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“LA JUSTICIA

PARA
ARISTÓTELES”
25/08/2010

FACULTAD DE DERECHO
CARLOS FERNANDO ARZATE MARTÍNEZ
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3

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE


MÉXICO

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO ROMANO

“LA JUSTICIA PARA ARISTÓTELES”

CARLOS FERNANDO ARZATE MARTÍNEZ

MIÉRCOLES, 25 DE AGOSTO DE 2010


4

LA JUSTICIA
Para Aristóteles, las virtudes son hábitos, disposiciones duraderas, que
nos permiten actuar en la vida eligiendo el término medio con relación a
nosotros mismos ("término medio", quiere decir que Aristóteles
representó siempre la virtud como término medio –mesotés- de dos
vicios, uno por exceso y otro por defecto)
Distinguimos 2 grupos de virtudes:
 à Virtudes morales (o virtudes éticas)
 à Virtudes intelectuales (o virtudes dianoéticas). Para encontrar el
término medio entre esos dos extremos por exceso y por defecto
utilizamos la prudencia, que puede entenderse como el saber práctico
o el buen juicio. Aristóteles destaca esta virtud, junto con la justicia,
por encima de las demás.
La justicia constituye para Aristóteles un elemento fundamental en las
relaciones interhumanas. Distingue 2 conceptos de justicia:
 à Justicia general o legal, que consiste en el cumplimiento de las
leyes.
 à Justicia particular, que consiste en dar a cada uno lo suyo.
Dentro de esta justicia particular distinguimos a su vez la justicia
aritmética (cumplimiento de los contratos que existen entre los
hombres) y justicia geométrica (otorgar a cada uno según los métodos
propios).
El hombre no puede realizarse más que en la vida social, esto es, en la
ciudad, y la participación en el bien de todos es para el hombre condición
indispensable para su vivir bien. De ahí el deseo de los hombres de
participar en una vida en común, en la que se de un orden emanado de la
justicia. privado de la justicia, el hombre no tiene en común con sus
semejantes más que el nombre: sin los beneficios de la justicia y de la ley
es el más miserable y peor de todos los seres, en tanto que realizada es el
mejor de todos y el más feliz. En consecuencia, la regla en lo justo y la
justicia es algo político, puesto que está asegurada por la ley de la
ciudad.
El soberano bien, que es el fin de la ciudad, sólo se ha de conseguir por la
efectividad de la justicia. que es la más importante de todas la virtudes,
pues en ella están como contenidas todas las demás. La justicia tiene
como objeto el derecho en todos sus aspectos (positivo o
consuetudinario; privado o público, que es la emanación de algo que está
en la naturaleza, de algo eterno e inmutable, en otras palabras, de un
derecho natural. Este derecho es propio de los hombres libres que son
los únicos que tienen razón propia y que son verdaderamente dueños de
sí mismos; pero no se aplica a los que por naturaleza, como el esclavo,
dependen del poder ajeno y no poseen razón ni voluntad autónomas.
Para que se conciba la justicia los hombres no deben tener ni más ni
menos que lo que les corresponde, porque la justicia es como un medio
entre dos extremos. Este medio implica una igualdad entre dos personas
que se traduce en una proporción entre lo que se da y lo que se recibe.
Esta proporción en unos casos importa una igualdad aritmética (justicia
conmutativa), pero en otros casos la proporción no se hace teniendo en
5

