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Enfermedades

de las hortalizas
C. M. M E S S IA E N , D . B L A N C A R D , F. R O U X E I. y R. L A F O N

ENFERMEDADES
DE LAS
HORTALIZAS

Versión española de
J . V. M A ROTO BORREGO
B. PASCUAL ESPAÑA
V. BORREGO PITA RCH

Ediciones Mundi-Prensa
Madrid • Barcelona • México
1995
16 Enfermedades de las hortalizas

Síniomas no p a ra s ita rio s ...................................................................


Enfermedad de la espinaca india y de los Amarantos-espinacas
470
471
EL DIAGNOSTICO
Bibliografia ...................................................................................... 472
XIII. Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 475
Enfermedades de las lechugas y de las escarolas de hoja ancha y
riz a d a .................................................................................. 476
Enfermedades de la «achicoria de Bruselas» o «endivia» y achi­
corias silvestres ( Cichorium intybus) ................................................ 497 Todo síntom a que afecta a una planta y no se llalla manifiestamente originado
Enferm edades del «milamores», «hierba de los canónigos de por un insecto perceptible a simple vista es considerado com o «enfermedad»»
bolitas azules» o «valcrianela» ( Valerianella olitoria) ................... 501 por el horticultor. No existe siempre una relación unívoca entre síntoma y causa.
Bibliografia .......................................................................................... 503 Por ejem plo, se pueden confundir con enfermedades aquellos daños causados
sobre hojas y frutos por ácaros, invisibles a simple vista, que conducen a
XIV. Enfermedades de la alcachofa y del cardo 507
deformaciones o necrosis, que tratarem os de resumir en los capítulos siguientes.
Enfermedades provocadas por parásitos telúricos ..................... 508
Por lo que respecta a las partes subterráneas de las plantas, a menudo
Enfermedades bacterianas y criptogámicas de los órganos aéreos 509
resulta difícil de determ inar a prim era vista en qué medida están relacionadas
Eos virus de la alcachofa .................................................................. 512
con un mal desarrollo, una necrosis o una hipertrofia, aspectos com o las malas
Sintomas no parasitarios ................................................................... 516
condiciones de los suelos, los microorganism os patógenos o los nematodos. Por
Enfermedades del cardo ..................................................................... 516
Bibliografia ............................................................................................ 518 tanto, harem os alusión a los nem atodos, junto a los agentes parasitarios que
provocan, hablando con rigor, las enfermedades de las hortalizas: hongos,
XV. Enfermedades del salsifí y de la escor/.onera .............................. 521 bacterias, mieoplasmas y virus, sin olvidar, por ello, las enfermedades «no para­
Enferm edades criptogám icas .......................................... 521 sitarias».
Enfermedades de origen desconocido .................................... 522
Ataques a nem atodos ............................................................ 524
Bibliografía ............................................................................................ 524 I. Enfermedades no parasitarias
XVI. Repertorio m icològico.............................. ............................ 525
Bibliografia ........................................................................................... 568 Las causas de las enfermedades no parasitarias son muy variadas, pero
Indice alfabético ................................................... 569 generalm ente se reducen a las desfavorables condiciones del medio. Carencia
(verdadera o inducida) o exceso de un alim ento natural específico, exceso de
hum edad, alimentación insuficiente en agua -—o sucesión brusca de ambas
situaciones— , presencia en el suelo o en la atm ósfera de productos tóxicos
(residuos de herbicidas, metales pesados).
Existe una interacción entre estas causas y el genotipo de la planta: diversas
variedades de la misma especie pueden mostrarse más o menos sensibles a estos
factores desfavorables.
Estas enfermedades «no parasitarias» son. por tanto, más propias de la
agronom ía o de la fisiología que de la patología vegetal.
Sin em bargo, toda una serie de enfermedades no parasitarias deben ser
m encionadas en el presente apartado: las de las afecciones provocadas por la
falta de calcio en ciertos frutos carnosos (ejemplo: tom ate) o en los órganos de
reserva (ejemplo: apio-rábano).
El calcio se transloca mucho menos deprisa que el resto de elementos en los
vegetales; n o parece que pueda ser transportado por vía vascular, sino que más
18 Enferm edades de las h o rta liza s F .l d iagnóstico 19

bien progresa entre los parenquimas. Como es de este elemento del que depende Las clamidosporas son conidias provistas de un tabique espeso que asegura
la solidez del cemento pcctico que forma la laminilla media que reúne las una larga conservación.
células entre ellas, su ausencia convierte a los tejidos en mucho más sensibles al Se denomina esclerocios a unos órganos de conservación de gran tamaño,
colapso, provocado por una falta temporal de agua. Por todo ello, estas enfer­ formados por filamentos entrelazados (fig. 1).
medades necróticas, debidas a carencias de calcio en ciertos órganos, pueden
aparecer sin tener ningún vínculo con el contenido en calcio del suelo y viéndose
favorecidas por un crecimiento muy exuberante, las dosis excesivas de nitrógeno
(amoniacal, en particular) y la carencia de boro. La necrosis apical de los
tomates y el corazón negro del apio son los ejemplos más conocidos. También
podrían estar relacionados con este tipo de afecciones cienos aspectos de la
necrosis marginal de las hojas de lechuga («Tipbum»).

II. H o n g o s

El examen microscópico muestra que todas las estructuras de los hongos


están formadas por filamentos libres o entrelazados, cuyo conjunto es conocido
bajo el nombre de micelio, denominación aplicable al menos a los cuatro
grupos más importantes: oomicetos, zigomicetos, ascomicetos y basidiomicctos.
I'radicionalmente se relacionan con los hongos, unos organismos desprovistos
de micelio: mixomicetos y arquimicetos (cuadro I y figura 1).

CUADRO i
Figura 1
1orma vegetativa Reproducción asexuada Reproducción sexuada
A: Conidia de Alternaría en germinación produciendo filamentos micelianos.
Mixomicetos Plasmodios Zoosporas Cigotos de naturaleza B: Diversas formas de conidias.
diversa C: Zoosporas nadadoras de un ficomiceto.
Arquimicetos Células y quistes Zoosporas Cigotos de naturaleza I): Corte de un esclcrocio.
diversos diversa
Oomicetos Micclio no tabicado Esporangios que producen Oosporas
oosporas o se comportan Las conidias son. La mayoría de las veces, portadas por órganos especializados,
como conidias los conidióforos, los cuales se presentan aisladamente, bien agrupados en fruc­
Zigomicetos Micelio no tabicado Esporangios que producen Zigosporas tificaciones de tipo acérvulo, esporodoquio o pienidio (fig. 2).
esporangiosporas. Conidias Los procesos sexuales, cuando tienen lugar entre los hongos, contribuyen a
Ascomicetos Micelio tabicado Conidias, clamidosporas, Aseas que contienen la formación de esporas, que reciben nombres especiales: oosporas, zigosporas,
esclerocios ascosporas ascosporas, hasidiosporas (fig. 3).
Basidiomicetos Micelio tabicado F-cidiosporas, uredosporas Bastdios que producen Se denomina forma imperfecta de un hongo a la forma de reproducción
(en las Royas) esclerocios hasidiosporas
vegetativa y forma perfecta a aquella que da como resultado un proceso sexuado '.
A menudo, s> 're todo, entre los ascomicetos. las formas perfecta e imperfecta
de un mismo hongo reciben diferentes nombres.
Los filamentos del micelio, también conocidos como hifas, en la mayor
parte de los casos, producen esporas. Estas pueden provenir de un proceso de Los hongos cuya forma perfecta se desconoce se reúnen en el grupo artificial
reproducción vegetativa; denominamos entonces zoosporas a aquellas que son de los «hongos imperfectos» o adelomieetos. Se trata, en la mayoría de los
móviles gracias a flagelos, y conidias a aquellas que se encuentran diseminadas
pasivamente. 1 O en algunas publicaciones recientes «anamorfa» y «teleomoría».
20 Enferm edades de las h o rta liza s F l diagnóstico 21

casos, de formas imperfectas que corresponden a una determinada familia de


ascomicetos.
Sin profundizar más en la sistemática de los hongos, consideraremos, desde
un punto de vista práctico, los principales grupos nocivos para las hortalizas.

M ixo m ice to s y A rq u im ic e to s

Estos «hongos», desprovistos de micelio, no forman un conjunto homogéneo,


lo que revela, en particular, la naturaleza de sus zoosporas: provistas de un solo
flagelo posterior en los olpidiáceos (familia que nos interesa entre los arquimicetos.
unicelulares), biflageladas en los plasmodioforáceos (familia que nos concierne
entre los mixomicetos, caracterizada por sus plasmodios, masas celulares pluri­
nucleadas). En ambos casos se trata de microorganismos acuáticos o telúricos.
Las especies de las dos familias mencionadas que atacan a las hortalizas son
muy poco numerosas: pueden provocar lesiones, bien por ellas mismas, como
Spongospora subterránea o «sarna pulverulenta» de la patata (también sobre

Figura 2.— Corlo; de fructificaciones complejas.


A: Acérvulo; B: F-sporodoquio; C: I’icnidio; D: Pcriicca; F: Apotecio.

Figura 4. Mixomiectos y arquimicetos.


A: Plasmodiupkorit: esporas de conservación sin ninguna ligadura entre ellas en la célula gigante.
* Spongospora: esporas de conservación aglutinadas en esferas huecas.
: Po/yntyxa: zoosporangios múltiples, ausencia de células gigantes, esporas de consevación en
l isura 3.— l'nrmas perfectas de los hongos. pequeños grupos.
A; Oospora; B: Zigospora; C: Aseas; D: Basidios. D: Olpidtum: esporangios y quistes.
22 Enferm edades de Ias hortalizas F l diagnóstico 23

tomate, berro...) y Plasmodiophora brassicae o «hernia de la col» (cruciferas), zoosporas en su oogonio, no es el caso de Aphanomyces, parásito de las plantas
que serán descritas en capítulos posteriores, aunque sea indirectamente. superiores, que forma sus oogonios y sus oosporas del mismo modo que los
De entre los hongos que provocan daños poco precisos por si mismos, pero Pythium. Las afinidades Aphanomyces-Pylhium se manifiestan, además, en su
que, por contra, resultan importantes como vectores de virus, son dignos de sensibilidad común a ciertos fungicidas.
mención Olpidium y Polymyxa (fig. 4). Podemos encontrar al genero Aphanomyces en guisantes, judías, remolacha
Los Olpidium son vectores de los virus del grupo de la necrosis del tabaco, y rábano.
del «Big vein» de la lechuga y de cierto número de virus que afectan a las
cucurbitáceas. Actualmente se pueden distinguir dentro de Olpidium brassicae
dos razas: una ligada a las cruciferas y otra que ataca a la lechuga y a otras Peronosporales
numerosas plantas, principalmente como vector de virosis. Estos Olpidium, de (Pythiaceas del suelo, Mildiu, Royas blancas)
tipo brassicae, forman quistes de conservación con paredes verrugosas (que
pueden sobrevivir hasta siete años en el suelo). Olpidium radicale (que comprende La mayor parte de las pythiaceas (Pythium, Phytophthora) son organismos
O. cucurbiiacearuni) forma quistes de pared lisa, la cepa «cucurbitáceas» es telúricos que atacan con preferencia las raíces, los órganos subterráneos y el
vector de virosis sobre esta familia de hortalizas. cuello de las plantas.
Los Olpidium se han adaptado de forma bastante asombrosa al cultivo Las especies del género Pythium constituyen un elemento permanente de la
hidropónico, en particular al método NTT (Nutriment Film Technique) o de microflora de los suelos. Podemos distinguir dos grandes categorías: los nema-
«film nutritivo». Asi pues, se han detectado sobre este tipo de cultivo importantes losporangios (esporangios lobulados irregulares) y los esferosporangios (espo­
daños causados por los virus de que son vectores. Su proliferación en este caso rangios esféricos) (fig. 6 A. B).
puede ser frenada por adición de disolventes no iónicos en la solución nutritiva En ambas categorías, encontramos especies poco especializadas que pueden
(ejemplo: nonil-fenil eloxiiado, vendido como mojante en los compuestos her­ atacar a numerosas plantas. En los climas templados predomina el tipo P.
bicidas, a 20 ppm). ultimum (esferosporangio), que provoca putrefacción de semillas antes de germinar
Los Polymyxa (plasmodiosforáccos) se comportan como vectores de virus en suelo frío o asfixiante (con excesivo contenido en agua). Una vez ha surgido
sobre los cereales (P. graminis) y sobre la remolacha (P. betae). Véase «Rizoniania la plántula, los ataques a la extremidad de las raíces (siempre en suelo húmedo
de la remolacha» (cap. XTI). Y fresco), pueden reducir su vigor y conferirle un aspecto coraloide \
La germinación de las formas de conservación del género Pythium. de tipo
Saprolegniales ultimum, en el suelo (oosporas, conidias enquistadas) es estimulada por las
exudaciones glucídicas y aminadas de las simientes en germinación. Algunas
Los saprolegniales son, como los pcronosporales (véase capítulo siguiente),
variedades de hortalizas con semillas de alto valor gustativo (guisantes, judías
hongos oomicetos. Se distinguen de ellos por el modo de producción de zoos­
verdes, maíz dulce), cuyo almidón no está totalmente polimerizado, exudan
poras, propagadas en primer lugar bajo el aspecto de pequeños cuerpos globu­
más azúcares que los cultivares corrientes en el transcurso de la germinación y
losos, capaces de emitir zoosporas por si mismos, que salen de un esporangio
son particularmente sensibles al género Pythiutn.
alargado (germinación «Achlyoidc» fig. 5). La mayor parte de los saprolegniales,
En las regiones tropicales, algunos ncmatosporangios. pertenecientes a la
se distinguen, a su vez, de los peronosporales por la presencia de numerosas
especie P. aphanidermatum, pueden también mostrar una agresividad no espe­
cífica: atacan lateralmente a la radícula y el hipocótilo en suelo cálido y húmedo
y provocan «marras de nascencia» después de la emergencia. Las fuertes lluvias
que diseminan las zoosporas suelen favorecer estos daños.
P. aphanidermatum ha sido recientemente detectado en cultivo hidropónico
en los países templados, donde provoca podredumbre de raíces.
También existen especies de Pythiutn mucho más especializadas, cuyas formas
de conservación precisan probablemente de exudados específicos de la raíz de
su planta-huésped para poder germinar. Los daños que generan serán descritos
en capítulos posteriores (ejemplo: lechuga, zanahoria).
Figura 5.—Germinación «achlyoidc- de un esporangio filamentoso de Aphanomyces: esporas
primarias se enquistan agrupadas en la extremidad del esporangio, posteriormente germinan para : Este síntoma, conocido en ingles como «stuhby roo!«, puede estar ocasionado, a su vez, por
emitir /oosporas secundarias. los Trichodorus. nematodos ectoparásitos.
E l d iag n óstico 25
24 E nferm edades de ¡as h o rta liza s

Figura 7
A: Corte de una hoja atacada por un Peronospora.
B, C, D: Forma de los conidióforos en las peronosporáccas: Bremia (B). Peronospora (C) y Pías-
mopara(D).

Figura 8.— Corle de una hoja invadida por Albugo (roya blanca).
Figura 6
A: Pythium ncmatosporangio
B: Pvlhium esferosporangio.
C: Phytophthora del sucio <»c pueden observar estructuras como esta incubando durante 24 ó Las especies del género Phytophthora se distinguen de las de Pythium por
48 horas arandela?, de cultivo sobre agar en cápsulas de Pctri que contengan agua destilada o. sus esporangios provistos de papilas (fig. 6 C). En su mayor parte son como
en los casos más rebeldes, una dilución de tierra.
I): Corte de hoja de patata atacada por Phytophthora infesta»s (según lamasset).
Pythium . hongos del suelo, aunque menos aptos a la vida saprofita. Provocan
26 Enferm edades de ¡as hortalizas E l diagnóstico 27

podredumbres en las raíces y cuello de las plantas en período de crecimiento o


en curso de producción. Algunos órganos aéreos de las plantas (ejemplo: frutos
de solanáceas o cucurbitáceas) pueden también ser afectados por contacto con
el suelo o por proyección de granos de tierra en el curso de lluvias violentas.
1.a lucha contra Phytophthora del suelo consiste especialmente en la mejora
de las prácticas de cultivo: drenar y evitar que el agua de riego moje el pie de
las plantas.
En el caso de las peronosporales se puede intentar pulverizar la base de las
plantas con fungicidas, o bien añadir fungicidas solubles al agua de riego
(ejemplo: «nabam») si se procede al riego localizado o por surcos. Estos métodos
de riego son mucho más favorables a la propagación de este tipo de Phytophthora
que el riego por aspersión.
El término francés Miltliu ' agrupa a los hongos del género Phytophthora
que se han adaptado a la vida aérea, perdiendo casi por completo sus aptitudes
saprofitas (fig. 6 D) y a las peronosporáceas que han evolucionado todavía
mucho más hasta convertirse en parásitas estrictos, no cultivables in vitro (fig. 7).
En ambos casos el micelio evoluciona en el parénquima foliar, enviando
órganos succionadores al interior de las células. Los conidióforos emergen por
los estomas y portan zoosporangios, también llamados «conidias» —en ocasiones
con mucha razón, pues de forma facultativa o regular (ejemplo: peronospora,
bremia) pueden germinar por un filamento en lugar de emitir zoosporas.
La familia de las albugináceas, comúnmente llamadas «royas Mancas», forman Figura 9.—Mucorales nocivos para las plantas.
parte también de las peronosporales, su biología es muy similar a la de los A, B: Conidióforo y esporangióforo de Choanephora cucurbitacearum (véase también la fig. 61).
pcronosporáceos, aunque la forma de los conidióforos es muy diferente (fig. 8). C: Esporangio de Rhizopus nigricans.
Se agrupan en pequeñas almohadillas blancas que hacen estallar la epidermis
liberando un polvo blanco formado por conidias.
de Botrytis cinerea. Puede provocar la putrefacción de frutos o de vainas a
A modo de ejemplo cabe señalar que en primavera, sobre los tálamos
partir de la flor marchita, y en ocasiones incluso invadir los tallos (leguminosas,
florales de la planta arvense Capsella-bursa-pastoris, se puede apreciar el Mildiu
espinacas-amarantos).
(Peronospora parasítica) conviviendo junto a la roya blanca (Albugo candida) de
las cruciferas.
Endom icorrizas

M ucorales nocivos para las plantas En la mayoría de las plantas herbáceas y en las células de la corteza de las
raíces podemos encontrar «micorrizas vcsículo-arbuscularcs», que corresponden
a hongos pertenecientes a los endogonáceos, que al igual que los mucorales
Los mucorales (zigomicetos) son, en la mayoría de los casos, mohos de vida forman parte de los zigomicetos (fig. 10).
saprofita. Ciertos géneros (Mucor, Actinomucor. Cunninghamiel/a. Zygorhynchus)
Lejos de ser nocivas para las plantas, estas micorrizas participan en la
forman parte de la microflora habitual del suelo. Dos especies afectan a las
absorción de elementos minerales por las raíces, particularmente en la asimilación
plantas hortícolas (fig. 9): Rhizopus nigricans. capaz de invadir frutos maduros de fosfatos insolubles.
dañados o agrietados (tomates, melones, fresas, melocotones) y Choanephora
De entre las hortalizas, son las del género Allium las que más dependen de
cucurbitacearum. Esta última se encuentra en condiciones tropicales de llano e
las micorrizas para su nutrición en fósforo. Una desinfección extremada de los
invade las flores (cucurbitáceas, judía, vid, okra). Su naturaleza es análoga a la
semilleros puede, en particular, comprometer la producción de plantas de pue­
rro.
H léxico inglés es diferente: el término downy míidrws se reserva para las peronosporáceas.
denominándose »bUghtx» los daños provocados por las Phytophthora de diseminación aérea.
En las leguminosas, la asociación endomicorrícica comienza a ser considerada
tan importante como la nodulación por los Rhizobium.
28 Enferm edades de las hortalizas E l diagnóstico 29

La presencia de micorrizas. por supuesto, puede alterar la reacción de las Su micelio, por lo general, es incoloro o apenas coloreado \ Su forma
raíces con relación a los parásitos. F.n el caso del espárrago se comienza a perfecta corresponde a las peritecas. pequeños cuerpos globulosos y negros que
sospechar tal situación. contienen una o varias aseas rodeadas de unos apéndices especiales denominados
El inoculo de esporas de los endogonáceos presente en el suelo, puede ser fulcros.
destruido por la aplicación de sustancias fumigantes (ejemplo: bromuro de F.l género Levei/lula constituye una excepción entre los oídios. Su desarrollo
metilo). Los fungicidas no fumigantes son mayoritariamente bien tolerados es interno. Las conidias germinan produciendo unos filamentos que penetran
(ditiocarbamatos, dicarboximidas), a excepción de los del grupo de los benzi- por los estomas en el parénquima foliar. Más tarde, y también a través de los
midazoles. Será, por tanto, preferible, desde este punto de vista, restringir su estomas, salen los conidióforos.
aplicación en el suelo a los tratamientos de semillas. l£\ eillula tauríca es una especie característica de las regiones mediterráneas
y de la estación seca de los climas de sabana. Ataca a numerosas hortalizas
(tomate, pimiento, alcachofa...), asi como a plantas silvestres. Se manifiesta en
el haz de las hojas en forma de manchas amarillentas y en el envés a modo de
un afieltrado blanquecino, constituido por los conidióforos; esta forma conidica
se llama oidiopsis. Es muy extraño hallar las peritecas, sobre especies que no
sean labiadas silvestres (Phlomis herba-venü). Aunque tradicionalmente se venia
creyendo lo contrario, L. tuurica es un parásito altamente polífago, no subdividido
en formas especializadas.
Los recientes trabajos de investigación del equipo 1\ M o l o t (INRA-
Montfavet) han demostrado que sobre las hojas estériles in vitro. algunos ais­
lamientos provenientes de pimiento, tomate, pepino o alcachofa, podrían des­
arrollarse en cualquiera de estas especies.
Todas las demás especies parásitas de las hortalizas son verdaderos oidios
(fig. 11). Los filamentos micelianos permanecen siempre al exterior, trazando
surcos en la superficie de la epidermis de la planta huésped e introduciendo
órganos suceionadores (haustorios) que aseguran la fijación y nutrición del
micelio, el cual está provisto de unos conidióforos verticales productores de
cadenas de conidias
Sobre la superficie de las hojas de las plantas afectadas, los oidios forman
unas colonias redondeadas y confluycntcs que adquieren el aspecto de un polvo
blanco que desprende un característico «olor a hongo».
La mayoría de las veces, las peritecas adquieren formas extrañas, son. no
obstante, sus particularidades (número de aseas, forma de los fulcros) las que
Figura 10. Las endomicornzas: esporas de endogonáceos que han germinado y posteriormente
invadido una raicilla para formar micorrizas vcsiculo-arbusculares (según Mcnard,
posibilitan una distinción entre los géneros (F.rysiphc, Sphaeroteca, Aíicrosphaera,
Gianinaz/i-Pcarson y C'aens). c*c.) (fig. 11). Pese a ello, en ocasiones también se pueden distinguir las especies
por algunas características de sus formas conídicas (ejemplo: oídio de las cucur­
bitáceas. cap. IV).
Interrelación d e ascom icetos y form as im perfectas Como las pcronosporáceas, los oídios son parásitos estrictos. A la inversa
de los mildius son capaces de evolucionar en ausencia de lluvias o de rocío:
Dentro de esta gran agrupación daremos a continuación una descripción
general de los grupos que más asiduamente se detectan sobre las hortalizas,
‘ I-a familia de las mclittláccas, de biología análoga, se caracteriza por su micelio oscuro. Las
basándonos, principalmente, en la forma de las conidias. «nclioláecas son frecuentes en climas tropicales. No deben ser confundidas con el género de las
fumagmas (o -negrillas») que agrupa hongos saprofitos muy diversos que se desarrollan sobre los
• Oidios exudados azucarados de pulgones o cochinillas.
| Según los casos, el conidióforo puede producir desde numerosas conidias al día (ejemplo:
Ixís oídios son formas imperfectas de Erysifaceas. III nombre de su forma Ürystphe cichoraceanwi) hasta una sola de estas. En este ¿ultimo caso sólo se «eneran cadenas en
conidica más frecuente deriva del francés (en inglés: powdery mildews). ausencia de corrientes de aire (ejemplo: ¡írysiphe polvgotu).
30 Enferm edades de las h o rtalizas E l diagnóstico 31

frecucntemenie es suficiente una humedad relativa del 70 a 80 %. Presentan


una tendencia regresiva en periodos de fuertes lluvias, o bajo riego por aspersión.
El microclima de los invernaderos les es muy favorable.
Si se exceptúa Leveiilula, hongo que puede ser combatido por medio de
tratamientos preventivos o sistcmicos. la disposición externa de los oídios permite
aplicar tratamientos curativos durante bastante tiempo, tras la contaminación.
La gama de los fungicidas activos sobre los oidios es bastante particular y
se confunde parcialmente con la de los acaricidas (véase cap. II).

• Antracnosis
Las antracnosis de las hortalizas -son provocadas por hongos pertenecientes
a la familia de las polystigmatalcs r. Su forma perfecta, Glomerella, es bastante
rara, siendo la forma conidica Colletotrichum la que se detecta habitualmente
sobre los órganos atacados (fig. 12 A).
Las esporas de Colletotrichum se generan en pequeñas pústulas o aeérvulos,
a menudo entremezcladas con unas sedas negras o setae.

A !0O ° (

Figura 12
A: Corte de acérvulo de Colletotrichum.
B: Germinación de esporas por appressorium.
C, D, E, F: Forma de las esporas de los principales tipos de Colletotrichum; gtoeosponoides (C),
atramentarium (D). graminicola (E), dematium (F).

Las esporas incoloras germinan originando en la extremidad del tubo ger­


minativo una célula parda adosada a la epidermis de la planta que se denomina
Figura 11.— Arriba, forma conidica Oidium (micelio superficial, órganos succíonadorcs en las
Qppressorium (fig. 12 H). Las esporas únicamente pueden germinar al amparo
células epidérmicas).
Al centro: formas perfectas de crisifáceas. L: LeveiÚula: E: Eryxiphe; S: Sphacroieca.
Abajo: a la izquierda, forma conidica de tipo Oidiopsis (micelio interno, conidióforos emergentes • En el viñedo, la antracnosis es provocada por un hongo muy diferente, de forma perfecta
de los estomas. A la derecha, conidióforos de Oidium de tipo •<cichorucearum■ »(numerosas Elsinoc.
conidias producidas, por dia) y -polygonl» (unu sola conidia por día). 1 Antiguamente denominadas gnomiáceas.
32 Enferm edades de las hortalizas E l diagnóstico 33

de las lluvias y resisten muy mal a la sequía una vez diseminadas. F.l appressoriunt, Los hongos que forman picnidios se relacionan con tres familias de ascomi­
por contra, es muy resistente. cetos: dothidiáceas", pleosporáceas y valsáceas. Su sistemática, a menudo, es
Entre los Colletotrichum que atacan a las plantas cultivadas se pueden confusa, un hongo productor de un I a un 2 % de pienosporas bicelulares,
distinguir cuatro grupos principales: puede ser denominado indistintamente Phoma o Phyllosticta (atendiendo al
Grupo 1: Conidias cilindricas relativamente cortas: tipo Colletotrichum gloeos~ tamaño de los picnidios) o Diplodina. según los autores.
porioides (GlomereUa cingulata). Dicho grupo comprende, sobre todo en las Las Phomopsis (forma perfecta Diaphorte) se hallan estrechamente relacio­
regiones tropicales, formas saprofitas productoras de peritecas. pero también nadas con las valsáceas. Se trata de hongos productores de picnidios estromáticos,
numerosas formas especializadas que reciben nombres particulares; C. linde- tipos de esclerocios en el interior de los cuales se abren celdas esporíferas de
muthianum (judia), C. ¡agenarium (cucurbitáceas). Estas especies tienen una contorno lobulado. las Phomopsis producen dos tipos mezclados de esporas,
propagación aérea, se conservan muy mal en el suelo y se perpetúan en los ovales y finas.
residuos de cultivo y en las semillas.
Grupo 2: Grandes conidias en forma de media luna, tipo Colletotrichum
graminicola. En este grupo se incluyen los parásitos de las gramíneas (maíz,
sorgo, caña de azúcar).
Grupo 3: Conidias cilindricas alargadas, cepas productoras de esclerocios:
tipo Colletotrichum atramentarium, que, aunque ataca sobre todo a las raíces de
las solanáceas, también puede alcanzar los frutos (en cuyo caso se denomina
Colletotrichum coccodes).
Grupo 4: Conidias de pequeño tamaño, de extremidades puntiagudas en
forma de lanzadera o de media luna: tipo Colletotrichum dematium. Provistos
de esclerocios, las especies de este grupo atacan tanto las panes aéreas como las
panes subterráneas de las plantas (ejemplo: C. circinuns, que parasita las cebollas
o C. spinaciae que afecta a la espinaca).
Las conidias de Colletotrichum son producidas en el seno de una sustancia
gelatinosa que se endurece durante el tiempo seco; solamente las disemina la
lluvia y no el viento. La epidemia progresa a partir de unos focos de infección
iniciales favorecidos por las lluvias, evolucionando mucho más rápidamente si
éstas vienen acompañadas de viento. Conviene extinguir, pues, en la medida de
lo posible la aparición de estos focos.
Las manchas de antracnosis por lo general están bien delimitadas. Sobre
frutos o tallos presentan formas redondeadas u ovales, pero sobre las hojas se
extienden por las nervaduras y adquieren forma cuadriculada o de rombo. En
ambos casos se recubren de puntos rosas o de color crema, eventualmcnte B C D E F G
coníluyentes: los acérvulos. Figura 13.—I longos que forman picnidios.
A: Corte de una hoja atacada por Stpinria.
• Hongos que forman picnidios B*C, D, E, F: Diversas formas de picntosporas: Septana (B). Phoma v Phyllnsttcta (C), Ascochyta
y Diplodina (L)|. Diplodia (E), Phomopsis (F).
Los picnidios (fig. 13), son pequeñas fructificaciones, por lo general oscuras, G: Corte de un picnidio cstromáuco de tipo Phomopsis.
situadas bajo la epidermis de las hojas, los tallos o los frutos. Son huecas y su
pared interna se halla recubierta de conidióforos. Las «pienosporas» salen por
un orificio denominado ostiolo, reunidas en una masa viscosa o globulosa y • Alternaría, Stemphylium y hongos próximos
ramificada llamada cirro. I>as esporas están rodeadas por una sustancia gelatinosa, Son formas imperfectas de pleosporáceas; las peritecas son raras, excepto
que suspende la germinación en estado concentrado y que prolonga su super­ para las formas saprofitas, como Alternaría tennis (Pleospora ahernariae) o
vivencia en los cirros endurecidos en tiempo seco. Diluida por la lluvia se Stemphylium botryosum (Pleospora herbarum) (fig. 14).
entremezcla con las pienosporas de las hojas formando una gelatina esporífera
que, por contra, estimula su germinación. ' Antiguamente mycospliaereláceas.
34 Enferm edades de las hortalizas
F.I diagnóstico 35

A excepción de algunas especies de conidias producidas en cadena (ejemplo:


Alternaría brassicicola sobre cruciferas), la mayoría de las especies de Alternaría estado seco). Se conservan sobre los restos de las plantas enfermas y. más
parásitas de las hortalizas poseen esporas solitarias muy grandes, provistas a difícilmente, sobre el suelo.
menudo de un apéndice filiforme. F.ste es el caso de las Alternaría parásitas de Estas Alternaría están particularmente favorecidas por las alternancias de la
Allium, de la zanahoria, del tomate y de la achicoria. lluvia y sol. Para que fructifiquen sobre una lesión, ésta debe de haber sido
Dichas especies atacan las hojas, los tallos y eventualmente los frutos de sus mojada por el agua de lluvia e iluminada a posteríorí por el sol. En periodos de
respectivas plantas-huéspedes. Las lesiones son negras, bien delimitadas, más o tiempo seco y a mitad de jornada, las conidias se liberan del conidióforo por
menos circulares y por zonas sobre las hojas. medio de una torsión brusca (dicha diseminación se ve contrariada por una
Las conidias de las Alternaría son muy resistentes a la sequia y están dotadas lluvia o un riego por aspersión llevado a cabo entre las 11 y las 13 h.). Para la
de una gran longevidad (pueden germinar incluso al cabo de más de un año en germinación nocturna de las esporas que se hallan dispuestas sobre las hojas
son suficientes unas gotas de lluvia o de rocío. Según la receptividad de la
planta huésped, se manifestará una rápida aparición de lesiones o simplemente
una infección latente.
Los huéspedes de Alternaría se muestran generalmente receptivos en dos
fases de su desarrollo: en el estado de plántula y. posteriormente, tras un
periodo poco receptivo, a partir de la fase de engrosamicnto de los bulbos,
raíces tuberosas o frutos. Aquellas infecciones latentes que se hayan producido
con anterioridad pueden manifestarse en estos momentos, incluso en condiciones
de clima seco.
Los diversos taxones y aislados de Stemphylium parásitos de las plantas
(ejemplo: S. radicinunt sobre zanahoria, S. sotaní sobre el tomate), tienen una
biología análoga a la de las Alternaría. Se distinguen de ellas tanto por el modo
de producción de las conidias en «cimas», como por su forma. Las variaciones
de receptividad de la planta-huésped a lo largo de su evolución son. en este
caso, menos acusadas.
Entre los Ulocladium suelen agruparse actualmente toda una serie de hongos
que producen dos tipos de esporas: unas producidas en cadena, como las de las
Alternaría de tipo tennis, y otras globulosas, producidas como las de los Stemphy­
lium. La especie Ulocladium atrum provoca manchas foliares sobre el pepino.
Los distintos taxones y aislados de Corynespora (conidias sin tabiques lon­
gitudinales, en cortas cadenas) provocan lesiones análogas a las de las Alternaría.
Actualmente, los diversos taxones y aislados de Corynespora, que atacan a
cucurbitáceas, solanáceas y leguminosas, son reagrupados en una sola especie:
C cassiicola. Los ataques de Corynespora son frecuentes en las regiones tropi­
cales.
Figura 14.—Alternaría y Stemphylium: incertitud de su sistemática.
A: Alternaria brassicicola. • Cercosporiosis (o cercosporosis) y cladiosporiosis
B: Alternaría saprofita (estas Alternaría de esporas en cadena forman parte de las -Catenatae
C: Alternaría hrassíeae (que en ocasiones produce cadenas de dos esporas). Ix)s diferentes taxones de Cercospora producen conidias hialinas tabicadas
D: Alternaría de tipo -nnneatenata». sección que comprende las formas sotaní, cucumcrina, dauci, ransversalmente en los conidióforos pardos. Pueden representar dos tipos de
purri. emttviae.
E: Alternaría crassa (en — Datura— berenjena: la prolongación filiforme es parda y no hialina
desarrollo bien diferenciados. Unos se comportan como «máculas» que provocan
como en el ejemplo -D-). sobre las hojas la aparición de manchas necróticas y fructifican sobre el tejido
F: Forma de Alternaría Pam. desprovista de prolongación filiforme. huerto. Sus conidióforos se caracterizan por una especie de esclerocio subepi-
G: Stemphylium radicinunt. o Ahernaria radiema. según los autores. rmico (fig. 15 C). Sus conidias alargadas son diseminadas por la lluvia.
II: Stemphylium flondunum. ¿podría derivar de lina Alternaría de tipo F?
Otros Cercospora. al igual que un buen número de Cladosporiumv
I: Stemphylium botryosutn.
J: Un Ubiludiwn (esporas de dos tipos entremezcladas).
l£ El C la ftn tn iir íijm m u* a tn r n l.iv lw »u< fl»l m m * i* o M iin lm > m > .... r ..t. —
36 Enfermedades de las hortalizas E l diagnóstico 37

(fig. 15 A, B), fructifican en el envés de las hojas sobre el tejido, cuando este — Colletotrichum escleróticos de tipo dematium o atramentarium (v. más
todavía está vivo, bajo el aspecto de un aterciopelado gris o violáceo; a dicho abajo).
aterciopelado corresponde en el haz de las hojas una mancha pálida o amarillenta — Hongos de picnidios. como los Pyrenochaela (picnidios de esporas uni­
de contomo difuminado. Estos parásitos pueden contaminar las hojas al amparo celulares y pared externa cubierta de selae), que en concreto suelen detectarse
de la humedad saturada de la noche y de corrientes de aire muy débiles. Los sobre las raíces de Alliurn y de solanáceas. También pueden manifestarse Pho-
vientos violentos resultan negativos para su desarrollo. Son fáciles de detectar mopsis telúricas, como la provocada por P. selerotioides sobre las raices de las
en las parcelas muy abrigadas, así como en las invernaderos. cucurbitáceas.
Tanto los Cercospora como los C.ladosporium se relacionan con las dothi-
— Macrophomina phaseoli. hongo de rápida evolución en condiciones de
deáceas (ejemplo: mvcosphaereláceas). clima cálido que generalmente produce más microescleroeios que picnidios.
Ataca a la base de los tallos de las plantas que padecen los efectos del calor y
la sequía (leguminosas, patata, girasol y, en ocasiones, el tomate).
— Thielaviopsis basicolu relacionada probablemente con las ophiostomales.
provoca lesiones negras y alargadas en las raíces y las bases de los tallos
(fig. 16). Produce clamidosporas en abundancia en los órganos atacados. En los
capítulos siguientes se estudian sus efectos, sobre la judía y la berenjena. Ataca
también al tabaco y, en ocasiones, al melón. Su virulencia alcanza sus máximas
cotas entre los 15 y los 20 °C.

Figura 16.—Thielaviopsis basicola y sus dos tipos de fructificaciones: fialidos que producen las
fialosporas. y clamidosporas que se desarticulan en ••barriluos* unicelulares.
B: F.n el agua, las hifas del conidióforo de Cladosporium se desarticulan.
C: Fructificación de un Cercospora. Un esclerocio diferenciado en una cámara subcsloraática
produce un ramillete de conidióforos. — Entre el vasto conjunto integrado por los Fusarium. algunos de los
cuales son componentes habituales de la microflora del suelo (/•'. oxysporum y
50 ani saprofitos. F. roseum var. gibbosum), toda una serie de razas parásitas se
• Parásitos de las raices y del cuello de las plantas Jja n ifics ia sobre las raíces y cuellos de Jas hortalizas: formas especializadas de
Junto a las pitiáceas y basidiomicetos del suelo, podemos detectar en las •'Usarium sotaní (sobre leguminosas, cucurbitáceas) y formas especializadas de
raices y el cuello de las plantas la presencia de numerosos hongos relacionados, • °xysporum de tipo radiéis (no vasculares). Aunque F. roseum no es tan
segura o probablemente, con los asconiicctos. A menudo, resultan difíciles de ‘recuente en las hortalizas como en los cereales, puede ser detectado sobre
distinguir in sttu. siendo necesario proceder a su aislamiento. Básicamente
destacan: * Sinónimo: Chalara elegans.
E l diagnóstico 39
38 Enferm edades de las h o rta liza s

Allium . guisante y haba. Los distintos taxones y aislados de Fusarium son


formas imperfectas de Nectriáceas. Se detectan a menudo en los aislamientos
efectuados a partir de bases de tallos o raices, pero es necesario comprobar su
virulencia por inoculación antes de afirmar que son la causa de una enfermedad
determinada.

• Traqueomicosis (Fusariosis, Verticilosis)


Las traqueomicosis (enfermedades vasculares provocadas por hongos) que
afectan a las hortalizas son. a menudo, causadas por formas especializadas
(f. sp) generalmente subdivididas en «razas» de Fusarium oxysporum, o de Ver-
ticil/ium dahliae, que generan las denominadas «fusariosis vasculares» o «verti­
cilosis» (fig. 17).

Figura 18. -Reparto foliar de los sintonías de las enfermedades vasculares.


A: En una planta de enircnudos cortos.
B: En una planta de crecimiento en forma de roseta.

Fistos síntomas se relacionan con la invasión de los vasos leñosos (o «tra­


queados») por hongos o bacterias. I*as variedades sensibles no reaccionan
siempre del todo ante esta infección; en este caso se aprecian marchitcccs
aceleradas provocadas por la obstrucción total de los vasos que el parásito
induce. No obstante, pueden reaccionar por cornosis y tilosa: las células adyacentes
Figura 17.— Mongos agentes de traqueo micosis: a la izquierda. Fusarium oxysporum a los vasos se necrosan, liberando por la cavidad vascular una serie de gotitas
(microconidias en «falsas cabezas», macroconidias. clamidosporas); a la derecha, VerticiUium
de goma de color parduzco, o bien generan toda una serie de expansiones
dahliae: conidióforos verticilados, conidias producidas en una gotita de agua, microcsclcrocios.
globulosas de tilosa que obstruyen el vaso (fig. 19). Si esta reacción es muy
precoz fomenta la resistencia; si es bastante tardía conduce al «suicidio» de la
Cuando las plantas acusan una brusca marchitcz. o un amarilleo precedido planta con amarilleo proseguido de una necrosis foliar.
de necrosis, podemos pronosticar una enfermedad vascular desde el momento Las clamidosporas, de Fusarium oxysporum, y los microesclerocios, de Ver-
en que los síntomas se detectan sobre un cultivo en relación con la fílotaxis 1: ticillium , se conservan en lo más profundo del suelo durante largos periodos de
en un principio, los daños aparecen sobre la mitad de las hojas, la hoja siguiente tiempo. Su germinación y penetración en las raíces tienen lugar sin necrosis
a la anterior puede estar totalmente afectada y la siguiente sana. En el caso de ^Párente. Según los casos, las heridas de las raíces favorecen y regularizan la
las plantas ramificadas, algunas ramas pueden marchiuir completamente, mieniras •nfección (fusariosis y verticilosis del tomate) o no son necesarias para su
que otras pueden permanecer semisanas o completamente sanas. propagación (fusariosis del melón). Ln el primer caso, los ataques de nematodos
(endo o ectoparásitos) pueden favorecer las infecciones. Un número reducido
" Disposición de las hojas sobre la planta, en relación con los vasos que las alimentan. de gérmenes es suficiente para contaminar y hacer perecer a una planta entera,
4M Enferm edades de las h o rta liza s
E l diagnóstico 41

contrariamente a lo que sucede con las enfermedades de tipo «necrosis tic las
raices». # S c le ro tin ia y B o trytis
El desarrollo de F. oxysporum. in viiro. es óptimo bajo temperaturas del Los hongos del género Sclerotinia pertenecen a la familia de las helotiáceas.
orden de los 28-30°C. Por contra, según los binomios huésped-parásito, las Todos ellos producen esclerocios (fig. 1 D) de muy variadas formas (globulosos,
temperaturas óptimas para que se manifieste su agresividad pueden ser muy festoneados o a modo de panecillos) de corteza negra y centro claro. Estos
diferentes: 30 °C para F. oxysporum f. sp. lycopersici (tomate), 18-20 °C para F. esclerocios pueden germinar bien por vía miceliana, bien originando apotecios
oxysporum f. sp. melonis (melón). en forma de trompeta (fig. 20 C, véase también fig. 2 E).
De entre las especies de Sclerotinia que nos ocupan, algunas tienen la forma
conídica Botrytis (fig. 20 F). pero otras carecen de ella. Todas, sin embargo, son
capaces de originar microconidias, que no tienen facultad de germinación, pero
que probablemente intervienen en el proceso de fecundación por el que se
originan los apotecios.

Figura 19.— Reacción del tejido vascular ante la invasión de un vaso (V) por inicroconidias do
Fusarium. detenidas por las placas perforadas del vaso, que germinan rebrotando de nuevo.
Las oé!u!a.s del parenquirmi leñoso próximas al vaso (C) reaccionan por necrosis emitiendo
goma (g), o por tilosa (t) que obstruye la cavidad del vaso. La flecha indica el sentido
tic la corriente de savia bruta.

Hl óptimo de agresividad de Verticillium dahliae se produce entorno a los


20 °C sobre diferentes huéspedes y se muestra mucho menos especializado que
F. oxysporum. 1.a berenjena se muestra sensible a cepas de origen muy diverso
(hortalizas, árboles frutales). Una tendencia a la especialización se manifiesta
para las cepas «tomate, que todavía es mayor en el caso de los taxones y
aislados que atacan al pimiento, aunque éstos son minoritarios en condiciones
de policultivo.
Los ataques de verticilosis, por lo general, tienen consecuencias menos
graves que los de las fusariosis vasculares, ya que las plantas pueden restablecerse
si las temperaturas se elevan por encima de los 25 °C.
1.a lucha por medio de fungicidas resulta poco efectiva frente a la traqueo-
micosis: la resistencia varictal es, pues, la solución más recomendable.
Figura 20.—Sclerotinia.
Se conoce la existencia de suelos resistentes a las fusariosis vasculares que. A: Esclerocios de 5. sclerotiorum.
por lo general, son de tipo arcilloso (arcillas de tipo «smectita«). La causa de Esclerocios de la variedad minor.
esta resistencia a la instalación de gérmenes de formas especializadas, de F. C: Germinación de un esclerocio que da origen a apotecios
oxysporum, ha sido muy estudiada durante los últimos años. Se trata de una o , E: Microconidias y uppressorta producidos por el micelio.
*•' Forma conidica Botrytis.
resistencia de origen biológico, dado que la esterilización del suelo la hace
desaparacer. Suele correlacionarse con una abundancia particular de F. oxysponon
saprofitos y de Pseudomonas fluorescentes.
Dicha «resistencia» resulta efectiva frente a los F. oxysporum f. sp. radicis Tanto entre los taxones y aislados de Sclerotinia propiamente dichos (des­
lycopersici, pero no frente a F. sotaní o roseum o frente a la verticilosis. provistos de forma conídica Botrytis), como entre los de Botryotinia (sección del
Rénero que comprende las especies de forma conídica Botrytis), es frecuente
E l diagnóstico 43
42 Enferm edades de las hortalizas

de una grieta de crecimiento, o de una base nutritiva constituida por una flor
encontrar especies especializadas en una especie o una familia vegetal que
marchita, una hoja senescente, o acumulaciones de polen.
describiremos en los próximos capítulos.
Los ataques de B. cinerea son temibles en condiciones húmedas a temperaturas
Existen también dos especies polífagas capaces de atacar sin ninguna espe­
comprendidas entre los 15 y los 20 °C, sobre plantas etioladas por condiciones
cificidad a vegetales muy variados: Sclerotinia sclerotiorum y Botryotiniafucke-
de luminosidad insuficiente. Este hongo es de rara aparición en los trópicos,
liana {—Botrytis cinerea).
donde suele ser reemplazado por Choanephora cucurbitacearum.
Sclerotinia sclerotiorum puede desarrollarse en la superficie del suelo bajo
Las más diversas plantas pueden ser atacadas por B. cinerea: hojas y vainas
forma miceiiana. Su crecimiento se ve inhibido a una cierta profundidad del
de leguminosas (a partir de hojas marchitas), tallos y frutos de cucurbitáceas y
suelo por la excesiva concentración de anhídrido carbónico (CO-).
solanáceas, lechugas, fresas (y fuera del objeto de nuestro estudio raíces y
Los esclerocios se conservan inactivos, hasta el momento en que son trans­
cabezuelas de girasol). El inoculo se halla muy expandido por la naturaleza
portados a la superficie por las labores de cultivo. Entonces es cuando pueden
(ejemplo: «moras» de Rubus).
germinar produciendo un micelio o apotecios. Entre las cepas de grandes
A la hora de poner en práctica los métodos de lucha oportunos, deben
esclerocios (S. sclerotiorum. senso stricto) es frecuente la germinación por apo­
reconsiderarse los fenómenos de antagonismo, y, en particular, de la concurrencia
tecios.
sobre los pétalos de flores senescentes entre B. cinerea y un buen número de
Estos proyectan nubes de ascosporas que pueden germinar sobre los órganos
hongos saprofitos (ejemplo: Cladosporium herbarum).
aéreos de las plantas y que provocan podredumbres de grupos de hojas y de
vainas (leguminosas) y de tallos y de frutos (solanáceas, cucurbitáceas). La
germinación del micelio a nivel del suelo puede generar podredumbres en
cogollos de col, apios, lechugas y escarolas.
B asidiom icetos
Por contra, en los taxones y aislados de pequeños esclerocios (menos de De entre los hongos basidiomicetos, que afectan a las hortalizas, destacan
2 mm: Sclerotinia sclerotiorum var. minar), predomina la germinación miceiiana. básicamente dos grupos: las royas (uredinales), y unas formas de Khizoctonias
Dichos taxones y aislados se ven favorecidos por la sucesión frecuente de o Sclerotium del suelo, que corresponden a basidiomicetos de forma perfecta
cultivos de lechugas y achicorias, las cuales son atacadas por el cuello. poco diferenciada. Por contra, sólo esporádicamente y de forma bastante rara,
El óptimo de agresividad de S. sclerotiorum se sitúa entre los 18 y los 25 °C' se detectan ustilaginales 1 (carbones y caries) o ataques de distintos taxones de
y se manifiesta en zonas tropicales a partir de 500 metros de altitud. Arinillaria o Folyporus especializados en plantas leñosas.
Las epidemias de Sclerotinia en temporada de cultivo, se ven favorecidas
por el tiempo lluvioso, las plantaciones densas y los cultivos exuberantes o poco
• Uredinales o royas
limpios donde la densidad foliar es muy elevada.
De un cultivo sensible a otro (únicamente se hallan a salvo los Allium y las Las royas o uredinales son hongos pertenecientes a los protobasidiomicctos
gramíneas), es la supervivencia de los esclerocios en el suelo la que determina (basidios tabicados). Su ciclo evolutivo es complejo, y cuando es completo,
la gravedad o la regresión de las epidemias. Los esclerocios pueden ser atacados tiene cinco formas distintas de fructificación sobre hojas, tallos y, a veces, frutos
bien por parásitos específicos (Coniothyrium minitans. Sporidesmhmi sclerotivorwn, inmaduros de las plantas-huéspedes:
Teratosperma oligocladum). bien por mohos comunes pertenecientes a los géneros S: Espermogonios (o «picnidios») que producen espermacios (que funcionan
Trichoderma y Gliocladium. La aplicación al suelo de procedimientos físicos o como gametos en la «diploidización» que conduce al estado siguiente):
químicos de lucha debe ser muy razonada, considerando no únicamente la I: Ecidios que producen ecidiosporas.
sensibilidad de las especies de Sclerotinia a dichos procedimientos, sino también II: Urcdosoros que producen uredosporas.
la de sus antagonistas. 111: Ieleutosoros que producen teleutosporas o protobasidios.
Botryotinia fuckeliana. caracterizada por la producción de esclerocios poco IV: Basidios que provienen de la germinación de las teleutosporas y producen
diferenciados en forma de corteza de pan y provistos de apotecios muy extraños, basidiosporas (v. fig. 21).
es conocida sobre todo por su forma conídica Botrytis cinerea, la cual tiene el Según los casos, las formas S, I, II y III pueden producirse sobre un mismo
aspecto de un enmohecimiento gris, y produce un número de esporas muy huésped (royas autoicas). o sobre dos huéspedes diferentes (royas heteroicas).
considerable. En este último caso sobre la primera planta invadida, un huésped «ecídíco»
B. cinerea es un parásito débil, no especializado. Una espora aislada, por lo produce las formas S y I. Las ecidiosporas infectan la segunda planta sobre la
general no es capaz de llegar a invadir más que aquellos órganos vegetales en
los que la cutícula es muy fina (pétalos de llores). u Tanto el géucru Etyloma (-carbón loliar»)que podemos encontrar sobre la judia y la espinaca,
La penetración en hojas, tallos o frutos tiene lugar a través de una herida. como el carbón de la cebolla, Urocystis cepulac.
44 Enferm edades de las hortalizas E l diagnóstico 45

que forman los estados II y III. Las basidiosporas (IV) reinfectan hi primera Las royas suelen comportarse como parásitos estrictos. No obstante, se ha
planta-huésped. Las uredosporas pueden, a su vez. reinfectar al segundo huésped, conseguido cultivar in vitro algunas de ellas por medios muy complejos. I-as
de modo que la roya se puede mantener por reproducción vegetativa sobre sí colonias tienen un crecimiento muy lento y fructifican con gran dificultad.
misma.
Por lo que respecta a las hortalizas, hay royas autoicas cuyo ciclo completo • Basidiomicetos del suelo parásitos de las plantas
se desarrolla en una sola planta (roya de la judia, roya del ajo). Si la roya es
Estos hongos pueden pertenecer a la familia de las auriculariáceas, de basidios
heteroica. la misma hortaliza puede constituir el segundo huésped. En condiciones
tabicados longitudinalmente (Helicobasidium purpureum ", forma parásita de la
climáticas favorables, la roya puede mantenerse indefinadamente sobre la hor­
rizoctonia violeta) o a la familia de las teleforáceas. de basidios similares a los
taliza bajo la forma II. caso en el que la forma ecidica suele ser bastante
de los hongos de sombrerillo, pero cuya forma perfecta únicamente está repre­
inusual.
sentada por finas películas sin forma definida en la superficie del suelo o de los
Si, en caso contrario, la hortaliza es huésped de ecidios. los daños no
órganos afectados (formas perfectas de rizoctonias pardas y de Sclerotium
pueden manifestarse sin pasar a una segunda planta-huésped (las ecidiosporas
rolfsii).
son incapaces de contaminar la misma planta en que se han producido). Es lo
que ocurre con los ecidios de Puccinia opizzi en el caso de la lechuga, que
— R izoctonia violeta
necesita estar en contacto con los Carex (huéspedes de las teleutosporas).
Rhizoctonia violáceo parece capaz tic vivir a gran profundidad en el suelo,
y se propaga a la superficie de los órganos afectados por medio de unas
redecillas de filamentos de color violeta, que se van reuniendo poco a poco para
formar pequeños esclerocios o «cuerpos miliares». A partir de éstos, Rhizoctonia
penetra en la raíz o el tubérculo descomponiendo su zona cortical. La rizoctonia
violeta fonna. en los campos de cultivo, unas manchas más o menos redondeadas,
de varios metros de diámetro que, de un año a otro, van agrandándose. La
agresividad del hongo, se muestra mucho más activa en la periferia de la
mancha que en el centro.
Los ataques suelen manifestarse sobre las raices carnosas o los tubérculos
de plantas pertenecientes a diversas familias: zanahoria, remolacha, espárrago,
patata, raíces pivotantes de alfalfa o bulbos de Crocus, sin que exista una
verdadera especialización de las cepas hacia uno u otro huésped. Este parásito
se distingue del resto de hongos fitopatógenos del suelo por sus exigencias
nutritivas, que dificultan su cultivo en un medio artificial, y por la acción
favorable de los abonos orgánicos (estiércol fresco, residuos de leguminosas).

— R izoctonias pardas (fig. 22)


El vasto conjunto denominado «Rhizoctonia solani» no es homogéneo.
Ciertos taxones y aislados, en particular los que atacan a los cereales de
invierno y al fresal (Rhizoctonia fragariae), poseen hifas miceliares nucleadas, y
se relacionan con formas perfectas de Ceratobasidium. Por su parte, aquellos
cuyas hifas miceliares son plurinucleadas, se relacionan con formas perfectas de
Tharuitephorus (antiguamente denominadas Corticium). Atendiendo a sus con­
diciones de desarrollo, a sus huéspedes preferidos y a sus afinidades de anastos-
Figura 21.—C idü <lc las royas: formas evolutivas.
mosis !* podemos distinguir varios grupos.
S: hspermogonios. I) Ecidios. II) Uredosporas. til) Teleutosporas. IV) Basidiosporas
F.n las royas hctcroicas. el cambio de huésped se produce en A. En B. las teleutosporas se dispersan 11 Sinónimo: Helicobasidium berbhsonii.
por la naturaleza a la muerte de las hojas del segundo huésped. En C, las basidiosporas infectan " Los filamentos de dos cepas confrontadas en cápsula de Petri pueden no entrar en contacto
las hojas del primer huésped. 0 presentar soldaduras o «anastomosis» en el encuentro de ambas colonias.
46 Enferm edades de la s h o rtalizas
E l diagnóstico 47

La rizoctonia parda provoca lesiones en las raíces, los cuellos, los hipocótilos
Grupo AG 4: Cepas polífagas capaces de provocar contaminaciones a semillas
de las plántulas y en las hojas o frutos que se hallan en contacto con un suelo
de numerosas dicotiledóneas y de atacar los hipocótilos tic las leguminosas, el
húmedo. Dichas lesiones son de color pardo o rojizo, huecas y están mejor
cuello de las solanáceas y cucurbitáceas, los tallos y frutos del melón, asi como
delimitadas que las de Sclerotinia; poco a poco se van recubriendo de un
los frutos del tomate que se hallan en contacto directo con el suelo. Su óptimo
micelio parduzco y, más tarde, de esclerocios pardos de rhizoctonia. planos o
se sitúa hacia los 28 °C, pudiendo comportarse de forma activa entre los 15 y
redondeados, según las cepas, no tan diferenciados en médula y corteza como
los de Sclerotinia. los 35 °C. Son particularmente temibles en los cultivos de regadío de la zona
mediterránea, pero también pueden detectarse en zonas situadas más hacia el
Por orden decreciente de especialización se pueden distinguir los siguientes
grupos y subgrupos: norte (región lionesa, llanura del Po) o en climas del Sahel (Scncgal)l!.
Grupo AG 1: Las cepas que se engloban en este grupo son más polífagas que
las anteriores, ya que, además de a las dicotiledóneas, pueden atacar a las
vainas foliares de las gramíneas; estas cepas se ven favorecidas por condiciones
climáticas muy húmedas; por ejemplo, en Francia se pueden detectar sobre las
lechugas de la región de Grenoblc, pero, sin duda, muestran toda su agresividad
en condiciones tropicales húmedas originando «rizoctonias foliares» capaces de
invadir de forma activa las partes aéreas de las plantas; hojas de leguminosas
y de ñames, hojas periféricas de las coles, vainas foliares del arroz, caña de
azúcar, maiz y céspedes de Axonopus.
Están subdividas en dos grupos:
AG I sasakii. que sólo produce macrocsclerocios muy tardíamente tras un
abundante desarrollo miccliano.
AG 1 mieroesclerotia, que produce dos tipos de esclerocios: microcsclcrocios
de tamaño inferior al milímetro, de fonna globulosa o de 8. y. posteriormente,
macroesclerocios. más globulosos que los de las cepas A G 4. Ambos tipos de
cepas producen daños análogos de «web blight». No se conoce todavía con
claridad la función que desempeñan los microesclerocios en la epidemia.
Los ataques de rizoctonia foliar se manifiestan en un intervalo de temperatura
comprendido entre los 18 y los 35 °C, a lo largo de los meses más lluviosos (más
de 400 mm).
En lo que respecta a las cepas propias de condiciones templadas y más
concretamente a las «A G 4», el factor que favorece la mayoría de ataques de
rizoctonia parda es la humedad de la superficie del suelo. En terreno contaminado
^ ue comPrcnde cepas cuyo óptimo térmico es muy bajo se tratará de evitar mediante drenaje, cultivo en «mesetas» y riegos moderados
(IX C ). Dichas cepas están especializadas sobre la patata, se pueden conservar practicados a mitad de jornada. En el Mediodía francés los terrenos arcillo-
en los tubérculos (esclerocios superficiales) y pueden atacar los brotes y las arenosos que circundan los terrenos regados por infiltración acusan particular­
bases de los tallos. Prácticamente no afectan a las hortalizas (ligera virulencia mente la contaminación.
sobre el tomate en inoculación artificial). Los abonos orgánicos pueden incrementar el potencial infeccioso del suelo,
(rrupo AG 2, subdividido en dos subgrupos: en particular aquellos en los cuales la relación C /N es elevada (ejemplo: paja
AG 2-1: Cepas especializadas en cruciferas, cuyo óptimo térmico sigue picada, bagazo de caña de azúcar), pues provocan una retrogradaeión del nitrógeno
siendo bastante bajo (18 °C) y que pueden ser activas desde los 10 °C. Pueden desfavorable al parásito y no podrán ser utilizados más que con anterioridad al
manchar u ocasionar la muerte de los rábanos y provocar ataques al cuello o cultivo de leguminosas.
los cogollos de las coles.
AG 2-2: La temperatura óptima para que se desarrolle la actividad de estas F a .V. dt’t T : El Sahcl es una amplia zona africana que se extiende desde el océano Atlántico al
cepas es más elevada (20-25 °C). Afectan exclusivamente a las raíces y los tallos mar Rojo, comprendida entre el Sahara y unu linea ideal que pasarla entre otros lugares por Dakar.
del maíz (encamado parasitario) y a la remolacha azucarera. Kayes, Mopti. lago Chad, Scnnar. etc. Climáticamente posee unas tipologías de transición entre un
clima desértico y un clima tropical.
48 Enferm edades de las hortalizas E l diagnóstico 49

El enterramiento de los residuos de cosecha y los abonos verdes de dicoti­ nutritivas» (vegetales que han sucumbido ante sus ataques o fragmentos vegetales
ledóneas enterrados directamente sin desecación previa, en la superficie, favorecen colonizados de forma saprofita). Sus esclerocios son redondeados y de color
la rizoctonia parda. beige y tienen una corteza y una médula muy bien estructuradas, asemejándose
a los granos de las cruciferas (I a 2,5 mm de diámetro). Pueden aparecer en
— S d e ro tiu m ro lfs ii (fig. 23) gran número sobre la superficie de los órganos atacados por poco carnosos que
Se trata de un hongo altamente polífago propio de las regiones tropicales éstos sean. l-as podredumbres provocadas por S. rolfsii son de una consistencia
submediterráneas o de clima oceánico cálido. En Francia, únicamente ha sido análoga a las provocadas por S. sderotium.
detectado en la región de Bayona. Se caracteriza por su micelio muy vigoroso S, rolfsii puede atacar a todas las plantas que son motivo de estudio de este
que puede progresar activamente en la superficie del suelo a partir de «bases libro, provocando mortalidad de plántulas y podredumbres del cuello, de los
tubérculos próximos a la superficie del suelo, de los tallos y de las hojas
rastreras, así como de frutos en contacto con el suelo. También se pueden
detectar en las vainas foliares del maiz y de la caña de azúcar.
La gravedad de los ataques viene determinada por el número, la aptitud
para germinar de los esclerocios que se conservan en el suelo y el vigor de
crecimiento del micelio en la superficie.
La germinación de los esclerocios y el crecimiento del micelio son inhibidos
en el suelo por compuestos solubles (por orden de eficacia decreciente: urea,
NHá, N O j). Un clima lluvioso (trópicos húmedos, verano de Bayona) y el riego
por aspersión favorecen la aparición de S. rolfsii al lavar el lecho superficial del
suelo: las publicaciones israelíes sobre rolfsii se agotaron cuando el riego
gota a gota reemplazó al riego por aspersión. Dichas situaciones pueden reme­
diarse enriqueciendo el suelo con dosis fraccionadas de nitrógeno, en particular
bajo forma ureica.
En condiciones secas la supervivencia de los esclerocios en el suelo es muy
prolongada, la germinación de los esclerocios rehumedecidos es muy rápida.
En suelo húmedo su germinación es escalonada y se ve favorecida por el acceso
a la superficie motivado por las labores de cultivo.
Los esclerocios pueden ser destruidos por hongos pertenecientes a los géneros
Trichoderma y Cliocladium, como los de Sclerotinia.
El aporte de enmiendas orgánicas al suelo puede producir reacciones con­
tradictorias:
— Colonización del mismo por S. rolfsii (cuando se trata de materia vegetal
verde o poco descompuesta) y producción de nuevos esclerocios.
— A largo plazo, estimulación de los antagonistas.
Se debe esperar un minimo de 20 dias tras la aplicación de la enmienda para
proceder a la siembra o a la plantación.
Según la cantidad de la materia vegetal aportada predominará uno u otro
efecto. Las materias vegetales ricas en taninos fomentan el efecto «estimulación
de los antagonistas». IX* entre los sustratos o extractos aplicados por A. T o r i b i o .
cn Guadalupe, de forma experimental, el abono verde de sorgo cortado y
descompuesto en la superficie antes del enterramiento, los residuos de café y el
"Picado- de trozos de tallo de plátano tienen un efecto desfavorable sobre .V.
rolfsii. La acción más destacable es la del jugo del raquis del racimo de plátanos,
^Uy eficaz cn los riegos, incluso cuando se halla diluido hasta una décima
Figura 23.— Ataque de Scleroilum rotfsii ul cuello de una planto (véase también la fig. 57). parte. Permanece activo tras el pase por el autoclave.
E l diagnóstico
50 En fermedades de las hortalizas

III. B a c te ria s

C aracteres generales

Las bacterias son seres vivos de morfología sencilla, y de tamaño inferior al


de las esporas más pequeñas de los hongos (0.5 a I x I a 3 p). También difieren
de éstas por su naturaleza procarionte: ausencia de núcleo diferenciado, un
cromosoma anular libre en el citoplasma de la célula bacteriana, con posibilidad
de pequeños fragmentos anulares adicionales y ADN. o «plásmidos».
Su forma de comportarse fisiológicamente es muy variada e incluso algunas
de ellas, pueden llevar a cabo una serie de reacciones químicas que los otros
seres vivos son incapaces de efectuar (fijación del nitrógeno, nitrifícación. etc.).
Las bacterias parásitas de las plantas tienen por contra una fisiología bastante
banal. No se ha encontrado ninguna bacteria esporulada, ningún anaerobio
estricto y solamente formas en bastoncillo (algún Coccus, algún vibrión, alguna
espiroqueta).
Se clasifican en cinco géneros, de entre los cuales los Agrobocterium tienen
muy poca incidencia en las hortalizas Sobre éstas se detectan, no obstante,
ataques de Coryncbacterium, Pscudomonas. Xanihomonas y Erwinia.
T.ntre ellos se distinguen, por la vitalidad de crecimiento <}e sus colonias
sobre gel de agar, la producción habitual de pigmentos difundibles y la disposición
de sus flagelos, que condiciona la motílidad en medio líquido. También pueden
diferenciarse atendiendo a caracteres bioquímicos: aptitud para metabolizar un
tipo determinado de azúcar o ácido, naturaleza de los metabolitos producidos
aptitud para la anacrobiosis facultativa, etc. La pared bacteriana puede ser de
naturaleza muy diferente según los géneros, lo que se pone en evidencia por la
coloración de GRAM.
r.l cuadro 2 resume las características más esenciales de las bacterias que
nos interesan, tanto a nivel génerico como subgenérico.
Las especies, por su parte, vienen definidas por un estudio bioquímico más
detallado y por la especificidad parasitaria. Aunque antes se tendía a potenciar
este segundo aspecto y a distinguir, por ejemplo, en Xanihomonas. X. campestris
(en las cruciferas). X. vesicatoria (en las solanáceas) y X. phaseoli (en la judia):
en l:i actualidad se prefiere trazar «grandes especies», entre las cuales se distinguen
patovares o «pv.», por ejemplo, X. campestris pv. campestris. pv. vesicatoria, pv.
phacolt.
Dichos «patovares» constituyen el equivalente de las formas especializadas
o «f. sp.» de las royas y los Fusarium.
También la serología permite trazar afinidades entre cepas bacterianas. Las
dificultades que puede presentar una especie determinada, se deben al hecho de
que no existe siempre una correspondencia entre los grupos basados en la

“ Salvo como «vectores» de información genética en los laboratorios de biotecnología vegetal.


Pe« a lodu. pueden detectarse A. rhizoxi-nn sobre el pepino.
52 Enferm edades de las hortalizas E l diagnóstico 53

scrología (serotípos), la bioquímica (biotipos o biovares) y el poder patógeno Algunas Pseudomonas y Erwinia pueden provocar, de forma menos especifica,
(patotipos o patovares). sobre las nervaduras carnosas (lechugas, escarolas, repollos, coliflores y apio),
En el caso de Pseudomonas. la capacidad para provocar una reacción hiper- los bulbos o los tubérculos, podredumbres blandas (en inglés soft rol). fcn este
sensible en una planta no huésped, constituye un carácter bastante válido a la caso se trata de bacterias provistas de enzimas peetinolíticos.
hora de establecer una distinción entre las bacterias parásitas de las plantas \
las cepas saprófitas. Esta prueba se verifica por medio de la inyección de una
cantidad del orden de 10' bacterias en un compartimento internervario de hoja Estudio p articularizado de los principales géneros
de tabaco, que provoca una necrosis en menos de 24 horas. Todas las Xantho- bacterianos nocivos para las hortalizas
monas, y ciertas Erwinia. reaccionan a esta prueba con una incubación más
prolongada. Las Corynebuclerium (algunas de las cuales han sido rebautizadas como
Curtobacterium y Clavibacter) provocan traqueobacteriosis transmisibles por
las semillas, con dispersión secundaria por heridas. Sobre las hortalizas suelen
Síntom as detectarse las especies C. flaecumfaciens (leguminosas) y C michiganense (to­
mate).
Los síntomas provocados por las bacterias fitopatógenas son muy variados: Las Pseudomonas no constituyen una entidad homogénea. Se dividen en
se conocen traqueobacteriosis, homologas a las traqueomicosis, pero a diferencia «fluorescentes» y «no fluorescentes», según produzcan o no un pigmento fluo­
de éstas parten de focos iniciales de infección muy variados: infección de las rescente bajo rayos ultravioleta (sobre medio de KING).
raices, como en el caso de las fusariosis vasculares o de la verticilosis (ejemplo: Entre las no fluorescentes, se encuentran los parásitos de los Allium: P.
Pseudomonas solanacearum); transmisión de la infección a partir de la semilla o cepacia y P. gladioli pv. aUiicola. pero sobre todo destaca la temible P. solana-
de las heridas de los tallos y peciolos (ejemplo: Corynebacteriwn michiganense), cearum, agente de las traqueobacteriosis de los plátanos y las solanáceas (véase
transmisión por coleópteros (ejemplo: Erwinia tracheiphi/a), o reabsorción por
cap. III).
los hidatodos de las gotas de agua exudadas al borde de las hojaS. En este caso
Entre las fluorescentes sobresale la gran especie P. syringae. cuyos patovares
la infección es descendente, y tras la aparición de lesiones en forma de V en el
provocan numerosas enfermedades específicas en las hortalizas (pv. lachrymans
margen de las hojas, puede producirse una migración hacia los pecíolos y los
en cucurbitáceas, pisi. phaseoli, tomato...).
tallos (ejemplo: Xanthomonas campestris pv. campestris).
Numerosas bacterias (Pseudomonas. Xanthomonas) pueden comportarse como También podemos encontrar especies menos especializadas que se comportan
parásitos foliares, que provocan tanto pústulas negras como manchas, que en como agentes de las podredumbres marginales de las hojas o «soft rots» en
un principio son de carácter «grasiento» (en inglés « watersoaked»), y más tarde tiempo cálido y húmedo: P. viridiflava. P. cichorii, P. marginalis. También
se vuelven necróticas en el centro, estando rodeadas, a menudo, de un halo de existen Pseudomonas saprofíticas como P. fluorescens Las Pseudomonas fluo­
color verde pálido o amarillo, como signo de eliminación de una toxina. rescentes saprófitas interesan al agrónomo en la medida en que, siendo epifitas
l.as bacterias que provocan manchas foliares, a menudo, se desplazan de en las raíces, pueden ayudar a las plantas a asimilar el hierro y a ejercer un
una hoja a otra por el choque y el impacto de grandes gotas de agua procedentes antagonismo frente a los parásitos de las raíces.
de lluvias o del riego por aspersión, que facilitan su penetración en las cámaras Las Xanthomonas tampoco constituyen un grupo homogéneo. Su óptimo
subestomáticas. térmico, a menudo, es más elevado que el de las Pseudomonas y son particular­
La transmisión por semillas de la infección también suele ser frecuente; las mente temibles en condiciones tropicales.
bacterias pueden contaminar únicamente los tegumentos o invadir los cotiledones. Según la rapidez de crecimiento podemos establecer una distinción entre las
En la germinación, hasta que sobreviene el estado de máxima sensibilidad, se Xanthomonas de crecimiento rápido y las Xanthomonas de crecimiento lento.
pueden apreciar diferentes lesiones en las plántulas o una simple invasión Eas primeras se hallan reagrupadas mayoritariamente dentro de la gran
epifita en el caso de las plantas jóvenes. especie X. campestris. dentro de la cual podemos distinguir numerosos patovares
Hn estado epífito, algunas bacterias (sobre todo Pseudomonus). por medio Que incumben a las hortalizas (ejempUx campestris. phaseoli, vesicatoria).
de su poder patógeno, pueden ejercer un efecto hielógeno que sensibiliza las Las segundas provocan enfermedades que afectan a la caña de azúcar y al
hojas al frío desde los 0 °C , mientras que en su ausencia éstas no se hielan más álamo. Entre ellas destaca Xanthomonas fragariae.
que a -3 °C o 4 °C. Este efecto, que ha sido estudiado detenidamente en los
árboles frutales, puede también producirse en el caso de las hortalizas (ejemplo:
0 Que, sin embargo, se comporta como un parásito cn el caso de «la enfermedad del cafe con
Pseudomonas syringae pv. pisi). feche- del ajo.
54 Enferm edades de las h o rtalizaj E l diagnóstico 55

Las Erwinia son las únicas bacterias lltopatógcnas que pueden comportarse «mollicutcs» incluyen formas parásitas para el hombre y los animales y se
como anaerobias facultativas. F.n su seno se distinguen básicamente dos grupos: asemejan a las «formas L» derivadas de las bacterias por pérdida de pared.
— Las Erwinia pcctinolíticas, también denominadas Pectobacterium, que se A estos caracteres morfológicos, debemos añadir la posibilidad de conseguir
subdividen en dos especies: E. carotovora (y su var. atroseptica, adaptada a una remisión de los síntomas de la infección en las plantas si se procede a una
bajas temperaturas), agente de la podredumbre de órganos carnosos, y E. pulverización de antibióticos del grupo de las tetraciclinas en dosis del orden
chrysanthemi, adaptada a temperaturas elevadas y de la cual se han manifestado del 1%1.
algunos patovares fuera del dominio de las hortalizas (plantas florales, Diffen- Los síntomas provocados por los micoplasmas se asemejan a los de los
bachia. maíz, etc.). virus de localización liberiana (luteovirus. geminovirus). Se caracterizan por
provocar mortalidades bastante rápidas, que vienen acompañadas de una necrosis
— Las Erwinia no pectinoliticas, entre las cuales podemos encontrar verda del líber o de amarilleos con interrupción del crecimiento. Pero, además, cuando
deros agentes parásitos de acusada especificidad parasitaria (ejemplo: Erwinia las plantas sobreviven mucho tiempo tras la infección (con hipertrofia del
tracheiphila, agente de la traqueobacteriosis de las cucurbitáceas) y saprofitos floema), las flores acusan fenómenos de ramificación anormal y de vireseencia
corrientes, como E. herbicola. agente invasor secundario universal de lesiones o filodia: hipertrofia del cáliz, enverdecimicnto o atrofia de los pétalos, esterilidad
de origen fúngico o bacteriano, que no deben confundirse con las Xanthomonas. de los estambres, retorno al estado foliáceo de los carpelos.
aunque sus colonias de rápido crecimiento se caractericen también por su color Mucho antes de descubrirse la naturaleza exacta de este tipo de enfermedades,
amarillento. que eran consideradas como virus del grupo «Aster yelows»» se conocía su
Junto a las bacterias encontramos a los Aclinomicctos, procariotes filamen­ posibilidad de transmisión a través de injerto o de vectores naturales, que cn la
tosos a cuyas cepas saprofitas haremos referencia en el capítulo II. dado el mayoría de los Casos son cicadélidos (delfacidos). La transmisión se efectúa
importante papel que desempeñan cn el seno de la microflora del suelo. según el modo persistente, con multiplicación cn el insecto, y a menudo trans­
misión a su descendencia.
Algunos Streptomyces pueden provocar sarnas en los órganos subterráneos En condiciones naturales, las epidemias graves de enfermedades de mico-
(tubérculos o raices carnosas). Las dos especies más conocidas son S. scabies plasmas están ligadas a la presencia de plantas-reservorio, a menudo silvestres,
(que afecta a la patata) y S. ipomoeae (bastante común en la batata). y a la proliferación de los cicadélidos vectores.
También se han detectado sarnas de Streptomyces sobre nabos, zanahorias En California, por ejemplo, un micoplasma transmitido por Macrosteles
y remolachas. fascifrons y Aphrodes bicintus provoca los «Aster yelows», enfermedad que
afecta a plantas pertenecientes a 40 familias, entre las que se encuentran plantas
Uis especies de Streptomyces pueden ser combatidas en el suelo rebajando ornamentales como la «Reina Margarita» (Callistephus sinensis, más conocida
el nivel de pl I (ejemplo: aplicación de azufre) o recurriendo al uso de fungicidas en inglés como «China áster». de donde procede el nombre de la enfermedad),
(ejemplo: quintoceno). hortalizas como la zanahoria, el apio, la lechuga, la achicoria y los Allium y
Se ven favorecidas por la desecación del lecho superficial del suelo en el numerosas plantas silvestres que funcionan como reservorio (compuestas, plátano,
momento cn que se está produciendo el engrasamiento de raices o tubérculos. umbelíferas).
Los micoplasmas también pueden ser transmitidos cxpcrimcntalmente por
cuscutas, que desempeñan la función de puente entre las plantas enfermas y las
sanas.
La vinca africana (Vinca rosea), inoculada por cuscuta y que reacciona por
IV . M ic o p la s m a s
virescencia y filodia. es un buen huésped experimental para la mayoría de los
micoplasmas parásitos de las plantas.
Los daños ocasionados por este tipo de microorganismos fueron atribuidos En el antiguo mundo (consultar capítulos siguientes), de entre todas las
durante mucho tiempo a los virus, pues observados al microscopio no revelaban hortalizas, las solanáceas son las que se hallan más sujetas a este tipo de
sino anomalías del tejido liberiano o floema (hipertrofias o necrosis). 1.a utilización enfermedades.
conjunta del microscopio electrónico y del ultramicrotomo permitió, a partir de Todavía no han sido delectados espiroplasmas sobre las hortalizas, «molli-
1967, observar en los tubos cribosos de las plantas enfermas, microorganismos cutes» alargados y móviles que se cultivan, al contrario que los precedentes, en
de pequeño tamaño (50 a 100 nm o incluso más) y de forma variable, provistos medios artificiales. Tampoco se han manifestado rickettsias, provistas de una
de una membrana unitaria de tres capas y de un citoplasma, que no poseían la pared y muy sensibles a la penicilina, que suelen encontrarse bien cn el floema
pared característica de las bacterias y las •«rickettsias». Los micoplasmas o (enfermedad del «club leaf» del trébol) o bien en el xilema (plantas leñosas).
E l diagnóstico 57
56 Enferm edades de ¡as h o rtalizas

El crecimiento se activa de inmediato con una vitalidad inferior y, en


V . V ir u s
ocasiones, casi igual al de una planta sana. Es entonces cuando se manifiestan
los síntomas crónicos del mosaico.
Los virus son agentes infecciosos invisibles al microscopio óptico, que invaden Cuando el mosaico es «plano» u «ordinario», las zonas de color verde
a sus huespedes más sensibles de forma generalizada o «sistémica». En las oscuro se reparten al azar, o se hallan ligadas a las nervaduras (vein banding).
plantas, las únicas partes exentas de virus o que los contienen en cantidades Si a lo largo del crecimiento de la hoja, las zonas más claras muestran un
mínimas son los meristemos, localizados en el ápice de los tallos y en el interior desarrollo más lento que las zonas de color verde oscuro, el mosaico puede ser
de las yemas. «rizado» o «deformante». Las zonas de crecimiento más lento pueden llegar
incluso a desaparecer, la hoja, entonces, adquiere un aspecto filiforme o laci­
niado.
S ín to m a s
En algunos casos la reactivación del crecimiento puede ser transitoria y
originar una nueva crisis. En las plantas de multiplicación vegetativa, los «sin­
Los virus provocan mosaicos que se reproducen abundantemente en los
tonías de choque» se manifiestan sobre la generación infectada, e inmediatamente
parénquimas, concretamente cn las zonas de color verde claro o amarillas de
sobre las generaciones posteriores.
las hojas afectadas por el mosaico. Sin embargo, en los primeros estadios de la
En ciertos casos, en las plantas afectadas por el virus, se aprecian síntomas
infección, la propagación del virus se expande de forma rápida a través de los
necróticos (streak). Están motivados por el fracaso de una resistencia de hiper-
tubos cribosos del floema.
sensibilidad o por las condiciones del medio ambiente (frío, calor excesivo,
Durante esta fase, el crecimiento se interrumpe prácticamente (fig. 24), pu-
etc.), sin que exista ningún tipo de relación causa-efecto entre ellas y las condi­
diendo aparecer sobre las hojas ya desarrolladas «síntomas de choque» nccróticos
ciones de un crecimiento equilibrado del conjunto planta huésped-virus, o con
o cloróticos: anillos o «rings spots», líneas sinuosas, o de forma no tan clara,
infecciones complejas causadas por virus de naturaleza diferente.
áreas amarillas o rojizas con acumulación de antocianos y necrosis.
Los virus que, por contra, se reproducen de forma preferencia! o exclusiva
en los tejidos liberianos, provocan «amariileamientos» con paralización casi total
cm
del proceso de crecimiento, enrollamientos (leafrotl) o crispados (leafcurl) de las
hojas; las hojas, de un tamaño más pequeño de lo normal, adquieren una
consistencia quebradiza y se recurvan en forma de cuchara. Dichos síntomas
revelan un mal funcionamiento del líber.

E s tru ctu ra y m u ltip lic a c ió n d e los virus

Todos los virus constan de un filamento de ácido nucleico portador de una


«información genética» propia, que permite desviar en su provecho el metabo­
lismo celular del huésped. El ácido nucleico, excepto en el caso de los «viroides»,
se encuentra rodeado de una cubierta o cápsida proteica.
Los virus más gruesos están provistos de una envoltura Iipoproteica que
rodea la cápsida, como ocurre cn el caso de los rhabdovirus de las plantas o de
la enfermedad del Bronceado del tomate (Tornato spotted wiltd).
Las panículas de virus, apreciables únicamente en el microscopio electrónico,
tienen forma variable y un tamaño que-se mide en nanometros (o milimicras).
Las subunidades proteicas de la cápsida pueden disponerse en forma de hélice
y constituir bastoncillos rígidos o filamentos flcxuosos, o bien seguir una simetría
icosaédrica para formar partículas globulosas. El filamento de ácido nucléico se
introduce cn espiral en el interior de la partícula alargada o en forma de ovillo
cn la parte central del icosaedro (fig. 25).
58 Enferm edades de los hortalizas
E l diagnóstico 59

Algunos virus como el «Tonutio spotted w ilt» no han sido clasificados


todavía en ninguno de estos grupos, algunos de los cuales sólo atacan de forma
fortuita a las hortalizas. Sus características las iremos perfilando en las notas de
los siguientes capítulos, o a lo largo de este mismo.
t i cuadro 3 describe someramente las características de aquellos grupos que
afectan de forma más importante a las hortalizas.
Para que tm virus pueda proliferar en una planta, es necesario que su ácido
nucleico sea reproducido en numerosos ejemplares, encapsulado, que pueda
pasar de una célula a otra, y que finalmente sea adquirido por el eventual
vector.
El ácido nucleico viral se comporta, por tanto, como un compuesto dc
algunos genes, que utilizarán los ribosomas del huésped para producir un cierto
número de proteínas:
— proteina dc la cubierta o cápsida;
— polimerasas o «replicasas* que permiten la reproducción del ácido nu­
cleico (aunque una parte de la actividad «replicasa» puede ser abastecida por la
planta huésped);
— cventualmentc una proteina indispensable para el paso de una célula a
otra a través de los plasmodcsmos;
— cventualmentc, también, una proteina indispensable para la transmisión
según el modo no persistente (proteína adjunta o «he/per»);
— y, en definitiva, otras proteínas cuya función biológica todavía se halla
en curso dc estudio: «proteína dc maduración», «proteína dc enlace»...
Estos mecanismos de multiplicación vírica pueden, a su vez. llegar a mostrarse
de : ^ - TT ñ° COmparado dc las P áp u la s de los diversos gn.pos de virus,
de forma muy eficaz pudiendo ser relativamente bien tolerados por la planta
un micoplasma (forma muy vanahlc) y de una bacteria. Un la misma escala una espora huésped. Por ejemplo, en una planta de tomate infectada por el mosaico del
dc Srcntphi/ium medula 4 • 2 m. tabaco, en que, tras una crisis inicial, el crecimiento puede ser retomado con
una vitalidad del 90 % respecto al que desarrollan las plantas sanas, un 70 % de
las proteínas pueden estar constituidas por partículas víricas. Aquellos virus
A los virus, por lo general, se les aplican nomenclaturas inglesas que hacen
que alcanzan concentraciones más débiles pueden resultar mucho más perjudi­
relerencia al primer huésped descrito o al tipo de síntoma que originan. Su
ciales (ejemplo: luteovirus).
nombre se abrevia con las iniciales mayúsculas de las palabras inglesas con que
Algunas entidades infecciosas incapaces de asegurar por sí mismas todas las
se denomina a los virus (ejemplo: «Tobacco mosaic virus», o TMV, virus del
Mosaico del Tabaco). funciones evocadas con anterioridad, únicamente pueden ser transmitidas como
satélites de un virus dotado de autonomía.
I-a naturaleza del ácido nucleico (ribo o desoxirribo. una o dos cadenas,
naturaleza dé las extremidades); su modo de repartición en una, dos o varias Según los casos (binomio huésped-parásito), la presencia de un satélite
p rticulas, la forma y las dimensiones de la cubierta o cápsida; los síntoma agrava los síntomas, los atenúa o pasa desapercibida.
provocados y el modo de transmisión, permiten en la actualidad clasificar los
virus en «grupos« que suponen afinidades profundas. Se les asignan nombres
que proceden, bien de una propiedad general del grupo, o bien de las sílabas
Modo de transm isión de los virus
iniciales del virus escogido como tipo. Por ejemplo, en el caso del luteovirus.
caracterizado por los amarilleos que provoca, el nombre procede del término En el caso dc multiplicación vegetativa dc la planta huésped, el virus es
latín lúteos, que significa amarillo; en el caso del tobamovirus, la denominación transmitido por tubérculos, bulbos, bulbillos, rizomas o esquejes a todos sus
no constituye sino una abreviatura del síntoma provocado por el virus Tobacco descendientes. En el caso de una planta injertada, basta con que uno de los
mosaic virus). componentes del binomio huésped-parásito sea portador de! virus.
Unicamente cuando la infección de la planta madre es más tardía, ciertos
60 Enferm edades de las hortalizas ' E l diagnóstico 61

tubérculos (patata) o algunos bulbillos o dientes (en un bulbo de ajo), pueden


escapar a la infección.
A menudo, las semillas formadas en plantas infectadas permanecen sanas.
l i
Sin embargo, ciertos virus (en particular los potyvirus, comovirus y sobemovirus
-= I =
fi H £ son transmitidos por las semillas en una proporción que puede llegar hasta un
I = a 20%.
- 5 El paso de un virus de una planta a otra a lo largo de un cultivo, condición
8^= &

II
necesaria para el desarrollo de una epidemia, puede producirse de diferentes
i i
í s J fi ¿ c maneras.
C 3
i l “ b
U íi: • Transmisión mecánica
I-a transmisión mecánica, que en laboratorio es posible para muchos virus,
1:1 s sólo tiene lugar en el campo en cienos casos particulares de virus: tobamovirus,
E :c

i l |¡ ! i 3
8 c potexvirus \ viroides La transmisión del virus puede originarse por simple
g .»

persistente
c £ e l i s contacto entre una planta enferma y una sana, o bien siendo las manos del
1 1 i l l i
fc4S o a c . ._
Jó el agricultor o los útiles de trabajo que han estado en contacto con una planta
Grupo de virus más frecuentes en hortalizas

C 5 o rt £
«A 7
x3
CLC° ¿ I 2 S t i enferma los intermediarios o vectores de la enfermedad (consultar el apartado
«Mosaico del tabaco*» en el capitulo IV).

n J¿ • Transmisión por insectos (fig. 26)


tf
3

I 1 1 + ■o f ■ Suele ser la más frecuente. Entre los insectos vectores de virus podemos
5s+
CUADRO

l» _£5 i3 •5 05
£ =5 distinguir:
*CC"5
c¿ c S I
< 2 < 'd
í l
< 8 < &
C §1
< 9.
§1
< « Los pulgones (afididos)
Los cicadélidos (delfácidos)
Insectos que pican
Los trips (tingidos)
Los aleuródidos (Bemisia. Trialeurodes)

Insectos masticadores ( ^ ° s coleópteros (crisomélidos, coccinélidos fitófagos


l y algunos curculiónidos).

La relación insecto-virus puede ser más o menos estrecha, pero nunca se


reduce a una simple transmisión por las mandíbulas o estiletes manchados del
S jugo de la planta enferma, por vía puramente mecánica.
í i
8o _
■ La transmisión según el modo no persistente (ejemplo: potyvirus, eucumovirus
-§~ * E c . t>
l i — E 1 i propagados por pulgones) comporta: una adquisición muy rápida del virus
- x_
d fi
-5 2 §8 á—S**%fo
favorecida por un ayuno previo del animal, y una aptitud inmediata a la trans­
O» a —8 misión de la infección, que tras manifestarse sobre algunas plantas por medio
de picaduras, pierde al poco tiempo todo su poder patógeno (no obstante, un

“ Virus filamentosos 500 nm, ARN de filamento simple o monocatenano de tipo Hototo virus
II X. que puede afectar ni tomate, pero cuya importancia es prácticamente nula en la actualidad.
y -s ¡ I * Entidades filamentosas constituida:, por un filamento circular de RN A, doblemente enroscado
*°brc si mismo y desprovisto de cápsida o cubierta con un peso molecular inferior al de RNA de
I- IU los virus más pequeños o satélites, pero, sin embargo, capaz de autorreproducción en las células del
huésped
E l diagnóstico 63
62 Enferm edades de las h o rta liza s

H1 tiempo de latencia puede abarcar un largo período de tiempo, a veces


incluso toda la vida del insecto y a pesar de sus mudas, si el virus ha sido
adquirido en estado larvario.
Este modo de transmisión concierne, sobre todo, a algunos virus transmitidos
por pulgones como los: luteovirus o los rhabdovirus y a todos los que transfieren
los cicadélidos.
El virus está sometido a un trayecto en el interior del cuerpo del insecto,
trasladándose desde el tubo digestivo hasta la cavidad general, para concentrarse
finalmente en las glándulas salivares, que acaban contaminando los estiletes.
Siguiendo los casos particulares solamente se produce acumulación de virus
gracias a una larga adquisición (virus circulativos) o por. el contrario, a la
multiplicación del virus en el cuerpo del insecto (virus propagativos). En este
último caso puede haber transmisión transovariana, en la descendencia de una
hembra infectada (e infectante).
En algunos casos de relación virus/insecto/planta no se ciñe a ninguno de
los esquemas anteriores, hablamos entonces de transmisión según el modo
semipersistente, término que, en cierto modo, sirve para ocultar la impericia del
investigador. La transmisión bimodal resulta todavía más compleja (ver Mosaico
de la coliflor, cap. XI).

• Transmisión por el suelo


La transmisión por el suelo de labor puede ser directa cuando se produce
a través de las raíces o de las hojas inferiores a partir de los restos de las plantas
que no se han descompuesto por completo (virus muy estables: véase «Mosaico
del tabaco», cap. IV) o de organismos telúricos que se comportan como vectores,
como los nematodos o los hongos inferiores (arquimicctos, mixomicetos).

E s tu d io d e alg u n o s g ru p o s de viru s p a rtic u la rm e n te


im p o rta n te s para las h o rta liza s

• Virus transmitidos por pulgones según el modo no persistente


De entre ellos, los que más afectan a las hortalizas son los potyvirus y los
Figura 26.— Vectores de virus. cucumovirus. La relación virus-vector en este caso es muy poco específica, ya
A: Pulgón alado. B: Pulgón áptero. C: Larva de cicadclido. D: Cicadélido adulto. F.: Diabralua
que pulgones de especies muy diversas pueden transmitir el virus de un vegetal
undeampuncitHa hnwardi, coleóptero americano vector de Erxvinia tracheiphila. del Squash mosaic
vims. del Cowpea mosaic virus, ctc. F: Adultos de Bañista labad. G: I.arva de un mismo insecto a otro al picar sucesivamente plantas enfermas y sanas, bien sean éstas huéspedes
en una fase de mayor crecimiento. naturales o no. pues se puede tratar de «picaduras de ensayo» que se practican
hasta localizar un huésped natural.
Este modo de propagación predomina en condiciones de clima templado o
pulgón alado transportado por el viento, puede continuar siendo infeccioso si mediterráneo en la época en que tienen lugar los grandes vuelos de pulgones
permanece 24 horas sin alimentarse). alados desde sus huéspedes invernales (mayo en el Mediodía francés, julio en la
La transmisión según el modo persistente, exige de un tiempo de adquisición Europa del norte). Estos insectos pueden emigrar a partir del huésped donde ha
que puede oscilar de una a dos horas a uno o dos dias y de un tiempo de latencia sido puesto el huevo en invierno (como ocurre con el melocotonero en el caso
entre la adquisición del virus y la manifestación de su poder infeccioso. del Myzus persicae), o a partir de aquellas plantas en que han sobrevivido
64 Enferm edades de las h o rta liza s E l diagnóstico 65

hembras partenogenéticas (como suele ocurrir con las cruciferas silvestres en el transmitido por numerosos pulgones); En el INRA-Montfavet han sido detectadas
mismo caso de la especie anterior). 31 especies vectoras, de entre las cuales Aphisgossypii es la más frecuentemente
La intensidad de las heladas de enero a abril influye sobre el número de infecciosa. No por ello el papel que desempeñan en otras especies debe de ser
pulgones sobrevivientes, los vuelos primaverales son más tardíos a continuación minusvalorado, como lo demuestra el efecto mucho menos favorable de lo que
de inviernos muy crudos. cabria haber esperado, del gen Vat que convierte en ineficaz la transmisión por
Tras estas épocas punta de expansión de los áfídos en primavera o en A. gossypii en el melón.
verano, la circulación de pulgones disminuye, en particular cuando proliferan El posible número de huéspedes del virus se eleva a 775 especies vegetales
sus enemigos naturales (coccinélidos, sílfidos, himenópteros). siempre a condición repartidas entre 365 géneros y 86 familias, incluyendo a las plantas ornamentales
de que el equilibrio no haya sido roto por exceso de tratamientos más eficaces y leñosas, y entre las hortalizas a las solanáceas y cucurbitáceas.
sobre los enemigos de los propios pulgones que sobre ellos mismos (por ejemplo, También pueden ser susceptibles de infección numerosas plantas silvestres,
en el caso de aplicación de insecticidas fosforados y M izus persicae). que desempeñan un papel muy importante en la epidemiología del virus, el cual
En los países mediterráneos meridionales, la regresión invernal puede ser es capaz de contaminar gravemente cultivos primaverales o estivales en ausencia
mucho menos acusada, pero puede manifestarse una regresión estival como de huéspedes cultivados en temporada invernal (espinacas, apio). En el INRA-
consecuencia de un calor excesivo (> 35 °C ), en cuyo caso la curva que describe Montfavet. se descubrió que 39 plantas silvestres eran portadoras del CMV. fcn
el vuelo de los pulgones alados pasa a ser bimodal (máximos en marzo-abril y la figura 27 se hace referencia a las más importantes, así como a su periodo de
en octubre). vegetación.
En los países tropicales húmedos, las fluctuaciones de las curvas de vuelo de
Algunas de estas plantas-huésped espontáneas, en particular la «Hierba
los pulgones suelen ser bastante aleatorias; el principal factor de regresión está
pajarera- (Stellaria media), transmiten el virus por las semillas, lo que posibilita
constituido por los períodos lluviosos (algunos meses superan los 4<)0 mm). I.a.>
su persistencia incluso durante los inviernos más rigurosos, a lo largo de los
epidemias suelen ser menos violentas y están más repartidas a lo largo del año.
cuales los huéspedes cultivados llegan a helarse, al igual que sucede con otros
Las fuentes del virus dependen de la especie a la que pertenezca la planta
tantos huéspedes espontáneos. En la Vaucluse, tras el invierno 1962-1963 en el
huésped:
que se manifestaron temperaturas inferiores a los 10 °C durante 50 días, la
— ejemplares enfermos de la especie cultivada presentes desde un principio epidemia no desapareció, sino que se manifestó con tres semanas de retraso.
en la parcela, como ocurre en el caso de las plantas de reproducción vegetativa El CM V no es una entidad homogénea. Se pueden distinguir varias cepas
(Allium cultivados), y de algunos potyvirus muy especializados en determinadas del mismo que provocan, bien lesiones locales, o bien un mosaico generalizado
especies-huésped en las que se transmiten a través de las semillas (ejemplo: en el caso de la Vigna sinensis var. «Black» (el segundo tipo de cepas es más
mosaico de la lechuga, mosaico común de la judia); frecuente en las regiones tropicales).
— parcelas de plantas cultivadas contaminadas por vecindad a causa de En el Mediodía francés coexisten dos «poblaciones de virus» que se distinguen
una superposición de cultivos o de una producción de semillas en especies por los síntomas que provocan sobre el tabaco, la scrologia y el óptimo térmico.
bianuales (ejemplo: cruciferas, remolachas, cebollas);
Las cepas «termosensiblcs» dejan de proliferar sobre sus huéspedes a tem­
— rebrotes accidentales de plantas cultivadas:
peraturas superiores a 30 °C\ que. por contra, soportan las cepas «termorresis-
— plantas silvestres o forrajeras pertenecientes a la misma familia en el
tentes».
caso de los potyvirus menos específicos (ejemplo: mosaico amarillo de la judía);
plantas silvestres o cultivadas de familias diferentes, en el caso de algunos Las concentraciones en C M V en las plantas afectadas suelen fluctuar: tras
potyvirus (virus del mosaico de la sandía o WMV-2 que se perpetúa en las el periodo de «crisis« inicial, el contenido en virus puede descender bastante,
leguminosas) y sobre todo en el del mosaico del pepino (CMV). al cual han sido pero ello no es óbice para que se produzcan nuevas crisis acompañadas de
dedicados numerosos trabajos de investigación en condiciones de clima medi­ ascensos en concentración de virus. Durante los períodos de regresión del
terráneo (trabajos del INRÁ-Montfavet). contenido en virus, pueden producirse recontaminaciones por otras cepas de
Este virus, del tipo de los cucumuvirus posee un genoma dividido en CMV.
3 ARN, repartidos en cuatro tipos de panículas (la cuarta categoría de partículas Algunas plantas son muy susceptibles a la proliferación de una cepa deter­
contiene una porción de A RN 3 que codifica para la cápsida. y puede ser minada de virus: el melón selecciona las cepas termorresistentes, por contra,
entre los huéspedes silvestres. Solanum ducamara y Rubia peregrina favorecen a
* Grupo bastante testringido. que comprende tanto el Peanul stuni virus. especializado en las las cepas termosensiblcs. El tomate, el pimiento, el apio y, entre las plantas
leguminosas, como el Chrysanthemwn aspermy virus (especializado, sobre todo, en las plantas silvestres, Stellaria media. Senecio vulgaris y M ercurialis annua m> favorecen de
llórales, aunque en ocasiones también se manifieste en el tomate). un modo especial un determinado tipo de eepa. Entre estas plantas las infecciones
66 Enferm edades de las hor¡atizas E l diagnóstico 67

primaverales se deben a cepas terniosensibles y las infecciones estivales a las

Figura 27.— Plumas espontáneas importantes para la perpetuación del «Mosaico del pepino» en el Mediodía francés (resultados obtenidos en 1979
cepas termorresistentes.
En cada una de estas poblaciones de virus se pueden manifestar cepas
Poblaciones de CMV % de individuos
infectados

dotadas de propiedades particulares:


— en ambas poblaciones podemos encontrar cepas provistas de un «satélite»
o «ARN5» que modifica los síntomas en el caso del tomate: enfermedad necrótica
que evoluciona rápidamente hasta causar la muerte de la planta, en lugar del
síntoma filiforme clásico;
predominantes

— por contra, es únicamente en la población termorresistente donde en­


contramos las cepas «Song», que en el melón son capaces de superar la resistencia
derivada de «Songwhan charmi» (= PI 161375), así como las cepas «leguminosas»
sistémicas en la Vigna.
El CM V , en su conjunto, se compona como un virus temible y particular­
mente muy bien adaptado a las explotaciones hortícolas de reducidas dimensiones
E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D

en que se practica el policultivo, subdivididas en pequeñas parcelas por medio


de linderos y setos que albergan una flora espontánea muy diversa.
Sin embargo, la eficacia de la transmisión del CM V por pulgones es inferior
a la capacidad que éstos tienen para transmitir los potyvirus (si se tienen en
consideración las posibilidades de éxito de un pulgón infecioso).

en el INRA-Montfavet).
La eficacia de la transmisión es, por otra parte, variable según el tipo de
planta-huésped: es muy elevada para las cucurbitáceas (melón, calabacín), débil
para el pimiento y mínima para el tomate a medida que éste avanza en edad.
A las condiciones enumeradas hasta ahora como favorables a las epidemias
de CMV debemos de añadir los importantes desplazamientos de pulgones
alados que se producen en el mes de mayo en las regiones mediterráneas
Por contra, en situación de monocultivo, los inviernos suaves que permiten
la superposición de cultivos, la supervivencia de plantas-huéspedes espontáneas,
pertenecientes a la misma familia de la planta cultivada, y aquellos desplaza­
mientos de los pulgones de menor importancia que se reparten a lo largo de
todo un año, favorecen mucho más el desarrollo de potyvirus que el del CM V
(los W M V y ZYM V en las cucurbitáceas, el virus Y en las solanáceas y el
mosaico del apio en el apio).
Este es el caso de las regiones sudmediterráneas o tropicales, donde el CMV
puede, entre tanto, encontrar situaciones favorables (ejemplo: costas que se
hallan sometidas a los efectos del viento de las pequeñas Antillas) en huéspedes
espontáneos diferentes a los reseñados anteriormente (comelináceas, leguminosas,
Cleome spp. Jpnnwla, en Guadalupe, donde el virus ataca también al platanero
«Poyo» y al Ñame «Cousse-Couche». Dioscorea trífida).

• Virus transmitidos por pulgones según el modo persistente


De entre ellos, destacan ante todo los lutemirus, en los cuales la relación
virus-insecto es mucho más estricta: tiempo de adquisición mínimo de una

* Las plantaciones que se efectúan durante el mes de julio también se ven muy afectadas dado
flUc cuanto menor es el número de pulgones en vuelo, mayor es su capacidad de infección.
68 Enferm edades de ¡as h o rta liza s E l diagnóstico 69

hora, óptimo de 4 a 12 horas, latencia de 12 horas y persistencia eventual del narán unos síntomas u otros. Así, si la zona colonizada son los parénquimas
poder infeccioso a través de toda la vida del insecto, incluso a pesar de sus aparecerá el «mosaico dorado», mientras que si es el líber, se manifiestará el
mudas. La epidemiología de ciertos rhabdovirus transmitidos por pulgones es «Leaf curl» (interrupción del crecimiento, clorosis marginal y desecación de las
muy similar (ejemplo: Sow thislle ye/low vein), al igual que ocurre con el «virus hojas).
de ías excrecencias y mosaico del guisante» (Pea enaiion mosaie virus). Bemisia tabaci adquiere el virus en estado de larva, según el modo persistente-
Hntre estos tipos de virus, que no se transmiten por semillas, únicamente se circulativo (el poder infeccioso, sin embargo, puede experimentar fluctuaciones
acusan graves epidemias en los casos siguientes (en las plantas no reproducidas a lo largo de la vida del insecto). El período de adquisición dura unas 2 ó 3
por via vegetativa): horas.
— una planta silvestre y una hortaliza pertenecientes a la misma familia Un virus transmitid«) por Trialeurodes vaporiarum (aleuródido muy común
son los huéspedes de un pulgón especializado en ella y de un virus que ataca a en los países mediterráneos y en los invernaderos de los países templados),
ámbas. La epidemia sólo afecta a una especie hortícola, y únicamente en pertenece a una categoría muy diferente: la de los closterovirus \Puede atacar
aquellas regiones donde coexisten los dos huéspedes (ejemplo: cerraja y lechuga al pepino, al melón y a la lechuga, concretamente en los casos de los cultivos
en el caso del «sowthistle yellow vein»; en invernadero o bajo abrigo plástico, con motivo de una proliferación muy
— si el virus y el vector son capaces de colonizar huéspedes muy variados acusada de «moscas blancas».
se detectan epidemias más graves que en el caso del mosaico del pepino. Es el
caso del «Amarilleo occidental de la remolacha» (Beet western yellows virus, • Virus transmitidos por Coleópteros
BWYV), que a partir de huéspedes silvestres (o cultivados durante las temporada^
de invierno) muy variados [senecio (Senecio vulgaris), zurrón del pastor (Capsefia Pertenecen a los grupos eomovirus, sobemovirus y tvmovirus y acumulan la
bursa-pastoris), colza de invierno, hierba pajarera (SteUaria media), rabaniza mayoría de ventajas epidemiológicas.
(Raphanus raphanistrum), llantén (Sanchas o/eraceus)], puede ser transportada Sus vectores (crisomélidos, coccinélidos fitófagos, gorgojos) adquieren el
por Myzus persicae. así como por M. ascalonicus y Aulacorthum solani sobre virus e inmediatamente se toman infecciosos (menos de una hora), conservando
remolacha, lechuga, achicorias y escarolas rizadas, espinaca, rábano, nabo > su poder infeccioso a lo largo de muchos días.
girasol Las condiciones cálidas y soleadas, y más concretamente los veranos Además, los eomovirus (tipo: Conpea mosaic) y los sobemovirus (tipo:
mediterráneos, fomentan la aparición de los síntomas . Durante los últimos Southernbean mosaic) de las leguminosas y las cucurbitáceas, pueden ser trans­
años este virus se ha propagado sobremanera, posiblemente porque antaño sus mitidos por la semilla en proporciones considerables. El comercio internacional
síntomas se confundían con «carencias». de semillas puede, a su vez. extender el virus más alia de su zona de origen:
países tropicales y zona sur de los Estados Unidos (ejemplo: Squash mosaic
• Virus transmitidos por Aleuródidos virus en las cucurbitáceas en Africa del norte).
Principalmente se trata de geminivirus 4transmitidos en las regiones sudme-
• Virus transm itidos por el suelo
diterráneas y tropicales por Bemisia tabaci, insecto que prolifera en vegetación
espontánea o adventicia a temperaturas comprendidas entre los 25 y los 30 cC. Los casos de transmisión directa a partir de los restos vegetales que subsisten
Existe, además, toda una serie de «razas» que se alimentan preferentemente en en el suelo suelen ser bastante extraños y no afectan más que a virus estables
algunas familias vegetales (ejemplo: malváccas o euforbiáceas). Este es el caso y muy concentrados en los tejidos de las plantas, tal y como ocurre con los
de las colonias de Bemisia que se hallan principalmente ligadas a maiváceas. tobamovirus (véase Mosaico del tabaco, cap. IV).
aunque también puedan frecuentar solanáceas, cucurbitáceas y leguminosas, Los virus «transmitidos por el suelo» suelen estar propagados generalmente
que transportan los geminivirus más temibles de las hortalizas, como el 1ornato Por vectores que pueden pertenecer:
yellow leaf cari o el Goiden bean mosaic. — a los nematodos; es el caso de los nepovirus '-1' (muy importantes en las
Dependiendo de los tejidos de la planta que estos virus colonicen predomi- plantas leñosas y que en las hortalizas únicamente se detectan en muy raras
ocasiones como es el caso del Arabis mosaic virus, transmitido por Xiphinema
l.os rhabdovirus transmitidos por cicadelidos afectan, sobre todo, a las gramíneas. SPP ) y de los tobravirus (ejemplo: Tobaeeo rattle virus, transmitido por Tricho-
" En Estados Unidos una úntca cepa ataca a todos estos huéspedes. En Europa, muy a
menudo, la ccpa «remolacha- es distinta. a Virus filamentosos de más de I n de longitud. RNA. monocatenario. a menudu transmitidos
> También existen -geminivirus- transmitidos por cicadélidos. En la zona centro de los Estados P°r Pulgones (ejemplo: amarilleo de la remolacha).
l nidos y en algunas áreas de California la presencia del Beet rurly top virus y de su vector Circulifcr * Panículas globulosas de 28 nm. dos clases de ácido nucleico RNA monocatenario.
tenellus imposibilita el cutivo de remolachas y también el de aquellas variedades de judia y tomate a ” Panículas alargadas de dos longitudes (180-215 X 22 y 46 • 114 X 22 nm) que contienen dos
no resistentes ni tolerantes. aa*c* de ácido nucleico RNA monocatenario.
70 Enferm edades de la s h o rtalizas E l diagnóstico 71

dorus y Paratrichodorus spp.; de los cuales una cepa ataca concretamente al del suelo que les permita pasar de un agregado a otro. Los suelos
e stru ctu ra
guisante); ligeros les son más favorables que los suelos arcillosos.
— a los arquimicetos o mixomicetos, como ocurre en el caso de los virus del Suelen clasificarse en ectoparásitos (que viven en el suelo y pican las raíces
grupo de la necrosis del tabaco •'*, transmitidos por Olpidium . Favorecidos por por diferentes puntos), semiendoparásitos (que fijan la parte anterior de su
la sucesión de cultivos de hortalizas y la saturación de agua de los suelos, cuerpo en la raíz) y endoparásitos, que viven en el interior de los órganos
permanecen en la mayoría de los casos localizados en las raíces y pasan des­ vegetales. Fntre éstos últimos se distinguen los «nematodos de agallas», los
apercibidos. Se pueden generalizar en condiciones de temperaturas por debajo «nematodos de quistes» y los «endoparásitos migradores».
del óptimo, en días cortos y de poca luminosidad (cultivos de invierno o ele
primavera temprana al aíre libre o de invernadero mal caldeado), l.os síntomas
se manifiestan bajo el aspecto de enfermedades nccróticas generalizadas en N em a to d o s de a g a lla s (fig. 28)
forma de «streaks» o de «cribados» (ejemplo: Bean stipple streak en la judía, y Pertenecen al género Meloidogyne. Subsisten en el suelo bajo el aspecto de
Cucumber necrosis en el pepino). larvas de segundo estadio, enroscados en el cascarón del huevo. Eclosionan en
Los Olpidium pueden transmitir, además, virus bastante diferentes a los de la proximidad de las raíces, estimulados por las exudaciones de éstas. Las larvas
la necrosis del tabaco, como el Big vein de la lechuga ” o el Cribado del melón
(todavía mal conocido desde un punto de vista molecular), que, sin embargo,
se manifiestan bajo condiciones climáticas análogas.
Polymyxa gram inis transmite toda una serie de virus que afectan a los
cereales y Polymyxa betac el Beet neerotic yellow vein virus ", que provoca l<i
rizomanía de la remolacha, muy importante en los cultivos industriales, pero
difícil de manifestarse en las variedades hortícolas (remolacha roja, acelga).
Las relaciones existentes entre los virus y los hongos inferiores comienzan
a desvelarse en la actualidad: las partículas del virus están vinculadas al flagelo
de la zoospora de Olpidium en el caso de la necrosis del tabaco, y permanecen
en el interior del plasmodio en el caso de Polymyxa betae. No obstante, es
probable que pueda haber situaciones tan variadas como las que se conocen
entre virus e insectos.

VI. N em atodos
Aunque aprovechemos este apartado para esbozar algunas indicaciones
elementales sobre los nematodos fitófagos ", aludiremos a ellos de modo más
concreto en los capítulos siguientes, cuando hagamos alusión a los parásitos de
los bulbos y las raíces. Se trata de «gusa ni tos» de tamaño minúsculo, por lo
general imperceptibles a simpla vista, provistos de un estilete bucal que les
permite picar las células para absorber su contenido. Tanto en estado larvario
como en estado adulto (excepto en el caso de las hembras hipertrofiadas de
Meloidogyne. Jleterodera o (Jlobodera), se trasladan por el suelo describiendo
movimientos ondulatorios. Necesitan de una película de agua y de una buena
Hgura 28.— Nematodos con agallas (Meloidogyne) y nematodos productores tic quistes
Panículas globulosas de 28 nm, RN A monocatenarto. a menudo acompañados de un satélite (¡leu-rodera).
de 17 nm. A: Raicilla deformada por un ataque de Meloidogyne (en corte).
■' Partículas alargadas de 350 X 18 nm, RNA de doble cadena. Hembra adulta de Meloidogyne. con su masa de huevos.
•• Partículas alargadas de tres o cuatro longitudes, según las cepas. RNA monocatenario. Huevo de Meloidogyne en diversos estados de desarrollo embriológico.
" También existen nematodos micófagos, bacteriófagos, «caníbales- y parásitos propios del Hembra de Jleterodera transformada en quiste.
hombre y los anímales. ~Raíz atacada por /leicroilera.
72 Enfermedades de /as hortalizas E l diagnóstico 73

penetran en las raíces y se fijan en las proximidades del cilindro central, generando clima templado oceánico o continental (Europa del norte, llanura del Po). Las
la aparición de células gigantes de las cuales se nutren. Los tejidos de los especies más comunes que se manifiestan sobre las hortalizas son:
alrededores proliferan hasta producir agallas de un diámetro comprendido — Hctcrodera carotac en la zanahoria.
entre los 2 y los 4 mm en las raicillas, que albergan a un solo individuo, pero — 11. cruciferae en las cruciferas.
las excrecencias pueden adquirir un tamaño superior en caso de que las raíces — H. gotringiana en los guisantes (aunque también ha sido detectado una
principales experimenten múltiples ataques. Los machos, a menudo ausentes, raza «judía» en los Estados Unidos).
permanecen filiformes y regresan al suelo, mientras que las hembras hipertrofiadas — H. schachtii en la remolacha, la espinaca y las cruciferas.
llegan a alcanzar el tamaño de un grano de mijo y, en los casos de las pequeñas — Globodera rostoehiensis y G. pallida en la patata y el tomate.
agallas, excretan al exterior una masa mucilaginosa de huevos. Si las agallas Contrariamente a los Mefoidogyne. cuyo ciclo de desarrollo puede ser muy
adquieren un tamaño consistente, las masas de huevos pueden permanecer rápido (30 días a temperatura óptima), los nematodos de quistes no tienen más
incluidas. que una generación por año o a lo sumo dos en el caso de 11. carotae.
La producción de agallas es nociva para la planta, no sólo por el hecho de
la retención de productos de la fotosíntesis, sino también porque pueden impedir
el crecimiento de las raicillas al dificultar su alimentación de agua. Además, las N em atodos ectoparásitos m igratorios
agallas se muestran más sensibles a los hongos del suelo «parásitos de debilidad»
Estos nematodos. particularmente los Pratylenchus, si se someten a un
(Pythium. Fusarium. Rhizoctonia spp.), que las raíces corrientes. La podre­
análisis microscópico, aparecen enroscados en el interior de las células externas
dumbre de raíces, que se aprecia sobre todo tras la práctica insistente de cultivos
de las raíces, sobre las que provocan lesiones de color pardo o rojizo que
sucesivos de plantas sensibles, puede provocar la marchite/ de las plantas.
pueden extenderse tras la penetración de invasores secundarios. El apio es la
Sobre las hortalizas se pueden distinguir cuatro especies de Mefoidogyne. hortaliza más susceptible a este tipo de ataque.
subdivididas eventualmente en «razas»». Dichas especies se distinguen por sus
particularidades biológicas, por el examen de «placas perineales», únicamente
reconocibles por especialistas, y por su gama de huéspedes. N em atodos sem iendoparásitos
M. hapla se distingue de las otras tres especies por su tipo de agallas:
pequeñas y redondeadas, que fomentan la ramificación de las raíces. El nematodo reniforme (Rolylenchulux reniformis) puede atacar a la totalidad
Su reproducción puede tener lugar por vía sexual y las lanas que invernan de las hortalizas, además de a los plátanos, a los cítricos, a la piña tropical, al
en el suelo pueden resistir ligeras heladas. aguacate y a las plantas tropicales productoras de tubérculos; únicamente las
M. incógnita. M. arenaria y M. javanaica son, por contra, partenogenéticas gramíneas escapan a sus efectos. Los síntomas que provoca son muy poco
y sensibles al hielo. Las agallas pueden volverse grandes y deformes, interrum­ claros, no obstante, se le considera como uno de los inductores de la «fatiga»
piendo la producción de raicillas. Las temperaturas cardinales para el desarrollo de los suelos hortícolas tropicales.
de estos nematodos son 14-28-32 °C. Las tres especies mencionadas se manifiestan
especialmente en las regiones mediterráneas y tropicales.
N em atodos ectoparásitos

N em atodos productores de quistes Incluyen todo un sinfín de géneros (ejemplo: Helicotylenchus, fíelonolaimus,
DolicJiodorus...) y resulta bastante complejo evaluar los daños que provocan. El
Las primeras fases de desarrollo de los íleterodera y Glohodera son análogas apio constituye comúnmente el ejemplo más característico de planta sensible.
a las de la Melotdogyne. pero no conllevan a la formación de agallas. Al final Algunos nematodos ectoparásitos pueden ser importantes vectores de virus:
del desarrollo las hembras emergen de las raíces y la masa de huevos, al hallarse Xiphinema v Longidorus para los nepovirus v Trichodorus v Paratrichodorus para
rodeada por la pared del abdomen, se transforma en un quiste que, a medida los tobraviros.
que va madurando, puede llegar a contener de 50() a 600 huevos.
Las raíces afectadas adquieren un aspecto muy marcado de cabellera y, de N em atodo de los tallos (fig. 29)
entre ellas, las principales, acusan un proceso de atrofia.
El óptimo térmico para los nematodos de quistes es inferior al de los Oitylcnchns dipsaci puede atacar a numerosas plantas, cereales inclusive
Me/oidogyne (15-25-29 °C). y. por lo general, suelen detectarse en los países de (avena, maíz). Penetra en la base de los tallos y provoca podredumbres o
74 Enferm edades de Ias h o rta liza s E l diagnóstico 75

deformaciones. De hecho, la especie se subdivide en razas biológicas que se


deben de tener en cuenta a la hora de organizar las rotaciones (véase cap. IX).
Los daños más graves que se han detectado sobre las hortalizas atañen, 100 M
principalmente, a los A llium , pero la remolacha, el haba y el guisante también
pueden padecer sus ataques.

Finura 30.— Acaros fitófagos: tamaños comparados de un tetraniquido (A), un tarsonémido <B)
lisura 29.— f-l «Ncmatodo de los tallos-Ditylcnchus dipsaci: hembra adulta e individuos de v un criofidido (C).
diversos tamaños.

estos parásitos ya han migrado hacia órganos más jóvenes. En los países tropicales
VII. Daños de áca ro s que pueden ser confundidos con Polyphagotanonenius latus, agente de la acariosis deformante, provoca síntomas
enferm edades muy diversos sobre numerosas plantas: por ejemplo, en el algodón se detectan
deformaciones foliares: en los cítricos, los frutos se vuelven grisáceos, y en las
Prácticamente imperceptibles a simple vista, los ácaros producen toda una hortalizas los efectos varían de una a otra especie (las hojas del pimiento se
serie de daños que. a menudo, el horticultor suele confundir con auténticas deforman, prestándose este síntoma a la confusión con los efectos de un virus:
.nfermedades de las plantas (fig. 30). cn los frutos de la berenjena aparecen lesiones corchosas; y en el tomate, tiene
Los tetraniquidos, o «arañas rojas», pueden percibirse perfectamente si agu­ lugar un raquitismo acompañado de deformaciones foliares que recuerdan al
dizamos la vista: poseen ocho ágiles patas que posibilitan su movilidad > “leaf curl». En los países de clima templado el tarsonémido del fresal (Tarsonemus
producen hilos de seda (Tetranychus telarius); por lo general, son bien percep­ paUidus), constituye el ejemplo más significativo de estos daños.
tible. Los eriofídidos son ácaros vermiformes provistos sólo de cuatro patas e
Por contra los larsonémidos, que sólo viven sobre órganos en proceso de imperceptibles a simple vista. Sus daños varían según las diferentes parejas
desarrollo, como hojas que todavía no han desarrollado su tamaño definitivo huésped-parásito, y básicamente se manifiestan en forma de necrosis epidérmicas
^ flores y frutos muy jóvenes, pasan fácilmente inadvertidos. Suelen provocar de tallos y hojas, con marchitez de estas últimas (acariosis bronceada del
bronceados y estrías necróticas o acorchados en los frutos y toda una serie de tomate), proliferaciones de pelos (erinosis, muy poco comunes en las hortalizas)
distorsiones o lacinamicntos en las hojas que se prestan a la confusión con los y agallas globulosas o espinosas sobre las hojas o ramas.
•.íntomas de otros virus. En el momento en que estos síntomas se manifiestan Los tetraniquidos y los eriofídidos se ven favorecidos por el tiempo seco y
6 Enferm edades de Ias hortalizas E l diagnóstico 77

:>s métodos de riego que no mojan a las hojas de las plantas. Este principio no M étodos de estudio de las enferm edades criptogám icas de
ieeta a los tarsonémidos que se hallan al abrigo en las proximidades de las las partes aéreas de las plantas
emas o en el cáliz de los frutos jóvenes.
La observación directa de las lesiones a través de la lupa binocular permite
distinguir con detalle las características propias de las colonias de oídios, las
pústulas de las royas, los picnidios y su ostiolo, los setae en los acérvulos de
VIII. Práctica para determ inar las enfermedades CóUetotrichum y las grandes esporas de Alternaría.
Pero este reconocimiento por medio de la lupa debe complementarse con
un estudio realizado por medio de un microscopio óptico. Si dicho examen
Resulta útil dar a nuestros lectores una idea de las dificultades que puede analiza las muestras recogidas sobre el agua, además de las lesiones bacterianas,
»resentar la determinación de las enfermedades de las plantas, lo que les explicará permitirá detectar bacterias exudadas en paquetes compactos (Xanthomonas) o
as razones por las que los especialistas no responden a sus preguntas en la rápidamente diluidas (Pseudomonas) a partir de tejidos enfermos. Si se dispone
orma clara y concisa que ellos desearían. de una potente lente de aumento (< 100 inmersión), se puede apreciar la motilidad
de las bacterias. I.os micólogos utilizan, por lo general, un colorante (azul
En primer lugar, es necesario que la muestra a analizar se halle correctamente
algodón C4B en el ácido láctico o lactofenol), muy útii en el caso de los micelios
xtraída, transportada o expedida. A tal efecto evitaremos el uso de sacos de
y las esporas incoloros de los ascomicetos y los basidiomicetos. Los peronospo-
>lástico cerrados, muy propicios al desarrollo de invasores secundarios y de
rales se colorean mucho mejor con el Rosa de Bengala (1/10.000 en solución
»odredumbres. Preferentemente se deben utilizar sacos de plástico perforados
acuosa). La práctica de los cortes (por medio de navajas y médulas de saúco)
se debe abrir un agujero cada 5cm en todas las direcciones) y de forma
omplementaria, si se trata de hojas, la muestra debe de estar aplastada entre cada vez se halla más en desuso.
los papeles de filtro. Cuando se transportan con fines de análisis plantas Si dichos exámenes no permiten una observación precisa, se acostumbra a
nteras, se envolverán por separado las raíces en un papel de filtro húmedo con almacenar las muestras en «cámaras húmedas» (cristalizadores de vidrio o
a intención de evitar que las partes aéreas se manchen de partículas de tierra. bolsas de plástico) para inducir fructificaciones de hongos o exudados bacterianos,
pero en este caso se debe prestar especial atención a los invasores secundarios:
En el siglo x ix , el bacteriólogo K o c h enunció las reglas siguientes para
Cladosporiunt. A¡ternaria, Epicoccum, Curvularia saprophyies y Envinia herbicola...
eterminar si un microorganismo era verdaderamente el causante de una enfer
íedad: Si existe la posibilidad de practicar un aislamiento, es preferible proceder al
mismo desde la recogida de la muestra. Si existe una fructificación criptogámiea
1. Aislar el microorganismo a partir del órgano enfermo. o un exudado bacteriano, en la medida posible, las muestras pueden recogerse
2. Desarrollar in vitro cultivos puros del microorganismo. directamente por medio de una aguja flameada que se introduce en el medio de
cultivo. En caso contrario se deben recortar con la aguja lanceolada pequeños
3. Inocular el huésped a partir de cultivos puros y reproducir los síntomas.
fragmentos de hoja por el margen de las lesiones, habiendo sido ésta previamente
4. Volver a aislar el mismo microorganismo a partir del huésped inoculado. depositada sobre una placa de cristal o de cerámica flameada a. Estos métodos
no resultan aconsejables cuando se pueden practicar aislamientos criptogámicos
Pero en patología vegetal no es siempre posible seguir estas reglas al pie de
por medio de una aguja o un hilo viscoso en una cápsula de Pétri o al limite del
i letra: algunos hongos «parásitos estrictos» no pueden ser cultivados in vino.
gel de agar en un tubo inclinado. Tras 24 a 48 horas se divisará en el objetivo
usos en los que el «cultivo puro» debe ser reemplazado por un «cultivo asociado»
* 10 (o x 20 a larga distancia focal) el crecimiento fúngico esperado a partir del
n plántulas u órganos desprendidos de la planta huésped (discos de hojas que
*explanto».
otan sobre un líquido adecuado para los mildius y cotiledones u hojas desin­
fladas dispuestas sobre agar para los oídios). En lo que respecta a los parásitos En el caso de las bacterias, un fragmento análogo será dislacerado en una
strictos de las raíces, recientemente se han realizado considerables progresos, gota de agua y depositado en una cápsula de Pétri con una asa de hilo de
racias a la práctica de cultivos in vitro de «raíces transformadas» obtenidas platino <>una varilla de hierro.
racias a Agrobacteriuní rhizogenes. Los órganos más gruesos (tallos, frutos) se prestan mucho mejor al aisla­
En virología el estadio 2 es reemplazado por la purificación del virus. miento que las hojas, y permiten la práctica de una desinfección superficial

En el repertorio que se adjunta al final de este volumen se pueden encontrar P c No se recomienda en esie caso la práctica de una desinfección superficial de la hoja. dadt> que
eluciones sencillas de aislamiento y cultivo de algunos hongos fitopatógenos. Puede generar efectos selectivos.
78 Enfermedades de las hortalizas F.l diagnostico 79

frotación con alcohol, flameado rápido), la eliminación de la epidermis por aplicado a dicho suelo, permita encontrar de nuevo un crecimiento normal y
nedio de un escarpelo, y, en último caso, la recogida del tejido subyacente de unas raíces sanas.
a lesión. En una primera fase, se procede a la práctica comparativa de una desinfección
global del suelo (calor o rayos gamma) o la de una fertilización general NPK.
de oligoelementos, de humus o de carbón activado (eliminación de fitotoxinas).
M étodos de estu d io de los parásitos telúricos y de las En una segunda etapa, y en función de aquellos tratamientos que han dado
• fatig as del suelo» una respuesta positiva, se afinará el test por medio de la aplicación de tratamientos
más específicos, como, por ejemplo, la utilización de pesticidas activos sobre
Una de las tareas más arduas con que se encuentra el fitopatólogo, consiste nematodos o sobre una categoría determinada de hongos, en caso de respuesta
;n determinar las causas que provocan el deterioro de las plantas, cuando éstas positiva a la desinfección del suelo.
vienen ligadas a toda una serie de necrosis o a un desarrollo anormal de las Este método, en caso de respuesta parcial a dos tratamientos en la primera
raíces. etapa, permite aclarar los casos de colapsamiento ligados a la interacción de dos
El parásito inicial puede hallarse presente en las raíces bajo una forma poco factores.
;omún (micelio) o incluso hallarse ausente de las mismas (nematodos ectopa- Determinar las causas de un síntoma de origen telúrico resulta siempre
rasitarios). Colocada en una «cámara húmeda» o en medio de cultivo, la raíz difícil: de hecho, ha sido necesario que transcurrieran muchos años para llegar
enferma puede recubrirse de fructificaciones de hongos que no son más que a la conclusión de que Phytop/uhora capsici era el principal agente de la fulminante
invasores patogénicos secundarios, como suele ocurrir en el caso particular de mortalidad de los pimientos '. y no ha sido hasta muy recientemente cuando se
los Fusarium spp. ha descubierto que Pythium violae era la causa fundamental del «cavity spot» de
Además, la etiología de un decaimiento puede ser bastante compleja y la zanahoria, enfermedad atribuida tradicionalmente a las malas condiciones
deberse al efecto conjunto de un «parásito de debilidad» asociado a otro factor del suelo, que favorecen el desarrollo de Pythium.
no parasitario: carencia o toxicidad de un elemento mineral; acción de una La puesta en evidencia de los agentes causantes de las enfermedades vasculares
íitotoxina, o una mala estructura del suelo. es mucho más sencilla: tras una desinfección superficial del tallo de una planta
Todo ello ha acrecentado el interés por la práctica de métodos analíticos y enferma, se recoge un fragmento de 3 ó 4 mm de tejido vascular, que, colocado
sintéticos, cuyos resultados se complementan. en un medio de cultivo simple, acaba por generar una colonia de Fusarium
oxysporum o de Verticillium.
En el caso de Pseudomonas solanacearum. si suspendemos el fragmento de
* Métodos analíticos
tejido en un tubo de agua estéril, aquel libera hacia el fondo regueros bacterianos.
Consisten en poner de manifiesto por medio de la observación directa No es éste el caso de los Corynebacierium que entraña una mayor dificultad.
ejemplo: clamidosporas de Thielaviopsis, Pratylenchus en las raíces) realizada
^ien por extracción (nematodos), bien por la práctica de un cultivo in vitro
hongos en general ’), aquellos microorganismos candidatos a desempeñar la M éto do s de estudio de los virus y los m icoplasm as
'unción de agente patógeno. A continuación, en la mayoría de los casos, conviene
confirmar por inoculación artificial la función del parásito primario de cada
jno de los candidatos que se han hecho evidentes, sobre todo cuando pertenecen En este apartado examinaremos los métodos «clásicos», que permiten estudiar
i un determinado género en el que coexisten parásitos primarios, invasores sin ayuda exterior los virus y micoplasmas. si se trabaja en un laboratorio
¿ecundarios y saprofitos (ejemplo: Pythium, Fusarium). medianamente equipado y provisto de un invernadero «insect-proof». Dichos
sistemas pueden ser clasificados en tres categorías:

• Métodos sintéticos — Transmisión del agente infeccioso a una gama de huespedes.


— Obtención de imágenes electrónicas u ópticas.
Fueron propuestos en Francia por D. B o u h o i (INRA-Dijon). Consisten — Detección por serología.
-*nel cultivo en invernadero de la planta-huésped, eventualmente «miniaturizada«.
sobre una muestra de suelo sospechoso y la búsqueda de un tratamiento que. Una identificación es más segura cuanto más concordantes son los resultados
de los tres tipos de métodos.
" Consultar al final tic està cdición lo* mètodo» de aislamicnio mas efcctivos para catta
rategoria tic hongo a partir de las raices del sudo. * I n la puniera edición de esta obra se atribuía a la asfixia de las raiccs.
E l diagnóstico 81
80 Enferm edades de las hortalizas

• Indexado sobre huéspedes diferenciales • Obtención de imágenes


Los «huespedes diferenciales», utilizados para caracterizar un virus o un En el siguiente apartado abordaremos los problemas propios del uso del
micoplasma, pueden constituir tanto variedades particulares de la especie huésped, electrónico, que únicamente permite distinguir partículas de virus o
m ic r o s c o p io
como plantas pertenecientes a la misma familia o a familias diferentes. micoplasmas. Conviene señalar, sin embargo, que algunos virólogos sacan
La transmisión a esta diversidad de huéspedes implicará una mayor o bastante partido de las observaciones que realizan en el microscopio optico de
menor dificultad según la naturaleza del agente infeccioso. los fragmentos de epidermis tratados con colorantes especiales, que les permiten
— El injerto de un «implante» de la planta enferma en el huésped susceptible Clasificar los grupos de virus a partir de las características de las partículas
a la infección, constituye un medio universal de la transmisión de virus y víricas o de los subproductos del metabolismo de las células infectadas (tal >
micoplasmas. Sin embargo, es necesario que exista afinidad de injerto entre como ocurre con los «,pinwheels» de los potyvirus). En el caso de los micoplasmas,
ellos, y la operación únicamente resulta relativamente sencilla entre solanáceas, un colorante conocido como «DAPI» (diamidinofenil-lindol), permite suponer,
cucurbitáceas y órganos carnosos (tubérculos o raíces), en los cuales se puede si se utiliza un microscopio de fluorescencia, la presencia de micoplasmas en los
implantar un cilindro cortado en un órgano análogo de la planta enferma. tubos perforados (coloración especifica del DNA).
— t i uso de vectores naturales del agente infeccioso también puede ser
.xaminado. En todo laboratorio se pueden criar, sin ningún tipo de dificultad.
Dulgones Myzus persicae (sobre tabaco, nabo o col china) y Aphis gossypii • Métodos serológicos
sobre plántulas de cucurbitáceas). Las manipulaciones de los pulgones se
deben efectuar por medio de la ayuda de un pincel húmedo; los tiempos de Los animales (y más en concreto el conejo, tradicionalmcnte criado por los
adquisición, de latencia y la duración de la alimentación con bases nutritivas virólogos) son capaces de generar anticuerpos contra los virus de las plantas,
nfectadas necesarias para que las transmisiones tengan éxito, nos indicarán si tras una inyección de extractos más o menos purificados de plantas enfermas.
¿e trata de agentes infecciosos de tipo «persistente» o «no persistente». La inyección de jugos brutos o centrifugados a baja velocidad permite
Las crías de cicadélidos son muy difíciles de realizar. Anteriormente com­ obtener sueros que contienen a la vez anticuerpos antivirus, y anticuerpos que
probábamos cómo el uso de un vector natural podía, en particular, en el caso reaccionan con las proteínas normales de la planta-huésped. La purificación de
Je los micoplasmas, ser reemplazado por cuscutas. los virus vegetales '• permite obtener sueros más concentrados y más sensibles.
— La transmisión mecánica obtenida por medio de la frotación de la planta Actualmente denominamos «anticuerpos policlonales» a los sueros obtenidos
uiésped con un extracto de la planta enferma (.jugo bruto o purificado), com­ según el sistema tradicional (por oposición a los «anticuerpos monoclonales».
binado con un abrasivo «carborundum» o celita es mucho más efectiva, pues,
véase apartado siguiente).
idemás. permite obtener en algunos huéspedes diferenciales toda una serie de
esiones locales de forma mucho más rápida que los síntomas generalizados en Los sueros se utilizan tradicionalmente:
os huéspedes sensibles. — En estado liquido, con la ayuda de un microscopio, podemos apreciar
Se puede realizar sin tomar precaución alguna en el caso de los tobamovirus, sobre fondo negro una «precipitación en lámina», obtenida por la mezcla de
■no entraña ninguna complicación en los virus de tipo «mosaico» (en particular. una gota de suero y una gota de jugo centrifugado de planta enferma.
M>tyvirus, cucumovirus, caulimuvinis).
Sin embargo, es necesario controlar los fracasos que pueden conducir a una — Sobre un medio de gelosa, si se depositan unos pocilios en la gelosa de
»xidación rápida de los fenoles del jugo de la planta y a la presencia de una «cápsula de Outcherlony* y se colocan sobre ellos unas gotas de suero y de
nhibidores que impidan una transmisión de naturaleza proteíniea. particular- jugo de planta, se puede apreciar en el punto de encuentro de las zonas de
nente activos cuando la fuente y el huésped pertenecen a géneros o a familias difusión de los anticuerpos y de las partículas víricas un «arco de precipitación»
liferentes. Ello se remedia con la adición de antioxidantes (ejemplo: dietilditio- (fig. 31), de cuyo dibujo se pueden extraer interesantes conclusiones.
arbamato) al tampón fosfatado utilizado para la trituración y de carbón Entre los laboratorios virológicos existen, por supuesto, intercambios amis­
ctivado, que absorben los inhibidores de transmisión (la celita, frecuentemente
tosos de sueros efectivos contra un determinado tipo de virus.
tilizada para reemplazar al «carborundum», tiene por si misma propiedades
nti-inhibidoras de transmisión). u Aunque este libro Itaga apenas alusión al tema, cabe precisar que la purificación de los virus
Por contra, la transmisión mecánica resulta basumte compleja y, en ocasiones, vegetales se basa en las alternancias de centrifugaciones y ultraceninfugneioncs o en las sucesiones,
íeluso imposible, cuando los virus se hallan localizados en el floema, como de Absorción y de elución practicadas sobre colonias de sustancias que desempeñan lu »unción de
curre en el caso de los lúteo virus o de la mayor parte de los geminivirus. “tamices moleculares- (ejemplo •<Sephadex»).
82 Enferm edades de ¡as hortalizas E l diagnóstico 83

Hace, aproximadamente, una década que se descubrieron métodos de de­


tección mucho más sofisticados que los anteriores, que únicamente podían ser
llevados a cabo por equipos altamente cualificados mediante el uso de un
material tecnológico costosísimo. A continuación haremos alusión a los mismos,
básicamente, por dos razones:
— para acabar con ese carácter «mítico» que suele conferirles el agrónomo,
que suele enunciar sus nombres sin conocer los principios en que se basan;
— y porque, aún en el caso de que no pueda acceder a ellos, podrá ponerlos
en práctica en el campo, bajo la forma de «kits» preparados, al igual que
cualquier paciente que hace uso de los preparados medicinales que vende el
farmacéutico.

• Microscopio electrónico
Exige utilizar un delicado instrumental y cuchillos especiales, además de
salas creadas de ex-profeso para su uso. Existen dos tipologías distintas:
— El microscopio electrónico de barrido, que viene a ser una especie de
«super lupa binocular» que permite ir un poco más lejos que la lupa óptica en
la observación de la ornamentación de las esporas de los hongos, de su germi­
nación. de su inserción en los conidióforos o de las piezas bucales de los

O
insectos. Más que un medio indispensable en patología práctica, constituye un
método para obtener «imágenes de lujo».
— El microscopio electrónico por transmisión, que permite detectar objetos
del tamaño del nanómetro (y no de la miera, como el microscopio óptico), se
ha convenido en un método de uso cotidiano en los laboratorios virológicos
&
B más importantes. Sin embargo, tampoco resuelve directamente el problema de
distinguir los virus que invaden los parénquimas y los agentes infecciosos que
1-igura 31. Aplicación de la scrologia al estudio de los virus (método más elemental). se localizan en el floema.
Hn el centro de una cápsula de agai se dispone suero «anti A-, Hay una afinidad serológica Los primeros, pueden ser observados sobre unas «rejillas» en las que previa­
marcial entre A y tí. A y C. pero no entre B y C. I.as lincas de precipitación antigenos-aniicuerpu--
no se enlazan entre B y C. y se enlazan por medio de «espuelas» entre A y B o A y C mente se ha depositado una gota de extracto purificado de planta enferma, o
incluso una gota de savia exudada al seccionar un pecíolo (método «dip»).
Antes de proceder al examen microscópico estas rejillas son secadas y coloreadas
por medio de iones metálicos (coloración «positiva» o «sombreado», o «colo­
M étodos m odernos de detección de los agentes patógenos, ración negativa»).
basados en el m icroscopio electrónico, los recientes Por contra, los virus localizados en el floema y los micoplasmas, necesitarán
adelantos de la inm unología o la hibridación m olecular de la preparación de cortes con el ultramierotomo antes de proceder al examen.
de los ácidos nucleicos
• Mejoras de la serologia
Los métodos aludidos con anterioridad están al alcance de cualquier labo- La utilización de «anticuerpos policlonales», sueros clásicos, puede ser per­
atorio medio que cuente como mínimo con un investigador especializado en feccionada por el emparejamiento de anticuerpos con fluorocromos o con
ítopatología y un equipo corriente de material (autoclave u olla a presión de enzimas que permiten obtener reacciones coloreadas.
randes dimensiones, tubos, cápsulas de Pétri, cristalería común de laboratorio, — La inmunofluorescencia (observación al microscopio de las bacterias
nano y mortero para la trituración de plantas, equipamientos de invernadero tratadas con anticuerpos fluorescentes, en luz ultravioleta), permite descubrir
de esterilización del suelo). de forma específica las bacterias fitopatógenas, incluso en pequeñas cantidades.
i4 Enferm edades de las hortalizas E l diagnóstico 85

— El método ELISA (enzyme linked ¡inmuno sorhent assay), que ha cons­ • Inmunoelectroscopio o «IEM»
umido un importante tema de debate en numerosas publicaciones recientes, Este método combina el microscopio electrónico por transmisión y la sero-
permite, si se dispone de un buen suero, realizar detecciones serológicas en serie logia (los anticuerpos utilizados pueden ser poli o mono clónales, siempre que
;on un alto grado de sensibilidad \ sean muy específicos).
Consiste en fijar anticuerpos específicos del virus en el fondo de pequeñas Se hace intervenir un suero sobre un extracto de planta enferma que contenga
:úpulas realizadas sobre placas plásticas, que a posteriori se enjuagan. Los evcntualmente diversos virus. Sólo las partículas que correspondan al anticuerpo
:xtractos a examinar se depositan cúpula por cúpula. Si contienen el virus que utilizado reaccionarán con él. Si revisamos la rejilla preparada a tal efecto,
;e buscaba, éste se fija sobre el anticuerpo que recubre las paredes de la cúpula. dichas partículas aparecerán decoradas por un «granitado» que representa al
I ras un nuevo enjuague, se aporta nuevamente el anticuerpo, pero en esta anticuerpo. De este modo, se podrá demostrar la presencia de dos virus diferentes,
>casión acoplado a un enzima, con lo que el virus retendrá el «anticuerpo incluso si sus partículas tienen una morfología análoga (consultar en el capitulo IX
«copiado», que tras un último enjuagado, permitirá obtener una reacción colo­ el ejemplo de los virus del ajo).
cada tras el aporte del sustrato del enzima (método ELISA; «doble sadwich-»).
IJna variante de este test permite dejar de tener que fabricar un complejo • «Sondas moleculares»
nzima-anticuerpo, utilizando como una tercera aportación un «suero anticonejo» Todos los métodos serológicos descritos con anterioridad se basaban en el
jue reacciona con todos los anticuerpos que provienen de este animal. poder antigénico de las proteínas (o eventualmente de los polisoides en el caso
— Los anticuerpos monoclonales constituyen una revolución mucho más de las bacterias).
>rofunda en serología que los métodos precedentes. Su principio es el siguiente: Las «sondas moleculares» se basan en las afinidades de los ácidos nucleicos.
>or lo general, los antígenos, incluso los más sencillos, al igual que los virus, Si ponemos en contacto un filamento «positivo» y un filamento «negativo» que
ngloban numerosas y diversas variedades antigénicaS' y estimulan en el animal correspondan a un mismo ácido nucleico, éstos tienen tendencia a asociarse
nmunizado la proliferación de diversos clones de linfocitos B, productores de estrechamente '. De aqui la idea de utilizar entre los «DNA complementarios»,
inticucrpos, cada uno de los cuales corresponde a un motivo antigénico partí ácidos nucleicos de los virus (que pertenezcan a los RNA o DNA), bacterias o
ular. hongos como agentes de detección. Estos «cDNA» pueden estar preparados
De aquí parte la idea, de multiplicar in vitro estos clones linfocitarios que tanto de forma directa —si se hace uso de la «transcriptasa inversa» a partir de
traducirán anticuerpos específicos de un solo motivo antigénico. Dcsgraciada- los RNA—, como por la introducción de la información genética correspondiente
nente. los linfocitos B no son capaces de proliferar de forma ilimitada in vitro. en un plásmido de una cepa de EscherichUt coli. Pueden afectar toda la extensión
’or ello, tras haber tomado cepas de células de linfocitos B del bazo de un del ácido nucleico a investigar, o únicamente una parte.
atón fuertemente inmunizado, se las debe fusionar con células cancerosas La preparación de sondas nucleares no puede ser llevada a cabo más que en
cultivables indefinadamente in vitro) y constituir clones aislados de una sola laboratorios de alto nivel tecnológico. Dichas sondas pueden realizar la detección
élula de estos «hibridomas». Estos clones podrán ser conservados en un refri- por tanteos radiactivos (aplicables sólo en laboratorios), o por conexión con un
crador para ser reutilizados cuando se necesiten y aplicados a un medio de marcador químico que dé como resultado una reacción coloreada, a partir de
ultivo, emitirán su anticuerpo monoclonal. la cual podamos obtener los tests necesarios que permitan una utilización en el
Este método permite, por una parte, la obtención de anticuerpos de muy campo a la hora de detectar un virus o un micoplasma, no sólo a partir de un
Ita especificidad, y. por otra, eludir riesgos de variación de sensibilidad o de foliólo de la planta sospechosa, sino también en un insecto vector (aleuródidos,
specificidad vinculados a las sucesivas fases de preparación de los «anticuerpos cicadélido) con comprobación ulterior en el laboratorio.
'oliclonales» (sueros clásicos), evitando las posibles variaciones existentes entre El uso de sondas nucleares puede ser más especifico que la serología. a la
n animal y otro, asi como las diferencias que puedan existir a la hora de hora de distinguir <>patova res» de Pseudomonas o Xanthomonas, de las «formas
reparar varias veces un mismo virus o cultivos bacterianos (el método, por especiales» de Fusarium.
lipuesto, se aplica mucho mejor a las bacterias que a los virus). Este sistema
uede ser transferido, además, a agentes infecciosos difíciles de preparar en • Conclusión
stado puro (ejemplo: micoplasmas). Incluso cuando el extracto inyectado en el Desde sus orígenes (descubrimiento de Pvtophihora infestans como agente
atón es impuro, se puede obtener la ventaja de encontrar uno que produzca el del mildiu por Di B a r r y . y de las enfermedades bacterianas de las plantas por
nticuerpo específico deseado, una vez se ha procedido a un testaje sucesivo de
>s clones de hibridomas. * El filamento positivo es el que sirve de modelo según el «código genético» a una proteina. lln
un ácido nucleico de -doble cadena», este filamento positivo se usocia a un filamento negativo, en
l>c 10 a 20 veces más sensible que la difusión sobre gelosa, y más económica en suero. d cual cada base (punca) es complementaria.
86 Enferm edades de ¡as h o rta liza s E l diagnóstico 87

E. S m it ii . pasando por la purificación del virus del mosaico del tabaco por B ib lio g rafía
Baw den (en los años 30). la patología vegetal ha seguido de cerca, e incluso,
en ocasiones, ha precedido a la medicina por su nivel científico. F,n nuestros
días ocurre lo mismo en lo que respecta a los métodos que acabamos de referir.
Fl apoyo económico y la posibilidad de poder trabajar con «cobayas» vegetales, • Obras generates
explican, sin duda, esta situación.
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392 p.
LOS METODOS DE LUCHA

I. Las cuatro orientaciones principales

b l cuadro 4 resume las principales orientaciones que se pueden adoptar y


com binar para com batir las enfermedades de una planta, o del conjunto de
especies propias de un huerto o jardín hortícola:

CUADRO 4

(í) MEJORAR LAS PRACTICAS DE CULTIVO


(fertilización, enmiendas, rotación, manejo del agua y del clima)
la: para convertirlas directamente desfavorables a los parásitos
Ib: para estimular los antagonismos naturales
_____ le: puní que aumente la resistencia de la planta huésped.

® SUPRIMIR LAS TRANSMISIONES POR SEMILLAS Y PLANTAS


2a: por desinfección de éstas
2b: por selección sanitaria

0 AUMENTAR LA RESISTENCIA DE LAS PLANTAS


-- ^3a: fisiológicamente
3b: genéticamente (variedades resistentes)

© COMBATIR DIRECTAMENTE A LOS PARASITOS (o a sus vectores)


4a: por vía física
4b: por vía mecánica (los pesticidas)
4c: por vía biológica (antagonismo, hipcrparasitismo, inmunización)

... las orientaciones «2b«, «3b» y «4b» son, por el m om ento, las más prac­
ticadas. Las indicaciones « l o y «3a« son coincidentes, de ahí que se representen
en el gráfico unidas por m edio de una Hecha. Los datos que en la actualidad se
disponen respecto a los apartados Ib . Ic; 3a y 4c. son bastante incompletos y
contradictorios. Sin embargo, sobre ellos debe descansar toda iniciativa de
producción hortícola de tipo «biológico».
94 Enferm edades de tas h o rtalizas Los m étodos de lucha 95

II. L u c h a c o n t r a la s e n f e r m e d a d e s d e o r ig e n te lú r ic o definidos, que genéricamente reciben el nombre de humus, que suele ser lenta­
mente descompuesto por algunos actinomicetos.
El suelo: m ic ro flo ra y m ic ro fau n a (fig. 32) La mayoría de los componentes de la microfauna y la microflora son
saprófagos »> saprofitos y viven a expensas de la materia orgánica muerta.
El suelo está habitado de forma permenente por numerosos organismos: Algunos, los que más nos incumben para nuestro estudio, son parásitos de las
animales perceptibles a simple vista (lombrices de tierra, larvas de insectos, plantas, pero también existen parásitos de nematodos (hongos, protozoos) y
moluscos) o de tamaño microscópico que componen la microfauna (nematodos parásitos de hongos (nematodos, hongos hiperparásitos, protozoos).
fitófagos o saprófagos, colémbolos, tardígrados, protozoos). Pero también existe Estas diversas categorías de microorganismos se relacionan entre ellas por
una microflora compuesta de bacterias, cuya función difiere según las especies, interacciones muy complejas: cadenas alimentarias, simbiosis o sinergismos,
actinomieetos (procariotas filamentosos) y hongos, que comparten con las bacterias antagonismos, parasitismos.
y los actinomicetos la misión de descomponer los residuos animales y vegetales El cuadro 5. de forma muy elemental, trata de dar una idea de la función
hasta generar nitratos, anhídrido carbónico (CO.) y compuestos oscuros poco y el comportamiento de los principales géneros que se hallan presentes en la
microfauna y la microflora del suelo, sin tener en cuenta las relaciones de
parasitismo entre los microorganismos, a las cuales hemos aludido con anterio­
ridad. ni las simbiosis de las raíces, que pueden modificar las relaciones entre las
raíces y sus parásitos: leguminosas v Rhizobium, endomicorrizas y raíces de la
mayoría de las plantas anuales.

CUADRO 5
Actividades en el suelo de los principales componentes de la microfauna y la microflora

Primeros »tadios
ik-degradan de Horadación de
Parásitos de las kiscvmipocslos
plantas la^ materias CcluMivis AmonHkjdón Nllrificucicm
uránicas menos
asimilables **
Ncmatcdih Meloidogvoc
Hctcrodera

Bactcrn» FNcu^mcoas Pecioóflctcrium ' Cdlvibno tallos * N’iirojomonas


Erwinia Bacilo*. * Cdlfalcicuiu Niüuhacter
PSftiili)tix>nas * Cxliipluga

Actinumictlcis StKptomiccs Sircptonucts*


Hungcw fNthium P>thiura * S?ach>botm *
Phytofihihora Muuir * MvKKhoium *
Thidaviopsis Aspcrgilíus * f hactonuum *
FNrcnodiaetii Pcntcilljunt *
Fusanuin Fusatium •
Vcrtiallnnn Trichodenna *
Sclenitinúi Gliocadium '
Rhiroctonia

figura 32.—La microflora del suelo


• • rh V * 0* Crar< íua,t' * Pun*cn encontrar o ip e n » .intagoniuai áe Ir* pciráunn de 1» plantas.
(vista imaginaria a escala del tamaño de tres granos de arena). O luodfn «m píc.K » que proviene» ile lo» caparazón« de invertebrado). de paredes fctìcicrwiias. » luniucus o de paredo celular»
A: Colonias bacterianas, globulosas o ramificadas. o MKUinaat <lc ra e r ,a de alga» y -humu-.-
B: Actinomicetos que inducen la micólisis.
C: Conidióforos de Trtchoderma que emergen de un escleiocio en vias de descomposición.
O: Hongos y bacterias celulolíticas. Los microorganismos parásitos de las plantas, por lo general, no tienen una
E: Hongo ncmatófago. v>da activa permanente en el suelo, incluso en aquellos casos en que algunos
96 Enferm edades de las hortalizas Los m étodos de lucha 97

son capaces de invadir activamente los órganos vegetales verdes enterrados o Entre los nematodos tienen lugar fenómenos análogos: los Meloiclogync
dispuestos en la superficie del suelo (Pythium spp. Rhizoctonìa solarti, Sderoiium sobreviven en el suelo en estado de lanas enquistadas hasta que despiertan al
rolfsii). La mayoría de los hongos son incapaces de subsistir en el suelo en paso de una raíz.
estado de micelio: éste se destruye cuando toma contacto directo con el suelo
(micólisis).
Su conservación queda asegurada por ciertas formas de resistencia: hifas Efecto de las prácticas de cultivo
miceliares enquistadas. clamidosporas. csclerocios, etc. Dichas formas pueden
Las nociones a las cuales acabamos de hacer alusión explican hasta qué
tener lugar en estado de invernación, que sólo recobra vida activa bajo el efecto
punto resulta imprevisible llevar a cabo una intervención sobre un medio tan
de exudaciones específicas de las raíces del huésped, o en estado de reposo por
complejo como el suelo, y la dificultad que entraña el hecho de formular reglas
la acción inhibidora de la microflora general del suelo (micostasis), como ocurre
generales. Sin embargo, conviene arriesgarse y. al menos, formular dos de ellas:
en el caso de las clamidosporas de Fusarium (fig. 33).
A) La repetición de cultivos de un huésped sensible a un parásito tiende a
aumentar el número de gérmenes de éste en el suelo.
Como excepción a esta regla cabe citar el caso del «Mal de pie» o «Pie
negro» del trigo (Ophiobulus graminis), que disminuye bajo monocultivo, tras
una explosión inicial de crecimiento. Sin embargo, no se conoce ninguna situación
análoga en el ámbito de las hortalizas.
B) Recíprocamente, el cultivo de plantas no sensibles, y la incorporación de
materia orgánica no eolonizable por el parásito, permiten la proliferación de
organismos susceptibles de hacer la competencia al parásito.
A continuación examinaremos los diversos aspectos de las prácticas de
cultivo susceptibles de actuar sobre los parásitos telúricos.

