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L.RVBIO
Introducción a la
SINT S
ESTRVC'liVRAI 4
DEL LATIN
ARIEL
I .
COLECCION "CONVIVIUM" - 4
Introducción a la
SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATíN
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LISARDO RUBIO
e)
C)
el
Introducciona la ()
COLECCiÓN CONVIVIUM
SINTAXIS ESTRUCTURAL ()
DEL LArtN ('1
1. Wilhelm Nestle, Historia del espíritu griego ..
2.
3.
4.
Emerich Coreth, Metaflsica
Jean Bayet, Literatura latina
Lisardo Rubio, Introducción a la sintaxis estructural del latín
S
~
5. J. Crépieux-Jamin,ABC de la grafologla ...
6. José Alsina, Literatura griega. Contenido, r iblemes y métodos
7. Carlos Miralles, Tragedia y po/ftica en Esquilo
B. Mario Bunge, La investigación científica
9. Frederick Copleston, Historia de la fílosofla
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
Manuel Sacristán, Introducción a la lógica y al análisis formal
Jesús Mosterín, Lógica de primer orden
Micaela Misiego, Los orlgenes de la civilización anglosajona
Jesús Mosterín, Teoría axiomática de conjuntos
-EulaliaVintró, Hipócrates y la nosologla hipocrática
José-Ignacio Ciruelo, Salustio. Polltica e historiografla
Miguel Sánchez-Mazas,Cálculo de las normas
~I
(/
17. José Martínez Gázquez,La campaña de Catón en Hispania (1,
18. Jorge L Tizón, Introducción a la epistemología de la psicopatología y la
19.
psiquiatría
A. J. Ayer, Ensayos filosóficos
,¿o
20. L. W. H. Hull, Historia y filosofla de la ciencia.
21. W. V. Guine, Los métodos de la lógica
EDITORIAL ARIEL
BARCELONA - CARACAS - MÉXICO
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IIILlOTECA CENTRAL
UA Nt A. IIL
A D. Antonio Tovar,
• el maestro de Salamanca,
•
I ,I
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I l.' edición:
Vol. 1: 1966
I Vol. 11: 1976
E Impreso en España
1982. - l. G. Seix y Barral Hnos., S. A.
Carretera de Cornellá, 134, Esplugues de Llobregat (Barcelona)
I
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida
en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico. mecánico, óptico, de grabación o de 'fotocopia.
19 sin permiso previo del editor. .
JI 263949
(
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I
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( j
PRÓLOGO
r: , ~1 éxito cuando hemos presentado las mismas ideas bajo esa nueva
perspectiva. b) La principal novedad de esta nueva edición serán
SEGUNDA PARTE: ORDENACIÓN
,1 DE LOS CASOS LATINOS
/ 1 dos breves capítulos al fin.al de la obra: uno sobre la consecutio
, temporum, y el otro sobre la atracción modal; ambos temas figu-
ran en los actuales programas oficiales del Curso de Orientación
I. - Teorías antiguas sobre el nominativo:
1. Teoría aristotélica
2. Teoría estoica '" 77
Universitaria y hemos tenido que tratarlos. en recientes publica-
'80
II. - La teoría moderna' del' nO~in~tiv~ ca~o "cero":
I ciones destinadas a alumnos de ese nivel. e) Y, por último, aña- A) Exposición .
B) Crítica: . . . . . 81
,1 ~iremos un simple pero ilustrativo ejemplo de alternancia corn-
1 pletiva infinitiva / completiva con ut (pág. 322). 1. La oración nominal . . . . .
" 83
2. La oración pasiva. . . . .
85
r L, ·RUBIO
3. Los ejemplos típicos de
y "fuera de contexto"
nominativo "caso cero"
.
. Los Endrinales, 1 de enero de 1981. 95
[ ti
(
(
12 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
INOICE 13 (
lII. - Alzunos principios teóricos:
1. Casos gramaticales y casos semánticos . 98
2. La transferencia lingüística. 99 (
IV. - Nuestra interpretación de los casos latinos: CUARTA PARTE: LA ORACIÓN
1. Esquema básico. . . . . . 102 \
2. La oposición nominativo-acusativo . . 104 1. El orden de palabras en latín clásico ('
3. El par nominativo-acusativo fren~e al vocativo . 110 \,
1. Introducción
4. Casos nominales y casos no nominales . . . 112 191
5. Neutralización de las oposiciones causales. 115 2. Los latinos tenían conciencia de una ordenación
(
V. - Función de los casos nominales: natural de las palabras en su lengua
1. Vocativo. 118 3. Orden de palabras: reglas generales y su alcance
192 I
199 (
2. Nominativo . 118 4. Las excepciones al "ordo rectus":
•:~3. Acusativo: 1) Secuencias fijas .
I
203 (
1) Acusativo de "dirección" . 119
2) Desviaciones libres o estilísticas 205 I
2) La gama del acusativo: desde el "interno" al
"adverbial". . . . . . . 121 5. El orden de palabras como indicio de orienta- (
3) El acusativo de relación: acusativo "estático" . 123 ción estilística
.215
4) El doble acusativo'. . : .
4. Usos neutros de los casos nominales: sintaxis re-
lajada .
127
128
6. El orden de palabras como indicio de orienta-
ción sintáctica 218
e:
7. Conclusión (
219
VI. - Casos no nominales: Apéndice ¡
1. Genitivo:
1) Genitivo adnominal. . 133
lI. Los modos verbales latinos en oración independiente
220
e
1 bis) Genitivo dependiente de adjetivos y partí- 1. Límites de este estudio .
234 I
cipios. . . . 137 2. Planteamiento del problema de los modos . (
234
2) El genitivo adverbal. 139 3. La indispensable consideración de los dos ejes .
239
I
2. Dativo: 4. Los modos al nivel de la forma verbal (eje 1)
1) Función del dativo. . . . .' . 142 242
2) Carácter unitario de todos los dativos . 148 5. Los modos al nivel de la frase (eje II) ~I
245
"6. El infinitivo.
3) Dativo adnominal .
3. Ablativo:
152
·~7. El imperativo 249 ¡
251 (
1) Ablativo y preposiciones de ablativo 153 8. Los trabajos de García Calvo y Mariner I
2) Significado del ablativo. . : 155 253 I
9. Conclusión
3) Sentidos contextuales del abl~hvo 158 255 (
IIl. Estructura del estilo indirecto en latín y en castella,
~")4) El ablativo agente y el ablativo absoluto 160 I
llano. Problemas de traducción
1. Introducción
e
"2. Las fronteras entre el estilo directo, el estilo in-
257 I
TERCERA PARTE: LAS PREPOSICIONES C )
directo y la subordinación: I
A) Verbo introductor; pausa y partículas su- (
§ 1.- Afinidad entre casos y preposiciones . 165
§ 2. - Diferencias entre casos y preposiciones '. . . 166 bordinantes; unidades melódicas . 260 I
§ 3. - Semántica de las preposiciones: Generalidades. 171 B) Modalidades de la frase y modos verbales. 262 ('
§ 4. - Las preposiciones en particular . 176 C) Transposiciones temporales, pronominales, 1
§ 5.- Addenda . 186 adjetivales y adverbiales 266
(J
3. Problemas de traducción .1
267 (!
:1
.
I 14 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
! junciones de subordinación) ~
A) Generalidades. 297
t B) Sistema de subordinación con partícula '_
única: VT . 301
1 C) Subordinación basada en partículas diver-
sificadas 322
4. La subordinación interrogativa . 353
5. La oración de infinito 361
V. La coordinación
1. Coordinación por yuxtaposición 366
11 2. Coordinación por polisíndeton 369
3. Las partículas coordinantes:
A) Coordinación copulativa 370
B) Coordinación disyuntiva 381
C) Coordinación adversativa 383
D) Coordinación "causal" y "conclusiva" . 385
VI. La "c,?~cutio temporum"
1. Qué es la "consecutio temporum" . 387
2. La concordancia temporal en latín (yen caste-
llano) 388
3. Ejemplos 389
JI 4. Concordancia temporal entre tiempos de un
mismo modo: el indicativo . 391
5. Alcance de la regla de la concordancia temporal. 392
6. Conclusión 395
VII. La atracción modal
1. En qué consiste la atracción modal . 396
2. Alcance de la atracción modal . 398
3. Conclusión 402
(
l
(
1 I
(
l
1. Hasta no hace mucho se admitía, explícita o tácitamente,
que el lenguaje tenía como función única la de comunicar al I
prójimo lo que pensamos o sentimos. Parecía perfecto ~l si-
guiente esquema: una persona (= la "primera" persona grama- I
tical) expone a otra (= la "segunda" persona gramatical) algo
referente a algo o a alguien (= la "tercera" persona gramatical).
Efectivamente, el lenguaje es frecuentemente eso: un instru-
mento de comunicación mediante el cual alguien hace saber algo
I
I
a alguien. I
\
2. Pero el lenguaje es un instrumento bastante más complejo,
y tiene otras funciones que no podemos ignorar sin empobrecer r
I
grandemente nuestra comprensión de múltiples hechos lingüís- I
ticos.
K. Bühler (Teoría del lenguaje, trad. esp. de Julián Marías, I
pp. 51-56, Madrid, 196n fue el primero que habló de las fun-
ciones del lenguaje en plural y deslindó claramente algunas de
ellas. Varios autores han utilizado -y completado- sus ideas
en diversos estudios gramaticales; en España, por ejemplo,
A. García Calvo en un artículo sobre el verbo griego ("Emerita",
28, 1960, pp. 1-47). R. Jakobson (Essais de linguistique, trad. fr. I
de Ruwet, cap. XI, París, 1963) ha desarrollado el tema de las (
funciones del lenguaje con gran claridad. Siguiendo, pues, pre- I
(
ferentemente a este último autor, trataremos de "desmontar" el
mecanismo del lenguaje para considerar los factoreaconstituti- f
(
vos del proceso lingüístico. De los elementos·q;e integran el
r
acto de la comunicación verbal se deducirán, paralelamente, las I
(
diversas funciones que tiene el lenguaje.
i!
(
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(
18 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 19
\ 3. Para que se produzca un acto de comunicación verbal han rés preferentemente en uno de los factores que integran el acto
de existir un HABLANTE, un TEMA de conversación y un OYENTE' de la comunicación y, por 10 mismo, la correspondiente función
~sto es tan obvio que no necesitamos insistir en ello. Pero son se hará predominante -si no exclusiva- y determinará la for-
19ualh
mb:nte indispensables otros factores en que, generalmente, mulación más adecuada al logro de sus fines.
no a ramos reparado. Hace falta que exista un CONTACTO entre
hablante y oyente: proximidad física entre ambos o algún "meca- 6.1. La función declarativa. - La función declarativa pone
nismo" que, a pesar de la distancia física, permita establecer y de relieve la orientación del proceso lingüístico hacia los obje-
mantener el contacto entre los presuntos interlocutores. tos y relaciones que percibe el hombre a su alrededor; es evi-
i Pero tampoco eso basta. Dos personas pueden coincidir en dente que la misión de la palabra consiste en exteriorizar nues-
u.n m~dio de transporte y verse condenadas a largas horas de tra "representación" de ese mundo que nos envuelve.
!r silencio, a pesar del contacto físico y de los excelentes temas Esta fue la función que se reconoció siempre .al lenguaje
de conversación que ofrecen los viajes. Ello ocurre cuando les desde la antigüedad. Pocos autores dejan de reconocer aún hoy
1 falta un CÓDIGO O LENGUA COMÚN para el diálogo. N~evo. factor que es su función predominante, aunque no exclusiva. Sin em-
pues, tan imprescindible como los anteriores. ' bargo, no faltan lingüistas de prestigio que ni siquiera man-
1 Dadas ya las condiciones que acabamos de señalar, puede tienen a la función declarativa esta preferencia jerárquica entre
el hablante consumar el acto de la comunicación verbal emi- las restantes funciones del lenguaje.
j tiendo el MENSAJE que desee.
NOTA. - La terminología varía según los autores: "función
},
, 4. El siguiente esquema recoge los factores que integran el
acto lingüístico:
Como es bien sabido, son incontables los capítulos de la obra 1. Uno de los puntos de vista más fecundos introducidos por
de Cicerón (tanto en la correspondencia como en los discursos Saussure en la lingüística es la distinción que establece entre
como en las obras retóricas o filosóficas) que no tienen más fina- "langue et parole", "lengua y habla" en español según {a acer-
lidad que precisar la uis uerborum en la lengua latina e incluso tada traducción de A. Alonso.
en la griega.
El habla es un "acto concreto" y "único" de un hablante de-
terminado frente a un oyente determinado en un lugar deter-
6.6. La función poética. - La actividad verbal puede, final- minado y referente a un estado de cosas determinado. '
mente, centrar su interés primordial en el propio mensaje: así Pero el HABLA supone la existencia de un lenguaje vivo en
ocurre en la "bella literatura", que se recomienda precisamente, la conciencia de los miembros de la comunidad lingüística: ese
y ante todo, por la calidad artística del mensaje transmitido. Sea lenguaje virtual es condición previa a todo "acto de habla". La
cual fuere el género literario que cultive, todo escritor que se lengua es algo general y constante: existe virtualmente en la
precie de conocer ei arte del lenguaje vive la preocupación de conciencia de todos los iniembros de la comunidad lingüística y
la "función poética"; tal preocupación es casi "pura" en el poema es el fundamento de todos los "actos de habla" concretos. La
lírico; pero tampoco falta en los géneros más "expositivos" o lengua no tiene más razón de ser que el hacer posible "el acto
"referenciales": la oratoria o la historia también tienen su "poé- de habla"; no existe sino en la medida que "actos de habla" se
tica", ininterrumpidamente estudiada por los retóricos en la an- refieren a ella, es decir, en la medida en que se realiza en "actos
tigüedad y los actuales cultivadores de la teoría literaria y la de habla" concretos. (N. S. Troubetzkoy, Principes de phonolo-
estilística. gie, París, 1949, p. 1.)
m;
EL SIGNO LINGüíSTICO
des de contacto en la cadena se acudirá a otros procedimientos Sin la ineludible característica lineal del signo lingüístico, el
gramaticales: la concordancia en género o número o en ambas tratado sería para todos:
cosas a la vez es entonces capital, ya que gracias a la concor-
dancia podrán romperse secuencias sin' que sufra la claridad.
Por ello, cuanto más rica sea una lengua en morfemas gramati-
»
línea
del tiempo O (rganización)
...
cales mayor libertad tendrá para romper secuencias lineales, y, del
viceversa, a menos posibilidades morfológicas, menos libertad T (ratado)
para romper las secuencias lineales (cf. Tesniére, o. C., p. 21). {lel
A (tlántico)
7. La norma general que regula la antinomia orden lineal- N (orte)
orden estructural del enunciado es una de las características que
más visiblemente distinguen a las lenguas entre sí. Unas lenguas
se caracterizan por el acentuado orden lineal en que han de Por el lado del significado es una unidad ,psíquica. ~n qu~
aparecer sus términos y otras por su extraña (?) libertad. Cual- se combinan armónicamente las cuatro "notas signifi.catl'V'~s";
SI
quier estudiante pensará aquí en el "desorden", en el libérrimo 1 humanos tuviéramos un aparato fonatorio adecuado -algo·
"hipérbaton" de la lengua latina, y en la notable disciplina del a~ como un piano-, emitiríamos simultáneamente e~,ac~rde;
español, o en la rigurosa sucesión sujeto-verbo-complemento di- como no cabe esa posibilidad, hemos de emitir' e~ Suc~slonl.meal
recto del francés. Nosotros hemos de ver que tampoco en latín una nota tras otra; unas lenguas proyectan la rmp?slble símul-
el "desorden" es tan grande como creen los principiantes, y aun taneidad psíquica en la posible sucesividad del tiempo empe-
esperamos que muchos maestros queden tan extrañados como zando por un extremo de la serie y otras por el extremo opuesto.
nosotros ante la sorprendente regularidad de la cadena hablada Resultado:
en largos textos literarios del latín. Por ahora nos bastará re- T A N
cordar cosas ya sabidas: que en latín, por norma, el término de- Línea
terminante (o regido) precede al elemento determinado (o re- del tiempo
gente); el español procede a la inversa; con arreglo a esta norma
tan regular es, por ejemplo, el louis templum latino como nues-
tro templo de Júpiter.
orden progresivo
8. A la ordenación del tipo latino suele llamársele secuencia
regresiva; la ordenación del tipo castellano recibe el nombre de
N A T
secuencia progresiva. Lo normal es que las lenguas se atengan
a una u otra secuencia, aunque cabe, como antes dijimos, cierta »
libertad más o menos acentuada.
Todo 10 dicho sobre la antinomia "orden lineal"-"orden sin-
táctico" y sobre la solución dada en las diversas lenguas puede,
observarse en lo que pasa hoy en ciertas siglas internacionales orden regresivo
que nos son muy familiares.
Varias comunidades políticas, o, mejor desde nuestro punto
de vista, varias comunidades lingüísticas llegan a un acuerdo: en
unos pueblos, el tratado se llama OTAN yen otros NATO.
O más simplemente:
-
OTAN
orden progresivo
orden regresivo
(
(
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 37 (
5. En primer lugar es fácil comprobar que los diferentes sen-
tidos de una palabra no se hallan todos en plano de igualdad. (1
Aun los no especialistas saben que las palabras tienen un "sen-
tido propio" y un "sentido figurado".
(
I
(
6. Las cosas se simplifican mucho con la distinción básica
entre LENGUA y HABLA. Las palabras tienen un sentido en la es- I
VI (
fera de la lengua y un sentido en la esfera del habla. Los dos "
es lo mismo, a darle a cierto líquido un nombre que en lengua presenta a los Rútulos presuntuosamente confiados en la propia
no tiene. Si falta ese contexto situacional y el vendedor persiste situación: se entregan, despreocupados, al sueño y al vino:
en el intento de anunciar "poéticamente" su mercancía, tendrá
(Rutuli) SOMNO VINOQUE SOLVTI
que inducir de algún "modoa su lector a realizar juntamente con
PROCVBVERE.
el anunciante el cambio metonímico: por ejemplo, dibujando
junto al mismo letrero a un bebedor con el jarro a punto, etc. Por segunda vez, en los vv. 236-237,el poeta insiste:
Del mismo modo, el artista literario tampoco puede hacer
significar caprichosamente "vino" al nombre que en el fichero RVTVLI SOMNO VINOQVE SOLVTI
de la lengua designa a cierta divinidad; si quiere operar el cam- CONTICVERE.
bio, le es indispensable crear un contexto -ahora lingüístico,
naturalmente- para que el lector acepte la novedad sin vio- No se trata de un descuido en un poema' inacabado corno
lencia, aunque con cierto grado más o menos acentuado de sor- es la Eneida: el llamativo término inicial de verso, con su reite-
presa. Así procede Virgilio en la Égloga 5, 69: ración de la estructura métrica, de la morfología (-ere), del no-
table volumen fónico (cinco sílabas), y, por contraste, con la
et multo in pri'Vl'ishilarans conuiuia Baccho... variante semántica (procubuere / conticuere), prueba suficien-
temente que la repetición es intencional.
Podrá observarse que ya los dos versos" anteriores hablan de En el verso 316 vuelve por tercera vez el estribillo somno
"líquidos" (leche y aceite) corno preparación de la metonimia. uinoque soluti. Pero esta vez de modo definitivo: se va a ofre-
Finalmente, entre multo y Raccho van intercalados dos términos cer al lector una visión total del campamento de los Rútulos:
"orientadores": hilarans y conuiuia. un campamento de borrachos, "vencidos por el vino yel sueño".
Resulta mucho más imprevisible que, en un momento dado, A la desígnaeíón de las cosas por "su" nombre en lengua suce-
también deus pueda designar el "vino". No conozco más que un. den sus afines semánticos: "yacer", "roncar", "rendirse", etc.,
caso de este "atrevimiento" en la literatura latina (Virgilio, En., salen machaconamente hasta culminar en el multo ".. deo.
IX, 335-337):
... illa qui plurima nocte (Niso y Euríalo)
luserat, ins-ignis facie, multo que iacebat passim somno uinoque per herbam
membra deo uictus. corpora fusa uident . (316-317)
uina simul (319)
(Niso degüella al joven Serrano) que había estado divertidí- (Ramnes) tato proflabat pectore somnum . (325-326)
simo aquella noche y que yacía vencido por el "abundante vino" inter tela iacentes . (329)
(multo ... deo!) pendentia colla (la postura típica del borracho
"multo"." deo", en lengua, es imposible; tan imposible corno dormido) (331)
en castellano "mucho dios". Para que el hecho de habla se en- '" multo que iacebat
tienda corno "mucho vino"" y se acepte la sorprendente metoni- membra deo uictus . (336-337)
mia, el poeta ha de tornar extraordinarias precauciones.
Virgilio arrastrará la aquiescencia del lector gracias a todo Los 20 versos constituyen el "cuadro de los borrachos de
un proceso, muy cuidadosamente estudiado, que comprende tres Virgilio"; los 18 primeros son tan gráficos y sus términos tan ajus-
etapas: una lejana, otra próxima y la tercera inmediata. tados al patrón de la lengua común, que ya puede el poeta per-
Con mucha antelación, ya en los vv. 188-189, Virgilio nos mitirse, como última y definitiva pincelada, una atrevida "des-
40 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 41
viación", confiado en que su expresión no resultará oscura y Io- instante poético plasmado en multo deo, y desaparece la poesía.
grará el asentimiento del lector. Es curioso ver a los innumerables traductores de Virgilio deba-
Hemos visto cómo Virgilio logra llamar al vino "dios" y que tirse, desesperados, ante la síntesis virgiliana. Entre las interpre-
sus lectores lo entiendan, aunque nunca hayan oído tal "lengua". taciones consultadas, nos quedamos con la de Echave Sustaeta
Pero si no hubiera en el texto estudiado más que una mera sus- ("Serrano vencido' por el mucho Baco"), que traduce la meto-
titución de nomenclatura, Virgilio sería un simple "malabarista nimia del original por otra metonimia: es la única que, al con-
verbal", un sorprendente mago de la palabra, pero sin la hon- servar el recurso poético, puede guardar también algo de poesía.
dura, seriedad y calor humano que atribuimos generalmente a Pero aun con esta interpretación Virgilio nos llega enorme-
"la magia" del poeta frente a los malabarismos y magias de puro mente empobrecido; "Baco" por "vino" es un tópico literario,
entretenimiento. una figura poética en vías de lexicalización y, por 10 tanto, de
Si Virgilio llama "dios" al vino, no es para demostrarnos que limitado poder evocador; por eso Virgilio forjó una metonimia
él puede permitirse el capricho de poner un rótulo cualquiera a de nuevo cuño, cuya expresividad no puede, en modo alguno,
cualquier producto. Si Virgilio se refiere al vino y no lo llama pasar inadvertida. _
"vino" es que vislumbra en el vino algo que sólo e1 ha visto, El resto de los traductores sólo nos dan parte del contenido
alguna "nota" no incluida, según el código lingüístico, en el sig- que nosotros hemos analizado en multo ... deo: unos dicen, sim-
nificado "vino"; tal es la razón por la cual no le sirve tampoco plemente, "mucho vino", sin hacernos pensar en la suplementa-
el significante "vino" y acude a un sustituto, al que, por los pro- ria "nota divina" del vino; otros acentúan el significado en len-
cedimientos que hemos analizado, hará significar "vino", y que, gua de deo, y como entonces es imposible "mucho dios", desha-
por otra parte, conllevará la "nueva nota" que el poeta pretende cen el sintagma multo ... deo, ya sea sacrificando llanamente el
añadir al concepto de ese líquido llamado "vino": DEVS = VI- multo ("Serrano vencido por el dios del vino" o "por el dios
NVM+X. del sueño"), ya sea añadiendo en sintagma aparte ese multo:
Tratemos de averiguar qué representa la incógnita X: en "Serrano vencido por el dios del vino, del que había abusado".
esa incógnita se esconde la razón de la metonimia y la magia de (Esta última interpretación es la de la colección Budé.)
la verdadera poesía. Como en nuestro comentario, todas estas traducciones evapo-
·1
El contexto, con tiempo, desde los versos 188 y 236, con ma- 1
ran la expresión poética: la "intuición" del artista al pasar por
yor insistencia desde el 316, y de modo apremiante con el con- el tamiz intelectual del intérprete se queda en una enumeración
texto inmediato, nos obliga a pensar, ante todo, en "mucho vino"; más o menos completa de miembros inertes, que en el original
pero, como en lugar de multo ... uino, el poeta nos sorprende forman una síntesis viva. El Virgilio auténtico -el poeta- está
con multo ... deo, hemos de sumar al significado "vino", ya in- en el multo ... deo: ahí tenemos su "alma de cristal" reflejando
culcado al lector de antemano, el significado del inesperado sig- fielmente la impresión que le produce la realidad circundante;
nificante deo; por 10 tanto, deus es, accidentalmente, un signifi- el Virgilio traducido es un simple narrador, más o menos co-
cante complejo: vino + dios. rrecto, de una realidad que le es ajena. En una palabra, el men-
La intuición del poeta es intransferible; podemos, si no tra- saje esencialmente "poético" del original se desintegra con la \
ducirla, analizar así su contenido: traducción en un mensaje esencialmente "informativo". \
3. Sincronía. - En plena euforia historicista surge, como voz ~i 4. La distinción entre sincronía y diacronía es un axioma del
discordante, la personalidad de Saussure (1857-1913). En sus que ha de partir todo estudio lingüístico. Suscribimos sin reser-
conversaciones particulares, en alguna carta y, sobre todo, en '.í vas la afirmación rotunda de Saussure (p. 115-116): es imposible
.,~
sus cursos universitarios de Ginebra (a partir de 1906) proclama o:ga~iz~r l~s investigaciones sin tener en cuenta los dos ejes,
frecuentemente la insuficiencia de la lingüística histórica de su sin distinguir por un lado el sistema de los valores considerados
en sí mismos y, por otro lado, esos mismos valores conside- (
época (lingüística que él mismo tenía que explicar como asig-
natura de los programas a la sazón vigentes). Saussure afirma rados en función del tiempo.
Pero no estamos de acuerdo con Saussure cuando proclama, (
que el estudio descriptivo de la lengua es más interesante y tan
científicamente posible como el estudio histórico. con la misma energía, "que nos está absolutamente prohibido es-
tudiar simultáneamente las relaciones en el tiempo y las rela-
(
El lenguaje se nos ofrece como objeto de estudio en dos pers-
pectivas. Por un lado, la lengua es algo inestable y en constante == en el sistema"; ni puede decirse, con L. Hjelrñslev (Prin-
(
evolución: es el aspecto minuciosamente estudiado ~y con asom- czpes de grammaire générale, p. 47), que "la oposición entre los
broso éxito- por la lingüística histórica. Pero, a la vez, la len- dos puntos de vista es absoluta y no admite compromisos".
gua se nos ofrece bajo un aspecto estático, como un sistema de Nosotros no creemos que haya que optar necesaria e intran-
oposiciones y contrastes en el que los elementos que entran en si~entemente entre la sincronía y la diacronía, sino que puede
(
juego no tienen valor absoluto en sí, sino que lo reciben del anadirse la consideración estructural (sincrónica) a la conside-
conjunto en que se integran (cf. el ejemplo antes citado de AMOR, r~ción evolutiva (diacrónica). Por esta vía se ha llegado -pre- (
AMORIS, AMOREM ... AMABILIS, etc. Este sistema de oposiciones no císamente en España y dentro de la lingüística indoeuropea-
se explica por la evolución, sino que tiene su razón de ser en a resultados muy fecundos en los últimos años; baste recordar (
sí mismo, como un vasto cuadro pictórico, .donde cada parte está aquí -entre otros trabajos importantes y otros autores- el só-
relacionada con el conjunto y no puede modificarse o despla- lido estudio de M. Sánchez-Ruipérez sobre el verbo griego y las (
zarse sin romper la armonía interna de la obra. dos obras maestras de F. Rodríguez Adrados sobre las laringales
Es legítimo, pues, estudiar la evolución de la lengua a través y el verbo indoeuropeo.
del tiempo, pero también merece estudiarse un estado de la Más que al objeto, la diferencia entre sincronía y diacronía
lengua en un momento dado, sin intervención del factor tiempo. afecta al observador. Ambas consideraciones aisladas nos dan
El propio Saussure ilustró claramente sus ideas en el siguiente sólo una visión parcial del lenguaje.
esquema: Nuestra presentación de la sintaxis latina será fundamental-
mente sincrónica; sólo ocasionalmente, y ante hechos incom-
e prensibles para la sincronía, haremos alguna alusión diacrónica. (
,
1
..•.:
los casos; puede haber incluso mensajes exentos de gramática,
puramente léxicos: si una persona se encuentra en una comuni-
dad lingüística que le es extraña, puede, con el solo uso del dic-
cionario, emitir mensajes pregramaticales, pero válidos para la
comunicación: por ejemplo, una serie de palabras sueltas, como
VIII cazador, liebre, matar, puede ser un mensaje comprensible, ya
que los lexemas dados difícilmente admiten una concatenación
EL "DOGMA" DEL LÉXICO Y LA GRAMÁTICA que no sea: "el cazador mató una liebre" (sería inverosímil que
"una 'liebre matara al cazador"); por ello, tal enunciado puede
prescindir de la gramática sin grave perjuicio para la, compren-
1. Tal vez' no haya principio ele mayor trascendencia para sión. En cambio, la sintaxis -o un sustituto de ésta, cf. infm,
nuestros análisis que el formulado por K. Bühler (p. 101 y ss. p. 64 y sS.-es de imperiosa necesidad si en lugar de liebre tu-
de la traducción española) como dogma fundamental de la inves- viéramos que poner león: "cazador, león, matar" ya no es inte-
tigación lingüística: sepárese cuidadosamente lo qu~ corresponde ligible unívocamente y resulta indispensable .precisar dónd~ está
al léxico y lo que corresponde a la sintaxis (en lugar de sintaxis, el agente y donde está la víctima. Ha de venir la gramática en
nosotros diríamos más bien gramática). ayuda de los elementos léxicos para fijar en el haz de posibili-
Efectivamente, el lenguaje usa un sistema de signos de dos dades la relación efectiva y única que queremos establecer entre,
clases: unos elementos son léxicos y otros son gramaticales: los significados autónomos del léxico. La significación grama-
dos enunciados pueden distinguirse por variar un elemento lé- tical (sintáctica) se superpone a la significación léxica, pero a
'1' otro nivel: a nivel del sintagma. '
xico; compárese:
,1
tuus canis apr-um momordit, "tu perro mordió .al jabalí"; I 3. El valor semántico global de una frase es el total de dos
· " tu perro .mord'10, a1 1ob o" .
tuus canis lup-um momor dit, sumandos: 1.0, la sustancia significativa (léxica, material) de las
tu-us can-is lup-um momordit, "tu perro mordió al Iobo"; Sujeto - complemento directo - verbo.
tu-um can-em lup-us momordit, "el lobo mordió a tu
perro". Sobre este patrón abstracto podrán formularse innumerables
mensajes reales; pero mientras subsista el tipo de construcción,
2. En el capítulo siguiente, al tratar de las unidades signi- es decir, la misma forma gramatical, sólo cambiará la sustancia
ficativas, insistiremos más en la esencial diferencia entre las dos significativa léxica. La forma es lo único que interesa al gramá-
clases de signos que integran el lenguaje. Aquí nos limitaremos tico; aunque éste no pueda prescindir del "ejemplo", es decir,
a esbozar la cuestión, sin penetrar todavía en la irreductible aunque haya de acudir a realizaciones concretas en el habla, le
diferencia de las unidades mínimas de significación. Una obser- es preciso elevarse "abstractivamente" hasta la forma, sin de-
vación incluso superficial permite advertir que, en un mensaje jarse ahogar por los valores que en toda frase real precipita el
dado, la gramática puede ser más o menos indispensable según léxico, pero que no son de la incumbencia del gramático.
·r
48 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
¡ NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 49 ·1
4. Por atender sólo a la forma, y no a la sustancia semántica, dan todo un enunciado. La razón es obvia: un adjetivo en lugar
el gramático considera legítimos ciertos tipos de enunciados into- de otro adjetivo, un nombre en lugar de otro nombre, un verbo
lerables para el lógico. "Si, ante una mesa redonda, alguien en lugar de otro verbo, etc., son errores "limitados" dentro de la
dice: esta mesa es cuadrada -escribe K. Bühler, p. 90 y ss.-, misma categoría gramatical; pero quien no ve una concordan-
el gramático calla plenamente satisfecho; sólo el lógico protesta: cia, quien toma un nombre o adjetivo por verbo, etc., baraja
¡absurdo!" En cambio, provocará la censura del gramático quien las categorías gramaticales, destruye el molde que informa todo
diga: HIC TABVLAM SVNT ROTVNDVM, porque aquí hay un puro el sintagma afectado y, por lo tanto, destruye todo el sistema de
flatus uocis "sin sentido" de ninguna clase. El gramático es insen- relaciones y arruina el mensaje en su totalidad.
sible al contrasentido, como "círculo cuadrado", pero es muy
sensible al "sínsentido", [que es algo muy distinto!
Un enunciado agramatical (HIC TABVLAM..• ) nunca tendrá sen-
tido ninguno; pero un enunciado gramaticalmente correcto tiene
ya un sentido en sí, independientemente de lo que opine la ló-
gica: los niños saben muy bien lo que dicen cuando cantan: "por
el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, etc."; saben
muy bien que sus afirmaciones son perfectamente comprensi- ,I
bles, pero esperan hacer gracia por lo sorprendente de esas afir-
maciones ante la experiencia y "saber" de los oyentes.
"Oro negro", siempre aceptable para el gramático, pareció
absurdo al lógico hasta no hace demasiadas generaciones; lac
gallinaceum ("leche de gallina") es tan correcto en gramática
como ouum gallinaceum ("huevo de gallina"). Pero, mientras sea
tan difícil encontrar "leche de gallina" como encontrarle "tres
pies al gato", sólo nos servirá el correctísimo complejo lac gal-
linaceum para referirnos a "un imposible" como ya 10 hicieron
Plinio (Nat. Hist., Praef. 23) y Petronio, Satiricon, 38: lacte gal-
linaceum si quaesieris inuenies, "si se te ocurriera buscar leche
de gallina, la hallarás (en casa de Trimalción)".
formantes que relacionan las nociones básicas del léxico). necesita seguir descomponiendo la cadena hablada por debajo
El significante heri, en cambio, es indívisíble: no admite por de los monemas. Pero el análisis lingüístico no acaba necesaria-
debajo del nivel semántico un análisis en elementos significativos mente ahí. Puede disolver todavía los monemas en sus compo-
~I
menores. En heri coincide la palabra con la unidad mínima de nentes últimos, que son los fonemas.
significación, es decir, coinciden "palabra" y "monema". Los fonemas también poseen la doble cara de todo signo lin- (
Ya se habrá advertido que con este análisis descubrimos güístico; pero "su significado" no es de la misma índole que !
signos de dos clases y que volvemos a recaer en el "dogma del el significado de los monemas. Un fonema "no tiene referente (
léxico y la gramática" (cf. supra, p. 46). Los elementos signi- que le sea propio" (E. Sapir, "Sound patterns in language", Se-
lected Writings, Los Ángeles, 1949, p. 34); es decir, un fonema (
ficativos escritos en minúscula son unidades léxicas; los escritos
en versalitas son unidades gramaticales. no hace referencia a ninguna cosa del mundo que nos rodea ni I
(
a ninguna relación concebida por la mente humana entre las
NOMENCLATURA: MONEMA, LEXEMA y MORFEMA. - Es corriente cosas; su significación es meramente distintiva: distingue y se-
(
designar a ambas subclases con los términos de semantemas y para un significante de otro significante; y, por último, así como
hemos señalado dos subclases de monemas, así también hay d"es I
morfemas, respectivamente; pero esta terminología tiene el grave (
inconveniente de sugerir que sólo los semantemas son portado- subclases de fonemas: fonemas silábicos (o vocálicos) y fonemas
1
res de sentido y que los morfemas carecen de él. Otra nomen- asilábicos (o consonánticos). Gracias a la oposición de los fone- (
clatura en boga habla de elementos llenos (semantemas) y ele- mas vocálicos e / i, el significante misa es materialmente "otra
i
mentos 'vacíos (morfemas); estos términos son totalmente inacep- cosa" que el significante mesa; gracias a la oposición p / t / e, se (
tables, pues no sólo sugieren el posible error antes aludido, sino distinguen pasa / tasa / casa, etc.
que lo suponen en su concepción originaria y lo consagran en Los dos niveles del lenguaje y del análisis lingüístico han (
formulación explícita. de estudiarse separadamente: al nivel semántico corresponde
Nosotros analizaremos la cadena hablada en segmentos cada el estudio de las unidades significativas simples y complejas
vez más reducidos hasta llegar a elementos formales mínimos desde el monema hasta la frase e incluso hasta una obra literaria i
provistos de significación, ya sea léxica, ya gramatical. Alcan- en toda su extensión (morfología, sintaxis, lexicología y estilís- (
zado este nivel de unidades mínimas significativas, adoptaremos tica); al nivel fonológico corresponde el estudio de las unidades
la nomenclatura de Cantineau: "Todo elemento formal portador simples y complejas con función puramente distintiva (dominio
de un valor gramatical será llamado MORFEMA; los elementos for- exclusivo de la fonología).
males de valor léxico serán llamados LEXEMAS (C. F. S., 10, 1952. La honda diferencia que separa la función significativa de
p. 17). los monemas y la función distintiva propia de los fonemas puede
Cuando pretendemos referirnos a la unidad significativa ele- oscurecerse en ciertos casos patológicos. Hay afásicos que redu-
mental (prescindiendo de su índole léxica o gramatical), la lla- cen a un solo nivel las dos clases de signos: el nivel único con-
maremos MONEMA, como propone Martinet (Éléments de linguis- servado puede ser el de la clase significativa o el de la clase
tique générale, 19633, p. 20). distintiva. En el primer caso, el enfermo entiende y repite se-
Para evitar el tremendo confusionismo a que da lugar la cuencias como CAFÉo MESA,pero no capta ni puede repetir se-
anárquica terminología de la moderna lingüística, conviene re- cuencias sin sentido como FECAo SAME(con el mismo contenido
cordar que lo que aquí llamamos MONEMAS es lo que los lingüis- fónico que café y mesa); en el segundo caso, el enfermo repite
tas eslavos y americanos suelen denominar MORFEMAS. con la misma facilidad FECAy SAMEque CAFÉy MESA,pero enton-
ces café y mesa son para él tan carentes de sentido como FECA
· 54 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 55
y SAME, es decir, café y mesa se degradan hasta quedar reducidos En resumen: en él nivel semántico del lenguaje, los monemas
al puro valor distintivo que normalmente corresponde a los fo- por una parte y, por otra, la oración, que los articula en. men-
nemas. I sajes inteligibles, son las dos unidades funcionales básicas sus-
Esta alteración patológica subraya claramente la diferencia I
'11 ceptibles de comparación en todas las lenguas. En cambio, las
entre unidades significativas y unidades distintivas, es decir, la unidades formales denomina das "al p ab ras " , como compÍei
eros hí¡-
diferencia entre lo que toman como objeto de estudio, respecti- bridos en que se agrupan una o varias nociones específicamente
vamente, la sintaxis y la fonología. Conviene tener esto presente, léxicas con una o varias nociones generales ("gramaticalizadas"),
ya que la diferencia del objeto puede condicionar el método no son susceptibles de comparación entre las lenguas. Natural-
aplicable al estunio en sí. mente , cuando en una palabra no se da el aludido complejo .de
nociones dispares, sí cabe la comparación, porque entonces eom-
ciden palabra y monema, como ya dijimos antes.' .
§ 3.-La doble articulación del lenguaje
(
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 57 (
bras llamadas' "nombres" funcionan en la oración como sujeto
o complemento directo, es decir, como auténticos miembros o e I
I
"partes" de la oración; el verbo, que, como clase de palabras, (
designa un estado o un proceso, constituye, como miembro de
la frase, el predicado; el adjetivo, que, como clase de palabras, (
x designa cualidades, funciona, en cuanto miembro de frase, como
!
determinante del nombre, etc. (
PARTES DE LA ORACIÓN Por lo tanto, "clases de palabras" y "partes de la oración"
Y parecen apuntar efectivamente hacia el mismo objeto; por eso (
no se ha sentido la necesidad de distinguir entre "clases de pa- I
CLASES DE PALABRAS
labras" y "partes de la oración". •. (
Pero, si observamos más atentamente la realidad, hemos de
reconocer que las dos nociones "clases de palabras" y "partes
1. He aquí el principio de un conocidísimo tratado de gra-
mática latina, el Ars grammatica minor, de Donato:
de la oración" no cubren exactamente el mismo campo: un miem- i
bro de frase puede coincidir con una forma léxica (una clase dé (
=Partes orationis quot sunt? palabras), pero no ha de coincidir necesariamente con una deter- 1
5. Si se abre un texto cualquiera, será fácil descubrir casos .6.En estas transferencias de funciones se fundan ciertos im-
similares a los latinos que citamos a continuación: portantes tratados de sintaxis de los últimos lustros. Entre los
autores de estas sintaxis transformacionalistasbaste citar aquí:
5.1. Transferencias de funciones entre categorías léxicas:
Zellig S. Harris, Methods in Structural Linguistics, Chicago,
Tácito, Hist., I, 8: uir facundus et pacis artibus, "hombre 1951;,
elocuente y con dotes (de mando en tiempos) de paz". Noam Chomsky,Syntactic Structures, La Haya, 1957;
L. Tesniere,Éléments de syntaxe structurale, París, 1959.
Obsérvese que facundus y pacis artibus son idénticos como
"partes de la oración": ambos tienen la común función de ser Este último dedica cientos de páginas al estudio de las "tras-
determinantes del sustantivo uir; pero facundus es morfológica- laciones" de funciones sintácticas.
mente adjetivo, es decir, pertenece a la clase de palabras previs-
tas en el ficherode la lengua comodeterminantes del sustantivo; 7. En resumen: a) Una categoría sintáctica no es patrimonio
en cambio, elll~mado "ablativo de cualidad" (pacis) artibus, no exclusivo de una categoría léxica. Las unidades complejas de
es morfológicamenteadjetivo, aunque aquí funcione como adje- la oraciónpueden, en virtud de su funciónsintáctica,distribuirse
tivo y esté coordinadocon un adjetivo: los dos términos coordi- en los mismosapartados formales en que se clasificanlas unida-
nados son, pues, homofuncionales como "partes de la oración", des sencillas (o palabras) en virtud de sus caracteres morfoló-
pero heterocategoriales como "clases de palabras". gicos.
b) Viceversa: una categoría léxica (o palabra) no va indefec-
Cicerón, Cat., 1, 32: secedant improbi, secernant se a bonis!, tiblemente unida a una función sintáctica, o, como dice Porzig,
"[retírense los malos, aléjense de las personas honradas!" "la palabra no está cortada a la medida de una determinada
Aquí, los adjetivos desempeñan funciones propias del nom- función" (o. C., p. 151).
bre: están "sustantivados".
8. En consecuencia,debiera reservarse el nombre de "partes
Cic., Att., 12, 1, 2: noctuabundus ad me uenit, "vino a mi de la oración" a los miembros que funcionalmenteintegran la
(casa) de noche". Según dicen nuestras gramáticas, ahí aparece frase, y llamar "clases de palabras" a 10 que tradicionalmentese
el adjetivo noctuabundus "usado como adverbio". llama "partes de la oración".
5.2. Transferencias de funciones entre categorías léxicas y
frases predicativas completas. - Con mayor frecuencia, un
(
I
jas, contentándose, pues, con sólo dos colores básicos. y adjetivos: para expresar. una determinación nominal acuden
regularmente a un segundo nombre, como en ocasiones también
ocurre en nue~tras Ienguas ; esp. hombre-rana, fr. timbre"'[Joste.
§ 2. - Al'bitrariedad en las categorías gramaticales . Cu~do. ;xIs~n. nombre y adjetivo puede haber grados de
dife~encIa~lOn maxxrna o mínima. En latín son leves las dífe-
Mayor arbitrariedad y diversidad hay que esperar en los rencIas: tre~:n la misma morfología en conjunto, y sabido es
conceptos gramaticales, ya que éstos tienen un apoyo menos di- con <l,u~facilI~ad se sustantivan los adjetivos en sintaxis. Los
recto que los léxicos en el mundo concreto de los sentidos y en ~ramahcos latinos, que veían en el participio una más entre
los datos de la experiencia. También los conceptos gramaticales .. 1as.pa;tes de la. oración", no distinguían entre nombre y adje-
arrancan, sin embargo, de la realidad. El género masculino, por tívo: solo a partir de la edad media se establece !la separación
ejemplo, tiene una base real cómo clasificador de los seres del entre nomen substantiuum y nomen adiectiuum.
reino animal, donde hay machos. y hembras. Pero cuando hace- . 3) El sistema de los pronombres demostrativos puede orga-
mos entrar en los mismos casilleros a todos los sustantivos y de- mzarss .de modos muy diversos, Frente al reparto del campo
cimos que silla es femenino, y libro, masculino, caemos
1
en puro mostrat~vo e~ t~es z?nas, c~mo en castellano (éste, ése, aZzuél)
y arbitrario formalismo; con la misma razón o, mejor dicho, con o en.l~tm (hz.c,,zste,zlle), el francés se conforma con 'dos zonas:
la misma sinrazón podía la lengua haber adoptado otro criterio celui-ci, ce luz-la; el inglés, que en un tiempo poseía la triple
clasificador. Las categorías gramaticales sólo tienen, pues, una forma"ahora tiene dos, como el francés, En cambio un idí
fílí , 1 il ' roma
semirrealidad; y no ha de extrañarnos, pues, que todas ellas ~Pll~O,e ocano, dispone de un sistema mostrativo muchísimo
difiera~ extraordinariamente de lengua a lengua, todas ellas, in- m~s neo:. t~es formas para referirse al campo mostrativo de los
cluso las que pueden parecernos más esenciales, como el género, objetos VISIbles, como nosotros, y, además, una cuarta formó.
el número, las clases de palabras, etc. referente a .los objeto~ invisibles y una quinta para los objetos
que han dejado de existir.
A) CLASESDE PALABRAS. - Las clases de palabras, llamadas 4) Muchas lenguas exigen para el nombre un mínimo de
comúnmente "partes de la oración", varían en número y moda- dete~minación. Destacan, pues, uno entre todos los posibles de..
lidades según las lenguas. termmantes del nombre y hacen de él una categoría gramatical
1) Ciertos idiomas, llamados "aislantes", ignoran nuestras apar~e: ~~ artículo. Cuando exista, parece indispensable a la co-
clasificaciones verbales en nombres, adjetivos, verbos, etc.,. ya mumcacíón y 'se convierte en la palabra más utilizada por los
que en ellos los elementos léxicos y los elementos relacionantes habl.antes. Ot;as lenguas, de las que es típico ejemplo el latín,
son mutuamente independientes en la cadena hablada. No se no .tIe~~n artIculo ni lo echan en absoluto de menos, como dice
dan, pues, unidades complejas como am-or-em, ama-ba-nt, etc., ~umtiha~o (1, ~, 18): les basta el contexto para indicar el sen-
en que los morfemas gramaticales se agregan a los lexemas y tído definido o mdefinido en que piensa el autor.
les confieren la categoría nominal, verbal, etc. En tales lenguas, Por último, si hay artículo, es muy variable su posición en
un mismo signo puede asumir, indiferentemente, el valor de lo la ca~ena hablada con relación al nombre, Lo más usual es que
que para nosotros sería un sustantivo o un adjetivo o un verbo, el artIc~o preceda al nombre, pero no es imposible que se pos-
etcétera. Así, el chino ignora las clases de palabras caracteriza- ponga a el, como ocurre en rumano entre las lenguas románicas
das formalmente: lai la equivale -al lat. uenit, casto (él) vino: lai e~ las lenguas germ~cas del norte (sueco, danés, noruego), e~
es la noción pura y simple de "venir"; y la le agrega en palabra ~úlgaro moderno (la unica lengua eslava que se ha creado un ar-
aparte el tiempo pasado. tículo) o en chino.
64 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN :NOqÓNES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 65
B) Los "ACCIDENTES GRAMATICALES". - Hay categorías gra- americana, el nass de la Columbia británica: 1.0 La mayoría
maticales más abstractas, tradicionalmente llamadas "accidentes de los sustantivos y verbos forman el plural mediante una re-
gramaticales", porque añaden al concepto básico del lexema duplicación muy similar .formalmente a la que utiliza el verbo
ciertas modalidades variables, "accidentales" en la representa- griego o latino con unas funciones que nada tienen que ver con
ción de los seres, las cualidades o los procesos. Los accidentes el número: gyat, "persona"; gyigyat, "personas"; 2.° Pueden
gramaticales más comunes son el número, el género, la persona, emplearse ciertos prefijos característicos: an'on, "mano"; ka-an-
¡
el tiempo, el aspecto, el modo y la voz. 'on, "manos"; wai, "uno rema"; lu-wai, "varios reman"; 3.° Cabe I
Varios de ~stos accidentes pueden afectar simultáneamente también el procedimiento de los cambios vocálicos internos, que (
a un verbo, a un nombre y a un adjetivo; algunos son exclusivos recuerdan en la forma y función las alternancias del inglés y I
de una determinada clase de palabras, otros son comunes al alemán en la formación de algunos de sus plurales; 4.° Por úl-
verbo, al nombre y al adjetivo (el número, por ejemplo), aun- timo, se acude, en ocasiones, al recurso, familiar para nosotros, I
que no sean aplicables del mismo modo a una u otra noción de elementos pospuestos: waky, "hermano"; wakykw, "her-
léxica; algunas lenguas pueden ignorar alguno de los accidentes manos".
que hemos enumerado y utilizar otros cuya existencia descono- y como cualquier recurso es bueno para expresar cualquier
cemos; también pueden utilizar nuestros mismos conceptos gra- noción gramatical, en una lengua del Alto Nilo, el shilluk, el
maticales, pero para fines que no sospecha nuestra conciencia plural de un sustantivo difiere del singular por el tono: yit, con
lingüística. entonación alta, "oreja", y con entonación baja, "orejas".
1) El número gramatical, en las lenguas más cercanas a nos- El mismo procedimiento de la entonación sirve en otras len-
otros, sólo. distingue entre "uno" y "~ás de uno": singular y guas para expresar el tiempo o para distinguir un nombre de un
pluraL Las antiguas lenguas indoeuropeas (sánscrito y griego, . verbo; al latín, y aun al español, le sirve para distinguir la im-
por ejemplo) distinguían, además, un dual para designar las co- portante serie de los interrogativos de la serie relativa-indefini-
sas a pares, tanto si suelen existir realmente a pares (los ojos, da: ubi?-ubi, "¿cuándo?-cuando", etc.
las manos, los pies, etc.) como si, everitualmente, se presentaban 2) El género clasifica a los nombres según criterios muy di-
a pares (dos personas o dos cosas cualesquiera); el latín sólo versos. Las lenguas románicas distinguen un masculino y un
tiene algún vestigio de dual. femenino, que, como ya dijimos, sólo pueden coincidir con el
Hay lenguas que disponen hasta de un trial e incluso un sexo natural en la estrecha zona léxica de los seres vivos. Sub-
quatrial. En el extremo opuesto, las hay que no han gramatica- siste -principalmente en castellano- algún leve vestigio del
lizado ninguna noción numeral (algunas lenguas exóticas ame- neutro que tenía el latín y las lenguas indoeuropeas en generaL
ricanas y australianas). Si en tales idiomas se precisa distinguir Fuera del área románica aún hay lenguas (el alemán y el ruso) r
la singularidad o pluralidad reales, no faltarán recursos, pero con el triple género del indoeuropeo antiguo. I
serán de tipo léxico y no gramatical, en cuyo caso la singularidad Otra clasificación posible es la que opone lo animado a lo
o pluralidad sólo afectará a un término determinado, sin matizar inanimado. Se cree generalmente que el triple género indoeu-
a otros elementos del enunciado (mediante la concordancia), ropeo sucedió a una visión del mundo que anteriormente dis-
como ocurre en las lenguas que elevan el concepto de número a tinguía los seres y las cosas por su sexo o ausencia de sexo; I
categoría gramaticaL masculino y femenino fueron subcategorías de 10 animado; y, r
Tanto la formación del plural gramaticalizado como la ex- frente a esos dos nuevos términos, lo inanimado pasó a ser J
presión de la pluralidad real, cuando no existe tal categoría, pue- neutro.
den revestir las más variadas formas. Sapir cita como ejemplo La mayoría de los idiomas no poseen nada parecido al gé-
cuatro métodos para la formación del plural en una lengua india nero indoeuropeo. Unos carecen por completo de género: por
66 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
NOCIONES BÁSICAS DE' LA NUEVA SINTAXIS 67
ejemplo, el mapuche entre los idiomas americanos. Si, eventual- accion como ya cumplida, como durativa, como iniciada, como
mente, han de expresar el sexo real, lo dicen con alguna palabra iterativa, etc.
a~ecuada. En, latín arcaico hallamos todavía algunos curiosos La misma diversidad cabría señalar en el mundo lingüístico
ejemplos de genero no gramatica1izado:
en lo que se refiere a otros accidentes verbales, como la per-
En los fragmentos de las Leges Regiae leemos: Iunoni '" sona, los modos, las voces, etc.
agnum feminam caedito y Ianui Quirino agnum marem caedito.
"agnum f'"
emmam = aqnam, "una cordera"; "agnum marem" = C) LASRELACIONES SINTÁCTICAS. -1) Ya las clases de pala-
= aqnum, "cordero". En el ritual de los sacrificios se conservó bras apuntan a determinadas relaciones sintácticas. El nombre
el arcaísmo, según la información transmitida por Festo. y pronombre tienen, como función primaria, el servir de sujeto
En el extremo opuesto hay lenguas que ofrecen una exube- u objeto del verbo, aunque secundariamente puedan desempe-
rante gramaticalización del género, pero se basan en criterios ñar otras funciones; el verbo tiene como función primaria ser
totalmente ajenos a nuestra mentalidad. Como en español "se predicado; el adjetivo y el adverbio serán, en función primaria,
nos hace saber de una vez para siempre que un objeto es mascu- los determinantes del nombre y del verbo, respectivamente. Las
lino o femenino ... , así en muchos idiomas indios de los Estados preposiciones y conjunciones siempre se han definido exclusiva-
Unidos o del Asia oriental es preciso hacer constar, antes de mente por su función sintáctica. -
llegar. a denominar un objeto, que pertenece a cierta categoría 2) También los accidentes' gramaticales tienen una misión
por su forma: por ejemplo, circular como un anillo, esférico sintáctica. Es posible incluso, como opinan ciertos autores, que
como una pelota; largo y delgado) cilíndrico) parecido a una lá- no tengan justificación al nivel de la palabra. Martinet insiste en
mina) o macizo como el azúcar: se dice, por ejemplo: "dos) cate- que el género, por ejemplo, no tiene razón de ser en el nombre
goría-de.-pelota, manzanas"; "tres) categoría-de-lámina tapetes" 'en sí mismo, ya que con mucha frecuencia los nombres' o bien
etcétera". (Sapir, p. 117.) " implican el género por sí solos (hombre / mujer) o bien no en-
3) La categoría del tiempo es para nuestra conciencia lin- cajan lógicamente en la oposición masculino / femenino (libro,
güística occidental una característica exclusivamente verbal. El mesa, etc.). La verdadera justificación del género gramatical re-
verbo es, como explícitamente dice la lengua alemana, "la pala- side en las necesidades sintácticas: es de la mayor utilidad para
bra temporal" (das Zeitwort). Metafísicame:qte, no hay razón la articulación de Ía frase, ya que, gracias a la concordancia en
para negar a_Inombre vocación temporal. No es raro que haya- género, un adjetivo o un pronombre se marcan como inconfun-
mos de referirnos a nombres para situarlos en la línea del tiem- diblemente referidos a tal o cual nombre y de ninguna manera
po: "pre-historia, historia antigua) media, moderna contemporá- a otro cercano en la cadena hablada.
nea", y hasta historia "del futuro"; "ex ministro' ministro fu- 3) Los morfemas gramaticales son los factores de la unidad
turo ministro", etc. En lugar de estos recursos léxicos, la le~gua sintáctica: son las auténticas articulaciones que marcan la mu-
puede ~roveer de morfemas temporales al nombre. Martinet cita tua interdependencia entre los lexemas (unidades léxicas). Los
c~mo ejemplo. el. ~alispell, lengua india de Washington, donde lexemas, gracias a los morfemas, dejan de ser, un aglomerado
s?lo. hay una mcípíente diferenciación entre nombre y verbo, y informe --como en el diccionario- para organizarse· en una
unidad viva superior, cuyo sentido unitario ya no resulta de
sIgmficantes como n~estros n~mbres "isla", "montaña" o "lago"
la asociación directa de cada signo a una cosa significada, sino
no son totalmente ajenos a CIertos accidentes gramaticales que
nosotros nos figuramos como exclusivamente verbales. de las relaciones establecidas entre los signos. La diferencia del
nivel léxico y del sintáctico se pone de manifiesto cada vez que
., 4) El griego y otras lenguas combinan regularmente la no-
una palabra de menos o de más cambia radicalmente el sentido
cion temporal con el aspecto; este nuevo "accidente" presenta la
de un enunciado en su totalidad (compárese: A mí no me gusta
(
( I
;
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 69
68 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN (
Hoy se reconoce comúnmente que no ha lugar el planteamiento
el vino y A mí no me gusta el vino ... aguado) o cuando en un (
de tales cuestiones:. la claridad u oscuridad, la lógica o falta de
enunciado eliminamos toda gramática (como en hic tabulam ro-
lógica, nunca son imputables a fa lengua, sino al hablante que
tundum sunt). (
de ella se sirve; en todas partes hay mentes claras, capaces de
Las lenguas conocen procedimientos muy variados para ar- I
I
expresar con precisión sus ideas, y mentes oscuras que no saben
ticular sintácticamente los elementos de la frase: el orden de
clarificar sus mensajes. No se puede calificar despectivamente
('
palabras, la yuxtaposición, las preposiciones, los casos, etc. Pue- i
a ciertos idiomas de lenguas primitivas, sino simplemente de len-
den acudir a sistemas relacíonantes mixtos (orden de palabras (
guas organizadas con criterios distintos de los nuestros, pero
y preposiciones, preposiciones y casos) y explotar en diversa 1
medida un sistema dado: en las lenguas flexionales, frente a los siempre al mismo nivel que los nuestros. ' (
I
cinco o seis casos del griego y latín, hay idiomas con tres o cuatro
docenas de casos.
La proporción entre lexemas y morfemas puede variar enor-
e I
I
i
memente de una lengua a otra, ya que lo que una lengua ex- (
presa mediante léxico, otra lo expresa por gramática (sufijos e '_ !
I
infijos). Hay lenguas acentuadamente léxicas y lenguas acentúa- (
damente gramaticales. En nuestras lenguas, el léxico es un reper- (1
torio amplio, abierto, ilimitado; el repertorio morfológico-sintác-
tico es reducido y cerrado: el número de categorías gramaticales (1
es un numerus cuiusus de pocas nociones básicas. En muchas
¡
lenguas exóticas, el número de morfemas es casi ilimitado , de
modo que la lista de sus infijos y sufijos resulta mucho más volu-
(
minosa que la de los signos léxicos; entonces, a decir verdad, "la '1
frase no está constituida, como en nuestras lenguas, por seman- (
temas combinados por medio de morfemas; está constituida por
(
morfemas combinados por medio de semantemas" (L. Roudet,
BSL., XXVIII, 2, 1928, p. 74). Sapir nos da ejemplos como el
(
siguiente, del chinook:
i-ti-i-a-i-u-d-a-m,palabra-frase equivalente a "yo vine a dár- (
selo a ella". Sólo hay ahí un lexema -d~, "dar". Todo lo demás
son morfemas gramaticales (seis prefijos y un sufijo) que ex-
presan todo el léxico y toda la sintaxis de nuestra frase corres-
pondiente. El "contenido" de cada elemento puede verse en Sa- (
pir, que comenta ese y otros ejemplos (El lenguaje, p. 84 y ss.
de.a traducción española). (
(
NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 71
I
.\
72 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN NOCIONES BÁSICAS DE LA NUEVA SINTAXIS 73
En una lengua de este tipo, el mensaje El hombre mató al
,. be: por ejemplo, cuando afirmamos algo atemporal, tan válido
toro se convertiría en algo así como "Este (estos) hombrees) mata en un momento futuro o pasado como en el presente; entonces,
(tiempo indeterminado) visto-par-mí este (estos) toro(s). al no disponer en latín ni en castellano de una forma personal
No menos ilustrativo es el siguiente ejemplo del ruso: Ja morfológicamente atemporal en el verbo, imaginamos un pre-
napisal prijatelju, "He escrito a un amigo". El ruso, como el sente "estirado hacia atrás y hacia adelante de manera que lle-
latín , es insensible al. carácter definido o indefinido del amigo, gue a abarcar toda la eternidad" (Sapir, p. 116): son los llama-
ya que ignora la oposición el-uno del artículo; en cambio, al dis- dos praesens pro futuro y praesens pro praeterito en nuestras (
1
ORDENACION
DE LOS CASOS LATINOS
(
1
(
TEORÍAS ANTIGUAS SOBRE EL NOMINATIVO
§ 1. - Teoría aristotélica
(
ORDENAcIÓN D~ LOS CASOS LATINOS
78 INTRODUCCIÓN A LA SINTAxIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
nomina non sunt. (Boetius, Commentarii in librum Aristo- similares" a que se alude, ¿serán todos los demás posibles ejem-
telis perl hermeneías, 1, 2, Meiser, p. 53.) plos concretos de genitivo y dativo? ¿O serán "los demás casos
similares" al genitivo y dativo? Y, en esta segunda alternativa,
Nomen 'in casu obliquo cum est uel fuit uei ent iun- ¿por qué no se cita al acusativo como único caso restante?
ctum neque uerum neque falsum esto Nomen in casu recto 2) Frecuentemente, la antigüedad funda su teoría del NOMEN
uero semper .,. facit uerum uel falsum cum est uei fuit o CASVS RECTVS en consideraciones morfológicas. El nominatiuus
uel erit iunctum (Boetius, ibidem, p. 65). se llama casus rectus, según Prísciano, quod ipse primus natura
nascitur uel positione, et ab eo facta flexione nascuntur obliqui
B) CRÍTICA. -1) Los antiguos razonan ñlosóficamente. Em- casus...
piezan por sentar las dos premisas siguientes: a) El nombre o (Nominatiuus) quem primum natura protulit, ipse primum
sustantivo designa seres o sustancias o algo lmaginado como tal locumi defendit. • .
por el hablante: canis, lignum, pulchritudo, etc.; b) De todo ser La gramática histórica ha demostrado definitivamente que la
o sustancia puede decirse, por definición, que existe o que no base sobre la cual se organiza la flexión es el tema y no el nomi-
nativo. Éste es; morfológicamente, un caso como los demás, for-
existe.
