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QUE SON LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS

Hoy vamos a empezar a trabajar sobre los primeros auxilios


psicológicos. Posiblemente los que usted conozca son los otros primeros
auxilios, los médicos, los que se aplican en la carretera.

Y si yo le pregunto, ¿qué son? Usted me dirá algo así como bien, son un
conjunto de procedimientos o unas técnicas que se aplican a las
personas que han sufrido daño en un accidente, en espera de que llegue
la ambulancia. Correcto, así es.

Pero entre esos primeros auxilios, los no psicológicos y los psicológicos,


hay una importantísima diferencia que me gustaría que le quede clara
desde el principio. Los primeros auxilios psicológicos son una técnica de
intervención que no espera que llegue una ambulancia en sentido
figurado, es decir, son una técnica de intervención por sí mismos.

 Se utilizan con personas que acaban de sufrir el impacto de una


noticia, o bien un accidente, o bien han sido víctimas de un
atentado o han vivido una catástrofe, es decir, personas que están
en shock que se sienten vulnerables y que están tratando de
entender lo que les ha ocurrido y las consecuencias de lo que ha
pasado.

 Básicamente, los primeros auxilios psicológicos tienen como


objetivo proteger a estas personas de sufrir más daño, un daño
físico o un daño psicológico que podría ocurrir en la gestión de
ese momento difícil, donde las personas están con dificultades
para manejarse, para entender y está también en tratar de calmar
a estas personas. Y esto segundo es muy importante porque
cuanto más nerviosas, más activadas estén las personas, más
aumenta la posibilidad de que sufran secuelas tras lo que les
acaba de ocurrir.

 Así que generar un ambiente calmado, tranquilo en el que ofrecer


información y contener a las personas, a sus familiares tenerles
en un lugar seguro será una forma de evitar que la situación que
están viviendo genere más secuelas de las necesarias, lo que
nosotros llamamos el daño secundario, que se produce después
del impacto y después del daño primario que sería el original, el
que no es evitable.

Eso sí, igual que en los primeros auxilios médicos en los de la carretera,
se nos inculca cuando nos sacamos el carnet de conducir que debemos
de estar entrenados y sino estamos entrenados mejor pedimos ayuda
pero tocamos poco al accidentado, en los primeros auxilios psicológicos
debemos ser consciente de que hay que estar entrenados para la
aplicación de esta técnica, de este procedimiento.

No hace falta ser psicólogo, ni psiquiatra, ni médico, ni trabajador de la


salud pero sí se tiene que haber aprendido qué son, qué no son y cómo
aplicar los primeros auxilios psicológicos. Y esto es lo que usted y yo
vamos a hacer a partir de ahora, durante esta semana y cuatro
semanas más.

¿Cuándo hay que aplicar los primeros auxilios psicológicos?


 Bien, los primeros auxilios psicológicos están indicados desde
inmediatamente después del impacto de lo que ha ocurrido, ya
sea una crisis cotidiana o una emergencia masiva y hasta
aproximadamente unas 72 horas después.

 No quiere eso decir, que transcurridas 72 horas las


personas afectadas que han vivido una situación muy dura,
traumática incluso, no necesiten ayuda ni intervención ni
asesoramiento.

 Solo quiero decir que los primeros auxilios psicológicos son la


técnica adecuada en las primeras 72 horas tras el
impacto. Luego, si hace falta, utilizaremos otros procedimientos
que quedan fuera de este curso.

¿Cuáles son los objetivos de los primeros auxilios psicológicos?


 Bien, el primero, el básico es reducir el nivel de estrés
producido tras el impacto de la noticia o del evento traumático.

 Pero también es muy importante, conectar a la persona o las


personas afectadas con su red de apoyo. Los individuos, las
personas vivimos en comunidad y poder contar con esas
personas, tanto familiares como vecinos, como líderes
comunitarios y líderes religiosos si la persona es creyente, nos
ayuda a sentirnos arropados, nos ayuda a sentirnos mejor y nos
ayuda mucho ver la solidaridad de las otras personas cuando
nosotros estamos mal. Por lo tanto, conectar a los afectados con
su red de apoyo es una forma de mitigar las consecuencias de lo
que está ocurriendo.

 Un tercer objetivo importantísimo, es potenciar las estrategias de


afrontamiento de las personas afectadas. Todos, usted, yo, todos
tenemos determinadas estrategias para hacer frente a cosas
difíciles. La mayoría de nosotros hemos tenido ya otras vivencias
traumáticas, hemos tenido pérdidas, hemos sufrido situaciones
muy complicadas. Y tenemos una serie de recursos, de
capacidades que nos han funcionado o nos han ayudado y
sabemos más o menos qué cosas nos hacen bien y qué cosas
nos dificultan poder manejarnos con lo que nos ha ocurrido.

Es muy importante que los afectados puedan ser conscientes de


que tienen una experiencia, que tienen recursos y por lo tanto
estimularles a pensar cómo han hecho frente a otro tipo de
situaciones similares, les ayudará a darse cuenta de que
posiblemente, aunque sea difícil también podrán manejarse con
lo que acaba de ocurrir.
 El cuarto objetivo es también prioritario de cara a la prevención
de las secuelas después de un hecho traumático. Lo que vamos a
intentar a través de los primeros auxilios psicológicos es
fomentar la autonomía de las personas afectadas, que estas
puedan volver a tomar decisiones aunque sean pequeñas, que
puedan tratar de recobrar el control sobre su vida que acaba de
perderse por el impacto de lo que haya ocurrido.

Por tanto, los primeros auxilios psicológicos no deben de ser nunca


una forma de sobreprotección, con eso no ayudamos a los afectados.

¿Cómo deben ser pues, los primeros auxilios psicológicos?


 Primero y por encima de todo, deben aportar calma y modelar
respuestas saludables. Los primeros auxilios psicológicos deben
aportar ayuda que no sea intrusiva, deben facilitar si una persona
quiere hablar pero sin presionarla.

 No debemos someter a las personas afectadas a


interrogatorios, sino simplemente acercarnos a ellas y
preguntarles si necesitan algo. Muchas veces, las personas saben
incluso mejor que nosotros cuál es la primera necesidad que
tienen en un momento determinado y nosotros no debemos
censurar esas necesidades.

¿Y qué no deben ser los primeros auxilios psicológicos?


Bien, no son una terapia, no son una forma de diagnóstico, ni siquiera
son una técnica de desactivación los conocidos defusing y debriefing.

Los primeros auxilios psicológicos no deben de ser jamás una forma de


abordar muy en profundidad y con muchas verbalizaciones lo que ha
ocurrido, eso que es muy útil y muy necesario quedará siempre para
etapas posteriores a las primeras 72 horas después de un impacto.

Para acabar, quisiera recalcar algo que considero muy importante. Las
personas a las que vamos a proveer primeros auxilios psicológicos
están en una situación de alta vulnerabilidad, acaban de vivir una
pérdida, un accidente, quizá varias pérdidas, están sufriendo.

Están de alguna manera tratando de ajustar lo que acaba de ocurrir a


lo que ellos tenían previsto, lo que ellos pensaban que iba a ser su
vida. Y normalmente esta es una situación de altísima dificultad y
muchas veces de mucho sufrimiento.