• Rotaciones
La necesidad de alternar los cultivos es más que evidente en el caso de las
hortalizas. En el cuadro 6 podemos consultar qué cultivos precedentes resultan
favorables o desfavorables para una determinada hortaliza. Este cuadro ha sido
y configurado considerando los peligros de monocultivo de una especie o de una
familia vegetal, y de algunos parásitos que pueden atacar a numerosos huéspedes
(ejemplo: Thielaviopsis basicola en el tabaco, la berenjena y las leguminosas, o
Hgura 33.— Micólisis y micostasis, Cápsulas tic Pciri tic un medio débilmente nutritivo son Pyrenochatea lycopérsici en las solanáceas y cucurbitáceas).
sembradas con un Fusarium axytporum (A). Tras una aplicación de tierra y después de proceder .i
la lisis del micelio y de las microconidias sólo quedan clamidosporas (B). • Control del agua
l os parásitos del suelo más afectados por la saturación y la circulación del
agua en el suelo, son aquellos que se propagan por zoosporas (ejemplo: Olpidium,
Los efectos de '«micólisis» y «micostasis» son producidos por microorganismos Pythium, Phytophthora). Sobre los cultivos amenazados se debe de vigilar la
que se hallan en actividad permanente en el suelo (bacterias, actinomicctos), evacuación de aguas pluviales provocadas por fuertes precipitaciones (cultivos
tanto por emisión de antibióticos como por concurrencia para las materias en caballones o mesetas sobreelevadas).
disponibles. La persistencia en el suelo de gérmenes infecciosos no latentes se El riego por surcos favorece los daños de los taxones y aislados de Phvtnph-
debe a estos dos fenómenos. Una aportación de materia orgánica fresca, o las Ihora, parásitos de las raices (ejemplo: P. capsici en el pimiento), por contra, P.
exudaciones de una raí/, pueden provocar la germinación de clamidosporas o cactorum. que penetra en las plantas del fresal favorecido por el agua persistente
csclerocios. Si el efecto «micólisis» predomina, se produce una pérdida de en la axila de las hojas, se halla estimulado por el riego por aspersión.
gérmenes infecciosos. Si, por contra, la producción de nuevos gérmenes viene- Cuando la superficie del suelo permanece húmeda durante más de un día,
seguida de micostasis, tiene lugar un incremento del porcentaje de inoculo en es cuando los daños provocados por Rhizoctonia solani son más temibles en el
el suelo. cuello de las plantas y en aquellos frutos en contacto directo con el suelo.
98 Enferm edades de las h o rtaliza.*
Los m étodos de lucha 99

Abono verde
gramíneas í í í i í
+
X
+
■f 4
4- 4
+

X
X
X
X
• Abonos y enmiendas minerales
La fertilización mineral, por su equilibrio. sus carencias, o sus excesos,
tabaco
i s i X puede influir en la gravedad de las enfermedades, pero resulta difícil enunciar
X
reglas generales, excepto para el caso del pl I
Girasol
i Hn el capitulo III se procede al análisis de la influencia del equilibrio de los
cationes en la lusariosis del tomate.
£> Cotea i A grandes rasgos podemos considerar como desfavorable la presencia tran­
sitoria de amoníaco en el suelo tras la aplicación de urea, de materia orgánica
0 X g
s Soja X = rica en nitrógeno o de estiércol fresco, para Pythium, Phytophthora, Sclerotium
2 X
Oí rotfsii, Pseudomonas solanacearum y. sin duda, otros numerosos parásitos telú­
-3 Patata ricos.
« i 1 1
1 Hste efecto de «impacto amoniacal» sólo es aplicable a aquellas plantas que
0. + -t- X soportan y rentabilizan elevadas dosis de esta forma de nitrógeno, como las
Cereales de invierno 2 X
í í í í 1 X cucurbitáceas y la berenjena. Los Allium y las leguminosas son, por contra,
X
Precedentes más o menos favorables a las hortalizas

Sotgo X muy sensibles.


X
X • Efecto de los aportes de materia orgánica
Mate - X

t
X

t
í i í i í
-f- La situación más desfavorable es aquella en la que la única materia orgánica
Alliunv
+
4 í i que regresa al suelo está constituida por las raíces de la planta cultivada,
í -+ 4 4- í 4- 4 soporte preferencial de los parásitos telúricos.
X 'X
Leguminosas X | X Tratar de erradicar un parásito arrancando las bases de las plantas enfermas
X X es inútil, pues la mayor pane de raíces y raicillas continúan presentes en el
Uchugis. escarolas, etc. s
5
suelo.
¿Es conveniente, pues, en todos los casos, enterrar las partes aéreas de las
Cruciferas plantas tras la última recolección? El «rotovator» o (fresadora), evidentemente,
1
Cultivos hortícolas

facilita en parte nuestra labor. Enterrar los tallos y las hojas, las lechugas,
escarolas y coles de segunda calidad o los frutos inmaduros y depreciados,
Apio, zanahoria 1
constituye todo un peligro, pues, la invasión de estos desechos en el suelo por
Cucurbitáceas
X X parásitos polífagos (Pythium, Rhizoctonia solani) o más especializados (Phytoph­
X Xy i
y thora parasítica tras enterramiento de tallos y frutos inmaduros de tomate) es
X. un hecho consumado.
Pimiento 1 1 | X
La descomposición de los órganos vegetales verdes en el suelo puede, además,
= X liberar fitotoxinas más o menos específicas (consultar en el capitulo XIII la
Berenjena JÉ 5 X
X “Enfermedad de la raíz gruesa» de la lechuga), sobre todo si tiene lugar en
X eondiciones anaerobias. Conviene, por tanto, evacuar de la parcela los restos de
lómate x X
X X
X cultivo y someterlos a un «compostaje» o fermentación.
Las mismas observaciones pueden conducir a un efecto contraproducente
•o0n 0
L‘n el caso de las hortalizas si se hace uso de abonos verdes. Si son llevadas a la
K* .g
£ J ir. 1 práctica con leguminosas o cruciferas, los riesgos de multiplicación de parásitos
1 § -C en hortalizas pertenecientes a la misma familia son tan temibles como la invasión
1 •A 1 1
8
0 .od | 09
KfZ •ií Por parásitos polífagos tras un enterramiento.
1
1
'E ' s
E
£ g '0 xt§-/ i3 , £9i
*5 H
O. E u
h- & ■£ u < —1 5 < 1 En Bretaña, la elevación del pH resulta desfavorable para Hasmodiophora brassicae (hernia
■ cruciferas), pero favorece al Streptomyces scahies (sarna de la patata).
00 Enfermedades de las hortalizas I.o s m étodos de lucha 101

Es preferible, por consiguiente, aplicar en los cultivos hortícolas abonos Se puede, sin embargo, tratar de eliminar del suelo todos sus animales y
erdes-gramíneas (cereales de invierno antes de los cultivos estivales o de mai/ todos sus hongos, conservando las bacterias que aseguran las funciones funda­
embrado muy denso en los cultivos primaverales). En lugar de enterrarlos mentales, particularmente la amonificación y nitrificación. Dicho resultado se
1ireclamente, se segaran previamente y se dejará que la materia vegetal se obtiene de forma más o menos perfecta, gracias a la acción del calor, o de
lescomponga en la superficie de 15 a 25 días antes de incorporarlos. También, ciertos gases tóxicos, los fumigantes.
ie este modo, se incorporará en el suelo una materia orgánica precolonÍ7ada El principal problema reside en la fragilidad de los gérmenes mirificantes,
>or mohos saprofitos (Alternaría, Cladosporium spp.). De tal forma, proveeremos va que los amonificantes (B acillus spp.) resisten perfectamente gracias a sus
ilos microorganismos telúricos, no sólo de paredes celulares vegetales, sino esporas de conservación y provocan una acumulación temporal de amoníaco.
ambién de membranas fúngicas, cuyo interés analizaremos a continuación. Este sólo resulta peligroso cuando el contenido en nitrógeno orgánico, fácilmente
En las regiones tropicales conviene utilizar un abono verde realizado con un descomponible del suelo, es elevado antes de la desinfección (aplicación reciente
i ibrido forrajero Sorgo X Pasto del Sudán, cortado in sita cuatro o cinco veces de turtos, sangre desecada o estiércol fresco), y sobre las plantas particularmente
mtes de ser enterrado. sensibles (leguminosas, Altium).
Las criticas que conlleva el aporte al suelo de restos de cultivo fresco o de En algunos suelos (ácidos ya ricos en manganeso de partida principio)
ibonos siderales, no tienen fundamento cuando se hace uso de una materia también resulta temible una liberación excesiva de manganeso soluble tras la
-cgctal predescompuesta. que da como resultado una masa rica en cuerpos desinfección, que debe ser soslayada por adición de caliza triturada y un abun­
bacterianos y compuestos húmicos (compots '), o de productos que no han dante lavado.
■stado originados por vegetales superiores: residuos de fermentación ricos en Los suelos desinfectados bajo este procedimiento, en los que la microflora
uerpos bacterianos, algas pardas o rojas, caparazones de crustáceos, residuos únicamente se halla representada por bacterias, actinomicetos (que recolonizan
Drocedentes de mataderos, lodos de depuradora (a condición de que sean muy rápidamente) y algunas extrañas especies de hongos saprofitos resistentes
>obres en metales pesados...). al calor (M ortierella spp.) o a una serie de fumigantes específicos CTrichodenna
Todas estas enmiendas provocan una acción estimulante en una microflora en los suelos desinfectados con cloropicrina o con formol; Penicitlium con el
:ompuesta de bacterias y de actinomicetos susceptibles de ejercer una acción bromuro de metilo), son muy propicios al crecimiento de las plantas. Como
mtagonista general en los parásitos de las plantas. excepción, puede citarse el caso del puerro, muy dependiente de sus micorrizas
Ciertos tipos de materia orgánica pueden provocar efectos más específicos, para su nutrición.
■s el caso de las sustancias ricas en taninos (compuestos de cortezas y de orujo Esta esterilización parcial es de muy corta duración y los hongos, en parti­
le uva), que estimulan en el suelo los Trichodenna y Glioclacladiw n antagonistas cular, reinfectan muy rápidamente el terreno, ya sea gracias a nuevos gérmenes
>parásitos de numerosos patógenos telúricos. aportados por la atmósfera, por el agua de riego, los útiles de labranza, o por
Al contrario de la acción del amoníaco (que se puede obtener con enmiendas aquellos que provienen de capas de terreno más profundas, que remontan de
icas en proteínas, como la sangre desecada o algunos turtos), el aporte al suelo las capas inferiores del suelo en los casos de desinfección in situ.
le enmiendas de relación C /N muy elevada (paja de cebada picada, bagazo ele Si, desafortunadamente, es un germen parásito el que se instala primero en
aña de azúcar), puede restringir la actividad en el suelo de parásitos, tales este terreno limpio, podrá desarrollarse perfectamente creando un problema de
:omo Thietaviopsis basteóla, lusarium solani f. sp. phaseoli y Rhizoctonia sotaní. enfermedad grave. Es particularmente lo que ocurre cuando en tales suelos se
.ste efecto está relacionado con la retrogradación del nitrógeno, provocada por utilizan semillas, bulbos o plantones contaminados.
lichas enmiendas, y, únicamente, puede ser utilizado en cultivos de plantas Algo similar ocurre con los ascomicetos de tipo ««Peciza» («ensaladera»),
>oco exigentes en nitrógeno, lo que no suele ocurrir en los cultivos de hortalizas, como, por ejemplo: Pyronema confluens. que se desarrollan en la superficie de
ino en los de leguminosas. los suelos desinfectados: aparecen apotccios rosas o una forma conidica semejante
a las Botrytis, sin ninguna importancia, pues estos hongos no son nocivos para
Desinfección del suelo las plantas; se pueden eliminar por medio de un raspado superficial.

Un suelo privado de todos sus microorganismos (esterilizado en gran medida • Desinfección del suelo por vapor
>or autoclave a 120°C, por ejemplo), se convierte en un medio inerte poco El vapor de agua, al atravesar el terreno a 100 °C durante 10 ó 20 minutos,
avorable al crecimiento de las plantas. Permite realizar una esterilización parcial. El vapor es un gas ligero (de densidad
0.6 respecto al aire), con una cieña tendencia a elevarse; no se puede, pues,
I-a fermentación de ubonos, cuando viene acompañada de calentamiento, está provocada por esperar a que penetre y profundice en el terreno por sí solo. La tierra es más
uta microflora termófila muy particular tcrmoactinomiccu», BaciUus ,\pp. y hongos termófilos.
fácil de calentar que el agua y la tierra seca es mucho más porosa que la tierra
Los métodos de lucha 103
102 Enferm edades de las hortalizas

Si no se dispone de un generador de vapor, se pueden utilizar grandes


lúmeda. Resulta, por tanto, inconveniente regarla antes de proceder a una
contenedores metálicos de doble fondo y calentar el agua, situada en el fondo,
desinfección. con gas o leña hasta la ebullición, o realizar un dispositivo de tipo “Bergcrae»
La desinfección se efectúa a partir de un generador de vapor de diversa*
(fig. 34 D).
naneras: Hemos señalado los inconvenientes que puede entrañar una elevación de la
— Con campanas (fíg. 34 A), que no permiten desinfectar más de 5 a 10 cm temperatura de la tierra a esterilizar hasta 95 ó 100 °C: eliminación de los
Je espesor según la textura del suelo, lo que resulta interesante para los semilleros
gérmenes mirificantes, liberación de Mn soluble.
de corta duración. Los rastrillos (fig. 34 B) son de manipulación difícil, lenta y Estos inconvenientes se pueden evitar respetando la llora fúngiea saprofita,
onerosa. utilizando el vapor aéreo, mezcla de aire-vapor a 70 °C\que elimina semillas de
— La insuflación de vapor bajo toldos plásticos ha sido muy utilizada en
malas hierbas, nematodos y hongos parásitos (pero no el “Mosaico del tabaco«,
invernadero. Dura de 4 a 7 horas y es muy efectiva y profunda cuando el suelo
véase capitulo III).
?e riega con agua de condensación chorreante y muy caliente.
— La producción de sustratos terrosos esterilizados al vapor para producir
• Solarización
plantas en macetas, contenedores diversos o cepellones de «compost», puede
>er realizada en recipientes como el que figura en la figura 34 E. Deben transcurrí) En los países en los que durante más de un mes, el máximo de temperatura
10 minutos desde el momento en que se ve aparecer el vapor en la superficie del es del orden de 30 °C y la incidencia de los rayos solares superior a 70 °C a
recipiente. mediodía, un suelo recubierto por un toldo de plástico transparente alcanza
Es necesario que dichos recipientes estén provistos de un doble fondo, no cada tarde 50 °C a nivel de la superficie y 40 °C a 15-20 cm de profundidad. De
solo para asegurar la insuflación de vapor, sino también para asegurar un buen este modo, se reduce el inoculo de hongos y nematodos parásitos de las plantas.
drenaje, que evite el desarrollo en el fondo del mismo de una microílora Los climas de tipo mediterráneo reúnen las condiciones ideales para practicar
anaerobia (Clostridium spp.), productora de fitotoxinas que hacen que la tierra este tipo de operación (ejemplo: California. Oriente Medio, etc.). La región
del fondo se convierta en tóxica para las plantas. mediterránea del sur de Francia, es el límite septentrional de la zona en que esta
operación es posible.
En condiciones tropicales húmedas, en las que el sol todavía se halla próximo
a la vertical, las posibilidades de encontrar periodos de 40 a 45 días sin nubes,
son mucho más escasas que en condiciones mediterráneas o de las zonas del
Sahel. Se ha comprobado que si tiene lugar un período soleado de 40 a 45 días
en total, aunque éstos se hallen interrumpidos por algunos días grises, el método
resulta de gran eficacia.
Cuando los invernaderos se desocupan durante un periodo estival de 30
días y se cierran todas las aperturas, se consigue un efecto que. potenciado por
la acción del plástico sobre el suelo, provoca elevaciones de temperatura todavía
más considerables.
Para desinfectar el mantillo, se puede recurrir a la utilización de «cofres
solares».
La tierra a «solarizar» debe estar húmeda, pero no en exceso. En California
se suele aplicar este método sobre vastas superficies. Con más motivo es acon­
sejable practicarla sobre semilleros.

• Fumigantes
Se describen, aqui, un cierto número de productos que actúan en forma de
gases y poseen, según el caso, propiedades nematocidas, herbicidas o fungicidas,
“ ay fumigantes liquides de punto de ebullición muy bajo; al inyectarlos en
Figura .M.— Desinfección del suelo por vapor. herra se gasifican. Otros productos, más manejables, necesitan, una vez en la
Método de las campanas. B: Método de las gradas. C: Instalación fija subterránea. D: Método
herra. una transformación previa para liberar el gas tóxico.
del Instituto de Tabacos de Bergcrae. fc': Desinfección de un contenedor de tierra.
>4 Enferm edades de ¡as hortalizas Los m étodos de lucha 105

Algunos de estos productos contienen bromo, elemento que. tras la minera El Dazomet es un polvo blanco que. mezclado con el suelo, se descompone
zación, puede ser absorbido por las hortalizas y en concreto por las ensaladas en metilisotiocianato y formol. Se incorpora por acción de la fresadora a razón
echugas, escarolas...) bajo forma de bromuros. Se debe evitar, pues, recurrir de 500-700 kg/ha.
este fumigante antes de efectuar una plantación de hortalizas aprovechables Sea cual sea el método de aplicación de los fumigantes (inyección, riego,
or sus hojas. incorporación por fresadoras), se puede mejorar su eficacia colocando inmedia­
El gas fumigante penetra mejor en el suelo cuanto más elevada es su densidad tamente sobre la superficie del suelo un toldo de plástico herméticamente
a relación con la del aire. A dicha densidad la denominaremos «D» en la lista cerrado por los costados, durante 8 ó 10 días. De este modo, se aumenta la
ue a continuación se adjunta. eficacia del fumigante al retardar la disipación del gas tóxico en el aire. Esta
La acción fumigante del dicloropropeno (D = 3.82), es predominantemente precaución se hace más necesaria cuando la densidad del vapor del fumigante
ematocida. Este producto puede ser vendido en estado puro o mezclado con es muy débil.
icloropropano (inactivo). El dihromoetano, es uno de los vapores más pesados Tras la aplicación del fumigante, debe de transcurrir un cierto plazo de
= 6.3). tiene propiedades análogas, pero a la hora de hacer uso de él conviene tiempo antes de proceder a la plantación o siembra de la planta cultivada. Este
rner precaución con el bromo que lleva en su molécula. plazo depende, a su vez, de las propiedades herbicidas del fumigante y de su
La cloropicrina (tricloronitrometano, D = 5,2), es un gas muy penetrante, rapidez de eliminación, así como de las oscilaciones de temperatura, insolación
ue presenta una baja temperatura de ebullición y se utiliza en inyección en el y humedad del suelo. Puede variar entre 10 y 12 dias (ejemplo: compuesto de
.íelo a razón de 4(H) a 600 litros por hectárea. metam-sodio y formol en temperaturas del orden de los 28 °C), tres semanas
Antiguo gas de combate, es un producto muy peligroso que únicamente (dicloropropeno) y más de 50 dias (metam-sodio en condiciones otoñales, con
uede ser aplicado por equipos especializados provistos de máscaras de gas. suelo húmedo).
Es de gran eficacia frente a los hongos; una inyección del mismo a 15 cm Las semillas son más sensibles a los residuos de los fumigantes que las
e profundidad desinfecta 30 cm de espesor del suelo. Su efectividad nematocida plantas repicadas. Debemos de aseguramos de la inocuidad del suelo antes de
herbicida es bastante mediocre. proceder a la siembra o a la plantación, practicando un «test de semillas», para
El bromuro de metilo (D — 2,6), es también un buen fumigante de eficacia proceder al cual se rellena a media altura un tarro hermético con una muestra
eneral (semillas de malas hierbas, nematodos. hongos). Se vende licuado en del suelo en cuestión, que se humedece eventualmente; luego se disponen en su
otelias, como el butano, es de una toxicidad mucho más insidiosa que la de la superficie semillas de germinación rápida (mastuerzo, Vigna radiara) y, finalmente,
loropicrina (es inodoro y ataca y destruye el sistema nervioso), y sólo puede se tapa y se verifica la buena germinación de las mismas transcurridas 48 horas.
ír aplicado por equipos especializados en inyección bajo toldo de plástico. Se
■suele añadir un 2 % de cloropicrina. para que funcione como medio de • Fungicidas y nematicidas compatibles con el crecimiento
revención (puesto que la cloropicrina excita los lacrimales), o hasta un 20 r de las plantas
ara mejorar su eficacia en profundidad. La farmacopea agrícola propone evitar el uso de un cierto número de
El metilisotiocianato (D — 3,01), tiene más tendencia a subir que a descender productos de eficacia insecticida, nematocida o fungicida, aplicables momentos
n el suelo. Se utiliza en forma de inyección disuelto con dicloropropeno, o antes de la siembra o de la plantación o a lo largo del ciclo de cultivo.
rovocando su desprendimiento en el suelo por descomposición del N- Un buen número de estos productos, en particular los insecticidas-
íetilditiocarbamato de sodio, o «metam-sodio», aplicado en el riego en dosis de rtematicidas. son muy tóxicos para el consumidor y únicamente se autoriza su
.000 a 1.500 l/ha de producto de 50%. Su eficacia es triple, pues actúa como aplicación en cultivo floral, de plátano o de remolacha. A continuación haremos
erbicida, nematocida y fungicida. mención a aquellos autorizados en cultivo hortícola.
El formol (o formaldehido. I) — I), es el fumigante de densidad más baja
3ii relación al aire; se aplica disuelto al agua de riego y es el único producto — Fungicidas de amplio espectro
el que se puede esperar una acción bactericida. Sin embargo, resulta ineficaz De entre ellos pueden citarse el tiram y el sulfato de ortoxiquinoleina, que
la hora de extinguir Pseudomonas solanacearum en cultivos al aire libre. Su pueden utilizarse en pulverizaciones de 2 y 0,12 g/m para tratar de salvar los
cción es básicamente fungicida. Se puede utilizar bien en estado puro, o bien semilleros donde se manifiestan las marras de nascencía.
lezclado con metam-sodio (4.000 a 5.000 l/ha de solución de 40 % o 750 litros
e metam-sodio de 50 % + 2.000 litros de formol 40 % por hectárea). — Fungicidas más o menos específicos
Tanto si se trata de formol, de metam-sodio o de la mezcla de ambos, el El pentacloronitrobenceno o quintoceno constituye un remedio para combatir
roducto debe aplicarse diluido en un gran volumen de agua (10 l/m'), que ■Velerotinia. Rhizoctonta sotaní. Sclerotium roifsii y Plasmadiophora brassicae. en
ebe ser seguido por un segundo riego con 10 litros de agua pura. •^zón de 10 a 30 g/nv. Se puede disminuir la dosis localizada el aporte. F.1
Los m étodos de lucha 107
106 Enferm edades de las hortalizas

quintoceno resulta inefectivo sobre Pythium y Phytophthora y. en ocasiones, Bencim idazoles Sclerotinia mirtor y Sclerotium cepivorum
incluso puede agravar los daños. La interpretación en este caso es la siguiente: el benomilo y sus productos
Entre los productos más recientes, suelen utilizarse para combatir la Rhizoc- próximos son fungistáticos y no fungicidas. Los csclerocios inhibidos sobreviven
tonia solani: iprodiona. mepromilo y pencicuron; del mismo modo, frente t cuanto más activos se muestran estos fungicidas frente a Trichoderma y Gtiocla-
Sclerotinia se emplean iprodiona, vinelo/olina y procimidiona. diurn. agentes de destrucción de los csclerocios en el suelo.
Los productos de la familia del benomilo pueden ser utilizados para extinguir
las verticilosis, las fusariosis del cuello y las Phomopsis sclerolioides sobre pepino?, — Bencim idazoles enfermedades vasculares
:n invernadero. La pérdida de actividad de estos fungicidas ha sido particularmente evidente
Erenle a las Pythiaceas suele utilizarse el nabam (etileno bisditiocarbamato en los cultivos de claveles bajo abrigo de la Costa Azul y la Riviera ligur, frente
de sodio) diluido a 1/50.000 en las aguas de riego. En la actualidad, se recurre al benomilo y productos próximos destinados a combatir Fusarium oxysporum
también a anti-mildius específicos, como el propamocarb o el t'osetil-AI, oficial­ f. sp. dianthi y Phialophora cinerescens (hongo de características similares al
mente autorizados y más o menos eficaces según las parejas huésped-parásito VerticUlium).
y la naturaleza del suelo. Más a menudo se utilizan la metaxamina, el furalaxil Las investigaciones realizadas por Tramif.r (INRA-Antibes) demuestran
d mezclas de oxadixil, mancozeb y cimoxanilo. que en este caso la resistencia a los bencimidazoles del Fusarium y de la Phytoph­
thora sólo se manifiesta en el seno de los tejidos del huésped y no se revela in
— Nematicidas vitro.
En la actualidad, únicamente se autoriza el etoprofos, al menos sobre la Estos trabajos no han obtenido la repercusión que merecían y la disminución
patata y el tomate (lucha contra los Meloidogyne y Globoderd). Su utilización de la eficacia de las aplicaciones en el suelo de los bencimidazoles en cultivo de
no ha sido prevista para el resto de cultivos hortícolas y está particularmente hortalizas (fusariosis y verticilosis sobre solanáceas y cucurbitáceas), continúa
prohibido recurrir a él en el caso de la zanahoria. siendo un gran problema. Esta tesis merecería, pues, ser reconsiderada en lo
La persistencia de este producto oscila entre dos y cuatro meses, depen­ que respecta a todas las hortalizas.
diendo de la temperatura y del pH del suelo. Muy maloliente y tóxico
D I. 50 = 62 mg/kg para las ratas), su empleo, dado su carácter no sistémico. — Dicarboximidas, Sclerotinia m inor y Sclerotium cepivorum
resulta menos peligroso que, por ejemplo, el uso del aldicarh (sisténmv Cuando el benomilo dejó de utilizarse para combatir a estos dos parásitos,
DI. 50 = 1 mg/kg...!). Además de por sus propiedades nematocidas e insecticidas. fue relevado por la iprodiona y más tarde por la vinclozolina. Dichos productos
Ura de las razones por las cuales el etoprofos se aplica a razón de 10 kg/ha. es también han experimentado descensos de actividad anticriptogámica, tanto en
por su carácter fungicida frente a Pythium, Phytophthora, Rhizoctoniá solani y la lechuga como en los Allium. En este caso, la explicación reside en que su uso
Sderotium ro/fsii. En el caso concreto de los Pythium. 200 ppm de etoprofos repetido estimula la aparición de una microflora en el suelo muy apta a degra­
:ienen una actividad comparable a la de 100 ppm de furalaxil. darlos rápidamente, lo que reduce su tiempo de efectividad. Su efecto, en lugar
de prolongarse de dos a tres meses, únicamente perdura durante varias semanas.
• Pérdidas de actividad de los fungicidas frente a los hongos Volveremos a incidir en este caso en el capítulo que este libro dedica a la
del suelo «lechuga».
De los tres ejemplos expuestos, debemos extraer la conclusión de que las
A continuación podremos comprobar cómo entre los hongos de las panes razones que explican la pérdida de actividad de los fungicidas aplicados en el
léreas de las plantas pueden aparecer «cepas resistentes», sobre todo a los suelo no son. ni mucho menos, sencillas.
productos más recientes. Dicha resistencia puede ser descubierta in vitro sobre
nedios de cultivo a los cuales les han sido aplicados fungicidas (al menos para • El caso particular de los cultivos hidropónicos
os no parásitos estrictos).
Este lenómeno no parece producirse frecuentemente entre los parásitos Los cultivos hidropónicos, o «fuera de suelo», nos permiten prescindir de
elúricos, ya que son pocas las posibilidades de éxito de las infecciones, debidas los inconvenientes propios de la complejidad del medio «suelo», del que a
i una sola célula mutante resistente a un fungicida. Para que una infección menudo desconocemos sus posibles efectos secundarios. Dichos cultivos consisten
consiga extenderse es necesario un esclerocio completo, numerosas clamidosporas. en estimular las plantas sobre sustratos o superficies inertes, alimentándolas
>una vigorosa ramificación micclica. con soluciones nutritivas.
Sin embargo, al menos en tres casos particulares se han detectado pérdidas Sin embargo, en ocasiones, este método fracasa: los sustratos pueden ser
le actividad de los fungicidas frente a los parásitos telúricos: colonizados por microfloras imprevistas e inestables, en el seno de las cuales
108 Enferm edades de tas h o rtalizas I.o s m étw los de lucha 109

pueden estar presentes microorganismos patógenos susceptibles de provocar CUADRO 7


daños todavia más temibles que aquellos que causan sobre un suelo natural. Portainjerto utilizados en cultivo hortícola
Los microorganismos más temibles son aquellos provistos de gérmenes
Portainjerto utilizado según las zonas
móviles en el agua: bacterias (Pseudomonas solanucearum. Erwinia spp.). arqui-
Injerto Zona templada Rtpwiw cálidas Parásitos combaiidir.
micetos nocivos por si mismos o por medio de los virus de los cuales son
vectores (virus transmitidos por los Olpidium ), Pythium de tipo aphanidermutum Tomate • Híbridos F, * Fusariosis
y Phytophthora. «KNVF» (tomate Verticilosís
VNF x Lyc hirsutum) Meloidogyne
És más indispensable, por tanto, tomar precauciones de higiene en cultivo
Raíces acorchadas
hidropónico que en suelo estirilizado: jamás se deben utilizar plantitas cultivadas
en tierra no esterilizada y es necesario desinfectar las semillas. Se debe evitar el Tómale CRA66 Pseudomonas
uso de agua bombeada de las charcas donde se descomponen residuos vegetales solanucearum,
fusariosis
y todo sistema de cultivo en el que se corra el riesgo de que ésta discurra sobre
Tomate CRA257 Pseudomonas
ios recipientes, que eventualmente deberán estar protegidos con plásticos, asi
solanucearum.
como las reservas de agua o las soluciones nutritivas. fusariosis
Los sustratos, tras uno o dos cultivos, deben ser desechados o desinfectados Meloidogyne
con formol. Solanum aethiopicum Pseudomonas
Recientemente, se ha comprobado que los desplazamientos de zoosporas en «lizuka» sotanacearum.
las soluciones podían ser contrariados por la adición de mojantes de tipo fusariosis
nonilfcnol polietoxilado a 20 ppm. Berenjena l ómate VFN V'ertieiUium
<>híbrido T, KNVT Meloidogyne
¡hieíaviopsis

Solanum aethiopicum Ps. solanucearum


Portainjertos resistentes «lizuka«
Berenjena -Cevían SM Ps. sotanacearum
En este apartado podemos comprobar cómo la resistencia varietal constituye 163»
un medio efectivo de lucha contra las enfermedades de las plantas. Solanum torvum Ps. soíanacearwn.
Sin embargo, la transferencia a las variedades cultivadas de genes de resis­ VerticiHium Meloidogyne.
sotaní
tencia, pertenecientes a especies o géneros alejados, es bastante difícil e incluso
imposible. En ciertas familias vegetales (solanáceas o cucurbitáceas), las com­ Pepino Cucurbita fíe tfolía Fusariosis,
patibilidades de injerto permiten reunir especies o géneros mucho más alejados Phomopsís sclerioiiouíes

botánicamente que aquellos que pueden ser asociados por hibridación. El cuadro Melón Benincasa cerífera Fusariosis
7 resume las diversas posibilidades de hibridación que actualmente se conocen. Cucurbita /•', maxima Fusanosis. Phomopsis
En algunos casos particulares, pueden ser utilizados diversos sistemas para ■mosehaia siieriotioides
ensamblar un patrón resistente y un injerto de alto valor hortícola (injerto por Sandia lagenaria \iceraria Fusariosis
aproximación, en hendedura terminal, por perforación lateral, fig. 35), asi como
* Paro más dcialk-s consultar rozas de túsanos» y 'M osaico del tabaco» en el capitulo 111.
para organizar a continuación su vida común.
Los teóricos del injerto distinguen entre holodíhiosis (el portainjerto no
conserva ninguna hoja y el injerto ninguna raíz) y hemidibiosis (uno de ambos perforación lateral, evitando la posible emisión de raíces adventicias del injerto
conserva follaje y raíces). En el caso de los injertos hortícolas tradicionalmente (no se debe enterrar la zona de injerto).
se venía aconsejando la práctica de algunas situaciones de hemidibiosis: — En el injerto de melón sobrt.Cucurbita máximo, se deja producir algunas
— Al injertar el tomate en el híbrido E, L esculentum X L hirsutum. se hojas en el portainjerto para evitar el deterioro general del binomio injerto-
dejaba subsistir el sistema de raíces del injerto» tras haber piacticado un injerto patrón. Parece que las raíces de C. máxima no eran alimentadas de forma
por aproximación. Este método, eficaz frente a la enfermedad de las raíces adecuada por las hojas del melón. Este inconveniente parece haber desaparecido
acorchadas, no protegía al tomate de las enfermedades vasculares. Actualmente, actual mente con la utilización como patrón del híbrido Fi C maxima X C.
es mucho más aconsejable practicar la holodibiosis, injertando en hendedura o moschuta. cuyas hojas no se conservan más que apenas unas semanas.
110 Enferm edades de ¡as h o rtalizas
Im m étodos de lucha 111

Prácticas de cultivo y control del agua


Por regla general, las plantas cultivadas a elevadas densidades y que reciben
un excesivo abonado nitrogenado se prestan mejor a la propagación de las
enfermedades foliares, hn ocasiones, sobre ellas se advienen los efectos más
específicos de la nutrición mineral. Una nutrición calcica insuficiente sensibiliza,
por ejemplo, a los AUiuni frente a los ataques de Alternaría porri.
Son, sobre todo, los sistemas de riej»o, los que influyen en mayor medida en
la propagación de las enfermedades de las hojas.
Por lo general, el riego por aspersión:
— es desfavorable para los oídios, así como para los ataques de ácaros de
tipo «tetraníquidos» y «eriofididos»;
— puede propagar directamente parásitos foliares bacterianos de tipo Pscu-
domonas o Xanthomanas;
— su acción frente a la mayoría de parásitos foliares fúngicos es mucho
más matizada: el tiempo necesario para que sus esporas germinen sobre la hoja
y penetren en la epidermis o los estomas se calcula que son unas doce horas. La
irrigación por aspersión favorece la epidemia si el período de rocío nocturno
excede las tres o cuatro horas, si es practicada de buena mañana o avanzada la
tarde.
Por contra, un riego entre las II y las 15 horas no favorece la infección,
cuando el clima permite que las hojas se sequen al sol con celeridad, pudiendo,
en este caso, incluso frenar la diseminación de las diferentes especies de Alter­
naría.
Por último, será necesario tener en cuenta la lixiviación de los fungicidas
. . . Figura 35.— Métodos de injerto. (no sistcmicos o transía mi nares) para determinar el programa de tratamientos
' ' tiEuesteu. una
r vez efectuada
f a aplicar.
ia n° M b.rC Cucurbita ficÍfo lia <S ,ndica ,os ' ^ e s donde se practica
soldadura).
B: Injerto en doble grieta terminal sobre tomate.
C: Injerio en perforación lateral. • Particularidades del cultivo en invernadero
Con°humcd-ul5nfcri ^ * ? ****** mél0d0S PUedcn P^Ccarse al aire libre Los cultivos abrigados soportan ataques parasitarios que difieren de aquellos
esquina, s o te Í I d n n B . * * * ” " *' * * * * 53001 * » ™ PCTforado C" que se manifiestan al aire libre, no sólo en lo que respecta a las enfermedades
criptogámicas de propagación aérea, sino también en lo concerniente a los
hongos del suelo y a los virus. F.n estos casos nos limitaremos a recordar:
III. Lucha c o n tra las enferm edades criptogám icas de — El peligro que adquieren las enfermedades telúricas favorecidas por las
propagación aérea temperaturas frescas del suelo (ejemplo: raíces corchosas cn el tomate, fusariosis
del melón) en los invernaderos caldcados por aire propulsado, método que
Cuando la combinación huésped sensible-parásito agresivo-condiciones cli­
comparativamente calienta menos el suelo que el aire, al contrario de lo que
máticas favorables a la epidemia, tienen lugar sobre los tallos o los frutos de
sucede con el sistema de calefacción clásica por tubos de agua caliente.
una p anta, la aparición de los danos suele manifestarse muy pronto incluso cn
— 1.a gravedad de las virosis transmitidas por contacto (ejemplo: tobamo-
las mejores prácticas de cultivo. En el caso de las enfermedades de las panes
virus); modo de transmisión;. que en invernadero puede extenderse incluso a
aereas de las plantas, los métodos de lucha química y las posibilidades de
virus normalmernte transmitidos por insectos (ejemplo: Mosaico de la calabaza
resistencia varietal suelen constituir las bases sobre las cuales descansa la orga­ SqMV).
nización de la lucha. Sin embargo, en algunos casos, en la medida en que estas
Por lo que respecta a las enfermedades criptogámicas de propagación aérea,
bases modifican el microclima o la tolerancia de la planta, las prácticas de
dos factores pueden modificar su importancia en invernadero en relación con
cultivo pueden tener un efecto parcial que no se debe descuidar.
los cultivos al aire libre:
112 Enferm edades de las h o rtalizas Los m étodo* de lucha 113

— La filtración de algunas radiaciones por la cubierta, que pueden deter­ U so d e b a c te ric id a s y fu n g ic id a s


minar la esporulación de ciertos hongos. Los taxones de Alternaría, en particular,
son desfavorecidos y se observan con menos frecuencia, sobre todo bajo inver­ Durante el siglo xix la vid, y más tarde los árboles frutales, comenzaron a
naderos de vidrio. La reducción de esporulación de Botrytis ciñeren necesitaría ser pulverizados de forma regular con fungicidas: productos a base de azufre
una filtración de rayos ultravioletas de hasta 390 nm, que no suelen provocar (desde 1850) y de cobre (1855) Estas dos materias activas constituyeron hasta
los materiales utilizados normalmente. 1950 la base esencial de la panoplia antifúngica y antibacteriana (gracias al
— La modificación de los períodos de humedad saturada y de humedeci- cobre) de que disponían los agricultores. A partir de 1945 fueron experimentados
miento de las hojas y la ausencia de lluvias que diseminan las antracnosis y los y, más tarde, aplicados en Francia fungicidas orgánicos de síntesis cuya «primera
hongos con picnidios. generación» (ejemplo: ditiocarbamatos) comprendía productos utilizados a una
Hn los invernaderos de vidrio de pared sencilla, el techo desempeña el papel dosis de materia activa del orden de 150 g/hl, no sistémicos, de eficacia preventiva,
de «trampa de condensación«. I.as gotas de agua chorrean y el agua condensada lo que constituye una cobertura excelente del follaje por la pulverización o el
alcanza las paredes laterales, desembocando en lugares precisos. espolvoreo.
En tales condiciones se ven favorecidos: Estos fungicidas fueron haciéndose cada vez más numerosos, hasta que en
— Los oidios a lo largo de los períodos soleados. los años sesenta aparecieron otros productos que constituían la «segunda gene­
— Los hongos, que, favorecidos por una humedad saturada, son capaces ración» de fungicidas de síntesis, a menudo sistémicos, eficaces en dosis todavía
de invadir las plantas a lo largo de los períodos nubosos, tal y como ocurre en más débiles (inferiores a los 50 g/hl) y acompañados, además, de otros productos
los casos de Fulviafulva en el tomate y de Cercospora wxamunoi en el pimiento. eventualmente no sistémicos, pero más especializados y activos contra una
Los periodos de humedecí miento del follaje (temperatura de las hojas infe­ determinada familia fúngica.
riores al punto de rocío), tienen lugar entre la media noche y el alba. Cuando 1.a panoplia actual es muy compleja, pues además del cobre y del azufre
las mañanas son grises, para economizar energía se tiende a mantener cerradas comprende productos de las dos generaciones de fungicidas de síntesis.
las aberturas y se prosigue caldeando el entorno; en este caso, los parásitos que La vid. los árboles frutales (rosáceas, cítricos y bananos fuera de la Europa
tienen necesidad de una película de agua pueden intervenir sobre las hojas templada) y más recientemente los cereales, constituyen los mayores mercados
como ocurre con el Bremia en el caso de la lechuga. de la industria de pesticidas. Francia, como otros países, vivió hace ya bastante
La habilitación de paredes dobles (plástico en el interior del cristal, o material tiempo una situación en la que las «homologaciones» (usos recomendados), o
plástico rígido de doble capa) disminuye el efecto de «trampa de condensación de «autorizaciones provisionales de venta», afectaban básicamente a las enferme­
la pared fría», prolonga el periodo de humedccimiento y agrava los daños de dades de los árboles frutales o de la viña, y en la que los productores de
Bremia lactucae, fomentando incluso la evolución del MUdiu de las cucurbitáceas. hortalizas, sus consejeros y los investigadores que estudiaban las posibilidades
Los túneles plásticos, aunque no favorecen el desarrollo de los oídios (causan de la lucha química, escogían por analogía fungicidas con los que experimentar
daños menos graves que en los invernaderos de vidrio), son mucho más favorables sobre las hortalizas, llegando incluso a aconsejar su uso, a pesar de que la
para la evolución del resto de parásitos de propagación aérea. Consisten en utilización de algunos de ellos sobre cultivos hortícolas estaba terminantemente
grandes «cámaras húmedas» donde las gotas de agua condensadas sobre la prohibida. En la época en que el presente libro ha sido editado (1988-1990), se
pared chorrean mucho menos que sobre el vidrio, y. bien a causa de su engro- vive una situación de transición a la legalidad en la que recurrir a «todo lo que
samiento progresivo o a causa de los choques que provoca el personal cuando oficialmente no está autorizado queda prohibido»; de ahí la efervescencia que
se incorpora al trabajo cada mañana, simulan la lluvia y pueden propagar los impera en los comités, que deben precisar la utilización de fungicidas sobre los
parásitos. Los mildius de zoosporas (Bremia. Pseudoperonospora) son los más cultivos de hortalizas.
favorecidas: del mismo modo se puede detectar la presencia de P h y to p h th o ra Estos últimos veinte años se ha experimentado un cambio de la reglamen­
infestans en el tomate. tación de su uso. Se ha pasado de la noción de «plazo o tiempo de seguridad
Los efectos que acabamos de enunciar conciernen directamente al parásito. antes de la cosecha» a la de »limite máximo de residuos», que protege de forma
En cultivo invernal con calefacción, la relación iluminación-temperatura, más eficaz a aquellos paises a los cuales se expona (consultar anexo 2).
débil que en los cultivos de estación, provoca en las plantas un crecimiento muy La legalidad que entraña está evolución se detalla de forma extensa en el
débil, con cutículas más delgadas, muy favorable a los ataques de Botrytis anexo 2 de esta obra.
cinerea. El productor de hortalizas en invernadero, debe, por consiguiente,
considerar todos estos peligros para la elección varietal y la organización de la 1 Los productores de tomate del sudoeste de Francia, desvie esta época, apreciaban su» itótos
lucha fungicida para llevar a cabo, la cual puede recurrir en algunos casos a caldo bordóles (N. ¡te! T.: presuntamente utilizados en cultivo de vid) en un 2 para pulverizar
emplear productos en fumigación o nebulización. iUS Perita* de lómales.
lx>s m étodos d i' lucha 115
114 Enferm edades de tas h o rtalizas

A continuación iratarcmos de describir la «panoplia 90»4del consumidor formas de cobre solubilizado. Las más frecuentes son (por orden de fitotoxicidad
de bactericidas y fungicidas y profundizaremos cn las razones del éxito de éstos creciente):
sobre las bacterias y los hongos fitopatógenos de propagación aérea. — el caldo bordolés desecado listo para su empleo:
— el hidróxido de cobre;
• Bactericidas — el oxicloruro de cobre:
Las referencias de la panoplia a las bacterias son muy reducidas: los productos — el óxido de cobre micronizado.
compuestos de cobre (sobre los que profundizaremos posteriormente) son gene­
Su utilización debe basarse en la dosis de cobre-metal por hectolitro o por
ralmente aconsejados y utilizados para combatir las bactcriosis vegetales. La
hectárea y en la sensibilidad de las especies hortícolas a la fitotoxicidad cúprica.
mayoría de los fitopatólogos parecen haber olvidado que el ión zinc actúa
El tomate es la hortaliza más resistente y soporta fácilmente caldos a 250 g de
como un bactericida por si mismo, en particular frente a los Xanlhomonas
Cu por hl. sin embargo, la judía y el apio son más sensibles. Las cucurbitáceas,
F.n comparación con los productos cúpricos puros, la mayor eficacia bac­
los Allium y las lechugas todavía toleran menos la fitotoxicidad cúprica .
tericida de las mezclas cobre 4- elílen bisditiocarbamatos. ha sido constatada en
La eficacia del cobre es directa frente a las pcronosporales: las zoosporas
particular al sur de los Estados Unidos frente a X. campestris pv. vesicatoria
confrontadas al sulfato de cobre a 1/50.000 perecen instantáneamente. La
(pimiento, tomate), lo que puede explicarse en base a dos razones:
sensibilidad del resto de los hongos varía según las especies: los CoHetotrichum,
— La acción del ión Zn del zineb presente cn la mezcla.
que se muestran particularmente resistentes, son capaces de contaminar plantas
— 1.a solubilización más elevada del cobre en presencia de ditioearbamatos.
al instante de haber sido tratadas con caldo bordolés al 2 %. Pero la acción del
Esta eficacia más elevada se detecta de forma particular cuando el caldo es
cobre sobre las micosis de las plantas no se limita a una acción fungicida
preparado durante la víspera de su utilización. Por supuesto, se corre el riesgo
directa. Del mismo modo que el plomo, el mercurio o la plata, suscita modifi­
de que la fitotoxicidad cúprica sea mucho más elevada...
caciones fisiológicas en los tejidos superficiales de las plantas: espesor de las
No existe motivo para considerar que la eficacia de los iones Cu y Zn frente
paredes celulares, producción de fitoalexinas. De este modo se explica, sin
a las bacterias sea inmutable: los estudios realizados en el sur de los Estados
duda, por qué los manuales anteriores a 1950 preconizaban, sin vacilar, la
Unidos y cn las islas Barbados demuestran que X. camp. pv. vesticatoria puede
utilización del cobre contra todas las micosis de las plantas...
convertirse en resistente al cobre gracias al efecto de un plásmido de fácil
F.l azufre se comporta de forma especialmente activa frente a los oidios,
adquisición. La resistencia al zinc es igualmente posible in vitro, pero jamás ha
contra los cuales puede ser utilizado en polvo o en pulverización. Resulta
sido detectada en el campo.
efectivo sobre lodo por su vapor y se muestra especialmente eficaz (pero even­
Se puede preparar con facilidad (por medio del uso del Zineb) un caldo de
tualmente litotóxico) en tiempo cálido (máxima > 30 °C).
zinc añadiendo 4(X) g de cal viva a 1 Kg de SO.Zn disuelto en 100 litros de agua.
De entre los azufres cn polvo, los más activos son los «sublimados». Los
La facultad de adaptación de ciertas bacterias parásitas de las plantas a los
azufres mojables para pulverización, en la actualidad se hallan mayoritariamente
iones metálicos, incita al investigador a buscar otros caminos más allá del uso
«micronizados». 1.a acción del azufre sobre aquellos hongos no oidios no es
de los antibióticos, a los cuales las bacterias se adaptan mucho más rápidamente
nada despreciable, en particular sobre aquellos cuyo micelio es superficial (en
que a los iones metálicos. El uso de oxidantes puede ser recomendable: perman-
otros ámbitos, más allá del campo de las hortalizas: «moteados» de los árboles
ganato de potasio o, como ha sido experimentado recientemente en la SONITO.
frutales, Marssonina del rosal). El azufre en polvo debe ser utilizado a dosis del
agua de Javel \diluida a razón de 4 a 8 mg de cloro activo/litro. La utilización
orden de los 10 kg/ha y en pulverización, en caldos a 600 g/hl.
de oxidantes suele ser bastante efectiva durante la fase epífita inicial de Psendo-
monas y Xanlhomonas.
• Fungicidas orgánicos de síntesis y am plio esp ectro de acción
• Fungicidas minerales De entre aquellos pertenecientes a la « I.‘ generación«, los más importantes,
atendiendo al índice de utilización, son los ditioearbamatos y, especialmente en
Algunos pocos cultivadores han conservado el hábito de preparar su «caldo
bordolés» añadiendo cal viva (400 g si es de buena calidad) a una solución de el caso de cultivo hortícola, los etilén y propilén bis ditioearbamatos, de entre
los cuales podemos citar:
I kg de sulfato de cobre en 100 litros de agua \La industria propone diversas

A esta fttoxicidad puede contribuir también el pape! de intermediario que ejerce el suelo. En
' N, de! 1 Se ha respetado el Icntuno original del autor, que equivaldría a tabla singular",
-tratado-, -colección-, ele. 105 suelos del Medoc. donde a partir de IXX5 los viticultores aplicaban cuatro toneladas de cobre
I lipoclorito sódico. H'ctal/hectárea, sólo la viña se vio favorecida — ¡y aún cómo!— . El peligro es todavía mucho más
“ En la edición precedente de esta obra se detallaba todavía el ceremonial de esta preparación tu s a d o en suelo no calcáreo. En la escala secular el uso del cobre constituye una herejía ecológica
116 Enferm edades de las hortalizas Los m étodos de lucha 117

Zineb (sal de zinc) Con importantes lagunas, dada su inefectividad sobre los peronosporales y
etil Maneb (sal de manganeso) los hongos de forma perfecta plcospora (Alternaría, Siemphyllium, Phoma betae).
Mancozcb (sal compuesta de zinc y manganeso) estos fungicidas han contribuido al progreso de la lucha fungicida por su
carácter sistémico que permite aplicaciones curativas a principios de epidemia
propil: Propineb (sal de zinc). y que el tratamiento sea espaciado.
Sin embargo, algunos oídios. ciertas formas imperfectas de dothideáceas
Los tres últimos presentan una eficacia fungicida y una persistencia mejot (ejemplo: micosfareláceos: Septoria. Cercospora), y Botrytis cinerea. han corro­
que la del zineb, la acción del cual resulta, sin embargo, interesante sobre borado la existencia de ciertas razas resistentes a estos fungicidas. Dichas resis­
plantas jóvenes y frágiles, gracias a la ausencia total de fitotoxicidad y <il tencias son de alto nivel (relación de 1 a l.(KK) entre las dosis que inhiben las
porcentaje de zinc que contienen (24 % —consúltese el apartado anterior dedicado cepas sensibles y resistentes) y a menudo «persistentes»: se detecta la presencia
a los «bactericidas»— ). de cepas resistentes a lo largo de muchos meses, o incluso de muchos años,
Estos productos no resultan eficaces para combatir los oídios o Botrvtis después de dejar de utilizar los bencimidazoles. Las antracnosis y los
cinerea. Frente a esta última, el Tiram (del que trataremos también en el Cládosporium-fulvia se muestran al parecer sensibles.
apartado «tratamientos de semillas»), presenta una eficacia mejor que la clcl Productos recientes pertenecientes, a primera vista, a familias químicas
resto de ditiocarbainatos. Constituye, quizá, el mejor recurso para erradicar diversas, pero que comparten mayoritariamente la propiedad de impedir la
este hongo cuando se muestra resistente, como ocurre en Creta con lodos los biosintesis de los esteróles de los hongos de micelio tabicado, han acabado por
antibotríticos que a continuación se detallan. relevar a los bencimidazoles (véase cuadro 8).
Otra familia de fungicidas que sigue muy de cerca a los ditiocarbamatos es
la de los ftalamidas. Actualmente no está muy bien considerada por los higienistas CU A DRO 8
que han conseguido que se prohibiera el uso del mejor fungicicida de este Ejemplos do fungicidas recientes y pertenecientes a la categoría de los «inhibidores de la biosintesis
grupo, el captafol, en la práctica totalidad de los países desarrollados. También del ergoesterol* o «IBF.»
integran este conjunto el captan y el folpet (el primero más efectivo, pero menos Familias quimicas Matoriiis actítas
persistente que el segundo).
Imidazolcs Imazalil. procloraz
El espectro de actividad de estos productos es análogo al de los ditiocarba
matos, resultando incluso ligeramente efectivos para combatir la Botrytis cinerea. Pirimidinas Fenarimol
Dos productos que no han originado familia alguna, la diclofluanida y el IBfc Bitertannl. Ilusilazol, flutriafol,
grupo I
clortalonil son cada vez más utilizados. Superan el espectro de actividad de Tria/oles hexaconazol, propiconazol.
triadimefon, iriadimenol
ditiocarbamatos sobre los oídios (sin llegar a ser tan activos como los productos
específicos que posteriormente enunciaremos) y Botrytis cinerea. frente a la cual Forma midas Triforina
se creía que su actividad sería estable. Pese a todo, en los cultivos cretenses, IBL
Morfolinas Fenpropímorfe, tridemorfe
bajo abrigo, han aparecido cepas de Botrytis resistentes, tanto a ambos productos grupo II
como al captan. Las conidias se muestran relativamente sensibles a ellos, pero
el crecimiento micélico es posible en presencia de estos productos, lo que
Lo» producto* cu negrita m.* hulliin en proceso de homologación (en 1989-1990) para ser utilizad«* en
numeroso*, usos hortícolas F1 resto ya han s k í o utilizados de forma espontánea por algunos productores
permite que Botrytis provoque sus daños habituales a partir de bases nutritivas. tcjcmplo: propteonazol para comhatii La roya del a>o)
Este es uno de esos extraños casos actuales en que tiene lugar la aparición
de cepas resistentes a los fungicidas de la «1.* generación* de fungicidas orgá­
nicos. Estos «IBE» (inhibidores de la sintesis del crgostcrol) se dividen en dos
Los productos de la «2.* generación» de fungicidas de síntesis, comprenden, gnjpos. según la etapa en la que bloquean la serie de reacciones que posibilitan
en primer lugar, la familia de los bcncimida/oles, de entre los cuales aludire­ esta sintesis.
mos a: En el interior de cada grupo se distinguen familias químicas que, por lo
general, se agrupan atendiendo a la terminación de su «nombre común«, que
El tiabendazol (translaminar) hace referencia a la materia activa (los «-conazoles», los «-arimol», los
El benomilo } . . . "■morios»...).
El metiltiofanato ■ 'slslcm,cos?,os dos primeros, absorbidos por la planta. Estos productos no resultan efectivos frente a los mildius, pero, por contra.
La carbendazima I * transforman en carbendazima) ^ espectro de actividad cubre, por lo general, a los oídios, las royas y los
118 Enferm edades de la s hortalizas Los m étodos de lucha 119

hongos que corresponden a formas perfectas dothideáceas (ex micosfareláceas). productos más específicos contra los oídios, de entre los cuales algunos comparten
como Septoria, Cercospora. plerosporáccas distintas a Pleospora y ciertos Phoma con el azufre propiedades acaricidas. Es el caso del quínometionatu, producto
(ejemplo: Phoma lingant), y Ascochyta. un tanto antiguo, pero siempre interesante.
En la actualidad se pueden distinguir cepas resistentes (al menos entre los De entre los productos estrictamente antioidicos citaremos el dínocap, todavía
ascomicetos) frente a esta categoría de fungicidas. El rendimiento existente más antiguo que el anterior y no sistémico. junto a toda una serie de productos
entre las dosis de inhibición y las cepas sensibles/cepas resistentes a menudo es recientes y sistémicos de entre los cuales se suelen utilizar en cultivos hortícolas:
muy débil (del orden de 10). Además, las resistencias, por el momento, única­ el bupirimalo, el pírazofos y el miclo-butanil.
mente afectan a uno solo de los dos grupos reseñados, que suele ser el grupo I.
Las cepas resistentes a los IBE i y II en 1989 no constituyen más que una • A ntiesclerotin ia
curiosidad de laboratorio y, en el interior de cada grupo, algunos productos
como la triforina se comportan de forma «tenaz» frente a las cepas resistentes. Nuevamente, en este apartado nos encontramos con la familia de las dicar-
hoximídas, que ya han sido señaladas entre los fungicidas que se aplican al
• Antimildius suelo: iprodiona, vinclozolina y procinmlona.
Estos productos, específicos para las peronosporalcs, son en su mayoría A diferencia de los Sclerotinia sensu stricto, frente a los cuales, las pérdidas
sistémicos, si exceptuamos al cimoxanilo que sólo es translaminar. El propamocart), de actividad detectadas con estos productos ponen en juego los complejos
cuando es aplicado al suelo, resulta sobre todo eficaz contra ciertos Pythium y mecanismos anteriormente citados, Botrytis ciñeren desarrolla resistencias directas,
Phytophthora (pero no contra todos), puede también mostrarse activo por vía que han sido descubiertas in vitro. Estas, sin embargo, son «no persistentes» y
sistémica contra algunos mildius (ejemplo: Bremia íactucae). de un nivel menos elevado que el que muestra frente al benomilo.
Las acilaninas, de entre las cuales la más utilizada en cultivo hortícola es el Como el uso de bencimidazoles no está prescrito para luchar contra B
metalaxíl, son sistémicas. Muy empleadas para la pulverización de las plantas cinerca, se aconseja siempre la utilización de dicarboximidas, aunque únicamente
desde principios de la década de los ochenta, han generado rápidamente la dos veces en una misma estación de cultivo.
aparición de cepas resistentes de Phytophthora infestans y Pseudoperonospora La iprodiona es, además, un fungicida de espectro de actividad relativamente
cubensis. con relaciones muy elevadas entre las dosis de inhibición de cepas amplio: es el mejor anú-AItcrnaria del que disponemos tras el abandono del
sensibles/cepas resistentes (superiores a 100). captafol. su actividad contra la rizoctonia parda es igualmente interesante.
El oxadixil no pertenece del todo a la misma familia química que las acila­
ninas. y las resistencias cruzadas acilaninas-oxadixil son muy poco acusadas. • Antibasidiomicetos
El fosetil-Al, poco fungicida in ritro. cuando es absorbido por las plantas, se Se puede intentar combatir las royas y las rizoctonias foliares de tipo A G I
convierte en ión fosfito. Su actividad antimildiu parece estar ligada a una practicando una pulverización sobre el follaje. Anteriormente se ha señalado la
activación de las defensas naturales de la planta. eficacia de la mayoría de los IBE frente a las royas. En este sentido también
La doctrina oficial (en 1989) sería aquella, según la cual no habría «resistencia debe ser considerada la oxicarboxina.
cruzada», marcada entre acilaminas por una parte, y respecto de las mezclas Entre los nuevos productos más eficaces frente a Rhizoctonia, se encuentra
eimoxanilo+oxadixil. o fosetil-Al por otra parte (posteriormente volveremos a la iprodiona y. más recientemente, el pencicurón y el mepronilo, ya citados por
discutir esta cuestión en el caso de Phytophthora infestans en el capítulo III > ser aplicables al suelo.
para Pseudoperonospora cubensis en el capitulo IV).
Dichos productos son igualmente activos sobre las «royas blancas» (albugo). • ¿Qué estrategia se debe adoptar para limitar la proliferación
de las «cepas resistentes»: alternancia o mezcla?
• Antioidios
Podemos comparar la aparición de cepas de bacterias o de hongos resistentes
Anteriormente hemos señalado la acción nada desdeñable de la diclofluanida
a los pesticidas, con la de las cepas que rigen entre las plantas las resistencias
y del clortalonil. la eficacia de los bencimidazoles, sujeta a la aparición de cepas
llamadas «verticales» en relación gen a gen.
resistentesx y la de los IBE. Nuestra farmacopea propone también el uso de
También podemos prever estrategias de uso de estos pesticidas paralelas a
• No siempre, sin embargo: en el capitulo V podremos comprobar cómo el oidio americano de
aquellas que tienden a preservar la eficacia de las resistencias monogénicas
la judia no se muestra resistente al benomilo I n la actualidad se continúa recomendando recurrir (acumulación de genes en una sola variedad, variedades compuestas o «multi-
a los bcnzimidazole.s para erradicar Eryxiphe pisi y E. heme. Todavía nc desconoce si los oidios de lineas», rotación de resistencias...).
tipo -polygoni«, al contrario que los de tipo «ctchoracearum*, son incapaces de adaptarse a estos En primer lugar, se debe aclarar la extensión del carácter «cruzado» de
fungicidas.
dichas resistencias: a menudo la resistencia a un producto conduce a la resistencia
120 Enfermedades de las hortalizas Los m étodos de lucha 121

de todos aquellos que componen una misma familia química (ejemplo: benci- Asi, pues, debemos tener en cuenta, la inyección de fungicidas en la tubería de
midazolcs. dicarboximidas. acilaninas). I.a resistencia cruzada a productos de riego por aspersión, pues de este modo se combaten a la vez los parásitos de
familias químicas diferentes es bastante extraña entre los fungicidas de la O. propagación aérea y aquellos que castigan en la superficie del suelo. En este
generación», definida anteriormente y entre los productos no sistèmico* de caso, también se debe recurrir a la dosis por hectárea aconsejada.
amplio espectro de la «l." generación« (ditioearbamatos. ftalimidas. diclofluamda. En cultivo bajo protecciones climáticas, el uso de fumigaciones fungicidas
clortalonil). Asimismo, se han detectado entre los bencimidazoles y el diliofencarb, se halla muy poco extendido. Las «lámparas de azufre» destinadas a la lucha
casos de «resistencia cruzada negativa*», en particular respecto a Botrytis cinemi. contra el oídio, sólo se aplican en los invernaderos de rosales de la Costa Azul.
Las cepas resistentes a los primeros se consideraban, al mismo tiempo, como El tiabendazol aplicado como fumígeno sólo es aconsejable para la desinfección
sensibles al segundo. Pero pronto esta suposición se vino abajo. de locales. El tetracloronitrobenceno. utilizado en Holanda e Inglaterra bajo
Actualmente se duda sobre si se debe recurrir a la mezcla o a la alternancia, forma fumígena para erradicar la Botrytis, no figura en la farmacopea francesa
para asociar aquellos fungicidas entre los cuales no existe ningún tipo de resis­ como tampoco se halla presente el imazalil. producto reservado para los rosales.
tencia cruzada. Es muy raro que no se pueda luchar contra varias enfermedades a la vez.
Recientes trabajos de investigación por ordenador realizados en América, o contra enfermedades e insectos al mismo tiempo. En la edición precedente se
que simulan alternancia y mezcla, otorgan a ambos métodos los mismos méritos trazaba un «cuadro de compatibilidad de mezclas y pesticidas». Actualmente
en el caso general. los productos son mucho más numerosos y las incompatibilidades están más
Sin embargo, es preferible la alternancia a la mezcla, cuando se trata de motivadas por los aditivos que por las materias activas... las casillas negras, en
limitar la proliferación de la cepa resistente a un producto sistemico asociado el cuadro de compatibilidad mencionado, concernían, sobre todo, al caldo
a un fungicida no sistèmico de eficacia general, en los siguientes casos: bordolés.
— si las pulverizaciones no cubren la totalidad de! follaje, lo que genera
zonas donde sólo el producto sistemico se halla presente; • Cadencias y programas de tratamiento
— si sobre las cepas sensibles al producto sistemico se produce un efecto de
sinergismo (la eficacia de las mezcla es superior a la de sus dos componentes). Cierto número de datos, a menudo contradictorios, deben ser considerados
La industria de los fungicidas, en la mayoría de los casos, se ha puesto al para determinar cuándo y con qué frecuencia se debe aplicar un programa de
servicio de las necesidades del productor, proponiéndole toda una serie de tratamientos:
mezclas ya preparadas: para combatir los mildius por medio de la pulverización — el crecimento del vegetal y la sensibilidad respectiva de los órganos
no se encuentra ya metalaxil en estado puro. jóvenes y adultos.
— las condiciones microclimáticas (temperaturas mínima y máxima, humedad
• Métodos de aplicación de los productos sobre las plantas del aire, condiciones de insolación, lluvia, rocio) que influyen sobre el desarrollo
Ix>s argumentos que preconizan el espolvoreo (ausencia de transporte de del parásito, del cual se deben prever no sólo las temperaturas cardinales, sino
agua, nube de polvo que alcanza la superficie inferior de las hojas, etc.), afectan, que en el interior de esta gama de temperaturas, y en función de ellas, hay que
sobre todo, a los cultivos no entutorados de pleno campo (ejemplo: melones en conocer los tiempos de incubación y los plazos entre la aparición de las lesiones
surcos o bancales). La gama de productos en polvo que pueden ser aplicad« >•- y una nueva csporulación. Estas consideraciones permiten determinar «ciclos
por pulverización es bastante restringida: cobre, azufre, etilén-bis-ditiocarbamatos. de desarrollo del parásito» (desde la contaminación a la producción de nuevos
folpet y mezclas de todos ellos. gérmenes). Un conocimiento, todavía más profundo, del porcentaje de éxito de
Por lo general, los fungicidas se utilizan comúnmente cn pulverización (.1 estos gérmenes en el momento de la contaminación y del número de los gérmenes
partir de polvos mojables o concentrados emulsionables). LI modo de pulveri­ que se producen por cada lesión, permite evaluar, siempre en función de las
zación puede influir sobre la eficacia de los tratamientos: un abundante lavado condiciones climáticas, la eficacia de estos ciclos de multiplicación. Con la
en pulverización «clásica» contribuye a eliminar los oidios y los ácaros ubicados ayuda de la informática puede llegarse a una modelización de la epidemia.
en el envés de las hojas, por contra, una pulverización neumática de débil También se pueden determinar los periodos con riesgo de prescribir un trata­
volumen permite una adherencia sobre los vegetales de cutícula encerada (Alliunt, miento preventivo en el caso en que se produjera una lluvia contaminante, o
coles). En este último caso, la aplicación se basará en la dosis por hectárea y n" curativa si se dispone de productos eficaces aplicables tras una contaminación.
en la dosis por hectolitro, válida para aplicaciones de 1.000 a 2.000 l/ha. Las- — el lavado de los produetos por la lluvia o el riego por aspersión:
formulaciones de fungicidas en aceite, destinadas a los plátanos, son fitotóxicas- — la preocupación por los residuos, que nos llevará a renunciar, incluso si
sobre las hortalizas. son necesarios, a tratamientos muy tardíos, con el propósito de favorecer a
A veces, se pueden imaginar métodos de aplicación mucho más originales. aquellos que apuntan hacia los primeros ciclos de multiplicación del párasito
122 Enferm edades de las h ortalizaj Los m étodos de lucha 123

sobre las plantas jóvenes, incluso cuando sólo producen débiles daños inmedia­ Es probable que en un futuro próximo, con el desarrollo de la microintor-
tos. mática y la tecnología cada vez más elevada de los horticultores, éstos puedan
En el caso de grandes cultivos que se extienden a lo largo de miles de controlar a escala de su explotación la modelización de sus epidemias.
hectáreas, cuyos datos de plantación son relativamente homogéneos (ejemplo;
cereales), o cuyo ciclo vegetativo es regular cada año (ejemplo: viñedo, árboles
frutales), la modelización de las epidemias puede ser efectuada a escala regional D e s in fe c c ió n de s e m illa s y p la n ta s
y convertirse en la base de toda una serie de avisos agrícolas formulados por el
Servicio de Protección de Vegetales. En la mayoría de los casos, los cultivos de Este tipo de tratamientos tiene dos objetivos principales:
hortalizas no cumplen estas condiciones, debido a que: — impedir el desarrollo, en la germinación, de los gérmenes parásitos que
— las fechas de plantación son escalonadas; se hallen en la superficie o en las capas más profundas de las semillas, «dientes»
(por ejemplo, de ajo), bulbos o tubérculos;
— las condiciones microclimáticas son diversas: cultivos total o parcialmente — proteger a las plántulas o gérmenes de los ataques de Pythium. Rhizoi ionio.
forzados, protegidos o no de vientos, regados por aspersión o por surcos; Fusarium. u otros hongos que puedan hallarse presentes en el suelo. Si el
— las especies y variedades cultivadas son múltiples. fungicida no es sistémico, se difundirá en el suelo alrededor de la semilla y
Cuando el cultivo de tomates se extiende en grandes superficies (ejemplo: creará en torno a la plántula una «zona de protección». Si es sistémico, se
consumo destinado a la industria), éstas pueden llegar a ser motivo de avisos translocará en la plántula o a través del germen de la semilla.
agrícolas. F.n Francia, desde los años sesenta, éstos se basan en el descuento de
los ciclos de multiplicación del mildiu. • Tratam ientos por calor
En los Estados Unidos el modelo propuesto para el mildiu es el «BLITF- 1.a desinfección en agua caliente, por lo general, suele aconsejarse para
CAST» y para la alternaríosis el «FAST». eliminar de semillas, bulbos o tubérculos, agentes criptogámicos, bacterias y
Pero, ¿cómo determinamos cuándo se deben iniciar y con qué ritmo deben nematodos. La temperatura y duración del tratamiento más dicaces son. en
ser aplicados los tratamientos en el resto de cultivos? general, de 50 °C durante una hora. Antes de llevarla a cabo se recomienda
En el caso de los ciclos vegetativos muy breves (ejemplo: judías), podemos practicar un ensayo previo, seguido de un control de germinación en cada caso,
aconsejar recurrir a programas-tipo relacionados con los estadios de vegetación: dado que tanto las tolerancias no sólo específicas y varietales a este tratamiento,
tratamientos en el estadio 2 de las hojas (que eventualmente se puede sustituir sino también las de cada partida de semillas son variables.
por un tratamiento de las semillas con un fungicida sistèmico), en el estadio La desinfección de semillas por medio del calor seco, sobre todo, suele reco­
«botones florales» y en el estadio de «floración» para luchar contra la antracnosis. mendarse para desembarazarlas de los virus transmitidos por las semillas. Este
«la grasa bacteriana«, la roya, Sclerotinia y Botrytis en producción de vainas tratamiento puede ser eficaz frente a las bacterias (ejemplo: Pseudomonas sy. pv.
verdes. phaseo/icola). I.a tolerancia de los granos al tratamiento varía según la especie
F.n la mayoría de los casos, con la ayuda de los consejeros agrícolas y del (judía: 70 °C, 2 h.: tomate: 80 °C, 24 a 48 h.; lechuga: 100 °C, 24 h.) y los lotes
Servicio de Protección de Vegetales, el productor llegará a una solución de de semillas.
compromiso entre «tratamientos de seguridad», cada 8-10 dias con fungicidas
no sistémicos. o cada 15-20 días con los sitémicos, y una nodulación con • Tratamientos por ácidos u oxidantes
disminución de la cadencia o casi total de tratamientos en condiciones desfavo- Respecto a los tratamientos que se aplican a las semillas del tomate, a la
íables a las enfermedades, basándose, por ejemplo, en las «temperaturas cardi­ hora de combatir la transmisión de enfermedades bacterianas por las semillas
nales» reseñadas en este libro. (ácido láctico generado por fermentación, ácido clorhídrico, ácido acético,
A la hora de elegir los productos, se debe recordar que el carácter «sistémico» agua de Javel...), conviene que el lector revise el capítulo III.
de un producto no garantiza que todos los órganos de la planta estén igualmente
protegidos. • Recubrimiento fungicida de las semillas
Los productos transportados por la savia bruta (ejemplo: benomilo), tienen Principalmente se basa en dos tipos de productos:
tendencia a translocarse hacia los organos jóvenes o adultos provistos de estomas. — No sistémicos. de eficacia fungicida general (ejemplo: tiram, maneb, captan,
Abandonarán, pues, las hojas senescentes y se translocarán poco a poco hacia quinoleato de cobre, que producen un efecto de «zona de protección» alrededor
los frutos, cuyo crecimiento está ligado al flujo de la savia elaborada. de la semilla y de la plántula (más aún si la germinación es hipógea).
Por contra, el captan, no sistèmico, eliminado por la luz, protege menos a Este tipo de tratamiento protegerá, en particular, «las marras de nascencia
las hojas que a los frutos protegidos por la sombra que éstas proyectan. en suelo frío» provocadas por Pythium de tipo ultimum. y podrá desproveer al
124 Enfermedades de ¡as hortalizas l os métodos de lucha 125

grano de infecciones fúngicas superficiales. En este últim o caso, pueden ser contra los virus tiene, por tanto, un carácter esencialmente preventivo. Lo
recomendados productos más específicos (ejemplo: iprodiona, fraile a Alternaría). mismo ocurre con los micopiasm as, ya que es impensable recurrir a las tetra-
— Sistémicos, com o el benomilo, capaz de erradicar de la.s semillas afectadas ciclinas en la práctica agrícola.
en el tejido de los cotiledones, el CoUetotriehum en la judia y los Ascochyta en En la mayoría de los casos, las pérdidas de cosechas provocadas por los
el guisante. Tam bién se puede esperar de este tipo de fungicidas una protección virus son más importantes cuando la contaminación es más precoz. Por ejemplo,
de la plántula joven durante los 15-25 días posteriores a la germ inación (judia el núm ero de frutos com ercializabas por planta de calabacín, en función de la
frente a antracnosis y Cercospora). Del mismo m odo los antimildius sistémicos fecha d e contam inación por W M V han sido los siguientes:
pueden, a su vez, ser utilizados para elim inar las oosporas presentes en los
granos y para proteger a las plantas jóvenes (ejemplo: metalaxíl aplicado al fecha de contaminación
guisante o a la espinaca). (número de días transcurridos tras la plantación): 23 42 45 49 52 58 M 69
Lam entablem ente, las especificidades cada vez m ás agudas de los fungicidas número de frutos recolectados: 0,5 3,1 4,2 5,0 5,5 6,5 «,0 8,6
modernos (ejemplo: himexazol activo frente a Aphanomyces y a Pythium. pero
no frente a Phytophthora o peronosporales), contribuyen inexorablem ente a en una prueba realizada en G uadalupe ( Q u io t , 1983).
considerar la utilización de mezclas complejas com o las que se utilizan en las Sin em bargo, esta regla general puede resultar inefectiva si intervienen de
pulverizaciones en vegetación: el cloroneb, que perm itía com batir en la india forma neta fenómenos de «crisis» y de «recuperación».
Pythium. Rhizoclonia y Sclerotium rolfsii y que actualm ente ha desaparecido de
Si la crisis tiene lugar en el m om ento en que los frutos se encuentran en
la farm acopea, y sólo una mezcla muy compleja podría llegar a reemplazarlo.
periodo de crecimiento activo m ientras que las hojas evolucionan a ritmo lento,
En este caso la com binación de un fungicida de am plio espectro, más un
se pueden detectar toda una serie de síntom as sobre los frutos que perjudican
fungicida más especializado, constituiría la solución más sabia.
su calidad. Por ejem plo, en las infecciones tardías del mosaico del tabaco en el
• Práctica del tratamiento de semillas tom ate se aprecia un oscurecimiento interno del fruto o una m aduración por
zonas.
1.a term oterapia p o r agua caliente o por aire cálido supone una regulación
term ostática de los baños o de los recintos a 0,5 °C, aproxim adam ente: proce­ Si tiene lugar en un periodo en el que la planta se halla som etida a un estrés
diendo a un mezclado del aire o del agua se pueden evitar recalentam ientos (ejemplo: repicado en suelo frío), las pérdidas de rendim iento pueden ser más
locales. El secado, tras un rem ojo en agua caliente, es esencial. im portantes que las de las plantas contam inadas precozm ente (véase fig. 36. el
Los procedimientos industriales de encapsulamiento de semillas que permiten caso del mosaico del tabaco en el tom ate en las plantaciones llevadas a cabo en
transform ar granos pequeños o irregulares (zanahoria, apio) en bolitas que se 1963 en el INRA-M ontfavet). Esta situación puede conllevar a poner en práctica
prestan a la siembra mecánica, pueden incluir capas fungicidas en la ganga que la inmunización: una infección precoz originada por un virus, protege a la
rodea las semillas. planta contra toda infección que puedan producir otras cepas del mismo \irus
A escala individual se puede proceder a la práctica del espolvoreo en seco (a condición de que la prim era cepa se halle presente en la planta, con una
si los granos son muy pequeños, rugosos o están cubiertos de vello, para retener concentración suficiente).
la cantidad del fungicida prescrito (por lo general, de 2 a 4 g /k g de semillas
para los fungicidas no sistémicos y de 0,5 a 2 g p ara los sistémicos). En el caso
de semillas gruesas y lisas, es preferible recurrir a la «desinfección húm eda-: Inm unización
mezclar, en prim er lugar, los granos y el polvo m ojablc en seco, añadir tantos
mililitros de agua com o gram os de polvo, y agitar p o r segunda vez hasta
Este m étodo puede resultar interesante si se dispone de una cepa a la vez
conseguir un reparto hom ogéneo. La utiliería a utilizar puede ir del bocal a la
competitiva en relación con otras cepas del mismo virus, que sea capaz, de
horm igonera, pasando p o r la clásica «batidora excéntrica«, que perm ite el
tratam iento de cantidades del orden de los 20 a los 50 kg de semillas. oponerse eficazmente a las sobreinfecciones ulteriores y que sólo provoque
tenues síntomas. Este m étodo ha sido aplicado en el caso del mosaico del
tabaco en el tom ate (véase, cap. IV).
IV. L u ch a c o n tra v iru s y m ico p ia sm a s Tam bién podría reconsiderarse la aplicación de este m étodo a las plantas de
multiplicación vegetativa, recurriendo a la com binación variedades tolerantes-
A ctualm ente, en la práctica, es imposible (si no es en laboratorios o sobre cepas de síntom as tenues. Ya aplicada en este sentido a los árboles frutales, no
algunos individuos) san ar aquellas plantas atacadas por un virus. La lucha se debe descartar su adaptación en un futuro a los Allium.
126 Enfermedades de las hortalizas Los métodos de lucha 127

La parcelación del terren o p o r m edio de setos corta-vientos, aunque no


dism inuye la m edia general de contam inaciones, las concentra en u n a zona de
calm a relativa situ ad a en un a distancia de setos igual al triple de su altura.

• Erradicación de los reservorios o fuentes de virus y vectores


C u a n d o el virus es tran sm itid o de una generación de la planta cultivada a
la siguiente p o r las sem illas o los plantones, le corresponde a la selección
san itaria prom over un a cam p añ a de advertencia general para suprim ir los
p rim ero s focos del virus (consúltese ap a rta d o siguiente).
E n las especies cu ltivadas, la fuente del virus puede estar constituida p o r las
parcelas vecinas, en el caso de los cultivos solapados, por los cultivos porta-
granos o p o r los rebrotes. En el caso de cultivos m uy im portantes para una
región, las m edidas to m ad as a escala colectiva pueden m ejorar la situación:
p rac tic ar una interrupción d u ran te dos o tres meses del a ñ o en el cultivo de la
especie sensible; aislar los p o rta-g ran o s tran sp o rtán d o lo s a otras regiones
c o n tro la r la elim inación de los rebrotes...
La erradicación de las p lantas silvestres inductoras de virus y de los vectores
es m u ch o m ás difícil de realizar. La limpieza cu id ad o sa de los linderos de las
p arcelas, ejecutable sobre un espacio de 20 m etros de an ch o , com pletada por la
aplicación de to d a u n a serie de m étodos de lucha en los que nos detendrem os
a co n tin u ació n , puede, sin em bargo, co n trib u ir a la obtención de resultados
favorables. En la m ay o ría de los casos que conciernen a las hortalizas, debem os
co n te n ta m o s con la d estrucción de las dicotiledóneas en los linderos po r un
Figura 36. R esultados d e u n ensayo realizado en 1963 en el IN R A -M ontfavet. lla n ta s de lómate herbicida a p ro p iad o (conviene, no o bstan te, evitar el 2.4-D).
co n d u cid as a un tallo, p lantación del cam po el 24 de abril.
‘ 1V w 'JS ^ naS; P , 4 P t 20- P+4Ü: l>,anlus c o n tam in ad as p e r el m osaico del ta b a c o 14 dias antes. • Disminución de la eficacia de los vectores
¿y>o 40 días después d e plantación.
La prim era idea que suele venirnos a la m ente es utilizar insecticidas, para
re ta rd a r las epidem ias d e virus o m icoplasm as. P ero ello sólo resulta eficaz
cu an d o la transm isión se p roduce según el m odo persistente (ejemplo: luteovim s,
Lucha co ntra los virus y m icoplasm as tra n sm itid o s
rh ab d o v iru s, m icoplasm as). El insecto tiene tiem po de sufrir el efecto del pes-
por insectos ticicida d u ran te la com ida d e adquisición, el tiem po de latencia o la com ida de
infección, que se cifran en h o ras o decenas de m inutos. Es necesario, adem ás,
• Determinación de las zonas de riesgo a escala regional escoger insecticidas eficaces frente al vector (ejem plo: pirim icarb o lindano
o de parcela
co n tra el M yzus persicae. y n o órgano-fosforados).
Seria ab su rd o llevar a cab o p lan tacio n es en estaciones o zonas propicias a P o r co n tra, en el caso de transm isiones p o r pulgones alados según el m odo
generar un 1 0 0 % de infecciones precoces qu e redujeran las cosechas al m enor no persistente, los tratam ien to s aficidas regulares que m antienen el cultivo
inconveniente. Z onas d e m edia altitud e inviernos m uy fríos en las que los totalm en te indem ne de colonias de pulgones, no retrasan m ás que un d ia la
vuelos de pulgones com ienzan m ás tard e d e lo h ab itu al,’p o d rían relevar, en el contam inación de los cultivos.
caso de los cultivos de estación, a aquellas zonas m ejor favorecidas clim ática­ C onviene, p o r ta n to , sacar p a rtid o de las particularidades de este m odo de
m ente, pero en las q u e las co n tam inaciones son m ás precoces, > en su s ataq u es transm isión, aten d ien d o a las cuales podem os o p ta r p o r varias alternativas:
sólo perdonan a aquellos cultivos practicados bajo lám inas plásticas o b astid o res D isuadir a los pulgones para evitar que se posen sobre las plantas sensibles,
F.n una parcela, si las con tam inaciones provienen de reservorios exteriores, a p a ra to ó ptico d e los pulgones es bastante ru d im en tario , pero, no o bstante.
los cultivos de los linderos suelen ser los p rim ero s q u e a le a n /a la infección v
tam bién los m ás d u ra m e n te atacad o s. Las parcelas largas y estrechas son las Acuso, t por que motivo se implantan en Dióine y en Ardcche los porta-granos de remolacha
m ás desfavorecidas. tinados a los países del norte?
128 Enfermedades de ¡as hortalizas I m métodos de lucha 129

les perm ite distinguir los colores: el verde, y, sobre to d o , el am arillo les atraen ; P ara sacar p a rtid o de la atracción que sienten los pulgones p o r el color
p o r co n tra, las superficies qu e reflejan el sol o el cielo, generan en ellos un efecto am arillo se procede a colocar alrededor de las parcelas paneles verticales amarillos
repulsivo, en particular las ch arcas de agua. Los films reflectantes en co b ertu ra cubiertos de un a sustancia pegajosa a 80 cm del suelo.
del suelo ejercen en ellos un efecto de repulsión análogo: el efecto que provoca E ste m étodo, qu e ha resu ltad o de gran eficacia en Israel, n o ha d a d o ningún
e n ellos el acolchado plástico tran sp aren te n o es n ad a despreciable, com o resultado en el M ediodía francés.
tam po co lo es el que suscitan las lám inas de alum inio o el del plástico p in tad o — O poner a los vectores barreras infranqueables. C o n anterio rid ad hem os
d e color plateado, q u e resultan m ucho m ás efectivos. C u a n to m ás am plia sea c o m p ro b ad o có m o los plásticos reflectantes em plazados en el suelo, o las
la b an d a reflectante q u e rodea las plantas, m ás se re trasará la contam inación. m allas que recubrían las p lan tas, constituían u n im pedim ento p ara los pulgones
La figura 37 resum e los resultados obtenidos en la práctica de experiencias de alados a la h o ra de p osarse sobre los cultivos. N o es ex trañ o , p o r ta n to , que las
este tipo llevadas a c a b o en el IN R A -M ontfavet en 1967. producciones bajo protecciones de vidrio o plástico estén m ucho m enos afectadas
que los cultivos al aire libre, con la condición de q u e n o alberguen m ás que
p lantas sanas y se evite la proliferación de los vectores habituales.
% de plañías enfermas - Dias
La producción d e p lan tas sanas bajo sem illeros protegidos o bastidores
tam bién puede resu ltar interesante p ara los cultivos al aire libre, en el caso en
que las p lantas son m ás receptivas a la infección vírica en estad o joven: es el
caso del to m ate respecto a las cepas com unes del m osaico del pepino. F.n estos
experim entos realizados en M ontfavet sobre las plantaciones de tom ate de
finales de ju n io , se han o b ten id o protecciones de un 95 % , al p ro d u cir plantas
sobre sem illeros protegidos con una m alla de 1,5 m m y de u n 100% cuando
éstas h a n sido cubiertas con telas de m alla transparentes de 0,5 mm .
M ás recientem ente se ha d em o strad o que los cultivos cubiertos po r una
m anta muy ligera de fibras plásticas, no tejidas, se hallan eficazm ente protegidos
de los virus transm itidos p o r los pulgones. Fste m étodo, de hecho, com bin a la
dificultad m aterial de acceso y la disuasión óptica.
— Convertir en ineficaces las picaduras de los pulgones. Se puede prevenir
este resu ltad o pulverizando las p lantas con aceites m inerales no fitotóxicos
d enom inados «Stylet oil». Fl paso de la capa aceitosa a los estiletes, parece
privarlos de las partículas víricas o, al m enos, inactivarlas. El aceite debe estar
pulverizado a débil volum en bajo fuerte presión y tiene que recubrir po r com pleto
el follaje. Los m ejores resultados que se han obten id o al aplicar este m étodo a
Figura 37.—Erecto <lc la cobertura del suelo con plásticos reflejantes en la propagación del
las hortalizas se han d ad o sobre el pim iento (F lo rid a, Israel), quizá p o r el hecho
mosaico del pepino.
1: plástico transparente de 60 cm de anchura. 2: plástico transparente de 120 cm de anchura. del crecimiento lento de sus plantas. Las pruebas realizadas sobre las cucurbitáceas
3: plástico semiplatcado de 120 cm de anchura. 4: plástico plateado de 120 cm de anchura. en el M ediodía francés han sido m ucho m enos convincentes.
1: testigo en sudo descubierto. l/»s rendimientos son favorecidos tanto por el retraso de la conta­ D e este m odo, se puede conseguir que, en cierta m edida, los pulgones
minación como por el calentamiento del suelo, lo que explica que la cosecha sea mayor en el caso (siem pre en el caso de virus n o persistentes) se posen previam ente sobre una
del plástico pulverizado con pintura plateada, de lorma que las manchas brillantes sólo ocupan el
50% de la superficie (resultados INRA-Montfavet. 1987). planta no huésped, sobre la cual sus picaduras h ab rán prod u cid o un efecto de
"lim pieza d e estiletes».
C o n este fin, es conveniente subdivir las parcelas cultivadas de hortalizas
En el caso de los bemisia. cuya sensibilidad óptica es. sin lu g ar a dudas, Por m edio d e hileras de gram íneas que puedan alcanzar un m etro de altu ra en
diferente, son los colores am arillo y blanco m ate los que ejercen en ellos el el m o m en to de las m igraciones (trigo de invierno sem brado el o to ñ o precedente,
efecto repulsivo m ás neto. cebada de prim avera sem brada en febrero). Este m étodo, que com plica bastante
En este sentido, se suele p ro p o n er cu b rir las p lan tas con redes o m allas de »as prácticas de cultivo, po d ría, sin em bargo, ser preconizado p a ra valiosos
co lor blanco, o incluso pulverizarlas con un enlucido blanco. po rta-granos (ejemplo: lechuga). En condiciones tropicales los setos de caña de
azúcar, Pennisetum o sorgo pueden ser utilizados con la m ism a finalidad.
De ahí que se utilicen palanganas amarillas repletas de agua para controlar sus vuelos. L a enum eración de estos m étodos puede hacer que el lector se m uestre
130 Enfermedades de /as hortalizas Los métodos de lucha 131

escéptico, pues en la práctica sólo se utilizan en contadas ocasiones. Sin embargo, (véase cap. V «Las grasas de la judía») los bactericidas agrícolas no resultan
debemos recordar: extrem adam ente eficaces, en este caso serán primordiales las condiciones climá­
— que un retraso de las contam inaciones com prendido entre seis y ocho ticas y la elección de un m étodo de riego que no humedezca las hojas.
días puede duplicar una cosecha; En caso de que el virus esté transm itido por la semilla (ejemplo: mosaico de
— que con la puesta en práctica de dos o tres de estos m étodos, simultá­ la lechuga), se deberá recurrir a esquemas de selección sanitaria tan penosos
neamente. se obtienen resultados superiores a los que puede d ar uno solo de com o los que se reseñan en el siguiente apartado. El prim er estadio: «encontrar
ellos. individuos sanos» no o pondrá problem a alguno, pues la transm isión de virus
p o r las semillas no es jam ás eficaz al 100 %.
• Lucha contra los virus transmitidos por el suelo
Los virus transm itidos por nem atodos apenas tienen incidencia sobre las
hortalizas. La experiencia adquirida en el ám bito de las plantas perennes (ejemplo: Selección sanitaria en el caso de plantas de reproducción
nudos cortos de la vid), demuestra que para com batirlos es necesario establecer vegetativa
rotaciones de m uchos años, o utilizar dosis de fumigantes triples a las que
com únm ente se emplean.
Frente a Olpidium o Polymyxa, vectores de virus para las zoosporas, se debe El incremento de rendim iento mediante la utilización de plantas sanas
evitar en tanto cu anto sea posible la saturación del suelo en agua (drenaje, puede ir desde el 10 % para virus relativamente bien «tolerados», con sintonías
plataform as sobreelevadas). De entre los fungicidas, el quintoccno es tan activo débiles o invisibles, hasta el 40-50 % para los virus con fuertes sintonías (ejemplo:
frente a las plasm odioforáceas com o el himexazol. producto de más reciente M osaico del A jo en «Blanc de la O róm e») —e incluso m ás en el caso de
aparición. A nteriorm ente, ya señalábam os la im portancia que puede tener infecciones com plejas— .
añadir un m ojante no iónico a la solución nutritiva para luchar c o n tra los En la selección sanitaria frente a virus en las plantas de reproducción
Olpidium en cultivo hidropónico. vegetativa pueden distinguirse los siguientes estados:

• Obtención de un material sano desde un principio


V. La selección sanitaria Si la población de que disponemos contiene todavía algunos individuos
aparentemente indemnes, éstos se plantarán en un lugar o en un recinto protegido
C uando los prim eros focos epidémicos de un cultivo proceden de semillas de los vectores: las cajas con paredes a base de finas m allas constituyen el medio
o plantas contam inadas, el uso de semillas, plantitas (procedentes de los semi­ m ás seguro. Se deben conservar las descendencias por familias separadas para
lleros) o bulbos sanos, permite retrasar la propagación de las enfermedades, verificar su buen estado sanitario, por examen visual, indexaje sobre los huéspedes
que pueden ser criptogám icas o víricas: esta es la finalidad de la selección diferenciales o scrología (consultar posteriorm ente el apartado dedicado al
sanitaria. En los casos de virus sobre plantas que se reproducen por vía vegetativa, control). Se com parará la aptitud de rendim iento de los clones asi obtenidos por
no es nada extraño encontrarse en la situación de que el 1()0 % del m aterial se este procedimiento: de hecho, se com bina la selección sanitaria y clonal.
halla infectado desde un principio; la utilización de plantitas sanas perm itirá ^ Si en un principio no se dispone de ninguna planta sana, se utilizarán
aum entar las cosechas, incluso si se produce una nueva contam inación a lo m étodos que conduzcan a la curación de las plantas afectadas por el virus, no
largo del proceso de cultivo, con tal que los «síntomas de choque» no fueran a gran escala, sino simplemente para obtener algunos individuos sanos que
demasiado violentos. puedan servir de punto de partida.
1.a siembra tiene el inconveniente de que puede no reproducir el clon desde
Producción de semillas exentas de enfermedades un principio: las variedades reproducidas por vía vegetativa son. por lo general,
fuertemente hetcrocigóticas.
Para poder llegar a producir semillas sanas en el caso de las enfermedades La termoterapia sólo resulta eficaz sobre ciertos virus (en particular aquellos
criptogámicas. podem os «-jugar«, a la vez, en la elección de situaciones climáticas euyas partículas son globulosas) y puede ser practicada:
y tle m étodos de riego poco favorables a las epidemias y la aplicación de — bien sobre órganos vegetales distintos a las hojas (yemas, plantas, bulbos)
tratam ientos fungicidas o bactericidas durante la vegetación. e m e rg id o s en baños de agua caliente a unos 50 °C de 30 a 120 minutos. Este
Según los casos, deberá prim ar uno u o tro aspecto: para las infecciones procedim iento sólo resulta raram ente eficaz en virus (por contra, elimina los
criptogámicas se dispone de fungicidas eficaces por lo general. Para las bacterias nematodos);
132 Enfermedades de tas hortalizas Los métodos de lucha 133

__ bien sobre plantas enteras, en com partim entos de invernadero que han
Las generaciones más valiosas se pueden beneficiar de los m étodos de lucha
sido m antenidos d urante varias sem anas a tem peraturas com prendidas entre 35
aludidos en el párrafo anterior (ejemplo: protección p o r medio de una «manta»
v 40°C : de fibras plásticas no tejidas).
__ bien sobre esquejes asépticos cultivados in vitro; los tubos han sido
C uando se comienza a aplicar una operación de esta Índole a uno o varios
sumergidos en un baño-m aría term ostático y aclarados. virus, es bastante extraño que no surjan toda una serie de dificultades sanitarias
A continuación se cultivan durante varios meses las plantas supervivientes
anejas: nem atodos o enfermedades criptogám icas transm itidas por las plantas
protegidas de las recontam inaciones, con el propósito de com probar si éstas se procedentes de semillero.
hallan com pletam ente curadas o experimentan una remisión seguida de una
Al esquema mencionado anteriorm ente se deben añadir las exigencias de
recaída. desinfección del suelo o de rotación, además de los tratamientos anticriptogámicos
El cultivo de meristemos aprovecha la débil concentración de virus del ápex
practicados, bien en vegetación, bien en rem ojo o en espolvoreo húm edo de
interno de las yemas. Consiste en la extracción aséptica por medio de una lupa
plantas, tubérculos o bulbos. La term oterapia por rem ojo en agua caliente
binocular de ápices mcristem áticos de 200 y de 1 milímetro de diám etro, que se perm ite, en ciertos casos, eliminar los nematodos.
disponen en el interior de tubos de medio nutritivo complejo. Algunos meristemos
se desarrollan en plántulas, de entre las cuales algunas se muestran indemnes a • Métodos de cultivo in vitro
los virus tras salir de los tubos y ser repicadas en tierra esterilizada.
Pueden perm itir m ejorar los esquemas de selección sanitaria. A partir del
Incluso en el caso de obtenerse variedades clónales de partida, las familias
material sano de partida, se pueden originar generaciones de «multiplicación
procedentes de diferentes meristemos no deben entremezclarse; pues, en este
acelerada in vitro» o «micropropagación», a través de un esquejado aséptico y
caso, se podrían producir recaídas. Incluso sin virus, las diferentes familias
repetido de las plantas de largos entrenudos o p o r medio de ciclos sucesivos de
pueden diferir p o r su vigor y su precocidad.
inducción de yemas y de división y de desarrollo de raíces para las plantas de
tallo corto. Se pueden practicar ai aire libre sólo las últimas multiplicaciones,
• Multiplicación del material sano
sobre una o dos generaciones, hecho que disminuye los peligros aludidos con
Resulta prácticam ente imposible multiplicar indefinidamente las superficies anterioridad.
de invernadero con m allas antipulgón y, si se pretende poner a disposición del Sin embargo, conviene asegurarse de que el m odo de multiplicación escogido
público el material sano, es necesario hallar soluciones en las que el material conserve bien el tipo varietal: las especies vegetales, e incluso las variedades,
vegetal se pueda m ultiplicar al aire libre sin que exista la poisibilidad de una pueden reaccionar de form a muy diferente desde este punto de vista; algunas
rccontam inación muy rápida. varían poco, incluso con m étodos de «desdiferenciación-redifercnciación», pa­
Desde este p unto de vista, es indispensable estudiar de form a em pírica la sando p o r el estado «callo»; otras pueden presentar más variantes que en
rapidez, de recontam inación en diversos lugares y diversas estaciones sobre el multiplicación norm al, incluso con m étodos a priori «conservadores».
territorio del que se dispone. Conviene recordar, tam bién, que el estadio «salida», de los tubos o de los
Esta rapidez de recontam inación se halla en función: tarros, es muy delicado y que las plantas jóvenes extraídas de ellos pueden
— de la distancia de los cultivos de multiplicación frente a las fuentes de m ostrarse más sensibles a las recontaminaciones.
virus, o reservorios naturales: El laboratorio de m icropropagación debe, pues, duplicar las instalaciones
— de la abundancia de vectores, que viene condicionada por el clima, la de invernadero sofisticadas (nebulización-humificación, sombreo progresivamente
estación y los tratam ientos insecticidas aplicados. decreciente, mallas antiinsectos) tan costosas y exigente en personal cualificado
Para que el proyecto sea com patible, hay que considerar que en zonas como el propio laboratorio.
favorables, en condiciones de aislamiento bien definidas y con tratamientos insec­
ticidas eficaces, se podrán obtener, por depuración severa en cada generación, • Control
porcentajes de recontaminación débiles. En sus orígenes, la selección sanitaria no disponía m ás que del control en
Por lo general, se procede por etapas sucesivas de tolerancia cada vez mas vegetación iras depuración, de gran utilidad, pero que no perm itía descubrir
am plia; una «super élite*» totalm ente indemne procedente de las cajas con contam inaciones tardías.
paredes de mallas que genera una élite con un I %o de plantas enfermas, que El control a posteriori permite eventual mente esclarecer los casos más dudosos,
finalmente originan una «semilla certificada» en porcentaje variado según los Pero n o preverlos. Es muy deseable practicar un control previo antes de proceder
casos (de un I %o a un 5 %). a la comercialización.
De este m odo, los lotes rechazados por el control en una categoría pueden En el caso de las semillas, una germinación sobre papel de filtro, un gel de
ser reclasificados en una categoría inferior. agar en agua o un gel de agar nutritivo, según los casos, perm ite descubrir los
134 Enfermedades de ¡as hortalizas Los métodos de ¡uchu 135

hongos transm itidos p o r las semillas. En el caso de los n em atod o s de los El ex tracto o b ten id o a p a rtir de un «grupo» (residuo de centrifugación del
bulbos, las extracciones realizadas en las «bandejas» de un a m uestra del lote a agua d e rem ojo de 100 a 500 sem illas p ara las bacterias, ju g o de 100 a L000
testar perm itirán la detección. semillas hinchadas o germ inadas, u otro tanto de gérmenes de bulbos y tubérculos
Para descubrir b acterias fitófagas en las sem illas, un buen p u n to de partida para los virus), puede ser testado de m aneras diferentes.
es rem ojarlas en agua durante 24 horas. Las bacterias se difunden y se multiplican E n los a ñ o s sesenta se recurría, sobre to d o , a los tests de las plantas: agua
en el agua de rem ojo, q u e se centrifuga; pero las dificultades com ienzan ense­ de rem ojo de 100 ju d ias inoculada a una p lántula de ju d ia «M istral» muy
guida. . . sensible a Pseudomonas syringae pv. phaseolicola: m olido de 700 plántulas de
E n el caso de los virus, el prim er m éto d o de co ntrol previo utilizado lúe el lechuga g erm inadas en cápsula de Pétri. inoculado a u n Chenopodium quinoa
precultivo de m uestras extraíd as d e los lotes a certificar: siem bras de semillas que reaccionaba p o r m osaico generalizado al m osaico de la lechuga. Lste tipo
fuera de te m p o ra d a , p lan tació n en in vernadero de tubérculos o b u lbos, cuya de test exigía que tran scu rriera un plazo de tiem po en tre la inoculación de la
latencia ha sido soslayada artificialm ente. C onsiste en observar a los individuos, p lanta-test y la observación de los síntom as, asi com o instalaciones im pecables
uno p o r u n o , para d escu b rir los síntom as. F.l inconveniente de este tipo de de cám a ras clim atizadas p ara la cria y la incubación de las p lan tas test.
m étodos es el n ú m ero d e individuos que hace falta ex am in ar p ara garantizar
E n la actu a lid ad , en la m ayoría de los casos, siem pre que se practica el
con seguridad un p o rcentaje límite.
«m étodo de los grupos*», se prefiere recurrir a detecciones p o r serología perfec­
El cu ad ro 9 refleja el n úm ero de unidades de muestreu (de fo rm a inversa a
cionada: inmunofluorescencia p ara las bacterias, o test ELISA para los virus.
las tasas límite: 100 p ara 1 % , 500 para 0,2 % . 1.000 p ara 1% i ) a ex am in ar para
Los principios estadísticos p ara la interpretación de los resultados estarán
poder aceptar o rechazar un lote (con una garantía de un 95 % para la aceptación
b asados en la «ley binom inial».
y d e u n 97,5 % p ara el rechazo).
Es necesario p recisar bien el límite de la sensibilidad del m étodo, p ara p oder
fijar co n seguridad el efectivo m áxim o aceptable de un grupo.
CUADRO 9
C ontrol de los lote* de semillas o plantas
• Uso correcto de las semillas certificadas
Inidittk'* Núm ero de indhiduus «'«líennos observado* que perm iten:
de miH-slrw
R edva/arlo
El co m p ra d o r n o debe confundir ja m á s «semilla certificada» y «variedad
cxuminiidas A ceptar un lote
resistente». Sería ab su rd o , p o r ejem plo, p lan tar u n a m uestra de este valioso
1 — 4 m aterial en m edio tic un g ran cam po vírosado, con la esperanza de d em o strar
8
su su p erio rid ad y de preservar plantas.
3 0
Si el p ro d u c to r quiere sacar el m ejor p artid o de su com pra de sem illas
6 2 16 certificadas sanas, y una vez en la explotación desea reproducirlas eventualm ente,
9 4 18 deberá recurrir a los principios de aislam iento y a los tratam ien to s insecticidas
(v de dep u ració n si quiere o b ten er semillas).
12 6 20

18 II 25

24 16 34
VI. La re s is te n c ia v a rie ta l

L a lucha co ntra las enferm edades o los nem atodos, p o r m edio de la m ejora
Este tipo de m éto d o , que es aceptable si los porcentajes a g a ran tizar son del e los m étodos de cultivo, los tratam ientos o la selección sanitaria, constituye
o rden del 5 % , no se p u ed e llevar a la p ráctica c u an d o éstos son del orden un co m b ate sin fin.
del I %o.
D e ahí que, cada vez, se encuentre m ás generalizada la idea de exam inar no La obtención de variedades resistentes evita el problem a y rentabiliza m ejor
individuos, sino grupos de plántulas, «dientes» (de ajo), bulbillos o bulbos ° s resultados de la investigación que la puesta a p u n to de m étodos penosos v
muv costosos.
p regerm inados o n o . d e los cuales se analiza un ex tracto de form a global parn
conseguir un resu ltad o positivo, au n en el caso de que un solo individuo del L a selección de variedades resistentes atraviesa, en lineas generales, las
co n ju n to se halle con tam in ad o . S,guientes lases.
136 Enfermedades de /as hortalizas Los métodos de lucha 137

Búsqueda de genitores de resistencia de lesiones locales cloróticas o necróticas apreciables a simple vista. La hiper­
sensibilidad se manifiesta en las hojas en el caso de los virus tranm itidos por vía
D entro de una variedad heterogénea podemos hallar una minoría de plantas mecánica (natural o experim entalm cntc ") o por enferm edades criptogámicas
resistentes, com o ocurrió en los Estados U nidos con las coles resistentes a la de propagación aérea. También puede aparecer en las raíces (caso de Meloidoigyne
fusariosis vascular, o en Francia con los melones resistentes a la raza 0 de la en el tom ate) o. m ucho más discretam ente, en la proxim idad de los vasos del
fusariosís. xilema en las enfermedades vasculares.
Este fenómeno, sin em bargo, suele ser muy poco frecuente y las investiga­ L a hipersensibilidad, a menudo, es defectuosa a tem peraturas superiores a
ciones deben ir más allá: relaciones con los colegas extranjeros, acceso a las los 30 °C. El um bral de tem peratura suele ser más bajo para el heterocigoto que
colecciones de los institutos internacionales (particularm ente a la colección para el homocigoto.
«Plant inlroductions» o «P.l.» seguidas de seis cifras, que se conserva en Beltsville- En caso de virus, alternancias de tem peratura del orden de los 20-30 °C.
U.S.A.). C uanto más se estudien las numerosas colecciones que provienen dé­ pueden provocar necrosis generalizadas: el virus, al extenderse bajo tem peraturas
los países del centro de origen de la especie cultivada, o mejor todavía, de sus elevadas p o r toda la planta, desencadena la reacción hipcrscnsible cuando la
centros de diversificación, existirán mayores posibilidades de encontrar plantas temperatura desciende. De este m odo, se puede detectar una necrosis generalizada
resistentes. al realizar un injerto hipersensible sobre un sujeto sensible.
En los centros de diversificación, las especies cohabitan, en general, con Existen, sin embargo, excepciones a esta regla general: resistencia monogénica
cepas agresivas (y al m ism o tiem po diversificadas) de sus parásitos. Las pobla­ dom inante ~ hipersensibilidad. A m odo de ejem plo, citarem os los genes Tm l
ciones de plantas que se cultivan en condiciones de agricultura tradicional están (resistencia al mosaico del tabaco) y C'f2 (resistencia a Fu/viafulva) en el tom ate,
constituidas p o r mezclas de individuos sensibles y resistentes que subsisten en que no originan la aparición de tejidos necrosados tras la inoculación.
su totalidad en estado de equilibrio.
En caso de que este tipo de investigación fracase, se puede tratar de encontrar
• Genes débiles, fuertes y ultrafuertes
resistencias en especies vecinas, cultivadas o silvestres, que se pueden hibridar
más o menos fácilmente. En un futuro próxim o se espera que se utilicen L as resistencias m onogénicas, a m en u d o , so n defectu o sas p o r la a p arició n
m étodos modernos de transferencia de genes. de nuevas razas de parásito s, según V a n d f r Pi a n k se p ueden d istinguir genes
de resistencia «débiles» o «fuertes».
Estudio de la heredabilidad de la resistencia E n el prim er caso, las razas capaces de atacar al huésped provisto del gen
«débil» preexisten en las poblaciones naturales del parásito y pueden mantenerse
Después de haber llevado a los genitores de resistencia al estado de lineas
sin dificultad sobre el huésped sensible. En el segundo caso, las razas capaces
puras, o de poblaciones hom ogéneas para la resistencia, se procede a la práctica
de dom inar al gen «fuerte» sólo aparecen tras el cultivo de grandes efectivos de
de cruzamiento con las plantas sensibles. El nivel de resistencia de h . el porcentaje
de plantas resistentes o el escalonamiento de niveles en F ; y los retrocruzamientos plantas provistas de este gen. Dichas razas son m enos competitivas en estado
(F, X resistente) y (F X sensible) permiten determ inar la heredabilidad de la saprofito o sobre el huésped sensible que las cepas «comunes».
resistencia. En este sentido se ponen de manifiesto diversas situaciones. Los genes «débiles», en la práctica, no tienen ningún interés, los «fuertes»,
para resultar eficaces, deben ser utilizados por medio de «arreglos» (pattems),
• Inmunidades o altas tolerancias debidas a uno o dos genes efectuados bien a lo largo del tiempo (rotación de resistencias, muy eficaz en el
recesivos caso de los parásitos telúricos) o del espacio (variedades compuestas o multilineas.
Este tipo de resistencia no se manifiesta por ninguna reacción particular del obtenidas a partir de una mezcla de descendencias m orfológicamente similares,
tejido del huésped, que m uestra, o bien una inm unidad total, o experimenta pero provistas de genes de resistencia diferentes —estrategia poco utilizada por
una reacción de tipo sensible, sin necrosis pero muy débil. el m om ento en las hortalizas— ).
Las tem peraturas elevadas no afectan a este tipo de resistencia, que en Subsiste, sin em bargo, un determ inado núm ero de resistencias monogénicas
ocasiones puede reducirse a nada por la aparición de nuevas razas del parásit*» que nunca han fallado: gen Sm de resistencia a Stemphyllium en el tom ate,
(ejemplos: resistencia del guisante al oidio. del pim iento al virus Y — un gen de hipersensibilidad al mosaico com ún de la judía, resistencia a la cladosporiosis
resistencia—, y de la judía a Meíoidogyne incógnita —dos genes de resistencia— )- del tom ate. A los responsables genéticos de estas resistencias los denominarem os
«genes ultrafuertes-
• Hipersensibilidades regidas por un gen dominante
Este tipo de resistencia se expresa en la muerte de las células que se hallan " Por lo general, no $c manifiesta ningún síntoma cuando este mismo virus es transmitido por
en contacto inm ediato con el parásito, a escala microscópica, o bajo la forma PuiKOncs
138 Enfermedades Je las hortalizas Los métodos de lucha 139

• Genes dom inantes de resistencia reforzados por la acción de sola variedad, se puede llegar a sintetizar resistencias poligénicas de muy elevado
modificadores, resistencias oligogénicas nivel.
En estos casos, m uy similares al anterio r, pero que corresponden, en genera], En el caso d e las p lan tas infectadas de form a sistém ica, la tolerancia a los
a resistencias m ás estables, la acción del principal gen de resistencia sólo se virus implica unos síntom as m uy débiles o nulos y una productividad aceptable.
m anifiesta plenam ente en un «contexto genético» fo rm ad o p o r dos o tres genes Esta se d a en ciertas variedades (ejem plo: ajo «V ioleta de C adours» frente
anejas, de hered ab ilid ad interm edia, o recesivos (revisar p o sterio rm en te las al O Y D V , cap. IX).
resistencias del pepino al oídio, de la col a Xanthomonas y de la ju d ia a P.s. pv. Sin em b argo , esta situación es tem ible p o r d o s m otivos:
— pueden sobrevenir síntom as graves com o consecuencia de u n a sobrein-
phaseolicola raza 2 ).
fección p o r un virus de o tro g ru p o , p o r efecto de complejo;
• Resistencias poligénicas que generalmente se comportan como — las p lantas to leran tes constituyen un reservorio de virus m uy tem ible
«horizontales» p a ra las variedades sensibles próxim as a ellas.
Se espera que. próxim am ente, m étodos m odernos de carácter genético aporten
E n este caso F, (sensible X resistente) puede, según los casos, com p o rtarse su contribución a la resistencia de las p lantas a los virus. E n la actualida. en los
com o resistencia de reacción interm edia, o sensible, aten d ien d o al g rad o de lab o rato rio s m ejor d o ta d o s, se investiga la posibilidad de in co rp o rar a los cro­
dom inancia de los genes de efecto aditivo y no discem ible que intervengan. m osom as de la p lan ta genes virales intactos o m odificados co n dos finalidades:
F : presenta una g am a co n tin u a d e individuos que van del m ás sensible al — conseguir que la p lanta produzca la proteína de la cobertura (cápsida),
m ás resistente. Es necesario seleccionar am plios efectivos para e n co n trar plantas qu e produce el m ism o efecto que la inm unización;
Fj tan resistentes com o el parental resistente, dando una descendencia homogénea. — lo g rar que pro d u zca «A R N » «contrasentido» o com plem entarios del
Este tipo de resistencia suele ser la m ás eficaz frente a to d as las razas del A R N vírico, p ara im pedir su rcplicación.
parásito y n o está su jeta a la ap arición de nuevas razas. P or este m otivo, se le
denom ina «horizontal».
P o r co n tra, co m ú n m en te la resistencia n o es ab so lu ta y puede resultar Incorporación de genes de resistencia
defectuosa sobre plantas jóvenes, senescentes, o m uy susceptibles a la enfermedad, en las variedades cultivadas
sobre to d o c u an d o se tra ta d e un híbrido F, sensible X resistente.
P ara in co rp o rar genes de resistencia en u n tipo varietal satisfactorio, pero
P o r ta n to , será beneficioso reforzar este tipo de resistencias recurriendo a
sensible, se h a b rá de recurrir al retrocruzam iento, poniendo en juego de 6 a 10
buenas prácticas de cultivo y. eventual m ente, a una ligera protección fitosani-
generaciones, con efectivos débiles en el caso de resistencias m onogénicas; el
taria.
m étodo resulta m ucho m ás com plicado en el caso de una herencia poligénica.
Siem pre se debe p ro cu ra r reagrupar en un solo genotipo diversos tipos de
• Caso particular de resistencia a los virus resistencia diferente, p a ra conseguir un «sistem a oligogcnico».
A dem ás de los m ecanism os generales qu e co ntribuyen a la in m u n id ad o En caso de que no se disponga de ningún g enitor de resistencia de alto nivel,
hipersensibilidad, la resistencia de las plantas a los virus puede estar relacionada se puede inten tar la reagrupación a p a rtir de cruces com plejos entre variedades
con un cierto n ú m ero de «barreras» que aparecen en las diversas fases de la n o em p aren tad as de genes de resistencia parcial diluidos en contextos sensibles,
infección: para o b ten er u n a resistencia poligénica p o r selección recurrente.
— receptividad escasa o nula a la infección por vectores. Las posibilidades de Las resistencias recesivas sólo p o d rán ser utilizadas en form a de líneas
éxito de la tran sm isió n p o r un solo insecto vector pueden ser m u ch o m enores p u ras, de poblaciones h om ogéneas p a ra la resistencia, o de h íbridos h entre
que en u n a variedad m uy sensible, o incluso nulos p ara ciertos genotipos de la parentales resistentes.
planta: la herencia p u ed e ser poligénica. en caso d e «escasa receptividad» o Las resistencias m onogénicas dom inantes se p o d rá n conferir a híbridos F
m onogénica (gen Vat en el m elón que inhibe la transm isión p o r Aphis gossypii) (sensible X resistente).
— tendencia a la abscisión de la hoja infectada an te s de la generalización del N o o b stan te, debem os co n tro lar la tem peratura a la cual los heterocigotos
virus: esta reacción, m enos precoz que la hipersensibilidad p ropiam ente dicha, se vuelven sensibles.
puede, sin em bargo, resu ltar eficaz; Las resistencias poligénicas se utilizarán en estad o hom ocigótico cu an d o las
— débil m igración del virus, desde la ram a infectada hacia las o tras partes infecciones sean m uy fuertes. Se pueden recurrir a híbridos F, (sensible X
de la planta. resistente) c u an d o la resistencia poligénica es parcialm ente do m in an te, a lo
Si al igual que hizo Po< i i a r d (IN R A -M o n tfav et) con respecto al pim iento, a r go de las tem p o rad as en que la enferm edad es m enos severa, o c u an d o éstos
se consigue rcag ru p ar resistencias de estos tipos, a u n q u e sean parciales, en una hallan respaldados p o r buenas prácticas de cultivo.
140 Enfermedades d e las hortalizas Los m étodos de lucha 141

A n ex o I hallaban definidos en la autorización de venta de una especialidad. En la autorización


se relacionaban las principales aplicaciones y de forma esporádica a algunos usos asimi­
lados, pero no se indicaba nada referente a aquellos casos en los que el producto podía
Control de productos antiparasitarios de uso agrícola ser utilizado de forma eventual.
Para paliar este inveonveniente se prom ulgó la orden del 5 de julio de 1985. con el
Un Francia, la utilización de fungicidas destinados a com batir las enfermedades de propósito de prohibir la utilización de especialidades para otros usos que no fueran los
las hortalizas está som etida a la reglamentación general que afecta a la venta y al uso de autorizados.
los productos «fitosanitarios* (o «agrofarmacéuticos»). De este modo en ella se hace constar: « Todo lo que no está autorizado queda prohi­
Resulta inconcebible utilizarlos de forma completam ente laxa, pues es necesario que bido«.
el horticultor al servirse de ellos disponga de un mínimo de garantías en lo referente ;i: Esta nueva reglamentación fue de vital importancia para las hortalizas, dado que
— su eficacia contra las enfermedades; hasta la fecha, en las autorizaciones de venta, apenas se reseñaban usos relacionados con
— su inocuidad tan to para el usuario como para el consumidor: ellas, si no se trataba de grandes enfermedades como, por ejemplo, el mildiu del tomate.
— el respeto de las norm as que afectan a los residuos. Asi, pues, existía una gran anarquía en este sentido y los fungicidas comúnmente se
Por ello, Francia tiene una reglamentación severa desde que aparecieron los pesticidas utilizaban por asimilación o extrapolación a partir de ejemplos tomados de otros cultivos.
de síntesis al term inar la Segunda G uerra Mundial. Desde que se publicó esta reglamentación, todos los casos de tratam iento han sido
porm enorizados, inclusive aquellos más marginales. A partir de este repertorio, aquellas
Reglamentación de la venta entidades o firmas que desean obtener la autorización de uso de un producto especializado
deben solicitarla adjuntando las pruebas necesarias que justifiquen su eficacia e inocuidad.
Ln un primer m om ento, la principal preocupación del legislador fue la reglémentación También pueden ser formuladas por aquellos técnicos hortícolas en caso de que la
de la venta. La ley de 2 de noviembre de 1953. precisa en su articulo primero: utilidad de una especialidad sea precisa e interesante.
«Queda prohibida la venta, puesta en venia o distribución a titulo gratuito de productos Si existe algún desacuerdo con la firma, debido a que ésta no desea invertir en la
antiparasitarios. que no hayan sido objeto de una homologación.» venta un producto para un determ inado uso. es el Ministerio de Agricultura quien debe
tom ar la decisión, aconsejando la utilización del producto.
Esta ley afecta a: La necesidad de definir todos los casos de tratam iento posible sobre todas las
— los antisépticos y anticriptogámicos destinados a la protección de cultivos y de plantas cultivadas, ha supuesto un enorme esfuerzo colectivo de los grupos de trabajo
materias vegetales; designados por el Ministerio de Agricultura.
— los herbicidas:
— los productos de defensa contra vertebrados e invertebrados nocivos para los La homologación de los productos
cultivos y los productos agrícolas; F.n aplicación de la ley de 1943. el decreto del 1 de agosto de I9~4. nombra tres
— los aditivos. comisiones complementarias encargadas de organizar el control de los productos fitosa­
La ley de 23 de diciembre de 1972, extiende el campo de acción al conjunto de nitarios:
productos que puedan ser aplicados al suelo, al agua, a los vegetales y a los productos — La Comisión de estudio de la toxicidad.
recolectados, así como a aquellos otros destinados a: — La Comisión de productos antiparasitarios.
— la lucha contra los vectores de las enfermedades humanas y animales (a excepción — La Comisión de homologación.
de los medicamentos): Cada una de estas comisiones desempeña una función específica en aquellos casos en
— el saneamiento y tratam iento antiparasitario de los locales, materiales y vehículos, que una firma solicita al Ministerio de Agricultura una autorización de venta.
con los que puedan entrar en contacto animales o productos de origen anim al y vegetal • La Comisión de estudio de la toxicidad, com puesta básicamente por toxicólogos.
Diversas órdenes y circulares de aplicación de am bas leyes precisan las condiciones examina el dossier toxicológico aportado por la firma, solicitando, cuando el caso lo
en las que se puede proceder a la venta de estos productos. requiere, estudios de investigación complementarios. F.l juicio que emite es preponderante
Esta reglamentación se aplica a las especialidades sintéticas compuestas a base de sobre el resto de decisiones. Si es negativo, el producto es definitivamente rechazado. Si
productos minerales o de síntesis y a las preparaciones biológicas, afectando también a es positivo, le corresponde tom ar toda una serie de precisiones que conciernen:
aquellas procedentes de investigaciones de carácter genético. a la clasificación toxicológica y el enunciado de las «frases de nesgo«, que
Finalmente, debem os recordar que la ley del 13 de julio de 1979. completa las obligatoriamente deben figurar sobre las embalajes;
disposiciones precedentes reglamentando el control de las materias fertilizantes y de los — a la determinación de los plazos en que queda prohibida su utilización y a la
—medios— de cultivo. fijación de los limites máximos de residuos (LMR);
" 7 a los riesgos que conlleva en cada uno de los usos reivindicados considerando sus
propiedades físicas, químicas y toxicológicas en el cuadro de las condiciones prácticas de
Reglamentación de la utilización empleo.
C on el paso del tiem po, las leyes sobre la venta de productos fitosanitarios resultaron * l o Comisión de los productos antiparasitarios. funciona a modo de parlamento.
insuficientes, ya que existía un vacio jurídico que regulara aquellos usos que no se t s t a compuesta por diversos representantes del conjunto de administraciones y profesiones
to le ra n c ia en residuos de fungicidas en h o rtaliz as. autorizad«*.
Hn caracteres norm ales se m encionan las norm as conocidas en uno o varios países de la C F T o de Suiz.»; s¡ cn
t n caracteres itá lico s se de sig né .¡a en k*s P»is4ís rtc la CEE y cn SuLk' <en
te« están en vig o r valores diferentes, nosotros indicarem os las dosis extrem as entre las que flu ctú a n .
:fr#nccsas c° nocidas-

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Horato» 0,02-1 0,05 0.! 0J 0,02-5 20 «.05 < 0.05 Al


Hortalizas de froto
Solanáceas
Berenjena 1 1
Pimiento Oi 0.5 1
Tomate 0.5 5 5 i 5 2 1 ll.fi :
Cucurbitáceas Í1.5
Melón 0,5 0.5 0.5 í l
Pepino 0.5 0..U1.5 1-5 0.5 0.03-1
Pepinillo 0.5 IU 5
Calabacín 0.5
Calaban
Sandia
Judia 02 0.5 2
Guisante 2
7
Hortalizas de hoja <1.02 8-10
Ensaladas 5 ■>
• 10 1
Achicorias-escarolas •y
Achicoria de Bruselas 0,3 2 -----
lechuga 0.1 8 2 (12 10
Escarnía 2
-Mache- *
Espinaca 20 0¿
Perejil <
Puerro 0.5 8 2 5 __
Col
Col de Brusela 0,5 __
Alcachofa 1 __
Hortalizas de tallo __.
Espárrago
Remolacha de mesa 1
Cardo 1
Apto de pencas 2 5 50 1 __
Hinojo 1
Hortalizas de bullx» 0.1-0.5 ___.
a b o fe 0.01-0.5 2 0.5
Ajo _-
Hortalizas de raii 2 OLI 0.5-5
Zaruhona 5 2 0.2-1 1 __
Apto-rábano 0.1 0.3 ___
Salsifí
' Milán..«: i.- viicucoa
144 E nferm edades de las hortalizas Los m étodos de lucha 145

interesadas en la homologación de un producto determinado. Su misión consiste en


proponer al Ministerio todas las medidas generales que respectan al funcionamiento de
homologación. Llabora propuestas para la aplicación de nuevas reglamentaciones y
determ ina los problemas que conlleva el uso de materias activas.
• El Comité de homologación es el órgano ejecutivo del sistema. Lstá compuesto por
funcionarios que representan a los diversos organismos adm inistrativos designados por
la ley para aplicar los reglamentos de homolagación. Gracias a los informes de los
Hortalizas OJ! 0.01-0.05 expertos, y considerando las determinaciones tom adas por la Comisión de estudio de la
Hortalizas de fruto toxicidad y por la de los productos antiparastiarios. propone un cierto núm ero de
Solanáceas decisiones al Ministerio que responden a las dem andas de homologación solicitadas por
Bcrrnpna las firmas.
Pimiento El Comité decide, tam bién, sobre las solicitudes de distribución para la experimen­
tación, sobre las nuevas posibilidades de empleo de un producto y sobre las renovaciones
Cucutbiljiras de homologación, obligatorias para todas las especialidades homologadas al cabo de
diez años de la misma.
La información necesaria para que el Comité delibere proviene de la firma interesada
(dossier toxicológico y biológico) y de los organismos que han participado en la expe­
rimentación de las especialidades sometidas a homologación (institutos Técnicos, Pro­
Calabacín
tección de los Vegetales, Investigación). A menudo, el Comité solicita también estudios
Calabaza
oficiales de control com o complemento al citado material documental.
Esta estructura descrita a grandes rasgos, permite el control de la venta y del aso de
los productos fitosanitarios en Francia. Constituye la principal garantía de la inocuidad
Guuante
y de la eficacia de las especialidades introducidas en el comercio para el consum o de los
Hortalizas d¿ hoo
horticultores.
Ensaladas La organización en cuestión desempeña, a su vez, un papel cada vez más im portante
Achicorias-esoroL» en la protección del consum idor, especialmente al fijar los «I.M R» compatibles con la
Achicoria tic Bntsebs eficacia contra los parásitos y el respeto de la salud pública.
Lechuga
beatola
►Mache»

Col de Broscia

H onalaas de ulto
fc^áfrago____
Remolacha de

Apio de penca»

Hurtabas de bulbos

Hortaliüaj de raíz

Apio-ròbaoo
ENFERMEDADES
DEL TOMATE, LA BERENJE
Y EL PIMIENTO
Entre las solanáceas hortícolas, las más destacadas son el tomate, Lycopersicon
esculentum; la berenjena, Solanum melongenea, y el pimiento, térm ino que agrupa
a las variedades de fruto dulce de la especie Capsicum annuum (los pimientos
picantes pueden pertenecer bien a la m encionada especie C. annuum. o bien a
otras especies próxim as, de entre las cuales las más im portantes son C. frutescens
y C. chínense).
A pesar de todo lo señalado, estas solanáceas hortícolas, aprovechables por
sus frutos, no son las únicas plantas, puesto que existen num erosas plantas de
esta familia cultivadas principalmente en países 110 europeos. Así, por ejemplo,
en el nuevo m u n d o se cultivan plantas com o Physa/is, Cyphomandra betacea y
diversas especies del género Solanum. caracterizadas por sus frutos dulces y
acídulos bastante alejados de la berenjena (S. muricatum, S. quitaehse. S. sessi-
lijlorum).
En Africa, dad o el carácter comestible de sus frutos y sus hojas, está bastante
extendido el cultivo de las especies S. aethiopicuni y macrocarpum, más próximas
a la berenjena que las anteriores, asi com o una variante m ejorada de hierba
m ora o solano negro: S. nigrum var. guineense.

I. Aspectos fisiológicos y genéticos

• El tom ate es originario de los Andes (L esculentum var. cesariforme. de


pequeños frutos), con un centro secundario de diversificación en Méjico (L
esculentum sensu stricto de frutos grandes). De su origen m ontañoso andino
retuvo un óptim o de tem peratura del orden de 25 °C. y sobre todo una exigencia
de termoperiodismo diario: su crecimiento, floración y fructificación se ven
favorecidos p o r una diferencia de tem peratura de 10 °C entre el día y la noche.
Si las tem peraturas diarias sobrepasan los 35 °C, los granos de polen mueren,
careciendo de viabilidad y la fructificación peligra.
El resto d e las especies del género Lycopersicon no se d estin an al consum o.
Pero a lgunas d e ellas desem peñan un p apel fu n d a m e n ta l en la b ú sq u e d a de
genes de resistencia en hibridación intcrespecífica:
— Sección Eulycopersicon: la especie-herm ana /_ pimpinel/ifolium, d e frutos
muy p e q u eñ o s, en la que la hib rid ació n no p lan te a p ro b lem as particulares.
152 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 153

— Sección Eriopersicon, de frutos verdosos: las especies L hirsutum. I . 2 3 4 5 6 7


-rrin 10 11¡.2 12
glandulosum. L peruvianum (citadas p o r o rd en creciente de dificultad de hibri­
. .Tm-1
dación) fueron fundam entales en la selección del tom ate. C on la m ism a finalidad,
..y . .Pío
en la actualidad en m ejora genética se em pieza a recu rrir a las especies / . .Tm-2 - .u
ehesmanii. I- chmielewskii, L parsvijlorum y L. minuium. ah -•)
— Sección Neolycopersicon: incluye la especie L pennel/ii (antiguam ente . .ms-10 M> bs-2
d enom inada Solanum pennellií). cf-2

E ntre el género Solanum. la especie S. Lycopersicoides h a sido cruzada con . .ni


éxito con el tom ate. . .cM . _aa Vo?
El m ap a cro m o só m ico del tom ate com ienza a ser bien conocido gracias hp
. -bis
tan to a los m étodos genéticos clásicos, co m o a los m étodos recientes de frag­ FM
m entación e h ibridación de los ácidos nucléicos (véase fig. 38).
• La berenjena proced e de la India y se halla fran cam en te bien ad ap tad a
a tem peraturas del o rd e n d e los 30 °C , pero es m uy sensible a las noches frias c . . 1-2
y a tem peraturas de los suelos inferiores a 20 °C . M uy pró x im a a ella es la ;sp n . .1
og.B
especie silvestre S. incanum. espinosa y d e fru to s pequeños, que constituye para l
la berenjena lo m ism o que I~ pimpinelltfolium p a ra el tom ate. Sm
M ás d istantes, p e ro no p o r ello m enos susceptibles a la hib rid ació n , son las
Solanum africanas i ’, aethiopicum y S. macrocarpum. asi co m o la especie S.
¡inneanum (sin. S. sodomaeum). esp o n tán ea de A frica del norte.
F.l arb u sto vivaz S. torwm . espinoso, de fru to s m enudos y m uy resistente a Figura 38.—Mapa cromosómico del lómate. Localización de algunos genes interesantes
las enferm edades, ha sido recientem ente cruzado con la berenjena (obteniéndose (según H. Laterroi).
com o resultado u n anfidiploidc en el IN R A de M ontfavet). Se indica en los cromosomas la situación de aquellos genes cuya situación es conocida. I.os genes
de los que únicamente se conoce que pertenecen a un determinado cromosoma se representan en
• La especie Capsicum anniium, de origen m exicano, tam bién es sensible a
el extremo de éste.
las noches y suelos fríos, au n q u e su ó p tim o d e tem p eratu ra y lum inosidad sea
Genes de resistencia a parásitos:
inferior al de la berenjena. El resto de las especies genéticam ente se hallan m ás c r -4 : Cladosporiosis. Tm-2 : Mosaico del tabaco (hijiersensibilidad;
o m enos próxim as a Capsicum annuum: p o r o rd en de dificultad creciente de Tm-I : Mosaico del tabaco (tolerancia). Fr-1 : Fusariosis del cuello y de las raíces.
hibridación podem os citar: C. chínense. C. fruiescens, C. baccaium y C. pubes­ Pío : Pscudomonas tomatu. 1-2 :: Fusariosis vascular (raza 1. ex 2).
cens. Mi : Nematodos con agallas 1 : Fusariosis vascular (raza 0. ex 1).
(Meloidogyne spp). S F.stenlilosis.
El m apa cro m o só m ico de la especie C. annuum. com ienza a ser investigado Cf-2 : Cladosporiosis Ve : Verticilosis.
actualm ente: los m éto d o s que a con tin u ació n se d etallan revelan porciones Genes que controlan los caracteres morfológicos (únicamente necesitan una pequeña parte d
hom ologas entre cro m o so m as del to m ate y del pim iento. Capsicum annuum se los conocidos y localizados):
presta francam ente bien a la haploidización p o r cultivo de anteras. y : Coloración de la piel del fruto. bs-2 ; Semilla oscura.
ms-10: Esterilidad masculina (~ms-35). ah Ausencia de antociano.
aa Ausencia de antociano. ñor : Retardo de la maduración.
bis Reducción de la altura de las plantas. u Ausencia de cuello verde en el fruto.
rin Retraso de la maduración. R j : Ausencia de junta en el pedúnculo
II. Enfermedades de las sem illas y de las plántulas c : Hojas poco recortadas. hl : Ausencia de pelos.
sp : Crecimiento determinado. a : Ausencia de antociano.
og : Coloración del fruto. f Fasciación del fruto.
En un clim a tem p lad o la sensibilidad de las tres p lantas a los agentes de (carne color frambuesa). hp : Alto contenido en carotcnoides.
afección a las sem illas (Pythium spp., Rhizoctonia solani) se en cuentra estrecha­ B : Coloración del fruto.
m ente vinculada a su resistencia al frío, siendo los d añ o s d e este tip o muy (color anaranjado <lel fruto).
frecuentes en la berenjena y los m ás raro s en el tom ate.
E xcepto en caso de siem bra directa (sistem a utilizado únicam ente en el en u n tem ible foco d e irradiación de num erosas enferm edades, que bien se
to m ate y todavía n o perfeccionado), debem os reco rd ar que los sem illeros, tran sm iten p o r el suelo, a través de las sem illas, o bien persisten so b re los
sobre to d o cu an d o abastecen d e p lantas a num erosos agricultores, se convierten residuos d e cultivo (véanse los ap a rta d o s siguientes).
154 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento

N o resulta suficiente p ara su erradicación la utilización de sem illas sanas i»


desinfectadas, ni la esterilización de los recipientes y sustratos. Las prim eras
pulverizaciones anticriptogám icas deben com enzar en el sem illero. F.l repicado
o trasplante de p lantas n o ctioladas (m enos de 3 0 0 /m : de sem illero) e indem nes
a las enferm edades, será un a garantía de éxito ulterior.

III. Enfermedades provocadas por parásitos telúricos


que causan daño tras el trasplante

C iertam ente, las p lán tu la s producidas en sem illeros co n tam in ad o s, pueden


ser p o rtad o ras de gérm enes y de las prim eras lesiones d e parásitos que a
co ntinuación se describen:

N ecrosis y agallas de las raíces (fig. 39)


III tom ate, la berenjena y el pim iento son sensibles a los neniatodos productores
de agallas {Meloidogyne spp.). La especie M. javanaica, sin em bargo, no afecta
a Capsicum annuum.
La berenjena, a sim ple vista, parece m enos sensible qu e el to m ate, ya que
n o presenta en sus raíces principales agallas volum inosas. N o o b stante, sus
raíces secundarias p ueden o sten tar a b u n d an te s agallas m enudas (vegetación
am arillenta, hojas pequeñas).
P ara revisar los m étod o s generales de lucha co n tra los Meloidogyne es
conveniente rem o n tarse al capítulo 11.
Para las tres especies se dispone de resistencias varietales que pueden ser
aplicadas directam ente o bien m ediante la utilización de p o rta injertos.
Tom ate: un gen de resistencia Mi de gran eficacia frente a Ai. incógnita. M.
javanaica y Ai. arenaria se extrajo de un L. peruvianum; actualm ente se puede
aplicar a num erosas variedades cultivadas. Su resistencia es de tipo hipersensible:
las larvas en q u istad as eclosionan, penetran h asta el cilindro central de las raíces
y, en lugar de p ro v o car la hipertrofia d e las células que pican, p rovocan sus
necrosis y m ueren p riv ad as de alim ento.
H1 cultivo de variedades de to m ate provistas d e M i, en rotaciones hortícolas,
constituye u n buen m éto d o p ara que las colonias de larvas de Meloidogyne
experim enten una regresión en el suelo. Su uso en m onocultivo, p o r con tra,
puede, en d eterm in ad o s casos, p ro v o car la ap arición d e razas capaces incluso
de superar a este gen d e resistencia, en p articu lar las tem ibles razas de M.
incógnita «VSS» en A frica.
C o m o o tro s m u ch o s genes de hipersensibilidad. M i pierde su eficacia a
Figura 39.— F.nfcmiedadts de la raíz que aiectan al tomate.
tem peraturas elevadas: 32 °C en estad o hom ocigótico. 27 °C en estado helero- A: Pyrtnochaeta Iycopersici y CoHctotrichum coccodes.
cigótico. B: Meloidogyne
Los po rtain jerto s actu alm en te aconsejables p a ra el to m ate d e invernadero í : Sponxoipora subterránea.
tam bién contienen el gen Mi. : l Uiartum oxyporum f. sp. radias ¡ycopersici.
156 Enfermedades de las hortalizas Enfennedades del tomate, la berenjena y el pimiento 157

Berenjena: en la actualuidad no se dispone de variedades de berenjena plantas com o la fresa y. m ás en particular, las cucurbitáceas (véase capitulo
resistentes a los Meloidogyne. pero pueden evitarse sus daños a través del siguiente) pueden acoger, asimismo, esta enfermedad. Su erradicación constituye
injerto. En clima tem plado se utilizarán los mismos patrones qu e en el caso del uno de los principales objetivos de la desinfección de los suelos de invernaderos
tom ate: en clima tropical se em pleará preferentem ente la especie Solanum tor por medio del vapor o los fumigantes.
vum. E n lugar de desinfectar todo el volum en del suelo se pueden retrasar los
Pimiento: la situación es bastante compleja, dado que no se conoce ningún daños, m anteniendo la producción precoz y repicando en un suelo mejor cal­
gen m ayor que controle por si solo la resistencia a M. incógnita y M. arenaria. deado, plantas de tom ates que hayan crecido en una prim era fase sobre grandes
La reunión de cu atro genes de Me 1, M e 2 (extraídos del «PM 217»), Me 3 volúmenes de tierra sana o desinfectada (cepellones, macetas o contenedores de
y Me 4 (extraídos del «PM 687»») debería conferir una resistencia a todos los 14 cm).
patotipos de Meloidogyne (investigaciones en curso en el IN RA-M ontfavct y en T am bién se puede luchar por medio de la utilización del injerto, incluso
Antibes). antes de que la causa de la enfermedad sea conocida. F.n 1 lolanda se com batía
F.l tom ate y la berenjena son m ucho más sensibles que el pim iento a las el «corky root»» utilizando patrones híbridos F (L. esculentum X L. hirsutum).
graves necrosis de las raíces. Fl complejo parasitario que induce estas necrosis La resistencia de L hirsutum, poligénica de tendencia dom inante, no ha podido
difiere entre el tom ate y la berenjena por la naturaleza del parásito principal. En ser transm itida al tom ate cultivado. Por contra, se ha descubierto un gen
am bos casos las necrosis de las raíces son favorecidas por tem peraturas del recesivo de resistencia pyl a partir de l.. glandulosum. A ctualm ente, algunos
suelo inferiores al óptim o de crecimiento de la planta. híbridos obtenidos para cultivo en invernadero están provistos de él.
En el caso del tom ate, el parásito prim ario más agresivo, ignorado durante
Por lo que respecta a la l>erenjena, las necrosis de las raíces no manifiestan
m ucho tiempo, después conocido solamente en el estado de micelio gris estéril,
ningún tipo de engrosam ientos corchosos, pero en las parcelas en las que se
fue identificado en 1966 com o Pyrenochaeta lycopersici. Este hongo provoca practica el cultivo sucesivo de berenjenas, a menudo, suelen ser muy perjudiciales.
sobre las raíces num erosas lesiones pardas, algunas de las cuales evolucionan en
P ara estos casos tam bién se ha descubierto un rem edio aplicable antes de
espesamientos corchosos, que han m otivado que los efectos que provoca se
detectar la causa del mal... Desde los años sesenta B ly ril.s constataba, en sus
conozcan com o «enferm edad de las raíces acorchadas»» o «corky-root». indagaciones realizadas entre los agricultores periurbanos de Aviñón ', que el
P. lycopersici. sobre tod o cuando la tem peratura del suelo se eleva tras el injerto sobre el tom ate (incluso si se practicaba sobre una variedad desprovista
ataque inicial, se suele acom pañar de todo un complejo de invasores secundarios de toda resistencia), perm itía aum entar considerablemente las cosechas, la n
poco cspecíticos (Rhizoctonia solani. Fusarium spp.) o más relacionados con las sólo una década más tarde el mismo investigador identificaba a Thielaviopsis
solanáceas com o la especie Colleiotrichum atramentariunt. reconocible por sus basicola como el parásito más im portante de las raíces de la berenjena (véase
microcsclerocios negros erizados de «setae» que punzan las raíces. cap. I; recordam os llegados a este punto, que para la organización de las
M ientras que las agallas provocadas p o r Meloidogyne se ven favorecidas rotaciones de cultivos, esta especie ataca lambién a las leguminosas y al tabaco).
por las tem peraturas elevadas, el «corky-root»- se hace patente, sobre todo en
los túneles fríos o en las plantaciones precoces de la zona mediterránea y en los O tros parásitos pueden agredir a las raíces del tom ate, de form a más episó­
invernaderos insuficientemente caldeados de la E uropa del norte. dica. De entre ellos podem os citar el mixomiceto Spongospora subterránea.
Sin em bargo, una encuesta realizada en el M ediodía francés, estima en un agente de la «sarna pulverulenta»» de la patata, el cual provoca agallas en serie
porcentaje com prendido entre el 20 y el 3 0 % las m erm as de rendim iento de aspecto corchoso sobre las raíces del tom ate. Esta afección corre el riesgo de
detectadas en tom ates para la industria cultivados en explotaciones que m ani­ manifestarse en alternancia de cultivos to m ate/p atata, o al utilizar sustratos
fiestan una «fatiga de los suelos«, m otivada por un cultivo continuo e ininte­ qu e contengan residuos de patatas mal «compostados». Por su parte, sobre el
rrum pido. El principal agente de esta fatiga es el hongo P. lycopersici. tom ate Spongospora fructifica muy poco y no se perpetúa. Resulta menos
No sólo la desinfección del suelo (poco recom endable en gran cultivo), sino perjudicial que los Meloidogyne. pues no genera raicillas.
tam bién el subsolado, que posibilita el acceso de las raíces a nuevas capas del En aquellos cultivos realizados sobre sustratos artificiales o films nutritivos,
suelo, contribuyen a paliar la situación. pueden tener lugar coasiderables podredumbres de raíces provocadas por Pythium
En el Líbano. D a v e t. advirtió la presencia de brotes de Pyrenochaeta (ejemplo: P. aphanidermatum ):. Estas se manifiestan en forma de lesiones am a­
capaces de com portarse agresivamente hasta los 25 °C, situación relevante en rillentas y fiácidas que dejan indefensos a los tejidos. Los desplazam ientos de
com paración a la europea, donde el hongo tiene com o rango térmico óptim o ws zoosporas de estos Pythium se pueden com batir por adición de «mojante»
de su poder patógeno 15-20 °C. a k * soluciones nutritivas.
Conviene restringir los ataques de Pyrenochaeta por medio de un sistema de
rotación que dism inuya la frecuencia de cultivo del tom ate. No obstante, otras Cuya» parccla.s hoy en diu han desaparecido ni edificarse sobre ellas.
158 Enfermedades de las hortalizas Enfennedades del tomate, ia berenjena y el pimiento 159

En los invernaderos ingleses, recientemente se ha detectado una podredumbre parasitaria, dado que se com portaba de form a virulenta especialmente sobre el
de las raíces, no acom pañada de suberización ni abultam ientos, que hace que tabaco: se trataba de P.n. nicotianae.
las plantas se m architen en cuanto ha m adurado el prim er piso productivo Ataques análogos se descubrieron en 1984 en Martinica, donde Phvtophthura.
Esta podredum bre de raíces está provocada por un basidiomiceto con copa jun to con Pseudomonas solanacearum y Fusariiim solani, causaba una considerable
Calypiella campanula. m ortalidad sobre las plantaciones de berenjenas destinadas a la exportación.
Sus efectos se manifiestan en forma de pequeñas setas de color amarillo- En las plantaciones de pimiento, Phytophthora capsici, a través de toda una
anaranjado (5 a 10 m m de diám etro) en el pie de las plantas m architas durante serie de ataques sistemáticos a las raíces, puede provocar podredum bres en el
los meses de julio y agosto. Este tipo de ataque parece favorecido por el riego cuello, causando una brusca m archite/, sin amarilleo previo, de las plantas en
localizado y puede aparecer en suelos desinfectados, de lo que se deduce una cualquier estado de desarrollo, que acaban por m orir rápidam ente. La causa
posibilidad de reinfección rápida, cuya fuente es dillcil de precisar. Se aconsejan inicial de esta enfermedad no fue descubierta pronto ni en Europa ni en Estados
riegos a base de captan. Unidos. Los m étodos clásicos de aislamiento a partir de muestras presuntamente
afectadas, o la puesta en cám ara húm eda, revelan la presencia de Fusarium
solani. La incubación en agua estéril de fragmentos de cuello enfermos o de
Podredumbres del cuello, a continuación de ataques directos, raíces recientemente arrancadas, hace aparecer súbitam ente el micelio y los
o sucediendo a necrosis de las raíces esporangios de Phytophthora. cuyas tem peraturas cardinales son 10. 30, .19 °C.
La epidemiología de la enferm edad es la propia de un parásito que se
• Phytophthora propaga por zoosporas:
Aunque episódicos sobre tom ates y berenjenas, los ataques de Phyiophihora — M ayor frecuencia y propensión de daños en las parcelas regadas con
consituyen uno de los principales hándicaps de los cultivos del pimiento. agua de acequia, que en aquellas regadas con agua de iuente o de pozo.
En las plantaciones m editerráneas de tomate, durante la quincena que sucede — Los focos iniciales se extienden de form a muy lenta cuando el riego es
al trasplante, se pueden detectar, p o r lo general, ataques de Phytophthora nico- por aspersión y está bien m anejado, m ientras que la infección se generaliza, por
tianae var. parasítica, con rangos térmicos entre 15 y 26 °C. Los factores que contra, en los cultivos regados por surcos.
coadyuvan a las fuertes m ortandades en las plántulas, por esta enfermedad, son
los siguientes: — Generalización en zonas amplias que han experim entado inundaciones
— riego por surcos desde la plantación; pasajeras seguidas de torm entas de verano.
— utilización de plántulas etioladas del semillero: Los métodos de lucha com prenden las precauciones de higiene ya señaladas,
— enterram iento con la fresadora durante el añ o precedente de restos de al tra tar los efectos de Phytophthora sobre el tom ate. La rotación ideal, sin
cultivo de tom ates (tallos, hojas, frutos verdes). em bargo, muy difícil de definir en una explotación hortícola m editerránea, ya
Las ¿oosporas de Phytophthora son transportadas por el agua de riego, la que P. capsici. además de invadir las raíces, cuellos y frutos de pimientos
cual puede estar tam bién contam inada p o r los residuos arrojados a las charcas próxim os al suelo, tam bién ataca a los frutos (c incluso en ocasiones los tallos)
o a las acequias, cuando no se tiene la ventaja de disponer de una fuente o de del tom ate, la berenjena y las cucurbitáceas (muy especialmente los de los
un pozo de riego propio. calabacines).
La podredum bre del cuello provocada por Phytophthora es de aspecto Desde los años sesenta, cuando ya se planteó la dificultad de sanear los
húm edo y de progresión rápida, de m odo que las plantas atacadas, por lo terrenos contam inados, se viene recurriendo a los fungicidas. En las parcelas
general, mueren sin remisión. regadas por surcos, particularm ente am enazadas, nuestros colegas italianos
También se han detectado ataques de evolución más lenta en plantas ya proponían la adición de sulfato de cobre al agua de riego. Particularm ente,
adultas en los invernaderos y cultivos hidropónicos de Holanda. tam bién se ha recurrido al agua celeste (óxido de cobre precipitado y posterior­
En condiciones tropicales, Pythium aphanidermatum puede provocar en mente redisuelto. a partir del sulfato, por adición de amoníaco). Concentraciones
algunas variedades de tom ate daños análogos a los de P.n. var. parasítica del orden de 5 ppm de cobre-metal extinguen las zoosporas en menos de un
(com o ejemplo citarem os el caso de las variedades «Venus» y «Saturno», acon­ minuto. Pero en terrenos calcáreos (más propicios a los ataques de Phytophthora),
sejadas p o r su resistencia a la m archite/ bacteriana). las sales de cobre son rápidam ente insolubilizadas y su utilización no protege
En las plantaciones de berenjena, en las m ism as parcelas donde se detectaban los ataques generalizados tras las torm entas de verano.
las necrosis de las raíces descritas con anterioridad, B e y r ie s, en los años sesenta, El Nabani (etilen-bis-ditiocarbamato sódico, soluble en el agua a 1/50.000.
aislaba a partir de plantas muertas súbitam ente a principio de la fructificación, aunque de toxicidad m enos inm ediata para las zoosporas, presenta una acción
un Phytophthora próxim o al precedente, pero diferente por su especificidad de duración prolongad«!. Se puede utilizar el metam -sodio en la misma concen­
160 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena > el pimiento 161

tración. pero controlando las proporciones y teniendo precaución en las posibles • Fusarium oxysporum f. sp. radiéis Iycopersici
sobredosis.
C onocido com o «FORL» se trata de un parásito de aparición reciente
Este m étodo de aplicación de los fungicidas es, sin em bargo, delicado (hay
que evaluar el caudal del surco y la cantidad de solución fungicida que en él se (1975), que detectado inicialmente en los Estados Unidos, en Canadá y en
Jap ó n , pronto se manifestó en E uropa, donde tiene la capacidad de diseminarse
vierte).
A ctualm ente es preferible proteger a las plantas de pim iento pulverizando> en cultivos bajo invernadero, en abrigos fríos, y com o se ha detectado recien­
tem ente en algunos cultivos al aire libre del M ediodía francés.
la base de las mismas con fungicidas menos solubles.
El prim ero que resultó satisfactorio para estos fines fue el captafol. que .se Los F. oxysporum. virulentos sobre las plantas, son, por lo general, parásitos
vasculares, lo que les convierte en agentes de la podredum bre del parénquim a
utiliza actualm ente de form a efectiva en las mezclas de fungicidas de amplio
espectro y de antim ildius sistémicos. Desde los años sesenta K i m b l f . y G r o g a n cortical de las raíces, que progresa en los vasos conductores de las mismas v en
buscaban genitores de resistencia a P. capsici entre los Capsicum annuum mejicanos la base del tallo h asta alcanzar la corteza. Ln el cuello de las plantas dañadas
de pequeños frutos picantes (ejemplo: PI 201234). se aprecia un chancro necrótico que se extiende en punta hacia lo alto. En el
En el IN R A -M ontfavet, desde 1971 este tipo de resistencia era transferido interior del tallo el oscurecim iento vascular se puede prolongar hasta 20 cm
por el E q u i p o P o c h a r d a un genitor interm ediario «Phyo 636». utilizado para sobre el suelo (fig. 39 D).
conferir a las variedades o híbridos comerciales una resistencia parcial, que se Las plantas afectadas, al principio no m uestran más que marchiteces tran­
sitorias en el transcurso de la jo m ad a, que se agravan progresivamente.
debía coadyuvar con precauciones de cultivo, y eventualmente con aplicaciones
de fungicidas al pie de las plantas. A unque, por lo general, suelen señalarse tem peraturas del orden de 18-
20 °C como las más favorables a la infección (cultivos precoces, abrigos fríos),
La resistencia de «Phyo 636» es poligénica; en ella podem os distinguir
múltiples com ponentes, descubiertos p o r un m étodo de inoculación artificial tam bién se han detectado ataques a tem peraturas elevadas (26 °C). Resulta, por
tan to , difícil determ inar con exactitud las tem peraturas cardinales en que se
practicado sobre tallos descabezados: tendencia a un a progresión gradual del
micelio, hasta que éste alcanza un estacionam iento por u n a zona necrótica. Lo> manifiesta la enfermedad.
niveles de resistencia de las variedades comerciales derivadas de este genitor Este Fusarium también puede atacar a la berenjena y al pimiento. La lechuga,
pueden, p o r tanto, ser m ás o menos elevadas. por contra, es inm une a él y constituye el m ejor precedente, aunque la conser­
vación de las clam idosporas sea, com o entre todos los F. oxysporum, de muy
Más recientem ente, el E q u i p o P o c h a r i .) ha hallado elevados niveles tic
larga duración.
resistencia, reagrupando genes de resistencia parcial provenientes de genitores
diferentes (ejemplo: «Criollo de morolos»). Los niveles de resistencia vienen Concebim os hasta qué punto pueden sentirse inquietos los productores de
determ inados p o r el núm ero de zoosporas necesario para m atar una plantita; tom ates cuando esta nueva enferm edad se manifiesta en sus campos. En cultivo
oscilando desde una decena p ara las variedades sensibles, hasta centenas de al aire libre, se puede tratar de hacer sobrevivir a las plantas dañadas provocando
millar para los genotipos más resistentes. la emisión de raíces adventicias aporcándolas o acollándolas con turba. A su
En condiciones tropicales húmedas de altitud media (México, Venezuela), vez, es recomendable proteger las plantas vecinas aplicando riegos al pie con
P. capsici puede atac ar a los órganos aéreos de C. annuum, provocando un benomilo e himexazol.
mildiu foliar e incluso podredum bres en los frutos más altos. Los invernaderos en los que se manifiesta la enfermedad deben ser desinfec­
tados de form a radical: en Estados U nidos se ha propuesto un sistema de
• fíhizoctonia so/ani desinfección bajo lámina plástica, de una duración de 6 a 10 horas, proseguida
de un riego con captafol ( 2,8 g /m ) sobre suelo caliente (m étodo actualm ente
Las cepas polífagas de tipo A G 4, únicam ente provocan podredum bres en
reemplazado por el uso del captan) y de una fumigación del recinto con formol.
el cuello del tom ate tras labores de cultivo erróneas, com o, por ejemplo, cuando
Afortunadamente, en la actualidad se vislumbra una solución a este problema
se pretenden utilizar plantitas muy etioladas enterrando horizontalm ente el
mediante la introducción de resistencia varietal: Lycopersicon peruvianum, que
tallo. En estos casos el pim iento y la berenjena suelen acusar todavía m ás su
ha servido de fuente a los genes Tm2, Tm2nv y Tm2: (consúltese posteriormente
sensibilidad, pudiéndose apreciar ocasionalm ente, en lo que a la berenjena
el ap artad o referente al «M osaico del tabaco»), que contienen a muy poca
respecta, incluso m ortandades de plantas adultas por R. so/ani.
distancia del locus «Tm2*>, un gen de resistencia eficaz al FORL.
Será suficiente, pues, que los seleccionadores encuentren semillas que co­
• Sc/erotium roltsii
rrespondan a generaciones menos avanzadas de retrocruzam iento por L. escu-
En condiciones tropicales puede provocar graves daños sobre las tres plantas lentum para distribuirlas sobre líneas que contengan a la vez Tm2J y el gen de
(consúltese el capitulo II). resistencia al FO RL (H. L a ii.k k o t. com unicación personal).
162 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 163

• Fusarium solani
F.n las regiones tem pladas, por lo general, no se ha detectado la presencia
de F. solani. ascom iceto cap a/ de provocar podredum bres del cuello en las
solanáceas hortícolas. P o r contra, en condiciones tropicales, sobre los cuellos
podridos se advierte la presencia de un F. solani que produce, a su vez. su forma
conídiea y su form a perfecta (peritecas rojas denom inadas, indistintamente,
según los autores. Hypomyces solani o Nectria haematoeocca). Pero, ¿es este
Fusarium un parásito prim ario?
A m enudo, sucede a los ataques de Pseudomonas solanacearum o Phytopht­
hora. Sin em bargo, en inoculación artificial puede m atar plantas que sufren
condiciones de semiasfíxia. En las Antillas, la berenjena es la solanácca nías
afectada. El portainjertos Solanum torvum es resistente a este tipo de Fusarium.
A taques análogos se han detectado en H olanda sobre plantas de pim iento
cultivadas bajo invernadero.

