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Angelo Panebianco

MODELOS DE PARTIDO

ORGANIZACiÓN Y PODER EN LOS


PARTIDOS POLíTICOS
Esta publicación se ha realizado en colaboración con
la Biblioteca Italia, un programa de la Fundación
Versión española de Mario Trinidad
Giovanni Agnelli para la difusión de la cultura italiana.

Alianza Editorial
Título original: Modeli di partito

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INDICE

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Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegida por la Ley, que establece penas de
prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes
Agradecimientos . 11
reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de Introducción . 13
soporte o comunicada a través de cualquier medio. sin la preceptiva autorización.
PRIMERA PARTE: EL SISTEMA ORGANIZATIVO
1. Algunos dilemas en materia de organización . 27
Premisa. Los dilemas organizativos. La articulación de los fines. Un mo-
delo de evolución organizativa.
2. El poder. Los incentivos. La participación . 61
Premisa. Poder e intercambio desigual. Creyentes y arribistas. Incenti-
Copyright © 1982 by Societa Editrice Il Mulino, Bologna vos e intercambio desigual.
© Ed. casr.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1990,2009 3. Coalición dominante'y estabilidad organizativa . 83
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15 Premisa. La coalición dominante. La legitimidad. La estabilidad organi-
zativa, Conclusiones.
28027 Madrid; teléf. 91 39388 88
ISBN: 978-84-206-8400-0
SEGUNDA PARTE: EL DESARROLLO
Depósito legal: M. 22.952-2009 ORGANIZATIVO
www.a1ianzaeditorial.es
Forocornposición: EFCA, S. A.
4. La institucionalización . 107
Premisa. El modelo originario. La institucionalización. L~ ins.tituc.ión
Impreso en Lavel Industria Gráfica, S. A. Los Llanos, nave 6. Humanes (Madrid) fuerte y la institución débil: dos tiros ideales. Modelo ongmano e ms-
Prinred in Spain titucionalización: una tipología. E carisma personal: un caso anormal.
Conclusiones.

SI QUIERE RECIBIR INFORMACIÓN PERIÓDICA SOBRE LAS NOVEDADES DE AUANZA


5. Los partidos de oposición (1) . 139
EDITORIAL, ENVIE UN CORREO ELECTRÓNICO A LA DIRECCIÓN: Premisa. El partido socialdemócrata alemán: El partido comunista fran-
cés. El partido comunista italiano. Conclusiones,
alianzaeditorial@anaya.es

7
LA INSTITUCIONALIZACION
4.

Premisa

El razonamiento desarrollado hasta aquí estaba orientado a cons-


truir algunas premisas indispensables para un análisis organizativo
de los partidos. Sin embargo, hasta el momento, se ha tratado de un
análisis estático. He imaginado, por así decir, un partido X, captado
en un momento T de su historia y he tratado de identificar los
instrumentos más útiles para examinar su fisonomía organizativa y
las contrapuestas presiones a que se halla sometido. Pero un partido,
cualquier partido --como cualquier organización- no es un objeto
de laboratorio aislable de su contexto, ni un mecanismo que una vez
construido y puesto en marcha sigue funcionando siempre del mis-
mo modo (aunque descontando las posibles averías mecánicas y el
desgaste debido al tiempo). Un partido, como cualquier organiza-
ción, es por el contrario una estructura en movimiento que evolu-
ciona, que se modifica a 10 largo del tiempo y que reacciona a los
cambios exteriores, al cambio de los «ambientes» en que opera y en
los que se halla inserto. Se puede afirmar que los factores que inci-
den mayormente sobre la estructura organizativa de los partidos, los

107
109
El desarrollo organizativo . .tucionalización
108 L.a JIlsu

. . as de aquél incluso a decenios de distancia, Toda organiza-


q~e ~xplican su fisonomía y funcionamiento, son su historia orga- anlzatlV ' id d di
g, , n lleva sobre sí la hu~ll~ de las ?~cuhan .a .es q~e se , le~on en
ruzatrva (su pasado). y las relaciones
. que en cada momento establec e Clof ción y de las decisiones polítlco-admmlstratlvas mas impor-
son un entorno SUjeto a continuos cambios. Así formulada esta tesi u orma d 1 d .,
s doptadas por sus fundadores; es decir e as eClSlones que
es o b vlament.e
. dernasi '
ernasiado genérica y corre el riesgo de transformarse IS taJltes a delado» a la orgamzaclOn, . ., Pero a pesar dee su su caracter
cará cru-
en una .banalidad. Para concretar sus implicaciones, debemos dispo- han "mO . d d f ., d
'al 1 roblema de las peculiaridades del peno o e ormaClOn e
n~r .de instrumentos analíticos capaces de enfocar un cuadro en rno- CI , e P idos constituye uno de los campos en gener al mas ' a b an d 0-
v~mlento: la ~volución organizativa de los partidos en contextos am- os
1 d pa rt . . di d
or la literatura sobre los partidos, Mientras Isponemos e
bientales vana~les. yna .vez que hayamos puesto a punto estos ins- P
na ' os das teorías sobre la formaclOn ' , de los os si
sistemas d e partl id os 2 o
trumentos, sera ~osl?le Intentar un análisis histórico-comparado del re f ma d 1 ili ,
las precondiciones estructurales Y culturales e a mov Iza~lOn
?es~rrollo ~rgamzatlvo de un ci~rt? número de partidos (premisa so b re' ea en Occidente 3 la teoría de la f ormaClOn " d e 1os partl d os
mdlspens~b.e. a su vez pa~a el objetivo de elaborar una tipología de po lít I .' 1 D
, d' vidualmente considerados, se detiene, sustanCIa mente, en ~-
las.orgamzaclOnes de partido). Esto es, será posible dar un salto de 10 I id d .,' (d
verger y en su distinción entre partl os e creaaon mtema e ori-
cal~~a?, ~as,ar .de un análisis estático de tipo lógico-deductivo, a un gen parlamentario) y partidos de creaci~~ exte;r!a; entre aquell.os
análisis dinámico de tipo histórico-inductivo.
partidos cuyo nacimiento se debe a la acción ~e ~htes parlame~tanas
, ~~s conceptos centrales en torno a los cuales organizaré este preexistentes y los creados por grupos y aSOCiaCIOnes.que ~ctu~n en
anali~ls. son los de modelo originario (los factores que, combinándose la sociedad civil 4, Pero como ya han mostrado las m."estlgaclOnes
de dlstmtas, ~aneras? deJ~n s~ huella e.n l~ o~gani~ación y definen históricas sobre la génesis de un gran número de partl~os (un ma-
sus caractenstlc~s o~l,gnanas) y el de mstztuaona!tzación (la forma terial documental digno de todo respeto, aunque de deSigual valor),
en que la orgamzaclOn se ha cons~li~ado). Examinaré ahora, sepa-
esta vieja distinción es satisfactoria sólo en p~rte, S~bre todo, po~que
radame~te y por este orden, los principales factores que diferencian no está en condiciones de dar cuenta de las diferenCIas orgamzatlvas,
~ l?s diversos mo?elos ~riginarios de partido, y después los que incluso considerables, que se registran entre partidos que tienen un
mc~den. sobre las diferencias observables en el proceso de institucio- mismo origen (interno o externo), Los partidos naci?o~ del 'parla-
nalización. A continuación pondré en relación los dos conceptos, mento pueden desembocar en formaciones de muy disrinto tipo. y
trata~do. d.e establecer con qué tipo de modelo originario se asocia, de modo análogo, los partidos nacidos fuera del Parlamento (que
en pnnClplO, cada una de las modalidades que puede revestir el pro- para Duveger son, sobre todo, los «partidos de masas») presentan,
ces~ de institucionalización. En ese momento podremos confrontar entre ellos fortísimas diferencias 5, Más aún, ocurre incluso, a veces,
la tipología así construida con el desarrollo histórico de un cierto que partid~s de creación parlamentaria presenten más semejanzas ~e
número de partidos políticos, tipo administrativo con partidos de creación externa que con parti-
dos que tienen su mismo origen,
,; /'''"Et modelo originario
2 S. Rokkan, Cuizens, Elections, Parties. Aproaches to the Study oi tbe Procesees
Las características organizativas de cualquier partido, dependen, of Deuelopment, cit.

\
l R. Bendix, Nation-Building and Citizenship, cit.
ent~e otros factores, de s,u historia, de cómo la organización haya
• M. Duverger, Los partidos políticos, cit. . .
nacido .~ se haya co~sohdado, Las peculiaridades del período de s Sobre las aportaciones de la historiografía al problema del ongen de los partidos
formación de un partido, los rasgos en que se refleja su gestación, y para una interpretación histórica original vid. P. Pornbeni, Il problema del partito
pueden, en efecto, ejercer su influencia sobre las características or- politico come soggeto storico: sull'origine del _partito moderno», Premesse ad una
\ ricerca, en F. Piro, P. Pornbeni (eds.): Movimiento operario e societá industriale in
Europa 1870-1970, Pavoda, Marsilio, 1981, pp. 48-72. Cfr. también A. Colombo, La
I D. Silvermen, Sociology of Organizations, London, Heinsmann Educational dinamica storica dei partiti politici, Milano, Istiroro Editoriale Cisalpino, 1970.
Books, 1970.
110 El desarrollo organizativo La institucionalización 111

La distinción entre origen interno y origen externo no puede, minantemente por penetración territorial mientras que muchos par-
por tanto, constituir el eje básico de la diferenciación entre los par- tidos liberales se han desarrollado por difusión 7.
tidos atendiendo a su génesis. Hemos de recurrir a un modelo más A veces prevalecen modalidades «mixtas»; el desarrollo inicial es
complejo que sepa hacer buen uso de las informaciones que la his- por difusión: un cierto número de a ru aciones locales se co titu-
toriografía ha acumulado sobre la génesis de una multiplicidad de yen autonomamente en vanas zonas del territorio nacional. Estas,
partidos. El proceso de formación de un partido es, en la mayoría después, se unen en una organización nacional. Y, finalmente, la
de los casos, un proceso complejo y consiste a menudo en la aglu- organización nacional desarrolla (por penetración) las agrupaciones
tinación de una pluralidad de grupos políticos, a veces incluso fuer- locales allí donde aún no se han constituido. Especialmente los par-
temente heterogéneos. Más allá de las inevitables especificaciones tidos liberales han tenido a menudo un desarrollo de este tipo 8. Sin
que hacen del modelo originario de cada partido un unicum histó- embargo, en general, es posible identificar una modalidad como pre-
rico, es posible, sin embargo, identificar algunas condiciones parti- dominante. Por ejemplo, muchos partidos tanto comunistas como
culares cuya presencia o ausencia contribuye a definir las principales conservadores se han desarrollado principalmente por penetración.
uniformidades y/o diferencias en los modelos originarios de los di- Por el contrario, muchos partidos socialistas y numerosos partidos
¡---Versos partidos. Hay tres factores que contribuyen sobre todo a confesionales se han desarrollado principalmente por difusión.
I definir el modelo originario particular de cada partido. El primero Una variante del nacimiento por difusión se produce cuando el
tiene que ver con el modo en que se inicia y se desarrolla la cons- partido se forma por la unión de dos o más organizaciones nacio-
trucción de la organización. Como han observado, en un importante nales preexistentes (como fue el caso del SPD o de la SFIO). Anti-
ensayo 6, dos politólogos escandinavos, el desarrollo organizativo de cipando una cuestión que enlaza el problema del modelo originario
un partido -la construcción de la organización en sentido estricto-- y el problema de la institucionalización, y que retornaré más ade-
~ puede producirse o por penetración territorial o por difusión terri- lante, un desarrollo organizativo distinto, desde este punto de vista,
torial o por una combinación de ambas modalidades. Estamos ante tiene un impacto sobre el modo de formación de la coalición domi-
un caso de penetración territorial cuando un «centro» controla, es- nante y sobre su grado de cohesión interna. Un desarrollo organi-
.)( timula y dirige el desarrollo de la «periferia», es decir, la constitu- zativo por penetración territorial implica por definición, la existencia
ción de las agrupaciones locales e intermedias del partido. Hablare- de un «centro» suficientemente cohesionado desde los primeros pa-
mos de difusión territorial cuando el desarrollo se produce por «ge- sos de la vida del partido. Y es justamente este centro, o dejando la
neración espontánea»: cuando son las élites locales las que, en un metáfora, el re UCl o grupo de líderes nacionales que da vida a la
primer momento, constituyen las agrupaciones locales del partido y organización el que forma el rimer núcleo de su futura coalición
sólo a continuación éstas se integran en una organización nacional. dominante. Un partido que se esarro a por 1 usion es por e con-
Es preciso señalar que la distinción penetración/difusión no se co- trario un partido en el que el proceso de constitución del liderazgo
rresponde con la de partidos de creación interna y partidos de crea- es normalmente bastante más tormentoso y complejo, puesto que
ción externa de Duverger. El desarrollo por difusión o por penetra- existen muchos líderes locales, surgidos como tales autónomamente,
ción pueden caracterizar tanto a uno como a otro tipo de partido. que controlan sus propias agrupaciones y que pueden aspirar al li-
Por ejemplo, como señalan oportunamente Eliassen y Svaasand, tan- derazgo nacional. Un desarrollo organizativo por difusión territorial
to los partidos conservadores como los liberales son partidos de da lugar casi siempre, cuando se forma la organización nacional del
creación interna (de origen parlamentario), y sin embargo, la casi partido, a una integración por federación de los diversos grupos
totalidad de los partidos conservadores se han desarrollado predo-
7 lbidem, p. 116.
8 J.
Elklit, The Formation o/ Mass Political Parties in tbe Late 19th: tbe Trbee
Models o/ tbe Danish Case, y L. Svaasand, On tbe Formation o/ Political Parties:
6 K. Eliassen, L. Svaasand, The Formation o/ Mass Political Organizations: An CO,?ditions, Causes and Patterns o/ Deuelopment, ponencias presentadas en el semi-
Analytical Framework, «Scandinavian Political Srudies», X (1975), pp. 95-120. nano del ECPR sobre las organizaciones políticas, Grenoble, 1978.
112 113
El desarrollo organizativo . o'tucionalización
La lOS

locales. Un desarrollo por difusión, por tanto (aunque veremos en 10 Lo que queremos decir aquí es otra cosa: se trata del hecho
seguida una importante excepción), a diferencia de un desarrollo por
penetración territorial, tiene mayores probabilidades de desembocar
~: q~e el partido se~ l~ cre~ción de un lí~er que a~arece como, ~l
eador e intérprete indiscutido de un conjunto de símbolos políti-
cr s (las metas ideológicas originarias del partido) que llegan a ser
*-
en una organización con estructuras descentralizadas y semiautóno-
mas y en una coalición dominante dividida, surcada por continuos ~:separables de su pers.ona .. E~ este sentid?, el pa~ido nacio~also-
conflictos por el liderazgo. ialista, el partido fascista Italiano, el partido gaullista han sido, a
~c-Sj.~ndo factor que 'ue a un factor de primer plano en la ~odos los efectos, partidos carismáticos cuya existencia no es siquiera
caractenzacion e mo e o originario de los partidos es la presencia concebible sin referirse a los líderes que los fundaron. Aunque tu-
o ausencia de una institución externa que «patrocine» el nacimiento vieron líderes prestigiosos, el mismo razonamiento no puede, en
del partido 9. La presencia o ausencia de la institución externa cam- cambio, repetirse al hablar del SPD o del Labour Party.
bia la fuente de legitimación de los líderes. Si existe una institución En algunos casos, sin embargo, y sm que se d¿ üna relación
exte~na,. el r~rtido nace y es concebido como el «brazo político» de carismática en el sentido weberiano, es posible el desarrollo de lo
esa insntucion. Con dos consecuencias: 1) las lealtades que se for- que Robert Tucker h~ definido como «carisma de situac~~n~>. Este
man .en ~l p~~tido son lealtades indirectas, se dirigen en primer lugar fenómeno está determinado no por los componentes mesianicos de
~ la. ms~ltuclOn externa y sólo en segunda instancia al partido; 2) la la personalidad del líder (que, en cambio, están presentes en la si-
institución externa es, por consiguiente, la fuente de legitimación de tuación del carisma «puro») sino más bien por un estado de stress
los líderes y es ella, por ejemplo, la que hace inclinarse la balanza a agudo en la sociedad que predispone a la gente «(... ) a percibir como
un lado u otro en la lucha interna por el poder. Distinguiremos, extraordinariamente cualificado y a seguir con lealtad entusiástica un
p~es,. entre partidos de legitimación externa y partidos de legitima- liderazgo que ofrece una vía de salvación de la situación de stress».
aon interna. Más concretamente: «podemos usar el término de «carisma de ~-
Pero los efectos de la presencia de una institución externa son tuación» ara referirnos a a uellas situacion en las ue un líder
distintos, y pueden dar lugar a diferentes modalidades en la institu- cuya ersonalidad no tiene tendenci mesiánicas suscita una res-l
cionalización, según que la institución forme parte de la misma so- pu.~sta carismática simplemente porq~. e ofre~n momentos de ag~-
ci.edad na~io~al en que opera el partido (por ejemplo, una iglesia, o do malestar, un liderazgo que se l1erci e como u re ur o e 10
bI~n un sindicato) o que sea exterior a aquélla (por ejemplo, el Co- de salvación del malestar» 11. Siguiendo a Tucker, los casos de Chur-
mintern). chill o de Roosevelt, por ejemplo, fueron ejemplos de «carisma de

/:! El tercer factor a considerar, finalmente, viene dado por el ca-


rácter caris,"?ático o .no de la formación. del partido. El problema es
establecer SI el partido es o no, esencialmente, una criatura o un
vehículo de afirmación de un líder carismático. Sobre esta cuestión,
situación».
Un carisma.de sit\iaei6n eR los términos descritos caracterizó a
Adenaue;- en la formación de la CDU. y también, en parte, a De
Gasperi en el caso de DC, a Hardie en el caso del Independent

I sin embargo, es preciso tener las ideas claras. En la fase de gestación


de un partido existen siempre componentes carismáticos en la rela-
Labour Party, a jaurés en el caso de la SFIO, etc. El carisma de si-
tuación tiene ' '« uro» e ho_de ue el .f!
1 er se convierte ara el e!<;'ctorado,Jsí C'pmo para una arte ma-
) ción líderes-seguidores: la formación de un partido tiene siempre
aspectos, más o menos intensos, de status nascenti, de efervescencia
::;;- colectiva en la que, típicamente, surge de un modo u otro el caris- 10 Cfr. sobre las situaciones de statu nascenti, con distintos matices, F. Alberoni,
Movimiento e istituzione, Bologna, Il Mulino, 1977; A. Touraine, La Production de
la societé, cit.; A. Melucci (a cura di), Movimenti di Rivolta, Milano, Etas Libri, 1976.
l!n análisis más profundo, y el consiguiente debate sobre la literatura en torno al
9 Una alusión a este problema se encuentra en L. Svaasand, en el ensayo citado hderazgo carismático, en el cap. VIII.
en la nota anterior, que distingue entre partidos «rnonocéfalos» y partidos «policéfa- 11 R. Tucker, The Theory o/ Charismatic Leadership, en D. Rustow (ed.): Pbi-
los». losopher and Kings: Studies in Leadership, New York, Braziller, 1970, pp. 81 Y 82.
114 El desarrollo organizativo . .tucionalización 115
La IllSU

yoritaria de los militantes, en el intérprete autorizado de la política rucia!' En-primer lugar elaboran las metas ideológicas del
l

I del partido, lo que le garantiza un enorme control sobre la organi-


zación en trance de formarse. Sin embargo el carisma de situación
se diferencia d~l~~ uro O;
un;inferior capacidad del líder
pape cpartido seleccionan la base social de la organización -su
futuro
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a de caza»-
..
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y sobre esas metas y esta ase SOCIa pasman,
e sea con las inevita es esviaciones Impuestas por os recur-
. ,.
. 1 1
1
u.
para plasmar a su usto discreción las características de la organi- di sponibles, las diversas con iciones socio-econorrucas y po 1tI-
50S 1 .. . 1 1 .. ,
zaClOn. it er, Mussolini y De Gaul e estuvieron en con icrones e de las distintas zonas del terntono naciona ,etc., a orgamzacion
imponer a su propio partido todas las decisiones clave. Adenauer, cas trance de construcción. En esta fase el problema de los líderes,
De Gasperi o jaurés tuvieron, en cambio, que negociar con otros de los empresarios políticos, es el de «(... ) ele ir los valores-clave y
I muchos actores organizativos. La diferencia está en el hecho de que
mientras en el caso del carisma puro el partido no tiene una exis-
cre
e ar una estr~ ocial ue los incor ore» 13. Ello explica el pa-
1 la id loaí
e crucial que desempeña norma mente a 1 eo ogIa orgaruzanva en
.. .,.,..
tencia autónoma del líder y está enteramente a su merced, en el caso p
la plasmación de la orzanizacié , ,
e a orgaruzacion que esta constru.ren ose .. n ~s, ad 14 E t
del carisma de situación, no obstante el enorme poder del líder, el fase, en la que se constituye una identidad colecttva, la organ~zac~~n ~
partido no es simplemente su criatura sino que nace de una plurali- es todavía, para sus partIdanos, un instrumento para la realización
dad de impulsos y, por tanto, otros actores pueden reservarse un de ciertos objetivos 15: es decir, la identidad se define exclusivamente
cierto grado de control sobre las zonas de incertidumbre de la orga- en relación con las metas ideolo lCas ue os 1 eres se eccionan y
nización. no - or e momento-- en relación co ani isma. He
-'t Los partidos carismáticos, digamos «puros» son bastante raros. aquí por que una organización, en la fase de gestación, puede ser
Pero menos de lo que se piensa. A menudo se trata de pequeños analizada con provecho desde la perspectiva del «modelo racional»:
partidos que permanecen al margen de los grandes juegos políticos; con la institucionalización de la organización se verifica un salto de
más a menudo aún se trata de flash-parties, de partidos relámpago calidad. La institucionalizació efecto el roceso mediante el
jf que pasan como un meteoro por el firmamento político, que nacen cual la o;ganización incor ora los valores 1: fines de los fundadores *
y mueren sin institucionalizarse 12. Este fenómeno tiene que ver con del ""añi o. n pa a ras de Philip Selznick este proceso implica el
el hecho de que en este caso la institucionalización consiste en la pas~_de a or~nización «fun ible» (es decir, puro instrumento para
«rutinización del "carisma" en la transferencia de autoridad desde el fa realización de ciertos fines) a la iflstitución 16. Si el proceso de ::.c
(
líder al partido. Muy pocos partidos carismáticos superan este tran- institucionalización llega a buen puerto, la organización pierde poco
ce». Junto al desarrollo por difusión o penetración, junto a la exis- a poco el carácter de instrumento valorado no por sí mismo sino
tencia o no de una institución patrocinadora experna, la presencia o sólo en función de los fines organizativos: adquiere un valor en sí
ausencia de un liderazgo carismático inicial et un factor que crea ~isma, los fines se incorporan a la organización y se convierten en
diferencias considerables, en los modelos originarios de los distintos
partidos. Naturalmente, la utilización del concepto de carisma de
Inseparables y a menudo indistingibles de ella. Lo característico de
un. proceso de institucionalización logrado es que para la mayoría el
*
situación, permite identificar casos intermedios entre los partidos =bien, de la organización tiende a coincidir con sus fines: o sea, lo
carismáticos y los demás. que «es bueno» para el partido, lo que va en la dirección de su
reforzamiento vis-a-vis de las organizaciones competidoras, tiende a
ser automáticamente valorado como parte integrante del fin mismo.
La institucionalización La organización se convierte ella misma en un «fin» para un amplio

En la fase de gestación, cuando la organización está todavía en ------


P . 13
•• . Selzmck, Leadership in Administration, cit., p. 60, ed. italiana.
construcción,
"" -
los líderes, sean carismáticos o no, desempeñan un
15
16
He vuelto sobre esta cuestión en el cap. IX. .
P. ,Selznick, Leadership in Administration, cit., p. 24 Y ss., ed. italiana.
12 Para un tratamiento más extenso de este punto, vid. el cap. VIII. Ibtaem; p. 28 Y ss., ed. italiana.
116 El desarrollo organizativo . titucionaJización 117
La IJ\S

sector de sus miembros y, de este modo, «se carga» de valores. Los . entiVOs tanto selectivos como colectivos está ues e a-
fines organizativos (las metas ideológicas) de los fundadores del par- de lIlC li ado a la instiruci alizaci , e la or anización
tido, .como se ha dicho, contribuyen a modelar su fisonomía orga-
menteeso no se dI'" a a insntuciona l'izacion.
. , tampocc.ne. u ar e1
ruzanva. Con la institucionalización, aquellos objetivos se «articu- r<><:
do no conseguirá garantizar su supervivencia). A través de as
lan», en el sentido especificado anteriormente, con las exigencias de r~~des organizativas el partido adquiere el carácter de una com-
"( la organización. Los procesos que provocan la institucionalización e niMl oi late tanto para sus militantes como para una parte al
son esencialmente dos, y se desarrollan de modo simultáneo: munos•.T de sus apoyos externos. G'racias a aque'11as y a los os iintereses
::ados por la organ~za~ión el proceso de «construcci~n d~~ partido»
1. El desarrollo de intereses en el mantenimiento de la organización
adquiere cuerpo y vitalidad, dando luga~ a una orgarnzacion qu~, al
(por parte de los dirigentes en los diversos niveles de la pirámide
consolidar sus estructuras, se «autonormza», por lo menos en cierta
organizativa) 17.
medida, del medio exterior. Sobre esas lealtades e intereses se ~esa-
2. El desarrollo y la difusión de lealtades organizativas.
rrollan finalmente, un impulso y una tensión permanentes hacia la
Ambos procesos están ligados como hemos visto anteriormente, auto-conservación de la organización 19.
a la formación de un sistema interno de incentivos. El desarrollo de Hasta aquí la institucionalización entendida como un roceso,
intereses organizativos está vinculado al hecho de que, desde las como un conjunto e atn utos que la orgamzaclOn ue e o no de-
primerísimas fases de su vida la organización debe, para sobrevivir, sar .en...eLpe.no ye SI ue a su nacrrruen Desde este punto \ ~-
.l{ distribuir incentivos selectivos a algunos de sus miembros (cargos de de vista, la distinción se establece entre los partidos que experimen-
prestigio, posibilida es e «carrera», etc.). Lo que comporta el esta- tan procesos de institucionalización y los que no los experimentan
blecimiento de procedimientos para la selección y reclutamiento de (y que se disuelven rápidamente).
las élites, de los cuadros dirigentes en los distintos niveles de la Pero el problema de la institucionalización es más complejo. En
organización. El grupo de los fundadores del partido, en efecto, no efecto, las organizaciones no se institucionalizan todas del mismo
resuelve más que parcialmente, y sólo en los momentos iniciales, el modo, con la misma intensidad. Existen diferencias considerables
problema de la cobertura de los puestos dirigentes. Conforme avance entre unos partidos y otros. Todos los partidos tienen que institu-
el desarrollo de la organización se hace preciso reclutar y preparar cionalizarse en una cierta medida para sobrevivir, pero mientras en
las «hornadas» de los futuros dirigentes (socializarlos a través del Ciertos casos el proceso desemboca en instituciones fuertes, en otros
aprendizaje de las obligaciones que implica su función). El desarrollo da lugar a instituciones débiles-:De est:i- constatación arranca la hi-
de lealtades organizativas por su parte, tiene que ver con la distri- pótesis (que tiene carácter central en mi planteamiento), de que los
bución de incentivos colectivos (de identidad) tanto a los miembros partidos se diferencian principalmente por el grado de instituciona-
de la organización (los militantes) como a una parte de los usuarios
externos (el electorado fiel). Es un proceso que está vinculado a la
*' formación de una «identidad colectiva» 18, guiada y plasmada por . l. La diferencia entre «lealtades» e «intereses» en el sentido que utilizamos aquí
tiene mucho en común con la distinción de Easton entre «apoyo difuso», que es el
los fundadores del propio partido. Él establecimiento de un sistema
~ue se presta al sistema independiente de que se perciban o no unas contrapartidas
Inmediatas, y .apoyo específico», ligado en cambio a las ventajas inmediatas: cfr. D.
17 Sobre la institucionalización como forma de estabilizar los intercambios, tanto ~aston, A Systems Analysis of Political Life, Chicago, The Universiry of Chicago
dentro de la organización como entre la organización y su entorno, cfr. S. N. Eis- ~ess, 19792, p. 267 Y ss. Vid. también la distinción entre legitimidad difusa y legiti-
senstadt, Social Differentiation and Stratification, Glenview, Scott, Foresman and Co. midad específica propuesta por L. Morlino en Stabilitá, Legittimitá e efficacia deci-
1965, p. 39 Y ss. Cfr. también, en idéntica clave, P. Blau, Exchange and Power in S/onale nei sistemi democratici, «Revista Italiana di Scienza Politica», III (1973), p. 305
Social Life, cit., p. 211 Y ss. Y ss, Naturalmente, también el apoyo específico, cuando es satisfecho, genera «leal-
18 A. Pizzorno, Interests and Parties in Pluralism, en S. Berger (ed.), Organizing ~des.; pero es una lealtad ad personam (respecto al o los líderes que satisfacen
Interest In Western Europe, New York, Cambridge Universiry Press, 1981, trad. ~~andas particulares) y no, como es el caso del apoyo difuso, respecto a la institu-
española. Clon en cuanto a tal.
118 El desarrollo organizativo 119
. stitucionalización
La ,o
lización alcanzado, el cual a su vez, está en función de las modali- . ación es dependiente cuando los recursos indispensables para
dades del proceso de formación del partido y, del tipo de modelo ganlZ cionamlento .- - .
son controlados desde el extenor, por otras or-
f n
originario (así como del tipo de influencias ambientales a que la Or- u
SU 'zaciones (por ejemplo, el paru id o 1a bori
orista britá
ntamco d epen d e d e
ganización haya estado sometida). La idea que subyace a esta afir- r:Trade Unions tanto p~ra la financi.ación necesaria_para mantener
mación es que es posible, teóricamente al menos, «medir» el nivel nización del partido y orgaruzar las campanas electorales,
1a or ga . doresr.Tnsti
de institucionalización de los diversos partidos y colocados, por tan- como par~ la ,?o~i~zac.ión del apofo de los. tra b aja ores). nstitu-
to, en un determinado punto del continuum que va desde un máxi- . nalizaClón significa Siempre, en cierta medida al menos, «autono-
mo hasta un mínimo de institucionalización. mización» respecto al ambiente en e 1 senti idoo i10diica d o. L a dif
CIO I erencia.
a institucionalización organizativa, en la acepción que hemos ntre los partidos es, pues, de grado, de «más y menos». Una orga-
e . ., .
recogido aquí, puede ser medida, esencialmente, según dos dimen- 'zación poco autónoma es una orgamzacion que ejerce un escaso
siones: 1) el grado de autonomía respecto al ambiente, alcanzado por ~~ntrol sobre su entorno, que se adapta a él más bien que adaptado
la organización; 2) el grado de sistematización, de interdependencia a sí misma. Al contrario, una organización muy autónoma es aquella
entre las distintas partes de la organización 20. La dimensión auto- que ejerce un fuerte control sobre su entorno, que. tie~e la capacidad -;
~omía/dependencia se refiere a la relación que la organización ins- de plegado a las propias exigencias. Sólo las ~rgaOlzaCI?nes que con-
taura con el ambiente que le rodea. Toda organización se halla ne- trolan directamente sus vitales procesos de intercambio con el am-
cesariamente implicada en relaciones de intercambio con su entorno: biente pueden desarrollar hacia él esa forma de «impe~ialis~o larva-
de él obiene los recursos (humanos y materiales) indispensables para do» 21, que tiene como función reducir las áreas de incertidumbre
su funcionamiento y para ello debe dar a cambio recursos «produ- ambiental para la organización. Cuanto mayor es el control que el
cidos» dentro de la propia organización. Un partido debe distribuir partido instaura sobre el ambiente, en mayor medida s~ transf?rma
incentivos de diverso tipo no sólo a sus propios miembros, sino en un generador autónomo de recursos para su propIO funciona-
también a los «usuarios» externos (los electores, las organizaciones miento. El «tipo ideal» del partido de masas descrito por Duverger
que se hallan próximas al partido, etc.). Existe autonEp1ía cuando la corresponde, desde el punto de vista de la autonomía respecto al
organización desarrolla su capacidad par~trolar directamente los ambiente, al máximo grado de institucionalización posible. En este
procesos de intercambio con el ambiente. Por el contrario una or- caso el partido controla directamente sus fuentes de financiación (a
través de las cuotas de los afiliados) y domina las organizaciones
20 He seleccionado sólo estos dos «parárnetros» del fenómeno de la instituciona- próximas al partido y, a través de éstas, extiende su hegemonía a la
lización. La razón es que las organizaciones tienden a desplazarse en ambas dimen- cLassegardée; posee un aparato administrativo central desarrollado
siones, en la misma dirección. Dicho de otro modo, y como trataré de mostrar en (un alto grado de burocratización) y elige a sus cuadros dirigentes
éste y en los siguientes capítulos con ejemplos concretos, cuanto mayor es la auto-
nomía respecto al ambiente, mayor suele ser el nivel de sistematización. Y, correla-
en su propio seno sin recurrir, o con un recurso mínimo, a aporta-
tivamente, cuanta menos autonomía, más bajo es el nivel de sistematización. Para el ciones exteriores. Y finalmente, sus representantes en las asambleas
análisis empírico no parecen en cambio demasiado utilizables los conocidos criterios públicas son controladas por los dirigentes del partido (por lo que,
que Huntington utiliza para medir el grado de institucionalización: autonomía, co- cualquiera que sea el grado de institucionalización de las asambleas
herencia, complejidad y flexibilidad. No hay nada que parezcaq garantizar que una
electivas, la organización del partido permanece autónoma respecto
mayor autonomía se traduzca también en mayores cotas de complejidad, coherencia
y flexibiidad: cfr. S. Huntington, Political Order in Changing Societies, New Haven a aquéllas, no condicionada) 22.
and London, Yale Univertisy Press, 1968, trad. española, El orden político en las En el otro extremo se halla, en cambio, el partido con una au-
sociedades en cambio, B. Aires, Paidós, 1968. La teoría de la institucionalización ha tonomía respecto al ambiente debilísima, que depende del exterior
sido aplicada sobre todo, en el campo de la ciencia política, el caso de los parlamentos
nacionales: cfr. R. Sisson, Comparative Legislative Institutionalization: A Theoretical
Explanation, en A. Kornberg (ed.): Legislature in Comparative Perpectioe, New York, 21 J.Bonis, L 'Organisation et l'Enuironement, cit.
Mckay, 1973, pp. 17-38, Y M. Cotta, Classe Politica e Parlamento in Italia 1946-1976, 22 Cfr. M. Cotta, Classe politica e Parlamento in Italia, 1946-1976, cit., en cuanto
Bologna, 11Mulino, 1979, p. 279 Y ss. a la interacción entre la institución parlamentaria y las estructuras de partido.
121
120
El desarrollo
Organi

(por ejemplo, de los grupos de interés) para su finan' " Un grado elevado de sistematización, por el contrario, implica
•• contro 1a 1as asociaciones
¿, .. , .
prQ}(1mas al partido
oarti sino q Claclon, qUe ). fuerte interdependencia entre las diversas sub unidades, garanti-
bi d . '
por e11as (o ten ebe negociar con ellas en un plan d . ntro
ue es co .,da mediante un c<:>ntrolcentralizado de los recursos organizativos
que incluye en sus listas electorales muchos candidat: e Igu~l de los intercambiOs con el entorno. Cuanto más elevado es el
. , . s patrOCIn do de sistematización, tanto más se concentra, por tanto, el con-
por ,grupo~ d e mteres y sin una carrera anterior dentro del p .
*' y aSI sucesivamente. Ambos son casos límite: ningu' n p artiid o se
nunca tota lm ente f alto de autonomía respecto al ambi
a
.
1 sobre las zonas de incertidumbre organizativa; en particular so-
las relaciones con el entorno, pero también, por el carácter ten-
partl idoo está
esta nunca en con d'iciones
. ente y run
d e desarrollar una aut ' cialmente acumulativo del control, sobre las otras zonas vitales
1 bi f onomla de incertidumbre. Y, recíprocamente cuanto menor es el grado de
pecto a am lente tan uerte como el «partido de masas» d D
ger. En la realidad los partidos se dividen entre aquell e u . tematización tanto más disperso se halla el control sobre las zonas
.
aproximan masis al ori
a pnmer mo dioS
e o y los que se aproximan que más incertidumbre.
segundo. La consecuencia de un bajo nivel de sistematización es general-
Una de las características que más claramente van asociadas ente una fuerte heterogeneidad organizativa (las subunidades se
grado de autonomía respecto al ambiente es la mayor o menor' diferencian entre sí en cuanto extraen sus recursos de sectores dis-
determinación de las fronteras de la organización. Cuanto más tintos del entorno). Un elevado nivel de sistematización, por el con-
tónoma es ésta. resl:'ecto al ambiente, tanto más definidas son aq rnrio, da lugar generalmente a una mayor homogeneidad entre las
llas. Una organización autónoma respecto al ambiente permite si bunidades.
pre establecer con seguiridad dónde comienza y dónde acaba (q . Las dos dimensiones de la institucionalización tienden a estar
forma parte y quién no, qué otras organizaciones caen en su cí ligadas entre sí: en el sentido de que un bajo nivel de sistematización
de influencia, etc.). Por el contrario una organización muy d o~anizativa, implica a menudo una débil autonomía respecto al am-
diente de su ambiente es una organización cuyos límites son ind biente. Y viceversa. De hecho, muy a menudo la autonomía de las
nidos: muchos grupos y/o asociaciones formalmente externos bunidades organizativas respecto al «centro» de la organización
man en realidad parte de ella, tienen vínculos con sus subuni
internas, «atraviesan» de un modo más o menos oculto, sus fron
FIGURA 2
formales. Cuando los límites están bien definidos, la organi .
corresponde al modelo (relativamente) «cerrado»; cuando los I~. Insrirucionalización
son indeterminados, corresponde al modelo (relativamente) « fuerte
to».
La segunda dimensión de la institucionalización, es deci~, .el
do de sistematización, se refiere a la coherencia estructura ;
de la organización. Un sistema organizativo puede ser de t V
que deje amplia autonomía a sus propios subsistema~ ~nternoslas'
este caso el grado de sistematización es bajo. SingOl .
Ílca
e q'd:1 Autonomía

bunidades controlan autónomamente, con independen~la ci .


.. , 1 . a su {¡nan
tro» d e 1a orgaruzacion, os recursos necesarios par. l arn
to (y, por tanto, sus propios procesos de intercambio con e

975
2• J. ¡..
23 .
1
'Bks '
A. Gouldner, For Sociology, Herrnondsworth, Pegum 00 , flict in
Institucionalización Sistematización
Doorn, Conflict in Formal Organizations, en A. Ranck (ed.): Con débil
Boston, Little Brown and Co., 1966, p. 115.
I

123
122 El desarrollo organizativo . ti' tucionalización
La InS

(que se traduce en un bajo nivel de sistematización) va ligada a una iones de este tipo son, en cambio, bastante más raras en los
generaCI de i . . l· . ,
.d s con un elevado grado e msntuciona izacion.
dependencia respecto a sectores específicos del ambiente (como cuan-
do la independencia de una agrupación local respecto a la organiza- part~e~pecto al grado de ins~ituci?n~lización de los partidos pode- ;A
ción nacional del partido se consolida gracias a! control que ejerce rvimos al menos de cmco mdlcadores.
moS se di· ., (j)
sobre ella un poderoso grupo de interés local, o un notable, etc.). En primer lugar, el grado de desarrollo e a. orgaruzacion ex~ra- I
Este último ejemplo contribuye a explicar por qué la indetermina- arlamentaria central 25. La regla e~ que un partido fuertemente ms-
ción de las fronteras de la organización, típica de una fuerte depen- ~ ·onalizado posea una burocracia central desarrollada, un aparato
tltUCl .. . di T
dencia del ambiente, es también un factor que favorece una débil ·ona! fuerte vis-a-vis de las orgamzacrones mterme las y pen e-
naCl ·1 ... 1· d 1
coherencia estructural interna y un bajo nivel de sistematización. . del partido. En un partido débi mente msntuciona Iza o por e
ncas ·1 b . .
Una organización con un elevado grado de institucionalización ntrario el aparato central también es débi , em nonano, poco o
posee normalmente más defensas frente a los retos ambientales que co da desarrollado y las organizaciones periféricas son más indepen-
una débilmente institucionalizada, porque sus instrumentos de con- ~rentes del centro. Esto es consecuencia del distinto ~rado .de con-
trol sobre la incertidumbre ambiental se hallan concentrados en el centración/dispersión del control sobre la~ zona~ de. :ncertldu~b~e
«centro», y no dispersos entre las subunidades. Y sin embargo, una en la organización (del distinto nivel de slst~~a~lZaclOn org.amzatl-
institución «fuerte» puede ser más frágil que una institución «débil». va). Por ejemplo, el partido conservador bntaI~.l~o, un partido con
En efecto, cuando el nivel de sistematización es elevado, una crisis un alto grado de institucionalización, posee tradlclo~almente ~n apa-
que golpee una parte de la organización está llamada a repercutir rato central más potente y desarrollado que el partido labonsta. De .jI;
rápidamente sobre todas las demás. Por el contrario, cuando el nivel aquí que un partido fuertemente instituc~onaliza~o ~sté .más .buro-
de sistematización es bajo, la autonomía relativa de las distintas par- cratizado y más centralizado que uno débilment: mstltuclOnaliz~do.
tes de la organización permite aislar la crisis más fácilmente 24. La centralización es en este caso, una consecuenCia de la burocratiza-
i' Un partido que ha conocido un fuerte proceso de instituciona- ción.
lización, es una organización que limita drásticamente los márgenes En segundo lugar, el grado de homo~eneida?, d: s:mej~nza, ~n- .•.
de maniobra de los actores internos. La organización se impone tre las subunidades organizativas del mismo mvel jerarquico. SI la
sobre los actores, y canaliza sus estrategias por vías obligadas y es- institucionalización es elevada, por ejemplo, las agrupaciones locales
trechas. Un partido fuertemente institucionalizado es un partido en tenderán a organizarse de la misma forma en todo el territorio na-
el que los cambios son lentos, limitados, penosos; es una organiza- cional. Si la institucionalización es débil es bastante probable que
ción que puede fácilmente romperse, por su excesiva rigidez (como existan, en cambio, fuertes diferencias organizativas. Lo que es con-
el SPD en 1917), antes que proceder a cambios repentinos y pro- secuencia, obviamente, de un grado distinto de sistematización, de
fundos. Por el contrario un partido débilmente institucionalizado es coherencia estructural.
un partido en el cual los márgenes de autonomía de los actores en En tercer lugar las modalidades de financiación. Cuanto .maf?r y

lucha son más amplios y en el que los vínculos de las subunidades es la institucionalización tanto más probable es que la orgamzaclOn
organizativas con diversos sectores del ambiente aseguran a los gru- disponga de un sistema de ingresos basado en aportaciones que aflu-
pos rivales un control autónomo sobre los recursos externos. Una yen con regularidad a las cajas del partido desde una pluralidad de
organización débilmente institucionalizada es una organización que
puede experimentar transformaciones repentinas, como en los casos 2S Para E. Spencer Wellhofer, tanto la «burocratización» como la «formalización»
(la elaboración de normas y reglamentos escritos) son elementos constitutivos de la
en que a una «regeneración» imprevista del liderazgo ideológico y
tnstitucionalización. E. Spencer Wellhofer, Dimensions oi Party Deuelopment. A Study
organizativo, le sigue un largo período de esclerosis progresiva. Re- In Organizational Dynamics, -The Journal of Politics», XXXIV (1972), pp. 153-169.
Estoy de acuerdo en cuanto al primer punto, pero no en e! segundo: como veremos,
hay diversos indicios que parecen indicar que la formalización puede darse incluso
,. H. Heldrich, Organizations and Environment, cit., p. 77 Y ss. en los casos en que existe un bajo nivel de institucionalización organizativa.
----

124 125

fuentes. Cuanto menos institucionalizado esté el pa id Trade Unions cuyo papel no se halla reconocido formalmente
. . 1 ' 1 flui d f d
co~tInuo e irregu ar s~ra e. ~J,o e on os y menosrtidiv' o In'.as el ntido de que la constitución formal atribuye poderes al sin-
seran las fuentes de financiación. La regularidad es . d~rslfi s;ero no directamente al TUC, el órgano de gobierno de los
"
para e1 manterurmento de 1a estructura burocrática ( In ISp,
s
mento que corona la estructura del partido y que ;ue es el 'atO ),
;te fenómeno se deri
errva diirectamente d,e 1 di ,
,~StInto gra d ~ d e m-
.
mantener un mve . 1 dee si "
sisternanzación, e1evado). Por su ep encaro.. i~ inación de las fronteras de la orgaruzacion que va ligado al
ralidad de fuentes garantiza la autonomía del partido de todo a de institucionalización, Si la institución es fuerte las fronteras
externo. o co' claras y definidas y, por definición, no puede suceder que per-
j,
En cuarto lugar, las relaciones con las organizaciones ce 'dades, grupos o asociaciones formalmente externas al partido
parti id o. H emos diICh o que un diisnnto
. gra d o de institucionalircan; un papel directivo en la organización. Si la institución es
da lugar a niveles distintos de control del partido sobre el amb' las fronteras están difusas, la autonomía respecto al ambiente
que le rodea. Un partido fuertemente institucionalizado ejercerá, ínimo y los actores formalmente externos pueden, «atravesar»
tanto, un. predominio sobre las organizaciones externas al p fácilmente los límites.
Este ha Sido, durante etapas prolongadas de su historia, el caso
PCI, del PCF, del SPD, del SPO, (el partido socialista austriaco)
sus relaciones con los sindicatos o del partido conservador britá linstitución fuerte y la institución débil: dos tipos ideales
en sus relaciones con las organizaciones de su área de influencia:
organizaciones externas se configuran «como correas de trans ., Una institucionalización débil desemboca generalmente en una
del partido. Al contrario, en el caso de los partidos débilmente ición dominante poco cohesionada (subdivida en facciones) mien-
titucionalizados, o no existe relación alguna con las instituci que una institucionalización fuerte desemboca en una coalición
exteriores (por ejemplo, entre la SFIO de los primeros decenios inante cohesionada (subdividida en tendencias. En otros térmi-
siglo y la CGT) o son precarias (entre el PSI y los sindi~atos una institucionalización elevada imp ica una fuerte concentra-
1909-1922) o las organizaciones externas son débiles y t1ene~ del control sobre las zonas de incertidumbre y, por consiguien-
vida (CDU) o, por fin, el propio partido dependa de la orgam , bre la distribución de los incentivos organizativos. Una débil
externa (el partido laborista británico). ltucionalización implica la dispersión del control sobre las zonas
Finalmente, el grado de correspondencia entre las n~rmas ~ertidumbre y, por tanto, la ausencia de un «centro» que mo-
tutarias y la «constitución material» del partido. Esta riende ,a 'lIce la distribución de los incentivos.
mayor en el caso de los partidos . con un ~1to. gr~ d o deizad
instltUC1
No ' l grado de institucionalización de un partido político incide,
lización que en los partidos débilmente mstItuCiOnahza lOs., "';1 " sobre la configuración de su coalición dominante e influye, en
, 1 de as 10••••
cUlar, sobre su grado de cohesión interna, Con la excepción,
el sentido de que los estatutos describan, en e ca~o 1 seo'
ciones fuertes, la efectiva distribución del poder, SIllO en el P ,v~remos luego, de los partidos carismáticos (en los que una
de que los actores que ocupan una pOSlclOn , " d orrun
'ante en
'd de se 1l~la inicial de institucionalización va acompañada de una fuerte
lo deben a que controlan departamentos cuya autori a culto slón d e 1a coa liIClOn
i' " ommante, )' existe 'en genera 1 una estrec h a
domi
formalmente reconoci id a, y no d e un mo doo rná
mas o menos oen pU' i~n entre ambos términos: cuando más débil es la instituciona-
ejemplo, por las posiciones de preeminencia qU,e,oCJJ;nante de ,,~nmás d~vidida se halla la coalición dominante; cuanto más
fuera de la organización). Por ejemplo, la coahciOn id conse da Sea la mstitucionalización más cohesionada estará la coali-
partido fuertemente institucionalizado, como el partl ~ ión de °minante, Esta cuestión puede ser reformulada afirmando que
gira en torno a l líd
I er par 1amentano. cuya pOSIC!
. ,"
b ntamco,
minencia se halla formalmente reconocida. En cam JO, a los
dominante del partido laborista comprende, de hecho,
bi la e
i:
d una relación inversa entre el grado de institucionalización

t:
y el grado de organización de los grupos que actúan en su
Cuanto más institucionalizado se halle el partido, menos or-
del
126 El desarrollo organizativo . u'tucionaJización 127
La ms

ganizados serán los grupos internos. Y correlativamente, cuanto me- bién, por consiguiente la distribución de los incentivos, sólo
nos institucionalizado se halle el partido, más organizados estarán los y tamn la mayoría de los casos, una posibilidad de ascender dentro
grupos internos. En los casos límite de una institucionalización má- ~ai' :rtido: hacerse cooptar or el centro. La estructura de las opor-
xima los grupos no tienen prácticamente ninguna organización: se e '~ades es tal ue lo, ilitantes «ambiciosos» los arribistas) de-
trata de tendencias en estado puro. En los casos límite de institucio- ~D1 para hacer carrera, adaptarse a las directrices del centro. Se trata
nalización mínima, los grupos son facciones altamente organizadas. d~n~na estructura en ~mbudo en la que, la escala requiere una con-
Sin embargo, desde el momento que la diferencia en el nivel de rgencia vertical hacia el centro; o mas concretamente, gozar del
institucionalización de los partidos (y para un mismo partido a lo ;:vor de la reducida élite dirigente, ~ confor~ar.se ~on c.elo a sus
largo del tiempo) es una diferencia de grado, de más o menos, tam- determinaciones. En un partl o ébilmente institucionalizado, en
bién las diferencias en el grado de organización de los grupos inter- cambio, el reclutamiento de las élites, tiene un desarrollo centrífugo.
nos varían entre un mínimo y un máximo de organización. El vértice está constituido por los muchos grupos que controlan
recursos de poder importantes y están, por tanto, en condiciones de
FIGURA 3 distribuir incentivos or aniz~s. Más que de un vértice habrá que
Institución Institución
débil
haolir"meJor e una plU7alidad de vértices aliados y/o en conflicto
fuerte
entre sí de diversas maneras. La escalada se produce de un modo
• centrífugo porque, para ascender, será preciso caracterizarse políti-
Tendencias Facciones camente como parte de un grupo (de una facción concreta) contra
todos los demás grupos.
Si fuese posible, -y nunca lo es completamente- medir con Sobre la «estructura de las oportunidades» internas incide además )j-

precisión las diferencias en el nivel de institucionalización entre unos el hecho de que, mientras una institución fuerte tiende a crear en su
partidos y otros, así como las oscilaciones que un mismo partido interior un sistema de desigualdades, autónomo e independiente del
puede experimentar a lo largo del tiempo bajo la presión de los sistema de las desigualdades sociales (las desigualdades vienen dicta-
cambios en el ambiente, sería posible, pues, establecer también cuál das, predominantemente, por la división del trabajo en el seno de
será en los diferentes partidos (o en un partido en momentos dis- una estructura burocrática), una institución débil tendrá un sistema
tintos), el grado de organización de los grupos internos. Y, de ese de desigualdades internas menos autónomo. Ma or institucionaliza-
modo, se podría establecer con relativa precisión hasta qué punto ción si nifica en e m1.yo.!.auto!!omí~ r<;,s"pectoal a!pbient~7.
las diversas coaliciones en cada partido están relativamente unidas o Lo que implica que los criterios según los cuales se definen las de-
divididas. sigualdades internas tienden a ser predominantemente endogenos, pe-
En función del grado o nivel de institucionalización varía en cada culiares de la organización en cuanto tal. Mientras que tales criterios
partido la «estructura de las oportunidades»; o sea varían las moda- son, al menos en parte, exógenos, impuestos desde el exterior, en el
lidades, canales y posibilidades mediante los que se desarrolla la com- caso de una débil institucionalización. En concreto esto significa que
petición política interna 26. Y varían, por consiguiente las modalida- Cuanto más institucionalizado se halle el partido la participación en
des de reclutamiento de las élites. En un partido fuertemente insti- su seno será más bien del tipo «profesional» (y por tanto los criterios
tucionalizado, justamente debido a la cohesión de su coalición do- que regulan su sistema de desigualdades serán los propios de una
minante, el reclutamiento de las élites ~ele ~er un desarrólloCen- ~structura profesional-burocrática). Por el contrario, cuanto menos
trípeto: puesto que en el partido existe un «centro» fuerte, una coa- IOstitucionalizado sea un partido, la participación en su seno tenderá
lición dominante unida que monopoliza las zonas de incertidumbre

