Sie sind auf Seite 1von 4

LA DIRECCIÓN DE DIOS

6
Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7y
cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8Y pasando junto a Misia,
descendieron a Troas. 9Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y
diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia,
dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
Hechos 16:6-10

Introducción
Uno de los grandes peligros (problemas) en la vida cristiana, es
tomar decisiones equivocadas: enamoramiento, matrimonio, carrera,
trabajo, etc.

Uno de los grandes privilegios de ser un hijo de Dios es


experimentar la dirección de nuestro Padre Celestial. Él nos ama, y
quiere guiarnos. Tiene muchas formas de hacerlo – por Su Palabra,
por Su Espíritu, por Su Cuerpo (la Iglesia), por las circunstancias.

En este pasaje, tenemos un testimonio claro y contundente de la


dirección de Dios en el ministerio de Pablo. ¿Qué podemos aprender
acerca de la dirección de Dios, de este incidente?

1. DIOS NOS GUÍA CUANDO ESTAMOS CUMPLIENDO SU VOLUNTAD


(v.6a)

Pablo y Silas no estaban haciendo lo que ellos querían; estaban


cumpliendo al mandato divino de predicar el evangelio. Fue en ese
contexto que experimentaron la dirección de Dios.

Notemos que ellos no estaban constantemente buscando la dirección de


Dios. ¿Por qué no? Porque sabían que lo que estaban haciendo era la
voluntad de Dios, y confiaban que estando en la voluntad de Dios, Él
les guiaría.

ADVERTENCIA: Si lo que estamos haciendo NO es la voluntad de Dios,


entonces no podemos esperar que Él nos guíe. Él sólo guiará a las
personas que están haciendo Su voluntad, y que viven día a día para
Él. Si nuestras vidas están mal direccionadas, no podemos esperar la
dirección de Dios para nuestras vidas. ¡Es nuestra responsabilidad
asegurar que la ‘barca’ de nuestras vidas está yendo en la dirección
correcta, en primer lugar!

EJEMPLO: Dios guiando al siervo de Abraham (Gn. 24:27).

ILUSTRACIÓN: Cuando un chofer sale de viaje (por ejemplo, yendo a


Lima), disfruta de varias ayudas para la navegación. Pero lo más
importante de todo es que cuando sale de Trujillo, toma la dirección
correcta – hacia el sur. Si se va al norte o al este, no
experimentará ayuda alguna para llegar a Lima.

DESAFÍO: ¿Está nuestra vida yendo en la dirección correcta?

2. DIOS NOS GUÍA CERRANDO PUERTAS (v.6b-8)

Cuando estamos yendo en la dirección correcta, entonces podemos


confiar que Dios nos guiará. Muchas veces lo hace, simplemente
cerrando las ‘puertas’, para encaminarnos en la dirección correcta.
En este pasaje tenemos un claro ejemplo de ello.

Estaban en pleno segundo viaje misionero (ver Hch. 15:36-41). El


propósito del viaje misionero fue volver a visitar a las iglesias
establecidas durante el primer viaje misionero (Hch. 15:36). Luego
del descuerdo con Bernabé, Pablo se fue con Silas, yendo por Siria y
Cilicia (Hch. 15:41), tomando la ruta hacia el norte (quizá
visitando las últimas iglesias ‘plantadas’ durante el primer viaje
misionero). De todos modos, habiendo atravesado Frigia y la
provincia de Galacia (Hch. 16:6), intentaron ir hacia el norte de
Asia Menor. Fue aquí que el Espíritu Santo intervino. Lucas
escribe, “les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia” (Hch. 16:6b). No
sabemos cómo. Probablemente fue una serie de circunstancias, que les
quitó la paz acerca de ir hacia el norte.

No pudiendo ir al norte, se fueron hacia el oeste (hasta Misia,


v.7), entendiendo que no debían quedar paralizados. Pero, cuando
volvieron intentar ir hacia el norte (hacia Bitinia), una vez más “el
Espíritu Santo no se lo permitió” (v.7b).

