis con tiempos de modos entrecruzados; volveremos luego sobre esta :.
cuestión.

Imperfecto
Participio
3. Ejemplos
Perfecto }
imperfecto Pluscuamperfecto
futuro + esses
Pluscuamperfecto
1. Tipo "TOgO quid facias"
Quacro nmn tu senatui causam tuam perrnittas: "Te pregunto
si abandonas tu causa en manos del senado" (Cic., In Vat.). Nes-
Tal esquema abstracto puede concretarse o materializarse en este otro: cis quantas lLiTes uirtu» habeat: "No sabes qué arrestos tiene el
valor" (Cic. Parad,). Nemo ignorat qua hic splenilore sit: "Nadie
ignora en qué esplendorosa situación se halla este hombre" (Cíc.,
rogo - q1lid Verr. 2, 111).

}
"pregunto" jccrurus
quid feceris
quid faeias sis
"qué has ., 2. Tipo "rogo quid [eceris"
rogaba "qué haces" qué vas
hecho"
"preguntaré" a hacer" Non qua ero quis percusserit: "No pregunto quién dio el gol-
pe" (Cie., R. Am.). Vereor ne studia tribumorumi amiserimus:
"Me temo que hayamos perdido las simpatías de los tribunos"
rogaui
quid
(Cie., Att.). Quanta multitudo conuenerit uides: "Ya ves qué in-
"pregunté"
facturus mensa multitud ha acudido" (Cic., Planc.).
quid fecisses
rogabam quid [aceres esses
"qué habías
"preguntaba" "qué hacías" "qué ibas 3. Tipo "rogo quid jacturus sis"
hecho"
a hacer"
rogaueram Non quaero quid tu dicturus sis: "No averiguo lo que vas a
"había preguntado" decir" (Cic., in Caecil.). Incertum est quam longa cuiusque nos-
trum uita futura sit: "Se ignora qué duración va a tener la vida
de cada uno de nosotros" (Cic., Verr). Cum quaerimus quid fac-
390 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA "CONSECUTIO TEMPORUM" 391