• Didymella lycopersici
Se trata de un hongo productor de peritecas y de picnidios capaz de atacar,
en un principio, a todos los órganos del tomate: hojas (m anchas similares a las
de Phomu destructiva), frutos (podredumbre punteada de picnidios que comienza
por el cáliz), y tallos . Es en este último aspecto en el que predom ina bajo forma
de chancros punteados de picnidios, secos y de color negró, muy a m enudo
próximos al nivel del suelo, que adquieren el aspecto de la «podredum bre del
cuello» (fig. 40). Figura 40.—F.fcctos de Didymella lycopersici sobre el tomate: ataque del cuello (A) y del tallo (Bl.
Es una enferm edad europea desconocida en Estados Unidos. La ubicación
de los chancros parece sugerir una penetración de las cicatrices a través de los Enfermedades vasculares provocadas por parásitos telúricos
cotiledones.
Los daños se aprecian sobre todo en invernadero, pero en ocasiones también Por orden de agresividad y de óptim os térmicos crecientes, sobre solanáceas
se manifiestan al aire libre en cultivos en espaldera (en los años sesenta murieron hortícolas se manifiestan: la verticilosis (en las tres especies), fusariosis vasculares
un 1 0 % de las hortalizas periurbanas de Aviñón). (sobre todo en el tom ate) y la marchitez bacteriana ocasionada por Pseudomonas
Las picnosporas son diseminadas p o r las salpicaduras que se producen en solanacearum.
el curso de los riegos, p o r los útiles de poda, o de trabajo del suelo.
Didymella persiste en el suelo entre los residuos de las plantas enfermas o • Verticilosis 3
sobre los tutores. La transm isión tam bién es posible a partir de semillas proce­
dentes de frutos enferm os, pero nunca persiste más de nueve meses. La solanácea hortícola más sensible a la verticilosis es la berenjena, que
Para com batir esta enferm edad criptogám ica es necesario aplicar medidas puede ser invadida por cepas provenientes de huéspedes muy diversos: la enfer­
de higiene y, eventualm cnte, una desinfección del suelo (y de las estructuras del m edad se manifiesta sobre las hojas, las cuales se tornan lacias y se cubren
invernadero) tras un ataque im portante. prim ero de unas manchas blanquecinas, que luego se vuelven amarillas y necró-
Si los ataques se manifiestan esporádicam ente a lo largo de un cultivo, se ticas. Las hojas más afectadas se secan com pletam ente, pudiendo alcanzar la
procederá a pulverizar con fungicidas la base de las plantas vecinas a aquellas enfermedad a ram as enteras (fig. 41 A).
que acusen la enferm edad: tam bién se puede tra tar de salvar las afectadas por En climas tem plados, las parcelas contam inadas simultáneam ente por Thie-
la enferm edad untand o sus chancros con soluciones concentradas de fungicidas laviopsis y VerticiUium sólo producen un tercio de lo que en condiciones normales
(benom ilo, iprodiona, vinclozolina). las plantas suelen d ar de sí (m enos de 2 k g /p lan ta, en lugar de los 4 habituales).
Los portainjertos híbridos F, ( L esculentum x Lhirsuium) se muestran
resistentes a Didymella. • Fura revisar las generalidades de V. i/ahliae. consúltese el capitulo I.
164 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 165

La desinfección del suelo co n cloropicrina o el injerto practicado sobre tom ate Los sín to m as d e verticilosis pueden v ariar en el to m are en función de las
resistente al Verticillium. restablecen su rendim iento norm al. condiciones del m edio. E n invernadero, en condiciones de débil ilum inación, se
C o n trariam en te a lo que puede o c u rrir en condiciones tropicales de altitud detectan verdaderas m architeces acom pañadas de un reblandecim iento de hojas.
m edia (ejemplo: San C lau d io de G u ad alu p e, altu ra 600 m ), apenas se han En cultivos al aire libre, en la prim avera m editerránea se aprecian m ás p ro n to
podido observar en el s u r de F rancia restablecim ientos de p lantas de berenjena am arilleos y necrosis internerviales, que hacen que las hojas se sequen progre­
a tacadas p o r Verticillium tra s una elevación d e tem peratura. sivam ente desde la base h asta la parte m ás alta de la planta.
L as variedades de tip o «m editerráneo», qu e derivan d e «V ioleta de Barben-
Los síntom as que acu sa el anillo vascular, bien sean a través del corte o «del
tane», son u n po co m enos sensibles a la verticilosis qu e las variedades tardías
pelado» de la corteza de los tallos, son p oco convincentes; si se dispone de una
com o « F lorida m ark et» , p ero no existe ninguna posibilidad de in tro d u cir una
p lan ta sana co lindante, se advierte cóm o el tejido leñoso de la p lan ta enferm a
resistencia de alto nivel en un futuro próxim o (Solanum torvum se m uestra
es d e una to n alid ad un ta n to m ás gris.
resistente).
E n el tom ate, la verticilosis resulta un poco m enos agresiva, y to d as las En el tó m ale, la verticilosis puede paliarse, po r reactivación del crecim iento
cepas no se m uestran igualm ente patógenas. Su m onocultivo selecciona cepas cuan d o las tem p eratu ras m edias sobrepasan los 20 °C . P o r o tra parte, el estado
p articularm ente ad ap ta d as. fisiológico de las plantas, influye sobre su sensibilidad, en p articu lar, la relación
h o jas/fru to s en vías de crecim iento. E xperim entalm ente, una defoliación parcial
au m en ta los d añ o s, la ab lación de los ram illetes inferiores convierte a las
p lan tas en tolerantes. C onviene, tam bién, señ alar u n a acción agravante de la
invasión d e las raíces p o r Pratylenchus penetrans (n em ato d o en d o p arásito mi-
grador).
En ausencia de genes que confieran un nivel elevado de resistencia, las
variedades m ás precoces y m ás fructíferas serán las m ás atacadas.
U n gen de resistencia m uy eficaz frente a las cepas «tom ate» com unes,
V. dahliae, perm ite c o rro b o ra r la relación to leran cia/p ro d u cció n tardía.
Este gen Ve extraíd o p o r S c h a i b l e (1951) de u n L pimpinellifolium , se halla
presente en la actu alid ad en num erosas variedades com erciales e híbridos F . y
reduce considerablem ente, p o r u n a m uy alta tolerancia (que no excluye la
presencia d e algunos filam entos en los vasos), los dañ o s de verticilosis en
E uropa y A frica del norte.
En algunos países subtropicales (F lo rid a. B rasil) se han detectado cepas de
Verticillium capaces de su p erar el gen Ve, que constituye una «taza 2».
P or lo general, se m uestran m enos agresivos que las cepas «tom ate» com unes
que constituyen la «raza 1». H a sido descubierta una resistencia que frente a
estas cepas en la línea « IR A T L.3» (tolerante a Pseudomonas solanacearum).
La verticilosis del pimiento se detecta con m enos frecuencia que la del
tó m ale o la berenjena. L as ccpas capaces de provocarla no son corrientes, y no
se m anifiestan m ás qu e allí donde Capsicum annuum vuelve a presentarse sobre
el m ism o terreno. C u a n d o se p roduce esta situación se aprecia un enanism o, a
m enudo unilateral, de las plantas, que viene acom p añ ad o de un proceso gradual
de m arc h ite/ y caída de hojas..
Figura 41.—Traqueomicosis,
E n el IN R A -M ontfavet han sido detectadas resistencias parciales, en particular
A: Verticilos!:» de la berenjena, zonas foliare* lacias y malea que se lom an amarillas y posteriormente
nccróticas (los síntomas de marchite* bacteriana en sus inicios son los mismos). en genitores de resistencia Ph. capsici (ejem plo: P M 217) y en una variedad
B: Fusaríosís del tomate, síntoma frecuente de amarilleo y necrosis interncrvialcs. caracterizadas originaria de M oldavia (« P o d aro k » = PM 700), E stos factores de resistencia se
fundamentalmente por su unüatcralidad sobre ciertas hojas. Los síntomas de verticilosis son h allan en pro ceso d e reasociación con aquellos q u e rigen la resistencia al Ph.
análogos, pero sin oscurecimiento vascular nítido. Capsici y a los n em ato d o s, p o r selección recurrente (p rogram a «PVN»).
166 Enfermedades de las hortalizas
Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 167

• Fusariosis vasculares La n om enclatura de las razas de FO L es poco satisfactoria, h n la actualidad


La m ás grave y frecuente es aquella que sobre el to m ate provoca el Fusarium se d enom ina:
oxysporum f. sp. lycopersici (subdividido en tres razas qu e a c o n tin u ació n d eta­
__ «raza 0 ex 1» a las cepas dependientes de I;
llam os) o «FO L ».
Los síntom as so n sim ilares a los de la verticilosis, sin em b arg o , en este caso __ «raza 1 ex 2 » a las razas que superan al gen 1. dependientes de I...
es m ucho m ás a cu sad o el am arilleo qu e se experim enta antes de que las hojas L os genes I e I. se h allan m uy próxim os unos de o tro s en el crom osom a 11
se sequen, el cual se extiende de ab ajo hacia arrib a. F.l tejido leñoso de las del tom ate. F.l estudio d e sus relaciones de proxim idad, se ve dificultado p o r la
plantas enferm as se cu bre de un negro rojizo en estrías longitudinales (fig. 41 B). presencia de un locus X. en el que se puede en co n trar un facto r m odificador de
En el exterior de los tallos podem os ap reciar la ap arición de raíces adventicias la fertilidad de los g ran o s de polen. I£l descubrim iento p o r L a i l r r o i de líneas
a b o rtad as de u n a fo rm a m ás nítida que en la verticilosis. M ás agresiva y de q u e contienen aisladam ente 1 . 1 o X ha perm itido clarificar la cuestión.
progresión m ás rá p id a , la fusariosis es m enos »reversible» que la verticilosis
G eneralm ente. la fusariosis se ve favorecida p o r tem p eratu ras elevadas I X 12 Sm
(óptim o 28 °C). Sin em bargo, en ocasiones, se advierte un d esarrollo de la ------ 1-------- 1------------------1-------- !------------------------------
enferm edad en tem p era tu ras m edias del o rd en d e 18-20 °C , bajo las cuales (Sm: gen d e resistencia a Stemphylium - véase posteriorm ente)
debería m anifestarse preferentem ente la verticilosis... I.as investigaciones y ex­
perim entaciones llevadas a cab o en A frica del norte» revelan q u e estos casos Particularm ente la obtención de líneas p o rtad o ras de I: sin I ha perm itido
anorm ales de fusariosis, en condiciones clim áticas frías, se hallan vinculados c o n statar que las cepas «com unes» («raza 0 ex 1 ») son virulentas sobre las
la utilización de ag u as de riego ricas en c lo ru ro d e sodio (de 2 a 4 g /litro en líneas «Ji sin I». C o n to d o rigor estas cepas d eberían constituir la raza 2, las
M arruecos) o en m agnesio (de 1 a 2 g /litro en T únez). Del m ism o m odo, en cepas co n tro lad as p o r I 3 y no po r I la raza 1, las cepas «Q ueensland». la
F lorida, la fusariosis (raza 2) del to m a te se en cuentra favorecida p o r una
raza 1-2.
insuficiente n u trición cálcica de las p lan tas en suelos arenosos y su desarrollo Las líneas «1 sin Ij» no constituyen más que un instrum ento de lab o rato rio :
ralentizado po r ap o rtacio n es de cal. actualm ente se dispone de num erosas variedades e híbridos F, que al com binar
E n la década de los sesenta la fusariosis vascular del tom ate era desconocida I c 12 suprim en en la m ay oría de los casos el p roblem a de la fusariosis vascular
en el norte de N ápoles. excepto en la isla de G ucrnesey (donde las aguas de del tom ate.
riego son salinas...). E n A ustralia h a sido ob ten id o recientem ente a p artir de /.. pennellii un gen
D espués, la expansió n de los cultivos de invernadero, el com ercio in tern a­ L no enlazado b ajo nin g ún «linkage» a I e I... que controla las cepas 1- 2 .
cional de los su strato s de cultivo y de las plantas, ha c o n trib u id o a la expansión Se dispone, adem ás, de portainjertos que co m b in an la resistencia al Pyreno­
de la enferm edad p o r to d a h u ro p a.
chaeta de L hirsutum con los genes Ve, 1 , 12 y Mi.
D esde los añ o s cuaren ta un gen I, deriv ad o d e un L. pimpinellifoHum. fue En Ja p ó n se h a d etectado un F. oxysporum f. sp. melongenae sobre la
inco rp o rad o a n um ero sas variedades de to m ate. D icho gen condiciona una berenjena, con síntom as foliares análogos a ios de la verticilosis. Por o tra p arte,
resistencia m ucho m ás segura que la resistencia poligénica d e «R u tg ers- o e n E stados U nidos se han m anifestado ataques de F. oxy. f. sp. vasinfectum
«M arglobe». ligada al vigor y a la p ro d u cció n tardía (agente de la fusariosis del algodón y del tab aco ) sobre el pimiento.
Su em pleo generalizado h a p erm itido d etec tar la ap arición d e una segunda Sin em bargo, la descripción de los síntom as sugiere la acción de Ph. capsici
raza F O L (p rim ero en los lisiados U nidos, luego en M arruecos e Israel y co m o p arásito prim ario o el FO R L .
actualm ente en F.uropa).
Las cepas d e esta segunda raza, p o r lo general, m uestran una agresividad
m ás débil que las cepas com unes y m ás dependiente del estado fisiológico de las • Marchitez bacteriana de las Solanáceas o FB
plantas (nutrición cálcica). Provocada p o r Pseudomonas solanacearum. únicam ente se m anifiesta de
U n re to rn o a L. pimpinel/ifolium ha perm itid o o b ten er un gen I , eficaz form a im portante en los países tropicales del antiguo m undo. H a sido detectado
frente a estas nuevas cepas. en Marruecos, donde las enfermedades vasculares que afectan predom inantem ente
U nicam ente en 1982 aparieió un a raza de F O L . en Q uecsland (A ustralia), « tom ate siguen siendo la verticilosis (en invierno), la fusariosis (en prim avera
que superó a I e I3. y Verano, salvo excepciones). Sin em bargo, en los E stados U nidos esta m archite/
*®1° adquiere un a singular relevancia en la zona que se extiende hasta C arolina
La infección de las ratees por nematodos. en particular los Meloidogyne. puede aniquilar esta N orte (38° N), d o n d e las heladas de invierno son m ucho m ás acusadas que
resistencia poligénica. N o ocurre lo mismo con las resistencias monogénicas.
cn A tenas, Palerm o o G ra n a d a , ciudades q u e se hallan a la m ism a latitud.
168 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 169

En el tom ate, los sínto m as de esta enferm edad evolucionan m ás rápidam ente En el caso de la berenjena, los síntom as, en u n principio, suelen ser los
que los de la fusariosis o la verticilosis: se aprecian m architam ientos unilaterales m ism os que los de la verticilosis. pero evolucionan m ucho m ás ráp idam ente
de hojas, que se h acen a c o m p a ñ a r de un a ep in astia del pecíolo y de la aparición hacia la m architez irreversible y la m uerte de las plantas. F n el caso del pim iento,
sobre el tallo de esbozos de raíces (ver fig. 42). los síntom as, p o r lo general, no son tan claros, produciendo am arilleam iento y
A q u e lla s p la n ta s s o b re las q u e se m a n ifie s ta n e sto s s ín to m a s n o so b re v iv en caída de las hojas.
m á s d e d o s se m a n a s. Los vasos de las plantas afectadas se ennegrecen. Si se arrancan y se seccionan
las p lantas a unos 10 ó 20 cm po r encim a del cuello y se colocan en un cubo
de agua, exudan en el área de corte, a la altu ra de los vasos, una m ucosa
grisácea, rica en bacterias.
Si se suspende una m uestra de tejido vascular extraído de una planta enferm a
en un tu b o lleno de ag u a, éste genera «hilos» de suspensión de bacterias que
descienden p o r el liquido.
El ó p tim o de tem p eratu ra que requiere esta enferm edad se sitúa entre 29 y
35 °C.
E ntre los P. solanacearum se distinguen tres razas:
— Raza 1. Se com porta de form a agresiva sobre las solanáceas. La distinción
d e las subrazas «tabaco» y «tom ate-berenjena-pim iento» (que atac a tam bién a
la p atata) resulta cad a vez m ás ilusoria. Esta raza I a ta c a tam bién a ciertos
p látan o s diploides.
— R aza 2. Se m uestra virulenta sobre los p látan o s triploides A A A y AAB.
— Raza 3. V irulenta sobre la p a ta ta y m enos persistente en el suelo que las
anteriores, se transm ite fácilmente po r los tubérculos, adaptándose a tem peraturas
m ás bajas.
En un medio m ontañoso y tropical (800-1.500 m ) tam bién se- puede cuestionar
la virulencia d e la raza 3 sobre el to m ate, en aquellas parcelas en las q ue, com o
e n C am erún, los to m ates, al igual que las p a tatas, experim entan un m archita­
m iento (G IR A R D -IR A T -com unicación personal).
Los suelos m ás favorables a alb erg ar y preservar la supervivencia de P.
solanacearum son m o d erad am en te ácidos (pH co m p ren d id o entre 5 y 7) y de
n atu relaza aluvial, a ren o sa o lerralítica.
El cultivo d e solanáceas sensibles, e incluso tam bién de resistentes y de
p látano s, n u tre el suelo de P. solanacearum raza 1. La infección n o retrocede
b ajo cultivo de dicotiledóneas hortícolas n o solanáceas, m ejorando la situación
únicam ente con el cultivo de gram íneas (caña de azúcar d u ran te cu atro años,
gram íneas forrajeras d u ra n te dos años, sorgo co m o ab o n o verde, c o rtad o n u ­
m erosas veces in situ d u ra n te cinco o seis meses).
H e en tre el resto de prácticas de cultivo o rien tad as a la protección de las
plan tas, merece ser citada la aplicación de lodos procedentes de estaciones de
d epuración (10 t/ h a /a ñ o , o aplicación m asiva de 1 0 0 1) y el «golpe de m ano
am oniacal» conseguido al aplicar 700 unidades de nitrógeno ureico la sem ana
an terio r a la plantación: la berenjena puede rentabilizar esta enorm e dosis de
nitrogeno que resulta excesiva p ara el tom ate.
Figura 42.— Plántula d e to m ate atacad a p o r Psemiomonus solanacearum: epinastia y m archite/ A lgunos suclt>s se m uestran poco receptivos a la m architez bacteriana (ejem­
unilateral, esbozos d e raicillas en la base del tallo. Las flechas indican las do s vias posible* plo: los vertisoles calcáreos de la zona antillana) y co m p arten con los suelos
de penetración: herid as de las ratees y p u n to s de em ergencia de las raicillas laterales. A sistentes a las fusariosis vasculares la riqueza en arcillas de tip o «sm ectita».
170 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 171

Su resistencia, sin em b arg o , es de u n a naturaleza diferente, ya que no se ve La solución del fu tu ro en los países tropicales consistirá, sin d u d a, en la
m erm ada tras la esterilización del suelo a 120°C . a lo larg o de tres días. Se reunión de am b o s tipos de resistencia en híbridos F que adem ás contengan el
tra ta , pues, de u n a resistencia d e naturaleza físico-quím ica que, de hecho, sólo
gen Mi.
se m anifiesta cu an d o el suelo se en cuentra som etid o a altern an cias d e sequía- En la berenjena, la resistencia al F.B. se encuentra m ás frecuentem ente entre
h um edad. Las b acterias n o sobreviven al estrecham iento de las h ojas de las tipos cultivados de frutos de tam añ o (si n o de color) aceptable.
«arcillas hinchadas« en vías d e desecación. U na parte de la resistencia poligénica de «Ceylan SM 163» ha sido transferida
«’Estos suelos p o d ría n , pues, en contrarse invadidos p o r el P. solanacearum p o r el IR A T -M artinica a la línea de frutos negros «M adinina» , em p aren tad a
en caso de hallarse som etid o s a la práctica de cultivo repetido de solanáceas y co n el h íb rido «K alcnda», m edianam ente resistente y cultivado en las A ntillas
a un riego perm anente.» Esta previsión del equ ip o pluridisciplinar A gronom ia- francesas. M ás recientemente G . A n o ha obtenido en el IN R A -A ntillas-G uayana
Patología del IN R A -A ntillas-G u ay an a fue c o n statad a poco después d e haber líneas altam ente resistentes a p artir de cruces berenjena x S. aethiopicum que.
sido form ulada sobre los vertisoles de G ra n d e T erre en G u a d a lu p e , a lo largo sin d u d a, perm itirán o b ten er híbridos F ( que com binen genes de resistencia de
de 1988. origen diferente.
I-a infección de las raíces p o r Pseudomonas solanacearum se ve favorecida
En el pimiento, especie en con ju n to m enos sensible al F.B . q u e la berenjena
p o r la presencia de n cm ato d o s, en p articu lar del género Mehidogyne.
o el to m ate, se pu ed en , sin em bargo, detectar m o rtalidades lentas bastante
C u an d o no se dispone de variedades resistentes, se puede p racticar la lucha
considerables en tre los tipos próxim os al «Y olo w onder» (ejem plo: Florida
co n tra el P. solanacearum p o r injerto.
VR2). El nivel de resistencia de los tipos m editerráneos («B astidon» o m ejor
P ara el tom ate, se pueden utilizar co m o p o rtain jerto algunas variedades
to d av ía «N arval», procedente del IN R A -A ntillas-G uayana de «L argo V alen­
resistentes de L esculentum var. cerasiforme, com o: «C R A 66 » o «C R A -N IT A
ciano») es m ás que suficiente en la m ayoría de los casos. A lgunas variedades de
2.5.7» (versión de «C R A 6 6 » p rovista del gen M i), o b ten id as en el 1NRA-
pequeños frutos picantes o no picantes (ejemplo: «A ntibois», «C hay 3», «Conic»)
A ntillas-G uayana, o bien un Solanum aethiopicum «lzuka» seleccionado en
so n todavía m ás resistentes. Capsicum frutescens y C. chínense no experim entan
Ja p ó n com o resistente y com patible con el to m ate.
a ta q u e alguno.
E n lo que a berenjena respecta, tam bién puede ser u tilizad o el m ism o
Solanum aethiopicum si deseam os conservar las p lantas m enos de seis meses en
plantación densa. C o m o alternativa se puede injertar sobre la berenjena resistente
O robanque o jopo del tom ate (planta parásita)
«C eylan SM 163» (descubierta en el IR A T -M artinica), o m ejor todavía, sobre
Solanum torvum, q u e totaliza una im presionante serie de resistencias (F.fí..
El o ro b an q u e o « jopo» del to m ate, Phelipea (sin.: Orobanche) ramosa es una
Mehidogyne, Fusarium solani, VertieiUium) y asegura una supervivencia que
planta parásita d esprovista de clorofila que vive a expensas de las raíces de la
puede sob rep asar los d o s años. p lan ta huésped.
E sta lucha po r injerto resulta anticu ad a en co m p aració n con la obtención
A taca tam bién al tab aco, el h aba y el cáñam o. Las sem illas de jo p o , m uy
de variedades altam ente tolerantes.
pequeñas, perm anecen latentes en el suelo hasta que su germ inación es estim ulada
E n el tom ate, p o d em o s distinguir dos tipos de resistencia: p o r el p aso de un a raíz d e la planta huésped.
— U na resistencia p o lig én ica 4 (cuyo n úm ero de genes se evalúa en ?>
La p lántula de o ro b a n q u e invade a la p lan ta hospedante a través de un
utilizada en la U niversidad de C aro lin a del N o rte, en el A V R D C y en el IN RA-
órgano succionador o haustorio que llega hasta sus tubos cribosos y se transform a
A ntillas-G uayana (d o n d e se ha experim entado con el genitor «C RA 6 6 »). D icha en una m asa globulosa q u e, cu an d o ha alcanzado un ta m a ñ o suficiente (2 a 3
resistencia n o es ab so lu ta ni siquiera en aquellas variedades que han conservado cm de d iám etro), em ite tallos florales blanquecinos o violáceos, que cuan d o
la m ayor parte de genes de resistencia del genitor de partid a (ejemplo: «Caraibo». m ad u ran se oscurecen y p roducen un considerable n úm ero de semillas.
obtenido en el IN R A -A ntillas-G uavana) y debe complem entarse con la aplicación
Se han detectad o a taq u es en las regiones francesas de M ar m ande (rotación
de buenas prácticas d e cultivo. Su reforzam iento a p a rtir del gen Mi es reco­
tom ate-tabaco) y P erpiñán (cultivos de tom ate alternados co n ensaladas du ran te
m endable en los suelos aren o so s favorables a los nem atodos (selección en el invierno). R otaciones co m o to m ate-haba y to m ate-tab aco -h ab a que p odrían
curso).
practicarse en los países m editerráneos m eridionales, serian todavía m ás favo­
La línea «H aw ai 7996» presenta una resistencia m ás netam ente do m in an te rables al o ro b an q u e o jo p o .
y de herencia m ás sim ple.
En caso de ataque, deberem os esforzam os por suprim ir los ramilletes florales
* Esta resistencia p o lig o n a l presenta interesantes caracteres de «polivalencia». A sociada al gen e *jo p o antes que. las sem illas m aduren.
! protege a las plantas de la raza «I ex 2 « 'de FO L . E n trañ a tam bién cierta sensibilidad, aunque Los suelos gravem ente infectados pueden ser desinfectados con m etam -
escasa, al ( orynebacierium michiganensc. sodio o , m ejor a ú n . con b ro m u ro de metilo.
172 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 173

IV. Enfermedades bacterianas

E stas enferm edades h a n au m e n ta d o considerablem ente en E uropa desde


hace apro x im ad am en te 15 años. ¿C óm o in terp re tar esta evolución?
Es probable que las causas fundam entales d e su expansión sean: la débil
eficacia de los bactericidas agrícolas de qu e se dispone en co m p aració n a la de
los fungicidas m o d ern o s que han d esplazado al cobre; la intensificación d e la
fertilización n itro g en ad a y el desarrollo d e los sistem as de riego p o r aspersión.

C hancro bacteriano del tom ate


t i principal agente d e esta enferm edad es el Corynebacierium michiganense .
Fl nom bre com ún francés o inglés (C hancre bactérien /b acterial canker) procede
de u n síntom a de necrosis subpeciolar seguida de un a eclosión del tallo con
aparición de esbozos de raíces sobre los labios de la herida (fig. 43). A ctualm ente,
en la m odalidad m ás exten d id a de esta en ferm edad, el síntom a m encionado
suele ser b astan te ex traño.
C o m o los tres p arásito s descritos con an terio rid ad , C. michiganense provoca
sobre el to m ate u n a en ferm ed ad vascular que se m anifiesta p o r m edio d e to d a
una serie de síntom as sistém icos: m architez sin am arilleo previo de porciones
intem erviales de folíolos y d e m itades de hojas o de hojas enteras, seguida de
u na desecación acelerad a. La necrosis del pecíolo y del sector del tallo situado
m ás ab ajo n o se m anifiesta de fo rm a regular. Según los casos, d a d o que estos
síntom as pueden ap arecer en niveles variables, no se detecta com o en los
ejem plos de la fusariosis o la verticilosis una progresión ascendente de ab ajo a
arriba.
Hn el in terio r de los tallo s de las p lantas afectadas, se aprecia en el com ienzo
del ataque un am arilleo de los tejidos m edulares en c o n tac to con un a parte de
Figura 43.— Corynebacierium michiganense: síntom as de u p o vascular. l o que h a d ad o a la
los vasos; esta zona p ro n to se to rn a oscura y se cu artea, El género Corynebac- enferm edad el nom bre de chancro bacteriano (eclosión del tallo, esbozos de raíces
terium únicam ente es aislable en el prim er estadio; a co n tinuación es suplantado en los bordes de la herida) en la actualidad es algo bastante extraño. La m architez y la necrosis
p o r o tras bacterias. M u y raram en te los fru to s p ueden ser invadidos p o r vía se m anifiestan sobre las hojas sm am arilleo previo.
in terna, p ero si se da el caso presen tan deform aciones, u n oscurecim iento
interno y grietas negruzcas.
C. michiganense puede p ro v o car tam bién síntom as d e ‘origen externo, a de pústulas externas en el curso de su extracción. Pero la bacteria es tam bién
p a rtir de infeccionen localizadas m otivadas p o r un a p enetración a través de los cap az de conservarse en el suelo sobre restos de cultivo (incluso cu an d o se
estom as o de los pelos q u eb rad o s. Se tra ta de p eq u eñ as pústu las grises o negras producen heladas com o en M ichigan), sobre tutores en estructuras de invernadero
rodeadas de u n a m inúscula am polla blanca (desprendim iento de la epiderm is) o en los contenedores (bandejas, m acetas) de plántulas.
que pueden ap arecer so b re las hojas, los tallos y m u ch o m ás a m enudo sobre La infección se p rop ag a de herida en herida a p a rtir de las plantas co n ta­
los frutos (en inglés « b ird ’s eye spot», m an ch as en o jo de pájaro). m inadas precozm ente, las cuales constituyen los focos iniciales. Las m ás nocivas,
El origen del inoculo suele ser la sem illa. Los granos pueden estar co n tam i­ a p rim era vista, son aquellas causadas p o r el desb ro tam ien to , el en tu to ra d o o
n ados en el interio r de aquellos frutos que acusan síntom as m ás discretos que el d esh o jad o de los cultivos en espaldera bajo invernadero o plantaciones al aire
los reseñados con an terio rid ad (ligeros am arilleos vasculares internos) o a p artir libre. Pero tam bién son susceptibles a la contam inación las m inúsculas heridas
d e las hojas y peciolos con m otivo de la circulación de personal o de m áquinas
‘ S inónim o reciente: Cfavihactrr michigantrnsis subcspccic michiganensii. en tre p lantas hum edecidas p o r la lluvia, rocío o agua de riego. Si las sem illas
174 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tonta te. la berenjena y el pimiento 175

se hallan altam ente contam inadas desde un principio, pueden m otivar el naci­
miento de más de un 1 % de plantas enfermas, lo que puede originar ataques
generalizados, incluso sobre aquellos semilleros o cultivos en los que las plantas
no han sido colocadas en espaldera.
El óptim o para el desarrollo de esta enfermedad es similar al de la verticilosis
(18-24 °C).
Los m étodos de lucha contra el chancro bacteriano son los siguientes:
• Uso de semillas sanas, testadas por inmunofluorescencia, tal como pro­
ponen ciertas com pañías de semillistas, o en su defecto desinfección de aquéllas.
Tradicionalm ente se aconsejaba la extracción por ferm entación, un trata­
miento a base de pcctinasa + ácido acético, o mejor todavía, un tratam iento
term oterápico con agua caliente (56 °C durante 30 minutos).
Los resultados de las investigaciones más recientes conducen a proponer un
rem ojo con agua de Javel \ a 1,2 0 clorométricos, de los granos desprendidos de
sus envolturas viscosas (por fermentación o acción de la pectinasa), durante 10
m inutos con una adecuada realización de la mezcla, seguido de un proceso de
aclarado y secado.
• Precauciones de higiene, que conciernen a los útiles, las estructuras de
invernadero y los tutores: desinfección con formol (al 1 % ) o con agua de Javel
de los objetos móviles, y fum igación tam bién con formol del recinto.
• E vitar al m áxim o las heridas, en particular sobre plantas mojadas: es
conveniente desbrotarlas precozm ente extrayendo los brotes delicadamente y
no cortándolos con las uñas o con un instrum ento afilado.
• l,os tratam ientos en pleno cultivo que anteriorm ente proponíam os para
las otras dos enferm edades bacterianas de m ayor relevancia pueden frenar la Figura 44.— A taques bacterianos no vasculares sobre el tomate.
epidemia, sobre todo la form ación de pústulas sobre los frutos. Tam bién es A: Xanthomonas c. pv. vesicatoria, o Pseudnmonas s. pv. lomaio en hoja y tallo <síntomas indiscer­
recomendable su aplicación sobre semillero. nibles).
De m om ento se desconocen variedades comerciales resistentes. Algunos B: Xanthomonas (manchas acorchadas rodeadas de un líalo grasicntoI.
C: Psrudonwttas (pústulas negras).
trabajos de selección bastante prometedores se están llevando a cabo en diversos D: Corynebacterium (pústulas con aureola plateada).
institutos y entidades privadas, como el INRA-Montfavet, que tratan de rcagrupar
en las futuras lineas tres orígenes de genes de resistencia:
— Variedades tolerantes a la especie P. solanaceurum. provistas de una sobre los sépalos, en form a de pústulas negras de 2 a 3 mm de diám etro, que
«resistencia polivalente». adquieren una morfología redondeada cuando están causadas por Pscudomonas
— Variedad búlgara de pequeños frutos «Plovdiv 8.12», resistente a C. y angulosa si están m otivadas por Xanthomonas: pueden estar rodeadas o no,
michiganense en estado adulto. según los casos, de un halo amarillo. Su multiplicación puede generar un
— Linea japonesa «O kitsu sozai n.° 1**, que extrae su resistencia de un L. amarilleo generalizado seguido de una desecación foliar. Los síntomas detectados
hirsutum. sobre los frutos son diferentes:

Roña y sarna bacteriana (véase fig. 44) Pseudomonas Xanthomonas


Estas enfermedades son provocadas por las especies Pscudomonas syringae Pústulas negras redondeadas que no Placas negras agrietada.** similares a las
pv. tomata y Xanthomonas campestris pv. vesicatoria, respectivamente. Se m a­ sobrepasan los 2 mm de diám etro, des­ provocadas por «m oteado» sobre las
nifiestan sobre las hojas, peciolos, tallos y pedúnculos de los frutos, así como provistas de halo grasicnto y, a menu­ manzanas, que pueden alcanzar 1 cm
do, con un «ojo» más claro en el cen­ de diám etro y provistas de un halo
’ llipoclonto sódico.
tro. grasiento.
176 Enfermedades de /as hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 177

La epidemiología de am bas enfermedades es análoga: transmisión por las del fruto, que proviene de «PI 270248-Sugar» y una relativa tolerancia de
semillas, con fase epífita en el caso de las plántulas y propagación secundaria «Campbell 28».
en los casos por salpicadura de gotas de lluvia o riego por aspersión, con En lo que al pim iento se refiere. C o o k y S t a l l han introducido en Florida
posibilidad de penetración p o r los estomas o los pelos quebrados (frutos jóve­ un sen de resistencia que ha provocado rápidam ente en todos aquellos países
nes). en que ha sido utilizado la aparición de una nueva raza de Xanthomonas. Se
Sendas enferm edades se diferencian p o r su óptim o térmico: tem peraturas dispone, adem ás, de resistencias de más alto nivel para los C. anmiurn de
cardinales de 13-21-26 °C para Pseudomonas: 20-26-35 °C para Xanthomonas. pequeños frutos picantes provinientes de Extrem o O riente, como «Conic»;
La prim era de estas bacterias es particularm ente temible en las primaveras «PM 687», genitor interm ediario, obtenido en el IN R A -M ontfavet es también
mediterráneas lluviosas o bajo abrigos plásticos demasiado húmedos. La segunda, muy resistente.
únicamente es alarmante en condiciones mediterráneas cuando las lluvias otoñales
lleguen el 15 de agosto, o tam bién bajo riego p o r aspersión (am bas situaciones
pueden experimentarse simultáneam ente). Otras bacteriosis del tomate
Xanthomonas. por contra, en un clima tropical es la principal causante de
las m anchas bacterianas de las hojas y puede tam bién alcanzar una considerable L a enfermedad de la «médula negra« es atribuida a Pseudomonas corrugara.
gravedad en los climas tem plados y continentales de Europa o de América a lo Se caracteriza por una hinchazón y eclosión de los tallos, así com o por la
largo de veranos cálidos y torm entosos (ejemplo: Llanura del Po). podredum bre negruzca de la médula.
Ps. s. pv. tomata sólo ataca al tom ate: por contra, X.c. pv. vesicatoria se Su epidemiología todavía no se conoce con precisión. A taca a las plantas de
muestra igualmente virulento con el pimiento, sobre el cual provoca síntom as crecimiento vigoroso sobrealim entadas en nitrógeno a lo largo de períodos de
foliares más graves: m anchas grasicntas que pueden alcanzar l cm de diám etro, tiempo nublado y de hum edad excesiva. I-as plantas afectadas, bien sea en
cuyo centro se deseca a m edida que aum entan de tam año; su perímetro negruzco Invernadero o en el cam po, pueden restablecerse pronto. Se puede advertir una
origina una considerable defoliación si las mencionadas manchas son numerosas. gran analogía entre esta «bactcriosis» y la enfermedad fisiológica del tallo
Los ataques sobre frutos suelen ser menos frecuentes que en el tom ate. hinchado (crease srern) descrita al final de este capítulo.
Algunas cepas atacan preferentem ente al tom ate o al pim iento; no obstante, En Florida, en condiciones estivales muy húm edas Pseudomonas viridiflava
se han detectado particularm ente en condiciones subtropicales o tropicales y P. cichorii pueden ser capaces de provocar «fuegos bacterianos» (bacterial
húmedas, cepas altam ente virulentas sobre am bas plantas. blights) sobre las hojas del tom ate.
Los consejos dados en el caso del chancro bacteriano, en lo que concierne En condiciones muy favorables a la m architez bacteriana (P. solanacearum).
a la desinfección de las semillas, son válidos también para las bactcriosis foliares. una invasión del tallo por Erwinia chrysanthemi puede «acabar» con variedades
En pleno desarrollo vegetativo, la lucha se basará en la utilización de parcialm ente resistentes al Pseudomonas (P. P k io r, com unicación personal).
mezclas fungicidas cupro-orgánicas (véase cap. I, en el caso de resistencia eventual
de los Xanthomonas al cobre). Dichas pulverizaciones deben renovarse tras
cualquier lluvia o riego p o r aspersión que sobrepase los 5 mm.
Se dispone de una resistencia varietal muy eficaz frente al P.s. pv. ¡ornato: V. M ico sis de hojas, ta llo s y fru to s
el gen Pto, que fue hallado independientemente a partir de un /.. pimpineUifolium.
un L peruvianum y un /_ hirsutum var. g/abratum. En la actualidad se comienza
a disponer de variedades provistas de este gen en los catálogos europeos, tanto A ntiguam ente eran muy im portantes en E uropa en los cultivos al aire libre
en variedades lijadas (ejemplo: «Rímone», variedad industrial obtenida en el de las regiones con veranos lluviosos (en Francia, p o r ejem plo, en M arm ande-
1NRA) como en híbridos F,. l-ot y G arona); en la actualidad, apenas afectan al tom ate en provecho de las
1.a selección de variedades provistas del gen Pto es facilitada por un efecto enfermedades bacterianas descritas anteriorm ente. La poca incidencia de las
pleiotrópico de este gen. que induce una sensibilidad particular por necrosi* mismas es tal que algunas, com o la «septoriosis», han desaparecido, probable­
foliar a la fitotoxicidad del «fentión» (insecticida órgano-fosforado). mente com o consecuencia de la alta actividad fungicida de las mezclas con las
Frente a X.c. pv. vesicatoria existen diferencias de sensibilidad varietal. En que actualm ente se pulveriza y de los consejos agrícolas (Servicio de Protección
condiciones tropicales «Caraibo» (resistente a P. solanacearum) es relativamente de Vegetales, apoyado por las organizaciones profesionales).
tolerante. La linea «H aw ai 7998» presenta un alto nivel de resistencia foliar. En E n invernaderos, y bajo abrigos plásticos, algunas micosis continúan siendo
Florida se están llevando a cabo una serie de investigaciones para reunir en graves (Cladosporiosis. Botrytis). Las micosis foliares extrañam ente presentan
variedades de tipo com ercial esta forma de resistencia, una m enor sensibilidad gravedad en el caso de la berenjena y el pimiento.
178 Enfermedades de las hortalizas
Enfermedades del tomate, ¡a berenjena y el pimiento 179

Micosis foliares que se manifiestan por medio de manchas Las esporas de A. solani son. en efecto, muy robustas y capaces de sobrevivir
necróticas localizadas más de un año sobre restos de cultivo o en la superficie del suelo. Una sola
espora es capaz de originar la aparición de una m ancha localizada sobre una
La aparición sobre el tom ate de m anchas necróticas foliares de contorno hoja o una lesión sobre el tallo o el sépalo. La germ inación y la penetración
redondeado e irregular, de una dimensión próxima al centím etro, que presentan pueden tener lugar bajo una amplia gam a de tem peraturas, com prendida entre
una localización más o menos regular y están rodeadas por un halo amarillo 3 y 35 °C (12 horas a 10 °C\ 8 horas a 15 °C, 3 horas entre 20 y 30 °C). Una
(fig. 45). son las características por las que el micólogo detecta Alternaría solani lluvia ligera será suficiente para provocar la contam inación. Por contra, la débil
Sin embargo, debemos recordar que otros dos hongos pueden provocar síntomas esporulación sobre las manchas foliares (un centenar de conidias por mancha)
análogos: Phoma destructiva y Corynespora cassiicola. y la débil receptividad del follaje hasta alcanzar el estadio «engrosam íento de
• Alternaría solani, además de manchas foliares, puede provocar graves los frutos», convierten la rapidez de progresión de las epidemias en menos
lesiones en los tallos, que pueden afectar a plántulas y plantas jóvenes hasta fulminante.
provocar su muerte p o r chancro del cuello. Fn los frutos, a partir de lesiones • Phoma destructiva provoca sobre los tallos lesiones más pequeñas y en
sobre los sépalos, origina la aparición de chancros negros y huecos en la axila ocasiones más num erosas que las de las Alternaría. Los daños sobre los frutos
del cáliz, con ennegrecimiento interno del fruto. Fs solamente sobre este último que se han detectado en los Estados Unidos y en Italia (m anchas deprimidas
tipo de lesión, cuan d o Alternaría fructifica en abundancia (¡afortunadam ente negras recubiertas de picnidios) no se experim entan en las Antillas francesas,
para los productores!) *. donde Phoma. estudiado por F o u r n f t , sobrepasa en im portancia a Alternaría
en periodos de tiempo húm edo y fresco (lluvias provocadas por «frentes frescos»
y alternancias de tem peratura noche-día de! orden de 19-28 °C).
La germinación de las picnosporas de Phoma sobre las hojas es lenta; la
penetración se produce al cabo de unas 10 horas, pero una germ inación inte­
rrum pida por un período seco puede ser retom ada gracias a una nueva lluvia.
• Corynespora cassiicola (véase cap. I). Se trata de un hongo todavía más
tropical, cuya aparición se ve favorecida por fuertes lluvias bajo alternancias de
tem peratura del orden de 24-31 °C. A taca sobre todo al follaje, sin em bargo, ha
sido detectado en Estados U nidos sobre frutos im portados de México, en un
principio bajo el nom bre de Ilelminthosporium carposaprum. habiéndose com ­
probado poco después la identidad existente entre am bas especies.
• La berenjena se ve m ucho menos atacada p o r esta micosis que el tom ate.
Inoculada expcrimcntalm ente por A. solani. reacciona con la formación de
p equeñas manchas necróticas sobre las hojas cuyas dim ensiones no exceden los
3 mm.
M anchas localizadas más grandes y bastante claras, pueden ser observadas
en el sudoeste de Francia, tras procesos de contam inación por Alternaría crassa.
cuyo huésped natural es Datura stramonium. que activa la difusión de la enfer­
medad por contacto o vecindad.
En condiciones tropicales. Corynespora cassiicola ataca las hojas y el cáliz
de los frutos de la berenjena. Las manchas foliares, poco localizadas, alcanzan
1 cm de diámetro.
• M étodos de lucha: la lucha contra las enfermedades de tipo «manchas
localizadas» se basa, en prim er lugar, en precauciones higiénicas y culturales:
Figura 45. Daños provocados por Alternaría sotaní utilización de semillas sanas o desinfectadas con fungicidas, eliminación de los
A: Sobre planta adulta. B: Sobre plántulas. tallos y hojas del tom ate tras la últim a cosecha p o r medio de la incineración o
de un buen «com pos taje» bien realizado, v renovación o desinfección de los
O si se prefiere la denom inación más compleja Alternaría dauci /. sp. solani. tutores.
Véase capitulo I. para consultar lus condiciones de esporulación de este tipo de A l temario
En caso de riego p o r aspersión, debe evitarse prolongar los períodos de
180 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena t el pimiento 181

hum edad nocturna del follaje, regando dem asiado p ronto en las prim eras horas
de la m añana o dem asiado tarde a últim as de la tarde. En clima lluvioso, se
debe recurrir al uso de fungicidas en semillero y posteriorm ente en vegetación.
Las pulverizaciones habrán de reanudarse cada vez que se detecten 5 mm de
lluvia.
Los fungicidas de tipo «bencimidazol» no surten efecto frente a la Alternaría.
resultan poco eficaces contra Phoma y Corynespora se adapta fácilmente a ellos.
C ontra estas micosis deben utilizarse preferentem ente fungicidas de eficacia
general: m ancozeb, propineb. clortalonil. etc. A/ternaria es particularm ente
sensible a la iprodiona.
A unque se han efectuado intentos de selección para la resistencia a uno u
otro de los tres parásitos señalados, actualm ente no se dispone de variedades
comerciales que presenten un alto nivel de resistencia.
En Estados U nidos han sido detectadas otras dos especies de Alternaría
sobre el tomate:
— A. tomato. Conidias del mismo tipo que las de A. solani. pero de tam año Figura 46.—Tipología de los Stempft) Hum que pueden atacar al tomate.
más pequeño, que provocan sobre los frutos lesiones en «cabeza de clavo-» S botryo.\um (por lo general saprofito).
(«nail head spot»). B: 5 . vesicarium.
— A. alternaría f. sp. lycopersici. Especie de esporas en cadenas que provocan C: S. solani
D : S.J1oridanum (sin.; $ . lycopersici).
sobre el fruto num erosas y pequeñas lesiones superficiales y chancros sobre el
tallo.
Ambas enferm edades no afectaban m ás que a un reducido núm ero de
variedades recientes, debido a su «linkage» con los genes 1 e l 2 situados cerca
variedades, en la actualidad desaparecidas de los catálogos americanos.
del Sm sobre el crom osom a 11.
El pim iento en Florida es m uy sensible a S. solani. En Africa. S. vesicarium
a ta c a gravemente a algunas variedades de Solanum aethiopicum.
Estemfilosis

Las manchas originadas p o r Stemphylium sobre las hojas del tom ate pueden
ser confundidas p o r su pequeño tam año con las propias de la roña o sam a Mildiu del tomate (fig. 4 7 )
bacteriana. Sin em bargo, vistas con una lupa, resultan más angulosas, necróticas
y hundidas, pero no pustulosas, con una microzonación. El mildiu del tom ate es provocado por Phitophthora infestaos, causante, a su
C ontrariam ente a lo que ocurre con A. solani. en este caso pueden ser vez, del mildiu de la patata.
atacadas hojas de todas las edades y tam bién plantas que se encuentran tanto Las manchas foliares son similares en am bos casos: necróticas, irregulares,
en vías de crecim iento com o en producción. La defoliación puede resultar muy d e rá p id a extensión y rodeadas de un margen lívido en cuya cara interior se
grave en condiciones cálidas y lluviosas (óptim o 25 °C). La enfermedad pueden apreciar las fructificaciones de Phytophthora (pclusilla blanca). Sobre
detecta regularmente en climas tropicales o subtropicales húmedos, pero también los tallos se aprecian grandes manchas oscuras e irregulares, que pueden rodear
en condiciones subm editerráneas, viéndose favorecida por el riego p o r aspersión completam ente al brote.
y por la hum edad nocturna de las zonas costeras. En los frutos, atacados cuando se hallan en vías de crecimiento, aparecen
N um erosas especies de Stemphylium. diferentes p o r sus dim ensiones y la manchas jaspeadas de color pardo, abolladas, que presentan, a m enudo, una
forma más o m enos elegante de sus conidias, han sido detectadas Nobre el donación festoneada. Un fruto parcialm ente atacado puede llegar a enrojecer.
tom ate (ver fig. 46): S. solani. S. floridanum = S. lycopersici. S. botryosum f. sp. La parte enferm a resulta entonces de un color verde parduzco o de un am arillo
lycopersici, S. vesicarium... Sin em bargo, un mism o gen de resistencia Sm (do­ jaspeado de tonalidades oscuras.
m inante) induce frente a estas estemfilosis una resistencia total y estable. Intro­ P ara que se manifiesten ataques de mildiu es necesaria la presencia de
ducido a sabiendas en Florida sobre las variedades seleccionadas en I lom estead lluvias o rocíos abundantes, seguidos de un período de cielo cubierto y de
o en B radenton. tam bién lo ha sido de forma involuntaria en m uchas otras hu m ed ad saturada, siempre con tem peraturas com prendidas entre los 10 y los
Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 183
182 Enfermedades de las hortalizas

c o m o las solanáceas espontáneas. E n c o n trap artid a, los meses m ás cálidos, con


te m p eratu ra s m áxim as superiores a 30 °C constituyen un p eriodo dificultoso
p a ra este hongo.
En los clim as de las costas nórdicas del M editerráneo (Provenza, R osellón.
T o scan a) el m ildiu del to m ate atraviesa cada a ñ o d o s períodos desfavorables,
invierno y v erano, y las epidem ias n o se presentan todos los años.
El sisiem a d e aviso p ro p u esto po r Cu n t z y D iv o t x para ad v ertir cuáles
so n los perío d o s favorables a la expansión del m ildiu en la p a ta ta en el norte
de F ran cia, parte de un descuento de los periodos favorables a la infección y de
las duraciones de in cubación, en función de las tem p eratu ras, lo que perm ite
reco n stru ir ciclos de desarrollo (de la contam inación a la esporulación). H abién­
do se d a d o una considerable regresión invernal del inoculo, el m ildiu no resulta
epidém ico m ás que tras dos ciclos (no solapados) en B retaña, tres en condiciones
m ás continentales.
Este sistem a es aplicable en Provenza, don d e, en ocasiones (cada 10 años)
se totalizan tres ciclos prim averales, que conducen a una epidem ia en ju n io . En
caso c o n trario , la previsión de las epidem ias de septiem bre, debe tener en
cuenta la regresión estival del inoculo; se retrocede u n ciclo hacia a trá s si se
totalizan treinta días con tem peraturas m áxim as iguales o superiores a 30 °C.
D icha regla parece tam bién ser aplicable a la regresión estival del m ildiu en
los países subm editerráneos.
En C asablanca, d o n d e la m áxim a no sobrepasa nunca los 30 °C , el mildiu
del to m ate se detecta desde que se producen las prim eras lluvias otoñales. Sin
em bargo, en T únez, d o n d e d u ran te las tem poradas estivales suelen totalizarse
d e 60 a 100 días de m áxim a superio r a 30 °C , se delectan d o s o tres ciclos de
desarrollo.
En los clim as atlán tico s tem plados (B ayona) el m ildiu, p o r lo general, suele
Figura 47.—Efectos del Mildiu sobre el tomate eMar presente desde el mes de junio. En las regiones interiores del sudoeste
A: Phytophthora infestans sobre planta adulta.
francés (ejem plo: M arm andc), la situación es interm edia: los añ o s sin mildiu
8: Fruto <lc tomate atacado por Mildiu terrestre (Phytophthora nicotianae var. parasítica)
so n m ás extraños que en Provenza.
Estos d ato s epidem iológicos se aplican, po r supuesto, en aquellas situaciones
en que se opera sobre vastas superficies de cultivo de tom ates po co o mal
25 °C (el ó p tim o p ara la em isión de zo o sp o ras y la penetración es d e 13 °C;
tra ta d a s, tal y co m o o cu rría en los años 50-60. L a a d o p ció n de los consejos
para el crecim iento del micelio 23 °C).
ofrecidos p o r las estaciones de aviso agrícola y el uso generalizado de tra ta ­
Las conidias (o esporangios) de P. infestans se producen en grandes cantidades
m ientos, hacen que hoy en día el m ildiu sólo aparezca en las fechas previstas
(varios millares p o r m anch a), pero resultan m u ch o m ás frágiles que los de
p o r el sistem a.
Alternaría. Los a taq u e s de m ildiu son. p o r ta n to , m u ch o m enos frecuentes que
E n condiciones tropicales Phytophthora infestans puede m anifestarse a lo
los de Alternaría, p ero , sin em bargo, m ucho m ás fulm inantes.
largo de to d o un a ñ o en altitudes superiores a 800 m.
Las conidias de Phytophthora infestans so n m uy sensibles al frío; p o r ello
En llano, só lo se m anifiesta cuando se acusan lluvias invernales ligadas a
co ntinúa siendo u n m isterio có m o se p erp etú a e inverna esta especie en aquellos
«frentes fríos» y cu an d o las tem peraturas m ínim as son inferiores a 18 °C (costas
países de inviernos gélidos. Incluso en p a ta ta , la conservación del m ildiu a
d el norte de C u b a , H aití. República D om inicana y Reunión).
través del tu bérculo es un hecho raro (en H o lan d a un foco p rim ario p o r cada
30 ha). No debe excluirse que las cepas «tom ate» (tam bién virulentas sobre Phytophthora infestans es eficazm ente co m b atid a p o r m edio de productos
p a ta ta ) se perpetúen p o r este procedim iento. cúpricos, etilen b isd itio carbam atos y m ezclas órgano-cúpricas. E n el caso de la
En los países m editerráneos m eridionales los rebrotes, las siem bras naturales P atata, la utilización d e m etalaxil ha suscitado la aparición de cepas resistentes.
y los cultivos invernales de to m ate aseguran la supervivencia de P. infestans, así En M éxico, P. infestans es la enferm edad m ás diversificada genéticam ente y
184 Enfermedades de /as hortalizas Enfermedades de! tomate, la berenjena y el pimiento 185

presenta su m áxim o g ra d o de virulencia sobre el to m ate y la p atata. U nicam ente y ausencia d e lluvias. Sin em b arg o , tam bién se ve favorecida p o r una hum edad
aquí produce o o sp o ra s gracias a la presencia de dos grupos de co m patibilidad elevada (70-80 % ) sobre to d o d u ran te la noche.
Ai y A :. m ientras q u e en el resto del m u n d o ú n icam ente se ha d ifu n d id o el Se puede d etec tar m u ch o m ás frecuentem ente en la C osta Azul que en el
grupo A,. A p a rtir de líneas m exicanas de l.. esculertlum se han p o d id o o b ten er in terio r de Provenza. Igualm ente es tem ible en P alestina, en T únez y en la
resistencias varietales. estación seca de los clim as sahelianos (zona geográfica com p ren d id a entre
Frente al to m ate deben distinguirse tres posibles «razas» de P. infestans: C a b o V erde y Senegal).
— T.00. que únicam en te ataca a la p atata. Para cad a u n o de los tres huéspedes se aprecian diferencias de sensibilidad
— T.O, que a ta c a a las variedades de to m ate desprovistas de genes de varictal. C iertas variedades de tom ates haw aianos (ejem plo: «A nahu») son
resistencia. p articu larm en te sensibles. En la India se han en co n tra d o algunas variedades de
— T .l, que a ta c a a las lineas de to m ate provistas del gen Ph 1, el cual muy berenjenas resistentes. En la especie Capsicum anninm una prim era fuente de
tem pranam ente se m anifestó com o poco eficaz. resistencia aparece en PM 6X7, pero esta resistencia está asociada a una tendencia
(E stas características específicas só lo se hacen patentes sobre el follaje y los a la caída d e las prim eras flores. La resistencia de «PM 807» (de origen etiope)
tallos de las plantas; los frutos verdes del to m ate pueden ser in v ad id o s por resulta m ucho m ás interesante (investigaciones del IN RA-M ontfavet). F.n Bulgaria
to d as las cepas de P. infestans.) se h a p retendido en co n trar una resistencia derivada de C chínense.
U n gen Ph 2. ex traíd o p o r G \i i f.o i y de la varied ad de to m ate m exicano • U n oídio de tip o Erysiphe cichoracearum. a u n q u e m ás raram ente, tam bién
«W va 700», se halla actualm en te disponible en num erosas variedades e híbridos puede m anifestarse sobre las solanáceas.
F, (sufijo «line» en las obtenciones del IN R A ). Su eficacia perm anece estable, La alerta m ás seria es reciente: concierne al tom ate. El oidio apareció
au n q u e n o de fo rm a to tal (retraso de dos ciclos en la epidem ia foliar). Estos prim ero en 1Iolanda (1986), invadiendo inm ediatam ente los invernaderos ingleses
cultivares deben ser utilizados en parcelas hom ogéneas, d a d o que Ph 2 no (1987) y franceses (1988). A lgunos brotes de expansión análogos ya h ab ían sido
protege los frutos: al abrigo de un follaje in tacto , aquéllos pueden ser atacados detectados en Jap ó n (1978) y en A ustralia (1980). Probablem ente los propietarios
en la proxim idad d e parcelas de variedades sensibles qu e abastecen el inoculo d e invernaderos deb an h a b itu arse a vivir con este o id io , de la m ism a m anera
(de la misma m anera que ocurre en un cam po de tom ates de variedades corrientes, q u e lo hacen co n los de las cucurbitáceas. Este E. cichoracearum del to m ate es
vecino a u n cam po d e p a ta ta s a tac a d o p o r la raza T.00). incapaz d e a ta c a r a las cucurbitáceas, p o r co n tra, suele infectar a la berenjena
F.n condiciones de días cortos y débil lum in o sid ad (invierno d e los países in vitro.
m editerráneos m eridionales), la eficacia del gen Ph 2 puede resultar insuficiente.
F.n Israel, las p lan tas jóvenes d e berenjena son sensibles a P. infesians. po r
co n tra, se m uestran inm unes a la enferm edad en ed ad a d u lta. D el m ism o C ladosporiosis y C ercosporiosis
m odo, las plantas jóvenes de pim iento son sensibles a ciertas cepas de Pcronospora
tabacina (m ildiu del tabaco). Se continúa d en o m in an d o «cladosporiosis del tom ate» a la enferm edad p ro ­
vocada p o r Fuh'iaJufva (antaño Cladosporiumfulvum). Los ataques se m anifiestan
en el haz d e las h ojas en form a de m anchas am arillas, angulares, p ero de
co n to rn o s difum inados. q u e se corresponden en el envés con un aterciopelado
O idios d e to n o p a rd o y violáceo (tam bién existen cepas grisáceas susceptibles de m a­
nifestarse, tan to en cultivo com o sobre las plantas).
• Leveiilula tauriea (véase cap. 1) es el m ás frecuente. F.ste «oídio interno» E n caso de fuertes ataques, el aterciopelado puede alcan zar el haz de las
atac a al to m ate, la beren jen a y el pim iento. hojas.
Sobre el tom ate se m anifiesta en la p arte su p erio r d e las hojas en form a de La senescencia de las hojas afectadas es acelerada, éstas acaban am arilleando
placas am arillas q u e acab an ennegreciéndose en el cen tro, m ientras que en la p o r com pleto y desecándose.
parte inferior se ac u sa un discreto afieltrad o blanco. Las tem p eratu ras cardinales p ara el desarrollo de F. Julva son 5-25-34 °C.
Sobre la berenjena, Leveiilula es m ás raro : S. melongena es m enos sensible Las conidias, tran sp o rtad as p o r suaves corrientes de aire, germ inan en ausencia
que ciertos S. aethiopicum cultivados en A frica. d e agua líquida, con hum edades relativas com prendidas e n tie 85 y 100 % . Los
Sobre el pim iento la evolución de la enferm edad es ráp id a, la ap arició n del l e n t o s violentos y las fuertes lluvias contrarían la evolución de la cladosporiosis.
afieltrado blanco en la parte inferior de las h ojas coincide con una necrosis en En clim a m ed iterrán eo extrañam ente se d etecta al aire libre: en Provenza
«punto de tapiz» q u e provoca su desecam iento y caída. este h ongo únicam ente lo hem os p o d id o observar en parcelas ro d ead as po r
Esta en ferm edad se desarrolla en perío d o s d e tiem p o cálido (ó p tim o 26 °C) c u a tr o espesos setos.
186 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 187

P o r co n tra, las estaciones secas de los clim as tropicales y la p rim avera de genitores suplem entarios cuya resistencia todavía n o ha sido caracterizada ge­
F lorida le son m uy favorables. C o m o tam b ién lo so n . incluso m ás to d av ía, las néticam ente. En principio éstos son conocidos al no proceder de híbridos h .
condiciones de cultivo bajo in vernadero acrista lad o o bajo abrigos plásticos de q u e n o resisten m ás qu e a través de u n solo gen a las razas m ás virulentas
Inglaterra, el su r de Italia o E spaña. actu alm en te conocidas (ejem plo: 2-5-9), a fin de evitar a F. fulva una evolución
La lucha c o n tra Fulviafulva consiste: « p aso a paso»», que le sería dem asiad o fácil.
— en lo que respecta a las prácticas de cultivo, en particular, en invernadero, E n los países tropicales m uy húm edos y poco ventilados Cercospora fuliginea
en la com binación de la ventilación y de la calefacción p ara alca n zar un nivel p rovoca una «cladosporiosis negra»». E sta enferm edad es fácilm ente deteetable
po r debajo de las h um edad es relativas favorables a la enferm edad (85 % du ran te e n C osta de M arfil.
el día, 100 % p o r la noche); E n el envés de las hojas de la berenjena, podem os apreciar, en ocasiones, la
— en cu an to a la lucha fungicida, en una buena co b ertu ra, ta n to a partir presencia de Cercospora deightonii bajo el aspecto de un aterciopelado rojizo,
de p ro d u cto s clásicos (m aneb, m ancozcb, clortalonil) co m o de p ro d u cto s sisté- sin em bargo, ello no suele o cu rrir con la frecuencia co n que aparece sobre la
micos: bencim idazoles (sin resistencia señalada), trifo rin a. fenarim ol: p lan ta silvestre Solanum io n uní.
— y, m ejor to d a v ía , m ediante la resistencia varietal: num erosos genes «Cf» Sobre el pimiento, Cerscospora unaniwwi (sin.: Cladosporiuni capsici) aparece
han sido descritos en tre diversos Lycopersicon y transferidos a variedades co­ b ajo las hojas en fo rm a de u n micelio de color oliváceo; a m enudo se detecta
m erciales del to m ate. Pero la evolución del p arásito frente a ciertas resistencias su presencia en los cultivos bajo invernadero en Italia y en los cultivos al aire
se co m p o rta de fo rm a distinta, según se trate de cultivos al aire libre (zonas libre en los países tropicales. Su epidem iología es análoga a la de Fulvia fulva.
tropicales y subtropicales) o en invernadero. T a n to Fu/via co m o Cercospora de las solanáceas hortícolas pueden ser
En el prim er caso, el gen C f 2 (procedente de un L. pimpineUifolium) presente invadidos p o r h ip erp arásitos, que se m anifiestan en form a de m oho blanco que
en num erosas variedades seleccionadas en F lorida (ejemplo: «M analucie», «Flo- invade el aterciopelado de co lo r m ás o scuro p ro p io de Fu/via y Cercospora.
radcl») resulta eficaz hoy en día. Sin em bargo, presenta dos inconvenientes: El m ás frecuentem ente descrito a nivel m undial es Hansfordia ugadensis
situado sobre un lo cu s m uy próxim o a M i, únicam ente puede reu n ir am bas (sin.: H. pulvinata. Botrytis yuae) que puede m anifestarse ta n to al aire libre en
resistencias en el e sta d o híb rido F . U n recom binante M i-C f 2 ha sido obtenido los países tropicales co m o en invernaderos clim atizados; se puede cultivar en
recientem en te.P or o tra p arte , p o r «linkagc» estrech o con un gen recesivo ne, m edio artificial y ha sido propuesto com o m edio de lucha biológica.
p rovoca en m uchos genotip o s de to m a te u n a tendencia a las necrosis foliares R ecientem ente. Bi . a n c a r d h a detectado en F rancia la presencia d e Acre-
no parasitarias, de la q u e escapan evidentem ente los híbridos F, heterocigóticos. monium selerotigenum.
y las variedades «M analucie» y «Floradel».
P or co n tra, en los invernaderos y abrigos d e los países de clim as tem plados
Fulvia fulva ha su p e ra d o sucesivam ente los genes m ás «fuertes» de cu an to s se le B o tr y tis c in e rea
han p ropuesto, en p articu lar C f 2 y C f 4 (procedentes de L. hirsutwn). cuya
com binación ha resultado , sin em b arg o , eficaz d u ran te una decena de años. C uando se desarrollan en condiciones de fuerte lum inosidad y de tem peraturas
C f 5 (procedente d e /.. hirsutum ) tam bién h a sido su p erad o actualm ente. ó p tim as, las solanáceas hortícolas apenas padecen ataq u es de este parásito
E n lo que respecta a la nom en clatu ra utilizada p o r ciertos catálogos de (véase el cap. I p ara su descripción general, y el cap. II p ara su sensibilidad a los
sem illas, la situación es bastan te confusa, d a d o que éstos designan las diferentes fungicidas).
razas de Fu/via p o r m edio d e le u a s y no p o r el n úm ero de los genes dom inados. P or co n tra , bajo ilum inación insuficiente, y tem p eratu ras a m enudo com ­
A = raza 2. que supera a C f 2. p ren d id as entre 15 y 20 °C , las plantas etioladas pueden experim entar ataques
B ~ raza 4. que supera a C f 4. en to d o s sus ó rganos, bien sea a p artir de «bases nutritivas»», constituidas por
C ~ raza 2-4. que supera a C f 2 y a C f 4. h ojas senescentes, flores n o fecundadas, m uñones de yem a o de peciolos (com o
I) = raza 5. que supera a C f 5. consecuencia d e las p o d as o los cortes practicados en las hojas), bien sea com o
E raza 2-4-5. que supera a C f 2, Cf4 y C f 5. consecuencia de invasiones directas de las hojas.
D ichos ataq u es só lo se pro d u cen al aire libre sobre cultivos estacionales en
U na variedad p u ed e ser presentada indistintam ente co m o «resistente a A. regiones p articu larm en te h úm edas (ejem plo: B urdeos o B ayona en el caso de
B. C . D - (y p o r consiguiente sensible a E = 2-4-5) o co m o « O » (resistente a las F rancia) o en plantaciones tardías a lo largo de o to ñ o s m editerráneos lluviosos.
c u a tro p rim eras razas).
Los seleccionadores actualm ente se interesan p o r genes de origen muy Cercospora capxici. especie más difícil <lc detectar, pertenece. por contra, a ia categoría de las
diverso que se rep arten (en 1989) en tre C f 6 y C f 23, y p o r un cierto n ú m ero de C-ctcosporu tic mancha* necróticas.
188 Enfermedades de /as hortalizas Enfermedades del tomate, la b e re n je n a e l pimiento 189

Las plantitas o btenidas en semilleros protegidos sin calefacción, a una den­ con im portantes fuentes de inoculo de Botrytis (ejemplo: fresas), se pueden
sidad dem asiado elevada, pueden padecer ataques sobre los tallos a partir de delectar sobre los frutos «m anchas fantasm as- (en inglés «ghost spots») que
cotiledones secos, que acarrean su muerte en semillero o se manifiestan tras la corresponden a ataques abortados. A lrededor de un mínim o punto necrótico
plantación. central se aprecia un fino anillo decolarado de 5 a 10 mm de diám etro que
Los ataques directos sobre las hojas se detectan especialmente en los cultivos adquiere tonalidades blancas sobre el fruto verde y amarillas sobre el fruto
de invernadero, en concreto en el caso del tom ate, sobre el que se manifiestan m aduro, que en absoluto perjudican la calidad de éste.
en form a de grandes m anchas am pliam ente localizadas, que se prolongan a lo
largo de las nervaduras, con un reborde lívido.
Siempre bajo invernadero y a partir de las «bases nutritivas» m encionadas Sclerotinia selerotiorum
anteriorm ente, los ataques sobre los tallos pueden oscilar, manifestándose tanto
en form a de pequeños chancros laterales com o bajo el aspecto de una necrosis A menudo, sobre solanáceas hortícolas podem os advertir la presencia de
que les rodea por com pleto. grandes esclcrocios. Incluso a principio de vegetación, las plantitas de tom ate
Los frutos, pueden ser afectados a partir de los sépalos o de heridas diversas, que suceden en el Rosellón a lechugas y escarolas muy atacadas, no experimentan
en concreto, en el caso de la berenjena, las variedades más dañadas son las daños causados por S. minor.
espinosas. Las podredum bres de frutos son húm edas y blandas. Los ataques en invernadero suelen ser bastante extraños, pero pueden alcanzar
Sobre todos los órganos citados, en condiciones húm edas, suele aparecer el un alto grado de gravedad. Al aire libre, en estación lluviosa (sudoeste francés,
m oho grisáceo característico de Botrytis. Túnez, etc.), las últimas cosechas de tom ate, y más a m enudo las de berenjena
L a m ejora de las prácticas de cultivo es im portante para reducir la incidencia y pim iento, pueden experim entar ataques considerables sobre los tallos y los
de los ataques propios d e esta enfermedad, consistiendo básicamente en: frutos.
— Evitar las siem bras muy densas sobre todo en condiciones de limitación F n previsión de este riesgo, se pueden aplicar a fin de cultivo tratam ientos
luminosa, que pueden provocar etiolam ientos. a base de bencimidazoles o dicarboximidas.
— Bajo invernadero, coordinar los medios de calefacción y ventilación con
el fin de reducir la duración de los periodos que com binan hum edad saturada,
condensación y tem peraturas del orden de 15-I7°C, siempre respetando, sin P h o m o p s is vexans sobre berenjena (fig. 48)
em bargo, el term operiodism o diario en el tom ate.
— Practicar la poda y el deshojado dejando secciones limpias a ras de! Este hongo se desarrolló sobre la berenjena en condiciones cálidas y lluviosas.
tallo. D etectado en Italia (1881), es tem ido sobre todo en el sudeste de Estados
Períodos climáticos desfavorables (cielo cubierto e im perativos económicos U nidos y en climas tropicales. Por contra, se halla ausente en la zona m edite­
de energía, pueden, sin em bargo, contribuir a que estas medidas resulten insu­ rránea.
ficientes o im practicables y a im poner como remedio la lucha fungicida. Los síntom as clásicos consisten en una m ortandad de las plántulas (como
Esta se basará en la pulverización, o eventualmente bajo invernadero, en la consecuencia de siembras a p artir de semillas contam inadas), precedida de
fumigación (tetracloronitrobenceno autorizado en H olanda, o clortalonil). ataques foliares, por lo general poco im portantes, y, sobre todo, de lesiones
Cabe recordar que en todas las regiones hortícolas, vitícolas o productoras
de guisantes o girasoles, las cepas de Botrytis resistentes a bencimidazoles están
bastante extendidas, com o tam bién lo están aquellas que toleran los fungicidas
a base de dicarboxim idas.
En cultivos protegidos se utilizarán aplicaciones de iprodiona, vinclozolina
o procim idona, en alternancia o mezcla con fungicidas de am plio espectro, en
concreto con aquellos que poseen una actividad anti Botrytis: tiram. diclofluanida.
clortalonil.
Sobre las cicatrices o los primeros chancros de los tallos, se pueden aplicar
pastas com puestas de tiram + iprodiona + aceite de pretróleo. o triadimefón.
Los ataques de Botrytis sobre las solanáceas no siempre tienen una evolución
tan desastrosa com o la que acabam os de indicar. Sobre plantas de tom ate que H yura AH.— Phomopsis vexans y Co/letotrichum gtoeosporioides i. sp. ntelongenae sobre fruto de
crecen en buenas condiciones, pero que p o r proxim idad se hallan en contacto berenjena.
190 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 191

sobre el tallo principal y las ram as, que acarrean la muerte de las plantas hecho, m ucho más frecuentes sobre las hojas de Solanum torvum que sobre las
enteras o de ram ificaciones, con aparición de picnidios sobre la parte muerta. de la berenjena. Pueden alcanzar una im portancia considerable en la Costa de
Los frutos son atacados cuando se hallan en proceso de m aduración (por M arfil. En M adagascar, B o i'k íq u e t descubrió en los años treinta un Puccinia
consiguiente, tras el estadio habitual de la recolección). Presentan grandes angyvii autoico, presentando todos los estados de desarrollo sobre berenjena,
manchas localizadas de color beige, sobre las que se disponen picnidios en atacando tanto a los tallos com o a las hojas.
círculos concéntricos. Es de estos frutos de donde proceden las semillas conta­
minadas.
N um erosas variedades tardías, adaptadas a los climas tropicales y subtro­
picales. se m uestran resistentes a estos síntom as «clásicos» (no obstante, las
Antracnosis de los fru tos
«Violetas de Barbentane» son muy sensibles). Entre ellas podemos citar «Florida
Sobre los frutos de las solanáceas hortícolas podem os encontrar Colletotrí-
m arket» (am ericana). «Zebrina» (española), «Ceylan SM 163» y «Aranguez •>.
El híbrido F «K alenda», cultivado a p artir de los años setenta en las Antillas,
chunt pertenecientes a los grupos 1, 3 y 4, descritos en nuestro prim er capítulo,
de entre los cuales predominará uno u otro tipo, dependiendo de las características
únicamente contaba con genitores resistentes.
climáticas o del huésped respectivo. Por lo general, únicam ente se aprecian
Sin em bargo, se ha podido observar cóm o a p artir de estos últim os años
daños sobre frutos m aduros, bajo el aspecto de manchas deprimidas que pueden
han aparecido «nuevos síntomas» de Phomopsis sobre la variedad «Kalenda y
alcanzar 1 cm de diám etro y que se hallan más o menos rem arcadas de negro
sus genitores: lesiones sobre hojas jóvenes, que propician su deform ación y mi
en su centro p o r el desarrollo del micelio, recubriéndose en la fase final de su
criba, así como sobre la p an e superior de las ram as, que adquiere un aspecto
evolución de pústulas de color rosa anaranjado o negruzco (acérvulos más o
crispado. Los frutos pueden ser atacados desde el estadio cosecha, las lesiones
se detectan diez días m ás tarde de su llegada a Europa. m enos esporiferos o ricos en setae).
L a infección de los frutos, sin em bargo, puede tener lugar aun cuando éstos
Las cepas que provocan estos «nuevos síntomas» se m uestran resistentes al
todavía no han m adurado, pero el appressorium producido por la conidia
benomilo, lo que contrasta con la sensibilidad propia de las cepas clásicas.
germ inada permanece generalmente latente hasta la m aduración del fruto.
Las plantaciones pueden protegerse de este tipo de nuevos ataques de
Sobre el tomate. Colletotrichiun coccodes (es sinónim o de C. atrameniarium
Phomopsis por m edio de pulverizaciones de mancozeb, o, mejor todavía, de
de las raíces), el más frecuentemente descrito, aparece en el grupo 3. Pero en los
clortalonil, renovadas a intervalos de 10 a 15 días (resultados com unicados por
climas subtropicales, com o, por ejemplo, el de Florida, tam bién se detectan
G . J acqija del IN RA -A ntillas-G uayana).
sobre el tom ate algunos C. gheosporioides o acutatum " (grupo I), o capsici
(grupo 4).
La lucha contra la antracnosis de los frutos del tom ate es una de las
Septoriosis del tomate principales preocupaciones en las producciones destinadas a la industria con­
servera: los intercam bios internacionales de concentrado de tom ate están some­
Sep loria lycopersici es un parásito de las hojas cuyas lesiones presentan un
tidos a un test microscópico con el propósito de detectar las hifas presentes en
tam año interm edio en com paración con las de Stemphylium y las de Alternaría
la pasta, de entre las que destacan particularm ente las de C. coccodes. Se tendrá
solani. No se hallan localizadas y se caracterizan por su núcleo claro punteado
en cuenta la posibilidad de infecciones latentes a la hora de aplicar los trata­
de picnidios rodeado por un margen de color pardo. Tam bién se aprecian
m ientos fungicidas apropiados, antes de que los frutos m aduren en rojo (con la
lesiones necróticas de pequeño tam año sobre los tallos y pecíolos de las plantas
ayuda, p o r ejemplo, de ditiocarbam atos).
afectadas. Dicha enferm edad no ataca jam ás a los frutos.
Los seleccionadores am ericanos de tom ates destinados a fines industriales
Muy temible en E uropa del este, parece haber desaparecido de Europa
occidental. (ejemplo: I Ieinz. Campbell. Peto), muestran gran preocupación por la antracnosis
de los frutos en sus program as de selección. A tal efecto tratan de reagrupar por
selección recurrente factores de resistencia parcial: m enor capacidad de pene­
tración a través de la piel del fruto, crecimiento m ás ralentizado del micelio en
Royas la carne, etc.
Sobre el pimiento, el Col/etotrichum m ás frecuentem ente detectado es C.
Las royas suelen detectarse preferentem ente sobre la berenjena, sobre todo
capsici (grupo 4, conidias en form a de media luna). En el caso de los pimientos
en condiciones tropicales. Sobre las hojas suelen apreciarse unas am pollas de
color anaranjado que contienen los ecidios de Pucciniu que atacan a las gramíneas
" Para algunos autores C. acutatum se distingue de C. gloeoxporioídcs por la forma de las
(P• papsalieola, P. penniseti). Fn lab Antillas francesas estas manchas son. de Conidias, algo más puntiagudas en una de sus extremidades.
192 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades del tomate, la Iterenjena y el pimiento 1*)3

picantes, esta antracnosis puede proseguir su desarrollo a lo largo de la desecación pliamcnte localizadas (fig. 47 B) y P. capsict, que produce una podredum bre sin
de los frutos rojos. localización explícita.
Unicamente en algunas pocas regiones del m undo los Colleiotrichum son Rhizoctonia solani produce tam bién lesiones localizadas, pero de extensión
capaces de atacar los frutos inm aduros de las solanáceas hortícolas: en Corea, m ás lenta (véase fig. 53 B). En el centro de la m ancha, ligeramente hundida y
un C. gloeosporioides ataca a los frutos verdes de Capsicum annuum picantes. de un diám etro com prendido entre 3-4 cm. se aprecia claram ente un micelio
Por lo que a la berenjena respecta, en la zona antillana y en Brasil, una rojizo de Rhizoctonia. En ocasiones, el micelio permanece en la superficie,
antracnosis ataca gravem ente a los frutos m ucho antes del estadio de cosecha. provocando decoloraciones pardas más o menos arborescentes sobre la parte
Su ataque está provocado por C. gloeosporioides f. sp. melongctiae (descrito del fruto en contacto con el suelo. Para los m étodos generales de lucha contra
por FouRNHT-INRA-Antillas-Guayana). t i reservorio natural de este Colleío- este hongo, es recomendable consultar tanto el principio de este capítulo, como
trichuin está constituido por los frutos más gravemente atacados del arbusto el capítulo I.
silvestre Solanum torvum. • Sobre los frutos maduros del tomate, num erosos hongos cuasi saprofitos
Esta antracnosis ha constituido un grave hándicap desde que se iniciaron pueden penetrar a partir de heridas mecánicas o de las «grietas de crecimiento»
las exportaciones hacia F.uropa de berenjenas producidas en las Antillas. «Florida (consúltese la parte final del presente capítulo). Los más frecuentes son Alternaría
market» y «Ccylan SM 163», genitores del prim er híbrido F cultivado en las de tipo altérnala o tenuis de esporas en cadena. Rhizopus y un hongo de
Antillas, eran muy sensibles a la enferm edad, motivo que condujo a F o u r n i i desarrollo blanco crem oso asociado a bacterias lácticas conocido como (Jeotrí-
a investigar los tratam ientos fungicidas aplicables en el cam po y m ediante chum candidum (sin.: Oospora lactis).
aplicaciones de agua caliente a base de tiabendazol o de benom ílo antes de su Estas alteraciones de frutos m aduros son particularm ente temibles en los
expedición. tom ates destinados a la industria; en aquellos lotes de frutos recolectados con
N um erosas variedades de berenjena son, sin em bargo, resistentes a la an­ un cierto porcentaje de tom ates bastante m aduros y que perm anecen durante
tracnosis de los frutos, en particular «Zebrina» y «Aranguez» (variedad india algún tiempo envasados en «»jas en la fábrica, conviene controlar los filamentos
recuperada p o r F. K a a n en Trinidad). A m bas variedades están provistas del y las esporas de Alternaría en el concentrado.
mismo gen dom inante de resistencia. Recientemente, se ha propuesto en Francia aplicar a los cultivos, unos 10
Con la adopción del híbrido F IN R A -IRA T «Kalenda» (q u e extrae su días antes de la cosecha, un tratam iento a base de pulverizaciones de agua de
resistencia de «Aranguez») las dificultades propias de esta enfermedad se extin­ Javel diluida a 0.002° elorometricos, seguidas de un tratam iento de m ancozeb
guieron en las A ntillas francesas. o de cobre + mancozeb.
Por supuesto, C. g. f. sp. melongenae es capaz de provocar lesiones sobre Tam bién es conveniente la adición de agua de Javel en el prim er baño de
tom ates y pim ientos m aduros. lavado practicado en las fábricas (2 m g/l de cloro activo) para eliminar de la
superficie de los frutos las esporas termorresistentes de una bacteria anaerobia
que puede provocar un abom bado en las latas.
Diversas podredumbres de los frutos • Las berenjenas son. a su vez, susceptibles de padecer podredum bres,
cuando son recolectadas todavía inm aduras: en este caso nos encontram os con
Además de Alternaría solani, mildiu, Botrytis y las antracnosis, los frutos de taxones y aislados de Phytophthora que no necesitan de heridas previas para
las solanáceas hortícolas pueden ser atacados de form a más o m enos especifica, penetrar en el fruto y que provocan grandes lesiones localizadas en m ayor o
p o r un cierto núm ero de hongos, entre los que es necesario diferenciar aquellos m enor grado. G raves perjuicios se detectan bajo climas tropicales húmedos
que com o verdaderos parásitos son capaces de atacar frutos inm aduros, y (Antillas. Costa de Marfil), en particular cuando los frutos seleccionados como
aquellos otros que pueden invadir frutos m aduros, penetrando f r e c u e n t e m e n t e de segunda categoría se dejan en tierra alineados en proceso de cosecha. En
a través de grietas o heridas de la superficie de los mismos. contacto con el suelo son invadidos por P. n. var. parasítica, que fructifica en
• Sobre los frutos verdes del tom ate, se pueden detectar, por contacto o abundancia y contam ina los frutos en vías de engrosam icnto. por salpicadura
proxim idad del suelo (por salpicadura de gotas de agua cargadas de tierra), de las gotas de lluvia.
daños provocados por Phytophthora del suelo, que causan podredum bres que A p artir de bases nutritivas (fragmentos de corolas unidos al cáliz, estilo
invaden el fruto en tres o cuatro días, sin que se advierta hinchazón, al contrario ®*®cado al final del fruto) se pueden detectar, siempre en condiciones tropicales.
de lo que ocurre con las podredum bres provocadas por P. infestans. Las especies Podredum bres m otivadas por C'hoanephora cucurbitacearum.
más frecuentes son: P. nicotianae var. parasítica, cuyas lesiones se hallan am- A través de heridas, particularm ente entre las variedades espinosas, pueden
Penetrar, según sean las condiciones térmicas, Rhizopus (tem peraturas elevadas)
De hecho, h partir de la form a de conidias t¡e procederá a clasificarlo cnirc los ^acutaium->. o Botrytis cincrea (véase lo indicado anteriormente).
194 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades del tómale, ta berenjena y el pimiento 195

• Los frutos del pim iento pueden ser invadidos en estad o tod av ía verde por p ro v o can unos sín to m as m enos necrosantes en inoculación artificial que las
Phytophthora capsici y Botrytis cinerea a p artir de h eridas. C u a n d o m a d u ran se cepas «tom ate» y se m u estran m ás epidém icas en condiciones naturales.
m uestran sensibles a la m ism a serie de h o ngos cuasi-saprofitos que afectan al E n las variedades de to m ate o pim iento provistas de genes de resistencia
tom ate. R esulta, pues, arriesg ad o proceder a la recolección de los pim ientos actualm ente sup erad o s (ejem plo: Tm , im 2 en el tom ate: L, en el pim iento) se
c u a n d o estos se hallan ro jo s o am arillos, a u n q u e resulten m ás sabrosos y m ás han diferenciado las cepas m ás virulentas a p a rtir de los grupos de cepas
digestivos. L as variedades m o d ern as de carne gruesa y firm e, con la extrem idad «tom ate» y «tabaco».
bien cerrada, h an su p u esto , sin em bargo, un gran progreso con m iras a la
tolerancia hacia este gen ero de accidentes. • Síntomas sobre los huéspedes sensibles y daños de las cosechas
Sobre el tom ate, únicam ente las razas «A ucuba» son susceptibles de provocar
un m osaico sobre los frutos. Ya hem os descrito anteriorm ente (véase cap. 1) el
VI. Enfermedades causadas por virus proceso d e «crisis seguida de reactivación del crecim iento» que caracteriza la
infección p o r TM V .
Las tres solanáceas h ortíco las pueden ex p erim en tar a taq u e s d e virus: p o r
Se vuelve a en co n tra r la influencia de la «crisis» sobre la cosecha, 50 ó 60
o rd en de sensibilidad general creciente: berenjena, to m ate y pim iento. TI virus
días m ás tarde; las flores abiertas d u ran te la «crisis» han tenido su cuajado
p redom inante en cada u n o de los casos, dependerá de los clim as y de las
co m p ro m etid o p o r la p a ra d a del crecim iento y la m enos buena germ inación del
condiciones de cultivo. L os cultivos dispuestos en espaldera y los cultivos bajo
polen.
abrigo, son los m ás sujetos a los virus transm itidos fácilm ente p o r vía mecánica.
C o n las razas com unes, la m erm a de rendim iento puede alcanzar un 25 %
L os cultivos al aire libre, sobre to d o en el caso de plantaciones tard ías, son los
p ara las infecciones que se producen de inm ediato tras el trasplante al cam po,
m ás sensibles a los virus transm itid o s p o r insectos.
un 10 % p ara aquellas que se producen un m es m as tarde. Los dañ o s son nulos
sí la infección se verifica sobre p lantas cuyo desarrollo se ha visto interrum pido
Virus tra n s m itid o s fácilm ente por vía mecánica en el cu arto ramillete.
E stas indicaciones son válidas para los cultivos en espaldera, en pleno
El m ás im p o rtan m te es el M osaico del tabaco (Tobacco mosaic virus o TMY. cam p o , que se desarrollan en buenas condiciones de tem peratura e ilum inación.
tipo de los « tobamovirus »). E n cultivo b ajo ab rig o , los síntom as pueden agravarse, volviéndose ligera­
A pesar de su n o m b re, este virus ata c a m ás fácilm ente a los cultivos de m ente filiformes (p lan tas que acusan una falta de ilum inación) o intrincándose
to m ate y pim iento que a las plantaciones de tab ac o , p o r lo general m enos en fo rm a de estrías necróticas (plantas que padecen frió).
tran sitad as y m anipuladas. E n in v ern ad ero , las infecciones que afectan a las p lantas cuyo crecim iento
Este virus se caracteriza p o r su estabilidad: p u n to de inactivación térm ica se h a visto reta rd ad o , p ueden m anifestarse p o r síntom as de necrosis de la pared
(90 °C ) su p erio r al de la m ayoría de virus conocidos, asi com o p o r su fácil interna de los frutos (internal hrowning) o p o r un proceso de m aduración a
transm isibilidad p o r vía m ecánica (ínfim as lesiones de la epiderm is o pelos p a rtir de áreas irregulares (blotchy ripening) u.
qu ebrados) en m uy altas diluciones ( 10- *’). Sobre la berenjena, los dañ o s provocados p o r el virus del m osaico del
Se han d etectado num ero sas cepas del virus en cuestión que pueden diferir, tab aco son m ínim os c incluso nulos. Según las variedades, cuando se contam inan
por la intensidad de los síntom as, que oscilan en tre débiles m osaicos de las p lan tas, puede producirse bien una infección latente sin síntom as, o bien
color verde-claro/verde-oscuro a m osaicos de tip o «aucuba», que com binan el pueden ap arecer lesiones locales. Las plantas adultas n o se m uestran receptivas.
am arillo, el verde claro y el verde oscuro; Sobre el pimiento, según las razas y las condiciones del m edio (tem peratura,
— por su gam a de huespedes. U na prim era distinción separa las «cepas ilum inación) únicam ente se detecta m osaico del follaje y aparición de áreas mal
tabaco», agresivas so b re las lineas de Nicotiana tabacum provistas del gen N co loreadas sobre los fru to s, o reacciones necróticas sobre hojas y tallos.
(ejem plo: « W hite Burley», «Paraguay» de las cepas «tom ate», que sobre el
tab aco sólo provocan lesiones locales. A p arte de su reacción característica • Origen del inoculo
sobre los tabacos «N'», las cepas «tom ate» resultan m ás com petitivas sobre las
variedades corrientes de to m a te que las cepas «tabaco». El virus puede estar contenido en ciertos lotes de cigarrillos o de tabaco
P o r co n tra, entre las variedades corrientes d e pim iento, las cepas «tabaco» m anu factu rad o . Sin em bargo, al m enos sobre el to m ate, la débil com petitividad
de las cepas «tabaco» resta im portancia a esta fuente de inoculo.
3 Los tabacos n (ejemplo: «Samsun**) son "sensibles a todas las cepas de TM V. los tabacos N
(ejemplo: ••Xanihi tic», «Samsun NN») resisten a todas las cepas. N, N* y n son átelos. " Lstos síntomas pueden debeiv: también a causas puramente fisiológicas.
196 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 197

El virus puede conservarse en la in d u m en taria lab o ral y los útiles. Sin alred ed o r de hilos o cu erd as verticales. P o r o tra p arte, los contactos directos
em bargo, las d o s principales vías de perpetuación son el suelo y las semillas. en tre p lantas co n trib u y en , en g ran m edida, a d ifundir la infección.
La degradación del T M V en el suelo parece ser biológica: un tratam ien to A d em ás, si se retrasa h asta el m om ento en que se produce la paralización
con m etam-sodio de un suelo que contenga residuos de plantas enfermas prolonga del crecim iento d e las p lan tas, se a u m en tan los riesgos de aparición de los
considerablem ente su conservación. En las capas superficiales del suelo, a 20 °C. síntom as sobre los frutos (intem al browning. b/otchy ripening).
el virus desaparece de los residuos en tres meses. P or co n tra , puede persistir Ello fue lo que condujo en los años setenta, a recom endar una preinmunización
d u ran te m ucho m ás tiem p o sobre fragm entos de viejas raíces subyacentes a una con una raza débil d e virus inoculado en el estadio de p lán tu la, que en estas
p ro fundidad co m p ren d id a entre 50 cm y 1 m . La co n tam inación del cultivo condiciones no acarreab a m ás que una m erm a de rendim iento inferior al 5 %
posterior a través de las raíces no es un fenóm eno frecuente, pero puede constituir y q u e resguardaba a los fru to s de los síntom as habituales. E sta raza había sido
el origen de los prim eros focos. o b ten id a en H o landa p o r R a s t . y vuelta a clo n ar en el ÍN R A -M ontfavet.
Las sem illas p ueden tra n sp o rta r el virus de dos form as: en cantidades Millones d e dosis d e esta «vacuna» fueron p roducidas y utilizadas.
im p ortantes si su en v o ltu ra viscosa no ha sido elim inada p o r ferm entación o T o d a esta serie de m étodos de lucha actualm ente se hallan en desuso en lo
extracción ácida, o en cantidad es y p ro p o rcio n es m ucho m enores en los tegu­ que respecta a los to m ates de invernadero, ya que los híbridos que hoy en día
m entos y en el album en. se cultivan son resistentes al m osaico del tabaco !\
El facto r fu n d am en tal qu e puede co n trib u ir a la co n tam inación de las D o s loci pueden ser o cu p ados en el tom ate por genes de resistencia al TMV:
p lántulas, es una germ inación en el curso de la cual el tegum ento es a rra stra d o — El gen Tm (cro m o so m a 5), extraído de L. hirsutum ha sido rápidam ente
p o r encim a de la superficie del suelo p o r los cotiledones, e n tra n d o en co ntacto su p erad o p o r cepas de « p ato lip o I» de TM V . E stas cepas aparecen al final del
co n el inoculo, en el caso de que las plantitas se repiquen en cubos de «com post» cultivo desde la prim era p lan tación de tom ates h o m o o heterocigóticos respecto
(«mottes») o en m acetitas para trasplantarse con cepellón. Pese a ser un fenóm eno al gen Tm. D ichas cepas son, sin em bargo, m enos agresivas que las cepas
b astante ex traño, puede co n trib u ir a la ap arició n de los prim eros focos de com unes y Tm en este caso puede ser coasiderado com o inductor de «tolerancia».
infección. E n estad o hom o co g ó tico ag rava la tendencia de ciertos genotipos a producir
«sectores plateados» (consúltese la parte final de este capítulo).
• Métodos de lucha — El gen Tm2 (cro m o som a 9) se o b tu v o sucesivam ente en tres versiones
L a elim inación de los prim eros focos estriba en la desinfección del m aterial: diferentes, a p a rtir d e diversas líneas de L. peruvianum:
desinfección de la in d u m en taria de trab ajo bajo ebullición, esterilización al «Tm 2-nv», ligado a un gen sem iletal nv que origina en los hom ocigotos una
v ap o r de los tu to res de cultiv o si se pretende reutílizarlos, etc. La desinfección «necrosis en red» (netled vircscence) y que tam bién puede ser utilizado en
del suelo de los invernaderos con v a p o r (a 100 °C , n o «aireado») si se procede h íb rido F .
al cultivo de to m ate después de to m ate o d e p im ien to tra s pim iento, debe ser «Tm2», obten id o en el IN R A -M ontfavet, sin efecto nocivo en estado hom o-
larga y profunda. cigótico. A m bos alelos son superados p o r los « patotipos 2» de TMV. que, sin
La supresión de la envoltu ra viscosa de las sem illas n o co m p o rta la desin­ em bargo, aparecen m ás lentam ente que ios patotipos 1 (tam bién existen patotipos
fección de aquellas sem illas p ro fu n d am en te co n tam in ad as. U na esterilización 1- 2 ).
p o r m edio de calo r seco (80 °C , 24 h oras) perm ite elim inar este tip o de co n ta­ «Tm2:», obten id o p o r A llx an im -k, que hasta el m o m en to no ha sido supe­
m inación. rado p o r ninguna raza de T M V en condiciones norm ales de crecim iento de las
D u ran te el cultivo, a l m enos en los cultivos en espaldera precoces al aire plantas. Los híbridos cultivados actualm ente en invernadero son heterocigóticos
libre, son principalm ente las labores de d e sb ro tad o y a la d o a las m a ta s de tutores para Tm2J (que en estado hom ocigótico reduce la fertilidad de las plantas ').
las que pro p ag an el virus. E n los añ o s sesenta preco n izáb am o s que se sum inis­ C o m o o tro s m uchos genes de hiperscnsibilidad Tm 2J se encuentra ausente
tra ran a los o p erario s las ata d u ra s p ara e n tu to ra r las plan tas, inm ersas en un j* tem p eratu ra elevada. En presencia de un inoculo im p o rtan te (cultivo ju n to a
b ote conteniendo b ro m u ro o c lo ru ro de laurildim etil bencil am o n io en solución híbridos sensibles e hipe sensibles), en los invernaderos en los que las tem peraturas
al 0.5 % u.
E n invernadero, este m éto d o resulta difícil de ap licar, d ad o que las plantas,
*1cmos hecho alusión a ellos recom endándolos ta n to a los productores de tom ates en
en lugar de estar sujetas a tu to res de caña o m ad era, se hallan enroscadas a * a ,rc *‘b re (cada vez m enos num erosos) com o en caso de aparición d e nuevas cepas de
MV que superan el gen T m 2!.
“ Dichos detergentes catiónicos constituyen el mejor remedio contra la transmisión del virus de d f r»ri Ct>nscj ° P k u ia m . respaldado más tarde por L a t i k r o i . consistente en que n o se debían
que se dispone en el mercado. A su ve?, operan como bactericidas que frenan la propagación de undir más que híbridos hctctocigólicos a la vez p a ta Tm y para Tm2-\ n o ha sido seguido por
Corynchacierium michiganense. k «s compañías dedicadas a la producción de semillas.
198 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena i ei pimiento 199

oscilan entre 18-20 °C d u ra n te la noche y 35 °C d u ran te el dia, pueden aparecer El «<Tornato bunchy top *>. considerado desde la década de los treinta com o
necrosis im p o rta n te * so b re las p lan tas heterocigóticas Tm 2: p o r generalización un ««virus»* sobre el to m ate en S udáfrica, es tam bién un viroide.
de la hipersensibilidad.
E n el caso del pim iento, en p articu lar en cultivo b ajo invernadero, todavía
no se dispone de u n a solución definitiva. Virus tra n sm itid o s por pulgones según el modo
U n locas L puede ser p o rta d o r de alelos m ayores de resistencia. El alelo L, no persistente
(an tañ o conocido co m o L.) rige una necrosis-abscisión d e la hoja infectada
artificialm ente y se m uestra m uy eficaz en el cam p o . C aracteriza al cultivar D en tro de esta categoría se encuentra el m osaico del pepino, junto a toda
«Y olo W ondcr», que ha servido de g en ito r a la m ay o ría de las variedades e u n a serie de potyvirus m ás o m enos em parentados con el virus Y de la p atata.
híbridos actuales.
En invernadero, p o r co n tra, se vienen d etec tan d o desde los añ o s sesenta • Virus del mosaico del pepino (CMV)
cepas capaces de in v ad ir a los pim ientos L,. El g rad o de especiali/aeión de las E ste puede a ta c a r a los tres huéspedes, pero m uy extrañam ente repercute de
citadas cepas les im pide invadir al to m ate (las dos epidem ias son, p o r tan to , form a sistém ica sobre la berenjena, especie sobre la que, sin em bargo, se pueden
independientes) y so b re el tab aco tan sólo provocan síntom as muy débiles. Dos detectar enorm es Ring spots necróticos sobre algunas hojas, signo de una infección
nuevos alelos L , y L* se han extraíd o de Capsicum chínense. La utilización de local que n o ha llegado a progresar.
híbridos L r L , perm itió proteger d urante un cierto tiempo los pim ientos cultivados E n el tom ate, según las cepas, se pueden observar dos síntom as diferentes:
en los invernaderos holandeses hasta la ap arició n de patotip o s 1-2-3. que tras
h acer su aparición en H o lan d a, se expan d iero n en F ran cia a p a rtir d e 1982. L as cepas comunes p rovocan la «enfermedad filiforme». Las hojas que crecen
E n la actualidad se están b uscando nuevos genes de resistencia a C. chínense ju sto después de la infección, quedan reducidas a sus n e g a c io n e s, m ientras que
(todos los factores de resistencia de los genotipos, pese h ab er sido sum inistrados las que crecen a con tin u ació n q u ed an exageradam ente recortadas en form as de
p o r Lj y L, no han sido transm itidos a C. annuum) y en C. qhacoense. «hojas de helechos» (véase fig. 49). El crecim iento se ralentiza y las plantas
A lgunos genes m odificadores que perm iten una m ejor eficacia d e I,„ L: y L. afectadas p o r este sín to m a tienen un rendim iento m uy bajo.
a tem peratura elevada, se han puesto de m anifiesto sobre el «Criollo de morelos»
(resultados obten idos p o r el IN R A -M ontfavet).
Por el m om ento, los m étodos de higiene an terio rm en te citados p ara la
lucha contra el T M V resultan bastan te eficaces p a ra el cultivo de pim ientos de
invernadero.

• Otros virus transmitidos por vía mecánica


El virus X de la p a ta ta (tipo de poiexvirus '•'■') puede invadir al tom ate.
C om b in ad o con el m osaico del tab aco (incluso con cepas de síntom as débiles)
p rovoca un estriado necròtico m uy grave (doublé virus streak). T ra s la desapa­
rición de las variedades de p atata infectadas al 100'? p o r el virus X . que
constituían un fo rm id ab le reservorio del virus, este sín to m a es cad a vez más
extraño.
En México, recientem ente ha sido detectad o un viroide próxim o al «spintile
tuber viroid» de la p a tata. Este se p ro p ag a p o r co n tac to entre las p lantas y com o
consecuencia de las manipulaciones. Los síntom as sobre el tom ate son alarmantes:
enanism o, espinosidad, am arilleo y esterilidad d e las plantas, de d o n d e procede
el n om bre de «planta m ach o » a trib u id o a las p lantas que padecen esta enferm e­
dad.

' Panículas ligeramente flexuosas 500 x 13 nm. RNA m onocatcnano ■+, muy fácilmente trans
milidos por vía mecánica.
200 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 201

A m edida que a v an za n en ed ad , las p lan tas de to m ate se hacen m enos


susceptibles a la infección p o r este tip o d e cepas: 10 Aphis gossypii infecciosos
p o r plan ta, son suficientes p ara infectar 9 p lan tas de to m ate sobre 10, si éstas
tienen u n a edad de 20 días.
Son necesarios 50 áfido s p ara o b ten er el m ism o resultado sobre p lan tas de
40 dias de edad.
Esta «enfermedad filiforme», en condiciones mediterráneas, suele ser frecuente
en plantaciones ta rd ía s (p o r ejem plo, las de junio -ju lio del M ediodía francés).
T am bién se puede d e te c ta r en tre aquellos cultivos de tem p o rad a invernal bajo
invernaderos en los q u e las p lan tas se han o b te n id o en sem illeros al aire libre,
d u ran te los años en q u e las lluvias d e o to ñ o so n tard ías y en que los pulgones
alados subsisten d u ra n te septiem bre-octubre. L o s síntom as en este caso suelen
ser m enos definidos: m osaico de hojas term inales y clorosis del co n ju n to del
follaje.
E n to d o s los casos referidos an terio rm en te el m éto d o de lucha es evidente:
proteger las p lantas de los insectos (ejem plo: sem illeros enrejados).
L as cepas necróticas (provistas d e un satélite «A RN 5» de tendencia necro-
sante) provocan graves necrosis en las h ojas (que com ienzan p o r la base de los
folíolos), los pecíolos y los tallos; desarrollándose estos últim os longitudinalm ente
en la prolongación de la necrosis peciolar.
Los frutos en p ro ceso de m ad u ració n presentan los sín to m as característicos
de «ring spot» con cavidades anulares que perm anecen am arillas al m adurar.
M uy a m enudo, las p la n ta s m ueren y los frutos pendientes se pierden.
M ientras que la «enferm edad filiform e» se extiende al a z a r en tre las plantas Figura 50.—Mosaico del pepino (CMV): síntomas primarios sobre hojas de berenjena y de
del cam p o , la «necrosis del tom ate» se co m p o rta co m o una enferm edad de pimiento: síntomas sobre fruto de pimiento.
focos infecciosos. En cierta m edida éstos se pueden restringir p o r m edio de
tratam ien to s aficidas.
L a receptividad a la infección de las variedades corrientes de pim iento es
Por el m o m en to , se tra ta de una enferm edad d e ap arició n irregular e im pre­
visible según las regiones y los años. m u ch o m ás elevada que la del to m ate y dism inuye to d av ía m enos con la edad.
Es corriente o b serv ar parcelas de pim iento drásticam ente afectadas ju n to a
P.n el IN R A -M o n tfav et se halla en curso d e estudio una resistencia parcial
al C M V del to m ate a p a rtir d e un a línea d e L peruvianunt obtenida a p a rtir de p lantas de to m ate ap en as dañadas.
Para revisar los m éto d o s generales de lucha conviene rem ontarse al capitulo
m últiples cruces de la especie silvestre. Los cruces con L esculentum ya h a n sido
II. Los cultivos de p im iento responden bastante bien a las pulverizaciones de
llevados a la práctica, hallándose la investigación en la fase d e consecución de
«stylet oil».
retrocruzam ientos e n tre las p rim era s lincas obtenidas.
A m ás largo plazo se considera la posibilidad de in stru m en tali/ar una D esde los añ o s sesenta n osotros observam os en el IN R A -M on tfavet una
m en o r reeptividad al C M V en tre los C. annuurn de pequeños frutos picantes
m anipulación genética, que conduzca a qu e la p lan ta produzca la pro tein a de
la cápsula del virus, o b ten ien d o asi la resistencia genética. (ejem plo: «Sucette») o dulces (ejem plo: «A ntibois»).
E n el pim iento, el C M V p ro v o ca " síntom as de «ring-spots» necróticos sobre Posteriorm ente, el equ ipo P o c i i a r d halló resistencias de m ás alto nivel,
las hojas adultas en el m om en to de la infección y p osteriorm ente un m osaico a u n q u e parciales, en C. annuum indiano de frutos picantes «Pcrennial» y en C.
cloròtico y d efo rm an te del follaje ulterior. Los frutos afectados p o r la infección baecatuni «3-4». Tres rutas de selección han sido establecidas, dirigidas a aum entar
presentan dibujos excavados en form a d e anillos y d e líneas sinuosas que los el nivel de u n o de los com ponentes de la resistencia con m iras a m ejorar el
desvalorizan y los sensibilizan al «planchado» (fig. 50). N o existen posibilidades aspecto de los frutos:
de fructificación p osterior. y - tendencia a un reducido porcentaje de éxito de las infecciones, por las
débiles dosis de virus, análogas a las que inoculan los pulgones;
'• Los síntomas de las cepas «comunes» o -necróticas» del tom ate no se advierten en el caso del — tendencia a un «secuestro» precoz del virus p o r fenóm enos necróticos;
pimiento. — escasa m ultiplicación del virus en la p lan ta y tolerancia.
202 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena v el pimiento 203

P.n 1985-1986 se proced ió a en trecru zar líneas de fru to de gran ta m a ñ o que U n gen alelo del anterior, transferido a variedades de frutos gruesos (ejemplo:
provenían de las tres ru tas a n terio rm en te señaladas, los prim eros resultados de «F lorida VR 2») a p a rtir de un C. annuum de pequeños frutos, controla la
dicha investigación se conocieron en 1989 (consúltese posteriorm ente el ap artad o m avoría de las cepas de PVY. así com o el «T obacco etch».
dedicado a la ««selección varietal»). L a utilización de « F lo rida VR 2» ha puesto de m anifiesto al su r de los
E stados U nidos y en A m érica del S ur la im portancia del ««Pepper m ottle virus»
• Potyvirus
(PM V ). al cual resisten (al igual que sucede con el PVY y el T E V ) algunas
Estos virus afectan al to m ate y m ucho m ás gravem ente al pim iento. variedades obtenidas recientem ente com o «A velar» (obtenida p o r N agai en
Los potyvirus que se han podido d e tec tar en tre las solanáceas hortícolas Brasil) o «D clray Bell» (F lo rid a), siem pre po r m edio de un gen recesivo de la
difieren según los elim as y los continentes, situación que, p o r o tra p arte, puede serie VY.
revelarse evolutiva en ciertos lugares. El equ ip o P o c i i a r d (IN R A -M ontfavet) ha descubierto unos genitores que
Sobre el pimiento se han descrito: contienen o tro s factores de resistencia, no alclos de vy, com o ««Perennial» (ya
— el virus Y de la p a ta ta (PVY), presente en las regiones tem pladas, m edi­ m encionado para el C M V ) y «Serrano V era Cruz».
terráneas y subtropicales del antiguo y nuevo m undo;
E n co laboración con el O R S T O M -C osta de M arfil, se h an podido detectar
— el Tobacco etch virus (TF.V), especialm ente norteam ericano;
algunas razas resistentes al PV M V en tre descendencias (obtenidas po r haplodi-
— el Pepper m otile virus (PM V), localizado al su r de los P.slados Unidos;
ploidización) del cru zam iento Perennial X Florida VR 2 (acción de d o s genes
— el Pepper veinal mottle virus (PVM V), african o y asiático;
recesivos com plem entarios). S o n y colaboradores señalan un tipo «Chilli 7-4»
— el Chilli veinal m ottle virus (CVM V), q u e c a u sa e stra g o s en el sudeste
c o m o resistente al PV M V en T ailandia. Los genitores de resistencia al C M V
a siá tic o fu n d a m e n ta lm e n te .
todavía se hallan p o r descubrir...
(D ichos virus han sido en n u m erad o s p o r orden creciente de dificultad a la
En el caso del tom ate la m ayoría de las razas PVY invaden la p lanta sin
hora de en co n trar genitores d e resistencia entre los distintos taxones de Capsi-
cinn.) ap en as p ro v o car síntom as graves sobre el follaje y ja m á s com prom eten la
cosecha: m ás o m enos esta es la situación m ás com ún del su r de E uropa.
T odos estos virus pro v o can síntom as de m osaico sobre las h ojas afectadas,
así com o un ja sp ead o n o an u la r sobre los frutos. El m osaico foliar, p o r lo P ero no o cu rre igual en to d o s los lugares: en A rgentina y en la A ustralia
general, tiende a resp etar u n a 7ona de co lo r verde oscuro a lo largo de las subtropical, el PV Y es considerado el virus m ás im portante de cu an to s afectan
n ervaduras (vein-banding), los PVMV y los CVM V son los m ás característicos al to m ate. La resistencia d e la variedad argentina «A ngela» n o se ha llegado a
desde este p u n to de v ista. verificar en A ustralia, d o n d e actualm ente se progresa en la obtención de varie­
Para co n su ltar los m étodos generales de lucha co n tra este tip o de virus dades com erciales provistas de un gen de resistencia procedente de I . hirsutum
conviene revisar el cap itu lo II. Sus reservorios silvestres pueden ser distintos 274807.
según las zonas geográficas, la presencia de solanáceas silvestres invernantes C iertas cepas de PVY necrógenas sobre el to m ate u han aparecido reciente­
constituye un factor m uy favorable p ara su p erpetuación; Solanum nigrum. m ente en el M ediodia francés (¡ejem plo de situación evolutiva!), siendo capaces
Datura spp. o tro s Solanum am ericanos y Physalis spp. en el nuevo m undo. A de perpetuarse sobre Solanum nigrum, S. dulcamara. Portulaca y Senecio.
su vez. tam bién se han señ alad o p lan tas pertenecientes a o tras fam ilias: Cirsium D ichas razas p rovocan la aparición de num erosas m anchas necróticas inter-
spp. (cardos), Chenopodium sp p . Portulaca. 1.a p a ta ta , p o r supuesto, puede nervarias, en la cara inferior de los folíolos, que com prom eten el crecim iento y
constituir una luente d e virus Y, pero éste, en un principio, está ausente en las el rendim iento d e la planta.
sem illas certificadas y las cepas que afectan p rim ordialm ente a la p a ta ta , no
suelen ser las m ás agresivas sobre las restantes solanáceas hortícolas. En las • Otros virus transmitidos por pulgones según el modo
regiones tropicales las p lan tas viejas de C. chínense y C. frurescens pueden no persistente
constituir im portantes reservorios de virus.
El virus de la m architez de las habas (hroad bean wilt virus B B W V ) ha sido
La resitencia varietal constituye el m étodo de lucha m ás eficaz, su aplicación
detectad o sobre el p im iento en el su r de Italia y en M arruecos. Provoca sobre
es com pleja p o r la presencia de num erosos virus que pu ed en , adem ás, presentar
las hojas m anchas an u lares de un am arillo vivo y posteriorm ente un m osaico
patotipos.
y deform aciones del fru to . La superposición de cultivos invernales de h abas y
Se conocen num erosos genes de resistencia recesivos frente al PVY que se
hallan situados sobre u n locus vy; el p rim ero de ellos fue descubierto p o r C o o k
" No exitte ninguna correlación cnirc las propiedades necrógenas de las ra/a* PVY trente a la
en F lorida en una p la n ta m u lan te de ««Yolo W onder» (línea difu n d id a bajo el patata y frente al tomate.
nom bre de ««Yolo Y«). Sin em bargo, es su p erad o p o r ciertas cepas de este virus. Este virus no se halla relacionado con ningún otro grupo.
204 Enfermedades de las hortaliza s Enfermedades del lómale, la berenjena y el pimiento 205

pim ientos constituye u n facto r favorable p ara la expansión d e la enferm edad,


que. a su vez, puede in v ern ar so b re Sinapis arvensis (crucifera silvestre).
El mosaico de la alfalfa (alfalfa mosaic nm v-AM V) provoca sobre la b eren ­
jena y el pim iento u n m osaico tip o au cu b a , m ientras que sobre el to m ate
origina sintonías de necrosis en la base de los folíolos, ennegrecim iento de los
pecíolos y tallos y necrosis an u lares en los frutos. Es b astan te extrañ o que
a ta q u e a u n g ran p o rcentaje de plantas.

• Virus transmitidos por pulgones según el modo persistente


A penas se h an d e te c ta d o luteovirus en el an tig u o m undo. P o r co n tra, en los
E stados U nidos (W ash in g to n , F lo rid a, C alifo rn ia), en Brasil, en A ustralia y en
N ueva Z elanda un virus «gemelo» del enrollam iento de la p atata, no distinguible
serológicam ente. p ro v o ca un «am arilleo apical del tom ate» (Tomato vellón top
viru.s-TYTY ").
U na fuente de resistencia ha sido descubierta: el /.. peruvianum PI 128655.
ya h ibridado con el to m ate.

• Virus transmitidos por aleuródidos


En los países sudm editerrán eo s. subtropicales y tropicales de am b as costas
del A tlántico han sido d etec tad as geminivirus. Pero puede tratarse d e virus
diferentes m uy alejados en tre ellos.
E n V enezuela resulta bastan te tem ible un m osaico d o ra d o (Tomato gohlen
mosaic) que afecta al to m a te , m ientras que en el an tig u o m u n d o pred o m in a el Figura 51.—Sintonías de - tx a f Curt» sobre el tomate (B). fcn A. extremidad de planta sana de la
síntom a conocido com o «leaf-curl» (crispación-en rollado) fig. 51. Resulta bastante misma edad.
com plicado distinguir u n « T o m ato leaf-curl» p u ram en te verde de un « T o m ato
vellow leaf-curl» que co m b in a el crisp ad o y el am arilleo; los síntom as pueden
v ariar según las condiciones clim áticas y las cepas de virus (fig. 51). solanáceas (ejem plo: Datura, que a su vez constituye un huésped n atu ral de
E n la época en q u e C o h é n y N i t z a n y d escribían el « T o m ato yellow leaf- virus). E n las zonas sudm editerráneas. las colonias de Bemisia alcanzan su
curl virus» (TYLCV) en Israel ( 1%6). n o so tro s su p o n íam o s que existía un virus m áxim o en septiem bre, época en la cual se p rep ara a las plantas para los
a n álo g o en T únez, m ien tras tan to u n «leaf-curl» había sido detectad o en Sudán cultivos invernales bajo ab rigo. E s, ante to d o , en estos sem illeros, donde será
so b re el tom ate diferenciándose claram ente d el «leaf-curl» del tabaco. necesario em prender un a lucha directa p o r m edio de tratam ien to s insecticidas,
D icho virus, tran sm itid o p o r Bemisia tabaci es actu alm en te con o cid o en indirecta a través de la repulsión del insecto, o m ejor todavía fom entando los
n um erosos países de A frica, del O riente M edio y del sudeste d e Asia. Su sistem as de producción de los sem illeros bajo mallas.
m áxim a expaasión hacia el n o rte tiene h o y p o r hoy c o m o limite la costa Los resultados que se obtienen aplicando estas medidas, resultan, sin em bargo,
m editerránea de T u rq u ía ( L a t i r r o t , 1988). decepcionantes con respecto a los esfuerzos desplegados... U na tolerancia incluso
P ara revisar la epidem iología y los m éto d o s de lucha co n tra este gén ero de parcial perm itiría un a m ay o r rentabilidad.
virus, conviene c o n su ltar los capítulos I y II. A ctualm ente, ésta se halla disponible en las lineas extraídas de la población
Los B. tabaci vectores del TYLCV tienen com o huéspedes naturales malváceas ••TYLG», constituida en el IN R A -M ontíavct en colaboración con investigadores
silvestres o cultivadas (alg o d ó n , o k ra ). p ero se m ultiplican tam bién so b re las de países c o n tam inad o s (L íb an o , A frica). E n un principio, dicha tolerancia se
ex trajo del L. pimpinellij'olium «LA 121*.
fcste virus consutu>e un grupo por si solo; partículas baciliforme» de tres tam aik» 5X. A largo plazo, se p o d rá o b ten er una tolerancia de m ás a lto nivel a p a rtir de
4#, y 36 x 18 nm, más partículas globulosas de IX nm. Genoma dividido cu 4 ARN (monocatcna- CTuces de algunos L peruviaru/n. som etidos previamente a una selección recurrente
rio) +■ Eil ARN 4 (monoctstiócuco-partícuLis globulosas) únicamente codificado en lo que atañe a P ara la resistencia.
la cápKula.
E n la India, un virus de tipo -le a f curl» causa graves d añ o s sobre Capsicum.
" Durante los años setenta el «ydlow top- era considerado en Florida como una -enferme* lad
no parasitaria«'. Allí todavía nos volvem os a en co n trar con la resistencia de - Perennial».
206 Enfermedades de las hortalizas En fermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 207

• Virus pertenecientes a diversos grupos se desconoce el insecto vector, d ad o que las diferentes investigaciones que
El Tom ato spotted-wilt virus (T SPW V ) p ro v o ca la «enferm edad bronceada estud iab an la posible transm isión de la enferm edad p o r pulgones fracasaron.
del tom ate» o «bronceado»», que es tem ible en un b uen núm ero de países: U n rh ab d o v iru s diferente del E D M V ha sido detectado en A ustralia sobre
A ustralia, Polinesia y A m érica del N o rte y del Sur. S obre las hojas del to m ate el to m ate.
origina la aparición de n um erosas m anchas d e p equeño ta m a ñ o de co lo r a n a ­ E n tre los diferentes virus que han sido descritos p o r d o q u ier sobre las
ran jad o que oscurecen h asta convertirse en necrótícas. Las plantas se vuelven solanáceas hortícolas y que raram ente actúan de fo rm a epidém ica, podem os
en an as y adquieren un asp ecto general b ro n cead o que deriva en m architez. En citar aquellos transm itidos p o r el suelo: Tomaio busJiy stuni («enanism o breñoso»
los frutos ya cuajados en el m om ento de la infección se pueden observar o «arbustivo», de vector desconocido), Tomato black ring, Tomaio ring spot
dibujos en form a de anillos concéntricos. (nepovirus tran sm itid o p o r n cm atodo s de m ayor repercusión sobre huéspedes
F.I «spotted-w ilt» es tran sm itid o p o r alg u n as especies de Thrips (T. tabaci. leñosos qu e sobre solanáceas).
Frankliniella spp.) de un m o d o sem ipersístente: ad quisición en 15 m inutos en
estado larvario, p oder infeccioso qu e aparece en el estad o ad u lto y persistente
al m enos d u ran te 15 días. VII. Enfermedades causadas por m icoplasm as
N um erosas plantas cultivad as tan to orn am en tales co m o espontáneas son
huéspedes de este vim s (solanáceas, com puestas, legum inosas, ananás). En A u n q u e en los E stad o s U nidos se considera que las solanáceas hortícolas
E stados U nidos se ha co m p ro b a d o que Galinsoga funciona co m o reservo rio. funcio n an co m o huéspedes de los «Aster yellows», los d añ o s que éstas acusan
Un buen núm ero de variedades fu ero n seleccionadas en H aw ai d u ra n te los son m u ch o m enos graves qu e los que experim entan la zan ah o ria o el apio.
a ñ o s cincuenta com o resistencia al «spotted-w ilt» (ejem plo: «Pearl I larb o u r» y P o r co n tra , en el viejo m u n d o las agresiones de los m icoplasm as pueden
to d a una serie de variedades que llevan p o r n o m b re los to p ó n im o s de las e n tra ñ a r un alto g ra d o de gravedad.
diferentes islas del archipiélago). Su resistencia, sin em b arg o , no resulta eficaz Podem os distinguir d o s tipos de síntom as que corresponden a diferentes
frente a to d as las cepas de virus. agentes infecciosos:
R ecientem ente se ha descub ierto en H aw ai una nueva selección qu e nene — Interrupción del crecim iento con espesam iento de los tallos e im portantes
co m o genitor una línea L. hirsutum qu e se h a m o strad o resistente a to d a s las an om alías florales: el «Stolbur» (fig. 52).
cepas. — R am ificación exagerada y crecim iento lento, pero no interrum pido, que
conduce al desarrollo de num erosos tallos finos de pequeñas hojas: síntom a
En E u ro p a, d o n d e las solanáceas hortícolas p arecían ser indem nes a este
"little leaf».
virus se d etectaron los efectos del m ism o sobre las plantaciones de to m a te del
R osellón en 1988. D ichos síntom as se detectan sobre p lantas p rofundam ente sensibles. En el
caso en que la hipersensibilidad coincide con degeneración o necrosis del floema,
El pim iento y la berenjena tam bién son sensibles a este virus.
se p ro d u cen am arilleos e interrupciones en el proceso de crecim iento, o incluso
— C iertos Rhabdovirus se han detectad o sobre la berenjena y el to m ate en
m o rtalid ad es m uy rápidas.
Italia, M arruecos y, m ás recientem ente, en el Rosellón (cultivos bajo abrigo, El Stolbur causa graves d años en el norte de B ulgaria y en R um ania, d onde
ataq u es que pueden alc a n z a r hasta el 50 % ) y en la Vaucluse (cultivos en pleno
son frecuentes porcentajes de a taq u e superiores al 50 %.
cam p o, porcentajes débiles).
S u tran sm iso r es el cicadélido Hyalesthes obsoletus qu e se perpetua sobre las
Fl síntom a m ás com ún so b re la berenjena y el to m ate es el am arilleo intenso corregüelas de los cam pos, las cuales actúan com o reservorios del niicoplasm a,
de las nervadu ras, a c o m p a ñ a d o en la berenjena de enanism o, raq u itism o y m anifestando síntom as de clorosis, enanism o y ram ificación anóm ala.
alzam iento de las hojas. E n el tom ate, los frutos se q uedan sin desarrollar E n los países m editerráneos occidentales, los ataques son m ás irregulares y
to talm ente y se cubren de m anch as am arillas. sólo so b rep asan el 10 % en casos aislados
D ichos síntom as se atrib u y en a cepas del Eggplant mottied dw arf virus A u n q u e las corregüelas, com o ya hem os hecho constar, son reservorios de
(EM D V ) descrito p o r M a r i i i i i en Italia, que se hallan em p aren tad as en tre si. Hyalesthes, en el M ediodía francés, el cicadélido se perpetua con preferencia
pero que difieren p o r sus reacciones frente a los diferentes huéspedes. T odavía sobre las labiadas a ro m áticas (tom illo, espliego, lavandin).
D esde principios de ag o sto, sobre las plantaciones de tom ate del M ediodía
■ Virus único en su genero, con panículas esféricas provistas de una envoltura lipoprotcica. francés se ap recian sín to m as de «virescencia hipertrófica» (fig. 52). Según los
85 nm.
• I-Os crisantemos cultivados en Europa, sin ¿mbargo. están frecuentemente contaminados y 11 No obstante, en el sudoeste francés, durante 1986-1987, se detectaron en las plantaciones de
eventualmcntc pueden convertirse en focos de irradiación del virus. tom ate ataques que alcanzaron hasta el 5 0 ' í
208 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del lámate, la berenjena y el pimiento 209

interrupción del crecimiento, sin que ello impida que las plantas afectadas
puedan sobrevivir m ucho más tiempo.
El síntom a «Little leaf» resulta muy grave sobre la berenjena en la India.
A unque en E uropa suele ser m ucho más extraño que el Stolbur, tam bién puede
detectarse ocasionalm ente, constituyendo en estos casos m ás que un problema
alarm ante, una curiosidad. C uando aparece lo hace más tardíam ente que el
Stolbur y puede atacar a las tres especies de solanáceas.
En Bulgaria para com batir el Stolbur (que ataca tam bién a la patata pro­
vocando sobre ella un síntom a de amarilleo) se aconseja la aplicación de pul­
verizaciones insecticidas, que se inician a finales de junio (considerando que la
incubación dura de 30 a 4() dias), junto a la exterm inación de corregüelas y la
im plantación de pantallas de protección constituidas por gramíneas.
L a aparición de la enfermedad en otros países m editerráneos es dem asiado
imprevisible com o para que se puedan sistem atizar las medidas oportunas. La
obtención reciente de un anticuerpo monoclonal en sus huéspedes vegetales y
en los cicadélidos vectores, perm itirá en un futuro la realización de progresos
en el conocim iento de su epidemiología.

VIII. Daños provocados por animales que pueden ser


erróneamente confundidos con enfermedades

Figura 52.—Stolbur en lómale: ¡síntomas en la extremidad del tallo (compárese con A y H de la Los tres tipos de acariosis señalados en el capítulo I. pueden manifestarse
tigura 51), y síntoma de ampollas blancas sobre fruto en vías de crecimiento en el momento sobre las solanáceas hortícolas.
de la contaminaión. El diagnóstico es sencillo en el caso de los tetraníquidos, cuyos daños se
acusan prim ordialm ente sobre la berenjena en condiciones m editerráneas (en
Africa, sin em bargo, Tetranychus evansi se com porta agresivam ente sobre el
aislados del m icoplasm a, se pueden producir espesamientos de la extrem idad tom ate). Se debe tener m ucho cuidado a la hora de utilizar el dicofol, p o r su
de los tallos con interrupción precoz del crecimiento, o bien ramificaciones efecto fitotóxico sobre la berenjena.
anóm alas previas a la paralización del proceso de crecimiento. Los tallos y • La acariosis deformante que provoca Polyphagotarsonemus latus es par­
hojas afectados se to rn an violáceos. Sobre los frutos ya cuajados en el m om ento ticularmente temible en condiciones tropicales, pero tam bién puede manifestarse
de la infección de las variedades tipo «Rom a«, se aprecian am pollas blanque­ en los cultivos bajo invernadero de los países de clima tem plado.
cinas. Sus efectos sobre el pim iento consisten en el desarrollo de lacinación, seguido
En la berenjena, la reacción al Stolbur difiere según las variedades. Algunas de un amarilleo de las hojas del ápice de las plantas, que puede ser confundido
de ellas, como «C em a Krazavitza» (de origen c h e c o :<), manifiestan al igual que con los daños propios de un virus (conviene com probar mediante binocular la
el tom ate hipertrofias llórales, con supervivencia de larga duración. presencia de ácaros bajo las hojas jóvenes).
P or contra, la m ayoría de variedades mediterráneas (ejemplo: Violeta de En el caso de la berenjena, los daños más notables se acusan sobre los
Barbentane) reaccionan, al cabo de los 30 días posteriores a la infección, con un frutos, en forma de costras acorchadas que se desarrollan a partir de su extre­
amarilleo y un crispam iento del follaje que precede a la inm ediata muerte de las m idad. En el m om ento en que se hacen patentes. los ácaros ya han emigrado
plantas. hacia otros órganos más jóvenes. Ix>s daños sobre el tom ate cuelen ser m ucho
En el pimiento. los síntom as más característicos son un amarilleo y una m ás extraños, prestándose a la confusión con aquellos propios del leaf cur! o
del stolbur. El quinim etionato resulta muy eficaz frente a este ácaro.
* Sin embargo, en Checoslovaquia, esta denominación no significa más que -Black beauty».
que es el de una variedad americana clásica. 11 laboratorio del profesor Bovf (INRA-Universidad de Burdeos).
210 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 211

• La acariosis bronceada azota sobre to d o al to m ate. La proliferación de Alteraciones del tallo


Aculops (sin.: Vasares) y copersici se ve favorecida p o r el tiem po seco y las
tem peraturas m áxim as superiores a 30 °C . Suele p roliferar m ucho m ás en los L a enferm edad del «tallo hinchado» (crease stem) afecta a aquellas plantas
cultivos de verano de los países d e clim a m ed iterrán eo qu e en las estaciones jóvenes estim uladas con u n a excesiva alim entación nitrogenada, l.a zona superior
secas tropicales. Ll sín to m a m ás característico es la necrosis de los pelos g lan ­ del tallo se espesa de fo rm a irregular, con hinchazón, fasciación y necrosis
dulares y de las células epidérm icas, lo qu e se m anifiesta en form a de coloración intensa. Puede producirse una fractu ra y aparición de un nuevo tallo so b re la
m ate y bronceada de los tallos y de un a necrosis de los folíolos, que progresa vema axilar, si es que ésta tod avía persiste.
C iertas variedades son m uy sensibles a la enferm edad: en condiciones tro ­
a p a rtir de los peciolos. D ich a afección debe ser considerada adecuadam ente a
picales o subtropicales «M analucie» es m ucho m ás propensa a ella que «Flora-
la hora de elaborar program as de tratam ientos. El m ejor rem edio para com batirla
es el em pleo de azufre o dicofol. del».
L os síntom as de la enferm edad «no parasitaria» del crease stem son similares
Los chinches atac an indistintam ente a los frutos m ad u ro s del to m ate y del
a los d e la «m édula negra» que se atribuyen a Pseudomonas corrugara.
pim iento. Su acción se m anifiesta en fo rm a de m anchas arborescentes am a ri­
llentas, ligeram ente d eprim id as, que ú n icam ente alcanzan im p o rtan cia en la
pared del fru to (en inglés: «cloudy spot») y que suelen estar p ro v o cad as concre­ Alteraciones del follaje
tam ente po r el chinche verde Nezara viridula. Ciertos chinches tropicales provocan
d años m ás graves, con enncgrccim iento in tern o y mal gusto del fruto. • El enrollam iento fisiológico de las hojas del to m ate se m anifiesta cuando
La acción de T hrips palnii, especie p rocedente del sudeste asiático, y recien­ se som ete las p lantas m uy vigorosas a un fuerte d esb ro tad o y a un d espuntado
tem ente presente en los cultivos de in vernadero an tillan o s y japoneses, se centra del tallo principal. El aspecto de las p lantas suele ser b astan te feo, aunque su
en la berenjena, sobre la que provoca un a coloración am arillcn ta-b ro n cead a en p ro d u cció n sea norm al. La acción del sol sobre el envés de las hojas, que en
las hojas, y en los fru to s una cu rv atu ra an ó m ala, asi co m o la ap arición de condiciones norm ales estarían en la parte inferior no ilum inada, produce necrosis
estrías longitudinales verdes. La proliferación de este insecto está inducida por plateadas.
el ab u so de pesticidas. E ste fenóm eno puede ate n u a rse conservando una o dos ho jas en los brotes
laterales en lugar de elim inarlas com pletam ente, y dejando a la planta ramificarse
librem ente p o r encim a del 4.° o 5.° racim o.
IX. Enfermedades no parasitarias • Las intumescencias sobre las hojas, y a veces sobre los tallos del tom ate,
son u n a consecuencia de la hipertrofia de las células subepidérm icas, sobre
Proliferan en p articu lar sobre el to m ate y pueden afectar tan to a las raíces to d o d el envés de las hojas. Se m anifiestan bajo el aspecto de verrugas blancas
com o al cuello, al tallo , a las hojas y los frutos. A lgunas de ellas tam bién que alcanzan algunos m m :; las células hipertróficas hacen estallar la epiderm is,
pueden m anifestarse so b re el pim iento. adquiriendo un aspecto cristalino. Se caracterizan por su fragilidad, deshaciéndose
al m en o r rozam iento o cu a n d o la atm ósfera es cálida y seca. Suelen d ar lugar
a necrosis localizadas y p ueden constituir el origen de u n ataq u e de Botrytis.
Asfixia de las raíces 1.a ap arición de intum escencias puede deberse a una evacuación insuficiente
C u an d o los riegos so n d em asiado ab u n d an te s o las lluvias excesivas, de del a g u a a p o rta d a p o r la savia b ru ta , que los estom as no llegan a ev ap o rar
m anera que encharcan la superficie del suelo, pueden detectarse sobre el tom ate, totalm ente. Las noches frías y la atm ósfera confinada y satu rad a, favorecen
la berenjena y el p im ien to síntom as de asfixia en las raíces y el cuello. este fenóm eno que afecta, sobre to d o , a los cultivos bajo abrigo: utilización
E n los casos m ás graves la planta se m arch ita al ser, las raíces, p o r efecto d em asiado intensiva del «cooling system ». p antallas térm icas.
de la asfixia, incapaces d e alim entarla. • Los sectores plateados aparecen de form a aleatoria, bajo el aspecto de
En el cuello una línea negruzca separa la zona sana d e la zona asfixiada, pnr m anchas foliares o sectores. Este «plateado» (silvering) se debe a un mal desarrollo
debajo de la cual las raíces se d escom ponen ex h alan d o un o lo r p ro p io de la la base de las m atas en co n tac to con la espaldera, y conlleva a un despren­
ferm entación alcohólica. d im iento de la epiderm is del haz de las hojas. o de los tallos.
Asfixias parciales y tem porales, pero continuas, pueden p ro v o car en el El «plateado» es más frecuente sobre ciertos genotipos de tom ate, en particular
to m ate, pero sobre to d o en el pim iento, un sín to m a de necrosis del cuello y el sobre aquellos qu e p o rtan el gen Tin.
desarrollo de raíces gruesas con espesam ientos aco rch ad o s e h ipertrofia de E sta alteración se ve favorecida po r las tem peraturas diu rn as anorm alm ente
lenticelas. Las partes aéreas tienen un proceso d e desarrollo m uy reducido y bajas « 18 °C) d u ra n te el crecim iento de las p lantas destinadas a cultivo bajo
co b ran un aspecto am arillento. abrigo.
212 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades del tomate, ¡a berenjena y el pimiento 213

Si el ápice d e u n a planta se vuelve total o parcialm ente platead o , se debe sensibles a las insolaciones que las variedades q u e producen frutos de «cuello
pro cu rar o btener un b ro te axilar norm al: los ram illetes diferenciados sobre un verde» o que aquellas provistas de alelos interm ediarios de la serie u.
sector p lateado fructifican mal. • Las grietas de crecimiento (grosvth cracks) pueden ser concéntricas radiales
o de am b o s tipos. A parecen sobre la m itad del fruto del to m ate m ás próxim a
al cáliz al final del engorde.
Alteraciones de los frutos (fig. 53) Ciertas variedades, sobre todo las más antiguas, son particularm ente sensibles
• Los golpes de sol (sunscald) repercuten sobre los fru to s del to m ate y del a este accidente. La «resistencia» a la aparición de grietas constituye una de las
pim iento p ro v o can d o una lesión d eprim ida lateral de color beige claro, general­ principales preocupaciones de los seleccionadores. P.n las variedades sensibles,
m ente próxim a al cáliz, denom inada «planchado». Esta afección suele producirse la ap arición de grietas d e crecim iento viene ligada a u n a insuficiente evacuación
sobre los frutos, que al final del crecimiento se encuentran bruscam ente expuestos del agua a p o rta d a p o r la savia b ru ta , p o r un escaso follaje (o poco activo com o
al sol tras haberse d esarro llad o a la so m b ra del follaje. consecuencia de un ciclo cubierto) tras fuertes lluvias o excesivos riegos.
U na defoliación excesiva (deshojado descom edido, abrasión a causa de una Proteger a las hojas de aquellas enferm edades proclives a dañarlas, conservar
enferm edad criptogám ica) o la rem oción de las plantas sin cntutorado ni espaldera c o m o m ínim o un p a r d e brotes axilares en lugar de elim inarlos po r com pleto,
en la recolección, favorecerán este accidente. d ejar que la parte sup erior de las hojas ram ifique librem ente y regar frecuente­
Las variedades de fruto d e «color uniform e« (gen recesivo u) son más m ente con bajas dosis, son las m edidas m ás idóneas p ara paliar la gravedad que
pueden en tren ar las «grietas de crecim iento», que constituyen la principal puerta
d e acceso de Alternaría. Rhizopus y Geotrichum. que suelen invadir los frutos
maduros.
En algunas variedades de berenjena de gruesos frutos globulosos (ejem plo:
Zehrina) u n a alim entación irregular de agua puede p rovocar grietas sobre los
fru to s, llegando incluso a afectar la zona p o rta d o ra de las semillas.
• La necrosis apical (blossom-end-rot) afecta al tom ate y al pim iento. F.n el
to m a te se d etecta en la p arte inferior del fru to p o r m edio de m últiples necrosis
de pequeño ta m a ñ o de color m arró n claro y aspecto abollado, que confluyen
m u y rápidam ente h asta originar u n a zona necròtica beige hundida.
Esta lesión se recubre de m ohos saprofitos (Cladosporium herbarum, Alternaría
sp p ; en ocasiones Fusarium spp.).
Pese a que en el p im iento la necrosis apical com ienza en la zona estilar
co m o en el caso del to m ate, suele afectar principalm ente a un sector de la
extrem idad del fruto.
La necrosis apical está m otivada po r un colapso de laminillas que constituyen
el «cem ento péctico» de las células de la carne del fru to , cu a n d o éste acusa una
alim entación insuficiente en calcio.
C onviene rem o n tarse al capitulo 1. para revisar la etiología general de este
tip o de enferm edades. En los casos del to m ate y del pim iento los factores que
la favorecen son: un a verdadera carencia en calcio (prim aria o inducida po r
u n a carencia en bo ro ), o la traslocación insuficiente de éste bajo la inlluencia de
u n a alim entación hídrica irregular. D esde este p u n to de vista son aconsejables
los riegos frecuentes y m oderados. La m ayoría de las p lan tas que tienen el
sistem a radical reducido, debido que al principio de su d esarrollo disponían de
ag u a cerca de la superficie, son muy sensibles a las incidencias de necrosis apical
Kigura 53.—Alteraciones diversas de los frutos del tomate a p artir del m o m e n to que. a causa de una sequía tem p o ral, la situación del agua
A: Phytophthora parañtka
B: Rhizoctoma solani. es m ás pro fu n d a.
C: (¡rietas Je crecimiento, colonizadas por Alternaría saprofitas.. Existen im p o rtan tes diferencias de sensibilidad varietal. Por lo general, las
O-E: Necrosis apical. variedades d e to m ate d e fru to alarg ad o , cuya extrem idad es redondeada (tipo
214 Enfennedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 215

«R om a») o p u n tiag u d a (tipo «C hico»), son m uy sensibles a la necrosis apical. Ln los cultivos bajo abrigo en suelo n atu ral, el uso de p o rta injertos híbridos
Pero tam bién existen tipos sensibles de frutos red o n d o s o planos, c o m o es el L gsculentum X L hirsutum, que com binan las resistencias V. F N. Did y mella
caso de los enorm es «tom ates rusos» cultivados generalm ente p o r aficionados v Pyrenochaeta, constituye un factor de seguridad. Si el injerto resulta resistente
a la horticultura, b i s variedades m odernas d e pim ien to de fru to s c u a d ra d o s \ ál m osaico del tab aco (gen Tm2:) se elegirá un portainjerto que contenga adem ás
carne gruesa derivadas de «Yolo W onder» apenas se ven afectadas.
Tm 2 2
Sólo cuando una auténtica carencia es la causa fundam ental de la enferm edad, A ctualm ente co m ienzan a obtenerse hibridos d estinados a los cultivos de
las pulverizaciones a las plantas a base de clo ru ro o n itra to de calcio (al 0.5 inv ern ad ero qu e co ntienen V. F, . N y PyL q u e m ay o ritariam en te resisten al
resultan efectivas. E n Italia, riegos p o r asp ersió n regulados en finas g otas y
m osaico del tab aco .
p racticados a m itad de jo rn a d a , son capaces de reducir la incidencia de la
Los genes de resistencia a Fulvia fu/va. en los híbridos p ara cultivo bajo
necrosis apical en la variedad «San M arzan o » (to d av ía m ás sensible qu e «R o­
ma»). in v ern ad ero , serán interesantes en la m edida en q u e todavía resulten eficaces
frente a las razas de F, futva que afecten en cada región en concreto.
• Necrosis interna y maduración por zonas. 1.a intervención del m osaico del
En los cultivos al aire libre, el clim a y las condiciones de cultivo determ inarán
tabaco, al cual se ha hecho alusión an terio rm en te, no resulta indispensable para
las resistencias a investigar. La resistencia al m ildiu será interesante en los
que se p roduzcan esto s dos fenóm enos, que constituyen los dos aspectos de un
cultivos de clim a tem p lad o oceánico o continental de veranos lluviosos. La
m ism o desorden fisiológico. Se desconoce la causa precisa d e dichos síntom as
resistencia a Stemphylium es útil en los climas sudm editerráneos o tropicales.
que se m anifiestan, so b re to d o , en cultivos protegidos y se ven favorecidos p o r
una insuficiente ilum inación, la hum edad excesiva del suelo, las bajas tem pera­ En condiciones tropicales el gen C f 2 de resistencia a Fulvia resulta siem pre
turas y una alim entación n itrogenada en exceso co n respecto a la nutrición de g ran utilidad, p ero la resistencia a la m architez bacteriana en los suelos
potásica. receptivos constituye u n a condición indispensable p ara el éxito de la cosecha.
Bajo riego p o r asp ersión, el gen Pto (resistencia a Ps. s. pv. ¡ornato), presente
en algunas nuevas variedades (ejem plo: «R im one». obtenida en el 1NRA).
X. Consejos generales constituye u n factor de éxito en clim as tem plados.
Hn berenjena, únicam ente los cultivadores de las regiones tropicales disponen
para la protección de los cu ltivos
de variedades o híbridos plurirresistentes com o «K alenda» (obtenida en el
IN R A -IRA T) en la zona antillana, que resulta tolerante a la m architez bacteriana,
t i m antenim iento de un buen estado san itario de los cultivos de solanáceas a los síntom as clásicos de Phomopsis y a la an tracn o sis de los fru to s (resistencia
hortícolas, supone u n a extracción racional de las semillas y un a serie de cuidados
que solo resulta necesaria en el nuevo m undo).
en los sem illeros que reviertan en la producción de p lantas sanas, posteriorm ente Los agricultores de las zonas mediterráneas disponen de un patrón constituido
estas serán som etidas evcntualm cnte a tratam ientos antiparasitarios en vegetación
p o r no im p o rta qué línea pura de tom ate V F : N
que se ad ap te n a las condiciones clim áticas locales y al m odo de cultivo. Pero
E n pimiento, los esfuerzos de introducción de resistencias en E stados U nidos,
tam bién será m uy im p o rtan te h ab er elegido previam ente un a variedad bien en Brasil y en F rancia (en el 1NRA de M onlfavet) y d e recom binar aquellas,
ad ap tad a a cada situación y provista d e un d eterm inado núm ero de resistencias.
com ienzan a d a r sus frutos. D esde los años setenta se dispone de variedades o
híbridos to lerantes a Phytophlhora capsici y a diversos potyvirus. Los años
ochenta vieron aparecer las prim eras variedades plurirresistentes. com o la linea
Elección varietal «M ilord» (obtenida en el 1NRA): p lantas precoces resistentes a la m ay o ría de
A lo largo de los apartad o s precedentes se han citado un núm ero considerable cepas de virus Y, to lerantes al C M V y a Phitophlhora capsici.
de enfermedades, pero, a su vez, se han señalado un buen núm ero de posibilidades E n la actu a lid ad , todavía n o se dispone de u n p o rtain jerto plurirresistente
de resistencia. A ctualm ente, el ag ricu lto r dispone de variedades plurirresistentes para el pim iento. T a n sólo la v ared ad «D oux des L andes» es com patible con
en las tres especies. L a elección se efectuará en función de los riesgos qu e se Lycopersicum. pero su interés es lim itado; las tentativas de transferencia de esta
quieran asum ir. co m patibilidad (de herencia com pleja) a variedades de frutos gruesos no h an
1.a m ayoría de variedad es m odernas del tom ate son «VF» (resistentes a las
razas com unes de Verticillium y de FO L). l-.n suelo ligero y eri caso de rotaciones ■* En caso contrario, la contaminación del patrón por TMV corrc el riesgo de inducir una
favorables a Meloidogyne, deben elegirse variedades o híbridos «V FN ». provistos, Wcrosis generalizada del injerto.
* No es muy interesante recurrir a los patrones híbridos Fi t- esculentum X /- hirsutum, pue
adem as, del gen ML E n un futuro próxim o, la m ayoría de variedades contendrán, se pierde la resistencia al VerticilHum (Ve es menos eficaz si csti en heterozigosis). El patrón ideal
adem ás, el gen l 2 y e starán protegidas co n tra las dos razas de FO L. seria una linca de túrnate V-F, rN-pyl.
216 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y el pimiento 217

dado resultado. H allar un sistema que combine un patrón de Lycopersicon, un En am bas especies es posible la extracción m anual de las semillas por via
patrón interm edio «D oux des Landes» y un injerto de frutos gruesos, constituve seca, pero si la extracción se hace de form a tradicional («grosera») de m odo que
más una proeza que un m étodo utilizable en la práctica. las semillas se mezclan con la pulpa, si esta mezcla se deja ferm entar, este
procedim iento tiene las ventajas anteriorm ente mencionadas.

Extracción y tratam iento de las semillas Higiene de los semilleros


Aunque no es suficiente para eliminar la totalidad de los gérmenes patógenos, F.l estado sanitario de las plantaciones depende en buena medida del uso de
insistimos en recom endar la extracción de las semillas por fermentación de la plantitas sanas, producidas a partir de semillas exentas de agentes patógenos y
masa gelatinosa que contiene las semillas. La operación d u ra unas 48 horas con sobre «camas» o cepellones preparados con tierra o sustratos sanos o desinfec­
tem peraturas del orden de 20 °C y 24 horas cuando se rozan los 30 °C. La tados.
microflora que se genera está constituida por bacterias lácticas, levaduras, y Una buena lum inosidad y un buen espaciamcnto de las plantitas (menos de
Geotrichum candidum. El desencadenam iento de la fermentación puede ser 300/nv’ en el caso del tom ate y menos de 150 en los casos de la berenjena y el
irregular la primera vez que es practicada a lo largo de la cam paña. Pero a pimiento), serán tan im portantes com o las pulverizaciones pesticidas que deben
continuación con tai que los recipientes no se laven dem asiado a fondo, se practicarse a intervalos de 10-15 días. Las mezclas cúprico-fungieidas orgánicos
ajustará a las duraciones indicadas con anterioridad. no deben exceder el gram o de cobre-m etal p o r litro cuando sean aplicadas a
La adición de un «pie de depósito» constituido por un cultivo puro de plantitas jóvenes.
Geotrichum es muy recom endable al principio de una serie de extracciones. Conviene que las plantas preparadas para plantaciones de o toño en climas
Conviene, por supuesto, efectuar una selección esm erada de los frutos des­ m editerráneos se produzcan preferentemente en semilleros o recintos cerrados
tinados a la extracción de semillas, proceso que debe ir precedido de una con materiales que im pidan la penetración de los insectos (por ejemplo: mallas
inspección de la parcela productora de la semilla para verificar la ausencia de antitrips).
Corynebacterium michiganense.
U n cuidadoso enjuague sobre tam iz de las semillas procedentes de la fer­
m entación, seguido de un proceso de secado rápido, perm ite obtener semillas Lucha antiparasitaria tras la plantación
de color claro, totalm ente desprovistas de su ganga.
A continuación se puede aplicar, dependiendo de la naturaleza del principal • Tomate
parásito que se desea evitar, un tratam iento al calor seco (consultar «mosaica Los tratam ientos anticriptogám icos regulares no son necesarios en todos
del tabaco»), un rem ojo en agua de Javel (antes del secado... véase el apartado los climas. En condiciones ñor m editerráneas, en las plantaciones efectuadas al
dedicado a las «enfermedades bacterianas») o un espolvoreo con fungicida aire libre, entre finales de abril y principios de m ayo con plantitas sanas que son
dirigido contra la Alternaria. regadas p o r surcos o goteo, se debe esperar a que el mikliu aparezca, vigilando
La extracción m ediante fermentación, por inconvenientes de rapidez, puede m inuciosam ente los prim eros brotes sintom áticos de LeveiUuía o de acariosis
ser sustituida por una extracción ácida (10 a 12 horas) a base de ácido clorhídrico bronceada, para aplicar el tratam iento más convincente (ligeros azufrados o
(1 %), o de ácido acético (0,6 % ), de m ayor eficacia frente a las bacterias. Dicha antioidios v acaricida especifico).
solución debe ir acom pañada de una preparación comercial de enzimas pccticos. P or contra, conviene aplicar tratam ientos anticriptogám icos regulares:
Un esm erado enjuague eliminará todo rastro de ácido acético que pueda — en clima lluvioso, ya sea tem plado (ejemplo: sudoeste de Francia, donde
inhibir la germinación. las enferm edades más preocupantes son Alternaría y mildiu), ya sea tropical
húm edo con riesgo de desarrollo de Phoma. Corynespora y Alternaría, pero
• Berenjena, Pimiento tam bién de acariosis bronceada, cuando transcurren diez dias sin lluvia;
— en los cultivos regados por aspersión con riesgo de desarrollo de enferme­
En clima húm edo, los cultivos para producción de semillas de berenjena se dades bacterianas (Psetuiomonas seguido de Xanihomonas des Je comienzos de
deben proteger especialmente de Phomopsis por medio de tratamientos fungicidas estación en las variedades corrientes: Xanihomonas sólo desde que las tem pera­
regulares. T odo fruto d añ ad o debe ser elim inado de los lotes destinados a la tu ras medias rebasan los 20 °C, si la variedad está provista del gen Pto):
extracción de semillas. C on los frutos de pim iento afectados de Antracnosis o — en los cultivos bajo invernadero, desde que se tiende a econom izar energía
Xanihomonas se procederá del mismo m odo. p o r medio de la reducción, tan to de la ventilación com o de Ja calefacción, existe
218 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del tomate, la berenjena y e¡ pimiento 219

un gran riesgo de Cladosporiosis c u an d o un a raza virulenta se m anifiesta sobre B ibliografía


el híbrido escogido y en cualquier circustancia tam bién se halla siem pre presente
el riesgo de Botrytis. Bajo abrigos plásticos, los riesgos son m ayores e incluso
puede m anifestarse el m ildiu.
Los cultivos de invierno en los clim as m editerráneos m eridionales (ejem plo:
M arruecos) som etid o s a fuertes lluvias, están sujetos a ataq u es de Alternaría, de • Generalidades
estem filosis (si la v aried ad es sensible) y de m ildiu, de particu lar gravedad sobre
aquellas p lantas etiolad as d u ra n te días co rto s y grises. — Botànica y genètica
1.a elección d e la mezcla fungicida-bactericida a utilizar se h ará en función
D a u n a y M .C.. L e s t i -r R.N. y L a t e r r o t H .. 1989: The use o f wild speciesfor the genetic
de los riesgos m encio n ad o s an terio rm en te, co n sid eran d o tan to los efectos se­
irmprovement o f Eggplant (Solanum melongcna) and Tomato (Lycopcrsicon esculen-
cundarios com o principales que pueden p ro v o c a r los productos escogidos. Por tum). 3 ' internal. C ongr. Solanaccae. Bogota, julio, 1988.
ejem plo, conviene ap licar u n a m ezcla de cobre-m aneb-zineb sobre los cultivos Ésbaoc.hcïw H.. 1977: The taxonomy o f the genii'! Capsicum (Solanaccac) «Capsicum
regados p o r asp ersió n a causa: 77-. CR 3 Congr. E ucarpia, Génétique-Sélection Piment.
— del efecto bactericida del co b re, refo rzad o p o r la acción de los ditiocar- L athR r o t H. 1989: »\jcs espèces sauvages de Tom ate. Intérêt et utilisation pour la
bam atos y del zinc del zineb: creation varietale*'. PHM-Rev. hortic.. 295, 13-17.
— del efecto de los d itio carb am ato s sobre la acariosis bronceada. R ick C.M .. 1978: «La Tomate*». Pour ¡a Science(édit. française de « Scientific am ericana),
76-86.
• Berenjena
h n cultivo de -e sta c ió n - y en clim a m ed iterrán eo la berenjena (sujeta a — Enfermedades dei tomate
graves enferm edades de origen telúrico) sólo padece unas pocas enferm edades B la n c a k d D.. 1988: Maladies de la ¡ornate: observer, identifier, /utter. INRA PHM
foliares. Revue horticole cd.. 211 p.. 306 fotos color.
C o m o m u ch o conviene co n tro la r la posible ap arició n d e tetraníquidos. B A R K S D A L t T .H ., G o o d J.M . y D a n i e l s o n L.L.. 1972: Tomato diseases and their
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W a t t t -r s o n . J. C ., 1 9 8 5 : Tomato diseases, a practical guide fo r seedsmen, growers and
Fn clim a tropical húm edo. Phomopsis es, ju n to con la acariosis deform ante
de los lrutos, la enferm edad que en trañ a una m ayor preocupación, considerando, agricultural advisors Petoseed Co.
p o r supuesto, la ausencia de Antracnosis (A frica) o la variedad resistente (zona
antillana). — Selección para ¡a resistencia
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32.
16 Enfermedades de tas hortalizas
IV
Micoplasmas
A RNiFR M ., M a r t in G . . Is k r a M .L .. L.. G a k u a r J.. F o s A. y Bovt J.M ..
Z r iik
ENFERMEDADES
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C’antaloups o Canlalupos (charentais m ás o m enos retieulados). m elones de
Enfermedades no parasitarias
invierno, etc.
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T o d as estas especies son originarias de las regiones subtropicales del antiguo
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m u n d o (Cucumis, Citrullus). o del nuevo (Cucurbita, Scchium) y m uestran un
congrès Un. Phytopathol. m editerr. Avignon-Aniibcs. sept. 1%9, 61-66.
crecim iento ó p tim o a tem p eratu ras elevadas (25-30 °C). Sin em b arg o , entre
ellas existen m atices p ara la tolerancia del frío: débil p ara el pepino (cero de
vegetación p ró x im o a 15°C ), variable p ara el m elón según sus genotipos, y
m ayor p a ra el calabacín, que puede ser p lantado al aire libre casi un mes m ás
p ro n to qu e las o tra s dos especies, ad ap tán d o se a abrigos fríos en aquellos
lugares en los que el pepino o el m elón exigen invernaderos con calefacción.

