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[Nutrición]
Jorge Palafox:
Sin sal no puede haber vida y, sin embargo, los médicos nos advierten
que su consumo elevado es perjudicial para la salud. ¿Cómo se explica
esta paradoja? Pues sencillamente porque la llamada sal de mesa tiene
muy poco que ver con la sal cristalina natural. La "sal de mesa" es
cloruro sódico a la que en algunos casos se añade yodo y flúor y, por
tanto, no es el tipo de sal que necesita el cuerpo. La sal cristalina
natural no está integrada por los tres o cuatro elementos de la sal de
mesa que hoy utilizamos sino por los 84 que componen nuestro cuerpo
y en la proporción exacta.
¿Cómo se explica que la sal, cuya importancia en la antigüedad era tal que se usaba
para pagar a los soldados -de ella se deriva la palabra "salario"-, sea hoy
considerada la causa de tan diversas patologías que se la denomina por eso, junto al
azúcar refinado, los "venenos blancos"? Cómo entender tamaña paradoja? ¿Tan
equivocados estaban nuestros antepasados en su apreciación? En absoluto. Lo que
ocurre es que la sal de mesa actual no tiene nada que ver con la sal que se consumía
en la alimentación tanto entonces como hace sólo siglo y medio. Lo que
consumimos hoy con el nombre de sal de mesa es cloruro sódico al que a veces se le
añade yodo y/o flúor. La sal cristalina natural, sin embargo, tanto la que procede
del mar como de las montañas, contiene los 84 elementos que compone el cuerpo
humano... en su proporción exacta. Abismal diferencia. Es más, poca gente sabe
que la composición de la sangre que fluye por los más de los 90.000 kilómetros de
nuestras venas, arterias y capilares- es prácticamente idéntica al agua salina del
"mar primario", es decir, una solución con la misma concentración de elementos
que tenía el mar hace millones de años, en la época en que la vida animal abandonó
las aguas. Hasta el punto de que son muchos los investigadores que vienen
denunciando desde hace décadas que en lugar de transfusiones de sangre -acción
que conlleva hoy tantos riesgos- se puede introducir en el enfermo que lo requiere
agua de mar purificada en lugar de sangre ajena. Claro que eso no permitiría el
"negocio" actual que se hace con sangre humana...
PRODUCTO DE LA IGNORANCIA
¿Y por qué la industria decidió un día convertir la sal cristalina natural en simple
cloruro sódico? Pues porque al analizar su contenido los científicos de la época
afirmaron -con la suficiencia que acompaña siempre a la ignorancia en el ámbito
del conocimiento- que los demás elementos que contenía -minerales esenciales y
otros oligoelementos- eran "impurezas" innecesarias. Y como bastaba el cloruro
sódico para salar los alimentos se decidió que era mejor eliminar todo lo demás.
Excuso decir que cualquier parecido entre la "sal" resultante que desde entonces
consumimos con los alimentos y la sal natural es inexistente. Y de un alimento que
era "oro puro" porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios
para su subsistencia en la proporción exacta que el organismo necesita se pasó a
consumir un producto que es "veneno puro", como muy bien saben los
investigadores y los médicos, especialmente nutrólogos y cardiólogos.
Y lo lamentable es que a la toxicidad del cloruro sódico hay que añadir la del yodo y
el flúor, minerales que hoy se agregan artificialmente a la sal. El yodo -tóxico para
el organismo en cuanto se sobrepasa el mínimo necesario- se añade porque se
supone que mejora la función de la tiroides y el flúor -uno de los elementos más
radioactivos que existen- porque es "bueno" para los dientes. Un sarcasmo. Sin
olvidar que la sal de mesa contiene conservantes cuya declaración en los envases no
es obligatoria (el carbonato de calcio, el carbonato de magnesio y los denominados
E-535, E-536, E-540, E-550, E-551, E-552, E-553b, E-570 y E-572 así como el
hidróxido de aluminio) para evitar que la sal se apelmace. Y, por cierto, ya que se
menciona conviene recordar que el aluminio es un metal tóxico que cuando se
consume en exceso se deposita en el sistema nervioso y en el cerebro. De hecho,
muchos investigadores independientes a los que no se escucha vienen denunciando
que podría estar detrás del cada vez más alto nivel de enfermos de Alzheimer en
Occidente. A pesar de lo cual, el aluminio se sigue utilizando en la mayor parte de
los envases metálicos en los que se hoy comercializan sodas, colas, refrescos y
cervezas. ¿Por qué se silencia esto?
LA SAL DE MESA ES TÓXICA
Llegados este punto hay que dejar bien claro que la sal natural no sólo no es negativa
sino absolutamente imprescindible para la vida. Todo lo que hemos explicado hasta
ahora se refiere a la sal de mesa refinada que nos han acostumbrado a consumir y se
comercializa masivamente. Una "sal" que sólo contiene cloro y sodio además de yodo y
flúor -éstos dos minerales en los casos en que se la "enriquece" con ellos-. Minerales que
no están además en la proporción natural que deberían hallarse -como en el caso de la
sangre- y cuyas frecuencias tampoco son las correctas ya que sus estructuras han sido
alteradas en el proceso de manipulación industrial.
Es más, resulta que la mayor parte de la gente tiene carencia de auténtica sal, incluso las
que están sobrecargadas de cloruro sódico. De esa sal que contiene los 84 elementos que
componen nuestro organismo en una proporción concreta y cuyas frecuencias no han sido
alteradas porque pertenecen a la estructura geométrica natural de la sal sin manipular que,
por otra parte, es lo que permite que consigamos de ella energía vital.