9. Tipo "rogabam quid [aceres"


t un. SIint .... . "Cuando consideramos qué van a hacer" (Cic.,.De
off.) . Prima incedebant signa legionum ne quid hostis timeret: "Se
adelantaban las primeras banderas de las legiones para que el
4. He aquí ahora algunas muestras de concordancia tempo- enemigo no tuviera ningún temor" (T. Liv.).
ral con formas regentes en presente, pero no del modo indicativo,
sino del imperativo y del subjuntivo: 10. Tipo "rogabam quid fecisses"
Cura nequid ei desit: "Procura que nada le falte" (Cic., Att.). Quaerebat cur eolus uenisset: "Le preguntaba por qué había
Quid agas, ubi futurus sis, quales res nostras reliqueris, cura venido solo" (Cic., Cluent.).
ut sciamus: "Procura que sepamos qué haces, dónde vas a estar,
en qué situación has dejado nuestras cosas" (Cic., Att.). Este 11. Tipo "rogabam quid facturus esses"
ejemplo presenta, a la vez, la triple relación de simultaneidad Expectabant homuies quidnam acturus esset: "La gente se
(agas), posterioridad (futurus sis) y anterioridad (reLiqueris); ob- preguntaba qué iba a hacer él" (Cic., De praet. Sicil.).
sérvese, igualmente, que el presente ut sciamus es regente con
relación a agas, futurus sis y reliqueris, y, a la vez, regido con 12. Tipo "roqauerani quid [aceres"
relación al imperativo cura.
Quaesierat ex me quulsunn. sentirem: "Me había preguntado
qué era lo que yo pensaba" (Cic., Rep.).
5. Tipos "rogaba quid facias, quid feceris, quid [acturus sis"
Existumabitis quolu: i1Lapax sit: "Vosotros juzgaréis qué cla-
se de paz es aquélla" (Sal., Jug.). Te disertum, putabo si osten- 4. Concordancia temporal entre tiempos
-deris qua modo sis defcnsurus: "Te juzgaré elocuente si me ex- de un mismo modo: el indicativo
plicas (o cuando me hayas explicado) cómo te vas a defender"
(Cic., PhiL). Obsérvese la anterioridad en ostenderis, la poste- Hemos formulado "la regla" de la concordancia temporal y la
rioridad en sis cLefensuTus. hemos visto bien confirmada, punto por punto, en la serie de
textos aducidos al efecto. En estos textos casi todos los verbos
D. Tipo "rogaui quid [aceres" regentes han aparecido en indicativo y los regidos en subjuntivo.
Quaesiui quid dubitaret: "Le pregunté por qué titubeaba" La misma observación sería aplicable a las series de ejemplos
citados en los manuales de sintaxis latina en general. Tal coin-
(Cc., CaL).
Feci ut prodessem mulii»: "Procuré ser útil a muchos" (Cic., cidencia en los manuales refleja una realidad, a saber, que la
gran mayoría de concordancias temporales obser~ables en los
Arnic.) .
textos literarios se dan entre un tiempo del indicativo en la ora-
c.ón principal y un tiempo del subjuntivo en la oración subor-
7. Tipo "rogaui quid fecisses"
dinada. Pero el esquema más común no ha de hacernos olvidar
Intellexi quid eum pepugisset: "Comprendí 10 que le había que "la concordancia temporal" afecta tan sólo a los tiempos
picado" (Cic., Rose. Am.). y nada tiene que ver con los modos. Puede darse, igualmente,
por tanto, la situación inversa, es decir, un tiempo de subjun-
8. Tipo "rogaui quid facturus esses" tivo como regente y un tiempo de indicativo vinculado temporal-
Quaesiui ex eo quemadmodum agrum esset distributurus: ¡ mente a él: Cum. ab Rhodo curn iis, quas habueramus, nauibus
"Le pregunté cómo iba él a distribuir el campo" (Cic., Leg. Agr.). in Lyciam uenissemus: "Como hubiésemos llegado de Rodas a
J
l
..~
392 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
l¡ LA "CONSECUTIO TEMPORUM" 393

