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Universidad Nacional de Colombia

Sede Bogotá

Departamento de Historia
Facultad de Ciencias Humanas

Título:
Los Ticunas del Amazonas: estrategias de adaptación
sociocultural en el tiempo

Por: Willian Silva Yaicate

Presentado a:
Pablo Emilio Rodríguez

Bogotá, 24 de febrero de 2017.

1
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN _______________________________________________________ 6
JUSTIFICACIÓN_______________________________________________________ 10
CAPÍTULO I __________________________________________________________ 12
MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO _________________________________ 12
1.1 Balance historiográfico _____________________________________________________ 12
1.2 Marco teórico _____________________________________________________________ 17
1.3 Hipótesis_________________________________________________________________ 23
1.4 Objetivo general ___________________________________________________________ 24
1.5 Objetivos específicos _______________________________________________________ 24
1.6 Metodología ______________________________________________________________ 24
CAPÍTULO II __________________________________________________________ 25
CONTEXTO SOCIO-HISTÓRICO DE LOS INDÍGENAS TICUNA ____________ 25
2.1 Caracterización geográfica y demográfica _______________________________________ 25
2.2 Primeros contactos documentados _____________________________________________ 29
2.3 Las bonanzas en el Amazonas ________________________________________________ 40
2.4 Impactos de las bonanzas en la población indígena y la región Amazónica _____________ 47
CAPÍTULO III _________________________________________________________ 51
LA HISTORIA DE JUAN SILVA CAHUACHE _____________________________ 51
3.1 ¿Quién es Juan Silva Cahuache? ______________________________________________ 51
3.2 La llegada al Amazonas Colombiano___________________________________________ 52
3.3 La conformación de su familia ________________________________________________ 54
3.4 Su participación dentro de la historia de Puerto Nariño _____________________________ 57
CAPÍTULO IV _________________________________________________________ 60
ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN DE LOS TICUNA _______________________ 60
4.1 Cultural y Religiosa ________________________________________________________ 63
4. 2 Económica _______________________________________________________________ 67
4.3 Política y Social ___________________________________________________________ 70
CONCLUSIONES ______________________________________________________ 72
BIBLIOGRAFÍA _______________________________________________________ 75

2
DEDICATORIA.

Nada logrado en esta tesis hubiese sido posible sin el amor y el acompañamiento noble y
desinteresado en este largo camino de mi esposa Carito. A ella debo este título. ¡Con todo
el amor del mundo!

A mis padres por darme la vida y el apoyo necesario. A mi abuelo, quien es el protagonista
de esta tesis.

A la memoria de mis cuatro hermanos; Sergio Luis (Q.E.P.D), Mayra Alejandra (Q.E.P.D),
Arturo Silva (Q.E.P.D) y Diogo Riquelme (Q.E.P.D). Mi hermano Luis, quien entendió que
la situación económica no permitía que estudiáramos los dos. Fue él quien me brinda la
oportunidad de seguir estudiando. A él le debo mi vida académica y las enseñanzas de la
vida. A mi única hermana Mayra, quién siempre creyó en mí.

A mi hermano Juan Gabriel quién siempre entendió mi silencio y mis angustias y estaba
allí, al otro lado del teléfono, para llenarme de ánimos.

A los que no he mencionado, pero que los guardo un profundo aprecio y cariño, muchas
gracias por hacer parte de mi vida. De alguna manera han influenciado de manera positiva
en mi formación social y profesional. A ti querida tía Clara Inés Silva, por ser como mi
segunda madre.

¡A todos muchas gracias!

3
RESUMEN (Abstrac).

El territorio amazónico fue el espacio propicio que, debido a la abundancia de riqueza


natural, llamó la atención de exploradores y saqueadores de recursos, sumado al extenso
sistema de explotación y exterminio de la población indígena, que no sólo consistió en la
eliminación de los nativos de su territorio ancestral, sino que también abrió el camino a la
invisibilización, la prohibición y deslegitimación por parte de los misioneros católicos y
jesuitas hacia los indígenas privándolos de sus prácticas culturales. La investigación se
enmarca dentro del papel que jugó la iglesia católica, su papel evangelizador y educador en
contra vía de los principios culturales dejando como resultado un desbalance cultural. Sin
embargo, el esfuerzo incesante por la recuperación de narraciones, leyendas, de la cultura y
la identidad es evidente.

Juan Silva es el protagonista de esta investigación porque a través de su experiencia


personal logramos recuperar una extensa particularidad de narraciones históricas,
coyunturas económicas, bonanzas, anécdotas y su configuración familiar. Un hombre que,
se casó con una mujer indígena, es padre, abuelo y bisabuelo de una generación de
indígenas Ticunas. Él nos transporta por el sendero de la vida del indígena como un
protagonista, como un actor, como el responsable de la trasmisión de conocimientos a sus
descendientes, nos muestra cuáles han sido las estrategias que han utilizado los indígenas
Ticunas para adaptarse en el tiempo y lograr sobrevivir durante el avance descontrolado de
las diferentes bonanzas, la modernización y la globalización en el Amazonas.

Aunque son pocas las tradiciones culturales que se conservan sobre la cultura ticuna, estos
trabajos despiertan serias intenciones de reinventar la historia Ticuna, y como no hacerlo a
partir de un hombre como Juan Silva, cuyo propósito es engrosar la historiografía sobre los
Ticuna del Amazonas.

Palabras claves: Bonanzas, estrategias de adaptación, Ticunas, Amazonía, fronteras,


cultura, familia, acumulación, explotación, indígenas.

4
“Hasta ahora la educación promovida desde el Estado nos ha enseñado una historia ajena,
en la que los indígenas no somos protagonistas de nada, en la que nos han creado
incluso una imagen negativa. Cuando no aparecemos como paisaje turístico,
aparecemos entonces representando el atraso y valores decadentes de
viejas civilizaciones. Nos han ubicado en un pasado remoto y lejano,
como si nuestros mundos hubieran desaparecido o estuviesen
ya “superados” por lo moderno y occidental”
Mirna Cunningham

Fotografía: María Carolina Martínez Rodríguez.

Preguntas de investigación.
 ¿Qué estrategias sociales y culturales han permitido a los indígenas Ticuna mantenerse
como pueblos autónomos hasta la actualidad?
 ¿Cuáles son las visiones, posturas, percepciones, interpretaciones que tienen los
indígenas sobre las distintas bonanzas en la región amazónica?
 ¿Cuáles son los retos al que se enfrentan los indígenas Ticuna en el Amazonas
Colombiano respecto a la modernización?

1Fotografía tomada a Willian Silva Yaicate y a su abuelo; el personaje central de la investigación. Navegando el Rio
Loretoyacú.

5
INTRODUCCIÓN

Si mi abuelo Juan Silva Cahuache no hubiera decidido dejar su pueblo en el Brasil para
luego aventurarse en tierras inexploradas y desconocidas del sur de la Amazonía
colombiana, y hacer familia con una mujer indígena Ticuna, y si mi mamá; Norma Yaicate,
no hubiera decidido dejar su pueblo en el Perú para formar un hogar con mi papá, Sergio
Silva, en San Francisco de Loretoyacú en Colombia, yo no escribiría nunca ésta
investigación.
Es por la memoria de ellos que puedo reconstruir ahora esta historia de sus vidas, de sus
decisiones y acciones, que abarcan una memoria colectiva familiar, que integra e involucra
fenómenos históricos del Amazonas como lo son las diferentes bonanzas, los
entrelazamientos culturales, la historia de la inexistencia de una frontera para los indígenas,
donde se puede y se circula libre y abiertamente, donde se confabulan cientos de historias y
tradiciones, una cultura, y unos relatos mito- históricos.
Una historia escrita desde y con los sentidos del indígena, su forma de pensar, de calcular,
de concebir las cosas de su entorno, una historia que intenta desligarse de la historiografía
institucional colombiana acerca de los indígenas, donde se proponen tesis que ellos
desconocen, que nos les llega a su realidad, y cuyos textos sólo reposan en las grandes
bibliotecas, alejados de su lugar de origen. Es decir, textos que fueron escritos sobre los
indígenas, pero que ellos (los indígenas) desconocen su existencia, son ajenos a su alcance.
En razón a lo anterior, esta investigación intenta entrelazar, recrear, reconstruir la vida de
Juan Silva Cahuache, un hombre que no escatimó en temores y se aventuró por el
Amazonas colombiano junto a su familia tras las huellas de la bonanza del caucho, las
pieles, los peces ornamentales, el aserrío a pulso, después de eso, lo que la suerte decidiera.

Con la memoria familiar se pretende rescatar la historia de los Ticuna e indagar por sus
estrategias de adaptación. Juan Silva vive actualmente en la comunidad de San Francisco de
Loretoyacú, se trabajarán con investigaciones y fuentes escritas que den cuenta de los
estudios y la historia de los Ticuna, de las diferentes bonanzas vividas en el territorio, la
expansión demográfica en la zona, la inserción de la modernidad en sus territorios y las
estrategias que han empleado para permanecer como cultura vigente en el tiempo.

6
En San Francisco, se establecerá un contacto directo con Juan Silva Cahuache y su familia
con el firme propósito de recoger las historias, relatos, datos, anécdotas, y complementarlos
con una revisión bibliográfica sobre los Ticuna, cuyo resultado investigativo será un aporte
a la historiografía sobre los indígenas Ticunas y entrarán a engrosar los pocos libros que
reposan en las bibliotecas. El objeto central de la investigación es conocer las estrategias
que han empleado los indígenas Ticuna para mantenerse como pueblos, en un territorio
donde se configuran unas tradiciones mito-históricas que a pesar del avance descontrolado
de la globalización y los desafíos de la modernidad aún se mantienen vigentes.

La investigación se ubica en el municipio de Puerto Nariño en la Amazonía colombiana,


cuya extensión corresponde al 35% de la superficie total del país, aproximadamente
477.274 Kilómetros cuadrados.2 Lo anterior es una cifra propuesta por el Ministerio de
Cultura del gobierno nacional. El municipio de Puerto Nariño es el segundo municipio de
importancia en el departamento después de Leticia.

Puerto Nariño fue fundado como corregimiento el 18 de agosto de 1961. “Teniendo en


cuenta su ubicación geográfica en zona fronteriza y su crecimiento tanto demográfico
como económico, el consejo comisarial del Amazonas solicitó a la nación la creación del
Municipio ante lo cual se expidió el decreto 106 de enero 18 de 1984 que erigió el
Municipio, el corregimiento comisarial de Puerto Nariño.”3
Según las fuentes de la alcaldía municipal, Puerto Nariño se encuentra localizado en el
extremo suroriental de Colombia en el Departamento del Amazonas, tiene una extensión de
1.704 kilómetros cuadrados, se encuentra situada a 87 kilómetros del municipio de Leticia,
y a 200 metros de la desembocadura del río Loretoyacú. Puerto Nariño es el segundo
municipio del Departamento del Amazonas, su importancia parte desde la construcción del
primer internado en Puerto Nariño en el año de 1957. En el año de 1940, el señor Luis
Francisco Vargas perteneciente a la etnia Huitoto, casado con una mujer indígena Ticuna,
llegaron a ese bello lugar, durante casi al mismo tiempo en que llegan a éste lugar, llega

2Puede consultarse en: http://prensarural.org/spip/spip.php?article3426 consultado el 26/08/2015


3 Véase en la página de la Alcaldía del Municipio de Puerto Nariño: http://www.puertonarino-
amazonas.gov.co/informacion_general.shtml

7
Alcibíades Coello con su esposa, ambos indígenas Ticuna; don Alvino Coello y su esposa.4
Es importante presentar aquí una radiografía de la historia de Puerto Nariño desde su
fundación, para ello, acudimos a las fuentes escritas que posee la Alcaldía, allí plantean que
para el año de “1944 llegaron dos colonos promovidos por los movimientos políticos como
no les fue fácil desempeñar sus trabajos, se dedicaron a explotar madera, pieles y peces
ornamentales.
El señor Francisco Coello es el primer habitante del casco urbano, en ese tiempo ese lugar
se llamaba Atacuari. El día 2 de agosto de 1961 se reunieron en la casa del señor Do Santos
los señores: Teniente, coronel, Mario Mejía, comisario especial, doctores Marco Tulio Pino
y Gabriel Londoño e ingenieros; con el fin de llevar a cabo la urbanización del lugar
destinado y que más tarde llevaría el nombre de capital del corregimiento de Atacuari.
Cuando se organizó el caserío se llamó Puerto Espejo; nombre dado en honor del primer
corregidor José Humberto Espejo, pero por razones internas y políticas le cambiaron el
nombre y paso a llamarse Puerto Nariño, nombre dado en honor a un buque militar
colombiano que traía los víveres e iba hasta Atacuari. La fundación como Municipio fue en
enero de 1984 bajo el decreto 106.”5

El municipio de Puerto Nariño alberga en la actualidad tres culturas, que son los Ticunas,
los Cocamas y los Yaguas, las cuales son las más predominantes y cuentan con una mayor
densidad poblacional en el territorio. Dentro de la organización política local de los Ticuna
la máxima autoridad tradicional de una comunidad es el curaca, jefe máximo y
representante de la comunidad, elegido mediante votación democrática. No obstante, el
asunto de la elección del curaca de forma democrática es muy reciente y no responde a unas
concepciones culturales propias de los Ticunas sino más bien a una imposición, tal como lo
plantea Claudia Leonor López Garcés cuando formula que “los procesos históricos vividos
por los Ticuna en los diferentes contextos nacionales provocaron el surgimiento de formas
de organización política diferenciadas, que si bien son el resultado de la influencia por parte
de sectores religiosos y políticos externos al grupo, no obstante, han sido reapropiados y
resignificados y hoy en día constituyen espacios políticos desde los cuales se gestionan
4 Puede consultarse en la página del municipio: http://www.puertonarino-amazonas.gov.co/informacion_general.shtml
Consultado el 10/09/15
5 Disponible para consulta en la página de la Alcaldía municipal: http://www.puertonarino-
amazonas.gov.co/informacion_general.shtml#historia consultado el 22/03/2017.

8
procesos de afirmación de las autoridades indígenas y de consolidación de la identidad
étnica.” Por otra parte, Oliveira Filho “plantea que no existían formas de poder
centralizado a nivel de todo el grupo y, por ende, no existía un papel específicamente
político”6
Nimuendajú plantea que "los Ticuna nunca tuvieron un jefe supremo ni un gobierno
clánico debido a que los clanes no eran organizaciones localizadas" (1952: 64), sumadas a
los postulados de Jõao Pacheco de Oliveira (1988: 119), que argumenta la existencia de dos
papeles especializados; el de "nação": el to'ü o "jefe para la guerra" y el yuücü o shamán
que tenían unas funciones especiales dentro del pueblo, el primero era entrenado para la
guerra, con unas dietas especiales, el aprendizaje del arte de la guerra y el entrenamiento
físico. El segundo, Oliveira Filho los describe como el responsable de las actividades
cotidianas como el de trabajar en la "roça" y que cada clan tenía un “jefe para la guerra” Lo
anterior, desbarata el planteamiento de Nimuendajú que para el caso de los indígenas
Ticuna formula que los “Ticunas no son guerreros” y concluye Oliveira Filho que el papel
del to'ü “jugaba un papel importante en la defensa y protección de cada clan,
constituyéndose en un símbolo importante para cada uno de estos grupos.”7
Fortes y Evans-Pritchard (1985) infieren que la sociedad Ticuna es "de tipo segmentar o
acéfala en donde los grupos de descendencia unilineares serían unidades autónomas en
términos políticos y económicos"8 sumado a la conclusión de López Garcés la “existencia
de la unidad social se daba en términos de los clanes, pero por fuera de este contexto no
existían formas institucionalizadas que mediaran las relaciones entre los miembros del
grupo, manteniéndose en un estado de aislamiento y hostilidad latente que muchas veces
desembocaba en enfrentamientos armados entre clanes diferentes.”
Por último, sobre la figura del curaca podemos afirmar que es “La figura del Curaca, desde
siglos atrás, ha estado asociada al papel de "intermediario" entre las sociedades indígenas y
el orden establecido por las sociedades dominantes, ya sea por los misioneros, los
empresarios caucheros y posteriormente por las instituciones del Estado. Esto contribuye a
colocar en tela de juicio la legitimidad del curaca como autoridad tradicional en el contexto

6 Garcés, C. L. (2000). Ticunas brasileros, colombianos y peruanos: Etinicidad y nacionalidad en la región de fronteras
del alto Amazonas/Solimões. Centro de Pesquisa e Pós-graduação sobre América Latina e Caribe -CEPPAC de la
Universidad de Brasília - UnB.
7 Ibíd. Pp. 138.
8 Oliveira Filho. Pp. 116.

9
de las sociedades indígenas. El Curaca es más bien una figura política creada por los
blancos para establecer vínculos con los indígenas, de tal manera que facilitara el ejercicio
de actividades a su favor.”9 Una de las funciones que ejercen los curacas como autoridad
dentro de la comunidad están las de llevar a cabo trabajos colectivos en beneficio de la
comunidad, son responsables de la administración de los recursos económicos y poseen,
según Leonor López Garcés, un papel con un mayor grado de autoridad y de autonomía
para decidir sobre los destinos de las comunidades.

JUSTIFICACIÓN

La razón de ser de esta investigación se debe en gran parte a que de manera generalizada en
las investigaciones se enuncia a los indígenas en el lugar pasivo de la acción y de la historia
nacional; los indígenas fueron colonizados, fueron evangelizados, fueron torturados,
violentados, fueron educados por un modelo ajeno a sus usos y costumbres, los indígenas
fueron nacionalizados sin discutir ni preguntarles si querían pertenecer a éste o aquel país,
etc. Así pues, la historiografía sobre los Ticuna, carece de una visión que hable de ellos en
primera persona, donde se explique desde el lugar de ellos, qué decisiones, qué acciones,
qué estrategias, qué mecanismos, les ha permitido permanecer en el tiempo y constituirse
hoy como un pueblo vigente en el Amazonas a pesar de todos esos atropellos mencionados
anteriormente.
No es suficiente una revisión bibliográfica donde se reseña la vida de los indígenas Ticuna
y sus costumbres, es también necesaria e importante entablar un diálogo con ellos,
apersonarse de la realidad indígena e intentar que ellos nos cuenten sus historias, que a
pesar de que ya no se conservan vivas muchas de sus tradiciones originales, los relatos
mito-históricos y lo que pervive de la cultura hace que se fortalezcan los lazos fraternales
de convivencia y los lazos culturales.

9 Garcés, C. L. (2000). Ticunas brasileros, colombianos y peruanos: Etnicidad y nacionalidad en la región de fronteras del
alto Amazonas/Solimões. Centro de Pesquisa e Pós-graduação sobre América Latina e Caribe -CEPPAC de la
Universidad de Brasília – UnB. Disponible en: http://tesis.bioetica.org/tic4.htm

10
Su cultura y la adaptación a los diferentes cambios han sido herramientas que les han
permitido sobrevivir en el tiempo a pesar de las arremetidas tecnológicas, la globalización,
y todo lo que conlleva el desarrollo. La institución desde los indígenas han ejercido un
control político de sus territorios es el Resguardo TICOYA (Ticuna, Cocama y Yagua)
donde están vinculadas las 21 comunidades que integran el resguardo indígena.
Es importante hoy en día conocer la historia de los Ticuna porque es un pueblo que se niega
a desaparecer, a pesar de estar inmerso en un territorio turístico, con una diversidad de
riqueza material, ambiental y cultural.
Sobre los Ticunas hay una escasa historiografía y son importantes en la medida en que van
a ser ellos los protagonistas de su propia historia, pues las investigaciones que se han
adelantado sobre esta cultura se basan en estudios que privilegian acciones exógenas: como
la del Estado, la del mercado, la de la guerra, los conflictos, las bonanzas, etc., y su papel
que ejercen dentro del territorio municipal y departamental es invisibilidado, tanto en lo
local como en lo nacional. La interpretación histórica y la fuente oral serán claves

Diversas investigaciones y estudios acerca de los Ticuna, las que reposan en las bibliotecas,
han sido abordados desde las perspectivas antropológicas, lingüísticas, geográficas, siendo
la histórica la más escasa, nos enfrentamos a este reto que intenta convertirse en un aporte
dentro del campo historiográfico ya que hay un vacío de conocimiento de los Ticuna desde
el campo de la Historia. Por otro lado, y no menos importante, la invisibilización en el que
se encuentran los indígenas, como agentes pasivos de su misma historia planteada en el
libro Historia y cosmovisión indígena de Mirna Cunningham donde plantea que “hasta
ahora la educación promovida desde el Estado nos ha “enseñado una historia ajena, en la
que los indígenas no somos protagonistas de nada, en la que nos han creado incluso una
imagen negativa. Cuando no aparecemos como paisaje turístico, aparecemos entonces
representando el atraso y valores decadentes de viejas civilizaciones. Nos han ubicado en
un pasado remoto y lejano, como si nuestros mundos hubieran desaparecido o estuviesen
ya “superados” por lo moderno y occidental.10 Intentamos desligar la anterior concepción
y encausarla con las narraciones propias de los indígenas Ticunas, cómo se ven ellos frente
al desarrollo, la cultura como mecanismo de supervivencia, etc.

