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Divina comedia

La Divina comedia (italiano moderno Divina Commedia, toscano La Divina Comedìa) es


un poema escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue escrito
aunque las opiniones más reconocidas aseguran que el Infierno pudo ser compuesto
entre 1304 y 1307 o 1308, el Purgatorio de 1307 o 1308 a 1313 o 1314 y por último,
el Paraíso de 1313 o 1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Libro más famoso de
su autor, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval
(teocentrista) al renacentista (antropocentrista). Es considerada la obra maestra de la
literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. Se considera por tanto
que la redacción de la primera parte habría sido alternada con la redacción
del Convivium y De Vulgari Eloquentia, mientras que De Monarchia pertenecería a la
época de la segunda o tercera etapa, a la última de las cuales hay que atribuir sin duda la
de dos obras de menor empeño: la Cuestión de agua y la tierra y las dos églogas escritas
en respuesta a sendos poemas de Giovanni de Regina.

Características[editar]

Dante y Beatriz a orillas del Leteo(1889), de Cristóbal Rojas.

Dante Alighieri llamó sencillamente Commedia a su libro, pues, de acuerdo con el


esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final es feliz. Fue el escritor y
humanista Giovanni Boccaccio quién añadió el adjetivo "divina" durante la época en la que
se encargó de leerla y comentarla públicamente por diferentes ciudades italianas, también
por ser un poema que canta a la cristiandad. El libro suele presentarse actualmente con un
gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados.
Estos comentarios incluyen interpretaciones de las alegorías o significados místicos que
contendría el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se
acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de la Divina comedia, muchos de los
cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de ultratumba tal como
se lo concebía en su tiempo.[cita requerida] Miguel Asín Palacios, por otra parte, destacó la
importancia de la escatología musulmana en la estructura del Infierno dantesco.1
La Divina Comedia se considera una de las obras maestras de la literatura italiana
y universal. Dante resume en ella todo el amplio conocimiento acumulado durante siglos,
desde los antiguos clásicos hasta el mundo medieval; su fe religiosa y sus convicciones
morales y filosóficas. El estilo de la obra posee un rico lenguaje lleno de símbolos y
frecuentes referencias a personajes históricos y de la antigua mitología. Numerosos
artistas de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre ella; destacan entre ellas las
de Botticelli, Gustave Doré, Dalí, William Adolphe Bouguereau y Miquel Barceló. Dante
Alighieri la escribió en dialecto toscano, matriz del italiano actual el cual se usó entre los
siglos XI y XII. Dante finaliza cada una de las cánticas utilizando la palabra estrellas;
conectándolas, a pesar de sus marcadas diferencias.

Estructura[editar]
Detalle de infierno: Mosaico que representa el Juicio Final por Coppo di Marcovaldo,
Museo Baptisterio de San Juan.2 El poeta Dante Alighieri fue bautizado en este lugar.

Cada una de sus partes, o cánticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en
cantos, cada parte consta de treinta y tres cantos, más el canto introductorio suman 100
cantos en total. Cada canto fue compuesto por estrofas de tres versos endecasílabos o
terza rima, que se dice él mismo inventó (tercetos).
El poema se ordena en función del simbolismo del número tres, que evoca la Trinidad
Sagrada, el Padre, el Hijo y Espíritu Santo, el equilibrio y la estabilidad, y el triángulo, las
tres proposiciones que componen el silogismo, se sumaba al cuatro, que representaba los
cuatro elementos: Tierra, aire, fuego y agua, dando como resultado el número siete, como
siete son los pecados capitales. Finalmente, el Infierno está dividido en nueve círculos, el
Purgatorio en siete y el Paraíso queda formado por nueve esferas que giran como los
planetas en torno al sol.
Toda la obra está llena de símbolos que remiten al conocimiento y al pensamiento
medievales; religión, astronomía, filosofía, matemáticas, óptica, etc; encarnan en
personajes, lugares y acciones.
El poema cuenta con tres personajes principales: Dante, que personifica a la humanidad,
representa la tentación del pecado, Beatriz, que personifica la Fe y llevará a Dante a cada
una de las esferas del paraíso, hasta el Empíreo, espacio inmóvil, donde contemplará la
Rosa mística formada por Dios y sus elegidos. Y Virgilio, que hace otro tanto con la razón.
El paraíso representa el saber y la ciencia divina. El Infierno representa al ser humano
frente a sus pecados y sus funestas consecuencias. El Purgatorio, la lenta purificación de
sus culpas hasta la liberación. En esta obra el autor nos narra con extraordinario realismo
un maravilloso viaje durante el que se encuentra con las almas de grandes y terribles
personajes de la historia; es un canto a la humanidad que sólo en la fe en Dios encontrará
su felicidad.
La estrofa por su parte está compuesta por tres versos, y cada una de las cánticas cuenta
con treinta y tres cantos, más el canto introductorio, de manera que la obra completa se
compone de cien cantos. Se usa un tipo de rima original, la "terza rima"
Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura,
ché la diritta via era smarrita.
Ahí quanto a dir qual era è cosa dura
esta selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensier rinova la paura!
Dante también utiliza el número diez como cabalístico como
número pitagórico, que vemos en los cien cantos de la comedia,
compuestos por los treinta y tres de cada reino, más el de
introducción. También se puede apreciar la importancia decimal
en los diez niveles del infierno, que son nueve círculos más el
anteinfierno, donde se encuentran los ignavi, es decir, los
indiferentes.
La estructura matemática de la Divina comedia, por otra parte, es
mucho más compleja de lo que aquí se esboza. El poema puede
leerse según los cuatro significados que se atribuyen a los textos
sagrados: literal, moral, alegórico y anagógico. En este poema,
Dante hace gala además de un gran poder de síntesis que es
característico de los grandes poetas.
La estructura también afecta a los registros lingüísticos: en el
infierno se utiliza un lenguaje vulgar, el texto del "Purgatorio" está
lleno de citas bíblicas y el del "Paraíso", de himnos y cantos
litúrgicos.
Antes de emprender el viaje hacia los tres mundos, Dante
despierta en una selva oscura sin saber por qué llegó ahí. Cuando
hablamos de selva oscura nos referimos a algo malo, a lo
contrario a Dios, esa selva era oscura, era mala. En esa selva se
describe un paisaje inicial en el cual vemos el sol, las estrellas, la
playa y la colina. El sol en representación de la divinidad, de Dios,
la colina es el camino que debe subir para llegar a Dios, Dante no
puede llegar a esa luz porque en el camino se encuentra con 3
fieras que son obstáculos para él. Cada fiera representa un
pecado... Ahí se encuentra con Virgilio y después de una
conversación con este, comienza su viaje.
Infierno[editar]
Artículo principal: Infierno (La Divina Comedia)

