Sie sind auf Seite 1von 4

LA METAFÍSICA DE JUAN DUNS ESCOTO

Leal Mex Felipe Santiago, 31Fil

Para Juan Duns Escoto sí hay una metafísica como ciencia del ser en cuanto ser.
Sin embargo, el ser debe ser considerado unívoco. Podría decirse que la metafísica
adquiere entonces el carácter propio de una ontología. Propiamente, la metafísica
de este pensador, se desenvuelve en el paradigma ontológico.

El Doctor Sutil, como es conocido este filósofo, sugiere someter a análisis


todos los conceptos complejos a fin de obtener otros más simples, para poder así
construir un mejor sistema filosófico con fundamentos. Esto con el afán de impedir
equívocos y confusiones entre conceptos filosóficos y teológicos. Asimismo, plantea
que de no poder realizarse la simplicidad ya mencionada, las composiciones entre
conceptos poseerán ambigüedades.1

Pero, ¿qué es la univocidad? Cuando en la filosofía de este pensador se


habla de univocidad “se está haciendo referencia a aquella simplicidad irreductible
a la que hay que reconducir todos los conceptos complejos. Se trata de lograr lo
que nuestro filósofo denomina conceptos simpliciter simplices, en el sentido de que
cada uno de ellas no es identificable con ningún otro.”2 Estos son aquellos que son
posible afirmar o negar solamente del sujeto; pero no uno y otro a la vez, como
puede suceder en cambio con los conceptos analógicos.

Estructura de la realidad

Contingencia

En la metafísica de este filósofo es menester hablar de un orden moral contingente,


puesto que la raíz del mismo es la voluntad divina que opera con libertad plena. Así,
como esta voluntad divina crea libremente todas las criaturas, se tiene que éstas no
fueron creadas en un orden de necesidad y son totalmente libres, dando origen a

1
Cfr. Giovanni Reale y Dario Antisieri, Santo Tomás de Aquino, san Buenaventura y Duns Escoto. Historia del
pensamiento filosófico y científico i, s.l., s.f., p. 39.
2
Ídem.

1
infinitas configuraciones de realidades posibles. En ese caso, mi libre voluntad
puede elegir qué hacer y qué no, elegir entre un posible y su opuesto.

Ahora bien, la existencia de una realidad contingente se ratifica en la


existencia de una causa primera eficiente incausada, que vendría a ser Dios. Duns
Escoto se empeña radicalmente en mostrar que Dios creó el universo, no por
necesidad sino por su querer libre, que “eligió entre la infinidad de posibles
presentes en el entendimiento divino a cuáles otorgarles la existencia.”3

Haecceidad y quididad

El término haecceidad suele ser definido en algunos diccionarios tan sencillamente


como la "esencia" de una cosa, o como un sinónimo para quididad. Sin embargo,
estas definiciones despojan al término de su diferencia y utilidad. Mientras que
haecceidad hace referencia a aspectos de una cosa que la hace ser particular,
quididad se refiere a las calidades universales de una cosa o sus aspectos que
pueda compartir con otras y por qué puede formar parte de un género de cosas.

Duns Escoto hizo la siguiente distinción:

Puesto que hay entre los seres algo indivisible en partes subjetivas —(es decir, algo que es
formalmente incompatible a que se divida en varias partes, cada una de los cuales es ese
algo)— la cuestión no es qué es por qué tal división es formalmente incompatible con ello
(porque es formalmente incompatible por incompatibilidad), sino más bien que esta
incompatibilidad, por su cimiento próximo e intrínseco, está en ella. Por lo tanto, el sentido
de las preguntas sobre este tema [de la individuación] es por ejemplo: ¿Qué en esta piedra,
que por sus cimientos es absolutamente incompatible con la piedra divida en varias partes,
cada una de las cuales es esta piedra, el tipo de división que es propio de un todo universal
dividido en sus partes subjetivas?4

La haecceidad es una entidad positiva, una formalidad y un acto5 o cuasi acto


o la última realidad de la forma6 que, añadida a la naturaleza común, la contrae, la
determina y la perfecciona hasta convertirla en esta naturaleza individual, en una

3
Gloria Silvana Elías, Duns Escoto: el querer divino como fundamento del querer humano contingente, El
Salvador, 2008, p. 282.
4
Juan Duns Escoto, Ordinatio en Clemente Fernández, Los filósofos medievales, t. II, Madrid, BAC, 1979, p.
919.
5
Cfr. Juan Duns Escoto, Lectura II, 3, I, 6, p. 282, No. 171 citado en Antonio Pérez-Estevez, Entendimiento
agente y abstracción en Duns Escoto, Venezuela, Universidad del Zulia, 2002, p. 131.
6
Cfr. Juan Duns Escoto, Ordinatio II, 3, I, 6, p. 479, No. 180 citado en A. Pérez, op. cit., p. 131.