26 Sobre el concepto de «esrructura de oportunidad», cfr. J. A. Schlessiger, Am-


bition and Politics, Chicago, Rand McNelly, 1966. 27 S. Huntignton, Political arder in Changing Societies, cit., p. 21 Y SS., ed. italiana.
128 El desarrollo organizativo 129
La institucionalización

a ser más bien del tipo «civil>, 28 (mediante la transferencia a la Or- por otra parte, al ser por definición menos «permeable» a las
I ganización de recursos externos, de tentados en virtud de y en estre_ laciones con el exterior, un partido fuertemente institucionalizado
cha relación con el sistema de las desigualdades sociales). En otros retablece también, generalmente, menos relaciones de clientela con
j términos, cuanto más débil sea la institucionalización, más «nota- es s usuarios externos, que los partidos débilmente institucionaliza-
bles» y menos «profesionales» encontraremos en su jerarquía inter- dos, en razón de la menor presencia de notables en sus filas (aunque
na, en los cargos electivos, etc. una débil institucionalización no acarrea automáticamente relaciones
Desde una perspectiva distinta, la misma cuestión puede ser re- de clientela). También la tasa de corrupción es a menudo más ele-
formulada diciendo que en los partidos más fuertemente institucio- vada, en los casos de institucionalización débil, así como es mayor
nalizados, la actividad política tiende a configurarse con los caracte- la dependencia de las fuerzas sociales. Por el contrario, cuanto ma-
res de una verdadera «carrera»: se entra en el partido en los niveles yor sea el grado de institucionaliza~ión m,ás fuert~ y ~ás. ~xtendida
bajos y se sube, después de un largo aprendizaje, escalón tras esca- tenderá a ser la subcultura del partido. Solo una institucion fuerte,
lón. En los partidos de institucionalización débil existen, en cambio, que esté en condiciones de dominar a su base social, puede en efecto
pocas «carreras» de este tipo. Una institucionalización débil lleva desarrollar los rasgos característicos del «partido de integración so-
asociada una mayor «discontinuidad» en la participación a todos los cial». Por 10 que cuanto más elevada sea la institucionalización en
niveles 29: pocas carreras «convencionales» 30 en el sentido indicado, mayor medida la subcultura del partido presentará los rasgos de una
y muchas carreras rápidas (con ingresos que se producen directa- «sociedad dentro de la sociedad» 33. En cambio una institución débil
mente en los niveles altos o medio-altos), etc. Más en general, puede al tener que adaptarse a su base social, no desarrollará una fuerte
afirmarse también que a una institucionalización fuerte corresponde subcultura de partido. Aunque existe una excepción: el caso de los
el predominio de la «integración vertical» de las élites 31: se entra en partidos confesionales, que son instituciones normalmente débiles y
la organización en los niveles bajos y se sube hasta el vértice; las que, sin embargo, están muy extendidas. Pero en este caso se trata
élites nacen, y «se crían» dentro de la organización. A una institu- de partidos de legitimación externa que aprovechan una red asocia-
cionalización débil corresponde, por el contrario, una «integración tiva, con una subcultura que en realidad gira (al igual que el partido)
horizontal» de las élites: se entra en el partido en los niveles altos, en torno a la institución patrocinadora (la Iglesia).
a partir de ámbitos exteriores en los cuales se detenta ya una posi- Hasta aquí las diferencias entre dos tipos ideales de partido con
ción de preeminencia; es decir, se convierten en recursos políticos, un grado de institucionalización elevado en un caso y débil en el
recursos de otro tipo (como es justamente el caso de los notables, otro. Pero se trata justamente de tipos ideales: ningún partido co-
pero también de todos aquellos que son cooptados por el partido a rresponde totalmente al caso de la institución fuerte, como tampoco
causa del control que ejercen sobre organizaciones extrapartida- :U de la institución débil. Por 10 tanto, en ningún partido el sistema
rias) 32. mterno de desigualdades será totalmente autónomo respecto al sis-

28 Cfr. la tipología propuesta por A. Pizzorno en la Introduzione


Pertectpazione politiea, cit.
29 Sobre las «discontinuidades»
institucionalizados,
allo Studio della

de la carrera política en los partidos débilmente


cfr. S. Eldersveld, Politieal Parties. A Behavioral Analisys, cit.,
--
tema de las desigualdades sociales 34 ni, en el caso opuesto, total-

::!~ 3)
la~erales., cfr. R. Putnam, The Comparative
Chffs, Prentice-Hall, 1976, p. 47 Y ss.
Study o/ Politieal Elites, Engle-

p. 140 Y ss.; A. Kornberg et al., Semi-Careen in Politieal Work: The Dilema o/ Pany situ .En determinados casos la existencia de una fuerte subcultura puede ir ligada a
Organizations, cit. ties. aC10nes
¡he d e «enquistamrento
.. ..
o~gafllzatlvo., e f r. G . S·arton, European Po Iitiea I Par-
30 Cfr. E. Spencer Wellhofer, Politieal Parties as «Communities o/ Fate»: Test in Atod Case o( Polarized flurallSm, en R. A. Dahl, D. E. Neubauer (eds.): Readings
with Argentina Party Elites, cit. 34 ¿;n Polmeal Analysis, New York, Prentice-Hall, 1968, pp. 115-149.
31 Sobre estos conceptos cfr. R. S. Robbins, Politieal Institucionalization and In- las el los que se denva la tendencia, detectable en los partidos que organizan a
tegration o/ Elites, London, Sage Publications, 1976. al In ases Populares (incluso en los más instirucionalizados) a reproducir en su seno,
32 Sobre las diferencias en el reclutamiento de las élites entre el «guild system. la so~os dentro de ciertos limites, las desigualdades sociales; en concreto a través de
(que implica un largo apredizaje en las filas de la organización) y el sistema de «en- rerepresentación, en los niveles medio-altos de la jerarquía, de los grupos de
. tl'tucionalización 131
130 El desarrollo organizativo La lOS

mente dependiente de éste.' artido el reclutamiento será itucionaliza~ión, de pérdida de autonomía respecto al ambiente y
exclusivamente centrífugo o.e mremoopuesto, centrípeto. Ni de debilitamiento del grado de sistematización organizativa. Ni, des-
la integración de las élites se amente de tipo horizontal o de el otro lado, un partido débilmente institucionalizado está nece-
vertical. Ningún partido estan do frente a las relaciones de sariamente condenado a mantener esta característica: por ejemplo la
clientela 35 y ninguno estará sujeto a ellas, y así sucesi- CDU, un partido que originariamente presentaba un grado de ins-
vamente. Los partidos, en la .I¡podrán, sin embargo, ser co- titucionalización débil, experimentó, tras su paso a la oposición en
locados a lo largo de una es .:dh:mcedesde un mínimo hasta 1969, un proceso de reforzamiento organizativo que alteró muchas
un máximo de institucionali . ",¡¡¡poder ser emplazados nunca de sus características originarias 37. Sin embargo, el modo en que se
produjo la institucionalización de la organización, continúa general-
en los dos extremos de la es .
Por otra parte el que un ¡pI'JJnya
experimentado un proceso mente pesando durante decenios sobre la vida interna de los parti-
de fuerte institucionalizacióru pmazaque no puedan verificarse dos, condicionando las modalidades de la competición interna e in-
(a causa de cambios profunde' torno), procesos de des-iris- fluyendo, por esta vía, en sus comportamientos en la escena política.

extracción burguesa. Cfr., para una ,.. empírica, D. Gaxie, Les logiques Modelo originario e institucionalización: una tipología
du recruitement politique, XXX (19K.~;ji.Sin embargo, las desigualdades so-
ciales siempre se reflejan con maya . ilIl las situaciones débiles que en las
fuertes. La mayor presencia de in la élites dirigentes del PSI y de la Definidos los principales elementos que contribuyen a formar el
SFID respecto al SPD, un fenóme ¡jKlrMichels, se debe a la diferencia ~o~elo. orig!nar!o de los partidos y definido también el concepto de
en el nivel de institucionalización :¡¡midos. En el SPD, en cambio, era institucionalización, tratemos ahora de ver cómo se enlazan entre sí'
mucho más fuerte el componente d mrera. Cfr. R. Michels, Proletariato es decir cómo, dado un cierto modelo originario, éste influye sobre
e borghesia nel Movimento socialist: illrino, Bocca, 1908.
el grado de institucionalización.
35 Un estudio comparado de" de clientela y de patronazgo en la
política, llevada a cabo en instituci ven instituciones débiles, sería segu- . E! vínculo entre un desarrollo organizativo por penetración o
ramente ilustrativo. Probablemente ¡¡¡¡destacar que las actividades de pa- difUSión, y el grado de institucionalización es, al menos en teoría,
tronazgo desempeñan un papel dis tipos de partidos: mientras que en bast.ante c?mRren~~ble. Un des~rrollo or penetración tiende a pro-
las institucionalizaciones débiles re :' personal del boss, del individuo que ducir una.InstltuclOn fuerte. EXiste en efecto, por oefiniclón,'y desde
se constituye en eje de las relacione en las instituciones fuertes debería
en principio reforzar a la instituci - tal, y no a los funcionarios indivi-
e prmcipio, una élite cohesionada, ca az, en cuanto tal, de im rimir
dualmente considerados. En Italia,. isten ya excelentes estudios sobre un f~~rte. desarrollo a la naciente or anización. Un esarrollo por
las actividades de clientela y de p partidos del centro derecha y en I USIO?tren e por el contrario a producir una Institución débil dado
particular de la DC (que es una ins Faltan, sin embargo, análisis de la que e~lst~n numerosas élites que controlan considerables recursos
política de patronazgo de los parti en los municipios que controlan,
o.rgalllZatlvos y la organización tiene que desarrollarse por íedera-
y en particular del PCI (una insti ~ . Ciones y , por t an t o, a traves' d e compromisos . . .
36 M. Duverger, en Los partida :m.,distingue entre partidos de «artr- y negociacIOnes entre
culación fuerte. y de «articulación !%d:'ll1rta medida, esta conocida clasifica- una pluralidad de grupos.
ción se corresponde con la que a lecido entre partidos con un nivel De !gual modo, es fácil deducir la relación que existe entre la
alto y bajo de sistematización, de mictural (que está en función de .Ia presencia o ause ncia. d e una orgaruzacion .. , «patrocina. d ora» externa y
existencia o no de una sólida coon 1lllI"e1 central). En este sentido, la dIS- e1 grado. d e insntuciona
. . . l'izacion
. , que pue d e alcanzar el partido. La
tinción -1:rucial en la teoría org .']uverger-
milicia, de sección y de comités,
entre partidos célula, de
In mi planteamiento, esencialmente a
presenCia d e una orgaruzacion . . , patrocina. d ora desemboca general- *
diferencias en el nivel de sistemati :. anización cuya unidad de base sea
la célula o la milicia, poseerá nor '111I110, como veremos, si se trata de un
partido carismático) una coherencu :mayorque otra basada en la sección
de tipo territorial; y ésta última, a _que una organización basada en los
comités.
--
Illente , en una mstitucion

37
'" , d el.ébil E n e f ecto, la organización ' externa

esr Sobre la CDU vid. el cap. VII. Sobre las transformaciones experimentadas por
e partido en materia de organización tras la pérdida del poder, vid. el cap. XIII.
132 El desarrollo organizativo 133
. .tucionalización
La InsO .

no tiene interés en favorecer más allá de ciertos límites un fOrtale_ unidad religiosa. La autoridad de la organización externa se
cimiento organizativo del partido que inevitablemente reduciría su l~ corn por tanto, directamente por sus representantes (los líderes
eJerce,
dependencia respecto a aquélla. Incluso sin un esfuerzo deliberado . di ales o la jerarquía ec 1esiástica).
. . ) E 1 d ..
n e caso e una orgarnzacion
,
por parte de la organización patrocinadora, el hecho mismo de qUe Sin te , .. 1 d
ocinadora situada fuera de la sociedad naciona no se a, en
la lealtad de los miembros del partido sea sólo indirecta (la legiti- patr bio por definición, la doble militancia y la autoridad (externa)
mación del partido se halla fuera de él mismo) es de por sí una catn ' , d 1 id E ., d
sólo puede ejercerse a traves. e p~rtl o. sta a~gume~taclOn pu~ .e
condición que impide un alto grado de institucionalización. Por tan- mirse estableciendo la hipótesis de que segun el tipO de legiti-
rem . .
to en igualdad de condiciones, es más fácil que los procesos de ins- ación (interna, externa «nacional», o externa «extranacional»), se
titucionalización más fuertes se produzcan en partidos de legitima- ~arán distintos niveles de institucionalización. Por lo que si a una
ción «interna», es decir, en partidos no patrocinados por otra orga- legitimación interna cor~esponde una. institución fue~te, y a u~a le-
nización. Existe, sin embargo, una importante excepción: el caso de gitimación externa «nacional» (por ejemplo los partidos laboristas)
los partidos comunistas, patrocinados por una organización externa corresponde una institución débil, una legitimación externa «extra-
(el Comintern) y que, sin embargo, han experimentado por lo ge- nacional» tenderá a estar asociada a una institución muy fuerte (con
neral procesos de elevada institucionalización. Se puede suponer en- una muy elevada autonomía respecto a la sociedad nacional y un
tonces que la organización patrocinadora actúa sobre el partido en elevadísimo grado de cohesión estructural interna).
formación de modo distinto según que aquélla forme parte o no de La argumentación desarrollada hasta aquí, sobre las relaciones
la sociedad nacional en la que opera el partido. Si la organización entre modelo originario y nivel de institucionalización, puede sinte-
patrocinadora es un sindicato o bien una iglesia, impedirá la forma- tizarse, desde el punto de vista gráfico, del modo siguiente:
ción de un partido fuertemente institucionalizado, puesto que un
desarrollo de ese tipo implicaría la autonomización, la «emancipa-
ción» del partido respecto a la organización. Si, por el contrario, la FIGURA 4
organización patrocinadora se halla fuera de los confines del régimen
político, una institucionalización fuerte que garantice la autonomía
Institucionalización
del partido respecto al régimen es un resultado más probable (pero
la autonomía respecto al sistema nacional se paga con la dependencia Fuerte Débil
respecto a la organización externa). Los procesos de bolchevización
de los partidos comunistas en los años veinte desembocaron en or- Legitimación 2
externa
ganizaciones fuertemente institucionalizadas, dominadas por coali-
ciones dominantes cohesionadas; y sin embargo su fuerte autonomía
~egitimación
respecto al ambiente nacional, estuvo acompañada por la subordina- Interna 3 4
ción a una institución internacional en la cual estaba depositada su
fuente de legitimación, así como la de las coaliciones dominantes que
las dirigían.
El que la presencia de una organización patrocinadora influy~ de . El caso 1 estaría representado sobre todo por los partidos cornu-
modo diverso sobre el proceso de institucionalización del partido, nIstas. La fuente de legitimación es externa y la coalición dominante
según que aquélla forme parte o no del mismo régimen político y que logra afirmarse en el partido, contra los adversarios de la bol-
que opere o no directamente en la misma sociedad nacional, se de- Úhevlzación, es una coalición políticamente cohesionada. El desarro-
riva probablemente del hecho de que sólo en el primer caso se da o de la organización se caracteriza por el predominio de la pene-
el fenómeno de la doble militancia organizativa: los miembros del rración territorial (junto a la total reorganización de las estructuras
partido son también afiliados del sindicato o bien forman parte de ocales heredadas en el momento de la escisión de los partidos so-
134 El desarrollo organizativo . stitucionalización 135
La 10

cialistas). El proceso desemboca en una institución fuerte. El caso 2 1 mente dos de los tres factores que antes señalábamos como di-
está representado por los partidos laboristas, in primis por el partido SO anciadores de los modelos originarios de los distintos partidos (el
( ere 11 .. 1 . . d
laborista británico y por algunos partidos confesionales (el Partido . o de desarro o organizatrvo y a presenCIa o ausencia e una
Popular, la DC italiana, la DC belga, etc.). El desarrollo organiza- tIPganización externa). Hasta aquí he dejado de lado el caso del li-
tivo se produce principalmente por difusión territorial (las organi- ~:razgo carismático. El papel de este factor es más complejo y ne-
zaciones surgen por generación espontánea). Un desarrollo inicial esita un tratamiento aparte. La presencia del carisma personal da
por difusión, unido a la presencia de una organización patrocinado- fugar en efecto, a resultados que se desvían parcialmente del análisis
ra, impide la formación de fuertes lealtades organizativas. La coali- desarrollado hasta aquí y no en pequeña medida. Comencemos por
ción dominante es en la mayoría de los casos una coalición hetero- decir que el carisma (personal) puede ir asociado tanto a un desa-
génea, dividida. La organización se institucionaliza débilmente. El rrollo organizativo por penetración como a un desarrollo por difu-
* caso 3 está representado sobre todo, pero no exclusivamente, por sión (o federación). La asociación más probable, si nos atenemos a
algunos partidos que Duverger define como de «creación interna». los casos históricos disponibles, es sin embargo la segunda de las
El centro que desarrolla el partido por penetración territorial es un citadas: en general, un partido carismático nace a partir de la fede->"
centro cohesionado, en general una élite parlamentaria agrupada tras ración de una pluralidad de grupos locales surgidos espontáneamente
la bandera de un líder de gran prestigio. El proceso da lugar a una y/o de organizaciones preexistentes que se reconocen en el líder y
institución fuerte. Distintos partidos conservadores -empezando se someten a él. En cambio, la presencia del carisma es incompatible -*
por el británico-- (curiosamente mucho más que los liberales) 38, se con la presencia simultánea de una organización patrocinadora. La
han desarrollado de este modo. cual sólo puede tolerar formas de eso que, siguiendo a Tucker, he
El caso 4 recoge sobre todo a los partidos nacidos de la federa- definido como «carisma de situación» y que, en sustancia, es un ;k-
ción de grupos preexistente s como la SFIO, el partido socialista carisma personal diluido. Carisma «puro» y organización patrocina-
japonés, la CDU, etc. La federación de dos o más organizaciones dora son por el contrario mutuamente incompatibles: o existe uno
preexistentes o un desarrollo inicial por difusión, digamos en estado o existe la otra (aunque, naturalmente se dan muchísimos casos en
puro (precisamente el caso de la CDU) 39, dan lugar a una coalición que no están presentes ni el uno ni la otra). El partido no puede ser
dominante débilmente cohesionada, puesto que los diversos grupos a la vez la criatura de un líder y configurado totalmente por él, y
poseen un poder de veto respecto a los intentos del «centro» (en «brazo político» de una organización externa. Pero el resultado anor- ~
período de formación) de reforzarse a costa de la periferia. La or- mal que produce el carisma «puro» es otro. Consiste en el hecho de
ganización se institucionaliza débilmente. que genera, simultáneamente, una coalición dominante unida a pesar
de ~a ausencia de un proceso de institucionalización organizativa. El
c~nsma rompe, por tanto, el vínculo que habíamos establecido como
El carisma personal: un caso anormal h.I~ótesis entre el grado de institucionalización y el grado de cohe- ~
sIo.n de la coalición dominante, por el cual cuanto más elevada era
En la discusión precedente he examinado cómo se relacionan con l~ lOstitucionalización más unida aparecía la coalición dominante (y
el grado de institucionalización alcanzado por los diversos partidos, VIceversa). En efecto, en este caso, la coalición dominante se muestra
cohesionada desde el principio a pesar de estar compuesta por varias
38 J. Elklit, The Formation of Mass Political Parties in tbe Late 19th: the Three tendencias (y por tendencias a menudo en lucha violenta aunque
Models of the Danish Case, cit.; L. Svaasand, On tbe Formation of Political Parues: ~ubterránea entre sí). El líder representa el cemento que las une y la
Canditians, Causes and Patterns of Deoelopment, cit. Sobre la incapacidad de los ucha entre los diversos grupos es una lucha, en definitiva, por ase-
liberales italianos para organizarse en un partido moderno cfr. G. Galli, 1 partttt
politici, Torino, UTET, 1974.. .' .
rrarse u.na mayor protección y mayores favores por parte del líder.
39 Sobre las razones por las que no considero a la CDU un partido de legitima- a cohesIón se explica por el hecho de que solamente tienen acceso
ción externa, a diferencia de los demás partidos confesionales, vid. el cap. VII. aUtorizado al «círculo interno» del partido, aquellos que gozan del "
136 El desarrollo organizativo La institucionalización 137

apoyo y la confianza del líder. También en estos partidos, como en sos en que esto sucede, la impronta inicial permanece: un partido
las instituciones fuertes dotadas de burocracias potentes, el recluta- carismático que se institucionalice, mantendrá, muy probablemente,
miento de las élites tiene un desarrollo centrípeto, y la organización una fuerte centralización de la autoridad en su seno, y ésta será, a
se encu.entra fuertement~ ce~tralizada. La peculiaridad de este tipo su vez, la premisa para una institucionalización relativamente fuerte;
de partido es que esta situación se produce antes de que el carisma más fuerte a menudo de 10 que dejarían prever otras características
se convierta en rutina, antes de que se verifique la institucionaliza_ de su modelo originario.
ció? ~n un partido carism~tico (antes de que el carisma se haga
rutinario) se dan de modo simultáneo una ausencia de instituciona- FIGURA S. Cuadro resumen de la tipología
lización y una fortísima centralización de la autoridad (que en los
partidos no carismáticos se detecta sólo en condiciones de fuerte Modelo originario Institucionalización
burocratización ).
La centralización de la autoridad --o sea la concentración del Difusión territorial Débil
control s?bre las zonas de incertidumbre en manos del líder- apa- Penetración territorial Fuerte
rece des~lga?a del desarrollo b.urocrático porque en términos gene- Legitimación interna Fuerte
2
rales y siguiendo a Weber, cansma y burocracia son fenómenos or- Legitimación externa nacional Débil
ganizativos an.titéticos entre sí, El carisma personal va además gene- Legitimación externa no-nacional Fuerte
ralmente asociado a fuertes resistencias a la institucionalización. El 3 Carisma Inexistente/Fuerte
líder no tiene en efecto, interés en favorecer un reforzamiento de la
organización demasiado acentuado que inevitablemente sentaría las
bases para una «emancipación» del partido de su control. En cierto
sentido el líder carismático se encuentra, frente al partido, en una Conclusiones
posición análoga a la de la organización patrocinadora externa: su
presencia tiende a desalentar, por vías y motivos diversos, la institu- La discusión anterior nos ha permitido poner a punto una tipo-
cionalización 40. logía de la formación de los partidos que debe ser ahora sometida
Este razonamiento debiera contribuir a explicar por qué la ins- a control empírico: en nuestro caso, un control histórico-comparado
titucionalización de un partido carismático es un acontecimiento ra- mediante el contraste con las informaciones disponibles sobre el na-
rísimo. 0, en otros términos, por qué casi ningún partido carismá- cimiento y las modalidades de formación de un cierto número de
tico consigue sobrevivir a su fundador o, experimentar un proceso partidos concretos.
de «rutinización. (de objetivación) del carisma. En los rarísimos ea- Sin embargo, hay que hacer una precisión. La tipología más arri-
ba ilustrada «descuenta», con la cláusula de «en igual de condicio-
nes», el papel de los factores ambientales. Se limita a identificar re-
40 Naturalmente puede presumirse que también la presencia de una organización laciones que pueden establecerse a nivel de hipótesis entre modelo
e.xterna puede llegar a producir la misma combinación típica de los partidos carisma-
originario (que es la variable independiente) y nivel de instituciona-
tICOS: una ausencia de institucionalización acompañada por una fuerte cohesión de la
coalición dominante (sobre todo en el caso de que la organización externa esté tan lización (la variable dependiente). Lo que ha sido posible porque se
unida que logre imponer una cohesión del mismo tipo al partido que patrocina). Ese trata de una construcción teórica, de laboratorio, obtenida mediante
fue probablemente el caso del CGP (Clean Government Party) japonés, que era una la selección de ciertos factores que nos han parecido plausibles y
emanación política de una organización religiosa fuertemente unida: el Soka Gakkai. tratando de establecer qué efectos ejercen sobre otros factores selec-
Cfr. T. Tsutani, Political Change in Japan, New York, McKay, 1977, p. 151 Y ss.
Pero es raro que exista una organización con ese grado de cohesión, por lo que el
cionados del mismo modo. En el momento en que una tipología
resultado más probable será el «normal. de una institucionalización débil del partido construida de este modo es «puesta a prueba», sometida al test del
y una coalición dominante dividida. control empírico, la cláusula «en igualdad de condiciones» deja de
138 El desarrollo organizativo

funcionar. Porque en este punto nos encontraremos frente a Una

5. LOS PARTIDOS DE OPOSICION (1)


gran variedad de condiciones ambientales que se convertirán en Va-
riables operativas (y perturbadoras), entre el modelo originario de
los distintos partidos y el nivel de institucionalización alcanzado por
éstos. Variables cuya presencia puede siempre, dado un cierto mo-
delo originario, favorecer resultados incluso muy distintos de los
previstos como hipótesis. Son precisamente estos factores, que he-
mos excluido en el momento de la construcción del modelo, los que
deberemos tener presentes a la hora de proceder a la verificación
histórica 41.

Premisa

Está muy generalizada la idea de que las características organi-


zativas de los partidos que han pasado por largos períodos de opo-
sición en el curso de su historia, son distintas de las de los partidos
que exhiben una larga permanencia en las funciones de gobierno.
Los partidos del primer tipo necesitan mucho más que los segundos
una organización sólida y fuerte: no pueden apoyarse en la buro-
41 Son muchos los factores que pueden llegar a ejercer una gran influencia. En cracia estatal, no pueden utilizar pro domo sua al Estado y sus apa-
primer lugar, las características institucionales del régimen político (por ejemplo, de
ratos, ni disponen normalmente del generoso apoyo financiero que
la burocracia estatal); también cuenta el intervalo de tiempo que media entre el na-
cimiento del partido y la conquista del gobierno nacional (es improbable que un
los grupos de interés reservan a los partidos gobernantes. Sólo pue-
partido que se consolida, desde el punto de vista organizativo, a partir de una posi- den Contar con sus propias fuerzas. Fortalecer la organización, po-
ción de gobierno, llegue a convertirse en una institución fuerte). Cuenta igualmente nerla en condiciones de movilizar con eficacia y continuidad a los
la intensidad de las amenazas ambientales experimentadas en la fase de formación, así partidarios, es la única vía practicable, en la mayor parte de los
como, en los casos de función entre dos o más organizaciones (una variante de la
difusión territorial) las características de éstas. Por ejemplo, como veremos en el
casos, para remontar la desventaja en la competición con los partidos
próximo capítulo, la represión estatal, junto con el carácter relativamente centralizado de gobierno. La situación de los partidos de gobierno es, en cambio,
de las dos organizaciones cuya fusión da lugar al nacimiento del SPD, contribuye a la opuesta. Estos partidos tienen a su disposición una multiplicidad
explicar que éste partido llegara a convertirse en una institución fuerte. de recursos públicos utilizables en la competición política y estos
recursos son a menudo un sustituto eficaz de la movilización que se

139
140 El desarrollo organizativo arÚdos de oposición (1) 141
LoS p

produce a través de la organización del partido. Siguiendo este ra- '1 o siguiente
En e1 capltU ,l. .'
examinaré por el contrano tres casos de
zonamiento hay que esperar entonces que los partidos que nacen y "instituciones débiles» .,'.
se consolidan en la oposición tiendan más fácilmente a convertirse
en instituciones fuertes. y habrá que esperar también que los parti-
dos que conquistan el gobierno nacional inmediatamente después de El partido socialdemócrata alemán
su fundación, y que a partir de esta posición consolidan su organi-
zación, tiendan más fácilmente a convertirse en instituciones débiles. El SPD, el primer partido de masas surgido en Europa, ha tenido
Así es a menudo. Efectivamente, en muchos casos, controlar o no n su historia un destino singular: el de elevarse a la condición de
las palancas del poder político en la fase crucial de consolidación es eímbolo, simultáneamente, de las virtudes y de los defectos de la
un factor que incide sobre el tipo de institucionalización. Pero no ~otencia organizativa. El SPD, la organización política a la que mi-
siempre es cierto. Entre los «partidos de oposición» (consolidados
en la oposición) pueden darse grados distintos de institucionaliza-
ción; y 10 mismo ocurre con los «partidos de gobierno». No puede ". Le debo al lector tres advertencias: 1) El análisis que viene a continuación, en
establecerse una relación rígida entre el nivel de institucionalización éste y en los tres capítulos siguientes, constituye un intento de verificación de la
y la posición inicial respecto al gobierno nacional. tipología que desarrollamos en el capítulo IV sobre las relaciones entre el modelo
originario y el tipo de institucionalización. Por tanto, el análisis se limitará a un
Esa posición inicial, sin embargo, puede ser utilizada, y así la examen, lo más escueto posible, de la fase de formación de los distintos partidos. En
utilizaré yo, como papel de tornasol, como reactivo: examinando los casos en que determinadas circunstancias históricas me han obligado a abordar
separadamente el nacimiento y el desarrollo organizativo de algunos también otros acontecimientos posteriores, lo he hecho mediante indicaciones muy
«partidos de oposición» (en primer lugar), y de algunos «partidos sucintas y, a veces, superficiales (justamente porque lo que me importaba describir
era aquel momento inicial). Más adelante y en particular en el capítulo XIII, donde
de gobierno» después, se podrán establecer comparaciones entre los
trato el problema del cambio organizativo, se abordarán algunas vicisitudes de los
dos e intentar una verificación de la tipología que sobre las relacio- partidos que aquí aparecen tratados, más próximas en el tiempo. 2) Este análisis ha
nes entre modelo originario y nivel de institucionalización hemos sido llevado a cabo releyendo, de un modo sumario ciertamente, pero tocando todos
desarrollado anteriormente. los puntos que eran esenciales a mi juicio, las vicisitudes históricas de algunos partidos
La primera serie de comparaciones (capítulos V y VI), se referirá a la luz del esquema teórico puesto a punto en la primera parte de este libro. El
«sentido» de las comparaciones que se hacen en lo que viene a continuación, no sería
a partidos que tienen dos características en común: inteligible sin tener constantemente presente aquél esquema. Sin embargo, para no
1. Todos son partidos que se han institucionalizado durante un ~ac~r demasiado pesada la lectura, he preferido evitar, excepto cuando se ha revelado
mdlspensable, traer a colación conceptos que habrían acabado por sumergir la narra-
largo período de oposición. ción histórica bajo un pesado lenguaje sociológico. 3) En parte por la misma razón,
2. Son partidos que están situados en la misma vertiente de la línea h~ elegido la vía de una descripción comparada de los distintos partidos que prescin-
de ruptura ':. fundamental de la sociedad industrial: la división ~Iese en lo posible de la enumeración de datos y/o de la descripción minuciosa de la
en clases. Se trata de partidos (en concreto, los partidos socia- fIsonomía y del funcionamiento de los diversos órganos que integran los partidos.
He preferido remitir de vez en cuando al lector, mediante notas a pie de página, a
listas y comunistas) nacidos para organizar políticamente a las los textos en que puedan encontrarse esos datos. Para no hacer pesado el texto, pero
clases subalternas. No obstante estas semejanzas son partidos ~~mbién para mostrar que el «análisis organizarivo», en contra de ideas muy difun-
que se han desarrollado con marcadas diferencias desde el punto dIdas, no consiste en absoluto en un trabajo chato y fastidioso de recopilación de
de vista organizativo. .atos y de minuciosas y pedantes descripciones de estatutos. Por el contrario, cons-
tItUye un intento de interpretar la «lógica» del funcionamiento de una determinada
En este capítulo examinaré el desarrollo de tres partidos (SPD, organización, de comprender y hacer comprender su «sintaxis». Tanto más cuanto
PCF, PCI) que han llegado a convertirse en «instituciones fuertes». q~e ~os datos realmente preciosos que habría que conocer (por ejemplo, sobre las
re ~clones entre los distintos niveles jerárquicos de las burocracias de los partidos, o
so re los procesos de intercambio con las demás organizaciones, etc.) faltan en la
;ayor parte de los casos (y sólo nos queda confiar en las observaciones «intuitivas»
* Nota del Traductor: «cleavage- en el original. e los historiadores).
artidos de oposición (1) 143
142 El desarrollo organizativo Los p

e el punto de vista organizativo 4. Especialmente la ADAV,


raba confiado el numen tutelar del socialismo, Friedrich Engels 1, das d es d .' d f
aOlZ. ada en forma muy centralizada y gUla a con mano irme y
fue también el modelo que inspiró a la mayor parte de los socialistas org itaria por su fundador y je f e cansmatico. " L assa 11e y d espues,
' a
europeos 2: sus programas políticos (desde Gotha hasta Erfurt) fue- aUton .' d ..
rte por Johan Baptist von Schweitzer. Las os orgaruzacio-
ron recogidos, a veces al pie de la letra, por otros muchos partidos SU ¡nue, "', . de ci
lle an a la unificación en Gotha por un conjunto e circunstan-
socialistas; sus documentos estatutarios dejaron huella en numerosos s
o.e g mo nos advierten los historiadores 5: la muerte de Lassalle
estatutos; sus éxitos organizativos y electorales fueron durante de- Clas, co . Ííd h b '
(1864) Y con ella la salida de escena de ~n I er. que no a na, acep-
cenios alimento de la seguridad en el carácter realizable a corto plazo d nunca una fusión que no se produjera bajo su hegemonía; los
de la sociedad socialista. Pero, al mismo tiempo, el SPD fue también, :a~umores y resistencias ante la gestión igualmente autoritaria (pero
desde la época de las denuncias de Robert Michels en adelante, el falta de «carisma») de su sucesor a la cabeza de la A.DA V (y que
partido al que le tocó en suerte convertirse en emblema de las de- f obligado a dimitir en 1871); la guerra franco-prusiana y la Co-
generaciones burocráticas y oligárquicas a las que están abocadas las ue na de París que radicalizan a los ambientes obreros alemanes; y,
grandes organizaciones. m~re todo, una represión estatal cada vez más opresiva. En 1871
Aquella potencia organizativa que desarrolló el SPD durante la ~ebknecht y Bebel son detenidos por alta traición y condenados a
época imperial y que tantos juicios contrapuestos suscitó y continúa residencia obligada durante cierto tiempo; en 1874 (un año antes de
suscitando, no se ha desvanecido del todo. Después de los sobresal- Gotha) la organización lassalliana es puesta directament~ fuera de. ~a
tos weimarianos, tras la clandestinidad del período nazi, después de Ley (en base a una ley antisubversiva de 1861) y sus Jefes y mili-
Bad Godesberg, e incluso tras una quincena de años en el gobierno
tantes perseguidos. ..'
(en coalición con la CDU, entre 1966 y 1969 primero y, en posición El encuentro entre una tensión colectiva activada y alimentada
dominante, con los liberales de 1969 en adelante), el SPD mantiene, por la guerra y las vicisitudes que siguieron, ~ una amenaza externa
aunque inevitablemente diluidos, muchos rasgos que recuerdan el cada vez más grave, explica el éxito de la fusión de Gotha. El pro-
antiguo esplendor. Para comprender de dónde proceden ciertas ca- grama del neo-nato partido (que recibe las críticas de ~arx y.Engels)
racterísticas que diferencian al partido de Schmidt y de Brandt de es una hábil mezcolanza de elementos ideológicos marxistas (Impues-
tantos otros de inspiración análoga, es preciso remontarse a un pa- tos por los «eisenachianos») y de la visión lassalliana del socialismo.
sado lejano 3. Eisenachianos y lassallianos se hallan además equitativamente repre-
Cuando la ADA V (la Asociación General de Obreros Alemanes sentados en los órganos de dirección del partido 6. Pero el «éxito.»
fundada en 1863 por Ferdinand Lassalle) y el SDAP (Partido social- de la fusión de Gotha queda probado sobre todo por los aconteci-
demócrata obrero nacido en 1869 en Eisenach a impulsos de Wil- mientos sucesivos. Aunque Bebel surgirá rápidamente como. el cen-
helm Liebknecht y de August Bebel), se fusionan en Gotha en 1875 tro de gravedad de la coalición dominante del nuevo partido, los
son, a pesar de su juventud, dos sectas políticas bastante consolida- conflictos internos (con la excepción aislada de la oposición a Beb~l
de un lassalliano «impenitente», Wilhelm Hasselman) no reproduc~-
I L. Longinotti, Friedrich Engels e la «Riuoluzione di Maggioranza», «Studi Sto-
rán la división entre eisnachianos y lassallianos: los dos grupos on-
rici», XV (1974), pp. 769-827.
2 J. P. Nettl, Teh German Social Democratic Party, 1890-1914 as a Political Mo- ginarios, bajo la presión del reto exterior, se amalgaman perfectamen-
del, «Past and Present», LX XIV (1965), pp. 65-95.
te.
3 La importancia del SPD es tal que las historias .generales» de este partido, son
incontables. Entre los numerosos trabajos puede consultarse con provecho el clásico 4 Cfr. sobre la formación y organización de los dos partidos, R. Morgan, The
F. Mehring (un protagonista de la aventura socialdemócrata del período imperial), German Social Democrats and tbe First International, 1864-1872, London, Cambrid-
Geschichte der Deutschen Sozialdemokratie; D. A. Chalmers, The Social Democratu: ge University Press, 1966, p. 39 Y ss.
Party oi Germany. From Working-class Mouement to Modern Political Party, New 5 V. L. Lidtke, The Outlawed Party: Social Democracy in Germany, 1878-1890,
Haven and London, Yale University Press, 1964; E. Collotri, La Socialdemocrazza Princeton, Princeton Universiry Press, 1966, p. 39 Y ss.
tedesca, Torino, Etinaudi, 1958; 1. Rovan, Histoire de la Social-Democratie Alleman- 6 Ibidem, p. 43.
de, Paris, Editions du Seuil, 1978.
144 El desarrollo organizativo artidos de oposición (1) 145
LoS P

En Gotha, el proyecto de partido que los congresistas aprueban blecidas en Gotha. En la nueva situación, el grupo parlamentario
combina, tanto desde el punto de vista organizativo como desde ei esta
1 Fraktion) es e1 uruco . d eLoartid
' . centro po ÍiIUCO ..
paru o con existencia
ideológico y en 10 que se refiere el liderazgo, elementos de la fiso- ~a 1. Las agrupaciones locales se ven obligadas a organizarse autó-
nomía de los dos grupos originarios: una fuerte centralización y una eg~amente (y en la clandestinidad) -alentadas por los mismos lí-
organización disciplinada según el modelo de la ADAV, unidas a de es nacionales-, según las condiciones de cada localidad 10 y sin
una gestión colegiada según el modelo del SDAP 7. Así quedan sen- e:rdinación desde el centro. En la mayoría de los casos funcionan
tadas las premisas del desarrollo organizativo que, tras la derogación ~~jo la apariencia de asociaciones electorales (que la ley permite).
de las leyes antisocialistas en 1890, experimentará el SPD. Por e! Sin embargo, la autonomía de la «periferia» respecto al «centro» del
momento sin embargo, los líderes del partido deben renunciar a partido es más aparent~ que real: la r~lación entre la Fraktion y ~as
buena parte de sus planes organizativos, acosados como están por organizaciones clandestinas locales esta asegu,rada d.ehecho p~r q~I:-
la represión de Bismarck. La aprobación de las leyes antisocialistas nes durante los doce años que permanecera en VIgor la legislación
de 1876 obliga a los social-demócratas a adoptar soluciones de emer- antisocialista, serán la verdadera espina dorsal del partido: los Ver-
gencia. Sin embargo, las bases para un fuerte proceso de institucio- trauensmanner, los «hombres de confianza» que, en la ilegalidad y
nalización ya están sentadas. Después de Gotha el nuevo partido entre dificultades y riesgos mantienen las comunicaciones entre el
inicia un sostenido proceso de crecimiento organizativo y electoral. vértice y la base del partido y garantizan el control (informal) del
En Gotha los afiliados son 24.443. Pero en el congreso del año primero sobre la segunda. La red de comunicaciones políticas ali-
siguiente los 98 delegados representan ya un total de 38.254 afiliados mentadas por la prensa del partido ha sido destruida. Pero la publi-
y 291 agrupaciones locales 8. En las elecciones al Reichstag de 1877 cación clandestina de! «Sozialdemokrat», impreso en Suiza, bajo e!
el SPD obtiene 493.447 votos (alrededor del 10 % del total) y con- control político de Bebel, y distribuido en toda Alemania por los
quista doce escaños. "hombres de confianza», contribuye a mantener e! cimiento ideoló-
También la situación financiera es relativamente sólida: «Desde gico del partido.
junio de 1875 hasta agosto de 1876 el tesorero recibió 58.763 mar- Contrariamente a los planes establecidos en Gotha, que preveían
cos; desde agosto de 1876 hasta abril de 1877, 54.763 marcos; de el predominio de los órganos internos de! partido sobre la Fraktion,
febrero a octubre de 1878, 64.218 marcos. Con estos fondos el par- ésta se convierte, por la fuerza de las cosas, en e! centro directivo
tido podía pagar a sus dirigentes (esto es, a los miembros del Comité de! partido.
electoral central), sostener a los agitadores profesionales y subven- Pero sólo hasta un cierto punto. Y de hecho Bebel, que no es
cionar la publicación de periódicos y revistas» 9. Del partido depen- parlamentario entre e! 81 Y el 83, participa en las reuniones de!
den un gran número de diarios y otras publicaciones de periodicidad grupo en una posición preeminente. Lo mismo ocurre con Liebk-
semanal. Se calcula que en 1878 el SPD disponía de 47 periódicos, nechr, ausente de! Reichstag desde e! 87 al 89 11. Nadie osa discutir
entre nacionales y locales, y entre diarios, semanarios y mensuales, a dos líderes tan populares y prestigiosos el derecho a participar en
y, por tanto, de una potentísima red de comunicaciones. l~ di~ección de! partido incluso desde fuera de la Fraktion. En otros
El trance de las leyes antisocialistas bloquea el desarrollo orga- ter~'llnos, a pesar de que el marco legal en que el partido se ve
nizativo del partido o, mejor, 10 canaliza por vías distintas de las o.~hgado a actuar favorecería, potencialmente al menos, una evolu-
Clon hacia el partido de tipo «parlamentario» (preeminencia del gru-
7 U. Mittrmarm, Tesi sullo sviluppo organizzativo di partito della socialdemocra- po parlamentario sobre e! partido) y con una fuerte autonomía de
zia tedesca durante l'impero, en L. Valiani, A. Wandruszka (a cura di): Il movimento
operaio e socialista in Italia e in Germania dal 1870 al 1920, BoJogna, II Mulino,
'0 U M'
1978, pp. 69-70. , ,lttrmarm, Tesi sullo suiluppo organizzativo di partito della socialdemocra-
8 V.L. Lidtke, Tbe Outlawed Party: Social Democracy in Germany, 1878-1890, Zza;~desca du,:ante l'impero, cit., p. 73.
cit., p. 54. . V. L. Lidrks, Tbe Outlawed Party: Social Democracy in Germany, 1878-1890,
9 Ibidem, p. 54.
cit., p. 98.
146 El desarrollo organizativo 147
rtidos de oposición (1)
Los pa

las organizaciones locales respecto al «centro» (una evolución típica,


como veremos, de los partidos débilmente institucionalizados), los
e
e 1 on
greso de Sto Gall (1887) gana un show down decisivo contra
f . ) despue~' de una
"los moderados» (los parlamentari.os re orm1stas.
anticuerpos que suponen, una sólida estructura «intermedia» (aun- rda lucha que anticipa los conflictos del decenio sucesivo y las
que de tipo informal: los «hombres de confianza») y la presencia de SOolémicas sobre e l «revlslomsmo».
vrevi . ..
unos líderes (Liebknecht y, sobre todo, Bebel), cuya fuerza y con- P E 1883 Karl Kautsky ha fundado la «Neue Zeit» , la revista
trol sobre la organización dependen de su popularidad entre los ideol~gica del partido, en !a que cola~orarán las mejores ~abezas del
seguidores del partido, y no del desempeño de una concreta función
organizativa, impiden aquella evolución. soc ialismo alemán. La revista, y el mismo
... Kautsky en pnmer lugar,,
racias a su gran prestigio como teónco marxista, se convertlra~ en
Los «hombres de confianza» son voluntarios, no perciben suel- gl principal centro de «racionalización» ideológica 13 del «ambiguo
do. Son sólo los predecesores de los «funcionarios» del período que e arlamentarismo» de Bebel, la línea política del dentro/fuera, d~l
sigue al retorno del partido a la legalidad, cuyo conformismo y cu- ~eformismo de calderilla escondido bajo la retórica antiparla~entar~a
yas actitudes conservadoras serán interpretadas por Michels como el y «antisistema». El «centro marxista», de.l q~e Bebel era el eje poli-
fruto del inevitable «aburguesamiento» de los militantes de extrac- tico y Kautsky el ideológico, es ya mayontano.pe 1887 en adelante,
ción obrera y como una de las causas fundamentales de la formación Bebel y sus hombres controlarán todas las pOSICIOnes.clave del par-
de la oligarquía. Los «hombres de confianza», por el contrario, son tido, obstaculizados únicamente por un grupo marginal de parla-
de una pasta distinta. Las mismas condiciones en que se desarrolla mentarios de las regiones meridionales, a su derecha, y por un pu-
su trabajo político les convierten en individuos de sentimientos fuer- ñado de intelectuales sin poder organizativo a su izquierda 14. En
temente «radicales». Durante todo el período de la clandestinidad Erfurt, en 1891, el «marxista» Bebel, ahora sólidamente asentado a
serán por ello recurrentes las polémicas contra los comportamientos la cabeza del partido, puede imponer una revisión del pr~grama
«blandos» de la Fraktion, contra aque 1 «am biIguo par 1amentansmo»
. 12
depurándolo de todas las «impurezas» -desde el pu~to de vista de
hecho de reformismo práctico (una actividad parlamentaria, que se la ideología marxista- que se habían hecho necesanas en. Gotha a
esfuerza por conseguir la aprobación de medidas concretas en favor causa del compromiso político-organizativo con los lassallianos.
de los obreros) y de «lenguaje revolucionario»; contra la disociación El programa «marxista» de Erfurt, al sancionar la esperanza me-
entre las afirmaciones de principio y los comportamientos que an-
ticipa un aspecto esencial de la «integración negativa» del período
13 Sobre el papel de Kautsky y, más en general, sobre los conflictos ideológicos
siguiente. Durante todo este tiempo el partido seguirá siendo, esen- en el SPD, vid. H. J. Steinberg, Sozialismus und Deutsche Sozialdemokratie, Bonn-
cialmente, un «sistema de solidaridad», una organización que pode- Bad Godesberg, Verlag, 1976. Cfr., además, M. Salvadori, Kautsky e la rivoluzione
mos examinar a la luz del «modelo racional» descrito en el primer socialista, 1880-1938, Milano, Feltrinelli, 1976.
14 En la derecha se situaban sobre todo los parlamentarios bávaros, cuyo electo-
capítulo: los incentivos colectivos de identidad son aún la única ma-
rado era predominantemente campesino, Georg Vollmar será su líder más enérgico y
silla que une verdaderamente a la organización. Después de 1890,
representativo. Lo que explica esencialmente el «desviacionismo de derechas» de los
con la negativa del Reichstag a prorrogar las leyes antisocialistas, la parlamentarios bávaros es una diferencia de «constituency» electoral. Tras su distan-
situación organizativa del partido cambiará drásticamente. Por aque- ciamiento de Kautsky y del grupo de la «Neus Zeit», Eduard Bernstein se convertirá
lla época, la coalición dominante, que luego será definida co~o el en el portavoz ideológico del grupo (desempeñando, respecto a la actuación política
«centro marxista» (o el «pantano» en la definición despreciativa de de Vollmar, el mismo papel de Kautsky desempañaba en relación con Bebel). El SPD,
tanto la coalición dominante como las tendencias de oposición distribuían incentivos
Rosa Luxemburgo), se ha consolidado ya. colectivos de identidad a sus seguidores (y curzaban las espadas con sus adversarios
A lo largo de los años 80 Bebel ha «liquidado» en primer ~u?:r en los juegos de poder horizontales) a través de una serie de ideólogos de un gran
el reto planteado desde la izquierda por una heterogénea coalición vigor intelectual. La tendencia de izquierda tenía un cierto arrastre sobre todo en las
dirigida por anarquistas y por el lassalliano Hasselman. Después, en escuelas del partido y en los grupos de estudio en los que participaban como profe-
SOres Rosa Luxemburgo y otros «intelectuales revolucionarios». Cfr. C. E. Schorske,
German Social Democracy 1905-1917, Cambridge, Harvard University Press, 1955,
12 Ibidem, p. 82 Y ss.
p. 111 Y ss.
148 El desarrollo organizativo .dos de oposición (I) 149
LoS partl

siánica en la «inevitable» revolución, que se produciría sin falta, pero LoS grupOS que se oponían al «centro marxista» no estaban or-
sólo cuando estallaran las contradicciones del capitalismo ---de tal ·zados. Una facción es un grupo fuertemente cohesionado que
modo que todo lo que había que hacer era organizarse y esperar_ ganJne un corte vertical del partido. En cambio, ni los «radicales»
suministra la cobertura ideológica del desarrollo organizativo poste~ s~':s «revisionistas» estaban organizados de ese modo. Se trataba
rior y de la «integración negativa» en el sistema eficazmente descrita 111ás bien de líderes de la oposición, conocidos en el partido, pero
por Gunther Roth 15. Con cierta prudencia, y sin querer poner una con débiles e irregulares conexiones con algunos grupos de militan-
camisa de fuerza a la historia, se puede sostener que en la quincena res locales que, periódicamente, en particular en los congresos na-
de años que transcurren entre el retorno a la legalidad y el Congreso cionales (pero ocasionalmente también en los dos principales órga-
de Jena en 1905 (cuando se imprime una aceleración al desarrollo nos de dirección del partido, el ejecutivo y la comisión de control)
burocrático del partido) se desata el proceso de institucionalización desafiaban a la coalición dominante y aglutinaban sus apoyos úni-
de la organización. La organización desarrolla progresivamente in- camente en aquellas ocasiones. El conflicto intrapartidario tenía, pues,
tereses a todos los niveles, alimentados por un sistema de incentivos el carácter de un conflicto de tendencias, con poca cohesión, fluidas,
selectivos vinculados a la consolidación de las jerarquías internas, al fruto de agregaciones episódicas y discontinuas de diversos grupos
crecimiento de los lazos verticales con la classegardée, etc.; en tanto tras las banderas de alguno de los oponentes. El hecho de que los
que las lealtades alimentadas por la esperanza en la revolución, y líderes de los diversos grupos fueran siempre los mismos no debe
reforzadas por los «servicios de asistencia» y las demás actividades llamar a engaño: no es la continuidad en el liderazgo lo que hace
colaterales, se «fijan» sobre la organización, la recubren. de un grupo una facción, sino su duración y su solidez organizativa.
En los años noventa, la coalición dominante del partido deberá Durante largo tiempo ni una ni otra caracterizaron a los oponentes
afrontar el reto planteado a la estabilidad de la organización por la del «centro marxista» y éste, que constituía la coalición dominante
izquierda «radical» y la derecha «revisionista». El «centro marxista» del partido, estaba fuertemente unido. Es sintomático el hecho de
combatirá a los radicales escudándose en el propio «lenguaje revo- que los líderes «radicales» sólo llegarán a anudar lazos estables con
lucionario» y a los revisionistas (la derecha de Bernstein y de Voll- sus seguidores en las diversas sedes locales (organizándose, por tan-
mar) escudándose en el reformismo parlamentario 16. Dicho en otros to, como una verdadera facción) a partir de 1912, cuando, después
términos, la estabilidad organizativa del partido será garantizada me- de una grave crisis político-organizativa que estalla en 1911, el pro-
diante la línea política del «parlamentarismo» ambiguo. Gracias a la c~so de polarización política interna esté ya muy avanzado. En ese
cual la coalición dominante asegurará la supervivencia y desarrollo ano. (19.12)por p.rimera vez: «(oo.)nos encontramos con que las or-
de la organización, instaurando un modus vivendi con un Estado gantzaclOnes radicales de Bremen y Stuttgart someten al congreso
hostil y defendiendo simultáneamente las líneas internas de autori- d~1partido mociones con un texto análogo» 17. En otros términos,
dad (y, por tanto, a sí misma) contra los periódicos «asaltos a la solo e~tonces empieza a operar la coordinación «faccional» del gru-
diligencia» desde la izquierda y desde la derecha. po radica], y sólo el año siguiente (1913) la facción es consolidada
Muchos historiadores confunden a menudo las luchas internas ~stablec~endo un canal propio de comunicación, independientemente
del SPD -endémicas, como en todos los partidos, sin excluir a ~l partIdo, cuando «(oo.)Rosa Luxemburgo, Mehring y Karski, dan
ninguno-- con luchas de facciones. No eran tales. Se trataba, por el ~~a a un órgano de prensa para su grupo, el "Sozialdemocratische
contrario, de luchas de tendencias. ;rresp~nder" 18. Pero en esa época la organización se encuentra ya
t
a, denva y el partido está esperando -para romperse en dos-
So o a la famosa votación sobre los créditos de guerra.
15 G. Roth, The Social Democrats in Imperial Germany, Totowa, Teh Bedrninster