En ese contexto, debemos ser especialmente honestos y confiables. Es


decir, no debemos hacer promesas que luego no podemos cumplir.

A veces, llevados por la compasión, a veces llevados por la empatía nos


gustaría poder solventar para estas personas cosas que no están en
nuestras manos. Si lo prometemos en un momento de vulnerabilidad y
luego no mantenemos la palabra, les haremos más daño que si
honestamente les decimos mire, trataré de averiguar si puedo ayudarle
en esto y sino puedo, se lo diré. También es muy importante tratar de
preservar la dignidad y confidencialidad de todo lo que ocurre.
Cuando hay emergencias, sobre todo si son masivas suelen acudir los
medios de comunicación, que quieren hacer su labor de información,
hacen una buena labor y muchas veces nos ayudan a los profesionales
a divulgar pautas, a tratar de entender lo que necesitan los
afectados, pero por el otro lado a veces quieren saber detalles,
informaciones que vulneran el derecho de confidencialidad de las
personas afectadas.

Y nosotros como proveedores de primeros auxilios psicológicos debemos


ser muy escrupulosos con esto. Y por último una obviedad, cuando
aplicamos primeros auxilios psicológicos a una comunidad o incluso
solo a una familia, podemos encontrarnos con un amplio espectro de
culturas, religiones, maneras de ver el mundo, maneras de pensar, de
decidir.

La persona que está aplicando primeros auxilios psicológicos debe


ser extraordinariamente sensible frente a esa diversidad, debe
acomodar su vestimenta, su lenguaje, su forma de proceder, incluso su
enfoque a esa diversidad de las personas a las que damos primeros
auxilios psicológicos.

TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO Y TRASTORNO POR ESTRÉS


POST - TRAUMÁTICO
Bienvenidos. En este vídeo vamos a explicar el trastorno por estrés
agudo y el trastorno por estrés postraumático.

El trastorno por estrés agudo es una reacción normal a una situación


de estrés excepcional cuando nuestras capacidades de afrontamiento se
ven superadas por la magnitud del hecho que acabamos de vivir.

Es transitorio, suele aparecer durante las seis primeras semanas de que


hemos vivido ese hecho traumático y es relativamente grave. En los dos
manuales de clasificación diagnostica de trastornos por excelencia CIE-
10 y el DSM cinco ahora ya en su versión más actual, lo categorizan en
el DSM quizás un poco más patologizándolo un poquito más, en cambio
en el CIE normalizándolo.
Es una reacción normal ante un hecho de estas características que
como hemos dicho es transitorio con lo cual remite a lo largo de, pues
las horas o los días siguientes al hecho.

Las diferencias básicas serían que mientras en el DSM solo incluye


síntomas físicos prolonga un poquito más su duración y de hecho lo
define como el precursor del estrés postraumático, en el CIE da más
énfasis a ese carácter transitorio, a esa corta duración y da énfasis,
pone más énfasis en bueno, en el carácter normalizador de este tipo de
reacciones.

¿Cuáles serían entonces los conceptos claves en el trastorno de


estrés postraumático?
Pues, el trastorno de estrés postraumático sí que estamos hablando de
trastorno más grave, es un trastorno planificado que se alarga en el
tiempo, Sí, también es debido a un, a como respuesta a un hecho
traumático, a una vivencia de un estrés mayor de lo normal pero este
trastorno no remite, no tiene cura sin ayuda profesional.

Hay algunos sitios que pueden encontrar, que pueden leer que el
trastorno por estrés postraumático es un trastorno por estrés agudo
malgestionado, ¿no?, apuntando un poco a esa definición que daba el
DSM.

La clave aquí sería que la duración de los síntomas, nos empezaríamos


a preocupar si estos síntomas durasen más de un mes.

¿Qué criterios diagnósticos se dan para el trastorno por estrés


postraumático?
 Bueno pues, que haya habido una exposición real a un hecho
traumático, un hecho traumático es que nuestra integridad física,
nuestra vida esté en peligro o la vida de un ser querido, o la
integridad física de un ser querido o que veamos cómo la vida, la
integridad física de alguien está en peligro y que finalmente
veamos un asesinato, o que presenciemos a un acto delictivo en
otra persona, una violación o una muerte, ¿no?

 Por ejemplo, en montaña presenciar la muerte de un compañero


sería un hecho traumático.

¿Qué características tiene el trastorno por estrés postraumático?


 Pues se define porque reexperimentamos el hecho de forma
intrusiva y de hecho como tenemos las reexperimentaciones
intentamos evitar todo aquello que nos pueda recordar, nos
pueda hacer pensar en el suceso.

 Estamos como más nerviosos, ¿no?, tenemos una hiperactivación


a raíz del hecho traumático.
 Hemos comentado que la duración es superior a un mes debemos
pedir ayuda y lo más importante para considerarse un trastorno,
esto sirve para cualquier trastorno categorizado en el DSM, es que
tiene que haber una vida, una afectación de la vida cotidiana.

¿Qué significa una afectación de la vida cotidiana?


Que nos dificulte una plena o una vida satisfactoria en nuestros
diferentes ámbitos de desarrollo, véase profesional, familiar, social,
¿no?, que nos dificulte nuestras relaciones en casa, que nos dificulte
estar con nuestros amigos, que nos dificulte la ejecución normal de
nuestro trabajo, el desempeño laboral, eso sería la afectación de la vida
cotidiana.

Veamos más detalladamente los síntomas y empezaremos por los del


trastorno de estrés agudo. Hay cinco ejes.

Hemos dicho que hay una hiperalerta, ¿no?, la hiperalerta, ¿en qué se
concreta? Pues sobre todo en dificultades para con el sueño, tanto
insomnio, que no podamos dormir como que nos despertemos durante
la noche, como que luego nos despertemos y ya no nos podamos volver
a dormir, estaremos más irritables, más nerviosos, saltaremos a la
mínima, ¿no?, cualquier portazo nos hará reaccionar de forma
exagerada más de lo normal.

El siguiente eje es la re-experimentación, el hecho de tener flashbacks,


¿no?, volver a experimentar todo lo que pasó en el hecho traumático y
es una re-experimentación intrusiva, nosotros no nos ponemos a
pensar en ello sino que son pensamientos que nos vienen a la cabeza y
pesadillas, soñamos constantemente con el hecho traumático con lo
cual esto hace que en la medida de lo posible intentemos evitar todos
los lugares, las personas que nos recuerden al hecho traumático,
entramos en una especie de anestesia emocional, ¿no?, estamos como
embotados y tenemos la sensación de que no vamos a ser capaces de
continuar con nuestra vida.

El cuarto eje son los síntomas disociativos. ¿Qué significan síntomas


disociativos? Tenemos una sensación de irrealidad, de que no somos
nosotros mismos, de que estamos como en stand by, que vemos nuestra
vida desde fuera, que como una sensación de estar sin estar, de que las
cosas no están pasando, de que no puede ser, de que es un sueño.
Incluso podemos llegar a no recordar o a olvidar, a ser incapaces de
recordar momentos concretos del hecho traumático que se nos borran,
tenemos un agujero ahí en la mente.