EL ORIGEN DE LA SAL
Como el lector sabe, la sal se puede obtener del mar o de las minas de sal terrestres. El
problema es que hoy los mares y océanos tienen un alto nivel de contaminación,
especialmente a causa de los hidrocarburos del petróleo y de la acumulación de metales
pesados como el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, entre otros. Tóxicos que
hacen que la sal marina, aún siendo mucho mejor que la sal refinada de mesa, no tenga ya
el mismo efecto positivo que tenía antaño. De hecho, la única sal pura y completa de la
Tierra se encuentra hoy únicamente en los lugares donde hace millones de años se secaron
los mares primarios: las minas terrestres. En ellas está la única sal que contiene todos los
elementos que se encuentran en nuestro cuerpo y, que debidamente mezclada con agua, nos
ofrece toda su energía almacenada junto con su contenido en biofotones. Sólo que también
en ella hay dos tipos de sal: la que compone el 95% de la mina y que no es sino "sal gema"
y otra que se encuentra en forma de vetas y que tiene forma cristalina: la "sal de cristal de
roca". Ambas son naturales, contienen los 84 elementos ya mencionados y, por tanto, son
de mucho mayor valor que la sal de mesa industrial. Ahora bien, hay una diferencia básica
entre ambas: la presión a la que han estado sometidas. Y se trata de una circunstancia muy
importante. La razón es simple: los elementos que contiene la sal gema no han recibido
suficiente presión y no se encuentran integrados en el cristal sino que se hallan en la
superficie y en los espacios intermedios de la estructura cristalina. En cambio, en la sal de
cristal de roca sí lo están. Y es precisamente ese hecho el que garantiza la disponibilidad
bioquímica de los elementos para nuestras células. Piénsese que es la presión sobre los
elementos que componen una determinada estructura lo que provoca que la misma se
organice en un estado coloidal, algo de primordial importancia porque nuestras células sólo
pueden absorber lo que existe de manera orgánica y coloidal. Ese es el motivo, por ejemplo,
de que nuestro organismo no pueda absorber minerales con el agua mineral pues al ser de
un grosor excesivo para nuestras células no los puede metabolizar.
En suma, como los elementos contenidos en la sal gema no han recibido la suficiente
presión y, por tanto, no se encuentran en estado coloidal su aprovechamiento es mucho
menor que el de la sal de cristal que sí ha estado expuesta a enormes presiones durante
millones de años. Obviamente, cuanto más elevada haya sido la presión más completa será
la estructura cristalina generada. Por tanto, el cristal de roca tiene una geometría y una
composición orgánica perfecta pero la sal gema no (sus elementos son de mayor grosor al
no haber recibido la suficiente presión para consolidar una estructura cristalina).
¿Y dónde se encuentra la sal de cristal? Pues en forma de vetas o filones cristalinos de color
blanco transparente, rosado o rojizo en las minas, rodeadas de sal gema. Vetas que suelen
suponer el 1% de toda la mina y se deben además extraer manualmente -sin medios
mecánicos- para no alterar su estructura por lo que su explotación ha sido hasta hoy muy
limitada al ser poco rentable. Afortunadamente, ese problema se ha solventado y tanto en
España como en otros países europeos ha empezado a comercializarse sal de cristal
procedente de minas del Himalaya. Una buena noticia porque, según los expertos, su
consumo regular puede aliviar -cuando no curar- numerosas enfermedades.
Para ello basta tomar en ayunas cada mañana una pequeña cucharada de café de la solución
salina -máximo dos- mezclada con agua mineral. Teniendo en cuenta que lo importante no
es tanto la cantidad como la periodicidad de la ingesta. Desde el punto de vista bioquímico,
estimula en pocos minutos la actividad gastrointestinal (peristáltica) y esa activación, a su
vez, estimula el metabolismo y la digestión. Además, reestablece el equilibrio electrolítico
mejorando la conductividad en nuestro cuerpo con la consiguiente mejora de la circulación.
Es más, como la solución salina es un medio excelente para conseguir el equilibrio entre lo
ácido y lo alcalino se puede con su ingesta eliminar metales pesados como el mercurio, el
plomo, el arsénico, la amalgama y los depósitos calcáreos ya que la sal cristalina es capaz
de romper uniones moleculares. En suma, la ingesta diaria de sal de cristal implica someter
al organismo a una verdadera cura de desintoxicación al librarle de los depósitos calcáreos,
de metales pesados y de otros residuos. Y su preparación es sencilla: basta echar un poco de
agua mineral en el frasco en el que se comercializa la sal en forma de rocas de cristal y en
poco tiempo el agua se convertirá en una solución salina con la proporción exacta de los 84
elementos mencionados. Déjela allí ya que una vez saturada de sal los cristales no se
seguirán disolviendo.
[Nutrición]
Hace doce años, visité a un médico de salud alternativa para consultarle algunos síntomas no específicos
relativos a la salud. No bien me había sentado cuando me dijo que mi dieta requería atención radical.
Tenía que abandonar todos los productos de origen animal, el trigo, el alcohol, y la cafeína, y en su lugar
ingerir proteínas en forma de leche de soja y tofú. En la actualidad, esta clase de consejo es rutinario,
pero en aquel momento parecía encantadoramente radical: Yo tenía que caminar hasta la tienda de
productos de salud de Clapham para aprovisionarme de leche de soja porque la de Sainsbury no tenía su
propia marca (como la tiene ahora), y las salchichas de vegetales y soya sólo eran un destello en los ojos
de Linda McCartney.
En la experiencia, perdí mucho peso y me sentía inmensamente rejuvenecida. Tan fue así que, cuatro
meses más tarde, comencé a comer normalmente otra vez. Más me valió, porque ahora se ha descubierto
que la soja, lejos de tener las propiedades mágicas y saludables sobre las cuales insiste tanto la brigada de
la medicina alternativa, en realidad puede ser perjudicial para usted. La reputación de la soja como
producto que en general es anticanceroso, que reduce el colesterol, que combate la osteoporosis, y que
tiene poca grasa se basa en una mala ciencia y en un superlativo mercadeo llevado a cabo por la poderosa
industria de la soja.
En el mundo entero, la evidencia contra la soja está comenzando a acumularse. En este país (el Reino
Unido), MAFF está tan preocupado por los posibles problemas de salud causados por los fitoestrógenos
en la soja que está financiando un programa rotativo de 19 proyectos de investigación separados, que
deben terminar en el año 2002. Los descubrimientos preliminares del Profesor John Ashby del
Laboratorio Central AstraZeneca de Toxicología en Macclesfield, por ejemplo, confirman que la fórmula
infantil de soja (actualmente el único alimento de 6,500 bebés británicos) tiene un efecto estrogénico en
ratas. Según la ministra de salud pública, Ivette Cooper, no se dará ningún consejo nuevo sobre la soja
sino hasta que el COT (Comité Sobrela Toxicidad de las Substancias Químicas en Alimentos, Productos
de Consumo, y el Ambiente), que es un comité independiente, haya examinado los hallazgos del
programa.
