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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ

En el juicio por resolución de contrato de apertura de crédito

intentado ante el Juzgado Noveno de Primera Instancia en lo Civil y

Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de

Caracas, por la sociedad de comercio que se distingue con la

denominación mercantil SPECO DE VENEZUELA, C.A. , representada

judicialmente por los profesionales del derecho Jorge Tahan Bittar,

contra la entidad bancaria BANCO DE LARA, C.A., patrocinada por los

abogados en ejercicio de su profesión Carlos E. Galarraga, Oswaldo

Buloz Saleh, Julio Rafael García, Zulma Uzcátegui Colmenares y Nilka

Cedeño Cedeño; el Juzgado Superior Octavo en lo Civil y Mercantil

Bancario con igual competenc ia y sede, conociendo en competencia

funcional jerárquica vertical, en fecha 14 de agosto de 2002, dictó

sentencia declarando sin lugar el recurso procesal de apelación de la

demandada, con lugar el ejercido por la demandante y con lugar la

demanda, condenando a la demandada al pago de las costas procesales.

Contra la preindicada sentencia, la demandada anunció recurso de

casación, el cual fue admitido y formalizado. Hubo impugnación, réplica


y contrarréplica.
Concluida la sustanciación, pasa la Sala a dict ar su máxima

decisión procesal, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la

suscribe, y lo hace previa las siguientes consideraciones:

RECURSO POR DENUNCIAS DE FORMA

Con fundamento en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del ordinal 5º del artículo

243 eiusdem, por no cumplir la recurrida con la exigencia de ser expresa,

positiva y precisa en los términos siguiente s:


“...por cuanto carece e decisión expresa, positiva y precisa
con arreglo a la pretensión deducida y a las defensas opuestas,
circunstancia que hace nulo el fallo recurrido, conforme a lo
establecido en el artículo 244 siguiente.
Se hace patente al leer la parte dispositiva de la recurrida,
que sus dos primeras disposiciones, las marcadas 1) y 2) de
las varias que contiene, fueron respectivamente dedicadas por
la Sentenciadora a declarar sin lugar la apelación de la
parte demandada y con lugar la de la parte demandante, para
luego y en forma inmediata, en su disposición tercera
marcada 3), declarar resuelto el contrato que mediaba
entre las partes, como una ‘ consecuencia ’ (sic) (Sic
del formalizante) de las dos anteriores disposiciones y no
como una ‘consecuencia ’ de la declaratoria con lugar de
la acción resolutoria ejercida, cuya suerte fue silenciada
en forma absoluta, porque no se expresó en forma precisa
y positiva si había sido declarada con o sin lugar. Los
efectos de la declaratoria con o sin l ugar del recurso de
apelación, no van mas allá de enervar o no, lo decidido en
la primera instancia, pero no puede constituirse en la
razón de ser de las consecuencias jurídicas que provoca la
declaratoria con o sin lugar de la acción ejercida. En este
sentido, para que el sentenciador pueda pronunciarse
sobre esas consecuencias, es menester que expresa, positiva y
precisamente se pronuncie sobre la suerte de la acción
incoada, ya que, si como aconteció con la recurrida, ha y
pronunciamiento previo de las co nsecuencias jurídicas que
en este caso fue el declarar resuelto el contrato existente
entre las partes, sin haber expresado previamente la
declaratoria con lugar de la acción, ello coloca a las
partes y a cualquier tercero que lea la sentencia, en la
imperiosa necesidad de presumir que la acción fue
declarada con lugar, lo cual patentiza la falta de expresión
en la sentencia y, por otra parte, hace que el fallo no
valga en forma plena por si mismo. Cómo se puede
declarar resuelto el contrato, sin que previa mente no haya
sido de manera expresa declarada con lugar la acción
respectiva, si la resolución es consecuencia de la
admisibilidad de la acción resolutoria?...” (Las negrillas y
cursivas son del formalizante).

Aduce el recurrente que la sentencia acusad a infringe lo

establecido en el ordinal 5º del artículo 243 del Código de Procedimiento

Civil por considerar que el jurisdicente superior no decidió de forma

expresa, positiva y precisa, ya que, en su opinión, declaró con lugar la


apelación de la demandante, sin lugar la de la demandada,

pasando directamente, como consecuencia de esas declaratorias, a

declarar con lugar la resolución del contrato sin decidir, previamente,

con lugar la acción de resolución ejercida.

