Sie sind auf Seite 1von 148

-· ·~·

r :;.
;
!
· ~·
- - - - · - - - - -........-------'11ERRAPIRMB11U

6
CoNejo de Redacci6~a; .
Arístides Medina Rubio, Pedro CalzadUJa, E!ías Pino ltwrieta, Gennán Cardozo G.,
Carlos Viso C., Nelson Puecles'Hucms y Rugo CuteJlanos.

~en ellftterior del Pala:


José SaJazar L, (Carúpan.o), José Ramúez N., (Cumaná), Moisés Morón, (Maturín),
Aracely:\ .Morales. (Barcelona), David Femández, (Guarenas), Pablo Emilio Hartado.
(Maracay), Marcos Sáncb" E., (San Carlos), Lwsa ltodri¡uez, (BarqilisimetoJ, Lisbella
Paez '(San Felipe), Luis García Mutler, (Barinu), Alí Lópcz, (Mérida), Diana Ren¡ifo,
(Trujülo), Rutllio Ortega, (Maracaibo), Manuel Feo La Cruz h., (Valencia), José CaJna.
caro Cuicas (Acarigua), Maria ele Lourdes Ron (Ciudad Bolívar}, Mlf&IY Varillas (Los
Teques), Luis Barrios (Tucupita), Jesús Acosta, (El Tigre}, Juan Rodnguez, (Porlamu),
Emi¡dio Barrios, (La Gu~ra), Neny O. de Parra, (Cabimas), Luis BeUorín, (Puerto
Ordaz).

Conespouale$ en ol Extrutjeto:
Antonio Scocozza, (Nápoles), Víctor Alvarcz, (MedeUín, Colombia), Caamen Cutafteda,
(Guadalara, México), Max Ze~sld. (Rostok, R. n. A.), Hennes Tovar Pinzón. (Bogotá),
José Kobayashi (Tokio), Edit Córdova, (Bourdeaux), Malcom Daes (Oxford), José A.
Espinosa, {Panamá), Paúl R. Araru"bar, (La Paz), Man:elo Cannagui (Turin).

Arte: Jucar

~011 SUMAIUO ABRIL·JVNIO 1984

y otn. 'ftll' América • • • • • • " • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 149


Artículot:
MANUEL RODRIGUEZ CAMPOS: Veaezuela RepúbUca. Loa Primen~~ 1'11011. ISO
STEVE ELNER: Tencloacia rec:ieatesala izquierda veaezolau atraril de
ánco referencial • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 190
MARUJA TABORDA DE CEDE!ifO Y OTROS: Para ua m<Mlelo cwrlcuJude
illterd.isdptiMridad eJI 1M Cie.Ddas Sc>c:ialea • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 202
ANTONIO SCOCOZZA: La Ci.eDcia Polttica eatn Teoría e Hiltoria •••••• 213
RUTILIO ORTEGA G.: Historia Nacional e Historia ltetlfonal •••••••••• 236

Sueltos: .
Alejandro Mendlble Z.: ~: ..La &nolucióa clel64" veiDa Ulol después •• 243
Pedro P. Unarez: La Ve:p del PueblO Viejo•••••••••••••••••••• ~ lSO
El Cuarto Coloquio de Hiltoria lleJkmll, en Mancaibo • • • • • • • • • • • • • • 259
Coutitudóe del Capítulo Veaezolafto de la Aloc:iaei61l ele ltiatoriadol'el de
América LatiDa y el Cuft»e (ADHILAC) • • ~ ••• ~ • ~ • • • • • • • • • • • • • • 261
Reee.la ele Ub.101:
Pedro Cunil·G.; La América .bcliu. Barcel~a, Ariel, 1981, por Dllvid Ruiz 262
Germán Carrera D.; Sim6o Bolf11U, Eacritol F-.meataleL Caracas, Monte
Avila. 1982, por Hayclé Miranda ••..•.••......••.•..••••.•. 266
Andrés Sesbín (Comp.) Geopotftlea de lu Relaciones ele VesteZUela coa el.
Caribe. Caracas, Fondo Editorial ASOVAC, 1983, por Jutián Rodríguez ••.• 267
Dit. de Planificación y PJomoción (Universiclal de Carabobo): l'laalue, V -
cía, juUo-diciembre 1983, por El¡or DeportdfO •••••••••••••• • • .; •. 269
~por David Ruiz Ch., •••••.••• ~.~· ••..•••••.•• .t' ~.;.- •• 271

• • 1 •• ' ;,· • •• ' ~)l~·


146/TUm.R\.Fll~lE-------------------

revista de historia y ciencias sociales

Calle lngtoniuia, Qta. Anaquín, Planta Alta. Los Chquaramos, CaraciS


Apartado Pustal 4 7.687, Caracas 1041-A
Tetéronos: 662-1983
Depósito Lepl pp-83.0016

SUSCRIPCIONES

Correo Aéreo
Un año, euatro números: ' Bs. 80.00
Venezuela, suscripción normal Ps. 100,00
suscripción de apoyo
Extranjero
América Latina Do!. USA. lO.oo
USA,EU:ropa y otros Contlnt>ntes Dol. USA. lS.oo

, CAracas 1041-A
•. .
...... . .. . .
'

. ·.: :-.
___________________ nmm.\Ftlt~IE ' 147

A LA VENTA EN LAS SIGUIENTES LIBRERIAS:

Caracas
Libreda Divulgilc::i6n. Centro Comercial Los Chaguaramos
Librería Suma, Calle Real de Seb8na Grande No. 90.
Librar fa Foro, Gradillas a Sociedecl. ' .
Librar la Cruz del Sur, Calle El Colegio, Sat:lena Grande.
Librada Lectura, Centro Comercial Chacafto.
Librería Historia, Monje a Padre Sierra, No. 6.
Librar(a Cuhural Venezolana, Santa Capilla a Mijares.
Librería Kuai-Ma.-e, Pasaje Rfo Orinoco.
Librerla Kuai~are, Edif. Fundac:omún, frente al cine Broadway,Chacaito.
Libr.-la Kuai·Mare, Centro Comercial Coche.
Librería Kuai-Mare, Aeropuerto de Maiquetía. salida de vuelos nacionales.
Librerla Kuai -Mare, Edif. Ramie, E,quin. de Carmelitas. ' '
Ubrerla A. C. U .. Pasillo de Ingeniería (U. c. V .l.
Libt:erla Oliveros, Escuela de Administración (U. C. V .l.
librería Al fredo Moreno, (U. C. V .1.
Librería Escuela de Educaci6:1 (U. C. V .l.
Libreria Pedagógico l 1cr. piso, Edificio Central).
Kiosko Esperanza. Ave. Páez (Frente al Peda~lcol.
Librerí11 Mooserrat, Ct."fltro Comercial Los Chaguaramos. P.P.
librerla C.O.P.S,U., U. C. A. B.
Fondo Editorial " Lola Futlmnavor", U. S. M.
Librería El Gusano dt! ·Lul'. Parquu Carabobo.
Librer ía Cantaclaro, Esquina dt! Albañales,
Libreria dc~l Atenoo de Catacas. Plaza MOfelos.

Los Tequcs:
Librerla Tc\.cníca Miranday, Calle R ivas, Ed if. Galerfas BoHvar.

Valencia:
librer(a Oecovan, Centro Comercial Ave, Bol(var, Local C-7. Sector Alegria
Llbrerí11 El Trigal, Calle Nauu-nagua, El Trigal.

Marec.aibo:
Líbl"ffrl8 Kuai-Mara, Centro de Cultura Popular, Pl112a Ber81t.

Barquisimeto:
Libn!fl8 Kuai ·Mare, Museo de Arte Nacional, Carrera 15 entre calles 25 y 26

San Cristóbal:
Libre.rla Kuai-Mare, Salón ele Lectura, Plaza BoiiV8r.

Maturín;
librería Universitaria

Cumaná:
librer la de la ~niversídad, U. _
D·2; _; '•: .
·..
,, . ..: f .....;:~-~~
1~/~~----------------~------------------

:'•..
~ . . ;,
... ; ""' .. ·!i .
: ,,

Dib~a~o hecho por Ú11a presa política


de VIlla Devoto (Argentma).

. ~
_ _.;....__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 11E.RRAFJRME/149

Y otra vez América

. \' .

.. ; ·.' .. ·

Hace cuarenta aflos cuando la Segu_nda Guerra Mundial apunta-


ba a su fm> América Latina -nuestra América- vivía el auge de los
movimientos populates y democráticos contra las dictadutai ;y las
oligarquías. Er3Jl· tiempos de expectativas humanizan tes, derivadas
de la lucha contra el nazi-fascismo y por la justicia social.. Al prin-
cipio, Guatemala y Argentina marcaron el rumbo hacia empresas na-
cionalistas, hacia acciones sindicales y hacia ~jerci~ios masivos del
sufragio. Sin embargo, la radicalización de su nacionídj5mo, así co-
mo la defonnación de su populismo sufrieron pronto las derrotas
que todos. conocemos y que las condujo de nuevo hacia las auto-
cracias. ·
Hoy después de intensas y contradictorias experiencias .-que van
de Fidel Castro a Jorge Videla, de Eduardo Frei a Juan Velazco
Alvarado, y de Anastasia Somoza hijo a Salvador All~ride, ·Ernesto
Ché Guevara, Augusto Pinochet y Juan Bosch- lapoUtica y la vida
latinoamericana vuelve a orientarse en términoS. democráticos.
Conservando cada uno sus métodos y matices, los mOdelos recien-
tes, parecen sintetizarse en "Argentina Radicar• y "Nicaragua San-
dinista,. En ambos casos, el pueblo registra :niveles -desde luego
desiguales- de participación crítica.
El alcance y la profundidad de estos procesos dependerá, en par-
te, del modo como se organice dicho pueblo PIP'8 enfrentar la acción
regresiva de factores internos e internacionales,: siempre dispuestos a
detener el progreso social. . . •
· El sesgo democrático y popular de esta década, a cuarenta anos
del reordenamiento iniciado en América Latina después de la Se·
gunda Guerra, abre una auspicioS& etapa reorientadora de nuestro
·rumbo. La experiencia acumulada puede junto con el esfuerzo
colectivo contribuir a la sostenida profundización de su acento.
¿Será posible arraigado. como irreversible saldo histórico? ·

...
La redaccióR-·
.... .1,.
<:~.....
lfiO / TIERit \ FllüiE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Venezuela República,
los primeros pasos

Manuel Rodríguez Campos

Introducción
Dentro del contexto colonial iberoamericano que tuvo por
escenario los primeros años d el siglo XIX, visionarios de la no-
bleza criolla querrían sacar provecho de circunstancias políti-
cas favo rabl es a sus designios (*) y, cobijados bajo la definición
republicana, reivindicarían frente al poder metropolitano y ante
el mund o en tero, la plena soberanía de los te rritorios cuyo con-
trol se arrogaban. Debido a que no fu e total el respaldo ofre-
cido p or los pobladores de la colonia , los fundadores se verían
fo rzados a tomar el camino de la guerra para sostener la repú-
blica surgida de las ideas políticas que profesaban y al fina l,
triunfantes, quedaría en sus manos el destino de un pueblo.
Aquellos patricios que sobrevivieron a las distintas alternativas
de la confrontación ahora e n cond iciones de líderes civiles,
habrían 4ue dar forma concreta a la república y, en decisiones
simultáneas a la organización política de la nueva entidad, su-
perar ingentes problemas generados por la guerra.

(• ) En líneas generales, se tuta de los sucesos europeos de 1808 y el proceso


subsiguiente, que comportaron la abdicación de Carlos IV y Fernando
VIl a la Corona Española en favor de Napoleón Bonaparte y la ascensión
de su hermano J osé a esa monarqu la. El rechazo con que fue recibido
el usurpador por el pueblo español y la constitución de las Juntas de Go-
bierno de Sevilla y Aranjuez se pueden tomar como antecedentes propi-
ciadores de acciones americanas que perseguían la independencia de las
colonias. La presente monografía no se ocuparfl de aquellos aconteci-
mientos, ni de las guerras de emancipación que les siguieron, s.ino de un
problema muy singular que tal vez sólo podía darse en el cuadro de una
república independiente nacida de la descomposición colonial. Por tal
razón, esta nota no tiene más que <;arácter referencial.
_ __ _ _ _ _ _ _ _ _ TIEIW.. \fllüiE / 151

RESUMEN
de la
VIDA l\11U1AR Y POLiliCA
del General
JOSE A TO 10 l~EZ
• \ ; · · •• :.0 • -.~ , • •• ••• •J

u.~~---~----------------~------~--
Bn un cuadro como el descrito 'nació la república de Vene- ·
zuo1ay·entre· 1810 y 1830. Desde 1921 fue hore, gracias al
readtado de la batalla de Canbobo, mediante la cual quedó
abátido· para siempre el poderío espaftol en su~lo venezolano.
.Esa libertad evolucionó hacia la constitución de Colombia y
se mantuvo hasta que dio lugar al gentilicio actual con el fraca-
so de aquella unión de repOblicu, en 1830. Desde este aflo
quienes dirigieran a Venezuela no pOdían ser oficiantes de
una alquimia política, fuese . ésta de gabinetes o campamentos
nl.ilitares, sino los artífices de la república md. los conductores
y organizadores de una vida social específica, con problemas
muy concretos que atender, para cuyas soluciones era necesa-
rio proveer las medidas pertinentes.
Podría ·pensarse que el Estado independiente creado por
~uettos conductores a expensas de la disgregación de la Gran
Colombia, tuvo la posibilidad de superar en breve plazo las di-
ficultades materiales que encontró. Para ello contaba con el
entusiasmo de sus fundado~ y un suelo·rico en recunos natu-
rales sobre el cual la voluntad hecha acción se convertiría en
fecunda obra transformadora. Pero complejas razones cuyas
·raices están más allá de 1830 detenninaron una moratoria del
quehacer fundamental. El Estado subsistió como tal, a ·través
de soluciones administrativas parciales, errores y omisiones;
de angustias económicas y flSCales,: civiles y militares; t~ndiendo .
a consolidarse sobre· una base .institucional de solidez dudosa.

Secuelas de la Guerra

Al comenzar la segunda década del siglo XIX los venezolanos


se fueron a la guerra por la independencia. El 19 de Abril de
181 O distinguidos miembros de la · sociedad colonial forzaron
áJ. Capitán General, don Vicente de Emparan, a renunciar al
mando y constituyeron una Junta Suprema Defensora de los
Derechos de Fernando VII, para gobernar en su nombre mien--
tras éste recuperaba el poder en Espafta. Al inenos esa fue la
u¡umentación de fondo sostenida por la Junta basta que, de
una parte gracias al producto de sus propias discusiones y de
otra~ a la dinámica de los acontecimientos, ya venez-olanos,
ya peninsulares, aquellos patricios se vieron forzados a r.nodifi·
car las penpectivas iniciales. Las acciones resueltas por..la Junta,
!". •
las conspiraciones a que debió hacer frent~ y las posturas pro~
sivainente fuertes que hubo ~e asumir, unidas a las presiones
1··¡.

~ J~
'· .··.
~•;
.. TIBRRAFIRME/113

;o< ejercidas sobre sus integrantes por personas más radicales aP."U-
padas en la Sociedad Patriótica, determinuon un rumbo distinto
ea Ja defmición' política de la colonia, más avanzado que las d~
cJaraciones iniciales y contrario a todo cuanto representara el
orden colonial. En efecto, el S de Julio de 1811 un congreso
reunido en Caracas declaró la independencia de las provincias
integrantes de aquella capitanfa general, adoptado la forma de
república federativa.
En su gran mayoría,· quienes entonces se pronunciaron por
la independencia absoluta creyeron de buena fe en la justeza
de su decisión; tanto, que consideraron suficiente el acto polí-
tico rubricado por ellos para consagrar el nacimiento de la
nueva república. Sin embargo, muchos súbditos se mantuvieron
leales a la Corona, constituyendo grupos que expresaron de di-
versas maneras su lealtad al orden antorior. Este ·rechazo expreso
a la opción separatista fue creciendo en intensidad hasta que en
algunos núcleos adquirió caracteres violentos; de allí en adelante
el problema derivó hacia una situación en la cual a los partida-
rios de .la independencia les resultó inevitable diferir los planes
organizativos del naciente Estado, pues fue preciso cambiar los
preparativos legales por los aprestos bélicos. Ese Estado necesitó
imponerse frente a la disidencia; y esta necesidad engendró la
guerra (1).
Después de muchas alternativas, de vueltas y revueltas en las
que la independencia se iba y volvía con Jas derrotas y 105 triun-
fos, luego de sufrir crueles represalias aplicadas por ambOs
bandos beligerantes, la repllblica venció en 1821 ; pero se d~
sangró en la lucha. Fueron once aftos de retroceso económico,
de pérdidas irreparables que por largo tiempo arrastrarían sobre
el pafs una dura carga de estrechez para pocos de sus hijos -los
que pudieron obtener algunas ventajas o conservaron las que t~
nfan antes de Ja guerra- y de miserias para la mayoría.
En esas condiciones iniciamos nuestra vida soberana, ascr
ciados a la patria mayor que El Libertador Simón Bolívar hizo
Uamar Colombia; y cuando en 1830 ocurrió el desrnembramien·
· to de esta, a resultas del cual Vel!ezuela consagró su actual es-

(1) Fue una Guerra Civil hasta 181S, afio en que el mariscal de campo
Pablo Morillo desembuc6 en territorio venezolano al mando de un
ej6rcito español. Huta ese momento hubo mú venezollnos del lado
realista· que eapaAoJ4;s del republfcano. c/f. · Laure.mo VaD.enilla
. 1.8nz, Ce.,.;,mo Dem-.cnittco, pp. 11 y lit&: .·
. .. ...
. . ·.. ~ . .. ., ~ .

tMmEitK.\fiJlOlli.-·· _ _ _,.;.___ _ _..,....._ _ _ _ _ _ _...;...


.

tado de. rep1!lblioa ,independiente, era lógico que todavía .~friera '
las consecuencias de . mediano y largo plazo· causadas por la
guerra. A pesar de que esta contienda se había defmido nueve
aftos antes, dos factores de sustancial importancia mantenían
en espera el proceso de recuperación consecuente con el período
de paz que debió. seguir a Ja victoria. Uno de esos factores
estuvo dado. por la marcha de las armas republicanas hacia
otras tierras, para seguir combatiendo por la libertad de los
pueblos hermanos enfrentados al dominio espaftol. El otro
lo representó la difícil organiza(:ión del poder político en manos
de los nuevos gobernantes y la oligarquía que los rodeó, moles-
tos por varias causas, entre ellas la radicación de los poderes
centrales de la unión colombina en Nueva Granada y no en
Venezuela.
Aunque la aseveración anterior con respecto a las consecuen·
cias de la guerra y su aftadido explicativo pudieran invitar a segujr
el curso de aquellas peripecias hasta 1830. ello no está contem-
plado en los propósitos del presente trabajo: tampoco intentamos
ahora determinar si Jos males post-bélicos persistieron con toda
la intensidad inicial, se acentuaron o por alguna razón sus plazos
de incidencia fueron acortados; y muchos menos. así los d~o~mos
por ciertos, la fundamentación de semejantes fenómenos. Sólo
se. pretende constatar, para los fines del interés concerniente a
los objetivos centrales de nuestro te.ma. que a la fecha indicada
constituían problemas ~Jgunos de penosa gravitación sobre la
economía venezolana- de imperioso acometimiento para todos
los organismos de la administración nacional, tanto públicos
como privados.

&cases de Población

En opinión de muchos autores, fue la emancipación venezo-


lana, de entre todos los procesos similares realizados por tus colo-
nias espaftolas en Suramérica, la que pagó mayor tributo en vidas
humanas. Venezuela no sólo asumió su propia lucha, sino que
ofrendó muchos hombres al participar en las contiendas de cuyos
result.ados surgiero" las repúblicas de Nueva Granada (hoy
Colombia y Panamá), Ecuador, Perú y Bolivia. El Libertador
concebía la ruptura de los lazos coloniales como un problema de
. magnitud continental; por esta razón, seg(in sus planes, el primer
movimiento triunfante debía marchar de inm¿diato en auxiliQ de
tos demás; y asf, cada país liberado emplearía sus fuerzas aiH
~·: ---~--__._ _ _ _ _ __.__ __ _ __ Tii;RitU:'IR.\ffi/lM

donde fuesen requeridas, . hasta expulsar ev•p<Ydeii'd' espa!iol del


continente. El desempefto solidario que esto signif.ttó, condujo al
ejército venezolano a tremolar el pabellón tricolor por los países
andinos hasta Lima, regando c~n su sangre un largo y doloroso
recl'ltrido de la libertad americana.
· En los a.ftos inmediatos a las fechas del proceso ·aquí narrado,
se hicieron varias estimaciones de la población venezolana, que
arrojaron las siguientes cifras: ·
Anos Autores . Pob. Estimada (2)'-
1800 Alejandro de·Humboldt ·. 780.000
1802 Deporis 728.000
1807 . Dauxion Lavaysse · · · ·· 975.972 ·
1810 Hall 825:000
181 O Dr. José Manuel Restrepo 800.000
181 O Alejandro de Humboldt . 802.1 O1
1816 José Domingo Díaz .758.259
1825 Dr. José Manuel Restrepo · 659.633
1835 Coronel Agustín Codazzi · 701.633
A1go no se puede ocultar -de los datos anteriores: · son esti-
maciones y; como tales, pudieran estar deformadas por · con-
siderables márgenes de error. Sin embargo, las de Humboldt y
Depons, aunque discordantes en unos cuantos miles de personas
y por dos anos de diferencia, nos parecen una base más o menos
aceptable para presumir que respectivamente las- t..>stimaciones de
Hall y Restrepo en 1810 son un tanto conservadores y por consi-
guiente, las más confiables. Por eso, y a propósito de cuanto
más .adelante se comentará en torno a la cúestión, es conveniente
desechar las de Lavaysse, pues contradicen a los dos autores antes
nombrados y hasta niegan una eventuaf tendencia de crecimiento
alterada por la guerra, que buenamente podría verse en la secuen-
cia Hu~boldt-Depons--Hall-Restrepo;
Luego aparecen Jos resultados de un censo realizado en 1838,
con 887.168 habitantes, (3) el que dista bastante de ofrecer ra-
zonable certeza respecto· de su exactitud; pero no l>arece alterar
en nada las estimaciones relativas a 181 O, a-fio del cual podríamos
tomar la más bétia para compararla con cualquiera deJas siguien-
tes (1816, 1825, 1835). Esta comparación. aún manteniendo
todas. las reservas del caso, evidencia que la población venezolana
.decreció considerablemente en .el tránsito de la guerra. No ha-

(2) Man~l Landaeta Rota.lea, G1Vln Recopilcttción geopdfica, eztadíztica


p:
e ltut6ric. de Venezuel4; t. 1, 128. ·
(3) /b{dem.
1&6/TnrnRA~-------------------------------------
bía aum·e ntado' pata··l 82S ni siquiera con un saldoexi.gQo de ere-·
cimiento vegetativo (advirtiendo qlie de producirse tal incremen-
to, para los afias inmediatos de post-guerra habría sido de pobla-
ción infantil o muy joven). Lo que e.s peor; según las cifras
de Restrepo, habríamos perdido cerca de 140.000 habitantes
entre l8l0y 1825.
La escasez de población planteaba . una grave dificultad,
especialmente para un país llgro-pecuario como era Venezuela
en aquello$ tiempos. Contar con buena disponibilidad de mano
de obra aseguraba· un crecbniento de la producción y en conse-
cuencia :propiciaría una aceptable situación económica. Cons-
tantemente la prensa de 'caracas emplazaba a los poderes pú-
blicos a enfrentar esta necesidad. Notas como la que se puede
leer de inmediato·fueron frecuentes en los periódicos:
. . •En· el preaente mo oomo en Jos anteriores emitiremos
con franqueza nuestra .opinipnea en aquellu importantes
mater,iu que el Con¡reao debe preferir como de una tru-
cendencia ooDiiderable al bienestar d~ la patria, aumento
de su población~ ... (4).
Todavía en 1849 el
problema era tan agudo y preocupaba
de tal manera a los gobernantes que hizo llamar la atención del
Congreso por el Secretario del Interior y de Justicia en ·su Men-
saje a ese cuerpo, en los siguientes términos:
Es la despoblación del territorio, sin duda alguna, el oripn
de Ju mAs lfaYel necesidades en la lituacibn material de la
RepflbUca. No s6Jd es insuficiente el níunero de los habitan-
tes para el úea inmensa que poseemos, sino que, aclemls,
eaün diseminados y mal radicados •• ...
. . .rEs población la lf&n necesidad de Venezuela, y no será
mucho que en tales circunstancias, y a pesar de la penuria del
Te80l0, pida lo que pedl como Ministro del Interior desde
1830 al primer Con¡reao de Venezuela: un sacrificio para
atender a objeto tan privlleaiadq.'" .. . (5).
Según se advierte, el problema tuvo una larga proyección en
los primeros pasos de la república. Pero más adelante se verá que,
como queda implícito en los comentarios y transcripciones ante-

(4) Periódico El Concúo, Caracu, 20 de enero de 1834, No. 1


(S) Antonio Leocadio Guzman, Ministro del Interior y de Justicia, en
Pen61lmíento Político Venezolano del Siglo XIX, t. 6, 9. 73.
Nota: no se debe interpretar que Guzmán fuese Ministro desde
1830 hasta 1849; sólo que ocupó la cartera en e10s dos años, entre
al¡unos de lós cuales desarrolló IU)a larp y féctmda lucha de oposi·
ci6n poHtica y periodística (especialmente en la década de 1840),
Jllllldo
o;· . huta por una lf:IÍtencia
. ' a la pena
. capital acusado de aedici6n.
• ~ , •• :., L.'· , ,;,. • 6l
-----------------TIERRAF'IIUlE/157

riores, se refería principalmente a necesidad·de ·fuc!ma de trab~o


para tratar de enderezar la economía nacional

A¡otamiento de la eeclavitud
En todo tiempo y lugar en que el hombre haya esclavizado
a sus semejantes, ésto~ especialmente cuando son destinados
a la producción material, han subsistid·o en el rechazo .S. .dos
grandes expropiaciones en virtud de las cuales todavía se les
defme: la libertad individual y el prod,!.lcto de su. trablijo. La
primera es el fundamento esencial 4e la esclavitud, impu~sta
para hacer posible la segunda; y ambas combinadas generaron
. toda clase de abusos, al caracterizar las relaciones entre los amos
y quienes estaban sujetos a su voluntad absoluta, Unos tenían
todos los derechos, otros no contaban con ninguno, a veces ni
siquiera el más natural, el de la existencia.
En Venezuela. así como en todas ·tas colonias americanas
de. matriz espaftola, es un dato histórico cuya · sustentación
testimonial no admite dudas, que el trato dispenSado a los e~
clavos de origen africano por sus amos, no fue el peor del si~
tema en su entera expresión continental. A través del período
en que ejerció su dominación, la Corona dictó varias disposici~
nes específicas a fm de mejorar las fonnas de vida y las condici~
nes de trabajo de aquellos seres sometidos a esclavitud, que no
fueron acatadas por quienes tenían la obligación de cumplirlar
ni impuestas por los funcionarios coloniales. Sin embargo, las
maneras despóticas habitualm~nte empleadas para dirigir el
trablijo esclavo, encontraron aquí un atenuante en la concien-
cia de culpa y el patemalismo cristiano de muchos amos. Evi-
dentemente, esto no constituyó una regla de aplicación gene·
ra1 como eran las normas e instrucciones reales; pero fue una
'práctica bastante extendida. Tal comportamiento resultó ser
una medida relajante de rensiones: pero de todas maneras los
rasgos de expropiación antes mencionados como definidores
del trabajo• esclavo1 eran los que daban el sentido totalizador
a las relaciones de producción esclavistas. en el período, con
toda la carga de injusticia que ellas significaron.
El sistema de trabajo el que nos referimos comenzó ~de-
. clinar en Venezuela junto con el siglo XVIII; pero quieq~ lo
sostenían parecicton jugar con el tiempo para prolongar el ()Caso
de la esclavitud. En exceso de conscrvatismo se aferraban a
úna institución cuyos rendímicntQ~ éconómicos eran c~a vez
más exiguos. debido al elevado J;oato de ~anutcnción y. ~emás,
...
1~ /TIEJ<R.\FIR.'m-------------------­

en virtud . de.;tas~: diverSas argucias practicadas por -Jos- esclavos


para ~ustraerse de sus tareas o hacerlas poco rendidores. Pero
éstO$, más.· q~ hombres, eran inver:siones .para sus duenós, los
que no . conocier-on. (o .no pudieron imaginar, o en su mayoría
no aceptaron) ~na forma para redimir sus capitales y contratar
mano de obra, Hbre que, como estaba probado, ya en 1800 era
más barata . y . menos riesgosa, pues sólo comportaba para los
h~c~~~ados ~~ ! compromiso de pagar un jornal a quien le ven-
dier_a. su.fue_rz;¡ de1 trabajo:. .
. La vieja relación expropiadora subsistía en Venezuela, aun-
que · ·no· ten fa vigencia, en un entorno que empezaba a ser
· su¡cado ~por aires de libertad. , Así · llegó 18 1O y la declaración
de lndepen.dencia, en quyos planteamientos iniciales . no estuvo
contemplaqa la .liberta4 de los. esclavos. En aquella república
liberal, decretada por una mayoria de esclavistas -l.os mantuanos-
la primera gran contradicción era esta que negaba los principios
de libertad e. igualdad recién proclamados, al dejar sin el primero
a un núcleo de venezolanos cuya importancia numérica se ha
estimados .en más de 85.000, apro~imadamente la mitad que los
blancos criollos, quienes vivían del trabajo de aquellos (6).
Venezuela fue , en sus ejecutorias iniciales, la república de una
clase social minoritaria que no solamente excluyó a los esclavos
del derecho a ser libres, sino legisló contra ellos y .los pardos,
marginando de ~sa manera una porción del pafs cuantitativa-
mente superior. (7).
Todo ·eso agudizada las contradicciones de clase y haría
sublevar a Jos esclavos in~tigados por los realistas, quienes hasta
les- ofrecían la libertad para sumarlos a su causa. El resultado
fue la conscripción de combatientes negros de Barlovento y los
Valles del Tuy alistados a favor de la Corona espaftola en número
de miles. Es decir~ los-esclavos se oponían a Jos fundadores de
la primera república, precisa.rnente sus amos.
A medida que .el ·conflicto se tornaba más agudo, ambos .
bandos se disputaban la. masa de esclavos; ofreciéndoles hacerlos
libres. en retribución del enrolamiento. El 2 de Junio de 1816
Bolívar decretó su .libertad en Carúpano y la ratificó el6 de Julio
dcJ. mismo atlo: en Ocumarc, con\lktiéndosc desde esas fechas en
un f~rvicnte ~nticsclavista. En diversas ·manifestaciones dejó
(6) . Ver: Federico Brito Fiperoa, Historia Hconnmi<'a y Sucia/ de Veo,
nezu.ela, t. 1, p. 159 y sgts.
(7) Sea6n Federico Brito Fi¡ueroa, lbidem, p. 160, en 1810 los blancos
criollos serian 172.727, los negros esclavos 8 7.800 y los . pardos
407.000. El autor no indica su fuente.
__________________ nmuunR.,miUI9

constancias. de su consee\lencia con el ideal ·de justicial social


· que ello representaba .
.· De~ido principalmente al empefto de El ·Libertador se pro--
. dujo la munimisión de los esclavos. El solicitó al Con¡reso
... de · Angostura su libertad plena, cuestión· a la que se .opusieron
algunos diputados, entre ellos Fernando Peftalver, quien ..."aun-
que subrayando su utgencia, recordó que en Venezuela ia agricu).
iura dependía del trabajo esclavista " .. :(8). La materia quedó
diferida hasta que el Congreso de Cúcuta,· también a instancias
de Bolív~r, dictó la ley de munimisión por medio de la cual se
k. produciría la aboJición gradual de la esclavitúd.
f. En 1830 la República fle Veneiuela encontró el problema
vigente, y por ley del 2 de Octubre de ese afio decidió mantener
la munimisión, pero· aumentando en tres anos la edad -para ma~
numitir a los hijos de vientre esclavo. ·
La esclavitud habfa sido también diezmad~ por la guerra de
independencia: pero además,· algunos p:~triotias' otor¡aron · la
libertad a sus · esclavos~ De esta manera acataban ·las disposicio--
nes de El Ubcrtador en campana y las proposiciones formuladas
desde 1819 al ·Congreso de Angostura y otros ór¡anos de los
poderes públicos republicanos. Adicionalmente. muchos esclavos
aprovecharon la confusión creada por la guerra para evadirse y .
pasar a vivir en cumbres y rochelas don·d.: sus amos no los po--
drían req1pturar. De otro lado, el tráfico d.: ~scl:~vos fue prohi-
bido desde mucho antes; y la manumisión. aunque lenta y poco
efcctiv:1. fatalmente extinguiría hi esclavitud. Todo esto había
reducido el contingente de eschivos en Venezuela para 1830, y
Jos que quedaban eran tan incfectivos que ya para ese afio consti- ·
tuían un peso muerto en la economía nacional.
DI! unos 87.800 esclavos qu.: habría en 1810 (*),la cifra des.
ccndió a 47.665 según datos de 1839 (9). La menna era grave
\.'n dos provincias, pues debido a la índole de su producción
(plantaciones de cacao. anil. caf'ia dt.· azúcar) éstas concentraron
durantl' el pt.•ríodo colonial los may<ncs. contin¡;cnh!s de personas
sometidas a esclavitud. Eran las provincias de Canteas y Carabo- :
bo. cuyos padrones de 1839 regisfr¡¡ron 34.643 y 4.054 r~spec­
tivamentl', el 81.18 por ciento dl' la cantidad totaL Las demás
juriSdicciones nunca sostuvieron cantidadt.•s masivas de csclctYOS,
(8} J. t. Salcedo Bastardo, 1/istorkl Flmdamental de Jlenezritia, p. 419.
(•) Ver ciu No. 7 .t ,
(9) Miguel lzard, Suies HstfldíslüYJs partl lt1 Historkl de . Yenczuttz~: pp.
69-70. . . i .'
i
.'
. lftOnnERRA~~·---------------------------+-------
limitando su p~ncia cast exclusivamente al servicio doméstico.
Pero en las que hemos mencionado el fenómeno constituía un
grave Problema, pues se trataba de una fuerza de trabajo dismi-
nuida Y. en crisis; y por aftadidura, eran éstas las comarcas más
intensamente cultivadas de la -república, las que estaban supues-
tas a dar el mayor aporfe en frutos exportables para la recupe-
ración económica nacional.

Crisis de Numerario
Los problemas económicos más aflictivos de Venezuela se
agravaron desde las fecha iniciales del conflicto emancipador,
debido a la persistencia de una aguda escasez de circulante,
entorpecedora de las transaciones comunes al comercio y .la
producción, vale decir, por falta de instrumentos de pago en
cantidades suficientes. Como no existían empresas que se
ocuparan del manejo fmanciero, generalmente las personas
poseedoras de dinero lo guardaban en sus casas, y si en alguna
emergencia temían por sus fortunas met~icas, las enterraban en
muros y patios para resguardarlas de saqueos o confts~ciones.
El circulante escaseó al comenzar la guerra debido a la prác·
tica antes descrita; y escaso quedó por esa razón, pues muchos
"enterradores" murieron como resultado de las hostilidades o
durante el desarrollo de éstas, sin revelar el sitio donde habían
hecho sus "depósitos". A la desaparición del dinero CQnflado
a la tierra se aftadían dos canales más de d~scapitalización: uno
recibía los escasos caudales que los patriotas podían disponer
de las arcas públicas p~ra comprar material bélico en el exterior;
otro drenaba el metal amonedado que llevaban consigo quienes
abandonaban el país con motivo de la conflagración. Un autor
de Ja época se refirió a esto OJtimo en los siguientes términos:
. . ."En medio de loa desastres de una auem tan prolonpda
y carnicera, emíltando una eran parte de loa pobladora de
afio en ailo a paises extranjeros . . . qu6 aald.ría con estu
emi¡racioaes? Sin duda que eran los pequel\os capitale.r
metdUco.r que iban a cOnsumirle en tierras ajen u ...
Concluimos la ¡uerra de la independencia arrojando a todoi
nuestros enemi¡os, es decir, a todo el comercio espailol,
tenedor de la especie circulante y luego, ya victoriosos, para
que nos dejaran construir. para aftanzar la paz, una ley de
expuúión geneTal de ezpañolel arrojó con elloa los reatos de
todll> las acumulaciones metál.ieaa,. .•. (10).

(1 O) toaio Leocadio Uu.zmu, "CUestión ec:on6mico-polítíca.., pubUca-


.. o~ente en el peribdico El VeMtol4no de Cuac:u, Noa.
·- - - - - : . - - - - -----------TIERRAFIRME/161

,Jfacia la misma fecha en que el autor ·antes cítado escribía


sobre este asunto, en la prensa de Caracas se proponía ia acuna-
ción de una moneda nacional, que Venezuela no tenía (11).
La inexistencia de un instrumento de pago propio daba lugar a
. la circulación de distintos signos monetarios procedentes de los
países con los que manteníamos relaciones económicas. Tal
circunstancia complicaba más el problema, debido a la necesidad
de constantes cálc\llos que debían hacerse para tratar de homoge-
neizar los valores de cambio de cada una de esas monedas res-.
pecto de las demás, amén del sometimiento en que permanecía
la economía nacional ante la eventualidad de fluctuaciones
que pudieran sufrir aquellos signos monetarios.
La crisis de numerario no sólo dificultaba las transacciones
internas; también incidía sobre las posiblidades d"el comercio
exterior, con el agravante de que éste quedó en manos de unos
pocos comerciantes, de origen. predominantemente inglés. Estos
y algunos criollos acaparaban los recursos metálicos, haciendo
de ellos un manejo oligopólico. De tan complejo problema
resultó otro elemento conflictivo, cual fue la especulación
monetaria dominada por la usu~ , que será comentada más
adelante.

Una AgricuJtura Traumatizada


Desde Juego, los cultivos quedaron casi paralizados con la
guerra. La mayoría de los combatientes -libres y esclavos- eran
agricultores y aquellos, Jos brazos más aptos, dejaron el trabajo
del campo, el que de manera improvisada ·pasaba a ser realizado
por ancianos, mujeres y nifios, dedicados a las tareas cuya aten-
ción les fuese posible. Pero tos efectos del abandono sufrido
por la agricultura no estaban representados únicamente por la
pérdida de algunas cósechas, al fin y al cabo un fenómeno transi-
torio, sino que 'el desamparo de los sembrad íos los dejaba expues-
tos a la invasión de la maleza, hasta que terminaban por perderse.
Además de la naturaleza, la destrucción encontraba en los
hombres a otros agentes muy efectivos. El jefe realista Rosete •·
·~
y sus tropas devastaron en 1814 Jos Valles del Tuy, matando' a

274, 275 y 276 de 29 de mano y 9 y 26 de abril de 1845. Repro-


ducido en Per11amiento Político wnnolimo del siglo XIX .··. . t. 6,
pp. 395 y 396. •.
(11) Peri6dico El Agricultor, No. 59. Caracas, 1'7 de •brO.·
Artfculo de la redacción titulado ..Moneda Nacional, ~ci6n,
·* 1845.
b'ab~o de puertos y cammoa". .-~ '.
,f
162/'llERRA·F I R M B - - - - - - - - - - - - - - - : - - - - -

los peones que salían al campo a trabajar y tirando al rio láipro-


duceión de ' café, atlil y azúcar que encontraron lista para ser
enviada a Caracas. Uno de los graneros de la capital era esta
zona, .y ·según testimonios de la época, Rose te se proponía des.-
truirla como castigo a los dueftos de plantaciones partidiarios
de la independencia (12).
En la fuente antes citada se encuentran otras referencias,
una de las cuaJes tiene que ver tanto con la agricultura como
con la ·ganadería, castigados parejamente por el mismo flajelo.
Se · trataba del reclutamiento de· peones y esclavos· efectuado
por José Tomás Boves, el más sanguinario jefe de ejércitos
realistaS, en una amplia zona del país (aproximadamente la
tercera parte· de su territorio), asolada por las tropelías que
cometió aquel hombre y sus seguidores (13).
·Todo el curso de la guerra afectó la producción agropecua-
ria; pero la mayor violencia contra la tie-rra giró eri tomo a ·la
aparición de Boves en escena como gran jefe militar -1814-
peleando por la causa del Rey.
A este ano hace referencia un historiador venezolano cuando
en obra reciente comenta el testimonio de un calificado actor
de los sucesos en cuesti6n: ' .
6
En 1814, seg6n las reflexiones de uno de los mú ricos pro-
' píetarios de la 6poca, Felipe Form.fn Pa61, los eiCUOS pueblos
que no hablan sido 10metidos por las armas realistas no eat~
bu en condiciones de alimentar a sus vecinos, el comercio
estaba paralizado, tanto, que parecfa imposible restablecerlo;
la -srJcultura no existfa ·sino para reoordu a estas provincias
IN& cleqraci.as .••• o 4 ).

No debemos pensar, sin embargo, que las diticultades eran


causadas solamente por los ejércitos que pretendían 'mantener la
dominación . espaftóla. Las tropas republicanas también perse-
guían, requisaban existencias, recaudaban computsivamente con~
trib~cione.s de guerra, reclutaban campesinos (15). Ambos ejér-
citos .debí¡m ser alimentados, vestidos, calzados, disponer de
recursos .béticos y ninguno tenía una organi,zación de proveeduría

(l2) Uni.VenidBd Central de Venezuela, Meiarllzle.r ptm~ el'e.rtudio de la


cue.rti6n tlgTtU'ÚJ en Yenetuela, tomo 2, volumen I, documento No.
63, pp. 133~134. Noticias de Jos Vallei del Tuy, 23 de Marzo de
1814. . .
(13) Íbídem. pp. 136-137. Documento del23 de Mayo de 1814.
(14) .Federico BJito Fi¡ueroa; Op. Cit., t . I. p. 221.
(15) Universidad Central de Venezuela, .Anuario del Instituto de Antro-
polo¡ía e Historia, 1967, 68, 69. (Materlllle.r fHJrtl el e.rtudio de ltt
ideologítl redllta en Yenezaul4), tomoeiV, V y_ VI.