Esto podría requerir varios años. Mientras tanto, si usted ha sido seducido por el mensaje de que la soja
La soja contiene grandes cantidades de varias substancias químicas tóxicas, que no pueden ser destruídas
por completo ni siquiera con el largo proceso de cocimiento. Éstas substancias son: los fitatos, que
bloquean la absorción de minerales por el cuerpo; los inhibidores enzimáticos, que estorban la digestión
de las proteínas; y la hemaglutinina, que hace que las células rojas de la sangre se agrupen e inhiban la
asbsorción del oxígeno y el crecimiento. Y lo que es más controversial de todos, la soja contiene altos
niveles de fitoestrógenos (también conocidos como las isoflavonas genisteína y daidzeína), que simulan y
¿Ciertamente, los japoneses comen soja en grandes cantidades, y como resultado tienen
bajas tasas de cáncer del seno, del útero, del colon, y de próstata?
Ése es el gran mito sobre el cual se ha construído la idea de la soja "saludable". En realidad, los japoneses
no comen mucha soja: un estudio llevado a cabo en 1998 mostró que, típicamente, un japonés come
como 8g (2 cucharaditas) por día, ni parecido a los 220g (8oz) que un occidental podría ingerir si comiera
En segundo lugar, aunque los japoneses posiblemente tienen tasas más bajas de cáncer en los órganos
reproductores, se cree que esto se debe a otros factores dietéticos y de estilo de vida: ellos comen menos
carne con grasa, más pescado y vegetales, y menos alimentos enlatados o procesados que en una típica
dieta occidental. En tercer lugar, los asiáticos tienen una incidencia mucho mayor de cáncer de la tiroides
y del aparato digestivo, incluyendo cáncer del estómago, del páncreas, del hígado, y del esófago.
Soy vegetariano; como grandes cantidades de tofú y bebo grandes cantidades de leche de
La soja se ha convertido en la carne y la leche de los vegetarianos, siendo la fuente principal de proteína
en su dieta. Pero, en realidad, el comer soja pone a los vegetarianos en grave riesgo de sufrir deficiencias
minerales, incluyendo de calcio, cobre, hierro, magnesio, y especialmente zinc. Según el Dr. Mike
Fitzpatrick, un bioquímico neozelandés que tiene un sitio web sobre la soja (véase más abajo), esto se
debe a que la soja contiene altos niveles de ácido fítico, que bloquea la absorción de minerales esenciales
en el tracto digestivo. Para reducir los efectos de una dieta de alto contenido de fitatos, es necesario
comer, como hacen los japoneses, mucha carne o pescado con pedacitos de soja.
La soja ha llegado a ser la opción de moda para las personas que no "toleran" productos lácteos de origen
animal. Es poco conocido que la soja es el segundo alergeno más común. Sólo 1 por ciento de la población
es verdaderamente alérgica a la leche de vaca y, de ellos, dos tercios tampoco toleran la leche de soja.
Además, la leche de soja tiene un alto contenido de aluminio. Esto se debe a que el aislado de proteína de
soja del cual se fabrica la leche se lava en ácido en tanques de aluminio. No hay que asombrarse de que
Por años, se ha sabido que los fitoestrógenos en la soja debilitan la función tiroidea. En Japón, una
investigación llevada a cabo en 1991 demostró que 30g diarios de soja resultan en un enorme aumento de
la hormona que estimula la tiroides. Esto puede causar bocio, hipotiroidismo, y la enfermedad de la
tiroides autoinmune.
vegetarianas ha mostrado que los bebés varones tenían el triple de riesgo de padecer de hipospadias, un
defecto del pene, que está presente al nacimiento. Los investigadores indican que esto se debe a una
mayor exposición a alimentos ricos en fitoestrógeno, especialmente soja. Los niveles inapropiados de
hormonas, como los causados por una alta ingestión de soja durante las primeras 12 semanas de
¿Pero, seguramente yo puedo alimentar a mi bebé con fórmula de soja? Debe ser inofensiva:
Los bebés alimentados con soja están participando en un 'gran experimento con bebés humanos, un
experimento que no está siendo ni controlado ni monitoreado', dijo en 1998 Daniel Sheehan, director del
Centro Nacional para la Investigación Toxicológica de la FDA. El único alimento de un bebé recién nacido
es la leche que toma: un bebé alimentado con soja recibe el equivalente en estrógeno a cinco píldoras
contraceptivas todos los días, según Mike Fitzpatrick. Se descubrió que los niveles de isoflavonas de estos
bebés eran de entre 13,000 y 22,000 veces más altos que los de bebés alimentados con otros productos.
Como resultado de esta sobrecarga de fitoestrógeno, los bebés alimentados con soja tienen el doble de
riesgo de que se les desarrollen anormalidades tiroideas, incluyendo bocio y tiroiditis autoinmune. Los
varones corren el riesgo de que se les atrase la maduración física, mientras que las niñas corren el riesgo
de una pubertad precoz (1 por ciento de las niñas muestran ahora señales de pubertad, tales como
desarrollo de los senos o vello púbico, antes de los tres años de edad) e infertilidad. Los investigadores
también han indicado que diabetes, cambios en el sistema nervioso central, extrema conducta emocional,
asma, problemas con el sistema inmunológico, insuficiencia pituitaria, e IBS pueden ser causados por
El año pasado, los compuestos de soja también estuvieron envueltos en el desarrollo de leucemia infantil.
Actualmente, el gobierno (del Reino Unido) aconseja que la leche materna es la mejor, y que la fórmula
de soja no debería dársele a los infantes a menos que sea por consejo de un profesional de la salud.
El ex-comerciante en bonos de alto risego, Michael Milken, ciertamente cree que sí. Él consume 40g de
proteína de soja todos los días con ese propósito. La ciencia es menos concluyente. Un reciente estudio
sobre los japoneses-norteamericanos que viven en Hawaii demostró que los hombres que habían comido
dos o más porciones de tofú por semana durante su mediana edad no sólo habían 'acelerado el
envejecimiento del cerebro', y aumentado a más del doble la incidencia de la enfermedad de Alzheimer y
la demencia, sino que también se veían cinco años más viejos que los hombres que no lo habían comido.