¿Qué aprendemos de este incidente? Varias lecciones importantes:


i. Dios es soberano sobre nuestras vidas. Él tiene el derecho de
decidir a dónde vamos a ir, y qué vamos a hacer.
ii. La necesidad de discernir la dirección del Espíritu Santo.
Saber que es Él quien está detrás de circunstancias adversas.
iii. Dios no siempre nos explica por qué no quiere que hagamos
algo. ¡Dios no le explicó nada a Pablo!
iv. No debemos insistir en hacer algo, cuando Dios ha dicho ‘no’.
Debemos someternos a la soberanía de Dios.
v. Tampoco debemos paralizarnos ante una negativa de parte de
Dios.

3. DIOS NOS GUÍA POR REVELACIONES PARTICULARES (v.9)

A pesar de la negativa de Dios, Pablo siguió avanzando; Dios le


estaba conduciendo hacia el oeste. Pablo terminó en Troas (v.8). Fue
allí que Dios le habló a Pablo, claramente. Lo hizo por medio de “una
visión de noche” (v.9). ¿Cuál es la diferencia entre un ‘sueño’ y una
‘visión’?

En la visión Pablo VIO algo (“un varón macedonio estaba en pie”, v.9a), y
también ESCUCHÓ algo (“rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos”, v.9b).

La vida cristiana es una vida de relación; de comunión con Dios.


Dentro de esa relación/comunión, se sobre entiende que hay
comunicación. Todo creyente tiene el derecho y el privilegio de
escuchar la voz de Dios, hablándole y guiándole. Dios ha prometido
hacerlo (Sal 32:8).

¿Cómo nos guía Dios? Lo hace, principalmente, por Su Palabra. En


ella, Él nos da instrucciones acerca de Su voluntad (1 Ts. 4:3).
También nos guía por Su Espíritu Santo, que mora en nosotros.

Sin embargo, para disfrutar Su dirección hay algunas condiciones que


debemos cumplir:

i. Debemos desear ser guiados por Él. Si no queremos que Él nos


guíe, no lo hará; nos dejará cometer nuestros errores.

a. EJEMPLO: Josué engañado por los Gabaonitas (Josué 9:14).


ii. Debemos evitar la actitud que lo sabemos todos, y que no
necesitamos la dirección de Dios (Proverbios 3:5-6).

iii. Debemos ser ‘mansos’ y sumisos ante Su dirección (Salmo 25:9).

4. DIOS NOS GUÍA ABRIENDO PUERTAS (v.10-12)

Una vez que Pablo supo la voluntad de Dios, “en seguida procuramos partir para
Macedonia…” (v.10). No sólo la ‘procuraron’ hacer, sino que realmente
lo hicieron, porque las ‘puertas’ se abrieron. Encontraron un barco
que iba en esa dirección, y pronto llegaron a Neápolis (v.11), y de
allí pasaron a Filipos (v.12), que era la capital de la provincia de
Macedonia.

Cuando sabemos la voluntad de Dios, podemos confiar que Él abrirá


las puertas para avanzar. Si las puertas no se abren, podemos
confiar que lo va a hacer. Insistimos en ir adelante, porque sabemos
que esa es Su voluntad para nuestras vidas.

OJO: Que algo sea la voluntad de Dios para nuestras vidas no


garantiza que será todo será fácil. En Filipos, Pablo terminó siento
azotado (Hch. 16:22), y echado en la cárcel (Hch. 16:23-24). Sin
embargo, podía cantar y alabar a Dios (Hch. 16:25), porque sabía que
estaba en el centro de la voluntad de Dios para su vida.

Conclusión
¿Sabemos la voluntad de Dios para nuestras vidas?
¿Estamos queriendo saber la voluntad de Dios para nuestras vidas?
¿Nos estamos dejando guiar por Él, o pensamos que no necesitamos
buscar la voluntad de Dios?

Das könnte Ihnen auch gefallen