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LA
->> REVISTA DE BELLAS ARTES
AL GRUPO DE
CONTEMPORANEOS,
CON MOTIVO DEL
HOMENAJE NACIONAL
QUE ELINBA
LES RINDE ACTUALMENTE.
LA VEZ, ES UN COMPLEMENTO
DE LA EXPOSICION QUE,
CON IGUAL MOTIVO,
SE LLEVA A CABO EN LA
SALA DIEGO RIVERA DEL
PALACIO Q£ RFl I A1^ APTi
Digitalizado por
DOS PUBLICACIONES
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Antología
poética
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CORTEMPORSREOS DEL ARTE
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Digitalizado por s Bellas Artes
4ACON ACULTA
1 “ grupo sin grupo” o “ archí-
piélago de soledades", aaf lo
llamó Xavier Villaurrutia,
más o menos reunido en la
revista Contemporáneos, se
OE LOS íí
**
Para mis amigos de Contemporáneos, el
México que a mi paso en 1930 conocí, les era
Nacional de «▲ CONACULTA
Digitalizado por i Bellas Artes
✓ W VVVW decisión y en bu provocación se percibe la in
tolerante barbarie que lo circundaba.
En crítica sobresalieron Xavier Villaurru
tia, Samuel Ramos y Jorge Cuesta, La pintura
vador Novo. Poetas asimismo: Jaime Torres atrajo a los tres, principalmente, a Villaurru-
Bodet, Gilberto Oweo, Bernardo Ortiz de tia, que escribió crítica y dibujaba bien: Sa
MonteLlano, Enrique González Rojo. muel Rumos, estética y un ensayo sobre Diego
La novela, de tai época, la escriben con la Rivera, en el cual, más que la obra en sí, se
revolución: Mariano Azuela, Martín Luis pensaría que la fama de Rivera le impidió v e r
Guzmán, Rafael F. Muñoz, de más edad y aje lo desprovisto del impulso de quieres, con g e
nos a la revista, al grupo. Y algunos otros, nio o talento, sufren fatalidad. A la vida de Ri
como José Mancisidor, Loa tres son leídos y re vera ¿lo faltó dolor?
leídos. Muñoz es injustamente postergado en El movimiento emprendido por Ramos en
relación con Azuela y Guzmán. Aquí recuerdo filosofía (frente a Antonio Caso) y su investi
a Andrés Iduarte: Un niño en la revolución me gación sobre el mexicano y lo mexicano —‘'un
xicana. Tres cuentistas: Efrén Hernández, ensayo de caracterología y filosofía de la cul
Juan de la Cabada y Francisco Rojas Gonzá tura mexicana” — se basa, con idealismo libe
lez; posteriores, Juan Rulfo, Edmundo Vala- ral, sobre un ser común imaginario. De ahí, de
dés y Er&clio Zepeda. En el cine, como direc ese tedio, surge, E l laberinto de la soledad de
tores, Femando de Fuentes, el Indio Fernán Octavio Paz; surge el afán, el tráfago recu
dez; Gabriel Figueroa. con su cámara. Entre rrente, de estudiosos de filosofía que inquie
los dibujantes, ahora que escribo, Rogelio N a ren al mexicano, para deslindarlo, definirlo,
ranjo y Rius. Como fotógrafos, Manuel y Lola aprehenderlo. La “ auténtica mexicanidad'1es
Aivarez Bravo, Nacho López. Héctor García y inútil concepto metafísico y parroquial. Este
Rogelio Cuéllar. reotipos nacionales, la idea jungiana del in
Reacción contra el Modemiamoes la revista, consciente colectivo; sin embargo ¿a qué atri
igualmente apolítica pero ya con revolución buir la imantación que ejerce? En esencia, di
mexicana, Contemporáneos, que aparece cho tesón, igual que todo nacionalismo reduc
en 1828 y concluye en 1831. Viviendo en Pa tor, es ficticio.
rís, colaboré una vez en ella. Jaime Torres Bo ¿Hacer del país, de la patria, una amplia
det trabajó con José Vasconcelos; después, ción del Yo? Hacer un nacionalismo de un Yo
tres veces, como Secretario de Estado y Di celectivo, egoísta y oscuro, una suerte de co
rector General de la Unesco. El discurso de munidad de jactancias raciales indias, negras,
renuncia a la Unesco —me lo recordó Víctor amarillas; nacionalismo que no es. en suma,
Flores Olea— es excelente por la nobleza de sino un desgarramiento de la unidad generosa
las razones invocadas. Su espíritu creador lo de lo humano sin fronteras y sin colores. ¿Pa
impulsaba a desarrollos que no conmovieron ra qué?
el egoísmo de las grandes potencias. Esa problemática, ya viva en años de A n
José Goroatiza fue secretario de Relacio drés Bello y de Sarmiento, de “lo nacional'" y
nes Exteriores. No debo olvidar a Genaro Es la busca de identidad, es depresión anímica,
trada, tan olvidado; y menos, a Octavio G. Ba que aún no se sitúa en la lucha de clases, en
rreda. las estructuras sociales, en la corrupción polí
Las Memorias de Torres Bodet son de fun tica, y siempre abandona la complejidad mul
cionario, lo cual no lea merma interés, pero sí tinacional. En la lucha y en un enigma mítico
le dan a veces un tono administrativo. Se creó que nos espolea está la identidad; en el tre
Jaime Torres Bodet una suerte de sensibili mante arco irisado de lo material y lo motafí-
dad cautelosa, neta y oficial. En MemoTnas in sico.
cluyó seis libros: Tiempo de arena, Años con Las ciencias sociales disponen de análisis
tra el tiempo, L a victoria sin alas, E l desierto que complementan a las creaciones cultas y a
internacional, L a tierra prometida y Equinoc las populares. Aconteció, de tal manera, hace
cial. En ellos encontramos algo raés que su vi décadas, con Justo Sierra, los modernistas,
da. Sigo pensando que en alguna parte exis con los del Ateneo (la Generación del Cente
ten cuartillas en las cuales habló sin trabas. nario), con los Contemporáneos o con pintores
Fue un poeta. Con las condiciones sociales de de la Llamada Escuela mexicana, que no exis
México, bu campaña de alfabetización no po te; creo en personalidades. Algunos recientes
día cumplirse. Ésta no fue sino un simulacro: herederos son reliquias (otros no Llegan a
le sobraba talento y cultura como para no sa eso) de un pasado definitivamente pasado. Se
berlo. ¿Le interesó el poder más que las le piensa como se vive y se vive como se piensa.
tras? Oigo atónito el disparo que cortó su vi En la cultura, como en un río, la identidad es
da. la corriente. Es los cambios. Yo no busco mí
Varios de los homosexuales de entre ellos identidad; la vivo.
no tuvieron el coraje de asumir su naturaleza.