Infierno, Canto I (por Gustave Doré).

La primera parte narra el descenso del autor al Infierno,


acompañado por el poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, a
quien Dante admiraba. Acompañado por su maestro y guía,
describe al infierno que tenía una forma de un cono con la punta
hacia abajo y los nueve círculos que poseía en los que los
condenados son sometidos a castigo, según la gravedad de los
pecados cometidos en vida, en el último círculo "judesco", Dante
describe que había una especie de palacio en el cual se hallaban
los que traicionaban a sus bienhechores y allí se
encontraba Lucifer. Él lo describe como un demonio de tres
cabezas y dentro de la boca de la principal se hallaba Judas, al
cual mordía con sus filosos colmillos como un juguete, mientras
este gritaba de dolor.
Dante encuentra en el Infierno a muchos personajes antiguos,
pero también de su época, y cada uno de ellos narra su historia
brevemente a cambio de que Dante prometa mantener vivo su
recuerdo en el mundo; cada castigo se ajusta a la naturaleza de
su falta y se repite eternamente. Es particularmente recordada la
historia de Paolo y Francesca, amantes adúlteros que se
conocieron al leer en el libro de Lanzarote, los amores de la
reina Ginebra y esta persona, que fue motivo de inspiración y
homenaje por poetas románticos y contemporáneos, así como la
historia del conde Ugolino da Pisa, el último viaje de Ulises,
tránsito por el bosque de los suicidas, la travesía del desierto
donde llueve el fuego y la llanura de hielo de los traidores, estos
últimos, considerados los peores pecadores entre todos.
Purgatorio[editar]
Artículo principal: Purgatorio (La Divina Comedia)

En esta segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio,


una montaña de cumbre plana y laderas escalonadas y redondas,
simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado,
pero los que lo redimen están contentos porque poseen
esperanza. Dante se va purificando de sus pecados en cada nivel
porque un ángel en cada uno le va borrando una letra de una
escritura que le han puesto encima. Allí encuentra a famosos
poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida.

El primer canto del Purgatorio ilustrado por Gustave Doré.

Esta parte comienza propiamente con la salida Infierno a través


de la natural burella. Dante y Virgilio llegan así al hemisferio
sur terrestre (que se creía por completo bajo las aguas), donde en
medio de las aguas se halla la montaña del Purgatorio, creada
con la tierra utilizada para crear el abismo del Infierno,
cuando Lucifer fue expulsado del Paraíso tras rebelarse
contra Dios. Tras salir del túnel llegan a una playa, donde
encuentran a Catón el Joven, que se desempeña como guardián
del Purgatorio. Teniendo que emprender el ascenso de la
empinada montaña, que resulta imposible escalar, es tan
empinada que Dante tiene que preguntar a algunas almas cuál es
el pasaje más cercano; pertenecen al grupo de los negligentes,
los muertos en estado de excomunión, que viven en el Ante-
purgatorio. Un personaje notable de este lugar es Manfredo de
Sicilia. Junto a los que por pereza tardaron en arrepentirse, los
muertos violentamente y a los principios negligentes, de hecho,
esperan el tiempo de purificación necesario para poder acceder al
Purgatorio propiamente dicho. En la entrada del valle donde se
encuentran los principios negligentes, Dante, siguiendo las
indicaciones de Virgilio, pide indicaciones a un alma que resulta
ser el guardián del valle, un compatriota de Virgilio, Sordello, que
será su guía hasta la puerta del Purgatorio.
Tras llegar al final del Antepurgatorio, tras un valle florecido, los
dos cruzan la puerta del Purgatorio, que custodia un ángel con
una espada de fuego, que parece tener vida propia. Está
precedido por tres jardines, el primero de mármol blanco, el
segundo de una piedra oscura y el tercero y último de pórfido rojo.
El ángel, sentado en el solio de diamante y apoyando los pies en
el escalón rojo, marca siete "p" en la frente de Dante y abre la
puerta con dos llaves, una de plata y otra de oro, que San
Pedro le dio, y los dos poetas se adentran en el segundo reino.

