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1 CORINTIOS 2:1-5

Introducción

Uno de los temas que debe interesar a todo creyente es el tema de Avivamiento
Espiritual (Av. Es.).

Definición: “Un Av. Es. es una obra soberana del Espíritu Santo en la cual Él manifiesta
en forma muy tangible la gloria y la santidad de Dios, con el fin de que el hombre sea
profundamente quebrantado delante de Él, y la sociedad sea claramente
transformada”.

Pero, ¿cómo se produce un Av. Es.? Uno de los requisitos fundamentales es la


oración; porque sólo Dios puede dar un Av. Es. Un segundo requisito indispensable
es la predicación de la Palabra. Todo verdadero Av. Es. ha estado relacionado con un
predicador ungido por el Espíritu Santo.

EJEMPLO: Durante el siglo 18 hubo varios Av. Es., cada uno vinculado con un
predicador particular:

EE.UU. : Jonathan Edwards

Inglaterra : John Wesley y Jorge Whitefield

Gales : Daniel Rowland y Howel Harris

Una pregunta importante es ‘¿Qué clase de predicación usa Dios en un Av. Es.?’
‘¿Cuáles son las características principales de tal predicación?’

Este es un asunto muy importante:

i. Para saber cómo orar y pedir a Dios que levante tales predicadores.
ii. Para que este sea un modelo para los que ahora predican la Palabra de
Dios.
iii. Para discernir y analizar bien qué clase de predicación escuchamos hoy en día.
¿Será la clase de predicación que Dios bendecirá?

Para desarrollar este tema vamos a estudiar 1 Cor 2:1-5. Aquí tenemos lo que
podríamos llamar “la filosofía inspirada por Dios detrás de la predicación de Pablo”.

CONTEXTO: Dios usó a Pablo para establecer la Iglesia en Corinto. Pero no fue fácil.
Tenemos el trasfondo histórico en Hch 17 y 18. En Hch 17:16-34 vemos a Pablo
predicando el evangelio en Atenas. Hubo poco fruto (v.32-34). De allí pasó a Corinto
(Hch 18:1), una ciudad entregada a la inmoralidad. La pregunta era, ¿cómo predicar
en una ciudad como Corinto? La tentación para Pablo era cambiar el método. En
Atenas predicó sobre la muerte y resurrección de Cristo, y el juicio de Dios. ¿Sería
mejor cambiar de estrategia? ¿Debía modificar un poco el mensaje?

En 1 Cor 2:15 tenemos la respuesta de Pablo a estas preguntas. Muestra la actitud


que tuvo el apóstol ante el desafío de establecer una iglesia en Corinto. En este pasaje
podemos notar TRES características de la clase de predicación que Dios bendice.
1. PREDICÓ UN MENSAJE QUE GLORIFICÓ A DIOS (v.2)

Esto es fundamental si queremos ver un verdadero Av. Es. El propósito de Dios, al


conceder un Av. Es., es glorificarse a Sí mismo. Por consiguiente, el mensaje que se
predica debe apuntar a esto – la gloria de Dios.

Notemos los siguientes puntos:

a. La Determinación de Pablo

Él escribe, “me propuse”. El verbo original (‘krino’, en griego) tiene el sentido de


“hacer una evaluación mental para después tomar una decisión”. Después del ‘fracaso’
en Atenas, ¿sería bueno cambiar el mensaje?. Pablo se planteó esta pregunta y llegó a
una conclusión contundente: ‘NO’. ¿Por qué no? Porque la predicación del evangelio
no es como la política. Los políticos cambian fácilmente su discurso con el fin de
agradar a la gente.

EJEMPLO:

Pero en la Iglesia del Señor no debemos hacer eso.

ILUSTRACIÓN: Durante el siglo 20, muchos predicadores en Inglaterra dejaron de


predicar del pecado y del juicio de Dios. Consideraban que la gente ya no toleraba esa
clase de mensaje. Comenzaron a enfatizar más el amor de Dios. ¿Cuál fue el
resultado? Perdieron la bendición de Dios y vaciaron las iglesias.

b. El Discernimiento de Pablo

Pablo tuvo que escoger entre varios ‘mensajes’ o presentaciones del evangelio que él
pudo predicar. Eligió este: ‘Cristo crucificado’. ¿Por qué?

- Este es el mensaje que humilla al hombre delante de Dios.


- Este es el mensaje que glorifica a Dios delante de los hombres.

Por consiguiente, este es la clase de mensaje que Dios bendecirá y usará para la
conversión de los pecadores.

¿Cómo es que este mensaje (de Cristo crucificado) glorifica a Dios y humilla al
hombre?

i. Muestra que el ser humano no es capaz de salvarse a sí mismo.


ii. Glorifica el gran amor de Dios por los pecadores.
iii. Exalta la soberanía de Dios en el plan de salvación.
iv. Enaltece la santidad de Dios, y Su justicia frente al pecado del ser humano.

Pablo se propuso predicar este mensaje porque glorificaba a Dios.

Antes de dejar este tema valdría la pena preguntarnos, ¿tenía Pablo alguna
alternativa? ¿Alguna otra clase de presentación que podría hacer? Claro que sí. Él
mismo lo señala en 1 Cor 1:22-23.
Los JUDÍOS decían: “Haz señales y te creeremos” (1 Cor 1:22a). La verdad es que
Pablo, siendo apóstol, podía hacer señales y prodigios. Entonces, ¿por qué no lo hizo
para ganar la atención de los judíos? ¿No los amaba? Por supuesto que sí. El
problema era que si se proponía hacer señales simplemente para agradar a los judíos,
Pablo estaría cayendo en la trampa de exaltar al ser humano, y hacer que Dios sea su
siervo. Eso ni humillaría al ser humano, ni glorificaría a Dios. Por eso Pablo desistió
de hacer milagros.