Por moral, aún tan ostensible en este punto,
no se expresaron con todo el horizonte de su
voz. El más sincero fue Salvador Novo, y en su
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quienes acusaba de cosmopolitas, con agrado
recuerdo su grito, que fue todo un programa:
“ jViva el mole de guajolote!"
En Soberana juventud {196 7) Maples Arce,
Mis amigos, que forman apretada diversi más que exacto, es ingenuo. Baste ei parrafi-
dad, perseveraron en su estilo de vida, en cul to: “ El espíritu de mafia les dio preponderan
tivar su talento, en mostrarlo en obra por muy cia. A veces emprendían verdadera persecu
pocos solicitada. ¿Quién leía entonces en M é ción contra quienes se resistían a solidarizar
xico? Sin vocación, sin amor muy hondo, nada se con sus Intentos de hegemonía intelectual o
hubiesen escrito. Se Ies expulsaba sin ex pa se neg&bun a entrar en aquel monipodio. Fue
triarlos. Los siento exilados del interior. E s la época de la insistente publicidad de Froust
tos sedentarios asumieron su ostracismo si y Qide, en cuya obra se amparaba la comedia
tuándose en el mundo de la inteligencia, con de los "maricones” y el cinismo de los "pede
nómada inteligencia. Qué crueldad la del exi rastas” . L a rebeldía de Maples Arce muy
lio sin partir, más severamente sufrido por su pronto se disolvió burocráticamente.
irreductibilidad a mucho de lo que lo rodeaba. Los Contemporáneos conocían varias lite
Vivían en sus cristales, royendo en soledad raturas en las lenguas originales. Los proble
sus obsesiones, tal si estuviesen "desconten mas socio políticos, salvo Jorge Cuesta y Car
tos hasta nuestra naturaleza". Entonces me los Pellicer, no los inquietaron. ¿Hasta dónde
percato mejor de su lúcida rectitud acrecida a Pellicer? Siento que a fondo; recuerdo su lu
por la gelidez, cuando no por la hostilidad; és cha por José Vasconcelos, su constancia an-
ta, a la postre, atestiguaba que eran escucha timperialista. A Jorge Cuesta le entusiasma
dos, escuchados con aversión. ba la discusión, le entusiasmaba contradecir,
La tempestad revolucionaria, la epopeya, demostrar lo indemostrable, el juego de la in
ejerció influencia sobre todos los mexicanos: teligencia, el reto, más que los problemas mis
más de un millón de muertos. Los del Ateneo mos: fue goloso de lo paradójico y difícil. H a
de la Juventud se refugiaron en las humanida bía en él ánimo de revancha que estorbaba su
des, como si sólo Jes concerniera “ la vida del dialéctica. A veces parecía ir, como a sabien
espíritu". José Vasconcelos divulga, en cele das, contra la razón. Ese juego de su afilada
bradas ediciones, a más de media docena de agudeza, su caramboleo, no se ha marchitado
clásicos griegos y de clásicos posteriores, y del todo.
sostiene a los muralistas Diego Rivera, José A México lo amaron sin provincialismos; y
Clemente Orozco. David Alfaro Si que iros, y con el provincialismo de la fas.cinac.v6n euro
otros. Les atrajo el platonismo y el neoplato pea. A sí fueron revolucionarios frente a parro
nismo; les aliviaba el horror de la violencia. A quiales temáticas nacionalistas. En lo socio-
los ateneístas les fue inconcebible Apolo junto político se distinguían no tanto por escépticos
a Coatlicue, Cuando vine a México, había tra cuanto por anacrónicos. En las artes, en las le
ducido el Rabino! A ch í y me eran familiares el tras, se consagraron a la renovación y el enri
Popoí-Vuh y los Anales de los CaJtchiqueles, quecimiento cultural de México. No es poca
pero no tenía práctica de vivir, de ganarme la cosa.
vida. A medio siglo de distancia veo los treinta.
W alter Pater, con sus estudios humanísti Los años de La época vasconceliana sentíanse
cos y renacentistas, en donde los neoplatóni- aún. Acaso por ser extranjero, porque todo me
cos florentinos y venecianos sobresalen (Fici- parecía novedad, aquel empuje me Bogaba in
no, de la Mirándola, Bembo y Custiglíoni, éste tensamente. En los Contemporáneos la apre
muerto en Toledo y traducido por Boscán, a ciación füe distinta de la mía. E l ámbito les
sugerencia de Qarcüaso), fue lectura frecuen era consuetudinario: más bien, codiciaban in
te. He querido mostrar en dónde se guarecen mergirse en los medios europeos, de los que
los Contemporáneos. Luego, la huida del mun yo regresaba con cierto hastío. Veía lo que
do de los románticos, que se origina en J. J. ellos no podían ver o ya no veían de tanto vi
Rousseau: esta huida estimulaba el intelec- virlo con frialdad. Lo que me maravillaba, a
tualismo apolítico muy político, una de las ra ellos no los maravillaba; al menos, no con mi
zones por las cuales fueron broncamente em entusiasmo. Lo cual me parece explicable, y
pujados hacia sí mismos, hacia la unidad de su aun razonable. Esta es una de las causas por
pensamiento con bu vida lo que, hegeli&na- las que han vuelto a ser discutidos: su insatis
monte, creó su libertad. En buen mexicano: facción, sentir opresivo su espacio vital.
eran chinganea, Admiro en Carlos Pellicer su saturación de
De hecho, Manuel Maples Arce estaba casi Europa, de las tierras bíblicas y Grecia, de
solo como estridentista. Propugnaba una re Primitivos y renacentistas; su pasión por las
novación ¿apera, exhibicionista y superficial. sandalias de Ciara y de Francisco. Vivencias
El estridentísimo fue el futurismo de los po que se le armonizaron con el trópico y lo pre-
bres; también un Dadá pobre está presente.
Con los Contemporáneos no participó en peló
micas sino en intercambio de invectivas. En
Maples Arce hubo furia más que humor. Ante
Instituto
Nacional de (A C O N ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
Com ida de hom enaje a don E nrique Díez-Canedo.