Mi madre murió de cáncer del seno, y a mí me han aconsejado fuentes médicas, tanto principales como
complementarias, que el aumentar mi ingesta de soja puede ofrecerme protección contra la enfermedad.
La evidencia es muy inconclusa. En la Dieta de Protección Contra el Cáncer del Seno, publicado el año
pasado, el Dr. Bob Arnot afirma que el comer entre 35g y 60g de proteína de soja diariamente protege
contra el cáncer del seno aumentando la ingesta de genisteína, que es un bloqueador de estrógeno. Pero
esto pasa por alto la evidencia en contrario. En 1996, una investigación demostró que las mujeres que
comen soja tenían una mayor incidencia de hiperplasia epitelial, una condición que presagia malignidad.
En 1997, se encontró también que la genisteína en la dieta estimulaba las células del seno humano para
que entraran en el ciclo celular. Como resultado, los investigadores aconsejaron a las mujeres que no
¿Pero seguramente la soja evita la osteoporosis, el adelgazamiento de los huesos que afecta
No. En realidad, la soja bloquea el calcio y causa deficiencia de vitamina D, que se necesitan para tener
huesos fuertes, dicen las nutricionistas y desenmascaradoras de la soja Sally Fallon y Mary G. Enig.
¿Hay alguna clase de producto de soja que yo pueda comer sin peligro?
Sí. Los productos fermentados de soja, como la salsa de soja, el tempeh, y el miso. El largo proceso de
Es difícil. Usted puede dejar de comer los candidatos obvios, como la leche de soja y el tofú, pero la soja
se encuentra también en cereales para el desayuno, helados, comidas rápidas como las hamburguesas,
dedos de pescado, y la lasagna, y todas las clases de alimentos horneados, desde pasteles y bizcochos
hasta las tortillas mexicanas y el pan. Si esa es su misión en la vida, lea las etiquetas cuidadosamente, y
Finalmente, los que hacen campaña en favor de la soja siempre dicen que, en los Estados Unidos, un
cuarto de la población ha sido alimentada con fórmula infantil entre 30 y 40 años, sin ningún problema
Los científicos están sólo comenzando a investigar y a entender los perjudiciales efectos a largo plazo que
el comer grandes cantidades de soja puede tener en el cuerpo humano. Como escriben Fallon y Enig: "Por
años, la industria ha sabido que la soja contiene muchas toxinas. Al principio, le dijeron al público que las
toxinas eran eliminadas mediante el procesamiento. Luego afirmaron que estas substancias eran
saludables. Todo parece indicar que habrá una gran batalla en el futuro cercano.
www.soyonlineservice.co.nz, una detallada fuente informal sobre la soja, y que es administrada por el Dr.
Mike Fitzpatrick.
Sin embargo, un punto en el artículo con el cual yo discreparía es la afirmación del autor de que sólo el 1
por ciento de la población es alérgica a la leche de vaca. Aunque esto puede que sea cierto con relación a
los métodos convencionales de diagnosticar alergias, la gran mayoría de la población sufre en algún
grado de alergia o sensibilidad a la leche de vaca, y haría mejor en evitarla por completo.
Sería mejor evitar tanto la leche de vaca como la "leche" de soja, y beber sólo agua.
A comienzos del año 2001 una representativa encuesta mostraba que aproximadamente 2,5 millones de
alemanes se habían convertido en vegetarianos. Los motivos son evidentes. La epidemia de EEB,
encefalopatía espongiforme bovina (la llamada enfermedad de las vacas locas), es sólo el primer punto
culminante de un amplio escándalo relacionado con los productos alimenticios: quien ha dejado de
comer carne de vacuno, ahora se da cuenta de que tampoco puede seguir comiendo carne de cerdo,
porque hay rebaños enteros que han sido drogados con antibióticos. Muchos fiscales alemanes han
Hay expertos que consideran que los antibióticos en nuestras comidas son tanto o más peligrosos que los
priones de EEB. Y quien quiera “cambiar de tren”, ingiriendo ahora carne de pescado, se entera por los
resultados de un reciente estudio de la Unión Europea de que los peces del Mar del Norte y del Báltico
están contaminados con dioxina, lo que no es de extrañar a raíz del conocido envenenamiento de los
mares. ¿O sea que entonces es mejor recurrir a las carpas y truchas caseras?. Sería estupendo, pero sólo si
éstas no fueran alimentadas con sus congéneres del Mar del Norte y del Báltico que han sido elaborados y
transformados en harina de pescado. Así van quedando sólo las aves de corral. Pero tampoco de éstas
Durante años se ha ocultado sistemáticamente a los consumidores el hecho de que están siendo
sometidos a un gran experimento con alimentos que tienen muchos factores de riesgo, con pesticidas y
venenos de hongos de la variedad de los mohos en las papillas para bebés, gusanos en el pescado, dioxina
en las gallinas, hormonas en los turbocorderos y ahora además EEB por todas partes. Sin embargo el
engaño, y el exponer a los consumidores a muchos peligros continúa con gran actividad.
¿Quién sabe por ejemplo que aproximadamente un 75% de todos los productos alimenticios en Alemania
pasan por “procesos de refinamiento” industrial?. Para que los huevos del desayuno tenga el color
amarillo apropiado, se mezcla el alimento de las gallinas con el colorante correspondiente. El color
rosado del salmón de mar es el resultado de la química alimentaria. Las sopas instantáneas no tienen
nada que ver con una sopa verdadera, sino que son el resultado de una complicada tecnología. La masa
de la pasta se hace espumosa a base de fermentos para que los spaghetti se puedan preparar con más
rapidez. El aroma de melocotón en el yogur se elabora de hongos y bacterias. Muchas veces se utilizan
productos de desecho como material básico de la industria alimenticia, así por ejemplo el llamado pastel
de albúmina, que queda de sobra en la producción de carne de gallina, y que después de ser tratado con
lejía de sosa acaba como suministrador de valores nutritivos en las sopas en latas; o los restos que quedan
de la preparación de la soja, que se mezclan en el pan integral como fibra vegetal. Una especialidad
culinaria muy típica es el cóctel de mariscos, en el que se revuelven, trituran y aromatizan los restos de la
pesca, prensándolos en forma de calamares o gambas. No sólo los comederos de los animales se han
la Naturaleza, Bund Naturschutz, de Alemania), sino que también lo son entretanto los platos de comida
de los hombres.
http://www.animanaturalis.org/
Silvana Buján.
tiempos como la solución al flagelo del hambre, está muy lejos de ser el "alimento
perfecto".
