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I. INTRODUCCIÓN
Pedofilia: o paidofilia (amor por los niños), hace referencia a la atracción erótica o
sexual de un adulto hacia niños o adolescentes, una tendencia sexual, un deseo.
Pederastia: Se refiere a la práctica sexual con niños, esto es, al abuso o a la agresión
sexual.
La diferencia para Aviles es clara, una cosa es sentirse atraído por menores y la otra es
consumar una práctica abusiva. Resulta por tanto evidente que se castiga (y así lo
recoge nuestro Código Penal) la pederastia, pero no la pedofilia. Sin embargo, existe
controversia en el caso del consumo de pornografía infantil, sobre si lo que realmente
se está persiguiendo es al pedófilo.
Caber señalar que Oliveiro y Graziosi (2004), explican más claramente la diferencia
entre pedofilia y pederastia: Mientras que la pedofilia es un término más amplio en el
que se incluyen todo tipo de relaciones con menores, tanto homosexuales y
heterosexuales, la pederastia se refiere a la atracción homosexual, por prepúberes y
jovencitos.
DEFINICIÓN DE PAIDOFILIA:
Según Bieber (2012), la pedofilia es una parafilia en la que hay una atracción sexual
intensa, urgente, recurrente, por los niños, existiendo casi exclusivamente apetito
sexual y excitación incontrolables por los menores de 13 años. Los pedófilospueden ser
del sexo masculino o femenino.
Tiene como característica central la actividad sexual con niños/as prepúberes. La
actividad sexual incluye: desnudez, fotografías y filmaciones, masturbación, sexo oral,
penetración vaginal, oral y/o anal con el dedo, objetos extraños o pene, con diversos
grados defuerza. Sus preferencias sexuales pueden ser:
Con atracción sexual por los hombres
Con atracción sexual por las mujeres
Con atracción sexual por ambos sexos
Limitada al incesto
De tipo exclusivo
De tipo no exclusivo
“Se trata de una preferencia sexual por los niños, normalmente en edad prepuberal, o
de la pubertad temprana. Algunos de los afectados sientes atracción únicamente por la
chicas, otros únicamente por los chicos, y otros están interesados por ambos sexos.
La paidofilia se presenta raramente en mujeres. Los contactos entre adultos y
adolescentes sexualmente maduros es algo socialmente reprobado, en especial si los
que intervienen son del mismo sexo, pero esto no se acompaña necesariamente de
paidofilia. Un incidente aislado, en especial si el que lo lleva a cabo es un adolescente,
no es signo de la tendencia persistente o predominante que se requiere para el
diagnóstico. No obstante, entre los afectados de paidofilia, hay varones que
manifiestan una preferencia por una relación de pareja sexual adulta, pero que debido
a que hay reiteradas frustraciones en sus intentos de contactos adecuados, los han
sustituido de manera habitual por niños.
Los varones que abusan sexualmente de sus propios hijos prepuberales suelen abordar
en ocasiones también a otros niños, pero en ninguno de estos casos hay nada más en
su comportamiento que sugiera una paidofilia”.
Pedofilia (302.2)
C. La persona tiene, al menos, dieciséis años y es por lo menos cinco años mayor que el
niño o los niños del criterio A.
Además se debe especificar si la atracción sexual es por los hombres, por las mujeres o
por ambos sexos; si se limita al incesto o no; y si es de tipo exclusivo (atracción sólo
por los niños) o no.
Seto M. (2012), comenta que muchos investigadores y clínicos como afirman que la
pedofilia es un trastorno que tiene un curso de toda la vida. Para algunas personas, por
lo menos, se descubre en la adolescencia temprana y el interés sexual en los niños
puede ser detectado en la adolescencia.
En el artículo de Harvard University (2010) se afirma que los Investigadores no
muestran consenso en acerca de la proporción en que los niños abusadores son
pedófilos. Otros tipos de abusadores incluyen curiosidad o adolescentes abusivos
quienes molestan a los niños más jóvenes, adultos hipesersexuales quienes de forma
oportuna escogen a niños, y personas que actúan por impulsos (mas que una
respuesta erótica) mediante la influencia del alcohol o drogas. Adicionalmente la mitad
de todos los niños víctimas de abuso se encuentran entre 12 a 17 años (postpuberes),
así que sus agresores no conocen la definición estricta de la pedofilia.
