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Para comprender que son las políticas públicas, debemos saber –como primer punto– diferenciar

entre dos conceptos muy utilizados en la literatura especializada, politics y policies. En habla hispana
los términos política (politics) y políticas (policies), se utilizan para su diferenciación, por lo menos
en los ámbitos especializados, mientras que, por lo general fuera de ellos es usado indistintamente
para dos cuestiones que en este caso el habla inglesa ha sabido diferenciar. Cuando se habla de
politics, se está refiriendo a lo que entendemos por relaciones de poder, es decir, procesos
eleccionarios, confrontaciones, alianzas, coaliciones, etc. Mientras que el término policies, hace
referencia a las acciones, decisiones u omisiones que realizan los actores involucrados en los asuntos
públicos (Aguilar & Lima, 2009). En otras palabras, como bien señala Lahera la política como un
concepto relativo al poder en general y las políticas públicas correspondientes a soluciones
específicas orientadas al manejo de asuntos públicos. (Lahera, 2004)

Esta diferenciación produjo dos áreas distintas de estudio, la Political Sciences (Ciencia Política) y la
Policy Sciences (Ciencias de las Políticas o Políticas Públicas), la primera “[…] se encargaría de
estudiar el es (lo positivo), mientras que las ciencias de las políticas el cómo y el para qué (una
combinación entre los positivo y lo normativo o prescriptivo)” (Valencia & Álvarez, 2008), en otras
palabras, mientras que la primera se encargaría del proceso por el cual se llega a tomar una u otra
decisión de política, como son los procesos de agregación de intereses, el consenso, la
representación, el segundo, se ocuparía del contenido de las políticas, su aspecto técnico,
instrumental y metodológico. No obstante, es indiscutible que ambas se encuentran
indisolublemente ligadas, y su vinculación se estudia –por ejemplo– cuando se aborda la política de
las políticas públicas, que son las relaciones de poder en los procesos de acciones de gobierno con
la sociedad (Aguilar & Lima, 2009).

Durante la segunda mitad del siglo XX, nace en los EEUU las ciencias de las políticas públicas, que en
sus inicios tuvo un rol más bien auxiliar, considerado como elemento de apoyo para los gobiernos,
y por tanto, dependiente de la actividad política. Bajo ese contexto, “Los expertos contribuían a la
mejora del funcionamiento del sistema, no a su cuestionamiento ni a un conocimiento que no fuera
«práctico» a corto plazo.” (Meny & Thoenig, 1992, pág. 44). O como señalan Valencia & Álvarez
(2008) una época caracterizada por la gran confianza depositada en el conocimiento cientifico-
técnico para solucionar los problemas de la sociedad. No obstante, el propio desarrollo de la
disciplina, así como los cambios producidos en el conjunto de la sociedad, irían mostrando que dicha
confianza revestía una cuota importante de ingenuidad al pretender establecer una relación
simplista entre conocimiento experto y la mejora en el desempeño de los gobiernos. (Meny &
Thoenig, 1992)

Fue hasta la década de los setenta que el debate sobre las políticas públicas estuvo marcado por la
rivalidad entre dos tradiciones. Como señala Olavarría (2007) la primera de ellas se caracteriza por
su aproximación racional, muy ligada a las teorías conductistas, así como a las teorías de la elección
racional, siendo su expresión más característica el “Public Choice”. Mientras que la segunda, se
caracteriza por su aproximación política, conocida primeramente como pluralista, posteriormente
como neopluralista y antisinóptica, y que postula en lo fundamental, que las políticas públicas no
son intervenciones neutras y que surgen de un extenso proceso político en el que confluyen diversos
intereses, y que estas se caracterizan por ser más bien incrementales. No obstante, como ocurre
por lo general en las disciplinas de las ciencias sociales, los ejes del debate son múltiples,
encontrando nuevas aristas que abren posibilidades a otros enfoques y perspectivas tanto teóricas
como metodológicas, y en ese sentido, según el énfasis puesto en uno u otro aspecto del proceso
de conformación de las políticas públicas, se pueden encontrar modelos tales como: el racionalista,
el incrementalista, el elitista, el interaccionista, el institucionalista y el sistémico.