Luego -concluyen- será NOMEN toda palabra que pueda mado como los demás por alguna marca añadida al desnudó
anteponerse a EST (FVIT, ERIT) o NON EST (FVIT, ERIT). tema.
El criterio de Aristóteles y sus seguidores para distinguir en- Hay en todo nombre un tema (*lupo-) sin existencia real
tre el NOMEN y el NO-NOMEN es' estrecho: evidentemente, al lado (o autónoma); el sintagma real y autónomo es el tema provisto
del verbo dé existencia o el nombre irá en nominativo o no ha- de una desinencia que lo habilite para entrar en frase y lo deje
dispuesto, según la desinencia que reciba, a desempeñar una de
brá nombre.
Pero la existencia no es la única predicación posible ante un sus dos funciones específicas (sujeto u objeto de la acción) o in-
sustantivo. Además de existir, los seres pueden actuar, y dos de cluso otras funciones menos o nada "nominales".
entre ellos pueden eventualmente actuar uno sobre otro, envuel- Aristóteles y sus seguidores antiguos (¡y modernos!), al supo-
tos en el mismo proceso; las lenguas disponen de varios recursos ner ~m lupus existente absolutamente por physis o por thesis,
para nombrarlos y a la vez indicar cuál de los dos domina en previo a toda relación sintáctica, han identificado el nombre real
el juego de su actuación recíproca (agente y paciente); si el no- en nominativo con el tema abstracto.
3) Admitiremos que el nominativo es un NOMEN, pero un
minativo es nombre, no 10 es menos el acusativo.
NOMEN relacionado gramaticalmente como sujeto del enunciado'
Tal vez los antiguos ya se sintieron incómodos ante el acusa-
tivo, automáticamente excluido por su recurso al verbo ser como afirmaremos exactamente lo mismo del acusativo: también es ~
clave para de.. lbrir al nombre. Lo cierto es que, como caso nomen igualmente relacionado como objeto de alguna actividad.
recto, se cita en el perz hermeneías un nombre en nominativo, Si se quiere calificar de casus rectus al nominativo, también debe
y como casos oblicuos un nombre en genítrvo y dativo. Se silen- calificarse de rectus al acusativo (y al vocativo, si se le incluye
en el sistema casual). Estos dos (o tres) casos son rectos en el
cia el acusativo y únicamente el acusativo (el ablativo no tiene
sentido de que siguen siendo, semántica y funcionalmente,
por qué figurar en una teoría de origen griego y que, por lo
nombres.
tanto, ignora ese caso; el vocativo no cuenta entre los casos hasta
Por último, admitiremos con los antiguos, y sin reserva al-
que, en el siglo 1 antes de J. C., lo introduce en el paradigma
guna, que los casos oblicuos no son nombres, porque o bien
de la declinación Dionisío Tracio). Nos parecen enigmáticas las
añaden algo ajeno a la comprensión del nombre (dativo y abla-
palabras del original griego ¡(al iiCla ¡:Olaü¡:a y de su traducción
tivo) , o bien desempeñan funciones impropias del nombre y pro-
literal latina en Boecio: et quaecumque talía sunt. Las "cosas
113LlOTECA CENTRAL
(
80 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
II
§ 2. - Teoría estoica
(
LA TEORÍA MODERNA DEL NOMINATIVO
Un punto esencial en la estructuración de los casos radica en CASO "CERO" 1
el concepto del nominativo y, por lo tanto, de su incorporación en
una oposición parcial dentro del sistema casual o -lo que nos • °
a un verbo genérico que es "puro activo" (agere, facere, sin es- I como paciente, es que per se no es ni agente ni paciente: ha de i
pecificación alguna de la naturaleza de la actividad), y a otro interpretarse como un título, fuera de contexto.
verbo genérico que es "puro estado" (esse, sin especificación "Por lo demás, la existencia de la oposición entre .voz activa
alguna del estado). Cf. la serie: (.
y voz pasiva basta para arruinar toda esperanza de conferir un
sentido propio a la relación entre sujeto y verbo. En una frase I
haec mulier incedit, patet, tit, uidetur, est dea. (
como El gato come al ratón, el ser que ejecuta la acción de comer t
I
va designado por el sujeto; pero la frase El ratón es comido po.r
El verbo activo y su correspondiente sujeto activo cubren el gato tiene exactamente el mismo sentido; ahora bien, aquí el
una zona activa variable entre dos límites: el activo "cero" de sujeto que ejecuta la acción está designado por el complemento
la cópula estática (equivalente a la frase verbal cero de las len- agente; por lo tanto, la relación entre el ser que actúa y su
guas que, como el árabe, han gramaticalizado la oposición es- acción puede expresarse por diversas relaciones sintácticas"
tado/acción) y el infinito "activo" del iLgere o facere (equiva- (E. Buyssens, Vérité et lanflue: Langue et Pensée, Bruselas,
lente a la frase verbal árabe), en que el poder del sujeto puede 1960, p. 38).
llegar, como dijo Karcevsky, al aniquilamiento del objeto. Ante el sujeto "pasivo" no se sienten cómodos los que, a pe-
Es apreciable cierta actividad positiva en los verbos de estado sar de todo, creen en el nominativo como caso "activo". ¿ Cómo
a partir del límite de la simple cópula estática. Godel (l. c.) se- puede el caso agente convertirse de pronto, contradictoriamente,
ñala el contraste estilístico entre formas casi intercambiables: en paciente sin arruinar la noción básica que le suponemos ex-
presar por esencia? \
candidus est - candet En nuestra opinión, la antinomia radica en una inexacta in- \
pallidus est - pallet
uiridis est - uiret,
terpretación de la oración pasiva frente a la activa. Se quiere I
que ambas construcciones se correspondan, término por término, (
etc. etc. con una simetría que no existe. j
Es cierto que, ante una misma experiencia, los hablantes pue- l
"El verbo es más sugestivo o más descriptivo que el predi- den optar libremente por formularla en activa o pasiva: Caesar
cado analítico." Compárense también giros como éstos: Una (1
uicit Pomp~ium y Pompeius uictus est a Caesare son mensajes
persona es diferente o difiere de otra, pero Dos personas difieren prácticamente equivalentes. "Si todos los elementos están ex- 1
de opinión. presados, no hay -dice Lenz- ninguna diferencia lógica entre f
I
la frase activa y la pasiva; la distinción es psicológica, pues el I
•
1956, p. 107, con bibliografía) se habla de una eventual sinoni-
ción y sus partes, Madrid, 19353, p. 1(8). mia entre el dativo (al que se califica de "dativo separativo"), el
••
ablativo e incluso el genitivo. Se dice que hay un "dativo sepa-
rativo" en argentum alicui adimere, "quitarle a alguien su di-
A) No HAY SINONIMIAS SINTÁCTICAS
nero". En realidad, el dativo tiene aquí exactamente el mismo
valor que en argentum alicui dare, "dar dinero a alguien": siem-
••
Para entender este y otros muchos casos de aparente sinoni- pre representa a la persona "interesada" (por el daño o prove-
mia sintáct!ca, que discutiremos en este libro, hemos de tener cho resultante); la idea de separación está en el lexema verbal
presente un gran principio que C. de Boer expone en los si- "quitar" y no en elmorfema de dativo. Se dice igualmente que,
guientes términos: "Cuando nos hallamos ante dos giros que en el ejemplo citado, el alicui puede sustituirse por alicuius (ge-
••
significan la misma cosa y son equivalentes entre sí, ello no nitivo) o por el ablativo con a, y que, por lo tanto, "es difícil
quiere decir en modo alguno que esos giros no difieran esencial- determinar si el dativo evoca una idea de separación o dinámi-
mente uno de otro desde el punto de vista de la naturaleza. Equi- ca" (?). Es cierto que puede aparecer en el mismo lugar de
valencia desde el punto de vista de su significado no quiere esa frase alicui, alicuius o ab aliquo. Pero ello no quiere ....
decir
•
Insistamos un poco en este principio. minante del nombre ("quitar el dinero-de-alguien") y el ablativo
Frecuentemente, en nuestras gramáticas se señalan "interfe- (¡si no lleva preposición!) '. con su valor propio, "separativo":
•
Repetimos que el hablante podrá elegir entre el genitivo,
bamos que no se hallan en el mismo plano ni existe tal inter- dativo o ablativo (sin que sus valores se confundan) , según preva-
sección.
••
lezca en su mente la idea de ese "alguien":
En el mismo orden de ideas, recordemos que las lenguas
sugieren más de lo que realmente dicen: no es incluso raro que a) como poseedor del dinero (argentum alicuius),
importe más 10 que se sugiere que 10 que se dice: de ahí arranca b) como persona perjudicada (adimere alicui),
la fuerza expresiva o el efecto jocoso de muchos enunciados. e) como punto "espacial" de donde arrancó la sustracción del
I
\ '
I
J
100 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 101
xicas (clases de palabras) y funciones sintácticas (partes de la una cosa, y, en el segundo, se abstrae de su comprensión una
oración), aunque independientes entre sí, no deja de existir característica peculiar" (Bally, o. c., p. 116).
cierta correlación: en principio, un sustantivo está predestinado La distinción entre transferencia funcional y transferencia
a ser sujeto o complemento directo; el adjetivo está predesti- semántica resulta a veces delicada; ambos fenómenos, aunque
nado a determinar al nombre; el adverbio, a determinar al ver- independientes, pueden coincidir y superponerse en un momento I
bo. Esa es su respectiva función primaria y propia (aunque no les dado. Por ejemplo, si un cazador, narrando sus hazañas, dijera (
pertenezca en exclusiva). Sustantivo y verbo, sustantivo y adje- que "(había comido) corazón de hiena", tendríamos en "hiena"
tivo, verbo y adverbio, son en principio categorías complemen- una sencilla transferencia funcional; "hiena" sería el nombre
tarias. Si un sustantivo funciona como adjetivo, o un adjetivo "hiena" con la función adjetiva de determinación de otro nom-
como sustantivo, y, generalizando, si una categoría cualquiera bre, y nada más. En cambio, cuando se dice de alguien que
forma sintagma con otra que, en principio, no le corresponde "(tiene) corazón de hiena", vemos la misma transferencia fun-
como complementaria, lo hacen secundariamente, por transferen- cional que en el ejemplo anterior; pero, además, hay, simultá-
cia de funciones (conservando su valor léxico previo a la trans- neamente, una transferencia semántica, ya que ahora "hiena"
ferencia funcional): así, repitiendo ejemplos de Bally (el pio- no designa a la fiera en toda su extensión: ha cambiado de sen-
nero de la teoría de las transferencias entre categorías), planeta tido, para designar tan sólo la ferocidad característica de la '1
(
y campo, sin cambio de sentido, se vuelven funcionalmente adje- hiena.
tivos en (sistema) planetario y (casa) de campo (obsérvese que Si ahora pensáramos estos dos ejemplos en latín, el primero I
en planetario hay transferencia morfológica del nombre en adje- nos haría ver en el genitivo un caso puramente sintáctico; pero
tivo, y no sólo transferencia funcional); la frase mientes con- el segundo tal vez podría parecernos sintáctico-semántico. (En
I
serva su sentido al convertirse funcionalmente en sustantivo y realidad, el genitivo sólo es responsable de la transferencia gra-
complemento directo en (sé) que mientes. A estos intercambios matical; la posible superposición de la transferencia semántica 1
gramaticales les dio Bally el nombre de "transpositions fonction- es fruto del contexto y no forma parte del contenido casual
nelles" (Ling. Générale et Ling. Frangaise, 1963\ p. 116); la sin- "genitivo") . I
(
taxis estructural de Tesniére (y de las escuelas "transformacio-
nistas" en general) es fundamentalmente un estudio de estas I
!
transposiciones, que él llama "traslaciones". Nosotros las llama- ,I
remos "transferencias funcionales", terminología usada ya en
castellano por A. García Calvo en uno de nuestros Congresos
I
(cf. Actas del JI Congreso Español de Est. Clásicos, Madrid,
1964, p. 118 y ss.). :I
b) La transferencia funcional, "que afecta exclusivamente a
la gramática, ha de distinguirse cuidadosamente de la transfe- I
rencia semántica, que interesa también al léxico porque los sig- (
nos cambian de sentido a la vez que de categoría. Así -seguimos I
citando a Bally-, la vegetación tropical es la que se halla bajo (
los trópicos (transferencia funcional -y morfológica- de tró-
pico); un calor tropical es un calor tan intenso como el que reina
I
en esas regiones (transferencia semántica -y morfológica- de I
trópico). En el primer caso, trópico se toma en extensión, como
r
, (
1
I
ti I
¡::
>, (
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 103
NOMINATIVVS et ACCVSATIVVS sunt et NOMINA et CASVS NOMINIS El dativo no es semánticamente nombre porque el nom-
bre en dativo no designa a una persona (o cosa) por lo
NOM. Son semántica y funcionalmente nombres. que es en sí misma (en su extensión normal), sino por
ACCVS. No suponen ni transferencia semántica ni transferencia una característica accidental, a saber, su condición de
sintáctica del nombre. "persona interesada" en el proceso verbal (transferencia
semántica) .
Semánticamente, el nominativo y el acusativo designan Tampoco entra como sujeto u objeto en el sistema cen-
a las personas y cosas por lo que son en sí mismas, en tral, interno del verbo; su situación es "marginal", ad-
toda su extensión como personas o cosas. verbial (transferencia funcional).
Por otra parte, son dos formas distintas y reales del El ablativo no es semánticamente nombre, porque el
nombre ("virtual") para cada una de las dos funciones nombre en ablativo no designa a una cosa (o persona)
propias del nombre. Nominativo y acusativo gramatica- por lo que es en sí misma (en su extensión normal),
lizan (expresan por morfemas gramaticales) la oposi- sino por una característica accidental, a saber, su situa-
ción que, ocasionalmente, aparece aislada (lexicalizada) ción en la zona del proceso. Esta relación externa, en
en temas diferentes: ego / me, tu / te (d. alemán cierto modo "geográfica", pertenece propiamente al
Wirt / Gast, "huésped" que da I recibe la hospitalidad). adverbio (de lugar, modo, causa, etc.): transferencia
. funcional.
104 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 105
El caso nominativo es invariablemente atribuido al determi- Pueden representarse así los posibles sujetos y objetos de
nante ;erbal concebido como más agente, y el acusativo al tér- cogió:
mino más paciente. Si se considera la siguiente serie de ejem-
S. 1 o. 1
plos, se verá cambiar la orientación dinámica entre los dos
s. 2 0.2
términos relacionados, según vayan alternativamente en nomi-
s. 3 o. 3
nativo o acusativo:
s. 4 cogió o. 4
s. 5 o. 5
(ego) capio obliuionem aLicuiusrei (cf. Plinio, 7, 24, 24).
cepit nos obliuio seruitutís (cf. Cicerón, P' . , 3, 4, 9). SD OD
(ego) cepi satietatem alicuius reí (cf. Planto, Amph., 472).
cepit me satietas alicuius rei (cf. Livio, 27, 49, 8).
(senetores) metum ceperunt (cf. Livío, 33, 27, 10). Ahora bien, la acción de "coger", lejos de permanecer idén-
senatum metus cepit (cf. Livio, 23, 14, 8). tica a sí misma, varía sensiblemente: a) según el sujeto a quien
se atribuya: el "coger" de la madre no es el "coger" del tren
etcétera.
ni del toro, etc.; b) según el objeto "cogido": el arma el tren'
la pulmonía, etc, Ello no es obstáculo para que el casteIÍano "ex~
3) El nominativo y el acusativo constituyen con el verbo el
prese", simbólicamente, todos esos procesos como "idénticos"
sistema sintáctico interno en que la categoría nominal y la verbal
contando con que, gracias al, saber de hablantes y oyentes, nadi~
108 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
109
se llame a engaño. Los usuarios del idioma envuelven en una oradores: la.trant uun. quiclem oratores non loquuntur (B t
representación única el término activo y el pasivo alrededor de 15 "8) Y . ' ru us,
" ,;) '" ' por ,el camino de la estilística, los escritores hicieron (
un lexema verbal más o menos elástico, y el significado resul- ladrar ~ estomago'(Horacio, Sat., 2, 2, 17), a las preocupacio~
tante depende tanto de los protagonistas del proceso como de nes (Estacío, Theb., 2, 238), a las entrañas (Estacio Silu 2 1
la representación prefabricada que en el fichero de la lengua se 13), a los mares (Plinio, 4, 5, 9, 19), etc. '., , ,
llama "coger". Po~ 1~cara pasiva, sólo se pueden ladrar "ladridos" (latratus)
La relación expresada por el sujeto y objeto no se distingue d. ?vIdlO, latratus edere, Met., 4, 450), y, como no hace falta
í
de la acción en sí ni se concibe sin ella. En cambio, la posible decirlo, el verbo es intransitivo. Luego, ya es posible "ladrar"
añadidura de un eventual beneficiario (dativo) o de una circuns- ~lgo m~s. que .ladri~os; los poetas hacen que los perros ladren
tancia de tiempo, lugar, causa, etc. (ablativo) constituyen refe- una piel de CIervo (Horacio Epod. 5 57· Ep 1 2 66) 1
rencias marginales a personas o cosas externas, que no alteran nu bes (Estacio, Theb., 1, 551),'"etc. , .'" . ' o as
sustancialmente el proceso ya prefijado en el sistema interno . 5) Todo complemento directo es "interno": desde la interio-
antedicho. r~dad to~al (ac~sa~ivo "interno"), en que no se aprecia ninguna
4) Digamos de paso que el espectro semántico de un verbo d.iferencIa semantIc.a entre verbo y objeto, se pasa a una interio-
dado varía de lengua a lengua: los largos artículos de un diccio- ridad menos llamatrva, pero siempre real: el rasgo actum -como
,nado no son, en último término, sino un análisis de ese espectro el a.gens- si~mpre está presente en el agere: son categorías solí- (
semántico para señalar la zona que coincide y, sobre todo, las da:Ia~ y no sImplemente complementarias, Como el nombre y el
zonas que no coinciden con el espectro semántico del verbo que adJetlv~, o el verbo y el adverbio. El sujeto y el objeto son co-
habitualmente le corresponde en nuestra propia lengua. sustanCIales al proceso verbal. .
y aun dentro de una misma lengua puede variar, diacróni- . 6) NOTA: Suaerenciae de la terminologíá antigua: nota histó-
camente, ese espectro, tanto por la cara pasiva como por la ac- :2ca sobre la mterpretación del acusativo. - Una nomenclatura
tiva como por ambas a la vez. m~decuada puede motivar confusiones duraderas. Así ha ocu-
Así, la serie de' posibles sujetos y posibles objetos que rndo. con el nominativo, según hemos visto. Como se ha dicho
hemos visto funcionar con "coger" ha quedado reducida, en el rep~Íldas veces, la denominación del acusativo arranca de una
castellano de América, a un solo término por cada cara: "el hom- equivooada traducción latina de a.lttcn:ocn niñcrtc; "el c d 1
; :. " " ,,( '" aso e a
bre coge a una mujer"; el verbo se ha convertido en una palabra rU:.a, an:ta es causa y, secundariamente ,: "cargo" "
., "El d " acusa-
fea y, por lo tanto, desterrada de la buena conversación. Se le ;'lOn. ., t~a uctor latino se fue por el significado marginal de I
sustituye por tomar, alcanzar y, sobre todo (como puede obser- ~cusaclOn , ~ue triunfó generalmente y dio lugar a observa-
1
I
varse a diario en las películas que llegan a nuestras pantallas clO_nesperegr~nas c?~O .la de Prisciano: el acusativo es el caso
desde el continente americano), atrapar. qm uero truuns ad mtm2cos.att~net (Gramm. Lat., Keil, rr, 186).
Estos últimos años hemos visto enriquecerse extraordinaria- Hallamos
. .otras denommaclOnes aplicadas al mismo caso.. (
mente la cara pasiva del verbo bailar, antaño "intransitivo": "se casus mcusattuus se llama en Charisius (1 17 6) al
. 1 ',.' , , , parecer I
bailaba" (simplemente, "el baile" regional); ahora, cada tem- co~o sirnp e sinommo de accusatiuus: incusatiuus, qui et accu-
satmus uocatur. l
porada trae un nuevo "bailable".
Un ejemplo latino: latrare. Es un verbo de espectro semán-
!
. Tambi.én.se le llama, de paso y sin comentarios, casus causa-
tico reducidísimo en lengua por ambas caras. Por la cara activa ttuus (Príscíano, GLK., n, 185, 25), que es la traducción co-
sólo admite propiamente un solo sustantivo: "de verdad" sólo rrecta del original griego, y resulta denominación adecuada 1/
ladran "los perros": canes latrant.
Pero Cicerón, en un hecho de habla, dijo que ladraban ciertos
Como complemento del verbo causativo (factitivo). ' I
El Ars anonyma Bernensis (Supplem. Gramm. Lat. Keil, p. 87) (
I
I
I
110 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
111
nos sorprende llamando al acusativo casus actunis, pero el co-
mentario justifica plenamente el motivo; en prime~ lugar, ,se (cf. la teoría estoica, supra, p. 80). Los estructuralistas mo-
hace notar allí -contra la tradicción- que el acusativo no solo dernos, después de negar la legitimidad del nominativo como
sirve "para acusar a los enemigos", sino también "para alabar caso y excluirlo del sistema casual, oponen el vocativo a todos
a los amigos"; en segundo lugar, aun recogiendo la nomencla- los casos restantes: el vocativo, como caso "actitudinal", y los
demás, como casos de- contenido "referencial".
tura tradicional allí se rectifica con una apostilla que nos suena
a auténtica impresión personal de un hablante latino sobre el También la morfología refleja cierta originalidad del voca-
valor del acusativo: accusatiuus ... hoc est actiuus ... Accusatiuus tivo: cuando no tiene significante propio (y sólo lo tiene en los
uim accusandi et actum alterius declarat, quasi patiatur ab ea. temas en o/e), se confunde normalmente con el tema puro (de-
'"
En suma: el acusativo . ida d de1 otr"o. (Ese "to ro "
acusa la activi sinencia cero), lo que cuadra muy bien a una forma desligada
del contexto declarativo. •
no puede ser evidentemente, más que el nominativo). Se llama
,
"activo" al acusativo por acusar esa " activiivídad" ,y acusar la 2. En nuestra ordenación de los casos latinos respetarnos
quasi patiatu~ ab eo: es decir, el acusativo se erige en acusador igualmente la originalidad del vocativo, pero con una particula-
como "víctima" de la actividad denunciada ("acusada"). A}:J.í te- ridad de cierta importancia con relación a la doctrina tradicional
nemos, pues, un explícito reconocimiento antiguo, ~e la oposición ya los estudios recientes que nos han precedido (De Groot,~Ku-
rylowicz y otros).
nominativo / acusativo, que Martinet y otros teóricos modernos
se niegan a admitir. En lugar de oponer el vocativo directamente al conjunto de
los restantes casos, lo incluimos, en la primera dicotomía, dentro
del grupo de los casos estrictamente nominales:
a) La morfología nos invita claramente a ello, como ~e dirá
§ 3. - El pm' nominativo-acusativo frente al vocativo infm, p. 113 y ss.
b) Por otra parte, el vocativo cumple una función designa-
Frente al par nominativo-acusativo, y dentro del bloque de tiva, como el nominativo-acusativo: allí está la notable diferen-
los casos nominales, ha de situarse el vocativo. cia entre el vocativo y algún otro signo expresivo-impresivo que
EL nombre en »oeatuio queda habilitado para funcionar en invade la sintaxis declarativa: piénsese, por ejemplo, en las in-
la suiuuxu: expresiva-impresiva, y en nominati~o-acusativo, para terjecciones, cuyo contenido semántico tiende a cero.
funcionar en la sintaxis declarativa. E~ vocatwo, ?o: un lado, e) Por último, vemos que, frecuentemente -siempre en sin-
y, por otro, ei nominativo-acusativo pertenecen a dlstmtas zonas taxis expresiva-, con el vocativo pueden alternar el nominativo
del lenguaje. y el acusativo (neutralizados, como airemos, p. 128 y ss.); 110
1. Siempre se ha reconocido en el vocativo un caso. muy es- pueden alternar con el vocativo los casos no-nominales. E'l no-
pecial. Los gramáticos indios lo excluyeron de la serie ~e los men de la sintaxis declarativa asume la función evocativa por el
casos. Su criterio fue general en la antigüedad hasta el slgl~ 1 procedimiento lingüísticamente marginal de la tonalidad.
anterior a nuestra era, La incorporación definitiva del voca~Ivo y sólo como miembro perteneciente al grupo de los casos
al paradigma nominal se debe a Dionisio Traci~. Los estOICOS nominales se opone el vocativo -secundariamente y sobre dis-
-consecuentes con su principio de que no podía hablarse de tinta base- al genitivo, dativo y ablativo.
"casos" fuera de un contexto y, viceversa, que toda forma nomí-
nal integrada en un contexto debía ser consiidera da como ""caso. -
no admiten al vocativo en la serie casual, ya que ese pretendido
caso no forma parte de la frase y es independiente del contexto
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 113
112 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
f '
"algún rasgo" sintáctico (genitivo) o semántico-sintáctico (dativo
§ 4. - Casos nominales y casos no-nominales y ablativo); por lo cual el metalenguaje ha de conservarlos "in-
variablemente" en su forma adjetival o adverbial.
La primera dicotomía que se impone en la ordenación de los
c) Cuando el gran nexo verbo-nominal se relaja, como ocurre
casos latinos es la que distingue entre casos nominales y casos
en ~l estil.o in~i:ecto, en la oración de infinitivo en general (in-
no-nominales. Recapitulemos en apoyo de nuestra tesis algunos
cluido el infinitivo llamado "histórico"), los cambios sustancia-
argumentos dispersos en las páginas anteriores e insistamos
les en la relación nombre-verbo no tienen ninguna repercusión
ahora en algunos que tan sólo hemos insinuado. en los casos que nosotros llamamos no-nominales.
Hay un cambio de nivel sintáctico, o .semántico, o semántico-
d) Otro tanto se observa en el gran cambio verbo-nominal
sintáctico, cuando de la serie vocativo-nominativo-acusativo se
entre oración activa y pasiva (no importa que se entienda la opo-
pasa a la serie genitivo-dativo-ablativo. sición activo / pasivo a la manera tradicional o de otro modo:
Nuestros predecesores (sobre todo, Kurylowicz) han visto la
cf. supra, p. 90 y ss). '
diferencia entre los' extremos: vocativo-nominativo, por un lado,
y dativo-ablativo, por otro. El genitivo y acusativo han consti- B) Consideraciones morfológicas. - Si del campo de la sin-
tuido para ellos la zona oscura y discutida: ¿casos gramaticales? taxis pasamos al de la morfología, ésta nos orienta clara;;'.ente
¿casos adverbiales (semánticos)? hacia la oposición del bloque nominativo-vocativo-acusativo fren-
Nosotros, al negar el nominativo como "caso cero" y "caso te al genitivo-dativo-ablativo. El: hecho ha sido luminosamente
de la pura referencia", volvemos ipso jacto al acercamiento clá- JI
expuesto por Meillet. He aquí algunas de sus observaciones
sico nominativo-acusativo y vocativo. Estimamos que esos tres (cf. Introd. d L'étude comparative des langues indoeuropéennes
casos son distintos de los demás y los enfrentamos como nomina B.a ed., pp. 339-349). '
et casus nominis al resto del paradigma o non nomina sed casus 1. Sólo en el nominativo-acusativo-vocativo se marca la opo-
nominis. sición animado / inanimado, es decir, masculino-femenino / neu-
tro. Fuera de estos tres casos hay una forma única para el neutro
A) Consideraciones sintácticas. - Los cambios radicales de
y para el masculino-femenino: alius-alia ("otra persona": hom-
sintaxis afectan al nominativo-acusativo (y vocativo), sin afectar
bre o mujer, según el subgénero) / aliud ("otra cosa"). En cam-
al genitivo-dativo-ablativo. Nos referimos a hechos como los si-
bio, en genitivo-dativo-ablativo no hay forma específica para lo
guientes:
inanimado. Frente a alíud ("otra cosa"), el genitivo alius sería
a) En la sintaxis estrictamente impresiva-expresiva, el nom-
ambiguo respecto a la noción de animado / inanimado; y, por lo
bre tiene una forma propia, el vocativo, o caso "actitudinal".
tanto, se impone un procedimiento léxico para salvaguardar la
Con él pueden alternar, en determinadas condiciones, el nomi-
claridad: alius reí.
nativo y acusativo (no el genitivo, dativo y ablativo):
2. En los tres casos nominales, sólo para los nombres neutros
Nominativos: ¡
Ego miser!
Fabulae!
etc.
Acusativos: ¡
Nugas!
Me miserum!
etc.
h~y una oposición (positivamente marcada) singular / plural;
dicho de otro modo: dentro- de cada número, un sustantivo neu-
tro presenta una forma única para el bloque nomovoc. acus.:
!
I
114 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
nus que tú solo entre todos me aprecies a mi. del capítulo siguiente. (
No "continúan opiniéndose las dos funciones": si logramos I
atribuir a uno de los dos acusativos la función "sujeto" y al otro (
(
I
I
(
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS '119
<; •
2) No necesitamos .i.nsistir en el nominativo como aposición,
ni como predicativo ni como predicado, ya que lo que entonces
importa es el hecho de la concordancia y no el caso como tal.
Estamos en esto totalmente de acuerdo con Kurylowicz: "Las
funciones de la aposición, del predicativo y del predicado están
v expresadas no por las desinencias casuales, sino poi la concor-
, dancia de las desinencias" (p. 40).
FUNCIÓN DE LOS CASOS NOMINALES 3) Ya nos hemos referido ampliamente a la teoría del nomi-
nativo como pretendido "caso fuera de contexto" y caso de "la
designación pura" (supra, p. 81 y ss.).
§ 1. - Vocativo 4) Pero el nominativo, como otros casos, puede tener usos
"neutros", que estudiaremos infra, p. 129 y ss.
El vocativo es, como dijimos, el nombre de la sintaxis afec-
tiva. La aparición de 'un vocativo supone siempre la irrupción
de la función impresiva-expresiva al primer plano entre las fun-
§ 3. - El acusativo
ciones del lenguaje:
Tu regere imperio populos, Romane, memento (Vírg., En., F. Blatt, en su sintaxis latina (Trad. francesa, París, 1952,
6, 851). \' p. 77) da una definición del acusativo .que responde a. nue~;ro
concepto de este caso semántica y funcionalmente nommal. El
Es tan sensible el cambio de plano sintáctico que siempre se acusativo -dice- sirve para designar la noción nominal que
ha reconocido la originalidad del vocativo o "caso actitudínal". marca en toda su extensión el objetivo y resultado (comple-
La lengua destaca el cambio de nivel sintáctico por procedi- mento directo) de la acción verbal."
mientos marginalmente lingüísticos, como son la entonación (ma- Ahora bien: ¿Tiene el acusativo un valor uniforme en todos
terializada, en ocasiones particularmente emotivas, en la inter- sus empleos o hemos de renunciar a ver en el acusativo un caso
jección o) y el aislamiento del nombre en vocativo entre carac- unitario? ¿Hay al Iado del acusativo gramatical (con su función
terísticas pausas. Estos procedimientos marginales son incluso "nominal" de complemento directo) otro acusativo adverbial (no-
el significante único cuando la morfología no dispone de una nominal, por lo tanto, como sería el acusativo de dirección, de
forma propia de vocativo, como ocurre en la mayoría de los te- extensión, etc.)?
mas nominales: sólo los temas en -o (y no todos) tienen forma
específica de vocativo.
El vocativo nunca "asume" la función de ningún otro caso 1. - ACUSATIVO DE "DIRECCIÓN"
(cf. intra, p. 128-129).
Sobre este problema están muy divididos los gramáticos. Nos-
§ 2. - Nomínativo otros creemos en el valor unitario del acusativo. Examinemos
1) El nominativo es el caso del sujeto agente o estático, como el tipo de acusativo "adverbial" que se considera como más cla-
antes dijimos: ro: el acusativo de dirección.
1) Oigamos a Kurylowicz (Le probleme du classement des
Deus caelum et terram creauit. cas, p. 27): "Se puede hablar, pues, de una función primaria del
Deus omnisciens (est). acusativo y de una serie de funciones secundarias: acusativo de
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 121
120 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
I
Vemos en "altura" un complemento directo tan legítimo como ·1
dirección (Romam ire), de extensión, de precio, etc. Las condi-
en "dinero"; sin embargo, "ganar altura" es algo comparable a
ciones de empleo en función secundaria son siempre definibles,
un "acusativo de dirección". El diccionario dice que "ganar" sig-
y de un modo positivo. Esas condiciones no radican en el con-
nifica, entre otras cosas, "llegar al sitio o lugar que se pretende"
texto en el sentido vago de la palabra, sino, ante todo y sobre
En realidad, cuando el verbo tiene un espectro semántico dila-
todo, en el valor semántico del verbo ... La desinencia del acu-
tado como el español "ganar" o el latín "petere", es el comple-
sativo se asimila al verbo, penetrándose de su sentido especial. \
I
126 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINO
S 127
ven otro acusativo normal (con "voz media"), otros un acusa- Pero antes de pasar al estudio de 1 .
del acusativo, hemos de referí lOS~:~dentes usos neutros
tivo de relac. 'm; para todos hay perfecta sinonimia entre loricam ' erirnos a a típica constru ccion del
d obl e acusatívo. »Ór
movido anteriormente" (v. 623); se arma, pues, sin vocación El doble acusativo no ofrece dificultades de inte re . ,
guerrera, sin complacerse en la guerra; y el cuadro se cierra di- a) ~l doble acusativo, llamado "del todo d 1 rp ta~lOn.
ciendo que "el Ausonio (ya) tiene puesta su coraza" (sin ver- en realidad un solo' y e a parte , es
la arte" . acusativo por naturaleza: el acusativo "de
dadera actividad en el sujeto ni verdadera pasividad en el ob- PV' es una SImple aposición que precisa "el todo".
jeto) . lrg., En., 10, 698-699' L t .
"hiere L . a agum... occupat os faciemque
Una gran difer-encia separa al latín (y al indoeuropeo en ge- a . atago '" su rostro y su cabeza". •. '
neral) de las lenguas románicas actuales: éstas enfrentan al b) En el doble acusativo de " "
verbo genérico de "acción", hacer, dos verbos de "estado": uno dos acusativos' ambos al persona y cosa hay realmente
. norrn es ya que va .
intransitivo, ser (en castellano, además, estar) y otro transitivo, verbos "causativos": ' n SIempre junto a
haber (en castellano, además, tener). El latín, a sus verbos ge- - doceo (frente a disco) " h -..
néricos de acción,' [acere y agere, sólo opone un verbo de estado, (algo) », doceo es yo ago (a alguien) aprender
el intransitivo esse. No tiene, en cambio, nada comparable al
. pueros grammaticam "h 1 .-
der la gramática'" , ' ago a os mnos apren-
verbo transitivo de estado tan familiar e indispensable al ha-
- rogo (frente a rego) - "hago ( 1 .
blante románico. Para cubrir el inmenso campo de nuestro ha- piamente "alinear"] (al 0)"-:- a a guien) expresar [pro-
ber y tener, el latín (y el indoeuropeo en general) acude a va- al senador expresar su ~are'c:;'~o senat~r~dmsententiam, "hago
rios recursos: uno de ellos es el llamado "acusativo de rela- nador":, , o sea pi o el parecer del se-
ción", susceptible siempre de una traducción con haber o tener.
Los otros recursos son: a) algún verbo "haber" como habeo, - moneo (frente a memini) - "h ( .
(algo)": Fabius ea .: .ago a alguien) recordar
ÉXm, pero siempre con un sentido mucho más restringido que me ... monutt (CIC Fam 3 3 1) "F b
me ha hecho recordar esta s cosas" . ., "'" a io
el "haber" románico; b) unos cuantos verbos "de estado espe-
cífico": gaudeo, "estoy contento"; uiret, "está verde"; timeo, Si los verbos causativos se vuelve" . " ,
"tengo miedo"; sitio, "tengo sed", etc.; c) el verbo esse con da- teoría "estáticos") lo ". n paSIVOS (segun nuestra
, ,umco que cambia 1 d
tivo. moneo, etc., añaden a disco ~e o .. es o que o~eo, rogo,
En suma: con el acusativo de relación o acusativo griego al- tesis causativa' en consecu' . 9 'lmemmt, etc., es decír, la diá-
canzamos un valor "crítico" en la gama del acusativo: rozamos manece invari~ble como c:~~~~e:~m:.lemtento "de cosa" per-
¡. causativo: irec o normal del anti-
la zona de los usos neutros, en que el acusativo deja de oponerse
al nominativo, esto es, de erigirse en antinominativo. Nosotros, pueri docentur grammaticam" h ._
sin embargo, preferimos situar a dicho acusativo en el extremo la gramática'" , ' se ace a los runos aprender
de la gama del "objeto" porque aún nos parece apuntar la opo-
. s~ntentiam rogari, "ser requerido a expresar la ( . )
sición sujeto / objeto bajo la forma borrosa de sujeto estático opinión". propIa
y objeto estático. Con todo, nos parece un detalle intrascendente
para el concepto general del acusativo el concebirlo todavía La diátesis causativa puede ser simplemente 1" (
tí al' d exiea no gra
como el último eslabón en la gama del antinominativo o incluirlo ma IC. IZa a, como en doceo rogo moneo con ..•
' . ' , , su VocalIsmo c
entre los usos neutros del acusativo. rae t erístico. -o):,. cf en esp . "matar" -_ "h acer '.morIr": a-
128 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 129
transduco = "hago Ca alguien) traspasar (algo): exerci-
tum Ligerim traducit, "hace pasar a su ejército el Loira". Se dice igualmente que hay un vocativo por acusativo en
- creare = "hacer ser" (causativo de estado): creare Cice- ejemplos como éste de Propercio (1, 11, 9):
ronem consulem, "hacer a Cicerón ser cónsul", o sea "nombrar Atque utinam mage te, remis confisa minutis, paruula Lu-
cónsul a Cicerón". crina cymba moretur aqua, "¡Ojalá -¡confiada a diminutos re-
I
mos!- la barquita te detenga en las aguas del Lucrino!"
i
Etcétera.
Blatt (p. 74) comenta: "Es preferible ver aquí una falta de
concordancia y no suponer, con Wackernagel, que el vocativo
pueda asumir el papel de acusativo" (cf. Wackernagel, 1, 308).
§ 4. - Usos neutros de los casos nominales: sintaxis relajada Para nosotros (como en los ejemplos anteriores), ni siquiera hay
falta de concordancia, sino que el confisa (en lugar de confisam)
En nuestros manuales de sintaxis latina figuran apartados supone un salto de la sintaxis declarativa a la sintaxis afectiva.
con los siguientes epígrafes: "Nominativo en func.ión de voca- Así lo hemos querido reflejar en nuestra traducción, que nos
tivo", "Vocativo por nominativo", "Acusativo en función de no- dispensa de más comentario.
minativo", "Acusativo libre", "Acusativo exclamativo", "Acusa- B) El resto del material citado en los aludidos apartados .de
tivo elíptico", etc. nuestros manuales (y algunos hechos más que vamos a añadir
En esos apartados encontramos hechos muy dispares, que aquí nosotros) puede interpretarse bajo la perspectiva única de
intentaremos deslindar. la neutralización entre casos nominales y la propensión a impo-
A) Las formas de vocativo nos parecen siempre normales: ner el acusativo en las posiciones neutras.
no admitimos que el VOCfltiVO pueda asumir la función del no- 1) Existen nominativos y acusativos en función propia de
minativo ni del acusativo. No conocemos usos neutros del vo- vocativo: Evitaremos, no obstante, el término de "alternancia",
cativo. ya que, según dijimos, no existe la situación inversa.
Se dice que hay un vocativo por nominativo en textos corno El vocativo es un caso morfológicamente mal caracterizado:
los siguientes: sól~ tiene forma propia en el singular de los temas en -o, y no
Tibulo, 1, 7, 53: Sic uenias hodierne. en todos (d. uir, deus, puer, e incluso populus, etc.). En la gran
Virgilio, En., 2, 283: Quibus Hector ab oris expectate uenis? mayoría de nombres hay una forma común para el nominativo
Ibui., 3, 382: uicinosque, ignare, paras inuadere portus. y vocativo.
Es cierto que en todos esos ejemplos podría aparecer el no- No es, pues,. extraño que la forma del nominativo suplante
minativo (hodiernus, expectatus, ignarus), y tendríamos enton- al vocativo incluso cuando cabría dar a éste su posible forma
ces predicativos según la concordancia normal de la sintaxis propia.
declarativa; pero lo que han hecho les poetas es salirse del plano En la sintaxis afectiva hallamos también el acusativo en lugar
de la sintaxis declarativa y saltar al plano de la sintaxis "afec- del vocativo. Lo que sucede entonces es que, tanto el nominativo
tiva", cuya forma característica es el vocativo. Es de advertir que como el acusativo, dejan de oponerse entre sí como lo hacen
esa falta de concordancia se da siempre en frases notoriamente normalmente en la sintaxis declarativa: la gran oposición su-
"emotivas": la forma "vocativa" en el adjetivo aísla a ese ad- jeto / objeto queda en suspenso al relajarse la estricta sintaxis
jetivo y, por lo tanto, al independizarlo un tanto del verbo, 10 declarativa; ambos términos se vuelven "neutros", y ambos sir-
destaca. Es un uso esencialmente estilístico, en que el vocativo ven por igual, ya sea como nomen uocati1.~umo exclamatiuum
no es un "sustituto" del nominativo, sino un auténtico vocativo, (fabulae! -nugas! Ego miser! -Me miserum!); ya sea como nomen
con su valor propio de vocativo. nominatiuum, es decir, como "designación pura" en las opera-
ciones metalingüísticas (según vimos en otro lugar).
130 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ORDENACIÓN DE LO~ CASOS LATINOS 131
2) Todos los ejemplos que se citan de "nominativo libre", dido como alguno de los verbos que nos vemos forzados a intro-
"acusativo libre", "acusativo en función de nominativo" ... son ducir en nuestras traducciones. En realidad, "no se sobreentiende
usos "neutros" de los casos nominales, y se dan siempre en cons- en tales casos ningún verbo determinado ... El hablante se con-
trucciones sin trabazón sintáctica rigurosa. Cuando hay sintaxis tenta con indicar el objeto que se presenta a su mente ... Refi-
"de verdad", la oposición nominativo / acusativo es inconfundi- 1 riéndose al acusativo cauneas (grito del vendedor de' higos),
ble; cuando la sintaxis "se relaja", o, 10 que es lo mismo, "deja Madvig observa que ya puede uno darse el gusto de sobreen-
de existir", también deja de existir la oposición nominativo / acu-
sativo; ambos casos, como en el metalenguaje, se convierten en-
I tender emite; no deja de ser cierto que los vendedores, cuando
gritan "¡alcachofas!, ¡alcachofas!", no sobreentienden nada"
tonces en "designaciones puras" y, por lo tanto, negativamente (Blatt, p. 87).
equivalentes.
Aquí podemos citar ejemplos como los siguientes:
I 3) Junto a los acusativos "libres" anteriores hemos de colo-
car el acusativo llamado "sujeto del infinitivo"; \al acusativo, por
a) Nominativo o acusativo de un nombre en aposición a una sernos más familiar, no resulta menos extraño y ambiguo que
frase entera: los anteriores. La oración de infinitivo representa una relajación
total del sintagma verbo-nominal: el infinitivo es un modo im-
Cic., Tusc., 1, 65: Ganymedem ab dis raptum
NOMINATIVO:
personal, y el modo impersonal excluye el sujeto; el grupo su-
ait (Homerus) propter formam ... ; non iusta causa cur ...
jeto-verbo está rigurosamente caracterizado en latín por -la con-
ACUSATIVO: ibid., 1, 102: hoc dicto adtnoneor ut aliquid etiam cordancia en' número y persona; todo esto desaparece en, la ora-
de humatione ... dicendum existimem: Tem non difficilem ... ción de infinitivo. El sujeto en acusativo es, pues, un pseudo-
b) Nominativo o acusativo en listas de nombres "sueltos": sujeto, o, a lo sumo, un sujeto "lógico", ya que por la semántica
nominal y verbal podemos "adivinar" cuál sería el sujeto si se
NOMINATIVO: CIL, VI, 100, 52: uicit Scorpus equis his: Pega- diera forma sintáctica a ese mensaje a-sintáctico; pero, cuando
sus, Elates, Andraemo, Cotynus, "triunfó Scorpo con los siguien-
la semántica nos falla, el mensaje es irremisiblemente indesci-
tes caballos: Pegaso, Elates, etc.".
frable. Cicerón da como ejemplo de perfecta anfibología el orácu-
ACUSATIVO: Catón, Agr., 37: Stercus unde facias: stramenta, lo de Apolo aio te, Aeacida, Romanos uincere (De div., Il, 116),
lupinum, paleas, fabalia, frondem iligneam, querneam, "Puedes "yo declaro, Eácida, -tu a los Romanos / los Romanos a ti-
sacar estiércol de esto: ramaje, lupino, paja, plantas de habas, vencer".
hojarasca de encina, de roble". 4) En la misma perspectiva de la sintaxis relajada hemos
e) Más bien acusativo que nominativo en la sintaxis más de ver la oración exclamativa en infinitivo: Virg., En., 1, 37:
a-sintáctica, es decir, más relajada. El acusativo se emplea libre- mene incepto desistere uictam?, "¿renuncia!' yo, vencida, a mi
mente siempre que una noción susceptible de expresarse por un propósito?"
sustantivo se ,ofrezca a la mente como un simple esbozo y haya La sintaxis no es totalmente relajada en el nominativo sujeto
de consignarse como tal (cf. Blatt, p. 87) : del llamado (arbitrariamente) infinitivo histórico: Terencio,
Horacio, Epist., 1, 5, 12: quo mihi fortunam?, "¿de qué me And., 146-147: ego illud sedulo / negare factum, "yo me puse
sirve la fortuna?"; Sat., Il, 7, 116: unde mihi lapidem?, "¿de a negarenérgicamente tal hecho". Aquí, el nominativo ya apunta
dónde sacaría yo una piedra?" claramente hacia la función que le es propia. Falta, sin embargo,
Petronio, Satiricón, 52: aquam [oras, uinum intro!, "¡fuera la caracterización verbal para que haya construcción "sintác-
el agua, venga vino!" tica".
Estos acusativos son, a veces, llamados elípticos, dando a en- La transición entre la construcción a-sintáctica y la sintác-
tender que son acusativos normales con un verbo sobreenten- tica puede observarse en estos ejemplos:
132 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
He aquí una triple "adjetivación" sin adjetivo (morfológico) :. de T." (Cic.; Verr., 2, 4, 138), sólo vieron la noción genética, y
Petronio, 140: matrona ... quae multas saepe hereditates officio así tradujeron IEvlXóC; por genetiuus, como si en griego hubiera
aetatis extorserat, tum anus et floris extincti ... , "una señora ... ,EVV7j'lXÓC; ("propio a la generación"), derivado de ,ÉVV1¡OlC; ("acción
que (antaño), gracias a su juventud, había escamoteado en múl- de engendrar" o "generación"). Así, la verdadera naturaleza del
tiples ocasiones numerosas herencias, ahora vieja y marchita ... " genitivo, perfectamente vista por los griegos, quedó oscurecida
Obsérvese la triple transferencia adjetival: para la tradición latina que es todavía la nuestra (d. L. Tesniére,
a) La oración de relativo; Synt. Structurale, p. 439 y ss.).
b) el sustantivo anus "adjetivado"; El genitivo adnominal puede cubrir todas las relaciones es-
c) el genitivo floris extincti: como decimos nosotros, "una pecíficas "significadas" por los demás casos e incluso otras mu-
señora de edad avanzada", Petronio dice "una señora de flor chas que carecen de expresión casual. Si NI es un sustantivo
marchita". verbal, el genitivo (N2) podrá, lógicamente, ser agente o paciente
3) El genitivo es un caso puramente sintáctico: expresa una y representar a los casos nominales (nominativo y acusativo) del
"relación cualquiera de sustantivo a sustantivo". Un nombre en sintagma verbo-nominal: timor hostium = "los enemigos temen"
genitivo es una determinación no-particularizada de otro sustan- o "se teme a los enemigos". '_
tivo del cual depende. 4) Pero insistamos: el precisar en la categoría unitaria del
En el plano gramatical sólo existe un tipo de genitivo adno- genitivo subtipos como genitivo subjetivo, objetivo, posesivo, de
minal, y siempre con el mismo significado, a saber: relación ge- materia, etc., es un ejercicio de pura lógica, que nada tie~e que
neral de nombre a nombre. Podemos dar una traducción léxica ver con la gramática. La lógica opera en su dictamen con la se,
del contenido gramatical del genitivo. Llamemos NI al sustan- rnántica: por el significado léxico de los elementos relacionados
tivo regente, y N2 al sustantivo regido o genitivo: por la gramática, la lógica deduce a posteriori varias docenas de
usos del genitivo sin interés para el gramático.
NI N2 = NI tiene-q.ue-ver-con N2 Así: domus patris, la relación general se concreta en "po-
domus patr - is = "la-casa tiene-que-ver-con el-padre" sesión", ya que no es presumible otra posibilidad de relación
entre las dos nociones "casa" y "padre"; en poculum auri ("copa"
Ahora bien, ¿qué es 10 que concretamente tiene que v.er N' y "oro"), lo más probable es que se trate de "objeto" y "ma-
con N2? En otros términos: ¿ cuál es la relación específica que teria"; en cambio, en poculum lactis (Tibulo, 3, 5, 34) o en po-
hay entre NI y N2? A esa pregunta no contesta la gramática, sino culum ambrosiae (Apuleyo, Asno de Oro, 6, 23) debe (?) tra-
la lógica o el sentido común. El genitivo expresa la "relación ge- tarse de "continente" y "contenido"; y en poculum mortis (Cic.,
neral" entre dos nombres, no desciende al análisis de la "gene- Cluent.,31) o poculum amoris (Plauto, Truc., 43; Horacio, Epod.,
ralidad" en sus múltiples variedades concretas y particulares: 5, 38) podemos elegir razonablemente entre el genitivo posesivo,
el genitivo no "particulariza". Esta realidad no pasó inadvertida objetivo, subjetivo, etc.
a la perspicacia de los gramáticos griegos, que llamaron al ge- Tal vez quede más claro lo que pretendemos demostrar con
nitivo "(CVlX~ "lt"COJOtC;,es decir, "caso general", o, mejor dicho, "caso otro ejemplo ya clásico entre los estructuralistas. "Statua. My-
genérico", porque expresa "el género"; ,EVlXÓC; es un derivado de ronis" no significa ni más ni menos que "la estatua de Mirón".
,Évo:;,
I "género". Pero el genitivo no especifica si "Mirón" es el dueño de la esta-
Pero .los latinos, menos aptos para captar las ideas generales, tua, o el artista que la cinceló, o el personaje representado por
ll0 conocieron el alcance de la denominación griega. Sólo vieron el artista; si llegamos a intuir qué relación específica liga a Mi-
el caso particular en que el genitivo sirve para expresar el ori- rón con estatua no será por lo que nos enseña la gramática
gen, la paternidad: en Diodorus TimaTchidi, "Diodoro (hijo) -que no distingue entre genitivo posesivo, subjetivo ni obje-
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LA'~'NOS 137
136 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
I
(
146 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 147
cauere: a) con dativo: cauere alicui, "estar-alerta al-servicio- tos, vemos que cualquier ~erbo latino es susceptible de llevar un
de-alguien", o sea, "velar por alguien"; cauere está determinante en dativo.
usado intransitivamente; equivale, transitivamente, a La terminología nos dice que el datiuus es el casus dandi; y,
cauere cautumem, con ese acusativo interno del len- en algunas lenguas (chino y cambodgiano), el verbo DAR se em-
guaje jurídico que leemos en Digest., 46, 8, 6. plea en un sentido abstracto, como mero símbolo de 16 relación
b) con acusativo: caue canem!, "¡ojo al perro!" Aquí "objetiva indirecta"; es decir, DAR se convierte en morfema equi-
t,enemos un "estar-alerta" transitivo; ya no se trata valente al morfema indoeuropeo de dativo.
de cauere cautionem, sino de cauere canem, por 10 Naturalmente, si algún verbo se presta, por su semántica, a
tanto, algo así como "vigilar al perro (para guardarse ir acompañado de un beneficiario es el verbo DAR, ya que DAR
de él) ". supone como noción complementaria el recibir en la persona
favorecida por la dádiva:
c) con acusativo y dativo a la vez: scabiem pecori
caueto (Catón, Agr., 5, 7), "Estáte-atento a (= vigila) Ríc panem damus, "aquí damos pan" (lo regalamos).
la sarna para-bien-de-tu-ganado", o sea "presta aten-
ción a la sarna del ganado". Ric panem pauperibus damus. '_
esurientibus
d) con preposición y ablativo: cauere ab aliquo, "es- canibus
tar-alerta del-lada-de alguien"; ab aliquo sólo alude a etc.
"la zona geográfica del peligro".
e) con dativo y preposición de ablativo: mi abs te En cambio, euenire, uiuere, exsistere, peccare, arare, etc., no
caueo (Plauto, Men., 151), "para-mi-seguridad estoy- apuntan por su semántica hacia un previsible beneficiario y, en
atento por-tu-Iado", o sea "tomo mis precauciones consecuencia, los manuales de sintaxis no los pondrán entre los
frente a ti". verbos que se construyen con dativo; pero este caso puede apare-
cer a su lado y tendrá con ellos el mismo valor que tiene junto
metuere: metuo alicui, "tengo-miedo en-interés-de-alguien", o a dare, es decir, "designará a la persona favorecida o perjudi-
sea "temo por alguien"; metuo aliquem, "temo a al- cada" en el euenire, en el uiuere, en el exsistere, en el peccare,
guien". en el arare, etc., como junto a dare designa a "la persona favo-
consulere: consulere alicuí, "hacer-consultas a-favor-de-alguien", recida o perjudicada" por la acción de "dar": Ejemplos:
o sea' "mirar por alguien"; consulere oliquem, "con- euenire: mihi ... bene et feliciter euenit (Cic., Mur., 1; ad
sultar a alguien". fam. 4, 14, 1), "en buena y feliz hora ocurrió esto para-mí-bien",
o, sencillamente, "me ocurrió esto".
Puesto que 10 único que cambia en tales ejemplos es "el caso",
parece lógico atribuir al cambio "casual" (gramatical) la respon- uuiere: sibi uiuere, "vivir para sí (solo)", o sea "vivir en
sabilidad del cambio dei mensaje y no al revés: no hay funda- egoísta" (d. Terencio, Eun., 480); satis diu uel naturae uixi uel
mento objetivo para pensar que el verbo (¡invariable!) cambia gloriae (Cic., Marc., 8, 25), "viví lo suficiente tanto para-satisfac-
previamente de sentido y que ese cambio semántico (léxico) mo- ción-de-la-natura1eza como de mi gloria"; sibi uixit, sibi sum-
tiva el cambio de la construcción. ptum fecit (Ter., Ad., 865), "vivió a-su-gusto, gastó a-su-gusto".
6. En consecuencia, no es previsible si tal o·cual verbo lle- exsistere: Nam nisi illi (referido a Aquiles) ars iHa (el arte
vará o no llevará junto a sí un dativo. Si nos referimos a los tex- de Homero) exstitisset, idem tumulus qui corpus eius contexerat,
148 INTRODUCCIÓN
ALASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELe
LATÍN ORDENACIÓN
DELOSCASOS
LATINOS 149
nomen etiam obruisset (Cic., pro Arch., 10, 24), "Pues si para. verbo sum es el auténtico verbo sum, ni el nominativo es au-
él (= por-fortuna-para-él,es decir, para Aquiles) no hubiera sur- téntico nominativo, ni el dativo un complemento indirecto nor-
gido aquel genio (el de Homero), la tumba que había cubierto mal; así, todo se vuelve terreno movedizo, tanto en el plano
su cadáver hubiera enterrado igualmente su nombre". del léxico como en el de la gramática.
La normalidad del dativo con sum se hace evidente compa-
peccare: si quid peccat (filius) ... mihi peccat (Ter., Adelphoe, rando estos dos ejemplos:
115-116),"si algún desmán comete mi hijo, a-mis-expensas lo
cometé". Lac mihi ... non defit (Virg., Egl., 2, 22), "Para mí no falta
la leche", o "siempre tengo leche";
arare: tibi aras, ... tibi seris, tibi ... metis (Plauto, Mer., 71),
"para ti aras, para ti siembras, para ti cosecharás" (tibi = "en-tu- Lac mihi non est, "Para mí no existe la leche", o "No tengo
provecho"). leche".
El dativo llamado "de finalidad" con el verbo sum (o con otro
verbo cualquiera) sigue siendo el dativo de siempre:
2.- CARÁCTER
UNITARIO
DETODOS
LOSJJ.ATIVOS
(filius meus) alicui rei est etiam (Terencio, Adelph., 35'8),
El dativo es siempre el caso que expresa "la persona intere- "mi hijo está todavía para-algo", o sea "sirve todavía para algo".
sada" (comofavorecida o perjudicada). Nos parece ociosoacudir (
Si junto al verbo sum (u otro verbo cualquiera) nos encontra-
a nuevas nocionespara explicar los usos del dativo, ya que todos
mos con doble dativo (generalmente, uno de persona y otro de
los usos tienen por base la única noción del "interés".
cosa), la naturaleza del dativo no se altera: el dativo de cosa
no hace más que precisar, por yuxtaposición, al dativo "perso- I
1. DATIVO CONSVM.- El dativo con sum, llamado "dativo \
nal": ilumina en la zona de la personalidad un sector particular-
posesivo", como otro dativo cualquiera, designa la "persona in-
mente "interesado": Id est mihi gaudio, "Esto hay para mí (con- I
teresada" en la noción del verbo existencial esse:
cretamente) para mi alegría", o sea, entre otras traducciones po-
sibles, "Es para mí una alegría", "Esto me sirve de alegría", etc.
est mihi domus, interpretado al pie de la letra, dice:
El doble dativo es, en realidad, uno solo, como dijimos que
"existe a-mi-disposición una casa". el doble acusativo con verbos no-causativos es un solo acusativo
en-mi-haber (cf. supra, p. 127).
para-mi-aprovechamiento Tum uero exarsit iuueni dolor ossibus ingens (Virg., En., 5,
etc. 172), "Entonces sobre todo se le inflamó al joven, a sus huesos)
un inmenso dolor", o sea "Entonces sobre todo sintió el joven
0, sencillamente, dicho con otra sintaxis: "tengo una casa". un inmenso dolor en la médula de sus huesos".
(
AlIado de domus est mihi cabe decir, aunque es menos usual,
domum habeo. Existe en castellano, aunque en proporción in- Quis mihi subueniet tergo aut capiti? (Plauto, Cas., 337),
versa de frecuencia, la misma doble posibilidad de articulación: "¿Quién acudirá en-mí-auxilio, (en-auxilio-de) mi espalda o mí
cf. "hoy hay carta para ti" y "hoy tienes carta". cabeza?"