Licia con las naves que habíamos tenido a nuestra disposición" sente "atemporal", válido para el presente, el pasado y hasta
(Cic., Fam.). Y pueden, finalmente, hallarse vinculados por la i para el futuro (praesens pro futuro); abunda el presente "his-
concordancia temporal dos tiempos del mismo modo: el subjun- I tórico" {referido al pasado). En cuanto al perfecto, se reconoce
tivo (ya hemos comentado antes el ejemplo Quid agas, ubi fu-
turus sis, quales res nostras reliqueris, cura ut sciamus) o el
indicativo. Veamos unas muestras de esta última alternativa
I universalmente un "perfecto-presente", o "presente lógico".
Ello contribuye a enredar el juego de los tiempos. Son for-
(
mas claras por el lado del significante, pero no tan unívocas,
(¡con exacto paralelismo castellano!): Eorum uerborum quorum y hasta proteicas, por la cara del significado. No es de extrañar ( -,
eaedem erant postremae tluae litterae quae sunt in "optimus" entonces que la consecuiio temporum, si ha de tener lugar, se
postremam litteram detrahebant: "En las palabras cuyas dos úl- regule atendiendo a una u otra faceta de esos tiempos regentes (
timas letras eran las mismas que hay en "optimus", suprimían tan complejos.
la última letra" (Cic., Or.); quorun erant = quorun sunt. y las predicaciones nominales (como el infinitiv~·"de narra-
Antiquitas meiius ea fortasse quae erant uera cernebat: "La ción" o el "exclamativo"), ¿en qué sentido han de influir sobre
antigüedad discernía tal vez mejor (que nosotros) lo que era los verbos que de ellas dependan?
la verdad" (Cic., Tusc.); quae erant = quae sunt. Existen todavía las oraciones dependientes de un participio,
Ad eum locum, qui appellabatur Palaeste, milites exposuit: o de un infinitivo, o de un supino, o de un gerundio. ¿Cómo~se
"Desembarcó sus tropas en un lugar que se llamaba Palaeste" efectuará entonces la concordancia? La mayoría de las veces se
.' L...
(César, B. C.); qui apellabatur = qui appellatur. atiende al uerbum finitum de la oración principal. I .
A todos estos interrogantes tratan de responder -y respon-
den prolijamente- nuestras sintaxis. Pero es evidente que sé
5. Alcance de la regla de la concordancia temporal va así complicando la sencilla regla de la consecutio previamente
formulada.
La regla de la consecutio temporum, tal como se ha formu- b) Se aclaran bastante las cosas distinguiendo --como ya
lado y ejemplificado, parece efectivamente una regla que se cum- suele hacerse- ciertos grupos de subordinadas. Hay un grupo
ple por igual, con bastante paralelismo, en latín y en castellano. de subordinadas que se adaptan generalmente a la regla de la
Pero él capítulo de la conse-cutio temporum se complica enorme- consecuiio temporum: son las interrotigavas subordinadas ("in-
mente a partir de aquí: las sintaxis latinas citan excepciones a directas" en la: nomenclatura habitual), las completivas con ( .
I
la regla en número ilimitado, como se podrían seguir citando ut/ne y las finales (incluidas las relativas "finales"). La totali-
ejemplos conformes a la regla, en número igualmente ilimitado. dad de IQSejemplos de la consecutio temporum en las sintaxis I
¿Qué pasa entonces? ¿Vale o no vale la regla? latinas (y también en nuestra propia serie de ejemplos) entran
No entraremos en la enrevesada y voluminosa casuística que en este primer grupo de subordinadas, sobre todo en la clase
suele figurar en los tratados habituales. Nos limitaremos a algu- de las interrogaciones subordinadas. Mantienen, en cambio, su I