Dicho esto, es preciso señalar que aspectos son los que se consideran a la hora de definir lo que se
entiende por política pública, por su parte, Meny & Thoenig (1992) sostienen que “Una política
pública es el resultado de la actividad de una autoridad investida de poder público y de legitimidad
gubernamental” (pág. 89), es cierto que resulta ser una definición bastante general, sin embargo,
vale destacar su énfasis puesto en quienes llevan a cabo la política pública y desde donde proviene
su legitimidad para hacerlo, elementos que se mantienen siempre presentes en el debate, sobre
todo cuando la configuración de los Estados, así como la diferenciación entre lo público y lo privado
se van modificando con el transcurso de los años. Acerca de este cambio, vale destacar lo que señala
Subirats “La legitimidad de la acción de los poderes públicos se basa hoy más en su capacidad de
dar respuesta a las demandas de los sectores implicados en sus ámbitos de actuación que en su
teórica legitimidad ideológica o constitucional” (pág. 10)

Por otro lado, Olavarría (2007) destaca los aspectos decisionales, considerando las definiciones
realizadas por William Jenkins, en donde señala que una política pública se basa en decisiones que
son tomadas por uno o varios actores respecto de metas, objetivos y sobre cómo llegar a alcanzarlos
en un contexto especifico de autoridad y legitimidad en que se desenvuelven los actores. En este
caso, se pone especial énfasis en el tema de los medios y fines sobre los cuales se sustenta una
política pública y que dicho de otro modo le dan su marco de referencia, sin dejar de considerar lo
importante que resulta la participación de diferentes actores sobre cada una de las decisiones
adoptadas, dado que, todo el conjunto de decisiones, en sus distintas etapas constituyen una
política pública.

Por lo mismo, cuando se habla de políticas públicas resulta siempre relevante el factor participativo,
y esto respecto de todas las etapas que dan forma a una política pública, en este sentido, Lahera
señala que para desarrollar una buena política pública está debiese siempre enmarcarse en un
amplio proceso de participación, de lo contrario los actores públicos, corren riesgo de caer en sesgos
que se mantienen siempre latentes, “los especialistas hacia la tecnocracia y los comunicadores o
encuestólogos hacia el populismo inmediatista” (Lahera, 2004)

Otra de las definiciones sobre políticas públicas que podemos encontrar es la de Andrë-Noel Roth
quien señala que
Es un conjunto formado por uno o varios objetivos colectivos considerados como necesarios o
deseables y por medios y acciones que son tratadas, por lo menos parcialmente, por una institución
u organización gubernamental con la finalidad de orientar los comportamientos de actores
individuales o colectivos para modificar una situación percibida como insatisfactoria o problemática.
(Citado por Valencia & Álvarez, 2008)

En esta definición, nos parece importante destacar dos aspectos no considerados en la definiciones
anteriores, que a primera vista perecieran ser de poca trascendencia, sin embargo, son elementos
que no debiesen faltar a la hora de entender las políticas públicas. El primero es que la participación
de un ente gubernamental no reviste exclusividad y lo puede hacer –como la cita lo señala–
parcialmente, y lo segundo es que surgen tras una situación percibida como problemática.
En relación a esto último, Olavarría (2007) señala que para que surja una política pública es preciso
que primero exista un problema público, el cual aparece cuando “un determinado grupo, con
influencia y capacidad de movilizar actores de poder, considera que la situación actual no es
aceptable y que es necesaria una intervención de política pública para remediarla” (pág. 10).

Según lo que plantea Olavarría (2007), existen tres formas básicas sobre como surgen los problemas
públicos, ya sea, como una demanda proveniente de una base social, como una oferta que proviene
desde las autoridades gubernamentales o como consecuencia de otra política pública.