Los GENTILES decían: “Háblanos de filosofías y te escucharemos” (1 Cor 2:22b).


Pablo podía hacer eso; gozó una buena educación, y era un hombre muy inteligente.
Entonces, ¿por qué no lo hizo? ¿No amaba a los gentiles? Por supuesto que sí. Pero
hablarles filosóficamente sólo para agradar a los gentiles sería caer en la trampa de
exaltar a los hombres, y hacer de Dios un siervo de ellos. Por eso Pablo se negó
hablarles filosóficamente.

Al tomar esta decisión, Pablo estaba corriendo un tremendo riesgo. Al rechazar estas
‘presentaciones’ alternativas, y sólo hablar de Cristo crucificado, Pablo era consciente
de que su mensaje sería considerado una “locura” (ver 1 Cor 1:18, 21, 23). Sin
embargo, Pablo no cedió a la tentación de cambiar el mensaje.

¿Por qué no?

- Quería glorificar a Dios más que cualquier otra cosa.


- Quería ver un verdadero Av. Es.

Pablo no buscaba resultados ‘baratos’.

2. PREDICÓ EN UNA MANERA QUE GLORIFICÓ A DIOS (v.1,4)

En el primer punto, tratamos el asunto del contenido de la predicación; ahora


debemos ver el asunto del método o la manera de la predicación. ¡Ambas cosas son
importantes! Lamentablemente, es posible predicar el verdadero evangelio, pero
predicarlo en una manera que NO glorifica a Dios. Eso es un asunto muy serio.

¿En qué manera predicó Pablo? ¿Qué método usó? Veamos este asunto primero en
términos negativos (lo que Pablo NO hizo al predicar), y luego en términos positivos (lo
que sí hizo).

a. Negativamente

Notemos algunas cosas que Pablo dice, en forma negativa, acerca de cómo predicó:

i. No trató de impresionar con sus palabras y conocimientos (v.1b). Dice, “no fui
con excelencia de palabras o de sabiduría”. A veces vemos a pastores tratando
de hacer eso. ¿Cuál es el problema con esta manera de predicar? Es que
tiende a glorificar al predicador, en vez de glorificar a Dios. Para evitar este
peligro el siervo de Dios debe predicar con sencillez. Una de las marcas de todo
gran predicador es que la gente más sencilla lo puede entender. Habla cosas
profundas, pero en un lenguaje sencillo, cotidiano.
ii. No trató de persuadir o de ‘seducir’ a los oyentes con sus palabras (v.4). Pablo
afirma, “ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de
humana sabiduría”. Ese es un gran peligro en estos tiempos. A veces la gente
quiere ser ‘seducida’ por el predicador, y el predicador les da lo que quieren.
Ante esta clase de predicación, mucha gente responde; pero, ¿por qué lo hace?

- Por el carácter del predicador (que les impacta).


- Por las ‘promesas’ que él les ofrece.

Eso se nota, especialmente, en la forma de hacer el llamado al final de la


prédica. Pero esto es exactamente lo que Pablo quería evitar, como leemos en
el v.5, “para que vuestra fe NO esté fundada en la sabiduría de los hombres,
sino en el poder de Dios”.

No es que Pablo nunca trataba de persuadir a sus oyentes a responder al


evangelio. Como lo afirma en 2 Cor 5:11, “Conociendo, pues, el temor del
Señor, persuadimos a los hombres…”. Pero lo hacía a través de la
presentación del evangelio, y no por medio de estrategias humanas.

b. Positivamente

Pablo presenta esto en la segunda parte del v.4, “…sino con demostración del Espíritu
y de poder”. ¿Qué significa esto? Algunos piensan que tiene que ver con hacer
señales y prodigios. Pero Pablo ya negó eso en 1 Cor 1:22-23.

Entonces significa las siguientes evidencias del poder de Dios:

- Convicción de pecado.
- Un verdadero arrepentimiento.
- Vidas transformadas.

Tenemos un claro ejemplo de esta “demostración del Espíritu y de poder” en 1 Tes


1:5-10. Lo mismo pasó en Corinto (ver 1 Cor 6:9-11).

Un verdadero Av. Es. NO depende de métodos y estrategias humanas; depende de


predicar el evangelio con la unción y el poder del Espíritu Santo. Es precisamente
porque tantos predicadores no contamos con el poder del Espíritu Santo que
recurrimos a estrategias humanas. Quizá esos métodos produzcan ‘resultados’
humanos, pero lo que hacemos es desastroso para los oyentes. Sus vidas no han sido
impactadas por el poder de Dios, sino por el convencimiento del predicador; y eso no
durará por mucho tiempo, ni producirá cambios permanentes en las personas.

3. EL MISMO PREDICADOR DEBE GLORIFICAR A DIOS (v.3)

Uno de los grandes peligros para todo predicador es querer glorificarse a sí mismo en
el púlpito. Algunos entran al púlpito como verdaderos “pavos reales”; llenos de su
propia importancia. Qué diferente era Pablo. Él se colocaba delante de los hombres
con tremenda humildad. Cómo él mismo dice, estuvo delante de los corintios con
“mucho temor y temblor” (v.3). Sin embargo, aunque sentía eso, en realidad contaba
con el poder de Dios en su predicación.
Eso nos enseña que lo importante NO es lo que nosotros sentimos (al momento de
predicar), sino la realidad que experimentamos del poder de Dios.

Como Pablo enseña en 2 Corintios, es cuando somos débiles que Dios más nos puede
usar (2 Cor 4:7; 12:9).

Conclusión

Esta es la clase de predicación que Dios usará para un Av Es. ¡Ocurrió en Corinto! Ver
Hch 18:10. Puede ocurrir aquí también.

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