Y el último eje es el deterioro de la capacidad funcional. Nos


encontramos mal, sufrimos, nos cuesta más realizar cualquier tipo de
actividad normal de las que hacíamos antes, dejamos de hacer muchas
cosas de las que hacíamos antes del suceso y eso hace que dejemos de
llevar una vida normal, normal entendiéndose de la que llevábamos
antes de que nos pase el hecho traumático.

En cambio en la sintomatología del trastorno por estrés postraumático


nos vamos a fijar sobre todo en tres ejes.

Uno que denota el nivel de hiperactivación que tenemos, estamos en


estado de hiperalerta. Tenemos dificultades para conciliar el sueño pero
también nos cuesta mucho concentrarnos, no somos capaces de estar
en una actividad durante mucho tiempo y menos una actividad que nos
consuma a nivel mental, y estamos más irritables de lo normal, incluso
podemos tener estallidos de cólera ante cosas o ante situaciones que
antes no nos provocaban estos enfados.

También tenemos re-experimentación, ¿no?, la misma definición que


hemos dado antes también sirve para el trastorno de estrés
postraumático, ¿no?, los flashbacks, los pensamientos intrusivos de
imágenes, de recuerdos que vienen a nuestra mente, revivimos el hecho
traumático, incluso pueden ser flashbacks pues no sé, en cualquiera de
los sentidos incluso olfativos, en la gente que ha sufrido incendios,
incendios fuertes, tienes, les dura ¿no?, el olor a quemado, están
haciendo una actividad en su vida diaria, al cabo de unas semanas que
ha pasado el incidente y les vuelve el olor a quemado, ¿no? Pues esto en
el TEPT seguirían teniendo estas sensaciones a lo largo del tiempo.
Igual que pasaba en el TEA, toda esta malestar, toda esta activación,
toda esta re-experimentación hace que evitemos todo aquello que nos
recuerda al hecho traumático, tanto personas como lugares como
noticias que nos puedan recordar a, si bien es cierto en que hay
momentos en que buscamos sobre todo al principio, tendemos a buscar
información sobre el hecho, una exposición a veces masiva y nociva a
las noticias de lo ocurrido, luego cualquier cosa que nos recuerde al
hecho nos remueve y de alguna forma intentamos evitarlo.

El trastorno por estrés agudo es bastante común, ya que la mayor parte


de la población ha sufrido un hecho traumático en su vida, un hecho
traumático que puede ser la muerte de un familiar, a lo largo de
nuestra vida se nos fallecen nuestras personas queridas y esos son
experiencias traumáticas, que nos diagnostiquen una enfermedad grave
o que se le diagnostique una enfermedad grave a un familiar cercano,
¿no?, no tienen por qué ser hechos traumáticos de gran envergadura,
¿no?, todos tenemos en nuestra vida diaria hechos traumáticos.

Por lo tanto sí que la mayor parte de gente las ha vivido. Sin embargo,
la prevalencia del estrés agudo, claro con el paso del tiempo va
disminuyendo, hemos dicho que es un trastorno transitorio y que va
disminuyendo. ¿Esto qué implica? Implica que las tasas y los estudios
de epidemiología varíen un poco, sobre todo en función de la cultura o
del entorno donde se hagan estos estudios.
Los datos más fiables son los relacionados a que pese a que se da en
todas las edades, sí que hay un poco de diferencia en a nivel de sexos,
¿no? Se observa mayor trastorno por estrés postraumático, por estrés
agudo en aquellas mujeres que han padecido o padecen algún tipo de
abuso físico o sexual, ¿no?

En cambio en hombres hay mayor prevalencia en aquellos que son, que


se dedican a, al combate o que han padecido algún tipo de agresión
física.

¿Dónde podemos encontrar trastornos por estrés agudo de forma


generalizada, no?
Pues en situaciones de trauma extremos, en desastres naturales
grandes, pues por ejemplo en el tsunami que vivió hace unos años, que
se vivió hace unos años, en huracanes que han habido en los Estados
Unidos, en este tipo de situaciones, las primeras reacciones, lo que
vemos de forma generalizada es reacciones de trastorno por estrés
agudo.

En cambio el trastorno por estrés postraumático hay una grande


diferencia en función de dónde estamos viendo esta epidemiología, si es
un territorio que tiene un conflicto abierto o no, y si es cierto que la
mayor parte de gente no llega a desarrollar trastorno de estrés
postraumático afortunadamente, un 65% de los adultos se recuperan
sin secuelas del hecho traumático.

No quita que hayan tenido trastorno por estrés agudo, quizás han
tenido una reacción de estrés agudo, que ha ido disminuyendo
paulatinamente, han tenido, se les han aplicado unos buenos primeros
auxilios psicológicos, se les han dado unas buenas pautas y la persona
ha podido salir sin más complicaciones de esta situación traumática.

Sin embargo, si queda un 35% que queda desarrollando TEPT.


Estaríamos iii que no se ha gestionado bien el trastorno por estrés
agudo. Sea como sea, de donde venga el trastorno por estrés
postraumático si es porque habían factores de riesgo, si es porque no se
había gestionado bien el momento inicial, porque no ha habido un buen
seguimiento, no ha habido una buena prevención, sí que es cierto que
también en este trastorno se observa más prevalencia en mujeres que
en hombres. Mujeres estamos cercanos a un 10% y en hombres
ahondaría en 4%

OBJETIVOS DE LA APLICACIÓN DE LOS PRIMEROS AUXILIOS


PSICOLÓGICOS.

Hola. Hoy vamos a hablar de los objetivos de la aplicación de los


primeros auxilios psicológicos.

 Los objetivos de la aplicación de los PAP deben promover la


seguridad física y emocional del afectado.

 Deben proporcionarle calma y tranquilidad.

 Tratar de conectarlo con su red social de apoyo.

 Incentivar la autoeficacia y la eficacia de la comunidad o del


grupo afectado.

 Favorecer los procesos de afrontamiento y proporcionar ayuda


proactiva y positiva.

Veamos pues cuáles son las estrategias para lograr estos objetivos. Ante
todo debemos apartar al sujeto afectado del caos y del bullicio de la
emergencia llevándolo a un lugar retirado y tranquilo.

Debemos proporcionarle agua y comida, así como identificar se requiere


de algún tipo de necesidad especial, como puede ser algún
medicamento, traductor o algún intérprete.

Debemos también facilitarle aquellos medios materiales que necesite,


siempre que estén en nuestras manos como lápiz. Papel, teléfono o ropa
de abrigo.

Debemos informarle verazmente de todo lo que está ocurriendo, no


debemos mentirle ni generar falsas esperanzas ni expectativas. Esto es
no debemos prometerle nada que no sepamos que se pueda cumplir o
que podamos cumplir.
Debemos hablarle de forma tranquila y sosegada. No debemos alzar la
voz, no debemos explicarle o darle más información de la que necesita
ni darle detalles escabrosos o morbosos de lo que ha sucedido.