Por otro lado en esta revisión se afirma que hay un mayor acuerdo sobre algunos
hechos. Cercanamente todas las personas con tendencias pedofílicas son varones,
asimismo que los estudios han reportado que en un 1% a 6% de niños abusados los
perpetradores han sido féminas, asimismo existen desordenes de la personalidad y
estados de humor en común con personas con tendencias pedofílicas; y un 50% a 70%
de personas con tendencias pedofílicas han sido diagnosticados con otras parafilias
como exhibicionismo, voyeurismo o sadismo. Además el autor plantea que existe
consenso en el sentido en que la pedofilia es una orientación sexual distinta, no algo
que se desarrolla en alguien homosexual o heterosexual. Algunas personas con
necesidades pedofílicas son también atraídos por adultos, y quizá actúan solo en
deseos posteriores. De esta manera las personas pedofilicas que son atraídas por niños
de un genero especifico, son algunas veces descritas como pedófilos heterosexuales,
homosexuales o bisexuales.
Hughes J. (2007) realizó una revisión de investigaciones de Pedofilia a partir del cual
afirma que a menudo los pedófilos suelen haber sido víctimas de abuso sexual, además
pueden ser alcohólicos y pueden haber venido de una familia disfuncional, con
temprana separación de sus padres.
En la investigación llevada a cabo por Deza S. (2005) acerca del abuso sexual, toma en
referencia a Finkelhor (2000), quien afirma que existe en grupo de abusadores
menores, de sexo masculino, quienes suelen imitar el abuso que han sufrido, quienes
pueden haber tenido una historia de rechazo social y estigmatización sin ser
conscientes de la causa inicial del problema.
- Otro factor es referido a la habilidad del agresor paras superar sus propias
inhibiciones y miedos. Algunas de estas se encuentran razones individuales de
la desinhibición como el alcohol, la psicosis, la senilidad o el fracaso en la
represión de un incesto en la familia. Además menciona otros motivos del área
sociocultural como la tolerancia social, debilidad en las sanciones por el abuso
sexual. La pornografía infantil, y la incapacidad por ponerse en el lugar de los
niños.
- La capacidad del agresor de burlar barreras externas o deficientes factores
protectores en el niño.
- La capacidad del niño para evitar o resistirse al abuso sexual.
V. ANTECEDENTES HISTÓRICOS:
Por el contrario, el sexo con sujetos prepúberes, denominado pedofilia, era castigado
con condenas que podían llegar a la pena de muerte.
En la Roma antigua, por su parte, la pederastia estaba muy difundida, pero sin las
justificaciones de los griegos, y la pedofilia era también condenada. Algunos de los
casos resaltantes son el Del emperador Tiberio se relata (Suetonio) que arregló cuevas
y bosques en Capri para reunirse con grupos de amantes jóvenes, a los que incitaba a
tener relaciones entre ellos.
Su principal exceso conocido con un menor fue la castración de un niño, Sporo, con el
cual se casó públicamente según el rito romano. Cabe resaltar que las biografías de los
césares son discutibles, porque a los tiranos se buscaba difamarlos principalmente.
A pesar de que las mujeres no tenían tanto poder como los hombres, algunas romanas
aprovecharon la autoridad de sus maridos y su condición de ciudadanas para practicar
sus propias perversiones. Agripina, la madre de Nerón, fue también acusada de
corromper a menores, entre ellos a su propio hijo, como ya se señaló. Sin embargo,
como señala Cantarella, los autores apenas hablan de las depravaciones de las
mujeres, ya que en un mundo concebido para el hombre y su virilidad, sólo importaba
lo que a ellos les sucedía.