1 \
El alumno, ante las reglas de nuestras sintaxis latinas, cree
que en domus est mihi hay una "frase hecha" a la que no debe 2. DATIVO AGENTE. - El dativo llamado "agente" es otro da-
buscarse explicación razonable: le parece que, en ella, ni el tivo de interés; es el dativo de la persona interesada, pero que
\
150 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ES.TRUCTURAL DEL LATÍN onDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 151
aquí coincide con la que ejecuta la acción. Esta afirmación, más En el clásico ejemplo de dativo "de dirección" (it clamor)
o menos tímida, ya se ha insinuado repetidas veces desde Brug- caelo ya reconoce Lofstedt (1, 180 y ss.) que "detrás del nombre
mann. Ernout (p. '74 y s.) es bastante explícito, a pesar de todas de la morada de los dioses late, evidentemente, el pensamiento
sus reservas: el dativo agente -dice-- resulta un término en en los mismos dioses". Una observación similar es aplicable a
gran parte impropio ,., Es un dativo de interés: con el adjetivo todos los dativos de dirección. Insistiendo en las palabras de
verbal en -ndus indica para ~uién existe la obligación: facien- Lofstedt, nosotros diríamos que el it clamor caelo supone que
dum est mihi ... , "me es preciso hacer ... "; con el verbo pasivo hay en "el cielo" caelites susceptibles de interesarse y prestar
designa igualmente la persona para la cual existe un estado o atención al clamorío que llega a sus oídos; ad caelum (en lugar
una situación: m'ihi consilium captum est, "es para mí una de- de caelo) sería "la zona espacial inerte del firmamento".
cisión tornada hace -ya tiempo"; por 'último -viene a decir to- Reflexiónese, por último, en esta doble construcción de in-
davía Ernout-, en rnihi rem quaero y mihi 'res quaeritur, "pro- ferre en T. Livio: lacustrarum nubes in Apuliam i'!t1ataesunt
curo enriquecerme", tenemos en el fondo el mismo dativo. El (42, 10, 7), "nubes de langostas se echaron sobre Apulia", y Ti-
cambio activo / pasivo no afecta al complemento externo que beris inlatus urbi (33; 16, 8), "el Tíber desbordado sobre la ciu-
es mihi. dad". El dativo marca positivamente la ciudad como "víctima"
Hemos sostenido (supra, p. 88 y ss.) que el "agente" en el del desbordamiento; sin duda, le afectaba más al escrÚi?_r"su
ablativo agente es una "sugerencia" contextual y no un signifi- ciudad" invadida por las aguas que Apulia invadida por las
cado del ablativo; la misma teoría es aplicable al dativo-agente. langostas.
3. DATIVO SEPARATIVOY DATIVODE DffiECCIÓN. - Ya hemos te- 4. DATIVO ÉTICO. - El dativo llamado "ético" o "de senti-
nido ocasión de analizar, sin utilizar la noción de "separación", miento" es la forma más pura del dativo de interés: Quid sibi
dos ejemplos en que habitualmente se ve un dativo "separativo": uult clamor? (T. Livio, 44, 12, 1), "¿Qué pretende este griterío?"
argentum alicui eripere y aliquid alicui auferre (cf. supra, pá- "Pretende" es una traducción léxica de sibi uult, ya que "pre-
gina 86 y s.). tender" significa "querer o buscar algo para sí o para otro".
La noción de «separación" está en la semántica verbal, no Suele considerarse al dativo ético como pleonástico, y, con
en el dativo: el caso dativo se limita a señalar "la persona inte- frecuencia, los traductores sacrificamos por las buenas los dati-
resada" en la separación a que alude el lexema verbal. Silici vos de este tipo. En realidad, nunca son pleonásticos, ya que
scintillam excudere (Virg., En., 1, 174) no es equivalente a e si- siempre señalan un especial interés personal de alguien.
lice scintillam excudere, como creen los que ven en silici un da- He aquí un buen ejemplo de dativo ético (Terencio, Adelph.,
tivo separativo; el dativo nos dice que la piedra guarda celosa- 46-47):
mente el fuego, con la avaricia de una persona, y que ha de nati fili
"robársele" como a una persona; e sílice significaría que "la duo; ...maiorem adoptaui mihi.
piedra" es algo inerte: el lugar de donde se tomaría el fuego
sin resistencia "viva". No conocemos ninguna traducción que se haga eco del mihi;
Y, viceversa, el dativo tampoco aloja en su significado nin- - todas interpretan como si el mihi no existiera o fuera un autén-
guna noción de "aproximación" o "dirección" en el llamado tico pleonasmo: "(mi hermano) .'. tuvo dos hijos; ... yo adopté
"dativo de dirección". La dirección está siempre en la semántica al mayor".
verbcl: el dativo sigue siendo "la persona interesada", incluso En nuestra edición de Terencio hemos querido reflejar el in-
cuando el nombre no sea estrictamente de persona, como aca- terés personal que hubo en la adopción interpretando "tuve el
bamos de ver en el silici de Virgilio. gusto de adoptar al mayor".
152 INrRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 153
Obsérvese la diferencia estilística entre estos dos textos de ~.
los bueyes"; satui semen, "semilla para la siembra"; mons pe- I
Plauto: (
cori bonus, "un monte bueno para el ganado"; utilis tibi, "útil
Persa, 815: restim tu tibi cape ...ac suspende te!, "¡Tú, có- para ti", etc.
gete una cuerda y cuélgate!"
Poen., 396: capias restim ac te suspendas!, "¡Podrías coger
una cuerda y colgarte!" § 3. - El ablativo
valencia entre castris y e castriMen un mensaje dado, son dos . mente despejado y aliviado si eliminamos todos los ablativos con
cosas gramaticalmente tan heterogéneas entre sí que no pueden preposición, cuyo análisis remitimos al capítulo de las preposi-
equipararse ni estudiarse juntas, so pena de condenarse a no ciones.
entender ni una ni otra de las dos construcciones. 'r
,) 2. - SIGNIFICADO DEL ABLATIVO
A) casiris egressi (César, B. G., 2, 11, 1);
B) e castris egressi (César, B. G., 1, 27, 4); La gramática histórica nos ha enseñado que en el ablativo
latino confluyen tres casos morfológica y funcionalmente autó-
(cf. igualmente muro deiecti, César, B. G., 7; 28, 1, y de muro se nomos en la prehistoria de la lengua: esos tres casos, atribuidos
deiecerunt, César, B. G., 1, 18, 3; etc.). al indoeuropeo, son el ablativo propiamente dicho, el instrumen-
El mensaje A), en una traducción léxica de todo su contenido tal-sociativo y el locativo, que aparecen todavía vivos en el pe-
léxico-gramatical, se reduciría a esto: ríodo histórico de ciertas lenguas indoeuropeas (sánscrito, litua-
no, eslavo). El instrumental y locativo han desaparecido del
castr-is = "campamento(s)" - "lugar-de-donde-parte-el he- sistema casual vivo del latín y su fusión (o sincretismo) ~on el
cho_que_se_menciona-en-el-verbo-determinado-por- ablativo es un hecho consumado desde los primeros textos
el-ablativo" . conservados (algunas pervivencias del locativo como belli, domi,
Romae, Lugduni, etc., no tienen vigencia como tipo productivo
Se observará que castr- es puro léxico: "campamento(s)"; y y libre: son construcciones fosilizadas, "irregularidades" en el
que -is es pura gramática, con el significado gramatical trans- sistema casual).
crito. Esta útil orientación de la lingüística histórica sería nefasta
En el mensaje B), castt-is es algo muy distinto. El elemento si sólo viéramos el sincretismo en el plano del significante y cre-
castr- sigue con su función léxica: "campamento(s)"; pero el -is, yéramos que el morfema de ablativo sigue alojando en la cara
mecánicamente esperado, no suministra ninguna información: se de su significado las tres nociones antiguas como nociones dife-
ha vaciado, pues, de toda su carga significativa (gramatical); se renciadas. Si los tres morfemas casuales han confluido en un
ha convertido en peso muerto (significativamente irrelevante): solo morfema casual (el ablativo), hemos de pensar que, para-
un satélite en la órbita de otro signo, que es la preposición e. En lelamente, las tres nociones primitivamente distintas ("separa-
menos palabras, en el eastris A, el ablativo significa todo 10 que ción", "instrumento" y "lugar") se han sincretizado en una
se añade al lexema castr-; en el eastris B, el ablativo no añade noción única, más general, que abarca a las tres antiguas sin
nada al lexema castr-, es decir, no significa nada como caso (si- distingos. El sincretismo morfológico supone, a la vez, un sin-
gue significando el "número plural"). cretismo sintáctico: en rigor, no hay, pues, tres ablativos (un
En eastris sin preposición tenemos dos unidades significati- ablativo "separativo", otro ablativo "instrumental" y un tercero
vas: un lexema puro, eastr-, y un morfema puro (sin ningún co- "1ocatilVO ").,smo uno so'l o: e1 abla tilVO d"e re 1ación
., a causa ma-
.
lorido léxico), -is. Las unidades significativas en e eastris son: nimada", como dijo De Groot.
un lexema puro, castr-, y un monema semiléxico-semigramati.cal, El latín abarca, bajo la noción única de la "contigüidad ex-
e... (is), con un "color léxico" muy perceptible y equivalente terna del proceso", tanto el punto de partida (espacial o tempo-
=
grosso modo a nuestro "fuera de": e castr-is "fuera-de: el- ral), como el lugar y tiempo de su desarrollo o las circunstan-
campamento". cias concomitantes en que se produce. Ello no puede resultar
El intrincado capítulo del ablativo latino quedará ya relativa- demasiado extraño si consideramos que el límite entre esas tres
156 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS
157
nociones es con frecuencia borroso y que no resulta nada fácil tiV? (cuestión qua) no e~sino ~co-co~ ext~
decidir a veces, ante una forma de ablativo, si corresponde a un ASI,no hay distintos ab~e~tos ej~ ~: ___:__
ablativo propiamente dicho, a un locativo o a un instrumental-
sociativo. Athenis redeo, "vuelvo de Atenas".
Todo ablativo sitúa la acción verbal por referencia a ciertas Athenis uiuo, "vivo en Atenas"; ,
coordenadas externas a la acción en sí: es, pues, el caso de la uia Appia redii, "he vuelto por la vía Apia".
"relación de contigüidad externa". El nombre en ablativo no de-
signa a una cosa (o persona) por lo que es en sí misma, sino por L_oque hay ahí es distinta semántica. El ablativo es siempre
una característica accidental, a saber, su situación en la zona el rnrsmo y e~pre~a la misma noción, a saber, "relación del pro-
del proceso. Esta relación externa que expresa el nombre en ~es~ a causa InamwoQ?". En los ejemplos citados, la referencia ¡
ablativo pertenece como función primaria a la categoría léxica es rIgurosamente topográfica. •
del adverbio (lugar, tiempo, modo, causa, etc.). Athenis redire, "regresar de Atenas" r
Nos parecen ociosas las discusiones que se han planteado Roma
frecuentemente por saber si tal o cual ablativo es separativo o de Roma
rure del campo
instrumental (así para el ablativo "agente" o los ablativos con etc. etc.
doleo, laetor, gaudeo, etc.), instrumental o locativo (curru uehi, í
"ir en / con un carro"; includere aliquetn. carcere, "encerrar a El abl~tiv? es aquí, suficiente signo de orientación, por tra-
alguien en / con la cárcel", superioribus bellis exercitati, "adíes- ~ ta:se de ter~Ill~os?el.lexico estrictamente espacial y que por su
trados en / por los combates precedentes", etc.). Si los autores mIs~a sema~tICamvIta~ a situar en ellos el punto de partida
acuden al uso de las preposiciones, ya no hay duda ni, por lo ?el regreso. En cambio, Caesare redire no es tan fácilmente
tanto, problema: así, in curru uehi es "en carro" y no "con mterpr~table, ya que Caesar no es un "nombre de lugar"· en con-
carro". se~uencIa,se neutralizará el morfema ablativo y se le ~ntepon-
La contigüidad externa de un proceso reviste mil variedades dra. ~~ elemento de "colorido léxico espacial", como es la pre- (
'
concretas que sería imposible confiar a un morfema casual único. pOSIClOn a: a Caesare redire (Cíe. , Quínt ..""
Fr 2 4 6) "vo1ver
.
de-Junto-a~César".
El latín, mediante.el ablativo, sólo expresa las relaciones exter-
nas más sencillas e inequívocas, habida cuenta de la semántica En uia Appia redire, "regresar por la vía Apia", el ablativo
de los elementos relacionados. En el siguiente ejemplo, Cicerón basta para expresar la relación más sencilla entre uia y redire'
"sitúa" una afirmación suya con relación a tres puntos de refe- entre
." un "r egresar " y un "camino," 10 más natural es que el "ca-'
rencia: a su criterio personal, al espacio geográficoy al tiempo: mmo sea el lugar de paso para "el regreso", y basta el ablativo
Menippus Stratonicensis meo iudieio tota Asia illis tempo- com~referenCIatopográfica de la noción verbal- pero si se pre-
ribus disertissimus (Brutus, 315), "Menipo Str., en mi opinión ten,dlera deci
ecir ,que "se regresa del camino" sin ' pasar por él,
el (hombre) más elocuente en (de) toda Asia en aquellos tiem- ~arIa falta algun elemento más explícito: a uia Appi-a redeo
pos". Si la relación de contigüidad es compleja o la noción nomi- vengo del-lada-de la vía Apia". '
nal que sirve de punto de referencia no se presta a una inter- Con ~n nombre del léxico temporal (anno, mense, hora di-
pretación como causa "inanimada", el latín prescinde del caso luculo,.hzeme, aestate, kaLendis, idibus, etc.) bastará el abl~tivo
y acude al sistema de las preposiciones (con neutralización del par~ SItuar un proceso en el tiempo (cuestión ubi o quando):
morfema ablativo). ~aCIto,;tn., 1, ~3, 16: Quattuordecim annis exsilíum tolerauít, e
La distinción entr-eun ablativo separativo (cuestión 1.md~),un
ablativo-locativo(cuestión ubi) y un ablativo instrumental-socia-
soporto el destIerro durante catorce años". Pero si estos nom-
bres no han de designar la extensión temporal como escenario ,I
I
(
158 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ORDENACIÓN DE LOS CASOS LATINOS 1.59 _
del 'proceso, sino el punto temporal a partir del cual se micra, Ejemplo 2: Athenis sumus, "estamos en Atenas".
el proceso o el punto final del mismo, ya será preciso acudir
Nota\: Frente a Athenis sumus se dirá -cuando subsiste el
a las preposiciones: ante annum, ab anno, usque ad annum, etc. locativo- Romae sumus.
y otro tanto sucederá si se toma como punto de reférencia tempo-:
ral una noción que en sí misma nada tiene de temporal: a puero,
Hay contigüidad, ya real ya metafórica, en los usos que nues-
a pueritia, etc.; y con mayor razón si se toma como hito tem- tras gramáticas señalan como ablativos separativos o derivados
poral e inerte a lo que en lengua es normalmente un nombre
del mismo, a saber: ablativo de origen, ablativo de materia y
propio de persona: Quod augures omnes usque a Romulo de- ablativo comparativo:
creuerunt (Cic., Vatin., 8), "Todos los augures, sin interrupción, Ablativo "separativo":
desde-tiempos-de Rómulo, lo decretaron".
Con un nombre del léxico instrumental bastará el ablativo non recedit loco (Plauto, Amph., 239), "no. se retira del
para orientar la relación externa como "instrumental": ferire sitio".
gladio, "herir con la espada", pero adesse cum gladio será, sim- liberamur mortis metu (Cic., Fin., 1, 63), "nos vemos Ii-
plemente, "estar presente een la espada (armado), sin utilizarla;
obsidere cum gladiis curiam (Cic., Cat., 1, 32) significa "asediar
bres del miedo a la muerte'" , • -
la" curia con-la-espada-en-mano"; gladiis (sin el cum) supondría flagitiis abstinere (Cic., Phil., 13, 17), "abstenerse de in.
el uso normai del instrumento, es decir, significaría "a sablazos"; famias".
igualmente e~ gladiis rem gerunt (César, B. G.~ 7, 88, 3), "com-
baten con la (s) espada(s); pero en (e quites) pedibus Tem gerunt, Nota: a me quidem abstinuit (Cic., De orat., 3,171), "en ver-
el sentido común -no la gramática- nos invita a ver en pedi- dad m~ ~erdonó" (literalmente, "se abstuvo de mí"); aquí con
bus un ablativo de mod~ y no un instrumental: "(los jinetes) preposicion porque un pronombre "personal", como polo opuesto
combaten a pie (no "a patadas"). del léxico "geográfico", no se presta con facilidad a servir de
punto inanimado de referencia.
\
Ablativo de materia: tingue del ablativo de causa, medio, instrumento u otra inter- ¡
pretación cualquiera de la contigüidad nocional: (
fornices lapide pQ.lito,"bóvedas de piedra pulimentada;'.
Ablativo comparativo: maerore conficior, "estoy agobiado de tristeza".
doctior Petro, "particularmente sabio al-lado-de Pedro". por
desde a-causa-de (
a-partir-de
a-partir-de
etc.
I
etc.
I
i
El ablativo señala al objeto que sirve de punto de referencia his rebus adductus, "inducido por estas cosas". I
para emitir un juicio comparativo. a-causa-de
mediante
La contigüidad nocional -gracias al conocimiento de la no- etc.
ción nominal y la verbal- podrá dar lugar a una interpretación
de la circunstancia concomitante como causa, modo, medio, ins- Cuando el ablativo agente lleva preposición, el rasgo ablatiyo
trumento, precio o' cantidad: se neutraliza y sólo importa la preposición, como hemos dicho
'1
repetidas veces (cf. supra, p. 153-154). I
I
I
I
162 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEI, LATÍN
l
ubi? hic - in urbe - in ea;
qua? huc - in urhem - tn eam;
unde? hinc - ex urbe - ex ea;
qua? hac - per urbem - per eam.
1
I
3. Decimos adverbial "en principio"; pues, por el gran recur-
i
so de las transferencias lingüísticas (cf. supra, p. 99 y ss.), siem-
pre es posible un segundo traslado de este "adverbio funcional"
a una tercera categoría funcional: así, ab epistula o ab epistulis
junto a un verbo serán adverbios funcionales ("complementos
circunstanciales"): longius ab epistula digressa esi oratia mea
(Cic., Verr., 3, 163); pero si, accidentalmente, ab epistulis deter-
mina a un nombre, desempeñará una función adjetiva: libertus
ab epistulis, "el liberto del-lada-de las cartas", o, ya que en
nuestra lengua no admitimos esa articulación y disponemos, en
cambio, de un adjetivo adecuado, "el liberto secretario",
Tácito (Hist., 1, 11, 1) escribe: Africa ac legiones in ea,
1 "África y las legiones en ella", o sea, con un adjetivo morfoló-
gico, "África y sus legiones"; si no dispusiéramos de un adjetivo
adecuado o no quisiéramos servirnos de él, podríamos conservar I
(
el "en ella" en su primera función normal de "adverbio Iuncio-
I
166 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN TJAS PREPOSICIONES 167
nal", pero nos veríamos obligados entonces a desarticular el sín-, riencia. Son, ante todo, formas distintivas del nombre y varían
tagma legiones in ea e "inventar" un verbo en que apoyar ese' según el tema nominal (vocálico, sonántico, consonántico) al que
adverbio funcional: "África y las legiones (que) en ella (había)". hayan de aplicarse; su valor deriva exclusivamente no de la ex-
A la adjetivación existente en legiones in ea, que resulta inad- periencia externa, sino del sistema o paradigma en que se inte-
misible para el castellano, pueden compararse éstas del mismo gran, como ocurre con todos los signos estrictamente gramatica-
tipo que nos son muy familiares: "café con leche", "un día sin les: piénsese, en nuestra lengua materna, a la -s de plural, a la
pan", o un título como "la pelota en el tejado", etc. He aquí -a del femenino, a los forman tes de persona, tiempo, modo, ete.
más ejemplos ciceronianos: Nat. deor., 2, 52, a te uerba, "tus Los morfemas casuales se sitúan, pues, claramente en el có-
palabras" o "las palabras (escritas, pronunciadas, etc.) por ti"; digo de la más pura gramática; el léxico, o código opuesto, des-
Cluent., 163, caupo de uia Latina, "un cantinero de la vía La- cansa directamente en la experiencia externa, cuyos elementos,
tina; De diu., 2, 32, ab aqua aut ab igní pericula, "los peligros dados por naturaleza o diferenciados más o menos arbitraria-
del agua o del fuego"; etc. mente por el hombre, reciben una designación léxica: un nom-
He aquí varias posibilidades admisibles simultáneamente en bre, un adjetivo, un verbo o un adverbio.
ocasiones: Si el léxico, como todo signo lingüístico, es arbitrario, los
morfemas gramaticales son doblemente arbitrarios: primero, por-
uas aureum (transferencia adjetival por derivación); que, así como, en el léxico, otros signos posibles cumplirían la
uas auri (transferencia adjetival sencilla por flexión); misma función designativa que los realmente utilizados, también
uas ex auro (doble transferencia: adverbial y adjetival). otros formantes podrían sustituir a los existentes y desempeñar
su misma función gramatical; segundo, porque el sistema o pa-
4. De lo dicho se infiere la afinidad entre casos y preposicio- radigma en que se integran y del que reciben su significado
nes: ambas categorías tienen en común su carácter de elementos constituye una nueva y más pura arbitrariedad.
funcionales; ambas sirven para indicar la relación del nombre Ahora bien, el capítulo de las preposiciones pone al lingüista
(o pronombre) con el resto del enunciado. Pero sería erróneo en un aprieto: ¿ha de colocar a las preposiciones entre los signos
asimilar simplemente casos y preposiciones viendo exactamente léxicos, junto al nombre, el adjetivo, etc., o ha de situarlas entre
la misma realidad lingüística cubierta, respectivamente, por un los signos gramaticales, como los morfemas de caso, número, gé-
procedimiento sintético (= casos) y un procedimiento analítico nero, persona, etc.?
(= preposiciones).
1. Se dice que casos y preposiciones cubren los mismos con-
ceptos. Las nociones que las lenguas flexivas expresan mediante
§ 2. - Diferenc-ias entre casos y pr'eposiciones las desinencias casuales se traducen en las lenguas no-flexivas
con el recurso de las preposiciones; la única diferencia entre
Nos hemos referido (supra, p. 46) a la existencia en el len- casos y preposiciones se reduciría a su distinta posición en la
guaje de dos códigos, que Büh1er llama "léxico" y "sintaxis", y cadena hablada: el sistema casual sería una declinación por su-
a la necesidad de distinguir en los estudios lingüísticos dos tipos fijos; el sistema preposicional sería una "flexión por prefijos"
de elementos significativos: los que pertenecen al léxico y los Pero, en el fondo, habría identidad de contenido:
que pertenecen a la sintaxis o gramática.
Los morfemas casuales son signos de pura relación gramati- matr-is = de-la madre;
cal, sin ningún apoyo directo en el mundo externo de la expe- matr-i = a-la madre.
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168 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN -\ LAS PREPOSICioNES 169 I
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y aun sin salirnos del latín parecen existir igualdades como . por último, que, si una preposición afecta por igual a varios sus-
las siguientes: tantivos, no se repite, como se repite necesariamente la desinen-
cia en todos los sustantivos coordinados en idéntica función.
res apta naturae (Cic., Fin., 5, 24) = res apta ad naturam \
(Fin., 5, 39); 3.2. Las preposiciones, en contraste con las desinencias, se !
hallan, por su semántica --como veremos en las páginas siguien- r
poculum auri = poculum ex auro; etc.
tes- sensiblemente más cercanas a las palabras autónomas que
a los puros morfemas gramaticales.
2. Como casos y preposiciones coinciden en ser monemas
Esta consideración semántica no elimina, sin embargo, las
funcionales, muchos gramáticos han pensado y piensan todavía
dificultades. Los que equiparan preposiciones y casos se fijan
que casos y preposiciones constituyen una misma y única cate-
preferentemente en las preposiciones llamadas, con 'Sechehaye
goría gramatical. En nuestras gramáticas castellanas de tiempos
(Essai sur la structure logique de la pJ~rase,París, 1926, p. 77),
no muy pretéritos,' nunca faltaba un capítulo de los "casos en
preposiciones "débiles", o, con De Boer (o. c., p. 107), preposi-
castellano". Y una sintaxis francesa moderna, de merecido pres- / ciones "casuales", o, por último, con W. von Wartburg, prepo-
J
tigio científico, vuelve a resucitar en las lenguas románicas la
siciones "incoloras": por ejemplo, las preposiciones románicas
categoría de los "casos sintácticos", aunque la morfología los t.
a y de. En cambio, los que separan preposiciones y casos ponen
ignore. En la misma obra se establece un grupo de "preposicio- ¡
. .
el acento en 1as preposiciones 11ama das "fu er t es," "no casu ales," r
nes casuales", que desempeñan en francés --dice el autor- exac-
"llenas", como contra, hacia, desde, etc.
tamente el mismo papel sintáctico que las desinencias en una
Ciertamente, las preposiciones no caen de lleno ni en el có-
lengua como la latina (C. de Boer, La syntaxe du fran~ais mo-
digo del léxico ni en elcódigo de la gramática: constituyen la
derne, Leyden, 19542, p. 106 y ss.). zona intermedia o de transición entre los dos extremos.
# Nuestras sintaxis latinas clásicas, que con tanta frecuencia
Las preposiciones latinas forman, no obstante, un grupo más
nos hablan del uso de un caso dado con o sin preposición, tam-
homogéneo que las preposiciones románicas. En latín no hay
bién admiten implícitamente una indistinción básica entre la ca-
"preposiciones casuales", es decir, "desemantizadas" y, en la mis-
tegoría de los casos y la de las preposiciones. ma medida, "gramaticalizadas". Todas las preposiciones latinas
son "fuertes", "no casuales", semánticamente "llenas".
3.1. Sin embargo, si nos atenemos a las características for-
males, desinencias y preposiciones nos parecen elementos acen- 3.3. Frente a los morfemas casuales, que expresan conceptos
tuadamente distintos. Las preposiciones son separables de los puros de relación, sin apoyo en nociones concretas, las preposicio-
términos modificad~s por ellas: nes latinas expresan conceptos concretos de relación: apuntan
directamente al mundo externo de los sentidos, a los datos de
esp. de la madre - de la difunta madre; la experiencia espacial (o temporal, ya que las nociones de es-
a la madre --:-a la difunta madre, etc. pacio y tiempo son inseparables).
latín oh causam - oh eam causam; etc. Como se ha dicho (cf. supra, p. 154), las preposiciones, al
regir mecánicamente un determinado caso, neutralizan el valor
En cambio, matris o matri constituyen unidades indivisibles. del morfema casual y convierten al nombre declinado en mera
Conviene recordar igualmente que, a pesar de la etimología designación del objeto nombrado. Entonces son ellas quienes pa-
(praepositio), la secuencia preposición-nombre está lejos del ri- san a señalar la relación del sustantivo en el enunciado; pero
gor que caracteriza a la secuencia. nombre-desinencia casual. Y, -y aquí está la originalidad de las preposiciones frente a la fle-
LAS PREPOSICIONES 171
170 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
3.4. Es razonable pensar que una lengua no necesitaría pre- § 3. - Semántica de las preposiciones: Generalidades
posiciones si tuviera un nutrido léxico verbal para expresar no
sólo, como ocurre en 'nuestras lenguas, el movimiento en gene- 1. Si recordamos que un signo lingüístico es la combinación
ral o algunos aspectos del movimiento, sino la gran mayoría de de un concepto y su imagen acústica, cabe poner en duda la legi-
los movimientos concretos previsibles con sus múltiples modali- timidad de las preposiciones como signos lingüísticos. Efectiva-
dades de orientación y limitación. La hipótesis es una realidad mente, en este capítulo de la lengua se diría que los conceptos
que se da en mapuche, según Lenz (La oración y sus partes, y sus imágenes acústicas andan a la deriva sin lograr una com-
Madrid, 19353, p. 235), y tal vez en un gran número de lenguas binación estable, sino más bien circunstancial y caprichosa, dan-
exóticas (cf. V'-Brondal, Théorie des prépositions, Copenhague, do lugar ya sea a una inextricable polisemia (varios sentidos para
1950, p. 18 y s.). una forma fónica única), ya sea a una no menos inextricable si-
nonimia (varias formas para un solo sentido previamente deter-
3.5. Preposiciones y casos descansan, pues, sobre nociones minado).
esencialmente distintas, aun cuando prácticamente, y a efectos Las monografías o los léxicos (cf., por ejemplo, el Forcellini
de la traducción, resulten a veces equivalentes. Ya hemos ilus- o el Thesaurus) nos explican que una preposición (ah, por ejem-
trado esta doctrina con ejemplos (cf. supra, p. 154); pero insista- plo) tiene una exuberante polisemia con veinte, treinta y hasta
mos una última vez. más de cincuenta significados distintos. Pero luego la gran masa
El giro preposicional ad naturam y el dativo naturae parecen de esos significados se atribuyen por igual a ex y de en los co-
intercambiables: rrespondientes artículos, como si las tres preposiciones fueran
prácticamente sinónimas.
res apta naturae (Cic., Fin., 5, 24);
En una monografía de 134 páginas, de gran formato y letra
res apta ad natura1n (Cic., Fin., 5, 39).
menuda, sobre la preposición latina de se llega a un total escep-
La misma traducción vale (?) para ambos textos: "cosa apro- ticismo sobre la semántica de las preposiciones: "imposible ha-
o
piada a la' naturaleza". Pero el dativo se funda en la noción de llar algún tipo de significado medio resultante de los innumera-
interés centrado en la naturaleza, y el giro preposicional expresa bles usos, y con frecuencia contradictorios, de una misma prepo-
172 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LAS PREPOSICIONES 173
sición" (A. Guillemin, La préposition "de" da;"'s la littérature, Pero la representación mental del hablante latino es la misma
latine, París, 1920,p. IU). en los dos textos. Dijimos en su lugar que no hay un dativo de
provecho y otro de daño, sino uno solo: el de interés; si el inte-
2. En su estudio sobre las preposiciones, Viggo Brondal es- rés se resuelve en provecho o daño, será por sugerencia contex-
cribe (p. 22): "En la práctica gramatical y .Iexicográficase in- tual, De modo análogo, el in en in Haeduos o en in te sólo mira
siste generalmente sobre la variabilidad de las preposiciones (se- a la noción única de "dirección" o "incidencia" sobre el término
gún la situación, el objeto o la función sintáctica). Cuanto más en acusativo; y depende del contexto la posible interpretación
pormenorizada es una exposición,mayor número de grupos, sub- de la incidencia como favorable ("a-favor-de") o desfavorable
grupos y matices distintos comprende (hasta llegar a usos pura- ("en-contra-de").
mente individuales) ... En cambio, lo que regularmente falta
(o se indica de un modo totalmente rudimentario) es la unidad 4. La sinonimia y polisemia son también ilusiones y obede-
que se esconde tras esta multiplicidad, la fórmula unificadora cen a las mismas razones contextuales o a las mismas traduc-
capaz de explicar precisamente cómo esas variantes son varian- ciones interlinguales.
tes de una sola y misma unidad"... (p. 25): "Una preposición
tiene un significadocentral
, y uno solo, cualquiera que sea el ob- de corpore fugit (dolor) (Virg., En., 12, 421);
jeto alque se aplique". fugit e corpore sanguis (Ovid., Met., 14, 754); '1
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Esos párrafos de Brondal constituyen todo un programa no fugit ab ara taurus (Lucano, 7, 165).
sólo para el capítulo de las preposiciones, sino para la sintaxis
en toda su extensión. ¿ Qué otra cosa hemos pretendido a lo largo A fugit de, fugit e, fugit ab corresponderá en castellano una
de este estudio sobre los casos, sino intentar descubrir l~idad . , uruca:
tra duccion ,. "huye de...."E sto puede ·levarnos
1 a creer que
básica en lengua de cada caso por encima de la variedad de sus no hay diferencia apreciable entre fugit de, fugit e, fugit ab,
realizaciones en el habla? y que, por lo tanto, el latín baraja arbitrariamente (o por como-
didades métricas) de, ex, ab como perfectos sinónimos en con-
3. En primer lugar, no podemos admitir que las preposicio- textos idénticos, según tesis sostenida por F. Pradel (Bemerkum-
nes (ni ningún otro signo lingüístico) tengan sentidos "contra- gen zu der Sprache und Technik der rimiische« Daktyliker
dictorios" en una lengua dada: por ejemplo, que la preposición "Glotta", 2, 1910,pp. 56-75). '
latina de signifique,como admite el Thesaurus, "de arriba abajo" La falta de signos castellanos equivalentes a las preposicio-
y "de abajo arriba", o que in signifique "a favor de" y "en con- nes
. latinas (y, en general, a la mayoría de los signos, tanto lé-
tra de". XICOS como gramaticales, del latín o de otra lengua cualquiera,
En el plano de la lengua latina no hay sentidos "contradicto- cf. supra, p. 60 y ss.) plantea problemas de traducción interlin-
rios", ni siquiera "sentidos" en plural; la pluralidad y contradic- gual que en la práctica se resuelven instintivamente con mayor °
ción son una ilusión contextual o una interpretación del latín menor acierto, pero cuya explicación racional permanece ocul-
a través de sus posibles traducciones en nuestra lengua. . ta la mayoría de las veces, y de la que conviene, no obstante,
Así, senatus consultum in eos (= Haeduos) factum (César, tomar conciencia para evitar malentendidos.
B. G., 1, 43, 7) se traduce: "decreto senatorial tomado a-favor-de Ejemplo:
los Heduos"; y, en cambio, habemus senatus consultum in te,
Catilina, uehemens et graue (Salust., Cat., 1, 1) se traduce: natus ... ex (Argo patre), Plauto, Amph., 98;
"contra ti, Catilina, tenemos un terrible decreto senatorial". (prisco) natus ab (Inacho), Horacio, Carm., 2, 3, 21.
174 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LAS PREPOSICIONES 175
Los traductores interpretan muy bien estos dos textos, res- LATÍN-CASTELLANO:
pectivamente, como:
natus "nacido"; =
natus ab = "descendiente de";
"hijo de (padre Argiano)" natus ex = "hijo de";
y "descendiente de (el antiguo Inaco)". natus =1= "descendiente (en lat., posterus)";
natus =1= "hijo (en lat., filius)";
Los traductores caen en la cuenta de que en el primer caso ex =1= "de";
se trata de '10 que nosotros llamamos un "hijo" y, en el segundo, ab =1= "de".
de lo que en nuestro código se llama un "descendiente". El conjunto natus ab es equivalente, como mensaje, al con-
Se nos plantean; pues, estos problemas de "equivalencias": junto "descendiente de", y el conjunto natus ex ,es equivalente
a) ¿Qué significa natus? ¿"Hijo"?, ¿"descendiente"? ¿O sim- al conjunto "hijo de"; pero no hay equivalencias dé lengua a
plemente "nacido"? lengua en las partes que integran los conjuntos: se trata de men-
Normalmente se admite sin escrúpulo la polisemia: se cree sajes equivalentes en códigos distintos.
que los tres significados son igualmente legítimos (y están in- Interpretemos por separado las unidades significativa's lati-
cluso consignados en los diccionarios bajo un solo artículo o bajo nas (sobre el significado que propiamente corresponde a ex-y ab
artículos distintos) y que ha de dejarse al traductor la libertad cf. infra, p. 177 y ss.) : '
de elección que mejor cuadre al texto estudiado. =
natus-ex (aliquo) "nacido"-"inmediatamente de (alguien)",
b) ¿Son equivalentes en latín ex y ab? Nermalmente se ad- o sea, prescindiendo de la forma interior del latín, y pensando
mite también, sin escrúpulos, la sinonimia y, por lo tanto, nadie a la española, "hijo de (alguien)";
se sorprende de su traducción "única" por el castellano de. natus-ab (aliquo) = "nacido"-"mediatamente de (alguien)", o
Por estos caminos es difícil salir de la pura subjetividad y sea, pensando en castellano, "descendiente de (alguien)".
hacer ciencia, es decir, lograr explicaciones objetivas. Todo esto puede ilustrarse esquemáticamente:
Si analizamos las unidades significativas latinas desde el in- A) natus ex = "hijo de":
terior del latín, veremos que estas unidades significativas no son
terreno movedizo que cada cual puede sortear a su antojo e in- Forma latina . . . . . . natus (= 1) ex (::::2+3)
terpretar por apreciaciones personales. (1) + (2 +3) =
natus ex y natus ab son cosas distintas, y ambos términos de Contenido de amboS>
mensajes(el latino nacido - inmediatamente _ r- de-
cada grupo difieren, por el contenido, de lo que en castellano (1) (2)
y el castellano) (3)
parece corresponderles; a la manera de los matemáticos, 'pode-
mas establecer una serie' de desigualdades e igualdades: Forma castellana. •.• • . • • • hijo (::::1 + 2) de (=3)
=(1 +2) +(3)
sacra per mulieres confici solent (Cic., Verr., 4, 99), "los sa- Como es fácil observar, Cicerón inicia esta larga disertación
crificios suelen hacerse por-media-de mujeres"; lingüística con el término no caracterizado de: de meo fundo;
y luego establece la oposición ex / ab como términos caracteri-
per triennium (Cic., Verr., 4, 136), "durante un trienio". zados y opuestos ambos al impreciso' de.
Todos los teóricos antiguos coinciden al expucarnos la semán-
tica de estas tres preposiciones. "Estas preposiciones no sígní-
(
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178 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LAS PREPOSICIONES 179
fican una sola y misma cosa, como algunos creen. Efectivamente, de por ex: "de" quoque nonnumquam perperam ponitur pro
no es lo mismo "venir a theatro y ex theatro. Pues quien dice . "ex", ut cum "d-eprouincia uenire" quis dicit ...
a theatro no afirma que venga del mismo teatro en sí, sino de De acuerdo con la aludida semántica, para indicar el origen
un lugar que se halla próximo al teatro; quien afirma venir ex famíliar de las personas se usan, regularmente, ex ante el nom-
theatro viene del mismo teatro (Diomedes, GLK, I, p. 415). bre de los padres, ab ante el nombre de los antepasados (origen
No serían intercambiables a y ex en este ejemplo de Plauto lejano en general) y de ante "orígenes" menos claros y precisos:
(Trin., 771):
ex: filia nascitur ex me (Juv., 9, 83);
quasi ad adulescentem a patre ex Seleueia uenuii, "(se pre-
ex Philippa matre natam (Plauto, Ep., 636);
senta) ante el joven como si viniera de Seleucia de-parte-de su
Amphitruo natus ex Argo patre (Plauto, Amph., 98);
padre".
etc.
Los grandes escritores no barajan al azar las preposiciones a: a Ioue ortus (Cic., Planc., 59), "descendiente de ... ";
aun cuando aparentemente lo hacen. Marcial escribe (IV, 61, prisco natus ab Inacho (Ror., Carm., 2, 3, 21), "deseen-
9-10) : diente de... "; .....
Seleucia, de Trin., 771) he aquí el paralelo (Captiui, 43) con ibidem, 10, 27: ob incepti negotii persecuiionem; "para com-
ad e in: pletar el negocio emprendido". Los editores modernos suelen
rechazar este ob, perfectamenteatestiguadopor la tradición ma-
reducemque faciet liberum in patriam ad patrem, "y lo hará nuscrita, y ponen en su lugar un ad.
volver libre a su patria ante su padre".
Obsérveseigualmente:
4. - CUESTIÓN VE!: in CON ABLATIVOY ad I '
a-OO: fossam a maioribus castris ad minora perduxit (César,
B. G., 7, 36, 6), "dispuso un foso desde el campa- 1) Es algo ambigua la fórmula según la cual in con acusa- I
mento mayor hasta el menor"; tivo indica movimiento,y con ablativo indica reposo. Tanto mo-
vimientoy ausencia de reposo hay en in foro curro ,("estoy co-
ex-in: ex castris in oppidum sese recipiunt (César, B. G., 2, rriendo en el foro") o in foro ambulo ("estoy paseando en el
35, 5), "partiendo de (el interior de) el campamento foro") como en in forum curro ("voy corriendo al foro") o in
se refugian en (el interior Je) la plaza fuerte"; forum ambulo ("voy paseando al foro"). La diferencia real está
ex-OO: e castris egressi ad Rhenum contenderunt (César, en la permanencia o el desplazamiento. -
B. G., 1, 27, 4), "saliendo de (el interior de) el cam-
In foro denota "permanencia en el foro" con o sin movi- :
pamento se dirigieron,al (= ~la orilla del) Rin". \
miento: i'
Ante las tres preposicionesde la cuestión VNDE sólo hay pa- con movimiento:in foro ambulo, "estoy-paseandoen el foro";
ralelo para dos en la cuestión QVO; queda sin correspondencia sin movimiento:in fOTOsedeo, "estoy-sentadoen el foro".
el de. Sin embargo,aquí nos parece observar una evolución en In forum denota "desplazamientocon relación al foro", haya :, I.
el períodohistóricodel latín. En la época arcaica, oh aparece con o no haya movimiento en el sujeto "desplazado":
un Clarosentido local "hacia" que podría situarse junto al par . Ii
con movimiento: in forum ambulo, "voy-paseandoal foro"; ,
ad-in como término simétrico de de frente a ex-ab: sin movimiento:sella in forum uehor, "voy-(transportado)en .\
,
iI
litera al foro".
oh Romam legiones ducere (Ennio, Ann., 297);
Puede observarse en estos ejemplos una notable diferencia
ob portum obuagulatum ito (XII Tablas, 2, 3), "id a ar-
entre el latín y el castellano: el latín expresa el movimientoo la
mar escándaloante su puerta";
ausencia del movimiento en el verbo (curro, ambulo - sedeo,
follem obstTingit ob gulam (PIauto, Aul., 302), "aprieta uehor) y el desplazamientoo ausencia del desplazamientoen el
la bolsa contra el cuello"; etc. giro preposicional(in forum - in foro); el castellanonormalmente . ;¡
expresa mediante el verbo el desplazamiento o permanencia
Festo afirma taxativamente que "los antiguos usaban ob en ("voy"- "estoy") y añade el movimiento como una modalidad
lugar de ad". y este ob local puede rastrearse en toda la lite- -adverbial o predicativa- del desplazamiento ("corriendo",
ratura latina entre los autores adictos a la tradición primitiva: "paseando"); cf. "voy andando" y "voy mecanizado";esta última
Virgo (En., 12, 865), Cicerón (Rab. Post., 39) y, sobre todo, Apu- expresión es equivalente, por el contenido, de uehor, aunque
leyo, del que citamos algunos ejemplos: nuestras máquinas de' transporte difieran de los vehículos anti-
M~., 8, 15: oh iter i~ludqua nobis erat commeandum iacere guos. Comodijimos antes en nuestro análisis de natus ex y na-
semesa hominum corpora, "a 10 largo de la ruta que debíamos tus ab, se articulan los elementos del contenido en forma muy
recorrer yacían cadáveres humanos medio roídos"; distinta.
J
1
182 INTRODUCCION A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
bía tenido dos hijos se dice que En el siguiente ejemplo aparece ad sucesivamente como lu-
gar-vsr y lugar-ovo:
horunc alterum
in terra linquit, alium sub terra locat, Inter proelium ad castra Romana pugnatum est adu1!rsus
"de estos dos hijos deja a uno en (= 80'1.; .,) la tierra, al otro bajo partem copiarum ad castra missam (Livio, 4, 19, 7), "En el
la tierra" (es decir, uno le sobrevive, el otro le precede en la transcurso del combate se luchó junto al campamento contra el
muerte). /contingente de fuerzas enviado al campamento".
LAORACION
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§ 1.-Introducción
colocación de las palabras. Pensamos ahora en obras muy repre- insistir, como refiriéndose a algo que nadie pone en duda ni
sentativas como la tan manoseada y tantas veces reeditada y necesita demostración.
traducida estilística latina de E. Berger, con sus 70 páginas sobre He aquí una serie de testimonios en apoyo de nuestra tesis. I
el orden de palabras o como los tres volúmenes de Marouzeau (
sobre el mismo tema. Testimonios de Quintiliano. - Quintiliano es sin duda el au-
Según estos autores son tantos los principios reguladores del tor antiguo más explícito y que más reiteradamente se refiere a
orden y tantas las excepciones y contraexcepciones a tener en "un orden normal" de las palabras en latín. Transcribimos en
cuenta que el lector acaba preguntándose si sus reglas merecen primer lugar un texto suyo bastante largo pero que nos resistimos
ser recordadas o si el título apropiado a sus trabajos es el de "el a recortar, ya que nos parece ilustrativo en toda su extensión. I
I
orden" o el "desorden" de las palabras en latín. '\ Subrayamos en negritas las expresiones más interesantes y sobre
Nosotros creemos que en el gran período clásico existe un ellas centraremos nuestro breve comentario. I
principio general que realmente rige la ordenación de las pala- Inst. Orat., VIII, 6, 62 ss.:
bras latinas; y pensamos que no puede menospreciarse su alcance 62. Hyperbaton ... id est uerbi tf'ansgressionem ("el despla-
ya que, aunque "cien veces quebrantado en cada página", como zamiento de una palabra"), quoniam frequenter ratio composi-
-¡con notoria hipérbole!-, dijo Weil, es patente también en tionis et decor poscit, non inmerito ínter uirtutes habemus. Fit I
cada página que la relación entre orden excepcional y orden enim [reouentissime aspera et dura et dissoluta et hians oratío, , I
habitual, lejos de ser equilibrada, supone siempre un triunfo si ad necessitatem ordinis sui uerba redigantur et, ut quodque
rotundo del orden sobre las desviaciones, de tal modo que la oritur, ita proximis, etiam si uinciTe non potest, adligetur. 63.
norma no se oscurece nunca y sirve precisamente de pauta o Differenda igitur quaedam et praesumenda, at'que ut in structuris
punto de referencia para contrastar las desviaciones que se pue- lapidum impolitorum loco, quo conuenit, quodque ponendum.
dan presentar. Non ením recídere ea ne<;polire possumus, quo coagmentata se
magis iungant, sed utendJLmíis, qualia sunt eligendaeque sedes.
64. Nec aliud potest sermonem [acere numerosum quam oppor-
§ 2. - Los lati1ws tenían conciencia de una ordenación natuf'al tuna ordinis permutatio; neque alio ceris Platonis inuenta sunt
de las palabras en su lengua quattuor illa uerba, quibus in illo pulcherrimo operum in Pi-
raeum se descendisse significat, plurimis modis scripta, quam
En este punto nos parece que el sentir de los hablantes latinos quod eum quoque maxime numerosum [acere experiretur. I
I
con relación a su lengua fue aproximadamente el mismo que (Sigue este ejemplo: "Animaduerti, iuduse«, omnem accusa- I
tiene un hablante románico con relación a la suya. Pero una cosa toris orationem in duas diuisam esse partes" (= Cic., pro \
I
(
I
(
194 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 195
Cluent., 1). Nam "in duas partes diuisam esse" rectum erat, sed Non enim ad pedes uerba dimensa sunt, ideoque ex loco trans-
durum et incomptum. . feruntur in locum, ut iungantur quo congruunt maxime, sicut
Observaciones: in structura saxorum rudium etiam ipsa enormitas inuenit cui
1. Parecen especialmente significativas las siguientes expre-
.\ applicari et in quo possit insistere. Felicissimus tamen sermo est,
(
siones: a) "El hipérbaton, es decir, el desplazamiento de una cuí et rectus ordo et apta iunctura et cum his numerus oppor-
palabra ... "; b) "sí las palabras se sometieran al imperativo de tune cadens contigit.
la ordenación que propiamente les corresponde"; e) "Un opor- Merece especialísima atención la afirmación final de la cita:
tuno cambio de ordenación ... ". "Sin embargo, el discurso mejor logrado es aquél en que se dan
Parece' evidente que no podría hablarse de hipérbaton, de el orden normal, el adecuado ensamblamiento y, a la vez que
desplazamiento de una palabra, de la imperativa ordenación que esto, una combinación métrica adecuada".
propiamente corresponde a las palabras, sin tener in mente un He aquí, ya sin comentarios, otros testimonios de Quintiliano:
orden básico y previo como punto de referencia y contraste para 1, 5, 39: Transmutatione, qua ordo turbatur (Y siguen aquí
las desviaciones que se mencionan. ejemplos de esos desplazamientos de palabras que perturban el
2. En el texto (tomado de Cicerón, pro Clueni., 1) que Quin- . orden normano •
tiliano trae a colación para ejemplificar un hipérbaton, quizá VIII, 2, 22: Nobis prima sit uirtus perspicuitas, propria-uerba,
convenga recordar que no hay más que una desviación al orden rectus ordo, non 'in longum dilata conclusio "Para nosotros la
normal de las palabras latinas y es precisamente la desviación primera cualidad es la claridad, la propiedad de las palabras, su
que anota Quintiliano: sólo la palabra partes está fuera de su orden normal, un período que no difiera mucho su conclusión".
sitio; pero no es raro que modernamente se vea un hipérbaton IX, 1, 6-7: In hyperbato commutatio est ordinis Transfert
más llamativo en accusatoris; evidentemente es ésta una falsa tamen uerbum aui:partem eius a suo loco in alienum Et propiis
perspectiva moderna que descubre desviaciones imaginarias por uerbis et ordine collocatis figura fieri potest "En el hipérbaton
tomar como punto de referencia la ordenación normal en nuestras hay una inversión del orden norma!... [El hipérbaton] traslada
lenguas actuales. una palabra o parte de ella de su sitio propio a otro sitio que no
3. Pero quizá 10 más ilustrativo de esta larga cita de Quin- es el suyo ... [Frente al hipérbaton] con palabras propias y colo-
tiliano sea su comentario final: Nam "in duas partes diuisam cadas .en el orden normal puede darse una figura de dicción".
esse" rectum erat, sed durum et incomptum (es decir, in duas IX, 3, 91: Verborum autem concinna transgressio, id est hy-
partes diuisam esse hubiera sido 10 normal, pero resultaría duro perbaton "Una inversión elegante de los vocablos, es decir el
y sin arte). El sentido de rectum erat no es aquí en modo alguno hipérbaton ... (Cicerón usa la misma expresión en de orat., III,
dudoso. y esto nos permitirá afirmar más adelante cuando Quin- 207).
tiliano nos hable del rectus ordo uerborum, que no puede refe- IX, 4, 32: ... uitiosa locatio uerborum ... Si [ordo] uitiosus
rirse más que al "orden normal" u "orden básico" de las palabras est, licet et uincta et apte cadens oratio, tamen merito incompo-
latinas. sita dicatur.
En el libro IX QiJintiliano repite la misma doctrina y añade
nuevas e importantes precisiones: Testimonios de Cicerón. - En lo que afecta al orden de las
Inst. Orat., IX, 4, 26-27: Verbo sensum cludere, multo, si com-
\ palabras ningún autor nos ~a dejado traslucir su conciencia lin-
güística con tanta claridad como Quintiliano. Sin embargo, vale
positio patiatur, optimum estoIn uerbis enim uis est. Si id aspe-
rum erit, cedet haec ratio numeris, ut fit apttd summos Graecos
Latinosque oratores frequentissime. Sine dubio erit omne, quod
, la pena recordar aquí todavía algunos testimonios más. Y, en
primer lugar, los de Cicerón.
non dudet, hyperbaton ... I Quintiliano inicia el capítulo de compositione (IX, 4), donde
(
I
(
196 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL' ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 197 I
precisamente hemos hallado sus indicaciones más claras y ex- 202: numerus, concinnitas, constructio.
J
tensas sobre nuestro tema, con un cálido elogio de Cicerón: "So- 219: numerus, concinnitas, compositio uel ordo uerborum.
bre la composición, en verdad no me atrevería a escribir después Ahora bien: Quintiliano, hablando exactamente de lo mismo,
de Marco Tulio (y dudo que haya en su obra otra parte más cui- se expresa en los siguientes términos (IX, 4, 22): In omni porro
dada que ésta), si sus contemporáneos no se hubiesen atrevido compositione tria sunt genera necessaria: ordo, iunctura, nume- i
ya a criticarlo incluso en cartas dirigidas a él personalmente . rus. Y, con una leve variante, repite en IX, 4, 147: ordo, coniunc- (
Por 10 tanto seguiré a Cicerón en la mayoría de las cuestiones ; tio, numerus. I
en algunos puntos tal vez me separe de él". Si comparamos las diversas nomenclaturas, podremos aclarar
Esta declaración de Quintiliano nos indica ya que el sentir de los términos oscuros:
Cicerón sobre la collocatio uerborum coincidirá sustancialmente
con las teorías de Quintiliano expuestas anteriormente.
Pero hemos de reconocer que el pensamiento de Cicerón sobre Cicerón Quintiliano
-
la ordenación de las palabras no transparenta con demasiada
collocatio uerborum compositio
claridad. La gran preocupación del orador es la prosa oratoria; .
se extiende .pues en numerosos capítulos (Orator y de oratore) compositio = constructío = ordo ordo -
sobre la armonía de la frase, las cláusulas rítmicas y la concin- concinnitas iunctura uel coniunctio
nitas uerborum ("la artística disposición de las palabras"), sin numerus numerus
oponer esa concinnitas uerborum al ordo rectus uerborum como
ocurría frecuentemente en Quintiliano.
La collocatio uerborum de Cicerón es la expresión genérica
Con todo y gracias a la ayuda de Quintiliano, podemos des-
para designar "la colocación de las palabras en general", sea cual
cubrir el pensamiento de Cicerón e interpretar su vacilante ter-
fuere el criterio que rija esa ordenación; a esa expresión gené-
minología.
rica corresponde, con idéntico sentido e idéntica generalidad, la
Empezaremos por descifrar tres textos del Orator que son
compositio de Quintiliano, para quien composttio es el "arte de (
clave para nuestro problema:
componer o redactar" ("composición" aún pervive en algunas 1
201. Tertieae sunt ... partes ... collocationis (uerborum): com- I
tradiciones escolares de Europa como sinónimo de "redacción").
positio, concinnitas, numerus. I
La compositio de Cicerón tiene un sentido restringido: es una
202. Quod numerosum in oratione dicitur non semper n'I,L-
de las tres maneras de "componer"; es la composición espontá-
mero (fit), sed nonnumquam aut concinnitate aut constructione
nea, no estudiada, en que la propia constitución de las palabras
uerborum.
y en su orden normal produce ya un ritmo satisfactorio, sin
219. Et quia non numero solum numerosa oratio sed et com-
que el autor haya puesto nada de su parte por conseguirlo, Esta
positione fit et genere... concinnitatis, composittone potest intel-
sencilla compositio corresponde al rectus ordo de Qutntiliano.
Legi cum ita structa uerba sunt, ut numerus non quaesitus sed
Nuestra interpretación se confirma con el ejemplo del discurso
ipse secutus esse uideatur, ut apud Crassum: "Nam ubi libido
de Craso que nos da Cicerón: las palabras están en el orden
dominatur, innocentiae leue praesidium est"; ordo enim uerbo-
básico que rigurosamente les corresponde en latín y, por añadi-
rum efficit numerum sine uIla aperta oratoris industria. u u u
En los tres párrafos aquí citados se habla de las mismas tres dura, forman una bella cláusula: leue praesidi(um) est: "Por
facetas a tener en cuenta en la collocatio uerborum; pero la composición -dice Cicerón- puede entenderse el caso en que I
nomenclatura es fluctuante. las palabras están constituidas de tal forma que el ritmo no pa- I
en Craso: Nam ubi libido dominatur, innocentiae leue p-raesi; erit concinna. Y cita, como disyunción defectuosa, ésta de Coe-
dium est"; efectivamente, el orden (natural) de 1as palabras pro- lius: "In priore libro has res ad te scriptas Luci, misimus, Aeli",
duce el ritmo sin ningún recurso aparente por parte del orador".
Recuérdese que este tipo de composición es el ideal, según Testimonios de Séneca. - Otro autor a tener en cuenta es
Quintiliano: Felicissimus tamen sermo est cui et rectus ordo nuestro Séneca. Aunque muy breve, es bastante explícito en
et apta iunctura et cum his numerus opportune cadens contigit ciertos párrafos de su correspondencia con Lucilio. En la carta
(IX, 4, .26-27). 100, 5, hace el elogio de un contemporáneo suyo entre cuyos
A esta compositio artística per se dentro de su espontaneidad méritos señala en primer lugar un léxico "selecto", pero no re-
se opone lá concinnitas: ésta es una técnica que, mediante la in- buscado, y en segundo lugar una "resistencia" a seguir la moda
versión del ordo rectus, busca una ordenación artística: es, pues, reinante que invertía el orden de las palabras y les asignaba una
una "inversión artística", una concinna transgressio, según dicen colocación antinatural: electa uerba... non captnta' nec liuiu»
al unísono en otros lugares Cicerón (de orat., lII, 207, etc.; Ora- saeculi more contra naturam suam posita et inuersa ...
tor, 87) y Quintiliano (IX, 3, 91) .. En otra carta, la 114, dedica varios párrafos al mismo tema;
La concinnitas uerborum de Cicerón corresponde ,a la iunctu- concretamente, en el § 7 se refiere a las palabras "ordenadas con
ra o coniunctio de Quintiliano. Ambos nos explican en términos absoluto desprecio de la norma general vigente": uerba tam im-
muy parecidos que cuando los materiales de construcción -pie- probe structa, tam neglegenter abiecta, tam contra consuetudi-
dras o palabras- no caen a medida, hay que agruparlos buscán- nem omnium posita. y poco después (§ 16) señala como vicio
doles la cara que permita el mejor acoplamiento. en la composición de la frase esas disyunciones en que los tér-
Por último, como dato interesante para interpretar a Cicerón, minos esenciales de un enunciado se hacen esperar demasiado:
recordamos esta afirmación de P. Festo (33, 25): concinnare est Quid de iUa (compositione) loquar in qua uerba dijferuntur et
apte componere. diu expectata uix ad cuiusulae redeunt?
A la misma concinna collocatio uerborum, pero con una no-
menclatura muy próxima a la de Quintiliano, se refiere sin duda De todo lo dicho se deduce que el latín, como nuestras len-
Horacio cuando habla a los Pisones de la callida iunctura 'b\erbo- guas actuales, tenía un orden gramatical regular; pero así como
n~m (Ars poet., 46-48). \ nuestras lenguas de hoy están condenadas a seguirlo con cierto
A otros testimonios de Cicerón hemos de referirnos más ade- servilismo so pena de caer en la ambigüedad, el latín y las len-
lante. guas antiguas en general podían, gracias a su rica flexión, libe-
rarse de ese orden, pero sin que por ello se oscureciera en la
Testimonios deLautor de la "Rhetorica ad Herenmium", - De conciencia de los hablantes la pauta reguladora básica,
la Rhetorica ad Herennium son los siguientes párrafos:
IV, 32, 44: Transgressio (= excepción al orden normal) est
quae uerborum permutat ordinem peruersione (= inversión) § 3, - Orden de palabras: reglas generales y su alcance
aut transiectione (= disyunción), Peruersume sic: "Hoc uobis
deos immortales arbitror dedisse uirtute pro uestra", Transiec-
Al Reglas generales:
tione sic: "Insta bilis in istum.plurimum fortuna ualuit" ... Huius-
modi transiectio, quae rem non redi: obscuram, multum prode- 1. El sintagma predicativo. - Normalmente, el sujeto enca-
rit ad coniuiuatumes ... in quibus oportet uerba sicuti ad poeti- beza la oración y el predicado la cierra.
curn quemdam extruere numerum. 2. Sintagma determinativo, - Todo elemento determinante
IV, 12, 18: Verborum transiectionem uitabimus, nisi quae precede normalmente al determinado, La leyes única para todas
200 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 201
las variantes del sintagma determinativo: tipo adverbio-verbo.; observamos que los números 12 y 19 presentan una particu-
tipo adjetivo-sustantivo (organizado según el mecanismo de la laridad muy notable: cualquier estudiante medianamente fami-
concordancia) y tipo sustantivo en dependencia de un verbo o liarizado con el latín sabe que las secuencias tantum uini· y po-
de otro sustantivo (organizado según el mecanismo de la rec- pulus Romanus son secuencias fijas y que prácticamente no ca-
ción). ben las inversiones uini tantum ni Romanus populus; por lo
3. Las preposiciones preceden al sustantivo que rigen; las tanto, los números 12 y 19 están también en su sitio; es verdad
conjunciones preceden a los términos que enlazan. que, al no obedecer al orden del sintagma determinativo, plan-
tean un nuevo problema, al que hemos de referirnos más ade-
lante.