cuenta solamente el valor o los méritos de las personas. Según ésta, que
es la justicia distributiva, es injusto hacer un reparto en partes iguales
entre dos personas desiguales o no retribuir igualmente a dos hombres
que tienen igual mérito. Este tipo de justicia hace prevalecer sobre la
igualdad la equidad, que es una forma superior de justicia, pues permite
corregir y suavizar la justicia legal, evitando así los abusos de la ley, que
al tener en cuenta lo general no contempla a veces los casos particulares.
Para que se pueda llegar a la equidad, forma superior de la justicia, es
necesaria la amistad (sentimiento de benevolencia) y del bien obrar que
anima a los seres reflexivos en sus relaciones sociales. Ella se encuentra
en los hombres sublimada por la reflexión, y ha de presidir las relaciones
entre los hombres.
El hombre no puede desarrollar las virtudes ni la felicidad si no es en
sociedad, por 2 razones:
 Sin la sociedad no sobreviviría, ya que, en principio, carecería de
los bienes fundamentales.
 Sin las leyes sociales nunca alcanzaría las virtudes.
El desarrollo político que Platón planteó de una forma utópica se basaba
en un gobierno ideal, en el que quedaba reflejada la estructura misma del
alma. Aristóteles no imita esta formar de pensamiento teórico para
después intentar aplicarlo en la práctica, sino que sigue un procedimiento
deductivo:
1. 1. Realiza un estudio y análisis de las Constituciones existentes.
2. 2. Deduce la Constitución más perfecta y aplicable a la práctica.

Papel que le asigna a las leyes.


Es Estado ideal es para Aristóteles el Estado legal. Para él las leyes son
indispensables, aún en la monarquía – que teóricamente sería la mejor
forma de gobierno -, para que el monarca también quede sometido a ellas.

Los ciudadanos.
Los ciudadanos son para Aristóteles los que según las leyes de cada
polis tienen el derecho de intervenir en los negocios público y de
desempeñar alguna magistratura. La ciudadanía, por tanto, no es algo
sobre lo que se puede generalizar, sino que debe resolverse
empíricamente de acuerdo con las circunstancias existentes en cada
polis.

Las funciones del gobierno


Puede encontrarse en Aristóteles un antecedente remoto de la doctrina de
la división de poderes, tal como luego vendría a ser planteada y
desarrollada por Locke y Montesquieu. Distingue una serie de funciones
necesarias para la mayor eficacia del gobierno, estas funciones son:
- -

La deliberativa, que corresponde a la Asamblea.


- - La administrativa
- - La judicial
6

Estas funciones atienden al mejor gobierno, pero no tienen sin embargo


vinculación (como lo ha de tener en la doctrina moderna) con la
necesidad de defender la libertad individual.

• LAS VIRTUDES CARDINALES


Son 4 y apoyan a todas las demás virtudes, se tienen que ejercitar para
desarrollarlas:
Prudencia,
Justicia,
Fortaleza y
Templanza,

1ª La Prudencia

La prudencia es una virtud, es la primera de las virtudes cardinales. Virtud


en términos generales es la elevación del ser en la persona humana, o
bien como decía Kant, es la fortaleza moral de obrar de acuerdo con los
principios del deber o de acuerdo a Santo Tomás, es lo máximo a que
puede aspirar el hombre, o sea la total realización de las posibilidades
humanas en el aspecto natural y sobrenatural. A partir de Aristóteles, se
destaca el poder de la voluntad, que pasó a ser junto con la inteligencia,
los elementos constituyentes de la virtud. La virtud no es la simple
“honradez” o forma “correcta” de un hacer o omitir, completamente
aislado; significa más bien la verdadera esencia del hombre en los dos
planos el material-humano y el místico-divino, o mejor el natural o el
sobrenatural.

El prudente puede ser justo, fuerte y templado.

2ª La Justicia

La palabra Justicia, se ha usado y se usa para designar el criterio ideal, o


por lo menos el principal criterio ideal del Derecho,Empecemos con
Platón, para éste la justicia es la virtud fundamental de la cual se derivan
todas las demás virtudes, pues constituye el principio armónico
ordenador de éstas, el principio que determina el campo propio de acción
de cada una de las demás virtudes: de la prudencia o sabiduría para el
intelecto, de la fortaleza o valor para la voluntad y de la templanza para
los apetitos y tendencia.

Para Aristóteles “la justicia es expresión de la virtud total o perfecta”, de


la cual dice que “consiste en una medida de proporcionalidad de los
actos, la cual representa el medio equidistante entre el exceso y el
defecto”.