En la Grecia clásica (Avilés y otros, 2010), era admitido y frecuente el contacto sexual
de adultos con prepúberes e incluso se consideraba como el modelo ideal de la
relación amorosa y pedagógica. En el imperio romano los hijos de los esclavos podían
ser destinados a objetos sexuales de adultos y recibían nombres como epheb , pueri
meritorii, concubini… o según la práctica en que se especializaban (fellatores). Antes
del siglo XII los niños eran considerados prácticamente como animales domésticos, el
trabajo físico y el castigo formaban parte de su vida cotidiana. Nacían muchos y pocos
llegaban a la edad adulta debido al hambre, la peste o las guerras. A los 7 años un niño
ya ingresaba en edad laboral y sexual. En Inglaterra desde el siglo XIV hasta principios
del siglo XX la edad mínima para el consentimiento sexual pasó a establecerse de los 7
años a los 10 años, la costumbre era casarse con niñas prepúberes y no tener
relaciones sexuales con ellas hasta que estas presentaban su primera menstruación.
El concepto de infancia como una etapa importante del desarrollo humano aparece
definitivamente a partir del siglo XX gracias al psicoanálisis y los avances en Psicología
Infantil y Pedagogía de las escuelas suizas e italiana (Piaget, Montesori…). El niño pasa
a ser un bien a proteger y a cuidar, al menos en la teoría, sin embargo el abuso infantil
estará lejos de desaparecer sino que continúa pero queda oculto o es más o menos
tolerado.
En las últimas décadas parece que empieza a haber una verdadera conciencia social
sobre el tema y los abusos sexuales a niños han empezado a ver la luz y no quedan tan
escondidos en el círculo familiar ni son reprimidos por el niño agredido por miedo a
represalias, desequilibrio del sistema familiar o castigo social. Y esto como
consecuencia de la ruptura de tabúes, la mayor divulgación periodística y científica la
contundencia de la legislación vigente y la sensibilización de la sociedad así como la
actitud más vigilante de las personas y servicios que tratan con menores.
Un ejemplo de este cambio en la sociedad lo encontramos a finales de los años 90 del
siglo pasado cuando salieron a la luz multitudinarias denuncias a religiosos católicos
(sacerdotes australianos y estadounidenses fundamentalmente) acusados y
condenados por haber realizado abusos sexuales a menores durante décadas, lo que
obligó hace poco a la iglesia a condenar explícitamente esas prácticas. Recientemente
un escándalo similar sacudió a la iglesia irlandesa con cientos de sacerdotes implicados
por no hablar de otros casos de abusos masivos dentro de la iglesia. El hecho de que
en una institución tradicionalmente caracterizada por su oscurantismo, donde se tenía
conciencia de la existencia de estas prácticas desde siempre, se pusiera fin a siglos de
impunidad es un buen ejemplo de la determinación de la sociedad de acabar con el
abuso infantil.
El término paedophilia erótica fue formulado por vez primera por el psiquiatra Richard
von Krafft-Ebing (1840-1902), quien usó la expresión Pädophilia erótica en su libro
Psicopatía Sexualis, publicado en 188616, en el que lo describió como el interés sexual
dirigido sólo hacia jóvenes prepubescentes, sin incluir a adolescentes, un interés que
desaparecería con la aparición de los primeros signos de vello púbico.
CAUSAS:
Romi, J.C., & García, L. (2005), menciona el punto de vista de Ricardo Caponni (2002)
“La pedofilia es una condición mental perturbada en un sujeto que, de niño, fue
víctima de situaciones traumáticas de abuso sexuales o de carencias afectivas muy
intensas frente a las cuales no pudo usar otros recursos que la actuación y la
hipersexualización, con un componente variable de agresión”
Revisando los avances en neurociencia y los diferentes estudios biológicos que se han
llevado a cabo para la pedofilia, encontramos que el desarrollo en el sistema nervioso
central, desde un punto de vista biológico, se convierte en un factor fundamental al
momento de hacer una revisión de la pedofilia, ya que es crucial en el desarrollo de la
conducta sexual de una persona pues, estudios realizados reflejan que en ciertos casos
se pueden presentar alteraciones neuro-psiquiátricas las cuales son originados durante
el embarazo (Becerra, 2009).
