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Evaluación global de las medidas agroambientales para

aves esteparias en España (2007-2013)

– Informe final completo –

Proyecto financiado por:


INFORME FINAL

Proyecto Ganga: Evaluación global de las medidas agroambientales para aves


esteparias en España (2007-2013) – Informe completo

Informe elaborado por:


Ana Carricondo, Yolanda Cortés y Patricia Martínez (SEO/BirdLife).

* El capítulo 2.1 es un resumen del informe:


Mario Díaz, Elena D. Concepción, Irene Guerrero, Amanda García del Rincón, Hicham Fathi, Yolanda
Cortés y Ana Carricondo. 2012. Efectividad de las medidas agroambientales para la conservación de las
poblaciones de aves esteparias en España. Informe Final. IRN-CCMA (CSIC). Madrid (Anexo 2.1.)

* El capítulo 3.5 es un resumen del informe:


Eva Iglesias, María Loureiro, Isabel Bardají, María Alló y Alfonso Lossada. 2012. Análisis socioeconómico
de las medidas agroambientales para la conservación de aves esteparias. CEIGRAM (UPM). Madrid
(Anexo 3.3.)

Con la colaboración de:


Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, IREC (CSIC-UCLM)

Cita recomendada:
Carricondo, A.; Martínez, P. y Cortés, Y. 2012. Evaluación global de las medidas agroambientales para
aves esteparias en España (2007-2013): Proyecto Ganga (informe completo). SEO/BirdLife. Madrid.

© SEO/BirdLife
C/ Melquiades Biencinto, 34
28053 Madrid
Tlf. 91 434 09 10
Fax: 91 434 09 11
e-mail: agricultura@seo.org
www.seo.org

Diciembre de 2012
INFORME FINAL

ÍNDICE DE CONTENIDOS

Resumen …………………………………………………………………………………………………….. 1

Presentación del informe ………………………………………….……………………………………... 3

1. Introducción ……………………………………………………………………………………………... 4
1.1. Agricultura, aves y medidas agroambientales …………………………………………………… 4
1.2. El Proyecto Ganga: objetivos ……………………………………………………………………… 5
1.3. Medidas agroambientales analizadas ……………………………………………………………. 6
1.4. Dificultades encontradas …………………………………………………………………………… 10

2. Análisis ecológico ………………………………………………………………………….................. 12


2.1. Efectividad ecológica de las medidas agroambientales ………………………………………... 12
2.1.1. Introducción ………………………………………………………………………………….. 12
2.1.2. Material y métodos ………………………………………………………………………….. 14
2.1.3. Resultados y discusión ……………………………………………………………………… 17
2.1.4. Conclusiones …………………………………………………………………………………. 31
2.2. Fenología reproductiva de las aves esteparias ………………………………………………….. 33
2.2.1. Introducción …………………………………………………………………………………... 33
2.2.2. Material y métodos …………………………………………………………………………... 35
2.2.3. Resultados y discusión ……………………………………………………………………… 43
2.2.4. Conclusiones 56
2.3. Estudio base para una propuestas agroambiental en Canarias ………………………………. 60
2.3.1. Introducción …………………………………………………………………………………... 60
2.3.2. Material y métodos …………………………………………………………………………... 61
2.3.3. Resultados y discusión ……………………………………………………………………… 63
2.3.4. Conclusiones y recomendaciones …………………………………………………………. 74

3. Análisis socio-económico de las medidas …………………………………………….................. 77


3.1. Introducción ………………………………………………………………………………………….. 77
3.2. Nivel de acogida a las medidas agroambientales de estudio ………………………………….. 79
3.3. Marco de funcionamiento …………………………………………………………………………... 84
3.3.1. Objetivos ……………………….……………………………………………………………... 84
3.3.2. Metodología …………………………………………………………………………………... 84
3.3.3. Resultados ……………………………………………………………………………………. 86
3.3.4. Conclusiones …………………………………………………………………………………. 94
3.4. Factores que influyen en la acogida ………………………………………………….................. 95
3.4.1. Casos de estudio: Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña …………………………….. 95
3.4.2. El nivel de información. Estrategias de comunicación de las medidas ………………. 102
3.4.3. Conclusiones …………………………………………………………………………………. 104
3.5. Aragón: Impacto económico, factores de decisión y modelización de preferencias ………… 106
3.5.1. Impacto económico ………………………………………………………………………….. 106
3.5.2. Factores que influyen en la participación …………………………………………………. 116

4. Discusión general y conclusiones …………………………………………………………………... 123

5. Propuestas ……………………………………………………………………………………………….. 131

Bibliografía ....................................................................................................................................... 135


INFORME FINAL

Índice de figuras
Figura 1.1. Tendencia de las aves comunes ligadas a medios agrarios en España.
Figura 2.1. Localización de las 18 zonas de estudio de la evaluación ecológica.
Figura 2.2. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias,
territoriales y totales entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos
control en la época reproductora.
Figura 2.3. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias entre
campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época estival.
Figura 2.4. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias
invernantes entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control.
Figura 2.5. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas
agroambientales para la riqueza y abundancia de aves esteparias territoriales y totales en
primavera en campos focales de las 18 zonas de estudio.
Figura 2.6. Media del tamaño de efecto por CC.AA. (incluyendo significativos y no
significativos), considerando sólo la abundancia de aves esteparias en primavera en las
parcelas focales.
Figura 2.7. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas
agroambientales en las 17 zonas de estudio muestreadas en la primavera de 2010, los veranos
de 2010 y 2011 y en el invierno 2010-2011. Los resultados se refieren a abundancia de aves
esteparias totales en campos focales.
Figura 2.8. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la riqueza de especies de aves
esteparias territoriales y totales durante la época de cría en los campos control y con medidas
agroambientales durante los tres años de estudio.
Figura 2.9. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la abundancia de aves
esteparias territoriales y totales durante la época de cría en los campos control y con medidas
agroambientales durante los tres años de estudio.
Figura 2.10. Relaciones entre la longitud de lindes con vegetación seminatural en torno a los
campos focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales)
durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales en el año 2010.
Figura 2.11. Relaciones entre la proporción de superficie cultivada en torno a los campos
focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la
época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de
estudio.
Figura 2.12. Relaciones entre la proporción de prácticas agrícolas que tendrían en cuenta los
requerimientos de las aves esteparias (según Llusia y Oñate 2003) y la abundancia de aves
esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control
y con medidas agroambientales en los años 2010 y 2012.
Figura 2.13. Curvas de fenología de los cultivos de cada una de las zonas de estudio y
porcentaje de aves esteparias totales con comportamientos que indican reproducción segura.
Figura 2.14. Patrón de actividad de las aves durante el período de grabación.
Figura 2.15. Ubicación de las áreas de estudio de Fuerteventura y Lanzarote.
Figura 2.16. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en
medios agrícolas y esteparios en Lanzarote.
Figura 2.17. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios
agrícolas y esteparios de Lanzarote.
Figura 2.18. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en
los distintos tipos de medios agrícolas en Lanzarote.
INFORME FINAL

Figura 2.19. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos
tipos de medios agrícolas en Lanzarote.
Figura 2.20. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Lanzarote.
Figura 2.21: Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en
medios agrícolas y esteparios en Fuerteventura.
Figura 2.22. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios
agrícolas y esteparios de Fuerteventura.
Figura 2.23. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en
los distintos tipos de medios agrícolas en Fuerteventura.
Figura 2.24. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos
tipos de medios agrícolas en Fuerteventura.
Figura 2.25. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Fuerteventura.
Figura 3.1. Porcentaje acogido a las medidas sobre la superficie potencial a nivel municipal.
Figura 3.2. Mapa social.
Figura 3.3. Marco de funcionamiento
Figura 3.4 Nivel de formación de los agricultores encuestados
Figura 3.5. Valoración de la efectividad de las medidas
Figura 3.6. Orientación productiva de las explotaciones
Figura 3.7. Tamaño de las explotaciones
Figura 3.8. Interés por la información
Figura 3.9. Fuentes de información preferidas
Figura 3.10. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario base
Figura 3.11. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario base.
Figura 3.12. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario base
Figura 3.13. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario base.
Figura 3.14. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario precios altos
Figura 3.15. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario precios altos.
Figura 3.16. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario precios altos
Figura 3.17: Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario precios altos.
Figura 3.18. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Zaragoza.
Figura 3.19. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Bajo Aragón.
Figura 3.20. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Hoya de Huesca.
INFORME FINAL

Índice de tablas
Tabla 1.1. Medidas analizadas en el proyecto y sus principales requisitos
Tabla 2.1. Efectividad ex-ante de las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de
las aves esteparias en cultivos de cereal de secano según regiones en las programaciones de
2000-2006 (Llusía y Oñate 2005) y 2007-2013.
Tabla 2.2. Número de pares de campos válidos en las 18 zonas de estudio.
Tabla 2.3. Resultados del GLM considerando la aplicación o no de agroambientales como
factor y la superficie del campo como covariable.
Tabla 2.4. Especies de aves esteparias en las que se ha centrado el estudio.
Tabla 2.5. Grupos bioclimáticos a los que se asignan cada una de las zonas de estudio.
Tabla 2.6. Parámetros de desarrollo de los cultivos considerados.
Tabla 2.7: Resultados de las correlaciones comparando los calendarios de reproducción de las
aves con los valores de NDVI a lo largo del año.
Tabla 2.8. Nº de observaciones registradas para cada una de las especies identificadas.
Tabla 2.9. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en
medios agrícolas en 2011 y 2012 en Fuerteventura.
Tabla 3.1. Nivel de acogida a las medidas agroambientales de estudio.
Tabla 3.2. Indicadores utilizados para la caracterización del área de aplicación.
Tabla 3.3. Grupos de discusión con agricultores del Proyecto Ganga
Tabla 3.4. Resumen de elementos destacados por comunidad autónoma durante la consulta
social.
Tabla 3.5. Principales diferencias entre los casos de estudio.
Tabla 3.6 Tamaño de explotación de los agricultores encuestados (ha)
Tabla 3.7 Edad de los agricultores encuestados (años)
Tabla 3.8. Nivel de conocimiento de las medidas agroambientales entre los encuestados.
Tabla 3.9. Factores favorables a la acogida.
Tabla 3.10. Factores considerados para no acogerse a las medidas.
Tabla 3.11. Valoración de los atributos de los contratos.
Tabla 3.12. Distribución de los costes de las medidas analizadas
Tabla 3.13. Porcentaje de la muestra representado por cada variable.
Tabla 3.14. Descripción de los atributos de contratos agroambientales utilizados en el
experimento de elección
Tabla 3.15. Porcentaje de la muestra representado por cada variable.
Tabla 3.16. Resultados del modelo logit condicional ampliado.
Tabla 3.17. Disposición a aceptar los atributos de los contratos económicos.
INFORME FINAL

Resumen

Según los datos de seguimiento de aves de SEO/BirdLife, las aves ligadas a medios agrarios
siguen sufriendo el mayor declive en los últimos años, especialmente en el caso de las
especies vinculadas a los sistemas de cereal de secano, para las que España es uno de los
mayores refugios europeos. Esta tendencia, aunque se asocia en gran medida a las dinámicas
de intensificación de estos cultivos, deriva también de los procesos de abandono o
transformación ante la falta de rentabilidad en las zonas menos productivas.

Las medidas agroambientales de la Política Agraria Común (PAC) son una de las principales
herramientas disponibles actualmente para hacer frente a esta situación, pero es necesario
asegurar que su diseño es el más adecuado para equilibrar los beneficios ambientales con el
interés de los agricultores en aplicarlas. Por ello, y ante la nueva reforma de la PAC y los
próximos programas de desarrollo rural para el periodo 2014-2020, SEO/BirdLife decidió en
2009 abordar un proyecto de evaluación de las actuales medidas dirigidas a las aves
esteparias, especialmente focalizado hacia Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA) de
la red Natura 2000.

Los datos obtenidos en los muestreos de campo, realizados en parcelas tanto en primavera
como en verano e invierno, han mostrado que en general estas medidas tienen un efecto
positivo sobre las aves, en particular durante la época reproductora. Dicho de otra forma, las
aves seleccionan preferentemente los campos gestionados según los compromisos
agroambientales. En verano, los resultados son claramente positivos en su mayoría. Sin
embargo, no se observa un patrón claro en invierno, periodo donde pueden afectar otros
factores como los movimientos migratorios de las especies en esta época. El efecto a escala
de paisaje y a largo plazo debe comprobarse con un seguimiento más amplio de las
poblaciones en cada zona de aplicación.

Por su parte, los trabajos realizados para el análisis socio-económico revelan la enorme
importancia de la participación de los agricultores en el proceso de diseño de las medidas para
evitar incoherencias entre los requisitos exigidos y las características regionales de las
explotaciones, así como para garantizar una información eficaz una vez puestas en marcha.
Desde la perspectiva económica, las medidas analizadas tienden a ser más rentables para las
explotaciones menos productivas, teniendo el efecto contrario en regiones de alta
productividad. Estos resultados son más evidentes en aquéllas regiones donde hay una mayor
heterogeneidad de rendimientos, al ser calculadas las primas en base a valores medios.

A la vista de estos resultados, SEO/BirdLife plantea, entre otras, tres propuestas clave para
mejorar la eficacia de las próximas medidas agroambientales: establecer objetivos ambientales

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INFORME FINAL

claros; definir un ámbito de aplicación relevante en función de esos objetivos; y buscar el


equilibrio entre las necesidades de las aves y la viabilidad agronómica de las prácticas
requeridas mediante un proceso participativo tanto en el diseño como en su aplicación.

Se considera además necesario garantizar la integración coordinada de las medidas en los


planes de gestión de las zonas ZEPA, donde deberían priorizarse estas ayudas en caso de
restricciones presupuestarias, y recuperar el concepto de incentivo en el cálculo de las primas.

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INFORME FINAL

Presentación del informe

En la sección introductoria se expone brevemente la relación entre las aves esteparias y los
sistemas agrarios, su evolución y la situación actual. Tras lo cual se presentan los objetivos del
proyecto y las medidas agroambientales objeto de estudio en el mismo. Dada su relevancia
para el desarrollo del trabajo y el alcance de los resultados obtenidos, se resumen también las
principales dificultades encontradas a lo largo de los años del proyecto.

La segunda sección está dedicada a la evaluación de la eficacia ecológica de las medidas


estudiadas. Es decir, se analiza la contribución de la gestión fomentada mediante estas ayudas
al que se supone su principal objetivo, la conservación de las aves agroesteparias. Se
describen los principales métodos utilizados, con especial relevancia de los muestreos en
campo, los análisis realizados a partir de los datos recogidos, y los resultados obtenidos más
relevantes en los distintos enfoques planteados: eficacia global, variabilidad entre regiones, y
efectos paisajísticos. Se presenta asimismo un estudio fenológico de las especies de interés, y
el trabajo realizado paralelamente en Canarias, para determinar la pertinencia de la puesta en
marcha de medidas agroambientales para las aves en esta región.

La otra gran línea de trabajo del proyecto, el estudio socio-económico de las medidas, queda
recogida en la tercera sección. El objetivo en este caso era identificar los factores
determinantes para la participación de los agricultores en las medidas y su correcta gestión, así
como analizar el impacto económico de estas ayudas sobre las cuentas de las explotaciones.
Se describe aquí el nivel de acogida a las distintas medidas, la valoración del funcionamiento
por parte de gestores y beneficiarios, y otros agentes implicados. Con un tratamiento más
detallado, se presentan también tres casos de estudio basados en encuestas individuales a
agricultores: Castilla-La Mancha, Cataluña y Aragón, y un análisis adicional en esta última
región.

En la sección cuarta, se discuten conjuntamente los resultados obtenidos en ambas líneas de


trabajo, planteando las posibles interacciones entre ellas y las conclusiones más relevantes en
relación tanto a los objetivos del proyecto, como a la propia metodología o posteriores
necesidades de evaluación.

Por último, en la quinta sección, se presentan una serie de propuestas basadas en las
conclusiones alcanzadas, de cara a las posibles mejoras en el diseño, gestión y/o aplicación de
las medidas, en el siguiente periodo de programación. Igualmente, se plantean futuras líneas
de estudio para corroborar o profundizar algunas de las hipótesis que han quedado abiertas.

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INFORME FINAL

1 INTRODUCCIÓN

1.1 AGRICULTURA, AVES Y MEDIDAS AGROAMBIENTALES

En Europa, los usos agrarios ocupan la mayor parte del territorio, lo que da una idea bastante
clara de la importancia de esta actividad en la gestión del mismo, ya sea en términos de
cohesión territorial o de conservación ambiental. En España en particular, prácticamente el
50% de su superficie (más de 23 millones de hectáreas) está ocupada por cultivos o praderas,
y eso sin tener en cuenta las superficies forestales pastoreadas regularmente. Lo más
destacable es que gran parte de esta superficie presenta aún un alto valor ambiental por su
importancia para la conservación de la biodiversidad. No en vano, de los más de 13 millones de
hectáreas incluidos en la red Natura 2000, unos 10 millones corresponden a hábitats agrarios o
han sido modelados por la actividad agrícola o ganadera.

Sin embargo, los procesos de abandono rural y de intensificación agraria que tuvieron lugar
especialmente en la segunda mitad del siglo XX conllevaron una brusca transformación del
paisaje y de las prácticas que puso en peligro el delicado equilibrio alcanzado hasta entonces
entre producción y conservación.

En concreto, las aves esteparias, o mejor dicho agroesteparias, son tal vez el grupo más
estrechamente relacionado con la agricultura, al encontrar en los cultivos herbáceos extensivos
su hábitat prioritario y casi único, al haber desaparecido casi por completo las estepas
naturales de las que proceden. Por este motivo, la continua reducción de las superficies
dedicadas a cereal de secano derivada de su menor rentabilidad, unida a la intensificación de
su gestión para optimizar los rendimientos, pone en peligro el mantenimiento de las
poblaciones de estas especies. De hecho, según los datos obtenidos en los programas de
seguimiento de SEO/BirdLife, son precisamente este grupo de aves las que presentan unas
tasas de declive más acusado, frente a otras especies también asociadas a hábitats agrarios
(figura 1.1).

Los factores detrás de estas tendencias tanto en la actividad agraria, como consecuentemente
en las poblaciones de aves asociadas, son diversos y complejos, por lo que la gestión de los
espacios agrarios con objetivos de conservación ambiental resulta altamente difícil. No
obstante, en el contexto europeo, la Política Agraria Común (PAC) ha sido y es uno de los
principales elementos de influencia. Precisamente, la intensificación a partir de la década de los
60 estuvo en gran medida empujada por el apoyo de la PAC al aumento de la producción en
sus primeras etapas.

4
INFORME FINAL

Este inicial enfoque productivista de la PAC, si bien respondió al objetivo de garantizar los
suministros, derivó también en importantes impactos ambientales. Por eso, en las sucesivas
reformas de esta política, aún motivadas en mayor medida por otras causas, se intentó dar
respuesta también a este problema. Así, en 1992 se crearon las ayudas agroambientales,
dentro de un paquete de medidas de acompañamiento a los pagos directos. Dos décadas
después, estas medidas, junto con los proyectos financiados por el programa LIFE, son casi las
únicas herramientas disponibles en el marco de las políticas públicas para fomentar métodos
de producción más sostenibles y contribuir a la conservación de la biodiversidad en los
ambientes agrarios.

Figura 1.1. Tendencia de las aves comunes ligadas a medios agrarios en España.
15

10
% de cambio (1998 = 0)

-5

-10

-15

-20

-25
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
General Arbóreas Campiñas norte Cereal

Fuente: Programa SACRE. SEO/BirdLife, 2011

1.2 EL PROYECTO GANGA: OBJETIVOS

Los elementos del escenario estaban claros. Las poblaciones del conjunto de aves esteparias
siguen disminuyendo; los sistemas agrarios de los que dependen en mayor o menor medida
vienen sufriendo un continuado proceso de abandono, intensificación o transformación; y más
de 15 años de medidas agroambientales no han conseguido, en general, parar estas
tendencias. Es más, apenas había estudios de evaluación en España sobre el efecto real que
estas medidas estaban teniendo en las zonas de aplicación.

Por otro lado, la gestión de los espacios de la red Natura 2000, y en particular la de aquellos
ubicados en entornos agrarios sigue sin consolidarse, generando tensión en la población local
y no consiguiéndose el estado favorable de las especies objeto de conservación.
Paralelamente, la PAC afronta una reforma que habrá de ponerse en marcha a partir de 2014,

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INFORME FINAL

fecha en la que deberán estar además preparados los nuevos Programas de Desarrollo Rural y
las correspondientes medidas agroambientales.

Ante esta situación, el Proyecto Ganga, desde una perspectiva amplia, pretendía aportar
argumentos e información para el debate sobre el futuro de la PAC, al menos en relación con
estas medidas, y dar algunas orientaciones sobre la gestión de los espacios protegidos de
carácter agrario. De manera más específica, se quería ayudar a la elaboración de la nueva
etapa de programación de desarrollo rural, garantizando que las medidas que se pongan en
marcha contribuyen efectivamente a detener el declive de biodiversidad, en este caso de las
aves agroesteparias, a la vez que ofrecen una alternativa viable a los sistemas agrarios tal vez
menos productivos o rentables, pero de gran valor natural, en particular a aquéllos situados en
Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la red Natura 2000.

Para ello, las líneas de trabajo se plantearon con el objetivo de obtener una visión de conjunto
sobre la eficacia y el funcionamiento de las actuales medidas agroambientales dirigidas a aves
esteparias en las comunidades autónomas (CC.AA.) más relevantes. En particular, se ha
analizado el efecto real sobre las aves, y se han investigado los factores más importantes para
un buen funcionamiento y los que determinan la decisión a participar por parte de los
agricultores, con especial foco en sus vías de información. Adicionalmente, se ha buscado
ampliar el conocimiento sobre la fenología reproductiva de las especies de interés, al ser este
un punto clave en el diseño de las medidas, tanto para las aves como para la gestión de las
explotaciones.

1.3 MEDIDAS AGROAMBIENTALES ANALIZADAS

Dentro de las medidas agroambientales de los Programas de Desarrollo Rural, con cargo al
fondo FEADER para el periodo 2007-2013, cada comunidad autónoma ha puesto en marcha
numerosos esquemas para los distintos cultivos, sistemas ganaderos y problemas ambientales
de su territorio. Como se recogió en el informe “Punto de Partida” del Proyecto Ganga
(SEO/BirdLife, 2010), a diferencia del periodo anterior, en el que cada región sólo podía elegir
de un menú único elaborado a nivel nacional, en esta ocasión, han podido diseñar sus medidas
específicas. Esto ha permitido un mejor ajuste a la realidad local de cada caso, a la vez que
una gran variedad de esquemas diferentes, incluso para sistemas agrarios y condiciones
agroclimáticas similares.

Prácticamente todas las comunidades autónomas con espacios ZEPA para aves esteparias o
presencia de estas especies en sus territorios incluyeron una o varias medidas
agroambientales dirigidas a su conservación en sus programas. Sin embargo, no todas han
sido finalmente puestas en marcha (Andalucía y Madrid), e incluso algunas que sí se
convocaron no han tenido respuesta por parte de los agricultores (La Rioja).

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INFORME FINAL

De todos los esquemas disponibles, también para moderar el esfuerzo necesario, se decidió
trabajar sólo sobre aquéllos potencialmente más favorables o de mayor alcance, o con un
objetivo más claro sobre las aves esteparias, seleccionando sólo una medida por región en el
caso de que hubiera varias. No obstante, en el caso de Aragón se incluyeron tres de las
medidas en el estudio, por tratarse de la única región en la que se han diseñado esquemas
independientes para distintos sustratos posibles en los sistemas de herbáceos de secano
(cultivo, barbecho, rastrojo, etc), frente a las medidas más integrales planteadas en el resto de
zonas.

Aunque los requisitos específicos varían de una medida a otra (tabla 1.1), en general se trata
de conjuntos de acciones dirigidas a la extensificación del cultivo de cereal mediante la
modificación del ciclo agrícola (mantenimiento de rastrojos, barbechos, siembras intercaladas
de leguminosas), mantenimiento de superficies o franjas sin cultivar, la reducción del uso de
fertilizantes y plaguicidas, y la adecuación de la cosecha u otras labores agrícolas al ciclo vital
de las aves para disminuir la mortalidad en nidos y de adultos.

Cabe señalar que debido a imprevistos sobre la puesta en marcha de las medidas en
Extremadura y Andalucía, las medidas analizadas el primer año de trabajo no pudieron ser las
agroambientales de los PDR. En la zona de Llanos de Cáceres en Extremadura se evaluó un
programa de medidas compensatorias de la construcción de la autovía A-58 (Trujillo-Cáceres),
y en Andalucía se optó por parcelas incluidas en el Programa de Conservación de Aves
Esteparias de la Consejería de Medio Ambiente. Ya el segundo año, se incorporó la
agroambiental de Extremadura, pero tuvo que descartarse definitivamente el trabajo en
Andalucía.

En Madrid, tampoco se llegó a poner en marcha la medida agroambiental prevista, y no se


trabajó en las medidas compensatorias de las radiales, ya que hay un proyecto en marcha al
respecto.

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INFORME FINAL

Tabla 1.1. Medidas analizadas en el proyecto y sus principales requisitos (más detalle en Anexo 1.1)

CCAA Medida/s Requisitos An.


Medidas agroambientales de los Programas de Desarrollo Rural
Aragón Cultivo de alfalfa de secano - introducir cultivos de alfalfa en secano E/S
- limitaciones en las fechas de pastoreo, cosecha y labrado, pero no de superficie
Cultivo de esparceta en rotación - introducir cultivos de esparceta en campos de 2-50 ha, E
- limitaciones en las fechas de pastoreo, cosecha y labrado
Mantenimiento del rastrojo - mantener rastrojos anuales de larga duración, dejar parte de la paja sin recoger E/S
- limitaciones en las fechas de labrado; no uso de agroquímicos en rastrojos y barbechos
Castilla - La Agro sistemas extensivos de secano - superficie mínima: 2 has; mantener en secano; dejar un 3% sin cultivar (con vegetación, en lindes o islas) E/S
Mancha - utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos e incrementar las dosis habituales
- mantener el rastrojo hasta el 1 de febrero siguiente a la cosecha (para parcelas de barbecho)
- limitación en la fechas de cosecha
- introducir cultivos de leguminosas y/o proteaginosas en un mínimo del 15% de la superficie acogida
- introducir cultivos de cereales de ciclo largo en un mínimo del 10% de la superficie acogida
- compromiso voluntario adicional: 50% del barbecho tradicional semillado con leguminosas.
Castilla y León Agro ecosistemas extensivos de secano - máximo 20% en regadío; dejar un 3% sin cultivar (con vegetación en lindes o islas) E/S
- utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos e incrementar las dosis habituales
- mantener el rastrojo hasta el 1 de febrero siguiente a la cosecha (para parcelas de barbecho)
- limitación en la fechas de cosecha.
- introducir cultivos de leguminosas y/o proteaginosas en un mínimo del 15% de la superficie acogida
- introducir cultivos de cereales de ciclo largo en un mínimo del 10% de la superficie acogida
- compromiso voluntario adicional: 50% del barbecho tradicional semillado con leguminosas.
Cataluña Mejora de los hábitats esteparios de la - aplicación en parcelas agrícolas de más de 2,5 ha con barbecho y cereal de invierno E/S
Plana Agrícola de Red Natura 2000 - mantenimiento de barbechos con cubierta herbácea de al menos 2 años y altura mínima de rastrojos
- superficies sin cultivar, pero con cubierta, en el menos el 10%
- máximo 1 o 2 aplicaciones anuales de agroquímicos AAA/AAB
- limitaciones en las fechas de cosecha, labrado y pastoreo (según ubicación oriental/occidental)
Extremadura Sistemas agrarios de especial interés para - superficie mínima: 3 ha E/S
la protección de las Aves Esteparias - limitaciones en las fechas de cosecha (no cosechar de noche) y otras labores agrícolas
- altura mínima de corte y dejar sin cosechar el 10% del cultivo y alrededor de los nidos.
- utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos
La Rioja Sistemas de extensificación para la - superficie mínima: 5 ha (2,5 ha de cultivo) S
protección de las aves esteparias - utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos
- no cosechar los márgenes y dejar la paja sobre el terreno en el 50% de superficie
- limitaciones en las fechas de algunas labores agrícolas; no cosechar de noche

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INFORME FINAL

- introducir cultivos de leguminosas y/o proteaginosas en un mínimo del 5% de la superficie acogida


- compromiso voluntario adicional: semillar con veza y no tratar el 25% del barbecho en zonas de interés
para el sisón
Murcia Extensificación de herbáceos de secano - plantar un árbol por hectárea acogida S
- mantener el rastrojo o sembrar leguminosas para abonado en verde.
- cumplir con un índice de barbecho de 100
- dejar al menos el 5% sin cultivar (con vegetación, en franjas), y un 10% de cereal sin cosechar.
- compromiso voluntario adicional: limitaciones de fecha para el pastoreo de rastrojos
Navarra Ayudas Agroambientales en Zonas - superficie mínima: 20 ha E/S
Esteparias - mantener rastrojos de larga duración y superficies de reposo (barbecho)
- incorporar leguminosas en al menos el 5% de la superficie de cultivo, y el 25% del barbecho
- limitaciones en las fechas de cosecha, otras labores agrícolas y pastoreo; no cosechar de noche
- no cosechar los márgenes de cultivo y mantener la paja en el suelo en al menos el 25%
Programas específicos de conservación
Extremadura Medidas compensatorias Autovía Trujillo- - introducir cultivos de cereal o leguminosas y/o barbechos en un 25% máx. (en ambientes de pastizales) E/S
Cáceres - mantener rastrojos
- limitaciones en las fechas de cosecha, laboreo y pastoreo
Andalucía Programa de Conservación de Aves - introducir cultivos de leguminosas E
Esteparias - limitaciones en las fechas de aprovechamiento
Elaboración propia a partir de los PDR y las órdenes de bases reguladoras de las ayudas. An.: Análisis llevado a cabo E: evaluación ecológica; S: análisis socioeconómico

9
INFORME FINAL

1.4 DIFICULTADES ENCONTRADAS

Debido al gran ámbito territorial de estudio, que ha incluido hasta 10 comunidades autónomas,
la gestión y el manejo de la información y los recursos necesarios para el desarrollo de los
trabajos han resultado enormemente complejos. Igualmente, la prolongación del proyecto
durante varios años, sumada a la gran superficie cubierta, ha dado lugar a una alta variabilidad
de situaciones y condiciones, en muchos casos imprevistas, que ha habido que afrontar de
manera independiente.

En el momento de preparación del proyecto, principios de 2009, se tomó como referencia lo


establecido en los diferentes programas regionales de desarrollo rural (PDR), donde se
enmarcan las medidas agroambientales, y se seleccionaron los esquemas de interés de entre
las diversas ayudas previstas en ese momento. Sin embargo, a la hora de plantear el trabajo
de campo en el primer año, ni Extremadura ni Andalucía habían puesto aún en marcha sus
correspondientes medidas para esteparias. Ya para la segunda campaña de muestreo, se pudo
trabajar sobre la medida de Extremadura, pero hubo que abandonar definitivamente el trabajo
en Andalucía, que no ha llegado a convocar su ayuda en todo el periodo. En el ámbito de la
evaluación ecológica se pudieron buscar alternativas en ambos casos, mientras que no ha sido
posible desarrollar ninguna acción de la línea socioeconómica en Andalucía.

Adicionalmente a estos inconvenientes, en 2010 se puso en marcha el Plan Nacional de


Fomento de Rotaciones (PNFR), dentro del paquete de ayudas directas de la PAC. Se trata de
una medida similar en sus requisitos a las agroambientales de estudio, pero de carácter anual,
dirigida específicamente a las explotaciones de secano con rendimientos iguales o inferiores a
2Tn/ha. La competencia de esta ayuda con las agroambientales fue especialmente fuerte en el
caso de Castilla-La Mancha, donde muchos de los agricultores que en un primer momento
habían solicitado la ayuda agroambiental, renunciaron a ella para pasarse al PNFR. Este hecho
provocó, entre otros efectos, que algunas de las parcelas seleccionadas para el trabajo de
campo no fueran finalmente válidas y fuera más difícil encontrar parcelas apropiadas, al
disminuir también las acogidas a la medida agroambiental de estudio.

No obstante, la principal dificultad encontrada ha sido manejar el desfase entre la información


de acogida disponible y la realidad en campo, que ha llegado a ser de casi un año. Es decir, la
selección de parcelas de muestreo se ha realizado casi siempre sobre datos de acogida de la
campaña agrícola anterior, lo que ha requerido comprobar sobre el terreno que todas seguían
presentando cultivos herbáceos de secano, y la validación posterior, una vez estaba disponible
la información de acogida, de las parcelas supuestamente acogidas (o no) a las medidas. En
cualquier caso, el elevado número de parcelas muestreadas en cada ocasión ha permitido
mantener una muestra suficiente para la realización de análisis fiables.

10
INFORME FINAL

Otro elemento imprevisto ha sido la climatología, tanto del primer como del tercer año. El
primero (2010) fue muy lluvioso, mientras que el último ha sido mucho más seco de lo habitual
(2012), con temperaturas algo diferentes a los patrones medios en ambos. Estas condiciones,
por un lado, dificultaron el trabajo de campo en algunos casos y, por otro, provocaron retrasos
y adelantos (sobre la media) en los cultivos y la fenología de las aves, influyendo en cierta
medida los resultados finales. Sin embargo, estas fuertes variaciones también han permitido tal
vez obtener datos más representativos de las distintas situaciones derivadas de la alta
variabilidad natural del clima mediterráneo.

Por otro lado, dentro del trabajo para el análisis socio-económico, el mayor reto ha sido
contactar con los agricultores. Al amplio ámbito de estudio que se pretendía cubrir por el
proyecto, se unía la falta de costumbre y, en algunos casos, la falta de tiempo para participar
en los encuentros convocados. Debido en gran parte a la multitud de proyectos para los que se
pide la participación de los agricultores, y al hecho de que la convocatoria fuera realizada por
una organización no gubernamental y no por la propia administración, muchos agricultores
manifestaron falta de confianza en la utilidad de las actividades propuestas para solucionar sus
problemas reales.

En algunas regiones con situaciones específicas, se encontró también cierto recelo hacia
convocatorias realizadas por una organización de carácter ambiental. Profundizando en la
información que se les solicitó a los agricultores, se encontró un rechazo generalizado a dar
información detallada sobre su gestión o sus cuentas. No obstante, gracias al esfuerzo
realizado por el equipo del proyecto y a la colaboración de la administración y las oficinas
comarcales en algunas regiones, finalmente se ha conseguido una amplia participación del
sector agrario en todos los niveles: agricultores, organizaciones profesionales agrarias, y
administración.

De cara a los análisis económicos, la escasez o dificultad de conseguir información detallada a


nivel municipal o de explotación han condicionado las variables y valores a incluir en algunos
de los modelos. Así, si bien se han podido usar datos en gran medida representativos de las
zonas estudiadas, cabría afinar más los resultados si se dispusiera de información más
específica del tipo de explotaciones implicadas en las medidas.

11
INFORME FINAL

2. ANÁLISIS ECOLÓGICO

2.1. ANÁLISIS ECOLÓGICO DE LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES

2.2.1. INTRODUCCIÓN

Los paisajes agrícolas, denominados pseudoestepas, ocupan una amplia extensión en la


península Ibérica. Se trata de áreas abiertas muy deforestadas, dedicadas principalmente al
cultivo de cereales de secano, conformadas por una mosaico de hábitats que incluyen cultivos
de cereal o leguminosas, barbechos, labrados, rastrojos y, dependiendo de las zonas, manchas
de vegetación natural (Suárez et al. 1997, Delgado y Moreira 2000). Este es el hábitat principal
de un grupo de especies de aves, las denominadas esteparias. Entre las características de
comportamiento comunes a este heterogéneo grupo de aves se encuentra la nidificación en el
suelo, lo que las hace vulnerables a determinadas actividades o labores agrícolas, como la
cosecha. Otros rasgos comunes son la tendencia a desplazarse caminando, el gregarismo, la
coloración críptica y los comportamientos dirigidos a reducir la predación en los nidos (Suárez
et al. 1997).