3ª La Fortaleza

La fortaleza supone vulnerabilidad; sin vulnerabilidad no se daría la


posibilidad misma de la fortaleza. Si el hombre puede ser fuerte es porque
es esencialmente vulnerable. La esencia de la fortaleza consiste en
7

aceptar el riesgo de ser “herido” en el combate, por la realización del


bien; entendiendo por “herida” aquí, toda agresión, contraria a la
voluntad que pueda sufrir la integridad natural, toda lesión del ser que
descansa en sí mismo, todo aquello que aconteciendo en y con nosotros,
sucede en contra de nuestra voluntad. En resumen: todo cuanto nos
resulte negativo, cuanto nos cause daño o dolor, cuanto inquieta y
oprima. La fortaleza por lo tanto no es independiente ni descansa sobre sí
misma. Su sentido propio le viene sólo de su referencia a algo que no es
de ella, es por eso que la fortaleza es nombrada en tercer lugar en la serie
de las virtudes cardinales y esta enumeración no es casual, la prudencia y
la justicia preceden a la fortaleza. Significa que sin prudencia y sin
justicia no se da la fortaleza: sólo aquél que es prudente y justo puede
además ser valiente, por lo tanto examinemos un poco las relaciones de
la prudencia y la justicia con la Fortaleza.

4ª La Templanza

La Templanza requiere una ausencia absoluta de egoísmo, por cuanto ella


es el habito que pone por obra y defiende la realización interior del
hombre. La Templanza se opone a toda perversión del orden interior,
gracias al cual subsiste y obra la persona moral. Así por ejemplo: el
placer sensible que se obtiene en la manifestación de las fuerzas
naturales más potentes que actúan en la conservación del hombre.

LAS DIVERSAS ESPECIES DE JUSTICIA.

Distínganse diversas especies de justicia en atención a los derechos, y al


sujeto pasivo y al sujeto activo de los mismos.
a) La justicia conmutativa
Se rige por el derecho de contrato privado, conforme al principio de
igualdad entre lo que se da y se recibe. El sujeto activo y pasivo es la
persona privada (o alguna sociedad como persona moral), la finalidad es
la utilidad privada, el bien privado del individuo (de la persona física o
moral).
La justicia conmutativa exige que se dé al otro un valor igual al que
ofrece y prohibe usurpar sus derechos o quitarle algo. Las principales
faltas contra la justicia conmutativa son el robo, el fraude y la injusta
damnificación.
b) La justicia general o legal
El sujeto pasivo es la comunidad, su finalidad el bien común. Sujeto
activo es tanto la comunidad o sociedad por medio de sus órganos
oficiales cuanto los individuos respecto de la comunidad o sociedad. Los
representantes del poder cumplen con esta justicia imponiendo leyes que
fomenten el bien común; los súbditos la cumplen observando fiel v
escrupulosamente aquellas mismas leyes.
La justicia legal o general recibe en santo ToatÁs las perspectivas de una
virtud moral universal, en cuanto ordena todas las buenas acciones al
8