- - - - - - - -----------'llBRRAPIRMBIÍM
que se ocupara de esto, ni recursos previamente acumulados .a
los cuales recurrir. La suplidora era la requisa, practicada eon
mejores o peores modales, pero en cualquier caso compw.iva.
En fm, la guerra, desarticuladora del aparato productivo, ~
quería para ella lo poco que ella misma dejaba, y la a¡ricultura
no fue la peor librada.
Páginas atrU nos referimos a las pérdidas humanas. Dolorou-
mente, much,c:>s agricultores murieron cuando contaban .los
dos para ser útiles con su trab¡go. Aquellos hombres no volve-
rían a cosechar más que plegarias. Estarían tendidos brev.ementc
en el. recuerdo de una generación que por muchas razones habría
de olvidarlas, sin aprovechar los anos transcurridos desde la victO.
· ria de la república (1821) para rendirles el homen~e más justo
reconstruyendo el país. La gravedad extrema de la situación
queda patentizada en una rogativa que el 18 de mayo de 1830
dirigió la Asamblea Electoral de Caracas al Congreso Constitu-
yente, por medio de la cual planteaba al recién constituido
poder:
• . .•~ile ae ~ten leyes que puecbn resucitar el COJDe:rCio y
Ja qricultura, y que 6stas ocupen, desp~• de la ley t\Ulda..
mental, la primera atencibn del Conpao; pues de otra man.,_;
ra ae dad la c:onaütucibo a un cuerpo exhime y cadáftri-
co· ... (16).
En 1831 el problema sustancial de la agricultura seguira VI-
gente. A las angustias padecidas por los duenos de tieitáS, a IU
notas periodísticas ya frecuentes en la prer:tsa 4e Cara~as, 1e
agrega la palabra oficial de :Antonio Leocadío Guzmlin cuando
al dirigirse al Congreso dedica estas líneas a las dificultades del
agro:
• ; , ."'Sobre estos pUDtoa Dama el Gobiemo.la atenci6ia d~ ,: . .
Coopao con el merecimiento debido alallric:ulflml~ ~ ·
· de nuestra. ri:Juezll y con cuya suerte esti ideaUfi~.• lá
suerto pubHe~i ... (17).. · ., · ... ·.··· : .
La cuesbon agncota se nrolongó mucho más all4 4e lo 'tlo.,.
mal, y en 1844 era \·ista por la pre~sa de. la maneta ai¡lüente:
. . . ..Vive Venezuela de la agricultura po.rque nó tieM:Otia · ·
cosa de que mir, y sus hijos palpan ya la difi.cult84 de~.
m111teniendo esta qricultura, porque falSa .101 bnzot. que
fomenten y existen leyes que la b~ ••• (18). ... ( ·. .

(16) Con¡reao Nacional de Venezuela, Acttu del Congr110 Couliítqe11te


de 18JO. t. 1, pp. 13 y ll9. ··.· · ·. ·
(17) Antonio Leocadio Guzmla, ••xemoria del IDtoDJr y &le' Jutic:J.a
1831" .reproducida en Pe111G11Siato Politico .Yelldot.no. ·t kl siglo
XIX, t. 6, p. 100. · · · ·. ·. : · . · >.·
(18) El Alricultor, No. 8, C~ IO·clc abril de 1844. ·' .•··
J

164nnERRA~-----------------------------------
El mismo autor que en 1831 se refería a la agricultura en su
condición de ministro, dieciocho aftos más tarde, al ocupar el
mismo cargo, se exoresará de esta manera:
. . ·.:•Cuando para conquistar la independencia ha sido ne<:esa-
rio inmoJar todaa lu fortunas, en su mayor parte qricolu,
pan destruir la escJaritud, quitir BUS brazos a la misma qr¡..
cultura; para hacer frente a loa empeños exteriores, arrancar
a la circu1aci6n la sumu circulantes . . • cuando de Iarao
tiempo atria • lamenta la decadencia. de los ettablecimientos
agrarios y ae espera un remedio eficaz; cuando la suerte de
;~ riqueza temtorial, envuelve la de la mas.t entera de la
-poblac;:.ibn, que ella alimenta .. ·• y cuando considero que la
decadencia de la industria madre engendra lt .de todas ·lu
demú, y CODJtituye un maleatar pneral, no puedo prescindir
de la confesi6n de que exiate una ¡rande e imperioca necesi-
dad, y de que los conductores de la Rep6blica le deben una
eficaz contqrac:ibil para. remecl~la~ ... (19).
Tan mal andaban en 1830-1831 las cosas relativas al suminis-
tro alimentario ,de la población, que hasta en productos agrícolas
autóctonos en cuyos cultivos habíamos sido autosuficientes y
hasta exportadores, debíamos recurrir a las importaciones; y
tenían que ser exonerados del pago de impuestos para que pu-
dieran Ucear a las clases populares a precios asequibles. El 25
de mayo de 1831 el Poder Legislativo aprobó un decreto (prorr-
gando otro del congreso constituyente, de septiembre de 1830)
por medio del cual se liberaba de los derechos de importación las
compras exteriores de maíz, alubias . . . "y demás granos que
se introduzcan por el puerto de La Guaira'' ... (20).
Un país sin recursos monetarios, con una agricultura en
crisis para atender a las necesidades de la dieta d\aria de su pobla·
ción, se veía precisado a importar productos vegetales que antes
obtenía en abundancia de su propia tierra; y éste era .un país
agrícola. No parece un juicio apresurado decir que esa paradoja
·no se explica simplemente por los anos de la guerra; ni por sus
muertos; ni por .ninguno de los problemas senalados en las pá-
giilas anteriores, sino por todos juntos, en confluencia con otros
que más adelante entrarán a fonnar parte del cuadro integrado·r
de la situación general. Pero, · aun vista la probleQlática en sus
enteras dimensiones, tampoco luce exagerado afirmar que pare-
cían no tener remedio los desajustes causados por la emancipa-
(19) Antonio Leocadio Guzmb, Ministro del Interior y de Justicia, me-
moria del Conpeso Nacional on 1849. Reproducida en Penlflmiento
Politico Venezol«no del ligio XIX, t. 6. pp. 87-88. ·
(20) C.ceta de Venezuela,_ Trimeitre 2; No. 22, Valencia, S de junio de
1
1831.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ TIERRAFlRME/1815

clón; no sólo aquellos que derivaron de la JUerra, SinO Jos que


comprendían la organización de la economía independiente
surgida de la emancipación. Sin duda, los factores humanos
ejercerían un peso decisivo.

Nrdidas de Mercados Exteriotes


Las dificultades sefialadas prueban que la guerra desarticuló
toda la organización social venezolana; pero sostenemos qtle los
mayores estragos, tanto inmediatos como de largo pl~o, los
sufrió el aparato productivo. · Esto se reflejó, naturálmente,
en .el cumplimiento de compromisos relativos a suministros.
contraídos por los cultivadores criollos con importantes com-
pradores del exterior. La colonia despachaba para ultramar
productos de la .tierra que gozaban · de gran demanda, gracias
a su inmejorable calidad. Tales fueron los casos del cacao y el
tabaco. estimados por los consumidores más exigentes como
artículos de alta excelencia entre sus semejantes.
. Desde el siglo XVI, el cacao deparó a los blancos criollos
el medio esencial con ·qué insertarse en un circuito económico
del cual controlaron casi todas las fases, derivando de él algunas
acumulaciones de capitales que emplearon para mejorar su
nivel de vida, fortalecer las posiciones alcanzadas en el pro~eso
de los intercambios que manejaban y hacerse de un sólido poder
económico, especialmente en la provincia de Caracas. 'La pro-
ducción del fruto daba empleo a la mano de obra esclava que
compraban, obteniendo de ella un excedente económico del
cual se apropiaban en sus condiciones de productores y ~os.
Luego, para la venta del fruto, actuaban por cuenta propia en
el comercio exterior, realizando una segunda ganancia, superior
a la primera, según análisis de autoridades historiográficas que
han estudiado exhaustivamente el ciclo del cacao venezolano
(21 ). Los resultados de esta doble p~ticipación en el negocio
se incrementaba con el comercio de retomo 7 pues el precio del
cacao se convertfa en compras de otros productos que eran ven-
didos en los mercados provinciales con una tercera utilídad.
Sumemos a lo anterior el hecho de que los criollos eran
propietarios de lo que en la época se podía calificar corno úna
gran flota mercante, compuesta por dieciocho navíos de hasta
~rescientas toneladas (no tan insignificantes par? la época),

(Zl) c/f. Eduardo Arcila Farfu, EconomÚI Colont.l de Ytnezuelcl y Co- ·


mercto entre Ye1urzudryMbci~ eN lo1 lf6lot XYOy XYHJ:
le&nnBRRA~------------------------------------
con los cuales se sanaban los fletes en ambos sentidos de las
expediciones mercantiles que emprendían (22)
Los puntos exteriores del cimlito eran la metrópolis espaftola
y Veracruz, en Nueva Espafta. Del mercado peninsular se recibía
eri retomo ·casi exclusivamente mercancías; del veracruzano fue
mú escasa la provisión de géneros, pues éste pagaba en metálico
la mayor parte de sus compras (23). La entrada de numerario
mejoraba· notablemente los recursos patrimoniales que poseía
la oli8arquta Criolla, al darle mayor poder de negociación; por
lo'· demás, · animaba la circulación monetaria en las provincial
productoras de cacao -Caracas y Maracaibo- y causaba mayores
percepcionés fiscales a la colonia, todo en refuerzo de aquel
- circuito económico.
·E.l tráfico del cacao de las provincias mencionadas con Nueva
Espafta declinó hasta casi extinguirse a fmes del siglo XVIII,
-debido a tres cuestiones de peso que presionaron en tal sentido.
u primera se originó en la competéncia del fruto de Guayaquil
y Ja tenaz oposición que sostuvieron productores y comerciantes
de ambas entidades por aquel mercado (24). Al comenzar la
década fmal de dicha pugna se inserta· la calamidad de la gUerra
iniciada por Espafla e Inglaterra en 1779, que tuvo efectos desu-
trosos para el intercambio de Caracas con Veracruz (25). El
tercer factor determinante fue la pérdida de poder sufrida por
la Cmnpaftía Guipuzcoana en el manejo del · monopolio que le
había otorgado la Corona sobre el comercio de VenezueliL La
COI\iunción de los tres problemas fue desplazando algunas expor-.
taciones ven~zolanas hasta la península ibérica, fenómeno que
se consolidÓ y tornó nuevo imoulso con motivo de Real Orden
fechada el 5 ele j'unio de 1789 por medio de la cual fue decretado
el comerCio libre del cacao entre Guayaquil y Veracruz (26).
Pocos afios antes la Corona había cance~~o el monopolio comer-
cial de la CompafUa Guipuzcoana (1785), ya bastante deteriora-

(22) Eduardo Arcila Far1u, "El Comercio en la prorincla de Caracu


con los dominios tapai\oles y naciones europeu y IWI dominios
americanos eo 1783-1793". Ponencia, Academia Naci<mal de la
. Historia. Caraca,Julio 1983.
(23) Eduardo Arcila Fariu, Comercio ~tntre Yenetueltr y Mbtco en ltn
ligl01 XYIJy XYJIL pp. 189-19-t.
(24.) Ibídem, pp. 279-304.
: ~ ·..
···: ...·· .. (25) ~uardo ArcDa Fariu, ..El Comercio en la prorincia de CU'&Cu" . • •
. · Poaeoeia, Academia Nacional de la Historia. Caracas, JUbO 1983.
~ ,- (26) B411Udo Arc:ila Parfu, CoMercio entre Venezueltr y Mblco m kn
~r.XYJ~y XYIH, p. 304.
- - - - - - - - - - - - - - -- --TIERRAFIRME/ 167
do a causa de la guerra con Inglaterra, Esto produj<? el -incremen-
to de las exportaciones de Caracas a Espafl.a por cuen.t~ .de los
criollos, de 35.00040.000 fanegas anuales en que ~a.s tenían
estancadas los comerciantes vascos, a 80.000-1 OO.QOO (27).
El cambio ocurrido en las v~ntas a ultramar (especialmente en
cuanto se refiere a la desaparición de la Compaftía Guipuzcoana
y el beneficio que· con ello recibían los naturales de la provincia)
habría de ser muy bueno para la e<:;onomfa. colonial, pero nega-
tivo para la república, pues con la guerra de independencia se
perdió· el. mercado metropolitano (*) y pa,ra compeJI•, la
pérdida no podíamos recurrir al de Veracruz, ya que éste.lo ocu-
paban Guayaquil y otros suplidores, bién enraizados allí. .
Para colmo de males, los dieciocho navíos destina<los al
tráfico mer~nte que poseían los intennediarios caraqueftos
fueron requisa~os por la repOblica y annados para convertjrlos
en nuestra flota de· guerra. Desdichadamente tenninaron hundi-
dos, .de manera que cuando se consagró · la independencia no:
quedaba la menor posibilidad de ha~mos a la mar para recon-.
quistar los mercados perdidos.
. Un estupendo negocio que a fines del siglo XVIII cobró
gran impulso en la colonia y prometía sólidos. avances, .fue .d
cultivo . del tabaco. La proyección simple cJeJ comportamien~o
productivo alcanzado por este rama, induce a pensar que a partir
de las dos .últimas décadas de· aquella centuria, en breve plazo
llegaría a superar los rendimientos de la econom1a cacaotera. ·
A ello debemos aftadir que era manejado bajo régimen de mono-
polio estatal., eficientemente administrado en beneficio de la
Real Hacienda; y allí donde era cultivado alentaba la prosperidad
regional (28).
· El tabaco se producía en nuestro territorio desde hacía largo

(27) Ediwdo Arcila Fariu, l!lctmom fa colonW dt Yenezuel«, pp. ·28&-


291.
(*) En liios poateriorea se recuperada parte del mismo, &UJlqueJenta-
. . mente y sin el derecho a 10Ucitar· pmi1e¡ioa. Loa exceden• de ·
produccibn que ya Espafta no tomaba serian colocado•. en. otra
plazaa europeas y los EStadot Unidos, castipdos por la com~ten­
cia de otros productoree y lu política de p~ d'e loi Coiupra-.
doies. · · · · ·. ·
(28) Eduardo Arcila Fu'ias, Hutori4 de un monopolio. El nt•co del
trtbaco en Venezuela 1779-1833. p. 96. Se¡ún ate autor,.la riqueza
.que proporcionó a Ja p~ de Barinu dio huta para . ·. ·: ~'obtener
tltulos do Cutilla que ennoblcderon·a :varios de los mb p!'ODliJiOD.tea
duetlot de plantaciones de la re¡l.ón... : . .
168/TIERltAFIIUIE_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

tiempo. Ya la CompafUa Guipuzcoana había iniciado el tráfico


internacional de la hoja cuando la Corona lo tomó a su cargo;
sin embargo, los vascos sólo exportaban cantidades discretas,
pues tenían mayor interés por su comercio-interno (29). Fue
desde 1779-1780, anos del establecimiento del Estanco para
las provincias de Barinas, Cumaná, Maracai~o e Isla de Marga-
rita, que este producto alcanzó niveles atractivos. El monopolio
no sólo. vendía cantidades considerables, sino que obtenía pre-
cios excepcionalmente altos. Los Países Bajos, Prusia y otros
pricipados teutones consumían desde 1788 entre diez mil y
doce mil quintales anuales que pagaban a cuarenta y cinco
pesos, mientras la cotizaCión del cacao venezolano en Espafta
apenas llegaba a los diecisesis (30). Eran tan estimados en el
mercado de Amstercfam los tabacos de Barinas y Maracaibo,
que pagaban por eiiÓs de veinte a veinticinco sueldos, mientras
por los de otros países no se ofrecía en esa plaza más de seis
sueldos.
. Tanto el comercio interior como el exterior producían
pingües rentas a la Real Hacienda y ascendente bonanza en las
regiones cultivadorás de la hoja, cuando se produjo la guerra
de independencia ·con los siguientes efectos:
. . . "Todos los fondos de la Hacienda Pública, entre ellos
la Renta del Tabaco, fueron consumidos rápidamente por
los gastos extraordinarios derivados por la ruptura con la me·
trbpolis y los preparativos de la guerra de liberacibn. Lis ne-
_gociaciones con Holanda, que era el principal comprador y
distribuidor del producto venezolano en Europa, quedaron
detenidas y finalmente ae perdieron ; otro tanto ocurri6, na·
turalmente, con las remesas dir:i¡idas a Españ~" . . • (31).
La República, a pesar de su definición liberal, necesitó del
Estanco para aliviar las cargas financieras que pesaban sobre eUa.
El Libertador lo ratificó y dispuso su reorganización, con el pro-
pósito de aplicar las rentas que produjese el pago de la deuda
pública contraída con Inglaterra; pero los recursos destinados a
facilitar ayuda económica a los plantadores fueron gastados en
otras urgencias fiscales, difiriendo el proyecto que, a pesar de
haber comenzado a realizarse, se agotó en sus irticios debido a
esa y otras dificultades con que hubo de tropezar. A tal punto
de decadencia llegó la producción nacional, que en 1821 se de-

(29) Jbitúm, p. 21 S. ·
(30) Ibídem, p. 216.
(31) lb(dem, p. 25S. .
------------------TIERRAF11Ulli/lti9

bió recurrir a importaciones procedentes de Cuba y Estados -


Unidos a fin de atender al consumo interno.
Bajo la administración colonial, dado el regimen de monopo-
lio real a que estaba sometido el comercio del tabaco, la única
provincia del imperio espafiol que podía exportar tabaco a Ho-
landa era la de Barinas, la que cuidaba celosamente su calidad
para conservar el privilegio; y por órdenes reales limitaba las can-
tidades despachadas tratando de sostener los precios. Con el ad-
venimiento de la república se desatendió durante varios aflos
el· mercado exterior y cuando se comenzó de nuevo a producir,
la calidad no· respondía al grado de excelencia anterior; pero
además no contaba con la protección monopólica que evitase
la competencia de otros productores americanos. Estas son
algunas de .Jas razones que explican la pérdida del mercado del
tabaco venezolano, amén de la oposición interna sostenida por
algunas personalidades, a que una república que se definía como
liberal mantuviese monopolios comerciales. Después de discu·
siones que se prolongaron .por varios afios, el 15 de mayo de
1836, un decreto del Congreso Nacional abolió el E-stanco y
ordenó el remate de todos sus bienes (32). La iniciativa privada
no .encontró el modo de sustituirlo, pues la pérdida de la calidad,
que era la de la técnicas agrícola empleada en producir aquel
tabaco colonial, corría pareja con la desaparicton de I<>S vínculos
y mecanismos favorecedores del tráfico examinado.
Estas fueron, pues, otras pérdidas que hubo de soportar la
república como precio de la independencia: sus mercados ex-
teriores se cerraron. Las ventas se recuperarían lentamente
para casi todos los productos venezolanos; pero el tabaco, des-
pués de ser tan prometedor, de asegurar la mejor plaza consu-
midora de Europa, jamás volvería a sumar cifras de alguna
consider~ión a nuestros intercambios.

Evolución General en las décadas de 1830 y 1840.


No fue muy luminoso el- panorama económico venezolano
comprendido en las dos décadas a las que se refiere el subtítulo
anterior. Durante esos anos., los gobi~mos se sucedieron nonnal-
mente~ si por tal cosa enteddemos la· tradición del mando que
ocurre de un período presidencial a _otro y si aceptamos que el
general José Antonio Páez ocupó d.ós veces la presidencia de la
República; y cuando no la ejercía fue, hasta 1847t eJ gran elector

(32) Ibídem, p. 303_.


170/~mRME-·-----------------------------------
de cuyos labios salía·. en última instancia el nombre de quien
debía ser elegido presidente.· ·Aceptadas estas salvedades, la
sucesión presidencial era un acto cívico de fechas fijas que se
producía sin sobresaltos; pero en lo interno de cada período, los
balances dan cuenta de más de un momento calamitoso. Como
si esto fuera poco, algurios actos de la administración pítblica
fueron decididamente contrarios al bienestar general, y, por otra
parte, se PQeden constatar omisiones que, si no intencionales,
por lo .menos tuvieron el mismo efecto negativo atribuible a
las otras cuestiones.
A pesar de· tos elogios pasados y presentes con que los manda-
tarios de aquellas décadas han pasado a ocupar sus puestos· en
los juicios de nuestros historiadores; a pesar de ·algunos aciertos
que Ji o se les· pueden negar, en materia económica no parecen
haber estado a la altura de las tareas a cuyo desarrollo debieron ·
dedicar sus mejores· esfuerzos. Tal vez esos retos fueron superi()-
res a sus capacidades; o probablemente fuerzas sociales de mayor
empuje neutralizarían los proyectos que registrában 1as agendas
presidenciales; o a lo mejor algunos presidentes terminaron alián-
dose a esas fuerzas, ya que no las podía remover en su camino ·
de estadistas. ·
Todavía muchos fenómenos de los que intentamos esbozar
están insuficientemente estudiados; y aunque la cuestión que nos
preocupa ahora no es desentraftar su esencia, algunos seflalamieil-
tos sueltos se harán en los comentarios siguientes, no obstante
las ·intenciones meramente descriptivas originalmente concebidas
para tratar las décadas en referencia.

Comunicación interior

La República de 1830 estaba muy mal comunicada. Por


falta de uso se habían perdido algunos de los viejos caminos del
período colonial que· durante Ja guerra dejaron de transitarse.
Esas vías -pequenos senderos en su mayoría- sirvieron casi exclu-
sivamente para transportar productos a lomo de animales y faci-
litar cortos traslados humanos, pero comunicaban; y de tiempo·
en tiempo un osado vi~ero podía experimentar la fatiga de un
trayecto largo, uniendo varios trozos para alcanzar ditancias
considerables, .como los· viajes de Humboldt a principios del
siglo, o el éxodo masivo de la población caraquefla con la emigra-
ción a Oriente bajo Ja amenaza de Boves. La falta de intercam-
bit9s había devuelto el trazados de aquellos caminos a la natu-
raleza y en 1830, simplemente ya no existían. ·
------------------.;.-TIBRRA.FIJUIE/171

El problema fue considerado como el de· mis urgente acome-


tida después del que representaba la escasez de población. Sobre
el mismo se ofrecieron unas cuantas soluciones y se escribió mu-
Cho·, pero se hizo poco para remediarlo efectivamente. Un traba-
~. jo varias veces citado en esta obra expresa bien la preocupación
~ por esta dificultad republicana:
-rueblos que podrfan comunicarse en dos dfu, necesitan
· quince; el qric:ultortrab~a para pa¡ar fleta, y el conductor
para comprar y matar bestias; no hay c6mo introducir desde
las costas pie.us y· miquínas del extrarijero, aba las cualea
nuestros fmtos no pueden competir con los extraiios. No
hay cambios interiorea, y vemos que en una prometa ~ebra
lo que en otra fal~· .. ~ (33).
Los ríos, abundantes y caudalosos en. aquella Venezuela, no
eran aprovechados para la navegación por falta de material floa
tante y de carga que estirnu.Iara su construcción, Ja que a su vez
podía servir de estímulos a los labradores para producir más.
Como tampoco había puentes que permitieran cruzarlos por
donde fuese preciso, esos ríos se convertían en obsdculos, las
más de las veces insalvables,· al escaso tráfico mercantil, desa-
lentando los intercambios.
En 1841 Caracas, la capital, y Valencia, eran las principales
ciudades del país. Con ellas en el papel de centros polfticc>a
administrativo (y en tomo suyo, por ser nudos de referencia
para extensas comarcas), giraba lo más importante del comercio
y la producción agropecuaria. Sin embargo, en ese atto los
caminos que las comunicaban con sus puertos ·La Guaira y
Puerto Cabello- no eran más que eso, caminos (34). En 1826
se comenzó a pensar en construir una carretera de Caracas a
La Guaira, para lo cual se promovió la constitución de una
sociedad autorizada por decreto gubernamental de Colombia.
Ni siquiera se tiene idea de que tal sociedad llegara a fórma.li-
zarse, y esta vía no se acometió hasta 1840, siendo terminada
cinco aftos más tarde (35).
Salvo esa obra, más algunos proyectos cuya realización quedó
diferida, en 1842 no se habían hecho mayores esfuerzos por me-
jorar la situación. Esto llevó a uno de nuestros más ilustres

(33) Antonio Leocadlo GUZ11Wt, Ministro dellllterior y de J1iaticil. Me-


moria al Coqreao Nacion.U .en 1831. Reproducida en P•fU!Jmi~lttO
Político Y~nezoltz1to d~l1iglo XIX, t ..6~ p. lO:l.
(34) Peri6clico El Lib~rvzl. No. 2S4, Caracas, 2 de febrero de 1841. ..
(35) Eduardo Ardla Farfu, Hiltori« de ltz iftgtm.luí• e1t Yme:tueltz. t.D,
pp. 13-22. .. .
t~tTllrnRARR)ffi------------------------------~---­

hombres pObÍiéós,' '·comprometido por afinidad y servicios pres-


tados con los gobiernos que hasta ese afio se habían su-cedido,
a expresar sú desencanto en una forma por cuyo contenido vol-
vemos a las primeras líneas de este punto:
"'Nuestros caminos son las mismas sendas úperas y fragosas
que encontraron los conquistadores por las cuestas de las
montañas; nuestros medios de transporte, las espaldas de es-
casos y débiles animales; nuestras fuenas productoras, lis
solas fuerzas animadas. •• (36). ·
No faltó en el país la constitución de Juntas de Caminos,
tanto a nivel nacional corno provincial y municipal, las que ela-
boraron múltiples proyectos, elevaron representaciones ante
los poderes públicos, abrieron suscripciones para cumplir en
algo sus objetivos; pero tales·. iniciativas tenían como destino
reposar en los anaqueles de los archivos, bien por desidia oficial
o ciuc,1adana; o en última instancia, porque se producían choques
de intereses. El resultado, al final, fue que Venezuela no se pu-
diera integrar como nación debido a la falta de caminos para
comunicar a sus pobladores, hacer sentir la acción de gobierno
en los distintos confines de la geografía nacional y contribuir a
identificar entre sí a los venezolanos.

Usura
Por lo menos tres grandes dificultades nacionales se combi-
naron para desatar la usura desmedida en el país y agravar sus
condiciones económicas cuando se reemprendieron las tareas
agrícolas corre$pondientes al tiempo de paz. Ellas fueron la
baja cantidad de población, la escasez de circulante y. el abando-
no en que habían quedado los campos. Como ya establecimos
previamente, la mano de obra esclava se extinguía, amén de que
se había tornado anti-económica, debido a lo cual era sustituida
gradualmente por la de hombres libres. La fuerza de trabajo,
junto con el circulante, al comportarse corno mercancías, ten-
dían a encarecerse; pero ·en especial el capital numerario, por
efecto de las posibilidades especulativas que ofrece cuando es-
casea y gracias al fenómeno de la concentración en pocas manos
de que era objeto.
Quizás la más acuciante necesidad al restablecerse la paz fue
volver a la producción agropecuaria, de una parte para nutrir el
consumo interno, y de otra, con miras a incrementar los dos pro-
(361 Fennfn Toro en h·t Ltceo Vennoltzno, No. 3, Caracas, marzo
de 1842.
~-----------------------------------TUUU~~ffi/1~
·' duetos básicos de nuestras exportaciones: c,afé y ca.c~o. Aunque
; fal~aban estímulos y facilidades, a esas tareas ~ dedicaron
: antiguos propietarios y nuevos duefios de tierras, ·allí donde
: ellas eran posibles (cercanías de las ciudades, para el abasteci-
¡ · miento de sus poblaciones; lugares de fácil acceso al mar, para
¡ las exportaciones). Pero generalmente estos agricultores anda-
~ ban escasos de dinero y sus planes tenian que pasar por la nego-
• ciación de préstamos para preparar las tierras, sembrar, pagar
salarios y subsistir mientras las cosechas redituaban sus esfue¡-.
zos. Es necesario considerar aquí las condiciones oligopólicas
con que era manejado el negocio del préstamo. Los elevados
intereses cobrados por los prestamistas castigaban por adelan-
tado los beneficios de los cultivadores, al ·elevar considerable-
mente sus costos de producción; y como compromiso adicio-
nal, éstos quedaban obligados a entregar sus productos a los
acreedores en . pago de las sumas adeudadas; por lo que las con-
diciones en que se efectuaban aquellas ventas permitían a los
prestamistas fijar el precio de los artículos comprados.
Venezuela se convirtió en el paraiso de los usureros. La
contradicción campo-ciudad configuró en aquel entonces su
máxima expresión; era el campo el único creador de riquezas
con sus producciones; y Ja ciudad, gracias al .poder del dinero,
lo expropiaba de todas las acumulaciones posibles, que solo
a él se debían.
El alto beneficio del dinero atrajo más capital monetario
al país; pero no en la abundancia necesaria como para que ten·
dieran a cumplirse las leyes .de la oferta y la demanda, al equi-
librarse las magnitudes solicitadas y ofrecidas. El fenómeno
mantuvo su comportamiento en la esencia inicial, y m~joró nota-
blemente en favor de los prestamistas al sancionarse una ley de
libertad de contratos (10 de abril de 1834), por medio de la
cual se dejaba a voluntad de las partes fijar la tasa de interés
de los préstamos. cualquiera que ésta fuese; se permitia el pacto
libre para rematar los bienes del deudor por la cantidad que
fuese ofr~cida; y entre otras cosas, otorgaba derecho a los acree-
dores para ser a la vez rematadores de los bienes propiedad de
sus deudores (37).

(37) Muchos historiadores se han ocupado de este tema, que causó encen-
didas pol6micas en su tiempo, hasta la contradictoria diYisión entre
liberales y conservadores aue se tJroduip en Venezuela. tal como es
señalada a continucibn : .. Rige esta ley de libertad de contratos
hasta 1848, señalándose su historia por la recia lu~ que 10bre eUa
empeñaron dos escuelu enelDJPS: la una. que al dec:larane partida-
174/TIERRAFIRME._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Inmediatamente .los intereses sobre préstamos llegaron legal·


mente al S· y lO por' .ciento mensual ¡para la agricultura!, ago-
tando la posibilidad de que ella se recuperase. LO.s cultivadores
se endeudaron en aquellas condiciones y para pagar recurrieron
a la sobre-explotación. de- la fuerza de trabajo, fuese 6sta esclava
o libre, negando de esa manera la posibilidad de que el sector
laboral colaborase de buena gana con ellos y haciéndolo resentir·
se del trato recibido en la empresa de reconstruir la base agrícola
nacional.
Esas mal emprendidas relaciones entre el capital y el tra~o,
por una parte, y entre dos especies de capital, por la otra, produ-
jeron ruina, según algunos testimonios de la época, de los cuales
vale la pena transcribir el siguiente:
1.01 qricultorea obtuvieron bastantes recur101 entrando en
especulacíonea de•tentadu 111 unu, usunrias las otru, con
el fm de mejorar IUI propiedadea, CUyO mayor rendimiento
tenfan por ae¡uro. Pero loa plaz01 ae cumplieron, 101 deudo-
res no pudieron saldar IUI éompromisoa, y fueron rematadu
a Yil precio mucha de lu propiedades con perjuicia a veces
de los l_llismot acreedores,· quienes, con el intento de sa1nr
al&O d~ lu quiebras, prestlbanae a verificar violentos rem.ates
por sumas insíprificantea (38). .
Los infortunados alcances legales y económicos de la ley de
libertad de contratos se ampliaron el 1S de mayo de 1841 con la
ley de espera y quita, según Já cual, para otorgar prórroga al ven· .
cimiento de los préstamos o rematar los bienes del deudor, era
necesario el consentimiento de todos los acreedores. Bastaba -que
un acreedor, sin importar el monto de sus.derechos, no estuviese
de acuerdo con otorgar una prórroga, para que se desatase. la
búsqueda ne.rviosa del remate por parte de todos.
Así este país no podía crear estímulos para reanimar su eco-

ria del principio ~atm el cual la libertad de ba parta es tobei-111&


cm los contratot, so-'enfa y practicaba el concepto c:láico del Hbera-
Jillno, y la otra que aconaejaba la intervencibll pnvia delle¡ialador,
. pua e"fitai los abusa. de la miuna libertad o protepr los errores
individuales contra las falau p!'alionea de los propios individuos.
En lo que parece un· contrate supltivo; pues loe oUprcas Uamad01
conservadores o &odos defienden aquí, con el/dejar hacer&', la anti-
¡ua (entonces actual) y errónea concepción delliberaliJmo, a la vez
que los olíprcas llantados liberalea lucban por la no men01 en6ua
(y entoncei conaervadon) concepcilm ctel •.-.Bstado providenclr- ..•
Jo-' Gil Fortouf, HütoriG CoJUtitucioJUil dt Ytntzuel#, t. n, pp.
7~71. . .
(38) 1016 María de Rojas, citado por P. Gon.úlez Gubtan, Hútorill con·
ttmpordnH de Yenezu4tllz. t. 11, p.' 329,
r ------~---------------------------~MRME/1~
~··

nomía agrícola, cuya necesidad más perentom;.er.a producir,


y hacerlo en las mejores condiciones posibles. · La· guerra había
deprimido esa actividad, y ahora el dinero. no per.mitía que sa-
liera de la depresión. Fue tan lucrativo el negocio del préstamo,
que· incluso muchos propietarios. de fincas las remataron para
dedicar los. recursos así obtenidos a la usura, aumentando por
esa vía el abandono en que estaba el campo y reforzando la ac-
tividad parasitaria que cornolicaba el mal (39). ·

Artesanía
Venezuela no tenía máS industria que su agricultura y gana·
dería (que entonces eran consideradas ci>mo industrias y asf de-
nomidas). Manufacturas, en tanto que 'transformación de mate-
rias por procedimientos químicos o mecánicos; no existían en el
país más que unas pocas, de· entre las euáles se destacan la elabo-
ración de productos derivados de .la cafta de azúcar. y unas hilan-
derías de pafios bastos ubicadas en la zona de El Tocuyo.
Unos pocos artesanos malvivían en las ciudades mayores del
producto de su trabajo, sin contar con una demanda que animara
la producción. Se veían forzados a vender los artículos salidos
de sus manos a precios viles que apenas les permitían una infeliz
existencia, debido al b~o poder adquisitivo de la ·mayoría de los
compradores y al escaso aprecio de que eran objeto sus oficios,
propio de, blancos de orilla, pardos y libertos en los recién derO-
gados_ tiempos coloniales. . · : .·
Pequeftas carpinterías, fábricas locales de tabacos, alparga-
tas, monturas, sombreros rústicos, alfarerías de escása producción
y especies como aquellas, completaban el p~e ·urbano de la
estrechez productiva nacional, sin que _los menesteres de este
orden llamaran la· atención gubernamental, más allá de la preo-
cupación por los magros arbitrios rentísticos municipales deri-
-vados de las llamadas patentes de industria.
Ya era una grave enfermedad la miopía de atender la pro-
ducción de dos frutos básicos (el café y el cacao), para vender
masivamente al exterior y resolver todos los demás problemas
del consumo .sobre la b~se de los proventos económjcos _resul-
tantes del comercio ultramarino. Esto .aftadía otro peso al ca-
rácter tributario del campo venezolano :respecto de la vida y el
funcionamiento económico de las ciudades. se puede afmnar
que en el medio urbano casi lo único que Se hacfa era C!lnsumir,
para hacerse pagar las ciudades su solo papel de intermediarias.
(39) El Agricultor, No. 3. Caracu, 6 de marzo de 1844.-
t76tTIBRRAFimm _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ~ _ _ _ _.....;.._ _

Hasta en la palabra oficial se condenaba al país a dejar de


lado los afanes productivos que tuvieran .relación con el proce-
' 1
samiento de materias primas para convertirlas en artículos ela-
borados. ·
·-cuando apenu podemos ser a¡ricultores, no podemos ni
debemos ser manufactureros,•.•. (40).
Antonio Leocadio t;uzmán, en apariencia uno de los hombres
más preocupados por los grandes problemas nacionales, con es-
tupendas opiniones en materia económica, parecía no ver más
·alternativa que en la agricultura, tal vez influido por las doctrinas
liberales y, para estos efectos, partidiario del libre cambio por
medio del cual ya Inglaterra había penetrado nuestro incipiente
mercado y se aflanzaba sólidamente en él, contando con posturas
como la trancrita, que traducía en cierta forma la política gu·
bernamental al respecto. De manera que las manufacturas
estaban desahuciadas en este país(*).

Deuda Pública
El costo de la independencia no sólo fue elevado en pérdidas
humanas y materiales. La deuda contraida para equipar lós
ejércitos también representó un peso excesivo sobre la nación.
Era tan superior a la capacidad fiScal venezolana que cuando se
dedicaban recursos a pagar en parte aquellos compromisos, lo
que se hacía era abrir torrenteras dcscapitalizadoras de nuestra
precaria economía. Si en cambio, el gobierno dejaba temporal-
mente de pagar, recibía de Jos acreedores presiones tan fuertes,
que ponían en duda la soberanía nacional; complementariamen-
te, la suspensión de pagos acumulaba intereses sobre los capita-
les hasta incrementar sus saldos, casi· como si antes no se hubiese
pagado nada y a veces como si agregáramos nuevos empréstitos
a las cantidades adeudadas.
EJ inicio financiero más desafortunado de la tercera repú-
blica estuvo en la negociación con Inglaterra del compromiso
que nos correspondió asumir como aJícuota parte de la deuda
grancolombiana, al tomar ,su propio rumbo cada una de las na-

(40) Antonio L::ocadio Guzmán, Memoria al Congreso Nacional U~31,


en Pensamiento Político venezolQno del siglo XIX, t. 6, pp. 105·106.
(*) En 1~32-1833 tueron _empadronados en la provincia de Caracu,
- 1.178 artesános de los cuales 60 eran herrero!, 1T talabarteiO$,
8 ~_toneleros, 3 zurradores, y tos' demás se dedicaban a la construc-
ciól\,cívü (albañiles, carpinteros), o a servicios personales (57 su-
tres, 222 zapateros, 20 barberos, 8 faroleros), c/f. Migue) lzard, .
op. cit., p. 48.
------------------------------------~~1171
ciones integrantes -de la Unión. A Venezuela le tocó responder
por 11.698.000 pesos de aquella deuda mancomunada; pero la
desconfianza de los prestamistas, el valimiento en que se coloca·
ron frente a nuestros representantes, la escasa capacidad nego-
ciadora venezolana; en fin, tantas debilidades por las que Vene·
zuela ha perdido cuántas veces en los negocios internacionales,
elevó la deuda a 23.600.000 pesos, sólo para cambiar papeles
de tesorería de Gran Colombia. por papeles venezolanos (41 ).
También de la deuda doméstica colombiana, Venezuela
tuv.o que asumir una parte, la que montó a 7.218.000 pesos,
(42) de manera que entre ambas magnitudes esta república
nació con unos compromisos de pago por 30.818.000 pesos,
exageradamente negativos en las fmanzas públicas de aquella
nación agro-exportadora, escenario de una actividad económica
insuficiente y de cuyos exiguos productos debían derivarse los
impuestos a recaudar por los gobiernos, una parte para respon·
der al funcionamiento de las instituciones del Estado y otra
para atender al se?vfs.lo de tan crecida deuda.
El esfuerzo que ~sociedad venezolana· debía hacer para re-
montar todas 1as dificultades que tenía por delante, encontraba
una más en esta deuda y en la característica fundamental de los
impuestos que debían formar la masa. de recursos destinados a
cancelarla. Los ingresos fiScales venezolanos eran. aduanales
hasta en un 92 por ciento del total recaudado, y la mayor parte
incidía sobre las importaciones, de manera que, como suele
ocurrir con .todas las imposiciones indirectas. resultaban tras-
ladados a los consumidores, y esto se traducía en el encareci-
miento del nivel de vida.
Una cuestión adicional que sólo quedará enunciada en
la presente obra, radica en la deficiente recaudación de los im-
puestos mencionados; el mal registro contable que negaba casi
las posibilidades de rendición de cuentas; la malversación de
algunos fondos; la administración autoritaria y poco previsiva
que de ellos se hacía; todo lo cual restaba recursos para el fi·
naciamiento de la administración pública y los pagos que debían
hacerse para solventar el crédito nacional. Todo eso conspiraba
contra cualquier proyecto de inversión reproductiva por parte
de los gobiernos. Si hubo planes -algunos existieron- se enfrenta-
rían a la dura realidad de no contar con respaldo fmanciero; y

(41) Manuel Rodri¡uez Campos, Venezuela 1902, Ltz Cri8u Fiscal y el


bloqueo, p. 131.
(42) Ibídem• .

. ~-
1~/TIERRAflRME _____________________________________

si algunos ·se mantuvieron, sería en las mentes de patriotas solla·


dor~s.especie humana que siempre ha contado en Venezuela
con muy buenos ejemplares.