La dura realidad la revela como una trampa: los niños pequeños alimentados a soja,
desarrollo intelectual será menor que el resto de los niños. Las embarazadas que consumen
soja como dieta base tendrán serios problemas en el sistema hormonal de su bebé y de
ellas mismas.
alergias.
En verdad: somos las víctimas de la necesidad de las multinacionales de ubicar la soja con
Detrás del espejismo y de los carteles de colores, nos hallamos ante la dura realidad: La
soja crea una deficiencia de la vitamina B1. El ácido fítico se une a los minerales
impidiendo su absorción especialmente zinc, calcio y magnesio. Los que consumen muchos
productos con soja tienen riesgo de sufrir deficiencias de estos minerales. La soja es una
presentes en la soja tienen fama de ser beneficiosas para la salud: La dura verdad es que
las personas que consumen productos de soja regularmente pueden sufrir diversos
desequilibrios de la tiroides. Los estudios con animales vinculan a las isoflavonas con el
bocio. Otros estudios vinculan el consumo de soja no solo con el hipotiroidismo, sino
antinutrientes. Tanto el de soja como otros aislados de proteínas pueden causar un balance
leche humana ni a la vacuna. Y no solo eso: el jugo de soja (así debe llamarse) posee
desarrollo hormonal.
Le incorpora al bebé sustancias que actúan como hormonas, en tal grado que el organismo
compuestos estrogénicos 2.000 mayores que los de la leche humana o de la leche en polvo
sustancia esencial para el adecuado desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central de
los niños. El lobby de la soja es muy poderoso ya que ofrece al fabricante de alimentos y de
La Argentina como país ganadero de cosechas récord no puede alimentar a sus pobladores.
dependiente de agro tóxicos llevó al país a producir para exportar sin valor agregado,
población.
Un esquema de producción que achica mano de obra y degrada el ambiente hasta el límite
de dejarlo estéril.
En resumen: una agricultura, como dice el Foro de Ecología política, sin agricultores,
en el afán de extender la frontera sojera hacia regiones que no resisten muchos ciclos de
Casi la totalidad de los cultivos de soja son transgénicos, bajo firmas que venden la semilla
Hoy, se promociona la soja transgénica para paliar el hambre. Esa soja en el primer mundo
es la comida del ganado. Es una simple maniobra para abrir nuevos mercados para
sectores multinacionales.
auspicio de UNICEF) en julio de 2002, alertó al gobierno nacional, (que los habia
Este fue el consejo que recibió el gobierno nacional antes de lanzar la soja solidaria:
Antes de ocultar estas realidades y someter a la gente a una dieta empobrecida y riesgosa.
[Nutrición]
En 1924, la producción de frijol soja en los Estados Unidos era sólo de 1.8 millones
de acres cosechados, pero, para 1954, el número de acres cosechados había
aumentado a 18.9 millones. En la actualidad, en los Estados Unidos la producción
de frijol soja es la tercera mayor (en 1998 se cosecharon 72 millones de acres),
proporcionando más de 50 por ciento de la demanda mundial de frijol soja.
La mayor parte de esta producción se utiliza como alimento para animales y para la
fabricación de aceite de soja que ha de ser usado como aceite vegetal, margarina, y
manteca. De los usos tradicionales de la soja como alimento, sólo la salsa de soja
goza de amplio consumo en la dieta de los norteamericanos. El tofú, que representa
el 90 por ciento del uso del frijol soja en Asia, se ha vuelto más popular en los
Estados Unidos, pero la soja todavía no está ni cerca de ser un componente medible
de la dieta del norteamericano promedio. ¿O sí?
Aquí en el Instituto Gerson, pensamos que los aspectos positivos del frijol soja son
eclipsados por su potencial para hacer daño. En realidad, el frijol soja contiene un
gran número de sustancias peligrosas. Uno entre ellos es el ácido fítico, llamado
también fitatos. Este ácido orgánico está presente en el salvado o la cáscara de
todas las semillas y legumbres, pero ninguno tiene el alto contenido de fitatos que
tiene el frijol soja. Estos ácidos bloquean la absorción de minerales esenciales,
como el calcio, el magnesio, el hierro, y especialmente el zinc. Además del
problema del alto contenido de fitatos, el frijol soja es muy resistente a las técnicas
de reducción, como el cocimiento prolongado a fuego lento.
El frijol soja también contiene potentes inhibidores enzimáticos. Estos inhibidores
bloquean la absorción de la tripsina y otras enzimas que el cuerpo necesita para la
digestión de las proteínas. El cocimiento normal no desactiva estos "antinutrientes"
perjudiciales, que pueden causar serios malestares gástricos y una reducida
digestión de las proteínas, y puede conducir a deficiencias crónicas en la absorción
de los aminoácidos.
Aparte de éstos, el frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que
favorece los coágulos y hace que los hematíes se arracimen. Estos hematíes
arracimados no pueden absorber correctamente el oxígeno para su distribución a
los tejidos del cuerpo, ni mantener el corazón en buena salud. Tanto la
hemaglutinina como los inhibidores de la tripsina son substancias "depresoras del
crecimiento". Aunque la acción de fermentar los frijoles soja sí desactiva tanto los
inhibidores de la tripsina como la hemaglutinina, la precipitación y el cocimiento
no lo hacen. Aunque el nivel de estos inhibidores enzimáticos se reduce dentro de
los productos de soja precipitados como el tofú, no son eliminados por completo.
¿Y los Estudios?