Dante y la montaña del Purgatorio.

El Purgatorio se divide en siete cornisas, donde las almas expían


sus pecados para purificarse antes de entrar al Paraíso. Al
contrario del Infierno, donde los pecados se agravan a medida
que se avanza en los círculos, en el Purgatorio la base de la
montaña, es decir la cornisa I, alberga a quienes padecen las
culpas más graves, mientras que en la cumbre, cerca del Edén,
se encuentran los pecadores menos culpables. Las almas no son
castigadas para siempre, ni por una sola culpa, como en el primer
reino, pero expían una pena equivalente a los pecados durante la
vida.
En la primera cornisa, Dante y Virgilio encuentran a los orgullosos,
en la segunda a los envidiosos, en la tercera a los iracundos, en la
cuarta a los perezosos, en la quinta a los avaros y a los pródigos.
En esta encuentran el alma de Cecilio Estacio tras un terremoto y
un canto Gloria in excelsis Deo. En vida este personaje fue en
exceso pródigo. Tras años de expiación siente el deseo de
guiarlos hasta la cumbre, a través de la sexta cornisa, donde
expían sus culpas los golosos, que lucen delgadísimos, y la
séptima, donde se encuentran los lujuriosos, envueltos en llamas.
Dante recuerda que Estacio se convirtió gracias a Virgilio y a sus
obras, en particular la Eneida y las Bucólicas, que le mostraron la
importancia de la fe cristiana y el error de su vicio. En ese sentido,
Virgilio lo iluminó permaneciendo él en la oscuridad. Virgilio fue un
profeta sin saberlo, pues llevó a Estacio a la fe pero él, pudiendo
tan solo entreverla, no pudo salvarse, y deberá habitar hasta la
eternidad en el Limbo. En la séptima cornisa, los tres tienen que
atravesar un muro de fuego, tras la cual hay una escalera, por la
que se entra al Paraíso terrestre. Dante se muestra asustado y es
confortado por Virgilio. Allí, donde vivieron Adán y Eva prima del
pecado, Virgilio y Dante tienen que despedirse, porque el poeta
latino no es digno de conducirlo en el Paraíso. Pero Beatriz sí.
Aquí Dante se encuentra con Santa Matilde, la personificación de
la felicidad perfecta, precedente al pecado original, que le muestra
los dos ríos, Lete, que hace olvidar los pecados, y Eunoe, que
devuelve la memoria del bien realizado, y se ofrece a reunirlo con
Beatriz, que pronto llegará. Beatriz le llama severamente la
atención a Dante y después le propone verla sin el velo. El poeta,
por su parte, busca a su maestro Virgilio, que ya no se encuentra
con él. Tras beber las aguas del Lete y del Eunoe, que hacen
olvidar las cosas malas y recordar las buenas, el poeta sigue a
Beatriz hacia el tercer y último reino, el del Paraíso.
Paraíso[editar]
Artículo principal: Paraíso (La Divina Comedia)

Paraíso III, 16. Dante y Beatriz en el cielo de la Luna. Grabado de la


serie de Gustave Doré.

Libre de todo pecado, Dante puede ascender al Paraíso, lo que


hace junto a Beatriz en condiciones que desafían las leyes físicas,
encadenando milagros, lo cual es más bien natural dado el lugar
en el cual se desarrolla el poema. Dentro del recorrido será de
hecho de gran importancia que el nombre de Beatriz signifique
"dadora de felicidad" y "beatificadora", pues en esta sección de la
Comedia ella releva a Virgilio en la función de guía. En efecto, a
través de este personaje, el autor expresa en los treinta y tres
cantos de la sección varios
razonamientos teológicos y filosóficos de gran sutileza.
Sin embargo, el poeta expresa desde un principio la gran
dificultad que significa transmitir el recorrido emocional y físico
de trashumanar, es decir ir más allá de las condiciones de la vida
terrena. Sin embargo, confía en el apoyo del Espíritu
Santo (el buen Apolo) y en el hecho de que pese a sus falencias,
su esfuerzo descriptivo será emulado y continuado por otros
(canto I, 34). En la introducción del canto II, el autor reitera que
para entender las alegorías de la obra es indispensable tener de
antemano muy amplios conocimientos en las materias que se van
a tratar (II, 1-15).
El Paraíso está compuesto por nueve círculos concéntricos, en
cuyo centro se encuentra la tierra. En cada uno de estos cielos,
en donde se encuentra cada uno de los planetas, se encuentran
los beatos, más cercanos a Dios en función de su grado de
beatitud. Pero las almas del Paraíso no están mejor unas que
otras, y ninguna desea encontrarse en mejores condiciones que
las que le corresponden, pues la caridad no permite desear más
que lo que se tiene (II, 70-87). De hecho, a cada alma al nacer
Dios le dio cierta cantidad de gracia según criterios insondables,
en función de los cuales gozan aquellas de los diferentes grados
de beatitud. Antes de llegar al primer cielo el poeta y Beatriz
atraviesan la Esfera de fuego.

Canto XIV, 85-87. El cielo de Marte.