Debemos escuchar aquello que nos cuenta sin juzgar y debemos darle
la importancia que tiene, sino corremos el riesgo de que el sujeto crea
que el sujeto no lo entendemos o no comprendemos lo que está viviendo
o por lo que está pasando.

En estos momentos inmediatamente posteriores al accidente crítico,


retener información nueva se hace difícil. Es importante pues, dar
información sencilla exacta y repetida de donde pueden obtener ayuda.
También es importante tratar de reunir a las familias y sobre todo que
los niños no estén nunca solos, siempre debe ir acompañados de un
adulto, preferiblemente padres o tutores o en su defecto un familiar
cercano, sino fuera posible ir acompañado de un profesional hasta que
lleguen sus progenitores o alguien que se haga cargo de ellos.

No debemos desatender conectar a los afectados con los recursos


asistenciales médicos y sociales con su zona de residencia o
comunidad, haciéndoles conocedores de su existencia y facilitándoles
los datos de contacto.

También es importante tener en cuenta las necesidades espirituales de


las personas afectadas y proporcionarles espacios donde puedan
practicar su religión si así lo desea. No es menos importante y están
siempre presentes las diferencias socioculturales que debemos tener en
cuenta en la interacción entre géneros, en las estructuras familiares, en
la expresión del dolor y en los rituales funerarios.

Para impulsar la autoeficacia y la eficacia del grupo o comunidad es


preciso promover el empoderamiento, esto es incitar a la persona o
grupo a identificar y detectar cuáles son sus necesidades, a tomar sus
propias decisiones, a priorizar los problemas y a buscar soluciones a los
mismos. Esto facilita recuperar el control sobre la propia vida e ir
retomando poco a poco la vida cotidiana anterior al incidente crítico.

Para facilitar los procesos de afrontamiento es preciso reconducir los


pensamientos negativos y las conductas evitativas. Ir haciendo
conscientes a las personas de cuáles son sus propios recursos
personales e ir facilitándoles los procesos de duelo, como por ejemplo
invitándoles a participar en rituales funerarios colectivos.

Para que la ayuda proporcionada sea útil debemos facilitarles el acceso


a recursos gubernamentales como por ejemplo el teléfono de la
embajada y a otro tipo de recursos como por ejemplo el número de
teléfono de una compañía de taxis así como facilitarles todos aquellos
datos de los recursos asistenciales de su elección.

Hoy en día con los teléfonos móviles con acceso a internet podemos
acceder a un gran volumen de información en cualquier lugar en
cualquier momento. Antes de despedirnos de la persona es importante
no descuidarnos de darles pautas psicoeducativas, esto es unas pautas
de trabajo, personal y de higiene que facilitan que la persona pueda
afrontar la situación progresivamente y pueda volver a su vida cotidiana
antes del incidente crítico.

CUANDO Y DONDE SE APLICAN LOS PAP


Hola. En este vídeo vamos a comentar dos aspectos muy concretos pero
igual de importantes para la aplicación de los primeros auxilios
psicológicos. Vamos a hablar de cuándo hay que aplicarlos y dónde es
mejor aplicarlos.

Sobre la primera cuestión, sobre el cuándo existe un amplio debate.


Veamos. Los aspectos en crisis y emergencias estamos totalmente de
acuerdo que los primeros auxilios psicológicos son la técnica de elección
en las primeras 72 horas tras el momento del impacto.

Son un procedimiento que ayuda a las personas a transitar por la fase


de shock y de adaptación que les suministra información y les conecta
con su red social. Y por lo tanto nadie discutirá qué es lo primero que
hay que hacer cuando se interviene con afectados.

La pregunta aparece cuando esto no es posible. Es decir, hay


situaciones como grandes catástrofes o crisis comunitarias en países
pobres donde no hay disponible ayuda en el primer momento en los que
no se pueden aplicar los primeros auxilios psicológicos dentro de esta
franja de las primeras 72 horas iniciales.

Imagine por ejemplo un país devastado por un terremoto. Si lo


importante es poder ayudar a las personas a sobrevivir, rescatar a las
personas debajo de los escombros, tratar de asegurar los suministros,
no podemos aplicar primeros auxilios psicológicos, hay que hacer cosas
previas.

Pasan entonces tres, cuatro, cinco, seis días, alguna semana y


entonces, ¿qué debemos hacer? Cuando por fin podemos trabajar las
personas en el apoyo más psicológico, más psicosocial, ¿vamos a
empezar por los primeros auxilios psicológicos o debemos hacer
otra cosa? Existen dos respuestas a esta pregunta.

 La primera la respuesta europea considera que tras las iniciales


72 horas si no se han podido aplicar los primeros auxilios
psicológicos hay que utilizar otro tipo de procedimientos, sobre
todo los procedimientos de potenciar la educación, de
psicoeducación, de tratar de ayudar a las personas a conocer qué
pueden hacer y cómo pueden implicarse en cuidarse.

 Sin embargo, la otra respuesta, la que procede de la OMS,


considera que como los primeros auxilios psicológicos son el
primer eslabón, el primer paso de una secuencia de ayuda hay
que aplicarlos también si no se han podido hacer en estas 72
horas, y que por lo tanto son el procedimiento de elección
semanas incluso dos o tres meses tras la aparición del incidente
crítico o de la emergencia masiva.

Esta segunda opinión propone que si no se ha podido hacer antes, los


primeros auxilios psicológicos son buenos para la población porque
ayudan a afrontar lo ocurrido.

Se preguntará usted, cómo es posible que con la experiencia que ya hay


en emergencias no tengamos una respuesta concreta, directa a estas
dudas. Habitualmente cuando los expertos, los profesionales nos
formulamos preguntas, se hacen unas investigaciones y con los
resultados de estas investigaciones hallamos las evidencias para
responder.

Pero en las emergencias, en la psicología de crisis, en la aplicación de


los primeros auxilios psicológicos tenemos también un problema con
estas evidencias. Al día de hoy no existen evidencias científicas claras
que nos expliquen o nos demuestren si es bueno aplicar los primeros
auxilios psicológicos y si lo es incluso cuando han pasado semanas tras
un incidente crítico.

Le imagino sorprendido. Si no hay evidencias, entonces qué es lo que


estamos haciendo en este curso. Bien, no se preocupe. El problema de
las evidencias científicas para que lo sean es que requieren de unas
condiciones de aplicación muy estrictas. Para que podamos decir con
evidencias basadas en una metodología científica que un tratamiento es
eficaz, debemos poder comparar un grupo de personas al que le
aplicamos una técnica, en este caso los primeros auxilios psicológicos
con otro grupo de personas de igual condición a la que no le
aplicaríamos nada. Y ahí está el problema, este planteamiento un grupo
control de afectados por una emergencia al que no le aplicaríamos los
primeros auxilios psicológicos éticamente no es posible, no se puede en
experimentación con humanos dejar a un grupo sin atender
simplemente para obtener una evidencia.

