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PUNTOS QUE LOS ORADORES PÚBLICOS DEBEN RECORDAR

 Antes de comenzar su preparación, repase las páginas 52 a 55 del libro Benefíciese. Todos los
oradores harían bien en analizarlas de tanto en tanto y modificar sus discursos según se requiera.

 Aunque es probable que la mayoría de los asistentes sean testigos de Jehová, tenga en cuenta
que también habrá quienes no lo sean. Desarrolle el tema principalmente para el beneficio de los
recién interesados y los estudiantes de la Biblia, y plantéelo de una manera que sea fácil de
entender y atractivo para los miembros sinceros del público. Hable en términos elogiosos de la
organización de Jehová y de los miembros de la congregación.

 No hable en términos despectivos de quienes no son Testigos. En vez de menospreciar sus


creencias, actitudes o estilos de vida, céntrese en el mensaje alentador de la Biblia y en los
beneficios de aplicar su sabiduría (be 200 párr. 4–201 párr. 1).

 En lo posible, evite términos que sean desconocidos para quienes no son Testigos. Si tiene que
usarlos, explique su significado (be 227).

 Demuestre que lo que enseña se fundamenta en la Biblia, no simplemente en su experiencia o


puntos de vista (be 52 párr. 6). No hay por qué hacer alusión al bosquejo ni leer porciones de
este al auditorio. Más bien, enseñe con la Biblia los puntos que en él se exponen.

 Recuerde que la calidad de su enseñanza no depende de cuántos textos bíblicos lea, sino de lo
bien que los desarrolle (be 53 párrs. 1, 2).

 No suponga que quienes nos visitan captarán el significado de los textos bíblicos simplemente
porque los lea (be 256 párrs. 1, 2). Introdúzcalos apropiadamente, espere a que el auditorio los
encuentre, léalos con exactitud y con el énfasis debido, y explique lo que significan. Asegúrese
de pronunciar correctamente los nombres bíblicos (be 91 párr. 1). En estos campos, preste
mucha atención a las sugerencias que se hallan en las lecciones 1, 3, 20, 21 y 22 del libro
Benefíciese.

 Si lo considera apropiado, reconozca hacia el final del discurso que quienes nos visitan tal vez
tengan preguntas sobre lo que acaba de exponer. Invítelos a pedir más información a quienes
son Testigos.

 Sin importar cuánto tiempo lleve pronunciando discursos públicos, no dude en preguntarles a
uno o dos hermanos maduros qué les pareció su intervención. Si es posible, dígales que después
del discurso le gustaría oír sus comentarios.

S-141-S 4/16

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