Las escuelas telesecundarias forman parte de un subsistema dedicado a la atención de adolescentes que viven en contextos rurales, marginados y semi- urbanos; llevándoles de una manera pertinente e inclusiva, el ultimo nivel de educación básica, la educación secundaria; donde los docentes deben de fortalecer las relaciones sociales que comienzan a establecer, fomentando el aprendizaje cooperativo.
Pero, ¿Qué es el aprendizaje cooperativo? La cooperación consiste en
trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes. En una situación cooperativa, los individuos procuran obtener resultados que sean beneficiosos para ellos mismos y para todos los demás miembros del grupo. El aprendizaje cooperativo es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás. (David W. Johnson, 1999).
Durante la jornada de practicas busque establecer un contexto cooperativo,
donde los alumnos pudieran intercambiar materiales, ideas, para poder presentar un producto al final de esta; pero al tener dos grupos que a lo largo del ciclo escolar han sido comparados, me fue difícil, lograr que intercambiaran de compañeros para algunas sesiones de las asignaturas y con ello, el trabajo se adelanto y se vio desfavorecido; pues muchos de los alumnos solo se han acostumbrado a trabajar con los mismos compañeros, cerrando las posibilidades al resto del alumnado. Además de esto, el ambiente competitivo que existe en las aulas, desfavorece a las minorías, pues las alumnas (principalmente) buscan beneficios personales, dejando a un lado los aspectos de convivencia y solidaridad, desconfiando del trabajo de sus compañeros y teniendo la vista a sus expectativas e intereses. El trabajo cooperativo, el maestro del grupo lo fortalecía, pero al momento que llega un nuevo grupo a su aula, desfavorece la situación, pues algunos alumnos no saben que es trabajar en equipo, y los que apenas lo van practicando pierden cierto interés al conocer las aptitudes de sus compañeros, y al haber situaciones personales, que fuera de la escuela se revelan ante la sociedad y sus compañeros, donde la falta de confianza y comunicación, los aísla en determinados momentos de la jornada escolar, desfavoreciendo el trabajo que el docente busca fortalecer. En el principio pedagógico, numero cuatro trabajar en colaboración para construir el aprendizaje, busca un aprendizaje colectivo a partir de la búsqueda de soluciones, coincidencias y diferencias, donde las actividades sean inclusivas, definan metas comunes, favorezcan el liderazgo compartido, permitan el intercambio de recursos, se desarrolle el sentido de responsabilidad y corresponsabilidad, y se realice en entornos presenciales y virtuales, en tiempo real y asincrónico (SEP, 2011); con ello los docentes deben tanto aprender a trabajar con otros docentes en colaboración, mediar las actividades, y además de ser ejemplo para los alumnos, pueden estimular, concentrar energía en alcanzar metas y mantener buenas relaciones de trabajo. Para ello los docentes se deben de responsabilizar en especificar los objetivos de la lección, a partir de la planeación y de los aprendizajes esperados; saber lo que realmente queremos que el alumno aprenda, y con ello fortalecer el trabajo y la socialización de los alumnos dentro del aula. Tomar decisiones previas, y aclararlas tanto a nuestro contexto como a nuestros alumnos, saber en que momento podemos utilizar las diferentes formas de trabajo (individual, en parejas y de manera grupal) y con ello se asignan roles a los jóvenes, donde ellos saben que, como docentes, esperamos mucho mas de lo que creen; también es necesario. Explicar la tarea y la interdependencia positiva para realizarla; controlado a partir de los tiempos y las funciones de los jóvenes dentro del grupo, responsabilizando de las diferentes acciones a los jóvenes, y generando la confianza para que el alumno sepa lo que esperamos realmente de él, con ello el alumno fortalece sus cualidades y busca dar lo mejor de sí, pues sabe que como docentes, esperamos mucho de ellos. Observar y controlar el aprendizaje e intervenir en caso necesario, los adolescentes tienen la idea de competir y terminar primero, te lleva a un triunfo mediato, donde el docente conoce su potencial y tu habilidad, con ello apresura a sus compañeros, que en ocasiones no son lo mismo hábiles para el trabajo, y como docentes debemos tomar en cuenta detalles, tanto del trabajo como de la organización, mejorando la calidad y la comunicación del trabajo en equipo. Evaluar el aprendizaje y ayudar a los alumnos a evaluar a sus grupos, hoy en día se tiene la evaluación por dos campos, por el momento y por la persona que la hace, donde enseñar a los alumnos a autoevaluarse, y coevaluarse, sean experiencias que permitan conocer a ellos su potencial dentro del trabajo del grupo, así como las deficiencias y expectativas que alcanzaron, teniendo un análisis personal del trabajo. Todo lo anterior permitirá a los alumnos poder desenvolverse en cualquier ambiente que participen, fortaleciendo las relaciones y resolviendo conflictos que pudiesen tener, pero es necesaria y urgente la intervención del docente, pues la escuela además de ser un espacio donde el alumno aprende muchas cosas, debe ser un lugar donde el docente permita y no se olvide de las relaciones sociales, pues en todo momento de su vida el alumno dependerá de alguien mas para lograr tener un beneficio o logro, dígase trabajo, familia, amistades y personas en general; y es desde la escuela donde el alumno deberá aprender a manejar a diez o veinte compañeros en relaciones sociales y conjuntas, y con ello al paso de diferentes niveles académicos podrá fortalecerlas, para que en el momento en que sea necesario tomar una decisión en conjunta no tenga problemas y favorezca el resultado. Si el docente puede impulsar al inicio del ciclo este contexto cooperativo, tanto con el ejemplo como con las formas de organización dentro de la escuela y del aula, el trabajo será menos pesado y sobresaldrá, fortaleciendo las metas que son los aprendizajes esperados, y se creara concientización, aumentando la autoestima y la capacidad de los jóvenes, y reduciendo los riesgos escolares que muchas veces perjudican y cambian el futuro de los alumnos. Bibliografía David W. Johnson, R. T. (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires: Paidós Educador.