autonomía temporal, sin atsnerse a la concordancia, las relativas I


nas consideraciones generales que pueden aclarar la compleja ()
situación:
a) En primer lugar, los datos con que hemos jugado en el
(incluidas las relativas circunstanciales, menos las de matiz final,
como acabamos de decir), las causales, las concesivas, las tem-
r
esquema no son tan transparentes como parece a primera vista. porales, las comparativas y las condicionales. Y, por último, I
No hemos contado con la elasticidad, por decirlo de alguna ma- quedan las consecutivas: están más próximas al primer grupo \
nera, de los "tiempos". Concretamente, las formas llamadas pre- que al segundo, pero su autonomía temporal no es tan manifiesta. I
sente y perfecto -fundamentales en el juego de la consecutio I Esta clasificación -bastante generalizada- de las oraciones ()
1: I
temporum- pueden abarcar períodos ilimitados. Hay un pre- subordinadas reconoce en el fondo que la regla de la consecutio J
I (
394 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA "CONSECUTIO TEMPORUM" 395
temporum no es una norma rígida obligatoria y de alcance ge- regente, aparezcan -o por libre elección del hablante o por ne-
neral para toda la subordinación latina.
e) La aclaración fundamental de los problemas planteados I cesidades expresivas- simultáneamente verbos dependientes en
tiempo relativo (es decir, con consecutio) y verbos en tiempo
por la concordancia temporal o su ausencia ha de buscarse en
la distinción de tiempos absolutos y tiempos relativos. Para ex-
presar el tiempo de una oración su bordinada, puede optarse por I absoluto (es decir, sin congruencia con el tiempo regente); así
ocurre en Suetonio (Claud. 1, 10) : Quod equidem magis ne prae-
termitterem rettuli quam quia uerum putem, cum Augustus Dr1L-
tomar como punto de referencia el tiempo de la oración princi-
pal y señalar que se trata de dos acciones, ya sea -simultánaas,
ya sucesivas, en la línea del tiempo; los tiempos de la subordi-
II sum tanto opere dilexerit: "He referido tal noticia en verdad más
bien por no silenciarla que por (porque yo pueda) estimarla ver-
dadera, ya que Augusto tuvo en tanto aprecio a Druso". Praeter-
nada son entonces "relativos", es decir, "referidos" al tiempo mitterem está regulado sobre retiuli; no lo están putem ni dile-
I
de la principal. Pero puede optarse también por expresar el tiem-
po "absoluto", es decir, el tiempo relacionado exclusivamente
con el momento actual en que está inmerso el hablante. Enton-
I xerit.
d) Y, por último, hagamos observar que la consecutio "tem-
porum reduce automáticamente a "tiempo" lo que no es tiempo
ces, tanto las acciones expresadas en la oración principal como sino "modo". Cuando el uso de los "tiempos del subjuntivo" es
en la oración subordinada se sitúan absolutamente hablando en consecuencia de una atracción temporal por el verbo regente,
el pasado, el presente o el futuro con relación a dicho hablante, queda neutralizada la importante oposición Potencial/Irreal que
sin tener para nada en cuenta la congruencia temporal entre positivamente debían marcarse mediante las formas facia.m, [ece-
verbo y verbo. rim / [acerem; fecissem. El hablante que quiera mantener la opo-
En latín ocurre lo que ocurre en castellano en frases como sición modal, no se atiene a la congruencia temporal (de aquí
las siguientes: "En la clase anterior hemos discutido lo que era han surgido muchas "excepciones" a la consecutio).
la justicia (tiempo relativo), o lo que es la justicia (tiempo abso-
luto)"; "Traté por entonces a un amigo que se llamaba (tiempo
relativo), o que se llama (tiempo absoluto) Pedro". 6. Conclusión
En el § 4 hemos citado varios ejemplos en los que, al lado
del tiempo relativo (es decir, en concordancia temporal) usado Aunque es evidente que hay un sinfín de oraciones subordi-
por los autores, hemos señalado el posible tiempo absoluto (des- nadas cuyos tiempos verbales se regulan visiblemente sobre los
ligado de la concordancia); recordamos uno de ellos para enfren- verbos de que dependen, creernos que no existe una ars obliga-
tarlo a otro de la misma estructura y sin concordancia temporal: toria, es decir, una regla estricta y obligatoria de concordancia
Ad eum Locurn, qui appellabatur Palaeste milites exposuit temporal: lo que existe es, simplemente, una posibilidad de elec-
(César, B. C.); appellabatur = appellatur; en cambio, Nepote ción temporal, en determinadas circunstancias, entre tiempos
(18, 5,3) opta por el tiempo "absoluto": In casteHum quod Nora absolutos y tiempos relativos. No debe ampliarse el alcance de
appellatur confugit: "Se refugió en el fortín que se llama Nora". la consecutio temporum hasta abarcar obligatoriamente y por
y este ejemplo sin consecutio no es un caso aislado. principio toda la subordinación y hasta prohibir, corno incorrec-
No siempre es posible la opción sin que se resienta el sentido; ción, el uso matizado de tiempos y modos.
el cambio de sentido puede ser tan grave que no haya lugar a una
libre elección razonable. En el ejemplo castellano: "Traté a un
amigo que se llamaba/que se llama Pedro", no sería razonable
usar el tiempo absoluto "se llamo" si el amigo ya estuviera muer-
to hace tiempo. Puede darse el caso de que, bajo un mismo verbo
<'.