Becerra (2009), habla sobre diferentes estudios neuropsicológicos de los cuales han
surgido varias teorías neuroanatómicas sobre el origen de la pedofilia y estas a su vez
han sido divididas en tres categorías. En primer lugar están las teorías “frontales-
disejecutivas”, que asocian la pedofilia con una disfunción en la corteza prefrontal y
con la desinhibición conductual (Stone & Thompson, 2001, citados en Becerra, 2009).
En segundo lugar están las teorías “temporo-límbicas”, que implican a ambas regiones
del cerebro en la desinhibición conductual y a estructuras profundas del lóbulo
temporal en la regulación de la conducta sexual (Graber, Hartmann, Coffman, Huey &
Golden, 1982, citados en Becerra, 2009). En tercer lugar se encuentran las teorías de la
“disfunción dual”, las cuales argumentan que los pedófilos sufren de disfunción en las
regiones temporales que causarían la perturbación de los impulsos sexuales y
alteración en las regiones frontales que causarían la desinhibición conductual (Cohen,
Nikiforov, Gans, Poznansky, McGeoch & Weaver, 2002, citados en Becerra, 2009).
Trabazo cita a Cáceres (2001), destaca los factores que pueden explicar no solo el
origen de la pedofilia, sino de cualquier otra parafilia:
F) Una adicción sin sustancia: las pedofilia se consideraría como una forma más de
adicción (Cohen, Grebchenko, Steinfeld, Frenda, & Galynker, 2008) y como tal
presentaría una serie de características: Está controlada por reforzadores positivos en
su inicio y por reforzadores negativos al final; Implica cierta pérdida de control para el
sujeto; Conlleva normalmente deterioro social del sujeto; Suele producirse cierto
grado de tolerancia; Está determinada por la dependencia como proceso esencial y
básico. Apoyando esta teoría muchos autores señalan la existencia de diversas
adicciones (sobre todo el alcohol) en sujetos parafílicos.
EPIDEMIOLOGÍA:
Las parafilias generan angustias personales en pocas ocasiones, y por lo general, estos
individuos acuden para recibir tratamiento debido a la presión de los cónyuges o de las
autoridades. Por este motivo existen pocos datos sobre la prevalencia o el curso de
muchos de estos trastornos.
EL Dr. W. Masters afirma, una de cada 4 niñas y uno de cada 7 varones será abusado
sexualmente antes de que cumplan los 12 años. En más del 90% de los abusos el
abusador será masculino y en más del 80% será una persona conocida por el niño.
SIGNOS Y/O SÍNTOMAS QUE PUEDEN PRESENTAR LOS MENORES QUE HAN SUFRIDO
ABUSO SEXUAL: Según Bieber (2012), los menores abusados pueden presentar:
- Cambios en el comportamiento.
- Cambios bruscos de humor, retraimiento, temor y llanto excesivo.
- Orinar en la cama, pesadillas.
- Temor de ir a dormir u otras perturbaciones durante el sueño.
- Conducta sexual impropia.
- Interés inusitado en cuestiones sexuales.
- Expresión súbita de sentimientos o comportamiento agresivo o rebelde.
- Regresión o retroceso al comportamiento infantil.
- Temor a ciertos lugares, personas o actividades, especialmente de estar a
solas con ciertas personas.
Rodes, Monera y Mar (2010) nos brindan un breve perfil de un pederasta: Varón,
mayor de 35 años, sin antecedentes delictivos, integrado en su entorno social,
profesional cualificado o jubilado, no consumidor de alcohol u otras drogas.
Para Bieber (2012), El individuo con este trastorno debe tener16 años o más y ha de
ser 5 años mayor por lo menos que el niño. Su curso puede ser
permanente,manteniendo contactos con una o varias víctimas, o presentar períodos
de abstinencia con episodios pedofílicos.