Varios estudios han mostrado la importancia de la diversidad del paisaje de las pseudoestepas
para la diversidad global de aves (Delgado y Moreira 2000) y para las poblaciones de
determinadas especies (Moreira et al. 2004). De esta manera, la composición espacial ideal
estaría formada por una mezcla de cultivos que pueda proporcionar hábitats para especies con
diferentes nichos ecológicos. No obstante, la intensificación agrícola junto con el abandono de
los campos y los cambios de usos de suelo en estos paisajes agrícolas, han tenido un impacto
significativo sobre la composición del paisaje y su configuración (Stoate et al. 2001). La
consecuencia común de ambos procesos suele ser la simplificación estructural, por medio de la
pérdida de barbechos, la eliminación de las lindes, ribazos, y elementos no cultivados, la
simplificación de las rotaciones, la reducción de la diversidad de cultivos o el aumento del
tamaño de las parcelas (Stoate et al. 2001, Benton et al. 2003). En algunas áreas, tanto la
intensificación agrícola como el abandono de las tierras coexisten en los mismos territorios.
Estos procesos, ocurridos principalmente durante la segunda mitad del siglo XX, han tenido un
impacto muy importante sobre las poblaciones de aves esteparias, que ha desembocado en un
continuado declive de sus poblaciones (Suárez et al. 1997, Stoate et al. 2001).

En parte para parar este proceso, del que paradójicamente también ha sido de alguna manera
responsable, la PAC lleva desde 1992 poniendo en práctica las denominadas medidas
agroambientales, consistentes en la concesión de ayudas a los agricultores a cambio de incluir
en la gestión de su explotación un conjunto de prescripciones con objetivos ambientales e

12
INFORME FINAL

intentar así paliar el declive general de las poblaciones de aves esteparias (Kleijn y Sutherland
2003). En concreto, durante el periodo actual de programación (2007-2013) se han estado
aplicando una serie de medidas destinadas específicamente a mejorar el hábitat de las
esteparias, por medio de la extensificación del cultivo de cereal, el mantenimiento de los
rastrojos, las siembras intercaladas de leguminosas, el mantenimiento de franjas sin cultivar, la
reducción del uso de fertilizantes y plaguicidas o la adecuación de la cosecha u otras labores
agrícolas al ciclo vital de las aves.

No obstante, y a pesar de que algunos estudios han podido demostrar el efecto positivo de las
medidas agroambientales (ej., Kleijn et al. 2006, Gabriel et al. 2010), la eficacia de estas
medidas sigue siendo un aspecto discutido, principalmente por la falta de análisis cuantitativos
o por carencias en el diseño o análisis de las evaluaciones efectuadas (Kleijn y Sutherland,
2003, Kleijn et al. 2004, 2006). Incluso, medidas específicamente diseñadas para aves
amenazadas han resultado tener una eficacia mixta o incluso negativa (Kleijn et al. 2001). En el
lado opuesto, diversos estudios han demostrado o inferido la eficacia de las medidas
específicas para mejorar el estado de conservación de especies esteparias amenazadas, por
ejemplo Kleijn et al. (2006) en Castilla-La Mancha o Martín et al. (2012) en Castilla y León. En
este último caso, los autores relacionan el aumento del número de avutardas en los últimos
diez años con el incremento de leguminosas de secano, lo que también se ha correlacionado
con la recuperación del sisón en el sur de Francia (Bretagnolle et al. 2011).

El objetivo de este proyecto ha sido contribuir al debate sobre la efectividad de las medidas
agroambientales dedicadas a las aves esteparias mediante un análisis simultáneo, a escala
nacional, de 8 medidas agroambientales incluidas en los Planes de Desarrollo Rural regionales
y de 2 medidas incluidas en programas específicos de conservación. Las preguntas a las que
se ha pretendido responder son las siguientes:

• si las medidas suponen un aumento en la abundancia y/o riqueza de especies que se


reproducen y alimentan en los campos de cultivo manejados según los requisitos de
las medidas en comparación con campos control cultivados del modo habitual;

• si la efectividad de las medidas varía entre zonas de estudio y entre años;

• si las variaciones en la efectividad se relacionan con las diferencias regionales en el


diseño de las propias medidas o con la estructura del paisaje; y

• si los efectos sobre las aves reproductoras se manifiestan también en el periodo


postreproductor y durante la invernada.

Para el diseño y análisis de esta evaluación se ha contado con el Dr. Mario Díaz, del
Departamento de Biogeografía y Cambio Global (Museo Nacional de Ciencias Naturales,
CSIC). A continuación se presenta un resumen de los principales resultados; se puede
consultar el informe completo en el Anexo 2.1.

13
INFORME FINAL

De manera paralela se ha realizado un estudio basado en imágenes satélite para, a través del
análisis entre parcelas acogidas y no acogidas a medidas agroambientales en cuanto a
cobertura y estructura de la vegetación, determinar si estas medidas conllevan una mayor
heterogeneidad de hábitat y si esto se relaciona o no con un mayor uso por parte de las aves.
Esta acción se planteó con una fuerte vocación experimental, pues aunque son cada vez más
numerosos los estudios que relacionan los datos obtenidos mediante sensores remotos con
distintos aspectos de la ecología vegetal y animal, lo que se pretendía era determinar si esta
herramienta podía ser utilizable de manera sencilla y generalizable para el seguimiento de los
cultivos extensivos de secano en relación con distintos parámetros ecológicos de las aves que
los ocupan.

2.2.2. MATERIAL Y MÉTODOS

2.2.2.1. ANÁLISIS DE LA EFECTIVIDAD DE LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES

Áreas de estudio y medidas agroambientales

El estudio se ha llevado a cabo en 18 áreas esteparias, pertenecientes a 7 comunidades


autónomas, entre los años 2010 y 2012 (Figura 2.1). Los criterios de selección de las áreas de
estudio fueron: que estuvieran ubicadas en zonas de interés para las esteparias (zonas ZEPA
preferentemente), la representatividad de los sistemas agrarios asociados –los cultivos de
herbáceos de secano-, y que estuvieran aplicando medidas agroambientales dirigidas a estas
especies y hábitats. Todas excepto una (el área de Andalucía) están incluidas en zonas ZEPA
definidas por su importancia para este grupo de especies.

Aunque existen diferencias regionales, las medidas agroambientales evaluadas están dirigidas
a la extensificación del cultivo de cereal mediante la modificación del ciclo agrícola
(mantenimiento del rastrojo, siembras de leguminosas…), la reducción del uso de fertilizantes y
plaguicidas y la adecuación de los ciclos de cultivo y cosecha al ciclo vital de las aves (ver
capítulo 1 de este informe). En el caso de una de las zonas de Extremadura (ZEPA Llanos de
Cáceres) la medida analizada forma parte de un programa de medidas compensatorias por la
construcción de la autovía A-58, mientras que en Andalucía se seleccionaron parcelas incluidas
en el Programa de Conservación de Aves Esteparias de la Consejería de Medio Ambiente.
Ambos programas desarrollan acciones similares a las incluidas en las medidas
agroambientales propiamente dichas.

En 2010 se muestrearon 17 áreas, las mismas que en 2011 salvo que el área andaluza fue
sustituida por otra en Cáceres, mientras que en 2012 el trabajo se concentró en sólo 11 zonas,
teniendo en cuenta aquéllas donde hubo mayor estabilidad de las parcelas a lo largo del
estudio, de cara a optimizar el esfuerzo.

14
INFORME FINAL

1. Secáns del Segrià (Lleida)


2. Bellmunt‐Almenara (Lleida)
3. El Plano‐Blanca Alta (Navarra)
4. Rincón del Bú (Navarra)
5. Estepas de Belchite (Zaragoza)
6. Estepas de Monegrillo (Zaragoza)
7. Campo Visiedo (Teruel)
8. Penillanuras‐Campos Sur (Zamora)
9. Camino de Santiago (Palencia)
10. La Nava‐Campos Norte (Palencia)
11. Tierra de Campiñas (Valladolid)
12. Área Esteparia Mancha Norte (Toledo)
13. Área Esteparia Mancha Norte (Cuenca)
14. Zona Esteparia Bonillo (Albacete)
15. Área Esteparia Este Albacete (Albacete)
16. Llanos de Cáceres (Cáceres)
17. Embalse de Talaván (Cáceres)
18. Andalucía (Jaén‐Córdoba)

Figura 2.1. Localización de las 18 zonas de estudio de la evaluación ecológica.

En cada zona se seleccionaron ocho pares de campos de 12,5 ha de superficie, según la


metodología establecida en el Proyecto EASY (Kleijn et al. 2006), de manera que uno de los
campos del par debía ser cultivado de acuerdo con las prescripciones de la medida
agroambiental correspondiente (campo focal) y el otro, cercano al anterior y que actuaría como
control, estaría cultivado del modo habitual. Los campos de cada par eran similares en cuanto
a tamaño, tipo de cultivo y contexto paisajístico. Si las parcelas acogidas a la medida eran
menores de 12,5 ha se seleccionaron campos adyacentes hasta completar el área de censo de
12,5 ha, para adecuarlas a las áreas de campeo medias de las especies consideradas, pero en
estos casos el “campo focal” real era exclusivamente la parcela menor donde se aplicaban las
medidas, y en los campos control se delimitó una parcela de extensión y ubicación similar para
permitir las comparaciones a esa escala.

Debido al desfase entre la información de acogida y la realidad en campo, los pares de campos
no han sido siempre los mismos durante todo el proyecto. Los pares que finalmente no se
ajustaron al diseño de acogida fueron eliminados del análisis de efectividad (aunque los datos
recogidos en los muestreos fueron utilizados para otros apartados del estudio), aunque el
elevado número de pares muestreado ha permitido mantener un tamaño de muestra suficiente
para mantener la potencia de los análisis.

Cada campo fue muestreado cuatro veces en las primaveras de 2010, 2011 y 2012, tres veces
en los veranos de 2010 y 2011 y otras tres veces en el invierno de 2010-2011. Con los datos
de las cuatro visitas de primavera, para cada campo se obtuvo el número de territorios
establecidos de cada especie, según los criterios definidos por Bibby et al. (1992), así como el

15
INFORME FINAL

número total de individuos que se encontraron alimentándose en las zonas de estudio,


estimado como la suma de todos los contactos en las cuatro visitas.

Para definir la estructura del paisaje, en cada campaña de muestreo se anotaron los usos del
suelo y las lindes de todas las parcelas situadas en un círculo de 500 m de radio centrado en
cada campo focal. Esta información se incorporó a un SIG sobre el que se midieron las
siguientes variables: tamaño del campo focal, longitud total de lindes con vegetación
seminatural, porcentaje de superficie cultivada total, proporción de cultivos herbáceos, cultivos
leñosos, vegetación seminatural y la diversidad de los tipos de cultivos o de vegetación natural
(usando el índice H’ de Shannon).

En primer lugar se ha analizado la efectividad potencial de las medidas agroambientales –


evaluación indirecta o ex-ante- para alcanzar su objetivo de conservación de las aves
esteparias, en función del grado de cobertura de cada medida respecto a los requerimientos de
hábitat de estas aves, siguiendo el método descrito por Llusia y Oñate (2005). En este proyecto
se ha evaluado hasta qué punto la inclusión de las 21 prácticas definidas por estos autores
como beneficiosas para las esteparias ha mejorado en el periodo actual de programación y si
los resultados de esta evaluación a priori se relacionan o no con la efectividad real tras la
aplicación de las medidas.

Tanto los efectos de la proporción de requerimientos de las aves esteparias considerados por
las medidas, como del entorno paisajístico sobre la efectividad de las medidas se analizaron
mediante modelos mixtos generalizados (GLMMs).

Para evaluar la efectividad directa de las medidas agroambientales sobre las aves esteparias –
evaluación ex-post- se comparó la riqueza de especies y la abundancia total de aves entre
campos apareados. El análisis se ha basado también en modelos mixtos de estimación
generalizada (GLMMs) y la significación estadística de los modelos se estimó mediante el
Criterio de Verosimilitud de Akaike corregido (AICc). Los efectos de la estructura del paisaje
sobre la efectividad de las medidas se analizaron incorporando las variables del paisaje a los
GLMMs como covariantes.

2.2.2.2. ANÁLISIS SATÉLITE DE HETEROGENEIDAD PAISAJÍSTICA

También se ha evaluado mediante técnicas de teledetección si existen diferencias entre


parcelas sometidas y no sometidas a medidas agroambientales en cuanto a la heterogeneidad
de la vegetación, partiendo de la hipótesis de que debería la estructura debería ser más
heterogénea en parcelas con medidas como resultado del mayor número de usos y cultivos
fomentados por éstas. Este aspecto se ha analizado considerando dos índices de vegetación,
el LAI (o Índice de Área Foliar) y el NDVI (ver descripción en otro apartado de este informe),
derivados de las imágenes del satélite DEIMOS-I. El LAI es un índice que representa la
proporción entre la superficie de hojas por encima del suelo y la superficie de suelo en la que

16
INFORME FINAL

crece la vegetación. Se trata de un parámetro biofísico y adimensional, con un rango de valores


que van entre 0 para el suelo desnudo y 6 para bosques densos.

A partir de los valores de esos índices se calcularon dos medidas estadísticas de dispersión, la
varianza (que indica la heterogeneidad espacial de los valores de NDVI y LAI, medida como la
varianza de dichos valores) y la entropía (entropía espacial de los valores de NDVI y LAI).
Previamente, sobre las imágenes de NDVI y LAI obtenidas, se aplicó un filtrado espacial kernel,
con el objetivo de mejorar o suprimir detalles espaciales y así mejorar su interpretación visual.
El tamaño de kernel seleccionado para el estudio fue de 5x5, en base a la unidad mínima
cartografiable de las imágenes DEIMOS-1 y del tamaño de las parcelas.

Por último, para extraer el estadístico de heterogeneidad y así poder analizar la heterogeneidad
espacial de cada una de las zonas de estudio, se extrajeron los siguientes parámetros
estadísticos tanto para el NDVI como para el LAI: mínimo, máximo, media, desviación estándar
y coeficiente de variación (de Pearson). Para determinar si las diferencias en los distintos
parámetros entre parcelas acogidas y no acogidas a agroambientales son significativas, se ha
obtenido el valor medio de entropía y varianza de los índices LAI y NDVI para cada campo. A
continuación se ha realizado un GLMM por cada zona de estudio y cada año, considerando
como factor la acogida o no a la medida y la superficie de campo como covariable.

2.2.3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

2.2.3.1. EVALUACÍON DE LA EFICACIA DE LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES

A) Evaluación indirecta

Una vez hechos los ajustes correspondientes entre las prácticas contempladas en el estudio de
Llusia y Oñate (2005), los requisitos de las medidas analizadas y la normativa aplicable en el
periodo de programación actual 2007-2013, se ha comprobado cómo las medidas analizadas
difirieron significativamente en su efectividad potencial, medida como el porcentaje de prácticas
2
deseables que incorporan (G 5= 26,15, p= 0,0001). En conjunto, excluyendo a Castilla-La
Mancha y Extremadura del análisis por no haber sido incluidas en el trabajo de referencia, se
observa que la efectividad potencial no varió entre periodos (G21= 0,04, p=0,847). Por regiones,
la efectividad potencial aumentó en Cataluña (χ21=6,73, p=0,009), disminuyó en Aragón (χ21=-
5,19, p=0,023) y no mostró cambios significativos en Navarra y Castilla y León (χ21=1,64,
p=0,200, y χ21=-1,46, p=0,227).

Las medidas con mayor efectividad potencial fueron las del programa de Cataluña, con un 59%
de prácticas deseables incluidas, mientras que las de menor potencial fueron dos medidas
aplicadas en Aragón para promover el cultivo de leguminosas de secano, con sólo un 12% de

17
INFORME FINAL

prácticas incluidas, aunque si se evalúan conjuntamente con la medida de mantenimiento del


rastrojo, con la que son compatibles, el resultado sería del 36% (tabla 2.1). La medida
agroambiental aplicada en Extremadura también presenta un grado de adecuación muy bajo,
con sólo un 18% de prácticas, dirigidas casi exclusivamente a la gestión de las superficies
cultivadas y en particular del momento de la cosecha, con algunas limitaciones adicionales a
los laboreos durante el periodo de reproducción. Entre esos dos extremos, Navarra presenta un
esquema más equilibrado entre tipos de prácticas, y Castilla-La Mancha y Castilla y León, con
esquemas casi idénticos pero más orientados a fomentar las prácticas relacionadas con el uso
del suelo, presentan valores de adecuación potencial del 53, 41 y 47% respectivamente.

Entre las prácticas deseables, las que más se han adoptado en el periodo 2007-2013 han sido
el retraso de la fecha de cosecha (80%) y la introducción de leguminosas, grano y especies
forrajeras en la rotación (70%), seguidas por la introducción de barbechos de corta y media
duración (60%) y el mantenimiento de rastrojos (50%). Estas prácticas influyen sobre todo en la
conservación de los sustratos agrarios más seleccionados por las esteparias, prestando menos
atención a efectos directos o indirectos sobre la mortalidad mediados por cosechas nocturnas o
productos tóxicos.

Aparte de las prácticas consideradas por Llusia y Oñate (2005), en el periodo actual se han
incluido otros compromisos que podrían contribuir también a la conservación de las aves
esteparias a través de mejoras en el hábitat o en la seguridad y disponibilidad de alimento.
Entre ellas están las prohibiciones de actividades agropecuarias durante la reproducción de las
especies (50%), el incremento de la dosis habitual de semillas de cereal y el barbecho
semillado con leguminosas (30%), que difieren en mayor medida de las prácticas habituales en
este tipo de cultivos que las citadas anteriormente.

18
INFORME FINAL

Tabla 2.1. Efectividad ex-ante de las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de las aves esteparias en cultivos de cereal de secano según regiones en las
programaciones de 2000-2006 (Llusía y Oñate 2005) y 2007-2013 (este informe; véase la Tabla 1.1).

Programación 2000-2006 Programación 2007-2013


Regiona 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3.1 3.2 3.3 4 5 6 6* 7*
Areas de estudiob 1, 2 3, 4 5, 6 7 5, 6 8, 9, 10, 11 12, 13, 14, 15 17 16 18
Relativas al uso del suelo
Mantener lindes entre campos y su vegetación + + + +
Mantener el rastrojo en las parcelas para siembra + + + + + +
Mantener el rastrojo en las parcelas para barbecho + + + + + + + + +
Introducir barbechos de corto y medio plazo en la rotación + + + + + + + + +
Introducir leguminosas grano y forrajeras en la rotación + + + + + + + + + +
No utilizar variedades de cereal de ciclo corto + +
No roturar pastizales permanentes
Crear nuevas lindes entre campos o incrementar su anchura + +
No cultivar las áreas perimetrales a los humedales

Relativas a la gestión del cultivo


No aplicar fitosanitarios sobre rastrojos o barbechos + + + + + +
No cosechar durante la noche + + + + + +
No usar semillas blindadas o sólo con productos de baja toxicidad + + + + + +
Pastoreo de pastos permanentes, rastrojos y barbechos + + + + + +
Emplear sólo productos de baja toxicidad (tipo AAA o AAB) + + + + +
Retrasar la cosecha fuera del periodo de cría de las especies + + + + + + + + + +
Reducir las dosis de fitosanitarios + + +
Reducir las dosis de fertilizantes + + +
Mantener en buen estado las tierras abandonadas +
No labrar los barbechos durante el periodo reproductivo + + + + +
Hacer dos siegas de leguminosas antes del periodo de cría
Desbrozar mecánicamente las parcelas matorralizadas + +
c
EFECTIVIDAD EX ANTE (%) 19 43 67 48 0 0 29 59 53 24 12 12 41 47 18 29 12

19
INFORME FINAL

Otras prácticas (no evaluadas)


Prohibición de todas las labores agropecuarias en épocas o lugares determinados + + + + + + + + +
Incrementar la dosis habitual de siembra de semillas de cereal + + + + +
Barbecho semillado con leguminosas + + + + + +
Dejar paja sobre el terreno + + + +
Pase de apero en rastrojos colindantes con terreno forestal + +
Mantener rodales sin cultivar alrededor de los nidos de especies objetivo + +
No recolectar todo el cereal + + + +
Recolección con corte a mayor altura +
Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)

20
INFORME FINAL

B) Evaluación directa

Como se ha comentado anteriormente, en el momento de hacer la selección de los campos de


estudio para cada temporada de muestreo, no se disponía de la información de las parcelas
acogidas a las medidas agroambientales en la campaña agrícola vigente, con la excepción de
las zonas de Andalucía y Llanos de Cáceres, así como de las 11 áreas de muestreo de 2012
(en este caso la selección se hizo en base a las solicitudes). Con el fin de mantener el diseño
apareado del muestreo, para realizar el análisis se descartaron todos los pares de campos que
finalmente no se ajustaron al diseño previo. Tras este ajuste, el número de pares válidos
fueron: 89 en el año 2010 (en lugar de los 136 pares que fueron censados); 96 en la primavera
y 106 en verano de 2011 (sobre 136 pares censados en cada estación); y 76 en 2012 frente a
los 88 censados (tabla 2.2).

Tabla 2.2. Número de pares de campos válidos en las 18 zonas de estudio para los años de estudio de
2010, 2011 y 2012 en primavera (P), verano (V) e invierno (I).

Pares de campos
Zona de estudio
2010 (P,V,I) 2011 (P) 2011 (V) 2012 (P)
1.Secáns del Segrià (Lleida) 4 5 5 8
2.Bellmunt-Almenara (Lleida) 6 6 6 -
3.El Plano-Blanca Alta (Navarra) 8 8 8 8
4.Rincón del Bú (Navarra) 5 8 8 -
5.Estepas de Belchite (Zaragoza) 3 5 8 5
6.Estepas de Monegrillo (Zaragoza) 5 4 8 -
7.Campo Visiedo (Teruel) 4 6 8 7
8.Penillanuras-Campos Sur (Zamora) 5 6 6 8
9.Camino de Santiago (Palencia) 6 4 4 6
10.La Nava-Campos Norte (Palencia) 4 4 4 -
11.Tierra de Campiñas (Valladolid) 7 7 7 7
12.A.E. la Mancha Norte (Toledo) 3 3 3 3
13.A.E. la Mancha Norte (Cuenca) 7 7 8 8
14.Zona Esteparia El Bonillo (Albacete) (2) 4 4 -
15.A.E. Este de Albacete (Albacete) 4 8 8 8
16.Llanos de Cáceres (Cáceres) 8 8 8 8
17.Embalse de Talaván (Cáceres) - 3 3 -
18.Andalucía (Jaén-Córdoba) 8 - - -
TOTAL 89 96 106 76

En los muestreos de primavera se detectaron un total de 101 especies considerando los tres
años de estudio, 105 en los muestreos de verano y 70 en los de invierno. En las tres
estaciones el gremio de aves más abundante fueron las esteparias, tanto en términos de
riqueza de especies como de abundancia. En verano e invierno las frecuencias medias de
aparición siguieron un patrón similar al de la época de cría (ver Anexo 2.1).

En primer lugar se ha analizado si existen variaciones interanuales en los efectos de la


aplicación de medidas agroambientales, de la zona de estudio y de la interacción entre ambas.

21
INFORME FINAL

Los resultados han mostrado variaciones interanuales según tipos de aves (considerando a
todas las especies o sólo a las esteparias), si se trataba de aves territoriales o no y si se
consideraba riqueza o abundancia. Los análisis realizados no permiten determinar si estas
diferencias se deben a cambios en la abundancia general de las aves o si se explican por
cambios en la efectividad de las medidas entre años, por lo que se decidió analizar por
separado los datos de cada año de estudio.

Efectividad en la época de cría

Los resultados del ajuste de los modelos de estimación generalizada mostraron un efecto
global positivo significativo de la aplicación de medidas agroambientales sobre la riqueza y
abundancia de aves esteparias reproductoras en los tres años de estudio. Todas las
comparaciones indicaron efectos positivos de las medidas, de manera que los valores fueron
mayores en los campos con medidas que en sus controles cultivados del modo usual (figura
2.2), confirmando los resultados obtenidos en Kleijn et al. (2006) sobre las efectos positivos de
las agroambientales en la Mancha Norte.

8
40
7
35
6
Riqueza de especies

30
5
Abundancia

25 Control

4 Con medidas
20

3 * (*) 15
n.s.
2
10 ***
*** n.s.
1
5

0 0
2010 2011 2012 2010 2011 2012

AVES TERRITORIALES

* * 40
7
*** ***
35
6
***
Riqueza de especies

* 30
5
Abundancia

25 Control
4 Con medida
20
3
15
2
10
1
5
0 0
2010 2011 2012 2010 2011 2012

AVES TOTALES

Figura 2.2. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias, territoriales y


totales entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época
reproductora. Las líneas verticales indican los errores típicos de la media (n.s.: p>0,1; (*): p<0,1; *: p<0,05;
***: p<<0,001). .Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)

22
INFORME FINAL

Efectividad en verano e invierno

Los análisis de los datos estivales, aunque de manera menos clara que los de primavera,
muestran también un efecto global positivo de la aplicación de medidas agroambientales. No
obstante, los resultados no fueron significativos en el caso de la riqueza de especies ni sobre la
abundancia de aves en zonas ampliadas a 12,5 ha en el verano de 2011 (figura 2.3). Los
análisis de los datos de invierno no permiten extraer conclusiones sólidas (figura 2.4).

8 70
n.s.
7
60

6 *
n.s. n.s. 50
Riqueza de especies

Abundancia
40
4 Control

30 ** ** Con medidas

2 20

1
10

0
0
CAMPO FOCAL AREA AMPLIADA
2010 2011 2010 2011

CAMPO FOCAL ÁREA AMPLIADA

Figura 2.3. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias entre campos
donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época estival. Las líneas verticales
indican los errores típicos de la media. (n.s.: p>0,1; *: p<0,05; **: p<0.01; ***: p<0,001).

5 100
n.s. ***
4,5 90

4 80

3,5
n.s. 70
Riqueza de especies

Abundancia

3 60 ***
2,5 50
Control
Con medidas
2 40

1,5 30

1 20

0,5 10

0 0
CAMPO FOCAL AREA AMPLIADA CAMPO FOCAL AREA AMPLIADA

Figura 2.4. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias invernantes entre
campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control. Las líneas verticales indican los
errores típicos de la media. (n.s.: p>0,1; ***: p<0,001). Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)

Efectividad de las medidas agroambientales: variabilidad entre regiones

Tras analizar la variación del tamaño de efecto en primavera en función del grupo de especies
y la escala de campo considerada, en adelante el informe se centrará en los resultados
obtenidos considerando a las aves esteparias (tanto territoriales como totales) en campos
focales.

De las más de 170 estimas de tamaño de efecto para aves esteparias en campos focales
durante la primavera de los tres años de estudio, el 83% fueron positivas (el 26% de ellas,

23
er
ra An
de
C da
am l uc
p í a
Pe iña Es (J
ni s te
C ( Tamaño de efecto (t) aé
am Cam lla n Va
l
de n- Tamaño de efecto (t)
in po ura l ad
o A l Se g C ó
de V i s (Z olid
s Pe b a c r i rd o
)

‐10
‐8
‐6
‐4
‐2
0
2
4
6
8
10
12
14
A

‐1
‐0,5
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
n S a ed am i L a n i et à (L ba
Es da l nti o ( ora M lla n e ( l )
te uc ag Te ) an A ei d
de ía o ( rue c h u ra l b a a )
A (J a Pal l) M a s c
lb én en o N (Z et
ac -C c C a C n e o r am e)
et ia o

2010
m a m g ri t e
e órd ) in l (

2010
(A o o
p o lo To ra)
Se lb ba
a ) d e V i (Za led
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R
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El gri ce Ti S si r
t er an ed o ag o )
La ncó P la à (L e) ra tia
M n d no leid
e (
de
B o g (T z a)
e
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2011
ch l B Nav a)

2011
ú
L a C a m e llm ( P u e l
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N (N rra M pi
B o an ñ a u nt en c

ABUNDANCIA
el rte ava ) c ( i
La
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ite (To r a) n i
M le an a
an Bel (Za do os có No r ll a d a)

AVES TERRITORIALES
)

AVES TERRITORIALES
ch lm ra
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RIQUEZA DE ESPECIES

2012
u
de n d te ( do l

2012
Ll
an Mo a N nt oz C á el B C u id )
os n or (L a)
p<<0,0001) (figura 2.5).

ce ú en
de egr te ( leid r ( N ca
C illo Cu a) El es ( av )
ác e P l C á a rr
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e ra ) L a an ce a)
L a s (C g o o re
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a lc a v
B va er e h i ( P a rr
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i a ) Bo t e ( al e a)
Ta llo l e
la (A nc n a nc Z
vá lb ia
n a ) T a i l l o ra g i a )
(C cet la ( A oz
ác e) v á lb a )
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es
)

24
er
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Pe iña Es (J
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C
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am Cam lla n Val de n- Tamaño de efecto (t)
in po ura l ad A l Se C ó
o o b
Pe ac g ri à rdo
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‐1
‐0,5
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3

A s a )

‐10
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‐6
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0
2
4
6
8
10
12
14
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nd S an ied mo le
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Es a lu tia ( ra an u A
te c í go Ter ) ch ra lb a a)
M a s ( ce
de a ( ( P ue o
A J aé ale l) C a C n e N o r Z am t e)
lb m am g r t e
2010

ac n-C nci in il ( o r
et ór a)

líneas. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)


e
o p o lo ( To l a)
d d e V i Z ed
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ra
R El gri cet tia o ( oz a
in à e) de g T
La có Pla (L C B o er )
M n d no leid L a am ellm (Pa uel
2011

an el (N a M pi le )
ch B av ) an ña u nt n c
a ú a s ( i
N (N rra Ll R i ch a ( V L le a)
B or a v ) an n a i
AVES TOTALES

el os có No r ll a d a)
ch te ( arr
La ite To a) de n d te do l
M le e ( i
RIQUEZA DE ESPECIES

Cá l B Cu d )
2012

an Be (Za do
ch llm rag ) ce ú en
Ll a un oz re (N ca
an M N t a El s ( a v )
os on ort (Ll ) P C á a rr
de egr e (C eid L a lan ce a)
C il l ue a) o re
ác o ( nc B Na (Na s)
2010

er Za el va
es r a a) ch ( va
La ( C go i P rr
B o t e ( al e a)
N ác za)
a er ni Za r nc i
B va Ta llo ag a)
on (P es) la (A oz
i a

valores críticos para α=0,05 (t=±1,98), siendo por tanto significativos por encima y por debajo de estas
zonas de estudio. Las líneas horizontales punteadas por encima y por debajo del valor cero indican los
2011

vá lb a

Figura 2.5. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas agroambientales para la
Ta llo l en n a )

riqueza y abundancia de aves esteparias territoriales y totales en primavera en campos focales de las 18
la (A c

positivos y significativos en las tres primaveras estudiadas considerando la abundancia de aves


reproductoras entre zonas de estudio. Destacan algunas regiones donde los resultados son
( C ce
INFORME FINAL

especies (G21=40,03, p<<0,0001) y para las aves totales que para las territoriales (G21=18,86,
han encontrado más efectos significativos para la abundancia de aves que para la riqueza de
significativas), y entre las negativas sólo el 9% fueron significativas. En este periodo del año, se

El análisis muestra variaciones significativas en la efectividad de las medidas sobre las aves
ABUNDANCIA

vá lb ia)
n a
AVES TOTALES

ác t e )
(C cet er
ác e) es
er )
2012

es
)
INFORME FINAL

esteparias totales, como Secáns del Segriá, El Plano, Campo Visiedo, Penillanuras o Tierra de
Campiñas, mientras que no hay ninguna zona con resultados negativos significativos para los
tres años (figura 2.5).

Agrupando las áreas de estudio por CC.AA., se observa que en casi todas las regiones el
efecto es positivo, sobre todo para el número total de aves y en menor medida sobre el número
de territorios, excepto en la zona de Andalucía, para la cual sólo tenemos una campaña de
primavera, y en la comunidad extremeña, donde se han obtenido efectos negativos, sobre todo
en 2012 (figura 2.6). No obstante, el hecho de que el contexto paisajístico en esta región esté
compuesto por pastizales naturales y que el objetivo principal de las medidas analizadas sea
principalmente la introducción de cultivos de cereal, hace pensar que el efecto haya que
extraerlo de los datos de verano, cuando los pastizales están agostados y las aves pueden
encontrar en los rastrojos un recurso trófico importante. Esta suposición queda respaldada por
el efecto positivo altamente significativo encontrado en la zona de los Llanos de Cáceres en el
verano de 2011 (figura 2.7).

Figura 2.6. Media del tamaño de efecto por CC.AA. (incluyendo significativos y no significativos),
considerando sólo la abundancia de aves esteparias en primavera en las parcelas focales.

En el periodo postreproductor, no hubo ningún efecto de las medidas sobre la riqueza de


especies esteparias, mientras que en el caso de la abundancia el tamaño de efecto varió entre
zonas, con un efecto medio positivo. En invierno, tampoco hubo efecto sobre la riqueza,
mientras que el tamaño medio de efecto sobre la abundancia de aves esteparias fue
prácticamente cero. Los efectos fueron significativos en la mayor parte de las áreas en verano
(figura 2.7); en 2010 la proporción de efectos significativos negativos fue igual que la de efectos
positivos (5 de 15 en ambos casos) pero en 2011 fue mucho menor (2 y 7 de 16
respectivamente). En invierno dominaron los efectos negativos, tanto significativos como
totales (figura 2.7).

25
INFORME FINAL

28 PRIMAVERA 2010 VERANO 2010


24 VERANO 2011 INVIERNO 2010-11

TAMAÑO DE EFECTO (t)


20
16
12
8
4
0
-4
-8
-12
-16

Figura 2.7. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas agroambientales en las 17
zonas de estudio muestreadas en la primavera de 2010, los veranos de 2010 y 2011 y en el invierno
2010-2011. Los resultados se refieren a abundancia de aves esteparias totales en campos focales. Las
líneas horizontales punteadas por encima y por debajo del valor cero indican los valores críticos para
α=0,05 (t=±1,98), siendo por tanto significativos por encima y por debajo de dichas líneas. Fuente: Díaz et
al., 2012 (anexo 2.1)

En resumen, la variación espacial en la efectividad de las medidas fue mayor en verano e


invierno que en primavera, pero esta variación no se correlacionó significativamente en el
tiempo, de manera que las medidas que fueron efectivas en primavera no tuvieron por qué
serlo en verano o en invierno. El patrón general de efectividad fue, sin embargo, similar:
mayores efectos sobre la abundancia que sobre la riqueza de especies, y mayoría de efectos
positivos, en especial significativos, con la excepción del invierno, en que la mayoría de los
efectos fueron negativos y significativos.

Efectos de la estructura del paisaje y de la efectividad potencial de las medidas

Los análisis efectuados demuestran que los campos de cada par no difieren en la estructura
del paisaje en ninguno de los tres años de estudio para ninguna de las variables consideradas:
tamaño del campo focal (como estimador de efectos de fragmentación), longitud de lindes
(estimador de conectividad) y proporción de superficie cultiva (estimador de disponibilidad de
refugios y hábitats alternativos) (Concepción et al. 2008, 2012). Esto significa que el

26
INFORME FINAL

apareamiento de los campos con y sin medidas con respecto a su entorno paisajístico fue
correcto.

Por otro lado, los análisis muestran que las zonas de estudio no sólo difieren en el tipo de
medidas que se aplican en ellas y en su efectividad potencial y real para la conservación de las
aves esteparias, sino que también varían en aspectos relevantes de su complejidad
paisajística, como el tamaño medio de campo, la longitud de lindes y la proporción de superficie
cultivada.

10
CAMPOS CONTROL
CAMPOS CON MEDIDAS
RIQUEZA DE ESPECIES TERRITORIALES

0
-0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2

TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10)

10

8
RIQUEZA DE ESPECIES TOTALES

0
-0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2

TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10)

Figura 2.8. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la riqueza de especies de aves esteparias
territoriales (arriba) y totales (abajo) durante la época de cría en los campos control y con medidas
agroambientales durante los tres años de estudio. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)

27
INFORME FINAL

Los resultados indican efectos significativos del tamaño de los campos focales sobre la
efectividad de las agroambientales para aumentar la riqueza de esteparias, de manera que las
riquezas de especies fueron mayores en los campos con medidas que en los controles, pero la
diferencia disminuyó a medida que aumentaba el tamaño de los campos focales (figura 2.8).

Por su parte, la abundancia de aves aumentó con el tamaño del campo focal, tanto en los
campos control como en los campos con medidas, pero la efectividad de las medidas sobre la
abundancia (es decir, la diferencia entre campos con medidas y campos control) disminuyó con
el tamaño del campo (figura 2.9).