I. Enfermedades provocadas
por m icroorganism os del suelo

M arras de nascencia y podredum bres de raíces


y tallo s debidas a P y th iu m

A la h o ra de pro ced er a la clasificación de las especies según su sensibilidad


a los Pythium. éstas siguen el m ism o o rden que llevaban de acuerdo con su
sensibilidad al frío: pepino-m elón-calabacin.
En el p ep in o , los Pythium esferosporangiados de tipo u/timum (que en el
resto de p la n tas no p rovocan m ás que m arras en la em ergencia o necrosis de las
raíces en suelo frío) pueden p ro v o car, adem ás de estos síntom as clásicos, la
228 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 229

podredum bre del hipooótilo de las plántulas, o incluso de la base de los tallos — desinfección del suelo, por medio de vapor o de brom uro de metilo,
de las plantas de m ayor edad, cuando las tem peraturas descienden p o r debajo hasta 45 cm de profundidad;
de 15 ° C . — injerto (por aproxim ación) del pepino en Cucurhita ftcifolia y del melón
El tratam iento de las semillas con un producto com o el T iram , que protege en patrones híbridos F. C. maxima. C. moschata;
a melones y calabacines de los ataques de los Pythium es insuficiente en el caso — recurrir al cultivo hidropónico o, en el caso del pepino, al cultivo sobre
del pepino. paja compostada.
En las situaciones «m ás arriesgadas» (abrigos insuficientemente caldeados, Las plantas injertadas son, a su vez. muy poco sensibles a las podredum bres
suelos arcillosos no desinfectados), puede plantearse la obtención de las plantitas provocadas por Pythium en la base de los tallos.
en sustratos tratados con fungicidas antim ildius (etridiazol, muy aconsejado en
Inglaterra; metalaxil o furalaxil en dosis del orden de 10 m g /d m ) o. más tarde,
pulverizaciones a la base de las plantas.
Debemos recordar, no obstante, que los híbridos actualm ente cu 1tirados
(exceptuando, quizá, a los ginoicos. m ucho más frágiles) son más resistentes
que antiguas variedades com o el pepino «Le Gcnércux». utilizado por D. B o i.h o t
para estim ar el potencial infeccioso en Pythium del suelo.
La Rhizoctonia solani. y en Estados Unidos un Acremonium, también pueden
provocar m arras de nacencia.
En condiciones tropicales, plantas jóvenes de pepinos, melones y calabacines
pueden experim entar im portantes m ortalidades causadas por Pythium de tipo
aphanidermatum.
Algunos Pythium pertenecientes a esta categoría han sido detectados en
Francia sobre podredum bres de raíces de pepino, en cultivo hidropónico.

Necrosis de las raíces


D urante m ucho tiem po fueron ignoradas, sobre todo en el pepino, en el que Figura 54.— Phomopsis sderotoides en el pepino: podredumbre beige-daru de las raíces, presencia
los daños iniciales propios de la necrosis de las raíces eran asociados a la de lineas negras que delimitan zonas diferenciadas que bien pueden ser oscuras
o bien claras y punteadas.
fusariosis.
• Phomopsis selerotioides es el más temible de los enemigos telúricos de los
pepinos de invernadero. También puede atacar al melón (portainjerto Benint asa • Pyrenochatea lycopersici, el agente de la enfermedad de «las raíces acor­
cerífera). chadas» del tom ate, puede atacar también a las raíces del melón, provocando
Fn las partes aéreas de las plantas, los ataques se manifiestan en form a de en ellas síntom as análogos.
m architez a lo largo del día, com enzando en el cuajado de los primeros frutos, La sensibilidad al Pyrenochatea es más elevada en los «melones de invierno»
y convirtiéndose cada vez en más graves y permanentes. amarillos o verdes, y en los genitores de resistencia a los virus, o a la fusariosis
Estos síntom as se deben a la extensión de las zonas m uertas del sistema de origen oriental, que en el «C antalupo charentais»; los intentos de cultivar en
radical; las lesiones, en un principio, son de color m arrón-claro, luego las raíces invernadero melones de tipo «Canari» deben tener en cuenta este factor. Los
se secan y se recubren de líneas negras que delimitan unas zonas alargadas en seleccionadores que incorporan resistencias a las enferm edades en variedades
las que se pueden diferenciar los «pseudoesclerocios» (puntitos negros que de tipo «Charentais» deben com probar que la sensibilidad al Pyrenochatea ha
cubren las raíces m uertas —fig. 54— ). s»do eliminada en los retrocruzam ientos.
El hongo raram ente produce su form a picnidial en la naturaleza (ésta ha
sido detectada sobre to d o in vitro). Se conserva en el suelo por medio de sus
pseudoesclerocios y de su oscuro micelio que constituye las líneas negras. Nematodos
Las únicas soluciones para continuar cultivando pepinos o melones en
aquellos invernaderos en los que el suelo se halla fuertem ente contam inado son Las raíces de las cucurbitáceas cultivadas son muy sensibles a los nem atodos
las siguientes; de agallas (Meloidogyne spp.), tanto en cultivo bajo invernadero com o en con-
230 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 231

iliciones tropicales o m editerráneas al aire libre. La pérdida de vigor y de Yurtatalo Cantahipo chanu-raiv Ddutilon I J I7IH7
rendim iento, ligada al desarrollo de las agallas, puede complicarse con una diferencíalo -VAC-
m architez de las p a n e s aéreas, en caso de que las agallas experimenten una Raza 0 S R R
invasión secundaria de parásitos. Raza 1 s S R
Un Cucumis africano cultivado, el «M étulon» (C. metulifents). que ha co­ Raza 2 s R S
Raza 1-2 s S S
m enzado a extenderse p o r E uropa, es resistente a los Meloidogyne, pero todavía
no se ha conseguido su hibridación con C. meló o C. salixus.
Los síntom as clásicos de fusariosis en el melón son de tipo «amarilleo»
(ygllows). Fn un principio se advierte un esclarecimiento de las nervaduras de
Fusariosis vasculares de las cucurbitáceas las hojas (o de la m itad de las hojas), según una disposión filotáxica. Las hojas
afectadas am arillean, adquieren una consistencia quebradiza y desprenden un
Podemos llegar a planteam os si la fusariosis vascular del pepino provocada olor muy característico de «madreselva» '.
p o r F. nxysporum f. sp. cucumerinum ha llegado a existir alguna vez en Francia Dichos síntom as están acom pañados de una necrosis lateral del tallo, que
Las bases de los tallos debilitadas por los continuos ataques de Pythium o de las exuda gotas de gom a de color parduzco (llg. 55).
enfermedades de las raíces, y los chancros de los tallos provocados por Didymella Al final de la evolución de la enferm edad, cuando las plantas ya están
pueden ser invadidos por diversos Fusarium (y la determ inación de éstos no fue prácticam ente m uertas, el Fusarium fructifica en la parte necròtica bajo la
posible hasta Finales de la década de los cincuenta). En H olanda, parecen forma de un enmohecimiento rosado.
haberse d ado auténticos casos que perduran en las cepas de colección utilizadas Algunas cepas de la raza 1-2 provocan un síntom a muy diferente de tipo
por B o u h o t . La enferm edad tam bién fue detectada en 1989, en C hina conti­ «wilt»; marchitez. brusca sin am arilleo previo, ni necrosis del tallo. Los vasos,
nental. por P it r a t , L a i l k r o t y Bi a n jc a r d (com unicación personal). abarrotados de micelio, no tienen tiempo de broncearse.
La enfermedad es descrita en el manual de F l u t c h e r (Diseases ofgreenhouse La fusariosis del melón ha sido objeto de profundos estudios en Francia,
plants, 1984). El m étodo de lucha aconsejado es el injerto sobre Cucurbila sobre todo, en los laboratorios de patología vegetal y de mejora de las plantas
ficifolia. del 1NRA. desde los años sesenta:
— en la estación de D ijon. dedicada al estudio de la microflora patógena
• Fusariosis vascular de la sandía de los suelos, se constató la resistencia de F. oxysporum al anhídrido carbónico,
que podía servir de punto de partida a un m étodo de detección del parásito en
Está provocada p o r F. oxysporum f. sp. niveum. Es m uy temible en Estados los suelos (aislamiento bajo C O :, examen individual de las colonias aisladas
Unidos, Africa del N orte, sur de Italia. Israel y más recientemente en el Rosellón. sobre plántulas de melón);
Se caracteriza por una marchitez que se inicia en las hojas de la base y que se — puesta a punto de una técnica de injerto del melón sobre Beuincusa
puede m anifestar de form a unilateral o únicam ente en algunos tallos de la cerifera (cucurbitácea del Extrem o O riente com patible con el melón);
planta. Sobre los tallos se aprecia un flujo pegajoso y una acum ulación de — constatación y estudio porm enorizado del fenóm eno «suelos resistentes»
gom a en el interior. Desde principios de siglo fueron seleccionadas algunas a partir de las parcelas de la región de C hateurenard (Bocas del Ródano),
variedades resistentes y las razas comunes del parásito (raza 0). Una raza I donde es posible el m onocultivo de variedades sensibles, en contra de lo que
ataca a las variedades clásicas de los catálogos americanos (ejemplo: «Charleston suele ocurrir en el sudeste de Francia:
gray»). Algunas variedades más recientes se muestran más resistentes (ejemplo: — en la estación de Patología vegetal de Montfavet, en colaboración con la
«Crim son sweet*, -R oyal Jubilee») gracias a un gen dom inante am pliam ente estación de mejora de las plantas, tras haberse propuesto un nuevo m étodo de
utilizado para la creación de híbridos Fi. En Israel ha sido citada una raza 2 de detección en el suelo (basado en el efecto selectivo del alcohol), las investigaciones
la que no se salva ninguna variedad. Los japoneses injertan la sandia sobre se han orientado hacia la definición de razas y la resistencia varictal.
Ijigenaria siceraria. Tras haber señalado v seleccionado líneas de plantas resistentes a la raza 0
cn los lotes comerciales de «C antalupos charentais» (origen de las variedades
• Fusariosis vascular del melón «Doublon» y «Orlinabel»), la raza l no tardó en manifestarse cn num erosas
regiones de Francia.
lis la e n f e r m e d a d m á s g ra v e d e c u a n ta s a f e c ta n a e ste c u ltiv o . A c tu a lm e n te
se d is tin g u e n c u a t r o r a z a s d e T. oxysporum f. sp . melonis, se g ú n el c u a d r o Es habitual que las plantas afectadas de fusa nos js vascular desprendan etileno. La sustancia
sig u ie n te : que emiten las hojas del melón, probablemente sea más compleja, no ha sido identificada todavía.
232 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades de tas cucurbitáceas 233

frescos y d e p rim averas tardías. La regresión de la enferm edad en períodos tic


tie m p o cálido (que. sin em b arg o , n o conduce a la c u ra de las plantas ya
a fec ta d a s), es m u ch o m ás acusada p a ra las razas 1 y 1-2 que para la raza 0 .
C om o consecuencia, la resistencia inducida p o r F om I (variedades de tipo
« D o u b lo n » ) es frecuentem ente suficiente p ara los cultivos de «estación» al aire
libre. P racticar una ro tación p ro longada, de m ás de och o años, constituye una
p re c a u c ió n suplem en taria (hecho que incita a los cultivadores de m elón a
lo calizar nuevos terrenos).
P or co n tra , en cultivo b ajo invernadero, d o n d e los sucios, a m enudo, d em a­
siado fríos y la lum inosidad insuficiente au m en tan la agresividad de las razas
violentas, será indispensable cultivar variedades provistas del gen F om 2, que
perderá, sin em b arg o , toda su eficacia si aparecen las razas 1- 2 .
E n este últim o caso, el injerto sobre Benincasa protegerá a las plantas contra
todas las razas, sin em b arg o , sólo será efectivo si el suelo está libre de otros
parásitos telúricos que afectan gravem ente a las cucurbitáceas (Phomopsis. Ver­
ticilliuní). La utilización de portainjertos híbridos F, C. moschata x C. maxima
p erm itirá proseguir el cultivo del m elón en condiciones m uy desfavorables.
En el p olo opu esto se en cuentran los cultivadores, que tienen la suerte de-
poseer suelos resistentes...
La transferencia de esta resistencia a suelos receptivos (p o r esterilización y
adición de un 10 % de suelo resistente) n o es una práctica m uy corriente.
T am poco suelen aplicarse todavía sistem as de prevención entre form as espe­
cializadas y razas, c o m o los que en su d ía se practicaron en la estación de
F ig u ra 5 5 .— Enfermedades vasculares y goniosis del tallo del melón. patología de M ontfavet: so b re una variedad provista de F om 1. la adición de
A: Fusariosis. razas 0.1 y 1-2 y (necrosis longitudinal de tallo, amaríllcamiento uniforme o unilateral inoculo de raza 0 al su strato en que son cultivadas las plantas, protege m ejor a
de las hojas). éstas de la ulterior infección que provoca la raza 1. que una infección previa
B: Marchite?, sin necrosis del tallo ni amarillcamicnto previo (fusariosis raza 1-2 w. o vertieilos-.s). originada p o r F. oxy. f. sp. niveum o con m ay o r m otivo po r f. sp. que no atacan
C: Necrosis y gomosis localizadas en el tallo, provocadas por Didymclla hrytmiae.
a las cucurbitáceas, o p o r F. oxysporum saprofitos.
La lucha p o r m edio del m ojado de la base de las p lantas con fungicidas
P ro n to fueron seleccionadas nuevas líneas que ag ru p a b an los genes de sistèmico* (ejem plo: benom ilo). es tam bién im practicable debido al reducido
resistencia Fom 1 (d e « D o u b lo n » ) y Fom 2 (de la variedad o rien tal «L J 17R7->). margen que existe en tre las dosis eficaces y las dosis fítotóxicas, así com o p o r
perm itiendo d e m o stra r a finales de los añ o s sesenta, la existencia de razas 1-2 su poca eficacia y su elevado costo.
(tipo » ti th» en B erre. en las Bocas del R ó d an o , y tipo «yellows» en el oeste de
Francia). • Verticilosis de las cucurbitáceas
O tros genitores orientales, com o «Ogon n.° 9» (provisto de Fom 2) o «Koganc
ashi maguwa*' (despro v isto de genes m ayores de resistencia), han perm itido Los productores de pepino del norte de E uropa, no consideran al Veriidllium
c o n statar una tolerancia general a to d as las razas de naturaleza poligénica de dahliue co m o un p arásito tem ible. En el M ediodía francés, se pueden detectar
tendencia recesiva. A h o ra, las variedades de tipo «C harentais» d isponen de ella los ataques de éste sobre el m elón: m architez necròtica de las hojas, m ás o
(linea IN R A -P ib o u le» . híbridos F, « Jad o r» , «Soldor»...). m enos brusca qu e p rogresa de bajo a arrib a, sin que se m anifiesten síntom as de
La raza 2, p o r co n tra , es m ás ex trañ a en E u ro p a (fue señalada una vez en gom osis externa o in terna en el tallo.
H olanda), poro pred o m in a en los E stad o s U nidos. A nte los ataq u es de verticilosis, en las variedades de m elón se aprecian las
l.a fusariosis del m elón se caracteriza p o r la diferencia de ó p tim o térm ico m ism as diferencias qu e se m anifiestan c u an d o son atacad as por Pyrenochatea
existente entre el crecim iento del h ongo en cultivo (28-30 °C ) y su agresividad fycopersici: el « C an talu p o charentais* se co m p o rta com o poco sensible. Por
sobre el huésped (I8 -2 0 °C ). Se tra ta d e un a enferm edad p ropia de suelos ^ n t r a . los ataqu es fuertes al aire libre sobre m elones de invierno no son raros.
234 Enfermedades de /as hortalizas Enfermeilades de la.s cucurbitáceas 235

Si los síntom as de verticilosis no se hallan muy avanzados, pueden ser La mayoría de hongos capaces de producir podredum bres del cuello también
reversibles y llegar a atenuarse cuando el tiem po cam bia y se torna cálido y pueden provocar podredum bres en los frutos que descansan sobre el suelo o
soleado. que se hallan próximos a él.

• phytophthora
• Marchitez bacteriana de las cucurbitáceas
Al menos se han descubierto cuatro tipos de Phtytophthora (P. megaspernut.
Clasificamos d en tro de este ap artad o la m encionada enferm edad a causa de P. cryptOgea, P. dreschleri. P. capsici) capaces de atacar el cuello de pepinos,
su carácter «vascular», aunque su epidemiología sea com pletam ente diferente a melones y calabacines. En el M ediodía francés, el m ás temible es Phytophthora
la de la fusariosis o la verticilosis. capsici. agente de una temible podredum bre de los frutos de calabacín, incluso
De m om ento, esta m architez bacteriana es prácticam ente desconocida en cuando éstos no se hallan en contacto con el suelo (por salpicadura de gotas de
F.uropa, siendo, p o r contra, muy temida en los Estados Unidos. Está provocada agua cargadas de tierra). Se manifiesta en form a de ataques en el cuello que
por Envinia tracheiphila. que no es m ás que un organism o del suelo que forma provocan la muerte de las plantas. Este tipo de ataque se ve favorecido por un
parte de las «Envinia no pcclinolécticas». Es una bacteria muy especializada en mal drenaje y por el riego por aspersión. Un cultivo de pim ientos atacado por
algunas cucurbitáceas: el melón y el pepino son las m ás sensibles, las Cucurbita P. capsici. será considerado com o un mal precedente para el calabacín. En la
lo son menos y la sandía es prácticam ente inmune. región nizarda los tallos de C. nioschata. que recorren num erosas «mesetas», se
I.a enferm edad es transm itida por los coleópteros Acalymma vi¡tata y L)ia- ven afectados al atravesar los surcos de riego.
brotica undecimpunctata. que atacan a las cucurbitáceas. I.a bacteria inverna en • Rhizoctonia solani
el tubo digestivo de los insectos, cuyas m ándibulas, de partida, están indemnes
de bacterias. Estas penetran en las hojas cuando un insecto ram onea una Las plantas de melón cultivadas en llano bajo bastidores o al aire libre,
porción de hoja previam ente m anchada por sus excrementos infecciosos. De frecuentemente padecen los estragos de R. solani, cuando los tallos o los frutos
este m odo, el insecto puede contam inar sus m andíbulas al ram onear sobre una entran en contacto con el suelo húm edo. Los tallos presentan chancros rojizos
planta enferm a y posteriorm ente infectar a una planta sana. y los tallos manchas lívidas motivadas por el crecimiento epífito del micelio, o.
La progresión de la enfermedad vascular es de tipo descendente: h o ja —pe­ cuando la situación es más grave, podredum bres superficiales de contorno
c io lo -ta llo . La m architez es muy rápida, tras una fase prelim inar en la que el festoneado, en las que se puede detectar a simple vista el micelio rojizo y los
limbo adquiere un aspecto gris-mate (com o la hoja de la berenjena afectada por esclerocios pardos de R. solani (cepas AG4, fig. 56).
verticilosis o m architez bacteriana). Cualquier medida que tienda a reducir el tiem po que se mantiene húm eda
La lucha contra esta enfermedad se basa en la eliminación precoz de los la superficie del suelo dism inuirá la gravedad de los ataques.
coleópteros que ram onean las hojas de las cucurbitáceas. La ausencia de este R. solani fue utilizada por G . R isslk com o «hongo-test» para evaluar la
tipo de coleópteros en E uropa es una garantía para la ausencia de la enferme­ sensibilidad general de los genotipos de melón a las necrosis de las raíces y del
dad... cuello.
Entre las variedades del pepino, algunas como «Tokio long green» son
consideradas com o resistentes.

Podredumbres del cuello y de los fru tos próximos al suelo

Las podredum bres del cuello de las cucurbitáceas pueden estar motivadas
por diversas causas: ataques de Pythium. Phytophthora. Rhizoctonia solani. lu -
sarium spp.. e incluso en ocasiones pueden ser consideradas «no parasitarias»:
colonización por bacterias pcctinoiílicas o Fusarium roseum var. gibbosum de
heridas accidentales, grietas de crecimiento, daños provocados por insectos del
suelo. No es extraño com probar cóm o las plantas de pepino sobreviven dos o
tres sem anas y sacan adelante su producción, aún cuando ha desaparecido la Huura 56.—Daños de Rhizoctonia solani en frulo y tallo de melón en contacto con el suelo
corteza de la base del tallo y los haces vasculares se hallan separados entre sí. húmedo.
236 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 237

• Sclerotium ro/fsii La descripción anterior concierne a la «raza 1>• de F. solani f. sp. cucurbitae.
Existe, adem ás, una «raza 2» tam bién detectada cn Estados U nidos, que sólo
En los climas cn los que este hongo actúa con rigor, provoca daños análogos
a los que hemos descrito al tratar de K. solani. Los ataques sobre frutos son afecta a los frutos.
La lucha contra esta enfermedad se basa cn la utilización de semillas sanas
todavía más espectaculares, las ramificaciones blancas del micelio de 5. rolfiii
(no se dispone de datos recientes sobre la eficacia de los tratam ientos de semillas
recubren lodo el hemisferio inferior del fruto (fig. 57). invasión a la que sucede
una enorm e producción de csclcrocios. con fungicidas sistémicos) y cn la práctica de rotaciones de. al menos, tres años.

• Monascus eutypoides
Este ascomiceto inferior tcrmófilo, ha sido recientemente detectado en Israel
com o agente de la m architez brusca de las plantas adultas de sandias y de
melones cultivados sobre acolchados plásticos y túneles bajos. Las condiciones
que favorecen este ataq u e son los incrementos anorm ales de tem peratura y una
hum edad insuficiente del suelo.

Rizomania del pepino de invernadero

Concluiremos esta revisión de las enfermedades de las cucurbitáceas, pro­


vocadas por microorganismos telúricos, haciendo mención a este curioso síntoma,
recientemente detectado en Inglaterra. Las plañías afectadas tienen un escaso
crecimiento por encima del suelo. Por contra, sus raices proliferan considera­
blemente. hasta el punto de emerger del suelo hasta I cm de altura alrededor de
la planta. Este síntom a está provocado por Agrobacterium rhizogenes.
Figura 57.—Ataque de Sdcrotium rolfsii cn un melón en contacto con el suelo

• Fusarium solani f. sp. cucurbitae


II. Hongos que atacan particularmente a los tallos
Este hongo no vascular, a excepción de las f. sp. de F. oxysporum. no está
especializado. La m ayoría de las veces ataca a las Cmvrbita (incluida C.Jicifolia. T anto Sclerotinia com o Botrytis y Didymella pueden atacar no sólo a los
utilizada com o portainjerto del pepino), pero en ocasiones también a melones tallos, sino tam bién a los frutos, y, en ciertos casos, a las hojas. Pero, sin
y pepinos.
em bargo, es sobre los tallos de las plantas de invernadero donde los daños son
U i vida de estas clam idosporas en el suelo es menos prolongada que la de más temibles.
las /•. solani f. sp. phaseoli y no supera los tres años. Los ataques se manifiestan
en forma de una lesión parda próxim a al nivel del suelo, que puede alcanzar la1' D idym ella bryoniae
partes aéreas en tiem pos húmedos. La podredum bre se extiende U n to a 1;«
corteza com o al cilindro central, provocando la m uerte de la planta, que per­ Los micólogos han modificado, muy a m enudo, el nom bre de este hongo
manece fijada al suelo p o r las fibras leñosas que quedan intactas. (ver capítulo XVI); cn la edición precedente de esta obra aparecía com o Mycos-
Los frutos que se hallan en contacto con el suelo pueden ser afectados, cn phaerella citrullina.
primer lugar, por lesiones circulares pardas que alcanzan de I a 2 cm de diámetro Poco extendido cn los cultivos al aire libre en los climas mediterráneos, cn
y que pueden ser coníluyentes. El micelio puede alcanzar el inicrior del fruto > característico de los climas tropicales y subtropicales húm edos, pudiéndose,
contam inar las semillas. /•. solani f. sp. cucurbitae compensa de este m odo su además, desarrollar durante el verano de los países tem plados cálidos y lluviosos.
débil persistencia en el suelo con una diseminación por las semillas. Adem ás, en los invernaderos causa estragos al pepino, planta exigente en calor
En el M ediodía francés y en Italia se han producido ataques esporádicos y en hum edad a la vez.
com o consecuencia de una im portación de semillas americanas. Sin duda, en Puede provocar en los tallos lesiones de color claro, en un principio de
Estados U nidos, este Fusarium es el más temible. m argen eventualmente irregular, pero bien delim itado. Sobre estas lesiones el
238 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 239

parásito fructifica produciendo picnidios (diseminación de picnosporas por la al benom ilo, que bien se puede utilizar en pulverización o bien ser incorporado
lluvia) y peritecas a la vez (proyección de ascosporas). al sustrato en el que crecen las plantas jóvenes. En invernadero las lesiones
En los bordes de estas lesiones que afectan a los tallos se pueden producir iniciales sobre los tallos pueden ser recubiertas con caldos fungicidas espesos.
exudaciones de gom a, de aqui el nom bre de «chancro gomoso» (gummy stem El riesgo de adaptación del hongo a los bencimidazoles nos motiva a recomendar
blight) que, por lo general, se aplica a la enfermedad (fig. 55 C). su alternancia con imazalil. iprodiona, triforina o clortalonil.
Tam bién se aprecian manchas foliares, prim ero de aspecto verde aceitoso En los Estados U nidos se han advenido diferencias de sensibilidad entre las
m ás bien oscuro co n un margen am arillo, que se extiende desecándose hacia el variedades de sandía.
centro, así com o ataques a los frutos de aspecto variable según los huéspedes. Los mayores progresos de la resistencia varietal se han obtenido en melón:
En pepino de invernadero, los ataques de los tallos son muy tem idos por los N o k t o n descubrió un gen de resistencia que incorporó a variedades actualmente
agricultores. Estos ataques comienzan a manifestarse en los m uñones de los presentes en los catálogos am ericanos (ejemplo: «Chillón»). El INRA-Antillas-
pecíolos o pedúnculos dejados en el m om ento del deshojado o de la recolección, G uayana propone fórmulas híbridas E, de tipo «C harentais brodé» resistentes
o sobre zarcillos senescentes. Dichos órganos se recubren inm ediatam ente de a Didymclla.
fructificaciones, de m odo que la infección puede alcanzar al tallo principal
donde se origina un chancro alargado longitudinalmente. S d e ro tin ia y B o trytis
En los invernaderos muy atacados, se pueden detectar tam bién manchas
foliares, com o resultado de proyecciones de ascosporas y toda una serie de T anto la forma de grandes esclerocios de S. sclerotiorum. propagada por
daños sobre los frutos que se pueden m anifestar en el mismo invernadero ascosporas, com o Botrytis cinerea, atacan fácilmente a los tallos, las hojas y los
(podredum bre negruzca y blanda de la extrem idad del fruto acom pañada de frutos de las cucurbitáceas en condiciones húm edas y a tem peraturas en torno
gomosis en la proxim idad de las partes sanas), o a lo largo del transporte (ligera a los 20 °C.
constricción de la extremidad del fruto, con contam inación interna que se La Sderotinia puede atacar a los pepinos cultivados bajo invernadero. La
conviene en podredum bre tras la cosecha). producción de esclerocios puede ser abundante en los tallos, tanto al exterior
Los daños sobre melón en invernaderos son poco habituales, pues éstos se como en la m édula, y bastante considerable en los frutos atacados que se dejan
mantienen m ucho menos húm edos para el melón que para el pepino. descom poner en el suelo.
En el campo, los daños pueden ser muy graves cuando coinciden condiciones La Botrytis es una de las más im portantes enfermedades del pepino de
cálidas y húm edas (la proyección de ascosporas tiene su óptim o entre los 18 y invernadero. Puede provocar manchas foliares de extensión rápida que se tornan
los 26 °C). H em os localizado graves ataques en la zona antillana, donde la grises y secas, en las que los conidióforos son visibles. Invade fácilmente los
invasión secundaria de lesiones producidas p o r t'usarium roseum var. gibbosum muñones de los peciolos, pedúnculos de los frutos y el tallo a partir de estas
o arthrosporioides puede hacer pensar en una fusariosis. Tam bién se pueden bases nutritivas. Las lesiones en los tallos se agrandan y profundizan rápidamente,
apreciar algunas lesiones foliares, pero en melón predom ina el síntom a sobre el provocando la muerte de las plantas. La Botrytis fructifica abundantem ente.
tallo. Los frutos pueden ser invadidos a partir de su corola m archita, que desem­
La sandía es m uy atacada en el sur de los Esuidos Unidos, donde predominan peña el papel de «base nutritiva». La podredum bre gris de la extrem idad del
las lesiones sobre los cotiledones (pudiendo extenderse hasta la base del tallo en fruto suele ir acom pañada de una exudación de pequeñas gotas transparentes.
las plantas de m ayor edad), las hojas y los frutos, en los que aparecen manchas La lucha en invernadero se basará en medidas culturales (com binar, durante
oscuras de perím etro aceitoso, que pueden extenderse hasta originar resquebra­ pane de la jornada, caldeamiento y ventilación) y en el uso de fungicidas, bien
jaduras y una podredum bre interna. aplicados en pulverización general, o bien por medio de un recubrim iento de
E n Cucurbita las lesiones se pueden m anifestar sobre frutos m aduros (cala­ los chancros iniciales.
bazas), adquiriendo un aspecto zonifieado muy nítido en el caso de Cucurbita La generalización de cepas Botrytis resistentes a los bencimidazoles (resistencia
moschata. persistente) o a las imidas cíclicas (resistencia no persistente), aconseja alternar
Didymella tam poco perdona al chayóte (Sechium edule). en el que provoca fungicidas específicos y productos de acción fungicida más amplia (tiram . clor-
pequeñas m anchas angulares sobre las hojas y lesiones sobre los frutos que Uilonil, diclofluanida).
pueden originar una podredum bre seca.
La ludia contra Didymella se basa en la utilización de semillas sanas (debemo>
estar seguros de que los frutos de los cuales extraemos las semillas carecen de
Podredumbre glauca de los ta llo s del pepino de invernadero
lesiones) y en la eliminación de los restos de las plantas enfermas. La lucha Este es el último problem a fitopatológico que concierne a este apartado.
fungicida en vegetación puede practicarse con éxito, por ejemplo, recurriendo Esta enfermedad, provocada por cepas de PeniciUium oxalicum. fue detectada
Enfermedades de las cucurbitáceas 241
240 Enfermedades de las hortalizas

en prim er lugar en C a n a d á (O n tario ) y p o sterio rm en te en Inglaterra, H o landa


y Francia.
Su etiología y sus síntom as son an álo g o s a los d e la p o d red u m b re gris
(Botrylis cinerea). p ero las lesiones presen tan una p o d red u m b re m ás b lan d a y
el micelio atercio p elad o adquiere to n alid ad es de co lo r «gris verde a zu la d o -
(hluish-greenish grey), que n o so tro s trad u cim o s p o r «glauco».
Son aconsejables pulverizaciones d e b enom ilo. ip ro d io n a o aplicaciones de
triadim efon — en p a sta — , pero siem pre debem os ten er precaución con la ca p a ­
cidad de ad ap ta ció n del Penicillium a los fungicidas...
Sobre todo, se procurará evitar que las p lantas estén som etidas a alternancias
de tem peraturas m uy bruscas entre la noche y el d ía, p ara lo cual se asegurará
una adecuada ventilación.
Se evitarán igualm ente las fertilizaciones n itrogenadas excesivas, asi com o
las relaciones de K /N inferiores a 2.
C abe preguntarse sobre las razones p ro fu n d as que m otivan este reciente
avatar patológico en los pepinos de invernadero: ¿aparición de una cepa m ulante
de P. oxalicum que p roduce u n a toxina, o resistencia a las cucurbitacinas?

III. Enfermedades criptogám icas


de las hojas y los fru to s

Son m uy n um erosas. A lgunas de ellas (ejem plo: an tracn o sis) se hallan en


regresión, sin d u d a , co m o consecuencia de la utilización generalizada d e fungi­
cidas. O tras están ligadas a condiciones clim áticas m uy peculiares (ejemplo: Figura 58.—Pseudomonas syringae pv. lai hrymans sobre pepino, que comienza .» m a tu te a rse
eladosporiosis, corynespora). P or últim o, otnis vienen observándose en el m undo en las hojas por medio de manchas angulares grasicntas (A), que evolucionan a cribado (Bl
entero desde hace tiem po (oidios), o se han d etectad o recientem ente (m ildiu en Én los tallos y frutos, lesiones que ennegrecen en su centro, con producción
de -lágrimas* de goma muy liquida (C).
h u ro p a desde com ienzos de los años ochenta).

La enferm edad, está favorecida p o r el tiem po húm edo, que vuelve a las
B a cte rio sis de las cucurbitáceas hojas m ás sensibles p o r «congestión hídriea», y p o r un a b u n d an te rocío. Las
lluvias acom pañadas de vientos o el riego po r aspersión aseguran la disem inación
• Pseudomonas syringae pv. lachrymans provoca sobre las hojas de las rápida de la enferm edad. La infección presenta un ó ptim o térm ico com prendido
cucurbitáceas la ap arició n de m anchas aceitosas delim itadas p o r las nervaduras en tre 24 y 28 °C , pero n o se detiene cuando las m áxim as alcanzan 38 C. Una
(«m anchas angulares**), sobre las cuales se aprecian pequeñas gotitas de exudado hum edad relativa de 95 % favorece la extensión de las lesiones tras contam inación,
bacteriano (de aquí p rocede el adjetivo «lachrymans»). La zo n a intem ervial cu a n d o las bacterias ya han pen etrad o en los estom as.
pro n to se seca, ad q u irien d o un a coloración gris, y puede desgarrarse originando
Pseudomonas syringae pv. lachrymans puede atectar gravem m ente a los
un cribado (fig. 58).
pepinos, m elones y calabacines. Sobre estos últim os las m anchas foliares se
Los d añ o s q u e o rigin a en los frutos son m uy frecuentes en el pepino y el
calabacín, so m anifiestan en form a de m an ch as grasicntas, de reducido tam añ o , h allan ro d ead as de un h alo am arillo.
que pueden ex u d ar «lágrim as« de m ay o r ta m a ñ o que las de las hojas, hasta La perp etu ació n d e la bacteria está asegurada p o r los residuos de cultivo
derivar en una necrosis negra y h u eca, que co nstituye el p u n to de p a rtid a de (p ero no d u ra n te m ás de dos añ o s en condiciones tem pladas y m enos au n en
loda una serie de p o d red u m b res Secundarias cau sad as p o r bacterias pcctinoli- condiciones tropicales) y p o r las sem illas infectadas en el proceso de extracción
ticas. d e granos p o r tritu ració n de frutos enteros p o rtad o res de lesiones. Las sem illas
242 Enfermedades de fas hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 243

pueden ser desinfectadas por term oterapia o rem ojo en bicloruro de mercurio Unidos. Las cepas que hasta el m om ento se han detectado en E uropa son del
cn una proporción de 1 g/l¡tro d urante 5 minutos, seguida de un cuidadoso tipo más com ún y se com portan de form a especialmente virulenta frente al
aclarado. pepino y al melón.
En vegetación, el uso de pulverizaciones a base de cobre es muy restringido, El mildiu ataca casi exclusivamente a las hojas (sm em bargo, en Italia se
dada la fitotoxicidad de este metal frente a las cucurbitáceas. Esta es una de las han descrito ataques a los frutos del pepino). Las manchas se presentan de
pocas enfermedades en las que se ha experim entado con éxito la aplicación de color verde claro o am arillo en el haz de las hojas, y grasicntas, en un principio,
estreptom icina p o r m edio de pulverización. en el envés, donde el Pseudoperonospora fructifica, apareciendo un vello violáceo,
Fn los años setenta se detectaron fuertes ataques de esta enferm edad sobre que puede detectarse si se observa antes de las 9 de la m añana.
el pepino y el m elón en la zona antillana. Su gravedad disminuyó más tarde, En efecto, la diseminación de las esporas, alcanza su máximo grado hacia
probablem ente com o consecuencia: las 8 horas, por lo que m ás larde no quedan m ás que conodióforos secos,
— del uso de semillas de melón producidas en condiciones mediterráneas, visibles únicam ente con la ayuda de una lupa potente.
muy poco favorables a su contam inación; Las m anchas, en el pepino, generalmente son angulares y están delimitadas
— de la elección varietal del pepino. Las variedades aconsejadas en condi­ p o r las nerviaduras. Fn el melón son más redondeadas y de m ayor tam año. Las
ciones tropicales son, generalmente, bastante tolerantes (ejemplo: variedad «Poin manchas a medida que van envejeciendo se secan. C uando en una hoja la
sett», híbrido «Sweet slicc»). superficie afectada es igual que la superficie sana, la hoja muere ahorquillándose
• Xanthomonas campes tris pv. cucurbitae, citada cn los Estados Unidos, hacia lo alto, perm aneciendo unida al tallo. En caso de ataque fuerte, la m or­
Australia y más tarde en Francia, ataca gravem ente a las especies de Cucúrbita talidad de las hojas puede afectar a toda la planta.
(particularm ente en Provenza y en el sudoeste, a los frutos de C. moschata), Las La hojas se vuelven sensibles cuando se despliegan, alcanzando la m itad de
otras cucurbitáceas cultivadas (melón, sandía, pepino) han sido señaladas como su tallo definitivo. Los cotiledones son sensibles desde que se abren, existiendo
sensibles a la enfermedad. una correlación entre su sensibilidad y la de las hojas adultas.
Las m anchas foliares grasicntas y más tarde parduzcas continúan siendo Las tem peraturas cardinales para el mildiu de las cucurbitáceas puede situarse
pequeñas (1 a 2 mm). A m enudo, abundan en los márgenes de las hoja>. en 5-23-30 °C, aunque el óptim o para la esporulación (15 °C) sea inferior al de
Tam bién se pueden detectar lesiones sobre los tallos, Pero donde los daños la fase emisión de zoosporas-penetración.
adquieren una mayor gravedad es sobre las calabazas destinadas a la conservación Esta fase puede ser muy corta en condiciones óptimas: dos horas de humec­
invernal. M anchas oscuras, grasicntas y deprim idas aparecen sobre la superficie tación son suficientes si el aporte de conidias es im portante.
llegando a alcanzar hasta los 2 cm de diám etro, m ostrando, en el centro, una
La influencia de las tem peraturas elevadas para la supervivencia de las
costra am arillenta form ada por el exudado bacteriano. La podredum bre se
conidias depende, en gran medida, de la intensidad lum inosa y de la hum edad
extiende hasta la carne del fruto y puede alcanzar la cavidad que encierra las
del aire: no resisten una jornada m editerránea seca y soleada, m ientras que
semillas (punto de partida de las contam inaciones de las semillas, que explica
sobreviven fácilmente a 32 °C en condiciones tropicales u oceánicas de tiem po
la expansión de la enferm edad a nivel mundial). D icho síntom a progresa len­
tam ente durante la conservación. parcialm ente cubierto y húm edo.
Pseudoperonospora, es propagado por las lluvias, pero cuando disemina
activamente sus conidias, puede tam bién progresar favorecido por el roció, si
Mildiu de las cucurbitáceas éste se prolonga suficientemente por la m añana (a la som bra de un árbol o de
un seto) o si las conidias sobreviven desde la m añana hasta la tarde (condiciones
Fl mildiu de las cucurbitáceas está provocado p o r el Pseudoperonospora propias de la «Cuaresm a» tropical, o del mes de mayo mediterráneo).
cubensis (el género Pseudoperonospora se distingue de los Peronospora por la F.I riego por aspersión favorece la epidemia, sobre todo cuando se realiza
germ inación de las conidias com o consecuencia de la emisión de zoosporas y p o r la m añana y la hum ectación de las hojas se prolonga hasta las 10 o las 11
no de un filamento). horas, pues entonces éstas son contam inadas por las conidias producidas en
En todos los países en que ha sido detectado, ataca al pepino y al melón. condiciones frescas.
Su virulencia varía frente al resto de cucurbitáceas cultivadas. Las cepas japonesas La perpetuación de Pseudoperonospora de un año para o tro , tan habitual en
causan no pocos estragos en Benincasa cerífera, especie que, sin em bargo, se condiciones tropicales húmedas (gracias al rocío y a la hum edad saturada que
muestra resistente al mildiu en las Antillas. En Japón d d mismo m odo, podemos tienen lugar durante las largas noches de la estación seca), es bastante misteriosa
encontrar cepas que atacan a las Cucurbita, y que en el resto de los países e n condiciones tem pladas. Las oosporas sólo han podido ser detectadas en el
apenas tienen incidencia alguna. La sandía únicamente se ve afectada en Estados c o n tin e n te asiático y la URSS. Los huéspedes espontáneos que los m anuales
244 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 245

señalan son de n atu raleza tropical (Cucumis africains. Momordica, Me/othria, m ancozeb si se desea p ro lo n g ar la cosecha m ás de una decena de días sobre
Lagenaria. Luffa...) y n o incluyen a Bryonia dioica ni a Ecballium claterium. «G em ini 7».
En el sur de los E stad o s U nidos, los «años d e m ildiu» suelen ser aquellos en E n los catálogos com ienzan a aparecer híbridos F, de pepinos de invernadero
los que un m es de ab ril lluvioso ( > 50 m m ) sucede a u n invierno p o co frió. que se m uestran tolerantes al mildiu (ejemplo: «C arm en», consúltese el a p artad o
Las dos posibilidades que co ntribuyen a la ap arición de Pseudoperonospora p o sterio r d ed ica d o al oidio).
en condiciones m editerráneas nórdicas o tem pladas son:
P o r lo que respecta al melón, podem os decir que fue en Tejas donde en los
— la coexistencia, en una m ism a región, d e cultivos de invernadero y
a ñ o s cu aren ta se realizaron los prim eros estudios a p artir de genitores del
cultivos al aire libre;
« C en tro de D iversificación Secundaria» antillano, de entre los cuales el m ás
— que el inóculo esté tra n sp o rta d o p o r el viento h úm edo del su r a p artir
resistente era «S m ith’s pcrfect». A p a rtir de entrecruzam ientos en los que inter­
de regiones de invierno suave.
venían «S m ith's pcrfect» y la población «PI 124112» se o b tu v o «G eorgia 47»,
• Lucha con fungicidas qu e particip ó en la genealogía de «E disto 47», variedad com ercial de C an talu p o
reticulado «tolerante al m ildiu», q u e alcanzó un gran éxito en el m u n d o entero.
Es m uy difícil con p ro d u cto s no sistém icos o tran slam in ares en los cultivos
En este tipo de resistencia interviene to d a una serie de genes m ayores, ju n to con
no dispuestos en esp ald era, d a d a la dificultad p ara alca n zar el envés de las
to d a una am alg am a d e genes m odificadores. P or este m otivo «E disto 47». p o r
hojas. Por ta n to , la pulverización neum ática es la m ás recom endable. T radicio-
ejem plo, no alcanza el nivel de resistencia de su p recursor «G eorgia» (ver
nalm entc se viene aco n sejan d o el uso de m an eb , m ancozeb o clortalonil.
cu ad ro 10).
I-a aparición de antim ildius sistém icos o tran slam in ares h a facilitado la
lucha contra el Pseudoperonospora. Hasta hace poco, para controlar la enfermedad
era suficiente aplicar tratam ien to s de m etalaxil, espaciados 15 días. Sin em bargo, C U A D R O 10
no h an tard ad o en ap arecer cepas resistentes al m etalaxil alred ed o r de la cuenca tsponilaeión de Pseudoperonospora cubensi\ sobre los cotiledones de 14 variedades de melón
m editerránea (G recia, Israel). L os fitop ató lo g o s n o se han puesto de acu erd o en Variedades Millares de conidias Noel 1 %
lo q u e respecta al cará c te r «cruzado» de esta resistencia. En G recia se considera
V cdrantais 179 A
que las cepas resistentes al metalaxil son sensibles al cim oxanilo y al fosetil-Al, D oublon AB
136
asi com o a los etilen-bis-ditiocarbam atos: m ientras que en Israel se consideran 72063 97 BC
resistentes a todos los productos antim ildius m ás recientes, ¡incluso al mancozeb! M argot 90 CDE
Pcrlita 70 DE
• Resistencia varietal F disto 47 8.6 DF
VA 435 7.3 Db
H a sido investigada a lo largo de n u m erosos añ o s en el m elón y el pepino, PI 182950 3.2 F
tan to en P uerto R ico y en el su r de los E stad o s U nidos co m o en J a p ó n , con P I 414723 2.3 b
cam bios de genitores en tre estos dos países. P I 164323 1.0 F
G eorgia 47 0.8 b
En el pepino, algunos genitores m ayoritariam ente de origen o riental han
Sntith*s perfect 0.6 F
p erm itido a los scleccionadores am ericanos p ro p o n e r variedades de «pepinos MR I 0.0 b
espinosos» (variedades p ara los cultivos al aire libre) y de pepinillos resistentes
al m ildiu desde los. a ñ o s cuaren ta. U na de ellas, «P alm etto». vio su cu m b ir su
resistencia an te la a p arició n , en 1950. de un a nueva raza de m ildiu en C arolina
del N orte. P o r c o n tra , la resistencia d e «Poinsett», de m uy alto nivel, h a perm a­ V olviendo a las fuentes, T h o m a s y co laboradores, en E stados U nidos, han
necido estable en el m u n d o en tero (A m érica. Israel, A frica tropical). Esta segregado en líneas PI 124111 y han obtenido el g enitor «M R I », que constituye
resistencia parece e sta r ligada a un gen recesivo. O tro s genitores poseen una el m ás a lto nivel de resistencia al m ildiu que se conoce, con una herencia
resistencia de herencia m ucho m ás com pleja trirrecesiva o d e herencia interm e­ b astan te sencilla: d o s genes com plem entarios sem idom inantcs Pe 1 y Pe 2, uno
diaria. de los cuales lim ita la extensión de las lesiones y el o tro la esporulación. La
Los híbridos am ericano s de tip o «pepino espinoso» (ejem plo: «G em ini 7», p ráctica in m unidad d e este genitor está siendo verificada en F rancia, d o n d e la
«Swcct Slice») o «pepinillo» (ejemplo: «Pixie») en la actualidad son considerados in corporación de su resistencia a un tip o «charentais» se está practican d o en el
«resistentes» o «tolerantes» al mildiu. IN R A -M ontfavet.
Sin em bargo, su resistencia no siem pre es U in elevada com o la del «Poinsett». En la sandía, d o s introducciones, PI 179660 y PI 179875. se han m o strad o
En condiciones an tillan as es necesario ap licar un tratam ien to sem anal con altam en te resistentes en los E stados U nidos.
Enfermedades de las cucurbitáceas 247
246 Enfermedades de las hortalizas

colonias es m u ch o m enos n ítida, y su superficie tam bién puede ser rccubierta en


O id io s d e las c u c u rb itá c e a s (la «b lanq u eta»)
su to ta lid ad (ftg. 59).
E n condiciones m editerrán eas el pep in o puede ser atac ad o p o r Leveilluh T allo s, peciolos y zarcillos tam bién pueden ser afectados. 1 n el m elón s e
táurica, que p rovoca la aparició n de u n as m an ch as am arillas en el haz de las p ueden d etectar ataq u es sobre frutos jóvenes que dejan una cicatriz acorchada
hojas, que se corresp o n d en con un discreto enfu rtid o de tipo Oidiopsis en el so b re un m elón deform e. ............ .
envés. T a n to en E u ro p a del N orte com o en el M ediodía francés coexisten am b as
Pero, p o r lo g en eral, en el pepino, el m elón, el calabacín y, rara vez, en la especies. P or lo general .S'. fuliginea se detecta, so b re to d o , en cultivos bajo
sandia, aparece un m icelio epilito qu e fructifica ab u n d an tem en te en cadenas de ab rig o (atm ósfera más h ú m ed a) y F.. cichoracearum en cultivos al aire libre,
conidias. E sta form a conídica «Oidium erysiphoides» puede p erten ecer a dos pero existen num erosas excepciones...
fo rm as perfectas diferentes: Erysiphe cichoracearum y Sphaerotheca fdiginea.
cada una de las cuales evoluciona independientem ente según las condiciones
clim áticas o m icroclim átieas y se halla co m puesta de cepas cuya especial i/ación
p arasitaria es variable.
El conocim iento de la distribución de estas dos especies, y d e sus cepas, ha
c o ntribuido recientem ente en F ran cia a efectu ar grandes progresos, gracias a
los investigaciones de la estación de patología vegetal del IN R A -M ontfavct (y
particularm ente de F. B lr tr a n d ) que:
— han recuperado los m étodos d e exam en de las conidias que perm iten
diferenciar las dos especies b ajo su estado im perfecto;
— han puesto a p u n to algunos m étodos de «confinam iento» de aislados de
oidios, en prim er lugar sobre p lantas en teras en los co m p artim en to s tic un
« oidiotron» (subdividido en com partim entos d o n d e las p lantas huéspedes crecen
sobre un su strato desinfectado y son abastecidas de aire filtrado), después in
vitro: hojas enteras desinfectadas que sobreviven en un ta rro , o cotiledones
asépticos que sobreviven en ag ar nutritiv o , en placas Pétri.
El cu ad ro 11 resum e las características m icológieas y las condiciones de
desarrollo de am b as especies.

C U A D R O 11
Principales características de las dos especies de oidios que pueden desarrollarse sobro cucurbitáceas

Eryaphe cichoracearum Sphaerotheca fuli^inea


Características m orfológicas C onidias cilindnco-ovoides Conidias ovoides
tic las conidias
Tubo germ inativo en posición T ubo germ inativo en posición
Figura 59.— Oidio sobre hoja de melón.
terminal, oon un appmsoriutrt laleral, sin appressoriunt
en form a de m azo
G ra n o s de nhrosina ausentes G ra n o s de fibrosina presentes • E specialización parasitaria
revelados p o r observación en
potasa a 3 %
Se ha puesto de m anifiesto para las dos especies, tan to a nivel específico
c o m o a nivel varietal en el caso del m elón. E n este a p a rta d o d arem os cuenta c e
Condiciones óptim as de 15 a 26 °C. hu m ed ad relativa 15 a 21 °C , hum edad relativa
desarrollo elevada n o necesaria elevada
las conclusiones o b ten id as en el IN R A -M ontíavet p ara las cepas aisladas en
F ran cia (inoculaciones sobre cotiledones).
El pepino (variedad sensible «M arketer») es a tac ad o p o r to d as las cepas de
A sim ple vista, los sínto m as n o perm iten distinguir las d o s especies: las estas d o s especies.
colonias de oidios, inicialm ente sep arad as las u n as de las o tra s en el h az de las C o n trariam en te existen cepas que no atac an ni al m elón ni al calabacín.
hojas, pueden a c ab ar p o r recubrir la hoja entera. En el envés, la distinción entre U n a sola cepa de las 57 exam inadas se m anifestó virulenta sobre la sandia.
248 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 249

Entre las cepas estudiadas, podem os delim itar los «perfiles patógenos si­ A ctualm ente se recurre a un gran núm ero de fungicidas para com batir los
guientes» (Ce — pepino, Me — melón. Cg = calabacín, Pa - sandía). oídios de las cucurbitáceas. La elección del producto resulta complicada por las
posibilidades de aparición de cepas resistentes. Estas se manifestaron rápidamente
Erysiphe cichoraceanmv Ce a partir de los años sesenta frente al benomilo y a los productos semejantes a
Cc-Me éste, asi com o frente al «dimetirimol», producto sistémico que se aplican a las
Cc-Cg raíces. Tam bién comienzan a aparecer cepas resistentes, pero no en tan elevada
Cc-Cg-Pa medida ( I a 10 en lugar de la proporción 1 a 500 para el benomilo), a los
Sphaeroteca Juliginea: Ce fungicidas de tipo «inhibidor de la síntesis de esteróles» (bupirim ato, triadimefón,
Cc-Me-Cg fenarím ol), de entre los cuales el bitertanol resulta el más estable. Por contra,
(Más tarde detallarem os la espccializacíón frente a las variedades del melón.) el dinocap y el quinom etionato (no sistémicos) son considerados como «valores
En las regiones donde abunda el cultivo de pepinos de invernadero. \ seguros'-. No obstante, hay que tener precaución con la fitotoxicidad del primero
escasea el cultivo de melones y calabacines (tanto bajo invernadero com o al aire a más de 35 °C y con la del segundo respecto a los frutos jóvenes. 1.a «resistencia»
libre), predom inan los tipos «Ce» de las dos especies. Por contra, en Proven/a. no ha alcanzado, por el mom ento, de entre los sistémicos. al imazalil, al pirazofos
son frecuentes los tipos polífagos. No obstante, al final de vegetación, el calabacín y a la triforina.
puede alojar un débil desarrollo de cepas catalogadas com o «Ce» sobre los
cotiledones. • Resistencia varietal
En el pepino, la selección para la resistencia al oídio comenzó a ser practicada
• Aptitud para la producción de peritecas en los años cuarenta a partir de un mismo poo/óc genitores que para el mildiu.
Las peritecas de Erysiphe o de Sphaerotheca aparecen en ocasiones en la El estudio más profundo sobre la resistencia del pepino al oídio lúe realizado
naturaleza, por lo general a final de estación, pero siempre de form a irregular por S h a n m u g a s u n i >ij r a m en 1971. Un gen recesivo s condiciona una resistencia
e imprevisible. parcial que se expresa mejor en los tallos que en las hojas. Un gen dom inante
lo d a una serie de confrontaciones realizadas entre cepas en el 1NRA- K condiciona un a resistencia total tan sólo cuando es acom pañado de ss y de
M ontfavet sobre cotiledones de pepino in vitro, han perm itido la obtención de la form a recesiva ii de un «inhibidor de resistencia» I. «RRiiss» y «Rriiss». son.
peritecas de form a regular, para ciertas combinaciones de cepas, en el limite de por tanto, altam ente resistentes, «rriiss» parcialm ente resistente y el resto de
las dos colonias. En cada especie, a su vez, se han definido «testadores» > combinaciones sensibles.
que perm iten caracterizar dos grupos de heterotalism o. Sin em bargo, un deter C ualquiera de los genes recesivos que intervenga en la resistencia al oídio
m inado núm ero de cepas de cada especie permanecen «neutras» y no reaccionan condicionará tam bién la resistencia al mildiu.
ante ninguno de am bos testadores. No es extraño que las variedades clásicas de pepinos espinosos o de pepinillos
am ericanos («Ashley», «Cherokee». «Poinsett»). así com o los híbridos más
• Posibilidades de lucha física o química recientes («Gemini 7», «Sweet Slice»', «Pixic») combinen diversos grados de
resistencia al oídio y al mildiu. Para los pepinos de invernadero, comienzan a
Los oídios de las cucurbitáceas experimentan un retroceso a tem peraturas aparecer los primeros híbridos resistentes, que tam bién son tolerantes al mildiu
superiores a los 35 °C. Se puede utilizar esta sensibilidad a las tem peraturas (com o «Carmen», al que ya habíam os hecho referencia).
elevadas para elim inar el oídio de los invernaderos donde se cultivan melones: Sin em bargo, en días cortos y poco lum inosos muestran una tendencia
las plantas de melón soportan muy bien las tem peraturas del orden de 37-38 °C necrótica ligada a esta doble resistencia.
durante algunas horas del día (pero ello favorece la proliferación de tetraniqui- P or el m om ento, todavía no han aparecido de forma clara «razas» netas de
dos).
uno u o tro oídio frente al pepino.
La lucha fungicida se basa desde hace bastante tiem po en la utilización del N o obstante, en algunas ocasiones se han citado en Francia desarrollos de
azufre. Los espolvorees con azufre sublim ado, alcanzan la superficie inferior de oídio soba* variedades resistentes.
las hojas y la superficie del suelo, resultando éste un m étodo perfectamente En el melón, la situación es m ucho más com plicada, pues desde 1938 han
válido para los m elones cultivados al aire libre. No obstante, se corre el riesgo aparecido nuevas cepas tras la difusión de la línea de m elór «resistente» PMR
de que el azufre se manifieste fitotóxico a tem peraturas del orden de 35 °C . 45 en California.
Al tratar de agrupar los datos procedentes de las investigaciones francesas
l a inquietud de prnlcr utilizar el azufre mii que se corra peligro de fitotoxicidad, condujo en y americanas, llegaremos a las conclusiones que aporta el cuadro 11. adm itiendo
los oAov treinta .1 seleccionar en los listados Unidos lincas de melones - sulphur résistant». l a
resistencia al u/ufre de los «Cantulupos charentais», sin embargo, tam poco es muy mala. que las razas «americanas» corresponden a Sphaerotheca fuliginea.
Enfermedades de las cucurbitáceas 251
2 50 Enfermedades de /á v hortaliza <¡

Se puede afirm a r (au n q u e d e form a provisional) que W R 29 constituye en


F rancia un huésped diferencial p ara Sphaerothcca/Erysiphe. R ecíprocam ente
los m elones de tip o « C an ari» . no presentes en el cu ad ro , son resistentes a
Erysiphe y sensibles a Sphóerotheca.
En E u ro p a, p o r el m om en to , an te la ausencia de una «raza 3». la resistencia
d e tipo «PM R 5» ligada a dos genes Pm 1 y Pm 2. es válida p ara to d o s los tipos
de oídio. Sin em b arg o , no suele ser utilizable en estad o hom ocigótico. pues en
este caso m uestra u n a sensibilidad al «crown blighi» (reacción necrótica precoz
a la senescencia y a to d o fac to r de «stress»). P or c o n tra, la sensibilidad al
«crown blight» puede ser utilizada en h íb rido F,, siendo recesiva en este caso.

a JA D R O 12
R u/us «melón de oidi» de las cucurbitáceas

tspccics y razas Variedades diícrcnciaU*t


de ciidios MR 1 1*1 414723 PMR 45 PMR 5 WMR 29 lülíxln 4’

S. fullginea
raza l R R R R R R
raza 2 U.S. — S S R S
raza 2 F R R S R R R Figura 60.—M anchas gom osas y aceitosas cn el melón.
raza 3 U.S. — S S — R A: Cladosporiosis.
B: Antracnosis.
¿1 í u horat vanan F. R R S R S s

Podem os distinguir:
En los catálogos eu ro p eo s se dispone ya d e num erosos híbridos de melón • L a antracnosis de las cucurbitáceas (o «picotte» en el sudoeste de Francia),
resistentes al o idio, d e fru to s, p o r lo general, ligeram ente retículados (com o provocada p o r Colletotrichum lagenarium.
consecuencia de la herencia am ericana). A lgunos de ellos sólo contienen Pm 1 Este p arásito a ta c a , adem ás, a las hojas (m anchas aceitosas y m ás tarde
(ejem plo: «Ido». «R om eo»), o tro s Pm 1 y Pm 2 (ejem plo: «Presto»). Fl buen necróticas. que com ienzan en las nervaduras) y a los tallos (lie. 60 B).
com portam iento de «M R 1» frente al oídio incita, sin du d a, a los seleccionadores Las lesiones sobre tallos y fru to s se recubren de fructificaciones rosáccas del
a conservar en sus cruces las dos resistencias de este g en ito r (al qu e se atribuyen
h o n g o (los acérvulos).
los genes Pm 3 y Pm 6). Este h o n g o (favorecido p o r las condiciones lluviosas), que a n ta n o era con
E n el calabacín, la resistencia al o id io h a sid o tran sm itid a a p a rtir d e dos siderado m uy grave p a ra to d as las especies de cucurbitáceas, prácticam ente ha
especies silvestres próxim as, C. hmdclliana y C okeechobeensis (sin.: C. martinesii). desaparecido en F rancia. Es necesario ex p lo rar a lo n d o las explotaciones fam i­
Los genitores de resistencia IN R A -M ontfavet se han rem itido a la selección liares de la región d e La V endée para encontrarlo. M uy sensible ta n to a los
privada, que. sin d u d a , p ro p o n d rá híbrid o s resistentes a lo largo de la década d itio carb am ato s co m o a los fungicidas m odernos, ha sido elim inado gracias a
de los noventa. la can tid ad de fungicidas aplicados a los cultivos de cucurbitáceas.
• La cladosporiosis de las cucurbitáceas, está p rovocada por Cladosporium
cucumerinum. Esta enferm edad ya n o afecta a los cultivos de pepino, al m enos
M an chas g o m o s a s y a c e ito s a s de las c uc u rb itá c e a s en E uropa, gracias a la incorporación, a p artir de los años trein ta, del gen Ccu
a to d a s las variedades de cultivo en invernadero. Este gen no ha fallado jam as.
Bajo este n om bre se ag ru p an las enferm edades que o riginan en los frutos
La cladosporiosis, p o r co n tra, puede p rovocar graves d a ñ o s sobre m elones
m anchas red o n d ead as v pro fu n d as, recubiertas de fructificaciones fúngicas
y calabacines. Las m anchas foliares en un prim er m om ento son vitreas, después
(fig. 60).
252 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 253

nccróticas, de varios milímetros de diám etro y reborde amarillo. La esporulación O tras enferm edades foliares
sobre las hojas es m uy débil (fig. 60 A).
Por contra, en los chancros de los tallos y en las lesiones profundas y ovales, Las principales se deben a A/ternaria y Ulocladium (géneros muy próximos),
de l a 1,5 cm de diám etro, de los frutos se advierte la fructificación del honso Cercospora y Corynespora.
bajo el aspecto de un aterciopelado gris. Fn com paración con las manchas de
antracnosis, que no cicatrizan, las tic cladosporiosis originan sobre los frutos de • Alternaría y Ulocladium
melón la form ación de un corcho cicatrizal que aisla los tejidos enferm os, que D os hongos del tipo Alternaría pueden atacar a las hojas de las cucurbitáceas:
tienden a exfoliarse.
un Alternaría de la categoria «noncatenaiae». de grandes esporas solitarias
El melón, en estos casos, continúa siendo comestible, pero es depreciado
provistas de una prolongación filiforme, A. cucumerína (sin.: A. nigresccns). que
comercial mente.
induce la aparición de m anchas necróticas de m argen am arillo, y Ulocladium
Por contra, los frutos de calabacín no cicatrizan, sino que en el margen de
atrum, detectado sobre pepino de invernadero (en la edición precedente de esta
sus lesiones se producen exudaciones de pequeñas gotas de gom a de color claro
obra se otorgaba erróneam ente a A. cucumerína la descripción del Ulocladium...).
y posteriorm ente una podredum bre.
E n los catálogos am ericanos se hace mención a diversas variedades de
Al igual que Fulvia fu/va (cladosporiosis del tom ate), C. cucumerinum es
pepino resistentes a la Alternaría.
capaz tic infectar los tejidos de sus huéspedes cuando se ve favorecido por una
atm ósfera saturada de hum edad (un período nocturno de seis horas, o dos o
• Cercospora citrullina
tres períodos de tres horas a lo largo de noches sucesivas). La tem peratura
óptim a para la germ inación y penetración de las conidias está próxim a a los Es la principal enferm edad foliar de la sandía en condiciones cálidas y
17 °C (o noches a 15 °C y días a 25 °C). Las tem peraturas inferiores a 20 °C son húm edas (climas subtropicales y tropicales). Fn las hojas se aprecian manchas
las m ás favorables para la propagación de la enfermedad, pues las lesiones se circulares de contorno necròtico de 5 mm de diám etro, y en los tallos lesiones
extienden sin cicatrizar. necróticas alargadas. En Estados Unidos y en la India también se han maniJestado
1.a cladosporiosis puede tam bién causar estragos en los invernaderos insu­ ataques sobre el melón.
ficientemente caldeados, favorecida por la hum edad nocturna, asi com o en los
cultivos de calabacines precoces al aire libre, y de melones en climas oceánicos • Corynespora cassiicola
en los que el paso de las precipitaciones viene acom pañado de un descenso de C onocido antiguam ente com o Corynespora (o en ocasiones Cercospora)
la tem peratura media p o r debajo de 20 °C. melonis. este hongo puede desarrollarse sobre pepinos de invernadero, en con­
C uando las condiciones favorables a la enferm edad han afectado ya a un diciones de elevada hum edad, a tem peraturas del orden de 25-30 °C (superiores
cultivo y se corre el riesgo de que se reproduzcan, se deben aplicar tratam ientos a las que favorecen a Cladosporium). Se trata tam bién de un parásito adaptado
preventivos contra la cladosporiosis a través de productos, que pueden elegirse a las condiciones del período de lluvias tropical o subtropical.
de entre un extenso surtido de fungicidas no sistémicos de am plio espectro Los actuales pepinos de invernadero están provistos de un gen Cea (aislado
(m aneb-m ancozcb, clortalonil, diclofluonida), eventualmente mezclados con a p artir de un «Butchcr’s resister» en 1903, en Inglaterra), que asegura una
un producto de la fam ilia del benomilo (frente a los cuales no ha sido citada resistencia total y estable. No ocurre lo mismo con m uchos pepinos espinosos
resistencia alguna), o fungicidas m ás recientes: fenarim ol, triforina. norteam ericanos, tam bién multirresistentes. En Puerto Rico y Florida se han
Las graves epidem ias de cladosporiosis que tuvieron lugar en 1987 en el manifestado graves ataques, por ejemplo, sobre «Ashley».
sudoeste de Francia, incitaron al IN R A-M ontfavet a iniciar una investigación En la actualidad, en Estados U nidos se utili/a el pepino «Royal Sluis 72502»
para hallar genitores de resistencia a esta enferm edad en el melón: tri por
com o genitor de resistencia.
inoculación en el estado «2 cotiledones» sobre más de 200 genotipos, estudios
de correlación de resistencias entre diversos órganos (cotiledones - «apex» de
plantas jóvenes - frutos en proceso de crecimiento). Podredum bres de frutos
Entre las variedades menos atacadas, se encuentran genitores ya utilizados
por su resistencia con respecto a otras enferm edades (ejemplo: P1 414723). asi C on anterioridad hemos hecho mención a las podredum bres de frutos
como variedades comerciales de grandes frutos (ejemplo: «Hale’s best Jum bo». provocados por hongos del suelo (Phytophthora. Rhizoctonia. Sclerotium rolfsii,
y, en m enor m edida, «Perlita»). Sderotinia sclerotiorum), por la Dydimella , Colletotrichum o Cladosporium.
La débil sensibilidad a la cladosporiosis será, pues, un objetivo de sobra En condiciones tropicales, Choanephora cucurbilacearum suele atacar los
p ara la selección. frutos a partir de las corolas m architas, sobre todo de los calabacines, sobre los
254 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 255

que esta m o hosidad constituye un im p o rtan te facto r lim itante en condiciones p e p in o (C M V ) en clim as tem plados y norm editerráneos: del m osaico de la
lluviosas (fig. 61). sa n d ía cepa 2 (W M V 2) en la orilla m eridional del M editerráneo y en el sur de
En el sur de las Estados Unidos, Physalospora rhodina (sin.: Dip/odia natalcnsis. los E stad o s U nidos, y del m osaico de la sandía cepa 1 (W M V 1) en condiciones
cuya form a co n íd ica es próxim a a la d e Botryodiphdia theobromae) provoca, tropicales o subtropicales (A ntillas. Florida).
p o r co n tra, p o d red u m b res que se desarro llan a p artir del pedúnculo \ que E n la actu a lid ad , la situación es m ucho m ás com pleja: d a d o el perfecciona­
persisten en conservación (ó p tim o 30 °C). m iento de los m éto d o s virológicos. parece ser que aquella enferm edad que en
Se han experim entado a taq u e s sobre m elones, san d ías y calabazas. los a ñ o s sesenta d en o m in áb am o s en Provenza «m osaico del pepino» suele ser
Es aconsejable p ractic ar cortes m uy n eto s del pedúnculo y u n tarlo s co n una un co m plejo C M V I W M V 2, y que el W M V 1 tam bién se puede detectar en
p asta fungicida. algunas ocasiones en el M ediodía francés. A dem ás el ZY M V {Zucchini yellow
mosaic virus o virus del m osaico am arillo del calabacín) se ha convertido en un
tem ible com plem ento d e los tres virus anteriores.
E n el cap ítu lo 1. co m p a ráb am o s las características epidem iológicas del m o­
saico del pepino y de los potyvirus (W M V I y 2, Z Y M V ) y en el capítulo II,
indicábam os los pocos m étodos de lucha de que se disponen.

Hgura 61. P o d red u m b re provocada p o r Choiiiuphora cucurbitaceanim en un calabacín


com enzando p o r la corola.
• S in to m ato lo g ia y g a m a s d e h u é s p e d e s (fig. 62)
F.l mosaico del pepino (C M V ) atac a gravem ente a las variedades clásicas del
P or lo general, ta n to en Israel co m o en los E stados U nidos, los melones de pepino, m elón y calabacín, provocando un mosaico, en principio no deform ante 1
larga conservación, las calabazas de invierno y las sandias, frecuentem ente se
expiden después de haberles aplicado externam ente un a capa de cera enriquecida
con fungicidas.
E n F ran cia, a m en u d o , el m elón padece ataques d e Fusarium (generalm ente
acom p añ ad o de Trichothecium roseum) en la cicatriz estilar. Se tra ta , general­
m ente. de F. roseum var. gibbosum o arthrosporíoides (consideradas com únm ente
poco patógenos).
A lgunos p ro d u cto res de in vernadero m uy cuidadosos, antiguam ente em ba­
d u rn ab an la extrem idad del fru to co n una pincelada de un espeso cald o fungi­
cida.
E sta práctica resulta en la actu alid ad irreconciliable con el objetivo de evitar
residuos pesticidas. Las variedades que presen tan la cicatriz estilar pequeña y
bien cerrad a parecen ¿>cr m ucho m enos atacadas.

IV. Virus de las cucurbitáceas


La lista es m u y extensa... A con tin u ació n tratarem o s de clasificarlos según
su m odo de tran sm isió n , d a d o que ésta condiciona las m edidas profilácticas.

M o s a ic o del pep in o y p o ty viru s


Hace unos 20 añ o s, la distribución geográfica de los virus de las cucurbitáceas Uguru 62.—Síntom as de virus en melón: ataque de tip o »C M V - (los síntom as de los «WMV«*
transm itidos p o r pulgones ' era b asta n te neta: pred o m in io del m osaico del son m uy similares a los del • vein bandín«*. los del ZY M V son m uy am arillos y muy
deform antes).
O bservación práctica: au n q u e estos virus lleven el nom bre de "Cucurbiia**, ••W atcrmelon" »
m osaico "Z u cch in i-, n o *on específicos del pepino, sandm o calabacín, pero, eso si. atacan m a y - ' U na laciii3 ción de las hojas y deform aciones im portantes d e los frutos, en presencia de C M V .
ritariam ente a las cucurbitáceas cultivadas (la san d ía, sin em bargo, es m uy poco sensible al CMV). Hacen suponer una sobreinfccción de W M V 2.
256 Enfermedades de fas hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 257

sobre las hojas y los frutos. A lgunos «síntom as de choque» pueden m anifestarse Z Y M V que p ro v o can en lugar del sín to m a del m osaico am arillo, enanizantc,
sobre las hojas ya desplegadas en el m o m en to d e la infección: en el caso del u n a rápida m architez d e carácter necrótico.
calabacín se ap recia el en rollam iento de una o d o s hojas con interrupción del La im plantación de este virus, al parecer definitiva, cn los países del norte
proceso de crecim iento; cn el c«iso del m elón se detecta un a necrosis rojiza d el M editerráneo su p o ne la existencia de huéspedes espontáneos, entre los
conocida entre los cultivadores co m o «fras rouge». cuales parece ser que se en cuentran los ranúnculos y las ortigas. N o o b stan te,
En el pepino cultivado en invernadero con ilum inación insuficiente y noches estos huéspedes son m ucho m enos com unes que los del CM V , siendo el desarrollo
frescas, puede apreciarse una m architez de las hojas qu e encubre los síntom as epidém ico del ZYM V m ás tard ío , pero en ocasiones m ás fulm inante.
propios del m osaico, que n o han ten id o tiem po d e m anifestarse. 1.a presencia Sobre las cucurbitáceas tam bién suelen m anifestarse algunos otros potyvirus:
de Phomopsis sclerotioides agrava este síntom a. F.l m oteado am arillo del calabacín (7.ucchini yeilowJleck, Z Y F V ) ha sido citado
Fl C M V , a ta c a , a su vez, a o tra s fam ilias de h o rtalizas y pu ed e p erp en u arse en el su r de Italia y C reta. Las plantas afectadas tienen un crecimiento restringido
sobre num erosos huéspedes espontáneos (véase cap. 1). y sus hojas están ligeram ente m o teadas de m anchas am arillas que pueden
El mosaico de la sandía cepa 2 (W M V 2) posee u n a gam a d e huéspedes más convertirse en necróticas. O bservado en calabacín, este virus ataca experim en-
lim itada: cucurbitáceas, algunas legum inosas, espinaca, m ilam ores, y , en tre las talm ente a otras cucurbitáceas. Los Edxülium son considerados com o «portadores
plantas silvestres, senecio, capsella, m alva. N o es ex trañ o , p o r ta n to , que pueda sanos» en los países d o n de se m anifiesta.
perpetuarse en condiciones m editerráneas y superponerse al m osaico del pepino, En Italia, al igual que en E stados U nidos, se han aislado, en com binación
con una epidem ia un poco m ás tardía. co n el C M V de calabazas y calabacines, potyvirus que pertenecen al com plejo
El C M V , p o r sí solo, y sobre to d o c u an d o se m anifiesta en c o n ju n to con c! d e cepas del m osaico am arillo de la judia .
W M V 2, p ro v o ca un m osaico d efo rm an te sobre las hojas y los frutos del N ingún potyvirus de las cucurbitáceas es tran sm itid o a través de las semillas
melón. S obre los calabacines de fru to s de color verde o scuro o gris los síntom as en p roporciones considerables, ni incluso en el caso de las sem illas de ta m a ñ o
de W M V 2 son m uy benignos. Este virus es el q u e p redom ina sobre las cu cu r­ reducido que p roducen los frutos del m elón infectados de ZYM V.
bitáceas en C alifornia y al n o rte de F lo rid a , a u n q u e tam bién se h a extendido
p o r el m om ento a l no rte de E uropa y al C aribe. • R e sisten cia varietal
Fl mosaico de la sandía cepa 1 (W M V 1) recientem ente h a p asad o a deno­ Fn el melón existen tres posibilidades de a te n u a r, p o r m edio de la resistencia
m inarse «PR SV cepa W », d ad as sus afinidades con un virus característico de la varietal, el im pacto d e los virus transm itidos p o r pulgones.
papaya (papaya ring-spot o virus de los anillos de la papaya). E sta nueva 1.° U na resistencia a la proliferación del vector principal Aphis gossypii.
denom inación nos parece bastante d esafo rtu n ad a, pues el ex-W M V l no ataca aco m p a ñ ad a p o r u n a ineficacia general de la transm isión po r este vecto r (tan to
nada a la p a p ay a y ni sus sín to m as, ni su condición de potyvirus m erecen el C M V com o los potyvirus). E sta propied ad está ligada a un gen de resistencia
apelativo «ring-spot». Val presente en nu m erosos centros de origen de m elones (E xtrem o O riente,
E strictam ente adh erid o a las cucurbitáceas, se perpetua en las zonas su b tro ­ E spaña). Este gen está actualm ente disponible en la línea de tipo Cantalupo
picales y tropicales gracias a la superposición de cultivos, así co m o a plantas chareniais «M argot» (obtención IN R A -M ontfavet).
silvestres pertenecientes a esta fam ilia (Momordica. Melothria). Se desconoce la En condiciones severas de contam inación prim aria producida p o r pulgones
cepa que causa los ataques d etectados esporádicam ente en los cam pos de alados (llanuras del sudeste de Francia), la elim inación de las transm isiones po r
hortalizas de la C o sta Azul y de las Bocas del R ó d a n o (¿su p erpetuación sobre Aphis gossypii sólo consigue retrasar las contam inaciones unos cinco días, lo
las cucurbitáceas de invernadero y los jard in es botánicos se debe a vectores que dem uestra la im p ortancia de la participación de o tro s pulgones en la
meridionales?). epidemia. En 1988 aparecieron colonias de Aphys gossypii capaces de desarrollarse
sobre las p lantas Vat y de resistir al pirim icarb. Las plantas, sin em bargo, son
Los síntom as en el m elón son an álo g o s a los q u e provoca el W M V 2. y en
poco deform adas p o r la proliferación de pulgones y la n o transm isibilidad de
el calabacín son m u ch o m ás acusados.
los virus no h a vuelto a ser reconsiderada.
El mosaico am arillo del calabacín o «ZYM V», detectad o en 1973 sobre 2.° 1.a segunda vía es la búsqueda de resistencias específicas frente a un
calabacín en Italia y cn 1979 sobre m elón en el sudoeste francés, constituye hoy d eterm inado tip o d e virus; que en algunos casos ha revelado la existencia de
u n m al endém ico en el sudeste de F ran cia: es el últim o p o tyvirus de la serie, cepas de éstos.
pero no' el m enos grave. Se han descubierto resistencias frente a los C M V en u n determ inado núm ero
Los m osaicos que provoca son a la vez am arillos y d efo rm an tes, p u diendo de m elones de procedencia oriental. El genitor escogido cn el IN R A -M ontfavet
evolucionar, cn el caso del calabacín hasta el lacinado. S obre algunas variedades cs el PI 161375 (p o r o tra p a n e , p o rta d o r del gen Vat). La herencia de la
de m elón (ejem plo: «D oub lo n » . pero n o «V édrantais») existen cepas «F» de resistencia es poligénica, de tendencia recesiva.
2 58 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 259

E n el IN R A -M o n tfav et se h a o b ten id o un g en ito r interm edio «Virgos» zona (p o r ejem plo, frente al C M V y W M V 2 en el IN R A -M ontfavet p o r G .
aislado de cinco retro cru zam ien to s de un tip o «charentais» sobre PI 161375. R i s s ir ).
Este tipo de resistencia es parcialm ente su perad o p o r las cepas d enom inadas En el pepino, el C M V provoca los d añ o s m ás graves: en las zonas en que
«Song» \ que p ro v o can sín to m as relativam ente débiles y de evolución lenta. pred o m in an W M V 1 o W'MV 2 los cultivos de pepino al aire libre se ven m enos
Estas cepas p arace ser que preexistían en la población «term o-resistente» ele afectados qu e los de m elones o calabacines. El ZY M V , inoculablc artificialm ente
C M V del M ediodía francés. En la práctica, las p lan tas p o rtad o ras de este tipo al p epino, sólo se detecta m uy raras veces sobre este huésped en la naturaleza.
de resistencia so n c o n tam in a d as m u ch o m ás tard e y co n sínto m as m ás débiles La resistencia al C M V en el pepino fue estudiada a p artir de los años
q ue las p lantas sensibles. cu aren ta y tu v o c o m o origen las variedades orientales «T o k y o long grecn» y
E n el m elón n o se h a en c o n trad o n inguna resistencia d e a lto nivel frente al «C hínese long».
W M V 2. Sin em b arg .o P1 161375 es, en la práctica, a ta c a d a m uy tard íam en te A u n q u e la n atu raleza de su herencia es m uy co n trovertida (¿m onogénica u
y acusa unos síntom as m ás débiles (a lo q u e, sin d u d a , co n trib u y e alg o m ás que oligogénica?) h a sido in co rporada a la m ayoría de variedades m od ern as de
el gen Val). Las líneas aisladas de PI 161375 b ajo presión d e selección p ara la pepino espinoso de cultivo al aire libre, y de pepinillos.
resistencia al C M V conserv an esta característica. M uchos « C an talu p o s reticu La m ayoría de las variedades e híbridos de pepinos d e invernadero son
lados» am ericanos (ejem plo: «E disto 47») m u estran unos sín to m as bastante sensibles al CM V.
débiles respecto al W M V 2. En el caso del calabacín, n o se conoce ninguna fuente de resistencia en
E n E stados U n id o s se h a hallado u n a resistencia m onogénica d o m inante Cucurbita pepo. P or co n tra, las Cucurbita silvestres presentan num erosas resis­
frente al WMV 1 a p a rtir de introducciones indias (PI 180280 y 180283). tencias.
E sta ha sido tran sm itid a en E stados U nidos a m elones de tipo «C an talu p o La de O okeechobeensis al C M V se ha conseguido introducir en C. pepo (las
reticulado» (ejem plo: «B 66.5» y «W M R 29») y en el IN R A -G u ad alu p c a un líneas resistentes obtenidas po r el IN R A -M ontfavet se han puesto a la disposición
tipo «charentais» (línea «72025») utilizables en híbridos F,. de la selección privada). La cuádruple resistencia de C. ecuadorensis (C M V ,
El gen de resistencia existe b ajo d o s form as alélicas Prv 1 y Prv 2, que W M V 1 y 2. Z Y M V ) es m ucho m ás difícil de in troducir, considerando las
condicionan su buena resistencia a las cepas antillan as del virus. P or co n tra , las dificultades que conllevan los cruces intcrespecíficos y los retrocruzam ientos.
cepas aisladas en F ran cia inducen una necrosis generalizada en las descendencias ü i resistencia de algunos C. moschata a W M V 1 y Z Y M V es m ás fácil de
p o rtad o ras de Pvr 2 (ejem plo: «72025«). in tro d u cir en C. pepo, y m uy interesante, pues el W M V 2, no provoca p o r sí
P o r este m otivo, en el IN R A -M ontfavet se utiliza el g enitor «W M R 29», de solo más qu e síntom as m uy débiles en el calabacín.
m ejor calidad g u sta tiv a que «B 66.5». A m ás co rto plazo, un m edio m ás ráp id o de o b ten er p lantas de calabacín
A nteriorm ente ya hem os señalado la reacción frente al ZYMV de «D oublon», «resistentes» a los a taq u e s de ZYM V reside en la inmunización.
p o r m arc h ite / generalizada ligada a un gen Fn. M ucho m ás interesante resulta Una cepa «ZYMV-wk» o bten ida en la estación de patología vegetal del
un gen Zym , aislado de PI 414723, induce un a resistencia total a las cepas IN R A -M ontfavet posee la doble propied ad de n o p oder ser tran sm itid a por
com unes de Z Y M V , sea cual sea el estado alélico del gen Fn. D isponiendo pulgones, y de p ro v o car en el calabacín únicam ente sín to m as extrem adam ente
com o huéspedes diferenciales d e «V édrantais», « D o u b lo n » , PI 414723 y de una débiles, com patibles con un crecim iento y una producción norm ales. Estas
línea aislada de PI 414273 x « D o u b lo n » , que reúne Z ym y, Fn. los virólogos plantas, incluso cu a n d o se h allan som etidas a una fuerte epidem ia n atu ral de
lian podido distinguir seis tipos de cepas de ZYM V: O N F (no originan marchitez), 2Y M V , co n tin ú an su ciclo produciendo una cosecha bastante satisfactoria, tan
O F (provocan m architez), controladas por el gen Zyni — 1 N F y 1 F , que superan só lo inferior a la de las p lantas sanas en un 10 %.
p arcialm ente al gen Z ym p o r lesiones cloro-necróticas que pueden convertirse
en sistém icas, y 2 N F y 2 F. qu e superan al gen Z ym , con m osaico am arillo
excepto en el caso en q u e «2 F» se c o n fro n ta con p lantas Zvm -Fn, p ro vocando O tro s v iru s tra n s m itid o s p o r in s ec to s
entonces m architez. Los aislados naturales se rep arte n en F ran cia de form a Al igual qu e o cu rre con la m architez bacteriana de las cucurbitáceas, el
variable según los a ñ o s entre «0» y «1». El tip o 2 n o constituye m ás q u e una m osaico de la calabaza ( Squash mosaic, SM V ) sólo es epidém ico en aquellos
curiosidad de lab o rato rio , o b ten id o después de h ab er practicado inoculaciones países d o n d e las cu curbitáceas cultivadas son frecuentadas p o r los coleópteros
repelidas sobre heterocigotos Zym. q u e ram onean las h ojas ( h'.pilachna. Diabrotica. Aca/ymma spp.). Los síntom as
3.° I^i tercera vía consiste en b u scar p o r selección recurrente, a p a rtir de del m osaico de am p o llas son provocados p o r un comovirus. A lgunas cepas
cruces com plejos, u n a tolerancia general a los virus m ás im p o rtan tes en una (£rupo 1) poseen un a am plia gam a de huéspedes ( Cucurbita spp., m elón, sandía),
° tr a s (grupo 2) só lo infectan a las Cucurbita. El SM V es m uy tem ible en el sur
D e «Songw ham ch arm i» . nom bre con q u e tam b ién es conocido el PI 161375. d e E stados U nidos y J a p ó n , y ha sido detectado en A frica del N orte. Es
260 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 261

transm itido por las semillas en una proporción elevada. En F rancia se ha Se trata de un tobamovirus. cuyas partículas y epidemiología son muy
localizado en algunos casos sobre plantas procedentes de lotes de semillas similares a las del mosaico del tabaco. Fs muy temible en los invernaderos del
contam inadas \ norte de E uropa y en Francia sólo adquiere un carácter episódico.
Por medio del m étodo serológico ««ELISA» podem os detectar el virus en los Provoca un mosaico de color entre verde claro y verde oscuro ligeramente
lotes de semillas. realzado, con reducciones del orden del 30 % . Es fácilmente transm itido por las
F.n diversas partes del m undo se ha detectado sobre las cucurbitáceas un semillas y se halla muy concentrado en el tegum ento y excepcionalmcnte en el
cierto núm ero de virus transmitidos por aleuródidos. em brión. La utilización de semillas de más de un año de edad, su tratam iento
Trialcurodes vaporarium (la «mosca blanca de los invernaderos») transmite, a 70 °C durante 72 horas, y la aplicación de medidas de higiene a lo largo del
en Francia, toda una serie de virus, cuyas partículas flcxuosas m uy alargadas cultivo (véase «M osaico del tabaco», cap. III) son los m étodos de lucha más
recuerdan a los «el os tero virus»: el Beet pseuilo yellows virus (BPYV) o virus del aconsejables.
falso amarilleo de la rem olacha, que ataca a la vez al pepino y a la lechuga en La «enfermedad del fruto pálido» del pepino es tam bién muy temida en el
invernadero (véase cap. X III) y el Muskmelon yellows virus. I^os ataques sólo norte de Europa. I/>s síntomas sobre las hojas son muy poco nítidos (crecimiento
son graves cuando la proliferación de mosca blanca es considerable. reducido, apariencia verde-azulada). I.as flores son de pequeño tam año, con
Bemisia tabaci transm ite a la vez virus de partículas alargadas flexuosas una corola de consistencia quebradiza. Los frutos son de color verde pálido y
{Cucumber yellow vein en Israel, Lettuce infections yellows en C alifornia, capaz, de tam año reducido, en form a de pera. Está originada por un viroide transmitido
asimismo, de infectar a lechuga y melón) y geminivirus com o el Squash lea) p o r contacto a lo largo de las operaciones de cultivo. Antiguamente denominado
curl, que ataca al calabacín en California . oCucumber palé fruit viroid», más tarde fue identificado como «Hop stunt viroid»
Allí, im portantes proliferaciones de vectores han originado graves epidemias. o viroide del enanism o del lúpulo, detectado sobre lúpulo en Japón, donde
Debemos recordar que la obstinación fitosanitaria no constituye siempre el ataca también a Benincasa. Algunos cardos (Cirsium) y senecio son sus presuntos
mejor medio de evitar la proliferación de los aleuródidos o de los Thrips. huéspedes naturales (infección sin síntomas).
Un rhabdovirus, cuyo vector todavía se desconoce, provoca en los pepinos
de invernadero del M ediodía francés el «virus de la piel de sapo del pepino»
(Cucumber toadskin virus). Las hojas se levantan y se crispan, las nervaduras se Virus transm itidos por el suelo
hipertrofian y deform an, los cntrenudos se ramifican y se disponen en zig-zag. En las cucurbitáceas se han localizado algunos nepovirus transm itidos por
La producción de las plantas afectadas es nula. F.l porcentaje de plantas afectadas Xiphtmena spp. (Arabis mosaic o virus del mosaico del arabis, Tobacco ring spot
es, afortunadam ente, bajo. o virus de los anillos del tabaco), pero los ataques más frecuentes suelen estar
En las zonas de los Estados Unidos invadidas por el virus del ápice rizado motivados por los virus transm itidos por Olpidium cucurbitacearum (véase ca­
de la rem olacha (B C T V o Beet curly top) las cucurbitáceas cultivadas experi­ pítulo I).
m entan graves daños. El virus m ás antiguo que se conoce en Francia es el denom inado del cribado
En Italia se han localizado algunos síntomas de mieoplasmosis en el calabacín, del melón {Muskmelon necrotic spot, MNSV o virus de las manchas necróticas
con reducción de tam año, amarilleo de las hojas y proliferación de yemas del melón), que se manifiesta sobre el conjunto de las hojas por medio de
axilares. lesiones, inicialmcnie cloróticas, que evolucionan a necróticas, de 1 a 2 mm de
En los frutos se puede manifiestar un agrietado precoz con aparición de diám etro (fig. 63). Sobre el tallo tam bién se detectan estrías y en los frutos
ovarios transformados en estructuras foliáceas, o una interrupción de su desarrollo aparecen síntom as necróticos (las lesiones punteadas iniciales pueden confluir
con estrecham iento del ápice. en manchas acorchadas). F.l m oteado afecta a la carne del fruto.
1.a enfermedad se manifiesta principalmente en los invernaderos a lo largo
V irus transm itidos por contacto de primaveras poco lum inosas cuando la calefacción del suelo es insuficiente.
El melón es el único huésped conocido, el pepino cuando reacciona sólo lo hace
D entro de esta categoría se inscribe el virus del moteado verde del pepino por medio de lesiones locales no generalizadas \
(Cucumber green motile, antañ o Cucumber virus 2, o virus 2 del pepino, cuando Similar a este cribado es un virus descrito en Jap ó n , siempre en condiciones
el CM V era considerado el Cucumber virus I). de invernadero, y una cepa califom iana cuyas posibilidades de transm isión por
' En condiciones de cultivo de invernadero esta situación puede ser alarm ante, pues el SMV scniilias y coleópteros son bien conocidas.
puede ser transm itido de planta en planta por via mecánica.
Este apartado de «virus transmitidos por aleuródidos-- lu podido ser redactado gracias a la s , . ^>CTOen el norte de Europa también existen cepas «pepino- de MNSV, epidémicas sobre este
indicaciones de II. L s c o q (INRA-M ontfavet). “esped y menos adaptadas al melón.
262 Enfermedades de /as hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 263

Se ha descubierto un gen recesivo de resistencia n sv , en los genitores «VA a los cotiledones del pepino o del melón, como a su prim era hoja y al ápex. Las
435» y «Gulfstream ». En el IN R A-M ontfavet se está trabajando en su transfe­ lesiones punteadas que aparecen sobre los órganos jóvenes originan a lo largo
rencia a lineas interesantes para la producción francesa. Partiendo de dos del proceso de crecimiento deform aciones y desgarros.
cotiledones extraídos de una sola planta puede testarse la resistencia al cribado
sobre uno de ellos (no origina lesiones) y la resistencia al W M V 1 sobre el otro
(lesiones locales). Daños causados por el frío en condiciones de débil
lum inosidad sobre plantas jóvenes de melón

E stos daños afectan en el sudeste de Francia a las plantaciones precoces que


tienen lugar bajo túneles no caldeados u otras protecciones plásticas. Se carac­
terizan por un amarilleo de las hojas, evcntualmente seguido de desecación.
Este fenóm eno ha sido investigado en el IN R A -M ontfavet por G . R issi r.
quien considera el «Freem an’s cucumber» com o genitor para el buen com por­
tam ien to en suelo frío, y a «Sucrin de Tours» por la tolerancia a las débiles
iluminaciones. El com portam iento de los «charcntais» se sitúa entre el de estos
dos g enitores y el del testigo de sensibilidad «Persian small type».

«Quemadura» de las hojas de melón

Este síntom a de necrosis internervial generalizada se manifiesta cuando un


p e riodo lluvioso frío sucede a un principio de estación soleado, en la fase en que
los fru to s comienzan a crecer. Muy frecuente en el sudoeste de Francia, puede
Figura 63.—S íntom as de -cribado'» cn el melón (Musknwhn necroiic spot virus). a p are ce r tam bién en el sudeste a continuación de períodos excepcional mente
lluviosos y fríos de finales de junio.
A lgunas pruebas realizadas en la región de Lot-et-G aronnc revelan un
En ausencia de una resistencia varietal se aconseja la desinfección del suelo, efecto protector de las pulverizaciones mixtas com puestas de cal + sulfato de
el drenaje y la supresión con carácter urgente de las primeras plantas enfermas m agnesio (1,5 kg de c a d a / 100 litros) cuando se aplican coincidiendo con el
(existen posibilidades de transm isión p o r contacto). inicio del crecimiento de los frutos. Las variedades de m aduración agrupada
En los invernaderos del norte de E uropa una cepa del viras de la necrosis (m onoicas) son las más sensibles.
del tabaco (TNV) provoca un cribado en el pepino. A diferencia del cribado del
melón este virus se caracteriza porque puede ser transm itido al tabaco y a la
judía.
Diversos desequilibrios nutritivos del pepino

Los recientes híbridos de pepino tienen unas posibilidades de crecimiento


V. D a ñ o s q u e se p re s ta n a la c o n fu s ió n co n extrem adam ente rápido y de rendim iento muy elevado cuando la tem peratura
e n fe rm e d a d e s , s ín to m a s n o p a ra s ita rio s y la hum edad del invernadero son óptimas. En estas condiciones la más mínima
variación en su alim entación en N. P. K. la más mínim a insuficiencia de
A taques de ácaros sobre plántulas m agnesio o de m anganeso, o el desequilibrio de estos elementos con relación al
Potasio, pueden provocar clorosis, amarilleos o necrosis intemerviales y deseca­
Algunos ácaros pertenecientes al genero Tyrophagus. habitualniente saprófago. ciones marginales en las hojas. U na concentración salina excesiva en la solución
introducidos en los invernaderos con la paja o el estiércol, pueden atacar tanto del suelo provoca una necrosis marginal que comienza al nivel de los hidatodos.
264 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 265

Carencia de m olibdeno pueden d a r resultados correctos, superiores al 12% . N ingún m étodo no des­
tructivo perm ite descubrir la vitrescencia (a excepción, quizá, de la «resonancia
Los síntomas de esta carencia suelen ser bastante graves en el melón: ausencia magnética nuclear»).
casi total del crecim iento de las plantas que viven en el terreno donde se acusa Este fenóm eno se ve favorecido p o r una excesiva carga de las plantas en
la carencia, coloración blanquecina de las hojas y necrosis marginal, Esta frutos, una tem peratura del suelo o del sustrato baja en relación con la del aire
carencia es frecuente en los suelos que han experimentado una evolución lateritica. y una alimentación en calcio insuficiente en relación con la alimentación potásica.
bien sea reciente (suelos ferraliticos tropicales) o date de la época terciaria Los recientes híbridos m onoicos de tipo «charentais» parecen más sensibles que
(suelos rojos mediterráneos). las líneas más antiguas, com o, por ejemplo, «Védrentais».
Una pulverización de m olibdato amónico a la dosis reducida de 2g/IOO litros
es suficiente para erradicar los síntomas. E s preferible un aporte de 500 g a
1 k g /h a a título preventivo. Planchado (go lpe de sol) y agrietado de los frutos

Los frutos del melón, com o los del tom ate pueden padecer golpes de sol
C lorosis m arginal de las hojas de melón cuando, después de haber estado protegidos por la som bra de las hojas, se
hallan expuestos bruscam ente al sol. La lesión es pálida, deprim ida y plisada.
La aparición de un reborde am arillo de 1 a 2 cm de ancho alrededor de las Los últimos frutos de un cultivo cuyas hojas han sido dañadas por el mildiu o
hojas de melón, puede deberse, en el sudeste de Francia, a la fitotoxicidad del el oídio se pueden perder.
cobre, y m ás en particular a la utilización de polvos sulfocúpricos («antióídio»). C uando una fuerte lluvia o un riego excesivo suceden a un periodo seco, en
Conviene, p o r tanto, evitar las sobredosis cuando se utilizan mezclas organo- los frutos en proceso de m aduración se produce un agrietado apical a partir de
cúpricas (cobrc-mancozeb, o cobre-maneb-cimoxanilo) para com batir el mildiu. dos o varias hendiduras que pueden abrirse hasta la cavidad central. Los frutos
se deprecian y, concurridos p o r drosofllas, comienzan pronto a pudrirse, al ser
invadidos por mucoráceos o por Oospora lactis.
A g rietad o de los tallos del calabacín El tipo «Canlalupo charentais» es particularmente sensible a estos accidentes,
pero en el seno del grupo existen diferencias varietales. Un follaje vigoroso y
Este síntom a ha sido detectado en las Antillas francesas sobre variedades de abundante (protección frente al sol, evacuación del agua p o r transpiración)
calabacines no rastreros en el transcurso de la tem porada de lluvias, cuando la constituye un factor desfavorable para am bos síntomas.
pluviometría sobrepasa los 400 mm.
La invasión de flores por Choanephora cucurbitacearum viene acom pañada
por un agrietado fisiológico de los tallos, con resquebrajadura longitudinal que
provoca su fractura. Las variedades enanas están deprovistas de yemas axilares VI. Organización de la protección fitosanitaria
y la producción es m uy com prom etida.
Una variedad local rastrerav(de origen libanes), de tallos delgados, permanece La lista de enfermedades de las cucurbitáceas que acabam os de revisar es
indemne a este accidente, igual que ocurre con sus híbridos F, con respecto a im presionante. Sin em bargo, en ninguna región ni en ningún sistema de pro­
las variedades de tipo europeo. ducción pueden aparecer todas ellas a la vez y menos aún si se tiene la precaución
de escoger variedades o híbridos que presenten un cierto núm ero de resistencias.
N o obstante, algunos proyectos de producción pueden resultar imposibles
V itrescencia de los frutos del melón de materializar: en el Valle del R ódano y en Provenza, p o r ejemplo, m ientras
no se disponga de cultivares de melones o de calabacines resistentes a la vez a
Afecta fundam entalm ente a la carne del fruto, algunas de cuyas zonas, CM V, W MV 2 y ZYM V. to d a plantación realizada en llanura tras el 20 de abril
concretam ente las situadas frente a los vasos que alim entan las placentas, se verá reducida su producción a la nada o incomercializable ante los efectos de
saturan de agua, hasta que se vuelven delicuescentes y desprenden un olor de los virus transm itidos por pulgones: esto no ocurre con las producciones de
fermentación alcohólica. El exterior del fruto presenta una apariencia normal, ••melones de ladera», cuyas plantaciones tienen lugar a altitudes superiores a los
sin m anifestar señal alguna de sobrem adurez. y los análisis refractóme!ricos 100 metros, en explotaciones que com binan esta producción con la de cereales,
espliego y la viticultura, en un entorno en que los pulgones sólo alcanzan muy
* Se refiere a algunos cultivos de calabaza que poseen los tallos cortos o incluso erguidos. tardíam ente y d onde los reservorios naturales son muy poco abundantes.
266 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 267

Algunos sistemas de producción posibles, resultan, sin em bargo, más frágiles microtúnelcs o siembras bajo acolchado plástico), las siembras deben ser reali­
que otros. Fn las A ntillas francesas la producción de melones fuera de estación, zadas al menos con 75 días de antelación a los grandes vuelos de pulgones
llevada a cabo por algunos productores procedentes de la región de Lot-et- alados de finales de prim avera (ejemplo: 15 de junio en la Vaucluse. con un
G aronne, utiliza las m ism as variedades que en el sudoeste de Francia: híbridos adelanto o un retraso de 15 días según el invierno haya sido tem plado y seco
monoicos de tipo «charentais» sensibles al mildiu. al oidio y al chancro gomoso. o m uy frío).
Esta producción requiere dos tratam ientos fungicidas por sem ana y los frutos E n lo que respecta al terreno, se debe llevar acabo una rotación de al menos
frágiles deben ser exportados por avión. Por contra, los híbridos propuestos ocho años si la variedad sólo es resistente a la raza 0 de E. oxysporum f. sp.
por el IN R A -A ntillas-G uayana. que toleran las tres enfermedades, y con frutos melonis y de tres años si presenta el máxim o de resistencia a la fusariosis (razas
ligeramente reticulados, no necesitan ser tratados más que cada 10 ó 15 días y 0 ,1 ,2 , y tolerancia poligénica a todas las razas). El oídio es la enfermedad foliar
pueden ser transportados perfectamente por barco. A continuación revisaremos más frecuente y debe ser com batido por medio de azufrados o productos más
algunos sistemas de producción, subrayando las condiciones fitosanítarias in­ m odernos cada 10 ó 15 días. El mildiu no aparece todos los años, pero puede
dispensables. causar im portantes estragos si las lluvias de junio son abundantes y el inoculo
se halla presente en las proximidades de los invernaderos mal protegidos. El
• P epinos de invernadero ritm o de aplicación del tratam iento es el mismo que el que se indica más arriba
para el pepino.
El éxito de una cosecha estriba, ante todo, en la producción de plantas La lucha contra Aphis gossypii. muy útil tanto a nivel local como a escala
sanas, no sólo desde el punto de vista criptogám ico (semillas tratadas con regional, cada vez resulta más diíicil en Francia (resistencia al primicarb).
tiram . siembras realizadas en sustrato desinfectado), sino tam bién exentas de Sclerotinia aparece episódicamente en los «microtúnelcs». que deben ser vigilados
virus: toda producción de plantas que se inicie en septiembre (o incluso en desde este punto de vista p ara poder eliminar al parásito (benom ilo, iprodiona)
octubre en condiciones mediterráneas), deberá estar protegida de los insectos
desde la aparición de los prim eros focos.
(cajoneras con telas metálicas, com partim entos de invernadero «insect-proof»).
Esta precaución es fundam ental, no sólo a nivel particular para el productor,
sino tam bién para sus vecinos y para el conjunto de la región, pues de este • M elones en condiciones o ceá n icas (ejemplo: sudoeste de Francia)
m odo se evita la perpetuación de virus com o el W MV 1 y el ZYMV, menos
A idénticas condiciones de altitud, los vuelos primaverales de los pulgones
arraigados en la naturaleza que el mosaico del pepino.
son m ucho menos intensos que en clima m editerráneo. No existe la distinción
D ada la dificultad de la lucha quím ica contra la mosca blanca de los
entre «melones de llanura» y «melones de ladera» (plantados más tarde y con
invernaderos y contra los tetraníquidos, los productores de pepino recurren
menos artificios), no teniendo los cultivos protección alguna contra epidemias
cada vez más a los m étodos de lucha biológica, restringiendo la elección y la
cadencia de los productos de tratam iento. excepcionales, como la del ZYMV en 1987. Las enferm edad foliar m ás temible
es la cladosporiosis, asociada al oídio y al mildiu. los program as de tratam iento
La aparición del mildiu en la región y de otros parásitos en su propio
deberán tener en cuenta las tres enfermedades con cadencias de 8 a 12 días.
invernadero, se am ortiguará practicando inspecciones frecuentes para iniciar
los tratam ientos. Las indicaciones que a continuación se reseñan son válidas
para las cadencias de tratam iento, las enfermedades están clasificadas por orden • Cultivos de calabacines
decreciente de gravedad:
En los calabacines se deben adoptar las mismas precauciones y respetar el
Enfermedades Cadencias de tratamiento plazo existente entre la siembra y los períodos de vuelo de los pulgones vectores,
Mildiu 5 a 7 días si bien en este caso son más fáciles de seguir dada la mejor resistencia al frío de
C hancro gom oso 7 días esta especie.
Botrytis 7 días Las enfermedades más temibles son el oídio y la cladosporiosis (ésta última
Oidios 10-15 días en el sur de Francia durante las primaveras lluviosas). Las cadencias de los
(Los ataques de Sclerotinia o de Penicilliunt son episódicos.) tratam ientos fungicidas allí serán tam bién de 8 a 12 días.

• Melones en co n d icio n es m editerráneas • Cucurbitáceas en condiciones tropicales húmedas

G racias a toda una serie de articifícios de cultivo (antaño bastidores de C uando nos encontram os en una región no afectada p o r la temible Dacus
vidrio dispuestos en sentido longitudinal sobre un «vaso» hundido, actualm ente cucurbitae (mosca de los frutos de las cucurbitáceas), estos cultivos resultan
2 68 Enfermedades de lax hortalizas Enfermedades de las cucurbitáceas 269

bastante cómodos si se utilizan variedades plurírresistentes: h íb rid o s o lin eas de Bibliografía


pepinos espinosos resistentes al oídio y al mildiu, melones resistentes al o id io ,
al mildiu v al chancro gomoso (eventualmente al WMV 1).
Sin lugar a dudas, el cultivo de especies más rústicas: Benineasa cerífera en
llanura, Sechium edule en altitudes comprendidas entre 500 y 2.000 metros, es • G eneralidades
mucho más fácil que el del pepino o el melón.
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V
ENFERMEDADES DE LA JUDIA
(Phaseolus vulgaris)
y otras faseoleas
L a judía se cultiva en el m undo entero, y puede cosecharse de diferentes
m aneras. La recolección de vainas inm aduras (hilos finos, vainas tiernas) retrasa
la senescencia de las hojas, que acelera, por contra, el engrosam iento de las
semillas en los cultivos de vainas para desgranar o de granos secos, ya en
declive en los países desarrollados, pero muy im portantes en los países de
media m ontaña (altitud media) de América Latina y de Africa.
F.l tipo de cosecha pretendida puede influir adem ás en la evolución de las
enfermedades del mismo m odo que el tipo de vegetación de las plantas: variedades
enanas, variedades de crecimiento indeterm inado de entrenudos cortos (muy
poco cultivadas en los países desarrollados), o de enram e, sobre todo cultivadas
en huertos familiares.
La judia es una planta tropical de media m ontaña que no tolera el frío, sus
tem peraturas cardinales son del orden de 12-22-30 °C. Su ciclo relativamente
breve, sobre todo en cosecha de judías verdes, perm ite, p o r ejemplo, en el
Mediodía francés, escalonar las siembras desde San José (19 de m arzo) a finales
de agosto, lo que influye m ucho en el reparto de enfermedades.
O tras faseoleas, desconocidas actualm ente en Francia, se cultivan en otros
países: a m enudo harem os alusión a la judía española (Phaseolus coccineus),
especie de alta m ontaña tropical, más tolerante al frío que P. vulgaris, así como
a numerosas enfermedades; la transferencia de resistencias a partir de P. coccineus
en la judia constituye uno de los grandes objetivos de los seleccionadores.
P. coccineus tam bién se cultiva en Inglaterra en producciones de judías
tiernas y en ocasiones en Francia para obtener granos gruesos. Phaseolus lunatus .
cuyas exigencias térmicas son más estrictas que las de P. vulgaris (15-30 °C), es
m uy apreciada por sus granos frescos o secos en los listados Unidos. Las otras
dos especies cultivadas de Phaseolus (P. polyanthus, muy similar a P. coccineus,
y a P. acutifoüus adaptada a condiciones desérticas) son menos im portantes.
Las distintas especies de Vigna se cultivan sobre todo en Extrem o Oriente
y en Africa. V radíala produce pequeños granos verdes destinados a la fabricación
de «gérmenes de soja». Vigna unguiculata produce granos secos.

En inglés -U rn a Ik a n -. en las Antillas francófonas «Pois-savon» o -Pois de souchc». N.d. I".:


en España es conocida com o «Judia de Lima» o «G arrofón- y en la Com unidad Valenciana, como
"Garrofó» o -Bajocó», cuyos granos tiernos o secos, puestos a remojo, se utilizan para la elaboración
»le las típicas -paellas- de arroz.
276 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de ¡a judia 277

En Africa es conocida como «Niébé». Su variedad scsquipedalis, característica tiene lugar sin incidentes. Las siembras precoces en suelos fríos, cuyas tempe­
por sus larguísimas vainas es comestible por com pleto cn E xtrem o Oriente raturas oscilan entre 10-12 °C, o muy húm edos, alrededor de 15 °C, germinan
Estas especies de Vigna están mejor adaptadas a las tem peraturas elevadas que más lentam ente (15 a 20 dias). En estas condiciones tienen lugar im portantes
los taxones de Phaseolus. m arras de nascencia. provocadas por Pyihium productores de esferosporangios
(ejemplo: P. ultimum). Pythium ataca primero a la raicilla y luego a los cotiledones.
Seguidam ente a este ataque es frecuente que actúen una serie de bacterias que
provocan la podredum bre total de la semilla.
I. E n fe rm e d a d e s p ro v o c a d a s p o r lo s h o n g o s d el s u e lo
El tratam iento de semillas con tiram o m aneb en espolvoreo húm edo (1 g
(fig. 64) de m .a./kg) permite mejorar la s-ituación. También se puede recurrir a productos
más m odernos (ejemplo: antim ildius sistémicos, com o el furalaxil).
Marras de nascencia en terrenos fríos y húm edos P or contra, el tratam iento de semillas con productos ineficaces frente a los
C uando se siem bran judias en un suelo m edianam ente húm edo, cuya tem­ Pythium (quintozeno. benomilo) puede agravar las m arras de nascencia, si
peratura oscila alrededor de los 20 ° C la nascencia es muy rápida (7 días) y dichos productos se emplean aisladamente.
C uando se inicia la germ inación existen diferencias varietales de sensibilidad
a los Pyihium. Los cvs conocidos cn Francia com o «flageolets» verdes (N.d.T.:
más o menos equivalentes a las judías pochas españolas, que se emplean para
ser utilizadas com o granos sin desecar totalm ente) son muy sensibles, mientras
que la judía de grano negro «PI 226895» muy resistente. Según un trabajo
realizado en Francia por J . P. G i n o u x (comunicación personal), existen cuatro
factores que pueden contribuir a la resistencia de la judía a Pythium cn suelo
frío:
• una escasa exudación de com puestos solubles (azúcares, aminoácidos)
por el grano a principios de germinación;
• la coloración de los granos: ninguna descendencia de grano blanco pro­
cedente del cruce (Pl 226895 \ tipo «flageóle!» verde) alcan/a la resistencia de
PI 226895. Pero el color negro no es indispensable, algunos descendientes de
granos amarillos o beiges procedentes de este cruce pueden igualar cn resistencia
al PI 226895;
• la coloración del hipocótilo y de los cotiledones: de entre los descendientes
de granos amarillos o beiges. aquellos cuyo hipocótilo y cotiledones presentan
coloraciones rojo-azuladas de antociano se com portan de forma más resistente
que aquellos cuyas plántulas son verdes ’ ;
• la aptitud de germinar a baja temperatura tam bién es un factor decisivo.
Se puede intentar introducir en P. vulgarix a partir de cruces con P. coccineus.
Entre los P. vulgaris la variedad «V em andon» (m ejor todavía que «Condesa de
Charmbord'») posee esta propiedad.
Para una misma variedad, el estado fisiológico de las semillas (preferentemente
recientes, recolectadas cn buenas condiciones y de maduración completa) influye
tam bién en la sensibilidad a los pythium.
l isura 64.— A taques de huncos del suelo sobre plántulas de judia. Las m arras de nascencia pueden verse agravadas por los "taques de la
A: Pyihium ultimátum (m arras de nascencia. necrosis punteada de las raicé*).
B: Rhiznaonta solani (chancros rojizos). mosca de los sembrados (Phorbia platura sin. Hylemia cilicrura). que efectúa sus
C: Pyihium aphaniJcrmatum (m ortalidad en post-emergencia).
D. Necrosis radical y estriación del cuello: Ihtelaviopsis basteóla (lesiones negras) o Fusarium solani * D e entre los compuestos fenólicos presentes cn el tegumento del grano o la plántula, los
f. sp. phuseoli (lesiones rojizas). fcucoantociiinos son los más fungistáticos.
278 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la judia 279

puestas en los surcos recién labrados que se vuelven a cerrar, hecho que se trata En Estados U nidos, recientemente, se ha descubierto una f. sp. phaseoli de
de paliar tratando las semillas con dietion o pulverizando con diazinon el surco Aphanomyces euteiches (consultar capítulo siguiente).
recientemente cerrado.
Los dos hongos más extendidos por todo el m undo que actúan como
principales agentes de las necrosis de las raíces de las judias y que, incluso,
pueden alcanzar al hipocótilo. son Thielaviopsis basicola (necrosis negras, estrías
A taques sobre el hipocótilo
negras sobre el hipocótilo) y Fusarium solani f. sp. phaseoli (necrosis rojizas que
C ontrariam ente a lo que ocurre con los Fythium de tipo ultimum, la Rhizoe- se extienden hasta la base del hipocótilo). Su óptim o térmico es diferente: 15-
tonia parda (cepas A g 4. principalm ente) ataca a la ju d ía cuando la tem peratura 18 °C para Thielaviopsis, 20-25 °C p ara Fusarium. A m bos pueden succdcrsc a lo
es superior a los 15 °C. E sta enfermedad suele detectarse en condiciones medi­ largo de una tem porada o coexistir en tem peraturas intermedias.
terráneas cuando el suelo perm anece húm edo durante la quincena posterior ;i C o m o medida preventiva se debe de evitar com o precedente cualquier
las siembras (lluvias prim averales o de m ediados de agosto, riego por aspersión). cultivo de leguminosas en general (no existe un limite claro entre b. so/ani f. sp.
Se aprecian chancros rojos sobre el hipocótilo. Según los casos, la planta joven phaseoli y pisi) y en el caso de la Thielaviopsis habrá que soslayar alternancias
se m archita y muere, o bien los chancros cicatrizan y la planta sobrevive, entre berenjenas y tabaco. F.l aporcado de las plantas afectadas puede permitirlo,
reduciéndose su crecimiento. Los hipocótilos de más de 20 días de edad se emitir nuevas raíces en el nivel de la zona sana del hipocótilo.
muestran resistentes a R. solatii. En los Estados Unidos se ha podido com probar cóm o la compactación del
Se debe de evitar el riego por aspersión tras la siembra; se tratará de suelo agrava los daños provocados por este Fusarium. Por contra, la aportación
efectuar las labores preparatorias, sobre un suelo regado previamente con un al suelo de paja picada o los cultivos precedentes de cereales son desfavorables
adecuado nivel de tem pero, que asegure adem ás un nivel hídrico en el terreno a estos ataques.
en el que resulten óptim as las condiciones de germ inación de las semillas. Las raíces portadoras de nudosidades (Rhizobium) son m enos sensibles a F.
Para evitar de form a eficaz estos ataques, los tratam ientos de semillas deben solani f. sp. phaseoli: razón de más para pensar que el exceso de nitrógeno, que
ser sistcmicos y activos contra los basidiomicetos. El cloroneb satisfacía estos inhibe la nodulación, favorece la fusariosis basal de las judías.
objetivos.
En las producciones de judías verdes, las necrosis de las raíces reducen el
Se puede recurrir a la carboxina, com binándola con un fungicida de am plio vigor y producen mermas de rendimiento, provocando una senescencia prematura
espectro.
de las hojas de la base. Cuando la cosecha es mecánica, las plantas son arrancadas
En condiciones cálidas y húmedas, algunos Pythium productores de nenia- por la máquina y los fragm entos de tallos se entremezclan con las vainas,
tosporangios (ejemplo: P. aphanidermatam ) pueden provocar podredum bres del originando una depreciación de los lotes. En los cultivos para obtención de
hipocótilo (podredum bre longitudinal, recubierta eventualmente de un micelio granos secos, las plantas se desecan prem aturam ente y los granos se escaldan.
blanco y frágil). Este accidente, frecuente en clima tropical húm edo, podría
Los ataques de Thielaviopsis pueden acarrear la muerte en pleno proceso de
también ser com batido aplicando un tratam iento a las semillas con un producto
producción a aquellas plantas de judías de enram e cultivadas en invernadero.
sistèmico (cloroneb, o actualm ente antim ildius sistémicos).
I-as variedades de hipocótilo de color violeta o rojo son m ucho menos En los Estados U nidos se realizó un gran esfuerzo para seleccionar tipos de
atacadas por estos tipos de Pythium o por Rhizoctonia parda (ejemplo: <«PI grano «RRR» (root rot resistant) que tuviesen por genitores «N 203» (sin.: PI
109859«). Sin em bargo, no se pueden alcanzar niveles de resistencia muy eleva­ 203958) y P. eoccineus. Del mismo m odo se han descubierto cuatro presuntos
dos. genes de resistencia contra Fusarium y otros tres para Thielaviopsis.
Las podredum bres d e hipocótilos provocadas p o r Sclerotium rolfsii resultan Estos dos hongos, que ya habían sido localizados durante los años sesenta
todavía más difíciles de com batir: se pueden retrasar mediante un tratam iento en la región francesa de Provenza, tam bién han aparecido recientemente en
a las semillas con carboxina. pero los esclerocios reaparecen en la floración Bretaña, donde producen im portantes daños.
atacando a las plantas. Los fungicidas de tipo «benzimidazoU son activos contra Thielaviopsis y
Fusarium. de m odo que el tratam iento de semillas con dichos productos puede
llegar a retrasar ligeramente la iufección.
N ecrosis de las raíces y del cuello En condiciones tropicales puede aparecer en la base de los tallos de la judía
un F. solani que produce peritecas rojas (Neetria haematococca), e incluso
En suelo húm edo v frío los daños provocados p o r Pythium ultimum pueden invade los postes de los cercos realizados con troncos de Gliricidia sepium
evolucionar en las plantas supervivivientes provocando ataques en los extremos (leguminosa arbustiva).
de sus raíces que les confieren un aspecto «coraloide*. En condiciones de excesivo calor y de riego insuficiente. Maerophomina
Enfermedades de la judia 281
280 Enfermedades de /as hortalizas

III. E n fe r m e d a d e s t r a n s m it id a s p o r la s s e m illa s ,
phaseoli invade las bases d e los tallos de la ju d ía : ch an cro lo ngitudinal, p rim ero
q u e a ta c a n a p lá n t u la s , h o ja s y v a in a s
rojizo y luego de c o lo r gris-ccniciento p u n tu ad o de m icroesclerocios («ashy
stem blight»).
Estas enferm edades, transm itidas p o r las sem illas y p ropagadas p o r las
lluvias o el riego p o r aspersión sobre las hojas y las vainas, son las m as graves
de en tre to d as las qu e afectan a la judía.
E n ferm ed a d e s v as c u la re s Se tra ta de la antracnosis provocada p o r Colletotnchum hmlemuthtanum y
de las grasas b acterianas, Pseudomonas syringae pv. phaseolicola y Xanihomonas
Hn los E stados U nidos. Brasil, y m ás recientem ente en Italia, se h a detectado campestris pv. phaseoli (en inglés «halo blight» y « » ' blight*). El c u a d ro 13
y l a s figuras 65-66 resum en los sintonías provocados p o r estos tres paras,tos a
u n Fusarium oxysporum 1'. sp. phaseoli. Bajo sus efectos las h ojas se m architan
y se secan y el tallo experim enta una necrosis unilateral. Ío largo de la vida de la planta.
El F. oxysporum. q u e ataca a F. coceineus en Inglaterra, debe ser considerado
com o una f. sp. diferente, d a d o qu e no ataca a P. vulgaris. CUADRO 13
E n Brasil, se h an llevado a cab o to d a u n a serie d e estudios de resistencia Síntom as provocad«« en judia por la antracnosis y las grasas bacterianas ___________
varietal que han p u esto en evidencia la existencia de genes do m in an tes de X a n t lu m o n a i
Pu'uJontonas
•VnlracmiMN
resistencia, y diferencias de agresividad entre las cepas.
Aspecto de los araños contaminados
Corynehacterium Jlaccitmfaciens (sin.: Curtobactcrium) p ro v o ca m architez Síntom as poco netos (manchas
1 f ...... vtvA.-
M anchas p ardasII l'Kthl»*«:
visibles CO-
so­ S■íntom
■■' as poco netos.
en las hojas y lesiones grasientas a lo largo de la su tu ra de las vainas. Se visibles en luz de W O O D ).
b re las variedades de granos
p ropaga a través de las sem illas y de las heridas provocadas en las p lan tas por blancos o claros.
las binas y los apo rcad o s. Su ó p tim o de tem p eratu ra es elevado (30 °C).
M uy tem ible en los E stados U nidos y en los países del Este, p o r el m om ento Plantillas aisladas de granos contaminados
es desconocido en E u ro p a , d o n d e teóricam ente se halla protegido p o r m edidas Chancros regruzcos sobre co­ Necrosis y distorsión del hi­ Criiancros rojizos sobre el hi-
de cuarentena. pocótilo. mosaico grasicnto «v pocótilo; m anchas grasientas
tiledones c hipocótilo.
b re las prim eras hojas. sobre los cotiledones; m osaico
q ue esclarece Las nervaduras de
las prim eras hojas.

II. N em atodos
Manchas foliares (infet dones secundarias)
M anchas necróticas de tam año M anchas necróticas d e 2 a 3
Necrosis negruzcas de las ner­
y form a variable, p o r lo gene­ milímetros de diám etro, rodea­
El ciclo vegetativo d e la ju d ia es dem asiad o breve co m o p ara que las gruesas vaduras. rodeadas de una
ral m arginales provistas de un das de un halo circular verde
m ancha necròtica alargada,
agallas de Meloidogyne tengan tiem po de m anifestarse y diferenciarse. gran halo tic color am arillo vi­ claro. Hn ocasiones se m ani­
lesiones negruzcas alargadas
fiestan los síntom as de -m o ­
N o se deben de co n fu n d ir, p o r un op tim ism o exagerado, las pequeñas sobre tallos y peciolos. vo (•).
saico-. anteriorm ente m encio­
agallas de Meloidogyne (disim étricas, y am pliam ente unidas a la raicilla) co n los nados.
nodulos de Rhizobium (esféricos, sésiles y rojos en su interior). En condiciones
tropicales los ataq u es p ued en ser m uy graves.
E n M adagascar, D e n a k i i dem o stró que las raíces de ju d ías qu e atraviesan Síntomas sobre vaina i
M anchas de aspecto grasicnto, M aodias ovales ilc aspecto gra­
una capa de estiércol (situad;» bajo el golpe de siem bra) adquieren una resistencia Manchas circulares u ovales
quo se inician en las suturas sicnto por lo general conflu-
d e color negro y profundas
a los Meloidogyne. En H aw aii, h a sido seleccionada una resistencia birrecesiva ventes dispersas a lo largo de
que ve recubren de pústulas de la vaina.
e introducida en la ju d ía tierna de en ram e «M an o a W o n d e r- (vaina plana de rosadas en condiciones h ú ­
l.i vaina, que más larde se nc-
hilo). Esta lia sido tran sferid a en el IN R A -A n tillas-G u ay an a a diversos tipos de c rosan p o r el centro.
medas.
variedades (judias verdes d e en ram e y en an as, tipos de grano). Sólo afecta a \1.
<•» No deben confundirse con los daño* causado« p o , cicadéjidm: a m a n L f c a m k ^ p o r t o
incógnita (especie d o m in a n te en los trópicos). E sta resistencia puede resultar «nwginalcv pero d elim ita* " p o r la» nervadura, con tendencia al en ro ca n ,« « ..» hacia a b a ,. { h . n , f » * i x a *PP >
m uy interesante para la organización de rotaciones.
282 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la nidia 283

Figura 65. Antracnosis de la judía (C olletoinchuin lindcmuthianwn): ataques sobre vainas,


granos blancos, hoja y plántula.

• Epidemiología
La epidemiología de los tres parásitos es análoga, los primeros focos si
constituyen alrededor de las plántulas aisladas de granos infectados.
Colletotrichum es, ante todo, diseminado p o r la lluvia: en progresión expansiva Figura 66.— Las grasas de U judia.
de alrededor de un m etro cuando ésta a te verticalmente y se generaliza por A: Plántula sana. . , , , . •
R: Plántula obtenida de una semilla contam inada por Pseudomonas »v. pv, phaseohcola (clorosis
toda la parcela cuando la lluvia está acom pañada de un viento violento. Sus
sistémica). . ....
tem peraturas cardinales son 14-20-27 °C; se trata de una enfermedad p ropia de C: Síntomas foliares de Xanthomonas camp. pv. phaseoli (necrosis m arginal, halo amarillo».
países tem plados lluviosos o de m ontaña tropical. Pueden producirse epidemias D: Síntomas foliares de P. sy. pv. phaseolicola (pequeñas manchas, halos de color verde claro».
ocasionales en las primaveras mediterráneas o durante las «cuaresmas» tropicales E: Síntomas en una vaina.
en terrenos de llano, excepcionalmente regados tras la introducción de lotes de
semillas fuertemente contam inados, pero, en todo caso, la enfermedad no tiende peraturas inferiores a los 22 °C (óptim o 18 °C). las infecciones que evolucionan
a perpetuarse.
a tem peraturas superiores producen manchas desprovistas de halo.
Pseudomonas posee un óptimo térmico ligeramente inferior al de la antracnosis En condiciones tropicales, sólo se detecta Pseudomonas por encima de los
(alrededor de los 18 °C). Se suele detectar en clima oceánico lluvioso: en Europa,
1.000-1.200 m etros de altitud.
el sudeste de Francia y H olanda. Pero tam bién puede ser propagada a través de En los Estados U nidos existe otro «patovar» de P. syrmgae. P.s. p.v. syrmgae
riegos por aspersión y se la encuentra frecuentemente en condiciones mediterrá­ que ataca a la judia. Las m anchas sobre las hojas y sobre las vainas se tornan
neas. debido tanto a este m odo de irrigación, com o al efecto favorable de las inm ediatam ente necróticas sin pasar por el estadio “grasicnto», ni presentar
\iolentas lluvias prim averales o a la tradición de cultivar variedades destinadas h alo alguno. Todavía se desconoce si es una bacteria análoga a ésta a la que
al desgranado de vainas estriadas y rojas, m uy sensibles a la enfermedad. cabe atribuir las necrosis puntiform es de las vainas de judías en Bretaña. ^
Pseudomonas produce una -faseolotoxina», responsable de los síntomas Xanthomonas posee un óptim o térmico m ucho m ás elevado (16-30-36 °C).
sistémicos de tipo mosaico y de un halo que se extiende alrededor de las Suele estar menos generalizada en E uropa que Pseudomonas. Se detecta, sobre
manchas foliares de infección secundaria. La toxina sólo se produce con tem- to d o , en climas oceánicos meridionales (se descubrió en Bayona en 1952) y en
284 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la judia 285

los climas continentales d e veranos torm entosos del norte de Grecia y de gracias a la aparición de fungicidas de tipo bencim idazol. que se utilizan en
Rum ania. En E stados U nidos su distribución suele superponerse a la de Pseu­ espolvoieos húm edos en dosis del orden de 1 g de m .a./kg. En la germ inación,
dónimas. Es la enferm edad bacteriana predom inante sobre la judía en clima las lesiones que provoca la antracnosis sobre los cotiledones son grises y estériles,
tropical húm edo. A lgunas epidem ias accidentales pueden observarse en los en lugar de ofrecer un aspecto negruzco y esporulante.
climas m editerráneos bajo riegos por aspersión tras la introducción de semillas Dicho tratam iento de semillas puede reem plazar el prim er tratam iento de
contam inadas. triple dosis aconsejado anteriorm ente.
La situación es m ucho menos alentadora para las «grasas»: el rem ojo en
• Métodos de lucha estreptomicina o en kasugamicina, parcialmente eficaz, sólo puede ser aconsejado
para lotes limitados, al principio de una producción de semillas; el tratam iento
Por orden de «rentabilidad»* creciente los m étodos de lucha más eficaces por calor seco, aconsejado recientemente en Italia (70 °C durante dos horas),
son: los tratam ientos en vegetación, la desinfección de las semillas o el uso de tam poco resulta eficaz del todo .
semillas sanas y la resistencia varietal. Algunas prácticas de cultivo influyen en
la gravedad de estas enfermedades:
— Uso de semillas sanas
— la elección de un método de riego determ inado frente a las grasas bacte­
rianas; Este m étodo comenzó a cobrar im portancia de forma evidente a partir de
— el cultivo de variedades de enrame, en las que la propagación por salpi­ los años cincuenta entre los productores tradicionales de judías secas de granos
caduras sólo sustrae del ataque al follaje situado a más de 50 cm del suelo; blancos, en cultivo asociado con el maíz en la región de las «Landes» y los
— el abono nitrogenado: en Haiti se ha podido com probar que una fertili pirineos atlánticos. Estos agricultores eliminaban de sus lotes de semillas (ob­
zación superior a 30 unidades fertilizantes de N origina, a 800 m de altitud la tenidos en las explotaciones) los granos m anchados de pardo o negro, puesto
presencia de Xanthomonas, sin que ello suponga peligro alguno para los cultivos que se suponía que estaban afectados de antracnosis.
tradicionales. Este mecanismo, si funcionara del mismo modo para Pseudomonas. Esta selección m anual (o fotoeléctrica autom atizada en el ám bito de las
difícilmente podría ser aplicado en los países desarrollados, donde la nutrición firmas dedicadas al comercio de semillas), sólo puede ser practicada sobre
nitrogenada de la judia (a causa de los cultivos precedentes y del uso de abonos cultivares de granos blancos o claros.
com puestos o de abonos orgánicos líquidos) es siempre excesiva. Para las «grasas», la situación es todavía m ás desfavorable. Un examen a la
luz de W ood permite seleccionar granos que presentan zonas oscuras, entre las
— Tratamientos en vegetación que suelen encontrarse aquellas afectadas por Pseudomonas, pero no siempre
existe una coincidencia absoluta.
Colletoirichum es sensible a un buen núm ero de fungicidas (ditiocarbam atos. La producción a gran escala de semillas de judia, exentas de antracnosis y
ftalamidas, bencimidazoles). F.n los años cincuenta se recom endaba el uso del de «grasas», descansa en medidas profilácticas aplicadas a nivel de las parcelas
tiram o del m aneb a partir de: productoras de semillas y en un control de los lotes p o r m étodos elaborados.
una prim era pulverización a triple dosis de la habitual, lim itando su En el caso de la antracnosis se deben evitar los climas excesivamente húmedos
aplicación a una zona de una anchura de 20 cm respecto a la linea de cultivo y ad optar el program a de cuatro tratam ientos mencionado anteriorm ente. El
en el estadio «dos hojas desplegadas», para elim inar los «focos»; control del estado sanitario coincidirá con el del de germinación.
otras dos pulverizaciones, a la dosis norm al, en los estadios «yemas En el caso de las «grasas» se deberá ser más riguroso a la hora de la elección
florales» y «plena floración», y un cuarto tratam iento en caso de cultivo destinado del clima y del m étodo de riego.
a la producción de granos secos. En Estados U nidos, las semillas de variedades sensibles se producen en
Un program a análogo puede ser adoptado para las grasas, escogiendo un estados particularm ente áridos (Idaho, C olorado) bajo un sistema de riego por
producto mixto de cobre + ditiocarbam ato (la judía puede so p o rtar bajo esta surcos.
forma caldos de 1 g /litro de cobre-metal). En los años sesenta com probam os la posibilidad de producir en la región de
la Vaueluse semillas sanas de la variedad hiperscnsiblc «Mistral», en siembras
— Desinfección de las semillas de m ayo, bajo riego p o t surcos y cuatro tratam ientos de «cuprosan» (co­
I .os granos de judia se prestan m uy mal a los tratam ientos p o r vía húm eda, bre 4- zineb).
tanto si se opera con agua (ría a la que se le han adicionado toda una serie de
productos desinfectantes, como si se opera con agua caliente: la siembra mecánica _ ’ 1.a irregularidad de los resultados se explica por los dos m odos que existen de contam inación
resulta imposible y la germinación es defectuosa. de granos: infección interna difícil de eliminar, o polución de la superficie del grano p o r el polvillo
La curación d e los granos afectados p o r antracnosis es actualm ente posible que provoca la trilla de vainas enteras.
286 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la Judia 287

El control puede descan sar en diversos m éto d o s, to m a n d o c o m o p u n to de en el sen o de las nuevas variedades «sin hilo»») del gen Are. aislado de «C'ornell
p artid a el rem ojo de grupos de sem illas en ag u a d u ra n te un p erio d o de 24 horas. 49-242», de origen venezolano, eficaz contra to d as tas razas conocidas (y com ­
Por o rden creciente de «refinam iento» se puede: prende a «lam bda». em pleada com o útil de selección).
— sem brar en cá m a ra d im a tiz a d a (a 20 °C p ara Pseudomonas. 27 °C para A p artir de 1975 aparecieron, en la proxim idad de los institutos de selección,
Xanthomonas) una m u estra de 10 sem illas de cad a g rupo y o b serv ar los sínto­ razas de Co/Ietotrichum que su p erab an al gen Are y q u e se com portaba») por
mas; aquel entonces com o 8 (cepa «kappa» de S chnoc k en A lem ania), co m o y (cepa
— centrifugar el a g u a de rem ojo, utilizan d o el residuo de centrifugación, «iota - de H «jbi»i i i n c . , m uy poco agresiva) o com o X (cepa «lam bda m utantc»
bien para inocular p lantas sanas de «M istral» que están dispuestas en una de H ubbeling, m uy poco agresiva). G racias a las precauciones sanitarias tom adas
cám ara clim atizada, o bien proceder a un a detección p o r inm unofluorescencia. po r las firm as dedicadas a la producción de sem illas, estas nuevas razas no se
En el caso de alg u n as variedades m uy sen sib les4, en clim as favorables a la expandieron p o r E u ro p a, d o n d e la antracnosis de la ju d ía actualm ente sólo
enferm edad, com o, p o r ejem plo, el de B retaña p a ra Pseudomonas. pueden ser constituye un recuerdo.
necesarias p ro p o rcio n es límites del o rd en d e 1/20.000 p ara p o d er soslayar A p a rtir de 1971, y de form a m uy juiciosa, B a n m r o i y F o u i l l o i ’x (IN R A -
tratam ien to s a los cultivos en p roducción. T al estad o san itario só lo puede V crsalles) hallaron nuevos genes de resistencia en las ju d ías m exicanas. D e este
alcanzarse después de num erosas generaciones de cultivo en clim a seco. Se m o d o , en la actualidad disponem os de dos genes «M x 12»» y « M \ 13», eficaces
puede facilitar el co n tro l practicando la detección bacteriológica sobre granos c o n tra las razas 5, y y %-mutante. actualm ente en reserva.
sospechosos previam ente seleccionados b ajo ray o s ultravioleta. La situación es, pues, m uy segura para E u ro p a, p ero resulta m ucho m enos
alen tad o ra en la zona de A m érica C cntral-C olom bia-G randes A ntillas, d onde
— Resistencia varietal CoHetotrichum. vecino ‘ co m o la ju d ía de su centro de origen, se halla m uy
diversificado, B a n n i -rcti identificó en Haití, donde las judías negras que presentan
Los trabajos m ás avanzados de resistencia varietal conciernen a la antracnosis
una resistencia de tipo «Cornell»» son bastante com unes, una raza m u lante muy
y Pseudomonas.
agresiva. F.l C IA T " actualm ente dispone de observaciones análogas en Colom bia
E n el caso de la antracnosis. un estudio exhaustivo de las cepas del parásito,
y C o sta Rica y h a em prendido un estudio general de las razas y cepas de
y de las variedades eu ro p eas y norteam erican as de la ju d ía, co ndujo en los años
resistencia en A m érica L atina.
treinta y cuarenta a d istin g u ir razas d e an tracn o sis d en o m in ad as con letras
griegas (equipos de H ub bllin g en H o lan d a, y de B a n n l r o i en F ran cia, véase Frente a Pseudomonas. un gen de resistencia d o m in an te aislado de «Red
Mcxicíin» (incorporado, por ejem plo, a «Opal», versión «resistente» de «Mistral»),
fig. 67).
probablem ente débil, ha sucum bido rápidam ente ante una raza 2 tic Psí'udomonas
syringae pv. phaseolicola. P a t t f i . y W ai k f k inm ediatam ente señalaron la resis­
tencia de «PI 150414» atrib u id a a un gen recesivo ppt.
Según F o u i l l o u x (1975), la realidad es m ucho m ás com pleja. D en tro de
las descendencias de cruces com plejos procedentes de Silvert (m uy sensible),
Maxidor (tolerante en el cam po), P1 150414 y OSU 10183 (genitores de resistencia)
consiguió o b ten er lineas m ás resistentes que PI 150414. y propuso un esquem a
oligogcnico que com prendía seis loa: G y H para la resistencia a la multiplicación
de la bacte ria. A, B, C , D p a ra la resistencia a la toxina (la m ayor p arte de alelos
que contrib u y en a la resistencia son recesivos).
Figura 67.— Las razas de CvlUtnirichum tindemuthianum. L a reunión de seis genes, que contribuyen a un m ás alto nivel de resistencia
I-as letras griegas designan las razas del parásito, las m ayúsculas los genes de resistencia, eficaces en inoculación artificial, n o es necesaria para o b ten er una buena tolerancia en
so b re to d as las razas situadas a su izquierda.
el cam p o : co n a n terio rid ad hem os citado la de la ju d ía m antéeos;! «M axidor»
(o b ten id a en el 1NRA). La ju d ía tierna verde «V aillant» (obtenida en el IN R A
Para reunir en una m ism a variedad a los genes llam ados A . B. C . D . F . que. m ás recientem ente) presenta una tolerancia todavía m ucho m ás elevada.
sin em bargo, nunca h ab ría n podido d a r protección frente a las razas «lam bda- P o r lo que respecta a Xanthomonas. los estudios genéticos de resistencia no
(por lo general, po co agresivas), los seleccionadores euro p eo s han preterido la están ta n avanzados. El C IA T p ro p o n e las lineas «X A N ». cuya resistencia
introducción p o r retrocruzam ien to en to d o s los tipos varietales (com prendidos
r -------

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del «Vecino^, en el sentido de -residente*, -n a tu ra l-.
• C o m o algunas variedades am ericanas de judias tiernas de granos blancos <cjcmplo: « S p n tc -» * C e n tro Internacional de A gronom ía Tropical-C ali. C olom bia.
288 Enfermedades de 1as hortalizas Enfermedades de la judia 289

deriva de P. acutifolius. La eficacia de esta resistencia ha sido comprobad;! Oidios


recientemente en B urundi, donde Xanihomonas causa graves estragos. La judía
roja «CNR 28» (IN R A -A ntillas-G uayana), del mismo m odo, ha m ostrado una El oídio americano de la judía, provocado por una cepa de Erysiphepolygoni
tolerancia interesante, m ientras que la tolerancia de «M aluquinho» y «Miss no parece haber penetrado en el antiguo m undo. Se detecta al sur de los
Kelly», señalada an tañ o en G uadalupe, no ha llegado a verificarse. F r ey ta g Estados Unidos, en las G randes y Pequeñas Antillas, en América Central, en
en Puerto Rico introdujo en P. vulgaris genes de resistencia procedentes de C olom bia y en Brasil.
P.coccineus. Su óptim o térmico se sitúa en torno a los 22 °C. Muy im portante en la
agricultura tradicional, en H aití, p o r ejemplo, da la impresión de haberse
extinguido en los Estados U nidos desde los años sesenta, dada la ausencia de
IV. Otras enferm edades de las hojas y de las vainas publicaciones específicas dedicadas a su estudio. Se ha com probado que en
G uadalupe parece incapaz de adapatarse al benom ilo, lo que probablem ente
Estas enferm edades no suelen transmitirse por las semillas, y cuando así explique su desaparición en los Estados Unidos.
ocurre, siempre lo es de form a m ucho menos regular, que en los casos de la Las variedades de tipo «Read Kidney» de gruesos granos unidos de color
antracnosis o de las «grasas». El inoculo se conserva en los restos de cultivo. rojo y los «Manzel Joute» haitianos de grano rojo abigarrado son muy sensibles
Son episódicas en E uropa y mucho más graves en las regiones no gélidas al oídio. U na prospección realizada en Haití ha perm itido localizar lineas cuya
(m ontañas tropicales), donde se perpetúan gracias a la superposición de cultivos. resistencia se debe a la acum ulación de un gen de resistencia dom inante y de
Algunas de ellas han invadido el m undo entero, otras todavía se hallan una resistencia poligénica de tendencia recesiva. Los recientes trabajos realizados
circunscritas al nuevo m undo, o exclusivamente a la zona de México-Amórica por P. P a i :v e r t , han puesto en evidencia dos razas de oidios:
C entral-G randes Antillas. Raza 1: agresiva; el gen dom inante la controla; retrocede a alta tem peratura.
Raza 2: de evolución m ás lenta; supera al gen dom inante y se adapta mejor
Royas a las tem peraturas elevadas.
Las poblaciones naturales de oidios constituyen una mezcla de am bas razas.
La roya com ún de la judía, Vromyces appendiculatus (sin.: U. phaseoli) se La resistencia poligénica, que sólo conserva «Salagnac 90», parece la más
halla dispersa p o r el m undo entero. Autoica, aparece sobre todo bajo sus
interesante, pues esta variedad se com porta en la práctica tan bien como «Sa­
form as de uredo y teleutosporas. Los ecidios, difícilmente observables, deberían
lagnac 86», que acumula los dos tipos de resistencia.
constituir un «paso obligado» entre dos años sucesivos, al menos en aquellos
El oídio que con m ayor asiduidad aparece en E uropa, en los cultivos de
países en los que hiela.
ju d ía en invernadero (pero nunca al aire libre), es muy diferente del oídio
Las pústulas de uredosporas aparecen en la floración, pardas en el centro de
am ericano: es una cepa de tipo Erysiphe cichoracearum.
una zona verde o scura que puede rodearse inm ediatam ente de un halo de color
amarillo y en ocasiones de una corona de pústulas secundarias. Las teleutosporas
• Cercospora y hongos próximos
se mezclan con las uredosporas a finales de estación. Las vainas pueden ser
tam bién atacadas en algunas ocasiones. El óptim o térmico de la roya es ligera­ El hongo m ás im portante de este grupo es Phaeoisariopsis (sin.: Isariopsis)
mente superior al de la antracnosis (alrededor de los 21 °C). griseola. Se trata, sin du d a, de un Cercospora de tipo «necrótico», pero cuyos
En Estados U nidos se han dedicado m uchas investigaciones al estudio de conidióforos, a partir del pseudoesclerocio subestom ático, están soldados entre
las relaciones existentes entre las razas de royas y los genes de resistencia. De ellos para form ar una pequeña colum na, que puede alcanzar 1 m m de largo,
este m odo, han sido descritas más de 35 razas. En las «rust nurseries» orga­ coronada por un copete gris de conidias (fig. 66 B).
nizadas en num erosos países por el C IA T, es extraño que algunas resistencias Su óptim o térmico es bastante bajo, y el hongo aum enta su agresividad en
de muy alto nivel no resulten defectuosas en uno o en otro lugar, en particular los trópicos a medida que la altitud se eleva (óptim o 1.000-1.500 m). En ocasiones
sobre las judías de granos negros. En algunas variedades se aprecia una tolerancia puede aparecer en E uropa, las manchas foliares que provoca son angulares y
general, quizá m ás estable (ejemplo: «Salagnac 86», aislada en Haití). están delimitadas por las pequeñas nervaduras (fig. 68 A). Puede atacar las
En la zona antillana, se puede apreciar otra roya que ataca a numerosas vainas, en las que provoca lesiones análogas a las de antracnosis reconocibles
leguminosas adem ás de a la judía {Ph. lunatus, Iuiblah niger. Vigna spp.). Sus fácilmente p o r las pequeñas colum nas esporíferas que las recubren. En los
pústulas son m ás pequeñas, recubiertas de una epidermis transparente que se cultivos tradicionales de judías de granos blancos de la región de los Landes y
abre por un poro: Phakospora vignae. de los pirineos atlánticos (a las cuales hemos hecho referencia anteriorm ente),
se ha podido observar su transmisión por las semillas bajo la form a de microes-
A1'. del T.: Este term ino equivaldría a las “guarderías de royas». derocios, incluso en el tegum ento del grano.
290 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de Iá fudia 291

Las únicas posibilidades de resistencia residen en la obtención de descen­


dencias derivadas de cruzam ientos con Ph. coccmeus.
E l mismo hongo (?) bajo la denom inación de Phoma exigua var. diversispora
ha sido señalado com o agente de im portantes daños en Alemania.
Chaeioseptoria wellmanii, muy diferente de todos los hongos precedentes,
provoca en las hojas m anchas necróticas grises, rodeadas de un reborde pardo
punteado de picnidios de 0,5 a 1 cm de diám etro. Dicha especie, por el momento,
sólo ha sido detectada en la zona de América Central-Grandes Antillas (altitudes
de 800-1.200 m). Por su parte, Phyliosticta phaseolina h a aparecido en América
Latina. C anadá y Bélgica.

• Carbón foliar
Tam bién es en la zona de América C entral-G randes Antillas donde aparece
el carbón Entyloma petuniac, que provoca m anchas, prim ero, lívidas y. más
tarde, blanquecinas y desecadas que afectan a los com partim entos internerviales.

• Métodos de lucha
P or lo general, contra los parásitos foliares se debe de aplicar un program a
que com prende dos tratam ientos fungicidas (yemas florales, floración). En
Figura 68
H aití, cuando los rendim ientos en granos secos se estancaban en 0.5 t/h a .
A: M anchas de ¡sariopsis gnwola sobre hoja de judía. incluso cuando se aplicaban fertilizaciones del orden de 0-30-30. a causa de un
B: C onidióforo de ¡sariopsis (longitud de I mm. aproximadamente). complejo de oídio-roya -isariopsis-chaetoseptoria, dos tratam ientos a base de
C: M anchas foliares de lìotrytbi cinemi que se desarrollan a partir de petalos marchitos. m aneb + tiofanato perm itieron duplicar las cosechas.
P or supuesto, resulta más conveniente cultivar líneas tolerantes al complejo
local de enfermedades foliares: citarem os nuevamente com o remedio a las
También se han detectado Cercospora, sensu striclo. sobre la judia, en enfermedades m encionadas «Salagnac 86» y «Salagnac 90» (utilizando lotes de
particular en las m ontañas de America Central y de las G randes Antillas, semillas indemnes de antracnosis o tratadas con benomilo) \
Cercospora casteUani (m oho de color gris claro) y en condiciones m ás calidas E n los países desarrollados, la aplicación sistemática de fungicidas en la
Cercospora cruenta (m oho de color gris). m ayoría de cultivos de judías, así como la parada invernal, hacen que estas
Ramuiaria phaseo/ina (m anchas harinosas y blanquecinas bajo las hojas) es enfermedades sean muy extrañas.
tam bién un parásito ligado a las m ontañas tropicales (America, Africa).

• Hongos de picnidios
Un determ inado núm ero de hongos productores de pienosporas uni. bi, e V. Invasores no específicos de las hojas y de las
incluso en ocasiones, tricelulares, al entremezclarse, han originado una sistemática vainas: Sclerotinia f Botrytis, Choanephora
bastante confusa. Según las publicaciones m ás recientes se puede distinguir y Rhizoctonia foliar
entre:
Ascochyta bosthaueseri, provisto de grandes esporas, ha sido detectado en En los países tem plados, los cultivos de judías sem bradas de forma muy
E uropa del norte, donde provoca daños análogos a los de antracnosis. siendo, densa v fuertemente fertilizados, poseen tal densidad foliar, que en los climas
sin em bargo, menos agresivo. húm edos o sujetos a torm entas de verano, se aprecian ataques de Botrytis
Ascochyta phaseolorvm, de esporas muy pequeñas, constituye una cepa de cinerea (muy frecuentes y de gravedad media) y de Sclerotinia sclerotiorum (en
Pltonta exigua (hongo que ataca los tubérculos de patata). En las m ontañas
tropicales provoca im portantes estragos en altitudes superiores a los 2.000 m ' Este tratam iento protege durante 20 dias a las plántulas de las antracnosis y probablemente
(Colom bia. Ruanda). “ c Cercospora.
292 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de ¡a judia 293

form a de grandes esclcrocios y ataques más irregulares, pero más graves). En


am bos casos el estadio m ás crítico es el principio del proceso de engrasam iento
de las jóvenes vainas: los petalos marchitos quedan pegados en la extrem idad de
las vainas o caen sobre el follaje y los tallos. C uando esto ocurre sirven de base
nutritiva a las conidias de Botrytis o a las ascosporas de Sclerotinia.
Botrytis produce sobre las hojas grandes manchas zonificadas, en el centro
de las cuales todavía se puede apreciar el pétalo marchito.
Ataca tam bién a los tallos volubles, generalmente p or la punta, fructificando
abundantem ente. Sclerotinia ataca a tallos, pecíolos y vainas.
Es a principios de la etapa de floración cuando se deben aplicar los trata­
mientos fungicidas destinados a prevenir estos ataques (un tratam iento si la
floración está muy agrupada; dos tratam ientos si se distribuye durante una
semana, dependiendo de las variedades). En lo concerniente a Sclerotinia (hongo,
en el que los fenómenos de adaptación a los fungicidas no son más que indirectos
y sólo intervienen en el suelo; véase cap. 11) se podrían utilizar fungicidas de
tipo bencimidazolcs o «carboximidas». Frente a Botrytis. generalmente resistente
en las regiones de agricultura intensiva, se debe reforzar su acción por medio
del tiram , la diclolluanida o el clortalonil.
En clima tropical húmedo una situación similar puede estar ligada a dos
hongos bien diferentes de Botrytis y Sclerotinia:
Choanephora cucurbitacearum se com porta com o Botrytis e invade los extre­
mos de las hojas y las porciones de tallos o de vainas a partir de corolas
marchitas.
La Rhizoctonia fo lia r9 puede provocar la destrucción de las hojas en condi­
H gura 69.— Daños tic R i/ociom a foliar sobre judía (R. soluni grupo - A G I mUrmclcrotia»).
ciones de lluvia abundantes (mes de m ás de 400 mm). Se trata de razas y
aislados de R. solani del grupo Ag 1, bien sean microescleróticos (tipo R. solani),
bien micélicos (tipo sasakii). prolongadas convierten en ineficaces los tratam ientos, h! bcnom ilo, según las
Todavía se ignora si en el prim ero de estos casos los microesclcrocios teorías del C IA T, presenta cierta eficacia. Algunos resultados obtenidos recien­
desem peñan un papel en la epidemia, o si la infección parte siempre del suelo. temente en el IN R A -A ntillas-G uayana vienen a confirm arlo, si bien inciden en
Se puede ver muy claram ente los filamentos de Rhizoctonia rem ontando los la m ayor eficacia del pencicuron, el m epronilo y la iprodiona.
tallos y los pecíolos e invadiendo las zonas necróticas de las hojas, que primero
adquieren form as poligonales y m ás tarde se to m an irregularmentc zonificadas.
En caso de ataque grave, este estadio es transitorio y las hojas se nccrosan en VI. Podredumbres de judías verdes tras la cosecha
«nidos» parduzcos, pegados entre ellos por el micelio (fig. 69).
U no de los mejores medios de liberarse de este inconveniente, durante los Principalmente sobre las vainas tiernas de judías recogidas después de un
meses lluviosos, consiste en cultivar variedades de enram e, de las que sólo las periodo de fuertes lluvias, eventualmcnte manchadas de tierra, se pueden observar
hojas inferiores serán alcanzadas. a lo largo del proceso de expedición, o durante su espera en las cám aras de la
El C IA T ha investigado durante m ucho tiem po genitores de resistencia fábrica, un cierto núm ero de los agentes señalados en los apartados anteriores:
para esta enferm edad. A tal efecto propone la linea H 77-16. Entre las líneas — lesiones de antracnosis o de «grasas» que se hallaban en proceso de
enanas (judias tiernas o granos rojos para desvainar) seleccionadas en el I N R A - incubación en el m om ento de la cosecha;
A ntillas-Guayana, algunas parecen presentar esta tolerancia. — lesiones de Rhizoctonia de tipo A G : y AG 4.
1.a lucha química es posible, excepto cuando lluvias abundantes y muy Además, Pythium aphanidermatunt en condiciones tropicales, y Sclerotinia
selerotiorion y Botrytis cinerea en climas tem plados, que pueden desarrollarse
• En inglés -w eb blighi-, en español -m ustia hilachosa. (N.d.T.: Transcipción literal de los com o «nidos** de podredum bre, en una esquina de las cajas o en la m ayor parte
autores £7J.) d e l saco de plástico que las contiene.
294 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la judia 295

N o se puede ap licar un rem ojo fungicida a las ju d ías verdes un a vez han de a, cada u n o de los cuales es su p erad o p o r u n a raza de virus. I lan sido
sido recolectadas. Se tra ta rá de vender con la m ay o r celeridad posible el rem a­ aisladas algunas razas de este virus com o 1.2.3 y 1.2.4. U n gen f (línea IV T 7214)
nente que h ayam o s p o d id o salv ar de las parcelas atacad as p o r los p arásito s en que todavía n o ha sid o superado.
cuestión. A sim ism o, se deberá evitar el apilam ien to de las vainas de form a — Un gen dominante de hipersensibilidad I presente en num erosas variedades
excesivam ente a p re ta d a en las cajas y tra ta n d o de utilizar sacos de plásticos o poblaciones tradicionales en el m u n d o que todavía no ha sido su p erad o por
ab und an tem en te p erforados. ninguna cepa de BCM V.