bien general de la comunidad 55. Considerándola bajo este aspecto, dice


generalmente santo Tomás que la justicia es la primera de las virtudes
morales, puesto que el bien general está antes que el particular 56.
Extendiendo teológicamente este pensamiento, significaría: la más
elevada virtud no consiste en trabajar en su propio perfeccionamiento
con una visión limitada de sí mismo, sino en olvidarse de sí mismo para
laborar por el bien común, o sea en procurar la gloria de Dios y la
extensión de su reino. Por eso las virtudes que tienen por objeto el
regular el interior del individuo y que son la fortaleza y la templanza, no
son las virtudes más elevadas; lo es la justicia, que lo endereza todo a
mayor bien del prójimo, o sea de la sociedad, y en último término a Dios.
Por tanto, la virtud es tanto más elevada cuanto más se despreocupa la
persona de sus propias ventajas. Con todo, el sentido ordinario de la
justicia legal no es tan amplio. Se limita a enderezar hacia el bien común
la actividad de los poderes legislativos y el cumplimiento de las leyes.
c) La justicia distributiva
El sujeto pasivo es el individuo respecto de la comunidad. Su finalidad es
el bien de cada uno de los miembros de la comunidad; el sujeto activo, la
comunidad por medio de sus órganos oficiales. La justicia distributiva
regula la cantidad de privilegios, socorros, cargas y obligaciones que
corresponden a cada miembro de la sociedad. El individuo tiene derechos
fundamentales frente a la sociedad, derechos que ésta debe garantizarle y
defenderle. A su turno, el individuo cumple con la justicia distributiva
mostrándose conforme con la distribución de cargas y privilegios cuando
es justa, y absteniéndose de reclamaciones injustificadas. En un estado
democrático en que cada cual puede por sí mismo reclamar y defender
sus derechos y cumplir sus deberes, la justicia distributiva es virtud muy
necesaria, no sólo a las autoridades sino también al ciudadano. Ella debe
regular la propaganda política y el derecho y el deber electoral. La
autoridad peca contra ella por la defensa parcial de un grupo o categoría.
La justicia legal y la distributiva deben servirse mutuamente. El individuo
que se desvela por el bien de la sociedad debe ser recompensado por
ésta en proporción; quien más sirve tiene derecho a mayores honores y
ventajas. El goce de privilegios obliga también a mayores servicios, a más
desvelados esfuerzos por procurar el bien común.
En la aplicación de este principio hay que usar sin duda de
circunspección: quien se ha apoderado — con justicia o sin ella — de
buena parte de los recursos nacionales y por lo mismo paga mayores
impuestos, no tiene por esto solo derecho a mayores honores y
privilegios. No hace más que cumplir con lo que se le puede exigir en
derecho; lo que da entonces está simplemente en proporción con lo que
recibe, pues disfrutando de mayores bienes comunes, debe también
rendir más. que aquel que disfruta de menores posibilidades. Cuando, por
el contrario, un individuo se ha apoderado de grandes propiedades
quitándoles a los demás miembros la posibilidad de trabajar en provecho
propio y de la sociedad, tal individuo ha de ser considerado como un
parásito si no realiza proporcionalmente en provecho de la sociedad
algún servicio extraordinario.
Obra de justicia, pero desgraciadamente obra rara, es que los ricos y
potentados renuncien de buena gana y voluntariamente a ventajas o
9

propiedades desproporcionadas, perjudiciales para la comunidad. Se les


puede obligar en derecho a hacerlo.

La justicia vindicativa
La justicia vindicativa es la voluntad ordenada de restablecer la justicia
lesionada mediante una pena proporcionada al delito. Es virtud propia,
ante todo, del representante de la autoridad, el cual, al imponer la pena y
determinar su magnitud, no puede tener otra finalidad que el fomento del
bien común, el orden y la seguridad pública, la confianza general en la
justicia y, a ser posible, también la enmienda del culpable. Pero es
también virtud de los subordinados, por la que exigen el castigo del
crimen no por venganza sino por verdadero celo por la justicia y el bien
común. Esta virtud lleva al culpable a someterse a la pena merecida, en
espíritu de reparación.

Reyes legendarios de Roma

La historia legendaria de los reyes romanos proviene de la historiografía


antigua. Incluso los propios autores romanos como Tito Livio advierten
de la imposibilidad de referir con exactitud hechos acaecidos en tiempos
tan antiguos y que solo se conocían por leyendas, pero, no obstante,
disfrutan y se recrean narrando estas bellas historias. Sin embargo la
historiografía moderna no admite como históricos ni los nombres ni las
biografías de estos supuestos reyes romanos.

Nombre Período

753 a. C. –
Rómulo
716 a. C.

715 a. C. –
Numa Pompilio
674 a. C.

673 a. C. –
Tulio Hostilio
642 a. C.

642 a. C. –
Anco Marcio
617 a. C.
10

616 a. C. –
Tarquino Prisco
579 a. C.

578 a. C. –
Servio Tulio
535 a. C.

Tarquinio el 535 a. C. –
Soberbio 509 a. C.