10 Cunningham, Mirna (2007) Historia y cosmovisión indígena, I Edición. Fondo para el desarrollo de los pueblos
Indígenas de América Latina y el Caribe (Fondo Indígena). www.fondoindigena.org

11
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO

1.1 Balance historiográfico

Jean- Pierre Goulard plantea que los primeros estudios acerca de los indígenas Ticuna
fueron desarrollados por Nimuendajú, cuya primera obra fue publicada en 1952 como
resultado de investigaciones anteriores en 1929 y 1941-1942. En la obra se abarcan dos
temas centrales que son la cultura material y la organización social de los indígenas
Ticuna11 visto desde la perspectiva mitológica, donde posteriormente se desarrollarán
estudios donde se indagan acerca de las estrategias utilizadas por los indígenas Ticuna para
adaptarse y convivir con los mestizos y colonos como es el caso de Cardoso de Oliveira que
en su obra “Estudios de las áreas de fricción interétnica” en la década de los 50s, desarrolla
el fenómeno del encuentro entre dos culturas totalmente diferentes y sus consecuencias.
Los temas centrales de Oliveira consisten en “el sistema de relaciones, la sujeción y la
dominación de los grupos, la interdependencia y las instituciones indígenas y nacionales
operantes” cuyo objetivo principal consistía en “comprender la naturaleza de los procesos
de integración a la sociedad nacional, tanto de los Ticuna, así como de las poblaciones
rivereñas o cablocas.”12
Sobre el municipio de Puerto Nariño se han desarrollado diversas investigaciones que han
intentado responder a las dinámicas económicas, políticas, sociales y culturales de su gente,
los responsables de dichas investigaciones han sido investigadores de la Universidad
Nacional de Colombia- Sede Amazonía, entre ellos; Germán Ochoa, Allan Wood y Carlos
Zárate, en su obra, Puerto Nariño: El pueblo que se mira en el rio: Retos al desarrollo
sustentables en los municipios amazónicos donde se concluye que “en el municipio de
Puerto Nariño se presenta una combinación entre tradición modificada, modernidad
incompleta, articulación de mercado fragmentada, economía extractiva y producción
básicamente de autosuficiencia” que en últimas son, en palabra de los autores, “los rasgos
particulares de su propio devenir, o en términos más convencionales, de su proceso de
transición, o de resistencia a la transición, entre lo tradicional y lo moderno.

Goulard, Jean- Pierre, Los Ticuna. En: Guía Etnográfica de la alta Amazonía. FLACSO- Sede Ecuador, 1994, Quito-
Ecuador. Volumen I. Pp. 311.
12 Óp. Cit. Pp. 311.

12
En enero de 2002, La Revista Colombina de Antropología publicó un texto de Claudia
Leonor López: Los Ticunas frente a los procesos de nacionalización; en la frontera entre
Brasil, Colombia y Perú, me permito citar este texto debido a que es un ejercicio que a
partir de elementos históricos y etnográficos se analiza cómo las identidades nacionales han
sido incorporadas por los indígenas Ticuna, “creándose una tensión identitaria entre la
identidad étnica del grupo y las diferentes identidades nacionales.”13
Por otro lado, porque rescata la presencia del Estado colombiano después de la entrega del
territorio amazónico por parte de Perú a Colombia. De allí comienza, lo que la autora
denomina la colonización militar donde la base fue la población de Leticia con el fin de
tomar posesión de esta región fronteriza y garantizar la soberanía nacional,14 que en
últimas, fue la iglesia la responsable de “colombianizar” a los indígenas del territorio. En
efecto, la “unidad de colonización militar” significó uno de las tantas torturas para los
indígenas, debido a que para garantizar la soberanía nacional, se propusieron las colonias
militares y se incorporaron a los escasos indígenas para prestar el servicio militar. Así
mismo, se llevó a cabo la creación de escuelas para los indígenas, cuyo fin consistía en
crear en el indígena la conciencia de pertenencia a la sociedad colombiana y la enseñanza
de la religión católica.

Los procesos de nacionalización en Colombia simplemente fueron la continuación del


atropello que seguirían sufriendo los indígenas con la llegada de la bonanza extractiva del
caucho y el conflicto en 1932 entre Colombia y Perú, y del que ya habían sido afectados
con la presencia militar y el forzoso proceso de nacionalización del Estado peruano con los
indígenas. En dichos procesos de nacionalización se sentaron unas bases más rigurosas con
el firme propósito de ejecutar el proyecto de la colombianización. El gobierno colombiano
fue ajeno a los problemas que vivían los indígenas en sus territorios, caso similar se
experimentó con las diferentes bonanzas y explotaciones de las cuales fueron víctimas los
indígenas, en mayor medida en el alto Amazonas- Putumayo, la Chorrera, Pedrera, etc. y en
menor medida en los pueblos asentados en el sur sobre el rio Amazonas- Leticia, Puerto
Nariño, entre otros- ya que las condiciones de trabajo y el pago a los trabajadores que se

13 Garcés, C. L. (enero - Diciembre, 2002). Los Ticuna frente al proceso de nacionalización; En la frontera entre Brasil y
Perú. Revista Colombiana de Antropología., 38. Pp. 77-104.
14 Óp. Cit. Pp. 82.

13
dedicaban a la explotación del caucho y de otras explotaciones eran remuneradas por igual,
tanto de trabajadores colonos, así como el pago a los indígenas. Hemos desarrollado hasta
aquí un balance acerca de los estudios que se han desarrollado sobre los indígenas Ticuna,
pero también sobre sus dinámicas dentro del territorio y sus relaciones sociales.

Así mismo es importante rescatar los elementos que configuran la unidad familiar, social y
política y la cosmovisión de los indígenas dentro del territorio amazónico y sus alrededores,
ya que son esos elementos que las caracterizan, que unen y que mantienen su fraternidad
con otros pueblos más allá de unos territorios, más allá de unas fronteras. Para este caso
especial analizamos la obra de Garcés López Los Ticuna frente al proceso de
nacionalización; En la frontera entre Brasil, Colombia y Perú, donde se plantea que “los
Ticuna reconocen hoy en día la existencia de una unidad sociocultural dada en términos de
los elementos más relevantes de su cultura, como el sistema clánico de organización social,
la fiesta de pelazón o moca nova, su mito-historia y el idioma ticuna.
La autora define lo planteado anteriormente como los elementos socioculturales que
constituyen la base de la identidad como grupo étnico diferenciado y que son a través de
esos elementos socioculturales que el indígena no reconoce una frontera establecida dentro
del territorio amazónico. Es decir, los indígenas tanto de Brasil, Perú y Colombia
comparten los mismos relatos acerca del mito- historia, que hace que los una entre familias,
uniones matrimoniales, ritos, ceremonias, intercambios de saberes y conocimientos, etc.,
que son trasportados más allá de las fronteras y que aún respiran esos saberes y se niegan a
desaparecer a pesar de todas las formas y medidas empleadas contra la población indígena.
Sin embargo, antes de este periodo de tiempo que hemos mencionado hasta ahora: 1930-
1932, la sociedad colombiana no tenía por lo menos una idea vaga de lo que era el territorio
Amazónico y sus habitantes, ni de sus costumbres, mucho menos dónde empezaban y
terminaban sus límites.

Fue la publicación de La Vorágine de José Eustacio Rivera en 1924, que buena parte de la
sociedad colombiana se hizo una idea de sus habitantes, la población indígena, la
colonización por la explotación cauchera en el territorio amazónico. Sin embargo, la
publicación de la obra no tuvo el efecto esperado por el autor y debido a la dimensión de

14
los hechos, en parte se debió a que los intelectuales de la época vieron en la obra de La
Vorágine, una escueta y vaga narración sobre los nativos salvajes y el territorio amazónico,
cuya vida se resumía en el trabajo forzoso diario por parte de los explotadores caucheros.
En consecuencia, el poeta Jorge Figueroa diría: “la obra se vende pero no se comprende. Es
para morirse de desilusión”.15
Quizás comparto la hipótesis de Enna Von der Walde que proponía para ese entonces que
dicho problema de la incomprensión de la realidad indígena y su territorio se debe a “la
incapacidad por parte de la ciudad letrada de incorporar al espacio de la Nación éstos
territorios de fronteras, definidos por fuera de la historia”.

Hasta el momento hemos desarrollado un balance historiográfico que agrupa cinco


secciones: la primera sección rescata la obra Jean- Pierre Goulard Los Ticuna, un estudio
etnográfico desarrollado en el Brasil en dos periodos distintos 1929 y 1941-1942, que
abarca un aspecto que nos interesa mucho en esta investigación y es un tema dedicado a
“desentrañar las estrategias empleadas por los Ticuna frente a la penetración del mundo
de los blancos”. Dentro de la misma obra de Goulard se contextualiza la obra de Cardoso
Oliveira dedicado a “comprender la naturaleza de los procesos de integración a la sociedad
nacional de los Ticuna”. Ambos estudios tanto de Goulard como de Oliveira son
desarrollados en territorio brasilero.
La segunda sección hace referencia a investigadores amazónicos de la Universidad
Nacional de Colombia Sede Amazonía que desarrollan estudios sobre el municipio de
Puerto Nariño y sus habitantes, en especial acerca de cómo la modernidad ha afectado a la
cultura indígena, también se problematiza el tema de las diferentes bonanzas dentro del
territorio y sus consecuencias.

El tercer texto, Los Ticunas frente a los procesos de nacionalización; allí, hemos rescatado
la lectura que tenía el gobierno colombiano sobre las comunidades indígenas del Amazonas
y cómo a través del programa de identidad nacional se creó una “colombianización” del
indígena a través de mecanismos de coerción que los desligaba de sus usos y costumbres
implementándoles la doctrina religiosa católica y la milicia con la excusa de civilizarlos. La
15Camacho. R. M (2005). La historia, los antropólogos y la Amazonía. Revista de Antropología y Arqueología I. Pp. 121-
135.

15
defensa de la frontera colombiana en el territorio amazónico no fue ajena a este tipo de
arbitrariedades porque se aplicarían los mismos mecanismos arbitrarios contra los indígenas
para prestar el servicio militar obligatorio, que había sido estipulado por la “unidad de
colonización militar” y que para garantizar la soberanía nacional propusieron la
“colonización militar”.
La cuarta sección rescata la lectura que hace López acerca de Los Ticuna frente a los
procesos de nacionalización, allí vemos, cómo está configurada la red de relaciones sociales
y políticas insertadas en la memoria colectiva de los indígenas que conviven sin diferencias
con sus semejantes y son esa memoria colectiva basada en los relatos mito-históricos los
que han servido de base para entrelazar una hermandad más allá de las fronteras. Es decir,
el indígena Ticuna, no conoce sus fronteras dentro del territorio amazónico, considera que
si en Brasil no está su espacio o su territorio, puede identificarse ya que todos comparten
una misma visión del mundo, de la creación, existe un mismo relato de la identidad, de las
etnias y se ven reflejadas tal como lo propone la autora, en uniones matrimoniales, en el
comercio, en el deporte, etc.,
La quinta sección parte del olvido por parte de la sociedad colombiana a las lecturas que se
hacían sobre el territorio del Amazonas y de las personas que los habitaban, tanto fue que,
la Vorágine, un libro de denuncia en contra del maltrato de los indígenas por parte los
explotadores caucheros, fue concebido sólo como un libro de cuento y relato, a pesar de ser
muy leído en esos tiempos, nada o poco hizo la sociedad colombiana o el gobierno para
acabar con el genocidio de los indígenas en el Amazonas.
Al no existir suficiente bibliografía sobre la historiografía de los Ticuna, este trabajo intenta
engrosar o colaborar a futuras investigaciones acerca de los indígenas Ticunas del
Amazonas desde una perspectiva histórica, económica y política. Una de los centros de
investigación que más le han apostado a estas investigaciones ha sido el Imani Mundo:
Estudios en la Amazonía Colombiano- es una revista que hace parte de la Universidad
Nacional sede Amazonía con sede en Leticia-
Las investigaciones que existen acerca de los indígenas y del territorio amazónico han sido
desarrolladas en su mayoría por etnólogos y antropólogos de la región y extranjeros, pero
realmente son escasos, por no decir inexistentes, las investigaciones hechas por indígenas,
con una visión incluyente de su comunidad, a partir de una perspectiva histórica, que sus

16
relatos sean vinculados, sus actos resaltados, sus costumbres respetadas, y sobre todo, que
sean un agente activo de la historia de sus pueblos.

1.2 Marco teórico

Nuestro análisis central gira en torno a los indígenas Ticuna; es el centro de nuestra
investigación e involucra las relaciones sociales y culturales de los indígenas, nos interesa
indagar acerca de sus relaciones económicas, sus adaptaciones socioculturales, sus
fronteras, las bonanzas del que fueron testigos y partícipes, las estrategias que han
empleado o utilizado para pervivir en la actualidad a pesar del avance arrollador de la
globalización, las formas en que lo han enfrentado, la metamorfosis cultural como respuesta
y consecuencia del turismo (se tocará muy superficialmente debido a que no es el objeto de
nuestra investigación).
Al ser un tema que involucra a los indígenas Ticuna es necesario principiar
conceptualizando el término indígena y haciendo una radiografía de su población de
acuerdo a diferentes autores y a través de las perspectivas e interpretaciones de las
instituciones políticas. Sobre el indígena Ticuna, Claudia Leonor López Garcés plantea que
“Los ticuna constituyen una población aproximada de 40 mil personas, de las cuales unas
26 mil viven en Brasil, 9 mil en Colombia y de 5 a 6 mil en Perú. Las aldeas ticuna se
localizan preferiblemente en las riberas de pequeños ríos (igarapés) que desembocan en el
Amazonas/ Solimões, en el tramo comprendido entre la región de Chimbote (Perú),
pasando por todo el extremo sur del Trapecio Amazónico colombiano hasta la región de
Barrera da Missão, en Brasil. Existen también asentamientos ticuna en la región del río
Cotuhé en el Trapecio Amazónico colombiano, que constituyen el punto más al norte del
territorio de esta etnia.”16
Es importante entender la anterior radiografía que hace Leonor López debido a que para los
indígenas Ticunas no existe una frontera, los une y los mantiene una cultura, unas formas
de vidas similares a la que ella define como tensión identitaria.

16Garcés, C. L. (enero - Diciembre, 2002). Los Ticuna frente al proceso de nacionalización: En la frontera entre Brasil y
Perú. Revista Colombiana de Antropología., 38. Pp. 78.

17
Sobre los indígenas, el Centro de Información de las Naciones Unidas, plantea que las
“poblaciones indígenas o aborígenes son aquellas que estaban viviendo en sus tierras
antes de que llegaran los colonizadores de otros lugares, los cuales al convertirse en el
grupo dominante - mediante la conquista, la ocupación, la colonización o por otros medios
- segregan o discriminan a los pobladores originarios”17 Para una ilustración más precisa,
tomamos la definición hecha por Definición ABC que formula que indígena es “todo
aquello que es relativo o propio de una población originaria del territorio en el cual
habita, porque su presencia o establecimiento en la misma precede a otros pueblos, o bien,
porque la presencia allí resulta ser los suficientemente prolongada y estable para ser
considerada oriunda del territorio en cuestión”18

Una de las definiciones acerca de pueblos indígenas que más nos acerca a las intenciones
de ésta investigación es la planteada en el Art. 1 de la Organización Internacional del
Trabajo cuando formula que sé es indígena “por el hecho de descender de poblaciones que
habitaban en el país o en la región geográfica a la que pertenecía el país en la época de la
conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que
cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias instituciones
sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.”19

Según las definiciones que encontramos en las fuentes consultadas podemos afirmar
acertadamente que un grupo social asentado en un territorio desde antes de la llegada de los
europeos, responden a lo que es ser indígena, dueño de un territorio, de unas costumbres
ancestrales, pertenecer históricamente a un territorio. Sin embargo, el concepto de indígena
es aún más complejo en la medida en que sus definiciones no son del todo exactas o no
abarcan todas las pequeñas características del indígena que intentan definirlo. Es decir,
dichas definiciones en palabras de Bonfil Batalla presenta una “inconsistencia, su
parcialidad o su incapacidad para que en ellas quepa la gran variedad de situaciones y de

17 Revista de las Naciones Unidas CINU, 2000. Disponible en: http://www.cinu.org.mx/temas/p_ind.htm consultado el
16/ 02/ 2017.
18 Definición de indígena: Tomado del diccionario en línea: Definición ABC. Disponible en:
http://www.definicionabc.com/general/indigena.php Consultado el 21/02/2017.
19 Observatorio DESC AMAZONÍA, NODO COLOMBIA. (2007). Situación de los Derechos Económicos Sociales y

Culturales en la Amazonía Colombiana. Bogotá. D.C Colombia. ILSA. Pp. 20.

18
contenidos culturales que hoy caracterizan a los pueblos de América que llamamos
indígenas”20
Batalla plantea que el debate en torno al concepto de indio o indígena, llegó a su apogeo
más fuerte en la década de los cuarenta. De acuerdo a Bonfil y de las políticas indigenistas
en México “la condición de indio resultaba, dentro de una nueva perspectiva, una cuestión
de grado: los indios estaban peor equipados que otros grupos para la convivencia dentro
de la sociedad dominante, por lo que resultaba ser el sector más explotado; la indianidad
se identificaba con un núcleo de costumbres rústicas y con el retraso, y era algo que se
podía y se debía eliminar.”21 En razón a lo anterior, no es inconsciente afirmar que el
problema del indígena para el caso colombiano no dista mucho de la realidad mexicana,
donde para el caso del indígena Ticuna se les es catalogado como la figura turística y que
bajo esos moldes las agencias de turismo venden la idea de ofrecer paquetes que contienen
avistamientos de indígenas en sus zonas de origen con arcos y flechas, sumado a las
pretensiones de la academia por la invisibilización del indígena, así como el capitalismo, la
globalización y sus programas de “desarrollo,” donde se justifica la explotación por encima
de la conservación, allí el indígena se representa como una figura atrasada, y su cultura que
va en contra vía del desarrollo y la modernidad y su incapacidad de competir
económicamente explica su pobreza.

Finalmente, después de un largo recorrido intentando identificar una mejor definición del
indígena compartimos la tesis de Guillermo Bonfil Batalla que plantea que “las
definiciones formuladas son objetos de análisis y de confrontación con la realidad, pruebas
en las que siempre dejan ver su inconsistencia, su parcialidad o su incapacidad para que
en ellas quepa la gran variedad de situaciones y de contenidos culturales que hoy
caracterizan a los pueblos de América que llamamos indígenas”22

Siguiendo la conceptualización, los procesos de nacionalización también son claves de


entenderla, es más que necesario en el sentido de que posee una de las características

20 Guillermo Bonfil Batalla (s/d) “El concepto de indio en América: una categoría colonial”. En: Identidad y pluralismo
cultural en América Latina. Fondo Editorial del CEHASS, Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Pp. 105.
21 J. de la Fuente, "Definición, pase y desaparición del indio en México." Relaciones interétnicas, INI, México, 1965.
22 Guillermo Bonfil Batalla (s/d) “El concepto de indio en América: una categoría colonial”. En: Identidad y pluralismo

cultural en América Latina. Fondo Editorial del CEHASS, Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Pp. 105.

19
culturales más importantes expuestas por Claudia Leonor López: que formula que “las
identidades nacionales han sido incorporadas por los indígenas Ticuna, creándose una
tensión identitaria entre la identidad étnica del grupo y las diferentes identidades
nacionales, situación característica de las regiones de fronteras políticas entre países.”23
Por lo tanto, se entiende que los indígenas Ticuna han asimilados las fronteras políticas y
las han incorporado como parte de su identidad y ha llegado a integrar como parte de su
cultura, entendida por López Garcés como “el establecimiento de las fronteras políticas
entre los tres países, resultado de los procesos de consolidación de los diversos estados
nacionales que allí convergen, ha promovido diferentes sentidos de identidad nacional
dentro del grupo. Es decir, los imaginarios nacionales creados a partir del establecimiento
de fronteras políticas en la región constituyen elementos socioculturales que han entrado a
formar parte de la cultura Ticuna. Es decir, hemos asimilado esas fronteras y las hemos
incorporado a nuestra cultura, nos hemos apropiado de una identidad nacional y de unos
elementos socioculturales que se configuran debido a las fronteras nacionales.

