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Isaías 9:6 – “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de
Paz.”
Navidad no se trata de dar regalos como se trata de recibir el regalo.
Jesucristo es revelado por el Padre desde Génesis hasta Apocalipsis, en cada libro de la Biblia
Jesucristo es revelado para asegurarnos de que Dios es bueno y él está con nosotros porque él
es Emanuel, que significa Dios con nosotros.
El testimonio de Jesus es el Espíritu de la profecía
Apocalipsis 19:10 – “10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo
hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a
Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”
“Cuando estaba con ustedes antes, les dije que tenía que cumplirse todo lo escrito acerca de
mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos.” (Lucas 24:44)
¿Qué quiso decir Jesús cuando le dijo a los líderes judíos: “Ustedes estudian las Escrituras
a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna? ¡Pero las Escrituras me señalan a
mí!” (Juan 5:39) A medida que se acerca la Navidad, pensemos en lo que la venida de Jesús
significa para nosotros y en cuán ciertas estas palabras son.
Antes de que Jesús viniera a la Tierra, Él vivía en el Cielo. En el Cielo no existe el pecado y los
ángeles adoraban a Jesús todo el día. Debido a que Jesús nos ama, Él voluntariamente dejó el
Cielo y puso a un lado Su poder para venir al mundo como un bebé humano, pequeño e
indefenso. Ahí es donde comienza la vida de sacrificio.
En una ocasión, organizaron un festejo para Jesús cuando estaba entrando a Jerusalén. Pero
días más tarde, la gente estaba tratando de conseguir que lo mataran. Él tenía el poder para
vencer a sus enemigos y escapar de ellos, pero ni siquiera se defendió cuando lo acusaron.
Por nosotros, Jesús se sometió a la tortura más cruel que lo llevaría a su ejecución.
En esta Navidad, cuando usted mire las imágenes en los nacimientos navideños, piense acerca
del sacrificio que Jesús hizo cuando vino a la Tierra y acepte su regalo gratuito de salvación. Y
luego, así como los pastores y los magos, humíllese, adórele, y agradézcale de todo corazón
por su regalo incomparable.