35

CAMPOS CONTROL
CAMPOS CON MEDIDAS
30
ABUNDANCIA (AVES TERRITORIALES)

25

20

15

10

0
-0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2
TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10)

260
CAMPOS CONTROL
240
CAMPOS CON MEDIDAS
220

200
ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES)

180

160

140

120

100

80

60

40

20

0
-0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2
TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10)

Figura 2.9. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la abundancia de aves esteparias
territoriales (arriba) y totales (abajo) durante la época de cría en los campos control y con medidas
agroambientales durante los tres años de estudio. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)

28
INFORME FINAL

En cuanto a la longitud de lindes, considerando el gradiente de todas las zonas de estudio en


su conjunto (desde las grandes llanuras cerealistas de la meseta, a paisajes minifundistas y
muy complejos en Aragón y Cataluña, menos apropiados para algunas de las esteparias más
estrictas), se ha encontrado un efecto negativo sobre la abundancia de aves esteparias,
aparentemente amortiguado por efecto de las medidas, como sugiere el hecho de que la
abundancia disminuyó más rápidamente al aumentar la longitud de lindes en el entorno de los
campos control que en los campos con medidas (figura 2.10).

180
CAMPOS CONTROL
CAMPOS CON MEDIDAS
160

140
ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES)

120

100

80

60

40

20

0
0 20 40 60 80 100 120 140
LONGITUD DE LINDES CON VEGETACION SEMINATURAL (m, raíz cuadrada)

Figura 2.10. Relaciones entre la longitud de lindes con vegetación seminatural en torno a los campos
focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría
en los campos control y con medidas agroambientales en el año 2010. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo
2.1)

El efecto de la proporción de superficie cultivada sigue el mismo patrón: disminución de la


abundancia al aumentar la superficie cultivada en el paisaje circundante, pero con menor
intensidad en los campos con medidas. No obstante, no se han encontrado efectos de las
medidas hasta que no se superaba un umbral de superficie cultivada alrededor de los campos
focales superior al 9%, aumentando a partir de este valor el tamaño de efecto positivo de las
medidas sobre la abundancia (figura 2.11). Cabe señalar que este umbral en torno al 10% es
similar al encontrado en otros trabajos realizados en otros países del centro y el norte de
Europa aunque con un patrón opuesto, puesto que allí las medidas empiezan a ser eficaces en
paisajes con al menos un 10% de hábitats seminaturales no cultivados (revisión en Tscharntke
et al. 2012). En estas zonas la mayoría de las especies ligadas a medios agrarios son en
realidad especies ecotónicas que dependen de los medios seminaturales para colonizar los
cultivos, mientras que las aves esteparias objeto de nuestro estudio están especializadas en la
explotación de medios abiertos y que por tanto dependen de un mínimo de superficie abierta,

29
INFORME FINAL

cultivada, para colonizar estos medios. En cuanto al efecto negativo de la superficie cultivada
sobre la abundancia, probablemente se deba a la presencia de cultivos no favorables para las
aves esteparias, como los cultivos leñosos.

260

240 CAMPOS CONTROL


CAMPOS CON MEDIDAS
220

200
ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES)

180

160

140

120

100

80

60

40

20

0
0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8
SUPERFICIE CULTIVADA (%, arcoseno)

Figura 2.11. Relaciones entre la proporción de superficie cultivada en torno a los campos focales y la
abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los
campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Fuente: Díaz et al., 2012
(anexo 2.1)

180
CAMPOS CONTROL
CAMPOS CON MEDIDAS
160

140
ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES)

120

100

80

60

40

20

0
0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9
PROPORCIÓN DE PRÁCTICAS INCORPORADAS (%, arcoseno)

Figura 2.12. Relaciones entre la proporción de prácticas agrícolas que tendrían en cuenta los
requerimientos de las aves esteparias (según Llusia y Oñate 2003) y la abundancia de aves esteparias
totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas
agroambientales en los años 2010 y 2012. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1)

30
INFORME FINAL

Por último, la comparación del efecto real de las medidas con la efectividad potencial, estimada
como la proporción de prácticas potencialmente beneficiosas para las esteparias, ha arrojado
resultados contradictorios (figura 2.12). Esto sugiere que el uso de la proporción de prácticas
agrícolas incorporadas a las respectivas medidas agroambientales, según lo propuesto por
Llusia y Oñate (2005), puede no ser un buen indicador de su adecuación para estas aves,
probablemente por un valor variable de las diversas prácticas listadas.

C) Análisis satélite de heterogeneidad del paisaje

Al comparar la heterogeneidad del hábitat en parcelas acogidas y no acogidas a medidas


agroambientales, a través del análisis de imágenes satélite (DEIMOS-I), parece no haber
grandes diferencias, aunque no se ha obtenido ningún resultado concluyente (tabla 2.3).

Tabla 2.3. Resultados del GLM considerando la aplicación o no de agroambientales como factor y la
superficie del campo como covariable. F: campos acogidos a agroambientales y C: campos control, no
acogidos. F>C acogidos más heterogéneos y viceversa.

LAI varianza LAI entropía NDVI varianza NDVI entropía


Andalucía Andalucía
F>C Andalucía F>C Andalucía
2010 Penillanuras F>C Penillanuras F>C
Penillanuras Penillanuras
C>F Cuenca C>F Cuenca
Albacete F>C Camino Santiago Albacete F>C Camino Santiago
2011 F>C Camino Santiago F>C Camino Santiago
C>F Toledo C>F Toledo
Visiedo Visiedo

Esto podría sugerir que las prácticas requeridas por las medidas no suponen un cambio
sustancial, en cuanto a los usos del suelo, respecto de la gestión habitual. Sin embargo, puede
haber algún factor influyendo en el análisis, como la fecha en la que se tomaron las imágenes
satélite, el tipo de medida evaluada o la presencia de parcelas inferiores a 1,2 has (unidad
mínima cartografiable para el satélite por debajo de la cual la capacidad informativa es más
limitada). Estas y otras posibilidades serán analizadas en próximos trabajos.

2.2.4. CONCLUSIONES

A la vista de los resultados, las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de las


aves esteparias españolas pueden considerarse efectivas en su conjunto, puesto que tienen un
efecto general positivo sobre la riqueza, pero sobre todo sobre la abundancia, de estas
especies durante la época de cría. Durante el verano y el invierno los efectos han sido más
variados, incluyendo efectos negativos, más abundantes en la última estación.

En cualquier caso, debe recordarse que la metodología empleada mide el efecto local de las
medidas en las parcelas donde se aplican frente a otras similares con gestión habitual en la
misma zona, pero no así el efecto global a escala de paisaje o poblaciones, que dependerá

31
INFORME FINAL

además del nivel de aplicación de las medidas en la zona de interés. Por otro lado, un mayor
tamaño de efecto no necesariamente implica que la medida en sí misma (las prácticas que
requiere) sea más beneficiosa para las aves que otras, si no que tiene un impacto positivo
mayor en la zona en la que se aplica, en función de las características de dicha zona.

La efectividad ha variado también mucho entre regiones, de manera que en algunas zonas las
medidas han tenido un efecto positivo en los tres años de seguimiento, mientras que en otras
los efectos globales han sido incluso negativos sobre las variables consideradas. En esta
variabilidad se han mostrado como factores de influencia, más allá de las propias medidas, las
características del paisaje agrario en el que se aplican.

Algunos de los análisis realizados no han arrojado resultados concluyentes, por lo que es
necesario plantear y comprobar nuevas hipótesis para completar la interpretación de los
resultados.

32
INFORME FINAL

2.2. FENOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LAS AVES ESTEPARIAS

2.2.1. INTRODUCCIÓN

El objetivo de este apartado es presentar información concreta sobre la distribución temporal


del periodo de reproducción de aves en medios agrícolas, en especial de las especies
esteparias, que pueda ser de utilidad a la hora de mejorar el diseño de las medidas
agroambientales y sus compromisos. En concreto, una de las labores agrarias que tiene una
mayor repercusión sobre las aves esteparias, considerando que todas ellas nidifican en el
suelo, es el cosechado, tanto por el impacto directo de la maquinaria utilizada, como por el
aumento en la vulnerabilidad debido a la desaparición de la cubierta vegetal. Entre estos
efectos están la pérdida de nidos y la mortalidad directa de pollos y adultos (Castaño 1995,
1997, Arroyo et al. 2002) así como la rápida y masiva eliminación del hábitat de reproducción y
alimentación (Rodríguez-Teijeiro et al. 2009). La cosecha también supone la pérdida de hábitat
para los invertebrados, alimento principal de los pollos (Rueda et al. 1993) y factor fundamental
para su éxito de cría (Green 1984), lo que genera un rápido y marcado descenso de sus
poblaciones (Braeschler 2005).

Por ejemplo en Navarra se han encontrado elevadas tasas de pérdida de nidos de perdiz por
efecto de la cosecha (el 46% del total) y en menor medida por la depredación posterior una vez
retirada la cubierta vegetal. La totalidad de los nidos ubicados en los lindes llegaron a
eclosionar, mientras que en los campos de cereal sólo alcanzaron el nacimiento la cuarta parte
de los nidos (GAVRN 2010). En un experimento realizado en esta misma comunidad con
codornices de granja se encontró que el 58% de los individuos adultos y el 60% de los pollos
murieron aplastados o empacados (GAVRN 2005). También se han descrito bajos porcentajes
de éxito reproductor de perdiz en cotos de caza de la provincia de Ciudad Real, asociados a la
pérdida de nidos por las prácticas agrícolas, debido al solapamiento de las fechas de cosecha y
las de eclosión de los huevos de perdiz (Casas y Viñuela 2010).

Otra especie en la que se ha cuantificado el efecto de esta labor agrícola sobre su tasa de
reproducción es el aguilucho cenizo, especie que selecciona mayoritariamente los sustratos
agrícolas de secano para nidificar –hasta el 90% de los nidos en España y Portugal- (Ferrero
1995). En varias poblaciones se ha visto que la supervivencia de los pollos está directamente
relacionada con su edad en el momento de la siega. Así, se ha descrito que menos del 30% de
los pollos con edad inferior a 10 días en el momento de la siega alcanzaron la edad de vuelo,
porcentaje que asciende al 61% en el caso en que los pollos tenían entre 11 y 20 días y al 82%
cuando los pollos eran mayores de 20 días (Castaño 1995). También se ha encontrado una
relación directa entre las fechas de puesta y el tipo de cultivo y la supervivencia de las
poblaciones, ya que puestas muy tardías suponen pollos muy pequeños o huevos sin

33
INFORME FINAL

eclosionar en el momento de la siega, lo que a su vez varía según el tipo de cultivo y la latitud
(Corbacho et al. 1997). La importancia de esta factor es tal que algunos autores han
encontrado que, sin medidas de protección específicas, las poblaciones de aguiluchos de
Francia e Iberia podrían disminuir hasta un 60% debido a la mortalidad durante la siega (Arroyo
et al. 2002).

Es por tanto evidente la importancia de determinar los periodos de reproducción para


establecer o sugerir las fechas de cosecha más adecuadas para minimizar sus efectos
negativos sobre las aves esteparias. Ello es aún más acuciante considerando que buena parte
de la información conocida hasta el momento puede ya no ser tan válida o actual debido a un
fenómeno tan reciente como el cambio climático, que está afectando a procesos fenológicos
como la reproducción y la migración de las aves (Sanz 2002). De esta manera, para especies
como la codorniz se han constatado variaciones en las fechas de reproducción, con un retraso
en las puestas por efecto del cambio climático y a los cambios en el hábitat de cría debidos en
parte a él (Peñuelas et al. 2002).

El estudio se ha centrado en las especies denominadas esteparias, principalmente en las que


nidifican en el suelo y están vinculadas a los cultivos. Estas especies son las siguientes
(Suárez et al. 1997):

Tabla 2.4. Especies de aves esteparias en las que se ha centrado el estudio.

Nombre común Nombre científico


Aguilucho cenizo Circus pygargus
Aguilucho pálido Circus cyaneus
Alcaraván común Burhinus oedicnemus
Alondra común Alauda arvensis
Avutarda Otis tarda
Bisbita campestre Anthus campestris
Calandria Melanocorypha calandra
Codorniz Coturnix coturnix
Cogujada común Galerida cristata
Cogujada montesina Galerida thecklae
Collalba gris Oenanthe oenanthe
Collalba rubia Oenanthe hispanica
Ganga ibérica Pterocles alchata
Ganga ortega Pterocles orientalis
Perdiz Alectoris rufa
Sisón común Tetrax tetrax
Terrera común Calandrella brachydactyla
Terrera marismeña Calandrella rufescens
Triguero Emberiza calandra

Fenología y grado de desarrollo de los cultivos mediante técnicas de teledetección

Paralelamente a la recogida en campo de datos sobre la actividad reproductiva de las aves


asociadas a la actividad agrícola, durante el proyecto se ha realizado un seguimiento satélite

34
INFORME FINAL

de las zonas de estudio para intentar establecer relaciones entre el estado y estructura de los
cultivos con la fenología de las aves y el uso que éstas hacen de las zonas a una escala más
amplia. En concreto, se pretendía determinar si existe una relación entre el grado de desarrollo
de los cultivos de cereal de secano, calculado mediante un índice de vegetación, y la fenología
reproductiva de las aves esteparias.

El uso de esta tecnología ha evolucionado mucho en los últimos tiempos, sobre todo como
consecuencia de la urgencia por esclarecer las posibles consecuencias del cambio climático y
otras graves amenazas de origen humano sobre el medio ambiente de todo el planeta.
Determinar cómo los cambios ambientales afectan a la distribución y dinámica de la vegetación
y a las poblaciones animales se ha convertido en un asunto importante para los ecólogos
terrestres, con el fin de aportar mejores predicciones de los efectos del calentamiento global, la
reducción de la biodiversidad y la degradación del hábitat (Pettorelli et al. 2005a). En este
sentido el seguimiento temporal de los diferentes índices de vegetación proporciona
directamente información sobre la dinámica y calidad de la vegetación, y son además muy
adecuados para el estudio de las relaciones tróficas entre los animales y su hábitat (Pettorelli et
al. 2007).

Así lo demuestran algunos estudios recientes que han relacionado la dinámica de la


vegetación, evaluada a través de los índices de vegetación como el NDVI (Índice de
Vegetación de Diferencia Normalizada) y productos derivados, con diferentes aspectos de la
ecología, dinámica poblacional y distribución de especies animales (Pettorelli et al. 2005a, Plà
et al. 2006, Leech y Crick 2007, Pettorelli et al. 2007, Bro-Jorgensen et al. 2008, Pettorelli et al.
2011, entre otros). Los resultados de todos estos trabajos sugieren que el NDVI (Índice de
Vegetación de Diferencia Normalizada) es una herramienta útil para conocer mejor cómo la
dinámica y distribución de la vegetación afectan a la biodiversidad, rasgos vitales, patrones de
movimiento y dinámica poblacional de las poblaciones animales.

Videoseguimiento

A finales de 2010 se instaló una videocámara en la ZEPA Estepas de Belchite, El Planerón y


La Lomaza, en una parcela destinada al cultivo de alfalfa de secano incluida en la Reserva
Ornitológica de El Planerón (Zaragoza). El objetivo de la acción era determinar la posible
aplicación de esta tecnología para complementar el seguimiento de las aves esteparias y el
estudio de su fenología.

2.2.2. MATERIAL Y MÉTODOS

2.2.2.1. FENOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LAS AVES ESTEPARIAS

Recogida de datos de campo

35
INFORME FINAL

Los datos para determinar los periodos de reproducción de las aves esteparias se han recogido
durante los muestreos de campo para el estudio de la efectividad de las medidas
agroambientales, principalmente en los de primavera, aunque también se han tenido en cuenta
las observaciones recogidas en los de verano e invierno. Durante los recorridos de censo (ver
apartado 2.1.) se registraba el sexo, edad y el comportamiento de los individuos observados,
asignándolos a una de las siguientes seis categorías:

- Nidificación. En este comportamiento se incluían las categorías de nido


ocupado, ave incubando, huevos o pollos, nido usado en el año o cáscaras de huevo
que puedan asignarse a una especie, adultos con cebo o saco fecal en pico y
comportamiento de distracción o fingimiento de heridas por parte de los adultos.

- Observaciones de pollos y jóvenes.

- Territorialidad, que incluye a macho con cantos territoriales, ave o pareja con
territorio establecido (peleas entre machos, persecuciones, acosos a otras especies),
cortejo o parada nupcial, y construcción de nido (aporte de material, entradas en
agujeros…).

- Reclamo.

- Alimentación

- Otros (descanso, ave posada, cuidado del plumaje, sin definir…)

Según el Atlas de las Aves Reproductoras de España (Martí y del Moral 2003), las dos
primeras categorías son indicativas de reproducción segura, y la tercera de reproducción
probable.

En la mayor parte de las ocasiones, las fechas de puesta y reproducción propuestas están
basadas en los datos de comportamientos que indican reproducción segura, y sólo en unas
cuantas especies se han tomado como referencia los que sugieren reproducción probable, en
estos últimos casos siempre basándonos en bibliografía que así lo recomienda.

Para cada especie, en cada zona, se ha calculado la proporción de individuos en las diferentes
categorías de actividad en función de la fecha, agrupada por periodos de diez días o decenas.
Finalmente, los resultados se han complementado con información bibliográfica y con los
archivos de fenología reproductiva de SEO/BirdLife.

Criterios seguidos para el establecimiento de las fechas de puesta y reproducción.

La Comisión Europea, en su documento titulado Key Concepts of Article 7/4 of Directive


79/409/EEC, define los periodos de cría y reproducción para todas las especies cazables en
Europa (Comisión Europea 2010). Siguiendo las recomendaciones de este documento, se
define la temporada de cría como la etapa durante la cual una especie pone e incuba los
huevos y saca adelante a los pollos hasta que salen sus plumas, incluidas segundas y

36
INFORME FINAL

sucesivas puestas, según la definición de Cramp y Simmons (1977). El periodo de


reproducción abarca la temporada de cría, la ocupación de las áreas de reproducción y
también el periodo de dependencia de los jóvenes tras la adquisición del plumaje definitivo.
Estos periodos se definen en grupos de 10 días, o decenas, por lo que se seguirá este criterio
en el presente informe (asumiendo que el 1 de enero es el día 01).

Para calcular las fechas de puesta y el inicio y fin de la reproducción se han eliminado las
fechas extremas, por lo que se han tomado como referencia los periodos en los que el
porcentaje de observación de cada categoría es mayor o igual al 5%. Esta medida sigue las
recomendaciones de la CE de excluir los datos extremos y erráticos que caen fuera de los
patrones normales de variación (Comisión Europea 2010).

Los criterios seguidos para la establecer las fechas de puesta son los siguientes:

- En caso de que se hayan observado adultos con cebo o saco fecal, al primer día de la
decena se le ha restado el número de días de incubación para cada especie (según la
información bibliográfica).

Fecha puesta = 1er día decena (con observaciones ≥ 5%) - nº días incubación

- En caso de que lo observado sea un nido, se ha restado una decena ya que se asume
que los huevos fueron puestos antes del momento de la observación.

Fecha puesta = 1er día decena (con observaciones ≥ 5%) -10 días

- En caso de que lo observado sea un adulto mostrando comportamiento de distracción se


ha procedido como en el supuesto anterior y se ha restado una decena, debido a que se
desconoce si lo que el individuo defiende es un nido o un joven, por lo que se ha preferido
seguir un criterio más conservador.

Fecha puesta =1er día decena (con observaciones ≥ 5%) -10 días

- En los casos en que se hayan observados pollos o jóvenes de especies nidícolas, se ha


restado el número de días de incubación y el número de días que permanecen en el nido
(según bibliografía), puesto que en esta categoría se incluyen los animales jóvenes que ya han
abandonado el nido (de otro modo, la categoría utilizada hubiera sido “nido”).

Fecha puesta =1er día decena (con observaciones ≥ 5%) - nº días incubación –

nº días permanencia en nido

- En el caso de que se hayan observado pollos o jóvenes de especies nidífugas, por la


dificultad de asignar una categoría de edad a los individuos, sólo se ha restado el periodo de
incubación.

Fecha puesta = 1er día decena (con observaciones ≥ 5%) - nº días incubación

37
INFORME FINAL

- En los casos en que para una especie haya datos de varias categorías de reproducción,
se han seleccionado las fechas resultantes más tempranas. No obstante, en la gran mayoría de
las ocasiones la década resultante ha sido la misma.

En todos los casos, se han utilizado los tiempos de incubación establecidos en la bibliografía
disponible. En conjunto, se puede concluir que los criterios anteriores arrojan unas cifras muy
conservadoras, y que es posible que las fechas reales sean más tempranas.

En cuanto a las fechas de inicio del periodo de reproducción, la CE establece los criterios a
seguir para algunas especies:

- Según el documento, hemos considerado que para las especies migradoras este periodo
se inicia con la ocupación de los lugares de cría (localización de machos con canto territorial o
adultos que desarrollan comportamientos de defensa del territorio), y para las residentes o
donde las poblaciones sean mixtas, con la construcción del nido. Dado la dificultad de observar
adultos aportando material al nido, hemos tenido en cuenta la fecha en la que se observaron
los primeros machos con canto territorial o que desarrollaron comportamientos territoriales para
las especies migradoras.

- Perdiz roja: según la Comisión Europea, el inicio de la reproducción se considera desde la


ocupación continua de los territorios de reproducción, que se calcula sucede 4 décadas antes
de la puesta de los huevos. No obstante, en el informe de SEO/BirdLife (2004), se propone que
el criterio a considerar sea la formación de las parejas debido a que la ocupación del territorio
es un parámetro difícil de determinar sobre el terreno. Por este motivo, para determinar la fecha
de inicio del periodo de reproducción se ha considerado la fecha de los primeros machos con
canto territorial.

- Codorniz: según la bibliografía, consideramos el inicio de la reproducción desde la


ocupación continua de los territorios de reproducción, que se calcula sucede 3 décadas antes
de la puesta de los huevos. Igual que en la especie anterior, se ha considerado la detección de
los primeros machos con canto territorial para establecer la fecha de inicio del periodo
reproductor (Peiró 1997).

- Sisón y avutarda: se ha considerado el inicio del periodo de reproducción como la decena


con los primeros avistamientos de machos realizando comportamientos de cortejo (“ruedas”) en
los lek (Alonso y Palacín 2009). De la misma manera, para las dos especies de aguiluchos se
ha descrito que los comportamientos agresivos (tanto intra como interespecíficos) tienen lugar
para defender los territorios reproductivos, por lo que se ha utilizado este comportamiento para
definir el inicio del periodo de reproducción (Wiacek 2004).

- Para todas las demás especies para las que no se ha encontrado bibliografía que aporte
datos al respecto, se ha considerado de manera arbitraria a la hora de fijar el inicio del periodo
de reproducción dos decenas antes de la fecha de puesta extrapolada por observación directa
en el campo.

38
INFORME FINAL

Criterios seguidos para el establecimiento del fin del periodo de reproducción

En cuanto al fin del periodo de reproducción, la CE establece que debe basarse en el vuelo
definitivo de los jóvenes, incluyendo los de segundas y terceras nidadas de algunas especies.
Por vuelo definitivo se entiende que los jóvenes son capaces de mantener un vuelo continuo y
sostenido similar al de los adultos, y se corresponde con la independencia de los pollos,
entendido como la pérdida de los cuidados y/o alimentación paternos. No obstante, en las
situaciones en que el vuelo definitivo o independencia de los pollos sea difícil de establecer en
el campo, el documento señala el número de decenas desde el final de la incubación.

De esta manera, los criterios que se han seguido para establecer las fechas de fin del periodo
de reproducción son los siguientes:

- En el caso de que se haya detectado un nido, al último día de la decena se le suma el


periodo de incubación y los días identificados en la bibliografía como el periodo de
dependencia:

Fin reproducción = 10º día decena (con observaciones ≥ 5%) + nº días incubación +
nº días periodo dependencia

- Si lo encontrado ha sido un adulto con cebo o saco fecal o un joven, se suma el periodo
de dependencia:

Fin reproducción = 10º día decena (con observaciones ≥ 5%) + periodo dependencia

- En caso de que lo observado haya sido un adulto mostrando comportamiento de


distracción, sólo se ha añadido la duración del periodo de dependencia, ya que no se pudo
determinar si lo que defendía era un nido o un joven:

Fin reproducción = 10º día decena (con observaciones ≥ 5%) + periodo dependencia

- En aquellas especies en las que no se ha encontrado en la bibliografía información sobre


la duración del periodo de dependencia, se ha sumado únicamente el número de días hasta
que los pollos pueden mantener el vuelo; por lo tanto, los resultados obtenidos con este criterio
son muy conservadores.

- De igual manera, en el caso de la avutarda y el sisón, que son especies en las que el
periodo de dependencia dura varios meses, se ha decidido considerar el número de días en los
que adquieren la capacidad de volar para establecer el fin del periodo de reproducción.

- Por último, la Comisión Europea establece el periodo exacto para definir el fin del periodo
reproductor para la perdiz roja y la codorniz. El documento determina que en ambos casos
queda fijado con la independencia de los pollos, aproximadamente 60 y 40 días
respectivamente después de la eclosión.

39
INFORME FINAL

Clasificación por pisos bioclimáticos

La asignación de cada una de las zonas de estudio a un piso bioclimático (tabla 2.5) se ha
hecho a partir de la información disponible en el Sistema de Clasificación Bioclimática Mundial
(http://www.ucm.es/info/cif). La información proporcionada por esta página web, creada por el
Centro de Investigaciones Fitosociológicas de la Universidad Complutense de Madrid, se basa
en los datos procedentes de 1.281 estaciones distribuidas por toda España. A partir de datos
como la altitud, latitud, series multianuales de datos climáticos (precipitaciones, temperaturas,
parámetros estacionales y bioclimáticos…) y gran número de variables e índices más, calcula
un índice bioclimático para finalmente asignar a cada estación un bioclima determinado. Cada
uno de los tipos está definido por cuatro características: el tipo y subtipo térmico y el tipo y
subtipo ombrotérmico, aunque en determinados casos se ha considerado también la variante
bioclimática.

Tabla 2.5. Grupos bioclimáticos a los que se asignan cada una de las zonas de estudio.
GRUPO Tipo o índice bioclimático Zona de estudio
Supramediterráneo superior seco Camino Santiago
1 superior
La Nava-Campos Norte
Supramediterráneo inferior seco Penillanuras-Campos Sur
2
superior
Tierra de Campiñas
Mesomediterráneo superior seco Parameras de Campo Visiedo
3
superior (variante estépica)
Secáns del Segriá i Utxesa
Mesomediterráneo superior seco Bellmunt-Almenara
4
inferior (variante estépica) Rincón del Bú-La Nasa-Tripazul
El Plano-Blanca Alta
Área Esteparia del Este Albacete
Mesomediterráneo superior seco Zona Esteparia de El Bonillo
5
inferior Área Esteparia Mancha Norte-Toledo
Área Esteparia Mancha Norte- Cuenca
Mesomediterráneo inferior Embalse de Talaván
6
subhúmedo inferior
Mesomediterráneo inferior seco Jaén-Córdoba
7 superior
Mesomediterráneo inferior seco Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes
8 inferior
Mesomediterráneo inferior Estepas de Belchite, El Planerón y La Lomaza
9
semiárido superior Estepas de Monegrillo y Pina

Solapamiento de las labores agrícolas y el periodo reproductor.

Para determinar el posible efecto de las diferentes labores agrícolas o ganaderas, como la
siega o el pastoreo, sobre la reproducción de las aves esteparias que nidifican en el suelo, se
han extraído las fechas establecidas para éstas actividades de las diferentes órdenes
reguladoras de cada una de las medidas agroambientales evaluadas.

A continuación se discute el posible solapamiento de dichas labores con los periodos


reproductivos que se desprenden de los muestreos de campo y de la bibliografía.

40
INFORME FINAL

2.2.2.2. FENOLOGÍA DE ESPECIES Y DESARROLLO DE LOS CULTIVOS

El análisis de la curva de evolución de la actividad de los cultivos de extensivo se ha obtenido a


partir de imágenes capturadas por el satélite MODIS-TERRA. El indicador de la actividad de la
vegetación elegido ha sido el NDVI (Normalized Different Vegetation Index). Este índice se
deriva de la tasa de reflectancia del rojo e infrarrojo cercano, y mide la cantidad de estas
longitudes de onda reflejadas por la vegetación y capturada por el sensor del satélite. La
fórmula se basa en el hecho de que la clorofila absorbe el rojo mientras que la estructura de las
hojas refleja el infrarrojo cercano. Una masa vegetal en óptimas condiciones, es decir, en buen
estado sanitario, posee una firma espectral que se caracteriza por un claro contraste entre
bandas visibles y, en especial, la banda que corresponde al rojo y al infrarrojo cercano. Este
comportamiento permite separar con relativa facilidad la vegetación sana de otras cubiertas.

Cuando la vegetación sufre algún tipo de estrés, como plagas o sequía, su reflectividad será
inferior en el infrarrojo cercano, aumentando en el rojo, con lo que el contraste entre bandas
será mucho menor que si la planta no estuviera sometida a esa situación de estrés. Cuanto
mayor sea el contraste, mayor vigor vegetal presentará la cubierta en cuestión. Por el contrario,
bajos valores de contraste implicarían una vegetación enferma o senescente, y los contrastes
casi nulos corresponderían a suelos cada vez más desnudos. El NDVI toma valores entre -1 y
+1, donde los valores negativos corresponden con la ausencia de vegetación.

Para cada año agrícola considerado en el estudio (desde el 1 de octubre hasta el 30 de


septiembre) se han definido 36 periodos de 10 días, de manera que cada mes tiene asignado
un total de tres periodos:

ID DEFINICIÓN ID DEFINICIÓN

1DO Primer periodo de octubre 1DA Primer periodo de abril


2DO Segundo periodo de octubre 2DA Segundo periodo de abril
3DO Tercer periodo de octubre 3DA Tercer periodo de abril
1DN Primer periodo de noviembre 1DY Primer periodo de mayo
2DN Segundo periodo de noviembre 2DY Segundo periodo de mayo
3DN Tercer periodo de noviembre 3DY Tercer periodo de mayo
1DD Primer periodo de diciembre 1DJ Primer periodo de junio
2DD Segundo periodo de diciembre 2DJ Segundo periodo de junio
3DD Tercer periodo de diciembre 3DJ Tercer periodo de junio
1DE Primer periodo de enero 1DX Primer periodo de julio
2DE Segundo periodo de enero 2DX Segundo periodo de julio
3DE Tercer periodo de enero 3DX Tercer periodo de julio
1DF Primer periodo de febrero 1DG Primer periodo de agosto
2DF Segundo periodo de febrero 2DG Segundo periodo de agosto
3DF Tercer periodo de febrero 3DG Tercer periodo de agosto
1DM Primer periodo de marzo 1DS Primer periodo de septiembre
2DM Segundo periodo de marzo 2DS Segundo periodo de septiembre
3DM Tercer periodo de marzo 3DS Tercer periodo de septiembre

41
INFORME FINAL

Los datos de fenología de los años agrícolas incluidos en el estudio se han comparado con los
registros del año medio, basado en la seria histórica de MODIS. Este parámetro se ha
calculado para cada uno de los 36 periodos del año agrícola desde el año 2001 hasta la
actualidad. Por último, se han establecido 3 fases de análisis:

- Año agrícola 2009-2010: incluye los valores de NDVI desde el primer periodo
de abril (1DA) hasta el tercer periodo de septiembre (3DS).

- Año agrícola 2010-2011: año agrícola completo.

- Año agrícola 2011-2012: incluye valores de NDVI desde el primer periodo de


octubre (1DO) hasta el segundo periodo de agosto (2DG).

Los parámetros analizados para definir la fenología de los cultivos en cada zona de estudio son
los siguientes (ver Anexo 2.3):

Tabla 2.6. Parámetros de desarrollo de los cultivos considerados.

Parámetro basado en
ID Descripción
fenología
Inicio de la época de Periodo del año (36 Periodos) en el que se observa un incremento positivo y
F1
crecimiento – Periodo consistente del NDVI al inicio del crecimiento del cultivo.
Valor de NDVI o punto de inicio de crecimiento en el que se observa un
Inicio de la época de
F2 incremento positivo y consistente del NDVI al inicio del crecimiento del
crecimiento – Valor de NDVI
cultivo.
Final de la época de Periodo del año (36 Periodos) en el que se observa un incremento negativo
F3
crecimiento – Periodo y consistente del NDVI al final del crecimiento del cultivo.

Final de la época de Valor de NDVI o punto agostamiento en el que se observa un incremento


F4
crecimiento –NDVI negativo y consistente del NDVI al final del crecimiento del cultivo.

F5 Periodo de Máximo Periodo del año en el que el NDVI observa un valor anual máximo.

F6 Valor Máximo de NDVI Valor máximo de NDVI del año.

Duración de la época de
F7 Número de periodos entre el Inicio y Final de la época de crecimiento
crecimiento

F8 Amplitud Diferencia entre el valor Máximo e Inicial de NDVI

F9 Integral de NDVI Integral de los valores de NDVI.

Por último, se han comparado las curvas de fenología reproductiva de las aves esteparias en
cada una de las zonas de estudio con su correspondiente curva de NDVI. El porcentaje de
individuos de cada especie con comportamientos que indican reproducción segura en cada
decena del año se ha transformado mediante arcoseno, mientras que para la serie de datos de
NDVI se utilizó la transformación logarítmica. A continuación se ha realizado una correlación
para determinar si existe relación entre las dos variables.

42
INFORME FINAL

2.2.2.3. VIDEOSEGUIMIENTO

De manera experimental, se instaló una videocámara en la Reserva Ornitológica de El


Planerón (Zaragoza) en una parcela con alfalfa de secano. Tras obtener el permiso del
propietario de la parcela, se procedió a la instalación de una estructura formada por una
plataforma de hormigón cercada por una valla metálica. En su interior se colocó una torreta de
2’5 m de altura con la videocámara, un armario metálico donde se ubica el equipo grabador, y
un sistema solar de alimentación con las baterías correspondientes.

La cámara fue programada para grabar todos los días durante cuatro horas (de 7 a 11 a.m.).
En una primera fase, se instaló un software que detiene automáticamente la grabación cuando
detecta movimiento en la parcela, con el objeto de disminuir el tiempo necesario para su
visualización y análisis. Posteriormente, en otoño de 2011, con el fin de mejorar determinadas
carencias encontradas en dicho software de visualización y para incrementar la calidad de las
grabaciones obtenidas, se decidió cambiar la cámara por otra más avanzada e instalar dos
sensores de movimiento y calor (sensor PIR). La función de estos sensores sería activar la
grabación cuando detectaran la presencia de un ave o de cualquier otro organismo, por lo que
en caso de estar correctamente calibrada se conseguirían únicamente grabaciones de aquellos
animales que hubieran hecho saltar la alarma y no se necesitaría por tanto el software.

2.2.3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

2.2.3.1. FENOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LAS AVES ESTEPARIAS

A continuación se detallan los calendarios con los periodos reproductivos de las diferentes aves
esteparias consideradas. El sombreado azul muestra los resultados de las observaciones
recogidas en los tres años de muestreo (2010, 2011 y 2012). El sombreado verde procede de
la información recopilada en la bibliografía y de los archivos de SEO/BirdLife, y sólo se indican
cuando los datos encontrados extienden el periodo reproductor resultante del trabajo de
campo. Las flechas muestran el inicio o fin del periodo de reproducción en aquellas especies
con datos de campo insuficientes o donde no se ha hallado información bibliográfica para esa
zona en particular. Las líneas discontinuas rojas representan las fechas de siega u otras
labores agrícolas establecidas en las diferentes órdenes reguladoras de cada una de las
medidas agroambientales evaluadas.

En este apartado se muestran los calendarios de las zonas de estudio agrupadas por índice
bioclimático, de manera que las 18 zonas han quedado agrupadas en 9 grupos bioclimáticos
diferentes. En el Anexo 2.2 se pueden encontrar los calendarios de reproducción de cada una
de ellas por separado.

43
INFORME FINAL

i) Camino de Santiago

Esta zona es la única de entre las estudiadas localizada en el piso bioclimático


supramediterráneo superior, y está situada a una altitud de casi 800 metros sobre el nivel del
mar. Contamos con los muestreos de tres primaveras para definir los periodos reproductores
de las aves esteparias en esta zona de estudio. Con la información obtenida en dichos
muestreos ha sido posible definir los de nueve especies, contando para otras dos (bisbita
campestre y perdiz) de datos puntuales. El periodo reproductor más extenso encontrado
corresponde con el aguilucho cenizo, que abarca desde la primera decena de marzo a la última
de agosto.

