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Marchesi, Carretero y Palacios.

Psicología
Evolutiva. Tomo 3, Parte I. Adolescencia.
Capítulo I: Teorías de la adolescencia. Mario Carretero.
1. Introducción. Distinción entre los conceptos de pubertad y adolescencia.
Pubertad: serie de cambios físicos en el organismo humano cuyo producto final es, básicamente, la completa maduración
de los órganos sexuales y con ello la plena capacidad para reproducirse y tener relaciones sexuales. Su aparición puede
determinarse con relativa exactitud y concreción, en relación a índices físicos objetivos.

Adolescencia: etapa de desarrollo del ser humano que sigue a la pubertad y en la que se producen toda un serie de
cambios físicos y psicológicos. La pubertad es más bien un hecho que un proceso, es el límite inferior de la adolescencia.
El límite superior de este proceso es más inexacto, pero se marca entre los 17-18 años, o cuando el desarrollo físico se
ha completado casi en su totalidad.

2. El desarrollo físico en la pubertad y adolescencia.


A partir de los 10-11 años se produce un crecimiento rápido que afecta a las distintas partes del cuerpo y que llega a
cambiar en poco tiempo, el aspecto del individuo. Entre los 11 y los 16 años los individuos crecen el mayor medida que
en cualquier otra etapa exceptuando la primera infancia. Es lo que se conoce como el “estirón” de la adolescencia. A
partir de los 12 años, se da el aumento rápido y considerable en los aspectos general y reproductivo, mientras que el
cerebro se encuentra ya prácticamente en su estado adulto.

Hay un aumento de peso y estatura, gran desarrollo de extremidades, esqueleto, los músculos y los órganos
respiratorios, que producen una amplia y rápida mejora de la capacidad atlética de los adolescentes. La leve diferencia
entre sexos que se da en la infancia se hace mucho más intensa a partir de los 12 años.

Entre las características diferenciadas por sexo cabe mencionar que el estirón comienza dos años antes en las chicas, y
se detiene también antes: a los 14-15 años en las chicas y a los 16-17 en los varones. La forma del cuerpo en los
varones es de hombros anchos y cuello musculoso, y en las chicas es de caderas anchas. El tejido adiposo aumenta en
las chicas a partir de los 15-16 años, y disminuye en los varones.

Las transformaciones en relación con el desarrollo de los órganos reproductores imponen al sujeto la necesidad
imperiosa de aceptar y asimilar su nueva imagen corporal, así como sus nuevas capacidades motoras y sexuales. Es
importante considerar la dificultad que presentan muchas veces los adolescentes para integrar la imagen que tienen de sí
mismos con la que les gustaría tener en función de sus propias expectativas, y las del grupo y la clase social de
pertenencia.

En relación con esto Siegel afirma que en esta etapa: a) hay un aumento de la conciencia y el interés por aspectos
relacionados con el propio cuerpo; b) el interés por al apariencia supera a cualquier otro aspecto de sí mismos; c) las
chicas muestran mayor insatisfacción por su propio cuerpo que los chicos; d) existe una doble determinación en la
relación entre atractivo físico y aceptación social.

3. Las teorías sobre la adolescencia.


Siglo XVIII:
Rousseau, en el Emile, hace mención a la adolescencia como un período específico del desarrollo con características
diferenciales muy definidas. Consideraba a la adolescencia como un segundo nacimiento, pues consistía en la antesala
del estado adulto.

Siglos XIX y XX:


Bakan considera que la invención o descubrimiento de la adolescencia fue, en gran medida, una respuesta a los
cambios sociales de la segunda mitad del siglo XIX y ppios del XX. Su principal objetivo fue la prolongación de los años
de la infancia con el fin de realizar los fines de la nueva sociedad urbana industrial. Hubo 3 factores intervinientes: las
transformaciones en el mercado de trabajo debido a los avances tecnológicos; la ampliación de los límites de edad para
la educación obligatoria; y las medidas políticas y judiciales encaminadas a controlar la delincuencia en general y la
juvenil en particular. A su vez resultaron importantes la abolición de la esclavitud, la inmigración masiva, la afluencia del
campo a las ciudades, etc.

Hall (1904) fue el primer compilador de un estudio sobre la psicología de la adolescencia. Era un convencido partidario
de las posiciones evolucionistas; creía en la herencia de los caracteres adquiridos y que estos podían influir en la
evolución. Esto equivale a decir que consideraba que la ontogénesis recapitulaba la filogénesis, que el desarrollo
psicológico humano, desde la infancia hasta la adolescencia, repetía el proceso evolutivo de la especie [op Vigotsky]. El
niño en su evolución iba recorriendo las distintas fases del desarrollo animal, antropoide, salvaje y civilizado. La
adolescencia marcaba la entrada en el estado civilizado. Este pasaje resultaba altamente conflictivo, caracterizado por la
angustia y la rebeldía (storm und stress, término tomado de la frase del romanticismo sturm und drang) producto de este
pasaje. Era la etapa más decisiva del desarrollo humano puesto que en ella se producía un mayor número de
transformaciones que en cualquier otra, la transición salvaje-civilizado.

Sigmund Freud coincidía con Hall en la aceptación de la recapitulación, no de los cambios evolutivos de la humanidad,
pero si de su propia infancia. Sin embargo, para Freud los primeros años de vida eran los más importantes, por su
influencia decisiva en las etapas posteriores. También coincidía en la caracterización de la adolescencia como storm und
stress, pero las causas eran otras. En la adolescencia llega una etapa de sexualidad genital en la que los impulsos
procedentes de la libido cobran un carácter de satisfacción urgente. Por otro lado se reavivan los conflictos de la etapa
fálica, reprimidos en la etapa de latencia. Así el complejo de Edipo vuelve a ejercer una notable influencia en el
comportamiento del adolescente, porque el deseo hacia el progenitor del sexo opuesto es de orden genital y las
relaciones conflictivas hacia el padre o la madre empeoran por ese motivo. Se impone el control interno propio y el
externo de la sociedad.