Por último, Leonor López muestra “cómo estos imaginarios nacionales han contribuido a
crear sentidos de identidad que son objeto de instrumentalización en circunstancias
determinadas, y cómo se esgrimen como mecanismos de defensa o ataque en situaciones de
vulnerabilidad frente al Otro, ya sea intra o interétnicamente.”24 Leonor López no pudo
concebirlo mejor, ya que la interpretación que hace, muestra que los sentidos de identidad
que se configuran con los imaginarios nacionales han permitido crear estrategias de defensa
intercultural, ello permite crear lazos de unión interétnica más allá de las fronteras
nacionales, no existe por lo tanto un distanciamiento intercultural, por el contrario, permite
que en situaciones de fragilidad se establezcan condiciones de mutuo apoyo.

Acerca de las estrategias utilizadas por los indígenas y dentro de sus haberes y habilidades
que han permitido la supervivencia de los indígenas Ticuna, María Socorro, Susy
Rodríguez y Marly Dos Santos concluyen que la subsistencia de los indígenas se debe en
gran parte a “la compleja relación con la naturaleza y sus marcados ciclos en el manejo de

23. Garcés, C. L. (enero- Diciembre, 2002). Los Ticuna frente al proceso de nacionalización; En la frontera entre Brasil y
Perú. Revista Colombiana de Antropología., 38. Pp. 77
24 Ibíd. Pp. 77.

20
los recursos naturales locales, ha posibilitado el alcance de las condiciones necesarias
para su propia subsistencia y el de su grupo doméstico, revelando un modo de vida muy
singular de esas poblaciones”.25
Acudimos así mismo a la obra de obra de María Socorro porque nos permite entender las
circunstancias o las diferentes estrategias empleadas por los indígenas Ticuna para su
supervivencia, nos direcciona a encontrar respuestas de las diferentes técnicas y
adaptaciones que han sostenido los indígenas y que permiten mantenerse en la actualidad
como pueblo y como cultura. Mientras exista una buena maniobra de las relaciones con la
naturaleza así como el manejo de los recursos naturales va a existir una garantía de
supervivencia dentro de las comunidades indígenas.

El reconocimiento dentro del marco jurídico a las comunidades indígenas establecidas en la


Constitución Política de Colombia de 1991 también son importantes en esta investigación
porque han dotado a los indígenas de una herramienta jurídica al caracterizar a la nación
colombiana como multiétnica y cultural, la cual “ampara especialmente los derechos
indígenas a la diversidad étnica y cultural, las lenguas, la educación, la participación
política en el ámbito nacional, con modalidades especiales para el ejercicio de sus
derechos políticos, la libre determinación y autonomía, el autogobierno con sus
instituciones y sus autoridades.”26 Siguiendo con lo establecido en la Constitución Política
de Colombia respecto a los indígenas podemos afirmar que la ley 21 de 1991 rescata lo
ratificado por el Convenio 169 de la OIT de 1989 que allí si se especifica que cualquier
acción que se vaya a desarrollar en estos territorios, debe consultarse y acordarse con las
comunidades indígenas que lo habitan.27 Del anterior convenio 169 de la OIT ha permitido
que las comunidades indígenas se desarrollen dentro de sus territorios porque gozan de una
autonomía en la toma de decisiones. Lo anterior es un problema que se intentará discutir en
la investigación.
Dado que el objeto de esta investigación es determinar las diferentes estrategias que han
utilizado los indígenas Ticuna para mantenerse como pueblos en la actualidad, es necesario

25 María P. S. Rodríguez, Susy Rodrigues Simonetti, Marly dos Santos Lima. (2008), Pueblos rivereños de la Amazonía:
Haberes y habilidades. INTERACOES, Campo Grande, V. 9, n. 2. Diciembre. Pp. 129-139,
26 Observatorio DESC AMAZONÍA, NODO COLOMBIA, (2007), Situación de los Derechos Económicos Sociales y

Culturales en la Amazonía Colombiana, Bogotá D.C., Colombia: ILSA. 21.


27 Óp. Cit. Pp. 21.

21
comenzar dialogando con la obra de Jean- Pierre Goulard; su vida investigativa se ha
enfocado en el estudio de las sociedades indígenas y el tema que nos interesa trabajar en
ésta investigación son los Ticunas, cultura que Goulard conoce a profundidad. Sobre los
cambios experimentados dentro de la cultura Ticuna, Goulard plantea que “las sociedades
indígenas han conocido muchos cambios a lo largo de su historia, especialmente desde el
siglo XIX. Sus relaciones con el exterior, sobre todo con el mundo de los “blancos”, lo han
llevado a adoptar estrategias propias con las cuáles han logrado sobrevivir” esta tesis de
Goulard adopta una respuesta al problema desde la perspectiva religiosa que él lo define
como la metamorfosis ritual, que les permite a los Ticuna conservar y reivindicar su
identidad étnica.

Para los indígenas Ticuna así como otros grupos étnicos asentados en cualquier parte de la
geografía colombiana el papel que ejercen los resguardos indígenas en sus territorios es de
vital importancia ya que es una institución política autónoma, al mismo tiempo es un
garante en la protección y ejercicio de sus derecho dentro del territorio, que tiene un
gobierno propio, unas políticas internas conocidas como planes de vida, aunque el Estado
puede ejercer vigilancia en algunos caso como los recursos de transferencias a las
comunidades indígenas, además, allí está ubicada la investigación. Por ello, comprender lo
que significa el resguardo para los indígenas Ticuna es de suma importancia en ésta
investigación, así como la pertinencia que tiene la definición y precisión del concepto de
territorio para el indígena. Por ahora empezaremos por el concepto de autonomía de los
territorios indígenas.
Sobre la autonomía de los territorios indígenas y sus dinámicas, Juan Álvaro Echeverry
docente investigador de la Revista IMANI en la Universidad Nacional de Colombia Sede
Amazonía es el investigador que más se ha adentrado en los estudios recientes sobre la
configuración de los espacios y territorialidades de los pueblos indígenas en la Amazonía
colombiana. Echeverry plantea que en la segunda mitad de la década de los ochentas, el
gobierno colombiano hizo el reconocimiento y titulación de grandes extensiones
territoriales en la Amazonía colombiana a favor de grupos indígenas.28 A favor, Echeverry
se refería a que en el año de 1988 y años posteriores, el gobierno colombiano tituló
28Echeverry. J. A. (2004). Territorio como cuerpo y territorio como naturaleza: ¿Diálogo intercultural?.. Instituto
Amazónico de Investigaciones IMANI. Pp. 259-275.

22
alrededor de veinte millones de hectáreas bajo la figura de Resguardos indígenas. Las
titulaciones de tierras a los resguardos son catalogados por Echeverry como la
precipitación de una política de protección cultural y reconocimiento territorial tan
masiva,29 así mismo concluye que las organizaciones indígenas que existen hoy día en la
Amazonía colombiana tuvieron su origen en el proceso de reconocimiento y titulación de
tierras colectivas.
Un hecho trascendental que se logra con la titulación del Resguardo Predio Putumayo es
que mediante esta acción legal, se protege el área indígena más grande del país con 6
millones de hectáreas, así es como se logra frustrar el Plan de Desarrollo que había iniciado
el Banco Estatal La Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero, cuyas tierras habían sido
adquiridas de la compañía cauchera Casa Arana. Es decir, la titulación de las tierras al
Resguardo permitió que estos territorios volvieran a sus dueños legítimos, los indígenas,
que a través de la masacre y la barbarie habían sido despojados en la época de la cauchería.

1.3 Hipótesis

La cultura de los indígenas Ticunas no utilizaron el mecanismo de la fuerza para defenderse


de sus agresores, colonizadores y políticas nacionales, fueron los mecanismos pacíficos que
han empleado, lo que les ha permitido mantenerse como pueblo en la actualidad. Se ha
adaptado al mestizaje y a las diferentes bonanzas explotadoras y colonizadoras, donde se
han visto beneficiadas, pero no han dependido exclusivamente de ellas. Los indígenas no
solo representan el atraso, el ejemplo vivo de una cultura en ruinas, una cultura en
decadencia, o una cultura exótica para el turismo, sino que es una cultura viva, que se
manifiesta de distintas maneras y encuentra sus bases en la interacción cultural y
multiétnica a través de manifestaciones culturales entre los países de frontera; Brasil, Perú y
Colombia.

29 Óp. Cit. Pp. 259.

23
1.4 Objetivo general

Determinar cuáles han sido las estrategias que han utilizado los indígenas Ticuna para
adaptarse en el tiempo y lograr sobrevivir durante el avance descontrolado de las diferentes
bonanzas, la modernización y la globalización en el Amazonas.

1.5 Objetivos específicos

 Definir cuáles fueron los papeles de los Ticunas respecto a las diferentes bonanzas en el
territorio amazónico.
 Estudiar los elementos, características o factores que identifican a los indígenas
Ticunas.
 Explicar el papel que juega el Resguardo Indígena TICOYA respecto a la conservación
de la cultura indígena en respuesta a fenómenos como la globalización.

1.6 Metodología

En punto de partida de esta investigación será el abordaje de la historia de vida del señor
Juan Silva Cahuache, con él se intentará hacer una periodización de sus primeros momentos
en el territorio a modo biográfico, se incorporará las anécdotas y las situaciones que
hicieron posible su llegada al Amazonas colombiano, posteriormente su cambio de
nacionalidad. Después de los momentos de experiencia personal del señor Juan Silva, se
abordarán los temas relacionados a alguno de momentos cúlmenes en la historia de Puerto
Nariño donde él estuvo presente e hizo partícipe, así como las relaciones de la gente con los
diferentes fenómenos de bonanzas en el Amazonas.
A la entrevista se le sumarán otras personas habitantes del municipio para ampliar la
información recolectada por el entrevistado central de esta investigación. Es decir, el
enfoque que le daremos a esta investigación es cualitativo de tipo exploratoria y orientadora
porque acudiremos a desarrollar encuestas de profundidad e información secundaria que
nos brindan estos dos enfoques.

24
Utilizaremos la investigación cualitativa de tipo exploratoria porque es una herramienta
metodológica que permite describir las ideas y conocimientos. Además, investiga y
profundiza en los problemas menos estudiados a través de un personaje principal.

CAPÍTULO II
CONTEXTO SOCIO-HISTÓRICO DE LOS INDÍGENAS TICUNA

2.1 Caracterización geográfica y demográfica

Según Javier Ullán de la Rosa, los Ticuna “son una etnia indígena que habita una larga
franja del territorio, algo más de mil kilómetros del alto Amazonas a caballo entre los
Estados nacionales de Brasil, Perú y Colombia”30. Plantea además, que los Ticuna son en la
actualidad el grupo indígena demográficamente más numeroso de toda la cuenca
Amazónica en general,31 pero es un censo realizado únicamente en territorio brasileño y se
estima en 3.000, la encuesta se desarrolla en Brasil, según el autor, porque los indígenas en
dicho territorio están estimados en el 70% de sus integrantes en territorio brasileño.32

Goulard dentro de su investigación acerca de los indígenas Ticuna recopiló unas variables
de denominaciones étnicas con que se le conocieron a los Ticuna. El primer dato que
registró data de 1693, allí el primer investigador de Acuña estampa el nombre a los
indígenas “Tipunas”, otras denominaciones como de Maw “Takuna” “Tekuna” de Espinoza
Pérez, por último, el de Tovar “Tokuna”.33

Goulard plantea que “la larga permanencia del etnónimo Ticuna testimonia el
reconocimiento específico dado a esta etnia en un contexto donde las denominaciones de
otros numerosos pueblos experimentaron frecuentes variaciones”34 Al igual que otros

30 Ullán de la Rosa, Javier, Los indios Ticuna del Alto Amazonas ante los procesos actuales de cambio cultural y
globalización, Revista Española de Antropología Americana, 2002, N° 30, Pp. 292.
31 Ibíd. 292.
32 Realmente no es la afirmación de Ullán de la Rosa con respecto a la demografía indígena, sino más bien, un rescate de

las investigaciones desarrolladas por Aconteceu en 1990.


33 Goulard, Jean- Pierre, Los Ticuna. En: Guía Etnográfica de la alta Amazonía. FLACSO- Sede Ecuador, 1994, Quito-
Ecuador. Volumen I. Pp. 312.
34 Óp. Cit. Pp. 313.

25
autores, Goulard plantea que el origen del etnónimo Ticuna es sin duda Tupí, que de
acuerdo con Stradellí y Da Cunha, representa lo negro y Villarejo infiere que las
terminologías en cuanto a las raíces de tac, tec, tic, toc, tuc, derivan de taco, que según él
significa “hombre”.
La otra terminología la define Barboza Rodríguez y la denomina ticu, que significa
“líquido”. Por último, dentro de la investigación que Sampaio publicó en 1955 concluye
que teco significa el “cuerpo” o la “figura”, mientras que para la Stradelli (1929; 672) es “la
costumbre, el uso”. Dentro de la investigación de Goulard acerca de la terminología expone
tanto a Barboza Rodríguez, así como Villerejo, el primero argumenta que “los tupayos
designaban antiguamente al veneno (uarery) con el nombre ticuna, y se ha llegado a llamar
Ticunas a los que los representaban” (Barboza, Rodríguez; 1903.), mientras que Villarejo
determina que “los Ticunas también fueron llamados tecuna o tucuna, cuya grafía en Tupí
sería taco-una (hombres pintados de negro) por su costumbre de pintarse todo el cuerpo con
el zumo de huito que les deja completamente negros” (Villarejo;1988, 216).
En conclusión, Goulard plantea que “el discurso de los Ticuna acerca de sí mismos
corrobora el sentido propuesto por los dos últimos autores (Villerejo y Barboza Rodríguez).
Los Ticuna se piensan y se ven “negros”, en contraste con los grupos vecinos a quienes
visualizan como más claros que ellos. Esta autopercepción se apoya también en un antiguo
mito según el cual la población negra es asociada con el corazón del huito (genipa
americana), en tanto los Ticuna estarían asociados con la carne de dicho huito”.35

Goulard plantea que “la presencia de los “Tipunas” fue registrada por Cristóbal de Acuña
en 1639”. Acuña argumenta que dicha presencia fue ubicada a “cincuentas leguas de la
boca del río Putumayo, en la parte contraria” (Acuña; 1986, 75), posteriormente sería
Laureano da Cruz en 1649 y los denominó “Jaunas”. Goulard dice que aquello sucedió un
siglo después de las primeras expediciones realizadas por europeos al territorio
amazonense.
El asentamiento de los indígenas Ticuna sobre la ribera del rio Amazonas responde en gran
medida, de acuerdo con Goulard, a que a “mediados del siglo XVII, la presencia tupí
decreció debido a las expediciones realizadas por españoles y portugueses, lo cual

35 Óp. Cit. Pp. 313.

26
favoreció la instalación progresiva de los Ticuna en las proximidades del Amazonas”.36 Lo
anterior, manifiesta que “los antepasados de la población ticuna pudieron constituir una
población ribereña que, debido a fuertes presiones guerreras, se vio obligada a refugiarse en
una zona interfluvial. Al ceder a esta presión con la llegada de nuevos conquistadores al
Amazonas- en este caso españoles y portugueses- se hizo posible re-ocupar su antiguo
territorio”. 37
De acuerdo con la investigación de Jean Pierre Goulard plantea que con las primeras
misiones católicas al territorio amazonense, se tuvo la experiencia de las misiones jesuitas
ubicadas en el periodo de 1638- 1768, que lo denomina como la primera etapa; el
acercamiento que fue un proyecto jesuita que consistió en agrupar y reunir en un
asentamiento a las poblaciones ribereñas y a los indígenas que habitaban las áreas
interfluviales. Los objetivos de los misioneros jesuitas, según Goulard, consistieron en
dotar de herramientas a los indígenas a cambio de su incorporación a la religión cristiana, la
coyuntura del momento estuvo acompañada con las expediciones portuguesas esclavistas,
que se encargaba de oprimir cada vez más a los indígenas.

Los fracasos de los nuevos establecimientos misioneros tuvieron su punto frágil en que eran
por sí inestables, no lograron en el momento una aglomeración y concentración de la
mayoría de la población indígena. Los cambios frecuentes de los asentamientos misionales
representó un problema para los indígenas, se acrecentaron conflictos interétnicos que los
misioneros no pudieron controlar.
Por otro lado, las epidemias constantes que azotaban a los indígenas, que hizo en gran
medida disminuir la población, la existencia de expediciones esclavistas en los
asentamientos indígenas, ya que al estar concentrados de forma sedentaria en un
determinado lugar, era posible su fácil ubicación por parte de los colonos y reclutadores de
mano de obra esclava y barata, sumado a que poco o casi nada podían hacer los jesuitas
ante tales atropellos y sobre los constantes atropellos militares. Por último, Goulard, plantea
que se debió a “los métodos coercitivos empleados por los mismos misioneros para
sedentarizar a la población (castigos corporales, etc.).38

36 Óp. Cit. Pp. 316.


37 Óp. Cit. Pp. 317.
38 Ibíd. Pp. 317.

27
No obstante, a pesar de las consecuencias que representaba someterse a los jesuitas, los
indígenas resultaron accediendo y aceptando las peticiones de los jesuitas y que se debió en
gran parte a la detención del padre Fritz por parte de los portugueses, su liberación fue
acompañado de un grupo considerable de indígenas exaltados que fueron a recibirlos, lo
que representó un establecimiento a las buenas relaciones que concluyó, según Goulard, en
el poblamiento de los asentamientos de forma permanente, donde por vez primera en un
censo, se encuentran por primera vez a los Ticuna.

La segunda etapa plantada por Goulard tiene que ver con la fluvialización que consistió en
la creación de numerosas misiones lideradas por el Padre Samuel Fritz, infiere que las
misiones “iban desde la desembocadura del rio Napo hasta el rio Negro.39 Goulard
concluye que la presencia constante del Padre realizadas entre 1686 y 1710 “permitió a los
indígenas resistir a las múltiples agresiones, externas e internas, de las que fueron
víctimas.40 En la segunda etapa se desarrolla un fenómeno muy importante que es el de “las
reagrupaciones trajeron como primera consecuencia un importante desplazamiento
espacial de diferentes poblaciones, desde la áreas interfluviales hacia las riveras del
Amazonas y, según las circunstancias, a lo largo del rio en un movimiento este-oeste. En
efecto, las experiencias anteriores fracasaron y los indígenas siguieron temiendo ser
nuevamente víctimas de la política portuguesa de esclavización; de allí la necesidad de
desplazar a los pobladores hacia el oeste con la finalidad de protegerlos mejor.”41

En una investigación desarrollada por el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas


SINCHI se plantea que “la fundación de los actuales asentamientos indígenas Ticuna en el
sur del trapecio amazónico, se puede ubicar a comienzos de 1970.”42 La responsable de la
fundación de los asentamientos sobre el rio Amazonas según el instituto fue inducida por la
ampliación de la presencia misional y estatal, que indujeron inicialmente procesos de
migración y concentración de la población rivereña, particularmente a partir de las primeras
escuelas patrocinadas por la iglesia católica hacia esa época, a través de la figura de la
39 Óp. Cit. Pp. 318.
40 Ibíd. Pp. 318.
41 Ibíd. 318.
42 Acosta Muñoz, Luis Eduardo; Mazorra Valderrama, Augusto, edit, Enterramiento de masa de yuca: Tecnología

tradicional en la várzea del Amazonas colombiano, Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas, SINCHI, marzo
de 2005. Pp. 41.

28
educación contratada, constituyéndose en la única presencia institucional del Estado en esa
región.
De acuerdo al SINCHI (Instituto de Investigaciones Científicas), y basadas en
investigaciones hechas por Goulard (1994,1988), Oliveira Filho (1998) entre otros, han
determinado que el poblamiento Ticuna se remonta desde el siglo XVI, con el inicio del
contacto interétnico a partir de la colonización española y portuguesa, posteriormente con
el auge de las misiones (Siglo XVII), el inicio del poblamiento en el alto rio Amazonas
(Siglo XVII), la consolidación de la expansión territorial de los grupos Ticuna (Siglo
XVIII), la explotación del caucho (Siglo XIX), y finalmente con la consolidación de los
estados nacionales (Siglo XX).

Finalmente Goulard dentro de su investigación concluye que, la extensión del territorio


habitado por los indígenas Ticuna cubre una extensión de más de 600 km, empezando por
la comunidad indígena colombiana de Atacuari en fronteras con Perú y concluye en el rio
Jutai en Brasil. La población que compone este extenso territorio, no pertenece únicamente
a la comunidad Ticuna, Goulard plantea que es un territorio homogéneo porque allí también
habitan otras culturas como los Yaguas y los Cocamas.