En años recientes, se han llevado a cabo varios estudios relacionados con el efecto
del frijol soja en la salud humana. Los resultados de estos estudios, mayormente
patrocinados por varios grupos de la industria de la soja, por supuesto que estaban
abrumadoramente a favor de la soja. Las principales afirmaciones acerca de los
beneficios saludables de la soja se basan puramente en la ciencia errónea. Aunque
los principales argumentos en favor de que los pacientes de cáncer usen soja se
enfocan en estadísticas que muestran bajas tasas de cáncer de mama, colon, y
próstata entre los asiáticos, algunos hechos obvios han sido ignorados por
completo. Aunque los estudios se ufanan de que las mujeres asiáticas tienen menos
casos de cáncer del seno que las mujeres norteamericanas, la propaganda deja de
señalar que estas mujeres asiáticas ingieren una dieta que es dramáticamente
diferente de la de sus contrapartes norteamericanas.
La dieta normal asiática consiste de productos más naturales, carne mucho menos
grasa, mayor cantidad de vegetales, y más pescado. Sus dietas son también más
bajas en substancias químicas y toxinas, pues comen muchos menos alimentos
procesados (enlatados, envasados en tarros, en salmuera, congelados). Es probable
que estos estudios hayan sido influídos por el hecho de que la tasa de cáncer
aumenta entre los asiáticos que se mudan a los Estados Unidos y adoptan dietas
americanizadas. Por supuesto, este cambio de dieta va de la mano con un cambio
dramático en el estilo de vida. Pasando por alto los notables cambios en la dieta y el
estilo de vida, suponer sólo que los reducidos niveles de soja de estas dietas
asiáticas americanizadas son un factor principal en las más altas tasas de cáncer
revela un juicio deficiente y, como se dijo más arriba, una ciencia errónea. Los
cambios en la dieta y el estilo de vida deben ser tomados en cuenta para llegar a la
conclusión correcta.
El Proceso de Extracción
Los procesos que hacen "comestible" al frijol soja son también los procesos que lo
vuelven "no comestible". Al fermentar el frijol soja, el proceso implica que los
frijoles se hacen puré y se saturan de una solución alcalina. La mezcla hecha puré
se calienta luego aproximadamente a 115ºC (239ºF) en una olla a presión. Este
proceso de calentamiento y saturación destruye la mayoría de los antinutrientes,
pero no todos. Al mismo tiempo, tiene el grave inconveniente de desnaturalizar las
proteínas de los frijoles, de manera que se hace muy difícil digerirlos, y su
efectividad se reduce grandemente.
En abono del frijol soja, hay que decir que éste sí contiene grandes cantidades de
ácidos grasos omega-3 beneficiosos, pero éstos son particularmente susceptibles de
volverse rancios cuando son sometidos a altas presiones y temperaturas.
Desafortunadamente, se necesitan alta presión y alta temperatura para extraer el
aceite del frijol soja.
Antes de que los frijoles soja sea enviados a su mesa, pasan por un riguroso proceso
para despojarlos de su aceite. Primero, se aplican hexano y otros solventes para
ayudar a separar el aceite de los frijoles, dejando vestigios de estas toxinas en el
producto comercial. Por definición, hexano es "cualquiera de cinco hidrocarbonos
incoloros, volátiles, líquidos (C6H14) de la serie de las parafinas", y no puede ser
beneficioso en lo más mínimo para la dieta de nadie. Después de que se extrae el
aceite, las hojuelas desgrasadas se usan para formar los tres productos proteínicos
básicos. Con excepción de la harina de soja que conserva todas las grasas, todos los
productos de soja contienen vestigios de solventes carcinógenos.
Experiencias Personales
Sólo la semana pasada, nos llamó la atención otra historia interesante. Una
paciente del Hospital Gerson Certificado de la ciudad de México nos habló de su
hijo, ahora de 25 años, que sufría de una total ausencia de cabello (alopecia), con
excepción de las cejas y las pestañas. Ella añadió que esto comenzó cuando sólo
tenía tres años. Puesto que la madre me preguntó acerca de esta situación, pensé en
el problema por un momento. Luego, mirando a ambos padres, que tienen cabello
normal, pensé que el problema del muchacho probablemente no era genético. Así
que le pregunté a la madre si usaba mucha soja. Ella dijo que no. Pero luego,
después de pensar en la pregunta por un momento, dijo que, cuando el muchacho
tenía como un año, tenía muchas alergias, ¡así que ella lo alimentaba regularmente
con leche de soja! Le expliqué la capacidad de la soja para bloquear las enzimas y
los nutrientes, y la probabilidad de que la leche de soja fuese la causa de que la
alopecia hubiese comenzado a los tres años. Como acabábamos de presenciar el
caso de un paciente cuyo cabello había vuelto a crecer sobre su cráneo desnudo
después de ser calvo como por 20 años, cautamente le sugerí que un completo
cambio de dieta, acompañado por una intensa desintoxicación, podría corregir el
problema.
ADM afirma que "estas isoflavonas han sido consumidas por millones de seres
humanos por más de dos mil años". En realidad, aunque han sido usadas en Asia
por cientos de años, "no formaban parte importante de la dieta [de los asiáticos]".
Además, observa Fitzpatrick, "el frijol soja tradicional era bastante diferente del
que conocemos hoy día". El frijol soja silvestre, el soja glicina, "es la especie que se
consumía tradicionalmente, y es el antepasado del moderno cultivo, glicina max",
explica Fitzpatrick. La especie moderna ha sido cultivada para que produzca mucha
más proteína que el frijol soja tradicional.
Las isoflavonas sirven como "mecanismo defensivo como respuesta a las plagas.
Una meta consistente de los cultivadores de frijol soja ha sido una mayor
resistencia a las enfermedades, y es bastante concebible que esta meta haya servido
para aumentar los niveles de isoflavonas y otras toxinas que ocurren de modo
natural en el glicina max". Los niveles de isoflavonas en el glicina max varían
considerablemente. "Si esto es así, entonces no es inverosímil que el frijol soja
asiático tradicional, el glicina, contenga niveles bastante bajos de isoflavonas o
quizás ninguno en absoluto", dice Fitzpatrick. Por lo tanto, el aserto de ADM de que
el frijol soja ha sido consumido durante más de dos mil años no se puede justificar.