Press, 1963.
El carácter de «tendencia» propio de los conflictos intrapartida-
16 K. Egon Lónne, Il dibattito sul revisionismo nella socialdemocrazia tedesca, en
17
L. Valiani, A. Wadruszka (a cura di): Il movimento operaio e socialista in Italia e in 18 C. E. Schorske, German Social Democracy 1905-1917 cit p 251
Germania dal 1870 al 1920, cit., p. 121 Y ss. Ibidem, p. 252. " .,. .
,
F e o· B1Bl.\OTECA

150 El desarrollo organizativo artidos de oposición (1) 151


Los P

rios del SPD es la consecuencia del elevado grado de coherencia de - OS noventa se inicia un proceso de centralización a escala nacional
su coalición dominante. Y ésta, a su vez, es la pre-condición para ande expansión y fortalecimiento organizativo. En 1893, con 223.530
un desarrollo que hizo del SPD, a caballo entre los dos siglos, aque- ~iliados, los sindicatos son todavía una organización muy débil. En
lla fuerte institución tan admirada por su potencia por todos los stas condiciones es lógico que el predominio del partido sobre el
socialistas europeos de la época. :indicato sea total. Es además el propio partido quien se dedica a
El proceso de consolidación organizativa, y de burocratización reforzar la estructura sindical. Durante los años noventa los sindi-
se inicia a lo largo de los años noventa. Tendrá que pasar tiempo caros serán pues, esencialmente, una de tantas organizaciones cola-
antes de que cicatricen las heridas producidas en el tejido organiza- terales carente s de autonomía respecto al partido. Pero a partir de
tivo por los años de clandestinidad. En el congreso de Jena (1905) 1896 el desarrollo organizativo del sindicato alza el vuelo.
se adoptan unos nuevos estatutos, se refuerza el ejecutivo y se plan- En 1900 los afiliados al sindicato son ya 600.000. El equilibrio
tean las premisas para un ulterior «salto cualitativo» en la organiza- de fuerzas entre partido y sindicato va cambiando rápidamente. En
·'19Eb .
cion r ert que, aunque con sor dima, entra en 1a secretaría en 1906, frente a 384.327 afiliados en el SPD, el sindicato cuenta ya con
aquel congreso, a la sombra de Bebel, llevará a término, en el curso 1.689.709. En 1912 frente a los 4.250.000 votantes socialdemócratas,
de muy pocos años, el proceso de desarrollo burocrático del partido el sindicato tiene 2.530.000 afiliados 20. Este proceso altera las rela-
cuyas bases habían sido echadas sin embargo, muchos años antes por ciones de fueza entre las élites de las dos organizaciones, producien-
el mismo Bebel. La organización se hace aún más centralizada, se do dos efectos:
completa y refuerza la estructura intermedia de nivel regional, y se 1. La élite sindical, convertida ahora en el vértice de una po-
impone la homogeneidad organizativa a las agrupaciones locales. A tente organización, tiene la fuerza necesaria para liberarse de
la vea que crece el tamaño de la organización (medido por el número la tutela del partido y establecer con él una relación paritaria.
de afiliados, las actividades colaterales de asistencia, etc.). 2. Al aumentar sus dimensiones y ampliarse su área de reclu-
En 1909 el proceso se ha completado: el SPD es una burocracia tamiento, el sindicato se convierte en una organización po-
potente, autofinanciada, centralizada, con una estructura funciona- líticamente heterogénea. Si, en los comienzos de su historia
rial que se extiende desde el centro a la periferia y que asegura a la organizativa los afiliados eran casi exclusivamente obreros
coalición dominante un sólido control sobre el partido en la forma socialdemócratas, ahora la política sindical de reivindicación
eficazmente descrita por Michels y otros muchos después de él, y en la empresa y de asistencia concreta a los trabajadores,
sobre la cual no vale la pena insistir más. atrae a un número creciente de obreros de orientación no
Sin embargo, ninguna organización puede institucionalizarse más socialista, que oponen una resistencia cada vez más fuerte al
allá de un cierto grado, ninguna organización puede llegar a ser «uso político» del sindicato por parte del partido, a las acti-
totalmente autónoma respecto a su entorno. vidades desarrolladas con fines extraños a la acción sindical
En efecto, el fortalecimiento organizativo del SPD, a caballo en- en sentido estricto.
tre los dos siglos, se halla equilibrado por un desplazamiento en las
relaciones de fuerza entre el partido y el sindicato. La organización sindical se hace pues, más potente desde el pun-
El sindicato alemán no juega ningún papel en la fundación del to de vista organizativo y más heterogénea. La cúpula sindical se
partido. Durante los años ochenta las organizaciones sindicales son encuentra así en la situación de tener que equilibrar y mediar entre
débiles y carecen de una coordinación a nivel nacional. Sólo en los demandas internas contrapuestas (sectores sindicales socialistas ver-
su,s sectores sindicales no socialistas). Los sectores socialistas que-
r~lan mantener la «supremacía» del partido, los no socialistas desea-
19 Ibidem, p. 118 Y ss., para un cuidadoso análisis de las transfonnaciones orga- fIan un sindicalismo autónomo respecto del partido: la resultante de
nizativas que siguen al Congreso de Jena. La burocratización fue tal y tan rápida que
en pocos años el SPD disponía de 3.000 «pennanemes», o sea, de un funcionario por
cada 250 afiliados: cfr. M. Duverger, Los partidos políticos, cit., p. 184.
----
20 C . E. Schorske, German Social Democracy, cit., pp. 12-13.
152 El desarrollo organizativo 'd s de oposición (1) 153
(.OS partl o

estas dos pretensiones divergentes es la búsqueda de un compromiso tanto a los dirigentes internos del SPD como a los líderes
y de una relación paritaria sindicato-partido que permita «contener» ~c~Y~~~ También las luchas de tendencias en el partido se remo-
las demandas contrapuestas y asegure la estabilidad de la organiza_ slfl IC ún los nuevos equilibrios. Los «radicales» recibirán el apo-
ción sindical. delan segus confrontacIOnes . con 1a coa liicion
" dorni orrnnante, d e 1os sec-
Y O, en s . '1 . di .
A partir de los primeros años del siglo veinte, la institucionali_ anarco-sindicaltstas que actuan en e sin icato, mientras que
zación organizativa del sindicato es un hecho consumado y, como tores rlamentarios «revisiornstass
.,. esta eceran azos estrec h os con 1a
blecerá 1
IOS pa
siempre ocurre, la institucionalización implica una «emancipación», d ha del sindicato. E 1 cam bi10 d e 1a coa l'icion" dorniommante, e 1 paso
por lo menos parcial, de la organizción-madre, de la organización der~ejo al nuevo «centro marxista» implica un desplazamiento hacia
«patrocinadora» (en este caso, el partido), bajo la forma de una re- I e derecha del eje político del partido. Como quedará claro en el
definición y de reequilibrio entre las dos organizaciones. ~ongreso de la II Internacional de Stuttgart .de 1907? con. el choque
Esto producirá un cambio sensible en la composición de la Coa- entre Bebel y]aurés sobre los problemas del internacionalismo obre-
lición dominante del SPD. La ocasión surgirá con el debate sobre la ro y del antimilitarismo 23.
«huelga general». En el Congreso de Jena (1905), entre la tesis de El «nuevo» centro marxista (la alianza entre dirigentes del SPD
los «radicales», que proponen la huelga general como «arma revo- y los líderes sindicales reformistas) hace ahora del SPD el bastión
lucionaria», y la oposición del sindicato al uso político de este ins- del frente conservador dentro de la Internacional, anticipando de
trumento, prevalece, como es habitual, la posición de compromiso este modo, en razón de sus nuevos equilibrios organizativos, la op-
del «centro marxista»: Bebel hace aprobar en el congreso una reso- ción nacionalista de 1914 24. Aunque, contrariamente a lo que algu-
lución en la que la huelga general es aceptada pero sólo como última nos afirman, el sindicato no llegará nunca a ejercer un verdadero
«arma defensiva» del «Movimiento obrero» 21. En el Congreso del control sobre el partido (porque también el partido es una organi-
año siguiente, en Mannheim (1906), el giro se concreta; el paso del zación muy potente), es indudable que las opciones políticas del
predominio del partido sobre el sindicato a una relación paritaria partido son ahora el producto de un sistema de mediaciones e in-
entre las dos organizaciones se «oficializa». Aunque a costa de sus- tercambios inter-organizativos entre las élites de las organizaciones
citar una «diferenciación» de izquierdas por parte de Kautsky 22, que que tienen necesidad de apoyarse entre sí,
sigue aún teorizando la práctica de los años noventa (subordinación El SPD se convierte pues en una institución fuerte pero no hasta
del sindicato al partido), Bebel consigue hacer aprobar por muy el punto de desarrollar una total autosuficiencia y una autonomía
poco una moción en la que se afirma que un eventual recurso a la total respecto a su medio. La elegancia y la economía de mi modelo,
huelga general requiere una consulta preliminar con el sindicato. La 9ueda, por así decir, parcialmente redimensionada (aunque no inva-
«igualdad de rango» entre las organizaciones se da ya por aceptada. lidada en lo sustancial) al contrastarlo con una singladura histórica
y la coalición dominante, como se evidenciará en los años siguientes, inevitablemente más ambigua y más compleja.
sufre un cambio. En los años noventa la coalición dominante era Pero, en conjunto, el SPD es un caso que confirma la relación
algo completamente interno del partido, es decir, estaba compuesto entre modelo originario y grado de institucionalización organizativa
por actores cuyo poder organizativo dependía del rol desempeñado 9ue antes señalábamos. El nacimiento como partido de legitimación
en el partido. Después de Mannheim el «nuevo» centro marxista Interna, no patrocinado ni forjado por un jefe carismático, es un

21 Sobre este asunto y, más en general, sobre los resultados del Congreso de Jena,
23 Vid
1 ., sobre el conflictoSPD-SFIO, C. Pinzani, [aurés, l'lnternazionale e la
vid. el apasionado informe de Michels (que por entonces era todavía militante social-
demócrata), Le socialisme Allemande et le Congrés d'[ena, «Mouvement Socialiste" gue~a, ~ari, Laterza, 1970.
1905, pp. 238-307. ° VId. A. J. Berlau, The German Social Democratic Party, 1014-1921, New York,
ctagon Books, 1970, y L. Steurer, La Socialdemocrazia tedesca e la Prima Guerra
22 Vid. K. Kautsky, Der Weg zur Mecbt, Berlin, Buchhandlung, Vorwarts, 1909,
para una reafirmación en términos muy duros del primado del partido sobre el sindi- Mondiale, en L. Valiani, A. Wandruszka (a cura di): Il movimiento operaio e socialista
cato. In Itali¿ e in Germania dal18l0 al 1920, cit., pp. 281-318.
155
154 El desarrollo organizativo arúdos de oposición (1)
Los P

presupuesto favorable para una fuerte institucionalización organiza, al examinar el caso del PC italiano, deberá tener en cuenta las difi-
tiva, El factor desfavorable para un resultado como ése -la fusión ultades derivadas de la diversidad de situaciones nacionales en que
entre dos organizaciones preexistentes- fue anulado en sus efectos e inserta el desarrollo organizativo de cada PC). «Bolchevización»
por un desafío externo simultáneo y gravísimo. La ubicación en el es el término que se usa habitualmente para indicar el proceso me-
sistema político como partido de oposición «permanente» tras el diante el cual, los partidos nacidos de la escisión de los partidos
retorno a la legalidad, actúa como factor de refuerzo de un tipo de socialistas (como resultado del choque sobre el problema de la acep-
desarrollo organizativo al que el partido estaba ya dispuesto por las tación de las «veintiuna condiciones» de Lenin) configuran según el
características de su «modelo originario». modelo del partido bolchevique ruso e «interiorizan» el control po-
lítico ejercido por éste. En mi perspectiva la bolchevización es cier-
tamente esto, pero también una manifestación particular del proceso
El partido comunista francés de institucionalización organizativa. Las eventuales rupturas o inte-
rrupciones del proceso debidas a la diversidad de situaciones nacio-
Como hemos visto el SPD es un partido de legitimación interna; nales son, a la luz de este planteamiento, los principales factores
su nacimiento no está patrocinado por una organización preexisten- gracias a los cuales se explican las diversidades existentes hoy entre
te, ni en toda su historia caerá bajo el control de otra organización. los diversos PC europeos (o por lo menos entre aquellos PC que
y de hecho la 11 Internacional no es, para cada uno de los partidos han ido más allá de la concidicón de pequeñas sectas sin influencia) 27.
que la integran, más que un marco de referencia internacional que Como muestra la historia comparada de los distintos partidos
hay que tener en cuenta, un «sistema» de relaciones interdependien- comunistas, la «bolchevización» no es en absoluto un proceso indo-
tes entre «partidos obreros» en el que cada uno puede moverse de loro ni, sobre todo, un proceso que se cumpla de un modo instán-
acuerdo con su propia lógica, pero no una organización capaz de taneo. Es el fruto de la existencia de un liderazgo carismático inter-
imponer su predominio a los miembros individuales. No sólo eso nacional, el de Lenin (y después de Stalin, el continuador de su obra)
sino que, en el caso del SPD, al ser este partido el más potente entre y de la enorme carga de «entusiasmo colectivo» producida en todos
los partidos socialistas de la época, y además en razón de sus exitos los ambientes socialistas europeos de la época por la resolución de
organizativos y electorales, el de mayor prestigio internacional, ocu- octubre. Al capitalizar este enorme prestigio, el grupo dirigente ruso
rre si acaso lo contrario: son los líderes de la socialdemocracia ale- pudo determinar los resultados organizativos que se sobreentienden
mana, los que, al menos en una cierta medida, desempeñan un papel Con el término «bolchevización», e imponer a los distintos partidos
«hegemónico» en la Internacional 25. En cambio, la relación entre comunistas un liderazgo local totalmente dependiente y controlado
los partidos comunistas y la 111 Internacioanl es completamente dis- (~asta el punto que la más mínima disención expresada por cualqueir
tinta. La 111 Internacional sí es una organización, en virtud del con- líder frente a la política del Comintern se convertirá automáticamen-
trol absoluto ejercido por los comunistas soviéticos, capaz de impo- te en causa de su liquidación política). Y sin embargo, decía, el
PI receso es largo y complejo. Como muestra, de modo emblemático,
nerse a los distintos partidos, de dominarlos y dirigir su desarrollo
organizativo 26 (a pesar de que incluso el Comintern, como veremos a historia del PCF 28.

demann, Teb «Red Years•. European Socialism versus Bolshevism, 1919-1921, Los
25 Cfr. W. Abendroth, Sozíalgeshchicht der Europdischen Arbeiterbewegung,
Angeles_ Berkeley, U nivesiry of California Press, 1974.
Ffrankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 1965 (trad. esp., Historia social del movimien-
27 Sobre el papel del «tamaño» en las dinámicas organizativas vid. más adelante
to obrero europeo, ed. Laia, Madrid, pp. 63-85, ed. italiana. Vid. también F. Andreuc-
e l cap. X.
ci, La Seconda lnternazionale, en L. Bonanate (a cura di): Politica lnternazionale,
Firenze, La Nuova Italia, 1979, pp. 178-194, Y la amplia bibiografía allí manejada. 28 Sobre la historia del PCF, vid., entre otros. J. Fauvet, Histoire du Parti Com-
26 Cfr. A. Agosri (a cura di), La Terza lnternazionale. Storia documentaría, Roma, muniste [rancais, 1920-1976, Paris, Fayard, 1977 y, concretametne sobre la fase' incial,
Editori Riuniti, 4 vol, 1976. Más en general, sobre la formación de los pe,A. Lin- A. Kriegel, Aux Origines du Communistme [rancai», Paris, Mouton, 1964. Cfr. tarn-
156
El desarrollo organizativo rtidos de oposición (1) 157
LoS pa

En efecto, mientras que el partido nace con la escisión de Tou anización se trata esencialmente, porque el PCF ha heredado
en 1920, el proceso de bolchevización no se inicia antes de los a _ rs reorggran parte de las viejas estructuras locales e intermedias de la
1924.-1926, ni pued: consi?erarse como realmente concluido hast:~~ mir su f·isiononua.
una Y debe re d e fini
SFID . , E n concreto se trata d e 1 paso
comienzo de los anos tremta, con la consolidación de la coali -Ó»
d 1 modelo organizativo basado en la sección territorial, al modelo
d·ommante que tiene
. ICon
s~ punto, de ap~yo en Maurice Thorez. Dicho b~ado en la célula.
de ?tro. ~odo se nec.esltan mas de diez años para que la nueva or- Además la reorganización invade el campo de las relaciones vér-
gamzac~on se consolide c?~forme a las directrices establecidas por ice -nivel intermedio-- agrupaciones locales mediante la introduc-
el Comintern y pueda definirse efectivamente como un dócil instru- ~ión del método del «centralismo democrático». .
mento organizativo a su servicio. El partido se construye de este modo, en forma de comparn-
~l proceso. coinc~de con la institucionalización organizativa del mentos estancos. Una rígida disciplina a todos los niveles (descono-
partido. ~ mismo tiempo, es preciso anotar que el nacimiento del cida en la SFIO) y un control centralizado son garantizados por otra
PCF co~tlene un fuerte elemento de ambigüedad: la mayoría de los parte por un fun~io~aria?o d~ ~ipo especial (c~)ll U? proceso de
congresistas de la SFIO presentes en Tours no votó las 21 condicio- aprendizaje organizativo-ideológico de «reVOlUcIOnar~os de pro~e-
nes de .~enin. S~ limita en cambio a votar (3208 votos COntra 1022) sión»). En conjunto se trata de un modelo cuyas mejores descrip-
l~ mOCIOn Cachm-Frossard a favor de la adhesión a la III Interna- ciones encontraremos en las obras de Maurice Duverger 29 (que jus-
cional. El choque entre «bolcheviques» u «socialistas de izquierda» tamente terna ante los ojos al PCF y de Philip Selznik 30 (que en
no hace más que empezar. cambio se basaba esencialmente en datos referentes al PC estadou-
Estos grupos han conducido juntos a la mayoría de los cuadros nidense y al PC soviético). El proceso se completa finalmente a
y ~e los afili~dos de la vieja SFIO de la III Internacional y, juntos, través de la «penetración territorial»; esto es, mediante la creación
gu~an los p:~meros mo~entos de la vida del nuevo partido. Pero de nuevas agrupaciones locales e intermedias allí donde el partido
ba!o la presion del Comintern la alianza se rompe y se va al choque no se halla todavía presente.
ablert? entre el ~rupo «centrista» (dirigido por Frossard, primer se- Es interesante anotar que mientras el proceso de bolchevización
cretan~ del partido) y ~l grupo «bolchevique» (dirigido por Boris se va desarrollando, el PCF se reduce, simultáneamente, a una pe-
S~u.vann.a, Fernand Loriot y otros). Frossard se ve obligado a di- queña secta. En 1920, como hemos visto, es una mayoría la que elige
rrunr y Junto con otros «centristas», que como él han tratado de la confluencia en la III Internacional. Y es la SFIO por tanto quien
reconducir el partido a la situación pre- Tours (es decir a una nueva se ve convertida en una pequeña organización por la escisión comu-
i~~ntificación con lo que queda de la SFIO),' abandon; la organiza- nista. La mayoría de los cuadros locales y de las estructuras del viejo
CIO~. El grupo «centrista» por tanto se rompe en dos: un ala derecha partido se incorporan a la nueva organización. Pero, con los años,
capitaneada por Fross~rd se marcha mientras el ala izquierda se mientras la SFIO bajo la dirección de Leon Blum y de Paul Faure
unifica con los bolcheviques, Con la posterior depuración de los dos recuperará constantemente terreno hasta llegar a ser de nuevo, a
grupos ~á~ ~ectarios (de extrema izquierda) el partido está prepara- panir de 1924, más fuerte que el PCF, éste debe pagar un alto precio
do para nuciar el proceso de bolchevización. La formación de la en terminos de fuerza organizativa, por su subordinación al Cornin-
coalició? dominante comporta pues un procesoo complejo de «con- t~rn y, en definitiva, por deshacer el equívoco que se había produ-
vergencia, y de «fusión» de los sectores más al centro de los dos cído con el ambiguo resultado de Tours. Como muestra la compa-
grupos originarios y de expulsión de las dos alas extremas de dere- ~ación entre el número de los afiliados de ambos partidos en los años
cha a izquierda. ' ~ediatamente posteriores a la escisión 31.
En los años 1924-1926 se inicia el proceso de reorganización. De 29 M
30 • Duverger, Los partidos politicos, cit.
P. Sleznick, The Organizational Weapon, cit.
bié,;, R .. Wohl, French Communism in the Making, 1914-1924, Stanford, Stanford Jt R. Tierski, Le Mouvement Communiste en France 1920-1972, Paris, Fayard,
Universiry Press, 1964. 1973, p. 351.
158 159
El desarrollo organizativo rtidos de oposición (1)
LoS pa
CUADRO 1 tu ración organizativa. El mismo año entra a formar parte del

PCF SFIO
;Ucó político. En el 1929 llega a la secretaría del Partido (al haber
.~~ arrestado al secretario general Senard). Es detenido a su vez y,
1921 110.000 50.000
SI ando es puesto en libertad, en 1930, ataca la nueva dirección del
1922 79.000 49.000 CU rtido (Henri Barbé y Pierre Celor) por su «oportunismo», que en
1923 55.000 50.000 ~~lenguaje comunista d~ la época significa aplicar con ~o~a diligencia
1924 60.000 73.000 las directrices del Comintern. Con el apoyo de este último se con-
vierte desde principios de los años treinta, en secretario general. En
1934 la opción de Stalin a favor de Thorez es definitiva. En ese año
El" cambio en la relación
1 de fuerzas entre las dos organizaci iones el principal rival de Thorez, Jacques Doriot, será criticado en el
continuara: en 1932 a SFIO contará con 138.000 afiliados y el PCF Comintern y excluido luego del Comité Central del partido: la or-
apenas con 30.000. El PCF deberá esperar la época del Frente P - ganización patrocinadora externa tendrá, de ahora en adelante, en
pular (~934-1936) para que las dificultades de la SFIO como parti~o Thorez y en el restringido grupo de líderes que cooperan con él,
de gobierno (el ~CF no formará parte d~ él, limitándose a un apoyo una coalición dominante absolutamente fiel y en línea, cuya legiti-
externo) le permlte~ dar un salto de calidad convirtiéndose definiti- midad en el partido depende enteramente de la lealtad a Stalin.
vamente en un partido de masas con trescientos mil afiliados. Pero, como hemos dicho, a lo largo de los años veinte, y en la
~ero la bolchevi~a~ión no es sólo la reorganización en células primera mitad de los treinta el PCF no es más que una pequeña
segun el I?odelo leninista. Es también la «interiorización del con- secta con un número decreciente de afiliados. y la táctica de «clase
trol» ~el liderazgo soviético. Y. este. proceso no concluirá hasta que contra clase» (además de las polémicas sobre el «socialfascismo») que
Maunce Thorez n~ asuma la dirección de la organización. Cuando desde 1928 en adelante hace adoptar Stalin a los PC europeos 33,
esto ocurra, a ~omIenzos de los años treinta, la institucionalización juegan un papel en esa continuada hemorragia de los afiliados de
del nuevo partIdo. llegará a su término y la escisión de Tours será PCF (aunque en gran medida, la reducción del número de afiliados,
u~ .hecho irreversible. La «carrera» de Thoraz es extremadamente responde también a una opción deliberada de la coalición dominante
rápida (co~o .l? so~ si~mpre las carreras coronadas por el éxito en del partido) 34. En 1933 los afiliados al PCF han descendido a 28.000
un~ orgamzaclOn aun sin consolidar) 32 y es una carrera hecha a base mientras al CGTU, el sindicato comunista, es también una pequeña
de J~gar la «carta soviética» contra los adversarios internos. A diíe- organización completamente incapaz de competir con la CGT (que
rencia de Gramsci y Togliatti en Italia, Thorez no se encuentra entre en cambio ha hecho grandes progresos entre 1922 y 1930).
~os,fundadores del partido ni juega un papel nacional importante en Con el Frente Popular la situación cambia. El PCF es el principal
a epoca de Tours y no puede contar por lo tanto con una reserva be~eficiario de los estusiasmos suscitados por la victoria de las iz-
p~rsonal de prestigio. Entra en el Comité Central sólo en 1925, qUIerdas y se convierte en una poderosa organización con una rapi-
mientras se. están llevando a cabo las depuraciones antes descritas y dez tal que sólo su estructura centralizada le permite controlar y
~os bolcheviques han ajustado cuentas con casi todos los adversarios
mtern.os ~:l Comintern. En 1925 S6 convierte en responsable de la
. JJ Sobre estos acontecimientos vid. F. Claudín, La Crisis del Movimiento Comu-
orgamzaclOn, un papel clave, evidentemente, en una fase de rees- ~1St~.De la Komintern al Kominform, Paris, Ruedo Ibérico, 1970. Cfr. también,
es e una perspectiva politológica, 1 partiti comunisti all'oposizione. Politica e orga-
mzzaZlone
i .' en B.G roppo, G . Ri ccam bimi: 1mmagml .. e Teal'ta ne l mouirnento
. comunista
~2 Sobre est~ punto, cf~. A. Downs, Inside Bureaucracy, cit., p. 92 Y ss., y, para nte;:,aZlonale, Padova, Cooperativa Libaria, 1980, pp. 27-69.
un Intento de Vincular el ntmo de la carrera de los dirigentes al nivel de desarrollo l d So.~re la opción del PCF de reducir el número de afiliados, en conexión con
organizativo del partido, E. Spencer Wellhofer, T. M. Hennesey, Political Party De- ~ a OpClOn de políticos sectoriales, vid. N. M. Mclnnes, The Communist Parties of
velopen, I~~tltucwnalzzatwn, Leadership, Recruitment and Behavior, «American Jour- d estem Europe, London, Oxford University press, 1975, p. 5 Y ss., sobre las políticas
nal of Political Science», XVIII (1974), pp. 135-165. e «cOtratación. y «expansión. de los límites de la las organizaciones, cfr. el cap. X.
160 El desarrollo organizativo idos de oposición (1) 161
LoS part

canalizar (de 28.000 afiliados en 1933 a 280.000 en 1936). En marzo El partido comunista italiano
de 1936 la CGTU y la CGT se fusionan y en el transcurso de unos
pocos años el PCF conquistará el control de todo el sindicato 35. También en el caso del PCI la bolchevización es un proceso
El PCF es ahora una institución fuerte, con una poderosa buro- tormentado y complejo. Pero a diferencia del PCF es un proceso
cracia, capaz de organizar a su classe gardée como una verdadera :nterrumpido, en sus resultados organizativos, por el nacimiento del
«contra-sociedad»: «Con el nacimiento de la contra-comunidad en régimen fascista.
los años 1934-1938 y en 1941-1947, y su consolidación en 1948-1953, Esta circunstancia explica el que, ya durante la guerra de los
la naturaleza del papel del partido (... ) sufre una profunca transfor- partisanos, y después, en la fase inmedi~tamente poste:ior~ ,en .un
mación. De ser una pequeña secta estructurada e integrada por re- período histórico diferente, la reconstrucción de la org~~lza~lOn siga
volucionarios profesionales dedicados a la causa (a ejemplo de las vías al menos parcialmente distintas. El modelo OrIgmarIO es el
bolcheviques) el partido había llegado a constituir con sus propias mismo del PCF: legitimación externa y nacimiento a través de una
fuerzas una comunidad completa ... » 36. Con una estructura de cua- combinación de la reorganización de las estructuras locales e inter-
dros (dirigentes) que se calcula oscila en torno a las cien mil unida- medias heredadas del PSI con la escisión de Livorno, o con un es-
des, de los que un número impreciso pero en cualquier caso eleva- fuerzo (interrumpido por la presión fascista), de penetración te.rri-
dísimo eran «permanentes» (funcionarios a tiempo pleno) 37; con un torial. Este desarrollo va acompañado de un proceso de bolcheviza-
sistema de financiación que combinaba las cuotas de afiliación, con- ción dirigido por el grupo Gramsci-Togliatti en sintonía con el Co-
tribuciones especiales por parte de la Internacional (antes de la gue- mintern en el que, por su parte, la situación va decantándose, tras
rra) y el desarrollo de actividad comerciales de importación-expor- la muerte de Lenin, hacia la victoria de Stalin en el partido comu-
tación 38 (después de la guerra); y una red capilar de organizaciones nista ruso 40. Un proceso que en el PCI pasa por la ruptura de la
afines, estrechamente controladas, el PCF es tal vez el partido eu- alianza sellada en Livorno con Bordiga, el arrinconamiento de éste
ropeo que más se aproxima al tipo ideal de una institución fuerte, en una posición minoritaria y finalmente, su liquidación política 41.
en la que un máximo de autonomía respecto al ambiente (nacional), El proceso de institucionalización (en la variante comunista de la
se combina con un elevadísimo nivel de «sistematización», de cohe- bolchevización) se ve bruscamente interrupido por el paso a la ile-
rencia organizativa. El modelo leninista originario, marcado a fuego galidad. Después del delito Matteotti y del discurso de Mussolini a
sobre la organización por el proceso de bolchevización, sufrirá las la Cámara el 3 de enero de 1925, la ofensiva fascista contra todas
adaptaciones debidas al crecimiento de la organización y a los cam- las oposiciones, destruye rápidamente lo que quedaba en pie de la
bios de situación 39, pero continuará siendo un rasgo distintivo del organización del PCI.
partido en una forma y con una fuerza desconocidas en un momento Los caracteres del modelo originario no podrán dejar de pasar
en que, debido a la diversidad de circunstancias históricas, los par- e.n el renacimiento organizativo de los años 1944-1948, pero Togliat-
tidos comunistas no conseguirán llevar a buen puerto el proceso de ti, un líder de gran prestigio en la Internacional, que se halla entre
la institucionalización. los fundadores del PCI y que es secretario en la ilegalidad desde
1926 (lo que vale tanto como decir que está en posesión de un
35 Cfr. sobre este período, G. Dupeux, Le Front Populaire et les elections de 1936, COntrol siquiera parcialmente autónomo sobre las «zonas de incer-
Paris, Colin, 1959. Cfr. también N. Racine, L. Bodin, Le Parti Communiste Fram;azs
pendant l'entre-deux-Guerres, Paris, Colin, 1972. .
36 R. Tiersky, Le Mouvement Comuniste en France, 1920-1972, crt., p. 269. b 40 Sobre estos acontecimientos, vid. J. Humbert-Droz, Mémoire de [ules Hum-
37 A. Kriegel, Les Communistes franr;ais, Editions du Seuil, 1970, p. 117 Y ss. ert-Droz, 3 vol., Neuchátel, Editions de la Bacconiére, 1969.
41 P S .
38 Ibidem, p. 126 Y ss. . : priano, Storia del Partito Comunista Italiano. Da Bordiga a Gramsci, To-
39 Cfr. S. Tarrow, Il comunismo in Italia e in Francia. Adattamento e trasforma- ~no, Emaudi, 1967, y G. Galli, Storia del Partito Comunista Italiano, Milano, Il
zioni, en D. L. M. Blackernr, S. Tarrow (eds.): Communism in Italia and France, ponnichiere, 1976, y la interpretación -pro-Bordiga-, de L. Cortesi, Le origini del
Princeton, Princeton Universiry Press, 1975, pp. 357-398, ed. italiana. CI, Bari, Laterza, 1971.
tidos de oposición (1) 163
162 El desarrollo organizativo LoS par

d células locales, de tipo territorial y de tipo funcional (de jóvenes,


tidumbre» de la organización) podrá sentar las bases, con la fórmula
/ mujeres, etc.), en mucha mayor medida que en el caso del PCF.
organizativa del «nuevo partido», para un desarrollo que implica una
Le que constituye un reflejo de la opción de ampliar la penetración
sensible «desviación» respecto al modelo leninista. Las peculiarida_
des de la consolidación organizativa de los años 1944-1948 explican
dd partido en sectores sociales mucho más externos que la classe
ardée tradicional, el proletariado fabril. En segundo lugar, y en
las sucesivas diferenciaciones respecto a la matriz originaria; por
gstrecha relación con el punto anterior, los criterios de reclutamiento
ejemplo, constituyen las precondiciones estructurales de la diferente
de los afiliados son menos rígidos que en el PCF, lo que explica el
respuesta, respecto al PCF, que dará el PCI, en su VIII Congreso,
enorme crecimiento organizativo del PCI en los años de su recons-
a la crisis de 1956 42.
trucción. En 1946, en un momento de intensa movilización política
Naturalmente no conviene exagerar, como se ve empujada a ha-
tanto en Francia como en Italia, los afiliados al PCF llegarán, ex-
cer la historiografía italiana de orientación comunista 43, este aspecto
cepcionalmente, a un punto de máxima de 80.0:000, mientras que el
de la «diversidad» del PCI respecto a otros partidos comunistas. y
peI tiene ya en ese momento 1.800.000 afiliados y se apresta a
no conviene exagerar porque, a pesar de la ruptura histórica produ-
superar el techo de los dos millones.
cida con el advenimiento del fascismo, la continuidad de la clase
La diferencia es, esencialmente una diferencia en el nivel de ins-
dirigente se mantiene esencialmente 44 y, por esa vía, muchos ele-
titucionalización. El «partido bolchevique», del que el PCF será du-
mentos del modelo originario podrán incorporarse a la organización
rante años una de las más fieles encarnaciones 46, es una institución
en el momento de la reconstrucción post-fascista. Además, y tam-
muy fuerte en la que una formidable coherencia estructural interna
bién como consecuencia de aquella continuidad en el liderazgo, el
va acompañada por una gran autonomía respecto a la sociedad na-
control de Stalin sobre el PCI es tan fuerte como en los años vein-
cional, una autonomía garantizada a su vez por el predominio de las
te-treinta. Por otra parte, su mito ha ido en todo caso agigantándose
células de empresa sobre cualquier otro tipo de unidades de base,
ante sus seguidores: no es ya solamente el continuador de la obra
por un sistema de centralismo democrático que reproduce literal-
de Lenin sino también el vencedor en la lucha contra los nazi-fascis-
mente el catecismo leninista, y por un aparato imponente (en rela-
tas.
ción con los afiliados) de «permanentes», de cuya cohesión se en-
El PCI de los años 1944-1948 es de hecho un partido bolchevi-
carga una mezcla de incentivos selectivos y de incentivos de identi-
que en vías de reconstrucción. Pero un partido bolchevique con una
dad distribuidos desde el centro. En cambio, los partidos socialistas
«diferencia». Esta diferencia, simbolizado en la fórmula del «partido
(que Son partidos de legitimación interna) llegan en ciertos casos a
nuevo» explica el alejamiento cada vez mayor, con el tiempo, entre
ser instituciones fuertes, pero nunca tan fuertes: su autonomía res-
el PCI y el PCF; y explica la lenta aproximación posterior de la
pecto a la sociedad nacional es inferior, al igual que su grado de
organización a modalidades de funcionamiento más típicas de par-
cohe~ión estructural interna. Las opciones organizativas de Togliatti
tidos socialistas como el SPD o el partido socialdemócrata austríaco.
;e on~ntan en un sentido que permite un mayor arraigo del PCI en
Instituciones fuertes también aunque en menor grado que los parti-
a SOCiedaditaliana (en comparación con el modelo bolchevique) y
dos comunistas «clásicos».
por tanto, implicítamente, impiden el desarrollo de una «autonomía»
La estructura del partido es similar a la del PCF pero con dos
variantes muy importantes. En primer lugar, la célula de empresa,
. 45 El mejor análisis de la estructura local, intermedia y central del PCI sigue
aún definida estatutariamente (hasta 1956) como la unidad de base
~endo la contenida en G. Poggi (a cura di), L 'organizzazione del PCI e della DC,
más importante, se halla flanqueda en realidad por un cierto número ologna, 11 Mulino, pp. 27-196. Cfr. también G. Sivini, Le parti communiste. Struc-
~••re et fontionement, en AA.VV.: Sociologie du Communisme en Italia, Paris, Presses
e la Fondation National del Sciences Politiques, 1974, pp. 54-141; G. Are, Radio-
Sobre la crisis del 56, cfr. el cap. XIII.
42
grafra di un partito, Milano, Rizzoli, 1980.
L. Paggi, La formazione del partito comunista di massa, «Studi Storici-,
43

(1971), pp. 339-355.