Vision Interna del País

Como con barro en las manos, los hombres de Estado y unos


cuantos estudiosos de la realidad nacional que fueron actores
en los primeros anos de la república, querrían darse a la tarea
de construir 'un. bello país. . Les preocupaba ~y esto era una ne-
cesidad real- dotar a Venezuela de leyes e instituciones por
medio de las cuales adquiriese sentido y coherencia la organiza-
ción del Estado mismo .y la vida social alcanzaSe razonable es-
tabilidad.. Miraban el medio físico destinado a las realizaciones
materiales con una concepción tan ingenua que hoy resulta
sorprendente, tanto por la coincidencia expresiva de sus aprecia-
ciones cuanto por los portentos que imaginaban se podían obte-
ner de la masa cuyo modelado recién emprendían. En el fondo
no eran constructores de utopías, sino cándidos patriotas . en
plan de .creadores. Pensaban en cosas qu~ de momento sólo
eran posibles en otras latitudes con alg\lnos recursos adiciona-
les, distintos de los que aportaba la naturaleza. .
· Infortunadamente, las coincidencias no pasaron de lo ima-
ginativo. Los hombres que debían encargarse de convertir los
suei'ios en realidades tangibles se enfrentaban entre si por rivali-
dades ,persónales y grupales; se proponían -procedimientos que, a
pesar de resultarles encontrados, perseguían metas idénticas.
Cada quien esperaba imponerse al otro, hasta por simple orgullo
personal; y así nó fue posible convertir aquellos hennosos senti-
mientos iniciales en un solo haz de voluntades. En la década de
1840 la apáiición de los partidos liberal y conservador corn·o sis-
tematización de puntos de vista contrapuestos, consolidó la
imposjbilidad de que un esfuerzo común a todos fuese matriz
de un proyecto nacion$l(.

Ocuparse de las muchas razones que estropearon el adveni-


miento de la annon ía patriótica entre los dirigentes republica·
nos y las consecuencias que comportaron sus desacuerdos, equi-
valdría tanto como a escribir la historia social de Venezuela
desde parte del período colonial hasta 1859·, afio en que las
rivalidades llevadas a su máxima expresión polític~J condujeron
a la Guerra Federal, cuya duración se prolongó hasta 1863.
Esta guerra tuvo un contenido impugnador tan dramático, que
-------------------------------------~~/119
marcó al mayor deslinde de odios jamás visto entre los vene--
zolanos.
Solamente queremos sefialar algunos elementos que pudieron
servir de vínculos armonizantes capaces de unir a aquellos sefio--
res; y a este empefio nos anima el único propósito ae
atestiguar
por sus propias palabras y acciones, en cuanto quepa, la exis-
tencia de tales elementos.

Soberanía y Legislación
Si con los primeros pasos que se dieron después de disgre--la
gatíón grancolombiana se pensaba principalmente en reivindicar
la soberanía nacional, se actuó pronto y en forma correcta, ante
una. necesidad común que exigía un mínimo de criterios unita-
riOs. Esto es válido, cualesquiera hubiesen sido las causas de -1a
separación, que no es del caso criticar ahora. .
En enero <le 1830 el general José Antonio Páez orgaruzó
el gabinete ministerial que consagraba la existencia de un gobier-
no autonómo en Venezuela y convocó al congreso que se insta-
laría en Valencia para dar carácter jurídico y legitimar la repú-
blica. La Comisión Preparatoria del Congreso Constituyente
se reunió en esta ciudad el 29 de abril del mismo afio y el 6 de
mayo se instaló formalmente el Poder Constituyente, cuyo
primer acto fue ratificar a Páez en la presidencia del Ejecutivo.
Ya el día 11 se comenzó a discutir si la república habría de ser
federativa, centralista o mixta, aprobándose el 13 que tuviése-
mos una organización centrQafederal (43). El 15 se comenzó
a discutir una moción presentada por el diputado Alejo Fortique,
quien planteaba que el Congreso exigiese al de Bogotá el recQa
nocimiento de nuestra independencia (44). Esta fue aprobada
después de diez días de debates, en los cuales hasta se propuso
que la falta de respuesta bogotana se interpretase como equiva-
lente a una declaración de guerra. Al final quedamos satisfe-
chos al establecer como principios los . . . "deseos de transigir
fraternalmente las actuales disenciones, dejando bien puestos
los compromisos nacionales. y estableciendo reglas generales e
invariables para todos los negocios de interés común con Nueva
Gran.ada" (45). _
La cuestión de fondo en torno al reconocimiento por parte
de Nueva Granada estaba motivada en la aprehensión de los cons-

(43) Congreso NaCional de Venezuela. P. Cit., t. l. pp, By9.


t44) lbidem, p. 11.
(4S) Ibídem. p. 16.
~1~------------------------------------
tituyentistas, ·pues muchos de ellos creían -y así quedó asentado
en actas-· que el gobierno de Bogotá intentaría someter aVene-
zuela por la fuerza para restituirla a la Unión. Esto alimentaba
con prisaS las labores legislativas, lo que dio por resultado que en
la sesión número 53 de la constituyente, del 19 de junio, fuese
presentado a Qebates el proyecto de constitución de la repú- .
blica (46).
El Congreso a cuyas deliberaciones nos hemos referido le·
gisló sobre. unas cuantas materias más, tomando decisiones en
asuntos militares, mercantiles, religiosos, penales, administrati-
vos y otros. No le era posible ·resolver todos los problemas pen·
dientes; pero adelantó bastante en cuanto institución se esperaba
de él. En 1840 lo que ya componía la oposición liberal, se ex-
presó así de su trab~o:
, . . . "El cúmulo de ~des actos leJislativos, que expidib el
Constituyente. asombra en número y calidad. También es
cierto que la providencia. como que qUiso inspirar el acierto
a estos pueblos al tiempo de elegir sus delegados supremos.
Reuniéronae en aquel recinto tales y tantos hombres distin·
guido• por su actividad, saber, patriotismo y consagración,
que dicha la verdad. no han vuelto a reunirse más, a pesar
de tantas elecciones." . . . (47). ·
El sentido critico contenido en la última frase de la anterior
transcripción se amplía en las siguientes ideas:
. . . '"entre necesidadea del momento, modificaciones amaña·.
das. exclusiones temporales, y confusión de ideas y de hom·
bres, las legislaturas de 35 a 40 ... no comprende siDo actos
de circunstancias. o bien remedios indispensables llos grandes
males que 1e experimentan en la hacienda nacional. ~ ...(48).
Respecto de esto último la prensa conservadora que, desde
luego, escribía con otra perspectiva de análisis, opinaban en senti-
do contrario, alabando a los diputados de 1840:
"'Complacida está la ciudad y nosotros con ella por el acierto
con que los Sres. electores han llenado las vacantes del Congre·
10. La imprenta puede señalarse como un gran medio de los
que han contribuido a este fm. Puede decirse que le ha dado
tonnento a los electores presentando las cuestiones y la& ne·
$idades del pafs. para obHaarlos a elegir sujetos idbneos. como
patriódcamente lo han hecho,. . .. ( 49).
La's primeras emergencias nos habían , unido, y todavía en
1840 era positiva la opinión opositora acerca de lo actuado diez

· (46) Ibídem, pp. 40 1-414.


:. ·. (47J Periódico El Venezolano, No.,l. Caracas, 24 de agosto de 1840.
(48) lbidem.
,.' ' (49) ··Periódico El Liberal, No. 234, Caracu, 13 de octubre de 1840.
~-\ -':,' .
~
..._..e,.~.
· .._,(" . ·· . . ' .
-:· ·....

- - - - - - - - - - - - - - - - - - 1 1 E R R A·FIRfoiE/18l

aflos antes; pero con respecto al presente ya no hab.ía unidad


de crierterios. Si aceptamos como válidas las reflexiones del
Ministro del Interior y de Justicia en 1849, tendr~amos que pen-
sar en un agravamiento de los problemas. . Efectivamente se ha-
bían agravado; pero tal cosa no se produjo por las debilidades
legislativas, sino gracias a la violencia oposicionista que alejaba
más y más a conservaaores y liberales. En 1849 los dirigentes
de la nación, aunque pareciese que se dirigían a la sociedad ve-
nezolana entera cuando emitían opiniones, en realidad ya sólo
pensaban para uno de los dos band'Os políticos en que se djvidía
la ·repOblica.

Potencialidades Econ6micas
Entre las cosas que más entusiasmo causaban a nuestros
hombres de pensamiento encontramos las imágenes que se for-
maban de la geografía nacional y las posibilidades ecopómicas
que seg(Jn ellos podían derivarse de los recursos a nuestra dispo-
sición. En excelente estudio geográfico, impreso en París de
1841, Agust.ín Codazzi casi profetizaba unas realizaciones de in-
fmita riqueza para el país. Al referirse al r.ío Orinoco decía:
.•. ,•es el .canal natural para comunicane de un extremo a
otro del pafl, y. sus ¡randea tributarios · facilitan a pandea
diataneiu otros canales no JJleDOJ interesantes, mientru que
el brazo Cuiquiare, arrojmdo.e hacia Rio-Nearo, abre aque-
lla vía famota que conduce al Amazonu y proporciona una
dilatada navepci6n hasta el p~ de los Andes de Pasto, de
Quito, del Perú y de Boli'na" (SO).
Este mismo río no sólo podía proporcionar aquella comuni-
cación, sino prolongarla a todas las riberas baftadas por el Océano
Atlántico y el Mar de las Antillas; pero además, su delta era un
emporio de riquezas dormidas, según esta descripción:
. . . IAI extremo oriental de lu costu de la rep6blica se en-
cuentra el inmewb Delta del Orinoco . . . Quizú estos pan-
tanos y ~os anepdizos .• . serio al¡ún día como los te-
rreno• cultivados de Holanda, el emporio de la aarlcultura
y el comercl~ (S 1). · .
Nuestra Hidrografía, al tocarle turno, dejaba de ser un paisaje
en el que los naturales del país casi no .reparaban, para destacarse
como algo extraordinario:
''Por todas partes desciende ele los cerros y cordllleru muche-

(SO) A¡ustin Coduzi, Remmen de. ltl geopY~/ÍIZ de .Y enezwl4, p. 21.


(51) lbr'dem, p . 48.
¡gfTUmRA~-----------------------------------
dumbre de dos que riegan los vallea, refreiCaD loa llanos, hu·
medecen las ~elvl!l. y ramifictndose de diveraos modos, ferti-
lizan un suelo favorecido por la naturaleza:' ... (52).
• . • •La posición de este Lago ·de Maracaibo al extremo occi-
dental de Venezuela y en las puertas por decirlo uf, de la Nue-
va Granada; sus costas fértiles y abundantes; sus ríos caudalo-
sos y ricos de precioau maderas; todo, en fJn, hace que Mara-:.
Clibo esté llamado a ser uno de los puntas mú florecientes
del comercio nacional'.· .. (53).
fLas Costas de Venezuela, tanto por la segUridad de ws
puertas como por la tranquilidad del mar que los baAa, y
por las excelentes maderas de construcción de que esün
cubiertas, ofrecen a los navepntes muchas mú ventajas
que las de los Estados Unidos; asf lo asegura el célebre viajero
Humboldt/ ..• (54).
Una serie de opiniones vertidas por Codazzi garantizaban a
los hombres emprendedores nuevas hazafias de conquistas, de
construcción económica sin límites casi. Algunos de ellos po-
drían forinar parte hoy de un moderno prospecto publicitario
impresO. para atraer inmigrantes;. sobre todo a la luz de estas
ideas:
..• *Cuanto mú se internan los cerros. tanto mú se extíenden
las hennosas llanadas eo que el hombre aun no ha hecho reso-
nar el ¡old"Pe del hacb~· ••• (SS).
"Mú de la mitad del territorio de la rep6bli~a esti ocupado
por la zona de los bosques, y esti apenas habitada por algunas
familias criollas, y cerca de 2.000 indios reducidos y aproxima·
damento 40.000 independientes .•• Cuando las imni¡raciones
y las generaciones futuras empiezen a rozar las ¡randes selvas
y el interés mercantil llame allf cada dfa nuevos colonos,
otonces serl cuando · cambiarin de aspectos eaw solitarias
~pones que el hombre bluco apenas ha recorrido por el
cuno de los. ríos prlftcipale~,. ••• (S6).
Antes que nada, Codazzi era geógrafo. Tal vez se dejara
guiar por cierto entusiasmo; pero en él predominaba la obJetivi-
dad, de la cual dio suficientes pruebas; de manera que no bay lu-
gar para pensar en un desbordamiento irreflexivo en sus opinio-
nes, alejado diametralmente de lo que es la percepción cientí-
fica. Otros hombres, calificados por la crítica de muy objetivos,
que escribieron sus impresiones de viajes con la frialdad expre-
siva del científico, avalan en juicios anteriores cuanto Codazzi

(52) Ibídem, p. 21.


(S3) lbidem, p. 47.
(S4) Ibídem, p. 48.
(S.S)Ibídem, p. Sl.
(56) Ibídem, p. 78.

iaí;. Artr+ . .·
------------------------------------TEruRRA~/183
expuso y dan. visos de aceptable certeza a. opiniones ·de autores
cuyo oficio era la política.
Alejandro de Humboldt escribió así de nuestro país: · ·
"Las Costas de Venezuela tiene: por la belleza de sus puertos,
por la tranquilidad del mar qÜe las baña y por .las soberbias
maderas de construcción de los bosques que las CQ~n. aran·
des ven~as sobre las costaS de los Estados Unidos • ...(57).
,.Cuando se abarca con un solo golpe de vista el suelo de
Venezuela y de Nueva . -...... se reconoce que ningíln otro.
pafs de la América Española puede ofrecer el comercio una.
mayo.r variedad y tal riqueza de producciones del reino ve.
getaU' ..• (58).
Por su parte, Francisco Depons, quien residió.en Venezuela
entre 1801 y 1804, sostuvo la siguiente opiníón:
..Cabe aiumar, sin temor a equivocarse, que en llin¡una 1...
titud de América hay comarca comparable en fertilidad,
variedad y riqueza de productos con la Capitanía G~e~al
de Caiacas, es decir: las provincias de Venezuela, Barinas~ ,'
Maracaibo, Cummi, la Guayana. espdola y la isla· de Mat·
garita' •.• (59). ·

En 1806, al comentar la obra de


Depons, una revista britá·
nica se refería a Venezuela como.un país eminentemente fecundo
e infinitamente más saludable que cualquiera de sus vecinos ...
(60) que en fechas recientes había experimentado aumentos
en su comercio, y se Jamentaba de no contar con un texto de
historia que pusiera a sus lectores al tanto de las cosas que tes
interesaba conocer de estos dominios espa:ftoles.
Las transcritas son opiniones de observadores .y analistas
cuya seriedad es generalmente aceptada. No tenían el compr~
miso de justificarse con ellas y, salvo algunos impulsos emotivos
de Codazzi, dan pie para creer que en verdad Venezuela poseía
unas tierras privilegiadas por la naturaleza. Los juicios de estos
señores tenían que constituirse en criterios de autoridad para
nuestros hombres públicos, quienes ·bueno es reconocerlcr
cuando se referían a las potencialidades económicas naciona~
les no repetían lecciones aprendidas, sino que sobre Ja base

(57) Alejandro de Humbodlt, Viaje a las r~giones equinocciale1 del nuevo


continente, t. V, pp. 156-157.
(58) lbíbem, t. V, p. 134.
(59) Francisco Depons, Viaje fl la ptiTte orlentttl de tie"a j'irme en la
América Meridional, t. I. p. V. (Introducción).
(60) Ibídem, t. 1, p.x. Transcripción de Pedro Grasos en su Estudio PreJi..
minar de la obra.
lM~ERME--------------------------~-------
de un conocimiento cabal del país, se verían apoyados por quie-
nes describían nuestros paisajes de manera tan espléndida.
El propio General ,Páez mantenía idílicas apreciaciones res-
pecto de las potencialidades nacionales. Aun en 1867, exilado
y tal vez sufriendo la amargura de que en Venezuela ejercie-
ran el poder sus más encarnizados enemigos, opinaba de este
modo:
.. •venezuela cuenta en swlimitcs una de las provincias mú
favorecidas por la naturaleza de los trópicos, rica en veneros
no explotadoa . . . y que con fácil accuo invita a naciona-
les y extranjeros a áenamar en el mundo los tesores que ae
encuentran en su suelo.'• ... (61).
Coincidía Páez con el geógrafo Codazzi en algunos aspectos
relativos al Orinoco, cuando escribía esto:
. . . Las bocas del Orinoco, del Amazonu y del Plata &ertn
los canales que conduzcan los exuberantes tesoros de riqueza
tropical a lu partes del mundo donde la actividad de los hom-
bres ha qotado los mineros (sic) de la tie~ ..• (62).
El mayor crítico de Páez, el hombre que encabezó la oposi-
ción liberal en la década de 1840, que fue ideólogo de la lucha
social contra los conservadores jefatureados por Páez y er mucho
responsable de la Guerra Federal, también coincidía como los
demás en sus apreciaciones acerca de nuestras riquezas poten-
ciales: 1
•Enclavados entre cerros Los Valles de Arqua ..• todavía
no han encontrado un capital metálico para la empresa de su
comunicacibn. Estagñadoa se encuentran los tesotos que en-
cierran esos Valles del Tuy, verdadero ed6n perdido al cual
lle¡amo• por entre crestas y quebradas . . . A pocu lepas
del mar y cruzando por ríos nave¡ables, tenemos al Oriente
de Caracu y a dos dias de p&imos caminos, montmu de
cedros y caobos . . . pidiendo una sola sielra y unos brazos
para dar tesorW' •.. ( 63 ).
Esto lo escribió Guzmán en 1845; pero en 1831 ya pensa-
ba de manera parecida, igual que Páez, Codazzi, Fennín Toro,
Tomás Lander y otros. Quienes después serían víctimas de la
exacerbación política encausada en las pugnas de liberales y con-
servadores, profesaban ideas de . corte similar en cuanto a las
bondades de la tierra venezolana y aconsejaban medidas eficaces

{61) Jos6 Antonio Páez, Autobiografía, t.ll, p. 345.


(62) Ibídem,
(62) Ibídem. p. 345.
(63) Antonio Leocadio 9uzmin,"CUestión econ6mico-polftica", en
en Peltltlmiento político venezo141to del siglo XIX, t. 6, p. 387.
-------------------TIBRRAFIRME/185

para remediar nuestra angustia improductiva. El propio Guzmán,


cuando fue Ministro de Páez, se colocaba a la cabeza de quienes
creían tener las soluciones:
. . . -Todo, seftor, debemos esperarlo de la población, y
hablaré de ella cuando me aea dable, porque btjo la zona
tórrida, al ver la fecundidad prodi&iosa de nuestra tierra,
loa muchos y poderosos elementos de prosperidad que
encierra, y al compararlos con su estado de infancia y debi-
lidad, nada creo mú n~ario ni mú disno de atención del
ma¡istrado que poblarla' ... (64).
Coincidían también en la solución más inmediata, esto es,
. dotar la tierra de hombres que la trabajaran. Páez creyó con
Guzmán, en la utilidad de traer inmigrantes al país para que
ayudaran a reactivar la agricultura; inspirado en la fe que tal
idea le producía, estimuló la creación de una corriente de san-
.gre nueva que cumpliera ese objetivo (65). ·Lastimosamente,
los esfuerzos por lograrlo no se correspondieron con la necesi-
dad, y la cantidad de trabajadores del campo que vinieron al país
no fue suficiente ni contó con el apoyo gubernamental apropia-
do para que su trabajo fuese más efectivo de lo que resultó, .
de manera que estimulara la -corriente migratoria. Quienes
veían el problema conocían la solución y algo hicieron por apli-
carla; pero se quedaron cortos.
La visión interna que tuvieron del país, en muchos aspectos
fue acertada. La tierra era pródiga y abundante, aunque no tan-
to como pensaban; o por lo menos no estaba la sociedad vene-
zolana en condiciones de materializar las posibilidades sofladas,
como no estuvieron dispuestos sus dirigentes a deponer las ri-
validades para darse a semejante tarea.
Aquellas ideas que nos hacían casi parecer un paraíso eran
profesadas sinceramente, tal vez con exceso de optimismo, en
subjetivaciones románticas, pero bien sentidas. Eran, a su modo,
una matriz de pensamiento convertida en imagen nacional,
idealista y bastante separada de las realidades hacia las cuales
. se encaminaban sus productores. La dinámica social que ellos
mismos crearon contradijo progresivamente sus ideas, sustin.-
yéndolas por realidades opuestas a las que se podían desprender
del maravillos cuadro surgido del paisaje naturaL

(64) Antonio Leocadio Guzmán, Ministro del Interior y de Justicia, "Me-


moria 1831", en Pensamiento político venezoltzno del 1iglo XIX,
t. 6, p. 91.
(6S) Nic:olú Perazzo,, Lfl lnmigraci6n en Yenezueltz, t .. 1, (183~1850),
pp. 24 y s¡ts.
186niTERRA~.~------------------------------------
Eramos presas' de. la inmadurez social que ya. en 1853 veía
José Joaquín de Mora como enfermedad de los pueblos ibero-
americanos (66). En medio de tantas dificultades, se desea~a
y se ofrecía mejorar la vida nacional en todos los órdenes; pero
unos empujaban para precipitar las decisiones mientras otros
evitaban ser atropellados. No hubo la cordura necesaria para
annonizar las ·tendencias y así las cosas, el caudillismo, el mili-
tarismo, la anarquía, tomaron cauces profundQs en nuestros de-
curso histórico. Se improvisó un mesianismo de manps vacías .
que sólo podía hacer promesas porque carecía:de recursos y de
esa manera fue conducido el país hasta la fecha fmal del período
en estudio . .

Conclusiones

El resultado de mayor relevancia que a escala nacional produjo


para Venezuela su declaración de independencia, fue la indepen-
dencia misma. Vista como las más elevada reivindicación de la so-
ciedad venezplana en su búsqueda de una defmición propia,· esto
no admite cuestionamiento alguno, aunque ese derecho no se
llegara a conquistar por la unanimidad que s~iera para preservar
la' annonía social imperante en el período colonial. ·
Precisamente, en virtud de haber sido aquél un proceso que
durante todo su desarrollo es expresó en direcciones encontradas,
significó una penosa realización de experienCias cuyos elementos·
componentes, por si mismos, determinaron para el país un naci-
miento dificultoso a la vida republicana y signaron el curso inme-
diato de la vida pública con su carga conflictiva.
Cuando las armas venezolanas lograron imponer la eman cipa~
ción, el inventario de problemas nacionales era impresionante.
De ellos, los f¡tetores políticos atrajeron la .atención prioritaria
de nuestros dirigentes, quienes les dedicaron sus mejores esfuer-
zos. Las actividades patrióticas se orientaron, en primer lugar,
hacia la prosecución 'de la guerra desbordando las fronteras na-
cionales, con la finalidad de contribuir a sellar la libertad total
de Hispanoamérica; después se impuso la organización de la Re-
pública de. Colombia. Si bien lo primero habría de ser defmitivo,
lo segundo resultaría una obra hermosa, pero efímera.
Al tiempo que Venezuela tomaba su perfil defmitivo, los pro-

(66) J~ Joequín de Mora, "De la situac.i6n actual de las repúblicas


IUJ'allleric:aoa", en Re~uta Ezpt~ffo.llt de Ambos Mundos, . 1853, t.l.

.
~~ :- ~...:': :.. '
------------------TIERRAFIRME/187

blemas económicos desatados por la guerra no babíaJl encontrado


solución; al contrario, algunos se agravaron con el transcurrir de
lo5 aflos, complicando el cuadro republicano al entrelazarse con
las surgentes dificultades políticas y, combinados, constituir com·
promisos de gobierno más complejos que exigían tino en las me·
didas y el más amplio concurso colectivo.
Durante los aftas que van desde 1830 hasta fines de la década
de 1850 nuestros conductores compartieron las intenciones de me-
jorar la situación nacional, ·infortunadamente como creadores
de una dinámica que ·cada vez distanciaba más· a unos y otros.
Con respecto a los aprietos mayores sufridos por el país hubo
coincidencias básicas de juicios; pero apenas llegaban al plano de
las realizaciones concretas, aquellas coincidencias se debilitaban
al c.alor de polémicas grupales o personales, de celos caudillescos,
de posiciones, en ím, que subordinaban los intereses generales
a los particulares y hacían progresivamente difícil una auténtica
mancomunidad de esfuerzos.
La tierra venezolana prometía mucho; el sistema republicano
y democrático proponia mejores fonnas de vida económica y
política; en la superficie de las declaraciones, los afanes de los
líderes parecían corresponderse ·con las expectativas; pero tres
siglos de sujeción colonial y absolutista habían impedido el apren-
dizaje social previo que nos asegurara el funcionamiento cabal de
las nuevas instituciones. El ejercicio del debate y el aprovecha-
miento civilizado de las contradicciones democráticas estuvo
negado por una inmadurez política que prolongó excesivamente
el proceso de consolidación del Estado Nacional, más allá de lo
razonable. Ese fue el más caro tributo pagado por Venezuela como
precio de su emancipación.

Bl"bliosrafía
Arcila Parlas, Eduardo, Economífl Colonilll de Venezuela.. M6xico, Fondo
de Cultura Econ6mic:a (Coleccil>n Tierra Firme, No. 24), 1946.
Comercio entre Venezuela y México en lo1 .riglo1 XYH y XYIII.
M'xico, El Colegio de M6xico, 1950.
Hütoria de 14 Ingeniería en Venezuela. Caracas, Colegio de lnp-
nieros de Venezuela, 1961, 2 vols.
Hútorill de un monopolio. El E1tanco del Tabaco en Venezuela
1779-1833. Caracas, UDiversidad Central de Venezuela, Publicacio-
nes de la Facultad de Humanidades y Educación, 1977.
El comercio en la provincia de CtzractU con los dominios esptJifolel
y lUiciones eniTKtctu y tul dominio• americanos en 1783·1793. Po-
nencia presentada en el Congreso Mundial de Historia convocado por
188/TIERRAFIRME·------------------
la Ac:*lenüa· Nacional de la Historia, Julio 1983, (versión mimeogra-
fiada}. ·
Brito Fi¡ueroa, Federico, Hútoria Económica y Social de Venezuela. Caracas,
Universidad Central de Venezuela (Colección Humanismo y Ciencia,
No. 2), 1966. 2 vols.
Camacho, Antonieta, ..Aportes para el estudio de la formación de la mano do
obra en Venezuela: esclavos y libres (1810.1865)" en Materialu partz
el estudio de la cue.rtión agrarill en Venezuela (1810-1865). Mano de
obra: Legi.rlacilm y Adminútración. Caracas, Universidad Central
de Venezuela, Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educación,
. 1979. t. 4, pp. VII-LIX. .
Codazzi, Agustfn, Resumen de la Geogr«fía de Veneiuelo. Paria, Imprenta
de H. Foumier y Comp., 1841.
Dauxio Lavaysse, J. J., Viaje a ltu I.rltu de Trinidad, Tobago, Margarita y a
diver.ras partes de Venezuela en la América Meridional. Caracas;
Unive:r&idad Central de Venezuela, Instituto de Antropología e His-
toria, 1967. Traducción de Angelina Lemmo e Hllda T. de Rodrf-
guez, basada en la edición prfncipe publicada en 1813 en París por
F. Sch<>ell. Estudio preliminar do An¡elina Lemmo.
Depons, Francisco, Viaje a la p(Ute orientai de tierra firme en la Américtz
MeridionaL . Caracas, Banco Central de Venezuela, 1960, 2 vols.
Traducción de Enrique Planchart; estudio preliminar y notas por
Pedro Grues. Edición oriainal publicada en París, 1806.
Gil Fortoul, losé, Historia Constitucional de Venezuela. Caracas, Librería
Piñango, 1967.3 vols.
Gonzüez Guinan, Francisco, Historia Contemporánea de Venezuela. Caracas,
Ediciones de la Presidencia de la Rep6blica, 1954. 1S vols.
Guzmén, Antonio Leocadio, "Cuestión econ6mico-polltica.., eq periódico
El Venezolano. Nos. 274. 275 y 276, Caracas, 29 de marzo y 9 y .
26 de abril de l84S. Reproducido en Pensamiento Politico venezo-
lllno del siglo XIX, texto.r para su e.rtudio. t. 6, Caracas, Publicacio.
nes de la Presidencia de lá RepCtblica, 1961. 15 vols.
..Memoria del Ministro del Interior y de Justicia al Congi'eso Nacional
en 1849.., en Pensamiento Político venezolano del siglo XIX, textos
para m estudio, t. 6, Caracas, Publicaciones de la Presidencia de la
República, 196 l, 1S vols.
Humboldt, Alejandro de, Viaje a üu regiones equinocciales del nuevo conti·
nente. Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación, 1956. S voJs.ll
Traducción de José Nucete-Sardí ·y Lisandro Alvarado, 2a. edición.
Izar, Miguel, Serie.r estadística& para lll historia de Venezuela. Mérida (Venezue-
la), Universidad de los Andes (Escuela de Historia), 1970.
Landaeta Rosales, Manuel, Gran recopilación geográfica. estadí.rtica e hútó·
rica de Venezuela. Caracas, Banco Central de Venezuela (Colección
cuatricentenario de Caracas), 1963 (Edición fascimilar de la obra ori-
tPnal publicada en 1889 en Caracai por la Imprenta Bolívar, de P.
Coll Otero).
Mora, José Joaqufn de, "De la sítuaci6n actual de las repúblicas surameri-
canu.., en Re'Jiistll EIJ)alfola de .A.mboa Mundos. Madrid, Estable·
cimiento tipogaifico de Mellado, 1853, t. l.
Púz, 1086 Antonio, Autobriogra{ía. Medellfn, Editorial Bedont, S.A., 1973.
2 vols. (Reprocluccíbn fascimiJar de la ed.ici6n ori¡inal, de 1867).
.
·~·: .
r.·
------------------TIERRAFIRME/189
Petuo, NicoUs, La Jn.migtylción en Venezuela 183(J..J900., CaraCIII, Edicio--
nes del Con,reso de la Rep6blica, 1982. 2 vols.
República de Venezuela, Con¡reso Nacional, Ac/41 del Congreso Comlitu·
yente de 1830. CaraCIII, Ediciones del Congreso de la Repfablica,
1979-1980. 2 vols.
Direcci6n Genord .de Estadistica, Memoria del Presidente de lo1
Etttzdot Unidot de Venezuela en 1873, o/d. .
Reven¡a, José Rafael, Ltl htlcienda pública de Venezuela en 1828-1830. (Mi-
sión de José Rafael Reven¡a como MiniStro de Hacienda). CaraCIII,
Banco Central de Venezuela, 1953 (Estudio introductorio po.r Augu&-
to Mijares).
Roctrt:guez Campos, Manuel, Venezuela 1902. La crilis Fucal y el bloqueo.
Caracas, Universidad Central de Venezuela, Ediciones de la Facultad
de Humanidades y Educación, 1977. ·
Salcedo Bastardo, José L., Hutoria fundamental de Venezuela. Caracas, Uni-
versidad Central de Venezuela, Or¡anízaci6n de Bienestar Estudian-
til (OBE), 1970.
Universidad Central de Venezuela, Instituto de Antropología e Historia,
Anuario 1961·68-69. (Materia,k& pam el estudio de la ideología
realutll en Venezuela}. Caracas, lmprenta Universitaria, 1971. Tomos
IV, V y VI.
Universidad Central de Venezuela, Consejo de Desarrollo Científico y Huma·
nfstico, Materiales para el ettudio de la cuestión agraria en Venezuela.
Caracas, Imprenta Universitaria, 1963-1979. 4 vols.
Vallenilla Lanz, Laureano. Celtlrismo Democrático. Caracas, Tipografía Ga-
rrido, 1961 (cuarta edici6n).
Puentes Hemerográficas.
Gaceta de Venezuela. Trimestre 2o. Valencia (Venezuela), 1831.
Periódico El Agricultor. Caracas. 1845.
Periódico El Concuo. Caracas, Imprenta de Valentin Espinal, 1832·1838.
Peribdico El Liberal. Caracas, 1841
Revista El Liceo Venezolano. Caracas, 1842.
Periódico El Venezolano. Caracas, 1840-1844. ·
190nnERRA~-------------------------------------

Tendertci&s'recientes
en la izquierda venezolana
a través dé cinco referencias(*)

.Steve Elner

Blanco Muñoz, Agustín (entrmstador) La


lucha armada: lulbkzn 5 je{e1. · Cara-
cas; Facultad de Ciencias Econbmicas
y Sociales, Universidad Central de
Venezuela. 1980.
Larradbal, Radam~s. E1trtztegia de Poder.
Caracas; Editorial Ateneo de Caracas,
1979.
Proceso Polftico. CAP: 5 año1:· Un juicio
Critico. Caracu; Editorial Ateneo
de Caracas, 1978.
Rangel, José Vicente. Seguridild, de{eltlll
y democracia: Un tema para civile&
y militare1. Caracas; EdiciorteS Cen·
tauro Ao. 1980.
Silva Michelena. José A. y H. R. Sonnta¡. ·
El proceso electoral de 1978: 111
per.pectiva hútórietl e1truc tural. Ca·
racas; Editorial Ateneo de Caracaa,
1979.

Diversas cor.rientes teóricas han transformado a fondo el marxis-


mo abrazado por la izquierda venezolana durante la época de la
guerrilla en los anos 60. Aunque.los dirigentes izquierdistas general-
mente niegan que sus partidos son réplicas de modelos extranjeros,
el. movimjento eurocomunista y en particular las obras del comunis-
ta italiano, Antonio Grarnsci, han dejado una marca indeleble (Cor-
tés, 1979: 88-89). Los izquierdistas venezolanos han sido también
receptivos a los planteamientos de los economistas "dependentis-

(•) Este ensayo se basa en un artfculo _q ue fue publicado en Jour M I of In te,..


amt:rican Studies and Jtlorld Af{ain, Vol. 23, No. 4, Noviembre de 1981,
pp. 483-4.93•

... .J '
,.

'
------------------TIERRAFIRME/191

tas" en cuanto a nuevas fonnas de integración en el sistema capita-


lista mundial. Por cierto, la productividad iiltelectual de la izquier-
da es impresionante en relación a la mQdesta respue~ta electoral,
.reflejada por el ocho por ciento de los votos recibidos en las eleccio-'
nes presidenciales de 1978 (*). Parte de la explicación de este resul-
tado está en que cada uno de los cuatro partidos principales -el
PCV (Partido Comunista de Venezuela), el MAS (Movimiento al
Socialismo), el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria),
y el MEP (Movimiento Electoral del Pueblo~ lanzaron su propio
candidato. En contraste, el social demócrata AD (Acción Demo-
crática) y el social cristiano Copei, que sacaron juntos 90 por cien·
to de los votos, no han igualado los esfuerzos de la izquierda en el
frente ideológico, a pesar de que hay elementos en ambos parti-
dos que han levantado la bandera de la "renovación.,.
José Agustín Silva Michelena, quien pertenece al MAS, y el
no afialiado Heinz Rudolf Sonntag aceptan el planteamiento de
Gramsci referido al hecho de que en ciertas democracias bien esta-
blecidas, la legitimidad y no la fuerza constituye el apuntalamiento
;más importante del Estado. Ambos autores sostienen que, por un
lado, en las sociedades desarrolladas la viabilidad del sistema eco-
nómico y la influencia poderosa de ciertos símbolos culturales
desempeftan un papel crítkn en la justificación del derecho a
existir por parte del Estado. En las naciones democráticas en de-
sarrollo, por otro lado, la legitimidad se deriva más que todo del sis-
tema· electoral. Esta observación es quizás más aplicable en Vene·
zuela donde las campañas presidenciales alcanzan niveles altos de
participación (Baloyra y Martz, 1979: 218-219) y absorben mu-
cha atención nacional sobre un período extendido (Salinger, 1978:
97-98). Como bien apuntan Silva Michelena y Sonntag, los parti-
dos políticos venezolanos, por poseer una orientación esencialmente
electoral, han impedido otras formas de articulación de intereses.
Estos autores consideran que ·aunque las elecciones fortalecen el
· sistema, ellas también sirven como un mecanismo· para desahogar
las frustaciones sociales, y en esta fomia proveen a los miembros
de la clase dominante de un área aceptable para pelear entte sí
sobre $US diferencias internas. Sin embargo, tan pronto las eleccio-
. nes terminan, ·se logra un nuevo ·acomodo, como ·es manifiesta
en el consenso entre AD y COPEI sobre cuestiones de importan-
cia primaria. Estos partidos, conscientes de la fragilidad del siste-
ma político, han acordado tácitamente suavizar las denuncias de

_(•) Ese porcentaje casi no varió en las elecciones que se efectuaron en Diciem-
bre del pasado año.
100/~RRA~RME·--------------------------------------

corrupción administrativa en un esfuerzo de evitar la · erosión


de la confianza pública en el sistema democrático.
Silva y Sonntag dedican un capítulo al Consejo Supremo Elec-
toral (CSE) para demostrar como el sistema garantiza la impar-
cialidad electoral sin lo cual las elecciones no podrían d~sempenar
su función legitimadora. Este punto es válido en cuanto al conteo
de votos, pero ellos exageran, quizás para pennitirse demostrar la
validez de otra proposición aparentemente gr~sciniana : la auto--
nomía relativa de las instituciones estatales en su relación con la
élite dominante ( 1). El CSE, controlado por los dos partidos
principales, es difícilmente irnpenneable a la influencia partidis-
ta. Su falla más evidente es su inhabilidad ·o falta de voluntad
para hacer cumplir el límite de la campafta de 8 meses, como tam-
bién regular los gastos de los candidatos (Wells, 1980: 45).
Ambos autores intentan usar su explicación funcional de la
política electoral para referirse a varias cuestiones teóricas impor-
tantes y ayudar a delinear un rumbo para la izquierda venezolana.
Critican a los cuatro partidos principales de la izquierd~ por aceptar
reglas que están disefladas para fortalecer el sistema existente.
Según ellos, esos partidos no han atacado la corrupción del gobter-
no a fondo porque aceptan implícitamente la necesid.ad de pre-
servar la legitimidad del sistema democrático. Además, ellos siguen
el estilo establecido por AD, Copei y sus respectivos consultores ·
norteamericanos en la campana de 1978, en la cual las cuestiones
concretas . fueron eludidas. Esta observación se hace eco de una
crítica más profunda apuntada por la ultra-izquierda en contra de
la izquierda establecida, por subordinar las luchas cotidianas a la
tarea de ganar elecciones, tanto a nivel nacional como institucional
(Bravo, 1978: 120-121 y Rodríguez, 1979: 208-21 0).
Silva y Sonntag también se refieren a la perpleja situación de
dos par(idos con orientaciones programáticas e ideológicas similares
enfrentados en una rivalidad aguda y amarga. Algunos indepen-
dientes políticos han sUgerido que este combate entre AD y Copei
ha alcanzado recientemente limites no controlables y que, en
contra de las metas dé los dirigentes de esos partidos, amenaza
la estabilidad del sistema democrático. Por ·otro lado algunos iz·
quierdistas ven la discordia como un espejismo diseftado para
crear la apariencia de competencia sana entre los dos partidos.
(1) Carl BoJP (1980: 22) dice que el concepto de la "autonomfa relativa"
de las instituciones de las instituciones del estado se basa en una mala
interpretacibn de Gram.sci, y que el planteamiento es de verdad atribui-
ble al sucesor de Gramsci, Pabniro' To¡liatti. ·Para una discúsi6n ¡eneral
de eata teorfa, ver: Holloway y Picdotto (1978: 5-8).
------------------TIERRAFIIGIE/198

Los autores de El proceso electoral. .. rechazan ambos puntos


de vista. Niegan que la rivalidad entre AD y Copei esté programada
ya que se deriva de los mecanismos establecidos para expresar ten-
siones ínter e intra-clasistas. Al mismo tiempo el conflicto entre
AD y Copei, lejos de ir más allá de los límites tolerables, ayuda a
fortalecer el sistema ya que distrae la atención de los partidos
más pequeños, u~icados a su izquierda, algo. que según los auto-
res se logró conscientemente en las elecciones de 1978.
La mayoría de los izquierdistas venezolanos van a la burgue-
sía dividida entre un sector tradicional y uno emergente. Este
último grupo fue alentado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez,
que canalizaba ·el recientemente . aumentado ingreso petrolero a
las empresas estatales y privadas y nacionalizaba las principales
industrias extractivas. Un escritor izquierdista independiente
(Duno: 1975) ha popularizado el término "los doce apóstoles.,
para hacer referencia a los representantes más prominentes de
la burguesía emergente, . incluyendo varios miembros· de la. admi-
nistración de Pérez acusados de corruptos (2). El libro de Silva
y Soniltag, el de Proceso Político (fue el nombre de una naciente
organización política) y el del dirigente del. PCV, Radamés La-
rrazábal, reflejan el pensamiento general de la izquierda referente
a los intrincados vínculos entre todos los sectores de la burguesía
venezolana y el capital extranjero. Esta casi unanimidad en la
izquierda fue lograda a fines de los anos 60 cuando el PCV elimi-
nó la frase "burguesía nacional anti-imperialista" de su vocabula-
rio, en parte como respuesta al .papel negligente desempeftado
por la burguesía en la revolución cubana. ·
A pesar de este acuerdo básico, los tres libros previamente
mencionados exhiben diferencias en cuanto al papel de la bur-
guesía emergente y el lugar de Venezuela dentro de la configu~
ración mundial del capitalismo dependiente. Proceso Político
ve a ese sector de la clase dominante como ..el enemigo princi-
pal" (Proceso Político, 1978: 88) en Venezuela. De acuerdo
con sus autores, la burguesía emergente se distingue por su apoyo
a medidas autoritarias dentro del país y a una política externa
agresiva. Por ejemplo el Plan Tinoco, trazado por uno de los "12
apóstoles" en 1975, iba a entregar el manejo del sector estatal.
de }a economía a empresarios con experiencia, bajo el pretexto
(2) Entre los "12 apóstoles" que tenfan cargos importantes en el gobierno
no están Pedro Tinoco (Ministro de Hacienda bajo Caldera), Gumersindo
Rodríguez (Ministro de Cordiplan, bajo Carlos Andrés Pérez.), Diego
Arria (Ministro de Información y de la Secretaria de la Presidencia, bajo
el gobierno de Carlos Andm Pérez).
194/TIERRAFIIDIE_ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

de que el recién aumentado ingreso petrolero era de tales pro-


porciones que no podía ser confiado a burocrátas gubemamen·
tales ineficientes (3 ). La tecnocracia propuesta·, retirada de la
presión pública, hubiera nutrido más la . élite emergente. Ad~
más;. la · política externa nacionalista de Carlos Andrés Pérez ex-
presó las ambiciones de ese sector de la burguesía en cuanto pre-
tendió convertir las naciones del Pacto Andino y las del Caribe en
una esfera .de influencia para Venezuela (Lanza, 1980: 100-166).
Tanto ·Silva y Sonntag, por una parte, como R. Larrazábal, por
la otra, presentan un análisis distinto de las políticas perseguidas
por Pérez: A diferencia de Proceso Político., estos escritores iz-
quierdistas vieron la posición tercermundista de t Carlos Andrés
Pérez como un desafío a los intereses políticos y económicos de
los EE. UU. Aunque la izquierda venezolana en su conjunto cri-
ticó duramente la nacionalización del hierro y el petróleo bajo
Pérez sobre la base· de que no logró romper los vínculos con las
compaí'iías multinacionales, Larraz.ábal admite que representó "un
primer paso en una lucha más larga hacia la conquista de· los r~
cursos naturales'' (Larrazábal, 1979: 94). El PCV razonó que las
nacionalizaciones harían más .fácil la tarea que pudiera llevar a
cabo un futuro gobierno popular para romper de una vez la depen-
dencia (Carrera, 1979: 51). Para fortalecer el sector estatal,
Larrazábal advierte en contra de conflictos laborales excesivos
en industrias gub~rnamentalcs que pudi~ran debilitar a dicho sec·
tor, una política reminiscente de la política anti-huelguista. del
Partido Comunista ·durante la Segunda Guerra Mundial.
Estas opiniones diferent~ referentes a la burguesía emergente
y las políticas iniciadas por Pérez tienen implicaciones importantes
para Ja estrategia izquierdista. En teoría, todos los partidos de la
Izquierda condenan tanto a AD como a Copci por ser representan-
tes fieles de la clase dominante. Sin embargo, varios de ellos -tal
como, _por ejemplo, la Vanguardia Comunista- indirectamente
apoyaron al candidato presidencial de Copei en las elecciones de
1978 (García Ponce, 1977: 222-232) y subsiguicntemcntc habla-
ron en .favor de compromder los votos críticos de la izquierda
en el Congreso al programa copeyano; Larrazábal atribuye esta
estrategia a la falsa noción de que la izquiera puede eliminar la
polarización en trc Copci y AD si forma fila con el primero para