1‐ CAMINO SANTIAGO  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Aguilucho pálido                                                                     
Alondra común                                                                     
Avutarda                                                                     
Bisbita campestre                        ◄  ►                                       
Calandria                                                                     
Codorniz                                                                     
Collalba gris                                                                     
Perdiz                    ►                                                
Sisón común                                                                     
Terrera común                        ►                                             
Triguero                                                                       

La fecha de siega en esta zona está establecida el 15 de julio, lo que puede interferir
principalmente con la reproducción del aguilucho pálido y la codorniz y, en menor medida, de la
alondra común, la terrera común y la collalba gris.

ii) ZEPA Penillanuras y La Nava (Tierra De Campos) y Tierra De Campiñas

Las 3 ZEPA restantes de la comunidad de Castilla y León, con altitudes muy parejas que van
entre los 705 y los 785 m.s.n.m., se han agrupado en la categoría bioclimática
Supramediterráneo inferior seco superior. En este grupo se han recogido datos sobre el
periodo reproductor de once especies, teniendo una duración conjunta de 7 meses, desde
febrero a agosto. Las especies con una época de cría más dilatada han sido la alondra y la
avutarda.

2.NAVA+PENILLANURAS+  
ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
CAMPIÑAS 
Alondra común                                                                     
Avutarda                                                                     
Bisbita campestre                        ◄  ►                                       
Calandria                                                                     
Codorniz                                                                     
Cogujada común                                                                     
Collalba gris                                                                     
Perdiz                                                                     
Sisón común                      ►                                             
Terrera común                                                                       
Triguero                                                                       

44
INFORME FINAL

La fecha de recolección en estas zonas está fijada entre el 5 y el 10 de julio, por lo que esta
actividad puede tener un efecto sobre la reproducción de casi todas las especies para las que
tenemos suficiente información, principalmente sobre la alondra, la avutarda, la calandria, la
codorniz y la perdiz.

iii) Campo Visiedo

Esta zona, situada a una gran altitud –algo superior a los 850 metros- es la única agrupada en
el índice bioclimático Mesomediterráneo superior seco superior. Contamos con información
suficiente para delimitar el periodo reproductor de 6 especies: alondra común, calandria,
collalba gris, collalba rubia, perdiz y triguero, mientras que contamos con información parcial
sobre el aguilucho cenizo, el bisbita campestre y la terrera común.

1
3‐ CAMPO VISIEDO    ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Aguilucho cenizo                        ◄  ►                                         
Alondra común                                                                       
Bisbita campestre                          ◄  ►                                       
Calandria                                                                       
Collalba gris                                                                       
Collalba rubia                                                                       
Perdiz                                                                       
Terrera común                        ►                                               
Triguero                                                                         
1
 Las líneas rojas representan el periodo establecido para realizar la siega de la leguminosa promovida por la 
medida agroambiental de esta zona (esparceta). 

La medida agroambiental evaluada en esta zona es la 1.2, para el cultivo de una variedad local
de leguminosa (la esparceta). La respectiva orden que la regula establece dos intervalos para
desarrollar determinadas labores agrícolas: prohibición del pastoreo u otro tipo de
aprovechamiento entre el 1 de mayo y el 1 de junio, y realizar una única siega anual de la
esparceta entre el 1 de junio y el 30 de agosto. Ambos periodos solapan de manera más que
notable con los periodos de reproducción de todas las especies esteparias encontradas.

iv) Lleida y Navarra

Bajo el índice bioclimático Mesomediterráneo superior seco inferior, y con la variante


bioclimática estépica, se agrupan las dos zonas de muestreo de la provincia de Lleida (Secáns
del Segriá y Bellmunt-Almenara) y de las Bardenas Reales de Navarra (Rincón del Bú y El
Plano). Como se puede apreciar en la figura siguiente, disponemos de abundante información
para delimitar el periodo reproductor de 13 especies, además del sisón del que se dispone de
información parcial. La temporada de reproducción en estas zonas se extiende desde la
segunda decena de febrero (en el caso del bisbita campestre y la perdiz) hasta la primera de
octubre (en el de la collalba gris), siendo la más dilatada la de la perdiz.

45
INFORME FINAL

4‐ LLEIDA + NAVARRA  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Alcaraván común                                                                     
Alondra común                                                                     
Bisbita campestre                                                                     
Calandria                                                                     
Codorniz                                                                     
Cogujada común                                                                     
Cogujada montesina                                                                     
Collalba gris                                                                     
Collalba rubia                                                                     
Perdiz                                                                     
Sisón común                      ►                                             
Terrera común                                                                       
Terrera marismeña                                                                       
Triguero                                                                       

En conjunto, la cosecha en estas zonas cuatro se debe producir entre el 15 de junio (en la
ZEPA Secáns del Segriá) y el 1 de agosto (en las parcelas sembradas con cereal de Navarra),
lo cual de nuevo puede interferir de manera importante con la reproducción de la especies
esteparias que habitan la zona.

v) Castilla-La Mancha

Según la clasificación bioclimática seguida, las cuatro zonas de estudio de la comunidad


castellano manchega quedan englobadas bajo el mismo índice bioclimático, denominado
Mesomediterráneo superior seco inferior. La variación altitudinal es de unos 200 metros, pues
oscila entre los 725 metros de Área Esteparia de la Mancha Norte-Toledo, hasta los 930 de El
Bonillo. Los muestreos de campo realizados en dichas zonas permiten delimitar el periodo
reproductor de trece especies, que en conjunto se extiende desde el mes de febrero (collalba
rubia, perdiz y sisón común) hasta el de septiembre (alcaraván, avutarda, calandria, cogujada
montesina y sisón). En esta ocasión es el sisón común la especie con la temporada de
reproducción más extensa.

5‐ CASTILLA‐LA MANCHA  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Aguilucho cenizo                            ►                                         
Alcaraván común                                                                       
Alondra común                                                                       
Avutarda                                                                       
Calandria                                                                       
Codorniz                                                                       
Cogujada común                                                                       
Cogujada montesina                                                                       
Collalba rubia                                                                       
Perdiz                                                                        
Sisón común                                                                       
Terrera común                                                                         
Triguero                                                                         

La fecha inicial de siega en esta comunidad autónoma varía por provincias entre el 10 y el 20
de junio, lo cual interfiere ampliamente con la reproducción de las esteparias en la región.

46
INFORME FINAL

vi) Embalse de Talaván

Esta zona es la única incluida en el tipo bioclimático Mesomediterráneo inferior subhúmero


inferior, y está situada a unos 400 metros de altitud. Se cuenta sólo con un muestreo de
primavera en esta zona, a pesar de lo cual ha sido posible determinar el periodo reproductor de
8 especies, además del sisón y la perdiz. El ciclo tiene una duración de cuatro meses, entre la
segunda decena de marzo y la primera de agosto.

6‐ TALAVÁN  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Aguilucho cenizo                                                                       
Calandria                                                                       
Codorniz                                                                       
Cogujada común                                                                       
Cogujada montesina                                                                       
Collalba rubia                                                                       
Perdiz                  ►                                                   
Sisón común                            ◄  ►                                     
Terrera común                                                                         
Triguero                                                                         

La fecha de siega establecida en la medida agroambiental en Extremadura es el 1 de julio, por


lo que esta labor se produce una vez que han terminado o están a punto de terminar los
periodos de reproducción de la mayor parte de las especies, siendo las más afectadas el
aguilucho cenizo, la cogujada común y la terrera común.

vii) Jaén-Córdoba

La zona muestreada está situada a unos 600 metros de altitud, en el piso Mesomediterráneo
inferior seco superior. La información recopilada en esta zona ha permitido establecer el
periodo reproductor completo de tan sólo cuatro especies, dado que la zona sólo fue
muestreada durante la primavera de 2010. Para la avutarda, la codorniz y la perdiz se ha
podido completar ampliamente el periodo reproductor gracias a la abundante bibliografía
encontrada. Como se observa, los periodos de reproducción comienzan la tercera decena de
enero. En cuanto al fin del periodo, es la perdiz la que presenta las fechas más tardías, fijadas
la segunda decena de septiembre.

2
7‐ JAÉN‐CÓRDOBA     ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Aguilucho cenizo                          ►                                           
Avutarda                            ►                                         
Calandria                                                                       
Codorniz                                                                       
Perdiz                                                                       
Sisón común                        ►                                             
Triguero                                                                         

La línea representa la fecha de siega establecida por la medida agroambiental del PDR. 

Según la orden de la medida agroambiental, la cosecha en esta zona se produce a partir del 30
de junio, lo cual puede afectar principalmente a la reproducción de la perdiz y en menor medida
a la de la codorniz. No obstante, la información recopilada tan reducida no hace aconsejable
extraer una conclusión determinante al respecto.

47
INFORME FINAL

viii) Llanos de Cáceres

La segunda zona de estudio de la comunidad extremeña está ubicada en el índice bioclimático


Mesomediterráneo inferior seco inferior, a unos 460 m.s.n.m. Según la información recogida en
las tres campañas de muestreo de primavera, el periodo reproductor de las ocho especies
abarca desde la primera decena de marzo hasta la tercera de septiembre, siendo los dos más
extensos el de la cogujada común y la perdiz.

8‐ LLANOS DE CÁCERES  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Calandria                                                                       
Codorniz                                                                       
Cogujada común                                                                       
Cogujada montesina                                                                       
Collalba rubia                                                                       
Perdiz                                                                       
Terrera común                                                                         
Triguero                                                                         

La fecha de siega en esta zona está establecida el 1 de julio, por lo que las labores de
cosechado interfieren principalmente con la reproducción de la cogujada común y la perdiz,
pero no con el del resto de las especies.

ix) Monegrillo y Belchite

Por último, bajo la categoría bioclimática Mesomediterráneo inferior semiárido superior, se


agrupan las dos ZEPA restantes aragonesas, Belchite y Monegrillo, situadas a unos 450
metros. Los muestreos de estas zonas, que presentan unas características físicas muy
similares caracterizadas por la aridez, han permitido determinar los periodos de reproducción
de trece especies, nueve de ellos completos, siendo los más extensos el de la perdiz, la
calandria y la terrera común.

3
9‐  MONEGRiILLO+BELCHITE    ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Alondra común                                                                       
Avutarda                          ►                                           
Bisbita campestre                      ►                                               
Calandria                                                                       
Cogujada común                                                                       
Cogujada montesina                                                                       
Collalba gris                          ►                                           
Collalba rubia                                                                       
Perdiz                                                                       
Sisón común                      ►                                               
Terrera común                                                                         
Terrera marismeña                                                                         
Triguero                                                                         
3
 Las medidas evaluadas en estas zonas no establecen fechas de siega; la medida 1.8 no permite el pastoreo 
ni realizar labores sobre la vegetación adventicia entre marzo y junio, periodo comprendido entre las líneas 
rojas.  

48
INFORME FINAL

Una de las medidas agroambientales evaluadas en estas zonas, la 1.1 (Mantenimiento del
rastrojo), no establece unas fechas mínimas para realizar la siega u otras labores agrícolas que
puedan tener un impacto sobre las aves nidificantes. En cuanto a la medida 1.8, la regulación
establece que no se podrá pastorear ni realizar labores de gestión de la vegetación adventicia
en los meses de abril, mayo y junio, ni alzar la alfalfa, en caso de que fuera necesario, antes
del 15 de septiembre. La primera de estas medidas excluye la mayor parte del periodo
reproductor de las especies esteparias, aunque sí afecta a la fase final de la reproducción de la
terrera común, ganga ortega y perdiz.

A la vista de los anteriores resultados, se puede apreciar que en casi todas las comarcas la
siega solapa de manera notable con el periodo reproductor de las aves esteparias. Las
regiones donde esta actividad interfiere menos con la cría son las cuatro zonas de Castilla y
León, las dos de Extremadura y las de la comarca de Los Monegros. En la comarca que
agrupa a las dos zonas de Lleida y las dos de Navarra, la fecha establecida en la orden de la
segunda comunidad es bastante más respetuosa con la reproducción de las esteparias,
mientras que en la primera la siega tiene lugar aproximadamente en la mitad del ciclo. Esto
mismo es lo que ocurre en las cuatro zonas de Castilla-La Mancha y, en menor medida, en la
comarca que incluye a la zona de estudio andaluza.

2.2.3.2. FENOLOGÍA Y GRADO DE DESARROLLO DE LOS CULTIVOS

La caracterización de la fenología de los cultivos de las zonas de campo se muestra


gráficamente en el Anexo 2.3, junto con una serie de valores con los parámetros de crecimiento
de cada uno de los tres años agrícolas incluidos en el estudio (inicio de la época de
crecimiento, valor de NDVI de inicio de la época de crecimiento, fin de la época de crecimiento,
valor de NDVI de fin de la época de crecimiento, periodo de máximo valor de NDVI y valor
máximo de NDVI).

Relación entre el estado de los cultivos y la reproducción de las aves esteparias:

En la figura 2.13 se muestran las curvas de fenología de los cultivos en cada una de las zonas
y la curva de reproducción de las aves (datos acumulados de los tres años).

Se han realizado análisis de correlación para determinar el efecto de los índices de NDVI sobre
la reproducción de las aves esteparias. En una primera aproximación se compararon, para
cada año agrícola, los resultados de los censos de campo (datos acumulados de los 3 años de
los comportamientos que indican reproducción segura), diferenciados en decenas, con los
valores de esas mismas decenas del promedio de NDVI de los tres años de estudio en cada
una de las zonas de estudio. Los resultados de los análisis mostraron que sólo un bajo

49
INFORME FINAL

porcentaje de las comparaciones fueron significativas, es decir, en pocas zonas de estudio se


encontró una asociación entre las dos variables. Por este motivo, y en base a información
sobre aves y otros grupos de organismos encontrada en la literatura científica - por ejemplo, se
ha demostrado que el peso corporal y la supervivencia de los terneros de reno (Rangifer
tarandus) en otoño está positivamente correlacionado con el NDVI en mayo (Pettorelli et al.
2005b)-, posteriormente se compararon los valores de reproducción en una decena
determinada con el valor de NDVI de tres decenas anteriores. Con ello se pretende comparar la
actividad reproductiva de las aves en un momento del año con el desarrollo de la vegetación un
mes antes. Se asume este desfase al considerar la duración media del ciclo reproductor y de
cada una de las fases que lo componen de las especies estudiadas.

La tabla 2.7 muestra los resultados de comparar el ciclo reproductivo anual de las aves definido
por los censos de campo con la evolución del NDVI a lo largo de cada ciclo agrícola.

Como se puede apreciar en la tabla, el número de zonas donde se ha encontrado una relación
significativa entre la reproducción de las aves y el desarrollo de los cultivos difiere mucho entre
años. Si consideramos los tres años de estudio en conjunto, en 11 de las zonas analizadas se
ha encontrado una correlación entre las dos variables, aunque en otras dos el valor de p es
muy cercano a la significación, por lo que se puede decir que existe una asociación entre las
dos variables analizadas en entre el 61 y el 72% de las comparaciones. Este porcentaje
disminuye si se analiza cada año por separado. En 2010 se ha encontrado una correlación
significativa entre las variables en sólo 8 de las 17 zonas de estudio (el 47%), en 2011 en otras
8 aunque dos más se encuentran cercanas al valor de significación (47-59%) y en 2012 en 5 de
las 10 zonas. No obstante, es reseñable que para más del 80% de las relaciones significativas
el nivel de significación es muy alto, inferior a 0,01, lo cual indica una estrecha relación entre
las dos variables en esas zonas.

Destaca el hecho de que haya zonas donde no se haya encontrado correlaciones significativas
en ninguno de los años de estudio, como el Área Esteparia del Este de Albacete, mientras que
en otras las variables están siempre relacionadas, como en los Llanos de Cáceres (si bien en
2011 las diferencias son marginalmente significativas). Llama la atención también la baja
relación encontrada en las cuatro zonas de Castilla-la Mancha, donde sólo hay resultados
significativos en El Bonillo en 2010 y en el Área Esteparia de la Mancha Norte-Cuenca, en
2011.

50
INFORME FINAL

51
INFORME FINAL

Figura 2.13. Curvas de fenología de los cultivos de cada una de las zonas de estudio y porcentaje de
aves esteparias totales con comportamientos que indican reproducción segura (datos acumulados de los
3 años). Elaboración propia a partir de datos de DEIMOS Imaging SL

52
INFORME FINAL

Tabla 2.7: Resultados de las correlaciones comparando los calendarios de reproducción de las aves con los valores de NDVI a lo largo del año. Se presentan las
2
comparaciones de cada uno de los años de estudio por separado así como del valor promedio de los tres años de estudio. Se muestra el coeficiente de determinación r , los
grados de libertad y la significación estadística (en negrita valores de p<0,05).

2010 2011 2012 2010‐12


2 gl p 2 gl p 2 gl p 2 gl p
r r r r
Belchite 0,1465 11 0,197 0,2362 12 0,078 0,9123 5 0,001 0,2220 16 0,048
Monegrillo 0,5202 8 0,019 0,4983 14 0,002 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,4019 17 0,004
Campo Visiedo 0,0400 6 0,635 0,0400 16 0,426 0,5529 5 0,055 0,1703 17 0,079
El Plano 0,5137 11 0,006 0,9112 14 0,000 0,0070 6 0,843 0,7482 20 0,000
Rincón del Bú 0,3784 6 0,104 0,9297 9 0,000 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,5344 14 0,001
Secans Segriá 0,3945 5 0,131 0,7337 11 0,000 0,9263 4 0,002 0,3850 14 0,010
Bellmunt 0,4686 6 0,061 0,5382 13 0,002 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,3331 15 0,015
La Nava 0,2997 8 0,101 0,1163 15 0,180 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,5162 18 0,000
Penillanuras 0,4043 10 0,026 0,0556 15 0,362 0,0159 4 0,812 0,3935 16 0,005
Camino Santiago 0,5898 9 0,006 0,0836 14 0,277 0,6895 5 0,021 0,4635 16 0,002
Tierra Campiñas 0,9304 8 0,000 0,7430 14 0,000 0,4478 5 0,100 0,6309 17 0,000
AEEA 0,2551 8 0,136 0,0729 15 0,294 0,2610 5 0,241 0,0593 18 0,301
El Bonillo 0,5854 8 0,010 0,0569 14 0,374 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,1801 18 0,062
AEMN‐Toledo 0,0014 7 0,922 0,0421 12 0,481 0,0206 19 0,534
AEMN‐Cuenca 0,0036 7 0,877 0,3940 11 0,022 0,2669 6 0,190 0,0736 16 0,276
Llanos Cáceres 0,6566 6 0,015 0,2437 12 0,073 0,6888 6 0,011 0,0022 16 0,851
Talaván ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,6922 10 0,000 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,6937 10 0,000
Jaen‐Córdoba 0,1106 6 0,421 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ 0,0884 10 0,348

53
INFORME FINAL

La falta de significación en algunas zonas y años puede deberse a que no se ha encontrado el


desfase de decenas exacto entre los valores del NDVI y la reproducción de las aves, por lo que
sería necesario investigar más sobre ello. El análisis conjunto detallado de las curvas de
fenología de los cultivos y el ciclo reproductivo de las aves (figura 2.13) puede ayudar a
reflexionar sobre este aspecto y llegar a alguna hipótesis de trabajo. Por otra parte, también
puede deberse a un buen número de factores de distinta índole, como a una baja detección de
individuos con comportamiento reproductivo o a la influencia de otras variables no
consideradas que pueden estar directa o indirectamente relacionadas con el índice de
vegetación usado, como la cantidad y distribución de las precipitaciones o los patrones de
temperatura, tanto en las zonas de reproducción como en las de invernada en el caso de las
especies migratorias.

La comparación entre la reproducción de las esteparias y el NDVI de las zonas de estudio se


ha realizado introduciendo un desfase de tres decenas entre ambas variables. La justificación
de este procedimiento está documentada en la literatura científica, ya que recientes estudios
han demostrado que los impactos del clima sobre la dinámica poblacional de diversos grupos
animales son visibles tras un cierto lapso de tiempo. Como ejemplo, se ha demostrado que el
peso corporal de los renos al nacer –valor afectado positivamente por el NDVI en junio- se
correlaciona positivamente con la productividad de la población 3 o 4 años más tarde (lo que se
corresponde con el inicio de la reproducción en las hembras (Couturier et al. 2009). Este
desfase se debe a la propia dinámica endógena del sistema, ya que los distintos eslabones de
la cadena trófica tienen que mantener la sincronía con sus recursos tróficos. Así, se sabe que
el adelanto en la salida de las hojas resulta en un adelanto en la eclosión de las orugas, debido
a que los insectos herbívoros, que son presa de muchas especies de aves, deben
sincronizarse con sus fuentes de alimento. Sin embargo, salvo en las especies oportunistas
(Visser et al. 2002, 2004), las aves no usan la abundancia de alimento como un indicador
directo del momento de la reproducción, sino que atienden a una indicación indirecta, como la
temperatura o las precipitaciones, por lo que encontrar cuál es el indicador ambiental que usan
las aves para fijar el momento de la reproducción es un asunto muy relevante (Robinson et al.
2005). No obstante, estos desajustes pueden variar a escalas espaciales muy pequeñas en
respuesta a parámetros ecológicos locales (Visser et al. 2004). Hay evidencias que apuntan a
la existencia de desajustes como este en carboneros (Parus major), papamoscas cerrojillos
(Ficedula hypoleuca) y halcones abejeros (Pernis apivorus) (Buse et al. 1999).

En conclusión, los resultados obtenidos en este apartado son halagüeños y permiten pensar
que es posible establecer una relación causa-efecto entre la reproducción de las aves y el
desarrollo de los cultivos medido a través del NDVI. Es decir, las variaciones interanuales en la
fenología de los cultivos podrían reflejar los cambios en los calendarios en la época
reproductiva de las aves en función de las condiciones meteorológicas específicas de cada
año. En cualquier caso parece claro que el NDVI representa una herramienta útil con la que
relacionar clima y vegetación con la distribución, supervivencia, reproducción o crecimiento

54
INFORME FINAL

animal a escalas espaciales y temporales grandes (Pettorelli et al. 2005a). Por todo ello, se
puede concluir que el NDVI u otros índices remotos similares proporcionan un método de
seguimiento barato, sistemático, repetible y verificable, y constituye una herramienta para
evaluar la eficacia de diferentes prácticas de gestión (Alcaraz-Segura et al. 2009), como por
ejemplo las agrícolas.

2.2.3.3. VIDEOSEGUIMIENTO

En total se han analizado 127 jornadas de grabación durante el período de estudio. Las
grabaciones registradas en dicho periodo suman un total de 464 horas y 33 minutos, y se han
detectado un total de 247 aves en 224 observaciones diferentes. Como se recoge en la
siguiente tabla, se han identificado al menos 9 especies diferentes, así como ejemplares de 3
taxones que sólo han podido ser identificados a nivel de Género.

Tabla 2.8. Nº de observaciones registradas para cada una de las especies identificadas. Se indica el
porcentaje que supone el número de registros de cada especie respecto al total de observaciones
registradas (incluidas las no identificadas y las identificadas a nivel de Género).

Nº de ejemplares % respecto al total


Especie
detectados de aves registradas
Lanius meridionalis 56 22,67%
Calandrella brachydactyla 46 18,62%
Upupa epops 22 8,91%
Melanocorypha calandra 8 3,24%
Burhinus oedicnemus 6 2,43%
Pica pica 2 0,81%
Anthus campestris 1 0,40%
Circus aeruginosus 1 0,40%
Hirundo rustica 1 0,40%
NIVEL GÉNERO (3 taxones) 65 26,3%
Total 208 84,21 %

En cuanto a la actividad de las aves a lo largo del tiempo de grabación, se ha observado un


pico máximo después del amanecer y en las primeras horas del día, entre las 08:15 y las 09:45
horas. La actividad parece ir disminuyendo en las horas posteriores conforme se va
incrementando la temperatura ambiental, aunque se aprecia un repunte hacia el final del
período de grabación, al mediodía.

55
INFORME FINAL

Figura 2.14. Patrón de actividad de las aves durante el período de grabación, comprendido entre las 08:00
y las 11:45 horas. Se indica el número de aves observadas/hora en cada rango horario estudiado
(períodos de 15 minutos) y la línea de tendencia (en color rojo).

Los resultados obtenidos en la segunda parte de la actividad, realizada durante el año 2012
con el fin de mejorar el equipo de grabación, no han mejorado de manera sustancial la
detectabilidad de las especies objetivo.

A la vista de todo lo anterior, se puede concluir que esta metodología no es la adecuada para el
seguimiento de alaudidos u otras especies de pequeño tamaño como la mayor parte de las
aves esteparias, puesto que este hecho dificulta su detección por los dos elementos utilizados
en este proyecto (software de visualización y sensores PIR). No obstante, quizás se podría
experimentar con otro tipo de sensores o tecnología capaz de detectar organismos tan
pequeños.

2.2.4. CONCLUSIONES

Del análisis de los calendarios de reproducción de las esteparias en cada una de las zonas de
estudio se desprende que sería recomendable retrasar las fechas de siega lo más posible en
las zonas de estudio para ajustarlas a los periodos de reproducción del mayor número de
especies esteparias. Está demostrado que pequeños retrasos en las fechas de siega de tan
sólo 7-10 días pueden hacer que disminuya el impacto de esta labor agrícola sobre algunas de
estas especies, como los aguiluchos cenizos (Arroyo et al. 2002). De la misma manera, se ha
comprobado que el retraso de unos 15 o 20 días en la maduración y posterior siega de la
cebada con respecto al trigo, tiene como consecuencia un incremento en la probabilidad de
supervivencia de los pollos de aguilucho nacidos en dicho cereal (Castaño 1995).

56
INFORME FINAL

Sería deseable no obstante que las fechas de siega se revisaran y establecieran en cada ciclo
agrícola de manera acorde a las condiciones climatológicas. Para ello se podrían utilizar
herramientas como el seguimiento satélite de la maduración de los cereales (como hemos visto
en el seguimiento de MODIS), puesto que los resultados del análisis entre el desarrollo de los
cultivos (medido a través del NDVI) y la reproducción de las aves reflejan una posible relación
causa-efecto. En el caso que nos ocupa, la aplicación más directa de esto sería poder
determinar en cada ciclo agrícola y con antelación el momento más adecuado para la cosecha,
considerando el estado de los cultivos y su mejor momento productivo, y el ciclo de las aves
esteparias para disminuir en lo posible el impacto sobre su reproducción.

En especies como la codorniz se ha visto que existe una correlación entre la duración de su
estancia en una zona determinada y las precipitaciones acumuladas durante el periodo de cría,
debido a que el ritmo de maduración de los cereales se acorta de manera notable en años de
sequía (Puigcerver 1990). Este hecho también está bien descrito en el aguilucho cenizo, para
el que se ha comprobado que en años en los que las lluvias primaverales tardías de finales de
mayo o primeros de junio son abundantes, el impacto de la siega sobre la supervivencia de los
pollos es menor, ya que se produce un retraso en la cosecha del cereal (Castaño 1995, 1997).

En línea con esto, una medida complementaria con la anterior que contribuiría a aumentar la
tasa de supervivencia de los pollos sería el uso de variedades de cereal del ciclo más largo que
las características agroclimáticas de cada zona permitan (cebada frente al trigo, o variedades
locales de este último), con lo que se conseguiría un retraso en las fechas de maduración
suficiente para permitir que la mayor parte de los pollos hayan volado en el momento de la
cosecha. No obstante, sería necesario tener en cuenta en el diseño de las medidas y el cálculo
de la prima el posible incremento en el riesgo de daños por condiciones climatológicas
adversas.

Siendo conscientes de la complejidad que supone la elaboración de un calendario de siega


específico para cada zona, establecido cada año agrícola en función de las condiciones
climatológicas, es fundamental al menos que en los espacios de la red Natura 2000 definidos
por la presencia de aves esteparias, o donde éstas especies tengan una situación
especialmente sensible, el retraso de las fechas de cosecha se hiciese de forma obligatoria. La
pérdida de beneficios de los agricultores por este motivo debería ser compensada por medio de
ayudas a los espacios de esta red de protección o mediante otro tipo de líneas de financiación.

No obstante, dadas las dificultades que puede suponer la puesta en práctica de esta medida,
se podrían plantear otros cambios en el modelo de producción o modificaciones del actual que
limiten o reduzcan el impacto de la siega sobre la reproducción de las aves esteparias. Una
acción que sería altamente recomendable, y que de algún modo compensaría la pérdida de
éxito reproductivo de las esteparias por efecto de la siega, sería la correcta gestión de los
barbechos y su mantenimiento a largo plazo, al menos de las especies que más utilizan este
sustrato para nidificar (como la terrera común, la calandria, la avutarda, la ganga ibérica, la

57
INFORME FINAL

ortega o el sisón). Los barbechos constituyen un elemento clave para la conservación de la


mayoría de las especies de esteparias, por su importancia como sustratos de nidificación y
alimentación debido a la diversidad de plantas adventicias que alberga (Morales et al. 2006).
En concreto, son un elemento clave para la conservación del sisón (Martínez 1994, Wolff et al.
2002, Morales et al. 2005, Morales et al. 2006, Leitao et al. 2010), hasta el punto de que su
pérdida se ha identificado como la principal causa de declive en la densidad de machos
(Delgado y Moreira 2010). Por todo ello, habría que fomentar la gestión tradicional de los
barbechos (con alternancia de año y vez o al tercio), evitando tratarlos con fitosanitarios,
creando franjas permanentes sin cultivar entre las parcelas, reduciendo su laboreo y evitando
esta actividad en la época de reproducción.

De la misma manera, sería deseable el mantenimiento de las lindes y ribazos, así como de
franjas sin cosechar. De manera similar a los barbechos, estos elementos del paisaje ofrecen
alimento y cobijo a las aves de estos medios, entre las que se encuentran la perdiz, el bisbita
campestre, el alcaraván, la codorniz, la calandria, la collalba rubia o la collalba gris, entre otras.
Para la primera especie se ha puesto de manifiesto la importancia crucial de las lindes como
zonas de nidificación, presentando los mayores índices de éxito reproductor y siendo el
sustrato de nidificación más seleccionado (Casas y Viñuela 2009). Por ello es muy importante
fomentar su generalización así como prohibir su eliminación o reducción y el uso de
agroquímicos. También sería recomendable dejar bandas periféricas de unos 5 m sin cosechar,
lo que constituye una medida de gestión muy efectiva para la perdiz roja ya que la mayor parte
de los nidos situados en los campos de cereal se localizan cerca de sus márgenes (Casas y
Viñuela 2010).

Igualmente importante, es el mantenimiento de los rastrojos sobre el terreno, prohibiendo su


quema y retrasando al máximo su alzado. Este sustrato aporta refugio y alimentación a
numerosas especies de esteparias, especialmente durante el otoño e invierno, como a la
alondra común, alcaraván, codorniz, triguero, calandria, avutarda o sisón. El levantamiento de
los rastrojos justo después de la cosecha tiene un alto impacto sobre las codornices ya que se
elimina el refugio para la especie y sus presas (Comisión Europea 2009).

Otra regulación básica sería la prohibición general del cosechado y empacado nocturno para
evitar la muerte de buen número de ejemplares de algunas especies, al quedar desorientados y
cegados por los faros en su periodo de descanso. Se debería establecer una hora a partir de la
cual no estuviera permitido realizar esta actividad, como por ejemplo, una hora después de la
puesta del sol.

También se podría limitar el uso del rastrillo. Esta herramienta, utilizada para agrupar la paja
una vez segada, resulta muy peligrosa para la avifauna, y provoca buena parte de la mortalidad
durante el proceso de siega y empacado. El motivo de ello es la alta velocidad a la que trabaja,
así como la amplitud de la banda de barrido, que dificulta la escapada de los animales. En la
misma línea, sería recomendable utilizar, en la medida de lo posible, un recorrido de

58
INFORME FINAL

cosechado y empacado que permita la huida de las aves nidificantes o presentes en el campo.
La forma propuesta más habitual es realizar el recorrido desde el centro hacia fuera (Comisión
Europea 2009), aunque los agricultores y conductores de este tipo de maquinaria argumentan
la dificultad de ejecutar este movimiento. En un estudio específico sobre los efectos del
cosechado y empacado sobre la perdiz y la codorniz realizado en Navarra, se propone un tipo
de recorrido en forma de zig-zag desde un extremo hasta el otro del campo tras realizar unos
pases por su periferia (GVRAN 2005).

Por último, para las dos especies de aguilucho sería recomendable desarrollar campañas de
salvamento de nidos. En el caso del aguilucho cenizo existen datos concretos que relacionan la
probabilidad de extinción en 100 años de las subpoblaciones de esta especie con la fecha de
cosecha del cereal, el sustrato donde ubica sus nidos de manera preferente (Arroyo et al.
2002). Sus resultados apuntan que, si más del 50% de los nidos de aguilucho se encuentran
con pollos pequeños en el momento de la cosecha, la extinción se produce de manera segura.
Las acciones de salvamento de nidos pueden llegar a reducir la probabilidad de extinción de
modo significativo sólo si se salvan más del 50% de los nidos en peligro. Sin embargo, y como
ya se ha comentado anteriormente, pequeños retrasos en la fecha de siega (de una semana en
un caso concreto), pueden llegar a reducir en un 50% la probabilidad de extinción en ausencia
de medidas de salvamento de pollos, aumentando el porcentaje si se combinan ambas
acciones. De manera práctica, estos resultados implicarían la reducción de la mortalidad de
pollos por efecto de la siega por debajo del 10%, retrasando la siega hasta mayo-julio según la
latitud, en combinación con salvamento de nidos (Arroyo et al. 2002).

59
INFORME FINAL

2.3. ESTUDIO BASE PARA UNA PROPUESTA AGROAMBIENTAL EN


CANARIAS

2.3.1. INTRODUCCIÓN

El objetivo principal del proyecto Ganga es evaluar la efectividad de las medidas


agroambientales dirigidas a la avifauna esteparia. Sin embargo, a pesar de las conclusiones del
proyecto LIFE Hubara (LIFE03NAT/E/0000461) que demostraban la importancia de los cultivos
para algunas de las especies de mayor interés presentes en las islas orientales, estas medidas
no han sido aplicadas en el archipiélago canario.

Por ello, y dadas las especiales características de la avifauna esteparia que alberga y de los
sistemas agrícolas tradicionales existentes, se incorporó una línea de trabajo complementario
en dichas islas, con el que se ha pretendido caracterizar la avifauna existente en los hábitats
esteparios y agrícolas de las islas, establecer la fenología reproductiva de estas especies e
identificar los usos agrícolas que resultan más beneficiosos para ellas. El objetivo último de
todo ello es determinar si sería conveniente y posible diseñar un programa de medidas
agroambientales similar a los desarrollados en la península para este grupo de aves. A todo
ello debe sumarse que muchas de las especies consideradas adquieren especial relevancia
desde el punto de vista de la conservación por tratarse de taxones endémicos de las islas o por
habitar únicamente en este archipiélago en el contexto nacional y europeo.

Estudios previos han puesto de manifiesto la importancia de los cultivos y de otros hábitats
agrícolas para la avifauna canaria en general y para las especies esteparias en particular
(Martín et al. 1996, Medina 1999, Carrascal et al. 2006). Especial interés merecen las especies
de alto valor de conservación como la avutarda hubara (Chlamydotis undulata fuertaventurae),
especie restringida a las islas de Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa. Los cultivos
agrícolas ofrecen alimento predecible y de calidad para esta especie (Medina 1999),
dependiendo del cultivo y del momento fenológico, siendo especialmente claves durante los
meses más desfavorables en que la disponibilidad de alimento se reduce, que en estas
latitudes son a finales de primavera y sobre todo en verano. Para el resto de las especies
esteparias existe información bibliográfica sobre el uso de zonas agrícolas para el corredor
sahariano (Cursorius cursor) (Emmerson y Lorenzo 2007a), el alcaraván común (Burhinus
oedicnemus) (Martín 1987, Lorenzo et al. 2004), la ganga ortega (Pterocles orientalis)
(Carrascal y Alonso 2005, Palomino 2005), la terrera marismeña (Calandrella rufescens)
(Martín y Lorenzo 2001) y la codorniz (Coturnix coturnix) (Barone y Lorenzo 2007), entre otros.