A efectos de la verificación de lo denunc iado la Sala, luego de

realizar el estudio analítico de la sentencia acusada, considera pertinente

transcribir de ella lo siguiente:


“...Ahora bien ante todo lo antes expuesto, considera esta
Juzgadora, atenida a su propio criterio y a lo señalado por
nuestro máximo Tribunal de Justicia en
constantejurisprudencia, que al ser el presente documento
de contrato de Línea de Apertura de Crédito, un contrato
bilateral que genera obligaciones para ambas partes, como
lo señala las tres primeras cláusulas del mismo, y por
consiguiente al no haber sido las mismas cumplidas por la
parte demandada BANCO DE LARA, C.A., este Juzgado
Superior considera resuelto el presente contrato de Línea
de Apertura de Crédito celebrado entre el BANCO DE
LARA, C.A., y la Sociedad Me rcantil SPECO DE
VENEZUELA, C.A.
(...Omissis...)
la parte actora en su libelo de demanda, solicita que dicha
garantía sea declarada nula y sin efecto y se condene a la
demandada a la devolución del capital y en sus intereses,
al respecto esta Juzgadora con sidera que habiendo sido
declarado resuelto el citado contrato de línea de crédito,
es forzoso para el tribunal que la citada garantía
prendaría, igualmente sea declara extinguida, por cuanto
habiendo sido resuelto el contrato principal.
(...Omissis...)
esta Juzgadora considera que al haber quedado resuelto el
contrato de línea crédito, como ya quedó dicho, no puede
subsistir la garantía prendaría, por lo que igualmente queda
obligado el Banco de Lara, C.A., a la devolución del
importe del citado certificado de deposito al plazo fijo,
(...Omissis...)
3) En consecuencia se declara resuelto el contrato de línea
de crédito celebrado entre SP ECO DE VENEZUELA, C.A.
Y EL BANCO DE LARA, C.A...” (Las mayúsculas son
del formalizante).

Para decidir, la Sala observa:

La sentencia constituye una unidad aun cuando se divida en tres

partes: narrativa, motiva y dispositiva. Cada una de estas partes permiten

la estructuración de una decisión que sea clara e inteligible para los

justiciables, primero con la narrativa, donde el juez o jueza deberá

sintetizar los términos en que ha quedado planteada la litis y las

circunstancias procesales que han sucedido en autos para llegar a su

conocimiento; luego con la motiva, parte en que el sentenciador

establecerá los hechos con el material probatorio para expresar los

motivos fácticos y de derecho que fundamenten su decisión; y, por

último la parte dispositiva, donde el jurisdicente, de forma expresa,

positiva y precisa, dictará su decisión.

Sin embargo, puede suceder que la decisión no se encuentre en la

parte dispositiva de la sentencia, ya que en oportunidades es posible que

se resuelva un punto o un pedimento, en la parte motiva del fallo

estableciendo su resolución en ella y no en la dispositiva. En éstos

supuestos no puede considerarse que la decisión adol ezca de ser expresa,


positiva y precisa.
Al respecto el tratadista patrio Arístides Rengel Romberg,

opina: “Si bien por razones de método y de claridad del fallo, la

sentencia debe contener las tres partes indicadas, es evidente que éstas

constituyen un todo indivisible, por lo que, para la inteligencia de lo que

se dice en una de ellas, no puede prescindirse de lo que se dice en las

otras” ( Rengel Romberg, Arístides. Tratado de Derecho Procesal Civil

según el nuevo código de 1987, tomo II, pp.297).

En el sub judice observa la Sala que el formalizante aduce que la

decisión acusada no cumple con la exigencia de ser expresa, positiva y

precisa, ya que, en su decir, en ella se declaró resuelto el contrato como


una consecuencia del contenido de los dos primeros numerales de su

dispositivo, mediante los que se resolvió la declaratoria con lugar de la

apelación interpuesta por la demandante y sin lugar la ejercida por la

demandada y no como consecuencia de la declaratoria con lugar de la

pretensión del accionante.

La Sala, después de realizar el concienzudo análisis sobre el fallo

recurrido, y apoyándose en la doctrina supra transcrita, advierte que el

sentenciador de la alzada utilizó, por ser, además, de permitido

perfectamente correcto, el método referido precedentemente, vale decir,

el ad-quem en el desarrollo del texto de su fallo, fue desgranando tanto

los pedimentos de la accionante como las defensas de la accionada, y como

se observa claramente del texto parcialmente transcr ito, de una manera por

demás patente, resolvió respecto a cada uno de los asuntos que

integraron el thema decidendum, quedando establecido de manera indubitable la

declaratoria con lugar de la acción deducida, o sea la resolución del

contrato de apertura d e crédito; dando cumplimiento a los extremos de

contener decisión expresa, positiva y precisa.


Con base a los razonamientos anteriores debe concluir la Sala en

que no hubo, por parte de la recurrida, la infracción del ordinal 5º del

artículo 243 del Código deProcedimiento Civil, lo que, por vía de

consecuencia, se declara improcedente la denuncia analizada. Así se

decide.

II

Con fundamento en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 243

ordinal 5º y 244, por haber incurrido la recurrida en el vicio de

absolución de instancia.