( ü é i i e o , 2 septiem iire 1932). .Sentados, de izq u ierd a a
derech a: Samuel Ram os, R o b e rto M on ten egro, J u lio
T o r r l, S a lva d o r N ovo, Enrique D iez-Cañedo, Palm a
Guillen, G on zalo Zaldum bide, Enrique G on zá lez
M artín ez. M arian o A zu ela. De pie: A lc a ra z (F io r is e l),
X a v ie r V illa u rru tia , F ra n cisco M onterde, José
G orostiza, f a r lo * P e llie e r , Manuel Toussnlnt, A rte n iio de
V a lle -A rizp e , X a v ie r Ic a za , Enrique G on zález R o jo ,
B ern a rd o O r tlz de M on tellan o, G u illerm o Jim énez J|Jd|n£je6ti1uto
Cuesta y Celestino Gorostiza _. . .. , ¿As.Macionaí tie IA C O N ACULTA
J Digitalizado por id&Si BellasArtos
Indudablemente hay una cultura nacional que
defiende nuestra soberanía. Cultura nacional
es la conciencia de lo que somos y debemos
ser: y asimismo nacionalizar lo nacional. En lo
colombino, con los clásicos castellanos. Fue que se refiere a lo que se está haciendo, a lo
caudaloso, pánico y ensimismado. Sus arcán que se está gestando, hay que denunciar cual
geles son bellos efebos. Conocí hace poco Ta- quier atraco a la libertad que se intente en
basco. su tierra, y pensé en él constantemente. nombre de la patria.
Muy cerca corría el Usumacinta. La selva ro Hoy, en ios ochenta, contamos con una de
deaba Palenque y otros prodigios, como en la recha intelectual radicalizada y beligerante
propia ViUahermosa a las cabezas de la Venta que no existió en los treinta. El liberalismo on-
que, venciendo durante años incomprensiones tológico de esta derecha mexicana diversifica
y dificultades, logró reunir en un escenario el pensamiento de nuestros días. L a civiliza
natural. ción capitalista se ha singularizado por la tec-
Con enardecimiento, en Pellicer alentó la nificación de la barbarie.
emoción de lo propio. Abarcó lo mediterráneo
y la exuberancia de lo natal. En la integración
de helénicos y oímecas, de Jaguares y francis Xavier Villaurrutia escribió sobro Diego Rive- 2
canos, hay recursos en su poesía, que acaso lo ra, a propósito de los niños mexicanos que pin
aportaban de los Contemporáneos. Y si bien tó admirablemente. Nada más opuesto a Vi
no fue miembro directo del grupo, a él perte llaurrutia que la ideología, la estética y otras
necía. singularidades de La vida y la obra de Rivera.
Con Pellicer tuve, además, la apertura a la No me gusta el teatro de X a vier, ni el de Ce
vida con humanismo militante, que lo enrique lestino Gorostiza, ni el de Salvador Novo. Ro
ció sin que nunca dejara la vocación que fue dolfo Usigli los sobrepasa.
destino. Sin su empeño, las cabezas de La A Carlos Pellicer lo apasionó lo precolombi
Venta, que pesan vari&B toneladas, no estuvie no; no así a los demás del "grupo” . Salvador
sen en ViUahermosa. Visité también el museo Novo, en los años finales, estudió náhuatl, con
que lleva su nombre, dotado con la colección el padre Angel María Garibay K., cuya Labor
que formó a lo largo de su vida, es insigne. Desde su primer viaje a Suraméri
Leo a Monsieur Teste y pienso en José Go- ca con José Vasconcelos, Pellicer ahondó en
rostiza. Tal peculiaridad orienta en la aprecia Bolívar, le dedicó cinco poemas. Qué fascinan
ción de algunos sectores de la obra. Aún se les te, qué trágico, qué prodigioso fue Bolívar.
reprocha, ¿no es así?, su más alto valor, su in Cuando releo a Pellicer, olvido a los poetas del
teligencia y su sensibilidad sin fronteras. Los “ grupo” , me parece el más rico en sorpresas,
Contemporáneos transformaron la poesía y la en luz, en júbilo y en profundidad. Parte de la
prosa en México. Ni en lo social ni en el arte creación de los modernistas posee intención
hay descastamiento por arraigo y desarrollo latinoamericanieta (Odas seculares, 1910).
de lo europeo que nos insta a ser y nos ayuda a Unamuno los condena por enajenados y afran
vivir; y no hemos de olvidar como parte de la cesados, simplificando así complejidades y
identidad real, si seguimos por este torpe ca consecuencias positivas. Y se les ha seguido
mino empedrado de buenas intenciones, no simplificando, al inclinarlos en sentido contra
solamente lo que representan y hacen las cla rio, al situarlos, más o menos bien, en su con
ses hegemónicas sino, asimismo, las explota texto.
das. Algunos juicios sobre el Modernismo han
En el ensayo en que habla de ellos, de “ el sido exagerados, a posar de que Manuel Gu
grupo sin grupo” , Xavier Villaurrutia explica: tiérrez Nájera trazó este autorretrato: “ Bo
“ No son regionales. No son populares. La úni rrar la huella hereditaria o primitiva de la ra
ca manera digna que tienen los artistas de za.” Federico Gamboa, cuando alude a I ob me
comprender al pueblo es no pretender hacer xicanos indios, es igualmente despectivo y ra
para el pueblo un arte que será inferior, indu cista. ¿Qué tiene qué ver Martí con esto?
dablemente, al que surge del pueblo mismo. Aparte está M artí y cada vez que vuelvo a él
Qué importa que en torno a las palabras de me parece más admirable. Los ateneístas, a su
uno de nosotros se levante un torbellino de modo, se ocupan de América. CartoB Pellicer
inexactitudes, de envidias y de dudas. Existi reconoce a sus maestros en tres modernistas:
mos a pesar de todo, a pesar de nosotros mis Rubén Darío, Leopoldo Lugones y Salvador
mos. Qué importa que alguien pida que ponga Díaz Mirón.
mos etiquetas de “ Made in México” a nues La conducta de la Revolución Mexicana ha
tras obras...” sido aún más abominable que la de Cortés
La cultura oficial —sus lógicos administra cuando, con falacia paradigmática, no se le re
tivos — promovió lo mexicano y la cultura na conocía a los indios naturaleza humana. L a
cional, a veces con precepto intolerante y bula de Clemente VTI, en la cual se les consi-
reaccionario. Cuando fue sectaria, también
fue represiva: el caso de los Contemporáneos.
Si de ella me ocupo es para apagar un tedio y
contribuir a detener su pretensión maniquea.
Digitalizado por
ces a hora convenida y no lo encuentro. ¿Sa
bes de él?
—¿Quieres entrar?
Teníamos estas “ correspondencias” más
deraba que “ eran hombres de verdad” , Paulo que baudelairean&s.