Reinado de Rómulo

Rómulo no sólo fue el primer rey romano, sino también su fundador, junto
a su gemelo Remo. En el año 753 a. C., ambos comenzaron a construir la
ciudad junto al Monte Palatino,4 cuando, según la leyenda, Rómulo mató a
Remo por haber atravesado sacrílegamente el pomerium.5 Tras la
fundación de la urbe, Rómulo invitó a criminales, esclavos huidos y
exiliados para darles asilo en la nueva ciudad, llegando así a poblar cinco
de las siete colinas de Roma. Para conseguir esposas a sus ciudadanos,
Rómulo invitó a los sabinos a un festival, donde raptó a las mujeres
sabinas y las llevó a Roma.6 Luego de la consiguiente guerra con los
sabinos, Rómulo unió a los sabinos y a los romanos bajo el gobierno de
una diarquía junto con el líder sabino Tito Tacio.7

Rómulo dividió a la población de Roma entre hombres fuertes y aquellos


no aptos para combatir. Los combatientes constituyeron las primeras
legiones romanas, mientras que el resto se convirtieron en los plebeyos
de Roma, y de todos ellos, Rómulo seleccionó a 100 de los hombres de
más alto linaje como senadores.8 Estos hombres fueron llamados Padres,
y sus descendientes serían los patricios, la nobleza romana. Tras la unión
entre romanos y sabinos, Rómulo agregó otros 100 hombres al Senado.9

También, bajo el reinado de Rómulo, se estableció la institución de los


augures como parte de la religión romana, así como la Comitia Curiata.
Rómulo dividió a la gente de Roma en tres tribus: romanos (ramnes),
sabinos (titios) y el resto (luceres). Cada tribu elegía a diez coviriae
(curias, comunidad de varones), aportando además 100 caballeros y 10
centurias de infantes cada una, conformando así la primera legión de 300
jinetes y 3.000 infantes. Ocasionalmente podía convocarse una segunda
legión en caso de urgencia.9

Después de 38 años de reinado, Rómulo había librado numerosas


guerras, extendiendo la influencia de Roma por todo el Lacio y otras
áreas circundantes. Pronto sería recordado como el primer gran
conquistador, así como uno de los hombres más devotos, de la historia
11

de Roma. Tras su muerte a los 54 años de edad, fue divinizado como el


dios de la guerra Quirino, honrado no sólo como uno de los tres dioses
principales de Roma, sino también como la propia ciudad de Roma
divinizada.10

Reinado de Numa Pompilio

Tras la muerte de Rómulo, el reinado de la ciudad recayó sobre el sabino


Numa Pompilio. Si bien en un principio no deseaba aceptar la dignidad
real, su padre le convenció para que aceptara el cargo, para servir así a
los dioses.11 Recordado por su sabiduría, su reinado estuvo marcado por
la paz y la prosperidad.12

Numa reformó el calendario romano, ajustándolo para el año solar y lunar,


añadiendo además los meses de enero y febrero hasta completar los doce
meses del nuevo calendario.13 Instituyó numerosos rituales religiosos
romanos, como el de los salii, designando además un flamen maioris
como sacerdote supremo de Quirino, el flamen Quirinalis. Organizó el
territorio circundante de Roma en distritos, para una mejor
administración, y repartió las tierras conquistadas por Rómulo entre los
ciudadanos, a la vez que se le atribuye la primera organización de la
ciudad en gremios u oficios.14

Numa fue recordado como el más religioso de todos los reyes, por
encima incluso del propio Rómulo. Bajo su reinado se erigieron templos a
Vesta y Jano, se consagró un altar en el Capitolio al dios de las fronteras
Terminus, y se organizaron los flamen, las vírgenes vestales de Roma y
los pontífices, así como el Collegium Pontificum.15 La tradición cuenta
que durante el gobierno de Numa un escudo de Júpiter cayó desde el
cielo, con el destino de Roma escrito en él. El rey ordenó hacer once
copias del mismo, que fueron reverenciadas como sagradas por los
romanos.16

Como hombre bondadoso y amante de la paz, Numa sembró ideas de


piedad y de justicia en la mentalidad romana. Durante su reinado, las
puertas del templo de Jano estuvieron siempre cerradas, como muestra
de que no había emprendido ninguna guerra a lo largo de su mandato. 17
Tras 43 años de reinado, la muerte de Numa ocurrió de forma pacífica y
natural.18