2.2 Primeros contactos documentados

Francisco Javier Ullán de la Rosa no es el único investigador que se ha interesado por la


historia de los indígenas Ticuna, pero lo reconozco como uno de los tantos autores que más
se ha aventurado al casi desértico mundo historiográfico de la investigación acerca de los
Ticuna y al contacto con occidente, sumado a Jean Pierre Goulard, Claudia Leonor López y
los recientes investigadores de la Universidad Nacional de Sede Amazonía como Carlos
Zárate, Juan Álvaro Echeverry, entre otros. La carencia en la documentación y de fuentes
muchas veces confusas entorpece el rumbo a cualquier investigación,43 aunque existen unos
selectos trabajos de investigación de antropólogos de forma muy variable y dispersa en la
documentación acerca del primer contacto de los indígenas Ticuna con el mundo

43Una obra referente de consulta valiosa en la presente investigación fue; Los indios Ticuna del Amazonas; proceso de
cambio social y aculturación.

29
occidental. Sin embargo, este trabajo de investigación asume el reto de documentar a través
de las fuentes disponibles y a nuestro alcance la historia de los Ticuna, debido al vacío
historiográfico que hay sobre ellos.
En el desarrollo de la investigación acerca del primer contacto de los indígenas Ticuna con
occidente vamos a acudir al trabajo de investigación de Ullán; Los indios Ticuna del
Amazonas; proceso de cambio social y aculturación, ya que la base de su obra es el rescate
de autores que han desarrollado observaciones y han escrito sobre los Ticuna, su
investigación se encargó de realizar un balance y una recopilación de obras de
investigadores, aficionados y crónicas de monjes sobre los indígenas Ticuna.

Sobre la problemática acerca de las fuentes, Javier Ullán formula que “a la hora de abordar
la situación histórica de los Ticunas pre-contacto nos encontramos con la dificultad que
implica la falta de registros documentales”. Sin embargo, plantea que “otros datos de
carácter más indirecto nos permite de todos modos reconstruir con cierta fiabilidad esta
situación”.44
Entre los datos de fiabilidad que cuenta el autor acerca de los Ticuna, devela que “la
primera noticia sobre los Ticunas que se consigna en las fuentes escritas occidentales la
encontramos en la crónica de Cristóbal de Acuña, padre jesuita que acompañó a la
expedición portuguesa en 1638 al Amazonas capitaneada por Pedro de Texeira”.45 No
obstante, Ullán infiere que no precisamente la anterior afirmación obedece a que sea el
origen de un contacto entre Ticuna y occidentales, sino la que por el momento se conoce y
que su tardío contacto se debe a la ubicación interfluvial de los asentamientos indígenas,
logradas por primera vez el contacto hacia finales del XVII, debido a las labores misionales
del Padre Fritz de reducir las zonas indígenas y agruparlas en misiones.

Oliveira plantea que “Los primeros contactos con los blancos se remontan al final del siglo
XVII, cuando los jesuitas, llegados del Perú y liderados por el padre Samuel Fritz,
fundaron diversas aldeas misionales en las márgenes del río Solimões. Este fue el origen
de los futuros pueblos y ciudades de la región como São Paulo de Olivença, Amaturá,

44 Ullán de la Rosa, Javier F. Los indios Ticuna del Amazonas; proceso de cambio social y aculturación. Universidad
Complutense de Madrid, Madrid- septiembre, 1998. Pp. 70.
45 Ibíd. Pp. 70.

30
Fonte Boa e Tefé. Dichas misiones estaban pensadas, principalmente, para los omágua,
quienes dominaban las márgenes del río Solimões y sus islas, y quienes impresionaban
dramáticamente a los viajeros y cronistas coloniales por su volumen demográfico, su
potencial militar y su pujanza económica. Los registros de la época mencionan a otros
pueblos (como los miranha o los içá, los xumana, los passe y los júri, entre otros, tenidos
por extintos ya en la primera mitad del siglo XIX por los viajeros naturalistas), que fueron
concentrados en aldeas conjuntamente con los omágua y los ticuna, dando lugar a una
población ribereña mestiza” (Oliveira, 2002: 280). Tanto Javier Ullán como Oliveira
hacen plantean que las misiones llevadas a cabo por el padre Samuel Fritz fueron las
responsables de agrupar y congregar a los indígenas en aldeas, fue a partir de allí, que se
fundaron los primeros pueblos y aldeas ubicadas a orillas del rio Amazonas.

Los territorios habitados por los indígenas Ticunas a la llegada de los españoles eran en
tierra firme entre el Amazonas y el Putumayo-Icá, según Ullán. Rescata así mismo las
afirmaciones de cuatro autores como Acuña, Jean Pierre Goulard, Heriarte y Samuel Fritz;
el primero hace una localización de los indígenas Ticuna y sus vecinos los Omaguas, el
segundo emplea como fuente a Laureano de la Cruz para reafirmar el planteamiento de
Acuña ubicándolos en la misma zona, Heriarte los ubica en 1662 en tierra firme, mientras
que Fritz los ubica en lo que hoy conocemos como São Paulo de Olivença.
Dos cosas intenta indagar el autor en este capítulo, uno es acerca del asentamiento donde
fueron ubicados los indígenas por los primeros occidentales y por otro lado, realizar un
cuestionamiento de que si los indígenas Ticuna había siempre sido un pueblo rivereño, es
decir que vive a orillas del rio o en zonas inundables, para ello, rescata las labores de la
arqueología para determinar el cambio de asentamiento de los indígenas. Ullán plantea
además, que donde se encuentran asentados actualmente los indígenas fue el territorio
ocupado por los omaguas, una tribu guerrera que eran los enemigos acérrimos de los
indígenas Ticuna.
Antes de la ocupación en tierras interfluviales por los indígenas Ticuna, éstos habían
habitado las zonas a orillas de los ríos, y la migración a las zonas interfluviales se debió
según Goulard, debido a la presión militar que ejercieron los Omagua sobre los Ticuna, lo
que conllevó a que hacia siglo XIII d. C. los Ticuna se replegasen a una zona interfluvial.

31
En conclusión acerca del hábitat natural de los indígenas, tanto los datos arrojados por la
arqueología y las hipótesis de Gean Pierre Goulard ponen en evidencia la debilidad de los
premisas de la “interfluvialidad originaria” de los Ticuna planteados por Nimuendajú,
Cardoso de Oliveira, Pacheco de Oliveira, Fajardo, etc. Ante lo anterior, Ullán de la Rosa
plantea:
“Lo importante de ésta hipótesis es que parece conducirnos a conclusiones significativas que
permiten reconstruir con mayor claridad ciertos mecanismos que subyacen en las migraciones
históricas de las región amazónica en general de los Ticunas en particular. La hipótesis
de la retirada Ticuna al interior tras una invasión Tupí parece reafirmar la sospecha de
que los espacios selváticos interfluviales no hayan constituido jamás, ni antes
ni después de la irrupción occidental, hábitats “naturales” de asentamiento, sino más bien
zonas marginales o periféricas a las que han sido empujados ciertos
grupos étnicos a lo largo de la historia por presión de otras etnias
amazónicas más fuertes o de la penetración occidental”. 46

Si bien existe un debate al lugar original donde habitaban los indígenas Ticuna antes del
contacto con occidente es en las zonas interfluviales, pero ello, no obedece a que siempre
fue así, lo que pretende mostrar Ullán, de acuerdo con otros investigadores, es que debido a
los contactos violentos con otras culturas como los Omaguas y debido a que los Ticuna no
eran una tribu guerrera deciden internarse a las selvas alejadas de los ríos. Dos aspectos
respaldan esta tesis, por un lado, la que plantea Goulard acerca de la presión militar por
parte de los Omaguas y por otro lado, la importancia que representan para los pueblos
indígenas del Amazonas su cercanía directa con el rio y los suelos productivos que en este
caso eran las zonas várzeas.
La anterior tesis es resaltada por Ullán de Fernando Santo cuando en 1980 plantea “como la
misma lógica del ecosistema presenta, las fértiles tierras de la várzea debían ser las más
apetecibles para cualquiera de los grupos humanos que poblaban la Cuenca Amazónica”.47
Históricamente, en Oriente Medio, considerada la cuna de la civilización, nos muestran la
enorme importancia de poseer una tierra fértil y cultivable, que sea la que les proporcione
los alimentos, caso similar los presentan los hindúes, los chinos y sus proyectos de
irrigación, desde que luego que en América Latina y en los indígenas fue así de importante,
y así lo plantea Helio de Macedo Soares “En América, antes de que llegara Cristóbal
Colón, los Incas, los Mayas y los Aztecas dominaban la técnica de la irrigación. Cabe

46Óp. Cit. Pp. 73.


47 Tesis planteada por Fernando Santos, allí muestra constantemente su interés por demostrar la importancia de las tierras
fértiles por los indígenas.

32
aclarar que son contextos y culturas diferentes, sin embargo, la importancia de la fertilidad
del suelo nos remite a tomar estos ejemplos.
Es así que las zonas várzeas para los indígenas Ticunas constituía una fuente de recursos y
de gran productividad agrícola, adicional a “las excelentes posibilidades de caza y pesca y a
las técnicas de almacenamiento y conservación de alimentos, permitieron que allí se
desarrollaran poblaciones muchos más numerosas que en tierra firme.”48 De acuerdo a
Porro, citado por Elizabeth, a la conclusión que se llega con lo anterior, responde a la
“concentración demográfica, el poblamiento continuo y las grandes dimensiones de las
aldeas indígenas observados por los primeros viajeros, en oposición al poblamiento
disperso típico de las poblaciones de tierra firme”49

El motivo que presenta Ullán acerca de la importancia de las zonas várzeas se debe ante
todo a la agricultura semintensiva50 debido a que gran parte de los mayores excedentes
provenían de ella, tanto para sostener a las poblaciones numerosas, el mantenimiento de la
maquinaria militar y política, hacían de las riveras de los ríos en el “hábitat natural”. Otro
factor que corrobora la anterior tesis es que las comunidades indígenas ubicadas sobre las
zonas fluviales han establecido una red de contactos que no solo son atribuidas al comercio,
sino intercambios matrimoniales, políticos y sociales demostradas por Fernando Santos.

Respecto al balance de lo que se ha planteado hasta acá, podemos inferir que hemos
intentamos demostrar que las comunidades indígenas del Amazonas antes del contacto con
Occidente no eran interdependientes, tal como lo plantea Ullán, y que poseían una gama de
particularidades con otras etnias que no necesariamente las hacían diferentes las una de la
otra, sobre todo el de compartir intercambios, necesidades. Dentro de este marco
interpretativo, Ullán de la Rosa plantea que “el contexto en el que se sitúan los Ticuna
anteriores al contacto con occidente, hemos de desechar esa imagen moderna de las
sociedades amazónicas como unidades aisladas y autosuficientes (tan difundida por la
escuela estructural-funcionalista de análisis antropológico), que no es aplicable a la

48 Riaño, U. Elizabeth, Transformaciones de los asentamientos Ticuna en la ribera del río Amazonas colombiano
Universidad pedagógica y tecnológica de Colombia, Bogotá, D.C. 2001. Pp. 21.
49 Porro, Antonio, O povos das águas. Ensayos de Etno-Historia Amazónica. Editorial Vozes, Edusp. Petrópolis, 1996. Pp.

41.
50 Óp. Cit. P. 74.

33
situación pre-contacto sino, en todo caso, consecuencia de la fragmentación territorial que
supuso la colonización europea de la Amazonía, con la ruptura de la continuidad social y
geográfica de las sociedades indígenas.51
Consideramos por lo tanto, que los factores ambientales del territorio amazónico fueron las
encargadas de permitir unas relaciones activas entre los nativos indígenas rivereños y que
constituyó en prácticas que no son ajenas unas de otras, por el contrario, permitió desde
tipos de intercambios comerciales hasta nuestros días en patrones de subsistencia, pues
aprendieron a vivir en comunión tres culturas sobre las mismas zonas, es decir, sobre el rio
Amazonas y sus afluentes habitan Ticuna, Cocama y Yagua y comparten los mismos
comportamientos éticos culturales, como la justicia indígena, participan políticamente
juntas y compiten de forma pacífica sobre lo económico.
Lo anterior fue una periodización de la historia indígena Ticuna pre-contacto, es decir,
antes de la llegada de los colonizadores a sus territorios, se hace con el mayor interés en
demostrar su densidad poblaciones, costumbres, economía a manera general, pues todas las
anteriores características de los pueblos indígena serán dedicadas en un capítulo aparte.

Lo que nos interesa en este capítulo es el estudio del contacto que tuvieron los indígenas
Ticuna con occidente, para ello, seguiremos revisando el trabajo de Javier Ullán de la Rosa,
allí rescatamos la grandiosa labor que desarrolló a manera de trabajo de campo acerca de
los Ticuna. Ullán plantea que el primer periodo de interacción con el Alto Amazonas puede
definirse a grandes rasgos como “la época de las expediciones exploratorias”.52
La existencia del Amazonas se conocía, de acuerdo a tres expedicionarios (Pinzón, Vélez y
Diego de López), desde 1499, según la investigación hecha por Ullán, los tres
expedicionarios dieron con el lugar tratando de ubicar a la región de las especias, de ese
modo, llegaron a lo que hoy se conoce como Marañón, Rio Grande o el Mar Dulce. Sin
embargo, las expediciones al no tener un interés militar- geográfico, representó un
contratiempo en contra de los expedicionarios porque la exploración se ejecutó tomando
como referencia de partido, plantea Ullán, la cordillera andina, lo que para él, contradice
toda lógica, pues lo más racional es hacerla desde la desembocadura.

51 Óp. Cit. P. 74.


52 Óp. Cit. P. 86.

34
La intención de las primeras expediciones radicaba en su interés de encontrar una región
minada de oro, guiadas por mitos y relatos que su ambición les fue guiando ante todo
peligro, pero que hasta el momento habría resultado una búsqueda infructuosa. No obstante,
fue únicamente hasta la conquista del Perú y las noticias que llegan hasta Quito acerca de
El Dorado, es que se emprenden campañas expedicionarias llevadas a cabo por capitanes
menores.53 Fue Alonso de Mercadillo, quien en 1538 llegó a Marañón, Ullán relaciona a
Mercadillo por ser el primero en llegar a las provincias de Mainas, con la ayuda de sus
hombres pudieron llegar hasta la desembocadura del rio Napo. Es así que las narraciones
acerca de los contactos con indígenas y segados por la avaricia y la codicia que traía
consigo el mito de El Dorado, impulsaron a Francisco Pizarro a aventurarse por el
Amazonas.
Ullán narra que dicha expedición fue conocida como Jornada de la Canela, es así que el
autor puede interpretar los objetivos de Pizarro que consistían en la búsqueda de árboles de
canela, El Dorado, y la búsqueda de la comunicación entre el Marañón y la salida al mar.
Francisco de Pizarro emprendió la expedición junto a su lugarteniente Francisco de
Orellana e 1541 saliendo de Quito, junto a ellos, iban 340 soldados y 4.000 indios.54 La
inexistencia de extensiones de árboles de canela, la moral por el suelo, las condiciones
climáticas y el hambre impuso nuevos desafíos a los expedicionarios que recomendaron a
Orellana incursionar en un pueblo y conseguir alimentos, cosa muy distinta lo que sucedió,
pues Orellana nunca volvió. Pizarro por su parte, al verse traicionado, o por lo menos así lo
creía, decidió regresar a Quito.
A partir de allí es que empieza la aventura de Orellana y sus inquebrantables sufrimientos
al que tuvo que enfrentarse junto con sus hombres debido a que los tratos con los indígenas
no habían sido nada pacíficos y estas noticias y rumores fueron rápidamente difundidas por
miembros de los indígenas. Debido a lo anterior, tuvieron que enfrentarse a todo tipo de
hostilidades que le complicaban cada día la expedición, Ullán concluye que buena parte de
las explicaciones al fracaso de los expedicionarios son responsabilidad de los cronistas,
pues el establece que gran parte de la narración de los cronistas obedecen a intereses
particulares para ganar favores y financiación de la Corona española para sus expediciones,

53 Así los define Ullán, pues considera que no pertenecían a altos rangos militares, y que eran los encargados de hacerse
con la fama y la fortuna por la cuenta de ellos mismos.
54 Óp. Cit. P. 89.

35
ya que dichos relatos son de dudosa credibilidad, pues no se había encontrado nunca El
Dorado, pero tampoco los relatos mágicos de las mujeres guerreras conocidas como
Amazonas, que a cuyo honor fue bautizado el Rio Amazonas.

Francisco de Orellana se trasladó a España junto a sus hombres donde le esperaba un juicio
por una supuesta traición a Pizarro, sin embargo, Orellana salió bien librado del juicio en su
contra. Sobre el resultado del juicio, Ullán concluye en su investigación que el Consejo de
Indias al reconocer todos los favores y servicios que había prestado Orellana a la Corona,
les fue otorgado unos reconocimientos.
Entre uno de los beneficios ofrecidos a Orellana y el de más importancia, es la concesión
firmadas por el rey sobre unas capitulaciones que consistía en la conquista y colonización
de las nuevas tierras descubiertas, es decir, el Amazonas. Para su infortunio y el de la
Corona española, de acuerdo a la narración de Ullán de la Rosa, nunca se pudo cumplir con
la conquista y colonización del Amazonas, por lo menos durante su turno y en gran parte se
debió a la insuficiente financiación por parte de la Corona, adicional a ello, que la
expedición no pudo encontrar el brazo principal del rio y divagó por diferentes puertos a la
espera de encontrar la verdadera ruta, en su afán por ingresar al Amazonas y agobiado por
el desabastecimiento fue a desembarcar en Tenerife y más tarde en Cabo Verde.

Ante las desventuras e infortunios de Orellana se sumó la pérdida de 100 hombres y un


barco la cual le dificultaría mucho continuar debido a las bajas considerables de hombres y
con el riesgo de continuar en un territorio inhóspito y desconocido, donde muchas veces
tuvo que librar batallas con los indígenas de la zona. Sus pesadumbres vieron su fin en
1546 y se reconoce como la etapa final de la expedición de Orellana que concluía con su
muerte. Sin embargo, las narraciones de Carvajal55 sobre el Dorado eran tan fascinantes y
muy encantadoras que la Corona Española no iba a dejar pasar la oportunidad de hacerse
con las riquezas de El Dorado. Es así que la Corona española y sus ansias de encontrar en
tal anhelado Dorado no dieron a torcer los brazos, por el contrario se redoblaron los
esfuerzos desde la administración española56 bajo la dirección de Felipe II en 1557, quién

55 Relación, escrita por Fray Gaspar de Carvajal, Fraile de la Orden de Santo Domingo de Guzmán.
56 Cita tomada de Santos, 1980:70 por Ullán de la Rosa en el libro “Los indios Ticuna del Amazonas”.

36
sería el responsable ante la Corona española de reservar las prerrogativas de otorgar o no
licencias para realizar nuevas entradas.57
Se presentan cambios drásticos, sobre todo en lo administrativo y en los encargados de
llevar a cabo las expediciones, pues las empresas privadas fueron reemplazadas por las
empresas oficiales de la Corona española y cuyo nuevo punto de partida sería organizada
desde el Virreinato del Perú.

Lo que iba a demostrar las posteriores expediciones serían las mentiras de las narrativas
míticas y fabulescas presentes en los relatos de Carvajal que iban en contra de toda
realidad, prueba de ello, fueron las deshabitadas tierras con que se encontraron los
expedicionarios, unos territorios habitados por indígenas, rodeados de recursos naturales
pero que de las grandes plantaciones de canela muy pocas, el oro de El Dorado no existía,
que solo fue, hasta nuestros días, un mito. A diferencia de las crónicas redactadas por
Carvajal sobre el Amazonas y El Dorado, Francisco Vásquez58 escribiría posteriormente
una fuerte crítica sobre las crónicas escritas por Carvajal, porque nunca se encontró dichas
riquezas que se mencionaban en sus escritos. Lo que hace Vásquez es presentar una
radiografía de los indígenas, unas descripciones, su demografía y se habla constantemente
de los Omaguas y de los yurimagua.

Como resultado de esa desafortunada experiencia se presenta la rebelión de Lope de


Aguirre, tanto la rebelión, así como la expedición de Ursúa significaron, como le menciona
Ullán, el principio del fin, a un proyecto expedicionario que prometía riquezas y poder. De
allí en adelante, Vásquez se inclinaría a desmentir todas las crónicas de Carvajal, en
consecuencia, y ante tantos infortunios presentados en su odisea tras la búsqueda de El
Dorado, como el de no encontrar pruebas y no poder justificar una enorme financiación por
parte de la Corona, el Virrey Toledo decidió poner fin a tal desventurada expedición con el
último intento de Sir Walter Raleigh en 1595.

Ullán de la Rosa plantea que con la finalización de las expediciones por el Rio Amazonas
se cerraba un capítulo nefasto y empezaba otra, las de los imperios mercantilistas. Llegaba
57 Óp. Cit. Pp. 94.
58 Véase en el Jornada, escrita por Francisco Vásquez y Pedrarias de Almesto.

37
una generación que apuntaba a las cosas materiales más que a las utopías escritas por
cronistas exagerados y fanáticos, ya que sus intenciones descansaban sobre el sistema de la
encomienda o la plantación.