Dentro de los múltiples estudios que se han realizado sobre el tema, si hay un punto
en que los diferentes autores ponen en común es en que no existe un perfil claro del
pedófilo. El pedófilo puede ser un hombre o una mujer, aunque éstas son minoría;
puede ser joven, adulto o anciano; puede ser un persona culta y respetada en su
profesión o una persona inculta; pueden ser homosexuales o heterosexuales; suelen
preferir a las niñas pero también pueden decantarse por los niños o por ambos sexos;
pueden conocer a la víctima (ser familiares o amigos) oser completamente
desconocidos; sus actos pueden ir desde la masturbación, utilizaciónde pornografía
infantil, hasta los tocamientos y violación; unos utilizan la violencia y otros sutiles
técnicas de manipulación (Trabazo, 2009).
Podemos hablar de pedofilia “primaria” cuando ésta está muy arraigada enel sujeto, y
de pedofilia “secundaria” cuando ésta está asociada a otro trastornopsicopatológico
como un retraso mental, una demencia degenerativa o un alcoholismopor ejemplo
(Oliverio y Graziosi, 2004). También podemos diferenciar a lospedófilos de “tipo
exclusivo” que sólo se sienten atraídos por menores, de los de“tipo no exclusivo”
cuando también sienten atracción sexual por adultos.
Pese a que existe dificultad para establecer características diferenciales por su alto
grado de ”secretismo” por parte de los pedófilos, debido al rechazo de la sociedad, se
han podido establecer, con diversos estudios, una serie de datos sobre ellos:
Hay que aclarar que la mayoría de los pedófilos intentan no “maltratar” alos niños,
bien porque no sienten impulsos sádicos, por la atracción que sientenpor ellos o por el
temor a que si les hacen daño éstos puedan hablar con alguieny ser descubiertos.
Muchos pedófilos al ser descubiertos justifican sus actosdefendiendo el valor
educativo de éstos para el niño, acusando al niño de seductorque incita al adulto, o
alegando que el niño había obtenido placer con sucomportamiento (Trabazo, 2009).
Los más peligrosos son los pedófilos con rasgos sádicos y que practican el denominado
“pedosadismo” (Oliveiro y Graziosi, 2004). En estos casos, además de sentir una
atracción sexual por los niños, sienten placer infringiéndoles daño o sometiéndolos,
llegando en los casos más graves a matar a su víctima. Es importante diferenciar estos
sujetos de los que también matan a su víctima pero no por una satisfacción en el
hecho en sí de matar, sino por el temor a ser delatados y descubiertos.
La pedofilia es, en esencia, un autoerotismo. El pedófilo utiliza el cuerpo del niño para
masturbarse en él. De ahí el éxito de Internet entre los pedófilos: ofrece sin un cuerpo,
el sexo anónimo, masturbatorio. Los niños en el ciberespacio son meras
representaciones, a menudo nada más que fotos eróticas. Los varones agresores,
están socializados para dominar: los niños les resultan atractivos debido a su baja
capacidad de dominación -relación con inmadurez, baja autoestima y agresividad del
agresor-. Los Pedófilos comienzan como personas "normales" y luego descubren para
su angustia que son atraídos por prepúberes. La adolescencia es clave en el nacimiento
de esta psicopatología. "Si el joven se excita con estímulos atípicos, como imágenes
infantiles, puede acabar asociando placer sexual con niños ", aclara Enrique
Echeburúa, un reconocido psicólogo español. Esa hipótesis la corrobora Santiago
Redondo, profesor de Psicología y Criminología de la Universidad de Barcelona: "El
adolescente se inicia en el sexo pensando en niños.
1) Las caricias sexuales no son en realidad sexo y por ello no se hace ningún mal.
5) Cuando los niños preguntan sobre el sexo significa que él o ella desean
experimentarlo.
6) El sexo práctico es una buena manera de instruir a los niños sobre el sexo.
TIPOS DE PEDÓFILOS:
Morillas (2005), propone los postulados expuesto por Vásquez Mesquita, quien
identifica dos tipos posibles de manifestaciones pedófilas:
De esta manera respecto al tratamiento Seto M. (2012), afirma que no hay suficientes
datos longitudinales, para dar conclusiones consistentes acerca de largo plazo, sin
embargo la investigación de seguimiento ha encontrado que el tratamiento previo
mediante evaluaciones de la excitación sexual son un mejor predictor de reincidencia
sexual que evaluaciones posteriores al tratamiento, lo que sugiere que los cambios
relacionados con el tratamiento en los patrones de excitación sexual desaparece con el
tiempo (Harris, Quinsey, y Rice, 1991).