Se alega que:
“...Una incidencia que fue abierta y sustanciada durante la
primera instancia de este proceso, con motivo de la tacha
que la parte actora propuso contra un documento cuya
existencia la demandada pretendió demostrar mediante la
evacuación de una inspección judicial, fue decidida por el
Juzgado de la referida instancia, declarando con lugar la
tacha, no obstante que el instrumento tachado no cursaba
ni nunca ha cursado en autos. Ante esa ilícita declaratoria,
nuestra representada se vio obligada a apelar de ese fallo
de la primera instancia, no obstante que todas las acciones
ejercidas fueron declaradas sin lugar, recurso que se
justifica ya que el instrumento tachado está constituido
por un pagaré, otorgado por personeros de la demandante,
precisamente cono un medio para que ésta hiciera uso del
crédito que nuestra mandante le abrió.
En los informes que presentamos ante la Juzgadora de la Segunda
Instancia, todo un capítulo de los mismos se lo dedicamos
a exponer las razones por las cuales estimábamos y seguimos
estimando, el por qué ese recurso de tacha debió ser
declarado sin lugar y por qué la sentencia apelada debía
ser modificada en este aspecto, razones que constituyen
una de las defensas que expresa y específicamente la parte
demandada ha opuesto en el presente juicio.
Ahora bien, cuando la Sentenciadora de segunda instancia
se refirió a la incidencia de tacha en referencia, de manera
expresa manifestó en la recurrida, que el Juzgado a su
cargo no tenía materia sobre la cual decidir a ese respecto, y
así lo dejó asentado en forma indubitable (ver página 16 de
fallo). Independientemente de que las razones de hecho o
de derecho que la Sentenciadora manifestó para no
pronunciarse sobre el tema, sean o no admisibles y
conformes a derecho, éstas no la libraban de su obligación
de producir en su fallo una decisión expresa, positiva y
precisa sobre la defensa esgrimida e interpuesta, p orque al
no haberlo hecho así, incurrió en el vicio de absolución de
instancia, en virtud del cual, la incidencia de tacha ha
quedado sin ser resuelta, ya que la sentencia que la había
declarado con lugar, la de primera instancia, quedó
revocada por el fal lo de la Superioridad y ésta no
pronunció la decisión que hubiera suplido la contenida en
el fallo revocado...”.

Denuncia el recurrente que la decisión de alzada absolvió la instancia

al no pronunciarse sobre el planteamiento realizado en sus informes referente


a la declaratoria con lugar que emitiera la primera instancia sobre la tacha propuesta

por la demandante contra un documento que, en su decir, no consta en

autos.

Ante lo expuesto por el formalizante, estima la Sala pertinente

transcribir parte del texto de la sentencia del ad quem, donde se refiere a

lo acontecido en la citada incidencia, a saber:


“...En su escrito de Observaciones (Sic) a los Informes
(Sic) de la parte demandada, el abogado JORGE TAHAN
BITTAR, apoderado judicia l de la parte actora, insiste en
hacer valer el procedimiento de Tacha intentado contra las
copias certificadas del pagaré Nº 1015, de fecha 27 de
Enero (Sic) de 1.994 (Sic), emanadas de la Inspección
Judicial realizada por el Juzgado a -quo, al respecto el
Tribunal observa: en fecha 17 de Marzo (Sic) de 1.997
(Sic), este Juzgado Superior, declaró con lugar la
apelación interpuesta por la parte demandada, como ya
quedó dicho, contra el auto de fecha 24 de Septiembre
(Sic) de 1.996 (Sic), dictado por el Juzga do a-quo (Sic), y
en consecuencia quedó revocado el auto que admitió la
Inspección Judicial solicitada por la parte demandada, por
lo que ante los alegatos formulados por la parte actora
este Juzgado Superior no tiene materia sobre la cual
decidir. Así se declara...”. (Las mayúsculas son del Juez
Superior)

Para decidir la Sala observa:


El vicio de absolución de la instancia se produce en aquellos

supuestos en los que el juez o jueza omite, de manera absoluta,

pronunciar decisión sobre al gún alegato propuesto por los litigantes; de

esta forma lo ha consagrado este Alto Tribunal, a través de nutrida y

reiterada jurisprudencia, tal como se dejo establecido en sentencia Nº 183

de esta Sala de Casación Civil, de fecha 8/6/00, en el juicio de

Fundación Andrés Bello para el desarrollo científico de la Universidad

Central de Venezuela contra Rubén Charlita Muñóz y otros, mediante la

cual se ratificó:
“...Según la propia Sala de Casación Civil, cuando la
sentencia deja en suspenso el juicio so pre texto de no ser
suficiente el mérito de autos para absolver o condenar, o
cuando da por terminada la instancia por falta de elementos
para decidir, el juez incurre en el vicio de absolver la
instancia (sent. 6 -12-1942). En el caso de autos, es claro y
preciso el considerando “tercero” de la parte dispositiva
de la sentencia recurrida pues al propio tiempo que declara
con lugar la demanda decumplimiento de contrato, ordena a
Rubén Charlita Muñoz y al Movimiento Pro -Desarrollo de
la Comunidad, a “restitui r el lote de terreno dado en
comodato por su propietario la “Fundación Fondo Andrés
Bello para el Desarrollo Científico de la Universidad Central
de Venezuela.” Por consiguiente, no sólo nada quedó en
suspenso, sino que la recurrida encontró suficientes
méritos en el curso del proceso para condenar a los
demandados. Esta clase de dispositivo, bajo ningún
respecto, mantiene abierta lacontroversia entre las partes, en
espera de nuevos elementos probatorios a presentarse
ulteriormente...”.

En el caso bajo decisión, del detenido análisis practicado sobre las actas

del expediente, lo que ha sido posible efectuar en razón que se estudia

una denuncia por defecto de forma, observa la Sala que contrariamente a

lo delatado, el juez de la recurrida sobre el punto referente al

procedimiento de tacha instaurado por la demandante, consideró que al

haber sido declarado con lugar el medio recursivo de apelación ejercido


por el demandante contra el auto que admitió la pru eba de inspección
judicial promovida por el demandado, y a cuya admisión se había

opuesto, tal decisión convirtió en ineficaz la prueba evacuada y, en

consecuencia, el procedimiento de tacha propuesto, dejó de constituir

punto importante con influencia en el proceso.

Ahora bien, a efecto de una mejor inteligencia de la decisión a

pronunciar, considera la Sala pertinente reseñar, brevemente, los

siguientes hechos ocurridos durante el iter procesal, veámoslos:

En fecha 5/8/96 la demandada pr omovió la prueba de inspección

judicial, la cual habría de practicarse sobre un pagaré presuntamente

otorgado por la demandante a favor del Banco de Lara, C.A.. Ante este
suceso, la accionante mediante apoderado, se opuso a la admisión de la

prueba, alegando que esos documentos reposaban en poder de la

demandada.

No obstante la oposición a la admisión de dicha prueba, la misma

es admitida por el a-quo en fecha 24/9/96, salvo su apreciación en la

definitiva, decisión de la cual apela la demandante.

Evacuada la prueba mediante la práctica de la inspección en

cuestión, ésta fue consignada en autos mediante acta contentiva de la

misma así como copia certificada del documento pagaré sobre el cual

aquella había sido practicada.

Vista la presentación de dicho pagaré en copia certificada, el

demandante propuso tacha incidental.

Ahora bien, el juez de mérito en su sentencia definitiva, asentó:

“...La parte demandada no insistió en el quinto (5) día siguiente al

Escrito de Formalización (Sic), hace valer el referido instrumento, por lo

que, de conformidad con el artículo 441 del Código de Procedimiento


Civil, (...) se declara terminada la incidencia y queda desechado el
mencionado pagaré en este proceso y así se declara.” (resaltado de la

Sala).

Asimismo, refiere el a quo en su sentencia, que habiendo sido

declarada con lugar la apelación intentada por el demandante contra el

auto que admitió la prueba de inspección judicial (la que se realizó sobre

el pagaré, que traído a los autos en copia certificada fue objeto de la

tacha), quedaba sin ningún valor probatorio la mencionada inspección

judicial; desechada dicha prueba de la cual derivó el documento tachado,

la decisión que se emitiera en el procedimiento incidental, no subsan aría,

de ninguna manera, su condición de ineficaz.

Ya se expresó supra, cuando puede considerarse se configura el

vicio de absolución de la instancia, y ello supone que el juez o jueza no

pronuncie decisión alguna en la causa de que se trate, vale decir, no

resuelve el conflicto de intereses que ha sido sometido a su

conocimiento, basándose para ello en la falta de elementos de juicio que le

permitan determinar a quien asiste la razón, o en que no entiende lo que se

le plantea, o que la ley es oscura o deficiente.

En el sub iudice, contrario a lo expuesto por el recurrente, el juez

dio razones jurídicas para desechar los alegatos referentes a la tacha, por

lo cual la Sala estima que no se produjo en la recurrida el vicio de

absolución d e la instancia denunciado y, por vía de consecuencia, no se

infringió los artículos 243 ordinal 5º y 244 del Código de Procedimiento

Civil, razón por la cual se declara improcedente la delación en estudio. Así

se declara.
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY

Con apoyo en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por falsa aplicación del
artículo 1.167 del Código Civil. Igualmente el artículo 1.159 eiusdem sin

indicar la manera que la recurrida la infringe y el 12 del Código de

Procedimiento Civil, por no atenerse a lo alegado en autos ni a la

intención de las partes.