En el primer cielo, que es el de la Luna, se encuentran quienes no


cumplieron con sus promesas (Angeli), como la madre
de Federico II, Constanza I de Sicilia. En el segundo, el
de Mercurio, residen quienes hicieron el bien para obtener gloria y
fama, pero no dirigiéndose al bien divino (Arcangeli). En el
tercero, de Venus, se encuentran las almas de los "espíritus
amantes" (Principati). En el cuarto, del Sol, los "espíritus sabios"
(Potestà). En el quinto, de Marte, los "espíritus militantes" de los
combatientes por la fe (Virtù). En el sexto, de Júpiter, los
"espíritus gobernantes justos" (Dominazioni).
En el séptimo cielo, de Saturno, de los "espíritus contemplativos"
(Troni), Beatriz deja de sonreír, como lo había hecho hasta
entonces. Desde ese punto en adelante su sonrisa desaparece,
pues por la cercanía de Dios su luminosidad resultaría imposible
de contemplar. En este último cielo residen los "espíritus
contemplativos". Desde allí Beatriz eleva a Dante hasta el cielo de
las estrellas fijas, donde no están más repartidos los beatos, sino
las "almas triunfantes", que cantan en honor a Cristo y María, a
quien Dante alcanza a ver. Desde ese cielo, además, el poeta
observa el mundo debajo de sí, los siete planetas, sus
movimientos, y la Tierra, muy pequeña e insignificante en
comparación con la grandeza de Dios (Cherubini). Antes de
continuar Dante debe sostener una especie de "examen" de Fe,
Esperanza, Caridad, por parte de tres profesores particulares: San
Pedro, Santiago y San Juan. Por lo tanto, después de un último
vistazo al planeta, Dante y Beatriz ascendieron al cielo, el Primo
Mobile o Cristallino, el cielo más externo, origen del movimiento y
del tiempo universal (Serafini).

Canto XXXI. Llegada del protagonista al Empíreo. Por Gustave Doré.

En este lugar, tras levantar la mirada, Dante ve un punto muy


luminoso, rodeado por nueve círculos de fuego, girando alrededor
de ella; el punto, explica Beatriz, es Dios, y a su alrededor se
mueven los nueve coros angelicales, divididos por cantidad de
virtud. Superado el último cielo, los dos ascienden a el Empíreo,
donde se encuentra la "rosa de los beatos", una estructura en
forma de anfiteatro, en el cual, sobre la grada más alta está
la Virgen María. Aquí, en la inmensa multitud de los beatos, están
los más grandes de los santos y las figuras más importantes de
la Biblia, como San Agustín, San Benito de Nursia, San Francisco,
y también Eva, Raquel, Sara y Rebeca.
Desde aquí Dante observa finalmente la luz de Dios, gracias a la
intervención de María a la cual San Bernardo (guía de Dante de la
última parte del viaje) había pedido ayuda para que Dante pudiese
ver a Dios y sostener la visión de lo divino, penetrándola con la
mirada hasta que se une con él, y viendo así la perfecta unión de
toda la realidad, la explicación de toda la grandeza. En el punto
más central de esa gran luz Dante ve tres círculos, las tres
personas de la Trinidad, el segundo del cual tiene imagen
humana, signo de la naturaleza humana, y divina al mismo
tiempo, de Cristo. Cuando trata de penetrar aún más el misterio
su intelecto flaquea, pero en un excessus mentis3 su alma es
tomada por la iluminación, la armonía que se da la visión de Dios,
en el canto XXXIII (145), del amor que mueve el sol y las otras
estrellas (L'amor che move el sole e l'altre stelle). Por la grandiosa
luz del último cielo, Dante queda ofuscado, concluyendo así la
Divina Comedia.

Dante Alighieri, bautizado Durante di Alighiero degli Alighieri (Florencia, c. 29 de mayo


de 1265-Rávena, 14 de septiembre de 1321), fue un poeta italiano, conocido por escribir
la Divina comedia, una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento
medieval al renacentista y una de las cumbres de la literatura universal.123
La fecha exacta del nacimiento de Dante es desconocida, aunque generalmente se cree
que está alrededor de 1265. Esto puede deducirse de las alusiones autobiográficas
reflejadas en la Vita nuova.4 Durante su vida, Dante participó activamente en las luchas
políticas de su tiempo, por lo que fue desterrado de su ciudad natal, y fue un activo
defensor de la unidad italiana. Escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y
filosofía. A su pluma se debe el tratado en latín De Monarchia, de 1311, que constituye una
exposición detallada de sus ideas políticas, entre las cuales se encuentran la necesidad de
la existencia de un Sacro Imperio Romano y la separación de la Iglesia y el Estado.5 En
1289 participó en la batalla de Campaldino durante la guerra entre Florencia y Arezzo, y
contribuyó así a la victoria de los florentinos.6
Apodado «el Poeta Supremo» (en italiano «il Sommo Poeta»), también se le considera el
«padre del idioma italiano» (llamado volgare en aquella época). Su primera biografía fue
escrita por Giovanni Boccaccio (1313-1375), en el Trattatello in laude di Dante.

Dante Sonata

Los temas altamente programáticos representan las almas del infierno que lloran de angustia.