Viendo la pedofilia como una orientación sexual sugiere que es más probable que el
tratamiento sea eficaz si se centra en las habilidades de auto-regulación (con el fin de
gestionar eficazmente impulsos o pensamientos pedófilos, etc.) que en tratar de
cambiar las preferencias sexuales (Beckstead, Drescher y Zucker, 2006).
En la investigación realizada por Hall RC, (2007), refiere que es difícil estimar la
verdadera prevalencia de la pedofilia ya que algunos pedófilos buscan tratamiento en
forma voluntaria y porque la mayor parte de los datos disponibles se basan en las
personas que se han involucrado con el sistema legal. Indicando que se desconoce
específicamente cuántas personas tienen fantasías pedofílicas y no actúan a partir de
estas, o que actúan pero no son arrestadas. En estudios canadienses se estima que 1
de cada 20 casos de abuso sexual infantil es informado o detectado, además que el
uno por ciento de los varones, que fueron entrevistados anónimamente, informó
haber abusado sexualmente a sus hijos desde que empezaron a ser adultos.
Evaluación
Tratamiento
El psicólogo que trabaja en el campo del tratamiento de las parafilias ha de estar bien
enterado de la legislación pertinente en su jurisdicción. No obstante, como el ejemplo
anteriormente expuesto demuestra, las leyes actuales no siempre facilitan el
tratamiento de esta población, y las autoridades suelen huir de esta realidad en su
afán de castigar sin, en muchos casos, remediar.
Una gran parte del tratamiento para el paciente que padece una pedofilia secundaria
se basa en recalcar el daño que la explotación sexual de menores causa en la víctima.
Como este grado de la pedofilia se caracteriza por remordimientos por parte del
perpetrador, el hecho de destacar las secuelas que la explotación sexual desencadena
en el desarrollo de una persona de corta edad puede penetrar las defensas de
negación y racionalización que se suelen ver con esta población de pedófilos.
El tratamiento del pedófilo de primer grado también requiere examinar con el paciente
las consecuencias negativas de su conducta sexual en sus víctimas. Sin embargo, el
pédofilo de primer grado carece de la misma capacidad de autorreflexión que el de
segundo grado, y se percibe frecuentemente en la terapia que el paciente es
mínimamente accesible cuando el psicólogo intenta hacerle apreciar, mediante la
diseminación de información y la facilitación de empatía, del enorme daño de sus
acciones.
Trabazo y Azor (2009), nos hablan sobre los objetivos de la psicoterapia con pedófilos,
que principalmente apuntas a tres principales, atendiendo a las diferencias
individuales:
A estos objetivos principales habría que añadir otros como pueden ser: entrenamiento
en habilidades sociales y asertividad, enriquecimiento de la vida en pareja, solución de
otras disfunciones sexuales preexistentes, potenciar la excitación ante estímulos
sexuales “normales”, desarrollo de habilidades de solución de problemas, educación
sexual, etc.
Muse y Frígola (2003), describen las técnicas más usadas en este tipo de trastornos:
Biorretroalimentación
La biorretroalimentación ha sido aplicada a diversas parafilias mediante un aparato
llamado
penile plethysmograph o “falómetro”. El penile plethysmograph mide cambios en la
circunferencia del pene, y es capaz de presentar tales cambios directamente al sujeto a
través de información visual en forma de un manómetro, o de luces de diferentes
colores que indican el grado de excitación sexual según el grosor del pene (Jensen,
Laws, & Wolfe, 1994). En el tratamiento de las parafilias, el paciente expuesto a
estímulos parafílicos intenta mantener encendida la luz que corresponde a poca
excitación y, a la vez, evitar la luz asociada con la excitación. Una vez que el paciente
ha reducido o extinguido su excitación delante de los estímulos parafílicos (por
ejemplo, niños desnudos), se le puede presentar la tarea de encender la luz asociada
con excitación delante de la presentación imaginaria de estímulos deseables (por
ejemplo, personas adultas desnudas).