Alega que:
“...denunciamos la infracción del artículo 1.167 del
Código Civil, por haber sido falsamente aplicado, como
consecuencia del error en que se incurrió en la recurrida,
al ser calificada como bilateral la naturaleza jurídica del
contrato celebrado entre las partes, que es la ley que regía
sus derechos u obligaciones, como lo dispone el artículo
1.159 eiusdem , el cual consiguientemente también fue
infringido, así como el artículo 12 del Código de Procedimiento
Civil, en cuanto a las normas que obligan a los Jueces, al
sentenciar, a atenerse a lo alegado en autos y a interpretar
los contratos o actos que presenten oscuridad, ambigüedad
o deficiencia, acogidos al propósito y a la intención de las
partes u otorgantes, teniendo en mira las exigencias de la
verdad y de la buena fe.
Desde la oportunidad en que la demandada, por nuestro
intermedio, dio contestación a la demanda , alegó que la
acción de resolución de contrato que contra ella fue
incoada, debía ser declarada sin lugar, por ser contraria
a derecho, pues, habiendo la parte actora calificado al
contrato celebrado por ella con la demandada como un
préstamo, cuya naturaleza jurídica es la de ser un contrato
unilateral, pues es sólo el prestatario quien se obliga y no
así el prestamista, mal podía ser resuelto, por cuanto el
artículo 1.167 del Código Civil consagra esa posibilidad
sólo respecto de los contratos bi laterales.
(...Omissis...)
El contrato de apertura de crédito es innominado, esto es, que
no está expresamente consagrado en ningún texto legal de
los que integran nuestro ordenamiento jurídico, razón por
la cual no es posible determinar cuáles son los der echos y
las obligaciones que produce para las partes, con
fundamento directo en ninguna disposición expresa de la
ley, todo lo cual obliga al intérprete y especialmente al
Juez, a determinarlos indagando en la intención de las
partes, plasmada en el texto contractual, y con apoyo en
disposiciones que regulan casos semejantes o materias
análogas, y aún, en los principios generales del derecho,
cuyas fuentes son la jurisprudencia y la doctrina.
(...Omissis...)
En cuanto al argumento de que ‘ incluso la parte garantizó
con bienes hipotecados su cumplimiento ’ (el del contrato
de apertura de crédito), observamos que esas hipotecas
y todas las demás garantías que se constituyeron por parte de la
hoy demandante, no eran para asegurar a favor de la
demandada el cumplimiento de obligaciones que para
aquélla se originarían en el contrato de apertura de
crédito, porque ninguna había nacido para el momento de
esa constitución, como tampoco nacería después, sino para
garantizar las que se originaran cuando la benefici aria del
crédito, después de ejercer su derecho de participar en
el patrimonio de quien le abrió el crédito, recibiera
los préstamos, o descontara las letras, o usara de
cualquiera de los medios indicados en el contrato para el
ejercicio de sus derechos. L a constitución de esas
garantías sólo constituyeron presupuestos de necesario
cumplimiento, para la celebración del contrato de apertura
de crédito y, en este sentido, si no se hubieran constituido
dichas garantías, ese contrato no se hubiese celebrado...”. (Las
mayúsculas, negrillas y cursivas son del formalizante)

Denuncia el formalizante la infracción por falsa aplicación de la

norma contenida en el artículo 1.167 del Código Civil, al calificar el ad

quem como bilateral, la naturaleza del cont rato entre las partes.

Para decidir, la Sala observa:

Mediante reiterada y abundante doctrina, esta Máxima Jurisdicción

ha establecido, en acatamiento a la letra del artículo 12 del Código de

Procedimiento Civil, que en la interpretación de los contratos los jueces

son soberanos, limitada tal discrecionalidad sólo por el propósito y la

intención de las partes y respetando las exigencias que al respecto les

señale la ley, vale decir, sus decisiones deben ser dictadas ajustadas a la

legalidad.

Ahora bien, para arribar a una decisión de esta especie, deberá el juez o jueza

analizar los hechos que los litigantes han aportado a los autos y sobre dicho estudio
apoyará posteriormente la calificaciónjurídica del contrato que le corresponda
apreciar. Esto se ha interpretado en el sentido de que la certeza del acaecimiento o no de

los hechos capaces de configurar un contrato, quedan inmersos en las actas del

expediente, que es el sustrato que utilizan los jueces o juezas de mérito para realizar su

función jurisdicente. Así mismo, le es permitido al juez o juezas, dado su especial

conocimiento del derecho, modificar la calificación que los contratantes hayan atribuido

a sus compromisos, otorgándoles a dichos documentos su verdadera naturaleza jurídica.