Pero además, las emergencias, las crisis sobre todo las masivas son lo
suficientemente caóticas y difíciles como para que no puedan garantizar
el rigor de la recogida de muestras. Por lo tanto, no es que no tengamos
evidencias científicas de que los primeros auxilios psicológicos
funcionan, es que todavía no hemos encontrado la manera de medir
esas evidencias de forma que sean irrefutables,

Personalmente, la mayoría de expertos sabemos que aplicar primeros


auxilios psicológicos ayuda y mucho a las personas afectadas.

¿Cuál es nuestra postura, la del centro de crisis de la UAB ante la


pregunta que formule al principio sobre qué vamos a hacer si no
podemos aplicar los primeros auxilios psicológicos dentro del
intervalo recomendable de las primeras 72 horas? Bien, nuestra
propone que cuando es posible aplicar los primeros auxilios psicológicos
en las 72 horas son la mejor de las técnicas y en este momento hay que
focalizar sobre todo en tres objetivos básicos de los primeros auxilios
psicológicos:
 Mantener el nivel de activación lo más bajo posible
 Informar a las personas afectadas,
 Informarlas de nuevo y volverlas a informar porque la
información tranquiliza y conectarlas con su red social.

Cuando por los motivos que sea no ha sido posible aplicar los primeros
auxilios psicológicos dentro de esta ventana de las primeras 72 horas,
pueden seguir siendo una buena técnica muy útil si la usamos durante
las primeras cuatro a seis semanas que es la fase en la que las
personas están acomodándose a su nueva realidad.

Pero, cuando lo hacemos en ese momento en una fase posterior al


impacto, en esa fase como de transición mientras van aceptando la
realidad, vamos a cambiar un poquito la prioridad de los primeros
auxilios psicológicos, ya no se trata tanto de mantener bajos los niveles
de activación, sino de suplir sobre todo la información de lo que ha
ocurrido, que ya se tiene por información psicoeducativa sobre
reacciones esperables, sobre cómo pueden los propios afectados
implicarse en su proceso de curación y sobre cuáles son los factores
protectores para su recuperación y cuáles podrían ser factores de
riesgo.

Así seguimos aplicando primeros auxilios psicológicos pero hemos


variado un poco el centro, y el objetivo. Y si la ayuda disponible para la
ayuda afectada llega más allá de estas cuatro semanas, sí que sería
importante utilizar otro tipo de técnicas que no sean los primeros
auxilios psicológicos.

Existen bastantes modelos y programas de recuperación, de


potenciación de la resiliencia que serían la técnica de elección en estos
casos.

Bien, teníamos una segunda pregunta. ¿Dónde hay que aplicar los
primeros auxilios psicológicos?
Bueno, las emergencias sobre todo si son masivas, suelen ser
situaciones complicadas de gestionar, por lo tanto le voy a ofrecer dos
situaciones.
 La situación óptima, la situación en la que la aplicación de los
primeros auxilios psicológicos se daría en un lugar que estuviera
casi diseñado justo para eso, para aplicación de primeros auxilios
psicológicos. Y luego consciente de que lo óptimo existe pocas
veces le ofreceré unos criterios mínimos que debiera cumplir el
lugar donde vamos a aplicar primeros auxilios psicológicos.

Empecemos por lo óptimo, debe ser un lugar seguro y confortable


con una buena temperatura, ni demasiado frío ni demasiado
calor. Alejado del sitio del impacto es decir, sobre todo protegido
de la visión y de los ruidos del sitio del impacto, pero no muy
alejado, porque los familiares, los afectados, pero sobre todo los
familiares suelen querer estar muy cerca de sus seres queridos, y,
esa necesidad de estar cerca que es mucho más psicológica que
físicamente real, por tanto buscamos un lugar amplio, que esté a
unos 200, 300 metros de donde ha ocurrido el accidente y donde
podamos atender a bastante personas.

Normalmente, si estamos hablando de una emergencia masiva,


acudirán muchas personas a informarse, muchas personas a
acompañar a los familiares directos y, por lo tanto, necesitamos
un lugar amplio.

También necesitamos que en ese lugar haya posibilidad de un


catering, de servir comida y bebida, porque normalmente se
pasan muchas horas, y la gente se cansa y necesita poder beber y
poder comer alguna cosa, y necesita también disponibilidad de
tener alguna zona de juegos y de cambio de pañales cuando hay
niños pequeños, y habitualmente, siempre hay niños pequeños en
la mayoría de incidentes masivos.

Este lugar debe estar protegido del acceso de los medios de


comunicación, del acceso y de la visión, porque los afectados
tienen derecho a una absoluta privacidad.

Si ellos quieren hacer declaraciones a la prensa son muy libres de


hacerlos, pero nosotros debemos garantizar que no sean ni vistos,
ni filmados, ni molestados por los medios de comunicación. Por lo
tanto, tiene que tener buenas barreras en este sentido.

Y, por último, el lugar óptimo dispondrá de algún espacio grande,


por si tenemos que dar una comunicación a muchas personas,
pero también de muchos espacios pequeños, de cubículos o salas
de reunión pequeñas, de forma que, en el caso ideal cada familia
de afectados tenga un espacio cerrado para sí mismo. Claro,
habitualmente, el lugar que utilizamos como centro de
información y de recepción de afectados no cumple todas esas
características, porque se utilizan centros cívicos, escuelas, a
veces aeropuertos, cualquier tipo de lugar, que medianamente sea
público y accesible fácilmente.

Por tanto, ¿cuáles son los criterios mínimos? Bien, como


mínimo tiene que ser un lugar seguro. Los afectados, heridos,
familiares, sobrevivientes, tienen que sentirse seguros en el lugar
donde les vamos a informar y donde vamos a aplicar los primeros
auxilios psicológicos. Debe ser un lugar grande, lo más grande
posible. Y si no está apartado del lugar del impacto, como suele
ocurrir a veces con los aeropuertos, al menos tiene que haber
posibilidad de tapar la vista directa sobre lo que ha ocurrido.
Es decir, no es bueno que los afectados estén constantemente
expuestos a la visión no ya, por ejemplo de un avión, sino de los
cuerpos de intervinientes, de las ambulancias, de los bomberos,
de las sirenas.

Tendríamos que lograr, dentro del lugar que nos han asignado,
un sitio lo más protegido posible de la visión y del sonido de lo
que está ocurriendo. Absolutamente imprescindible es que
garanticemos la prohibición de acceso de los medios de
comunicación.

Si el lugar, por su infraestructura no lo permite, deberemos


pedirle al personal de seguridad que valle y que proteja a los
afectados del acceso directo de los medios de comunicación. Y, si
no hay espacios privados, porque es una gran sala y no tenemos
otra cosa deberemos organizar unos biombos que, como mínimo,
permitan que las familias no se estén viendo y tengan una cierta
intimidad cuando reciben malas noticias, cuando formulan
preguntas, cuando lloran y cuando se desesperan.

DONDE Y COMO SE APLICAN LOS PAP


En este vídeo vamos a explicar dónde y cómo se aplican los primeros
auxilios psicológicos.

Los primeros auxilios psicológicos se pueden aplicar en diferentes


contextos, en diferentes ámbitos, tanto y dependiendo sobre todo si
estamos hablando de emergencias masivas o de emergencias cotidianas.

