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Ensayo
1
Con una intermitente participación de Trinidad y una participación temporal de Guayana.
2
MORON, GUILLERMO. Historia de Venezuela, Caracas, Ediciones El Nacional, 2011. Pp.47-48
Historia una narración destacada dentro de la vasta obra de los cronistas de su
época. Influenciado por la corriente ilustrada que estaba siendo desarrollada
durante la España borbónica, Caulin recibe la enseñanza del religioso y
ensayista Benito Feijoo, cuyo principal aporte al movimiento ilustrado fue el de la
escritura critica, enfocada en darle la explicación a las cosas mediante elementos
naturales, palpables a los sentidos, apuntando a la fidelidad de la experiencia y
solo usando a Dios como elemento explicativo para elementos que no puedan
ser aclarados por razones humanas. El “escepticismo” de Feijoo estrecharía los
campos de investigación que otrora eran ignorados debido a la tradición
escolástica, rompiendo con el criterio de autoridad que aun reinaba en las
universidades y supondría una reformulación de la metodología para la
producción literaria; estas concepciones estarían profundamente arraigadas al
Fray Antonio Caulin, que se embarcaría en 1741 con dirección a Nueva
Barcelona (hoy Barcelona), para constituir la misión de Piritu3.
3
Denominada Mision de Padres Observantes de Piritu.
4
Comienza a redactarla en 1755 y la culmina en 1758. Seria publicada en 1779.
5
GARCIA GAVIDIA, NELLY. Los indígenas venezolanos: de su denominación en la “Historia de la nueva
Andalucía” (1779) a la persecución actual por la ideología del progreso. En: DEL PINO DIAZ, FERMIN y
LAZARO AVILA, CARLOS (Coordinadores). Visión de los otros y visión de sí mismos: ¿Descubrimiento o
invención entre el Nuevo Mundo y el Viejo?, 1995, pp. 205-234
6
Expedición realizada en 1755 para la delimitación de los límites del rio Orinoco y de Guayana, a fin de
diferenciar las posesiones con españolas con respecto a las portuguesas.
Su vida con más detalle puede ser consultada a través de los trabajos de
Guillermo Moron7, Edgar Rodriguez Leal8, entre otros. El objeto de atención del
presente ensayo radica en la mentalidad del franciscano, como su cosmovisión
influenció su producción literaria, especialmente vinculado a las ideas del padre
Feijoo, anteriormente expuesto. Esta obra es la clara manifestación de un cambio
en la cosmovisión de la producción intelectual oficial en territorio venezolano, se
ve una diferencia en la concepción del providencialismo, de la visión teológica
del mundo monopolizada por la autoridad eclesiástica y que margina al resto de
disciplinas que aportarían aspectos más realistas y menos filosóficos. Los
estudios realizados por los franciscanos en el territorio antes de 1750, como el
obispo Alonso Briceño, Tomas Valero Torellas o Agustín Quevedo Villegas, se
veían impregnados de fórmulas y sentencias, encerrados en cuestiones
abstractas, metafísicas, sobre el ser y su relación con la divinidad, vinculado a la
sumisión ante la autoridad sagrada, claramente influenciados por el pensamiento
de Santo Tomas de Aquino o de Duns Scoto; mientras que se descartaban las
ideas del empirismo, encarnadas en Rene Descartes, Isaac Newton o Galileo
Galilei. La experimentación sensorial y el espíritu investigativo que comenzaba
a tener auge en Europa todavía era limitado en estas tierras.
7
MORON, GUILLERMO. Biografía de fray Antonio Caulin. Madrid, Instituto Gonzalo Fernández de
Oviedo, 1954. En: MORON, GUILLERMO. Los cronistas y la historia. Caracas, Ministerio de Educación,
1957.
8
RODRIGUEZ LEAL, EDGAR. Fray Antonio Caulin: ideología e historia. Caracas. Universidad Central de
Venezuela, 1975.
con esa orientación de un origen mágico a las situaciones y al ejercicio
imaginativo como forma de resolver las incógnitas, es ahí donde la destreza de
Caulin se hace notar y es destacado por el historiador Caracciollo Parra de la
siguiente forma:
“Por el señorío, pues, de documentos e historias anteriores, que son la base del
relato y que como dueños absolutos del campo, enfrentan la imaginación, ni
poderosa ni rebelde en el autor; por el carácter medio panegírico y el fin moral,
ante quienes se resumieron o sacrificaron acaecimientos que sabidos
oscurecieron la conducta de algunos religiosos; por el estilo literario llano y sin
arreos, atento solo a la expresión de la verdad, en cuyas frías aras habría
inmolado de tenerlas, sus propias naturales galas; y hasta por cierto vislumbre
de la causalidad histórica y de la integridad del organismo social, que sin humos
psico-físicos apunta en la mente de Caulín: su -Historia-, ni majestuosa ni retorica
como la clásica, ni fresca ni imaginativa como las crónicas (aunque si sencilla y
a ratos adaptada a la mente popular), ni pragmática ni filosófica en el verdadero
concepto de estas dos tendencias, ocupa lugar intermedio, muy propio de su
época (que en tales materias fue de transición), y participa en este sentido y en
la medida de las capacidades del laborioso fraile observante, de los caracteres
felices o adversos de aquellas varias escuelas…”9
9
PARRA, CARACCIOLO. Analectas de Historia Patria, Caracas, 1935. Citado de “Cronistas de Venezuela.
Fray Antonio Caulin”, en Obras, Editorial J.B, Madrid, 1954, p.531.
presente en las actitudes, opiniones y comportamientos en los sectores sociales,
creyéndose que la libre voluntad podía ser consecuencia de la tentación
diabólica, por lo tanto se podía sucumbir al pecado por incitación, orgullo,
infidelidad o ignorancia10. Esto quiere decir que el hombre es bueno por
naturaleza y que es la acción diabólica las que los confina a la vida del
“paganismo”, la “barbarie”, la “superstición”, todos calificativos asignados a los
indígenas en la época, por lo tanto, Caulin no los ve como responsables de su
forma de vida, sin dejar de lado su obligación como evangelizador de enseñar
los valores de la propiedad, la vida urbana y la asimilación de la fe cristiana.
Fuentes Consultadas:
10
Ver el estudio hecho por el profesor Strauss Kazen sobre Fray Juan Antonio de Navarrete en: STRAUSS
K., RAFAEL. El Diablo en Venezuela: certezas, comentarios, preguntas. Caracas, Fundacion Bigott, 2004,
pp.202-205.