En este orden de ideas, estima pertinente la Sala acotar que la denuncia que se

analiza imputa a la recurrida, haber atribuido una calificación errónea al contrato

celebrado entre la demandada y la accionante, por lo que considera quien formaliza que

el ad-quem aplicó falsamente el artículo 1.167 del Código Civil, norma que consagra la
posibilidad, a cualquiera de los suscriptores de un contrato bilateral, de solicitar bien la

ejecución o la resolución del mismo, en los casos de incumplimiento de las obligaciones

asumidas por su intermedio; ello en razón de que la demandada estima que el contrato

de apertura de crédito pertenece a la clase de contratos unilaterales, a la que no le es

aplicable la disposición que delata infringida.

Ante lo denunciado, debe la Sala puntualizar que para determinar si el ad-quem

actuó apegado a la intención de los contratantes y en acatamiento de la ley, se haría

necesario descender a las actas del expediente, a fin de verificar, entre otros, sobre el

documento contrato celebrado, si ciertamente los hechos ocurrieron de la manera en que

los narra el formalizante, cuestión que dada su condición de Tribunal de Derecho a este

de Casación, no le es posible hacerlo en los supuestos en que conoce y decide una

denuncia por errores in iudicando, excepción hecha en aquellos casos en que la ella se

fundamente, además, en el artículo 320 de la Ley Adjetiva Civil; y al encontrase

huérfana de este apoyo la presente delación, esta Máxima Jurisdicción debe considerar

suficiente y correctamente establecidos esos hechos de la manera como lo hizo la

alzada, pues se encuentra imposibilitada de corroborar si se aplicó falsamente y, por

consiguiente, se infringió el artículo 1.167 del Código Civil, y en consecuencia,


desestimar esta parte de la denuncia. Así se establece.
En relación a la delación del artículo 1.159 del Código Civil, advierte la Sala,

que no explica el recurrente de que manera infringe la sentencia acusada la norma en

cuestión. La determinación y diafanidad son necesarias en las luchas

judiciales. En ese sentido, varias disposiciones regulan la conducta de

los encargados de administrar justicia, así como de quienes ocurren a los

Tribunales en demanda de ella. No hay fórmulas imp erativas, pero sí se

requiere claridad y también precisión en lo que se pide o se impugna, y

en los fundamentos que apoyan las peticiones. A esta disciplina está

sujeto con especial rigor el recurso de casación, tanto por su naturaleza

como por su objeto y consecuencias, pues con él, se persigue anular una
decisión enfrentándola a la ley a efectos de corroborar si dicho fallo

respeta o infringe a ésta, todo lo cual hace que dicho recurso sea de

rígido tecnicismo, porque ocurre con frecuencia que infringida la ley no

se acierta en la disposición no aplicada o aplicada mal; no es congruente

la razón con la violación denunciada, o no se observa la técnica

requerida para fundamentar la denuncia.

En el sub iudice resulta imposible, de la redacción utilizada, deducir o inferir si

la delación involucra una falta o falsa aplicación o una errónea interpretación y se

omite en forma total la demostración del cómo, dónde y porqué de la

ocurrencia de la infracción.

En tal sentido y reiterando nuevamente la doctrina según la cual, este Máximo

Órgano de Justicia, dada su condición de tribunal de derecho, no le atañe descifrar la

intención que llevan los escritos que le son presentados, pues su elaboración en forma

clara, diáfana, es carga impuesta al recurrente, desecha en esta parte la denuncia que se

analiza. Así se decide.

En atención a la denuncia de infracción del artículo 12 del Código de

Procedimiento Civil, se observa que alega el formalizante que realiza la denuncia por
considerar que el juez del conocimiento jerárquico vertical en su decisión no se atuvo a
lo alegado en autos ni a la intención de las partes al celebrar el contrato, en este punto,

estima la Sala oportuno aclararle al recurrente, que la forma de atacar la

infracción del juez en los supuestos en que no resuelva apegado a las

alegaciones y defensas esgrimidas por los litigantes, no corresponde a

una denuncia por infracción de ley por violación del artículo 12 del

Código de Procedimiento Civil; por el contrario, dich as imputaciones

deben hacerse al amparo de denuncias por defecto de actividad, por

violación del artículo 243 ordinal 5º ibidem. Con fundamento en las

consideraciones anteriores se desecha también esta parte de la denuncia

por infracción del artículo 12 de la Ley Adjetiva Civil. Así se decide.

Con base a los razonamientos precedentes y evidenciado que no se

demostró la infracción denunciada de los artículos 1.167, 1.159 del

Código Civil y 12 del Código de Procedimiento Civil, se desecha por

faltar a la especial técnica requerida. Así se establece.

II

Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 1.907,

1.908 y 1.896 del Código Civil, por falta de aplicación.