Dos periodos son claves para entender estos nuevos tipos de control y explotación 1600-
1686, en estos años, se empiezan a migrar al interior del Amazonas por españoles
provenientes de Venezuela y portugueses. Sin embargo, Ullán plantea que al contrario de lo
que pudiésemos creer, fueron primero los holandeses los que establecieron sus
asentamientos en el territorio amazónico brasilero. Ellos fundaron dos asentamientos, uno
conocido como Nassau y el otro llamado Orange, donde cultivaban azúcar y tabaco.
Posteriormente fueron incursionando los ingleses que en 1604 llegaban a la costa de las
Guayanas y fueron exitosos en la medida en que cada avance por cada territorio se fue
creando colonias. Éstos mecanismos de ocupación de territorios inexplorados fueron
despertando interés en los franceses que años después también se aventurarían, fundando en
1612 San Luis, todo ello estaba aconteciendo en la desembocadura del Rio Amazonas.
No obstante, los portugueses pronto despertarían de su letargo y se darían cuenta de la
importancia de los territorios inexplorados para sus intereses y considerando el Tratado de
Tordesillas como a su favor, comienzan una guerra que duraría 10 años entre bandos que se
unieron para luchar contra los portugueses; entre ellos están los anglo-holandeses y anglo-
franco-holandeses y por otro lado, la del imperio español. Fue así que fue enviado a los
territorios ocupados el duque de Alburquerque Francisco Caldeira, quien fue en encargado
de expulsar a los franceses. Ullán plantea que “los hitos fundamentales de este conflicto
cuyo resultado habría de determinar la historia del Amazonas y de sus habitantes fueron la
fundación en 1616 por los portugueses de la estratégica ciudad de Belem do Pará, en la
desembocadura del Amazonas, y la victoria del gobernador de dicha ciudad en 1623 contra
una flota anglo-franco-holandesa.
A partir de 1616 suceden dos hechos importantes en el territorio amazónico, por un lado, en
1621 los españoles ceden a Portugal los territorios ocupados y 1625 que fue el fin del
conflicto que dejaba como resultado final la toma del último fuerte de los holandeses por
parte de los portugueses a mando del capitán Pedro de Texeira que representó el control
total y absoluto del territorio amazónico por parte de los portugueses.

38
A partir de la desocupación del territorio Amazónico por holandeses y la intervención de
otras colonias, los portugueses empiezan a desarrollarse nuevas alternativas económicas por
parte de los portugueses que poco tenían que ver con el oro. Wallerstein plantea que “el
establecimiento de asentamientos estables y colonias de explotación en ambos extremos de
la cuenca amazónica inauguró una nueva situación histórica en la región de consecuencias
dramáticas para las sociedades indígenas. La cuenca entera del Amazonas iba a ser
paulatina e inexorablemente fagocitada por la avidez del sistema económico mercantilista
que ya se perfilaba como el embrión de la economía-mundo capitalista de la cual la región
pasaba a ser periferia.59 Finalmente Ullán de la Rosa concluye que “Tanto por el lado
portugués como como por el español, el Amazonas asistía al amanecer de un sistema
económico y social basado en la reducción de las poblaciones indígenas al estado de
servidumbre”. 60
Hasta éste punto hemos hecho un balance respecto a los primeros asentamientos y
contactos que tuvieron los indígenas con la llegada de españoles, holandeses, portugueses,
franceses e ingleses, así como diversos pueblos, ciudades y fuertes que servirían para
protegerse de sus enemigos y consolidar su dominio en el territorio. Fue así como se funda
San Francisco de Borja por Vaca de Vega en 1619 en la planicie amazónica, la que en
últimas, según Ullán, “habría de servir de cabeza de playa para la posterior colonización y
evangelización española del Alto Amazonas, conocida ya entonces como Provincia de
Mainas.”61 De allí en adelante, emerge un extensivo proceso de evangelización llevada a
cabo por los misioneros, a congregarlos en pueblos o asentamientos, ya que era necesario
por así evitar la captura de indígenas para luego ser utilizados como mano de obra barata o
esclava en las plantaciones de los colonos y posteriormente de las actividades extractivas.

Lo que plantea el autor es la emergencia del proceso de evangelización a los indígenas y de


las concentraciones por parte de los misioneros en pueblos para su evangelización y
dominación. Dichos procesos de evangelización y de concentración de pueblos indígenas

59 Wallerstein, 1991, Pp. 109.


60 Ullán de la Rosa, Javier F. Los indios Ticuna del Amazonas; proceso de cambio social y aculturación. Universidad
Complutense de Madrid, Madrid- septiembre, 1998. Pp. 101.
61 Ullán de la Rosa, Javier F. Los indios Ticuna del Amazonas; proceso de cambio social y aculturación. Universidad

Complutense de Madrid, Madrid- septiembre, 1998. Pp. 98.

39
inauguró, según Wallerstein, 199, “una nueva situación histórica en la región de
consecuencias dramáticas para las sociedades indígenas”.62 Aunque fue de alguna manera
positiva, en el sentido de que se evitaba que sean utilizados como esclavos, asimismo tuvo
afectaciones negativas como el desarraigo de sus formas tradicionales de vida, del idioma y
de sus prácticas religiosas.

2.3 Las bonanzas en el Amazonas

Desde las primeras expediciones realizadas por los europeos al interior de la Amazonía
colombiana, se concibe que la mayor parte de su vasta riqueza descansa es sobre sus fértiles
tierras, sin embargo, hacerse con los recursos de la Amazonía no fueron del todo fácil, así
es como se empieza a concebir la idea de poblar los lugares donde se puedan establecer
zonas de explotación, lo cual pudo hacerse única y exclusivamente sobre la margen del rio,
empiezan a fundarse ciudades con el propósito de abastecer los mercados europeos con lo
que en estas zonas produjesen, en especial productos extractivos o lo que la economía
mundial por ese entonces demandaba.

Aunque la navegación por el río Amazonas resultaba muy difícil, sumado a la humedad, lo
impenetrable de sus bosques y la constante enemistad con algunas tribus indígenas, muy a
pesar de ello, existían unas sobresaltos por parte de los europeos ya resignados de no haber
encontrado nunca El Dorado, deciden intentar buscar nuevos métodos de obtención y
acumulación de riqueza y capital en la explotación de los recursos naturales, los cuales les
permitiese alcanzar considerables beneficios económicos. Ahora bien, para empezar había
que fundar las ciudades de gran importancia como Manaos, el cual sería el epicentro
económico de la Amazonía brasilera, es claro que la motivación nace a partir del interés
económico y por el poblamiento del territorio.

El poblamiento sobre la margen del rio obedece a que era la única fuente de movilidad y
desplazamiento, donde se desarrolla el comercio y el transporte de las mercancías. Por otro
lado, dichas motivaciones de los europeos de ubicar las ciudades sobre el rio, en un
territorio casi inhóspito en aquellos tiempos, respondían en gran medida a unas lógicas

62 Ibíd. Pp. 100.

40
estrictamente económicas debido a la productividad de los suelos y aptas para los cultivos,
casos como el de Brasil donde las alternativas económicas fueron diversas y donde no se
dependió exclusivamente de los metales preciosos como el oro.

Con la fuerte demanda que exigía la economía mundo – capitalista la región amazónica
muy pronto se convierte en el blanco para la explotación y extracción de recursos, como
ocurre, antes que nada, con la quina, más tarde con el caucho y otros recursos
posteriormente, los cuales poco a poco iban a ser tomado rápidamente por la ambición del
sistema económico mercantilista que consistía en la acumulación de la riqueza a través del
comercio y como forma de organizar la actividad económica de un Estado.

Los recursos naturales fueron documentados, en su gran mayoría, por los cronistas durante
sus expediciones por el territorio, una de ellas fueron las plantaciones de canela, y de quina
que pasó a ser un recurso natural y medicinal muy importante ya que contenía propiedades
benéficas contra la fiebre. Fue descubierta por los europeos en tierras amazónicas, sin
embargo, ya era utilizada ancestralmente por los indígenas de las regiones andino-
amazónicos en los ritos de sanación, pues ya era conocida su efecto benéfico.

La quina, según (Moya; 1994: 15), es conocida también como cascarilla, chinchona o
“árbol de la vida.” Según Gredilla, “el conocimiento de la quina data de 1616 cuando
Borja era Virrey del Perú,” y de acuerdo a Zárate, hacia 1638 ya había curado a varios
notables españoles como el corregidor de Loja y la esposa del Conde de Chichón, quién
también comenzó a difundir su uso “entre los pobres”.63 Por su parte los jesuitas fueron los
encargados de transporta hacia Europa cantidades considerables de quina en el año de 1649
y fue en ese momento en el que su uso se difundió. De acuerdo a Gredilla, en la Nueva
Granada, la quina fue ubicada por primera vez en 1753 en el páramo de Guanacas, en
cercanía a Popayán por Miguel Santiesteban y más tarde por José Celestino Mutis en 1772.
Hubo dos momentos, menciona Gredilla, la primera vez fue en Tena, Cundinamarca y la
siguiente fue en 1773 entre Honda y Santa Fe.

Gilberto Zárate plantea que la “alta Amazonía se vinculó a la extracción quinera a partir
de la segunda mitad del siglo XIX con el descubrimiento y la explotación de los quinales de

63
Zárate, B. Carlos G. La quina: Un nuevo espacio económico andino- amazónico de fines del siglo XIX. Editorial
UNILIBROS, Universidad Nacional de Colombia. Revista IMANI, 2001. Pp. 36.

41
la Bota Caucana y la incorporación del alto Caquetá- Putumayo.” La quina en Europa ya
era conocida desde 1630 pero no fue hasta el S. XIX que empieza su intensiva
comercialización durante la época de la colonia. Es decir, que “las primeras exportaciones
fueron controladas por la Corona como una clara expresión del dominio comercial que se
ejercía sobre las colonias.”64

En Colombia, el punto más alto de la exportación de quina se dio en el segundo periodo de


las bonanzas que fue entre 1870 y 1873, 65coincidiendo justamente con un elevado aumento
de la exportación junto al café, continuando su exportación en alza hasta el tercer periodo
1878-1882. Aunque la quina tuvo periodos de altibajos en el mercado nacional y su
comercialización fue por momento esporádica, resultó de gran importancia para la
economía. Los altibajos respondían a las lógicas del mercado exterior y a sus demandas,
donde la incrementación de producción y exportación se daba por la ausencia de nuevos
competidores en la venta de quina en la misma región. Durante el último periodo 1878-
1882 se presenta un punto alto respecto a la exportación de la quina. Sin embargo, las
nuevas plantaciones de quina tanto en Holanda como en Inglaterra aceleraron la caída del
precio de la quina amazónica. Resultó más rentable acceder a los mercados europeos ya sea
por los costos y por el acceso más fácil.

Una vez finalizada el boom de la quina, muchos trabajadores que antes habían trabajado en
la extracción se encontraron abandonados a su suerte, muchos deciden volver a sus lugares
de origen, mientras los demás resuelven aventurarse en la nueva epidemia que yacía
gestarse en el nuevo mercado mundial; el caucho. El boom se da por la aceleración de la
productividad automotriz en occidente, pero también para suplir nuevos mercados como
Inglaterra, Francia, entre otros. Su demanda se debía a “la masificación del neumático para
bicicletas y luego su aplicación a gran escala en la industria automotriz,
telecomunicaciones (cables submarinos), medicina y hasta en los zepelines, dispararon,
hasta enloquecer, su demanda.”66

64 Montoya, Camilo. Economía, tecnología y apropiación de la naturaleza en la segunda mitad del siglo XIX. Pp. 301.
Disponible en línea: http://www.bdigital.unal.edu.co/46808/42/9587010760.capitulo6.pdf
65 Óp. Cit. Pp. 290.
66 Pineda, C. Roberto, La casa Arana en el Putumayo, Revista Credencial Historia N° 160, Bogotá- Colombia, Abril de

2013.

42
Para entender el vericueto mundo de la explotación cauchera es clave partir de las
actividades comerciales del peruano Julio César Arana en la región amazónica. Había
empezado a negociar el precioso líquido en 1901 con los caucheros. Sus inicios en el
negocio fue exclusivamente el de transportador de la materia prima desde el Putumayo
hacia Iquitos y Manaos. No obstante, las ganancias generadas como transportador de
caucho no satisfacen sus ambiciones a tal grado que empieza a emplear mecanismos para
controlar la región donde se concentra el caucho. Es así como dos años más tarde en 1903,
después de empezar su aventura con el caucho, decide fundar La Casa Arana y Hermanos.

El negocio empezaba con la compra de las instalaciones de la Chorrera, organizando su


compañía en dos grandes distritos, cuyos centros principales era los barracones del Encanto
y La Chorrea.67 Pineda plantea que del primero dependía la extracción del caucho en el río
Caraparaná y sus principales afluentes y La Chorrera tenía jurisdicción sobre todos los
barracones de los ríos Igaraparaná y Cahuinarí y sus principales afluentes.

En consecuencia, en buena parte del territorio Amazónico se establecieron unas redes de


extracción y distribución del caucho ejercido mediante el sistema de endeude. Dicho
sistema consistía en asignar a una familia, o en la mayoría de los casos los indígenas a
hacerse cargo de la recolección. Un problema de la extracción del caucho consistía en que
no estaban concentradas en una sola región o no eran productos que se sembraban sino que
eran silvestres, así que para su recolección había que recorrer largas distancias para luego
llevarlos hasta el centro de acopio. La paga obtenida por el producto recolectado era tan
abusiva que muchas veces no respondían al precio justo, algunos pagos consistían en
comida, materiales de recolección, medicamentos, entre otros.

El negocio del caucho a través de la mano de obra indígena, la cual generaba altas
ganancias ya que no había que pagarles un salario real, sino que desde el comienzo de la
explotación se le asignaba una deuda, que tenía que rendirles cuenta al siringuero,
responsable de la recolección total de la goma. El negocio iba en un crecimiento
desbordado, razón que motivó la expansión de empresa, pasó de llamarse la Casa Arana a
Peruvian Amazon Company en 1907 cuya sede principal estaba establecida en Londres.

67Pineda, C. Roberto, La casa Arana en el Putumayo, Revista Credencial Historia N° 160, Bogotá- Colombia, Abril de
2013.

43
Fue en ese mismo año que visitaba el Putumayo un joven llamado W. Harderburg, un
ingeniero que llegó hasta el Craparaná y evidenció el maltrato sistemático al que eran
sometidos los indígenas, los diferentes modos en que eran torturados por el motivo de que
ellos no alcanzaban a reunir todo el caucho necesario exigido por los siringueros. En ese
contexto, dos años más tarde, en 1909 se hace pública una demanda en Inglaterra llevada a
cabo por el joven Harderburg en contra de la compañía peruana, dicho artículo fue
publicado bajo el nombre de “El Paraíso del diablo” revelaba las condicione inhumanas al
que era sometidos los indígenas y los regímenes de explotación que habían sembrado los
explotadores de caucho en el Putumayo.

La publicación tuvo una repercusión casi inmediata y replicó en la esfera pública de la


política a tal punto que el gobierno londinense tuvo que abrir una investigación contra la
Casa Arana, cuya investigación fue dirigida por el Foreigh Office. La persona encargada
para llevar tal investigación fue Sir Roger Casement, cuya estancia en Brasil se debía a
funciones diplomáticas ejerciendo como cónsul del gobierno inglés en Rio de Janeiro,
Brasil. Su labor consistiría en viajar hasta el Putumayo y ver con sus propios ojos lo que
Harderburg había denunciado.

Es así como en el año de 1910 viaja al Putumayo y gran parte de La Chorrera para
comprobar los casos señalados y denunciados años atrás por su compatriota Harderburg. El
joven estaba en la cierto, Casement evidentemente constata el nivel y el grado de maltrato,
barbarie y esclavitud al que eran sometidos los indígenas, eran forzados a extraer cierta
cantidad de látex, el cual tenía que rendir cuentas a un siringero, las represalias en su contra
venían si no podían responder a todas las exigencias que demandaban sus patrones. Muchas
veces los castigos consistían en castigos en un cepo, flagelados y torturados.

Las evidencias presentadas en contra de la Casa Arana reprodujo un malestar inmediato


entre el exterior, mientras que en la sociedad colombiana pareció poco o casi nada
importantes, y puede demostrarse tal indiferencia en el libro de José Eustacio Rivera La
Vorágine que fue de muy poca divulgación y repercusión, el libro fue publicada después de
finalizada la Primera Guerra Mundial. No obstante, sobre el avance en la demanda sobre La

44
Casa Arana, diversos investigadores plantean que el estallido de la guerra desvió la
atención de la demanda presentada por Casement ante el gobierno británico y se estancó,
fueron llamados a declarar Julio César Arana, Casement, Harderburg aunque no se presentó
gran avance.

Roberto Pineda plantea que una vez finalizada la explotación cauchera, Julio Cesar Arana
lleva consigo a los indígenas que habían sobrevivido de la barbarie cauchera y fueron
desplazados hacia el Perú. Dejando como consecuencia un vacío en el territorio amazónico,
una reducción demográfica de indígenas considerables, alteración de las cultura en términos
de desplazamiento cada vez que tenían que huir al interior de la selva con el fin de evitar la
las condiciones míseras y esclavitud.

A pesar de que la extracción del caucho continúo muchos años después, las creces
económica ya no eran las mismas, los precios habían bajado considerablemente y
convirtiéndose en una empresa comercial insignificante. El boom del caucho tuvo dos
momentos importantes, reconocidos por diversos autores, la primera tuvo su auge entre
1879-1912 y la última, que fue un periodo muy corto, entre 1942- 1945.

Tras el fin del boom del caucho, la situación económica iba a cambiar en contra vía de los
intereses económicos de los colonos, que se habían desplazado de las zonas andinas y del
interior del país hasta el Amazonas en busca de aventuras económicas presentes en la
región, y el caucho le brindaba dicha posibilidad. Tanto los colonos, así como los indígenas
comprendieron que las nuevas ganancias continuarían proviniendo de la extracción de los
recursos naturales tanto vegetales como animales que eran abundantes en la Amazonía,
mientras algunos colonos se dedican exclusivamente a la ganadería y el comercio, otros
apuestan a las nuevas bonanzas que empiezan a gestarse.

Es claro que el comercio se movía a través de las bonanzas, así que no podía permitirse su
estancamiento ya que representa, en la comprensión de Carlos Zárate “el sustento
económico de la vida humana depende de los recursos naturales. De ellos las sociedades
consiguen los materiales que necesitan para alimentos, vivienda, ropa, etc. Se puede
considerar que estos materiales son obtenidos de dos maneras básicas: la extracción

45
(simplemente tomándolos del medio natural) o la producción (generándolos a partir de la
manipulación del medio natural).68

Tanto en la Amazonía peruana, brasilera y colombiana los recursos naturales y la


diversidad de fauna en su territorio pronto despertaría el interés de países como EE. UU y
Europa, era solo cuestión de implementar la demanda de los recursos. Las pieles, los peces
ornamentales y más tarde la extracción de madera fueron las alternativas ofrecidas por la
región para continuar con una nueva modalidad de bonanza, la demanda de pieles y
animales considerados exóticos serviría para la comercialización como mascotas, adornos
de hogares, etc.

Ahora bien, finalizado el boom del caucho, las actividades extractivas se desplazaron en
busca de nuevas demandas en el territorio amazónico. De acuerdo a las demandas
extractivas del exterior, los recursos en las selvas amazónicas empezaron a abastecer los
mercados mundiales sin un control y sin medir las consecuencias. En este contexto, llega al
Amazonas colombiano un comerciante norteamericano que se establece en la ciudad de
Leticia- Amazonas donde funda un centro económico que consiste en la exportación de los
productos obtenidos y comprados en el Amazonas, los cuales son sacadas a la venta al
exterior. La nueva bonanza que reemplazaba al caucho llegaba al Amazonas en la década
de los sesenta y setenta, los productos demandados en el mercado eran las pieles, los peces
ornamentales, animales vivos y la madera cuyo objetivo consistía en la compra de los
productos extraídos a los indígenas de la región para su comercialización en el mercado
externo.

Era de esperarse que la mano de obra fuera a ser indígena, bajo la dirección de compradores
que muchas veces eran colonos, quienes eran los encargados de reunir los productos y
llevarlos al intermediario o, en muchos casos, los mismos trabajadores eran los encargados
de transportarlos hasta la ciudad de Leticia y ofrecerlos al comprador. En la nueva oleada
de bonanza en el Amazonas cambia drásticamente las formas y prácticas como se contrata a
los trabajadores, ya que a diferencia del boom del caucho no se presenta sometimiento,
esclavitud ni tortura a los indígenas, sino que hay unos pagos por cada producto entregado,

68Zárate, C. Ochoa, G y Wood, Allan, Puerto Nariño: el pueblo que se mira desde el rio. Retos al desarrollo sustentable
en los municipios amazónicos, Publicaciones ILSA, Bogotá-Colombia, 2006. Pp. 81.