Si tomamos en consideración lo descrito hasta este punto, respecto de cómo identificar y


comprender las políticas públicas, podemos establecer nuestros primeros acercamientos al análisis
del proyecto de ley que recientemente ha sido aprobado en el Congreso y que da forma al Sistema
de Educación Pública.

Este proyecto de ley, es el resultado de un largo proceso político que surge con un malestar
expresado en las protestas estudiantiles del 2006, y que no lograron una respuesta satisfactoria por
parte del Estado, y que en consecuencia, se volvería a activar años más tarde en el 2011. Si nos
ajustamos a lo descrito por Olavarría, diríamos que el surgimiento de esta política pública proviene
de una situación insatisfactoria –que iría tomando distintas formas, a medida que avanzaba el
problema– considerada problema público debido a la influencia y capacidad de los actores –en este
caso, los estudiantes, sumando posteriormente a otros actores sociales– para marcar pauta en la
agenda pública, es decir, surge a partir de una demanda ciudadana con una importante base social,
que se prolongó durante un importante periodo, y que por consiguiente, requirió de una respuesta
por parte de las autoridades. Finalmente, luego de que pasara mucha agua bajo el puente, se
lograron establecer las bases para las negociaciones, reuniones y acuerdos, no carentes de conflictos
y que permitieron como señala Aguilar (1992) los espacios necesarios para el análisis y diseño de las
políticas públicas a implementar, que justamente por su carácter público, dieron paso a un sin
número de estrategias posibles de acción que requeriría de decisiones establecidas entre gobierno
y sociedad (pág. 32)

El Nuevo Sistema de Educación Pública, se ajusta a las anteriores definiciones sobre políticas
públicas, en tanto, que surge como un problema público, involucra la acción gubernamental,
resultan de un proceso de toma de decisiones entre actores involucrados, y requiere tanto de una
etapa de estrategia y diseño, de implementación y evaluación de los resultados. A lo anterior
agregaría lo descrito en la definición que realizan Bueno & Osuna (2013) como el resultado de una
intervención dirigida a resolver para resolver temas complejos resulta ser un sistema de
intervención (Bueno Suárez & Osuna Llaneza, 2013)
“la gente
quiere que las políticas estén bien informadas y sean bien analizadas. Por otro lado se quiere que sean
democrática y necesariamente
políticas. Que sean más científicas, pero que permanezcan en el
mundo de la política” Adriana delgado.

Las decisiones públicas resultan de diálogos, argumentos, polémicas, transacciones, acuerdos, accesibles y
visibles, en
los cuales los ciudadanos realizan sus libertades públicas de expresión, manifestación, reunión, opinión,
asociación, prensa. Este estilo de decidir va a suponer o exigir democracia representativa y participativa,
opinión pública vigilante y activa, uso
de la razón y rendimiento de cuentas, pero, sobre todo, leyes y
arbitrajes imparciales, observancia puntillosa de la legalidad,
ampliación de las oportunidades y los canales de acceso a individuos y grupos marginados para participar en
el diseño e implementación de las políticas, cultura de la pluralidad y la tolerancia, resistencia a la seducción
integrista, disciplina de ese deseo
infantil propio de la política social peticionaria que quiere todo
aquí y ahora, competición pacífica, oportunidad de alterar el establecimiento. (Aguilar Villanueva, 1992, pág.
35)

al hablar de políticas públicas queremos decir decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la
participación,
la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad
de ciudadanos electores y contribuyentes. (Aguilar Villanueva, 1992, pág. 36)

¿Cómo surge una política pública?


eran consideradas agentes externos que servían de ayuda para

El proyecto de ley que crea el Sistema de Educación Pública

1. Dependiendo del estado del avance del proceso de construcción de política pública, levantar
información primaria y secundaria, y analizar:
2. En el caso de que el instrumento sea o se ampare en una ley/proyecto de ley, reglamento,
instructivo, etc., analizar sus principios y propósito, qué permite y qué obstaculiza, sus vacíos, etc.
3. Su estado de avance desde la perspectiva del enfoque incrementalista, considerando aspectos
históricos (su trayectoria o trazabilidad de la construcción del instrumento pp).
4. Utilizando distinciones que sitúen el análisis del instrumento de pp como simbólica-operativa, de
arriba para abajo o de abajo para arriba, entre otros.