En emergencias masivas nos encontraremos que las personas


afectadas puedan estar tanto en centros de primer socorro como en
centros de reagrupación, polideportivos, pueden ser que sea
directamente en el sitio donde ha pasado la emergencia.

En cambio en la emergencia cotidiana, los entornos serán nuestros


entornos cotidianos valga la redundancia, será en nuestra casa, será
quizás en un hospital, será en un sanatorio, depende de donde
acontezcan en la emergencia tendremos que aplicar los primeros
auxilios en ese momento.

Sea como fuere siempre es importante intentar encontrar un entorno


tranquilo, un entorno lo más cómodo posible y un entorno en el que
dentro de nuestras posibilidades estemos tranquilos, que no nos vaya a
interrumpir nadie, que sea un entorno confortable para la persona a la
que estamos aplicando estos primeros auxilios.

¿Qué debemos hacer cuando son las tareas antes de aplicar los
primeros auxilios psicológicos?
Primero de todo tenemos que hacer una, una recogida de información,
¿no? y coordinarnos con las personas que tengamos alrededor.

En emergencias masivas pues recogeremos información de quien está


trabajando en el lugar, donde están los servicios de atención primaria,
donde se localizan los diferentes recursos y también intentaremos saber
cuál es el planning de trabajo de los intervinientes que están en el
lugar. De la misma forma recogeremos información de quien está al
mando para podernos coordinar el hecho de presentarnos al agente
interviniente al mando es para poder coordinar nuestra acción con la
del resto de intervinientes.
Si son emergencias cotidianas, seguramente la información ya la
tendremos pero es importante que podamos recabar más información
acerca de qué recursos o qué va a pasar en el devenir de las horas con
respecto a la emergencia. Y coordinarnos pues con otros familiares, con
médicos, con personas que van a jugar un papel importante dentro de
esa emergencia cotidiana.

Lo siguiente que tenemos que hacer para prepáranos es pensar en cómo


va a ser esta intervención. Muchas veces en emergencias masivas se da
la, el hecho de que se generan grupos de personas. Si bien, los primeros
auxilios psicológicos estamos diciendo que se aplican de forma
personal, de uno a uno, podemos aprovechar estas situaciones para
aplicar primeros auxilios psicológicos en situación de grupo, por
ejemplo una familia en un momento de emergencia, las familias se
suelen agrupar.

Aprovechemos esta situación y adaptemos esos primeros auxilios


psicológicos al contexto grupal o quizás hay veces que se generan
grupos de forma espontánea en los polideportivos o en los centros de
agrupación, se junta gente conocidos o que viajaban en el mismo bajón.

Con estos grupos también se podría hacer una intervención grupal


adaptándola un poquito. A nivel de emergencias cotidianas se puede
dar que tengamos que dar una aplicación de primeros auxilios
psicológicos con nuestro entorno familiar inmediato y que pues,
tengamos que aplicarlo nuestros padres o nuestro cónyuge, bueno en
este caso también adaptaríamos un poquito al contexto grupal.

Otra cosa que tenemos que tener en cuenta que tenemos que tener una
gran concentración, pensad que nuestro estado, nuestras acciones
pueden afectar, pueden influir a la persona que tenemos delante, en
función de cómo reaccionemos la persona lo tomará como un
termómetro, como una medida de cómo es la situación de grave.

Si nosotros en todo momento mantenemos la calma, la mente despejada


y tenemos muy claros nuestros objetivos y cómo tenemos que actuar, le
dará a la persona una tranquilidad y una, de alguna forma la persona
tendrá la tranquilidad que está en buenas manos y que sabemos lo que
hacemos, ¿no?, y que al menos dentro del caos haya algo estable.

También tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de adaptarnos a


diferentes entornos y diferentes culturas. En las emergencias cotidianas
quizás tengamos que dar explicaciones del por qué, según qué personas
llevan a cabo según qué acciones y en emergencias masivas sobre todo
adaptarnos a la cultura, la religión de las personas a las que estamos
aplicando primeros auxilios psicológicos, no dar nada por sentado y ser
muy, muy cuidadoso con las creencias y con la forma de funcionar
ajena de las demás personas y también tener muy en cuenta si hay
cualquier persona con un tipo de discapacidad física como sensorial
como intelectual, es importante que en estos casos actuemos
adaptándonos a sus capacidades.
¿Qué debemos hacer para aplicar correctamente primeros auxilios
psicológicos?
Hay una serie de fases que vamos a ir explicando en detalle.
 Primero de todo tenemos que presentarnos, establecer un primer
contacto, acercarnos a las personas afectadas. Tiene que ser un
acercamiento que no sea intrusivo, también tenemos que darnos
cuenta si una persona está receptiva, por lo general en estos
momentos sí que la ayuda es bien recibida pero podría ser el caso
de alguien que no quisiese estar con un desconocido y lo tenemos
que respetar.

En emergencias cotidianas esto varía un poco, pero en sentido de


que no vamos a ser desconocidos con nuestros familiares, pero sí
que tendríamos que respetar el hecho de que un allegado quiera
estar solo, tiene en esos primeros momentos no quiera estar con
nadie.

De todas maneras pongamos que sí que vemos que la persona es


perceptiva y que está presta a que nos sentemos o nos
acerquemos a ella o él. Lo primero que tenemos que hacer es
presentarnos, decirle nuestro nombre, qué hacemos allí y por qué
nos hemos acercado, y por qué nos hemos acercado no le vamos a
decir te voy a aplicar primeros auxilios psicológicos, pero sí que le
podemos decir que lo que vamos a intentar es garantizar que esos
primeros momentos se gestionen correctamente, que le vamos a
ayudar a gestionar esos primeros momentos que siempre son
complicados.

Una vez ya nos hayamos sentado, hayamos hecho primer


contacto, preguntamos el nombre, cómo han llegado hasta ahí,
un poquito el setting de los primeros auxilios psicológicos.

 Acto seguido, garantizaremos a esa persona una seguridad y un


alivio en tanto que le podamos indicar dónde están los puntos de
socorro, podamos garantizar su seguridad física inmediata, que
se sienta tranquilo, que este abrigado, que tenga las primeras
necesidades básicas cubiertas, que puedas por ejemplo si son
niños reagruparlos con su familia.

 Si es una emergencia cotidiana pues intentaremos estar en un


sitio tranquilo, que la persona no tenga frío ni tenga calor, quizás
si es un familiar necesita un poco de contacto físico, ¿no?, un
abrazo, una mano encima de la pierna.

 Después pasaremos a la estabilización, esta fase no siempre se


debe de aplicar porque no siempre hay un despliegue emocional
que necesite ser estabilizada, por lo tanto esta fase es
simplemente si aplica. Para ello, intentaremos hablar con la
persona de tal forma que le podamos dar un vaso de agua,
simplemente el hecho de darles un vaso de agua, una taza de
caldo, aconsejarles que caminen un poco, son tareas fáciles que
hacen que las emociones, los sentimientos se reajusten un poco y
podamos seguir hablando con esa persona de forma más
pausada.