XII 4. Cfr. los análisis empíricos que figuran en el libro de Blackmer y Tarrow, Il
Comunismo in Italia e Francia, cit .
•• Cfr. S. Bertelli, Il gruppo, Milano, Rizzoli, 1980.
164 El desarrollo organizativo rtidos de oposición (1) 165
LoS pa

tan fuerte como la del PCF. Mientras que el tipo de partido de masas Inciden talmente, el caso del PCI es, a mi entender, un ejemplo
y no de cuadros, no permite alcanzar un grado tan elevado de co-
herencia estructural (a causa de la inevitable heterog~neidad social y
política inherente a un partido de masas, en una sociedad con fortí-
r:~ ioso para la confirmación del cuadro analítico aquí utilizado
interpreta las semejanzas y diferencias entr~ .los partidos a la
l~z de la relaci~n entre los rasg.os, del. modelo onglI~ano y. el modo
simas diferencias territoriales desde el punto de vista socioeconómi_ de institucionahzarse~ Y ?e l~ hip~tes.I~ de que .las .d¡ferencIas/se~~-
co y político) 47. . zas en el nivel de institucionalización orgaruzanva son en defini-
El PCI, en el período inmediatamente posterior a su reconsmj-; Jan
'va más importantes que 1as dif1 erencias. /semei
semejanzas en 1a «rnatnz.
ción organizativa, sufrirá toda clase de dificultades ligadas a su ca- ~~eológica» o en el armazón jurídico (el sistema de normas estatu-
rácter «híbrido», de secta revolucionaria y, simultáneamente, de par- ~arias) de orden partido. Los estatutos del PCI, por ejemplo, pre-
tido de masas 48. Y, en lo sucesivo, se verá impulsado cada vez más sentan sensibles diferencias respecto a los PCF 51, pero no tan am-
hacia la segunda de aquellas fórmulas, la del partido de masas de plias como para reflejar la notable diversidad en la lógica organiza-
tipo socialista 49. Por tanto el «nuevo partido» se situará, por su tiva (y por consiguiente en los comportamientos políticos) de ambos
nivel de institucionalización, en un punto intermedio entre el PCF
partidos.. .,
y el SPD (del período imperial, después de 1905) con una tendencia Resumiendo, en la pnmera fase (1924-1925) la evolución del PCI
a instalarse en una posición más próxima al segundo que al primero. es muy similar a la del PCF: con la diferencia, obviamente, de un
A continuación, la lenta emancipación respecto a la organización distinto cuadro político nacional y de la creciente multiplicación de
patrocinadora (el PCUS ':'), acelerada a partir de los primeros años las agresiones y de los esfuerzos de los fascistas por destruir la na-
de la década del sesenta, con el paso de una legitimación «externa» ciente organización. Como en el PCF la coalición dominante (bol-
a una legitimación «interna», y con la transferencia de «autoridad» chevique) se abre camino fatigosamente a través de un proceso de
desde el PCUS a los órganos internos del partido, comportará un depuración progresiva a izquierda (di Bordiga) y derecha (Angel o
nivel de institucionalización aún menor: una ulterior reducción de Tasca). Con la consolidación del régimen fascista se produce una
la autonomía respecto a la sociedad nacional y una nueva disminu- ruptura, una solución de continuidad entre el modelo originario y
ción del nivel de coherencia estructural interna. La parábola conclu- el posterior proceso de institucionalización. Todo ello no diferencia
ye en época reciente, con un sensible y progresivo debilitamiento al PCI solamente del PCF, que goza de continuidad organizativa en
del grado de cohesión de la coalición dominante del partido, y con la fase de consolidación.
una incipiente transformación de las tradicionales «tendencias» en Lo diferencia también del SPD cuyo desarrollo sólo se vio des-
facciones cada vez más coordinadas nacional (y verticalmente) aun- viado respecto del camino originariamente emprendido por las leyes
que aún débilmente organizadas 50. antisocial es del período 1878-1890, pero sin producir una verdadera
ruptura. Con la vuelta de Togliatti a Italia en 1944, la organización
47 G. Poggi (ed.), L 'organizzazione del PCI e della DC, cit., y S. Tarrow, Peasant
n~ce, por tanto, en cierto sentido por segunda vez. Esto explica la
Communism in Southern !taly, New Haven and London, Yale Universiry Press, 1967.
«ltbertad de acción», por lo menos parcial, de los líderes a la hora
4S Sobre las tensiones de tipo organizativo en el PCI de los años cincuenta G.
Poggi, (a cura di) L 'organizzazione del PCI e della DC, cit., p. 167 Y ss. d~ remodelar la organización. Si la consolidación organizativa hu-
49 Cfr. G. Pasquino, The PCI: a Party with a Governmental vocation, Occa- biera experimentado sólo un breve período de clandestinidad en el
sional Papel, The Johns Hopkins Universiry, Bologna Center, 1978, y P. Lange, La período bélico (como le ocurrió al PCF) esta «libertad de acción»
politica della alleanze del PCI e del PCF, .11 Mulino», XXIV (1975), pp. 499-527. no hubiera existido. La organización se habría reconstruido sobre
Sobre los acontecimientos de los años sesenta vid. P. Allum, The !talian Commumst
Parti since 1945: Grandeurs and Servitude of a European Socialist Strategi, Reading,
las bases pre-bélicas, bajo la presión de intereses y lealtades organi-
University of Reading, 1970, y G. Mammarella, Il Partito Comunista Italiano,
1945-1975. Dalla liberazione al Compromesso Storico, Firenze, Vallecchi, 1976. C 51 Cfr. el análisis de G. Pasquino, Organizational Models of Southern European
50 Cfr. más adelante, sobre el cambio organizativo, cap. XIII y XIV.
ommumst Parties, OccasionaI Paper, The Johns Hopkins University, Bologna Cen-
". Siglas del Partido Comunis~a de la Unión Soviética. ter, 1980.
166 El desarrollo organizativo
rtidos de oposición (1) 167
LoS pa

zativas simplemente re activados y no, en buena parte, como en cam- d estra justamente la evolución de las relaciones partido-sindica-
bio ocurrió, reconstituidos ex-novo. En la ola de «tensión colectiva» t:~;n efecto, el ~indicato comunista italiano,. CO? .el fortalecimiento
vinculada a la lucha partisana se produce una redefinición cuando anizativo de fines de los años sesenta y prInCIpIOS de los setenta,
menos parcial de las metas ideológicas a la que no era seguramente org . ., 1 1
extraña la participación en el gobierno tripartito. Una redefinición d esa rrollará una «emanCIpaCIOfi» por .
o menos en parte, respecto a
d h .
artido, según un modelo ya experImenta o, como emos VIStO,por
que, a través de una difícil mediación entre las exigencias de fidelidad
~l sindicato socialdemócrata alemán (con la salvedad de que ~esp~~s,
a Stalin la adaptación a la sociedad italiana, sienta las premisas de la n la decadencia de finales de los setenta, se vuelve a una situacron
que será definida, después de 1956, como «la vía italiana al socialis- ~~ dependencia respecto al partido) 54. Nada parecido ocurre en cam-
mo». En ese contexto el liderazgo de Togliatti consigue forjar la
bio en las relaciones entre la CGT y el PCF.
organización introduciendo en ella esa «diferencia» de la que hemos El distinto grado de institucionalización organizativa de los tres
hablado. Una vez que se hayan consolidado las lealtades e intereses partidos ~más fue~te en el ~CF que en el SPD, con .el PC~ en una
organizativos, aquella «diferencia» se convertirá en parte integrante
posición mterme~Ia) se explIca. sobre la base d~ la~ ,dIferencI~s en el
y constitutiva del nuevo PCI. y sus efectos tenderán a desplegarse "modelo originario»: la ausencia de una orgaruzacion patrocmadora
en un modo cada vez más marcado a lo largo del tiempo 52. en el caso del SPD, y su presencia en los casos del PCI y del PCF.
La existencia de una organización patrocinadora desemboca en
Conclusiones efecto, en una débil institucionalización del partido si la organiza-
ción forma parte de la misma sociedad nacional (como en el caso de
Hasta aquí hemos confrontado la tipología organizativa elabora- los partidos laboristas o de los de los partidos confesionales) y a una
da anteriormente con las vicisitudes históricas de tres partidos con institucionalización muy fuerte si, por el contrario, no forma parte
una característica común: nacen, se consolidan (con la excepción de aquélla.
parcial, en el caso del PCI, del período del gobierno tripartito) ~, Mientras en igualdad de condiciones (esto es, descontando las
finalmente conocen una larga experiencia como partidos de OPOSI- demás características del modelo originario), la ausencia de una or-
ción «permanente». Tres organizaciones con un alto grado de insti- ganización patrocinadora da lugar, habitualmente a una institucio-
tucionalización, aunque de distinto nivel: baste pensar en el hecho nalización de tipo intermedio respecto a los dos extremos.
de que mientras la coalición dominante del SPD acabará por incluir En el caso del PCI sin embargo, el resultado «normal» previsto
también a los líderes sindicales, nada similar ocurre en el proceso de en el modelo, se modifica en cierta medida debido a una ruptura
consolidación del PCI o del PCF. Tanto la CGIL como la CGT organizativa y al hecho de que el proceso de institucionalización
siguen siendo durante largo tiempo simplemente el «brazo sindic~~» vuelve a ponerse en marcha en condiciones históricas distintas; sobre
de estos dos partidos. Las «lealtades» de los afiliados y de los mIlI- todo porque el partido se encuentra temporalmente en el gobierno
tantes del sindicato, como de todas las organizaciones afines, se orien- y porque los líderes, al reconstruir la organización, deben mediar
tan, no hacia la organización de la que forman parte sino hac.ia el entre esta «ubicación ambiental», que le empuja en la dirección de
partido, y ello quita al sindicato (y a las demás organizaciones afm.e,s) la «renovación» y aquellos factores (los caracteres del modelo origi-
toda posibilidad de vitalidad y autonomía 53. Sin embargo, también nario, el poder stanlinista) que la impulsan por el contrario hacia la
el grado de institucionalización del PCI y del PCF es distinto, como «Continuidad».
Aparte de las diferencias debatidas, los tres partidos presentan
Sobre la permeabilidad
52 del PCI a las influencias ambientales, y en este caso
concreto a las presiones de los movimientos colectivos, vid. M. Barbagli, P. Corbetta,
también muchas semejanzas. Lo que permite, legitimamente, colo-
Base sociale del pe! e movimenti collettivi, en A. Martinelli, G. Pasquino (a cura di): Lagroye, G. Lord, Trois Federations del Partis Politiques. Esquisse de Typologie, «Re-
La politica nell'/talia che cambia, Milano, Feltrinelli, 1978, pp. 144-170. . VUe Fran~aise de Science Politique», XVI (19761), pp. 559-595.
53 Cfr. F. Alberoni (a cura di): L 'attivista di partito, Bologna, Il Mulino, 1967,
54 Sobre el declive de los sindicatos en los años setenta, cfr. B. Manghi, Declinare
y sobre las actitudes de los comunistas franceses hacia las organizaciones afines; J. crescendo, Bologna, Il Mulino, 1977.
tidos de oposición (1) 169
168 El desarrollo organizativo LoS par

iones porque una fuerte institucionalización implica que se


carles bajo una misma rúbrica, bajo el rótulo de «instituciones fuer- d e f ac C , f ' d 1 di
tes». Se trata de tres organizaciones burocráticas potentes, ramifica_ hace carrera, en la mayon~ de lo; yso~i' con or;a~ ose a as, Irec-)
tivas. centrales (el reclutamle~to e as e ites esl' e ltlPdo.«c~bntnR.etod»
das, con coaliciones dominantes de una elevada cohesión. Partidos
el centro es un cent~o umdo que ~onopo Iza a istn ~C1~n e
en los que el sistema de incentivos colectivos y selectivos se halla en
ros incentivos. Son partidos de tendencias por~ue son orgamzaclOnes
manos de una élite reducida. Tres organizaciones en las que las lucha
b cráticas desarrolladas en las que predominan las carreras «con-
internas son luchas de tendencias, es decir, competiciones entre gru- uro cionales» del funcionariado político 58 . La pOSIibilid
II a d d e sustitu-
.
pos escasamente organizados. Cuando, como en el caso del SPD ven . f 1f . .
. , de los incentivos de que dis ruta e uncionano es escasa ,y a
000
después de 1912 (o en los conflictos que preceden a la revisión de
nudo nula: el funcionario no puede, en la aplastante mayona de
Bad Godesberg) ss, o en el PCI de nuestros días, las tendencias em- me casos, reciclar en otra parte, en ot.r~s partl id os, o en e Lá.am biItO
los
piezan a darse una estructura al menos parcialmente organizada, es-
extra-político, los conocimientos adquiridos dentro ~el partido. La
tamos ante un signo equívoco de que se está produciendo un pro-
reserva de «conformismo funcional» de que puede disponer la coa-
ceso de des-institucionalización (esto es, de reducción del nivel de
lición dominante del partido en todos los niveles de la pirámide
institucionalización). Un proceso que se produce impulsado por una
organizativa, se ve reforzada por una distribución centraliz.ad~ de
presión ambiental que, más allá de un cierto límite, ni siquiera una
incentivos colectivos de identidad, también escasamente sustituibles
fuerte organización puede controlar. Es pueril considerar que la au-
en el mercado exterior. En estas condiciones, para utilizar las cono-
sencia de facciones organizadas, por ejemplo en el PCI, haya sido
cidas categorías de Hirschmann 59, el «abandono» (exit) implica, en
durante largo tiempo simplemente consecuencia de una prohibición
los diversos niveles jerárquicos, costes bastante serios, la «lealtad»
formal, estatutaria. Tanto es así, que incluso en el partido laborista
es elevada y el mecanismo organizativo permite mantener bajo. co~-
británico y en la DC italiana existen análogas prohibiciones. Y el
trol «protesta>, (voice), fragmentándola en mil riachuelos e Impl-
partido laborista es un partido de facciones. Para no hablar ?e la
diéndole organizarse 60.
DC cuyo faccionalismo (junto al del partido liberal-demócrata Japo-
Pero no en todos los partidos que nacen y se consolidan en la
nés) es un tema citado como ejemplo por toda la literatura interna-
oposición las cosas son siempre así, En ciertos casos, también los
cio~al sobre los partidos. Esto que debería servir como prueba su-
«partidos de oposición» pueden institucionalizarse débilmente. Este
plementaria de que un análisis orga~izativo, .en .los tér~inos que
es el tema del capítulo siguiente.
aquí intentamos hacer, tiene una capacidad explicativa supenor a la de
la simple comparación entre los estatutos de los partidos. ~l PCI, el dalidades de la lucha política: la subcoalición debe adaptarse ella misma a la estructura
PCF y el SPD (pero tambiém otros muchos como, por ejemplo el nacional si quiere defender su propia (y relativa) autonomía.
sro ,
el partido socialdemocrático austríaco) 56 son partidos en los
• 57 b
58 Un marco general de la ideología del funcionariado comunista en la versión
que la lucha interna se desarrolla a base de tendencias y no a ase leninista «pura» puede encontrarse en L. Pellicani, 1 rivoluzionari di professione. Flo-
rencia, Vallecchi, 1975. Sobre el «modelo leninista» en sus elementos tanto ideológi-
coscomo organizativos, vid. el aún no superado A. G. Meyer, Leninism, Cambridge,
Harvard University Press, 1957. Sobre la burocracia del partido, y, más en general,
ss Cfr. el cap. XIII.
sobre los profesionales de la política, vid. más adelante el cap. XII.
56 Sobre la organización del partido socialdemócrata austríaco, vid. M. A .. Sully, 59 A. O. Hirschman, Exit, Voice and Loyalty, Cambridge, Harvard University
The Socialist Party 01 Austria, en W. E. Paterson, A. H. Thomas (eds.): Social De- Press, 1970.
mocratic Parties in Western Europa, London, Croom Helm, 1977, pp. 213-233. . 60 «La pulverización y fragmentación de la oposición interna y la falta de meca-
57 Naturalmente, también en un partido organizado predominantemente en ten- n~smos institucionales de oposición, favorecen el ascenso de dirigentes a título indi-
dencias, pueden surgir, en determinad.as condiciones, grupos más organizados .y, e~ Vidual más que el relevo en bloque (que suele ser el producto del predominio de una
concreto, subcoaliciones (esto es, facciones organizadas localmente). Este ha sldo.e determinada orientación en el partido que se manifiesta en unos determinados resul-
caso en diversas fases de su historia, del PCI, de la organización del PCI en Emilia. tados electorales). Por consiguiente, el relevo -que, durante cienos períodos puede
demasiado fuerte políticamente y demasiado sólida para no desarrollar estrategias re,ducirse incluso al mínimo-- se produce más gradualmente», G. Poggi (a cura di),
políticas parcialmente autónomas. Sin embargo, en una institución fuerte, incluso la L organizzazione del PCI e della DC, cit., p. 195.
existencia de una o varia subcoaliciones no determina cambios decisivos en las rno-
6. LOS PARTIDOS DE OPOSICION (11)

Premisa

Los tres casos examinados en el capítulo precedente correspon-


den a lo que se espera de partidos nacidos y «crecidos» en la opo-
sición. Son partidos que han conocido el desarrollo de potentes or-
ganizaciones, capaces de movilizar miles de partidarios, con aparatos
burocráticos imponentes, con estrechos lazos organizativos vertica-
les con las respectivas classes gardées. Partidos que han sabido hacer
fructificar al máximo el único recurso que tenían a su disposición:
la organización.
Pero no siempre es así. Aunque situados inicialmente y durante
~na larga fase en la oposición, ciertos partidos pueden instituciona-
hZarse débilmente, cuando las características de su modelo originario
SOn de tal naturaleza que inhiben un desarrollo organizativo «fuer-
te». Examinaremos ahora la historia de tres de estos partidos: el
partido laborista, la SFIO y el PSI.

171
172 173
El desarrollo organizativo artidos de oposición (11)
Los p

El partido laborista británico Los prolegómenos del socialismo inglés son en efe~to muy agi-
tados. A comienzos de .los años och:~ta la~ Trade Umo~s se ha~lan
Al igual que el SPD, el partido laborista británico es un caso firmemente comp.r~me~ldas en la polIu.ca L~b-Lab, es deClf~ la alian-
emblemático de «partido obrero». Se trata, sin embargo, de un mo- 1 relación privilegiada con el partido liberal, r
no estan en ab-
delo de organización con caracteres simétricamente opuestos a los za , taOdispuestas a dar impulso a una iniciativa política autónoma.
SO l u . f ..,
del SPD. Los socialistas de los otros países europeos oscilarán a Esta situación, unida a la (en aquellos tiempos) _uerte orgaruzacion
menudo, haciendo de ello tema de debate y de conflictos políticos, lib ral 2 será suficiente para bloquear durante anos el desarrollo de
le, .
rganización socialista autónoma de una cierta enn id a.d A difI e-
entre la tentación de imitar al primero y la tentación de imitar al
una O . . l'd
segundo. También por esta razón el desarrollo histórico del partido encía de Alemania, en Inglaterra el sindicato nace y se conso I a
laborista requiere, como el SPD, un examen atento. Pero lo requiere :ntes y ello sustrae a favor de la organización sindical y de sus
sobre todo porque es otro término de comparación preciso para líder;s, esa reserva de lealtad con la que pudo. en c~mbio c~'?tar. la
probar la validez de nuestra tipología organizativa. socialdemocracia alemana para dar vida a una identidad política m-
Antes de afrontar, sin embargo, el análisis del desarrollo organi- dependiente. Los comienzos del mo:imient~ socialista inglés, con-
zativo del partido laborista conviene examinar las vicisitudes de su tenido en un rincón de la potente alianza Lib-Lab, son, por tanto,
directo antecesor, el Independent Labour Party (1893-1900), tanto penosos. En 1881, impulsado por el vasto eco desperta~o en Eur?pa
porque estas vicisitudes son interesantes en sí mismas, en cuanto por los éxitos electorales del SPD, nace la Democratic Federation,
muestran in vitro la forma en que se consolida una organización, una pequeña secta sedicentemente marxista (aunque Marx y E~~els
por pequeña que sea, como porque tiene un peso importante en la se negarán a «legitimarla» como tal) que tendrá un papel político
definición del modelo originario del futuro partido laborista. El ori- completamente marginal en los acontecimientos del país, .pero cla~e
gen del lndependent Labour Party 1 es una parte del proceso, com- para impedir y/o ralentizar el fortalecimiento de cualquier orgam-
plejo y atormentado, de formación del movimiento socialista inglés, zación rival. En 1884, en su IV Conferencia Nacional, la Democratic
de la confusa aglutinación de diversos grupos socialistas ideológica- Federation, cuyo radio de acción se limita prácticamente a Londres,
mente heterogéneos entre sí, y de las laceraciones producidas por las se convertirá en la Social Democratic Federation (SDF), tratará de
rivalidades personales y los conflictos inter-organizativos entre las darse una organización similar a la del SPD y adoptará un programa
diversas «asociaciones socialistas», pequeñas y frágiles, y empeñadas político calcado del programa de Gotha. Bajo las pre~iones de En-
sin embargo, desde el primer momento, en una lucha furiosa por la gels, un dirigente de la SDF, William Morris, dará VIda poco des-
hegemonía (un proceso inicial que se repetirá en tantos otros países, pués a una escisión y fundará la Liga Socialista, de tendencia anti-
por ejemplo, en Francia). parlamentaria. En 1884 nace también la Sociedad Fabiana que se
mantiene independiente tanto de la SDF como de la Liga y que
teoriza el «entrismo» del movimiento socialista en el partido liberal.
1 Sobre ellndependent Labour Party mis fuentes principales son H. Pelling, Ori- Esta fiebre de iniciativas no lleva a grandes éxitos: incluso precin-
gins of the Labour Party, London, Oxford University Press, 19652, Y D. HoweJl, diendo de las dobles o triples afiliaciones, durante los años ochenta
The Emergence of tbe Britisb lndependent Labour Party, Ponencia presentada en el
las diversas asociaciones socialistas no cuentan, en conjunto, más de
seminario del ECPR sobre organizaciones políticas, Grenoble, 1978, a ciclostil.
Naturalmente, es preciso recordar siempre que en este y en otros casos existen inter- dos mil miembros 3. El impulso decisivo al surgimiento de una só-
pretaciones históricas muy distintas de las seguidas por mi. Por ejemplo, algunas
reconstrucciones biográficas (donde, evidentemente, el proceso de desarrollo del par-
tido está contemplado a través de los actos y percepciones del líder), mantienen tesis 2 Sobre la organización liberal, aún no ha sido superado el análisis de M. Ostro-
distintas sobre la formación, tanto del Independent como del Labour. Cfr. especial- goski, La Democratie et I'Organization del Partis Politiques, Paris, Calmann-Lévy, 2
mente D. Marquand, Ramsay McDonald, London, Jonathan Cope, 1977, Vid., tam- vol, 1903. Vid., además, J. Vincent, The Formation of the Liberal Party, 1857-1868,
bién K. O. Morgan, Keir Hardie, Radical and Socialist, London, Windenfeld and London, Constable and Co., 1966.
Nicholson, 1975. 3 H. Pelling, Origins oi tbe Labour Party, cit., p. 65.
175
artidos de oposición (11)
174 El desarrollo organizativo Los P

, ·nsatisfechos tanto del sectarismo de la SDP y de la Liga So-


lida iniciativa socialista en los años noventa se produce a raíz de Un estan
. li 1 como de la táctica.
pro- lib
1 era
1 propugna daa aú
aun en aque 11a
CUZ ista
cambio en las relaciones industriales que tiene su repercusión en los
é oca por los fabianos. . ., .
sindicatos y de la confluencia entre este cambio y las «capacidades p La conferencia alumbra una o~gam~aclOn desce~trahzada, ~e .con-
empresariales» de algunos hombres. El fenómeno, que modifica el fines inciertos, dirigida por un ejecutivo ---el National Administra-
cuadro y crea un clima más favorable para aventuras políticas socia- . Council (NAC}- poco manejable, compuesto, por razones de
listas de carácter autónomo, y que se conoce con el nombre de uue ·_representaclon» ., ' . . b S d
geograflca, por 15 rmern ros. e an, pues,
«nuevo sindicalismo», consiste en un aumento de la agresividad sin- «eqUl 11 1 d· ., d
has de las condiciones para un desarro o en a ireccion e una
dical sobre una base eminentemente local, ante la presión de jóvenes rnUC
izació n de tipo federal con una e 1 co esion interna. P ero
d ébil hesi ,.
organl ' . d
obreros que reaccionan, a mediados de los ochenta, al empeoramien- tendencia se halla contrapesada -y con el tiempo anula a- por
to coyuntural de las condiciones de trabajo y que manifiestan una esta . d· bli d d
el prestigio del «diputado» Hardle. Ha: le, aunque o. ga o a ce er
creciente impaciencia ante la alianza Lib-Lab y su tendencia a pri- inicialmente sobre el problema del carácter descentrahzado de la or-
vilegiar los intereses de la «aristocracia obrera» 4. Las capacidades ganización, conseguirá, sin embargo, ha~er aprobar ~uchas de sus
«empresariales» son suministradas por hombres como H. H. Cham- propuestas. Sobre. todo llegar.á a conseguir q~e el partido s,e dote de
pion que, con sus propios recursos económicos comienza a apoyar un control financiero centralizado: esta medida se quedara sobre. e~
y organizar candidaturas, independientes de los liberales, en diversas papel durante el primer año de vida del partido, pero .se c?,nverura
zonas del país. Y, sobre todo, como James Keir Hardie, un minero a continuación en un importante recurso en la consolidación de la
escocés que desempeñará un papel central en las vicisitudes del so- organización. Al año siguiente el establecimiento de la~ «fronteras»
cialismo británico. organizativas es ya un hecho co~su~ado cuando se decld~ de mod?
Hardie debuta como candidato independiente, apoyado por sec- inequívoco cuáles son las organizaciones locales del partido y cuál
tores locales del «nuevo sindicalismo», en las elecciones de 1887, debe ser su estructura formal. El NAC queda reducido a un formato
pero es derrotado. Se dedica entonces a la organización del Scottish manejable de cinco miembros (uno de los cuales es Har~ie) y el
Labour Party (SLP) que, también con el apoyo de Champion, nace control financiero centralizado empieza a funcionar. Charnpion, que
oficialmente en 1888. ha permanecido hasta ese momento fuera de la organizació.n, in~en-
En el partido confluyen diversos grupos y ligas. El Scottish nace tará desafiar el liderazgo de Hardie, ofreciendo su ~poyo financiero
pues, típicamente, por difusión territorial y será, en sus pocos años para las inminentes elecciones. Pero los fondos manejados por Cham-
de existencia, un organismo débil, descentralizado e indisciplinado. pion son de dudosa procedencia y hace tiempo que suscita? .las sos-
Sin embargo, se trata en cualquier caso de un decisivo recurso or- pechas y desconfianzas de los socialistas ingleses. La actividad de
ganizativo mediante el cual Hardie logra situarse en una posición Champion será entonces censurada por el partido y el liderazgo ~e
«central» en el naciente movimiento socialista. En 1892 Hardie es Hardie saldrá reforzado con ello. Entre tanto continúa la consoli-
elegido diputado. La visibilidad y popularidad que el escaño le con- dación de la organización. Hardie funda un periódico de par~ido~ ,el
fiere, le permiten jugar un papel decisivo en la fundación del lnde- «Labour Leader», mientras comienzan los éxitos de la orgaruzacron
pendent Labour Party. Las presiones tendentes a constituir un nuevo en las elecciones locales.
partido nacional surgen ahora por doquier y se van haciendo. cada En 1895 llega el momento de la prueba de fuego de las elecciones
vez más fuertes. En 1893 en Bradfort se reúne la conferencia de generales. Pero el Independent Labour Party es clamorosamente de-
constitución del partido. Reúne a todos los grupos locales, esparci- rrotado.
dos por el territorio nacional (además del Scottish Labour Party) Obtiene ciertamente casi cincuenta mil votos, que es un buen
surgidos autónomamente en la ola del «nuevo sindicalismo», y que éxito para una organización que cuenta con menos de diez mil afi-
liados, y además, no tiene casi implantación alguna en Londres (don-
• Cfr., entre otros, sobre los acontecimientos sindicales del la época, H. Pelling, de en cambio es más fuerte la organización rival, la SDF), pero no
A History of Bristisb Trude Unionism, Harmondsworth, Penguin Brooks, 19763.
176 El desarrollo organizativo artidos de oposición (11) 177
LoS P
obtiene ningún escaño. El mismo Hardie pierde el suyo. Su prestigi ntes sindicatos de los algodoneros y de los mineros. En la asam-
'
su f re un momentaneo ec liIpse. o pote d " f
blea general del TUC .e 1899" se presenta un~, mocion avora e a
bl
De la débacle electoral del ILP se beneficia sobre todo la SDp l formación de un partido autonomo. La mocion pasa con un mar-
que se refuerza notablemente en los años inmediatamente posterio~ a de sólo 112.000 votos (546.000 contra 434.000) 6 signo inequí-
res. Con un partido reforzado, los líderes de la SDP no temen ya ~:~o del favor de q~e aún goza la alianza Lib-Lab. La Conferencia
en ese momento, como antes, ser hegemonizados por el ILP Y pro~ fundacional del partido se convoca para febrero de 190?
ponen la unificación de las do.s organizaciones. El probl~ma de acep- De la Comisión preparatoria forman parte delegaciones de las
tar o no la propuesta se convierte, en el ILP, en la ocasión para una Unions, de la Sociedad Fabiana, del ILP Y de la SDF. Ya durante
confrontación en la que lo que está en juego es el liderazgo del los trabajos preparatorios se delinean los contornos de la que será
partido. Hardie es contrario a la unificación. En contra suya se mue- de entonces en adelante una estable alianza entre Hardie, líder de la
ve su rival Blatchfort que dirige el periódico socialista (financiado organización socialista más fuerte y de mayor prestigio, y los sindi-
por el partido) «Clarion- y que está a favor de la unificación. La catos. Hardie dominará los trabajos preparatorios y asegurará a su
victoria definitiva de Hardie abre el camino a un fortalecimiento organización una posición de preeminencia sobre todas las demás
ulterior de la organización del partido y a una concentración aún asociaciones socialistas. Cuando la conferencia de fundación del La-
mayor del poder en el vértice. A través de un mecanismo típico: a bour Representation Committee (el primer nombre del partido labo-
medida que los posibles contendientes por elliderazgo se «queman», rista) concluya, Hardie habrá conquistado cinco de los 12 puestos
el poder organizativo se «densificas en el vértice de la pirámide. El de que está compuesto el Comité Ejecutivo y habrá conseguido ade-
partido pierde entre tanto sus lazos con el «nuevo sindicalismo», tan más para Ramsay MacDonald, el cargo de Secretario de la nueva
preciosos en la fase de fundación. Salen del ejecutivo sindicalistas organización.
como Peter Curran y T om Mann mientras entran periodistas sin El partido laborista nace, pues, de la confluencia de los sindicatos
experiencia sindical como Mac Donald, Suwoden y Blasier que se- con una pequeña secta bien organizada, el ILP, dirigida por un líder
rán, de entonces en adelante, sobre todo MacDonald, los hombres de prestigio del socialismo inglés. La fuerza organizativa que los
de la más estricta confianza de Hardie. El partido, pues, corta sus sindicatos pueden echar en la balanza en el momento de la fundación
lazos (informales) con el sindicalismo. Pero son justamente los sin- del partido, explica por qué el partido laborista nace, y está desti-
dicatos los que, a fines de los años noventa decidirán romper la nado a permanecer durante toda su historia, como el «brazo políti-
alianza ya gastada con el partido liberal y dotarse de una organiza- co» de los sindicatos; un partido patrocinado desde el exterior, ne-
ción política autónoma 5. cesariamente destinado a institucionalizarse débilmente. Sin embar-
Lo decidirán, sin embargo, al precio de ásperos conflictos inter- go, es preciso no infravalorar el papel prominente jugado por el ILP.
nos que tendrán repercusiones de no pequeña cuantía sobre el futuro Es el injerto de esta pequeña, pero organizada asociación política en
organizativo del partido laborista. Los ferroviarios son los más pro- el cuerpo sindical, el encargado de suministrar la mayor parte de los
clives a intentar la aventura de la acción política autónoma, además parlamentarios del nuevo partido y el que permitirá, con el tiempo,
de George Mames, Secretario del TUC (Trade Union Congres)-el una institucionalización, aunque sea débil, de la organización.
gobierno central de las Unions-. Por el contrario, los frentes de Los comienzos del nuevo partido son penosos. Carece de recur-
oposición y defensa de la alianza Lib-Lab están dirigidos por los sos financieros, incluso de una oficina central, y el Secretario no
percibe ningún sueldo. Además, el naciente partido debe afrontar de
modo inmediato, el mismo año de su fundación (1900) la prueba de
5 Cfr. R. Moore, The Emergence o] the Labour Party, 1880-1925, London, Hod-
las elecciones.
ner and Stoughton, 1979, p. 75 Y ss. Vid., además, C. F. Hoover, The British Labour
Party. A Short History, Stanford, Hoover Institution Press, 1974, y L. Marrocu, Los resultados de las elecciones comportan para una organiza-
Laburtsmo e Trade Unions. L 'Euoluzione del movimento operaio in Gran Bretagna,
18667-1926, Bari, De Donato, 1981. 6 R. Moore, The Emergence o] tbe Labour Party, 1880-1925, cit., p. 75.
178 El desarrollo organizativo
LoS partidos de oposición (11) 179

ción en trance de constitución como el Labour, graves dificultades.


Las agrupaciones locales se desarrollan así de forma muy poco
El puñado de diputados socialistas se ve en efecto constreñido, por
iforme de un extremo a otro del país. Por tanto, nos hallamos en
la situación política general, a alinearse con los liberales en la opo- un . f " 1
presencia de un partido en ormacion en e que:
sición a la guerra sudafricana y en otra serie de cuestiones políticas.
Lo que plantea al Labour un problema de identidad. En un país El desarrollo se produce casi exclusivamente por difusión terri-
donde la clase obrera está habituada desde hace años a tener la alian- 1. torial, mediante iniciativas locales espontáneas.
za Lib-Lab como punto de referencia política y en donde, además, El «centro» se limita a estimular y alentar el proceso, pero no
una buena parte de los sindicatos, in primis los mineros, se oponen 2. lo dirige y menos aún impone (ni se halla en condiciones de
todavía a la construcción del nuevo partido, el partido laborista co- imponer) un control centraliz~d? .de ~se. ~esa~rollo.
rre el riesgo de ser absorbido por la izquierda liberal. El hecho de La construcción del partido se mICIa, significativamente, por obra
alinearse políticamente con los liberales, sin tener además el respaldo 3. de los organismos locales de los sindicatos. Durante muchos
de una fuerte organización extraparlamentaria, comporta el riesgo de años y en muchas zonas las agrupaci?nes del partido ?O ~erán
disolución del partido por la incapacidad/imposibilidad de desarro- sino los mismos unions concils, las secciones locales del sindicato.
llar una identidad política netamente diferenciada que pueda servir
Desarrollo por difusión, indeter~inación de l.os ~onfines org~ni-
de polo de atracción a un electorado propio.
zativos, heteronomia y dependencia de la «periferia- (del partido
Las dificultades iniciales son pues, enormes. Sin embargo, Mac-
respecto al sindicato), son la consecuencia na~ural de la mane~a en
Donald es un organizador muy capaz y encuentra en Arthur Hen-
que se ha fundado el partido. Sólo la existencia de las agrupaclOnes
derson, desde el principio, un colaborador que dedicará sus mayores
locales del viejo ILP, que también están afiliadas al partido, y sob~e
esfuerzos justamente al desarrollo organizativo del partido. La ma-
todo la decisión de MacDonald y Henderson -cautamente marn-
yor dificultad proviene de la lentitud con que los sindicatos que se
festada para no provocar el veto de los sind!catos-. d~ dirigir la
habían manifestado en contra de la constitución del partido, aban-
construcción del partido al menos en aquellas circunscripciones don-
donan la alianza Lib-Lab y piden la afiliación al partido. Mientras
de no se produjeran la autónoma iniciativa de los si?dicatos locales,
que ese proceso no se complete la superviviencia del pa~tido _no
corrigen y equilibran aquel proceso. En la conferencia anual de 19?,S,
podrá considerarse garantizada. Y pasarán por lo menos diez anos
MacDonald y Henderson consiguen hacer aprobar una ~esoluclOn
antes de que los sindicatos más importantes, hayan completado su
según la cual se permite a las agrupaciones locales surgidas entre
proceso de reconversión política.
tanto por iniciativa del «centro», afiliarse al partido a nivel nacional
Además de la financiación, el problema inmediato de MacDonald
«(oo.)y a partir de 1906 el número de estas agrupaciones se estimará
y Henderson es la constitución de las agrupaciones locale.s. Es sin-
entre 70 y 100. Así, en el momento de las elecciones generales, Mac-
tomático del carácter dependiente y «heterodirigido- del partido (de su
Donald, Henderson y sus colegas habrán conseguido crear por lo
carácter de partido de legitimación externa), el que ese proceso se ~e~-
menos el armazón de una maquinaria política nacional» 8.
arrolle mediante el estímulo de las iniciativas locales y sólo en rmru-
En 1906 el partido laborista obtiene un gran éxito electoral y
ma parte a través de una intervención directa del «~ent~~». E~ .t ~Ol
lleva al parlamento 29 diputados. Hardie es elegido portavoz del
una comisión especial sobre cuestiones de orgamzacion, dIr1~Ida
grupo parlamentario. Pero a pesar de su gran prestigio, la elección
por Henderson, tomaba posición contra «(oo.)cualqui~r sistema ~?Ifor-
suscita una fuerte oposición. Hardie, en efecto, gana por un solo
me de organización, dado que (oo.)algunas de las sociedades .afIlIadas,
VOto frente a su rival David Shackelton. Desde el primer momento
se hallan ya organizadas en ciertas circunscripciones. Consideramos
se manifiesta, pues, ese carácter débilmente cohesionado y de fuerte
que estos intentos deben ser alentados por nosotros com~ PU?,to d e
7 ~accionalismo que será una constante en la historia del laborismo
partida para conseguir posteriormente completar la orgamzacions .
Inglés. Es el efecto lógico de un modelo originario que combina
7 Ibidem, p. 98.
8 Ibidem, p. 99.
180
El desarrollo organizativo artidos de oposición (II) 181
LOSP
desarrollo por difusión y dependencia de una organización externa ., de las agrupaciones socialistas de orientación «marxista». En
1 1 . 1 C
por lo que cualquier parlamentario se halla más vinculado a los sin~ Pu Slone el papel mediador de MacDonald se reve a crucia . on su
dicatos de su circunscripción (a las que debe la elección) que a lo esta f as .,
ión como portavoz del grupo parlamentano en 1911, termina
lideres del partido. El problema que surge entonces y que será u~ lecClO .
e , ea de la rotación del cargo cada dos años (ostentado sucesiva-
tema típico y constante en los conflictos internos de los años veni- laepo . d ' H d
rimero por Hardie de 1906 a 1908, espues por en erson
deros, es si el grupo parlamentario debe ser dirigido por el lider mente, P 1
de 1908 a 191~ y ~inah?ente por Barnes de 1910 a 1911) .. E cargo
emanado de sus filas o si debe depender del Congreso, de la confe- de líder se institucionaliza. Con MacDonal?, un h?m?re bien ~cep-
rencia anual del partido y, por tanto, de los sindicatos que controlan tado tanto por la izquierda como por l~s hder~s, sl.ndlcales segun el
el congreso. Los adversarios de Hardie (guiados por el diputado Ben ás ilustre de los estudiosos de los partidos británicos, Robert Ma-
Rillet) sostien~n. esta última tesis. Hardie consigue, sin embargo, menz
k I'e 10, el partido laborista encuentra a su primer lider verdadero..
defender con exito el papel autónomo del grupo parlamentario. De Pero la organización es todavía muy frágil, siempre a punto de dis-
hecho tiene de su parte a los líderes de los sindicatos, que temen gregarse a causa de los conflictos internos. Solamente con la ~e.forma
que un control directo de la conferencia sobre el grupo parlamen- organizativa de 1918 y después de haber superado una cnsrs ~ue
tario pueda desplazarles, poniendo de hecho al partido en manos de estuvo a punto de romper el partido, podrá considerarse con~lulda
los delegados sindicales de base 9. Con ello se ponen las bases de la la constitución organizativa. La crisis se produce con el comienzo
coalición dominante típica del partido laborista, que controlará con de la primera guerra mundial. El partido laborista, como P?r otra
vicisitudes variadas al partido durante casi toda su historia. Se trata parte la mayoría de los partidos socialistas europeos, es sacudido por
de una coalición que se rige por un delicado mecanismo de alianzas el conflicto entre nacionalistas y pacifistas. La mediación de Mac-
cruzadas y de garantías recíprocas: el líder tiene la misión de con- Donald, Henderson, y de los líderes sindicales más comprometidos
trolar al grupo parlamentario a cambio de una cierta independencia en la construcción del partido, permitirá, pero sólo a base de un gran
respecto a la conferencia anual; y los líderes sindicales, por su parte, esfuerzo, superar esta fase. En 1917, el partido es aún una débil
se comprometen más o menos tácitamente a garantizar esa indepen- maquinaria, escasamente implantada en Londres, y con una gran
dencia manteniendo bajo control a los delegados sindicales (impi- heterogeneidad organizativa entre unas zonas y otras: se calcula que
diendo ingerencias excesivas de éstos en la actividad parlamentaria) había por lo menos siete tipos distintos de agrupaciones locales es-
a cambio de una co-participación a la gestión política del partido. parcidas por el país 11.
Las divisiones entre derecha e izquierda se manifiestan rápida- La afiliación es aún de tipo colectivo, y el partido padece una
mente en el grupo parlamentario. Sin embargo, al estar todavía el crónica carencia de fondos. En 1918 Henderson concibe y consigue
partido en fase de constitución, en estado, por decirlo así, de «flui- lanzar con el apoyo de los líderes sindicales, una reforma organiza-
dez» estructural, esas divisiones tienen aún el carácter de «luchas de trva decisiva. Esta reforma puede ser considerada, emblemáticamente
tendencias». Pero no durará largo tiempo: la existencia de un con- como el momento en que se realiza la institucionalización del par-
junto de organizaciones patrocinadoras externas (los sindicatos, na- tido. El partido laborista se consolida en pocos años, adquiriendo
cionales o locales) hace que las tendencias tengan puntos de referen- esa fisonomía que se mantendrá sustancialmente inalterada, aunque
cia organizativos en que apoyarse y ello comporta con el tiempo, su con ajustes periódicos, durante los años siguientes. A la afiliación
transformación en facciones. La «izquierda», dirigida por el diputa- colectiva (que pasa por la afiliación a los sindicatos) se añade desde
do Victor Grayson, atacará en diversas ocasiones a los líderes par-
lamentarios, con una fuerza particular desde 1907 en adelante. Igual-
mente combativa será desde el comienzo la «derecha» parlamentaria,
que ya en la conferencia de 1905, trató sin éxito de obtener la ex- 10 R. T. McKenzie, Britisb Political Parties, London, Heineman, 1963, p. 300 Y ss.
11 R. Moore, Tbe Emnergence of tbe Labour Party, 1880-1925, cit., p. 156. Cfr.
también, sobre al evaluación de la organización «periférica» del Labour, D. J. Wilson,
9 Ibidem, pp. 11 1-1 13.
PO'UJerand Party Bueraucracy in Britain, cit., p. 31 Y ss.
182 El desarrollo organizativo Los partidos de oposición (II) 183

1918, la afiliación directa, individual 12. Desde ese momento el par- preponderante de los sindicatos sobre el partido en su conjunto.
tido puede contar con una cierta dosis de activismo directo, no «pres- Tres aspectos pueden ser señalados a este sentido, en cuanto para-
tado» por los sindicatos. Lo que no significa que se produzcan al- digmáticos del carácter débilmente institucionalizado del partido la-
teraciones sustanciales en la estructura de poder, es decir, no va a borista. El primer aspecto se refiere al modo de financiación. Con
permitir que el partido se «emancipe» totalmente de los sindicatos, la reforma del 18 finaliza el período de incertidumbre y debilidad
pero suministrará un elemento esencial para la institucionalización financiera del partido, pero no se ponen las bases de un desarrollo
de la organización: una reserva de «lealtades» organizativas directas, posterior en la dirección de la autofinanciación: la parte de finan-
no mediadas a través de una organización externa. La reforma del ciación que el partido obtiene a través de la afiliación directa tendrá
18, consagrará esa relación entre el grupo parlamentario y la orga- siempre un peso marginal; se refuerza y formaliza en cambio la
nización extraparlamentaria que impusiera ya Hardie en su tiempo; dependencia del partido respecto a los sindicatos. Que de ahora en
una relación simétricamente opuesta a la que se produce en el SPD, adelante suministrarán ellas solas las tres cuartas partes de los fondos
o, con fuerza aún mayor, en el PCI o en el PCF. En estos partidos que el partido necesita 14.
predominan los «dirigentes internos» y el grupo parlamentario se A comienzos de los años setenta la relación entre las afiliaciones
encuentra en posición subordinada. En el partido laborista el que se individuales y las colectivas desde el punto de vista financiero y, más
encuentra en posición preeminente es el grupo parlamentario. Esta en general, la situación financiera del partido laborista en su conjun-
situación es también el resultado, a la vez que la causa, de un desa- to, podrá sintetizarse del modo siguiente:
rrollo burocrático decididamente débil si se pone en relación con los
tres partidos arriba mencionados: una situación simbolizada por la Desde un punto de vista financiero es cierto que el afiliado individual paga
exclusión de los funcionarios del partido de cualquier tipo de acti- 1,20 libras esterlinas al año frente a los 10 peniques que pagaba el I de enero
vidad pública, lo que implica su reclusión en el «ghetto» de las ac- de 1972. Pero sólo una pequeña proporción de las aportaciones de los afilia-
tividades puramente administrativas y de apoyo a los líderes políticos. dos individuales llega a las cajas centrales del partido, que se financian hoy
en un 88 % con las contribuciones de los sindicatos y sólo en el restante
Con la reforma del 18, se formaliza además la relación entre los
12 % por los miembros individuales y las otras organizaciones. Los sindica-
sindicatos y las otras organizaciones (por ejemplo, el movimiento
tos, además de su aportación anual, contribuyen también a la financiación de
cooperativo, la Sociedad Fabiana, etc.) afiliadas al partido laborista: las agrupaciones locales y son casi completamente responsables de la finan-
una formalización que garantiza a los sindicatos el control sobre la ciación de las campañas electorales 15.
mayoría de los votos en las conferencias nacionales y en el órgano
ejecutivo del partido, el National Economic Council (NEC) 13, pero El segundo factor a considerar es la debilidad de la estructura
también una representación a las asociaciones afiliadas por diversos burocrática central, intermedia y periférica, sobre todo si la ponemos
títulos (además de a los afiliados individuales). en comparación, no digamos con la del SPD o del PCF, sino incluso
Con la reforma del 18, en otras palabras, el carácter complejo, con la del partido conservador que, como veremos, dispone de un
de tipo federal, del partido laborista se formaliza, así como el control aparato burocrático bastante más desarrollado y profesionalizado. Y
no es sólo una cuestión de «tamaño». Es también una cuestión de
12 Sobre la reforma y, en particular, sobre sus efectos en la organización iterrne- relaciones internas: es revelador del bajo nivel de coherencia estruc-
dia, D. J. Wilson, Power and Party Bureaucracy in Britain, cit.; cfr. también R. tural interna el hecho de que los agentes regionales (los responsables
McKibbin, The Evolution o] the Labour Party, 1918-1924, Oxford University Press, de la organización intermedia) dispongan de muchas más autono-
1974.
13 En R. Rose, The Problem o] Party Government, Harrnondswonh, Peguin
mías respecto al NEC (del que dependen oficialmente) que sus ho-
Books, 1974, hay algunos análisis excelentes sobre el funcionamiento de los órganos
estatutarios del Partido Laborista. También en J. Blondel, Voters, Parties and Leaders, R R .
.ose, The Problem of Party Gouernment, CIt., p. 226 i ss.
14
15 •

Harmondsworth, Penguin Books, 19695; S. E. Finer The Changing British Party B. Simpson, Labour: The Unions and the Party. A Study of the Trade Unions
System, 1945-1979, Washington, American Enterprise Institute, 1980. and the British Labour Mouement, London, A1len and Unwin, 1973, p. 226.
184 El desarrollo organizativo
rtidos de oposición (11) 185
LoS pa

mólogos conservadores (los agentes de área) que, en cambio, están d de ejercer un poder de veto (utilizado tradicionalmente, cuando
estrechamente controlados por el Comité Central 16. La debilidad da ilibrios en la coalición dominante favorecen a la derecha, a
organizativa se evidencia aún más, en comparación con el partido los equ did
de las facciones de izquierda) frente a los can I atos no gratos.
conservador, por el bajo número de agrupaciones locales laboristas costa .. . . , d ébilrn
En conclusión, el partido laborista es una orgamzaclO.n. e ~ en-
que disponen de un funcionamiento permanente (un agente electo- . tl·tucionalizada y los caracteres de su modelo origmano que
ral) 17. te ms , . . S d
he ilustrado sintética~e?t~ aquí, eXl?hcan los motivos.. e trata e
El tercer aspecto del funcionamiento de la organización, altamen- rganización subdividida en [acciones, en una pluralidad de cen-
te revelador de su carácter de institución «débil», viene dado por el una o . 1 de i id b
rros de poder que contr~la~ z~nas cruc~a es e mcertl. ~~ ~e org~-
mecanismo de selección de los candidatos al parlamento. La selec- . tiva y que pueden distribuir, en reclproca competieron, mcenn-
ción se produce hasta principios de los años setenta, en base a dos nrza selectivos y/o colectivos a sus propIos
vos . parn idari
anos: G rupos cuyas
listas de posibles candidatos elaboradas por el NEC (en el que, como ibilidades de organización dependen de las conexiones que m~n-
se ha dicho, los sindicatos detentan la mayoría). La primera es la de pos an con alguna Union,
g
. con a 1guna asociacion
. . , a filiI la d a y ocasio-
los candidatos que los sindicatos están dispuestas a patrocinar direc- ten d
nalmente (como es tradición en la izquierda e part~ ? tam biien
1 ido) , c?n
tamente (financiando su campaña) y que si resultan efectivamente los afiliados individuales. Esta dispersión de las p.oslblltdades d~ d.ls-
seleccionados y elegidos, serán, en el parlamento, los representantes poner de recursos organizativos, explica la capacidad que los .dlstm-
«oficiales» de los sindicatos 18. La segunda lista está integrada, en
tos grupos del partido tienen de mante?erse a lo ~a~g? del tiempo.
cambio, por aquellos potenciales candidatos entre los que las agru- y explica, naturalmente, el carácter relativamente dlVldl?o ~e la coa-
paciones locales tienen la facultad de elegir su propio representante. lición dominante. Digo «relativamente» porque lo que impide ge?~-
En cada agrupación el órgano al que corresponde la propuesta de ralmente a las facciones laboristas organizarse de un modo tan sóli-
selección (ratificada después por la asamblea local), el General Ma- do, por ejemplo, como las facciones de la DC italiana, es e~ co.ntrol
nagenent Committee, está integrado por delegados de todas las aso- externo ejercido por los sindicatos. Mientras. los líder~s sl.ndlcales
ciaciones afiliadas a nivel local. También aquí los sindicatos ejercen consiguen mantener bajo control a sus respectivas orgaruzaciones, la
un gran influencia, mientras que es difícil que los afiliados indivi- estabilidad organizativa del partido está en gener~l asegurada. En
duales consigan controlar el proceso de selección 19. Esto acarrea este caso, en efecto, la coalición dominante queda integrada por los
una consecuencia decisiva: incluso prescindiendo de los diputados líderes de los sindicatos y el líder parlamentario, y este sistem.a de
que los sindicatos envían directamente al Parlamento, es muy raro oligarquías cruzadas permite un gestión controlada de lo~ conflictos
que un candidato pueda ser seleccinado si no se ha asegura~o. ~l internos. Pero cuando los líderes sindicales advierten el nesgo de ser
apoyo del sindicato. Por otra parte, el NEC tiene siempre posibili- desplazados por la base o lo son de hecho, el pacto de cooperación
sobre el que se basa la coalición dominante se resquebraja, y los
16 Vid., para un análisis comparado, que pone en evidencia estas diferencias, D. juegos faccionales vuelven a tomar aliento y vitalidad. Este es el
J. Wilson, Party Bureaucracy in Britain: Regional Area Organization, «British Jour-
nal of Political Science-, 11 (1972), pp. 373-381; Idem., Potoer and Party Bureaucracy
resultado de la dependencia del partido respecto al sindicato. La
in Britain, cit. estabilidad organizativa del partido es en efecto, una función de la
17 Por ejemplo, en 1970 los conservadores tenían 357 agentes electorales para 537 estabilidad organizativa de los sindicatos 20. Así se explica por qué
agrupaciones locales, y los laboristas 141 agentes para 618 agrupaciones; cfr. R. Rose,
The Problem o/ Party Gouemment, cit., pp. 152-153.
20 Lo que hace que el análisis de la evolución organizativa de los sindicatos sea,
18 Cfr. M. Rush, The Selection o/ Parliamentary Candidates, London, Nelson and
obviamente, fundamental. Sobre esa cuestión, además de la bibliografía citada en las
Sons, 1969, p. 131 Y ss. Cfr. también W. L. Guttsman, Elite Recruitment and Political
notas anteriores, vid. también T. Forester, The Labour Party and the Working Class,
Leadersbip in Britain and Germany since 1950: A Comparative Study o/ MPs and
London, Heineman Educational Books, 1976. La dispersión de los recursos organi-
Cabinets, en 1. Crewe (ed.): British Political Sociology Yearbook, vol. 1: Elites tn
zativos entre los distintos grupos existentes en el partido es, desde este punto de vista,
Western Democracies, cir., pp. 89-125.
el resultado del tipo específico de estructura sindical predominante en Inglaterra:. un
19 M. Rush, The Selection o] Parliamentary Candidates, cit., pp. 153-154.
movimiento sindical más descentralizado que el de otros países europeos y organiza-
186 Los partidos de oposición (II) 187
El desarrollo organizativo

en el curso de su historia, el partido laborista registra una estabilidad La sección francesa de la Internacional obrera
en su coalición dominante mayor cuando se encuentra en la oposi-
ción que cuando está en el gobierno. Hasta hace poco tiempo la También el nacimiento de la SFIO, como el de muchos otros
típica coalición dominante del partido laborista en la oposición Com- partidos socialistas, es e.l~roducto fi~al ~e un largo proces~ de ges-
prendía a los líderes de las organizaciones sindicales más potentes tación durante el cual distintas orgaruzacrones de escasa entidad, na-
(que controlan el TVC) y al líder parlamentario surgido de las fac- cen, se fusionan, se escinden y se combaten unas a otras 24. Cuando
ciones de centro-derecha. El pacto de cooperación funcionaba a sa- la SFlO nace en el Congreso de París de 1905 por una combinación
tisfacción para ambas partes dado que la coalición dominante Con- de acontecimientos internos (la evolución política francesa después
seguía hacer frente común tanto contra los gobiernos conservadores del caso Dreyfuss) e internacionales (una fuerte presión de los jefes
como contra las facciones laboristas de izquierda, garantizando así de la 11 Internacional para que el socialismo francés saliera de un
la estabilidad organizativa del partido 21. Con la única excepción del estado de debilidad crónica unificando sus diversas tendencias), las
gobierno Attlee (1945-1951) el partido laborista no ha conseguido condiciones de lo que será en lo sucesivo una débil institucionaliza-
por el contrario casi nunca mantener estabilidad cuando estaba en ción organizativa están ya presentes. La SFIO se funda por la fede-
el gobierno 22. La coalición dominante no consigue generalmente ración de las cinco corrientes principales del socialismo francés (cada
dominar las consecuencias del choque con las inevitables dificultades una más o menos agrupadas en una organización política autónoma)
del gobierno; los sindicalistas de base se desplazan hacia la izquierda además de un cierto número de grupos menores. Las cinco tenden-
para no perder la conexión con los sectores obreros desilusionados, cias organizadas que dan vida a la SFIO son: los guesdistas, antiguo
incrementando así el apoyo a las facciones de izquierda; los sindi- partido obrero frances (PDF), seguidores de Jules Guesde, de orien-
catos pierden cohesión y estabilidad y, finalmente, el pacto de coo- tación marxista; los possibilistes de Paul Brousse; los allemandistas
peración entre los líderes sindicales y el líder parlamentario (que es de Jean Allemande; los blanquistas que tienen como jefe a Edouard
además el premier al frente del gobierno), se disuelve. El resultado Vaillant; y los Socialistas independientes de Jean jaurés y Alexander
es la desestabilización del partido: una crisis organizativa que se Millerand. De todas estas pequeñas sectas la más organizada es sin
manifiesta, típicamente, como una contraposición entre el «partido» duda l~ primera, el POF, fundado por Jules Guesde y Paul Lafargue
(sindicatos + facciones de izquierda) y el líder parlamentario 23. a comienzos de los años noventa 25. La superioridad organizativa
~~ l?s guesdistas garantiza a este grupo un rol preeminente en la fase
inicial: cuando en el congreso de 1906 la SFIO se de unos estatutos
do por oficios y no por empresas, por lo que «( ... ) los trabajadores de una misma (destinados a durar durante toda la existencia de esta organización)
empresa pueden, por ejemplo, hallarse representados incluso por quince o veinte no hará más que adoptar el documento estatutario que los guesdistas
sindicatos distintos y a veces en conflicto entre ellos por la delimitación de sus res- adoptaron en los años noventa, calcado a su vez de los estatutos de
pectivas jurisdicciones •. A. Pizzorno, 1 soggetti del pluralismo, cit., p. 22l.
la socialdemocracia alemana. El POF, sin embargo, no obstante los
21 A veces, sin embargo, ha ocurrido también que el pacto entre los líderes sin-
dicales y el líder parlamentario se deteriora bajo la presión de los delegados sindicales esfuerzos de Guesde y de Lafargue por construir una organización
de base estando el partido en la oposición: un ejemplo de este tipo fue el de los potente y centralizada, había sido una pequeña secta que durante
conflictos entre el líder laborista Gairskell y el partido en los años 1960-1961, sobre
el famoso problema de la abolición de la cláusula IV de los estatutos (sobre la socia- Una p .
. erspect1va comparada, G. Pasquino, Labour Party PSF SPD: tre modelli di
lización de los medios de producción). Cfr. L. D. Epstein, Who Makes Party Policy: Partu .r . ' ,
Britisb Labour, 1960-1961, «Midwest Journal of Political Science-, VI (1962), 24oSsooatsta In Europ~, :Mondoperaio., XXXIII (1981), pp. 95-104.
pp. 165-182.
¡. . obre estos acontecimientos cfr. J. J. Fletcher, Le Socialisme [rancais: de I'Af-
22 Sobre los conflictos entre los gobiernos laboristas y los sindicatos en la post- da,r~Dreyfuss ti la Grande Guerre, Geneve, Librairie Drorz, 1965, y P. Luis, Histoire
guerra vid. L. Minkin, P. Seyd, The British Labour Party, en W. E. Patterson, A. T~uc~c;llSme en France, Paris, Librairie Marcel Riviére er Cie., 1950. Además, J.
H. Thomas: Social Democratic Parties in Western Europe, cit., p. 113 Y ss. 2S ¿d, L.a Gauche en Fra~ce depuis 1900, Paris, Editions du Seuil, 1977.
23 Sobre las transformaciones de tipo organizativo más recientes en el Partido p. . .WIllard, Les Guesdistes. Le Mouvement socialiste en France (1893-1905),
ans, Edltlons Sociales, 1965.
Laborista, vid. S. Finer, The Changing British Party System, 1945-1979, cit., y, desde
188 nidos de oposición (Il) 189
El desarrollo organl'z .
atlVo Los pa

toda su breve existencia, había arrastrado las enormes dificult d SfIO, desde el principio, se plantea como un competidor más te-
con que el socialismo francés tropezó en las primeras fases de su ~des
una organización nacida por difusión territorial con una fOrt;~ a:
h eterogenei id a d orgarnzatrva,
"
entre unas zonas y otras y cuya
Isuna
r 'ble para el partido radical-socialista,
l
cuya classe gardée está en
zonas rurales, que para el sindicalismo obrero. La consecuencia
obre la estructura interna de poder es el rápido fortalecimiento, a
. . ' s es-
tructuras intermedias -las Federaciones- se habían desarrollad . ~sta de Guesde, del otro líder de gran prestigio en la unificación
con una fuerte autonomía respecto al «centro» del partido 26 . C'Ier- ° de 1905: Jean jaurés. Su socialismo humanitario empapado de ideo-
tamente una secta potente y bien organizada en comparación COn 1 logía republicana, suministra a la organización en el momento cru-
otros grupúsculos del socialismo francés, pero bien poca cosa
. 1 "
os
, por cial de la selección de la «base socia}" del partido, de su «territorio
eJemp. o, ~?comparacion con uno de los predecesores del SPD, la de caza», una identidad política mucho más adaptada al área de ex-
?rgamzaclOn de Lasalle. Las características organizativas del POF, pansión el~ctor:l que el «obrerismo» ~ectario .de Guesde. E~ el e~-
Justamen~e a causa del papel preeminente, por lo menos en parte, pacio de diez anos: «(... ) la SFIO habla obtenido sus ganancias mas
desempenando por Guesde en el momento del nacimiento de la SFIO sustanciales en las zonas rurales. El socialismo del viejo POF, que
serán un elemento con el que tropezaremos una y otra vez, corno fundaba sus esperanzas en las fábricas y en las ciudades, tendía a ser
una constante organizativa del nuevo partido. Los rasgos cruciales sustituido por un socialismo más rural al estilo de jaures, reflejo de
del. ~odelo originari? de la SFIO son pues su nacimiento por fede- una Francia todavía campesina» 29.
racI,o.n de una plurali~ad de grupos (lo que implica un compromiso
político entre tendencias heterogéneas), y un «modelo organizativo» CUADRO 2. SFIO: Afiliados, electores y escaños parlamentarios en el
que hereda del POF las tradiciones de la descentralización y de una período prebélico
débil cohesión estructural.
Los guesdistas, que se llevan la parte del león a la hora de marcar Afiliados Votos Escaños

la impronta organizativa del nuevo partido, no consiguen, sin em- Período que precede a la unificación 34.688
bargo, obtener grandes frutos de este arranque triunfal. En efecto, 1906 . 51.736 877.999 51
serán duramente penalizados por la geografía electoral; esto es, por 1910 . 56.164 1.106.047 74
el tipo de lealtades electorales que se fijarán sobre la nueva organi- 1914 . 76.667 1.398.000 103
zación. El POF, a pesar de tener algunos seguidores entre los obre-
ros industriales de París y en algunas otras zonas, no había conse- Fuente: M. Perrot, A. Kriegel. Le Socialisme [rancais et le Pouooir. cit., p. 85.