1
http://www.seo.org/lifehubara/Castellano/Index_Life.htm

60
INFORME FINAL

2.3.2. MATERIAL Y MÉTODOS

Áreas de estudio

El proyecto se ha desarrollado en distintas áreas de las islas de Fuerteventura y Lanzarote


identificadas previamente por SEO/BirdLife como importantes para las aves esteparias o IBA
(Viada 1998, Lorenzo 2007).

a) Lanzarote:
Las zonas de estudio en Lanzarote son las siguientes:
1. Jable de Famara (Tinajo y Teguise). Incluye sectores de jable de El Cuchillo a Teguise,
con cultivos y sin ellos. Coincide con la ZEPA Islotes del norte de Lanzarote y Famara.
2. Teguise (Teguise). Incluye sectores esteparios con cultivos y sin ellos dentro del área
comprendida entre el Alto de Guanapay, Teseguite y Los Ancones. Coincide con la ZEPA
Llanos de La Corona y Tegala Grande.
3. Vega de San Bartolomé (San Bartolomé, Teguise y Arrecife). Comprende las zonas
esteparias con y sin cultivos de la Vega de San Bartolomé y Zonzamas, así como del jable de
Argana y Güime. No está incluida en zona ZEPA pero está definida como IBA.
4. Playa Quemada (Yaiza). Incluye la zona esteparia de Cortijos Viejos, así como los
cultivos de la Vega de Temuime. Limita con la ZEPA Los Ajaches, pero las zonas esteparias
estudiadas carecen de dicha protección.
5. El Rubicón (Yaiza). Área esteparia y cultivos del Cortijo de las Maretas y El Terminito.
Coincide con la ZEPA Llanos de La Mareta y Cantil del Rubicón.

b) Fuerteventura:
En la isla más meridional se han seleccionado cuatro zonas de muestreo:
1. Los Alares (Antigua). Incluye sectores esteparios, gavias en activo y abandonadas, y
gavias con valla para evitar el trasiego de ganado. Coincide con la ZEPA Llanos y Cuchillos de
Antigua.
2. Vega Vieja (Antigua). Cuenta con sectores esteparios, gavias en activo y abandonadas.
Coincide con la ZEPA Llanos y Cuchillos de Antigua.
3. Lajares (La Oliva). Igual que las anteriores, incluye sectores esteparios, gavias en activo
y abandonadas, y gavias con valla para evitar el trasiego de ganado. Incluye la ZEPA
denominada Lajares, Esquinzo y costa del Jarubio.
4. Caldereta – Guisguey (La Oliva y Puerto del Rosario). Dispone de sectores esteparios,
gavias en activo y abandonadas. No está incluida en zona ZEPA pero está definida como IBA.

61
INFORME FINAL

Figura 2.15. Ubicación de las áreas de estudio de Fuerteventura y Lanzarote.

Método de muestreo

Debido a su carácter experimental, la metodología de muestreo es diferente al utilizado en la


península. En este caso se ha usado un diseño de parcelas demostrativas en las que se dan
distintos tipos de sistemas agrícolas. En cada una de las zonas se han seleccionado una serie
de recorridos de muestreo que incluyen dos tipos de hábitats diferentes: estepas naturales y
áreas cultivadas.

Para el censo de aves se ha seguido una adaptación del método del transecto lineal con banda
fija de 25 m a cada lado del observador, complementado con la realización de puntos de
observación. En Fuerteventura, en cada zona de estudio se ha establecido un recorrido a pie
de 3 km de longitud (12 unidades de 250 m) a modo de transecto lineal, completado con 5
puntos de observación en cada área de 15 minutos de duración. En Lanzarote se definieron 2
transectos y entre 6 y 8 puntos de observación en cada área de estudio. Los muestreos se
desarrollaron durante las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde, con buenas
condiciones meteorológicas (ausencia de de lluvia y viento fuerte), y preferentemente en días
soleados. Sólo se registraron las aves observadas en el interior de las zonas descritas.

En la isla de Fuerteventura, donde el abandono de la actividad agrícola es más acusado, se


identificaron parcelas agrícolas en desuso con el objeto de realizar siembras experimentales
durante el ciclo agrícola 2012 y testar así la respuesta de las aves a una mayor disponibilidad
de cultivos. Las siembras fueron llevadas a cabo por el Cabildo de Fuerteventura, previa
autorización de sus propietarios, que cedió la maquinaria y personal necesario para preparar
los campos de labor. Las especies seleccionadas para la siembra en dichas parcelas son

62
INFORME FINAL

cultivos tradicionales de la isla, en concreto, cereal (trigo y cebada), mezcla forrajera y una
leguminosa de cultivo tradicional (como el chícharo). Los tres tipos de cultivos se sembraron de
forma más o menos equitativa, de manera que hubiera una buena representación de cada uno
en cada zona de estudio. Para permitir la comparación con los datos recogidos en la campaña
anterior, se mantuvieron los transectos y puntos realizados en la campaña de 2011, puesto que
las parcelas de siembra fueron seleccionadas para que solaparan.

En la isla de Lanzarote se han realizado cuatro campañas de muestreo: invierno 2010 y


primavera, verano y otoño de 2011. En Fuerteventura, se han realizado las mismas campañas
de muestreo que en la isla anterior y además primavera y verano de 2012, una vez que se
realizaron las siembras en las parcelas experimentales.

Aunque se ha caracterizado toda la avifauna presente en las áreas de muestreo, el trabajo se


ha concentrado en las especies más ligadas a los medios agroesteparios.

Análisis de datos

Cada una de las observaciones de individuos se ha asignado a una de las dos categorías de
hábitat: estepario o agrícola. Dentro de la segunda, se ha diferenciado entre: cultivos de cereal,
hortalizas (batatas, patatas, calabazas…), leguminosas (garbanzos, chícharos, lentejas,
alfalfa…), frutales (higueras, algarrobos, chumberas,… todos ellos situados normalmente en las
lindes entre parcelas) o mosaico.

En primer lugar, se ha hecho un análisis para determinar si existen diferencias en la


abundancia y diversidad de aves esteparias entre los distintos medios (agrícola y estepario) y
entre los diferentes cultivos para cada una de las estaciones. Para ello se ha realizado una U
de Mann-Whitney en el primer caso y una Chi-cuadrado en el segundo. El primero de los test
también se ha usado para determinar si existen diferencias en el uso de los diferentes hábitats
entre 2011 y 2012 en Fuerteventura. Se ha excluido a la codorniz de todos los análisis por el
reducido número de datos obtenido durante los censos.

Fenología reproductiva de las aves esteparias

El procedimiento para determinar los periodos de reproducción de las especies de aves


esteparias está descrito en el apartado 2.2.

2.3.3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

2.3.3.1. LANZAROTE

63
INFORME FINAL

Análisis de uso del hábitat

Las especies detectadas en cada una de las zonas de muestreo a lo largo del periodo de
estudio aparecen en el Anexo 2.4. En total se han detectado 52 especies de aves durante el
año 2011, incluidas las esteparias, y entre las que se diferencias especies nidificantes y
migratorias, tanto de paso como invernantes.

Se ha hecho un primer análisis para determinar si las aves esteparias hacen un uso diferencial
de los hábitats esteparios o agrícolas en cada estación. Los resultados muestran que tanto la
diversidad de especies como la abundancia de aves son superiores en los hábitats agrícolas
que en los esteparios (figura 2.16 y anexo 2.5), excepto la diversidad en primavera. En
primavera las diferencias entre estas dos variables no han sido significativas; en verano, tanto
la diversidad como la abundancia han sido significativamente superiores en los ambientes
agrícolas, mientras que en otoño e invierno, únicamente la abundancia ha arrojado estos
resultados.

Lanzarote
PRIMAVERA

Diversidad

Abundancia

**
VERANO

Diversidad
**
Abundancia Estepario

Diversidad Agrícola
OTOÑO

*
Abundancia
INVIERNO

Diversidad

Abundancia **

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0


Observaciones ponderadas

Figura 2.16. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en


medios agrícolas y esteparios en Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01).

64
INFORME FINAL
Primavera

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus

Burhinus oedicnemus
Es tepa ri o
Calandrella rufescens
Agrícola
Chlamydotis undulada

Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5


Observaciones ponderadas

Verano

Alectoris barbara
**
Bucanethes githaneus

Burhinus oedicnemus
*
Es tepari o
Calandrella rufescens
Agrícol a
Chlamydotis undulada

Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5


Observaciones ponderadas

Otoño

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus

Burhinus oedicnemus
Es tepa rio
Calandrella rufescens
Agrícol a
Chlamydotis undulada

Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0


Observaciones ponderadas

Invierno

Alectoris barbara
*
Bucanethes githaneus

Burhinus oedicnemus
Es tepa ri o
Calandrella rufescens
Agrícol a
Chlamydotis undulada

Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2


Observaciones ponderadas

Figura 2.17. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios agrícolas y
esteparios de Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01).

65
INFORME FINAL

Analizando la selección estacional de cada especie, se observa que en primavera no existe


una selección estadísticamente significativa de ninguno de los medios aunque la abundancia
de todas especies excepto de alcaraván son superiores en los agrícolas (figura 2.17). En
verano, la selección de los medios agrícolas se repite en todas las especies (en la perdiz
moruna y el alcaraván la selección es estadísticamente significativa) excepto en la ganga
ortega, que sólo ha sido localizada en ambientes esteparios. En otoño, el patrón es similar
aunque no hay diferencias significativas (sólo en el caso de la terrera marismeña las
diferencias casi alcanzan el nivel de significación), siendo la abundancia en los medios
esteparios ligeramente superior para la perdiz moruna. Por último, en invierno son tres las
especies que han mostrado valores mayores en los medios esteparios: el alcaraván, la hubara
y el corredor sahariano; no obstante, las diferencias son sólo significativas para la perdiz
moruna, que ha seleccionado los medios agrícolas.

Al analizar el uso de cada tipo de cultivo, en primer lugar se observa que en primavera los
mayores valores de abundancia y diversidad se dan en los cultivos de cereal, mientras que en
invierno tienen lugar en los cultivos hortícolas, siendo las diferencias significativas en las dos
estaciones (figura 2.18).

Lanzarote
VERANO PRIMAVERA

Diversidad *
Abundancia *

Diversidad Varios
Frutal de linde
Abundancia Mosaico

Diversidad Leguminosa
OTOÑO

Hortícola
Abundancia Cereal

**
INVIERNO

Diversidad

Abundancia **
0,0 2,5 5,0 7,5 10,0 12,5 15,0
Observaciones ponderadas

Figura 2.18. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en los


distintos tipos de medios agrícolas en Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01).

El uso por especies se puede apreciar en la figura 2.19 y en el anexo 2.5. En primavera, la
ganga ortega, la avutarda hubara y el camachuelo hacen un uso significativamente superior del
cereal, la terrera marismeña de los cultivos hortícolas y la perdiz moruna de las leguminosas.

66
INFORME FINAL
Primavera

Alectoris barbara
*
Bucanethes githaneus
** Varios
Frutal de linde
Burhinus oedicnemus
Mosaico
Calandrella rufescens
** Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola
*
Cursorius cursor ** Cereal

Pterocles orientalis
*
0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,5
Observaciones ponderadas

Verano

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus
**Varios
Burhinus oedicnemus Frutal de linde
Mosaico
Calandrella rufescens
Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola

Cursorius cursor Cereal

Pterocles orientalis

0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0


Observaciones ponderadas

Otoño

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus Varios
Burhinus oedicnemus
** Frutal de linde
Mosaico
Calandrella rufescens
Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola
Cereal
Cursorius cursor
**
Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0


Observaciones ponderadas

Invierno

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus Varios
Frutal de linde
Burhinus oedicnemus
* Mosaico
Calandrella rufescens
Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola
Cursorius cursor ** Cereal

Pterocles orientalis

0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Observaciones ponderadas

Figura 2.19. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos tipos de
medios agrícolas en Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01).

67
INFORME FINAL

En verano, únicamente existen diferencias significativas en el uso del camachuelo, con valores
superiores en los cultivos de cereal, al igual que en otoño, aunque en esta última estación otra
especie, el corredor sahariano, muestra valores significativamente mayores en la categoría de
cultivos agrícolas varios. Por último, en invierno el alcaraván ha mostrado valores muy similares
en los cultivos hortícolas y en los de cereal, mientras que la hubara ha sido encontrada con
más frecuencia en los primeros.

Fenología reproductiva de las aves esteparias

En esta isla se ha recopilado suficientes observaciones para definir de manera razonablemente


completa el periodo reproductor de siete especies, como se puede apreciar en la siguiente
figura.

LANZAROTE  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Alcaraván común                                                                       
Avutarda hubara                                                                       
Bisbita caminero                                                                       
Camachuelo trompetero                                                                       
Codorniz                                                                       
Perdiz moruna                                                                       
Terrera marismeña                                                                         

Figura 2.20. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Lanzarote (los colores siguen
el esquema descrito en el apartado 2.2).

De manera general la temporada de cría en esta isla comprende la primera mitad del año, en
concreto abarca desde principios de diciembre hasta primeros de septiembre, aunque se
concentra al periodo que va entre enero y julio. El periodo más largo lo presenta la especie de
mayor tamaño, la hubara, seguida del alcaraván y del bisbita caminero.

2.3.3.2. FUERTEVENTURA

Las especies detectadas en Fuerteventura se detallan en el Anexo 2.4.

Análisis de uso del hábitat

En cuanto a los resultados de la isla de Fuerteventura, se muestra claramente cómo la


abundancia de aves es superior en los medios agrícolas en los meses de primavera y verano,
mientras que en otoño e invierno es mayor en los esteparios (sólo hay diferencias significativas
en verano e invierno). En cuanto a la diversidad de especies, los valores son superiores en los
cultivos en todas las estaciones, aunque las diferencias sólo son significativas en primavera y
verano.

68
INFORME FINAL

Fuerteventura
VERANO PRIMAVERA

Diversidad **
Abundancia

Diversidad *
Abundancia *
Estepario

Diversidad Agrícola
OTOÑO

Abundancia
INVIERNO

Diversidad

Abundancia **

0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0


Observaciones ponderadas

Figura 2.21: Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en


medios agrícolas y esteparios en Fuerteventura (* p<0,05; ** p<0,01).

En primavera, todas las especies salvo la terrera marismeña y el corredor sahariano han
mostrado valores superiores en los medios agrícolas (en el último caso, diferencias
estadísticamente significativas), siendo las diferencias significativas para la perdiz moruna, el
camachuelo trompetero y la avutarda hubara.

En verano, de nuevo son los cultivos los medios más usados por todas las especies salvo por
el corredor, aunque sólo el camachuelo y la avutarda hubara los usan de manera
significativamente superior.

A partir del otoño los medios esteparios comienzan a ser más usados. En otoño sólo el
camachuelo selecciona de manera clara los medios agrícolas, igual que en invierno, aunque en
ésta última estación la abundancia de terreras marismeñas fue estadísticamente superior en
los esteparios.

69
INFORME FINAL

Primavera

Alectoris barbara
*
Bucanethes githaneus
**
Burhinus oedicnemus
Es tepari o
Calandrella rufescens
Agrícol a
Chlamydotis undulada **
Cursorius cursor *
Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0
Observaciones ponderadas
Verano

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus
*
Burhinus oedicnemus
Es tepari o
Calandrella rufescens
Agrícol a
Chlamydotis undulada
*
Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0


Observaciones ponderadas
Otoño

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus **
Burhinus oedicnemus
Es tepa ri o
Calandrella rufescens
Agrícol a
Chlamydotis undulada

Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0


Observaciones ponderadas
Invierno

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus
*
Burhinus oedicnemus
Es tepa ri o
Calandrella rufescens ** Agrícol a
Chlamydotis undulada

Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0


Observaciones ponderadas

Figura 2.22. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios agrícolas
y esteparios de Fuerteventura (* p<0,05; ** p<0,01).

70
INFORME FINAL

Respecto al análisis de uso de los distintos medios agrícolas (figura 2.23, Anexo 2.5), los
resultados muestran cómo en primavera los mayores valores de diversidad y abundancia se
dan en los cultivos de cereal (diferencias significativas sólo en la primera variable). En verano,
la abundancia es mayor en las leguminosas, aunque las diferencias son sólo marginalmente
significativas. Por último, en los meses de otoño e invierno no existe una selección clara.

Fuerteventura
VERANO PRIMAVERA

Diversidad **
Abundancia

Diversidad Varios
Frutal de linde
Abundancia
Mosaico
Diversidad Leguminosa
OTOÑO

Hortícola
Abundancia Cereal
INVIERNO

Diversidad

Abundancia

0,0 2,5 5,0 7,5 10,0 12,5 15,0 17,5


Observaciones ponderadas

Figura 2.23. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en los


distintos tipos de medios agrícolas en Fuerteventura (** p<0,01).

Además, al analizar el uso de los distintos cultivos por parte de las especies consideradas, en
primer lugar se desprende que sólo hay resultados significativos en primavera y verano.

En la primera estación, hubaras y terreras marismeñas seleccionan significativamente el cereal,


y la ganga ortega el mosaico de cultivos, mientras que en los meses estivales las avutardas
hubaras y los camachuelos hacen un uso mayor de las leguminosas y los corredores
saharianos de otros hábitats agrícolas, como enarenados. En invierno, sólo en la ganga ortega
la presencia es superior en los cultivos hortícolas, siendo las diferencias marginalmente
significativas.

71
INFORME FINAL

Primavera

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus Varios

Burhinus oedicnemus Frutal de linde
Mosaico
Calandrella rufescens
* Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola

Cursorius cursor
* Cereal

Pterocles orientalis *
0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 14,0
Observaciones ponderadas
Verano

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus * Varios
Burhinus oedicnemus Frutal de linde
Mosaico
Calandrella rufescens
Leguminosa
Chlamydotis undulada
* Hortícola

Cursorius cursor * Cereal

Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0
Observaciones ponderadas

Otoño

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus Varios
Burhinus oedicnemus Frutal de linde
Mosaico
Calandrella rufescens
Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola
Cursorius cursor Cereal

Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0


Observaciones ponderadas
Invierno

Alectoris barbara

Bucanethes githaneus
Varios
Burhinus oedicnemus Frutal de linde
Mosaico
Calandrella rufescens
Leguminosa
Chlamydotis undulada Hortícola
Cereal
Cursorius cursor

Pterocles orientalis

0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0


Observaciones ponderadas

Figura 2.24. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos tipos
de medios agrícolas en Fuerteventura (* p<0,05; ** p<0,01).

72
INFORME FINAL

Por último, se ha comparado el uso de los distintos tipos de ambientes entre años de estudio.
Hay que reseñar que las escasas precipitaciones caídas a lo largo del ciclo agrícola 2012 han
hecho que las siembras planificadas y realizadas en el marco del proyecto en la isla no se
desarrollaran, por lo que pueden no haber tenido un efecto sobre la selección de sustratos de
las esteparias. No obstante, se ha realizado la comparación para determinar si dicha actividad
agrícola ha tenido alguna influencia en la comunidad de aves de las áreas de estudio.

El análisis muestra que la abundancia de aves en los cultivos agrícolas fue significativamente
superior en el año 2012, mientras que la diversidad de especies fue muy superior en 2011
(Tabla xx). Cuatro de las especies han mostrado diferencias significativas de abundancia entre
años de estudio: dos han mostrado valores mayores en 2011, el camachuelo y la perdiz
moruna, y otras dos, la ortega y el alcaraván, en 2012.

Tabla 2.9. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en


medios agrícolas en 2011 y 2012 en Fuerteventura.

  2011    2012  U Mann‐



  Promedio  SD  n    Promedio  SD  n  Whitney 
Abundancia aves  8,806  13,052  144    10,571  19,388  196  12116  0,023 
Diversidad especies  0,337  0,489  144    0,177  0,381  196  11909,5  0,002 
Alectoris barbara  0,778  3,602  144    0,408  2,802  196  12806,5  0,001 
Bucanethes githaneus  1,944  7,089  144    0,684  2,693  196  12666,0  0,006 
Burhinus oedicnemus  0,028  0,203  144    0,112  0,439  196  13394,0  0,034 
Calandrella rufescens  5,160  8,177  144    8,265  17,040  196  13000,0  0,187 
Chlamydotis undulada  0,146  0,473  144    0,112  0,347  196  14100,0  0,979 
Cursorius cursor  0,063  0,750  144    0,071  0,559  196  13852,0  0,204 
Pterocles orientalis  0,479  1,439  144    0,918  5,082  196  13152  0,037 

Fenología reproductiva de las aves esteparias

De la información extraída en los muestreos de campo se ha podido definir el periodo de cría


de siete especies.

FUERTEVENTURA  ENE  FEB  MAR  ABR  MAY  JUN  JUL  AGO  SEP  OCT  NOV  DIC 
Alcaraván común                                                                       
Avutarda hubara                                                                       
Bisbita caminero                                                                       
Camachuelo trompetero                                                                       
Corredor sahariano                                                                       
Perdiz moruna                                                                       
Terrera marismeña                                                                         

Figura 2.25. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Fuerteventura (los colores
siguen el esquema descrito en el apartado 2.2).

El calendario de reproducción obtenido es muy similar al de la isla de Lanzarote, estando


concentrado en la primera mitad del año, entre enero y junio, aunque una especie, el corredor

73
INFORME FINAL

sahariano de la que se cuenta con muy poca información en la bibliografía, lo extiende hasta
incluir todo el mes de agosto.

2.3.4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

A la vista de los resultados, parece evidente la importancia de los sustratos agrícolas para el
grupo de aves estudiado, probablemente relacionado con el carácter árido de las islas y el
mayor desarrollo y valor alimenticio de los cultivos frente a la vegetación natural, especialmente
en las épocas más calurosas y secas, como muestran algunos estudios previos (Medina 1999).

En particular, se ha observado la selección preferente de la mayoría de las especies por los


cultivos de cereales, las leguminosas y las hortalizas, variable entre islas, especies y épocas
del año, a tener en cuenta en el diseño de un futuro programa agroambiental concreto.

Por este motivo, como medida general se recomienda fomentar mediante mecanismos
adecuados los cultivos tradicionales en cada zona, favoreciendo los mosaicos agrarios frente a
los cultivos extensivos. Sería recomendable la recuperación de las gavias y demás terrenos
agrícolas al menos en las zonas más favorables para las especies esteparias, aumentando la
superficie destinada al cultivo de cereales, leguminosas y hortalizas, así como la plantación de
higueras y otros frutales en las lindes. Una acción poco costosa sería la planificación conjunta
con los organismos públicos correspondientes de los programas de siembra realizados en el
marco de las acciones de conservación de especies cinegéticas y de fomento de variedades
vegetales autóctonas, con el fin de maximizar su aprovechamiento por las especies de aves
esteparias.

Asimismo, la respuesta de las especies de mayor interés de conservación a este tipo de


medidas también debe formar parte de las acciones futuras, por medio del seguimiento de sus
efectivos y de estudios concretos que complementen las investigaciones efectuadas con
anterioridad y durante el presente proyecto en ambas islas.

De manera más concreta, se proponen a continuación una serie de medidas recomendadas


para favorecer a las aves esteparias específicas para cada una de las islas.

Lanzarote

1. Como se ha visto en los resultados las mayores riquezas y abundancias de aves esteparias
se encuentran en las zonas agrícolas, aunque las áreas esteparias han sido seleccionadas por
algunas especies en determinadas épocas del año. Un mosaico de los dos tipos de hábitats,
donde sea posible encontrar de forma equilibrada cultivos tradicionales, diferentes en cada
zona, con formaciones de vegetación natural, son capaces de ofrecer una mayor disponibilidad
de alimento estacional frente a años malos. Por este motivo, como medida general se

74
INFORME FINAL

recomienda fomentar mediante mecanismos adecuados los cultivos tradicionales en cada


zona, favoreciendo los mosaicos agrarios frente a los cultivos extensivos.

2. Limitar el número de pases de labor, restringiendo en lo posible su número a las necesarias


para la siembra. Este tipo de actividad se realiza con maquinaria agrícola del Cabildo y de
algunos ayuntamientos, y su bajo precio ha hecho aumentar su frecuencia y ampliado las
fechas tradicionales para realizarlo, generando serios problemas a las aves –incluyendo
pérdida de nidos- y al suelo fértil debido a la pérdida por efecto del fuerte viento.

3. Conservar y fomentar la presencia de linderos de matorral, como las salsolas o aulagas, en


los perímetros de las fincas y bordes de caminos.

4. Puesto que hasta hace pocos años el concepto de cultivo tradicional en Lanzarote llevaba
implícito la no aplicación de agroquímicos, este debe ser un criterio prioritario para favorecer a
aquellos agricultores que pretendan acogerse a cualquier subvención agrícola.

5. Diseñar una red insular de puntos de agua o bebederos que son vitales para casi todas las
especies, prestando especial importancia a su distribución espacial y diseño para evitar que
coincidan con zonas con alta densidad de depredadores, como gatos asilvestrados o perros
domésticos.

6. Diseñar conjuntamente o asesorar al Cabildo Insular y a los ayuntamientos implicados en la


planificación del programa de siembras incluido en el Plan Técnico de Caza de la Isla de
Lanzarote (Concepción 2006), cuyo fin es mejorar las poblaciones de especies cinegéticas o el
fomento de variedades vegetales autóctonas. De esta manera se podría hacer una selección
de cultivos que también favoreciera a las aves esteparias, así como contribuir a fijar la
ubicación de las parcelas, diseño y calendario de siembra y cosecha con el mismo fin. Sería
también recomendable hacer un seguimiento de las siembras para atender su desarrollo.

7. Incentivar el uso de abrigos tradicionales contra el viento –elementos que protegen los
cultivos del viento- y poner restricciones, no prohibiciones, al uso de vallados que por su altura
y/o perímetro impidan el normal tránsito de aves como la hubara y el alcaraván. En concreto,
se sugiere restringir los vallados con una altura superior a 0,8 m, con una distancia entre líneas
inferior a los 15 metros o que cierren más de un 60% del perímetro de la finca.

8. Regular la tala de matorrales leñosos como aulagas y espinos (Lycium intricatum) que se
realizan en algunas zonas de escasa vegetación arbustiva como Rubicón o Playa Quemada.

Fuerteventura

Como se ha comentado anteriormente en esta isla se ha venido produciendo en las últimas


décadas un abandono gradual de la agricultura. Por este motivo, las principales medidas aquí
propuestas persiguen la recuperación de una cierta actividad agrícola con el fin de favorecer a
las aves esteparias.

75
INFORME FINAL

1. Recuperación de gavias y otros tipos de elementos de cultivo, al menos en las zonas más
favorables para las especies esteparias, mediante el levantamiento o reparación de trastones o
paredes de piedra derrumbados, la reposición de las capas de lapilli o grava volcánica en los
enarenados, y el arado de gavias y otros campos de labor.

2. Aumentar la superficie destinada al cultivo de cereales, legumbres e higueras. Como se


desprende de los resultados y de la información bibliográfica existente, algunas especies tienen
preferencia por cultivos como los cereales (trigo o cebada), las leguminosas (garbanzos,
lentejas, chícharos y arvejas) y los higos, como es el caso de la hubara. Por ello sería
recomendable fomentar estos herbáceos, junto con el de maíz, siguiendo el calendario de
cultivo tradicional, así como la plantación de higueras en las lindes, prestando especial
importancia a la generación de mosaicos de especies.

3. De la misma manera que se ha expuesto para la isla de Lanzarote, planificación y


mantenimiento de los cultivos realizados en el marco de las acciones de conservación de
especies cinegéticas llevadas a cabo por el Cabildo de Fuerteventura, para maximizar su
aprovechamiento por las especies de aves esteparias.

4. Se recomienda el vallado de las zonas destinadas a los cultivos para impedir el paso de
conejos y ganado. Las vallas deberían estar debidamente señalizados para evitar el impacto de
las aves.

5. Instalación de bebederos específicos para la avifauna, elementos que se consideran factores


limitantes para la distribución de algunas aves esteparias, como la ganga ortega (Emmerson y
Lorenzo, 2007b. Se propone la colocación de bebederos en las inmediaciones de los cultivos,
siguiendo el modelo instalado por el Cabildo de Fuerteventura en numerosos enclaves de la
isla, como en algunas de las áreas de muestreo (Vega Vieja y Lajares).

6. Evitar la eliminación de arbustos y hierbas silvestres en los trastones o partes no cultivadas


de las gavias. La vegetación circundante a los terrenos de cultivo deben ser considerados
zonas de resguardo, alimentación, descanso y cría para las aves.

7. Establecer unas fechas de siega adecuadas para que esta labor interfiera mínimamente con
la reproducción de las aves esteparias, así como limitar el número y calendario de otras
actividades como el arado para evitar también la pérdida de suelo.

76
INFORME FINAL

3. ANÁLISIS SOCIO-ECONÓMICO

3.1. INTRODUCCIÓN

Desde el punto de vista socio-económico, el indicador más utilizado para medir el éxito en la
implementación de los programas de medidas agroambientales es el grado de acogida por
parte de los agricultores (Barreiro et al 2009). La participación de los agricultores en los
programas de medidas agroambientales es voluntaria, por lo tanto, la disposición de éstos a
implicarse es un elemento indispensable para lograr la efectividad de la política.

A la hora de conseguir la aceptación de las medidas por parte de los agricultores, la


compensación económica y los incentivos son condición necesaria, pero no es suficiente para
lograr los objetivos planteados (Siebert et al 2006). En la toma de decisiones por parte del
agricultor se conjugan una serie de factores intrínsecos y extrínsecos a éste. Entre los factores
intrínsecos se encuentran la edad, el nivel de formación, el tamaño de la explotación o la
participación en programas anteriores, y entre los factores extrínsecos el efecto de las
modificaciones en la PAC, los mercados internacionales o el nivel de información que se les
proporcione a los agricultores.

En cuanto a los factores intrínsecos, Vanslembrouck et al (2002) estudiaron la predisposición


de los agricultores belgas a participar en programas de medidas agroambientales, encontrando
como factores determinantes significativos la edad del agricultor y el nivel educativo, además
del tamaño de la explotación y la experiencia previa en programas similares. La participación
del agricultor en programas agroambientales aumentaba cuanto menor era su edad, mayor su
nivel educativo, mayor el tamaño de su explotación y mayor su participación en programas
similares con anterioridad.

Sin embargo, Potter & Lobley (1992) encontraron que cuando los programas de medidas
agroambientales están enfocados hacia la extensificación, son los agricultores de mayor edad
los que tienen mayor tendencia a acogerse, al no implicar una inversión de capital ni la
necesidad de incrementar sus conocimientos. Paniagua (2001) encuentra mayor acogida de
programas ligados a la extensificación en agricultores a tiempo parcial. Otros estudios
científicos (Mathijs 2003, Barreiro et al 2009) destacan el papel del capital social como
elemento determinante para la participación en los programas de medidas agroambientales. El
capital social es definido de diferentes maneras según los autores, aunque todos coinciden en
destacar la importancia de las redes y las estructuras sociales en las que se encuentran
insertos los agricultores.

77
INFORME FINAL

Además, el rechazo de los agricultores a adoptar prácticas no productivas, abandonando así su


labor tradicional, es otro factor que actúa a veces como limitante para ampliar el grado de
acogida de algunos programas de medidas agroambientales que implican actuaciones como la
retirada de tierras de la producción a largo plazo o realizar la siembra pero no la recolección.

Entre los factores extrínsecos aparecen los condicionantes económicos, determinados


principalmente por la implementación regional de las medidas de la PAC y por las
circunstancias en las que se encuentran en cada momento los mercados internacionales, y el
nivel de información que se facilita a los agricultores a la hora de tomar la decisión. Barreiro &
Espinosa Goded (2007) destacan en este sentido que si el conocimiento sobre las medidas
agroambientales se incrementa entre los agricultores puede predecirse un incremento en el
grado de acogida de estas medidas.

Otros factores, menos estudiados hasta la fecha, son los vinculados a las limitaciones de la
política en sí, y a la gestión que realizan las instituciones que son responsables de ellas
(Laschewski et al 2004).

La evaluación socio-económica de las medidas agroambientales para esteparias en el marco


de este proyecto se plantea responder a las siguientes preguntas:

• Cuáles son los puntos clave en los que incidir para optimizar el funcionamiento de las
medidas de estudio.

• Qué factores tienen en consideración los agricultores en la toma de la decisión de


participar o no en los programas agroambientales.

• Cómo valoran los agricultores los distintos atributos de las medidas.

• Qué efectos tienen estas medidas agroambientales sobre la rentabilidad económica de


las explotaciones en las que se aplican.

78
INFORME FINAL

3.2. NIVEL DE ACOGIDA A LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES DE


ESTUDIO

Dos son los factores en relación al nivel de acogida de las medidas que condicionan el logro de
su efectividad. Por un lado, una aplicación real mínima en campo que permita observar
beneficios ambientales y, por otro, la distribución espacial de su aplicación.

La definición por parte de la Administración competente de la superficie objetivo, condicionada


por las limitaciones presupuestarias y el grado de prioridad que se le de a las medidas de
estudio frente a otros programas es el primer condicionante. Seguidamente, las modificaciones
presupuestarias dentro del período de programación pueden llevar a cerrar las convocatorias a
nuevas incorporaciones y ampliaciones de superficie, antes de haberse logrado los objetivos
propuestos. Del otro lado, se encuentra la aceptación que cada medida tenga entre los
agricultores.

En este apartado se realiza una revisión de la acogida en las CC. AA. de estudio, utilizando los
datos de acogida durante la anualidad 2011 (campaña agrícola 2010-2011) en comparación
con la superficie objetivo planteada en los Programas de Desarrollo Rural, y teniendo en cuenta
el año de cierre de la convocatoria.

Tabla 3.1. Nivel de acogida a las medidas agroambientales de estudio.

Comunidad Superficie Sup. objetivo % Sup acog/


Año de cierre
autónoma acogida (ha) PDR (ha) Sup obj.
(1.1) 31.633,32 (1.1) 35.000 (1.1) 90,4% (1.1) 2007
Aragón1
(1.8) 21.215,70 (1.8) 50.000 (1.8) 42,4% (1.8) 20102
Castilla-La Mancha 38.896,81 300.000 12,9% 2011
Castilla y León 469.056,99 No especificado --- 2010
Cataluña 3.773,84 10.000 37,7% 2011
Extremadura ---- 10.000 --- 2011
La Rioja 0 650 0% 2011
Navarra 6.544,44 20.000 32,7% 2009

Como se puede observar, en ninguna de las comunidades autónomas se han llegado a cumplir
los objetivos que se establecieron. Además, en el caso de Navarra y en la medida 1.8 de
Aragón, las convocatorias se cerraron mucho antes de cumplir los objetivos planteados para el
presente período de programación.

1
En Aragón se ha decidido trabajar solamente con las medidas 1.1 y 1.8, dado que representan los principales
requisitos que exigen estas medidas: mantenimiento del rastrojo, rotación año y vez y cultivo de leguminosas. Se elige
la medida 1.8 en vez de la 1.2 al haber más superficie acogida.
2
Durante las anualidades 2009 y 2010, la incorporación de nuevas hectáreas a la medida 1.8 de Aragón estuvo
limitada a 30 y 20ha/beneficiario. 

79
INFORME FINAL

0-5
6 - 25
26 - 50
51 - 90

ZEPA esteparia

Figura 3.1. Porcentaje acogido a las medidas sobre la superficie potencial a nivel municipal.

En los mapas (figura 3.1) se muestra la concentración de esta superficie en el territorio,


representándose a nivel municipal el porcentaje de superficie acogida a las medidas de estudio

80
INFORME FINAL

en relación a la superficie potencialmente acogible, para dar una idea de las dimensiones del
área de aplicación y de la concentración en el terreno de la superficie acogida.

Tanto las dimensiones del área de aplicación, como la aplicación real de la medida y la
coincidencia de ésta con superficies declaradas por su importancia para las aves esteparias es
muy variable entre CC. AA. En el caso de Aragón, la concentración de la aplicación de la
medida 1.1 en las ZEPA esteparias es algo mayor que en la 1.8. Tanto en Castilla-La Mancha
como en Castilla y León, el ámbito de aplicación de las medidas es muy amplio, sin embargo
en Castilla-La Mancha la aplicación real es muy baja, no llegando a concentrarse la superficie
en ninguna ZEPA esteparia. En Castilla y León, con una elevada aplicación en el terreno, el
porcentaje de superficie potencialmente acogible que finalmente está participando en la medida
es elevado en algunas ZEPA esteparias. En el caso de Cataluña el área de aplicación se
restringe a las ZEPA esteparias, pero la aplicación es muy baja, con lo que solamente se
consiguen niveles de concentración de superficie acogida elevados en determinados
municipios. Finalmente, aunque la aplicación en Navarra se realiza en todos los municipios del
sur, la concentración es mayor en las zonas esteparias calificadas como ZEPA.