2
sustancia con una unidad perfectísima que la hace indivisible. “La haecceidad es
esencialmente singular y diversa de todo lo demás y hace que la naturaleza se
singularice y se convierta en una sustancia individual, la cual, en cuanto singular,
es indivisible y diversa de todas las demás.”7

Así, el sujeto es un compuesto de esencia específica y haecceidad.

Objeto de la Metafísica

Duns Escoto, sostiene que el objeto natural primario del entendimiento es el ser en
cuanto ser, de lo cual resulta que todo ser, toda cosa u objeto que sea inteligible,
está al alcance del entendimiento.

La característica fundamental del ser en cuanto ser, como objeto de la


metafísica es su trascendentalidad absoluta y, consecuentemente, su univocidad.
Esto hace notar que el ser de la metafísica no solamente es la quididad de las cosas
materiales, no obstante que éstas muevan nuestro entendimiento, sino toda esencia
que llega a nuestro entendimiento de cualquier forma. Esto quiere decir que el ser
de la metafísica trasciende todas las cosas materiales.

Aun así, no basta con que el ser trascienda las cosas materiales, sino que,
además, el ser, para considerar a la metafísica como una ciencia real y verdadera,
debe tener la capacidad de ser aplicado en el mismo sentido a toda la realidad, o lo
que es lo mismo, debe ser unívoco.

Por tanto, se tiene que “si no se cumplen estos dos requisitos en el objeto de
la metafísica – la trascendentalidad y la univocidad –, sólo tenemos una ciencia
física, no una metafísica.”8

7
A. Pérez, op. cit., p. 131.
8
Miguel Oromí, Duns Escoto y el objeto de la metafísica, Madrid, RF, 1958, p. 4.

3
El ser

La metafísica, como ya ha sido aclarado anteriormente, es la ciencia del ser en


cuanto ser. Para Duns Escoto pues, el concepto de ser es el concepto más simple
de todos, es ese que no puede ser reducido a otro más sencillo, lo que conlleva a
notar que el ser no puede ser definido. Su significación más alta es como aquello
que no implica contradicción alguna. Aun así, cualquier otro concepto incluye el del
ser.9

Conclusión

El ser dentro de la filosofía escotista, tal y como se ha expuesto, para dar paso a
una metafísica como tal dese ser trascendente y unívoco. Asimismo, el ser se
convierte en el objeto primario de nuestro entendimiento. El ser en cuanto ser, pues,
es la base de la filosofía de Duns Escoto.

Como bien ha sido expuesto en este trabajo, el ser es el más sencillo de los
conceptos. Todas las cosas tienen este concepto. Lo que hace diferente a cada
cosa, por decirlo de alguna manera, es su quididad, pero más individualizante es su
propia haecceidad. Lo que lo hace ser lo que es. Por ejemplo, mi felipeidad, la
mesaidad de la mesa, la cieleidad del cielo, etc.

Realmente para Duns Escoto la metafísica es una ciencia real y auténtica.


Sin embargo, esto se logra con la trascendentalidad y la univocidad del ser,
propuestos en su sistema filosófico. Estas dos características son conditio sine qua
non para alcanzar esta metafísica efectiva.

En lo personal, Duns Escoto ha resultado un poco complicado, más aún por


el hecho de que hay poca obra de él en español, y es muy difícil acceder a ella. No
obstante, he hecho lo posible para irlo desmenuzando poco a poco. Sin duda me
parece un extraordinario filósofo con un gran pensamiento y sistema filosóficos.

9
Cfr. Frederick Copleston, Historia de la Filosofía (trad. de Juan García), Vol II, México, Ariel, 1993, p. 401.

Das könnte Ihnen auch gefallen