""'l'~
LA ATRACCIÓN MODAL 397
,
J Con esas muestras a la vista podemos ya definir el fenómeno
1
de la atracción modal: por atracción modal pasa al subjuntivo
I
~
el verbo de cualquier oración subordinada (la del tercer nivel)
en dependencia de otra oración con subjuntivo (ne ferrent), o in-
i
j, finitivo (hunc esse exercitum).
~ La inmensa mayoría de los casos de atracción modal tienen
1 lugar -según reconocen todos los tratadistas- en oraciones de
tercer nivel, como la que tenemos a la vista. Incluso, según la
VIi opinión más común, sólo entonces podría haber atracción. Sin
embargo, hay quienes admiten que la atracción modal, puede
LA ATRACCIÓN MODAL darse también con sólo dos niveles: Quod tibi suadeam, suadeam
patri meo: "Lo que te aconsejo, se lo aconsejaría a mi propio
padre" (PI. Capto 237). Por tanto, habría posible atracción tanto
1. En qué consiste la atracción modal en segundo como en tercer nivel: para que un presunto indica- ....
tivo pase a subjuntivo, basta que figure en una oración subor-
El fenómeno, de la a~racción modal sólo puede producirse dinada en dependencia de otra oración subjuntiva, tanto si ésta
a~te un ,co~p~eJo de vanas oraciones estructuradas a distintos es principal, absolutamente hablando, como si también ella es
lllve,les smtactrcos dentro de la misma frase, como ocurre en los subordinada con relación a un tercer término.
s.guientcs textos de César: Hortatu« est ne grauiter [erre t Hubo una época, ya lejana, en la que se explicaban mil usos
"d' ", • n ea del subjuntivo por influjo de la atracción modal: una edad de
quae ace.l lssent: Invitó él que no aguantaran con malhumor lo
que habla
,
ocurrido" (B ' e" 3, 7')V,"3) N o li~ existuruire
" h.uru; esse
oro para la doctrina en cuestión.
e~~er~ltum qui Galliam deuicera: "No te imagines que ése es el Entonces fue F. Antoine (en un artículo publicado en 1903)
ejercito que derrotó a la Galia" (B, e, 3,87,1), quien descubrió la posible atracción modal en oraciones de se-
gundo nivel. Resumimos sus palabras: hay atracción o, mejor
todavía, asimilación modal, cuando una oración subjuntiva (ya
1." nivel: Hortatiie est se trate de un subjuntivo dependiente, como suele" ocurrir las
Noli existimare
más de las veces, ya independiente -las gramáticas sólo exami-
I I nan el Caso de subjuntivo dependiente y todos sus ejemplos de
I I atracción modal presentan el subjuntivo dependiente como in-
2," nivel: nc [errent h.uru:esse exercitum
ductor) arrastra tras de sí un subjuntivo en la oración secunda-
/\
qrauiier ea
ria que la determina y completa. Los dos modos son asimilados
en la frase, como dos consonantes próximas en una palabra.
Como adjero, adcurro pasan a affero, accurro, así también ut
f
quae secum commentatus erat ea sine scripto redderet pasa a
3," nivel:
I ut quae ... esset ea ... redderet.
quae accidissent qui deuicerit Este ejemplo es de Cic., Brut.: Memoria erat tanta ut quae
I
Gallirtm
secum commentatus esset, ea sine scripto uerbis eisdem redderet
quibus cogitauisset: "Su memoria era tal que lo que él mental-
mente había preparado (= quae commentatus erat) lo expresa-
398 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA ATRACCIÓN MODAL 399
ba, sin llevarlo escrito, en los mismos términos en que lo había atracción modal) de las funciones del subjuntivo latino permiten
pensado (= quibus cogitauerat)". sustraerle a la atracción modal un alto número de ejemplos que
F. Antoine y, entre otros, el gran Lofstedt, prefieren el tér- antes se le habían concedido... "
mino de asimilación al de atracción modal, porque, en esta cons- Con mayor frecuencia, en el uso de un subjuntivo, lo que se
trucción, el subjuntivo de la oración secundaria es de la misma deja traslucir es una noción de eventualidad o de indetermina-
naturaleza que el de la oración inductora. .?
c.óri: Pl., Mil. 426; Quin ego hoc rogem qu od nesciamr: "¿ Por que,