Après une Lecture de Dante: Fantasia cuasi Sonata [1] ( Francés para después de una
lectura de Dante: Fantasia cuasi Sonata ; también conocido como el Dante Sonata ) es
una sonata de piano en un movimiento , completado por húngara compositor Franz
Liszt en 1849. fue publicado por primera vez en 1856 como parte del segundo volumen de
sus Années de pèlerinage ( Años de peregrinaje ). Este trabajo demúsica de programa fue
inspirado por la lectura del poema épico más famosode Dante Alighieri , la Divina
Comedia .
El Dante Sonata fue originalmente una pequeña pieza titulada Fragmento después de
Dante , que consta de dos movimientostemáticos relacionados , que Liszt compuso a
finales de la década de 1830. [2] Dio la primera presentación pública en Viena , en
noviembre de 1839. [3] Cuando se instaló en Weimar en 1849, revisó el trabajo junto con
otros en el volumen, y le dio su título actual derivado de Victor Hugo 's propio trabajo del
mismo nombre. [4] Fue publicado en 1858 como parte de Années de pèlerinage . [2]

Composición [ editar ]

El segundo tema es una derivación de las notas en el primer

La pieza está dividida en dos temas principales. El primero, un tema cromático en Re


menor , tipifica el llanto de las almas en el Infierno. D minor es una clave común para la
música relacionada con la muerte, como lo demuestra Liszt's Totentanz [5] y la escena de la
estatua de Wolfgang Mozart 's Don Giovanni . El primer tema también usa mucho
el Tritone (cuarto aumentado o quinto disminuido); este intervalo se conocía como el
intervalo del Diablo (o "Diablo en la música") y refuerza aún más las imágenes
infernales. El segundo tema es una coral beatífica en F-sharp major , derivada de la
primera, que representa la alegría de aquellos en el Cielo. [6]La clave también es simbólica
aquí, siendo la firma de otras obras edificantes de Liszt, incluida la Bendición de Dios en la
soledad (parte de Harmonies poétiques et religieuses ) [7] y Les jeux d'eaux à la Villa
d'Este ( Années de pèlerinage). , Vol. 3, No. 4). [8] El tema secundario también puede
representar a Beatriz , ya que está intercalada dentro de las áreas cromáticas, similar a las
apariencias del personaje en el infierno. La pieza termina con una sección octava
cromática rápida que cuando se juega a la velocidad parece dividirse en tres temas
distintos, lo que refleja las tres cabezas de Satanás en Dante Inferno .

PEREGRINAJE HACIA LISZT A TRAVÉS DE ITALIA (III - SONATA


DANTE)
María Laura del Pozzo

El ciclo “Años de peregrinaje-Italia”, se cierra con una formidable obra


sinfónico-pianística titulada por Franz Liszt “Après une lecture du Dante.
Fantasia quasi sonata”, (Después de una lectura del Dante. Fantasía casi
sonata).

Esta pieza tenía originalmente por título “Paralipomènes à la Divina Commedia


– Fantaisie symphonique pour piano” (Paralipómenos (1) a la Divina Comedia –
Fantasía sinfónica para piano), y la primera versión (en dos partes) es la que
probablemente Liszt mismo ejecutó por primera vez en 1839. Un primer grupo
de revisiones al manuscrito principal de esta obra pertenece al segundo título
proyectado, Prolegómenos (2) a la Divina Comedia de Dante. Ya una segunda
revisión, más profunda, nos conduce a esta obra con su estructura final en un
movimiento y su título definitivo.

En un primer momento, más particularmente en los albores de la música


instrumental pura escrita en partitura, es decir a partir del siglo XVI, las obras
instrumentales siguen las formas de las composiciones vocales. Cuando se trata
de formas en las que no interviene el cantus firmus (melodía más antigua sobre
la cual se organizaban las composiciones vocales) las mismas se denominaban
sonata, ricercar, fantasia, tiento, canzona o capriccio. A partir de aquí las
estructuras instrumentales van a recorrer un largo camino de modificaciones.
La sonata es un ejemplo acabado de esto. Desde las primitivas sonatas en un
movimiento y con un solo motivo conductor, hasta las sonatas beethovenianas
en tres o cuatro movimientos, la sonata es una de las formas que más evolucionó
dentro del género instrumental. Tanto es así que a partir del siglo XIX y más
precisamente con el impulso de Liszt, entre otros compositores, comienzan a
componerse sonatas en un movimiento pero con dimensiones importantes y
varios temas musicales en su interior. Además de la obra que estamos
transitando, podemos citar como ejemplo fundamental de esto a la grandiosa
“Sonata en si menor” de Franz Liszt, obra en un movimiento con una duración
de alrededor de 30 minutos.

La “Sonata Dante” tiene una estructura interna muy sólida (desde el punto de
vista académico) pero estrechamente unida a la libertad poética que la inspiró.
Tiene un importantísimo componente descriptivo (como vamos a ver) pero no
se queda allí; no es una simple reacción a la lectura de Dante o Victor Hugo, es
una reelaboración poético – narrativo – musical de sus impresiones.

Como pequeño detalle, en el subtítulo de la obra, un guiño beethoveniano. El


gran compositor alemán describía a su sonata conocida como “Claro de luna”:
Sonata quasi una fantasia.

Es importante a esta altura diferenciar a la Sonata Dante de la “Sinfonía Dante”


también de Liszt. En esta última, los diferentes movimientos se refieren
puntualmente a las distintas partes de la Commedia (Inferno, Purgatorio y
Magnificat/Paradiso) como una obra estrictamente programática (es decir que
sigue un programa o contenido extramusical).