guido dar vida en el curso de los años noventa a un sindicato de-


pendiente del partido según el modelo del SPD 27, a pesar de los . Estas cifras, observan Perrot y Kriegel, «( ... ) muestran un ritmo
esfuerzos de sus líderes en esa dirección. La CGT, el sindicato obre- VIl?oroso de crecimiento; pero muestran también sus límites y llevan
ro, nace en 1895, pero es hegemonizado desde el principio por una a Interrogarse sobre la naturaleza de la SFIO. Partido de electores
tendencia anarco-sindicalista fuertemente hostil a los partidos polí- más que de militantes, la SFIO no consigue arrastrar el voto obrero.
ticos 28. La SFIO herederá así del POF las relaciones débiles, y por Ha ganado sobre todo en las zonas del radicalismo rural» 30. Natu-
momentos completamente inexistentes, con el sindicalismo obrero. ralmente es una pregunta en cierta medida ociosa la de si es el tipo
El resultado es que, con la excepción del obrero medio de París y de liderazgo que representa jaurés (es decir el conjunto particular
de otras pocas zonas, la Francia rural se convierte en el área de
2. M
expansión electoral (y organizativa) más importante del partido. La . Perrot, A. Kriegel, Le Socialisme Francais et le Pouvoir, Paris, EDI, 1966,
p. 8 8.
301bídem, p. 85. Un análisis interesante del período en M. Reberioux, La classe
26 lbidem., p. 108 Y ss. oP;razafrancese e le sue organizzazioni di fronte alla nascita della societá industriale
27 ldidem., p. 355 Y ss. ag I mlzl del XX secolo, en F. Piro, P. Pombeni (a cura di): Movimento operario e
28 J. Touchard, La Gauche en France depuis 1900, cit., p. 64 Y ss. SOetetaindustriale in Europa, 1870-1970, cit., pp. 145-165.
¡-
LACSO • BIBL.IOTECA
I

190 El desarrollo organizativo 191


'dos de oposición (11)
¡.ospart1
de símbolos de identificación que éste utiliza), o, por el contrario na fuerte independencia d.e l~s. estructuras. intermedias -las fe-
el hecho de que la CGT cierra el paso a una mayor expansión entr~ y u. s- que desde el pnnClpIO, se orgamzan como feudos au-
los obreros, lo que determina esta evolución. Probablemente los dos deraclone , . . 1 .
, con capacidad para oponerse eficazmente a cua qUler ten-
factores se refuerzan mutuame~te. Pero un desarroll~ ~e este tipo, tanomos l rni .
. de ingerencia del «centro». A mismo tiempo, y en contraste
la selección de una classe gardee con fuertes caractensncae rurales capva tos caracteres, una tradición, heredada del POF (que a la vez
tiene su importancia a la hora de explicar el resultado de la luch~ conhebs, tomado del SPD) de predominio de los dirigentes internos
interna por el poder; es decir, el hecho de que, no obstante su inicial la a la . . . . b
los parlamentanos; un predominio que, SIn em argo, nunca
SO b re
superioridad organizativa, el «obrerista» Guesde no consiga disputar .
pod , realizarse cumplidamente. En efecto, e pnma o d e 1os d"m-
1 . d
el control del partido de jaurés. ra internos sobre los parlamentarios sólo puede realizarse efi-
En cualquier caso, los obreristas, tras un brillante comienzo se gentes I , '.
cazmente, cuando aquéllos son líderes nacionales a la cabeza de una
convierten en una facción minoritaria, fuerte sólo en algunas fede- b ocracia extendida y no cuando, como en el caso de la SFIO, se
raciones del Norte, mientras se afirma cada vez más elliderazgo de urta de los dirigentes periféricos, de las Federaciones. La SFIO nace
jaurés. La estructura organizativa, modelada, como se ha visto, sobre tra híb id .,
y se consolida, pues, con los caractere~ de u~« I n o». orgaruzanvo
el esquema del POF, se cristaliza en este período y pasará casi in- a mitad de camino, para usar la terminología duvergenana, ~n:re el
demne a través de todas las vicisitudes del socialismo francés y de partido parlamentario de notable~, y el partid? de masas «~ocI~ltsta».
los cambios en la composición de la coalición dominante del partido: La debilidad del aparato central, Incapaz de ejercer cualquier tll?o de
de jaurés al tándem Blum-Faure del período de entreguerras, hasta control sobre las estructuras intermedias y sobre las agrupaCIOnes
el «mollettismo» post-bélico. Y no sólo eso; muchas de aquellas locales (por ejemplo, en el momento crucial de la selección de los
características organizativas han dejado huellas muy reconocibles in- candidatos) unida al «carisma de situación» de jaures, que se c~~-
cluso en el nuevo PSF, nacido de la reorganización de los años vierte para millares de electores, y para la mayor parte de los mili-
1969-1971 31. Una vez más, pues, nos encontramos ante un caso tantes, en el símbolo del socialismo francés, tiende a favorecer un
clásico y paradigmático de la persistencia en el tiempo de los carac- predominio de los parlamentarios y en general de los cargos públicos
teres del modelo originario. La estructura organizativa de la SFIO, elegidos. A su vez, sin embargo, la fuerte concentración de los re-
tal como queda fijada durante los primeros años de vida del partido cursos del poder organizativo en las Federaciones, que, en. propor-
tiene, como veremos a continuación, muchos puntos de contacto ción a su número de afiliados, dominan los congresos nacionales y
con el PSI. Al igual que los socialistas italianos, tampoco los fran- controlan el débil órgano ejecutivo 32, equilibra esta tendencia. El
ceses conseguirán nunca imitar a los, sin embargo, tan admirados (y centro de gravedad del poder tenderá a oscilar continuamente, entre
envidiados) primos alemanes del SPD. los parlamentarios y los dirigentes internos (en este caso los jefes de
Estos son los rasgos esenciales de la nueva organización: una las federaciones) en razón de los resultados de una lucha constante
fuerte heterogeneidad y variedad de formas organizativas entre ~nas entre los primeros (que tratan de garantizarse independencia política
zonas y otras (aunque adaptándose en términos generales a las onen- y bases autonómicas de poder en base a sus propias clientelas elec-
taciones estatutarias); un debilísimo aparato central (incluso se p~ede torales) y los segundos (que intentan por su parte controlar a aqué-
hablar al menos hasta la llegada de Paul Faure, en los años vernte, llos). Durante toda su historia la SFIO será un caso clásico de ese
a la secretaría, de inexistencia de un aparato central en cuanto a tal); conflicto entre dirigentes internos (que tienen su base de poder en

31 Vid. Hurtig, De la SFIO au Nouveau Parti Socialiste, Paris, Colin, 19~0, yF.
. 32 Para una descripción del funcionamiento de los órganos estatutarios y en par-
L. Wilson, The French Democratic Left, 1963-1969, Stanford, Stanford Universit)' tl~ular del órgano ejecutivo -la CAP (Commission Administrative Permanentej-s-
Press, 1971. Sobre el PSF vid. B. Criddle, The French Parti Socialiste, en W ". E. Vid. J. Touchard, La Gauche en France depuis 1900, cit., p. 142 Y ss., Y G. A.
Paterson, A. H. Thomas (eds.): Socialist Democratic Parties in Westem Europe CIt., COdding, W. Safran, Ideology and Politics: The Socialist Party o] France, Bouldner,
pp. 25-57. Westview Prees, 1979, p. 60 Y ss.
192 El desarrollo org . partidos de oposición (II) 193
anl2ativo

los militantes) y parlamentarios (ligados a las clientelas electo 1 . ambientales, desde,l.a relación COI: el elector~do hasta l~ ubica-
. . .. d ra es de . n el sistema político, tengan siempre un Impacto directo y
sus respecnvas circunscripciones), agu amente descrito por D
D ~~ c;ión ~tico sobre las vicisitudes internas de la organización. Débil
ger .
Las bases para una débil institucionalización están por tanto h ::;a el punto de vista de autonomía respecto al ambiente externo,
d as: 1a com binació
inacion d e un aparato centra 1 déébil. con una situ ec " a- la 5;10 padece también carencias, por las mismas razones -debi-
. " . aClon
d e serru-autonorrua y, en ciertos casos, de mdependencia de lo di lid d del aparato y autonomía de las federaciones- desde el punto
putados (así como de los elegidos para los cargos públicos rnuni ~- de avista de la coherencia estructural interna, es decir, entre las dis-
pales), y de independencia de las federaciones vis-a-vis del «cent~CI- tintaS partes de la organización. Lo que ~ign~~ica que existe una gran
del partido, desemboca en una organización incapaz de desarrolf" heterogeneidad en las formas de orgarnzacion entre unas zonas y
una f uerte a~tonomla' respecto a 1 me di10 en que se desenvuelve; in- ar otraS, unida a (y reforzada por) un tipo de financiación controlado
capaz, por ejemplo, de desarrollar un control sobre su propia classe principalmente desde la periferia, es decir en manos de los líderes de
gardée a través de esa espesa red de lazos verticales, característica las federaciones, pero también en ciertos casos, de los alcaldes y de
del «partido de integración social», que los observadores apresura- otrOS notables de prestigio.
dos consideran como el modelo de cualquier partido «socialista». El corolario lógico de esta evolución es un bajo grado de cohe-
Durante toda su existencia, por el contrario, la SFIO seguirá siendo sión de la coalición dominante y una vida faccional muy intensa.
un partido de opinión, con débiles e intermitentes lealtades electo- Los grupos internos, con breves paréntesis en la fase de reconstruc-
rales, fuertemente dependiente de los humores de un electorado poco ción que sigue a la escisión comunista de 1920 o después, en el
o nada organizado por el partido 34. momento álgido de la influencia de Mollet en los años cincuenta, se
El partido estaba predispuesto a esa evolución. En primer lugar darán a sí mismos de modo inmediato una organización propia, a
por su origen como una federación de grupos dotados de recursos través de un «reparto de influencia» sobre las diversas federaciones,
autónomos de poder organizativo a través de las incipientes federa- aglutinándose en subcoaliciones.
ciones (lo que bloquea desde el principio las posibilidades de creci- La poca cohesión de la coalición dominante durante toda la exis-
miento de un aparato burocrático central). En segundo lugar tam- t~ncia de la SFIO queda demostrada por el hecho de que ningún
bién por la independencia política del sindicato obrero. Una inde- li~erazgo podrá surgir nunca en el partido si no es con el consenti-
pendencia que impide a la SFIO controlar un recurso que en otros mle~to de los líderes de las federaciones más potentes, y a través de
casos (SPD y SP austriaco) ha sido esencial para la construcción de U? .slstema de intercambios y compensaciones recíprocas entre estos
una sólida subcultura de partido. La fuerte dependencia respecto al dtngentes periféricos y los líderes nacionales. Anticipando por otra
medio en que se desenvuelve (como consecuencia de la débil insti- parte, una cuestión que retornaré en detalle más adelante (por ejem-
tucionalización de la organización), hará a su vez que todos los carn- ~lo, al examinar el caso, en ciertos aspectos análogos, de la CDU
e la era Adenauer), las características de la evolución de la SFIO
no perrniti~án nunca una fuerta expansión del número de afiliados,
)) M. Duverger, Los partidos políticos, cit., p. 238 Y ss. ~onse~uencla típica de una estructura organizativa de tipo «feudal».
)4Lo que explica el carácter «rnovimientista» del partido bajo jaurés y la imp~- b S lhderes de las distintas federaciones, ya se trate de monarcas
sibilidad de sustituir los incentivos colectivos de identidad por los incentivos seleCti-
vos de tipo material que van ligados a los procesos de burocratización. El choque
:e s~ ~tos o, más raramente, de sublíderes de una facción nacional,
entre Bebel y jaurés en el seno de la Internacional es también, si no principalment~, n r~n en la mayoría de los casos, un escaso interés en ampliar la
una expresión de lo mismo: la contraposición entre una fuerte organización burocra- zorgaUizac'
. , mas
Ion '11'
a a d e un cierto
. umbral mínimo; en hacer esfuer-
rica, que se ve obligada a adoptar políticas prudentes (sobre el problema del rearme rniOs vIgoro sos d e prose li nsmo.
. En e f ecto, una excesiva expansión del
y del militarismo) para protegerse a sí misma, y una organización flexible, que no ha
lau~ero de afiliados podría comprometer la estabilidad organizativa:
llegado a «articular» sus fines a las exigencias organizativas y debe, por tanto, perse-
guir coherentemente (y con ímpetu) sus objetivos ideológicos manifiestos. Cfr. sobre to~nc~rporación de un número excesivo de nuevos afiliados, sobre
estos acontecimientos, C. Pinzani, [aurés, l'!nternazionale e la guerra, cit. o SI se trata de jóvenes, puede producir alteraciones incluso con-
194 El desarrollo organizativo artidos de oposición (Il) 195
(.os P

siderables e inesperadas en las relaciones de poder, dentro de cada S en estas condiciones, un acontecimiento decisivo para com-
federación; las diferencias en el tipo de socialización política de los re ender
, las razones d e un renacrmiento
. . áoid o. C on P au 1 F aure,
tan rapI
viejos militantes y de los recién llegados, puede llevar a agudos con- P[:hombre de la organización» en los años veinte, surgirá por pri-
flictos. En el peor de los casos la expansión del número de afiliados ~era vez un «centro» extraparlamentario con fuerza y prestigio. Bajo
podría comportar la formación de amplios grupos de militantes dis- dirección se sentarán al menos las bases de un aparato central
ponibles para una movilización política por parte de facciones ad- :tes inexistente y, de un control centralizado de la prensa del par-
versarias. La estabilidad organizativa del partido, con la excepción tido. y aunque con dificultades se llevará a cabo una reorganización
del período de reconstrucción que sigue a los acontecimientos de de las finanzas del partido a nivel «central» 37. Aunque, nada com-
1920, se basará durante muchos períodos de la historia de la SFIO, parable, ni de lejos al desarrollo burocrático del SPD, se trata, sin
en una ausencia de proselitismo, en el estancamiento organizativo embargo, de un esbozo de organización central.
(que alcanzará su ápice en la época de Guy Millet); perfectamente Faure tiene un pasado de «izquierdas»: en Tours se había alinea-
explicable en términos de los equilibrios internos de poder. do con los «socialistas de izquierda», favorables a la adhesión a la
Tras la escisión comunista de 1920 se producirá una reestructu- III Internacional aunque contrarios a la aceptación de las «veintiuna
ración parcial de las relaciones internas de la organización, impuesta condiciones».
por la dureza del desafío que aquélla supone 35 para la propia supervi- Sólo una ruptura en el último momento con los bolcheviques le
vencia del partido. Con la escisión comunista, la SFIO queda conver- impedirá pasar, junto con Frossard, al otro lado. Este pasado le hace
tida en un pequeño partido. El PCE se apodera de una buena parte ser bien aceptado por la izquierda de la organización y, en general,
de las estructuras locales e intermedias del partido (que serán posterior- por los afiliados, menos «moderados» por término medio que los
mente reorganizadas según el modelo leninista), lo que dará lugar a electores. Controlando una organización central por lo menos par-
una serie de encuentros y de choques entre los partidos para el cialmente en vías de fortalecerse, y gozando de credibilidad ante los
arreglo del «contencioso» organizativo y financiero abierto por la afiliados, Faure será el verdadero sostén de la coalición dominante
escisión 36. Con la SFIO se quedan, además de las federaciones de que dará estabilidad al partido durante una quincena de años. Una
implantación más antigua (sobre todo en las regiones rurales), la coalición dominante cuyo segundo eje es Léon Blum. Blum, de ten-
mayor parte de los cargos públicos a nivel local y la casi totalidad dencia moderada, pero des marcado de todas las facciones, adquirirá
de los parlamentarios. Se trata, en suma, de un conjunto de recursos bien pronto un gran prestigio ante el electorado como encarnación
que apenas basta para impedir la extinción del partido. El «renaci- de las tradiciones humanitarias del socialismo francés, como alterna-
miento» que llevará a la SFIO, en el curso de unos pocos años, a tiva y en oposición el PCF, y este prestigio explica su gran ascen-
adelantar nuevamente, en términos de fuerza organizativa, a un PCF dente sobre el grupo parlamentario.
preso de sus luchas internas, se debe esencialmente a la capacidad La alianza entre Blum y Faure, al principio tácita y después cada
organizadora de Paul Faure. v~~ más manifiesta y explícita, será entonces irresistible: porque tam-
El partido, en el período que sigue inmediatamente a la escisión, bIen Faure habrá conseguido por su parte vencer la resistencia de
es debilísimo. Por otra parte, el padre del socialismo francés, jaurés. los líderes de las federaciones (a su vez en dificultades a causa de la
ha sido asesinado en 1914. Será preciso un cierto tiempo antes de competencia de los comunistas, lo que les hace más dependientes del
que surja un líder del mismo prestigio, en la figura de Léon Blum. «centro») y habrá establecido un compromiso duradero, a base de
La elección para la secretaría (un cargo no previsto en unos estatutoS C?mpensaciones recíprocas, entre las federaciones, los parlamenta-
que, como hemos visto, penalizaban al aparato central) de Paul Fau- nos y la secretaría nacional. La coalición dominante que se perfila,
y ~racias a la cual la SFIO saldrá vencedora del grave desafío del
35 Cfr. T. Judt, La Reconstruction du Parti Socialiste, 1921-1926, Paris, Presses
VelOte, comprenderá, pues un «centro» extraparlamentario (Faure),
de la Fondation Nacional des Sciences Politiques, 1976.
36 lbidem, pp. 31-32. 37 lbidem, p. 50 Y ss.
196 El desarrollo organizativo 197
artidos de oposición (II)
LoS P
los líderes de las federaciones más fuertes aliadas con Faure, y una . te y treinta .' terminará. su carrera como líder de la facción más
velll
mayoría de parlamentarios controlados por Blum. La alianza Blum_
a la derecha de la .~rganIZación 39. .
Faure será la base de esta coalición y mientras marchen unidos, su La reconstrucciOn pos bélica verá surgIr la estrella d~ Guy Molle;,
fuerza será irresistible. N o desaparecerán naturalmente los juegos ero no modificará en 10 esencial la estructura del partido. No podía
faccionales (se llegará incluso a una escisión de parlamentarios del P seguirlo la desenvuelta política de Mollet. Este gana el c~ngreso
ala derecha en 1933), pero podrán mantenerse bajo control. con 1946 des d e posiciones
de . . de izquier daa marxista
rnarxi (neo-gue~ d)isme y
La SFIO, sin embargo, sigue siendo un organismo débil y su lleva después a la SFIO a la ruptura con el PCF y a opCiOnes .gu-
escasa institucionalización la hace muy sensible a los cambios ambien- bemamentales: un cambio de línea política que Mollet. puede realizar
tales.
con éxito (esto es permanenciendo en su I?ues~o) debld~.a que con-
Con el nacimiento del Frente Popular y con la creciente aptitud sigue sustituir rápidamente los recursos «slmbohcos>~ utIhza~os pa~a
del PCF (que obtendrá una espectacular victoria electoral en 1936) conquistar el control del partido (incentivos colectivos de m~ent~-
para competir en el terreno político, la coalición dominante del par- dad) por recursos «materiales», gracias al control de la maqumana
tido comenzará a mostrar las primeras fracturas y el juego de las gubernamental (incentivos selectivos materiales) 40. .
facciones recuperará su «normal» intensidad 38. El gobierno de iz- Un éxito tan rápido sólo se explica porque el proceso nene lugar
quierdas en el PCF, que se encuentra por su parte en fase de fuerte en una organización débilmente institucionalizada, altamente per-
relanzamiento político, desencadena, en efecto en un partido débil- meable y sensible a los cambios de la situación ambiental. En una
mente institucionalizado como la SFIO, un grave problema de iden- institución «fuerte», dotada de una potente burocracia, el proceso de
tidad. Vuelve a tomar aliento la división en facciones, alimentada conversión de los incentivos, no hubiera podido ser tan rápido, y
tanto por la derecha parlamentaria, ligada a clientelas electorales an- cualquier coalición dominante que 10 hubiese intentado en los ~ér-
ticomunistas, como por la «izquierda revolucionaria» (los grupos de mino s en que Mollet realizó la operación entre el 46 Y 47, se hubiera
Pivet y de Zyromski) fuerte sobre todo en aquellos sectores de la encontrado seguramente en grandes dificultades.
«periferia» del partido que, por tener una base obrera, se hallan más La esclerosis organizativa de la era Mollet (pérdida de afiliados,
expuestos al desafío comunista. Faure y los líderes de las Federacio- envejicimiento de los cuadros, etc.) 41 invalida la teoría según la cual
nes más grandes aliadas con él elevan el tono de la polémica antico- las organizaciones se ven empujadas siempre a ampliarse según una
munista, chocando cada vez más duramente con las facciones de lógica «empresarial». Ni el secretario, ni los «sátrapas- de las grandes
izquierda de la organización, para defender la identidad organizativa federaciones tenían, por el COntrario, ningún interés en este período
del partido. Por el contrario, Blum, que está a la cabeza de un go- en poner en peligro la estabilidad organizativa mediante políticas
bierno que funciona con el apoyo del PCF, debe necesariam~nte expansivas. Y la estrucrur- interna de poder permanecerá parcial-
atenuar los tonos de la polémica y manifestar hacia los cornurustas mente estable durante todo el periódo de la IV República.
actitudes conciliadoras.
Las divergencias políticas entre Blum y Faure (debidas ~sen~i,al-
mente al distinto papel que cada uno desempeña en la organIZaCI~n)
comienzan entonces. Y concluirá en el curso de unos pocos anos
con la total descomposición de la coalición dominante, y con. un
proceso de faccionalización interna cada vez más acentuado, ml~!U-
tras Faure, que era el centro de gravedad del partido en los anos

39 Ibidem, p. 208 Y ss. .


38 Cfr., sobre los conflictos internos en la SFIO durante este período, N. Gree- 40 Cfr. R. Quillot, La SFIO et l'Exercice du Pouvoir, 1944-1958, Paris, Fayard,
ne, Crisis and Decline: the Frencb Socialist Party in tbe Popular Front Era, New 1972.
York, Ithaca, Cornell Universiry Press, 1969. •• Ibidem, p. 239 Y ss.
Los partidos de oposición (II) 199
198 El desarrollo organizativo

El partido socialista italiano fonnacÍón (respecto al SPD) y del distinto tipo de relaciones que el
PSI se ve obligado a establecer con las otras organizaciones del mo-
Al igual que la SFIO, también el PSI toma como modelo al SPD vimiento socialista.
en sus años. de formación 4. Y también al igual que la SFIO, el PSI En 1896, tras un esfuerzo financiero imponente para un organis-
no conseguirá nunca ser más que una mala copia de la organizació mo debilísimo como el PSI, nace el «Avanti!« que será el único
socialista alemana. El modelo originario del partido es, también en órgano de prensa del partido con difusión nacional, y también, el
este caso, un fiel indicador del débil nivel posterior de instituciona_ único centro de poder organizativo, alternativo, al menos en parte,
lización organizati~a. En el Co?greso de ~énova de 1892 confluyen respecto al grupo parlamentario.
en el .nue.~o orgamsmo, ademas del Partido Obrero Milanés (una Los caracteres de la organización que se consolida a fines de siglo
orgaruzacion con fuertes analogías con los lassallianos y guesdistas), y que se mantiene inalterada durante un largo período, pueden sin-
que ha abandonado entre tanto su primitivo sectarismo obrerista tetizarse así:
hasta dos~ientas organizaciones entre grupos socialistas, cooperati~ a) Una relación de afiliados/electores que, en los momentos más
vas, y SOCIedades locales de socorro mutuo de orientación socialista favorables, será de uno a veinte, frente a una media de uno a cua-
dispersas en distintas zonas del país 43. Con posterioridad a aquella tro/uno a cinco en el SPD 45.
fecha, muchas otras asociaciones locales nacen autonomamente al
calor .del entu~iasmo local. Se trata, pues, de un nacimiento que
CUADRO 3. Número de secciones y de afiliados al PSI (1892-1906)
c?mbma la fusión de una pluralidad de organizaciones locales pree-
xistentes y una posterior difusión territorial.
Secciones Afiliados
Puesto que en Génova convergen asociaciones y no militantes
individuales, el partido se dota inicialmente de una base de tipo 1892 200 131.000
colectivo (la afiliación no es individual sino a través de las asocia- 1893 299 107.830
ciones). Sólo posteriormente, gracias a los esfuerzos de Turatti y de 1896 450 21.000
los otros socialistas milaneses que dirigen la construcción de la or- 1897 623 27.281
ganización, el partido se organiza sobre bases individuales; concre- 1898 860
1900 546 19.194
tamente en 1895. Pero su carácter inicial de organización débil, a
1901 783 28.497
nivel central, que tiene que apoyarse en otros grupos y asociaciones
1902 1.070 37.718
locales, continuará pesando sobre el partido durante decenios. Aun- 1903 1.236 42.451
que el modelo es el SPD, sin embargo: «(...) la fundación del partido 1905 1.150 45.000
es concebida de modo bastante más matizado y genérico; el partido 1906 36.428
es un instrumento de coordinación más que la guía de los diversos
organismos en los que se subdivide y articula el movimiento obrero; Fuente: R. Michels, Proletariato e borghesia nel movimento socialista italiano, cit., p. 133.

tiene que moverse al paso de éste y expresar su grado de madu-


rez» 44. Esa es la consecuencia política de la distinta modalidad de

42 Vid. E. Ragionieri, Socialdemocrazia tedesca e socialisti italiani, Milano, Feltri- ~~~cion~s. políticas de Filippo Turati existe una amplia bibliografía. En relación con
1 POs~clOnes sobre el partido y sobre los problemas de estrategia en relación con
nelli, 1976.
as COrrtentes socialistas europeas, vid. L. Strik Lievers, Turati, la politica delle allean-
43 G. Arfé, Storia del socialismo italiano (1892-1926), Torino, Einaudi, 1965, p. 31-
Ze e una cele~re.tettera di Engels, «Nuova Rivista Storica», L VII(1973), pp. 129-160.
Vid. también L. Valiani, Questioni di storia del socialismo, Torino, Einaudi, 1958. 4S
Una buena guía de la historiografía del socialismo italiano es la de 1. Granata, Il
L. Valiani, Il Movzmento operato e socialista in Italia e in Germania del 1870
1
socialismo italiano nella storiografia del secondo dopoguerra, Bari, Laterza, 1981. in 1920.' en L . V a liiaru,. A. Wandruzska (a cura di):
a .. Il rnoutmento operaio e socialista

•• G. Arfé, Storia del socialismo italiano (1892-1926), cit., p.31. Sobre las con-
Italta e in Germania del 1870 al 1920, cit., p. 22 .
...•

200 El desarrollo organizativo artidos de oposición (Il) 201


LoS P
Hasta la expanSlOn organizativa que se produce después de la erativas y otras organizaciones socialistas 48. Lo que comporta
victoria de los maximalistas en 1912, y, sobre todo, al final de la cOOPfuerte dependencia del partido respecto a organizaciones exter-
Gran Guerra, el PSI, como la SFIO, será, pues, un partido de elec- una
de carácter local.
tores más que de militantes. Al igual que la SFIO, además, tendrá nas d) Pues.t~ que falta un ap~rat?, burocrático central (y en reali-
desde el comienzo una base social en la que es muy importante el dad no existlra ha~ta la reorg~mzac.lOn de la s~gunda posguerra, o~ra
componente rural; una clase gardée en la que los braceros constinj]; de Morandi), .e~ SIstema de incentrvos solectivos por el ~ue se nge
rán siempre una parte notable del electorado (incluso cuando, des- el partido, Utl~lZa sobre t~d~ dos can~l~s: los 4 ayuntaml~n~os con
pués de la primera guerra mundial, aumente la capacidad de expan- ayoría socialista (el «socialismo municipal») 9 Y la actividad de
sión del partido en las zonas obreras). Todavía en 1913, tras la in- :da uno de los diputados por arrancar a la burocracia central con-
troducción del sufragio universal, mientras la media nacional de los . ", 50
cesiones en f avor d e su clrcunscnpClOn .
votos socialistas es del 17,7 %, llega en cambio hasta el 38,3 % entre e) La relación que la organización establece con el sindicato (la
los braceros de la región de Emilia 46. Confederación General del Trabajo, fundada en 1906) es una rela-
De aquí que la base social que el partido se ve obligado a selec- ción compleja 51, tormentosa y ambigua. Más que una ausencia de
cionar debido a las condiciones del país sea más «popular» (a seme- relaciones (como en el caso de la SFIO), o una inicial subordina-
janza de la SFIO) que «obrera» (a diferencia del SPD). ción del sindicato seguida de su lenta emancipación (como en el caso
Las diferencias regionales tienen un reflejo importantísimo en el del SPD), o, finalmente, una dependencia del partido respecto al
partido. Y las divisiones políticas sobre bases geográficas, se solapan sindicato (como en el caso del partido laborista), lo que se impone,
siempre, sin coincidir nunca completamente, con las divisiones po- es una relación formal de mutua independencia y de colaboración
líticas nacionales entre derecha e izquierda. sobre una base de igualdad entre el grupo parlamentario turatiano y
b) La organización extraparlamentaria a nivel nacional es debi- los líderes reformistas de la CGL. Una relación siempre a punto de
lísima. La dirección, entre un congreso y otro, no tendrá nunca los romperse a causa de la presión de los maximalistas en el partido y
medios financieros suficientes para dotarse de un staff burocrático. del sindicalismo revolucionario (fuertemente implantado en las Cá-
Conseguirá a duras penas pagar el sueldo del secretario político y maras del Trabajo) en la CGL.
de una reducida secretaría administrativa 47. Frente a la debilísima organización extraparlamentaria se alza un
c) A una fuerte diferenciación organizativa entre unas zonas '1 grupo parlamentario en posición dominante. Dominante, en primer
otras, resultado de un nacimiento por difusión territorial no reequi- lugar, por una razón circunstancial: Turati, uno de los principales
librado por el «poder central» (inexistente como ya hemos di~ho ~,se ~un~adores del partido es la figura de mayor prestigio del socialismo
añade una acentuada indefinición de los confines de la orgamzaclOn ItalIano, y este prestigio le coloca en «el centro» del grupo parla-
(síntomas ambos de una débil coherencia estructural interna). P~r mentario y sitúa por consiguiente a éste «en el centro» del partido
ejemplo será tradicional en el partido que la selección de los c~ndl- (exactamente lo mismo que ocurre en la SFIO con Jean jaurés). Pero
datos a los cargos electivos sea decidida, no sólo por las sec~lOnes
locales del partido, sino por éstas junto a las cámaras del trabajo, las
48 Ibidem, p. 211.
S b
<9 .
vid o re el soc.l~lismo mu?i~i~al, y~ más en general, sobre la subcultura socialista,
<6 Ibidem, p. 18. . la reconStrucclOn de G. Sivini, Socialisti e cattolici m Italia della societá al/o Stato,
<7 H. Hesse, II gruppo parlamentario del Partito Socialista Italiano: la sua com:
en G. Sivini (a cura di): Sociologia dei partiti politici, Bologna, 11 Mulino, 1971; en
posizione e la sua [unzione negli anni della crisi del parlamentarismo italiano,. en L. pa~ular, p. 79 Y ss.
Valiani, A. Wandruszka, (a cura di): Il mouimento operaio e socialista en Italia e In
de So?re las relaciones entr: ~os pa:ridos y la burocracia vid .. la clásica denu?cia
Germania dal 1870 al 1920, cit., p.210. El ensayo de Hesse, además de ser una tr. M. Mmghettl, 1 partiu poluici e la mgerenza loro nella Giustizia e nell'Amminis-
excelente reconstrucción de la composición del grupo parlamentario socialista en el a~~ne, Bologna, Zanichelli, 1881. Cfr. además, G. GaIli, 1 partiti politici, cit.
período prefascista, constituye también el mejor análisis organizativo aparecido hasta . Sobre el tema sindical vid. 1, Bardadoro, Storia del Sindicalismo italiano. Dalla
la fecha sobre el PSI de ese período. 1I4s0ta al fascismo. 2 vol., Firenze, La Nuova Italia, 1973.
-. LoS partidos de oposición (11) 203
202 El desarrollo organizativo

., que es totalmente autónoma de la organización central del


el grupo parlamentario es dominante también por razones de orden Clon, .. fenó h
artido 56. Esta característica explica dos en?menos estrec amente
más estructural: a saber, la debilidad de la organización central y el ~onectados entre sí: en primer lugar, la capa~ldad de muchos parla-
hecho de que los incentivos selectivos sean distribuidos entre los ntarios de construirse un feudo local propIO. En segundo lugar y
seguidores del partido por los parlamentarios, gracias a sus conexio- ;:r consiguien~e, la fragmentación del grupo dirige~J.te del partido,
nes con la burocracia estatal (según el modelo típico del parlamen- ás acentuada incluso que en la SFIO. En efecto, SI el poder orga-
tarismo italiano) y con el «socialismo municipal» (el flujo de bene- :zativo se halla concentrado en las federaciones, los líderes nacio-
ficios que circula bajo el paraguas del «flirt» político entre Turati y nales tienen que ponerse de acuerdo con un número bastante red~-
Giolitti) 52. Además los parlamentarios son, en su inmensa mayoría, cido de dirigentes periférico s (como lograrán hacer en la .SFIO, p~l-
notables locales (sobre todo abogados y otros altos representantes mero Paul Faure y después Mollet). Pero si la estructura intermedia,
de las profesiones liberales) capaces de imponer en muchos casos un como en el PSI de aquella época es débil o en cualquier caso no es
control directo y personal sobre las secciones de su propia circuns- la de un poder organizativo significativo y consisten~~, entonces ha:
cripción, y de transformarlas en verdaderos «feudos» personales brá un número elevadísimo de líderes locales (de sección) y no podra
(como prueban las constantes reelecciones de los mismos candidatos
establecerse sólidamente ningún tipo de alianza interna).
en muchos colegios electorales) 53. El que los parlamentarios socia- Esto explica también a mi entender el carácter más fluid? de las
listas tengan más el carácter de un grupo de notables que un perfil facciones en el PSI en comparación con la SFIO. Se trata induda-
«burocrático-profesional», se debe también al hecho de que hasta blemente de facciones, cada una con sus propias y sólidas bases de
1912, los diputados no gozan de ningún tipo de sueldo 54. Y el poder. Los maximalistas tienen su base en las secciones (~~~re todo
control que ejercen sobre las secciones no se tropieza con el obstá- allí donde el partido se encuentra a nivel local en la 0poslcIOn)'y en
culo ni de una burocracia central (a diferencia del SPD) ni de una las Cámaras de trabajo. Los reformistas tienen las suyas en la alianza
fuerte estructura intermedia (a diferencia de la SFIO). del grupo parlamentario y los líderes reformistas de la CG ~ (~spe-
f) Al predominio del grupo parlamentario y la debilidad de la cialmente durante el decenio giolittiano), bien en las aSOCIaCIOnes
organización central, rasgos que aproximan el PSI a la SFIO, se periféricas y afines (cooperativas, etc.) allí do~~e el. parti.do es do-
suma a diferencia del pariente francés, la debilidad de la estructura minante a nivel local (como en la región de Ernilia), bien, finalmenre,
intermedia. La verdadera sede del poder organizativo a nivel perifé- en aquelllas secciones que los parlamentarios-notables han conseguí-
rico, aunque con excepciones 5S, no es la federación sino cada sec- do transformar en feudos personales.
Sin embargo, el carácter altamente fragmentado y localista del
52 Sobre las relaciones entre los dos líderes vid. B. Vigezzi, Giolitti e Turati. Un
partido, que no se halla aglutinado por una sólida estructura inter-
incontro mancato, 2 vol., Milano-Napoli, Ricciardi, 1976. media, explica el carácter fluido de las facciones --con numerosos
53 H. Hesse, Il gruppo parlamentare del Partido Socialista Italiano: la sua com- trasvases de una facción a otra, tanto en el vértice como en la base
posizione e la sua funzione negli anni della crisi del parlamentarismo italiano, cit.,
p.221.
54 Cfr. R. Michels, Il proletariato e la borghesia nel movimento socialista italian~.
Saggio di SWcienza sociografico-politica, cit., que se extiende sobre el carácter burgues pOtente organización republicana ya implantada, la estructura intermedia (la federa-
e intelectual de los líderes del PSI en comparación con los del SPD: vid., en particular, ción) parece bastante más sólida que la de otras zonas: vid. las investigaciones sobre
p.76 Y ss. Y también p. 106 Y ss. A comienzos de siglo el porcentaje de titulados la formación de los partidos políticos en Emilia-Romagna coordinadas por Paolo
superiores entre los parlamentarios socialistas italianos era del 87,8 por 100, frente Pombeni, de la Universidad de Bolonia, y en particular, M. Ridolfi, Origine e soi-
a un 16 por 100 en el caso del SPD. Cfr. también, H. Hesse, Il gruppo parlamentare luppo del partiti politici nel circondario di Cesena (1876-1898), tesis doctoral, 1980, y
del Partito Socialista Italiano: la sua composizione e la sua funzione negli anni della M. Gavelli, Nascita e sviluppo dei partiti politici a Forli, tesis doctoral, 1980.
crisi del parlamentarismo, cit., p. 213 Y ss. 56 H. Hesse, Il gruppo parlamentare del Partido Socialista Italiano: la sua com-
55 Las excepciones parece que se dan en aquellas zonas donde, en el momento posizione e la sua funzione negli anni della crisi del parlamentarismo italiano, cit.,
de constituirse el PSI, existía ya un partido rival fuerte. En Romagna, por ejemplo, p. 211.
donde el PSI debe enfrentarse, en el mismo momento de su nacimiento, con una
204 El desarrollo organizativo artidos de oposición (11) 205
LoS P

y con límites mal definidos entre unas y otras- 57. Mientras que en 1 derecha de Bissolati y Bonimi, el centro turatiano) hasta la diso-
la SFIO las facciones, atrincheradas en las distintas federaciones, se a ión y la definitiva victoria de los maximalistas ante el impacto de
lUCI ibi 59
consolidan. Aquellas características del PSI explican también el fuer- la guerra de LI la .
te grado de indisciplina del grupo parlamentario. Durante toda la fase de predominio de los reforrnistas, el partido
Por otra parte, y a diferencia de lo que ocurre en el partido o ha hecho trabajo de proselitismo, ha seguido siendo una organi-
laborista, sólo una convergencia de intereses hace que la aplastante nación débil, con pocas decenas de miles de militantes, y su misma
mayoría de los parlamentarios se mantenga alienada en las posiciones ;uerza electoral es mucho más el fruto del apoyo «ex:e~no» ?e ~as
de Turati. En el partido laborista, el líder parlamentario, de acuerdo otras organizaciones que se mueven en el seno del SOCIalismoItalia-
con los sindicatos, controla las posibilidades que la mayoría de los no, que la consecuencia de una fuerza organizativa autónoma. La
diputados tienen de volver a ser candidatos. En el PSI por el con- ausencia de proselitismo se deriva en parte de la falta de un fuerte
trario, cada uno juega por su cuenta, confiando en su prestigio como centro extraparlamentario en condiciones de promover y mantener
notable, y en su capacidad de procurar beneficios materiales a la con continuidad un esfuerzo de expansión de la organización. Pero
propia circunscripción. Sin embargo, puesto que los parlamentarios es también, si no principalmente, lo mismo que en el caso de la
deben su reelección a la distribución de incentivos selectivos (las SFIO, la consecuencia de una voluntad deliberada por parte de los
medidas concretas que consiguen arrancar a la burocracia estatal) reformistas, de defender los equilibrios internos de poder mediante
sintonizan de un modo «natural» con la política de Turati: sus po- el estancamiento organizativo. A diferencia del SPD donde la expan-
sibilidades de distribuir beneficios sólo pueden darse a la sombra del sión numérica es controlada por un potente aparato burocrático cen-
reformismo y no en contra suya. tral que está en condiciones, por ejemplo, de «pilotar» los congresos
Las condiciones de extrema debilidad tanto de la organización del partido: «En Italia la soberanía de los congresos no encuentra
central como de la intermedia, explican por qué la victoria de los obstáculos apreciables ni está sometida a ningún tipo de mediación.
maximalistas en el congreso de Bolonia (1904) no cambia de hecho La mayor, si no la única garantía de estabilidad de la línea política
la estructura de poder, y no impide a los parlamentarios reformistas reside en el número relativamente exiguo de afiliados y en la extre-
seguir siendo el verdadero centro motor del partido 58. La imposi- mada lentitud de la renovación, por lo que acaban por prevalecer
bilidad en que se hallan los maximalistas de consolidar sus posicio- aquellos que más sienten, por su larga militancia, la fuerza de la
nes conquistando también el control del grupo parlamentario, expli- tradición y con ella el prestigio de los jefes más respetados» 60.
ca su rápido eclipse y el retorno triunfal de los reformistas a la Esta situación cambia en parte con el Congreso de Reggio Emilia
cabeza del partido en el espacio de dos años. Pero si la victoria (1912) y con la llegada de los maximilistas al poder. El líder de la
maximalista de 1904 es efímera, constituye también una prueba elo- nueva coalición dominante del partido, Benito Mussolini lanza un
cuente de la débil conhesión de las coaliciones dominantes en el PSI. poderoso esfuerzo por incrementar el número de afiliados al partido.
También los reformistas son cualquier cosa menos una masa com- Dos años después -en el Congreso de Ancona (1914}- «(...) el
pacta, aglutinado s como están, tal como decíamos, más por la con- número de afiliados se ha casi duplicado, la vieja guardia ha sido
veniencia de cada uno de los parlamentarios (individualmente con- sumergida, disuelta en el nuevo y más vasto organismo que ya no
siderados), que por mecanismos organizativos controlados desde un es controlable sino con los mismos medios con los que ha sido
centro. Al cambiar la dirección del viento político, esto es al pro- construido» 61.
ducirse el desgaste del giolittismo, del que depende estrechamente la La razón está clara: la nueva coalición dominante, que tiene su
credibilidad de la línea política de Turati, la coalición reformista verá
crecer en su interior impulsos centrífugos (la izquierda de Salvemini,
5. M. Degl'Innocenti, Il socialismo italiano e la guerra di Libia, Roma, Edirori
Riuniti, 1976.
57 G. Arfé, Storia del socialismo italiano (1892-1926), cit., p. 111 Y ss. 60 G. Arfé, Storia del socialismo italiano (1892-1926), cit., p. 156.
58 Ibidem, p. 163 Y ss. 61 Ibidem, p. 156.
206 El desarrollo organizativo tidos de oposición (II) 207
Los par

punto de apoyo en la (débil) dirección (de la que han sido expulsa- li e reformista coincidieron con la decadencia del partido en su
dos los reformistas) y en el «Avanti!», se ve obligada, con el fin de e IV junto. Como en el caso de 1a SFIO, 1a nueva situacion,
., , liIga d a a 1
liquidar el poder organizativo del grupo parlamentario, a reforzar lo CO\lema de la revolución rusa y a la adhesión a la III Internacional,
más rápidamente posible la organización extraparlamentaria, a Con- ~:~enninó la ruptura (y en este caso la subdivisión en tres partidos)
trapesar y anular el prestigio de Turati con la fuerza de la organi- de un organismo ya endeble. .
zación. El esfuerzo en esa dirección es enorme, pero el peso del Con su renacimiento tras la segunda posguerra (el partido se
modelo originario del partido no se puede anular de golpe; ni si- econstituye oficialmente en Roma en 1943), la organización socia-
quiera por parte de un líder carente de prejuicios y dispuesto a todo lista sólo consigue emanciparse parcialmente de su historia organi-
como Mussolini. Y de hecho, incluso desde una posición que es ya zativa pasada. En la imposibilidad de alumbrar una institución fuerte
definitiva de minoría en la organización, los reformistas continuarán influyen, además de los rasgos de modelo originario -que pesan en
haciendo por su cuenta la política parlamentaria del partido, burlán- el momento de la reconstitución: ésta se hace sobre la base de la
dose de los continuos y enérgicos intentos de los maximalistas por fusión parcial de viejos grupos y de agrupaciones de nuevo año 66_,
subordinar al grupo parlamentario a las opciones políticas de la di-· la competencia que supone el PCI, en trance de reconstitución, y
rección. Perdiendo su predominio en el partido, los reformistas aún que ya es imparable. Cogido e~lt~e unos partidos que cuent~n con
pueden contar con el apoyo de los sindicatos y de las demás orga- sus propios puntos de referencia internacional en las potenCIas que
nizaciones socialistas, y a pesar de los esfuerzos organizativos de se preparan para la larga confrontación bipolar de la posguerra, ~a
Mussolini, el partido seguirá siendo débil frente a los otros «centros capacidad del renacido partido socialista para desarrollar su propIa
autónomos» 62 del movimiento socialista. En 1913, por ejemplo, el identidad organizativa, se ve virtualmente amenazada.
PSI sólo tiene 45.000 afiliados frente a los más de 300.000 de la Como organización fronteriza, en la cresta de la guerra fría, aplas-
CGL 63. Sólo con la movilización política de la posguerra el PSI se tada entre los «extremismos de ambos signos» característicos de la
convertirá en un verdadero partido de masas, alcanzando algo más confrontación bipolar, el PSI oscilará continuamente de izquierda a
de 200.000 afiliados 64. En esa época los maximalistas (ahora ya sin derecha, desgrarrándose en continuas luchas intestinas y pagando
el liderazgo de Mussolini) habían conseguido reequilibrar en su fa- con sucesivas escisiones su incómoda ubicación política. Sin embar-
vor las relaciones con el grupo parlamentario, y el declive de los go, la ruptura organizativa provocada por el fascismo, permite al
reformistas se habrá consumado. Hasta ese momento, «( ... ) el PSI PSI, al igual que al PCI aunque por razones distintas, una restruc-
fue la encarnación, cuya base se hallaba en el escalón municipal. El tu ración por lo menos parcial. En 1946 el PSI dispone de 700.000
partido estaba integrado por un número variable de secciones locales afiliados, fruto de la movilización política provocada por la guerra
independientes, y los lazos verticales con la cúpula del partido sólo de los partisanos. Ese es el tronco en el que va a injertarse el intento
estaban débilmente desarrollados (... )>>. En estas circunstancias: «(... ) de Morandi, a partir de 1949, de reforzar la organización. Con Mo-
hasta que el partido no se organizó como partido de masas, es decir, randi el PSI hará su más consistente esfuerzo por tansformarse en
hasta el final de la primera guerra mundial, y políticamente domi- una institución fuerte, al igual que ocurrirá después, como veremos,
nante, pudo mantener una situación de gran influencia dentro del en la DC (con la secretaría de Fanfani). Y, como en el caso de la
partido» 65. Pero la victoria definitiva de los maximalistas y el de- DC, el intento conocerá un éxito sólo parcial. Bien sea porque es
bastante difícil para cualquier partido escapar por completo al peso
de su propia herencia organizativa, bien porque las características del
La expresión es de Arfé, Storia del socialismo italiano (1892-1926), cit.
62
H. Hesse, II gruppo parlamentaré
63 del Partido Italiano: la sua [unzione negli
anni della crisi del parlamentarismo italiano, cit., p. 204. mazione e la sua [unzione negli anni della crisi del parlamentarismo italiano, cit.,
M L. Valiani, II mouimento operaio e socialista in Italia e in Germania dal1870 p.219.
al 1920, cit., p. 22. 66 Cfr. C. Vallauri, I partiti in Italia del 1943 al 1975, Roma, Bulzoni, p. 105 Y
6S H. Hesse, II gruppo parlamentare del Partito Socialista Italiano: la sua conjor: ss.
208 El desarrollo organizativo LoS partidos de oposición (11) 209