B) Su alcance
El número 17, es decir, el verbo de la oración subordinada,
Comprobemos inmediatamene hasta qué punto llega la regu- adelantado en cabeza de su frase, es un caso de hipérbaton, como
laridad de estas normas: 'dice Quintiliano en otro lugar (cf. supra, p. 16). No obstante,
1. Aunque puede efectuarse la comprobación con un texto esta posición del verbo subordinado, enfrentado de cerca con
clásico cualquiera de cierta extensión, empecemos por estudiar el verbo principal (núm. 15), ni chocó a Quintiliano ni nos sor-
un texto de Cicerón en el que Quintiliano señala una sola pala- prende a nosotros, los modernos. (
I
bra fuera de su sitio: un adverbio colocado detrás de su verbo Subsiste, pues, como única desviación estilística notable el I
(aunque como determinante del verbo era de esperar que lo pre- núm. 22, comentado por Quintiliano; pero aun computando la e,
cediera en la cadena hablada). excepción del núm. 17 resulta que el 91 por ciento de las pa-
(i
Quintiliano justifica esta intencionada desviación estilística de labras están rigurosamente ordenadas.
Cicerón; pero 10 único que ahora nos interesa es saber que para 2. He aquí ahora, elegidos por nosotros, dos ejemplos de lo '1
Quintiliano, como para nosotros, esa palabra está fuera de su que es el orden normal de las palabras en latín. Subrayamos to- (1
sitio normal, y que todas las demás ocupan el lugar que normal- das las excepciones, incluso algunas que sólo son aparentes (por
mente les corresponde. La cita de Quintiliano está en Inst. Orat. tratarse de secuencias fijas). Pero, aun así, su coeficiente de re- (1
gularidad es superior al 96 por ciento. 1
IX, 4, 30; y el texto de Cicerón corresponde a Philipp. 1I, 63. (1
Asignamos a cada palabra el número que en la ordenación line~ El texto que sigue es el principio de la obra de Valerio Má-
de Cicerón le corresponde. No asignamos número a las preposi- ximo, la dedicatoria de su libro al emperador Tiberio: I
(
ciones ni a las conjunciones, pues consideramos que las preposi- Urbis Romae exterarumque gentium facta simul ac dicta me-
moratu digna, quae apud alios latius diffusa sunt quam ut bre- I
ciones forman unidad con sus respectivos sustantivos y la con- (
junción ut con su verbo subordinado: uiter cognoscí possint, ab íllust7'ibus electa auctoribus digerere
constituí, ut documenta sumere uolentibus longae inquisítíonis
I
Tu (1) istis (2) faucibus (3), istis (4) lateribus (5), ista (6) (
gladíatoria (7) totius (8) corporis (9) firmitaté (10), tantum (11) labor absit. Nec mihi cuncta complectendí cupido incessit: quis
enim omnis aeui gesta modico uoluminum numero comprehen-
I
uini (12) in Híppiae (13) nuptíís (14) exhauseras (15) ut tibí (16) (
necesse esset (17)' in poputi (18) Romani (19) conspectu (20) derit? aut quis compos mentis domesticae peregrinaeque histo- I
uomere (21) postridie (22). riae seriem, felici superiorum stilo conditam, uel attentiore cura, l
"Tu", como sujeto, encabeza la frase; "istis" precede a fauci- uel praestantiore facundia traditurum se sperauerit? I
bus, a quien determina; y así sucesivamente. Sólo falla la ordena- He aquí ahora un largo período ciceroniano (pro Rab., 21): (
ción de 4 números en un total de 22; es decir, están en su sitio, Cum armatus M. A.emilius, princeps senatus, in comitio cons- I,
al tenor -de las reglas básicas, el 82 por ·ciento de las palabras. titisset, qui cum ingredi uix posset, non ad insequendum sibi tar- (
Si nos fijamos ahora en los fallos (números 12, 17, 19 y 22), ditatem pedum, sed ad fugiendum impedimento fore putabat, I
(
I
(
I
202 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 203
cum denique Q. Scaeuola confectus senectute, perditus morbo, adoptadas por Cicerón en el ejemplo a) y el ejemplo e) son del
mancus, et membris omnibus captus ac debilis, hastili nixus et
animi uim et infirmitatem corporis ostenderet, cum L. Metellus, tipo d; .su famoso ess': uia'~at':¡¡r;
en el ejemplo b) Cicerón logra
Ser. Garba... omnesque qui tum erant consulares pro salute un crétíco-espondeo, otra de las cláusulas más gratas a su oído.
communi arma cepissent, cum omnes praetores, cuncta nobilitas Naturalmente, todo esto desaparecería en la hipotética segunda
ac iuuentus accurreret, Cn. et L. Domitii, L. Crassus... , cum redacción.
omnes Octaui, Metelli ... , cum L. Philippus, L. Scipio, cum M. . Ahora bien: a nuestro juicio es muy notable que, indepen-
Lepidius, cum D. Bruius, cum hic ipse P. Seruilius, quo tu im- dl.ente,ment: d.e la rítmica, la ordenación dada como artística por
peratore, Labiene, meruisti, cum hic Q. Catulus, admodum tum Cicerón COInCIdeexactamente con la ordenación normal de las
adulescens,~um hic C. Curio, cum denique omnes clarissimi uiri palabras; y que, con la misma regularidad, la dislocación que "lo
cum consulibus essent: quid tandem C. Rabirium [acere conuenit? echa todo a perder" quebranta las reglas básicas del orden de
3. Volvamos ahora a Cicerón. En el Orator (232-233) nos da palabras. Esto nos lleva a creer que Cicerón, aunque él no nos
tres ejemplos de palabras correctamente dispuestas por él en 1~ diga expresamente, piensa como Quintiliano (IX, 4, 27): Feli-
uno de sus discursos y otras tantas posibles dislocaciones que ,ctsszmus tamen sermo est, cui et rectus ordo et apta iunctura et
-según dice- lo echarían todo a perder. cum his numerus opportune cadens contigit. -_
Orator, 232: Quantum autem sit apte dicere, experiri licet,
si aut compositi oratoris bene structam collocationem dissoluas
permutatione uerborum; ... ut haec nostra ín Corneliana: § 4. - Las excepciones al "ordo. recius"
a) "Neque me diuitiae mouent, quibus omnis Africanos et
_ v vv __
Laelios multiuenalici mercatoresque superarunt". Immuia pau- 1) SECUENCIAS FIJAS
lulum: "Multí superarunt mercatores uenaliciique": perierit Cuando hablamos de orden normal y orden excepcional nos
tota res. referimos a aquellas secuencias de la cadena hablada en que
b) "Neque uestis aut caelatumiaurum et argentum, quo 7108- puede jugar la libertad del escritor para adoptar una u otra
tros ueteres Marcellos Maximosque multi eunuchi e Syria Aegyp- ordenación.
toqu~ uicerünt"; uerba permuta sic: "uiceruni eunuehi e Syria ) Pero, de hecho, hay en latín un número no despreciable de
Aegyptoque". secuencias fijas. Hemos de registrarlas simplemente como tales
e) Adde tertium: "Neque uero ornamenta ista uillarurn, qui- ya que en t onces " e1 orden del latín" es patente. '
bus L. Paullum et L. Mummium, qui rebus his urbem ltoluim- Así, frente' a la regla básica tercera, nadie ignora que hay
que omnem referserunt, ab aliquo uideo perfaeile Deluico aut preposiciones pospuestas: meeum, nobiscum, etc.; hay conjuncio-
nes, igualmente enclíticas: senatus populusque R., plus;minusue,
Syro potuiSs~ s;;'p':rarf'; fac ita: "potuisse superari ab aliquo etcetera.
Syro aut Deliaco". E?, el sintagma determinativo (regla básica segunda) hay
, 233: Videsne, ut ordirÍe uerborum paululum commutato, is- también notables secuencias fijas, ya sea en el ordo reetus espe-
dem tamen uerbis stante sententia, ad nihilum omnia recidant, rado, ya sea en orden inversivo:
cum sint ex aptis dissoluta?
Es verdad que, cuando Cicerón recomienda una ordenación Secuencias fijas con mantenimiento del orden normal:
de palabras y condena otra ordenación distinta, sólo parece pre- Adjetivo-sustantivo: indicta causa, infecta re, quodam modo,
ocuparse de la belleza rítmica de sus cláusulas: las cláusulas tanto opere, pro uirili parte, etc.
(
204 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 205
(
206 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LA~N CLÁSICO 207
batan que realmente tienen importancia para nuestro tema. Con. buscar criterios de orden; y da como modelo de "irregularidad"
el autor de la Rhetorica ad Herennium (IV, 32, 44) definimos el el siguiente pasaje de la Eneida (1, 193-194):
hipérbaton, o, con nomenclatura latina, la transgressio: Trtuis-
gressio est quae uerborum pe1'mutat ordinem peruersione (= "in- ... (cycnos)
versión") aut transiectione (= "disyunción"). Aetheria quos lapsa plaga Iouis ole« aperto
Por inversión entiéndase la desviación del orden normal al Turbabat caelo.
tenor de nuestras tres reglas básicas. El autor de la Rhet. ad
Herenn. da. este ejemplo: uirtute pro uestra (en lugar de pro "Lapsa -comenta Ernout- está separado de Iouis ales, ae-
uestra uirtute). therui de plaga, aperto de caelo".
Por transiectio entiéndase la separación de términos sintác- Es fácil comprobar que este ejemplo "poético" no invalida sino
ticamente unidos; el autor de la Rhet. ad Herenn. cita como que confirma la exactitud de la regla según la c~al el determi-
ejemplo: Instabilis in istum plurimum fortuna ualuit; el adje- nante precede al determinado; de las siete palabras que -ipor
tivo insta bilis está distanciado del sustantivo fortuna, al que la disyunción!- desconciertan a Ernout , cuatro (aeiheru: " lapsa
determina. Iouis, aperto) son determinantes, y, como tales, preceden(con o
Los autores modernos entienden generalmente por hipérba- sin disyunción) a los elementos respectivamente determinados
ton una u otra de las dos variedades señaladas, olvidándose de por el1as. ¿No hay en esto' ya un importante criterio de orden
la otra. Y como las dos cosas son muy distintas, sus interpreta- respetado por el poeta? Nosotros señalaríamos como fuera de su
ciones del orden de palabras son confusas o totalmente equivoca- sitio, no las siete palabras que comenta Ernout, sino las dos que
das, como luego veremos con algún ejemplo muy concreto. a él no le llaman la atención, a saber: el relativo quos (que nor-
Nosotros procuraremos evitar en adelante el término "hi- malmente encabeza la oración) y el verbo (que normalmente de-
pérbaton"; emplearemos los de "inversión" o "disyunción", se- biera cerrar la frase) .
gún convenga al caso. J La impresión de orden o desorden depende de la perspectiva
Insistimos en que se trata de dos hechos muy distintos y de que adoptemos.
muy distinto significado en lo que a la ordenación de las pala-
bras se refiere. Por de pronto, ninguna disyunción como tal se b) Desviaciones libres: sus límites
opone a ninguna de las tres normas básicas tantas veces aludidas.
En ellas se dice que ciertos elementos de la frase han de ir por J. 1) Cuando queda a salvo el orden formulado en las tres
delante de otros en la cadena hablada; esta condición se cumple reglas básicas, es decir, en otros términos, cuando no hay "in-
tanto en la secuencia disyuntiva instabilis ... fortuna como en la versión", las posibles disyunciones pueden alcanzar dimensiones
secuencia no-disyuntiva instabilis fortuna. En cambio habría "in- máximas.
versión", tanto en fortuna instabilis (inversión sin disyunción) 2) y viceversa, cuando se produce la anomalía de la inver-
como en fortuna ... instabilis (inversión con disyunción). sión, el posible efecto multiplicador de la disyunción ha de ser
He aquí una muestra de algunos malentendidos a que hacía- muy reducido o nulo.
mos referencia. La tomamos de la Sintaxis de Ernout (1964\ pá- JI. Fijémonos en las inversiones y disyunciones que afectan
ginas 161-163). Este autor dedica un par de páginas al orden de a la regla tercera (preposiciones, elementos subordinan tes y
las palabras; en resumen nos dice que hay una "vaga. tendencia" coordinantes), donde precisamente los hechos son más patentes.
a que los elementos determinantes precedan a los determinados.
y añade: "Por lo demás, las indicaciones precedentes tan sólo se Preposiciones. -1) Con tal que la preposición vaya por
aplican a la prosa". En los poetas, insinúa Ernout, sería vano delante de su régimen, es normal la disyunción y caben disyun-
!
( J
208 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 209
I )
ciones máximas. He aquí una serie de ejemplos, que cualquier Véanse los variados ejemplos que aparecen en el texto siguiente
lector podría ampliar indefinidamente: (ut... habeatis, si... delectemini, si... uelitis, si uultis):
(populus R.) clamat permittitque uobis ui, si istis hominibus
Virg., Georg., I, 345: nouas cireum felix eat hostia fruges. delectemini, si ex eo splendorem ordini atque ornamentum curiae I
Prop., I, 18, 7: felices inter numerabar amantes. constituere uelitis, habeatis sane istum uobiscum senatorem, I
)
Catulo, 17, 5: bonus ex tua pons libidine fiat. etiam de uobis iudicem, si uultis, habeatis (Cic., Verr., 2, 77).
Ovidio, Fast., V, 12, 551: ultor ad ipse suos caelo descendit 2) Pero la libertad del poeta como la del prosista queda muy
honores. limitada cuando a la anomalía de la inversión se pretenda añadir
Hor., Sat., I, 3, 69-70: amicus dulcis... cum mea compenset la de la disyunción. Incluso en poesía hay que leer muchas pá-
I
uitiis bona. ginas para hallar inversiones como éstas: I
Obsérvese cómo los poetas multiplican los efectos disyunti- Lucrecio, III, 1.065: tetigit cum limina uillae. VI, 841: rares-
vos, ya que a la disyunción preposición-régimen que ahora co- cit quia terra colore.
mentamos, se superpone en la mayoría de los ejemplos citados. Hor., Sat., I, 3, 114: diuidit ut bona. I, 4, 32; ampliet ut remo I
j, '
una nueva disyunción, la del adjetivo-sustantivo. !
Las disyunciones amplias no son exclusivas del lenguaje poé- Si a la inversión se suma la disyunción, ésta ha de ser muy ,!
tico: moderada:
Cic., de off., n, 27: post uero Sullae uictoriam. Hor., Sat., I, 2, 116: tument tibi cum inguina. I, 3, 28: Euenit,
Val. Max, IV, 4, 3: In C. uero Fabricii et Q. Aemilii Papi,. inquirant uitui ut tua. I, 4, 125: flagret rumore malo cum ...
principum sQ,eculi,domibus argentum fuisse confitear oportet.
Por último, y refiriéndonos a las conjunciones de coordina- ,
(
2) En cambio, si se da la anomalía de la inversión (anás- ción, caben inversiones del tipo Virgiliano Turnus et, turribus
trofe), difícilmente se añadirá la disyunción, y en todo caso ésta aut, Veneris nec, etc.; pero no sabríamos dar ejemplos con la ; I
ha de ser mínima: anástrofes como haec inter, gente sub Hee- añadidura de una disyunción. /
torea, ilice sub nigra, etc., nos son relativamente familiares, aun- III. Si ahora nos fijamos en las inversiones y disyunciones 1 I
que sentidas como figura retórica. que afectan al sintagma predicativo (regla básica l.") y al sin- ,~.
Pero ya son llamativas rarezas las disyunciones, por leves tagma determinativo (regla básica 2."), aunque con mayor mar- ) I
.{
que sean, añadidas a la anástrofe: gen de libertad, los hechos son similares a los que acabamos de
ver en el apartado anterior. ,1
Lucrecio, 7, 718: quam fluitans circum. En el orden normal, es decir si no hay inversión, la distancia
Hor., Sat., I, 3, 68: uitis nemo sine nascitur. II, 3, 40: insanos que puede mediar ya sea entre el sujeto y su predicado, ya sea I
l }
qui inter uereare insanus haberi. entre un determinante y su determinado, puede ser máxima;
Virg., En., XI, 816: ossa sed inter. pero si se produce la anomalía de la inversión, la posible disyun-
i
(
ción de los elementos en cuestión sólo puede alcanzar dimensio-
Elementos subordinantes y coordinantes. -1) Esde lo más nes moderadas.
I
normal que una oración subordinada empiece con la conjunción A cualquier lector le será fácil buscar textos en que el sujeto
de subordinación (o pronombre relativo) y concluya con el verbo, vaya a más de media docena de líneas por delante de su verbo; (. )
sea cual fuere la distancia que medie entre ambos términos. en cambio, si el verbo precede al sujeto, la distancia susceptible I
(
r
210 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 211
de separarlos no puede alcanzar semejantes proporciones. Nos Vemos pues una inversión en las frases impresivas e interro-
parece ocioso dar ejemplos que están en la mente de todos. gativas, cuyos verbos suelen ir en cabeza, como es bien sabido.
y lo mismo ocurre con las disyunciones entre un determi- La razón de esta inversión nos parece obvia: en dichas frases el
nante y su determinado, según vayan éstos en su orden normal verbo es habitualmente la palabra clave, el soporte esencial del
o anormal. He aquí una notable disyunción (sin inversión) del mensaje; ello motiva su frecuente desplazamiento hacia la cabeza
sintagma Danaum... manu: de la frase: ya sea a la posición inicial absoluta en las oraciones
impresivas, ya sea a continuación de la palabra propiamente
Iluici cineres et flamma extrema meorum, interrogativa en las oraciones interrogativas. No creemos nece-
testor in occesu uestro nec tela nec ullas sario dar ejemplos.
uitauisse uices, Danaum et, si tata fuissent Frecuentemente se da como una ley rígida que las oraciones
ut caderem, meruisse manu. impresivas e interrogativas han de llevar su verbo en cabeza.
(Virg., En., 431-434). Nosotros queremos insistir en que la inversión no es nunca auto-
mática -como ocurre para ese mismo tipo de frases en las len-
No sería concebible la misma disyunción en el orden inver- guas románicas- y que si el autor latino quiere subrayar enfá-
sivo: manu ... Danaum. ticamente en la frase impresiva o interrogativa otro término- que
no sea el verbo, deja a éste en su sitio normal: os hominis in-
c) Desviaciones libres: sus motivaciones signemque impudentiam cognoscite (Cic., Verr., 4, 66). El acento
expresivo está evidentemente en la "cara dura" de Verres.
Si admitimos con los antiguos que toda infracción al ordo Aun en la modalidad aseverativa cabe desplazar el verbo a la
rectus es una desviación estilística, se comprenderá fácilmente primera posición por diversos motivos. Tácito, por ejemplo, en-
que no es posible encasillar mecánicamente en "reglas" todas y cabeza con el verbo un capítulo (Hist., I, 26) que por lo demás
cada una de las desviaciones estilísticas, es decir las vivenc\as podríamos presentar como modelo de ordo rectus, ya que sobre
más personales y no pocas veces irrepetibles que dan lugar a Uljla un centenar de palabras sólo aparecen dos o tres leves desvia-
determinada actuación del escritor en un momento concreto. El ciones más: Infecit ea tabes... "Alcanzó este contagio ... ". Evi-
efecto y por lo tanto el estudio de una desviación estilística no dentem:~nte se pretende centrar así la atención sobre la rápida e
puede captarse más que en su contexto. Con frecuencia es sufi- implacable expansión de un movimiento subversivo que va a pre-
ciente tener a la vista un contexto breve, y con no menor fre- cipitar la caída de Galba.
cuencia se impone la consideración de un contexto amplio. El desplazamiento del predicado sirve ya sea para presentar
A pesar de estas limitaciones, nos parece útil señalar algunos rápidamente una sucesión de acontecimientos, ya sea para insistir
motivos particularmente frecuentes de las transgressiones uer- en una peripecia repentina, ya sea para describir una situación
borum. imprevista o dramática: Luget senat'lts, maeret equester ordo,
tota ciuitas confecta senio est, squalent municipia, adflictantur
1. Motivaciones expresivas coloniae (Cíc., Pro Mil., 20). El verbo en cabeza de frase, dice
Marouzeau (L'ordre des mots en latin, 1953, pp, 48 ss.), subraya
Desplazamiento del verbo. - Para nosotros, como para Quin- una peripecia cómica, insiste en el valor de una argumentación
tiliano, "es indudable que toda forma verbal que no cierre frase oratoria, traduce un movimiento de tropas en un relato histórico,
constituirá un hipérbaton (= einversión») y este hipérbaton está dramatiza una visión poética, etc. En las páginas citadas se dan
catalogado entre los tropos y figuras que dan vigor al estilo" series de ejemplos.
(Quint., IX, 4, 26). Desplazamientos de los términos determinantes. - A la rela-
(
¡'
212 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 213
ción predicativa, única en cada oración, pueden añadirse variadas. propiamente dicha que enlaza los términos sujeto-predicado,
relaciones de dependencia gramatical en los sintagmas determi- como las subpredicaciones implícitas en los grupos determina- (
nativos. Éstos, formalmente, aparecen, frente al sintagma predi- tivos. De aquí el orden excepcional de las palabras que los
cativo, como secundarios, como "complementos". Ahora bien, si tratadistas suelen observar en las definiciones: Misericordia est
en lugar de considerar la estructura sintáctica, consideramos el aegritudo ex miseria olterius iniuria laborantis (Cic., Tusc., 4, 18).
contenido semántico del mensaje, puede ocurrir que el dato esen- , Lo propio ocurre también en las llamadas "oraciones de abla-
cial de la información radique precisamente en un término for- tivo absoluto"; y en todas las "oraciones participiales" en general.
malmente "complementario". La lengua latina entonces despla- El mero hecho de considerar "oraciones" a estas construcciones
zará esos determinantes esenciales para destacar la predicación (jsin verbo personal!) inclina a ver entre el sustantivo y el par-
implícita que contienen. Obsérvese el valor que cobran el abla- ticipio una relación predicativa, aunque desde el punto de vista
tivo luce y el adjetivo omnia al ocupar respectivamente las posi- formal se trata de un grupo determinante-determinado. Los au-
ciones reservadas en principio al sujeto y al verbo: Luce sunt tores podrán entonces optar por el orden normal de la relación
clariora nobis tua consilia omnia (Cic., Cat., 1, 6): "Más claros predicativa o por el de la relación de dependencia: Prima luce
que la luz del día son para nosotros tus proyectos en su totali- productis omnibus copiis, auxilus in mediam aciem coniel1tis
dad". Lo que nosotros subrayamos melódicamente en el lenguaje quid hostes consiUí caperent expectabant (César, B. G., 3, 24, T).
hablado o gráficamente en el lenguaje escrito, el latín lo puede
subrayar además mediante el orden de palabras. 2. Motivaciones estéticas
El adjetivo que sea simple determinante del sustantivo ha de
preceder a éste; y el adjetivo en función predicativa ha de cerrar Al inagotable capítulo de las desviaciones motivadas por ne-
la frase: omnia praeclara rara. En este proverbio todo es sen- cesidades expresivas hay que añadir otro no menos importante:'
cillo y normal, porque tanto desde el punto de vista formal como el de las desviaciones por motivos estéticos. Nos encontramos
desde el punto de vista del contenido, omnia es un claro deter- aquí con dos series de hechos: a) las alteraciones al orden nor-
minante, y rara un no menos claro predicado. mal de las palabras en aras del ritmo y la armonía; b) las altera-
Pero pueden surgir dudas en textos como este de Plauto ciones que tienden a adornar el estilo con tropos y figuras re-
(Poen., 1.111 ss.) : tóricas,
a) A la ordenación rítmica de las palabras se refieren mil
earum nutrix qua sit facie, mí expedí. veces los antiguos, sobre todo Cicerón y Quintiliano: cf. Cicerón, )
-Statura hau magna corpore aquilost ... Orator, 67; 83; 134 ss.; 187, 195-196; 201-202; 219, etc.; de oratore, I
)
Specie uenusta, ore atque oculis pernigÑ. III, 171; 201; 207, etc.; Quintiliano, VIII, 6, 62 ss.; IX, 3, 91; I
1
(
214 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 215
tivas y los efectos producidos por la sucesión periódica de sílabas Del mismo tipo es la inversión que hemos encontrado en pro
largas y breves; sabemos que incluso el vulgo analfabeto no Rab., 21, pro salute communi (d. supra, p. 2'4).
perdonaba a un actor que, cansado y medio dormido, había co- b) Otro factor decisivo muchas veces en la ordenación de las
metido un lapsus cuantitativo. El oído era pues un juez siempre palabras es el de las figuras retóricas. Oigamos una vez más a
a punto e infalible en la apreciación de los efectos fónicos. Cicerón (Orator, 134-135): "Hay todavía otras figuras que nacen
Nuestro oído moderno no está desgraciadamente en las mis- de la colocación de las palabras y que, como focos luminosos,
mas condiciones. No sentimos la cantidad y sólo indirectamente, . añaden mucho brillo al discurso; se parecen en efecto a aquellas
gracias a nuestros estudios, podemos deducir el valor cuanti- galas que se despliegan con ocasión de las grandes solemnidades
tativo de determinados elementos fónicos. en el teatro o en la plaza pública: no son los únicos motivos deco-
Por 10 tanto muchas veces nos escapará la razón de ciertas rativos de la fiesta, pero sí los que más destacan. Lo mismo ocu-
ordenaciones de palabras en aras del ritmo; otras veces si lo- rre con las figuras de las palabras, que son los focos luminosos del
grarnos captarla será tras un estudio paciente y no consultando discurso y en cierto modo sus galas ... " (Sigue aquí en el texto la
.directamente nuestro oído. enumeración de las "figuras") .
Hemos visto antes (p. 24) que Cicerón se limitaba a decir a El exámetro Spernitur orator bonus, horridus miles ctmatur
:sus lectores, sin más explicación, que comprobaran cómo las (Enn., Ann., 269), con una ordenación totalmente inversiva "en el
palabras en determinado orden sonaban bien, y 'en otro orden primer hemistiquio y totalmente normal en el segundo, nos ofre-
"todo se echaba a perder". A nosotros sólo las estadísticas nos ce un buen ejemplo de construcción orientada a lograr la insignis
descubren 10 que debía sonarles bien, regular o mal. exo1'natio de un triple quiasmo.
He aquí un nuevo ejemplo, que debemos una vez más a Ci- Las figuras de retórica -sigue diciendo Cicerón- son para
el orador "como un bosque" donde puede acudir en busca de
cerón (Orator, 214): temerüas Hui compr~bauit. Verborum or- materiales inagotables para nutrir su elocuencia; tienen razón,
dinem. inmuta, fac sic: comprobauit filii temeritas. Iam nihil erit. pues, los comentaristas al acudir, ya desde la antigüedad, a ese
Sabemos por las estadísticas de Laurand que nuestro autor mismo bosque para explicarse muchas construcciones literarias.
busca la cláusula crético-dicoreo y evita el crético-peón 4.;0. Ob-
.sérvese además que ni siquiera menciona la posible ordenación
normal filii temeritas comprobauit, sin duda porque en este caso § 5. - El orden de palabras como indicio
de orientación estilística
desaparecería el crético ({iliD, pie preferido como base de sus
cláusulas. Los buenos escritores, aun cuando se permiten las más graves
Para descubrir la razón de muchas inversiones es aconsejable y sorprendentes alteraciones del ordo rectus, nunca abusan hasta
reponer provisionalmente las palabras en su orden normal y el punto de oscurecer la norma básica, la invariable pauta que
comparar las dos redacciones. Así Cic., Verr., 5, 170: Facinus precisamente es indispensable para medir el grado y el arte de
una desviación. Las desviaciones están siempre en franca mino-
,est uinc-;'';;cfuem Romiin~m, scelus uerberare, prope parricidium
ría, una minoría que en ningún momento pone en peligro el
-necare, quid dicam in cruce m tollere?
orden general reinante en la lengua, pero una minoría, por con-
Observamos que hay una excepción al orden normal en uin- traste, muy llamativa y eficazmente expresiva.
cire ciuem Romanum en lugar de ciuem Romanum uincire; la Veámoslo estudiando dos textos de notoria irregularidad.
razón de la inversión parece clara: el orden normal acarrearía
una serie de cuatro espondeos seguidos; en cambio, la redacción 1. Prosa. - Fremant omnes licet, dicam quod sentio: biblio-
de Cicerón logra una base crética, seguida de sólo dos espondeos. thecas mehercule omnium philosophorum unus mihi uidetur XII
(
216 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN EL ORDEN DE PALABRASEN LATÍN CLÁSICO ,217
tabularum libellus, si quis legum fontes et capita uiderit, et terios distintivos separan la poesía y la prosa. y su contestación
auctoritatis pondere et utilitatis ubertate superare (Cic., de orat., insiste generalmente en los mismos puntos: cum licentiam statuo
1, 195). maiorem esse quam in nobis faciendorum iungendorumque uer-
El principio fremant omnes nos deja ya entrever una afirma- ~--
borum, tum etiam nonnuHorum uoluntate uocibu's magis quam
ción de máxima solemnidad. Luego hay, aparentemente, más rebus inseruiunt (Orator, 66-68).
arbitrariedad que orden en la construcción del período. Pero una He aquí un texto poético de los más audaces que se pueden
consideración más atenta demuestra lo contrario; para restable- citar:
cer el ordo rectus bastaría trasladar el omnium philosophorum
a la cabeza y ef mihi uidetur a la cola del período; en suma sólo malamque pectore expuli tussim
dos desviaciones, pero ambas de la mayor gravedad. En omnium non inmerenti quam mihi meus uenter.
philosophorum hay simultáneamente inversión y disyunción, ya dum sumptuosas appeto, dedit, cenas
que, además de ir el grupo pospuesto a su término regente, está (Cat., 44, 7-9).
separado de él por mehercule; y lo propio ocurre con mihi uide-
tur ... superare, donde coincide igualmente con la inversión una Salta a la vista que el poeta es notoriamente más libre que -el
disyunción de enormes proporciones. Los efectos que consigue prosista. No obstante volvemos a insistir: aun en los casos más
Cicerón son múltiples y en cadena. En primer lugar, al desplazar extremos el orden básico ha de predominar sin peligro de oscu-
el verbo de su habitual posición final, logra el autor su cláusula recimiento. En este famoso texto de Catulo son tres (sobre un
total de quince) las palabras desplazadas: tussim, quam, cenas. I
favorita ubertat~ s~p~rar';;(tipo esse uídeatur). Pero es evidente ,(
¿Qué efectos justifican la extraña disposición? Tratándose de
que para conseguir ese fin no necesitaba alejar tanto el verbo de
poesía suele prodigarse una respuesta fácil: la de las necesidades
su posición básica final; al llevarlo tan lejos consigue, por añadi-
métricas. Tal explicación nos parecería válida frente a un vulgar
dura, una llamativa disyunción (unus ... libellus) que pone de
versificador; pero un gran poeta no se conforma nunca, o casi
relieve el unus y el líbellus; a estos dos términos aproxima Ci-
nunca, con rellenar correctamente el esquema métrico.
cerón el omnium phitosophorum traído hábilmente aquí por la
Rara vez saldremos defraudados si reflexionamos sobre las
inversión y disyunción antes anotada. El efecto se hace ah,\ra pa-
construcciones anómalas para descubrir la intencionalidad del
tente: (bibliothecas mehercule) omnium philosophorum u~us ...
poeta. Aquí el quam produce una disyunción que ya subraya
líbellus, es decir "¡frente a las bibliotecas de todos los filósofos;
eficazmente el non inmerenti... mihi; esta primera exornatio
juntos ... un solo... folleto!".
incide sobre otra exornatio, a saber la lítote non inmerenti (fren- (
te al vulgar bene merenti). ¡I
2. Poesía. - Las normas no son esencialmente distintas
Con los otros dos desplazamientos nos parece que Catulo \
cuando se pasa de la prosa al verso. Según nos enseña Cicerón
buscó para los tres substantivos una disposición que materia- I
(Orator, 201-202), por lo que atañe al ritmo, al léxico y a la colo-
lizara arquitectónicamente, ad oculos, la relación existente entre (
cación de las palabras, las directrices son substancialmente las
mismas en la oratoria yen la poesía; más que en la naturaleza, la
tres realidades: la tos, la glotonería, los banquetes. Un intento I
de traducción que no traicionara demasiado el contenido del (
diferencia estriba en el grado de aplicación de los principios a
seguir: eadem cum faciamus quae poetae, effugímus tamen in
original podría ser ésta: I
(
oratíone poematis similitudinem ... frequentiores sunt et liberio- I
expulsé de mi pecho una peligrosa tos;
res poetae. (
no poco merecida la tenía mi glotonería,
Cicerón se planteó varias veces la cuestión de saber qué cri- por codiciar espléndidos banquetes. I
\
I
I
(
218 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
EL ORDEN DE PALABRAS EN LATÍN CLÁSICO 219
Los que llevamos ya largos años formando parte de tribuna-
§ 6. - El orden de palabras como indicio les examinadores sabemos con qué frecuencia caen en la trampa
de orientación sintáctica nuestros estudiantes' e incluso nuestros candidatos a cátedras.
Pero el orden normal de las palabras nos lleva sin titubeos a la
Si el orden excepcional es siempre un dato del mayor interés debida interpretación: "Entre hombres y mujeres de tal calaña
para la interpretación estilística, el orden habitual es siempre un se hallaba su hijo ya adulto, de modo que, incluso si la natura-
utilísimo indicio de orientación sintáctica, ya que permite al leza no 10 arrastrara a parecerse a su padre, la costumbre en
lector prever por dónde ha de buscar en principio los términos todo caso y la educación recibida lo forzaran a parecérsele".
sintagmáticamente relacionados entre sí. Este indicio llega a ser
no pocas veces una indispensable ayuda gracias a la cual la frase
latina no se convierte en enigma. § 7. - Conclusión
Ello ocurre cuando hay sobrecarga de determinaciones suce-
sivas y en cadena. El escritor debe entonces atenerse tanto más
estrictamente al orden normal cuanto mayor sea la aludida sobre-
.
No hemos pretendido, en un simple artículo , estudiar exhaus-
tivamente el complicado problema del orden de palabras e,.nla-
carga, para que el lector no se pierda ni pueda titubear en la tín; hemos tenido presente tan sólo el período clásico sin referir-
I ,
interpretación. Así ocurre en el siguiente texto de Valerio Máxi- nos a la posterior evolución que apunta ya al orden románico.
mo (1, 6, 11): et itlae elades... maiores: ...optimae indolis filii Sin embargo, las cuestiones tratadas nos parecen del mayor in-
cruore paterni respersi oculi, corpus imperatoris inter promiscuas terés teórico y práctico. Muchas de las ideas expuestas son ex-
cadauerum strues auiuni ferarumque laniatibus obiectum "Ma- clusivamente nuestras; otras, sin ser originales, eran ya letra
yores todavía son los desastres siguientes: ., .los ojos de un padre muerta para varias generaciones. Pensamos que merecían sacarse
salpicados con la sangre de un hijo de inmejorable carácter, el del olvido y que la consideración del orden de palabras debe
cuerpo de un general expuesto a la voracidad de las aves y de las ocupar un primer plano en nuestra enseñanza del latín y en
fieras entre confusos montones de cadáveres". nuestro contacto con sus textos.
Todos los determinantes de oculi están rigurosamente orde-
nados; corpus lleva una determinación única, pospuesta y, ~omo
tal, expresiva: "el cuerpo (nada menos que) de un genera! ex-
puesto a ... "; sigue luego un cúmulo de determinaciones al pre-
dicado obiectum todas ellas en estricto orden normal.
Es decisivo .el orden de palabras cuando un determinante
puede aplicarse aparentemente con la misma verosimilitud, ya
sea a un término que le precede ya sea a otro que le sigue en la
cadena hablada. El problema se presenta dos veces en el breve
texto siguiente: Inter eius modi uiros et mulieres adulta aetate
fmus uersabatur, ut eum, etiam si natura a parentis similitudine
abriperet, consuetudo tamen ae disciplina patris similem esse
cogeret (Cie., Verr., 5, 30).
O (rganización)
I
(del) T (ratado)
I
(del) A (tlántico)
I
N (orte)
APÉNDICE 1
No vamos a añadir en este apéndice nada sustancialmente nuevo tes (con relación al que tienen ~e~c~~~.al que tienen encima) y regen-
respecto a lo que queda dicho en el capítulo. Pero sí queremos dar
3; La comprensión de la sigla es in t r .~
nuevas perspectivas a la misma doctrina y, sobre todo, plasmarla en capta el sentido de la totalidad en s antanea, ~te~poral: la mente-
ilustrativos gráficos. Éstos pondrán de manifiesto con claridad me- con cualquiera oración po 1 un presente psiquíco, como sucede
ridiana el orden reinante tanto en el plano interior y abstracto de la en su memoria los datos r ar~a qude slea: el oyente va registrando
estructura sintáctica como en el plano externo de la cadena escrita. sucesIvos e a cadena hablad ( .
y, al organizarlos luego sintáctica . a o escrita)
El orden de la cadena escrita es lineal, unidimensional e irrever-
sible como la línea del tiempo. En cambio el orden sintáctico-estruc-
en la unidad sintáctica superior s:::ge:tleacconsus d:~ldas conexiones
.Q ., ,0mprenslOn
I
¿ uien no recuerda su .. .
tural es pluridimensional (puede comportar ramificaciones a partir ¡Cuántas veces dando vue:taexpenenlctlas de traductor principiante?
de un punto dado), y, además, es reversible: una palabra puede estar , ' s Y vue as a una frase en 1 d
conectada con otra u otras que, inmediata o mediatamente, la siguen
o la preceden; puede haber conexiones hacia adelante o hacia atrás,
y entre términos contiguos o distanciados (¡con frecuencia muy dis-
velamos claro de pronto tod
q~ieta! L?grába~os la síntesi~ ::n
sabamos mstantaneamente de la obs
h'
id d'
:;;:os~~~:;:
I
=s~:~: a que na a
ment; in-
' y aSI pa-
dad más meridiana. cun a mas completa a la clari-
tanciados!) en la cadena escrita. Frente a esta realidad sintáctica, una
palabra no puede formar eslabón en el orden lineal más que rtre
dos términos contiguos (el precedente y el siguiente). x Y
Pero, a pesar de estas antinomias, lo cierto es que orden lineal
y orden sintáctico-estructural, lejos de interferirse y entrar en con-
flicto, andan normalmente coordinados: ambos se basan en el mismo Vamos a convenir que la
representación vertical O
principio ordenador.
1. Y, para ilustrar la cuestión, observemos cómo juegan dos pa- I
T
labras de la máxima actualidad política: en los países latinos habla-
I I
mos de la OTAN para referirnos al mismo tratado que en los países (
A
anglosajones se llama NATO.
I I
NATO y OTAN se corresponden como traducción interlingual en N
dos áreas lingüísticas distintas.
alude da la síntesis atemporal e instantánea que se produc
1. Este apéndice es parte de un artículo que, baio el título de "Método audio- punto e la línea temporal Xy. e en un
visual en la enseñanza del Latín", publicamos en Revista de Bachillerato, Cuaderno
Monográfico 6, sobre Lenguas Clásicas, 1980. 5. Ahora bien, si hemos de concebír nl d .,.
tural como instantáneo y atemporal el h eh or en sllntach~~-,estruc-
, ec o es que a emisión (por
222 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
APÉNDICE
223
., ( t del oyente) no pueden
parte del hablante) y la recepción . por pa\:adas en la línea tempo- 2. Tu (1) istis (2) [aucibus (3), istis (4) lateribus (5), ista (6) gladia-
. r unidades sucesivas y SI
efectuarse, smo po 1 id des sintáctico-estructurales a la se- toria (7) totius (8) corporis (9) firmitate (10), tantum (11) uini (12) in
ral. y para transportar as U~l a ue se nos ofrecen: empezar por " Hippiae (13) nuptiis (14) exhauseras (15) ut tibi (16) necesse esset (17)
cuencia lineal, son dos las.opcIOn;s q tructural o por su extremo su- in populi (18) Romani (19) conspectu (20) uomere (21) postridie (22).
el extremo inferior de la jerarquía es TAN) (Quint. 1. O. IX, 4, 30; Cíe, Phil. n, 63,) (22 + 3 = 25. DESVIACIONES: 2;
ORDEN: 92 %.)
perior (véase lámina 1:. el esque~: ~~~~ el ext~emo inferior de la
Tú, con esas tragaderas, con esos pulmones, con toda esa robustez fí-
. Las ,lengut:~c::;~~s~:~:n:~~e
]erarqUla es . n:olatinas empiezan por el extre- síca de un gladiador, habías engullido tanto vino en la boda de Hippias
que te viste en la necesidad de vomitarIo al día siguiente en presencia d21
pueblo.
mo Curiosamente
superior. el latín no es una 1engua OTAN , como las neolati-
. NATO como las anglosajonas.
nas, SInO d 1ti NATO se denominan lenguas centrípetas (por- 3. (Mag7'i.aeBritanorum manus) multitudine (1) nauium (2) perterri-
Las lenguas e ipo . h . 1 t) o as- tae (3), quae (4) cum annotinis (5) priuatisque (6) quas (7) sui (8) quis-
d hablada arranca de la periferia acia e cen ro
que su ca ena d 1 . el inferior de la jerarquía estructural que (9) commodi (10) causa (11) fecerat (12) amplius (13) octingentae (14)
cendentes (porque van .e mv 1 1 del tipo OTAN se deno- uno (15) erant uisae (16) tempore (17) a littore (18) discesserant (19).
a su nivel superior); y, VIceversa, as enguas (César, B. G. V, 8.) (19+2 = 21. DESVIACIONES: 2; ORDEN: g;¡ %.)
minan centrífugas o descendentes. (Las grandes manadas de británicos) se habían retirado del litoralllte_
rradas ante la masa de embarcaciones, que, entre las del año anterior
NOTA- La antinomia de la atemporalidad del orden estructural y las particulares que cada cual se había construido por personal interés,
Y la te mp~ralidad del orden lineal nos está impuesta por dla nat~dra- e:·tJban simultánemente a la vista en número Superior a las 800.
. d to emisor e soni os
le::I~~:~:r:o:~o~~g!~a~:; :l:!O~:str:r:::n::~Z:ed~ produci: acordes, 4. His (1) rebus (2) gestis (3), Labieno (4) in continenti (5) cum
SI d itir las mismas notas, smo sucesivamente, tribus (6) legionibus (7) et equitum (8) milibus (9) duobus (10) relicto (11),
pero el cantor no pue e erru 1 "d . I-do" o "do-sol-
ya sea subiendo, ya bajando la esca a: o-mi-so , ut portus (12) tueretur (13) et rem (14) frumentariam (15) prouideret (16),
mi-do". quaeque (17) in Gallia (18) gerentur (19) cognosceret (20) consilium :
que (21) pro tempore (22) et pro re (23) caperet (24), ipse (25) cum
qUinque (26) legionibus (27) et parí (28) numero (29) equitum (30)
quem (31) in continenti (32) reliquerat (33), ad solis (34) occasum (35)
Radiografía sintáctico-estructural de algunos períodos clásicos +
naues (36) soluít (37). (César, B. G. V, 8.) (37 15 = 52. DESVIACIO_
NES: 2; ORDEN: 96,2 %.)
Vamos a o b servar.,. a) Ca'mo ante la simple mirada . de un grá- 1 \
fi
co, se
puede comprobar la regularidad del orden reInant~ :D
a
5. Est rídiculum (1) ad ea (2) quae (3) habemus (4) nihil (5) dicere (6)
colocación de las palabras lati
atinas; . b) cómo las "')
escasas desviaciones
, 1 qwterere (7) quae (8) haber.e (9) non (10) possumus (11) et de homi.:
d larden normal reflejan evidentes matices estilísticos; e como ~ num (12) memoria (13) tacere (14), litterarum (15) memoria m (16) (lagi_
disposición de los miembros en sabios períodos pueden retratar a tare (17), et cum habeas (18) amplissimi (19) uiri (20) religionem (21),
aculas ciertas facetas estilísticas de sus autores. di láminas' intcgerrimi (22) municipii (23) iusiurandum (24) fidemque (25), ea (26)
He aquí los textos que vamos a ilustrar en las a Juntas . quae (27) deprauari (28) nullo (29) modo (30) possunt (31) repudiare (:32),
tobulas (33), quas (34) idem (35) dicis (36) solere (37) corrumpi (38), desi-
+
derare (39). (Cíe. Pro Arch. IV, 8.) (39 6 = 45. DESVIACIONES: 3;
ORDEN: 93,4 '!c.)
1Non (1) iudicis (2) solum (3) seueritatem _(4) in hoc (~) cri~;e
d . (7) inimici (8) atque accusatoris (9) mm (10) susctpere ()
d~)
"
Es ridículo, por una parte, no mencionar 10 que tenemos a mano, bus-
car en cambio pruebas que no se hallan a nuestro alcance; por otra parta,
se prape . (ORDEN: 100 o/c.) silenciar el testimonio de las personas físicas y reclamar en cambio los
bes (12). (CIC.Yerro n, I~, 69'1) . , sólo la severidad de un juez sino testimonios literarios, y, cuando cuentas con la sagrada garantía de un p-ir-.
Debes asumir en esta !DCU pacion no
la energía de un enemigo casi personal y de un acusador. sonaje de la mayor - solvencia, con el juramento y lealtad de un munici-
pio sumamente - intachable, rechazar lo que de ningún modo puede fal-
224 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN Vl (
W
searse y reclamar los registros, de los que también tú reconoces las ha- (
bituaies adulteraciones. •
(
6. Tácito, Hist. I, 5: Miles urbanus longo Caesarum sacramento im-
blltlls et ad destituendum Neronem arte magis et impulsu quam suo inge- (
nio traductus, postquam neque dari donatiuum sub nomine Galbae pro-
missum neque magnis meritis ac praemiis eundem in pace quem in bello
locum praeuentamque gratiam intetlegit apud principem a legionibus (
factum, pronus ad nouas res scelere insuper Nymphidii Sabini praefecti
imperium sibi molientis agitatur. (
La guarnicién urbana, adoctrinada por el largo juramento -de-lealtad
a favor de los Césares, fue inducida a destituir a Nerón más por impul- (
so-ajeno que por su propio carácter; cuando hubo comprendido que ni se
le entregaba el donativo prometido en nombre de Galba, ni había en la
paz la misma oportunidad que en la guerra para importantes méritos
(
y recompensas, y que se le habían adelantado en el favor del princeps
las legiones que lo habían entronizado, propensa (ya) a la revuelta, estaba, ,{
además, movida por la criminal-manipulación del prefecto Nínfidío Sa-
bino, que maniobraba para hacerse con el poder. (
NOTA: Este último texto de Tácito y su traducción requerirían un 7:i
~
amplio comentario. Digamos tan sólo que su unidad orgánica se pone de ..
e (
manifiesto en el gráfico; no se refleja en nuestra traducción: incapaces E a:
de construir en nuestra propia lengua un período similar, hemos desdo- ~ UJ
(1
Láminas 1 y 2: Regularidad del orden de palabras.
I
Lámina 1 (a y b). 1. Ponemos a las palabras el número que, conse-
(
cutivamente, les corresponde en la secuencia escrita; no asignamos nú- I
mero ni a las preposiciones ni a las conjunciones, pues consideramos una (
sola unidad el sintagma "preposición + sustantivo" y sólo ponemos nú-
mero al sustantivo; análogumente, la conjunción coordinante forma unidad /
.¡;--ea.
:~al
COIl el elemento coordinado por ella, y (aunque aquí no hay ninguna) la
.~ .eL
conjunción subordinante con su verbo. Así pues el núm. 6 vale para in Vl~
W
crimine; el núm. 9, para atque accusatoris. al, _
2. Analizaremos luego el texto a la manera tradicional: ~"'
E-__gU'>
UJ
·C s;
Toda la vida, al analizar, nos hemos expresado en términos como los o u
siguientes: "tal palabra rige a tal otra", o viceversa, "tal palabra está re- .s
gida por", o "subordinada a ... ", o "depende de tal otra". Ahora bien "regir"
significa "mandar", "ser superior" o "estar por encima"; y "depender"
significa etimológicamente "colgar de" cf. latín dependere); por lo tanto
todos los términos "dependientes" o "subordinados" se los "colgaremos"
verticalmente al término del que "dependen", o, desde la perspectiva in-
..:
versa, al término que los "rige". Así representaremos el gran conjunto
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228 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN APÉNDICE 229
de las conexiones verticales y estableceremos la jerarquía de sus conexio- • También nos hemos referido anteriormente a las antinomias entre
nes en la oración estudiada. orden lineal y orden estructural. Ahora en esta lámina vemos cómo se
Naturalmente, cuando varios términos dependen del mismo regente, salvan sin obstáculo dichas antinomias y, lejos de interferirse, conjugan
la verticalidad habrá de ceder a. la oblicuidad, ya que desde un punto perfectamente sus exigencias a pesar de sus aparentes incompatibilidades.
único, A., no podrá caer en vertical más que una línea única: A.' En ello vemos la confirmación matemática de nuestro acierto al for-
I mular las normas que regían el orden de palabras en la secuencia escrita
B del latín.
Si del término A depende no solo B, sino igualmente C, D, etc., el es- 4. Volvamos a la lámina para anotar todavía algunas observaciones
quema visual pasará necesariamente a representarse en forma de haz: de interés.
La lámina 1 a, como queda dicho, representa el orden jerárquico-es-
A
tructural, psíquicamente atemporal. La lámina 1 b pretende representar
I el inicio del giro hacia el orden lineal y temporal, NATO. Puede com-
B C D
probar el lector que, si se completa el giro hasta poner en lí~ea horizontal
Entre la gran masa de conexiones verticales, pueden presentarse tam- todos los elementos de la frase, o también, si se proyectan todas las pala-
bién determinadas conexiones horizontales: ello ocurre cuando un miem- bras sobre una misma base, se reconstruye exactamente el texto tal como
bro cualquiera de la organización jerárquica se desdobla mediante la coor- lo escribió Cicerón. 'w
dinación (aunque seu en la forma elemental de la yuxtaposición o aposi- Podíamos haber dibujado una tercera variante de la misma Iámina.rque
ción); en los gráficos recogemos horizontalmente, con "llaves" esos ,ele- sería exactamente la imagen simétrica de 1 b, y que correspondería al
mentos desdoblados y homofuncionales, a los que corresponde el mismo orden lineal OTAN, es decir, al orden español.
nivel jerárquico en la estructura sintáctica. y es ahora el momento de dar un primer consejo de traductor: consejo
3, Una vez levantado así el plano de la red estructural, quedan visrs l- fundamental para los alumnos. Éstos, normalmente, deben cambiar el orden
mente conectadas todas las palabras, ordenadas jerárquicamente según la NATO del latín al orden OTAN del español, y no conformarse con esas
función que a cada una le corresponde desempeñar. lamentables y extrañas traducciones llamadas literales ... Tales traduccio-
Por último, transportamos sobre el gráfico, junto a cada palabra, el nes pueden lanzarse alguna vez en clase, como ensayo a modo de impro-
número de orden que le corresponde en la secuencia lineal. visación, pero nunca deben aceptarse escritas, para evitar esas deforma-
Ahora bien si se recorren las series numéricas a lo largo de cada hilo ciones mentales que tanto tiempo suelen arrastrar nuestros alumnos y que
de la red, salta a la vista que tales series numéricas quedan "ordenadas": tanto nos cuesta luego enderezar en sus estudios superiores, si es que
ordenadas de menor a mayor o de mayor a menor, según se recorran las llegan a ellos.'
líneas de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo: d. 1, 3, 11, 12; 2, 4, Quede, pues, claro que no sólo podemos, sino que debemos, cambiar el
11, 12; y así sucesivamente, sin ningún fallo. orden de las conexiones verticales, pero no podemos ni debemos cambiar
Nosotros ya habíamos descubierto la regularidad del orden de pala- el orden de las conexiones horizontales. Cuando una función se desdobla
bras en la cadena hablada latina; ya explicábamos en nuestras clases las en dos, tres o más elementos (d. los numerosos casos de "llaves" en las
normas de la colocación de esas palabras tal como después las formulamos láminas), dichos elementos desdt)b~s no se hallan en conexión vertical,
en nuestra Sintaxis; pero, cuando un día, hace unos 15 años, ante un grá- es decir, como dependientes unos de otros, sino horizontal; entonces el
fico de la red estructural, se nos ocurrió colocar junto a cada palabra el traductor no puede barajarlos a su capricho: han de llevarse traducidos
número que consecutivamente le correspondía en la secuencia lineal, nos en bloque (yen el orden del original) al sitio que al bloque le corres-
quedamos asombrados al saltarnos a la vista que también en la red estruc- ponde en la jerarquía de la verticalidad.
tural quedaban las palabras "ordenadas" al tenor de los mismos índices
numéricos que les correspondían en la secuencia lineal.
Pronto vimos la razón de la sorprendente coincidencia; si nos fijamos 1. Los alumnos ingleses o alemanes de latín están en mejores condicionesque
los nuestros al encontrarse ya de antemano con un orden de palabras en latín tan
en el esquema, próximo a la mentalidad de su propia lengua materna.
advertimos que, verticalmente, ~ O Hubo una época en que era habitual en nuestra pedagogía oír al profesor dar
(en el orden jerárquico), NATO (en el orden lineal T como consigna una triple ordenanza: ¡Lee, ordena y traduce! Y yo recuerdo a un
centrípeto de las lenguas anglosajonas, y la latina) y A niño de unos 15 años replicar con tanta ingenuidad como sentido común: "Leer es
OTAN (en el orden lineal de las lenguas neolatinas) N fácil; pero eso de ordenar -¡ay!- [si yo pudiera ordenar, ya lo tendría traducido!"
A nuestros latinistas principiantes debemos enseñarles en seguida que la pala-
son, en el fondo, una sola y misma realidad, aunque bras latinas "ya están ordenadas", pero ordenadas al estilo NATO; no les resultará
vista desde distintas perspectivas. difícil convertir el orden NATO ~ el orden OTANde su lengua materna.
,
230 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN APÉNDICE 231
Lámina 2. Hemos dado el texto de la lámina 1 como muestra del regularidad del orden de palabras, regularidad que oscila entre el 90,2
orden de palabras en latín, con un '100,por 100 de regularidad. Este ejemplo y !J6,2 por 100, según los textos. No vamos a seguir insistiendo, después
sencillo e ilustrativo ciertamente, lo hemos elegido nosotros. Y para que de 10 dicho anteriormente.
nadie piense que, sin ese ejempio elegido ad hoc y utilitatis causa, no 2. Lo que sí queremos es recordar una observación de Quintiliano
podría demostrarse la exactitud de nuestra teoría, volvamos ahora al texto sobre las desviaciones al orden normal: son, dice, desviaciones intenciona-
que daba Quintiliano (d. supra, pág. 200) a sus discípulos para enseñarles das y, por lo tanto, de carácter estilístico. Es, pues, conveniente fijarse en
que una palabra, postridie, no estaba colocada en el sitio que normalmente las desviaciones para tratar de descubrir los presumibles matices estilís-
le correspondía (como determinante del verbo debía precederlo y no se- ticos del texto. No siempre alcanzaremos éxito seguro, pero vale la pena
guirlo). intentarlo, y, la mayoría de las veces, daremos con explicaciones convin-
Establecemos el gráfico como lo hicimos en la lámina 1 a. centes.
Si recorremos luego los hilos de la red, vemos que hay cuatro pala- Veamos como muestra la lámina 3. Ahí tenemos una oración no de-
bras que no quedan "ordenadas": las que llevan los números 12, 17, 19 masiado compleja todavía, pero sí con ciertas simetrías ¡nuy clásicas.
y 23. Son, a primera vista, cuatro excepciones a las normas esperadas. El conjunto de la oración comprende una principal en "la que encaja
Hemos marcado dos de los "fallos" con un círculo, y los otros dos con un una primera subordinada relativa; y luego, dentro de esa relativa, va
recuadro (y de modo análogo procederemos en las sucesivas láminas cuan- encajada una segunda relativa. También aquí, si proyectamos perpendicu-
do haya lugar). larmente tedos los elementos sobre la base, acertamos a reconstruir el
Con el círculo marcamos "fallos" tan sólo aparentes; pues no hay que texto tal como lo redactó César. ~
olvidar que, según dijimos en la sintaxis estructural, existen en latín cier- Las dos desviaciones que saltan a la vista son, los números 2 y -16. El 2,
tas "secuencias fijas", en las que no cabe libertad de elección entre varias un genitivo (nauium), como determinante de muhitudine, debía preceder
posibilidades de ordenar las palabras, por ejemplo, populus Roman1!s, res a su regente y no seguirlo, como lo sigue en este texto de César y lo ha
fmmentaria, praetor urbanus, consul iterum, consul tertium. etc. No t'~ de seguir necesariamente en castellano. César procedió así para subrayar
muy crecido el número de "secuencias fijas" en estadística absoluta, pero /" el término nauium. Las aludidas "manadas" de británicos (la palabra manus
como se trata siempre de expresiones muy usuales, aunque minoritarias, €3t<Íen el contexto inmediatamente anterior a nuestra cita), que recorrían
abultan más de lo .que representan en el léxico latino. sus costas en misiones de observación, se quedaron "aterradas" (perterri-
No podemos decir, al topar con esas expresiones, que el escritor se tae) "por la multitud", no de hombres o guerreros, que parecían las pala-
haya desviado del orden normal y esperado, ya que es un orden obliga- bra llamadas por "multitud", sino "por la multitud de navíos". La pospo-
torio. sición de nauium en latín corresponde a nuestro subrayado en la tra-
y marcamos con un recuadro las desviaciones reales, como son el pos- ducción.
trulie que comenta Quintillano (núm. 22) y también 'el núm. 17. El núm. 16 (el verbo) también está ligeramente desplazado: el orden
En un total de 25 palabras (22 con núm. y 3 sin él, por tratarse de pre- normal hubiera sido uno tempore erant uisae (el verbo cerrando frase);
posiciones o conjunciones), hay pues dos desviaciones; el coeficiente de César escribe uno erant uisae tempore; con ese mínimo desplazamiento
regularidad alcanza el 92 por 100. el autor logra una expresiva disyunción, un pequeño suspense: uno ...tem-
pore, "en un solo" ¿qué? "en un solo ... instante", es decir, "a la vez" o "al
mismo tiempo". Los británicos, sobre sus costas, tenían la oportunidad de
Lámina 3: Orden de palabras y estilística. contemplar innumerables embarcaciones, con tal de ir sumando día a día
,al verlas navegar ante su litoral; lo extraño y "aterrador" fue el espec-
táculo de tal multitud de navíos "a la vez".
1. Para elegir el texto de esta lámina y las siguientes no hemos tenido
en cuenta más que su extensión y complejidad, motivo de múltiples y 'va-
riadas dificultades; todo en estas oraciones serán problemas para inexper-
tos; pero incluso los profesionales nos veremos en algún aprieto, sobre Láminas 4, 5 y 6: Caracterización personal de Cicerón y Tácito.
todo a la hora de traducirlas en un estilo aceptablemente satisfactorio.
Además, al tratarse de tan sabios períodos, hemos de referirnos a ese Los gráficos que presentamos reflejan ciertos rasgos estilísticos que di-
estilo tan típicamente clásico y tratar de caracterizarlo. fícilmente captamos en toda su integridad sin dichos esquemas visuales.
Los gráficos, con sus datos objetivos y visuales, nos ayudarán muy efi- Se dice del arte clásico que en todas sus manifestaciones (literatura,
cazmente a ilustrar esos textos y resolver cuantos problemas nos planteen. pintura, escultura, arquitectura, etc.) es un. arte equilibrado, simétrico,
Los textos 3 y 4 llevan en las láminas la numeración que les corres- armonioso y proporcionado en todos sus elementos ...
pende en la secuencia lineal, para que así el lector siga comprobando la Tales características pueden contemplarse en el conjunto de nuestras
232 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN APÉNDICE 233
láminas. En cada una de ellas apreciamos una enramada bastante regular, Hay una impresionante desproporción entre los dos miembros que in-
que nos recuerda, no una vegetación desigual y anárquica, sino un jardín tegran la oración, el sujeto y el predicado: miles... agitatur.
cuidado por esmerada labor de poda. También se han comparado esos El sujeto se expande en sucesivas ramificaciones: miles urbanus ..' im-
períodos clásicos a soberbios edificios de entre 6 y 9 pisos cuyos pabello- butus... traductus... pronus... Esta última ramificación (miles... pronus)
nes forman conjuntos proporcionados en alturas y volúmenes. constituye la gran sorpresa; va precedida de una amplísima oración tem-
Podríamos admirar en la lámina 4 el texto de César, con su 96,2 o/r de poral (postquam ...intellegit) y nos imaginamos que, muy arropado ya el
orden en la colocación de las palabras; dejemos no obstante ya de lado sujeto, el autor, con esa circunstancia temporal, apunta hacia un predi-
"el orden" para fijarnos en otros aspectos de la soberbia construcción. Como cado que se está haciendo esperar demasiado; pero surge, de improviso,
tantas y tantas veces, un primer y vulgar ablativo absoluto (his rebus ges- la última y tardía determinación del sujeto (miles... pronus...); esta rama
tis) nos sirve de transición a un nuevo capítulo, al parecer, sin pretensio- abraza y envuelve la compleja oración temporal antes mencionada y así
nes. Pero, apenas cruzado el modesto umbral, ¡qué lujo en el primer la incorpora, como a viva fuerza y en volandas, a la masa del sujeto; en
pabellón! Es un segundo ablativo absoluto (Labieno ... relicto), pero éste este organismo de 60 palabras, más de 50 quedan convertidas en la inmen-
no repite ya el ablativo de rutina: es un ablativo absoluto grandioso; sa cabeza del sujeto, a la que se añade, como minúsculo apéndice, el pe-
abarca él solo más del 50 por 100 del llamativo volumen construido (d. queño resto en función predicativa. Estamos, pues, ante una auténtica
gráfico) . caricatura; en los antípodas de la proporcionalidad canónica de la escul-
tura clásica. ...