Técnicas de Masturbación
El placer que conlleva la masturbación suele reforzar las fantasías e imágenes
parafílicas, manteniendo de este modo el enlace entre estímulos y conductas
parafílicas. Terapéuticamente, es posible programar la masturbación de manera que
refuerce conductas alternativas a las parafílicas. Con tal fin, el conductista asigna la
tarea al paciente de usar solamente imágenes no parafílicas durante la masturbación.
El efecto es el de distanciar la conexión entre las imágenes parafílicas y el placer
sexual, y, alternativamente, reforzar imágenes sexuales no desviantes con el mismo
placer. Cuando el paciente haya acabado esta parte de la tarea por llegar al orgasmo,
se le instruye para que continúe masturbándose 15 minutos más, pero esta vez con
imágenes parafílicas. Esta práctica de la masturbación aversiva asocia (mediante el
paradigma de condicionamiento clásico) un estímulo nocivo incondicionado –
manipulación genital durante la fase de resolución sexual– con el estímulo
condicionado de las imágenes parafílicas (Maletzky, 1986).
Adiestramiento en Empatía
Técnicas Cognitivas
Una vez que le son mostradas las distorsiones al paciente, y después de obtener
confirmación del paciente de que las entiende, se emplean estrategias para refutar las
cogniciones disfuncionales:
Tratamiento Farmacológico:
Tratamiento hormonal
Las personas parafílicas tratadas con hormonas suelen ser aquellas que representan un
peligro real para la sociedad. Personas condenadas por crímenes sexuales como la
violación, la pedofilia consumada, o el exhibicionismo repetitivo pueden ser sometidas
a un régimen de hormonas que reduce el interés sexual del paciente. Tal régimen es lo
equivalente de una castración química, aunque temporal. El acetato de
Medroxyprogesterona y el acetato de Cyproterona son las dos hormonas más
recetadas en el control de las parafilias (Wincze et al., 1986). Las dos hormonas
reducen los niveles de testosterona en sangre.0
La efectividad de las dos hormonas en la reducción del deseo sexual está más que
demostrada (Walker & Meyer, 1981), con reducciones correlaionadas en frecuencia de
erección, fantasías sexuales, masturbación, iniciación del sexo y,paralelamente,
conducta agresiva. Hombres tratados con estas hormonas muestran un buen control
sobre sus inclinaciones parafílicas mientras que las toman; pero, como es de esperar,
se produce un regreso rápido a la misma conducta parafílica al terminar de tomar las
hormonas (Bradford, 1990). En la práctica, la terapia hormonal en el tratamiento de las
parafilias suele funcionar como adjuntivo a las terapias conductuales/ cognitivas
(Knopp, et al., 1992).
REFERENCIAS
- Avilés, M.; Gómez, P.; Hernández, C.; Jimenez, R.; Jurado, N.; López, A.; Magro,
V.; Navas, L.; Cuellar, P. Requena, F.; De rojas, S.; Solís, F. (2010). Delitos y
delincuentes: Cómo son, cómo actúan. Editorial Club Universitario. Alicante.
- Craig M. (2010). Pessimism about pedofilia. The Harvard Mental Health Letter.
U.S.A. Disponible en MEDLINE.
- Muse M., Frigola G. (2003). La evaluación y tratamiento de los trastornos
parafílicos. Medicina psicosomática. Maryland. U.S.A.
- Romi, J.C., & García, L. (2005). Algunas reflexiones sobre la pedofilia y el abuso
sexual de menores. Cuadernos de Medicina Forense, 93-112.
- Castro, A., Contreras, C., & Nuñez, A. (2004). Violencia sexual infantil: La
pedofilia en el entorno social del menor. Tesis de licenciatura no publicada,
UCHILE, Santiago, Chile.
- http://www.eniac-informatica.com/alicia/textos.htm