(3) La propuesta de Pedro Tinaco para una organización tecnocr,ática del


gobierno' fue formu)ado originalmente en los años 60 y duramente en-
frentada por una fracción de AD, que en 1967 se fue del partido para
formar el MEP (BJank, 1971: 92).
-------------------------------------~~ffi/1~
golpear el segundo que es supuestamente el más reaccionario de
los dos. A pesar de su llamado para dar un trato igual a los dos
adversarios, el PCV fue a la defensa del ex~Presidente Pérez cuando
las acusaciones de corrupción en su contra amenazaban con tener
las proporciones del Watergate. La actitud del PCV estaba admi-
tidamente influenciada por el apoyo de Pérez a los Sandinistas
y el elogio que de él hizo Fidel Castro.
La rcevaluación por parte de José Vicente Rangel del papel
de las Fuerzas Annadas en la vida de la nación se basa en argu-
mentos no ortodoxos para un izquierdista. La posición tradicional
marxista, avanzada por el PCV en los aftos 69, vió a las FF. AA.
como · "subordinados a la política de los imperialistas norteame-
ricanos, de los grandes latifundistas ... ~· (Plaza, 1978: 171 ),.aun·
que en la· práctica la izquierda venezolana no siguió este dogma
tan rígido. Rangel alaba al personal militar· por sus habilidades
té.cnicas y administrativas, que han sido sub-utjlizadas por la nación,
y por su disposición de tomar medidas apropiadas ·en casos de co--
rrupción. El llama a la participación de las FF.. AA. en el debate.
nacional, y su incorporación en el proceso de la toma de decisiones.
Este punto de vista positivo. de las FF. AA.; como el análisis de
Silva Michelena-Sonntag del CSE, refleja una posición más general
abrazada por el MAS, que .postuló a Rangel dos veces como su can-
didato presidencial. De acuerdo con el MAS; la madurez del siste-
ma político y la excepción de las rnstituciones estatales del control
directo de las clases dominantes ubican la democracia venezolana
en una categoría afín con las naciones avanzadas europeas, que
sirvieron como base del análisis de Gramsci (Petkoff. 1976: 93-, 94
121. 127)..
Uno de los aspectos más controvertidos de la ·tesis de Rangel
sopre la renovación de las FF. AA es la propuesta de extender el
dercd1o de votar al personal militar. AD y Copei· se hán opuesto
tirmcmc:nte a la idea porque viola el concepto de la institución
castn.·nse ..apolítica" como está estipulado en la Constitución Na-
cional ( Pei'ia. 1980: 31). Rangcl, en el pasaje final de1libro,. denigra
del "anacrónico apolítidsmo de las FF. AA y de una aséptica ins-
titucionalid4ld que no sirve sino a los fines turbios de grupos podé-
rosos" (pp. 133-134); El papel de las FF. AA. es un tema par-
ticulanncntc delicado, y aquellos que participan en· el debate in-
dudablemente (.kjan mucho sin decir. Los dirigentes políticos de
todas las tendencias confit'sun en privado su desconfianza hacia
las FF. AA. -actitud que no debe ser sorprendente dado la'llistoria
del país- pero esta aprl'hcnsión no sale a la supetficie en.el debate
público. Adt!más, todos los políticos hablan publicamente de la
196/TIEIUt\Fllt:\IE_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

necesidad .de nombrar personal militar calificado a puestos en la


administración estatal, sin mencionar la incompatibilidad entre la
formación autoritaria de los oficiales y el papel de las institucio-
nes democráticas como conciliadoras . de los intereses de distintos
grupos. Finalmente, Jos motivos de Rangel (y de otros dirigentes
izquierdistas) no están enteramente claros. Dada la cvidtmte politi-
zacióit-de ~as FF. AA., ¿está tratando la izquierda de crear su pro-
pia esfera de'· influencia entre los oficiales de menor rango, quknes
son más receptivos a las posiciones asumidas por Rangd? ¿Está
la estrategia de la izquierda diseñada para ganar a los militares
al socialismo, o -como Allende pretendió hacer- neutralizar la
· institución mediante el apoyo a una fracción "legalista" que podría
ser confiable para defender un gobierno socialista elegido en el
futuro? (4).
Algunos comentarios de Rangel son asombrosamente similares
a las posiciones asumidas por aquellos que están del otro lado dd
espectro político. Por cierto, poco después de la publicación dl'
Seguridad, Defensa y Democracia, Rangcl hizo causa común con un
heterogéneo frente que se opuso a la entrega de una parte del dis-
putado Golfo de Venezuela a Colombia. En este trabajo, Rangel
critica duramente al gobierno por no implementar una política
fronteriza efectiva para frenar la migración fuera de las regiones
estratégicas. El apunta a la vulnerabilidad de la Faja Petrolífera
del Orinoco a causa de la carencia de una infraestructura .de .trans-
porte. Brasil, por otro lado, ha promovido el desarrollo y la po-
blación de su territorio limítrofe del Amazonas. La seguridad
venezolana,· según Rangel, está amenazada también por la creciente
influencia militar en Colombia y poi- la aceptación general en esa
nación de la emigración masiva como una aceptable válvula de
escape para las tensiones sociales ascendentes. Aunque estos co-
mentarios son muy heterodoxos para un izquierdista, Rangd se
autocalifica como tal a cada momento a objeto de evitar confu-

(4) Un estudioso de las FF. AA. en América Latina, Manfred Kossok, ha


mantenido que el esfuerzo para promover un movimiento socialista dentro
de las FF. AA. ofrece pocas posibilidades de éxito: .. La necesidad de
tomar la ofensiva en instancias aisladas (las sublevaciones .en Carúpano
y Puerto Cabello en Venezuela en .1962) o buscar vínculos con el movi-
miento guerrillero (Guatemala) subraya la imposibilidad objetiva de ·re·
volucionar las partes importantes de las FF. AA. desde adentro .. . Por
eso el campo de acción para la actividad progresista en las.FF. AA. , como
una fuerza potencial para cambio socio-polltico en América Latina está
restringido bisicamente a tendencias reformistas nacionales" (Kosso k,
1972: 392).
r.
' _ _ __ _ _ _ _...,......._....._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ TIEIUU l~m.'IE/197

·sión en cuanto a su verdadera identidad política. Es por ello que


él advierte en contra de la asunción de una actitud anti-colombiana.
Por otra parte, él ve en un gobierno fuerte , capaz de garantizar
la seguridad nacional, la única alternativa viable a la ineficacia del
presente, pero añade que tal fuerza no implica necesariamente
la ausencia de libertades democráticas. También afirma una posi-
ción izquierdista al mantener que Venezuela tiene que for:talecer
sus defensas para proteger sus reservas petroleras de tina jnterven-
ción norteamericana. ·
En la misma · manera en que la discu·sión referente al papel de
las FF. AA. ha sido prácticamente tabú, previa a la publicación del
libro de Rangel, la izquierda hasta hace pocos anos evitó la men-
ción del fiasco de la guerrilla de los anos 60. La lucha armad4:
hablan 5 jefes, conjuntamente con otros libros (Pena, 1978 a,
1978 ), se apartan de esta tradición. Las cinco entrevistas con
dirigentes pecevistas de los ai'ios 60 demuestran que el surgimie~
to del MAS y Vanguardia Comunista en 197 1 y 1974 provino en
parte de percepciones diferentes de esa experiencia traumática.
Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, presidente y secretario
general del MAS, setlalan que la )Jamada de su partido en favor
de "la vía venezolana al socialismo" era una reacción a la tenden-
cia en la .izquierda de aceptar sin criticas las t¡orfas importadas.
En 1962 y 1963, por ejemplo, el PCV siguió la política "incohe-
rente" (Blanco, 1980: 133) de promover el terrorismo urbano, la
guerrilla rural, los golpes militares y la actividad parlamentaria en
un esfuerzo de llevar a cabo el famoso principio de Lenin sobre
la necesidad de compbinar diferentes formas de lucha. Al ano
siguiente, un partido comunista muy golpeado abrazó la estrate-
gia de Mao de la "guerra prolongada" que empieza en las regiones
rurales, sin tomar en consideración el pequeflo número de cam-
pesinos en Venezuela y sus simpatías pro-adecas. · Petkoff y Már-
qucz estaban particularmente amargados por la denuncia pública
de Fidel Castro en contra del PCV en Marzo de 1967 por su aban-
dono de la lucha armada. Poco después, la Unión SOviética, que
previa y calladamente había desprobado la estrategia guerrillera ·
del PCV, alentó a los dirigentes del partido a tomar medidas en
contra de Petkoff por sus críticas. abiertas de la invasión .soviética
de Checoeslovaquia (Petkoff, 1969).
Las diferencias dentro del PCV acerca de la fo.rma más acertada
de retirarse de la lucha armada y los problemas relacionados con
normas democráticas internas, constituyen factores que también
presagiaron la división del PCV en 1971. De acuerdo con Petkoff
y Márquez, los "burócratas" del PCV que incluían a Gustavo
1~/TffiRRA~ffi--------------~-------------------­

Machado y García Ponce (Blanco, 1980 : 242) publicaron un sim-


ple comunicado ordenando a los miembros del partido a terminar
la actividad guerrillera. Los dos entrevistados rechazaban esto
por ser demasiado mecánico ya que no permitió debate alguno
dentro del partido. La llamada de Márquez y Petkoff en favor de
un ... retiro .ordenado" {Blanco, 1980: 222) y más prolongado
fue. vista por algunos como una cubierta para sus intenciones ver-
daderas·de reasumir la lucha armada en· una futura fecha. Petkoff
nota que la decisión de los altos dirigentes del PCV de tomar san-
ciones contra él sin tomar en cuenta las opiniones en la base del
partido es lo que convenció a los dirigentes veteranos como Már-
quez de irse del partido (Petkoff y otros miembros más jóvenes,
por otro lado, habían decidido en una fecha mucho más temprana
dividir el partido, que consideraban imposible de renovar). El
MAS ha intentado evitar este tipo de rigidez en la toma de deci-
siones. El compromiso del MAS de garantizar el debate abierto
está marcado por su aceptación de la existencia de tendencias
intemas,-una política que el más disciplinado PCV desdcfta (Myers,
1980: 17).
La entrevista con Guillermo García Ponce clarifica los oríge-
nes de la Vanguardia Com\Jnista., el partido que él mismo dirigió
El relato de García Ponce acerca de su papel como "jefe militar''
del PCV es instructivo por lo que dice acerca de Jas conexiones
entre la estrategia militar y los objetivos políticos. En aquel en-
tonces él favoreció el trabajo dentro de las FF. AA. y la conccn·
tración de esfuerzos en las áreas urbanas para crear un clima per-
turbador, conducente a un golpe militar. Esta "tendencia putchis-
ta"· vió el reemplazo del gobierno de AD como la tarea primordial
del momento y no los objetivos más " extremistas" de liberación
nacionaJ (Blanco, 1980: 333 ). García Pon ce mantiene retros-
pectivamente que si Ja izquierda se hubiera adherido a la consigna
de "Nuevo Gobierno Ya" en vez de promover un programa de re-
fonnas socio-económicas profundas hubiera podido derribar el
gobierno de AD. Vanguardia Comunista heredó esta actitud anti-
adeca y no descartó Ja posibilidad de apoyar un "candidato nacio-
nal" (Blanco, 1980: 391) copeyano en 1978 para <Jar un golpe
abrumador a Acción Democrática.
El PCV, el MAS y Vanguardia Comunista (5), representados
en esta selección de entrevistas, están actualmente dedicados a la
política electoral y el MAS, en particular, ha sido muy cuidadoso

(5) Después de la primera redacción de este ensayo, Vanguardia Comunista se


ha disuelto y sus miembros han ayudado a formar la Nueva Alternativa.
- - - - - - - - - -- --------TIERRAFIRME/199