Caracterización de las áreas de aplicación definidas para las medidas de estudio.

Para caracterizar los municipios incluidos en el área de aplicación de las distintas medidas de
estudio, se han utilizado cuatro indicadores (tabla 3.2). Para calcularlos, se han utilizado datos
estadísticos a nivel municipal procedentes del último Censo Agrario (INE, 2009), datos de
superficie municipal procedentes del Instituto Geográfico Nacional. La superficie incluida en la
red Natura 2000 a nivel municipal ha sido calculada mediante un programa GIS a partir de las
coberturas disponibles en la página Web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente.

Tabla 3.2. Indicadores utilizados para la caracterización del área de aplicación.

Porcentaje de cultivos herbáceos de secano sobre el total de la SAU.


Medida de la importancia que tienen a nivel municipal los cultivos herbáceos a los que se
dirigen las medidas de estudio.
Tamaño medio de la explotación de cultivos herbáceos de secano.
Se calcula como Superficie de cultivos herbáceos de secano a nivel municipal dividido entre
el número de explotaciones agrarias con cultivos de este tipo en el municipio.
Porcentaje de cultivos herbáceos en regadío sobre el total de cultivos herbáceos.
Importancia del regadío entre los cultivos herbáceos en el municipio.
Porcentaje del municipio incluida en la red Natura 2000
Medida del peso en el municipio de la red de protección ambiental Natura 2000.

Los resultados obtenidos para cada comunidad autónoma se pueden consultar en el anexo 3.1.
A continuación, se especifican las principales diferencias:

81
INFORME FINAL

Aragón

El ámbito de aplicación de las medidas 1.1 de mantenimiento del rastrojo y 1.8 de cultivo de la
alfalfa en secano está definido en base a la red Natura 2000 de Aragón, algo modificada para
la medida 1.8, y por lo tanto coincide en muchos casos. Los municipios en los que los cultivos
herbáceos de secano tienen más peso se localizan en el centro de la comunidad autónoma,
principalmente en la provincia de Zaragoza, siendo aquí también donde este tipo de
explotaciones es de mayor tamaño. Los cultivos herbáceos de regadío tienen un mayor peso
proporcional en las provincias de Zaragoza y Huesca. Todos los municipios tienen una parte
incluida en la red Natura 2000, que llega en bastantes casos a ser superior al 75% de su
superficie.

Cataluña

La medida que se aplica en Cataluña restringe su ámbito a las ZEPA esteparias de la Plana
Agrícola de Lleida. En esta zona, la proporción de cultivos herbáceos de secano es variable,
representando una pequeña parte de la SAU en los secanos occidentales y teniendo mayor
peso en los orientales, donde llega a representar en algunos casos hasta un 75% de la
superficie agraria. Sin embargo, las explotaciones son de pequeño tamaño, siendo en muy
pocos casos mayores de 30ha/explotación. En muchos de estos municipios los cultivos
herbáceos en regadío tienen un peso considerable, llegando en algunos municipios a
representar más de un 60% del total de los cultivos herbáceos, en la mayoría de los casos
siempre fuera de los límites de la zona protegida. En la mayor parte de los municipios la
superficie incluida en ZEPA es inferior al 50%.

Castilla-La Mancha

En esta comunidad la medida se aplica en toda la superficie dedicada a herbáceos de secano,


siendo esta orientación mayoritaria en toda la región. Además, se encuentran explotaciones de
gran tamaño, que en bastantes municipios superan de media las 150ha/explotación. El uso de
herbáceos en regadío se concentra en algunas zonas.

Castilla y León

La definición del área de aplicación de la medida en Castilla y León se ha realizado en función


del rendimiento productivo potencial. La orientación principal es el cultivo de herbáceos de
secano, típico de la meseta, representando en muchos municipios más del 75% de la SAU.
Además, abundan las explotaciones de gran tamaño, que suelen superar de media las
75ha/explotación. El regadío en este tipo de cultivos solo tiene relevancia en algunos
municipios.

82
INFORME FINAL

Extremadura

La medida se aplica solamente en algunos espacios de la red Natura 2000. En general, el


cultivo de herbáceos de secano es minoritario, representando menos del 25% de la SAU en la
mayoría de los municipios, y las explotaciones son de pequeño tamaño, a excepción de las
comarcas de La Serena y La Siberia. El regadío solamente tiene peso en algunos municipios.

Región de Murcia

El ámbito de aplicación de la medida se define en función del índice de barbecho, y afecta a


toda la región. El cultivo de herbáceos de secano es minoritario, representando en general
menos del 30% de la SAU de los municipios. También las explotaciones son de pequeño
tamaño, superando solo en tres municipios las 30ha/explotación. El uso del regadío para
cultivos herbáceos en la zona de aplicación es residual.

Comunidad Foral de Navarra

El ámbito de aplicación de la medida se restringe a los municipios del sur de la comunidad


autónoma. Los municipios con mayor proporción de cultivos herbáceos en su superficie agraria
se sitúan en el norte del área de aplicación, siendo también allí donde se encuentran las
explotaciones de mayor tamaño, que en pocas ocasiones superan de media las
50ha/explotación. El cultivo de herbáceos en regadío cobra cierta importancia en algunos
municipios del sur del área de aplicación.

La Rioja

La medida se aplica en regiones con un índice de barbecho superior a 10. El cultivo de


herbáceos en secano tiene más peso en el norte y el este del área de aplicación, siendo
también en esta zona donde las explotaciones son de mayor tamaño y donde tiene más
incidencia el cultivo en regadío. Los municipios con mayor proporción de su territorio incluido
en la red Natura 2000 se encuentran en el sur del área de aplicación, donde los cultivos
leñosos tienen mayor peso.

83
INFORME FINAL

3.3. MARCO DE FUNCIONAMIENTO

3.3.1 OBJETIVOS

Los objetivos de esta parte del estudio son 1) comprender el marco de funcionamiento de las
medidas agroambientales dirigidas a mejorar el hábitat de las aves esteparias en las distintas
CC. AA. del país en el período de programación 2007-2013 y 2) detectar los puntos clave sobre
los que incidir para optimizar su funcionamiento, tanto desde un punto de vista técnico como
político.

Se ha trabajado en todas las CC. AA. con al menos una medida agroambiental de este tipo en
marcha. Es decir, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarra, La Rioja,
Extremadura y Murcia.

3.3.2 METODOLOGÍA

La metodología está compuesta por dos fases: 1) consulta social en campo, realizada a través
de entrevistas a agentes regionales del sector y grupos de discusión con agricultores y 2) el
análisis de la información obtenida a través de distintas técnicas de investigación social.

Consulta social

Las entrevistas

Se ha utilizado una entrevista semi-estructurada, técnica de investigación cualitativa en la que


a través de una serie de preguntas definidas con anterioridad por el equipo de investigación, se
establece una conversación abierta con cada uno de los agentes, en la que se repasan los
aspectos más relevantes de las explotaciones objetivo de la medida, de los agricultores y los
factores que determinan su decisión de participar.

A tal efecto, se ha utilizado una entrevista abierta y guiada (véase anexo 3.3) en la que se han
tratado los siguientes puntos: a) factores externos que influyen en la viabilidad y rentabilidad de
la explotación, b) principales tendencias en las explotaciones agrarias, c) factores que
determinan la participación en medidas agroambientales, d) carencias detectadas en el
presente período de programación, e) elementos a mantener en el próximo período de
programación, f) elementos a mejorar en la definición de las medidas en el próximo período de
programación, g) valoración del impacto de la medida, y h) valoración de la medida:
compromisos, prima, incompatibilidades y modulación.

84
INFORME FINAL

En el conjunto de las CC. AA. se ha entrevistado a 30 agentes, de los cuales 14 pertenecen a


la Administración, 12 a organizaciones profesionales agrarias, y 4 a cooperativas agrarias y
otras asociaciones.

Los grupos de discusión con agricultores

Para recoger la opinión directa de los agricultores se han utilizado grupos de discusión con
productores de herbáceos de secano en distintos municipios, centrando la conversación en el
funcionamiento de las medidas agroambientales para esteparias presentes en la región. Los
grupos de discusión son una técnica de investigación que permite obtener información que nos
dibuja un retrato de las perspectivas locales de manera combinada (Grudens-Schuck 2003).

En la selección de los municipios se han utilizado dos criterios: a) la superficie acogida a la


medida de estudio, seleccionando aquellos municipios en los que esta superficie era mayor, y
b) en las CC. AA. en las que se ha realizado más de un encuentro, se ha seleccionado un
municipio por provincia.

Para lograr una efectiva difusión, se contactó con técnicos de Oficinas Comarcales Agrarias,
sindicatos y cooperativas. Además, se difundió una nota de prensa y se distribuyeron carteles
impresos y por correo electrónico.

En cada grupo de discusión (tabla 3.3) se siguió una dinámica similar: breve presentación del
proyecto y los objetivos del evento, debate sobre las medidas dinamizado por el personal del
proyecto, toma de actas en un papelógrafo, lectura y aprobación de las mismas. Además, cada
uno de los asistentes rellenó una pequeña encuesta en la que aportó la información sobre las
características de su explotación y algunas variables de los agricultores,. Una descripción del
desarrollo de cada encuentro se puede consultar en el anexo 3.2.

Tabla 3.3. Grupos de discusión con agricultores del Proyecto Ganga

CC. AA. Municipio Fecha Asistentes


Aragón Alfambra (Teruel) 22/08/11 11
Belchite (Zaragoza) 23/08/11 4
Bujaraloz (Zaragoza) 24/08/11 27
Farlete (Zaragoza) 25/08/11 35
Castilla-La Mancha Horcajo de Santiago (Cuenca) 24/10/11 42
Torre de Juan Abad (Ciudad Real) 25/10/11 9
Molina de Aragón (Guadalajara) 27/10/11 4
Extremadura Castuera (Badajoz) 03/11/11 15
Región de Murcia Caravaca de la Cruz 07/11/11 38
Comunidad Foral de Navarra Bardenas Reales 10/11/11 60
Castilla y León Berlanga de Duero (Soria) 08/05/12 29
Moral de la Reina (Valladolid) 09/05/12 8

85
INFORME FINAL

En total, se han realizado doce grupos de discusión con agricultores, al menos uno en cada
comunidad autónoma. A estos grupos acudieron un total de 282 agricultores, obteniéndose una
medida de 23,5 agricultores/encuentro.

Análisis de la información
Para el análisis de la información se ha construido un mapa social, es decir, una
representación gráfica de los grupos, organizaciones y colectivos de un territorio concreto y las
relaciones que se dan entre ellos (Alberich 2007). El objetivo de esta representación es mejorar
la comprensión sobre el funcionamiento de las medidas agroambientales, así como entender el
nivel de participación en el proceso de los distintos actores implicados, que puede servir como
herramienta de reflexión sobre las diferencias que existen en este sentido entre las distintas
regiones.

Posteriormente, se ha realizado un análisis de discurso, a través del cual se ha construido un


marco de funcionamiento (esquema inter-relacional) en el que se han ordenado de manera
sistemática los distintos aspectos del funcionamiento de las medidas agroambientales de
estudio que han sido destacados durante la consulta social.

Con este análisis, se pretende superar el conocimiento descriptivo de la realidad que nos
aportan los datos estadísticos y aportar un conocimiento explicativo del funcionamiento.

3.3.3. RESULTADOS

Los principales resultados obtenidos en este análisis se organizan en torno a 1) definición de


los actores implicados en su funcionamiento y 2) puntos clave a los que prestar atención en el
funcionamiento de las medidas agroambientales.

Actores implicados en su funcionamiento.

Las medidas agroambientales aparecen en el marco de la PAC avaladas por la demanda


creciente en la sociedad de conservar e incrementar los beneficios ambientales aportados por
la actividad agraria, por lo que los ciudadanos son el primer grupo implicado en el
funcionamiento de las medidas. Los agricultores, como sujeto activo en la implementación de
las medidas, a las que acceden de manera voluntaria, cobran una relevancia especial en el
funcionamiento.

Tanto la sociedad en general como los agricultores se encuentran a veces organizados en


distintos tipos de asociaciones, que en muchos casos tienen interlocución con la Administración
en el proceso de definición de las medidas. Este es el caso de las organizaciones
conservacionistas y de las organizaciones profesionales agrarias.

El colectivo científico juega un papel en algunos casos determinante en la definición de estas


medidas, ya que las bases para la definición de los requisitos que se exigen en las medidas

86
INFORME FINAL

agroambientales se encuentran en los resultados de investigaciones científicas, aunque en


pocos casos esta información es específica de la región en la que se aplican.

Finalmente, es la Administración autonómica la que tiene la capacidad de definir la medida,


limitada por los condicionantes de la política a nivel estatal y europeo.

Figura 3.2. Mapa social.

Las relaciones entre los distintos agentes y su capacidad de influencia en la definición de la


medida es variable entre CC. AA. Sin embargo, sí se da la constante de que en todas ellas la
capacidad de decisión aumenta en el sentido indicado en la figura 3.2. La participación de los
agricultores individuales en la definición de la medida es inexistente en todas ellas.

Puntos clave a los que prestar atención en el funcionamiento de las medidas


agroambientales
El marco de funcionamiento elaborado en este trabajo (figura 3.3) está compuesto por cinco
categorías: el marco legislativo, que viene definido a nivel europeo, y que marca los objetivos
de la política agroambiental y las características generales de su funcionamiento, y también en
el nivel nacional, con el programa marco de desarrollo rural, que define las bases de su
aplicación en España. Las competencias de definición y gestión de las medidas
corresponden a las CC. AA., siendo éstos dos elementos que pueden condicionar en gran
medida el correcto funcionamiento. Además, cada región tiene unas características

87
INFORME FINAL

intrínsecas específicas, tanto ambientales como agrarias y socio-económicas que incidirán


también en la efectividad de las medidas que se aplican. Todos estos elementos condicionan
el nivel de acogida que tengan las medidas, y la efectividad global que se obtengan.

Figura 3.3. Marco de funcionamiento

Se resumen brevemente los elementos dentro de cada categoría que han sido destacados en
el proceso de consulta social.

Marco legislativo

9 Se establece la obligación de mantener el compromiso durante 5 años, sin permitir


ninguna flexibilidad para una duración menor.

9 Existen otros programas a los que el agricultor puede optar, que actúan como
competencia de las medidas de estudio. En este período destacan las agroambientales
dirigidas a agricultura ecológica y el Plan Nacional para el Fomento de las Rotaciones
en secano.

9 La fórmula para el cálculo de la prima en función del lucro cesante y los costes
adicionales no permite la inclusión de un incentivo o el reconocimiento en términos
económicos de los beneficios ambientales generados.

88
INFORME FINAL

9 Las consecutivas modificaciones de las políticas agrarias, se perciben como


inseguridad administrativa por parte de muchos agricultores.

Los programas agroambientales en el marco de la PAC están concebidos para un período


de 5 años. De cara al agricultor, esto le supone, por un lado, la seguridad de poder acceder
a esa prima por hectárea durante los siguientes años, pero también se ve forzado a
continuar en el programa (ante la obligación de devolver las ayudas percibidas, en caso
contrario) aún si una vez puestas en práctica las medidas no le convencen, o cuando se
dan condiciones del mercado más favorables para la productividad. Durante este período
de programación se han puesto en marcha otros programas, también potencialmente
beneficiosos para las aves esteparias, como es el caso del Plan Nacional de Rotaciones,
enmarcadas en el pilar I de la PAC y por tanto con una base de compromiso anual,
obteniendo en algunas regiones una mayor aceptación que las ayudas agroambientales de
los programas de desarrollo rural (pilar II). En relación con la duración mínima de las
medidas, en el desarrollo del trabajo del Proyecto Ganga en Castilla-La Mancha se ha
propuesto como alternativa ligar la duración de los programas agroambientales a una
rotación de cultivos completa, que podría ser en España, según la zona, de dos o tres
campañas agrícolas. Esto permitiría tal vez dotar de un mayor sentido agronómico al
período de duración de este tipo de agroambientales, sin limitar la aplicación de la medida
a una sola anualidad.

Con respecto a la convivencia de las distintas medidas aplicadas sobre los mismos
sistemas agrarios, las situaciones que se han detectado en este período varían
considerablemente entre CC. AA. En el caso de la Comunidad Foral de Navarra, la medida
Ayudas agroambientales en zonas esteparias, fue compatible a nivel de parcela con las
medidas Agricultura ecológica y el PNFR. En el otro lado de la balanza, en Castilla-La
Mancha la medida Agro-sistemas extensivos en secano es incompatible a nivel de
explotación con el PNFR, por lo que los agricultores tuvieron que optar entre una medida u
otra, y ni siquiera pudieron incluir un porcentaje de la explotación en cada medida.

La fórmula para el cálculo de la prima que se les ofrece a los agricultores como
contrapartida de la puesta en práctica de los requisitos agroambientales (descrita en mayor
profundidad en el apartado 3.5), solamente permite pagar por el coste añadido que las
medidas supongan para la explotación, y los beneficios que se dejen de percibir, a lo que
es posible añadir otros costes vinculados a requisitos que no corresponden al trabajo en
campo sino a otros burocráticos. En esta situación, al agricultor se le ofrece una
contrapartida económica que en teoría no genera ningún beneficio económico extra a la
explotación. Sin embargo, existen otras opciones de cálculo de la prima, como la utilizada
en otros períodos de programación, que incluían el concepto de incentivo, mediante el cual
se justificaba un pago extra por el esfuerzo que conlleva al agricultor cambiar unas
prácticas agrarias en la gestión de su explotación ya establecidas por otras nuevas y

89
INFORME FINAL

desconocidas. Otra alternativa sería el uso de los pagos por servicios ambientales, en los
cuales se establecen fórmulas de cálculo que asignan un valor económico a los beneficios
ambientales generados por la explotación.

Por último, la falta de seguridad en la continuidad de este tipo de políticas en el tiempo


puede también actuar como freno para algunos agricultores y condicionar así el
funcionamiento de las medidas.

Definición de la medida

¾ La implicación de los diferentes agentes (principalmente agricultores, científicos y


Administración) en la definición de la medida parece clave para su aceptación
posterior. Los agricultores y sus organizaciones muestran interés en la participación en
este proceso, para lograr optimizar la inclusión de las prácticas agroambientales en las
explotaciones objetivo.

¾ La definición de los atributos de la medida (flexibilidad en la superficie acogida cada


año, ámbito de actuación, prima, modulación, exigencias o requisitos) presenta gran
variabilidad entre regiones y suscita ciertos debates, que se analizan con más detalle
en los siguientes apartados.

¾ La definición clara de los objetivos de las medidas es un aspecto necesario,


especialmente para poder evaluar después su funcionamiento. Además, los
agricultores reivindican disponer de una mayor información sobre estos objetivos para
entender así el porqué de las prácticas agrarias que se les exigen.

¾ La flexibilidad en la superficie acogida, es decir, la posibilidad de variar un porcentaje


sobre la superficie inicial del contrato en las distintas anualidades del período de 5 años
por el que se suscribe el contrato, presenta variabilidad entre las CC. AA., desde la
obligación de mantener el 100% todos los años, como es el caso de Castilla-La
Mancha, hasta la obligación de mantener un 60% de la superficie del primer año en
Aragón. La falta de flexibilidad en este sentido es un limitante principalmente para
aquellos agricultores que trabajan parte de sus tierras en régimen de arrendamiento.

¾ Para lograr una mayor adaptación de los requisitos y las primas a las condiciones
específicas de cada explotación, se demanda una regionalización de los mismos. En
las CC. AA. de mayor tamaño ya se contemplan regionalizaciones relacionadas
principalmente con los calendarios incluidos en las medidas.

Uno de los temas más recurrentes en las entrevistas y grupos de discusión con agricultores
ha sido la falta de participación del sector agrario en la definición de las medidas
agroambientales de estudio. La implicación de los agricultores y de los agentes del sector
agrario en la definición de la medida tendría implicaciones en varios de los elementos:
permitiría adaptar en mayor medida los requisitos de las medidas a las características de

90
INFORME FINAL

las explotaciones y lograr un mayor conocimiento de las relaciones de las prácticas


agrarias con la ecología de las especies objetivo.

En cuanto a la flexibilidad en la superficie acogida durante el periodo de compromiso, el


argumento que se sostiene para solicitarla es que en muchos casos los agricultores
trabajan una importante proporción de las tierras en régimen de arrendamiento, por lo que
no tienen la seguridad de poder contar con ellas durante los 5 años que duran los
programas agroambientales. Una opción intermedia, como la utilizada en Aragón (que
permite una variación a la baja de hasta el 40%), puede solucionar este problema.

Gestión de la medida

• La solicitud de las medidas agroambientales se incluye en todas las CC. AA. dentro de
la solicitud del Pago Único, que se realiza a partir de abril y por tanto después de las
labores de siembra, en el caso de los cultivos de cereal de invierno. Por lo tanto, el
agricultor debe confiar en que se convocarán las ayudas y realizar las prácticas
agroambientales. En este sentido, en Castilla y León se hace una preorden con la
previsión de convocatoria y los requisitos que se incluirán en la agroambiental antes de
que los agricultores realicen las siembras, hecho que está valorado muy positivamente
por los agricultores.

• El control del cumplimiento de los requisitos debe planificarse y ejecutarse en el


momento adecuado, ya que algunos de los requisitos de estas medidas solo son
observables en campo en determinados momentos del año. La Administración regional
alega en algunos casos el no tener capacidad económica para organizar controles en
varios momentos.

• La realización de las comunicaciones por parte de la Administración a los agricultores


solicitantes de las medidas, en lo relacionado a la aceptación de su participación en el
programa y a las eventuales modificaciones de los requisitos durante el período del
contrato, y la realización de los pagos en cada anualidad son dos puntos que han
fallado gravemente en algunas regiones durante este período.

• El nivel de información sobre las medidas del que disponen los agricultores es el
elemento inicial que posibilita la decisión de acogerse a las mismas.

En definitiva, la inseguridad administrativa que denuncian muchos agricultores, sobre el


conjunto de las políticas agrarias y específicamente en lo relativo a las medidas
agroambientales para esteparias, se manifiesta en varios elementos de su funcionamiento:
en primer lugar, los agricultores efectúan la solicitud de entrar en el programa, y desde ese
momento tienen la obligación de cumplir con los requisitos, sin embargo, no tienen
conocimiento de haber sido admitidos hasta que se han realizado los controles y la
pertinente notificación. Además, la Administración puede ir variando los detalles de los

91
INFORME FINAL

compromisos de año en año, suponiendo para los agricultores una grave dificultad el estar
al día de estas modificaciones. A esto se une el hecho detectado en este período de
programación de graves retrasos en los pagos y en las comunicaciones de varias
anualidades en algunas comunidades autónomas. La falta de atención a estos puntos
puede suponer un grave contratiempo para el éxito en la implementación de las medidas
de estudio, ya que todos ellos contribuyen a crear un ambiente de rechazo entre los
agricultores.

En cuanto a la disponibilidad de información por parte de los agricultores se detectan


importantes diferencias entre regiones, que se analizan en el apartado 3.4.

Características regionales

• Las explotaciones agrarias de cultivos herbáceos de secano tienen en cada región


algunas características diferenciales, que deben ser consideradas a la hora de definir
los requisitos. En este sentido, destacan el tamaño y la forma de las parcelas, puesto
que algunos requisitos de las medidas, como dejar una banda sin cosechar en el
perímetro de cada parcela, tienen repercusiones muy diferentes en parcelas grandes y
de dimensiones equilibradas, que en otras pequeñas y alargadas.

• Los cultivos extensivos de secano han sido pastoreados tradicionalmente por ganado
ovino y caprino para optimizar así el uso de los recursos, y en muchos casos se
destacan conflictos que se crean con este sector debido a las limitaciones de
aprovechamiento en barbechos, rastrojos y leguminosas durante determinados meses
del año que imponen este tipo de medidas.

• En algunas regiones, ha habido durante años expectativas de transformación de las


tierras a regadío, opción que los agricultores en su gran mayoría perciben como más
rentable, que han sido frustradas definitivamente con la declaración de zonas ZEPA.
Esta situación en muchos casos posiciona a los agricultores en contra de las medidas
agroambientales para aves esteparias.

Aunque existe una idea bastante clara de cuáles son las prácticas agrarias potencialmente
beneficiosas para las aves esteparias, es muy importante considerar en la definición de las
medidas agroambientales las características de las explotaciones agrarias en cada región,
así como el resto de aprovechamientos compatibles. En cuanto a las características de las
explotaciones, el tamaño de parcela y el nivel de especialización en el cultivo de herbáceos
de secano pueden ser determinantes. Además, la ganadería en extensivo convive en el
terreno con la agricultura de herbáceos de secano, siendo utilizados rastrojos y barbechos
para el pastoreo. Las condiciones de las medidas agroambientales de estudio limitan estas
actividades y pueden tener un efecto en la ganadería de la región, generando una
diferencia en la acogida y percepción de la medida entre agricultores-ganaderos y
agricultores especializados.

92
INFORME FINAL

Tabla 3.4. Resumen de elementos destacados por comunidad autónoma durante la consulta social.

ARA NAV RIO CyL CAT CLM EXT MUR


MARCO LEGISLATIVO
Flexibilidad años de compromiso
Seguridad administrativa
Fórmula de cálculo de la prima
Interferencia con otras medidas
DEFINICIÓN DE LA MEDIDA
Atributos
Definición de los objetivos
Flexibilidad de la superficie acogida
Participación
Regionalización (prima/requisitos)
GESTIÓN DE LA MEDIDA
Momento de publicación de la medida
Planificación y ejecución de los controles
Comunicaciones
Pagos
Información
CARACTERÍSTICAS REGIONALES
Estructura de las explotaciones
Regadío
Interacción con la actividad ganadera

93
INFORME FINAL

3.3.4. CONCLUSIONES

Para lograr la eficiencia de una política es necesario analizar todo el ciclo del funcionamiento
de la misma, de manera que se puedan identificar sus límites, y tenerlos en cuenta en cualquier
evaluación que se realice.

Gran parte de los inconvenientes que los agricultores destacan de las medidas no se refieren a
los requisitos a implementar en campo, sino a la definición y gestión de las mismas. En la
mayoría de los casos en los que se refiere a la medida en sí, se podrían solucionar con un
diálogo previo o proceso de participación entre los agricultores, científicos y Administración
competente, evitándose así que en la puesta en práctica de las medidas haya incoherencias
entre los requisitos exigidos y las características de las explotaciones en las que se aplican, o
perjudiquen a las prácticas ganaderas habituales en la zona compatibles con los objetivos de
las medidas.

Existe una demanda de mayor información sobre los efectos ambientales de las medidas por
parte de los agricultores, e incluso de los técnicos del sector.

94
INFORME FINAL

3.4. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA ACOGIDA

En este punto se plantea un análisis de los factores que influyen la decisión de acogerse a las
medidas agroambientales de estudio por parte de los agricultores a través de la información
recogida mediante encuestas individualizadas a agricultores en tres casos de estudio. Además,
y entendiendo que el conocimiento de la existencia de las medidas y de las implicaciones que
éstas tienen para la gestión de la explotación es el primer paso necesario para la toma de la
decisión, se ha realizado también una serie de charlas informativas en distintos municipios, en
los que además se ha solicitado a los agricultores asistentes rellenar un cuestionario sobre las
fuentes de información, para poder desarrollar así estrategias de comunicación más efectivas.

3.4.1 CASOS DE ESTUCIO: ARAGÓN, CASTILLA-LA MANCHA Y CATALUÑA.

Se han realizado tres casos de estudio en profundidad en Castilla-La Mancha, Aragón y


Cataluña. En ellos se pretende recoger la variabilidad presente en el país, tanto en lo referente
a los requisitos y el diseño de las medidas, como a las características de las regiones en las
que se aplican.

En la tabla 3.5 se especifican algunas de las principales diferencias entre las zonas de estudio.
En cuanto a los requisitos que se exigen en las medidas implementadas en cada región,
tenemos por un lado a Castilla-La Mancha con una medida integral para la explotación en la
que se piden porcentajes de determinados cultivos de leguminosa, cereal de ciclo largo y
barbecho, así como de tierras sin producción, y algunos requisitos de aplicación a nivel de
parcela. En el caso de Cataluña se ha diseñado una medida específica para el cultivo del
cereal, en la que se determina también una gestión de las tierras en barbecho, así como
algunos otros requisitos de no producción y de aplicación en parcela. En el caso de Aragón, se
ha optado por el diseño individualizado de las medidas, en este caso de estudio se han
analizado dos medidas: la 1.1 que implica el mantenimiento del rastrojo en cultivos de cereal e
implícitamente el mantenimiento de la rotación año y vez y la 1.8 que conlleva la implantación
del cultivo de alfalfa en secano.

En cuanto al ámbito de aplicación, en Castilla-La Mancha la medida se aplica en todas las


explotaciones de herbáceos de secano de la comunidad autónoma, en Aragón se define un
ámbito de aplicación basado principalmente en la red Natura 2000 y en Cataluña se restringe a
las ZEPA esteparias de los Secans de Lleida. En Cataluña, y en algunas zonas de Aragón,
existe un importante conflicto social debido a la frustración definitiva de las expectativas de
transformación a regadío por la definición de algunos espacios de la red Natura 2000.

La interferencia con otras medidas que se aplican potencialmente sobre las mismas
explotaciones, es distinta también en cada región. En el caso del PNFR, principal competidor

95
INFORME FINAL

de las medidas de estudio, en Castilla-La Mancha se decidió que fuera incompatible a nivel de
explotación, mientras que en Aragón solamente es incompatible a nivel de parcela y en
Cataluña no es de aplicación, debido a la mayor productividad de las tierras.

Tabla 3.5. Principales diferencias entre los casos de estudio.

FACTOR CLM CAT ARA


Tipo de requisitos Sobre toda la Sobre cereal y barbecho Individualizados en
exigidos explotación varias medidas
Ámbito de aplicación Toda la comunidad Zonas ZEPA de la Plana Toda RN2000
autónoma Agrícola de Lleida
Conflicto social --- Expectativas de Expectativas de
transformación a regadío transformación a
frustradas regadío frustradas en
algunas zonas
Interferencia del PNFR Incompatibles a nivel de No se aplica Incompatibles a nivel
explotación de parcela
Nivel de acogida Bajo Bajo Alto

3.4.1.1 OBJETIVOS

Los objetivos que se plantean en este apartado son: 1) comprender qué factores influyen en la
decisión de participar o no en los programas de medidas agroambientales de estudio, 2)
analizar qué atributos de los contratos son mejor valorados por los agricultores, y 3) observar
las diferencias entre los casos de estudio seleccionados.

3.4.1.2 METODOLOGÍA

Para la recogida de información en cada caso de estudio se han utilizado encuestas


personalizadas a los agricultores3. Éstas se han basado en un diseño similar para poder
establecer así las comparaciones pertinentes, pero han sido adaptadas a las características
concretas de cada una de las medidas implementadas y de las regiones, tras la ronda de
entrevistas a agentes expertos realizada en cada una de las regiones.

Se han realizado un total de 582 encuestas, de las cuales 126 se han realizado en Castilla-La
Mancha4, 93 en Cataluña y 363 en Aragón. El porcentaje de acogidos a las medidas es de un
61,29% en Cataluña, un 3,2% en Castilla-La Mancha y en la muestra de Aragón, un 25,9%
participa solo en la medida 1.1 y un 17,94% solo en la medida 1.8, y un 5,2% participa en
ambas medidas.

3
La encuesta para el caso de estudio de Aragón se definió conjuntamente con el equipo del CEIGRAM. Las encuestas
en Cataluña y Castilla-La Mancha se definieron tomando ésta como base para que fueran comparables.
4
Las encuestas realizadas en Castilla-La Mancha han sido posibles gracias al apoyo del IREC 

96
INFORME FINAL

Los factores favorables para acogerse a las medidas de estudio han sido valorados en una
escala de Likert (1-5), al igual que los atributos de los contratos agroambientales. Por otro lado,
para contabilizar las respuestas sobre los factores que han frenado la acogida se ha realizado
un conteo del número de respuestas.

3.4.1.3 RESULTADOS

Características de los agricultores encuestados y sus explotaciones

Tamaño de la explotación

El tamaño medio de explotación ronda las 100ha, encontrándose las de mayor tamaño en
Castilla-La Mancha y las de menor en Cataluña. En Cataluña hay menor variación entre los
tamaños de explotación, siendo el máximo de 400ha/explotación, mientras que en Cataluña y
en Aragón se llega a las 800ha/explotación. En el caso de Cataluña, las explotaciones de los
agricultores encuestados son en general de mayor tamaño que las medias registradas en la
caracterización a nivel municipal.

Tabla 3.6 Tamaño de explotación de los agricultores encuestados (ha)

Variable ARA CAT CLM


Media 93,85 91,47 109,87
DT 101,77 85,74 121,88
Máximo 800 400 800
Mínimo 1 3,28 5

Aprovechamientos

En cuanto a los dos aprovechamientos principales de este tipo de explotaciones, cultivos de


leguminosas y cereales en secano. En las explotaciones de los agricultores que se han
encuestado en Cataluña se cultiva solo cereal, que muchas veces se combina dentro de la
explotación con otros cultivos herbáceos en regadío y cultivos leñosos.

En el caso de Castilla-La Mancha el 98,39% de los agricultores que se han encuestado tienen
cereal en secano en la explotación, y el 36,3% tienen leguminosas. En Aragón, el 93,6%
incluyen cereal en su alternativa de cultivos y el 41,3% leguminosas.

Edad de los agricultores

La edad media de los agricultores encuestados ronda de medida entre los 50 y los 55 años,
siendo en el caso de Castilla-La Mancha donde los agricultores son más jóvenes y en Aragón
donde tienen mayor edad

97
INFORME FINAL

Tabla 3.7 Edad de los agricultores encuestados (años)


Variable ARA CAT CLM
Media 56,29 53,93 50,08
DT 12,28 10,82 12,27
Máximo 86 76 82
Mínimo 23 23 22

Formación

Tanto en los casos de Castilla-La Mancha como en Aragón el nivel de estudios de la mayoría
de los agricultores encuestados es la educación básica, mientras que en el caso de Cataluña
son casi un 70% los que han superado el bachillerato. En la muestra de agricultores de
Castilla-La Mancha el nivel de estudios es algo superior al de la muestra de Aragón.

15,22
Universidad

52,17
Bachillerato

Educación básica 77,78

Sin estudios
3,2

CLM ARA CAT

Figura 3.4 Nivel de formación de los agricultores encuestados

Factores que influyen en la toma de decisión del agricultor

El primer elemento necesario para que el agricultor pueda tomar la decisión de acogerse a las
medidas es tener conocimiento de la existencia de las mismas. En la tabla 3.8 se aporta la
información sobre el porcentaje de encuestados que afirmaron conocer bien las medidas, no
conocerlas, y que éstas les sonaban, aunque no las conocieran bien. Se aprecia una clara
diferencia entre las comunidades de Cataluña y Aragón, donde el conocimiento de las medidas
es bastante elevado y Castilla-La Mancha, donde la mayoría de agricultores desconocen la
existencia de estas medidas. Si bien es cierto que esta información parece ser representativa
de la situación en cada una de las regiones, los resultados pueden estar sesgados por el nivel
de acogidos en la muestra, diferente en cada comunidad autónoma.

98
INFORME FINAL

Tabla 3.8. Nivel de conocimiento de las medidas agroambientales entre los encuestados.

CLM (%) CAT (%) ARA (%)


Sí 18,25 65,59 58,40
No 65,08 3,23 19,28
Les suena 16,67 31,18 22,31

Estas diferencias en la información sobre las medidas de la que disponen los agricultores,
pueden estar relacionadas con la fuente de información que utilizan. Mientras que en Aragón y
Cataluña la principal fuente de información son las Oficinas Comarcales Agrarias (40,4% y
50,4% de los encuestados), en Castilla-La Mancha queda relegada a una de las últimas, con
tan solo un 7,4%, siendo las cooperativas la principal fuente de información, con un 34,7% de
los encuestados. En cualquier caso, este aspecto se desarrolla en mayor profundidad en el
siguiente apartado.