VIL E n ferm edades provocadas por virus

Son num erosas y difíciles d e contro lar. La resistencia varicial perm ite,
a fo rtu n ad am en te, evitarlas en num erosos casos.

Potyvirus
Básicamente se conocen dos m uy im portantes de propiedades epidemiológicas
m uy diferentes:

• El mosaico común de la judía (BCMV)


Sólo ataca a la especie Phaseolus vulgaris y puede ser tran sm itid o p o r la
sem illa en u n a p ro p o rció n m uy elevada: se h a señalado hasta un 83 % , aunque
las tasas habituales so n del 5 al 20 %. Es tran sm itid o p o r num erosos pulgones,
a u n q u e generalm ente suele atribuirse a Acyrtosiphon pisum (pulgón verde del
guisante), Myzuspersicae y Aphisfabae m ucho menos eficaz, pero m ás abundante A: l"n una variedad sensible.
B: Inicio de «Black-root** sobre una variedad hipersensible.
sobre la judia.
La propagación de este virus puede ser m ás o m enos ráp id a dependiendo de
las condiciones climáticas: muy temible en condiciones de primavera mediterránea Esta hipersensibilidad implica los riesgos habituales de este tipo de resistencia:
o de verano tem plado, a causa de la ab u n d an cia de pulgones alados; es m ucho posibilidad de generalización a elevada tem peratura y de necrosis generalizada
m enos rápida en condiciones tropicales. A lgunos lotes m uy co n tam in ad o s p ro ­ cu an d o la tem p eratu ra baja de nuevo. Las alternancias 20-30 °C son m uy
cedentes de F rancia h a n resultado aceptables en las A ntillas después de tres o propicias a este accidente, conocido en el caso de la ju d ía com o «black root».
cu atro m ultiplicaciones. En las m ezclas heterogéneas, cultivadas p o r los cam pe­ La necrosis se m anifiesta en todos los órganos: nervaduras de las hojas, pecíolos,
sinos de H aití, se aisla una m ayoría d e lineas no cultivables en el M ediodía tallos y vainas que, al secarse, adquieren una consistencia de cuero.
francés, d a d a su extrem a sensibilidad. El «black root», sin em bargo, sólo es tem ible cuando se cultiva una variedad
L os sintonías m ás com u n es en las p lan tas sensibles (m ás o m enos intensos, resistente entrem ezclada o próxim o a variedades sensibles e hipersensiblcs. En
según las variedades) se m anifiestan en form a d e m osaico fuertem ente rizado. efecto, las variedades hipersensiblcs no transm iten el virus p o r la sem illa, incluso
Las plantas se d eb ilitan , su floración es reducida, y m ás escalonada, la cosecha cuando se hacen germ inar los granos escaldados contenidos en vainas necrosadas.
es m en o r y se obtiene en m ayor intervalo de tiem po (fig. 70). El débil índice de r o r o tra parte, se h a c o n sta tad o que los pulgones son incapaces de ad q u irir el
m ultiplicación de la ju d ía y la c an tid ad de sem illas a m an ip u lar im piden la virus a p artir de p lan tas necróticas '. I^is variedades hipcrscnsibles presentan
aplicación de p ro g ram as d e selección sanitaria. diferente g rad o d e sensibilidad an te el «black ro o t» (los genes descritos p o r
Se conocen d o s tip o s de resistencia al m osaico com ún: r i j f h o i j t condicionan a ello), del m ism o m odo que la actitu d para inducirlo
— Resistencias recesivas, m uy bien estu d iad as en concreto p o r D r i j f i i o i' i.
en H olanda, con tres loci; un gen s debe hallarse en estad o recesivo p ara que los F.1 «black root». sin em bargo, continúa constituyendo un grave problem a p a ra el selecciona-
genes de resistencia del «locus» a p uedan expresarse. Se conocen c u a tro alelos
296 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de ¡a judia 297

es variable según las cepas de virus. El síntom a «black ro o t» es b astan te extraño — Luteovirus
en los países tropicales, d o n d e nos en co n tram o s co n una m ezcla d e tipos
L a amarillez apical del guisante (Pea Icafroll virus. PL R V ) tam bién ha sido
sensibles e hipersensibles e n las poblaciones tradicionalm ente cu ltivadas p o r los
detectada en la ju d ía , pero n o parece que pueda alcanzar una gran extensión
cam pesinos.
sobre esta planta-huésped.
A ctualm ente, E u ro p a dispone de variedades resistantes p o r hipersensibilidad
«tradicionales o nuevas» en todos los tipos varietalcs.
— Geminivirus

• Mosaico amarillo de la judía (BYMV) P o r el m om ento no afectan a E uropa ni a A m érica tem plada. P or contra,
son m uy im portantes en A m érica L atina. Ju n to a o tro s virus de legum inosas
C o n trariam en te al caso an terio r, n o es transm isible p o r las sem illas, pero silvestres que atac an ocasionalm ente a la judia (ejem plo: el «virus del Rynchosia»
puede infectar a un buen n úm ero de legum inosas, hortalizas forrajeras 0 plantas de P u erto Rico y de las Pequeñas A ntillas), se debe m encionar sobre to d o al
espontáneas (ejemplo: ju d ia , guisante, h ab a, g arbanzo, altram uz, m eliloto, trébol mosaico dorado de la judía, especializado en los Phaseolus (Ph. luna tus. d ad a su
violeta, alfalfa, lupulina) e iridáceas: g ladiolo, freexia, trifonía. F.n H o la n d a , un característica casi vivaz, en condiciones tropicales funciona co m o reservorio).
92 % de la producción de los bulbos de gladiolos producidos se hallan infectados M uy tem ible en A m érica L atina y en las G ran d es A ntillas im pide el cultivo de
p o r BYMV. la ju d ía en determ inados periodos del añ o . sobre to d o c u an d o las tem peraturas
Sin em bargo, las legum inosas, so n los principales reservorios del virus: muy m áxim as superiores a 28 °C favorecen al vector (fig. 71).
fácilm ente tra n sp o rta d o p o r Acyrtosiphon pisum (pulgón verde del guisante) L as investigaciones de variedades resistentes al m osaico d o ra d o (B G M V ),
pasa de las legum inosas fo rrajeras vivaces al guisante y de aq u í a la ju d ía a lo constituyen hoy u n o de los objetivos fundam entales del C IA T , que ya ha
largo de la estación.
Los síntom as en este caso son los de un m osaico m ás finam ente rizado y
m ejor repartido en placas de co lo r verde m ás oscuras que las del m osaico
com ún. Los hilos pueden estar m uy d efo rm ad o s. Las m erm as sobre el rendi­
m iento son m enores que las que estos efectos p o d rían hacer suponer.
M ucho m ás tem ibles son algunas cepas de BYM V, que provocan (en el
guisante y tam bién en la ju d ía ) unos síntom as de necrosis apical, que pueden
d estru ir plantaciones en teras d e variedades sensibles (ejem plo: ju d ias de enram e
seleccionadas en condiciones tropicales, m ientras qu e «fenóm eno de enram e» y
« b o rlotto ram picante» se ven m uy poco afectadas).
F.n algunas variedades am ericanas de tip o «great N o rthern» (G N U I 23.
G N U I 31 y G N U I 59) se ha en c o n trad o un gen recesivo de resistencia. liste
fue introducid o po r F o u n i x j u x en algunas líneas eu ro p eas de tipo «come-
to do». A lgunas cepas de BYM V sup eran a este gen, pero la naturaleza de los
focos del virus (legum inosas forrajeras) hace preveer que deba d e transcurrir
m u cho tiem po, p ara convertirse en p redom inantes.
FI m osaico de la sandía-2 (W M V 2). m uy sim ilar al BYM V, puede tam bién
invadir de form a o casional a la judía.

— Cucumovirus
Las cepas com unes d e C M V no atac an a la ju d ía , que, sin em b arg o , puede
ser atac ad a en E stad os U nidos p o r el Peanut stunt (PSV ), virus del m ism o
g ru p o ligado a las legum inosas, p ero que puede ser tran sm itid o p o r el tabaco.
E n el M ediodía francés fueron d etectados p o r M a r r o l algunos síntom as
an álogos a los del m osaico com ún que han d a d o lu g ar a la transm isión por
sem illas en «C oco e n a n a rosa d e E yragues» (hipersensibilidad al BCM V). Se Figura 71.— * Fechas posibles de siembra para la judia en Han i en función de las estaciones y de la
tra ta de un Cucumovirus consid erad o co m o una cepa p articu lar del CM V . altitud con miras a evitar el mosaico dorado (BGMV).
298 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la judía 299

propuesto variedades tolerantes de granos negros, com o «T am azulapa», que fcrralitica. Se traduce por un crecimiento dificultoso de las plantas
e v o lu c ió n
lom a su resistencia de P. acutifolius. lam entablemente m uy sensible al oídio. con am arilleo y necrosis m arginal de las hojas. La aplicación en el surco de
La judía es sensible tam bién al Curly-top (geminivirus transm itida p o r cica- siembra de caliza triturada, o. m ucho m ejor, de escorias Tilom as o de fosfato
délidos, pero no p o r Bemisia com o los anteriores). En Estados Unidos han sido tricálcico triturado (en razón de 3 g de PjCV m de linea) perm ite m ejorar la
seleccionadas algunas variedades resistentes para ser utilizadas en aquellas zonas situación.
más castigadas por esta enfermedad.

— Virus transmitidos por coleópteros IX . E n fe r m e d a d e s d e o tr a s fa s e o le a s


Suelen ser muy abundantes en el nuevo m undo, destacando: el Southern
bean mosaic virus en Estados Unidos, los «Bean yellow stipple». « Bean poel Judía de Lima (Phaseolus lunatus)
motile» y «Desmodium yellow motile» en América latina. Ph. lunatus se encuentra m ucho más alejada de Ph. vulgaris que Ph. coccíneas
Algunas alertas han llegado a los virólogos europeos, sobre todo aquellas y acutifolius. p o r lo que sus enfermedades son bastante diferentes.
que conciernen a Southern bean mosaic virus, transm itido por semillas y even­ La germinación de semillas de P. lunatus es m uy delicada, sobre todo para
tualm ente por contacto en los cultivos de invernadero. Este virus, sin em bargo, las variedades de grano blanco o verde pálido (homologas de los cvs denominados
no suele extenderse en pleno cam po, a falta, sin duda, de su vector m ás etica/. anteriorm ente «flagcolcts» verdes), en particular frente a R. solani.
Cerotoma trifurcóla. 1.a gran duración del ciclo vegetativo, sobre todo de las variedades de
— Otros virus enram e, hace que las raíces sean particularm ente sensibles a los Meloidogyne.
pudiéndose observar voluminosas agallas. Existe una resistencia de heredabilidad
El Tobacco streak virus, ilarvirus 1 transm itido por trips, provoca en Estados análoga a la que hem os descrito en judías, sobre la variedad am ericana «Nema-
U nidos una enferm edad virótica. la «red node» (lesiones nccróticas rojas en el green» (enana) que ha sido transm itida a tipos de enram e en el ÍNRA-Antillas-
em plazamiento de los nudos).
G uayana.
Sin incidencia alguna en los cultivos al aire libre, el virus de la necrosis del Sobre el follaje puede aparecer la especie Pheoisariopsis griseola. y sobre el
tabaco ( l NV). puede manifestarse sobre las partes aéreas de las judias cultivadas follaje y las vainas una sarna provocada por Elsinoe phaseoli, pudiéndose detectar
en invernadero en condiciones de días cortos, provocando el bean stipple streak adem ás toda una serie de ataques de Diaphorte phaseolorum sobre las vainas,
(necrosis de los tallos, de las hojas y de los hilos). todos estos parásitos no motivan la aplicación de tratam ientos fungicidas regu­
lares, p o r lo m enos en las condiciones de las Antillas francesas. El parásito
foliar más temible de Ph. lunatus es Phytophthora phaseoli. com parable por su
V III. A c c id e n te s y s ín to m a s no p a ra s ita rio s morfología, su m odo de desarrollo y su óptim o de tem peratura a Phytophthora
infestans. Muy temible en Estados Unidos, este «Lima bean blight» lia inducido
La nascencia de ju d ías «tuertas* (que carecen de uno o dos cotiledones toda una serie de trabajos de selección. La incorporación de genes de resistencia
desprovistos de yema term inal, o de las dos primeras hojas), puede deberse a a las variedades americanas ha suscitado la aparición de nuevas razas de este
diversas causas: presencia de gorgojos en el grano, ataques de Phorbia pía tura. «mildiu". Phytophthora phaseoli apareció tam bién en Italia desde que se em ­
o daños mecánicos provocados por la trilla en el interior del grano. prendieron las prim eras tentativas de introducción del cultivo: M a t t a y
El «pico de pato» (cotiledones que se desarrollan dem asiado alargadam ente G a r i b a l d i (1969) describen la presencia en las hojas de m anchas de 5 m m de
en el curso de m aduración del grano y que hacen estallar el tegum ento) está diám etro rodeadas de un margen rojo y en las vainas de lesiones de lorm a
ligado a una maduración en condiciones demasiado húmedas. Afecta gravemente irregular sobre las que fructifican los Phytophthora.
a ciertas lineas, por lo general, eliminadas en el transcurso de las selecciones
Algunas manchas grises necróticas que aparecen en el centro de la cara Vigna radiata (sin.: Phaseolus aureus)
interna de los cotiledones, tradicionalm ente se atribuyen a la carencia en m an­
ganeso. Esta especie comienza a ser conocida en Francia bajo la im propia denom i­
nación de «soja verde». De ella se suelen consum ir sobre lodo los gérmenes
l a toxieidad del alum inio y del manKancso es uno de los principales factores
etiolados. La preparación de estos gérmenes exige semillas de alta calidad c
que limitan el cultivo de la judía en los suelos tropicales que han seguido una
indemnes de mohos superficiales. En caso de duda, se pueden desinfectar los
G rupa de virus de genom a tripartito provisto de cuatro tipos de panículas de 26-35 mm Btttnos por rem ojo en agua de Javel diluida, sometiéndolos seguidamente a un
RNA m oiiocatenario^, im portantes, sobre todo, en árboles fraudes. aclarado.
300 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la judía 301

Fn el cultivo en ca m p o de F ran cia, esta especie resulta m uy sensible a los B ib lio g rafía
ataques de Rhizoctonia solani sobre los hipocótilos y de Thielaviopsis en las
raíces laterales y sobre la raíz pivotante. Fste g rad o extrem o de sensibilidad
perm ite utilizarla co m o «planta tram p a» p a ra d etec tar estos d o s p arásito s en
algunas m uestras de suelo.
• Generalidades
En E xtrem o O rien te la p atología de esta especie es m uy com pleja. F n la
India es muy tem ido un Xanthomonas campestris p.v. vignae-radiatae, transmisible Bti i iard-Ai-ONZO L.M.. 1971: Contribución al estudio de las enfermedades de la habichuela
p o r semillas, que en F ra n c ia ha ap arecido de form a episódica. ( P h . vulgaris) en la República dominicana. Tesis. Universidad Autónoma de Santo
El A V R D C ' incluye en sus p ro g ram as de m ejora de Vigna radíala toda Domingo.
HóÍÍBELING N .. 1956: Maladies e.t dégats du Haricot ( tr a d u c tio n fr a n c a is e d e «Ziekten en
una serie de resistencias a las siguientes enferm edades:
besschadingen van bohnen»). F a tis e d ., 82 p.
— un oídio (raza d e E. polygom ) y Cercospora canescens sobre las hojas; S c h w a rt H.F. y C a lv e z G.E.. 1978: Problemas de campo en los cultivos de frijol en
— algunos m osaicos sobre las hojas p ro v o cad o s p o r potyvirus transm itidos América iMtina. C1AT éd.. 136 p.
p o r sem illas m ás o m enos em p aren tad o s con el m osaico co m ú n de la ju d ia o Z a u m f v t r W.J. y T h o m a s H.R., 195"?: A monographic study o f bean diseases and their
con el Cowpca aphid borne mosaic virus, o en una p ro p o rció n m ás débil por control. USDA tech. bull. 868. 255 p.
cepas «legum inosas» de C M V . tam bién tran sm itid as p o r sem illas. En la India Z a u m p y c r YV.J. y Mi iNtRS J.P.. 1975: « D is e a s e re s is ta n c e in b e a n s » . Annu. Rev. Plant
es m uy tem ible un gem inivirus (Mung hean yellow mosaic). Pathol. 13, 313-334.

• Marras de nascencia (Pythium)


Vigna unguiculata y su v aried ad sesquipedalís
ADtoBOLA M.O.K. y H a uluorn D.J.. 1970: «Host resistance and pathogen vimlence
En A frica y en el su r del continente am erican o , los inseptos su p o n en una in Pythium blight o f Bean». Phytopathology. 60, 1477-1479.
B a n n f r o t II., 1979: «Cold tolerance in beans». Annu. rep. Bean genetic iniprov. coop..
am enaza m ucho m ás im p o rtan te para esta Vigna que cu alquier enferm edad.
22,81-84.
Sin em bargo, d ebem os señalar la presencia de un Xanthomonas campestris
G i n o i f x J.P ., 1981: Étude des relations hte-parasite dans le couple Phaseolus vulgaris
p.v. vignicola hom ó lo g o del p.v. phaseoli y en A frica las f. sp. vignae de la — Pythium ultim um — definition dune resistance. These L'STI Montpellier, m ayo
an tracnosis y de la ro y a de la ju d ía. E n las h ojas a d u ltas y senescentes los 198 L 199 p.
ataques m ás frecuentes se deben a Cercospora cruenta (m an ch as angu lares de P ii ./.cakka D .J. y A bawi G.S., 1978: «Influence o f soil water potential and tem perature
co ntornos borrosos, m o h o grisáceo sobre las hojas) y a Corynespora eassiicola o n severity of Pythium root rot o f snap beans*. Phytopathology, 68, 766-772.
(m anchas circulares zonificadas d e reb o rd e rojo). S c h r o t h M.N. y C o o n R J . , 1964: «Seed exsudation and its influence on preemergencc
El oídio am ericano de la ju d ia puede a ta c ar a V. unguiculata: V. sesquipedalís dam ping off o f beans». Phytopathology, 54, 670-673.
m uestra una m ayor sensibilidad. SciiwfcsTF.R D. y R ivfs M .. 1957: «Resultáis d ’essais de traitem ents d e sentences dc
Los ataques de M ehidogyne pueden ser im p o rtan tes sobre las raíces; en los H aricot contre la M ouche des semis llvlemia cdicrura». Phvtiatr.-Phvtopharm.. 6,
35-41.
Estados U nidos se han propuesto algunas variedades resistentes tic tipo «guisante
Y o rk D .W .. D ick so n M.H. y A haw i G.S., 1977: .•Inheritance o f resistance to seed
de ojos negros». T am b ién en E stad o s U nidos es m uy tem ible el Fusarium
dccav and prccmergence dam ping off in snap beans caused bv Pvthitun ultimum».
oxysporum f. sp. tracheíphilum (variedades resistentes, razas de en tre las cuales Plant Dis. Rep.. 61. 285-289.
una ataca incluso a la soja).
V wtguiculata es a tac ad a p o r núm eros virus, en su m ay o r parte transm itidos
p o r sem illas, entre los cuales destacan: • Rhizoctonia solani
— un potvvirus hom ólo g o al m osaico com ún d e la ju d ía, el «Cowpea C i Crist oi; T h., 1962: »Penetration and host-parasite relationships o f Rhizoctoniu .solani
aphid-bome Mosaic virus»: in the bean plant-. Phytopathology, 52, 381-386.
— num erosos virus tran sm itid o s p o r coleópteros, especialm ente el tipo de M c L e a n D.M .. H o ftm a n J.C . y B ro w n G.B., 1968: «G renhouse studies on resistance
co m o vi rus « Cowpea mosaic virus»; o f snap bean to Rhizoctonia solani". Plant Dts. Rep.. 52, 486-488.
a p a v iz a s G .C ., 1963: -Effect o f oat straw and supplem ental nitrogen on microbial
— así com o alg u n as cepas «legum inosas» de CM V . antagonism in bean rhi/osphere». Phytopathology. 53, 885.
• Rasad K. y W eiolt . J.L .. 1976: «Association o f sccd-coat factors with resistance to
A sían Vegetable R esearch an d D evelopm ent C 'entcr-Shanhua-Taiwan. Rhizoctonia solani in Phaseolus vulgaris». Phytopathology, 66, 342-345.
VI
ENFERMEDADES DE LOS
GUISANTES Y DE LAS HABAS

A m bas plantas pertenecen a la tribu de las Vicieas. F.n E uropa, tanto el


cultivo (Je guisantes (Pisum sativum) com o el de habas (Vicia faba), en explota­
ciones de tipo hortícola intensivo, resultan de carácter anecdótico en comparación
con las producciones extensivas o semicx tensivas destinadas a la conserva o a
la congelación, sobre todo, de guisantes recogidos a m áquina, o bien en cultivos
destinados a la producción de granos secos, como plantas «proteaginosas»
reservadas para la nutrición de los animales (guisantes, haboncillos). Sin embargo,
en las regiones mediterráneas la tolerancia de am bas especies a tem peraturas
muy bajas e incluso a heladas ligeras, perm ite sem brar am bas plantas en otoño
o a principios de año. Los guisantes tirabeques, que todavía no han sido
comercializados en conserva o congelación, y las vainas inm aduras de habas de
grano grueso, suelen aparecer en los mercados ju n to a las prim eras hortalizas
de primavera. El calor del verano, tanto por su efecto directo com o p o r las
enfermedades que acarrea (oídio del guisante, virus), hace que desaparezcan
enseguida de los huertos. Las publicaciones especializadas en sus enfermedades
son muy im portantes, pero deben ser interpretadas bajo una óptica «hortícola»,
pues conciernen sobre todo a las regiones nórdicas de F.uropa y Estados Unidos
y a los cultivos industriales.

I. Enfermedades provocadas por parásitos telúricos

Marras de nascencia provocadas por Pythium


Al germ inar de form a m ucho más vigorosa que la judía bajo tem peraturas
próximas a los 10 °C, los guisantes deberían resultar más ventajosos en relación
a los Pythium.
De hecho, las semillas sólo son sensibles a Pythium durante el período de 48
a 72 horas que precede a los comienzos de su germinación.
Pero las variedades más apreciadas (guisantes de granos rugosos) compensan
estas ventajas con una im portante exudación de azúcares: son hom ólogas de las
judias pochas verdes («flagcolet»). Conviene tratar sus semillas con un fungicida
clásico (ejemplo: tiram ). o con una mezcla de productos más m odernos que
contengan u n antimildiu específico (consultar posteriormente el apartado «Mildiu
del guisante»).
306 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los guisantes y de las habas 307

l a s variedades de g ra n o s redondos no suelen verse tan afectadas, y todavía


m u cho m enos las variedades de g ran o s m otead o s de violeta . que sólo se f- sp. p h a s e o h ^ ^ ~ ~ í $p. pisi f. sp. fabae
encuentran entre los guisantes tirabeques.
Las habas, cuyos teg um en tos so n ricos en sustancias fungistáticas. padecen
m u cho m enos los ataq u e s de Pythium a lo largo del proceso de germ inación.
Existe sinergism o entre Pythium y F. solani f. sp. pisi para a g rav ar las
p o d red u m b res de las raíces y del cuello.
O tro s Fusarium. en p a rticu lar algunos F. roseum pueden intervenir en las
Necrosis de las raíces y del cuello p o d red u m b res del cuello en guisantes y habas, hasta el p u n to de que en Ja p ó n
se ha descrito un F. [roseum] avenaeeum f. sp .fabue. Si se com para, en inoculación
• Khizoctonia solani (cepas m editerráneas de tipo Ag 4) se com porta tam bién artificial la susceptibilidad de plántulas de m aíz y de guisante, se puede observar
de form a m ás agresiva so b re el guisante o el h ab a que sobre la ju d ía, pero tan to cóm o estas últim as se m u estran m ucho m ás sensibles que las de m aíz a F.
en el norte de E u ro p a, d o n d e este tip o de cepas es m uy ex trañ o , com o en el sur. roseum y a n um erosas v ariedades de F. roseum (sambucinum, avenaeeum. grami-
d o n de las siem bras se realizan a tem p eratu ras inferiores a los 15 °C , ap en as se nearum. culmorum).
dan las condiciones que favorecen este tip o d e d a ñ o so b re las p lantas más En E u ro p a (E scandinavia, R usia, Inglaterra) sólo de fo rm a esporádica se
jovenes. ha d etectad o la presencia d e Aphanomyces euteiehes (Saproleñal), considerado
en E stad o s U nidos co m o el agente m ás agresivo de las necrosis de las raíces, las
• L as necrosis de las raíces y del cuello que se pro d u cen a lo largo del
podredum bres del cuello y la m ortalidad precoz del guisante... (pero en E u ropa,
cultivo y que provocan el debilitam iento de las plantas, la dism inución del
y m ás con cretam en te en F ran cia, existen pocos especialistas en oom icetos). Su
núm ero de vainas y del relleno d e las m ism as y las desecaciones p rem atu ras, en
ó p tim o de agresividad se sitúa entre los 22 y los 28 °C (el paso del hielo al calor
los casos m ás graves, p ueden estar p ro v o cad as p o r un gran núm ero de hongos.
es m u ch o m ás ráp id o en el clima continental am ericano que en E uropa) y está
Los Pythium de tipo ullimum prosiguen su actividad só b re las raíces tras la favorecido p o r los suelos con p H ácido o n eu tro , arcillosos y /o satu rad o s de
em ergencia. A p a rtir de las m uestras de tierra recogidas en el IN RA-V ersalles, agua. E n 1984 H a g l k d o n c o n statab a que ni el uso de fungicidas ni las inves­
en los añ o s setenta, se deducía q u e el precedente «guisante» favorecía la acum u­ tigaciones sobre resistencia varietal h ab ían d ad o resultados alentadores... Las
lación en el suelo de Pythium ultimum de form a m ás efectiva qu e los precedentes enm iendas calizas (9 to n e la d a s/h de caliza m olida), el precedente o los abonos
«cereales«. En los E stad o s U nidos se ha po d id o d etectar la presencia d e 77//V- siderales tip o «cruciferas» (a causa de los tiolglicósidos: no escoger una c o l/a
laviopsis basicola ta n to en guisantes com o en ju d ías. del g ru p o 00), y el análisis previo del «potencial infeccioso del suelo», antes de
El parásito que m ás frecuentem ente ha sido citado en E u ro p a y en los la firm a de un c o n trato de p roducción de guisantes de conserva, son las m edidas
Estados U nidos es Fusarium solani, en el seno del cual se han descrito los f. sp. más eficaces qu e se aplican en los E stados Unidos.
pisi y fabae. D ep endiendo de las opiniones de los au to res, las fronteras que
sep aran las f. sp. phaseoli, pisi y fabae pueden ser estrictas o m ás o m enos
im precisas \ F u sa rio s is vas cu la re s
Los resultados o b ten id o s en algunas experiencias de m onocultivo de ju d ías
y guisantes realizadas en los E stados U nidos en parcelas colindantes, seguidas E n la actu alid ad se distinguen cu a tro razas «graves» de F. oxysporum f. sp.
de plantación de judias en la parcela cultivada anteriorm ente d e guisantes y pisi: 1 ,2 ,5 y 6 que, com o las de la fusariosis del m elón, se distinguen p o r la
viceversa, hablan en favor de la especificidad. Sin em bargo, algunos investigadores gam a de variedades atacad as, el ó p tim o de tem p eratu ra necesario para su
(y nosotros m ism os en el su r de F ran cia) han hallad o cepas de F. solani que a taq u e y el síntom a que p ro d u cen (aunque esos d o s últim os aspectos se encuen­
a ta c an judías y g uisantes. El gráfico siguiente preten d e resum ir las supuestas tran íntim am ente ligados).
relaciones existentes e n tre las tres f. sp.: El cu a d ro 14 y sus anexos, resum en esia situación.
M ientras intervienen solos, los F. oxysporum f. sp. pisi n o provocan necrosis
b stas variedades, cuyas flores son violetas, tam bién so n Jas m ás resistentes a las heladas de raíces ni p o d red u m b res del cuello visibles al exterior. E n el cam no, el ataque-
1 a cspcciali/ación de las f. sp. de F. Sulam parásitas de las legum inosas no se basa en una vascular a m enudo viene seguido de un ataq u e cortical p rovocado p o r invasores
relación huésped-parásito -g e n p o r gen» co m o o curre en las F. oxysporum. sino en su ap titu d para
secundarios ( Pythium, Fusarium spp.; véase a p a rta d o anterior).
d eg rad ar las fitoalevinas (fungistáticas) producidas p o r el huésped com o respuesta a lu infección
l-as estructuras quím icas de 1.« pisatina (fitoulcxina del guisante) y de la faseolina (fitoalexm a de Hn E u ro p a, la fusariosis vascular del guisante queda restringida a Inglaterra
ju d ia ) so n m uy próxim as. y H olan d a, donde se hallan presentes las razas 1 y 2. En Francia esUi enferm edad
308 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades de los guisantes y de las habas 309

sólo ha sido d etectad a en la región de Lille. d o n d e únicam ente se h a descubierto co m o «antracnosis*») viene a sum árseles el mildiu. En h abas la «ascochitosis» es
la raza 1. la enferm edad m ás im portante.
La resistencia de Pisum sativum a las razas 1. 2, 5 y 6 esiá ligada a cu atro
genes do m inantes no alelos. N um erosas variedades com erciales están provistas
de resistencia a las razas 1 y 2, la selección de tipos com erciales resistentes a las M ild iu del g u is a n te (Peronospora pisi)
razas 5 y 6 está en curso. D e m o m en to , el oeste oceánico de A m érica (estado
de W ashington, C olum bia b ritánica) es el m ás afectad o p o r estas nuevas razas. Peronospora pisi presenta un ó ptim o térm ino m uy bajo p ara su fructificación
Un F. oxysporum f. s p . fabae ha sido descrito en Jap ó n . conídica. la germ inación de conídica y la infección (1-6-18 °C). Su desarrollo
se in terru m p e p o r encim a de los 20 °C , pero las tem p eratu ras com prendidas
CUADRO 14
en tre 15 y 20 °C inducen a u n a ab u n d an te producción de oosporas, ó rg an o s de
Razas de lusarium oxysporum f. sp.p isi p erpetuación del m ildiu, bien en la superficie de los guisantes secos tras la
Razas de oxy sporum f. sp. piu invasión d e las vainas, o en el suelo sobre los residuos de tallos o hojas (super­
1 2 5 6 vivencia o ch o años).
Liltlc marvel S S S S Los síntom as varían dependiendo del estado en que se encuentren las plantas
D arkskin perfection K s s s infectadas y d e la evolución de las tem peraturas tras la infección. Las infecciones
N ew P.ra R R s s de las p lán tu las jóvenes (a p artir del g rano o del suelo) se m anifiestan de form a
W SU 23 - K R R s
W SIJ 28 *
sistém ica: p lan tas enanas o deform es, rccubicrtas en to d o s sus órganos de
R S R R
W SU 31 • R R R R
fructificaciones del m ildiu de color gris-azulado. Las infecciones m ás tardías
Sintonías W ilt ** N car-w ilt ** Will Wilt (hasta el tercer o cuarto n u do, según las variedades) tam bién pueden desarrollarse
de form a sistém ica en m ay o r o m enor nivel dependiendo de la evolución de las
x L>cscendencias experimentales de la Washington State I .'nkmity.
’ * WUl: enroscamiento hacia abajo de las estipulas y de las hojas, la planta deja de crecer v se torna tem p eratu ras. M ás tard ía m en te, las infecciones se localizan en la axila de las
quebradiza, las hojas amarillean rápidamente de a bajo a anilxt. La necrosis vascular afecta a la liase del estípulas o en m anchas localizadas en los folíolos. Las vainas pueden ser gra­
tallo, óptimo 20a C.
vem ente atac ad as, con esporulación ab u n d an te, o producción de esporas en el
Nw»r wilt: la enfermedad se desarrolla más lentamente, con síntomas unilaterales tanto para el follaje ennv •
paia la necrosis interna del tallo, que puede ascender muy alto, óptimo más alto: 25° C. in terio r según la evolución de la tem peratura. I-as oo sp o ras tam bién pueden ser
m uy ab u n d an te s en el in terior de los tallos.
D u ran te m ucho tiem po el horticultor se en co n tró d esarm ad o p ara co m b atir
N e m a to d o de q u is te s d e g u is a n te s y habas
el mildiu del guisante: la supresión de los prim eros focos (plántulas contam inadas
de form a sistém ica) constituye el objetivo prim ordial. E sto puede ser conseguido
I let er odera got t indiana parece ser el n em ato d o m ás im p o rtan te de guisantes
en nuestros días p o r m edio de tratam ientos de semillas con antim ildius sistémicos:
y habas. Se ha d etec tad o en F.uropa del n o rte y en la llanura del Po. Ejerce un
la co m binación «oxadixil — cim oxanilo -I- m an eb " (6,25 g /k g de sem illas de un
efecto nocivo directo sobre las raíces (enanism o, ram ificación excesiva) >' *as
p ro d u c to de 8-3,2-56% ) era considerado en 1988 el m edio m ás eficaz. Del
sensibiliza a los agentes de la necrosis anterio rm en te descritos. E n H o lan d a, F.
m ism o m o d o se pueden co m b atir los Pylhium.
oxysporum í. sp. pisi raza 3 (raza n o considerada com o grave en E stados U nidos)
sólo invade el gu isan te ap ro v ech an d o los a taq u e s de Ileterodera. En Estados Se ha p o d id o ob serv ar to d a una serie de variaciones de sensibilidad trente
U nidos se ha señalado la presencia de Afeloydogine Impla y Pratylenchus penetrans al m ildiu del guisante, que, por lo m enos en A lem ania, pueden ser subdivididas
en el guisante. en razas. L as variedades cultivadas en F rancia han sido clasificadas po r C ousin
(IN R A -V crsalles) en cu atro categorías, atendiendo a su m ay o r o m enor g rad o
de sensibilidad. «S tarcovert», «S tam ain» y algunas o tras variedades cultivadas
para la conserva son altam ente resistentes, su buen com portam iento ha sido
II. E nferm edades p erpetuadas por las sem illas verificado en A lem ania en una p roporción frente a frente («vis-a-vis») de siete
o los resto s de cultivo, que atacan plántulas, razas sobre ocho.
tallos, hojas y vainas El m ildiu d e las h ab as, provocado p o r Peronospora viciae es m ucho m ás
raro . Se ha d etec tad o en C erdeña sin ningún tipo de gravedad, y de form a
En el guisante so n m ucho m ás num erosas que en la ju d ía, pues a la grasa m ucho m ás acuciante en E gipto a lo largo de inviernos excepcionalm ente
bacteriana y a las tres «ascochytosis» (en ocasiones equívocam ente designadas lluviosos .
310 Enfermedades de Ias hortalizas Enfermedades de los guisantes y de las habas 311

G ra s a b ac teria n a del g u isa n te tram p o lín p ara la m ultiplicación y la evolución de esta bacteria, todavía poco
frecuente en los cultivos de tipo «hortícola intensivo».
Provocada p o r Pseudomonas syringae pv. pisi. se dio a conocer en Estados L os m étodos de diagnóstico m odernos (inm unofluorescencia. ELISA ) cons­
U nidos en 1915. F.n H o lan d a n o ap areció h asta 1960, su desarro llo en Europa tituyen un in stru m en to eficaz p ara el estudio de la evolución epiftta de la
ha seguido el de los cultivos industriales de guisantes «proteaginosos». b acteria en d istin to s clim as y p ara su detección en los lotes de sem illas (R .vr et
Las lesiones de g rasa en el guisante pueden afectar a todos los órganos: al. h a n practicado el test sobre grupos de 1.000 semillas).
tallos, peciolos, estípulas, folíolos, zarcillos y vainas. D e aspecto inicialm ente
H a g e d o r n aconseja el rem ojo de los guisantes de siem bra en hipoclorito
grasiento y tran slú cid o en las estípulas y folíolos, que se nccrosan rápidam ente
a d quiriendo un aspecto claro circu n d ad o p o r un m argen o scuro en los órganos sódico a un 1 %> (agua d e Javel com ercial de 12°. diluida a 1/40).
foliares o los tallos, m ientras qu e las vainas to m a n un aspecto negruzco. C o m o en el caso d e la ju d ía , en E stados U nidos se ha detectado una
La epidem iología de la grasa del guisante se caracteriza p o r la im portancia bacteriosis de m en o r gravedad que provoca síntom as necróticos sobre las hojas
de la fase epífita, ta n to al inicio com o al final de la vida de la plan ta: lotes de y los tallos: las m an ch as en tres días evolucionan desde el asp ecto grasiento al
sem illas co n tam in ad as pueden ser ob ten id o s sobre plantas que no m uestran aspecto nccrótico. Esta bacteriosis tam bién está causada po r Pseudomonas syringae
síntom as hasta el m o m e n to de la recolección: la co ntam inación externa de las pv. syringae.
sem illas es. prob ab lem en te, m ás im p o rtan te que la contam inación interna sobre E n las habas, a m enudo se aprecian pústulas negras de 2 mm de diám etro
semillas provenientes d e vainas que presentan lesiones.
y de ligero relieve sobre las vainas. Su origen se desconoce, pero se supone que
l os ataques graves de P. syringae pv. están ligados a su carácter hiaiógeno.
p o d rían p roceder d e u n a infección b acteriana cicatrizada rápidam ente.
A unque su ó p tim o en cu ltiv o sea de 28 °C . la bacteria puede desarrollarse desde
+ 3 °C y apro v ech ar las lesiones producidas en las células a finales de la noche
p o r los cristales de hielo, cuya form ación induce, p ara pen etrar en la hoja a lo
largo de la ligera alza de tem p eratu ras d iurnas: las epidem ias, de este m o d o , H o n g o s p ro d u c to re s d e p ic n id io s so b re g u is a n te s y habas
pueden parecer fulm inantes. E sta a p titu d epífita e hialógená n o im pide que /'
syringae pv. pisi se co m p o rte co m o un p a rásito altam en te especializado, que ha
E n el guisante se han descrito tres hongos del tipo «Ascochyta», de entre los
establecido con su huésped unas relaciones j»en-a-gen. En 1988 se distinguían
cuales, u n o que n o produce m ás que m uy raram en ten lc esporas bicelulares se
seis razas de grasa del guisan te (cu ad ro 15).
ha co nvertido actualm ente en «Phom a». El cu ad ro 16 resum e sus características.

C U A D R O 15
C U A D R O 16
Razas ik- Pseudomonas syringae pv. pisi
Ascochyta y Phoma en el guisante
Ra/.tN dc Pseudomwtas xyringat pv. pisi
1luévpt-drc difmncialcs Phoma medicaRutis Áicochyta p'uiodes
1 2 3 4 5 Forma picmdica AsctKhyla piu y¡ir. püttrdíUa
6
M aravilla de K clvcdon s S S s s s F o n n a pcritccka. D esconocida. Desconocida. Mycosphaerclla
Early O nw ard s R s s R s pinodes.
Belinda R S R s S S
M anchas sobre hojas N ecróticas, beiges R aram ente superan N e cró ttc as:pequeños
Partridge R S R R R s
y (silos. con rebordes el estadio -pequeños p u ntos negros que
A bador R R S R R s oscuros, num erosos punios negros-. pueden evolucionar
Progreta R R R s R s
I.incoln picnidios. en m ancha’,
R R R R R tonificadas oscuras.
'<
Según R.\r <■/ ai. 1988. Frecuentes.
A taques en la base Raros. Predom inantes.
de los tallos (necrosts
negruzca i.
La raza m ás ex ten d id a p o r el m u n d o en tero es la n.° 2. En F rancia las razas M odo de Semillas infectadas. Semillas infectadas, Semillas infectadas,
m ás extendidas en 1988 eran la 2 y la 6, que p o r el m o m en to ataca a todas las perpetuación clam idosporas en los pcritccas en los
predom inante. restos de cultivo. restos, proyección de
variedades com erciales. Los cultivos de guisantes proteaginosos sem brados en
ascos poras.
o to ñ o o a principios d e prim avera constituyen, d e este m o d o , un form idable
3 12 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de los guisantes y de las habas 313

[El asp ecto de las lesiones de Ascochyta pisi hace que, a m en u d o , se le E n condiciones eu ro p eas, quizá a causa de la m ayor frecuencia de las
otorgue a la enferm edad que provoca el n o m b re im p ro p io de an tracn o sis del infecciones internas, es necesario un tratam ien to m ás penetrante. El p ro d u cto
guisante (fig. 72). | favorito de los au to res ingleses actualm ente es el tiabendazol.
A p artir de los focos prim arios aislados de plán tu las qu e provienen de E n vegetación se recom iendan dos tratam ien to s (u n o aplicado d u ran te la
sem illas infectadas (so b re to d o p o r A. pisi) o de co n tam inaciones pro v o cad as floración, el o tro 20 d ias después de la m ism a). G eneralm ente se aconseja la
p o r restos de cultivo o ascospo ras (M. pinodes), Ascochyta pisi y Mycosphaerelht aplicación de un a m ezcla d e un fungicida de am plio espectro (m aneb. folpet,
pinodes son p ro p a g a d a s p o r las lluvias (tem p eratu ras cardinales próxim as de clortalonil) conjuntam ente con un sistèmico (carbendazim a o. m ás recientemente,
10-22-32 °C para a m b o s parásitos). Phoma se lim ita, p o r lo general, a p ro v o car procloraz).
lesiones en la base de lo s tallos.
F.n H olan d a se han d escrito c u a tro razas de Ascochyta pisi, su núm ero ha
I^a lucha contra esto s tres parásitos descansa en el tratam ien to fungicida de
sido elevado a siete p o r C o u s in y cois. (IN R A -V ersalles). El c y «G ullivcrt»
las sem illas (desinfección y protección de las plántulas) y, eventualm ente, en los
resiste a todas las razas, «R ondo« a seis de estas siete.
tratam ientos fungicidas en vegetación.
Los am ericanos, q u e actualm ente p ro d u cen sus sem illas en zonas árid as, se • L as habas so n a ta c a d a s p o r Ascochyta fabae, hom ologa de A. pisi tan to
m uestran m uy o p tim istas respecto a la eficacia de ciertos p rod ucto s p a ra el en lo que respecta a su ciclo de desarrollo com o a los síntom as que provoca.
tratam iento de sem illas (tiram , captan). C o n tra ella se aconsejan los m ism os m étodos de lucha.
N o se conocen variedades resistentes entre las h ab as hortícolas de granos
gruesos. P or co n tra en el IN R A -R ennes se ha obtenido una línea de haboncillos
alta m e n te resistente, «29 H».
• L a septoriosis del guisante (Septoria pisi) es u n a enferm edad com ún en
E stados U nidos y N ueva Z elanda. Produce m anchas am arillas m al definidas,
p u n tu ad as de picnidios, sobre las hojas adultas o senescentes. Puede perpetuarse
po r las sem illas o en los restos de cultivo. Su desarrollo es ó p tim o en períodos
lluviosos a una tem p eratu ra com prendida en tre 20 y 27 °C. Su im portancia es
m enor.

III. Diversas enferm edades de las hojas

O íd io del g u is a n te

Provocado p o r Erysiphe polygoni f. sp. pisi. es la enferm edad foliar m ás


im p o rtan te del guisante en clim a m editerráneo. Puede p ro v o car la desecación
p rem atu ra del follaje, un escaldam iento de las sem illas secas o la pérdida de las
últim as cosechas de guisantes trepadores: atac a a to d o s los órganos: tallos,
estipulas, hojas y vainas.
L as tem p eratu ras cardinales p ara su evolución son: 16-23-28 °C . A unque de
form a bastan te excepcional p ara un oídio, se ha c o n statad o su transm isión a
través de la semilla.
Se dispone de dos genes recesivos de resistencia: er, que protege todos los
Kigura 72.— Las ascochytosis del guisante. órganos, y er 2, que protege las hojas y las estípulas, pero n o los tallos. Se han
A: Ascochyta pisi (estipula, h o ja de n u d o su p en o r y vaina). le sio n e s m arginales con el centro nia> hallad o algunas cepas de oídios que superan al gen er, pero parece que no se
claro, picnidios en el c en tro d e las m anchas.
B: MyeosphacrcÜQ pinodes (estipulas, hoja de n u d o interior), N um erosísim as lesiones puntiforme*
han generalizado. E ntre las variedades cultivadas en F rancia podem os citar
que pueden evolucionar h a sta convertirse en m anchas oscuras Tonificadas. co m o resistentes: «Erygel», «Surgevil» y «T rianon» (obtenida en el IN R A ).
314 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los guisantes y de las habas 315

O tras enferm edades foliares del guisante juntam ente una selección recurrente a partir de cruces complejos, para elevar el
nivel de tolerancia a Ascochyta y a Botrytis en las habas de granos pequeños
Son considerables, pero de menor im portancia. (uno de los alimentos básicos de la alimentación en Egipto). Con anterioridad,
va citábam os la linea «29 H» com o resistente a Ascochyta: una linea «938»
• La antracnosis propiam ente dicha, provocada por Colletotríchum pisi fuertemente resistente a Botrytis fabae ha sido obtenida en Egipto.
sólo se manifiesta de form a esporádica (Estados U nidos y C anadá, Ja p ó n y en C e rco sp o ra fa b a e provoca grandes manchas zoniíicadas en los foliolos. Los
ocasiones Europa). Según los casos es considerada como un parásito prim ario ataques de roya pueden alcanzar gran im portancia a finales del ciclo de vege­
(m anchas grises de 2 a 8 mm con margen oscuro sobre las hojas, lesiones tación.
hondas y rojizas en las vainas, alargadas y rojizas en los tallos, abundante
esporulación), o com o un invasor secundario que aum enta el tam año de las
manchas de Ascochyta .
• La cladosporiosis (Ciadosporium pisicolum) o «scab» parece ser una en­
fermedad estrictam ente am ericana. Las lesiones pueden aparecer sobre todos
los órganos, recubiertas de un m oho gris vcrduzco cuyo centro se torna negro
al final de la evolución y cuyo centro se ncerosa.
• El «moteado» del guisante (le otorgamos este nombre por estar provocado
por un Fusieladium), enferm edad tam bién am ericana, sólo ataca a las hojas.
Las lesiones son alargadas y delimitadas por las nervaduras y se recubren de un
aterciopelado conidiano de color castaño.
• En Estados U nidos se han detectado dos tipos de Cercospora en el
guisante: Cercospora lathyrina y C. pisi-sativae.
• También sobre el guisante se ha detectado un determ inado núm ero de
royas, unas hetcroicas com o Uromyccs pisi y Uromvers viciae-craccae. cuyo
estado ccídico se desarrolla sobre euforbiáceas; otras autoicas com o U. viciar
fabae. la roya de las habas, que puede tam bién atacar al guisante.
Los ataques de royas en el guisante tienen muy poca im portancia y se suelen ricu ra 73.— hnferm edades foliares del haba.
detectar a finales del ciclo de vegetación. A: Roya (pustulas de color rojo intenso).
B‘.Botrytis fuhae: lesiones puntiformes algunas de las cuales se ensanchan en «manchas de
chocolate-.
C: Ascochyta fabae (evolución de algunas manchas en -derram adas" o «•escurridas*).
Enferm edades foliares de las habas (fig. 73)

La principal (junto a Ascochyta fabae, hongo señalado anteriorm ente) está


provocada por un tipo de Botrytis especializado en el haba '. M ientras que las IV. Ataques de Sclerotinia y de Botrytis en el guisante
esporas de B. cinerea. que germinan en la superficie de las hojas del haba, sólo
provocan lesiones negras puntiform es. las lesiones de Botrytis fabae, tras un
estado inicial análogo, pueden ampliarse y convertirse en «manchas de chocolate" La im portante m asa vegetal cvcntualmentc aplastada por lluvias violentas
de 3 a 5 mm de diám etro, de coloración uniform e, con un margen muy bien en los cultivos de guisantes de uso industrial, no dispuestos en espaldera,
delimitado. Favorecidos por tem peraturas del orden de 8 a 18 °C. los ataques constituye una base m uy indicada para los ataques de S. sclerotiorum y B.
de B.falxie pueden ser destructivos tanto en clima mediterráneo como templado. cinerea. Para com batirlos se deberán recordar las indicaciones estipuladas para
En ausencia de genitores de resistencia de alto nivel, tan to para la Ascochyta la judía. Los programas de tratamientos propuestos para los guisantes industriales
como p ara Botrytis. algunos investigadores europeos y egipcios practican con- resultan muy eficaces para preservar los ataques de Botrytis: elección del clor-
talonil com o fungicida de am plio espectro, adición de vinclozolina o de proci-
' Menos sensible que B. cinérea a la wyerona, fitoalcxina de las habas. roidona.
3 16 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los guisantes v de las fwbas 317

V. E nferm edades producidas por virus en las habas y A p a rtir de los a ñ o s sesenta se descubrió un gen recesivo mo en el guisante.
guisantes In corporado a todas las variedades comerciales am ericanas ha hecho desaparecer
el problem a en los E stad os U nidos. P o r co n tra, todavía subsiste en num erosas
Un cierto n ú m ero de virus, los m ás graves, son com unes a a m b as plantas, variedades sensibles de E u ro p a. El m ism o gen mo induce en el guisante la
o tro s específicos p a ra una o p ara o tra . Las legum inosas fo rrajeras o de las resistencia al m osaico de la sandía-2 (W M V 2), el cual es uno de los huéspedes
p raderas d esem peñan a m enudo el papel d e reservónos. en tre las legum inosas.
Los virus tran sm itid o s p o r pulgones tienen co m o vector privilegiado A c n - En inoculación artificial protege tam bién al guisante de la «sharka» de los
losiphon pisum. el pulgón verde del guisante (y del h aba), que inverna en las Prunus.
legum inosas fo rrajeras y espontáneas. A d ap ta d o co m o sus huespedes p ara
desarrollarse b ajo tem p era tu ra s ap en as superiores a los 10 °C. circula en form a
alada d e n tro de la tem p o ra d a m ucho m ás p ro n to que M yzus persicae o Aphis O tro s viru s tra n s m itid o s p o r p u lg o n e s
gossypii. lo que hace que los virus qu e tran sm ite sean m ucho m ás tem ibles. s eg ú n el m o d o no p e rs is te n te

D os carlavirus ’ atac an al guisante en los E stados U nidos, el Pea streak


P o tyv iru s virus, que provoca un estriado necrótico, cuyo reservorio es la alfalfa, y el R ed
c/over vein mosaic virus, agente del «enanismo del guisante» (pea stunl), se m a­
Del m ism o m o d o qu e en la ju d ía, sobre el guisante pueden ap reciarse dos
nifiestan. bien p o r p rovocar la m uerte de plantas jóvenes, o bien su supervivencia
potyvirus de epidem iología m uy diferente:
b ajo fo rm a de roseta de cntrenudos aco rtad o s (reservorio: trébol violeta).
• El mosaico transm itido por la semilla o «Pea seed borne mosaic» hizo su O tro «streak» del guisante puede estar provocado p o r el mosaico de la
aparición m uy recientem ente. Específico de los Pistan, no ataca a n inguna otra alfalfa (véase el cap ítu lo dedicado a las «Solanáceas»).
legum inosa In tro d u cid o en E stados U nidos (se desconoce exactam ente desde Un «broadbean wilt», todavía poco conocido, transm itido p o r Myzus persicae
dónde: pro b ab lem en te desde la India) ju n to con variedades exóticas destinadas (experim entalm ente) p rovoca una necrosis apical en las habas.
a am p liar el «germ oplasm a» d e los investigadores, se exten d ió m ien tras tan to El virus del m osaico del pepino, a u n q u e a m en u d o suele ser citado com o u n
p o r E uropa. Provoca sobre las p lan tas un m osaico p o c o neto, ac o m p a ñ ad o de p ató g en o del guisante, en realidad es poco im portante.
una dism inución de la an ch u ra de los folíolos con tendencia filiform e. La altura
y la ram ificación de las plantas son reducidas: es el sín to m a «pea fizzle top ». I ,a
transm isión p o r sem illas pu ed e alcanzar h asta un 30 % en las p lantas infectadas V iru s tra n s m itid o s p o r pu lg o nes
precozm ente. Las p lan tas infectadas tras la floración no lo transm iten. seg ú n el m odo p e rs is te n te
Las vainas de las plantas infectadas, se hallan m al rellenadas, los guisantes
son de tam añ o irreg u la r y a m enudo sus tegum entos estallan. Son los virus m ás graves de los guisantes y de las h a b a s y se hallan presentes
Las sem illas m ás pequeñas y aquellas cuyos tegum entos h an estallado lo en el m u n d o entero. C o n trariam en te a los anteriores, su propagación puede
transm iten en u n a m ay o r p ro p o rció n , pero no se puede p roceder a un a clasifi­ frenarse p o r m edio de tratam ien to s insecticidas (véase el ap artad o : «L ucha
cación basada en estos criterios p ara pu rificar los lotes d e semillas. co n tra los virus y m icoplasm as», capítulo II). Se recom iendan dos tratam ientos
El control de éstos puede realizarse ap lican d o el m étodo E LISA a grupos con un insecticida sistém ico antes de la floración.
de 50 a 60 em briones extraídos de sem illas p a ra «tcstaje». • El am arilleam iento apical del guisante (Pea leafroll virus) es un luteovirus
U n determ in ad o n ú m ero de genes recesivos de resistencia (con interacciones que ataca tan to al guisante com o al haba: la extrem idad de la planta interrum pe
genes-cepas de virus) han sido extraídos de variedades indias: serie sbm, a sbm4. su crecim iento y ad q u iere un to n o am arillo, la clorosis progresa de arrib a a
• El ««mosaico del guisante» no constituye m ás que u n a cepa del mosaico a b ajo y el cu aja d o o el engrosam iento de las vainas se interrum pe.
am arillo de la judía, co n el m ism o g ru p o de huéspedes, legum inosas forrajeras Subalim cntados a causa del m al funcionam iento del floem a, las raíces y la
y silvestres. El BY M V ata c a igualm ente a las habas, sobre las que provoca base del tallo se vuelven m ás sensibles a los Fusarium solani y roseum.
síntom as de m osaico débil.
Sobre guisante, según la cepa en cuestión, puede p rod u cir o u n m osaico
G ru p o de viras cuyo tipo es el virus latente del clavel (cam ation latent virus). Podem os
am arillo o una necrosis apical.
en co n trar carlavirus latentes entre los Allium. Panículas sinuosas 650 nm (un poco m ás cortas que
las de los potyvirus) R N A m onocatenario* A usencia de las inclusiones de tip o •■pinwtelll«, c arac­
‘ Parece ser q u e existen cepas «liabas- y cepas -len teja* de este virus. terísticas de los potyvirus.
318 Enfermedades de Ias hortalizas Enfermedades de los guisantes v de las habas 319

El reservorio n a tu ra l d e este virus es la alfalfa. En el M ediodía francés es el hielos tardíos p rovocan lesiones intem erviales y lesiones blanquecinas en las
virus m ás frecuente en el guisante. vainas.
La resistencia al am arillcam icn to apical del gu isan te está ligado a un gen U na necrosis marginal de las hojas, que sucede a la aparición de zonas
recesivo Ir. satu rad as de agua (en inglés: water congestión) parece ser de la m ism a naturaleza
• E l virus de las excrecencias y mosaico del g uisante' atac a tam bién al que la necrosis m arginal de la lechuga. Fl calor y la hum ed ad (aire y suelo)
guisante y al haba. Sus síntom as son muy particulares. F.1 PF.MV (pea enation mosuic predisponen a las p lantas p ara la aparición de este síntom a.
virus) provoca, en p rim e r lugar, una aclaración d e las nervaduras y, m ás tarde, El guisante es sensible a diversas carencias minerales y a los daños provocados
una distorsión de los órganos en vías de crecim iento, acom pañada de la aparición p o r el o z o n o y el óxido de nitrógeno («Smog»), y an te ellos, al igual que ante el
de m anchas translúcidas a lo largo de los nervios y de excrecencias en form a gas sulfuroso, reacciona p roduciendo necrosis blanquecinas.
o n du lad a (las llam adas «énations») b ajo las estípulas y folíolos. Este virus L as habas reaccionan m anifestando un enncgrccim iento localizado o gene­
tam bién está ligado al floem a. Los síntom as en h ab as son análogos, p ero no tan ralizado an te n um erosos factores desfavorables. 1.a causa de estos cnnegreci-
acusados. m ientos es, a m en u d o , difícil de concretar.
L os reservónos so n el trébol de los p rad o s, el trébol híbrido (sin sintonías), L as m anchas necróticas internas que aparecen en los cotiledones (en inglés
el trébol en cam ad o (q u e acusa los síntom as), la alfalfa y el m eliloto. Fl guisante «marsh spot»), atribuidas a la carencia en m anganeso de la planta-m adre aparecen
de o lo r es m uy sensible a este virus, qu e p redom ina en el norte de F rancia. Para ta n to en guisantes co m o en judias.
el guisante se dispone d e un gen d o m in an te d e resistencia En (tolerancia con F inalm ente sólo nos q u ed a indicar que en los países m editerráneos, las
síntom as débiles). h ab as pueden exp erim en tar im portantes d añ o s provocados p o r el jo p o u oro-
b an q u e (planta p arásita; véase el capitulo II, d edicado a las enferm edades del
tom ate); la línea «G iza 402», obtenida en E gipto, se m uestra m uy poco atacada.
V iru s tra n s m itid o s p or c o leó p te ro s

Son bastante im p o rtan tes en h ab as (tran sm itid o s p o r Apion vorax y Sitonia


spp.). Se h an descrito d o s comovirus: el «Broad hean stain», que ad em ás de un
m osaico provoca en los granos dib u jo s sin u o so s de color m a rró n claro-m arrón
o scuro, y el "Broad bean true mosaic», cuyos síntom as son ú n icam ente foliares.
A m bos virus se tran sm iten a través de las semillas.

V iru s tra n s m itid o s p or el suelo

U n a cepa de Tobacco rattie virus, tran sm itid a p o r n em ato d o s {Trichodorus


spp.) provoca en H o la n d a el sín to m a «pea early browning » (oscurecim iento
precoz del guisante).

VI. S íntom as no parasitarios

Los daños provocados por el hielo en el guisante, son m ayores cu a n to m ayor


sea la edad de las p la n ta s y éstas se encuentren m enos «endurecidas« p o r efecto
de heladas ligeras previas. Pueden a c a rrea r en las p lan tas m ás jóvenes, la
m uerte de la yem a term inal y el posterior d esarro llo de yem as axilares en la
base de la p lan ta, q u e origin an tallos de floración y cosechas m uy tardías. Los

" Este vum. integra u n g ru p o p or sí solo: -pcn u m o v iru s- (partículas tic 28 nm , genom a bipartito.
RNA».
Enfermedades de las hortalizas
VII
320

B ib lio grafía
ENFERMEDADES DEL APIO
Y DEL PEREJIL
1.a mayor parte de las informaciones contenidas en este capitulo se derivan de la
siguiente monografía:
HAutDORN D.J.. 1984: Compendium o f pea diseases. Int. phytopathol. society. St Paul
Minnesota. 57 p., gran formato ilustr. Se p ueden cultivar tres tipos fundam entales de apio: el «apio de cortar»,
p lan ta p oco evolucionada, de finos y huecos pecíolos, que puede resultar inte­
A la que añadiremos algunas referencias francófonas:
resante en difíciles condiciones de cultivo (ejem plo: clim as tropicales húm edos),
A l l a r d C , 1970: «Recherches sur la biologie du Mildiou du Pois». An/t. Phvtopathol. el «apio de pencas» (Apium graveolens var. dulce) y el «apio-rábano» (A. graveolens
2. 87-115. v ar. rapaceum). Las referencias que se disponen sobre el ap io de pencas son las
A l la k l » C.. Bn i I . y R o ih n Ph., 1988: «Le Mildiou du Pois fPeronospora pisi). Infections m ás abun d an tes, siendo poco conocido el apio-rábano en los países anglosajones.
et symptômes». Annales ANPP. 7 Conférence internat. Malad. Plantes. Bordeaux, El ap io es. después del «G inseng», uno de los vegetales m ás ricos en oligoele-
nov. 1 9 8 8 ,9 9 9 -1 0 0 4 . m entos. N o es d e ex trañ a r, pues, que su cultivo necesite de suelos equilibrados,
Cous 1\. M ttu s P., LFPoiVRr P. y R n i. a n d Ci., 1988: «La protection fongicide du pois
b ien provistos de elem entos m inerales y de m ateria orgánica.
protéagineux en Belgique». Ann. ANPP. 2‘ Conf. internat. Malad. Plantes. Bordeaux,
El perejil (Petroselinum sativum, a u n q u e Linneo lo denom inase Apium pe­
nov. 1988,967-974.
C o u s i n R.. 1977: «Pour choisir parmi 200 variétés de pois». Semences Prog.. 14, julio-
trosa!inum) es u n a p lan ta m uy próxim a al ap io , con el cual es hibridable; sus
sept. 77. enferm edades so n . sobre to d o , foliares y a m enudo análo g as a las del apio.
E s c h e n b k e n n e k P., 1986: «Les Maladies du Pois.». Phyloma - Défense des cultures. 374.
21-23.
M a i i - r a s J.Y.. LsciifcN B R hN N i-.R P. v G u o s o t A U C'.. 1988: «Lutte contre le mildiou
(Peronospora pisi) du pois protéagineux par traitement de semences». Ann. AMPP I. Enferm edades provocadas por p arásitos telúricos
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Las sem illas d e perejil y las todavía m ás pequeñas de ap io tard an m ucho
de l'appréciation de la résistance de la féverole à f anthracnose. Thèse-1 Jniv. Rennes 1
tiem p o en germ inar. L os d añ o s p o r m arras de naseencia no son. sin em bargo,
M aury Y. y cols., 1987: «Factors influcncing LLISA évaluation of transmission of pea
seed borne mosaic virus in infcctcd pea seeds». Agronomie, 7. 225-230. ta n frecuentes co m o cabria esperar. Los d añ o s pueden ser graves en ciertas
S a m s o n R ., M a »ü r a s Y., P o i r n r .R F., R a i B. y G a i g n a r d J.L., 1988: «Nouvelles situaciones, en p articu lar en Florida (suelos descalcificados, siem bras en condi­
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ANPP. 2 Conf. internat. Malad. Plantes. Bordeaux, nov. 1988, 943-949. practican un a in u n d ació n de los futuros terrenos de siem bra, bajo 10 ó 15 ern
R ai B., Sshmii J.. Sam son R. y C hau v ü au J.F ., 1988: «La graisse bactérienne du Pois d e ag u a d u ran te 60 días antes de su preparación. E sta práctica, em parejada a
protéagineux. Situation actuelle et perspectives». Ann. ANPP. 2 Conférence internat. u n en calado que eleva el pH hasta 7,5 dism inuye los dañ o s p o r Rhizoctonia y
Malad. Plantes. Bordeaux, nov. 1988. 935-942. Fusurium.

N ecro sis de las raíces

Las causas de las necrosis rojizas, o «roya» de las raíces del ap io , pueden sor
múltiples: en Estados U nidos^se atribuyen fundam entalm ente a unos ncm atodos
q u e pueden ser en d o p arásito s m igradores (Praty/enchus hamatus. P. penetrans)
o ectoparásitos (Bclonolaimus gracilis, Dolicho<¡oru.s heterocephalus) con «um brales
d e nocividad» co m p ren d idos entre 1.000 y 10.000 individuos p o r d m ‘ de suelo.
322 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del apio v del perejil 323

E n F rancia, la ap arició n d e la «roya de las raíces» supuso u n a de las


prim eras ocasiones de pu esta en práctica de los m étodos de estudio de la «fatiga
de los suelos», p ro p u esto s p o r B o u h o t . En los suelos de B orgoña. d o n d e se
m anifestaban necrosis de raíces, a c o m p a ñ ad as de am arilleo y d eterio ro de
p lantas jóvenes, se p u d o c o n statar, p a ra esta sín to m ato lo g ia. un a interacción
entre la ab undancia en el suelo de Fusarium oxysporum y una insuficiencia en
m ateria orgánica. L os síntom as son relativam ente específicos del apio, dado
que los suelos en cuestión n o m uestran ningún tipo de ««fatiga» p a rticu lar en Ids
casos de la coliflor, la escarola o incluso el perejil. Boi h o t , sin em bargo, no
considera que la cau sa se d e b a necesariam ente a la existencia d e un a «f. sp.
radiéis apii» de F. oxysporum.
E n la práctica ag ríco la, los tratam ien to s del suelo con b ro m u ro de metilo
m ejoran la situación, p ero n o ta n to c o m o ap o rtacio n es del o rd en d e 20 t/h a de
m ateria orgánica sem i-seca o m uy descom puesta (m antillo h o rtíco la o hum us
industrial).
U n síntom a an álo g o aparecido en L orena en suelos bien provistos d e materia
orgánica ha revelado, co n el m ism o tipo de análisis, una interacción F. oxysporum-
nutrición m ineral.

F u sa rio s is v a s c u la r del apio

E stá p ro v o cad a p o r el h ongo Fusarium oxysporum f. sp. apii, cuyo óptim o


de virulencia se sitúa e n tre 28-30 °C. p ero que puede m ostrarse nocivo incluso
a 20 °C , con d uraciones d e incubación dos veces m ás largas (un mes, en lugar
de 15 días desde la co n tam in ació n hasta la ap arición d e los síntom as). Los
suelos con pH inferiores a 7 son m uy favorables para que la enferm edad se
m anifieste. Los sín to m as descritos en E stad o s U nidos, d o n d e la enferm edad
com enzó a ser co n o cid a a p a rtir de 1906. son variables, según las cepas y las
regiones: «am arilleo» a m en u d o unilateral que com ienza p o r las hojas de edad
Ktuura 74. husariosjs vascular de! apio: vista en corte de una planta afectada de form a unilateral
m ás avanzada, o, p o r co n tra, am arilleo aco m p a ñ ad o d e epinastia. que com ien/a
(esquem a realizado segúr) lotos y descripción tic S h e ií y M ac Nab).
en las hojas m ás jóvenes, o finalm ente m architez sin am arilleo previo.
La enferm edad, en F ran cia, sólo se ha m anifestado en la C osta A zul, donde
desde los añ o s sesenta se vienen d etec tan d o algunos casos aislados. En 1976 U nidos, el uso d e variedades verdes derivadas de «Tall U tah 52-70», hizo
esta enferm edad ap areció en el Valle del L oira tras un verano cxcepcionalm ente d esaparecer el p ro b lem a hasta que en 1978 apareció en C alifornia, y más
cálido, con sín tom as de am arilleo que com enzaron p o r los nervios y ele oscu­ recientem ente en M ichigan, una «raza 2» de F. oxy f. sp. apii que atac ab a a los
recim iento vascular (fig. 74). ap io s verdes.
Los m étodos de lucha aconsejados en E stados U nidos son: Se ha vuelto a p roceder a la selección, com enzando p o r la búsqueda de
— la ro tació n d e cultivos (c u atro años); m éto d o en co n trad icció n con la genitores de resistencia, la m ayoría de los cuales se en cuentran entre los «apio-
noción de «suelos de apio», favorables a este cultivo p o r su riqueza en oligoe- abanos» de tipo «Praga» o «A labaster». La herencia de la resistencia ha sido
lem entos y en m ateria orgánica: estudiada: un gen d o m in an te, m ás uno (¿o varios?) gen(es) m o d ific a d o re s) de
— la inun d ació n de los suelos d u ra n te un período m ínim o de dos meses y I crencia interm edia. La U niversidad de M ichigan p ro p u so en 1988 dos líneas:
la elevación de su p H a 7,5 (pero, ¿cuidado con las carencias inducidas!); * ilgrim» (altam ente resistente) y «M SU 7470» (m uy altam ente resistente).
— la desinfección de los suelos con b ro m u ro de metilo. Las cepas aisladas en F rancia pertenecen a la raza 1. B o u h o t y O l i v i i í r
La fusariosis del a p io afecta, an te to d o , a las variedades d e a u t o b l a n q u e o o señalan la resistencia d e im purezas varictales de tipo «verde», que aparecen
«doradas» (en inglés - self blanching»). E n las zonas con tam in ad as de los E s t a d o s <-*ntre aquellas p lan tas «doradas» que padecen la enferm edad.
324 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermeiiades del apio y del perejil 325

O tros daños provocados por hongos del suelo Los síntomas de ambas enfermedades son similares: manchas, en un principio,
de color am arillo muy vivo q ue, después, se to m an necróticas en su centro con
Rhizoctonia sotaní provoca sobre el apio de pencas lesiones rojizas y circulares, un halo amarillo, que puede alcanzar 5 mm de diám etro.
en un prim er m om ento de pequeño tam año, más tarde alargadas y deprimidas Es conveniente recurrir, principalmente en Florida, a tratamientos bactericidas
(« Crater-rot») sobre los pecíolos exteriores, en los puntos de contacto con el regulares (cobre » fungicidas orgánicos), con una cadencia que puede variar
suelo. Fustas pueden alcanzar 3 cm de largo a partir de la lesión inicial. hasta dos veces por sem ana en condiciones favorables a la enfermedad. La
Se aconseja el cultivo en tablares sobreelevados (para evitar que la superficie estreptomicina, que, en un principio, había permitido espaciar estos tratamientos,
del suelo permanezca húm eda dem asiado tiem po tras los riegos o la lluvia). rápidamente se reveló ineficaz, dada la resistencia que P. cichorii había adquirido
Sclerotinia selerotiorum (forma de gruesos esclerocios) es. en particular, ante este antibiótico.
m ucho más temible sobre el apio, al que puede atacar en todos sus estadios, Los efectos de algunas podredumbres bacterianas originadas por Eminia
provocando m ortalidades entre las plantas jóvenes, podredum bres de peciolos carotovora ' en el apio y el apio-rábano son temibles en el m undo entero.
y posteriorm ente de plantas enteras en fechas próximas a la cosecha, asi como Pueden tener com o punto de partida daños causados p o r Rhizoctonia so/ani.
podredum bres de apio-rábano que comienzan p o r el cuello. necrosis de origen fisiológico, o picaduras de insectos. La podredum bre comienza
En los Estados U nidos, donde Sclerotinia constituía la principal causa de a manifestarse en los pecíolos y se propaga rápidam ente hasta las hojas del
las pérdidas de apio en los años veinte, se aconseja la práctica de rotaciones con .•corazón» de los apios de pencas o al tubérculo del apio-rábano. La tem peratura
plantas poco sensibles (gram íneas. Allium, espinaca), la recogida o la quem a de óptim a de desarrollo de estas podredum bres es del orden de 30 °C. Resulta
los restos de los cultivos precedentes, la labranza profunda y la inundación fundam ental reducir las posibilidades de invasión de esta bacteria apuntalando
durante un periodo de 30 a 60 días. La cianamida calcica aplicada a una dosis sus «puertas de entrada»; evitar los ataques de Rhizoctonia. luchar contra los
de 400 kg/ha resultaría parcialm ente eficaz. insectos, y en particular contra la mosca del apio.
Los ataques son muy irregulares como para recurrir a tratam ientos preven­
tivos sistemáticos, com o los que se practican frente a S. minor en el caso de la
lechuga, pero se pueden proponer tratam ientos para paralizar la difusión de la
enfermedad con fungicidas que pertenezcan a los bencimidazoles o a las dicar- III. E n fe rm e d a d e s c rip to g á m ic a s d e las h o ja s ,
boximidas, a partir de la observación de los prim eros ataques. q u e ta m b ié n p u e d e n a fe c ta r al c u e llo d e la s p la n ta s

A lgunas de ellas provocan daños ante todo foliares (Septoria. Cercospora).


N em atodos de agallas
O tras, que sobre las hojas sólo tienen una insignificante im portancia, pueden
provocar grandes podredum bres del cuello com o ocurre con Phoma betae en el
El apio y el perejil son dos huéspedes m uy favorables al desarrollo de
caso de la rem olacha, o con Phoma fingant en el de la col.
Meloidogyne. tanto si se tra ta de M. incógnita, arenaria, javanaica adaptados a
las condiciones cálidas, com o si se trata de Af. hapla. más tolerante al frío.
Podemos observar no solam ente una baja de vigor de las plantas, sino también,
Septoriosis y cercosporiosis
tras la podredum bre de las agallas, m architam ientos definitivos.
Esta es la principal causa de la mortalidad del perejil en condiciones tropicales, Son las enferm edades foliares más im portantes del apio y del perejil; están
donde esta planta es potencialm enle vivaz por el hecho de que allí no sube a provocadas sobre cada huésped por:
flor.
— Septoria apiicola v Cercospora apii en el apio;
— Septoria petroselini y Cercospora petroselini en el perejil.
II. E n fe rm e d a d e s b a c te ria n a s Las manchas de Cercospora son de color gris claro, con márgenes muy bien
delimitados. Las de Septoria son de un color pardo más oscuro y en ellas
En los Estados U nidos se han detectado dos enfermedades foliares de origen podem os distinguir picnidios. muy a m enudo, presentes, no sólo en el centro de
bacteriano en el perejil, una con un óptim o de virulencia a 20 °C, Pseudomonas la mancha, sino en todo el tejido verde que la rodea. T am bién podemos observar
syringae pv. apii. muy im portante, sobre todo, en el norte, la otra. Pseiulonwnas picnidios sobre los pecíolos. En algunos casos, bastante extraños, las manchas
cichorii, causa estragos a tem peraturas m ás elevadas (29 °C) y es temible, sobre
todo, en Florida. 1 T al y com o ocurre con el Pseudomonas margimdis pv. marginalt.\ en Italia.
326 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del apio y del perejil 3 2 7

son necróticas y de c o lo r gris claro con un m argen p ard o y albergan picnidios lluvia, o p o r el cu ltiv ad o r que circula entre las p lantas h úm edas de lluvia o de
en su centro (fig. 75). E ste últim o síntom a, es el m ás frecuente en perejil. rocío.
Cercospora apii se a d a p ta a tem p eratu ras co m p ren d id as en tre 25 y 30 °C. L a germ inación y la penetración exigen m ás de u n 9 0 % de hum edad
La esporulación tiene lu g ar d u ran te la noche cu an d o la h u m ed ad del aire es del d u ran te dos días, o el hum cdecim iento de las hojas d u ran te 24 horas.
100 %. Estas co ndiciones no suelen ser m uy frecuentes en E u ro p a. E sta Cercos- I.o s dos hongos pueden ser transm itidos p o r las semillas: Cercospora bajo
pora es tem ible sobre to d o en el sudeste de los E stad o s U nidos y en condiciones la fo rm a micélica. Septoria bajo la fo rm a de picnidios en la superficie de las
tropicales húm edas. s e m illa s . T am bién pueden conservarse en los restos de cultivo, y sobre los restos
L as tem peraturas cardinales d e Sepioria apiicola son 10-20-29 °C. E n Europa de a p io o perejil en las zonas no excesivam ente frías .
es la enferm edad foliar m ás com ún del ap io , así c o m o S. petroselini lo es del La infección de las p lán tulas a p a rtir del inoculo que p o rtan las sem illas, o
perejil. a p a rtir de los restos, es discreta en un principio, y en el caso de Septoria pasa
L as condiciones de disem inación de Cercospora y de Septana en el ap io y po r u n a fase radicular.
el perejil son m uy diferentes: Incluso cuando la contam inación inicial es precoz, los daños pueden com enzar
— las conidias de Cercospora son d isem inadas p o r las corrientes de aire y a m anifestarse tras el transplante.
germ inan en la superficie de las h ojas favorecidas p o r el rocío o p o r ligeras
lluvias; la penetración es estom ática; • Métodos de lucha
— las conidias de Septoria, o «picnosporas». pro d u cid as en m asas viscosas
recubiertas de «gelatina esporífera». son d isem inadas p o r las salp icad u ras de Insistirem os, sobre to d o , en aquellos que conciernen a Sepioria, m ucho m ás
im p o rtan tes en E u ro p a, d u ran te la prim avera en clim a oceánico, y en o to ñ o o
a lo largo de las prim averas lluviosas bajo clim a m editerráneo.
Se debe evitar al m áxim o la perpetuación por los restos de cultivo, elim inando
los residuos d e ap io o de perejil y practicando una ro tació n de dos años en las
parcelas de cultivo.
F.l uso de sem illas desinfectadas, o. m ejor todavía, sanas, es del m ism o
m odo esencial. Los lotes de semillas sospechosos pueden ser fácilmente localizados
po r m edio del exam en d e las semillas con lupa b in o cu lar ’. Pero la presencia de
picnidios en ellas no es razón suficiente com o para creer que éstos sean viables...
Los lotes de semillas de m ás de dos años de edad (sólo utili/ables si perdura su
facultad germ inativa) n o p o rtan más que picnidios m uertos.
Si no se dispone de sem illas indem nes, se puede elim inar la infección p o r
rem ojo durante 24 horas a 30 °C en una suspensión de tiram a 0,2 %, o aplicando
los tra ta m ien to s fungicidas que a continuación se aconsejan, desde la fase de
sem illero.
La lucha co n tra la Septoriosis del apio, po r m edio de tratam ien to s en
vegetación, era difícil cu a n d o sólo se disponía de fungicidas no sistém icos
(p ro d u cto s cúpricos, d itio carb am ato s. ftalam idas). La cadencia de los tra ta ­
m ientos aconsejados era casi sem anal.
El tiabendazol, el b enom ilo y otro s p ro d u cto s próxim os han co n trib u id o a
<4ue la lucha sea m ucho m ás fácil, con cadencias de tratam ien to de 14 días y la
Posibilidad de d o m in a r las epidem ias iniciales.

* -Las «cadencias infernales» de tratam iento que se practican sobre el apio n Florida, se han
vuelto necesarias p o r la presencia de apio a lo largo de to d o el a ño; Septoria predom ina d urante
c‘ m viem o y Cercospora d urante el verano
Figura 75.— Septoriosis del a p io (Sepioria apiicola). ' Este examen fue practicado durante los artos sesenta sobre los lotes comerciales proporcionados
A: A speólo m ás frecuente, picnidios sobre el tejido todavía verde (tip o ».V. apii graveolenus-). a *>s Productores de perejil de C hateaurenard. Las firm as com erciales fueron capaces de presentar
B: Síntom a de tip o -S. apii-. picnidios que aparecen sobre el tejido necrosado. mAs ta rd e semillas de perejil exentas de picnidios.
328 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades del apio y del perejil 329

Septoria apiicola, co m o po d ía suponerse p o r su pro b ab le pertenencia a las • Sensibilidades varietales


do thidéaccas (ex m icos faralá ceas), d esafo rtu n ad am en te h a resu ltad o resistente
En la actu alid ad no existen variedades com erciales de ap io o de perejil
a los bencim idazoles.
to talm ente resistentes a la Septoriosis o a la Cercosporosis.
A lgunas experiencias recientes han ap licad o tratam ien to s realizados hasta E n E stados U nidos se considera que «E m erson Pascal» es tolerante a am bas
tres o cu atro días tra s la contam in ació n de las siguientes m aterias activas: enferm edades.
clortalonil. pro p ico n azo l. íenpropim orf. Las m ezclas com erciales «propicona-
zol + carbendazim a + clortalonil». y «fen p ro p im o rf + clortalonil» se han m o s­
trad o p articularm ente interesantes. O tra s e n fe rm e d a d e s d e las h o jas y los p ecío lo s
El gráfico de la figura 76 indica d e qu é m an era un h o rticu lto r av an zad o , o
u n g ru p o de p ro d u cto res, pueden o rg an izar racionalm ente la lucha c o n tra la El mildiu (Plasmopara ansiosa) ha sido d etectado sobre el a p io , p ero de
Septoriosis del apio. form a m ucho m enos frecuente que sobre la zanahoria. El oídio de las um belíferas
(Erysiphe hcraclei) puede a tac ar al perejil.
En E stados U nidos, se ha señ alad o que Cercospora apii tam bién se m uestra
E n Italia se ha detectad o una cepa «perejil» de Cercosporidium punctum
resistente al benom ilo.
(p arásito del hinojo; véase cap. VIII).
E n ocasiones, tam b ién se observan royas en el apio y el perejil (Pucciinia
apii. Puccinia petroselini), que producen sobre sus huéspedes uredosporas y
Número de horas de humectac>ón
tcleutosporas.
30 4- \ E n E stados U nidos e In glaterra ha sido d etectado sobre el apio un hongo
m uy sim ilar a un /•'. oxysporum p o r sus m icroconidias y sus clam idosporas, pero
\ que n o produce m acroconídias. Es conocido com o Ccphalosporium apii o Acre~
\ monium apii. P ro d u ce lesiones de color beige superficiales sobre las pencas del
\ apio, que en ocasiones se fusionan sobre to d a la longitud del pecíolo. La
\ Riesgo de
tem p eratu ra óp tim a p a ra m anifestar su virulencia es de 24 °C , pero se pueden

A
\ contaminación
p ro d u cir ataques desde los 13 °C . El inoculo inicial proviene, sin d u d a, del
20 - - suelo (clam idosporas). T o d as las condiciones del suelo o del m edio que debilitan
la p lan ta (carencias, acidez, hum edad excesiva del suelo), favorecen el desarrollo
de este hongo, considerado co m o parásito de «debilidad».

P a rá sito s del fo llaje s en es c en te,


d e riesgo \ q ue pueden p ro vo c ar p o d red u m b re s del cuello
\
10 H---------------H Phoma apiicola. Mycocenirospora acerina y Stemphyliuni radicinum son capaces
10c 15° 20° 25 °
Temperaturas medias de p ro v o car m anchas sobre las hojas senescentes del ap io , y, a p a rtir de ellas,
invadir la base de los pecíolos y m ás tarde el cuello de las plantas.
H gura 76.— Previsión do lo s ataques v decisiones de tratam ien to co n tra la Septoriosis del apú> S . radicinum, adem ás de ser parásito de la zan ah o ria, co m o hem os indicado,
(según G rill, 198S). es p articu larm en te tem ible para el ap io -ráb an o , sobre el cual, com o en la
A partir de un periodo de «riesgo de co n tam in ació n - >c contabilizan:
0.5 unidad p o r dia a u n a tem peratura m edia inferior a 10 CC.
z an ah o ria, puede p ro v o car m arras de nascencia (a p a rtir de las sem illas co n ta­
1 unidad p o r dia a u n a tem peratura media entre 10 y 20 °C. m inadas) y p o d red u m b res del tu bérculo de aspecto negruzco que com ienzan
2 unidades p o r dia a u n a tem peratura m edia en tre 20 y 2} aC. Por el cuello y son relativam ente superficiales, p ero que afectan al crecim iento
I unidad p o r dia a u n a tem peratura media superior a 23 °C. de las p lantas e im piden un crecim iento norm al del tubérculo.
Las m anchas aparecen c u an d o se totalizan 20 unidades.
Se pueden practicar tratam ientos:
Phoma apiicola a tac a tan to a los apios de pencas co m o a los apios-rábanos.
— preventivos; T am b ién es tran sm itid o p o r la semilla y precisa del m ism o tratam ien to de agua
— curativos (hasta 3 ó 4 d ía s tras la contam inación); caliente 4 tiram que Septoria.
— antiesporutantes (cu an d o se totalizan d e 17 a 19 unidades). L as lesiones del cuello son, en principio, de color beige claro, m ás tarde.
330 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del apio \ de! perejil 331

p ard o oscuro, hasta q u e finalm ente se m u estran negras y agrietadas. Provocan to d o p o r C M V . p o r c o n tra , el cultivo frecuente del ap io y la presencia de
la m architez de los apios de p en áis o su desarrollo disimétrico y las podredum bres um belíferas silvestres-reservorios. favorecerán el CeM V .
negras de los ap io s-ráb an o s, qu e com ienzan p o r su parte superior. L os d o s virus p ro v o can la epinastia de los pecíolos, lo que d o ta a las plantas
El ó p tim o térm ico de Phoma apiieo/a se sitúa en I7 ° C . Incluso a esta de u n aspecto p o strad o , así com o el am arilleo de las nervaduras, con m osaico
tem p eratu ra, la germ inació n de las p icnosporas es lenta (u n a cincuentena de verde claro-verde o scu ro de los espacios in te rn e n iales. Los signos distintivos
horas). p ara el C eM V son una tendencia a la form ación de lacinias en las hojas que se
E n la práctica, la lucha co n tra Phoma apiicola se co nfunde con la que se desarrolla tras la infección, y síntom as necróticos (m anchas, estrías, dibujos
aplica en casos de Sepioriosh s. en particu lar con C lortalo n il, m uy especialm ente sinuosos) sobre las h o jas de m ay o r edad.
recom endada p ara el ap io -ráb an o . C o n el C M V , los peciolos pueden acu sar m anchas translúcidas en un prim er
El inoculo de Myeocentrospora acerina proviene del suelo y las lesiones que m o m en to , que m ás tard e se necrosan y se hallan irregularm ente re p a n idas en
provoca sobre los pecíolos del ap io acostillado o del ap io -rá b a n o aparecen , por el m argen de los nervios.
lo general, tras un p e río d o de 50 ó 60 días d e conservación en frió. L as lesiones Las plantas afectadas p o r am bos virus a la vez tienen un crecim iento todavía
inicialm ente son de c o lo r beige, después adquieren un to n o negro-verduzeo, m ás com p ro m etid o . Su p ro p o rció n puede oscilar h a sta un 20 % en los ap io s
com o consecuencia de la acum ulación de clam idosporas. S obre los peciolos de acostillados cultivados en condiciones m editerráneas a finales de prim avera.
apio las m anchas son de fo rm a a larg ad a, circunscribiéndose a los espacios El mosaico de la alfalfa (A M V ) provoca un m osaico verde-am arillo vivo
intem erviales. m uy espectacular, pero que: p o r lo general; no afecta m ás que a una pequeña
El ó p tim o de d esarro llo de M. acerina se sitúa en tre los II y los 16 JC . prop o rció n de plantas.
intervalo p ara el q u e resulta p articu larm en te tem ible en E uropa del norte. En Es recom endable qu e el lector se rem ita al capítulo TI p ara revisar los
cám ara fría todavía se desarrolla de fo rm a activ a a 3 °C . F n la conservación ele m edios de lucha de q u e se dispone p ara co m b atir este tipo de epidem ia.
larga du ració n tic los ap io s-rá b a n o s se ap licarán los m ism os principios q u e se D esde el p u n to de vista varietal, algunas poblaciones m editerráneas de apio
señalan p ara la zan ah o ria: periodo de cicatrización de una serra n a en atm ósfera de pencas («V erde d e P erpiñan». «Elnc») no so n tan atacadas. P o r co n tra, las
h úm eda a una te m p eratu ra de alred ed o r de 20 °C . conservación u lterio r a una variedades au to b lan q u eab lcs de hojas am arillentas (¿m ás atractivas para los
tem peratura próxim a a 0 °C , qu e ralentizará al m áxim o la progresión de los pulgones?) se en cu entran particularm ente afectadas y. al igual que el apio-
diversos parásitos que a con tinuación reseñarem os. rá b an o , so n , p o r este m otiv o, prácticam ente incultivables en condiciones m edi­
terráneas.
El virus de m anchas am arillas del apio ( Celery yellow spot-CeYSV), detectado
en E stad o s U nidos y en Inglaterra, es u n luteo-virus tran sm itid o po r un pulgón
IV. Virus y m icoplasm as específico de las um belíferas, ffydaspis foeniculi. L as plantas afectadas desarrollan
m anchas circulares de co lor am arillo claro. La cicuta desem peña el papel de
Los ataques m ás im p o rta n te s se deben a los virus transm itidos p o r pulgones reservorio.
y a los m icoplasm as. F n un caso co m o en o tro los virus transm itidos por
nem atodos pueden a d q u irir cierta im portancia.
O tro s virus

V iru s tra n s m itid o s p o r p u lg o nes


El virus luiente del apio {Celery latent virus. C cL V ) se ha detectado en
Los d o s m ás im p o rtan tes son el mosaico del pepino (C M V ), del cual ya Bélgica y en H o lan d a , sobre to d o en el ap io -ráb an o , variedad b otánica en la
hem os señalado en el cap itu lo I la im presionante gam a de huéspedes, y un virus que llega a afectar a un gran n úm ero de plantas, sin síntom as evidentes, y
específico de las um belíferas, el mosaico del apio (CeMV), potyvirus no transm itido transm isible p o r las sem illas en una elevada p ro p o rció n (3 4 % en algunos
p o r las sem illas, pero q u e puede conservarse en la naturaleza sobre la cicuta y lotes). Se han po d id o observar algunas partículas virales de alrededor de 900 nm.
la gran ursina. (N .d.T .: Heracleum.) au n q u e p o r el m o m en to este virus, no haya sido clasificado en ningún grupo.
Fl predom inio de u n o de estos d o s virus está en función de la frecuencia de E ntre los virus transm itidos por nematodos. en el apio se ha señalado el
los cultivos de a p io en la rotación: cultivos ocasionales serán atac ad o s sobre Arubis mosaic virus y el Strawberry latent ringspot. tran sp o rtad o s p o r algunos
kiphincmu (distorsión de las hojas del corazón), y una cepa de Tomato black
• A tención, sin em b arg o , en csta\ condiciones al desarrollo eventual de las p o d re d u m b res
r'nS virus, el « Celery yellow vein» tran sm itid o p o r Longidorus. se caracterizan
originadas por Erwtnm y Seícrotima. p o r u n am arilleo de las nerv aduras.
332 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del apio y del perejil 333

M ico p lasm as num erosas lesiones, se defo rm an y se vuelven frágiles. La grieta desvaloriza
considerablem ente los ap io s de pencas y puede venir a c o m p a ñ ad a en el caso del
E n C alifornia, la cep a «occidental» (western strain) del m icpplasm a del a p io -ráb an o de un a •>m arm o ladura» de hojas y de un reblandecim iento del
g rupo «Asteryellows» p ro d u ce la m ay o ría de los d añ o s del apio. Si en los años corazón.
cincuenta afectaba h a sta u n 5 0 % de las plan tas, posterio rm en te las epidem ias E sta enferm edad está p rovocada p o r la carencia en b o ro , o p o r un desequi­
han dism inuido en im portancia. librio de la alim entación en b o ro po r aportación de un exceso de potasio o de
Las plantas afectadas presentan sín to m as d e am arilleo qu e com ienzan por nitrógeno am oniacal.
las nervaduras, de elongación exagerada de los pecíolos, p rim ero verticales,
p ero que a continuación adquieren un p o rte sinuoso u horizontal.
E n 1968, M a r c h o u x d etec tab a en la zona francesa del Cíard un 5 % de C o ra zó n negro
p lantas afectadas p o r m icoplasm as (am arilleo, en an ism o , distorsión d e los pe­
cíolos), detectándose en las m ism as parcelas un 80 % de ataques de C M V , un E s u n a enferm edad fisiológica que afecta p articu larm en te al ap io -ráb an o ,
10 % de C eM V y un 5 % de AM V. pero tam bién al ap io de pencas. Se m anifiesta a lo largo del veran o a través de
un red u cid o desarrollo de las plantas enferm as, con necrosis y resecam icnio de
las h ojas del centro y. en el ap io -ráb an o , po r m edio de un oscurecim iento del
corazón del tubérculo.
V. Enferm edades no parasitarias L as p lantas afectadas están som etidas a to d a una serie de podredum bres
secundarias (fig. 77).
Son m uy im p o rtan tes en el ap io y a m enudo se hallan en interacción con las U na alim entación insuficiente en calcio en el ápice de la p lanta y algunas
que acab am o s de describir. interm itencias del sum inistro hídrico son la a tu s a inicial del «corazón negro».
U na alim entación equilib rad a de las p lan tas puede reducir particularm ente
en el apio las pérdidas en conservación co m o dem uestra el siguiente cuadro
cedido p o r L e f e b v r f . G e r s t y S t f . n g f i .

C U A D R O 17
Rendimientos y conservación en el apio-rábano

Fertill/actúo * Rendimiento Después ile 24 senmniMs <!<' unisón ación


Nitrogenada Potásica t /ha 1.* calillad 2.* calidad con podredumbres
60 200 40,2 47,5 47,5 5
130 200 39.5 70.0 27,5 2.5
200 200 44.7 61,0 31.7 7,3
60 400 39,4 52,5 37,5 10.0
130 40(1 41J 46.3 41.5 12.2
200 400 46,8 52,5 37,5 17.0

• Fertilización fojfórica: 150 cu indi a lo» casov Lu furmuLi 130-150-200 parccc ser la mejor

De form a m ucho m ás d ram ática, son los desórdenes u c n u trició n en boro


y en calcio los que cau san en el ap io las «enferm edades n o p a ra sita ria s- más
graves.

A g rie ta m ie n to de los pecio los


Igura 77.— bníerm edadcs n« parasitarias del apio: a la izquierda «agrietam iento de los pecíolos»
Se m anifiesta p o r agrietam ien to s transversales sobre las nervad u ras de los (carencia en boro), a la derecha «corazón negro- en apio-rábano
pecíolos, acom pañadas d e un oscurecim iento (fig. 77), los pecíolos experim entan (alim entación en calcio perturbada).
334 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades del apio y del perejil 3 3 5

Los factores que lo favorecen son aportaciones nitrogenadas o potásicas excesivas B ib lio g rafía
en relación con las disponibilidades en calcio, y un a fuerte salinidad en la
solución del suelo.
T ratarem o s de ev itar esta situación en la m edida de lo posible, realizando
aportaciones de calcio al suelo, em p lean d o ab o n o s eq uilibrados y p rom oviendo
una alim entación regular. • Enferm edades provocadas por organism os telúricos
1.a práctica de efectuar pulverizaciones de n itra to de calcio al I % t o de A w uath R.T., 1986: «Occurence o f Fusarium yellows in celery caused by F. oxy.f. sp.
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336 Enfermedades de las hortalizas
VIII
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(Phoma).
países de E u ro p a del n o rte (20.000 hectáreas en Francia). Se pueden distinguir
diversos tipos de cultivo: zan ahorias tem pranas en el V alle del L oira, zanahorias
• Virus y micoplasmas
de g u a rd a r en el oeste y el sudoeste de F rancia, zanahorias destinadas a
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celery mosaic virus». Ann. Phytopathol.. 1 (2), 227-235. las enferm edades d e las hojas. Las p o dredum bres y necrosis de las raíces, de
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l nincc. Actes III congres Un». Phvtoputhol mediterr. Oeiras. Portugal, nov. 197'’. superficie m ay o r qu e la de la zan ah o ria, es u n a producción típicam ente m edi­
43-52. terrán ea c invernal, b a stan te rústica, pero que puede padecer enferm edades
favorecidas p o r las tem p eraturas frescas y las lluvias abundantes de este período.

I. Marras de nascencia en la zanahoria


y síntomas en las plantas jóvenes

L as m arras de nascencia son provocadas fundam entalm ente p o r Alternarla


dauci y Stemphylium radicinum (consultar el a p a rta d o «E nferm edades de las
raices y d e las hojas»). A lgunos Pythium spp.. Rhizoctonia soluni y Fusarium
spp. p ro v o can igualm ente este tip o de ataq u e precoz, sobre to d o cuando las
condiciones clim áticas o la preparación del lecho de siem bra, se oponen a una
nascencia rápida.
P ara evitar estos ataq u es se deben utilizar sem illas sanas o desinfectadas: la
pro tecció n de las p lan tas destinadas a la obtención de sem illas, com o la de las

’ Ar. del T.: «Z anahorias de g u a rd a r-; los am ores se refieren a un lipo de zanahorias que. sobre
lod o , antiguam ente se -g u a rd a b a n - norm alm ente d u ra n te el invierno después de cosechada*, en un
lecho de s u d o arenoso, p a ta su posterior consum o en fresco. A ctualm ente, con la im plantación de
» C onservación frigorífica, este sistem a de conservación es m ucho m enos frecuente
338 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 339

propias semillas, se puede asegurar por medio de la aplicación de tratam ientos Enferm edad de la mancha, o «cavity-spot»
a base de ditiocarbam atos, o. mejor todavía, de iprodiona frente a Alternaría v
Stemphylium. Pero este fungicida resulta inefectivo frente a Pythium y Fusarium, Esta enferm edad, descrita en Estados U nidos hace 30 años, se detectó en
contra ios que se puede aconsejar el mctalaxil y el tiabendazol. Fn la práctica, Francia hacia 1970, prim ero sobre zanahoria tem prana en la región de Nantes,
algunas precauciones de cultivo (buena preparación del suelo, elección juiciosa después sobre la m ayoría de tipos de producción (zanahorias de guardar,
de los períodos de siem bra) son. por lo general, suficientes para evitar los conserva). Se manifiesta en la m ayoría de los países productores, y en Francia
accidentes de origen telúrico en esta fase de cultivo. constituye uno de los m ayores problemas en cultivo. Aunque su incidencia
Algunos accidentes : sobre las plantas jóvenes pueden tener repercusiones sobre los rendimientos se puede soportar, deprecia la calidad de la hortaliza.
hasta la fase de cosecha: no se debe olvidar que la parte comestible de la Los prim eros síntom as se caracterizan por la aparición sobre la raíz de
zanahoria procede de la radícula, lo que excluye en particular el repicado, que pequeñas manchas elípticas y translúcidas con contornos netamente delimitados.
origina raíces truncadas en zig-zag o bifurcadas. Dichas manchas evolucionan rápidam ente a depresiones de color m arrón claro,
Es el caso de las «raíces arroyadas», «herrumbrosas» o «rojizas» (rusty root provocando un hundim iento y oscurecimiento de los lechos de células superfi­
o browning para los anglosajones), en ocasiones detectadas en el oeste de Francia ciales. Este síntom a prim ario, limitado a los tejidos externos, tiene un aspecto
desde las prim eras sem anas de cultivo. Se aprecia una marchitez diurna de las cicatrizado (fig. 78 A).
hojas y un restablecim iento d urante la noche. Después de manifestarse esta
alternancia durante muchos días, algunos pecíolos pueden ennegrecer y desecarse
(die back), pero la planta sobrevive en la m ayoría de los casos. C uando se
recogen las raíces, éstas son cortas, retorcidas y a m enudo bifurcadas.
Estos accidentes, que se manifiestan sobre todo en suelos ácidos ricos en
humus, tienen un origen poco conocido. A m enudo se asocian con la presencia
de Pythium spp., lo que explica que en los manuales se asocien con el «cavity-
spot». También se baraja otra serie de hipótesis que se hallan bastante avanzadas,
como: intervención del virus de la necrosis del tabaco (TN'V), transm itido por
Olpidium bassicae. o bien que tengan un origen nutritivo (carencia en calcio de
forma notable en el oeste de Francia).
Mientras el diagnóstico no esté mejor establecido, las posibilidades de limitar
este problem a son bastante restringidas. A lo sum o se deben evitar los suelos
muy húm edos, y, según ciertos autores, alternar el cultivo de zanahoria con el
de A/lium.

II. Enfermedades de las raíces de zanahoria


Desde hace 20 años, las raíces constituyen la parte de la planta más afectada
por las enfermedades criptogám icas com o consecuencia de la intensificación de
los cultivos y la evolución de las prácticas de cultivo.
Estas enferm edades son de origen diverso, algunas son transm itidas por las
semillas (Stemphylium, radiánum). pero las más perjudiciales provienen del
suelo (Pythium violae, Phytophthora megasperma. Rhizoctonia violeta, Scleroti­
nia).
Se manifiestan en todas las etapas de producción, desde las primeras semanas l-'igura 78.— Alteración de raíces de zanahoria.
A: Enfermedad de la m ancha (Pythium violae).
de cultivo hasta la fase de conservación en tierra, en el silo, o en el frigorífico. B; Enfermedad del anillo (Phytophthora megasperma).
C: R i/íK tonia violeta.
N.d.T.: Este térm ino es el utilizado literalmente por los autores del original, En España, quizá D: Sclerotinia.
más m odernamente y en algunos de los casos aquí contemplados se designaría com o fisiopatia.s. & Esterntllosis.
340 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 341

Sobre las zanahorias tem pranas se pueden apreciar lesiones prim arias en las intervalo durante el periodo más favorable al parásito (tem peraturas medias
raíces más jóvenes de m enos de 5 mm de diám etro (finales de febrero). Pero es próxim as a los 15 °C).
d urante m arzo-abril cuando aparece el m ayor núm ero de necrosis, bajo el Sin em bargo, estas posibilidades de lucha química no deben de hacer olvidar
aspecto de lesiones cicatrizadas. El síntom a se acom paña, a m enudo, de la el interés de las prácticas de cultivo: drenaje o cultivo sobre mesetas elevadas,
aparición de grietas y m ás tarde resquebrajaduras longitudinales cuando tiene enarenado, encalado, o rotaciones y fertilización nitrogenada razonadas.
lugar el engrasam iento de las raíces. Las p artes dañadas tam bién pueden expe­
rim entar descamaciones.
Una nueva aparición de los síntom as puede tener lugar en tem poradas Enferm edad del «anillo» (Phytophthora megasperma)
próximas a la cosecha: en esta época la superficie de las lesiones es más importante
y las manchas translúcidas evolucionan, en algunas ocasiones, hasta convertirse E sta enfermedad fue detectada en Tasm ania en 1934. más tarde se extendió
en podredum bres húm edas bacterianas, favorecidas por un aum ento de tempe­ por numerosos países. Conocida en el Mediodía francés desde 1970. se manifestó
ratura. tam bién en el oeste de Francia durante los años siguientes.
F.l principal agente de esta enfermedad es Pythium violae. O tras especies (P. Los daños causados por P. megasperma son im portantes en las producciones
suleatum, P. intermedium, P. rostratum) tam bién pueden estar implicadas, pero invernales conservadas en tierra y recolectadas según la comercialización. Por
en m enor proporción. lo general, se les atribuye la denom inación de «-podredumbres invernales de la
El aislamiento en laboratorio de P. violae a partir de las lesiones es difícil. zanahoria».
Se trata de un hongo de crecimiento lento, que rápidam ente es suplantado p or El síntoma primario, la mancha vitrea localizada, puede aparecer en cualquier
una m icroflora secundaria (Fusarium soían i. Cylindrocarpon spp.). punto de la raíz. Poco a poco esta m ancha se extiende transversalm ente para
Ello explica que el origen parasitario del caviiy-spoot» haya sido descubierto form ar un anillo alrededor de la raíz, de donde procede su nom bre de «anillo»
hace muy poco (1985). (fig. 78 B). Los tejidos afectados se oscurecen hasta ennegrecer, después se
P. violae se conserva en el suelo durante num erosos años bajo la forma de ablandan de forma más o menos rápida en función de las condiciones climáticas.
oosporas. Fue detectado por prim era vez sobre «pensamientos» (Viola tricolor). 1.a zona enferma se ensancha, su invasión secundaria bacteriana o fúngica
se conocen muy mal sus posibilidades de perpetuarse en otros huéspedes, y, por origina la licuefacción de los tejidos y, en ocasiones, la desaparición total de la
tanto, el papel que pueden jugar las rotaciones. Sus tem peraturas cardinales raíz.
son 5-15-25 °C . Phytophtora megasperma, com o los Pythium, puede conservarse en el suelo
La hum edad del suelo permite el acceso de Pythium a las raíces. Los terrenos bajo la forma de oosporas, durante diversos años. El óptim o para la penetración
pesados de mal drenaje son particularm ente favorables a la enferm edad, y. en las raíces se sitúa hacia los 21 °C. las contam inaciones primarias tienen
dentro de una determ inada parcela, en aquellas zonas donde el agua se estanca. lugar, por lo general, en otoño. la extensión de las lesiones prosigue durante el
En Inglaterra se ha constatado que los suelos con pH elevado (alrededor de 8) invierno, el porcentaje de zanahorias atacadas puede alcanzar el 5 0 % en
se ven menos afectados, mientras que en Francia ha sido constatado el efecto diciembre-enero. Las zanahorias afectadas se hallan distribuidas al azar, aunque
agravante de las fuertes fertilizaciones nitrogenadas. El cultivo frecuente de en ocasiones los ataques se pueden manifestar sobre lilas enteras. El departamento
zanahorias sobre el m ism o terreno agrava el estado sanitario de los cultivos francés de la M anche es el más afectado, pero otras regiones productoras
Se supone que existen diferencias varietales de sensibilidad, pero actualmente (B retaña, Vaucluse) tam bién padecen sus efectos.
no se dispone de tipos comerciales resistentes.
Por contra, la lucha química puede ser eficaz: cinco años de experimentaciones • Factores que favorecen la enfermedad del anillo
en el oeste de Francia han perm itido com parar diferentes fungicidas y modos
de aplicación. A unque los tratam ientos a las semillas se revelan insuficientes Son los siguientes:
por si mismos (mctalaxil 600 m g/kg de semillas), se pueden acom pañar de — repetición del cultivo de zanahoria en la misma parcela, cada dos o tres
trauim ientos al suelo, en particular sobre lus cultivos de ciclo corto com o los de años y enterram iento de los restos por medio de las fresadoras o el rotovator
zanahorias tem pranas: desinfección del suelo con metam -sodio (45 g /m 3) o con (com o ocurre en el caso de P. nicotianae var. parasitica sobre el tomate):
dazom et (60 g /m ) com pletada con una aplicación de metalaxil en pulverización — condiciones climáticas de. inviernos tem plados y húmedos;
(200 g /h a ), o de oxadixil en la nascencia. — suelos limosos cada vez más com pactos (y p o r tanto menoc permeables)
Para los cultivos de ciclo largo (zanahorias de guardar) resultan necesaria- com o consecuencia de la disminución del nivel de m ateria orgánica y de la
ai menos tres pulverizaciones de los mismos fungicidas con cuatro sem anas de utilización de m aquinaria excesivamente pesada:
— y, quizá, la utilización de variedades e híbridos de alta calidad, eventual-
Para el poder patógeno, ¡n vitro el óptim o de P. violae es a 25 °C\ mentc más sensibles que las variedades-población tradicionales.
342 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 343

• Métodos de lucha discernibles a sim ple vista (fig. 78 C). E n una fase m ás tard ía, el hongo form a
una red y m ás tard e un a fieb rad o aterciopelado de co lo r p ú rp u ra o azulado
Al igual que ocurría c u a n d o se tra ta b a d e dism inuir los d a ñ o s Ocasionados
muy característico. E stos sín to m as hacen que las raíces recolectadas sean no
p o r el « cavity-spot». n o se deben o lvidar las posibilidades de lucha que entrañan
com ercializables. tam b ién pueden intervenir invasiones secundarias.
determ inadas labores de cultivo: ab o n o s orgánicos, m edidas que lim itan la
La persistencia de R. violáceo en el suelo es m uy pro lo n g ad a (hasta 20
com pacidad de los suelos y la ap arició n de «suelas» de lab o r, evitar el uso
años). S u polifagia explica su p erennidad en los suelos contam inados: puede
excesivo de los aperos rotativos, drenaje o su b so lad o , cultivo en mesetas so­
a ta c a r a n um erosas p lantas cu ltivadas (espárrago, rem olacha, alfalfa, p atata) o
breelevadas. rotaciones m ás razonables que espacien las cosechas de zanahorias
espontáneas [Chenopodium. enredadera (Hederá), m ercurial (Mercurialis). llantén
cada cu atro años...
Por lo que concierne a la lucha quím ica, la dificultad reside principalm ente
(Planiago), cen tin o d ia (Polygonum), acederas (Rum ex) J. El micelio y los cuerpos
en la d uració n del ciclo n atu ral de la «zan ah o ria de g u ard ar» (en ocasiones de miliares conservan su vitalidad d u ran te períodos m uy largos (un m ínim o de
cinco años).
junio a abril en N orm andía). A ctualm ente, la desinfección del suelo (con brom uro
de m etilo, m etam -sodio) no puede ser llevada a cabo, d a d o su precio de coste
y la dificultad de m antener u n a protección d u rad era. • Métodos de lucha
Sin em bargo, hem os d em o stra d o experim ental m ente que los fungicidas La lu ch a co n tra la R hizoctonia violeta es dificultosa, conviene m ucho m ás
antim ildius (m etalaxil, furalaxil, oxadaxil) pueden aseg u rar un buen nivel de evitar la instalación del p arásito, pues su erradicación es una em presa muy
protección si se aplican al suelo antes de las siem b ras (I k g /h a ) y dos pulveri­ aleatoria.
zaciones (200 g /h a ) en o to ñ o , o bien tres pulverizaciones en o to ñ o espaciada.«* Se aconseja elim inar las p lantas enferm as y los restos de cultivo. C u an d o el
cu atro sem anas. suelo se halla infectado, es necesario evitar la reaparición o el cultivo de las
T anto en el caso de P. megasperma com o en el de P. violae. resulta conveniente plantas sensibles an terio rm e n te citadas, al m enos d u ra n te un p eriodo de cinco
altern ar fungicidas que pertenezcan a fam ilias quím icas diferentes p ara aten u ar años. R esulta interesante in tro d u cir algunos cultivos resistentes o desfavorables
los riesgos de aparición de cepas resistentes (riesgos, sin em b arg o , m enores que en la rotación:
para para las Pyt 'iáceas de evolución aérea). A lgunas variedades rústicas (ejmplo; — los cereales (trigo, c e b ad a, avena) que presentan u n a cierta tolerancia al
«A ubagne») presentan un m ejo r co m p o rtam ien to frente a las po d red u m b res, lo parásito;
que suscita la posibilidad d e o rie n ta r hacia un a m ay o r resistencia las líneas — el loto d e cuernecillo que suscita la germ inación de los cuerpos m iliares
parentales de nuevos híbridos. y reduce la supervivencia de R hizoctonia;
Es conveniente que aquellos agricultores que localicen «parcelas con riesgos» — los Allium que estim ulan el p oder antagonista del suelo frente al parásito.
practiq uen regularm ente m uéstreos que p erm itan cosechar antes de que los E n tre los fungicidas, el m ás eficaz en condiciones experim entales es el
dañ o s sean m ás graves. q u in to cen o , pero su aplicación al suelo que afecte a 20 a 30 cm de expesor exige
El desarrollo de la conservación p o r el frío puede reducir la incidencia de la dosis enorm es.
enferm edad a lo largo de los próxim os años.
En C an ad á Phylophtora porri (véase cap. «Allium») afecta a las zanahorias
pro v o can d o podredum bres en conservación. P o d re d u m b re b lanca (Sclerotinia selerotiorum )

Esta enferm edad no debe ser subestim ada. Puede p ro v o car p érdidas im por­
tantes a lo largo del cultivo, p articularm ente allí donde la protección contra los
R h izo c to n ia v io le ta o <azul» d e la za n a h o ria
riesgos d e heladas se tra ta de asegurar con em pajado (paja de cereales dispuesta
sobre los surcos). El m icroclim a q u e de este m odo se constituye a nivel del
Esta enferm edad es p o co frecuente en los cultivos de zan ah o ria, pero en las cuello es m uy favorable a Sclerotinia, que se m anifiesta a lo largo del invierno.
regiones donde ab u n d a , los d añ o s pueden ser considerables: en la M anche, t)el m ism o m o d o , se o bservan d a ñ o s im portantes en presencia de una excesiva
algunos añ o s se h an p o d id o observar parcelas totalm en te destruidas. vegetación unida a una densidad de siem bra o a un exceso de ab o n o nitrogenado
N o suele ap arecer n in g ú n sín to m a sobre las h ojas antes de la m uerte de la (ap o rtació n de purines) m uy alta.
p lan ta enferm a, que rara m e n te alcanza la fase final. El h ongo evoluciona úni­ Los sín to m as m ás característicos se m anifiestan en form a de un afiebrado
cam ente sobre las raíces. L a infección com ienza 30 ó 40 días después de la blanco q u e se desarrolla en la superficie de la p o d red u m b re de las raíces. Por
nascencia. El micelio p en etra en los tejidos corticales h asta el cam b iu m y las lo general, en el micelio se hallan presentes gruesos esderocios negros de hasta
zonas invadidas se cubren d e u n a fina tra m a p u n tead a de «cuerpos m iliares- 5 m m d e d iám etro (fig. 78 D ). La enferm edad puede m anifestarse tam bién a lo
344 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 345

largo del proceso de alm acenam iento, particularm ente en silo, en condiciones La protección contra las podredum bres de las raíces se asegura también
de fuerte hum edad y una tem peratura de alrededor de 15 °C, o a lo largo del aplicando pulverizaciones de estos mismos fungicidas a finales de vegetación.
transporte cuando tienen lugar estas mismas condiciones (la generalización dé­ En la URSS se han localizado resistencias varietales, aunque su uso no ha
la prerrefrigeración. seguida del transpone frigorífico, ha reducido notablemente sido considerado en los program as de selección de E uropa occidental.
estos riesgos).
La polifagia de S. sderotiorum imposibilita una lucha basada en las rotaciones
(excepto en el caso de las gramíneas).
Actualmente no se conocen diferencias de com portam iento varietal. I
O tros problem as de las raíces a lo largo del cultivo
técnicas de desinfección del suelo por fumigantes son eficaces, pero su elevado
costo es incom patible con la rentabilidad de un cultivo de zanahorias de guar­ Al margen de los principales hongos del suelo anteriorm ente señalados y de
dar. Sclerotium rolfsii, que puede intervenir en condiciones cálidas, otros parásitos,
Algunas experimentaciones se hallan en curso de realización para mejorar en determ inados contextos, pueden originar considerables perjuicios.
la lucha en los cultivos em pajados durante el invierno: un deshojam iento de las Este es el caso de Rhizoctonia solani, hongo del que se han podido apreciar
zanahorias, precedido de una pulverización con un fungicida de tipo «dicarbo- graves ataques en la zona de Orleans, en form a de chancros en el cuello. Estos
ximida», antes de cubrir de paja el terreno, parece ser el m étodo m ás eficaz. ataques se ven favorecidos por condiciones de suelos bien aireados y temperaturas
elevadas. Según las referencias am ericanas, la zanahoria, puede ser atacada p o r
las cepas «A G I». «AG 2» y «A G 4». Las desinfecciones superficiales del suelo
Podredum bre negra (Stemphylium radicinum)* o las aplicaciones de fungicidas (quintoceno, carboxina) pueden resultar muy
eficaces como m étodos de lucha.
I.os daños principales se observan en las raíces (fig. 78 E). Son lesiones de La sarna común detectada sobre la zanahoria en H olanda, en 1988, en una
tam año variable, que alcanzan varios centím etros, situadas generalm ente en la tem porada de tiem po seco, es una enferm edad actualm ente muy frecuente en el
parte superior. oeste de Francia. Los síntom as son similares a los que se observan en la patata:
Estas son deprim idas y se hallan recubiertas de un tapiz de fructificaciones formaciones horizontales corchosas en relieve sobre las raíces (fig. 79 C).
conidicas negras y aterciopeladas. Esta invasión superficial puede servir de Tradicional mente atribuida a Streptomyces scabies, en la actualidad se con­
punto de partida a podredum bres secundarias. sidera que esta enfermedad puede estar causada por diversas especies de dicho
S. radicinum puede atacar ocasionalmente los órganos aéreos de la zanahoria actinom iceto. I-os ataques se manifiestan fundam entalm ente sobre suelos secos
y, sobre todo, instalarse en las plantas portadoras de semillas y contam inar de pH neutro o alcalino. La lucha química (quintoceno) es muy aleatoria. Los
éstas, com o se ha p odido constatar estos últim os años en Beauce. A partir de suelos ácidos, separar suficientemente en el tiem po los cultivos de raíces o
aquí, puede provocar m arras de nascencia o transm itir la enferm edad a las tubérculos, y el riego por aspersión, reducen los riesgos de ataque.
raíces. Tras la cosecha, los estragos pueden continuar a lo largo del proceso de Del mismo m odo, pueden citarse las «manchas en la piel*» o «m oteados»,
alm acenamiento. El hongo, puede conservarse tam bién sobre los restos de accidente muy frecuente en los cultivos practicados sobre suelos de «pólder» en
cultivo, hasta ocho años. el M ont St. Michel (aluviales, pH del orden de 8).
Las tem peraturas cardinales para la infección son 0-28-34 °C. Los síntomas característicos son oscurecimientos superficiales de la epidermis,
en ocasiones acom pañados de hendiduras longitudinales que ofrecen un aspecto
«manchado».
• Métodos de lucha El origen de este accidente no es suficientemente conocido. Tras haber
Se debe de tratar de m ejorar las rotaciones y de eliminar los restos de descartado diferentes hipótesis físico-químicas (exceso de salinidad, carencias),
cultivo. La protección de las semillas se asegura mediante un tratam iento a base parece deberse a una causa biológica: la desinfección experimental del suelo
de iprodiona, pero, ante todo, es fundamental m antener un buen estado sanitario reduce los ataques. Frecuentem ente se suele proceder tanto al aislam iento de
en las parcelas destinadas a la producción de semillas por medio de pulveriza­ Pythium spp. com o de actinomicetos; el papel que puedan desem peñar estos
ciones del mismo fungicida, o de ditiocarbam atos. m icroorganism os todavía no ha sido com probado.
Finalmente, se puede añadir que sobre los suelos arenosos pueden producirse
Podredum bres de raíces a partir de las cuales se aíslan regularm ente Eusarium
Aunque actualmente este hongo suele set denominado Alternaría radicína. nosotros presrindimo*
de « ta nomenclatura, ya q u e al producir conidias en cimas y no cadenas de esporas desprovista* (solani y roseum), pero no se puede afirm ar que estos hongos sean la causa de
de pico, parece absurdo denom inarlo Alternaría... (véase fig. 14 G). estos daños.
.Vtt> Enfermedades de Ias hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 347

anorm al de raicillas oscuras, portadoras de hem bras de Heterodera (cabezas de


aguja blancas). Incluso si las plantas se restablecen, persiste el riesgo de recolectar
zanahorias truncadas o bifurcadas (tig. 79 B).
Los quistes de Heterodera carotae pueden persistir en el suelo hasta ocho
años. Este nem atodo. específico, no puede, en un principio, perpetuarse sobre
otros cultivos. La fumigación del suelo con dicloropropeno reduce los ataques
y estim ula la vegetación de las plantas.

III. P o d re d u m b re s d e ra íc e s a lo la rg o d e lo s p ro c e s o s
d e c o n s e rv a c ió n y tra n s p o r te

I,as zanahorias recogidas y alm acenadas en silos o en bodegas pueden ser


invadidas por num erosas podredum bres. Los hongos responsables son. en
prim er lugar, aquéllos cuyos ataques com ienzan en el cam po: Phyíophthora
megasperma, Sclerotinia y Stemphylium. Tam bién se pueden detectar podre­
dum bres secas originadas por Phoma exigua (que ataca tam bién a las patatas y
a las raíces de las achicorias de Bruselas). El resto de hongos que intervienen
tras la cosecha sólo m uestran un débil parasitism o: Aspergillus niger, Rhizopus
nigricans (en condiciones cálidas), Botrytis cinerea, Cyündrócarpon radicicola,
PeniciUium spp: Geotrichum candidum.
El alm acenam iento en sacos de polietileno puede, si no está bien realizado,
favorecer el desarrollo de podredum bres bacterianas (Erwinia pectinolíticas)
consecutivas susceptibles de provocar heridas, y algunos hongos, com o Cha/a-
ropsis thielavioides (hongo próximo al Thiela\'iopsis basicola. pero que no produce
clam idosporas). T odos estos daños se deben a las malas condiciones de conser­
Figura 79.—Deformaciones de raíces de zanahoria.
A: Meloidofcyne. vación: sacos insuficientemente perforados, tem peratura excesivamente elevada,
R: Consecuencias tardías de los ataques de Heteradera. pero tam bién a la baja calidad de las raíces recolectadas.
C: Sarna, Streptomyces sp T am bién algunas especies fúngicas parásitas de las hojas pueden originar
necrosis o podredum bres en las raíces: Acrothecium carotae y Mycocentrospora
acerina, esta última de gran relevancia en G ran Bretaña, donde provoca manchas
Daños producidos por nem atodos secas similares a las de Stemphylium, pero recubiertas de una abundante pelusilla
más oscura (micelio de reposo del hongo, cuvas tem peraturas cardinales son 0-
Hn condiciones cálidas, los Meloidogyne pueden provocar importantes daños 11-24 °C).
sobre las raíces de las zanahorias, transform ándolas en ristras de agallas, o L a prim era precaución será re s e ñ a r exclusivamente para la conservación
induciendo a su deformación o a su bifurcación. I.os suelos ligeros más favorables raíces de primera calidad, sanas, sin heridas y recolectadas rápidam ente para
al cultivo son aquellos en los que los Meloidogyne se desarrollan mejor (fig. 79 A). evitar su exposición al sol.
Conviene rem ontarse al capítulo III para consultar las indicaciones generales Los silos deberán ser lavados con una solución de sulfato de cobre al 1 %
que aluden a la lucha contra los nem atodos de agallas, los cuales han acabado y las cajas rem ojadas en una sojución de un 1 % de formol v posteriorm ente
por arruinar el desarrollo de la producción de zanahorias en San Vicente secadas. La hum edad se m antendrá en un 95 % y la tem peratura deberá estar
(Pequeñas Antillas). próxim a a los 0 °C.
En clima tem plado, el nem atodo más temible es ¡Ieterodera carotae. cuyos A l margen de este tipo de almacenamiento, granjero o familiar, los problemas
síntom as pueden afectar a plantas muy jóvenes, de follaje poco abundante y sanitarios propios de los procesos de conservación y transporte de las zanahorias
rojizo y raíces pequeñas y en ocasiones bifurcadas, provocando una cabellera destinadas al m ercado en fresco dependen del tipo de producto.
348 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la zanahoria y de! hinojo 349

Fn las zanahorias tempranas, que, por lo general, se consum en una semana En Inglaterra un periodo de cicatrización (curing) de dos días a 25 °C. 98 (Z
después de la cosecha, la calidad de las raíces se puede depreciar por efecto de de hum edad, en condiciones de alm acenam iento en frío, reduce los daños de
las necrosis de tipo *<cavy-spot». pero las podredum bres suelen ser poco abun­ Mycocentrospora. Por otra parte, la pulverización del cuello de las zanahorias
dantes. Precauciones insuficientes a la hora de proceder a la recolección \ ju sto antes de la cosecha, o su rem ojo en baños de benom ilo, vinclozolina o
durante el período de acondicionam iento (heridas, polución ocasionada por iprodiona (se debe de tener mucho cuidado con los residuos), limita un desarrollo
una insuficiente renovación del agua de lavado), asociadas a condiciones defec­ ulterior de Mycocentrospora. Sclerotinia y Botrytis. Esta práctica, por contra,
tuosas de transporte, pueden, sin em bargo, originar desarrollos catastróficos de resulta inefectiva frente a Rhizoctonia carotae.
Sclerotinia o de Chalaropxis, que suscitan im portantes motivos de litigio en la La m ejor solución, si se puede contar con una regulación perfecta, es
exportación. Los recientes estudios del CT1FL en la región nantesa demuestran proceder a un alm acenam iento entre 0 y 1 °C en condiciones de hum edad de un
que si se tom an sencillas precauciones a la hora de proceder al arrancado 98 % , que puede prolongarse hasta cinco meses
(m antenim iento de un buen grado higrom étrico de las raíces), o en el acondi­
cionam iento (reducción de los plazos, menos heridas), y la mejora de las con­
diciones de transporte (prerrefrigeración, camión-frigorífico), se puede incrementar
el buen m antenim iento sanitario y fisiológico del producto. Lstas mejoras se IV. E n fe rm e d a d e s fo lia re s d e la z a n a h o ria
generalizan en la práctica.
En el oeste de Francia, p o r el m om ento, la m ayoría de las zanahorias de B acteriosis am ericana de la zanahoria
guardar se conservan en el suelo durante el invierno, hasta su comercialización. El ••bacterial blight» de la zanahoria, provocado p o r Xanlhontonas campestris
Las podredumbres (Phytophthora, Rhizoctonia violeta, Sclerotinia). por lo general, pv. carotae todavía no se ha descubierto en E uropa. Se desarrolla a tem peratura
im portantes en el arrancado de las raíces y evolutivas a lo largo del transporte, elevada (17-27-35 °C) en condiciones de lluvias abundantes o de riego por
son esencialmente una consecuencia del mal estado sanitario del cultivo. aspersión. Un estadio inicial de pequeñas manchas grasicntas y después necróticas
El acortam iento de la duración de conservación y una selección severa en rodeadas de un halo am arillo, evoluciona rápidam ente a una necrosis de las
la cosecha perm iten reducir las pérdidas. hojas y de los pecíolos análoga a la que provoca Alternaría.
La im portancia de estas podredum bres debería reducirse con la tendencia a Esta bacteria se ha delectado tam bién sobre las raíces, habiéndose señalado
desarrollar el almacenamiento en frío húmedo en las principales regiones produc­ qu e induce la form ación de necrosis lenticelares. pero ello en la actualidad no
toras de Europa (norte de Francia, G ran Bretaña. N oruega, D inam arca). Sin parece ser muy adm itido.
em bargo, en el curso de procesos de conservación d urante cuatro o cinco meses Es recomendable un tratam iento de las semillas con agua caliente (53 °C
a 2-3 °C y una hum edad relativa de un 92 a un 96 % . algunos parásitos encuen­ d urante 25 minutos) y aplicar pulverizaciones cúpricas en vegetación.
tran unas condiciones muy favorables para su desarrollo \
Se corre el riesgo, pues, de que se produzca un desplazam iento de los
problem as parasitarios. Entre los parásitos que se desarrollan a estas tem pera­ Mildiu
turas, se encuentra Mycocentrospora acerina, muy temible en Noruega e Inglaterra Está provocado p or Plasniospora crustosa (sin.: P. nivea). Produce la aparición
(hasta un 40 % de perdidas). Sclerotinia. Botrytis cinerea y, sobre todo, Rhizoctonia de manchas am arillentas sobre las hojas, hallándose su parte inferior recubierta
carotae pueden provocar tam bién considerables daños. Este últim o hongo, de un fieltro blanco y denso constituido por las conidias del parásito. El final
cuyas tem peraturas cardinales son —2-20-25 °C se distingue de R. solani por su del ataque acaba con la desecación de las hojas.
aptitud a crecer muy cerca de los 0 °C y por la presencia de asas de anastom osis La diseminación del parásito puede ser muy rápida si coinciden unas con­
sobre su micelio. diciones de tem peratura tem plada y una elevada higrometría. El mildiu adquiere
Provoca lesiones deprim idas (cráter rot) tras un período de dos a tres meses gran im portancia, sobre todo, en los veranos del norte de Francia.
de almacenamiento. Estos chancros se recubren de un vello blanco y algodonoso Se aconsejan pulverizaciones de m aneb. mancozeb o eventualmente anti-
y de pequeños conglom erados micélicos. D etectado en 1948 en los Estados mildius sistémicos.
Unidos, actualm ente es tan temible en este país com o en D inamarca.
O ídios
F.n condiciones tropicales, las zanahorias im portadas de Europa en sacos de plásticos no Erysiphe heraclei (sin.: E. umbelliferarum), el oídio más frecuente en la
tardan en deteriorarse en la bandeja de hortalizas del refrigerador, m ostrando una microflora muy
variada. Por contra, las zanahorias producidas in situ se conservan cuatro meses en sacos de zanahoria es de tipo polygoni. Aparece en la superficie de las hojas com o un
plásticos en la misma bandeja: los mohos capaces de desarrollarse a menos de 10 °C se hallan
ausentes en los países tropicales. * El riesgo de helada sobre la zanahoria se sitúa a —1,5QC.
350 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 351

polvo blanco y sucio constituido por las conidias. Está favorecido por tempe­
raturas relativam ente altas (13 a 31 °C) y por la hum edad nocturna, pero no
por la lluvia. El riego por aspersión puede frenar su evolución.
E. heraclei puede conservarse en las umbelíferas silvestres y cventualmente
en las semillas bajo la form a de peritecas.
1.a lucha química debe combinarse con los mismos m étodos que se practican
para com batir los Alternaría: p o r ejemplo, tratam ientos mixtos de ditiocarba-
m atos — quinom etionato. Tam bién se puede recurrir al bcnomilo: la utilización
del fenarimol, del triadimefón o de la triforina permite espaciar las pulverizaciones
20 días.
Se han señalado varias líneas de resistencia, en particular en el INRA-
Montfavet se ha detectado la de la zanahoria silvestre Daucus carota var.
dentatus, hibridable con la zanahoria cultivada.
En condiciones m editerráneas, la zanahoria puede tam bién ser atacada por
Leveiflula táurico (afiebrado blanco en la parte inferior de las hojas).

Figura 80.—M anchas foliares sobre zanahoria (esquema).


A ltem a rio s is o quem adura de las hojas A: Cercosporiosis.
B: Altemariosis.
Provocada por Alternaría dauci, es la enferm edad m ás temible de las hojas
de la zanahoria en los entornos más diversos: verano y fin de otoño en el norte
de Francia, prim avera y otoños m editerráneos o a lo largo de todo el añ o en los restos de cultivo, drenar el suelo, practicar el riego por aspersión, preferen­
condiciones tropicales húmedas. tem ente en mitad de jornada.
Los tratam ientos de semillas a base de ditiocarbam atos, o, mejor todavía,
Los síntom as se presentan en un prim er m om ento como pequeñas manchas
de iprodiona (5 g de m .a / kg de semillas) son actualm ente habituales. Sobre los
parduzeas, provistas de una aureola am arilla y diseminadas por los extremos de
lotes fuertemente contam inados no consiguen elim inar el parásito de forma tan
las hojas. Más tarde las manchas se multiplican, el espacio que las separa acaba
efectiva com o la term oterapia, o el rem ojo durante 24 horas a 30 °C en una
por m orir y los folíolos se desecan completam ente. Las manchas se resecan y
suspensión de iprodiona.
ennegrecen (fig. 80 B). Sobre los pecíolos las lesiones son más claras y de forma
El mejor medio de lucha es la pulverización tic fungicidas sobre las hojas:
alargada. Un ataque peduncular puede acabar p o r desecar una hoja entera.
ditiocarbam atos, o, mejor todavía, captafol (actualm ente prohibido en Francia)
A. dauci puede perpetuarse en los restos de cultivo y sobre todo en las o iprodiona.
semillas. Puede provocar m arras de nascencia y en ocasiones chancros en el Ninguno de estos fungicidas es sistémico: debem os recordar, pues, las inlec-
cuello de las raíces, m ucho menos graves que los que origina Stemphylium ciones latentes. Las pulverizaciones deben comenzar muy pronto si las condiciones
radicinum. climáticas son favorables a Alternaría (tiempo lluvioso, tem peraturas medias
S h e r f y M c N a b d an com o tem peraturas cardinales 14-28-35 °C , lo que. sin superiores a 18°C).
duda, es cierto para las cepas tropicales y subtropicales. Las cepas detectadas Desde hace algunos años se viene aplicando la etiqueta de •«resistentes a
en Francia tienen un óptim o de 24 °C. Alternaría» a algunos híbridos de zanahorias de firmas que operan en condiciones
Las observaciones realizadas por P auvlrt en el IN RA -A ntillas-G uayana subtropicales húmedas (ejemplo: «New Kuroda«). Esta «resistencia» no se verifica
sobre siembras escalonadas realizadas en la estación lluviosa, dem uestran que siempre en la práctica, o al menos no es absoluta ni superior a las de los tipos
la zanahoria (com o ocurre con el tom ate frente a A. solani o con los Ailiunt «Colm ar», observada por P a u v e r t en las Antillas.
frente a A. porri) atraviesa un periodo de m enor sensibilidad que concluye en
el m om ento en que el engrosam iento de la raíz adquiere gran rapidez. Las C ercosporiosis o cercosporosís
infecciones latentes se manifiestan desde estos m om entos en las hojas adultas
con una gravedad súbita. La lucha contra esta enferm edad debe, en prim er C ontrariam ente a Alternaría, que se manifiesta tardíam ente en cultivo de
lugar, basarse en a d o p ta r ciertas precauciones en las técnicas de cultivo: destruir estación y sobre las hojas adultas, la cercosporiosis o eercosporosis aparece
352 Enfermedades de tus hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 353

m uy p ro n to y sobre las hojas jóvenes. Cercospora carotae provoca m anchas El sín to m a vírico m ás grave y m ás extendido es el enanismo abigarrado
circulares o sem icirculares, a m enudo situadas al m argen d e los folíolos, claras (Motley dwarf). Se caracteriza p o r provocar un m osaico am arillo intenso en las
en el centro y ribeteadas de oscuro (fig. 80 A ). Si están expuestas a la hum edad las h o jas jóvenes, a c o m p a ñ ad o de un enrojecim iento y enroscam iento de las
las m anchas se to m a n negras y m ás tard e, c u an d o el hongo fructifica, adquieren hojas externas.
un to n o grisáceo. L os pecíolos, los tallos y las um belas tam bién pueden ser El crecim iento de las raíces resulta co m prom etido, pudiéndose reducir los
co n tam inados. El ó p tim o térm ico se sitúa a 28 °C. rendim ientos a un tercio d e lo norm al.
La enferm edad se tran sm ite p o r las sem illas y los restos de cultivo (fo rm án ­ El «M otley dw arf» es muy tem ible en Inglaterra, en la costa oeste am ericana
dose pequeños estrom as sobre las hojas m uertas, susceptibles de germ inación (C alifornia, O regón, C an ad á), en A ustralia y en N ueva Z elanda. T am bién se ha
conídica). d etec tad o en el M ediodía francés.
Los m edios de lucha so n idénticos a los aconsejados p ara la q u em ad u ra tic En las hojas afectadas d e e nanism o ab ig arrad o se pueden d etectar dos tipos
las hojas. El uso de fungicidas sistém icos es posible en este caso. de virus:
U n gen d o m in an te d e resistencia a Cercospora ha sido d escubierto en los — el «Carrot red lea f virus» (C R L V ) un luteovirus tran sm itid o de form a
E stados U nidos entre las líneas de zan ah o ria , sin d u d a , utilizadas p ara crear los específica p o r Caraviella aegopodii. pulgón ligado a las um belíferas y a los
híbridos resistentes « N arm an » y «N antucket». sauces (cuya p roxim idad puede constituir un facto r epidém ico im portante):
— el «Carrol motile virus», virus de partículas de 52 m m de diám etro, que
p o r el m o m en to no está relacionado con ningún o tro grupo. E xperim entalm ente
S e p to rio s is transm isible p o r vía m ecánica a o tras um belíferas y a Nicotiana clevelandii,
p ro v o ca lesiones locales en Nicotiana xanihi y en la zanahoria. Pero, p o r contra,
L os picnidios de Septoria carotae aparecen disem inados sobre las hojas en la n atu raleza no puede ser transm itido p o r Cavariella.
todavía verdes antes de p ro v o ca r su am arilleo y p o sterio rm en te su desecación. En las zonas en qu e este com plejo de virus causa auténticos estragos, las
Las um belas pueden ser invadidas y Septoria tran sm itid o p o r las semillas. siem bras realizadas ju sto antes de la época de m ay o r proliferación de individuos
Se recom ienda el u so de sem illas san as, la elim inación de restos de cultivo alados d e Clavariella son las m ás afectadas. Al tratarse de un virus transm itido
y la aplicación de pulverizaciones de m ancozcb o benom ilo. según el m o d o persistente, los tratam ien to s insecticidas dirigidos contra el
vector reducen la p ro p ag ació n de la epidem ia.
S obre la zan ah o ria tam bién se han descrito alg u n o s potyvirus como el Carrol
O tra s e n fe rm e d a d e s de las hojas mosaic virus en In glaterra y el C'arrot thin lea f virus en las zonas desérticas
irrigadas del sudoeste de los E stados U nidos, sin q u e su gravedad llegue a
E ntre ellas destaca u n a roya p ro v o cad a p o r Uromyces scirpi, cuyas pústulas
alca n zar la del «m otley dw arf».
ecidicas provocan las deform aciones de los pecíolos, tallos y pedúnculos flo rales
En num erosos países se han localizado dañ o s prov o cad o s p o r micoplasmas
En Italia. M a t t a señala sobre la zan ah o ria la roya ecidica del hinojo (Uromyces
en la zan ah o ria. La entid ad que los provoca, sin d u d a, n o es única, pues origina
graminis - teleutosporas so b re Mélica spp.).
toda u n a serie de diferencias que conciernen:
Acrothecium carotae. cuyos síntom as foliares pueden confundirse co n los de
— a los síntomas: se puede observar tan to un am arilleo con interrupción
Cercospora y Alternaría, h a sido detectado en D in am arca, d o n de suele provocar
del crecim iento de las partes aéreas y de la raíz, com o un síntom a de proliferación
p o dredum bres en las raíces.
en «escoba de bruja» co n n u m erosos brotes en el centro de las ho jas grandes
En plantas destinadas a la obtención de semillas se ha constatado la presencia
presentes en el m om ento de la infección, que se enroscan y enrojecen. L as raíces
de Phomopsis dauci y, m á s recientem ente, de Acremonium strictum, que pueden
de estas plantas presentan una desarrollada melena de raíces laterales de tam añ o
p ro v o car el a b o rto de las um belas.
reducido, qu e an o rm alm en te pueden ser leñosas:
— a los agentes vectores: Macrosteles fascifrons es el vector predom inante
en E stad o s U nidos. En el M ediodía francés un psílido \ el Trioza nigricomis ha
sido d escubierto co m o v ector de u n a asociación m icoplasm as-rickettsias que
V. Virus y m icoplasm as en la zanahoria
provoca un am arilleo en la zanahoria.
En los E stados U nidos las variedades de origen francés “ R oyal C hantenay»
A lgunos virus co m u n es de las um belíferas, co m o el m osaico del a p io o el V «Scarlet N antes» se consideran tolerantes.
m osaico del pepino, p ueden ser inoculados experim entalm ente en la zanahoria,
pero m uy raram ente ad q u iere n im p o rtan cia so b re este cultivo. del T,: O iden: J/omopiera. suborden: Psylloinea; supcrfam ilia: Psyttoidea.
354 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de ¡a zanahoria y del hinojo 355

VI. D esó rd enes fisiológicos o de origen todavía suele ser la siem bra directa de las últim as generaciones \ de m anera que las
desconocido p lan tas q u ed an d u ra n te el invierno en el terreno.
En los cuellos d eterio rad o s po r las bajas tem p eratu ras, se pueden producir
graves invasiones de Stemphylium y prolongarse hasta los tálamos. Una protección
Se han podido d etectar numeroso:» accidentes pertenecientes a esta categoría. fungicida de las p lan ta s, siem pre recom endable, es todavía m ás necesaria en
Su núm ero tiende a dism inuir a medida que se com prueban las causas parasitarias este caso. C onsiderando el gran núm ero de parásitos que pueden ser transm itidos
de algunos de ellos: es el caso del «cavity spot», descrito co n an terio rid ad . Pero, p o r las sem illas ( Stemphylium. Alternaría. Cercospora. Acrotheeium, Septoria.
¿ocurre lo m ism o con «las m anchas o moteados»' en la piel cuando se manifiestan Phomopsis. etc.), se añ a d irá a la ip rodiona preferentem ente un fungicida de
sobre suelos de p H elevado? am p lio espectro eficaz frente a Alternaría y Stemphylium.
H abiéndose d escartad o la salinidad del suelo co m o agente de estos d esó r­ C u a n d o se trata de pro ceder a la producción de raíces, se debe de to m a r la
denes, actualm ente las hipótesis se o rien tan hacia una posible causa biológica: precaución de escoger un terreno bien drenado, en el que no hayan sido cultivadas
¿ Pythium, actinom icetos? zan ah o rias al m enos d u ra n te cuatro años.
La aparición en los lotes recolectados de z a n a h o ria s de raíces retorcidas o La presencia de n em atodos (Meloidogyne, Heterodera), dependiendo de los
ah o rq u illad as las d eprecia de fo rm a considerable y obliga a un costoso proceso clim as, puede o bligar a efectuar u n a desinfección del suelo p o r m edio del
de selección. En inoculación artificial, algunos Pythium pueden o rig in ar este dicloropropeno.
aspecto retorcido. P ero este efecto tam bién puede deberse a carencias en calcio La utilización de sem illas sanas debe ser co m p letad a eventualm ente p o r un
y en boro. trata m ien to fungicida de éstas (ip ro d io n a + fungicida de am plio espectro).
L as zanahorias ah o rq u illad as pueden ser u n a consecuencia de los ataques En vegetación, la fó rm ula fungicida em pleada, de preferencia m ixta, será
de n em atodos (ejem plo.: Heterodera curotac), p ero tam bién d e un a m ala estruc­ determ in ad a p o r el m ay o r riesgo de enferm edades, según el clima considerado.
tu ra del suelo o de la presencia de guijarros. L a lucha co n tra los pulgones se debe de p racticar en aquellas regiones
L as zanahorias reventadas difíciles de pelar, tam b ién están m uy depreciadas. d o n d e el motley dwarf es epidém ico.
Este accidente puede deberse a ¿regularidades en la alim entación de agua (re­ La intención de cu ltiv ar «zanahorias de g u ard ar» co m p o rta una elección
a n u d ació n del crecim iento tra s un período seco) o ser la consecuencia de los m ucho m ás rigurosa del terreno (rotaciones, drenaje).
ataques precoces de Pythium vio/ae.
A lgunos genotipos de zanahoria son particularm ente sensibles a este desorden.
N o se debe utilizar n inguna za n a h o ria reventada co m o planta p ro d u cto ra de VIII. Enferm edades del hinojo de Florencia
sem illas cuando se procede a la selección m asal. L os seleccionadores elim inan,
por supuesto, las lineas sensibles a este accidente. E sta especie ta n rú stica, a m enudo, es indem ne a los parásitos, incluso en
El oscurecim iento sup erficial de las zan ah o rias («zan ah o rias grises» o « //w ausencia d e to d o tratam ien to . Sin em bargo, su cultivo intensivo en Italia ha
o'clock shadow» de los anglosajones) se m anifiesta, sobre to d o , después de la co n trib u id o a qu e los fitopatólogos de este país hayan descrito un cierto núm ero
cocción. Se atribuye a u n a carencia en boro. de enferm edades.

E n ferm ed a d e s d e o rig en telú rico


VII. O rg an izació n general de la protección
La raíz piv o tan te y los bulbos pueden estar atac ad o s a nivel del suelo por
fito s a n ita ria en la zanahoria
Sclerotinia minor. au n q u e S. selerotiorum tam bién puede intervenir. Se deben
evitar los terrenos enriquecidos en inoculo p o r cultivos sucesivos de lechugas.
Debe com enzar c o n los cuidados de las p la n ta s d e stin a d as a la producción de Los d añ o s m ás frecuentes se deben a la penetración de bacterias de tipo
sem illas. En selección m asal las raíces escogidas com o «porta-granos», a m enudo Envinia carotovara, cuyo inoculo inicial se encuentra en el suelo, concretam ente
son seccionadas co n el fin de no conservar m ás qu e aquellas qu e tengan m enos en los pecíolos carn o so s que fo rm an las escam as exteriores d t¡ bulbo. Puede
«corazón». Se a y u d a rá a su cicatrización m ediante un rem ojo en c ap ta n antes ten er lugar en el cam p o a p a rtir de rajad u ras d u ra n te el crecim iento, o ya en la
de alm acenarlas en ad ecu ad as condiciones de conservación, y se realizará una
nueva selección de n u ev o antes de p roceder a su replantación. * JV. de! T.: Se refiere a las plañías sobre las que ya se obtienen directam ente las semillas
Por o tra p arte, la tendencia actu al en la o btención d e semillas d e zanahorias Comerciales.
356 Enfermedades de Ias hortalizas Enfermedades de la zanahoria y del hinojo 357

co sed la sobre las heridas. La p o d red u m b re es b lan d a, de un aspecto parduzco.


Bibliografía
y posteriorm ente se to rn a viscosa, siendo su progresión rápida a m ás de 15 °C.
Se deben de ev itar, p o r ta n to , los terrenos que hay an recibido recientem ente
aportaciones de m ateria vegetal verde (restos d e cultivo en terrad o s, fertilizantes
verdes) y las aguas d e riego qu e hayan co n ten id o vegetales en descom posición.
Se debe de p ro c u ra r asegurar a los b u lb o s u n crecim iento arm ó n ico y sin • Generalidades
heridas de crecim iento, evitando los excesos de fertilización n itrogenada y las C r e ie R., 1975: Diseases o f carrots in Canada. 21 p. Min. Agrie. C anada, éd. Ottaw a.
irregularidades del riego. A lo largo de los tra b a jo s de m antenim iento, se debe J o tr a n B ., G k i l l D . y Pei l e t t e r J., 1977: «Principales m aladies de la carotte»; en la
de evitar to d o a p o rc a d o de los bulbos, puesto q u e, incluso, si su c o n tac to con Carotte. C T IFL -Paris éd., 7-21.
la tierra n o provoca podred u m b res de Erwinia, el recalcam iento puede hacerles
p erder su bello a sp ecto nacarado. • Marras de nascencia en la zanahoria y síntomas sobre plantas
E n Suiza se h an d etec tad o ataq u es b acterianos en las hojas, al nivel d e las jóvenes
ram ificaciones. S obre ellas aparecen Erwinia caroiovora y tam bién Pseudomonas.
cuya virulencia en inoculación artificial es m ás débil. K em p, W .O . y B a r k D .J.S .. 1978: «N atural occurence o f T obacco necrosis virus in a
rustv-rooi disease complex o( Dauern carota in O ntario». Phvtopathol. 7.. 91, 203-
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spp. with carrot root diseases in the San Joaquin Valley o f C alifornia-. Plant Dis..
Hn condiciones otoñales o de prim avera m editerránea, en ausencia d e lluvias, 73, 3, 246-248.
la enferm edad m ás co m ú n es el oídio. Erysiphe umbellferarum (sin.: E. heraclei). M i l d e n h a l l J.P.. P r a t i R.G ., W i l l i a m s P.H. v M rronr-i t. J.F ., 1971: « Pythium
Ln condiciones m ás h ú m ed as y m ás frescas a lo larg o del invierno, puede brown root and forking o f muck-grown carrots». Plant Dis., 55, 536-540.
desarrollarse un mildiu cuyo ó p tim o term ino es m uy bajo (10 °C), manifestándose R ouxel M om o r i F.. B e r t o n D.. Li i i vrt F. y C a r r e t t e B.. 1987: «Réflexion sur
a través de él toda u n a serie de lesiones negras sobre todo orden de ramificaciones quelques maladies et accidents culturaux de la carotte». Bull. FNA MS - Semences.
de hojas. Se tra ta de Phytophthora syringae. M a m a y G a r i h m o i . en 1 9 6 9 , 98, 37-40.
consideraban las pulverizaciones cúpricas, m ucho m ás eficaces que las de captan
o zincb frente a esta enferm edad. • Enfermedades de origen telúrico
E n la actu alid ad , bajo el nom bre de Cercosporidium punctum. se conoce a B r it o n D. y R o u x i l F., 1988: «La lutte chim ique contre la m aladie de la bague due
un hongo que ha v ariad o m ucho de n om enclatura (Cercospora foenicu/i. Rantu- à Phytophthora megasperma». 2 Conf. ini. Maladies des Plantes. Bordeaux 1988. I.
laria foenicufi. Fusicladium depressum). Provoca lesiones alarg ad as y oscuras 509-515.
sobre las gruesas ram ificaciones de las hojas y puntiform es sobre las m ás finas. B o s s fs M.. C a v e l i e r A. y M u o n i e r y D ., 1989: «Heterodera carntae. 4. Intérêt et limites
Es tran sm itid o p o r las sem illas, lo que im plica pro teg er con fungicidas las de la lutte chimique». Rev. Nematol., 12 (4), 343-350.
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spp., puede detectarse en su fo rm a ecídica sobre el hinojo; Aecidium foenunli. Daucus carota by Pythium violae». Trans. Rr. myeol. soc.. 84, 755-758
G u r k in R.B. y J e n k i n s S .F., 1985: ¿Influence o f cultural practices, fungicides and
provoca sobre las ram ificaciones de diversos órdenes pústulas hipertróficas que
inoculum placement on southern hlight and Rhizoctonia crown rot o f carrot. Plant
conllevan a la deform ació n de las hojas.
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las um belíferas (ap io , zanahoria), pero no parece que se hayan observado J a n s e J.D ., 1988: -A Streptomyees sp. identified as the cause o f carrot scah». Ncth. J
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se h a detectad o u n PHomopsis (P. focniculi). aunque p o r el m om ento este no ha aparecido sobre e M o l o i P.M .. Si m o n l J. y L e r o u x J.P .. 1975: -Influence de la m icroflore du sol sur le
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360 Enfermedades de ¡as hortalizas
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I. Consideraciones botánicas y fisiológicas

El cuadro 15 sitúa el lugar que ocupan dentro del género Állium los cuatro
cultivos a los que dedicarem os preferentem ente este capítulo, asi como el de
otras especies cultivadas pertenecientes a este género: A. ftstulosum (cebolletas
de Extremo Oriente, reproducidas por semillas, cebollas tropicales, multiplicadas
por división de m atas), A. schoenoprastmt (cebollino) y A. tuberosum (cebolleta
china).
Puede extrañar al lector el lugar que dedicamos en este capítulo al ajo, al
chalote (también denom inado Escaluña. Ascolonia o Escalonia) y al puerro, en
relación con la cebolla, fundam enlal preocupación de los manuales anglosajones:
el ajo es un cultivo económica mente im portante en los países de civilización
latina, y tan to los chalotes como los puerros tienen un gran consum o, particu­
larm ente en Francia.
L a reproducción vegetativa en el ajo y el chalote otorga un carácter particular
a la patología de estas plantas: ausencia de enfermedades específicas de las
plántulas, grandes problem as de transmisión de nem atodos, hongos o virus con
los bulbos y bulbillos, justifican esquemas de selección sanitaria.
La iniciación y el engrosam iento de los bulbos producidos p o r los Allium
están determ inados por la com binación días largos - tem peraturas elevadas
(que suceden en el ajo a una «necesidad de frío» de los dientes en conservación
o de las plantas jóvenes). Las variedades para «altas» o «bajas latitudes» difieren
por el mínim o de horas de luz que requieren para incitar la «bulbificación».
Los bulbos recolectados se encuentran en un estado de «latencia», que
desaparece rápidamente cuando las tem peraturas de conservación se aproximan
a los 7 °C en el caso del ajo y a los 10-12 °C en el caso de la cebolla y el chalote.
Las variedades difieren entre ellas por la intensidad de la latencia.
La mayoría de los Allium cultivados contienen en sus células unos precursores
de sustancias antibióticas, que son liberadas en una escasa proporción por la.s
células intactas, y que se producen en im portantes cantidades a la menor herida
o agresión.
Podem os citar la allicina del ajo, al mismo tiem po bactericida, fungicida y
ncm atocida, y el principio lacrim atorio de la cebolla, de fórmula similar, pero
más inestable (fig. 81). El puerro contiene, en m enor proporción, el derivado
propil de la allicina.
36 2 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de tos allium 363

C U A D R O 15
Especies cultivadas del género Allium (*) AJO
CH j CH? CH, CH
• Subgénero RIIIZ1RIDEUM (3 secciones) / 11 1 11 - H ,0 II II
I CH \ CH CH CH
Sección Rhizirideum : Allium tuberosum : C ebolleta d n n a (hojas planas sin nervadura 1 | I
i 1
m ediana, ausencia de b ulbo, rizom as cortos) Ic H , ,C H , CH, CH
Sección Schoenoprasum : AHium schoenoprasum : C ebollino (hojas cilindricas pequeñas, 1 1
S O S — OH O — S ------ S
ausencia de bulbos).
J 1 +
Sección C epa : Alhum cepa (hojas cilindricas, bulbos bien diferenciados) CHt CHj {Allicina)
A. cepa sensu stricío: cebolla / CHNH*
1 “ ► 11
! C - NH + 2H ,0
A. cepa var. aggregatum: cebolla m ultiplicante <**) 2 C H 3COCOOH + 2 N H ,
A. cepa var. riviparum: c e b o lla v iv íp a ra (* • ♦ ) 1 1 (ácido pirúvico)
Los chalotes d e -Jersey«, al igual que los chalotes tropicales tam bién form an \ COOH COOH
p arte de los Alhum cepa. L a posición sistem ática del chalote gris no ha sido (allicinal
aclarad a d efinitivam ente; su túnica coriácea y sus espesas raices lo sitú an a! CEBOLLA
m argen del resto d e chalotes. Sus llores so n rarísim as y de tip o ■<eepa'-. CHj CH3
II 1
A. fh tulosum cebollas y cebolletas.
CH CH
1 II
• Subgénero A I.l.Il’M: 3 secciones, entre las cuales se encuentra CH CH
I
la sección AHium (las especies cultivadas pertenecientes a esta sección son de hojas planas S - O S OH
y poseen u n a n erv ad u ra m ediana bien rem arcada). I (Principio
CHj
AHium sativum (diploide): ajo. I
lacrimatorio)
AHium ampeloprasum (en am plio sentido): CHNH, CHj
com prende: AHium. porrum: puerro. I + H ?0
A.p var. kurrat: p uerro agipcio. COOH CN H, ► CH jC O C O O H + N H j
A. polyanthum: puerro de las vinas. I (ác<do pirúvico}
COOH
...to d o s tctrap lo id es. Los A ampeloprasum h cxaploiclcs,dadas m is características,
son co n sid erad o s c o m o anfidiploides A. sativutn x polyanthum.
Figura 81.— G énesis d e los principales antib ió tico s u tilizados so b re ajo y cebolla.
• O tro s subgéneros solo co m p ren d en especies cultivadas con fines alim enticios: M O I.IL'M
(3 secciones) y M F I.A N O C R O M Y U M <6 secciones).
sola m ata. 1.a cebolla y el puerro, reproducidos por semillas son considerados
<*> Según el profesor D il-ir ic ii . Universidad de Estrasburgo
( • • ) iV. del T.: Puede m ultiplicara p o r división de bulbo*. tradicionalm ente com o variedades-población m antenidas por selección masal
(* ••) iV. tíel T.: Cebolla de Hgipto, form a de hulbiilos en las umbelas perm anente.
L a autofecundación com porta entre estas especies un im portante descenso
d e v ig o r. Las variedades m odernas de cebolla son h íb rid o s F „ obtenidos por
androesterilidad citoplásmica. Para el puerro comienzan a proponerse variedades
Protegidos p o r estas sustancias, los Allium m anifiestan las reacciones d e sin té tic a s en espera de obtener híbridos F, en el horizonte del a ñ o 2000. Las
necrosis o de hipersensibilidad clásicas frente a los parásitos de form a m u c h o v a rie d a d e s recientes de ajo o de chalote son clones.
menos acusada que el resto de plantas. Sus patógenos específicos se caracterizan
en general p o r su tolerancia a estos principios antibióticos, que para algunos d e
ellos se convierten en estím ulos p ara la germ inación de los órganos de conser­
vación (esclerocios de Sclerotium cepivorum ) o, en atractivos para los insectos II. Parásitos que atacan a las plántulas
(polilla del puerro, m osca de la cebolla).
l-os AHium m ultiplicados p o r vía vegetativa pueden constituir o bien pobla­ Sobre la cebolla y el puerro se pueden delectar m arras de naseeneia, a
ciones heterogéneas, o bien clones obtenidos a partir de un solo bulbo o de una m enudo provocadas por las especies de Botrytis que se describen a continuación
364 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 365

(en particular B. alia) que pueden ser transm itidas por las semillas o estar
presentes en la superficie del suelo en form a de esclerocios que germ inan por
vía conídica.
En los tratam ientos de semillas, las semillas de cebolla soportan elevadas
dosis de fungicidas (ejemplo: Tiram ) que pueden suprim ir este problem a. Un
riego de los lechos de siem bras con 10 l/m : de una suspensión de tiram a 0.8 g/l
puede ser practicado com o medio de «soslayamiento» del problem a.