 Y lo siguiente que haremos es recopilar información, recopilar


información sobre qué necesita esa persona y cuáles son sus
preocupaciones inmediatas, que necesita a nivel de quizás, donde
dormirá esa noche, cuáles son sus preocupaciones, cuándo
volverá a ver a esta persona, o qué va a pasar con sus
pertenencias en el caso de que por ejemplo que haya fallecido en
un accidente, ¿no? Por ejemplo, si estamos con niños, muchas
veces los niños les comunicamos un fallecimiento y nos
preguntan ¿y tendrá frío allí donde esté, no? Y esa es su
preocupación, bueno pues en esta fase lo que tenemos que hacer
es recopilar estas necesidades y estas preocupaciones a nivel de
información, y después dar asistencia práctica.

 Práctica significa solucionar las cosas inmediatas y hacer una


planificación de cuáles van a ser los siguientes pasos.

 A nivel de emergencias masivas pues sería solucionar filiación,


solucionar comunicación a familiares, solucionar dónde van a
pasar la noche.

 A nivel de emergencias cotidianas pues cosas tan fáciles como


dónde vamos a cenar, mañana van a ir al cole los niños, esas
cosas que es el momento de ayudar, ¿no?, de decir, bueno vamos
a solucionar las cosas que se pueden solucionar ahora que son
prácticas y que podemos ir gestionando.

Cuando ya estamos en la fase de cierre de los primeros auxilios


psicológicos es muy importante hacer tres cosas:
 Dejar conectados con los apoyos sociales que puedan tener a
nivel de familia, amigos, conocidos. Si es en caso de emergencia
cotidiana hacer la comunicación a la familia extensa que es
nuestra red social esté enterada y que en un momento
determinado podamos acudir a ellos.

 Después dar información sobre cómo afrontar una situación


crítica, tenemos que dar algunas herramientas sobre cómo
gestionar los primeros días, podemos dar pautas sobre higiene del
sueño, pautas de alimentación, pautas de cómo van a evolucionar
los síntomas previsiblemente los siguientes, en los próximos
horas, días, semanas, ¿no?

 Y finalmente dejar conectados con los servicios colaborativos, con


los servicios de atención médica en el supuesto de que las cosas
no vayan a mejor, que las cosas no se solucionen debemos dejar
conectados, dar un teléfono de asistencia primaria, dar un
teléfono de los agentes de intervención policiales, ¿no?, por
ejemplo a nivel de un accidente de coches, donde van a poder
recoger los objetos personales de su ser querido, cuál es el
procedimiento por ejemplo según el tipo de accidentes, ¿no?, pues
cómo funciona la, toda la burocracia forense, legal, médico legal,
cuando vamos a poder ir a ver a nuestra persona querida, cuando
vamos a poder recogerlo, todas esas informaciones, dejarlos
conectados y dejarlos conectados con la red de salud pública, si
la hubiese y si no pues dar la conexión con el análogo, pues con
cruz roja, sanidad pública o en cada país los recursos que se
tengan.

A MODO DE SÍNTESIS
Hola, soy Elena Moreno Saldivar y he desarrollado la mayor parte de mi
carrera profesional al gobierno vasco trabajando en seguridad de
emergencias, primero como responsable de intervención activa y
después pasé a puestos directivos como directora de atención de
emergencias y después como directora general de la academia vasca de
policía y emergencias.

Ha sido más de 20 años en los que tenido oportunidad de vivir todo tipo
de situaciones, de responsabilizarme de la dirección y coordinación de
multitud de intervenciones. Hoy gracias a la oportunidad que me brinda
el centro de crisis de la Universidad Autónoma de Barcelona, me
gustaría trasladarlos algunas reflexiones sobre los primeros auxilios
psicológicos.

Hace poco más de un mes cuando fue estrellado el avión de


Germanwings, todos vivimos con naturalidad la ayuda psicológica que
se prestaba a los familiares de las víctimas españolas desde un hotel.
Ver las imágenes de esas personas rotas por el dolor, acompañadas por
expertos en los serios psicológicos, también nos reconfortaba a
nosotros. Ayudar era lo correcto. Era la mejor prueba de cómo la
atención psicológica en emergencias ha evolucionado en los últimos
años. Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil.

En el año 1997 comenzamos a trabajar en el país vasco con los colegios


profesionales de psicólogos. Ya entonces se publicó el primer manual de
atención psicológica para intervinientes y se firmó el primer convenio de
colaboración con ellos. Pero aquello fue visto como una excentricidad,
psicólogos a pie de calle actuando en una emergencia y no solo por los
intervinientes, sino curiosamente por los propios profesionales de la
psicología.

Cuando hablábamos con bomberos sanitarios de la necesidad de la


atención psicológica de los profesionales, decían escandalizados que
ellos no necesitaban de psicólogo, como si fuera sinónimo de algún tipo
de desorden. Pero en los colegios profesionales también hubo mucha
controversia sobre su participación. Por un lado, estaban los que
acudían a nuestra llamada y participaron en búsquedas de
desaparecidos, en aterrizajes forzosos de aviones, en incendios urbanos
con víctimas, en incidentes de carretera y ferrocarril con múltiples
víctimas y también en situaciones de atentados terroristas y sus
posteriores manifestaciones de repulsa.
Pero por otro lado estaban también los que veían su actividad como
psicólogos de emergencia de una manera mucho más crítica. Y no
contemplaban su actuación en el momento de la emergencia sino del
tratamiento posterior de las víctimas.

Hoy en día nadie se cuestiona la intervención de los psicólogos, quizás


esto haya sido posible gracias a la evolución que se produjo desde ese
debate interno de los colegios profesionales hacia la creación de equipos
psicosociales, compuestos por personal de área socio sanitaria
actuando en equipo junto a psicólogos.

Para ello, fue decisivo el papel de los grupos de voluntarios de la cruz


roja y posteriormente de la DIA, quienes desde su experiencia en la
intervención sanitaria y socio sanitaria abordaron los primeros auxilios
psicológicos.

Esta concepción de equipos y la eficacia de su actuación se ha visto


contrastada en catástrofes como el 15M de Madrid, el accidente del
avión de Spanair, el iii gallego y el Germanwings, demostrando su
validez. Para mí, he de deciros que no es relevante si los equipos están
compuestos por voluntarios o profesionales.

Lo importante es que todos ellos cuenten con información especializada


en auxilios psicológicos y que sean personas cualificadas y
experimentadas en emergencias. Con esta concesión de equipos
psicosociales se ha llegado hasta nuestros días.

Creo que con un trabajo muy pegado a la realidad de lo que se demanda


en estas situaciones porque, ¿qué nos demandan las víctimas cuando
se ven envueltas en una emergencia o en una catástrofe? Nos vamos a
encontrar con personas enfrentadas a un gran estrés y a un fuerte
impacto emocional ante situaciones imprevistas.

En función del tipo de desastre, las víctimas viven una situación de


confusión, sentimientos de miedo, de abandono, de vulnerabilidad.
Buscan desesperadamente la supervivencia y pueden sufrir pérdida de
iniciativa y otras pueden comportarse de forma heroica o mezquina.
Pero bajo mi experiencia, lo que siempre está presente es la
desorientación, el sentimiento de desamparo ante unas circunstancias
que se les escapan y que a la vez pueden estar teñidas por un profundo
dolor. Y en esos momentos no se requiere de grandes tratamientos
psicológicos. Lo que necesitan es sentirse arropadas y acompañadas.