Factores considerados para acogerse a las medidas

Este aspecto solamente se valora en Cataluña y Aragón, al ser muy bajo el porcentaje de
acogidos en Castilla-La Mancha. En ambos casos (tabla 3.9), los factores más valorados son la
rentabilidad económica para la explotación y la seguridad en los ingresos que suponen las
medidas. Seguidamente, las opiniones divergen entre los dos casos de estudio y en Aragón se
valoran la facilidad en la gestión y el ahorro de tiempo, mientras que en Cataluña se valoran
más la necesidad de estas medidas desde un punto de vista ambiental y sus efectos en la
fertilidad de la tierra.

Tabla 3.9. Factores favorables a la acogida.

CAT ARA
FACTOR
Media Orden Media Orden
Rentabilidad económica 3,05 1 4,54 2
Seguridad ingresos 3,02 2 4,56 1
Ahorro gasoil 1,83 5 2,4 7
Facilidad gestión NP 4,07 3
Disminución tiempo actividad 1,55 6 3,23 4
Mejora de la fertilidad 1,87 4 3,14 5
Necesidad ambiental 2,46 3 2,82 6

Factores considerados para no acogerse a las medidas

En Aragón el principal motivo para no acogerse a las medidas de estudio es la competencia


con otras medidas, mientras que esto ocurre en Castilla-La Mancha en menor medida, y en
Cataluña no ocurre. En el caso de Castilla-La Mancha, cuando se puso en marcha el PNFR,
muchos agricultores se cambiaron a éste, al tener características muy parecidas y suponer un
compromiso solamente de un año. Sin embargo, este hecho parece no estar reflejado en las
encuestas realizadas, debido a que gran parte de la zona que se ha muestreado no era de
aplicación del PNFR.

99
INFORME FINAL

En Castilla-La Mancha y en Cataluña, una vez conocida la existencia de las medidas, el


principal freno a la acogida es la limitación que éstas suponen en la capacidad de decisión del
agricultor para ir decidiendo las labores a realizar según vaya el año.

La falta de adaptación al trabajo que se realiza en la explotación es un motivo que aparece


representado en las tres CC. AA., especialmente en Cataluña.

Tabla 3.10. Factores considerados para no acogerse a las medidas.

FACTORES CLM (%) CAT (%) ARA (%)


Libertad sobre el plan de cultivos 38,84 33,33 0,00
Calendarios 15,70 0,00 4,11
No se adapta a mi trabajo/Complica la gestión de mi explotación 10,74 13,64 5,48
Papeleo/Burocracia 10,74 0,00 0,00
Prima baja 8,26 27,27 2,74
Otras medidas 8,26 0,00 47,95
No entendía bien los requisitos 0,00 24,24 0,00
No me la han concedido / No se ha vuelto a abrir la convocatoria 0,00 0,00 4,11
Jubilación 0,00 0,00 13,70
Poco terreno 0,00 0,00 21,92

Valoración de los principales atributos de los contratos agroambientales teóricos.

Se valoran cinco atributos de los contratos agroambientales: la prima, o cantidad de dinero que
percibe el agricultor por hectárea que suscribe a la medida; la flexibilidad para no tener que
acoger todos los años la misma superficie; la multa o importe que el agricultor debe pagar en
caso de que se detecte un incumplimiento; el requisito de incluir un porcentaje de leguminosas
en las tierras cultivadas y las limitaciones al aprovechamiento durante determinados períodos
de tiempo.

En los tres casos los agricultores afirman darle una mayor importancia a los atributos
relacionados con la gestión de las medidas, como son la prima y la flexibilidad de que se dota a
la medida agroambiental, y en el caso de Castilla-La Mancha y Cataluña también a la multa.
Aparecen en un segundo plano en las tres CC. AA. los atributos relacionados con los requisitos
de las medidas a aplicar en campo. Entre ellos, los agricultores dan una mayor importancia a
las limitaciones de calendario relacionadas con los aprovechamientos, que a la obligación de
incluir un porcentaje de leguminosas.

Tabla 3.11. Valoración de los atributos de los contratos.

CLM CAT ARA


ATRIBUTO
Media Orden Media Orden Media Orden
Prima 4,59 1 4,53 1 4,66 1
Flexibilidad 4,24 2 3,72 2 3,07 2
Multa 3,93 3 3,24 3 2,36 5
Leguminosas 2,33 5 2,89 5 2,38 4
Calendario 3,03 4 3,03 4 2,75 3

100
INFORME FINAL

Percepción del efecto ambiental de las medidas de los agricultores encuestados

Para valorar el efecto ambiental de las medidas percibido por los agricultores que
potencialmente están encargados de ponerlas en práctica, se les ha preguntado cuál es en su
opinión la efectividad de las mismas, y también qué otros beneficios pueden aportar estas
medidas a las explotaciones en las que se aplican.

a) Valoración de la efectividad de la medida por parte de los agricultores

En Castilla-La Mancha y en Aragón parece haber una tendencia hacia la idea de que las
medidas que se aplican tienen un efecto positivo sobre las poblaciones de aves esteparias. En
el caso de Cataluña sin embargo, predominan las personas que piensan que las medidas no
son efectivas.

CAT

26

CLM 37

ARA 26

Nada No mucho Algo Mucho Extremadamente NS

Figura 3.5. Valoración de la efectividad de las medidas

b) Otros beneficios proporcionados por las medidas

En los tres casos de estudio, los agricultores que manifiestan encontrar otros beneficios a las
medidas agroambientales de estudio son una minoría. Sin embargo, en este grupo, aparecen
varios beneficios detectados, como son, en primer lugar, la disminución de la erosión del suelo
(especialmente en Castilla-La Mancha), gracias al mantenimiento del rastrojo tras la cosecha. A
esto le sigue, la valoración del incremento de nutrientes en el suelo, debido al descanso de la
tierra de la producción al aumentar la proporción de las tierras en barbecho y a la implantación
de cultivos de leguminosas. Por otro lado, la prevención de incendios también aparece como
un beneficio de estas medidas, aunque en este punto en el caso específico de Cataluña,
algunos agricultores afirman que el efecto es exactamente el contrario. De manera general,
también se llama la atención en las tres regiones sobre los efectos positivos sobre la
biodiversidad.

101
INFORME FINAL

3.4.2 EL NIVEL DE INFORMACIÓN. ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN DE MEDIDAS


AGROAMBIENTALES PARA AVES ESTEPARIAS.

El conocimiento de la existencia de las medidas es el primer paso indispensable para que los
agricultores tengan la oportunidad de tomar la decisión sobre si acogerse a las mismas. Desde
el proyecto Ganga se ha realizado un esfuerzo por comunicar su existencia y cómo éstas
encajarían en las explotaciones sobre las que se aplican y en las economías de los
agricultores. Además, de cara al diseño de estrategias de comunicación efectivas en futuros
períodos de programación, se ha realizado una encuesta a los asistentes para establecer su
nivel de conocimiento previo, las fuentes de información que utilizan y de cuáles preferirían
disponer.

Estos encuentros se han realizado en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha,


Castilla y León y Cataluña. En total, se realizaron 305 encuestas, de las cuales 147 se
realizaron en Castilla-La Mancha, 36 en Castilla y León y 122 en Cataluña. Los encuentros se
realizaron preferentemente en municipios de la red Natura 2000.

Características de los agricultores asistentes.

En primer lugar, se resumen a continuación las principales características de las explotaciones


de los agricultores que asistieron a las charlas informativas, en lo referente al cultivo de
herbáceos de secano, con los que se trabaja en las medidas objeto de este trabajo, y a las
dimensiones de las explotaciones.

Orientación productiva de las explotaciones: La gran mayoría de las explotaciones tienen en su


plan de cultivo cereal de invierno en secano, además en Castilla-La Mancha y en Castilla y
León un importante volumen de las explotaciones también incluye leguminosas en la rotación,
mientras que en el caso de Cataluña este aprovechamiento era residual.

1,64
CAT
73,77

52,78 Leguminosas
CyL
86,11 Cereal de invierno

65,31
CLM
84,35

Figura 3.6. Orientación productiva de las explotaciones

Tamaño de las explotaciones: En la comunidad de Castilla y León predominan las


explotaciones de mayor tamaño, y es el mismo caso, aunque en menor medida, en Castilla-La
Mancha. Sin embargo, entre los encuestados en Cataluña son más abundantes las
explotaciones de mediano y pequeño tamaño.

102
INFORME FINAL

4
>100 36
20,8
19
50 a 100 40
29,6
CAT
44
10 a 50 16 CyL
36
CLM
17
5 a 10 0
10,4
16
<5 8
3,2

Figura 3.7. Tamaño de las explotaciones

Fuentes de información

Interés por la información: Más allá de la estrategia que se decida seguir para informar a los
agricultores sobre la existencia y contenido de las medidas agroambientales de estudio, es
necesario contar con la predisposición de los agricultores a recibirla. En este sentido, se ha
preguntado, tras la exposición de la información sobre las medidas agroambientales, el interés
que ha tenido para ellos la información que han recibido.

9,09
Nada

9,09
Poco 4,35
4,55

33,88
Algunas cosas 39,13
40,91

47,93
56,52
M ucho
54,55

CLM CyL CAT

Figura 3.8. Interés por la información

Como se puede observar en las tres comunidades autónomas en las que se ha trabajado, se
manifiesta un interés por parte de los agricultores por la información recibida. Sin embargo, es
posible que los agricultores no tengan acceso a la información desde una fuente cercana, o con
la que se les permita interactuar. Los encuestados manifiestan que obtienen la información
mayoritariamente desde sindicatos agrarios (CLM 50%, CyL 30% y CAT 33%), seguidos de la
Administración (CLM 18%, CyL 20% y CAT 22%), existiendo pequeños grupos que se informan
a través de otros agricultores (en CyL sobrepasa el 10%), asesores, bancos, prensa e Internet.

103
INFORME FINAL

Fuentes de información preferidas por los agricultores

En relación con lo anterior, y de cara a que en futuros períodos de programación se puedan


diseñar estrategias más exitosas, se ha investigado la vía que los agricultores prefieren para
recibir la información en estas tres regiones. Aparece de manera independiente a la región en
la que se trabaje, que las charlas especializadas son la opción preferida por los agricultores
para informarse de este tipo de medidas, seguida de los materiales escritos que ellos pueden
consultar de manera independiente. Otras vías para obtener información como Internet o un
teléfono de información son valoradas positivamente por un reducido porcentaje de los
agricultores encuestados.

Charlas 41
31
especializadas
31
Organización 17
31
agraria 32

13
Internet 3
12

Teléfono de 5
información 8
4
24
Manuales escritos 28
21

CLM CyL CAT

Figura 3.9. Fuentes de información preferidas

3.4.3 CONCLUSIONES

De un lado, los agricultores que han decidido participar en las medidas de estudio lo han hecho
principalmente por motivos económicos. Sin embargo, en Aragón, se valoran por encima
parámetros de simplificación de la gestión y ahorro de tiempo y en Cataluña otros como la
necesidad ambiental y la mejora en la fertilidad de las tierras.

Por otro lado, entre los que han decidido no acogerse a las medidas, aparece la competencia
con otras medidas como motivo mayoritario en Aragón, mientras que en Cataluña y Castilla-La
Mancha, zonas en general más productivas, el motivo ha sido no querer limitar su capacidad de
decisión sobre qué hacer en campo según vaya el año.

De esta manera, aunque en la valoración de los atributos la prima y la flexibilidad aparecen


como aquellos a los que los agricultores dan una mayor importancia, para los agricultores que
deciden no participar en los programas agroambientales el limitante parece estar más
relacionado con los requisitos a aplicar en campo que disminuyen su capacidad de decisión,
especialmente en lo relacionado con los calendarios.

104
INFORME FINAL

Por otro lado, parece manifiesto el hecho de que los agricultores tienen interés por recibir una
mayor información sobre las medidas agroambientales a las que pueden optar en el marco de
la PAC, y que de manera general prefieren hacerlo mediante charlas especializadas, que les
permiten resolver sus dudas en el mismo momento, y con el apoyo de textos explicativos, que
les faciliten una reflexión individual sobre la posibilidad que se les oferta.

De esta manera, se puede recomendar incrementar las estrategias de comunicación con los
agricultores sobre medidas agroambientales de manera más cercana, en los distintos
municipios de aplicación o en las cabeceras comarcales, apoyadas con textos explicativos, y
en colaboración con las organizaciones agrarias.

105
INFORME FINAL

3.5. ARAGÓN: IMPACTO ECONÓMICO, FACTORES DE DECISIÓN Y


MODELIZACIÓN DE PREFERENCIAS
En Aragón se han puesto en marcha varias medidas agroambientales para aves esteparias, de
manera que los agricultores pueden optar a requisitos individualizados, ya sea mantenimiento
del rastrojo y rotación año y vez (medida 1.1) o cultivo de leguminosas, esparceta (medida 1.2)
o alfalfa de secano (medida 1.8), según las zonas. Esta situación diferencial con respecto al
resto de CC. AA. permite analizar de manera independiente los distintos compromisos que
componen la mayoría de medidas analizadas en este proyecto.

En este apartado se ha decidido trabajar con las medidas 1.1 y 1.8, para cubrir el conjunto de
requisitos que se aplican en la región. Entre las medida 1.2 de cultivo de esparceta y la medida
1.8 de cultivo de alfalfa en secano, se optó por la medida 1.8 al estar aplicándose en mayor
superficie que la 1.2.

3.5.1 IMPACTO ECONÓMICO

La participación en las medidas agroambientales de estudio implica el cumplimiento de


determinados requisitos (véase apartado 1), que repercuten en el balance económico de la
explotación. Los costes asociados pueden clasificarse en tres categorías: lucro cesante, costes
adicionales y costes de transacción. En base a ellos se realiza el cálculo de la prima, en
función de valores medios a nivel comarcal, regional o incluso superior. El lucro cesante se
refiere a la disminución de ingresos por reducción de la producción (calendarios, reducción de
superficies de cultivo, limitaciones al aprovechamiento, etc.). Los costes adicionales incluyen
los incrementos en los costes directos (sustitución de fitosanitarios, trabajos mecánicos,
compra de semillas, etc.). Los costes de transacción hacen referencia a costes de gestión, no
derivados de la aplicación en campo de los requisitos (elaboración del plan de explotación y
mantenimiento del cuaderno de campo).

Calculando el porcentaje sobre la prima que suponen estos tres tipos de costes para cada una
de las medidas (tabla 3.12), se obtiene que los costes incluidos en el lucro cesante son los que
mayor peso tienen en el cálculo de las primas.

Por lo tanto, si el territorio en el que se aplica la medida es homogéneo en sus rendimientos


productivos, el impacto de la medida en la rentabilidad de las explotaciones sería similar. Sin
embargo, si el territorio es heterogéneo la productividad puede convertirse en un factor decisivo
en la decisión de participar o no en el programa agroambiental.

106
INFORME FINAL

Tabla 3.12. Distribución de los costes de las medidas analizadas

Lucro Cesante Costes Costes de


CC. AA. Medida
(%) Adicionales (%) transacción (%)

Sistemas agrarios de
especial interés para la
Extremadura 74% 20% 6%
protección de las Aves
Esteparias
Agroecosistemas
62% 9% 29%
extensivos de secano
35% 49% 16%
(con leguminosa)
Castilla y León Cultivo alfalfa secano
97% 0% 3%
“Tierra Campos”
Girasol de secano en
20% 64% 17%
rotación
Agrosistemas extensivos
76% 9% 15%
de secano
Castilla La (43%) (48%) (9%)
(con leguminosa)
Mancha
Cultivo de girasol de
0% 83% 17%
secano

Gestión de cereales de
45% 50% 5%
ciclo largo

Cataluña
Gestión de cubiertas en
96% 0% 4%
barbechos

Alimento avifauna 92% 8% 0%

Cultivo de esparceta en
100% 0% 0%
rotación
Aragón
Mantenimiento del
100% 0% 0%
rastrojo

Generación de corredores 39% 61%


biológicos 46% 54% 0%
(en distintas zonas) 54% 46%
Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3)

Por otra parte, es importante tener en cuenta que los resultados económicos están sometidos a
factores de riesgo que inciden en la volatilidad de las rentas que perciben los agricultores. Uno
de los factores de riesgo más importantes es la volatilidad de los mercados agrarios, siendo un
hecho constatado que ésta ha aumentado considerablemente en la última década (Cramon-
Taubadel 2009) y se prevé una mayor volatilidad en el futuro (OECD 2011 y FAO 2012).
Además hay que añadir una alta variabilidad climática que se traduce en fuertes oscilaciones
en la productividad de las explotaciones.

107
INFORME FINAL

3.5.1.1 OBJETIVO

A partir de estas consideraciones, se plantea el objetivo de evaluar el impacto que tienen estas
medidas en la rentabilidad económica de las explotaciones en las que se aplican. A tal efecto,
se plantea un estudio comarcal en Aragón.

3.5.1.2 METODOLOGÍA

La metodología se basa en 1) la elaboración de un modelo económico para estimar el beneficio


o margen de cultivo y 2) la realización de una simulación de Montecarlo para evaluar el impacto
en el riesgo que afronta la explotación.

Modelo económico para estimar el beneficio o margen de cultivo

El modelo se aplica a nivel comarcal para captar las diferencias de rendimientos e identificar
patrones espaciales en relación con la acogida. Se han incluido datos relativos a rendimientos,
costes y precios (Gobierno de Aragón, INE, MARM y MINETUR, varios años) e información
detallada sobre la contabilidad de explotaciones dedicadas a los cultivos herbáceos en la zona
(MARM 2009), seleccionándose el cultivo de cebada como representativo del cereal en la zona.

• Margen bruto: MB = P r + PU+ SAE – (Cd- Cmo- Camort)

• Margen neto: MN = P r +PU+ SAE – (Cd- Cmo- Camort) – Cind

Donde P es el precio del cultivo, r es el rendimiento de la explotación, PU representa el pago


único de la PAC, SAE el pago agroambiental, Cd los costes directos y Cind los costes indirectos.

En el coste de la mano de obra (Cmo) se incluye tanto la asalariada como la familiar, en el


cómputo de los costes de maquinaria se incluyen los costes de amortización (Camort), y los
costes indirectos excluyen los relacionados con el capital, como el canon de la tierra o los
intereses financieros.

Mediante el modelo se estima la rentabilidad de la explotación en su gestión habitual y al


participar en las medidas. Se calcula también el impacto como la diferencia de rentabilidad con
y sin medida, que puede utilizarse como indicador del incentivo económico a participar en las
medidas.

Para evaluar el impacto diferencial de la prima en la rentabilidad, se asume que si el agricultor


decide no participar en ninguna de las medidas analizadas realizaría el cultivo de cereal con
rotación año y vez, siguiendo con las prácticas tradicionales.

Se definen dos escenarios que permiten considerar la influencia de los mercados agrarios:

• Escenario base: refleja un año medio tanto en rendimientos como en precios,


tomándose como referencia el período 2000-2010.

108
INFORME FINAL

• Escenario precios altos: se asume un año medio en lo relativo a rendimientos y un


incremento de los precios del cereal y la paja del 30% respecto al escenario base.

Evaluación del impacto en el riesgo que afronta la explotación

Para evaluar el impacto de participar en las medidas sobre el riesgo que afronta la explotación,
se construye un modelo de simulación de Montecarlo que permite incorporar el carácter
estocástico de las variables económicas y caracterizar en términos de probabilidad sus
posibles resultados económicos. Se realiza para tres comarcas tipo en función de su
productividad.

3.5.1.3 RESULTADOS

La rentabilidad simulada para las explotaciones tipo sin medida (véanse figuras 3.10 y 3.12),
nos ofrece una diferenciación entre comarcas, obteniéndose para algunas de ellas
rentabilidades muy bajas, e incluso negativas, como es el caso de Zaragoza y Caspe, y para
otras resultados positivos.

Se entiende aquí que un margen bruto mayor que cero puede ser un umbral de referencia
orientativo para caracterizar la tendencia a medio plazo, asumiendo que los ingresos de la
actividad deben cubrir los costes directos, mano de obra y maquinaria para que exista incentivo
suficiente para mantener la actividad.

Escenario base

Los resultados obtenidos para la medida 1.1 (figura 3.10) indican que esta medida mejora la
rentabilidad de las explotaciones marginales. Si bien la cuantía absoluta de la prima es
moderada, en términos relativos su influencia es importante ya que permite revertir la situación
de rentabilidad negativa a positiva en algunas comarcas, y acercar al umbral de rentabilidad a
aquellas explotaciones situadas en las zonas más marginales como Zaragoza y Caspe.

109
INFORME FINAL

250

200

150
129
119 115
119
106 108
120 107
92 97
100 84 88

4845
50 3333
1720 Sin medida
€/ha

2
0
‐3 ‐8

ZA
A
S
A
A

AN
E

RA
CA

CA
A

NO
NA
ON

UE
‐15

RB
RO
SP

‐17 Con medida 1.1
RO

SC

RZ
RJ
NC

GO
TE
LO

RO

LB
‐25

DI
ER
G

TA
A
CA

UE
BO

GO
EG
E
CI

‐29
RA

 L I

BR
GO
 JI

LL

TA

RA
DA

E T

ON
‐50

E H

ON

BA
LA
BA
EL

‐42
A

SO
ON

ZA
J


 D

M
BA

‐49
 D

 D

RI
M
 CA


YA

E M
J

SO
CA

YA
‐58 ‐65
BA

OS

HO

E D
EN

HO

 D
‐76
E L
CU

IA
 D
 D

‐100 IA

AN
EA

UN

RR
EJ

LM

SE
‐116 ‐114
 A
LA

‐150 ‐142
‐145

‐200

Figura 3.10. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario base
Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3)

Se observa que el impacto o incentivo a participar se encuentra condicionado por la


productividad de la comarca, reduciéndose, e incluso desapareciendo, a medida que aumenta
la productividad agraria de la comarca.

40

29 28
30

20 18
16
13
10
€/ha

10 9
5
3

0
0
‐3

‐10 ‐8
‐10
‐13 ‐12
‐13
‐14
‐20

Figura 3.11. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario base.


Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3)

Los resultados obtenidos para la medida 1.8 son más homogéneos entre comarcas, siendo en
todas ellas positivos tanto el margen neto como el margen bruto para las explotaciones que
participan en la medida.

110
INFORME FINAL

150
129
119 120 119

92 97
100

59 61
52 56 54 54 52 56
47 46 46 46 4847 49 49 44
50 43
33
17

0
‐3
Sin medida

EL

BE

ZA
A

A
OS
RA
A

CA
E

AN
CA
CA

OS

NA

NO
ON

SP

SC

RZ
RJ

RU

AR
‐17

GO
TE
IN

ILO

GR
RO

ER

LB
DI
G

TA
CA

UE
BO
€/ha

GO
‐25

E D E TE
RA

 L I
C

BR
GO
LL

TA
E

RA
DA
J

ON

E H
 

ON

BA
LA
BA
EL
A

SO
ON

ZA
J


 D

M
BA

‐50
 D

 D

RI
M
‐42
 CA


YA

E M
J

SO
CA

YA
BA

OS

HO
EN

HO

 D
E L

Con medida 1.8
CU

IA
 D
‐65
 D

IA

AN
‐76
EA

UN

RR
EJ

LM

SE
‐100
 A
LA

‐150 ‐142
‐145

‐200
Figura 3.12. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario base
Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3)

El impacto diferencial de la medida 1.8 es mayor que en la 1.1, acrecentándose las diferencias
positivas y negativas entre comarcas. De esta manera, el impacto en la rentabilidad es muy
positivo en las zonas de muy baja productividad y muy negativo en las regiones muy
productivas.

225
200 191 186
175
150
123
125 111
100 91
74 69
75
46
50
€/ha

35
25 13
0
‐1
‐25
‐50 ‐36
‐43
‐75 ‐62 ‐57
‐65
‐73
‐100
‐125
‐150

Figura 3.13. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario base.


Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3)

111
INFORME FINAL

Escenario de precios altos

En este escenario el incentivo a participar disminuye en todas las comarcas, pasando en


algunas de ser positivo a negativo. Sin embargo, en las comarcas con menores rendimientos
sigue siendo positivo.

250 239 242


232 231 232 230

207
201
200
177
158 154
150 138 135
120
112
99
100 90
81 82 Sin medida
74
5955
€/ha

50
3031 Con medida 1.1
1518

0
L

BE

ZA
A
A

S
A

RA

AN
E

CA

CA
CA

OS

NO
NA
ON

UE

RO
SP

SC

Z
RJ

AR

GO
OR
TE
IN

LO

RO

ER

LB
DI
ER
G

TA
CA

UE
BO

EG
RA

 L I
C

BR
GO
 JI

LL

TA
G

RA
DA

E T

ON

E H

ON

BA
LA
BA
EL
A

SO
ON

ZA
J


 D

M
BA

 D

 D

RI

‐50
M
 CA


YA

E M
J

SO
CA

YA
BA

OS

HO

E D
EN

HO

‐54
 D

‐57
E L
CU

IA
 D
 D

IA

AN

‐71
EA

UN

‐76
RR
EJ

LM

SE

‐100
 A
LA

Figura 3.14. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario precios altos
Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

30

20 18 17

10
4
1
0

‐3
€/ha

‐10 ‐7 ‐8
‐13
‐15
‐20
‐20
‐23
‐30
‐31
‐32
‐36 ‐35
‐40 ‐37
‐38

‐50

Figura 3.15. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario precios altos.


Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

112
INFORME FINAL

400

300 280
268 268 266
232 239

200 177
158
135
112
90 Sin medida
100 81
€/ha

52 56 54 54 5949 59 61 56
47 46 46 46 47 49 43 52 44
30
15
Con medida 1.8
0

EL

ZA
A

A
OS
A

CA
E

RA

AN
CA
CA

OS

NO
NA
ON

RB
SP

SC

RZ
RJ

RU

GO
TE
IN

LO

GR
RO

ER

LB
DI
AG

TA
A
CA
BO

UE

GO
E D E TE

 L I
 C

BR
GO
 JI

LL

TA
E

RA
DA

ON
AR

E H
JO

ON

BA
LA
BA
EL

SO
ON

ZA

 D

M
BA

 D

 D

‐71

RI
M
 CA

‐76
YA

E M
J

SO
CA

YA

‐100
BA

OS

HO
EN

HO

 D
E L
CU

IA
 D
 D

IA

AN
EA

UN

RR
EJ

LM

SE
 A
LA

‐200

Figura 3.16. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario precios altos
Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

150
121 115
125
100
75
50 33
25 17

0
‐25 ‐10
€/ha

‐50 ‐32 ‐39


‐75
‐69
‐100 ‐83

‐125 ‐112
‐150 ‐130

‐175
‐176
‐200 ‐186
‐225 ‐210 ‐204
‐214
‐224
‐250

Figura 3.17: Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario precios altos.


Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

Modelo de simulación de Montecarlo

En las siguientes figuras (3.18 a 3.20) se representa la función de distribución para el margen
bruto. Cada uno de los posibles valores de este parámetro, que se representan de menor a
mayor, tiene una probabilidad asociada.

113
INFORME FINAL

Eligiendo un nivel de confianza del 95%, cuando la probabilidad acumulada de la distribución


alcance el 5%, ese valor indicará el valor en riesgo, que se define como la máxima pérdida
esperada debida a condiciones adversas. Del otro lado de la gráfica, se encontraría el máximo
beneficio esperado en condiciones óptimas.

Comarca con muy baja productividad

En las comarcas de muy baja productividad, como es el caso de Zaragoza (figura 23), las
medidas actúan disminuyendo la volatilidad de las rentas. Así, en las explotaciones acogidas a
la medida 1.1 la probabilidad de incurrir en pérdidas importantes es menor que en las
explotaciones no acogidas. La probabilidad de tener importantes beneficios disminuye muy
levemente al participar en la medida.

Figura 3.18. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Zaragoza.


Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

Comarca de productividad media

En las comarcas de productividad media, como es el caso de Bajo Aragón (figura 24), se
mantiene el mismo efecto que en las comarcas con bajos rendimientos.

114
INFORME FINAL

Figura 3.19. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Bajo Aragón.
Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

Comarca con productividad alta.

En las comarcas con productividad alta como Hoya de Huesca (figura 25), la participación en la
medida agroambiental provoca una mayor disminución de la probabilidad de tener beneficios
importantes.

Figura 3.20. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Hoya de Huesca.
Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

115
INFORME FINAL

3.5.1.4 CONCLUSIONES

Los costes que conllevan las medidas agroambientales de estudio están vinculados
principalmente al lucro cesante. Además, al calcularse las primas a través de valores medios
de los rendimientos productivos, se crea una situación en la que la rentabilidad de las medidas
está principalmente condicionada por la productividad de las explotaciones en las que se
aplican.

En las regiones de baja productividad, las medidas tienen un doble efecto de mejora de la
rentabilidad económica y de disminución de la volatilidad de las rentas. Además, en escenarios
de incremento de los precios, para estas regiones las medidas siguen manteniendo un efecto
positivo en su rentabilidad.

Este efecto va cambiando de signo según aumenta la productividad potencial, y en las


comarcas con altos rendimientos la participación en los contratos tiene un efecto negativo en la
rentabilidad de la explotación, que se acentúa en escenarios de precios altos. Además, la
suscripción del contrato provoca una disminución de la probabilidad de tener altos ingresos.

Comparando los dos tipos de medida, ambas tienen el mismo impacto sobre la rentabilidad,
que se acentúa para la medida 1.8. En general, las dos son más atractivas para las
explotaciones con menores rendimientos, especialmente como consecuencia de calcular las
primas sobre valores medios.

3.5.2. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PARTICIPACIÓN

3.5.2.1 OBJETIVOS

En este punto se plantean dos objetivos concretos:

• entender qué factores influyen en la decisión de participar en el contrato agroambiental,

• modelizar las preferencias hacia los contratos, estudiando las características más y
menos valoradas y la disposición a aceptar.

3.5.2.2 FACTORES QUE INFLUYEN EN LA DISPOSICIÓN A ACEPTAR

Metodología

En primer lugar, se seleccionan las variables para la construcción del modelo en base a la
bibliografía existente (por ejemplo, Vanslembrouck et al 2002 y Espinosa Goded y Barreiro-
Hurlé 2009). Con respecto a la renta, se incluye una variable que identifica a los agricultores
con una renta inferior a 20.000€ al año (‘rentabaja’). En relación con las características de la
actividad agrícola se incluye una variable llamada ‘ZEPA’, que identifica a los agricultores que

116
INFORME FINAL

declaran que su explotación se localiza en este tipo de espacio. También se identifican las
explotaciones calificadas como prioritarias (‘calificación’). Se incluye además un indicador que
denota si la persona encuestada se dedica a la actividad agrícola a tiempo completo
(‘completo’). Asimismo, se analiza el efecto que tiene el grado de conocimiento de los
encuestados acerca de las medidas propuestas (‘conoce’). En último lugar, y dado que una
amplia mayoría de la muestra encuestada es masculina, se analiza el efecto de ser varón con
respecto a determinadas características: creer que estas medidas son muy rentables
(‘rentabilidad*hombre’), pensar que estas medidas son muy efectivas (‘efectividad*hombre’) y
pensar que estas medidas son necesarias desde un punto de vista ambiental
(‘ambiental*hombre’).

Tabla 3.13. Porcentaje de la muestra representado por cada variable.


Variable %
Rentabaja 22
ZEPA 53,2
Calificación 42,1
Completo 70
Conoce 59,8
Hombre 82,9
Rentabilidad * hombre 38,1
Efectividad * hombre 27,4
Ambiental * hombre 14,4

Se utiliza un modelo logit, calculado con la versión LIMDEP NLOGIT 5.0. La especificación del
modelo es la siguiente:
z = x´β = edadi β + rentabajai β + ZEPAi β + ambientali β + ambiental* hombrei β +
rentabilidadi * hombreβ +efectividadi * hombreβ +calificacióni β

Resultados
Se obtiene como resultado que los agricultores con rentas más bajas están más dispuestos a
participar en las medidas, al igual que los varones que piensan que estas medias son muy
rentables, los agricultores que afirman que sus explotaciones se encuentran localizadas en una
ZEPA, y los agricultores que se dedican a tiempo completo a la actividad agrícola.

Sin embargo, la variable que identifica a aquellos agricultores varones que creen en la
importancia de estas medidas desde un punto de vista medioambiental muestra,
paradójicamente, un efecto negativo en la disposición a participar.

117
INFORME FINAL

3.5.2.3 ANÁLISIS DE LAS PREFERENCIAS

Metodología
Los experimentos de elección guardan un gran parecido con el comportamiento habitual de los
individuos, ya que consisten en elegir una alternativa entre un conjunto de alternativas
disponibles. Adicionalmente, se puede incorporar un atributo monetario, y en este caso, se
podrá estimar una disposición a aceptar (Hanley et al. 1998) por cada uno de los atributos
considerados.

En la práctica, se les ha ofrecido a los agricultores encuestados la opción de participar en unas


medidas agroambientales teóricas, con características parecidas a las de las medidas
analizadas. Los encuestados tenían la opción de elegir entre dos tipos de contrato, que
conllevaban diferentes niveles para los atributos (tabla 11), o quedarse con su situación actual.

Tabla 3.14. Descripción de los atributos de contratos agroambientales utilizados en el experimento de


elección.
Atributos Descripción Niveles
Cuantía de la ayuda (euros por ha
Prima 30€/ha 60€/ha 90€/ha 120€/ha
de cultivo)

Libertad para decidir la superficie


acogida cada año (% admitido de
Flexibilidad en la
variación respecto a la superficie 0% 40%
superficie acogida
del primer año, sin penalización
alguna).

Sanción en caso de incumplimiento


de las normas establecidas en la
Multa adicional por
ayuda, que además de la
encima de la devolución 0€/ha 200€/ha
devolución de la prima puede
de la prima
conllevar al pago de una cantidad
adicional (euros/ha)

Obligación de incluir el cultivo de


Cultivar leguminosas en
alfalfa o esparceta en un
un porcentaje de la 0% 20%
porcentaje variable de la superficie
superficie acogida
declarada

Prohibición de laboreo o
aprovechamiento de Prohibición de realizar labores en Ninguna 1 Abril al 1
barbecho durante el barbecho algunos meses del año restricción Agosto
algunos meses del año

Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

El diseño del conjunto de elección fue realizado a través de un diseño factorial fraccional. Este
proveía de 8 conjuntos de elección por individuo. A continuación, se utilizó este diseño de
partida para mejorarlo, mostrando una eficiencia final del diseño seleccionado de un 97,60%.

Para el análisis de las preferencias mostradas por los agricultores hacia los contratos
propuestos se han seleccionado 9 variables basadas también en la bibliografía previa
existente.

118
INFORME FINAL

En primer lugar, se analizan los efectos de las variables sociodemográficas: la edad,


identificando a los agricultores menores de 45 años (‘joven’) y el nivel educativo (‘educación’)
diferenciando aquellos agricultores con estudios de bachillerato, formación profesional o
universitaria. Adicionalmente, se incluye una nueva variable que es el producto de tener una
renta anual inferior a 20.000€ al año y el atributo flexibilidad (‘flexibilidad*rentabaja’). La razón
para incluirla es que durante la estimación de los modelos se ha observado que el atributo
flexibilidad es negativo. Sin embargo y bajo un punto de vista racional, sería lógico pensar que
disponer de una mayor flexibilidad sobre la superficie acogida debería de implicar un efecto
positivo a la hora de participar en estas políticas. Finalmente, en este grupo de variables se
incluye una variable dicotómica que nos indica si los agricultores encuestados trabajan tierras
arrendadas (‘arrendar’).

Otro aspecto condicionante es el grado de conocimiento de los encuestados acerca de las


medidas propuestas (‘conoce’). También aquí, se incluye en el modelo el efecto de ser hombre
con respecto a determinadas características: creer que estas medidas son muy rentables
(‘rentabilidad*hombre’), pensar que estas medidas son ecológicamente muy efectivas
(‘efectividad*hombre’), y pensar que son necesarias desde un punto de vista ambiental
(‘ambiental*hombre’).

Por otra parte, un aspecto de potencial interés es la influencia del capital social, que se recoge
como el hecho de formar parte de un sindicato o similar (‘sindicato’).

Tabla 3.15. Porcentaje de la muestra representado por cada variable.

Variable %
Joven 21,5
Educación 21,8
Arrendar 52,3
Conoce 59,8
Hombre 82,9
Rentabilidad * hombre 38,1
Efectividad * hombre 27,4
Ambiental * hombre 14,4
Sindicato 21,5

Finalmente, también se tendrán en cuenta las características de los contratos propuestos a los
agricultores; es decir, la cuantía de la ayuda (‘prima’), la libertad para decidir la superficie
acogida cada año (‘flexibilidad’), la sanción en caso de incumplimiento de los requisitos de la
medida acogida (‘multa’), la obligación de incluir el cultivo de alfalfa o esparceta en un
porcentaje variable de la superficie declarada (‘leguminosas’) y la prohibición de realizar
labores en el barbecho algunos meses del año (‘restricción’).