Carbón, Urocystis cepulae'


I.as plántulas de cebolla y más raramente las de puerro, pueden ser invadidas
por el agente del carbón en la fase com prendida entre el inicio de la germinación
y el despliegue com pleto de la prim era hoja.
Las clam idosporas de Urocystis se conservan en el suelo hasta diez años.
G erm inan al entrar en contacto con plántulas de AUium que producen un
prom icelio que consta de una corona de esporídios alargados que se fusionan
de 2 en 2 para producir el filam ento infeccioso.
Las tem peraturas cardinales para el éxito de la infección son 10-16-23 °C. t i
micelio pronto se to m a sislcmico en las vainas foliares y en las hojas, y. tras una
incubación de duración variable, se concentra bajo la epidermis para producir
tum ores alargados, negros en el interior y plateados en la superficie debido a la
presencia de la epidermis que acaba por desgarrarse para liberar las clamidosporas
(fig. 82).
D ependiendo de los casos, el carbón puede originar la muerte de las jóvenes
plantas en el estado de 2-3 hojas, manifestarse sobre plantas que han alcanzado
los 8 m m de diám etro, o incluso, a principios del proceso de bulbificación. Fiyura 82.—C arbón de la cebolla.
A: Plántulas portadoras de tumores.
probablem ente en función de las tem peraturas más o menos favorables al
B: Clam idosporas de Tuhuri inca.
crecimiento del micelio, que se inhibe por encim a de los 25 °C.
El carbón de la cebolla se manifiesta en regiones relativamente frías donde
este cultivo constituye una vieja tradición (E uropa del N orte, región parisina,
Bretaña, Costa D orada de Francia). III. Parásitos telúricos que atacan a las plantas en
La lucha contra este carbón se basa en el tratam iento de las semillas. 1ras vegetación y a los bulbos en el suelo
haberse preconizado recurrir a enorm es dosis de tiram (igual peso de producto
que de semillas), actualm ente se tiene constancia de que 56 g /k g de semillas son
suficientes para proteger las plántulas (se practica un encolado con mctilcelulosa
Podredum bre blanca (Sderotium cepivorum)
para conseguir adherir el producto). • El parásito
La carboxina es un producto muy eficaz, pero su utilización no consigue
imponerse. A unque no se conoce una form a perfecta del hongo Sclerotium cepivorum.
Las manifestaciones de carbón sobre el ajo o el chalote que describen éste se relaciona de form a evidente con los Sderotinia propiam ente dichos (sin
muchos libros, no constituyen más que una leyenda. form a conídica fíotrytis) p o r la estructura de sus pequeños esclerocios (0.5 mm
Algunas plántulas sanas de cebolla que superan la fase de 2 hojas pueden de diám etro), el aspecto m acro y microscópico de su micelio v su forma micro-
conidica.
repicarse sin ningún tipo de riesgos en suelos infectados con carbón.
E s el hongo del suelo más temible entre los A U iu m , siendo capaz de destruir
1 Sin.: Tuburcinia cepular £ n tas publicaciones rédenles también es denom inada: I c o k h ic i > las raíces, los discos de la base de las vainas foliares y los bulbos en proceso de
V. m arica crecimiento.
366 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de los allium 367

Los esclerocios se conservan en el suelo h a sta cinco añ o s v en ocasiones planta m uere. Si se a rra n c a n las p lantas enferm as, se co n stata la destrucción y
incluso d u ran te m ucho m á s tiem po. Son suficientes de u n o a cinco esclerocios la p o d red u m b re total del sistem a radical de la base de las vainas foliares, con
p o r kilogram o de tierra p a ra provocar graves estragos. la p ro d u cció n de micelio blanco y de. algunos esclerocios.
La germ inación de los esclerocios que se hallan en el suelo en estado ele Es e x tra ñ o (al m enos en F ran cia) observar sobre cebolla o puerro dañ o s en
letargo se estim ula al paso de las raiccs d e Allium . d ad as las sustancias volátiles estadios m ás tardíos: p o d red u m b re blanca basal en cebollas en fase de engro-
que éstas em iten hasta 1 cm de distancia. sam icn to de los b ulbos o en puerros gruesos.
Las tem peraturas card in ales p a ra la infección d e las raiccs son K M 8-24 °C.
Asi. pues, podem os d e te c ta r ataq u es estivales en E u ro p a del N orte, otoñales o — Chalotes
prim averales en clim a n o rm ed iterrán eo o en A q u itan ia e invernales en las L o s chalotes de tip o «Jersey» ap en as se ven afectados p o r la podredum bre
zonas del sur (Egipto). F n condiciones tropicales, puede ap arecer S. cepivorum blanca. P or co n tra, el chalote gris (m ucho m ás rico en com puestos arom áticos)
po r encim a de los 1.500 m. Las condiciones m ás favorables para el crecim iento se m u estra extrem adam ente sensible. P lantado d u ran te el o to ñ o en el M ediodía
de las raíces, suelo húm ed o , pero no sa tu ra d o de agua, son tam bién las más francés puede verse afectado desde la plantación p o r una podredum bre com pleta
favorables p ara el d esarro llo de la p o d red u m b re blanca. de la b a se de la p lan ta, o en p rim avera, a lo largo del período de engrosam iento
de los b u lb o s, p o r un am arilleo de las hojas, una p o d red u m b re de la base de los
• Descripción de los daños b ulbos qu e se desunen y un a abundancia de micelio y de esclerocios.
E stos estragos pueden c o n tin u a r d u ran te el proceso de conservación.
L os síntom as que ap arecen sobre las raíces, en un principio son los m ism os
p ara todos los Allium: p o d red u m b re tran slú cid a con eventual p ro d u cció n de — Ajo
esclerocios (fig.83), pero a posterio ri varían según las especies.
J u n to con el chalote gris, es el cultivo m ás sensible. Los dañ o s aparecen en
tres estad io s, en particu lar sobre las variedades de bulbos gm esos plantados en
— Cebolla y puerro
o to ñ o en las regiones de p roducción del M ediodía francés ( O róm e, A rdéche.
Los d añ o s se m anifiestan fun dam entalm ente so b re las p lantas jóvenes tan to V aucluse, Bocas del R ó d an o . T arn y C a ro n a ) (v. fig. 84 B).
en sem illeros en b andejas, com o en las alineaciones del cam p o . Las hojas — Inmediatamente después de ¡a plantación: las p rim eras hojas am arillean y
exteriores son las prim eras en am arillear, el crecim iento se interrum pe y la se reblandecen. Si se extrae, se aprecia una p o d redum bre del diente p lantado y
las túnicas d e protección desecadas y con algunos esclerocios. En este estadio
las p lan tas afectadas, p o r lo general, están distribuidas al a /a r.
— Entre el principio de ¡a hulhijicación y la cosecha: se produce un am arilleo
a m en u d o unilateral de las p lantas afectadas que com ienza p o r las hojas de
base. F stas se to m a n lacias y se secan prem aturam ente. Las vainas foliares se
recubren en su base de una costra de esclerocios que se pro lo n g a p o r un micelio
algodonoso. En el in terio r del bu lb o , se observa la progresión de ram ificaciones
del micelio de color blanco grisáceo. C om o en el caso de las lesiones de Sclerotinia
sobre las dicotiledóneas, los tejidos de las vainas foliares y de los dientes se
p u d re n y son translúcidos a distancia en com paración co n el m icelio, p o r efecto
de la p ectinasa. E ste tipo de d añ o s, p o r lo general, se m anifiesta en las parcelas
en círculos o zonas d e varias decenas de nv. Es m uy frecuente en el ajo plantado
en p rim avera.
— En conservación: bulbos que sólo tenían algunas raíces afectadas p o r la
enferm edad, pueden ser alm acenados ju n to a bulbos sanos. Las túnicas extem as
perm anecen intactas y el micelio p rogresa lentam ente en el interior del bulbo,
a ta c a n d o a los dientes p o r la base con producción de esclerocios.

• Origen del inoculo


Figura 83.— Vista au m en tad a de u n a p lan ta m uy joven de cebolla ata ca d a p or Sc/ernttum L o s esclerocios presentes en el suelo pueden tener po r origen las raíces de
cepivorum. las p lan tas enferm as de cultivos anteriores o los restos de éstos, pero tam bién
368 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de los allium 369

— Rotaciones
A unque la supervivencia de los esclerocios puede ser muy prolongada, se
aconseja una rotación de cinco años que excluya cualquier Allium. No se ha
podido detectar ningún efecto particular provocado por un cultivo precedente,
excepto en el caso del gladiolo. F.n las regiones en que com o en la Vaucluse
(Francia), los productores de ajos pueden tam bién suscribir contratos de m ul­
tiplicación de bulbos de gladiolos, se ha com probado que este cultivo disminuye
la contam inación de los terrenos p o r S. eepivorum. Las raíces del gladiolo
inducen la germ inación de los esclerocios, pero son refractarias a la infección,
de m odo que el micelio no puede sobrevivir en el suelo.

— Uso de simientes sanas (ajo. chalote)


Recurrir al uso de simientes certificadas o a la adquisición de la cosecha de
una parcela indemne son condiciones indispensables para evitar que la enfer­
medad se manifieste en explotaciones todavía indemnes. Ln el caso de la cebolla
y el puerro, la transmisión de la enfermedad por las semillas apenas es temible,
pero sí en el caso de aquellas variedades de ajo cuyos bulbillos de inflorescencencia
tienen el tam año suficiente com o para ser utilizados com o semillas.

— Lucha química
Se puede prevenir p o r medio de un recubrim iento fungicida de las semillas
Figura 84. Podredumbres de bulbos de ajo en el campo. en el caso del puerro y de la cebolla y de los bulbos o dientes de siembra en el
A: Botrytis pt/rri (ataque que comienza en el cuello, gruesos eselerodos contorneado». Botrytis caso del chalote y del ajo.
fructifica las vainas foliares).
B: Podredumbre blanca (Sclerothun eepivorum. cepas corrientes; micelio blanco y posteriormente
Hn este últim o caso los fungicidas se aplican en baño húm edo, dentro de
esclerocios en la base d d bulbo). aparatos que perm itan la mezcla sin ningún tipo de abrasión o daño mecánico
C-: Podredumbre negra prim averal (cepas de ,S‘. eepivorum de gruesos esclerocios). (barril de eje excéntrico, hormigonera).
D: Enfermedad vermicular (lhtyleruhit\ dipsaei. estallido del bulbo por su parle interior» Más tarde se debe proceder a un rem ovido en seco, en el que es necesario
añadir tantos mi de agua com o gram os de polvo.
Los productos se utilizarán siempre en dosis de 500 g/l()0 kg de semillas
pueden ser transportados por las aguas de riego o las prácticas de cultivo cuando se recurra al quintoceno y en una proporción de 150 g de materia activa
(estiércoles o «composts» que no han sido suficientemente calentados). En los p ara los productos más recientes. T ras este tratam iento, se haran secar los
casos del ajo y el chalote, discretas contam inaciones de semillas pueden originar bulbos o dientes sobre un pequeño lecho y se esperará a que transcurra uno o
daños otoñales y acarrear la contam inación de parcelas hasta el momento dos días para proceder a la plantación.
indemnes. Si se desea conservar durante más tiem po los bulbos o dientes som etidos a
Algunos aspectos resultan inexplicables; por ejemplo, ¿por qué tienen lugar tratam iento, se puede sustituir en el proceso anterior el agua por una sustancia
contam inaciones provocadas por S. eepivorum en el lugar donde se hallaban planificante para papeles pintados.
em plazados viejos árboles que fueron talados cuando se procedió a la concen­ La utilización de los productos empleados en estos procesos de tratam iento
tración parcelaria? (observación debida a Roux. T op semillas). de semillas ha seguido la misma evolución que en el caso del Sclerotinia minor
en las lechugas y escarolas (véase capítulo XII):

• Métodos de lucha ■— en los años 60 se recurría al quintoceno y m ás tarde al dicloran;


a p artir de 1970 se utilizó el benomilo, con considerables resultados
Deben adaptarse m edidas preventivas com o la práctica eventual de trata­ Positivos. Su actividad se prolongaba hasta la prim avera, pero los fracasos
mientos fungicidas. fueron cada vez más frecuentes;
370 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 371

— en los años 80. las dicarboxim idas y, en concreto, la iprodiona y la Ninguna variedad de ajo se m uestra resistente : algunos clones obtenidos de
vinclo/.olina inicialmente presentaban unos resultados muy buenos, seguidos de plantas supervivientes a las manchas de podredum bre blanca (ejemplo: «Rose
una baja de actividad. El producto más activo actualm ente es la procim idona de Lautrec B.T.») no han confirm ado su resistencia en inoculación artificial.
El gráfico de la figura 85 resume esta evolución a p artir de las observaciones Algunas variedades de cebolla son consideradas resistentes (ejemplo: «Ailsa
efectuadas por el IN RA-Burdeos sobre una parcela de monocultivo de ajo. Craig»). En Estados U nidos y en Inglaterra se están tratando de poner a punto
S. cepivorum no es el único parásito telúrico a com batir sobre el ajo y el métodos de inoculación estandarizados para redefmir las sensibilidades de diversas
chalote. Por ello, más que recurrir a un tratam iento realizado exclusivamente especies de AUium e investigar los genitores con resistencia. U no de nosotros
a base de procim idona. conviene utilizar una mezcla en la que ésta se combine había dem ostró la resistencia de AUium panicuiatum (subgénero de Allium .
con un fungicida de am plio espectro. sección Codonoprusum, que no ofrece ninguna esperanza de cruzam iento con
I.as semillas de cebolla y de p uerro pueden ser som etidas a un bañ o de los AUium cultivados).
fungicidas para prevenir los ataques de S. cepivorum. A unque actualm ente se
ha dejado de utilizar el calom clano (Mg.Cl.) en Inglaterra, tiem po atrás se
recurría a este producto. En la actualidad se recom ienda añadir de I a 2 g por O tros hongos con esclerocios
kg de semillas de un producto de tipo «dicarboxim ida» a una dosis de tiram tan
elevada como la que acosejábam os en el caso del carbón. Sobre el ajo, aunque de forma m enos frecuente que la Podredum bre blanca,
se aprecia en ocasiones una podredumbre negra, provocada por una cepa particular
— Posibilidades de lucha biológica de S. cepivorum, provista de esclerocios más gruesos que los de las cepas
S. cepivorum es sensible a los mismos agentes específicos (Coniothyrium, com unes (1 mm ) y que no produce ningún tipo de micelio aéreo blanco tanto
Sporidesmium) o generales (Trichoderma. GliocUuiium) de destrucción de escle­ sobre las plantas com o sobre el agar.
rocios que habíam os señalado en el capitulo I para los Sderotinia. La podredum bre negra aparece en prim avera m ucho más pronto que la
podredum bre blanca y transform a la base de las plantas de ajo en un residuo
— Resistencia varietal negruzco a principios de abultam iento (fig. 84 C).
A nteriorm ente hem os señalado las diferencias de sensibilidad existentes en Esta cepa de S. cepivorum parece estar ligada a los terrenos infestados de
el cam po entre los chalotes de Jersey y los chalotes grises. AUium silvestres (ejemplo: AUium sphaerocephalum. A. vincule.)
No debemos confundir con S. cepivorum un inofensivo Sderotinia del suelo
de esclerocios planos, que se limita a invadir las túnicas externas de los bulbos
% bulbos sanos recolectados de ajo, síntom a análogo al del «fly-speck» de las manzanas.
Macrophomina phaseo/i puede com portarse de form a análoga, provocando
un débil punteado gris.
Sclerotium rolfsii raram ente se detecta sobre el ajo. Incluso en Israel se
aconseja el cultivo de la cebolla para hacer retroceder la infección de los suelos.
Sin em bargo, en G uadalupe, se ha podido detectar sobre el chalote, favorecido
por un tratamiento fungicida de los bulbos de siembra (captafol -I carbenda/.ima).
La situación se puede evitar añadiendo carboxina a este mismo tratam iento o
mediante la plantación de bulbos no som etidos a tratam iento (siempre que
estén exentos de AspergiUus).

Enferm edad de las raíces rosas


Es provocada p o r Pyrcnochueta terrestris, hongo de picnidios que ataca
únicam ente a las raíces. Primero las coloniza sin m atarlas coloreándolas de una
tonalidad rosa que se to m a de color rojo-vino a medida que éstas se van
Figura 85.— P.volución d e los daños provocados por Srlrratium cepivorum en »na pareóla eri
secando.
monocultivo de ajo; eficacia de los tm iam icntos de semilla.s (el bcnouulo dejó de set utilizado .1 No aniquila la producción de las especies productoras de bulbos, pero la
partir de 1979, la procim idona introducida en 1984) (resultados obtenidos en el IN'RA. Burdeos) cosecha es reducida y la desecación más precoz.
372 EnfermeJada de las hortalizas Enfermedades de los allium 373

P. terrestris puede p erpetu arse sobre las raíces de n um erosas p lañ ías, en p o d id o d e tectar que in vitro toleran dosis de extracto de ajo fresco que inhiben
particular en el m aíz, so b re cuyas raíces provoca el m ism o tipo d e coloración. to talm en te a las cepas aisladas de cereales (4 (?e-S. cepivorum tolera 7 <\ ). Estas
Las tem peraturas cardinales p a ra la infección son 16 -26*35 °C. La enferm e­ cepas pueden a ta c a r al ajo en inoculación artificial, p ero esta enferm edad
d a d . p o r ta n to , es m u y poco tem ible en los países oceánicos del n o rte de n u n ca se ha detectad o sobre el ajo en el cam po.
Europa. Fn el M ediodía francés, sólo aparece a finales del proceso de m aduración C o n tra esta enferm edad sólo se pueden aconsejar rotaciones que otorguen
de los bulbos, los d a ñ o s m ás graves se d etectan sobre los cultivos estivales de una m ay o r im p o rtan cia a las dicotiledóneas.
puerros.
P o r co n tra, ad quiere gran im portancia ta n to en las «bajas latitudes» (países
• Fusariosis del disco en la cebolla y el chalote
m editerráneos m eridionales, llanuras tropicales) co m o en un clim a continental
de veranos m uy cálidos (ejem plo: W isconsin en E stados U nidos). La sequía E stá p ro v o cad a p o r F. oxysporum f. sp. cepae. T ra s u n a fase en que los
agrava los daños, así co m o toda crisis que contribuya a com prom eter la nutrición d a ñ o s son d e tipo «vascular»: am arilleam iento progresivo de las hojas que
de las raíces4. com ienza p o r el vértice, oscurecim iento de los tejidos del disco (que constituye
Las condiciones m editerráneas de gran insolación, favorables a la enferm edad, el ta llo m ás c o rto de la p lan ta), se aprecia un oscurecim iento de las raíces y una
perm iten tam bién liberar de ésta al suelo p o r solarización. p o d red u m b re de la base del b u lb o , que puede proseguir a lo largo del proceso
Se pueden constatar diferencias especificas y varié tal es de sensibilidad: Allium de alm acenaje co n la ap arición de un micelio de color blanco-rosado. Las
fislulosum se m uestra p rácticam en te resistente a P. terrestris, m ientras qu e A. tem p eratu ras cardinales p ara la infección son 15-27-32 °C.
cepa, A. sativum y A. porrum son sensibles, co n stitu y en d o una buena razón en
D a d a su especificidad (m ientras que Pyrenochaeta se perpetúa en num erosas
los países cálidos p a ra sustituir el pu erro p o r las cebolletas jap o n esas o el
p lan tas) la F usariosis d e la cebolla se halla m enos extendida que la enferm edad
anfidiploidc (cepa x fistulosum) «Beltsville bu n ch in g onion*>.
de las raíces rosas, pero las parcelas co n tam in ad as tras sucesivos cultivos de
E n la cebolla la resistencia a P. terrestris o cu p a un lugar im p o rtan te en los
cebollas pueden ex perim entar im portantes d añ o s, que p o r o tra parte, pueden
p rogram as de selección de E stados U nidos (W isconsin, Texas), Israel y Brasil.
co m b in arse con los de Pyrenochalea.
Los tests se realizan tan to en recipientes a tem p eratu ra constante bajo
inoculación artificial (W isconsin), co m o en el cam po. Las cepas de Pyrenochaeut L a Fusariosis d e la cebolla es com ún en aquellos clim as en los que las
difieren p o r su agresividad, pero no p o r su virulencia (clasificación varietal p lan tas al principio del en grosam iento del b ulbo se hallan expuestas a tem pe­
constante). La resistencia es recesiva (2 genes, m ás m odificadores). Algunos ra tu ra s muy elevadas.
tests b asados en la utilización de una toxina del parásito se hallan en proceso E n E u ro p a, resulta verd aderam ente tem ible en Italia, concretam ente en la
de puesta a punto. región de la Emilia R o m an a, sobre la variedad «C ipolla d ó ra la di P arm a".
Algunas pruebas realizadas en contam inación artificial o en las parcelas infeciadas
F u sario sis d em uestran la gran sensibilidad de esta variedad en com paración con la m ayoría
de los tipos euro p eo s o am ericanos.
N ingún Fusarium solani parecc h ab er evolucionado en f. sp. virulenta sobre L a resistencia a F. oxy. f. sp. cepae es de n aturaleza poligénica con tendencia
Allium. Se observan casos de fusariosis de F roseum y F. oxysporum. d o m in an te; desde hace m uchos añ o s los seleccionadores am ericanos m uestran
g ran interés p o r el tem a. Los seleccionadores italianos h an podido m ejorar
• Fusariosis basal del puerro considerablem ente sin introgresión alguna la resistencia del tipo « D ó rala di
P arm a^ a p artir de variedades extranjeras en cinco ciclos de selección recurrente,
Se m anifiesta en form a de p o d red u m b re fuertem ente pigm entada de un
co n serv an d o el tip o de b u lb o s y la ap titu d de alm acenam iento de esta buena
rojo m ás neto que el d e P. terrestris. localizado en la parte de las raíces en
variedad.
c o ntacto con el disco y la base d e las vainas foliares. En F rancia se puede
d etectar en las explotaciones en las qu e qu e el pu erro ocu p a un a superficie E n Francia esta fusariosis com ienza a inquietar a los productores de chalotes
im portante. de tip o - Jersey». El co n ju n to de m edidas (term o terap ia de las sem illas, secado
Las cepas de F. roseum, var. culmorum que p ro v o can esta enferm edad son de la cosecha con aire caliente) que han m ejorado considerablem ente el estado
m orfológicam ente m uy sim ilares a las que se aíslan de los cereales. P ero se lia san itario d e estos chalotes (nem atodos, Hotrytis spp.) han revelado la presencia
de esta enferm edad. Las clam idosporas de F. oxysporum son resistentes al calor
E n una prueba de rñ n o c u la á ó n de variedades del ajo realizada p o r el O Y D V , se ha constatad» ■ y a la m ayoría de fungicidas. A ctualm ente se in ten ta a ñ a d ir procloraz (el
que la crisis vírica conduce a síntom as de -raiccs rosas» m ucho más graves que sobre los planta* fungicida m o d ern o m ás activo co n tra los Fusarium, y uno de los m enos fitotó-
sanas, o sobre las p lan tas infectadas de form a crónica. xicos) al bañ o térm oterápico.
374 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 375

A n tra c n o s is de las c e b o lla s blancas co m p u esto s fenoliticos inhibidores (ácido protocatéquico. catecol) de los que se
enriquecen las escam as en proceso de desecación.
Está p ro v o cad a p o r CoUetotrichum circinans. c a p a / d e a ta c a r las hojas E n E stados U n id o s, el p u erro y el chalote son considerados sensibles (los
la n to en condiciones cálidas y húm edas (Italia, P uerto Rico). Se tra ta , an te chalo tes am ericanos son blancos).
todo, de un h o ngo del suelo de tipo C demaiiutn (conidias en fo rm a d e media Prácticam ente no existe ningún m étodo de lucha. Se d eb en reservar a las
luna, producción de esclerocios). cebollas blancas las parcelas m ás «nuevas» de la explotación y las m ás expuestas
P.l d añ o m ás g rav e qu e origina es la invasión d e las escam as ex tern as de las a la acción del sol. E n condiciones m editerráneas debe tenerse cuidado con los
cebollas blancas en proceso de m aduración, con form ación de estrom as negruzcos riegos tardíos.
y planos que a m en u d o se disponen en círculos concéntricos. La calidad de la
carne de la cebolla n o se altera, pero sí se resiente su presentación (fig. 86 B).
Las te m p eratu ras cardinales del CoUetotrichum son 10-26-30 °C ; los daños Hollín o N eg reo de los b u lb o s d e ajo
se producen c u an d o la m adu ració n tiene lugar en suelo tem plado y húm edo.
L as cebollas de c o lo r (am arillas, rojas) nu n ca son a tac ad as, gracias a sus Está p ro v o cad o p o r Helminthosporium allii. que m ás que co m o un p arásito
debe ser considerado co m o un com ensal.
A m enudo se halla presente en los bulbos de ajo (sobre to d o en las variedades
d e gruesos bulbos, co m o «B lanc de la D róm e» o «V iolet de C adours») ennegre­
ciendo sus túnicas externas a p a rtir de la base. Este enncgrecim icnto alcanza
g ran im p o rtan cia y puede resultar difícil de elim inar si se tard a dem asiad o en
co sech ar los bulbos en proceso de m aduración sobre suelo h ú m edo (torm entas
próxim as a la cosecha).
Para evitar este inconveniente se recom ienda proceder al arran q u e cuando
u n tercio de la longitud total de las hojas ya se ha to rn a d o am arillo y se seca
ráp id am en te. Si se recurre a un proceso de secado con aire caliente, se deben
ev itar la tem p eratu ra de 25 °C . ó p tim o térm ico del hongo. //. allii. po r supuesto,
pu ed e ser tran sm itid o a través de la siem bra cu a n d o el m icelio penetra hasta el
in terio r d e los intervalos en tre los dientes o cu an d o algunas fragm entos de
tú n icas exteriores ennegrecidas perm anecen pegadas.
Los tratam ien to s fungicidas de los dientes m ejoran la situación. E sta es o tra
d e las razones p ara a ñ a d ir un fungicida de am plio espectro.

E n ferm ed ad v e rm ic u la r

A unque algunas cepas de Xfeloidogyne incógnita (A frica. A ntillas) p uedan


a ta c a r las raíces de los Allium en condiciones cálidas, la m ás grave am enaza está
constituida p o r el N ematodo de los tallos y los bulbos Ditylenchus dipsaei.
D. dipsaei ataca a m ás de 400 especies vegetales: dicotiledóneas, gram íneas,
liliáceas. La especie se subdivide en razas que atac an gam as de huéspedes muy
restringidas. La que ataca a los Allium puede perpetuarse sobre: avena, rem olacha,
ju d ía , guisante, h ab a y espinaca.
luis ad u ltas pueden alcanzar 1 m m de longitud (fig. 29). I). dipsaei es un
Figura X6.— A lteraciones de los bulbos de la cebolla.
A: Podredum bre p ro v o cad a por Botrytis allii.
endoparásitn que se d e sp la/a de form a activa en los tejidos vegetales: tallos,
B: A ntracnosis de las cebollas blancas (puram ente superficial). vainas foliares.
V: Podredum bre b acterian a lim itada a una e sc u n a carnosa en el interior del bulbo (sintoinJ Penetra la base d e las vainas foliares de los Allium p o r los pun to s de
«Slippcry skin»). em ergencia de las raíces y puede invadir las vainas de bajo a arrib a y el disco.
376 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 377

Las plantas jóvenes de cebolla (y mas raram ente de puerro) invadidas, elimina com pletam ente la población de Ditylenchus, de m odo que el terreno
adquieren un aspecto raquítico, torcido e hinchado y poseen una base espesa. puede encontrarse contam inado al final del cultivo. N o es aconsejable utilizar
Originan bulbos que presentan escamas externas de aspecto harinoso que derivan ncm aticidas que contengan brom o sobre los Allium, pues éste resulta fitotóxico.
fácilmente en una podredum bre nauseabunda. Es. sobre todo, en el chalote Algunos tratamientos insecticidas dirigidos contra la mosca (Hylemta antigua)
donde este fenóm eno de alteración de las túnicas externas es predom inante. en el cultivo de cebolla pueden repercutir sobre Ditylenchus: carbofuran. triclo-
En el ajo, el ataque, que se manifiesta sobre todo a principios de la fase de ro n at. terbufos. Su sensibilidad a tem peraturas superiores de 35 °C permite
engrosam iento de los bulbos, afecta fundam entalm ente a la base de las vainas aconsejar la solarización en condiciones mediterráneas.
foliares externas y al disco. Ello provoca un apretam iento por la base de los
bulbos acom pañado de una podredum bre rojiza (tig. 84 D). I-as hojas de las — Medidas que conciernen a las simientes
plantas de ajo adquieren una coloración entre roja y violácea (y no amarilla
com o ocurría en la podredum bre blanca). l a s más prestigiosas firmas productoras de semillas no deberían practicar
Las tem peraturas cardinales para la infección y el desarrollo de los daños la venta de semillas de cebolla contam inadas.
son 10-22-30 °C. En el suelo, los Ditylenchus no sobreviven m ucho tiempo a Para las especies de multiplicación vegetativa es indispensable la com pra de
35 ° C simientes certificadas (en los países donde se practica una selección sanitaria).
El inóculo puede perpertuarse de dos formas: En Francia los lotes de simientes son som etidos a un análisis nematológieo
— Nematodos que abandonan el tejido del huésped para pasar a conservarse (tolerancia: 0) de generación en generación y los campos de producción verificados
en el suelo bajo form as de larvas en 4 0 estadio, hasta más de cinco años y a com o indemnes.
multiplicarse eventualmente sobre otros cultivos sensibles o sobre malas hierbas. En caso de duda se puede recurrir a la termoterapia con agua caliente, este
Los suelos arcillosos son los m ás favorables para su conservación. delicado m étodo, por supuesto, debe de ser aplicado a las prim eras generaciones
— Larvas en el m ism o estadio que se conservan en estado de anhidrobiosis, de semillas, bien de form a sistemática, o bien de form a ocasional, en aquellos
enrolladas sobre ellas mismas, ju n to con las semillas de cebolla o los bulbos y lotes particularm ente dudosos.
dientes de chalote o d e ajo que habiendo sufrido ataques ligeros han pasado Los Dilylenchus móviles perecen si son som etidos durante dos horas a 43 °C
desapercibidos en la cosecha. o a 44,5 °C durante una hora. Estas son las tem peraturas convenientes para el
En el prim er caso, los ataques se manifiestan en zonas ovales que puedan tratam iento de los chalotes, que se debe practicar entre la cosecha y su salida de
alcanzar diversas decenas de m , en el segundo caso en focos más numerosos, la fase de «letargo» (de agosto a febrero en el N orte de Francia). Al agua de
de tam año restringido. remojo se le añade un I % de una solución de formol comercial, que, actualmente
En los Allium reproducidos por via vegetativa, la infección puede permanecer tiende a ser sustituido por un fungicida menos molesto para el personal (benomilo.
latente en los lotes de «simientes» durante m uchos años, pudiendo revelarse de procloraz) en una dosis doble de la recomendada para ios caldos de pulverización.
forma drástica en un año favorable (primaveras precoces y lluviosas, temperaturas T ras esta operación, practicada habitualm entc en recipientes de varios m ' con
com prendidas durante m ucho tiem po entre 15 y 28 °C). circulación de agua y term ostato, se dejan secar los bulbos en un lecho de poco
espesor.
• Medios de lucha A unque la selección sanitaria del chalote comenzó a practicarse en Francia
El examen de D. dipsaci supone recurrir a todo un conjunto de medidas que m ucho más tarde que la del ajo, durante los años 70-80 . se convirtió en un
afectan tanto al terreno com o a las semillas: hecho generalizado entre algunos productores, que aplicaron un tratam iento
sistem ático a todas sus «semillas» antes de !a plantación.
— Rotaciones La m ayoría de los nem atodos del ajo se hallan en estado de anhidrobiosis.
La época ideal para aplicar el tratam iento y de prevenir la posible fitotoxicidad
En contra de los precedentes sospechosos que anteriorm ente señalábamos, que puede entrañar el hecho de que el letargo se halle en su etapa final, es la del
son aconsejables los precedentes trigo, cebada, gramíneas forrajeras, patata, m es siguiente a la cosecha (finales de julio-agosto), en la que se pueden rem ojar
girasol, alfalfa, lechuga, col y pimiento. Es indispensable, tam bién, elim inar la> bulbos enteros.
malas hierbas. En los años sesenta aconsejábam os rem ojar los bulbos (una parte de bulbos
p o r cada dos partes de agua, ejemplo: 50 kg en 1001) en agua a 55 °C. dejándola
— Desinfección del suelo enfriar d urante una hora hasta 44 °C. Actualmente C a u b e i . aconseja un remojo
Si se efectúa por m edio de dicloropropeno o de metam-sodio permite aum en­ previo durante diez, horas en agua fría (para despertar a las larvas de su
ta r considerablem ente las cosechas en suelos contam inados. Sin em bargo, no anhidrobiosis) seguido de una term oterapia de una hora de duración a 48,5 °C.
378 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 379

T am bién se puede co n sid e ra r la posibilidad de ap licar o tro s m étodos de Pseudomonas cepacia provoca la p o d redum bre de las escam as exteriores de
lucha: la fum igación c o n b ro m u ro de m etilo (4() g/nV d u ran te 20 h. o 80 la cebolla a p artir de co n tam inaciones del cuello del b u lbo en tiem po húm edo.
d u ran te 10 horas), aplicable únicam ente en establecim ientos au to rizad o s. Fl Los d añ o s se manifiestan sobre todo en proceso de alm acenam iento. Las medidas
rem ojo en frío en soluciones nem aticidas se halla en proceso de experim entación, destinadas a co m b a tir Botrytis allii son efectivas tam bién co n tra esta bacteria,
con productos todavía n o au to rizad o s p ara este uso y fácilm ente fitotóxicos cuyo parasitism o es suficientem ente dud o so com o para intentar utilizarlo com o
(ejemplo: foxim). agente de lucha biológica co n tra la Botrytis.
Pseudomonas gladioli var. alliicola es considerado agente de la podredum bre
Resultados de las pruebas realizadas sobre ajo rosa en terreno fuertemente infestado p a rd a de una o d e d o s capas internas del b ulbo de la cebolla, fenóm eno que
constituye un inconveniente para su consum o (en inglés «slippery skin»). Se
Tratamiento % plantas Ncmatodos per su p o n e que el origen de la infección reside en el cuello del bulbo (fig. 86 C).
Dosis 100 Kj> C'osccha t/h a (4>
de semillas afectadas planta (mayo)
Sin em bargo, parece que p o r lo m enos en las regiones cálidas, pueden ser
T iabendazol 300 g 28 8.55 a 6
600 g 32 8.40 á b 13 aislad as de las zonas d a ñ a d a s bacterias m uy diversas (Pseudomonas. Erwinia.
Benom ilo 48 8,60 a
Aerobacter spp. ) .
300 g 50
600 g V 8.05 be 22 Presentes en can tid ad m ínim a en los tejidos sanos, pueden desarrollarse en
Iprodiona 300 g 70 4.85 be 353 el in terio r de aquellos b u lb o s que han padecido tem peraturas m uy elevadas
600 i; 77 3.60 c 211 d u ra n te el proceso de m ad u ració n (los suelos negros se recalientan a m ás de
(*) F\lr.ipoUidi> ;i partir de parcelas experimentaos. 40 °C en la superficie).
Pseudomonasfluorescens, aunque es considerada com o una bacteria saprofita
N o debem os su b estim ar el efecto secundario que p rovocan o tro s productos y carente de agresividad p a ra la m ayoría de las plantas, se ha reconocido que
utilizados en el tratam ien to de sem illas, en p a rtic u la r frente a la po d red u m b re es cap a z d e provocar en el ajo la «enfermedad del café con leche»: podredum bre
blanca: el tiabendazol, y en m en o r m edida el benom ilo (cf. resultados obtenidos de las vainas externas del falso tallo, d e consistencia viscosa y de color beige,
p o r C aubei en el 1NRA de Rennes en 1988). que aparece en prim averas con tiem po húm edo sobre cultivos densos y forzados
con nitrógeno.

— Posibilidades de lucha biológica E sta p o d red u m b re que se extiende hacia ab ajo , puede colorear de m arró n
las túnicas externas y los tabiques internos del bulbo, d epreciando la cosecha.
El hongo n em ató fag o Arthrobotrys irregularis es el m ás eficaz f rente al D.
dipsaei. A plicado experim entalm ente al suelo, reduce las poblaciones en terrenos P. fluorescens puede a ta c a r los bulbos p o r sí sola, pero los estragos son más
fuertem ente co n ta m in a d o s e im pide totalm en te el a taq u e en caso de infección graves cu an d o ap arece asociada con Ditylenchus dipsaei colonizando las vainas
ligera. externas.
E sta virulencia ele P. fluorescens, que puede parecer a n o rm al, ha sido de­
m o strad a p o r R. S a n s ó n . Se puede su p o n er que el ajo , protegido p o r su
potencia antibiótica, con un p H celular próxim o a la neutralidad puede encon­
IV. Bacteriosis trarse a la m erced d e bacterias que presenten una tolerancia a la alicina.
L a term o tarap ia p o r m edio de un bañ o ad icionado de fortnol es un m edio
S obre los Allium se h an citado n um erosas bacterias. I j i m ayoría de ellas
m uy indicad o p ara los lotes de semillas que hayan m anifestado ataques ligeros,
presentan un p arasitism o poco claro que to d av ía n o h a sido com pletam ente
au n q u e la transm isión del «café con leche» p o r las sem illas sea m uy irregular.
a cla rad o , a excepción del de Pseudomonas syringae pv. porri, e stu d iad o en
F rancia p o r R. S a n s ó n . Provoca sobre las h ojas del p u erro lesiones d e form a D eb e recordarse qu e la M osca de la cebolla fllylem ia antiqua) vive en
a larg ad a y translúcidas que m ás tard e se to rn a n am arillentas. E stas hojas estrech a asociación con Erwinia carotovora: las heridas provocadas p o r sus
a dquieren una form a arq u e a d a . Se puede ob serv ar tam bién sobre los escapos larv as en tran en delicuescencia y las bacterias se nutren del caldo así obtenido.
florales: lesiones ovales necrólicas en su centro. AI ser el pu erro m uy sensible L o s chalotes son fácilm ente atacado s p o r esta m osca (acom pañadla de la
a la fitotoxicidad del co b re es difícil la lucha co n tra esUi en ferm edad, qu e se ve «M osca de los bulbos», Eumerus strigatus) en el m om ento en q u e los bulbos se
favorecida p o r el exceso d e una fertlización nitrogenada. ab ren y com ienzan a eng o rd ar. C om ienzan a podrirse a p a rtir de la base.
380 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los alhum 381

V. Enferm edades criptogámicas de las hojas y vainas años, separación de los cultivos «porta-granos» y de los cultivos destinados a
que pueden contam inar eventualm ente a los bulbos la producción de bulbos, term oterapia, etc.
— y cventualmente p o r medio de tratam ientos quím icos en vegetación,
M ildius practicados de forma repartida a lo largo del periodo en que las tem peraturas
medias se hallan com prendidas entre los 10 y los 15°C (m arzo-abril en el
En el género Allium podem os detectar dos tipos de mildius diferentes, uno M ediodía francés, m ayo-junio en Bretaña). La calidad de la pulverización es
ataca preferentem ente a la cebolla y al chalote: Peronospora destructor, el otro indispensable para que los resultados sean positivos: una pulverización neumática
preferentemente al puerro: Phytophthora porri. bien practicada, perm ite una m ejor adherencia de los productos a las hojas.
Este últim o de form a ocasional tam bién puede atacar a la cebolla, con Si se utilizan productos no sistémicos (ejemplo: los clásicamente aconsejados
síntom as similares a los del puerro. m aneb o m ancozeb) los tratam ientos se deben espaciar de ocho a diez días en
los cultivos destinados a la producción de bulbos. Los antim ildius sistémicos
• El mildiu de la cebolla (ejemplo: asociación cim oxanilo 4- oxadixil + m aneb), que se aconsejaban
d urante los años ochenta en Provenza, pueden resultar m ucho más eficaces en
Aparece en form a de un aterciopelado de color malva sobre las hojas caso de lluvias repetidas.
cilindricas o sobre los escapos florales de la cebolla o el chalote. Los cultivos «porta-granos» resultan todavía más difíciles de proteger. Si se
A tem peraturas próxim as a su óptim o (tem peraturas cardinales 3-11-25 °C) realizan a partir de bulbos-m adre, éstos deben proceder de cultivos indemnes.
puede invadir hojas enteras sin que se manifieste necrosis alguna. En los escapos florales, una sola lesión puede acarrear la fractura y pérdida
A tem peraturas m ás elevadas (ejemplo: 11 °C por la noche y 20 °C por el de la umbela. Su rápida elongación mantiene en su base una zona no tratada.
día) su crecimiento es m ucho menos rápido, las manchas presentan form a oval Si se recurre a productos no sistémicos. se debe de aplicar el tratam iento una
con una discreta zoníficación, su centro se deseca adquiriendo una coloración vez por semana.
beige claro (fig. 87), m ientras que éstas continúan creciendo en su periferia. I.a Las plantaciones densas, el exceso de nitrogeno y un defectuoso drenaje
esporulación y la infección por lo general tienen lugar a lo largo de la noche, (p o r germ inación de las oosporas en el borde de los charcos) favorecen el
viéndose favorecidas p o r las gotas de rocío. La incubación dura un mínimo de mildiu.
diez días. T anto el chalote gris com o el de tipo «Jersey» son sensibles al mildiu. De
Son suficientes algunas horas de tiempo seco y cálido durante el día ( > 25 °C) entre las diversas variedades de cebolla, en los Estados U nidos la denom inada
para que las esporas m ueran y la epidem ia se detenga. «Calred» ha sido citada com o resistente.
I.as lesiones secas se recubren de fructificaciones de Stcmphylium vesicarium Más recientemente en Alemania, K o f o f t y Z i n k f r n a g f i . entre 25U cultivares
de color verde negruzco, invasor secundario bastante habitual. exam inados no han podido encontrar ningún Allium cepa resistente, motivo
Peronospora puede conservarse de una estación a otra de dos maneras por el cual proponen la utilización a largo plazo de una resistencia que proviene
diferentes: p o r medio de oosporas form adas en los tejidos foliares al final de la del Allium roy/ei que se sirve de A. fistulosum com o «especie-puente».
epidemia (se pueden conservar en el suelo durante cuatro ó cinco años) o bajo
la forma de micelio en los bulbos: cebollas «porta-granos», pequeñas cebollas
denom inadas «de M ulhouse», utilizadas p ara la producción de otras de mayor • Mildiu del puerro (fig. 8 8 B)
tam año, y chalotes. Hn este últim o caso, la term oterapia que a continuación
Está provocada p o r Phytophthora porri. cuya presencia tam bién ha sido
aconsejamos es m uy efectiva para eliminar el micelio interno.
detectada sobre cebolla en H olanda. Su nom enclatura inglesa «White tip o f
Se debe de luchar contra el mildiu de la cebolla: leek » no es del todo exacta, pues las lesiones foliares, prim ero lividas y más
— tra tan d o de reducir el núm ero de focos primarios: rotación de cinco
tard e blancas y secas, pueden aparecer tanto en los bordes com o en las puntas
de las hojas. En am bos casos presentan form a alargada (5 a 6 x I a 2 cm). Las
conidias son de aparición fugaz y poco perceptibles a simple vista. En los
tejidos contaminados se form an numerosas oosporas. Las temperaturas cardinales
pueden estimarse en 1-17-25 °C.
En el M ediodía francés, los daños comienzan a manifestarse en octubre y
prosiguen a lo largo de todo el invierno si éste es suave y lluvioso. En Bretaña,
Figura 87.—Mildiu tic la cebolla (Peronospora destructor): lesión sobre hoja, desarrollada .1
temperaturas que oscilan entre 11 y 20 °C que, com o consecuencia, acusa una /.onificaciótt. l-:n tam bién se aprecian estos daños sobre los -puerros de invierno». Las plantas
Stcmphylium saprofito coloniza el centro de la mancha. contam inadas precozm ente pueden volverse enanas, las hojas atacadas hacen
382 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 383

el alm acen am ien to de los bulbos: B. squamosa y B. allii en la cebolla y el


ch alote; B. porri en el p u erro y el ajo
Según las especies, p red o m in a bien el a taq u e sobre hojas o vainas, o bien
los d añ o s propios del alm acenam iento.

• Botrytis squamosa (en inglés: Onion blast)


Esta Botrytis. cuya fo rm a perfecta Botryotinia squamosa fue descrita po r
V 1 1 n n o t-B o u rg in. es un im p o rtan te parásito foliar de la cebolla, capaz de
desarro llarse en el m esofilo a p a rtir de lesiones iniciales análogas a las de B.
cinerea. qu e evolucionan en m anchas blancas que pueden alcanzar hasta 4 mm
de d iám etro , m uy n um erosas en la extrem idad de la hoja, que acaba po r secarse
(ííg. 89).
Las fructificaciones de B. squamosa so n fugaces, blanquecinas y pueden
apreciarse en tiem po h ú m edo en la extrem idad de las hojas necroseadas.
La infección se ve favorecida p o r los períodos h úm edos (lluvias, rocío) y las
tem p eratu ras m edias del o rden de 18 °C . El ó p tim o p ara la germ inación de las
conidias se sitúa a 14 °C y para el crecim iento del micelio en 24 °C.
Los cultivos de cebolla m ás atacados son aquellos p lan tad o s en o to ñ o a
p a rtir de p lantas producidas en las siem bras de agosto y septiem bre (Sud-O cstc
de Francia).
Los d añ o s pueden ser graves en sem illero y proseguir en el cam p o hasta la
tem p o rad a de las h eladas (que detienen la progresión de la enferm edad) y m ás
tard e resurgir d u ra n te la prim avera siguiente. B. squamosa puede participar
ju n to con B. allii en el sín to m a «podredum bre dei cuello» (consultar siguiente
Figura 88. D añ o s foliares sobre puerro. a p a rta d o ).
A: A lté rn a n o s» , Se perpetúa p o r m edio de sus esclerocios q u e se form an sobre las plántulas
B: Mildiu m u ertas y sobre las escam as externas de los bulbos infectados. Suelen germ inar
p o r vía conídica y en ocasiones producen apotecios.
B. squamosa (a diferencia de B. cinérea) puede ser co m b atid o p o r una
que la cosecha ad q u iera un mal aspecto y se m archite rápidam ente. Allí tam bién
am p lia gam a de fungicidas: etilenobisditiocarbam atos. tiram , cobre (atención a
se puede detectar la presencia de un Stemphylium co m o invasor secundario.
la fitotoxicidad), así co m o p o r bencim idazoles y dicarboxim idas.
La infinidad de p ru eb a s fungicidas realizadas en el IN R A -M ontfavet co ntra
este m ildiu h an d e m o stra d o la extrem a sensibilidad del p u erro al co b re (num e­ Iva protección de sem illeros es esencial p ara las cebollas repicadas.
rosas m anchas necróticas blancas). En los a ñ o s sesenta el m aneb y el folpet B. squamosa es uno de los hongos que puede a tac ar las hojas de los chalotes,
cuyos pro g ram a s de tra ta m ien to deben tra ta r de co n tro lar este tipo de Botrytis
resultaban eficaces co n frecuencias d e trata m ien to de 15 ó 20 días.
ta n to co m o el m ildiu.
El m etalaxil y el furalaxil se m uestran eficaces in vitro (resultado: G K ISP.
B retaña), pero to d av ía n o h a n sido ex perim entados ni au to rizad o s en el cam po.
• Botrytis allii
B o try tis Se desconoce su fo rm a perfecta. Este p arásito n o se m uestra excesivam ente
agresivo con las p lan tas en vegetación. Sólo ataca las hojas senescentes a p artir
Los Allium p u ed en ser atacad o s p o r diversas Botrytis. B. cinerea (en cierto
de lesiones iniciales sim ilares a las de B. cinerea.
m odo al igual q u e o c u rría en el caso de la H a b a ) puede p ro v o car pequeñas
m anchas blancas (1 m m d e diám etro ) que no adquieren m ay o r extensión. La cuarta cspecic, H byssoidea. m iccliana y esclerótica ha sido descrita en los E stados Unidos
Se han señalado cu a tro tipos d e Botrytis especializadas en los Allium . que (Wi.Noonsin. Illinois), provocando en los bulbos daños análogos a los de ti. allii. La Europea» hand
pueden provocar considerables daños ta n to d u ran te la vegetación, com o d urante book ofplant distases, la considera com o una especie sinónim a de B. porri (¿?).
384 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 385

a este tipo de perpetuación gran im portancia, tratan de producir semillas en


zonas áridas, que para m ayor precaución son tratadas con benomilo o iprodio-
na.
En el chalote los tratam ientos de bulbos de «simiente» p o r term oterapia
(chalotes de Jersey), o los baños fungicidas practicados antes de proceder a la
plantación (chalotes grises, idénticos productos que los recom endados para
com batir S. eepivorum) contribuyen a la lucha contra B. allii.
Los tratam ientos fungicidas del cam po orientados a com batir otros parásitos
foliares (mildiu, R. squamosa) tam bién pueden reducir el inoculo.
La principal mejora en la lucha contra Botrytis allii, en los países en los que
se procede a la cosecha en condiciones húm edas (H olanda en el caso de la
cebolla, Bretaña en el del chalote), ha sido la adopción del secado con aire
caliente, en silos ventilados, desde la recolección, con control de la tem peratura
y de la hum edad del aire insuflado (al principio del secado, 30 °C, 60 % de
hum edad y necesidad de 150 m '/h o ra /m ' de bulbos).
Existen im portantes diferencias de sensibilidad varietal a Botrytis entre los
cultivares de cebolla y de chalote.
E n la cebolla, las variedades de sabor dulce, pobres en m ateria seca (ya sean
blancas, amarillas o rojas) son particularm ente sensibles (ejemplo: la cebolla de
San M arcial, variedad consum ida preferentem ente en Nímes para desayunar).
Sin du d a, una selección recurrente para el buen alm acenam iento resultaría muy
eficaz, pero podría contribuir a la pérdida de sus cualidades organolépticas.
La mejor hom ogeneidad de los híbridos Fi asegura una m aduración agru­
pada. que permite proceder a la cosecha en la fecha óptim a. El p o n e erguido
de las plantas constituye tam bién un factor favorable.
Los chalotes grises son extrem adam ente sensibles a Botrytis, lo que sin
duda explica que sólo puedan ser cultivados en climas mediterráneos.

Figura 89.— Daños de Botrytis squamosa sobre cebolla (A), l n B. desecación no parasitaria de ja- • Botrytis porri
puntas de las hojas.
Esta botrytis posee una form a perfecta, Botryotinia porri. A taca las vainas
foliares del ajo y del puerro (aterciopelado gris sim ilar al de B. allii). Sobre el
Puede provocar m arras de nascencia en las plántulas e invadir los bulbos de ajo provoca, adem ás, podredum bes de bulbos que comienzan por la parte
cebolla y chalote en la etapa final de la vegetación, tras la contam inación del superior (al contrario de lo que ocurre con .S'. eepivorum ). con form ación a nivel
cuello del bulbo en el m om ento en que éste se reblandece durante el proceso de del suelo de grandes esclerocios de forma contorneada y de consistencia en un
maduración. En el cam po, o en los locales de conservación, sus esporas también principio gelatinosa y después carbonácea (tlg. 84 A).
pueden germ inar en la sección del cuello en el m om ento de proceder a su B. porri puede ser transm itida por las ‘«simientes» del ajo y atacar a las
disposición en cajas o sacos. plantas jóvenes tras su plantación.
I-a podredum bre se inicia en la parte superior de los bulbos, e invade las
túnicas externas. El aterciopelado de B. allii es más com pacto, más corto y más
claro que el de B. cinérea (fig. 86 A). Alternaría porri
Tras un desarrollo conídico se form an esclerocios en forma de corteza
abom bada, de 2 a 3 m m . Los esclerocios aseguran la conservación del hongo L a Alternariosis de los Allium ataca tanto a las especies de hojas cilindricas
(cajas o sacos insuficientemente limpios, locales mal barridos). El hongo también com o a las de hojas planas (A. ftsíulosum es, sin em bargo, m ucho menos
puede ser transportado p o r las semillas. En Estados Unidos, donde se otorga sensible que A. cepa).
386 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 387

Las manchas sobre las hojas o sobre los cscapos llórales son ovales, más o losum). en Francia e Inglaterra las Royas son muy poco frecuentes sobre
menos zonificadas y se recubren de un fieltro pardo de esporas de Alternaría cebolla y P. Allií predom ina sobre puerro y ajo *.
(fig. 88 A). La lesión, a m enudo, adquiere una tonalidad púrpura (pigmento En un principio am bas especies pueden distinguirse por sus uredosporas
producido por algunas cepas del hongo), de donde procede la denom inación (más grandes en los P. porri) y la estructura de las teleutosporas, compartimentada
inglesa «purple hlotch». p o r «parálisis» en los P. allií.
Conviene rem ontarse al capítulo I para revisar las características generales Las uredosporas de P. allii son de color anaranjado y aparecen tic forma
de la epidemiología de Alternaría. abu n d an te sobre las hojas, haciendo estallar su epidermis. Las teleutosporas
A. porri tiene por tem peraturas cardinales 15-26-34 °C. las cuales resultan son muy abundantes al final de la vegetación en el ajo (fig. 90) y bastante
m ucho más elevadas que las del mildiu o las de Botrytis. En Francia no se extrañas en el puerro.
detecta más que sobre los cultivos estivales de puerros del Sud Oeste, de ve/ en La forma ecidica es m uy poco com ún. La perpetuación de P. allii se atribuye
cuando en los cscapos florales de esta especie. a su supervivencia en el estadio II en los cultivos escalonados de puerro y en los
Allium silvestres.
Por contra, en condiciones tropicales húm edas. A. porri se convierte en el
Los ataques de roya sobre el puerro parecen m ucho m ás graves en el norte
principal parásito foliar de los AHium.
de Europa (Bélgica. Inglaterra) que en Francia.
A la acción favorable del clima sobre el parásito se añade, en suelo lerralitieo La roya del ajo causa estragos principalmente durante las primaveras me­
ácido y descalcificado, una acción sensibilizadora sobre la planta. La situación diterráneas. generalmente a lo largo de los dos meses que preceden a la cosecha.
provisionalmente m ejora de forma más efectiva si se añaden 100 g de caliza Las pérdidas de rendim iento pueden ser evaluadas en un 2 0 % para un ataque
molida por m etro de surco de plantación, o 5 % en volumen en las bandejas de caracterizado.
siembra, que aplicando tratam ientos fungicidas. La resistencia de la cebolla a El óptim o de desarrollo de P. allii se sitúa alrededor de los 18 °C, con una
Alternaría es uno de los principales objetivos de los seleccionadores brasileños. incubación de unos veinte días. En condiciones m editerráneas posiblemente
La gravedad de la enferm edad en el puerro en condiciones tropicales es otra de pueden sucederse en el ajo dos ciclos de contam inación. El prim ero tiene lugar
las razonen para reemplazarla por las cebolletas japonesas o el «Beltsville bunching a tem peraturas frecuentem ente inferiores a los 18 °C y quizás tenga una incu­
Onion». bación más larga, razón p o r la cual en el M ediodía francés se aplaza el inicio
de la infección hasta el mes de marzo.
Por tanto, se aconseja practicar pulverizaciones de m aneb o mancozeb a
Royas de los Allium
p artir del 15 de m arzo, que se deben repetir cada 15 dias, hasta totalizar un
global de 4 ó 5. Este program a, sin em bargo, puede fracasar a lo largo de
Los Allium pueden albergar un cierto núm ero de Royas: por ejemplo. prim averas excepcionalmente lluviosas. Algunos agricultores han solucionado
Puccinia asparagi (R oya del Espárrago) y las form as ecidicas Caeoma. que se esta situación utilizando fungicidas más m odernos (ejemplo: propiconazol).
corresponden con las de Xfelampsora de sauces y álam os (ecidios sin cuello).
En el ajo se aprecian diferencias de sensibilidad: en colecciones del Mediodía
Las más im portantes son royas autoicas som etidas a los Allium: Puccinia de francés, algunas variedades procedentes de Extrem o O riente se muestran m ucho
teleutosporas bicelurares (/>. allií. P. porri). Uromyces de teleutos poras unicelulares m ás afectadas que las nuestras (en ensayos realizados con P. porri).
(U. ambiguus).
Los seleccionadores ingleses comienzan a preocuparse por la resistencia del
Tam bién existen form as interm edias (P. mixta en la cebolleta). puerro a la roya. A p artir de la heterogeneidad de varias poblaciones de esta
Los Allium cultivados no son precisamente los más sensibles a las royas: A. especie alógam a, han encontrado una m ayor variabilidad intra va ricial que
polyanthum, el «puerro de las viñas- es m ucho más sensible que el puerro intervarietal....
cultivado o el ajo, y puede servir como medio de advertencia de la evolución de Sin d uda alguna, una selección recurrente que origine poblaciones homoge-
la enfermedad, situación que hace que su cultivo sea útil. C ultivado entre toda neizadas y más tarde variedades sintéticas conseguirá m ejorar en el puerro el
una colección de variedades de ajo y protegido de la Roya, A. polyanthum nivel de resistencia a la roya.
produce dientes de calibre muy grande, pero que desafortunadam ente un año
Stemphylium vesicarium se com porta com o un invasor secundario de las
más tarde producen plantas altamente virosadas. ¿Puede ser que en la naturaleza
m anchas de roya, pudiendo am pliarlas por medio de una zona blanca seca.
la Roya quem e sus hojas bastante pronto para protegerlas de los virus...?
M ientras que en Estados Unidos y en Jap ó n Puccinia porri es bastante • FJ P. porri dctcctado en California por S m rtr y M r N ao en ajo. no ataca, sin cmhargo. a la
com ún y puede llegar a atacar todos los Allium cultivados (incluso al A. fistu- cebolla.
388 Enfermedades de las hortalizas
Enfermedades de los allium 389

fieltro de color oliváceo). Actualmente en el Oeste de Francia se ha detectado


un recrudecim iento de este parásito.
Cercospora duddiae invade las vainas foliares de los AUium en condiciones
tropicales.
Lepioirochila porri. hongo citado en H olanda, provoca sobre las hojas del
puerro manchas blancas, alargadas, provistas de apotccios.

V I. Conservación de los bulbos:


fisiología, hongos, ácaros

Además de las bacterias y Botrytis descritas con anterioridad, los bulbos de


cebolla, chalote o ajo pueden ser invadidos por cepas tic mohos banales tolerantes
a los principios antibióticos de los AUium. Los m ás frecuentes son Asperóntus
niger y algunos PeniciUium (cepas tolerantes a la allicina de P. corvmhifcrwn y
P. cyclopium).
El óptim o térmico de AspergiUus es alto (30 °C). se com p o n a de form a
particularmente agresiva sobre cebolla y chalotes tropicales en los países cálidos.
El de los Pcnicillium se sitúa m ás bajo (20-25 °C). Estos se manifiestan,
sobre lodo, en el ajo en proceso de alm acenam iento, a partir de tem peraturas
superiores a 5 °C.
El inoculo de estos mohos es de origen muy variado: suelo, polvo atmosférico,
cajas, paredes de los locales. En las especies de multiplicación vegetativa pueden
ser transm itidos p o r las «simientes». Los tratam ientos fungicidas de rem ojo de
los bulbos o dientes antes de la plantación pueden influir en la contam inación
de la cosecha. N osotros hemos «blanqueado» lotes de chalotes tropicales muy
atacados de Aspergillus con un preparado comercial a base de captafol *
carbendazima. En el caso de PeniciUium se aconseja añadir un fungicida de
am plio espectro al tratam iento de las «semillas» del ajo. Pero el uso repelido de
un solo producto puede m otivar algunos accidentes: en la zona francesa de
Tarn-et-G aronne, d urante los años setenta se detectaron cepas de PeniciUium
resistentes no sólo a la allicina, sino tam bién al benomilo.
Una fuerte infectación de un lote de semillas de ajo producida por Pcnicillium
puede traducirse en una '-podredumbre verde** de la carne del diente plantado,
Diversos parásitos foliares que origina síntom as de am arilleam icnto en las hojas de las plantas jóvenes y.
eventualmente, su muerte. Este tipo de ataque es favorecido por las fuertes
Ya hemos insistido sobre el carácter de invasor secundario de Stemphylium lluvias de diciembre que siguen a una plantación en suelo seco.
vesicarium. Pero ¿es capaz de inducir manchas foliares por sí solo? Es muy 1.a sensibilidad de los bulbos a estos m ohos depende de su estado nuiricional
difícil de responder a esta pregunta, considerando que las cepas de Alternarla y fisiológico.
porri, de conidias desprovistas de pico filiforme, pueden ser contundidas con
Stemphylium. • Nutrición
Hetcrosporium allii. cuyas esporas son similares a las de los Helmithosporium, C uando en la región francesa de A rdeche se com enzaron a practicar nuevos
pero erizadas de pequeñas púas, ha sido señalado com o agente de las manchas cullivos de ajo destinados a la producción de simientes, algunos lotes de «Blanc
negras foliares de lodos los Allium cultivados (manchas grises, pequeñas, elípticas. de la Dróm e» se m ostraron sensibles a las podredum bres provocadas por
390 Enfermedades de ¡as hortalizas
Enfermedades de Ios allium 39 j

ciertos Penicillium y p o r copas sap ro fitas de Fusarium oxysporum, desde el tercer — irradiación de los bulbos con rayos «anima (o «ionización» para traum atizar
mes posterior a la cosecha. P rovenían de p lan tas qu e h ab ían vegetado n o rm al­ m enos a la o p in ió n p ública), de gran eficacia si es p racticada inm ediatam ente
m ente. pero q ue, sin em b a rg o , habían sido cultivadas en terrenos q u e acusaban después de la cosecha, a 50-70 greys para la cebolla y a 12,5-25 greys para el ajo.
carencias de b o ro o m olibdeno, puestas de manifiesto p o r los síntom as respectivos L os resultados resum idos en la figura 91 (experim entación IN R Á -C E A IWP)
m anifestados en o tra s p lantas (rem olacha, m elón) cultivadas en las m ism as d em u estran el interés que en trañ a este m étodo, en realidad m ucho m enos
parcelas. in q uietante qu e el u so de hidracida m aléica, y las interacciones le ta rg o
La corrección de estas carencias ha perm itid o o b ten er en añ o s posteriores tem pera tu ra -Penícillium sobre el ajo.
b ulbos de perfecta conservación (O bservaciones realizadas p o r H . V i m w a n -
C ám ara de A gricultura de A rd ed le). 10 kg iniciales
10 -r
• Fisiología
La salida de los b ulbo s de su estad o de letargo ocasiona to d a una serie de
perdidas, debido no sólo a la ap arición de gérm enes, aspecto m uy perjudicial
desde el p u n to de vista com ercial, sin o tam bién a un a u m en to de su sensibilidad
a las podred um bres, que se m anifiesta en su in terio r desde el inicio d e su
crecim iento y que se debe a la m igración d e las substancias d e reserva hacia el
germ en y a la m odificación de las paredes celulares.
La rapidez de la salida del letargo depende ta n to del e n to rn o am biental
com o de la variedad.
E n la cebolla y el chalote de Jersey, la en tra d a en letargo m ejora tras la
cosecha si ésta se realiza a co n tin u ació n de una exposición a tem p eratu ras
superiores a los 30 °C ; de ahí el interés de un secado con aire caliente en las
regiones nórdicas (H o lan d a, Bretaña), donde en el en to rn o natural no se produce
r ------ . (26 groys on 5 hyas.i
esta circunstancia clim ática. Después las plantas salen del letargo inm ediatam ente I_____ | Dlf’rtes i,Y-3CK* A = loca) caldeada > 1a «c
a tem peraturas que oscilan entre los 10-12 °C. [. . . J D '0 n ' 8 S f l e o « » » » * * 8 = ^ 3 1 7.- 0 ^
El ajo abandona su estado de letargo m ucho más rápidam ente a tem peraturas
próxim as a 7,5 °C. D«ntes enmoheceos c local 7-i0 "CPenicOivrr
inyoctado rr tos buhos «o secfcetnbfe
P or consiguiente, en tre los 5 y los 12 °C los b ulbos de Allium se conservan Ibutoos exa-nrado® en |ur«o dei afio sfcukr*;
m uy m al. La salida del estado de letargo coincide con un riesgo de invasión por vaoscad Messirtifti*» ruiotines de scarc&si

los m ohos y u n a rean u d ació n d e la actividad d e Botrytis. F riu ra 91.—Influencia de la tem peratura de conservación y de la irradiación en la conservación
Se pueden conseguir conservaciones de larga d u ració n , p o r encim a d e los del ajo (resultados obtenidos en el IN R A . M on tfav ct/C E A C adarachc. I% 2).
20 °C \ o bien a tem p eratu ras próxim as a los 0 °C. A m bas soluciones resultan
m uy costosas. Se h a tra ta d o de m ejo rar la conservación utilizando m edios
O tro sistem a d e m ejo rar la conservación en el ajo es m ediante la elección
artificiales para p ro lo n g a r el letargo: varietal. lam entablem ente en F ran cia predom ina el cultivo de variedades de
— púlverizaciones d e las plantas con hidracida maléíca 15 días antes de proceder bulbos gruesos (ejem plo: «Blanc de la D róm e», «Violet de C adours») m uy
a la cosecha. Este p ro d u c to cancerígeno a largo plazo estuvo p ro h ib id o d u ran te p rod uctivo s, p ero de red u cido letargo. Un equilibrio entre estas variedades y
m ucho tiem po en F ran cia. Su utilización se halla am pliam ente extendida en algunos tipos de p ro lo n g ado letargo (ejem plo: «Rose de L autrec», «Printanor**)
H olanda, sobre cebolla y en E spaña sobre ajo (aunque resulte poco eficaz), lo perm itiría una m ay o r disponibilidad de bulbos a lo largo de to d o el año.
que ha acab ad o p o r perm itir su auto rizació n en F rancia (tolerancia residual de l-as indicaciones qu e hem os aconsejado sobre la conservación del ajo , en
10 m g/kg): P articular a tem p eratu ras superiores a 10 °C solo son válidas si los bulbos
recolectados están libres d e ácaros.
C o m o lo dem u estra la excelente conservación de los b ulbos d e cebolla (cinco m eses) o del ajo El a caro del ajo . Acería tu/ipae (fig. 92) es un eriófido que se m ultiplica de
de bulbos gruesos (un a ñ o ) en condiciones tropicales húm edas, si son im portados en buen estado lo rm a ab u n d a n te en la superficie de la carne del diente, bajo la túnica coriácea
inm ediatam ente después d e la cosecha: tem peraturas entre 20 y 30 "C; hum edad relativa 8 0 - 9 0 . de éste.
392 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los alhum 393

el m odo no persistente, aspecto que dem uestra la im portancia que pueden


llegar a tener en la propagación de estos virus las «picaduras de ensayo» que a
su paso practican los pulgones alados.

Virus del enanism o am arillo de la cebolla


(Onion yellow dwarf virus, OYDV)

Este Potyvirus provoca sobre las hojas y los escapos llórales de la cebolla la
form ación de estrías irregulares de color verde-oscuro y amarillo-claro. Las
hojas gravemente afectadas presentan unas «ampollas ahuecadas» y se deforman
inclinándose hacia el suelo (síntoma: «pata de araña»).
Figura 92.—. le m a tulipae.
Este virus provocó en otros tiempos graves estragos, particularm ente en
ALsacia, donde en los años cincuenta fue estudiado por Vi i j t l n l z . Esta situación
estuvo ligada a dos factores desfavorables:
F.1 diente se vuelve mate y tierno en la superficie, y se encoge, desprendiéndose
— la yuxtaposición de parcelas de producción de semillas y parcelas de
de su túnica, en la cual Ilota ligeramente.
producción de bulbos, que aseguraban la perpetuación de este virus (no trans­
A tem peraturas elevadas los bulbos se resecan rápidam ente. Si se examinan
m itido p o r semillas);
por medio de una lupa binocular se descubre una enorm e proliferación de
— el cultivo de variedades-poblaciones extrem adam ente sensibles (ejemplo:
acáros vermiformes de color blanco-am arillento provistos de gran movilidad.
«Amarillo de Sélestat», «Amarillo de Mulhouse», «Rojo de Niort»).
I.os Averia pueden ser eliminados de los bulbos» recolectados si *e procede
La m ayoría de híbridos y variedades cultivadas actualm ente son m ucho
a una fumigación con brom uro de metilo, en las mismas dosis que a continuación
m enos receptivos y el aislam iento de los «porta-granos» en las zonas concretas
se señalan para los nem atodos.
de producción ha contribuido a la práctica desaparición de este problem a que
Se puede detener su proliferación espolvoreando con azufre los bulbos en
afectaba a la cebolla. N o obstante, el OYDV se sigue detectando sobre el ajo
conservación. A ntes de la plantación, se pueden desinfectar los lotes de «si­
y los chalotes de Jersey.
mientes» atacados p o r medio de una adición de dicofol (25 a 50 g de m.a./IOO kg
de dientes) al baño fungicida de los bulbos. N osotros hemos podido haber
com etido el error de no experim entar o preconizar los etilenbisditiocarbam atos
(«eriofiestáticos») com o fungicidas de am plio espectro para los tratam ientos de Virus del rayado am arillo del puerro
semillas. {Leekyellowstripe virus. LYSV)
A comienzos de vegetación, las plantas obtenidas a partir de dientes e
invadidas por A. tulipae pueden presentar hojas con deform aciones y lesiones El puerro no manifiesta los síntomas del OYDV, incluso cuando es inoculado
amarillentas. Pero se ignora como continúa después el desarrollo de los ácaros artificialmente. El caso recíproco es cierto para el virus del rayado am arillo del
y su penetración en los dientes. puerro, especifico de este huésped.
El LYSV (que, tam bién, es un potyvirus) sigue causando daños en la actua­
lidad, debido a los cultivos escalonados de puerro a lo largo de todo el año y
V II. V iru s y m ic o p la s m a s d e lo s A llium a la obstinación que m uestran los agricultores que trabajan explotaciones fam i­
liares en producir sus semillas.
l-a situación virològica de los AHium reproducidos por semilla es muy Provoca síntomas análogos a los del OYDV. pero sin deformaciones foliares.
simple. Tanto la cebolla com o el puerro son atacados por diferentes potyvirus. Los puerros de hojas de color verde claro (tipo «Saulx«) son los más
Sin embargo la de las especies de reproducción vegetativa es mucho más compleja, sensibles y los que más se deprecian cuando acusan el síntom a. Las variedades
pues en ellas el potyvirus puede hacerse acom pañar de todo un cortejo de virus de hojas de color glauco-púrpura, ricas en antocianos, se ven m ucho menos
latentes. afectadas y manifiestan unos síntom as m ucho más débiles. U na resistencia de
A lo largo del cultivo no se detectan puluiaciones de pulgones sobre los m uy alto nivel se ha encontrado en el tipo «K urrat» (pequeño puerro de origen
Allium. Lo que no im pide su invasión epidémica por viras transm itidos según egipcio).
394 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 395

S itu a c ió n v iro ló g ica de los c h a lo tes E ste estriad o ad q u iere u n carácter m ucho m ás epidém ico en las regiones de
la V aucluse y de las Bocas del R ód an o q u e en el D ró m e, d o n d e los productores
F.l O Y D V es m uy perjudicial para los chalotes d e tipo «Jersey» sem ilargos
de C availlon o d e C h ate u rc n ard producen las «sim ientes». L os cultivadores del
y largos (los de tipo «bretón redondo», particularm ente sensibles han desaparecido
D ró m e. c u an d o p rep a ra n sus «simientes» únicam ente conservan los dientes
prácticam ente).
m ás gruesos .
A dem ás el exam en al m icroscopio electrónico revela en todas las variedades
— E stablecim iento de u n a población de «follaje verde uniform e» p o r selec­
de chalotes cultivados en E u ro p a la presencia de u n virus latente, el «ShaUot
ción masal: dem ostración de la transm isión del estriado p o r inoculación mecánica.
latent virus» o SLV . Pertenece a los carlavirus\ no p ro v o ca n in g ú n sintonía
P uesta en funcionam iento de una selección san itaria y clonal en la especie
visible y p robablem ente tam p o co causa baja alguna de rendim iento.
«B lanc del D ró m e» . que posibilita la reproducción bajo control de los clones
P o r co n tra el O Y D V . con síntom as cuya grav ed ad puede v ariar d e una
«B D 6» y «B D 10» (den o m inados m ás tarde com o «T hcrm idrom e» y «M essi­
generación vegetativa a o tra (sim ple estriad o o síntom a de las «p atas de arañ a» )
drom e»). La selección san itaria garantiza un porcentaje m enor al I % de plantas
induce pérdidas de ren d im ien to del orden del 50 %.
a fectad as p o r el virus, la ausencia de p o d redum bre blanca y de D, dipsaci en la
En un principio, en F ran cia se tra tó de aislar clones to leran tes al O Y D V
parcela d e producción. E n las regiones de A rdeche, el D róm e y T arn-el-G aronnc
(ejemplo: «Jersud» p a ra el Jersey largo. « D L G K 3». «L im ador» p a ra los M ini­
se h a n localizado zonas favorables.
largos). ni trab ajo resultab a com plicado p o r la altern an cia d e sín to m as entre
— El análisis de o tra s variedades cultivadas en otras regiones de F rancia
generaciones, o rig in an d o a m enudo en las parcelas de sem illas, depuraciones
evidencian u n a situación m uy diferente: variedades que presentan un estriado
que alcanzaban h asta u n 50 % . Los rendim ientos de estos clones llegaban a 20
m ás débil, pero que afecta al 100 % de las plantas (ejemplo: «Blanc de Lomagne»,
t/h a .
«V iolet de C a d o u rs» en la zona de T arn -et-G aro n n e). Estas variedades son
En los añ o s o ch en ta se asistió a la ap arició n de clones sin O Y D V obtenidos
co n sid erad as tolerantes: el clon «Violet de C ad o u rs 6». obten id o a p artir de la
a p artir de cultivo d e m eristem os, co m o « Jerm o r» , obten id o a p a rtir de Jersud.
población del m ism o n o m b re, tiene unos rendim ientos prácticam ente iguales a
y «M ikor», obten id o de D L G K 3 (obtenciones IN R A ). A m bos clones han
los de «M essidrom e» y «T herm idrom e», aunque contiene una cepa de «m osaico
conservado el SLV. U n clon procedente del IN R A -C lerm o n t-F erran d ha sitio
del ajo» m uy agresiva so b re am bos clones.
«lim piado» de to d o tip o de virus.
Estos clones se m ultiplican bajo selección san itaria, siguiendo los* mism os • Años setenta: virólogos especializados a b o rd an el estudio de la situación
principios que para el ajo. Su u so perm ite su p erar las 30 t/h a . virológica del ajo: J. M a r r o u dem uestra la transm isión del «M osaico del ajo»
Fl chalote gris parece ser m uy p o co receptivo al O Y D V . El clon «G riselle» p o r pulgones (con dificultad: ¡M yzus persicae jam ás pica el ajo intencionada­
(obtención IN R A ). rep ro d u c id o bajo selección sanitaria en F rancia desde los m ente!). C on la finalidad de verificar la idea de «tolerancia» de las variedades
años sesenta, tiene co m o principales inconvenientes la po d red u m b re blanca y de sín to m as débiles, se practicó el cultivo de m eristem os. Se perfeccionaron
las Botrytis. Es p o rta d o r del SLV. O casionalm ente se elim inan las fam ilias más sucesivam ente d o s m étodos: en prim er lugar recolección de los esbozos de
endebles y débilm ente estriadas p o r selección sanitaria. l a causa vírica d e este bulbillos del interior de la espata en las variedades provistas de escapos; después
síntom a todavía no ha pod id o ser determ inada. la extracción d e m eristem os del fondo del diente, procedim iento que en trañ ab a
un a m ay o r dificultad. D e este m odo, se p u d o d isponer de la versión «sin viras»
d e «Violet de C ad o u rs 6», difundida actualm ente bajo el n om bre de «G erm i-
S itu a c ió n v iro ló g ica del ajo d o u r» . El cu ad ro a d ju n to precisa el nivel de su tolerancia.
— el éxito de « G erm id o u r» incita a p racticar tam bién el cultivo de m eris­
Viene siendo estu d iad a en F rancia desde los añ o s sesenta, au n q u e reciente­ tem o s en « F ru c tid o r» , clon de ajo de m uy buena conservación, seleccionado
m ente y, de form a episódica ha suscitado el interés de los investigadores de otro s p o r el IN R A -C lerm o n t-F errand. operación que posibilitará en los años ochenta
países. Su com prensión será m ucho m ás sencilla si trazam o s un resum ido perfil
la ap arició n d e « P rintanor».
histórico.
— C o n trariam en te, las observaciones realizadas al m icroscopio electrónico
• Años sesenta: observación en el IN R A -M ontfavet de dos tipos d e p lan tas no ofrecen resultados seguros: ta n to las versiones «sanas» com o las versiones
pertenecientes a la p o b lació n «B lanc del D róm e». las unas d e follaje verde
afec ta d as p o r el virus de T herm idrom e, M essidrom e o G e rm id o u r contienen
uniform e, las o tras de hojas profusam ente estriadas de co lo r verde y am arillo, d o s clases de partículas: potyvirus y carlavirus... ¿Cuál es. p o r ta m o , la verdadera
m ás enclenques.
n atu raleza del M osaico del ajo?

• P an ícu las m ás cortas q u e las de los potvvirus, ausencia de -pin-wheeh ». C onsultar el capitulo M edida m uy eficaz, pues e n el a jo «Blanc del D róm e«, las m edias de peso de los dientes de
dedicado al «G uisante H ab a» . tas p lantas sanas y afectadas de virus so n significativas.
396 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de los allium 397

Rendimiento* medios Clorofila co m o consecuencia del aspecto poco característico de las p lañ ías recontam ina-
Clones I .simio virotógico tonclitdas/hceUrej ing/j» «k- hoja d as...:
Sano 12.7 0,83 — el cultivo de m cristem os origina plántulas «sanas» que bien pueden estar
Therm idrom e Infección crónica 5,4 0.28
6,4 0,25
p ro v istas de sus dos virus latentes, o bien pueden ser indem nes a to d o virus
Reinfección en m a r/o
(ejem plo: « P rin tan o r» en sus inicios).
S an o 16.6 1.19
12,4 0.80 ¿D ebem os esfo rzam o s p o r conservar los clones regenerados com pletam ente
G erm idour Infección crónica
Reinfección en marzo 13.1 0.64 indem nes, a pesar de que ello suponga un trem endo esfuerzo (ninguna posibilidad
d e d ep u ració n visual en el cam p o , necesidad de som eter a un análisis serológico
fam ilia p o r fam ilia a lo largo de sucesivas generaciones) o resignarnos a la
La selección san itaria co n tin ú a su im pulso inicial. Se practica un co n tro l de co n tam in ació n p o r los virus latentes, ya que ninguna experiencia ha podido
los lotes p o r precultivo con ru p tu ra del estado de letargo p o r el frió y cultivo p ro b a r su carácter nocivo?. Ello puede constituir un gran inconveniente a la
de las plantas en invernadero: sin em bargo, no se consigue obtener los resultados h o ra de proceder a la exportación de sim ientes «certificadas sin virus» en
antes de la com ercialización p ara p lan tacio n es otoñales. aq u ello s países provistos de m icroscopios electrónicos, p o r lo m enos si se hace
• D u ran te los años ochenta se perfeccionan los m étodos virológicos gracias esta indicación en las etiquetas:
a las investigaciones de B. D e l é c o l l . H. L o t y J . P. Li r o u x realizadas en el — una colección de variedades de ajo procedentes de num erosos países
IN R A -M ontfavet. co ntiene cepas virosadas que no guarden ninguna relación con los tres tipos de
l a utilización de u n suero específico del O Y D V y del ¡nmunoelcctromieros- virus definidos m ás a rrib a, au n q u e se hallen afectadas en su to talid ad p o r el
copio perm ite asegurar que los clones «sanos*» contienen dos virus latentes, un O Y D V . La «com itiva» de este virus puede ser diferente en los diversos países
caria vi rus (diferente a l del chalote) y un potyvirus (no e m p aren tad o con el d el m undo.
O Y D V ), y que los clones afectados p o r el virus contienen ad em ás partículas
que reaccionan con el suero O Y D V , responsables de los síntom as.
— Nuevos tipos de ajos son som etidos al cultivo de mcristem os. en particular O tro s viru s de los AHium , m ic o p las m a s
los tipos con escapos florales o riginarios de la región de I ai n y de E spaña >
los tipos precoces de o rig en tropical o subtropical. La selección realizada po i la En diversos lugares ha sido detectada to d a una serie de virus que n o perte­
em presa privada tam b ién p ro m o cib n a este tip o d e investigación. necen a ninguno de los grupos reseñados anteriorm ente (poty, carlavirus). Una
— U n test E L IS A p rep a ra d o p a ra d etectar el O Y D V sobre ex tracto s de cep a de Tomato black ring (nepovirus tran sm itid o p o r Longitlorus elongatus) ha
dientes perm ite un co n tro l previo. sido detectad o sobre el pu erro en H olanda.
O tro s países (E sta d o s U nidos. Ja p ó n , C a n ad á . Italia) siguen actualm ente Un síntom a de «Enanism o del ajo» se m anifiesta sobre una cierta proporción
las m ism as iniciativas: cultivo de m cristem os, m ultiplicación acelerada in vitro, d e p lantas (hasta el 5 % ) en el su r de la región del D róm e y de A rdéche. Las
pero sólo F rancia d isp o n e de to d o s los escalones necesarios que conducen a la vainas foliares de las p lan tas afectadas se alargan poco, las hojas adquieren una
producción de sim ientes certificadas. S o m eram en te debem os d ejar constancia tonalidad violácea, en la cosecha bien se obtienen bulbos com pletam ente estériles
de que la m ultiplicación acelerada in vitro. iniciada en el IN RA-Versalles provoca q u e sólo contienen túnicas concéntricas festoneadas, o bien provistos de uno o
im portantes an o m alías m orfogenéticas en alg u n o s clones o b ten id as de plantas d o s dientes enclenques.
cultivadas en tu rb as; se desconoce tod av ía si éstas an om alías son de naturaleza E n los cultivos d e super-élite p ara producción de sem illas, p lan tad as en
fisiológica o «som aclonal». am in as aisladas de un so lo bulbo, la enferm edad se m anifiesta p o r lo general
P eró, adem ás subsisten o tra s dificultades: en fam ilias enteras, lo qu e indica una contam inación de la p lan ta-m ad re el año
— En clones de «B lanc del D róm c» se aprecian en selección sanitaria p recedente (observación v erifica d a p o r H. V e n d r A N -C ám ara de A gricultura de
algunos «síntom as débiles« que com plican el trab ajo de d ep u tació n en el cam po. A rdéche). U n exam en al m icroscopio electrónico, realizado en el la b o rato rio
¿Se tra ta de la expresión de u n o de los virus latentes en condiciones de estrés o del IN R A -C N R S de St. Christol-lés-A les d em o stró la presencia de un reovirus ".
de exceso de n itró g en o , o de cepas in term ediaria entre el potyvirus latente y el En la m ism a zona sobre el m aíz se puede detectar un virus del m ism o grupo,
OYDV?; el «Aiaize ruugh dwarf», (virus del enanism o rugoso del m aíz), cuyo reservorio
— por contra, las variedades regeneradas a partir de los clones seleccionados
en estado virosado. d a d a la debilidad de sus síntom as, son difíciles de d ep u ra r • G n ip u del virus que com prende el -virus de los tum ores de herid a- del trébol y los virus de
. . f ? ' ü ín e a s :" M aize rough dwarf*- (virus del enanism o rugoso del m aíz), así com o la -enferm edad
l as -R o sas de L a u irc c -. regeneradas en los año» 70. desafortun ad am ente se hablan perdido. « e l F id ji- de la caña de azúcar, transm itida p o r el cicadélico Delphacides.
398 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de los allium 399

está constituido por gram íneas silvestres que albergan los cicadélidos vectores
(Laodelphax).
Ignoram os todavía si el virus del ajo es idéntico al « \1aize rough dwarf», o
si am bos virus tienen una evolución paralela pero independiente.
En los Estados U nidos, el micoplasma de los Aster yeliows (Amarilleo del
Aster) ha sido detectado sobre la cebolla, en la que provoca síntom as poco
característicos de am arilleo y estriado durante el primer año. que se muestran
m ucho más netos en los porta-granos, con un alargam iento del pedicelo de las
llores y anom alías florales.
En ocasiones se ha podido observar en E uropa un síntom a análogo sobre
un bajo porcentaje de pona-granos.

VIII. Enfermedades no parasitarias

La más im portante es la desecación de las puntas de las hojas, muy frecuente


entre todos los Alliuttt cultivados, y que no debe ser confundida con los daños
provocados p o r Botrytis squamosa (lesiones múltiples) o por Phytophthoraponí
(lesiones marginales y a la vez terminales). Este accidente carece de im portancia
si la desecación no sobrepasa 1 cm de longitud (fig. 89 B).
Está favorecida p o r la salinidad excesiva del suelo y las alternancias de
sequía-hum edad, dependiendo de la alim entación nitrogenada. En el ajo, se
puede hacer desaparecer aportando hasta 300 unidades de nitrógeno, en detri­
m ento de la conservación posterior de los bulbos, que pueden favorecer la
«enfermedad del café con leche».
En Estados U nidos, se considera que la causa principal de la desecación de
las puntas de las hojas es el ozono atm osférico, cuyo origen puede ser natural
(frentes torm entosos, proxim idad de los bosques) o industrial. Los ditiocarba- Figura 93. -Hojas axilares en et am , síntom a no parasitario que conducc a un estallido del bulbo
m atos utilizados para com batir los mildius, Botrytis y royas son antagonistas en la pane superior.
del ozono.
En la cebolla se conoce una resistencia a los daños provocados p o r el ozono
(monogcnica). Se trata de una sensibilidad de las células-guarda de los estom as I-as mismas causas provocan la aparición de un núm ero excesivo de dientes
que provocan el cierre de éstos cuando se eleva la concentración de ozono. en las variedades de ajo de tipo «Printanor», en particular cuando son plantadas
La aparición de hojas axilares en el ajo en primavera, particularm ente en las en otoño y no en m arzo, así como una imtempestiva subida a flor de las
variedades de bulbos gruesos plantadas en otoño no es un síntom a parasitario. cebollas plantadas en otoño.
Si la «necesidad de frío» para la diferenciación de las yemas axilares está ya Las pulverizaciones con ctefón (producto de actividad fisiológica, generador
satisfecha, m ientras no hace suficiente calor para que se hinchen en dientes, hay de etileno) pueden inclinar el equilibrio floración/bulbificación hacia la hinchazón
tiempo para emitir una o dos hojas que aparecen plegadas en zig-zag en la axila de los bulbos, pero generalmente no suelen ser practicadas.
de las hojas principales (fig. 93). Este accidente conlleva un estallido del bulbo El azulado de los bulbos de ajo se detecta sobre el lado expuesto al sol de los
por lo alto, sin podredum bre (que no debe ser confundido con los daños bulbos recolectados que no se hallan suficientemente secos y que permanecen
provocados por Dytilenchus). algunas horas en el cam po. Se debe evitar este accidente bien poniéndolos al
Esta enferm edad es característica de las primaveras tardías y dem asiado abrigo inm ediatam ente después de la cosecha o bien disponiéndolos en hileras
frescas. Se ve agravada por la exposición de los bulbos-m adre a tem peraturas dobles para proceder a su secado sobre el suelo, de m odo que las hojas de una
com prendidas entre 5 y 10 °C entre septiembre y octubre, antes de la plantación. planta recubran el bulbo de la otra.
404 Enfermedades de las hortalizas
X
par im m unoélcctrom icroscopie d ’un complexe de trois virus chez différentes popu­
lations d'A il atteintes de M osaïque«. Agronomie. 1, 763-770.
ENFERMEDADES
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de las liliáceas. E sta planta crea toda una serie de dificultades a los fitopatólogos
culture de m énstèm es de clones d ’Ail infectés de façon chronique p ar le virus de la
d ed icad os al estudio de sus enferm edades, p articularm ente en to d o lo referente
m osaïque de l'Ail». Proceedings 3 ' Congress o f the Mediterr. Phytopathol Union.
(Portugal), 429-433. al suelo. P or ser una especie vivaz que n o entra en producción h asta tres o
V u m tN z A.. 1957: «M éthodes de lutte contre la bigarrure de l’Oignon». Journées c u a tro añ o s después de la plantación, las experim entaciones siem pre son de
fruitières et mardicheres d Avignon, 57-68. larga duración. La elección d e la parcela, la calidad del material vegetal plantado,
L o u it R. y LoKBhtR J.W ., 1966: «Epidemiology o f O nion yellow dwarf». Phytopathology-, el sutil equilibrio que se debe m antener entre la cosecha de turiones y el
56, 887. m anten im ien to de un n ú m ero suficiente de tallos vigorosos que aseguren la
fotosíntesis, son, sin d u d a, tan im portantes p ara asegurar el m antenim iento del
• Desecamiento de las puntas de hojas (no parasitario) buen estad o san itario de u n a plantación com o las eventuales intervenciones con
W UK ASH R.T. y H o f s t r a , 1977: «Ozone and Botnns interactions in Onion diebiu k pesticidas.
open lop cham ber studies». Phytopathology, 67, 1080-1084. En F ran cia, gracias a las investigaciones llevadas a cabo p o r el IN R A , el
p aso d e un m aterial vegetal heterogéneo, d ad a la n atu raleza dioica de la planta,
a h íb rid o s ca d a vez m ás hom ogéneos (híbridos de clones, híbridos de lineas,
híbrid o s m asculinos al 100% ) que perm ite m ejorar el estad o san itario , debido
al cu id ad o con el que los seleccionadores escogen los paren tales. pero en un
fu tu ro pu ed e au m e n ta r la «vulnerabilidad genética» de los nuevos cultivares.

I. Enferm edades provocadas por los hongos del suelo


Se p ueden p ro d u cir to d a u n a serie de m arras de nascencia y de m ortalidad
de las p lan tas jóvenes; los principales agentes son una vez m á s los Fusarium.
D iversos PeniciUium pueden a tac ar las jóvenes garras, tan to en alm acenam iento,
co m o tras la p lantación, en particular en caso de helada en plantaciones p ro ­
fundas. F.n esta circunstancia los daños suelen incrim inarse a PeniciUium martcnsii
cuyos sín to m as se m anifiestan com o una m ohosidad gris rojizo que aparece
sobre los rizom as y la base d e los tallos. Las dos enferm edades principales son
la rizo cto n ia violeta y las fusariosis.

R iz o c to n ia v io leta (fig. 94 A)
C u a n d o las m anchas o riginadas por Rhizoctonia violáceo ' aparecen en una
esp arra g u e ra , se produce la m ortalidad de los tallos a m ediados de! verano. En

' Consultar el capítulo I, para revisar las características generales de este hongo.
406 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del espárrago 407

p u n to p o r M o l o t : lavado de las garras con agua de Jav el de 12 ° clorom ctricos


d u ra n te 15 m inutos, seguido de un cuidadoso aclarado.
• La elección de u n a parcela co n tam inada que haya so p o rtad o precedentes
sensibles que alberguen al parásito (ejem plo: zan ah o ria, rem olacha, alfalfa).
L as gram íneas y los Allium (cultivo y enterram iento de restos de puerro) ejercen,
p o r co n tra , un a acción desfavorable co n tra rizoctonia.
La desinfección del suelo con b ro m u ro de m etilo (v. cap. 11) es susceptible
d e ser practicada en este tipo de contam inación, pero siem pre a condición de
a lc a n z a r un m ínim o de 40 em de p ro fundidad. El b ro m u ro de m etilo se utiliza
so b re to d o en semilleros.
El desarrollo p o sterio r de focos infecciosos está en relación co n las prácticas
de cultivo y en p articu lar con la fertilización. Los apo rtes de m ateria orgánica
m al descom puesta y rica en nitrógeno pueden favorecer los ataques de rizoctonia
violeta: o tra razón, pues, para evitar la plantación tras la ro tu ració n de alfalfa.
Se debe evitar aplicar a b o n o s m al descom puestos ju sto an tes de la plantación.
P o r co n tra , el a p o rte de enm iendas orgánicas bien descom puestas d u ran te el
v e ra n o an te rio r a la plantación de la cosecha constituye un facto r de éxito.
En caso de ataq u e d eclarad o , p o r m anchas, se puede tra ta r de obstaculizar
la progresión del frente infeccioso:
— ro d ean d o al foco de u n a zanja de 50 cm de p ro fu n d id ad y volviendo a
ech ar la tierra en el centro;
— ap lican d o sal m arina a razón de 2 k g /m J en el em plazam iento de la
m ancha.
La p ro fu n d id ad en la que se producen los a taq u e s dificulta la aplicación de
fungicidas, tan to si se tra ta de PC N B , de antíbasidiom icctos m ás m odernos o
d e b enom ilo (m uy eficaz in vitro sobre R. violáceo).
1-igura 94.— Enferm edades de las raiccs del espárrago.

A: R izoctonia violeta. F u sa rio s is del e sp árrag o (fig. 94 B)


B: A m enor escala, progresión de la fusariosis de las raíces (T oxysporum).
C: Zop/ia rizophila. T res especies de Fusarium son capaces de p ro v o car d añ o s sobre las partes
su b terrán eas del espárrago: F. oxysporum , F.moniliforme y F. roseum var. culmo-
rum.
la prim avera siguiente, u n a buena parte de rizo m as n o b ro tan o sólo em iten Los ataq u es de F. oxysporum afectan a las raíces: el prim er síntom a es una
turiones cortos, que prem aturam ente adquieren un color parduzco y se endurecen necrosis de las raicillas qu e acaba p o r p ro v o car su desaparición, y la aparición
Si se arran ca la m a ta , se puede o b serv ar sobre las p artes todavía vivas d e la^ d e lesiones en el lu g ar d e su inserción sobre la raíz carnosa.
raíces carnosas el en trelazad o de filam entos violetas y los «cuerpos m iliares» de E stas lesiones rojizas a u m en tan de ta m a ñ o y se convierten en elípticas, m ás
Rhizoctonia violáceo. LX* las p a n e s m uertas, sólo qu ed a una vaina apergam inada ta rd e originan una p o d red u m b re que progresa de a b ajo a arriba.
que flota alred ed o r de un ««hilo», resto del tejido vascular. La m ayoría de las veces, la enferm edad perm anece en las raíces y origina un
1.a infección y la incubación tienen lugar m uy lentam ente, rizoctonia puede co lap sam ien to progresivo de la p lantación con un am arilleo y una desecación
perm anecer epifita varios añ o s antes de que la renferm edad se m anifieste. La p re m a tu ra de los tallos antes del oto ñ o . U n síntom a típicam ente «vascular»
progresión del m icelio tiene lugar d u ran te el mes de ju lio de form a m u ch o más (con oscurecim iento del cilindro central de las raíces que pvanza sobre las
rápida. lesiones externas, pro lo n gándose en el rizom a y la base de los tallos, m architez
La aparición de focos puede deberse a d o s causas: bru sca de estos) sólo ha sido detectado en m uy raras ocasiones, sobre to d o en
• El uso de g arras infectadas, p ro d u cid as sobre terreno co n tam in ad o . Se lo s E stados U nidos. P robablem ente sólo las cepas que provocan este síntom a
puede luchar con tra este m o d o de transm isión p o r el procedim iento p u esto a m e re /c a n el n o m b re d e F. oxysporum f. sp. asparagi Las cepas que únicam ente
408 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del espárrago 409

p rovocan necrosis de las raíces pueden ser c o m p a ra d a s a F. oxysporum f. sp. E n los climas m ás cálidos (ejem plo: T aiw an, zona antillana), d o n d e la
radicis-lycopersici Su agresividad es m uy variable y su posición exacta en p ro d u cció n de espárragos es bianual o co n tin u a, este m ism o deseo de equilibrio
relación a los F. oxysporum saprofitos del suelo to d av ía resulta muy poco e n tre extracciones y fotosíntesis se trad u ce en el m antenim iento permanente de
precisa. tres (p lantaciones iniciales) a seis tallos-m adre en buen estad o vegetativo por
Fusarium moniliforme y su variedad subglutinans se encu en tran igualm ente m e tro lineal, p ara asegurar una buena nutrición de las raíces.
sobre las lesiones de las raíces, pero sobre to d o son considerados co m o agentes Igualm ente se debe controlar la alim entación m ineral de las plantas. A unque
de las podredum bres de rizom as, según los resu ltad o s de los aislam ientos \ las el esp árrag o sea un a de las plantas m ás resistentes al cloruro sódico, la alim en­
inoculaciones artificiales. tació n cálcica de las p lantas constituye un factor de tolerancia a las fusariosis.
Fusarium roseum var. culmorum es, an te to d o , un parásito de los tu riones y A ctualm ente se dispone de un m étodo que perm ite estim ar el potencial
de la base de los tallos, sobre los que provoca lesiones rojizas y excavadas. infeccioso del suelo en Fusarium nocivos p a ra el esp árrag o (puesta a p u n to p o r
D esde un p u nto d e vista geográfico, los ataq u es de F. oxysporum se observan el lab o rato rio «m icrollora de los suelos» del INR-A de D iion) antes de la
en la m ayoría de países donde se cultiva el espárrago. F. moniliforme le acom paña plan tació n . Este m éto d o perm ite al cultivador de espárragos preocupado p o r el
o suplanta en condiciones m editerráneas (M ediodía francés. C alifornia), F.r. éxito d e su p lan tació n escoger una parcela q ue. de p a rtid a, presente pocos
var. culmorum se m uestra, p o r contra, agresivo en climas fríos (Bélgica. H olan d a, riesgos \
Suiza) d o n d e el e sp árrag o tiene m ás posibilidades de suceder a las rotaciones de
cereales o gram íneas forrajeras, h ospedantes de este hongo.
E n las prim eras fases de cultivo al inicio de las plantaciones, las Fusariosis O tro s p a rá s ito s d e las raíces y de los rizom as
pueden provocar, n o sólo colapsam icnto progresivos, sino tam b ién la m uerte
de p lantas jóvenes. Los Fusarium no aparecen solos en los aislam ientos realizados a p artir de
F.n estas condiciones, según las investigaciones de M oi o t y L o m u a k i ), la raíces necrosadas de espárrago. En la edición precedente de esta obra señalábam os
desinfección de las g arras con ag u a de Javel antes de la p lan tació n puede Pyrenochaeta terrestris (v. capítulo A L L II 7M) y un Phialophora (colonias grises
sensibilizar las jóv en es plantas a los efectos de la fusariosis. Para evitar este d e crecim iento lento) de los cuales posteriorm ente no se ha vuelto a hablar.
inconveniente este tra ta m ie n to debe ir p roseguido d e un a clarad o en u n caldo Ocasionalm ente y cada vez en m enor proporción se detectan en los semilleros
fungicida que contenga la mezcla de u n p ro d u c to de la fam ilia de los bcncim i- Zopfia rhizophUa y variospora (fig. 94 C).
dazoles con un fungicida de am plio esp ectro (ejem plo: cap talo l an tes de su Estos ascomicctos producen sobre las raíces carnosas un encostrado negruzco.,
prohibición). g ra n u la d o de peritecas, b ajo el cual la corteza de la raíz perm anece viva d u ran te
U n resultado to d av ía m ás so rp ren d en te es que las garras p ro d u cid as en m u ch o tiem po.
sem illeros desinfectados co n b ro m u ro de m etilo, o en contenedores con tierra N unca se ha precisado si estos Zopfia eran parásitos o epifitos. Se detectaban
esterilizada, pueden experim en tar d añ o s de fusariosis precoz (y de R izocionia e n el arra n q u e , cu a n d o las esparragueras d u ra b a n m ás de diez años.
violeta) todavía m ás graves q u e los que se p ro d u cen en suelo n atural.
La explicación d e esta ab erran te situación se debe a la in teracción en tre las
m icorri/as endótrofas (v. capítulo 1), norm alm en te a b u n d an te s sobre las raicillas Lesio n es y p o d red u m b re s en los tu rio n es y la base
del espárrago, y los hon g o s parásitos. de los tallos
Las p lantas p ro d u cid as en suelo esterilizado son m ás vigorosas y sus raiccs
m ás ab u n d an te m en te ram ificadas, pero están desprovistas de m icorrizas. A lgunos Phytophihora pueden provocar podredum bres de turiones, bien al
Lejos de d e sc a rta r la idea de una p ro d u cció n de g arras de esp árrag o bajo em erger de la tierra (P. megasperma en los E stados U nidos), bien tras la cosecha
control no sólo varietal, sino tam bién san itario , esta situación debe co n d u cir a a p artir de su base (P. caciorum en Francia).
la p reparación de -p la n ta s sanas micorrizada.s». La lesión «grasicnta» de P. megasperma se observa so b re to d o en la p ro d u c­
En las plan taciones ya establecidas, al cabo de u n o o dos añ o s, se acab an ción de espárragos verdes (fig. 95 C). F a l l o o n y sus colaboradores dem ostraron
las diferencias entre plantas d e origen diverso y la gravedad de las fusariosis en C alifornia que este p arásito ataca ta n to a las raíces carnosas com o a los
depende a la p ar del inoculo presente desde un principio en la parcela (adem ás rizom as. Aplicaciones de metalaxil al suelo au m en tan las cosechas y dism inuyen
del espárrago, ¿cuáles son sus hospedantes?) y d e la prudencia con la que se el porcentaje de turiones podridos. El ap o rcad o , m ucho m enos acentuado en
explota la plantación: el ag o tam ien to d e las reservas de las raíces carn o sas bajo
el efecto de cosechas p racticad as desde el segundo a ñ o o excesivam ente proion - E n Francia. estos análisis son realizados por el la b oratorio de la flora patógena de los suelos
gadas sensibiliza la esp arrag u era a los a ta q u e s de la fusariosis. del S e n icio Regional de Protección de lo» Vegetales (SRPV -Centrc) de Fleury-levA ubrais.
Enfermedades de! espárrago 411
410 Enfermedades de las hortalizas

Existe, pues, sin d u d a una relación entre los síndrom es del «colapso a
fusariosis» y el de la «F alsa roya de los turiones».
N o se deben co n fu n d ir estos dañ o s de origen criptogám ico con los d e la
«M osca de los sembrados- (Phorhia platura) cuyos ataques no dan com o resultado
el d esarro llo co m pleto del insecto, dejando so b re los turiones cicatrices laterales
frecuentem ente próxim as a la p u n ta , q u e a cab an p o r o rig in ar u n a cu rv atu ra de
ésta (fig. 95 B).
En las bases de los tallos se pueden apreciar esporádicam ente algunos
a ta q u e s de Sderotinia minor, en los terrenos d onde el m onocultivo tic la lechuga
ha a c u m u la d o esclerocios de este h o ngo (ejem plo: Pirineos Orientales).

II. Enferm edades de los tallos y de las hojas

L as hojas verdaderas en el espárrago están reducidas a sim ples escam as, de


m o d o que el follaje está c o nstituido p o r cladodios de naturaleza caulinar. Sus
principales enferm edades son la roya (la auténtica...), la cstem filiosis y la ecr-
cosporiosis (fig. 96).
L a roya está p ro v o cad a p o r Pucdnia asparagi, que en el espárrago es autoica
y pu ed e a ta c a r tam b ién a los AUium.
El estadio ecídico es perceptible desde el mes de abril en el estadio «espárrago
verde» b ajo el aspecto de m anchas de color verde claro en ligero relieve sobre
el c u a l se desarrollan inm ed iatam ente esperm ogonios y ccidios. P or lo general
suele p asar desapercibido.
Figura 95.— Lesiones en turiones de espárrago. F.l estadio Uredo es tem ible a finales de la prim avera y d u ran te el verano,
a ta c a ta n to a los tallos y las ram as com o a los finos cladodios. La fructificación
A: La «Falsa roya» en sus diferenies formas: lesiones en «velo» o en forma de ojal, necrosis du las
d e las u redosporas alcanza su ó p tim o a 25-30 °C , m ientras que el de la germ i­
escamas.
B: Consecuencia de un ataque de mosca de los sembrados. n ación de las uredosporas es de 1()-15 °C. 1.a progresión de la roya del espárrago
C: Phytophthora sobre espárrago verde. se ve favorecida p o r las bruscas alternancias de tem p eratu ra v el rocío n o ctu rn o
(3 h o ras de h u m ed ad son suficientes p a ra la germ inación). Estas condiciones
son p ro p ias del clim a m editerráneo.
las plantaciones p a ra esp árrag o s verdes, resulta, sin d u d a, más favorable a las E n o to ñ o las teleu to sp o ras aparecen a m enudo so b re los tallos y las ram as,
condiciones de h u m ed ad del suelo que estim ulan a los Phytophthora. d isp u estas en soros concéntricos. Supuestam ente pueden p erp etu ar la infección,
La «Falsa Roya» d e los turiones del esp árrag o h a sido co nsiderada d u ra n te p ro d u cien d o en la prim avera siguiente las basidiosporas generadoras del estadio
m ucho tiem po com o u n a enferm edad «fisiológica». En la cosecha de espárragos ecídico.
blancos se m anifiesta p o r to d a una serie de síntom as variados: «velo» d e color L a roya es capaz de secar prem aturam ente las hojas y tam bién de hacerle
herrum bre generalizado, necrosis rojizas de las escam as, estrías rojas, lesiones la com petencia a las raíces com o beneficiaría de la fotosíntesis.
rojizas en form a de ojal (fig. 95 A). Se recom iendan:
La hipótesis p a ra sita ria ha sido investigada p o r B l a n c a r d y F a u r e . que — T ratam ientos en vegetación, p o r m edio de p ro d u cto s clásicos co m o el
realizaron aislam ientos a p artir de las lesiones e inoculaciones artificiales con m a n c b o el m ancozeb. R ecientem ente se ha aconsejado la mezcla com puesta
las cepas ob ten id as, en c o n tra n d o la m ism a m icroflora que en las raíces: los p o r m an eb + triforina. La cadencia de estos tratam ien to s, que ccm icnzan en el
Fusarium oxysporum. numiliforme y roseum var. culmorum. PeniciUium y otros m o m e n to en que surgen los tallos en las plantaciones jóv en es y concluyen al
final de la cosecha, puede ser fijada en 15 ó 20 días, o estipulada, com o ocurre
h ongos diversos.
en el M ediodía francés, p o r un sistem a de avisos agrícolas. L os fungicidas de
Las inoculaciones artificiales reproducen los diversos tipos de síntom as con
tip o «I.B.E» se hayan en proceso de experim entación;
algunos de l o s F. oxysporum aislados y. sobre to d o , con los E monthforme.
412 Enferme Ja Je s Je las hortalizas Enferme Ja Jes Je! espárrago 4 13

E stá provocada p o r una cepa de Stemphylium vcsicarium (antaño confundida


con S. botryósum) especializada en el espárrago.
Su ap arició n está m u ch o m ás localizada que la de la roya y afecta preferen­
tem ente (por ejem plo en la región francesa de G ard ) en las hondonadas húmedas,
a las zonas qu e b o rd ean a los ríos, d o n d e el rocío y las brum as m atinales se
pro lo n g an d u ran te m ucho tiem po. C o m o to d as las alternariosis y estem filiosis.
será favorecida probablem ente p o r el riego po r aspersión p racticado de m ad ru ­
gada o p o r la noche.
Se m anifiesta a principios de estación a través de una necrosis de las escam as
en la base d e los tallos, el h o ngo invade inm ediatam ente los tallos, ram as
laterales y cladodios: m anchas puntiform es y después elípticas y grises con
rebordes violetas sobre tallos y ram as laterales, p u n to necrótico que origina la
decoloración y caída del cladodio.
Se recom iendan tratam ien to s a base de m ancb. ip rodiona o clortalonil
(p ro d u cio s clásicos contra Alternaría y Stemphylium). M ás recientem ente
N o u r r i s s e a l y sus colaboradores han obtenido excelentes resultados asociando
el flutriafol a un fungicida de am plio espectro (este fungicida tam b ién resulta
eficaz frente a las royas) y aplicándolo en pulverizaciones espaciadas 20 días
c o m en zan d o en el m o m ento en que los tallos alcanzan los 60 cm.
E n N ueva Z elan d a se están investigando las diferencias de co m p o rtam ien to
de las diversas líneas d e espárrago frente a Stemphylium.
En C alifo rn ia y N ueva Z elanda este Stemphylium es igualm ente cap az de
p ro v o car lesiones violetas (purple spoi) en espárragos verdes. En F rancia puede
ser delectad o en casos de ataq u es m uy precoces.
La cercosporiosis o cercosporosis (Cercospora asparagi) es m uy poco com ún
en los clim as tem plados Sin em bargo, constituye la principal enferm edad
Figura % .— Enferm edades foliares del espárrago. foliar del espárrago en clim as subtropicales o tropicales húm edos (ejem plo:
A: Roya.
B: Estemfiliosis. T aiw an, zona antillan a). Se caracteriza ta n to por las m anchas necróticas que
C: D añ o s de esiem filiosis en la base del tallo (necrosis de las escam as y m anchas dípticas). aparecen sobre las ram as laterales, com o p o r los p untos necróticos que recubren
los cladodios, que finalm ente acaban p o r secarse y caer.
En los añ o s 70 la enferm edad era fácilm ente co n tro lad a p o r m edio de
— al final de la vegetación, si hay ab u n d an cia de teleutosporas se aconseja pulverizaciones a base de benom ilo.
extraer y q u em ar los tallos viejos del c am p o (en lugar de tritu rarlo s «in s iiu •*) T am bién en condiciones cálidas (ejem plo: T aiw an) so n m uy tem ibles los
y pulverizar la superficie del suelo co n dinitrocrcsol (sal d e sodio al 2% ). a taq u es sobre los tallos de Phoma asparagi. cuyo ó ptim o se sitúa a 27 °C.
Las fuentes bibliográficas d e los años 50 recogían las indicaciones am ericanas Provoca m anchas grises con rebordes p ardos, puntead o s de pienidios.
sobre la m ay o r o m en o r sensibilidad a la roya de las distintas variedades de
espárragos, p ero la reproductibilidad d u d o sa de las v ariedades-población en
esta p lan ta v su heterogeneidad, hacen p o co válidas estas indicaciones.
III. Enferm edades viróticas
Se supone que la elección d e los p aren tales y d e las com binaciones que han
originado los híbridos actuales se consiguió elim inando los g enotipos sensibles
a la roya. T odavía q u ed a p o r saber co m o evolucionará en un fu tu ro frente a las En num erosos países lian sido detectados en el espárrago un buen núm ero
plantaciones m ás hom ogéneas. de virus pertenecientes a diversas categorías com o el Strawherry latent ring-
La estemfiliosis o «Quemado estival» es una enferm edad de reciente aparición,
spot, virus de los anillos latentes de la fresa (nepovirus) o el Tobacco streak,
que se detectó a principios de los a ñ o s 80 en S u i/a . el M ediodía F rancés, N ueva
' E n Italia ha sido detectada en las proxim idades de A lejandría (Piam onte).
Z elanda y el J a p ó n , y a p a rtir de 1985 en C alifornia.
414 Enfermedades de fas hortalizas Enfermedades del espárrago

virus del estriad o del tab aco (ilarvirus), el m osaico de la alfalfa o incluso el Bibliografía
m osaico del tabaco .
I.os d a to s m ás recientes, y quizás tam b ién los m ás inquietantes, proceden
de Italia, d o n d e B ertaccini y M a rin i d a n cu en ta de dos virus m uy expandidos
en los esparragales:
• Generalidades
— Asparagus virus I, un potyvirus sin sín to m as netos, q u e se evidencia al
inocularlo en Chenopodium amaranlicolor y es transm isible p o r semillas, tiste M o i.o r P.M. y S i m o n e J., 1969: «Mise au point d e s connaissances sur les maladie*
virus se ha observ ad o tam bién en Ja p ó n . PAsperge». P.H.M., n. 100, 6041-6045.
— Asparagus virus 2, un ilan'irus *. tam bién tran sm itid o p o r las sem illas (en M o r e a u B.. 1982: «L'Asperge. Am élioration des techniques agronom iques p o u r mi
los lotes de sem illas pueden darse tasas que llegan h asta el 60 %). Se evidencia gérer la culture*». P.H.M. - Rev. hortic.. n. 227, 1-6.
al ser in o cu lad o en el ta b a c o «W hitc Burlcy». In cap az de p ro v o c a r síntom as M o r e a u B. y Z u a n g Ci.. 1977: / 'Asperge. 211p. IN V U F I.F C éd. (chapitre «m aladi
133-147).
p o r sí solo, c u a n d o se co m b in a con el Asparagus virus 1 p roduce p érdidas de
Wu F.S., 1970: «L'tiological survey of A sparagus diseases in Taiwan»*../. Taiwan Ae
vigor y de p ro ductiv id ad . Res.. 1 9 ,60-67.
En u n a ép o ca en la que, p o r u n a p arte, n o se dispone de m edios que puedan
ser aplicados en serie p a ra ex am in ar los lotes d e sem illas y, en que p o r o tra , se
plantea el declive de la pro d u ctiv id ad y de la d u ració n de la vida de los • Enfermedades de las raices y de los rizomas
esparragales, sería conveniente extender las prospecciones del virus so b re p la n ­ B l a n c a k o D. y M oi o t P.M .. 1982: «Mise au point sur le Rh. violet et la Fus’riosc
taciones y lotes de semillas en o tro s países adem ás de Italia p ara, de este m o d o , l'Asperge». 2. «Efficacité in vitro de quelques fongicides sur la croissance mycélie
poder c o m p a ra r la sensibilidad a las F u sario sis tan to d e las p lan tas sanas com o de R. violacea et F. oxysporum ». P.H.M. Rev. hortic., 228.
de las afectad as p o r el com plejo vírico. Los m étodos d e detección de tipo C a s s im R., N o u r r is s e a u J.G . y C a s s in i Renée. 1983: «Le dépérissement fusarien
E L ISA se están perfilando p ara ser aplicados en Italia. aspergeraies». CR. Acad. Agric. Fr„ 69, 1355-1361.
G r o g a n R .G . y Kimbi l K.A.. 1959: «The association o ï Fusarium wilt of Aspara
with decline and replant problem in California». Phytopathology. 61. 891.
J o h n s to n S.A.. S r in g e r J.K . y Li wts G .H .. 1979: «1 usarium m oniliformc as a ca
o f stem and crown rot of A sparagus an d its association with asparagus declit
IV. S ín te sis general y previsiones para un futuro Phytopathology. 69, 778-780.
M o i .o t P.M. y S im o n e J .. 1964: «Action com parée d 'u n e fum ure organique et d ’
A ún co n el riesgo d e repetirnos, resum im os los a p arta d o s precedentes tic la fum ure minérale azotée sur le développem ent de R. violacea». Rev. 7.ool. Agr
siguiente m anera: Appl.. (1-3). 42-44.
M o i.o r P.M ., S i m o n e J . y L e r o u x J.P.. 1975: «Influence de la microflore du sol su
— el éxito y la longevidad de un esparragal se fu n d am en ta en la utilización développem ent de R. violacea». Ann. Phytopathol, 7(1). 27-36.
de m aterial vegetal san o (y si es posible m icorrizado) y en la elección de una Moi.cn P.M ., Fi r r i e r i H. y C o n u s M., 1982: «Mise au point sur le R violet e
parcela en la q u e los cultivos precedentes no hayan sido favorables a R izoctonia Fusariosc de l’Aspcrge. I. Influence du traitem ent des grilles à l’eau de Javel sur I
violeta, y en la que se haya co m p ro b a d o que el suelo está p oco con tam in ad o sensibilité a la Fusariose». P.H.M. - Rev hortic.. n. 223.
po r taxones y aislados de Fusarium virulentos sobre el espárrago; M o l o t P.M. y L o m b a r d 1).. 1986: «5 années d'expérim entation sur asperge en pl
— d u ra n te la vegetación se debe asegurar la m ejor alim entación posible de cham p - problèm e de l’origine des gnlTcs et de leur traitem ent avant plantation
relation avec le problèm e du dépérissement». P.H.M. - Rev. hortic.. n. 270.
las raíces carn o sas, evitando so b reex p lo tar los fu tu ro s tallos y protegiendo
Sti:imii'ns C.T., 1988: «An in vitro assay to evaluate resistance oi Asparagus spp.
aquellos que padecen enferm edades foliares y a taq u e s de insectos (ejemplo:
Fusarium root and crown rot». Plant Dt\.. 72, 334-337.
m osca de los tallo s, crioceros);
— la fertilización deberá ajustarse a las recom endaciones de los agrónom os
(en T aiw an alcanza las 700 unidades de n itró g e n o /h a /a ñ o ), m o stran d o una • Enfermedades de los turiones
particular p reocup ació n p o r el ap o rte de m ateria orgánica bien descom puesta
Bi.anc a r d D. y F a u r l B.. 1988: «Étude prélim inaire de la “ Rouille physiologique”
y de sales calcicas. l’Asperge». C.R. 2: Conférence internationale sur les maladies des plantes. A NI
Bordeaux, nov., 88. I. 547-554.
• G ru p o de virus m enos frecuentes sobre las hortalizas que sobre los árboles frutales. 4 up<»s de F a i i o o n P., F a i i.o o n L.. M u l l e n R.J.. B e n s o n B .J . y G r o o a k R.G.. 1983: «Fff
partículas g lobulares de 25*35 n n i. m oléculas de RN A • m o n o catcnano, transm itido por el polen. o f Phytophthora spear rot on asparagus yield. Cal if». Agric.. Jul.-A ug., 83, 16-17.
416 Enfermedades de ¡as hortalizas XI
• Enfermedades de las hojas ENFERMEDADES DE LAS
B f r a u a L ., L i n n M .B . y A n d j r s o n H .W ., I960: « D e v e lo p m e n t o f th e a s p a ra g u s rust
p a th o g e n in re la tio n to te m p e ra tu re a n d m o istu re « . Plant Dis. Rep.. 4 4 , 82-86. CRUCIFERAS
B la n c A R D D .. P i o u l m a i J .P . y G i n d k a i D ., 1984: «La StemphyHose d e I’A spcrge».
P .iLM . Rev. Hortic.. 248. 27-30.
N o t KRlSSF.At; J .G .. B a l d r y A .. L a i - a l r i l C . y L a r u e P .. 1987: <«La g rillu re estiv ale dc
rA s p e rg e * . Fruits et legumes. 40, 45-47.
Hste capítulo está dedicado principalmente a las enfermedades dc las plantas
• Virus del género Brassica cultivadas por los horticultores (coles diversas, nabos), los
B f r t a c c in i A. y M a k a n i 1.. 1983: «Virosi dell’asparago«. ltal. Agric.. 1. 24-26. rábanos (Raphanus sativas) y el berro acuático (Nasturtium officinale). cuya vida
B f r t a c o n i A .. M a u r i S ., P o l l i n i C .P . y M a r i i n i L .. 1988: <>Diagnosi d el v iru s 2 del acuática confiere un carácter particular a la evolución de las enfermedades. Fl
A s p a ra g o m e c h an ic la tecm ca L L IS A » . Inf. fttopatol.. 38. 9 , 39-41. resto de cultivadas (berro de tierra. Barbarea verna, «Roqueta», Eruca sativa.
E v a n s T .A . y S t e i 'h e n s C .T .. 1988: <«A ss o c ia tio n o f A sp a ra g u s virus 2 w ith p o lle n o f etc.) sólo serán mencionadas de m anera episódica, dado su carácter marginal.
in fe c te d a s p a ra g u s * . Plant Dis.. 72, 195-198.
C onsideram os útil exponer algunas precisiones sobre la sistem ática dc las
F u j i s a w a 1.. G o i o 'I'., T s i . c i i i z a k i T . c I i z u k a n N .. 1983: « H o s t ra n g e a n d s o m e
Brassica m ás cultivadas en producción hortícola. Pertenecen a las especies B.
p ro p e rtie s o f A s p a ra g u s v iru s 1 is o la te d fro m Asparagus officinalis in Japan*-, inn
oJeracea y B. campestris (sinónimo: B. rapa), am bas diploides.
Phytopathoi Sac. Japan. 49, 299-307.
U y e d a 1. y M i n k C i.l., 1981: « P ro p e rtie s o f A sp a ra g u s v iru s 2 a n e w m c m h c r o f the
El consumo humano de las variedades tuberosas de B. napus 1(su aniidiploide)
ila rv iru s g ro u p » . Phytopathology. 71, 1264-1269. actualm ente no constituye más que un recuerdo dc los tiempos dc guerra . B.
napus com prende igualmente la colza, planta oleaginosa, actualm ente m ucho
m ás im portante que el nabo, form a oleífera de B. campestris.
La form a silvestre de B. oleráceo se encuentra en N orm andía (acantilado de
Etretat). Las form as menos evolucionadas de esta especie (coles caballares ' o
coles forrajeras) se destinan a forraje o a la producción dc hojas para sopa en
los huertos familiares.
U na selección efectuada a lo largo de muchos siglos, perm ite disponer desde
el Renacim iento de formas, entre las cuales la hipertrofia dc un determ inado
órgano se destina a la producción de legumbres m ucho m ás delicadas:
Repullos: B. oleráceo subesp. capitula;
var. capitata: repollos de hojas lisas;
var. sobanda; coles de M ilán, de hojas rizadas.
Coles portuguesas de pencas: B. oleráceo subesp. capitata;
var. eostata.
Coles dc Bruselas: ¡i. oleráceo subesp. oleráceo:
var. gemmifera.
Coliflores: B. oleráceo subesp. botrytis var. botrytis.
Bróculis dc rebrotes: B. oleráceo subesp. botrytis;
var. itálico.
Colinabos: B. oleráceo subesp. acephola var. gongy/oides.

' C olirrábanos. rutabagas.


7 \.(lel T t n la II G uerra Mundial en Pum pa Central y scplcntriofi.il. ante la escasez dc
patatas y alimentos, se consumieron amplias cantidades dc colinabos redondeados del upo rutabagas.
1 B. olerácea var. ramosa.
418 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 419

Del mism o m odo, enirc las form as silvestres o poco evolucionadas de las B. frecuente es realizada sobre pequeños cepellones de «compost» («minimottes»)
campestris (ejemplo: -M ostaza am arilla», especie espontánea en las um brías de b ajo invernadero por productores especializados, lo que evita el desperdicio de
Haití, similar a la «Endivia» de los horticultores del Congo) se diferencian semillas más caras y de m ayor rendimiento.
form as entre las cuales la hipertrofia afecta a un determ inado órgano:
— las pencas de las hojas en el caso de las «Pak-ehoy» (coles chinas de
pencas. «B. sinensis»); I. E n fe rm e d a d e s p ro v o c a d a s p o r lo s h o n g o s d el s u e lo
— las hojas del corazón, en el caso de las B. oleráceo de tipo «repollo». Las
coles chinas acogolladas («Pe-tsái») antaño se denom inaban B. pekinensis:
— una raíz tuberosa: el nabo, aunque no resulte evidente pertenece a la Sem illeros y plántulas
misma especie vegetal que las «coles chinas», cuyo cultivo comienza a desarro­
Una buena parte de las m arras de nascencia y de las lesiones en la base de
llarse actualm ente en E uropa.
las plántulas («Pie negro» de las coles jóvenes y de las coliflores) se debe a la
A daptadas a tem peraturas relativamente bajas (óptim o alrededor de los 18-
acción de parásitos específicos de las cruciferas, a los cuales harem os referencia
20 °C), las cruciferas hortícolas son plantas m uy rústicas y padecen muy pocas
en los próximos capítulos: Rhizoctonia solani. Phoma lingam. Alternaría brassi-
enfermedades graves si se cultivan de form a episódica en condiciones climáticas
óptimas.
cicola.
Esta es por tanto una razón suplementaria (en relación con la situación
Esta situación puede deteriorarse en las zonas de cultivo intensivo donde
general «marras de nascencia en las hortalizas») para vigilar el estado sanitario
ocupan una parte im portante de las rotaciones, sobre todo, si los semilleros se
de las semillas, y de los suelos de los semilleros, que debem os resignarnos a
ubican siempre en el m ism o lugar y las semillas se producen in situ.
desinfectar o a cam biar de ubicación desde el m om ento en que los síntom as de
Condiciones que se alejen del óptim o climático (cultivos estivales en Cali­
las m arras de nascencia o del «pie negro» se manifiesten com o im portantes.
fornia. o climas tropicales húmedos) pueden acarrear graves enfermedades.
Las m arras de nascencia ocasionadas por los Pythium pueden ser detectadas
Los datos originales a los que harem os referencia en el presente capítulo
en las cruciferas, pero raram ente son tan graves com o las provocadas por
proceden de observaciones realizadas en Provenza. en las Antillas, y sobre todo
Rhizoctonia.
de las investigaciones cursadas en el m arco del INRA-Rcnncs sobre las enfer­
medades de la coliflor en Bretaña, donde la evolución de las prácticas de cultivo
y de los genotipos cultivados no ha acabado de modificar la situación fitopa- Rhizoctonia solani
tológica.
Las cruciferas cultivadas (a excepción de B. napas, parcialm ente aulógam a} Según las condiciones del medio, la edad de las plantas y las cepas de
son plantas alógamas autoestériles, de las cuales tradicionalmente suelen cultivarse Rhizoctonia presentes en el suelo, los síntom as provocados en las cruciferas
variedades-población, mantenidas por selección rnasal permanente. Esta selección pueden ser muy variados.
era realizada bien p o r el propio cultivador (variedades «granjeras» de coliflores Las cepas detectadas pueden pertenecer al menos a tres «grupos de anasto­
bretonas), o bien por los productores de semillas (los productores provenza les mosis»:
de «coles puntiagudas» y de coliflores siem pre han buscado sus semillas). — en condiciones cálidas, tiempo seco, pero en suelo húmedo (riego en clima
Tras las últim as dos décadas, la posibilidad de superar la autoesterilidad m editerráneo, en producción de plantas durante el verano para la obtención de
por medio de la fecundación de flores en estado de botón ha perm itido obtener repollos y coliflores) predom inan las cepas polífagas del grupo «AG 4», que
descendencias puras e híbridos F, entre los repollos. En el caso de la coliílor se provocan síntom as de m arras de nascencia y de «pie negro» de las plantas
practica una selección masal m ejorada basada en la evaluación de los rendi­ jóvenes;
mientos de la descendencia de las plantas m adre que en Bretaña se encamina — en condiciones cálidas y húmedas (veranos de los climas continentales,
hacia la producción de híbridos F , entre genitores perpetuados por vía vegetativa: veranos subtropicales en Florida o en el sur del Japón, climas tropicales húmedos)
esquejado o multiplicación in vitro. predom inan las cepas «AG I» de desarrollo aéreo.
Estas operaciones realizadas por el IN R A , son tenidas muy en cuenta por Se aprecian síntom as sobre las hojas externas de los repollos, que se inician
las organizaciones profesionales. Num erosos híbridos F, de coliflores ya han con la aparición de la red micélica característica, efecto seguido a continuación
sido propuestos p o r com pañías privadas. de la descomposición total del tejido foliar entre las nervaduras (síntom a obser­
La producción de plantas de coliflores en Bretaña tam bién tiende a quedar vado en las Antillas francesas). Én los Estados Unidos, es además m uy tem ido
fuera de las posibilidades del productor individual. De forma cada vez más u n ataque a los repollos, que se manifiesta por la aparición de lesiones negras
420 Enfermedades de las hortalizas

sobre las hojas externas, punto de partida de podredum bres bacterianas en


conservación;
— en condiciones más frescas (tem peraturas com prendidas entre 15 y 20 °C)
pueden intervenir las cepas del grupo «AG 2-1», especializadas en cruciferas.
Estas cepas, en Bretaña desem peñan un im portante papel en la aparición de los
síntom as del «pie negro« sobre las plantas de coliflor en semillero. En Proven/a
han podido ser detectadas fundam entalm ente en el rábano (fig. 97). especie
sobre la que provocan la muerte de las plantas jóvenes o bien cicatrices oscuras
y deformes que hacen que los rábanos resulten no com ercializares.

• Métodos de lucha
Resulta muy difícil aconsejar otros m étodos más allá de la rotación y de la
higiene general de los suelos frente a los ataques de tipo «A G 1« en condiciones
cálidas y húmedas: se debe de evitar la plantación de coles tras un cultivo de
leguminosas fuertem ente afectadas por el «web blight»... pero las gramíneas
pueden constituir por sí mismas un reservorio para las cepas «A G I».
— Cabe la posibilidad de desinfectar los semilleros estivales en condiciones
mediterráneas ( vapor, fum igantes, solarízación...). Se debe de evitar en la medida
posible una excesiva persistencia de la hum edad en la superficie del suelo
tem plado, factor muy favorable para el desarrollo de R. solani. Del mismo
m odo, conviene seguir las indicaciones que efectuamos sobre el uso de fungicidas
frente a las cepas «A G 2-1».
— Frente algunas cepas especializadas en las cruciferas (producción de
plantones de coliflores en Bretaña, rábanos en cultivo de primavera y de verano
en condiciones m editerráneas) se puede igualmente aconsejar la desinfección
figura 97.— D años de Rhtzoctonia solani sobre rábano.
superficial del suelo de los semilleros, o de los tablares de rábanos, sin em bargo,
A: Planta sana. B: Ataque precoz. C: A taque tardío. U: A taque cicatrizado
con el «D azomct« no se han obtenido en Bretaña resultados satisfactorios.
El quintoceno ha sido utilizado con éxito, en razón de 10 g de m. a ./n v .
para proteger los rábanos en Provenza (aplicación sobre 5 ó 10 cm de espesor 4 (y evcntualmente A G 1 si las plántulas están cubiertas por una cámara
por rastrillado o fresado muy superficial). Este producto resulta del mismo húm eda), rabano cv «El Nacional«, para las cepas A G 2-1 (pruebas realizadas
m odo efectivo en B retaña sobre los semilleros de coliflores. a 10 °C por la noche y a 15 °C por el dia).
I-a brevedad del ciclo de los rábanos perm ite tam bién protegerlos por
medio de un tratam iento de semillas con un anti-basidiom iceto sistémico: la
carboxina 4en proporción de 12 g de m .a./kg. de semillas permite una protección «Hernia de las cruciferas
total.
Entre los anti-basidiom icetos más recientes con los que se experimentó en Esta enfermedad provocada por el mixomiceto Plasmodiophora brassicae
los años 80 en Bretaña, el «metil-toclofos» se m ostró ineficaz, m ientras que el fue una de las prim eras en atraer la atención de los especialistas en Patología
«pencicurón«. p o r contra, resultó muy efectivo, aunque con graves riesgos de vegetal ( W o r o n in en Rusia, 1878). Sin embargo, todavía se desconocen métodos
fitotoxicidad en caso de sobredosis. efectivos de lucha contra ella.
Por medio de plantas-tram pa se puede efectuar una valoración del «potencial
infeccioso« de R. solani en los suelos: Vignú radiata a 25 °C, para las cepas AG • Biología del agente infeccioso (fig. 98)
Las «esporas de reposo» de P. brassicae pueden persistir de 10 a 15 años en
• Investigaciones realizadas por A. B l y k i i : _ s en el INRA-M ontfavet durante los años 70. Los el suelo. Suelen salir del estado de letargo al paso de las raíces de las cruciferas
estudios de residuos en los rábanos todavía no han sido efectuados, pero si la carboxina que re»dea o de otras plantas com o las papaveráceas (am apola) o las gram íneas («ray-
una semilla se encontrara integramente en un rábano de 5 g originaría 8 ppm.
gras», dáctilo) p o r sus proximidades.
422 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 423

Las células infectadas padecen hipertrofia, m ientras que las vecinas (del
m ism o m o d o que en el c aso de los Meloidogyne) se m ultiplican de form a
a n árq u ic a y se hipertro fian en su co n to rn o , lo que contribuye a la form ación de
agallas.
Al final del ciclo, tra s la fusión de los núcleos de los dicariotes. seguida de
meiosis, los p lasm odios secundarios se tran sfo rm an en num erosas esporas de
co nservación, que se liberan al suelo p o r la descom posición de las agallas.

• Síntomas en las cruciferas sensibles


E n co n tra d e lo q u e o cu rre con el genero Meloidogyne, el hongo Plasmo­
diophora engrosa las raíces en to rn o a to d a su circunferencia y no de form a
unilateral. E n las variedades n o tuberosas (repollos, coliflores, coles chinas)
p rovoca en la base de la p lanta la aparición de una m asa única hipertrófica o
de agallas en form a d e «salchichas» m ás o m enos deform es y « co n to rn ead as•>
(fig. 99 A ) co m o consecuencia de ataques m ás tardíos. En las variedades de
raíces o hipocótilos tu b erizados (nabo, colinabo) p roduce una deform ación dé­
la p a rte h ab itualm ente a b u ltad a, o la form ación de gruesas agallas irregulares
en la parte inferior d e la raíz, efecto que da com o resultado el síntom a de
«hernia» (fig. 99 B). N o se deben de confundir las agallas de Plasmodiophora
con las pro d u cid as p o r insectos cucurliónidos ( Ceuíhorrynchus pleurosiigma, o

Figura 98.— C iclo do d esarro llo de Plasmodiophora brassicae (interpretación de I n g r a m y


T om m kki h, considerada la m ejor p o r B l c z a c k i ).

D ichas esporas germ inan produciendo zoosporas primarias biflageladas (tem ­


p eratu ras cardinales 6-22-35 °C ). haploides, qu e se adhieren a los pelos a b so r­
bentes, en los que p en etran p ara fo rm ar un « plasm odio prim ario». Este últim o
se convierte m uy p ro n to en algunos zoosporangios qu e liberan, d u ran te un
período com prendido e n tre los 2 a los 8 dias que prosiguen a la infección,
zoosporas secundarias, q u e bien pueden c o m p o rtarse co m o las zoo sp o ras p ri­
m arias y reinfectar los pelos absorbentes ' o bien fusionarse de 2 en 2 p ara d a r
lugar a órganos infecciosos cuadriflagelados, dicarióticos, que tras p en etrar en
el córtex de las raíces en gend ran plastnodios dicarióticos de m ay o r tam añ o que
el de los plastnodios prim ario s.
\J
Figura 99.— PlasmmHnphora brassicae.
A: D a ñ o s sobre col de u p o «raiccs m a /u d a s- (club-root).
l;.n los huespedes n o pertenecientes a la lam ilia Cnu iferae, Plasmodiophora no sobrepasa este B: S íntom a d e «hernia- en una crucifera de ra i/ tuberosa.
estadio. C : A gallas con las producidas p o r insectos cucurliónidos (Ceuiornnchus).
424 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 425

falsa «potra» de la col, y o tro s Ceulhorrynchus. p ro d u cto res de agallas presentes de las raíces serán favorecidos p o r la presencia del agua libre en el suelo (lluvias,
preferentem ente en el cuello de las p lan tas (fig. 99 C). irrigación).
Las partes aéreas de las plantas p o rta d o ra s de agallas tienen un desarrollo 1.a receptividad de los suelos a la hernia estriba sobre to d o en su p H , com o
reducido, tan to m ás c u a n to los ataq u e s son m ás precoces. La p ertu rb ació n del dem uestran los resultados de las investigaciones realizadas a partir de un mucstreo
sistema vascular (vasos retorcidos, m al desarrollados) alim enta insuficientemente de lo s suelos bretones p o r el IN R A -R cnncs (ver cu a d ro n ° 18). D e las investi­
a las hojas, detectándose m architeces a lo largo del día. gaciones realizadas hasta la fecha no se desprende de form a clara si es el pH
Si adem ás las agallas se hallan colonizadas p o r invasores secundarios, que (cualesquiera qu e sean los cationes im plicados) o si es el ió n calcio quien ejerce
p ro v ocan su p o d red u m b re, la m architez resulta definitiva (fig. 100) tal y com o este efecto. Este efecto no es exclusivam ente físico-quím ico, pues en esta mism a
o curre en el caso del Meloidogyne. serie de experiencias se d e m o stró que la esterilización del suelo (fuera cual fuese
su pFI) au m en tab a su receptividad, del m ism o m odo que la acidificación po r
aplicación de ácido sulfúrico (lo que parece descartar un efecto de las arcillas).
L as rotaciones que repiten con frecuencia el cultivo de cruciferas sobre los
m ism os terrenos (m ás de un cu arto de la superficie de la explotación) conducen
p ro n to o tard e a contam in aciones graves de Plasmodiophora en las cruciferas si
el p H del suelo y las co ndiciones de hum ed ad resultan favorables al parásito
(p ero éstas son tam bién las condiciones favorables a la p lanta huésped). F-ste
efecto puede tener lugar incluso en aquellos lugares d o n d e m enos se podría
esperar: M ato u b a en G u ad alu p e, u n a zona tradicional de cultivo de repollos a
500-700 m. de altitu d , en los años 70 constituía un foco gravem ente afectado :
¿D e d ó n d e procedía el inoculo? Se puede suponer que veinte o treinta años
an tes con el polvo que acom pañaba a las sem illas habían llegado algunas
esp o ras de reposo.
Figura 100.--Plasmodiophora brassicae: efecto de la invasión de las agallas p o r parásitos ¿Se puede explicar el co m p o rtam ien to de p lantas que com o el «Ray-grass»
secundarios, que originan la marchite?, perm anente de las p lan tas (A), m ientras que las plantas o el d áctilo (si no la am ap o la) hacen g erm in ar las esporas de reposo y no les
que contienen agallas intactas sólo presentan m architam ientos transitem os.
perm iten efectuar m ás q u e un desarrollo lim itado? Perfectam ente p odrían cons­
tituir «cultivos-trampa». Sin em bargo la experiencia dem uestra que, si las cruciferas
Las cruciferas h ortícolas m ás sensibles son las coles chinas, la coliflor, la col suceden inm ediatam ente a las gram íneas, el efecto previsto no se obtiene.
de Bruselas y el repollo. Fl colinabo y la col caballar son m edianam ente sensibles S i los semilleros están infectados, pueden desem peñar un papel fundam ental
y los nabos y los rá b a n o s so n m u ch o m enos atacados. Pero esta jerarq u ía en la propagación de la enferm edad: las plantas jóvenes destinadas al transplante,
apro xim ativa puede ser to talm en te alterad a p o r las diferencias de sensibilidad en o casiones y a pueden ser p o rtad o ras de agallas, o, albergar de form a m ás
varietal y la existencia d e razas del parásito (co n su ltar el a p a rta d o d e este d iscreta en sus pelos abso rb entes los plasm odios prim arios de Plasmodiophora.
cap itulo dedicado a la «resistencia«). Las p lantitas p ro d u cid as en « m in im o ttes« x pueden no estar a salvo, si
F.n una ocasión p u d im o s detectar un ataq u e sobre b erro (en una plan tació n dichos cepellones se colocan directam ente sobre u n suelo contam inado.
m uy antigua, en B urdeos d u ra n te los añ o s 50) qu e se m anifestó p o r m edio de
• Métodos de lucha
tum ores nodulares sobre los tallos y las n e rv a d u r a s \
L os m étodos d e cultivo que com binan ab o n o s y rotaciones resultan más
efectivos a largo plazo q u e la utilización de fungicidas, rem edio éste que debe
• Factores que Influyen en la gravedad de la enfermedad reservarse eventualm ente al semillero.
— T rad icio n alm en te suelen aconsejarse las enmiendas calcicas, bien po r
C on anterioridad m encionáb am o s las tem p eratu ras cardinales p ara el des­ m ed io de caliza m olida, qu e puede ser utilizada en grandes cantidades, bien po r
arro llo de Plasmodiophora. q ue, de hecho, coinciden con las p ro p ias del creci­
m iento de las cruciferas. L os desplazam ientos de las zoo sp o ras p o r p roxim idad O bservación de P. P a u v f r t - I n r a a g . Esta zona d e horticultura tradicional actualm ente ha
desaparecido, com o consecuencia de u n a em isión de ceniza de la azufrera en 1976. que esterilizó los
terrenos Lu.s pocas coles hoy en día cultivadas padecen ante to d o los efectos provocados por
■ Aspecto que debe alentar ai equipo del IN RA-Rcnncs a proseguir el estudio del Plasmodiophora
Xantk/jrnas y Rhtzoctonia « A G 1
e n cultivo hidropónico.
* S . del T.: PequeAos cepellones de ••compost-.
426 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 427

C U A D R O 18 suficiente p ara a c a b a r con la hernia (consultar el cu a d ro n 0 19), y la vuelta a


Indices de las enferm edades detectadas sobre plántulas de coles chinas exim idas a partir u n a situación m ás san a n o se o b ten d rá m ás que al cabo de algunos años
de diferentes m uestras de suelos bretones y contaminados con números crecientes c o m b in an d o un a en m ien da calcica y una rotación que distancie co m o m ínim o
de esporas de reposo de Plasmodiophora cu a tro añ o s en tre dos cultivos de cruciferas. Por supuesto, los m ism os principios
N “ Je esporas <fe P. hrawjcae aportados por mi «fe suelo deben de ser aplicados a los semilleros. Los pequeños cepellones o «m inim ottes»,
Origen de l«s curaciones a base de tu rb a , n o tienen un efecto contraproducente, pero conviene neutralizar
Pii 0 10* 10* 10* !0: !«•
su pH .
Mevel 8,0 0 0 6 11 70 « U n d eterm in ad o n ú m ero de m aterias activas han sido consideradas eficaces
Ixrber 8,3 0 0 1 21 55 72 frente a Plasmodiophora brassicae: el T M T D o tiram (12 g /m : en 10 litros de
C a/u c 8.2 0 0 6 51 40 76
a g u a) qu e contienen algunos pro d u cto s japoneses m uy recientes com o la «tri-
clam ida» (N -b u to x itricloroetil hidroxibenzam ida), todavía no com ercializado
M esm cur 6,1 0 2 7 39 70 84
e n F rancia, pasan d o p o r el quin to cen o (5 g / m ) y los bencim idazoles (ejem plo:
Rovc 8,0 0 0 12 54 86 92 b enom ilo 2,5 g /m ’). Ll benom ilo puede tam bién ser utilizado en el p ro ceso de
M adcc 6.7 0 0 12 39 95 93 ! rem o jo de las p lan tas jóvenes antes de pro ced er al transplante (40 g /100 litros
d e agua).
Paugam 7.5 0 10 32 66 97 ¿9 |
La efectividad de estos diversos fungicidas se puede co m p ro b ar aplicándolos
Prigenl 7,2 0 6 47 62 93 93 a los sem illeros, que pueden ser desinfectados asim ism o po r m edio de fum igan­
C reach 5.9 0 30 98 92 76 100 tes.
l’ennors 6,1 0 60 92 95 95 100 Especial m ención merece la cianam ida cáleica ", cuyos p roductos tic des­
com posición en el suelo im piden la supervivencia de esporas de reposo: su
Crcignou 7.4 0 75 87 92 94 100
utilización cad a añ o o cada dos años en dosis de 500 a 1.000 k g /h a puede
M ercicr 52 0 89 90 8« 87 100 c o n trib u ir a un a reducción de la infección del suelo si es com binada con una
ro tació n que sólo renueve el cultivo de cruciferas cada tres o cuatro años.

m edio de cal m uerta, en dosis superiores a 1.5 t/h a , m éto d o que perm ite subir • Variabilidad del patógeno y resistencia varietal
el pH del suelo h asta 7. S h e r f y M C .N au aconsejan, qu e si se hace uso d e la
La selección p a ra la resistencia a la hernia de las cruciferas es com plicada
caliza m olida, esta enm ien d a se com plete con 1.600 k g /h a de cal. p o r la existencia de razas fisiológicas en P. brassicae. A ctualm ente en E uropa
En B retaña, la eficacia de las enm iendas calcicas naturales com o el «trez»
se utiliza un sistem a d e clasificación de razas elab o rad o p o r un consorcio de
(50 % de C aO ) h a sid o experim entalm ente verificada estos últim os añ o s, en
fitopatólogos de E uropa del N orte (Inglaterra. H olanda. A lem ania, D inam arca),
dosis del orden de 9 t/h a renovadas a u la dos años para algunos suelos receptivos,
q u e utiliza una n om enclatura de gran com plicación (ver cu ad ro 19).
cuyo pH de p artid a es del orden de 5. En la especie Brassica campestris, la resistencia ha sido investigada a p artir
D ebem os recordar, n o obstante, que las enm iendas cálcicas no se encuentran de la utilización de genes dom inantes p a ra el nabo.
desprovistas de inconvenientes, sobre to d o c u an d o se tra ta de h acer pasar En H o lan d a se p ro p usieron tres genes dom inantes de resistencia A. B. C
bruscam ente el p H del suelo de 5 a 7,5. Los inconvenientes m ás tem ibles son: que d ieron co m o resu ltado un relativo fracaso, pues las cepas «31» (que atacan
— la inducción de carencias, en p articu lar en m anganeso en los suelos de a todos los huéspedes diferenciales campestris y al nab o A A B B C C ) son bastante
origen granítico (en lo s suelos de origen volcánico resulta tem ible p o r co n tra la com unes en H olan d a.
toxicidad del m anganeso); Las coles chinas co m únm ente cultivadas en E uropa son muy sensibles a P.
— la recrudescencia de las «agallas» de ó rg an o s tuberizados que provocan brassicae (lo que perm ite utilizarlas en el estadio de plántula p ara evaluar el
los Strepiomyces en la p a ta ta , pero tam bién en el b o n iato , la zan a h o ria , el p oten cial infeccioso de los suelos). El cultivar « G ran aat» es sensible a to d as las
nabo.... razas fisiológicas definidas p o r el E C D . Sin em b arg o todavía no se ha perdido
Pero sobre un suelo enriquecido en esporas de reposo de Plasmodiophora to d a esperanza de resistencia p ara esta subespecie, d ad o que en un gru p o
po r cultivos reiterados de cruciferas, la elevación del pH p o r si sola no sera
“ F órm ula quím ica CN»Ca. Se tra ta de un p roducto utili/ad o a la ve/, com o fertilizante
• O -trac/.»: residuos d e conchas recogidas en ciertas playas breto n as, es una enm ienda cálctca nitrogenado y ab o n o calcico e n los suelos ácidos. D ada su litotoxicidad debe ser aplicado al m enos
más b a ta ta q u e el «m attrl». procedente de Lithothnm náccas (algas calcáreas) dragadas en el m ar. 15 días antes de la plantación (20 % N . 60 % CaO).
428 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 429

CU A D RO 19 A grandes rasgos, un estudio realizado recientem ente en Bretaña m uestra


Sistema fcCD (European clubbroot diferential set) de determinación de las razas que es en las variedades-poblaciones granjeras de coles caballares o de repollos,
de Plasmodiophora brassicae d o n d e se detecta el m ás débil grado de ataque en condiciones de inoculación
controlada. Las notas atribuidas a 50 poblaciones se escalonan de la siguiente
Huésped» diferencíale* Coeficientes m anera:
Números
tí. Campestris
Noca Ncrta
I Nabo aaBBCC 1 Media
más baja más alta
2 Nabo AAbbCC 2
3 Nabo AABBcc 4 Coliflores 91 96.7 100
4 Nabo AABBCC 8 Bróculis 86 90,05 97
5 Col china «Granaat» 16 Repollos 57 86,8 97
Coles forrajeras 23 60.5 87
fí. napus
(Resultados obtenidos por medio de un inócuk* -St. Jouan- Otro inoculo-Kervcdc/« da un resultado análogo.)
6 Colza DC 101 1
7 Colza P C 119 2 La m ejora de ia resistencia a la hernia en la coliflor constituye, pues, una
8 Colza DC: 128 4 em presa de largo alcance, ya que debe com binar una introgresión a partir de
9 Colza D C 129 8
16
otros tipos de coles y una selección recurrente, con una inoculación p o r diversas
10 Rutabaga IX ’ 130
cepas de inoculo.
¡i. oleráceo
II Repollo -Badges shipper» 1 Spongospora del berro
12 Repollo «•Bintlaschsener» 2
13 Repollo «Jersey quccn- 4 Spongospora subterránea var. nasturtii " pertenece tam bién a la familia de
14 Repollo Septa 8
las plasm odioforáceas. M ucho m ás frecuente sobre el berro acuático que Plas-
15 Col caballar laciniada «Verheul» 16

Las cepas de P. hrassKwe se designan por tres notas conccmienten a cada una de las tres especies que icsultan ti:
la adición de los coeficienlc» de Jos huespedes atacados. Una cepa que ataque a kis huéspeda número 2. 4. 5. S.
9. IU. 14 y 15 será clasificada 26/28/24. No puede existir confusión alguna dado que a cada número del I al 31
sólo puede corresponder una combinación de los números I, 2,4, X y 16.

pequeño de plantas de la población de «Michihili» " se ha encontrado un gen


dom inante capaz de inducir una resistencia.
Fntre la especie B rassica oleráceo no se conoce ninguna resistencia mono-
gcnica. T odas las que h an sido descritas son poligénicas con tendencia recesiva,
o al menos birrccesiva (ejemplo: el repollo am ericano «Badger shipper», selec­
cionado po r J.C . W a i . k l r a p artir de un híbrido natural repollo X col caballar,
que constituye un o de los huéspedes diferenciales del ECD ). Adem ás estas
resistencias poligénicas n o parecen ser ni totales, ni de hecho «horizontales», ya
que las variedades que son p o rtad o ras de ellas form an parte de los huéspedes
diferenciales....i:

Resulta cunoso com probar com o el AVRDC en Tajwán no parece preocupan« por esta
resistencia al P. brassicae. ¿Tal ve7 las tradiciones chinas de abono orgánico sean suficientes para
eliminar este problema? liyura 101.— Ataque de Spongospora subterránea var. nasturtu en las raiccs del berro.
Las coles silvestres de los acantilados de yeso de Folkestone o de Étretat. desafortunadamente
no proporcionan genes de resistencia, ya que los lugaics donde crecen son muy desfavorables al ” Ya hemos descrito su var. subterráneo en el tercer upartado del capitulo IU (raiccs del
parásito. tomate).
430 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de las cruciferas 431

modiophora. afecta a las raíces que surgen al nivel d e los n u d os que se h inchan precoces o am arilleos necróticos de las hojas con oscurecim iento de los vasos
v se curvan en form a de g anch o (fig. 101). El sistem a de las raíces se desorganiza y las raíces.
y las plantas flotan. L as hojas ad q u ieren un co lo r de g am uza. Los ataq u es son T ras un largo p erio d o , en E stados U nidos se han señalado diferencias de
m ás graves en invierno, cuan d o el crecim iento del b erro es m ás len to y se sensibilidad varietal. F.n Francia, el ráb an o cv. Famb/oyant se m uestra particu­
a ten ú a n a p a rtir de abril. La enferm edad causa sus m ayores estragos en agua larm en te sensible; híbrid o s experim entales del IN R A -M ontlavet se com p o rtan
poco corriente y por lo general asciende desde ab ajo hacia arrib a de los fosos. d e fo rm a m ucho m ás resistente.
Spongospora se puede co m b atir p o r m edio de la utilización de zinc bajo La Verticilosis ha sido detectada en las coles de B ruselas de Inglaterra.
diversas variantes:
— «zinc fritado» (polvo de vidrio, rico en zinc), m étodo aconsejado en
Inglaterra. Se practica desde la p a n e alta de los fosos; O tro s h o n g o s del suelo d e te c ta d o s en las cru ciferas
— granalla de zinc en el canal de alim entación de los fosos;
— sulfato de zinc, a p o rta d o g o ta a gota; Aphanomyces raphani es u n a especie m uy tem ible en los E stados U n id o s que
— o de form a m u ch o m ás sencilla una a p o rtació n m asiva de sulfato de afecta fundam entalm ente al ráb an o , en particular a los ráb an o s blancos y
zinc en los fosos a inicios de tem p o rad a (20 g /m ). largos de tipo «W hite Icicle».
F.l cultivo bajo film de polietileno favorece la vegetación y dism inuye los Las lesiones d e co lo r azul-negruzco provocadas p o r este hongo com ienzan
efectos de la enferm edad. en la parte filiform e d e la raíz principal o lateralm ente a p a rtir del p u n to de
em ergencia de las raicillas.
Las infecciones precoces provocan zonas resquebrajadas negruzcas en la
T ra q u e o m ic o s is d e las cru ciferas ra iz tu berizada, a m en u d o con cstrangulam iento y análogas a las que provoca
el m ildiu, pero situadas m ucho m ás ab ajo . Los a taq u e s se pro d u cen d u ra n te el
L a fusariosis vascular de la col está p ro v o cad a p o r F. oxysporum f.sp. v erano a tem p eratu ras co m prendidas entre los 20 °C y los 27 °C.
conglutinans. D icha especie es tem ida sobre to d o en N orteam érica. Las plantas Los ráb an o s rojos se m uestran m ucho m enos sensibles.
afectadas presentan síntom as de am arilleo, a m enudo unilateral, p u diendo Phytophthora megusperma puede provocar podredum bres de raíces (tuberosas
c o ntribuir, antes de la m uerte de la p lan ta, a un desarrollo disim étrico de la col. o n o ) en los taxones hortícolas del género Brassica. La enferm edad se observa
La resistencia a esta fusariosis ha sido investigada desde los añ o s 30, en e n el cam po en form a de m anchas q u e se corresponden con las áreas en las que
particular po r C . W a i k f .r , quien dem ostró la existencia de dos tipos de resistencia el agua de lluvia se estanca en los cam pos. T em p eratu ras medias del o rden de
entre los repollos: una resistencia polifónica, cuyo efecto desaparece p o r encim a 15-18 °C favorecen la enferm edad.
de los 25 °C (el ó p tim o de agresividad del Fusarium se sitúa hacia los 27 °C), y
una resistencia m onogenica, eficaz a to d as las tem p eratu ras, de la q u e están
provistas la m ayoría de las variedades e híbrid o s de los catálogos am ericanos
II. Daños ocasionados por nem atodos
actuales.
Este gen de resistencia d o m in an te, cuya estabilidad h a sido co m p ro b ad a
desde hace 50 años, h a sido su p erad o recientem ente en C alifornia (1988) p o r Incluso en condiciones m uy favorables para el d esarrollo de los nematodos
u na nueva raza de F. oxysporum f. sp. conglutinans. que p ro v o ca d añ o s sobre las con aballas (Meloidogyne spp.) los ataques que experim entan los diversos tipos
coles «resistentes» desde los 22 °C. d e Brassica oleracca no son m ucho más fuertes que los que experim entan
I-a fusariosis v ascu lar de la col parece n o afectar a E u ro p a. F ue detectada ráb a n o s y nabos.
en las coles de Bruselas de Italia en 1982 e identificada sobre repollo en la Las coles chinas, p o r co n tra, pueden sufrir graves ataques.
región de N iza po r el G R IS P de A ntibes m u ch o m ás recientem ente (observación En condiciones tem pladas, son los nematodos de quistes los que m ás perju­
no publicada). C abe esp erar qu e sólo se trate de la raza 1. diciales pueden resultar para los taxones cultivados de B. oleracca. las dos
U n F. oxysporum f. sp. raphani ataca al rá b a n o desde los añ o s 30 en Estados especies Heicrodcra cruciferac (específica) y 11. schachtii (que tam bién atac a a la
U nidos y m ás recientem ente en E uropa (In g laterra. 1974; A lem ania, 1976). En rem olacha) pueden a ta c a r a las plantas jóvenes en sem illero y a las plantas del
1981 fue detectada en la región parisina, d o n d e ata c a no únicam ente al rá b an o cam p o .
de invierno de tipo « R áb an o negro», sino tam bién a los pequeños ráb an o s Los sín to m as en las raíces consisten en una ab u n d an cia anorm al de finas
rosas y blancos. Los ataq u e s pueden tener lu g ar desde los 17 °C co n un ó p tim o raicillas, oscuras, que contienen, si se observan con una lupa, num erosas hem bras
c o m prendido entre los 24 °C y los 28 °C y pueden p ro v o car m ortalidades d e Hcrcrodera bajo el aspecto de cabezas de agujas blancas.
432 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 433

La ab u n d an te presencia de individuos de estas especies de Heterodera (aso­


ciados a un Pratylenchus) provoca en algunos sem illeros de coliflores bretones
un raquitism o de las plan tas, qu e puede hacerlas inutilizablcs.
Por o tra parte, la c a p tu ra de n em atodos a p a rtir de m uestras del suelo con
plántulas de rábano (que so n p o rtad o ras de Rhizoctonia y Heterodera) dem uestra
que am b o s tipos de infección a m enudo se hallan asociados.
La presencia de estos Heterodera es una ra zó n d e m ás p a ra aconsejar la
desinfección de los tab lares de sem illero de las coliflores. La eficacia del dazom et
ha sido co m p ro b ad a recientem ente. Del m ism o m o d o se puede pensar en el
efecto secundario del benom ilo frente a los n em ato d o s d e quistes, en vista de
los favorables resultados obten id o s co n este prod u cto .
En los E stados U nidos, los n em atodos m ás tem ibles en el caso de las coles
so n los pertenecientes al género Paratrichodorus. qu e inducen un síntom a de
«stuby root» (raíces coraloides). Figura 102.— N erviación negra de las cruciferas (Xanthomonas campestris pv. campcstrts).