Se alega que:
“...En efecto, en la recurrida, después de haber sido
declarada la resolución del contrato de apertura de crédito
celebrado por las hoy demandante y demandada, se declararon extinguidas y
liberadas, como una ‘consecuencia’ de esa resolución, las hipotecas de
primer grado constituidas en los documentos protocolizados en las distintas
Oficinas Subalternas de Registro, especificados dichos
gravámenes en las letras ‘a’, ‘b’ y ‘c’ del dispositivo de la
sentencia (ver sus páginas de la 20 a la 23). Esa
declaratoria de extinción de dichos gravámenes, es
violatoria de las normas jurídicas anteriormente citadas y,
por ende, totalmente contraria a derecho, en virtud de las
siguientes razones: Las obligaciones que se garantizaron,
a futuro, con los aludidos gravámenes, fueron aquéllas que
habrían de originarse, como en efecto se originaron, en las
oportunidades en que la beneficiaria, SPECO DE
VENEZUELA, S.A., hiciera uso, como en efecto lo hizo,
del crédito que le fue abierto,
(...Omissis...)
Esas obligaciones no habrían de tener y no tuvieron su fuente en el contrato
de apertura de crédito, sino en los contratos que las partes celebraran y de
hecho celebraron como procedimientos o medios para que SPECO DE
VENEZUELA, S.A. ejerciera el derecho que le otorgó el contrato de
apertura de crédito; de tal forma, la resolución de este contrato,
el de apertura de crédito, no podía ni puede producir la
extinción de ninguna de las obligaciones que estaban
siendo garantizados con las hipotecas constituidas y, por
ende, los casos de dichos gravámenes no pueden
subsumirse dentro del contemplado en el ordinal 1º del
artículo 1.907 del Código Civil, ni en ninguno de los otros
señalados en los otros ordinales de dicho artículo, como
tampoco en el establecido en e l artículo siguiente, el
1.908, razón por la cual esas normas resultaron infringidas
por falta de aplicación, por cuanto son ellas las únicas que
consagran las causas de extinción de las hipotecas
existentes en nuestro ordenamiento jurídico, siendo esta la
oportunidad para invocar, como en efecto lo hacemos, que
habiendo la demandante solicitado de manera expresa en
su demanda esa declaración, la extinción de las hipotecas,
su demanda fue desde el principio contraria a derecho, por
lo que la Sentenciadora h a debido declararla sin lugar...”.

Denuncia el recurrente que la alzada infringió, por negarles

aplicación, los artículos 1.907, 1.908 y 1.896 del Código Civil, ya que,

en su decir, no debió declarar la extinción de las garantías hipotecarias

que había constituido la demandante pues ellas no fueron instituidas para

asegurar el contrato de apertura de línea de crédito, sino para avalar

obligaciones que se originarían en la medida en que la prestataria hiciera

uso del crédito que se le otorgaría.

Para decidir la Sala observa:


Los artículos objeto de la denuncia que se analiza, rezan

textualmente:
“Artículo 1.896.
La hipoteca produce efecto y toma su puesto en la
graduación desde el momento de su registro, aunque se
trate de una obligación futura o simplemente eventual”.
“Artículo 1.907.
Las hipotecas se extinguen:

1. Por la extinción de la obligación.


2. Por la perdida del inmueble gravado, salvo los
derechos conferidos en el artículo 1.865.
3. Por la renuncia del acreedor.
4. Por el pago del precio de la cosa hipotecada
5. Por la expiración del término a que se las haya
limitado.
6. Por el cumplimiento de la condición
resolutoria que se haya puesto en ellas.”

“Artículo 1.908.
La hipoteca se extingue igualmente por la
prescripción, la cual se verificará por la prescripción
del crédito respecto de los bienes poseídos por el
deudor, pero si el inmueble hipotecado estuviere en
poder de tercero, la hipoteca prescribirá por veinte
años”.

Ahora bien, opina el formalizante que la infracción en que incurrió el ad

quem se patentiza en el hecho de que las hipotecas que constituyó la demandante, no

estaban destinadas a garantizar el cumplimiento del contrato de apertura de línea de

crédito, sino otros contratos que se originarían en el momento en que el prestatario

hiciera uso de cualquiera de las formas (entregas de dinero en efectivo, pago de cheques

emitidos por el acreditado, descuento de letras de cambio que el acreditado presente


como tenedor, otorgando cartas de crédito, entre otras) en que debía ejecutarse el
primigenio.
En este orden de ideas, estima la Sala pertinente realizar la siguiente aclaratoria,

el contrato de apertura de línea de crédito, consiste en la promesa por parte del

prestamista de otorgar al beneficiario, una determinada cantidad de dinero, según sus

requerimientos, vale decir, que el numerario se va entregando de manera fraccionada y

esto se realiza a través de cualquiera de las figuras mercantiles señaladas supra; ahora