119
INFORME FINAL

Modelos empleados

En primer lugar se estimó un modelo logit condicional simple, que permite calcular la
probabilidad de que un determinado agricultor seleccione un contrato agroambiental concreto,
siendo esta elección condicional sobre los atributos de la elección (Greene 1997 pp. 913-914;
Maddala [1983] 1999, pp. 42), que en este caso son la prima, la flexibilidad, la multa, la
inclusión de leguminosas y las restricciones en el calendario.

En segundo lugar, se calcula un modelo logit condicional ampliado, donde se han incluido el
resto de variables sociodemográficas y las características de las explotaciones explicadas
anteriormente.

Por último, se estima un modelo de parámetros aleatorios. Se ha especificado en la estimación


que los atributos restricción, flexibilidad, leguminosas y multa son aleatorios y siguen una
distribución triangular a una cara; por el contrario, el atributo prima se mantiene fijo.5

Resultados

En el modelo logit condicional se obtiene que incrementos en la prima producen incrementos


en el nivel de utilidad asociada a la medida, mientras que los incrementos en cualquiera del
resto de atributos produce una disminución en la utilidad, en término medio.

Con el modelo logit condicional ampliado (tabla 3.16) se complementa este resultado con los
siguientes puntos:

• Los agricultores más jóvenes prefieren no participar en este tipo de contratos, al igual
que aquellos que trabajan tierras arrendadas. Además, los varones que piensan que
estas medidas son efectivas en términos ecológicos, prefieren no participar en estos
programas.

• Un mayor conocimiento de las medidas aumenta la probabilidad de participar en los


contratos agroambientales, así como, para los hombres, la rentabilidad económica
percibida.

• Por otro lado, los individuos que tienen rentas bajas valoran positivamente una mayor
flexibilidad sobre la superficie que dedican a acoger las medidas.

5
  Se opta por esta especificación, luego de estimar diferentes modelos en las que los parámetros aleatorios siguen
diferentes distribuciones y comparar los diferentes estadísticos como el log-likelihood, el pseudo R2 de McFadden y el
criterio AIC (criterio de información Akaike), con el fin de quedarse con el modelo que mejor ajusta (Hess (2010)). 

120
INFORME FINAL

Tabla 3.16. Resultados del modelo logit condicional ampliado.

Variables Coeficientes Err. Std. Prob|z|>Z*

Atributos
Prima 0,021*** 0,001 0,000
Flexibilidad -0,006*** 0,002 0,004
Multa -0,002*** 0,000 0,000
Leguminosas -0,008** 0,004 0,034
Restricción -0,105*** 0,015 0,000
Características sociodemográficas
Joven -0,686*** 0,205 0,002
Educación -0,267 0,213 0,217
Ambiental*hombre -0,744** 0,339 0,030
Sindicato -0,775*** 0,208 0,000
Características de las explotaciones y de las medidas
Flexibilidad*rentabaja 0,007* 0,006 0,077
Arrendar -0,464** 0,185 0,035
Conoce 0,544** 0,203 0,023
Rentabilidad*hombre 2,314*** 0,313 0,000
Efectividad*hombre -1,109*** 0,190 0,000
Desviación estándar de los parámetros aleatorios
Flexibilidad 0,006*** 0,002 0,004
Multa 0,002*** 0,000 0,000
Leguminosas 0,008** 0,004 0,034
Restricción 0,105*** 0,015 0,000
N 1452
2
Log-likelihood R -1086,082
Pseudo 0,279
Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

Con el modelo de utilidad aleatoria se mantiene el signo y la significación de todas las


variables.

Estimación de la disposición a aceptar (DAA)

Se mide en este punto la disposición de los agricultores a aceptar una determinada cantidad de
dinero por tolerar una pérdida o renunciar a un beneficio. Como resultado se obtiene (tabla
3.17) que el atributo que más esfuerzo supone aceptar a los agricultores son las restricciones
en el aprovechamiento durante determinadas épocas del año. Para el resto de atributos, los
valores de la DAA son muy bajos.

121
INFORME FINAL

Tabla 3.17. Disposición a aceptar los atributos de los contratos económicos.

ATRIBUTO DAA(€) Err. Std P|z|>Z* Intervalo de confianza del 95%


Restricción 4,913 0,688 0,000 3,565 6,261
Flexibilidad 0,264 0,092 0,004 0,083 0,445
Leguminosas 0,352 0,166 0,034 0,027 0,676
Multa 0,102 0,017 0,000 0,069 0,136

Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3)

3.5.2.4 CONCLUSIONES

Los factores económicos son los que más peso tienen en la decisión de acogerse a las
medidas de estudio. De hecho, la magnitud de la prima es el único atributo que los agricultores
discriminan positivamente. Además, aquellos agricultores que tienen rentas más bajas y los
que las entienden como rentables, es más probable que participen en este tipo de contratos,
reduciéndose esta probabilidad si las tierras que trabaja el agricultor son arrendadas.

Por otro lado, aunque el hecho de que la explotación esté situada en zona ZEPA (o más bien
que el agricultor sea consciente de ello) hace que el agricultor tenga una mayor probabilidad de
participar en este tipo de contratos, paradójicamente aquellos agricultores que opinan que las
medidas son efectivas desde un punto de vista ecológico tienen menos probabilidad de
participar en las medidas.

Más allá de las motivaciones económicas, y analizando el resto de atributos de los contratos,
son las restricciones de aprovechamiento en determinados momentos las que tienen un mayor
rechazo entre los agricultores.

122
INFORME FINAL

4. DISCUSIÓN GENERAL Y CONCLUSIONES

El planteamiento del Proyecto Ganga ha sido analizar las medidas agroambientales dirigidas a
la conservación de las aves esteparias en los sistemas de cereal de secano desde una
perspectiva integral, aunando la evaluación ecológica y el estudio socio-económico, y
empleando diversas aproximaciones. Asimismo, se ha planteado un análisis comparado entre
los distintos esquemas y regiones pero sin pretender un estudio exhaustivo de cada una de las
medidas.

Tras estos años de trabajo, se puede afirmar que las medidas analizadas son global y
mayoritariamente efectivas desde un punto de vista ecológico, mientras que la respuesta socio-
económica ha sido muy variada entre regiones, destacando la influencia de la correcta gestión
administrativa, la importancia de un proceso de retroalimentación entre todos los agentes
implicados y la regionalización o zonificación de las medidas. Igualmente, se observa cierta
relación entre varios elementos de ambos análisis.

Evaluación ecológica

En cuanto a la evaluación ecológica, el principal obstáculo para determinar la efectividad de las


medidas es su falta de objetivos ambientales específicos. Los programas establecen objetivos
de aplicación en número de contratos o superficie acogida, pero no en relación con el efecto
ambiental pretendido, en este caso sobre las aves esteparias.

Si bien el nivel de acogida puede considerarse un indicador del éxito administrativo, y da


información sobre sus implicaciones a escala territorial, no puede considerarse suficiente para
valorar la efectividad ambiental. Ante la ausencia de objetivos concretos, el efecto ecológico de
este tipo de medidas se ha venido midiendo (véase revisión en SEO/BirdLife, 2011) como las
diferencias en el número de aves o especies observadas entre parcelas acogidas o no a las
medidas, estimando un efecto positivo si las cifras son significativamente mayores en los
campos donde se aplica la gestión requerida por las medidas frente a los que tienen una
gestión convencional.

Los análisis realizados arrojan, como se ha mostrado, un resultado global positivo para la
efectividad ecológica en el periodo reproductor, especialmente sobre la abundancia de
aves esteparias (aves totales y territorios), y no tanto sobre la riqueza, corroborando lo
encontrado en estudios anteriores (ej. Kleijn et al. 2006 o Geiger et al. 2010).

Bajo este efecto positivo global, se observa una importante variación entre zonas de estudio,
determinada en parte por variables paisajísticas como el tamaño de los campos, la abundancia
de lindes y la proporción de cultivos herbáceos. Agrupando los resultados por Comunidades

123
INFORME FINAL

Autónomas (tabla 15), destacan como más efectivas (en términos de mayor tamaño de efecto
positivo) las medidas de Navarra y Castilla y León, siendo esta última una de las que lleva más
tiempo y con más continuidad aplicando estas medidas. En el otro extremo, es llamativo el
efecto negativo observado en las parcelas de los Llanos de Cáceres donde se aplica la medida
compensatoria, un resultado que habría que interpretar con cautela, ya que estudios previos en
la zona, en el marco de varios proyectos LIFE, afirmaban un efecto positivo de la puesta en
cultivo de parte de los pastizales, la práctica que se fomenta a través de este programa, y es
probable que su efecto se observe en otra época del año. En el caso de Aragón, aunque el
efecto general de las tres medidas analizadas es positivo pero moderado, ha podido aislarse el
efecto del cultivo de esparceta (véase informe detallado), con un resultado positivo mucho más
contundente. En el caso de Andalucía y Cataluña los resultados han sido también positivos en
general, siempre con el mismo patrón de mayor efecto en la abundancia. Por su parte, la
medida Castilla-La Mancha presenta un efecto menor, y en la zona de Extremadura donde se
ha analizado la medida agroambiental del PDR no se observa ningún efecto claro.

Tabla 15. Eficacia media estimada


Comunidad Autónoma Efectividad*
Andalucía (programa específico) ++
Aragón ++
Castilla-La Mancha +
Castilla y León +++
Cataluña ++
Extremadura (compensatoria) -
Extremadura (agroambiental) ¿?
Navarra +++
* Estimada como media de los resultados obtenidos en el
periodo reproductor para aves esteparias totales en campos
focales en las diferentes zonas de las CCAA

Igualmente, los resultados varían entre épocas, con mayoría de efectos positivos pero menos
significativos en verano y menos positivos en invierno. En cualquier caso, es destacable el
mantenimiento en gran medida de la efectividad en la época post-cosecha, lo que puede
derivarse en parte de la adecuación de algunas de las prácticas requeridas en esta época,
como el retraso de las fechas de cosecha, el mantenimiento del rastrojo durante más tiempo o
las limitaciones a los laboreos en los barbechos.

La diferencia entre zonas en tamaño de efecto sobre la abundancia podría estar relacionado,
además de con las variables paisajísticas citadas, con otros factores como el grado de
intensificación en el área de estudio, de manera que el efecto local de la medida sea mayor al
aplicarse en una zona de menor valor como hábitat para las especies (por ejemplo, con mayor
relevancia de monocultivos de cereal y escasez de elementos paisajísticos, como puede ser el
caso de Castilla y León) que en otra con mayor calidad ecológica general donde las prácticas
fomentadas por la medida suponen un menor cambio o mejora del hábitat. En algunas zonas,
incluso, podría estar influyendo la aplicación de otras medidas, como el PNFR, que conllevan

124
INFORME FINAL

prácticas también beneficiosas (en particular la siembra de leguminosas), y por tanto una
mayor disponibilidad de hábitat favorable para las aves también fuera de las parcelas acogidas
a la medida agroambiental de estudio, reduciendo así el efecto de atracción de estas últimas
(como puede ser el caso de Castilla-La Mancha).

En el caso del menor efecto general sobre la riqueza, éste podría explicarse, al menos
parcialmente, por el hecho de haber trabajado casi exclusivamente en zonas ZEPA designadas
precisamente por su valor para las aves esteparias, con alta proporción de cultivos herbáceos
extensivos. Es decir, el hábitat agrario de estudio ya se supone en gran medida favorable para
estas especies, al menos estructuralmente. Derivado de lo anterior, cabe pensar que las
medidas implican la mejora de calidad del hábitat mediante la reducción de molestias, o el
aporte de recursos adicionales, lo que explicaría la mayor abundancia en las parcelas con
medidas. Sin embargo, el conjunto de aves esteparias generalmente sigue utilizando todo el
espacio ocupado por cultivos herbáceos con unas condiciones favorables suficientes.

La evaluación realizada aquí permite conocer el efecto local de las prácticas fomentadas por
las medidas, en cuanto a la respuesta de las aves presentes, determinándose una eficacia
positiva si se demuestra la selección preferente por las parcelas gestionadas conforme a los
requisitos agroambientales. Pero el efecto a escala global y sobre la evolución de las
poblaciones, que dependerá también de la magnitud de la aplicación de la medida entre otros
factores, debe estimarse de manera complementaria mediante censos de larga duración en
todo el espacio. Como ejemplo, puede señalarse el caso de Castilla y León, donde a los
resultados positivos obtenidos en esta evaluación para la actual medida agroambiental, se
suman los altos niveles de acogida y la relación de ésta con la evolución positiva de algunas de
las especies prioritarias de conservación, como la avutarda (Martín et al, 2012).

Por otro lado, dado el enfoque más amplio del proyecto, no se ha entrado a valorar de manera
independiente el impacto o efecto de cada una de las prácticas requeridas por las medidas,
aunque sí se puede inferir la especial importancia del cultivo de leguminosas y el ajuste de las
fechas de cosecha para conseguir unos resultados más positivos. Lo que queda claro es que la
proporción de prácticas agrícolas incorporadas a las respectivas medidas agroambientales,
según lo propuesto por Llusia y Oñate (2005), parece no ser un buen indicador de su eficacia
real (medida en los términos descritos), tal vez por no considerar las posibles diferencias en el
valor para las aves esteparias de las diversas prácticas listadas.

De las dos prácticas citadas como aparentemente más importantes, es precisamente la


limitación en la fecha de cosecha (y otros aprovechamientos en la época de reproducción) la
que resulta más compleja. Hasta ahora se han establecido fechas fijas durante todo el periodo
de compromiso, pero esto lleva a no considerar las posibles variaciones interanuales de la
fenología tanto de los cultivos como de las especies.

Los análisis realizados a partir de los datos de campo y del tratamiento de imágenes satélite
han mostrado una relación entre la evolución anual de los cultivos y los periodos reproductivos

125
INFORME FINAL

de las aves esteparias, que permitiría estimar con antelación las fases críticas de la
reproducción. Convendría por tanto profundizar en este aspecto e intentar establecer un
mecanismo para determinar en cada año el momento más adecuado para la cosecha, de
manera que se optimizara el rendimiento de los cultivos garantizando la menor afección a las
aves.

Existen ya algunos ejemplos en otros países que vinculan la floración de plantas


representativas de las zonas de interés con la fenología de las aves, usando esta relación para
determinar las fechas óptimas de las labores agrarias en el marco de programas
agroambientales cada año. La metodología utilizada en este estudio mediante el índice NDVI
ha dado resultados halagüeños, por lo que se puede apuntar al uso de seguimientos satélite de
la evolución de los cultivos como posible herramienta para determinar las fechas óptimas de
cosecha cada año en este caso. Este método tiene la ventaja añadida de que permitiría una
gestión sistemática de todo el ámbito de aplicación sin tener que hacer un seguimiento
exhaustivo en campo, algo particularmente importante en zonas amplias como son muchas de
las ZEPA esteparias.

No obstante, de cara a facilitar la compatibilización entre rendimientos óptimos y molestias


mínimas a las aves, sería recomendable fomentar variedades concretas que presenten una
maduración más tardía. Esto permitiría que la mayor parte de los pollos de las especies
esteparias hayan volado o alcanzado la mayor autonomía posible en el momento de la
cosecha, aumentando su probabilidad de supervivencia, sin originar pérdidas en la producción.
En este sentido, cabe señalarse la cebada frente al trigo, o variedades locales de este último,
pero habría que tener también en cuenta en el diseño de las medidas y el cálculo de las primas
los posibles incrementos en el riesgo de daños por condiciones climatológicas adversas.

Por último, aunque no se ha estudiado directamente en este proyecto, las restricciones al


aprovechamiento ganadero merecen una especial atención en varios sentidos. Si bien parece
acertado limitar la entrada de ganado durante la época reproductora, debería facilitarse fuera
de ella. El pastoreo de las rastrojeras o los cultivos forrajeros, además de mejorar la fertilidad
del suelo, favorece la presencia de invertebrados asociados de gran valor alimenticio para las
aves en determinadas épocas. Igualmente, los abrevaderos u otros puntos de agua para el
ganado benefician a las aves esteparias, en particular en zonas exclusivamente de secano o
sin fuentes naturales próximas.

Paralelamente, los trabajos realizados en Canarias han podido constatar el interés de los
cultivos para las aves esteparias en las islas más orientales del archipiélago. Por este motivo, y
en función de los resultados obtenidos, como medida general se recomienda fomentar los
cultivos tradicionales en cada zona, favoreciendo los mosaicos agrarios frente a los
monocultivos. Sería recomendable la recuperación de gavias y otros terrenos agrícolas, al
menos en las zonas ZEPA más favorables para las especies esteparias, aumentando la
superficie destinada al cultivo de cereales, leguminosas y hortalizas, así como la conservación

126
INFORME FINAL

y/o plantación de higueras y otros frutales en las lindes. Necesariamente, el programa


agroambiental a aplicar debería acompañarse con un seguimiento intensivo en las primeras
fases para comprobar la respuesta de las aves y la viabilidad agronómica, e ir mejorando su
diseño.

Evaluación socio-económica

Desde un punto de vista social, es necesario conseguir la acogida por parte de los agricultores
de las medidas de estudio, algo que por diferentes motivos se ha conseguido de manera muy
variable en las distintas CCAA (tabla 16). Una vez lograda dicha acogida, se puede considerar
como un éxito el nivel de satisfacción que alcancen los agricultores con respecto a la inclusión
de las prácticas agroambientales en la gestión de la explotación.

Tabla 16. Nivel de acogida sobre superficie objetivo

Comunidad Superficie acogida % Sup acog/


Autónoma (ha)* Sup obj.
(1.1) 31.633,32 (1.1) 90,4%
Aragón (1.2) 5.300,81 (1.2) 66,3%
(1.8) 21.215,70 (1.8) 42,4%
Castilla-La Mancha 38.896,81 12,9%
Castilla y León 469.056,99 ---
Cataluña 3.773,84 37,7%
Extremadura ---- ---
La Rioja 0 0%
Navarra 6.544,44 32,7%
*Según datos para 2011, año en que todas las medidas dejaron de
convocarse para nueva incorporación o ampliación de superficie.

Para lograr la acogida de los agricultores, es necesario prestar atención durante su diseño
también a sus efectos sobre las economías de los agricultores, así como en las preferencias
que ellos manifiestan, y las motivaciones que les mueven en la decisión de participar o no en
los programas, en la medida en que todo esto pueda convivir con los objetivos ambientales de
las medidas. De manera recurrente, en el ámbito de trabajo de este proyecto, y en
concordancia con la función productiva de la actividad agraria como la principal, la prima
aparece como el atributo de los contratos más valorado por los agricultores, y la búsqueda de
la rentabilidad económica como la principal motivación para acogerse a ellas. Sin embargo,
las diferencias regionales y entre explotaciones dentro de una misma región, principalmente
ligadas a sus rendimientos productivos potenciales, establecen distintas formas de buscar la
rentabilidad en la gestión de la explotación. De esta manera, aparece un gradiente en cuyos
extremos se pueden encontrar dos maneras de enfrentar la gestión de explotaciones de
cultivos herbáceos de secano. De un lado, las menos productivas, con problemas para
alcanzar la rentabilidad incluso con el apoyo público, y del otro, explotaciones más productivas

127
INFORME FINAL

cuya rentabilidad varía en mayor medida en función de las variaciones de precios en los
mercados agrarios.

Estos dos tipos de explotaciones también responden de manera diferente a la opción teórica de
participar en programas agroambientales para aves esteparias. Tras las motivaciones
económicas, en Aragón, en general menos productivo que el área de estudio de Cataluña, se
priorizan motivos como la simplificación de las prácticas agrarias y la disminución del tiempo
dedicado a la actividad, mientras que en Cataluña se priorizan motivos de necesidad ambiental
o beneficios indirectos para las explotaciones como la mejora de la fertilidad de la tierra.

A estas diferencias en las motivaciones, se une el hecho de que económicamente la acogida


es más rentable para las explotaciones situadas en zonas menos productivas, situación que se
mantiene en escenarios de subida de precios del cereal, como se ha demostrado en el caso de
estudio de Aragón. Este hecho es en principio extensible al resto de regiones, debido a que en
todas ellas los principales costes considerados en el cálculo de las primas están vinculados
con el lucro cesante, y las primas se calculan generalmente con valores medios.

Para lograr optimizar el beneficio ambiental de las medidas de estudio es pertinente definir un
ámbito de aplicación localizado en aquellas áreas donde la conservación sea prioritaria,
especialmente en situaciones de limitaciones presupuestarias. Teniendo en cuenta lo anterior,
una vez definido el ámbito, la rentabilidad económica, o dicho de otra manera el incentivo que
suponen las medidas para las distintas explotaciones, debería ser lo más equitativo posible
para favorecer una acogida homogénea en la zona. Por lo tanto, sería necesario regionalizar el
cálculo de la prima hasta el nivel que sea posible, en función de la heterogeneidad productiva
del área de aplicación.

Además, en el actual período de programación, debido a las limitaciones de la fórmula del


cálculo de la prima, se han utilizado en cierto modo los costes de transacción como vía para
poder incrementar las primas, de manera que las medidas fueran atractivas para los
agricultores. Esto se une al hecho de que las explotaciones menos productivas obtienen
mayores beneficios económicos por participar en estos programas. Por tanto, en un escenario
de mayor coherencia de la política, convendría recuperar el concepto de incentivo en el
cálculo de la prima, justificado por el esfuerzo que supone renunciar a parte de la libertad de
decisión y sustituir unas prácticas agrarias consolidadas por las que marcan los contratos
agroambientales, e incluso valorando en términos económicos el beneficio ambiental que
generan. De esta manera, se establecería un cálculo de la prima más transparente y
coherente.

En lo que respecta a los requisitos sobre las prácticas agrarias que incluyen las medidas, el
principal freno a la acogida es la reducción en la capacidad de decisión sobre las labores que
realizan en campo, especialmente en lo relacionado con las limitaciones a los
aprovechamientos durante determinadas fechas, destacando la importancia de flexibilizar
las medidas en la medida de lo posible.

128
INFORME FINAL

Más allá de la decisión de los agricultores y de las prácticas específicas que incluyen las
medidas de estudio, un frente que destaca en la búsqueda del buen funcionamiento de las
mismas es la adecuada gestión por parte de las administraciones públicas, siendo la
puntualidad en los pagos, una buena comunicación, y la correcta información a los agricultores
elementos a los que se debe dar prioridad. En vista de los resultados de este trabajo, destaca
la gestión de Castilla y León, avalada por el proceso de aprendizaje seguido durante varios
períodos de programación.

Respecto a la correcta información a los agricultores, la falta de información sobre la


existencia de las medidas parece haber sido determinante en los bajos niveles de acogida en
algunas regiones como Castilla-La Mancha. El hecho de que un incremento en el nivel de
información con el que cuentan los agricultores conllevaría un incremento en el nivel de
acogida ya fue apuntado por Barreiro y Espinosa Goded (2007). En este sentido, parece que
las Oficinas Comarcales Agrarias pueden desempeñar un papel muy relevante en aportar esta
información, que claramente es el primer paso para posibilitar la decisión de acogerse a las
medidas.

Como se ha comentado en el desarrollo del trabajo, hay otros factores que influyen la
acogida, relacionados con las características individuales de los agricultores. En este caso, se
ha realizado un análisis específico para Aragón, corroborándose lo encontrado por Potter y
Lobley (1992) sobre que son los agricultores de mayor edad los que tienen más predisposición
a acogerse a las medidas de extensificación. Son también los agricultores de rentas más bajas
los que prefieren acogerse a estos programas y los agricultores a tiempo completo. Especial
importancia tiene el hecho de que los agricultores que trabajan tierras en régimen de
arrendamiento prefieren no acogerse a las medidas, debido a que no tienen la seguridad de
poder contar con las mismas tierras durante todo el periodo de compromiso requerido, algo a
considerar en el establecimiento de las condiciones de este tipo de ayudas, tal vez permitiendo
cierta flexibilidad en los casos que sea posible.

Por otro lado, y de cara a mantener en el tiempo el correcto funcionamiento de las medidas,
aparece como necesaria la implicación del conjunto de los actores en el diseño de las
mismas, así como en la retroalimentación posterior para posibles modificaciones, coincidiendo
con lo apuntado por varios artículos en relación a otras políticas ambientales (ej. Raymond et al
2010). Este hecho cobra además especial importancia en el caso de los agricultores, como
sujetos de su puesta en práctica, que conocen de primera mano cómo encajan las
prescripciones agroambientales en la gestión del conjunto de la explotación. Se solucionarían
así, además, los problemas detectados en relación a la adaptación a las características
específicas de las explotaciones y a su complementariedad con el sector ganadero extensivo.

A esto se añade que, según los resultados de este trabajo, los agricultores que entienden que
las medidas de estudio son efectivas para la conservación de las aves esteparias, tienen menor
disposición a participar en los programas agroambientales. Esto podría derivar de la percepción

129
INFORME FINAL

por parte de los agricultores de una cierta relación inversa entre beneficios para las aves o el
medio ambiente y los beneficios económicos, o que necesariamente siempre implican una
reducción de la producción. En cualquier caso, un funcionamiento más participativo de los
programas permitiría a los agricultores obtener de primera mano la información necesaria para
la comprensión de la relación entre las prácticas agrarias exigidas y sus beneficios para la
biodiversidad, teniendo así la oportunidad de debatirlas y hacer propio el objetivo de las
mismas.

130
INFORME FINAL

5. PROPUESTAS

Sobre la evaluación

¾ Establecer objetivos ambientales claros, preferentemente cuantitativos para facilitar


una evaluación rigurosa.

Como ya se ha planteado en ocasiones anteriores, a la hora de afrontar un estudio de


evaluación de efectividad de una medida, sería fundamental contar con el objetivo concreto que
se pretende alcanzar. Idealmente, un objetivo cuantitativo (% de variación, valores absolutos
finales, etc.) permitiría presentar los resultados de manera mucho más clara en cuanto al
progreso realizado hacia la meta propuesta. Esto es especialmente relevante en el caso de
actuar sobre espacios de la Red Natura 2000, donde la legislación establece la obligación de
definir objetivos cuantitativos para las especies de interés de conservación.

No obstante, se puede asumir que no siempre sea posible o necesario plantear metas
numéricas para las medidas agroambientales en sí, pero entonces debería establecerse al
menos un objetivo cualitativo sobre el que poder contrastar los resultados de la evaluación (por
ejemplo, aumentar o frenar el declive de las poblaciones de determinadas especies).

¾ Complementar la evaluación de efectos a nivel parcela con seguimiento a escala de


zona de aplicación

La metodología usada para evaluar el efecto en campo permite conocer la respuesta de las
aves a escala local de parcela y puede considerarse la forma más apropiada para medir el
impacto aislado de las prácticas aplicadas. Sin embargo, de cara a una valoración completa de
la aplicación de las medidas, y potencialmente estimar un umbral de acogida mínimo o detectar
otros factores de influencia, es necesario complementar la evaluación con un seguimiento a
escala de zona de las poblaciones de las especies de interés.

¾ Desarrollar metodologías apropiadas para la evaluación en época invernal

Las medidas analizadas incluyen requisitos relacionados con la gestión de los cultivos y la
explotación a lo largo del año, más allá de la época reproductora, por lo que el trabajo de
campo y los análisis correspondientes han intentado evaluar también el efecto de las medidas
en verano y en invierno. Sin embargo, en particular durante la época invernal, las aves
presentan unos patrones de distribución distintos, con movimientos migratorios y altas
concentraciones de algunas especies, que exceden la escala de trabajo. Son pocos los
estudios previos que han incluido estas épocas, y los resultados obtenidos en este proyecto,

131
INFORME FINAL

específicamente para el invierno, parecen recomendar una aproximación metodológica más


ajustada a las características de esta época.

Sobre las medidas

¾ Definir un ámbito de aplicación coherente con el objetivo ambiental de las medidas

Un punto clave en el diseño de las medidas es la decisión sobre el ámbito de aplicación de las
mismas, que debe hacerse de manera coherente con los objetivos ambientales que las
motivan. En este caso el objetivo es la conservación y mejora de las poblaciones de aves
esteparias y parece pertinente focalizar su aplicación en los espacios ya declarados por su
importancia para estas especies, como son las ZEPA esteparias.

¾ Regionalizar el cálculo de la prima en función de la diversidad productiva de la zona


de aplicación.

Una vez definido el ámbito de aplicación se debe intentar conseguir un nivel de aplicación
homogéneo en el mismo, para lo cual parece imprescindible que el incentivo económico sea
similar para todos los agricultores. Como se ha visto, al usar valores medios que no recogen
adecuadamente la heterogeneidad productiva potencial en las regiones en las que se aplica, se
deriva en que los agricultores con explotaciones con mayores rendimientos pueden perder el
interés por participar. Consecuentemente, es necesario regionalizar el cálculo de la prima en
función de la diversidad productiva de la zona de aplicación.

¾ Decidir en cada caso el objetivo específico de conservación, en base a información


sólida sobre el estado de las poblaciones de las especies prioritarias.

Además, las medidas deberán diseñarse de manera adaptada a las condiciones sociales y
ecológicas de cada una de las zonas, teniendo en cuenta también el efecto que se busca con
ellas. En este sentido, debe plantearse la reflexión en cada caso sobre si es necesario
aumentar las poblaciones para asegurar su viabilidad, o solo garantizar su mantenimiento ante
la amenaza de pérdida del hábitat agrario apropiado, en el marco del plan de gestión del
espacio, si se está trabajando en zonas ZEPA. Para ello es importante contar con información
sólida del estado de conservación de las poblaciones de las especies prioritarias.

¾ Lograr un proceso participativo y en la definición y funcionamiento de las medidas, a


través de estructuras cercanas a los agricultores.

132
INFORME FINAL

El logro de los objetivos ambientales debe conseguirse de la mano de los agricultores. A tal
efecto, es necesario crear espacios de participación y aprendizaje mutuo en el diseño de las
medidas con los agricultores, científicos y conservacionistas, que debe ser liderado por la
administración pública que las desarrolla, y cercano al territorio, por ejemplo a través de las
oficinas comarcales agrarias. De esta manera se facilitaría además una mayor y más directa
información a los agricultores, tanto en lo que respecta a los fundamentos de las medidas
agroambientales, como sobre sus posibles modificaciones y cualquier duda que pueda surgir,
agilizándose así el proceso y facilitando que perduren en el tiempo.

¾ Buscar el equilibrio entre la idoneidad de las prácticas para las aves y la complejidad
de su aplicación.

En cuanto a los requisitos específicos de las medidas, se debe buscar el equilibrio entre las
prácticas favorables para las aves y la viabilidad agronómica de las explotaciones, evitando
compromisos demasiado complejos que disuaden a los agricultores de participar.

¾ Utilizar las herramientas disponibles para flexibilizar en la medida de lo posible las


limitaciones de calendario en los aprovechamientos.

De cara a compatibilizar al máximo los beneficios para las aves con la producción agronómica,
existen herramientas, como el análisis de imágenes satélite desarrollado en este trabajo, que
pueden permitir flexibilizar más y adaptar a las condiciones anuales los intervalos de tiempo en
los que está limitado el aprovechamiento agrario y ganadero en las medidas agroambientales,
principal escollo para la aceptación y aplicabilidad de las mismas.

Sobre el marco regulatorio

¾ Recuperar el concepto de incentivo en el cálculo de las primas

En el marco regulatorio actual, el cálculo de la prima de las medida agroambientales solo


incorpora elementos que justifican los costes teóricos de las prácticas requeridas sin permitir
una remuneración adicional por el valor ambiental que generan. Para conseguir niveles de
prima más atractivos se llegan a incluir requisitos que no responden a las necesidades de las
especies objetivo. Por lo tanto, para garantizar la aplicación homogénea en las zonas de
interés y evitar un diseño artificioso se propone la recuperación del concepto de incentivo en el
cálculo de las primas.

133
INFORME FINAL

¾ Integrar las medidas agroambientales en los planes de gestión de las ZEPA en


coherencia con los objetivos específicos del espacio en cada caso.

Esto debe plantearse en el actual debate sobre la reforma de la PAC, pero no es sólo cuestión
de mejorar el cálculo de las primas. Las propuestas presentadas para la futura política agraria
plantean la creación de un pago asociado a una serie de prácticas dirigidas a la sostenibilidad
ambiental básica de la actividad agraria (“greening” o pago verde), incluyendo su contribución a
la conservación de la biodiversidad global. En este sentido, algunas de las prácticas más
genéricas requeridas en las medidas agroambientales analizadas (como la diversificación de
cultivos o la creación de lindes) pasarían a formar parte de este nuevo pago verde, aplicándose
por tanto a gran escala y contribuyendo así a frenar y revertir el declive de las aves comunes
ligadas a los medios agrarios.

Aún así, las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de la biodiversidad en


general y de las aves esteparias en particular seguirán siendo fundamentales para luchar
contra el declive de estas especies y fomentar una gestión agraria más sostenible, aunque será
necesaria una reformulación de las mismas y probablemente una mayor orientación a la
protección de las especies más amenazadas y en las zonas prioritarias, como es el caso de las
ZEPA de la Red Natura 2000. Precisamente, en estos espacios el objetivo obligatorio es la
recuperación o conservación de las especies por las que fueron declarados, y en el caso de las
zonas de carácter agrario, las medidas agroambientales son una de las herramientas clave,
que deberán coordinarse con el resto de herramientas o medidas en el marco del
correspondiente plan de gestión.

Por tanto, desde la perspectiva de la conservación de especies y la coherencia política, deberá


prestarse especial atención a una correcta articulación de los diferentes elementos en el marco
de la futura PAC: condicionalidad, “greening” y medidas agroambientales. Y de éstos con los
objetivos de conservación y la gestión de los espacios de la Red Natura 2000.

134
INFORME FINAL

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Equipo técnico de campo:

Para la evaluación ecológica: Roberto Antón Aguirre, Arturo Bobed, Marcelo Cabrera, Benedicto Campos,
Domingo Concepción, Marco Escudero, Román Escudero, Javier Ferreres, Javier Gómez, Guillermo
Hernández, Vicente López, Óscar Magaña, Óscar Mañero, Juan Matute, Xavier Martín, Sergio
Mayordomo, Antonio Paredes, Maite Ríos, Rafael Torralba, Noé Torrent, Esteban Ureña y Kees
Woutersen realizaron los muestreos de aves de las parcelas.

Para la evaluación socio-económica: Ángel Arredondo, Silverio Cerradelo (TRENCA), Nicolás Ferrer,
Elena de Prada y el equipo técnico de CIMAS han realizado las encuestas a los agricultores y han
colaborado en los encuentros participativos.

Agradecimientos:

A Carlos Martín, miembro del equipo inicial del proyecto, que contribuyó al diseño del mismo; a Óscar
Magaña, Javier Gómez, Almudena de Prada, Abel Barral y Estela Herguido y Angelina Borobia, por su
ayuda en el tratamiento de los datos.

A Luis Tirado y Maite Ríos (Delegación SEO/BirdLife de Aragón), Juan Antonio Lorenzo y Cristina
González (Delegación SEO/BirdLife de Canarias), y Cristina Sánchez, Jordi Prieto y Albert Cama
(Delegación SEO/BirdLife de Cataluña), por su apoyo en diferentes fases del proyecto.

Al equipo técnico de DEIMOS Imaging SL por su asesoramiento en el trabajo con imágenes satélite.

Al personal técnico de las administraciones competentes en las diferentes comunidades autónomas, por
su colaboración en el suministro de información y en diferentes fases del proyecto.

Por último, agradecemos especialmente su colaboración a los cientos de agricultores que han participado
en los diferentes encuentros y en la realización de las encuestas.
SEO/BirdLife trabaja desde hace décadas en la agricultura.

Con el fin de demostrar y divulgar la importancia de esta actividad para la conservación de las
aves en España, bajo la línea de acción “Sembramos Naturaleza”, se llevan a cabo proyectos
dfemostrativos y campañas informativas, así como gestión directa en reservas propias.

Además, se trabaja con las administraciones responsables para promover el apoyo público a
los sistemas agrarios de mayor valor natural, en favor de las aves y los agricultores.

El proyecto Ganga, desarrollado por SEO/BirdLife entre 2009 y 2012, ha contado con una
subvención del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Fondo Europeo
Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) a proyectos piloto (ARM/1288/2009), en el marco de la
Red Rural Nacional.

www.seo.org

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