Se ha hecho notar igualmente que en esta asimilación de mo- no preguntaría yo lo que ignoro (es decir, lo que yo puedo igno-
dos no se trata de una asimilación puramente formal y externa, rar)?" Este subjuntivo, nesciam, es el mismo que hay en Plauto,
sino también de una asimilación lógica: así, una oración subor- As. 29: dic, obsecro hercle, serio quod te rogem: "contesta en
dinada a otra subordinada final sería -dicen los autores- una serio, por Hércules, a mis preguntas (es decir, a lo que yo puedo
parte del fin propuesto, de la intención: Imperat, dum res adiudi- eventualmente preguntarte)"; y aquí el contexto r{o invita a la
cetur, hominem ut adseruent: "Manda que, mientras no se deci- atracción.
diera judicialmente el asunto, tuvieran al hombre bajo vigilan- Se interpretará igualmente a Plauto, As. 44: Di tibi dent quae-
cia" (Cic., Verr.); dum res adiudicetur forma parte de la orden cmnque optes: "Concédante los dioses todo cuanto puedas anhe-
que debe ser ejecutada; no se manda sólo que adseruent, sino que lar"; Am. 961: Tristis seruus sit, si eri sint tristis!: ¡Que esté
adserueiit dum res adiudicetur. triste el esclavo si los amos están (si llegan a estar) tristes!"
Para justificar un subjuntivo sin tener que recurrir a la atrae-
cón, bastará alegar con frecuencia una relación latente de causa,
2. Alcance de la regla de la atracción modal oposición, etc., o el simple deseo de subrayar una circunstancia
característica: César, B. G. 5, 39,2; Accidit ut nonnulli milites
1. El período triunfante de la asimilación modal como doc- qui lignationis causa in siluas discessissent, repentino equitum
trina fecunda abarca el último cuarto del siglo pasado y el pri- adueniu. interciperentur: "Ocurrió que algunos soldados que se
mero del actual. Brillan entonces como estrellas de primera mag- habían alejado para hacer leña, se vieron copados por la brusca
nitud en la materia Riemann (el autor de la sintaxis latina más intervención de los jinetes"; la relativa qui discessissent indica
estudiada durante muchas generaciones), Lofstedt.> Hofmann, la circunstancia que ha permitido (y disculpado) este contra-
Kroll, etc. tiempo...
En los últimos cincuenta años se ha ido restringiendo el al- Podríamos seguir con Ernout-Thomas y otros autores expli-
cance de la atracción modal, y hasta podemos citar una sintaxis cando usos del subjuntivo sin tener que acudir a la cómoda y fá-
latina de merecido prestigio (la de Blatt, 1." edición en 1952) cil muletilla de la atracción modal.
que, para mencionar la atracción modal, sólo dedica cuatro o 2.1. Hay todavía otros datos que es preciso tener en cuenta.
cinco líneas: líneas, por añadidura, netamente escépticas y per- Como en el tema de la consecutio temporum, según dijimos, ca-
didas en medio de una página dedicada a explicar el uso de los bría alargarse indefinidamente citando ejemplos con consec«tio
modos en la oración relativa. y ejemplos sin consecutio, también ahora sería posible acumular
Otra sintaxis muy clásica todavía en nuestros días (la de muestras con atracción y sin atracción modal. No vamos a alar-
Ernout-Thomas), sin llegar al extremo de ignorar la atracción gar esta exposición del tema prodigando inútilmente muestras
modal, pone juiciosamente las cosas en su justo medio. Entresa- en favor .y en contra. Para nuestro ulterior objetivo, daremos
camos y traducimos algunos de sus párrafos (págs. 403- 404) : una sola, pero que nos parece presentar especial interés por darse
"Un análisis más riguroso y un concepto más amplio (que el de y dejar de darse la atracción en circunstancias, al parecer, idén-
quienes acuden con demasiada facilidad a la explicación por ticas.
(,
(l.
400 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA ATRACCIÓN MODAL 401 I
Plauto, Mil. 370: Numquam hercle deterrebor quin uiderim sinónimos ciertamente, son intercambiables prácticamente como
(
I,
id quod uiderim: "Jamás el temor me hará decir que no he visto si lo fueran. Es lo que ocurre en oraciones subordinadas de con-