bien, el contrato que genera tales actividades lo constituye, precisamente el de apertura

de línea de crédito, en consecuencia, la garantía se constituye para asegurar el

cumplimiento de las obligaciones que derivadas o que surjan en la ejecución de aquel,

debe asumir el prestatario frente al banco o entidad que otorgue el de apertura de línea

de crédito. No es posible pretender, como lo afirma erróneamente el demandado, que


cada vez que se realice una operación, por ejemplo el descuento de una letra de cambio,

con base al contrato inicial, se generará un contrato nuevo y distinto a aquél, y que, en

consecuencia, la hipoteca que se constituye al momento de celebrar el contrato, no

garantiza el cumplimiento del contrato, sino el de las operaciones fraccionadas que se

vayan sucediendo durante su ejecución y de esta manera desvincular a la hipoteca del

contrato primigenio. Es cierto que la hipoteca, sobre todo en casos de operaciones

bancarias de esa especie, puede garantizar obligaciones futuras, pero ello no es óbice

para negar que ella es accesoria al contrato principal, mas aun, es práctica normal de las

entidades que realizan esta clase de operaciones, constituir en el cuerpo del documento

contrato dicha garantía y no constituirlas cada vez que se va ha efectuar alguna de las

que se desarrollan en la ejecución del mismo. De allí que, como sucedió en el sub

iudice, al declarase resuelto el contrato de apertura de línea de crédito, tal decisión

arrastró a la hipoteca, debiendo declararse, como lo hizo la recurrida, extinguida la

garantía. No incurriendo, en consecuencia en infracción por falta de aplicación del

artículo 1.896 del Código Civil. Así se establece.

En atención a la denuncia de violación de los otros dos artículos antes

transcritos, (arts. 1.907 y 1.908 del Código Civil), se observa :


Respecto a la denuncia de infracción del artículo 1.907 del Código Civil

transcrito, estima la Sala que habiendo sido declarado resuelto el contrato de apertura de

línea de crédito, la situación se revirtió al punto de entenderse como no celebrado,

nunca celebrado, igual suerte corrieron sus accesorios, es decir, las formas mercantiles

mediante las cuales el mismo se desarrolló, si realmente ellas se produjeron ( hecho que,

merece la pena puntualizar, no fue demostrado en autos por la demandada, tal y como se

evidencia del texto de la recurrida), así mismo resulta una consecuencia lógica, que

habiéndose extinguido el contrato como resultado de la declaratoria con lugar

del petitorio de resolución, la hipoteca que lo garantizó, siendo su apéndice, siguiera la

suerte de lo principal aniquilándose con aquél.

Como resultado de las consideraciones expuestas, estima la Sala que no produjo

la alzada la infracción del artículo 1.907 del Código Civil por falta de aplicación, como

lo denuncia el formalizante. En consecuencia debe la Sala declarar improcedente la

denuncia de infracción por falta de aplicación del citado artículo. Así se establece.

Denuncia, así mismo, el recurrente en este capítulo, que la sentencia acusada

negó aplicación al artículo 1.908 del Código Civil, ahora bien, extraña a la Sala la

delación de la precitada norma, en razón de que durante el iter procesal no se expuso

alegato alguno relacionado a la prescripción, ni de la obligación ni de la hipoteca. Bajo

tal premisa no entiende esta Máxima Jurisdicción el sentido de que se acusara la

infracción de una disposición que no tiene relación de ninguna naturaleza con la

controversia que se resolvió y que se endilgue como un error al jurisdicente, el no

haberla aplicado, ya que no había lugar a su aplicación en el presente caso.

Con apoyo en los precedentes razonamientos, se declara improcedente la

denuncia analizada. Así se decide.

DECISIÓN

Por los razonamientos expuestos, el Tribunal Supremo de Justicia

de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,


administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la
Ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación, anunciado y

formalizado por la demandada, contra la sentencia dictada por el Juzgado

Superior Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia

Nacional y sede en la ciudad de Caracas, en fecha 14 de agosto de 2002.

De conformida d con lo establecido en el artículo 320 del Código

de Procedimiento Civil, se condena al recurrente al pago de las costas

procesales.

Publíquese, regístrese, y remítase este expediente al Tribunal de la

causa Juzgado Noveno de Primera Instancia en lo Civil , Mercantil

Bancario de igual competencia y sede ya mencionadas.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de

Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a

los veintitrés (23) días del mes de marzo de dos mil cuatro. Añ os: 193º

de la Independencia y 145º de la Federación.


El Presidente de la Sala,

__________________________
FRANKLIN ARR IECHE G.

El Vicepresidente -Ponente,

___________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ

Magistrado,

_________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ

La Secretaria,
_________________________
ADR IANA PADILLA ALFONZO

Exp. Nº AA20 -C-2003-000021

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