Pero no sólo la figura imponente de Dante Alighieri atraviesa y conmueve al


Liszt creador; existe un maravilloso poema del gran poeta francés Victor Hugo
escrito en 1836, que también forma parte de la musa inspiradora de esta obra.
Sin restar importancia a la influencia suprema de la Commedia en Liszt (figura
entre sus obras literarias de cabecera junto con el Fausto de Goethe), me
atrevería a decir (como opinión estrictamente personal) que es la mirada de
Victor Hugo sobre el Dante la que dispara, por su síntesis magistral, la creación
de la obra poético - musical.

El poema “Après une lecture du Dante” forma parte del libro Les voix
intérieures (Las voces interiores) de Victor Hugo.

Cuando el poeta pinta el infierno, pinta su vida:


Su vida, sombra que ha huído perseguida por espectros;
Bosque misterioso donde sus asustados pasos
Se pierden, a tientas, fuera del camino marcado;
Negro viaje, obstaculizado por deformes encuentros:
Senda espiralada de bordes dudosos, de profundidades enormes,
Cuyos círculos horrorosos están siempre adelante
En una sombra donde se mueve el infierno vago y viviente!
Esta rampa se pierde en la bruma indecisa;

Bajo cada paso se siente un lamento,


Y se lo ve pasar con débil rumor
Rechinamiento de blancos dientes en la oscura noche.
Allí están las visiones, los sueños, las quimeras;
Los ojos que el dolor convierte en amargos manantiales,
El amor, la pareja unida, triste y siempre en llamas,
Que en un torbellino, pasa al lado penando,
En un rincón la venganza y el hambre, hermanas impías;
Acurrucadas de un lado y otro sobre un cráneo roído;
Luego la pálida miseria, de sonrisa empobrecida,
La ambición, el orgullo nutrido de si mismo,
Y la lujuria inmunda, y la avaricia infame,
Todos los mantos de plomo con que se puede cargar al alma!
Más lejos la cobardía, el miedo, la traición
Ofreciendo la llave al traidor, y saboreando el veneno;
Y luego, más abajo todavía, en el fondo del precipicio,
La máscara gesticulante del Odio que padece!

Si, es así la vida, oh poeta inspirado,


Y su camino brumoso plagado de obstáculos.
Pero, para que nada falte en esta ruta estrecha
Nos muestras siempre de pie a tu diestra
El genio de frente calma, con ojos destellantes,
El Virgilio sereno que dice: Continuemos!

6 de Agosto de 1836

Versión original:

Quand le poète peint l'enfer, il peint sa vie:


Sa vie, ombre qui fuit de spectres poursuivie;
Forêt mystérieuse où ses pas effrayés
S'égarent à tâtons hors des chemins frayés;
Noir voyage obstrué de rencontres difformes;
Spirale aux bords douteux, aux profondeurs énormes,
Dont les cercles hideux vont toujours plus avant
Dans une ombre où se meut l'enfer vague et vivant!
Cette rampe se perd dans la brume indécise;

Au bas de chaque marche une plainte est assise,


Et l'on y voit passer avec un faible bruit
Des grincements de dents blancs dans la sombre nuit.
Là sont les visions, les rêves, les chimères;
Les yeux que la douleur change en sources amères,
L'amour, couple enlacé, triste, et toujours brûlant,
Qui dans un tourbillon passe une plaie au flanc;
Dans un coin la vengeance et la faim, soeurs impies,
Sur un crâne rongé côte à côte accroupies;
Puis la pâle misère au sourire appauvri;
L'ambition, l'orgueil, de soi-même nourri,
Et la luxure immonde, et l'avarice infâme,
Tous les manteaux de plomb dont peut se charger l'âme!
Plus loin, la lâcheté, la peur, la trahison
Offrant des clefs à vendre et goûtant du poison;
Et puis, plus bas encore, et tout au fond du gouffre,
Le masque grimaçant de la Haine qui souffre!

Oui, c'est bien là la vie, ô poète inspiré,


Et son chemin brumeux d'obstacles encombré.
Mais, pour que rien n'y manque, en cette route étroite
Vous nous montrez toujours debout à votre droite
Le génie au front calme, aux yeux pleins de rayons,
Le Virgile serein qui dit: Continuons!

Podemos apreciar, como hemos destacado en nuestros artículos anteriores, la


inequívoca reelaboración romántica que realizan los autores (literatos o
músicos) sobre obras anteriores. Es una mirada más cercana a nuestra propia
mirada, o por lo menos más explícitamente contemporánea. Se puede apreciar
desde el inicio del poema, en una interpretación cuasi “psicoanalítica”: cuando
el poeta pinta (describe) el Infierno, describe su propia vida.

Por último, qué mejor que citar al propio Liszt para comprender sus
sentimientos e ideales: “Componer es entrar en el reino de los sueños”. Escribe
sobre “la música como arte poético”. Entonces, está en auge la vinculación entre
música y literatura, no como actividades complementarias, sino en una
verdadera unidad. Para Liszt la unión de ambas no supone crear una obra
musical que imite el tema poético. Sus composiciones querrán ser poemas
equiparables a los escritos por los grandes, Byron, Senancour o Jean Paul.
Porque, “¿acaso no es la música el instrumento idóneo para que los personajes
puedan hablar su propio idioma, para dar expresión a sus vivencias y contorno a
su personalidad? ¿No es adecuada para describir su triunfo o su derrota, sus
mórbidos estallidos y sus fuerzas liberadoras, la salvación o la desgracia de su
final?... La literatura no puede representar en escena las pasiones, cuyo curso,
lleno de meandros, debe seguirse de principio a fin en el torbellino del pasado...
La misión del programa [literario] se convierte entonces en una condición
indispensable que justifica la admisión de éste en las más altas esferas del arte”

1. Suplemento o adición a algún escrito.

Tratado que se pone al principio de una obra o escrito, para establecer los
fundamentos generales de la materia que se ha de tratar despu és.