46
no hay una imposición a los indígenas respecto a la cantidad de productos que tienen
entregar al comprador o al patrón. Tanto sus pagos y su tiempo dedicado a la actividad de
recolección y extracción depende únicamente de ellos, así como la organización para la
extracción dependía en gran medida del conocimiento que tuvieran de las técnicas para
capturar animales y peces, muchas veces dichas actividades consistían en reunir a la familia
entera para lograr recolectar mayor cantidad de recursos, incluyendo hijos, padres, etc.

2.4 Impactos de las bonanzas en la población indígena y la región Amazónica

Al hablar de los impactos de las bonanzas en la población indígena queremos dirigirnos a


indagar por las alteraciones culturales, regionales, sociales y económicas que se han
visibilizado en el territorio amazónico, es claro que cada fenómeno de explotación y
extracción de recursos trajo consigo sus propias dinámicas y métodos, cuyos fines
consistirían en obtener productos demandados en el mercado y el aumento de sus ganancias
a cualquier costo. Ahora bien, para el caso de la quina hay tres fenómenos por comprender,
según el planteamiento hecho en el prólogo del libro de Carlos Zárate escrita por Germán
Palacio, sostiene sobre el aislamiento y desconocimiento del territorio amazónico y que se
debía a que las guerras independentistas “acentuaron el aislamiento relativo de la
Amazonía producido por los fracasos misioneros (…) Sin embargo, esta fase de
desconexión con el resto del país fue vigorosa aunque parcialmente reversada en el largo
plazo por la explotación de la quina después de 1870”.69

La segunda tiene que ver, según Palacios, al posible empobrecimiento de las familias
caucanas a causa de la guerra la que derivó en la búsqueda de nuevas fuentes de riqueza en
la zona norte de la Amazonía generando poblamientos de nuevos colonos en territorios
indígenas. Por último, tiene que ver con la existencia de quina en la vertiente andina de la
cuenca amazónica colombiana que permitió recuperar los lazos perdidos entre las dos
formidables biomas: los Andes y la Amazonía colombiana.70

69 Zárate, B. Carlos, Extracción de quina: la configuración del espacio andino- amazónico de fines del siglo XIX.
Universidad Nacional de Colombia, Editorial UNILIBROS, IMANI, Bogotá- Colombia, 200. Pp. 11.
70 Ibíd. 11.

47
Palacios formula que paradójicamente la explotación de la quina y el caucho resultaron más
en una fuerte reconexión de la Amazonía con el mercado mundial que con el conjunto de la
nación.71 En ese sentido, era comprensible el olvido que había por parte del gobierno con
estos territorios, que ante la explotación de la quina, del caucho y del sometimiento de los
indígenas al trabajo forzado muy poco o casi nada hizo el gobierno para frenar tal atropello.
Finalmente lo que en realidad trajo consigo la bonanza de la extracción de quina fue un
rápido poblamiento y colonización de las áreas donde se desarrollaba la explotación.

María Camila Sánchez Gómez en su planteamiento sobre la historia del Amazonas formula
que estuvo marcada “por la explotación de los recursos naturales, tanto renovables como
no renovables: entre estos, el barniz, ceras de animales, quina, gomas, oro, petróleo,
maderas, ganado, comercio de pieles, flora para patentes multinacionales y coca. (…)
estos recursos continúan marcando los períodos de distintas bonanzas que dependen de los
ciclos económicos mundiales, y que si bien introducen a la zona temporalmente a
mercados amplios, al mismo tiempo generan poca riqueza y bienestar a sus pobladores,
por el contrario generan esclavitud, épocas de terror y masacres en las zonas donde se
concentra la producción”72

El efecto cultural que produjo las bonanzas tanto de la quina como del caucho en los
indígenas fue devastador, desde la prohibición de las prácticas culturales, como los
asesinatos y desplazamientos aceleraron la disminución demográfica de la población
indígena, ya que tenían que huir al interior de la selva para salvaguardar sus vidas y su
cultura. La lengua fue prohíba en muchos casos, los mayores adultos muchos fallecieron
como consecuencia de los aberrantes castigos, la huida al interior de la selva muchas veces
fue la mejor decisión, la cultura se vio seriamente afectada porque no era practicada como
antes de la llegada de los colonos, ya que el tiempo era empleada a los trabajos forzados.

La deforestación del bosque no escapó de la explotación cauchera, muchos árboles de


caucho fueron talados y nunca reforestados, es claro que el árbol de caucho era explotado
en su área silvestre, así que una vez explotado un sector donde se encontraba las matas de

71Óp. Cit. Pp. 12.


72 Tomado de la Revista Agencia Prensa Rural. Escrita por: María Camila Sánchez Gómez. 2009. Disponible en línea:
http://prensarural.org/spip/spip.php?article3426

48
caucho, hacía que cada vez fuera más complicado encontrar árboles para explotar, para lo
cual había que adentrarse más a la selva para encontrar más producto.

Los indígenas al estar sometido casi todo el tiempo en la extracción del caucho olvidaron
sus modos de vida, la siembra pasó a ser una actividad secundaria, dejando como resultado
un cambio en la dieta alimentaria, pues ya no se alimentaban de lo que se cazaba, sembraba
o pescaba, sino que fueron reemplazados por productos enlatados y/o empacados, sus
hábitos, sus formas de vestirse y el de sus prácticas culturales se vieron afectadas.

Sobre la explotación de los recursos vegetales como la quina y del caucho es preciso
afirmar que su explotación “durante el siglo XIX significó cambios en la legalidad
económica – espacial con repercusiones importantes sobre las anteriores modalidades de
intercambio con el ambiente selvático.”73Por otro lado, Roberto Pineda plantea que “la
bonanza del caucho transformó la cuenca, al multiplicar los contactos y promover la
formación de la ciudad de Manaos y la modernización de la vieja ciudad de Belém. En el
alto Amazonas, la población de Iquitos se consolidó como el centro de los negocios del
caucho peruano.”74

Fotografía de R. Casement en el Putumayo junto a los negros de Barbados en 1910-191175.

73 Disponible en : http://www.flacsoandes.edu.ec/biblio/catalog/resGet.php?resId=9965
74 Pineda, C. Roberto, La casa Arana en el Putumayo, Revista Credencial Historia N° 160, Bogotá- Colombia, Abril de
2013.
75 La fotografía de Casement con los negros de Barbados son una prueba contundente de la utilización de los negros con el

fin del ejercer control sobre la población indígenas y controlarlos.

49
No es acertado afirmar que el boom de las diferentes explotaciones extractivas en el
Amazonas solo tuvo efectos negativos para la región, o que de alguna manera las ganancias
fueron muy pocas en materia económica para la región, frenando el desarrollo de la región,
por el contrario, las ciudades incrementaron su nivel industrial y comercial, el aumento de
la concentración poblaciones en las urbes posibilitaron nuevas formas económicas tanto
para indígenas como colonos. Aunque sí podemos afirmar con certeza es que las ganancias
para los indígenas fueron paupérrimas y a pesar de estar inmerso en las bonanzas, sus
condiciones económicas no fueron del todo mejor.

Sobre los efectos en la región de las prácticas extractivas o de las bonanzas, podemos
afirmar que “la fiebre de la quina, primero, y del caucho, luego, impulsan el crecimiento de
Iquitos y la apertura del río Putumayo a la navegación comercial. También trae consigo un
patrón generalizado de explotación feroz de los indios amazónicos, en Bolivia, Brasil,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.”76

La conclusión que planea Darcy Riveiro acerca de los efectos producidas por las bonanzas
extractivas es que “impone la disolución de grupos tribales densos y la dispersión por los
bosques mediante el empleo de hombres como remeros y obreros y de las mujeres como
concubinas y productoras de comida”. Agreda además que “el bajo grado de organización
y de la vida social y de la imposición de las instituciones nacionales que prevalecía en
aquellas áreas colocó a los indígenas ante grupos inestables extremadamente agresivos y
ante formas particularmente arcaicas y despóticas de alistamiento de la mano de obra
para la producción”77 Si bien es cierto que la desatención del gobierno colombiano fue
evidente, no es desacertado afirmar que en gran parte se debió a que no tendría intereses en
la región, así como sería con el oro y el petróleo posteriormente.

76 Uribe, M. Tomás, Caucho, explotación y guerra: configuración de las fronteras nacionales y expoliación indígena en
Amazonía, Banco de la República de Colombia, Bogotá – Colombia, enero- julio, 2003. Pp. 36.
77 Ribeiro, Darcy, Fronteras indígenas de la civilización. México: Siglo XXI Editores 4ª edición. 1971.

50
CAPÍTULO III
LA HISTORIA DE JUAN SILVA CAHUACHE

3.1 ¿Quién es Juan Silva Cahuache?

Juan Silva Cahuache nace el 1 de junio de 1933 en São Paulo de Olivença, Brasil.
Pertenece a la etnia Cocama. Un hombre anciano de 83 años de edad, viudo, se había
casado con una mujer indígena Ticuna llamada Alejandrina Valerio con quien tuvo ocho
hijos: Jorge Silva, Francisco Silva, María Silva, Clara Inés Silva, Sergio Silva, Jesús Silva,
Nixón Silva y James Silva, y otra hija (Q.E.D.D) pero así mismo, tuvo dos hijos con Isolina
(no recuerda el apellido) llamados; Demetrio Silva y Carmen Silva, diez en total. Desde
luego que es una familia numerosa, que ronda los casi cuarenta miembros en total hasta la
cuarta generación. Sus padres fueron Agustín Marihuari Cahuache y Angelina Silva
Cahuache.
Su caminado es lento y erguido debido a los años, pero sus ojos siguen casi intactos y
envidiables, su hablar expresa tranquilidad, es muy común verlo, tanto en las mañanas
como en las tardes, leyendo muy de cerca una vieja biblia que siempre lo acompaña, cuyas
letras son muy menudas y con gráficos. Su energía aún le permite montarse en una canoa y
desplazarse por el rio Loretoyacú desde la comunidad indígena de San Francisco, donde
actualmente vive, hasta Puerto Nariño para vender productos comestibles ya sea jugos,
productos naturales, remedios medicinales y frutas con el que sostiene un hogar, el cual
comparte con su hijo menor; James Silva Valerio.

En su pecho siempre porta una cruz de madera, el cual evidencia su ferviente y aprehendida
devoción a la religión cruzada, acostumbra a vestirse con camisa con mangas largas,
pantalón de nilón y zapatos negros. Su sentido de humor le permite socializar abiertamente
con cualquier miembro de la comunidad, siempre en cuando no esté leyendo o rezando.
Siempre que socializa termina dando algunas lecciones morales o recitando algunas citas
bíblicas a sus interlocutores.

Aún, muy entrado en años, su oficio de comerciante corre por sus venas, claro que esta vez,
a una escala mucho menor, y con los productos que encuentra en la región. No muchos
años atrás, había oficiado de comerciante de peces ornamentales y más tarde de maderero,

51
oficio que muchas veces impedía que pasara mucho tiempo con su familia debido a los
viajes casi constantes entre Puerto Nariño, Leticia, Tabatinga (Brasil) y Caballo Cocha
(Perú). Así que el oficio de madre y padre la correspondería a la abuela, quien apoyada por
los hijos mayores mantiene a los demás hermanos. Nunca supo invertir bien sus ganancias
económicas que devengaba de las explotaciones extractivas, tenían una estabilidad
económica envidiable, por lo menos, así lo recuerdan con mucha nostalgia los hijos. No
obstante, en el hogar la situación económica por esos tiempos no era la mejor, algunos hijos
escasamente pudieron terminar la primaria, otros no tuvieron tanta suerte. En consecuencia,
las malas acciones tomadas por el abuelo Juan Silva, facilitaba que sus hijos tomaran
caminos diferentes, el mayor se alista a la vida militar, su hija María Silva se reúne con su
actual esposo llamado Alejandro Teteye, Clara Inés Silva llega a la ciudad de Bogotá como
trabajadora doméstica. La familia se va fragmentando ante sus ojos.

No fue del todo un padre amoroso y unido a sus hijos, en parte es por el oficio de
comerciante que no le permitía dedicarse a ellos, sus quehaceres, los amigos y el alcohol
ahondaron la crisis familiar, gran parte de la ganancia adquirida iba a terminar en los bares
y en los placeres mundanos. Es claro que la vida de un padre ejemplar no iba con él, del
alcohol pasó al consumo de bazuco, el tabaco, las mujeres, las peleas. Un hombre que sus
malas acciones y decisiones llegaron a afectar incluso la vida de la abuela, quien fue, por
mucho tiempo, víctima de malos tratos, del descuido y la desatención.

3.2 La llegada al Amazonas Colombiano

Juan Silva llega desde Sao Pablo de Olivença a Leticia- Amazonas en el año de 1942 en lo
que podríamos decir, en el último período de la segunda ola de la bonanza cauchera. En
1943, un año más tarde, llega a Puerto Nariño. Fue desde muy niño criado por su abuela, ya
que nunca conoció a su verdadero padre, lo había abandonado cuando apenas tenía unos
meses de nacido. La abuela se hizo cargo de su educación y su cuidado hasta que por una
decisión tomada entre su madre Angelina Silva y su padrastro Francisco Antonio Silva
acuerdan llevarlo hasta la ciudad de Leticia, en el sur de la Amazonía colombiana.

52
Fotografía tomada de: Wikipedia.78

Con tan solo once años de edad, se embarca en una aventura desconocida por el rio
Amazonas en busca de nuevos desafíos para un joven de escasa edad, acompañada de su
madre y otros viajeros en una lancha partían desde San Paulo de Olivença hacia Leticia.

Por esos años la Segunda Guerra Mundial estaba en su curso más fuerte, un año atrás,
EE.UU había entrado a la contienda impulsada por el bombardeo de Pearl Harbor por parte
del imperio japonés. Alemania e Italia declaran la guerra a EE.UU y así es como se
convierte en una guerra mundial a gran escala. Los japoneses en su avance por controlar el
pacífico logran aislar a los aliados de las fuentes productoras de caucho que se encontraban
en Indonesia, Malasia y Filipinas, lo que posibilitaría la producción a gran escala del
caucho sintético en EE.UU. El caucho iba a ser reemplazado por el sintético con el cual se
hizo posible surtir las demandas exigidas en la guerra para la construcción de submarinos,
aeronaves, entre otras.

La segunda oleada del boom caucho (1942- 1945) fue muy efímera en el Amazonas, a pesar
de que aún se seguía extrayendo ya no era muy rentable como otrora, las semillas fueron
transportadas a otros lugares como Asia y plantadas en las colonias británicas desde la

78Mapa tomado de guía urbano para São Paulo de Olivença. Muestra además la distancia y el recorrido que hicieron los
padres junto a su hijo antes de llegar a Leticia.

53
Primera Guerra Mundial por Henry Wickham, la que permitió que Gran Bretaña se
asegurase su sobrevivencia a la guerra.

En este contexto, y a pesar de que el boom del caucho estaba en sus últimos momentos, la
familia de Juan Silva decide arriesgarlo todo y llevarlo a Leticia. A su llegada al Amazonas
colombiano y entre sus relatos, recuerda con mucha frescura y vigorosidad como si se
tratase de hace apenas unos muy pocos años, que la gobernación era apenas una pequeña
comisaría, claro, a diferencia de ciudades como Manaos e Iquitos que se habían visto
beneficiados directamente del boom del caucho, esta región había permanecido abandona a
su suerte, ni siquiera el intento de invasión por parte del ejército peruano despertó el
sentimiento nacionalista colombiano, ni se motivaron a impulsar políticas del Estado a la
consolidación de sus fuerzas políticas, asistencia social, etc., en la triple frontera.

3.3 La conformación de su familia

A la edad de 17 años conoció a Alejandrina Valerio, la que sería su esposa hasta cuando,
muy afectada por un cáncer, fallece en su casa ya muy entrada en años, la abuela supo lidiar
con una adversidad difícil como hacerse cargo de 6 hijos varones y dos mujeres en unas
condiciones económicas humildes, como el de brindarles la educación desde la escuela
hasta el colegio, aunque solo el menor logró terminar el bachillerato en el colegio José
Celestino Mutis de Puerto Nariño Amazonas, los demás se dedicaron a diversos oficios
como la agricultura, la política, la construcción y a trabajos manuales.

Se conocieron cuando nunca antes se habían estado buscando, si la distancia fue años atrás
una imposibilidad que no hacía posible de que se imaginasen siquiera encontrándose, su
repentina llegada al Amazonas colombiano aumentó esa posibilidad al darse la casualidad
de instalarse a muy pocos metros de la familia de su futura mujer. Aunque escasamente se
podían ver, no fue sino hasta que se presentó la oportunidad de encontrarse a orillas de una
quebrada. Fue así como sus primeros encuentros se dieron en el lugar donde ella
acostumbraba bañarse, y tras varias citas a escondidas fueron sorprendidos y que de

54
acuerdo a la vieja tradición de aquellos tiempos, fue razón suficiente para que los padres de
la abuela decidieran prohibirle a que se vuelvan a encontrar.
La desaprobación que provenía por parte de la familia de la abuela debido a la reciente
relación, desencadena uno de los eventos más trascendentales en la vida de ellos dos. Por
una parte, ante la desobediencia de la novia de volverse a ver, sus padres la expulsan de la
casa y se va a vivir por unos días en la casa de un vecino, fue así como tres días más tarde,
el abuelo va a visitarla y ella muy obstinada por el amor que tiene hacia su nuevo
pretendiente, le sugiere que por favor la lleve junto a él para su casa.
Es así que ante la prohibición de volverse a ver y de ser expulsada de su hogar, la futura
novia toma la decisión de embarcarse en una canoa con el abuelo, sin siquiera saber a
dónde y cómo fueran a vivir, quizás en ese momento el amor lo podía todo, estaban
enamorados y con eso bastaba, los planes a futuro no parecían importarles, así mismo,
tenían muchas expectativas con el futuro incierto que les esperaba.
No obstante, la familia de la novia a partir de ese momento no iba a ponerlos tan fácil, era
claro que la familia no renunciaría muy fácil a su hija, sabiendo toda la incertidumbre que
atravesarían, ya que ambos eran muy jóvenes, y es así como, días más tarde, fueron
reprendidos por los hermanos y primos de la abuela, los cuales pretendían que revirtiera su
decisión y que volviera a la casa, no sin antes culpar al novio de que aquella aventura
amorosa fuera planeada por él, razón por la cual toman la decisión de demandarlo al
corregimiento (hoy Puerto Nariño), y así es como se llevan de nuevo a su enamorada en la
canoa para la casa de sus padres. Días más tarde, la abuela manda a llamar su enamorado,
después de que se calman un poco los ánimos, fue en ese momento que él decide,
definitivamente, llevarla a vivir con él a su casa.

A pesar de tantas insistencias y súplicas por parte de la familia con el fin de hacerla volver,
no fue posible conseguir que ella cambie de parecer, la decisión ya estaba tomada y con
ello, el futuro inmediato de la familia empezaba a escribirse. Tras varios intentos fallidos de
prohibir a la enamorada mujer de encontrarse con su pretendiente, la familia se resignó y
termina aceptando la decisión que tomaba su hija, y es gracias a sus determinaciones y
acciones que de allí en adelante terminaron viviendo juntos. Es así como logra conformarse

55
posteriormente la familia Silva Valerio, que a pesar de las adversidades, juntos llegan a
tener 8 hijos.

La juventud de Juan Silva, así como su vida adulta estuvieron marcadas por un
descomedido consumo del alcohol, de las fiestas, la mala vida, situación que con el paso de
los años no es distinta, ni en su conducta ni en su relación con la familia. Sus hijos
empiezan a conformar sus propias familias y sus hijas empiezan a tomar rumbos diferentes,
en busca de nuevas oportunidades y mejor para ellas, así que la esposa va quedándose sola
con los hijos menores. Cuando todo parece indicar que nada de la situación va a mejorar se
presenta en la comunidad una misión cristiana liderada por Francisco Da Cruz bajo el
nombre de Orden Cruzada Evangélica, Apostólica y Romana, que en la década de los 60s
inicia una travesía evangelizadora por el Amazonas brasilero, peruano y colombiano. Es
por la sugerencia de un amigo que decide dar un giro a su vida convirtiéndose a la religión.
El suceso lo describe de la siguiente manera:

“Yo estaba yendo para Caballo Cocha en Perú y me encontré con un amigo que era muy
desperdiciado, él tenía buenos trabajadores, aserradores, tenía como doce parejas de
aserradores, tenía un comercio grandísimo pero tomaba mucho y tenía muchos problemas y
también por medio de otro amigo que le dijo “amigo usted tiene que dejar eso, porque así
no te va a caminar bien eso, porque todo la plata que usted tiene se lo toma, lo bota, te lo
roban, entonces tienes que dejar eso. Vamos a ésta misión que ésta misión es conveniente
porque ahí nos quita todo lo malo”79

Su vinculación, por primera vez, a la vida cristiana no fue suficiente y determinantes para
cambiar sus malos hábitos, por el contrario, fueron una serie de desventuras o anécdotas
que tuvo que pasar para darse cuenta de que algo estaba haciendo mal. La primera anécdota
que le sucedió fue que, después de bautizarse en la Orden Cruzada, fue a consumir alcohol
con sus amigos en la comunidad indígena de Veinte de Julio, durante los momentos que
compartía con sus amigos empezó a sentir fuertes mareos y escalofríos que le hizo pensar
en la muerte, aquella anécdota le hizo pronunciar la siguiente súplica de arrepentimiento:
“Señor, dame otra oportunidad y no te voy a volver a fallar”.