I I I la ratificó en 1637, con la suya SubLimis De los juicios sobra Holderlin ninguno es
Deus. Continuamos con secular imperialismo más breve, sencillo y exacto, que el del semile-
interno que es. también, identidad y cultura irado carpintero Zinmer. que con su hija Lotte
nacionales. le cuidaron durante treintísóis años, con ge
nerosidad y ternura: “ Lo mucho que en sí lle
vaba rompio su mente." Recuerdo a Zinmer a
E l pintor del grupo fue Agustín Lazo; aaiuüs- 3 propósito de Jorge Cuesta.
mo Manuel Rodríguez Lozano, Antonio Ruiz; Los de más preclara creación poética son
surgió en seguida Julio Castellanos, quien de Carlos Pellicer, José Gorostiza (M uerte sin
jó retratos a lápiz de Xavier Villaurrutia, fh í), Xavier Villaurrutia y Salvador Novo. Jai
Emilia Revueltas y Gunther Gerzso. Lazo me Torres Bodet escribió poesía, relatos, críti
adoraba a Mozort, a Chopin y los gusanos de ca, memorias. Las funciones ministeriales le
maguey. Creó una obra breve; tiró los pinceles robaron su tiempo; sin embargo, escribió cons
al no escuchar más la efusión de los pasos de tantemente. Salvador Novo, poesía, teatro,
Xavier Villaurrutia. El suicidio del amigo de crítica, crónicas y memorias. Aplaudió la car
su vida acabó con él; lo sobrevivió más de nicería del 08 en Tlatelolco. Tuvo mucho más
veinte años. Cuando supe la muerte de Xavier, talento que cinismo, y fue muy cínico política
en la navidad de 1950, vivía en Guatemala y a mente. Octavio Paz, del “ periodismo mercena
Lazo telegrafié mi condolencia. rio” de Novo recuerda “ que escribía diatribas
Algunas veces fui invitado a merendar en editoriales en defensa de H itler y sus pardos
ca¿o de Lazo con Xavier VUlaurrutia, Vivía ejércitos". Cronista de la ciudad de México;
con la familia en las calles de Sadi Carnot. sucedió en el sitial a Artemio del Valle Arizpe
cerca de Puente de Alvarado. Disponía de un quien, más que Novo, brillaba como conversa
apartamento para pintar, al que se entraba dor. Lo escrito por Artemio del Valle Arizpe lo
por el patio. “ Lo buscan, niño Agustinito” , gri conozco mal. Buena parte de la obra de Novo,
taba la vieja sirvienta y Agustín se asomaba entre la admirable, los poemas de amor y los
al rellano de la escalera de fierro, enfundado sonetos satíricos, que circularon en coplas
en bata azul osouro, con cinturón café, vestido confidenciales a máquina y luego en grandes
con elegancia invisible. Las reuniones solían tirajes. Pérfidos sonetos ingeniosos, bien urdi
ser en “L a Flor de México” , en la esquina de dos, con veneno de víbora. Algunas réplicas de
Bolívar y Venustiono Carranza, con José Go- Villaurrutia, en la soterraña guerra de sone
rostiza, Jorge Cuesta, Xavier Villaurrutia, tos, lucían la misma gracia, la misma indiscre
Agustín Lazo. En esos días, también Ernesto ción y el mismo óptimo veneno.
Ansermet. quien contaba cosas divertidas de ¿En dónde situaría a Octavio G. Barreda?
Carlos Chávez, que le hizo imposible la vida y
tuvo que marcharse. No sé sí Ansermet logró
cumplir su contrato. Jorge Cuesta era feo. Un ojo más alto que el 4
Jorge Cuesta sacude a Carlos Chávez por otro. Naturalmente, lo asediaron las mujeres.
su oportunismo ( Llamadas. Sinfonía proleta Un Picasso. Semejaba que iba a tener hipo o
r ia ) y por tres escritos de éste en E l Universal que acababa de tenerlo. Sobre el rostro se ex
(27, 28 y 29 de septiembre, 1934) en los que pandía el efluvio de una sonrisa de asombrado
expone su “ doctrina” “ para atormentar” con tiburón jovial. No se parecía a nadie, diferente
“ una música lamentablemente detestable” . de lo diferente. Conocimos apenas una frac
Defiende, más tarde, a Ernesto Ansermet, ce- ción de su témpano. Sufría de fatídica decep
Jebérrimo director de orquesta, contra quien ción ecuménica. Aunque vecinos, poco nos
la crítica musical ch&vista unánimemente veíamoB en casa por temor de interrumpir al
arremete. Con gracia y regocijo, Ansermet guna visita, que podía ser suya o al revés o de
nos contaba que Chávez, perdido por un lado y ambos. Nos veíamos con frecuencia en el café,
los músicos por otro, mientras seguía hacien en reuniones. Su amigo más cercano fue José
do gimnasia en el vacio, gritaba a la orquesta; Gorostiza. Se recibió de químico. Lo conocí en
“ jNos encontramos en el undante!" París, antes de mi regreso a América, en don
Frente a la escéptica voz de Gorostiza, de de se libraba de un tiro de Diego Rivera, por
la biselada de Villaurrutia. de la pintura de haberse dejado violar por Lupe Marín de Ri
Lazo, veo avanzar a David A l faro Siqueiros vera, moreno vendaval de ojos verdes. M e dio
con el estruendo de sus trompetas y tambores, la Antología de poesía mexicana elaborada por
a la cabeza del desfile de sn circo de tigres sin los Contemporáneos, en la cual suyas son al
dientes, tronando su látigo a los gorriones. gunas o todas las presentaciones. Manuel tóa-
M i más amigo, hasta por vivir en aparta
mentos vecinos, fue Jorge Cuesta. Alguna vez
una amiga suya sube a preguntarme:
—¿No has visto a Jorge? He venido tres ve
cita acompañada de su hermano Víctor y leye
ron mis páginas y la nota previa, con la cual
las he republicado. Cuesta, cuya vida corrió en
el surco abierto por Abelardo y Edipo (Byron
y José Asunción Silva) murió el 13 de agosto
pies Arce replicó con la propia vindicativa
de 1B42.