Escrito por María Laura del Pozzo


Desde Argentina
Fecha de publicación: Enero del 2008.
Artículo que vió la luz en la revista nº 0006 de Sinfonía Virtual.

Années de Pèlerinage
Années de Pèlerinage (francés: "años de peregrinaje"), S.160, S.161, S.163, es un
conjunto de tres suites para piano solo (veintiséis piezas en total) compuestas por Franz
Liszt. El estilo musical completo de Liszt es evidente en esta obra maestra, que varía entre
virtuosos fuegos de artificio y conmovedoras y sinceras afirmaciones sentimentales. Se
puede ver el desarrollo de su madurez musical a través de sus experiencias y sus viajes.
El tercero de los libros es un ejemplo especialmente notable del estilo tardío de Liszt. Fue
compuesto mucho tiempo después de los otros dos y en él se aprecia menos virtuosismo
pero una mayor experimentación armónica

Las suites[editar]
Première Année: Suisse[editar]
El primero de los libros se titula, ya traducido del francés, Primer año: Suiza, y fue
publicado en el año 1855. De él, los números 1, 2, 3, 4, 6, 8 y 9 son revisiones hechas por
Liszt entre 1848 y 1854 de piezas que ya aparecían en el ciclo Album d'un
voyageur ("Álbum de un viajero"), compuesto anteriormente, en 1835 y 1836 y publicado
en 1842.1

1. Chapelle de Guillaume Tell ("La capilla de Wilhelm Tell")


2. Au Lac de Wallenstadt ("En el Wallenstadt")
3. Pastorale
4. Au Bord d'une Source ("Al lado de una fuente")
5. Orage ("Tormenta")
6. Vallée d'Obermann ("Valle de Obermann")
7. Eglogue
8. Le Mal du Pays ("Morriña")
9. Les cloches de Genève: Nocturne ("Las campanas de Ginebra: Nocturno")
Deuxième Année: Italie[editar]

Inicio del Soneto de Petrarca 104.

El título del segundo libro, que se publicó en 1856, es Segundo año: Italia. Fue compuesto
unos pocos años antes, entre 1837y 1849. Tres de las piezas que contiene son revisiones
de los Tre sonetti de Petrarca (Tres sonetos de Petrarca), que se habían compuesto
de 1839 a 1846, año en que fueron publicados.

1. Sposalizio (inspirado en Los desposorios de la Virgen, del pintor Rafael)


2. Il Pensieroso (El pensador, una escultura de Miguel Ángel)
3. Canzonetta del Salvator Rosa ("Cancioncilla de Salvator Rosa")
4. Sonetto 47 del Petrarca
5. Sonetto 104 del Petrarca
6. Sonetto 123 del Petrarca
7. Après une Lecture de Dante: Fantasia Quasi Sonata ("Tras una lectura de Dante:
Fantasía Quasi Sonata")

 Venezia e Napoli (Venecia y Nápoles) Es un suplemento al Segundo año: Italia que


fue publicado en 1861, aunque se había compuesto dos años antes. Es, parcialmente,
una revisión de un conjunto anterior (de 1840, aproximadamente) con el mismo
nombre.

1. Gondoliera' (Canción del gondolero, basada en la canción "La Biondina in


Gondoletta" de Giovanni Battista Peruchini)
2. Canzone (basada en la canción de gondoleros "Nessun Maggior Dolore"
del Otello de Rossini)
3. Tarantella (sobre temas de Guglielmo Cottrau, (1797-1847))
Troisième Année[editar]
El tercer y último de los libros lleva por título Tercer año. Fue publicado en el año 1883,
casi treinta después de la publicación del segundo libro. Sus números 1, 2, 3, 4 y 7 fueron
compuestos en 1877; la quinta pieza, en 1872; y la sexta, en 1867.

1. Angélus! Prière aux Anges Gardiens (¡Ángelus! Oración a los Ángeles


Guardianes (dedicada a su nieta Daniela von Bulow, primera hija de Hans von
Bülow y Cósima Liszt).
2. Aux Cypres de la Villa d'Este I: Thrénodie (A los cipreses de la Villa de
Este I: Treno)
3. Aux Cypres De La Villa d'Este II: Thrénodie
4. 'Les Jeux d'Eaux à la Villa d'Este (Las fuentes de Villa de Este)
5. Sunt Lacrymae Rerum/En Mode Hongrois (Hay lágrimas por cosas/Al modo
húngaro; dedicada a Hans von Bülow).
6. Marche Funèbre (Marcha fúnebre, en memoria del emperador Maximiliano I de
México)
7. Sursum Corda

Franz Liszt: Années de Pèlerinage (Años de


peregrinaje)
Escrito por entre88teclas.
"Années de Pèlerinage" (Años de peregrinaje) constituye en su conjunto un logro asombroso que
ocupó de modo intermitente a Liszt desde su juventud hasta la vejez. Son veintiseis piezas repartidas
en tres cuadernos, cuya composición se extiende a lo largo de 40 años, y nos muestran la evolución
del compositor en prácticamente todos sus aspectos.