Anna Freud considera que en la adolescencia existen 3 mecanismos clásicos en tensión que determinan los cambios en
la estructura del carácter del sujeto adolescente:

a) los impulsos del ello, estimulados por los cambios fisiológicos y hormonales de este período;

b) la resistencia del yo ante estos instintos, que depende del grado de desarrollo que el superyo haya alcanzado en la
etapa de latencia;

c) la propia fuerza del yo que se refleja en los mecanismos de defensa característicos de la adolescencia, como la
intelectualización y la sublimación (por el cual se despiertan otras aficiones deportivas y artísticas e intereses teóricos y
filosóficos, etc). también actúan los mecanismos de defensa anteriores, como la represión, la identificación y la
proyección.

La tensión de estos mecanismos y el conflicto que producen en el sujeto, hacen que el psicoanálisis conciba a la
adolescencia como una etapa proclive a los fenómenos psicopatológicos (inversión, anestesia, culpa).
Psicoanálisis del yo o postfreudianos.

a) adolescencia como período de 2° individualización (la 1° es a los 3 años) en el que el adolescente comienza a tener
una vida afectiva fuera de la familia y busca un objeto amoroso al margen de lo que ha sido hasta entonces el marco de
sus relaciones afectivas;

b) comportamientos regresivos: idealización de modelos alternativos a la figura materna o paterna, aceptación acrítica de
las ideas y valores de grupos y pandillas;

c) Resurgimiento de la ambivalencia en las relaciones sociales y afectivas (el adolescente busca la independencia pero
es totalmente dependiente de su entorno social y afectivo)

d) sensación de pérdida y duelo, por separación de sus objetos afectivos habituales.

Antropología cultural. Realizaron estudios interculturales en sociedades no occidentales donde se evidenció que en
estas culturas (con pautas de socialización y estructura familiar diferentes), la adolescencia no consistía en un período de
enfrentamiento generacional ni de angustia y rebelión por parte de los sujetos.

Piaget e Inhelder (1955) también concibe a la adolescencia como un período tumultuoso en el terreno afectivo. Su
mayor contribución es el concepto de egocentrismo adolescente que observa claros puntos de contacto con las ideas
psicoanalíticas. Ambas teorías (freudiana ortodoxa y piagetiana) están a favor de la discontinuidad en el desarrollo del
adolescente: el sujeto, al pasar de niño a joven, cambia no sólo cuantitativa sino cualitativamente. Algunas concepciones
posteriores desecharon el argumento de ambas teorías acerca de la discontinuidad, considerando que en realidad no se
producen mayores cambios psicológicos que en otros períodos del desarrollo, y que por tanto la adolescencia no puede
caracterizarse como una etapa tumultuosa, de conflictos generacionales y crisis de identidad. Puede argumentarse en
contra de ellos la falta de estudios longitudinales (sin un corte de edad transversal), el trabajo con jóvenes acomodados
de clase media y la dificultad de que los medios de entrevista permitan al joven la confianza para exteriorizar toda su
problemática interna.

4. Las relaciones entre los aspectos afectivos y cognitivos del desarrollo del
adolescente.
Los escasos desarrollos teóricos en psicología sobre la adolescencia muestran la necesidad de teorías integradoras que
establezcan la relación entre los aspectos cognitivos y afectivos en este período. Las posiciones psicoanalíticas nacieron
ligadas a la problemática psicosexual y las concepciones piagetianas suelen ser tildadas de ocuparse exclusivamente del
razonamiento lógico. Es necesaria la complementariedad entre estas teorías.

Cobra importancia para este propósito la noción de egocentrismo desarrollada por Piaget. Consiste en términos
generales en la confusión o falta de diferenciación entre los aspectos internos del pensamiento y los elementos externos
de la realidad que rodea al sujeto. La causa general del egocentrismo sería el desequilibrio cognitivo de las fases de
preparación de cada estadio del desarrollo intelectual. Hay un egocentrismo característico de cada etapa (sensoriomotor,
preoperatorio, de las operaciones concretas y de las formales).

Durante el período de las operaciones formales o la adolescencia hablamos de un egocentrismo intelectual, la


incapacidad para ponerse en el punto de vista del interlocutor. Este carácter intelectual determinaría características de la
personalidad del sujeto adolescente. Características:

-El poder de las ideas: por un lado hay una incapacidad para concebir con realismo las posibilidades de aplicación de las
teorías que el sujeto concibe, y por el otro hay un exceso de confianza en el poder de las ideas como elementos de
transformación de la realidad social. El adolescente tiene dificultades para comprender y aceptar las ideas de otros,
contrarias o distintas de las suyas.
-Audiencia imaginaria: en la dinámica de la interacción personal el adolescente se preocupa obsesivamente por lo que
los demás piensen de él. Esto provoca la actuación ante una audiencia imaginaria, determinadas reacciones de carácter
exhibicionista y contestatario de acuerdo a lo que cree que los demás pensarán de él.

-Fábula personal: hay una tendencia de los adolescentes a considerar sus experiencias, positivas o negativas, como
únicas, incomprensibles e incomunicables para otras personas. De ahí esa tendencia de los adolescentes a sentirse
incomprendidos y a pensar que les ocurren avatares enormemente especiales.

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