(1940), en la que no privaron loa cálculos
Fue entusiasta de Orozco y escribió varías
mentales, Bino loa biliares. A la Antología de la
veces sobre él. En las cartas a mi dirigidas,
poesía mexicana moderna (1628) de Cuesta,
que en mi monografía del pintor publiqué, es
Maplea Arce le asestaba: “ vale lo que cuesta” .
frecuente la alusión a la común amistad con
La familia cordobesa de Cuesta se empobreció
Cuesta. Comimos juntos los tres algunas ve
con ios repartos de tierras y por elio también
ces. Su conversación laberíntica inquieta,
sufrió de reaccionarismo generalizado y galo
como sus prosas cáusticas y escritos de ex
pante. Como buen crítico, fue dotado para el
presionista exagerado. Los jóvenes lo han re
análisis parcial.
descubierto. Con José Clemente Orozco man
Alto y flacucho. de ojos rubios, cabello cas
tuvo correspondencia; las cartas se extravia
taño. Conversaba con irónica seriedad, des
ron; tardíamente, obtuve dos del pintor.
montando pieza a pieza la relojería de los ra
¿Quién me las dio? Las busqué pora mi Oroz
zonamientos que se le oponían, hasta probar
co. ¿Existirán las demás?
nos, casi irrefutablemente, lo propuesto. Su
Cuando se suicidó, compuse sobre la mar
imagen radiante desafiaba a la estupidez in
cha el texto a que aludí, cargado de la congoja
solente. Había en él mucho de angélico y
que en él imaginaba y de mi congoja por así
sombrío. A veces era muy ágil y otras veces,
imaginarlo, y por mi dolor por su muerte, por
intempestivo y lento.
su muerte rigurosa, y por carecer de acción
Como buen escritor, no escribía como ha
para los otros, por sentirme preso en las pala
blaba. En su escritura es sápido, irritante y
bras, harto de ellas, necesitado, más que de
seco. Inteligencia golosa de enredos y ávida
ternura, de salir de mí, de servir, de abrirme
de precisión, tal puede percibirse en sus ensa
paso como un incendio, quemar la sociedad
yos, que lo denotan como crítico de nacimien
que asesinaba a mi amigo, la que enloqueció a
to, con no poco sino mucho de sofista.1 Fui su
Artaud. la que me negaba la participación, la
vecino algunos años. Vivía en apartamento
del “ exclusivismo nacional1' descalabrado por
contiguo. Dos cavernas con rentas al alcance
Sarmiento: “ ¡Ay del que persista en llamarme
de nuestra indigencia, en la esquina de Alvaro
extranjero!"
Obregón y Moreiia. El edificio ya no existe.
Escribía soledades, poemas de sonámbula
Hermosas chicas nos visitaban. Intercambiá
que acechaba su momento. Con los ojos abier
bamos libros; tal vez, chicas.
tos, como ya los tenía en mi soledad solidaria,
En Cuesta hay autodepredación, nutovivi-
amando y amado, me quité la camisa de fuerza
sección. La realidad exterior, de tan hostil,
que ceñía mi cordura. Estos años quedan en
quisiera excluirla y hace todo lo posible por
parte circunscritos en lo que para mí escribía.
derogarla. A su yo voluminoso no fue Lícito
M i libertad fue condicionada; mi nombre, mu
participar con su tierra y se exilió y, sin par
chas veces, mi seudónimo. L a muerte de Cues
tir, viajó por el mundo con los libros europeos.
ta, la guerra de España, lo que sucedía en
Su alma, sin piedad y trágica, se abisma defi
Guatemala, la guerra mundial, la erosión de la
nitivamente. Fue una madeja de seda enreda
obra de los años de Lázaro Cárdenas, me or
da con perfección, un náufrago que percibe su
ganizaban un ámbito doloroso que me mostra
desastre. Su lógica es la perfección de ese or
ba lo reducido a que estuvo sometida mi ur
denado enredo, el sofisma frecuente con el
gencia.
cual deseó pasarse de listo ¡siendo tan inteli
El arribo de la emigración española, mis
gente!
Murió loco, mutilado espantosamente. Sus nuevos amigos, las desveladas con Romance
órganos sexuales obstruyeron la salida del cantando “ Los cuatro generales", la presencia
agua en la bañera. Se quemó los ojos. De peor de Neruda, la amistad de Orozco y tantos me
xicanos, me fortalecieron. La palabra con ellos
en peor, hasta su muerte. Se colgó de la mani
ja de la cerradura de la puerta. Bastaba esti se expandió y se acendró y comprendí mejor lo
estético y lo político. Así sentí que el esteta y
rar las piernas un poquito para vivir. Se repi
el político son simplistas y sectarios, y están
tieron y repiten leyendas sobre él. Una de
desplazados, si no consiguen definición, beUa
ellas la recogí, voladamente, con autorización
de Natalia, la hermana, en un texto de Apolo y y sencilla. Con la guerra de España, que viví
Coatlicue: “ Lo que no espera la esperanza” , ardientemente, se aceleró mi formación. Me ha
publicada en el año de su muerte. Acudió a la sido imposible militar en partido; he participa
do fuera. Esta dificultad apunta hacia supues
to individualismo, al consabido individualismo
1 La abra de Jorge Cuesta fue reunida en 0 volúmenes pequeñoburgués.
en la colección Poesía y ensayo, de la Universidad Nacio
nal Autónoma de México. Se reimprimió en 197S, sin
compilar otros escritos descubiertos por Luis Mario
Scheneider y Miguel Capistrán. Oran labor Kan real liado
eetoa investigadores. El V volumen se debe a Sehneider.
___
Instituto
^acior?al de
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ás que grupo o generación, 1
Contemporáneos es, en M é
xico, una actitud ante el arte
y la cultura (ante la sociedad
y la política), cuyas notas
distintivas son el rigor, la
Digitalizado por
como los Contemporáneos, o hacia las metáfo
ras que en primera y última instancia asom
bran a sus hacedores, como los estridentistas.
Ser modernos: apoyarse en las oportunidades
quien el magnicidio democratizará (A lvaro del nacionalismo para hacer caso omiso de lo
Obregón) o a quien le fallará su conocimiento nacional.
de la incondicionalidad (Plutarco Elias Ca Unos —recapitula Gilberto Owen en
lles). En la capital de la República, ya liberada
1934— éramos economistas, otros éramos
de muchísimos controles de conducta y del ce campesinos, otros éramos ingenieros, otros
loso espionaje parroquial, cristaliza de golpe
éramos artistas. Todos éramos original,
lo que el porñriato pospuso y la lucha armada
esencialmente revolucionarios, y sentíamos
no consintió, las revelaciones y lecturas acu no necesitar de membrete que Lo pregona,
muladas, las nociones ixúciáticas de Freud y como los pájaros que veíamos no necesitaban
Marx y Einstein, la sensación de un mundo in el cartelito en latín de Linneo para cantar
terrelacionado, los vínculos entre la música y
con la voz exacta, seguros de que aunque los
el comportamiento, el eseeptismo y el “ cinis sabios distraídos pusieran cartel de cerezo
mo” aprendidos en guerras y revoluciones. El en el manzano, siempre sería una manzana
cine y la radio le permiten a loa Jóvenes mexi
la que les cayera & descubrir la ley de New-
canos una simultaneidad de experiencias con
ton. Nacidos, crecidos en respirar aquel aire
los jóvenes de todas partes. Chaplin y Harold joven de México, nos identificaba un afón de
Lloyd, Greta Garbo y Pola Negri, Griffith y construir cosas nuevas, de adoptar posturas
M urnau, la s vam ps y el c h a rie s to n , nuevas ante la vida. Sentíamos esto lo único
el shimmy y el pelo corto de las mujeres. En revolucionario y más sincero que tomar sim
dos o tres años se resuelven cuatro décadas plemente lo viejo y barnizarlo y escribir enci
de postergamiento. Y a esto se agrega la
ma: “ jVlva la Revolueiónl” .