«ambiente» en que opera la organización (su ubicación respecto a una estructura integrada por 500 asalariados. Muchas de las tareas
los conflictos políticos nacionales e internacionales) no le permitan que tenía oficalmente atribuidas, se cumplían sólo en apariencia, de
desarrollar una sólida identidad organizativa (y en concreto selecci- una manera decididamente esporádica y casual, o, en ciertos casos,
nar y controlar establemente su propio «territorio de caza electora!,,). no se realizaban en absoluto» 69.
Tras la efímera victoria de la facción autonomista de «Recupera- La organización no conseguirá nunca sustituir real y completa-
ción Socialista» (de Lombardi y Jacometti), y como consecuencia de mente la tradición prefascista del partido de notables por un modo
la derrota electoral de 1948, la coalición dominante que se consolida de funcionamiento de tipo burocrático. Consecuentemente, aunque
en el XXVIII Congreso (1949), en base a una línea política de re- las federaciones llegarán a hacerse mucho más fuertes que las del
novada cooperación con el PCI, gira en torno a dos ejes: la capaci- período prebélico, nunca llegarán a serlo tanto como para someter
dad organizativa de Rodolfo Morandi y el gran prestigio de Pietro a los notables locales. Incluso el nuevo predominio de la dirección
Nenni. Esta coalición dirigirá al partido ininterrumpidamente hasta sobre el grupo parlamentario presenta caracteres ambiguos. El for-
la muerte de Morandi y, en realidad, hasta el congreso de Venecia talecimiento organizativo de la dirección va acompañado, en efecto,
de 1957. Es el período de máxima estabilidad del «círculo interno» de su rápida conversión en parte del grupo parlamentario 70.
del partido. El examen de la composición de la Dirección Nacional Finalmente tampoco el control sobre las organizaciones afines
en el período de tiempo que va de 1945 a 1965 muestra que, «el podrá nunca considerarse realmente asegurado. Por ejemplo, la rama
período de mayor estabilidad (... ) es el que va de 1949 al 1957, y co- socialista de las organizaciones sindicales, al no tener detrás el res-
rresponde a la fase en que el partido socialista desarrolló más lineal- paldo de una potente organización de partido, estarán condicionadas
mente una política (más o menos aceptable), con coherencia y sin siempre por la mayoría comunista (que es, por el contrario, el «bra-
sufrir aquellas crisis que habían caracterizado su historia anterior y zo sindical» de una institución fuerte).
caracterizarán igualmente la siguiente» 67. Por consiguiente, incluso en la fase de máxima cohesión de la
Es en esta fase cuando toman cuerpo los enérgicos intentos de coalición dominante (1949-1957) la vida faccional del partido segui-
Morandi por transformar el PSI en una fuerte institución, en un rá. En particular el grupo dirigente se verá obligado a enfrentarse
«partido de masas» según el modelo del PCI68• y es en esta fase constantemente con una minoritaria, pero aguerrida facción de de-
cuando la Dirección se convierte, frente al grupo parlamentario, en rechas con una base propia en la organización y entre las persona-
el órgano central del partido, y cuando se desarrolla un aparato lidades de nivel local.
burocrático central (que el PSI no había conocido anteriormente) a A partir del 57 la coalición dominante se disuelve, dando lugar
costa de la tradicional independencia de las secciones, y cuando se a una contraposición entre la derecha de Nenni, ligeramente mayo-
intenta, finalmente, establecer un control del partido sobre las orga- ritaria que está preparando el centro-izquierda, y una fuerte minoría
nizaciones afines. d~ izquierda. Será un momento que podemos definir como «bi-fac-
Y, sin embargo, el intento de Morandi fructifica sólo en parte. cionals , las dos facciones, cada una de las cuales es a su vez una
El aparato burocrático no llegará a igualar ni por cohesión interna, amalgama de una pluralidad de grupos, con una consistencia prác-
ni, menos aún, por sus dimensiones al del PC!. Como observaba
Zarinski en 1962, comentando las razones del giro de Nenni después 69 R. Zerinski, The Italian Socialist Party: A Case Study in Factional Conflict,
del 57, un atento examen de la burocracia del PSI nos muestra: «(... ) -American Political Science Review», LVI (1962), p. 389. Sobre las características de
la burocratización del PSI bajo Morandi ver además S. H. Barnes, Party Democracy:
Politics in an ltalian Socialist Federation, New Haven, Yale University Press, 1967,
67 F. Cazzola, Carisma e democrazia nel socialismo italiano, Roma, Edizioni Stur- pp. 138-139.
zo, 1967, p. 30. 70 Cfr. F. Cazzola, Carisma e democrazia del socialismo italiano, cit. Más en
68 Cfr. C. Vallauri, Morandi e l'organizzatione di partito, «Cittá e Regione», n." general sobre la organización socialista de la segunda postguerra F. Cazzola, Il partito
6 (1978), pp. 38-56 y, más extensamente sobre la acción política de Morandi, A. come organizzazione. Studio di un caso: il PSI, Roma, Edizioni del Tritone, 1970, y
Agosti, Rodolfo Morandi. Il pensiero e l'azione politica, Bari, Laterza, 1971. A. Landolfi, Il socialismo italiano, Cosenza, Lerici, 1977.
210 El desarrollo organizativo LoS partidos de oposición (II) 211

ticamente equivalente, se enfrentarán a lo largo de todo el cuerp ingún control directo (como el que su sólida implantación social
del partido de una forma que recuerda mucho al funcionamiento / narantiza al SPD, al PCI, o al PCI). Partidos que deben, pues, «adap-
los sistemas políticos bipartidistas 71. e g f d . ..
tarse» a lo que ocurre uera e sus respectivas orgamzacIOnes y que
Con el centro-izquierda y la nueva disponibilidad de recursos no están en condiciones de desarrollar, a diferencia de las institucio-
públicos que el acceso al gobierno garantiza y que son utilizables en nes fuertes, estrategias «imperialistas» de dominio sobre su entorno.
la lucha interna, una institución débil, como el PSI, se verá rápida- Son además partidos que tienen en común una débil coherencia es-
mente abocada a un fuerte fraccionamiento interno. En una evolu- tructural interna, un bajo grado de «sitematización»: es decir, son
ción paralela a la de su compañero de gobierno (la DC), durante el organizaciones que presentan una gran variedad de formas organi-
centro-izquierda, el PSI irá a un proceso de faccionalización aún zativas entre unas zonas y otras del país durante un largo período
mayor que en el pasado. Será también en esta fase cuando las fac- de tiempo (en los tres casos) y una sustancial indeterminación de las
ciones alcancen un máximo de institucionalización. fronteras de la organización (sobre todo el partido laborista y el PSI)
Con el final del centro-izquierda y el surgimiento de una amenaza de tal modo que a menudo no se puede distinguir dónde termina la
a su propia supervivencia política debida al avance electoral comu- . organización y comienzan las organizaciones afines.
nista de los años 1975-1976, el PSI experimentará, con el recambio Son partidos que se diferencian de los casos del SPD, del PCF
generacional del Midas (1976) -y los sucesivos ajustes internos de o del PCI sobre todo porque no consiguen desarrollar una burocra-
cuentas- una nueva fase de recomposición bajo la dirección de una cia central igual de fuerte. Antes bien, la organización burocrática
coalición dominante más cohesionada que las anteriores 72. Y aun- es prácticamente inexistente en la SFIO y en el PSI (hasta el período
que se producirán algunas transformaciones organizativas en la di- posbélico) y durante largo tiempo embrionaria en el partido laborista.
rección del «catch-all-party» ::-,con una mayor profesionalización y Una institucionalización débil arrastra consigo una serie de con-
una presencia más agresiva en el campo de los medios de comuni- secuencias. Los tres son partidos de facciones, de grupos organiza-
cación, la debilidad organizativa del partido no podrá ser eliminada. dos que se disputan, manteniendo cada uno entretanto una cierta
Sus causas se remontan a un lejano pasado. cohesión, el control del partido. La estructura de las oportunidades
es, pues, de tal tipo que imprime una orientación centrífuga al re-
clutamiento de las élites. Con la parcial excepción del partido labo-
Conclusiones rista, cuyas desigualdades internas están en función de la marcha de
las organizaciones patrocinadoras, existe una estrecha corresponden-
Los tres partidos aquí considerados representan todos casos de cia entre el sistema de las desigualdades internas y las desigualdades
institucionalización débil. Son partidos que tienen en común una sociales. En la SFIO, y aún más en el PSI, lo que determina la
fuerte dependencia respecto al ambiente en que se desenvuelven. d.i~tribución de las atouts, de los recursos de poder en la organiza-
Bien de organizaciones externas, en el caso del partido laborista (y cion, no es la lógica de la división del trabajo en una estructura
también, aunque en menor medida, en el caso del PSI); bien, en el burocrática. Es sobre todo el sistema de las desigualdades externas.
caso de la SFIO, de un ambiente electoral sobre el que no ejerce Los notables poseen un lugar que no tienen, por ejemplo, en el SPD.
La escasez de participación de tipo «profesional», está compensada
71 Sobre la dinámica de las facciones en este período vid. S. H. Barnes, Party por una dosis masiva de participación «civil», con predominio de
Democracy: Politics in an ltalian Socialist Federation, cit. p.e:sonalidades de prestigio, un típico efecto de una institucionaliza-
72 Sobre los cambios posteriores a 1976 vid. A. Panebianco, Analisi di una scon- cion débil. y el predominio de una estructura caciquil, implica una
fitta: il declino del PSI, en A. Parisi, G. Pasquino (a cura di): Continuitá e mutamento presencia mayor de incentivos selectivos de tipo clientelar que de las
elettorale in Italia, Bologna, 11Mulino, 1977, pp. 145-184, Y G. Pasquino, The ltalian
Socialist Party: An irreversible Declinei, en H. R. Penniman (ed.)., !taly at tbe Polls,
formas de retribución material propias de las burocracias.
Washington, American Enterprise for Public Policy Research, 1977, pp. 183-227. . Si los tres partidos presentan la característica común de una débil
* Ver más adelante capítulo XIV. (Nota del traductor.) Institucionalización, no faltan, sin embargo, las diferencias. El mo-
212 El desarrollo organizativo LoS partidos de oposición (Il) 213

delo originario del partido laborista, es el de un partido de legiti- FIGURA 6


mación «externa», es decir, de un partido que durante toda su vida Grado de cohesión de la
Sede del poder
sigue siendo el «brazo político» de una organización patrocinadora. organizativo coalición dominante
Por el contrario la SFIO es un partido de legitimación interna. El
PSI se sitúa a medio camino entre los dos: no es propiamente el Fuerte Débil
brazo político de una organización externa, pero tampoco es total- (Partido de (Partido de
tendencias) facciones)
mente independiente de las otras organizaciones del movimiento so-
cialista. Como indica su constitución inicial a base de una afiliación
Burocracia central (SPD) . +
Federaciones (SFIO) . +
de tipo indirecto, colectivo. Y aún más la constante ambigüedad de Secciones (SPI) . +
las relaciones entre partido y sindicato.
Otra diferencia tiene que ver con el grado de cohesión de la
coalición dominante y, por consiguiente, el grado de organización líderes sindicales (y, en la otra parte, entre la izquierda del partido
de las facciones internas. En el PSI, las facciones, al menos durante y la izquierda sindical). Estas alianzas cruzadas entre dos organiza-
todo el período de Turati, tienen una consistencia menor que las de ciones (que no se dan en cambio en la SFIO), permiten explicar, al
la SFIO, están menos organizadas y sus confines son más fluidos menos en parte, el carácter no excesivamente sólido de las facciones
(aunque no hasta el punto de poder ser clasificadas como tenden- en los dos partidos. En efecto, las relaciones de fuerza entre grupos
cias). Este es probablemente el resultado de la diversidad de estruc- se hallan sujetas, en las organizaciones «heterodirigidas», a cambios
turas organizativas de los dos partidos. En la SFIO, el esqueleto del de orientación política que se producen fuera de la organización del
partido son las federaciones (y las facciones tienen una sólida base partido en sentido estricto, que tienen lugar en otras organizaciones
para organizarse), mientras que en el PSI son las secciones (lo que (ya sea en el nivel nacional o local).
hace que las luchas entre las facciones sean más dispersas, menos Sin embargo, la analogía entre el partido laborista y el PSI no
fácilmente coordinables). debe ser llevada más allá de un cierto límite: la diferencia está en
Sobre esta base se podría, por tanto, establecer la hipótesis (pero que los sindicatos tienen un poder de intervención en las vicisitudes
se trata sólo de una hipótesis a falta de datos satisfactorios) de que internas del partido bastante superior al de las organizaciones sindi-
una estructura organizativa como la del PSI sitúa al partido, en cuan- cales italianas (incluso durante el período de Turati).
to a la cohesión de su coalición dominante (o, al revés, de sus fac- Termino este capítulo subrayando un último aspecto. Una de las
ciones) en una posición intermedia entre dos extremos: la fuerte diferencias evidentes entre los tres partidos más fuertemente institu-
cohesión garantizada por la existencia de una potente burocracia cionalizados (SPD, PCI y PCF) Y los otros tres (Partido laborista,
central (como en el SPD o el PCI) y la extremada división debida SFIO y PSI) examinados hasta ahora, es que sólo en éstos últimos
a la falta de una burocracia central aliada a una fuerte organización el grupo parlamentario juega un papel de primer plano, y es depo-
intermedia (como en la SFIO). sitario de una cuota de poder mayoritaria respecto a los otros «de-
Gráficamente esta hipótesis queda reflejada en la figura 6. partamentos» del partido (incluso en la SFIO en la que, sin embargo,
Esta característica aproxima en parte el caso del PSI al del partido s~ halla contrapesada por el poder de las federaciones). Es necesario,
laborista, en el que, como hemos dicho, las facciones no adquieren, SInembargo, guardarse mucho de dar el salto a la conclusión de que
excepto en los casos de crisis organizativas importantes, la rigidez y Un elevado nivel de institucionalización es sinónimo de predominio
el grado de organización detectables en otros partidos. En parte esto de .los dirigentes, y uno débil, de predominio de los parlamentarios.
puede deberse al hecho de que en ambos partidos (aunque más ní- EXIsten casos, que ahora pasaré a examinar, de partidos que combi-
tidamente en el caso laborista, donde se halla establecido incluso de nan, a causa de ciertas características de su modelo originario, un
modo formal, mientras que en el PSI lo está sólo informalmente y grado de institucionalización relativamente elevado con una situa-
en esbozo) funciona una alianza entre el grupo parlamentario y los ción de preeminencia del grupo parlamentario.
7. LOS PARTIDOS DE GOBIERNO

Premisa

Trateremos ahora de comprobar la validez de nuestro cuadro


analítico examinando el caso de tres partidos que llevaron a cabo su
proceso de institucionalización desde una situación «central» y no
periférica; partidos que conquistaron el gobierno nacional tras su
nacimiento (y antes de que se produjera su consolidación como or-
ganizaciones) y que permanecieron en él durante largos períodos de
tiempo. Como he mantenido anteriormente, el control del gobierno
?acional durante la fase de consolidación organizativa, debería, en
Igualdad de condiciones, favorecer una débil institucionalización de
los partidos. El hecho de disponer de los recursos públicos que el
c~ntrol del Estado pone en manos de los partidos gobernantes, cons-
tItuye a menudo un potente factor capaz de inhibir un desarrollo
organizativo «fuerte». Se trata de un resultado probable, pero en
absoluto seguro. Incluso en el caso de los partidos gobernantes la
presencia de ciertos rasgos del modelo originario (por ejemplo, un
d.esarrollo por penetración territorial, o bien, como se verá en el
SIguiente capítulo, un origen carismático) pueden predisponer al par-

215
216 El desarrollo organizativo LoS partidOs de gobierno 217

tido a convertirse en una institución fuerte. Junto a las características prácticamente ininterrumpidos (1886-1905, con un breve interregno
del modelo originario del partido, otros factores desempeñan Un liberal entre 1892 y 1894), pueden situarse en el polo opuesto del
papel de primer plano; en concreto los rasgos del sistema burocrá_ continuum: aquel en que la posibilidad de disponer los recursos pú-
tico del Estado y el grado de competitividad del sistema político. blicos es más bien escasa. A sistemas burocráticos distintos, y a tipos
Cuenta en primer lugar la cantidad de recursos públicos utiliza- diferentes de relación entre gobierno y burocracia, así como a dife-
bles para fines «privados» (para la lucha partidaria): cuantos más rentes niveles de intervención estatal en la economía, corresponden
recursos públicos tienen a su disposición, tanto menos necesidad distintos niveles de institucionalización en los partidos. .
tienen los líderes de promover un proceso de fuerte institucionali- El segundo factor que desempeña un papel de cierto peso, es el
zación. En los casos en que, por las características del sistema bu- grado de cornpetitividad del sistema político. La Democracia cristia-
rocrático, existe una máxima disponibilidad de recursos públicos a na alemana (hasta la revisión ideológica planteada por el SPD en Bad
distribuir en forma de incentivos organizativos, como es el caso del Godesterg) y la italiana, son organizaciones que durante largo tiem-
spoil system ,~(lo que de por sí contribuye en gran medida a explicar po no tienen que soportar un desafío real por parte de los partidos
ciertas características genéticas de los partidos estadounidenses), es de la oposición; o, en otros términos, no sufren ninguna amenaza
fácil prever unos partidos de gobierno débilmente institucionaliza- creíble a su condición de partidos de gobierno en su fase de conso-
dos: la amplia disponibilidad de recursos públicos no estimula un lidación organizativa. Los conservadores británicos en cambio per-
desarrollo organizativo fuerte; los líderes no están interesados en la ciben constantemente la amenaza que supone la presencia de un
creación de una burocracia de partido, y los incentivos selectivos competidor creíble (los liberales).
pasan por otros cauces (los del gobierno). Por el contrario, allí don- El análisis organizativo de los partidos de gobierno es siempre
de la burocracia es de características opuestas, poco susceptible de más difícil, choca con dificultades mayores que el análisis de los
ser colonizada (por ejemplo, por tratarse de una organización po- partidos de la oposición. Ante todo porque siempre forman parte de
tente respecto a los partidos, con un fuerte espíritu de cuerpo ~":', la coalición dominante del partido, hombres cuyo control sobre éste
según el modelo prusiano), y hay pocos recursos públicos disponi- dependen de su desempeño de roles fuera de la organización. Cuan-
bles, deberemos esperarnos, si las demás condiciones del modelo do un partido está en el gobierno -y cualquiera que sea el equilibrio
originario no varían, un desarrollo organizativo más decidido de los de poder entre el grupo parlamentario y los dirigentes del partido-
partidos del gobierno: al no disponer de recursos alternativos, los los hombres que integran el ejecutivo forman parte siempre de la
líderes tienen que desarrollar la organización de partido. Entre un coalición dominante: el primer ministro y, por 10 menos, todos los
máximo y un mínimo de posibilidades de aprobación de los recursos ministros que se hallan al frente de los departamentos más impor-
públicos, hay una serie de grados y posibilidades intermedias, según tantes. Del mismo modo que siempre forman parte de la coalición
los distintos regímenes políticos y las distintas épocas históricas. Por dominante del partido a nivel «local» --cuando se ocupa el gobierno
10 que los partidos de gobierno pueden «clasificarse. a 10 largo de ~unicipal- los alcaldes y a veces también otros cargos representa-
un continuum que va desde un máximo hasta un mínimo de utiliza- tIVOS.Esto complica notablemente las relaciones internas del parti-
ción privada de los recursos públicos. La DC italiana es, entre los do: algunos individuos pueden disponer de recursos fuera de la or-
aquí examinados, el partido de gobierno que goza de una máxima ganización que son utilizados dentro de ella, en competencia con los
disponibilidad sobre el botín que esta situación proporciona. Los demás líderes del partido. Por otra parte pueden darse dos posibili-
conservadores ingleses, que están en el gobierno durante el período ~ades: que todos los ministerios clave sean controlados por miem-
de su consolidación como organización a lo largo de veinte años ~os de la coalición dominante o bien que estén divididos entre
dIcha coalición y los líderes, o algunos líderes, de la oposición in-
* Nota del Traductor. La traducción de este término es difícil. Los especialistas en terna. Si se da este último caso la estructura de las relaciones de
sistemas electorales suelen utilizar el término «sistema de expolio». Poder en el partido se hace aún más complicada: las divisiones que
,'* En francés en el original. surcan el partido no sólo se reflejan en el gobierno, sino que esa
218 El desarrollo organizativo 219
¡,os? artidos de gobierno

confrontación entre mayoría y oposición dentro del gobierno (entre 110 organizativo al carácter del partido como partido de «opo-
hombres que controlan núcleos institucionales dotados de autono_ desarr 0 . l .
· ., » o «de gobierno», este rasgo ejerce en cua qUler caso, una
mía: los diversos sectores de la burocracia que dependen de cada SICIon . .. f
· a influencia. Los partidos llegan a ser msntuciones uertes o por
ministerio), reacciona sobre la organización del partido, sobre su
~;e~ontrario .déb.iles en ~nción sobre :o~o d~ lo.s c~racteres de s~
dinámica interna. Jllodelo origmano y de ciertas caractensucas institucionales y polí-
El segundo factor que hace complejo el análisis organizativo de · de su entorno. Sin embargo, como ya sabemos, pueden darse
un partido de gobierno viene dado por la tendencia de los grupos t1~a~ntosniveles de institucionalización organizativa. Si dos partidos
de interés a tener, «naturaliter», en este tipo de partidos su punto d ISU di" .
ven impulsados por las características de su mo e o ongma~lO
de referencia. Incluso un partido de oposición sufre la presión de, y hs .a un elevado nivel de institucionalización, pero uno se consolida
desarrolla relaciones de intercambio con, muchos grupos de interés. aCI
o partido de oposición y el otro como parn id o d e go biterno, e1
Pero nunca en una medida comparable a los partidos de gobierno. com d d . " .
resultado más probable será que el parti o e OpOSIClOnexpen~ente
Los grupos de interés se «aglutinan» en torno a aquellos partidos a mayor autonomía respecto al medio y una mayor coherencia en
que por su situación institucional pueden intercambiar ciertas medi- un d b'
sus estructuras internas que el partido e go terno.
das o actuaciones de las instituciones estatales, contra los recursos, La segunda consecuencia de este razona~i~~to es qu~ in~lus.o los
financieros y de otro tipo, que los diversos grupos controlan. Y partidos que se han des~rrollado en la OpOSIClOncomo ~nStltuclOnes
puesto que los grupos de interés a menudo estrechan lazos, no con fuertes, tienden a expenmentar procesos al menos parclal.es de des-
el partido en su conjunto, sino con actores y grupos concretos den- institucionalización cuando llegan al gobierno, o se aproxIman a ese
tro de él, el resultado es una fragmentación de la coalición domi- umbral. Análogamente, los partidos de gobierno más débilmente
nante del partido (sus diversos componentes desarrollan intereses institucionalizados, una vez que pasan a la oposición, se encuentran
distintos en función de su «especialización», de la relación privile- ante la alternativa, o de disgregarse a causa de la pérdida de control
giada que establecen con unos grupos u otros fuera de la organiza- sobre los recursos públicos, o de convertirse en institucio~es fuertes.
ción). La conexión con la burocracia, por una parte, y con los gru- En este capítulo examinaré la formación de .tr~s «partl~os ?ob~r-
pos de interés, por otra, comporta tendencialmente un proceso que nantes», Dos de ellos (la CDU y DC) se convirtieron en msntucio-
podemos definir como la multiplicación de los secantes marginales: nes débiles y sólo uno (el partido conservador británico) ex~~rime~-
a saber un gran número de líderes en los diversos niveles, establecen tó un proceso de fuerte institucionalización. Esta comparación, .aun
relaciones privilegiadas de intercambio con una pluralidad de nú- más que las anteriores, suscita delicados problemas, tanto sustantrvos
cleos organizativos fuera del partido y pueden usar estas relaciones como de método, que es preciso tener presentes.
con los diversos segmentos del entorno de la organización, como Dos de los partidos examinados, la CDU y la DC, nacen en la
atouts de poder en las relaciones internas. La consecuencia a menudo segunda posguerra y es ahí donde es preciso localizar los compo-
es una tendencia al debilitamiento, a la indeterminación de los con- nentes de su modelo originario. Sin embargo, como en el caso de
fines organizativos del partido. Hasta el punto de que es casi impo- muchas organizaciones que «parten de cero» en contextos ambien-
sible, de hecho, quiero decir no formalmente, establecer co? segu- tales que han sufrido rupturas institucionales --en nuestro caso cam-
ridad quién forma parte de la organización y quién no. Por ejemplo, bios de régimen político- existe el problema de la relación entre
los jefes de un potente grupo de presión externo, capaces de .c~~- estas nuevas organizaciones y sus predecesoras. Tanto la CDU como
trolar diputados y ministros y de influir decisivamente en las VICISI- la DC tienen antecesores (respectivamente, el Zentrum católico y el
tudes internas del partido ¿pueden ser considerados realmente como Partido Popular) que operaron en los regíemenes preautoritarios. Y
extraños a la organización? La indeterminación de las fronte.ras ?,r- aunque es un problema que se plantea más en la DC que en la CDU,
ganizativas es uno de los síntomas típicos de una institucionaltzaclOn es indudable que en este caso sería preciso retrotraer algunos ele-
débil. Lo que implica dos consecuencias. En primer lugar que, :~n- mentos del modelo originario a aquel pasado y, buscados entre las
que sea erróneo atribuir el papel de causa principal de un específicv Continuidades (sobre todo de las clases dirigentes), que subyacen y
220 El desarrollo organ' . 221
lZatlvo

que, a través del interregno autoritario, enlazan a la vieja orga . un partido nuevo, no la heredera del viejo Zentrum católico l. Al
. , con 1a nueva. E s un pro bl ema que no h e po d ido tratar nlZa_
cion a ' ~al de la guerra el Zentrum se halla ampliamente desacreditado,
pero que claramente reviste una cierta importancia para la defini ~~I, IIlO la mayor parte de los partidos de la época de Weimar. Con
de las condiciones d~ partida, originarias, de estas organizacione~.I~~ d fin del conflicto los políticos conservadores tratan, por tanto, de
s~?undo probl~ma tiene que ver ~o.n.~l partido conservador y tam- dar vida a un~ organi~ac~ón política nueva .. Tan es así que el Zen-
bien se halla ligado al de la definición del modelo originario. L tyNm intentara reconsntuirse en competencia con la CDU, aunque
opción que hemos tomado en este caso ha sido la de partir del sin éxito 2. La novedad es que el CDU es un partido pluriconfe-
momento en que la élite parlamentaria de los conservadores se trans- sional que recoge tanto a católicos como a prostestantes. La necesi-
forma en un partido político moderno. Y ello porque solamente los dad de mantener un equilibrio entre las dos confesiones explica por
partidos políticos modernos, que en cuanto tales disponen de una qué la influencia de las organizaciones religiosas sobre el nuevo par-
organización extraparlamentaria nacional (no importa si sólida o frá- tido es fuerte, pero no excesiva 3. Los líderes del partido se ven
gil), son objeto de análisis en este trabajo. Sin embargo, el origen obligados constantemente a impedir una ruptura organizativa que se
del partido conservador, en la subespecie grupo parlamentario, se produciría inevitablemente, a causa de la división entre católicos y
remonta a un período muy anterior y por lo menos algunos elemen- protestantes, si una u otra iglesia demostraran ejercer un peso hege-
tos del modelo originario de este partido habría que ir a buscados mónico sobre las opciones políticas del partido. Por tanto, y desde
bastante más lejos en el pasado, cosa que era imposible hacer aquí. este punto de vista, la CDU se desarrolla con caracteres al menos
Lo que importa sobre todo es que mientras la CDU y la DC se en parte distintos no sólo respecto al viejo Zentrum sino también
consolidan como partidos de gobierno en una etapa de expansión de respecto a los demás partidos democristianos (incluida la DC italia-
la intervención del Estado en las economías nacionales y pueden na). Aunque las organizaciones religiosas tienen un cierto peso en
disponer por tanto de un conjunto de recursos (estatales) que faci- la vida del partido, no es superior al de otros muchos grupos de
litan su débil institucionalización, el partido conservador se conso- interés. Desde este punto de vista la CDU puede ser considerada
lida en cambio en una fase de capitalismo de libre competencia (fi- como un partido de legitimación interna. Esta característica debería
nales del siglo XIX) y no organizado mediante la intervención del p.redisponer por sí misma a la organización a un desarrollo institu-
Estado; y por tanto, en condiciones «ambientales» muy distintas de cional «fuerte» si no se hallase ampliamente compensada y anulada
las de la posguerra europea. Además del carácter tradicionalmente por la intervención de otros factores y en concreto:
competitivo, adversary, de la democracia inglesa (que obliga al par- 2. Un nacimiento por difusión territorial prácticamente en es-
tido del gobierno a no bajar nunca la guardia, a no renunciar a una tado puro. Las agrupaciones locales y regionales del partido nacen
fuerte organización de partido), aquél es un factor que hay que tener y se consolidan autónomamente, sin ninguna coordinación central y
en cuenta para explicar los diferentes resultados en materia de orga-
nización. R I S~bre el papel que jugó el Zentrum durante la república de Weimar, cfr. G. E.
Us;onl, La crisi di Weimar, Torino, Einaudi, 1977.
P. . Sobre la formación del sistema político de la república federal, vid. T. Burkett,
Can/es and Elections in West Germany, The Search of Stability, London, Hurst and
o.' 1975, y K. W. Deutsch, E. A. Nordlinger, The German Federal Republic en
La unión cristiano-demócrata R C M idi ,
Ci'ff' acn. IS, R. E. Ward (eds.): Modero Political Systems: Europe, Englewood
13 s, Prentlce-Hall, 19682, pp. 301-450.
Los factores constitutivos del modelo originario de la CDU pue- Un aspecto importante de la relación entre las iglesias y la CDU es que los
protestante
lo . s se h a11an, a su vez, diIVIidid1 os en d os ramas: los luteranos y los calvinistas.
den sintetizarse del modo siguiente:
s pnmeros, de orientación más conservadora, sostendrán sin fisuras a Adenauer,
en alIanza
. con 1os cato'l' ICOS. L os segun d os, en cam bi10, representarán en distintas
1. Una legitimación que es sólo en una mínima parte «externa», ~~Iones un foco de tensión en la CDU a causa de su orientación política, más
a diferencia de la mayor parte de los partidos confesionales. La CDU lena a las Influencias ideológicas de la izquierda.
fLAe '0 • tjl~LIOTECA
,_.

rtidos de gobierno 223


222 El desarrollo organiza' tlVo Lospa

con esc.a,sísimoscontactos horizontales en~re unas zonas alemanas de po de Berlín: sus líderes (Andreas Hermes primero y Jacob Kai-
ocuI?acIOn Y otras. Entre el 45 Y ~l 50 (ano en que se constituye el ~ después) tratarán sin éxito de explotar su inicial ventaja organi-
partido a nivel federal) las agrupaciones locales e intermedias (regio- setiva para asumir la dirección de todo el partido. Y de hecho Her-
nales y de zona) se desarrollan y se consolidan como poderes autó- :es es el que organiza en el otoño de 1945 en Bad Godesberg, la
nomos. Este desarrollo explica el carácter federativo de la futu primera conferencia del partido encargada de recoger a todos los
• " 4 ra grupos locales y regionales surgidos entretanto. Sin embargo, Her-
orgamzacIOn .
3. Un desarrollo organizativo que va acompañado por el cre- mes, que ha tenido choques con el mando soviético en Berlín, no
ciente prestigio, en el país, de Konrad Adenauer: un «carisma de obtendrá la autorización necesaria para llegar aBad Godesberg y no
situación» que al sumarse a un desarrollo por difusión territorial conseguirá, por tanto, dominar la reunión. Las únicas decisiones de
contribuye, como veremos, a producir el resultado final de una ins- un cierto relieve que se toman en Bad Godesberg son en cualquier
titucionalización débil. caso la adopción del nombre del nuevo partido (Unión Cristiano-
4. El hecho de que la formación del grupo parlamentario y la Demócrata) Y la creación de una «oficina de enlace» con la tarea
constitución de un gobierno con predominio democristiano, tengan (que se quedará sobre el papel) de coordinar las diversas agrupacio-
lugar antes de la unificación de las diversas organizaciones en un nes. Un «centro» capaz de monopolizar el control del desarrollo
partido federal. organizativo del partido no puede surgir en esta fase tanto por las
dificultades de comunicación entre las distintas zonas de ocupación
El examen de la fase primigenia de desarrollo del partido es, como por la nula disposición de los líderes locales a aceptar un
como en muchos otros casos, crucial para comprender cuál es la poder superior. La «suerte» de la CDU en cuanto organización está
lógica del funcionamiento de la organización durante toda la época echada ya desde los primeros compases. Los procesos más impor-
(1949-1969) en que la CDU mantendrá el control del gobierno nacio- tantes tendrán lugar, en efecto, no a nivel nacional, sino a nivel de
nal. zona. Sobre todo en la zona inglesa, donde Adenauer, en el trans-
El embrión de lo que será posteriormente la CDU se crea inme- curso de unos pocos meses, surgirá como líder indiscutido, además
diatamente después del final de las hostilidades, bajo el régimen de de principal y más prometedor interlocutor de los aliados (de forma
ocupación, por propia iniciativa de una pluralidad de grupos políti- no muy distinta a lo que ocurre con De Gasperi en Italia) en razón
cos de un extremo a otro del país 5. El primer grupo que consigue del fuerte impulso que consigue dar a la organización de la CDU
dotarse de una organización local de una cierta solidez (incluso con e~ su zona. La organización de la CDU de la zona inglesa será el
el apoyo del sindicato cristiano en trance de reconstitución) es el nu.eleo más importante del futuro partido federal. Adenauer, en esta
prImera fase, conseguirá hacer un uso «privado» del partido, con lo
que la secretaría de la CDU en esta zona (controlada por hombres
~ La existencia de zonas de ocupación, al dificultar las comunicaciones, es cierta-
mente la causa inmediata del desarrollo autónomo de las distintas organizaciones
de ~onfianza de Adenauer) desempeñará informalmente durante el
periféricas de la CDU. Sin embargo, hay que recordar que este factor opera en un perIodo 1948-1950, las funciones de secretaría nacional del partido
contexto nacional históricamente caracterizado por enormes diferencias regionales de ~n su conjunto. Adenauer surge rápidamente como líder de la zona
tipo sociocultural, que por sí mismas tienden a empujar a las organizaciones que allí lllglesa durante 1946, gracias también a su imagen de hombre «nue-
nacen a incorporar y a reflejar en su seno estas diferencias (con el resultado de
~o»: no ha desempeñado ningún papel político de alcance nacional
«autonomizar» a las organizaciones periféricas, entre sí y respecto al «centro» nacio-
nal). Este fenómeno, naturalmente, opera también en el SPD, pero en este caso se u,ra.ntela República de Weimar, y no participa, por tanto, del des-
compensa por la existencia de un fuerte aparato central. credIto que comparte la vieja guardia. En pocos meses se convierte
5 Para esta reconstrucción me he basado esencialmente en A. J. Heidenheimer, e~ ~l líder indiscutido del partido en Renania. La escalada ha sido
Adenauer and the CDU. The Rise o/ the Leader and tbe Integration o/ the Party, ~:Plda gracias a qu~ A?en.auer con~i~ue unir con habilidad intereses
TheHague, Martinus Nijoff, 1960, y G. Pridham, Christian Democracy in Western
Germany. The CDUICSU in Government and Opposition, 1945-1976, London,
versos: desde el sindicalismo católico hasta los conservadores pro-
Croom Helm, 1977. testantes. Al aliarse con el lider del CDU en Westfalia, Holzapgel,
224 El desarrollo organi~ . 225
~atlVo

unifica en torno a sí a toda la organización. El acuerdo Aden ntra de la línea defendida por los berlineses, no nace todavía
Holzapgel permite a los organizadores del partido en Rena~~er- en c~erdadera organización nacional. El mismo Adenauer va a K6-
Westfalia construir y posteriormente hegemonizar la organizal~'y ~a tein con la intención de bloquear cualquier intento de centrali-
. Con
de zona. Se crea un Consejo de zona, controlado por Adena JlI~ ón susceptible de desautorizar o debilitar a los líderes de cada
l
como órgano deliberante y ejecutivo del partido para toda la z~er, zac a Los demás líderes regionales actúan con idéntico objetivo. La
inglesa. La secretaría del Consejo, confiada a un hombre suyo ]n~ d;e· del fracaso .de ~6nigstein es pues, una vez m~s, U? nacimiento
seph Lóns, desplegará todo tipo de esfuerzos para homogeni;ar o por difusión territorial en estado «puro»: las orgamzaclOnes locales,
coordinar desde un único centro a todas las agrupaciones locales y regionales Y de zona, que han nacido y se han consolidado cada una
regionales de la zona. En 1947 la CDU de la zona inglesa será
la mejor organizada de todo el país.
la por su cuenta, y s~s líde~es, no ~stán dispue.stos a .ceder su poder
organizativo a una mst.anCla superIor. El Arbeltgemetn~chaf: no c~n-
Durante 1946 el desarrollo organizativo del partido a nivel local seguirá nunca. convertirse en el «centro» de la .0rgan.lzaclOn nacio-
y estatal avanza de forma totalmente autónoma, sin ningún control nal. Seguirá Siendo a lo largo de su corta existencia (1947-1950)
o coordinación central. Los diversos líderes de zona, y Adenauer en un organismo débil, totalmente falto de autoridad, dependiente,
primer lugar, están más interesados, en esta fase, en consolidar sus hasta para su financiación, de la buena voluntad de los líderes regio-
respectivas organizaciones (y su propio control sobre ellas) que en nales.
dar vida a un organismo nacional efectivo. El primer impulso hacia Así pues, ya en esta fase se desarrollan los rasgos que caracteri-
una mayor coordinación a nivel nacional viene de fuera: a saber, la zan a la CDU y que permanecerán invariables hasta la reforma or-
rápida reorganización del SPD bajo la dirección de Schumacher en ganizativa de los años setenta: la financiación, la afiliación, la crea-
los años 1945 y 1946 6. La reconstitución de la socialdemocracia en ción de los staff burocráticos, se producen no a nivel nacional, sino
forma centralizada según el modelo de la etapa anterior al nazismo en las organizaciones de los Ldnder: la organización no es otra cosa
es rapidísima. El SPD representa ya a fines de 1946 un competidor que un conjunto de poderes autónomos e independientes cada uno
peligrosísimo para la CDU. y este desafío obliga a los notables de de los cuales va consolidándose por su cuenta. Paradójicamente en
la CDU a intentar una primera unificación. En noviembre de 1946 esta fase, el elemento que aglutina las lealtades «nacionales», es la
se desarrolla en Francfurt una reunión preparatoria entre los diver- confrontación entre la izquierda de Kaiser y la derecha de Adenauer.
sos líderes con el objetivo de coordinar los esfuerzos frente al ene- Entre otras razones porque los propios grupos que giran en torno
migo común. Y ya en Francfurt estalla el conflicto entre los dos al partido, desde los sindicatos a las asociaciones religiosas y los
líderes más prestigiosos que se hallan al frente (o precisamente por medios empresariales y financieros se van agrupando en torno a
ello) de los dos grupos más organizados: Adenauer y Kaiser, de la aquellos sectores del partido que tienen como líder de opinión a
organización de Berlín. Lo que está en juego es el liderazgo del ambos políticos. En 1947 Y por iniciativa de los ingleses y america-
partido a nivel nacional. El pretexto principal es el problema de la nos, se constituye la primera asamblea legislativa interzonal: el Con-
nacionalización de la industria pesada del Ruhr. Kaiser y la izquier- sejo Económico de Francfurt. En ésta el SPD y la CDU se hallan
da, apoyados por los sindicatos, están a favor. Adenauer, que en este representados paritariamente (cuarenta representantes cada uno). El
punto aglutina tras de sí al centro-derecha de la CDU, además de grupo parlamentario, por tanto, se forma antes que la organización
los ambientes empresariales, está en contra. En febrero de 1947 ~e ~aclOnal. Es interesante anotar que el desarrollo organizativo de la
llega finalmente a la celebración, en Konigstein, de una conferenCia E DU presenta caracteres simétricamente opuestos a los del SPD.
nacional. Se constituye un órgano central (el Arbeitgemeinschaft) ~te ~: reconstituye rápidamente y a fines del 1946 es ya una orga-
cuyo primer secretario es Bruno Dórpinghaus, de Francfurt. Pero, n~~.aclOn importante. Su fuerza organizativa le permite establecerse
;0¡,ldamente en los organismos representativos de carácter local y en
~ayoría de los Lander, La CDU por el contrario es demasiado
• Sobre este proceso vid. D. Childs, From Schumacher to Brandt. The Story o[
German Socialism, 1945-1965, Oxford, Pergamon Press, 1966. ebll a nivel local para poder competir con el SPD. y debe, por
.•..
226 El desarrollo organizativo artidos de gobierno 227
¡.osP
tan,to, orientar ~~das. ~us cartas ~ la conquista del gobierno central 7 [ller federal. De este modo, «a fines de 1949 la CDU se encontró
ASI pues, la unificación del partido se retrasa tanto por la resiste .:
de los notables a nrve. 11 oca 1 como por el hec h o de que el probl neIa
del liderazgo a nivel nacional no se ha solucionado todavía. A ~a
e r
c:anfacuriosa situación de conquistar el gobierno sin haberse unido
rrnalmente aún en un partido» 8. Todavía en ese año Adenauer
~aza los proyectos, sugeridos desde diversas instancias, para la
largo de 1948, uno de los obstáculos, la rivalidad Kaiser-Adenau ro nsútución de un verdadero partido federal. Teme aún que por esa
desaparece. El choque entre los dos líderes se resuelve en el cur: , '?a puedan reunirse los distintos líderes de la oposición interna (Wer-
111 de aquél año, en favor de Adenauer. En efecto, en 1948, con el :e; Hilpert, de Hessen, Günther Gerke de la Baja Sajon~a, Kaiser,
bloqueo de Berlín y la unificación administrativa -con carácter in- de Berlin, etc.) que, por el momento, y ante la ausencia de una
dependiente-- de las zonas controladas por los occidentales, queda organización nacional, se hallan dispersos e incapaces de coordinar-
ya claro que la unificación alemana (defendida por Kaiser) es impo- se. Sólo en 1950, su control del gobierno central se habrá consoli-
sible. La línea política favorable a una unificación política que deje dado lo suficiente para perrnitirle afrontar sin riesgos la constitución
fuera, al menos temporalmente a la zona soviética, y que es defendida del partido. Por esa época en efecto, «los inmensos recursos que, para
por Adenauer y por los medios industriales y comerciales, aparece el desarrollo de una labor de patronazgo, pone a su disposición el
para todos como la única posición realista. Por otra parte Kaiser gobierno federal, le situan en una posición extremadamente fuerte» 9.
pierde también terreno ante la neta oposición de la Iglesia católica El congreso de constitucióndel partido federal se convoca final-
a sus propuestas más avanzadas de reformas económicas y sociales. mente en Goslar en octubre de 1950. En él adopta el partido sus
Adenauer en parte por su habilidad para establecer las oportunas primeros estatutos y se organiza sobre una base federal.
alianzas con los diversos grupos de interés, y en parte favorecido A pesar de los retoques que se producirán con el tiempo, la
por las circunstancias, es ahora el único líder delpartido con aliento fisonomía organizativa decidida en Goslar (que en realidad viene a
y notoriedad nacionales. Y es, por tanto, el hombre en cuyo favor ratificar simplemente las relaciones de fuerza existentes en la orga-
los aliados occidentales juegan todas sus cartas. En junio de 1948 nización del partido) está destinada a durar prácticamente hasta la
Adenauer, puede, sin encontrar una resistencia apreciable, autonorn- reorganización que se produce, después de 1969, con el paso a la
brarse presidente de un nuevo organismo nacional del partido cons- oposción. Se trata de una organización que recuerda en ciertos as-
tituido ad hoc: la Confederación de presidentes de los Lünder- La pectos a la de la SFIO:
alianza entre el futuro canciller y presidente del partido, y los líderes
. a) El partido tiene una estructura «federal», que refleja a un
de las organizaciones estatales, que será la coalición dominante del
tIempo su nacimiento por difusión territorial y su adaptación a la
partido en los años cincuenta, queda así constituida. El partido lle-
estructura federal del Estado alemán. Dicha estructura implica una
gará, por tanto, a las elecciones de 1949 con un organismo de co?r-
fuerte autonomía de las organizaciones intermedias, y la ausencia de
dinación efectivo, integrado por los líderes regionales y con un úrnco
Un Control centralizado de la organización. Durante los veinte años
punto de referencia a nivel nacional: Adenauer. Tras las elecciones,
que permanezca en el gobierno, la CDU no se verá sometida a nin-
Adenauer convoca «privadamente» (en la llamada conferencia de
guna presión real que la empuje a desarrollar una organización fuer-
Rhóndorf) a 25 líderes regionales selecionados entre los más favora-
~e. Gracias a sus estrechos lazos, por un lado con la burocarcia
bles a su liderazgo. En aquella reunión, a la que no son invitadOs
e~eral, y por otro con una pluralidad de grupos de interés (y en
los líderes de la izquierda que están presionando, con el aporo de
Prt~~r lugar con las organizaciones empresariales), que ponen a dis-
los sindicatos, en favor de un gobierno con el SPD, se deCIde la
POSICIónde los líderes del partido una considerable cantidad de re-
futura coalición de gobierno cuyo principal copartícipe será el FDP,
cursos utilizables en la competición política, la CDU mantiene el
el partido liberal. En septiembre de 1949, Adenauer se convierte en

A. J. Heidenheimer, Adenauer and the CDU. The Rise of the Leader and tbe
7

Integration of the Party, cit., p. 152 Y ss.