Vamos a insistir algo en las láminas 5 y 6 para captar a lo vivo ciertas Lo típico y sorprendente de Tácito, lo que no cabe imaginarse err-Ci-
cerón, es el entrecruzamiento en las líneas de conexión (d. líneas miles...
sustanciales diferencias entre el estilo de Cicerón y el de Tácito.
El texto núm. 5 es un típico período ciceroniano, en el que la simetría pronus y agitatur-postquam ... intellegit).
La maniobra envolvente del sujeto arrastra a la órbita de su propia (
y la proporción clásicas alcanzan el summum de la perfección.
Quien mire la correspondiente lámina observará que, desde el centro masa el cuerpo de su partenaire en el juego oracional: ese movimiento
envolvente es lo que nos recuerda en Tácito ciertos pasos del violento
verbal, arrancan dos alas: el ala izquierda comprende 6 elementos empa-
rejados y c:lordinados a pares de bloques: el aja derecha es una pareja rack and roll, como la perfecta e impecable símetcía de las parejas en el
más y aparte, como un pabellón aislado. Las 4 parejas andan muy al uní- texto de Cicerón nos hacía pensar en un suave minué.
sono en su estructura. Imaginemos la desnuda y abstracta red estructural
Quizá nos hayamos extendido ya demasiado. En general, cada texto
en sus líneas representativas prescindiendo ya de los elementos reales
es decir, las palabras así estructuradas: como en un baile de minué, los reducido a imagen visual sugerirá su comentario adecuado. Bastan los
ejemplos aducidos como muestras de lo que puede aportar a nuestra peda-
dos miembrcs de cada pareja aúnan a la perfección el ritmo de sus movi-
mientos hasta el más mínimo detalle. No sólo hay simetría en el número gogía la materialización de las ideas que tan sólo manejamos habitual-
y coordinación de elementos funcionales, hay también exacto paralelismo mente en abstracto.
en el plano morfológico y en las oposiciones semánticas; cf., por ejemplo
(pareja 2):
tacere-flagitare; '1
de memoria-memoriam; I
hominum-litterarum.
juenit.jueniat.jueniret.j
juenit? jueniat? jueniret? j
juenit! [uenuii!jueniret! j
acabando uno por no saber ya qué significado corresponde a la . En el eje 1 aparecen las nociones de "real", "potencial" e
forma en sí misma o llegándose a dudar de que tal forma sea, por "irreal" que tantas veces se han atribuido a las correspondientes
sí misma portadora de algún significado constante y precisable. formas verbales.
Incluso es ya normal que todos nuestros manuales empiecen el En el eje II tenemos las modalidades de la frase (llamadas
capítulo del subjuntivo (o de los modos en general) proclamando también modo (¿?) "aseverativo", "interrogativo" e "impresivo")
la imposibilidad de fijar la significación "fundamental" de los que, desde fuera, inciden sobre el verbo.
modos y las inevitables discrepancias que surgen entre los auto- Intentaremos desarrollar estas ideas en las páginas siguientes.
res al tratar de la "acepción" que corresponde a las variaciones Pero ya desde ahora, y ante el esquema propuesto, pueden ha-
modales del verbo y más concretamente a las variaciones "sub- cerse ciertas observaciones que nos parecen del mayor interés.
[untívas" .
C) 1. Las etiquetas de la gramática descriptiva son todas
B) Frente a este estado de opinión tan general, frente a la buenas al cincuenta por ciento y deficientes al otro cincuenta
afirmación según la cual "sería vano pretender ser, demasiado por ciento. Se han puesto siempre desde uno de los dos ejes,
racional en la descripción del subjuntivo, ese modo que depende sin reparar que, en el habla, toda forma verbal representa -.zm
esencialmente del dominio de la subjetividad" (Ch. Hyart, Les vértice o cruce de dos conjuntos de nociones que nada tienen
origines du styte indirect tatin, Bruselas, 1954, p. 69), nosotros de común entre sí. En cada vértice, una forma dada recibe un
pensamos que todo puede aclararse si desglosamos los complejos rasgo de cada eje, sin que estos rasgos pierdan nunca su irreduc-
/uenit./ueniat.jueniret.j, etc., en sus elementos constitutivos y si- tible originalidad o se confundan. y siempre que los gramáticos
tuamos en ejes distintos -como un sistema de coordenadas ma- discrepan o se contradicen, lo que hacen es darnos la verdad
temáticas o un sistema de meridianos y paralelos geográficos-e- total por entregas: una explicación ofrece la perspectiva desde
los significantes constituidos por las desnudas formas verbales un eje, y la etiqueta discrepante nos da la perspectiva desde el
y los significantes melódicos de la frase: segundo eje.
2. Así, cuando un autor (por ejemplo, Ernout-Thomas, pá-
Eje I gina 236) llama a una forma como jueniat? j subjuntivo "poten-
Nivel de la forma verbal cial", se sitúa en el eje 1; y, cuando otro autor (o el mismo,
cf. Ernout, p. 242) llama al mismo jueniat? j subjuntivo "deli-
!
tJ o
'Ó
I ~ Acción Ac, po- Acción berativo" es porque se sitúa en el eje II; la descripción total
MODOS ~ ~ R~AL n;NCIAL ffiREAL
sería en ambos 'casos "potencial- deliberativo": Quid faciam?
Sígnific- ~(~
'" I
uenit 1l.eniat ueniT~t
"Qué puedo (podría) hacer?". En la traducción reflejamos el
rasgo "potencial" que hay en faciam por el léxico "poder"; y la
-ado -ante
'tl modulación interrogativa expresa en ambas lenguas la modali-
...
e
'tl
ti A) Modalidad LÓGICA:
dad "deliberativa" de la frase.
-e ~ Ha de notarse que el rasgo "potencial" es intrínseco a la va-
<lO
/./ uenit. ueniat. ueniret.
~ AsEVERATIVA riación temática del verbo, y que, en cambio, el rasgo "delibera-
1-1
1-1
~ 3"g
1. I?I uenit? lteniat? ueniret? tivo" le viene a faciam de fuera, de la modalidad de la frase;
INTERROGATIVA
~ ~ ~ pero como los gramáticos piensan que ambos rasgos son ,con
'tl'tl
....~ igual derecho intrínsecamente inherentes a faciam, se sorpren-
B) Modalidad
::> den luego al encontrarse con indicativos "deliberativos", y se
~ IMPRESIVA /!I uenit! ueniat! ueniret!
creen obligados a explicarnos que "el indicativo puede sustituir
238 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 239
al subjuntivo deliberativo": véase Ernout, p. 250, donde se citan sin percatarse de los dos campos que se superponen en una forma
estos "indicativos deliberativos": quid fabulabor? (Plauto, Cept., verbal cuando se la saca del paradigma y se la integra en un
535), Dedemus ergo Hannibalem? (Liv., XXI, 10, 11), etc. Puede mensaje real.
verse también F. Blatt (Syntaxe latine, 1952, p. 187), quien, tras 5. Hemos de hacer más adelante especial mención de los ar-
el epígrafe sobre el subjuntivo que él llama "dubitativo (deli- tículos que en la revista Emerita publicaron Mariner (XXV
berativo) ", añade en nota que el indicativo constituye "un doble- [1957], pp. 449-486) Y García Calvo (XXVII [1960], pp. 1-47).
te" del subjuntivo "dubitativo (deliberativo)" y cita, como prue- Estos autores nos han dado una interpretación de los modos ba-
ba, este ejemplo de Catulo (I, 1): cui dono lepidum nouum li- sada en un conjunto único de nociones': el conjunto "real-poten-
beHum? Tal "aclaración" es ociosa, o, mejor dicho, no tiene sen- cial-irreal" en el trabajo de Mariner, y el conjunto "modalida-
tido, como no lo tendría la siguiente explicación fonética: "El fo- des de la frase" en el de García Calvo. Nuestros colegas ya no
nema d es sonoro, pero' con el fonema sonoro d puede alternar corren, pues, al azar, "a salto de mata", a la caza de significados
en el subjuntivo, ni se apresuran, por lo tanto -como se hacía
el fone~a b".
Lo mismo ocurre cuando otro autor (Bassols, Sint. lat., 1, 1956, antes-, a poner etiquetas con afán de recordar proteicos signi-
p. 320), titubeando ante subjuntivos como estos de Cicerón (pro ficados cogidos al vuelo. La indiscutible superioridad que ti~!,1en
, Sestio, 45): restitisses, repugnasses, mortem pugnans oppetisses l~s dos flencionados artículos sobre cuanto anteriormente se ha-
(= ¡Haber resistido! ¡Haber contraatacado! ¡Haber sucumbido bla escrjto acerca de los modos radica en su visión a perspectiva
peleando!"), propone dos interpretaciones posibles ("yusivos de única, es decir, en su interpretación de los modos según un eje
pasado" e "irreales de pasado") o insinúa su preferencia por una único: nuestro eje 1 para Mariner, y el eje U para García Calvo.
de ellas: "Para los latinos, sin embargo, es probable que preva- A sus deficiencias hemos de referirnos luego (§ 8); pero ya des-
leciera la primera interpretación, como lo demuestra el hecho de de ahora puede vislumbrarse la raíz de los reparos que pueden
que se usa la partícula ne propia de las prohibiciones". En rea- formularse o se han formulado ya (d. Rodríguez Adrados, Evo-
lidad, la definición total de esos subjuntivos ha de comprender lución y estructura del verbo indoeuropeo, pp. 542 ss.) a sus estu-
las dos notas: son "yusivos irreales", "irreales" desde el eje 1 dios: es precisamente el ignorar uno u otro de los dos ejes con
los que nos parece indispensable operar.
y "yusivos" desde el eje U.
Nos parece innecesario seguir multiplicando los ejemplos.
3. Según se pone de manifiesto en nuestro esquema, los tres )
términos del eje 1 pueden alternar en el eje U como "asevera- § 3. - La indispensable consideración de los dos ejes
tivos", como "deliberativos" o como "impresivos". y tal alter-
nancia en el eje U ni siquiera es exclusiva de las tres variacio- A) En uenit, ueniat, ueniret hay materia para posibles men-
nes verbales que expresan sucesivamente lo real, lo potencial y sajes, pero esos signos en sí mismos ni dicen nada de nada ni
lo irreal; puede darse la misma alternancia en términos ajenos tratan de influir en voluntades ajenas.
,. Un ueniat, por ejemplo, es un elemento susceptible de inte-
, a la categoría verbal. Así, hay modalidad
grarse en un mensaje, pero por sí solo no constituye un mensaje
~. "aseverativa" en Aquí. Ahí. Allí. ni lógico ni impresivo; lo decisivo para que deje de ser una mera
.. "deliberativa" en ¿Aquí? ¿Ahí? ¿Allí? designación verbal es la entonación o modalidad de la frase , es
"impresiva" en ¡Aquí! ¡Ahí! ¡AHí! decir, la "actitud" que el hablante tome ante el signo jueniat/,
actitud reflejada en la modulación del jueniatj. Sólo "la melodía
4. Las discrepancias y contradicciones de los gramáticos han de la frase y el ritmo descubre lo que domina en el alma del
surgido de la consideración a salto de mata desde uno u otro eje, hablante" (W. v. Wartburg, Problemas y métodos en la lingüís-
(
240 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 241
tica, Madrid, 1951, p. 152). Las diversas modalidades de la frase Mañana. ¿Mañana? ¡Mañana!
corresponden inequívocamente a las diversas ol'X6bEl; 'tf¡~4lrzf¡<; Fuego. ¿Fuego? ¡Fuego!, etc.
o "modalidades del alma".
Los valores lógicos o impresivos no existen a nivel de la forma r Naturalmente, ninguna categoría gramatical se presta como
verbal -la forma verbal es la misma en jueniat.j, jueniat? j o el verbo a constituirse en centro de frase y, por tanto, en soporte
jueniat!j-, sino únicamente a nivel de la frase y gracias exclu- de la modulación de dicha frase. Ésa es, sin duda, la única razón
sivamente al nuevo significante (la entonación) que modula esas por la que sólo se haya hablado de "usos lógicos" y "usos im-
frases ex animo loquentis. Un texto -por ejemplo, publica pro- presivos" al estudiar el verbo, y no al estudiar el adverbio, o el
dendo tua neqV:iquamserues (d. T. Livio, 26, 36, 9)- puede dar adjetivo, o las restantes categorías léxicas.
lugar a mensajes enteramente distintos según la entonación (o
puntuación) que se le ponga; y, desprovisto de toda entonación, D) Cuando, en el siglo pasado, la gramática histórica intentó
carece de todo sentido. reducir a la unidad los "usos del subjuntivo" topó con el irre-
ductible binomio Potencial-Desiderativo. Se suponía que dichas
B) Hay una radical diferencia entre los significantes y los formas subjuntivas debían tener sólo una u otra de esas rlos
significados cuando se pasa de un eje al otro. García Calvo
(op. cit., p. 5) ha hecho notar que, en el verbo, las variaciones
temáticas destinadas a modificar el semantema (número, voz,
aspecto, tiempo) o a situarlo respecto a otros (número, voz) pue-
"acepciones" como valor primario, del que derivaría secunda-
riamente el no-primario. El problema ha seguido planteado hasta '
la actualidad: desde Brugmann y Delbrück, los autores se re-
~arten en dos bandos numéricamente equilibrados para sostener
~:
(
den ser sustituidas por léxico: léxico adverbial en sustitución las dos tesis opuestas, sin que ninguna se haya impuesto defini-
del tiempo y aspecto; léxico numeral para la variación del nú- tivamente.
mero; léxico pronominal para las variaciones de la persona y El binomio es sencillamente irreductible, y toda reducción (
de la voz; pero, añade García Calvo, no cabe pensar que la varia- choca con la realidad: la realidad es que la nota "potencial" per-
ción modal "pudiera ser reemplazada por la presencia o ausen- tenece 31 eje J, es decir, al verbo; y la nota "desiderativo" no (
cia de morfema adverbial ninguno". Nos parece que esta fina pertenece al verbo, sino a la frase (= eje Il). Pretender confun-
intuición de García Calvo ha de rectificarse y completarse del dir los dos ejes es, en nuestra opinión, condenarse a no entender (
mr do siguiente: las va~iaciones del eje 1, uenit, ueniat, ueniret, el juego de los modos.
son perfectamente reemplazables por léxico, como veremos en (
los párrafos siguientes. Lo que, por lo menos en nuestras lenguas, E) Cicerón, explicando lo que es el modo como lugar común
no es susceptible de sustitución léxica es la variación melódica en retórica (de inu., 41), dice que hay un modo al nivel de los (
del eje Il, la entonación que el hablante añade a los signos lin- hechos en sí y un modo al nivel de la intención del agente; por
güísticos normales. Así como el hablante es algo exterior al len- ejemplo, una acción sin testigos puede cambiar radicalmente (
guaje, la manifestación de ese hablante tampoco tiene la carac- de significado según haya o no haya mediado intención de ocul-
terística de la doble articulación del lenguaje. tar la propia conducta.
(
El comentarista Victorino (C. Halm, Rhetores latini minores,
(
C) Los modos al nivel deja morfología (= eje 1) pertenecen Lipsiae, 1863, p. 225) admira la perspicacia de Cicerón: Modum
exclusivamente a la categoría verbal: uenitjueniatjueniretj. En Cicero diligenter inspexit atque ita definiuit ut nema umquam. (
cambió, los modos al nivel de la frase (= eje Il) no son caracte- Namque modum in duobus inspiciendum docet, in modo facti
rística verbal; pueden recaer sobre cualquier categoría gramati- et in animo facientis... y concluye: Similiter omnes madi ex (
cal que se convierta en centro de frase: modo facti et ex animo (facientis) inspiciendi sunt.
(
{
242 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 243
Paralelamente al factum y al animus facientis del modo como mundo de la experiencia y realidad que envu~lve al hablante.
término del lenguaje usual convendría distinguir en el modo Las tres formas verbales tienen una primera cara que mira hacia
como tecnicismo gramatical entre el dictum y el animus lo- las cosas. Las tres formas verbales suponen ante todo un cam-
quentis. bio en las experiencias que hemos de transmitir, no un cambio
Tratemos de analizar esas dos caras de los modos. de "nuestra actitud mental" frente a una invariable experien-
cia. En una palabra, 10 que cambia al nivel del eje 1 es el dictum,
no el animus loquentis. Afirmar que el hablante acude a usar
§ 4. - Los modos al nivel de la [ormo. verbal (eje 1) uenit, ueniat, ueniret, según conciba en su mente la acción
verbal, nos parece una fórmula tan poco afortunada como lo
sería esta otra: el hablante usa los términos perro, gato, liebre
A) Generalmente se cree que en pater uenu; pater ueniat, según "la actitud mental" que adopte ante el animal que tiene
pater ueniret, se habla siempre de lo mismo: de "la llegada del delante. Más exacto sería decir que la realidad se impone al ha-
padre"; pero que las tres formas verbales representan tres "acti- blante, y que éste elige entre varias especies de predicados (uenit,
tudes" diferentes del hablante con relación a esa "llegada del uenYzt, ueniret) el que corresponda ~ás exactame:nt: a las....~arias
padre". especies de realidades en que enralza sus conocimientos.
Se piensa que el indicativo mira hacia el mundo exterior, 2. Las formas uenii, ueniat, ueniret, por esta primera cara
hacia la realidad circundante; que la acción verbal expresada en que estamos analizando, constituyen tres verbos di~tintos en
indicativo existe fuera del hablante y se refleja en él, como en derivación léxica y con conjugación específica para cada forma.
un espejo, sin que dicho hablante quite ni ponga nada de su co- Decimos "derivación léxica" ya que la función sintáctica bá-
secha cuando en un mensaje usa una forma de indicativo. El in- sica (la función predicativa o verbal) no se altera al cambiar en-
dicativo es "el modo de la realidad". tre sí uenit, ueniat, ueniret; cualquiera de las tres formas sirve
Y, viceversa, en el subjuntivo (potencial e irreal) se piensa como núcleo de un mensaje dado: /pater uenit./pater ueniai.]
que las formas verbales no miran hacia la experiencia externa; pater ueniret.],
que las acciones expresadas en estos modos no tienen apoyo en Serían igualmente comunes los diversos complementos que
la realidad circundante, sino tan sólo en el mundo interior del pudieran añadirse.
hablante. El subjuntivo sería "el modo de la subjetividad". No se trata, pues, de una derivación sintáctica del tipo doceo,
Las gramáticas latinas más recientes y usuales acogen gusto- doctor, doctus, ya que a cada una de estas formas corresponde
sas la definición de Fr. Thomas (Recherches sur le subjonctif una función sintáctica radicalmente distinta (respectivamente,
latin, París, 1938, p. XIV): "El subjuntivo... es el contrapeso verbal, nominal y adjetiva).
aproximadamente exacto del indicativo, anunciando subjetiva- La variación uenit, ueniat, ueniret es más bien comparable
mente 10 que éste enuncia objetivamente. Frente al indicativo, a alguno de los tipos siguientes: latín doctus, doctior, doctissimus
modo de lo real, el subjuntivo expresa todo lo que no es dado (sin alteración de la categoría del adjetivo); español casa, casona,
como real, sino como deseable, querido, posible, eventual, con- casita (sin salir de la categoría nominal); o incluso series léxicas
trario a la realidad, indeterminado, incierto, etc.". (sin ligazón derivativa), como aquí, ahí, allí.
La diferencia entre uenit, ueniat, ueniret (como entre doctus,
B) 1. Frente a esta opinión, la nuestra es que los tres modos doctior, doctissimus, o entre casa, casona, casita, o entre aquí,
personales (indicativo, potencial e irreal) son por igual "objeti- ahí, allí) es esencialmente semántica y no escapa al gran princi- ,
vos" en cuanto al dictum (y, como diremos en § 5, por igual "sub- pio de Pierce (The Journal of Philosophy, 18, 1946, p. 91), segun
jetivos" ex animo loquentis); los tres miran por igual hacia el el cual todo signo lingüístico es susceptible de sustitución por
244 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 245
otro(s) signo(s) lingüístico(s) que exprese(n) el mismo sentido dicha materia (y su significante) permanece inalterable en toda
desarrollado con mayor amplitud: la profundidad de esas columnas verticales. (
uenit-potest uenire-poterai uenire (es el indicativo "modal" Simultáneamente se ve cómo "la actitud mental" del ha-
.Q "indicativo por subjuntivo" de nuestros manuales), como doc- blante (y su significante: la entonación) varía al pasar de una
tus-magis doctus-ualde doctus, como casa-casa grande-casa pe- franja horizontal a otra franja horizontal (eje II) y, a la vez,
queña, como el lugar cercano a mí-el lugar cercano a ti-el lugar cómo dicha actitud mental (y su significante) permanece inalte-
oleiado de ambos. rada en toda la extensión de esas franjas horizontales.
(
3. Este valor semántico de cada una de las tres variaciones Si se nos permite usar terminología y conceptos matemáticos,
verbales nunca desaparece, sea cual fuere el contexto en que se podemos decir que el juego de los modos es una sencilla "mul-
integren: uenit, ueniat, uenirei nunca dejarán de significar, res- tiplicación de dos conjuntos". Al existir tres términos en cada
pectivamente, una acción real, posible e irreal; dicho sentido les conjunto, resulta jue pueden darse tres dicta (eje 1)' .para cada'
es inalienable: donde salgan los significantes saldrán los corres- modus dicendi; e, igualmente, tres modi dicendi para cada dictum
pondientes significados, como las dos caras indisolublemente uni- (eje II) .
das de todo signo lingüístico.
Antes -de entrar en frase, es decir, antes de recibir ninguna
tonalidad en la comunicación oral o, 10 que es 10 mismo, nin- § 5. - Los modos al nivel de la frase (eje 1I) 1
1I
guna puntuación (/.j? j!j) en el lenguaje escrito, las formas
jpater uenitjpater ueniatjpater ueniretj encierran ya un con- A) 1. Si ahora pasamos a considerar el eje II, vemos cómo
tenido objetivo (¡un dictum propio y distinto para cada formal); el conjunto de nociones básicas (real, potencial, irreal) expresa-
la materia sobre la que recaerá el mensaje, a saber: das por los modos en su nivel morfológico se multiplican, al nivel
1) "el hecho de la llegada del padre"; de la frase, por un nuevo factor, variable él también; el producto
2) "la posibilidad de la llegada del padre"; será, por tanto, variable, pero estrictamente definido en cualquier
3) "la contra-realidad de la llegada del padre". mensaje, si se tiene en cuenta que representa la intersección de
En oración no-subordinada, ese significado "real" nunca fal- dos valores conocidos de las dos variables en cuestión.
tará a las variaciones modales al nivel de la forma, independien- 2. El nuevo factor es el hablante. Hasta aquí no hemos des-
temente del tipo de oración en que aparezcan. Esta idea destaca cubierto en uenit, ueniat, ueniret más que signos lingüísticos
luminosamente en el meritísimo artículo de Mariner sobre los normales: un significante y un significado precisos. Ahora entra
modos latinos. También remitimos al mismo artículo para la en juego un ente extralingüístico, y las variaciones a que dará
cuestión de los usos neutros de dichas formas verbales, usos lugar su intervención no serán reemplazables por signos lin-
que quedan fuera de nuestra consideración por tratar aquí sólo güísticos normales. La intervención del yo-hablante no se mate-
de los modos en posición independiente. rializa en "palabras", sino en el significante sui generis que es
La "actitud" del hablante (¡el animus loquentis!) se manifes- la modulación de esas palabras del eje 1, cargadas de referencias
tará en la "modulación" de esa materia real, es decir, en la mo- al "no-Yo".
dalidad de la frase; y entonces, el significado básico de los sig- 3. El eje II está formado por un "conjunto de actitudes (
nificantes se multiplicará por la actitud mental del hablante, se- mentales". Si el eje 1 mira en toda su extensión hacia el mundo
·gún la tabla expuesta supra, p. 44. exterior, el eje II es el eje de la "subjetividad": en el eje II están
4. Dicha tabla pone de manifiesto cómo varía "la materia de las OlaOZGEl:; -cY¡:; (~~I..i,~,
esto es, "las modalidades del alma"; todo
que se trata" (y su significante: la forma verbal) al pasar de una él mira al "Yo" del hablante y distingue tres posturas básicas
columna vertical a otra columna vertical (eje 1) y, a la vez, cómo de ese hablante.frente a lo que él mismo comunica.
246 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 247
4. Y así como la realidad, la posibilidad o imposibilidad, está . subjetividad o "actitud afirmativa del hablante"; lo ~~e varía es
fundamentalmente en las cosas, lo que de ningún modo está en el factor 1 es decir, la materia u objeto de la afirmación: se afir-
las cosas y únicamente en el hablante es /la certeza/la duda/el ma sucesi~amente la realidad/la posibilidad/la imposibilidad de
deseo-voluntad.j' Estas tres posturas tienen su peculiar manifes- la llegada. En principio, la seguridad del hablante en su ac:itu~
tación en la modalidad de la frase, o eje II de los modos. afirmativa es siempre la misma en cada uno de los tres térmí-
nos; y si se pretend¬ "graduar" dicha seguridad, ya .no ~irve
B) 1. La certeza del hablante se manifiesta en la modula- ninguno de los modos verbales; ha de acudirse a determmacIOnes
ción aseverativa: [uenii.] (o/non uenit.j). Esta modulación reve- externas a formas ajenas a la categoría verbal y aplicables por
la una posición de seguridad en la cohesión (o no-cohesión) entre igual a Íos tres modos verbales (como también a los adj:tivos,
el sujeto y su predicado. La posición de descanso en la seguri- o a los sustantivos, o a otra categoría gramatical cualqmera):
dad de lo que se afirma se refleja en la posición de descanso
(o descenso) de la voz. certe / fortasse uenit.
Creemos útil repetir aquí que todo el eje JI -como eje de certe / fortasse ueniat.
las actitudes mentales- es subjetivo: en el indicativo-afirmativo \ certe / fortasse ueniret.
no hay una realidad mecánicamente reflejada en el hablante:
hay un pronunciamiento consciente y "firme" del hablante frente C) Si el hablante tiene presentes los términos de sujeto y
a la realidad que comunica. predicado, y, por la razón que sea, no está. en condi~iones ~e
La "afirmación" es la certeza del hablante en la cohesión (o pronunciarse con certeza sobre el enfrentamiento de dichos ter-
no-cohesión) entre sujeto y predicado. Pero una cosa es la "cer- minos surge la duda (la deliberación, el problema); y como todos
teza" y otra cosa distinta es la realidad de esa cohesión o no- los problemas, también éste se plantea interrogativamente: uenit?
cohesión. Puede existir una efectiva cohesión sin que la mente ueniat? ueniret?
la haga suya y, por tanto, la "afirme". Así, por ejemplo, no basta La actitud de "inseguridad" se refleja en la elevación de la
dibujar un triángulo para que todo el mundo, ante el dibujo, voz: ésta queda en alto, como la decisión entre el sí y el no ..
pueda "afirmar" que los tres ángulos del triángulo suman dos Tanto en la modalidad aseverativa como en la modalidad
rectos. Más todavía: ante la misma realidad, varios hablantes interrogativa la actitud del hab 1ante, con ""su cer t eza (""
o su
pueden tener cada uno "su certeza", que da lugar a "aseveracio- duda, respectivamente) busca la verdad y nada más que la v.erdad
nes" distintas y aún diametralmente opuestas; en situaciones o adaequatio intellectus ad remo Se trata, pues, de dos actItu~es
idénticas, los individuos o los grupos sociales -como las liebres lógicas, cuyo interés se centra exclusivamente en la correcta m-
de la fábula- afirman con la misma seguridad, y muchas veces terpretación del sujeto considerado.
con no poca pasión, que es un galgo 10 que para otros es, indu-
dablemente, un podenco. D) 1. Muy distinto es el valor de los mod~s ~uando a~ ha-
Si la actitud afirmativa del hablante corresponde adecuada- blante no le preocupa fundamentalmente el pensamiento desinte-
mente a la realidad, la certeza se convierte en verdad (adaequa- resado ("la verdad") y utiliza en cambio el lenguaje como pa-
tio rei et uueileciu», según fórmula aceptada por el tomismo); si lanca para conseguir algún :fin práctico, para modificar la rea-
no existe tal adecuación, la certeza se convierte en error. Pero el lidad a tenor de su voluntad personal.
hablante nunca se limita a registrar pasivamente la realidad, La actitud "pragmática" se revela, como las actitudes lógicas,
sino que se erige siempre en intérprete -fiel o equivocado- de por una melodía inconfundible, que ni es de~cendente co~o
la misma. la aseverativa, ni ascendente como la interrogativa. La melodía
2. En /uenit./ueniat./ueniret./ no hay una gradación en la impresiva (desiderativo-yusiva) es llana.
248 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS- MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 249
2. Por no aventurarnos a inventar un nuevo signo de pun- En el irreal impresivo, el hablante toma partido por lo im-
tuación hemos representado la modalidad yusiva en nuestro es- posible, por lo que ya no tiene remedio. Este impresivo (ineficaz)
quema por el signo /!/, aunque no se nos oculta que, además se reduce a un simple deseo irrealizable, o a una vana recrimi-
de no ser del todo adecuado, puede dar lugar a confusiones. nación dirigida al oyente.
Acudimos a ese signo porque, en las ediciones usuales, ya Sin embargo, aunque en principio cualquier forma verbal
aparece efectivamente -con mayor o menor profusión, según el del eje 1 puede multiplicarse por cualquier modalidad del eje II,
gusto de los editores- acompañando a la inmensa mayoría de los tres modos formales no se prestan con igual facilidad a entrar
las frases en su modalidad impresiva. en un mensaje impresivo. (Algo así ocurre en otros muchos sec-
Pero tiene él grave inconveniente de hacernos pensar fácil- tores del lenguaje: por ejemplo, la combinación adjetivo sustan-
mente en las frases "exclamativas", que también lo llevan. Ahora
bien, éstas no entran en el sistema de oposiciones enfrentadas
( tivo no tiene, en principio, limitaciones; pero prácticamente, da-
dos ciertos sustantivos concretos como "leche" o "nieve", sólo
en el conjunto: aseverativas / interrogativas / yusivas. La ex- habrá fácilmente ocasión de aplicarles un adjetivo entre todos
clamación no es nuevo término, sino una forma intensiva de la los que componen el léxico adjetival de los colores.) Lo natural
modalidad de la frase, ya sea ésta aseverativa, interrogativa o es que los deseos y la voluntad del hablante se sitúen en la zoñ~
yusiva. La exclamación es una exageración expresiva de las di- de "lo posible"; por tanto, entre uenit, ueniat, ueniret, la desig-
ferencias que separan a las tres modalidades básicas que, me- nación de la acció~ impresiva será, en la inmensa mayoría de los
diante la exclamación, se convierten respectivamente en asevera- casos, la potencial ueniat (no uenit ni ueniret).
ción enérgica / interrogación angustiosa / orden apremiante. En el potencial (equivalente a un puede ser sin descartar el
3. La modalidad impresiva enfrenta voluntades: la voluntad puede no ser) el hablante, pragmáticamente y al dictado de su
del hablante con la voluntad del interlocutor o con voluntades conveniencia, se decide por el "[que sea!", desentendiéndose de
ausentes. la otra cara de la posibilidad.
Esta orientación del lenguaje da a la comunicación un sentido
frecuentemente insospechado desde el puro contenido del nivel
léxico. Así, ¡fuego! en una operación militar significará "haced § 6.- El infinitivo
fuego, disparad"; en cambio, en boca de un ciudadano será nor-
malmente "acudid a apagar el fuego". A) El infinitivo, al nivel del eje I, se opone al bloque Indi-
Según venimos sosteniendo a nivel del eje I, ninguna forma cative-Potencial- Irreal.
verbal en indicativo o subjuntivo (ni aun el potencial) es per se En los tres modos personales la acción se concibe como "ac-
e intrínsecamente impresiva; y, viceversa, ninguna forma verbal ción de alguien", acción del sujeto. La acción real, posible o im-
(ni aun el indicativo o el irreal) es, en principio, incompatible posible, sólo tiene sentido en función de un sujeto, como soporte
con la modalidad impresiva. Así tenemos un indic~tivo yusivo en de esa realidad, posibilidad o imposibilidad. EJ infinitivo -como
Itis, paratis quam primum arma uiri (Trag. inc. fr. 34 Ribbeck) : modo impersonal- designa una acción abstraída de todo sujeto,
I
(
"¡Guerreros, vais (y) preparáis cuanto antes las armas!" La in- y como existente per se, aislada de su natural soporte. "El infini- I
equívoca entonación yusiva afecta por igual a los dos indicativos tivo es una conquista de la abstracción", según dijo Bréal (Essai
y su "sujeto", el vocativo uiri. . de sémantique, París, 19247, p. 82). Es, por tanto, un nombre
Tenemos una modalidad (desiderativa) en (Vtinam) uiueret abstracto, un nomen actionis. El infinitivo ni incluye ni excluye ,\,
/uixisset! la realidad/posibilidad/imposibilidad. Es indiferente a esas no-
Hemos citado antes (p. 46) el ejemplo del pro Sestio en que ciones.
aparece la modalidad impresiva (yusiva) en irreal de pasado. y precisamente por su valor neutro o indiferente puede apa-
250 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 251
recer en sustitución de un indicativo, un potencial o un irreal, 'Tipo [uenire! /
según veremos en los siguientes ejemplos. Esto, hasta cierto Es el llamado infinitiuus imperatiuus (Szantyr, p. 366), del que
punto, ya se deduce de Szantyr, JI, pp. 365-368, y y~ lo dijo muy se citan ejemplos relativamente abundantes en el lenguaje téc-
claramente Mariner (Emerita, XXIII [1965], p. 5); mcluso lo ha- nico o el conversacional, como ocurre en nuestras lenguas actua-
bían advertido ya ciertos gramáticos antiguos, que enseñaban les con nuestros propios infinitivos; in cubiculum, Cum pariu»
hoc ue'rbum generale esse et pro omni posse accipi modo uerbo- rient, acus substernendum; cum pepererunt, tollere substramen
mm (d. Prisciano, XVIII, 4 = Keil, Gramm. latini, IV, 224).
et recens aliut subicere (Varr., R. R., III, 9, 8). Son posibles estas
sustituciones: tollere /tollatur / tollito; subicere / subiciatur / subi-
B) En cuanto al eje n, no hay problema: las modalidades de cito, exactamente como en castellano: "después del parto reti-
la frase son siempre las mismas y afectan por igual al infinitivo, rar/retírese/retirad la mullida y echar/échese/echad otra nue-
a los tres modos personales e incluso a términos ajenos a la va". La entonación vuelve uniformemente yusivas las' tres for-
categoría verbal, según venimos repitiendo insistentemente a lo mas verbales.
largo de estas páginas.
.
Si revisamos, pues, los textos en que aparece un infinitivo in-
dependiente (en el fondo, según explicación definitiva de Krest- § 7. - El imperativo
-
schmer, Glotta, 2, 1910, pp, 270-287, se trata siempre de oracio-
nes nominales con un nomen actionis como predicado), nos en- A) En resumen, venirnos sosteniendo que ninguna forma
contraremos con los tipos esperados: verbal de las estudiadas hasta aquí es en sí misma ni lógica ni
ímpresiva; que el rasgo lógico o impresivo les viene a todas ellas
modalidad "aseverativa": [uenire.] "desde fuera", desde la modalidad de la frase; que estos rasgos
modalidad "deliberativa": juenire? / lógicos o impresivos son, por tanto, independientes de las varia-
modalidad "yusiva": juenire! / ciones temáticas verbales, e incluso de la misma categoría verbal
en bloque, aunque, como ya quedó advertido, el verbo, en su
C) Ejemplos: calidad de centro normal de frase, se presta a encarnar sus mo-
Tipo [uenue.] dalidades mejor que cualquier otra categoría; también hemos
Sustituye al indicativo en: anotado que, dentro de la categoría verbal, unas formas son más
TH. inuidere omnes mihi, propicias que otras a recibir determinadas modalidades. Pero,
mordere clancuLum: ego Hocci pendere... (Terencio, Eun., en principio, todas las formas verbales estudiadas hasta aquí son
410 ss.). comunes a todas las modalidades lógicas o impresivas y, de he-
Es el llamado "infinitivo histórico". En oración verbal habría cho, según hemos visto, aparecen usadas indistintamente con uno
sucesivamente: inuidebant... mordebant... pendebam. u otro valor.
Sustituye al subjuntivo (concretamente al irreal) en: ~.
Quod ni [ecieset, perdere litem (Horacío, Sat., I, 9, 37). En B) Al llegar al imperativo todo cambia radicalmente. Desde
construcción verbal habría perdidisset o perderet. luego, nada se opondría a que una lengua dispusiera de una for-
ma verbal ad hoe para los usos lógicos y otra forma ad hoc para
Tipo [uenire? / los usos impresivos; incluso podría disponer, teóricamente, de
Sustituye al indicativo y subjuntivo llamados "deliberativos":
múltiples formas para las múltiples variantes dentro de las dos
Quid enim? Sedere totos die s in uilla? (Cicerón, Att., XII,
modalidades: por ejemplo, una forma yusiva, otra optativa, otra
44, 2). En oración verbal habría sedeam o sedebo. hortativa, otra deprecativa, etc.
1
252 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN I
LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 253 (
,.
!
Ignoramos hasta qué punto se da esa profusión formal de mo-> en el sentido etimológico de la palabra, es decir, incrustaciones
dos, en el panorama lingüístico real. Ateniéndonos exclusiva- insertadas en el cuerpo de la predicación, pero claramente sepa-
mente al sistema verbal latino, observamos que sólo existe una :radas de él mediante inequívocas pausas como rígida frontera.
forma específicamente impresiva: el imperativo.
..
I D) En consecuencia, el lugar que en nuestro esquema co-
El imperativo no pertenece al sistema de la frase predicativa,
en la que no tiene entrada, salvo que se le introduzca mediante :rrespond.e alíi~perati~? es el. vé,~tice.de la c~lumna "potencial"
el recurso de un inquit; pero en realidad ese inquit aísla al im- y la franja hórízontal. rmpresrva . Ellmperahvo es una variante (
perativo frente a la frase predicativa y lo mantiene en su sitio morfológica especializada que en sintaxis impresiva alterna con
propio, que es el de la alocución directa e impresiva. Lo mismo la forma común del "potencial": ualeasjuale, faciasjfac, etc.,
que al imperativo le ocurre al nombre en vocativo y a la inter- .según consta ya en los gramáticos latinos antiguos.'.
jección: tres cotos rigurosamente reservados a la sintaxis expre-
siva-impresiva.
§ 8. - Los trabajos de García Calvo y Mariner
C) La originalidad morfológica del imperativo frente a las
restantes variaciones modales es obvia y ha sido frecuentemente Como anunciamos antes (p. 47), volvemos ahora brevemente
señalada. sobre los trabajos de García Calvo y Mariner.
Entre las formas imperativas, unas aparecen como puros radi-
cales sin caracterización de ninguna clase (i, es, ama, age); otras, A) A García Calvo tenemos que agradecerle el habernos en-
en cambio, corno combinaciones recientes de ese mismo tema señado a mirar los modos desde la doctrina de las modalidades
con la partícula -to(d), que en nada recuerda las auténticas desi- de la frase. Pero, deslumbrado sin duda por su auténtico hallaz-
nencias personales ni su funcionamiento: -to! d) es un elemento go, ha procedido a una explotación precipitada del mismo, sin
demostrativo y vale indiferentemente para la segunda y la ter- reparar que la modalidad de la frase no es el único factor a tener
cera persona. En el primer caso, el imperativo parece la forma en cuenta en el problema de los modos verbales.
más antigua y elemental del verbo; en cambio, sus formas se- Prescindiendo de detalles, García Calvo nos dice sustancial-
cundarias suelen considerarse como muy recientes: en latín, mente: a los modos, en oración independiente, corresponden dos
todavía nos parece alcanzar la etapa en que la lengua busca su funciones radicalmente distintas: a) una función impresiva:
creación en varias direcciones. En un mismo texto (CIL 12 401) ueniat!, "¡que venga!", y b) una función declarativa o lógica:
hallamos, junto a 'la forma en -tod, otra en -tad, y otra en -tid: ueniat, "puede que venga".
proiecitad, fundatid, parentatíd. Y, como la forma verbal es la misma, hemos de hablar de
También se ha señalado repetidas veces (cf, Szantyr, pp. 399- "un modo con sentido 1.0" (o impresivo) y "un modo con sen-
400) el parentesco entre el imperativo, el vocativo y las inter- tido 2.°" (o lógico).
Parece que a esto no haya nada que objetar. Pero, en todo (
jecciones. Tal vez fuera útil, como ya lo hizo Brugmann (Abré-
gé ... , p. 590), denominar al imperativo "interjección verbal";. caso, ahí está no una explicación contundente de los hechos, sino i
(
en el mismo sentido podría denominarse al vocativo "interjec- el hiriente problema que los hechos plantean: ¿ Cómo puede una
ción nominal" y reservar, como se viene haciendo, el nombre de' misma forma asumir dos valores tan heterogéneos? Eso es lo que I
interjección a secas para las voces puramente expresivas-impre- habría que explicar. García Calvo 10 intenta, sin convencernos
sivas, sin referencia a procesos ni personas externos al hablante. en absoluto.
Esto tendría la ventaja de agrupar los elementos impermeables Incomprensiblemente, al observar la coincidencia de los dos
a la función declarativa: todos ellos verdaderas inter-iectiones valores en una forma verbal única, nos dice --en flagrante con-
(
I
(
I
j
254 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LOS MODOS VERBALES EN ORACIÓN INDEPENDIENTE 255
tradicción con los hechos- que los modos (concretamente el . europeo, pp. 542 ss.) como indicio de confusión entre usos lógicos
subjuntivo y el optativo) sólo tienen en el fondo un valor, el y usos impresivos, también tiene razón desde la otra perspectiva,
impresivo, del que derivarían secundariamente los usos lógicos. la de la modalidad de la frase.
Siguen entonces consideraciones cada vez más oscuras sobre los
I ...
I
258 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
,...
,
ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 259
Normalmente,para explicarse el estilo indirecto latino, todos i
~
los estudiosos 10 han opuesto al estilo directo y han tendido a MODALIDAD DE LA
FRASE ESTILO DIRECTO
TRANSPOSICIONES
1
NO DIRECTAS
Ir
acentuar los rasgo. que los separan, sin reparar en aquellos otros
no menos esencialesque los aproximan. Por otra parte, todo el ..i Tipo A:
Modalidad
ORABANT:
AVXILIUM NOBIS
ORA!!ANT:
AVXIUVM SIBI AVXILIVM
ORABANT VT
SIBr FERRENT.
campo sintáctico que queda fuera del estilo directo no es uni- impresiva. !'ERrE. FERRENT. Suplicaban que les
formemente "indirecto". Suplicaban: Suplicaban:
• ............... ?
prestaran ayuda,
¡Frestadnos ayuda! ¿,
En nuestra opinión y tratándose del latín, hemos de fijar cla-
Tipo B: LOQVITUR L~qvrrUR AFRANIVS: LOQVJTVR AFRANIVS:
ramente no una frontera única, sino dos fronteras: una frente al Modalidad AFRANIVS: QV¡S VENISSET/QVEM quaerit QVIS VENElUT..
estilo directo, y otra, no menos importante, frente a la subordi- interrogativa. QUIS VENIr? VENISSE? Habla Afranio:
Habla Afranio: Ha!:l!J.Afranio: pregunta que quién.
nación. ¿Quién ha venido? "......................
. ? ha venido.
Por no reparar suficientementeen esta segunda frontera, se
Tipo C: AFRANIVS DIXIT: AFRANIVS D1XIT: AFRANIVS DIXIT SE:
comprendeque el estilo indirecto latino se haya definidofunda- Modalidad IBO SE IWRV?II ESSE. ITVR~;.IESSE.
mentalmente y ante todo como un tipo de subordinación,como aseverativa. Afranio dijo: Afranio dijo: Afranio dijo que íría,
• ?
Iré. ¿ ...................
una subordinaciónmáxima: y se comprendeigualmenteque pue-
da llegarse a extremos como el del antes citado Hyart, que -.
ensancha el concepto de estilo indirecto latino hasta englobar La dificultadde la referida traducción es ya una buena mues-
prácticamente toda la subordinación: la llamada interrogación tra de la originalidad de dicho tipo sintáctico latino. y precisa-
indirecta, las oraciones completivas(con ut, ne, quominus, quin, mente para ese tipo sintácticoreservaremos nosotros en adelante
etcétera),las oracionesde infinitivo,todo esto cae bajo la rúbrica la denominación de "estilo indirecto latino": la transposición
de su estilo indirecto, "noción-dice-- que se extiende a todo el no-directa II será, para nosotros, sencillamente "subordinación".
ámbito de la subordinación" (cf. passim toda la obra, pero muy Pero en español y en la generalidad de nuestras lenguas eu-
especialmentepp. 18-19 y 29-88). ropeas modernas (e incluso antiguas) suele llamarse "estilo indi-
recto" a la estructura no-directa Il, y es natural, ya que no
conocen la otra. Sobre este punto y con relación al castellano
§ 2. - Las fronteras entre el estilo directo, puede verse el libro de G. Verdín Díaz, Introducción al estilo
el estilo indirecto y la subordinación indirecto libre en español, eSIe, Madrid, 1970.
Por último los latinistas que, según dijimos, ensanchan la
Si estudiamos atentamente los hechos podemos comprobar , noción de estilo indirecto hasta englobar más o menos toda la
que un mensaje directo cualquiera (impresivo, interrogativo o
aseverativo) admite en latín dos posibles transposiciones no-
I subordinación,lo que hacen es unificar bajo el mismo concepto
y la misma denominaciónde "estilo indirecto" las dos transpo-
directas (véase el adjunto esquema en la página siguiente): siciones no-directas. Ello entraña un grave riesgo, porque en-
Lo primero que puede observarse es que la estructura directa
{ tonces es imposible captar la originalidad del típico estilo indi-
.l.
y la no-directa IIson comunesal latín y al castellano.Basta com- recto latino y se cae inevitablemente en la confusión de dos
parar el texto de una lengua y su traducción en la otra para ver ,/ estructuras sintácticas hondamente diferenciadas,como vamos a
que el molde sintáctico es idéntico en ambas. En cambio la es- ver a continuación.
tructura no-directaI, por carecer de paralelo castellano,presenta
graves problemas de traducción. Por de pronto no hemos aven-
(
turado en nuestro esquema ninguna traducción; dedicaremosal
I
I
factores separa al estilo indirecto del directo y a la vez de la relación a la expresión introductora, la semántica de esta expre-
11
subordinación; y sólo la tercera serie aproxima el estilo indirecto sión introductora es poco exigente con 10 que haya de seguir
y la subordinación frente al estilo directo. después de la pausa.
Los factores de la serie a) no pueden considerarse aislada- En cambio, en el estilo no-directo subordinado, la estrecha
mente ya que todos ellos se condicionan recíprocamente. unión entre verbo introductor y su complemento directo excluye I i
I
la inmensa mayoría de las expresiones introductoras del estilo
1. Así, el estilo directo y el indirecto tienen en común la I
directo e indirecto y exige, por el contrario, un verbo introductor
misma pausa entre el verbo introductor y el discurso reprodu- 'I
específico: el verbo decir (o un sinónimo) si ha de seguir una
cido. Hay, por lo tanto, dos unidades melódicas; en cambio, en la
aseveración, el verbo preguntar (o un sinónimo) si ha de venir 1 :
subordinación (completiva) desaparece dicha pausa. En su lugar
una interrogación, y el verbo mandar (o un sinónimo) si ha de
aparece necesariamente, y como relleno, una conjunción; las dos l'
venir una orden.
unidades melódicas antes mencionadas se funden en una sola:
Todos los discursos directos o indirectos que hay en los au-
orabant ut sibi auxilium ferrent tiene la misma curva melódica
tores latinos podrían traspasarse al estilo opuesto sin cambiar
que orabant auxilium.
para nada la expresión introductora; pero si pretendiéramos pa-
Podemos fijar estas ideas en el siguiente esquema:
sarlos al estilo no-directo subordinado, nos veríamos obligados
a cambiar la mayoría de las expresiones introductoras para
ESTILO DIRECTO E INDIRECTO: Dos unidades melódicas. hacer posible la correspondiente "oración completiva".
En los modelos que damos para las dos estructuras no-directas
~pausa ~ frente a la única directa, hemos tenido que hacer un esfuerzo
orabant : auxilium nobis ferte.
orabant auxilium sibi ferrent. para hallar verbos introductores únicos para las tres estructuras
(orare y dicere). Pero lo normal es que no valga el mismo verbo
SUBORDL'Ii\Cró;-.¡: Una 501<1 unidad melódica. introductor. Ello puede comprobarse en nuestro modelo B), en
~ el que Afranius loquitur admite sin la menor violencia el estilo
orahant ut sibi auxilium ferrcnt. directo o el indirecto, pero necesita alguna especificación para
/
262 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO
dar paso a la subordinación tanto latina como castellana: Loqui-; recto frente al indirecto, 0, más exactamente, para explicarse
tur Afranius quaerens... o: Loquitur Afranius: quaerit ... "el paso del estilo directo al indirecto".
Las mismas causas arrastran todavía estos efectos paralelos. 1. Nosotros, con el valioso precedente de Mariner," antepo-
Tras un verbo dado, la subordinación excluye la variedad de nemos la modalidad de la frase, ya que el distinto uso de los
contenido: tras un verbo de "decir" sólo caben aseveraciones; modos en uno y otro estilo es una lógica consecuencia de las dis-
tras un verbo de "preguntar" sólo pueden venir interrogacio- tintas modalidades que en ellos adopta la frase.
nes, etc. En el estilo directo," el significante suprasegmental de la en-
En estas condiciones no es posible "un largo discurso indi- tonación basta para hacer inequívoco el contenido de un mensaje
recto subordinado"; a lo sumo que puede aspirar la subordinación sea cual fuere el modo morfológico verbal usado por el hablante.
es a un mosaico de "breves discursos indirectos". Así a un único Así pueden darse órdenes no sólo en imperativo o subjuntivó,
discurso directo o indirecto propiamente dicho, la subordinación sino también en infinitivo (el llamado infinitivo yusivo) e indica-
sólo puede responder por fragmentación total: Dijo que ... Man- tivo (Itis, paratis quam primum arma, uiri, en Trag. inc. [r.,
dó que ... Preguntó que ... 34 Ribbeck); se puede deliberar no sólo en subjuntivo, sino tam-
bién en infinitivo (Nonne uidere ... ? Lucr., II, 16) e indicativo (el
ESTILO DIRECTO E INDIRECTO, esquemáticamente: llamado indicativo "deliberativo"); se pueden expresar asévera-
, I I I ciones no sólo en indicativo, sino en infinitivo (el infinitivo "his-
~ pausa ~ ¡-------------1.-------....... :- ---- tórico") y en subjuntivo (en las aseveraciones condicionadas
1 1 como felix sita si amicum habeam).
SUBORDINACIÓN, esquemáticamente: Ahora bien: en el estilo indirecto desaparece la entonación
En el juego de los modos verbales es donde se ha centrado 3. Cf. su trabajo ''Noción básica de 105 modos en el estilo indirecto latino",
Emerita., :xxxm (1965), pp. 47-59.
siempre la atención de los gramáticos para definir el estilo di- 4. Cf. supTa, pp. 42 ss.
264 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN ESTRUCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 265
rrogaciones, ya que aquí, al subsistir la modalidad específica- ESTILO DIRECTO ESTILO INDIRECTO SUBORDINACIÓN
1 II m
mente interrogativa de la frase, el modo verbal es irrelevante.
En su tiempo el gran Riemann (R.Ph., 7, 1883, pp. 112-131, ls ita curn Caesare eiji«:
Si pacem populus R.
164-169) recopiló todas las interrogaciones que pudo hallar en cum Heluetiis faceret
1wbiscum jaciet
los discursos indirectos latinos en un desesperado intento por ibimus in eam partern iiuros (di..rit) . o. itmos
dar con la fórmulaque explicara el reparto del infinitivo y sub- tu nos constitueris uoi eos Caesar c071"Sti-
juntivo en tales oraciones. Ni él ni sus sucesores han dado con tuisset; sin bello perse-
dicha fórmula; nos parece vano seguir buscándola, ya que, por perseuerabis qui perseueraret,
reminiscere reminisceretur ueteris (monuit) 1It reminisce-
la razón antes apuntada, el modo en las interrogaciones del estilo
i.ncommodi populi R.; reiur
indirecto es indiferente: 'Ile nos despicias. ne ipsos despiceret. (et) ne íllS0S despícerer.
Modo subjuntivo: Ariouistus praedicauit: ... CUT in suas pos- No hay que caer en la tentación de identificar el reminisce-
sessiones uenwet? (César, B. G., J, 44, 7). retur y el ne despiceret de la columna II 'Con sus formas homó-
Modo infinitivo: A~ii aspernari: CUT ilZos ipsos non uenire? nimas de la columna III. La columna II excluye las partículas
(Tito Livio, XXII, 50, 5). subordinantes, exactamente igual que la columna l. El ne de-la
columna II es el mismo ne de la columna 1, es decir, una simple
2. Los gramáticos han visto' siempre, y con razón, en el juego negación: ne despicias se opone a despice o despicias como una
de los modos la frontera esencial entre el estilo directo y el in- prohibición se opone a una orden. En cambio, en la columna III
directo. Pero creemos necesario insistir en un hecho totalmente (donde las conjunciones son indispensables en sustitución de la
olvidado: el estilo indirecto, tanto por las modalidades de la frase pausa) el ne juega en oposición a ut: ut (reminisceretur) / ne
como por el juego de sus modos no sólo se opone al estilo directo, (despiceret). y ambas oraciones subordinadas completivas nece-
sino que sigue oponiéndose en igualo mayor medida a la subor- sitan un verbo específico regente (nosotros hemos puesto monuit)
dinación. La subordinación es de absoluta "monotonía": una ora- ya que con la expresión introductora usada por César no cabría
ción subordinada (completiva) al perder toda clase de autonomía la subordinación.
y constituirse en simple complemento de un verbo principal, La última observación es igualmente aplicable para distinguir
pierde ipso facto su modalidad. En la interrogación subordinada el ituros de la columna III, frente al ituros de la columna Ir (este
(quaero quis uenerit) desaparecerá la modalidad interrogativa, último mucho más próximo, en cuanto a independencia grama-
cuya existencia acabamos de comprobar en el estilo indirecto. tical, al ibimus de la columna J).
Pero la costumbre de llamar "interrogación indirecta" a la "in-o
terrogación subordinada" contribuye no poco a confundir el 3. Para completar la exposición de los modos en el estilo
estilo indirecto con la subordinación normal. indirecto, sólo nos falta aludir al modo de sus oraciones subordi-
En cuanto a las partículas, téngase en cuenta que los dos mo- nadas: el estilo indirecto extiende el único nÍ'Odo personal que
dos del estilo indirecto excluyen, como tales, toda partícula subor- conoce, o sea, el subjuntivo, a todas las oraciones subordinadas
dinante; en su lugar hay fuerte pausa (o puntuación fuerte en la en modo personal.
lengua escrita): por lo tanto, los dos modos del estilo indirecto Suelen añadir nuestras sintaxis que esta "regla" tiene algunas
nos parecen formas verbales tan independientes como las formas excepciones, y que dichas excepciones se explican como un pa-
verbales que les corresponden en el estilo directo. Veamos un réntesis en que el escritor salta al primer plano para hablar en
ejemplo (César, B. G., J, 13): su propio nombre y no en nombre de su héroe. Esta explicación
nos parece satisfactoria, cuando realmente hay excepciones. Pero
I
266 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN EST(UCTURA DEL ESTILO INDIRECTO 267
debemos añadir inmediatamente que la mayoría de las preten-; un posesivo como mi (libro), un adverbio como aquí o ahora pa-
didas excepciones que se citan son imaginarias; concretamente, sarán a su (libro), allí, entonces, etc. Sobre el detalle de estas
todas las que cita Ernout, son simple fruto de la común confusión transposiciones no necesitamos insistir.
entre estilo indirecto y subordinación normal. He aquí sus pri- Ahora bien, la mayoría de estos cambios, en que coinciden
Ineros ejemplos: estilo indirecto y subordinación, son consecuencia de la desapa-
§ 412 a) Dic, hospes, Spartae, nos te hie uidisse iaeentes rición del diálogo, pero no son marcas positivas ni de estilo indi-
dum sanetis patriae legibus obsequimur. La aparición del impe- recto ni de subordinación; "su libro", "ahora", "entonces", así
rativo y del vocativo nos sitúan ya en pleno estilo directo; al die como el uso de la tercera persona, no son exclusivos de las trans-
le sigue una oración subordinada completiva y otra oración posiciones no-directas; también pueden aparecer en un discurso
subordinada temporal en indicativo, todo en subordinación nor- directo, naturalmente con referencias deícticas distintas.
mal dentro del más puro estilo directo. La única transposición que positivamente indica "subordina-
§ 412 b) César, B. G., 1, 38: Nuntiatum est ei Ariouistum ción" o "dependencia" con relación al verbo introductor es la
ad oeeupandum Vesontionem, quod est oppidum maximum Se- transposición temporal, la llamada eonsequutio temporum. Es
quanorum, csmietuiere. Aquí tampoco hay estilo indirecto de cosa bien sabida (cf. los ejemplos que nosotros hemos propuesto
ninguna clase: hay una oración completiva (eontendere), que es con otros fines) que, tanto en el estilo indirecto como "en la
el sujeto de nuntiatum est; no sería posible separarlos por la tí- subordinación, el tiempo suele ir regido, respectivamente, por el
pica pausa que precede al.estílo indirecto. y aún se comprobaría tiempo del verbo introductor o del verbo principa1. Éste es, en
más claramente la ausencia del estilo indirecto si se tuviera a la nuestra opinión, el único rasgo que positiva y efectivamente
vista la continuación del texto (jeon nuevos verbos principales y aproxima el estilo indirecto a la subordinación. Pero, a este res-
nuevas oraciones completivas!), texto que sigue así: Id ne aeei- pecto, aún quisiéramos recordar -aunque el hecho ya consta
deret, sibi praeeauendum Caesar existimabat, etc. claramente en ciertos manuales, como el de Ernout, §§ 415-417-
que esta única marca de dependencia está lejos de ser regular y
constante. César, por ejemplo (B. G., 1, 34, 2) escribe: si quid
C) TRANSPOSICIONES TEM.PORALES, PRONOMINALES,
ipsi' a Caesare opus esset, sese ad eum uenturum fuisse; si quid
ADJETIVALES Y ADVERBIALES
me a se uelit, illum ad se uenire oportere. A César, más que la
Sólo en este tercer apartado desaparece la frontera entre es- congruencia temporal, le interesa conservar la oposición irrea-
tilo indirecto y subordinación, oponiéndose aquí ambos por igual lidad/posibilidad, tal como se expresaría en estilo directo: si
al estilo directo. quid mihi a Caesare opus esset ... , si quid ille a me uelit. ..
El diálogo del estilo directo supone, por definición, una inter-
vención de las personas gramaticales, que actúan en circunstan-
cias temporales precisas Y en un campo mostrativo concreto. En § 3. - Problemas de traducción
las dos transposiciones no-directas es natural que se alteren los
tiempos y personas verbales, los pronombres personales y, en 1. La estructura del estilo indirecto latino, al carecer de co-
general, todos los elementos deícticos que aluden al campo mos- rrespondencia formal en nuestras lenguas, plantea dificultades
trativo de los interlocutores (adjetivos posesivos y adverbios de de traducción. El traductor sólo puede llevar el contenido del
lugar). estilo indirecto latino, ya sea al extremo de la pura subordina-
En ambas transposiciones no-directas los tiempos absolutos ción, ya sea al extremo opuesto de la independización total.
se vuelven relativos, la tercera persona representará por igual Veamos cómo proceden tres traductores diferentes frente al
al hablante, al oyente y a las personas u objetos de que tratan; mismo original. Hemos elegido, como ejemplos, dos fragmentos
j
268 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
ESTRUCTURA DE1. ESTILO INDIRECTO 269
de César: uno de contenido aseverativo y otro de contenido im~, César, B. C., I, 85, 12: Ad ea Caesar respondit: ... Proinde,
presivo. ut esset dictum, prouinciis excederent exercitumque dimitterent.