79 Entrevista a Juan Silva Cahuache sobre su conversión a la religión y de la influencia que recibió por parte de un amigo
cristiano.

56
Sin embargo, sus arrepentimientos no pararon allí, el consumo de bazuco que era más
conocido como cocoroco le hizo pasar otras desventuras, pues resulta que una vez fumando
el bazuco, que es una sustancia alucinógena, tuvo una experiencia aterradora con un
espíritu maléfico cuando estaba fumando, dicho acontecimiento fue recibido como una
señal divina que le indicaba que tal comportamiento iba en contra vía de sus principios
religiosos. Adicional a la experiencia sufrida, hace muchos años le aquejaba un fuerte dolor
de espalda y ya muy cansado de la mala vida decide rebautizarse de nuevo y empezar como
un cristiano ferviente hasta la actualidad.

3.4 Su participación dentro de la historia de Puerto Nariño

Juan Silva afirma tajantemente afirma que nunca le ha interesado el ejercicio de la vida
política, pues cuestiona de sus verdaderos fines sociales, más bien lo considera como una
forma poco honesta de apropiarse de los recursos económicos de la comunidad y
aprovecharse de los demás. Razón que lo motivó a trabajar siempre de forma
independiente, aprovechando las coyunturas económicas que se presentaran en la región,
sobre todo la extracción de recursos. La agricultura tampoco fue de su especialidad, o más
bien de su preferencia, y en menor medida la cacería y la pesca, cuyo oficios son muy
comunes en la región, debido a la gran diversidad de animales y peces, convirtiendo a
aquellas actividades económicas en las más importante para las comunidades asentadas
sobre las márgenes del rio Amazonas y sus afluentes. Sus actividades económicas siempre
dependieron exclusivamente de las explotaciones extractivas como el caucho, los peces
ornamentales, la pesca y la madera.

A su llegada al Amazonas, más exactamente en Leticia, estuvo un año allí en la ciudad


junto a su familia hasta que, con 12 años de edad, emprende su recorrido por el Amazonas
colombiano en un barco llamado Nariño. De su travesía por el rio Amazonas rememora lo
siguiente: a “Puerto Nariño recuerdo tanto que llegamos como a las 2:00 p.m. de la tarde.
Llegué en el barco Nariño, ese fue el motivo por el cual pusieron el nombre de Puerto
Nariño, fue el primer barco que llegó en tiempo de la siringa (caucho”). Aunque él no se

57
establecería mucho tiempo en Puerto Nariño por motivos de trabajo, que gracias a un
americano llamado Misterchulte, (no recuerda bien su pronunciación ni el apellido) que se
quedaron, tenían que buscar primero dónde iba a trabajar y ubicar la casa para ir a trabajar
la shiringa. Narra que tiempos después fueron a hacer su casa en Tarapoto y allí se
establecerían. Ya cuando empezó el trabajo de la siringa, no solamente él, sino todos
cogieron su rumbo a hacer su casa para continuar el trabajo de la siringa.

Nos interesaba indagar a profundidad, cuyo propósito debe esta investigación, por la mano
de obra en lo que hoy comprende el Resguardo Indígena Ticoya, para contextualizarnos. A
diferencia de lo ocurrido en la Alta Amazonía, como en el Putumayo y La Chorrera, Juan
Silva comenta, al preguntarle ¿Cómo reclutaban la mano de obra?, si trabajaban solo
indígenas o solo colonos o si traían su gente de otras regiones y países, él responde
contundentemente que no. Había trabajadores brasileros y peruanos, más bien pocos
colombianos. La mayoría fueron brasileros y peruanos. Los indígenas también trabajaron
siringa y el caucho.

Indagado sobre la diferencia de sueldo entre los indígenas y los colonos y si los pagaban
por igual, él responde que “Sí. Allá le pagaban al colono y el precio que le pagaban al
colono les pagaban también a los indígenas. El peso que le pagaba al colono le pagaba al
indígena. Le pagaban por kilo. El precio era todo parejo”. Juan Silva narra en la entrevista
cómo es el proceso llevado a cabo para la conservación, transportación y proceso final del
caucho, para ello, “al caucho lo asaban y hacían unas pelotas grandes, esas pelotas
pesaban 40 o 50 kilos o 80 kilos depende el trabajador, a algunos no le daba mucho el
caucho sino que le salía dos frascos, que eran como dos galones, algunos sacaban 10, 20
frascos, entonces. El caucho lo pagaban por kilo y yo no sé a cómo pagaban el kilo de
caucho. 120 kilos hacían en 2 semanas y muchos no hacían nada porque no sacaban
bastante resina. Los que sacaban mucho entregaban a veces 2 pelotas de 100 o 200 kilos,
algunos sacaban bastante, pero hacían su platica también”.

Como habíamos mencionado anteriormente, el caucho durante su llegada al Amazonas


colombiano fue efímero, así que con sus palabras relata que “eso duró como 3 años y se
terminó la fábrica de la siringa porque vino un avión expresamente de EE.UU a comprar
pescado de acuario. Yo me acuerdo que en ese tiempo pagaban a veinte centavos en dólar

58
pagaban por cada pez… compraban varias clases de pescaditos como neones, estrigatas,
péncil, trijuaciato, popeína, peje gallo, peje hoja, tetrazul, chilodo, corredoras verdes,
corredoras agazis, corredoras pantato, corredoras yulis, corredoras malaconducta,
otocinclo” Entonces la duda era ahora que pasó con los recolectores de caucho una vez
finalizada definitivamente la extracción, ante la inquietud responde que “algunos volvieron,
pero la mayoría se quedó, a donde ya se forma Puerto Nariño, ese fue en el tiempo de los
siringueros que se formó ya Puerto Nariño.”

Sobre la historia de Puerto Nariño y su llegada al municipio nos cuenta que “había como
cuatro casas” y recuerda los nombres de los primeros habitantes que vivían en el pequeño
pueblo y los menciona con mucha vigorosidad; “sí. Otavio Coello, Igidio, Puricho,
Sebastían. Otavio Coello pertenece a la familia de Aurelio Coello, Antonio Coello.”

Dado que casi toda su vida vivió en San Francisco, una comunidad indígena ubicada a 20
minutos por vía fluvial del Puerto Nariño, donde la mayor parte de sus habitantes son
Ticuna, fue más que interesante indagar sobre su llegada a la comunidad y cómo se
estableció allí: Juan Silva responde que “nosotros vivíamos en Loretoyacú arriba, nosotros
vivíamos abajito de la casa del suegro. Nosotros bajábamos a trabajar en el barracón. San
Francisco no existía todavía, solo había una casita allá por la quebrada”.

Sobre el contacto con los indígenas Ticuna relata que “nosotros salimos a andar con mi
Mamá, la finada y el finado, cuando llegamos ahí no había habitantes, los habitantes
vivían en el centro, no era como ahora, ahora salieron a la claridad. Antes vivían
remontados, no vivían sobre la margen de los ríos. Ya con el tiempo fueron saliendo en el
tiempo del trabajo ya salían porque la tribu indígena no ha sido bravo, la tribu indígena no
comió gente. Lo resto todos comieron gente el cocama, el Huitoto fueron carnívoros, los
ticuna no.” Y concluye “cuando llegamos acá en el 43, uno subía para acá arriba y no
encontraba casa solo allá arriba que vivía manuelillo el hermano de la suegra mía”.

Sobre la explotación del caucho y el trato a los trabajadores indígenas diverge mucho de las
llevadas a cabo en el Alto Amazonas; los salarios eran pagados al igual que los colonos,
dichos pagos era efectuados de acuerdo a la capacidad de los indígenas en la recolección de
la goma, más no una imposición por cantidad, no estaba sujeto a un siringero.

59
CAPÍTULO IV
ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN DE LOS TICUNA

En este capítulo nos planteamos indagar por algunas de las estrategias empleada por los
indígenas Ticunas, y que es la razón principal de la investigación, que posibilitó su
supervivencia desde antes de la llegada de europeos a la zona, las luchas interétnicas, por el
territorio con los Omaguas, el sistema mercantilista, la esclavitud con las bonanzas, en
especial con la quina y el caucho. Por otro parte, las diversas religiones que ingresaron al
territorio como la católica, los jesuitas, entre otros, habían comenzado una oleada de
concentración y evangelizadora en los pueblos Ticuna.
Los efectos en la cultura, productos de la imposición religiosa y la educación aceleró una
rápida pérdida de buena parte de la cultura, sobre todo, el cambio en la adoración a las
figuras religiosas de los Ticuna por el de la religión católica, la imposición del uso de la
lengua española que sustituía a la lengua Ticuna, las formas de vestir, aunque se siguieron
conservando los modos de vida, la dedicación a la pesca, la siembra y la cacería, etc.

Buena parte de la pérdida de tradiciones ancestrales de los Ticuna no se debió únicamente a


las condiciones de esclavitud y sometimiento, antes de ello, se había presentado una
reducción demográfica de la población indígena con la llegada de los europeos debido a las
nuevas y desconocidas enfermedades que muy pocos indígenas toleraron, la muerte de
mujeres, niños y ancianos en cualquier sociedad produce un desequilibrio cultural. Por otra
parte, se presenta una desviación y declive de los valores culturales perpetrada por lo
occidental y la dispersión de la población indígena. Ante la reducción demográfica, la
amenaza cultural y la lucha por el acceso al territorio han recurrido a unas estrategias para
el fortalecimiento de la cultura, el caso más representativo ha sido la ferviente rivalidad
entre las colonias españolas y portuguesas por el control del territorio, el cual demandaba
mano de obra y materia prima para su expansión.80
Es conocido que todas las disputas que se han presentado a lo largo de la historia de la
humanidad hasta la actualidad, se debe al motivo por el aseguramiento del territorio y de

80Ver; Zárate, B. C, Gilberto, Movilidad y permanencia Ticuna en la frontera amazónica colonial del siglo XVIII. Journal
de la Société des Americanistes. 84. Pp. 73-98.

60
los recursos naturales y a su acceso, siendo una de las principales razones por las cuales han
existido enfrentamientos y rivalidades entre reinos, culturas, pueblos, naciones etc.
La incursión en los territorios habitados por los indígenas generó, según Zárate Botía,
“fenómenos de movilidad, desplazamiento y redistribución de la población indígena y por
tanto importantes cambios demográficos, sociales y culturales que de alguna manera han
determinado las condiciones actuales de distribución espacial y apropiación territorial de
la población indígena de la región”81. No obstante, la población indígena Ticuna no
disminuyó y se consolidó como el grupo más numerosos de las zonas rivereñas del
Amazonas, seguían aún conservando gran parte de su identidad cultural y la permanencia
en sus territorios a pesar de las disputas externas del que fueron sometidos durante gran
parte del siglo XVIII, y de las disputas internas con los Omaguas y los Yaguas, quienes
después del éxodo de sus territorios originarios fueron reocupados por los Ticuna. En
consecuencia, según Zárate, los anteriores fenómenos, permitieron a los Ticuna “comenzar
un proceso de expansión durante el siglo XIX que se evidencia hasta el presente y que muy
seguramente tiene relación directa con la fortaleza étnica que les permite hoy, a sus casi
cuarenta mil miembros mantenerse con relativo éxito en el área fronteriza de tres estados
nacionales, Brasil, Colombia y Perú”.82
Según datos históricos acerca de los territorios originarios de los Ticuna expuestos por
Zárate, indican que sus asentamientos estaban ubicados en <<tierra firme>> contrario a las
zonas donde hoy habitan, mientras que los Omaguas son considerados como rivereños, es
decir que la concentración poblacional de los Omaguas estaba concentrada sobre la orilla
de los ríos o várzeas. De acuerdo a lo planteado podemos inferir que los Ticunas dominaron
los ecosistemas de tierras altas, mientras que los Omaguas se adaptaron a los ecosistemas
de zonas bajas y a la creciente de los ríos en periodos de lluvias, cuyos ecosistemas fueron
posteriormente reocupados por los Ticunas. Zárate plantea la existencia de unos límites
entre ambas culturas, lo cual llevó a definir “una especia de fronteras interétnicas desde
una perspectiva de ruptura y a hacer un énfasis desproporcionado en la mutua exclusión u
oposición de los ecosistemas de várzea con respecto a los de tierra firme y por extensión, a
una visión que enfatiza las diferencias entre los habitantes de uno y otro entorno”.83

81 Óp. Cit. Pp. 74.


82 Óp. Cit. Pp. 75.
83 Óp. Cit. Pp. 76.

61
Los indígenas Ticuna no escapan de esa ley natural ya que tuvieron que enfrentarse a los
Omaguas, tribu guerrera por naturaleza, por cuestiones del territorio y de las zonas fértiles
conocidas como las zonas várzeas, que son unas zonas inundables y muy productivas
debido a que en las temporadas de invierno las aguas arrastran nutrientes que son
absorbidas por el suelo. Es el lugar apropiado para la siembra de verduras, maíz y yuca;
fuente de alimentación principal de los Ticuna.
Toda esa riqueza productiva y alimentaria despertaría pugnas y conflictos provocadas desde
el exterior, en este caso, con el mayor de sus enemigos: los Omaguas, una tribu indígena
con una estructura política y militar superior que han recibido calificativos como “piratas
del Amazonas” por parte de Toribio Medina, pero es totalmente salido de contexto tal
afirmación, ya que la organización social bien estructurado y jerarquizada demanda un
expansionismo y sometimiento hacia otros territorios indígenas, así como lo plantea Ullán.
Por otro lado, plantea que la intervención guerrerista de los Omaguas obedecía en parte
exclusivamente al control territorial más no por conquista territorial. Con control territorial
hacemos referencia a la conquista de puntos estratégicos ideales para el comercio y la
navegación y la captura de prisioneros que serían utilizados como mano de obra.84

Tanto Oliveira Filho en 1988 y Jean Pierre Goulard en 1994 van a plantear que “las
poblaciones ancestrales del actual pueblo Ticuna, se establecieron entre el año 100 y 1200
d. C., en los afluentes del rio Amazonas; se vieron obligados a refugiarse en una zona
interfluvial con la invasión Tupí en el S. XI. A mediados del S. XVII, la presencia Tupí
decreció como consecuencia de las expediciones realizadas por españoles y portugueses, lo
cual hizo posible reocupar su antiguo territorio y favoreció la instalación progresiva de los
Ticuna en las proximidades del rio Amazonas”85. Plantean así mismo que “el conocimiento
etnohistórico del pueblo indígena Ticuna avanza desde el siglo XVII. Desde 1630, con la
presencia de las misiones de los Jesuitas, en sus crónicas se les registra como grupo
indígena existente en la zona. En un lapso aproximado de 400 años, se sucedieron

84 Ullán de la Rosa, Javier F. Los indios Ticuna del Amazonas; proceso de cambio social y aculturación. Universidad
Complutense de Madrid, Madrid- septiembre, 1998. Pp. 82.
85 Jean Pierre Goulard, en: Los Ticunas del Amazonas.

62
acontecimientos que incidieron y marcaron cambios drásticos en las costumbres
tradicionales del pueblo Ticuna”.86
Hemos retomado unos fragmentos escritos por Goulard donde presenta una breve
radiografía de la historia de los Ticuna con el fin de comprender los cambios ocurridos
desde su descubrimiento y los cambios culturales experimentados como la aculturación de
los Ticuna planteada por Ullán.87

Hemos propuesto para esta cuarta parte una exposición de las diferentes estrategias
planteadas por los indígenas y fueron divididas para su mejor comprensión en tres
secciones: la cultural-religiosa, la económica y la político-social.

4.1 Cultural y Religiosa

Tanto la cultura y la religión son identidades representativas de los pueblos, naciones y


reinos en todo el mundo. Es así que para los Ticunas tanto la cultura así como la religión
tiene el mismo valor significativo dentro de la comunidad, ya que las dos identidades
juegan un papel cohesionador con los miembros de la comunidad.

Respecto a lo cultural encontramos los relatos mito – históricos acerca del nacimiento de
los primeros dioses Ticunas: Yoí e Ipi, que fueron concebidos por Nütapa y cuya
narraciones son trasmitidas de forma oral de padres a hijos. Sobre la creación de los dioses
se relata que; cierto día en que Nütapa se bañaba en la orilla de un rio fue atacado por unas
avispas que había mandado su mujer en represalia por haber abusado sexualmente de ella.
Las avispas le atacaron las rodillas generándoles fuertes dolores. Nütapa, muy encolerizado
y triste se recostó en su cama, al día siguiente observó cómo iban quedando transparentes
sus rodillas. Al día siguiente observó dentro de ellas, a dos parejas humanas, en la derecha
observaba un pequeño hombre y una mujer, que al ser consultado de qué manera habían
llegado hasta allí no respondieron nada. Acto seguido Nütapa furioso intentó pararse pero
no fue posible, sus rodillas se reventaron y fue así como salieron las cuatro personas; de la

86 Goulard hace una reconstrucción de la historia de los indígenas Ticuna a partir de los relatos y crónicas de viajeros,
misioneros, entre otros.
87 Ver: F. Javier Ullán de la Rosa; Los indios Ticuna del Alto Amazonas ante los procesos actuales de cambio cultural y

globalización. pág. 301.

63
rodilla derecha salió Yoí y su hermana Mowacha, de la rodilla izquierda Ipi y su hermana
Aikuna. Yoí e Ipi son los personajes míticos más importantes de la cultura Ticuna, los dos
tenían representaciones muy diferentes; Yoí era un dios benefactor y organizado, cuidaba
de su hermana y de los animales, mientras que Ipi era un irrespetuoso y desordenado,
simbolizaba el mal.

Juntos crearon la luz y el gran rio Amazonas y sus afluentes, cuando un enorme árbol
cubría el sol y evitaba que entrara la luz en la tierra, muy poco podía verse, así que deciden
tumbar el árbol apoyado de una ardilla, que sube hasta la copa del árbol y derrama un ají
muy picante en los ojos de un enorme oso perezoso, quien es el responsable de sujetar el
árbol y evitar que caiga, una vez que los ojos tuvieron contacto con el ají el enorme
perezoso soltó sus manos de donde sujetaba el árbol tratando de limpiarse, pues era muy
intenso el dolor producido por la quemazón. Una vez que cae el árbol, de su centro
principal donde cayó se crea el rio Amazonas, de sus ramas nacen los afluentes, y de las
hojas crean los peces.

La última actividad que hacen juntos los dos hermanos, antes de separarse, es pescar a los
primeros hombres en un rio utilizando como carnada; la yuca, los peces que capturaban en
el agua y que caían en el suelo se convertían en humanos, animales y aves; Nimuendaju lo
narra de la siguiente manera: Yoí e Ipi, habían creado a los primeros grupos de Ticuna, pero
que no tenían una identificación (clan), y no había forma de reconocerlos, y acordaron
reunirlos a la orilla del rio. Yoí separó a las personas colocando las suyas hacia el este y las
de Ipi hacia el oeste. Entonces, ordenó que cocinasen un jacururu (caimán cabeza rojo) y
obligó a todos los Ticunas a probar el caldo. De esa manera, cada uno se enteró a qué clan
pertenecía, y Yoí les ordenó a los miembros de los dos grupos que se casaran entre sí.” Lo
anterior es una de las narraciones Ticunas más conservadas sobre la creación de los
primeros dioses, de los primeros humanos, el origen de la luz, los clanes, la pelazón, etc.

Sobre las prácticas religiosas católicas podemos afirmar que se presentó una fuerte
influencia sobre la población indígena Ticuna, que las formas de evangelización de los
católicos y misioneros distanciaron mucho a los Ticunas de sus prácticas religiosas. Sin
embargo, aún se conservan muy vigentes las narraciones mito-históricas en los hogares de
las familias Ticuna, algunos abuelos se esmeran con tanto empeño a trasmitir los

64
conocimientos autóctonos a los niños pequeños. Por su parte los colegios del Internado de
San Francisco y de Puerto Nariño han hecho una majestuosa tarea en torno a la
preservación de la lengua y la cultura, la primera a pesar de ser un colegio religioso dirigida
por monjas, ofrecen un curso llamado lengua materna que enseña la cultura Ticuna, la
lengua, los mitos y algunas prácticas medicinales y tratamiento de las plantas y costumbres,
así como en el colegio José Celestino Mutis de Puerto Nariño. Por último, diversas
prácticas como la pesca, la cacería, la siembra de la chagra y el conocimiento de la
naturaleza son trasmitidas a través de las narraciones de abuelos a padres y éstos a los hijos,
mediante dichas estrategias es que se logra conservar gran parte de la cultura, de las
narraciones, y sobre todo del conocimiento de la medicina tradicional y del manejo de las
plantas, el uso responsable de los recursos naturales y los animales.