en · afmnar su orientación democrática (Ellner, 1980: 70). Sin


embargo, ninguno de los cinco entrevistados criticaron la decisión
de la izquierda de lanzarse a una lucha de guerrilla que tenia como
objetivo el derrocamiento de un gobierno dernocraticamente ele~
gido. Por cierto que existe un consenso en relación a que después
de la ·caída de la dictadura de Pérez Jiménez en ·-1958, el PCV fue
demasiado impulsivo en promover la consigna ·~elereiones ya!"
(Núi'iez, 1979: 77-78). En vez de eso la izquierda debió haber
insistido en su representación en la Junta Militar dirigida por
Wolfang L~rrazábal en reconocimiento de su papel clave en la lucha
clandestina contra Pérez Jiménez ; De no haber ocurrido las eleccio-
nes de manercr· tan apresurada, Larrazábal .hubiera podido implo-
mentar reformas más radicales y en esta forma aumentar sus posi-
bilidades (y las del PCV ·que lo apoyó) en las elecciones. Incluso
Pedro Ortega Díaz, el único lider nacional del PCV que abierta-
mente se opuso a la lucha de guerrilla, admite su apoyo a una
conspiración involucrando al hermano de Larrazábal, Carlos,
basándose en que solamente este complot ofrecía una:posibilidad
mediana de éxito. Esos comentarios parecen estar en contrádicción
con . el compromi90 democráti<:o de esas figuras políticas en el
transcurso de la última década.
El golpe· de la derrota guerrillera condujo a un proceso de re-
flexión en el cual las diferencias previamente vagas en la izquierda
se definieron claramente. . La dinámica de la competencia entre
los partidos de la izquierda en los años 70 influyó en este proceso
de clarificación de posiciones. El aspecto negativo de la rivalidad
ha sido la falta de unidad que ha resultado como institucional.
Como se ha querido mostrar en este ensayo, la distancia que separa
las tendencias de la izquierda venezolana en lo atinente a la formu-
lación estratégico-ideológicas es sustancial (a diferencia .de las dí•
vergencias existentes entre AD y Copei). Puede decirse, por tanto,
que su falta de unidad es, en buena medida, el producto de una
acción de deslinde entre las distintas posiciones, aunque frecuen-
temente se la atribuya tan sólo a la mezquindad y al egoísmo de
los dirigentes. Dada esa situación, no parece probable que las ·dife-
rencias se superen a mediano plazo,· pero. si se invoca un espíritu
de tolerancia en la izquierda, éstas pueden ser ubicadas en su justo
lugar, dando paso a la unidad que es tan ansiada por casi todos
los que se identifican con ella.
~~~~m------~---------------------------
Referencias
Baloyra. E. A. and J. D. Martz (1979) Political Attitudes in Venezuela: Socie-
tal Cleavages and Political Opinion. Austín: Univ. of Texas Presa.
Blamk, D. E. ( 1971) "Political conflict and industrial planning in Venezuela",
pp. 84-106 in Phillip B. Taylor (ed.) Venezuela: 1969. Analysis of Pro-
gresa. Washington, DC: School of Advanced Intemational Studies,
Johns Hopkins University.
Bogs, C. (1980) ••Gramsci and eurocommunism". Radical América (May-
June): 7-23.
Bravo, A. (1978) Crisis, elecciones y violencia. Caracas: Editorial Ruptura.
Carrera, J. (1979) "Una nacionalización que no ha resuelto los problemas
claves", pp. 43-57 in Jesús Faria and Carrera (eds.) Venezuela en el mun-
do de hoy. Pragua: Editorial Intemacional"Paz y Socialismo...
Cortes, R. J. (1979) El MAS: Desbandada hacia la derecha. Caracas: Edi·
ciones Centauro (1979).
Dwto, P. (1975) Los doce Apóstoles: Proceso a la degradación polftica.
Valéncia: Vadell Hermanos.
Ellner, S. (1980) "Venezucommunism: Learning the lesson of Chile? Co-
mmonwral (February 15): 69-70.
García Ponce, G. (1977) El País, la izquierda y las elecciones de 1978. Cara-
cas: Miguel Angel García e Hijo.
Hemández, R. (Entrevistador) (1981) ..Eduardo Gallegos Mancera en los
50 años del' PCV: la revolución venezolana no será obra de un solo parti-
do". El Nacional, Mano 8: C-1.
Holloway, J. and C. Pícciotto (1978) "Jntroduction" in Holloway and Pi-
cciotto (eds.) State and Capital: A Marxist Debate. Austín: Uoiv. of
Texas Press.
Kossok, M. (1972) "The armed forces in Latín America: potential for changes
in political and social functions". Joumal of lnteramerican Studies and
World Affairs (Nov. ): 375-398.
Lanza, E. (1980) El son-imperialismo venezolano. Caracas: Editorial ..Carlos
Aponte".
Myers, D. J. (1980) ••venezuela's MAs•:. Problems of Communism (Sept.-
Oct.): 16-27.
Núilez Tenorio, J. 'R. (1979) La izquierda y la lucha por el poder en Vene-
zuela. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas.
Peña, A. (Entrevistador) (1980) Corrupción y golpe de estado. Caracas:
Editorial Ateneo de Caracas.
(Entrevistador) (1978a) Conversaciones con Américo Martfn. Cara-
cas: Editorial Ateneo de Caracas.
(Entrevistador) (1978b) Conversaciones con Douglas Bravo. Cara-
cas: Editorial Ateneo de Caracas.
Petkoff, T. (1 976) Proceso a la izquierda. Barcelona, España: Editorial
Planeta.
(1969): Checoeslovaquia: El socialismo como problema. Caracas:
Editorial Fuentes.
Plaza, H. (1978) El 23 de Enero de 1958 y el proceso de consolidación de la
democracia representativa en Venezuela. Caracas: G & T Editores.
Rodríguez, J. (1979) El pensamiento de Jorge Rodríguez. Caracas: Edito-
rial Ateneo de Caracas.
. .. TIERRAFI~ffi/201
r Salinaer, P. (1978) CUadernos V;nezolanoa: V~,a y ooqvenaciones con
Carlos And~a P6rez. Barcelona: Editorial Scix Barra!.
' · Well, H. (1980) "The conduct of Venezuelan electiona: rules and practique,"
pp . 30.55 in Howard R. Pennimam (ed.) Venezuela at the Polll: The
National Electiona of 1978. Washington, DC: American Enterprise m.
titlol-te for Public Policy R~arch.


~/TIERRAR~ffi------------~----------------------

Aproxiriláeiones a un modelo
curricular de interdisciplinariedad
en las Ciencias· Sociales
Maruja Taborda de Cedeño
Beatriz Ceballo de Roa
RamónTovar
Federico Vill~lba
Manuel Bravo

l.-Introducción.
Las líneas relativas a la interdisciplinariedad en las Ciencias
Sociales que aquí ofrecemos, son el producto final de un Taller
realizado en el Instituto Universitario Pedagógico de Caracas,: por
la Unidad de Servicio de Currículo durante los-meses de Junio-Julio
y Octubre-Diciembre 1982.
Recoge ideas fonnuladas en el seno de un grupo de trabajo
que constituimos en el Departamento de Geografía e Historia,
atendiendo a las directrices señaladas por aquella unidad y su
asesor. .
El propósito fue· atender exigencias del nuevo diseno curricular
de ta institución que incluye un área interdisciplinaria a nivel de las
especialidades para fonnar un docente integrador a tono con ·las
tendencias actuales que rigen en el campo científico y pedagógico.
El trabajo se cumplió en dos etapas. La primera cubrió lo refe-
rente al diseno del área: presentación de alternativas de integración
de conocimientos; proposición y justificación de un modelo; iden-
tificación y validación de tópicos interdisciplinarios; secuencia y
alcance de los n1lcleos integradores y proposición de bancos de te-
mas para cursos interdisciplinarios.
Dar respuesta a cada una de estas cuestiones obligó, en primer
lugar, a puntualizar los fundamentos teóricos propios de las Ciencias
Sociale~, para buscar con su apoyo la coherencia indispensable que
debía garantizamos la fonnulación de diseños integradores cónso-
nos con una concepción global de la realidad social.
Consecuentes con la trayectoria cumplida por nuestro Departa-
mento en 46 años de vida institucional y conscientes de que toda
integración debe fundamentarse en una especialización; estudiamos
las posibilidades que en este sentido ofrecen la historia y la geogra-
-------------------TII!Itl~\l:tR.\IE/2«~

fía en su unidad, concretada en la dimensióo, temp9r0<espacial que


. es específica a la realidad social.
El m1cleo c:Je nuestro proyecto lo confonna la Ge<rhistoria c<r
mo interciencia. El hilo conductor de orden metodológico lo cons-
tituye la relación Espací<rSociedad. Estos penniten establecer los
nexos con las disciplinas que se ocupan de profundizar en las dife-
rentes esferas de Je realidad, garantizando el enfoque global y la in-
tegración del conocimiento social. -
En un segundo momento la operatividad del.área ocupó nues-
tro interés. Se seleccionaron tópicos desde los cuales es posible
· aprehender la problemática actual como globalidad y Se les sometió
a validación a través de un~ encuesta que enfatizó en eJ sefialamien-
to del grado de coherencia, correspondencia con la especialidad,
actualización y fertilidad que de ellos se infieren. De la encuesta
derivan tos núcleos integradores de tres cursos que cubren exigen-
cias de intensidad creciente confonne a un ordenamiento que con-
duce de lo metodológico a lo axiológico.
En la segunda etapa del Taller, la atención nuestra se centró en
el discfto de Jos cursos. Significó entrar en el nivel de lo metod<r
lógico, cuidando mantener vigentes las exigencias del modelo pr<r
puesto y responder a lo perentotio de la Ley de Educación. Confor-
me al plan se alcanzó lo referente a: descripción del área, exposi-
ción de motivos, formulación de objetivos generales y terminales;
listado de contenido por cursos y proposición de estrategias met<r
dológicas y de evaluación ajustados a los objetivos.
El propósito que nos animó fue el de responder, con tres prin-
cipios -coherencia, flexibilidad y funcionalidad- a las expectativas
planteadas.

11.· Modelo de Integración

Fundamentos ·Economta
Jurídicos

Fundamentos Sociología
Antropológicos
20l/TIEim.\FIJ{~IE. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

DI.- Justificacién del Modelo Pl'Qptiesto

1.- La Geo-historia ofrece la dimensión temporo-espacial de


los fenómenos sociales.
2.- La Geo-historia, como INTERCIENCIA, proporciona la
dimensión real de la problemática social, es decir, la ofrece
en sus múltiples relaciones con un enfoque de síntesis.
3.- La visión global que deriva de la interciencia es, a su vez,
punto de partida para proponer el- análisis de lo social en el
campo de disciplinas o sectores-específicos deJ conoci-
miento.
4.- Desde la interciencia (Gco-historia), la relación fundamental
Espacio-Sociedad funciona como hilo conductor del análisis
y mantiene la coherencia indispensable a la comprensión de
la realidad social como un todo dinámicamente organizado.
5.- La ffeo-historia da lugar al manejo de estructuras conceptua-
les propias de disciplinas sociales y a la organización de sec-
tores del conocimiento dirigidos al análisis y explicación de
la problemática social.

IV.- Estructuración de Relaciones lntenlisciplinarias dentro del


Area.

La GEOHISTORIA, tiene como objeto el estudio de los fen~


m~nos sociales en su dimensión temporo-espacial, implica una doble
perspectiva: la sincrónica y la diacrónica.
Lo temporal y lo ~spacial se apoyan en la categoría del proceso.
Lo geográfico, identificado con lo espacial como producto social,
está en íntima conexión con lo histórico en tanto que producto de
las necesidades de los hombres organizados en sociedad.
En consideración a la proposición de esta interciencia, como
núcleo seleccionamos cuatro disciplinas o sectores del conocimiento
en el campo de lo social que interactúan: la Economía, bajo una
perspectiva sociopolítica; la sociología, fundamentos antropológi-
cos y fundamcn tos jurídicos.

V.- Procedimientos para establecer los núcleos__ integradores


Para identificar los núcleos integradores -tópicos, problemas,
temas amplios y comprensivos- que exigen el concurso de varias
disciplinas para su cabal tratamiento y explicación, proponemos
una lista, a fin de discutir su grado de coherencia intcrdisciplinaria,
f ~------------------TIEltR\I~I()lE/tcJñ

de integración de experiencias, de actualizac~.ti, 'de. ·fertilidad, de


correspondencia con la especialidad que ellos ofrecen. Los tópicos
fueron: · Integración Latinoamericana. Dinámica Espacial de las
Fronteras Venezolana, La Crisis Petrolera y la O. P. E. P., Las
Empresas Multinacionales en el Espacio Venezolano, El Caos
Urbanístico en los Países no industrializados; El Respeto a los
Derechos Humanos en América Latina: Vigencia y Evaluación de
la Calidad de la Vida en Venezuela y La Solidaridad e Interdepen-
dencia Mcsoamcrícana. Los resultados de las encuestas penniten
asegurar que todos los tópicos propuestos son significativos y en
consecuencia pueden ser objeto de un tratamiento interdiscipJina-
rio. En efecto, al scnalar para cada uno de ellos el descriptor y eJ
integrador. se pudit:ron derivar tres núcleos integradores: el geo-
histórico, el geopolítico y el gcosocial. ·

Sociedad

Axiología

Metodología

La naturaleza d~o· los núcleos intl•gradon:s pl.'rmitc la fijación de


alcances. en una Sl·cm•ncia tJUl' vu llc un énfasis en la Jlll'todología a
un ént':Jsis en lo axí.olúgico. Sc-cul.'ncias y alcancl'S reposan l'R la r~o·­
lación ge-neral o fundaml·ntal tJlK' ddine lo social: Espacio/So-
ciedad. todo Jo cual se pl·rdbc en d siguknll' diagrJma:
Secuencia y Alcance de los Cursos

Banco de Cursos

Urbanismo
Problemática
Calidad de del DesarroJio
Vida

Petróleo Las Estrategias


Geopolíticas del
GEOPOLITICA Empresas mundo . .
multinacionales contemporánt•o

Fronteras
Las estructuras
Venezolanas
GEOHISTORIA espaciales
Estructura y
de Venczuela
dinámica espacial
r· -------------------11ERRAFil~ME1207
r VI.~ Descripción del Area

El Area Interdisciplinaria de Ciencias Sociales se ha diseñado


para proponer un enfoque global en el tratamiento metodológico
de lo social, a tono con la complejidad estructural de la realidad
social objetiva y como una manera de superar planteamientos secto-
riales, que solo han conducido a una visión unilateral de los probl~
mas, dificultando la posibilidad de comprenderlos en toda su signi-
ficación. Es una forma de acoger en el disei'io cunricular tenden-
cias universales que conciben la Educadón como una ciencia com-
prometida en la tarea de contribuir a la .transformación de la reali-
dad presente,,sobre la base d~ un humanismo capaz de modificar
las relaciones entre los individuos y entre los pueblos.
Conforme al propósito, el Area Interdisciplinaria,de ·Ciencias
Sociales se ha diseñado articulada en una interciencia: la Geohisto-
ria, proponiendo desde sus particularidades metodológicas la defi-
nición del hecho social en su rlimensión ternporo-espa('.ial. Desde la
doble perspectiva que esta interciencia impone, •la diacrónica y la
sincrónica, lo geográfico y lo histórico se ofrece como una unidad
para analizar mediante conexiones con distiplinas o sectores delco-
noCimiento social, tópicos circunscritos a aspectos particulares de
la problemática social definida desde la interciencia.
Esta organización interdisciplinaria de las Ciencias Sociales,
de~arrollada según el modelo propuesto, se justifica en razón de las
exigencias p~anteadas desde la Educación Básica, cuyo diseño·
curricular está concebido en áreas conformadas por elementos glo-
balizadores de conocimientos afines, factibles de enfoques y orien-
taciones que se complementan entre sí. Se pretende con este nuevo
diseño <;tar cabida a una ensei'ianza funcional, capaz de aprehender
la creciente complejidad de los problemas propios del momento,
que responde a la formación integral del individuo de hoy, el cual
debe afrontar las exigencias del desarrollo, entendido éste en su
aceptación más amplia,
Estas exigencias, al. ajustarlas a una nueva concepción de la
Educación han actuado como factor.de ÍJllportancia en el rediseño
curricular de los institutos universitarios pedagógicos del. país.
Están emplazados por la nueva 'Ley de Educación a fonnar docen· .
tes para todos los niveles del Sistema Educativo definidos por ella.
Estos deberán recibir una fonnación interdiscipiinaria ·que los haw
bilite en una metodología integradora de conocimientos en las di-
ferentes áreas del saber.
Ante las necesidades sentidas, el área interdisciplinaria de
Ciencias Sociales pretende generar respuestas apropiadas; en tomo
208/TlEI~Ulmm ,

a tópicos específicos extraídos de la problemática actual se inte· l


gran experiencias y se establecen nexos entre aspectos de distinto
ordend~n _el campo social. ~l Ealn~oque de Síntesis implfcíto en estos . .
proce tmJentos, se operac1on lZa con apoyo en 1as estructuras

.1
¡
conceptuales de las disciplinas seleccionadas para el análisis de 1
los tópicos. ·
La importancia de estas estructuras conceptuales estriba en que
en su significación recogen fundamentos teóricos propios de las
Ciencias Sociales, entre otros:
- No hay sociedad sin espacio.
- Entre estas dos variables se establecen relaciones dialécticas
comprensibles en el marco de condiciones históricas dadas.
En la medida en que una sociedad construye su espacio se ¡
construye a sí misma. 1

VII.- Objetivos Generales


1
.l
.1
1.- Promover el desarrollo de una metodología con fmes docen-
tes y de investigación que permita habilitar al iridividuo en
el proceso de integración del conocimiento social desde la
perspectiva o enfoque geohistórico.
2.- Valorar la importancia del estudio de las ciencias sociales
desde las exigencias de una época que en la cultura occiden-
tal se caracteriza por la sustitución de lo individual por lo
colectivo, sin detrimento de la <;ategoría hombre.
3.- Analizar los problemas sociales actuales apoyados en una
concepción global de las ciencias sociales y desde una pers-
pectiva geohistórica.
4.- Valorar la significación del análisis de los fenómenos sociales
desde la ·categorfa proceso que se apoya en la doble perSpec-
tiva metodológica diacróniéa-sincrónica.
5.- Analizar los problemas sociales aplicando la noción espacío
como producto social a diferentes escalas temporo-es-
pacia1es.
6.- Analizar los problemas sociales actuales a partir de la proble-
mática inherente al equílibrio del sistema Sociedad-Natura-
leza.

Vlll.- Objetivos tenninales

Al finalizar los cursos los alumnos serán capaces de:


1.- Valorar la importancia de los fundamentos teóricos de la
Geohistoria en la formulación de .Jos supuestos metodo-
,.--
..
-------------------------------------~~ffi/~
lógicos que apoyan el trabajo con las estructuras espaciales.
2.- Seleccionar las estructuras conceptuales apropiadas para la
explicación del proceso de organización del espacio venezo-
lano entendido como producto social.
3.- Reconocer el valor de la relación espacio-sociedad en el
análisis, explicación y comprensión del proceso de forma-
ción de la territorialidad venezolana.
4.- Evaluar, desde lo geográfico y lo histórico, la utilización de
una periodización para diferenciar las estructuras espaciales
dominantes. 1,

5.- Manejar los criterios de selección que orienten la \discrimina-


ción y evaluación de las fuentes de información y los instru-
mentos requeridos en el análisis de la realidad social.
6.- Valorar el mapa como instrumento metodológico que per-
mite proponer y convalidar las hipótesis de producción del
espacio.
7.- Interpretar la estructura espacial del mundo actual como
producto de relaciones asimétricas propias de una época
caracterizada por una acerltuada interdependencia.
8.- Proponer una concepción del desarrollo desde la contra-
dicción tecnología-recursos laboral.
9.- Producir un proyecto de investigación donde se demuestre
la utilización o el manejo de los instrumentos conceptuales
hacia la integración del conocimiento en el área de Ciencias
Sociales.

IX.- Aproximación de la lista de contenidos por cursos

A.- Primer Curso: Las Estrucwras Espaciales en Venezuela


1.- Las estructuras espaciales dominantes como producto social.
?,.- El proceso de formación del espacio nacional.
3.- Significación geohistórica de las estructuras espaciales do-
minantes de Venezuela a escala nacional y a escala mundial.
B.· Segundo Curso: Las Estructuras Geopolíticas contemporáneas
1.- Impacto espacial de la segunda revolución industrial: Me-
galopolis y Aglomeraciones. Centro y Periferia.
2.- El espacio geoeconómico mundial y las empresas multina-
cionales.
3.- Comercio internacional y deterioro de los valores de inter-
cambio. ·
4.-, La integración latinoame.r icana como ·respuesta dialética
en el marco de la dependencia.
210/TIERRAFIRME _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

C.- Tercer Curso: Problemática del Desarrollo


l.- Las concepciones de la noción de desarrollo: Tecnología-
Recurso laboral. ,
2.- El modelo urbano industrial. Implicaciones geoeconómicas
y socioeconómicas.
3.- El urbanismo y la calidad de vida.

X.- Estrategias metodológicas generales


A.- Primer Curso:
1.- Cursos monográficos (Conferenci~Trabajo final por parte
de los alumnos).
B.- Seg1,1ndo CUrso:
1.- Seminario -Trabajo Independiente.
C.- Tercer Curso:
1.~ Trabajo Independiente Confrontación Teóric<rPráctica.

XI.- Sugerencias para el disefto de las estrategias metodológicas

1.- El diseno de las estrategias metodológicas por curso debe


responder a un modelo que expresa las relaciones básicas
.para el logro de la integración en el área de las ciencias
sociales. El equipo propone el que se anexa a continua-
ción.
2.- Rn el cuadro de estrategias generales se senal~ aquellas
sugerencias para cada uno de los tres cursos especificando
los criterios didácticos que los apoyan. Estas estrategias y
otras que se creen convenientes; deberán disenarse en d
marco' del "modelo de las relaciones básicas.. para lograr
la integración en el área de las' ciencias sociales: atendiendo
a las condiciones concretas del grupo.
-----------------TIERI~\Fi mffit211

MODELO DE RELACIONES BASICAS PARA


EL DISERO DE LAS ESTRATEGIAS

GEO-HISTORIA

ESTRATEGIAS GENERALES

#'~ ESTRATEGIAS CRITERIOS


& METODOLOGICAS DIDACI'ICOS

1 CONFERENCIAS
ESTUDIO DIRIGIDO
TRABAJO DE CAMPO
-y~~
1;~
11 CONFERENC IAS <) <¿
SEMINARIO ~ ~
INVESTIGACION DE GRUPO ~e¿ o
~o
111 SEMINARIO
F ORO •
SUGERENCIAS PARA LAS ESTRATEGIAS GENERALES DE EVALUACION
CURSOS NOCIONES Y CONCEPTOS CRITERIOS PROCEDIMIENTOS
1 Espacio Organizar e interpretar la in- Trab!ijos escritos
Estructura Espacial formación bibliográfica, carto- cortos
Dinámica Espacial gráfica, estadísticas, de campo
.Proceso y de prensa referida a la pro-
Tiempo Histórico blemática del curso aplicando
Periodización los principios metodológicos
propios de las ciencias sociales.

11 Desarrollo Aplicar algunas formas de inte- Ensayos de investí-


Interdependencia gración de las ciencias a secto- gación cortos
Integración res del conocimiento del área
Civilización de Ciencias Sociales en una di-
sertación o estudio de fenóme-
nos sociales a escala nacional ..
y mundial. '
III Urbanismo Aplicar diferentes estruc.turas Proyecto de investi-
Calidad de vida conceptuales de.l área de las gación ·
Cultura Ciencias Sociales a· través de·
un anteproyecto de · investí-
gación.
Explicar los alcances del mo- ·
.delo de integración propuesto.
- - - - - - - -- ----------TIERRAFIIUffi/213

La ciencia política
entre teoría e historia

Antonio Scocozza

Introducción

Si se preguntara a un investigador de .Ciencias Políticas, de cual-


quier tendencia, acerca de las diferencias y las afinidades entre las
distintas disciplinas políticas o politológicas, no creo que podríamos
obtener una respuesta que permitiera entender ·las motivaéiones
que, por ejemplo, nos han inducido a seguir investigaciones de Cjen-
cia Política y no de Filosofía de la política o de Historia de las ins-
tituciones políticas. Y no creemos que esto sea· una cuestión O<:i~
sa, porque el investigador que esc!)ge un área de Ciencias Políticas
siente la urgencia de resolver los problemas y las dudas que lo aco-
san, y también porque fatalmente, el investigador se acomod• en
la tranquila escogencia hecha por casualidad o, en el mejor de los
casos, por una instintiva o superficial simpatía por la filosofía, o
por la ciencia, o por la Historia', segÚn el caso. ·
No es casual que en los últimos aftos, se haya abierto el debate
sobre las relaciones entre ciencia política, filpsofía política e histo-
ria del pensamientq.,y de las instituciones polfticas.
Una primera solución fácil que diera inmediatamente una con-
notación de falso problema a nuestra preg~nta, podría ser aquella
que sugiere como obvia la diferencia entre la política como cien-
cia, política como filosofema o ideología política como historia de
las ideas, que indirecta o directamente han incidido en el desarro-
llo político de las sociedades o de las comunidades, y en fm, polí-
tica como historia de los hechos y de las instituciones que concre-
tamente se han ido realizando a través del marco de todo el acon-
tecer histórico.
214/TIERRAFIRME------------------

Pero este primer niveJ de "certidumbre" no logra todavía satis-


facer a aquellos que no quieren conformarse con una solución sim-
plista, que además deja sin resolver los problemas con relación a las
motivaciones que han inducido· a Jos redactores de los estatutos
de las facultades de Ciencias Políticas (y también de otras faculta-
des humanísticas), a legitimar las disciplinas deJas que nos estamos
interesando en este momento. ·
. Todo esto no quiere decir que nuestra intención sea la de
lanzarnos en una querella sobre Jos máximos problemas que impli·
quert también la problemática de las relaciones entre ciencia-filo-
sofía-historia; aufl cuando está aquí justamente, según nuestra
opinón la raíz de Jl}Uchas de nuestras interrogantes. Por eí mo-
mento nos limitamos a preguntamos algo que posiblemente apare-
cerá como descontado, pero que, en cambio, constituye un claro
y firme punto de partida para quienes desean entender la naturale-
za de la política en su hacerse ciencia, ideología o historia.. ·
En 1970 fue publicado el XXVII volumen de la Enciclope-
dia Feltrinelli-Fischer dedicado a las ciencias políticas (a cargo de
Antonio Negri), volumen primero (Estado y Política). Bien, si se
pasan las páginas introductorias del encargado y los motivos ex-
puestos para justificar la división metodológica de la materia, es
posible entender la ratio que sostiene una posible configuración
de los temas y de los problemas, de los sectores y de los ámbitos
de investigación específica y propia de la política. Podemos definir
como primer ,sector el de la ciencia polltica (El encargado de la
Enciclopedia advierte significativamente que dicho sector podría
definirse también. como "reflexión teórica sobre la política,),
donde además de encontrar su legitimo puesto la ciencia política
verdadera como estudio de las ..categorías fundamentales.. y de los
''métodos" de la ciencia política, se colocan temas y materias
que en nuestros estatutos universitarios encuentran un autónomo
nivel de explicación: pensemos en la Sociologla, en la Doctrina
del Estado, en la Filoso{fa del Derecho (especialmente cuando
éste deviene análisis de las formas jurídicas de organización de la
sociedad: poder, democracia, legitimidad, soberanía, representa-
ción, dictadura, cte. · Un segundo sector puede ser definido como
historia de la ideología que se concreta en un análisjs más vasto
de historia de las ideas: liberalismo, socialismo, anarquismo, fascis-
mo, etc. Otro sector puede ser seguramente constituido por el
estudio de las instituciones políticas y estatales, esto es, por el
estudio de las formas a través de las cuales se han desarrollado los
sistemas políticos (monarqu fa, república, ciudad-estado, fcudalis-
-------------------------------------~flRMEI215

mo, absolutismo, federalismo, constitucionalismo, parlamentaris-


mo, imperialismo, estado corporativo, democracia popular, etc.).
Al lado de estos .sectores, se ponen con la misma legitimidad
el análisis de todas las formas y las estructuras que, -aun no siendo
directamente calificables como jurídico-estatales, sin embargo in-
tervienen decisivamente en el proceso de fonnación de la voluntad
política (partidos, sindicatos, asociaciones, grupos de- presión)
o formas históricas de dirección social y cultural de la sociedad
ligadas a la evolución de las relaciones de producción o a las trans-
formaciones económicas estructurales o ideológicas super estructu-
rales (aristocracia, burguesía, moviniiento obrero, clase media,
btirocracia, tecnocracia, e'tc.) o más aun, instrurnthttos que podría-
mos defmir como auxiliares (prensa, medios de comunicación,
opinión pública, etc.).· Por último, un nivel de análisis puede 'ser
distinguido en los ámbitos de la vida social organizada donde la
política se aplica concretamente en todos sus aspectos (relaciones
internacionales, planificación, sectores productivos, finanzas, cd- ·
mercio, cultura, investigación científica, economía, etc.). Como
se ve, el cuadro no es fácil por su complejidad y por su entrelazar-
ce e ínter· influirse de los diferentes niveles; pero ya, sin embargo,
es posible tener un primer prospecto orientativo de Jos campos de
análisis, aplicación e intervención de las ciencias blstóriccrpolítico
sociales.

Política como Ciencia, Política como Ideología, Política como His-


toria de las Ideas, Política. como Historia de la$ Insütucione5~ .
Un ulterior paso hacia el esclarecimiento de los temas que. ven
estas observaciones introductivas es el rápido análisis .del concep·
to de polftica.
Bajo el concepto de política han sido asumidos -siempre según
las diferentes latitudes históricas, temporales, sociales y culturales-
diferentes y múltiples conteftidos. Sabemos, por ejemplo; que uno
de los debates y de las reflexiones que mayormente han caracteri-
zado la definición téorica del Estado y de la política moderna ha
sido justamente aquel de las distancias que separan las forma.s y
los contenidos políticos de la ·antigüedad con respecto , a los mo-
dernos. Además es justamente aquf donde se establece una de las
características esenciales de la política moderna como ciencia,
como algo que ya no es, (como en Aristóteles) ··doctrina de la
moral", búsqueda de lo que debe ser el bien supremo. Entonces,
si la tradición aristoté~ica quedó por mucho tiempo para contra-
marcar una definición de la polftica como definición de lo justo,
,
..
1

116/TIERRAF'IRME-------------------

también debemos seftalar que en el mismo Aristóteles se puede cap-


tar la otra concepción fundamental de la política -ligada también
a una necesaria configuración moral de la actitud humana- esto
es, ·aquello de la "ciencia a la 'que le corresponde buscar la mejor
constitución". En esta segunda defmición ya se pueden entrever
las vertientes hacia las cuales estará dirigida por muchos siglos la
reflexión téorica sobre la política: por una parte la búsqueda de
la forma ideal de Estado (dando vida a la tradición "utopística"
como descripción de la forma perfecta de la constitución) y, por
otra parte la del "mejor Estado posible" esto es, como dice Aris-
tóteles (Política, IV, l. 1.288 b 21) "ya que es casi imposible que
muchos puedan· lograr la mejor forma de gobierno, el buen legis-
lador y el buen hombre político,·deben saber cuál es la mejor for-
ma de gobierno en sentido absoluto y cuál es la mejor forma de
gobierno en sentido absoluto y cuál es la mejor forma de gobierno
dentro de ciertas condiciones dadas". Conjuntamente a estas de-
finiciones, Aristóteles ofrecía una tercera -que era la anunciada por
Platón en El PoUtico- la política como arte de gobernar, esto es
como análisis de los modos a través del cual surge un gobierno y
a través del cual puede ser mantenido. De este último modo de
considerar la política derivan en buena parte, las motivaciones
que han sostenido el debate, a ¡partir de Maquiavelo, de las rela-
ciones entre moral y política.
Nuestra problemática, dirigida hacía ·la definición de las rela-
ciones entre ciencia política, filosofía política e historia del pensa-
miento político, puede por ende. tomar vida justamente de aQuella
que generalmente denominamos ciencia polftica en su caracteri·
zación moderna, a partir de El Prfncipe de Maquiavelo. Ciertamen·
te no decimos nada nuevo, cuando identificarnos el carácter que
funda la ciencia política en tanto que disciplina autónoma, desli-
. gada de todo vínculo con la moral y la filosofía, en su reconocer
como suyos objetos de búsqueda e intervención, ámbitos estos
igualmente autónomos y específícos. Desde este punto de vista
se hace claro el motivo por el que, de una tal concepción política,
puedan ser excluidos aquellos desarrollos de la política que como
hemos visto, tienden a relacionar y dirigir la política hacia refe-
rentes que la trascienden, ya se8J1l estos la moral, la reJigión o la
ídosofía.

Ciencia de la Política, Filosofía Política, Historia del Pensamiento


Político.
Se ha observado apropiadamente (Cerroni, 1ntroduzione a 11
Pensiero político delle orlgini ai nostri gtami. pp. X y sgts.) que '1~
.·. . TIERKAFII~\~/21;
r
1
grandes conceptos que dirigen las obras políticas de la antigüedad
o, mejor dicho, las obras pre-maquiavélicas, están tan lejos de los
\ conceptos modernos que, a veces, se hace indispensable y casi pre-
~- .. liminar el análisis filológico de los mismos términos. El ejemplo
recordado por Cerroni es el más acertado: Aristóteles en La Po-
lítica, considera necesaria la afrrmación preliminar de la justifica-
ción de la esclavitud ; Locke en el Primer Tratado, por el contrario,
define a la esclavitud como algo inconciliable con la naturaleza
humana. ¿Cómo se puede entonces conciliar la justificación aris-
totélica de la esclavitud ·con la teorización de la polít~ca como de·
sarrollo .de la virtud y de la justicia? Toda la serie de problemas
que tal diferenciación radical entre pensamiento político antiguo
y pensamiento político moderno lleva consigo, encuentran niveles
de posible solución tan múltiples que ser!¡¡ imposible enumerarlos
aquí, a partir de la fonna querelle sobre la libertad de los anti-
guos y de los modernos. Lo que emerge parece ser, ante todo una
imposibilidad de llegar por una parte, a una definición de la cien-
cia política como pura y ventral metodología científica capaz
de dar vida a un conjunto de reglas empíricas científicamente nota-
bles y rigurosamente verificables, y por otra parte, a una conside-
ración abastractamente historicista del pensamiento político corno
evolución de historia de las ideas que se injertan (sin contradiccio-
nes lógicas) sobre la historia de los hech.os.. Uegamos así al nudo
de nuestro problema que por el momento nos limitamos a enunciar·
como la introducción del nexo entre ciencia política (como meto-
logia empírica), mosofía política (como historia abstracta de las
ideas y de su evolución lógica). e historia de las ideas políticas o del
pensamiento político en el nexo más vasto, per;p decisivo entre
ciencia-historia-sociedad o, mejor dicho entre teoría y praxis, entre
ideología y detenninación histórica real, en cuyo interior se coloca
también el momento de la elaboración metodológica-científica.
Antes de definir o tratar de defmir en fonna más concreta este ne-
xo, es necesario ver de cerca las justificaciones teóricas, y también
prácticas, que se encuentran como fundamento de la Ciencia
Política y de la filosofía política.
Como hemos dicho antes, la·ciencia política (en el sentido más
restringido de una orientación de estudios contemporáneos también
llamados politología) según la definición que ofrece Bobbio (Enci-
clop. Feltrinelli, Scienze Politiche p. 432).
"indica una dirección de estudios que se propone aplicar al análi-
sis del fenómeno político . . . lll metodolotía d~ llu clenciJls
empíriCtU • • • Mú brevemente "ciencia política.. en sentido
estñcto y técnico eau por "ciencia empírica de la poUtic:a".
216/TIERRAFlRME _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _- _ __

De esta defmición- emerge la primera defirenciación con respec-


to a la filosofía política, una diferenciación que nos lleva de nuevo
prácticamente a la que vimos anteriormente entre política como
defmición del estado ideal y política como arte de gobernar o análi-
sis del estado .efectivo. De esta forma, mientras que la política
como ciencia debería limitarse a la comprensión de lo que es real-
mente y a la definición científica de las fonnas, de los instrumentos,
de los contenidos, por su parte la política como filosofía se dirige
al tener que ser, esto es, a aquello que va más allá del dato em-
pírico. ·

La Ciencia Política como Metodología empírica. El ámbito de


investigación comportamentístico

Está claro que a partir de este criterio discriminatorio se hace •


extremadamente difícil la definición de las obras del pensamiento
político, como obras de filosofía política o de ciencia política,
tanto más que, según Bobbio, entran en la noción moderna de
"filosofía política", ya sean las construcciones racionales de la
óptima república que han dado vida a la serie de uutopías", como
las idealizaciones de un tipo de régimen posible o ya existente,·
características de las obras de los clásicos del pensamiento políti-
co moderno. Pero si quisiéramos precisamente fechar el nacimien-
to de la ciencia política, más allá de los elementos que de ella se
podrían encontrar en algunos clásicos políticos, deberíamos re-
gresar el proceso que ha visto ubicarse la ciencia política como un
ámbito de investigación autónomo, desligado -<:omo observa
Bobbio- de la Hmatriz tradicional del derecho".
Con Gu,mplowicz y Mosea, al final del siglo pasado, encon-
tramos a los dos. primeros autores que dan inicio a la ciencia polí-
tica moderna..
No debemos olvidar el hecho de que con el desarrollo de la so--
ciología y, en general, desde sus inicios, la ciencia política moderna
se ha ligado estrechamente y a veces confundido con Jos procesos
de adquisición de las ciencias de la sociedad.
El rasgo fundamental que ha caracterizado la evolución de la
ciencia política ha sido sin duda aquel que propone la observación
empírica dirigida al análisis del fenómeno político (approach }. Es-
pecialmente en los Estados Unidos, la ciencia política ha experi·
mentado el pas:ije. de un ámbito de investigación jurídico-institu-
cional a uno así llamado comportamcntístico "según el cual"
-escribe Bobbio- "el elemento simple que debe presidir todo esti-
dio de la política que pretenda hacer un legítimo y fecundo uso
r-------~-----------TIERR\FlR.\IE/219
de la metodología de las ciencias empíricas es el comportamiento
de los individuos o de grupos que operan políticamente, como
por ejemplo el voto, la participación en la vida de un partido ...,
la formación de un proceso de decisión en todos sus niveles".
Obviamente este pasaje está determinado por un uso diferente de
los instrumentos de investigación, donde de la utilización de la
investigación histórico-documental se pasa a la observación analí-
tica, al uso de las estadísticas y de las encuestas.
En este cuadro, con la intervención de métodos cuantitativos
y estadísticos, el análisis del fenómeno político en sus múltiples
variables se encuentra todavía en el nivel de reconstrucción riguro-
sa del dato, de explicación, y no aun en el nivel de la construcción
. del nuevo dato. Pero si se une la ciencia política a los métodos
empírico-experimentales, deviene casi una consecuencia el mo-
. mento del pasaje del proceso de explicación al de previsión cien-
tífica aun cuando, como observa Bobbio, la ciencia política toda-
vía está lejos de una válida posibilidad de construir previsiones
científicas. El análisis del fenómeno político y el del mismo siste-
ma político debe necesariamente correlacionarse y · entrelezarse
con el análisis del sistema social, en la medida en que el agente
político quede siempre como agente social, que devenga en agente
económico y que pueda devenir en agente cultural e ideológico.
Pero en el fondo de toda esta problemática · queda más allá
de Jos faltos intentos de cientificación del dato político, la carac-
terística de fond,o que es la de historicidad. El método experimen-
tal es hasta un cierto punto aplicable al objeto de la ciencia polí-
tica "no se puede reproducir -escribe Bobbio- una revuelta de
campesino en laboratorio. No viene al caso reproducir aquí la
disputa secular entre ciencia de la naturaleza y ciencia histórico-
social; pero es cierto que el objeto de la ciencia política identiil-
cable en la acción política del-hombre no puede prescindir de una
serie de comportamientos propios de la naturaleza humana y no
de la naturaleza física. Comportamientos psicológicos, simbólicos,
acción con finalidad, creación de valores y comportamiento ideo..
lógico.

Diferencia entre ciencia y filosofía en el interior de la diferencia


estruc.tural de los agregados humanos.

Una posición que se encuentra ampliamente relacionada con


las mayores teorizaciones de la ciencia política moderna es, sin
duda~ aquella dirigida hacia la separación de la "ciencia, de la
filosofía, corno también de la ideología. A1 lado de esta separa-
220/TJERRAFJ}Uffi,_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

ción se sitúa .; -como. afinna SartQri ( ..la Scoienza Política", en


Storia de/le idee politiche, economiche e Sociali, Torino, 1972,
p. 665)- "el grado de direncia estructural de los agregados hu-
manos". Esto es, la noción de política puede designar todo y
'lo contrario de todo, hasta que no se califiquen estructuras polí-
ticas diferentes desde estructuras calificables como económicas,
religiosas, sociales. Es obvio que por esta vía regresamos a nues- .
tro problema original o sea la imposibilidad de una diferencia
entre ciencia política, filosofía, política, historia de la polítiCa
si no se logra deshacer el nudo fundamental que queda, -el de
los nexos, si es que se puede hablar de nexos-- entre ciencia, ftlo-
sofía y sociedad.
Es obvio que en el momento en que se pone una hipótesis
de investigación, sobre la determinación de la política en el interior
de un nexo dialéctico ciencia -historia- .sociedad, no se pretende
poner de nuevo en plan de discusión una de las fundamentales
adquisiciones del concepto moderno de política: esto es, su au-
tonomía. Como ha sido bien esclarecido por Sartori (Op. Cit.,
pp. 670 y sgts.) la configuración de la autonomía de la política
se caracteriza primeramente como diversidad. El pensamiento,
por tanto, corre rápidamente hacia Maquiavelo y hacia la sepa-
ración que él establece entre política, moralidad y religión, y
hacia la determinación de las leyes específicas que son propias
de la política. Pero al lado de esta posible primera ·definición de
autonomía, se sitúa otra a la que a_certadamente Sartori da su ori-
gen en Hobbes: ..si el Príncipe de Maquiavelo gobernaba aceptan-
do la regla de la política, el Leviatán de Hobbes gobernaba creán-
dolas, estableciendo lo que es la política". Esta es quizá la teori-
zación más extrema de Ja política como causa primera, de la pan-
politización de 1a realidad que encuentra, de acuerdo con el ejemplo
de Hobbes, también un nivel de cientifización que derivada de los
progresos .contemporáneos del método experimental baconiano
y galeniniano. Pero este tipo de cientificidad todavía no está en ca-
pacidad de resolver el nexo ciencia-política, en la medida que el
modelo seguido por Hobbes es el lógico-matemático, esto es,
deductivo, un modelo. que se limitaba aplicar leyes geométricas
a una realidad ya existente.

Sistema político y subsistema (social, económico, etc..).

Para determinar mejor en algunos contextos teóricos de la' cien-


cia política contemporánea la relación entre política y ciencia,
debemos ir más allá de Maquiavelo y Hobbes a fin de encontrar
--------------------------------------~AR)ffi/~1

otra relación igualmente determinante para ·una· definición de la


política: aquella que hay entre Estado y Sociedad. También
aquí cuando precisamos los orígenes del concepto sociedad debe·
mos coner el riesgo de usar fórmulas del pensamiento político
antiguo. poco o nada adaptables a. la realidad moderna. Sin em-
bargo, una primera configuración del concepto de sociedad es
visible en las teorías contractuales, con la definición del PAC-
TUM SOCIETA TIS; pero, como una vez más observa Sartori,
todavía nos encontramos en el nivel de FICT/0 IUR/S, en la
medida en que la contractante sociedad es una figura derivada de
las ideas jusnaturalistas de paz y tolerancia, mientras que para
una efectiva separación de Estado y Sociedad es necesario otro
elemento distintivo,. aquel de la separación de lo wcial y lo polí-
tico y de la configuración de los nexos entre esfera estatal y esfe-
ra económica; y aqqí parece super:t)uo recordar a los padres de
la economía política clásica Smith y Ricardo, y sus demostra-
ciones de las leyes económicas que regulan la vida social y la pro-
pia justificación del Estado con re.specto a la sociedad regulada por
leyes que ya no .son leyes jurídicas sino leyes económicas de mer-
cado, de intercambio, de división del trabajo. No es casual, aunque
la relación no sea inmediatamente evidente, que la teoría del libe-
ralismo clásico genere la del liberalismo económico en la medida
en que la crítica del absolutismo y la delimitación de la esfera
estatal contribuyan a la ·configuración de una P:~fera autonóma
de la vida sociaL Ciertamente, Locke y Montesquieu están siempre
preocupados por dar dignidad jurídica a esta sociedad, problema
que no existía para los economistas. .
Rehacer de tal modo la historia de los orígenes y del desarrollo
de la idea de sociedad nos llevaría lejos de nuestro problema, por
lo tanto de momento nos limitarnos con llegar a las resultados más
significativos de la ciencia de la sociedad, esto es, a la sociología de
Comte y a la teorización de la inversión de las relaciones entre so-
ciedad y política: el pansociologismo. Pero a nosótros no nos inte-
resa determinar lo acertado o no de una tal concepción de la socie-
dad, sino la visible separación de la política no solamente de lamo-
ral, sino también del sistema social, del económico y finalmente del
jurídico. Esto, obviamente, siguiendo siempre una concepción de
la ciencia política cuyo cuadr~ nos hemos limitado a delinear has-
ta ahora. La separación de la política y la moral, de la sociología,
de la religión, del derecho, de la economía, no conlleva para los
teóricos de la ciencia política una teorización de abastractas casi-
llas· donde pueda ser individualizado el hombre político, el hombre
~ligoso, el hombre económico o social, etc.; el problema es el de
~/~AI~~------------------·-------------------
conducir estas .diferent-es actividades teóricas y prácticas del hombre
hacia comportamientos diferentes, esto es, políticos, económicos,
sociales. El criterio de comportamiento político es extremada-
mente difícil de establecer porque se muestra múltiple, variable y
poco uniforme. Para salir de la dificultad se tiende a definir el
comportamiento político en relación con el contexto en que se
desarrolla ; de esta forma el comportamiento potítico es aquel que
se presenta específicamente en las sedes políticas. El carácter de
tautología del · razonamiento es muy evidente: la variabilidad del
comportamiento no justifica una definición uniforme en cuanto
al momento político en abstracto, sino sólo en relación con pre-
cisos ·contextos políticos, esto es, en sedes propias que son autó-
nomas de todo · comportamiento predeterminado. El problema
es entonces, más que defmir comportamientos, definir la diferen-
cia entre estructura del sistema político y estructura del · sistema
económico o del sistema soeial. Pero no hay quien vea y el propio
Sartori lo nota, como una tal teórica bien podía valer mientras
se aplicaba, grossó modo, la noción del sistema político a fenó-
menos bien delimitados coino el Estado, el poder, la coacción,
etc.

De esta fonna, • el proceso político no logra identificar fácil-


mente su sede específica·al no poder seresta última sólo el Estado
o las sedes económicas de decisión poJítica. Por tal vía es fácil
constatar cómo el "sistema político" se descompone en una serie de
sub-sistemas (sindical-militar, etc.) de manera tal de hacer difícil
una exacta definición de sistema político o de alargar tanto Jos
límites hasta poner el sistema como dato totalizador del que es
imposible distinguir los elementos estructurales. A este· tipo de
objeciones :se responde con una última diferenciación que toca
la exacta determinación del poder. Quiere decir que una cosa .
son los mecanismos y los recursos de poder o las posibles influen- .
cias sobre el poder y otra cosa es el "tener poder"; de iguaJ forma
que una cosa es la fuente y el origen del poder, y otra es la sede
donde este poder se ejerce. En otras palabras, aunque es posible
que g~pos económicos, castas militares y sindicatos hayan influi-
do sobre el poder, no significa q~e éstos ejerzan el poder. De esta
forma, aun cuando las decisiones políticas chocan contr·a contex-
tos múltiples y diferentes (de la economía, de la cultura, de la orga-
nización social, del derecho, etc.), ella pueden mantener su espe-
cífica naturaleza política "por el hecho -observa Sartori (p. 680)-
de ser tomadas por un personal colocado en sedes políticas. Tarn-
bjen esta última tentativa arric~ga ser contradicha por la socializa-
--------------------------------------~fl~ffi/~
ción de la política, allá donde se asiste a una-progresiva democra-
tización.

Heteronomía, autonomía, despontenciamient~. extinción de la


política.
En fm de cuentas, al querer sintetizar. el debate de hoy sobre
la identidad o, como se ha dicho, sobre la ubicuidad de la política,
podríamos sef'lalar tres tesis posibles: la de ~a heteronomía de. la
política que la transforma en alguna otra . cosa ,(subordinada a los
sistemas económicos, sociales, etc.) o declara su fin; la de la auto-
nomía, opuesta a la primera y que define su absoluta superioridad,
y la del "desponteciamiento" y de su respectivo eclipse.
Si estas son las dificultades que conllevan.a una d.e.finición de
la ciencia política desde el propio concepto de política, también
emergen otras dificuitades del concepto de ciencia aplicado a la
política. Es común referir toda ciencia a un método científico,
aunque ya sabemos bitm que el campo de las ciencias naturales
no es .alcanzable por medio de una ie~ucción metodológica. Pero
queda el hecho de que una posible defmición de la ciencia polí-
tica debe distinguír el juicio historiográfico del juicio epistemoló-
gico. Esto quiere decir que e.s posible defmir a ~aquiavelo o a
Aristóteles como científicos de la política, no sobre la base de la
cientificidad de sus obras,sino sobre la basé historiográtlca ·Y restros-
pectiva que nos hace definir la obra de Maquiavelo ''redista" o la
de Aristóteles "sistemáticau. El terna sobre la introducción de la
epistemología en el ámbito de la política, y :sus relacioneS entre
método histórico y método científico, es muy· complejl;) y mere~
ser analizado con detenimiento. Por ahora, a propósito de la cien-
tificidad de la política, nos limitaremos a propor,ter d~ nuevo la
definición de la autonomí¡¡ del objeto de la investigación de la
política. Y esto porque no siempre en la historia de la potítica
eJ encuentro entre ciencia y política ha sido fecundo, así como no
siempre ha parecido fácil el acuerdo con cualquier metodología
científica en el campo de las así llamadas ciencias humanas. J~ta­
mente, por estas dificultades es oportuno detenemos un momento
más en el simple nivel de determinación. de la autonomía de la po-
lítica con respecto a otros campos, y primero entre todos, con
el de la filosofía.

El contenido específico de la r.tosofía política.


Es obvio que el nexo de diferenciación entre fdosofía de la
política y ciencia de la política entra en el más amplio y general
·~

2MITIE~\R~ffi-------------------------------------

problema de la delimitación de ciencia y filosofía. En tal sentido,


puede darse como punto de partida la determinación de la filos"
fía como·conten.ido específico del saber que también lleva consigo
una particular metodología dirigida hacia la adquisición de este
contenido. Ha habido quien, como Bobbio, ha tratado de indi-
vidualizar el contenido específico de la filosofía política aislando
algunos temas esenciales de la búsqueda de la filosofía política:
a) búsqueda de la mejor forma de gobierno y de la óptima repú-
blica;
b) búsqueda del fundamento del Estado y justificación de la obli-
gación política;
e) búsqueda de la naturaleza de la política, de la esencia de la
"pol!ticidad" ~
d) análisis del lenguaje político.
De esto podríamos establecer una clara diferenciación entre
ciencia y filosofía de la política, sobre la base de diferentes obje-
tivos de investigación y de diferentes métodos de indagación. La
filosofía política sostiene generalmente como su premisa un crite-
rio de verdad, que no ofrece obviamente un procedimiento empí-
rico, un criterio que al máximo, se pone como principio deductivo
al que debe uniformarse la propia investigación.
De aquí deriva un objetivo de lá investigación que se relaciona
más que con la explicación, con la identificación. Así que el méto-
do de la filosofía de la política puede definirse sintéticamcntl! por
una parte como nórmativo-prescriptivo y , por otra parte, como
axiológíco-valuativo con un proceso a contrario; de esta forma de- .
vienen inmediatamente constatables los objetivos y Jos métodos de
la investigación científica de la política: principio de verificación
empírica, explicación, evaluabilidad. Una primera reflexión crítica
sobre esta hipótesis de delimitación ha sido señalada anteriormente.
Se trata de la dificultad que se abre en el momento en que esta
hipótesis desciende en la concreta verificación historiográfica de
las expresiónes del pensamiento político (Maquiaveto, por ejemplo,
¿puede ser conducido a la filosofía política sobre la base de los te-
mas antes aislados por Bobbio?;¿y dónde pueden identificarse los lí-
mites, por ejemplo, en Hobbes, entre filosofía política y ciencia po-
lítica? Para esclarecer esto mejor, vale otra posible delimitación
fundada sobre el hecho de que, mientras que la filosofía parte de ·
la búsqueda de los principios, primeros y de una caracterización
general totalizante de su búsqueda; la ciencia política, en cambio,
encuentra su terreno .en el análisis de la particularidad prescin-
diendo de todo factor que necesite totalidad. Pero, siguiendo por
esta vía , podría haber múltiples diferenciaciones: análisis de la

J
,.
1 - - - - - - - - - - - - - - - - - - T I E R R A F I R M E /225

,·esencia contrapue ·ta a la búsqueda de la existencia; la no acumu-


lación de la experitmcia filosófica contrapuesta a la sí posible
acumulación y trasmisión de la experiencia científica; la no posi-
. ble aplicación de la filo-sof~a contrapuesta a la sí posible aplicación
operativa de la ciencia (Sartori, p. 687).
Tomada singularmente -escribe Sartori- ninguna de las demar-
caciones consideradas es satisfactoria. Pero Jas podemos englobar
en un síndrome. En tal caso bajo el ténnino fllosofía: 1) de-
ducción lógica, 2) justificación, 3) evaluación normativa, 4) uni-
versalidad y fundamentabilidad, S) metafísica de esencias, 6) ino-
perabilidad. Por lo contrario, bajo el ténnino de ciencias: 1) verifi-
cación empírica, 2) explicación descriptiva, 3) avaluabilidad,
4) particularidad y .acumulabilidad, S) recogimiento de existen-
cias, 6) operacionalidad y operatividad.
Pero todas las perplejidades y las dificultades ·surgidas hasta
aquí no son borradas aunque este elenco de significados diversos
puede contribuir para dar mayor claridad y delimitación de conte-
nidos y procedimientos metódicos. Basta con observar que Jo
dicho hasta .aquí se ha basado sobre dos conceptos esenciales:
ciencia y filosofía política: pero sabemos que todo el contexto
de la política se desenvuelve a tfavés de otros conceptos y tér-
minos igualmente esenciales: teoria política, ideologíaa políti-
ca, doctrina política, etc.

La Teoría Política entre Ciencia y Filosofía.

Sin duda alguna es verdad que en el uso común el término


teoría, ha adquirido. una validez de aplicabilidad general tanto a
la política como a la ciencia, tanto a la filosofía como a la-his-
toria pero también es verdad -como observa Sartori· que et tér-
mino teorta ha asumido significados aristocráticos que lo ponen
por encima de contenidos mentales que no han alcanzado digni-
dad teórica. · Todo esto presupone que también las mismas doc-
trinas políticas se coloquen a un nivel de minorfa intelectual-
teorética con respecto a las teor:ías políticas. Pero en éste paso
encontraremos, por· debajo de las teorías y de las doctrinas, a las
ideologías, y.. por debajo de las ideologías, las tendencias y los
. programas políticos. Pero detengámonos, por el momento, en el
término teoría y tratemos de ver, en su interior, como se estructura
la relación entre teoría filosófica y teoría·científica.
La hipótesis propuesta por Sartori es la que tiende a hacer de
la teoría política un. tertium genus. esto es, algo que se pone como
~nivel medio y preparatorio entre ftlosofía políticia y ciencia poli-
~· ' '
~/TIERRAARME-------------------------------------
tica. "De esta fonna podremos definir la teoría política en su itte-
ducibilidad, como el modo autónomo (ni filosófico, ni científico)
de ver la política en la propia autonomía" (pág. 690). Pero esta
consideración puede valer solo en vía retrospectiva, esto es, puede
aplicarse solo al pasado; en cambio en via de prospectiva, la teo-
ría política está destinada a ser reabsorbida en la medida en que
la ciencia política, consolidándose, expresa como toda ciencia,
una teoría que es fruto de la autoreflexión de la misma ciencia.
Como se puede ver en esta última posición se regresa a un ulterior
tentativo, más afortunado de los precedentes, de delimitación entre
ciencia política y filosofía política. Esto es, la progresiva desapa-
rición de las teorías políticas como algo diferente de la ciencia y
de la filosofía. Pero de esta fonna, lo que estamos tratando regre-
sa necesariamente a la problemática más general de la distinción
entre ciencia y filosofía. Si la ciencia se identifica, ante todo, por
su capacidad de incidencia transformadora de la realidad, a través
de la acción, entonces, por razonamiento inverso que por el mo-
mento aceptarnos sin crítica, la filosofía, no posee esta significa-
ción de aplicabilidad operativa. Sabemos, en efecto, que toda cien-
cia presupone una teoría específica, suya, y además de esto, tam-
bién un ámbito de investigación, un método específico de expe-
rimento, una manera peculiar de adquisición de datos. Desde este
punto de vista se podría afirmar fácilmente que este conjunto de
datos y estos modelos experimentales entran por una parte en la
teoría y se transfieren, por otro lado, de la teoría a la práctica
operativa.
Son dos los momentos que la ciencia, diferenciándose, agrega o
sustituye a la filosofía, 1) En la investigación como instrumento
de convalidación y fabricación de la teoría; 2) en la dimensión
operativa, esto es traducibilidad de la teoría en práctiCa (Sartori,
p. 691). De esta forma se perfila otro rasgo distintivo entre ciencia
y filosofía: la filosofía no tiene carácter de aplicabilidad en la me-
dida en que no es un pensar con miras a la traducibilidad de la idea
en el h.echo. Pero también aquí es fácil objetar que una tal defini-
ción de ineplicabilidad de la filosofía puede ser valedera para aqu~­
llas concepciones filosóficas metafísicas o racionalistas abstractas,
pero vale ciertamente menos para las filosofías -pensamos en el
marxismo como filosofía de la praxis o en las filosofías empíri-
cas o pragmáticas- que ponen el problema de la traducibilidad
de la teoría en la praxis o, inclusive, del volcamiento de la teoría
en la práctica. Estamos nuevamente en lo mismo. Así como es
extremadamente difícil definir la ciencia política por la multipli-
cidad y variedad· de las posibles definiciones, es igualmente difí·
------------------------------------~HRMEI~
cil para la filosofía poUtica, desde el momento que no logramos
encontrar un concepto unitario y estático del filosofar.

Los diferentes usos lingüísticos de la fdosofía y de la ciencia polí-


tica.

Al lado de todas las dificultades hasta aquí recordadas se agre-


ga también otra: la incomprensión lingüística que, cada vez más,
caracteriza las relaciones entre Jos filósofos y los científicos..
Sartori escribe que:
"<...'uando se ha dícho todo nos queda por decir que mosoffa
y ciencia son utilizaciones lingüísticas diferentes que se separan
en función de sus respectivas interrogaciones a fondo. La in·
terrogaci6n perenne de un filósofo se resume en un poTqué:
un porqué entendido como metafísico o como metafenom~ni­
co que alcanza la Ratio essendi por otra parte la interrogaciÓn
prioritaria de un cientifico se resume en un cómo" (p. 692).
Pero Sartori entiende que este tipo de delimitación ya ha sido
abundantemente superado por toda la temática de las ciencias socia-
les, por lo que advierte que no se trata de separar rigurosamente el
porqué del cómo, sino de captar el diferente grado en que las dos
exigencias se presentan en la ciencia y en la filosofía. Esto es, si en
la filosofía el cómo viene subordinado al porqué (la descripción a la
explicación), en la ciencia sucede exactamente lo contrario. De
esta forma al examinar el vocabulario del filósofo se verá una pre-
valencia del concepto con respecto al percibir, en cambio en el
campo de la verificación empírica de la ciencia tenemos un des-
plazamiento de los dos ténninos.
"Lo que hace de la f!losoffa y de la ciencía necesariamente
diferentes es, por ende, en último análisis, la diversidad del res-
pectivo instrumento ling1Hstico. Podrfamos tambi6n decir que
la fl.losofia es bl por que se funda sobre un uso meta~mpirico
del l~n¡uaje . . . Mientras que la ciencia desarrolla un va.sto va;.
cabulario denotativo, esto es, observativo-descriptivo, en el que
las palabras significan lo que representan" (p.693). ·
En conclusión sobre la base de estas premisas se ha dado por
descontado que la filosofía identifique un ámbito común de deter-
minación en la espera de un "lenguaje meta-observat~vo". dirigido
esencialmente a "explicar ideando" así que 11na diferenciación entre
saber filosófico y conciencia científica puede referirse a la diferente
"instrumentación lingüística" que en el caso de la fllosofía "no sa-
tisface el requisito operacional (la investigación) y mucho menos
las exigencias operativas. Por tanto la ciencia está caracterizada
por una aplicabilidad que la filosofía no tiene" (Sartori, p. 696).
~~~~ffi--------~---------------------------
Surge entonces que en este punto ya no nos podemos con-
formar con una definición de la ciencia política que subraye el es-
tudio y el análisis de la política como hecho autónomo sobre
todo de la filosofía. Pero de esta forma, como ha sido oportuna-
mente observado, la ciencia política se defme aún en sentido
nega~ivo, es decir, por lo que no es. Se trata entonces de tomar
los contenidos, los métodos y los objetivos de' la ciencia poJítica
como un dato que es recurrente, no solamente a nivel de ciencia
política, sino también a nivel de todo procedimiento científico
como 'es ·la elaboración del lenguaje. Toda ciencia tiende a cons-
truir antes que nada un lenguaje a su específica instrumentalidad,
un lenguaje crftico, correctivd con relación al lenguaje común y
por ende especialista-técnico que consienta la acumulabilidad y
la repetibilidad.

la articulación del procedimiento científico en el estudio de la


política.

A este nivel, según la reconstrucción de Sartori, se puede sin-


tetizar la articulación del procedimiento científico así: a) cons-
trucción de conceptos empíricos, b) construcción de clasificación,
e) formulaciones i:ie generalizaciones y de leyes de tendencia, d)
teoría entendida como conjunto de generalizaciones interconec-
tadas corno esquema conceptual ordenador y unificante. A todo
esto se agrega la peculiar posibílidad de algunas ciencias de elabo-
rar mecanismos de verificación y de control experimental. Obvia-
mente una forma de control y verificación no puede ser genera-
lizada por todas las ciencias; así, por ejemplo, la forma del experi-
mento no es ciertamente aplicable a nivel de ciencia del hombre,
mientras que el "control estadístico" es utilizado ampliamente en
el ámbito de la ciencia económica y también en el de sociología.
Esta última forma de control puede contribuir también al análisis
de la ciencia política pero no de manera determinan te y decisiva.
Por ende, las formas de control de la política de las cuales ma-
yormente se vate el científico son las del método comparativo
y las del ..control histórico".
Ahora regresemos a una primera posible identificación de una
precisa fecha de nacimiento de la ciencia política. Se ha dicho al
principio de este trabajo, que los ·orígenes de la ciencia política
. están estrechamente ligadas al desarrollo y a la consolidación del
"constructivismo". Una vez más Sartori observa que ello contri-
buye a transformar la ciencia política tradicional a través de los
siguientes aspectos: 1) búsqueda de regularidad y uniformidad;
-.
--------------------------------~--~~mt~
2) subordinaCión de toda la verificación empírica;. 3) adopción
de métodos y técnicas de investigación; 4) cuantificación.
D~ esta forma se ha ido afirmando la explfcita posibilidad
de la aplicación· del método científico al fenómeno político: Esto
no quiere decir que se pretenda o se pueda reducir la ciencia polí-
tica a ta cuantificación de los datos; la medición, la estadística,
la matematización de· los datos pueden ser instrumentos de mayor
precisión en la descripción y en el análisis, pero no por cierto los
únicos criterios relevantes, pues la investigación no es solamente
adquisición de los datos, ya sean cuantitativos o cualitativos, y
por ello adquisición de nuevas informaciones y de nuevos elemen-
tos de verificación. La investigación modifica-en primer lugar la
naturaleza de la información, qqe ya no es aportada por la expe-
riencia histórica sino por la observación directa, a partir de la inda-
gación sobre el campo. Además, la investigación termina por trans-
formar, ya sea inadvertidamente, el lenguaje, y por último la inveS.
tigación requiere que los conceptos sean conducidos a sus propie-
dades observables, y esto requiere definiciones operacionales.

Ciencia Política y evaluabilidad.