En cuanto a intérpretes, hemos elegido a dos españoles de
distinta época y a un francés, a saber: Así que, conforme a "Y así conforme a lo "Ainsi, il leur ordon-
Val buena, Los comentarios de Cayo Julio César, Madrid, lo dicho, salgan de las dicho saliesen al ins- nait, comme il l'avait
1798; Mariner, Julio César. Memorias de la guerra civil, I, Alma provincias y despidan tante de las provincias, déjá sígnífié, de quitter
al ejército. y licenciasen al exér- l'Espagne et de démo-
Mater, Barcelona, 1959; Fabre, La guerre civile, I, Les Belles
crto". biliser leurs troupes".
Lettres, 1941~
César, B. C., I, 84, 3: Loquitur Afranius: non esse aut ipsis Los subrayados, naturalmente, son nuestros.
aut militibus suscensendum quod jídem erga imperatorem suum Ninguno de los tres traductores actúa con criterio fijo y uni-
Cn. Pompeium conseruare uoluerint. Sed satis iam fecisse officio forme.
satisque suppplicii iulisse: perpessos omníum rerum inopiam; La traducción de Val buena (siglo XVIII) es pura subordina-
nunc uero paene ut jeras circummunítos prohiberi aqua, prohi- ción en el primer texto. Añade una forma verbal (sin correspon-
beri ingressu, neque corpore dolorem neque animo ignominiam dencia en latín) para introducir las sucesivas oraciones comjile-
ferre posse. Itaque se uictos confiteri ... tivas: diciendo que... , que ... , que...
TRADUCCIÓN
De acuerdo con esto, era de esperar que, frente al texto de
TRADUCCIÓN TR,ADUCCLÓN
DE MARINER DE VALBUENA DE FABRE contenido yusivo, hubiera puesto: mandando que ... , que... Pero
no lo hace aSÍ, sino que independiza: saliesen... , licenciasen...
Afranio toma la pa- Rompió Afranio la Afranius prend la
Además, pone el discurso indirecto entre comillas.
labra, diciendo que no plática diciendo: "Q'ue parole: "Il n'y a, dit-il,
ni César ni sus tropas a s'indigner ni contre Fabre (1941) hace exactamente lo contrario. Subordina el
se les ha de reprochar
ni a ellos ni a sus sol- debían mirar con in- les chefs, ni contre les texto yusivo: Ii leur ordonnait de... , de... ; y, en cambio, su tra-
dados el haber querido dignación el que ellos soldats de ce qu'ils ont ducción del primer fragmento es una sucesión de oraciones inde-
guardar fidelidad a su hubiesen pretendido voulu rester fideles a pendientes, con la pausa y puntuación del estilo directo. y como
generalísimo Cn. Pom- guardar fidelidad a su leur général, Cn. Porn- en estas condiciones no se vería quién es el autor responsable
peyo. Pero ya habían general C. Pompeyo; pée; mais ils ont main-
pero que habían hecho tenant assez bien rem- de las sucesivas aseveraciones, añade, en inciso, un dit-il y en-
cumplido su deber su-
ficientemente y arros- ya lo bastante 'por su pli leur devoir, assez cierra entre comillas todo el discurso indirecto. Este entrecomi-
trado bastantes penali- obligación, y padecido subi de souffrances: ils llado y la añadidura del dit-il son procedimientos que, cierta-
dades, con haber pade- harta pena, habiendo ont enduré fermement mente, "traducen" una información contenida en la estructura
cido escasez de toda llegado al último ex- une disette complete; del estilo indirecto latino.
clase de recursos; mas tremo de faltarles todo maintenant, les voici
enfermés presque com-
Por último, Mariner subordina únicamente la primera aseve-
ahora que, acorralados lo necesario: que al
poco menos que como presente, cercados casi me des betes fauves, ración (diciendo que... ) e' independiza todo el resto. Otra dife-
animales salvajes, se como fieras, se les cor- on les ernpéche de Iaire rencia de Mariner frente a Valbuena y Fabre es la supresión del
les privaba el agua, se taba el agua y se les un mouvement: ils ne entrecomillado. Las comillas son innecesarias en la traducción
les privaba la libertad estorbaba la marcha: peuvent plus supporter de Valbuena, pero indispensables en la de Mariner, ya que, como
de movimientos, no po- que ni el cuerpo podía ces tortures Rhysiques.
en la de Fabre, sin ellas hay cierta ambigüedad: ¿Es el autor
dían resistir más ni el ya tolerar tal trabajo, cette humiliation mo-
dolor físico ni la igno- ni el ánimo tanta igno- raleo Aussi s'avouent- o su protagonista el responsable de las aseveraciones o de las
minia moral. Por lo minia, y así se confe- ils vaincus...". órdenes cursadas?
tanto se declaraban saban vencidos...". 2. ¿ Qué es lo aconsejable ante tan sensibles discrepancias?
vencidos... Un primer consejo nos parece claro: un traductor debe ser con-
270 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
POST SCRIPTUM. Cuando publicamos -hace años- este b) Juicio lógico.- La oración es el conjunto de un sujeto
capítulo, nuestro objetivo esencial era dar a entender el meca- (del que se dice algo) y de un predicado (o sea, lo que se dice del
nismo sintáctico del estilo indirecto. Sólo de pasada consignamos sujeto). Esta definición sólo se aplica a la frase declarativa, con-
las breves reflexiones precedentes sobre la traducción. Nos pa- siderada tradicionalmente como el modelo de toda oración.
rece út.l y práctico sugerir una nueva opción a los traductores.
Aconsejamos una traducción similar a la de Mariner, pero, evi- c) Unidad melódica o de entonación. - La oración se define
tando el grave reparo que le pusimos; y para ello basta añadir -fonéticamente- por un patrón melódico (conjunto de pausas,
como inciso en cada párrafo independizado un "decía" o "aña- silencios y, sobre todo, de vicisitudes en la curva melódica).
día", o algo parecido. (Naturalmente, en los mensajes impresivos 2. Hay oraciones simples y oraciones compuestas. No vamos
el inciso sería "ordenaba" y en los interrogativos "preguntaba".) a tratar aquí de la oración simple. Su didáctica no presenta gra-
La traducción propuesta sería entonces: ... Pero --añadía- ves problemas. Pretendemos reflexionar tan sólo sobre la ora-
ya habían cumplido... Por lo tanto -seguía diciendo-- ... ción compuesta. '
272 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 273
y la primera pregunta que nos formulamos es ésta: "¿De qué. ción entera pierde su poder predicativo y funciona comotérmino
está compuesta la llamada oración compuesta?" de otra, comouna palabra, dotada por consiguiente de su seman-
Suele contestarse que una oración compuesta se compone de tema.. " etc.".
varias oraciones simples. 7. En el mencionado estudio salen repetidas veces expresio-
3. Por otra parte, se distinguen dos tipos de oraciones com- nes como "una predicación reducida a su denominación". Esta
puestas: reducción de un decir a un nombrar, y viceversa, nos es fami-
a) Oraciones compuestas por coordinación; liar desde la escuela en el sector de la morfología,ya que en la
b) Oraciones compuestas por subordinación. escuela se nos ha acostumbrado a transformar el verbo en nom-
Nosotros admitimosque una oración compuesta por coordina- bre y el nombre en verbo: amar ~ amor.
ción está, efectivamente,compuesta por varias oraciones simples, Se ha dicho que Baja de precios y Bajan los precios pueden
ya que la coordinación no destruye la autonomía de las oracio- servir, ambos por igual, como título de un mismo artículo perio-
nes simples integradas como elementos de la unidad superior. dístico. Sin embargo, los dos títulos no son sinónimos: no impli-
En otros términos: varias oraciones autónomas, aunque se coor- can necesariamente el mismo contenido. "Baja de precios" sólo
dinen, siguen siendo oraciones según cualquiera de los tres cri- implica, como contenido,que se va a tratar de la baja de preCi_os,
terios de definición que hemos reseñado antes: unidad de sen- algo así como una pura teoría sobre reducción de costos; en
tido, predicación o juicio y unidad melódica. cambio, "Bajan los precios", como aseveración actual, garantiza
4. Pero no nos asisten las mismas razones para creer y precios rebajados comouna realidad. "Bajan los precios" admite
afirmar que una oración compuesta por subordinación también como apostilla de un lector "Verdad" / "Mentira"; el otro títu-
ella está compuesta de oraciones simples. lo, como simple denominación,no puede ser ni verdad ni men-
Aquí, sólo las oraciones llamadas principales siguen siendo tira.
oraciones autónomas,con sentido y entonación propios y con ver- 8. Pues bien: la subordinación es un procedimiento sintác-
dadera-predicación. Las subordinadas son inconcebibles sin la tico (comparable a los procedimientos morfológicoscomo amor,
principal, no constituyen una melodía independiente ni una uni- amar, amable, amablemente) para transponer predicacionesente-
dad de sentido. ras: la subordinación es "la forma suprema de la transposición,
5. La expresión "oración subordinada" es contradictoria in la que se apodera de oraciones enteras para hacer de ellas sustan-
adiecto, puesto que la "oración", según todas las definiciones,es tivos, adjetivos o adverbios" (Ch. Bally, Linguistique générale,
algo "absoluto"; y "subordinado", por definición, sólo puede re- 1965\ p. 120).
ferirse a algo "relativo", "dependiente". 9. Esta transposición suprema tiene sus indicios o marcas
r
Sin embargo, los gramáticos seguiremos empleando ese len- formales. Entre esas marcas está el nutrido grupo de las llamadas
'guaje contradictorio, como los físicos siguen llamando "átomo" "conjunciones de subordinación". I
a lo que ya no es indivisible. También aquí hay que precaverse ante la nomenclatura usual.
6. Quisiéramos insistir aquí sobre ciertas características de Las "conjuncionesde subordinación" tienen muy poco o nada de
la oración subordinada, características que no somoslos primeros "conjunciones".
en señalar, pero que no son comúnmente reconocidas. En un ar- Función "csnjuntíva" tienen las conjunciones de coordina-
tículo reciente de A. García Calvo (Revista Española de Lingüís- ción, que, efectivamente, unen o "conjuntan" elementos horno-
tica, II, n." 1, pp. 145 ss) hallamos unas cuantas formulaciones funcionales: a) ya sean éstos simples: Juan y Pedro estudian;
que suscribimossin reservas: "Toda subordinaciónes un proceso Noche tranquila y serena; El barco se desliza suave y majestuo-
metalingüístico en que un decir aparece reducido a un nombrar ... samente; b) ya complejos: Juan estudia y Pedr.o se divierte; No
Por el dispositivo sintáctico de la subordinación, "una predica- acudió ilQrque estaba enfermo y (porque) debía guardar cama.
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274 INTRODUCCIÓN
ALASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 275
En cambio, las llamadas conjunciones de subordinación, más. tual predicación (o de un eventual mensaje cualquiera, aunque
que unir, lo que hacen es transformar una predicación autónoma no sea declarativo). Para restablecer una auténtica oración basta
en algo que ya no es predicación, sino un producto funcionalmen- desandar el proceso de la subordinación: a) suprimiendo el mor-
te nuevo. fema transpositor; b) devolviendo a la oración su melodía ade-
Las conjunciones de subordinación están más cerca de las cuada, y e) 'restableciendo el status morfológico (tiempo, modo,
preposiciones que de las conjunciones de coordinación: así como persona, elementos deícticos como pronombres personales, ad-
las preposiciones habilitan al sustantivo para desempeñar una verbios de lugar y tiempo) alterado por la subordinación.
función adjetiva (casa del padre = casa paterna) o adverbial Pero es innecesaria complicación la de extender el nombre
(habla con serenidad = habla serenamente), así también las con- de "oración subordinada" a construcciones puramente nomina-
junciones de subordinación habilitan al verbo para desempeñar les, en las que no figura absolutamente nada parecido a una ora-
funciones que en principio corresponden a clases de palabras ción de ningún tipo.
específicas en la lengua: función nominal de las oraciones com- Así, en ciertas gramáticas se nos enseña que una oración
pletivas o función adverbial de las subordinadas adverbiales subordinada final puede adoptar en latín hasta una docena de
(o circunstanciales). formas, a saber: a) ut con subjuntivo; b) ne con subjuntivo;
La función esencial de las preposiciones y conjunciones de e) oración relativa; d) gerundivo con preposición (de pace peten-
subordinación es la de marcar esas transformaciones a que hemos da; ad pacem petendam); e) gerundivo sin preposición (praeda
aludido; si, además, se les quiere atribuir, por añadidura, una diripienda data est); f) gerundivo en genitivo (pacis petendae
función "unitiva", pase, aunque a nosotros nos parece que la oratores misit); g) gerundivo en dativo (urbi condendae loc1.i.·;'
unión entre el determinante derivado de la transformación y el quaerere); h) participio de futuro (legatos misit pacem oraturos);
elemento determinado se establece sin necesidad de ayuda, como i) causa o gratia con genitivo; j) un nombre cualquiera con pre-
un adverbio morfológico' se une a su verbo sin ligamento de posición (Caesar me ad pacem hortatur); etc.
ninguna clase. Evidentemente, hay "sentido de finalidad" en todos esos giros,
y aún se podría alargar más la lista; pero, gramaticalmente, sólo
NOTA.- Tampoco somos los primeros en señalar esta afinidad merecen el nombre de oración subordinada final algunos giros
entre preposiciones y conjunciones de subordinación. M.a Luisa (no todos) en que aparece utjne con subjuntivo. Sobre la llamada
López (Problemas y métodos en el anál'isis de las preposiciones, "oración relativa-final" nos pronunciaremos en su lugar.
Madrid, 1970, pp. 21 ss.) cita los lingüistas que han sostenido la 11. En la literatura latina, y concretamente en el período de
misma doctrina. Sería deseable que se impusiera cuanto antes su máximo esplendor, alcanzó la subordinación un grado de des-
en la enseñanza escolar la idea (repetidas veces apuntada en el arrollo pocas veces igualado fuera de esta lengua. Los amplios
libro en cuestión y felizmente formulada en la p. 32) de "incluir y sabiamente articulados períodos ciceronianos. por ejemplo,
preposiciones y conjunciones de subordinación bajo el denomi- tienen muy pocos paralelos en nuestras literaturas modernas.
nador común de SUBORDINANTES, palabras que tienen la función De tales períodos se ha dicho -metafóricamente- que son so-
privativa de establecer relaciones entre distintos planos sintác- berbias construcciones de hasta cinco y seis pisos; nuestros auto-
ticos". res modernos no superan la altura del segundo o tercer piso.
10. Nos hemos referido a lo impropio de la nomenclatura que Ahora bien, resulta un tanto paradójico que el latín haya
llama "oración subordinada" a lo que ya no es propiamente ora- logrado tan alto desarrollo hipo táctico con los medios que utili-
ción. De todas formas, hay quizás una razón para seguir justifi- za: sus conjunciones de subordinación -los auténticos ejes de
cando el lenguaje tradicional, a saber: que una subordinada con- las articulaciones en el complicado mecanismo de la oración
tiene todos los elementos -toda la materia prima- de una even- compuesta- son como materiales viejos destinados en principio
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I
276 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN 277
LA SUBORDINACIÓN
I
(
a otros usos y, además, en la mayoría de los casos, poco caracte- Con estos medios de fortuna y la ayuda general del contexto,
rizados para cumplir con el nuevo cometido que se les pretendía . 1
la ayuda de las correlaciones y de los modos verbales, el latín
confiar, a saber: la expresión de la causa, la finalidad, la conce- logró su lujosa construcción hipotáctica.
sión, el tiempo, etc. El latín tiene nutridos grupos de conjuncio-
nes de subordinación, pero muy pocas conjunciones especializa-
das que clara y unívocamente signifiquen "porque", "para que",
"aunque", etc. Desde este punto de vista parecen estar mejor § 2. - La subordinación l'elativa
dotadas las lenguas modernas y resultar más aptas para expre- 11,
O' lO
.,;:l 4. Nuestra interpretación de la subordinación relativa postula
O' un paralelismo sintáctico en rigurosa correspondencia con el pa-
~ ralelismo morfológico. Esta perspectiva única orienta todas las
...
;:l
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.
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•
\ observaciones que vamos a exponer. Y, a la vez,' nos indica el
&~ \
plan a seguir: subordinación pronominal relativa; subordinación
adjetival-relativa; subordinación adverbial relativa de lugar; su-
bordinación adverbial general (también ésta de base esencial-
Sro mente relativa); y, por último, subordinación interrogativa.
o Cll
'"d
o ;:l,....,
~ 0:;j NOTA.- Nuestra interpretación de toda la subordinación la-
.~
..o '";:l
.,...f
tina como "respuesta relativa" a determinadas interrogaciones
¡:l O'
-tanto si éstas se hallan efectivamente formuladas como si son
sencillamente posibles- podrá parecer una gr~m novedad a mu-
chos lectores. Es cierto que ninguna sintaxis ha planteadcidesde
o esta perspectiva el estudio de la subordinación; sin embargo; bien
'"d
o miradas las cosas, es el método inmemorablemente practicado
~
como ejercicio escolar: todos hemos aprendido a reconocer los
.~ .~ .,
o
elementos de una oración sometiendo el texto a determinadas
preguntas como éstas: ¿Quién es el que ... ? ¿Qué es lo que ?
¿Dónde ... ? ¿Cómo ... ? ¿Cuándo ... ? ¿Por qué ... ? ¿Para qué ?,
etcétera .
...
~
Quizá seamos muchos los que, un día u otro, como el perso-
naje de cierta comedia, caemos en la cuenta de estar haciendo
(J
.¡;; prosa sin saberlo.
B) LA ORACIÓN
PRONOMINAL
RELATIVA
!
o
\.
reddo.
b) Con antecedente demostrativo: Tibi id, quod credidisti,
reddo.
j No suele reconocerse entidad gramatical al tipo Tibi quod
credidisti reddo (PI., Epid., 549). Para esta construcción (jsin
opour ap '''PV
280 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 281 (
antecedente!) se postula un antecedente (id) "sobreentendido", el auténtico complemento directo es la expansión quo~ credidisti.
con lo cual queda reducida al modelo considerado normal. jTibi reddo pecuniamj es en sí mismo un mensaje completo,
Según esta interpretación, debiera eliminarse de nuestro es- tanto por la cara de la forma como por la cara del contenido.
quema de respuestas la c), o sea, la respuesta "relativa"; no ha- jTibi reddo idj es un mensaje incompleto, falto del comple-
bría más respuestas que la nominal y la deíctica (a y b), ambas mento directo (¡salvo que el mensaje se emita en un campo
susceptibles de una determinación facultativa mediante la ora- mostrativo real, es decir, "visual", ya que entonces ese id, por
ción de relativo. señalar materialmente su objeto, no necesita más precisiones!). (
Ahora bien, si comúnmente no se cree indispensable un ante- No ignoramos que el id es un anafórico y no un demostrativo:
cedente para ubi (lugar o tiempo), quo, unde, qua, ut, etc., nos- pero para nuestro caso no necesitamos distinguir entre la deixis
otros estimamos que tampoco se ha de postular un is, ea, id sobre- in phantasma (mostratio reflexiva o interna) y la mostratio ad
entendido para la oración de relativo con qui: oculos. •
(Vbi cenabis?) -Vbi tu iusseris (Pl., Truc., 577). Toda la información que puede proporcionarnos id, fuera del
(Qua consul peruenit?) -Consul, quo intenderat, peruenit campo mostrativo, se reduce a las nociones de género, número
(T. L., 35, 11, 13). y caso, es decir, las notas formales que definen la categoría no-
(Vt loqueris?) -Loquor ut opinor (Cic., Brut., 131). en
minal en abstracto. En id hay, pues, si se quiere, un sustantivo \
De la misma manera, y en riguroso paralelismo, interpreta- acusativo, pero un sustantivo sin contenido real en el plano se-
mos nosotros: mántico; en id hay el marco de un sustantivo en acusativo, pero
(Quid faciunt?) -quod iussi sunt faciunt (César, B. G., 3, un marco que tan sólo encuadra un lienzo en blanco y espera
6, 1). todavía la obra de arte que ha de plasmarse en su superficie,
(Quis uenit?) -quem heri uidimus in foro. El id no se vuelve inteligible antes de rellenarse semántica-
mente con el añadido jquod credidistij.
2. La oración de relativo con antecedente nomiual. - Vamos El id representa para el hablante la idea que tiene en la
a insistir en las diferencias entre los tipos puer quijis quijqui. mente antes de expresarla; para el oyente es, al revés, un anun-
Admitimos, como todo el mundo, que una oración de relativo, cio precursor de la información que va a llegar acto seguido. .
con antecedente nominal, tiene función adjetiva, es decir, consti- En el ejemplo concreto que tenemos a la vista, el id no tiene
tuye una determinación de ese antecedente en todo comparable más contenido que el de una flecha anafórica que apunta hacia
a la función de un adjetivo formal cualquiera referido a un nom- jquod credidistíj. Esta correlación anafórico-relativa (id: "esto
bre cualquiera. es" quod credidisti) nos recuerda no una relación vertical como
Esta oración de relativo no es, pues, estructuralmente, un la que hay en el interior del sintagma sustantivo-adjetivo (en
elemento central de la oración principal, sino una expansión se- que éste se subordina a aquél determinándolo) ,·sino que nos hace
mántica de un elemento de la oración principal, al que añade pensar más bien en alguna relación de tipo horizontal, como
alguna faceta nueva; esta expansión está "subordinada", es decir, [quo« homines, tat sententiaej, o como la relación "apositiva" t J
a un nivel sintáctico inferior y en conexión vertical con el ele- (Vrbs Roma) 0, por último, como la epexégesis, en la que un
mento determinado por ella. término desarrolla el contenido de otro.
3. La oración de relativo con antecedente demostrativo.- 4. La m'ación de relativo sin antecedente. - La oración de
En Tibi reddo id quod credidisti se dice que el id es el comple- "relativo sin antecedente prescinde de la ayuda preparatoria del
mento directo del verbo principal, pero en realidad es un com- signo anafórico, prescinde del marco nominal abstracto y expresa
plemento directo puramente "formal", sin contenido semántico; tan sólo su contenido real, contando con que el oyente sabrá atri-
282 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 283
buirle la forma y función adecuada con la ayuda del contexto Estas representaciones ponen de manifiesto las notables di-
y también con el indicio muy orientador de la melodía que dis- ferencias estructurales que separan a los tres tipos sintácticos,
tingue entre /Tibi id, quod credidisti, reddo/ y /Tibi quod ere- considerados generalmente como uno solo y el mismo.
,
didisti reddo[, En el primer caso habría pausas más o menos r
marcadas, pero en todo caso perceptibles, en los lugares en que 6. Comportamiento nominal de la oración de relativo.":'__El
los editores suelen poner comas, pausas seguramente similares a tipo 3 nos muestra la oración de relativo funcionando exacta-
las que nos imaginamos en /Quot homines, tot sententiQ,e/, o en- mente igual que un sustantivo con relación al verbo principal.
tre un sustantivo y su aposición. En cambio, en /Tibi quod cre- a) En el modelo propuesto, jquod mihi credidistij tiene el
didisti reddo/ la ausencia de pausas y la función unificadora del mismo valor que un nombre en acusativo.
acento hacen innecesaria la señalización anafórica. La melodía Otros ejemplos nos mostrarán la oración de relativo compor-
de /Tibi quod credidisti reddo/ debía ser la misma que se da tándose como el nombre en cualquiera de sus fu'nciones:
en jTibi pecuniam reddoj. b) Como nombre en nominativo: Cui dolet, meminit "Quien
sufre, recuerda" (Cic., Mur., 42). •
5. Tipos sintácticos distintos. - En cada uno de los tres tipos
de oración relativa que hemos examinado, esta oración de rela- c) Como nombre en aposición: Sed longis spatiis dis.creti
tivo ascieride gradualmente de jerarquía sintáctica: en el primer exercitus, quod saluberrimum est ad continendam militarem fí-
caso (pecuniam quam credidisti), la oración de relativo está su- dem, nec uitiis nec uiribus miscebantur "Pero, separadas por
bordinada a un miembro de la oración principal; en el segundo grandes distancias, lo más saludable para mantener la lealtad mi-
caso (id quod credidisti), la oración de relativo está al mismo litar, esas tropas no entremezclaban ni sus vicios ni sus fuerzas"
nivel que ese miembro de la oración principal y en yuxtaposición (Tác., Hist., I, 9, 4).
C on él:, en el tercer caso , la oración de relativo (quod credidisti)
d) Como nombre en dativo: Xerxes praemium proposuit qui
desplaza al antecedente y se convierte ella misma en el com- inuenisset nouam uoluptatem "Jerjes propuso un premio para
plemento directo del verbo principal. quien descubriera un nuevo placer" (Cic., Tusc., 5, 20).
Sólo en este último caso la oración de relativo se integra to- e) A nombres en ablativo pueden compararse las oraciones
talmente en la oración principal; en los dos primeros se queda relativas circunstanciales que estudiaremos más adelante.
en la antesala como acólito de uno de los componentes de aquella +
f) En paralelismo con el sintagma preposición nombre
oración principal. Quizá pueda entenderse así la denominación hallamos el sintagma preposición + oración de relativo: Nunc
tradicional de "subordinación sustantiva", esto es, sustancial. redeo ad quae mihi mandas "Ahora vuelvo a tus recomenda-
Gráficamente: ciones" (Cic., Att., 5, 11, 6). (Algunos editores optan aquí por
reddo la lectio facilior de algunos códices del xv ad ea quae... ).
Tipo 1:
I
Cum essent in ,quibus demostraui angustiis "Como se halla-
tibi pecuniam ban en las dificultades que he señalado" (César, B. Ciu., Hl,
I
quam credídisti 15, 6).
g) Como un nombre en ablativo absoluto: Certatim osten-
Tipo 2: reddo tantibus cruentas manus qui occiderant, qui interfuerant, qui
I I - ~ uere qui falso... facinus iactabant "Mostrando a porfía sus manos
tibi id: quod credidisti
ensangrentadas los que habían asesinado, los que habían estado
Tipo 3: reddo presentes, los que con razón o sin ella alardeaban del crimen"
I I
quod credidisti (Tác., Hist., I, 44, 2).
tibi
l
284 INTRODUCCIÓN
A LASINTAXISESTRUCTURAL
DELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 285
NOTA.- Como es bien sabido, a un nombre en genitivo co- como los autores del Esbozo ... seguramente se dieron cuenta
rresponde funcionalmente la oración de relativo con antecedente de que tal doctrina así formulada es falsa, la enderezan en la (
(tipo 1). misma página y páginas sucesivas. En efecto, añaden en seguida: I
"Por otra parte, el relativo puede ser pronombre adjetivo (<<cuya (
(
!
286 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN
287
el paralelo qué (adjetivo interrogativo), correspondiente a la in-, en~re nosotros: Forcellini, Gaffíot, Lewis-Schort; bajo el epígrafe
terrogación (directa o indirecta); no disponemos de un *que (ad- qu~, quae, quod consignan tres apartados: a) pronombre relativo'
jetivo relativo) para traducir la respuesta relativa. En consecuen- b) pron~mb~e-adjetivo interrogativo; e) pronombre indefinido:
cia, podemos dar una traducción literal de la parte inquisitiva de En c~mblO, SI ve~o~ con~igna,do el qui, quae, quod como adjetivo
dichos textos, pero no nos es posible calcar del mismo modo la relatIvo en un dICCIOnarIOmas antiguo, el de Lebaígue.
parte responsiva. .4.. Compa~able al par latino qui adjetivo interrogativo / qui
Sólo los dos últimos ejemplos, gracias a nuestro pobre cuyo ~dJetIvo relativo es el par castellano cuánto adjetivo interroga-
(queremos decir: de pobre rendimiento en la lengua), admiten t:~o / cuanto adjetivo relativo. Nosotros vemos como construe-
un calco castellano; por eso son los únicos ejemplos que hemos Clan normal la siguiente: Cuanto dinero ganaba lo daba a los
traducido. pob:es; y nadie piensa aquí en una desviación a ~artir de "todo
En cambio, para los demás no son posibles traducciones como el dinero que ganaba lo daba a los pobres". De la misma manera
ésta: "¿Qué oportunidad tenéis? -~'La-que-oportunidad habéis han ~e verse como normales en latín las constrUC'cionesadjetivo-
anhelado (!)". Ello nos obliga, en la traducción, a prescindir de relativas.
la construcción sintáctica latina y a forjar una construcción pro- . Incl~so ~entro. d~llatín se podrían citar paralelismos ilustra-
piamente nuestra: un antecedente y un pronombre (en lugar del tívos '. Cicerón (de Fm., 4, 66) escribe: Quae hic reipublicae-uul_
inexistente adjetivo) relativo: "La oportunidad que habéis an- ' nera tmponeb~t, eadem. ille sanabat. Si Cicerón en lugar de quae
siado". .. : ~adem hubiera escrito quot '" totidem ("cuantas heridas in-
3. La didáctica escolar ante la construcción responsiva la- fligía un~, al est~do, otras tantas curaba el otro"), el tipo de
tina nos dice: se trata de un "pronombre relativo" que atrae ha- construccíón seria el mismo, y suponemos que nadie negaría
cia su oración y hacia su propio caso un "antecedente" que, "10- la naturaleza adjetivo-relativa de quot (uulnera). La relación
gicamente" (l), debiera 'aparecer en otra oración distinta y en quot quae
el caso requerido por su función en aquella oración: así, ante un --- parece evidente.
texto como jquae res mihi non mediocrem consolationem attulit totidem eadem
uolo tibi commemorarej se nos enseña que jquae res/ está por Tam~ién e~ significativo el paralelismo morfológico-sintáctico
jquae '" (attulit) rem (uolo tibi commemorare) [, en~re.qu~ y q~wumque. Está claro que este último funciona como
Esta explicación admite, pues, implícitamente que los autores adjetivo relativo indefinido: cf. T. L., 1, 26, 4:Sic eat quaecum-
latinos han cometido un entuerto, y que nosotros debernos ende- que Romana lugebit hostem "[Perezca así cualquier Romana que
rezar ese entuerto y partir luego, para nuestro análisis y traduc- llore a un enemigo!". Cf. igualmente quamcumque fortunam
ción, del texto así rectificado. (T. L., 35, 13, 9), cuiuscumque modi (Sal., Cat., 52, 10), quocum-
Esa doctrina tan extraña es, no obstante, la ortodoxa en todo que. modo (~al., .Jug., 103, 3) quacumque aetate (Cic., se«, 28).
el mundo de los latinistas. En Kíihner-Stegmann (Gramm. der <.:or que qui no ha de funcionar igualmente' como adjetivo
Lat. Sprache, JI, 2, p. 314) hay un apartado con abundante ma- relativo definido?
terial sobre 10 que allí se llama "el tipo Quae tua prudent-ia est" 5. Como nuestra interpretación chocará con el sentir general
(Cic., Fam., 10, 27, 2). Por toda explicación se dice que ese tipo va~~s a anal~ar con detenimiento un último ejemplo de oració~
ha de entenderse como Tu, pro ea, qua es prudentia. Es decir, adjetivo-relativa.
eliminan el sintagma quae prudentia (adjetivo relativo y nom- A una pregunta adjetiva podemos dar evidentemente dos res-
bre) para construir y analizar otro distinto. En suma, no recono- puestas:
¡
j
cen la oración relativa de adjetivo. Qua modo locutus est?- { Eo modo quem ab eo sperabamus.
Tampoco parecen reconocerla los diccionarios más usuales \ Quo modo ab eo sperabamus.
288 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 289
El que pregunta busca aquí una determinación del sustantivo
modo; supone que el sujeto ha hablado de "alguna manera" y
D) EL MODO VERBAL EN LAS ORACIONES DE RELATIVO:
(
quiere saber "cuál" es esa manera.
SUBJUNTIVO DE SUBORDINACIÓN
El que contesta puede optar entre dos procedimientos: ea
modo ("de esta manera", que inmediatamente te voy a precisar: (
el anafórico prefigura la inminente precisión, a sa~~'r) que m ab 1. En una biografía se dirá de un carácter voluble: "amaba
ea sperabamus. En suma, en la contestación señalada hay un y perdonaba". Ello indica simplemente que el personaje aludido
sustantivo (modo), que, por conocido y esperado, no aporta nin- "~~aba y ?erdonaba" sucesivamente, sin insinuar ninguna rel~-
guna información, y una oración relativa pronominal que aporta Clan especial entre el amor y el perdón, salvo que ambos senti- (
mientos se sitúan en el mismo sujeto.
la información deseada.
El segundo procedimiento de respuesta consiste en contestar Si ~n ~ambio se dice: "amaba y perdonó", el desenfoque tem-
no sólo al elemento estrictamente interrogativo (o sea al adjetivo poral invita claramente a ver algo. más que sentimientos suce-
quo), sino al bloque qua modo; para lo cual basta recoger el qua sivos de un carácter voluble; el desenfoque temporal invita a un
modo en forma átona y añadirle la determinación adecuada: raciocinio e implica claramente una conexión lógica entre los dos
quo modo ab eo sperabamus. p,re~ic.ados unidos por "y". En el caso aludido sería muy vejo-
Esta respuesta con adjetivo relativo + sustantivo no existe símil mterpretar tal relación como "causal'" podría decirse f-f)
que 1a ""y coor dimante es entonces una conjunción
,~ "causal", ya
en español; precisamente el sintagma latino qua modo evolucionó
en nuestra lengua hasta confundir los dos elementos componentes que puede explicitarse así: "amaba y (por eso) perdonó", o, "ama-
ba y (porque amaba) perdonó".
en una sola unidad, una unidad nueva, la conjunción "como":
"Habló como de él esperábamos". Algunos teóricos del lenguaje dicen que en "amaba y per-
Pero en latín la contestación adjetivo-relativa es completa- donó" hay una "relación circunstancial", y que la oración "subor-
mente normal como se ve por el paralelismo sistemático de las dinada (?)" tu perdonó/ añade "una magnitud lógica" (Cf. Büh-
ler, Teoría del lenguaje, trad. esp., p. 493).
formas entre preguntas y posibles respuestas apuntadas en el
esquema general de preguntas y respuestas y como se ve igual- 2. Pues bien, creemos que se da en latín un juego similar
mente en la serie de ejemplos aducidos más arri-ba (p. 93). entre ciertos términos subordinantes (pronombres relativos y I
Por lo tanto, postulamos entidad gramatical para el tipo qua algunas conjunciones) y los modos verbales. \.
modo ab eo sperabamus y no nos resignamos a ver en él un tras- Una conjunción de subordinación o un relativo son siempre
trueque de este otro (más normal para una mentalidad romá- ~arca inequívoca de subordinación gramatical; pero, si por afia-
I
nica): ea modo quem ab ea sperabamus. didura, se observa un desenfoque en los modos, es decir, si apa- I
(
Hay que entender una lengua desde dentro y en sí misma, no rece un subjuntivo donde cabía esperar un indicativo, entonces
a través de sus posibles u obligadas traducciones, ya que las ese desenfoque es una invitación a buscar una relación o conexión I
(
lenguas se forjan evidentemente como instrumento arbitrario de suplen:entaria entre el contenido de la oración principal y el
comunicación dentro de una comunidad humana: no se forjan contenido de la subordinada, conexión y relación que ha de !
(
pensando en futuras traducciones a otras lenguas con estructuras s~~arse a la idea evocada por el elemento subordinante (conjun-
sintácticas distintas. cion o pronombre relativo). I
(
3. Como ejemplo podemos citar aquí las oraciones de rela- I
tivo. Nuestras sintaxis tratan primero de las oraciones de rela- (
tivo "a secas", que se construyen con indicativo' -y. luego en I
apéndice, de las oraciones de relativo "con matiz circunstancial" (
I
(
290 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 291
(final, consecutivo, causal, condicional, concesivo) ; estas relativas En casos así no podemos condenar como infiel una traducción
llevan el verbo necesariamente en subjuntivo. "causal": "He cometido una tontería, por haberlo soltado". Pero
Evidentemente toda oración encabezada por un relativo es ha de reconocerse que el matiz causal con el verbo en indicativo
formalmente relativa, y, como tal, nada más que eso; pero si es puramente ideológico: es una sugerencia implícita en el con-
luego viene el inesperado modo subjuntivo, entonces se produce texto. En cambio, si en el mismo texto apareciera el subjuntivo,
una especie de hipersubordinacíón, una invitación adicional a habría una hípersubordinación explícita, concretable en un sen-
buscar una relación suplementaria con el contenido de la oración tido causal no simplemente sugerido.
principal. El subjuntivo no "contribuye" pues a hacer más causal lo que
4. Vamos a insistir en este punto y tratar de fijar ciertas ya era causal, sino que expresa una "relación gramatical" que
ideas. Suele hablarse de la oración de relativo como de "una sin él no quedaba marcada.
oración que se subordina a otra oración llamada principal"; este jqui hunc amisij significa únicamente "(Torno de mí) que lo
concepto de la subordinada relativa es inexacto. Como indicamos solté". Es cierto que, entre líneas, puede legítimamente dedu-
anteriormente (cf. supra, pp. 87 ss.), la mayoría de las oraciones cirse: "(Tonto de mí) por haberlo soltado". En cambio, j*qui
de relativo no se subordinan a "la oración principal en su con- hunc amiserimj sería "(Tonto de mí) que 10 solté y tont.? preci-
junto", sino exclusivamente a un elemento de la oración principal. samente por haberlo soltado".
a) Concretamente las oraciones de relativo consideradas nor- En el siguiente ejemplo, citado igualmente por Ernout, la
males en latín y cuyo modo verbal es el indicativo se limitan a relación causal no queda ya confiada a la deducción de un buen
determinar, circunscribir o definir al sustantivo llamado ante- entendedor, sino que está inequívocamente marcada por el sub-
cedente. juntivo: Amant te omnes mulieres, neque iniuria, qui si« tam
b) En cambio, la oración de relativo en subjuntivo expresa pulcher "A ti te quieren todas las mujeres, y no sin razón, ya que
por añadidura una relación recíproca entre el verbo principal y eres tan guapo" (Plauto, Mil. Gl., 58-59).
el subordinado (causa, condición, consecuencia, fin, etc., de un 6. En resumen: una oración de relativo con verbo en subjun-
proceso a otro). tivo nos invita a ver en ella no sólo una determinación de un
La oración de relativo con subjuntivo tiene pues una doble elemento de la oración principal, llamado antecedente, sino una
perspectiva: su elemento relativo remite por un lado, por su relación o concatenación entre el proceso expresado en la oración
concordancia en género y número, a un elemento de la oración subordinada y la predicación contenida en la oración principal:
principal; pero en segundo lugar, por su modo verbal, mira al el subjuntivo marca una segunda subordinación: una supersubor-
verbo de la oración principal y así se subordina realmente a toda dinación, por decirlo de alguna manera.
la oración principal.
I
5. Lo que aquí sostenemos ya se vislumbra en ciertos ma- Ejemplos:
nuales, pero no se expone generalmente con suficiente claridad. i Relativa-final: Cic., Verr., 2, 5, 160: (Messanam) sibi (Verres)
Así en la sintaxis de Ernout-Thomas (§ 335) se nos enseña que urbem delegerat, quam haberet adiutricem scelerum "Verres ha-
la oración de relativo expresa con frecuencia una "relación ló- bía elegido la ciudad de Mesina para tenerla como cómplice de
gica" y que el subjuntivo "contribuye" a marcar dicha relación.
Debemos precisar los términos "relación lógica" y "contribuir".
I sus crímenes". Obsérvese que el relativo quam representa y re-
mite a urbem, en cambio el subjuntivo haberet está en conexión
Gramáticos y comentaristas ven generalmente relativas causales con delegerat. Nuestra traducción sólo refleja la conexión entre
en construcciones con indicativo como ésta de Plauto (Mil. Gl., proceso y proceso (= "había elegido para tener ., .") y prescinde
1.376): Stulte feci qui hunc amisi. de la relación que el relativo establece con su antecedente urbem.
( I
292 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 293 i
Si en lugar de haberet se pusiera habebat, la oración relativa mismo verso una relación consecutiva y una relativa de pura
sería una pura determinación del antecedente y el significado' determinación:
sería: "Verres había elegido la ciudad de Mesina, la ciudad que
él tenía como cómplice de sus crímenes". Gemmas, marmor, ebur, ...
sunt qui non habeant, est qui non curat habere
Relativa-causal: Ter., And., 646: Me miserum, qui tuom ani- "Piedras preciosas, mármol, marfil, ... hay personas de-tal-
mum ex animo spectaui meo "¡Desdichado de mí, que juzgué de condición-que no pueden tenerlos, hay una persona (= yo sé de
tu corazón por el mío!" (No es explícitamente causal; pura deter- una persona) que ni se preocupa de tenerlos."
minación del antecedente).
En cambio: Cic., Att., 10, 10, 1: Me caecum, qui haec ante non Relatuia-ccmcesuia: Cic., Nat. deor., Il, 4: Peccatum suum,
uiderim "¡Ciego de mí (que-no-vi y ciego) por no haberlo .visto quod celari posset, confiteri maluit "Prefirió confe~ar su culpa,
antes!" (Determinación del antecedente y relación explícita, en aunque podía haberla mantenido en secreto". Sin el subjuntivo,
este caso "causal", entre el contenido de la oración relativa y el la oración sería una pura determinación del antecedente: "Pre- l
de la principal). firió confesar su culpa, (culpa) que él podía haber manteni~ en I
He aquí un ejemplo de Terencio en que alternan el indicativo secreto".
y el subjuntivo; nuestra traducción intentará reflejar el contraste
entre un modo y otro: Relativa-condicional: T. Livio, 22, 11,8: Libertini etiam, qui-
Vt illum di deaeque senium perdant, qui me hodie remoratus est, bus liberi essent ... in uerba iurauerant "Incluso los libertos que
Meque adeo qui restiterim, tum autem qui illum flocci fecerim tuvieran hijos (= si tenían hijos) habían prestado juramento".
T. Livio usó el subjuntivo, porque el tener hijos era condición
. "Confundan los dioses y diosas al viejo que hoy me entretuvo, exigida para ser admitidos a prestar el juramento en cuestión;
y también a mí por dejarme entretener y más aún por haber con erant en lugar de essent la traducción sería: "Incluso los li- 1
hecho el menor caso de él" (Eun., 302-303). bertos que tenían hijos habían prestado juramento", pero sin la (
me in contionibus ad caelum extulisti "Tú eres la persona que determinación del antecedente, no condicionaría la aseveración 1
en las asambleas me pusiste por las nubes" (pura determinación contenida en la oración principal.
del antecedente).
En cambio, con el subjuntivo en Fam., 5, 12, 6: Neque enim 7. El subjuntivo de subordinación. - Para este subjuntivo
tu is es, qui quid sis nescias "Tú no eres tal que puedas ignorar de hipersubordinación que acabamos de señalar en las oraciones
quién eres". (La relación adicional-en este caso "consecutiva"- de relativo y que volveremos a encontrar en algún otro tipo de
expresada por el modo [nescias] es explícita.) subordinadas, quisiéramos nosotros reservar la antiquísima eti- (
Pl., Bacch., 807: Qui homost qui dicat me dixisse istuc? queta de "subjuntivo de subordinación".
"¿Quién es la persona capaz de decir que yo dije tal cosa?" (Hi- Reconocemos que esta etiqueta es peligrosa por venirse apli- I
(
persubordinación explícita: consecutiva). cando tradicionalmente como explicación de cualquier subjuntivo
En cambio qui dicit sería una relativa puramente determina- en oración subordinada. Estamos muy lejos de compartir la idea
I
1
tiva; significaría: "¿Quién es la persona que anda diciendo que -bastante difundida entre los latinistas- según la cual el sub-
yo dije tal cosa?" I
juntivo sería el modo propio de la subordinación en general
En el siguiente texto de Horacio (Ep., JI, 2, 18Q-182)hay en el
l.
=
(ú~I)1:(/.Xt'i(f¡ S"íxAt:Jl; subiunctiuus). Tal idea no puede [ustifi- I
I \
, I
(
I
294 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCT:URAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 295
carse de ninguna manera: 1) porque el subjuntivo no aparece. (Keil, II, pp. 424-25): Subiunctiuus eget non modo aduerbio uel
en todos los tipos de subordinadas; 2) porque el subjuntivo no coniunctione uerum etiam altero uerbo, ut perfectum significet
es el modo exclusivo de las subordinadas, sino que hay en latín sensum, ut Virgilius in bucolico:
innumerables subjuntivos en oraciones principales o indepen-
Cum faciam uitulam pro frugibus, ipse uenito.
dientes; -3) porque en latín no hay oración subordinada cuya
marca única de subordinación sea el empleo del subjuntivo; se (Subiunctiuus) a constructione nomen accipit.
ha pensado a veces lo contrario aduciendo tipos como uolo facias,
sine ueniat, caue cadas, habeas licet, etc.; pero aquí no se trata NOTA2. Nosotros, al usar la expresión "subjuntivo de subor-
de auténtica subordinación, sino de arcaísmos o restos de cons- dinación", utilizamos el término "subjuntivo" aplicado a la mor-
trucción paratáctica antigua; esos tipos sintácticos eran origina- fología; y con el añadido de "subordinación" queremos aludir a
riamente dos verbos autónomos en yuxtaposición: uolo: facias; los usos en que dicho modo no conserva sus 'valores propios
sine: ueniat, etc. Y como arcaísmos siguieron usándose al lado reconocibles en oración independiente e incluso en la gran ma-
de la subordinación organizada mediante marcas formales ex- yoría de las oraciones subordinadas; se trata pues de usos en que
plícitas. dicho modo no tiene sentido en sí-mismo (cf. Diomedes, l]ramm.
Lat., Keil, 1, 340, 24: quod per se non exprimat sensum) sino
NOTA 1. Los gramáticos modernos, que consideran el subjun- solamente conectado de alguna manera (cf. las denominaciones
tivo como modo de la subordinación, se figuran que siguen pen- sub-iunctiuus, con-iunctiuus, ad-iunctiuus) con el verbo regente
sando como los antiguos cuya nomenclatura adoptan o, mejor o principal.
dicho, creen adoptar. Pero la realidad es muy distinta y difícil-
mente podría hallarse un ejemplo de qui pro quo más curioso y
sorprendente en la terminología gramatical. E) LA SUBORDINACIÓN ADVERBIAL RELATIVA (DE LUGAR)
En boca de los gramáticos latinos modus subiunctiuus perte-
nece a la terminología puramente sintáctica, sin alusión a la En el cuadro sinóptico que nos sirvió de punto de partida para
morfología. Por modus subiunctiuus los antiguos entendían cual- el estudio de la subordinación hemos consignado -6nicamente al
quier forma verbal subordinada, tanto si se trataba de una forma adverbio de lugar /VBI? [, Evidentemente la situación es idéntica
verbal de las que ahora llamamos "indicativo" como de las que para las restantes cuestiones de lugar. Prescindiendo ya de la
ahora llamamos "subjuntivo"; y en sus ejemplos de modus sub- respuesta absoluta, bueno será recordar -por su especial interés
iunctinus aparecen incluso con más frecuencia formas de indi- para el estudio de la subordinación- las respuestas deíctícas y
cativo que de subjuntivo: cum dixero, cum legero, etc., son para relativas.
ellos modus subiunctiuus.
A esas formas las llaman subiunctiuus o adiunctiuus o con-
RESPUESTAS
iunctiuus por carecer de sentido en sí mismas y necesitar de una
"añadidura" (en términos actuales diríamos "un verbo princi- Deíctica
Relativo-
pal") para ser inteligibles: cum dixero, audies; cum legero, sur- Mostrativa Anafór. Relat. indefinida
gam; etc.
Sobre lo que aquí decimos cf. Diomedes (Gramm. Lat., Keil, VBI? hie, ístic, illie ibi ubi... ubicurnque, ubiubí
VNDE? . hínc, istine, illine inde unde ... undecumque, undeunde
1,340,24), Pompeius (ibid., V, 16, 14), Cledonius (ibid., V, 54, 10), quocurnque, quoquo
QVo? hue, istue, íllue eo quo...
Macrobii excerpta (ibid., V, 618, 21; 643, 22), etc. QVA? hac, istae, illac ea qua... quaeurnque, quaqua
Especialmente claras nos parecen unas líneas de Prisciano
i
(
I
{
INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 303
302
Vt ille tum humilis erat! "¡Qué humilde era entonces!" (Cic.•, Qui illum dii omnes perduint! (Ter., Phorm., 124)
Qui istum dii perdant! "¡Quieran los dioses su perdición!"
Att., Il, 21, 3). .
Obsérvese que, como adverbi.o de modo exclamativo, el ut (Pl., Trin., 923)
latino puede determinar indiferentemente a un verbo, a un ad- Otros ejemplos: PI., AuL, 785; Rud., 1.166; Ter., Eun .. 3Q2;
jetivo o a otro adverbio; en cambio, en español se impone distinta Phorm., 123t etc.; Cic., Att., IV, 7, 1; etc.
traducción: "¡cómo!" sólo es admisible como determinante del El valor puramente indefinido de qui aparece con suma niti-
verbo; como determinante de un adjetivo o un adverbio usamos dez en Pl., Amph., 776: Edepol qui factost opus "Por Polux es
preciso actuar de alguna manera". Más ejemplos en Kroll (Sint.
"¡qué!" (y no "¡cómo!"):
Vt iurat! "¡Cómo jura!" (Pl., Bacch., 898). científica en la enseñanza del latín, Madrid, 1935, pp. 101-102).
Pero Vt elegans est! "¡Qué elegante es!" (Ter., Hecui., 1.063) Como es bien sabido este ut, en su aplicación, desiderativa,
Vt lepide deruncinauit militem! "¡Qué limpiamente se ha ce- fue normalmente desplazado, ya desde Plauto, por la forma com-
puesta utinam.
pillado al soldado!" (Pl., Mil. ot., 1.142)
Vt subito, ut prope, ut ualíde tonuit! "¡Qué repentinamente,
qué cerca, con qué fuerza empezó a tronar!" (Pl., Amph., 1.0~2). 2. VT como partícula subordinante
Adverbio indefinido. - Vt = "de un modo o de otro", o "de A) El VT con indicativo (sin exclusión del subjuntivo)
cualquier modo". Contra este uso, comúnmente admitido por los
latinistas, se han levantado esporádicamente algunas voces que 1. El ut con indicativo es siempre el ut relativo.
lo niegan. Sin embargo, el ut como adverbio indefinido de modo El ut, como relativo, es decir, como adverbio de modo relativo
nos parece imponerse si se tiene en cuenta los restantes términos funciona exactamente igual que todos los relativos, ya sean éstos
de la serie, cuyo valor indefinido nadie pone en duda:. ntut, ut- variables (qui, quae, quod) o invariables (ubi, quo, qua, uiule}.
cumque por un lado, y, por otro, utique, utiquam, neutlq'Ham. El ut relativo constituye la respuesta a la pregunta adverbial
El ut indefinido sobrevive en ciertas frases ímpresivas: noso- lut?l, como [qui] responde a jquis?l, como jubi ... 1, [qu» ... 1,
tros lo interpretarnos como desiderativo -por la modalidad. desi- [qua ... 1, lunde ... 1 responden sucesivamente a jubí?l, [quo"],
derativa de las frases en que aparece- y, en consecuenc.a, lo jqua? 1 y [unde? j:
traducimos por "¡ojalá!" o por un simple "qué" exclamativo. Quid agitis? Vt peritís? -Vt piscatorem aequomst, [ame, si-
Más literalmente sería algo así, como "decua lcui qUler mo do". Es tique speque "¿Qué hacéis? ¿Cómo consumís vuestra existencia?
muy posible que ya los latinos no sintieran en el período clásico -Como es lo propio del pescador: a fuerza de sufrir hambre,
el valor indefinido de 1ut! 1 y consideraran la partícula como un sed y desesperación" (PI., Rud., 311-312)
refuerzo del subjuntivo en frases desiderativas; de hecho la Vt uales? -Vt queo "¿Cómo estás? -Como puedo" (Pl., Per-
partícula ut(inam) fue siempre un añadido facultativo, no indis- sa.. 17)
(Vt respondisti?) - Respondí ut potui, ut uolui, ut debui
pensable al mensaje desiderativo.
Vt te quidem di deaeque omnes perduint! "¡Ojalá te arrastren "Contesté como pude, como quise (y) como debí hacerlo" (Cic.,
a la perdición todos los dioses y diosas juntos!" (Ter., Heaut., Verr.) 4, 147)
Exactamente igual que:
810-811)
Vt pereat positum robigine telum! "¡Ojalá el hollín eche a (Quid faciunt?) -Quod iussi sunt faciunt "(¿Qué hacen?)
perder el arma arrinconada!" (Hor., Sat., lI, 1, 43). . -Hacen lo que se les manda" (César, B. G., 3, 6, 1)
También aquí se ve la alternancia ut/ quí de las dos senes Vbi cenabis? -Vbi tu iusseris "¿Dónde cenarás? -Donde tú
mandes" (Pl., Truc., 360), etc., etc.
consabidas:
304 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 305
,
La situación sigue siendo rigurosamente proporcional para o menos numerosas: distinguen un ut "comparativo", un ut tem-
todos los relativos en cuanto se refiere a los "antecedentes" o poral", un ut causal y, con menos frecuencia, un ut "local", un
correlativos: ut "proporcional", etc.
Estas precisiones que los traductores expresan tan claramente
ita. - ís, ea, id ibi ea ea inde en sus versiones no siempre aparecen tan claras en latín. Para
--=--------=--=--=--= comprobarlo bastaría confrontar las divergencias entre los tra-
ut qui, quae, quod ubi qua qua unde ductores y las contradicciones y discusiones entre los comenta-
ristas.
Faciam ita ttt iubes "Obraré tal como mandas" (Pl., Amph., En todo caso, tales precisiones, más o menos seguras, son
1.143) = Mitte id quod scio "Deja de lado lo que sé" (Ter., And., siempre deducciones del contexto, pero no están "gramaticali-
764) = Ibi sum esse ubi miserum hominem decet "Estoy allí zadas", •
donde debe estar un desgraciado" (PI., Bacch., 1.107) = etc.
Este ut¡ como cualquier relativo, puede aparecer indistinta- a) VT comparativo. - El ut comparativo es una ligera va-
mente bajo cualquiera de los tres tipos de oraciones relativas que riante dentro del genérico ut modal. En efecto se puede expñesar
hemos establecido: . "cómo" es un proceso, "cómo" es una cosa comparándolos "con
Tipo 1: Con antecedente adverbial en consonancia con el ut otras cosas o procesos similares y conocidos:
adverbial; el antecedente será adverbial por pertenecer a la clase Ita est amor ballista ut iacitur "El amor es tal como una ba-
de palabras llamadas "adverbios de modo" (pariter ...ut, proinde llesta que se lanza" (Pl., Trin., 668) .
... ut, adaeque ...ut, etc.), o símplemente por tratarse de un sus- Las sintaxis habituales incluyen bajo el epígrafe de "oracio-
tantivo en ablativo de "modo", lo que constituye un adverbio nes comparativas" la inmensa mayoría de subordinadas con el
"funcional", aunque no "formal" (hoc modo ...ut, hoc pacto ut relativo. No vemos inconveniente en ello.
...ut, etc.). Nos parece en cambio poco fructífero seguir discutiendo si es
Tipo 2: Con antecedente -deíctica o anafórico: sic '" ut, ita "modal" o "comparativo" o "proporcional" un ut como el si-
... ut, ítem ... ut, itU1.em...ut, etc. guiente de Cicerón (de orat., 2.261): ut sementem feceris, ita
Tipo 3: Sin antecedente ninguno. metes "como siembres, así cosecharás", o "según siembres, así
Ejemplos: . ..", o "en proporción a lo que siembres, así ... ", o "se cosecha
Tipo 1: Reliquit filium pariter moratum ut paier fuit "Dejó lo que se ha sembrado".
un hijo que es el vivo retrato moral de su padre" (PI., Aul., 22-23)
Roe modo res gesta est ut dico "El asunto sucedió como digo" b) VT temporal. -El ut "temporal", estadísticamente muy
(PI., Rud., 1.072). por debajo del ut comparativo, es igualmente una sugerencia
Tipo 2: Sic est ut loquor "Es así como te lo estoy explicando" contextual del ut relativo:
(PI., Bacch., 468). In tonstrina ut sedebam, me infit percontarier "Como (según,
Tipo 3: Faciam ut iubes "Actuaré como ordenas" (PI., cuando, mientras) yo estaba sentado en la barbería, él empieza a
Bacch., 228) interrogarme" (Pl., Asin., 343)
Apparatus sum ut uuletis "Estoy a punto, como veis" (PI., Vt numerabatur forte argentum, interuenit hamo de impro-
Mere., 851). uiso "Como (según, cuando, mientras) casualmente se estaba
contando el dinero, se presentó nuestro hombre de improviso"
2. Dentro de la noción general del "modo relativo" expresado (Ter., Ad., 406).
por este ut, suelen las sintaxis latinas establecer" subclases más Los contextos que indican hechos sucesivos, inmediatos o
306 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 307
simultáneos señalan indirectamente el tiempo, y el traductor- Después de lo dicho no ha de extrañarnos que ante el mismo
puede permitirse el lujo de precisar en las conjunciones de su texto unos autores afirmen y otros nieguen el valor temporal de
propia lengua 10 que queda en la penumbra del ut latino; tra- un determinado ut:
ducirá pues el ut: por "desde que" j "después que" j "cuando" j Vt quisque uenerat, accedebosti "Según se presentaba cada
J"en cuanto"j, etc. uno de ellos, yo me iba acercando", o "A medida que se presen-
Ésta es, sin duda, la razón más o menos consciente que ha taba ", o "Cuando se 'presentaba ... ", o "En cuanto se presenta-
llevado a los gramáticos a clasificar las oraciones "temporales" ba " (Ter., Heaut., 802-803).
con ut atendiendo a los tiempos y modos del verbo en la oración
principal y la subordinada; gracias a este juego pueden dichos NOTA.- AJ;Úela posible traducción "a medida que" de ut,
autores concretar valores "temporales" (!!) del ut que aparece quizá conviniera recordar que fut? j como adverbio de "modo"
junto a ellos. equivale a ¡qua modo? j, y que en latín "modo" y "medida" son
Pero el latín se conforma muchas veces con el genérico ut. nociones inseparables y se expresan con el mismo sustantivo:
No obstante, si interesa a los hablantes latinos marcar clara- modus. .
mente el tiempo, pueden hacerlo y disponen de muchos recursos
para conseguirlo:
-
c) El VTcausal. - Es otra derivación del relativo modal. La
1) Expresan la noción temporal con un adverbio explícita- noción general del "cómo" incluye el "cuando", el "porque", el
mente temporal añadido al ut: ut primum, ut semel, ut simul, "donde", etc., y puede por lo tanto concretarse eventualmente
extemplo ut, etc. en cualquiera de esas circunstancias más precisas.
Vt primum ex puerís excessit Archías se ad scribimdi studium En nuestro propio idioma son frecuentemente sinónimos
contulit "En cuanto Arquias salió de la infancia, se dedicó al arte "como", y "ya que" o "porque": "Como"j"ya que"jporque"/ es-
de escribir" (Cie., Arch., 4). taba cansado, me acosté temprano".
2) Ponen el adverbio temporal, desligado del ut, en la ora- Aiunt hominem, ut erat furiosus, respondisse ... "Dicen que
ción principal: nuestro hombre 'como'/,según'/,ya que'/,porque' esteba furioso,
Vt illo aduenimus, continuo delegit uiros príncipes "Según contestó que ... " (Cic., Rosc. Am., 33).
llegamos allí, acto-seguido eligió a personas destacadas", o (corno Cuando en nuestras traducciones se impone el valor causal
ut ... continuo = "en cuanto") "En cuanto llegamos allí, eligió -y ello ocurre muy pocas veces- dicho valor causal es sugeren-
... " (Pl., Amph., 203). cia del contexto.
3) Aprovechan el relativo "espacial": ubi "donde" > ttbi
"cuando" : d) El VTlocal. - El ut local tampoco tiene entidad grama-
Vbi quid dederam, quasi columbae pulli in ore ambae meo tical; la mayoría de las sintaxis latinas o no lo citan o lo despa-
eratis "Cuando os traía algún regalo, como palomitas, ambas me chan con algún ejemplo poco o nada convincente. Esto último es
comíais a besos" (PI., Asin., 209). lo que comprobamos en las distintas revisiones de la Lateinische
4) Abandonan la vía del ut y acuden a la vía del quisj quid Gmmmatik (cf, la más reciente de Szantyr, 1966, p. 631) que cita
donde no faltan partículas que por sí mismas o aglutinadas con todavía como ut local el siguiente de Plauto (Amph., .241): Quis-
otros adverbios son claramente temporales: quum, quoad, ex que ut steterat iacet optinetque ordinem. No rechazamos una tra-
quo, postquam, antequam, priusquam. ducción "local" como: "Cada cual yace en el suelo y ocupa el
5) y disponen incluso de alguna partícula temporal sin re- puesto en que (o 'donde') había resistido a pie firme". Pero no
lación etimológica ni con el ut ni con el quis: dum, donec. son menos legítimas otras traducciones menos o nada "locales":
(
e) VT = quanto. - Este valor de ut evidentemente es un 1. El tLt con subjuntivo tiene valores más complejos que con
€fecto contextual: el indicativo: puede introducir oraciones finales, o consecutivas,
Mercis omnis, ut uolui, uendidi (PI., Mere., 94). El "como" y
o concesivas, o condicionales, o completivas; y dentro de las com- I
ple tivas aún hay que mencionar los apartados de la subordina-
"cuanto" son sinónimos cuando determinan al verbo "vender":
ción completiva sujeto / objeto por un lado, y desde, otro punto I
"Vendí todas las mercancías como / por cuanto quise". V t no es (
de vista la interrogación subordinada (o interrogativa "indirecta"
intercambiable por quanto con otros verbos. Así ut UGlui=1= quan-
en la nomenclatura habitual de los latinistas). I
to uolui en otros textos: .