Distribución de las etnias en la cultura Ticuna88

En la gráfica podemos observar los diferentes clanes que fueron distribuidos de acuerdo al
sabor del caldo del caimán, su distribución obedece a que no pueden establecerse cruces de
clanes entre dos parejas, es decir, que dos miembros de un mismo clan no pueden contraer
matrimonio, un clan era similar a un apellido y hacía parte de la misma familia o
parentesco. Tales distribuciones de parentesco aún se conservan y están vigentes, muchos
padres piden como requisitos antes de reunir a su hija con un hombre Ticuna que no sean
del mismo clan, pero adicional a ello, el hombre debe poseer ciertas cualidades y destrezas

88 Tomada de Etnia Ticuna. Disponible en: http://etniascolombiana.blogspot.com.co/

65
como ser un buen cazador y pescador, tener una chagra cultivada (cultivo), que sean un
buen hombre con la hija, entre otros.

A pesar de que la iglesia católica ejerce una fuerte influencia sobre lo vida religiosa en las
comunidades indígenas, a tal grado que en cada comunidad existe una iglesia y los
domingos es muy frecuente ver a los Ticunas asistiendo a las ceremonias religiosas, no
obstante, son muy escasos los matrimonios llevados a cabo por la iglesia a parejas
indígenas, muchas veces se necesita solamente el permiso y aceptación de los padres de las
parejas para vivir en unión libre y no existe ninguna exclusión a los hijos por no ser de un
matrimonio católico. Por otra parte, nos es muy frecuente ver a la iglesia interviniendo en la
vida política tal como se percibe a nivel nacional, ni mucho menos en la intervención de las
prácticas culturales como el uso de saberes ancestrales y medicinales para el atendimiento
de pacientes enfermos. Es así como los chamanes (persona de mayor jerarquía social)
juegan un papel trascendental en las comunidades indígenas por ser los mayores
conocedores de la riqueza cultural y de su trasmisión de generación en generación, muy
crucial cuando el modelo de salud del país no responde a las necesidades básicas de sus
ciudadanos, la medicina tradicional llega a cubrir dichas necesidades, el conocimiento de
las plantas, raíces y oraciones permiten a los indígenas encontrar alternativas respecto a la
salud, el conocimiento del tiempo, las estaciones, males y hechizos.

Gloria Fajardo y William Torres plantean que respecto a la interpretación de la cultura


religiosa se ha presentado una asimilación de la cultura occidental por parte de los Ticuna,
en parte se debe a las relaciones interétnicas entre otras culturas, entre ellas la occidental
generando “fuertes cambios en la mitología y en aspectos rituales y sociales”.89 El cambio
se presenta en la interpretación del dios Yoí que adquiere transformaciones considerables
que tienen que ver con la identidad de Jesucristo, permitiendo así la aceptación de la fe
católica. Claro está que existen fuertes cambios debido a la asimilación de la cultura
occidental y que ha permeado la vida cultural de los Ticuna, relegándola a un plano
secundario. Ahora bien, dichas asimilaciones culturales no responden en su totalidad a que

89Gloria Fajardo y William Torres, Introducción a la Colombia Amerindia, Instituto Colombiano de Antropología, Banco
de la República, Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. Bogotá.

66
los indígenas hayan dejado sus hábitos tradicionales, sus modos de vida y sus leyes basados
en sus usos y costumbres.

Los resultados de la intervención religiosa en territorio Ticuna no ha roto o fragmentado


drásticamente las tradiciones culturales de los Ticunas, ya que el modo de vida de los
indígenas no ha sido guiadas de acuerdo a las premisas católicas, y podemos referirnos al
caso de la conformación de la familia, es decir del matrimonio, hasta los hábitos
alimenticios y las formas de vida. Los indígenas Ticunas no son obligados a asistir a las
misas, mucho menos a convertirse a la religión católica, lo que si se ha convertido en un
hecho un tanto frecuente son los bautizos de los niños recién nacidos, pero también las
primeras comuniones y las confirmaciones, que son abandonados una vez el niño crece.

4. 2 Económica

Desde tiempos inmemoriales la fuente principal de obtención de recursos alimenticios de


los indígenas Ticuna ha descansado sobre el cultivo y producción de la chagra, la caza y la
pesca. La principal actividad económica de los Ticuna es la venta de los productos que se
obtienen de la cosecha de las chagras y son consumidas entre la familia y los excedentes
son comercializados en los mercados locales entre Caballo Cocha, Perú, Leticia y
Tabatinga, Brasil. La chagra es un sistema de siembra de productos de pan coger como la
yuca, plátano, hortalizas, verduras, frutas y hasta árboles frutales y maderables.

Sobre el comercio de los productos de la chagra, aún hoy se conservan vigentes dichas
costumbres, el comercio consiste en el intercambio de los productos entre las comunidades
más cercanas, o las más alejadas en diversa cantidad. Los intercambios se presentan
también entre diferentes etnias y pueblos. Se dan gracias a la diversidad de productos que
se producen la región, y es posible gracias a que algunos indígenas se han apropiado de las
zonas altas, es decir, donde no llega la inundación, allí siembran productos que duran
muchos tiempos en dar frutos y que no podrían darse en zonas inundables, algunos
productos son frutales como asaí, aguaje, plátano, árboles maderables, chontaduro, piña,
caña y yuca, etc.

67
Los terrenos inundables normalmente conocidos como várzeas son utilizadas para la
siembra de productos que toman muy poco tiempo en producir como el maíz, la papaya, la
sandía, la yuca, verduras, entre otras. Al presentarse dos cosechas en un mismo año pero en
distintos meses son aprovechadas e ideales para el intercambio, no todas las familias se
dedican a la siembra en la altura y en las zonas várzeas al mismo tiempo, así que la
obtención de los productos alimenticios van a ser variados.

Durante las bonanzas, la gente se desinteresó por la chagra, en su gran mayoría los jóvenes
y en menor medida las personas mayores, que orientados por la búsqueda de la ganancia del
dinero, que encuentran en las bonanzas la oportunidad perfecta para obtenerla. Tales
acciones coadyuvan a la fractura de las prácticas culturales de la siembra de los productos
alimenticios, los jóvenes arguyen muchas veces, que no es suficiente para sobrevivir de la
chagra. Lo paradójico allí es que con el dinero obtenido en las bonanzas se invierten en la
compra de alimentos que se producen en la chagra, es decir, se trabaja para comprar lo que
produce la chagra, posibilitando además, que la práctica de la chagra no se pierda
completamente o se convierta en una actividad de segundo plano, sino que su importancia
siempre va a estar presente en las familias indígenas, su fuente de suministro de recursos es
la chagra, de allí extraen lo necesario para su supervivencia.

La chagra al ser parte intrínseca de la vida del indígena se vuelve un factor cohesionador de
gran valor cultural, en ella se tejen las más amplias relaciones sociales entre casi todos los
miembros de la familia y la comunidad y tal fenómeno que permite tal eficaz manera de
amplia relación es la minga, que consiste en una convocatoria que realiza el dueño o la
pareja de indígenas que va a realizar la minga o una actividad como levantar la casa, un
galpón, un puente comunal, una escuela, etc., el encargado de la minga está en la obligación
de prever y suministrar la bebida a los participantes de la minga, el desayuno y el almuerzo.
Por su parte, los trabajadores tienen que elaborar la chagra o la actividad a la que fueron
convocados sin un capataz que los controle, con descansos oportunos donde se cuentan
anécdotas, historias, aventuras y cuentos. A la minga puede asistir toda la familia, niños,
jóvenes, ancianos, mayores, etc., eso es lo que permite que todos los miembros de la
comunidad se conozcan y vayan creando círculos sociales y de fraternidad entre todos.

68
La minga no es remunerada, pero tiene un valor cultural de gran importancia en términos de
bajos gastos económicos ya que para su ejecución no se necesita la inversión de grandes
sumas de dinero y no hay que pagarle al trabajador. No obstante, el organizador encargado
de la minga queda en deuda con todos sus asistentes, cuya deuda solo puede ser saldada al
asistir a otra minga de algún miembro de la comunidad que ayudó. Es así como se organiza
la elaboración de la chagra con recursos mínimos, se minimiza el tiempo y el esfuerzo que
si lo hiciera solo.

Podemos deducir que la chagra como principal factor económico se ha visto en riesgo ante
el avance arrollador y descomedido del capitalismo y del consumo, por un lado porque es
claro que lo producido en la chagra no genera una ganancia abundante en términos
monetarios, surgen nuevas necesidades como la ropa, los aparatos tecnológicos, el estudio,
los viajes que incrementan la necesidad de obtener cada vez más dinero. Ante ello, la
chagra no puede responder ante tal necesidad de demanda, muchos jóvenes deciden
trasladarse al municipio de Leticia o a la capital colombiana en busca de empleo y así poder
mantener sus necesidades materiales y se olvida de las prácticas culturales, si bien es cierto
que fenómenos como el turismo ofrecen posibilidades para la creación de microempresas, e
inclina a muchos jóvenes a trabajar en artesanías para la venta, tatuajes y como guías de
turismo “sostenible” es muy efímero, las ganancias turísticas no llegan a toda la población
indígena sino más bien recaen sobre las empresas turísticas, quienes ofrecen los paquetes
turísticos, y los pescadores que surten a los restaurantes, entre otros.

Como es normal en cualquier tipo de bonanza, una vez finalizada, llega el periodo de
nostalgia; “debí haber ahorrado la plata que me gasté,” y lo único que ha dejado a su paso
es el desabastecimiento de los recursos como la cacería indiscriminada de animales, peces y
especies vegetales, sin embargo, la chagra siempre estará presente y no es reemplazable con
otros métodos de cultivos, sus ganancias no son lo suficiente pero mantienen a una familia
entera y las prácticas culturales la relación hombre- naturaleza continuará vigente.

No es fácil desligarse de las tradiciones en que fuimos creado, en el ambiente armonizado


con la naturaleza, y con la chagra podemos evidenciarlas, que al estar muy presente dentro

69
del núcleo familiar es una ganancia ilimitada en términos culturales. La cultura sigue
vigente e intacta, ya que la chagra llega a formar una parte importante de la cultura Ticuna,
a pesar de que los jóvenes abandonen momentáneamente las prácticas como la siembra de
su propia alimentación y de la cultura no es absolutamente certeza afirmar que no va a
volver a su tradición y a sus prácticas, muchos ejemplos en jóvenes muestran dichos
resultados, sobre todo los de la zona rural y en menor medida los jóvenes de las zonas
urbanos como el municipio de Puerto Nariño y Leticia.

4.3 Política y Social

Dentro del aspecto político, en las comunidades indígenas Ticunas se ha visto cómo en los
últimos años empieza a desmoronarse la estructura jerarquizada y patriarcal de los Ticuna,
no hace mucho tiempo que los puestos políticos de alto rango en la sociedad indígena
pertenecían únicamente a los hombres mayores, ni siquiera a los jóvenes. Las mujeres no
tenían participación dentro del escenario político, sus labores estaban bien delimitadas,
ellas eran las encargadas y responsabilizadas de las funciones del hogar y de la crianza de
los hijos, así que las funciones de curaca, máxima autoridad de la comunidad sólo por
debajo del chamán, eran tomadas por los hombres adultos, así como la práctica y enseñanza
de la medicina tradicional, sumado al cuidado y la siembra de la chagra, a pesar de que hay
hombres que apoyan a sus mujeres en la chagra, gran parte decide hacerlo a través de las
mingas.

En la comunidad indígena Ticoya se encuentra el resguardo indígena TICOYA (Ticuna,


Cocama y Yagua) que integra a 21 comunidades indígenas, allí cada curaca se hace
responsable por velar por el buen funcionamiento y el orden interno de su comunidad, es el
encargado de la ejecución de proyectos en beneficio de su comunidad y de la
administración de los recursos de trasferencias que son entregadas por parte del gobierno
nacional. Son los encargados de la representación a nivel nacional de los pueblos indígenas
de proteger y preservar la cultura y el territorio. El acuerdo que rige el rumbo de las
comunidades indígenas son los planes de vida, allí están contempladas todas las normas

70
jurídicas, políticas, sociales, económicas y culturales que facilitaran una mejor
gobernabilidad y ordenamiento territorial de las comunidades indígenas.

Ninguna persona ajena a los indígenas Ticuna, Cocama o Yagua puede ejercer como
cabildo mayor o curaca, mucho menos personas del interior del país, cosa contrario a lo que
sucede en la elección tanto de alcaldes, administradores públicos en los municipio de
Puerto Nariño, cuya mayoría de población es indígena y donde los elegidos a dichos
puestos resultan ser colonos, caso excepcional con el único alcalde Ticuna que ha tenido el
municipio llamado Nelson Ruiz Ahué. Tras la llegada masiva de colonos a Puerto Nariño,
crean negocios, se postulan a cargos políticos y desplazan a la población indígena en lo
administrativo alejando falta de preparación y visión.

Respecto a las prácticas sociales, los indígenas Ticuna hemos armonizado y convivido con
diferentes culturas, tal afirmación puede sostenerse en el caso del resguardo indígena donde
conviven tres culturas diferentes; Ticunas, Cocamas y Yaguas. Así mismo se han
establecidos uniones matrimoniales entre dos culturas diferentes, tal es el caso de mi abuelo
Juan Silva Cahuache, que siendo de la etnia Cocama se reunió en matrimonio con una
mujer Ticuna. De acuerdo a lo anterior, se podría interpretar que hay una absorción cultural
por parte del miembro más dominante o de la pareja del sexo masculino y que las mujeres
así como pierden el apellido también pueden verse afectado culturalmente debido a que los
hijos son educados bajo los principios culturales del padre. Tal interpretación puede ser
cierta en la medida en que la cultura se mantiene vigente de acuerdo a la enseñanzas de las
prácticas culturales a los hijos, sin embargo, los Cocama, la tribu minoritaria dentro del
resguardo TICOYA son muy poco lo que puede transmitir a sus hijos, sus valores culturales
se han visto disminuidos por no decir acabados.

Ahora bien, en el caso de Juan Silva podemos corroborar la anterior tesis partiendo, antes
que nada, del descubrimiento investigativo de mi parte cuando supe que mi abuelo no era
Ticuna, sino que pertenecía a la tribu Cocama. No obstante, la mayoría de sus hijos se
identifican como Ticunas, practican la lengua Ticuna, se saben los relatos mito- históricos
de la creación, los dioses y los humanos. Lo que parecía una absorción cultural por parte

71
del padre hacia los hijos por moldearlos a su cultura, terminó convirtiéndose en una
asimilación del padre a la cultura Ticuna, se fractura la regla del traspaso a los hijos de la
identidad patriarcal como la etnia, claro está que Juan Silva vivió la mayor parte de su vida
con indígenas Ticunas y quizás ello responda a que sus hijos no optaran por ser
considerados Cocamas y de aprender de su cultura.

CONCLUSIONES

El sentido de esta investigación era el estudio de las estrategias de adaptación el cual


posibilitó que la cultura Ticuna a través del tiempo y de todas sus desventuras con las
bonanzas, la intervención de los misioneros en sus territorios lograron permanecer como
una cultura viva y vigente. Lo anterior se desarrolló a través de un hombre llamado Juan
Silva, que al principio, tanto el investigador como gran parte de su familia creyó que
pertenecía a la cultura Ticuna. Durante las entrevistas que le realizamos descubrimos que
pertenece a la cultura Cocama. Él se identifica como Cocama porque su Mamá era Cocama,
sin embargo, su familia que conformó junto a una mujer Ticuna, todos ellos se identifican
con la etnia Ticuna.

El resultado que logramos comprobar en esta investigación es la presencia de una absorción


cultural por parte de la etnia Ticuna hacia la etnia Cocama en el caso de Juan Silva, donde
se evidencia una ruptura de la etnia patriarcal hacia la matriarcal en lo cultural. En el caso
de los hijos de Juan Silva, optaron por denominarse Ticunas, de las prácticas y los saberes
culturales. Lo anterior muestra, cómo una de las estrategias de adaptación de los Ticuna
incluye las mezclas con las otras culturas, sin que ello altere su identidad. A pesar de que el
abuelo hubiera podido heredar a su familia la identidad Cocama, en realidad tuvo más peso
la identidad de su esposa Alejandrina Valerio, quien sí fue Ticuna de nacimiento.
Actualmente todos los hijos y nietos de ésta pareja se consideran Ticuna.

El papel de la iglesia católica y los misioneros posibilitó la concentración de los pueblos


indígenas en zonas de acopios con el propósito de hacer más efectiva su evangelización,

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pero también hizo posible que los reclutadores de esclavos indígenas no se los llevaron
como mano de obra barata a trabajar en las haciendas y bonanzas extractivas. Su
evangelización y educación en el sur de la Amazonía fue muy fuerte, debido a ello, gran
parte de los indígenas Ticunas se han visto afectados en sus prácticas culturales y
religiosas, sin embargo, en la actualidad se han presentado, en algunas comunidades el
resurgimiento de prácticas culturales que consiste en la enseñanza de la cultura, la lengua y
la tradición a los niños en la casa y en las escuelas, tal es el caso de San Martín de
Amacayacú, Nazareth y Arara donde la mayoría de su población es indígena Ticuna.

Las bonanzas en el territorio del trapecio sur amazónico colombiano donde habitan la
mayoría de la etnia Ticuna al verse afectado por las prácticas extractivas participaron
directamente de la explotación, no fueron ajenos a los problemas sociales y naturales que
causaban las bonanzas, aprendieron a convivir con los colonos y establecieron vínculos
matrimoniales como el caso de Juan Silva. Por otro lado, la aceleración del poblamiento por
parte de colonos del interior del país que posibilitó la creación del municipio de Puerto
Nariño y de las entidades del Estado en las fronteras, con lo se acercaron los vínculos con
los organismos estatales, que desde entonces parecía limitado. Con ello se crearon fuentes
de empleo, aunque muy delimitadas, pero que brindan una oportunidad a los indígenas de
acceder a un sueldo y al beneficio de las políticas del gobierno nacional. Así mismo, el
resguardo indígena pasó a ser una entidad clave en el sentido de que permite tener una
participación política y social para los indígenas, que sean escuchados y respetados sus
derechos.

Las bonanzas acrecentaron posteriormente la movilidad de mano de obra desde el Perú y


Brasil, en el caso de Puerto Nariño y las comunidades indígenas fueron experimentando un
cruce cultural fuerte, la llegada al territorio de pequeñas etnias como los Boras, Cocamas,
Yaguas y se fueron mezclando con los Ticuna, pero así mismo su identificación como
perteneciente a la etnia no se opacó, se mantiene y se deba gracias a la absorción cultural
que ya mencionábamos con el caso de Juan Silva Cahuache.

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Respecto a la libre transición que existe en la triple frontera Brasil, Perú y Colombia,
permite la libre circulación y las relaciones familiares, étnicas y sociales a través de
diferentes actividades como el intercambio de productos, el deporte, los aniversarios de las
comunidades indígenas y el comercio.
No hay limitaciones en el paso de un país a otro y nunca debiera haberlo, allí se tejen una
serie de relaciones sociales y culturales fuertes entre indígenas Ticunas y entre otras
culturas. Los intercambios económicos entre las tres etnias más predominantes se
conviertan en patrones de subsistencia, el solo hecho de establecer lazos sociales entre tres
culturas diferentes dentro del mismo territorio hace posible la asimilación y adaptación de
nuevos elementos culturales a las suyas que van desde los comportamientos éticos, la
reglamentación de la justicia, una sana competencia económica y los planes de vida, etc.

Acerca de los procesos de ocupación y adaptación territorial compartimos la tesis de Walter


Chamochumbi que plantea que “las comunidades indígenas tuvieron que desarrollar
previamente un conocimiento pormenorizado de la estructura y funcionamiento de los
ecosistemas naturales, para luego ensayar -en forma progresiva- las transformaciones
necesarias que aseguraran su sobrevivencia.” Cuyos procesos terminaban involucrando
impactos y efectos ambientales. Lo que intenta plantear Chamochumbi es que dado los
conocimientos y las destrezas adquiridas por los indígenas a través de muchos años de
experimentación, observación y convivencia dentro del territorio posibilitaron la
emergencia de fuertes relaciones de identidad cultural y formas armónicas de relación
hombre- naturaleza.

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