---
: Ibidem, p. 187.
lbidem, p. 190.
228 El desarrollo or . 229
garul.ati"o

carácter de asociación electoral integrada por una pluralid d


pos poco amalgamados entre sí y aglutinados sólo po a de gru-
..
. d
.,
Ud
1 b f'
partlclpaCIOn en os ene icios del gobierno, además de
r su COrn'
1 Un
;'a de estas organizaciones intermedias, y el «centro» no tiene nin-
posibilidad de establece~ contactos directos con la "periferia».
J)uraJlte años los líderes regionales conseguirán abortar todos los
sencia e un er como A enauer que es el punto de r por
d f a .p re-
intentoS que hag.a el c~ntro extraparlamentario para reforzarse. Lle-
.. , d d e erenCla d
1a opuuon mo era a en Alemania. e garán inc1us~ a Impedir, durante u~ Jarguísimo período, la forma-
I I b) La Fraktion, el grupo parlamentario del Bund ción de un fichero central de los afiliados, negándose a suministrar
. f 1 estag es
---como siempre que a ta una burocracia extraparlamenta' f' la lista de sus propios afiliados.
' . 1 na uer,
te- e 1 organo naciona «central». Su poder organizativo se .
·· doo por oosi " d ormnante
oor Iaa poslclon . Junto con el presidente del partido, por fin, los líderes regionales
em b argo, 1Imita de la élite m" ve, SIn . 1
(compuesta controlan, por imperativo de los estatutos, los dos principales orga-
compuesta · en ese perí
en ese penodo por hombres de confianza de AdeIOlstena nauer ) nismos nacionales: el Comité federal (Bundesansschuss) y el ejecuti-
P or otro 1~do se halla bajo ~~ntrol ~el canciller que, además, se h~
vo federal (Bundesuorstad).
h.e,cho ele~lr en Gosla~ también presidente del partido. Otra limita-
Un partido con esas características es una organización que nun-
CIOn le Viene, a semejanza de la SFIO, de la presencia de líd
. di . 1d eres ca llegará a sobrepasar un nivel muy bajo de institucionalización. En
mterme lOS (a mve . e ~ada estado) sólidamente implantados a la
primer lugar se trata de un partido fuertemente dependiente de su
cabeza de unas orgamzaciones semi-autónomas.
entorno. Una dependencia que se manifiesta en la presencia directa
c) La organización extraparlamentaria es debilísima. El cuartel
de los grupos de interés en todos los momentos cruciales de la vida
general (el Bundesgeschdftsstelle) entra en funcionamiento en 1952.
de la organización. Por ejemplo, las organizaciones afines de indus-
Pero sólo tiene competencias administrativas y, además, de ámbito
triales, comerciantes o agricultores, participan directamente, a nivel
muy limitado; no tiene medios financieros propios y depende del
de los Ldnder, en la selección de los candidatos al parlamento 11.
apoyo de los líderes regionales. La organización no tiene siquiera un
C:0n la consecuencia de que un número siempre bastante elevado de
sistema central de afiliación. Las finanzas del partido son totalmente
d~pu~dos, estará integrado por representantes de grupos y/o orga-
Co?t:o~adas desde los niveles regional y local. La organización se-
mzaclOnes no integradas en el partido. Por otra parte, la financiación
gUlra SIO una estructura burocrática central, ni siquiera embrionaria,
d~ la organización depende de los grupos de interés. En efecto, no
dado que ni el canciller ni los líderes regionales desean un reforza-
~Io falta una afiliación a nivel central, sino que incluso a nivel re-
miento a nivel central del partido que podría condicionarles.
gIonallas cuotas de los afiliados no tienen mucho peso en el presu-
d) A una organización extraparlamentaria débil corresponde
~uesto del partido: por ejemplo, en 1961 sólo el 50 % de los afilia-
(como en la SFIO) una fuerte estructura intermedia. Los Landes-
I os e~t~ba en regla en el pago de las cuotas, frente a un 94 % de
uerbdnde, esto es las organizaciones regionales, son verdaderos feu-
os aflhados del SPD 12. Al tratarse de una organización electoral
dos, autónomos y capaces de enfrentarse con éxito a cualquier in-
car~nte de una estructura burocrática central, el partido es financiad~
gerencia desde el «centro». Tienen sus propias burocracias y sus
a Dlve.1na.cional por los grupos de interés y en primer lugar por las
propias fuentes del financiación 10. Las agrupaciones locales depen-
or~anlZaclOnes empresariales, sobre todo en el momento de las cam-
f.anas .el~~torales. Ni la regularidad ni la diversidad de fuentes de

-
10 Para un análisis detallado del sistema organizativo del partido vid. G. Pridham, InanclaclOn
de : . . ( como se recor d ara,' d os m
. diicadores de un alto grado
Christian Democracy in Western Germany, cit.,p. 97 y ss. Sobre el sistema de finan- e IOstltuclOnalización) caracterizan a la CDU 13
e
ciación vid. U. Schleth, M. Pinto-Duschinsky, Why Public Subsidies Have Becom
tbe Major So urce o/ Party Funds in West Germany but not in Great Britain, en A. 11 W ..
.
G ' L. Guttsman, Elite Recruument and Political Leadership in Britain and
J. Heidenheimer (ed.): Comparative Political Finance, Lexington, Heath and Co-. erman
British y sz~ce 1950: A Comparatzve Study o/ MPs and Cabinets, en 1. Crewe (ed.):
1970, pp. 23-49. De estos análisis resulta, entre otras cosas, que, en los años cincuenta,
12 ¿o~t~cal Soczology Yearbook, cit.,p. 93 y ss.
sobre un total de quinientos empleados, más de cuatrocientos trabajaban en las or-
IJ . ndham, Christian Democracy In Western Germany cit p 270
ganiz~cio~es perifér~cas, y los restantes se distribuían entre el cuartel general y las Cf U .. ' .,. .
orgaruzaciones próximas al partido.
Alaj Sr. . Schlerh, M. Pinto-Duschinsky, Why Public Subsidies Have Become tbe
or Ource o/ Party Funds in West Germany but not in Britain, cit.
LoS partidos de gobierno 231
230 El desarrollo organizativo

"1 tO, O representan a una pluralidad de grupos de interés (que man-


La dependencia respecto al medio que le rodea, se manifiesta
finalmente en el predominio de los notables en elliderazgo regional tienen posiciones contrapuestas entre sí), o son, como en Japón,
y local. La integración de las élites en la CDU es de tipo «horizoa, antiguos funcionarios de alto nivel con conexiones personales en la
tal». No se destaca en el partido haciendo carrera en él. Se entra en organización del Estado, o bien deben su propia elección, no a las
la organización, en general, a través de los cargos electivos, locales, decisiones del «centro» (ni siquiera del propio Canciller), sino a sus
estatales o federales, en virtud de una posición de prestigio, de Una vínculos con los líderes de las organizaciones regionales. En un par-
situación de privilegio fuera de la organización (notables locales, tido de estas características el prestigio de Adenauer y la común
representantes de grupos de interés regionales y/o nacionales) 14. A participación en los beneficios que se derivan del control del gobier-
una situación de fuerte dependencia respecto al medio, corresponde no federal, son los únicos factores que mantienen unida a las orga-
un grado de coherencia estructural interna muy bajo. Al faltar una nizaciones durante los años cincuenta. Al igual que en la SFIO la
burocracia central, un «centro» unificador capaz de controlar el de- coalición dominante estaba integrada por jaurés como líder parla-
sarrollo de las distintas áreas de la organización, el partido se desa- mentario, y por los dirigentes de las federaciones más fuertes, en la
rrolla en formas muy diversas de acuerdo con las condiciones de CDU está integrada por Adenauer, en su doble condición de can-
cada localidad (debido a la fuerte relación de dependencia respecto ciller y presidente del partido, y por los líderes de los Landesuer-
al medio y a la consiguiente indefinición de las fronteras de la or- biinde más potentes. Adenauer es a la vez el centro de identificación
ganización) y según las preferencias de los líderes regionales y/o simbólica de la organización, y el que controla la distribución de los
locales. En este sentido la diferencia crucial viene marcada por el beneficios materiales a nivel federal. Los líderes regionales, a la som-
hecho de que el partido esté en el gobierno o en la oposición en los bra del papel político que Adenauer desempeña a nivel nacional, son,
distintos Ldnder: si el partido está en el gobierno la coalición do- sin embargo, los verdaderos dueños del partido. La coalición domi-
minante a nivel regional está dirigida por los cargos públicos, si está nante, debido justamente a la extrema dispersión de los recursos del
en la oposición lo estará en cambio por los presidentes de los Lan- poder, funciona en base a un delicado equilibrio. A pesar de su gran
desuerbdnde. Las diversas organizaciones regionales se desarrollan prestigio Adenauer no conseguirá nunca imponer ninguna decisión
de modo distinto según la mayor o menor capacidad del SPD para contra la voluntad de los líderes regionales 16. Por ejemplo, cuando
competir electoralmente con la CDU. Donde el SPD se presenta en 1956 intente impedir la elección como vicepresidente de su pri-
como un competidor temible, la organización regional trata de es- cipal adversario (Karl Arnold) será clamorosamente derrotado por
tructurarse mejor. Mientras que cuando el SPD es débil y poco te- una mayoría dirigida por los principales líderes regionales. Las de-
mible la CDU tampoco se halla muy organizada. cisiones deben, por tanto, negociarse en el seno de la organización.
Como siempre ocurre en los partidos débilmente institucionali- Por otra parte, como demuestra justamente el caso Arnold, incluso
zados la dispersión del control sobre las zonas de incertidumbre en la época de mayor prestigio nacional de Adenauer, existirán siem-
organizativa es bastante elevada, y también, por consiguiente, la dis-
persión del control y de la capacidad de reparto de los incentivos
también explica por qué el grupo parlamentario de la CDU está unido al de la CSU,
organizativos. La coalición dominante no es precisamente un ejem- el partido cristiano-social de Baviera. Para no complicar el análisis, he soslayado el
plo de unidad. Lo que se refleja antes que nada en la escasa disciplina examen de este partido, pero es indudable que los líderes de la CSU forman parte
de la Fraktion, que se halla unida en torno a Adenauer y le sigue también (con posiciones a veces conflictivas, a veces de cooperación) de la coalición
sin rebelarse en sus opciones de política exterior, pero mucho menos d.Ominante de la CDU. Las relaciones entre ambos partidos están basadas en un
SIstema de intercambios muy complejo. Sobre la CSU vid. A. Mintzel, The Christian
en las cuestiones de política interior 15. Los parlamentarios, en efec-
Social Union in Bavaria: Analytical Notes on its Deuelopment, Role, and Political
Success, en M. Kaase, K. Von Beyme (eds.): Elections and Parties. German Political
14 Cfr. D. Herzog, Carriera parlamentaré e professionismo politico, «Rivista Ita- Studies, vol. 3, London and Beverly-Hills, 1978, pp. 191-225.
16 A. J. Heidenheimer, Adenauer and the CDU. The Rise of the Leader and the
liana di Scienza Politica», 1 (1971), pp. 515-544.
15 G. Pridham, Christian Democracy in Western Germany, cit., pp. 79-80, que lntegration of the Party, cit., p. 204.
...•

233
232 El desarrollo organizativo Los partidos de gobierno

pre en la organización grupos de cierta entidad, prestos para la re- La democracia cristiana italiana
vuelta, que se articulan en torno a alguno de los puntos neurálgicos
de la organización, y que utilizan las oportunidades que ofrece la La CDU es sólo hasta cierto punto la expresión política o el
existencia de una pluralidad de centros autónomos de poder. Sin braza secular de una institución religiosa. A ~iferenci~ del z.entrum
embargo, mientras Adenauer consiga garantizar el éxito electoral del atólico, la CDU se constituyó como un partido pluriconíesional, y
partido, seguirá funcionando un cierto modus vivendi, por precario ~Iimperativo de mantener el equilibrio ent~e las distintas. co~fes!ones
que sea, entre los diversos componentes de la organización. la convirtió en una organización dependiente de las msntuciones
A semejanza de los casos ya examinados de la SFIO y del PSI, religiosas (católicos ~ prote~tantes), pero. no más q~e respecto a los
la estructura interna de poder se mantendrá estable a lo largo de los grupOS de intereses industriales, comerciales, agranos, etc. La DC,
años cincuenta y sesenta gracias a la ausencia de proselitismo, a la como por otra parte todos los partidos monoconfesionales, es un
decisión de no ampliar las dimensiones de la organización: en 1954 caso distinto: se trata de un partido nacido directamente por volun-
hay 215.000 afiliados y en 1968, un año antes de la salidad del go- tad de una institución religiosa. La DC es un partido directamente
bierno, no se superan los 280.000. Habrá que esperar a su paso a la patrocinado desde fuera, en .una med!da m~c?~ mayor que la <?DU
oposición para que la CDU se convierta, en el transcurso de muy y al mismo nivel que el partido labonsta bn.tamco (en sus re~~ciOnes
pocos años, en un partido de masas con cerca de 700.000 afiliados. con el sindicato) o que los partidos comunistas (en su relación con
Durante la era Adenauer e incluso en los años posteriores, tanto el el Cornintern). Se trata, pues, de un partido de legitimación externa.
canciller como los líderes regionales optan por el estancamiento en Esta característica propicia un nivel bajo de institucionalización; un
materia de organización, e impiden cualquier extensión de la parti- resultado que, en el caso de la DCU, era más bien .el producto de
cipación interna susceptible de poner en crisis la estructura de poder un nacimiento por difusión territorial en estado casi «puro», favo-
del partido. Aquella paralización es también un medio satisfactorio recido por la división del país entre las distintas potencias de ocu-
tanto para el canciller como para los líderes regionales, de ejercer un pación. La DC es el producto de la postura del «máximo compro-
control sin fisuras sobre la organización. Con el declive político de miso» y «máxima participación» 18 planteada por la Iglesia en la fase
Adenauer (que se retira en 1963), y el aumento de la peligrosidad de transición que sucede a la caída del fascismo, con el fin de pre-
política del SPD, que después de Bad Godesberg se ha convertido parar una solución para el sistema político italiano en sintonía con
ya en un potencial partido de gobierno, el equilibrio de la CDU, sus propios intereses institucionales. . .
defendido durante tanto tiempo, comenzará a resquebrajarse. Se ini- La Iglesia no sólo se encargará de legitimar al nuevo partido, SInO
ciarán las presiones en favor de una «reforma del partido», y de su que le suministrará algunos recursos organizativos fundamentales y
transformación en una institución fuerte. Presiones ejercidas además en concreto:
por una nueva generación de líderes que empiezan a destacar y que 1. La red de asociaciones católicas, además de su propia estruc-
ven en la «reforma organizativa» un instrumento para liquidar a la tura de base (las parroquias), como soporte político que no sólo
vieja guardia. Mientras la CDU siga manejando los ingentes recursos asegura apoyo político desde fuera sino que también en muchos
públicos que le permiten el control del gobierno federal, estas manio- casos desempeña un papel supletorio: las parroquias y los «comités
bras estarán destinadas al fracaso. Sólo cuando se vea forzada a pasar cívicos» funcionan como organización electoral «de base» junto a,
a la oposición, la CDU podrá al fin dotarse de una estructura or-
ganizativa más sólida. Esta transformación, como siempre sucede
18 G. Poggi, La Chiesa nella politica italiana dal 1945 al 1950, en S. J. Woolf,
con los cambios en materias de organización, irá asociada a un cam-
Italia 1943/1950. La ricostruzione, Bari, Laterza, 1975, p. 271 Y ss. Vid. también, del
bio en la estructura de poder del partido 17. mismo Poggi, el análisis del papel de la Acción Católica, Il clero di reserva, Milano,
Feltrinelli, 1963. Vid. también A. Giovagnoli, Le organizzazioni di massa d'Azione
17 Sobre los cambios experimentados por la CDU tras su paso a la oposición, cfr. Cauolica, en R. Ruffilli (a cura di): Cultura politica e partiti nell'etá della Costituente,
el capítulo XIII. vol. 1, Bologna, Il Mulino, 1979, pp. 263-362.
Los partidos de gobierno 235
234 El desarrollo organizativo

y muy a menudo en sustitución de, la inexistente organización pe- . termediarios con el fascismo 21. Con mayor razón, la dependencia
Inue respecto a la Iglesia manifiesta 1a DC es Iortí .
ortisrma, en cuanto su
riférica del partido.
2. En segundo lugar la Iglesia suministrará el personal político q cimiento se debe a una intervención directa y decidida de aquélla.
na
El resultado es una débil institucionalización,
li
que se exp rca tanto
del que surgirá la clase dirigente democristiana; sobre todo el sector
juvenil, que se forma políticamente en la Acción Católica 19, así como por la presencia de una legit.ima.ción de orden ~xte~?o co~~ ~or un
los antiguos políticos del Partido popular. Ambos con estrechísimas desarrollo por difusión terntonal de la orgamzaclo? penfen.ca del
conexiones con la jerarquía eclesiástica. partido. Bajo la dirección y supervis!ón de la Iglesl~, las pnmeras
iniciativas parten del «centro»: el partido nace en realidad de la con-
Sin embargo, ni la legitimación ni el compromiso activo de una fluencia entre De Gasperi y el grupo lombardo de los neo-güelfos
institución externa, bastan para dar vida a un partido. Es necesario en una iniciativa conjunta durante el verano-otoño de 194222. El
también la presencia de empresarios políticos parcialmente autóno- primer órgano que. se constituye a .nivel central es una Com~s~~n
mos o dotados de la necesaria capacidad y autoridad para desempe- provisional, sustituida luego, a partir de 1943, por una Comzsto~
ñar un papel mediador entre la institución externa y los otros grupos directiva central y, finalmente, en 1944 y a propuesta de De Gaspen,
y organizaciones. Así como el partido laborista nace como organi- por una] unta ejecutiva. .
zación patrocinada por los sindicatos y, sin embargo, Hardie y Mac- La rápida y precoz constitución d~ los órganos n~C1o~~les n~ ~e
Donald (y en general el personal del ILP) juegan en él un papel corresponde con un desarrollo postenor de la orgamzacl~n. I?e~lfe-
decisivo, en la creación de la DC Alcide de Gasperi tiene una fun- rica por penetración territorial. En los años 1944-1945 las ml~lati:as
ción análoga, por su condición de máximo exponente del catolicismo para constituir el partido en las diversas zonas, se producen s~n n.I?-
liberal 20. Será precisamente De Gasperi el empresario político que, guna coordinación a nivel central. Se trata de un pr~ceso de ~lfuslOn
aliado con la institución externa, dará el mayor impulso a la creación territorial que se extiende como una mancha de aceite a medida que
de la organización, a la definición de sus metas ideológicas y a la las distintas regiones italianas van siendo liberadas de la ocupación
selección de su base social. alemana. Por otro lado, la creación de las organizaciones democris-
Sin embargo, la institución externa (como en el caso laborista o tianas de ámbito local es muchas veces el fruto no de la acción de
en el de los Partidos comunistas) conservará, por lo menos en última los militantes actuando autónomamente, sino de la iniciativa del cle-
instancia, el control real del partido. El Partido Popular (1919-1926), ro local siguiendo intrucciones emanadas de la jerarquía.
antecesor de la DC, había nacido por obra y voluntad de Luigi Puede hablarse, por tanto, de dos procesos simultáneos, pero
Sturzo, «autorizado» por la Iglesia, pero sin un compromiso deci- también ampliamente interdependientes: la creación de un «centro»
dido y directo de ésta. Y sin embargo también el Partido Popular por obra de De Gasperi y otros ex ministros del Partido Popular,
dependía hasta tal punto de la Iglesia que murió de muerte instan- y simultáneamente el surgimiento, de forma autónoma, de la orga-
tánea en cuanto la Iglesia decidió instaurar un diálogo directo y sin nización periférica.

19 Vid. P. Pombeni, Il gruppo dossettiano e la fondazione della democrazia ita- A nivel periférico la iniciativa había surgido también del movimiento cató-
liana (1938-1948), Bologna, 11 Mulino, 1979, y R. Moro, La formazione della classe lico y el clero había jugado a menudo un papel desencadenan te. Frecuente-
dirigente cattolica (1929-1037), Bologna, 11 Mulino, 1979. Sobre la cultura política del
grupo dirigente democristiano, tal como se manifestaba en los debates sobre la es-
21 Sobre e! partido popular, vid. G. De Rose, Il Partito popolare italiano, Bari,
tructura de la Constitución, vid. R. Ruffilli (a cura di), Costituente e lotta politica.
laterza, 1969.
La stampa e le scelte costituzionali, Firenze, Vallecchi, 1978, pp. 141-167 y, más en
general, sobre las relaciones entre la DC y e! Estado antes del período de! centro-iz- 22 Sobre estos acontecimientos he utilizado, G. Poggi (ed.), L 'organizzazione par-
quierda, R. Ruffilli, La DC e i problemi dello Stato democratico (1943-1960), .11
titica del PCI e della DC, cit.; J. P. Chassériand, Le Parti de la Démocratie Cbré-
Mulino», XXV (1976), pp. 835-853. tienne en Italia, Paris, Colin, 1965; G. Beget Bozzo, Il partito cristiano al potere. La
20 Sobre e! papel de De Gasperi cfr. P. Scoppola, La proposta politica di De DC di De Gaspari e di Dossetti, 1945-1954, 2 vols., Firenze, Vallecchi, 1974; G. Galli,
Gasperi, Bologna, Il Mulino, 1977. Storia della DC, Bari, Laterza, 1978.
236 El desarrollo organiz .
atlVo artidos de gobierno 237
¡.osP
mente se trataba, sin embargo, de iniciativas no coordinadas hasta el laS distintas listas es aceptada. De Gasperi es el «centro» de la coa-
. " di 1 ' punto
que 1a corrusion irectrva centra de la De había decidio estable
. d .. d cer una li ión dominante del partido. Sin embargo, dado el tipo de organi-
especie e censo invitan o a los promotores de las secciones o a los . ,
. . 1 comnes ~ción que ha terminado por configurarse, no la controla, ni la con-
provincia es a ponerse en contacto con el centro. Los afiliados superab
en 1945 el medio millón; a pesar de lo cual no se produj o ninguna ~n ya
trOlará nunca, más que hasta un cierto punto. El posterior aplaza-
" de ti " Inter- miento de la aprobación de los estatutos a causa de las fuertes dis-
vencion e npo orgaruzanvo capaz de unificar, bajo el control del p id
..
a 1as orgamzaclOnes pen iféri
éncas 23 . arn o ' paridades, es el indicador más elocuente del carácter parcial del con-
trol que De Gasperi consigue ejercer 26.
En juli~ ~e 1?~4 tiene lugar en Nápoles el congreso interregional La organización que se configura en esa fase y que durará intacta
~on la part~clpaclOn de delegados de todas las zonas liberadas 24. En basta bastante después de la reorganización de Fanfani, es pues otro
el ~e c.onstltuyen el 1 Congreso Nacional y la Dirección. También caso de una institución débil, consecuencia de una situación de le-
se instituye el cargo de secretario general para el que es elegido gitimación externa y de un desarrollo de la organización por difu-
. id d D . por sión territorial. El partido se estructura como una organización emi-
unarumi ~ e GasRen '. Síntoma del carácter disperso y federativo
de la naciente organización, así como de la temprana constitución nentemente electoral, cuyas fronteras son frágiles e inciertas y en la
de centros autónomos d~, poder a nivel local, es el hecho de que no que falta un sólido aparato central. Aunque la organización extra-
se R~ocede a la elaboración de los estatutos del partido, cuya apro- parlamentaria parece (a falta de datos fiables) un poco más robusta
bación se retrasará algunos años debido a las encarnizadas discusio- que la de la CDU, e incluso que la de la SFIO o la del PSI de la
nes que se producen sobre la estructura organizativa. Como en mu- época de Turati, probablemente a causa de la existencia un «centro»
chos otros cas~s, también en el de la DC la aprobación de los esta- nacional cuya constitución es simultánea y no posterior al desarrollo
t~~os n.o constlt~~e e~,momento inicial, constitutivo de la organiza- de la organización «periférica» (además de la posibilidad que tiene
cion, smo la ratificación ex post de las relaciones de fuerza que se la DC de disponer de un tipo especial de funcionarios pagados por
es:ablecen entre los distintos integrantes de la organización en los las organizaciones católicas seglares). Se trata de una organización
pnmeros anos - d e su VIid a 25 . E 1 1 Congreso nacional se celebra en cuyas estructuras a nivel local y regional son debilísimas, funcionan
Roma, en abril de 1946. Y en él se toma partido en favor de la de modo intermitente y se hallan dominadas por organizaciones que
República. Aunque ésta es la decisión política más importante del e~t~n al margen de la estructura del partido (las organizaciones ea-
c?ngreso n? fa!tan los acontecimientos relevantes desde el punto de tólicas o el clero), sobre todo en las fortalezas tradicionales del mo-
vista orgaruzanvo. El carácter muy fragmentado de la organización vimiento católico de masas 27.
que está formándose y de la pluralidad de centros de poder que . Donde el asociacionismo católico es tradicionalmente débil (por
operan ya en ese momento en su seno --consecuencia de las carac- e~e~plo, en el Mezzogiorno) el desarrollo por difusión favorece la
terís~icas del modelo originario descrito- se dibujan de modo in- rápida colonización del partido por parte de los notables locales. La
mediato: en el momento de la elección del Consejo Nacional se De se consolida, pues, como un híbrido organizativo, que en ciertas
pres~ntan ocho listas distintas con un total de 200 candidatos (para zonas depende y es controlado por las asociaciones católicas y en
cubnr 60 puestos de consejeros). Sólo la gran autoridad de De Gas- Otras se configura sobre la base de las estructuras caciquiles t,. tradi-
peri permite en esa ocasión alcanzar un cierto grado de unidad en
la organización: aunque por muy poco, su propuesta de fusión de 26 lbidem, p. 206
u .27 Para un. análisi~ histórico-sociológico de este movimiento vid. G. Sivini, Socia-
~tl a cattolici In Italia della societá allo Stato, cit., y G. Galli, 1 partiti politici,
23 A. Cavazzani, Organizzazione, iscriui ed elettori della Democrazia Cristiana, Clt.,p. t 6 t Y ss.
en G. Sivini (a cura di): Partiti e pertecipazione politica in Italia, Milano, Giuffre, ". Usamos el adjetivo «caciquil- o el sustantivo «cacique. (como traducción de
t 972, p. t 72. ;n0tabiJare. y de «notabile») en sentido técnico y no con el valor peyorativo que
:: G .. Poggi (ed.), L 'organizzazione partitica del PCI e della DC, cit.,p. 20!. re~uentemente tiene en el lenguaje vulgar y en la literatura «regeneracionista» y
Ibidem, p. 206. OUttillberal de fines del XIX en España. En este sentido «cacique. equivale a personas
238 El desarrollo organi~ . artidos de gobierno 239
,altvo LoS p

cionales. En ambos casos esto implica una fuerte dependenci d 1 de difusión territorial,su evolución has.t~ co~;ertirse e~ .~na inst~-
partido respecto a su entorno, bien de las organizaciones religi: e ión débil viene reforzada por su partlClpaclOn en posicion dorni-
b~~n de personalida~e~ o. grupos lo~al.es q~e se ?allan en una p~~~ PlC\e en el gobierno nacional, desde los primeros compases de la
cion socialmente privilegiada. La débil articulación de la organ' nan va etapa política. La aglutinación en torno a la cúpula dernocris-
"
cion
28 1 . d e una f uerte b urocracia central completan IZa-
ya. asuencia el ~:a de los grupos de interés (o de los caciques locales en las es-
cuadro, ~aclendo que durante toda la etapa de De Gasperi, el nivel :.ucturas de base). n~ es. sino. la ~~mse~u.e~cia ?e esta posición de
d,e cohesión ~s~ruc~~ral .del partido sea ~u?, b~j~. En todo ese pe- redominio. Una institucionalización débil implica por otra parte el
nodo, la parncipacron directa de los Comités CIVICOSde Luigi Ged- Predominio del grupo parlamentario sobre el resto del partido así
da y/o del clero local en las campañas electorales tanto POlíticas ~omo, -por tratarse de un partido de gobierno- .del primer minis-
como administrativas, el papel activo de los notables, en particular tro y de los ~inistro~ so.bre. el gr.upo. parlamentano ., .
~n las, z~mas rurales del Mezzo.giorno, la masiva intervención de tipo El bajo nivel de institucionalización favorece también la apan-
ideológico en favor de las tesis demo-cristianas por parte de la je- ción de fuertes divisiones en el grupo dirigente. Ya en el 11 Congreso
rarquía eclesiástica, explican por qué los líderes nacionales del par- (Nápoles, 1947), el problema de las facciones (~enominadas «corrien-
tido, que pueden disponer de recursos organizativos «externos», ca- tes», ya constituidas por entonces), es sometido a debate. En esta
recen de todo interés en dar los pasos necesarios para reforzar la fase, a la división principal entre izquierda y derecha, se suma el
organización. conflicto gene racional que contrapone a De Gaspari y los demás
Por otra parte no sólo el activismo político, tanto en la base líderes procedentes del Partido Popular, (que controlan la mayoría
como en la cúpula, es un recurso prestado de a DC o canalizado de centro-derecha del partido), con los jóvenes procedentes de las
hacia ella por organizaciones católicas al margen del partido, sino filas de la Acción Católica. Las dos facciones de izquierda, que se
que también la financiación es de procedencia externa. Todo lo cual han dotado ya de sus propios órganos de prensa y de una organi-
predispone a la organización (como en el caso de la CDU) a una zación embrionaria, están dirigidas respectivamente por Giovanni
fuerte dependencia respecto a los grupos de interés 29. En especial Gronchi (la corriente de «Política Social») y por Giuseppe Dossetti
la Confindustria será durante el período De Gasperi, la fuente de (<<Crónicas Sociales»). El grupo de éste último representará la línea
financiación más importante de la De. La alianza entre De Gasperi de oposición a De Gasperi más coherente y agresiva, que en el plano
y Costa sella, al más alto nivel, la estrechísima conexión que, durante organizativo, se refleja en la propuesta de Dossetti de transformar a
todo el período del centrismo, existe entre los intereses empresariales la DC en un verdadero partido de masas (una propuesta recogida
y la Democracia Cristiana. luego, en un contexto distinto y con otros aliados por un antiguo
Partido de legitimación externa, nacido a través de un proceso miembro de la corriente: Amintore Fanfani). De acuerdo con este
planteamiento, Dossetti dará la batalla por subordinar a los repre-
que forma parte de una élite local y, con una influencia efectiva no sólo sobre los sentantes del partido en las asambleas, al control de éste. De Gas-
mecanismos formales del poder sino sobre la población. El uso del término con valor peri, líder de la mayoría, opondrá con éxito a esta tesis en una
peyorativo se explica por muy diversas razones (entre ellas el frecuente sentimiento posición que tiene analogías impresionantes con la de su homólogo
de rechazo que suscita la existencia de las jerarquías sociales). Theodore Roosevelt
ofreció una explicación que enlaza bien con ciertas características (universales) de la
alemán, Adenauer, la del predominio de los cargos elegidos sobre el
vida política, al decir que solíamos llamar camarillas a la oposición y policastro o propio partido (así como la autonomía del gobierno respecto a la
cacique a su líder, en tanto que a la propia organización se la llama club o partido y organización en su conjunto). La defensa de esta tesis se hace en el
a su jefe se le denomina siempre líder político. marco de una política organizativa orientada a evitar por todos los
28 Para una valoración de conjunto del sistema organizativo del partido a media-
medios el robustecimiento de las estructuras del partido. La ofensiva
dos de los sesenta, vid. G. Poggi (a cura di), L 'organizzazione partitice del PCI e
della DC, cit.,pp. 295-308. de Dosseni fracasa inmediatamente después de que se produce una
29 Cfr. A. Manoukian (a cura di), La presenza sociale del PCI e della DC, Bo- parcial y temporal reestructuración de la coalición dominante del
logna, 11Mulino, 1968. partido, con la inclusión en los órganos dirigentes de algunos miern-
240 Los partidos de gobierno 241
El desarrollo organizativo

bros de las facciones minoritarias (y sobre todo de Dossetti en la El intento de Fanfani de hacer de la DC un partido de masas
vicesecretaría). El fracaso conducirá a la dimisión de Dossetti en tiene éxito sólo en parte. Cuando acaba la experiencia Fanfani, la
1951 Y a su retirada de la vida política. organización ciertamente se habrá robustecido en comparación con
Una de las causas más importantes de la retirada de Dossetti es los tiempos de De Gasperi, pero aún responde ampliamente a nues-
la hostilidad de la jerarquía eclesiástica tanto hacia su persona como tro tipo ideal de la institución débil. La derrota de Fanfani en 1959,
a su línea política. En un partido de legitimación externa, la balanza consecuencia de la descomposición de la facción mayoritaria de «Ini-
se inclina de un lado u otro, en la lucha por el poder, según las ciativa Democrática» y del nacimiento de la facción dorotea 33, pue-
opciones de la institución legitimadora. La famosa carta de De Gas- de también interpretarse como el resultado de la incapacidad de cual-
peri a Pío XII en la que el líder democristiano invoca su intervención quier organización de escapar, fuera de ciertos límites, al peso de su
contra Dossetti, es un episodio emblemático del carácter heteróno- herencia organizativa, de su conformación originaria.
mo de la DC 30. La aceleración que Fanfani imprime al proceso de ocupación del
Con la secretaría de Fanfani (1954-1959) asistimos al más enér- Estado, contenía por otra parte en sí misma los gérmenes del desa-
gico de los intentos por reforzar la organización experimentados rrollo organizativo futuro: el reforzamiento de las facciones internas
nunca por la De. y aunque desgraciadamente no se conocen mu- en una medida mucho mayor que el propio partido en su conjunto.
chos datos, por ejemplo, sobre la entidad que tuvo el fortalecimiento En efecto, las facciones, expandiéndose en competencia unas con
del aparato burocrático central (que es un indicador crucial del gru- otras a lo largo de los aparatos públicos o semipúblicos, dieron vida
po de institucionalización) la opinión más generalizada es que tal a un complejo sistema de conexiones propias con una pluralidad en
fortalecimiento se produjo a todos los niveles. El «centro», dirigido los centros de poder ajenos a la organización 34. El resultado fue una
por Fanfani, protagonizó enérgicos intentos por incrementar la co-
herencia estructural de la organización intermedia (regional) y pari-
férica, por reducir la dependencia del partido respecto a organiza- era De Gaspari, durante la cual se aplazó la aprobación de numerosas leyes de desa-
ciones foráneas, por desarraigar la estructura caciquil, por profesio- rrollo de la Constitución y se puso en cuestión la capacidad/posibilidad de control
del parlamento sobre los actos de gobierno: «Esta estrategia respondía a las necesi-
nalizar la clase dirigente tanto a nivel central como en la periferia. dades de un partido de reciente formación, que se asomaba al escenario político
Con la acción de fortalecimiento organizativo emprendida por Fan- italiano sin una base política consolidada, y carente de canales preferenciales de acceso
fani, la DC se institucionaliza, y consigue suscitar lealtades organi- al corazón del aparato estatal. Parecía necesario entonces, por un lado no ofrecer
zativas al menos parcialmente autónomas (esto es no dirigidas sólo espacios a las fuerzas de la izquierda, y por otro crearse una base autónoma de poder,
que permitiera reducir la dependencia en que el partido se hallaba respecto a la Iglesia
o preferentemente a las organizaciones externas). El proceso va acom-
y al gran capital; sorteando incluso a la burocracia de los ministerios que, por ser de
pañado por un debilitamiento progresivo de la dependencia organi- origen prefascista, no ofrecía las adecuadas garantías de fidelidad (y que fue luego el
zativa respecto a la Iglesia (en la que por otra parte están madurando objeto de una intensa obra de colonización)», F. Ferraresi, Burocrazia e politica in
lentamente nuevos planteamientos políticos) 31. Y por una desvincu- Italia, Bologna, 11 Mulino, 1980, p. 63. También hay que reservar un papel impor-
tante, para explicar la evolución posterior, a la falta de un acuerdo sobre las «reglas
lación por 10 menos parcial de la tutela financiera de la Confindus-
del juego- y a las reservas mentales con que los distintos actores políticos habían
tria y de los otros grupos de interés debido a que la DC consigue participado en la negociación «constituyente. del nuevo régimen político, que no
organizar, de un modo cada vez más sólido, sus propios sistemas de pudo dejar de reflejarse en todas las instituciones, empezando por el parlamento: cfr.
financiación, gracias a la ocupación del Estado y de los entes y em- G. Di Palma, Surviving without Gooerning, Berkeley, University of California Press,
presas públicas 32. ~977. Cfr. también P. Farneti, The Italian Party System: Continuity and Change, en
Imprenta.
JJ Sobre estos acontecimientos vid., entre otros, R. E. Irving, The Christian De-
30 G. Miccoli, Chiesa, partito cattolico e societá civil, in AA VV, L 'Italia contem- mocratic Parties o/ Western Europe, London, Allen and Unwin, 1979, pp. 77-82.
poranea. 1945-1975, Torino, Einaudi, 1976, p. 227. J< Sobre este proceso y sobre su reflejo en el partido vid. G. Pasquino, Crisi della
JI Ibidem, p. 238 Y ss.
DC e evoluzione del sistema politico, «Rivista Italiana di Scienza Politica», V (1975),
32 Los signos precursores de la evolución subsiguiente estaban ya presentes en la esp. p. 453 Y ss., A. Zuckerman, Political Clienteles in Power: Party Factions and
242 El desarrollo organizativo Los partidos de gobierno 243

fragmentación de la coalición dominante y la institucionalización de Es significativo de su condición de núcleo de notables (y no


la dinámica faccional en la organización. El período de máxima ins- profesional), de la dirección de la De: .el que, a c.omienzos de los
titucionalización de las facciones se produjo inmediatamente antes y años sesenta, sólo el 25,3 % de los dirigentes nacionales de la de-
durante el decenio del centro-izquierda: la adopción de un sistema mocracia cristiana (frente al 65,5 % de los comunistas) estuviesen
electoral interno de carácter proporcional en 1964, no fue la causa dispuestos a definirse a sí mismos como «profesionales de la políti-
principal de la enorme importancia de las facciones en la democracia ca» 38. Así como es un indicador de la debilidad institucional del
cristiana, sino al contrario (como siempre ocurre con las reglas del partido el que, por la misma época, una aplastante ~ayoría de. los
juego en materia de organización) la ratificación ex post de un tipo militantes democristianos se declarase más «leal» hacia la Iglesia y
de conformación de la coalición dominante favorecido por la débil las organizaciones católicas que hacia la DC; o en otras palabras,
institucionalización y por la ocupación de los aparatos públicos por que hubiese una mayor identificación con la institución que desde
una pluralidad de grupos del partido 35. fuera patrocinaba al partido que con el partido mismo 39. Con el
A pesar del esfuerzo de Fanfani, la DC siguió siendo pues una tiempo, la ocupación del Estado produjo nuevos efectos sobre la
institución débil, dependiente de fuerzas ajenas: de grupos privados, organización. En concreto hizo surgir un nuevo tipo de profesional
de la Iglesia (aunque en menor medida que en el período de De de la política: el funcionario que lo es formalmente de algún ente
Gasperi), de los nuevos ejecutivos de la empresa pública, y de po- público o paraestatal, pero que es en realidad un militante a tiempo
derosos grupos de presión (como la Coldiretti) 36. completo del partido. En la mayor parte de los casos es razonable
El reclutamiento de las élites seguía siendo de tipo «horizontal»: sospechar que los funcionarios públicos que actúan en la DC (pero
los dirigentes procedían como antes de otras organizaciones o bien también en muchos otros partidos italianos, sobre todo en los del
de las filas de los caciques tradicionales (aunque con la ocupación área de gobierno) son en la mayoría de los casos «profesionales de
del Estado y la simultánea expansión de la economía pública, aqué- la política» ocultos o camuflados, políticos colocados por la DC en
llos tuvieron que ceder el paso en muchas zonas, a un tipo de caci- funciones públicas mediante la ocupación de la burocracia 40.
cato sui generis ligado al crédito privilegiado, a la Caja del Mezzo- La fisonomía organizativa de la DC no sufrirá cambios signifi-
giorno, etc.) 37. La parcial emancipación que la organización consi- cativos en el período posterior (aunque se produjeron algunas no-
guió conquistar respecto al apoyo organizativo de la Iglesia, quedó vedades con ocasión de los intentos de «reíundación» de los años
pues equilibrada por una conexión cada vez más estrecha con las setenta) 41. De hecho la DC no podrá experimentar ningún proceso
estructuras estatales. De tal modo que la indefinición de las fronteras
organizativas, la dependencia del exterior, y la escasa coherencia es- 38 G. Poggi (ed.), L'organizzazione partitica del PCI e della DC, cit., p. 500.
39 F. Alberoni (ed.), L'attivista di partito, cit., p. 312 Y ss., Y p. 391 Y ss. Desde
tructural interna, continuaron caracterizando (aunque ahora de un
este punto de vista, la «emancipación organizativa- de la DC respecto a la Iglesia,
modo distinto) a la organización. mediante la transferencia de las lealtades de los militantes desde la organización ex-
terna al partido, se había completado prácticamente a fines de los años setenta, como
Cabinet Coalitions in Italy, Beverly Hills, Prentice-Hall, 1975, F. Cazzola (ed.), Ana- muestran P. Ignazi, A. Panebianco, Laici e conservatorio 1 valori politici della base
tomia del potere DC, Bari, De Donato, 1979. democristiana, en A. Parisi (a cura di): Democristiani, Bologna, Il Mulino, 1980,
35 Cfr. los trabajos que se recogen en G. Sartori (ed.), Correnti, frazioni e fazioni pp. 153-174.
nei partiti politici italiani, Bologna, Il Mulino, 1973, y A. Zuckerman, The politics of <o Cfr. A. Zuckerman, The Politics of Faction, cit., pp. 102-103. Sobre las carac-
faction. Christian Democratic Rule in Italy, New Haven and London, Yale Univer- terísticas del sistema burocrático italiano, que permitieron (por razones históricas de
sity Press, 1979. debilidad e ineficacia del aparato estatal en comparación con otras burocracias euro-
36 J. La Palombara, Interest Groups in Italian Politics, Princeton, Princeton Uni- peas), su ocupación por los partidos de gobierno en la segunda postguerra, cfr. F.
versity Press, 1964. Ferraresi, Burocrazia e Politica in Italia, cit.; cfr. también E. Rotelli, L 'alternativa
37 Sobre las transformaciones del régimen de clientelas en Italia, L. Graziano, delle autonomie. Istituzioni locali e tendenze politiche dell'Italia moderna, Milano,
Clientismo e sistema politico. Il caso dell'Italia, Milano, Franco Angeli, 1980. Para un Feltrinelli, 1978, y S. Cassese, La formazione dello Stato ammintstratiuo, Milano,
análisis en profundidad de un caso, vid. M. Caciagli, Democracia a potere nel Maz- Giuffre, 1974.
zogiorno, Firenze, Guaraldi, 1977. <t Cfr. G. Pasquino, La Democrazia Cristiana: transformazioni partitiche e me-
244 El desarrollo organizativo LoS partidos de gobierno 245

sustancial de reforma de la organización mientras siga operando su oposición, la DC ha manifestado a menudo una fuerte tendencia a
rela~ión simbiótica con el Estado: solamente en el caso de que el la expansión, a una relación dinámica, de tipo «imperialista» con su
partido se encontrara durante un largo período en la oposición, po- entorno.
drían producirse transformaciones sustanciales. Ya se ha hablado del proceso de ocupación del Estado. Pero el
Anotemos por fin una característica de notable interés de este mismo discurso vale para la política de reclutamiento de los afiliados.
partido: a diferencia de la CDU, entre los partidos gobernantes, o A diferencia de la CDU o de la SFIO, la DC no es un partido
de la SFIO y el PSI de la época de Turati entre los partidos de en el que la coalición dominante opte, para salvaguardar los equili-
brios de poder en la organización, por paralizar el crecimiento de
ésta. Por el contrario, la DC representa el caso de un partido que
CUADRO 4. Número de secciones y de afiliados a la De (1945-1967) practica una política expansiva, a pesar de su bajo nivel de institu-
cionalización. El hecho de que las fases expansivas más importantes
Secciones Año Afiliados
(a las que suele seguir un cierto relajamiento) coincidan o con pe-
7.171 1945 537.582 ríodos electorales o con los momentos de renovación de los cargos
1946 696.159 (congresos de sección, provinciales, nacionales, etc.) suministra la
8.495 1947 800.378 clave para la interpretación de este fenómeno. La DC es un partido
1948 1.099.682 que practica, al menos en ciertas fases de su historia, una política
1949 762.883 expansionista, ya sea en términos de proselitismo o en términos de
1950 885.291 ocupación del Estado, como resultado de la lucha interna entre las
9.443 1951 925.933 facciones. La estrategia expansiva es en este caso el resultado del
1952 960.707 incesante esfuerzo de cada facción por fortalecerse, adquiriendo re-
1953 1.137.633
10.560
cursos públicos, y partidarios, en competencia con las demás 42. Así,
1954 1.254.732
1955 1.341.000
pues, junto a los casos de partidos fuertemente institucionalizados,
11.525 1956 1.384.282 con coaliciones dominantes cohesionadas (como el SPD o el PCI),
12.137 1957 1.295.028 para los cuales la estrategia expansiva es el resultado de las opciones
12.454 1958 1.408.315 adoptadas conscientemente por una reducida élite; y junto a las es-
12.672 1959 1.602.929 trategias de adaptación al ambiente que se traducen en un estanca-
12.847 1960 1.476.768 miento de la organización (con ausencia de proselitismo, envejeci-
13.034 1961 1.447.760 miento de los cuadros, etc.) características de los partidos débilmente
12.887 1962 1.439.749 institucionalizados y dirigidos por coaliciones dominantes divididas,
13.125 1963 1.621.620
pero en estado de equilibrio (como los casos de la CDU, la SFIO
13.052 1964 1.633.003
o. e.l.PSI); el caso de la DC apunta la existencia de una tercera po-
13.185 1965 1.566.428
13.265 1.592.134
slblhdad: la expansión y la colonización del entorno que se produ-
1966
13.111 1967 1.620.772 cen, no como consecuencia de una estrategia del «centro» del parti-
do, sino -al revés- como un efecto secundario de la rivalidad en
Fuente: Elaborado sobre los datos que aparecen en A. Cavazzani, Organizzazione, inscriui el seno de un grupo dirigente tan dividido que sólo rara vez encuen-
ed elettori della Democrazia Cristiana, cit., p. 179.