El Dr. Sheehan cree que: "La adición de isoflavonas a los alimentos debe ser
considerada del mismo modo que la adición de estrógeno a los alimentos, lo cual es
una mala idea". El Dr. Sheehan está muy preocupado por el alto contenido de
estrógeno en las fórmulas basadas en soja. Piensa que los niños alimentados con
estas fórmulas han sido puestos en riesgo en un "experimento con niños, que es a
gran escala, incontrolado, y básicamente no monitoreado". El Dr. Fitzpatrick trae a
colación otro punto en disputa: él cree que la soja puede combinarse con otros
xenoestrógenos (como los plaguicidas). Fitzpatrick escribe que "a causa del
potencial para causar efectos sinérgicos, la exposición de seres humanos a todos los
disruptores endocrinos, como la soja, se requiere con urgencia que las isoflavonas
sean reducidas".
Convenientemente, los proponentes de la soja han pasado por alto un estudio que
demuestra que los altos niveles de genisteína "pueden estimular las células del seno
para que entren en el ciclo celular". 2 Estos descubrimientos son "consistentes con
un informe anterior de Petrakis et al, que expresa la preocupación de que las
mujeres alimentadas con aislado de proteína de soja tengan una mayor incidencia
de hiperplasia epitelial". 3
Recientemente, el gobierno de Gran Bretaña publicó su descubrimiento de los
efectos de la soja en la dieta, llegando a la conclusión de que "casi no había
evidencia que ligara los beneficios para la salud de los alimentos que contuvieran
isoflavonas con las isoflavonas mismas". 4
Además de los naturales problemas con el frijol soja, nos enfrentamos a un nuevo
fenómeno occidental: la soja genéticamente alterada. Entre otros alimentos
genéticamente alterados, o transgénicos, como el maíz, las manzanas, los tomates,
las calabazas, las fresas, la lechuga, las papas, el trigo, y hasta las nueces (para
mencionar sólo unos pocos), la soja es uno de los más controvertidos. Monsanto, el
multimillonario líder biotecnológico que nos trajo rBGH (la hormona del
crecimiento bovino), ha estado luchando por varios años para poner en la mesa de
usted alimentos genéticamente alterados. Hasta ahora, va ganando. La verdad es
que, a menos que usted haya estado comiendo SÓLO alimentos orgánicos, es
probable que haya estado probando la obra de Monsanto.
[Nutrición]
"En contra de los productos lacteos", por Harvey y Marilyn Diamond.
Es realmente asombroso que la gente siempre trate de imaginar una manera de hacer las
cosas opuesta a lo que es natural, y para justificarlo siempre recurren a verdades a
medias. Por ejemplo en Estados Unidos hay grandes vallas publicitarias y anuncios en
página entera en las revistas que muestran diferentes productos lácteos con la leyenda
que dice: “Calcio de la manera señalada por la naturaleza.” Se han olvidado de añadir
dos palabras muy importantes: “¡Para los terneros!” Calcio: ¡de la manera señalada por
la naturaleza para los terneros! ¡La leche de vaca es para los terneros! ¿Por qué resulta
tan difícil entender eso? Una vez destetada, ni siquiera una ternera seguirá bebiendo
leche... ni de su propia clase ni de ningún otro animal. Tiene una inteligencia innata
para no interferir en el magnífico plan de la naturaleza. ¡Lástima que a nosotros nos
falte esa inteligencia!
2. Una vez destetado, ningún animal jamás vuelve a consumir leche. Este es el alimento
designado por la naturaleza para alimentar a los pequeños de la especie. Está diseñada
específicamente para el crecimiento rápido de una cría. ¡Ése es su objetivo! Es idiota
insistir en que sigamos tomándola después de la infancia, hasta que somos octogenarios,
si podemos vivir tanto. Es algo ridículo y lamentable. ¿Hemos de creer realmente que,
una vez finalizada la lactancia de nuestras madres, han de sustituirlas las vacas?
Decir que los productos lácteos son un buen alimento para los seres humanos es una
prueba de imperdonable ignorancia de los hechos. Es demasiado evidente que los
productos lácteos son un peligro claro y presente. Puedo entender esta idea equivocada
en quienes son ajenos al campo de la salud, pero para un profesional, a quien se recurre
en busca de consejo fidedigno, engañar a la gente por pereza, ignorancia, orgullo o de
beneficios económicos, o todo eso a la vez, es algo despreciable. Es un desafuero
criminal liquidar la salud de la población para enriquecerse. Y, como verá, las pruebas
no están saliendo ahora mismo a la luz, sino que se sabe desde hace décadas lo nocivos
que son los productos lácteos. Ya he ofrecido datos sobre las enfermedades que pueden
causar los productos animales con alto contenido de grasa y colesterol (incluidos los
productos lácteos). Y existen muchas pruebas, confirmadas por el sentido común y la
literatura científica.
La leche de vaca sirve para criar un animal enorme, de grandes huesos, y con cuatro
estómagos, y de ninguna manera nosotros respondemos a esos criterios (aunque, por
desgracia, he visto que algunas personas empiezan a tener un aspecto peligrosamente
bovino). Piense que la leche de vaca está diseñada para hacer que una ternera que pesa
40 kilos al nacer, llegue a pesar 900 kilos en sólo dos años. Los niños humanos suelen
pesar entre 2, 7 y 4 kilos al nacer y alcanzarán un peso de sólo 45 a 90 kilos en 18 años.
Comer productos lácteos es comer un alimento diseñado por la naturaleza para hacerle
muy corpulento, como una vaca, con mucha rapidez. Si en la actualidad consume
productos lácteos, espero que no esté intentando perder peso. Será más fácil que
intentará apagar un fuego echándole gasolina. Pero los productos lácteos tienen tantos
otros aspectos nocivos, que no sé por dónde empezar.
La leche de vaca produce más mucosidad que cualquier otro alimento, un moco espeso,
denso, que obtura todo el sistema respiratorio del organismo, un moco que tapiza el
interior del cuerpo y le impide funcionar con fluidez; un moco denso, pegajoso, que
dificulta de un modo enorme las facultades eliminadoras del organismo, atasca las
delicadas membranas mucosas e invita a la enfermedad. La fiebre del heno, el asma, la
bronquitis, la sinusitis, los resfriados, el goteo nasal y las infecciones de oído se deben
principalmente a los productos lácteos. Éstos son la causa principal de las alergias.