III. Enferm edades bacterianas de las cruciferas tem p e ra tu ra s 5-28 °C indicado p ara las tem p eratu ras cardinales señaladas a n ­
terio rm en te no debe, pues, ser ignorado
C o m o ocurre con el to m a te o la ju d ía, las cruciferas alojan patovares de A u n q u e las p lantas jóvenes todavía no presentan las lesiones típicas, pueden
Xanthomonas campestris y de Pseudomonassyringae, al igual qu e eventualm ente h allarse ya co n tam in ad as de fo rm a epifítica en el m o m en to del repicado. El
Pseudomonas y Erwinia pectinolíticos. e stad o san itario de los sem illeros se p odrá m ejorar con las siguientes m edidas:
— p o r el uso de sem illas sanas o desinfectadas p o r term o terapia en agua
caliente (20 a 25 m in u to s a 50 °C).
N e rv ia c ió n negra de las cru ciferas — p o r tratam ien to s cúpricos renovados cada 10 ó 15 días en sem illero
(caldo bordolés o mezcla de cobre y ditiocarbam atos).
D icha enferm edad está provocada p o r X. campestris pv. campestris. X. c. pv. campestris ata c a fundam entalm ente a la co litro r y al repollo.
Esta bacteria penetra en las hojas p o r los h id ato d o s, en el m o m en to en que E n plantas de repollos, W i l l i a m s y cois, encontraron en 1972 una interesante
las gotitas de exudación del borde tic las hojas son reabsorbidos al inicio d e la resistencia en las descendencias que derivaban de la variedad jap o n esa «E arly
m añana. I -as bacterias colonizan el sistem a vascular prog resan d o en la dirección fuji». El d eterm inism o d e la resistencia es oligogénico: el gen *<f» que deriva de
del pecíolo y del tallo. El sín to m a clásico consiste en lesiones en form a de V en «E arly fuji» se co m p o rta co m o d o m in an te o recesivo según el estado en que se
el borde de las hojas, p rim ero am arillentas y m ás tard e secas, sobre las que las en cu en tran los dos o tro s genes A y B. Los híbridos F, fF serán p o r tanto:
n erv aduras infectadas se destacan en negro (fig. 102). — m uy resistentes si son: fF aa BB o fF aa Bb;
Si las bacterias alca n zan el tallo, pueden a c arrear la necrosis de un sector — m ed ianam ente resistentes si son: fFA aB B , fF A A B b o fFA A B B :
del sistem a vascular, el enanism o con crecim iento asim étrico de las p lantas — b astan te sensibles si son: fF A A bb.
jóvenes y la caída de las hojas. L.a resistencia se m anifiesta p o r la aparición de una lesión m arginal am arilla
La perpetuación de Xanthomonas es asegurada ocasionalm ente en las c ru ­ de p eq u eñ o tam añ o exenta de invasión vascular.
ciferas silvestres p o r los restos co n tam in ad o s de las m ism as, pero p o r lo general L íneas resistentes (p o r ejem plo, lineas «B adger 14». a «B adger 20») han sido
el efecto se debe a la co n tam in ació n del tegum ento d e las semillas. p ro p u estas p o r la U niversidad de W isconsin y utilizadas p o r las com pañías
Las tem peraturas cardinales son 5-28-36 °C. Este ó p tim o térm ico, dem asiado d ed icad as a la p roducción de sem illas p ara o b ten er híbridos F, tolerantes.
elevado, debería restringir la reaparición de la enferm edad en los países tropicales
húm edos, d o n d e efectivam ente es m uy im p o rtan te, y en los o to ñ o s lluviosos de " C om parativam ente X. campestris pv. vesicatoria se inhibe cuando las tem pe.aturas nocturnas
los clim as m editerráneos: se podía d etectar en septiem bre en la región d e la son inferiores a 15 °C.
•V. del T.: E n el á rea m editerránea española, y sobre to d o a p a n ir de la dé ca d a de los 80. en
Vaucluse aquellos añ o s en q u e las lluvias de o to ñ o co m en zab an el 15 d e agosto. cultivo otoñal-invem al-prim averal d e bróculi destinado a la exportación, puede ser una enferm edad
En 1979 todavía era co n siderad a en B retaña c o m o un a enferm edad secundaria, grave, principalm ente con determ inados cvs. T am bién cj» frecuente observarlo en o tros taxones de
pero actualm ente ha experim en tad o una im p o rtan te expansión: el intervalo de B. olaeraeea, com o los repollos, coliflores, etc.
434 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de /as cruciferas 435

En la coliflor la selección para la resistencia no está tan avanzada. A ctual­ de toda una serie de variedades e híbridos recientes de coles chinas seleccionadas
mente se está realizando en Bretaña un trabajo prelim inar con la colaboración tan to por su tolerancia al calor com o por su resistencia a estas podredum bres
del INRA -Rcnnes y el INRA-Angers. constituye la verdadera solución (ejemplo: el híbrido «ASVEG 1» del AVRDC).
A corto plazo el objetivo es la eliminación de fórm ulas híbridas P extrema­
dam ente sensibles. En u n a notación de 0 a 3, con inoculación de cepas agresivas
en plantas jóvenes, algunas notas que oscilan de 0.98 a 2.9 han sido atribuidas
a una colección de híbridos experimentales.
IV. Enfermedades foliares provocadas por hongos
que pueden atacar ocasionalm ente a las plántulas,
tallos y repollos
Pseudomonas de la coliflor
Mildiu de las cruciferas
Pseudomonas syringae pv. maculicola provoca en la cara inferior de las hojas
de la coliflor y del bróculi pequeñas pústulas negras similares a las de P.s. pv. El agente de este mildiu. Peronospora parasitica. no es una entidad hom o­
tomata en las hojas de tom ate (las otras li. olerácea son menos sensibles). génea: podemos distinguir al menos tres formas especializadas: brassicae, raphani
La presencia de una decena de pústulas puede acarrear el am arilleo tic un y capsellae. que pueden subdividirse en razas (al menos la f. sp. brassicae frente
com partim ento internerviario. a u n gen dom inante de resistencia en el caso de la col).
El óptim o de desarrollo de esta bacteria se sitúa hacia los 24 °C. Las Dicho Peronospora se manifiesta por m edio de eflorescencias blancas (cono-
máximas superiores a 30 °C frenan la epidemia. dióforos y conidias incoloras) en el envés tic las hojas.
En Francia no parece atribuirse una gran im portancia a esta enfermedad En el haz se puede distinguir una mancha de color am arillo borroso o bien
que resulta muy temible en los Estados Unidos. la presencia de necrosis arborescentes.
Su óptim o térmico es bastante bajo (8 a 16 °C p o r la noche, menos de 23 °C
p o r el día). Se propaga favorecido por las lluvias y el rocío nocturno (o incluso,
d ad o que no produce zoosporas, por la hum edad saturada).
Bacterias pectinolíticas El m odo de perpetuación de esta especie de Peronospora es prácticam ente
desconocido: la especialización de las f. sp. brassicae y raphani excluye su
Un determ inado núm ero de Envinia y de Pseudomonas pectinolíticas han perpetuación en las silvestres. Las oosporas que se producen sobre todo cuando
sido señaladas com o agentes de las podredum bres de fragmentos de hojas y las tem peraturas medias alcanzan los 20 °C posiblem ente constituyan la causa
peciolos de repollos o coliflores, en particular Ps. cichorii en Florida. m ás probable de su supervivencia. Pueden persistir en los restos de cultivo. Una
En Francia, algunos Ps. cichorii o algunos Pseudomonas «soft rot» (grupo referencia polaca citada p o r D ix o n alude a una perpetuación por las semillas
IV a) han sido considerados por C o l e n o y cois, com o agentes prim arios induc­ (oosporas en las semillas). Es de nuevo aconsejable el rem ojo de las semillas en
tores de la «picadura» de los cogollos de coliflor, en los que Alternaría se instala agua caliente (50 °C durante 20 minutos).
de form a secundaria. D icha hipótesis no parece cumplirse siempre. Las plantas jóvenes son las que se m uestran m ás sensibles y la lucha en
Por contra, tras un período de conservación de larga duración de cogollos semillero puede convertirse en indispensable (m aneb, m ancozeb o mezclas de
de coliflor a 1-2 °C. 95-98 % de hum edad, pueden desarrollarse podredum bres ditiocarbam atos-eobre que com binan las protecciones mildiu- Xanthomonas).
bacterianas probablem ente debidas a infecciones latentes si se rom pe la cadena T am bién resulta aconsejable la diclofluanida y, en Inglaterra, el protiocarb
de frío antes de que ésta consiga consumarse. aplicado al agua de riego de los suelos del semillero (0.1 g /m ) o incorporado
En condiciones tropicales húmedas, o a lo largo de los veranos de los climas al substrato de «compost» con el que se elaboran los pequeños cepellones.
del tipo de «C hina meridional» (Taiwán. H ong Kong. F lorida), las coles chinas Tras un periodo de débil sensibilidad durante el crecimiento vegetativo, en
se ven afectadas p o r graves podredum bres que comienzan al nivel de las nerva­ el que tan sólo se aprecian algunas lesiones en las hojas senescentes, en ocasiones
duras de las hojas en contacto con el suelo, provocadas por Erw inia de tipo se detectan daños de naturaleza sistémica en los órganos hipertrofiados o
carotovora o chrysantheml tuberizados: lesiones necróticas internas en las nervaduras de las hojas de los
Se puede tratar de luchar contra esta enferm edad por medio del cultivo en repollos o sobre las ram as del interior de las coliflores y lesiones en los hipocótilos
tablares sobreelevadas del suelo, que reduzcan la hum edad del terreno en del colinabo o del rábano. En este últim o huésped los daños pueden ser muy
superficie, o evitando el enterram iento de residuos vegetales verdes antes del graves. Las lesiones afectan a la parte superior de los rábanos. Son negras,
transplantc de las coles. Pero estos m étodos resultan poco eficaces y la adopción resquebrajadas y se prolongan en el interior siguiendo los surcos medulares. El
436 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 437

micelio de Peronospora puede estar presente, con sus haustorios, hasta en e! — raza 1 sobre Raphanus;
corazón del rábano (fig. 103). — raza 2 sobre Brassica campestris y B. júncea;
En el m om ento de la cosecha, las hojas portadoras de mildiu, origen de la — raza 3 sobre el verdadero rábano negro o «rábano rusticano». Cochlcaría
infección (cotiledones, prim era o segunda hoja), han desaparecido tras un largo armoracia, que se reproduce p o r via vegetativa, sobre el cual puede generarse
periodo de persistencia. un grave problem a. Algunas cruciferas poco cultivadas com o el «Berro de
Si se pretende com batir la enfermedad por vía quím ica, se debe de intervenir tierra». Barbarea verna. son tam bién muy sensibles.
muy pronto. Las tem peraturas cardinales para la germ inación de las esporas son 1-12-
Una resistencia poligcnica dom inante al mildiu se halla presente en el rábano 18 °C , el óptim o p ara el desarrollo del micelio en las plantas es de 20 °C.
japonés «All seasons». En las poblaciones francesas han aparecido algunas Los efectos de la Roya blanca sobre el rábano son lo suficientemente graves
diferencias de sensibilidad tras las investigaciones que se están realizando en el com o para que los seleccionadores se preocupen por su resistencia. Un gen de
IN RA-M ontíavet. h n el caso de la col china, la resistencia está siendo estudiada resistencia Acl„ d om inante ha sido utilizado por el IN R A -M ontfavet, donde ha
por el AVRDC: el híbrido «ASVEG 1» citado anteriorm ente presenta una sido incorporado a líneas andro-estériles para la fabricación de híbridos.
resistencia al mildiu.

Oídio de las cruciferas

Se trata tic un Erysiphe de tipo polygoni (el conidióforo produce una sola
conidia por dia), que se llama actualm ente E. cruciferarum. Su óptim o térmico
se sitúa hacia los 28 DC , en un principio es temible en condiciones cálidas y
secas (estados áridos de FsUídos Unidos), pero sin em bargo exige de una
hum edad nocturna elevada para la germ inación de las conidias.
Su im portancia en W isconsin es lo suficientemente relevante como para
m otivar a J.C . W a l k e r y W i l l i a m s a seleccionar la descendencia «Globelle»
qu e puede servir para producir híbridos Fi resistentes.
En Francia esta enferm edad no es considerada im portante, ni en Pro venza
ni en Bretaña.
C ontrariam ente, en Inglaterra, ha provocado en los últimos años conside­
rables estragos en las coles de Bruselas, en las que el oídio puede colonizar no
sólo las hojas más grandes, sino también el tallo y los cogollitos, que la presencia
del oidio (prim ero en form a de polvillo harinoso, m ás tarde com o agente de
lesiones necróticas cuando las temperaturas descienden en otoño) puede convertir
en no comercializablcs.
Los productores ingleses, cuando tienen la suerte de contar con unos meses
H uura 103.— A taques d e mildiu (Peronospora parusitua) en los hipocótilos del rábano.
de agosto y septiembre soleados, añaden antioídios de tipo -1B L- a los trata­
m ientos alicidas realizados en las coles de Bruselas durante este período.
Roya blanca

Está provocada por Albugo cundida. Se manifiesta por medio de pequeñas A lternaríosis de las cruciferas
pústulas blancas redondeadas de 2 a 3 mm de diám etro, prim ero de aspecto
nacarado y recubiertas p o r la epidermis que se desgarra enseguida liberando un Se distinguen tres especies:
polvo blanco de conidias. La infección puede convertirse en sistemica y afectar Aliernaria
a los tallos o a los tálam os florales, las pústulas, entonces, p o r lo general . brassicae
. . . .
) o ; D
en Brassica oleracca y B. campestris
Alternaría brassicicola »
adquieren una forma alargada. Alternaría raphani en el rábano.
Los taxones de Brassica oleracca de cutícula cerosa son excepcionalmcnte
atacados de forma rigurosa por la Roya blanca, que, com o el mildiu puede Las dos especies que atacan a los taxones cultivados del género Brassica se
subdividirse en razas: distinguen por num erosos caracteres morfológicos y biológicos, que hacen de
438 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 439

A. brassicicola un parásito m ás ubicuo y menos exigente en condiciones climáticas La lucha co n tra estas especies de Alternaría co m p o rta diversas fases:
particulares a la h o ra de volverse epidém ico. Los a taq u e s de A. brassicae en — producción de sem illas sanas, em plazan d o los cultivos destinados a la
ocasiones so n graves, p ero con to d o son b astante e x trañ o s en las cruciferas p ro d u cció n de sem illas en clima seco o protegiéndolos p o r m edio de pulveriza­
hortícolas, m ientras que en la colza es el parásito m ás im p o rtan te (ver cu ad ro ciones fungicidas (dos de ellas deben ser aplicadas entre la floración y el m om ento
n.° 20). en q u e las silicuas alca n zan su pleno desarrollo);
— desinfección de las sem illas p o r espolvoreo fungicida, o p o r el clásico
C U A D R O 20
trata m ien to con agua caliente (50 °C-20 m inutos).
C o m p a ra ció n enlie Alternaría brassicae y A. brassicicola — pulverizaciones d e las plantas jóvenes, espaciadas cada 10 a 15 días en
el sem illero y, con una frecuencia sim ilar, d u ran te el mes siguiente al trasplante.
Alternaría brassicae ■Utemaria brassicicola
E stos tratam ien to s se repetirán hasta 30 ó 40 días antes de la cosecha, tan to en
C onidias 75-370 18-130/1 el c aso d e los repollos co m o en el de las coliflores.
Poco num erosas, solitarias o N umerosas, producidas en ea
cadenas de 2. prolongación fi­ denas. E n tre las num erosas m aterias activas consideradas com o m ás o m enos
liforme. eficaces, es sobre to d o la ¡prodiona la que se revela com o m ás eficaz ta n to si es
Exigencias para
ap licad a en tratam ien to d e sem illas (5 g /k g ) com o si se tra ta de pulverizar las
sucesión lluvia-dcsocación ningún tip o de exigencias e n
la csporulación oscuridad-luz, com o p a ra A. particular. jóvenes plantas, en el cam p o , o en las plantas destinadas a la producción de
solani sem illas.
T em peraturas cardinales 3-22-30 °C 6-26-37 ’C
D u ran te estos últim os a ñ o s, entre los pro d u cto s m ás recientes, el procloraz
ha d a d o pruebas de una eficacia com parable.
Penetración en las hojas estom ática predom inante cuticular o estom ática.
L a participación directa de Alternaría brassicicola en el sín to m a de la «pica­
d u ra» tic los cogollos de coliflor parece confirm ada p o r la reducción considerable
de los d a ñ o s (de m ás del 30 7c a m enos del 5 % ) po r m edio de u n p ro g ram a de
T an to en la especie B. oleráceo com o en B. campestris los ataques de Alternaría tratam ien to s realizados siguiendo las diversas fases con an terio rid ad reseñadas
pueden producirse en diversos estadios de la vida de la planta: (resu ltad o s de las experim entaciones del Servicio de Protección de los Vegetales
— ataques sobre los «portagranos» que o riginan la invasión de las silicuas, y d e organizaciones profesionales bretonas).
y posteriorm ente de las semillas, en las que el micelio puede perm anecer superficial Se com ienza a so sp ech ar, en la epidem iología de las especies de Alternaría
o p en etrar en los tegum entos; de las cruciferas, la existencia de interacciones con los organism os de la «Filos-
— ataq u es en el sem illero (o en siem bra directa) de las p lantas a p a rtir de fera» (ejemplo: Stemphyllium sp.) pero las investigaciones que se están llevando
la contam inación de sem illas, o de los residuos p o rtad o res d e micelio o de a c a b o sobre este p articu lar todavía no h an d a d o com o resultado aplicaciones
esporas, que generan m arras de nascencia o posteriorm ente los síntom as propios prácticas.
del «pie negro»; Alternaría raphani p o r lo general no es considerada agente de ninguna
— ataq u es so b re las hojas a d u ltas o senescentes en las p lan tas de m ay o r enferm ed ad grave: sin em b arg o se han p o d id o detectar ataques de las hojas en
edad, que se m anifiestan p o r m edio de m anchas de tam añ o variable, p a rd a s o cultivo b ajo in vernadero en el M ediodía francés.
negras, que a m enudo p resen tan u n a zonación concéntrica y un centro m ás
claro;
— ataques so b re los ó rg an o s hipertrofiados: lesiones negras de 2 a 3 mm Phom a lingam
de diám etro en las hojas exteriores de los repollos, o »picadura» en los cogollos
E ste h ongo constituye la form a im perfecta de Leptospliaeriu maculans. Se
de preinflorescenciaj de la coliflor '' (m anchas pard u zeas de 2 a 3 m m de
tra ta de un p a rásito m u ch o m ás tem ido en la colza que en las cruciferas
d iám etro que pueden, d epen d ie n d o de las condiciones del m edio, evolucionar
hortícolas. Sin em b arg o , en ocasiones produce considerables dañ o s en los repo­
en p o dredum bre h ú m ed a o alargarse recubriéndose de Alternaría esporulada.
llos.
p o r lo general Alternaría brassicicola).
En este caso, es su estadio picnidio el que desem peña el papel fundam ental .
P or supuesto, los clim as húm edos (oceánicos, continentales con torm entas
La p erpetuación de Phoma está asegurada p o r la contam inación de las semillas
de verano o tropicales húm edos) son los m ás favorables a los ataq u e s de
Alternaría.
’* íV. del 7.. M asa de hojas de la planta.
M ientras que en la colza son las proyecciones de ascosporas a partir de las per ¡tecas form adas
" C onsultar el a p arta d o -E n ferm ed ad es bacterianas-. sobre los residuos de cultivo las que provocan la epidemia.
440 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 441

En las hojas d e col O d e coliflor provoca la aparición de m anchas ovales o


circulares en los espacios delim itados po r gruesas n ervaduras, de co lo r gris
claro , conto rn ead o s de m arró n , sobre las que aparecen conceptáculos dispuestos
en circuios concéntricos. Su d iám etro varía de 0,5 a 2 cm y pueden estar
ro d e ad a s de un halo am arillo (fíg. 105).

Figura 104.—A taq u e de Phonta Imgam sobre pía m ita de col (M ato u b a, G uadalupe l

o p or los residuos de cultivo, en p a rtic u la r cu an d o se en tierran en el m ism o


lu g ar los tronchos y los cogollos n o com ercializables en un sistem a de rotación
insuficiente. I'¡gura 105.— F ragm ento de hoja de col con lesiones de Mycosphuerdla brassicicola.
Los ataques co m ienzan p o r los cotiledones o p o r las prim eras hojas, que se
necrosan p o r com pleto y se recubren de picnidios. A p a rtir de este m om ento,
po r invasión del peciolo, pueden ap arecer lesiones alargadas y p ro fu n d as de En las m an ch as foliares coexisten dos tipos de conceptáculos: los picnidios,
color gris-beige ro d ead as de un m argen rojizo en el tallo d e las p lan tas jóvenes. q u e en realidad n o son o tra cosa que esperm ogonios que producen pequeñas
Lsta lesión, si desciende, puede llegar a afectar la raiz. esporas que funcionan com o agentes de fertilización, y las pcritecas. que contienen
C o m o consecuencia de to d o ello se origina la m uerte de la p lan ta jo v en o un ram illete de aseas, capaces de proyectar num erosas ascosporas.
un desarrollo disim étrico con m alform ación del cogollo (fig. 104). La gam a de tem p eratu ras conveniente para el d esarrollo de M. brassicae es
A ctualm ente los d a ñ o s suelen ser b astan te ex traños en E u ro p a. P.n la zona m uy restringida (13-26 °C ), con un ó p tim o de 16 °C p ara la infección y de 20 °C
de M ato u b a en G u a d a lu p e (ya citada an terio rm e n te en el caso de la H e rn ia ) p a ra el crecim iento de las lesiones. La presencia de agua liquida en las hojas es
este parásito p ro v o cab a considerables estragos en los añ o s 70. P . P a u v e r j necesaria ta n to p ara la germ inación de las ascosporas com o para desencadenar
(IN R A A nt i H as-G uaya n a) ap u n tó un posible y eficaz sistem a de lucha co ntra su producción. Es necesaria una hum edad satu rad a d u ran te 4 dias para la
la enferm edad que se fu n d am en ta b a en la utilización del benom ilo (trata m ien to fructificación.
de las sem illas a 2 g /k g , seguido de dos pulverizaciones en semillero). E stas condiciones só lo se d a n en las regiones costeras som etidas a lluvias
frecuentes: B retaña, la costa atlántica del su r de F rancia y el invierno de
C alifornia.
M ycosphaerella brassicicola
Mycosplwcrellü p o r el m om ento es sensible al efecto de los fungicidas de
Este ascom iceto tiene com o característica original su exclusiva pro p ag ació n tip o «bcncim idazol», que deben utilizarse en m ezclas con iprodiona o con
p o r proyección de ascosporas. p ro clo raz para co m b atir a la vez Alternaría y Micosphaerella.
442 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de las cruciferas 443

A ntracnosis am ericana de los taxones de Brassica Otras enfermedades de propagación aérea


campes tris
O tro tipo de antracnosis puede atacar a las hojas de las coliflores y de las
Está provocada por Collérotrichum higgtnsianum. Se observa al Sudeste de coles de Bruselas. Está provocada por Gloeosporium concentricum, cuya forma
los Estados Unidos, en Puerto Rico y en Jam aica. Se ha podido detectar perfecta es Pyrcnopcziza brassicae. Las m anchas foliares son blancas, pequeñas
también en las A ntillas francesas sobre las hojas del nabo y de la col china. (3 m m de diám etro) y se hallan dispuestas en círculos concéntricos.
C. higginsianum pertenece al «grupo I» descrito en el prim er capitulo de esta H1 óptim o del parásito se sitúa hacia los 20 °C, la enfermedad afecta funda­
obra (tipo C. gloeosporíoicies, no esclerótico), pero sus conidias son muy alargadas, m entalm ente a Inglaterra, Irlanda, el noroeste de E uropa y Nueva Zelanda.
com o las de C. utrumentarium. Provoca num erosas lesiones alargadas sobre la U n determ inado núm ero de Cercospora y Cercosporeüa pueden provocar
nervadura principal de las hojas ( I a 2 X 4 a 5 mm), de color negro. En la cara m anchas necróticas en el follaje de las cruciferas. Las publicaciones existentes
interior de las hojas, ataca las pequeñas nervaduras (lesiones negras de 2 m m de h asta la fecha dan fe de ello:
longitud). — Cercosporeüa brassicae (sin. Cercosporeüa albomaculans). cuyo óptim o
En condiciones antillanas, las lesiones de las pequeñas nervaduras se ven se sitúa hacia los 20 °C. ataca sobre todo a B. campestris. pero tam bién se puede
agravadas por una colonización secundaria de Alternaría brassicicola que las e n co n tra re n el repollo y el Bróculi (Estados IJnidos-Australia):
transform a en manchas circulares necróticas de 3 a 5 m m de diám etro (fi« — Cercospora brassicicola causa estragos en los mismos huéspedes, pero su
106). ó ptim o térmico es probablem ente más elevado, ya que la enfermedad tam bién
El óptim o térmico de C. higginsianum se sitúa entre 26 y 30 °C (m ínimo ha sido señalada en condiciones tropicales y en el sudeste de los Estados
I4 °C , máximo 37 ° C ) . U nidos.
Sobre nabos, S i í l r f y M e, N a b , señalan adem ás lesiones circulares d e p r i ­ — Cercospora cruciferarum y C. atro-grisea se manifiestan sobre el rábano
midas de gran tam año sobre la raíz tuberizada. en los Estados Unidos:
lista enfermedad puede provocar la destrucción completa d? las hojas de los — Cercospora nasiunii ataca al berro. Hemos podido observarla en la zona
nabos y el fracaso total del cultivo de las variedades clásicas de col china en antillana.
condiciones de invernadero antillano (tem peraturas que varían entre los 24 cC Sckrotinia scleroiiorum puede atacar a las cruciferas, en particular a los
y los 31 °C. pluviom etría mensual superior a los 250 mm). repollos, sin duda por m edio de proyecciones de ascosporas, con una abundante
Las variedades recientes de col china, tolerantes al calor (ejemplo el híbrido producción de esclerocios.
A V R D C «Asveg I») se m uestran prácticam ente resistentes al complejo Co/lc-
totrichum t A/ternaria, aspecto no previsto p o r sus creadores, ya que la enfer­
m edad no se había detectado en el Extrem o Oriente.
Sobre la variedad-población «N abo de las virtudes, raza martillo» el ataque V. Enfermedades viróticas de las cruciferas
no es homogéneo. Sería fácil obtener una población resistente enviando a
Europa las raíces de las plantas menos atacadas para que efectuaran allí su En las cruciferas se manifiestan dos enfermedades viróticas muy im portantes
floración. transm itidas por pulgones, tres virus transm itidos por coleópteros y algunas
otras enfermedades de im portancia m enor. Un m icoplasm a muy temible en la
colza, especie sobre la que provoca la llam ada «clorantia» (hipertrolias y ano­
m alías foliares) ha sido señalada en las plantas destinadas a la producción de
semillas de col y, de form a mucha más grave, en el bróculi y en la coliflor en
Italia.

Virus transm itidos por pulgones

• M o s a ic o d e l n a b o (Turnip m osaic virus-TuMV)


Se trata de un Potyvirus transm itido por más de 40 especies de pulgones, los
I iyura 106.— t.csiones sobre las nervaduras de una hoja de col china, provocadas por
Colletatrichum higginsianum, sobremfectadas por Alternaría brasúcteulu en el limbo foliar dos vectores más im portantes son Myzus persicae y Brevicoryne brassicae (el
444 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de las cruciferas 445

pulgón ceniciento de la col), a m b o s capaces de d esarrollarse en las cruciferas. se vuelven infecciosos in m ediatam ente después de h ab er picad o la planta infec­
D icho virus n o está v in cu lad o estrictam ente a las cruciferas, ya que igualm ente ta d a , fuente de la tran sm isión y se desem barazan del virus después de efectuar
puede detectarse en la lechuga y la escarola (ver capítulo X ll) y algunas m alas v arias picad u ras en o tra s p lantas, p ero un d eterm inado porcentaje de ellos sólo
hierbas pertenecientes a la familia de las com puestas (Ga/lirisoga. hierba pajarera, retiene la infección d u ra n te 48 horas, co m p o rtán d o se com o los vectores de los
etc.). v irus «sem i-persistentes».
Existen cepas que se diferencian p o r su capacidad de p ro v o car síntom as S u s huéspedes son exclusivam ente cruciferas cultivadas o silvestres (zurrón
necróticos en determ inados taxones cultivados de Brassica oleracca: cepas «nabo», de p a sto r, m ostaza, rabanicia IK).
n o necróticas, cepas «Cabbage b/ack ring spot», qu e p rovocan un m osaico L os síntom as del m osaico de la coliflor en las p lantas en vegetación evolu­
a n u lar necrótico en el repollo y la col de Bruselas (fig. 107). Esta ap arición de cio n an desde el esclarecim iento de las n erv ad u ras de las hojas presentes en el
síntom as necróticos puede proseguir en la conservación de los cogollos de col m o m en to de la infección, h asta u n m osaico ligado a las nervaduras ( vein-
(num erosas m anchas negras d e d e 2 a 3 m m d e diám etro). banding- fig. 107 B) en las últim as hojas. Las reacciones necróticas son extrañas:
S obre la coliflor el sín to m a n o es necrótico y consiste en m anchas cloróticas en los cogollos de las coles en proceso de conservación, se puede detectar un
de I a 2 cm de d iám etro. p u n te a d o negro m uy fino a lo largo de las nervaduras y en los espacios inter-
Las cepas «nabo» so n m uy tem ibles sobre col china en E xtrem o O riente. nervarios. E n la coliflor, la vegetación de las p lantas se ve gravem ente co m p ro ­
m etid a, los bo to n es de preinflorescencia pueden perm anecer pequeños c incluso
• Mosaico de la coliflor (Cauliflower mosaic virus-CaMV) a b o rtar.
t a s tem p eratu ras elevadas aten ú an los sín to m as de C aM V , una aparición
T ip o de Caulimovirus que es tran sm itid o p o r u n a veintena d e pulgones, de fuertes síntom as en o to ñ o no im plica forzosam ente una inm ediata co ntam i­
en tre los cuales los m ás im p o rta n te s to d av ía siguen sien d o , M yzus persicae y nación.
Brevycorvnc brassicae. E sta transm isión es «bim odal»: la m ayoría d e los pulgones
• Virus del Amarilleo occidental de la remolacha (BWYV)
Puede a ta c a r a las cruciferas y muy particularm ente al nabo. E n el N oroeste
de Italia, este virus se su perpone a los m osaicos p rovocados p o r T uM V y
T Y M V , co n un sintonía de enrollam iento am arillento y de necrosis internas en
los n ab o s, que se circunscriben a los surcos m edulares.

• Amarilleo necrótico del Bróculi (Broccolinecrot/cyellow virus. BNYV)


E stá pro v o cad o p o r un rhahdovirus tran sm itid o de form a específica po r
Brevicorync brassicae. En Inglaterra ataca a las coliflores de invierno y a las
coles de Bruselas. R ecientem ente, en Italia, ha sido detectado en la coliflor.

• Epidemiología y métodos de lucha


L os dos virus m ás im p ortantes a los que hem os hecho m ención (T uM V y
C aM V ) n o son tran sm itid o s p o r las sem illas, y los huespedes espontáneos no
parecen d esem peñar u n papel fundam ental en su epidem iología en E urop a. En
P rovcnza. región em inentem ente favorable a los virus transm itidos po r pulgones
[v er capítulos dedicados a las «solanáceas»», «cucurbitáceas* y a las plantas
hortícolas conocidas co m o «ensalada** (lechuga, escarolas, achicorias...)|. pero
d o n d e un intervalo m ínim o de cu atro meses separa las últim as cosechas de las
p rim eras siem bras de coles y coliflores y donde los horticultores no se dedican
Figura 107.— Principales virus de la col (Brassica oleracca) a la producción de sem illas, no se ha observado jam ás n inguna epidem ia de
A: A taque de tip o «C abbage bLack ring-spot» ocasio n ad o p or una copa del m osaico del nabo
(TuM V ).
B: M osaico de la coliflor (C aM V ). * W del T.: Capsclla hursupustons. xina.\is sp, Raphanus raphamsirum.
446 Enfermedades de tas hortalizas Enfermedades de ¡as cruciferas 447

T u M V o de C aM V ” en estos huéspedes d u ra n te los añ o s 6(). P or co n tra , en la siem bras directas de n ab o s o ráb an o s. L os tratam ien to s al suelo o al surco de
m ism a época, en In g laterra o en B retaña los d añ o s sobre col, coles d e Bruselas p lan tació n co n tra la m osca de la col. p o r lo general son suficientes p ara elimi­
y sobre to d o coliflores h a n sido m uy im p o rtan tes, las p lantas eran infectadas n arlo s. U na generación estival puede a tac ar a las p lan tas en el cam po.
sim ultáneam ente p o r a m b o s tipos de virus.
B r o a d b i n t en Inglaterra y m ás tard e S p i r f en B retaña definieron lo s
• Mosaico amarillo del nabo (Turnip yello w m o sa ic virus. TYMV)
fu ndam entos que d eb ían conducir a restringir este tipo de epidem ia:
— evitar, en la m ism a explotación, la presencia p erm anente de cruciferas- T ip o de los tymovirus, puede a ta c a r al n ab o , la col china y la coliflor con los
semilleros, parcelas de prod u cció n que b o rd earan con p lantas p o rta d o ra s de síntom as propios del m osaico am arillo (particularm ente intenso en la col china).
flores y sem illas («portagrano s» ) «caseras» o «granjeras». 1.a infección vírica a u m e n ta la sensibilidad de las plantas al hielo.
— practicar d u ra n te el curso del verano pulverizaciones aficidas. p ara evitar
la proliferación de los M yzus y Brevicoryne.
Sin em b arg o , esta m edida, solo resu ltab a eficaz cu a n d o era aplicada a todos
• Virus de la Roseta o del »roseteado o del »arrosetado del nabo
los cultivos de cruciferas de un a zona de producción y afectaba tam bién a los (Turnip rosette virus, TRV)
linderos.
Se detectó en Escocia sobre el nabo. Las p lantas afectadas presentan necrosis
Hn B retaña, el frío invierno del 62-63, que destruyó todas las coles y coliflores
en los pecíolos y n erv ad u ras y se vuelven en an as y p ro strad as. Es un sobemo­
presentes, co n firm ó la necesidad de un «corte« en la co n tin u id a d d e parcelas
virus.
sobre el terreno: las epidem ias de C aM V . y fun d am en talm en te de T uM V ,
experim entaron u n a im p o rta n te regresión y a lo largo de los a ñ o s siguientes el
a b an d o n o progresivo de las producciones «granjeras» de sem illas ay u d ó a • Virus del mosaico del rábano
consolidar la situación, puesto que actualm ente la producción de plantitas
corre a cargo de horticultores especializados. Este comovirus ha sido d etec tad o en E stados U nidos.
N o obstante, el m osaico de la coliflor no ha desaparecido y subsiste bajo la
fo rm a de focos que las h elad as del 8 5 .8 6 y 87 (intensas pero m ás breves que las
• Virus del Turnip Crinkle (virus del «arrugado» del nabo)
del 62-63) n o consiguieron hacer desaparecer. El co nocim iento d e los d o s tipos
de virus ha progresado considerablem ente gracias a los trab ajo s de K ü r l .a n y D etectado en A lem an ia y en Y ugoslavia, form a p a n e de los tombusvirus
M iz v e l (IN R A -R ennes), así co m o a los m étodos de detección. (virus análogos al Tomato bushy stuni, norm alm ente transm itidos p o r el suelo),
I^a contam inación vírica de los parientes de híbridos reproducidos p o r vía p e ro ocasionalm ente puede ser tra n sp o rtad o p o r los Phyllotretá.
vegetativa suscitaba u n problem a, actualm ente solucionado p o r el sistem a de N inguno de estos virus alcanza una gran extensión en la práctica. El T Y M V
regeneración in vitro. h a sid o m uy u tilizado en los estudios de virología fundam ental.
P e r lo que respecta a la resistencia varietal, los trab ajo s m ás av an zad o s en
la actu alid ad conciernen a la col ch in a, p a ra la cual el AVRDC' ha o b ten id o
genitores de resistencia e n las cincos cepas d e T uM V que causan estragos en el V iru s d e las m an ch as a m a rilla s del berro
Hxtrem o O riente.
N uestros co nocim ientos sobre este « Watercress yellow spot virus» descrito
p o r Simre to d av ía n o son com pletos. Se m anifiesta en la región parisina y en
V iru s tra n s m itid o s p o r c o le ó p te ro s In g laterra p o r m edio d e m anchas circulares o anulares de color am arillo que
ap arecen en los folíolos. El crecim iento del b erro se in terrum pe y las m anchas
En las cruciferas se pueden d etectar las tres categorías de virus transm itidos se n ecrosan d a n d o lugar a hinchazones. D ichos síntom as sólo se exteriorizan a
p o r coleópteros: com o, tym o y sobem ovirus. bajas tem peraturas (entre 0 °C y 10 °C). E ntoldando los fosos con films plásticos,
Sus vectores principales son los pequeños halticinios de las cruciferas. Phytío- se consigue elevar la tem p eratu ra suficientem ente com o p ara conseguir rep artir
treta spp; que pueden proliferar en los sem illeros de coles y coliflores, o las la vegetación.
Las p artículas de este virus todavía n o han sido definitivam ente descritas.
lv Sin em bargo, en los año?. 60 en la misma región (Valle del T oulourenc) se detectaron graves
Su transm isión p o r el Spongospora parece probable.
ataques de T u M V en el b e rro , co n síntom as de rizam icnto necrólico. Una elim inación total del
m aterial afectado p o r el virus, seguida de la Utilización de una nueva p artid a de semillas, perm itió
i establecer la situación. * A. del T.: o Carnwvirus.
448 Enfermedades de ias hortalizas

VI. Enferm edades no parasitarias

La producción de ó rg an o s an o rm ales en relación con el tip o silvestre com o


los cogollos term inales d e repollo o de coliflor, las yem as laterales hipertrofiadas
de la col de Bruselas o los hipocótilos o raíces tuberizad as d e colinabo, n abo o
ráb an o , ponen a la fisiología de las p lantas en u n a d u ra p rueba. N o es extraño
c o m p ro b ar com o «enferm edades no parasitarias» se deben a tran sto rn o s de
n utrición o fisiológicos.

N ec ro sis m arg in ales d e las hojas,


n e c ro s is in tern a s del cogo llo

C o m o en el caso de la lechuga, los repollos pueden p resen tar necrosis


foliares m arginales, ta n to en las hojas externas co m o en el in terio r del cogollo.
Estas lesiones están relacionadas con una m ala alim entación cálcica del tejido
foliar, ag rav ad a p o r u n p erio d o de tiem po seco, c u an d o este sucede a lluvias
abundantes.
U na im p o rtan te alim entació n nitrogenada favorece la ap arición de este «tip
b u m » . que constituyó una de las principales preocupaciones de J. C. W a i k i k
para la selección de repollos. En este caso nuevam ente se m uestra resistente la
línea «G lobelle», ya citad a p o r su resistencia al oidio.

R u p tu ra d e los peciolo s de las h o jas e x te rn a s


del cog o llo d e la col

Este accidente, q u e hem os po d id o d etectar en la zona de p ro d u cció n de


repollos de Salagnac, en H aití, posiblem ente pu ed a deberse, en ausencia de
riego, a un p eríodo lluvioso (que p rovoca u n a reactivación del crecim iento del
cogollo) cuando éste sucede a un periodo seco: este síntom a podría ser com parado
con el de «grietas de crecim iento» de los fru to s del to m ate, m ientras qu e el «Tib
b urn» tendría su equivalente en la «necrosis apical» del tom ate

A n o m alías de los co g o llo s de coliflo r

I-a inducción floral en la coliflor está provocada p o r las «bajas tem peraturas»:
de 2 a 5 sem anas en tre 8 y 1 5°C para las «coliflores de o to ñ o » , d e 5 a 10
sem anas entre 6 °C y 10 °C p ara las «coliflores de invierno».
U na suavización de las tem p eratu ras al final de esta «vernalización» (antes
de que se com plete), o u n a im p o rtan te diferencia de tem p eratu ra en tre el día y
la noche puede d a r co m o resultado la «hraeteación» de los cogollos preflorales

Af. d e IT : «blossom-end-rot». Lámina 1.— A rriba, test de resistencia vanetal a Phytophütora capsici. (F o to M. C lcijeau,
Proceso conocido en B retaña com o «Chitoun». IN R A -M ontfavet.) A bajo, CoUetotrichum gfocsporwidcs f. sp. Melongenac. A ntracnosis d e la
IL tv*rr>nwans* I l-nln I W oli lí*»R A-Wi«r»lli*s 1
L ám ina 2.— C ladosporiosis d el to m ate. A rriba, sin to n ía s clásicos. A b ajo , detalle d e u n a m an c h a
n a n t « l l m 1 : i n r t r / l / l n I f t i r t h / t t u t n e L 'n I i r ll- n ln i: H h n i 'i r H I fv A . V l n n l f ’n - i ' f t
I .ámin .1 5.— Algunas enfermedades graves u nucías sobre el pepino. A rriba, a la izquierda, daño?,
Lámina 4.— Virus necrógenos del (uníale. A rriba, capa del m osaico del pepino provista d e un provocados por Hhythium sp.; a la derecha, ataque de Didymelto bryoniae ai cuello A bajo.
L àm ina 6.— E nferm edades foliares en cucurbitáceas. A rn b a, Xanthomonas cucurbita# en hoja de
Lámina 9. —Enfermedades co las raíces y tallos de judia. De a m b a a bajo, Fusarium sotaní f. sp.
j- ;,. v \ '\ A \ r _i r ' \ á \ / ______ n ji 11 ft>r\h__V ^/.-i-/inni,i n lflr iilt/in in i y U n tr u tit <■in o re n l l n l n ' . F__R i i i i m ' I _IN R A - R e n n c v >_____
I .amina 10.—A rrib a , Sclerotinia sderotivrum so b re v ain a d e ju d ia . (F o to : I. V egh, IN R A - L ám ina 11.— A rrib a, enferm ed ad del «C afó co n leche» de! a jo en las vainas foliares
V rnaillr* i A ln m im v u h'íi ti'n nnifoniu ui.ii /L n iA i D C n m itn n I M U A \ i í n . 'r i I A h n<> u l p n in l n h > ‘ u i - i l h l l l l v i v l l f l l i l ' R S.iniSOfl. 1NKA-
Lámina 12.—Virus de los Alhum. A rriba, a la derecha, O Y D V en Blanc De la D róm c (testigo
sano a la i/quicrda). A bajo, sín to m a »Patas de araña» provocado p o r O Y D V en Escaiuña o
________________chalote de Jersey. «Tutus: J.-P. Lcronx. INR A -M nm faw t l ----------------------- UaiUiailtaiiÉÉíiiÉltwUÉÉÉiHkáHíbriÉdttliáftiiiiiiÉfÉbíÉáíHI
Lámina 15.— Daños ocasionados por virus en lechuda. A rriba. «am arilleo de los invernaderos--
Lamina 14.— Daños de »iros sobn- lechuga. A rriba, m osaico de la lechuga. A bajo, beet wesh-rn transm itido por Triateurodex vaporartum (Beet pscudo-yellows virus). A bajo, la Enferm edad de
ycUows (plantas san as a la i¿um crdal. IF otos H I n . INW i__________ 1 I-JC t m m i - h . i i ;» n a rrin r< H i> v .. I r a n s m i l u l . i rw ir O llm iiu m
Enfermedades de las cruciferas 44«)

de la coliflor. las b rácteas internas, incluidas en las ram ificaciones del interior
del cogollo se alarg an , reverdecen y sobresalen en superficie.
U n a vez que está fo rm ad o , en un p erío d o p ró x im o a su cosecha y si el
tiem p o atm osférico es tem p lad o y h ú m edo a la vez (m ás de 18 °C d u ra n te el
d ía ), los esbozos d e inflorescencia en la superficie del cogollo se alargan algunos
m ilím etros a d q u irien d o una coloración verde o violácea: es el sín to m a de la
«coliflor musgosa» r.ste síntom a es m uy frecuente en Provcnza d u ran te los
inviernos tem plados. Las in flo re s c e n c ia s m usgosas son frágiles y están depre­
ciadas p o r las invasiones de bacterias y hongos que aparecen tras el aplastam iento
del m usgo. E sta an o m alía resulta igualm ente inquietante en B retaña.

In tu m es ce n cia s

C u a n d o con cierta asiduidad se suceden días tem plados y noches frescas


co n un a atm ósfera satu rad a de hum edad, las hojas de col pueden experim entar
la ap arició n de intum escencias (o «edem a»), pequeñas excrecencias verrugosas
q u e a m en u d o se disponen a lo largo de las nervaduras, en un prim er m om ento
rccubiertas p o r la epiderm is, que puede estallar inm ediatam ente bajo la presión
de las frágiles células h ipertrofiadas del m esofilo. p o r lo q u e pueden servir de
p u n to d e p artid a a ataq u es de bacterias pectinolíticas o de Aliernaria.

C are n cias m in erales


Las m ás graves son aquellas q u e conciernen al b o ro y al m olibdeno:
— C arencia en boro: d a com o resultado u n a necrosis interna del tallo de la
coliflor que puede p rolongarse p o r sectores en la inflorescencia, que interrum pe
su crecim iento y ad q u iere un gusto am argo. L o m ism o ocurre con la raíz
tu b erizad a del n abo, que en su centro presenta una zona fibrosa y necrosada.
— C arencia en molibdeno: es m uy característica en la coliflor, sobre cuyas
h o jas p rovoca el sín to m a de «cola de látigo» (whip-tail) — fig. 108— .
El nervio principal sigue un desarrollo norm al, pero el lim bo sigue un
crecim iento irregular, en el que fallan num erosas zonas.
Hsta carencia puede m anifestarse ta n to en suelos ácidos com o en los «suelos
ro jo s m editerráneos» del litoral del G a rd (suelos ferraliticos fósiles). Se puede
c o m b a tir indirectam ente p o r encalado, o directam ente p o r pulverización o
a p o rta c ió n al suelo de m olibdato am ónico.

Lám ina 16.— A m b a . n o d red u m h rc de Envinia en la Kndivia. A haio. an an ción de la nodredum hre
450 Enfermedades de las hortalizas
Enfermedades de las cruciferas 451

VII. Orientación general para la lucha Bibliografía


contra las enfermedades de las cruciferas

De los consejos que hem os dado para cada una de las enferm edades de las
cruciferas se desprenden algunas reglas generales válidas para la mejora de su • Generalidades
estado sanitario:
1. llevar a cabo una política general de enmiendas calcicas en los suelos Le B oiirc, J., 1979: Le Chou-fìeur. CTIFl. ed. 228 p. (capítulo <-l.es principales maladies-
ácidos y practicar, si es posible, una rotación de A años; por B. Jouan y l . Rouxcl, 139-164).
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2. producir semillas sanas por m edio del cultivo en clima seco o del trata­
N i e u w h o f , 1969: Cote crops. 535 p. <World crop books). Leonard Hill-lntcrscience
miento fungicida de las plantas destinadas a la producción de semillas (Alternaria,
publishers. London.
Phoma. Xanthomonas). Fn su defecto, proceder a la desinfección de éstas a
través de un polvo fungicida (ejemplo: iprodiona — benom ilo contra Alternaría
• Enfermedades provocadas por microoorganismos del suelo
y Phoma) o por term oterapia con agua caliente (Alternaría, Phoma, Xanthomo­
nas);
— Rhizoctonia solarti
3. instalar los semilleros en suelo sano o desinfectado, con pl I 7 (rhr/octonia.
hernia, nem atodos) y practicar en el semillero una lucha preventiva contra Abawi G. S. y MARTIN S. B., 1985: «Rhizoctonia foliar blight o f cabbage in New York
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4. en situación epidém ica, practicar en vegetación tratam ientos fungicidas B i y r i e s A., 1969: «Efficaci té de quelqucs fongicides systémiques com re Rhizoctonia
(Alternaría. Aiyeosphaerella) y aficidas (virus). solatii par traitcment de seinences dc Haricot et de Radis-. Phytiatr. Phvtopharm.. 2,
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incluso, en la zona de producción: especiali/ación al nivel de la producción de
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es muy im portante frente al estado sanitario de los cultivos. seed/canola plants and soils in Saskatchewan«. Can. J. Plant Pathol.. 9, 6-13.
Para los cultivos de ciclo corto, sem brados in sita (nabos, rábanos) son
válidos los consejos 1 y 2. Seria deseable, sobre todo en el caso del rábano,
proseguir los estudios sobre las combinaciones de fungicidas en el tratam iento — Plasmodiophora brassicae
de semillas, los cuales perm itirían proteger las plantas de rizocionia y de mildiu
sin dejar excesivos residuos en la cosecha. Buczacki S.. T o x o p f u s 11.. M a t t u s c h P., J o h n s t o n T . D . , D ix o n Ci.R. y H o u o l i i i
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XII
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esp in aca es incultivable, siendo substituida en este caso po r o tras plantas a p ro ­
vechables p o r sus hojas co m o los A m aran to s {Amaranthus gangeticus, A. viridis.
• Enfermedades no parasitarias A. dubius. espinacas-am arantos, espinacas de T añ í pala, etc.) y las espinacas
in d ias o de C cilán (B aseláceas com o Basella rubra. B. alba. etc. ') a cuyas
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A d e m á s d e e s ta b ib lio g r a f ia los a u to r e s o rig in a le * s e ñ a la n h a b e r u tiliz a d o b o le tin e s de m esa-,
in te rn o s e d ita d o s p o r el o r g a n is m o « P r o te c tio n d e s V é g é ta u x » y a lg u n a s o rg a n iz a c io n e s
H. vulgaris var. cruenta o rem olacha de mesa (N . d. T.).
p ro fe s io n a le s d e B re ta ñ a , e v e n tu a lm e n te e n c o la b o ra c ió n c o n el IN R A , asi c o m o in fo rm e s
anuales del organism o A VRDC.
456 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la remolacha roja, de la acelga y de las espinaras 457

I. E n ferm ed ad es p ro vo cad as p or hongos del suelo — enanismo, hojas espesas y quebradizas, necrosis marginal y Pythium
presente en la raíz y el cuello, sin podredumbre visible. Este segundo síntoma
recuerda al que provoca P. tracheiphilum en la lechuga.
M o rta lid a d de p lá n tu la s y p la n ta s jó v e n e s
Desafortunadamente desde hace 20 años no se conoce nada más acerca de
la identidad del Pythium responsable de este segundo síntoma. El tratamiento
• Las marras de nascencia pueden ser muy severas lanío en la espinaca de semillas por medio de metalaxil parea* el más indicado en ambos casos y es
como en las remolachas o las acelgas. Están provocadas por hongos del suelo: menos oneroso que la desinfección del suelo al vapor, que antaño recomendá­
Pythium del lipo «ultimum» en los suelos cuya temperatura está comprendida bamos.
entre los 12 °C y los 20 °C\ Rhizoctonta solani de tipo «AG 4» a temperaturas Los semilleros de acelgas, sembrados en agosto en condiciones mediterráneas,
más elevadas. experimentan a menudo graves mortalidades debidas a Rhizoctonia solani«AG 4».
En la remolacha pueden intervenir otros hongos procedentes del suelo hasta el estadio en que las plantas se hallan listas para el transplante, con
como Aphanomyces cochlioides, desde hace tiempo temido en Estados Unidos podredumbre del cuello. Se debe de practicar, con la suficiente antelación, la
y detectado más tarde en Europa, u hongos transmitidos por semillas, en desinfección o solarización de los tablares de siembra.
particular Phoma betae. cuyo micelio y picnidios pueden estar presentes en el Aphanomyces cochlioides puede prolongar sus ataques más allá del estadio
corcho de los glomérulos. «plántula», si éstas sobreviven al primer contacto con el parásito. Se aprecian
Los tratamientos de semillas, para tener una garantía de eficacia, deben podredumbres de las raíces que comienzan en la extremidad inferior, o en el
mostrarse activos contra todas estas causas de mortalidad de las plántulas. lado, dando lugar a deformaciones o estrangulamientos tic la raíz a comienzos
Pueden ser necesarios, además, para eliminar los gérmenes de las enfermedades del proceso de engrosamicnto, con amarilleo y marchitez de las hojas.
foliares transmitidas por las semillas (Cercospora de la remolacha, Mildiu,
Antracnosis de la espinaca) o para proteger las plantas jóvenes de las primeras
contaminaciones por vía sisiémica. F u s a rio s is v a s c u la re s
La utilización de materias activas de acción muy específica puede revelar la
presencia de algún parásito hasta el momento desconocido (cj: metalaxil, muy Conocemos las formas especializadas betae y spinaciac de Fusarium oxyspo-
eficaz frente a los Pythium y Peronospora. pero sin acción frente a los Apha­ rum. Estas quizás se puedan confundir parcialmente, dado que ARMSTRONG
nomyces). y ARMSTRONG consideran la f. sp. betae como una f. sp. spinaciac raza 2.
Junto a las materias activas clásicas provistas de gran eficacia frente a los El ópiimo térmico de estas fusariosis es elevado (27 °C): por el momento
Pythium y al Phoma de la remolacha (tiram, mancozeb, quinoleato de cobre) Europa no parece afectada por esta enfermedad.
actualmente se puede recurrir a materias activas más recientes dotadas de I-a Fusariosis vascular de la espinaca constituye una gran preocupación
activididades particulares: para los fitopatólogos americanos y japoneses, que investigan diferencias de
— himexazol: Pythium, Aphanomyces, Rhizoctonia (la dosis aconsejada sensibilidad varietal.
para combatir Aphanomyces es. sin embargo, mucho más elevada (5 g/K g de
semillas) que la necesaria para restringir el Pythium (0,6 g/Kg); D a ñ o s en las ra íces d e re m o la c h a
— metalaxil: en una proporción de 0,60 g de m. a./K g protege las plántulas
de remolacha y de espinaca, no sólo contra los diferentes taxones y aislados de • Algunas podredumbres secas de raíces de remolacha, muy temibles en
Pythium. sino también contra el mildiu durante 60 días; Estados Unidos constituyen el segundo acto de un «root rot complex»
— iprodiona: particularmente activa contra Phoma betae, a la dosis de («podredumbre compleja de la raíz»), que comienza en las marras de nascencia
1 g/kg de semillas. anteriormente aludidas.
• En las plantas jóvenes, se pueden apreciar mortalidades o decaimientos En realidad son el resultado de la invasión secundaria de lesiones de Pythium
provocados por los parásitos señalados anteriormente (en el caso de la espinaca, mal cicatrizadas por Fusarium muy variados (oxysporum. moniliformc, roseum.
estas «plantas jóvenes» pueden ya haber alcanzado el estadio de «cosecha'»). solani). Se desarrollan sobre las partes estranguladas o deprimidas de la raiz
En la edición precedente de esta obra, señalábamos dos tipos de ataque de tubcrizada y pueden afectar todo su interior.
Pythium en la espinaca: • La Rhizoctonia violeta ataca a la remolacha, pero con mucha menos
frecuencia que a la zanahoria o al espárrago.
— podredumbre de la raíz hasta el cuello, plantas hundidas que se destacan • La Sama común provocada por Streptomyces «scabies» puede también
fácilmente del suelo; encontrarse en la remolacha, con síntomas análmim a ir»« mu* níwl»*rr» 1« •/«n«.
458 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de ¡a remolacha roja, de la acelga v de las espinaras 459

horia. Puede perjudicar el aspecto externo de las remolachas rojas destinadas a de un aterciopelado gris violáceo en la parte inferior de las hojas, que se
la venta en fresco, m ientras que no supone un problema excesivo para la corresponde, en el caso de ataques localizados, con manchas am arillas en la
cara superior.
industria azucarera.
Su superficie puede ser muy grande (varios env) y su contorno irregular. Si
los ataques afectan a plantas jóvenes pueden conducir a una invasión genera­
II. Daños de nem atodos lizada. la parte inferior de las hojas jóvenes se cubre por completo de mildiu.
En condiciones cálidas, bajo clima mediterráneo o tropical, las tentativas de de m odo que éstas se recubren de ampollas y el crecimiento de las plantas se ve
producción de remolachas rojas pueden estar completamente amenazadas por definitivamente comprometido.
los Meloidogyne (nem atodos de agallas) que pueden causar deformaciones tan Este es el síntoma predom inante en la remolacha y en las acelgas. En estas
catastróficas com o las que hemos señalado en el caso de la zanahoria. últimas los ataques de mildiu deprecian totalmente la producción (fig. 109).
Hn la mitad N orte de Europa el nem atodo más temible sobre la remolacha
es un nem atodo de quistes, Heterodera schachtii. que también puede atacar a la
espinaca. Este Heterodera provoca los síntomas habituales de este tipo de
nematodos: raquitismo de la raíz principal, proliferación de raicillas que oscurecen
hasta que las hembras de Heterodera alcanzan la madurez (cabezas de aguja
visibles por medio de una lupa). La polifagia de esta especie (Cruciferas. Um­
belíferas, Q uenopodiáceas, malas hierbas) dificulta la lucha en las explotaciones
en las que las coles, las zanahorias y la remolacha (la más sensible a esui
especie) ocupan un lugar importante.

III. Enferm edades bacterianas


Sobre la espinaca no se ha detectado ninguna enfermedad bacteriana.
t n la remolacha resultan temibles:
— Pscudomonas syringae pv. aplata, que provoca manchas foliares primero
grasicntas y más tarde necróticas, con un óptim o de virulencia próximo a los
30 °C. Esta bacteriosis es considerada grave en los Estados Unidos y en Japón,
y ha sido detectada adem ás en Italia y en Europa del Este (veranos cálidos,
húmedos y tormentosos).
— Corynebacteriunt b eta e' provoca la «m archite/ plateada« (si/vering) de
la remolacha. A lo largo de las nervaduras aparecen zonas de aspecto plateado,
las hojas afectadas se m architan y la marchitez de un buen núm ero de ellas
provoca la muerte de la planta. Esta enfermedad afecta a la remolacha roja en
Inglaterra, donde infecta los «pona granos» y es transmitida por las semillas.
Xanthomonas campestris pv. betae ataca a las remolachas hortícolas de
Brasil.
Figura 109.— A taque generalizado de M ildiu en una planta d e de acelga (el vello gris-violáceo de
Peronospora aparece representado poi m edio tic una tram a de punios y la tonalidad verde oscura
IV. E nferm edades criptogám icas de las hojas de las p a n es sanas de las hojas p o r m edio de rayas).

Mildius
Los mildius de la remolacha y de la espinaca actualmente son considerados Por contra, en la espinaca se aprecian ataques más generalizados que loca­
com o los f. sp. betae y spinaciac de Peronospora farinosa \ Adquieren el aspecto lizados, en las hojas de todas las edades (fig. 110).
Ambos mildius tienen unos óptim os térmicos bajos (8 °C a 10 °C). Las
Sinónim os: C. flaccumf'acienx pv. betae, o Curtobacterium...
• A ntaño se les d en o m in ab a P. ejfúsa, H. spinaciae (espinaca) y /'. schachtii (rem olacha). epidemias de mildiu de la espinaca son graves en tiempo húmedo (rocíos
460 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la remolacha roja, de ¡a acelga y de las espinacas 461

La resistencia varietal permite resolver de form a todavía más elegante los


problem as del mildiu en la espinaca. En los años 50, una resistencia al mildiu,
procedente de la espinaca iraní PI 140467 fue incorporada en California a un
tipo «Viroflay», al que se le dio el nom bre de «Califiay». En 1958 apareció una
segunda raza de mildiu y un retorno al genitor de origen permitió encontrar un
segundo gen de resistencia. En 1975 apareció una nueva «raza 3» en H olanda,
detectada en 1977 en Texas, que atacaba a las nuevas variedades c híbridos
resistentes a las razas 1 y 2, pero respetaba a Califiay. Esta situación, pues,
queda resumida en el cuadro n.° 21.

C U A D R O 21
Resistencia al mildiu en la espinaca

Variedades: cenes de resistencia Ki'sisioiK'iu


a las razas
Virotlay: m , m-, m —

Califiay; M ,. m ,. M, l y3
Variedades c híbridos de los artos 60: M . M ;, ni, 1>2

C hinook: M „ M . M, 1 ,2 y 3

En los catálogos europeos actuales, los cultivares híbridos recomendados


para Europa del Norte son resistentes a las razas I. 2 y 3 (o A. B. C para los
holandeses). Aquellos destinados al cultivo en condiciones mediterráneas resisten
Figura 110.— M ildiu de la espinaca (el vello gns-violácco de Peronospora aparece representado
poi m edio de una tram a de p u n to s, m ientras q u e las zonas san as del lim bo se resaltan con tay as a las razas 1 y 2 (y al Mosaico del Pepino).
o en blanco). El Mildiu de la espinaca por el m omento ha desaparecido de los cultivos.

abundantes, lluvias ligeras) cuando las tem peraturas están com prendidas entre O tr a s e n fe rm e d a d e s fo lia re s d e la e s p in a c a
los 8 °C y los 18 ° C
• Roya blanca
Los dos son transmisibles por las semillas, especialmente el de la espinaca,
cuyos granos pueden albergar numerosas oosporas. Se aconseja, evidentemente, Albugo occidentalis parece ser estrictamente am ericana. Sus temperaturas
la term oterapia con agua caliente. cardinales son más elevadas que las del mildiu: 2 °C-12 °C-27 °C para la germi­
Antaño se aconsejaban varios tratamientos por pulverización (zineb, mancb, nación (nocturna) de las conidias, que producen zoosporas, 16°C-21 °C-27 °C
mancozeb, captan) que se iniciaban precozmente (estadio de una hoja-condición para el desarrollo del micelio en las hojas. Las pústulas blancas pueden desarro­
indispensable en la remolacha) y posteriorm ente estos se reiteraban varias llarse en la parte inferior de las hojas y en los pecíolos.
veces. Los tratam ientos de semillas o del surco con metalaxil aconsejados para el
Los antimildius sistémicos poseen una gran capacidad para la lucha. El mildiu son eficaces también frente a la Roya blanca.
tratam iento de semillas por medio de metalaxil * protege a las plantas jóvenes • Antracnosis
durante unos 60 dias (revisar el apartado destinado a las «Marras de nascencia»).
Está provocada por Cóttetotrichum dematium f sp. spinaciae \ En Estados
En el caso de la espinaca una aplicación de metalaxil granulado en el surco, en
Unidos. Bretaña y la región nantesa se ha convertido en la principal enfermedad
el momento de la siem bra asegura una protección de 120 días (en Estados
Unidos). foliar que afecta a este cultivo tras la práctica desaparición del mildiu.
‘ En E stados U nidos, existe o tra antracnosis provocada p o r C. sptnacuola de conidias cilindricas
En I9K9 todavía n o se h a b ía señalado ninguna resistencia de estos m ildius al metalaxil. m u y pequeñas.
462 Enfermedades de las hortalizas
Enfermedades de la remolacha roja, de ¡a acelga y de las espinacas 463

Las manchas foliares son nccróticas, redondas, de color gris claro y pueden
• Cladosporiosis
recubrirse, principalmente en períodos de tiempo húmedo, de numerosos puntos
negros, los acérvulos escleróticos erizados de setae de Colletotrichum (fig. 111 B). Está provocada por Cladosporium (sin. Ileterosporium) variabile. Las manchas
son un poco más pequeñas que las de la antracnosis (3 a 5 nim), redondas y
Las temperaturas cardinales para el desarrollo de la enfermedad son: 5 °C-
provistas de un halo amarillo, se recubren de un aterciopelado negruzco cons­
20 °C-25 °C-30 °C. Colletotrichum es propagado por la lluvia a la temperatura tituido por las fructificaciones de Cladosporium. (fig. 111 A).
óptima: Son necesarias 9 horas de humedad del follaje para la contaminación, Esta enfermedad está considerada como mucho menos grave que la antrac­
las manchas aparecen 5 días después. nosis, su óptimo térmico es de 20 °C-22 °C.
Colletotrichum puede ser propagado por las semillas (en las que, según En este caso también son aconsejables las pulverizaciones de maneb.
M a iia y G a r i b a l d i , a menudo se aprecian acérvulos), pero también puede • Algunas otras enfermedades foliares son consideradas menores: el carbón
conservarse en los restos de cultivo gracias a la naturaleza esclerótica de sus foliar, Entyloma ellisii, que se manifiesta por medio de manchas blanquecinas
fructificaciones (forma parte del mismo grupo que C. circitum). También puede bajo las hojas, la Cercosporiosis (Cercospora benrandii, manchas muy pequeñas
perpetuarse sobre Qucnopodiáceas. Todavía se desconoce, al menos en Bretaña, de margen oscuro), la Ramulariosis (Ramularia spinaciae. detectada en Bélgica).
cual de estos tres modos de perpetuación es el más importante. Ascochyta spinaciae. Alternaría spinaciae, PhyUostica chenopodii... y para concluir
La mayoría de los manuales recomiendan tratamientos con maneb cada 7- una Roya heteroica americana, Puccinia aristidae, parásito de las gramíneas
10 días. Estos, sin embargo, deberán suspenderse muy pronto para evitar que (Aristida, Distichlis), que producen sus ecidios en la espinaca.
dejen residuos en la cosecha. Dada la eficacia de los fungicidas de tipo «benci-
midazol» en las antracnosis, particularmente cuando éstas son foliares, merece O tra s e n fe rm e d a d e s fo lia re s d e la re m o la ch a
la pena experimentar con estos productos y aplicarlos en tratamiento a semillas y de la a c elg a, (fig. 112)
a principios de vegetación.
• Oidio de la remolacha
Provocado por Erysiphe betae (del grupo F. polygoni). era tradicionalmente
considerada como una enfermedad de poca importancia. A partir de 1974 en
Estados Unidos y de 1975 en Europa, se desarrolló de teal manera en las
remolachas industriales que llegó a provocar pérdidas en las cosechas del orden
del I 0 l/ y motivó la aplicación de tratamientos. Las razones de esta evolución
son mal conocidas (¿años cálidos y secos?, ¿híbridos más sensibles?).
La enfermedad aparece en condiciones secas, su óptimo se sitúa entre 20 °C
y 25 °C. Se recomiendan aplicaciones de azufre, de fungicidas de tipo ben/iini-
dazol + azufre y de productos más recientes: fenarimol, fenopropimorfe y
triadimefon en combinación con los precedentes.

• Cercoporiosis y Ramulariosis
Están provocadas respectivamente por Cercospora beiicola y Ramularia
beticola. Las manchas foliares provocadas por Cercospora son redondas, nccró­
ticas de 3 a 5 mm de diámetro y con un margen muy bien delimitado (fig. 112).
oscuro en la acelga y rojo y de mayor importancia en la remolacha hortícola.
Las manchas de Ramularia son un poco más grandes, menos numerosas en la
hoja y menos delimitadas.
Las dos enfermedades están propagadas por la lluvia y se perpetúan tanto
a través de las semillas como por medio de los restos de cultivo. Sus temperaturas
cardinales son ligeramente diferentes: 4 °C-26 °C-40 °C para Cercospora (en la
práctica las epidemias se desarrollan a temperaturas comprendidas entre 15 °C
Figura II I. y 35 °C, en condiciones lluviosas), mientras que el óptimo de Ramularia se sitúa
A: Cladosponosis de la espinaca B: Antracnosis de la espinaca.
a 20 °C y no se desarrolla a temperaturas superiores a 27 °C.
464 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de ¡a remolacha roja, de la ace/na y de las espinaras 465

• Roya

Tiene como agente el hongo Uromyces betae. autóico, y sobre todo perjudicial
por sus estadios de uredo-teleutosporas. El óptim o térmico de esta Roya es
relativamente bajo (3°C-14 °C-25 °C), en Europa del N orte es la última enfer­
m edad que aparece en estación en las remolachas industriales, su efecto sobre
el rendimiento no es excesivamente importante. En las acelgas, por supuesto, la
presencia de la Roya no es tolerable.
F.n Estados Unidos, tanto en la remolacha com o en la espinaca se detecta
el estado ecídico de Puccinia aristidae.

• Phoma betae

En el apartado destinado a las «m arras de nascencia» destacábamos como


este parásito no se com porta agresivo con el follaje en su estadio vegetativo.
Las manchas que provoca en este caso son bastante grandes, /unificadas y
afectan sobre todo a las hojas senescentes. Pero infecta activamente los tálamos
florales en proceso de maduración y a partir de aquí entra en contacto con las
semillas. Podría ser recomendable en cierta medida, la aplicación sobre estos
«porta granos» de pulverizaciones de iprodiona.
A ntaño se le atribuía un papel importante al Phoma betae en la aparición
de lesiones y podredum bres negras de raíces.
De hecho, se com porta com o invasor secundario de lesiones cuya causa
inicial es la carencia en boro.
El estadio perfecto de Phoma betae: peritccas de Pleospora bjoer/ingii se
diferencia durante el invierno en los restos de cultivo, y puede participar por
proyección de ascosporas en la perpetuación de la enfermedad.

Figura 112.— Enferm edades foliares de la acelga.


C: C crcosporiosis. R: Roya. I’: Phoma hctac.
V. Virus de la rem olacha y de la espinaca
Cercospora se com bate por medio de un tratam iento fungicida de semillas
(maneb, mancozeb, oxiquinoleato de cobre) y por pulverizaciones fungicidas en
vegetación. Los ditiocarbam atos y los fungicidas de tipo «bcncimidazol» son Un cierto núm ero de ellos puede invadir a am bos huéspedes, pero con
los más utilizados, pero Cercospora puede resultar resistente a estos últimos, en síntomas distintos y una importancia relativa diferente según la especie y la
particular en cultivos industriales si se practican más de tres tratam ientos por variedad afectadas.
estación: situación propia en condiciones de clima continental de veranos cálidos
y tormentosos (cj.: N orte de Grecia). F.n este caso se aconsejan asociaciones que
combinen, por ejemplo, carbendazima + triadimefon, o fenarimol + carbenda- V iru s tr a n s m itid o s p o r p u lg o n e s s e g ú n el m o d o no
zima + m aneb . p e r s is te n te
Por lo general no existen programas de tratam iento especialmente dirigidos
contra Ramularia. que se muestra muy sensible al azufre utilizado frente al
Ante todo debemos subrayar hasta qué punto, en condiciones mediterráneas,
oidio. R1 bitertanol y el flutriafol son considerados com o eficaces.
la producción «casera» (en la propia explotación) de semillas de acelga constituye,
N o es conveniente utilizar en cultivo hortícola los pro d u cto s a base d e tnfenil-estaño reco­
para los tálam os llórales profundam ente invadidos de numerosas especies de
m endados p a ra las tem o lachas azucareras. pulgones (Aphis fabae, Mvzus persicae) una fuente abundante de vectores...
466 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la remolacha roja, de ¡a acelga y de las espinacas 467

• M osaico del p epino (CMV) Los cultivares actualm ente propuestos para producción de verano en con­
En condiciones mediterráneas de grave epidemia, puede afectar a las acelgas, diciones templadas, o para los climas mediterráneos, resisten al CMV y a las
razas de mildiu I y 2.
pero el virus no se generaliza en todas las plantas; sólo afecta a una o dos hojas
cloróticas y deform adas, mientras que el crecimiento de la planta no se ve
• M osaico de la rem olacha
comprometido.
Por contra, en la espinaca, este virus a una tem peratura inferior a los 20 °C Está provocado por un potyvirus (Beet mosaic virus, BMV) que puede
provoca una enfermedad muy grave, con síntomas de mosaico deform ante, una invadir las diversas variedades de Beta vulgaris. la espinaca, la espinaca de
clorosis generalizada > marchitez a tem peraturas más altas (fig. 113). I.a enfer­ Nueva Zelanda (Tetragonia) y algunas malas hierbas quenopodiáceas y ama-
medad causa sus mayores estragos en Europa del N orte durante el verano y rantáceas. Provoca síntomas de mosaico verde claro-verde oscuro, en ocasiones
restringe a algunos meses de invierno las posibilidades de cultivo de la espinaca con una tendencia anular. Actualmente no se le da ninguna importancia en
en condiciones m editerráneas \ ya problemáticas de julio a septiembre por el com paración con los «amarilleos» de la remolacha y el CM V de la espinaca.
excesivo calor. Sin embargo, durante la década de los 80 en la región de N i/a se detectó tanto
La resistencia de la espinaca al CMV viene siendo estudiada en listados en la acelga com o en la remolacha.
Unidos desde 1916, fecha a partir de la cual se efectuaron reajustes de selección
motivados p or la aparición de nuevas cepas de virus: F.l primer genitor utilizado • M osaico de la lechuga (LMV). M osaico del nabo (TUMV)
procedía de M anchuria, el segundo, descubierto en I960 de Bélgica (PI 179590).
En Estados Unidos (Nueva York) se ha constatado que el virus del Mosaico
Las variedades e híbridos «resistentes*- actuales se com ponan bien en con­
de la lechuga puede atacar a la espinaca, mientras que en Inglaterra ha sido
diciones templadas mediterráneas, pero pueden ser invadidos por la cepa sub­
citado com o patógeno el virus Mosaico del nabo (TUMV).
tropical que albergan las Commelina \

Virus transmitidos por insectos según el modo


persistente o semipersistente

• A m arilleo de la rem olacha

Pueden estar provocados por diversos virus de entre los cuales destacan:
— El amarilleo grave de la remolacha (Beet yellows virus. BYV). un closte-
rovirus ', transm itido de forma semipersistente por 35 especies de pulgones
entre las cuales destacan Myzus persicae y Aphis fabae. Afecta a las diversas
form as de Beta vulgaris y a la espinaca y puede conservarse en Quenopodiáceas,
LLantenes (grupo Plantago), Hierba cana (grupo Senecio), Zurrón de Pastor
( Capsella bursa-pastoris), Hierba pajarera (grupo S te/la ría) y Corregüelas
(Con volvulus arvensis).
t i amarilleo moderado de la remolacha (Beet miliI yellows virus. BMYV)
que. de hecho, constituye la cepa «remolacha» europea de Beet western yellows
virus (BVYV). un luteovirus descrito en el capítulo I.
Los síntomas de am bos virus son difíciles de distinguir y el carácter «mode­
rado» de los síntomas de BMYV no se hace completamente evidente. Las
infecciones mixtas son frecuentes.
Se aprecia un amarilleamiento ( o un enrojecimiento en el caso de la remo­
I'iuura 113.— V irus del M osaico del Pepino (C M V ) en la espinaca: a la izquierda, planta >ana: a la
d erech a, planta afectada p or el virus de la mism a edad. lacha hortícola) de las hojas externas y medias de la planta, que adquieren una

L>ebe referirse al resto de! a ñ o incluyendo la prim avera y el o to ñ o (iV. íM T. ). ,M H asta tal p u n to que el F.uropean handbook o f plant distases (1988), m anual extrem adam ente
Pero, de to d o s m odos n o existe ningún interés en cultivar espinacas en las situaciones en que Com pleto, om ite cualquier posible mención.
esta cepa de virus causa estragos. 1 Partículas flexuosas m uy largas. 1.250 x 10 nm . RN A sim ple cadena
468 Enfermedades de ias hortalizas Enfermedades de la remolacha roja, de la acelga y de las espinacas 469

consistencia quebradiza; el crecimiento vegetativo y. eventualmente el engrosa-


miento de las raíces, se ven comprometidos.
Las hojas, cuya fisiología está modificada por acumulación de azúcar, se
tornan sensibles, sobre todo en el caso de BYV, pudiendo. algunos taxones y
aislados de Alternaría semisaprófitos, provocar manchas necróticas.
Los ataques graves son muy extraños en la espinaca, dada la duración de
la incubación extremadamente larga de estos amarilleos (más de tres semanas).
El carácter persistente o semipersistente del modo de transmisión de estos
virus, permite que se puedan combatir por lucha afteida. Por supuesto que los
tratamientos del suelo con aldicarb -i lindano, aconsejados para las remolachas
industriales, no podrían ser aplicados en ningún caso en cultivo hortícola

• Curly-top de la remolacha
Gemirtivirus transmitido por cicadélidos, gravemente extendido en ciertas
regiones de Estados Unidos; afecta del mismo modo a la espinaca.

• Enroscamiento de la remolacha (Beet leafeurt)


Está provocado por un rhabdovirus transmitido por Piesna quadatum y es
muy temido en Europa Central.

• Falso amarilleo de la remolacha (Beet pseudo yellows)


F í g m 114. -R izom ania de la remolacha hortícola.
Transmitido por la mosca blanca Trialeurodes xaporarium. puede participar
A: Raíz sana. B, C: Raíces afectadas en diversos grados.
en el complejo «amarilleo« de las remolachas cultivadas al aire libre. De hecho
es mucho más importante en las lechugas y pepinos de invernadero (revisar los
capítulos IV y XIII).
La raíz tuberosa (o la pivotante de las acelgas) presenta en corte longitudinal,
vasos ennegrecidos.
Virus transm itidos a partir del suelo En las partes aéreas los síntomas por lo general son poco netos: marchítez
a lo largo del día, estampado y mal desarrollo de las hojas interiores. F.l
• Rizomania síntoma «necrotic yellow vein« (amarilleo seguido de necrosis de la red de
nervaduras) sólo aparece de forma irregular, en las hojas aisladas o medias
Esta enfermedad apareció durante los años 50 en Italia, en la remolacha
hojas de las plantas contaminadas muy precozmente.
azucarera. En 1966 CANO VA aislaba dos virus en las raíces enfermas:
— Uno, transmitido por el hongo Polymyxa betae (Plasmadioforáceasj. La infección de las raíces por las zoosporas inductores de Polymyxa tiene
causa de la enfermedad, que en Japón recibe el nombre de Beet necrotic yellow lugar por lo general en suelo saturado de agua, a temperaturas próximas a los
vein virus o BN Y W . 20 °C.
— Otro, transmitido por Olpidium brassicae. sin influencia nefasta en la Aunque las esporas de reposo de Polymyxa permanezcan infecciosas varios
planta, que formaba parte del grupo de la Necrosis del Tabaco. La Enfermedad años, los daños más graves de Rizomania se aprecian sobre todo en aquellas
se extendió en Francia a partir de 1972. parcelas donde el cultivo de la remolacha se lleva a cabo un año de cada dos
El síntoma más constante de la Rizomania en las diversas formas de Beta o tres —situación frecuente en el Norte de Francia alrededor de las fábricas
vu/garis es una producción en toda la superficie de la raíz, o únicamente en (azucareras).
determinados puntos de ésta, de un buen número de finas raicillas de aspecto No es de extrañar, pues, la presencia de esta enfermedad (descubierta por el
•«sal y pimienta« que tienen cierta tendencia a retener la tierra que atraviesan GRISP de Antibes) en las propiedades de los productores de acelgas de la
región de Niza, en las que este cultivo puede ocupar hasta la mitad de las
Dada la elevada toxicidad y remanencia, sobre todo del aldicarb (N.d.T.). superficies de explotación. Esta enfermedad también ha sido detectada en las
' Por supuesto resulta indispensable verificar la ausencia de Heterodcra. remolachas rojas en las mismas condiciones.
470 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la remolacha roja, de la acelga y de las espinacas 471

Una vez contaminados los terrenos, permanecen infecciosos a lo largo de La carencia de boro, se manifiesta en la espinaca en forma de una clorosis
varios años. Sólo una desinfección radical del suelo puede acabar con la situación, generalizada, acompañada de un porte prostrado y de un ennegrecí miento de
pero por cuestiones económicas, difícilmente puede ser aplicada en cultivo las raices.
industrial. Por contra, los agricultores más dinámicos de Niza desinfectan, no Es particularmente grave en las formas de raíz tuberosa de ficta vulgaris.
únicamente sus semilleros, sino también sus parcelas de plantación con bromuro pero con síntomas diferentes según las variedades. Mientras que en las remolachas
de metilo, desembarazándose de este modo tanto de sus problemas de Rizomanía industriales se manifiesta por una necrosis interna de la raíz, en la remolacha
como de Rhizocionia. roja, el sintonía más característico es un ataque circundado con hendiduras y
grietas laterales, a menudo a nivel del suelo (fig. 115).
• Otros virus transmitidos por el suelo
El Tomato b/ack ring provoca un ringspoi (manchas en anillos) en la remo­
lacha. Un mosaico amarillo de la espinaca en Inglaterra (Spinachyellow motile) VIL Enfermedad de la espinaca india
está provocado por una cepa de Tobacco rattle, transmitido por Trichodorus y de los Am arantos-espinacas
primitivas.
La espinaca india (.Base/la rubra) y los Amarantos-espinacas i Amaranthus
híbridas, A. dubius, A. tricolor) no son las únicas verduras de hojas que se
VI. Síntom as no parasitarios consumen en los países tropicales, pero sí las más extendidas.
La espinaca india, provista de unas raíces muy sensibles a los Mclovdogme
y proclive a la mortalidad de las plantas jóvenes como consecuencia de los
I odo síntoma de amarilleo o clorosis intemerviaria hace suponer en el caso
ataques de Rhizoctonia solani en el cuello es, por contra, indemne a los parásitos
de la espinaca una carencia natural o inducida de magnesio o de manganeso.
foliares —excepto en Africa ecuatorial, donde es atacada por una roya de ciclo
La carencia de molibdeno provoca una clorosis de las hojas jóvenes seguida de
una necrosis del ápice. muy breve: las esporas producidas por unos conceptáculos en torma de ccidios
germinan produciendo directamente basidios y basidiosporas.
Los Amarantos-espinacas son muy proclives a sufrir podredumbres de los
tallos a partir del suelo provocadas por Pythiwn aphanidermatum. Las poblaciones
de A. dubius son más resistentes a esta enfermedad que las de A. hybridus.
Del mismo modo Choanephorá cucurbitacearum puede también invadir los
tallos bien sea directamente (síntoma detectado en Africa ecuatorial), bien sea
a partir de heridas provocadas por la cosecha escalonada rama por rama
(síntoma delectado en las Antillas).
Las raices de los Amarantos-espinacas son totalmente resistentes a los
ataques de Meloidogync, ello hace que sean muy interesantes en las rotaciones
hortícolas.

I'igura 115.—Síntom as de carencia en boro en remolacha de mesa hortícola.


XIII
ENFERMEDADES DE LA LECHUGA,
ESCAROLAS, ACHICORIAS
Y OTRAS VERDURAS

La mayoría de las plantas hortícolas conocidas y cultivadas com o «ensaladas


verdes» pertenecen a la familia de las Compuestas y son las siguientes:
— Lactuca sativa: lechugas de cortar, lechugas «mantecosas», lechugas
rom anas, lechugas carnosas de verano, CVS intermedios entre las dos categorías
precedentes y «Batavias», de hojas más o menos crispadas.
— (ichorium endivia escarolas de hoja ancha y rizadas.
Ln el presente capítulo trataremos conjuntamente las enfermedades de ambas
especies, comunes en muchos aspectos y que se cultivan de la misma manera.
— Ciehorium intybus, la «achicoria silvestre», muy am arga, y de la cual
solo suelen consumirse sus órganos (sobre todo hojas) etiolados a través de un
proceso de blanqueamiento. De esta especie se derivan: las «endivias», «achicorias
de Bruselas» o «witloof», consumidas en Francia y en Bélgica por sus cogollos
de hojas apretadas surgidos tras el forzado de las raíces (y mucho más importantes
económicam ente que los tipos: «pan de azúcar» y «barba de capuchino») y las
variedades italianas, muy diversificadas entre las que en F.uropa actualmente se
conocen los tipos «rossn di Vcrona» y «chioggia», cada vez m ás utilizados para
alegrar la coloración de las ensaladas de la cuarta gama, mezcladas con escarolas
o achicorias rizad as:.
Los procesos de blanqueamiento por «forzado» de la «endivia» o «achicoria
de Bruselas» se han modernizado mucho en los últimos años, razón por la cual
serán tratados aparte, puesto que asi com o en pleno campo la «achicoria
silvestre» es una especie muy rústica, sus «líneas» de «endivia» o «achicoria de
Bruselas» pueden presentar durante el forzado diversos problemas patológicos
específicos.
A su vez, dedicaremos un breve apartado al Miiamores, «hierba del canónigo
de bolitas azules«, «valeriancla» o «máche» ' (Valerianella olitoria). planta mucho
más próxima a su forma silvestre que las lechugas y achicorias, y que pertenece
a la familia botánica de las Valerianáceas.

' L a literatura anglosajona denom ina a esta especie com o -endivia« (••endive*).
V. det / T a n to las achicorias silvestres, com o las ••endivias» o -achicorias de B ruselas-, las
“b arbas de C ap u c h in o -, el tipo -p a n de adúcar», la -clu o g ia- y la achicoria -c a lé - pertenecen a la
mism a especie botánica: C intybus.
' Fam ilia d e las V alerianáceas. E n los países tem plados, antes de que se generalizara la
utilización de los herbicidas en los cereales, se cosecha el M iiam ores en o to ñ o en los rastrojos.
476 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y oirás verduras 477

senescentes, en la base de la planta, o a través de las partes de las hojas más


I. Enfermedades de las lechugas y de las escarolas
viejas que han padecido los ataques del mildiu.
de hoja ancha y rizada El poder enzimático de Sclerotinia es muy poderoso y actúa a distancia con
relación a la zona donde se encuentra el micelio. No existe reacción alguna de
defensa, las podredumbres son blandas y blanquecinas.
P ro b le m a de los residu o s d e p e s tic id a s C uando el ataque afecta al cuello de la planta, ésta se marchita bruscamente
sin cam biar de color (fig. 116 A).
Ante las enfermedades criptogámicas que se extienden desde que las hortalizas
conocidas com o «ensaladas» ocupan un lugar im portante en las alternativas
hortícolas (dentro o fuera de los invernaderos), el productor está dividido entre
la tentación de intensificar el uso de fungicidas y la preocupación por sus
residuos, por los cuales las legislaciones europeas se preocupan cada ve/ más.
Aunque estas legislaciones eran contradictorias en 1988 (ejemplo: benomilo
autorizado en Francia, pero no en H olanda, situación inversa para las fumiga­
ciones con tetracloronitrobenceno), es de esperar que se armonicen en los años
90.
Sean cuales sean los productos a utilizar, por lo general conviene ser prudentes
y aplicar los tratam ientos suficientemente pronto para llegar al com ienzo del
acogollado (14 a 16 hojas en la lechuga) con una situación sanitaria que permita
cesar en su utilización. Lo mismo ocurre en el caso de los tratamientos insecticidas
ya estén destinados a dism inuir los daños directos causados por insectos, como
a frenar la propagación de los virus transm itidos según el modo persistente.

E n ferm ed a d e s d e o rigen te lú ric o o q u e d añ an el c u ello


de la p la n ta , a c tu a n d o en la s u p e rficie d el suelo

• M arras de n ascencia
Aunque raram ente son muy graves, las m arras de nascencia pueden tener
por agentes, no sólo a los hongos Pythium y Rhizoctonia habitualmente señalados,
sino también a Botrytis cinérea, muy extendido en la naturaleza y que puede ser
transmitido por las semillas que han m adurado en condiciones lluviosas. F.n
siembras densas, Botrytis puede aparecer bajo la forma «tela»: micelio estéril de
color blanco-grisáceo, sim ilar a una tela de araña, bajo el que las plántulas
sucumben. Las cepas de tipo «tela» son muy escleróticas y poco csporulantes
en cultivo.
Las semillas deben de ser tratadas con tiram en una proporción de 3 g
de m .a./kg. incluso, y sobre todo, si el substrato destinado a producir la planta
a repicar está esterilizado. Se debe recordar que la lechuga es muy seasible a los
residuos tic metil-isotiocianato y al exceso de amoniaco.

• Sclerotinia y Botrytis
Figura 116.— Sclerotinia minar en la lechuga.
Estos dos tipos de hongos tienen un origen diferente, si bien am bos se A: « E nsalada verde« afectada d e podredum bre e n la r a í/ pivotante.
encuentran a nivel del suelo para atacar a las Icchugas y a m enudo también a B: Perdida de actividad d e los fungicidas en el Rosellón. Solucione» del futuro: la rotación de
las escarolas a partir de «bases nutritivas» constituidas por las primeras hojas fungicidas, la solaruación (m uy eficaz), la lucha biológica con Jrichoderma.
478 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verdura) 47»)

T anto en lechugas com o en escarolas se form an grandes esclerocios que En cuanto al grado de ataque, existen diferencias varíeteles frente a Sclerotinia
pueden invadir las plantas a cualquier nivel. Sin em bargo el frecuente y reiterado y Botrytis. entrando en juego mecanismos poco específicos. Los tipos de porte
cultivo de estas plantas en la misma parcela, en particular en los climas m edi­ erecto (romanas, lechugas carnosas), con cutícula espesa (ciertas Batavias, como
terráneos de invierno tem plado, conlleva a la proliferación en el suelo de la «G randes Lagos 54») son menos atacados que las lechugas mantecosas de
forma con pequeños esclerocios, Sclerotinia minar: es el caso de la rotación hojas finas y porte extendido. Las escarolas son menos sensibles a Botrytis que
tom ate/lechuga o escarola en el Rosellón, o de las asociaciones lechuga- las lechugas, pero pueden experimentar graves daños de S. minar si el suelo está
albaricoquero (Rosellón) o lechuga-olivo (sur de Italia). S. rninor invade estas muy contam inado.
plantas a partir de las hojas senescentes, bajo el cogollo, o bien directamente El óptim o de desarrollo de am bos hongos se sitúa entre los 18 °C-20 °C.
por la raiz (a 3 ó 4 cm de profundidad). pero los ataques pueden desencadenarse gravemente desde los 10 °C. F.n inver­
F.n el caso de Botrytis cinerea, la invasión de los tejidos es menos rápida, nadero, sobre todo en condiciones de tiempo gris, es imposible mantener las
éstos tienen tiempo para reaccionar ante la infección, lo que se traduce parti­ tem peraturas superiores al óptim o de los parásitos sin provocar el etiolado. Al
cularmente en la raíz, en una coloración rojiza en el margen de las lesiones. aire libre, los cultivos mediterráneos tienen lugar en la estación de lluvias
Las lechugas cuya raíz pivotantc es atacada lateralmente presentan síntomas, invernales y a menudo resulta imposible actuar sobre el riego.
a m enudo unilaterales, de amarilleo o enrojecimiento de las hojas. La m archite/ L a lucha contra Sclerotinia y Botrytis. bien sea en invernadero o al aire
sólo sobreviene más tarde, o incluso puede adquirirse en estado de cosecha, libre, se basa principalmente en la lucha fungicida, que tiene tras de si una
pero en este caso no se advierte, hasta que se procede a la limpieza y pelado de pesada historia de ciclos «boom and bus!» 1 (éxito tras fracaso) de diversas
las piezas para su consumo, que las nervaduras de las hojas del corazón presentan familias de fungicidas a causa de verdaderas resistencias (caso de Botrytis) o de
unas necrosis internas alargadas y de color rojizo (estériles al aislamiento: se fenómenos más complejos (caso de Sclerotinia) (fig. 116 B).
trata de una reacción a distancia, fig. 117). L n los años 5()-6() se recurría a fungicidas cuya actividad puede parecemos
Síntomas análogos se advierten en los cultivos «porta-granos», en que Botrytis insuficiente en la actualidad, a las dosis que eran utilizadas en pulverización al
es un parásito im portante. Los ataques más tardíos pueden dañar las inflores­ suelo al inicio del cultivo: quintoceno y dicloran contra Sclerotinia. tiram contra
cencias o contam inar los granos. Botrytis.
Sclerotinia puede tam bién atacar a los «porta-granos», produciendo escle­ C on el benomilo y el resto de productos de la misma familia se obtuvieron
rocios en la médula del tallo. Algunos esclerocios de S. minar pueden también im portantes éxitos a principios de la década de los 70, pero Botrytis se adaptó
encontrarse mezclados con las semillas de escarola tras la trilla. a ellos rápidamente. Frente a Sclerotinia minor su utilización conllevó a la
generalización del síntoma «ataque de la raíz». Las dicarboximidas constituyeron
un progreso neto, pero actualm ente sabemos, gracias a las investigaciones
llevadas a cabo en los Pirineos orientales que la iprodiona y la vinclozolina. por
su uso reiterado, estimulan la proliferación en el suelo de una microflora que
los degrada.
Estas microíloras son, sin em bargo, relativamente específicas de uno u otro
producto. La persistencia de este estado de degradación acelerada de la iprodiona
o de la vinclozolina en el suelo no perdura más de tres años después de la
interrupción tic su uso.
Debernos proyectar, por tanto, las rotaciones de cultivos con la utilización
de productos que conserven su eficacia. En la lechuga y la escarola (contraria­
mente a lo que ocurría en el caso de ¡os A/lium) debe guardarse en reserva la
procim idona, ya que su persistencia puede acarrear problem as de residuos. De
hecho su aplicación en las plantas conocidas com o ensaladas verdes no está
autorizada en Alemania y en Suiza.
Frente a Botrytis. que con facilidad presenta resistencia al conjunto de
dicarboximimidas. es necesario examinar su asociación o alternancia con un
fungicida de amplio espectro, que presente una actividad anti-Botrytis (tiram.
l-ígura 117.—Síntom as sistém icus provocados a distancia p o r Botrytis cinerea: necrosis internas
en la nerv ad u ra de u n a h o ja del corazón de u n a lechuga, visibles p or transparencia. * T om am os este térm ino de VAN l)E R PL A N K . q u e lo aplica a las resistencias "V erticales«.
480 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 481

diclofluanida. clortalonil) y no utilizarla más de dos veces por estación (en Asi, pues, se pueden detectar ataques en los últimos cultivos de primavera
particular en invernadero). en invernadero y al aire libre en climas de verano lluvioso o tormentoso (ejemplo:
Está claro que frente a Sclerolinia. los procesos de desinfección general del Bayona o Grenoble en Francia).
suelo (vapor, fumigantes, solarizaeión) resultan efectivos. Si el suelo sólo va a Los ataques comienzan por lesiones rojizas en las nervaduras de las hojas
ser trabajado superficialmente tras la desinfección, basta con que ésta afecte a de las lechugas o escarolas que se hallan en contacto con el suelo. Dichas
unos 10 ó 15 ern de profundidad. Cabe recordar, no obstante, nuestra descon­ lesiones pueden extenderse hasta la raíz y provocar una podredumbre del cuello
fianza a la utilización del bromuro de metilo en el cultivo de ensaladas verdes: (en ingles «bottom rot»), o extenderse hasta el limbo de las hojas (micelio,
estas plantas acumulan fácilmente de 5 a 10 veces la dosis tolerada de bromuros, epífito, sobre todo con las cepas AG 1). Las lesiones de Rhizoctonia en la
si son plantadas inmediatamente tras el tratamiento; los residuos sólo resultan lechuga son particularmente favorables a invasiones secundarias de bacterias
aceptables tras el tercer cultivo, a menos que el suelo sea sometido a un proceso que provocan la delicuescencia negruzca de los tejidos afectados y de las zonas
de lixiviación con 250 1de agua/nv, cosa que resulta más fácil de aconsejar que vecinas.
de llevar a la práctica. La solarizaeión dio muy buenos resultados en el Roscllón En condiciones tropicales (cepas AG 1 de tipo microscicrotio o sasakii) las
en 1989. escarolas se muestran mucho más sensibles que las lechugas.
Es muy recomendable practicar una lucha biológica, si no frente a Botryiis, Entre los productos que han sido o son utilizados en el cultivo de lechugas,
sí al menos ante Sclerolinia. en el tratamiento de la superficie del suelo, destacan el quintoceno y la iprodiona
En el Rosellón se están realizando ensayos de aplicación al suelo de Tricho- como medianamente activos sobre la Rhizoctonia parda. Algunas investigaciones
derma (P. D a v l t , comunicación personal). Sin embargo, no se debe esperar recientes señalan el pencicuron y el mepronilo como mucho más prometedores.
una actividad inmediata, pues este hongo sólo destruye los esclerocios a una En la región de Grenoble, la cobertura plástica del suelo constituye un
temperatura que oscila entre los 25-30 °C. Su aplicación debería, por tanto, remedio tan eficaz como los tratamientos fungicidas a la hora de proteger las
llevarse a cabo preferentemente en el cultivo estival que precede a la plantación lechugas, la combinación de ambos procedimientos comporta todavía mejores
de las lechugas y /o escarolas. resultados.

• Pythium vascular de las compuestas (fig. 119)


• Rhizoctonia parda (fig. 118)
Descubierto en Italia por M a i t a en 1965, Pythium tracheiphilum presenta
Propiamente hablando no existe ninguna cepa «Compuestas» de Rhizoctonia un comportamiento excepcional entre las Pitiáccas.
análoga a la cepa «Cruciferas» AG 2-1 adaptada a las bajas temperaturas, l os
ataques que se aprecian en lechugas y escarolas son provocados por cepas
polífagas AG 1 o AG 4, cuyas temperaturas óptimas son superiores a las de
Sclerotinia o Bolrytis.

Figura 119.— Alaquc vascular de Pythium tracheiphilum en la lechuga (esquema según Matta). I-a
planta representada sufre un ataque unilateral, pero generalmente la lechuga suele ser invadida
Hgura 118.— D años provocados por Rhizoctonia solani en hojas de Escarola. p o r completo.
482 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 483

Es capaz, en algunas compuestas (lechuga, alcachofa. Senecio vu/garis. pero


no en el girasol ni en la escarola) de inv adir los vasos leñosos. Ha sido detectado
en un determinado número de países (Mediodía francés, Holanda, Estados
Unidos), pero no provoca epidemia generalizada, sino que se manifiesta de
forma endémica.
P. tracheiphilum es un esferosporangial. sus esporangios pueden germinar
de forma directa, o más raramente, produciendo zoosporas. Se conserva en el
suelo en forma de oosporas de germinación escalonada.
Los síntomas en la lechuga afectan a la raíz pivotante, de superficie rugosa
y grisácea, que contieno menos raíces secundarias que las de las plantas sanas.
En el interior, se observa un oscurecimiento que afecta a una parte o a la
totalidad de los vasos.
Las partes aéreas pueden presentar un raquitismo (Pythium «stunt») en el
caso de ataques precoces, o. más a menudo, una marchite? transitoria a mediodía,
que poco a poco acaba convirtiéndose en permanente.
Entre las variedades de lechuga se aprecian diferencias de sensibilidad,
tanto entre los tipos cultivados al aire libre como entre las lechugas de inverna­
dero. Las «Trocadero» son particularmente sensibles.
La aplicación cada vez más frecuente de antimildius sistémicos debería Figura 120.— 1-inl‘e rm edad de la -raíz pivotante gruesa» o «corky root" de la lechuga. Cuyo
hacer todavía más raros los casos de Pythium vascular. Este Pythium es sensible origen se desconoce si está motivado por la fitotoxicidad Je los residuos de la lechuga o p o r un
a las acilanidas (ejemplo: metalaxil). pero no lo es al propamocarb. parásito prim ario bacteriano.

• Enfermedad de la «raíz pivotante gruesa» de la lechuga (fig. 120) especies silvestres del género Lactuca como: /.. serriola. sa/igna. dentóla y virosa
Hasta fechas recientes, esta enfermedad era considerada como no parasitaria. también se han mostrado resistentes.
Se manifiesta en forma de hipertrofia relativa de la raíz pivotante y del cuello, La resistencia de «Grandes Lagos», se comporta como monogénica recesiva.
los cuales se recubren de un tejido acorchado resquebrajado longitudinalmente,
con reducción de volumen del cogollo. Los anglosajones la designan «corky • Nematodos
root».
En condiciones cálidas y sobre suelos ligeros, los Meloidogyne, son los mayores
Tradicionalmente se atribuía al efecto de las fitotoxinas (ácidos etilamino* parásitos telúricos de la lechuga. Recordamos que el capítulo II aborda los
benzoico e hidroxicinámieo), emitidos en el suelo a lo largo del proceso de métodos generales de lucha.
descomposición de los residuos vegetales verdes, en condiciones muy húmedas. Debemos precisar que la obtención de las plántulas en cepellones de mantillo
Los desechos de lechuga (tronchos, lechugas de segunda categoría) resultan esterilizado de gran tamaño (0.5 dm ’). proseguida de riegos diarios tras el
particularmente tóxicos tras tres semanas de descomposición a 20 °C. Se debe- repicado, permite obtener producciones aceptables incluso en suelo altamente
de evitar, por tanto, mantenerlos en la parcela y enterrarlos tras la cosecha, si contaminado (en condiciones antillanas. 30 días en semillero, 30 días de cultivo).
se pretende repetir el cultivo de lechuga.
En California, recientemente se ha detectado una bacteria de crecimiento
lento y de aislamiento difícil, que constituye la causa específica de los daños Enferm edades criptogám icas de propagación aérea
provocados por el «corky root» en la lechuga (recientemente designado Rhizo-
monas suberifaciens van Bruggen). Algunas contaminaciones artificiales han • Bacteriosis
permitido obtener clasificaciones de sensibilidad varietal que concuerdan con
Sobre estas plantas pueden detectarse numerosas podredumbres de carácter
las observaciones realizadas en el campo. bacteriano, cuyo diagnóstico es difícil. A menudo el parasitismo de las bacterias
Algunas «resistencias» (notas inferiores a 2 para un índice que oscila de I es dudoso y sus daños resultan, como consecuencia del ataque inicial de otro
a 5) han sido detectadas entre las variedades americanas «Montello« y -«Grandes parásito (Uremia. Rhizoctonia) o de diversas formas de Necrosis marginal.
Lagos», asi como entre las nuevas introducciones turcas. Se han señalado notas Xanthomonas campestris pv. vitians parece un auténtico parásito, provocando
inferiores a 3 entre los cvs «Dandie», «Kinemontepas» y «Blondine». Algunas lesiones marginales en forma de V sobre las hojas de lechuga, como el pv.
484 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 485

campesrris o sobre las de col, que pueden progresar a lo largo de las nervaduras. Su conservación a lo largo del año puede estar asegurada por el solapamicnto
El óptim o térmico de la bacteria se sitúa alrededor de los 26 °C, pero puede de cultivos de lechuga en la propia explotación o en las proximidades. Su
desarrollarse a tem peraturas mucho más bajas, en plantas sensibilizadas por el regresión parece , sin em bargo, total durante las meses en que las tem peraturas
hielo. máximas sobrepasan los 30 °C.
Por contra se desconoce el patovar de Pseudomonas xyringae, especializado Incluso en E uropa del Norte su perpetuación por oosporas atrae cada vez
en la lechuga o las escarolas, pero a menudo se delectan daños de Pseudomonas m ás la atención de los investigadores.
pectinolíticos cuyo parasitismo poco específico puede estar favorecido por diversos Frente al mildiu de la lechuga actúan resistencias de dos tipos:
factores: se han citado P. viridilivida . P. marginalia, pero el parásito más grave — una tolerancia general al mildiu que pueden presentar variedades incluso
es Pseudomonas chicorii. antiguas, com o «Trocadero», mucho menos atacadas que aquellas variedades
Las altas tem peraturas, las lluvias violentas y los excesivos abonados nitro­ de calidad superior (ejemplo: «Val d ’Orge», «Maravilla de invierno»). Este tipo
genados favorecen este tipo de daños: manchas foliares negruzcas y posterior­ de tolerancia por el m omento no alcanza un nivel suficiente com o para producir
mente secas, o ataque a la raíz (podredum bre lateral o interna de color negro- un efecto sustancial en cultivo bajo abrigo. La «resistencia horizontal» entre las
verdoso que puede extenderse hasta las hojas del contorno del cogollo). lechugas de invernadero no constituye por el m om ento más que un objetivo a
Este tipo de síntom as es temible en las lechugas de invernadero expuestas a largo plazo. Se alcanzará sin duda de una manera mucho más rápida en los
un exceso de nitrogeno y particularmente en aquellas plantaciones que pueden tipos «Batavia» que en las lechugas «mantecosas»;
instaurarse tras una desinfección del suelo con vapor de agua. — resistencias nionogénicas. halladas tanto en L. sativa, com o a partir de
Por supuesto se debe de evitar utilizar para el riego agua en la que se hibridaciones con especies próximas com o L. sémola.
descompongan residuos vegetales. Actualmente se conocen 18, a las que desafortunadam ente sobrepasa B.
lactucae, dando origen a nuevas razas, de entre las cuales algunas acum ulan
• Mildiu de la lechuga
hasta cinco factores de virulencia. La utilización en invernadero, de variedades
Uremia laeiucae. el Mildiu o «molinero» de la lechuga es una especie que provistas de cuatro o cinco genes de resistencia es, sin em bargo, susceptible (de
ataca a un buen núm ero de compuestas (se puede detectar en la alcachofa), acuerdo con la teoría de las «resistencias verticales» de V a n d l r P l a n k ) de
pero que comporta formas especializadas para cada especie vegetal. Las achicorias retrasar el inicio de las epidemias; este retraso puede variar desde algunas
y las escarolas de hoja ancha y rizada apenas son atacadas. semanas a algunos años (ejemplo: «Ravel», resistente a cinco razas, «Orba» y
Uremia se muestra bajo el aspecto de un vello de color blanco y polvoriento «Jessy» resistentes a seis razas).
en el envés de las hojas, que se corresponde con una mancha de color verde F.l cuadro 22 muestra la situación de los genes y factores de resistencia
claro y más tarde am arillento en el haz, cuyo centro puede nccrosarse rápida­ conocidos en 1989; el cuadro 23 la equivalencia de las «razas holandesas» y las
mente. resistencias superadas. En esta época únicamente «R 18» no había fracasado en
Por lo general las manchas de Bremia tienen dimensiones del orden de 1 a Francia. La estrategia a considerar en un fuluro seria transferir a la vez en las
2cm . delimitadas por las nervaduras secundarias, pudiendo generalizarse a variedades venideras muchos genes «nuevos» provinientes de las lechugas sil­
toda la hoja en las plántulas. vestres.
En las variedades más sensibles (ejemplo: «Maravilla de invierno») los La lucha química contra Bremia se ha basado durante mucho tiempo en los
ataques de Bremia pueden afectar a toda la superficie de las hojas exteriores del ditiocarbam atos: zineb en las plantas jóvenes, maneb, mancozeb o tiram (pro­
cogollo tom ando un aspecto sistèmico. ducto éste interesante p o r su efecto sobre Botryiis) en las plantas más viejas.
Las conidias de Bremia germinan a menudo a través de un filamento, Los tratam ientos debían ser precoces y a menudo repetidos, para conseguir una
favorecidas por un breve humedccimicnto (3 h mínimo) a la tem peratura óptima situación perfectamente sana en el m omento en que su interrupción se imponía
de 15°C. Pueden citarse com o tem peraturas cardinales: 2-15-20 °C, o mejor an te el tem or de residuos en la cosecha (seis semanas antes de ésUi. estado 14-
todavía definir un óptim o entre 5 y 10 °C durante la noche y de 13 a 20 °C 16 hojas).
durante el día. Un breve período seco en medio de la jornada favorece, sin Los antimildius sistémicos o translaminares (ejemplo: metalaxil. fosetil Al.
duda, la diseminación de las conidias por torsión brusca de los conidióforos. propam ocarb) permiten en un principio una mejor eficacia y una acción de
Los veranos lluviosos de Europa del Norte, el otoño y la primavera del Mediodía m ayor duración. La adición de 12 mg. de m etalaxil/dm ' de substrato utilizado
francés y el invierno de los países mediterráneos meridionales permiten el en el semillero puede proteger del mildiu a las lechugas hasta la cosecha \ No
desarrollo de Bremia en cultivo al aire libre. Las condiciones de cultivo en obstante, las cepas de Bremia resistentes al metalaxil ya han hecho su aparición.
invernadero con calefacción moderada o bajo abrigo frío resultan todavía más
favorables para Bremia. M étodo no hom ologado en Francia en 1989.
486 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 487

CUADRO 22 capaces de contribuir a la mejora de la lucha: buen drenaje, evitar el negó antes
Genes y «factores» de resislencia en la lechuga frente a Uremia lactucae del am anecer o en tiempo nublado y en cultivo bajo invernadero com binar la
calefacción con la ventilación por la mañana.
Varfcdades de lechuga que drvrmpenan cl papel de tienes o factores de resistencia
hu&pedes difereocûde»

C obham -G rccn Sensible a todas tas razas • Oidio de las lechugas y escarolas
Lcdnikyu Dm 1
Blondine D m 1 + D m 13
Erysiphe cichoraccarum (sensu srrícto...) es el agente del oidio de las Com ­
UCM2 Dm 2
D andie Dm 3 puestas. Se delecta frecuentemente en las escarolas, en particular durante los
T 57 Dm 4 otoños mediterráneos. Procede probablemente de las compuestas silvestres (ejem­
V alm ainc. V alvcrdc D m 5 /8 plo: Senecio). Su tem peratura óptim a es del orden de 22 °C. El oidio es suficien­
Sabine Dm 6 temente im portante en el Rosellón com o para motivar un tratam iento que
M usette D m 6 + D m 11
D m 7 1 D m 13
com porta la aplicación de un producto antioidio en l¡is plantas jóvenes (metil-
G I.6 5 9
B ourguignonne 9 b R. , - R . tiofanato en la cam paña 87-88..., pero E. cichoraccarum puede convertirse en
Sucrinc D m 5 /8 1 D m 10 resistente a los bencimidazolcs).
C apitan D m II Las lechugas son muy raram ente atacadas por el oidio, la mayoría de los
Pennlake D m 13
tipos cultivados son inmunes, a excepción de las batavias am ericanas de tipo
V anguard 75 D m 7 + D m 10 -r D m 13
Sa Hier D m 1 + D m 3 -4- D m 7 -f D m 16 «Grandes Lagos», en ocasiones importadas a Europa ante la demanda de los
K incm ontcpas D m 10 + D m 13 + D m 16 países nórdicos.
P rad o (H ikle) R 12
M ariska R 18
• «Antracnosis» de la lechuga y de las escarolas (fig. 121)
(O rí 5 v Dm 8 >un consideradas como sinónimas I us mimeios que no aparecen jxrrtencccn a algunos «(actores-
desciitos que de hecho corresponden a la reunión de muchos genes. La única resistencia que no es superada en
Francia o R 18. Ninguna variedad de invernadero estaba provista de ella en IWA)
Se trata de una denom inación incorrecta, pues esta enfermedad no está
provocada por un Colictotrichum. sino por un Marssonina (A/, punuttontuna)
para el cual recientemente se ha propuesto la nueva denom inación de Microdo-
C U A D R O 23
chium panattonianum (lo que parece absurdo, los Microdochium poseen conidias
Equivalencia entre las «razas holandesas» N I. de Uremia luctucae no tabicadas y no bicelulares com o los Marssonina. incluido el de la lechuga).
y los genes de resistencia que superan
M. panattoniana produce microacérvulas (un centenar de esporas) situadas bajo
N I. 1 supera D M :2 la cutícula. Induce la aparición de manchas oscuras necróticas de reborde
NL 2 :2. 3. 5/X. 6. am arillo, cuyo centro puede perforarse originando una «acribilladura». Dis­
NL 3 :5/8. 6. 7.
NI 4
em inado por las lluvias, con un óptim o en torno a los 20 °C, es un hongo
:2. 5 /8 . 7.
NL 5 :3. 7. propio de los cultivos al aire libre. Su aparición es esporádica y puede perpetuarse
NL 6 :2. 5 /8 . 11. sobre los restos de cultivo en las lechugas silvestres (L. sémola) y transmitirse
NL 7 :2. 3. 6. 7. por las semillas. Tam bién se pueden detectar ataques sobre las escarolas.
NL 10 :2. 3. 5 /8 . 6. 7. En las parcelas donde la enfermedad se ha manifestado, se establecerá una
NL 11 :5/8. 6. 7. 16.
NL 12 :5 /8 .6 . 7. 11. 16.
rotación de tres años. El captafol y la diclofluanida eran bastante efectivos
NL 13 :3. 5 /8 . 7. 11. d urante los años 60.
NL 14 -.2. 3. 5 /8 . 6. IL
NL 15 :2. 3. 5 /8 . 7. II.
NL 16 :1 3 .5 /8 . 6. 7. I l, 16. • A lternariosis de las escarolas

Alternaría dauci f. sp. endiviae es morfológicamente similar a A. sola/ti o A.


Estos nuevos productos deben, por tanto, ser prudentemente alternados o dauci. Se delecta sobre todo en escarolas, con un síntoma típico de manchas
combinados con fungicidas de am plio espectro. redondeadas u ovales delimitadas, que a m enudo poseen un centro claro
Estas indicaciones sobre los métodos de lucha genética o química no nos ( f ig . 1 2 2 ).
deben hacer olvidar los métodos de cultivo, insuficientes por sí solos, pero Causaba daños en el Rosellón a partir de otoño y en Sicilia durante la
488 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 489

• Septoriosis y Cercosporiosis (o Cercosporosis) de la lechuga


Ambas enfermedades son meramente episódicas en climas templados o
mediterráneos \ pues exigen para su desarrollo a la ve/ calor y humedad (tem­
peraturas comprendidas entre los 20 y 30 °C, diseminación por la lluvia).
Resultan graves en condiciones tropicales húmedas. Septoria lactucue a
temperaturas próximas a los 20 °C es un hongo «maculicola» (picnidios en el
centro de manchas necróticas). Por contra, bajo temperaturas más elevadas
(medias de 25-27 °C) provoca el amarilleo de hojas enteras y los picnidios
aparecen sobre un tejido foliar todavía vivo.
Los ataques de S. ¡actucae se producen bien a partir de las semillas ( se
deben de examinar éstas con lupa binocular para poder descubrir los picnidios).
Figura 121.— H oja tic lechuga rom ana atacada por Marssontna punattontuna.
o bien en las explotaciones en las que el cultivo de la lechuga es continuo
(perpetuación sobre los restos de cultivo).
Contrariamente, Cercospora longissima (que provoca la aparición de manchas
temporada invernal. Se ha detectado también en la Costa de Marfil. Antaño los
necróticas de contorno irregular, de 3 a 6 mm) se manifiesta en parcelas nuevas
lotes de semillas de escarolas se encontraban contaminados frecuentemente.
en el cultivo de la lechuga, lo que sugiere la existencia de un huésped silvestre
Las escarolas rizadas son menos sensibles; la lechuga en inoculación artificial
(¿fíidens. Emilia spp.?) todavía no identificado.
solo manifiesta algunos puntos necróticos de hipersensibilidad.
J. Foumet demostró la eficacia del tienomilo en ensayos realizados en
Este taxón tic Alternaría es cada vez más raro en los últimos años (¿debido
Guadalupe, tanto por medio de la obtención de las plantas en semillero en un
a la preocupación que han manifestado los productores de semillas al suministrar
substrato al que se le había aplicado este producto (5 mg/planta), como a
semillas sanas o al efecto de la abundancia de fungicidas aplicados para combatir
través de la pulverización de los tablares al inicio de la vegetación.
otras enfermedades?).
No obstante, puede llegar el momento en que Septoria y Cercospora se
muestren resistentes a los bencimidazoles...

• Royas de las lechugas y escarolas


De forma episódica se pueden detectar, en lechuga, los ecidios de Puccinia
opizii en algunas parcelas próximas a las ciénagas invadidas por Carex (huésped
de las fases II y 111).
F.n las escarolas y achicorias, por contra, frecuentemente se aprecian las
uredo y teleutosporas de una roya cuyo nombre completo es: Puccinia hieracii
var. hieracii f. sp. endiviac.
Las pústulas, de color herrumbroso (uredosporas) y después marrón oscuro
(teleutosporas). muy numerosas, invaden las hojas enteras. Más raramente, se
observan plantas enanas portadoras de pústulas en todas sus hojas.
Esta enfermedad se observa en los países mediterráneos, en general durante
la temporada otoñal. La incubación, sin lugar a dudas, es muy larga y no se ha
previsto ningún programa particular de tratamiento.

• Ejemplos de programas de tratam ientos anticriptogámicos


Los programas de tratamientos en lechugas, escarolas y achicorias deben de
considerar todos los parásitos que causan daños en un medio determinado.

• La Septonosis, sin em bargo, debe ser frecuente en los cultivos •■porta-granos-, puesto que a
Figura 122.— Alternaría porri f. sp. endiviae en la Escarola.
m enudo se detecta en las semillas contaminadas.
490 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 491

tanto los hongos del suelo (Sc/erotinia, Botryiis) com o los específicos de las El Mosaico de la lechuga se manifiesta a comienzos del ataque mediante un
hojas (ejemplo: Bremia). esclarecimiento de las nervaduras. Rápidamente se aprecia un mosaico, en
En el cuadro 24 se presentan tres ejemplos. Los parásitos detectados prin­ ocasiones poco neto, ju n to a las nervaduras y siempre acom pañado de un
cipalmente son: im portante retraso del crecimiento y de un acogollado deficiente.
Numerosos pulgones pueden transm itir este virus, los más específicos de la
CUADRO 24
lechuga (ejemplo: .\asonovia rihis nigri) no .son precisamente los mejores vectores.
El mosaico de la lechuga se ha detectado también sobre numerosas C om ­
Ejemplos de program as de tratam ientos Utosanitarios practicados durante los años 80.
puestas: escarolas, Senecio, Cerraja (Sonchus). Lactuca virosa y v arióla (consultar
E scarola al a ire libre Lechugas b ajo abrigo lech u g as-im ern aileriis ingleses no obstante el siguiente apartado) y malas hierbas de otras familias: hierba
— plantación «le otofto — Koscllón (m anual «le
— R n ttllta 1987-1488 invierno I‘«t7-1VHH J . T. F le td ie r, 19841
pajarera (Stellaria media), muraje (Anagallis anrnsis), zurrón de pastor (Capsella
bursa-pasioris), cenizos (Chenopodium sp.) y ortiga (Urtica sp.).
Fungicidas Ip ro d io n a 75 m g /d n v M etalaxil — Folpet
La transmisión por la semilla constituye, sin em bargo, la principal fuente de
en el 15 1 2 l0 m g / d m 'o
substrato propamocait» 220 m g/dm ' transmisión del virus, por lo que la utilización de semillas sanas (menos de
1/1.000 en la mayoría de los casos y menos de 1/30.000 en algunas zonas de
Semillero M aneb f Zineb (altern ad o con
(dias) 10 m ctiltiofanaio. insecticidas)
California muy ricas en pulgones alados) constituye el mejor método de lucha,
15 Pirim icarb eventualmente ayudado por la aplicación de tratam ientos aficidas sobre las
20 Zineb plantas cultivadas en semillero.
25 Zineb + T iram La producción de semillas sanas se ajusta a un esquema estructurado en dos
I ras la (sem anas) (n ú m ero de hojas) (sem anas) etapas: producción de una «superélite» en invernadero «insect-proof» (con
plantación. 1 Ip ro d io n a + co b re 7-9 M an eb + 1 tiram mallas especiales en el que no puedan penetrar los insectos) y segunda generación
2 Pirim icarb Vinclozolina 2 tiram plantada en condiciones desfavorables al virus (ej: zonas mediterráneas de
3 Vinclozolina 11-13 Ip ro d io n a 4- 3 iprodiona
4 insecticida
altitud media), bajo condiciones de aislamiento, con producción de las plantas
4 iprodiona
5 Vinclozolina 15-16 V inclozolina 5 fumigación T C 1 en bastidores protegidos para transplantar posteriormente, tratamientos aficidas.
IK-20 Fosetil-AI + (< iprodiona depuración, etc.
6 M aneb + insecticida Iprodiona 7 iprodiona Los métodos de control del estado sanitario de las semillas han sido progre­
8 fum igación 1C 3 sivamente mejorados desde los años 60: examen de millares de plántulas en
(tetradoronitrobcnccno).
invernadero y más tarde indexación de los extractos de 700 plántulas sobre
Chenopodium quinoa; actualmente se aplica el test ELISA en extractos de 200
— En escarolas en el Rosellón: Sclerolinia. Rhizoctonia. Botrytis, Oídio. semillas.
Alternaría, Masssonina, bacteriosis: A menudo, el esfuerzo de las firmas productoras de semillas se basa mucho
— en lechugas en el Rosellón: Sclerolinia, Pythium, Botryiis y Bremia; m ás en los métodos de control que en las condiciones de producción: los lotes
— en los invernaderos ingleses, Botrytis y Bremia (la desinfección del suelo no certificados pueden ser despachados en bolsitas para los huertos familiares,
es practicada regularmente). no suponiendo riesgo alguno a la hora de conseguir la erradicación del virus.
Sin embargo, todo ello no impide que en el huerto del agricultor aficionado, O tro medio de lucha es la utilización de variedades altam ente tolerantes. Un
variedades rústicas com o «Hoja de roble». «Batavia parda de Grenoble», «Ci­ gen recesivo, g que induce una tolerancia de m ayor o menor nivel según el
beles» o «Tora» (de m arzo a septiembre) solo necesiten productos anti-babosas. contexto genético en el cual es introducido, pero que impide en todos los casos
la transmisión por semillas, fue descubierto en los años 60 a partir de la
variedad española «Gallega de invierno» (tipo de lechuga romana de hojas
Viru s y m ic o p la s m a s en las lech u g as y e sc aro las largas y espesas de color verde oscuro y cogollo laxo). Actualmente se dispone
# de numerosos tipos varietales para el cultivo al aire libre.
• M osaico de la lech u g a (cepas clásicas)
Está provocado por un potyvirus (Leíluce mosaic virus, o l.MV) cuyas cepas • O tros potyvirus y M osaico del pepino
más comunes son transm itidas por la semilla en una tasa que puede alcanzar el La utilización racional de semillas certificadas, o de variedades provistas del
15% en los «porta-granos» infectados precozmente y el I % en las plantas gen g mejora considerablemente el estado sanitario de las lechugas cultivadas
contaminadas justo antes de la floración. al aire libre, pero pueden presentarse otros virus transm itidos por pulgones.
492 Enfermedades de ias hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 493

Algunos de estos virus constituyen las causas predominantes de mosaicos amarillea, las hojas externas se nccrosan por los bordes, tras haber adquirido
en escarolas de hojas anchas v de hojas rizadas. una consistencia quebradiza '.
Fundamentalmente podemos encontrar: Los síntomas en las escarolas son análogos, pero éstas apenas son cultivadas
— Cepas aberrantes del Mosaico de la lechuga («LMV.lv) generalmente no en condiciones estivales.
transmisibles por la semilla en la lechuga, capaces de atacar a las escarolas y a En efecto, los síntomas aparecen cuanto más soleado es el ambiente y la
ciertas Compuestas silvestres. Se perpetúan sobre éstas últimas, o gracias al atmósfera es más seca.
solape de cultivos sensibles. Los daños provocados por este virus sólo fueron plenamente apreciados a
— El Mosaico del nabo (TuMV), virus que encontraremos en el capítulo de partir de los años 80, gracias al progreso de las técnicas virológicas. No es
las «Cruciferas» y que ataca fundamentalmente a las plantas cultivadas y silvestres transmisible mecánicamente, la serologia es compleja y su puesta a punto muy
de esta familia. Puede perpetuarse también sobre otras plantas silvestres (Stelhria. reciente. Antaño se atribuían estos daños a diversas «carencias».
(Jalinsoga). Provoca en las escarolas un esclarecimiento de las nervaduras y a F.xisten diferencias de sensibilidad al BWYV entre las variedades de lechuga.
posteriori un mosaico de manchas amarilla!» que puede acabar generando un Las lechugas de verano muy verdes (ejemplo: «Kraganer Sommer») expresan
amarilleo general. particularmente bien los síntomas. Las batavias europeas se hallan mucho
Las lechugas son inmunes a este virus a excepción de una serie de batavias menos afectadas, asi como algunos tipos de lechugas mantecosas.
americanas («Calmar», «Valverde», por ejemplo). Su sensibilidad se relaciona Algunas variedades «tolerantes» se encuentran en proceso de selección por
con un «linkage» estricto al gen Dm 5/8 de resistencia al mildiu (extracto de /.. diversas entidades privadas europeas, las cuales serán vendidas bajo la denomi­
serriota)\ nación genérica de «lechugas de verano tolerantes al calor». Una resistencia de
más alto nivel está siendo investigada entre las lechugas silvestres.
— El Mosaico de la hierba «Z’aiguille» es desconocido en Francia, dada la
F.n lita d o s Unidos síntomas análogos pueden estar provocados por el Beet
ausencia de su huésped principal Bidens pilosa (mala hierba tropical y subtropical,
yellow stunt, que forma parte del complejo de los closterovirus de la Remolacha.
de la cual adoptamos su nomenclatura antillana). Este potvvirus es muy temible
F.n las lechugas y escarolas pueden detectarse rhabdovirus, particularmente
en Florida y ataca a lechugas y escarolas en cultivo invernal.
el Amarilleo necròtico de la lechuga, cuyos huéspedes naturales son la Hierba
— El Mosaico del pepino: Las lechugas y escarolas son menos receptivas a cana (Senecio) y la Cerraja (Sonehus), muy temido en Australia. Más cercano
este virus que las Cucurbitáceas o el Pimiento. Puede detectarse sobre una para nosotros resulta el Amarilleo de las nervaduras de la Hierba cana (Sowihist/e
determinada proporción de plantas, tanto con síntomas dudosos (por indexaie yellow vein), que en los Estados Unidos, Inglaterra e Italia provoca un amarilleo
sistemático) o con manchas cloróticas, un mosaico y un retraso en su crecimiento. de las nervaduras de la lechuga. La erradicación de los huéspedes silvestres y la
Muy extraño en el Mediodía francés, en las plantas conocidas como ensaladas lucha contra el pulgón vector (Hyperomyzus laciucae) son aconsejables.
verdes, a pesar de su efecto catastrófico en otros cultivos; el CMV ha sido El Mosaico del diente de león (Dandelion mosaic) fue descrito en Inglaterra
detectado en ocasiones de forma grave en el Norte de Francia y en los Estados y en ocasiones infecta a la lechuga en este país.
Unidos.
— El Mosaico de la alfalfa (AMV) y el virus de la marehitez del haba <broad • Virus transmitidos por diversos insectos (Trips, Aleuródidos)
bean w ilt\ transmitidos también por pulgones según el modo no persistente, Hasta 1987 se creía que los cultivos hortícolas europeos estaban fuera del
han sido detectados en las lechugas. alcance del Tornato spottedwilt (Enfermedad bronceada del Tomate), transmitido
Para consultar los posibles métodos generales de lucha frente a los virus que por Thrips tubaci y Frankliniella insularis. Su reciente detección en el Tomate en
pertenecen a esta categoría epidemiológica, conviene remitirse al capítulo II. el sudeste francés incita a describir sus síntomas en la lechuga: aparición en las
hojas afectadas de numerosas manchas necróticas que les confieren un aspecto
• Virus transmitidos por pulgones según el modo persistente general «bronceado». Este ataque es a menudo unilateral y origina la malfor­
(o semipersistente) mación del cogollo \
El - Amarilleo de las lechugas y escarolas de invernadero» está provocado por
F.l principal es el de el Amarilleo occidental de la Remolacha (Beet western d Beet pseudoyellows virus (ver capitulo I), transmitido por la mosca blanca de
yellows, BWYV), muy importante en los países mediterráneos y en la región los invernaderos Trialeurodes vaporarium.
parisina. Ya se han descrito sus características generales en el capitulo 1
(lufeovirus). Ataca fundamentalmente a las lechugas cultivadas al aire libre. Los Estos síntom as puede contundirse con los que originan los fuertes ataques de los pulgones de
las ralees {Pcmphigus bursanus), cuyas colonias harinosas ve delectan en la recolección/extracción.
síntomas se manifiestan 2 ó 3 semanas antes de la cosecha por medio de un • N. del T.: flsta viro«is está ampliamente extendida en el litoral mediterráneo español, transmitida
amarilleo intcmervial de las hojas exteriores. El cogollo deja de engordar y p o r Frank/intella nccidcntalii.
4(>4 Enfermedades de ¡as hortalizas Lnfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias r otras verduras 495

El amarilleo es en este caso internervial y las hojas adquieren una consistencia La lucha contra el «big vein» se basa en las rotaciones de cultivos o en las
quebradiza. I.a gravedad de la enfermedad depende de la im portancia de las medidas específicas anti-Ülpidium. Este es eliminado con desinfección del terreno
poblaciones de mosca blanca. p o r vapor, brom uro de metilo (se recomienda tener precaución con los residuos)
Un virus transm itido por Bemisia labaci ha sido citado en California. y de forma menos habitual por el dazomet.
Prácticamente se desconoce la eficacia de los fungicidas contra ülpidium.
Algunos de ellos, considerados com o activos, no lo son por si mismos, sino por
• Virus transmitidos por el suelo los aditivos (mojantes) que contienen (consultar el apartado del capitulo II
Las escarolas y fundam entalm ente la lechuga se ven afectadas por virus dedicado a la utilización de mojantes en cultivo hidropónico).
transmitidos por ülpidium y Nematodos. 1.a escarola y la cerraja son sensibles a los virus de nervaduras gruesas en
El más im portante es el de la enfermedad de las nervaduras gruesas (Lettucc inoculación artificial.
big vein *). El virus puede sobrevivir ocho años en los quistes de Ülpidium. Los Un agente infeccioso transm itido por un Ülpidium puede provocar también
síntomas se manifiestan a partir del estadio 5-6 hojas , y consisten en una un síntoma diferente: la Enfermedad de las manchas anaranjadas, más o menos
clorosis de las nervaduras que se hace acom pañar de una ralentización del aceitosas y visibles en un principio en el envés de las hojas. Estas manchas
crecimiento de las zonas intemervialcs.lo que da a la hoja una consistencia evolucionan hacia necrosis o podredumbres dependiendo del microelima.
rugosa y un porte erecto, apareciendo las nervaduras deformadas v en relieve Este síntoma observado en I íolanda, en Bélgica y en Francia, presenta la
(fig. 123). misma epidemiología que la enfermedad de las nervaduras gruesas.
Los síntom as son tan to más netos cuanto las tem peraturas se aproxim an En muchas zonas se han detectado virus transmitidos por nematodos en
más a los 10 °C. lechugas y escarolas, que en algunas ocasiones han alcanzado una cierta impor­
tancia, como ocurre en el caso de la lechuga en el Norte de Francia.
Se trata tanto de Nepovirus que provocan síntomas de manchas anulares y
líneas sinuosas clorótieas o necróticas (ejemplo: Tomata black ring, transmitido
por Longidorus). com o de cepas de Tobacco rattle (achicamiento, porte hundido,
anillos amarillos) transm itidos por Trichodorus sp.

• Micoplasmas
En Estados Unidos la cepa «Eastcrn» de Aster Yellows provoca el «Rio
Grande discase» de la lechuga, descrito en Texas. Se aprecia una clorosis de las
hojas del corazón, cuyo desarrollo se detiene, acom pañada de exudaciones de
látex que forman am pollas rojas pegajosas. El cogollo no se desarrolla y es
reemplazado por algunos muñones de hojas abortadas. La planta adquiere una
consistencia quebradiza. Este síntoma se ha vuelto a detectar en Italia, donde
se ha com probado la presencia de micoplasmas. Igualmente pudimos constatar
este síntoma en 1988 sobre las lechugas y batavias en la región francesa de
Ardéche.

S ín to m a s no p ara s ita rio s

Las «enfermedades fisiológicas« de la lechuga son numerosas, algunos diag­


nósticos de «carencias« se prestan a la confusión con síntomas propios de
virosis:
lis u ra 123. Síntom as de la enferm edad de las nervadura!, gruesas en una hoja de Batavia <B)
— Fósforo: enanismo, hojas de color verde deslustrado o bronceadas, mal
c o m p arad o s co n tai» características propias de u n a hoja sana (A).
acogollado.
* Las pan ícu las de este virus n o fueron observadas hasta 1983. N o gu ardan ningún tipo de
— Calcio: necrosis marginal.
relación con los grupos clásicos: alargadas. 350 • 18 nm . R N A de doble cadena. — Potasio: hojas oscuras, necrosis marginal.
496 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 497

— Magnesio: hojas pálidas, clorosis interncrvial. Algunas variedades antiguas de lechuga (ejemplo: «Lilloise») muestran tan
— Manganeso: hojas cloróticas. necrosis interncrvial. gran sensibilidad que resulta complejo com prender com o se han podido llegar
— Molibdeno: necrosis marginal en hojas deformes en forma de cuchara. a cultivar.
— Cobre: Clorosis intem ervial, necrosis terminales y laterales. A menudo a la necrosis marginal descrita con anterioridad y detectada
— Boro: hojas duras y quebradizas, atrofia de las raíces. sobre las hojas adultas, se asocia otra necrosis marginal e interncrvial de las
En este apartado insistiremos en los daños de etiología compleja o que hojas jóvenes, que puede manifestarse en el cogollo y estar ligada a una insu­
pueden prestarse a la confusión con enfermedades. ficiente evacuación por parte de las hojas del agua que la planta ha absorbido
N o se deben confundir con el «big vein* los daños por frío: 15 ó 20 días a través de las raíces.
después de una helada ligera se puede detectar en un estrato de hojas una Este síntoma tiene lugar en tiempo cálido y húmedo.
apariencia rizada y cubierta de ampollas en el haz. En la zona del envés En clima tropical húmedo am bas formas de necrosis marginal se manifiestan
correspondiente a las am pollas, la epidermis se encuentra desprendida del con violencia en los suelos ferralíticos descalcificados. La elección varietal se
mesofilo y está tensa com o la piel de un tambor. reduce a las «lechugas carnosas» (ejemplo: «Sucrine», «Madrileña») y a ciertas
La Necrosis marginal o «Tip bum» se manifiesta en sus inicios por medio de batavias (ejemplo: «Minetto»).
pequeñas manchas oscuras en el borde de las hojas, que se vuelven necróticas La lechuga es muy sensible a los herbicidas de tipo fcnoxiacético (ejemplo:
o confluentes. Están ocasionadas por la ruptura de los canales laticíferos y por 2.4-D, M .C.P.A.), que provocan en ella epinastia y deformaciones foliares. Es
la toxicidad del látex em itido. Si la hoja continúa su crecimiento, se deform a y también muy sensible a la salinidad originada por un exceso de abonos clorados
el borde se desgarra (fig. 124). o sódicos.

II. Enfermedades de la -achicoria de Bruselas» o


«endivia» y achicorias silvestres (Cichorium intybus)

C. intybus existe en estado silvestre en casi toda Europa. Dos centros de


diversificación han dado origen a algunas variedades utilizadas como «ensaladas»:
Italia, de donde son originarios los tipos de hojas rojas, hoy extendidos por el
resto de Europa («Verona», cuyos cogollos se producen en el campo a principios
de añ o , tras una parada de vegetación invernal y «Chioggia», cultivada de igual
m odo que las escarolas y disponible a lo largo de casi todo el año).
,0En Bélgica, desde mediados del siglo XIX se diferenciaron de forma
causal entre las plantas de «achicoria-café» (cuyas raices se secan y tuestan para
Figura 124.— Necrosis m arginal en una hoja de lechuga.
obtener un sucedáneo del café) unas líneas que eran capaces, después de cosechar
sus raíces, de brotar produciendo unas pellas apretadas de hojas blancas o
«endivias». Estas líneas seleccionadas se conocen actualmente con el nombre de
En tiempo seco, la necrosis se detiene; en tiempo húmedo puede servir de «achicorias de Bruselas», «Witloof» o «endivias» y en su producción existen
puerta de entrada a Pseudomonas pectinolíticos o a Botryiis. Las hojas que dos fases claramente delimitadas:
rodean el cogollo son particularm ente sensibles. — el cultivo de raíces en campo (siembras primaverales en Francia);
Este tipo de necrosis marginal se ve favorecida por los factores siguientes: — el «forzado» de estas raíces en la oscuridad a tem peraturas de 14-200 C.
— sol brillante que sucede a la niebla matinal; p ara que aquellas broten y formen los cogollos apretados de hojas blanquecinas
— alimentación calcica insuficiente, tanto primaria, como secundaria debida o «endivias».
a alternancias de sequía y de humedad, o a un enraizamiento insuficiente; Tradicionalmente este forzado se realizaba en excavaciones donde se recubrían
— carencia en potasio, pero también exceso de éste en relación al magnesio; de tierra las raíces dispuestas una junto a otra. Un esfuerzo de selección realizado
exceso de nitrógreno en relación al fósforo. a partir de los años 50 en el INRA-Versalles ha conllevado actualmente a
Tam bién interviene un factor varietal: la necrosis apical constituye al igual
que las enfermedades parasitarias una gran preocupación para el mejorador. “ N. Jet T.: T exto m odificado del original, para su m ejor com prensión.
498 Enfermedades de Ias hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias r otras verduras 499

utilizar híbridos F com o «Zoom», que no necesitan de tierra de cobertura para • Sclerotinia
producir cogollos cilindricos y firmes. Las raíces son forzadas en túneles oscuros
En el cultivo de la «endivia«. la especie más im portante que aparece de este
o, actualmente, en salas climatizadas (con la tem peratura y la humedad relativa
hongo es Sclerotinia selerotiorum, de gruesos eselerocios (si en Perpiñán se
controladas) donde las raíces están colocadas en recipientes de chapa o de
tratara de introducir la producción de raíces, éstas serian sin lugar a dudas
plástico apilados. Estos com partimentos están provistos de iluminación con
atacadas por .S. minor).
tubos fluorescentes verdes para poder efectuar manipulaciones eventuales sin
Sclerotinia. produciendo en el campo ataques esporádicos en el cuello o la
que las «endivias» adquieran una coloración verde. Los recipientes se rellenan
base de las hojas, encontraba en los lechos de forzado rccubicrtos con tierra, el
de turba o bien son recorridos por una solución nutritiva que humedece la base
m edio más favorable para su desarrollo, gracias a las «bolsas de aire» existentes
de las raíces.
entre las raíces, apretadas unas contra otras, y los suelos ligeros utilizados para
Este cambio de técnica ha modificado profundam ente la patología de la
recubrirlas.
endivia.
Entonces se observaban verdaderos «nidos« de podredum bre que atacaban
al cuello de las raíces y a los cogollos con producción de gruesos eselerocios.
E n fe rm e d a d e s que a fe c ta n en el cam po Los métodos de lucha se centraban en la elección de los terrenos destinados
En el Oeste de Francia, se han observado recientemente ataques de Thiela- a la producción de las raíces: evitar los viejos terrenos hortícolas y, en gran
viopsis basicola en las raíces de la «endivia». Si la invasión es precoz, puede cultivo, escoger preferentemente com o precedentes los «cereales» a las dicotile­
provocar deformaciones de éstas, haciendo que la manipulación resulte difícil. dóneas. Seguidamente los suelos de los lechos y la tierra de cobertura debían ser
Sea cual sea el tipo varietal, las rosetas de hojas que produce en el campo desinfectados con vapor o por medio de fumigantes, o impregnados de quinto-
C. intyhus por lo general son menos atacadas por las enfermedades que las de ceno (dosis del orden de 70 g de m .a./m 1).
las escarolas de hojas anchas o estrechas. Sin embargo, se pueden detectar Los métodos m odernos de forzado han eliminado, en principio, las posibi­
Oidio y más raram ente ataques de Roya (Erysiphe cichorucearum. Puccinia lidades de invasión grave de Sclerotinia.
hieracii var. hieracii) frente a las cuales, por lo general, no se practica tratamiento La introducción de Sclerotinia a través de las raíces se combate por medio
alguno. del remojo de éstas en un caldo de tiabendazol 1 — iprodiona (100 y 75 g de
Cuando se realiza algún tratamiento, éste suele destinarse fundamentalmente m.a./lOO litros).
a disminuir el nivel de contam inación de las raíces y de las bases de las hojas
• Phytophthora
por los parásitos que se manifiestan posteriorm ente a lo largo del forzado
(Sclerotinia, Phytophthora, Phoma. Erwinia —consúltese el siguiente apañado— ). P. cryptogea (óptim o de desarrollo hacia los 21 cC) ha sido frecuentemente
Algunas necrosis marginales, en las que intervienen Pseudomonas pectinoliticos la más señalada en los lechos con endivias recubiertas de tierra. El exceso de
(P. marginalis, P. cichorii) se ven favorecidas sobre todo por un exceso de humedad y la temperatura excesiva favorecen esta enfermedad que se manifiesta
fertilización nitrogenada. a través de una podredum bre húmeda que comienza por la base de la raíz.
Afectan sobre todo a las hojas del corazón de las rosetas. A ntaño se recomendaba la desinfección de la tierra de los lechos de forzado con
El Mosaico del pepino y el BWYV pueden afectar a C. intybus. pero por el metam-sodio. la mejora de su drenaje y el descenso de la tem peratura de
momento la producción de raíces no se realiza en condiciones mediterráneas de forzado hacia los 14 °C.
llanura, donde estos ataques podrían ser muy graves " ".
• Phoma
E n ferm ed a d e s que se m a n ifie s ta n d u ra n te el fo rzad o El taxón que ataca a la endivia es denom inado actualmente P. exigua var.
exigua. Tam bién se advierte sobre la patata. C ontam inando superficialmente
Su importancia relativa ha variado en estos últimos años con la evolución raíces y tubérculos penetra en su carne a través de las heridas realizadas en el
de las técnicas, constatándose la regresión de Sclerotinia y de Phytophthora y la m om ento de la recolección, al seccionar obligatoriam ente a unos 15 ó 20 cm del
aparición de una grave enfermedad bacteriana. cuello la larga raí/ pivotante de la endivia.
D urante el forzado, este hongo provoca una podredum bre negra, que pro­
' R ecientem ente en E spaña se lia puesto cu m arch a la p roducción de raíces y de pellas, peru
el cultivo tiene lugar a 600 m etro s de altitud.
gresa lentamente a partir de la base de la raíz. En los cultivos hidropónicos. la
'* iV. det T.: D esde m ediados de los a ñ o s 70 puede hablarse de producción española de achicoria
de Bruselas, q u e en la actu alid ad se basa m ay o n tariam cn te en e w híbridos y altam ente especiali­ u Este pro d u cto ligeram ente penetrante, pero no sistcm ico en las pellas, debe preferirse prio­
zadas. ritariam ente al bcnoinilo, que inhibe un poco la em isión de las raicillas.
500 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias »■otras verdurai 501

producción de raicillas en el medio líquido se suprime y la pella permanece • Síntomas no parasitarios


enana o se momifica. El más temible es el «enrojecimiento del corazón» por la base de la pella,
El remojo fungicida señalado anteriormente se destina tanto a la lucha
atribuido a un trastorno de la nutrición calcica. Actualmente se tiende a reme­
contra Phoma como contra Sclerotinia. diarlo añadiendo cloruro de calcio al caldo en el que se remojan las raíces.
La fisiología de las raíces rige la producción de pellas de buena calidad, que
• Podredumbre bacteriana sólo pueden ser producidas por raíces «maduras». La producción precoz necesita,
en principio, recurrir al uso de genotipos «precoces», plantados muy pronto,
Esta enfermedad apareció a comienzos de los años SO en las salas de con artificios destinados a acelerar las vegetación primaveral (acolchado plástico
forzado que funcionaban sin tierra de cobertura. Está provocada por una cepa o bituminoso). La evolución de las técnicas de conservación de las raíces (cada
de Erwinia atroséptica diferente de la que ataca a la patata, con un óptimo vez se generaliza más la conservación en cajas paletizadas a temperaturas
térmico para la virulencia próximo a los 20 °C M. inferiores a 0 °C) puede permitir evitar esta sujeción, gracias a conservaciones
Envinia está asociada frecuentemente a Geoirichum candidum y a unos de 10 a 11 meses, en condiciones en las que estas bajisimas temperaturas
Pseudomonas fluorescentes, que quizá ejerzan un electo de sinergia (ejemplo: P impiden la evolución de contaminantes fúngicos o bacterianos.
putida) y contribuyan al fétido hedor de las pellas podridas.
La colonización bacteriana por lo general se produce a partir de los muñones
de las hojas seccionadas por el cuello de la raíz y sigue un breve trayecto
vascular hasta penetrar en las nuevas hojas de la pella por su parte mediana
III. Enfermedades del «miiamores», «hierba de los
(nervadura). La podredumbre se generaliza muy rápidamente a la pella entera canónigos de bolitas azules» o «valerianela»
si las condiciones de temperatura son favorables. Se han observado pérdidas (Valerianel/a o/itoria)
que alcanzan hasta el 9() % de la producción en ciertas salas de forzado.
Un determinado número de medidas permiten enmendar esta situación: La relación en la naturaleza y los modos tradicionales de cultivo al aire libre
— Elección del terreno donde se producen las raíces: se evitará recurrir a los hacen del miiamores una planta disponible sobre todo en otoño y a principios
antiguos terrenos hortícolas y a aquellos donde se ha enterrado recientemente de invierno (siembras de agosto a octubre). Su cultivo bajo abrigo actualmente
una buena cantidad de residuos vegetales verdes: praderas roturadas, abonos prolonga el periodo de producción hasta comienzos de la primavera siguiente.
verdes, etc. Los mejores precedentes son los cereales. Aunque no experimenta enfermedades tan graves como las de la lechuga, debe
— Fertilización equilibrada en la producción de las raíces, con un aporte de de ser protegida contra un determinado número de parásitos.
nitrógeno (restos incluidos) que no sobrepase los 130 kg/ha.
— Tratamientos cúprieos ! durante la vegetación: aunque se aconseja prácticar • Enfermedades no específicas
un mínimo de dos (finales de septiembre y principios de octubre para siembras El miiamores, como la lechuga y la escarola, puede ser atacada por Sclerotinia
de abril), algunos ensayos realizados en colaboración entre el INR A-Versal les minor. Deberá evitarse su cultivo en terrenos que sean infectados por este
y el Instituto Beauvais parecen demostrar que éstos solo comienzan a «dejarse hongo o bien se emplearán métodos de lucha análogos a los que hemos descrito
notar»* a partir de cuatro tratamientos escalonados entre finales de agosto y anteriormente. Menos sensible a Botrytis cinerea que la lechuga, puede, sin
principios de octubre. embargo, ser atacada en condiciones favorables a este hongo.
— Descenso de la temperatura de las salas de forzado: a 17 °C los daños son
mucho menos importantes que a 20 °C y todavía resultan mucho más débiles • Enfermedades especificas
a 14, incluso a partir de las raíces sospechosas.
I-as dos principales están provocadas por Peronospora valeriancUae (mildiu)
Las temperaturas del orden de 20 °C se reservarán a las primeras producciones y Phoma valeriancUae.
otoñales, que preferentemente se realizarán con raíces en el mejor estado sanitario
F.l mildiu. bajo su forma más grave, invade la totalidad de la pequeña planta
posible, gracias a las precauciones anteriormente reseñadas, que deben practicarse
de forma sistémica: experimenta un proceso de enanismo, las hojas se curvan
en el campo.
en forma de cuchara y presentan en el envés las fructificaciones características
de color gris violáceo, de este hongo.
M Esta cepa debería ser descrita próximamente por R. Sam son (comunicación personal) como
£ caroiovura subsp. odorífera.
Las plantas que presentan estos síntomas han sido contaminadas desde su
' Sería nctcrvario preguntáis« entre la elección de -cobre» o «cobre + ditiocurbam atos- y el germinación por las oosporas de Peronospora. que pueden estar transmitidas en
interés eventual que puede tener la presencia de zinc en el caJdo. gran medida por las semillas, de forma superficial.
502 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la lechuga, escarolas, achicorias y otras verduras 503

Se pueden delectar exam inando al m icroscopio el agua procedente del


Bibliografía
lavado de las m uestras de los lotes de semillas y delim itar los tipos de co n tam i­
nación: desde «sanas» hasta fuertem ente «contam inadas».
En caso de no existir u na total seguridad del perfecto estado sanitario de las
semillas, se les tra ta rá con m ancozeb a razón de 5 a 10 g de m ateria ac tiv a /k g
de semillas. • Sclerotinia y B otrytis
Seguidamente se procederá a practicar dos tratam ientos con zineb o mancozeb A dams P.B. y T ati: C .J., 1975: Factors affecting lettuce drop caused by Sderotima
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provoca m arras de nacencia y decaim iento de las plantas m ás viejas por podre­ W affelaertp .. 1969: Nouvelles perspectives de lutte contre les maladies provoquant la
dum bre parcial del cuello. Para su control es aconsejable añ ad ir iprodiona al pourriture de la Laitue. Bull. Tech. Pyrénées orientales, 51, 49-59.
tratam iento de las sem illas y añadir igualm ente este p roducto al segundo v
tercer tratam iento sobre follaje. • O tras enferm edades de origen telúrico
En condiciones relativam ente cálidas y secas (siem bras de agosto, calenta­
A m i n K .S . y S i :q u i :i r a L.. 1966: Phytotoxic substances from descomposing lettuce
m iento prim averal d e los abrigos), puede aparecer un Oídio en el m ilam ores
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que puede com batirse con éxito m ediante la aplicación de quinom etionato. 1054-1061.
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506 Enfermedades de las hortalizas
XIV
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brune de l’axe du chicon d’Fndive par traitement de la racine par une solution de
chlorure de calcium. PHM-Rev. hortic.. 283. 33-38. se utilizan hijuelos (brotes), esquejes o fragmentos de cepa (estacas, zuecas,
F o r i o t R.. H a r r a n g f r .T., P a y e n J. y S c h w i n n J.J.. 1966: Phytophtora cryptogea.
óvulos). 1.a multiplicación a través de semillas constituye un sistema utilizado
nouvel agent de la pourriture des Endives en cours de ioprçaee. Phytopathol Z . 56, com únm ente por los seleccionadores (Foi u y y más tarde Pi:c \t r en el 1NRA-
11-18. Montfavet) para crear nuevos clones como «Salanquet», de capítulos globulosos
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rectamente por semillas, pero de m omento sólo han tenido éxito en Israel (línea
• Enfermedades del «Miiamores» «Jaja-Talpiot», coobtcnida entre el INRA v la Universidad de .lerusalén).
C R. y M i :c i i f n f .a u H.. 1984: Méthode de détection de Peronospora valeriancUae.
h a m p io n
El cardo (Cynara carduhmcus) constituye una producción m enor que en
asgent du mildiou, sur les semences de mâche. Seed Sci. Technol. 7 (2). 259-26.'. Francia apenas tiene importancia, si exceptuamos el caso de la región com pren­
Vrc.H I ., C h a m p i o n R., B o u r g e o i s M. y B r u n i t D.. 1978: Présence en France de
dida entre el valle del Ródano y Lyon. Se reproduce por semilla y es una especie
Phoma valeriancUae sur Mâche. PIÍM. Rev. hortic.. 184, 39-43.
capaz de ser hibridada con la alcachofa, con la cual, de hecho, constituye una
sola especie.
Fstas plantas son muy sensibles al frío (acusan los efectos de la helada a
partir de los 0 °C y las plantas mueren tras varios dias a -1 0 CC), ralentizan su
crecimiento desde el m omento en que las tem peraturas medias sobrepasan los
20 °C. El cultivo de alcachofa se practica en las regiones costeras (Costa Azul.
Rosellón, Finistère) donde son raras las heladas y en las que durante el verano
no se acusa un excesivo calor. Fuera de Francia, Cerdeña. las regiones italianas
de Cam pania y Apulia, las zonas bajas de España y Túnez son las principales
áreas de producción.
Los años excepcionalmente fríos (en el caso de Francia: 1956, 1963 y 1985-
86-87) conllevan una considerable baja en la producción y una luerte dem anda
de plantones que los tradicionales métodos de producción tardan m uhos años
en satisfacer.
La producción in vitro además de resultar efectiva por su carácter « rege ñe­
ra ti vo» (consultar el ap a ñ ad o dedicado a los ‘-virus« en este capitulo) permite
resolver esta dificultad en determinadas variedades. Este m étodo desarrollado
en el INRA-M ontfavct. actualmente es practicado por diversas sociedades pri­
vadas.
508 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades de la alcachofa y del cardo 50»)

I. E n fe rm e d a d e s p ro v o c a d a s p o r p a rá s ito s te lú ric o s en ocasiones ha sido detectado sobre la alcachofa. Los síntomas de traqueomicosis
aparecen sobre las hojas (desarrollo asimétrico, con arqueo de la nervadura
M arras de nascencia y plantación central, pérdida de turgencia y por último necrosis de la parte afectada) v
también sobre el eje floral (cabezuela disimétrica).
En condiciones mediterráneas de multiplicación, en agosto, y bajo tempe­ En la época en la que las plantaciones de alcachofas se conservaban durante
raturas superiores al óptimo de vegetación de la planta, las plántulas de alcachofa más de tres años, a veces sufrían los ataques del «mal blanco», «podredumbre
procedentes de la siembra pueden ser víctimas de mortalidades importantes blanca» o «podredumbre lanosa» de la viña y de los árboles frutales (Rosellinia
probablemente provocadas por Rhizoctonia «AG 4», tras su transplante en el necatrix).
campo. La principal cuestión estriba en saber si verdaderamente existe en Bretaña
Ante todo, se debe evitar el riego excesivo y practicar riegos frecuentes a una «fatiga de los suelos« en aquellos suelos en los que frecuentemente se
bajas dosis (observación de F. M a r i in realizada a partir de sus investigaciones plantan alcachofas, ya que tanto los hongos y las bacterias citadas anteriormente
sobre los semilleros de selección en el INRA-Montfavet). como los nematodos (Pratylenchus spp.) podrían participar en ella. Tampoco se
Si se practica la reproducción de la alcachofa a través de semillas y se debe desatender la investigación sobre Thiclaviopsis hasicola. que no se obtiene
recurre a la siembra directa, habrá que considerar este riesgo y efectuar even- fácilmente en aislamiento, ni quizás sobre la bacteria recientemente descrita
tualmente tratamientos a las semillas con un fungicida de amplio espectro junto como agente del «corky-root» de la lechuga en California (ver capitulo XI11).
con otro fungicida más específico anti-basidiomicclos. En cualquier caso los factores desfavorables ligados al suelo sean parasitarios
o físico-químicos ejercerán su acción de forma más nociva si actúan sobre
plantas afectadas por virosis.
Pérdidas en los sem illeros y en las plantaciones jóvenes

La mayor parte de la mortalidad de plantitas de alcachofa continúa teniendo


lugar en las plantaciones estivales, principalmente en aquellas que son realizadas II. Enfermedades bacterianas y criptogámicas
con estacas o esquejes. de los órganos aéreos
Tanto en los lugares que reúnen las condiciones estivales descritas anterior­
mente como Provenza o Ccrdeña, Rhizoctonia solani es el mayor parásito. En Grasa de la alcachofa (Xanthomonas cynarae)
1970 aconsejábamos una inmersión del material de propagación en una mezcla
de PCNB 4- faltan. Los cultivadores bretones, mucho menos expuestos a este Descubierta en Bretaña por M. Rjdl (INRA-Angers), esta enfermedad
tipo de accidentes, dado que proceden a la plantación de hijuelos en abril, también se observa en el Sudoeste de Francia.
continúan mojando en la actualidad sus plantones con caldos a base de benomilo. Los daños más graves tienen lugar cuando en una primavera inestable a
metil-tiofanato o carbendazima I procloraz (alrededor del 0,2 % de materia varias heladas ligeras les suceden días cálidos y húmedos (humedad relativa
activa), eventualmente enriquecidos con productos hormonales rizógenicos ( a superior al 75 %).
base de ácido naftil-acctico). Cuatro días más tarde la bacteria (que ha invadido las brácteas de la
cabezuela gracias a los ligeros desprendimientos de la epidermis provocados
por el hielo) se manifiesta por medio de manchas aceitosas que exudan una
P arásitos telúricos de las plantas adultas mucosidad bacteriana amarillenta (llg. 125 X).
Particularmente fueron estudiados durante los años 60 en Cerdeña por Otros ataques, con síntomas análogos, pueden ocurrir tras violentas tormentas
M arras. En la base de los tallos se detecta tanto Rhizoctonia solani como estivales (impacto de gruesas gotas de lluvia). Discretas manchas grasicntas,
Sderotium rolfsii, pero también Sclerotinia selerotiorum bajo sus dos formas. desapercibidas sobre el follaje, contribuyen a perpetuar Xanthomonas.
En la parte subterránea del tallo, y sobre los rizomas, puede advertirse la La lucha por pulverización de estreptomicina, experimentada con éxito por
presencia de Erwinia carotovora. que provoca podredumbres blandas. Estos R iu í. no puede ser practicada actualmente. El uso de productos cúpricos o
ataques, especialmente en las plantaciones plurianuales, provocan mortalidades incluso de zineb (tratándose de un Xanthomonas) puede resultar problemático
que se agravan a medida que envejecen las plantas. sobre las cabezuelas a punto de cosechar.
Entre los parásitos vasculares, podemos mencionar Verticillium dahliac, que La enfermedad castigará fundamentalmente a las plantaciones que se hayan
V i g o r o u x localizó en Provenza, y el Pythium tracheiphilum de la lechuga, que pretendido ubicar en las zonas del interior, más frías que el litoral.
510 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de la alcachofa y del cardo 51 1

En el haz de las hojas aparecen manchas amarillentas mal definidas, que se


corresponden con un desarrollo de aspecto harinoso de la Oidiopsis en el envés.
La contluencia tic estas manchas origina la desecación de las hojas y el enros­
cam iento hacia arriba de las mismas.