La persona no se puede sentir sola. Necesitan un referente a quien


agarrarse y que entiende qué está viviendo. Lo que se reclama es
información fidedigna de alguien autorizado y que se les facilite de una
manera fluida ayuda y apoyo en esos primeros momentos para realizar,
en el caso de los familiares por ejemplo múltiples gestiones y sobre todo
acompañamiento de su dolor.

Para estas demandas los equipos psicosociales son la respuesta idónea.


La atención psicológica va a tener que realizarse en el momento de la
emergencia con inmediatez y debe ser realizada muy próxima a la
emergencia. Y deberá ser muy sencilla y simple. Pero además, para que
estos equipos sean eficaces han de tener una visión global, saber leer el
conjunto del lugar de la intervención y conocer los tiempos de gestión.
Por ejemplo, será importante saber cuánto tiempo o qué pasos han de
darse antes de un levantamiento de un cadáver para poder prever
necesidades y acompañar los familiares, informarles, etcétera.

O conocer las claves de un triaje en un incidente de múltiples víctimas


para determinar los tiempos de evacuación de los heridos y sus
características. O muy importante, saber cómo comunicar malas
noticias.

Tantos y tantos ejemplos pudiera poneros que nos hablan de que los
primeros auxilios psicológicos requieren de experiencia y formación en
situaciones de emergencia. De la misma manera que no todos los
médicos por el hecho de serlo pueden operar un estómago o hacer una
RCP en la calle, no todos los psicólogos pueden realizar unos primeros
auxilios psicológicos por muy licenciados en psicología que sean.

Y de hecho, hemos visto en algunas catástrofes en España que la


atención prestada por psicólogos no experimentados en emergencia han
acabado con que ellos mismos han sufrido secuelas traumáticas. Y aquí
surge otra de las grandes reflexiones, los héroes son vulnerables.

Hasta ahora me he referido solo a las víctimas que pueden ser tanto las
que han sufrido los efectos directos de la emergencia, fallecidos, heridos
o ilesos como sus familiares. Pero es muy importante tener en cuenta
los intervinientes en la respuesta. Hay que hablar de los bomberos, de
los iii y policías, de los sanitarios y de todos aquellos que se enfrentan a
diario a las emergencias y a las catástrofes.

Habituados a ese estrés que ven canalizado es lo que se hace actuar en


las situaciones de riesgo, se llega a alcanzar una cierta anestesia física
y emocional durante las intervenciones. Pero cuando la emergencia
termina y la adrenalina baja, es difícil no verse afectado
emocionalmente. Por ejemplo, en casos con grandes quemados con
múltiples víctimas, con personas conocidas o sobre todo con niños, que
todos los profesionales relataremos como una de las peores de nuestras
experiencias vitales.

O cuando tras muchos esfuerzos en salvar a una persona, los


resultados han sido negativos. Habremos de ser conscientes de la
impotencia que sentiremos ante muchas situaciones y esta impotencia
además se puede ver agravada por algo muy frecuente como es la
transferencia que los familiares realizan hacia los profesionales o
responsables.

Es muy humano buscar culpables. Los intervinientes muchas veces


solo podremos actuar de manera paliativa, porque vamos a poder
minimizar las consecuencias de una desgracia o una catástrofe que ya
se ha producido y que no estaba en nuestras manos impedir o
solucionar. Junto a esto, en muchos casos hemos llegado a nuestra
posición con una formación generalista universitaria o no. Y después
nos hemos capacitado en entender una línea de agua, en establecer un
cordón policial o en realizar una reanimación cardiopulmonar.

Pero por ejemplo, cuando llega el momento de comunicar a una madre


que hemos encontrado a su hijo fallecido, toda esa formación no nos
sirve de nada. Y es tremendamente difícil no llevarse a casa tantas
imágenes y tanto dolor ajeno. En esos momentos, lo que debemos ser
conscientes es de nuestra propia vulnerabilidad.

Creo que los auxilios psicológicos debieran integrarse e incorporarse en


los procedimientos de los servicios de emergencia, utilizar las técnicas
como los debriefing, normalización del recuerdo y los defusing o
desactivación emocional de un amanera muy natural y cuando se
considerara necesario.

Pero lo cierto es que aún es difícil tratar esto de una manera normal,
porque se sigue teniendo muchísimo rechazo. Y por otro lado, creo
también que es muy importante la propia formación en auxilios
psicológicos de los intervinientes. En muchas emergencias ordinarias,
cotidianas, el interlocutor con las víctimas va a ser el responsable de la
intervención, un bombero, un policía, un iii, un técnico de intervención.

Y todo esto estamos diciendo debe ser aplicado también a los propios
equipos de respuestas sociopsicológica. Para poder cumplir su función
deben ser conscientes de su vulnerabilidad y saber retirarse cuando
comiencen a sentirse afectados. Los procedimientos de actuación deben
de tener esto muy presente. La debida empatía con las víctimas es un
arma de doble filo.

El acompañar en el sufrimiento puede llegar a afectarnos en nuestro ser


más íntimo y es muy humano ser conscientes de ello y tener recursos
para afrontarlo. No quisiera terminar sin haceros una última reflexión.
Hemos pasado de que se ha visto como una necesidad a que la
actuación de los equipos de psicólogos sea una de las facetas más
destacadas por los medios de comunicación casi ante cualquier
emergencia o catástrofe.

Y además, es uno de los aspectos que más les gusta informar a los
responsables políticos. Bajo mi entender, parece como si en ocasiones
estuviera utilizando para calmar consciencias y más que valorar su
pertinencia y su eficacia en la gestión de una situación concreta, tiene
una intención de hacer ver que estamos haciendo algo.

Sin infravalorar su importancia, cuando se está produciendo


permanentemente inundaciones en una zona, los vecinos no reclaman
psicólogos al ser evacuados, lo que quieren son soluciones técnicas que
impidan que la próxima vez que el río crezca, sus viviendas no se
inunden. Ahora bien, es cierto que cuando un pueblo, una zona, un
país se ve sorprendido por una catástrofe es toda la sociedad la que se
ve asolada. Los primeros auxilios psicológicos van a ser fundamentales
para facilitar el afrontamiento de la desgracia.
Pero, también me gustaría apuntar que creo que lo que se debiera de
potenciar y trabajar mucho más es la resiliencia, tanto en los
ciudadanos como en la propia sociedad. Hacer sociedades cada vez más
resilientes, potenciar la capacidad de responder como individuos, como
pueblo y como sociedad ante una catástrofe, ser capaces de
recuperarnos y salir adelante.

Para terminar, solamente deciros que la actuación de los equipos socio-


psicológicos compuestos por personal bien formado, voluntarios o
profesionales, actuando tanto en emergencias ordinarias como en
catástrofes y desastres, creo que es uno de los aspectos claves para una
gestión de emergencias eficaz y eficiente. Nada más, muchas gracias.

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