Un contenido, un programa, una orientación normativa, un factor de coerción, una competencia social,

“El análisis de una política determinada permitirá sacar a la luz a actores esenciales (sindicalistas, grupos de
presión. agentes locales o internacionales) que un análisis en términos de política de partido, parlamentaria
o gubernamental no permitiría mostrar.” (Meny & Thoenig, 1992, pág. 17)

“Para cualquier gobierno. es más fácil aumentar los gastos que disminuirlos. Cada intervención
genera una serie de obstáculos que hacen difícil. cuando no imposible, la reducción de los gastos
presupuestarios.” (Meny & Thoenig, 1992, pág. 25)

Posteriormente el debate que ocurre respecto del origen y las funciones de las políticas públicas,
permitirá concebirlas más allá de su concepción técnica y cientificista que tuvo en un comienzo,
que la confinaba a un papel auxiliar. Esto debido a que la perspectiva de que las políticas públicas
determinaban a la política más que en sentido inverso.

El sueño de políticas públicas value-free se ha esfumado


a medida que los valores subyacentes a una conceptualización teórica eran
desmontados y criticados por otros politólogos en nombre de otros valores. (Meny & Thoenig,
1992, pág. 46)

Modelos teóricos que permiten conocer las políticas publicas.

1. Pluralismo social, concibe al Estado, desde una perspectiva funcionalista, que atiende las
demandas sociales.
2. El Estado como instrumento al servicio de una clase o grupo especifico.
3. Intenta interpretar los equilibrios y desequilibrios, que se establecen entre Estado y
Sociedad. Neocorporativismo, neoinstitucionalismo, policy communities, variantes de una
misma preocupación. Rechazo a un racionalismo economicista, y a una sociedad que
depende del Estado, a su vez cautivo de una minoría.

Pluralismo, racionalidad y políticas públicas.


“Al actuar así, la escuela del Public Choice rechaza los mecanismos de organización y control
centralizados en las sociedades contemporáneas, oponiéndoles las estructuras descentralizadas,
especializadas y de pequeño tamaño.” (Meny & Thoenig, 1992, pág. 49)

“cada «público» decide libremente las prestaciones que desea obtener y que está dispuesto a
financiar. Esto no constituye un problema para la escuela del Public Choice, al contrario, porque su
análisis se hace en términos de costos y beneficios, y no de valores que hay que promover, como
la igualdad o la redistribución de la riqueza.” (Meny & Thoenig, 1992, pág. 49)

Una de las criticas al Public Choice:

 Su excesivo interés por el mercado, aunque Ostrom señala que es más bien una
preocupación por las decisiones políticas, las que a su juicio deben estar mas
descentralizadas.
 Es que tiende a considerar las instituciones como mecanismos neutros, que sólo sirven
para transformar las demandas en políticas públicas.

Racionalidad Absoluta: Simon Deductiva/normativa

Racionalidad Limitada: Dahl Deductiva/normativa

Incrementalismo: Lindblom

“[…] una teoría fundada en el análisis de procesos concretos y observables en el transcurso de


políticas públicas puestas en práctica.” (Meny & Thoenig, 1992, pág. 54) Empirismo/análisis de los
fenómenos reales.

La autonomía relativa del Estado

El Estado, los burócratas y los expertos.

 Escuela neomanagerista o neoweberista 1974-1976.


Como reacción contra las corrientes neomarxistas.
 Corrientes conservadoras opuestas al Welfare State.

El Estado, el Capital, las Políticas Públicas.

Los actores y el sistema.

Neocorporativismo.

Neoinstitucionalismo.

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