Nos queda por examinar, por último, otro fundamental rasgo


característic.o de la ciencia política: la evaluabilidad. La Wertfre
iheit ha tratado, grosso modo, de señalar el punto de diferencia-
ción (una vez más) entre ciencia y filosofía.
En efecto, la filosofía construirla y prescribiría valores, la
ciencia, por lo contrario, confirmaría los hechos. Es superfluo
hacer notar que la disputa sobre la evaluabilidad esté bien lejos
de ser resuelta, entre otras cosas porque las frecuentes polémicas
entre un tipo <1e evaluabilidad"cíentífica"y la evaluabilidad .. moso-
fica" o entre un tipo de evaluabiHdad que versa en la conservación
del dato existente y en la n~utralidad mistificada y una evaluabili-
dad que, por el contrario, salvaguardaría la incidencia del juicio po-
lítico y el empefio ideológico del investigador. Las dificultades,
las cuales no deben ser profundizadas .aquí y que comprenden
buena parte del debate sobre las ciencias sociales, son claramente
evidentes también con respecto a los tentativos expuestos por
Sartori para superar la vieja disputa entre filosofía (valores) y
ciencia (hechos), creyendo poder resolver el problema recurriendo
a la diferenciación entre uso meta-empíríco y uso empírico del
lenguaje.
Los valores y las connotaciones volitiVas -escribe Sartori-
son elementos constitutivos de un lenguaje dedicado a captar el
~~~~------------------------------------
sentido de la vida, la esencia de las cosas y la razón de ser (teleolo--
g(a, no causal) del mundo. esto es el lenguaje filosófico. Por lo con-
trario . . . el discurso valorativo no encuentra en el lenguaje cien-
tífico un vehículo apto. Pero no hay quien no vea, también en el
interior de una pretendida dimensión lingüística exclusiva, que el
problema Uega de esta fonna a una tradicional y superada división
entre ciencia y filosofía de genuino sabo'r neo--idealista y neo-
empirista.
En el interior de la ciencia política (y en la sociología) hay una
dialéctica entre la posición de quien, aún reconociendo el derecho
de existencia a los valores, requiere la neutralización (a través de
la defmición de los juicios de valor diferentes de los juicios de he-
chos, o a través de la declaración preliminar de los propios valores o,
de nuévo en la separación entre el momento de la descripción y
el momento de la evaluación) y la posición de quien, en cambio,
requiere, tout court, la anulación. A este nivel los valores no deben
intervenir en la investigación, no solo a nivel del investigador, sino
tampoco a nivel de los datos observados. Esto es, el valor debe de-
saparecer también como posible objeto de investigación. Pero es
fácil observar corno es casi imposible eliminar no tanto el valor del
observador sino aquél real y existente de los observados. Para que-
darnos por el momento en la específica posición de Sartori (y tam-
bién de Bobbio) la evaluabilidad se entiende en la primera forma,
corno un principio regulador, corno una especia de ética profesio--
nal de1 científico de la política y no, como sucedería en el segundo
caso, corno un principio constitutivo de la ciencia.
La evaluabilidad no aparece como el carácter dominante de la
constitución de un saber científico. Los fines de valor no han im-
pedido la adquisición de importantes resultados científicos. En
def'mitiva, la evaluabilidad puede proponerse corno posible princi-
pio regulador, pero difí~ilmente puede presentarse corno principio
constitutivo.
Pero a este punto pienso que se puede llegar a una conclusión
sobre el significado, sobre los Jírnites, sobr~ la importancia de la
ciencia política como disciplina con un estatuto epistemológico
suyo, operacional y metodológico autónomo. El primer dato que
emerge con claridad es la necesidad de distinguir, sin ulteriores
equivocaciones, por una parte, la ciencia política de la sociología
y, por la otra, la ciencia política de la filosofía. Admitiendo tam-
bién que las ciencias· que generalmente van bajo el nombre de
..ciencias del hombre" pueden referirse a una común metodolo-
gía, esto es, Ja capacidad de captar la estructura lógica " de un co--
nocimiento empírico provisto de validez científica" (Sartori.

r -------------------------------------rnrnRAfl~ffi/Wl

Antologfa di Scienza polltica, p. 12), y admitiendo que las cien-


cias del hombre puedan servirse de los mismos mecanismos de
control y de las mismas técnicas de investigación, lo cual no quita
que ellas sean distinguibles sobre la base de la diferente medida
en que se sirven de tales meca·nismos y técnicas.
Pero, no obstante esto, se hace necesaria una "división y espe-
cialización del trabajo cognoscitivo... En efecto, aún .cuando se
reconociera validez de discurso científico al ámbito de las ciencias
humanas, justamente por esto nos encontraríamos ante una infmi-
dad de variables psicológicos, antropológicos, sociológicos, econó-
micos, políticos. He aquí porque se siente más que nunca la exi-
gencia de una división del trabajo científico.

Qencia Política y Sociología Política.

A raíz de este motivo viene el rechazo, por parte de los politó-


logos, de cualquier integración de la ciencia política en el interior
de otras disciplinas y, sobretodo, el rechazo de integrar la ciencia
política en el interior de la ciencia social. De todas fonnas, ya se
han expuesto los motivos que hacen improbable una asimilación
de la ciencia política dentro de la sociología general; lo que ahora
importa ver es la diferencia que hay entre ciencia política y una
sección especializada de la sociología que también existe a nivel de
disciplina científica: la sociologfa política. Se podría pronto su-
perar el obstáculo, observando que las variables independientes
(causales y explicativas) a través de las cuales se construye el dis-
curso científico de la sociología, no pueden ser asimilables a las va~
riables independientes de la ciencia política. Lo que significa que,
aunque aparentemente el objeto de la investigación de la sociolo-
gía y de la ciencia política pueden parecer lo mismo, subsisten
ámbitos de investigación y .de interés de la politologfa que· pueden
no entrar en la esfera de interés y de indagación de la sociolog1a,
(basta con recordar el ejemplo det sistema polftico al que nos hemos
referido anterionnente).
También la sociología política puede interveni! sobre objetos
comunes de investigación (sistemas electorales, participación polí-
tica, organización de los partidos, grupos y élites), pero una cosa es
el estudio de los partidos como «proyección de las divisiones" y
otra cosa es el estudio de los partidos "como sistema de canaliza-
ción". Pero entonces, ;,dónde está la diferencia de fondo? Las va-
riables llamadas independientes de ·la ciencia política devienen en
variables dependientes de la sociología política y viceversa; la va-
riable independiente de la ciencia política puede considerarse el
~ /nERRAHRME------------------------------------

Estado en relación a variables dependientes constituidas por las


estructuras sociales; la variable independiente de la sociología po-
. lítica puede identificarse en la sociedad que influye sobre las va· · ·
riables dependientes del Estado y de sus instituciones y organi--
zaciones.

Caracterización del fenómeno político en el interior del proceso


histórico.
De todo lo que hemos dicho, ha surgido un dato importante:
la gran dificultad por encontrar definiciones unitarias y suficientes
del fenómeno político, ya sea que se reduzca a un dato empírico
científicamente comprobable o ya sea que se lleve a dato filosófico
o sociológico. Quizás sea oportuno regresar a un esquema inter-
pretativo que habíamos citado al principio de este trabajo: la ca~
racterizaci6n de la naturaleza. del fenómeno político en el interior
del proceso histórico; proceso, empero, no entendido como simple
evolución lineal de hechos o ideas, sino como constante enlace de
"posiciones" teóricas o "incidencias" prácticas. No hay duda que
si hay una esfera de la actividad humana donde se hace más visible
la unificación y el condicionamiento entre teoría y praxis, esta es
la política. Cerroni escribió apropiadamente (La libertá dei mode-
rui, p.l26).
"El problema de la politica deviene ... en el campo de prueba
mú fUerte de la ¡eneral relacibn que se establece en cada sector ,
de la actividad humana, entre el pensamiento y la realidad, entre.
la raz6n y lo emp.lrico, y mb cuando la política parece ri¡uro-:
samente caracterizada por lo imperativo de la accibn, de su fn-
tima necesidad de decidir a cada momento y con la mayor rapidez
el sentido y la dirección de la conexión entre teoria y práctica".
La observación puede ser favorecida por la simple presencia del
buen ..sentido., o por el ..sentido común" en el juicio que· geneml-
mente se tiene sobre la actividad política del hombre. Esta nunca
queda a un niveJ "privado o sobre un plano de significado exclu-
sivamente especulativo raciona), sino que se muestra constante-
mente conectado ·a el destino práctico o a la implicación colectiva
(no son importantes las dimensiones de esta implicación), con res-
pecto al acto político y a la idea política. Este punto de vista no
decae cuando el análisis se desplaza de la simple fenomenología
antropológica (y de la definición filosófica) del fenómeno poli·
tico hacia una consideración más compleja de Jos mecanismos de
construcción y de evolución del comportamiento político: por
ejemplo la principal categoría de 1a sociedad política ~1 poder-
siempre necesita una organización· política para explicarse y ésta
------------------------------------~~m, ~ .
debe basarse sobre un modo de comportamiento (fuerza, dominio,
consenso, participación, subordinación, pluralismo) que en forma
activa o' pasiva, menor o mayor, extensiva o reductiva implica de
todas fonnas la praxis humana tanto a nivel de presencia, cuanto
a nivel de consecuencias pricticas de decisiones teóricas o de posi-
ciones teóricas derivadas de elementos prácticos.

Teoría y Praxis, Razón y Empirismo en las diferentes teorizaciones


de la política.
~/TIERRAflRME------------------------------------
pone, sin embargo,. como otros con respecto al proceso empírico
de los intereses y de las necesidades y viceversa. el primado del
empirismo renuncia prograrnáticarnente a dar un sentido unitario
y universal a los resultados del proceso de la razón. Sobre esto
dice Cerroni:
..Después de Rousseau y Kant no se ofrecen otras vfas más que
estas : o reconducir todo el mundo de los hechos y de los inte-
reses en la propia fenomenologfa de la razón o reconducir a ésta
a la fenomenologfa de los hechos y de los intereses. O se va
hacia legitimación filosófica absoluta de la historia que corre con
el tiempo, o se va hacia la relativización histórica de la razón que
se pretendía pura. En el primer caso será necesario convenir que
la historia es solamente un desarroUo de la idea, en el segundo que
la idea un desarrollo de la historia de los hechos: o la idealiza-
ción de la historia o la historización de la idea. Mejor aún: o la
preliminar y metodológica reducción historia a historia ideal (fi-
losófica) o la preliminar reducción de la idea a la historia (meto-
dológica) esto es a una historia no ideal (económica y social).
En la primera dirección la polftica caerá en la lógica, en la segun-
da en la sociología...
Esta situación de contradicción en la que se debate la política
a partir de la edad moderna encuentra sus orígenes en el progreso
del fenómeno político y en su emancipación siempre mayor de toda
tutela teológica o moral. Por una parte asistimos a un proceso defi-
nitivo, como el de la cada vez mayor consistencia del derecho priva·
do propio en correlación a la esfera pública, y por otra parte, a
una tentativa de recuperación de la universalidad de la razón que
como se ha dicho antes, o descarta la ambiguedad de su cotidiana
comparación con la realidad empírica o se refugia en un ideal
ético infratemporal y ahistórico.

Proyecto e Institución (historia de las ideas políticas e historia de


institutos reales).
La ciencia política se ha visto recorriendo una vez y otras a
aquellas consideraciones del fenómeno político, según se haya pues·
to sobre el terreno de la abstracción o sobre el del análisis empírico.
Con esto no se quiere negar la necesidad de métodos lógicos-abstrac-
tos que mejor pueden contribuir al reconocimiento de la realidad
empírica. El problema sustancialmente se reduce a ser lo que ya
hemos considerado en algunos aspectos: Es posible una ciencia de
la política que no caiga en un logismo abstracto o en su contrario,
esto es, el descriptivismo empírico? Si hay un motivo en la base
del debate sobre las ciencias sociales, sobre su fundamentación
------------------------------------~~ffi/~
..científica", sobre la claridad de sus métodos~ puede ser encon-
trado en la incapacidad de definir para las ciencias políticas y socia-
les un estatuto epistemológico autónomo, tanto desde la insinua-
ciones positivistas y neopositivistas como desde las declaraciones
de impotencia por todas las. disciplinas que estudian el mundo
humano , frente a la posibilidad de realizar un conocimiento cientí-
fico de la sociedad, de la política, del estado. La falta de mediación
entre estas dos posiciones, ha conducido a la consideración del mun-
do .político o como algo que puede ser sometido a los métodos ne-
cesarios para el estudio de los fenómenos naturales o, a la conside-
ración del fenómeno político o social como otra cosa y contra-
puesta a la realidad física-natural. La propia sociología de la polí-
tica no contribuye a esclarecer la posibilidad de un conocimiento
científico de la realidad histórico-social. Atín cuando se ha afir-
mado que el estudio de las instituciones políticas debe quedar
fuertemente aunado al estudio de la sociedad que produce estas
instituciones, negando así valor a todo apriorismo conceptualista
que intente definir idea-fuerza con carácter absoluto (la idea de es- .
tado, sociedad), no se resuelve el problema de un nexo entre razón
y realidad, en la medida en que Óse reduce la política de la descrip-
ción del status vigente de. las instituciones sociales, sin tomar en
cuenta los componentes conceptuales, o se aceptan los dos niveles
manteniéndolos separados. El problema en efecto se podría resol-
ver teniendo conciencia de la necesaria interacción de Jos dos mo-
mentos.
Gradualmente hemos llegado a nqestro problema original: El
de la ciencia política entre ciencia e historia, el de la relación entre
estudios de los hechos políticos y estudios de las ideas políticas en
el interior de un nexo dialéctico general ciencia-historia-sociedad.
236/TIERUAFIR.\11~-------------------

Historia Nacional
e Historia Regional

Rutilio Ortega González

l. Precisión de ténninos
En primer lugar, es inevitable el compromiso de hacer frente a
una dilucidación de términos.' ¿Qué es la historia regional? · ¿Y
microlUstoria? ¿E historia parroquial?
El maestro mexicano Luis González y González, historiador de
pueblo y de nación. indistintamente, nos hace una primera acota-
ción entre hi~toria nacional y microhistoria. La historia nacional
se asocia con los conceptos de patria, de conjunto nacional, a los
grandes ritmos y movimientos que involucran a todo un país.
Microhistoria es hacer. historia del terruiio, de la ciudad, del pueblo
en que todos se · reconocen, del barrio de una urbe; es también
hacer historia de una hacienda, de Ún monasterio ( 1). Microhisto-
ria sería un término aún muy genérico que arroparía dentro de sí
a los términos de la historia local, "petit histoire" e historia regio-
nal, entre otras tantas denominaciones (2). Este primer acerca-
miento nos arroja un primer punto de apoyo: dentro de lo na-
cional hay unidades con características singulares que se hace
necesario estudiar, unidades que van desde un barrio -con nítido
perfil, como el SaladiJle maracucho, a un pueblo, a una ciudad
a una región entera. Para lo que respecta a este trabajo, hagamos
una segunda precisión, y busquemos dentro de la microhistoria
qué es la historia regional. Ello nos remite de inmediato al concep-

(1) Luis Gonzjlez y Gondlez, In.,itacwn a la micro-hiltoria. México, Secre-


taría Educación P6blica, 1973, pp. 26-27, pp. 10..14.
(2) Ibídem, pp. 10..13.
---------'-------------TIEIUt\J=1Jt:\IE12<i7
,.
1

~ITIERRAR~ffi-------------------------------------
to de región, el cual en su aceptación primera designa ..a cualquier
porción de la tierra que en cierta forma difiera de las áreas vecinas",
en otras palabras, que el término región "representa de alguna
manera una diferenciación del espacio al cual se refiere, que exi~
ten características propias que la definen y la diferencian de las
áreas vecinas'' (3). A pesar de que el autor consultado nos advier-
te que este es un significado todavía vago y ambiguo que requiere
de un mayor tratamiento científico (4), a nuestro juicio resulta
pertinente y aclaratorio para un p.rimer acercamiento.

2. Por qué hacer historias regionales


El fenómeno del auge de la historia regional dentro del campo
de la historiografía no es una cuestión aleatoria, producto del capri-
cho de última hora. Obedece a varias razones principales. Una de
ellas es la realidad misma de lo que son las llamadas historias "na-
cionales" venezolanas, que de nacionales tienem poco por haber
limitado su campo de acción a los grandes ritmos generales y haber
puesto la vista fundamentalmente en la región central, sede del
poder político, y por lo tanto escenario de las hazaBas y tropelías
de los grandes héroes o de los grandes villanos de nuestro devenir
histórico. Sin metemos de fondo en el estudi-o de la región zu-
Jiana, es perceptible que ella, aunque participe del todo nacional,
tiene su ritmo histórico propio, un movimiento a veces más lento,
a veces en armonía y otras· veces en contradicción con el suceder
del centro venezolano (*). La situación geográfica y la red comu-
nicacional del Zulla aJ>rieron la región "a áreas como los Andes,
el Caribe y Colombia, mientras que su vinculación con el centro
nacional era más débil, relaciones éstas que tuvieron vigencia
hasta hace pocas décadas y que varían sustancialmente sólo con
el impacto del descubrimiento y explotación del petróleo. Algu-
nas muestras de lo anterior son, en un primer momento, la incor-
poración tardía de la región al proceso de independencia nacional,
el florecimiento de casas comerciales europeas a mediados del
siglo pasado y que reforzaron los vínculos del Zulia con centros
externos quizás más que en ninguna otra parte de Venezuela, el
singular y poco conocido auge cultural zuliano hacia la segunda
mitad del ~iecinueve (fenómeno ligado a la apertura hacia Europa

(3) Jo9é Manuel Guevara Díaz, La Geografía regional, la región y la regiona-


lización. Caracas, Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educacibn ·
de la Universidad Central de Venezuela, 1977, p. 18.
(4) Ibidem.
(*) Esto es cierto para otras regiones venezolanas.
~-------------------------------------~1239
seftalada antes y al gran desarrollo comercial de Maracaibo), el
papel del puerto de Maracaibo como centro de int~rcambio comer·
cial, cultural y poblacional dentro de una vasta zona integrada por
los estados andinos, los departamentos fronterizos colombianos
y la propia región zuliana; el arraigado sentimiento federalista
que llega a alcanzar pretensiones separatistas a nivel político con
la proyectada creaCión de un estado soberano, y, en fin, toda una
serie de procesos anteriores a la apartición del petróleo que ofre-
cen un cuadro de rica y singular historia. Efl una segunda etapa,
el trastorno causado por la explotación ·petrolera dentro de la e~
tructura venezolana, adquiere en nuestra región una connotación
propia y más aguda, por ser el Zulia origen y centro de esa nueva
fase de la economía nacional" (5).
En un trabajo personal sobre historia regional, en el que se
contó con la participación de los historiadores Nury Pineda y
Aníbal Mestre, anotábamos esa especificadad zuliana. Veíamos
en esa región un complejo económico-social dual que se había desa-
rrollado aldedor de la cuenca del Lago de Maracaibo, constituido
por un circuito productor, fundamentalmente agropecuario y rural,
que comprendía los campos ·zulianos, las provincias fronterizas
colombianas, parte sustancial de la región andina, Barinas, etc.,
y un núcleo comercializador, el puerto de Marácaibo, con una red
propia de importación y exportación, tanto interna como exter-
na (6). Esta realidad de la región zuliana se acerca al concepto
que nos da Guevara Díaz· sobre la región nodal o funcional:
"Son regiones que están funcionalmente or¡anizadas por uno
o varios focos, y el resto de su úea conectada al foco por redes
de circulación o flujos de personas, bienes, comunicación, etc.
La re¡ión nodal, mejor llamadas funcion~mente organizada,
o simplemente funcional, no es homogénea por sus rasgos fiai-
cos, sino por la función de inte¡racíbn interna que le da la estruc-
tura organizada" (7).

3. Lo físico y lo hlllllano dentro de 1a región


En una última consdieración concep~ual, desde el punto de vista
histórico, debem_os resaltar que en una región se muev~n dos gran-

(S) Rutilio Ortega Gonz61ez y Geimán Cardozo Gal~. Proyecto para la


creación del Centro de Estudios Históricos de la Facultad d e Humtmida-
des y EduC~Zción de LUZ. Maracaibo, 1979. pp. 1-2. Material multigra-
fiado.
(6) Rutilio Ortega Gonz61ez, Nury Pineda Morán y Aníbal Mestre Andrade,
Jorge Sutherland: el sistema poUtico ·regional zuliano, 1862-/868. Ma•
racaibo, 1980. lntdito.
(7) Guevara Dfaz, pp. 23-24. .
~~~~·------------------------------------
des elementos matrices: uno, constante, de cambios lentos: es el
elementc:> o .suma de elementos geográficos, físicos, que permiten
una primera individualización de un paisaje entre otros vecinos.
Es el caso del Zulia, el elemento físico lo constituye la cuenca
del' Lago y su red de afluentes naturales. Pero ello no es todo.
Hasta aquí nos movemos a(ln en meras categorías físicas. El se-
gundo elemento es dinámico, móvil, determinante para la i;Onft-
guración definitiva de la región: es el hombre y su capacidad pro-
ductora y transformadora. Este segundo elemento toma histórica
a la región, pues la capacidad .transformadora del hombre puede
superar, traspasar el marco ,físico del paisaje y aglutinar en su flujo
recíproco a pais<ües, a ambientes vecinos. Tal es el caso de la cuen-
ca del Lago y sus pobladores que llegaron desde ese n\'lcleo o foco
original a constituir un complejo espacio regional que abarcó las
tierras fronterizas colombianas, la región andina, Barinas, etc.
Esto es lo que hemos llamado región histórica.
En este momento cabe reiterar que toda interpretación no dia-
léctica de una región, que ignore o considere como algo accidental
y accesorio la categoría de cambio, de movimiento, de la región
como algo variable, con desplazamiento en el tiempo, está conde-
nada, en mayor o menor grado, al error. En efecto, hemos propue~
to el concepto de región histórica, de la región como ente cuya
configuración nunca es defmitiva, cuya definición última viene
dada por el conjunto de relaciones humanas que conectan a los
diferentes ·núcleos o espacios vecinos. El elemento relaciones hu-
manas es netamente histórico, cambiante. según el relacionamiento
de los factores que entran en juego en todo proceso en el cual in-
terviene el hombre en sOciedad (la estructura económica, el cuerpo
político y jurídico-administrativo, la ideología. el aparato ideoló-
gico del estado, la situación de las clases sociales y el estado de la
lucha de clases). La región zuliana es un claro muestrario de lo que
estamos afirmando. Parte integrante del Virreinato de Nueva Gra-
nada, provincia de la Capitanía General del Venezuela, la región en
lo real fue cabalgado por encima de ambas entidades nacipnales,
tomando artificiosos los límites administrativos trazados por bu-
rócratas y políticos, incorporando o perdiendo territorios, zonas
y núcleos humanos según su propia dinámica social interna: la
creación, vigencia u obsOlescencia de circuitos comerciales, el estado
de las vías de comunicación, las apetencias e intereses de las mino-
rías, grupos privilegiados y caudillos, tanto zulianos como. de otra.s
regiones, especialmente el centro venezolano.
la variedad geográfica del país, el desarrollo desigual de sus
regiones, toman pues de importancia capital los estudios de historia

.. : 4 ,. \ . .
--~--------~------------~--------~~1~1
regional. No existe hoy una historia nacional y ésta solamente se
obtendría en la medida en que se vayan dando los estudios regio-
~~. .

4. A lo hecho y por hacer


A pesar de esa singularidad histórica del Zulia, hasta el momen-
to no encontramos intentos sistemáticos de abordar esa realidad en
si misma; las historias escritas sobre nuestra región revelan grandes
deficiencias, ya que no pasan de ser una secuencia de indios y espa-
ftoles, realistas y libertadores glorificados, guerras, fechas y nombres
propios: en otras palabras:
". . . no bay estudios sobre el Zulía que estén a la altura de los
tiempos en que vivimos y que permitan tener una visión global,
totalizadora, de su evolución histórica. Ello no quiere decir,
por supuesto, que se niegue el valor testimonal de la literatura
pretérita, la cual tuvo, ademú, extraordinario mérito de defender
ante el país la esencia, los rasgos particulares, él carácter genuino
de una provincia que, desde su emel'Jencia como Estado pujante,
a partir de la actividad comercial desarrollada en las 6ltima.s
déc:adas del siglo XIX, fue dutamente agredida por el Poder
Central y a6n por los mismos Estados vecinos con quien habfa
constituido, durante siglos, una misma unidad administrativa (8).
Otra razón, la segunda, para validar el auge y vigencia de las
historias regionales (o de cualquier otro de los géneros de la mi·
ero-historia) es que al irse imponiendo el principio de la historia
como totalidad se obtiene conciecia de la dificultad y .los obs-
táculos que supone hacer una historia universal o nacional. Al
que ama la historia entera no le queda más camino que ser histo-
riador regional (o de pueblo. o parroquia).
La historia regional o la historial local -de pueblo, barriada o
. parroquia- han sido abordadas con singular éxito por historiado-
res individuales, tal como lo hiciera el mexicano Luis G~ndlez y
González en .su obra sobre su pueblo natal San José de Gracia (9);
pero es innegable concluÚ' que tanto esta historia· loCal, como
mucho más la historia regional, serán más fácilmente comprensi-
bles si la tarea de investigarlas es realizada por un equipo rnulti e
interdisciplinario dirigido por historiadores.

(8) Germin Cardozo Galu6, LÍ pasión creadora, nuestra mAs genuina tradi-
ción, en la revista Re1pue1tt1 del Zuli4. Año IV, núm. 44, de Mayo-Junio
de. 1979, Maracaibo, p. 88.
(9) Véase el ya clAsico h"bro de este chispeante maestro mexicano: Pueblo en
vilo. Microhiltoria de StJn J01é de Gracia. Mbico, El Colegio de M6xico,
varias edicioues.
242/TIERR.\FJR.\IE,_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

S. Lo urúverSal, lo nacional, lo regional y un reto


Si la integración multidisciplinaria es uno de los grandes escollos
a salvar por quienes hagan historia total, en el caso de la historia
regional se suma otro problema crucial, cual es la necesaria ligazón
entre lo regional, lo nacional -o mt!jor dicho, la historia del centro
nacional- y lo universal. Una región como el Zulia, por ejemplo,
aunque con definición propia. ha estado y esta conectada por re-
des económicas políticas y culturales con el resto de Venezuela
y del mundo, especialmente con Jos centros hegemónicos de pro-
ducción e intercambio del sistema capitalista, por lo cual su acon-
tecer histórico resentirá tanto las fluctuaciones del resto dd país
como el ritmo mundial. Maracaibo es, durante el siglo XIX y pri-
mera parte del XX, centro importante d~ comercialización del
café y el cacao, por lo que en ella se implantaron sucursales de ca-
sas comerciales europeas; hoy. es región primada en la producción
de hidrocarburos con .resonancia mundial. Al resci'iarse cada perío-
do y 8ector de la vida región al zuliana, deben descubrirse y trazarse
las líneas vincutatorias con el movimiento nacional y con la diná-
mica glob~ ·de los. centros económicos, políticos e ideológicos a
nivel mundial. Pero, y he aquí lo má·s sugestivo, igualmen te Jos
estudios .~gionales . irán alumbrando sectores, incógnitas y lagunas,
perfilando conceptos y corrigiendo afmnaciones, tanto de la his-
toria nacional como universal. El reto está allí. A la espera de una
nueva generación de historiadores. ·.
-----------------------------------nERRAH~m~~~
SUELTOS

Brasil:
"La Revolución de/64",
veinte años después
Alejandro Mendible

El 2 de Abril de 1964 era derrocado en Brasil el Presidente


Constitucional Joao Goulart. Su caída no era: simplemente la de
un gobernante civil que se encontró impotente ante el poder militar
creciente, era el colapso del Estado varguista imperante desde 1930.
El varguismo fue la expresión asumida por el .populismo en Brasil
que conformó un bloque de poder dominante con la determinación
de cambiar la vieja estructura monocultora del café a otra estructu·
ra de base industrial El aglu tinador y ductor de este proceso fue el
carismático Getulio Vargas.
Vargas apareció como el principal lider de la Revolución de
1930 y conservó hábilmente su liderazgo hasta su impactante des;r
panción en 1954. Durante ese tiempo asumió roles diferentes como
el de presidente del estado autoritario y cooperativista en el Estado
Novo o el de presidente democrático en su última Administración.
Cuando tomó la trágica decisión de suicidarse seftaló en su Carta
Testarnento lo siguiente: "Serenamente doy el primer PU9 por el
camino de la eternidad y salgo de la vida pan entrar en· la historian.
El varguismo sin Vargas continúa impulsado por los dos mo-
vimientos políticos organizados por el Partido Social Demócra--
ta (PSD) y el Partido de Trabajadores Brasilef\os (PTB) que cUando
se unieron fonnaron mayoría y estabilidad como sucedió durante la
Administración de J uscelino Kubitschek (19 56·1961). Juscelino
creó confianza, abrió las puertas del país al capital extranjero y
emprendió una intensa política desarrollísta que aún hoy es apre·
ciada. Bastaría con mencionar la industria automovilística y la
construcción de la ciudad ·de Brasilia. Pero cuando las fuerzas
varguistas fueron derrotadas, ·como sucedió en 1961, se abrió un
•.

2KtTIERRAF11~"'m--------------------

entreacto agonizante. Las fuerzas opositoras organizadas en la


Unión ·Democrática Nacional (UDN) lanzaron como candidato a1
temperamental y discolo líder político, Janio Quadros. Este ganó
las elecciones con mayoría abrumadora, pero a los pocos meses, sin
causa aparente, emitió una intempestiva carta de renuncia. La
renuncia, además del profundo desaliento y frustración que creó en
los sectores civiles sumió al país en una grave crisis sucesorial,
máxime cuando el aspirante legítimo a ocupar el cargo era el
vice-presidente Joao Goulart.
Goulart, principal dirigente del PTB, había entrado en la polí-
tica apadrinado por Vargas y desde sus primeros pasos al frente del
'Ministerio del Trabajo en 1953 se habia ganado el odio de los sec-
tores conservadores y la desconfianza de Jos militares que lo consi-
deraban · un demagogo filo-comunista. Ahora al frente de la Presi-
dencia afloraban los antiguos resquemores y se preparaba e l esce-
nario para un acto adverso a los sectores populares.

1964: ¿Revolución o Contra Revolución?

Durante la gestión de Goulart la crisis d ~.: autoridad llegó a nive-


les intolerables. En cierta medida contribuyó la actitud vacilante e
indcfi~da del gobernante que cuando se decidió a actuar ya era de-
masiado tarde. El desarreglo de la economía había desatado la in-
flación que llegó al 700/o. El desempleo y otros factores correlati-
vos indicaban que el crecimicn to industrial del país pasaba por un
cuello de botella y que se necesitaba enfrentarlo con decisión.
Pero no menos preocupante se presentaba la situación política del
país. Esta situación se deterioraba por la agudización de la pu!,ona-
cidad interpartidista y mc\s aún por el uso desmedido de la diatriba
que prácticamente había erosionado el prestigio de todos los Hdc- ·
res políticos civiles. Además, la unidad sindical se encontraba
amenazada por el paralelismo. Y la disciplina militar empezó a ser
quebrantada por el intento de Jos cabos y sectores de tropa por
sindicalizarse. Por supuesto, esta situación irritó a los altos mandos
militares.

En la Iglesia Católica empezaron a actuar movimientos conser-


vadores como el de "Marcha de la Familia con Dios y por la Liber-
tad" y el "Rosario en Familia" que en las principales ciudades re-
saban contra la influencia del comunismo en la sociedad brasileña.
Además se hi~-ieron presentes grupos desestabilidadores como la
"Liga de Mujeres Demócratas" que en la ciudad de Sao PauJo pro-
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ -nmm.\fiR.\llif24ó

movieron las primeras marchas de las cacerolas. Ante esta situación


confusa, los únicos que tenían claros sus propósitos·eran los sec-
tores reaccionarios. Estos sectores actuaron desde diferentes cen-
tros tales como el Instituto de Pesquisas y Estudios Sociales IPES,
expresión de los empresarios; el Instituto Brasilefio de Acción
Acción Democrática IBAD, de orientación conservadora y la E~
cuela Superior de Guerra fundada en 1954 y en donde actuaban
figuras prominentes como Cauto e Silva impulsor del pensamiento
geopolítiCo brasilefio actual.

El contexto internacional también era a(,lverso a Goulart. El


temor d'e un posible contagio fidelista había volcado la diplomacia
norteamericana hacia una política exterior de contención. La
súbita desaparición del Presidente John F. Kennedy y el adveni~
miento de Johnson acentuaron la política intervencionista de
los EE.UU. En Brasil esto se manifestó con la manipulación de
. los empréstitos, en el sentido de negarlos al gobierno central pa-
ra dificultarle su labor de recuperación económica, mientras que '
a los desafectos al Presidente, todo se les facilitaba; De la mi~
ma forma .actuaron Jos funcionarios de la Embajada norteamer
ricana, particularmente el asesor milítar Walter Vemon de com-
probada vinculación · con la CIA. Ante este pleamar ins~rreccio­
nal, Goulart insistía atemorizando, más 'aún a lo8. sectores con-
servadores amenazando con llevar adelante 'una Reforma' .de .Base
que pretendía impulsar, entre otras medidas explo$ivas, )a refOfiOa
agraria y pechar las remesas de las transnacionales hacia el exterior.
LLamó a una concentración en· Río de Janeiro en apoyo a las me- ·
didas propuestas y el acto eón miles de participantes de los sindi-
catos y de los partidos de ·izquierda fue trasmitido en cadena por
radio y TV. Posteriormente e'n un discurso en el Qub Militar,
en tono muy en~endido, habló de cortar cabezas para llevar adelan·
te su Plan de Reformas. Los gJUpos complotados se sintieron impe-
lidos a actuar. Una carta del General C2stelo Branco fue leída en
los cuarteles y en la misma se hablaba de salvar al país del caos. El
movimiento conspirador tomó fuerza· en Sao Paulo, Río de Janeiro
y BcJo Horizonte, el triángulo del poder en Brasil. El Presidente
inerme huyó a Brasilia de donde fue aventado al exiHo en el Uru-
guay. El movimiento triunfante instauró en la Presidencia al Gene-
ral Castdo Branco y denominaron la acción como "Revolución del
64". Sin embargo, lo que había sucedido era un golpe de estado
preventivo para retomar Ja tradicional tendencia elitista de domi-
nación brasilcfia y hacer retroceder los logws obtenidos por los . ,,1
·.:
sectores populares.
. . ...
~ITIERRA~------------------------------------
&calada hacia el autoritarilmo 1964-1968.
Dos tendencias· empezaron a .actuar en el seno del movimiento
triunfante: una ''línea dura" anticomunista virulenta y otra ..blan-
da". · Con los segundos se encontraba el General Castelo Branco
quien consideraba la eventualidad de normalizar ~1 país bajo princi-
pios democráticos, proponiendo que los militares regresasen a sus
cuarteles. Alrededor de esta posición giraban viejos políticos con·
se·rvadores y ciertas facciones de la burguesía. Pero los eventos
fueron atropellando toda salida conciliatoria. Los sectores popu·
lares al percibir las manifestaciones autoritarias del nuevo·estado,
desencadenaron una serie de huelgas, fundamentalmente en los sec-
tores industriales de Sao Pauto que fueron acompaft.adas por es-
truendosas manifestaciones estudiantiles. Esta fue la justificación
ideal que los sectores duros necesitaban para actuar. La vieja Cons--
titución democrática de 1946 fue abrogada y se dió inicio a una
serie de Actos Constitucionales emanados del Ejecutivo e impues--
tos sin consulta. El Acta Constitucional Número 5 fue el corolario
de la usurpación democrática que impuso las decisiones del- Ejecu-
tivo inclusive por encima de la Constitución confeccionada por el
mismo régimen de 1967. La sucesión presidencial fue el momento
que los duros esperaban para imponerse en la escogencia y no fue
tan importante el número de votos como el número de guarniciones
y caflones con que se contaban. Se impuso el representante del
ejército, General Costa e Silva. De esta manera se afianzaba el e~
tado autoritario.
La naturaleza y características de ese tipo de estado ha consti-
tuido un ·caso de estudio por parte de los más prestigiosos especia-
listas de la evolución contemporánea del Brasil. Para citar solo a
algunos, se puede mencionar a Cardoso, Dos Santos, Furtado,
Erickson, Schnéider, Skidmore y Faoro. En general ellos prefieren
hablar de autoritarismo y no de fascismo por cuanto el régimen
no mantiene una cons'tante movilización de la población, no ha
creado el partico \lnico, mantiene ciertas instituciones pluralistas
y no reglamentan en fotma estricta la sociedad civil.
El estado autoritario se caracteriza por una concentración del
poder en el Ejecutivo. Al frente del mismo por lo menos hasta los
momentos, se han encontrado los generales Castelo Branco, Costa
e Silva, Garrastazu Medici, Ernesto Geisel y Joao Baptista Figuei-
redo. Por este motivo, el ejército se ha convertido en un cuarto
supra poder con derecho a veto. Los altos cargos de gobierno son
ocupados por burócratas, tecnócratas de alta calificación, miembros
de las Fuerzas Armadas Brasileftas (FAB) y personerOs provenientes
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - T I E K i t \ f l R . \ I E/ 247

de las empresas privadas. Lo original de esta integración guberna-


mental es que Jos tecnócratas no rinden cuentas de sus actos y ac-
tCutn como una nueva burguesía que no es duefta de las empresas
estatales, por cuanto son nacionales, pero actúan como duefl.a de
su administración. Un ejemplo de poder ilimitado lo ha constituido
e) Ministerio de Economía que como en el caso actual de Delfm
Netto, ha causado el tremendo endeudamiento nacional sin qúe ello
le haya acarreado la pérdida del cargo. En buena medida ello se
debe a la otra característica dominante · que es la vinculación del
estado .autoritario con el sistema capitalista mundial principalmen-
te con los EE. UU. De esta unión a los Estados Unidos y por afir--
maciones como la formulada por Nixon de que hacia:donde se in~
cline el Brasil se inclinará la América Latina, o de Henry Kissinger
de darle trato de "potencia emergente", lo cual coincidía sospe-
chosamente con manifestaciones formuladas en Brasil en lo de las
"fronteras ideológicas", despertó los recelos de otros países del
área y determinó que autores como Ruy Marini y Pauto Schillin
hablaran de "subimperialismo brasilefto". En definitiva, el estado
autoritario creó nuevos espacios para la· acumulación · capitalista
que por algunos aftos creó un espejismo de recuperación y febril
actividad económica conocido como .. El Milagro''. ·

Las Víctimas del Milagro ( 1968-1973 ).

El general Garrastazu Medici respondiéndole a un periodis-


ta extranjero acerca de la situación económica del país seflaló:
"el país va muy bien pero el pueblo muy mal". Nada más cier--
to, pues .el enriquecimiento de una élite a base de la explotación
prácticamente del 8.0 0/o de la población que les hizo · bajar los
ingresos reales y deteriorarse las condiciones de· vida. Lo. que
se entendió por ~·~ilagro" económico fue la . acción ••mági~a··
por la cual la inflaciQn fue contenida al' orden tolerable del 250/o,
el crecimiento del PTB llegó a la sorprendente cifra ·de.· l 0.·7 en
1973 y se mantuvo una balanza comercial favor~bJe. Un opti·
mismo desarrollista sacudió. al país, emprendiéndo~ , grandes 9bras
de construcción como el caso de la gigantesca representa de Itai-
pu, planes viales; "desarrollo atómico, y se corrió la frontera agrí-.
·cola hasta perturbar la paz de la selva amazónica. · Pero. como
expresara en su oportunidad, la única voz disidente tolerada por el
régimen, el de la Iglesia Católica, en sus críticas pastorales·elabota·
das por el .combativo Consejo Nacional de Obispos Brasileños
(CNOB). La primera conocida con el nombre de .'"He .escuchado
los clamore~ de mi pueblo" donde se denuncia~ ¿a quién .beneficia
248/TIERRAFIIUfE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ~-· .,

este milagro? El "milagro Brasiletio" despojado por un lado de la


· sed del fervor y de la esperanza popular, resultó, por otro lado,
favoreciendo a los no necesitados y convirtiéndose en castigo para
los que le fueron sacrificados, en maldición para aquellos que no
lo han pedido. En la huella. del "milagro" quedó el empobrecia
miento relativo y apsoluto deJ pueblo. La segunda conocida como
"marginacjón de un pueblo, Grito de las iglesias., (1973) donde
se seftala "No podemos negar que el país ·se está enriqueciendo.
Pero ¿quién paga ese enriquecimiento? Es el pueblo que se queda
más pobre. Entonces, según la propaganda la cosa sería así: no hay
nada que hacer; para enriquecemos, se necesita encontrar la riqueza
en manos de pocos, pero estos van haciendo progresar al Brasil.
Luego, cuando sea posible, cuando no moleste al crecimiento
económico del país, entonces, ahí sí que la gente se podrá repartir
la torta". Y la tercera, conocida con el hombre de ..Prohibido ser
hombre" (1975) setiala: ..Pero la ventaja más grande es para los
que están financiando nuestro "crecimiento'\ los de afuera, los
extranjeros".

El Desmonte del Estado Autoritario ( 1973·1984).

La c;.risis de los precios del petróleo a partir de 1973 hace que


en el primer trimestre de ese ano los gastos por este concepto salta-
ron de S 500 a $ 5.000 millones. Además, el principal aliado del
Brasil, los EE. UU. empezó a ponerle barreras aduanales a las ex-
portaciones del Brasil hacia los EE. UU. Durante la Administra-
ción Carter~ la política de los derechos humanos y la cuestión ató-
mica le crearon más dificultades al gobierno de Brasilía. En lo
interno las fuerzas opositoras al estado autoritario no han flaqueado
en ningún momento y ·cada vez que se crea un intersticio este es
aprovechado por las fuerzaS democráticas. El gobierno no ha gana-
do ninguna elección y para mantener las apariencias, tiene que recu- .
rrir a constantes modificaciones legales como la de utilizar parla-
mentarios "biónicos" para ••amai'iar" los debates parlamentarios.
La voz de la Iglesia que se expresa como portavoz de un pueblo
oprimido y alrededor de ella se van formando las combativas comu-
nidades de base que estrechan sus contactos con los barrios obre-
ros y de Jas ..favelas" olvidadas por los jerarcas de tumo. Con
razón el Papa Pauto VI en su.visita expresó, ..Di()S tu pueblo tiene
hambre". ·
Se imponía un repliegue táctico. Una prominente figura del régi-
men consideró este repliegue como una acción necesaria de descom·
presión para que la "caldera" no estallara. Le cottespondj{) al
...... ~ ... ~ •.• .. '· ...... .. ·~ '· ~ . ,
-------------------TIERRAFf~lE/849

General Geisel iniciar el cronograma para la democratización del


país. Fue entonces cuando se empezó a hablar en Brasil de una
democracia limitada.
Para el momento de la elección presidencial muy pocos le daban
crédito al candidato oficial, Jóao B. Figueiredo, en sus ofertas de
democratización. Todavía recodaban las declaraciones del aspiran-
te presidencial en el sentido de que prefería el "olor de los caballos
que el de la gente". Pero recordaban taiilbién su posición dejefe
del Servicio Nacional de Inteligencia. Sin embargo, la palabra
empeftáda del viejo general de caballería una vez convertido en
Presidente empezó a cumplirla. Primero se disolvieron los dos
partidos del status y se inició la formación de los partidos políticos.
Después se decretó la amnistía general y los exiliados pudieron
regresar al país y m~ recientemente, la celebración de las elecciones
de los gobernadores. También el Presidente Figueiredo redefmióla
política exterior del Brasil, alejándose de los EE. UU. El país
empieza a acercarse al tercer mundo, destacándose sus relaciones
con el Africa y América Latina.
Act ualmente, el Brasil sigue siendo una democracia restringida
a pesar de los avances políticos conseguidos por los sectores popu-
lares. En las elecciones para gobernadores de Diciembre de 1982
las fuerzas políticas opositoras ganaron en los principales estados
de la Unión y sorprendentemente, en el Estado de Río de Ja-
neiro resultó ganador el carismático líder, Leonel Brizo! heredero
de las corrientes varguistas proscritas por el régimen de 1964.
El último eslabón formal y al cual se aferran las fuenas reacciona-
rias para detener la consecución de la democracia plena es el sub-
terfugio de la elección presidencial. La elección del presidente se
efectúa desde 1967 por intemiedio de elecciones indirectas, en
donde, un "Colegio Electoral" integrado por representantes del
Congreso y miembros designados por lasAsambleas Legislativas
de los estados seleccionan el presidente. f.n este afto la lucha por
lograr las elecciones directas se ha convertido en un clamor de
reivindicación nacional. Por los momentos se han postulado tres
candidatos. Todos ellos provenientes del. seno del régimen : Pauto
Maluf, ex-gobernador del Estado de Sao Pauto, .el General Mario
Andreazza, Ministro del Interior y. el Vicepresidente Aureliano
Chavcz, pero en este momento .cuando la inflación sobrepasa a los
2000/o, un índice de desempleo altísimo, una deuda externa tan
gigantesca que en la práctica el país ha perdido el control sobre ella
y las ostensibles manifestaciones de hambre en todo el territorio, le
confieren a estas dec~ioncs un carácter dramático .posiblemente el
canto del císnc d~ una infructuosa "revolución".
:!.=;o; TIEHR\ FI({~IE _ _ _ _ __ _ _ _ _ __ _ _ __ _ __

La Vega de Pueblo Viejo


Excavación del Sitio Histórico de Chabasquén,
Estado Portuguesa, Venezuela.