Prácticamente cada libro, informe y estudio sobre las alergias mencionan los productos
lácteos. No cabe ninguna duda de la intervención que tienen en esa clase de afecciones.
¿Tiene usted hijos? ¿Ha sufrido su hijo alguna vez una infección de oído? Teniendo en
cuenta que la profesión médica y los dietistas las consideran algo normal en la infancia,
no me sorprendería que respondiera que no. Si su hijo ha tenido o tiene infecciones de
oído, existen muchísimas posibilidades de que tome productos lácteos, leche especial
para biberón o ambas cosas. Durante diecisiete años, no he visto todavía a un solo niño
con infecciones de oído que no se tomara productos lácteos. He aquí como puede
comprobar lo que digo y, al mismo tiempo, evitar a su hijito más sufrimiento: elimine
todos los productos lácteos de su dieta, o redúzcalos en gran manera, y vea qué sucede.
Después de un período inicial, durante el cual el niño puede seguir teniendo goteo nasal
y quizá otra infección de oído mientras el cuerpo limpia la mucosidad residual, el goteo
cesará del todo y no se producirán más infecciones de oído. Hemos sido testigos de este
resultado centenares de veces. El cuerpo de un niño reacciona con mucha rapidez a los
cambios positivos. Las narices tapadas y los oídos que duelen hasta provocar el llanto
no son normales.
Veamos un ejemplo. Durante los años veinte, cuando se generalizó la vacunación contra
la viruela, algunas personas optaron por no vacunarse ni permitir que vacunaran a sus
hijos debido al número de muertes que las vacunas causaban (algo similar al fracaso de
la gripe porcina). Así pues, se usó la mejor estrategia conocida, el temor. (...)
Recuerde que los productos lácteos tienen un contenido elevado de colesterol y grasa y
no contienen fibra, una mala combinación, en lo que coinciden todos cuantos tienen
unos conocimientos mínimos de nutrición. Resulta extraño que los dietistas y expertos
en nutrición se obstinen tanto en alabar los productos lácteos, sabiendo que los
alimentos con mucha grasa y poca fibra son contraproducentes. ¿Qué más prueba
necesitan? Al fin y al cabo, ¿de quiénes son las necesidades que intentan satisfacer?
En los productos lácteos existen dos elementos que han de ser descompuestos por las
enzimas del cuerpo: la lactosa y la caseína. A la lactosa la descompone la enzima la
lactasa, mientras que la encargada de descomponer la caseína es la renina. Hacia los tres
o cuatro años de edad la renina no existe en el tracto digestivo humano, y lo mismo
sucede con la lactasa, salvo en un número muy pequeño de personas. El término
intolerancia a la lactosa se maneja como si fuera un hecho extraño que se manifiesta en
ocasiones, pero la verdad es que más del 98 % de la población tiene intolerancia a la
lactosa, porque carecen de lactasa. Pero en vez de reconocer esto como una parte del
plan soberbio de la naturaleza e interrumpir la ingestión de alimentos que exigen lactasa
(todos los productos lácteos), las empresas farmacéuticas se aprovechan de la
circunstancia y empiezan a hacer publicidad de preparados químicos que uno puede
tomar para ayudar a descomponer la lactosa. Como si el público ya no ingiriese
suficientes fármacos (MÁS DE 25 MILLONES DE PÍLDORAS CADA HORA) hay
que producir más para ayudarnos a mover algo en el interior de nuestro cuerpo que, en
primer lugar, ni siquiera tiene por qué estar ahí. La madre naturaleza hace cuanto está
en su mano para ayudarnos a reconocer ese hecho.
La caseína es el componente proteínico de la leche. Es una sustancia muy espesa y
áspera, utilizada para uno de los pegamentos para madera más fuertes que se conocen.
¿A alguien le apetece un bocadillo de pegamento? La leche de vaca contiene un 300 %
más de caseína que la leche humana. Los productos secundarios de la descomposición
bacteriana de la caseína terminan convertidos en un moco espeso, parecido a una
cuerda, que se pega a las membranas mucosas y nos atasca el cuerpo. El cuerpo humano
carece por completo de los mecanismos digestivos necesarios para descomponerla.
Antes hemos mencionado al doctor N.W. Walker, reconocido en todo el mundo como
una autoridad en este tema y experto en el sistema glandular. Sus estudios le
convencieron de que el bocio de la garganta y otros trastornos de la glándula tiroides
eran el resultado directo de la caseína procedente de la leche de vaca, y señaló
específicamente que el problema se complica de un modo considerable cuando los
productos lácteos se pasteurizan.
Durante años se ha aconsejado a los pacientes de úlceras a que consumieran leche para
aliviar el dolor. Los higienistas naturales expresaron desde el principio su postura
contraria ante un consejo tan absurdo, pues sabían que los alimentos formadores de
ácido eran lo peor que podía suministrase a un enfermo de úlcera, y todos los productos
lácteos, excepto la mantequilla, son formadores de ácido. Los higienistas naturales
fueron los primeros en recibir los ataques de la elite con las credenciales de “expertos”
en salud, pero si pregunta a los médicos o los dietistas de hoy, verá que ahora están de
acuerdo con los mismos higienistas a los que antes atacaban. Los productos lácteos
agravan las úlceras.
En realidad, la lista de dolencias que pueden vincularse a los productos lácteos es tan
extensa, que apenas existe un problema de salud al que por lo menos no contribuyan.
Un libro que presenta una acusación de los más convincente y cabal contra los
productos lácteos es Don´t Drink Your Milk, de Oski y Bell. Entre la multitud de
enfermedades y problemas de salud que los autores atribuyen a los productos lácteos
figuran la enfermedad de Lo Gehrig y la esclerosis múltiple. Esta última abunda más en
áreas del mundo donde se cría a los niños más con productos lácteos que con el pecho
materno. Una dieta con bajo contenido de grasa animal, utilizada durante treinta años
por un médico de la Universidad de Oregon, ha ayudado de un modo espectacular a
los pacientes de esclerosis múltiple.
Y bueno, llevaremos bastante tomando leche ajena, pero tambien llevamos unos cuantos
milenios viviendo con Estado. Lo mismo no esta tan mal, ¿no?