Quod uolui, ut uolui, impetraui "Conseguí lo que quise (y) -
2. Hay unanimidad en admitir que el ut de las interrogativas
como quise" (PI., Mil. Gl., 1.200). subordinadas es el mismo ut de las interrogaciones independien-
En el siguiente texto, también de Plauto, es la correlación tes. El hecho es evidente: el ut y todos los demás términos per-
ut ... magis - tanto magis que hace el ut equivalente de quanto: contativos (quis, cur, quantus, qualis, quomodo, etc.) sirven por
Vt quidquid magis contemplo, tanto magis placet "Cuanto igual para introducir interrogaciones independientes e interro-
más contemplo cada detalle, tanto más me encanta" (Most., 831). gaciones subordinadas. Sobre este tipo de subordinadas volve-
remos en su lugar.
3. Hemos encabezado el apartado que aquí finaliza con el Para los tipos restantes (completivas, finales, consecutivas,
epígrafe "ut con indicativo (sin exclusión del subjuntivo)". condicionales y concesivas) buscó la gramática histórica el ori-
Efectivamente, si el sentido de la oración comparativa con ut gen o bien en el adverbio de modo relativo o bien en el adverbio
requiere el subjuntivo por referirse, a un hecho no real, se usará de modo indefinido (cf. supra, pp. 109 ss.).
el subjuntivo como se usaría fuera de la subordinación. Com- Hoy se inclinan comúnmente los latinistas, y creemos que
pruébese cómo Cicerón en dos textos muy parecidos acude a uno con buenas razones, por esta última tesis, es decir por el origen
u otro modo, como lo haría en oración independiente: paratáctico:
Cum ceteris, ut quidem uideor, tum mihi ipsi displicio "He Vt quiescant: moneo "¡Que vivan en paz! Se lo aconsejo" (pa-
disgustado, como ciertamente creo, a los demás, y, sobre todo, me rataxis). Y luego: Vt quiescant moneo "Les aconsejo que vivan
he disgustado a mi mismo" (Fam., 4, 13, 3) en paz" (hipotaxis). El texto es de Terencio (And., 22).
Neque id fndo, ut forsitan quibusdam uidear, simulatione Lo mismo con ne: Orat frater: ne abeas longius! "Tu hermano
"y no obro así, corno algunos podrían tal vez pensarlo, por fin- te suplica: ¡No te alejes demasiado!" (parataxis) pasa a: Orat
gir" (Fam., 1, 8, 2).
frater ne abeas longius (Ter., And., 882) "Tu hermano te suplica
que no te alejes demasiado" (hipotaxis).
4. Conclusión: Todos los usos del ut subordinante con el "La hipotaxis -concluye Ronconi (Il verbo latino, 1959, pp.
modo indicativo se reducen al ut adverbio de modo relativo y no 158 ss.) - no es sino una más estrecha asociación entre dos ora-
parecen plantear problemas: se trata siempre de la subordinación ciones, por la cual se conviene en llamar conjunción, más bien
del tipo relativo; y esta subordinación, ahora con partícula ad- que adverbio, al ut, que en su origen tiene más la función de 1,
\
I
310 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 311
aclarar la naturaleza de la segunda oración que la de unirla a la. misma e invariable oración subordinada encabezada por ut con
precedente." subjuntivo pase a ser sucesivamente completiva sujeto / objeto,
interrogativa "indirecta", final, concesiva y consecutiva.
3. Quien intenta estudiar la subordinación con ut tropieza Tomamos de Plauto (Men., 841) un ejemplo para someter a
en seguida con la dificultad de delimitar fronteras bien definidas cambios su oración principal:
entre los diversos giros con ut y subjuntivo. El embrollo se cen- la) Apollo imperat ut ego illic oculos exuram "Apolo me
tra sobre todo en el tríptico completivas-finales-consecutivas. ordena que le queme los ojos (a esta mujer)". La oración subor-
Pueden comprobarse las diversas posibilidades de interpre- dinada (ut ... exuram) es "completiva" y complemento directo de
tación ante el fut cupiasf del siguiente texto de PIauto (Capt., imperat.
856): b) (Necesse est) ut ego illíc aculas exuram "Es preciso que
Ita faciam ut tu te cupias [acere sumptum etsi eg~ uetem. yo le queme los ojos". La misma subordinada es 'ahora comple-
a) "Obraré de tal modo que tú mismo desees hacer el gasto, tiva-sujeto.
aunque yo te 10 prohíba" (¿consecutiva?). 2) (Apollo lampadas ardentes mihi dat) ut ego illic oculos
b) "Así haré que tú mismo desees hacer el gasto ... " (¿com- exuram "Apolo me ofrece antorchas inflamadas para qua. yo le
pletiva?). queme los ojos". Vt ... exuram = subordinada final. -
c) "Obraré así para que tú mismo desees ... " (¿final?). 3) Vt ego iUic oculos exuram, (eam tamen non decipiam)
y , de hecho , ocurre con harta frecuencia que donde. un autor
. "Aunque le quemara los ojos, no podría no obstante engañarla".
ve una consecutiva, otro ve una final o una completiva, y VIce- Vt ... exuram = oración concesiva.
versa. 4) (Tam rabiosus sum) ut ego iHic oculos exuram "Estoy tan
Hemos observado que los autores alemanes y sobre todo los ." . Vt ... exuram = "conse-
ra bilOSO que 1e voy a quemar 1os OJos
italianos son particularmente propensos a interpretar como fina- cutiva".
les múltiples giros que nosotros solemos considerar como com- 5) (Aspice et contempla) ut ego illic oculos exuram "Mira y
pletivos. Así, un autor de tanta autoridad como Ronconi pone
como modelo de "final" con ut (Il verbo latino, p. 159) la frase
observa cómo le quemo los ojos". Vt ... exuram, = "interrogativa
indirecta".
siuuieo ut caueas; a nosotros nos parece más bien un ut comple-
tivo: "Te aconsejo que te pongas en guardia". Otro especialista 5. Normas de orientación en la sintaxis del UT con subjuntivo
italiano, Tescari (Sintc¡,ssilatina, p. 268) da como eje~plo de ut 1) Una observación atenta de los textos permite formular las
final un texto de Livio (2, 37, 1) que para nosotros es Igualmente siguientes normas:
completivo: Ludi quam amplissimi ut fierent senatus decreuit; a) N arma de la frecuencia. - Por la frecuencia de aparición
el texto latino, mirado directamente, nos parece decir: "El senado destacan, por un lado, las completivas y finales como de máxima
decretó que ... ", y no: "El senado dio un decreto para que ... ". frecuencia; y por otro, las consecutivas y concesivas, como de
En la sintaxis latina de Ernout, tan familiar entre nosotros, frecuencia muy inferior.
se habla (§ 306) de completivas-finales y de completivas-consecu- b) Norma de las correlaciones. - La misma separación se
tivas: y poco después se añade que "el ut consecutivo deriva del obtiene atendiendo a las correlaciones: las completivas y finales
ut final", Los tres tipos quedan así involucrados en una indiscer- no llevan correlativos; en cambio, las consecutivas y concesivas
nible unidad. suelen llevarlos y difícilmente pueden prescindir de tales corre-
laciones sin caer en la ambigüedad.
4. Como base de partida, téngase por último en cuenta que Con ello queda establecida la oposición: FINALES+ COMPLETI-.
basta introducir variaciones en la oración principal para que la VAS / CONSECUTIVAS + CONCESIVAS.
312 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 313
rrelativos y las demás no 10 deben llevar. Así coincidiríamos adverbio referido a faciam: "Así haré que tú mismo desees ... "
con Leumann (Mélanges offerts d A. Ernout, París, 1940, pp. 230- (completiva); o: "Obraré así para que tú mismo desees "
(final). ...
235), según el cual el límite separativo de las consecutivas frente
a las demás subordinadas con ut y subjuntivo está marcado por .Entr.e es~as ,do,s últimas posibilidades, la decisión, según las
la presencia de ita. exigencias sintácticas, no suele ser difícil: normalmente se im-
No obstante, el problema no es tan sencillo. Hacemos, pues, pondrá la necesidad del complemento directo de faciam o sea
nuestra la tesis de Leumann, pero no en la fórmula absoluta que Jainterpretación completiva, salvo que el contexto cont:nga u~
él le da, sino tomando algunas precauciones en su aplicación. ~laro co~plemento directo implícito o expreso, en cuyo caso se
Un ita en las proximidades de un ut no supone necesariamente impondrá la norma regular y consabida: "Lo haré así para que
correlación entre ambos, aunque la proximidad invita a estable- tú mismo desees ... " (final).
cerla y -generalmente- debe establecerse. 5) Hemos operado con la norma según la cual l~s oraciones
El problema es, pues, el de saber si hayo no hay correlación finales (como las completivas) carecen de correlaciones. Tal nor-
en un texto dado. Lo cierto es que a la ambigüedad de ut se suma ma no se~ía admisible según la doctrina de algunas sintaxis y
en determinados textos, como el que estamos considerando, la monografías que nos hablan de las correlaciones de la oracwn
ambivalencia del ita, y de todos los correlativos en general: pue- final y nos dan una larga lista de posibles correlativos con ,ut
den entrar en correlación con otros términos subordinantes, pero final, a saber: eo, ulcirco, propterea, ob eam rem (causam) eo
'pueden también funcionar simplemente como 10 que son por consilio, ea causa, etc. r
sí mismos según la clase de palabras que les corresponde, corno Fijémonos tan sólo en un ejemplo: Reliquos Catilina abducit
adjetivos (tantus, talis.. .), como adverbios (ita, sic, tam .. ,), como eo .con~ilio uti per tramites occulte perfugeret (Sal., Cat., 57). I
pronombres (is), sin entrar en correlación con ninguna par- EVldenlemente, es aceptable una traducción "final": "Catilina r
tícula subordinante. retira a los restantes para huir secretamente a través de sendas".
En las consecutivas, el término correlativo de la oración prin- Pero la noción de finalidad está expresada por eo consuic: una
cipal llama como algo que ha de venir necesariamente el ut que traducción que pretendiera reflejar no sólo el contenido sino la
encabeza la subordinada; esto supondría, sin duda, una cierta construcción gramatical del texto latino sería más bien así:
melodía sostenida que enlazaría el grupo ita ... ut, sin descenso "Catilina retira a los restantes con el siguiente propósito: que
intermedio de voz entre la principal y la subordinada. En suma, huyera ... ", o, más sencillamente: "con el propósito de huir".
algo similar a lo que ocurre con las consecutivas que en nuestras No insistimos, ya que los mismos autores que hablan de
lenguas actuales llevan igualmente correlativos. Por ejemplo, en correlaciones con el ut final reconocen (d. Ernout-Thomas, Synt.
castellano: "Tal es mi opinión sobre este caso" y "Mi opinión
sobre este caso es tal que me resulta inadmisible tu oferta". En
) lat., § 341) que entonces "la final, gramaticalmente, no se distin-
gue ya en nada de la completiva explicativa que desarrolla el
latín debía suceder lo propio, pues no hay otro tipo de oración correlativo".
subordinada que se ordene en la cadena hablada en secuencia
tan rigurosamente invariable como la subordinada consecutiva: 7. Observaciones complementarias
sigue siempre a su principal, sin excepciones.
Ahora bien, la falta de la aludida información melódica es 10 A) La alternancia completiva infinitivajcompletiva COnUT
que nos hace vacilar en ita faciam ut tu te cupias...
a) Estableciendo la concatenación correlativo - consecutiva: 1) Habitualmente, las sintaxis latinas dedican un largo apar-
"Obraré de tal modo que ... " tado a las oraciones completivas con ut. En él suelen darnos fati-
b) Sin establecer la correlación y contando el ita como puro gosas listas de verbos que introducen dichas completivas: son
LA SUBORDINACIÓN 319
, 15 ESTRUCTURAL DEL I.ATÍN
318 INTRODUCCION A LA SINTAX los hechos sin comentario, o, más frecuentemente, se atribuye
L di erba sentiendi, uerba timen"; toda la responsabilidad del cambio de sentido al verbo principal:
uerba uoLuntatis,uerba dec aran t, u
se hace observar que el verbo dicere (y ocurre lo propio con cen-
di uerba impersonaLia,etc. dl d la oración de infinitivo, seo, concedo, decerno, moneo, suadeo, persuadeo, etc ..; d. Er-
, t do de ica o a .
Pero en otro apar a , . damente la misma lista nout-Thomas, § 309) tiene dos sentidos: uno "declarativo" que
. . len dar aprOXIma ..
las mismas síntaxts sue bi de la oración de infimtlVo, arrastra la construcción de infinitivo: "digo que ... ", y otro "yu-
de verbos como introductores tamf lenl'o'ncompletiva con el ut
, t alterna en une
+ sivo", de modo que dico ut significaría "mando que ... ".
que frecuentemen e ue decimos pueden compar~rse, Nosotros no podemos contentarnos con tal explicación.
subjuntivo. Como muestra de lo q ( d' . 'n de 1964) las págmas a) Situémonos ante los enunciados con sus respectivos men-
. d E t Thomas e icio , O
en la sintaXiS e rnou - 1r on ut) con las páginas 32 - sajes diferentes:
299-306 (dedicadas a las comp e ~vas ~, )
., de mfinltlVO . Dicam ut reuortantur "Diré que vuelvan". •
331 (dedicadas a 1a oración mbia el contenido del Dicam eos reuerti "Diré que vuelven".
t unas veces no ca
2) Por otra par e, 1 t' .mfinitiva como si se usa Si el sentido es distinto y lo que cambia formalmente es la
. sa la comp e iva . 1
enunciado tanto SI se u lt un mensaje sustanCia - oración subordinada, nos parece absurdo atribuir la respensabi-
la completiva CQnut; otras veces resu a
lidad del cambio en el contenido a lo que formalmente perma-
mente distinto: nece invariable (dicam); creemos que el cambio del contenido se
debe al cambio en la forma, es decir, al cambio en la oración su-
EQUIVALENCIA:
,. "(Pl Mil. Gl. , 96). bordinada: ut reuortantur / eos reuerti.
. "Q' ro que sepals.,
Volo uos scrre Ule, . aunque mucho me- b) Aunque admitiéramos que en dicam ut reuortantur ese
. . . 'ficana lo mIsmo y, .
Volo ut Sc¡aüs sigru , '. lmente correcto; d. Cic., m dicam no es "decir", sino "mandar", ello no constituiría una
nos frecuente, sena. l,gUa d . PI Bacch., 77: Vt razón para excluir la construcción con infinitivo ni para imponer
V at " 14: Volo ut rmht respon eas, " el cambio de sentido, pues los uerba uoluntatis no excluyen la
ille te uideat uolo; etc. oración de infinitivo ni imponen cambio de sentido; más todavía,
los verbos más típicamente "yusivos", como son iubeo y ueto,
OPOSICIÓN: prefieren la subordinación infinitiva a la subordinación con ut:
domum "Les diré que regresen el tipo iubeo te [acere es mucho más frecuente que iubeo ut fa-
DicarTLut relwrtantur
" (T r Heaut 340). cias; y ambos son equivalentes por el lado del contenido: "Mando
a casa e ", ., "Diré que ellos regresan a que hagas".
Dicam eos retwrtt d07num
5) La alternancia de las oraciones completivas infinitivas y
casa."
las oraciones completivas con ut, ya sea con o sin cambio de
s los casos de equivalencia que contenido, reclaman, pues, una nueva interpretación.
3) Son mucho más numeroso d it m'ás o menos explíci-
, ., 'por ello se a mi e, La nuestra enlaza con lo que ya dijimos al intentar separar
los casos de opOslcLOn,. . fi iti y la completiva con ut son, las nociones de subordinación y estilo indirecto (cf. supra, pp. 66
1 completlva in m iva
tame~te" q,ue ~ r , or el lado del contenido. ss.).
en prmciptc, smommas p , problema al que no se La semántica del verbo principal y la semántica de sus posi-
4) En todo caso, se plantea ~qU1udmn ite q~e ambas subordi-
bid t íón: SI se a bles complementos directos se condicionan mutuamente. Así
d
ha prestado la e 1 a a enci 'l' por qué a veces dejan de
. ,. ha de exp ícarse l' como el verbo "preguntar" sólo admite como complemento di-
nadas son smommas, , 1 son hay que exp icar recto una "pregunta subordinada" (la interrogativa "indirecta"),
. . e admite que no o ,
serlo; y, VIceversa, SI s vuelven sinónimas. así también:
por qué las más de las veces se 1 e o se señalan simplemente
En la bibliografía a nuestro a canc
320 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 321
al A un verbo de semántica estrictamente (iubeo,
"impresiva"
ueto, sino, uolo, nolo, etc., los auténticos uerba uoluntatis) sólo Di~o ut uenias =F Dico te uenire "Digo que vengas" =1= "Di o
que víenes", g
se les puede subordinar mensajes impresivos: por tanto, sea cual
fuere la forma que adopte la oración completiva, infinitivo o ut Tal es la conclusión de este apartado. Para cerrarlo veamos
con subjuntivo, el sentido no cambiará; la suerte está echada, algu~as muestras literarias de estas completivas y, par cierto, de-
en cuanto a contenido, por la excluyente semántica del ver-bo pendIendo de verbos que no figuran en las correspondientes listas
principal: de nuestros' manuales (d. el § 309, antes 'citado, de Ernout-
Thomas) :
=
iubeo ut faCias iubeo te facere
ueto ut facias =
ueta te [acere CLAMARE:Clamare coeperunt sibi ut haberet bereditatem:
sino ut facias = sino te [acere "Se pusieron a gr~tarle que se quedara con su herencia" (Cic.:
uolo ut facias =
uolo te [acere :verr., ~) 47). A~I tenemos la subordinación de 'un niensaje
etc. etc. Impreslvo, que, Independizado, sería: Tibi habeas heredita-
tem: "¡Quédate con tu herencia!" Sustituyamos ahora la corn-
b) A un verbo de semántica estrictamente declarativa (los pletlv~ c.on ut por la completíva infimtíva: Clamare coeper¡mt
mejores ejemplos aquí los constituyen las expresiones o uerba eu~ szbz habere hereditatem "Se pusieron a gritarle que=se
impersonalia: ,oportet, necesse est, uerum est, mirum est, etc.) habla ~ncontrad~ con una herencia". El mensaje independiza-
no se le puede subordinar más que mensajes informativos; tam- do sena: Heredztatem tibí ha bes! "¡Te has encontrado con
bién aquí está echada la suerte por el verbo principal y poco im- una herencia!" (
1
INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN
322
He aquí por último un ilustrativo ejemplo de Tácito (An. )\IV, Ahora vamos a ver el desarollo de un sistema de subordina-
5) en el que aparece la doble construcción en dependencia del ción paralela;' es decir, vamos a ver, por el lado del contenido,
mismo verbo: Acerronia, dum se Agrippinam esse utque subue- los mismos tipos de oraciones subordinadas: comparativas, tem-
niretur matri principis CLAMITAT, contis conficitur "Aeerro- porales, causales, completivas, finales, consecutivas, concesivas
y condicionales; por el lado de la forma veremos nuevos medios
nia, por ponerse a gritar que ella era Agripina y que se socorrie-
de expresión para ese contenido: la lengua logró estas nuevas
ra a la madre del príncipe, es abatida a garrotazos".
formas por la vía del quis/quid (apartados 1-11) y, accidental-
mente, por elementos de procedencias varias (apartados 12-16).
B) El modo en las completivas, finales, concesivas y consecu- Este nuevo sistema es más explícito que el anterior, ya que
tivas. las nuevas partículas, por su semantización, comportan en sí mis-
El modo subjuntivo en las subordinadas que estamos es- mas algunas nociones concretas de tiempo, causa, condición, etc.
tudiando no plantea problemas, salvo en el caso de algunas con- Sin embargo, también aquí hay grados en la univocidad o pluri-
secutivas. Este subjuntivo subordinado conserva el mismo valor valencia, como vamos a ver seguidamente.
que le corresponde en posición independiente. Dado que en di-
chas oraciones se trata de procesos intencionales, deseados o su-
puestos, nadie se extraña de que esas oraciones excluyan el indi-
1. QVOM
,~ cativo o modo de la realidad y utilicen en cambio el subjuntivo.
Únicamente plantea problemas el subjuntivo de ciertas con-
. secutivas, ya que en éstas no es raro que los períodos subordi- 1. El origen de esta partícula es evidente. Quom es el acu-
nados expresen hechos reales, y podría esperarse entonces la sativo singular masculino del tema quo-, como quem 10 es del
aparición del indicativo. ¿Por qué se halla entonces sistemática- tema qui-, Ante estos dos acusativos del relativo-interrogativo, la
¡ mente excluido el indicativo en las consecutivas? Se han dado forma quom se desprendió del paradigma del relativo, y, ya
.' varias razones muy verosímiles: a) que a la mayoría de las con- fosilizado, pasó a conjunción temporal.
secutivas les hubiera correspondido también el subjuntivo por Es razonable pensar, como dicen nuestros manuales de sinta-
su contenido y que tal subjuntivo se habría generalizado hasta xis, que el paso de relativo a conjunción, y precisamente a con-
desplazar totalmente a la minoría de los posibles indicativos; junción "temporal", se produjo por infección a partir de antece-
bl también se ha dicho -y nos parece razón más convincente- dentes -nombres o adverbios- de semántica temporal: tempus,
que en las consecutivas (que son como la medida de la principal) aetas, dies, nunc, tum, etc.
no se tiene en cuenta tanto la realidad del hecho expresado como Iam aderit tempus quom sese etiam ipse oderit "Pronto llegará
la posibilidad de llegar a ella. el momento en que él se odiará a sí mismo" (Pl., Bacch., 417).
Hunc uulere saepe optabamus diem
Cum. ex te esset aliquis qui te appellaret patrem "Muchas ve-
C) SUBORDINACIÓN,BASADAEN PARTÍCULAS DIVERSIFICADAS ces suspirábamos por ver el día en que algún descendiente tuyo
te llamara padre" (Ter., Hec., 651-652).
Nos hemos referido anteriormente a las dos vías que siguió En ejemplos como ésos puede darse la alternancia quom/qui,
el latín en el desarrollo de su subordinación. cf. [uerat ille annus quom (Cic., Sesi., 15) / is erat annus quo
En la sección precedente, dedicada al ut, hemos visto cómo, (Caes., B. C., 3, 11).
por la vía del ut y valiéndose únicamente de esa partícula, la Si nos fijamos en la equivalencia quom = (in) quo, notamos
lengua logró montar un sistema completo de subordinación. que /(in) qua/ es puro "representante" o eco del antecedente; en
r
\
I (
Vide quam ad me litterae non perferuntur! "¡Mira hasta qu~ Así como el adverbio de cantidad quam, en su forma interro-
punto no me llegan tus cartas!" (Cic., Fam., 2, 10, ~)" gativa, significaba "hasta qué punto", "en qué grado", ahora
Non dici potest quam cupida eram huc redeundt No hay pa- quamquam, como relativo-indefinido (cf. utut, quisquis), signifi-
labras para expresar cuán deseosa estaba de volver aquí" (Ter., cará "en cualquier grado o medida que"; y su modo verbal será
Rec., 90) b h el de las oraciones relativas indefinidas (cf. supra el apartado
Quam bene abs te prospectumst cogita "Piensa qué len as correspondiente) :
tomado tus previsiones" (Ter., Heaut., 638)., ' Quamquam tu bella es, malum tibi magnum dabo "Con-todo-
Obsérvese en los tres ejemplos precedentes como este adver- 10 guapa que tú eres, te voy a dar una buena paliza", o: "Aunque
bio interrogativo sigue en.posición hipotáctica modificando, co~o eres guapa, ... " (PI., Bacch., 1.171-1.172)
cualquier adverbio, a un verbo, a un adjetivo o a otro adverbIO. Cedo, quamquam parum est "Dame, aunque po<;o es" (Pl.,
r-«, 910).
2. Como relativo, quam responde a tam de la oración prin- Este quamquam invariable es paralelo al adjetivo igualmente
cipal en correlación paralela a la de tumo ... quum:. " geminado, pero variable, quantus quantus, que a su vez es sinó-
Tam frictum illum reddam quam frtctum est creer Lo voy nimo del indefinido qucntuscumque: ...
a poner tan tostado como lo está un garbanzo tostado" (Pl., Quanta quanta haec mea paupertas est, tamen adhuc cura-;'á
Bacch., 767) . ' . ,,' unum hoc JJ.uidem ut mihi esset fides "Por mucha y mucha que
Tam facile uinces quarn ptrum uolpes comest Te sera tan sea mi pobreza (o 'cualquiera que sea mi pobreza') he tenido sin
fácil vencer como a una zorra comerse una pera" (Pl., Most., 559). embargo buen cuidado de que no me faltara al menos una cosa:
3. La correlación comparativa se extiende a todos los térmi- la lealtad" (Ter., Phorm., 904-905).
nos morfológica o semánticamente comparativos, cual~uiera q~e
2. Tamquam. - Ciertos adverbios al entrar en correlación
sea la categoría léxica a que pertenecen: adverbios (magts
con el comparativo quam se han aglutinado con éste en unidades
quam, potius quam, plus quam, contra quam:, aLiter quam:' etc.),
léxicas más o menos estables.
adjetivos (melior quam, doctior quam, ahus quam, dmersus
Tamquam < (tam ... quam) y, más frecuentemente, tamquamsi
quam, etc.), verbos (malo quam):
introduce una comparación hipotética. El modo es, naturalmente,
Mortuos pluris pretist quam ego sum "Un muerto vale más
el subjuntivo:
que yo" (Pl., Bacch., 630) . . ..". Parui primo ortu sic iacent tamquam omnino sine animo sint
Nihil aliud egit quam ut qua m plurtmts esset auxtlw No hizo
"Los niños al nacer yacen como si les faltara totalmente el alma"
más que auxiliar al mayor número posible" (Nep., Att., 11, 1)
(Cic., Fin., 5, 42).
Principem esse mauult quam uuieri "Prefiere ser que parecer
el primero" (Cic., Off·, 1, 65). 3. Post(ea)quam. - Post(ea)quam, "después que", "desde
4. La partícula quam, de función estrictamente comparativa, que", introduce una subordinada temporal; su modo es el indi-
no influye sobre el modo verbal. cativo:
Postquam copias ad se uenire uidit, maturauit "Después que
vio a las tropas venir hacia donde él estaba, se dio prisa" (César,
B) COMPUESTOS DE QVAM
B. G., 2,5,4).
1. Quamquam. - La conjunción de subordinación concesiva
quamquam, que nosotros solemos traducir por "aunque", se for- 4. Antequam y Priusquam. - Estas dos conjunciones (= "an-
mó por geminación del simple quam. tes que") se construyen con indicativo cuando indican pura rela-
334 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 3:35
ción temporal, como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones ; obrepat senectus "No se da uno cuenta de cuándo le sorprende la
Id actum est quinquennio ante quam consul sum factus "Esto> vejez" (Cic., Cato M., 38).
sucedió cinco años antes de mi elección como cónsul" (Cic., de· b) Subordinadas temporales "relativas" con antecedente o
amic., 96) sin él:
Te aspexi priusquam loqui coepisti "Te vi antes de haber tú Vbi satur sum, nulla crepitant (intestina); quando esurio, tum
empezado a hablarme" (Cic., Vat., 4). crepant "Cuando estoy harto, las tripas nunca me rugen; cuando
Pero no faltan ocasiones para usar el subjuntivo. Ello ocurre: estoy hambríento, entonces sí que suenan" (Pl., Men., 926)
a) Cuando la relación temporal no es accidental, sino bus- Mensam quando edo detergeo "Cuando como dejo la mesa
cada intencionalmente; la subordinada corresponde entonces al limpia" (Pl., Men., 78).
subjuntivo potencial desiderativo: e) Subordinadas causales: Non loquar, quando plus uoles
Priuscpuim incipias, consulto opus est "Antes de lanzarte a "No hablaré ya que (o porque) eres más fuerte" (pi., Amph., 390).
obrar es preciso reflexionar" (Sa1., Cat., 1, 6). Mensaje equiva-
2. El quando no influye en el modo verbal.
lente a: "No empieces sin reflexion~r antes".
Priusquam comprehenderetur, gladio se tmnsfixit "Antes que 3. La conjunción temporal quando, frecuente en latín-arcaí-
dejarse capturar, se atravesó con la espada" (T. L., 37, 46) ca, muy poco usual en el período clásico (no aparece en César, ni
Priusquam corporc curaient, arma tela que pamnt "Antes de Salustio, ni T. Livio, ni Tácito) adquiere otra vez pujanza en la
dedicarse a sus cuidados personales, preparan sus armas y sus lengua posterior y se convierte en la conjunción temporal por
dardos" (T. L., 36, 18, 1). Mensaje equivalente: "¡Frimero las excelencia del período románico.
armas y los dardos! Después, los cuidados personales".
b) Cuando el hecho expresado en la subordinada temporal 6. Quamuis. - Quamuis es una formación transparente:
no haya tenido lugar, en cuyo caso se acude naturalmente al quam-ui« "cuanto quieras". Su valor primitivo -no subordinante
subjuntivo (potencial o irreal): todavía- subsiste en casos como Quam-uis ridiculus est, ubi
Romanus, priusquam fores p01"tarum obiicereniur, inrumpit uxor non adest "Es todo 10 ridículo que quieras, cuando su mujer
"Los romanos !:e precipitan en la ciudad antes de que se echaran no está presente" (Pl., Men., 318).
los batientes de las puertas" (T. L., 1, 14, 11). Quarnuis, i en oración independiente es, pues, sinónimo de
No es raro que las dos razones apuntadas incidan simultánea- quanturn uis (cf. Hor., Ep., 2, 2,39: Quantum uis rusiicus "Todo
mente para justificar el empleo del subjuntivo. lo campesino que tú quieras").
El paso semántico a conjunción concesiva no ofrece dificultad:
5. Quando. - Quando « quam-dó) puede funcionar como
Pollio amat nostmrn, quamuis est rustica, Musam "Con todo
puro adverbio interrogativo-indefinido y como conjunción subor-
lo rústica que es (o aunque sea rústica), Polión ama nuestra
dinante "relativa".
Musa" Virg., Egl., 3, 84).
Interrogativo / indefinido: Quando? -(ali)quando, quando-·
En los ejemplos anteriores vemos que quamuis se emplea con
cumque.
el modo indicativo. No obstante, el modo más frecuente con esta
Quando ueniet consul? "¿Cuándo llegará el cónsul?" (Cic.,
conjunción es el subjuntivo (generalmente "desiderativo"), pues-
Phil., 11, 25).
to que en principio se trata de un hecho supuesto, considerado
Conjunción subordinante relativa: Quando uult "Cuando
como no realizado o en todo C;:lSO independientemente de su
quiere"; d. Pl., Bacch., 224: Veniat quando uolt.
realización:
1. En hipotaxis quando introduce, pues: Quamuis ille felix sit, sicu: est, tarnen "Aunque él sea feliz,
a) Subordinadas interrogativas: Non intellegitur quando como efectivamente lo es, sin embargo " (Cic., Rose, Am., 22)
INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 337
336
Quamuis res mihi non pLaceat, tamen pugnare non poteto Perfodi parietem, qua commeatus clam esset hinc huc mulieri
"Por mucho que me desagrade el asunto (o Aunque el asunto no "Perforé la pared por donde / para que. la mujer tuviera un
me agrade), me será imposible luchar" (Cic., Verr., 2,3,209). pasadizo secreto de un lado al otro" (Pl., Mil. Gl., 142-143).
Tenemos ahí -con el modo subjuntivo- una oración rela-
tiva-final.
5. QVONIAM
Como con cualquier relativo, existe la forma de relativo-índe-
Qu{)níam, de ':'quom-iam, es, como quando, conjunción tem- finido: qua qua (en paralelo con quisquis, utut, ubiubi, etc.):
noral que pronto pasa a~causal (d. nuestras expresiones ternpo- Quaqua tangit, omne amburit "Donde quiera que toca, 10
1:"" , " " h ") abrasa todo" (PI., Ep., 674).
rales-causales "ya que", "desde el momento que, a ora que .
Son numerosos los ejemplos de casos-límite hallados en los
textos:
Nunc a1Lfugit, quoniam ccpitur oppidurn "Ahora, cuando / 7. QVO
porque la ciudad sucumbe, él huye" (PI., Poen., _(65) .'
Quoniam ¡idem magistri cogn01ástis, cognosCtte nunc disci- 1. Qno es el ablativo del pronombre relativo. Es bien cono-
puh aequitatern "Ya que / puesto que conocéis la buena fe del cido su uso como adverbio relativo de lugar (Abí qua lubet "Vete
maestro, ved ahora la equidad del discípulo" (Cic., Rose, Am., adonde te plazca", Pl., Au!., 657) e igualmente como relativo in-
definido: Certa Test me usque q1¿aerere iHam quaquo abductast
119). ,
Lo mismo que quando tendió a especializarse como 'tempo- "Es cosa decidida que la he de buscar adonde quiera que se la
ral", quoniam tendió a ser en el período clásico estricta~ent.e hayan llevado" (Pl., Nlerc., 857-858).
causal. El modo del verbo con quoniam será normamente el indi-
cativo en cuanto expresa una razón efectiva: 2. A partir de su valor de ablativo (quo "con lo que") puede
Pergite, quoniam, oceepistis "Proseguid, ya que habéis empe- introducir una subordinada final ("a fin de que") y concurre así
con el ut final:
zado" (Pl., Most., 63).
No obstante, como ya dijimos al tratar de las restantes con- Rhadum ille projeetus est quo meliar esset "Se marchó a
junciones causales, puede usarse el subjuntivo para representar Rodas, a fin de perfeccionarse" (Cic., Brui., 151).
el pensamiento de un tercero, sin responsabilizarse el autor con Tendió a normalizarse el uso de qua en lugar de ut como in-
troductor de una final en la que apareciera un comparativo
1a causa alegada: .
Itaque quoniam ipse pro se dicere non posset, uerba fectt (cf. qua melior en el ejemplo anterior). Sin embargo tal tenden-
jrater "Y así, puesto que él (según la tradición) no podía hablar cia, dicen nuestros manuales, no debe erigirse en regla, ya que
en su propia defensa, habló su hermano" (Nep., Milt., 1, 7, 5). hay algunos textos con quo final sin el esperado comparativo:
Ego uos quo pauca monerem aduocauí "Os he convocado para
haceros algunas advertencias" (Sal., Cat., 58, 3)
6. QVA Huic omnia sint facienda ut conliniet, et tamen, ut.omnia fa-
éiat, quo propasitum assequatur, sit hoc quasi ultimum bonum
Qua es el ablativo singular femenino de quí, quae, quod. Las "Éste (= el tirador) debiera hacer todo lo posible por apuntar,
subordinadas con qUci siguen siendo puras oraciones de relativo: y, sin embargo, el hecho de tomar todas las medidas para dar en
Tempta qua Lubet "Cachéame por donde te venga en gana" el blanco es 10 que constituiría en cierto modo su fin último"
(Pl., Aul., 647) (Cic., Fin., 3, 22).
LA SUBORDINACIÓN 339
338 INTRODUCCIÓN
A LASINTAXISESTRUCTURAL
DELLATÍN
NOTA.- En lugar de non quo ... sed quo pueden presentarse
Pero quizá se quebrante la norma sólo en casos especiales y las siguientes formas en una y otra de las dos causas alegadas en
por razones estilísticas. En el ejemplo de Salustio tal vez el pauta contraposición: non quod, non quia, non quo, non quin ... sed
sea asimilable por su semántica a un comparativo, aunque for- quod, sed quia, sed quo, sed ut. No importa que se tomen los
malmente no lo sea. En cuanto al texto de Cicerón, está ya sobre- términos respectivamente iguales o que cualquiera de las formas
cargado de subordinadas con ut, y, por añadidura, se da la cir- negativas se asocie a cualquiera de las afirmativas:
cunstancia que la oración final con quo está subordinada a otr.. De consilio meo ad te, non quo eelandus esses, nihil scripsi
oración que a su vez también es subordinada con ut; sería cho- ante a, sed quia commumicaiio eonsilii tali tempore quasi quaedam
cante y ambiguo acudir a un tercer ut en sustitución del qua. uidetur esse efflagitatio ad coeundam societatem uel perieuli uei
NOTA. - En algunos casos el quo se adhirió al comparativo laboris "Nada te escribí anteriormente sobre mi proyecto, no
que lo acompañaba para formar nuevas unidades más o menos porque éste se te debiera ocultar, sino porque 1a comunicación
estables y más o menos sentidas como unitarias: quo minus, quo de mi proyecto en estas circunstancias parece ser en cierto modo
magis, quo setius. una apremiante invitación a compartir el peligro o la fatiga"
(ClC., Fam.) 5, 19,2).
3. Muy próximo a su valor de relativo está igualmente el quo
considerado conjunción causal. El uso del quo causal no es tan
libre como el de las otras conjunciones causales (quod, quia, 8. QVIN
quoniam); suele darse en determinadas condiciones como las si-
guientes: 1. Quin, de *qui-ne, es bien conocido en oracion indepen-
a) Que la oración principal sea negativa y que no se aluda diente como adverbio interrogativo: "¿cómo? / ¿por qué no?"
a una causa única, sino a varias causas en contraposición: unas Quin tu taces? "¿ Cómo / por qué no te callas?" (Pl., Curc., 84)
para ser rechazadas (su modo será el subjuntivo) y otras para Quin tu das sauium? "¿Cómo? / ¿Por qué no le das un beso?"
ser aceptadas como reales (modo indicativo): (Pl., Curc., 94)
Non ea dieo, C. Aquili, quo mihi ueniat in dubium tua fides, Quin ego hoc rogem quod neseiam? "¿Por qué no habría de
aut quo non spem habere P. Quinetius debeat "No lo digo, preguntar lo que no sé?" (Pl., Mil. Gl., 426).
C. Aquilio, por (aquello de) que se me ocurra dudar de tu buena
fe, o porque P. Quintio no deba tener ya esperanza" (Cic., pro NOTA.- [Cu» non? / también se traduce por j"¿por q~é
Quinct., 5). no?"/. Sin embargo no se trata de expresiones absolutamente
Obsérvese la negación de la oración principal y el antecedente sinónimas: la pregunta con / cur non? / indaga sencillamente el
correlativo eo. motivo de alguna actuación; en la pregunta con / quin? / subyace
En el ejemplo siguiente ya desaparece el correlativo: Lieet una exhortación o mandato a que se haga algo. En los ejemplos
huie, illi non licet, non quo dissimilis res sit; sed quo is q'l!i faeit anteriores: "¿Por qué no callas?" ="[Cállate!"; "¿Por qué no
"A uno se le permite, al otro no: no porque el hecho no sea el le das un beso?" = "¡Dale un beso!"
mismo, sino por no serlo el que 10 ejecuta" (Ter., Ad., 825-826).
b) Que haya en la oración causal un término comparativo 2. Como partícula subordinante introduce:
(la misma condición que suele darse con el quo final): a) Oraciones relativo-consecutivas en dependencia de prin-
Vexati omnes, et ante alios rex ipse, quo grauior aetate erat, cipales generalmente negativas; quin es entonces equivalente a
diffieultate uiae est "Todos sufrieron en este penoso viaje, y, más qui (quae, quod) non o a ut non en oraciones consecutivas:
que cualquier otro, el propio rey, en razón de su edad" (T. L., Nullast tam facilis res quin (= quae non) diffieilis siet, quom
40,22,6).
340 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 341
inuitus facias "Ninguna cosa es tan fácil que no parezca difícil o con los uerba impediendi es mera consecuencia accidental de
cuando se hace de mala gana" (Ter., Heaut., 805-806) . nuestras posibles traducciones. He aquí algunas muestras. Dare- (
Nullust quin (= qui non) sciat "No hay nadie que no lo sepa" mos dos traducciones igualmente legítimas: primero, una de
(PI., Bacch., 336) apariencia afirsaatíva y luego otra, más cercana a la visión la-
~,
Non intermittit tempus quin (= quo non) eum nominet "No tina, tratando de reflejar el valor negativo del quin:
deja pasar un momento sin pronunciar su nombre" (Pl., Bacch.,
Pl., Cas., 1.003: Nulla caUSa est quin me uerberes: 1) "Nada
210)
se opone a que me azotes"; 2) "No hay ninguna razón para que
Nihil est quin (= quod non) illi dixerim "Nada hay que yo no me azotes".
no le haya dicho" (PI., Bacch., 1.012)
NuUo modo potest fieri quin (= ut non) dos detur uirgini "Es Pl., Trin., 1.188: N1Lmquid ccusce est quin uxorem eras du-
imposible que no se le dé a la joven su dote" (Pl., Trin., 729); cam? 1) "¿Hay algún impedimento a que yo me case mañana?";
(cf. Cie., Verr., 2, 190: Fieri nullo modo potest ut non dicas). 2) "¿Hay algún motivo para que yo no me case_máñana?"
b) Oraciones completivas en dependencia de oraciones prin- Pl., Asin., 352: Argentum non morabor quin jeras: 1) "Yo
cipales negativas cuyos verbos expresen prohibiciones, impedi- .
no me resistiré a que te lleves el dinero":, 2) "Yo no me resistiré
mentos o ideas análogas (uerba impediendi en sentido amplio) : de manera que no puedas llevarte el dinero".
Non possumus quin alii a nobis dissentiant recusare "No po- En cambio, con los uerba dubitandi la situación es distinta
demos rehusar que los demás disientan de nuestro parecer" (Cic., y nos parece que realmente se pierde el valor negativo de quin.
Acad., 2, 7) Efectivamente, si dubito es un uerbum dubita.ndi, non dubito ya
Non humana neque diuina obstant quin socios exscindant "Ni no ]0 es, puesto que desde el momento que se niega la duda ésta
las leyes humanas ni las divinas impiden (a los Romanos) des- desaparece y se convierte en certeza: non dubito = certe scio.
truir a sus aliados" (Sal., Hist ad Mithr., 17) Así pues, una frase como non dubito quin ueniat no puede ex-
Aegre (= haud tacHe) abstinent quin castra oppugnent "A presar la duda entre "venir/no venir", puesto que, si no se duda
duras penas se abstienen de atacar el campamento" (T. L., 2, de una de las dos alternativas, tampoco cabe dudar de la otra.
45, 10). Ante la dificultad de interpretar, pues, como afirmativo o nega-
c) Al tipo causal non quin ... sed ya nos Remos referido su- tivo el quin ueniat, la lengua reaccionó creando una nueva opo-
pra (p. 147). sición afirmativa/negativa con los significantes quin/quin non;
d) Por varias razones, merecen mención aparte los giros non es decir: hipercaracterizó positivamente la negación de quin con
dubito quin, non est dubium quin y sus similares. la añadidura del significante negativo non; y el quin primitivo
En primer lugar, porque es el tipo más frecuente entre los se polarizó en sentido contrario como afirmativo; en consecuen-
usos .de quin. En segundo lugar, porque el quin, en estos giros, cia, non dubito quin ueniat ("No dudo que no venga", o sea,
pierde su valor negativo: "vendrá") se opuso a Non dubito quin non ueniat ("No dudo que
Nemo dubita.t quin sit occisus significa "Nadie duda que haya no venga", o sea, "no vendrá"). Ejemplos:
muerto"; es decir, "Todo el mundo sabe con certeza que ha Mihi non est dubium quin uenturae non sint "Para mí no (
muerto" (Cic., Verr., 3, 63). No significa, como podría esperarse, es dudoso que no vendrán" (Cic., Fam., 2, 17, 5). I
"Nadie duda que no estuviera muerto", es decir, "Todo el mundo (
Non dubito quin tibi ingenio praestiterit nemo "No dudo que
I
sabe con certeza que no ha muerto". no te aventaja nadie en talento" (Cíc., Rep., 1, 37). Obsérvese !
Hay quien cree que también desaparece el valor negativo de (
que, en este último ejemplo, la negación añadida al quin está en
quin en las oraciones consecutivas y en las completivas con uerba nemo. I
impediendi. Pero la apariencia afirmativa del quin consecutivo Neque dubium est quin unus homo familia non sit "No es i
I
(
!
(
342 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 343
dudoso que un hombre no constituye, él solo, una familia:' (Ci~., .'
Quoad potuit, fortissime restitit "Mientras pudo, resistió he-
Caec., 55). roicamente" (César, B. G., 4, 12, 5)
En cambio, el quin escueto es afirmativo: Ipse quoad legiones collocata« munitaque hiberna cognO'l,;.(-
Haud dubiumst quin eum possim cogere "No es dudoso que set, in Gallia morarí constituit "Decidió permanecer él mismo en
puedo obligarlo" (Ter., And., 530) la Galia hasta saber (= hasta que supiera) que las legiones se
Neque abest suspicio quin sibi mortem consciuerit "Hay 1 quedaban asentadas y sus cuarteles de invierno fortificados" (Cé-
quien sospecha que él se suicidó" (César, B. G., 1, 4, 4) sar, B. G., 5, 24, 8).
Non dubito quin ad te omnes ttti scripserunt "Estoy seguro
que todos los tuyos te han escrito" (Cic., Fam., 5, 8, 1).
1
Por último, obsérvese que dubito (¡sin negaciónl) expresa 11. VBI
auténtica duda, de tal modo que no importa en absoluto que el
quin se interprete como negativo o afirmativo, puesto que la 1. Vbi es otro adverbio de lugar, interrogativo y relativo.
duda afecta por igual al no y al sí, y no puede resolverse en Como tal, introduce: a) oraciones subordinadas interrogativas
certeza un término sin que se resuelva automáticamente el otro; (cí. infra, pp. 161 ss.); b) subordinadas relativas; a éstas.ya nos
por tanto, es absolutamente indiferente que traduzcamos por hemos referido a,nteriormente (cf. pp. 103 ss.).
"que" o por "que no" un quin con dubitare: 2. Por la normal aplicación temporal de lGSadverbios de lu-
Dubitatis quin mud uerissimum sit? "¿Dudáis que ello sea! gar, ubi "donde" pasa a ubi "cuando".
no sea auténticamente cierto?" (Cic., Font., 17). Juntamente con cum, ubi es la conjunción temporal por ex-
celencia en el período clásico:
Id ubi uulent, mutant consiLiu.:.l "Cuando ven esto, cambian
9. QVOMODO y QVEMADl\IIODVM de plan" (César, B. C,) 2, 11, 2).
Muy raras veces hay ocasión de usar el subjuntivo con ubi:·
Quomodo y quemadmocIum son formaciones transparentes Vbi res posceret; priores eronit "Cuando la ocasión eventual-
(= quo modo y quem ad modusn, respectivamente). Tampoco mente-la-exigía, ellos eran superiores" (T. L., 3, 19, 3).
ofrecen problemas en sus usos durante el período clásico: intro-
ducen subordinadas interrogativas o comparativas en concurren-
cia con 'Let. 12. NE
Nequiquam Capitolium seruauerim, si ciuem meum in ses- conmoverse ante el peligro que corría Roma" (Cic., Sest., 54).
uitutem duci uideam "En vano habría yo salvado el Capitolio, C) Conclusión. - Los modos y tiempos de la oración condi-
si he de ver a un conciudadano mío arrastrado a la esclavitud" cional son independientes de los modos y tiempos de la oración
principal; y, recíprocamente, los modos y tiempos de la segunda
(T. L., 6, 14, 4).
son independientes de los modos y tiempos de la primera.
I
Variaciones:
I
"Si sim .,. sum": Te neque debent adiuuare, si possint, neque 5. El si completivo. - La partícula si introduce ciertas ora- t
posstent, si uelint "Ni deben ay~darte, suponiendo qu~ puedan ciones completivas que plantean algunos problemas. 1
hacerlo, ni pueden hacerlo supomendo que quieran (ClC.,Verr., a) Introduce interrogaciones subordinadas, es decir, interro-
4, 20). . - gativas "indirectas", en la terminología habitual. A veces se ha I
"Si sim ... ero": Nec si cupias, licebit "Y, suponiendo que lo considerado exclusivamente como postclásico este si' interroga-
desees, no te será permitido" (Cic., Verr., 2, 167). tivo (equivalente a num o -ne). Sin embargo, no parece aceptable
"Si fuerim ... sum": Tua istuc refert, si curaueris "Esto te tal opinión a la vista de la siguiente serie de ejemplos: •
atañe a ti, si te fijas con cuidado" (Pl., Amph., 740). Visam si fortest domi "Iré a ver si por casualidad está ·~n
Etc., etc. casa" (PI., Bacch., 529; cf. Ter., Eun., 545) ,
Volo scire si apud forum est "Quiero saber si está en el foro"
Tipo .3) (irreal en la prótasis): "Si essem ... essem" (presen-
(Ter., Ad., 154)
te); Si fuissem ... fuissem" (pasado):
Si quid ex coniecturali quaestione sumi possit, uuleri oporte-
Si equus esses, esses indom~bilis "Si fueras un caballo, Se-
bit "Habrá que examinar si se puede sacar algo por conjetura"
rías indomable" (PI., Cas., 811) (Cíe., de inu., 2, 87)
Si quiessem, nihil euenisset mali "Si me hubiera quedado en
Vide, quaere, circumspice, si qui« forte est ex ea prouincia
paz, ninguna desventura nos hubiera acaecido" (Ter., And., 604).
qui te nolit perisse "Mira, investiga, observa a tu alrededor, a ver
Variaciones: si por casualidad hay alguien en la provincia que no quiera tu
"Si essem ... fuissem": Qui si omnes uiuerent, beHum om:ni- perdición" (Cic., Verr., 3, 180)
no hoc non fuisset "Si todos ellos vivieran, de ninguna manera Quaeritur si diuitiae expeteiulae sint, si fugienda paupertas
se hubiera producido esta guerra" (Cic., PhiL, 13, 28). "Se trata de saber si se han de buscar las riquezas, si se ha de
"Si fuissem ... essem": Venisset si esset denuntiatum "Hu- huir de la pobreza" (Cic., Top., 84)
biera acudido, si se le hubiera convocado" (Cic., pro Flacc., 92). Ambiguunt adgnati si filius mortuus sit "Sus parientes discu-
"No irreal en la principal- irreal en la subordinada": Prae- ten si un hijo (que no ha existido) ha muerto" (Cic., de inu., 2,
dare uiceramus, nisi fttgientem Lepidus recepisset Anfonium 122)
"Habíamos conseguido ya una brillante victoria, si Lépido no Quaerebam sicce si posset piscis harena uiuere "Yo me pre-
hubiera acogido a Antonio en su huida" (Cic., Fam., 12, 10, 3). guntaba si el pez podría vivir en seco sobre la al';'" (Prop., 2,
Si tacuisset anus, tamen ego eram dictttrus "Si la vieja se 3, 5)
hubiera callado, de todos modos yo lo iba a decir" (Pl., Cist., Inspice si possum donata reponere laetus "Mira si puedo re-
152). Obsérvese el matiz concesivo de esa condición: "Si se hu- nunciar alegremente a tus dádivas" (Hor., Ep., 1, 7, 39)
biera callado" = "Aunque se hubiera callado". Ab iis quaesiui; si aquam hominibus iumentisque imposuis-
"No irreal en la subordinada - irreal en la principal": Si sent "Les preguntó si habían embarcado agua (suficiente) para
meis incommodis laetabantttr, urbis tamen periculo commoue- hombres y animales" (T. L., 29, 25, 8).
rentttr "Si se divertían con mis infortunios, debieran al menos b) Hay un si "intencional" dependiendo de verbos que sig-
350 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN
351
nifican "intentar", "es forzarse,"" esperar, ""extrañarse"_, etc. si ... si es equivalente a nonne '" nonne y no a un par de Con-
(conari, experiri, temptari, expectare, mirari, etc.) : " dicionales: quaeritul' sí diuitiae expetendae sint, si fugienda
,1 paupertas.
Hanc (paludem) si nost1'i transiren: hostes expectabant Los
\
.
enemigos es t ab an a la expectativa por- si los nuestros atravesa- r: Nosotros pensamos que la explicación por las conexiones
ban este terreno pantanoso" (César, B. G.) 2, 9, ~) " contextuales es aceptable al menos para el si interrogativo-subor_
Eques paratus instructusque stetit si quid h~~tts mou:Tet La dinado. Como dijimos al distinguir entre estilo indirecto y su-
caballería permanecía preparada y en formación por SI el ene- bordinación, el verbo "preguntar" convierte automáticamente a
migo iniciaba algún movimiento" (T. L., 31, ~2, 4). '. '" todos sus complementos directos en interrogaciones subordina_
e) Por último, si, en ciertos casos completivos, es equivalente das. Y, efectivamente, el verbo quaern es el gran verbo intro-
a ui: completivo, "a saber que": ductor del si interrogativo (como de cualquier otro tipo de inte-
Totum est in eo si ... = Toium est in eo ut... . rrogaciones subordinadas). Junto a quaero puede aparecer el re-
Totum est in eo si te uidero antequam ille ineat maglstmtum ducido número de verbos más o menos análogos a él: percontor,
"Todo depende de (esto) que yo te vea antes que el otro h.aya to- uideo, inspicio, etc. (cf. la serie de ejemplos antes citada).
mado posesión de su cargo", "Todo depende de (esto) S1 yo te Incluso consideramos suficiente la explicación contextua,l para
veo antes ... " (Cic., Att., 2, 22, 5).. . " ' el si dependiendo de verbos de conato, de esperanza, etc., ya. que
Totum in eo est tectorium ut concmnum sit Todo depende todos ellos nos parecen ser una ampliación del léxico inquisitivo:
de (esto) que el revocado sea bonito" (Cic., Quint. fT.) 3:.~,1). siempre se trata de saber algo desconocido, de intentar algo in-
seguro, etc.
ls es el antecedente más frecuente -aunque no el Ul1lCO-
d este si "completivo": In eo est peccatum si non licuit "En esto De todas formas es posible una explicación no-condicional de
e L la falta en que (o si) no f ue 1""
consiste ICItO (C' l~., P al'ad .) '"'
'JO) . los mismos giros; consistiría en ver en ellos restos del primitivo
Neque populus R. eo potest esse contentus, S1 condemnat~s valor locativo del si (= "así", "en el caso de que"). Esta interpre-
sit is qui adesse noluerit "Y el pueblo R. no puede quedar satis- tación "locativa" cuadra muy bien sobre todo al si en dependen-
fecho con (aquello de) que se condene a un acusado que n.o haya cia de los verbos que denotan intento, esfuerzo, esperanza, etc.
que rrido comparecer " ,o "El pueblo R . no puede quedar satisfecho Volviendo al texto de César (B. G., 2, 9, 1), puede traducirse así:
si se condena a un acusado", etc. (Cic., Verr., 2, 1, 3). "Los ~enemigos estaban a la expectativa para (o en) el caso de
La oración introducida por si en estos giros es un desarrollo que los nuestros atravesaran, etc.". Y quizá más claro todavía,
del antecedente o, si se prefiere, una aposición al misr_no. un texto de Cicerón (R. Am., 56): Canes aluntul' in Capitolio ut
d) Todos estos usos completivos de si son to~a~la, p~~a la signijicent si fures uenerint "Se crían unos perros en el Capitolio
mayoría de los latinistas, simplemente usos condicionales: las para que den la alerta en-caso-de·que se presenten ladrones".
conexiones contextuales serían las únicas responsables de los 6. Compuestos de si
variados matices que adquiere el mismo si condicio~al. a) Los compuestos de si no ofrecen problemas ni en su for-
Algunos autores, sin embargo, insisten en ~~e cIerto~ usos mación ni en su funcionamiento. Ni « nei), nísi « n~-si), sin
completivos de si no pueden reducirs: ,al si condicional y prensan
que ha de buscarse otra interpre:acIOn. . . rt « si-n~, si minus introducen condicionales negativas , "si no".,
Prescindamos del tipo in eo S1, donde nadie ve dificultad a el sin (= "si por el contrario") suele usarse para contraponer
la interpretación condicional; y volvamos a dos ej.emplos de los una segunda condicional a otra condicional precedente: si ... sin
antes citados. En el texto de César -dicen los aludidos autores- (= "si ... si por el contrario"); pero tampoco en este caso es de
j si nostri transireni] no es la condición de jhostes expectabantj rigor el uso de sin: junto a si ... sin puede darse si '" si, si ... si
autem, si ... si uel'o.
y en el texto de Cicerón Top., 84 -siguen diciendo-, el par
...•
14. DVM
15. DONEC
Dum de discutida etimología, es, como C1Lmy tum, una par-
Donee (arcaico donicum y dúnique) es otra conjunción tem-
tícula temporal: indica la duración con uno y otro de los dos
~ . ". t " "h poral de origen oscuro. De uso más restringido que' dum con-
matices perceptibles en nuestras expreslOnes mien ras y as-
curre con él en el sentido de «hasta que": '
ta que". Iba odorans quasi canis uenaticus, usque donec persecutus
Suele decirse que dum es, en su origen, un adverbio de
uolpem ero uestigiis "Iré olfateando como un perro de caza sin
tiempo. Pero en el período histórico de la lengua no conocemos
ejemplos Claramente adverbiales. No nos parecen muy convin-
parar hasta que haya rastreado a la zorra (Pl., Mil. Gl., 2691.
centes los que se citan en nuestros manuales; en todo caso, los
mejores ejemplos de dmn adverbial son los que aparecen enclí-
16. LICET
ticos: nondum ("todavía no"), uixdum ("apenas todavía"), nihiI-
dum ("todavía nada"), manedum ("espera un poco").
La conjunción concesiva Ince; (= "aunque") es, en su origen,
Todos los usos de dum como conjunción son reducibles a su
una forma verbal del impersonal lscet, licuit o licitum est, licere.
valor temporal. Introduce, pues: Como tal forma verbal, licet significa, pues, "está permitido"
o "es posible". El paso a conjunción puede verse en el texto de (
I
1) Fundamentalmente, subordinadas temporales:
Cice:ón (d~ orat., 1, 195): Fremant omnes licet, dicam quod 1
"Mientras":
a) sentw. Segun las pausas que pongamos al texto, podemos inter-
Da mihi sauium, darm. míc bibit "Dame un beso mientras el pretar el licet como verbo o ya como conjunción:
otro bebe" (Pl., Stich., 764). a) Como verbo: "Protesten todos, de acuerdo (= les está
Fnwre dum !icet "Disfrut~ mientras puedes" (Ter., Heaut., permitido), yo diré lo que pienso".
345). b) Como conjunción: "Aunque todos protesten, yo diré 10
Dum haec chcit, abiit hora "Mientras me dice esto, se ha pa- que pienso".
sado una hora" (Ter., Eun., 341). El modo verbal con la conjunción licet es el subjuntivo (po-
b) "Hasta que": tencial impresivo) que le corresponde en la construcción para-
Dum mihi a te litterae ueniant, in I~aliamorabor "Hasta que táctica.
me llegue tu carta, me quedaré en Italia" (Cic., Fam., 11, 23, 2).
,
{
354. INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURALDEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 3:55
tradicionalmente "interrogativas indirectas", y que nosotros ve- B) 1. Refiriéndonos a la "interrogación indirecta", ya he-
nimos llamando "interrogaciones subordinadas". mos criticado y rechazado el término "indirecta" (cf. supra,
Para ser consecuentes con nosotros mismos debiéramos seña- p. 72). Tampoco nos satisface el término "interrogación", aun-
lar, como hemos hecho hasta aquí, las "partículas" introductoras que, cediendo al peso de la tradición, lo vamos a mantener. La
de este tipo de oraciones. verdad es que las interrogaciones o son directas o, si dejan de
serlo, se convierten en un producto nuevo y lingüísticamente
2. No vamos, sin embargo, a dedicar unos párrafos por sepa- tan distinto del primero que es un tanto peligroso seguir po-
rado a cada una de las formas introductoras de "interrogaciones niéndole la misma etiqueta de "interrogativas", aunque se matice
.0
subordinadas": en primer lugar, porque el número y variedad tal denominación con el añadido de "indirectas" o "subordi-
de formas subordinantes es aquí muy superior a cuanto hemos nadas".
visto en cualquier otro tipo de oraciones subordinadas; en se- Veamos algunas de las hondas diferencias que median entre
gundo lugar y sobre todo porque la variedad de elementos intro- la interrogación directa y la interrogación subordinada.
ductores no implica variedad de problemas: el funcionamiento
de todas las interrogativas subordinadas es el mismo, cualquiera 2. El rasgo distintivo y propio de una interrogación (directa)
que sea su forma introductora. es la entonación inconfundible que la caracteriza: •
3. Todo el léxico interrogativo sirve por igual para introducir Tu me herí hic uidisti? "¿Tú' me has visto aquí ayer?" (Pl.,
interrogativas subordinadas y no-subordinadas: pronombres, Amph., 725)
adjetivos, adverbios (quis, quid, uter, qualis, quantus, etc.; ubi, Tu quoque aderas? "¿También tú estabas allí?" (Ter., Ptvorre :
quo, unde, qua; ut, quomodo, quamobrem, cur, quare, quando, 858)
.. etcétera) o partículas interrogativas propiamente dichas (-ne, Clodiu« insidias fecít M-íloni? "¿ Clodio tendió emboscadas a
n1tm, an, utrum, nonne, etc.). Milón?" (Cic., Mi1.,60); etc.