irrupción épica de los muralistas, que son a
México lo que —según la persuasiva demos
En el texto de Owen, como en toda la nos
tración de M ilosz— fue Mayakovsky a la talgia antinostáigica de sus amigos, hay dos
URSS, la interacción de dos mesianismos: la insistencias: la novedad de la época y el re
clase obrera como redentora y la nación como chazo a un papel prefijado. El impulso crítico
redentora. es para ellos contradicción insuperable. ¿Có
Una actualización tan febril y multánime no mo no ser parte de la Revolución y cómo no
rompe sin embargo del todo con la continuidad alejarse de un movimiento tan mal represen
cultural. Son gente formada en un sentido de tado, tan abusivamente llevado, tan motivador
las tradiciones y del individualismo quienes de la demagogia populista? Del mismo modo
patrocinan el intento renacentista, la devo en que los Contemporáneos no se sienten es
ción por el libro, las misiones rurales, la edi trictamente de vanguardia, aunque lo sean
ción de clásicos, el inventario de los bienes ar (porque si se atienen al concepto exclusivo de
tísticos del pueblo, la convicción de la unidad vanguardia, se cortarían de la tradición) tam
hispanoamericana, el estallido de las van bién dudan ante la palabra revolucionario po
guardias, la exhortación nacionalista que es blada en esos años de emociones feroces. El
recuento y utopía. El ánimo es triunfalista: al dilema de los Contemporáneos es integral:
entusiasmo por la revolución (no lo ocurrido ¿cómo soportar a una sociedad municipal y có
en los campos de batalla, sino en el ánimo de ia mo no reconocer la brillantez de los esfuerzos
minoría ilustrada), se añaden todo tipo de sen estatales, cómo vivir la experimentación a la
saciones inaugurales que recorren escuelas, sombra de un gobierno, cómo adecuar técnicas
ministerios, oficinas, salones de baile y dispu ya gastadas para contar o verificar los nuevos
tas ideológicas. De la opresión y el desorden sentimientos, cómo no aceptar y cómo no alar
trágico se ha salido a algo tan diferente que marse ante un capitalismo cuyos primeros he
bien vale la pena asirlo de inmediato. Carpe raldos son militarotes y abogados de mentali
diem. Apodérate del instante. Sé moderno, dades rústicas y depredadoras? Ser y no ser
consíguete un idioma incontaminado, aduéña revolucionarios. Los Contemporáneos no
te de un repertorio de estímulos, asómbrate de creen en la actitud virulenta y en la gesticula
las cargas estáticas del danzón y el automóvil ción de los estridentistas; ellos tampoco repe
y el jazz-bond y las fábricas y las luces de tirían a Paul Klee: "Yo quiero ser como recién
neón, vive pasiones inéditas, conduce a la su nacido, sin saber nada, absolutamente nada
perficie a una marginalidad que, expresada, sobre Europa... quiero ser casi un primitivo".
se convierta en algo distinto a la vivencia del Les urge no ser primitivos, hacerse de los re
rechazo. Ser moderna: ya no escribir con ardi cursos plenos de la civilización. Les importa
miento pedagógico y patriótico, no concebir la también respetar el impulso que les ha conse
literatura de cara a la nación y su dolorosa guido espacio. Ortodoxia y heterodoxia, cohe-
historia, sino en relación íntima con el hipócri
ta lector, hermano y semejante. Ser moderno:
ir hacia las masas como los muralistas, o hacia
todos (a condición de que sean unos cuantos)
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Digital izado por
Un programa de Btcción: traducir, leer, mo
dificar el lenguaje poético. Unos cuantos jóve
nes se enamoran de los descubrimientos freu-
dianos (lo que les permitirá entender algunas
reneia y contradicción: estos jóvenes escrito proposiciones surrealistas), estudian a Pound
res aceptarán parte de la prédica oficial (con y Eliot, leen L a tie rra baldía y la nueva poe
excepción de Cuesta, que critica el “clericalis sía norteamericana, analizan a Bretón, Coc-
mo educativo” de Vasconcelos), y se aparta teau, Claudel, Saint John Perse, Julea Lafur
rán del bolivarismo y la grandilocuencia ame gue, Jules Supervielle, Hart Grane, Cum-
ricana (con la excepción de Pellicer). Pero no mings. Escriben para vivir, para ser otros. La
lograrán prescindir del mecenazgo, e irán de frase gideana que el joven Villaurrotta le repi
la protección de un ministro al apoyo de otro te incesante al joven Novo: "Hace fedta per
ministro, serán a la vez marginados y protegi derse para recobrarse", cobra enorme sentido
dos, desarraigados y burócratas. Es inevita en ese paisaje de tertulias en librerías, edicio
ble. En materia cultural en los veintes, el Es nes mínimas, plaquettes de poesía que le re
tado es simplemente todo, y los Contemporá presentan al autor un esfuerzo económico,
neos aceptarán de él seguridades laborales acercamientos devotos y mitológicos a la cul
primero, y & la postre, honores que no exclu tura francesa, frecuentación de ritmos distin
yen la Rotonda de los Hombres Ilustres. tos y perturbadores, miedo ai destino de los
escritores que adularon a su público inmedia
Es muy restringido el ámbito físico donde se 3 to, rumores que son exterminio moral, chismes
desarrollará el "Renacimiento Mexicano": el que maaifican a la difusión. Perderse p a ra re
centro de la ciudad, los edificios públicos so cobrarse, aceptar el virtual anonimato, gozar
juzgados por los muralistas, las casas y de de una labor sin reconocimientos, saberse vi
partamentos de artistas e intelectuales. A vos por oposición a un medio que, en caso de
esta “ cocina fáustica", la sacuden las ofertas conocer sus intenciones, no las entendería en
del Secretario de Educación Pública José lo absoluto. Ser drásticamente contemporá
Vasconcelos (1920-1924), que representa el neos, aoeptar lo estimulante en donde se halle,
matrimonio un tanto forzado de la energía re ignorar las epopeyas reales o fingidas de la
volucionaria y la cultura clásica, de la impa subordinación política de la literatura. En tor
ciencia por hacerse de una nación y la urgen no suyo, políticos, burócratas y periodistas,
cia de uniformar el mando. Para ganar la con detestan agudamente —con y sin razones— a
fianza de la nueva casta gobernante, y la suya intelectuales y poetas.