Figura 125.— A lteraciones de las bráctcas de la c ab ezu d a e n la alcachofa.


A: Ascochyta konorum. B: Botrytis cinérea. X: Xanthomonas catnpcstris pv. cynarae.

M ild iu s y oíd io s

La alcachofa es atacada por una cepa de Bretnia loetu cae diferente de las
que atacan a la lechuga.
Las lesiones aparecen en la cara superior de las hojas a m odo de jaspeados
rojizos zonificados. En la cara inferior, Bremia fructifica en el margen de las
lesiones (fig. 126 A).
Los daños foliares pueden ser importantes en condiciones mediterráneas
invernales, a lo largo de primaveras lluviosas o durante la tem porada estival en
Bretaña. H gura 126.— F.nfcrmcdadcs foliares de la alcachofa,
Las lesiones de las cabezuelas son muy discretas y se localizan en los A: Bremia lactucac. B: R am ularia cvnarac.
extremos de las bráctcas. Según M . M o k i -.a u , no por ello son menos temibles,
pues constituyen privilegiados puntos de partida para los ataques de Ascochyta
y de Botrytis. Las zonas litorales con grandes intervalos de tem peratura y fuerte humedad
El «Oídio» más importante en la alcachofa es la llamada «oidiopsis" o Levcillula nocturna en ausencia de lluvias, favorables al cultivo de la alcachofa, son
táurico, cuya forma conídiea presenta en la alcachofa características peculiares: tam bién muy favorables a Leveillula, que se desarrolla a tem peraturas com­
abundancia de micelio aéreo intercalado entre los pelos de la planta en la cara prendidas entre los 10 y los 28 °C (otoños mediterráneos). Actualmente, en
inferior de las hojas, longitud de los conidióforos (hasta 4()0 n), conidias más caso de fuerte infección se aconseja la utilización de quinom etionato, fenarimol
anchas o más cortas que sobre el pimiento o el tomate. Características éstas que o pirazofos.
indujeron a C i c c a r o n e a considerarla una especie distinta (Levcillula composi-
tarum f. sp. cynarae), opinión que no fue com partida por T r a m i i r (INRA- O tro oidio, del tipo Erysiphe cichnracearum. puede atacar también a la
Antibcs). Uis recientes investigaciones del equipo Moi o t (INRA-M ontfavet) alcachofa en condiciones de primavera mediterránea. En este caso los conidio-
han confirmado la falta de especiaiizactón. foros aparecen en la cara inferior de las hojas.
512 Enfermedades de ¡as hortalizas Enfermedades de ¡a alcachofa r del cardo 513

Otras enferm edades de las hojas y de las cabezuelas El cuadro 25, realizado a partir de algunos docum entos recientes publicados
en Italia y Francia, trata de ofrecer un listado provisional de los virus que
El hongo Ramularia cynarae provoca en las hojas más viejas manchas pueden atacar a la alcachofa.
angulares necróticas de color claro y limitadas por las nervaduras (fig. 126 B). Sin duda. Italia sobrepasa a Francia en lo que respecta al número de virus
Ascochyta hortorum, hongo productor de picnidios y parásito de numerosas detectados, porque el equipo virológico de la Universidad de Bari viene dedi­
plantas, ataca las brácteas de la cabezuela a partir de su ápice. Las lesiones cándose a su estudio desde hace mucho tiempo: quizás también pueda influir
pueden alcanzar de 1 a 2 cm. están zonificadas, son negruzcas y se recubren de el hecho de que se trata de un cultivo muy antiguo en este país.
picnidios (fig. 125 A). A continuación nos limitaremos a d ar indicaciones más completas sobre los
Es posible que este hongo no sea m ás que un invasor secundario de las virus m ás importantes de Francia, su epidemiología, las pérdidas de rendimiento
lesiones iniciales del mildiu, o de «tip burn» com o a continuación se reseña. que pueden ocasionar y la necesidad de utilizar clones «regenerados»* por cultivo
Botrvtis cinerea también puede atacar a las brácteas a partir de la punta, de meristemos y reproducidos in vitro.
particularmente durante el proceso del transporte.
C U A D R O 25
Además suele atacar a brácteas enteras a partir de su base. La bráctea
afectada se distingue del resto por su color rojizo. El fragmento vegetal que Virus identificados en la alcachofa

sirve de «base nutritiva» queda com prendido entre dos brácteas muy distantes G rupo
N om bre ingles In ic ia l» tra n c ia It lililí O tro s luiM-s
h »inrs-lipo
(fig. 125 B).
Polyline. Artichoke latem V. A.L.V 1 + mundii entero
Dean yellow mosaic V. BYMV +
T ra ta m ie n to s fu n g ic id a s s o b re la alcachofa C uenmoviras C ueumber mosaic \ . CMV + 1+ Grecia

Cepas de BBMV Br<ud bean will V.F.A. BBWV-FA


Un determinado número de fungicidas se hallan en proceso de ser registrados Broad hean wilt V.l.A. BBWV-IA 1Provenza1 Grecia
oficialmente en F rancia para los tratam ientos de la alcachofa: productos de Broad hean will seifcj estnein BBW V (raro) Irarol
amplia gama de eficacia, anti-oídios. anti-mildius, etc. Ncpwires An. Italian latent V. A1LV Grecia
Los cultivadores de alcachofa, de hecho, no aplican tratamienfos fungicidas A it. yellow nngspot V. AYRV T-
con cierta regularidad. G racias a su carácter sistémico, los anti-oídios y anti- An bem valding V. AVBY Turquul?)
mildius recientes pueden contrarrestar los ataques de LeveUlula o Bremia, cuando Raspberry nng'pot V. RRSV lurquia. Grecia
Tomato blackrin? V. TBRV +
éstos son excesivos. Q uizá resulte azaroso aconsejar un tratam iento fungicida
con un producto de amplia gama de eficacia en el momento en que las cabezuelas lo b m iru s Tobacco rank V. TRY’ + Brasil

todavia no han rebasado el tam año de una nuez. To<nbtF>v¡ru> Artichoke mottled crinkle V AMCV , Mariuecos. Malta.
Túnez. Grecia

Pelargonium Pelargonium zonate PZRV ~ + —


«mate ring spot virus
III. Los virus de la alcachofa nng »poi virus

Tomaio »poned Tomato -.potted wilt V. TSWV - Argentina.


Nuestros conocimientos al respecto han progresado durante los últimos wilt virus Australia
años, no únicamente por la impresionante ampliación de la lista de las infecciones P iU n rin » Artichoke curlydwarf V Acnv - California
víricas posibles (19 virus catalogados en 1988), sino también por una mejor
lia n iras Tobacco streak V. TSV Brasil
apreciación de los porcentajes de las plantas afectadas en las diversas regiones
de producción, y por algunas estimaciones de las pérdidas de rendimiento (en Iobamo» iras Tobacco mosaic V TMV - +
com paración con las procedentes de las plantaciones realizadas con material Rhabdovine. Cynara rahbdovirus CyRV + hspaña
vegeuil regenerado de cultivo de meristemos).
Los virus más extendidos no son los que originan los síntomas más espec­
taculares. Hay virus que provocan síntomas débiles o nulos y que sin em bargo • «Virus latente de la alcachofa» (ALV)
pueden afectar a un 80 ó 100% de planta?* c inducir pérdidas de un 15 a un Es un potyvirus transmisible por numerosos pulgones. Resulta difícil atribuirle
30 % aisladamente y de un 50 % cuando actúan en «complejo». síntom as particulares. Recontamina muy rápidamente las plantas sanas aisladas
514 Enfermedades de fas hortalizas Enfermedades de la alcachofa y del cardo 515

de siembras o de cultivo in vitro si éstas no son muy numerosas y no están nepovírus, de entre los cuales uno no provoca síntom a alguno («virus latente
aisladas. En buenas condiciones de cultivo, se 1c pueden atribuir mermas de italiano» de la alcachofa) y otro es un «tombus virus» (vinis próximo al «Tomato
cosecha del orden del 15 al 20 %. 1odas las variedades tradicionales de alcachofa bushy stunt». transm itido por el suelo sin intervención de vector).
son portadoras, en el m undo entero y los nuevos clones han sido rápidamente
recontaminados. • Influencia del factor «suelo» en las mermas de rendimiento
provocadas por los virus
• Virus del grupo de la «Marchitez del Haba» (BBWV) Sin abordar las controversias relativas a los «decaimientos de la alcachofa»
Los más frecuentes sobre la alcachofa, el BBWV-FA en Bretaña y el BBWV en España o en I 'u n e z p o d e m o s dar cuenta de las investigaciones realizadas
1A en el entorno m editerráneo (pero muy raro en Provcnza), sólo son transm i­ en Bretaña por A. Míe, morí (INRA-Rennes) para suponer que existe una
tidos por el Pulgón de la alcachofa Capitophorus horni interacción entre una «fatiga de los suelos cultivados de alcachofa» y las pérdidas
Los síntomas de la cepa FA son difíciles de definir (amarilleos ligeros, por de rendim iento inducidas por el complejo de virus ALV • BBWV-FA que
placas, de aparición fluctuante), mientras que la cepa 1A, en complejo con la azotan a esta región:
AI.V provoca un mosaico amarillo.
La recontam inación de las plantas sanas es más lenta que en el caso del
ALV, si se considera el pulgón vecior. Las pérdidas de rendim iento provocadas Sucio desinfectado ( t i l , 13.) Suelo no dcsinfcclado
por el BBWV-FA pueden ser estimadas en un 25-30 % , y las provocadas por el P lantas sanas 13,2 t/h a . S.8 t/h a .
complejo ALV + BBWV-FA en un 45-50 %. Las poblaciones tradicionales de Plantas afectadas p o r el virus 6,5 t/h a . 2.8 t/h a .
«Camus de Bretaña» acogen de un 40 a un 70 % de plantas infectadas por este
complejo.

La merm a de rendimientos que alcanza un 50 % en suelo desinfectado ?»e


• Virus del Mosaico del Pepino
eleva hasta un 70 % en suelo «fatigado».
La contaminación provocada por este virus suele ser un fenómeno bastante
raro en la alcachofa, incluso en el Mediodía francés, los porcentajes de plantas • Cómo sacar un mayor provecho de las plantas regeneradas y
atacadas son muy bajos. Fastas presentan una fuerte reducción del crecimiento multiplicadas in vitro
y detormaciones foliares, con una merma del rendimiento de más del 5 0 v<.
Contrariam ente a lo que ocurre en Francia en el caso del ajo y en la
m ayoría de los países europeos en los casos de la p atata o la fresa, no existe
• Virus transmitidos por via telúrica ninguna organización oficial francesa dedicada a la producción de plantitas
En Francia tan sólo se conocen dos, que se han manifestado en determinados p ara la multiplicación de alcachofa bajo selección sanitaria. Algunas sociedades
términos de Bretaña. La proporción de plantas contam inadas no sobrepasa el privadas especializadas en el cultivo in vitro han propuesto a los cultivadores el
20 % en las parcelas m ás afectadas. Se trata del Tomata black ring, nepovírus uso de plantitas en vasos de «compost» directamente procedentes de los tubos
transmitido por Longidorus attenuatus, y el Tobacco ratt/e transm itido por de cultivo.
Trichodorns primitivus. Este último nem atodo se encuentra muy a menudo En primer lugar debemos especificar que esta operación posible para las
presente en Bretaña en las parcelas de alcachofa. especies «Camus de Bretaña», «Macau de Hyéres» o las nuevas variedades
IN RA com o «Salanquet», no es recomendable para la «Violeta de Provcnza»
Se puede detectar el virus al trasplantar en muestras de estos suelos plantas
de tabaco «Xanthi» o Physalis flaridana. Las hierbas espontáneas de la especie (ejemplo: Clon INRA «VP45»), o para las variedades españolas e italianas del
So/anum nigrum se ven afectadas en mayor proporción que las alcachofas. mismo grupo varietal. Estos cultivares evolucionan en cultivo in vitro, y algunas
La pérdida de rendim iento en las plantas afectadas por el Tomato black ring «variaciones somato clónicas» que aparecen en débil proporción en multiplicación
se estima en un 40 % . los daños provocados por el Tobacco rattle todavía no tradicional se manifiestan ampliamente, frente al tipo norm al, en reproducción
han podido ser evaluados. acelerada in vitro. Nos referimos al tipo «Pastel», de cabezuelas más abultadas
En Italia, la situación es todavía más compleja, ya que se han detectado tres y hojas y brácteas más recortadas. I'res semanas más tardío, inadecuado a la

¿I.a salinidad del agua de riego y una incom pleta fertilización son suficientes en T únez para
' Este pulgón, q u e realiza su ciclo com pleto en los cardos (Cirsium spp.) se perpetúa en la ag ra v ar considerablem ente el efecto de A t.V , o se debe considerar la intervención de una bacteria?
alcachofa bajo form a paricnogem ca, en p articu lar cu la» zonas costeras de inviernos dulces. ¿O cu rre lo m ism o en I A paña, o existe otn» Potyvirui de la alcachofa m ás agresivo que el ALV?
516 Enfermedades de fas hortalizas Enfermedades de ¡a alcachofa i del cardo 517

producción otoñal y en una menor proporción también es de destacar el tipo lidad de virus. La fase durante la cual, podrían ser graves los daños por
«Bull» de hojas enteras y débil rendimiento. podredumbres, es decir, la cincuentena de días durante los que las hojas se
Para el resto de cultivares. las plantas procedentes de reproducción in vitro. recubren con un cilindro de paja, de cartón ondulado o de plástico de colores
de precios relativamente elevados, tuvieron un cierto éxito en los sistemas en los vivos, no parece acarrear muchos problemas, sobre lodo si se toma la precaución,
que el plantón (planta para multiplicar) «tradicional» resultaba raro, caro y de gracias a la disposición de un «cuello» más cerrado en la parte superior del
brotación dudosa, como ocurría en el caso del «Macau de I Iveres», plantado en cilindro, de no apretar excesivamente unos contra otros, los peciolos que se
agosto. En el Rosellón. los productores se sirven de un pequeño efectivo de quieren blanquear.
plantas in vitro para posteriores reproducciones. Bretaña es la región donde la
situación virológica es más grave (elevado porcentaje de plantas se ven afectadas
por el complejo AI.V -+ BBWV-FA, presencia de virus transmitidos por nema-
todos) y donde el plantón in vitro ha tenido menos éxito, dado el escaso costo
(casi gratuitos) de los hijuelos de «Camus de Bretaña», producidos en abundancia
durante el mes de abril, época de plantación tradicional.
A la fase «Laboratorio-salida de tubos», asegurada por las sociedades privadas
especializadas en el cultivo in vitro. le debería, pues, suceder una segunda fase
de reproducción bajo túnel sobre suelo desinfectado y al abrigo de los pulgones.
Una ablación precoz de los tálamos florales en las plantas-madres permitiría
obtenener una tasa de reproducción del orden de 20. Fl dinamismo de las
organizaciones profesionales bretonas, sin lugar a dudas, posibilitará poner en
práctica este sistema en esta misma década.

IV. Síntomas no parasitarios


Los dos casos más importantes afectan a las cabezuelas:
— la necrosis apical de las bráctcas, probablemente debida a intermitencias
de alimentación en agua en la reactivación de la vegetación primaveral, afecta
sobre todo a la producción precoz en condiciones mediterráneas. Puede constituir
el punto de partida de los ataques de Ascochyta y de Botrytis;
— la atrofia de las cabezuelas, afecta en un principio al receptáculo llora I.
origina un desmedramiento general del órgano y finalmente la necrosis apical
de las brácteas. Estas «carciofi monachi» (alcachofas-monjes) según la denomi­
nación italiana, son por supuesto inconsumibles. Esta anomalía afecta funda­
mentalmente a la producción otoñal, y parece estar motivada por una acelerada
rapidez de crecimiento de los tálamos florales durante la reactivación de la
vegetación tras el período de letargo estival. Actualmente se aconseja la aplicación
de tratamientos de daminozida ' (producto de actividad anti-giberelinas) para
combatir la atrofia de las cabezuelas.

V. Enfermedades del cardo


No muestran gravedad alguna: sólo han sido delectados el oídio y el mildiu
sobre hojas senescentes. La reproducción por semilla descarta cualquier posibi-
’ N. de! R ctardador del crecimiento, no autorizado actualmente sobre hortalizas y frutales..
XV
ENFERMEDADES DEL SALSIFI
Y DE LA ESCORZONERA

El salsifí (Tragopogon porrífolius) y la escorzonera (Scorzonera hispánico)


son dos plantas muy próximas de la familia de las compuestas. Se diferencian
en que el salsifí tiene la raíz blanca, las hojas de color verde claro y las llores
violetas, m ientras que la escorzonera posee una raíz de corteza negra, hojas de
color verde oscuro y flores amarillas. Una vez mondadas, las raíces de ambas
especies poseen una apariencia análoga. La escorzonera, que produce (particu­
larmente en cultivo bianual) rendimientos muy elevados, cada vez está sustitu­
yendo más al salsifí. Vastas superficies de cultivo sobre suelos arenosos y
profundos se extienden por el N orte de Francia y Bélgica.

I. Enfermedades criptogámicas

1 .a mayoría de las enfermedades de am bas plantas Jes son comunes. La más


frecuente es la Roya blanca provocada por Albugo tragopogonis. cuyas zoosporas
procedentes de conidias producidas por las pústulas foliares, son capaces de
contam inar hojas entre I y 20 °C. A final de tem porada se producen oosporas.
En 1970 aconsejábamos el caldo bórdeles. Recientes investigaciones efectuadas
en Bélgica han dem ostrado la eficacia de tratam ientos que com binan materias
activas más recientes: clorotalonil 4- triadimefon o irifenil estaño 14- tridemorfe
tanto frente a este Albugo, así com o frente al oídio Erysiphe cichoraccarum. otra
de las enfermedades más importantes de la escorzonera.
Un tipo de Alternaría morfológicamente muy similar a A. solani. detectada
en Borgoña, se com porta tanto com o parásito prim ario (m anchas necróticas
zonificadas) com o a manera de parásito secundario (manchas análogas, pero
centradas sobre una pústula de roya blanca) (fig. 127).
I-as llores de am bas especies pueden ser invadidas por carbones: Ustilago
scorzonerae. U. tragopogi pratensis. Del mismo m odo en ellas pueden hallarse
verdaderas royas: Puccinia scorzonorae en la escorzonera. P. hystcríum en el
salsifí.

' La aplicación de este com puesto d e estañ o en cultivo hortícola no nos parece, sin em bargo,
m uy convincente.
522 Enfermedades de las hortalizas Enfermedades del salsifí y de la escorzonera 523

Figura 128.— Enferm edad de la «C orteza de Roble» o « Pardea m iento a n u lar de la raiz
de la escorzonera**.
A: C o rte de una raiz sana (exudación de látex en la sección del parcnquim a corneal).
B: Raiz enferm a (zona del líber d e color parduzco. oscurecim iento de la sección m edular, al cortarla
n o segrega el látex habitual).

Si se secciona la raíz enferma, no exuda látex, el líber liene un color pardo


y la zona medular aparece recubierta de am arillo y está lignificada y seca.
Esta modificación del tejido, así como el estriado externo tiene lugar de
arriba a abajo.
Las plantas afectadas no aparecen en focos o zonas localizadas, sino dispersas
al azar entre las sanas. Puede darse el caso en que dos raíces entrelazadas sean
la una sana y la otra enferma. F.l porcentaje de plantas afectadas puede superar
el 50% .
Las raíces enfermas resultan muy duras tras la cocción y difíciles de consu­
mir.
Figura 127.— E nferm edades foliares de la escorzonera
Este síntoma ya había sido detectado en los años 60 en el Sudeste de
A: R oya blanca. Francia, en Borgoña y en el Valle del Loira. Actualmente resulta muy temible
B: A iicm ariosis (m anchas, p o r lo ¿general centradas en to rn o a una m ancha de Rova blanca). en Bélgica.
C: O idio.
D esafortunadam ente su origen continúa siendo desconocido: ¿se trata de
una enfermedad de la misma etiología que la del «corazón negro« del apio,
debida a carencias de alimentación en agua y en calcio? La distribución de las
II. Enfermedades de origen desconocido plantas enfermas permite la duda al respecto. La tendencia de los horticultores
belgas a buscar nuevos terrenos de cultivo puede hacer pensar en una «fatiga
• - Corteza de roble» o «Pardeamiento anular de la raíz» del suelo»; el reparto al azar de las plantas enfermas en una virosis transm itida
de la escorzonera (fig. 12 8 ) p o r un vector volador...

Esta enfermedad sólo se adviene durante la cosecha en las plantas que han • Estrangulamiento de las raíces del salsifí
seguido un ciclo vegetativo normal. La epidermis de la raíz se agrieta en su
tercio superior. Faltan, además, las raíces adventicias pequeñas, o, si existen, al Sobre las raíces afectadas se observa un estrangulamiento acorchado a
cortarlas no segregan p o r el punto de ruptura el látex habitual. media altura con grietas longitudinales.
Enfermedades de las hortalizas
524
XVI
Los tejidos subyacentes permanecen intactos. Los aislamientos de las zonas
afectadas reproducen frecuentemente el hongo Rhizoctonia solani. pero no por REPERTORIO MICOLOGICO
ello podemos afirmar que constituya la causa de la enfermedad.
(redactado en colaboración con H. Mi c . n iü - k )

III. Ataques de nematodos

Los suelos arenosos en los que se cultivan estas raíces son particularmente Los caracteres micológicos, dimensiones de las esporas y nombres de los
propicios al desarrollo de nematodos. Los daños provocados por Meloydogine autores de los hongos citados en los capítulos precedentes han sido voluntaria­
que señalábamos en 1970 en la región de Macón (donde las fuertes heladas son mente descartados para aligerar el texto. En el presente capitulo profundizaremos
regulares), debían estar propiciados por la especie M. hapla, una de las más en ellos, añadiendo ciertas indicaciones sobre sus métodos de aislamiento y de
resistentes al frío. Estos ataques contribuyen a la aparición de raíces deformadas cultivo, obtenidas a partir de las investigaciones realizadas por los autores de
o ahorquilladas. este libro, tanto en el caso de los «parásitos facultativos», cultivables in vitro.
como en el de los «parásitos estrictos», que permiten conservar cepas in vitro en
órganos vegetales que viven desligados del huésped.
Los hongos cultivables en medios artificiales son en una inmensa mayoría
poco exigentes. Pueden verse afectados negativamente, sin embargo, con azucares
simples (ejemplo: glucosa) sobre todo cuando éstos han sido esterilizados en
presencia de sales amoniacales o de peptona. Los medios comúnmente utilizados
por las estaciones de patología vegetal INRA de Burdeos, Montfavct y Guadalupe
son los siguientes (para un litro de agua potable).

Medio S: (N O JsC a............................................ 1 g


N O JÍ ................................................. 0,25 g
SO<Mg7HtO ................................... 0,25 g
Bibliografia POJCH *.............................................. 0.125 g
PO,K;H .............................................. 0.125 g
B o u c u n J-, 1961: - U n e a ffe c tio n n o u v elle d e la S c o rs o n è re d a n s la vallée d e la L oire*.
Extracto de malta cristalizado ....... 1 g
Phytoma. 128, 36-37.
Sacarosa ............................................ 5 g
P o p u l i - r C .. 1966: « L es c o n d itio n s d e lib é ra tio n des s p o re s d e la R o u ille b la n c h e des
C o m p o sé e s, Albugo tragopogonis*. Bull. Rcch. Agron. Gembloux, N S I, 28-38.
Acido cítrico ..................................... 0,05 g
VuusTfcKr G ., M e t u s P.. 1985: « O p tim a a l a a n ta l fu n g icid e b e sp u itin g en bij sch o rse n e er". Agar-Agar o gelosa ......................... 25 g
Parasitica, 41, 13-24.
Este medio poco nutritivo y muy poco favorable para el desarrollo de las
bacterias se recomienda para aislar y conservar razas. Los hongos incapaces de
desarrollarse en él son muy raros (Thielaviopsis basicola, Phytophthora infestans
entre los que a continuación se señalan).

Medio A: Harina de Avena (copos de avena comercial reducidos en


seco a polvo por medio de una batidora) .............................. 40 g
Gelosa ............. ' ...................................................................... 15 g

' Laboratorio «Desarrollo de los Fungicidas» Rlione-Poulenc Agroquimica, especialista en


hongos inferiores. /V thium y Phytophtura.
526 Enfermedades de las hortalizas Repertorio mit ológico 527

Medio L: Reconstrucción del medio «V8 vegetable soup» (V8 sopa de Acrothecium carotae Arsvoll
hortalizas) de los autores americanos, si el comercio local no
permite encontrar botes). Conidioforas pardas de longitud variable, que pueden reemprender su cre­
cimiento tras haber generado un ramillete de conidias hialinas en forma de
— I bote pequeño (70 g) de zumo de tomate concentrado al media luna redondeada en sus dos extremos, por lo general con 3 ó 5 tabiques
25% .
de 1 0 - 6 5 X 5 - 6 ,5 p.
— I bote de 100 g de alimento infantil «surtido de hortalizas»
que no contenga carne ni tomate. Aeddium habunguense Henn
— PCXKH; ....................................................................... 3g
— Agar-Agar (gelosa) .............................................................20 g Manchas redondeadas de 1 a 2 cm de diámetro sobre hoja de berenjena o
de Solanum torvum, deprimidas en la cara superior y anaranjadas y en relieve
Estos tres medios son suficientes para cultivar y hacer fructificar casi todos en la cara inferior, portadoras de ccidios. Ecidiosporas de 16 X 18
los parásitos «facultativos» de las hortalizas. En ocasiones es preciso añadir
algo más (consúltese en Phytuphthora infestans el medio «Avena-garbanzos«). Albugo
De una manera general, si se desea preparar algún medio a base de una
determinada hortaliza, deberán utilizarse;, Pústulas subepidérmicas de aspecto anacarado que se desgarran generando
un polvo blanco. Conidias de aspecto cúbico o rectangular que acaban por
250 gr de materia fresca (judias verues, apios, zanahorias...). Pasarla por adquirir forma redondeada u ovoide. Germinación por zoosporas o directa
una batidora con 1 1de agua, filtrarla en un tamiz, completar de nuevo el litro, (Véase fig. 8).
añadir de 20 a 25 g de agar-agar por litro y por último, si es necesario, subir el
pH a 6,5 por medio de POJC;H. Albugo candida (Pers. ex. Chev.) Kuntzc
Los grupos de tubos que contengan «siembras» (aislamientos o repicados) Sinónimo: Cystopus candidus (Pers.) de By.
se conservarán, salvo indicación contraria, en estanterías iluminadas por 2 ó 3 1*1 tamaño de las Conidias es de 16 a 20 X 14 a 16 p.
tubos fluorescentes que funcionen 12 horas por día, a una temperatura que no Aparecen en las Cruciferas.
sobrepase los 25 °C. Albugo occidentalis Wilson
I.a erradicación de las contaminaciones bacterianas es una de las mayores Tamaño de las Conidias: 14 a 20 X 8 a 16 p. F.n Fstados Unidos afecta a
preocupaciones del micólogo durante el proceso de aislamiento o en el transcurso la espinaca.
de los primeros transplantes. Los manuales proponen numerosos antibióticos.
Albugo tragopogones (Pers.) Gray
No obstante, resulta más simple y a menudo más eficaz la acidificación de los
Sinónimo: Cystopus tragopogonis (Pers.) Schroet.
medios: antes de verter el medio en la cápsula de Petri (10 mi) se depositarán
Conidias redondeadas de 20 a 22 p de diámetro. Afecta al Salsifí y a la
0,2 mi de solución esterilizada de ácido nítrico en una proporción del 5 % y se
Escorzonera.
mezclarán rápidamente antes que se solidifiquen \
(En algunos huertos también puede detectarse la presencia de A. portu/acae en la
Los aislamientos efectuados a partir de raíces son facilitados por un lavado verdolaga y de A. bliti en los Amarantos).
en agua corriente de los fragmentos a sembrar (pequeños recipientes constituidos
por el fragmento de un tubo de plástico de 2 cm de diámetro, provisto en el Alternaría, Stemphylium, i'locladium (véase fig. 14)
fondo de una fina rejilla, se colocan bajo el grifo). Una siembra directa de estos
fragmentos en S favorece en gran medida a los Pythium y Phytophthora. Una Hongos cuya forma perfecta, cuando es conocida, pertenece a Pleospora.
desinfección en lejía (4 ° clorométricos durante un minuto) o en bicloruro de Conidias muy robustas, sobreviven tras haber permanecido durante 18 meses
mercurio (1 % en etanol al 10%) seguida de un aclarado, favorecerá, por en estado seco. La fructificación in vitro puede obtenerse con mayor o menor
contra, a los hongos provistos de clamidosporas, de micelio de paredes espesas dificultad dependiendo de las especies. Algunas (ejemplo: A. brassicicola) fruc­
o de microesclerocios. F:.l aislamiento directo de los hongos fitopatógenos a tifican fácilmente en todos los medios. Se puede dejar secar los tubos y repica*-
partir del suelo es frecuentemente muy difícil, sin embargo, muy a menudo es cada 6 meses a partir de las'conidias. Si la fructificación es débil o nula, pueo. i
posible «cazarlos» por medio de plántulas (consúltense los ejemplos de Fusariwn. ponerse en práctica los siguientes sistemas que ordenamos según su grado de
Plasmadiophora, Phytophthora, Pythium. Rhizoctonia y Thielaviopsis). dificultad:
1) cultivo en capa fina: 5 mi de medio S o L por tubo, que se hace rodar
horizontalmentc durante la solidificación. Con el propósito de repartir el medio
Los medios de gelosa con mi pl I inferior a 6 —colocados en autoclave— no se solidifican.
por toda la superficie;
528 Enfermedades de las hortalizas Repertorio mitológico 529

2) cultivo en cápsula de Petri. Las cápsulas deben ser lavadas durante toda conidias ligeramente verrugosas, desprovistas de prolongación filiforme.
una noche en un gran volumen de agua, a ser posible esterilizada, y posterior­ Fructificación: método 3.
mente expuestas boca abajo a la luz del dia sobre un filtro (método Billotte):
Alternaría raphani Groves y Skolko
3) cultivo en Frasquitos de Roux sobre soporte sólido (ejemplo: fragmentos
Similar a A. brassicae.
de tallos de tomate de 2 cm. esterilizados durante los dos dias siguientes),
Sus conidias son más anchas y más cortas y las células, más globulosas,
proseguido de un lavado en agua esterilizada (en dos grandes «erlenmcvcrs» miden de 70 a 115 X 14 a 35 ju.
sucesivos con 4 horas de intervalo) y posteriormente de una exposición al sol de
los fragmentos dispuestos sobre bandejas llameadas con desecación progresiva Alternaría saprophytes
en 2 ó 3 días. Suelen aparecer frecuentemente en los aislamientos. Producen conidias en
largas cadenas, con múltiples tabiques longitudinales (contrariamente a lo
Allernaría brassicae (Berk) Sacc.
que suele ocurrir en el caso de A. brassicicola).
Sinónimo: A. exitiosa (Khun) Jorst.
Dentro de esta familia y atendiendo a las dimensiones medias de las conidias
Conidias de 85 a 125 X 16 a 28 p, solitarias o en cadenas de 2, de color
se pueden distinguir, según P. Joly (dimensiones medidas de las conidias):
marrón claro, cuya prolongación no resulta tan hialina como la espora.
A. tcnuissima (Kunze exPers.) VViltsh.
Fructificación: método 2.
Conidias de 60 X 15 p, de color muy claro y provistas de un pico
Alternaría brassicicola (Schw) Wiltshire bastante alargado.
Sinónimo: A. circinans (Berk y Eurt) Bolle, A. olerácea Milbraith. A. altérnala (Fr.) Kessler.
Conidias en cadenas con pocos tabiques longitudinales, tic 50 a 57 X 10 a (sinónimo: A. tenuis Mees.)
18/i. Conidias de 37 X 13 p, de color oscuro.
Buena fructificación en cultivo. A. chartorum Preuss.
Alternaría cucumerina (Eli, y Ev) Llliott (Sinónimo. A. citri)
Sinónimo: A. brassicae var. nigrescens Peglion, Sporodesmium mucosum var. Conidias de 20 X 10 p, oscuras.
pluriseptatum Karst y Har. Fructifican abundantemente en todos los medios.
Conidias solitarias de largo apéndice filiforme hialino. Las dimensiones del Alternaría solani (Eli. y Mart.) Jones y Grout
cuerpo de la espora son 54-90 p y las del apéndice 28-150 p. Sinónimo: A. poní f. sp. solani (T. y M.) Neerg.
Fructificación: método 3. Conidias solitarias provistas de una prolongación filiforme hialina, a menudo
Alternaría crassa (Sacc.) Rands. bifurcada. Dimensiones del cuerpo de la espora: 50-100 X 15-25 n. Prolon­
Es muy similar a A. solani, pero el apéndice filiforme es del mismo color que gación: 30 a 150 p X 1 a 2 ju.
la espora y además tiene una anchura mayor (2-4 ¿i). Fructificación: método 3, que al igual que ocurre en el caso de las formas cvcumerina.
dauci. endiviae y porri resulta más efectivo cuando se aplica a cepas recientemente
Fructificación: método 3. aisladas. Algunos laboratorios poseen cepas «fértiles» de A. solani. que cuando son
Alternaría dauci (Khun) Groves y Skolko inoculadas artificialmente en tomate producen manchas localizadas desprovistas de
Sinónimo: A. porri (Eli.) Neerg. f. sp. dauci (Khun) Neerg. halo amarillo.
Posee una morfología similar a la de A. solani. Alternaría tomato (Ckc.) Weber
Fructificación: método 3. Conidias análogas a las de A. solani, pero 2 ó 3 veces más pequeñas.
Alternaría dauci f. sp. endiviae (Nattr.) Janesic Sporodesmium scorsonerae Adcrh
Conidias de 57 a 100 X 12 a 18 p (carecen del filamento apical que mide de Este hongo, cuyas conidias son similares a las de Alternaría solani debe ser
72 a 182 p). clasificado entre los Alternaría sect. non catenatae.
Sinónimo: A. porri f. sp. cichorii (Nattr.) Schmidt.
Fructificación: método 3. Siemphylium botrvosum Wal|r
Conidias verrugosas de extremidades redondeadas y fuerte constricción
Alternaría porri (Eli.) Neerg. mediana, de 27 a 42 X 24 a 30
Sinónimo: A. allii Nolla. Saprofito común que produce cuando se cultiva en un medio S estromas
Algunas cepas tienen una morfología similar a la de A. solani. Otras, al negros (de 1 a 2 mm) que son esbozos de peritecas de Pleospora herbarum
cultivarlas, tienden a producir un pigmento rojizo en abundancia. Poseen (Pers.) Rab.
530 Enfermedades de ¡as hortalizas Repertorio micológico 531

Stemphyliumfloridanum Hann. y Weber Ascochyta bolsthaueseri Sacc.


Sinónimo: S. lycopersici (Enjo.) Yamamoto. Picnosporas de 10-27 X 2,5-6,5 generalmente unicelulares. De 10 a 15 (7(
Conidias tres veces más largas que anchas, puntiagudas en la extremidad suelen ser bicelulares.
apical con unas dimensiones de 44 a 72 X 12 a 20 fx.
Parásito de las Solanáceas. Ascochyta fabae Speg
Fructificación: método 1. Picnosporas de 15-18 X 4-5 /i, generalmente bicelulares.
Su aislamiento se efectúa a partir de cirros producidos en muestras dispuestas
Stemphylium radicinum (M.D.E.) Neergard en cámara húmeda. Fructifican de forma efectiva en un medio de tipo S.
Sinónimo: Alternaría radieina Meier, Dreschler y Eddy.
Conidias de forma oval y de 20 a 45 X 12 a 23 p. Ascochyta pinodes - véase Mycosphaerella.
Esporulación abundante en cultivo. Ascochyta pinodella - véase Phoma medicaginis var. pinodella.
Stemphylium solani Weber Ascochyta pisi Lib.
Conidias 2 veces más largas que anchas, de 35 a 52 X 14 a 20 ju y extremidad Picnosporas de 13,9 X 4,2
puntiaguda. Para proceder al aislamiento conviene colocar las vainas manchadas en cámara
Parásito de las Solanáceas. húmeda durante 24 h y extraer los cirros. En un medio de tipo S fructifica media­
Fructificación: método 1. namente; en el tipo A lo hace abundantemente. Para que las cepas conserven su
poder de esporulación deben iransplantarse a partir de las picnosporas.
Stemphylium vesicariunt (Wallr.) Simmons
Conidias con dos extremidades obtusas, sin acusada constricción mediana.
Asperg'dlus niger Van Tieghem
Sus dimensiones oscilan entre los 26-44 X 12-20 /u. Forma perfecta: Pleospora
sp. Sinónimo: Sterigmalocystis nigra.
Existen cepas de S. vesicariunt patógenas para el espárrago y las solanáceas, Conidioforas de 200-1000 X 10-20 n que acaban en una vesicula esférica de
o que actúan ligeramente de forma parásita sobre los Allium. 20 a 100 ¿i de diámetro, que contiene dos filas de fiálidas que producen cadenas
Fructificación: método I. de conidias globulosas de 2,5 a 4 ^ de diámetro. Colonias negras con margen
blanco en todos los medios.
Ulocladium atrum Preuss
Este parásito foliar del Pepino produce una mezcla de tres tipos de esporas:
Botrytis (ver fig. 20)
unas análogas a las de los. Alternaría saprofitos de tipo altérnala, otras
similares a las de los Stemphylium vesicariunt y por último, otras globulosas 1-orinas imperfectas de Ascomicetos del genero Rotryotiniu (o sección de los Sclerotinia
con tabiques en cruz. Una cepa patógena que afecta al pepino en el Mediodía que producen una forma conidica Botrytis). El aislamiento se consigue a partir del vello
francés ha sido considerada por el C.B.S. (Baam) como Ulocladium botrytis conidico o del tejido enfermo. 1.a fructificación suele ser más o menos abundante en
Preuss. cultivo, preferentemente si se trata de un medio I.. Algunas cepas o especies producen
principalmente eselerocios planos. Los eselerocios recogidos, enjuagados, lavados con
Aphanomyces (ver fig.5) agua esterilizada y dispuestos en agar puro, generalmente pueden germinar produciendo
la forma conidica Botrytis.
Se distinguen de los Pythium por el modo de germinación de sus esporangios
Botrytis allii Munn.
filamentosos (consúltese capítulo I) y por su falta de sensibilidad ante el metalaxil.
Conidias de 7-11 X 5-6 ¿i.
furalaxinil. etc. Se caracterizan por un crecimiento vigoroso en todos los medios.
Colonias grises que presentan un aterciopelado más regular y más raso que
Aphanomyces cochlioides B. cinerea. Su fructificación resulta más fácil y estable en cultivo.
Oogonios con un diámetro comprendido entre 20 y 29 /x. Poseen de 1 a 4
anteridios y la oospora oscila entre los 16-24 ^i. Botrytis cinerea Pers.
Es la forma perfecta de Botryotinia fuckeliana (de By) Whetz: resulta extre­
Aphanomyces euteiches Jones y Dreschler madamente rara. Las conidias tienen unas dimensiones de 10 a 15 X 8 a
Oosporas de 18 a 25 n de diámetro y con una pared de 1,5 fi de espesor. 11
Aphanomyces raphani Kendrick La fructificación varía mucho según las cepas. El aislamiento a panir tic la germinación
Oogonio de 26 a 52 ¿u. con 1 ó 3 anteridios y oosporas de 19 a 39 n de de una cepa no garantiza la obtención de cepas estables debido a la hetcrocariosis
diámetro. (de 10 a 15 nudos por conidia).
532 Enfermedades de las hortalizas Repertorio nueoiógico 533

Botrytis fabae Sardina Cercospora maculícolas


Conidias de 12-24 X I(>-18 /u. Cercospora apii Fres
Resulta menos fértil en cultivo que tí. cinerea. En frasco de Roux su fructificación Conidias que poseen de 3 a 10 tabiques de 50-100 X 4
es más eficaz si se practica sobre hojas de haba esterilizadas.
Cercospora asparagi Sacc.
Botrytis squamosa J.C. Walker Sinónimo: C. caulícola.
Conidias de 15 a 22 X 12 a 15 ¿t. algunas de las cuales presentan forma de Conidioforos que tienen su origen en estromas alargados en el sentido de la
corazón. La extremidad de los conidióforos posee numerosos tabiques pro­ longitud del cladodio. Conidias de 35-130 X 2,5-5 ¿¿.
minentes que le confieren un aspecto de acordeón.
Cercospora betico/a Sacc.
Su aislamiento resulta más difícil que el de las otras especies de Botrytis, incluso si
se efectúa a partir de los escasos conidióforos del extremo de las hojas de Cebolla Conidias de 80-200 p X 4 a 6 n en la base, y 1,6 a 3 p en el extremo.
enfermas; Lo más frecuente es que en cultivo forme esclerocios. que, una vez Cercospora capsici Heald y Wolf
lavados y expuestos a la luz del dia en cajas de Petri sobre un papel de filtro Conidióforos de 20-150 X 3,5-5 n en un estroma de 15 a 30 ¿i de diámetro.
húmedo, producen conidias. Conidias hialinas de 30-200 X 2.5-4 ju.
Su forma perfecta, obtenida por Vicnnot-Bourgin en un medio Kauffmann
o de Capzeck es Botryotinia squastnosa V.B, cuyos apotecios tienen de 2 a Cercospora carolae (Pass.) Kazn y Siem
3 mm de altura y de 3 a 5 mm de diámetro; aseas de 90 X 10-13 Conidias de 30-65 X 3-5
ascosporas unicelulares de 11-17X8-11 p. Cercospora citrullina Cooke
Conidióforos de 50-300 X 4,5-5 ¿i. Conidias de 50-200 X 2 4 p, que en
Botrytis porri V. Beyma
ocasiones alcanzan hasta los 450 X 5.5 p. No poseen estromas bien diferen­
(Forma perfecta Botryotinia porri V. Beyma). ciados.
Sinónimo: Scierotinia porri.
Conidias de 11-14 X 7-10 Tanto en cultivo como sobre huésped produce Céreospora fabae Faul r.
grandes esclerocios (hasta 1 cm) de forma contorneada («ccrebroide») y de Conidias de 50-100 X 5-7 p.
una consistencia primero gelatinosa y más tarde carbonácea. Cercospora longissima (Cogini) Sacc.
Conidióforos de 25-80 X 4-6 fx. Conidias de 20-100 X 3-5 n-
Bremia: véase «Peronosporáeeas» Cercospora melongenae. Wclles
Cercospora (ver fig, 15) Conidióforos en un estroma poco individualizado de 20-150 X 4-6,5 /¿.
Conidias de 40-120 X 2-5,5 ¿t.
Conidióforos pardos que producen conidias muy alargadas, tabicadas trans­
versalmente. Cercospora biotrophes
Los Cercospora pueden dividirse en dos categorías: los «maculícolas», que
fructifican en manchas foliares necróticas y cuyos conidióforos están contenidos Cercospora deightonii Chupp.
en un estroma similar a un microesclerocio, y los «biotrofos«, que fructifican en Sobre berenjena o Solanum torvum presenta un vello de colorido rojizo.
la superficie inferior de las porciones de las hojas (compartimentos intemcrviales) Conidióforos de 25-70 X 3,5-5 ¡x.
todavía vivas. Conidias de 25-90 X 2,5-5 m-
Los «maculícolas», por lo general, tienen un lento crecimiento y fructifican Cercospora fuligineu H o Ulan
con dificultad en un medio —de agar-agar—, como, por ejemplo, C. beticola. Cuando afecta a las hojas del Tomate adquiere el aspecto de un aterciopelado
Se puede conseguir que fructifiquen cultivándolos en un soporte sólido, por negro. Conidióforos de 3,5-5 X 70 Conidias 40-120 X 2,5-5 \i.
ejemplo un fragmento de rejilla de nvlon de malla plastificada de 0,8 mm
puesta en remojo en un medio liquido en frasco de Roux. El remojo se asegura Cercospora unamunoi (Unam.) Castellani
agitando todos los días dicho frasco (método Lebrun). Sinónimo: Cladosporium capsici (March. y Stcy.) Kovachewsky.
Los «biotrofos» por lo general fructifican fácilmente mucho mejor en un Especie intermedia entre los dos géneros, cuyo vello adquiere un color
medio L o en un medio a base de hojas de la planta huésped que sobre un rojizo en el pimiento. Las conidias pueden ser uni o bicelulares y miden de
medio S. 14-40 X 3,5-4 ix.
534 Enfermedades de las hortalizas Repertorio mteológico 535

Cercosporella brassicae (Fautr. et Roum .) I loenel Cladosporium fulvum Cke.


Conidias hialinas de 65-100 X 2-3 ju. Actualmente se le denom ina Fulvia fuíva (Cke.) Ciferi.
Conidias irregulares, monocelulares, de 10 a 18 p. X 6 a 8 p en las condiciones
Cercosporidium punctum (Lacroix) Dcighton normales de invernadero, pero más largas y estrechas en atmósfera saturada
de hum edad y con luz débil.
Este hongo, parásito del hinojo y del perejil ha suscitado una abundante Se aisla en un medio S a partir de la masa conidica extraída de las hojas y
sinonimia, entre la cual citaremos: Fusicladium, Cladosporium o Megacladosporium tiene un crecimiento muy lento en cultivo. Colonias de color verde por
depressum.
reflexión y violáceas por transparencia (también se pueden encontrar cepas
Los cstrom as pueden alcanzar o sobrepasar el mm y son portadores de grises).
conidióforos pardos denticulados. Son características sus conidias bicelulares. Suelen aparecer colonias mutantes de color gris y micelio esteril. Repicarlo
más anchas en la base que en el extremo,de dimensiones com prendidas éntre­
partiendo de las zonas fértiles y repartiendo después las esporas por toda la
los 18-51 X 4-9 ¿u.
superficie del medio de cultivo. La conservación se hace en el medio S y se
consigue una abundante csporulación en el medio L.
Chularopsis thielavioidcs Peyr
Hongo cuyas fíálidas y endoconidias son muy similares a las de Thielaviopsis Cladosporium herbarum til. y Arth.
basicola. N o obstante sus clamidosporas resultan mucho más raras, son unice­ Conidias irregulares, las monocelulares de 8-13 X 3-4 p, las bicelulares más
lulares y ovoides y tienen de 14 a 19 /z de diámetro. largas.
Fs un saprofito muy común que se presenta habitualmente en los aislamientos
Choanephora cucurbitacearum (B. y Rav.) Thaxter (véase fig. 9) a partir de las manchas foliares. Fructifica en todos los medios de cultivo.

Mucorineal que sobre conodióforos ramificados que acaban en cabe/as Cladosporium pisicolum Snyder
conidíferas produce conidias pardas estriadas longitudinalmente de 15-25 X Las conidias unicelulares tienen de 5-12 X 3,5 - 5 p v las bicelulares de 12-
7-11 n. 24 X 4,5-5 ju.
Se caracteriza por la formación de unos esporangios muy raros de 35-100
Cladosporium variabile (Cke) De Vries
Mde diám etro, unas esporangiosporas que alcanzan un tam año de 18-30 X 10-
Sinónimos: C. macrocarpum Preuss.. Heierosporium variabile Cke.
15 ii. Zigosporas raras de 50-90 ¿x. A simple vista su vello es muy similar al de
Los conidióforos y las conidias se presentan en la disposición típica de los
Botrytis cinerea. pero m ucho más negro.
Cladosporium, pero las conidias ligeramente verrugosas com o las de los
En medio arulicial sólo puede producir conidióforas en medios ricos (A o I.) sobre
un lecho muy fino (10 cni de medio en una cápsula de Pctri de 10 cm), Los esporangios Heierosporium...
se pueden obtener transfiriendo a un medio poco nutritivo (agar puro o S) un fragmento Las monocelulares son de 8-12 X 5-7 p y las bicelulares de 12-17 X 7-8 p.
de cultivo en un medio rico (A o L). Su fructificación es muy buena en un medio L.

Cladosporium (véase fig. 15) CoUetotrichum


Com o ocurría con los taxones y aislados de Cercospora. entre los Cladospo­ (Véanse en la figura 12 las principales categorías de Colletotrichum. en las
rium podemos encontrarnos Cladosporium maculícolas o biotrofos, sin que ello que se inscriben las especies parásitas de las hortalizas).
entrañe diferencia alguna en lo relativo a su facultad de fructificar en cultivo. Los CoUetotrichum. que se pueden aislar y conservar en un medio de cultivo «S»,
por lo general también muestran una buena capacidad de fructificación en un medio A.
Cladosporium cucumermum Eli. y Arth Algunas especies particularmente delicadas exigen medios proporcionalmentc menos
Sinónimo: Scolecotrichum melophthorum Prill. y Del. ricos en glúeidos y más ricos en proteínas, como el de Mathur, utilizado por Banneroi et ai.
Las conidias son irregulares, las monocelulares de 10-15 X 3-5 m y las para un litro de agua:
bicelulares de 15-30 X 4,6 n.
Fl aislamiento suele resultar fallido si se efectúa a partir de las manchas foliares Glucosa ................................ .. . 2,8 g.
necróticas. pero, en cambio, es fácil sobre el medio S a partir del aterciopelado SO .M e7H O .................................. 1,23 g.
micélieo presente en los chancros de los tallos o en las manchas de los frutos. Fl PO.KH; ........................................ 2.72 g. (esterilizar 20 min. a 110 °C)
crecimiento es rápido en cultivo y la fructificación pese a ser buena en un medio S. Peptona bacteriológica................. 2 g.
mejora aún más en un medio L. A g ar.............................................. 20 g.
536 Enfermedades de las hortalizas Repertorio mit ológico 537

Los Collewtnchwn tienen tendencia a producir en cultivo sectores de micelio estériles. Colletotríchum dematiunt f.sp. spinaciac (Eli. y Halst.) V. Arx.
Para evitarlo, se debe proceder al repicado a partir de masas de esporas que se expondrán Sinónimo: C. spinaciac Eli. y Halst.
en el medio, o de la recuperación periódica de la cepa por aislamiento monosporal. Conidias en forma de media luna de 19-24 X 2,5-3 p.
Colletotríchum capsici (Syd.) Butler y Bis
Grupo 1 (tipo C. gloeosporioides- forma perfecta: Glonierelia cingulata).
Sinónimo: Vermicularia capsici Syd.
Colletotríchum higginsianum Sacc. Afecta a los tallos y frutos de los pimientos. Estromas (o eselerocios) de 70
Manchas que aparecen sobre las nervaduras de las hojas de las Cruciferas. a 120 p. provistos de abundantes cerdas de 70-115 p que producen conidias
Las dimensiones de las conidias son: 15-20 X 3-4 p (es el hongo que en forma de media luna de 17-28 X 3-4 p.
produce las esporas más largas del grupo).
Corynespora cassiicola (B. y C.) Wei.
Colletotríchum gloeosporioides f. sp. melongenae Fournet
Ataca a los frutos inm aduros de la berenjena y del Solanum torvum, asi Sinónimos: Corynespora melonis, Corynespora Ivcopersici. llelminthosporium
com o a los frutos m aduros del tom ate y del pimiento. carposaprum, Helmimhosporium vignicola.
Sus conidias tienen de 10 a 18 X 3 a 4 p y presentan la form a de un «grano Conidias de forma muy irregular, en cortas cadenas de 2, 3 ó 4, que pueden
de arroz« con una extremidad más puntiaguda que la otra. presentar forma cilindrica (tipo «•Helminthosporíum») o forma de maza (tipo
Ls muy probable que los Colletotríchum acutatum y piperatum. que en «Alternaría») con un núm ero de tabiques que oscila de 3 a 15. Sus dimensiones
Estados Unidos se han detectado en los frutos del pimiento, sean sinónimos son de 40-300 X 5-20 p.
de esta f. sp. Esta especie incluye las cepas parásitas de las Solanáceas. Cucurbitáceas, Vigna y
Papaya. Su crecimiento y fructificación son buenos en un medio de cultivo S y muy
Colletotríchum lagenarium (Pass.) Eli. y Halst. buenos en un medio L.
Conidias de 13-19X 4-6 ^.
G erm ina en apresorios circulares tic color oscuro, de 7 a 9 /u de diámetro. Cylindrocarpum radicicola W.
Colletotríchum lindemulhianum Conidias con falsa cabeza, después en esporodoquios; las unicelulares tienen
Conidias de 13-29 X 4-5 p. de 7 a 20 X 2 a 5 p\ las tricelulares de 25 a 40 X 5 a 7 p. Son redondeadas por
Lspccie de crecimiento raquítico. Se recomienda su cultivo en el medio propuesto am bos extremos.
por Mathur. En las colonias, se combinan los colores blanco, amarillo y pardo. F.s un parásito
secundario de órganos subterráneos. No debe ser confundido con Fusarium solani.
Grupo 3 (tipo C. atramentarium)
Didymella hryoniae (Auersw.) Rehm.
Colletoirichum atramentarium
Está presente en las raíces de las Solanáceas. Esta especie ha dado lugar a una copiosa sinonimia. A m odo de ejemplo
Sinónimos: C. phomoides (Sacc.) Chester o C. coccodes (Wallr.) Hughes citarem os las especies: MycosphaereUa citrullina, M. cucumis, Didymella melonis
(para la raza que ataca a los frutos del tomate). y, para la forma picnidia: Ascochyta citrullina. A. melonis. A. cucumis. Phyllosticta
Las conidias tienen 15-20 X 3-4 ¿i y germinan en apresorios negros. citrullina, Diptodina citrullina, etc.
Generalmente esclerótico y estable en cultivo, en ocasiones produce sectores rosáeeos Picnidios de 80 a 170 p de diám etro. Las picnosporas son de tam año
productores de acervulo o grises estériles. variable, ya que algunos picnidios (¿espermogonios?) las producen muy pequeñas,
mientras que otros las forman más gruesas, bi o tricelulares de 13 a 20 X 4 a
6 p. Las Peritecas tienen un diám etro que oscila entre los 80-170 p y las aseas
Grupo 4 (tipo C. dematiunt)
poseen unas dimensiones com prendidas entre los 44-56 X 7- II p. Ascosporas
Colletotríchum dentalium f. sp. circinans íBerk.) V. Arx. ovoides con dos células desiguales de 9-13 X 4-5 p. Los diferentes tipos de
Sinónimo: C circinans (Berk.) Vogl. fructificación se encuentran mezclados sobre las lesiones de color gris claro
Conidias en forma de media luna de 18-28 X 3-4 p. apresorios de 6-8 X 4-5 /i. detectadas en los tallos de las Cucurbitáceas.
Se aisla a partir de un fragmento de las hojas de un bulbo de cebolla (eliminar las La invasión secundaria es frecuente y está causada por Fusarium roseum. Para
escamas externas y sacar la muestra de la última que tenga lesiones.) Los cultivos en efectuar el aislamiento conviene recoger el tejido subepidcrmico.En un medio de cultivo
medio S son predominantemente escleróticos y la producción en medio A es conidica S a menudo se produce una mezcla de peritecas y picnidios: en un medio A se obtienen
y esclerótica. únicamente picnidios. La fertilidad es muy variable dependiendo de las cepas.
538 Enfermedades de /ai hortalizas Repertorio mieo/ógico 539

Dydimella iycopersici Klcb. AA. Sin microconidias. F. roseum.


Pcritecas de 120-150 X 100 //. Ascosporas bicelulares de 16-18 X 5-6,5 y.. Para conservar las razas suele rccurrir.se a un medio de cultivo S. La fructificación
Los Picnidios (Diplodina lycopcrsici (Ckc.) Holles) tienen 100-270 ¡j. y las y las coloraciones características se aprecian sobre un medio A. Los Fusarium son
picnosporas en su mayoría son unicelulares y tienen de 6 a 7 X 3 a 5 mucho más resistentes que la mayoría de los hongos CO. (incubación de las cajas en CO
aunque en ocasiones también pueden ser bicelularcs de 8-11 X 3-5 ji­ puro), a los alcoholes (ctanol 1 a 2 %, metanol 2 a 4 %) y a la sal marina (50 g/1). Se
para su aislamiento, se partirán en dos los tallos infectados, y se sembrarán en el puede sacar provecho de estas resistencias por medio de aislamientos .selectivos (CO., o
medio S fragmentos de médula grisácea. Para su conservación se debe recurrir a un alcoholes en el caso del F. oxysporum y NaCI para el F roseum. por ejemplo).
medio S y para obtener la fructificación a un medio L. Los cultivos no deben No se podrá afirmar que un Fusarium es causa de una enfermedad si no se ha podido
exponerse a temperaturas que sobrepasen los 25 °C. reproducir ésta por inoculación artificial.
Fusarium moniliforme (Sheld.) Sn. y 11.
F.ntyloma F1 manejo del cultivo es análogo al de las cepas de F. oxysporum desprovistas
Este género pertenece a las Tilletiáccas (Ustilaginales: carbones y caries, de esporodoquíos.
mucho más comunes entre los cereales que en las hortalizas). Se trata de l a s microconidias tienen de 4 a 18 X 1,5 as 4 n; las macroconidias tienen
carbones foliares con clamidosporas subestomáticas, de un diámetro de apro­ tres tabiques y miden de 20 a 60 X 2 a 5 m- Es una especie que tradicional-
ximadamente 10 ¿u y una coloración muy ténue, que germinan in situ originando mente suele afectar a los cereales. Es muy frecuente en el espárrago.
en el extremo de un promicelio que sobresale por los estomas unos linos y
alargados esporidios. Fusarium moniliforme var. subglutinans (Wr. y Rg.) Sn. y 11.
Los compartimentos intemervales atacados son de una tonalidad verde más Las técnicas de cultivo son análogas a las empleadas con las cepas de F.
pálida que el resto de la hoja y el aterciopelado de los esporidios muy discreto oxysporum provistas de esporodoquíos. Examinadas con detalle las micro-
conidióforas de este Fusarium son «polifiálidas». A menudo suelen ser lige­
en el envés. Habitualmente L. el/isii Halstcd. suele detectarse en espinacas y F.
petunias en judías. ramente ramificadas (2 ó 3 ramas), aunque menos que las de F.r. var.
arthrosporioides; las dimensiones de estas micro y macroconidias son análogas
a las de la especie-tipo. Tradicionalmente suele afectar a los cereales y
Frysiphe: véase «Oídíos»
también es muy frecuente en el espárrago.
Fusarium (véase fig. 17) Fusarium oxysporum (Sclecht.) Sn. y H.
El micelio, los esporodoquíos (masas de microconidias) y el medio subyacente,
Clave de las especies que parasitan las hortalizas.
pueden adquirir una coloración que va del naranja al violeta pasando por
El modo de producción de las microconidias se observará en tubos o el rosa. Algunas cepas no presentan ni esporodoquíos ni pigmentación
capsulas Petri con un medio de cultivo S, o en seco, con un objetivo X 10 o X
20 . (antiguamente F. conglutinans). Algunas otras carecen de esporodoquíos
pero producen un pigmento blanco o violeta, a menudo con esclerocios
Para obtener fácilmente las clamidosporas en casos dudosos se debe incubar
azul-violeta (antiguamente F. orthoceras). Por último, otras producen espo-
durante 10 días un fragmento de cultivo en medio S en un tubo de agua
rodoquios crema, rosas o anaranjados, con o sin pigmentación violeta del
destilada y esterilizada.
medio de cultivo (antiguamente F oxysporum y F. bulbigenum). Estas dile-
A. microconidias presentes.
rencias morfológicas entre las cepas son independientes de la agresividad de
B. microconidias en cadenas, sin clamidosporas. F. monilíforme.
cada una de ellas como parásito y de su espccialización en una u otra
BB. microconidias en falsas cabezas, sin clamidosporas. F. monilíforme var.
subglutinans. variedad de cultivo, aunque las cepas saprofitas del suelo o radicícolas
suelan ser más esporodoquiales que las parásitas vasculares.
BBB. abundantes microconidias de cabeza falsa y seca, con clamidosporas; Las microconidias miden de 4 a 13 X 2 a 3 m- Las macroconidias si tienen
la anchura de las macroconidias es igual o inferior a 4 /i. F. oxysporum.
tres tabiques miden de 20 a 50 X 2,5 a 4 y si tienen cinco tabiques de 30
BBBB. microconidias producidas en una gota de agua en el extremo de un
a 70 X 2,5 a 5 ji.
conidióforo muy largo, con clamidosporas, la anchura de las macroconidias es
igual o inferior a 4 p. F. solani. Fusarium solani (Mart.) Sn. y H.
BBBBB. microconidias producidas en ramilletes en algunos conidióforos El micelio es blanco o de coloración intensa. Las masas de macroconidias
ramificados junto a macroconidias y esporas de 1 tabique. F. roscum var. suelen ser bastante abundantes. Los esporodoquios generalmente se fusionan
arthrosporioides. entre ellos para formar placas mucosas o pionnótides. Los esporodoquios
540 Enfermedades de las hortalizas Repertorio mieológieo 541

o pionnótides son de color crcma, amarillos, verdes o azules. F.l medio de F. roseum var. gibbosum (W r.) Sn. y II.
cultivo se pigmento de color amarillo o azul. El micelio es beige o de un color rojizo y produce numerosas clamidosporas.
Las cepas de la í. sp. cucurbitae tienen tendencia a ser muy micélicas y a a menudo cquinuladas (con espinas). Las conidias pueden ser aisladas (en
estar m uy poco pigmentadas, con macroconidias muy largas (70 ft). Las’de casos muy raros), o estar producidas en esporodoquios y presentan una
la f. sp. phaseo/i com unm ente suelen estar fuertemente pigmentadas de azul forma «arqueada» muy característica; tanto su longitud com o su anchura es
con macroconidias de longitud media (50 fi). Las cepas parásitas de la muy variable.
Patata (var. coeruleum) son también muy azuladas con macroconidias cortas. Es una especie frecuente en el suelo y en el cuello de las Cucurbitáceas. No se
Las cepas antillanas que suelen aparecer en el cuello de las Solanáceas y las comporta en ningún caso como un parásito virulento.
leguminosas están m uy poco pigmentadas y son productoras (gracias a su
homotalismo) de peritccas rojas (Ncctria haenialococca Berk y Br.. o Hypomy- F. roseum var. arihrosporioides (Sherb) Mess. y Cass.
ces solani Reink. y Berth.). Presenta las coloraciones características de F. roseum (color carmín o intenso),
Fl medio A permite distinguir perfectamente las coloraciones de F oxy.sponim pero mezclada produce micro y macroconidias en conodióforos ramificados.
y F. solani, contrariam ente a lo que ocurre con el medio -PD A » en el cual Es una especie saprofita que invade los frutos a partir de las piezas florales marchiuis.
este último puede adquirir una tonalidad violeta.
F. roseum var. sambucinum
Por lo general las microconidias miden de 5 a 14 X 2.5 a 5 |i; las macroco- Sus caracteres son análogos a los de F.r. var. culmorum. exceptuando la
nidias si tienen 3 tabiques miden de 20 a 50 X 3,5 a 6 p\ si tienen 5 miden pigmentación roja; Las conidias son más cortas y poseen trcN tabiques.
de 26 a 70 X 4 a 6 ¿i. Ls una especie parásita de los arbustos y las lianas (como el saúco o la clemátide)
Fusarium roseum var. avenaceum (Sacc.) Sn. y H. que provoca una podredumbre en los tubérculos de la patata. Puede mostrarse
Micelio abundante, de color blanco-rosado. M acroconidias producidas por agresiva respecto al guisante.
aislamiento o en esporodoquios anaranjados. No tienen clamidosporas.
Las m acroconidias con tres tabiques miden de 22 a 60 X 2,3 a 4 p; las de Fusicladium pisicola Linf.
cinco tabiques de 40 a 75 X 2.5 a 4 p , Dependiendo de las cepas puede Conidióforos cortos y erectos que miden de 16 a 24 X 4 a 6 ¿x; 1 as conidias
aparecer una pigmentación rosa en el medio (entidad poco homogénea). son mayoritartiamentc arqueadas y bicelulares; miden de 16 a 32 X 8 a 14 p.
Ls una especie clásicamente parásita de los cereales, pero también puede detectarse
en Allium, espárragos, guisantes o habas.
Geotrichum candidum Link.
Fusarium roseum var. culmorum (Sacc.) Sn. y II.
t i micelio es de color rojo ladrillo con reflejos amarillos; está cargado de Sinónimo: Oospora laciis (Eres.) Lind.
pequeños conglom erados de macroconidias (microesporodoquios). Las cla­ Filam ento hialino que se desarticula en conidias cilindricas 5 a 10 X 4 ¿i.
midosporas son ovoides, muy poco diferenciadas. En el medio origina una Es un saprofito muy común en los frutos muy maduros de tomate o de pimiento. C rece
pigmentación roja. muy débilmente en un medio S y de forma extraordinariamente abundante en un
Las macroconidias de 3 tabiques miden de 18 a 44 X 3 a 8 a. las de 5 de 26 medio L.
a 60 X 4 a 9 M.
Es una especie clásicamente parásita de los cereales pero, no obstante, también Gloesporium concentricum (Grcv.) Berk y Br.
puede delectarse en el espárrago y los Allium.
A cém ilas que producen conidias hialinas de 6,5 a 14 X 2 a 3 p. Form a
F. roseum var. graminearum (Schwaab) Sn. y H. perfecta Pyrenopcziza brassicae — pequeños apotccios negros en los residuos de
Micelio rojo ladrillo con reflejos amarillos. Producción de macroconidias cultivo.
sobre el micelio, com o en culmorum, pero menos abundante y únicamente
bajo iluminación alternativa —produce algunas veces igualmente peritecas
Homsfordiapulvinata (Berk. y Curt.) Hugucs
(Gibberclla) en estas condiciones, o. todavía mejor, sobre paias esterilizadas— .
Clamidosporas ausentes. Sinónimo: H. ugadensis.
la s macroconidias de tres tabiques miden de 25 a 66 X 3 a 6 p . las de cinco Conidióforos ramificados como los de Rotry tis en miniatura. Láls extremidades
de 28 a 72 X 3,2 a 6 ¿t. Pigmento rojo en el medio. de las ramas contienen numerosas denticulaciones conidíferas.
Ls una especie clásicam ente parásita tle los cereales, pero en ocasiones se detecta en Conidias globulosas de 4 a 7 /i de diámetro.
espárrago y Allium. Hipe i-parásito de los Cercospora. Cladosporium y Fulvia.
542 Enfermedades de Ias hortalizas Repertorio oncológico 543

Helminthosporium allii Campanile Mycocentrospora acerina (Hartig.) Newhall


Las conidias miden de 26 a 40 X 9 a 12 /u y están provistas de tabiques Posee un micelio toruloide que se transforma en clamidosporas irregulares
transversales que en ocasiones se bifurcan en forma de Y. de 17 a 30 ¿1 de diámetro.
Para proceder a su aislamiento se debe seguir el mismo método aplicado en el caso Las conidias miden de 60 a 250 X 8 a 15 n y están tabicadas transversalmentc
de Colletotrichum dentatium f. sp. circinans. (de 6 a 11 tabiques); las células centrales son oscuras y delgadas en el ápice. La
Su crecimiento y fructificación son óptimos en un medio S. célula basai incluye un apéndice filiforme de 30 a 50 p.
Colonias en un primer momento hialinas que más tarde adquieren tonalidades
Heterosporium allii F.ll. y Man. negras pasando por el gris verdu/co o el púrpura.
Conidias cilindricas de una tonalidad entre parda y verdosa de uno a tres Hongo con una gama de huéspedes muy diversa: semilleros de plátano,
tabiques y ligeramente arqueadas; miden de 20 a 33 X 9 Las var. cepae Ranoj pensamientos, umbelíferas (zanahoria, apio) y muy recientemente manchas
y cepivorunt Nic. y Ag. producen esporas mucho más grandes, de 44 a 100 X foliares en la lechuga.
9 a 12 m.
Mycasphaerella brassiácola (De By.) Ces. v de Not.
Isariopsis: véase Phaeoisariopsis Form a picnidica: Phyllosticta brassicae (Curr.) Westend.
Los picnidios (o espermegomios) producen numerosos espermaeios hialinos
I.eptotrochila porri V. Arx y Bocrcma de 2,5 a 4,5 X 1,5 a 2,5 ¿t.
Manchas alargadas de color pardo-negruzco, limitadas por las nervaduras Las peritecas detectadas simultáneamente o poco después miden de 90 a
en las hojas de puerro; están formadas por un pseudoestroma de filamentos 125 X 80 a 112 cada periteca tiene de 4 a 5 aseas que contienen 8 ascosporas
pardos entrelazados. Apotecios discoidales de color negro que miden de 350 a hialinas y bicelulares de celdas desiguales; miden de 15 a 25 X 3,5 a 5,5 /¿.
700 de diámetro. Aseas de 8 ascosporas de 82 a 98 X 14 a 18 ¿x. Ascosporas
unicelulares de 16 a 21 X 6 a 9 numerosas parálisis de 2 a 5 p de diámetro, Mycosphaerella citrullina: véase Dydimella bryoniae
abultadas en el extremo.
Mycosphaerella pinodes (Berk y Box) Stone
I .as peritecas tienen de 90 a 180 p de diámetro. Las aseas miden de 50 a 80
LeveiUuIa: véase Oídios
X 10 a 15 ju. Las ascosporas miden unos 17 X 8 p. (2 células iguales, cuyo
contorno es de tendencia triangular).
Macrophomina phaseo/i (Maub.) Ashby
Las Picnosporas miden de 8 a 16 X 3 a 6,5 fx y son bicelulares en su
Sinónimos: Sderotium bataticola Taub., Rhizoctonia bataiico¡a (Taub.) Butl. mayoría.
F.s muy raro encontrar picnidios, tanto en cultivos artificiales como en
plantas parasitadas. Las Picnosporas miden de 12 a 34 X 6 a 12 /n y los Oídios
microesclerocios de 300 a 600 ju.
En los cultivos se desarrollan muy rápidamente (3 cm/día en un medio S). Su Nombre con que en Francia se denominan los hongos de la familia de las
óptimo es superior a los 30 °C. Erisifáceas que, en el caso de las hortalizas, pertenecen a los géneros Erysiphe,
Leveillula. Sphaerateca (formas perfectas), Oidiumy Odiopsis (formas conidicas).
Se trata de parásitos estrictos que, sin embargo, gracias a las investigaciones dé­
Marssonina panattoniana (Berl.) Magn. la Fstación de Patología vegetal de Montfavet se pueden conservar in vitro en
Sinónimo actual: Microdochium panattonianum Galea, Priec y Sutton. asociación con órganos vegetales asépticos (hojas, cotiledones, etc.). Para con­
No se forman en este caso, como en el de los Colletotrichum acérvulos servar las cepas durante largos periodos de tiempo se introducen hojas asépticas
verdaderos, sino tan sólo grupos de 40 a 100 esporas repartidas bajo la cutícula. en tarros y se zambulle el pecíolo en un medio con agar de tipo Murashige y
Las esporas son bicelulares y ligeramente arqueadas; miden 17 X 4 p. Skoog + vitaminas de Morel. Las hojas que provienen de un «Oidiotrón»
Para aislarlo y sómbrale en un medio de cultivo S. se toma con una aguja lanceolada, (compartimentos alimentados con aire impulsado y filtrado, con plantas que
tejido de las lesiones existentes sobre las nervaciones principales, después de levantar la brotan sobre un sustrato esterilizado) se desinfectan remojándolas durante
cutícula.Las colonias que se forman en el medio S son rosadas y de crecimiento lento, 3 min. en llgCl; a 0,5% y lavándolas más tarde con agua estéril antes de
sin embargo en un medio I. su desarrollo es abundante. introducirlas en el tarro.
544 Enfermedades de ¡as hortalizas Repertorio mic alógico 545

Desinfectar las conidias de Oidios en siembra inicial entraña cierta dificultad: Leveil/ula taurica (Lev.) A m aud
2 min. en HgCl. a 0,5 0/00. y reactivación en filtro de Seitz K5. seguido de un F orm a conidica: Oidiopsis taurica (Lev.) Salni.
doble lavado en agua estéril y de una pulverización de las hojas (en el caso de Micelio interno en el mesofilo y conidióforos que emergen por los estomas
los Oidium- la Oidiopsis que corresponde a Levcillula táurico es preferentemente en el caso de las Solanáceas y las Cucurbitáceas de tam año muy largo y
transferida en gotas de agua en la cara inferior de la hoja). cuyo origen, en el caso de la alcachofa y del cardo, es muy difícil de precisar.
Para los Oídios de las Cucurbitáceas se utiliza un m étodo más simple: se Conidias en cadenas cortas. La primera que se origina presenta un apéndice
extraen los cotiledones de 7 días de edad de unas plántulas cultivadas en puntiagudo; el resto tienen forma de barrilito. F.n la alcachofa y el cardo
pequeños invernaderos alzados sobre un sustrato esterilizado y. una vez desin­ miden de 50 a 55 X 19 a 22 p\ en las Solanáceas de 60 a 65 X 14 a 16 p.
fectados y enjuagados, se depositan en cápsulas Petri que contienen el medio Peritecas de gran tam año que contienen numerosas aseas, aunque en Francia
esterilizado que más convenga en la proporción a continuación reseñada pa­ únicamente se han hallado en Phlonüs herba-venti y Teucrium spp. Miden de
ra un litro: 140 a 250 p de diám etro: contienen de 10 a 40 aseas de 80 a 100 X 35 a 50
p con 2 ascosporas com únmente que miden de 25 a 40 X 15 a 20 n.
A g ar............................................................... 5g
M annitol .................................................................... 14 g Sphaerotec.a fuliginea (Schlecht.) Salmón
Conidias de form a ovoide, que contienen «cuerpos de fibrosina»; sometién­
Sacarosa .................................................................... 10 g
dolas a un examen de potasa al 3 %, germ inan lateralm ente; poseen un
Benzimidazol ............................................................ 30 mg
apresorio lobulado de 29 a 35 X 18 a 20 p.
Las cápsulas Petri se colocan a una temperatura de 23-24 °C y a una iluminación Las peritecas aparecen irrcgularmente com o consecuencia del heterotalismo
fluorescente de 6(XX) lux durante 14 horas/dia. La siembra se practica en seco, extrayendo v miden de 90 a 110 p de diám etro, conteniendo un asea con 8 ascosporas
por medio de un punzón de hierro, pequeñas cantidades de conidias. Los repicados se de 18 X 12 p.
practican cada 35 ó 40 días y pueden llevarse a cabo por soplado.
Olpidiunt (Chytridiomicctos)
Erysiphe cichoracearum D.C.
Esta gran especie incluye cepas capaces de atacar plantas muy diversas: Los Olpidium suelen aparecer en las células subcpidérmicas de las raíces. Un
Compuestas cultivadas y silvestres. Cucurbitáceas, tomate (muy reciente­ talo cndocclular con numerosos nudos puede transform arse tanto en un zoos-
mente) y judia en invernadero. porangio, que emite por un tubo de descarga zoosporas provistas de un flagelo
Conidias form ando largas cadenas (cada conidióforo produce numerosas posterior, com o en un quiste de conservación de pared espesa. Fn las plantas
por día) en forma de barrilito. desprovistas de «cuerpo de tíbrosina» con la en que se centra nuestro estudio destacan:
particularidad de que al ser sometidas a un tratam iento de potasa al 3f ¡ Olpidium brassicae
germinan en uno de sus extremos, originando en una superficie sólida un Zoosporangios esféricos o alargados de 12 a 220 p y zoosporas globulosas
apresorio en forma de maza: miden de 20 a 35 X 15 a 20 p. de 3 a 4 ^ de diám etro. Los quistes de conservación son de porte estrellado
Peritecas de aparición irregular, dado su heterotalismo, de 80 a 140 p de com o consecuencia del pliegue de la pared externa.
diámetro. De 10 a 15 aseas, con 2 ó 3 ascosporas en cada asea de 20 a 28 Tom lison distingue entre una cepa propia de las Cruciferas y otra caracte­
X 12 a 2 0 /i. rística de la lechuga, más polífaga e inductora de virus (ej.: Big vein).
Erysiphe polygoni D.C. Olpidium radicóle Schwarz y Cook
AI contrario de lo que ocurría con la especie anterior, las formas «especia­ Zoosporangios esféricos o alargados de 20 a 300 p y zooosporas de 7 a
lizadas» de esta especie han recibido a menudo nombres específicos: E. 10 X 2 a 3 p de forma oval, piriformes o estrechas en su parte central que
cruciferarum (Opiz) Junel. E. heraclei (D.C.) Salmón (= E. umbelliferuruni se encogen tras 1 ó 2 horas de actividad: están provistas de un flagelo de 18
De Bary), E. betae (Vanha) Beltzicn, E. pisi Syd. a 20 p. Los quistes de conservación tienen un diám etro de 15 a 100 p y una
A pesar de ello el Oídio americano de la judia continúa siendo considerado pared de 3 a 5 p. Son lisos en el exterior y poseen una red hexagonal en el
un E. polygoni... interior (muy difícil de observar).
Conidias form ando cadenas cortas (producción de una sola conidia por Se trata de una cepa polífaga; entre sus principales huéspedes destacan:
día) o solitarias de 40 a 50 X 15 a 20 /i. Raramente con peritecas, pero, Phteum pratense. Cirndlus vulgaris. Cucurbito máxima, Trifolium incarnatum.
ocasionalmente, tienen de 100 a 180 /¿ de diámetro. De 2 a 8 aseas, con 2 T. pratense, Verónica beceabunga, etc. Es un vector de virus en las Cucurbi­
a 8 ascosporas por asea de 19 a 25 X 9 a 14 p. táceas.
546 Enfermedades de lat hortalizas Repertorio mitológico 547

Sinónimos: ülpidium cucurbitacearwn Barr.: Pleotrachelus bornovanus Saty-


entre los I8°C y los 24 °C y disponiendo hacia arriba su parte inferior sobre un
hanci. papel de filtro humedecido, con una iluminación de 2000 lux durante 12 horas por
Los Olpidtum pueden reproducirse en laboratorio por medio de plántulas cultivadas día.
en arena esterilizada + solución nutritiva, contaminadas por el agua de lavado de
las raíces infectadas. 15 días después de la inoculación, las raíces que alojan el Peronospora pisi (Syd.) Campbell.
ülpidium pueden secarse a temperatura ambiente, continuando siendo infecciosas Sinónimo: P. viciae (Berk.) de By. Las conidias miden de 13 a 29 X 11 a
durante varios años. 22 tx. Las oosporas son de pared oscura y tienen de 26 a 43 p de diám etro.
ü. brassicae puede manipularse de forma más sencilla que el O. radicóle.
Peronospora scklcideni Ung.
Peronosporáceas Sinónimo: P. destructor (Berk.) Casp. Las conidias miden de 40 a 72 X 18
a 29 fx. Las oosporas tienen de 30 a 38 fx de diámetro.
Son hongos que en el caso de las hortalizas pertenecen a los géneros:
Peronospora, Pseudoperonospora, P/asmopara y Bremia (véase fig. 7). Peronospora valeriancUae Fck.
Se trata de parásitos estríelos que no se pueden cultivar en medios artificiales. Se caracteriza por su aíieltrado de color gris-violáceo. Los conidióforos
Sin embargo, algunas cepas pueden conservarse en laboratorio, a través de miden de 300 a 400 ¿x de diámetro. Las conidias miden de 17 a 23 X 15 a
cotiledones sueltos o d e hojas recortadas en forma de discos de plantas que 21 p. Las oosporas, cuyo diám etro oscila entre los 34 y las 42 p tienen la
hayan crecido en condiciones óptim as y sanas: semillas desinfectadas en agua pared plisada y son frecuentes en las semillas.
de Javel, mantillos esterilizados o vermiculita em papada de solución nutritiva.
Conviene depositar los cotiledones o discos de las hojas en cápsulas de Petri P/asmopara nivea (M ari.) Schroct.
que contengan un papel de filtro humedecido con agua destilada, o bien hacerlos Sinónimo: P. crustosa.
flotar en soluciones de benzimidazol (de 200 a 400 mg/1). Los conidióforos. apenas ramificados en ángulo recto derecho en el tercio
Incluso en este inhibidor de senescencia, los trasplantes deben practicarse superior, miden de 90 a 200 ju y acaban en 2 ó 3 esterigmas. Conidias
con cierta asiduidad (cada 15 días) y los fragmentos de hojas o cotiledones ovoides de 15 a 24 X 15 a 21 /¿.
deben exponerse a una iluminación fluorescente (2000 lux). Algunos mildius
Pseudoperonospora cubensis (B. y C.) Rostov.
soportan una congelación de larga duración a -18 °C.
Los conidióforos que surgen de los estomas son un poco abultados por la
Bremia lactucae Regel base, están ramificados de 2 a 5 veces y forman un aíieltrado de color gris-
Los conidióforos son dicótomos y term inan en dos extremidades en forma violáceo. Las conidias (o más bien los esporangios) son de color gris rojizo
de cúpula que contienen de 3 a 5 esterigmas. Las conidias son prácticamente y miden de 20 a 40 X 14 a 25 f.i. Los oogonios tienen un diám etro de 25 a
esféricas y miden de 16 a 18 n de diám etro. La germinación es por tubo 50 /x. Las oosporas son de pared espesa y tienen de 22 a 44 n de diámetro.
germinativo o por zoosporas de 4,2 ju. La germinación de las conidias y oosporas tiene lugar por emisión de
La conservación de las cepas de Bremia en hojas sueltas de lechugas jóvenes es zoosporas.
practicada en todos los laboratorios especializados en el estudio de este parásito. Ln Para la conservación de las cepas en cotiledones de pepino o melón, de 8 a 14 dias
Francia es destacable en este sentido la labor llevada a cabo por el INRA-Mejora de de edad, conviene colocarlos sobre un papel de filtro y exponerlos a una iluminación
las Plantas de Versalles. de 2<>00 lux y una temperatura que oscile entre los I8°C y los 25 cC. Repicado
semanal o congelación a -18 °C.
Peronospora farinosa (F r.) Fr.
Esta especie reagrupa a los P. effusa (Grev.) Tul., a los Pspinaciae Laub. (en
espinaca) y a los P. schachtii Fck. (en remolacha). Phueoisariopsis griseola (Sacc.) Ferraris
Las conidias miden de 17,5 a 32.5 X 12,8 a 25,6 fx y las oosporas tienen de Sinónimo: ¡sariopsis griseola Sacc., Cercospora columnaris.
20 a 50 /x de diámetro. Coremios perfectamente visibles a través de una lupa, formadas por un
hacecillo de conidióforos (vése fig. 71 B). Conidias de color ligeramente oliváceo
Peronospora parasítica (Pers.) ex Fr.
Sinónimo: P. brassicae Gaüm . de 50 a 100 X 5 a 8 fx.
Para proceder al aislamiento ha de extraerse, con la ayuda de una lupa y por medio
Los conidióforos son dicótomos. Las conidias miden de 20 a 22 X 16-20 ¿t. de una aguja flameada, la masa de conidias de la extremidad de un coremio. o bien un
El desarrollo de los conidióforos se puede llevar a cabo in vitro a partir de fragmentos coremio entero con su respectivo microcsclerocio basal de una mancha joven, y cultivarlas
de rábanos extraídos asépticamente del interior del órgano atacado. La conservación en un medio S. El crecimiento en cultivo es muy lento y la fructificación es mucho más
de las cepas en los cotiledones de rábano, se consigue a una temperatura comprendida efectiva si se recurre a un medio a base de judías verdes.
548 Enfermedades de las hortalizas Repertorio mit ológico 549

Phoma aplicóla Kleb. Phomopsis dauci y P. foeniculi del M anoir y Vegh (morfológicamente son pró­
Picnidios de 70 a 420 n de diámetro. Picnosporas de 3 a 4 X 1 a 1,6 /i. F.l ximas, pero especializadas)
micelio tiene artículos anchos y cortos, por lo general torulosos.
Fl aislamiento se efectúa en el medio de cultivo S a partir de fragmentos extraídos A tacan sobretodo a los escapos florales. Los Picnidios son achatados y
del límite de la necrosis en el caso del apio-rábano y del corazón en el caso del apio miden de 150 a 200 X 80 a 120 \x. Las Picnosporas alfa miden de 8 a 10 X 2-
de pencas. El repicado y la producción de picnidios se efectúa en el medio L. 2,5 n y las beta de 18 a 25 X 1,2
Phoma betae Frank. Phomopsis selerotioides Van Kesteren
Picnidios de 125 a 650 Picnosporas de 3,8 a 9,3 X 2,6 a 4,9 \k. Form a En las raíces del huésped solo produce «pseudoestromas- (líneas negras
perfecta: Pleospora betae Bjorling. Peritecas de 230 a 304 n\ ascosporas form adas por células micélicas oscuras de paredes espesas) y «pseudo-
muriformes de 19 a 25 X 8,5 a 10 fx. esclerocios« (m ontón de células oscuras que rellenan una célula epidérmica).
Phoma destructiva Plowr. F n cultivo produce eselerocios de corteza negra y tam año variado; oscila de
Sinónimo Diplodina destructiva (Plowr.) Petr. 100 a 3-10 X 2-5 mm.
Picnidios muy irregulares, que pueden tener varios ostíolos. Miden de 30 <\ En algunos medios de cultivo se producen picnidios estromáticos de forma muy
350 \x. Picnosporas de 3,4 a a 8,5 X 1,7 a 2,8 fx que en contadas ocasiones irregular; estos picnidios contienen celdas esporiferas festoneadas que producen
pueden ser bicelulares. picnosporas de 7,5 a 10.5 X 2,5 a 4,5 fx (esporas alfa, no esporas beta). V. Kesteren
L's fácil aislarlo a partir de frutos de tomate afectados o de cirros obtenidos a través aconseja utilizar vainas de judía esterilizadas para la producción de picnidos. F.sia
de manchas foliares en cámara húmeda. especie no debe ser confundida con / ’. cucurbitae Me. Kccn detectada sobre los tallos
La fructuficación suele ser muy efectiva en el medio de cultivo 1.. en Canadá, que produce esporas beta.

Phoma exigua Desm.


Picnosporas de 5,5 a 10 X 2.5 a 3,5 ¿i de forma elipsoidal o de judia, a Phomopsis vexans (Sacc. et Syd.) Hart
menudo bigutuladas ‘ no teñidas por el colorante y en ocasiones bicelulares. Picnidios estromáticos que producen esporas ovoides bigutuladas de 5 a 8
Esta especie puede encontrarse en numerosas plantas-huésped; particularmente en X 2 a 3 ju (esporas alfa) mezcladas con esporas filiformes con extremidad curva
el caso de las hortalizas, es muy común en las zanahorias y las endivias. que m iden 28 X 13 fx (esporas beta).
Phoma ¡ingam (Tode) Desm. F o rm a perfecta: Diaphorte vexans (Sacc. et Syd.) G atz; aseas de 36 X 9 ¡x y
Picnidios de tam año muy variable. Las picnosporas miden 3.6 X 1 a 2,5 fx. ascosporas de 10 a 13 X 4 ¡x.
La forma perfecta, Leptosphaeria maculans (Desm.) Ces. et de Not.. se Las cepas observadas más recientemente en Guadalupe no producen «esporas
forma en los tallos viejos de las Cruciferas (fundamentalmente de la Colza) beta*».
observados en el cam po durante el invierno. Peritecas de 300 a 350 /i,
glabras, semiesféricas, de pared espesa y negra. Las aseas tienen de 100 a
Phytophthora: véase «Pytiáceas»
150 X 12 a 15 n y contienen 8 ascosporas fusiformes de color amarillo-
pardo, que poseen 5 tabiques y miden de 35 a 60 X 4,5 a 6 ¡x.
En los medios de cultivo habituales se puedo obtener la forma picnídica. Plasnwdiophora brassicae W oronin (véase fig. 102)
Según L. Lacoste las peritecas se pueden obtener en tallos esterilizados de gramíneas,
Plasm odios plurinucleados y posteriormente zoosporangios de 6 a 7 ^ en
sometidos a una temperatura que oscile entre los 15 °C y los 18 °C en combinación
los pelos absorbentes. En las células corticales hipertrofiadas incluidas en las
con una iluminación alterna.
agallas, los plasmodios se transform an en masas de esporas de conservación de
Phoma medicaginis Malbr. et Roupn. var. pinopdeUa. L. K. Jones form a redondeada (4 a 6 n de diámetro). Zoosporas biflageladas difíciles de
Picnosporas de 7.8 X 3.7 fx. Su micelio produce numerosas clamidosporas. distinguir a simple vista. Se com porta com o un parásito estricto.
Phoma valerianeUae Boercma et de Jong Plasmodiophora puede ser detectado: en la planta, por observación microscópica de
Picnidios de 33 a 149 n de diámetro. Las Picnosporas miden de 3,1 a los pelos absorbentes (plasmodios. zoosporangios) o de las células corticales de las
8,8 X 1,3 a 2,5 fx, tienen un porte cilindrico y son redondeadas en sus agallas (esporas de conservación); eii el suelo, atrapándolo por medio de plántulas de
extremos; por lo general son unicelulares, aunque en algunos casos también Col china -Granaat-. sensibles a lodos los patotipos que atacan a las Brassica.
La consen ación del inoculo se consigue con un congelador graduado a -18 °C bajo
pueden ser bicelulares. la forma de agallas de las raíces, o de suspensión de las esporas de conservación
obtenidas iras un triturado de las agallas en una batidora y un proceso de purificación
.V. Je/ i ; C on d o s p equeñas gol itas. por tamizado hasta 10 n, eventualmente asociado a una centrifugación (3.000 vueltas
550 Enfermedades de las hortalizas Repertorio micn/ógieo 551

durante 10 minutos) para reducir la llora bacteriana. La conservación es posible durante tienen forma de pequeñas cúpulas de color anaranjado. I os uredosoros se
muchos años. Sobre un medio de «raíces transformadas- este cultivo ha sido obtenido forman en los ramos secundarios y son pustulosos, de forma ovalada,
por H. Mugnicr. dehiscentes y rojizos. Las uredosporas tienen las paredes con espinas y están
agujereadas por 4 ó 5 poros germinativos. Las teleutosporas se forman en
Plasniopora: véase «Pcronosporáceas»
los ramos y en el tallo principal y confluyen en placas localizadas ovales y
Polymyxa hetae Kcskin. negras.
Posee 2 ó 3 plasmodios esporangiosos por célula que se segmentan en Las uredosporas miden de 20 a 30 X 17 a 25 y. y las teleutosporas de 30 a
esporangios por constricción. Las zoosporas son biflageladas v están emitidas 50 X 17 a 28 ju.
por tubos de descarga de 5 a 8 /i. 1.os plasmodios son cistógenos y se desarrollan Puccinia cichorii D.C.
en cistosoros, que contienen de 4 a 3(X) esporas de conservación, de forma Sinónimo: P. hieracii var. hieracii f. sp. endiviae (Bcllynck ex. Kickx) Boerema
poliédrica, alineadas de forma muy variable. Las esporas miden de 4 a 5 de
y Verhoeren. Roya autoica. Las fases I y II transcurren en plantas de
diámetro. Las raíces trituradas de las plantas virosadas. pueden ser conservadas
escarolas y todos los tipos de Cichorus intybus. Los uredosoros son punti­
en seco y servir de inoculo durante numerosos años.
formes y pulvurulemos y se presentan a ambos lados de las hojas. Las
Polymyxa helar ha sido cultivada con éxito por H. Mugnier en un medio de
uredosporas miden de 21 a 30 X 18 a 22 n. Las teleutosporas tienen un
«raíces transformadas» de remolacha. color entre pardo y negruzco y se ajustan a la misma disposición, miden de
Pseudopcronospora: véase «Pcronosporáceas» 27 a 40 X 18 a 26 /¿ con un pedicelo de 40 a 80 /i de longitud.

Puccinia (Uredinales) Puccinia hysterium (Stri.) Rohl.


Sinónimo: P. tragopogonis Corda. Roya autoica. la s fases I y III tienen
Las telcutosporas de Puccinia son pediceladas y bicelulares.
lugar en plantas de Salsifí. Los ecidios tienen forma de cúpula y aparecen
Puccinia allii (D.C.) Rud en plantas de hojas amarillentas y deformes (infección sistémica). Teleutos­
Roya autoica; la s fases 11 y III transcurren en plantas de ajo y de puerro. poras puntiformes que permanecen cerradas durante mucho tiempo. Teleu­
Los uredosoros son puntiformes o lenticulares, de color anaranjado y bri­ tosporas con grandes rugosidades que miden tic 26 a 48 X 20 a 25 /x.
llantes. la s uredosporas tienen poros germinativos indistintos. Las teleutos- Frecuentes «mesosporas» (unicelulares).
poras son confluentes, en placas en forma de rombo y miden de 33 a
66 X 12 a 26 /Lt (con una media de 50 X 20); vistas en corte están delimitadas Puccinia opizii Bub.
en celdas por paráfisis pardas. Roya heteroica. La fases S y I transcurren en plantas de lechuga, la 11 y la
111 en Carex. Células peridiales de pared espesa y estriada (6 fi).
Puccinia angyvyi Bouriquct
la s ecidiosporas son cuadradas y finalmente globulosas y miden de 13 a
Roya autoica detectada en Madagascar. Las fases I y III transcurren en 17 ju de diámetro.
planta de berenjena. Ataca a hojas y tallos. Ecidios de 630 X 420 ¡x. Células
peridiales rectangulares de 25 X 20 p.\ ecidiosporas de membrana espesa de Puccinia porri (Sow.) VVint.
2,4 n, 16 a 26 X 14 a 19 ¿i. Teleutosporas bicelulares, provistas de pedicelo Roya autoica en plantas de cebolla, cebollino, puerro y ajo (es importante
muy largo y pared espesa que alcanza hasta los 4 n en el extremo, midiendo en Extremo Oriente).
de 35 a 53X 21 a 27 \x. Los uredosoros son puntiformes o lenticulares, brillantes y de color anaran­
Puccinia apii Desm jado intenso. la s uredosporas tienen 3 poros germinativos. la s teleutosporas
Roya autoica. Las fases I. II y III transcurren en plantas de apio. tienen un tamaño desigual y aparecen agrupadas; miden de 28 a 45 X 18 a
Los espermogonios se encuentran bajo las hojas entremezclados con los 27 n y carecen de parálisis. Mesosporas (unicelulares) muy frecuentes.
ecidios. Células peridiales de pared muy espesa y rugosa. Uredo y Teleutos­ Puccinia scorzonerae (Shum.) Inel.
poras igualmente hipófilas. la s Uredosporas miden de 24 a 35 X 20 a 26 ¡i
Roya autoica. Las fases S, I, II y III transcurren en plantas de escorzonera.
y las teleutosporas de 30 a 50 X 16 a 23 ¿i; la pared es lisa.
Los soros se presentan por ambos lados de las hojas, son pequeños, punti­
Puccinia asparagi D.C. formes. pulverulentos y numerosos. Las teleutosporas tienen arrugas finas,
Roya autoica. Las fases I, II y III transcurren en plantas de espárrago. Los tupidas y de color pardo rojizo; poros germinativos muy visibles que miden
espermogonios son muy numerosos en los turiones jóvenes. Los ecidios de 25 a 42 X 22 a 34 ;u (la media es de 36.5 X 26.3 u).
552 Enfermedades de las hortalizas Repertorio micológico 553

Pyrenochaeta ¡ycopersiei G crlach, o «gray síerile mycelium» Phytophthora


Picnidios provistos de sctac de tam año irregular que en sus conidióforos. Miss W aterhousc divide los Phytophthora en 6 grupos atendiendo tanto a
mucho más alargados que los de P. terrestris. contienen conidias elipsoidales de la disposición del anteridio: «parágino» (si está sujeto a cualquier punto del
4 a 6 X l a 1,5 ju. oogonio) o «anfigino» (si rodea al pedúnculo del oogonio), com o a la estructura
Es agente de la enfermedad de las raíces acorchadas del tomate. Su aislamiento es del ápice de los esporangios: papila muy diferenciada, simple espesamiento
difícil y se efectúa a partir de un micelio de color gris estéril, que a menudo es suplantado apical o ápice poco diferenciado.
por Fusarium spp.. Rhizoctonia solani y CoUetotrichum coccodes. No obstante, se pueden
Los Phytophthora pueden ser homotálicos, en tal caso producen numerosos
obtener muy buenos resultados tras un remojo de las raíces enfermas en agua de Javcl
(4 o dororoctricos) durante 10 minutos, si éste se hace acompañar de un aclarado en oogonios y oosporas en cultivo, o heterotálicos. en cuyo caso es necesario
agua esterilizada. La siembra se suele efectuar en un medio S, pero los cultivos subsi­ confrontar dos cepas que pertenezcan a gtupos de compatibilidad complementaria
guientes. son mucho más exuberantes en un medio L. Carece de picnidios en los medios para obtenerlos.
usuales, aunque Gerlach y Matta consiguieron obtenerlos en pajas esterilizadas por I V Los grupos 2 y 6 afectan particularm ente a las hortalizas

Pyrenochaeta terrestris (H ansen) Gorcnz Grupo 2


Sinónimo: Phoma terrestris. Hansen.
Esporangios con papila muy m arcada, anteridios atifíginos
Picnidios de forma irregular, en cultivo contienen generalmente de dos a
tres ostíolos, provistos de setae. que produce también el micelio externo en Phytophthora capsici Lconian
las raíces. Esporangios de forma irregular, a menudo provistos de 2 a 3 papilas, miden
Los picnidios miden de 1(H) a 500 /i, setae de 10 a 100 y las picnosporas de 30 a 105 X 21 a 56 ju. Oogonios de 25 a 30 fx de diám etro, las oosporas
de 4 a 6 X 2 a 2,5 fx. miden de 19 a 24 su pared de 1 a 2 ¡x (heterotálico). Las tem peraturas
Se aíslan de las raíces rosas del Allium o del maíz por el método del lavado o poi cardinales son 9 °C-26 °C-32 °C.
medio de agua de Javel. Las colonias tienen un color rojo-vino muy característico Ls fácil aislarlo a partir del lavado de las raíces. Ln siembras en un medio S, el
(el crecimiento es mucho más lento que el de los Fusarium roseum). La producción micelio es muy poco abundante, pero éste se desarrolla extraordinariamente en
de piccnidios es muy variable según las cepas (fenómeno éste directamente relacionado medio A o L. Crece en sentido lineal, sin formar micelio coraloide.
con la hcterocariosis descrita por Hansen en los años 30). Los esporangios suelen ser bastante raros en la mayoría de las cepas aisladas en
Francia (las cepas italianas, mucho más fértiles . suelen pertenecer al grupo comple­
mentario de compatibilidad).
Pythiaceae: Phytophthora y Pythium No obstante se pueden obtener esporangios incubando durante 24 h fragmentos de
fc-stos hongos contrariam ente a lo que ocurre con los de la familia de las los cultivos obtenidos en medio L, en agua mineral o bien en una dilución de tierra
(una parte de tierra por cada 10 partes de agua filtrada). Se pueden obtener zoosporas
Peronosporáceas no son «parásitos estrictos». Pueden ser cultivados con mayor
sometiendo a una temperatura de I0 CC durante I hora los fragmentos productores
o menor facilidad en medios de agar. Las principales características que distinguen de esporangios. Lste método puede ser perfectamente aplicado a las raíces de Pimiento
a los Phytophthora de los Pythium son las siguientes: para conseguir una determinación rápida (su puesta en práctica en una cámara
— en los Phytophthora las /oosporas se diferencian en en el interior de los húmeda genera la aparición de Fusarium solani).
esporangios, mientras que en los Pythium el contenido del esporangio es expulsado Phytophthora parasítica D astur
al exterior bajo la forma de una vesícula a partir de la cual se diferencian las Sinónimo: P. nicotianac var. parasítica. Fsporangios ovoides provistos de 1
zoosporas; e incluso en ocasiones de 2 papilas.
— los Phytophthora son resistentes al himexazol. producto ante el que se Miden de 30 a 50 X 25 a 40 ^ (más regulares y pequeños que los de P.
muestran muy sensibles los Pythium (medio a 25-50 mg/l); capsici). Oogonios de 24 a 31 ¿i de diámetro y oosporas de 22 a 29 ¿z. cuya
pared mide de 1.5 a 2 /n (heterotálico). Las tem peraturas cardinales son:
— por lo general, el crecimiento de los Phytophthora es bastante lento en 10 °C-31 °C-37 °C.
medio S y su micelio adquiere un aspecto coraloide o sinuoso, mientras que el I as cepas aisladas en el Mediodía francés a partir de la carne del tomate atacado o
de los Pythium es muy rápido (frecuentemente de 1 a 3 cm /día) a partir del de la médula de los tallos, tienen un crecimiento lento, dentritico en medio de
aislamiento: cultivo S y vigoroso y con una copiosa producción de esporangios en medio A. Los
— la presencia de papilas en los esporangios no constituye ningún factor
■ 111 grupo 1, sólo con)ptende P. cactorum que aleeta a los sem illeros forestales, al m a n /a n o y
fundamental a la hora de diferenciar los Phytophthora de los Pythium.
a la fresa.
554 Enfermedades de las hortalizas Repertorio micológico 555

esporangios emiten abundantes zoosporas cuando se dilacera el vello micclianoza en conidióforo. A tem peraturas inferiores a 18°C germina en zoosporas, y a
agua destilada a una temperatura de 20 °C. temperaturas superiores en filamentos. En Méjico y recientemente en Holanda
1.a distinción de la variedad nicotianae, de conidias más largas, y de comportamiento se han encontrado oosporas de 28 a 32 p de diámetro. Es heterotálico y sus
patógeno sobre el tabaco, no tiene valor alguno para Ricci (1989). Las aptitudes tem peraturas cardinales son: 4 °C-20 °C-26 °C.
parasitarias son. sin embargo, variables según las cepas: las ccpas aisladas en berenjenas Es bastante difícil de aislar. La forma más fácil de conseguirlo es a partir del micelio
en la región de Aviñón durante los años 60 presentaban la especificidad «nicotianae««. que se encuentra entre la pared interna y las placentas de los frutos de tomate
pero en cambio no la presentaban las cepas aisladas en tomates. recientemente atacados, o de la carne del pilar central de los mismos frutos. Sembrarlo
Ambas especies pueden ser «atrapadas- a partir de muestras de suelo que contengan directamente en un medio A (el crecimiento es nulo en un medio de cultivo S). la
restos de frutos inmaduros de tomate (P. parasítica. P. capsici) o de calabacín (P. incubación y los transplantes ulteriores deben realizarse a temperaturas inferiores a
capsici) si se introduce en un cristalizador 1 cm de tierra junto a 2 cm’ de agua y se 25 °C ( temperatura óptima: 18 °C). La esporulación y el crecimiento son débiles en
mantienen en remojo los frutos durante 4 ó 5 dias a 25 °C. Las lesiones aparecen en A, con mejor resultado en un medio de cultivo A con garbanzos (antes de la
la ««linea de flotación». esterilización, se añaden dos o tres garbanzos enteros a cada tubo de medio A).
L1 medio de cultivo ideal seria la harina de garbanzos, pero su esterilización resulta
Grupo 3: difícil porque enseguida se forma mucha espuma y moja los algodones si se abre el
Papila ligeramente rem arcada y anteridios. frecuentemente paráginos. autoclave demasiado pronto o demasiado tarde. Los anglosajones preparan un
«lima bean agar» a partir de judia de lima (Phasevlus lu/iutus) congelada.
Phytophthora porri Foister
Phytophthora phaseoli Thaxter
Esporangios con papila irregularmente marcada de 35 a 80 X 29 a 50 m-
Especie muy próxima a P. infestans cuyos esporangios miden de 32 a 50 X 22
Oogonios de 36 a 45 p de diámetro y oosporas de 33 a 42 p pared, de 4 a 5 p.
a 27 Los oogonios tienen de 30 a 38 n y las oosporas de 23 a 29 p.. La
homotálica. L is tem peraturas cardinales son < 5 °C-25 °C-34 °C.
pared mide de 2 a 5,4 ¿n, es una especie hom otáüca v sus temperaturas
Se aisla a partir del mcsolilo de las hojas del puerro, tomando un fragmento del
borde de las manchas blancas después de haber levantado la epidermis. 1.a incubación cardinales son: 2 °C-22 °C-30 °C.
y la conservación de las ccpas debe hacerse a menos de 25 °C Fn medio de cultivo
A produce numerosas oosporas: en medio S el crecimiento es débil y el micelio muy Grupo 5:
sinuoso. Las conidias se producen incubando en agua mineral a 12°C -15 °C frag­ Esporangios sin papila únicamente con un ligero espesamiento apical. An­
mentos de cultivo en medio A.
teridios anfiginos y paráginos entremezclados.
Phytophthora syringae (Kleb.) Kleb. Phytophthora megasperma var. megasperma (Dresch.) W atcrhouse
Esporangios de 57 a 80 X 30 a 40 p. Oogonios de 36 a 45 n de diám etro y Especie polífaga (contrariam ente a P.m. var. sojae). Se detecta en cruciferas,
oosporas de 33 a 42 p con una pared de 2 p, homotáüca. Sus temperaturas alfalfa, árboles, arbustos y zanahoria.
cardinales son:< 5 °C-20 °C-23 °C. Los esporangios miden de 15 a 60 X 6 a 45 /i, los oogonios de 42 a 52 p. y
La cepa «hinojo» descrita por N o v i l l l o y S n y d i k crece muy lentamente las oosporas de 37 a 47 p: es una especie hom otáüca cuyas temperaturas
en los medios de cultivo habituales (ejemplo: «corn meal agar») y mejor cardinales son: 2 °C-22 oC-30 °C.
todavía en medio «lima bean agar». Por tanto, es aconsejable, com o en el
caso del P. infestans la com binación «avena-garbanzo». Grupo 6:

Grupo 4: Esporangios sin papilas, de proliferación interna (tras una emisión de zoos­
poras se produce un nuevo esporangio en el interior de la envoltura del primero,
Papila ligeramente m arcada, anteridios a m enudo anfiginos. Las especies y asi continuamente). Los anteridios comunmente son anfiginos.
que a continuación se relacionan son de diseminación aerea y poseen un óptimo
térmico bajo. Phytophthora cryptogea (Peth.) Lafferty

Phytophthora infestans (M ont.) de Bary Los esporangios miden de 37 a 55 X 23 a 30 p . Los oogonios tienen unas
Tiene los conidióforos bien diferenciados, con hinchazones en las ramifica­ dimensiones de 30 a 38 p , las oosporas de 27 a 35 p y la pared 3.5 p . Es una
ciones (ver fig. 6). Las conidias miden de 21 a 38 X 12 a 23 fj, primero son especie hcterotálica, cuyas temperaturas cardinales son: 2 °C-22 °C-30 °C.
terminales y luego laterales, debido al ulterior crecimiento en longitud del Phytophthora dreschleri Tucker
Los esporangios miden de 36 a 70 X 26 a 40 p . Los oogonios tienen unas
El óptim o .señalado p o r K ibciro, resulta, en nuestra opinión un ta n to optim ista. dimensiones de 36 a 53 p , las oosporas de 33 a 50 p y la pared de 3 p. Es
556 Enfermedades de tas hortalizas Repertorio micològico 557

una especie heterotálica, cuyas tem peraturas cardinales son 5°C -29°C - En primer lugar procederemos a describir tres especies polífagas, agentes de
36 ° C las m arras de nacencia, fáciles de aislar a partir de muestras del su e lo ', para
(R ib e ira considera q u e am b as especies son m uy p róxim as, si n o sinónim as, centrarnos a continuación en otras especies probablemente importantes en
la diferencia tan solo reside en el ó p tim o d e crecim iento in vitro. En la patología vegetal, pero cuyo papel es menos conocido. Por último aludiremos
práctica ta n to una co m o o tra especie son pató g en as en suelos fríos « a los agentes de las enfermedades específicas de la zanahoria (cavity-spot) y de
18 °C). la lechuga (traqueomicosis).

Pythium Pythium ultimum Trow. var. ultimum


El «mundo» de los Pythium. parásitos universales del suelo y del agua todavía es Colonias algodonosas en medio S, de crecimiento rápido (más de 3 cm /dia).
muy poco conocido. Su importancia en Patología Vegeutl sin duda es subestimada, en Las conidias son esféricas, intercalares o terminales y miden de 20 a 25 ¡x de
particular en los casos de «fatiga de los suelos» ( W i u i f i m , 1965) . las «marras de diám etro . Oogonios terminales o en ocasiones intercalares de 20 a 24. cada
nascencia» y algunas otras enfermedades especificas («cavity spot» de la zanahoria y uno de los cuales contiene de I a 3 anteridios de disposición variable. Oosporas
traqueomicosis de la lechuga), que. sin duda, tan solo constituyen «la parte visible» de a pleróticas de 17 a 20 /i. La pared mide 2 o más ju.
su nocividad.
Las tem peraturas cardinales son 5 °C-27 °C-3() °C.
El mejor trabajo monográfico realizado sobre este género ( V a n d e r P i a a t s - N i i i k i n k .
1981), partiendo de la noción de heterotalismo, admite hasta 85 especies y sus variedades, Pythiiun sylvaticum Campbell y 1Iendrix
siendo capa?, de aterrorizar al fitopatólogo de la misma manera que el «Woilenwebcr y
Reinking» lo hizo en los años 50 en el caso de losfusarium. Sinónimo: P. de Baryanum. Colonias algodonosas en medio de cultivo S. tic-
II. M uonilr (Rhóne-Poulenc Agroquimica), ha prometido la edición próxim a de una crecimiento análogo al de P. ultimum. Conidias terminales o intercalares esféricas
monografía francófona reducida a 60 especies. o en forma de limón, cuyo diám etro llega a alcanzar hasta 32 /a. Oogonios muy
Cuando se sepan determinar las especies, será necesario sistematizar y regular el extraños excepto cuando se confrontan una cepa «macho» y una cepa «hembra».
problema de las «formas especializadas»: como ejemplo puede ponerse el caso del Oogonios de 18 a 20 /i de diám etro, de 2 a 4 anteridios diclinos.
Pythium myríotylum, comúnmente citado como patógeno en las Solanáceas. Cucurbitáceas
Las oosporas son apleróticas de 15 a 18 /x. La pared tiene de 1 a 2 ¡x de
y leguminosas, pero cuyas cepas aisladas en «Malanga» (Xanthosoma brasiliense. planta
de tubérculos alimenticios) se comportan en las Antillas de forma totalmente no virulenta espesor; las tem peraturas cardinales son: < 5 °C-25 °C-37 °C.
ante el tomate o la judia, mientras que son altamente patógenas en Xanthosoma. Ambas especies son mayoritarias entre las cepas aisladas del suelo de parcelas en las
Las características que definen al grupo de los Pythium son básicamente las siguien­ que se cultivan plantas anuales bajo un clima templado. A ellas se añaden cepas de
tes: colonias de crecimiento más lento, en forma «palmeado-coraloide», desprovistas de
— esporangios: filamentosos, irregularmentc lobulados, de forma más o menos fructificaciones características cuyo poder patógeno es mucho más débil y que solo
estérica. En este último caso pueden perder la facultad de emitir zoosporas y comportarse provocan «marras de emergencia» en las judias de las variedades tipo «Elagolet vert».
simplemente como «conidias» o «clamidosporas». No deben ser confundidos con las
«estructuras apresoriales» que se desarrollan profusamente en menos de 36 horas en Pythium aphanidermatiun (Edson) Fitzp.
contacto con el fondo de las cápsulas de Petri plásticas, pero en las que los especialistas,
Sinónimo: P. butleri Subr. Conidias de crecimiento muy rápido en medio de
desgraciadamente, no reconocen ningún valor determinativo;
— oogonios: lisos o provistos de protuberancias puntiagudas o redondeadas en las cultivo S. Los filamentos micclianos pueden alcanzar hasta 10 p de anchura.
extremidades; Esporangios formados por filamentos hinchados de form a irregular, de 20 ó
— anteridios: pueden ser de tpo «diclino» (si provienen de un filamento distinto al más n de espesor, que producen zoosporas (12 n de diám etro en estado enquis-
del oogonio), «perielino» (si provienen del mismo filamento), o «hipoginoso» (sinónimo tado). Oogonios terminales de 22 a 24 ^ de diám etro, con 1 ó 2 anteridios
de anfigino). Los Pythium pueden perfectamente caracer de ellos y producir «oosporas monoclinales o diclinos por oogonio. Oosporas apleróticas de 20 a 22 con
partenogeneticas». una pared de 1 a 2 n. Sus tem peraturas cardinales son: 10 °C-37 °C'-40 °C\
oosporas: pueden ser «pleróticas» (si ocupan el oogonio por completo) o «aple­ Esta especie (junto con su especie casi sinónima P. deliense) es mayontaria en los
róticas» (si no lo ocupan completamente). aislamientos realizados a partir del suelo de las parcelas con cultivo de plantas anuales
Las colonias pueden ser algodonosas o de micelio aéreo reducido, en cuyo caso éste bajo clima tropical húmedo, seguida por P. splendens.
puede presenüu una estructura radial, palmeada o coraloidc...; pero este aspecto solo se
debe tener en cuenta si se utiliza el mismo medio que propone el auu>r del manual: el • Introducir en cajas de un m edio de cultivo S com plem entado con 100 m g d e quintoccno y
medio «com meal agar- preparado a partir de granos de maíz enteros, triturados en el 15 ing de b enom ilo/litro. los fragm entos d e 2 cm de diám etro de una dilución de tierra gelifícada
laboratorio. La harina obtenida se hierve durante una hora (60 g/l de agua) y después al l %.
se filtra la suspensión obtenida antes de someterla aun tratamiento con gelosa. ' F utiimum var. spvrangúfcruw D rcsch. produce zoosporas (m uy raram ente detectada).
558 Enfermedades de las hortalizas Repertono micológico 559

A estas tres especies, que quizá sean las más importantes en Patología > 40 °C. Crecen unos 28 m m /día a 25 °C. Se trata de una especie caracte­
Vegetal, debemos añadir otras tantas también polífagas, que pueden ser detec­ rística de los climas tropicales, que ha sido detectada en Francia en deter­
tadas en marras de nasccncia, podredumbres de las raíces u órganos carnosos. minadas ocasiones, provocando la podredumbre de raíces y tallos.

Otras especies polífagas (relación no limitativa) Pythium sa/pingophorum Dresch.


Colonias no algodonosas. Los filamentos pueden alcanzar hasta una anchura
Pythium intermedium de Bary de 7 ¿t. Esporangios globulosos de 17 a 19 zoosporas se forman a
Colonias no algodonosas, de porte más o menos radial. La anchura de los 15 °C y los tubos de descarga pueden medir de 4 a 45 fi. Los oogonios son
filamentos puede alcanzar hasta 7 /u. Numerosas conidias esféricas, producidas intercalares, miden de 15 a 19 n de diámetro y aparecen en cadenas de 2 a
en cadenas que se distinguen con facilidad y pueden flotar sobre el agua: su 5. Pueden contener hasta 3 anteridios monoclinales o diclinos. Oosporas
diámetro puede alcanzar hasta 25 ¡i. Es una especie heterotálica. Los oogonios plcróticas de 14 a 18 ¿t: pared de 1 a 1.5 //; Sus temperaturas cardinales son
miden de 19 a 22 ¿e y los anteridios son diclinos. Las dimensiones de las 5 °C-25 °C-30 °C. Crecen unos 20 m m /día a 25 °C. (Esta especie ha sido
oosporas son de 16 a 20 ju y la pared alcanza l ó 2 ¡i. Sus temperaturas incluida en la presente relación por ser específica de las «leguminosas».
cardinales son: 5 °C-23 °C-30 °C. Fl crecimiento en el óptimo térmico alcanza Tanto en Alemania como en Estados Unidos ataca al guisante).
hasta 30 mm/dia.
Pythium spinosum Sawada
Pythium irregulare Buisman Colonias ligeramente algodonosas, cuyos filamentos tienen de 2,5 a 5 ^ de
Colonias ligeramente algodonosas o de porte radial. La anchura de los anchura. Conidias intercalares y terminales globulosas u ovoides, que alcanzan
Illamemos alcanza hasta 6 ¿x. Los esporangios son bastante escasos, esféricos, hasta 33 ¿u. en ocasiones presentan de I a 2 protuberancias en forma de
de 10 a 20 ¡i. Conidias esféricas, ovales o irregulares que alcanzan hasta 25 dedo. Oogonios globulosos o fusiformes, de 17 a 21 ^ con numerosas
H de diámetro. Oogonios globulosos o de forma irregular, comunmente protuberancias de 4 a 8 ¿í , que por lo general contienen un anteridio mono-
intercalares de 16 a 21 n, provistos de hasta 5 apéndices en forma de dedo. dina!. Oosporas a menudo pleróticas de 15 a 19 y de pared delgada. Sus
De 1 a 3 anteridios monoclinales. temperaturas cardinales son 5 °C-25 °C-35 °C. Crecen de 30 a 35 mm/dia a
Oosporas más o menos apleróticas, de 15 a 18 Sus temperaturas cardinales 25 °C
son: l °C-30 °C-35 °C. Crecen unos 25 m m /dia a la temperatura de 25 °C.
Pythium splendens Braun
Pythium mamillatum Meurs Colonias algodonosas, cuyos filamentos alcanzan una anchura de hasta 9
Colonias provistas de un micelio aéreo muy poco denso o de pone radiado. Abundantes conidias esféricas y la mayoría de las veces terminales, de 25 a
La anchura de los filamentos puede alcanzar hasta 6,5 /¿. Esporangios 43 n de diámetro, que pueden germinar por 1 a 6 tubos. Se trata de una
globulosos u ovoides, intercalares o laterales, de 18 a 23 ju. con tubos de especie por lo general heterotálica, que en determinados casos puede ser
descarga muy nítidos que miden de 10 a 28 ¡i. Las ¿oosporas se producen homotálica. Los oogonios miden de 27 a 32 n y contienen de 1 a 8 anteridios
a una temperatura de 20 °C. Oogonios globulosos u oblongos, intercalares diclinos. Oosporas apleróticas de 22 a 28 n y una pared de I a 3 i¿. Sus
o terminales de 15 a 18 n de diámetro, provistos de numerosas protuberancias temperaturas cardinales son: 5 °C'-25 °C-34 °C. Crecen de 30 a 35 mm/dia
cónicas, pero obtusas que miden de 2 a 6 fi\ 1 ó 2 anteridios, por lo general a 25 °C.
monoclinales. Oosporas plcróticas; pared que oscila entre 0,8 y 1.4 n- Sus Especie frecuentemente encontrada como parásita de las heridas, en esquejes,
temperaturas cardinales son: 5 °C-25 °C-33 °C. Crecen unos 25 mm/día a raíces y tubérculos.
25 °C.
Pythium vexans de Bary
Pythium myryotytum Drcschler Colonias algodonosas cuyos filamentos pueden alcanzar una anchura de
Colonias no algodonosas. La anchura de los filamentos puede llegar a hasta 5 /i. Esporangios subglobulosos, ovoides o piriformes, bastante p r o
alcanzar 8,5 y.. Aprcsorios en forma de maza, agrupados en racimos irregu­ liferos e intercalares o terminales que miden de 18 a 23 X 15 a 21 n-
lares. Esporangios formados por filamentos irregularmcnte hinchados cuya Oogonios terminales en los cortes de las ramas laterales, de 18 a 23 n de
anchura oscila entre 7 y 17 \x. Las zoosporas se producen a 2 0 °C y los tubos diámetro que contienen 1 ó 2 anteridios monoclinales y en contadas ocasiones
de descarga alcanzan hasta 1 0 0 ¿z. Oogonios de 2 6 a 3 2 /i provistos de 3 a diclinos. Oosporas apleróticas que miden de 16 a 19, cuya pared puede
6 anteridios diclinos y en ocasiones monoclinales. Oosporas apleróticas de alcanzar hasta 1,5 n- ^ us temperaturas cardinales son 5 °C’-30 °C-35 °C.
2 0 a 2 7 fx; la pared mide 2 n. Sus temperaturas cardinales son: 5 °C-37 °C- Crecen unos 18 mm a 25 °C.
560 Enfermedades de tas hortalizas Repertorio micológico 561

Síntomas específicos provocados por los Pythium 18°C y 20 °C a través de tubos de descarga de 15 a 35 y,. Los oogonios
miden de 21 a 31 p y com únmente están desprovistos de anteridios y
Traqueomicosis de la lechuga: Pythium tracheiphilum M alta. dotados de espinas puntiaguda:* de 5 a 7 p. O osporas apleróticas que miden
Colonias no algodonosas, cuyos filamentos pueden llegar a alcanzar una entre 18 y 27 p: pared de 1 a 2,8 p. Sus tem peraturas cardinales son: 7 °C-
anchura de hasta 6 p. Esporangios terminales e intercalares, globulosos, de 22 30 °C-37 °C. Crecen 30 m m /d ía a 25 °C.
a 28 p de diámetro, l.as zoosporas se forman a 16°C. los tubos de descarga
alcanzan hasta 15 p. Produce numerosas clamidosporas de pared espesa (carac­ Rhizoctonia sotaní Kühn
terística única en el caso de los Pythium). de forma y tam año variables, en el
tejido de la planta huésped y en los cultivos viejos. El micelio es de color pardo claro a pardo oscuro, robusto, de un grosor de
Oogonios de 14 a 17 yu; 1 ó 2 anteridios la mayoría de las veces monoclinalcs. 5 a 15 ¿u. Las ramificaciones laterales tienen una ligera constricción en la base.
Oosporas pleróticas de 13 a 16 /i, pared de 1,5 a 3 ¿u. Sus temperaturas cardinales En las ram as laterales produce artículos en form a de pequeños toneles, en
son < 4 °C-25 °C*-27 °C. Crecen 24 m m /día a 25 °C. cadenas ramificadas. A partir de estas cadenas se forman los eselerocios, de
color pardo y forma irregular, de 2 a 5 tnm, que se distinguen fácilmente en los
«Cavity spot» de la zanahoria: al menos concierne a 2 especies: cultivos de cepas típicas. Algunas cepas atípicas no producen verdaderos escle-
Pythium suicatum Pratt y Mitchell rocios. sino solamente masas de micelio poco coherentes y de color am arillento
Colonias no algodonosas, cuyos filamentos tienen una anchura que puede («Monoliopsis aderhoídi Ruhl.»).
llegar a alcanzar 7 ju. Conidias globulosas, ovoides o en forma de cacahuete 1.a forma perfecta, Thanatephorus cucumeris, forma en algunas ocasiones
que llegan a medir hasta 45 X 26 p. Esporangios filamentosos que no se u n a envoltura de color gris violáceo que rodea la base de los tallos senescentes,
distinguen del micelio. Las zoosporas se producen a 20 °C. Oogonios termi­ o se desarrolla en placas en el suelo. Los basídios miden de 12 a 18 X 8 a 11
nales o intercalares, que miden de 15 a 17 p y contienen de I a 3 anteridios /u, los esterigmas (de 3 a 7) de 5 a 12 X 2,5 a 3,5 p. Las basidiosporas.
m ono o diclinos. O osporas apleróticas. de 13 a 15 /í; pared de 1 a 1.5 p. Sus disimétricas, de 7 a 12 X 4 a 7
tem peraturas cardinales son: 2 °C-24 °C-36 °C. Crecen 14 m m /dia a 25 °C. Es fácil aislarlo sobre S y crece extraordinariamente en un medio A. Como hemos
indicado anteriormente, algunos laboratorios especializados (en Francia el INRA-Dijon
Pythium violae Chesters y Hickman
y el INRA-Rennes) pueden determinar ciertos «grupos de anastosmosis». No se debe
Colonias apenas algodonosas, cuyos filamentos pueden alcanzar una anchura considerar las características morfológicas para distinguir los grupos, conviene reseñar
de hasta 6 p. Conidias terminales o intercalares, de 25 a 309 p. Los oogonios a lo sumo que en un medio «PDA» comercial (Difeo) y en la oscuridad, los «AG 4» no
miden entre 27 y 38 p, y contienen de 1 a 8 anteridios en su mayoría forman eselerocios y que los AG 1 «microsclerotia» producen microesclerocios mucho
monoclinales. O osporas apleróticas de 24 a 30 p, una pared que alcanza más gruesos que los que se observan en las plantas (de I a 2 mm de diámetro en lugar
hasta 3 /i. Sus tem peraturas cardinales son: 5 °C-25 °C-32 °C. Crecen de 300-800 m-). Los R. solani «AG 4» pueden ser «atrapados» en el suelo por plántulas
15 m m /día a 25 °C. de Vignu radíala a 25 °C, los «AG 2.1» por plántulas de rábano a 15 °C.
Aislar los Pythium que provocan el «cavity spot» resulta francamente difícil. No Rhizoctonia violácea Tulsane
obstante, el aislamiento se puede conseguir a partir de lesiones iniciales, todavía
Micelio incoloro cuando es joven, que posteriormente se carga de un pigmento
poco invadidas por Cylindrocarpum radicicofa y Fusarium solani, en un medio de
malta y agar. enriquecido con antibióticos (250 mg de penicilina, 50 mg/1 de poli- violeta. A simple vista se distingue la formación de «cuerpos miliares» de 1
mixina), pero eso sí. evitando la estreptomicina, muy tóxica para las Pitiáceas. Dada a 2 mm de diám etro y de cordones miccliarcs. Más tarde comienzan a
la rapidez de crecimiento señalada por V a n dí r Pi a a t s - N i t f r i n k , que sólo puede aparecer eselerocios violetas que alcanzan 5 mm de diámetro.
ser considerada como lenta en comparación con la de Pythium ultimum. convendría 1.a forma sexuada Helicobasidium purpureum (Tul.) Pat., o H. brebissonii
ensayar el aislamiento en un medio de cultivo S diluido al 1/10. o en agar puro, L)csm. es muy difícil de hallar en la naturaleza y nunca aparece en cultivo
adimentado evenlualmcntc con 5 mg/l de benomilo. «in vitro». Los basidios poseen un largo pedúnculo, son arqueados en su
Concluiremos este apartado dedicado a algunos Pythium haciendo alusión extremidad y están provistos de 3 tabiques; producen basidiosporas hialinas,
a una especie frecuente en los aislamientos, que no es lltopatógena, pero es elipsoidales o reniformes; miden de 9 a 1 2 X 3 a 10
hiperparásita de Pythium y de otros hongos. Es muy difícil de aislar. Es preciso separar con un escalpelo un pequeño fragmento,
no podrido, de raíz o tubérculo que contenga cuerpos miliares. Luego se desinfecta
Pythium oligandrum Dreschler sumergiéndolo durante unos 45 segundos en una solución a base de ctanol al 10
Colonias no algodonosas de micelio poco denso y unos filamentos cuya y HgCI: al 1 %. Después de la desinfección se aclara cuidadosamente con agua
anchura puede alcanzar 7 /u. Esporangios irregulares provistos de hinchazones estéril y se siembra en un medio «Malí» (15 gr de extracto de Malta cristalizada y
globulosas. Las zoosporas se producen a tem peraturas com prendidas entre 20 gr de agar por litro). Al cabo de 4 ó 5 días de cultivo el medio adquiere un color
562 Enfermedades de fas hortalizas Repertorio oncológico 5ft.t

pardo-marrón oscuro y puede distinguirse ya la emisión del vello miceliar a partii Sclerotium cepivorum Berk.
de los cuerpos miceliares. Debe entonces repicarse a un medio de cultivo a base de
malta y harina de carne (20 gr de harina de carne. 30 gr de malta y 20 gr de agar Se caracteriza porque sus esclerocios son esféricos y miden alrededor de 500
por cada litro de agua ). Según P. M o lo i. el desarrollo de R. violácea es muy lento, y de diámetro. El micelio produce microconidias estériles (espermacios) análogas
incluso sobre un medio tan nutritivo como éste. a las de Sclerotinia. Algunas cepas, desprovistas de micelio aéreo blanco tanto
en la planta-huésped como en cultivo, producen esclerocios de 1 a 2 mm
(«podredum bre negra»).
Rhizopus nigricatis. Enhrenberg
N o debe confundirse con Sclerotinia sp. descrita por Snydcr, especie en la
El micelio no tiene tabiques, es de grosor considerable y tiene form a de que se pueden encontrar esclerocios aplastados en «excrementos de mosca» en
arcos. F.n los puntos de contacto con el medio se forman rizoides y ramilletes las túnicas externas de los bulbos del ajo. Cultivos sin micelio aéreo producen
de esporangios. Los esporangioforos miden de I a 4 mm X 24 a 42 n'. los los mismos exclerocios aplastados (no patógenos).
esporangios de 100 a 350 y las esporas de 9 a 12 X 7 a 8 > . Se aisla fácilmente a partir de las masas miceliares existentes entre las túnicas o los
dientes de los bulbos afectados. Se desarrolla débilmente en el medio S. mejor en el
medio A y, todavía más satisfactoriamente si al medio A se le adiciona Peptona
Sclerotinia sclerotiorum (Lib.) de Bary
(10 g/litro).
Sinónimo: Sclerotinia libertiana Funck.
Sclerotium rolfsii Sacc.
Esclerocios de fo rm a irregular de 2,5 a 10 mm. Microconidias incapaces de Micelio hialino que en ocasiones presenta en alguno de sus tabiques las
germinar reunidas en esporodoquios superficiales de 3 a 4 n de diámetro. Los «asas de anastomosis» características de los basidiomicetos. Los esclerocios
apotccios nacen de los esclerocios y miden de 4 a 6 mm. Las aseas miden de 125 son análogos a las semillas de rábano y miden de 1 a 3 mm de diámetro: son
a 160 X 8 a 10 Las ascosporas son hialinas y miden de 6 a 8 n de diámetro. mucho más gruesos en cultivo que sobre la planta huésped.
La conservación de las cepas suele efecuarse en medios de cultivo S o L: la producción
Sclerotinia minar Jagger
de esclerocios es abundante en medio A. Se puede «atrapar» directamente del suelo
Com o en S. sclerotiorum. esclerocios de 0,5 a 2 mm, apotccios extraños y
a partir de plántulas de lenteja.
pequeños (de 1.5 a 2 m m de diámetro).
l a s cepas con caracteres intermedios entre los de S. sclerotiorum y S. minor
Septoria (ver fig. 13)
pueden ser designadas como S. intermedia Rams.
Estos Sclerotinia son fáciles de aislar partiendo de tejidos en descomposición, con un Los Septoria que atacan a las plantas hortícolas (contrariamente a lo que
lavado superficial, una incisión y una extracción del limite del tejido afectado. ocurre en el caso de Septoria nodorum de los cereales) son hongos de crecimiento
Crecen débilmente en medio S y muestran gran vigor en A y en L. I.as cepas deben muy lento en cultivo, crecimiento que resulta un poco mejor en medio A o L
conservarse a temperaturas inferiores a 30 °C. Para obtener apotccios deben separarse que en medio S. Para aislarlos se debe levantar con la punta de una aguja
los esclerocios de los cultivos vigorosos, y semienterrarse en arena húmeda y estéril, flam eada un cirro que se obtiene al introducir una hoja o un pecíolo infectado
colocada en cristalizadores del diámetro de una cápsula de Petri, pero más profundos. en cám ara húmeda, luego se siembra en medio S.
Deben colocarse en una ventana orientada al norte, en media estación o bien en un Para repicados ulteriores deben utilizarse tubos de cultivo nuevos que con­
local con una temperatura media de 15 a 18 °C y luz fluorescente (de 8 a 12 tengan además, una gota de líquido en su base. Rascar con un hilo las masas
horas/día).
mucosas de esporas producidas por algunos picnidios, diluir las esporas en la
Los esclerocios de Sclerotinia pueden ser degradados en el suelo por Tricho-
gota de liquido del fondo del tubo a sembrar y repartirla por toda la supcrlicie
derma o por parásitos más específicos como, por ejemplo:
Coniathyrum minitans Campbell: picnidios con conidias pardas que miden del medio de cultivo.
de 4,6 X 3,5 a 4 p. Septoria apiicola Speg.
Sporidestnium sclerotiorum, Uecher et ai, y Teratosperma oligocladum, Uccker Los picnidios miden de 65 a 147 /z de diámetro. Las picnosporas son
et al., son parásitos todavía más prometedores cuyo micelio recorre activa­ flexuosas, obtusas en su extremidad y miden de 14 a 58 X 1.5 a 3 /i. Los
mente el suelo en busca de esclerocios. Ambos están provistos de una forma tabiques son difícilmente visibles.
microconidiea Sefenesporella (conidióforos pardos ramificados que producen
Septoria cucurbitacearum Sacc.
conidias hialinas de 7 a 8 X 1 y , agrupadas en ramilletes).
Las picnosporas miden de 40 a 70 X 1 a 1,5 ¡x.
Las macroconidias son pardas y alargadas con tabiques transversales en
Sporidesmium y tabicadas y con 4 ram as dispuestas com o las aristas de un Septoria lactucae Pass.
tetraedro en Teratosperma. Las dimensiones medias de las picnosporas son 27 X 5 n.
564 Enfermedades Je las hortalizas Repertorio micológico 565

Septoria iycopersici Speg. Trichoderma


I.as picnosporas miden de 60 a 120 X 2 a 4 ¡x: tienen de 3 a 9 tabiques. No patógenos sobre las plantas (sino tan solo en inoculaciones artificiales
Septoria petrose/ini Desm. en las que se «fuerza la dosis»), los Trichoderma, operan, sobre todo en suelos
ácidos, como importantes antagonistas y destructores de esclerocios (Sclerotinia.
Las picnosporas miden de 32 a 40 X 1,5 fx. S. ccpivorum, Sclerotium rolfsii). Las especies más importantes son las siguientes:
Seploria pisi West. Trichoderma hamatum (Bon.) Bain.
Picnosporas no flexuosas, con un tamaño de 40 X 3 n. Ln guisante se Colonias blancas con zonas esporíferas de color verde pálido. Los conidió­
encuentra también S. flagellifera Eli. y Ev., cuyas picnosporas miden de 80 foros terminan la mayoría de las veces en filamentos estériles poco flcxuosos,
a 120 X 2 a 2,5 n. una vez han emitido ramificaciones laterales portadoras de fiálidas piriformes,
cuyas dimensiones oscilan entre los 4 a 6,5 X 3 a 4 ix. la s fialosporas son
Sphaerotheea: Véase «Oidiums» de color verde pálido y tienen una pared lisa, de 3.8 a 6 X 2,2 a 2,8 y.. El
diámetro de las clamidosporas es de 7 a 12.5 fx.
Spongospora subterránea (Wallr.) Lagerh.
Trichoderma harzianum Rifai
Los plasmodios. en su madurez, contienen una gran vacuola central. Los Colonias en un primer momento blancas que adquieren un color verde
zoosporangios son esféricos, están tenuemente coloreados de amarillo y miden oscuro una vez tiene lugar la esporulación. La anchura del eje principal dé­
de 6 a 12 íx de diámetro. Las zoosporas son biflageladas y miden de 2,4 a 4,6 ju los conidióforos es de 4,5 n. Numerosas ramificaciones laterales, fértiles
de diámetro sin contar el flagelo. hasta la cima. Fiálidas en forma de bolos de 5 a 7 X 3 a 3,5 n- Fialosporas
Las esporas de conservación están agrupadas en esferas huecas en las células de color verde pálido que alcanzan de 2.8 a 3.2 X 2.5 a 2.8 ¡x. Las clamidos­
parasitadas, hexagonales o poligonales, de 3,3 a 4,4 ju. La membrana es delgada, poras miden de 6 a 12 ix.
amarilla en un principio y más tarde parda. Trichoderma koningii Oud.
Esta descripción también es válida para la f. sp. nasturiii en el berro o para Colonias blancas que adquieren un color verde oscuro una vez tiene lugar
la f. sp. subterránea en la patata. la esporulación. Conidióforos muy ramificados y fértiles hasta la cima, el
En el tomate, Spongospora generalmente no llega a formar esporas de eje alcanza 4 ¡x de anchura. Fiálidas alargadas, de 7,5 a 12 x 2,5 a 3.5 p.
conservación clásicas. Fialosporas verdes, de 3 a 4,8 x 1.9 a 2,8 ju- Clamidosporas que alcanzan
Sporodesmium: Veáse: «A!ternaria, Stemphylium, Ulocladium». hasta los 12,5 ix de diámetro.
Stemphylium: idem.
Trichoderma polysporum (Link. ex Pers.) Rifai
Thietaviopsis basteóla (Berk. et Br.) Ferr. Las colonias permanecen blancas. Los ejes de los conidióforos miden de 4
a 6,3 /i y terminan en un filamento estéril ondulado: las fiálidas son piriformes,
Sinónimo: Chalara elegans Nag. Raj. y Kendrick (véase fig. 16). de 4 a 6,5 X 3 a 3.5 ix. Las fialosporas son incoloras y miden de 2.8 a 3,7 X 1
Los conidióforos (o fiálidas ) son muy alargados y, en su parte interna, a 8.2 ix. El diámetro de las clamidosporas es de 8.5 fx.
producen endoconidias cilindricas que miden de 10 a 23 X 3 a 5 Las
Trichoderma viride Pers ex. Gray
clamidosporas tienen forma de pequeños toneles, apilados unos sobre otros:
miden de 25 a 60 X 10 a 12 ¡x. Colonias de crecimiento rápido (más de l em /dia a 25 °C) y de color verde
L1 a isla m ie n to d e T. baticola p o r m é to d o s tra d ic io n a le s es difícil: es m u y p o c o
azulado con un margen blanco; emiten un olor característico muy similar al
efectivo e n m e d io S , d o n d e es s u p la n ta d o p o r F. oxysporum.
del coco. Los conidióforos son muy ramificados y la anchura de su eje es
A ta l e fe cto p ro p o n e m o s el m é to d o sig u ien te: in tro d u c ir e n p la c a s d e P é tri c o n de 4,5 ix. Fiálidas alargadas de 8 a 14 X 2,4 a 3 ix. l.as fiaslosporas aparecen
m e d io S fra g m e n to s d e ra ic e s o d e h ip o c ó tilo s q u e c o n te n g a n lesiones n e g ra s, p re v ia m e - rugosas si son observadas a través de un objetivo de inmersión X 100.
n e n te la v a d o s e n a g u a c o rrie n te . A l c a b o d e 36 h lo c a liza r p o r m e d io d e u n o b je tiv o d e globulosas, de 3,6 a 4 n de diámetro, o ligeramente ovoides, de 4 a 4.8 X 3.5
a u m e n to X 10 los q u e s o n p o rta d o re s d e c a d e n a s d e e n d o c o n id ia s y tra n s fe rirlo s a un a 4 ix. I-as clamidosporas son muy abundantes y alcanzan hasta 14 ix de
tu b o q u e c o n te n g a á c id o c ítric o al 1 % estéril. F in a lm e n te c o lo c a r las g o ta s d e la diámetro.
su sp e n sió n d e e n d o c o n id ia s o b te n id a d e esta fo rm a e n p iu c a s c o n m e d io d e c u ltiv o A . No debe confundirse Trichoderma con:
N o h a y q u e o lv id a r q u e la m e jo r m a n e ra d e d e te c ta r T. hasieo/a es la o b se rv a c ió n
d ire c ta d e la s c la m id o s p o ra s e n la s raices... E s ta s se p u e d e n « a tr a p a r - a p a r tir d e las Gliocladium virent Miller. Giddcns y Foster
m u e stra s d e su elo q u e c o n te n g a n p lá n tu la s d e Vigna radia tu (g e rm in a c ió n e n tre 18 ° C v Los conidióforos y las fiálidas recuerdan a los de Trichoderma y aparecen
20 °C ). formando colonias verdes. Conidias de 3 a 4 X 1,7 a 2,7 ix producidas en
566 Enfermedades de ¡as hortalizas Repertorio micològico 567

gotitas que engloban num erosas fia 1idas y no en falsas cabezuelas compactas Uromycesfabae (Pers.) de Bary
como ocurre en el caso de Trichoderma.
Sinónimo: i . viciae fabae (Pers.) Schleht. Roya autoica. Las lases S y I. II
Urocystis cupulae Frost. y III se desarrollan en plantas tic H aba y otras leguminosas como el Guisante.
Sinónimos: U. colchici U ro, U. mágico. Tuburcinia cepulae (Frost.) Liro Los ecidios forman pequeños grupos compactos a lo largo de las nervaduras.
-véase fig. 86— Las uredo y teleutosporas se form an en las hojas y en los tallos. Las
I.os glomérulos tienen de 17 a 25 p de diámetro y contienen uno o, raramente, uredosporas miden de 21 a 26 X 16 a 25 /x y tienen de 3 a 5 poros
dos cl.imidosporas fértiles de 10 a 16 p de diám etro, rodeadas de vesículas germinativos. Las teleutosporas miden de 26 a 28 X 15a 27 p . son lisas y
estériles. Germina por un promicelio corto que lleva en sus extremos una alcanzan de 7 a 11 ju de espesor en el apex que es de color oscuro.
corona de 4 a 8 esporidios alargados.
Ustilago scorzonerae (Alb. et Schw.) Schroeter
Uromyces (Uredinales)
Las teleutosporas de los Uromyces son pediceladas y unicelulares. Es un carbón que afecta a las flores de la Escorzonera. Las clamidosporas.
de pared reticulada tienen un diám etro de 9 a 16 p.
Uromyces betae {Vzrs.) Lev.
Roya autoica. Las fases S. 1, II y III se desarrollan en plantas de remolacha. Ustilago tragopogoni pratensis (Pers.) Roussel.
I-os espermogonios están en el haz de la hoja reunidos en grupos. Los Es un carbón que afecta a las flores del Salsifí. Las clamidosporas tienen
ecidios se forman en el envés de las hojas, sobre una ampolla correspondiente pared reticulada y miden de 13 a 17 X 10 a 16 p.
a los espermogonios. IJredosoros numerosos, uredosporas de 21 a 32 X 15
a 28 p y pared de 2,5 a 3 p. Las teleutosporas miden de 22 a 24 X 18 a 26 Verticillium
p, con pared espesa y papila apical.
Se trata de un genero que com prende tanto a especies saprofitas, com o a
I-a remolacha es tam bién el huésped de la forma ecidica de Puccinia isiaciae,
parásitos de hongos v de insectos.
roya de las cañas (.Phragmites).
Según I s a a c , las especies fitopatógenas son cinco. I nubiíum. iricorpus y ntgrescens
Uromyces phaseoü (Pers.) Wint. apenas son patógenos y afectan fundamentalmente a la patata y a la menta.
Roya autoica que se desarrolla en plantas de judia. Su fase ecidica es muy V. alboatrum Re'inke y Berth afecta fundamentalmente a la alfalfa y al senecio, pero
poco común: los espermogonios se agrupan entorno a una pequeña mancha también puede hallarse en las plantas hortícolas. No forma microesclcrocios sino, úni­
blanca en una cara de la hoja (haz) y en la cara opuesta aparecen de 3 a 5 camente células micélícas de color oscuro. Su forma conidica es análoga a la de I .
ecidios. Las Ecidiosporas miden de 20 a 26 X 16 a 20 p. dahliac.
Las uredo y teleutosporas son muy abundantes en am bas caras de las hojas Verticillium dahliae Kleb. (véase fig. 17)
y en ocasiones en los tallos y vainas, que son puntiformes o lenticulares, Microesclcrocios negros de 70 a 200 p globulosos o alargados. Conidióforos
pulverulentas: frecuentemente un circulo de pústulas rodea a una pústula verticilados que contienen en cada una de sus extremidades terminales o
central. Las Uredosporas suelen medir de 20 a 30 X 16 a 23 p y poseen dos laterales una gota de liquido que contiene conidias elipsoidales hialinas de
poros germinativos ecuatoriales. Teleutosporas de 22 a 26 X 20 a 25 p. con 5 a 12 X 2 a 3 p.
pared lisa o con algunas rugosidades. El ápice está provisto de una ancha Se aisla a partir de los tejidos leñosos de la planta afectada, o de fragmentos de
papila hialina. peciolos llameados. Conviene sembrar estos fragmentos de 5 a 10 mm en un medio
En los trópicos esta especie no debe ser confundida con Phakospora vignae. cu vos de cultivo S, en el que el hongo crece y las cepas se conservan adecuadamente. La
uredosoros, recubicrtos por la epidermis, se abren por un poro central. Las uredos- oscuridad favorece la aparición de microesclerocios en las ccpas de micelio aéreo
poras son incoloras. algodonoso (frecuentes en el tomate).
Uromyces pisi (D.C.) O tth.
Roya heteroica. La fase ecidica se desarrolla en Euphorbia cyparissias. Las Zopfia rizophila Rabh.
uredosporas miden de 21 a 25 p de diám etro; las teleutosporas de 20 a 28
Las peritecas forman cortezas negras en las raíces del espárrago y tienen de
X 14 a 22 M y son verrugosas (en el guisante).
I a 2 mm de diámetro. La pared de las aseas es fugaz. Ascosporas bicelulares
Uromyces viciae craccae Constantin de color negro muy intenso. Su tam año es de 64 a 80 p X 38 a 48 p.
Roya heteroica. La fase ecidica se desarrolla en Euphorbia cyparissias. Las Es un hongo que parece difícil de cultivar “in vitro», y probablemente debiera
uredosporas miden de 15 a 22 /x de diámetro; las teleutosporas de 20 a 28 clasificarse entre los parásitos estrictos.
X 17a 22 p y tienen esirias longitudinales (en el guisante y Vicia cracca).

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