Reinado de Tulio Hostilio

Hijo de Hersilia (que llegó a ser esposa de Rómulo) y Hostio Hostilio,


Tulio Hostilio fue muy parecido a Rómulo en cuanto a su carácter
guerrero,19 y completamente opuesto a Numa debido a su falta de
atención hacia los dioses. Tulio fomentó varias guerras contra Alba
Longa, Fidenas y Veyes, de forma que Roma obtuvo así nuevos territorios
y mayor poder. Fue durante el reinado de Tulio cuando Alba Longa fue
completamente destruida, siendo toda su población esclavizada y enviada
12

a Roma. De esta forma, Roma se impuso a su ciudad materna como el


poder hegemónico del Lacio.20

Tanto deseaba Tulio nuevas guerras que incluso fomentó otro conflicto
contra los sabinos, de forma que puede decirse que fue durante su
reinado cuando el pueblo romano adquirió los deseos de nuevas
conquistas a costa de la paz. El rey sostuvo tantas guerras que descuidó
la atención a las divinidades, por lo cual, según sostiene la leyenda, una
plaga se abatió sobre Roma, hallándose el propio rey entre los afectados.
Cuando Tulio solicitó la ayuda de Júpiter, el dios respondió con un rayo
que redujo a cenizas tanto al monarca como a su residencia.

A pesar de su naturaleza beligerante, Tulio Hostilio seleccionó a un tercer


grupo de individuos que llegaron a pertenecer a la clase patricial de
Roma, elegidos de entre todos aquellos que habían llegado a Roma
buscando asilo y una nueva vida. También erigió un nuevo edificio para
albergar al Senado, la Curia, que existió durante cinco siglos tras la
muerte del rey, cuyo reinado llegó a su fin tras 31 años de duración.21

Reinado de Anco Marcio

Tras la misteriosa muerte de Tulio, los romanos eligieron al sabino Anco


Marcio, un personaje pacífico y religioso, para que los gobernase como
nuevo rey. Era nieto de Numa Pompilio y, como su abuelo, apenas
extendió los límites de Roma, luchando tan sólo en defensa de los
territorios romanos cuando fue preciso. Fue quien construyó la primera
prisión romana en la colina del Capitolio.

Durante su reinado se fortificó la colina Janícula, en la ribera occidental


del Tíber, para así brindar mayor protección a la ciudad por ese flanco,
construyéndose asimismo el primer puente sobre el río. Otras de las
obras del rey fue la construcción del puerto romano de Ostia en la costa
del Tirreno, así como las primeras factorías de salazón, aprovechando la
ruta fluvial tradicional del comercio de sal (via salaria) que abastecía a los
ganaderos sabinos. El tamaño de la ciudad se incrementó gracias a la
diplomacia ejercida por Anco, que permitió la unión pacífica de varias
aldeas menores en alianza con Roma. Gracias a este método, consiguió el
control de los latinos, realojándolos en el Aventino, y consolidando así la
clase plebeya de Roma.

Tras 24 años de reinado murió posiblemente de muerte natural, como su


abuelo antes que él, siendo recordado como uno de los grandes
pontífices de Roma. Fue el último de los reyes latino-sabinos de Roma.

Reinado de Tarquinio Prisco

Tarquinio Prisco fue el quinto rey de Roma, y el primero de origen


etrusco, presumiblemente de ascendencia corintia. Tras emigrar a Roma,
obtuvo el favor de Anco, quien lo adoptó como su hijo. Al ascender al
trono, libró varias guerras victoriosas contra sabinos y etruscos,
13

doblando así el tamaño de Roma y obteniendo grandes tesoros para la


ciudad.

Una de sus primeras reformas fue añadir 100 nuevos miembros al Senado
procedentes de las tribus etruscas conquistadas, por lo que el número de
senadores ascendió a un total de 300. También amplió el ejército,
duplicando el número de efectivos hasta 6.000 infantes y 600 jinetes.22
Utilizó el gran botín obtenido en sus campañas militares para construir
grandes monumentos en Roma. Entre estas obras destaca el gran
sistema de alcantarillado de la ciudad, la Cloaca Máxima, cuyo fin fue
drenar las aguas de un pequeño arroyo del Tíber que solían estancarse en
los valles situados entre las colinas de Roma. En el lugar de las antiguas
marismas, Prisco inició la construcción del Foro Romano. Otra de las
innovaciones del rey fue la creación de los Juegos Romanos.