propia, Vasconcelos debe ser vitalista (y eso lo El mayor espacio cultural son las revistas
llevará a ser antintelcctual). Pora sustentar (los suplementos aparecerán en los cuaren
el vitalismo necesita, glorias de la paradoja, tas) y a ellas se les confían riesgos y predilec
de I09 jóvenes escritores a quienes llama a co ciones. L a Falange. Contemporáneos, Clises.
laborar con el poder público en una empresa Loa nombres son programas, estrategias de
de dimensiones hazañosas. La burocracia cul conducta, incitaciones, respuestas enfáticas a
tural —término aín gravamen peyorativo en la hostilidad ambiental.
tonces— no impedirá la creación de obras per
sonales y dará acceso a la creación de un tem A la modernidad por la palabra, a la época re- 4
peramento colectivo. cién inaugurada con poemas cuya atmósfera
Hoy es fácil entender el pleno sentido de la nada tenga que ver con lo antes vivido y resul
lucha de Contemporáneos, porque una parte te —en su propia dimensión lítereiria— una
de au sueño cultural se ha cumplido (con I bis li sensación nueva. Sin embargo, pasada la eufo
mitaciones del caso). Hay el acceso natural a ria inicial, quienes viven el estremecimiento
la cultura de todas partes del mundo, se multi de la modernidad, no lo celebran demasiado,
plican —en plena crisis— revistas y ediciones, atrapados como se consideran entre los resi
una librería no es una capilla iniciática, y si no duos del mundo feudal y la nueva barbarie del
existen muchos compradores, sí hay frecuen saqueo y el oportunismo. En 1933, Jorge
tadores de la poesía difícil y sin concesiones. Cuesta, en cart a a Bernardo Ortiz de Monte-
En los veintes, todo está por hacerse y los llano a propósito de "la vanguardia de Ukses,
Contemporáneos representan una vanguardia de Contemporáneos"} niega que se hayan reu
de los derechos del lector y del escritor. Para nido de modo premeditado en tom o de doctri
ellos, escribir es disipar fronteras, traducir es na» artísticas o metas definidas; para ellos la
romper el cerco, evitar que la nacionalidad se literatura es profesión de fe y si se les hace ca
vuelva una fatalidad. Hay que reconocer, en ber en un grupo es sencillamente porque se
donde se encuentra, la consumación de los evita o no se desea su compañía literaria:
ideales artísticos, hacer del rigor formal el
criterio para ubicarse y ubicar la obra propia.
E l verdadero tiempo perdido es aquel en que Reunimos nuestras soledades, nuestros
nos hemos desvinculado de las fuentes de la
cultura occidental, cediéndole a situaciones
del país el lugar intr&sferible de la imagina
ción.
Nacional de (A C O N A C U L TA
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cias o afinidades y el talento literario produ
cen obras definitivas y marcan un nivel de ca
lidad y de crítica. En su polémica con Abreu
Gómez, Jorge Cuesta es inapelable:
exilios; nuestra agrupación es como la de
los forajidos y no sólo en sentido figurado E l nacionalismo equivale a la actitud de
podemos decir que somos "perseguidos por quien no se interesa sino por lo que tiene
la justicia". Vea usted con qué facilidad se que ver inmediatamente con su persona: es
nos siente extraños, se nos destierra, se el colmo de la fatuidad. Su principio es; "no
nos ' desarraiga” , para usar la p&laba con vate lo que tiene un valor objetivo, sino Jo
que quiere expresarse lo poco hospitalario que tiene un valor para mí1'. De acuerdo a
que es para nuestra aventura literaria el ¿1, es legitimo preferir las novelas de don
país donde ocurre. Esa condición quiere Federico Gamboa a las novelas de Stendhal
que sean nuestros personales aislamientos y decir: don Federico para los mexicanos y
los que se acompañen, los que constituyan Stendhal para los franceses. Pero bagase
un grupo. una tiranía de este principio: sólo se natu
Nuestra proximidad es así el resultado ralizarán franceses los mexicanos más fi
de nuestros individuales distanciamientos, nos, esos que quieren para México no lo me
de nuestros individuales destinos, más que xicano sin lo mejor. Por lo que a mí toca,
una deliberada colectividad. ningún Abreu Gómez logrará que cumpla el
deber patriótico de embrutecerme con las
obras representativas de la literatura me
Tan melancólicas palabras se oponen nece xicana. Que duerman a quien no pierde
sariamente a nuestra visión actual. No sólo nada con ello; yo pierdo ¿ a Cartuja de P a r -
por el Tencor al presente y la inevitable mitifi- Tita y mucho más.
cación del pasado que expresan, sino porque
estamos ya al tanto de las dos etapas de Con E l rechazo del pasado de México no es el
temporáneos; su descubrimiento del arte sentido genuino de este texto (si algo, los
como nacionalidad verdadera y última, y la Contemporáneos reivindican una cultura na
sensación posterior de acoso y resistencia. En cional). Más bien, Cuesta se rehúsa a conver
ambas instancias advertimos —en lecturas y tir la tradición en molde inapelable. Hay que
testimonios — la presencia de una colectividad conquistar el derecho de una literatura distin
deliberada a la que la Revolución Mexicana ta, sin "presiones", aunque en el momento sus
(algo más y algo menos que el conjunto de las productos parezcan irrelevantes o pueriles.
transformaciones nacionales) les da ámbito Recuérdense las admoniciones de González
social y credibilidad interna, Les niega el reco Martínez ("Tuércele el cuello al cisne de en
nocimiento suficiente y la credibilidad exter gañoso plumaje”), y las perfecciones de Díaz
na. Mirón y compáreselas con el estilo candoro
No son ganas de un pasado legendario, de un so de José Gorostiza en su primer libro. Can
Bloomsbury que crece entre las ruinas porfiria- ciones p a ra cantar en tas barcas (1926):
nas, o de una íoat generatúm que no conoció pero
intuyó París, los que han conducido a ¿Quién me compra una naranja
la revaloración actual de Contemporáneos. A para mi consolación?
ellos les tocó ser la primera generación o ten Una naranja madura
dencia cultural de un país sojuzgado política en forma de corazón.