diazione politica, en A. Martinelli, G. Pasquino (ed.): La politica nell Italia cbe cam-
bia, cit., pp. 124-143 Y id., Recenti trasformazioni nel sistema di potere della Demo- . '2 Cfr. A. Cavazzani, Organizzazione, iscritti ed elettori della Democrazia cris-
crazia Cristiana, en L. Graziano, S. Tarrow (ed.), La crisi italiana, vol. 2, Torino, tiana, cit., p. 182, M. Rossi, Un partito di anime mortei Il tesseramento democristiano
Einaudi, 1979, pp. 609-656. [ra mito e realtá, en A. Parisi (ed.): Democristiani, cit.jpp. 13-59.
246 El desarrollo organizativo Los partidos de gobierno 247

tra momentos de equilibrio a través de compromisos casi siempre SU entorno más inmediato. Sin embargo, a diferencia de otros par-
lábiles y precarios. :idos que comparten con él el dato de la supremacía organizativa de
I la élite parlamentaria (como la SFIO, el Partido Laborista, la DC o
El partido conservador británico el PSI) se trata de una institución fuerte. Para comprender cómo y
I por qué es así, debemos una vez más remontamos en el tiempo y al
El caso del partido conservador, con una trayectoria por otro momento en que, tras la Reform Act de 1867, el partido conservador
lado análoga a la que ha caracterizado a otros partidos conservadores lleva a cabo, bajo la dirección de Disraeli, la transición desde su
europeos 43, es el de un partido que a pesar de permanecer en el etapa de facción parlamentaria hasta su conversión en un partido
gobierno durante casi veinte años (de 1886 a 1892; y de 1896 a 1905) político moderno 47. Este desarrollo ha sido admirablemente descri-
justamente durante la fase crucial de su institucionalización, consi- to por Ostrogorski 48 y hay bien poco que añadir al respecto: en
gue transformarse en una institución fuerte. los últimos treinta años del siglo pasado, el partido conservador se
Según Robert Mckenzie, el estudioso más conocido de los par- convierte en una organización relativamente potente, con una buro-
tidos ingleses, tanto el partido conservador como el laborista, se cracia en los niveles central, intermedio y periférico que se robustece
hallan bajo la dirección del líder del grupo parlamentario 44. Pero el constantemente, con agrupaciones locales bien organizadas y espar-
caso laborista es más complejo: la coalición dominante del partido cidas por todo el territorio nacional y con una serie de organizacio-
laborista gira en torno a la alianza entre los líderes del grupo parla- nes afines que operan como correas de transmisión y como canales
mentario y los de los sindicatos más potentes, y su cohesión depende eficaces de socialización política del electorado. Este desarrollo es
esencialmente de la capacidad de los líderes sindicales de mantener posible esencialmente por tres razones:
bajo control a sus respectivas organizaciones, impidiendo que los
1. Porque el partido conservador es un partido de legitimación
activistas sindicales de base desempeñen un papel demasiado autó-
interna: un rasgo de su modelo originario que, como ya hemos visto,
nomo y preeminente en el partido. En el caso conservador, por el
tiende a producir (si no se halla compensado por otros factores que
contrario, McKenzie tiene razón en gran parte. En este partido, el
operen en dirección contraria) un alto nivel de institucionalización.
líder parlamentario ha sido, hasta tiempos muy recientes 45, una es-
2. Porque el partido se organiza a partir de una élite central
pecie de «autócrata» que gobierna junto a un reducido grupo de
(parlamentaria) preexistente, que estrecha filas en torno a un líder
notables y que no se halla sometido a ningún tipo de control por
de gran prestigio. El impulso parte del «centro» (y no de la periferia
parte de la organización extraparlamentaria. El es el eje central de
como en el PSI o la CDU) y aunque las agrupaciones locales se
una coalición dominante que se concentra en el grupo parlamenta-
desarrollan en una tradición de independencia organizativa respecto
rio; usa al partido como una máquina directamente a sus órdenes y
al «centro» (independencia que, por otro lado existe sólo hasta un
selecciona personalmente a los individuos que deben ocupar los car-
cierto punto como veremos en breve), los esfuerzos de la élite cen-
gos más importantes 46.
tral son de tal naturaleza y tan importantes, que permiten sostener
El partido conservador, por tanto, es un partido dominado por la tesis que asimila el caso conservador al de un desarrollo por pe-
el grupo parlamentario, que a su vez se halla subordinado al líder y netración territorial 49.
3. El tercer factor que interviene para favorecer un proceso de
.•3 Cfr. J. Elklit, The Formation of Mass Political Parties in the late 19th CenturyÑ
The Three Models of the Danish Case, cit., L. Svaasand, Organizing the Conserva-
tives: A Study in tbe Diffusion of Party Organizations in Norway, y id., On the "7 Sobre la fonnación del partido, vid. R. Blake, The Conseruatiue Party from
Formation of Political Parties: Conditions, Causes and Patterns of Deuelopment, cit. Peel to Churchill, London, Eyre Spottinswode, 1970, C. L. Buder (ed.), The Con-
.•.•R. McKenzie, British Political Parties. The Distribution of Power within the servatives. A History from Origins to 1945, London, Allen and Unwin, 1977.
Conservative and Labour Parties, cit. "8 M. Ostrogorski, La Démocratie et l'Organisation des Partis Politiques, cit.
H Sobre las transformaciones más recientes, cfr. cap. XIII.
49 K. A. Eliassen, L. Svaasand, Tbe Formation of Mass Political Organizations:
"6 R. McKenzie, British Political Parties, cit., pp. 54.
An Analytical Framework, cit.
LoS partidos de gobierno 249
248 El desarrollo organizativo

fuerte institucionalización está ligado a las características de la bu- la insuficiencia de los planteamientos basad~s. e~ 10 que ,h~ definido
rocracia británica. Esta, a diferencia de la francesa o de la alemana rn o el «prej uicio sociológico» y el «preJUlclO teleológico», a la
co
hora de dar cuenta adecuadamente del d esarro 11o orgaruzanvo
.. d e 1os
no tiene una tradición dé autonomía, sino que por el contrario se
halla fuertemente subordinada al poder político (primero a la Coro- partidos.
na, y después al gobierno); no está fuertemente organizada y los El nacimiento del partido conservador, es decir, para nuestro
altos funcionarios no gozan de un especial prestigio en la sociedad opósito, su transformación en una organización política moderna
inglesa 50. Durante el período en que el partido conservador está en pr .. , 1· 1·
(a partir de su configuración como grupo par amentano apenas l-
el gobierno, durante veinte años ininterrumpidos (de 1886 a 1906), ado a una serie de aparatos electorales de carácter local en manos
y fuera de la dosis normal de actividad de patronato propia de cual- ~e cada diputado) se inicia inmediatamente después de la derrota
quier partido de gobierno, sus líderes establecerán una relación con electoral de 1868. En ese año es elegido J. E. Gorst como agente del
el aparato del Estado que no será ni de ocupación ni de dependencia. partido, en sustituci~n de Mar10am .Spofforth. Gor~t es un )ov~n ex
A este resultado contribuyen, naturalmente, no sólo las peculiares diputado muy apreciado por Disraeli, y un convencl?o partidario de
características de la burocracia inglesa, sino el hecho de que en esa la necesidad que tiene el partido conservador de «abrirse» a las masas
época todavía no se había iniciado la enorme expansión de la inter- trabajadoras para competir con el partido liberal. Pero para conse-
vención estatal en la economía que caracterizará posteriormente el guir esto se precisa una reorganización del partido. Y Gorst, en
desarrollo de los países industriales. En todo caso el partido conser- sintonía con Disraeli, se dedica a esta tarea. Nace así 10 que de ahora
vador no puede disponer de un conjunto demasiado abundante de en adelante se llamará el Central Conseruatiue Office (o más sim-
recursos públicos. La consecuencia es que los líderes del partido no plemente el Central Off ice), el cuartel general de la organizació~ ..En
tendrán otra alternativa que el fortalecimiento de la organización y 1867 había sido ya fundada la National Union encargada de um~lcar
que no se producirá la fragmentación de la coalición dominante del y coordinar a las organizaciones de ámbito local. Y Gorst consigue
partido en una pluralidad de centros de poder, cada uno con sus hacerse nombrar secretario honorario de esa organización. De este
propias relaciones con los distintos sectores de la burocracia estatal. modo tanto la cúpula del Central Office como la de la National
El caso del partido conservador inglés demuestra, por tanto, en pri- Union se encuentran bajo el control de una sola persona (que ade-
mer lugar, que un control prolongado del gobierno nacional no com- más goza del pleno apoyo del líder del partido). Partiendo d~ b~s,es
porta necesariamente un bajo nivel de institucionalización. Y en se- tan favorables , los esfuerzos de Gorst por desarrollar la organrzacion ,
gundo lugar, que el desarrollo de un partido se halla condicionado se traducen en unos resultados tan rápidos como brillantes. He aq.Ul
sólo en parte por el tipo de «metas ideológicas» que originariamente CÓmo describe un historiador las realizaciones del Central Offtce
se propone y/o por las características sociológicas de su base social. bajo la dirección de Gorst en el período 1869-1874:
Contrariamente a la tesis (que parece de sentido común) de que un
desarrollo organizativo fuerte es propio sólo de los partidos «de
La routine ordinaria del departamento de Gorst consistía en la recogida
izquierda» (revolucionarios) que tratan de movilizar a las clases su- de información, el estímulo a la actividad de las organizaciones más per~-
balternas contra el orden político existente, el partido conservador zosas, el descubrimiento de (nuevos) líderes locales, la búsqueda de candi-
británico muestra que es posible que un partido se dote de una datos, la publicación de material en nombre de la National Union (...). Se
organización fuerte aunque su base social esté integrada por los es- establecieron relaciones con la prensa y el mismo Gorst actuaba como re-
tratos privilegiados de la sociedad. Es una flagrante demostración de presentante político en el «Standard», el periódico conservador de Londres.
Una lista de los agentes y organizaciones conservadoras en Inglaterr~ y
Gales, publicada por el Central Office en 1874, muestra un des.arrollo Im-
presionante de la organización por todo el país, en el que, sm duda,. el
so Cfr., sobre la burocracia inglesa, F. Heady, Public Administration. A Compa- Central Office tuvo una parte notable (... ). La organización de un partido
rative Perspectioe, Englewood Cliffs, Prentice-Hall, 1966, y la reconstrucción histó-
no es nunca suficiente de por sí para garantizar una victoria electoral, pero
rica de H. Parris, Constitutional Bureaucracy, London, Allen and Unswin, 1969.
250 El desarrollo organizativo LoS partidos de gobierno 251

el nuevo cuartel general de Gorst, con el estímulo que supuso par I nes provinciales (ocho en Inglaterra y dos en Gales). El control
' . .,. a os
esfu erzos Ioca Ies, genero una situacion ventajosa frente a los liberales (...) 51. sobre esta estructura intermedia se halla centralizado desde el prin-
En 1874 este imponente
esfuerzo en materia de organización tu cipio: el agente «principal» del Central Office y un parlamentario
f·ma 1mente su recompensa: los conservadores obtuvieron una re _
~ con el cargo de uice- Whip son miembros ex officio de los órganos
. . 1. so deliberantes y ejecutivos de cada división provincial. Tras la derrota
nan~e vlCto~Ia y vo VIeron al gobierno. El desarrollo organizativo del
parr,Ido paso en este momento por un compás de espera. Gorst, que de 1906 se pone en marcha una reestructuración de la organización.
habla chocado con los líderes del partido por rivalidades personale Como siempre sucede, la reorganización es consecuencia de una drás-
pero también por la resistencia de los parlamentarios más veteran:~ tica modificación de las relaciones de fuerza en el seno del partido
ante las transformaciones habidas en la organización, perdió su pues- bajo la presión de un desafío externo (la derrota electoral). Con la
to. Tras . la derrota de 1880 fue de nuevo llamado con el fin d e derrota, Balfour, líder del partido, pierde terreno y prestigio mien-
proporcionar un nue~o. impulso ~ la organización. Pero duró poco tras su adversario, Joseph Chamberlain, sale reforzado. La coalición
en el puesto. Las ambiciones políticas de Gorst eran demasiado altas y el partido experimentan un proceso de división en facciones. En
como para permitirle aceptar indefinidamente un papel subalterno la reforma de 1906 este proceso se manifiesta en una tendencia (tem-
respecto a los líderes del partido. En 1885, finalmente, tras un pa- poral) a la desinstitucionalización, a la reducción del grado de ins-
réntesis sin mucho que contar, en el que el puesto de Gorst fue titucionalización del partido. Con la reforma se opera una drástica
oc~pado por G. C. T. Bartley, se eligió para el cargo a R. W. E. reducción del poder orgánico del Central Office y, como reflejo, una
Middleton, que había sido agente electoral de los conservadores en expansión de la esfera de influencia de la National Union. El agente
el West Kent: principal del Central Office deja de ser secretario honorario de la
National Union: es decir, se establece la separación formal de las
Los conservadores encontraron finalmente en el capitán Midleton el hom- dos organizaciones. Además se disuelve la organización provincial y
bre adecuado para el cargo. Había aprendido por experiencia el peso político se establece el principio de que las agrupaciones locales eligen autó-
exacto que corre~pondía al p.uesto de agente del partido. Y consiguió esta- nomamente su propio secretario en lugar de recurrir a los agentes
blecer unas relaciones armoniosas y fructíferas tanto con las organizaciones del Central Office como ocurría con anterioridad. La National Union
locales como con los líderes del partido, manteniéndose en el cargo hasta queda encargada de toda una serie de tareas (de documentación, de
190252•
propaganda, de coordinación de las organizaciones locales, etc.) que
hasta 1906 eran competencia del Central Office. Un comité de or-
.A:u?que el dominio de los conservadores sobre el gobierno dura ganización dependiente de la National Union asume además el con-
casi ininrerrumpidamenre desde 1886 hasta 1905 y no existe, por trol y la supervisión de los agentes locales 54.
tanto, una gran atención a los problemas de organización, sin em- Los agentes de área (los responsables de las organizaciones in-
bargo, el trabajo planteado por Gorst unos años antes continúa aho- termedias) se convierten en funcionarios pagados por las agrupacio-
ra bajo la dirección de Midleton. En 1886 se decide la constitución nes locales. Se establece finalmente que el Central Office debe pagar
de ~na estructl~ra intermedia (las organizaciones de área) para ga- a la National Union 8.500 libras esterlinas al año por las actividades
rantIzar. el partido un enlace estable entre el Central Office y las de esta última en materia de organización, así como una cifra com-
agrupaciones locales 53. En ese año se constituyen diez organizacio- plementaria por los gastos electorales'".
La reforma de 1906 representó, en la historia del partido conser-
~1 E. J. Fauchtwanger, j. E. Gorst and tbe Central Organization o/ tbe Conser-
vador, el único verdadero parón al desarrollo burocrático de la or-
uattue Party, 1870-1882, «Bullerin of Institute of Historical Research-, XXII (1959),
p.199.
54 J. Ramsden, The Age o/ Balfour and Baldwin, 1902-1940, London and New
52 Ibidem, p. 208.
York, 1978, Longman, p. 26.
53 D. J. Wilson, Power and Party Bureaucracy in Britain, cit., p. 17. 55 D. J. Wilson, Power and Bureaucracy in Britain, cit., pp. 19-20.
Los partidos de gobierno 253
252 El desarrollo organizativo

ganización. Como hemos dicho, fue el resultado de una lucha por nuevO líder con prestigio (Bonar Law) y un nuevo responsable del
el poder, consecuencia del proceso de división que estaba teniendo aparato (Steel-Maitland).. "
lugar en la coalición dominante del partido. En efecto: Al incorporarse, Steel-Maitland es todavía un Joven poco cono-
cido. Su elección como jefe del Central Office con preferencia a
El Central Office era e! más importante núcleo de resistencia que existía personajes de más prestigio, constituye el último intento de Balfo~r
en la organización frente a Chamberlain y a los partidarios de las reformas por mantener el control del part~do i~pidiendo que una pers?n.ali-
aduaneras, y, dado que los hombres de Balfour controlaban firmemente el dad política relevante asuma la dirección del C.entral Offtce: ultima
Central Office, Chamberlain y sus partidarios se vieron obligados a orien- fortaleza del viejo líder, ya en su fase de declive. Cuando es nom-
tarse en otra dirección para descabalgar a la vieja guardia; por esa razón brado Sreel-Maitland nadie puede prever que este joven organizador
trataron de liquidar los poderes de! Central Office incrementando la auto- dejará en pocos años una huella profunda y duradera en el pa~ido
ridad de la National Union 56. conservador. La verdadera reorganización comienza sólo a partir de
1911 cuando Balfour es sustituido como líder del partido por Bonar
Pero la reorganización de 1906 fue un acontecimiento coyuntu- Law que inicia una política agresiva de cara a los liberales. Con
ral, resultado de una situación política sin salida entre los grupos Bonar asistimos a importantes cambios en los cargos del partido: el
que se disputaban el control de la organización. Al cambiar la co- puesto de primer whip es ocupado por Lord Balcarres, mientras
rrelación de fuerzas se producirá una nueva reorganización. La de- Lord Farquhar se hace cargo de la tesorería, Balcarres, Farquhar y,
rrota electoral de 1910 es el reto externo que actúa como catalizador sobre todo Steel-Maitland, con el pleno apoyo del líder del partido,
para que se produzca un nuevo reparto de juego. En materia de son los artífices del nuevo rumbo en materia de organización. El
organización ello comportará no sólo la anulación de todas las de- cuartel general se amplía con la incorporación de tres nuevos espe-
cisiones adoptadas en 1906, y la inmediata recuperación por parte cialistas: John Boraston, un organizador profesional, que es nom-
del Central Office de todos sus poderes cedidos temporalmente a la brado agente principal; William Jenkins, contratado como responsa-
National Union, sino también la apertura de una nueva fase carac- ble de la organización y del reclutamiento de los agentes; y Malcolm
terizada por un poderoso desarrollo de la organización. Con la de- Fraser, antiguo editor del periódico conservador «The Standard» que
rrota de 1910, el definitivo declive político de Balfour y la retirada se convierte en consejero honorario para las relaciones con la prensa
de la escena política de Chamberlain, termina el período de mayor y que posteriormente es colocado a la cabeza de la oficina de prensa
división en el seno de la coalición dominante del partido. Se alzan del partido: «Steel-Maitland, Boraston, Jenkins y Fraser reunieron
cada vez más voces reclamando una organización que vuelva a dar un equipo de expertos, todos con un status lo bastante alto como
eficacia al partido y un cambio de guardia al más alto nivel. Se decide para poder relacionarse con los políticos que tuvieran contacto con
entonces constituir una Comisión para tratar los problemas organi- la organización. Por primera vez el trabajo se estructuró por depar-
zativos (el Union Organizational Comnittee) que plantea las líneas tamentos y los jefes de departamento fueron agrupados en un comité
esenciales de la reforma. Pero los cambios políticos son más impor- de supervisión» 57.
tantes que los trabajos de esa comisión. Así como, muchos año.s Todas las organizaciones locales debieron adaptarse a un nuevo
antes la combinación de un líder prestigioso (Disraeli) y un hábil sistema de propaganda 58. La reorganización alcanzó también al sis-
organizador (Gorst) había logrado la rápida transformación del par- tema de financiación de la organización:
tido en una organización política moderna y planteado las bases del
posterior proceso de institucionalización, la tarea de consolidación Los gastos del Central Office, tanto de la sede de Londres como en los
de la organización es también el fruto de la combinación de un distritos, se duplicaron, pasando de 32.466 libras esterlinas en 1909-1910 a

S7 J. Ramsden, The Age of Balfour and Beldwin, 1902-1940, cit., p. 68.


S6 Ibidem, p. 19. S8 Ibidem, p. 68.
Los partidos de gobierno 255
254 El desarrollo organizativo

68.957 en 1913-1914; el coste total de la organización del partido financiado Office consolida el poder del «centro» a costa de la «perife~ia». Lo
a nivel central pasó a su vez de 73.000 a más de 150.000 libras esterlinas. que no impide que las distintas agrupaciones locales sigan sl~nd~,el
Para hacer frente a esta hemorragia tanto Farquhar corno Steel-Maitland feudo personal de algún notable (Derby, en cuanto a la orgamzaclOn
desplegaron enormes esfuerzos por obtener fondos suplementarios. En 1912 provincial del Lancaster o Neville Chamberlain en Bir~ingh.a,m, etc.).
las cuotas ordinarias se elevaban únicamente a 12.000 libras esterlinas, y se Pero lo indudable es que nos encontramos ante una situacion orga-
reveló muy difícil incrementarlas en la cuantía necesaria. El método por el nizativa muy distinta, por ejemplo, de la de la CDU, de la SFIO o
que se optó fue el de solicitar donaciones que pudieran invertirse corno
del PSI. El «centro» extraparlamentario es lo bastante fuerte y pres-
capital para obtener un flujo regular de fondos. Se hicieron colectas siste-
tigioso como para poder ejercer un control, aunque sea indirecto y
máticas tanto entre los Lores, corno en la Ciry; cuando estalló la guerra el
capital invertido se elevaba a 671.000 libras esterlinas: el doble de lo que con matices. Pero si el partido conservador se convierte ya con Bo-
había en 1911 y con un valor que igualaba los gastos de cuatro años (además nar Law y Steel-Maitland en una institución fuerte, la consolidación
existía un fondo especial de 120.000 libras para afrontar las sucesivas eleccio- definitiva se produce entre los años 1923-1930, al comienzo del nue-
nes) 59. vo rumbo político marcado por el ascenso de Baldwin y que se
conoce con el nombre del «nuevo conservadurismo».
Los cambios no terminan aquí. Se racionaliza el sistema de La acción reformadora de Bonar Law y Steel-Maitland se había
comunicaciones mediante un aumento decidido de la influencia del interrumpido de hecho después de 1914, al estallar las hostilidades:
Central Office sobre la prensa conservadora y a través de apoyos el gobierno de coalición con los liberales durante el período
económicos. El Central Office consolida por otra parte su control 1915-1921 había abierto el camino a una fase de fuertes conflictos
e influencia sobre la mayoría de las organizaciones que se mueven internos en el partido. Al igual que en el período 1906-1910 la di-
en la órbita conservadora (la liga Primrose, la liga para la reforma solución de la coalición dominante lleva a sus integrantes a una si-
aduanera, la liga antisocialista, etc.) 60. En cuanto a las agrupaciones tuación sin salida en el plano político, y, por consiguiente, a una
locales, éstas mantienen una tradición de independencia respecto al fase de repliegue y de estancamiento de la organización. La elección
«centro». De aquí que su reforma no pueda imponerse abiertamente. de Baldwin como líder del partido, la derrota del 24, el surgimiento
Pero actuando con discreción a través de la red de funcionarios de del primer gobierno laborista y el posterior triunfo conservador en
nivel intermedio o periférico (los agentes de área y los agentes lo- ese mismo año, son los factores que vuelven a poner en movimiento
cales) que dependen directamente del Central Office, Steel-Maitland una situación que se había estancado.
consigue provocar una notable uniformidad en la organización pe- El período del neoconservadurismo, bajo el agresivo liderazgo de
riférica. La dependencia financiera de las organizaciones locales se Baldwin se traduce en el plano organizativo, en una ulterior expan-
refuerza debido a las tareas que asume el Central Office de presta- sión del staff burocrático del Central Office y en una nueva racio-
ción de servicios y de asistencia política: «A partir de 1913-1914, nalización del sistema financiero:
más de 25.000 libras esterlinas fueron distribuidas de este modo, con
lo que, como contrapartida, los agentes del Central Office estuvie- CUADRO S. Número de funcionarios empleados en el Central Office
ron en condiciones de controlar tanto el reclutamiento de agentes (sede central)
por parte de las agrupaciones locales, seleccionando a los más ade-
1926 1927 1928 1929
cuados, como la selección de los mejores candidatos» 61. Aunque la
autonomía de las agrupaciones locales no sufre aparentemente nin- Organización y Administración 60 75 123 127
gún atentado, es evidente que el enorme fortalecimiento del Central Propaganda 43 65 54 SO
Mujer 16 15 29 22
s. lbidem, p. 69. Total 144 185 228 218
60 lbidem, p. 71 Y ss.
61 lbidem, p. 72. Fuente: J. Ramsden. The Age of BalfouT and Baldwin, 1902-1940, cit., p. 229.
\

256 El desarrollo organizativo LoS partidos de gobierno 257

CUADRO 6. Gastos del Central Office, 1926-1929 (en miles de libras) Por la misma época el Central Office acelera el proceso de pro-
fesionalización de los agentes locales y de área:
1926 1927 1928 1929

Presidencia 4.14 1.729 1.049 0.851 Bajo la égida del Central Office y en particular de Herbert Blain, los
Organización 9.150 7.467 7.234 7.35 agentes profesionalizados en el partido, habían hecho grandes avances, en
Speakers 7.618 8.696 5.936 5.141 la década de los veinte, en el sentido de adquirir un pleno status profesional.
Propaganda 22.269 29.586 49.599 49.786 La mejora había sido continua desde la época de los agentes locales en los
Finanzas y Secretaría de la National primeros años del siglo. Pero cuando se produce el cambio más significativo
Union 6.088 5.494 2.611 3.837 es con la renovación de 1924 y las decisiones adoptadas por Blain. A partir
Mujer 7.547 8.664 11.853 11.161 de 1930 los agentes del partido conservador poseían un status profesional
Gastos varios 9.422 11.090 12.568 15.219 tanto ante sí mismos como ante los dirigentes del partido o a los ojos de
Administración General 22.887 25.874 24.759 21.740 cualquier observador foráneo. Este cambio puede describirse con ayuda de
los rasgos que son comunes a cualquier profesión: existencia de un periódico
Total 85.399 98.625 106.591 114.391 profesional, de un sistema de cualificación y de exámenes, la igualdad pro-
fesional y el status económico 63.
Fuente: J. Ramsden, The Age o] Ba/four and Baldwin, 1902-1940, cit., p. 229.

La derrota electoral de 1929 proporciona finalmente al partido


Herbert Blain, es el nuevo agente principal, Davidson, el party su estructura organizativa definitiva, destinada a durar, con periódi-
Chairman y Y ounger, como tesorero, son los artífices principales de cos retoques y adaptaciones, hasta los años setenta. Después de 1930,
este nuevo período. los cambios más importantes se producen en los niveles intermedio
y periférico:
La nueva expansión comporta también los típicos problemas li-
gados a un exceso de burocratización. A fines de los años veinte, el
Central Office En Inglaterra y Gales se adoptó un sistema uniforme de organización
administrativa y, a excepción de una reorganización que posteriormente se
llevó a cabo en Londres, este sistema sigue en vigor en gran medida inalte-
(...) había llegado a ser más eficiente pero empezaba a sufrir esas tensio-
rado (...). La homogeneización de la influencia del Central Office a nivel
nes que son connaturales a las grandes organizaciones. El staff que aún era
provincial fue un importante logro de los años 30 que tuvo incidencia en
muy débil en 1910 había crecido hasta superar las doscientas personas, a las todas las unidades orgánicas 64.
que había que añadir otros cincuenta funcionarios repartidos por el país en
once oficinas de distrito. Hubiera sido sorprendente que los agentes del
Central Office no lograran en ocasiones resistirse a proyectos que no con- Una de las consecuencias de esa homogeneización fue, entre otras,
taban con su aprobación, organizando la resistencia desde las organizaciones el definitivo encuadramiento bajo el directo control de la burocracia,
locales o que los departamentos del Central Office no utilizaran con el de la organización de obreros conservadores, considerada como un
mismo fin sus conocimientos especializados (...). Estaba haciéndose cada ve.z instrumento cada vez más importante para competir con los laboris-
más difícil ejercer la autoridad desde el Central Office como instancia um- tas 65.
ficadora del partido, porque se había convertido en algo demasiado gra~de A partir del inicial proceso de penetración territorial llevado a
para mantener un único punto de vista. A partir de 1930 se había convertido c~bo por una élite parlamentaria preexistente y cohesionada, el par-
en una fuerza burocrática enraizada en el partido que se erigía frente a las tido que se configura, a lo largo de una serie de etapas, es por tanto
fuerzas sociales y políticas representadas en la National Union y el grupo
parlamentario 62.
63 Ibidem, p. 236.
M D. J. Wilson, Power and Bureaucracy in Britain, cit., p. 23.
62 Ibidem, p.231. 65 Ibídem, p. 23.
258 LoS partidos de gobierno 259
El desarrollo organizativo

una organización fuertemente institucionalizada. Con una robusta fondos entre una campaña electoral y la siguiente, la CDU alterna,
organización extraparlamentaria, una sólida burocracia tanto a nivel como todos los partidos de tipo predominantemente electoral, fases
regional como local, un sólido sistema financiero, y un fuerte con- de gran actividad, durante las campañas electorales, gracias a la ge-
trol de la organización por parte del líder parlamentario. La limita- nerc;>sísima financiación que obtiene en estos momentos de los cír-
ción del nivel de gastos en que puede incurrir cada uno de los can- culos industriales, financieros y mercantiles, con fases de una inercia
didatos por su cuenta (con lo que se bloquea definitivamente el con- e inactividad casi totales en el período que media entre dos campañas
trol que ejercían los notables sobre las organizaciones locales) no fue electorales (en gran medida debido a que la caja se halla acero). La
más que la conclusión natural de este proceso 66. El partido conser- diferencia se resume en una superior capacidad de iniciativa por par-
vador se desarrolla según el modelo de las instituciones fuertes a te del partido conservador, libre de mediatizaciones ajenas, y en una
pesar de los frecuentes períodos de permanencia en el gobierno del clara subordinación de la CDU a los grupos de interés que financian
país. Porque los rasgos de la burocracia estatal británica no permiten sus campañas. Igualmente significativa es la diferencia que se da en-
a sus líderes disponer de un conjunto muy abundante de recursos tre los dos partidos en cuanto a capacidad de autofinanciación a
públicos, susceptibles de transformarse en incentivos organizativos través de las cuotas de los afiliados. En la CDU más del 50 % de la
y de hacer menos necesaria la organización del partido. financiación se cubría, durante el período 1959-1969, mediante fon-
A diferencia de otros partidos que, como el Conservador, de- dos públicos y el resto provenía de los grupos de interés; en tanto
penden en gran medida de la financiación suministrada por los cír- que las cuotas no desempeñaban ningún papel relevante desde el
culos industriales y financieros, el partido consigue dotarse de una punto de vista financiero. En el partido conservador, una organiza-
estructura financiera sólida basada en una pluralidad de aportaciones ción de masas que podía presumir de casi tres millones de afiliados
que afluyen regularmente a las cajas de la organización y que le en 1948, el afiliado causa baja tradicionalmente si no ha pagado por
permiten contar desde una época bastante temprana con una sólida lo menos el 26 % de la cuota anual 69.
burocracia central, intermedia y periférica 67. Una organización de este tipo da lugar normalmente a la forma-
La comparación entre el sistema de financiación del Partido con- ción de una coalición dominante unida, en este caso concreto do-
servador y el de la CDU aún a fines de los sesenta 68 ilustra bien la minada por el líder del grupo parlamentario, que monopoliza el
diferencia entre una institución fuerte, que basa su autonomía insti- sistema interno de incentivos y cuyas divisiones no dan lugar a la
tucional en un sistema sólido de financiación, y un partido débil- formación de grupos organizados con sus propios recursos de poder.
mente institucionalizado que depende de los grupos de interés que Por esta razón Richard Rose ha podido afirmar que las divisiones
operan fuera de él y se ve colonizado por ellos. En efecto, mientras en el partido conservador tienen las características de las «tendencias»
que el partido conservador tiene un sistema de ingresos y gastos ~ás que de las «facciones» 70. Si bien es preciso revisar esta afirma-
regulares y una actividad política que no se detiene por falta de ción, admitiendo que en ciertas fases se generan tendencias a la for-
mación de facciones 71 (que siempre se reabsorben, antes o después),
66 U. Schleth, M. Pinto-Duschinsky, Why Public Subsidies Have Become the
Major Source of Party Funds in West Cermany but not in Creat Britain, cit., pp. 47-48.
69 Ibidem, p. 38.
En ese momento se estableció también la prohibición de que los grupos de interés
70 R
financiaran la campaña de candidatos concretos: cfr. M. Rush, The Selection of Par- 7 • Rose, The Problem of Party Gouernment, cit., pp. 312-328.
1 Sobre el -Monday Club», grupo conservador de extrema derecha que se orga-
limentary Candidates, cit. •

67 D. J. Wilson, Power and Buraucracy in Britain, cit., y también R. Rose, Tbe nizaba. en ocasiones como una verdadera facción de alcance nacional ' vid .. P Sayd; ,
F.
Problem of Party Gouemment, cit., p. 162 Y ss. En 1970, el partido conservador Oactlonalism
.. within the Conservative Party: tbe Monday Club '«Government and
PpOSltlon., VII (1972), pp. 464-487. Sobre algunos momentos en que las facciones
contaba, aparte de los funcionarios del Central Office y de la burocracia intermedia,
con 399 agentes electorales en las agrupaciones locales, frente a los 144 del Partido ~ibraron un auge particular, durante el período. prebélico, vid. G. Peele, M. Hall,
Laborista. ssent, Faction and Ideology m the Conseruatiue Party: Some Reflections on the
68 U. Schieth, M. Pinto-Duschinsky, Why Public Subsidies Have Becorne tbe Inter-War Period, ponencia presentada en el seminario del ECPR sobre el conserva-
Major Source or Party Funds in West Cermany but not in Great Britain, cit. durismo, Bruxelles, 1979, a ciclostil.
260 El desarrollo organizativo Los partidos de gobierno 261

no deja de ser una afirmación válida en términos generales. Si se del mundo de los negocios o del mundo profesional, los mecanismos
exceptúan ciertos momentos críticos (que en general preceden a la de selección son de tal naturaleza que impiden o dificultan la apari-
sustitución de un líder en declive), la mayor parte de la vida del ción de lo que podríamos llamar rentas de situación derivadas del
partido conservador ha visto a éste unido y compacto tras la bandera prestigio o de la influencia social 72. La elección de las agrupaciones
de quien en cada momento ostentaba el liderazgo. La estructura de locales tiende a recaer en personajes conocidos y capaces de atraer,
las oportunidades (la carrera política) de tipo centrípeto, que carac- a los votantes, es decir, «notables» en sentido estricto, pero éstos no
teriza a una institución fuerte, explica la tendencia a la selección de se encuentran luego en condiciones de construirse una carrera polí-
un personal burocrático y parlamentario que, generalmente, mani- tica sobre la base del control de la organización (de acuerdo con los
fiesta una gran lealtad hacia el líder y una sólida disciplina de par- moldes típicos del caciquismo político). Lo que explica también por
tido. Y explica, además, la adopción por el partido, en diversos mo- qué las organizaciones tienden a seleccionar hombres socialmente
mentos de su historia, de una estrategia de dominio de su entorno, representativos, pero también relativamente jóvenes y capaces de
al menos desde el punto de vista de la tendencia de la afiliación. El ofrecer una imagen agresiva y dinámica. Como se deduce de las
partido conservador inglés, con un número de afiliados que oscila, distintas investigaciones comparadas que se han llevado a cabo sobre
tras la segunda guerra mundial, entre los casi tres millones de 1948 la composición de los parlamentos europeos, los parlamentarios con-
y el millón y medio aproximado de los años setenta, es una de las servadores tienen una media de edad más baja que los parlamentarios
organizaciones de cuño conservador más grandes del mundo occiden- de aquellos partidos que mantienen tradiciones de caciquismo políti-
tal. co 73.
El alto grado de coherencia estructural de la organización, ga- En cuanto se refiere, finalmente, a la independencia política de
rantizado por una sólida burocracia, se refleja en una notable inde- las organizaciones locales es fácil darse cuenta que es más aparente
pendencia respecto al entorno (a la que contribuye igualmente el que real. El caso conservador muestra cómo una centralización «in-
sistema de financiación descrito anteriormente). Un signo caracterís- visible» puede ser perfectamente la cara oculta de una aparente des-
tico de esa independencia es la ausencia de una intervención formal centralización. La existencia de un control centralizado se deduce de
de los grupos de interés en el momento crucial de la selección de una serie de datos. En primer lugar el reclutamiento de los agentes
los candidatos, a diferencia de lo que ocurría en la CDU. Dos as- locales es una prerrogativa del Central Office y de los agentes de
pectos parecen contradecir, sin embargo, esta imagen de una insti- área que dependen directamente de él 74. Es sabido que en las aso-
tución fuerte: el hecho de que los dirigentes del partido, a diferencia ciaciones voluntarias, en las que la participación es débil e intermi-
del PCI, el PCF o el SPD, no tienen un origen burocrático, es decir, tente, controlar a los funcionarios equivale a menudo a controlar a
no han hecho su carrera en las filas de la organización (por lo que la asociación en su conjunto. En el caso que venimos examinando
falta el requisito de «integración vertical de las élites») y, en segundo el control funciona porque las únicas posibilidades que los funcio-
lugar, la tradicional independencia política de las organizaciones lo- narios de las organizaciones locales tienen de ascender en su carrera
cales. En cuanto al primer punto, el carácter no burocrático de la
carrera política (puesto que los funcionarios que dependen del Cen-
72 Cfr. M. Rush, Tbe Selection o/ Parliamentary Candidates, cit., p. 13 Y ss. Vid.
tral Office se hallan rigurosamente excluidos de toda participac~ón
además W.L. Guttsman, Elite Recruitment and Political Leadersbip in Britain and
en la actividad política pública) significa efectivamente que el partido
Germany since 1950: A Comparative Stucy o/ MPs and Cabinets, cit.
conservador es una institución menos fuerte que los tres casos que 73 En un análisis sobre la carrera política en cinco países (USA, Canadá, Inglate-

citábamos. 0, mejor dicho, que se trata de una institución muy rra, Australia y la Francia de la IV República), el grupo parlamentario conservador
fuerte, desde todos los puntos de vista, excepto en este aspecto con- resultó ser el más joven entre todos los analizados, con un 75 % de diputados por
creto. Es preciso, sin embargo, hacer notar que aunque tanto los debajo de los 45 años; cfr. ]. A. Schlesinger,IPolitical Careers and Party Leadersbip,
en L. J. Edinger (ed.): Political Leadersbip in Industrialized Societies, New York and
candidatos al parlamento como los futuros líderes políticos son en London, Wiley and Sons, 1967, pp. 266-293.
gran mayoría, hombres seleccionados por su carácter representativo
262 El desarrollo organl'z . rtidos de gobierno 263
atlVo LoS pa

(y su eventual promoción en la escala jerárquica) dependen de 1 rupo dirigente que tanto a nivel nacional como local se halla fuer-
decisiones del «centro» es fácilmente reconocible incluso en el pro, g mente dividido y fraccionado. En el partido conservador, como
ceso de selección de candidatos en las elecciones. La selección s terganización con un alto nivel de institucionalización, la cohesión
produce a nivel local sobre la base de una lista de candidatos po~ ~e la coalición dominante es, en general, tan elevada que hace su-
tenciales establecida por una comisión especial de la National Union perflua una formalización excesiva de los procedimientos. El mejor
(el Standing Advisory Committee on Candidates). Aparentemente síntoma de esta situación (de una coalición dominante fuertemente
cada agrupación elige después libremente a su candidato y el Central unida como consecuencia del alto nivel de institucionalización), es
C!ffi:ce,a través de su a~ente ~e ~rea se limita a un control de legi- el carácter marcadamente «apolítico» de los criterios habitualmente
timidad formal: es decir, se limita a controlar que la selección se utilizados por los militantes locales en la elección de los candidatos
produzca según el procedimiento vigente en el partido. Pero la rea- al parlamento: lo que hace inclinarse la balanza en favor de uno u
lidad es otra. Como prueba, el hecho de que en los pocos casos en otro no son, a diferencia del Partido Laborista, los criterios políticos
que las agrupaciones seleccionaron a candidatos que contaban con (es decir, las posiciones políticas del candidato), sino más bien la
la oposición de los líderes del partido (lo que ocurrió sólo en dos consideración de las características del status social de los potenciales
ocasiones en el período 1949-1969), el «centro» pudo bloquear la candidatos. En un partido compacto, las distinciones entre «dere-
candidatura y negar al candidato el apoyo del partido 75. Dicho de cha» e «izquierda», que juegan un papel tan importante en la selec-
otro modo, el partido conservador es una organización tan compacta ción de las élites en las organizaciones fragmentadas o divididas, no
y tan cohesionada que las organizaciones locales tienden «natural- tienen demasiada importancia: «Es dudoso, por tanto, que un can-
mente» a seleccionar, sin necesidad de una intervención explícita didato sea aceptado o rechazado porque se le juzgue en términos
desde arriba, a los candidatos que son gratos a los líderes del parti- generales de derechas o de izquierdas. En la decisión pueden pesar
do 76. En los raros supuestos en que esto no sucede, el control de cuestiones muy concretas, pero habitualmente tienen un carácter apo-
los líderes a través del Central Office deja de ser latente para con- lítico o prepolítico» 77.
vertirse en manifiesto y el «centro» -a pesar de las tradicionales y Sólo en los momentos de crisis, cuando la coalición dominante
rituales afirmaciones de independencia política de las organizacio- del partido vacila o existen problemas que siembran la división en
nes- consigue hacer prevalecer sus puntos de vista. el grupo dirigente a nivel nacional, la selección de los candidatos se
La organización está tan unida que puede prescindir de un sis- politiza. Fue lo que ocurrió por ejemplo durante la crisis de Suez 78,
tema elaborado de normas de procedimiento; lo que mantiene el alto y es lo que parece estar ocurriendo ahora a causa de los graves
grado de cohesión es, en efecto, la combinación de una burocracia conflictos internos ligados a la oposición de los sectores centristas
(a nivel central, intermedio y local) sólida y profesionalizada, aunque del grupo parlamentario a la política de Margharet Thatcher.
no asfixiante, y la gran sintonía que existe entre las actitudes políti-
cas de los militantes y de la élite (sintonía que no se produce por
casualidad, sino que es la consecuencia tanto en el partido conser- Conclusiones
vador como en el PCI, el SPD o el PCF de un alto nivel de insti-
tucionalización). Ello permite reducir al mínimo el nivel de forma- Los tres casos examinados en este capítulo tienen un rasgo en
lización de los procedimientos. Por el contrario, el elaborado sistema común: son «partidos de gobierno», Los tres se han consolidado
de normas del Partido Laborista responde a la permanente necesidad como organizaciones mientras controlaban las palancas del gobierno
de moderar, disciplinar y contener los conflictos inherentes a un de la nación. Pero mientras que uno de ellos, el partido conservador,

74 D. J. Wilson, Potoer and Bureaucracy in Britain, cit. n M. Rush, The Selection o[ Parliamentary Candidates, cit., p. 100.
75 M. Rush, The Selection of Parliamentary Candidates, cit., p. 19. 78 Ibidem, p. 100. Cfr. también L. Epstein, Britisb MPs and tbeir Local Parties:
76 L. Epstein, Political Parties in Western Democracies, cit., p. 219. the Suez Case, «American Political Science Review», LIV (1960), pp. 374-390.
264 El desarrollo organizativo Los partidos de gobierno 265

llegó a convertirse en una institución fuerte, los otros dos no pasa- embargo, cualquiera que sea el valor de esta asimilación, es preciso
ron de un bajo nivel de institucionalización. En gran medida, esa no olvidar algo que diferencia a la DC, tanto de la CDU com? de
distinta evolución se explica por las diferentes características de sus los partidos de clientelas o menos puros (como el CDP). Es CIerto
respectivos modelos originarios. Pero también, ciertamente, por las que la DC se ha ido aproximando con el tiempo much~ más al
distintas circunstancias históricas en que se produjo su consolidación modelo de «partido de clientelas» que al modelo del «partido con-
como organización, así como por las peculiaridades de los regímenes servador» del tipo de la CDU. Pero la DC parte de una posición
políticos y de las instituciones estatales. Naturalmente, tampoco se que se distancia mucho de ambos model~s en cuanto 'pa~ido que
deben olvidar las diferencias existentes entre los dos casos que he- nace y se consolida ante todo como un SIstema de solidaridad del
mos caracterizado como instituciones débiles. Así, la CDU es un mundo católico, como brazo secular de la Iglesia. Los rasgos propios
partido de legitimación interna, en tanto que la DC lo es de legiti- de un partido de masas basado en relaciones de clientela se super-
mación externa. En el caso de la CDU se da una relación más equi- ponen con el tiempo a ese rasgo originario, pero sin hacerlo desa-
librada entre el partido y la burocracia estatal (aunque tampoco fal- parecer por completo 81. Al igual que el Partido Laborista y que
tan aquí fenómenos muy amplios de clientelismo y de control par-
tidario de los recursos públicos); mientras que la DC es un ejemplo eficaz y rica en recursos propios. La relación entre partido y burocracia no es la
misma que en el caso italiano.
de ocupación por un partido de una débil e ineficaz burocracia esta-
4. Las facciones del LDP son organizaciones autónomas, con sus propias ma-
tal 79. quinarias electorales a nivel local (los koenkai¡ en las que se encuadran, según esti-
Esa distinta relación con el aparato estatal es probablemente la maciones fiables, cerca de 900.000 clientes, en tanto que la organización del partido
causa principal de otra diferencia básica: el mayor grado de frag- era casi inexistente a lo largo del territorio nacional. Desde mi punto de vista, la
mentación de la coalición dominante en la De. En la literatura sobre diferencia crucial entre los dos casos está en que la DC nace (principalmente) como
sistema de solidaridad y se convierte en un sistema de intereses en el momento en
las facciones en los partidos, el caso de la DC suele asimilarse al de que se institucionaliza, mientras que el LDP nace con los rasgos propios de un sis-
otro partido de gobierno: el partido liberal-demócrata japonés (LDP). tema de intereses casi puro. Sobre el LDP cfr. R. A. Scalapino, J. Masuki, Parties
Al igual que en el LDP nacido también en la segunda postguerra and Politics in Contemporany [apan, Berkeley and Los Angeles, University of Cali-
(en 1955), la institucionalización de las facciones ha alcanzado sus fornia Press, 19672, T. Tsurutani, Political Change in [apan, cit., A. Lombardo, Il
sistema politico del Giappone, Milano, Franco Angeli, 1975 y sobre todo N. Thayer,
máximas cotas en la DC (sobre todo en los años sesenta). Ambos
How Conseruative Rule [apan., Princeton, Princeton University Press, 1969.
partidos han sido descritos por algunos observadores con la expre- 81 «( ... ) la DC confirma (... ) su imposibilidad de ser hasta sus últimas consecuen-
sión «partidos de masas basados en relaciones de clientela» 80. Sin cias un partido «burgués. al estilo de los ejemplos japonés o alemán. La íntima
naturaleza de la DC como permanente partido de gobierno, legitimado por la teología
política «eusebiana» es un obstáculo para que se produzca una evolución sin reservas
79 Sobre los diferentes tipos de relación entre partidos y burocracia -un proble- en esa dirección -y también, la razón de que el problema de la securalización del
ma crucial en el análisis de los partidos de gobierno- cfr. el análisis comparado de partido sólo puede ser el tema de un debate académico. Partido moderado en lo que
G. Timsit, C. Wiener, Administration et Politique, «Revue Francaise de Science Po- se refiere a su programa explícito y a su base electoral, la DC es distinta de los
litique», XXX (1980), pp. 506-532. grandes partidos liberal-burgueses de masas porque extrae su inspiración teórica de
80 El paralelismo entre la DC y el LPD, que puede legítimamente mantenerse si la Iglesia, y su implantación en la sociedad, de la gestión sin alternativas del poder
no se lleva más allá de un cierto límite, no debe hacer olvidar algunas profundas político», G. Galli, Storia della DCm, cit., p. 378. El modelo «eusebiano» es, junto
diferencias entre las dos organizaciones: al <galesiano» y al «agustiniano», uno de los tres modelos de la teología política que
1. El LPD mantiene desde su fundación la mayoría absoluta en el parlamento: han definido históricamente la relación entre la Iglesia y el poder político según Baget
se trata de un partido dominante en el sentido que atribuye a esta expresión Giovanni Bozzo, del que puede verse, además del trabajo ya citado, Il partito cristiano a ['a-
Sartori. y este dato explica en buena parte la mayor estabilidad de la coalición dorni- pertura a sinistra. La DC di Fanfani e di Moro, 1954-1962, Firenze, Vallecchi, 1977.
nante. Sobre la imposibilidad para la DC de perder su identidad católica, vid. ---con matices
2. El LPD nace de la fusión de dos partidos preexistentes, el partido democrático distintos a los de G. Galli- G. Tassani, Laicitá de/fa DC e ricomposizione cattolica,
y el partido liberal que, a su vez, eran organizaciones con una fuerte división en -n Mulino», XXVII (1978), pp. 705-722 Y A. Parisi, Un partito di catto/ici? L 'appar-
facciones. tenenza religiosa e i rapporti con i/ mondo catto/ico, en A.Parisi (a cura di), Demo-
3. La burocracia imperial japonesa es tradicionalmente una institución fuerte, cristiani, cit., pp. 85-152.
266 El desarrollo orgallJ'z .
at!vo

tantos otros de legitimación externa, la DC no podrá nunca renu _ 8. LOS PARTIDOS CARISMATICOS
ciar del todo al control de su territorio de caza (en este caso ni
mundo católico) porque ello implicaría la renuncia a una parte im,
portante de su identidad organizativa. La presencia simultánea d
varias identidades poco amalgamadas entre sí y, sin embargo, forza~
das a convivir, junto a la ocupación del Estado y a la necesidad de
compartir el control del gobierno con otros partidos 82, es lo que
explica la permanente conflictividad del grupo dirigente de la De-
mocracia Cristiana, la imposibilidad de dotar de estabilidad a su
coalición dominante, así como las grandes dificultades con que se
tropieza el análisis de su sistema organizativo.

Premisa

Los dos casos que analizaré en este capítulo presentan, en su


modelo originario, una característica común que les diferencia cla-
ramente de todos los partidos examinados hasta ahora. Se trata de
partidos que hemos elegido como casos emblemáticos de organiza-
ciones cuya fundación se debe a la acción de un único líder y gye
se confi ran como un puro instrumento de ex resión olítica de
éste. Mucho se a . o so re el tema del carisma esde que Weber
formuló su teoría del poder carismático. Y sobre todo, muchas son
las perplejidades que ha suscitado el uso de un concepto que a me-
nudo corre el riesgo de ser utilizado como un passe-partout con el
que describir cualquier forma de poder personal).
1 Vid., por ejemplo, C. J. Friedrich, Political Leadership and tbe Problem of
Charismatic Pouier, «Journal of Politics-, XX (1971), pp. 299-305; H. Wolpe, A cri-
tical Analysis of Some Aspects of Charisma, «The Sociological Review-, XVI (1968),
pp. 305-318; Y sobre todo, el intento, no del todo convincente, de redefinir el con-
cepto mediante una crítica de la teoría weberiana, de J. V. Downton, Rebel Leadrship.
82 Sobre los problemas organizativos ligados a las alianzas de gobierno como Commitment and Charisma in the Reuolutionary Process, New York, Teh Free Press,
partidos competidores vid., más adelante, el cap. XI. 1973.

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