El más célebre de sus proyectos de construcción fue el Circo Máximo, un


gran estadio que albergaba carreras de caballos, que es hasta la fecha el
mayor de todos los erigidos en el mundo. Prisco continuó el Circo
Máximo con la construcción de un templo-fortaleza sobre la colina del
Capitolio, consagrado al dios Júpiter. Desgraciadamente, fue asesinado
tras 38 años de reinado por los hijos de su predecesor, Anco Marcio,
antes incluso de que el templo estuviera acabado. Su reinado es
recordado además por haber introducido los símbolos militares romanos
y los cargos civiles, así como por la celebración del primer triunfo.

Reinado de Servio Tulio

Tras la muerte de Prisco, su yerno Servio Tulio le sucedió en el trono,


siendo el segundo rey de origen etrusco que gobernaba Roma. Como su
suegro anteriormente, Servio libró varias guerras victoriosas contra los
etruscos. Utilizó el botín obtenido en sus campañas para erigir las
primeras murallas que cercaran las siete colinas romanas sobre el
pomerium, las llamadas murallas servianas. También realizó cambios en
la organización del ejército romano.

Alcanzó renombre por desarrollar una nueva constitución para los


romanos, con mayor atención a las clases ciudadanas. Instituyó el primer
censo de la historia, dividiendo a las gentes de Roma en cinco clases
económicas, creando además la Asamblea centuriada. Utilizó asimismo el
censo para dividir la ciudad en cuatro tribus urbanas, basadas en su
ubicación espacial dentro de la ciudad, estableciendo la Asamblea tribal.
Su reinado también destacó por la edificación del templo de Diana en la
colina del Aventino.

Las reformas de Servio supusieron un gran cambio en la vida romana: el


derecho a voto fue establecido con base en la riqueza económica, por lo
cual gran parte del poder político quedó reservado a las élites romanas.
Sin embargo, con el tiempo Servio favoreció gradualmente a las clases
14

más desfavorecidas, para obtener de esta forma un mayor apoyo de entre


los plebeyos, por lo cual su legislación puede definirse como
insatisfactoria para la clase patricial. El largo reinado de 44 años de
Servio Tulio finalizó con su asesinato en una conspiración urdida por su
propia hija Tulia y su marido Tarquinio, su sucesor en el trono.

Reinado de Tarquinio el Soberbio

El séptimo y último rey de Roma fue Tarquinio el Soberbio. Hijo de Prisco


y yerno de Servio, Tarquinio también era de origen etrusco. Fue durante
su reinado cuando los etruscos alcanzaron la cúspide de su poder.
Tarquinio usó la violencia, el asesinato y el terror para mantener el control
sobre Roma como ningún rey anterior los había utilizado, derogando
incluso muchas reformas constitucionales que habían establecido sus
predecesores. Su mejor obra para Roma fue la finalización del templo a
Júpiter, iniciado por su padre Prisco.

Tarquinio abolió y destruyó todos los santuarios y altares sabinos de la


Roca Tarpeya, enfureciendo de esta forma al pueblo romano. El punto
crucial de su tiránico reinado sucedió cuando permitió la violación de
Lucrecia, una patricia romana, por parte de su propio hijo Sexto. Un
pariente de Lucrecia y sobrino del rey, Lucio Junio Bruto (antepasado de
Marco Junio Bruto), convocó al Senado, que decidió la expulsión de
Tarquinio en el año 510 a. C. Tarquinio pudo haber recibido entonces la
ayuda de Lars Porsena, quien no obstante ocupó Roma para su propio
beneficio. Tarquinio huyó entonces a la ciudad de Túsculo y
posteriormente a Cumas, donde moriría en el año 495 a. C.23 Esta
expulsión supuso el fin de la influencia etrusca tanto en Roma como en el
Lacio, y el establecimiento de una constitución republicana.24

Tras la expulsión de Tarquinio, el Senado decidió abolir la monarquía,


convirtiendo a Roma en una república en el año 509 a. C. Lucio Junio
Bruto y Lucio Tarquinio Colatino, sobrino de Tarquinio y viudo de
Lucrecia, se convirtieron en los primeros cónsules del nuevo gobierno de
Roma, el que a la larga lograría la conquista de casi todo el mundo
mediterráneo, y que perduró durante casi quinientos años hasta la
ascensión de Julio César y César Augusto.