Pedro Pablo Linares

Introducción
Presentamos un resumen de las actividades y resultados prelimi-
nares de los trabajos arqueológicos del Sitio Histórico "La Vega del
Pueblo Viejo de Chabasquén", caserío del mismo nombre a tres ki-
lómetros al noroeste del poblado Paraíso de Chabasquén, Distri to
Monseñor J osé Vicente de Unda, del Estado Portuguesa. Tanto por
su toponímico, como por la tradición oral y las fu en tes hjstóricas,
se sabe que fue allí donde es tuvo ubicado el pueblo de Chabasquén,
desde los inicios del Período Colonial , pasando por su fundación el
19 de Diciembre de 1767 , hasta 1851 cuando fue destruido por un
fenóm eno geológico.
En 1973, iniciamos los estudios históricos o microhistóricos
de Chabasquén y nos fuimos pe rcatando de lo joven que este lucía
a pesar de la trayectoria histórica desde sus orígenes en la época
de los aborígenes y las e tapas poste riores de la Colonia y de la Re-
pública. Esta situación nos llevó a buscar las hue llas de ese pasa-
do mudo en su fisonomía actual. A pesar de habé rsele celebrado
en 1967 el Bice ntenario de su Fundación. -que pasó desapercidido
involuntariamente ,- siempre sentíamos la posibilidad de reconocer
como sitio de fundación de carácter colonial, La Vega ubicada en
el caserío .Pueblo Viejo.
Los trabajos de campo y laboratorio fu eron posible con la par-
ticipación de l grupo excu rsion istas Rodríguez y Tamayo, quienes
colaboraron en el montaje del campamento a partir del 28 de Di-
cie mbre de 1981 , hasta el 12 de Ene ro de 1982, y el equipo perma-
nente de investigación, integrado por los estudiantes Gerardo Molí-
na, Rigoberto Camacho, Freima n Páez , J osé G. Linarcz y David
Alvarado. Además contamos con un grupo de colaboradores inme-
diatos y amigos que desinte resad&mente nos brindaron apoyo Y es-
tímulo para llevar adelante el programa de trabajo.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _TIERR\Fllülli/ 251

Este sitio, y a donde fue trasladado el antiguo poblado, adquirió el nombre de


" Pueblo Nuevo" de Chabasquén o "Camburito", sin que se popularizara el
nombre oficial de "Paraiso". Foto, Manuel "Monche" Carcía

Contamos también con la asesoría dirl!cta del Antropólogo


Adrián Lucena Goyo, del Musco Arqueológico de la Universidad
de Los Andes y el respaldo directo e indirecto del Dr. Cruxent,
quien nos ayudó al reconocimiento de los materiales arqudógicos
Y con sugerencias constantes; contamos también con la ayuda de
J . E. Ruíz Guevara, del Consejo Nacional de Investigaciones Museo-
lógicas (CON IM). del Sr. Vicente Rodríguez Alburjas, propietario
de los terrenos donde excavamos y guia incondicional en la estadía
en el lugar, así como del Sr. Víctor Hernán Rodríguez de la Asocia-
ción Nacional de Conservadores y Restauradores de Cerámica
(ASOCOREC) y del Dr. A Singer de la Fundación Venezolana de
,..!ITIIlRI<.\I'IIt\11;· ., , .,

Sismología dONVi'SIS), quien analizó la parte geomorfológica ~


del sitio.
Después de labores de campo y laboratorio, no~ificamos oficial·
.
1

mente Jos hallazgos a la Junta Protectora y Conservadora del Pa·


trimonio Histórico y Artístico de la Nación, en el Estado Portu-
guesa y a otros organismos representativos, como también al or-
ganismo nacional a través de conversación personal con el Dr.
Rafael Armando Rojas y la Dra. Erika Wagner. Por otro lado,
dictamos charlas y realizamos visitas guiadas al sitio histórico en
excavación, a· la población general, a algunos grupos del liceo de
J.a localidad y a las autoridades municipales del Distrito. A estas
últimas les planteamos la necesidad y urgencia de la construcción
de estructuras de defensa (muros de contcn~ión) en el poblado
actual, amenazado fuertemente por las subidas y los desborda-
mientos de los rios circundantes, durante las temporadas de lluvia.
De esta forma, las investigaciones históricas aportan soluciones
o alternativas válidas a problemas en la actualidad, pero con una
serie de antecedentes, como los que hemos comprobado a través
de la investigación histórica.
Finalmente. queremos agregar que estamos ante la posibilidad
de continuar esta investigación, desde el Programa de Salvamento
Arqueológico. del Tocuyo, adscrito al Concejo Municipal del Distri~
to Morán, Estado Lara, bajo nuestra Coordinación General.

Metodología y Desarrollo

l .· Tradición Oral.
Como testimonio y documento, la tradición oral adquiere, en
nuestro caso, justo lugar y confianza metodológica. Ya que median-
te la historia oral pudimos profundizar en la Investigación, dadas
las escasas fu en tes escritas. Así logramos entrevistas a los sei'iorcs
Vicente Rodríguez Alburjas, Pedro Pérez, Manuel Rodríguez
fargas, Matías Orcllana, Manuel Torrealba, T. Mendoza, Rubén
Yépcz, Tobías R. Fcrnándcz, Callctana Mena de Rivera, y en ge-
neral, a ·la mayoría de las personas de edad avanzada y sus deseen·
dientes. Dieron referenCias fragmentarias que luego procesamos e
interpretamos, lo que nos permite afirmar la importancia del Case-
río Pueblo Viejo, tal y como lo dejan ver algunos de los testimonios
orales que a continuación transcribimos:
a) "Ahí fue donde estuvo antiguamente el pueblo. de Chabasquén,
me contaba Indalecio Alburjas, que conoció eso, pero ese se
hundió y la gente se mudó para el pueblo actual" (Vicente
·· .... ,., . Rodrfgucz AlbJujas). ·
. ' .: ':J::. ..w....i.:,. ·_:i.:..~' . .. . •.
·~t~ ~ ....... _ ' .. -'t.: » .ÍIIIM- :
_ __.___ _ _ ~ _ __ _ __ _ _ _ _ _ _ nmm.\t:llt~m , 21§.'i

b) " Dicen que en .-Pueblo Viejo era el antiguQ Ca~río de Chabas- ·


quén, pero eso se hundió y lo que quedó' fue una laguna llama-
da Laguna de Albu¡jas" (Pedro Pérez, Matías Orellana, T. Men-
doza). ·
e) "Una laguna La Laguna del Caballo, se derramó y represó en
el río ; entonces el pueblo se hundió" (Manuel Rodríguez
Pargas). ··
d) "Los dos cerros de Jos lados se vinieron abajo y represaron el
río y el pueblito se acabó" (Rubén Yépez).
e) "Yo no lo vf; me contaba Florentino González, dizque bajó
el cerro y_tapió las casas con agua y barro hasta la mitad de
las paredes, pero la gente cuando vió venir eso se salió y enton~
ces se mudaron para ab~o , para donde está 3.hora el Pueblo
Nuevo" (Manuel Torrealba). . '
D "La represa que se formó era muy grande y en esos tiempos
había un nadador muy veterano y era el único que nadaba en
esa represa que se hizo. Eso me lo contaba mi mamá, María
Francisca Torrellas".
Como información adicional -y de interés, el informante, hi.zo
una observación : ·
"La creencia de la gente, era que existía un animal con una
sierra en la espalda que llamaban El Arador y este animalito
araba o falsiaba hasta derrumbar Jos caseríos, y eso fue lo que
pasó en Pueblo Viejo: que hizo que los cerros se derrumbaran
y el río se represara" (Tobías R. Fcmández).
La familia Ceiba (Gregorio, Te resa y Jesús) ratificó la informa·
ción de carácter mágic~religjoso sobre el Arador n9tificándonos
un caso donde este animal está destruyendo sistemáticamente el
caserío Guaitó, del Municipio de Humocaro Alto, Distrito Morán ,
Estado Lara.
Encontramos también una versión síncretizada con ·la religión
católica que ~xplica que a consecuencia de la inundación del pobla·
do, fue nccl!sario hacer sacrifio a la Virgen de los Dolores para
evitar la reincidencia de la desgracia, con otra laguna que está por
derramarse, es por eso que la patrona religiosa de Chabasquén sea
dicha virgen.

Pudimos comprobar que tal versión se debe a la reinterpreta-


ción de la Iglesia Católica aprovechándose esta oportunidad poste·
rior al año 1850, porque en el -Archivo Arzobispal de Caracas se
encuentran documentos que desde 1777 se refieren a la jurisdicción
eclesiástica ~e la Virgen de los Dolores de Chabasquén.
..·. ··~
~~~RRMB------------------------------------
2.- lnvestigaciOO· de Archivo.
En la revisión de los archivos existentes en Barquisimeto, Estado
Lara, del cual dependió Chabasquén hasta 1856, localizamos los
documentos que publicó en 1946 el Dr. Ambrosio Perera:
..En 1851, un fenómeno geológico destruyó la mayor parte de
la antigua población de Chabasqu6n. Una vertiente arras6 una
colina que estrechaba su curso y las aguas llenas de lodo inun-
daron las casas del pueblo. que quedaron en tal Suceso impre-
visto (sic), destruidas en su mayoría. Los vecinos tuvieron la
necesidad de irse para el sitio denominado el Banco, situado a
media legua de la cabecera de la parroquia, y al reunirse la Dipu-
tación Provincial se dirigieron a ella para pedir la aprobación
Oficial del traslado que la naturaleza les babia impuesto. La
Diputación aprobó el dicho traslado por Decreto del 29 de No-
Yiembre de 1851, y al mismo tiempo dispuso que en adelante
lt parroquia llevara el nombre de PARAISO en remplazo de
Chabuquén, que babfa llevado desde su fundación por felices
gestiones del célebre Obispo Martl" ( 1).
· Revisamos documentos y bibliografías en la Academia Nacional
de la Historia, Hemeroteca de la Universidad Central de Venezuela,
Archivo Arzobispal de Caracas, Archivo General de la Nación,
Biblioteca Pío Tarnayo de Barquisimeto, Centro de Historia Larense
y otros. Se logró obtener una idea en conjunto de la trayectoria
histórica de Chabasquén y nos hemos enterado de su importante
organización económica, política, social y religiosa interrumpida
en 1851; quizá a ello que se deba, que a principios de siglo, el pue-
blo contaba con escasas diez viviendas de bahareque como lo con-
finnan el cronista Don Rito García Valera y el Sr., Francisco J.
Datica. Además; encontramos en el Archivo Arzobispal de Caracas
un documento donde se asienta, que en 1852los vecinos de Chabas-
quén transcriben el documento emanado por la Diputación Provin-
cial de Lara en Noviembre de 1851, para apoyar la gestión de tras-
lado de la Iglesia ante las autorid~des eclesiásticas. Esta petición
fue aprobada en Valencia en Septiembre de 1852. (Por su impor-
t~cia transcribimos .dicho documento al final de este trabajo).

3.- Investigación; Arqueo)ógica.


Con las investigaciones ya realizadas, nos propusimos diseñar
la investigación arqueológica que nos permitiera demostrar y com-
probar los testimonios orales y documentos escritos. Aplicamos el
método de la arqueología histórica, tal y como lo vienen haciendo
los arqueólogos :en investigaciones similares en Nueva Cádiz (Isla

(1) AmbroSio Perent', Hut()rf(J Político-1e"itori4J de los estodo& Lara y Portu-


guesa. p. 9S.
__,...._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _TJEJ(Jt\1-lR.\lli/2156

de Cubagua), San Antonio de Mucuno (Estado Mérida), La Ermha


y el Rincón (Estado Trujillo), La Macolla (Estado Falcón) y otros
sitios.

Exploración Mnemotecnica.
Inicialmente hicimos exploraciones mnemotécnicas con el in-
formante Vicente Rodríguez Alburjas, quien fue reviviendo y ex·
plicando su información referente al hecho histórico. Así, nos
ubicó el sitio donde se represó el río, en la parte superior del pue-
blo, y la delimitación entre el caserío y la parte del cementerio.
Esta información fue posible, debido a .Jos vestigios supeñiciales
que el informante localizó en 1920, cuando junto a su padre, ln-
dalecio Alburjas, iniciaron labores agrícolas en la Vega del Pueblo
Viejo.
Los vestigios localizados por el informante en la parte que co-
rresponden al poblado, consistían en un antiguo muro o ..rafa",
tres fragmentos de ladriDo (2) y una piedra de moler maíz y café.

Monttqe de Campamento.
Después de las diferentes exploraciones del área y recorridos
de superficie por el sitio arqueológico logramos obtener la informa-
ción necesaria para emprender el montaje del campamento arqueo-
lógico.
De esta manera iniciamos el 28 de Diciembre de ·t98l , los tra-
bajos de excavación, disenando íntegramente la estructura del cam-
pamento en el área, con intenciones futuristas, de tal modo que en
el transcurso de la investigación, y en la medida en que descubri-
mos los vestigios, la estructura del campamento fue adquiriendo
características museográficas por la afluencia de visitantes de la
población actual.

Excavación.
Realizamos dos pozos prospectivos, ubicando .el primero en la·
parte que correspondió al cementerio; excavamos capas de 25 cms.
de espesor cada una, a la vez· que cerníamos la tierra, profundizan·
do basta los hallazgos. De esta forma obtuvimOs una guía estrati-
gráfica para interpretar el hecho histórico a .trav& de los vestigios
y orientar futuras investigaciones. ·
. ·...

(2) Cuando iniciamos la excavac:i6n, la .mora María Petateio, esposa del Sr.
Vicente Rodríguez A., nos facilitb uno de los ladrillos uaados para contro-
lar la enfermedad bacteriana Damada ..Cuquera.. en pudo· bmino y que
couerv6 en buenas concliciones.. ·
~~~~m------------~------~------------~
Resultados.
En el pozo No. 1, centro del poblado, de 35 a 50 cms. encontra-·
mos una asociación de 4 2 fragmentos de cerámica de procedencia
inglesa, perteneciente al período 1820-1860 (según tabla crono--
lógica de Cruxent), más loza criolla o popular; ambos materiales
pertenecen a los últimos acontecimientos del poblado. El profesor
Cruxent nos sugería excavar a mayor profundidad para localizar
vestigios más antiguos, hasta la fundación del poblado.
En el pozo No. 2, a 75 cms. localizamos la parte inferior 'd e un
enterramiento en los límites sur~ste, lo que conllevó a prolongar
el pozo con otra cuadrícula en esa dirección dejando al descubier-
to restos óseos, poco conservadores, de un individuo adulto de
160 cms. de estatura.
Consideraciones Generales.
Hasta el presente hemos realizado la investigación histórica
o micro-histórica de Chabasquén, particularizando desde la etapa
actual al poblado antiguo_y su desaparición bajo las aguas y el lodo,
en 1851.
La investigación a través de las fuentes orales y de archivo nos
permitió la comprobación arqueológica del sector poblado y el ce-
menterio; todo esto a nivel de prospección y no de una excavación
completa, de tal forma que en el futuro debemos programar un plan
de trabajo que nos permita reconstruir el pasado de la Sociedad
que pobló antiguamente Chaba.squén.
Recomendaciones.
Todas las recomendaciones especializadas han coincidido en que
los hallazgos se deben dejar en el mismo sitio de las excavaciones,
a modo de formar un Parque Histórico o Museo In Situ, que le: per-
mita al público conoéer los descubrimientos en su contexto original,
a parte de contribuir a la educación de todos los niveles.
Apéndice.
1852. Solicitud de los Vecinos de Chabasquén sobre la traslación
de la Iglesia ·
Seifor Provisorio Vicllrio Capitular.
El vecindario que suscribe presidido por los jueces, cura,
sfndico, preceptor y comisarios de esta parroquia ente su Señoría
con el más profundo respeto exponemos que: En el alfo po po en
el mes de Noviembre reoresentamos a lo H D. Provincial de Barqui-
simeto, exigiéndoles por causas muy poderosas, la traslación de la .
parroquia de Orabasquén al sitio del Banco con nombre "Parafso"
cuya justa solicitud se nos concedió por resolución de 29 de No-
viembre en los términos siguientes:
--------------------------------~--~~~ffi/~7
"La Diputación Provicional de Barquisimeto vista la representa-
ción de vecinos de la Parroquia de Chabuqu~n del Cantón Toc:u-
yo mmif~estan el que una vertiente del nivel superior al piso del
suelo estrechada por dos colinas hizo venir sobre si a una de ellas
y sufrió la población las conaecuencias de Jas ¡randes avenidas de
lodo, que por aquel extraordinario suceso perecieron la mayor
parte de las casas y por con&i¡uiente tuvieron que situarte en el
sitio del Banco, jurisdicción de la misma parroquia a distancia de
un cuarto de legua, que el terreno que ocupa la población des-
truida, aÍlD esti amenazada por otra colina que se encuentra hoi
promovida por el mismo fenómeno &ín que haya la mb remota
esperanza de que allí pueda haber población sin peli¡ro, que el
lugar donde hoi se hallan trasladados ofrece por situación geo-
¡ráfica, seguridad próspera a sus habitantes, que el mismo sitio
del Banco donde se situaron estt aumentúdose en población,
cuyo vecindano fabrique la Iglesia. Encontréndose ya a su
tér.naino. ·
Resuelve
Art. 1 Se aprueba la traslación de la parroquia de Chabasquén 81
sitio del Banco, Jlevando el nombre del "Paraíso,..
Art. 2 La traslación que se aprueba se extiende sólo para todos
los efectos civiles, debiendo ~pretar los vecinos el permiso de
las autoridades eclesiúticas por Jo que toca a este ramo.
Art. 3 Por término de cuatro años a contar desde el lo. de Julio ·-.
de 1852 se revela a los ciudadanos que habitaren la localidad de
la población de dicha parroquia a todo impuesto municipal.
Dado en el Sal6n de las Secciones de Diputación Provincial de
Barquisimeto a 24 de Noviembre de 1852. (sic) año 22 de la
Ley y 41 de la independencia. El Presidente Domingo A. Mén·
dez, el Secretario J. A. Torrealba.
Gobierno de la provincia -Barquisimeto- Noviembre 29 de 1852
(sic) 22 y 42. Ejecútese; Martín Maria Anguinagalde, pot; su seño-
rfa el Secretario Cosme Urrutia...
Ahora pueB informando el señor provisor de las razones expuestas
le suplicamos se sirva concedemos la traslación e<:lesiútica de di~
cba parroquia con e) nombre dado por la Diputación, c:omunictn-
donos a la vez su licencia para colocar el templo de la nueva pa·
rroquia, pues es lo que apudamos para disfrutar el benejicio
ccliesiástico.
Es justicia que esperamos en el Paraiso a YeiDte 4e EDero de mil
ochocientos cincuenta y doa. Testado quo-no-vele-atre-lfneu-
superior~ue-valen.
Firman : El Síndico Greiono Vúquez, el Juez 10. IDsfancia N.
Vúquez, el Juez 20 (rubricaclo). el CUra Padre Manuel Marfa
P6rez, el Preceptor Cuimiro Pérez. Pedro Gonúlez, Lorenzo
Torrealba, li>emctrio Pérez, Doroteo Leal (a su ruego), Gre¡orio
Vásquez, Juan Peraza (a su ruego), Gregorio Hurtado.

Fuente: Archivo Arzobispal de Caracas. Seccibn Pmoquias, Carpeta No. Sl,


(3 pqmas). .·. .
•.. :
~ITIERRAH~ffi-------------------------------------

Bibliografía
Annand, Jorge, "El Mensaje de la Confitera" (una introducción a los métodos
de excavaCiones arqueológicas). Separata de "Batatuy" (una aldea de los
albores de la era cristiana en los Danos occidentales de Venezuela). Museo
Arqueológico Universidad de Los Andes, 1975, pp. 16.
Cruxent, J. M., "Nueva Cádiz", Testimonios de .Piedra. El Farol, año 17 No.
160, Caracas 1965, pp. 2-5. "Notas de Ceramología". Cuadernos Falc<>-
nisnos No. 3, ~diciones de la Universidad Nacional Experimental "Fran-
cisco de Miranda", Coro, 1980, pp. 191.
"Arqueología Histórica", Conferencia en la Cátedra "Simón Bolívar••,
Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andrea,
Mérida, 22 de Mano de 1981 (transcripción del ca.sscte).
"La Búsqueda de las Huellas de Ojeda (año 1502) en tiena Falcon.Wla
(La Macoya)". ReYista Boletín de1 Centro de Historia del Estado Falcón,
año XXIX, época 11, No. 27, Coro, Mayo de 1982, pp. 6-12.
Lucena Goyo, Adrián, "Informe de las exploraciones realizadas al sitio arque<>-
lógico de San Antonio de Mucuño, Distrito Campo EHas, Estado Mérida"
(U. L. A.), Mérida, Agosto de 1968, pp. 2,lam. 3.
' 'La Acción de los Museos en el Occidente de Venezuela". Ponencia ante
la XII Conferencia General del Consejo Internacional de los Museos
(ICOM), "México 80"), Mérida, Noviembre de 1980, pp. 25.
Lumbreras, Luis Guillermo, "La Arqueología como Ciencia Social", Ediciones
Histar, Lima, Perú, 1974, pp. 240.
Perera, Ambrosio, "Historia Política Territorial de los Estados Lara y Yaracuy"
Caracas, Artes GrM'icas Sera., 1946, pp. 437.
Rojas, Rafael Armando y Otros, "República de Venezuela, Junta Nacional
Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la
Nación". Caracas, 1979, pp. 78.
Rouse, I.rving y J. M. Cruxent, "Arqueología Venezolana", traducida por
Erika Wagner, 1963, Ediciones Vega, pp. 313.
Sin¡er, A., "Geomorfologia, Arqueología y Aspectos de la Geología del Re-
ciente", multi¡raf~ado , curso No. 3 de Mejoramiento Profesional de la
Asociación Venezolana de Arqueología, Caracas, 16 de Noviembre de
1982, pp. 21 14 fi¡uras.
Unesco, "La Conservación de los Bienes Culturales", Roma, Italia, París,
1969, pp. 361.
Vansina. Jan, " La Tradición Oral" , Ediciones· Labor, Segunda Edición, 1969,
pp . 225.
Vila, Pablo, "El Obispo Martí" (importancia humana y geográfica de la larga
marcha pastoral del Obispo Mariano Martl en la Diocésis de Caracas),
Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezue·
la, Vol . 1, pp. 343.
Wagner, Erika, "Importancia de la preservación de las culturas prehispáni-
cas" , Foro sobre el problema indí¡ena venezolano, Caracas, Agosto 8 y 9
de 1974, Asociación Pro-Venezuela, pp. 11 (multigrafiado).
"La Ermita - El Rincón", (un yacimiento lnd<>-Hispano en el Estado
Trujillo, Venezuela, Boletín Informativo, Departamento de Antropol<>-
i ·Í a del J. V. l. C., No. S, Caracas, Septiembre de 1967, pp. 11-18.
------------------------------------~~~~
El Cuarto Coloquio
de Historia Regional
en Maracaibo

Se acaba de celebrar en Maracaibo -del 26 al 30 de Marzo- el


IV Coloquio de Historia Regional, oportunidad que aparte de con-
vocar y reunir a un buen número de preocupados por el asunto
regional, discutió ponencias de verdadero .interés. El Coloquio se
desarrolló dentro del ámbito de las Primeras Jornadas de Investiga-
ción de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad
del Zulia, que en general, consideramos un verdadero éxito, a juzgar
por el número y la calidad de las ponencias, cuyo resumen se recoge
en un número especial de los Cuadernos de aquella Facultad.
Los títulos de las ponencias discutidas dentro del IV Coloquio
de Historia Regional, pueden dar noticia de la seriedad del traba-
jo realizado:
· "La enseftanza de la .Historia. Consideraciones Generales",
por Angel Lonbardi; "Posición de la Iglesia respecto a la esclavi-
tud", por Cannen Hernández.; "Repercusiones de. la Cosiata en
~aracaibo", por Carlos Sánchez; "Historia Regional e Historia de
los Estados", por A. Medina Rubio; "Historiografía Regional del
Centenario (1883)'', por Carmen Gómez; "Arqueología del Noreste
del Lago de Maracaibo" y "La Fase San Marcos, yacimiento a_rque().
lógico de la micro-región carbonífera Guasare .., ambas de Ruperto
Hurtado; "La Fase Piedras Negras, yacimiento arqueológico de la
Península de Paraguaná" por María Sarcos y Arlene Urdaneta;
"Las Rutas del Comercio en torno a la Cuenca del Lago de Mara-
caibo. Siglos XVI y XVII", por lleana Parra; "Maracaibo· y su espa-
cio histórico, siglo XVIII", por Belin Vázquez de Ferrer;'"Maracai-
bo y su dinámica en el siglo XIX", por Gennán Cardozo Galué; "El
transporte lacustre tluviaJ, una alternativa para. el desarrollo de la
Región Zuliarta", de Betilde Navas; "El impacto petrolero y·las
transformaciones culturales de la Región Zuliana", por Nury Pine-
da, Fabiola Parra y María Cristina Parra; "El Saladillo, una tragedia
de Hoy", por Rutilio Ortega G.; "La Universidad del ZuJia en el
1!60/TJEJ{KAFIIt.\.l.E_ _ _ _ _ __¡__ _ _ _ _ _ _ _ _ __

proceso histórico de la Región Zuliana", por Imelda Rincón, María


Gamero y Neri Ortfn de Medina; "El proceso de comerCialización
en el análisis del espacio socio-económico de la Subregión Gu¡ijira",
por Luis Delgado; "La incorporación de Tierras baldías al dominio
privado, 191 0-1918", de Nelson Paredes Huggins; "Hístoria Local,
Historia Regional y Fuentes documentales", de Víctor Alvarez;
"El análisis geográfico del uso de la tierra: Exploración para un
ensayo ·de interpretación marxista.., por Rugo Marín M. y '"Identi-
dad Narrativa Zuliana actual", de Lilia de Lombardi. .
Sin menospreciar ninguna, puesto que todas están construidas
con una excelente disectación ·de los temas, y una cuidada proposi-
ción -datos, hipótesis, demostraciones, fuentes, mapas, etc.- se nos
ocurre destacar el conjunto de las que aparecen referidas a la temá-
tica zuliana, que en nuestra opinión vienen a ser los primeros re-
sultados tangibles de un sostenido trabajo en el que sí han creído
-a pesar de los obstáculos- los colegas del Centro de. Investigaciones
Históricas. Y parece que su fé ha contagiado a otros trabajadores
de las Ciencias Sociales, puestó que las contribuciones de Jos geó-
grafos, sociólogos, arqueólogos y economistas, para nombrar solo
a los más destacados, son trabajos de prirnerísima calidad, siempre
con una disposición hacia la investigación monográfica de com-
promiso.
Desde nuestro interés de órgano de discusión y difusión del pcn~
samiento cientffico venezolano, deseamos saludar calurosamente la
iniciativa y la actividad desplegada por el Comité Organizador de
las Primeras Jornadas de Investigación y del IV Coloquio de Histo-
ria Regional, ·ojalá muy pronto, los investigadores y los educadores
del país, y particularmente. los del Zulia, puedan contar con una
publicación que recoja in extenso Jas mejores de aquellas contribu-
ciones, que con seguridad, permitirán un mejor conocimiento de
Maracaibo y su región histórica.
------------------------~----------TIE~\R~ffi/001

Constitución del Capítulo Venezolano


de la Asociación de Historiadores
de América latina y el Caribe
(ADHILAC)

El martes 27 de Marzo del presente ano se reunió un grupo de


historiadores venezolanos en la sede de la Asociación Venezolana
de Escritores, co~ el propósito de constituir la agrupación filial de
la ADHILAC en el país. La asamblea estuvo conducida por el Pre-
sidente de la· Asociación de Historiadores a nivel latinoamericano,
el colega Francisco Pividal Padrón, distinguido historiador cubano,
quien dio cuenta del IV Encuentro Internacional de la entidad rea-
lizado en Bayamo, Cuba, durante Julio de 1983. Informó además
de los proyectos en marcha, así como de la escogencia tentativa de
sede para el V Encuentro, el que tendría lugar en Brasil.
Luego de algunas intervenciones de colegas venezolanos se pro-
cedió a constituir el Capítulo de ADHILAC correspondiente a Ve-
nezuela, nombrándose una Junta Directiva Provisoria cuyo mandato
explicará en Septiembre u Octubre de 1984, cuando deberá convo-
car una Asamblea que designe los órganos de dirección definitivos
según las disposiciones t-'Statutarias de la Asociación.
La Directiva Provisoria quedó formada por ~anuel Rodríguez
Campos, quien la presidirá, Pablo Emillo .Hurtado, Arístides Mcdina ·
Rubio, Morena Barrero y Leonardo Rodríguez, quien hará las ve-
ces de Sl'cr.etario.
Celebramos esta iniciativa y, a la vez que les deseamos éxito en
.i
su gestión, ofrecemos a la Junta Provisoria las -páginas de TIERRA
FIRME para que, por su intcrmeqio, se. comuniquen con los cole·
gas de todo el país.

\ .
262/TIERRAFIRME---------- - - -- - - - -

RESEÑA DE LffiROS

La América andina
David Ruiz Ch.

Cunill, Pedro. La América Andina (Serie de Geografía Universal


11, No. 8) Barcelona, Espafta, Editorial Ariel, 1981, pp. Sll.
Pedro Cunill Grau es un sólido y disciplinado americanista.
Geógrafo, autor del Atlas Histórico de Chile, Geografía de Chile,
Geografía del deterioro del paisaje chlleno, Castro, centro urbano
del Chiloé Insular, El Petróleo en la Geografía Venezolana (Varios
autores); articulista de publicaciones especializadas como Terra y
Síntesis Geográfica. Como docente, es Titular de la Cátedra Geo-
grafía Histórica de América (Escuela de Historia) y de Geografía
del Subdesarrollo (Escuela de Geografía) ambos de la U. C. V. De-
sempei'la actualmente la importante Coordinación Académica de la
Facultad de Humanidades y Educación en esta misma Casa de Estu-
dios.
Su América Andina está ilustrada con 21 fotografías y ll figu-
ras. En ella nos presenta la dinámica geohistórica de los países de
la región, contrastados por el subdesarrollo (p. 19) y la dependencia
(pp. 42- 43 y 53- 68). La seftala como una unidad no homogénea
sino más bien desigual y contradictoria (p. 44), sometida a severos
problemas de vinculación asimétrica con los centros internacionales
del capitalismo. Con bajos niveles de integración nacional-territo-
rial, problemas de tenencia de la tierra (latifundio-minifundio) y de
distribución desigual de la población (hipertrofia urbana y espacios
vacíos). Ante esto da cuenta de los intentos de modernización
(Industrialización, refonnas agrarias, etc.) v demuestra gran preocu-
pación ecológica ante la destrucción de la naturaleza y el ambiente
por la explotación irracional de "los inmensos, pero vulnerables, re-
cursos ecológicos, botánicos e ictiológicos de la América Andina.
Basado en el concepto de región geohistórica estudia los ambi-
tos espaciales de la América Andina explicando •m articulación geo-
gtafica, económica, polftica, cultural e histó'rica rebasando las fron-
teras políticas. Así habla, por ejemplo, de llanos colombo-venezola-
nos explicando su unidad como región por encima de límites
-.fdi~t~rritoriales.
~----------------------------------TmRRA~ffi/~
La obra se presenta muy equilibrada, con profundidad de -ex-
plicación, análisis y alta densidad de infonnación. Aparte de la
explicación, exitosa a nuestro entender, del método comparativo
para el estudio de los países andinos. Sus 14 paginas de Bibliografía
especializada sobre la subregión nos indican el importante esfueno
realizado para lograr esta extraordinaria síntesis de la dinámica del
mundo andino-americano. Cabrían, sin embargo, hacer algunas
observaciones sobre la utilización del andamiaje técnico. Este tipo
de obras tan vastas y ambiciosas en su concepción nos muestran
la necesidad de un glosario donde explicite el autor qué entiende
por tal o cual concepto. Esto lo decimos porq\le notamos cierta
ambigüedad en la explicación de procesos como la industrialización
y las .nacionalizaciones, que se manejan en el marco teórico del sub-
desarrollo y la dependencia y habla de ellos en otros lugares como
generadores de independencia nacional (pp. 56, 62, 64, 80, 266,
320-324, 356-357). Sobre este tópico quisiéramos decir que consi-
deramos inadecuado la utilización del concepto de Estado Nacional
p_ara nuestros países. A esa denominación le son inherentes la sobe-
ranía política y económicas, así como nacional-territori~l; y bien sa-
bemos que nuestras naciones no comparten estas situaciones históri-
cas. Concebimos como inaplazable el desarrollo de categorías que
rescaten para la explicación y la teoría social, nuestra heteronomía,
subdesarrollo y dependencia. En este contexto vemos la necesidad
de desarrollar el concepto de trasnación o estado trasnacionsU
que incluiría el hecho, de que aun siendo naciones fonnalmente
independientes, padecemos, a través de una compleja red de sumí·
siones, la presión y dominación económica, política, cultural y
militar de las potencias mundiales, especialmente en nuestro caso,
de Estados Unidos. También encontramos que el trabajo con ser
muy denso, en cuanto a datos, utiliza muy poco el aparato técnico,
a excepción de las ilustraciones y los cuadros estadísticos, en los
que sí indica de donde se toma Ja información.
Despertó en nosotros verdadera curiosidad la manera como el
autor nos presenta a Venezuela (país caribeño,-"amazónicó y andino)
como 1~ excepción siempre próspera en medio de sus más pobres y
auasados vecmos (pp.99-l 00, 114-11 5, 264, etc.). Sin dejar de reco.
nocer sus avances en la erradicación de enfermedades tropicales,
el desarrollo vial, sus realizaciones médicas, asistenciales y educa-
cionales Ven1.zuela es todavía un país subdesarrollado y dependien-
te. Monoprodu~tor y monoexportador, la dependencia d~l petróleo
no sólo no 11;8 disminuido sino que ha recrudecido, y con la presente
crisis naci.ou.al . y mundial, hasta algunos de esos logf9s parciales se
están esta~~o o se encuentran en franca regresión (p. e. crisis
- :" ,'
l ·,
. \

264/TJEf(R.\FJIUIE------------------

educativa y sanitario-asistencial). Su refonna agraria un rotundo


fracaSo (demostrado en la persistencia del latifundio y la dependen-
cia alimentaria) y su industrialización, altamente dependiente,
limitada al ensamblaje y generadora de nuevas y costosísimas im-
portaciones (insumos, tecnología, etc .) sin las cuaJes las empresas
creadas en el proceso son inoperantes.
No compartimos ciert-os criterios que refieren a la Historia de
América, de nuestra América, y que pasaremos a expresar: Cuan-
do a partir d e la página 44 habla de los "Antagonismos regionales-
e impactos unificadores" y explica el peso de las regiones, que suele
ser desequilibrado y fragmentador, consideramos que no sólo
es un problema de regionalismo sino de una estructura de po-
der no integrada , correspondiéndose con economías regionales
y superestructuras políticas con poderosas fuerzas c~ntrífugas.
En el caso de Chile en específico dice que " ... la férrea doctrina
unitaria de la oligarquía santiaguina tuvo que imponerse con rudeza
a los movimientos fed eralistas del sur del pafs ..... (pp. 45). Ca-
bría agregar que no fue exclusivamente la doctrina unitaria de la
oligarquía santiaguina la que se impuso a las otras regiones de
Chile para predominar e ir consolidando un proyecto nacional.
Fueron una serie de circunstancias que permitieron ese poderoso
impacto unitario. Destaquemos la localización de la población en
Chile Central donde no existían obstáculos geográficos a la unidad
política (pp. 481-482), como si los hubo y existen p. c. en Vcnczuc.'-
la y Colombia; la riqueza extraordinaria de las ti~rras agrícolas de
dicho emplazamiento, el bajo costo social y económico de las guc- .
rras de independencia que permitieron una continuidad, única en
América Hispana, de la estructura socio-productiva y de poder en
Chile.
El autor plantea que en la primera mitad dd siglo XIX •• ... la
institución (]a esclavitud), había perdido importancia como sistema
de producción frente ai'salariado" (pp. 78). C'onsidaamos que este
juicio es e rrado desde el punto de vista histórico. La esclavitud
sede ante otras formas de producció n pn.:capi tali stas ( huasipungaje.
gamonal, inquilino, pconajt·. ~.·te. ) y no frente al salariado. El mis·
mo Cunill indica postt•riorml.'nh: qu1.• esas otras condicio nes de tra·
bajo pn:capitalistas prcd o minan hasta bien cntmdo d siglo XX
cuando dcs:.~parcccn ant~ d av<.~nCL' dc la mod~.·rni7.ación (léase
rl'form:1s . agra rias. indust riulizació n, urbani7.ación, etc. ) y aparece
l'l r~gim l.'n d e salario.
Al hablar de tos orí~:wncs urbanos di.' América Andina sostiene
(p. 213) qm· d sisiL'ma de trazado regular. l.'n fom1a de damero o
l<~bkro di.' a.kdr~z . aplk:u.lo en América Hispana en el siglo XVI
_ __.._ ____,_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ TIERH.\J:IIOIE/2(ll'i

proviene del medievo europeo trasmitido 4 Espafta y de ~U a


América. Ciertos investigadores (Woodrow Borah, Luise Margolies,
Graziaño Gasparini, Daniel Schavelzón) lo consideran precolombino
o por lo menos. coincidentes en su invensión y utilización. . Nos
brindan, para sustentar su tesis, ejemplo de ciudades de trazado
regular en México y Perú prehispánicos.
Recomendamos ampliamente la lectura de esta obra dedicada
a la dinámica de esta porción de Nuestra América vertebrada por
la Cordillera de los Andes.
~/TIERRAHRHE-·----------------------------------~

Simón Bolívar, escritos fundamentales


Haydee Miranda
Carrera Damas, Geimán
Simón Bolivar, E5critos Fundamentales. (Seleéción, prólogo y re-
sefta biográfica de Gennán Carrera Damas) Caracas, Monte Avila
Editores, 1982, pp. 266.
En primer .término, este libro ofrece a los lectores un estudio
introductorio de su compilador, Germán Carrera Damas, acerca de
la "vigencia de Bolívar''. Allí se explica como el Libertador es·.u ti-
lizado en lo que se denomina "culto al héroe", "culto a Bolívar" o
"culto Bolivariano" lo cual ha invadido todo el cuerpo social y
político del país, a través de las diferentes corrientes historiográfi-
cas (Independentista, Romántica, Positivista y Marxista) que han
estructurado y llevado dicho culto a su mayor esplendor. De aquí
la necesidad de realizar estudios críticos revalorativos de la. figura
histórica de Bolívar, estudios que deben ubicarse en su tiempo his-
tórico y no en el de los vehementes adoradores que lo traspolan
abusivamente de una época a otra.