En 1841 Liszt publicó la obra "Album d'un voyageur", obra que se convertiría en el germen de la
futura "Années de Pèlerinage" . En su prólogo el compositor nos ofrece una interesante declaración
de intenciones:

"Habiendo yo recorrido en estos últimos tiempos muchos nuevos países, muchos lugares distintos,
muchos sitios consagrados por la historia y por la poesía; habiendo experimentado que los aspectos
variados de la naturaleza y de las escenas que con ella se relacionan no pasaban ante mis ojos
como imágenes vacías, sino que removían en mi alma profundas emociones; habiendo
experimentado también que entre ellas y yo se establecería una relación vaga pero inmediata, un
lazo indefinible pero real, una comunicación inexplicable pero cierta, he tratado de convertir en
música alguno de mis sentimientos más vivos y de mis más hondas percepciones. A medida que la
música instrumental progresa, se desarrolla y se desprende de sus primeras trabas, tiende a
impregnarse más y más de esta idealidad que ha marcada la perfección de las artes plásticas, y a
convertirse no en una simple combinación de sonidos, sino en un lenguaje poético más apto, tal vez,
que la poesía misma para expresar todo cuanto en nosotros va más allá de los horizontes usuales,
todo cuanto escapa al análisis, todo cuanto se relaciona con profundidades inaccesibles del alma,
con deseos inagotables, con presentimientos infinitos. En esa convicción y dentro de esta tendencia
he emprendido la obra que hoy se publica, dirigiéndome con ella más bien a unos pocos que a la
multitud, ambicionando, no el aplauso, sino los sufragios de la minoría, los sufragios de quienes
conciben para el arte otro fin que el de llenar las horas perdidas y le piden otra cosa que el liviano
pasatiempo de una distracción pasajera."

Première année - Suiza - S.160

Publicado en 1855, algunas de las piezas son revisiones de otras pertenecientes al mencionado
"Album d´un voyageur" de 1841. Evocan su paso por Suiza en compañía de Marie d´Agoult entre
los años 1835 y 1837. En estas piezas, comprobamos cómo surgía su inspiración de un programa
extramusical. En el primer cuaderno, según F. Sopeña "hay una especie de antología de los tópicos
más queridos del primer romanticismo: río, campanas, tempestad..."

Las piezas que incluye este primer cuaderno son:

 Chapelle de Guillaume Tell


 Au Lac de Wallenstadt
 Pastorale
 Au Bord d'une Source
 Orage
 Vallée d'Obermann
 Eglogue
 Le Mal du Pays
 Les cloches de Genève: Nocturne
Años de peregrinaje, Primer cuaderno (completo) | Alfred Brendel, piano

Deuxième année - Italia - S.161

Publicado en 1858, son remembranzas de su viaje con Marie d´Agoult por Italia entre los años 1837
y 1839.

En las piezas que integran este cuaderno vemos que hay una evolución del pensamiento musical de
Liszt, aquí ya no es sólo la naturaleza, el paisaje, sino también lo literario, lo pictórico. Recordemos
a Dante (Fantasia quasi sonata) y a Petrarca (Sonetos) en cuanto a lo literario y a Rafael (Sposalizio,
inspirado en el "Casamiento de la virgen") y a Miguel Ángel (Il penseroso, inspirado en su Julián de
Médicis) en cuanto a lo pictórico.

A este segundo cuaderno se añadió un anexo, con tres piezas, publicadas en 1859, bajo el título de
Venecia y Nápoles.

Las piezas que lo componen son:

 Sposalizio
 Il Pensieroso
 Canzonetta del Salvator Rosa
 Sonetto 47 del Petrarca
 Sonetto 104 del Petrarca
 Sonetto 123 del Petrarca
 Après une Lecture de Dante: Fantasia Quasi Sonata: Parte 1 / Parte 2
 Venecia y Nápoles - S.162
o Gondoliera
o Canzone
o Tarantella

Sposalizio:

Troisième année - S.163

Formado por siete piezas compuestas entre los años 1867 y 1877 fue publicado en 1883. A medida
que Liszt fue envejeciendo el elemento religioso fue adquiriendo más fuerza. Son testigo de ello, por
ejemplo sus dos "Leyendas" (St. François d'Assise. La Prédication aux oiseaux y St. François de
Paule marchant sur les flots) y esta tercera parte de Años de peregrinaje.
Alfred Einstein en su libro "La música en la época romántica" dice que "De forma típicamente
romántica, el revolucionario (Liszt) en el mundo anhela morar en Dios."

Las piezas que componen este tercer y último cuaderno son:

 Angélus! Prière aux Anges Gardiens


 Aux Cypres de la Villa d'Este I: Thrénodie
 Aux Cypres De La Villa d'Este II: Thrénodie
 Les Jeux d'Eaux à la Villa d'Este
 Sunt Lacrymae Rerum/En Mode Hongrois
 Marche Funèbre
 Sursum Corda

Les Jeux d'Eaux à la Villa d'Este:

Muestra de serenidad y del dualismo de Liszt, entre la atracción de las alegrías temporales y el gran
recogimiento de la fe, tienen eco en el tercer cuaderno de los Años de peregrinaje.

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