Todo este sistema de pronombres y adverbios interrogativos, Suele darse mucha importancia en nuestras descripciones tra-
que parece predestinado por naturaleza a introducir preguntas dicionales de la interrogación a las partículas interrogativas y a
(como efectivamente las introduce en las interrogaciones direc- las alteraciones en el orden de palabras que Írecuentemente se
tas) , se convierte en introductor de respuestas, similares a todas observan en las frases interrogativas; pero estas particularidades
las respuestas que se nos dan en cualquier tipo de oración subor- suplementarias no son estrictamente distintivas y pueden silen-
dinada: ciarse a la hora d., caracterizar la modalidad interrogativa (cf.
Quaero quis uenerit "Pregunto -(¿qué?)- que quién ha ve- A. Díaz Tejeda, "La frase interrogativa como modalidad", en
nido" Revista Española de Lingüística) III, núm. 1, p. 109).
Nescio quie uenerit "No sé -(¿qué?)- quién ha venido"
Memorat ut legiones fugauerit "Está recordando -(qué?)- 3. En cambio, lo que no puede silenciarse -y es ésta la se-
cómo ha puesto en fuga las legiones" (Pl., Amph., 136) gunda característica de la interrogación- es "la relevancia im-
Nec quid agam certum est "No está decidido -(¿qué?)- qué periosa del hablante a nivel de la comunicación" ... "El valor gra-
he de hacer" (Ter., And., 209). matical de la modalidad interrogativa consiste en una postura de
El léxico interrogativo no pierde nunca, en la subordinación, contraste y reacción por parte del hablante, mediante la entona-
su valor propio de palabra autónoma: de aquí que no pueda ha- ción que le es pertinente, frente al contenido contextual" (Díaz
blarse de "partículas" subordinantes cuando nos referimos a los Tejeda, loe. cit.).
pronombres (adjetivos) o adverbios que introducen las interro- La interrogación como modalidad de la frase, es decir, en
gaciones subordinadas. cuanto modalidad del alma del hablante (olc<OÉael; "C1¡<; f~Oy'f¡<;). no
356 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 357
admite transposiciones gramaticales, ya que el hablante. es un la respuesta a este problema, es decir, el objeto de la pregunta.
ente exterior al signo lingüístico (d. supra, pp. 48 y 53). Por eso Pero todo en pura modalidad declarativa. Basta observar, para
en la interrogación subordinada desaparece la típica e insustitui- comprobarlo, que ante un mensaje que incluya una "interroga-
ble entonación de la interrogación directa; o, dicho en otros tér- ción subordinada" puede plantearse la cuestión de su veracidad:
minos, por eso sólo la interrogación directa es susceptible de
adoptar la modalidad interrogativa. La primavera ha venido:
Entonces, si en la subordinación desaparece el hablante y, Nadie sabe cómo ha sido.
con él, la entonación que expresaba su postura ante el contenido
contextual, ¿es legítimo seguir llamando "interrogativa (subor- ¿Es o no es verdad que nadie sabe cómo ha sido?
dinada)" a una oración que carece de los rasgos distintivos de No es posible aplicar semejante prueba a,la interrogación
una oración interrogativa? directa: / ¿Cómo ha sido? /
En todo caso, quede claro que "oración interrogativa subordi- La interrogación "indirecta", es decir, subordinada, siempre
nada" designa una clase de oraciones subordinadas cuyos térmi- se queda incorporada como elemento de "otro mensaje": otro
nos introductores pertenecen al sistema interrogativo, pero con mensaje que puede adoptar cualquiera de las modalidades de
exclusión de la modalidad interrogativa que podría afectarles la frase: -
en posición independiente. a) Ejemplo de incorporación a mensajes declarativos:
Nescio quis uenerit.
C) 1. Interrogación directa e interrogación indirecta suelen b) Ejemplo de incorporación a mensajes interrogativos:
considerarse como variantes que comportan un mismo contenido, Quid illo faciemus, stulta? -:-Quid facias rogas? "¿ Qué hare-
"
a pesar de las diferencias gramaticales que las separan. Ello es mos con él, tonta? - ¿Preguntas qué has de hacer? (Ter., Eum.,
cierto sólo hasta cierto punto. 837).
Interrogación directa: Accepisti meam epistulam? "¿Has re- e) Ejemplos de incorporación a mensajes impresivos: Vita
cibido mi carta?" quam sit breuis, cogita "Piensa en la brevedad de la vida" (Pl.,
In terrogación indirecta: A n acceperim (epistulam tuam) Most, 726) .
quaeris "Preguntas si he recibido tu carta" (Pl., Ep., 9, 28, 5). Videamus primum deorumne p'rouidentia mundus reqatur ,
/ Accepisti meam epistulam? j es una interrogación en boca sleituie consulantne di rebus humanis "Veamos en primer lugar
de alguien. El hablante no utiliza el verbo quaerere para que su si la providencia divina gobierna el mundo, y, después, si los dio-
oyente se informe de que el mensaje constituye una pregunta: el ses se preocupan de las cosas humanas" (Cic., deor. nat., 3, 65).
(
significante de la modalidad interrogativa es la entonación de la 2. Ahora bien, en determinadas condiciones, las interroga-
viva voz (el signo de interrogación en la lengua escrita). ciones subordinadas, incorporadas ya sea a frases declarativas,
/ An acceperim tuam epistulam quaerisj es una traducción, en ya interrogativas, ya impresivas, dejan traslucir lo que pudiera
modalidad declarativa, del mensaje anterior. No requiere la pre- ser una interrogación directa; y tanto el hablante como el oyente
sencia del hablante; y en ausencia de éste y de su entonación las toman por el lado del contenido como si fueran interroga-
personal como portadora de la modalidad interrogativa se emplea ciones directas. Así, [quaer» quis ueneritj no se interpreta como (
un verbo que por el semantema verbal (qua ero) indica que se pura información a la que cabría, por parte del oyente, una re-
trata de una pregunta, y, además, gracias a la categoría verbal de acción como ésta: "¡Enterado! Ya sé que preguntas por la iden-
la "persona", indica quién es el sujeto que pregunta. tidad de alguien que ha llegado".
Pero dicho verbo plantea ipso jacto, por su transitividad, un En lugar de esa interpretación tan lógica, el hablante que (
problema: "pregunto (-as, -a, etc.) ¿qué? Y, acto seguido, viene dice "Quaero quis uenerit" y el oyente que capta ese mensaje
(
358 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA SUBORDINACIÓN 359
informativo, entienden la declaración como un sustituto de la análogo. En latín quaerere es el gran verbo regente de las in-
pregunta absoluta e intempestiva "Quis uenit?"; y entonces ya terrogativas subordinadas; en su lugar puede salir rogare, que
no se contesta con un ¡"enterado de lo que dices" /, sino que se es un sinónimo, y algunos más que, sin ser sinónimos de quae-
contesta: "Ha venido Fulano". rere, tienen en su semántica algún rasgo que implica búsqueda,
Volviendo al ejemplo de Plinio (Ep., 9, 28, 5)': An acceperim averiguación o algo parecido: dubito, scio, nescio, ignoro, (in)
(epistulam) quaeris. - Non accepi "Me preguntas si he recibido certus sum, clam me est, considero, delibero, uideo (sobre iodo
tu carta. - No la recibí". Es la misma respuesta que hubiera en imperativo: uide), metuo (= "me pregunto con temor"),
dado a la interrogación directa: Accepisti epistulam meam? exspecto, etc.; y, por supuesto, dico (¡que abarca por definición
En todo esto no hay nada de extraño. Más dificil parece, y es cuanto es susceptible de decírsel).
no obstante frecuente, que un mensaje declarativo como "Fumar Los estudiosos se han complacido durante generaciones en
es nocivo" pueda, en determinadas circunstancias, sustituir -y establecer listas y contar los verbos que "rigen" ya sea tal o
resultar equivalente- a un mensaje impresivo: "¡No fumes!" cual caso como complemento nominal, ya sea la construcción de
infinitivo, ya sea el ut con subjuntivo, etc., etc. No conocemos
D) Como confirmación de la doctrina aquí sostenida, no está ninguna publicación en que se consignen los verbos que ~'rigen"
de más señalar el paralelismo exacto, en cuanto a modalidad se la oración interrogativa indirecta; si la hubiera comprobaríamos
refiere, entre mensaje interrogativo directo / mensaje interroga- sin duda que el número de verbos susceptibles de llevar interro-
tivo indirecto (es decir, subordinado) por un lado, y, por otro, gaciones subordinadas es muy reducido.
entre mensaje impresivo directo / mensaje impresivo indirecto
(es decir, subordinado): 2 a) Caracterización negativa de la propia interrogación su-
bordinada es la ausencia de la entonación interrogativa, como
quis V:!_1!:.it?_____ __ ueni! _ hemos dicho insistentemente en las páginas anteriores.
quaerit quis uenerii. - iubet te uenire.
b) En segundo lugar, en contraste con lo que ocurre con las
jueni!/ es mensaje impresivo; [iubet te uenire] n? 10 es. Este interrogaciones directas, es indispensable en las interrogaciones
último es declarativo, aunque de semántica impresiva (por el subordinadas la presencia de un término introductor pertene-
léxico utilizado). Su carácter declarativo se comprueba, como ciente al léxico interrogativo. Este término interrogativo intro-
siempre, por la posibilidad de someterlo a la prueba de la vera- ductor puede ser una partícula propiamente dicha (-ne, num,
cidad: "¿Es verdad o no es verdad que él te manda venir?" No utrum, an, etc.), un pronombre (quis), un adjetivo (quantus,
puede someterse a la misma prueba el mensaje impresivo di- c:¡.ualis,
etc.) o un adverbio (ut, ubi, cur, etc.) de las respectivas
recto / líe1!i';' series de interrogativos.
Leemos en algunos tratados (por ejemplo, Ernout-Thomas,
E) Caracterización de la interrogación subordinada. - Fren- § 317) que la presencia de un término introductor no es indis-
te a la interrogación directa, que no requiere más que un ha- pensable en la interrogación indirecta, como tampoco 10 es, según
blante in actu con la entonación adecuada, la interrogación su- ellos y según hemos dicho nosotros mismos antes, en la interro-
bordinada exige condicionamientos más complejos tanto en la gación directa. Sin embargo, si nos atenemos a los textos, no
oración principal como en la propia subordinada. puede sostenerse que la interrogación directa y la indirecta res-
pondan a la misma norma en cuanto a la presencia o ausencia
1. En primer lugar el verbo principal o regente no puede ser del término interrogativo introductor. La ausencia de dicho tér-
cualquiera: ha de ser el verbo "preguntar" u otro más o menos mino en las interrogaciones directas se da con tanta frecuencia
'\\
¡
(
362 INTRODUCCIÓN
ALASINTAXIS
ESTRUCTURAL
DELLATÍN LA SUBORDINACIÓN 363
la construcción con infinitivo y/o con ut completivo; y nosotros usos en que el infinitivo se convierte en centro de frase, esto es,
ya nos hemos referido a esta alternancia al tratar del ut (cf. en predicado independiente como es lo normal de cualquier
pp. 152 ss.). forma personal; ello ocurre, como es bien sabido, en el llamado
infinitivo histórico, el infinitivo exclamativo y el infinititms im-
2. En segundo lugar porque la subordinación mediante el peratiuus; cuestiones éstas ya tratadas por nosotros al estudiar
infinitivo no plantea problemas en cuanto a su uso como ele- los modos en oración independiente (cf. supra, pp. 57 ss.).
mento no-autónomo. Precisamente la gran diferencia entre la
subordinación infinitiva frente al resto de la subordinación ra- 4. Se nos podría tal vez echar en cara que nosotros pare-
dica en que la subordinación de verbos en forma personal (salvo cemos estar pensando tan sólo en el simple y desnudo infinitivo
restos paratácticos como uolo facias, caue cadas, etc.,. cf. supra, como sujeto u objeto de un verbo (decorum est mori; amo bibere),
, ,, p. 102) necesita marcas que adviert~n del gran. cambio, esto es y olvidamos que tal infinitivo escueto no es lo que constituye la
-repitiendo palabras de Bally ya citadas antenormente-, que llamada "oración de infinitivo"; esta denominación se reserva
adviertan de la transposición suprema que se apodera de una para el infinitivo con sujeto en acusativo (aceusatiuus eum infi-
oración entera para convertirla funcionalmente en susta~tivo, nitiuo). •
adjetivo o adverbio. Al estudio de tales marcas hemos dedicado Pero no es así; lo que pensamos es que la añadidur;~al infi-
las páginas que preceden sobre la subordinación latina. nitivo de un acusativo, susceptible de interpretarse como un su-
Pero lo característico de la subordinación infinitiva es que no jeto, no cambia sustancialmente la situación sintáctica.
precisa marca alguna de subordinación. El infinitivo, como for~a Supongamos que se diga como recomendación general: Irasci
nominal es, por natura1eza, "subordinado"; dicho en otros _ter~ minime decet "De ninguna manera es conveniente montar en
minos, el infinitivo, como cualquier otro nombre, desempenara cólera"; o que se diga con Cicerón (Tusc., 4, 55) como recomen-
por .derecho propio cualquiera de las grandes fu~ciones del. nom- dación particular al orador: Oratarem irasci minime deeet "De
bre (sujeto o complemento directo) u otras funciones noml?ales ninguna manera es conveniente que el orador monte en cólera";
de menor envergadura como la de aposición o la de predicado el tipo sintáctico es el mismo. La posible ampliación del núcleo
nominal: infinitivo mediante un acusativo-sujeto (o un segundo acusativo-
a) Sujeto: objeto, o un adverbio, o un complemento cualquiera) son meras
Decorum est pro patria mori "Es htonroso morir. por 1a pa t na. " variantes del mismo tipo sintáctico.
(Hor., oe., 3, 2, 13). No parece necesario multiplicar los ejemplos. He aquí, no
j
obstante, algunos:
b) Objeto:
Ego amo esse et bibere (= cibum et potum) "A mí me gusta
el comer y el beber" (PI., Poen., 313). EL INFINITIVOSIN SUJETO EL INFINITIVOCON SUJETO
e) Aposición: EN ACUSATIVO EN ACUSATIVO
Illud est dulce, esse et bibere "Aquello es lo agradable: el
comer y beber" (PI., Trin., 259). A) Como sujeto:
d) Predicado: Bonum est pauxillum amare Adparet seruum hune esse do-
llluc est sapere "Eso es sabiduría" (Ter., Eun., 782). "Buena cosa es amar un poqui- mini pauperis "Está claro que
I .
3. Lo que requiere explicación no son esos usos "subordina- to" (Pl., Curc., 176). éste es el siervo de un amo po-
dos" del infinitivo sino sus usos independientes, es decir, esos bre" (Ter., Eun., 486).
364 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL pEL LATÍN
LA SUBORDINACIÓN 365
Me quasi murenam exossare co- lllam ciuem esse aiunt "Dicen oración de infinitivo como núcleo subordinado en el período
gitat "Piensa deshuesarme co- que la muchacha es ciudadana" histórico.
rno a una murena" (Pl., Amph., (Ter., And., 833).
319).
6. Como no hemos tratado en este volumen las categorías de
la voz y el tiempo en su aplicación al verbo latino, tampoco nos
referimos ahora a las variaciones de la oración de infinitivo a
C) Corno aposición:
nivel de dichas categorías gramaticales; tales variaciones están
por 10 demás perfectamente registradas y ejemplificadas en cual-
Illud est dulce, esse et bibere Certe hoc scio, tibi esse febrim
quier gramática latina escolar o científica.
"Lo agradable es aquello, el co- "Estoy seguro de esto: que tie-
mer y beber" (Pl., Trin., 259). nes fiebre" (P1., Pseiui., 642).
D) Como predicado: .!
IUuc est sapere "Eso es sabidu- lstucine est operam dare bo-
ría" (Ter., Elln., 782). 1!mn sodalem? "¿Es ésa la ayu-
da de un buen compañero?"
(Pl., Mere., 620).
yuntivos del latín para señalar diversas agrupaciones' de los tér- ciales están compuestos por bloques de dos términos cada uno
minos enumerados, con ac como yuntivo: in robore ac magnitudine, in contemptione
Los grupos así establecidos pueden: ac despicientia.
a) Hallarse en el mismo nivel sintagmático, como ocurre en Aunque menos complejos he aquí todavía un par de ejemplos
el aludido texto de Tácito. No acarrea entonces graves conse- en que el lector puede apreciar cómo la variación de los elemen-
l'
I~ cuencias el hecho de no reparar en los grupos e interpretarlos tos copulativos facilita la interpretación:
como serie única y uniforme, tal como se ha hecho en la men-
cionada traducción de Goelzer. Lo mismo ocurre en matemáticas , ... PeUitu!' paternos
donde sale una respuesta correcta aunque se haga caso omiso de in sinu ferens deos
los paréntesis en la suma (A + E) + + (C D). 'et UXO'I' et uir sordidosque natos
b) Pero pueden también hallarse en distintos niveles sintag-
máticos: entonces traería graves consecuencias el no percatarse "Se expulsa a la esposa y al marido que se llevan en su regazo
de la agrupación establecida: caería el filólogo en un error similar a los dioses de sus padres y también a los propios hijos cubiertos
al craso y frecuentísimo error del matemático principiante que de andrajos" (Hor., Carm., 2, 18, 26-28).
,
no sabe interpretar los paréntesis en una operación como: (A + Secutum est illud tempus occiso Caesare, quo res publica I
( ,
374 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUC'I;URAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 375
tum (literalmente: "destinado por prodigios y oráculos"); y el aquellos hechos en que sintagmas copulativos aparentemente
bloque unido con la enclítica -que es el complemento indirecto idénticos se presentan en textos diferentes y donde no ha lugar
normal del mismo participio ("destinado para o a favor de... "). la distinción en grupos, y no obstante aparecen unidos unas ve-
El texto no presenta, pues, dificultades de ningún tipo; sin ces con et, otras veces con ac y otras con la enclítica -que; se-
embargo, editores e intérpretes, evidentemente por no percatarse guiría, pues, apareciendo como caprichosa la unión copulativa
del valor de las cópulas, han visto ahí grandes problemas y han en las series antes citadas como: constare ex animo et corpore
llegado incluso a sospechar que el texto debía estar corrompido [ex corpore amimoque]; ex re atque uerbis; etc.
. ; y necesitaba enmiendas. Citamos a continuación un comentario,
4. Hemos de dar, pues, un paso más. Y aquí seguimos a Co-
aunque algo largo, en el que afloran todos los imaginarios pro-
blemas y los esfuerzos de los filólogos por resolverlos: seriu (Coordinación latina y coordinación románica, en Actas
"Occulta fati ... credidimus: pasaje oscuro y de difícil inter- del III Congreso Español de Estudios Clásicos, III, _pp. 35-57).
pretación. La manera más clara de traducirlo consiste en atribuir Si en una lengua, escribe Coseriu, hay varias conjunciones,
a la conjunción et significado explicativo, como en otros pasajes ellas manifiestan algo más que la mera adición.
= En el caso del latín, las tres conjunciones et, ac y -que forman
t=~
L
, . acontece (et id est), en cuyo caso la traducción del mismo será:
'una vez proclamado Vespasiano emperador (post fortunam), he- un sistema de oposiciones tal como se representa en el si~üente
mos creído en la existencia (fuisse) de una fuerza oculta del des- esquema:
tino, a saber (et = id est) que por los pronósticos y vaticinios
(se. de los oráculos) estaba destinado el poder a Vespasiano y a
sus hijos'. Por algunos críticos se ha propuesto intercalar el abla-
tivo ui o potestate entre occulta y fati, en cuyo caso occulta debe-
ría interpretarse también como ablativo concertado con la pala- ct ac
: t bra intercalada. Es evidente que con tal enmienda desaparecen
todas las dificultades de interpretación que este pasaje ofrece"
h¡;
I
(Bassols, Tácito, Historias, libro 1, p. 137). 1- +
I
T
!'l.
3. -Con lo dicho en el apartado precedente sobre la coordi-
nación múltiple al mismo nivelo a distintos niveles sintagmáti- Es decir: en una primera oposición et, como término negativo,
!
, I cos, parecemos atribuir a la variación copulativa un valor mera- se opone al complejo (ael-que), como término positivo; y, dentro
mente distintivo: parecemos admitir que lo importante es la va- del término positivo se establece una segunda oposición en la que
riación en sí misma, pero que sería indiferente acudir a cual- ac es término negativo frente al positivo -que. Por tanto, -que
quiera de las tres formas copulativas al iniciar cualquier adición es término doblemente caracterizado: caracterizado frente a et
de términos homofuncionales con tal de cambiar y acudir a otra y frente a ac; ae es término caracterizado frente a et y no carac-
forma cuando haya necesidad de establecer bloques entre los terizado frente a -que, y, por último, et es término doblemente no
elementos. caracterizado: no caracterizado tanto frente a ac como frente
Aunque la realidad se limitara a sólo eso, ya valdría la pena a -que.
'1
tener en cuenta la variación de las cópulas múltiples como pre- Coseriu concluye con las siguientes definiciones:
"
JI ciosa y hasta insustituible ayuda a la hora de interpretar ciertos et = "adición"
~ textos, según hemos comprobado. Pero tal concepto de la coordi- ac = "adición" + "unidad"
nación copulativa sería incompleto: seguiríamos sin comprender -que = "adición" + "unidad" + "equivalencia".
JI
(
(
376 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 377 (
5. Como bien saben los latinistas, et es la conjunción copula- iuris magna atque difficilis "ese estudio del derecho, largo y di-
tiva más usual. Por tratarse del término no caracterizado, incluye fícil" (Cic., de orat, 1, 185); sine tuo quaestu ac rnaximo quaestu c.
a ac ya-que y, por tanto, puede sustituir a ambas formas en "Sin tu beneficio y hasta muy considerable beneficio" (Cic., Verr.,
cualquier caso. No así a la inversa: ac y -que son de uso mucho 3, 52). Es significativo que, para poner de relieve estos miembros e
más limitado. explícitamente no-equivalentes, se refuerce eventualmente la con-
Dentro de la oposición acl-que ocurre 10 propio: ae incluye (
junción con otras partículas: atque adeo, atque etiam, atque in-
a -que y puede, por tanto, sustituirla; no así a la inversa: -que super, ac potius, ac quidem, ac quoque, ac tamen. En la misma (
es de uso mucho más restringido que ae. línea está también el frecuentísimo uso de ae como conjunción
Ae y -que, frente a la adición sin matices expresada por et, "comparativa": aeque ac, alius ac, aliter ae, contra ac, item ac, (
marcan el carácter unitario de los términos adicionados: se trata iuxia ac, sirnul ae, etc. Con algunas de estas locuciones es' posible !
I
de términos que se presentan al hablante en contigüidad semán- -aunque no muy frecuente- sustituir ac por et; no" es posible (
tica (sinónimos o antónimos) o en contigüidad "real" y rm'4e- la sustitución por -que: I
I
rial: 'infamia atque indignitas, dulcia atque amara; terra marique, Virtus eadem in homine ac deo est "La virtud es la misma en (
ferro ignique, senatus popuhLsque Romamis. el hombre y/que en la divinidad" (Cic., Leg., 1, 25). En este t~to
Por último, la elección entre ae y -que depende de la pers- subyace, evidentemente, la idea de que el hombre y la divinidad (
pectiva que ofrezcan los dos términos implicados en el' bloque: son distintos (no-equivalentes), pero que, no obstante, la virtud I
a) Sí aparecen como estrechamente unidos o lógicamente es la misma. (1
equivalentes, el hablante usará -que. Fórmulas como terra rna- Siempre se trata, con esas numerosas locuciones, de distin- I
guir dos miembros de una oración o dos oraciones enteras para (
rique, domi beLlique, peto quaesoque, etc., vienen aquí a la mente
de cualquier latinista. En Tácito encontramos a poca distancia comparar las dos magnitudes entre sí y medir una de ellas con I
el patrón de la otra. (
dos ejemplos menos triviales e igualmente claros: Iuliornrn
CÍaudiorumque domus "la dinastía julio-claudiana" (Hist., 1, lo, I
(
2) y en el capítulo siguiente (1, 17, 2), cuando Galba concluye el 6. A título de nuevos ejemplos, volvamos a algunas de aque-
I
discurso en el que proclama a Pisón como su heredero en el tro- llas series que nos parecían puramente arbitrarias: I
(
no, dice ,el gran historiador, refiriéndose a la contestación d"l
prineeps electo: Sermo erga patrem mvperoiorenuiue reuerens a) constare ex animo et eorpore
(
"Su discurso fue respetuoso hacia la persona de su padre (adop- constare ex corpore omimoque
tivo) y (lo que es lo mismo) del emperador". constare ex re atque uerbis. (
Véase en un mismo período un doble ejemplo de cópula con I
-que, una vez en fórmula rutinaria y otra en coordinación no Para comprender el uso de una u otra forma copulativa es (
imprescindible observar los hechos en su propio contexto; de 10
rutinaria: a[ii terra marique rem gerendam censebant, alii to-
contrario, los tres casos parecen sustancialmente idénticos y no ( )
I
t1l1n in Hispaniam Hannibalemque intendebant beIlum "Unos
se ve razón alguna que justifique la variedad de cópulas.
opinaban que se debía actuar (contra Cartago) por tierra y por
Perspicuum est horninem e corpore anirnoque constare "Es
I
mar (a la vez), otros concentraban todo el peso de la guerra con- (
tra España y (lo que es 10 mismo) contra Hanníbal" (que estaba evidente que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma"
atacando en España) (T. Livio, 21, 6, 6). (Cie., Fin., 5, 34). Aquí se habla de los dos componentes del
hombre, indisolubles y "equivalentes" como integrantes de la
b) Pero si no existe tal equivalencia o, en todo caso, el ha- naturaleza humana: corpore anirnoque es, pues, el grupo espe-
blante se desentiende de su existencia, usará ac: ista eognitio rado, como terra marique, domi beUique, etc.
j (
I
I i 378 INTRODUCCIÓNA LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN 379
. ;
En cambio, el mismo Cicerón (Tusc., 3, 1) inicia una diser- c) Senatus populusque Romanus
tación filosófica así: Constamus ex animo et corpore. La razón senatus et populus Romanus (Sal., Iug., 111, 1)
es que ve en este momento el cuerpo y el alma no como unidad, populus et senatus Romanus (Sal., Iug., 41, 2).
sino como elementos separados y distintos. Puede comprobarse,
efectivamente, en el texto que, acto seguido, dedica unos párra- No hay fórmula más constante que la de senatus populusque
fos sucesivamente al cuerpo y al alma por separado. R.; y ésta es, ciertamente, la copulación esperada, ya que se trata
Y, en tercer lugar, el mismo Cicerón (de orat., 3, 19) escribe: de las dos autoridades ideales del mismo pueblo romano. Sin em-
Cum omnis ex re atque uerbis constet oratio "Como todo dis- bargo, Salustio, en dos ocasiones, no se atiene al formulismo;
curso, consta de fondo y forma"; utiliza atque por tratarse del ello es debido a que el autor no considera entonces el "conjunto"
par de componentes distintos pero unidos en el discurso; no usa del pueblo y el senado operando al unísono e indistintamente en
-que, ya sea por no dar la misma importancia al fondo y a la cuestiones de gobierno, sino a las dos autoridades' actuando en
rl forma, ya sea por no preocuparse en aquel momento de su equi- un momento dado por separado. El hecho es patente sobre todo
-1 valencia, aunque la tuvieran. en 41, 2: Populus et sena tus Romanus placide ínter se rem pu-
;1 blicam tractabant "El pueblo y el senado romano compartían
entre sí el gobierno sin pasión". El inter se es aquí decisivo para
b) ferro ignique
igní atque ferro (Tác., Ano, 14, 38, 1) excluir el formalismo habitual.
ferro et igni (Suet., Caes., 75, 5).
7. Nos falta referirnos a la coordinación negativa. No esta-
mos aquí de acuerdo con Coseriu, cuya doctrina nos parece vi-
Quien tenga en cuenta el contexto observará que Tácito, al
ciada por una indebida interpretación de los textos.
usar igni atque ferro, deshace el indistinto y formulario grupo
Para Coseriu (d. pp. 48-49 de su citado artículo), et non y ac
ferro ígnique para oponer esas dos causas distintas a una ter-
non en ejemplos como patior et non moleste fero, o cum ab hos-
cera: dice que los belicosos pueblos de Bretaña quedaron arra-
tibus constan ter ac non tímide pugnaretur, admitirían dos inter-
sados en buena parte por el igni atque ferro (= grupo de armas
pretaciones igualmente posibles, a saber:
distintas utilizadas contra ellos por los romanos); pero en igual
o mayor medida por el hambre, ya que esas naciones, en su ter- a) non puede determinar al adverbio siguiente y formar con
quedad, no se preocupaban de sembrar y esperaban sobrevivir él el sintagma adverbial negativo [non-moleste], /non-tirnide/;
:t -dice el historiador- apoderándose de los víveres de los ro- en cuyo caso seguiríamos -dice Coseriu- en la coordinación
manos. positiva, con la particularidad que el segundo término coordi-
En cuanto a Suetonio (ferro et igni), se está refiriendo a un nado sería negativo: A + (non-B);
terco pompeyano que no perdona ni a las personas (libertos y b) non puede disociarse del adverbio, en cuyo caso et non
"
esclavos) adictas a César ni a los animales que César había com- (ae non) constituiría una coordinación negativa como neque.
prado para un espectáculo; tal individuo se conforma, en cuanto Pues bien: para nosotros, solamente es admisible la primera
a los animales, con degollarlos en masa (contrucidauerat); con de las dos interpretaciones; la segunda queda excluida por las
t las personas se ensaña más cruelmente: no sólo las degüella: les normas del orden de palabras. Según dichas normas, non debe
'0
I prende, además, fuego: libertis seruisque eius ferro et igni cru- determinar al término que le sigue en la cadena hablada. Por
delem in modum eneetis. Hay, pues, en este ferro et igni no una lo demás, nuestro modo razonado de ver las cosas -está en línea
ejecución única (o bien por el hierro o bien por el fuego), sino con la fina intuición de los mejores latinistas, como se desprende
algo así como dos ejecuciones sucesivas. del comentario que leemos en Ernout (Synt. lat., § 426) y que
r,
(
(
380 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA COORDINACIÓN
381 (
éste, a su vez, recogió de la sintaxis más lejana del gran Riemann Si hoc profectio et non fuga est "Si esto es una salida y no
(§ 268): "non moleste forma una expresión equivalente a aequo una huida" (T. Liv., 2, 38, 5) (
animo" (el texto es de Cicerón, Verr., 1, 1). Poeta [acit fabulam et non agit, contra actor agít et non facít I
En consecuencia, creemos que la coordinación propiamente "El poeta compone la comedia y no la representa; el actor, al (
negativa, aun en el período clásico, se establece de una manera contrario, la representa y no la compone" (Varr., L. L., 6, 77)
uniforme con el antiguo neque. Y esta partícula, como tal forma (
CUT appellant ornnes aedem deum Consentium et non deorumi
coordinante negativa, carece prácticamente de limitaciones en su Consen~imn? "¿Por qué dice todo el mundo aedem deuni Con-
empleo. sentiura y no aedern deorum Consentium? (Van., L. L., 8, 71)
( i
Si algunas veces nos encontramos con et non y ac non, pensa- Quasí ego dicam eos miseros qui naii nOn sint et non eos mi- I
(
mos que siguen funcionando siempre como coordinación positiva, seros q-ui mm tui sunt "Como si yo hablara de los desgraciados
según el propio Coseriu reconoce para la primera de sus dos in- que no han nacido y no de los desgraciados que han muerto" (1
terpretaciones del tipo en cuestión. (Cic .,......_
7'usc ")'1 1'1)
v.
1
El recurso "estilístico" a las formas analíticas (et non) ac non)
(
tiene la ventaja precisamente de disociar la coordinación y la ne- I
gación para cargar el peso de esta última concretamente en un B) COORDINACIÓN DISYUNTIVA ( .
determinado término del enunciado, que por fuerza ha de ser el 1
!
primero que en la cadena hablada sea susceptible de negación. 1. En la coordinación disyuntiva latina observamos una or- (
La eventual sustitución de neque por et (ac) non es en todo ganización paralela a la coordinación copulativa. I,
paralela a la sustitución de nec quisquam) nec quidquam) neque También aquí dispone e11atín de tres formas: dos autónomas (
uUus, neque unquam, neque u'squam, respectivamente, por et y una enclítica: out, uel; -ue. I
i
nemo, et nihil, et nuUus) et numquam) et nusquam. Pueden definirse así: (
He aquí ejemplos muy similares unidos alternativamente por i
neque y et non. La forma analítica está usada para cargar el (wt = "alterñativa" (
acento sobre la negación y con ánimo de buscar la expresividad uel = "alternativa" + "elección" !
de la lítote: . -lle =-..= "alternativa" + "elección" + "equivalencia". \
Optimus uir nec tibi ignotus "persona excelente y que no te !
es desconocida" (Cic., Deiot.) 33) Aut es el término negativo frente al conjunto (uelj-ue).
Vir bonus et non illiteratus "hombre de bien y muy culto" Como ocurría con et, aut es también, en su serie, la conjun- I
(Cic., de oratore, 2, 25). ción más usual y la única que pasa al románico. Puede usarse
( .
. Hemos dicho que la conjunción negativa neque carece prác- siempre que se trate de expresar sencillamente la disyunción I
ticamente de limitaciones en su empleo. Citan, sin embargo, o alternativa entre dos términos, tanto si se trata de términos
nuestras sintaxis -y con razón- algunos casos en que se im- que se excluyen como de términos semánticamente unidos y hasta
pone el uso de et non. Creemos que ello ocurre sólo en el meta- equivalentes o indiferentes a la elección.
lenguaje, es decir, cuando se usa el lenguaje para analizarse a sí Con frecuencia consideran los autores (por ejemplo, Ernout,
mismo, delimitando el concepto de los términos utilizados. En- § 423) que aut es la conjunción disyuntiva que implica exclusión
tonces, como lo fundamental es oponer términos y marcar dife- en la alternativa; pero ello sólo ocurre en cierta medida, a saber:
rencias, no basta la conjunción negativa y resulta imprescindible en cuanto se opone a los términos que implican selección; pero
la negación clara del término excluido, como unidad negativa en su uso neutro es indiferente a la noción de exclusiónJno-
frente al primer término: exclusión.
t·
~I'
Jo'
Las formas uei y -ue expresan ambas una alternativa que pronuneiatum, quod esi uerum aut falsum "Un enunciado com-
"
¡"",'
,,! ,
1; deja al oyente la elección: -ue marca la alternativa entre térmi- porta el ser verdadero o falso" (Cic., Tusc., 1, 14).
nos equivalentes para el hablante; es, pues, la menos disyuntiva 2. Como ocurría en la coordinación copulativa, también pue-
de las conjunciones disyuntivas. VeZ separa dos términos dife- de el latín, gracias a su sistema conjuncional, agrupar disyuncio-
rentes (en cuanto se opone a -ue) o equivalentes (en cuanto, como nes múltiples sin caer en la ambigüedad: es decir, puede incluir,
término negativo, incluye a -ue). dentro de los términos de una disyunción, nuevas disyunciones.
¡'l",' Entonces, la disyunción de mayor amplitud se establece con la
U~.'; Ejemplos: conjunción disyuntiva más general [aui}, y las alternativas in-
! i a) Aut (simple alternativa): cluidas sucesivamente en cada miembro se introducen con uel
1'" ¡ Hic uincendun: aut moriendum est "Aquí hay que vencer y -ue:
o morir", o sea: "Estamos ante la alternativa de vencer o morir" Vbi po test illa aetas aut colescere uel apricatione melius uel
(T. Livio, 21, 43, 5). igni, aut uicissim umbris aquisue rejriqerari salubrius? "¿Dón-
b) VeZ (alternativa con elección): de mejor (que allí) pueden los ancianos disfrutar, ya sea ~el ca-
J, i A Naeuio uel sumpsisti multa, si fateris, uel, si negas, sur- lor del sol o del hogar, ya sea por el contrario del salúdable
ricpuisii "De Nevio has tomado muchos préstamos, o si no los fresco de la sombra o de las aguas?" (Cie., Cato M., 57).
reconoces, muchos plagios" (Cíc., Brui., 76).
: ~. !
Venit Epicurus, homo minime malus uel potius uir optimus Esquema:
i
"Llega Epicuro, un hombre sin pizca de malicia o, mejor dicho,
un hombre excelente" (Cic., Tusc., 2, 44). aut caJescere f ud
apricatione
1Le~
igni
t
e) -ue (alternativa con indiferencia en la elección) :
Duabu» triousue horis "Dos o tres horas", 0, sin dar impor-
tancia a la disyunción, "de dos a tres horas" (Cic., PhiL, 14, 16)
Videtin, uiginti mina e quid pollent quidue possunt? "¿ Veis
aut refrigerari
{ umbris
aquisue
qué valor o qué poder tienen veinte minas?" (Pl., Asin., 636) 3. La coordinación disyuntiva, como la copulativa, puede
Quod munus reipublicae afferre maius meliusue possumus? subrayarse mediante la figura del polisíndeton:
"¿ Qué servicio mayor o mejor podemos ofrecer al estado?" (Cic., Aut bibat aut abeat "Ql.1ebeba o que se vaya" (Cic., Tusc.,
Diuin.; 2, 4). 5, 118).
NOTA. - El compuesto siue (seu), como conjunción disyunti-
va, sigue expresando, al igual que el simple -ue, una alternativa C)
I COORDINACIÓN ADVERSATIVA
l· intrascendente: Eiecto siue emisso iam ex urbe Catilina "Cuan-
do se le expulsó o se le dejó salir de la ciudad, Catilina " (Cic., 1. El repertorio de conjunciones adversativas latinas es, al
t l' Sulla, 17). parecer, bastante extenso. La mayoría de nuestras sintaxis cuen-
Por otra parte, según dijimos antes, allt incluye al bloque tan hasta una docena larga: sed, uerum, at, ast, atqui, immo,
juel-uej y, en consecuencia, puede sustituir a ambos: Anieulae quin, uero, autem, nihilominus, tamen, certe, quidem.
1;. saepe inediam biduum aut triduum ferunt "Las viejecitas aguan-
"
tan frecuentemente dos o tres días sin tomar alimentos" (Cic., 2. De este repertorio hemos de destacar tres formas, a saber,
Tuse., 2, 40). Pero no a la inversa. Así, no se concibe la sustitu- sed, at y autem, como núcleo fundamental de la relación adver-
ción de aut por uel ni -ue en un texto como el siguiente: Id est sativa.
(
(
384 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA COORDINACIÓN 385
SED es la conjunción más frecuente y general. No hay Iimita- ./
4. Las restantes "conjunciones" adversativas son más bien
cienes a su uso en cualquier oposición adversativa, fuerte o débil: adverbios (acusativos o ablativos adverbiales) y, como ya obser-
Sed haee alía quaestio est; nos ad proposdurn reuertarnur "Pero vó el viejo Magvid (cf. Gramm. lat., trad. francesa, París, 1885\
ésta es ya otra cuestión; nosotros volvamos a nuestro propósito" p. 475), no constituyen propiamente un enlace gramatical. ASÍ,
(Cic., Tsisc., 3, 11). Más todavía: tras una oración negativa, es no hay enlace estricto en: Ad sepulturam corpus uitrici sui negat
normalmente la única conjunción adversativa utilizada para in- a me datum. Roe uero ne P. quidem Clodius dixit 1.tnquam "Dice
dicar que las cosas no son de cierta manera, sino de otra dis- que yo no he devuelto el cadáver de su suegro para enterrarlo.
tinta: Adest M. Luculiue, qui se non opinari, sed scire, nOn au- Esto, en verdad, ni el propio P. Clodio me lo echó en cara" ()
diuisse, sed uulisse, non interjuisse, sed egisse dicit "He aquí (Cie., Phil., 2, 17). Pero, evidentemente, nada se opone a una
a M. Luculo, que IlO hace conjeturas, sino que declara saber; que interpretación coordinativa-adversativa: "Pero esto ni el propio
no afirma que ha oído, sino que ha visto; no afirma que ha sido P. Clodio, etc.". '
espectador, sino actor" (Cic., ilrch., 8). De hecho, en latín, como es también usual en muchas de
AT, de uso más restringido, acentúa fuertemente la oposición nuestras lenguas actuales, ciertos adverbios se prestan a servir
adversativa, introduciendo algo nuevo y opuesto: Relicti« piLis de sucedáneos de las partículas adversativas. Frente a la pura.
comrnitnis gladiis pugnatum est; at Germani phalange jact·'].un- relación coordinativo-adversativa de sed, sus sucedáneos adver-"
pet';¡.')qiadiorum exceperurii "Dejando de lado sus picas, se en- biales añaden diversos matices semánticos: uerum, 1lero, certe,
tabló un cuerpo a cuerpo con las espadas; pero los Germanos,' immo, ceterum, etc., no pudieron gramaticalizarse hasta el punto '( )
formando falange, aguantaron la acometida de las espadas" (Cé- de vaciarse de su semántica adverbial, ya que al lado de su uso
sar, R. G.) 1, 52, 4). Vestram, uulices, aequitatem et manSL¡etu- como sustitutos de sed coexistió siempre, paralela y simultánea-
dinem una mater oppugnat . .A.t quae maier! "Para enfrentarse, mente, su utilización como puros adverbios o adjetivos.
jueces, a vuestra justicia y clemencia, tan sólo hay una madre. VERVM se asimiló a sed, incluso en su uso tras una negación;
¡Pero qué madre!" (Cic., Ctueni., 199). Obsérvese, por último, VERO se convirtió más bien en sinónimo dé autem' v ambos con
la viva réplica con at en el siguiente diálogo: Quid? Quid? el matiz de "veracidad" o "realidad" implicado en' su semántica. (;
Nescio. -llt ego scio "¿Qué? ¿Qué? No lo sé. -Pero yo, en TAMEN es una conjunción adversativa con claro matiz "con-
cambio, sí 10 sé" (Ter., Hec., 850). cesivo", como nuestro "no obstante" o "sin embargo".
AVTEM ("por otra parte"), marca una simple contraposición y y ya, por último, es cuestionable el situar entre las conjun-
es la menos adversativa de las tres conjunciones apuntadas: ciones a quin ("al contrario"), immo ("más bien", "antes bien"),
Gyges a ?tullo uidebatu», ipse autem omnia uulebtü "A Gyges nihilominus ("a pesar de todo"), certe ("ciertamente"), quideni
no 10 veía nadie; él, en cambio (= pero éL) 10 veía todo" (Cic., ("en verdad"), etc. ( ,
Off., 3, 38).
VI
LA "CONSECUTIO TEMPORUM",]
Imperfecto
Participio
3. Ejemplos
Perfecto }
imperfecto Pluscuamperfecto
futuro + esses
Pluscuamperfecto
1. Tipo "TOgO quid facias"
Quacro nmn tu senatui causam tuam perrnittas: "Te pregunto
si abandonas tu causa en manos del senado" (Cic., In Vat.). Nes-
Tal esquema abstracto puede concretarse o materializarse en este otro: cis quantas lLiTes uirtu» habeat: "No sabes qué arrestos tiene el
valor" (Cic. Parad,). Nemo ignorat qua hic splenilore sit: "Nadie
ignora en qué esplendorosa situación se halla este hombre" (Cíc.,
rogo - q1lid Verr. 2, 111).
}
"pregunto" jccrurus
quid feceris
quid faeias sis
"qué has ., 2. Tipo "rogo quid [eceris"
rogaba "qué haces" qué vas
hecho"
"preguntaré" a hacer" Non qua ero quis percusserit: "No pregunto quién dio el gol-
pe" (Cie., R. Am.). Vereor ne studia tribumorumi amiserimus:
"Me temo que hayamos perdido las simpatías de los tribunos"
rogaui
quid
(Cie., Att.). Quanta multitudo conuenerit uides: "Ya ves qué in-
"pregunté"
facturus mensa multitud ha acudido" (Cic., Planc.).
quid fecisses
rogabam quid [aceres esses
"qué habías
"preguntaba" "qué hacías" "qué ibas 3. Tipo "rogo quid jacturus sis"
hecho"
a hacer"
rogaueram Non quaero quid tu dicturus sis: "No averiguo lo que vas a
"había preguntado" decir" (Cic., in Caecil.). Incertum est quam longa cuiusque nos-
trum uita futura sit: "Se ignora qué duración va a tener la vida
de cada uno de nosotros" (Cic., Verr). Cum quaerimus quid fac-
390 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA "CONSECUTIO TEMPORUM" 391
Licia con las naves que habíamos tenido a nuestra disposición" sente "atemporal", válido para el presente, el pasado y hasta
(Cic., Fam.). Y pueden, finalmente, hallarse vinculados por la i para el futuro (praesens pro futuro); abunda el presente "his-
concordancia temporal dos tiempos del mismo modo: el subjun- I tórico" {referido al pasado). En cuanto al perfecto, se reconoce
tivo (ya hemos comentado antes el ejemplo Quid agas, ubi fu-
turus sis, quales res nostras reliqueris, cura ut sciamus) o el
indicativo. Veamos unas muestras de esta última alternativa
I universalmente un "perfecto-presente", o "presente lógico".
Ello contribuye a enredar el juego de los tiempos. Son for-
(
mas claras por el lado del significante, pero no tan unívocas,
(¡con exacto paralelismo castellano!): Eorum uerborum quorum y hasta proteicas, por la cara del significado. No es de extrañar ( -,
eaedem erant postremae tluae litterae quae sunt in "optimus" entonces que la consecuiio temporum, si ha de tener lugar, se
postremam litteram detrahebant: "En las palabras cuyas dos úl- regule atendiendo a una u otra faceta de esos tiempos regentes (
timas letras eran las mismas que hay en "optimus", suprimían tan complejos.
la última letra" (Cic., Or.); quorun erant = quorun sunt. y las predicaciones nominales (como el infinitiv~·"de narra-
Antiquitas meiius ea fortasse quae erant uera cernebat: "La ción" o el "exclamativo"), ¿en qué sentido han de influir sobre
antigüedad discernía tal vez mejor (que nosotros) lo que era los verbos que de ellas dependan?
la verdad" (Cic., Tusc.); quae erant = quae sunt. Existen todavía las oraciones dependientes de un participio,
Ad eum locum, qui appellabatur Palaeste, milites exposuit: o de un infinitivo, o de un supino, o de un gerundio. ¿Cómo~se
"Desembarcó sus tropas en un lugar que se llamaba Palaeste" efectuará entonces la concordancia? La mayoría de las veces se
.' L...
(César, B. C.); qui apellabatur = qui appellatur. atiende al uerbum finitum de la oración principal. I .
A todos estos interrogantes tratan de responder -y respon-
den prolijamente- nuestras sintaxis. Pero es evidente que sé
5. Alcance de la regla de la concordancia temporal va así complicando la sencilla regla de la consecutio previamente
formulada.
La regla de la consecutio temporum, tal como se ha formu- b) Se aclaran bastante las cosas distinguiendo --como ya
lado y ejemplificado, parece efectivamente una regla que se cum- suele hacerse- ciertos grupos de subordinadas. Hay un grupo
ple por igual, con bastante paralelismo, en latín y en castellano. de subordinadas que se adaptan generalmente a la regla de la
Pero él capítulo de la conse-cutio temporum se complica enorme- consecuiio temporum: son las interrotigavas subordinadas ("in-
mente a partir de aquí: las sintaxis latinas citan excepciones a directas" en la: nomenclatura habitual), las completivas con ( .
I
la regla en número ilimitado, como se podrían seguir citando ut/ne y las finales (incluidas las relativas "finales"). La totali-
ejemplos conformes a la regla, en número igualmente ilimitado. dad de IQSejemplos de la consecutio temporum en las sintaxis I
¿Qué pasa entonces? ¿Vale o no vale la regla? latinas (y también en nuestra propia serie de ejemplos) entran
No entraremos en la enrevesada y voluminosa casuística que en este primer grupo de subordinadas, sobre todo en la clase
suele figurar en los tratados habituales. Nos limitaremos a algu- de las interrogaciones subordinadas. Mantienen, en cambio, su I
""'l'~
LA ATRACCIÓN MODAL 397
,
J Con esas muestras a la vista podemos ya definir el fenómeno
1
de la atracción modal: por atracción modal pasa al subjuntivo
I
~
el verbo de cualquier oración subordinada (la del tercer nivel)
en dependencia de otra oración con subjuntivo (ne ferrent), o in-
i
j, finitivo (hunc esse exercitum).
~ La inmensa mayoría de los casos de atracción modal tienen
1 lugar -según reconocen todos los tratadistas- en oraciones de
tercer nivel, como la que tenemos a la vista. Incluso, según la
VIi opinión más común, sólo entonces podría haber atracción. Sin
embargo, hay quienes admiten que la atracción modal, puede
LA ATRACCIÓN MODAL darse también con sólo dos niveles: Quod tibi suadeam, suadeam
patri meo: "Lo que te aconsejo, se lo aconsejaría a mi propio
padre" (PI. Capto 237). Por tanto, habría posible atracción tanto
1. En qué consiste la atracción modal en segundo como en tercer nivel: para que un presunto indica- ....
tivo pase a subjuntivo, basta que figure en una oración subor-
El fenómeno, de la a~racción modal sólo puede producirse dinada en dependencia de otra oración subjuntiva, tanto si ésta
a~te un ,co~p~eJo de vanas oraciones estructuradas a distintos es principal, absolutamente hablando, como si también ella es
lllve,les smtactrcos dentro de la misma frase, como ocurre en los subordinada con relación a un tercer término.
s.guientcs textos de César: Hortatu« est ne grauiter [erre t Hubo una época, ya lejana, en la que se explicaban mil usos
"d' ", • n ea del subjuntivo por influjo de la atracción modal: una edad de
quae ace.l lssent: Invitó él que no aguantaran con malhumor lo
que habla
,
ocurrido" (B ' e" 3, 7')V,"3) N o li~ existuruire
" h.uru; esse
oro para la doctrina en cuestión.
e~~er~ltum qui Galliam deuicera: "No te imagines que ése es el Entonces fue F. Antoine (en un artículo publicado en 1903)
ejercito que derrotó a la Galia" (B, e, 3,87,1), quien descubrió la posible atracción modal en oraciones de se-
gundo nivel. Resumimos sus palabras: hay atracción o, mejor
todavía, asimilación modal, cuando una oración subjuntiva (ya
1." nivel: Hortatiie est se trate de un subjuntivo dependiente, como suele" ocurrir las
Noli existimare
más de las veces, ya independiente -las gramáticas sólo exami-
I I nan el Caso de subjuntivo dependiente y todos sus ejemplos de
I I atracción modal presentan el subjuntivo dependiente como in-
2," nivel: nc [errent h.uru:esse exercitum
ductor) arrastra tras de sí un subjuntivo en la oración secunda-
/\
qrauiier ea
ria que la determina y completa. Los dos modos son asimilados
en la frase, como dos consonantes próximas en una palabra.
Como adjero, adcurro pasan a affero, accurro, así también ut
f
quae secum commentatus erat ea sine scripto redderet pasa a
3," nivel:
I ut quae ... esset ea ... redderet.
quae accidissent qui deuicerit Este ejemplo es de Cic., Brut.: Memoria erat tanta ut quae
I
Gallirtm
secum commentatus esset, ea sine scripto uerbis eisdem redderet
quibus cogitauisset: "Su memoria era tal que lo que él mental-
mente había preparado (= quae commentatus erat) lo expresa-
398 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
LA ATRACCIÓN MODAL 399
ba, sin llevarlo escrito, en los mismos términos en que lo había atracción modal) de las funciones del subjuntivo latino permiten
pensado (= quibus cogitauerat)". sustraerle a la atracción modal un alto número de ejemplos que
F. Antoine y, entre otros, el gran Lofstedt, prefieren el tér- antes se le habían concedido... "
mino de asimilación al de atracción modal, porque, en esta cons- Con mayor frecuencia, en el uso de un subjuntivo, lo que se
trucción, el subjuntivo de la oración secundaria es de la misma deja traslucir es una noción de eventualidad o de indetermina-
naturaleza que el de la oración inductora. .?
c.óri: Pl., Mil. 426; Quin ego hoc rogem qu od nesciamr: "¿ Por que,
Se ha hecho notar igualmente que en esta asimilación de mo- no preguntaría yo lo que ignoro (es decir, lo que yo puedo igno-
dos no se trata de una asimilación puramente formal y externa, rar)?" Este subjuntivo, nesciam, es el mismo que hay en Plauto,
sino también de una asimilación lógica: así, una oración subor- As. 29: dic, obsecro hercle, serio quod te rogem: "contesta en
dinada a otra subordinada final sería -dicen los autores- una serio, por Hércules, a mis preguntas (es decir, a lo que yo puedo
parte del fin propuesto, de la intención: Imperat, dum res adiudi- eventualmente preguntarte)"; y aquí el contexto r{o invita a la
cetur, hominem ut adseruent: "Manda que, mientras no se deci- atracción.
diera judicialmente el asunto, tuvieran al hombre bajo vigilan- Se interpretará igualmente a Plauto, As. 44: Di tibi dent quae-
cia" (Cic., Verr.); dum res adiudicetur forma parte de la orden cmnque optes: "Concédante los dioses todo cuanto puedas anhe-
que debe ser ejecutada; no se manda sólo que adseruent, sino que lar"; Am. 961: Tristis seruus sit, si eri sint tristis!: ¡Que esté
adserueiit dum res adiudicetur. triste el esclavo si los amos están (si llegan a estar) tristes!"
Para justificar un subjuntivo sin tener que recurrir a la atrae-
cón, bastará alegar con frecuencia una relación latente de causa,
2. Alcance de la regla de la atracción modal oposición, etc., o el simple deseo de subrayar una circunstancia
característica: César, B. G. 5, 39,2; Accidit ut nonnulli milites
1. El período triunfante de la asimilación modal como doc- qui lignationis causa in siluas discessissent, repentino equitum
trina fecunda abarca el último cuarto del siglo pasado y el pri- adueniu. interciperentur: "Ocurrió que algunos soldados que se
mero del actual. Brillan entonces como estrellas de primera mag- habían alejado para hacer leña, se vieron copados por la brusca
nitud en la materia Riemann (el autor de la sintaxis latina más intervención de los jinetes"; la relativa qui discessissent indica
estudiada durante muchas generaciones), Lofstedt.> Hofmann, la circunstancia que ha permitido (y disculpado) este contra-
Kroll, etc. tiempo...
En los últimos cincuenta años se ha ido restringiendo el al- Podríamos seguir con Ernout-Thomas y otros autores expli-
cance de la atracción modal, y hasta podemos citar una sintaxis cando usos del subjuntivo sin tener que acudir a la cómoda y fá-
latina de merecido prestigio (la de Blatt, 1." edición en 1952) cil muletilla de la atracción modal.
que, para mencionar la atracción modal, sólo dedica cuatro o 2.1. Hay todavía otros datos que es preciso tener en cuenta.
cinco líneas: líneas, por añadidura, netamente escépticas y per- Como en el tema de la consecutio temporum, según dijimos, ca-
didas en medio de una página dedicada a explicar el uso de los bría alargarse indefinidamente citando ejemplos con consec«tio
modos en la oración relativa. y ejemplos sin consecutio, también ahora sería posible acumular
Otra sintaxis muy clásica todavía en nuestros días (la de muestras con atracción y sin atracción modal. No vamos a alar-
Ernout-Thomas), sin llegar al extremo de ignorar la atracción gar esta exposición del tema prodigando inútilmente muestras
modal, pone juiciosamente las cosas en su justo medio. Entresa- en favor .y en contra. Para nuestro ulterior objetivo, daremos
camos y traducimos algunos de sus párrafos (págs. 403- 404) : una sola, pero que nos parece presentar especial interés por darse
"Un análisis más riguroso y un concepto más amplio (que el de y dejar de darse la atracción en circunstancias, al parecer, idén-
quienes acuden con demasiada facilidad a la explicación por ticas.
(,
(l.
400 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN LA ATRACCIÓN MODAL 401 I
Plauto, Mil. 370: Numquam hercle deterrebor quin uiderim sinónimos ciertamente, son intercambiables prácticamente como
(
I,
id quod uiderim: "Jamás el temor me hará decir que no he visto si lo fueran. Es lo que ocurre en oraciones subordinadas de con-
lo que he visto"; en cambio, en el verso 345 de la misma come- tenido indefinido y general, es decir, cuando no se trata de per- I
dia leemos: Volo scire utrum ego id quod uidi uiderim: "Quiero sonas o cosas precisas, ni de hechos particulares y bien determi-
saber si yo he visto lo que he visto". nados. Entonces no hay inconveniente en usar el subjuntivo en I
2.2. Recoráem~ ahora algunas observaciones empíricas y lugar del indicativo, pues el subjuntivo, como modo de lo virtual
objetivas de los que con mayor afán estudiaron el fenómeno de y no-actualizado, de lo simplemente posible, sea o no sea real, se I
la atracción modal. Son observaciones sobre la posición de la prestaba a la sustitución.
oración secundaria susceptible de sufrir el posible influjo de un En casos así no hay inconveniente en elegir entre el indicativo
subjuntivo regente. El primero que llamó la atención sobre este y el subjuntivo; ocurre exactamente lo mismo en castellano. He
punto, fue Thulin en un estudio sobre la lengua de Plauto (De aquí dos muestras que tomamos de los ejemplos citados en las
( I
coniunctiuo Plautino, 1899). Su teoría fue posteriormente apli- gramáticas, el primero como "prueba" de atracción modal y el
cada a Cicerón por F. Antaine. Ambos llegaron a las mismas segundo como "excepción".
conclusiones, a saber: Cic., De orct, 1, 8,30: Neque uero mihi quicquam praestabi-
lius uidetur quam posse dicendo uoluntates impellere qua uelit
a) La oración secundaria intercalada en la oración subjun- (quo uult): "Nada es en mi opinión más honroso que poder, me-
tiva regente presenta máximas probabilidades para que la asimi- diante la palabra, arrastrar voluntades a donde uno quiera (a
lación triunfe: Volo ut quae fecerim scias. donde uno quiere)". ¿Con atracción?
b) La oración secundaria colocada tras la oración subjun- Cic., Fam. 2, 4,1: Haec mea causa est ut neque ea quae sentio
tiva regente también suele sufrir la atracción: Volo ut scias quae (sentiam) audeam, neque ea quae non sentio (sentiam) uelim scri-
fecerim. bere: "Mi causa es tal que ni me atrevería a escribirte lo que
c) Si la oración secundaria va entre la oración principal pienso (piense) ni quisiera escribirte lo' que no pienso (piense)".
y la subjuntiva regente, hay un 50% de probabilidades de atrac- (Sin atracción.)
ción: Nosotros creemos que, en casos como ésos, el autor elegirá el
indicativo si le interesa subrayar positivamente la realidad del
feci hecho expresado; pero si no tiene especial interés en insistir so-
Volo qua e { fecerim ut: scias. bre tal realidad, y, si, por otra parte, coadyuvan las circunstan-
cias mencionadas en los apartados precedentes, tendrá éxito el
influjo del verbo inductor y se producirá la atracción modal;
y máxime si a todo ello se añaden eventualmente asonancias ex-
d) Y, por último, si la oración secundaria encabeza la frase presivas que no podían ser indiferentes a un oído latino: Num-
entera, es muy rara la atracción: Quae fecí, uolo ut scias. quam deterrebor quin uiderim id quod uiderim (uidi); Quod
suadeam (suadeo) suadeam patri meo; etcétera.
(
En suma: se ve que la esfera de atracción del subjuntivo re- (
gente, como un campo magnético, contiene un sector irresistible
en cierto modo hacia el centro y cuyo radio de acción va perdien-
do intensidad hasta un límite nulo.
2.3. Último dato que hay que tener en cuenta: en no pocas ()
oraciones subordinadas¡ un indicativo y un subjuntivo, sin ser
(
1
402 INTRODUCCIÓN A LA SINTAXIS ESTRUCTURAL DEL LATÍN
1.
r 3. Conclusión
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