El "culto bolivariano" y su vigencia obedece a las condiciones


de fuerza real que han adquirido Jos sectores dominantes en todos
los ámbitos de la vida venezolana, en cuyo contexto la manipula-
ción del héroe ha contribuido al fortalecimi~nto de su dotrtinio.
En su segunda parte, la obra ·contiene una reseña biográfica
de Simón Bolívar, que por no ser un estudio crítico sobre la vida
y obra de tan insigne caraqueí'lo, nos presenta una panorámica ge-
neral, sin caer en el anécdota de Batallas o episodios épicos.
Como tercera y última parte, ofrece una selección de escritos,
discursos, cartas y proclamas entre Jos cuales destacan: Decreto de
Guerra a Muerte, carta de Jamaica, Ley Marcial de 1817, Mi Delirio
sobre el Chimborazo y otros.
En fin, esta obra pretende indagar la personalidad histórica de
Bolívar, de cómo ha sidó objeto de deformaciones tanto en el plano
historiográfico como en el plano histórico-político. Sin traicionar
estos seftalamientos sobre sus logros podemos decir que la obra de
Carrera Damas representa Ja defensa de un Bolívar desde el punto
de vista académico, depurado, cuyo estudio cae "en el respetable
·. campo de los especialistas", sin hacer una proyección sobre la vigen-
. ·: ::· cla del pensamiento bolivariano y su posible aplicación al campo
_.,.,·.r--lllCC.-s<>CJlU en la Venezuela de hoy.
-------------------TIE1Ut\l:tlt.\Ü~t 007 1

. t
Geopolítica • f ...

de las relaciones de Venezuela


con el Caribe
J. Rodríguez Barazarte

Geopolítica de las Relaciones de Venezuela con el caribe. Caracas,


Fundación Fondo Editorial ASOVAC, 1983, pp. 317.
Andrés Serbin y otros

El estudio de las relaciones internacionales de Venezuela con


respecto al Caribe y muv particularmente al Caribe l:1sular, consti-
tuye un tema, que en los últimos 15 años ha resultado de gran
interés.
Hacia esta importante área de investigación se orienta el trabajo
del sociólogo venezolano Andrés Serbin, quien con mucho rigor
viene estudiando la cuestión relativa a las relaciones de Venezuela
con las islas del Caribe. Este esfuerzo de Andrés Serbin por conocer
y dar a conocer los diversos aspectos relativos a la situación geo-po-
lítica del Caribe contemporáneo, ha sido recientemente centralizado
·e n el importante trabajo titulado Geopolftica de las Relaciones de
Venezuela con el Caribe.
En este trabajo, Andrés Scrbin reúne J 6 importantes ponen.cias
presentadas en la XXXII Convención Anual de la ASOV AC, en el
Simposio organizado por la Asociación Venezolana de Estudios del
Caribe (AVECA). institución fundada en Julio ·de 1979, por inves-
tigadores provenientes de distintos campos académicos.
En primer lugar, Andrés Serbin nos presenta a manera de intro-
ducción, .el panorama de la evolución de las relaciones de Venezuela
con el Caribe, y es allí donde destaca, ·cómo a partir de 1969, es
decir a comienzos del gobierno de Rafael Caldera, la política exte-
rior venezolana va a romper con el viejó esquema de la Doctrina
Betancourt, implementando a partir de ese momento una política
exterior enmarcada en los postulados del pluralismo ideológico,
doctrina ésta que va a servir para iniciar a partir de 1969, una nueva
etapa en las relaciones de Venezuela hacia el Caribe; .
Más tarde, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974<· :>
. '
•.
268/TIER.RAFIJUÍE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

1979) las relaciones de Venezuela con respeéto al Caribe, -agrega


Serbin-, van a estar caracterizadas por una mayor flexibilidad, en
el sentido que va a predominar una política exterior tercermundis-
ta, de ayuda· económica. Pero ya con el gobierno de Luis Herrera
Campins (1979-1984), se va a iniciar una nueva etapa en estas
relaciones, la cual va a estar enmarcada a través de la llamada
..Diplomacia de Proyección", en la que se susti.t uyen ' los postu-
lados de asistencia económica, presentes en la política exterior
de Carlos Andrés Pérez, y lo predominante en esta "Diplomacia
de Proyección" va a ser el elemento político, en donde se va a
producir una notoria disputa en la región del Caribe, entre la co-
rriente Social Demócrata (representada por la Internacional SoCia-
lista) y la Democracia Cristiana.
Siguiendo a la introducción de este libro, en donde Andrés
Serbin expone algunos de los aspectQs anteriormente sef\alados, y
que de paso compartirnos plenamente, van a continuar dos impor-
tantes partes, en donde están expuestas las diversas perspectivas, de
las relaciones de Venezuela con la región caribena.1
En ia primera parte de este esfuerzo recopilador de Andrés
Serbin, están recogidas diez interesantes ponencias cuyos autores
son los siguientes: Leslie Manigat, Pero Cunill Grau, Kwaldone
Nweihed, Mirlande Hippolite de Manigat, Roland T. Ely, Alberto
A. Muller Rojas, Leoncio A. Pinto; Demetrio Broesner, Carlos
Romero y. Carlos .Gueron, las cuales hacen referencia a varios as-
pectos de esas relaciones, como pQr ejemplo, las relaciones djplo-
máticas entre Venezuela y Cuba, la controversia venezolana-guaya-
ncsa, etc.
La segunda parte del hl>ro se refiere a la situación política del
Caribe contemporáneo, donde están las ponencias de Andrés Serbin,
Rita Giacalon de Romero, Francine Jácome, Beatriz Cácercs de
Pefaur y de José Moreno Colmenares. Algunos de los títulos de
las ponencias de esta segunda parte, tocan aspectos como el de la
situación política y sindical de Granada, sobre la cuestión del na·
cionalisrno y socialismo en el Caribe, la realidad curazolena y algu-
nos otros aspectos sobre la realidad política contemporánea del
Caribe Insular.
Por último considero necesario decir, que este esfuerzo de An-
drés Scrbir y de los otros investigadores que lo acompañan en la
AV ECA, por estudiar tas relaciones de Vcnczucla con el Caribe,
debe ser aplaudido ya que en el momcntp actual la región de , .
Centroamérica y el Caribe están atravesando por una situación
bastante conflictiva que es ne<:csario estudiar con mucho dete-
nimiento.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - -·TIBRI~\FIRME/269

Planiuc
' • ;.. • ~ 1 • • • ~

Elgor Doporteño

Planiuc.
Revista de la Dirección de Pluificación y Promoción
eJe la Universidad ele Cuabobo. . .
Afto 2, Núiftero 4~jul-diC. 1983, pp. 239. .
Apartado de correos 129, Valencia, Estado Canbobo

Con el propósito de divulgar trabajos referidos a la problemá-


tica educativa del país, particularmente al subsistema de Educa-
ción Superior, la Dirección de Planificación y Promoción.de la Uni-
versidad de Carabobo mantiene la edición y circulación de la re-
vista Planiuc.
El número 4 de esta revista· incluye algun<>S ensayos de verda-
dero interés para los cultivadores de las ciencias humanas y sociales.
Se nos ocurre que los trabajos "La Planificación como disciplina
científica", de Max Contasti, ..Proyección de la Acción Universi-
taria", de Hugo Sánchez M~dina, "La Planificación Estratégica
de la Educación Superior" de Silvio Llanos de la Hoz y "Una expe-
riencia para la reflexión sobre el proceso de planificación universi-
taria" de Nancy Velázquez Acuí'la, constiruyen un conjunto de
validez relevante, particulannente para quienes desarrollan su acti-
vidad en niveles de planificación, organización y metodología de
la enscftanza universitaria. El articulo de Contasti es una revisión
y puesta al día de la ciencia de la pl.anificáción, mientras que Sán-
chcz Medina pondera la importancia de los i)r~cesos de planifica·
ción en el tiempo>:: en el es¡)acio. UanOs y Velázquez construven
prop<>Siciones concretas de aplicación, una de ellas· formulada
sobre la base de una experiencia concluida.
En un · segundo conjunto rios parece· que se pueden reunir los
trab~os de Rafael Tovar, "Sobre el Régimen de Estudio en la
Facultad de Ingeniería de la Universidad de · ~arabobo", el de
Julián Rivcro "Una alternativa para la d~cusión ·de .Rediseño Cu-
rricular del Departamento de Matemá.tica de la Facultad de Inge-
niería de Ja Universidad de Carabobo'\ montados ·ambos sobre la
discu~ión que en materia de currículum, avanzan cp la Facultad de
lngcnicríá de la Universidad de Carabobo. · . -·~

:' : . :
27m1lERR.-\FIIUffi _ _ _,__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

El ensayo de Arnneris Tovar y Dióscoro Negretti "Estrategias


Sociopolíticas en la Educación Venezolana", lo consideramos
un aporte serio a la sociología de la educación venezolana, pues
examina los factores determinantes para la mejor articulación de
la educación con el empleo, en función del modelo de crecimiento
económico del país.
Maritza Barrios, Leopoldo Ruiz Paolini, Freddy Mulino y César
Vigas Pefta, reflexionan, desde diferentes perspectivas sobre Jo que
se podría Hamar Política Universitaria. La Doctora Barrios hace un
"Estudio Analítico del Proceso de Investigación Evaluativá", mien-
tras que Ruiz Paolini se pregunta "·¿Aut~nomía?", para discutir
en tres breves páginas la factibilidad y pertinencia de tal condición.
Mulino formula una serie de "Hipótesis sobre las causas de la dis-.
minución del rendimiento estudiantil de Primaria a Universidad" y
César Vigas escribe algunos detalles de lo que parece ser un progra-
ma aleatorio de la Universidad de Carabobo.
El artículo del Dr. Hermann Matute Romero nos parece, sin
desmerecer ninguna de las c;>tras contribuciones, el más denso y el
más acabado. Se nos antoja el informe de una investigación sanita-
na que el autor presenta bajo el título "El proceso salud-enferme-
dad, la regionalización sanitaria y los niveles de atención m~dica en
Venezuela 1982". En su ensayo, Matute aborda interesantes pro-
blemas de Salud Pública y regionalización, en la que llega a propo-
ner formas de organización, y concluye con lo que podríamos lla~
mar una muestra, al concentrar su atención en los Distritos SanHa-
rios del Estado Mérida.
Planiuc, bajo la atención de un editor responsable, el profesor
Nube Stephan, en una revista semetral, con algunos descuidos en
la producción, pero de indudable valor para planificadores, educa-
dores y científicos sociales en general.

.•
..
·
. . .i
--------------------------------------~~ffi/~1

Revistas

David Ruiz Ch.

Revista Universitaria de Historia, Caracas, Cursos de Post-grados en


Historia, Universidad Santa María, Sept.-Dic. 1982, No. 3
En la presente ,edición se confirma la calidad y solidez de esta
revista dedicada a los estudios históricos. En la sección Monografías
y Ensayos Luis Beltrán Guerrero exalta el himno nacional desde
nuestra contemporaneidad urgida de ética, moralidad y auténtico
patriotismo. Anatoly Shulgosvki analiza a Samuel Robinson como
hombre y pensador en un denso trabajo titulado · "Simón Rodrí-
guez, hombre y pensador"; Federico de Córdova Castro desarrolla
lo que podríamos Jlamar lo actual del pensamiento del Libertador
cuando Jo ubica como "Bolívar Precursor del Antiimperialismo'';
Nikita Harwich VaUenilla y Federico Brito Figueroa por su parte
estudian el peso y el aporte a nuestra historia de Laureano Vallent-
Ua Lanz; D. F. Maza Zavala, profuso ensayista y articulista, diserta
en base a unas "Reflexiones sobre las ciencias sociales y los proble-
mas contemporáneos" y Manuel Alfredo Rodríguez hace un mere-
cido recordatorio a Don CcciJio Acosta, periodista y maestro de
pueblos enchido de pulcritud moral y dignidad.
En las demás secciones se registra la intensa actividad del Centro
de Estudios de Post-grados en favor de la investigación histórica
(Documentos, cursos, foros, conferencias, actualidades bibliográ-
ficas, labor editorial, etc.). ·

Revista de Economía Latinoamericana. Caracas, Banco Central


de Venezuela, 1983, No. 63.
El número 63, de esta ya dilatada experiencia editorial, (su pri-
mer número salió en Junio de 1961) con tiene ahora seis intere-
santes esfuerzos de reflexión y de síntesis de lo que es la economía
venezolana y del subcontinente latinoamericano, así como un tra-
bajo de teoría -económica. Inicia con un ..Panorama de. la Econo-
. mía Venezolana durante los af\os 1981 y 1982 y el Primer Séines-
tre de 1983", redactado por los especialistas que en aqueiJ3 nmteria.
......
2i2t OE!tR.\FIIt.\IE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

están adscritos al Banco Central. Continúa Enrique Sierra con un


ensayo-síntesis de lo que ha sido "La Planificación en Venezuela";
Patricia Meller hace una concienzuda investigación sobre "El Rol
del Petróleo en la Economía Venezolana"; Máximo Mendoza Ale-
mán nos habla de. "Financiamiento de las Exportaciones.. ; Luisa
Montuschi disérta sobre "Políticas Industrializadoras e Inflación
en Argentina" y concluye Arthur V. C. Meyer con un aporte teórico
a la discusión sobre "El Papel de los Precios en la Economía Socia-
lista".

Metas (Revista de Economía) Maracaibo (Edo. Zulia) Colegio de


Econoinista.t del Estado Zulia, 1983, Nros. 14, 1S, 16 y 17.
En estos cuatro números de la revista Metas hay una polémica
revisión de los más acuciosos problemas del país: la crisis petro-
lera y económica, cuestiones medico-sanitarias, ecológicas, trabajos
sobre el Bicentenario del Libertador, Pacto Andino, marginalidad,
política económica, el Centenario de J. M. Kcynes, la deuda ex tenia
latinoamericana, situación de la agricultura nacional y de la Región
Zuliana, los modelos de desarrollo, trabajos culturales, cte. En fin
una revista de obligatoria consulta para los interesados en las especi-
ficidades económica de nuestra crisis y el lector preocupado por la
problemátic~ general del país.

Revista de Ciencias Sociales. Maracaibo, Edo. Zulia, Venezuda.


Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.
Tercera época 1983, No. l.
En circulación nuevamente esta interesante publicación de la
FACES zuliana. Encabeza su contenido un denso artículo del Prof.
Néstor Castro Barrios, que presentara como ponencia en el VI Con-
greso Mundtal de Economistas, celebrado cri México en 1980, sobre
. "Las diversas faces del proceso de acumulación: Contenido analí- .
tico y Metodología Cont~blc,., donde se pasa revista y se pokmiza
con los enfoque clásicos sobre el problema de la acumulación capi-
talista: Marx, Rosa Luxemburgo, Baran, Swcczy, etc. Se critican
alb>unos aspectos t!5cnicos de la forma de contabilizar el proceso de
acumulación observados por organismos internacionales (0. N. U.),
de indudables repercusiones económicas y políticas, y que asimis-
mo son fundamentales para comprender los procesos de acumula-
ción tm los países subdesarrollados y dependientes de nuestra Amé-
rica Latina. El profesor Mariano R. Moreno Vera refuta lo que ·ua-
ma "Cuatro tc.:sis equivocadas sobre transferencia tecnológica. Et
caso de la industria venezolana", mientras que Rcné Zabalcta More~
no escribe sus ..Notas sobre la Cuestión Nacional en América Latí·
.. ·. . ..,

----------------------------------~~~~
na'\ d~nde analiza el planteo marxista sobre el problema nacional,
la formación de las naciones europeas y la situación específica de
los pueblos l~tinoamericanos ante el hecho. nacional. Los casos de
Perú, Bolivia, Paraguay, México, Puerto Rico, etc. son ventilados en
el marco del monolingüismo, multinacionalidad, dependencia colo-
nial, etc. Cierra este ciclo de trab~os la profesora Leticia Díaz de
Zabaleta haciendo una apretada síntesis de una investigación de Ma-
riano Moreno "La Agricultura Venezolana. Análisis de la Fuerza de
Trabajo en el Estado Zulia'•.

Nueva Sociedad, Caracas, Julio-Agosto 1983, No. 67


Esta revista de una ya dilatada trayectoria auspiciada por la
Socialdemocracia Internacional viene repleta de información sobre
América Latina.. · En su sección "Análisis de Coyuntura, se tratan
las realidades políticas de Perú, Costa Rica, Uruguay y el Caribe
Anglf>fono. En la parte denominada "Controversia·" un par de en-
trevistas a dos connotadas figUras del MAS, Diego Bautista Urbaneja
y Rafael Guerra Ramos explican el proyecto societario de su par-
tido. Yna entrevista al antropólogo y americanista Darcy Ribeiro,
analísis de los partidos políticos argentinos, la Ley de partidos polí-
ticos en Nicaragua y reflexiones sobre la integración latinoamerica-
na, reseñas de libros y noticias completan a.J.gurías de las variadas
secciones de esta entrega.
El tema central está dedicado al grave problema de la deuda
exu~ma del área: reflexiones de diversos·cientistas sociales donde lo
esencial es entender y explicar las razones estructurales y coyuntu-
rales del endeudamiento, los diferentes protagonistas de la crisis:
Fondo Monetario Internacional,. Tercer Mundo, América Latina.
Se investiga algunos casos concretos como Argentina, Costa Rica,
Brasil y Venezuela, quedando abierta para el próximo número la
polémica· y las vfas de solución de este grave problema de la deuda
externa que no sólo hipoteca nuestro presente sino que significa un
verdadero "embargo del futuro". '

Integración. Caracas, Enero a Agosto, 1983, Nros. 125, 126 y 127.


Revista especializada en la 'temática de integración, contiene in-
fonnación reciente sobre el estado 'de los acuerdos regionales en el
campo económico, político y cultural. Situación económica de los
países del Pacto Andino, Diálogo Norte-Sur, documentos' sobre la
subregión realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo y
especialistas en la materia. ·

. ;
..
~~~~-----------------------------------
Gaceta Internacional. Caracas, Oct.-Dic. 1983, Vol. 12 No. 2
Nos encontramos, sin duda alguna, con una revista de gran ca-
lidad·, con una red de colaboradores nacionales y extranjeros de pri-
mera línea. Este entrega es muestra de lo anterior y gira en tomo
a dos temas: la crisis de endeudamiento externo de América Latina,
tratada por Miguel Rodríguez Mendoza, Pompeyo Márquez y Carlos
Moneta, y las múltiples facetas de las relaciones· entre Estados Uni-
dos y América Latina donde seis especialistas eil geopolítica, eco-
nomía, integración latinoamericana, etc. Explican la compleja di-
námica de nuestra relación con "otra América".
Queremos dedicar, por razones obvias, algunas líneas a un ar-
tículo del intelectual trinitario Henry S. Gill, especialista en asuntos
de política internacional, y en particular del Caribe, titulado "Gre-
nada: La política interna y externa de la Revolución". Donde se
historia el proceso de transformación social grenadino liderizado
Maurice Bishop y su New Jewel Movement. Los avances de la revo-
lución en lo interno (mejoras ~conómicas, sociales, educacionales,
culturales y médico-asistenciales de la población), políticas (movili-
zación popular intensa para reconstruir el país empleando formas de
democracia directa muy superiores a nuestra democracia quinquenal
de "15 segundos,) y sus logros en el ámbito internacional que la
habían conducido a una progresiva aceptación por parte de sus rece-
losos vecinos, así como un triunfo por el desbloqueo político logra-
do en contra de las orientaciones de Washington hacia ella. Este
artículo, escrito a todas luces, antes d ~l magnícidio cometido contra
Bishop, y consiguientemente pre.vio a la invasión yanki, nos hace
reflexionar, sobre como un grupo de ¿revolucionarios? lanzaron por
la borda uno de los procesos de transfonnación societaria más origi-
nales que haya producido pueblo alguno en nuestra historia contem-
poránea. · Se derrumpan algunos mitos y se confirman realidades
históricas: se .deshace por ejemplo el dogma .de los procesos revolu-
cionarios en permanente avance, sin retrocesos, o estancamiento.
(Concepto, dicho sea de paso, que evidencia lastres positivistas,
evolucionistas y mecanicistas en el pensamiento dialéctico). Entre
las verdades históricas que se confirman podríamos citar: 1) Que
aúil subsisten en las organizaciones revolucionarias severas "defi-
ciencias estructurales" que impiden que el debate político y la dis-
crepancia se desarrollen . plena y democráticamente y encuentren
como ú.nica vía de expresión la conspiración, las purgas, el magnici·
dio, cte., y 2) Que los agentes de transformación social en nuestra
América 4eben actuar con suma inteligencia, con "pie de plomo..
.para no poner los logros revolucionarios a merced de la realidad
geopolítica aplastante que tenemos que recordar todos los días:
-------------------------------------TIERRAAR)lli/~5

somos ''vecinos" del Imperio económico, poUtico y militar más


poderoso del orbe capitalista, los Estados Unidos de Norteamérica.
Análisis. Caracas, Instituto de Asuntos Internacionales, Ministerio
de Relaciones Exteriores, 1983, Nos. 195, 196 y 197.
El ejemplar 195 de la serie contiene tres trabajos, e.l de Hans-
Joacliim Leu titulado ..El Derecho Internacional Humanitario y
el Nuevo Orden Humanitario Internacional ¿Evidencias de ·cambios
estructurales en la sociedad internacional?"; Lourdes Cobo de
Zambrano desarrolla su planteo "Sobre el concepto de frontera
y la Política de Fronteras" y culmina con "El Programa. de la
CEPAL sobre los recursos del MAR y el Desarrollo de América
Latina y el Caribe". En el 196 encontramos dos interesantes en-
sayos: Uno preparado por las Naciones Unidas sobre "La pers-
pectiva económica mundial a más largo plazo: Opciones de los paí-
ses en Desarollo" y el segundo, del destacado antropólogo social,
internacicnalista especializado en el estudio de la realidad caribena
Andrés Serbin, basado en "El Estado actual de los estudios caribe-
nos en Venezuela: las investigaciones sobre el Caribe de habla in-
glesa y holandesa". El número 197 está completamente dedicado
a el " Informe Alimentario Mund'ial" preparado por la ONU. A los
tres les es común la continuación de la "Cronología Exterior Ve-
nezolana" y la sección de Información sobre las actividades del Ins-
tituto de Asuntos Internacionales (libros y revistas recibidos, con-
ferencias, etc.).
Anthropos. Los Teques, Miranda, Venezuela: Instituto Superior
Salesiano de Filosofía y Educación, Enero-Junio y Julio-Diciembre,
1983, Nros. 6 y 7.
En su ya cuatro af\os de existencia, esta publicación, dedicada
a la reflexión académica, histórica y filosófica, desde una perspec-
tiva cristiana progresista, en su sexta entrega contiene trabajos de
Filosofía griega y Literatura patrística. En la sección antropolo-
gía cultural un ensayo sobre las relaciones sociales en Já cultura
yanoami, investigaciones sobre teoría y metodología pedagógica
y una reflexión histórico-filosófico de Pedro Trigo sobre "Proyectos
históricos de América Latina" con ·el temple y Ja densidad del que
reivindica la voz de los vencidos.
El número 7 viene dedicado a la conmemoración del Bicentena-
rio del Natalicio de Simón Bolívar la formación política, cultural,
religiosa, del Libertador, la lucha por la integración latinoamericana
y las restantes tareas nacionali~tas, democráticas y revolucionarias
que nos legó el Bolívar que hoy necesitamos, no el héroe me~aff­
co y oficialista ni siquiera el surgido de academicismos estériles, sino
el BoJfvar.atrincherado por una patria buena. . . · ·· :·..
·.• .•:.
'~61~~------------------------------------

NUEVA
MARZO/ABRIL 1984

. ANAUSIS OE COYUNTURA
SuMna P~: lntegrKión Regional: Un Paso Adelante, Dos Atr161; Om1r Da-
viel: Jamaice: Elecciones sin Opción.

TEMA CENTRAl: COMUNICACION : iDOMINACION O DEMOCRACIA?


H6ctor MIIM Meta: Ecor\Omía PoHtiC. del Orden Internacional de la Informa-
ción; Miaimo Slmpeon ~i..-,.: Comunicación Alternat iva y Democrecia. Entre
11 "Vanguardia" v la Teoría di la Dependencia; Osweldo Clpril•: Comunicación
y Cultura en el Reino de Big Brottiers; Dieto Portal• C.: Cotn\lnicación: l imita-
ción o Identidad? R111puestes e la Crisis; F.,Mndo IWy• Mln.: BüsQueda de una
Comunic:ación Democr.tica. Nuevo Orden Informativo : 1973-1983; Néltllf Q.,..
ele C:Mdlni: Gramsci con Bourdieu. H•gemon(a. Consumo v Nuevas Forrrw de
Orgenízeción Popul.r; A..-ro Góntlor•: Le Mi r1~ Impertinente . El Video Al -
ternativo; Fr1nc:ilc:o GutMrYa: las RadiO$ Comunítarl•. Ur!a Experienci a de
Comunicación Alternati.-..

POLITICA-ECONOMIA-CULTURA
Carlos An..,.. Nfw: Centr~méric:a v el CaritM: Una Pl'o~esta Socialdem6creta;
Alta G-.lone de Rom.o: El Clientelismo Político en el Caribe An!»>ó fono; .lYiie-
ta Knwood: El F -inltmo eomo NeQ~Kión del Autoritarismo; Ana Mlr(a Fox-
ley: Inquietud v Vi~llded tn el Ttatro ChiJeno; Raquel Rut~: UNESCO: ltinera·
río de un Conll icto.

NOTICIAS-INFORMES-RECENSIONES

SUSCRtPCIONES Cincluido flete .ereo)

ANUAL BIENAL
(6 número~) '¡u núm--1
América del Norte/Asi•/ Europa US$ 2~oo US$ 45.oo
Argent J8raii/ColomJEc:uador
Mé~<ico/PuiH'to Rico USS 20,oo US$ 35,oo
Venazuela Bs. 110,oo Bs. 200.oo
Resto del mundo US$ 15,oo US$ 25,oo
'AGOS: CheQUi!$ en dólares 1 nombfe de NUEVA SOCIEDAD.
Oirecció": Apertado 61712 • Checao · Ceracas 1060-A, Venezuela •
. • .· R0g1m01 no efec:tutr trl!fllfefénoias bancarias pera can calar suscripciones .
·.- , .
. '·
,
·:~¡.;~·44¡...~ .A...ñ.· . ....... ~ .
------------------------~----~---~~~~

r-·-··········-·. . . . ···---,. . . -...·--.. -.. .--..


·-·-~

.. .r ,.

....•'
11

1
!,
. f

L____. . . . . .- .·-·-·--·---'
EN VEZ,
revista de los movimientos sociales,
nace aportando un esfuerzo más para reinventar el futuro.
Pero el futuro para nosotros empieza hoy,
porque cada día encontramos más razones y más realidades
que nos hacen pensar que está a nuestro alcance
una sociedad donde no solo se distribuya
la riqueza de manera más justa,
sino que la misma forma de producir y disfrutar esa riqueza
sea más humana, más digna.

S..cripclón (Anual)
Precio
venezue........... ... . . Bs·. 120
(envío por correo especial'gratuito)
Amáica ....... ~...... S 16,80
Europa •• -•••••• _:. • • • • • $ 20,40
Otros países . • .. . . • • . . • $ 24.
Enviar cheque a nombre de la Revista En Vez al !Apartado ·
de Correo47.289,(:aracas 104l·A Venezuela

Dirección: Avda. Urdaneta entre Veroea. e Iharra ·. '\•


Torre Alfa Of. 10-D TeJ!. 561,1223

........ .............~. .: ~
278/TIERit\FlRME _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ __

Revista de análisis poi ítico y cultural.


SUSCRIPCIONES
Venezuela Bs. 100,oo
Suscripéión de Apoyo Bs. 200,oo
Amér)ca US$ 25,oo
Europa US$ 25,oo
Otros US$ 32,oo

Enviar cheque a nombre de JOE L ATI LIO CAZAL


Dtrección: Apartado de Correos 18.164
Caraca 1012·A ·Venezuela
----~--------------------------------TIERRA~ffif~

-
1

-
ASOCIACION
DE PROFESORES
DE LA U.C.V.
PREMIO ANUAl A LA INVESTIGACION APUCV

La Junta Directiva de la Asociación de Profesores de la Universidad


Central de Venezuela hace del conocimiento del profesorado las Bases
del "Premio Anual a la Investigación Asociación de Profesores de la
UCV", el cual será otorgado por la cantidad de DIEZ MIL BOL/VARE$
al trabajo que, a juicio del Jurado, sea considerado como el mejor en
cada una de las siguientes AREAS: Ciencias Básicas, CiencíBS de la
Salud, Tecnologías, Ciencias Sociales y HumanidBdes. El periodo de
B(lmisión está abierto a partir del 10 de ffl8rzo a/30 de mayo de 1984.

BASES
PRIMERA
Con la finalidad de estimular 1á superación del profeSorado de n"dStra
Universidad. la Asociación de Profesores de la Uniwrsided Central de Veoe-
zuela crea un Premio anual a la Investigación denominado ..PREMIO
ANUAL A LA INVESTIGACION ASOClACION DE PROFESORES DE
LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA". Dicho premio se
otorgará a los trabajos que. a íuicio del jurado, sean considerados c:omo
los mejores en las siguientes AREAS:
1.· CIENCIAS BASICAS comprende: Física. Química, Biología, Matemáticas
y Estadística. .
2.· CIENCIAS DE LA SALUD comprende: Medicina. Odontología, Farmacia.
Ciencias Veterinarias (aspecto ssludl, Dietética y Bioanálisis.
3.· TECNOLOGIAS comprende: lngenierra.Civil, Ingeniería Ourmica y Petró-
leo, lngeniP-I'Ía Eléctrica. Ingeniería MP.Cánica, Ingeniería Sanitaria, Ingenie·
ría Metalúrgica, Geologfa y Minas. Meteorología. Arquitectura y Urbanismo,
Agronomía. Ciencias Veterinarias (aspecto producción animal). Tecnología
de Alimentos.
4.· CIENCIAS SOCIALES comprende: Economía, Sociología, Antropologfa.
Geograf(a, Ciencias Jurf9ic:as y PolftiCl81·, Estucli01 lntsmac:ion•les, Admi-
nistración, Contadurra. Relaciones l'ndustrlales, Trabajo Sociel.
5.· HUMANIDADES comprende: Historia, Letras, Filoeoffa, Psicología, Educa-
ción. Periodismo, Idiomas, Bíblioteconomra.

SEGUNDA
Anualmente se otorgará un premio para cada una de les áress indicadas.

TERCERA
El premio anuai consiste en un diploma y la cantidad de diez mll boHV81"es
para cada trabejo .aleccionado.

CUARl'A
Tienen derecho a participar:
a) Los profesores en ejercicio. miembros del personal docente y de lnVes.
tigec:i6n de la UCV afiliados a la ·Asociación de Profesores de la Univer-
sidad Central de Venezuela, que hayan cumplido, por lo menos, para
la fecl'la de presentación del traba}o. dos (2) allos ininterrumpidos en al
ejercicio de sus funciones.
b) L01 Pfofesores jubilados y pensionados de la UCV.
el Los profesores honorarios que hayan hecllo carrera docente o de in·
vestigeci6n por lo menos dos 121 anos en la UCV.

QUINTA
Los jUf'adOS aer6n nombrados de la siguiente manera: un miembro del Con-
.ajo de Desarrollo Cientffico y Human(stico y dos miembros por la AJocia·
clón pera el Progreso de la lnvestigeeión Universitaria (APIU). le cual coor-
dlnn.
SEXTA

-La evaluación de los treb.i01 as l'lará conforme a su origina lidad y contri bu·
ción al desarrollo cientffico y humanfstico. A tiJI fin. al jurado, cuando lo
estime conveniente, podrá _,licitar la opinión de espacíalistas v personas
vei'Wdas en la meterla respectiva. además de toll'ial en cuenta los plantea·
mientas metodológicos, teóricos de aquellos aspectos que deben considerar·
se ótf les a los fl nes correspondientes. ·

SEPTtMA

Para optar al premio, los aspirantes debenln rend1r a la Asociación de Profe·


sorea de la UCV, la cantidad de cuauo (4) ejemplares de trabajo. dentro del
parfodo de admislón , el cual será del 10 de Marzo al 30 de Mayo de cada
año. ·

OCTAVA
. . :~. ' :· A loe fin111 del concurso' te aceptarin los trabajos de investigación inéditos o

·.··~ . .
--------~---------------------------TmRRA~/~1

publicados dentro de los doce meses an~iores al periodo de admisión c'oo-


sldenldo.

NOVENA
De acuerdo con la disposic:ión anterior. se considerarán publicados todos
aquellos trabajos que haven circulac'io en llllf'Si6n escrita o hayan sidQ sorne·
tldos a la consideración de un jurado antBi de su presentación para omar al
premio.

UNICO: Conforme a las finalidades del Premio no se eoepU~nín trebejos


premiados en otros concuflOS.

DUOOECIMA
Cuando el jurado encontrase dos obras con Iguales méritos dentro de uno de
·1oa campos setlalados en la base primera, PQdté resolver por unilllimidad de
los miembros ot0f'Q81 un diploma a cada autor o equipo y dividir el premio
en metálico en dos pertes Iguales.

DECIMOTERCERA
El autor o equipo premiado. un atlo, no podrá optar al premio en la siguiente
oportunidad.

OECIMA ·
La presentac;ión de los trabajos deberá ser suscrita por autor. y si se tratase
de obras hechas en colaboración, deberé ser suscrita por la totalidad de loe
coautores. Todo ello dentro del plazo señalado en la bese slptlma.

UNDECIMA:
La Asociación de Profetol"'ll proceder' a divulgar durante los mses ante-
riores al periodo de recepción de trabajos, la apertura del concurso por Jos
medios que estime má conwnleines.

DECIMOCUARTA
Los jurados deberán ser nombrados en el mes de junio a más tardar a fin de
que puedan entregar los vwedlctos ante~ del 15 de novlembré de cada atlo
a la Asociación de Profesores de la UCV.

DECIMOQUINTA
Los premios senln entregados por el Presidente de la Asociación de Profeso-
res de la Universidad Central de Venezuela, en acto especial, el' 5 de diclem-
bte de cada ai'lo, "DfA DEL PAOFESOR ,UNIVERSITARIO".

Aprobadas por fa Ju nta Directiva de fa Asociación de Profesores de la Universidad


Central de Ven~la, en Careces, a los veintiocho df• del mss de junio de fTlil
novecientos setenta "1 nueve. ·· · · : ·. :<. •

. .1 .. • ':!
.. ...... ...,;. >44 .,_¡ .'
{1 , _._., . . ...
~~~~-------------------------------------

ASOCIACION DE PROFESORES
DEL INSTITUTO PEDAGOGICO DE CARACAS

La Asociación de Profesores del Instituto Universitario Pedagógico


de Caracas (A. P. l. U. C.), manifiesta su complacencia por la pro-
mulgación de~ nuevo Reglamento Electoral que regirá el proceso
eleccionario, en vfsperas de su realización. En él están contenidas
muchas de las aspiraciones de la comunidad por una participación
cada vez més amplia en la vida gremial - institucional. Pero al mis-
mo tiempo, la Asociación hace un llamado a sus miembros, para una
incorporación cada vez más militante en aras de la defensa de nues-
tros más caros intereses.
Reafirmamos una vel más nuestra decisión inquebrantable de de-
. tender la Institución que es p ionera y decana de fa formación do-
cente del pafs, y cuyo peso se ha hecho sentir et1 el desarrollo his-
tórico de la educación venezolana.
Hoy. frente a la inmínef'lte incorporación del Pedagógico a la Uni-
versidad Pedagógica Experimental Libertador {U. P. E. L.), estamos
rindiendo una evaluación institucional por canales regulares, de la
cual nos sentimos satisfechos, porque estamos aportando nuestros
mejores cuadros al desarrollo de esa nueva institución universitaria.
Finalmente exhortamos a los miembros de la Asociación a seleccio-
nar sus mejores dirigentes, en base a la trayectoria gremial de sus
hombres, y en defensa del Pedagógico. sometido hoy al' asedio de
fuerzas que intentan frenar su desarrollo institucional.

L.8 Junta Directiva


-------------------TIERHAflR\lE /~

VIl ANIVERSARIO ·
F.A.P.I.C.U. V.

La Asociación de Profesores del Colegio Universitario "Francis-


co de Miranda" -ASOPROCUFM- y el Sindicado de Profesores
-SIPROCUFM- saludan a la Federación de Asociacisnes de Pro-
fesores de tos Institutos y Colegios Universitarios de Venezuela
-F.A.P.LC.U.V.· en ocasión de arribar a su VIl ANIVERSARIO,
como organismo de máxima representación del conglomerado
de profesores de Jos Institutos y Colegios Universitarios del país.
Es propicia la oportunidad para manifestar el respaldo de los or·
ganismos gremiales del Colegio Universitario "Francisco de Miran-
da", a todos los esfuerzos orientados hacia la discusión:·y aproba-
ción del Contrato Colectivo FAPICUV • Ministerio de Educación,
sobre la base de las reales aspiraciones de losprofei;ores.afilíados en
las distintas asociaciones del pals.
Asimismo, saludamos como positivas aquellas declaraciones de las
autoridades del Ministerio de Educación, en cuanto al respeto de
la institucionalidad; manifestado éste, fundamentalmente en la
escogencia del cuerpo directivo del seno. de ios profesores de cada
institución .y con apego a. la . idoneid~ •l a la normativa vigente.

POR lA JUNTA fJIAECTIVA


JORGE NUfiEZ
Presidente
Es auténtico · C. l. 637837
ADELIS MAROUINA
Secretario de Actas
IDALIA CORNIElES.DE MENDEZ
Secretario General
RAFAEL AZUAJE
Tesorero
~ / TllmRAARME ______________________________________

FEDEAACION DE ASOCIACIONES
DE PROFESORES UNIVERSITARIOS
DE VENEZUELA
APUCV • APULA • APUCO * APUDO * APUSB * APUC
APUNET • APUZ • APUNELLEZ * APUNELLARG •
APAUNA • APUNEFM * APUNESR --'

· CONVOCATORIA · INVITACION

Se convoca a los miembros de las Asociaciones de Prof esores


de Venezuela, afiliados o no a la Federación de Asociaciones de
Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV) y se invita a
los miem bros de las Asociaciones de Profesores de Institutos y
Colegios Universitarios asociados o no a FAPICUV, a los acadé-
micos, investigadores y administradores de la Educación Supe-
rior en Venezuela a participar con ponencias institucionales,
individuales o colectivas, en el

111 SEMINARIO SOBRE .LA PROBLEMATICA


DE LA EDUCACION SUPERIOR EN VENEZUELA

según el siguiente temari o:

TEMARIO

l. Ley de Educación Superior.


1J. Estructura de la Ed ucación Superior.
Estilos
.Estamentos.
Pre-Grado
111. Post -Grado
Estniqtura
Reglamento
Evaluación
IV. Aut onomía Universitar ia.

. :~
l •,

------------------~------------~----~~ffil~

V. Crecimiento Matricular-Carreras e Instituciones.


VI. Desarrollo Planta Física.
VIl. Presupuesto-Financiamiento.
VIl J. Actividades Fundamentales.
Docencia
1nvestigaci6n
Extensión -
Divulgación
Preservación
IX. Gobierno Universitario.
Coijobierno
Autoridades
Gremios
Comunidad .
Consejo Nacional de Universidades (C.N.U.l
X. Estatus del Personal Docentes y de Investigación.
S1,1peración Académica
Estabilidad laboral
Remuneración
Salario Integral
Sueldo base
Primas-Bonos
Prestaciones
Servicios Sociales
Tiempo de Post-Servicio
Jubilaciones v Pensiones
X l. Sindicalización.
XI I. Reformulación de la Educación Superior.

FECHA: 15 al 20 de octubre de 1984


LUGAR: Valencia· Estado Carabobo

Las ponencias deberán ser consignadas, con (10) diez copias


antes del 15 de Julio de 1984, en la sede de FAPUV, Centro
Comercial Los Chaguaramos, Piso 9, Oficina 9-4. Caracas.
Teléfonos: 662.3174 - 662.3328

OMAR ROORIGUEZ
Presidene de F APUV
..,_...
.•

ASCANDER CONTftERAS UZcATEGUI


Coordinador / '•
·¡

¡ . • ' .... ·•
~ITIERRAR~ffi-------------------------------------

4ll~ '
~:._ r _ {

COLEGIO DE PROFESORES DE VENEZUELA


FEDE RA CION NACIONAL DE PROFESOR ES DE LA DOCENC IA
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL

El Colegio de Profesores de Venezuela, organismo que agremia a


todos los egresados de los Institutos Pedagógicos del País, ratifica
su vocación de organización comprometida con el mejoramiento
de la Educación venezolana. y expresa su más amplio respaldo a la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (U. P. E. l.),
a
institución destinada conver tirse en el núcleo generador y renova-
dor de los docentes que reclama la educación venezolana.
El Colegio de Profesores de Venezuela, hace un llamado a todos sus
agremiados, y a los educadores en general, a que contribuyan a la
consolidación y desarrollo de esta importante Universidad, vieja
aspiración de todo el profesorado venezolano.

Osear Colmenares Carlos Fuentes


Presidente Vice-Presidente

Lilia Arvelo A._ Edgar Zarzalejo


Se<:retaria Geoeral :>ecretario de Finanzas

Ser!liO Briceflo José J . Saldivia


Secretano de Organización Secretario de Relaciones

Aonald Golding M. Osear Aular J.


Secretario de Aeiv_indicaciones &.<:retario de Relaciones Internacionales

Hernán Papaterra Pedro Ruiz R.


::.ecretario de Estudios y. Secrt.tario de Recreación.
Asuntos Académicos ·Cultura v Deportes

José Botomo L.
Secretario Sindi<:al v de Bienestar Social

Caracas. Mayo 10 de 1984


'·' '
t:a. fondo
editorial
tropykos
Adquier-a en las mejores librarlas del pals.
Oómez, Agricultura, Petróleo y Dependencia, por
Luis Cipriano Rodrfguez , con prólogo de Simón Sáez
Mérida.
P.V.P. Bs. 45,oo

lógica y Teoria de la Htatoria, por Federico Villalba


F., con post-facio de Héctor Mujica.
P.V .P. Bs. 39,oo

La Agricultura como problema energético, por José


Sedekleón. ·
P.V.P.Ba. 40,00

Proximamente entrarán en circulación:


Caracas en catOrce . . .~.... poi'Morella Barreta y
Vialidad y Trantporte . , ei.Ooolct.nte VenezOlano a
.
Principios del Siglo XX, por Neleon Paredes Huggins
. . . ··

Pootaosa:
Fondo l;ditorJal TropykOe .1 '. .
Apartado Postal N• . 47687·- CarQS -1041A
Teléfono: 662..19.83. ..,. · ·
: ; . . l.
1 ...

·. ·.'.

'. : ' . , .
'
Colaboraron en este número

Manuel RodriJUez Campa.:


Licenciado en Contaduría P6blica y en H"1.1toria (UCV). Maestro en Historia
de Venezuela Contemporánea. Ex-Director de lá Escuela de Administración y
Contadurfa dellnltituto de Eatudioa Hispanoamericanos, ambos de la UCV.
Autor de Venezuela 1902; La Cri.tis Filcal y el Bloqueo, ~ilya segunda edición
acaba de entrar en circulaci6n y de Yenezue/4 1948-1958, tamb~it salido
recientemente de las prenaaa.. -
Antonio Sc:ocoua:
licenciado en Fllosofia de la Univeraidad de Salemo. Actualmente desem·
pei\a su actividad en la Univ.e rsidad de NApolea. Ea investigador de la Ciencia
Política, con puticular referencia a la Am6rica Latina, sobre la cual tiene
nwnerosos y ~Up:ren~ ensayos. Es autor de un ensayo sobre el pensamiento
politico bolivarlano, Bolívar e la Rivoluzione Panamericana, Bari, 1978, en el
que ademA. reeo&e los mú importantes documentos de la vida pflblica del
Libertador.
SteTe ElDer: .
Norteamericano. Historiador. Es profesor Asociado en el Núcleo de Puerto
La Cruz, de la Univemdad de Orien~e. Autor entre otro& tftuloa, de Lo1
Partldot Político• y '" Dl8puta por el Control del Mo"llimiento Sindical en
Venezuela, Cuacaa, UCAB, 1980. Tiene Ph. D, en la Universidad de Nuevo
Mbico, 1979. ·
Rutilio Ortep G.:
Licenciado en Ciencias Socialea, Mención Historia (LUZ) y Doctor en Historia
(El Cole¡io de México). Director del. Centro de Investipciones Históricas de
la Facultad de Humanidades y Educaci6n (LUZ). Autor de una Tesis sobre
los Jesuitas y la Educación eJÍ la Blda California y de un vivencial y dlido
libro de Crbnicaa marabina&. Ha participado en numerosos con¡resos, si.m-
phosi.os y ~es de estudios.
Muta de Lourde~ Taborda de Cedeiio:
Profesora de Historia y Geo¡ra.ffa (IPC), con e~pecialidad en Geograffa
Huruana (Universidad de ~truburao)• . Docente de asi¡naturu ¡eogrtflcas de
larga experiencia. Fue aecretaria ejecutiva en la Comisión para la elaboraCión
de la Geogra{ül de Venezuela, ~o la dirtccibn de Pau Vila. Actualmente es
Sub-Directora Académica liel Instituto Universitario Peda1ógico de Caracu y
activista del Centro de Investf¡aciones GeodidActicu..
Ramón Jtiras Apilar:
Licenciado· en Historia (ULA), y diJciplinado investi¡ador. Actualmente es
docente en la EBCuela de Historl4 de la Universidad de Les Andes.
Pedro Pablo Lilwez:
Eatudiante de la Escuela de Hiltoria (UCV) y Asistente de lnvcstipcibn en lu
excavaciones arqueológi~ que le;..(eal:izan eu el Tocuyo (Edo. Lara). Es un
actirilta defenaor de ~ poíl\üares, y de loa programas de rescate de las
iden~es locaiM r~#·• .·
. (~ . .' ' .~ . ~:·t:·. :
·~ , . "': .... .....
·~ . r..

¡ .'; ;

,·.;. · .....
.
........... "!'1 ' ._ ,

~
~ .,.
; ..., ¡ ....
l ft' •
. ~

.........-.::-::·,,..
·~

'1.'•• ••• ••
.;q .
... :- ~
,·~·
~ ...• ...
... ~
~

Das könnte Ihnen auch gefallen