lo que he visto"; en cambio, en el verso 345 de la misma come- tenido indefinido y general, es decir, cuando no se trata de per- I
dia leemos: Volo scire utrum ego id quod uidi uiderim: "Quiero sonas o cosas precisas, ni de hechos particulares y bien determi-
saber si yo he visto lo que he visto". nados. Entonces no hay inconveniente en usar el subjuntivo en I
2.2. Recoráem~ ahora algunas observaciones empíricas y lugar del indicativo, pues el subjuntivo, como modo de lo virtual
objetivas de los que con mayor afán estudiaron el fenómeno de y no-actualizado, de lo simplemente posible, sea o no sea real, se I
la atracción modal. Son observaciones sobre la posición de la prestaba a la sustitución.
oración secundaria susceptible de sufrir el posible influjo de un En casos así no hay inconveniente en elegir entre el indicativo
subjuntivo regente. El primero que llamó la atención sobre este y el subjuntivo; ocurre exactamente lo mismo en castellano. He
punto, fue Thulin en un estudio sobre la lengua de Plauto (De aquí dos muestras que tomamos de los ejemplos citados en las
( I
coniunctiuo Plautino, 1899). Su teoría fue posteriormente apli- gramáticas, el primero como "prueba" de atracción modal y el
cada a Cicerón por F. Antaine. Ambos llegaron a las mismas segundo como "excepción".
conclusiones, a saber: Cic., De orct, 1, 8,30: Neque uero mihi quicquam praestabi-
lius uidetur quam posse dicendo uoluntates impellere qua uelit
a) La oración secundaria intercalada en la oración subjun- (quo uult): "Nada es en mi opinión más honroso que poder, me-
tiva regente presenta máximas probabilidades para que la asimi- diante la palabra, arrastrar voluntades a donde uno quiera (a
lación triunfe: Volo ut quae fecerim scias. donde uno quiere)". ¿Con atracción?
b) La oración secundaria colocada tras la oración subjun- Cic., Fam. 2, 4,1: Haec mea causa est ut neque ea quae sentio
tiva regente también suele sufrir la atracción: Volo ut scias quae (sentiam) audeam, neque ea quae non sentio (sentiam) uelim scri-
fecerim. bere: "Mi causa es tal que ni me atrevería a escribirte lo que
c) Si la oración secundaria va entre la oración principal pienso (piense) ni quisiera escribirte lo' que no pienso (piense)".
y la subjuntiva regente, hay un 50% de probabilidades de atrac- (Sin atracción.)
ción: Nosotros creemos que, en casos como ésos, el autor elegirá el
indicativo si le interesa subrayar positivamente la realidad del
feci hecho expresado; pero si no tiene especial interés en insistir so-
Volo qua e { fecerim ut: scias. bre tal realidad, y, si, por otra parte, coadyuvan las circunstan-
cias mencionadas en los apartados precedentes, tendrá éxito el
influjo del verbo inductor y se producirá la atracción modal;
y máxime si a todo ello se añaden eventualmente asonancias ex-
d) Y, por último, si la oración secundaria encabeza la frase presivas que no podían ser indiferentes a un oído latino: Num-
entera, es muy rara la atracción: Quae fecí, uolo ut scias. quam deterrebor quin uiderim id quod uiderim (uidi); Quod
suadeam (suadeo) suadeam patri meo; etcétera.
(
En suma: se ve que la esfera de atracción del subjuntivo re- (
gente, como un campo magnético, contiene un sector irresistible
en cierto modo hacia el centro y cuyo radio de acción va perdien-
do intensidad hasta un límite nulo.
2.3. Último dato que hay que tener en cuenta: en no pocas ()
oraciones subordinadas¡ un indicativo y un subjuntivo, sin ser
(

1
402 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN

1.

r 3. Conclusión

Sería un abuso exagerar los efectos de la atracción modal


como se ha hecho en el pasado; pero deben admitirse algunas
atracciones modales en circunstancias como las señaladas en los
párrafos anteriores, ya que entonces la elección entre el indica-
tivo o el subjuntivo resulta intrascendente para el contenido del
mensaje.

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