Las Clases Sociales en Roma Monárquica:

Patricios: Formaban la aristocracia romana, el sector dirigente y


privilegiado. Los únicos considerados como “ciudadanos romanos, con
derecho a votar, ocupar los cargos políticos y religiosos. Además eran el
sector más rico, dueño de las grandes extensiones de tierra.

Se consideraban descendientes de los fundadores de Roma y estaban


organizados en un consolidado sistema familiar. Las familias patricias se
agrupaban en gens: integradas por los descendientes de un mismo genio,
15

semidios, al que veneraban. Las gens se agrupaban de a diez y formaban


una curia, congregación religiosa de las familias. Con el tiempo, las curias
se convirtieron en instituciones políticas, las votaciones se realizaban por
medio de ellas (cada familia votaba dentro de la curia a la que pertenecía).
El nombre de patricios deriva de patris (padre), y alude a los jefes de las
gens.

Clientes: Eran personas que no pertenecían a ninguna gens, extranjeros o


refugiados pobres, que se ponían balo la protección de un patricio. Este
les brindaba ayuda económica, los defendía ante la lusticia y les permitía
participar de las ceremonias religiosas. A cambio, el cliente lo
acompañaba en la guerra y lo ayudaba en algunos trabajos, o en todo lo
que se le solicitase. Las familias patricias se enorgullecían de tener
clientela importante o numerosa.

Plebeyos: A medida que la ciudad romana crecía, apareció un elemento


social nuevo: la plebe. La integraban los extranjeros, los refugiados y los
clientes que se habían enemistado con sus patronos. Se los consideraba
hombres libres, pero no ciudadanos, por lo tanto se hallaban excluidos de
la vida política y también religiosa (no participaban del culto oficial).
Antes de las reformas de Servio Tulio, tampoco podían integrar el ejército.
Les estaba prohibido contraer matrimonio con los integrantes del
patriciado.

Esclavos: Se encontraban en la escala inferior de la sociedad. Se


dedicaban a las tareas serviles y no tenían ningún derecho. En los
primeros tiempos de Roma formaban un grupo poco numeroso, que se
fue incrementando con el desarrollo de las conquistas y la expansión
romana.

EL GOBIERNO: El gobierno solamente podía ser ejercido por los


patricios, (imagen: patricio romano) que eran los descendientes de los
fundadores o padres de la ciudad. Los patricios constituían una
aristocracia, integrada por un grupo reducido de familias, cuyos jefes
formaban parte del Senado, que era la institución más importante de
Roma. Era presidido por el rey y a su muerte ejercía transitoriamente el
poder hasta que elegía a su sucesor.

Además, existía la Asamblea del Pueblo o Comicios por curias, que era
convocada por el rey para reunirse al pie del Capitolio. Allí se
concentraban las treinta curias que agrupaban a los patricios y clientes
de una misma zona.

La autoridad suprema era ejercida por el rey que era, a la vez, jefe militar,
sumo sacerdote y juez supremo. Sin embargo, la monarquía era electiva y
su poder estuvo limitado por el Senado y La Asamblea del Pueblo
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Organización Política:
La Realeza: El rey elegido por la Asamblea, duraba en su cargo de por
vida. A su muerte el poder volvía al estado. El Senado designaba a un rey
interino, mientras se elegía un sucesor.

El Senado: lo integraban los jefes de la familias patricias. Sus funciones


en esa época eran esencialmente consultivas: asesor al rey en sus
actividades.

La Asamblea o Comicios por Curias: Formada exclusivamente por los


ciudadanos, sus funciones eran variadas, desde las legislativas (votar
leyes, declarar la guerra) y las judiciales hasta la elección de los reyes.
Cada familia votaba dentro de su curia.

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