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Infección en perros
Dentro del hospedador, las larvas L-III permanecen algunas semanas bajo la piel y mudan a larvas
L-IV. De allí emigran a los músculos torácicos o abdominales y, unas 6 a 9 semanas tras la
picadura, mudan a larvas L-V (= adultos inmaduros). Seguidamente entran en
el sistema circulatorio del hospedador y llegan a las arterias pulmonares que son su órgano
predilecto, unas 12 a 20 semanas tras la infección. Ahí crecen rápidamente durante los próximos
2-3 meses hasta completar el desarrollo a adultos. Si hay muchos individuos se instalan también
en el ventrículo derecho. Los adultos pueden vivir hasta 7 años en el hospedador.
Tras la fecundación, las hembras liberan las microfilarias que pueden permanecer en la sangre
del hospedador hasta 3 años a la espera de que un mosquito las ingiera tras una picadura y en él
poder continuar el ciclo de desarrollo.
Infección en gatos
Es mucho menos frecuente: en los EE.UU. se calcula que de todos los casos de dirofilariasis en
perros y gatos sólo el 1-5% afectan a gatos. En gatos, muchas de las microfilarias inyectadas en
la picadura del mosquito no sobreviven. Por ello, habitualmente no se encuentran más de unos
pocos gusanos (2 a 6) en el corazón o las arterias pulmonares, y no cientos, como puede ocurrir
en perros. La vida media de los gusanos en gatos es sólo de 2 a 3 años. Es también frecuente no
encontrar microfilarias en la sangre de gatos infectados. En los gatos suele haber más casos de
migración anormal de los gusanos a la cavidad abdominal o al cerebro.
Bibliografía