pero ya no tanto socialmente, con un paterna-
lismo que admitía (porque no podía controlar En el alegato más conocido sobre los Contení- &
las) zonas de excepción. Una nueva estética se poráneoa, Jorge Cuesta (en 1932, al término
configura sobre un paisaje de sustituciones: al de la acción conjunta), afirma:
tradicionalismo lo sustituye un collage de tra Le roba a una generación pasada quien la
diciones y nuevas creencias: a la concepción continúa ciegamente. L e roba a una genera
religiosa ancestral la sustituyen el culto de la ción futura quien le crea un programa para
escuela y la veneración primeriza de la tecno que lo siga,,. L a realidad mexicana de este
logía. grupo de escritores jóvenes ha sido su de
Al cerco antintelectual se responde impug samparo y no se han quejado de ello, ni han
nando al nacionalismo cultural y señalando el pretendido falsificarlo; ello les permite ser
raquitismo ambiental. En esos años, el "olitis como son. Es maravilloso cómo Fellicer de
mo" es, de modo nada paradójico, la amplia cepciona a nuestro paisaje: cómo Ortiz de
ción de límites, esfuerzo intelectual, lecturas Montellano decepciona a nuestro fo lc lo re ’,
a contracorriente, búsqueda de un sentido cómo Salvador Novo decepciona a nuestras
universal de la cultura. Por eBO, importa rei costumbres; cómo Xavier Villaurrutia de
vindicar una parte considerable del trabajo de cepciona a nuestra literaiura: cómo Jaime
Contemporáneos. Sí el conservadurismo de
algunos de ellos no les permite entender el
proceso del país (que por otra parte muy pocos
comprenden), la rigurosa selección de influen
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f l
te o no, campana de la que casi nadie se esca
pa. El propio Alfonso Reyes a su regreso a
México se sorprende y le confía a su amigo
Antonio G. Solalinde (26 de agosto de 1924);
Torres Bodet decepciona a su admirable y
“ Yo siempre creo que los jóvenes tienen razón.
peligrosa avidez de todo lo que lo rodea; có
Hay entre ellos mucha mariconería. enferme
mo José Qorostiza se decepcionan- si mismo,
dad nueva aquí, y eso me aleja de muchos y
cómo Gilberto Owen decepciona a su mejor
me hace sufrir, pues no soy tan escéptico e in
amigo.
diferente como yo mismo me Jo figuraba”. La
El centro de la decepción esté en las espec- enfermedad nueva molesta a grados de exas
tativas de la sociedad y del Establecimiento peración organizada. Recuerda Manuel Ma-
cultural- Y allí mismo se encuentran las razo ples Arce, el libertario poeta estridentista, en
nes de la leyenda casi instantánea y de la se sus memorias (Soberana juventud, 1907):
gura. aunque no muy visible, construcción de
obras que van creando a su público, Los Con En una ocasión nos reunimos en el Salón
temporáneos son, si algo, precoces, en aten Verde de la Cámara de Diputados para tra
ción a los requerimientos de un paos que ha tar el problema de los homosexuales en el
visto la desintegración de su gerontocracía y teatro, el arte y la literatura Aunque hubo
de sus “ generaciones maduras” . México en declaraciones reprobatorias, el diablo me
los veintes: generales, gobernadores, diputa tió el dedo y ellos se quedaban más orondos
dos, poetas que no rebasan los 25 años. La que nunca, mientras la gente se preguntaba
precocidad arraiga y define, la precocidad por qué se les permitía moverse con tanto
obliga a un aislamiento prematuro, la precoci desplante, cuando en la época de Porfirio
dad lleva a enfrentamientos muy desiguales. Díaz se les obligaba a barrer las calles,
A los 18 años. Torres Bodet es secretario par como aconteció alguna vez a los que hicie
ticular del Ministro de Educación; a los 21 ron célebre el número 41, que popularizó
años, Novo en Ensayos y X X poemas afirma una estampa de Posada. La moral pública
un programa poético sorprendente en una cul no depende de un grupo; es el estilo de una
tura hasta hace poco desvinculada de sus sociedad, como diría Ortega y Gasset, y
fuentes tradicionales por las guerras naciona cuando ésta acepta que cada quien haga de
les e internacionales. Novo se propone un trato su juicio un papalote, no existe posibilidad de
distinto con la posteridad (a la que desea y de dignificación.
la que se burla); a él, el humor lo reconcilia y lo El espíritu de mafia les dio preponderan
distancia da la realidad y lo urbano la resulta cia. A veces emprendían verdadera perse
el único modo de vida posible. En Ensayos y cución contra quienes se resistían a solida
X X poemas, Novo quiere “ redimirse” de la tri rizarse con sus intentos de hegemonía inte
vialidad y darle a cada texto una importancia lectual o se negaban a entrar en aquel mo
nueva, y afirma, con vigor implícito, una tesis: nipodio. Fue la época de la insistente publi
poesía es, también, lo no consagrado, aquello cidad de Proust y Gide, en cuya obra Be am
cuya legitimidad artística viene de la meta paraba la comedia de los “ maricones’' y el
morfosis de las cosas comunes o de la convic cinismo de los pederastas.
ción de lo insólito: sardinas, máquinas noisy Para escapar & toda responsabilidad
Steinway, películas de Paramo unt. calamares adoptaron una posición neutral que les per
en su tinta, un masajista en Nueva York, re mitió sobrevivir por encima de todos los
des telegráficas para jugar tenis, ombligos conflictos ideológicos que han conmovido a
para los filatelistas. Cada objetivo anticipa un la nación mexicana. Nunca fueron de dere
programa que será, sucesiva o simultánea cha ni de izquierda,,. Pretendían una esté
mente, sentencioso, alegre, melancólico, es tica que los eximía de compromisos y los
pontáneo: ponía al margen de toda obligación respon
sable.
Es necesario viajar en tranvía A la sombra de protectores deseosos de
cultivar el sentido de lo paralelo aparecer como mecenas intelectuales, edi
y no tropezar con nadie nunca. taron, con el dinero de la nación, una anto
logía en que los agraciados escribieron sus
¿Qué tan “ marginales” son los Contemporá- 6 panegíricos, los unos sobre los otros.
neos en sus años de movimiento colectivo? Así
pertenezcan a la burocracia gubernamental, La ley del menor esfuerzo. Para responder
que lea da oportunidad de trabajo y ascenso, sí a inclusiones y exclusiones de la Antología de
son marginales respecto a la cultura oficial, al Poesía Mexicana (1928), labor de grupo por la
gusto literario dominante, los estilos de vida. que se responsabiliza Jorge Cuesta, lo mejor
Aunque aólo algunos de tos Contemporáneos es descalificar todo el esfuerzo por razones
son homosexuales, la saña y la difamación no “ morales". En los veintes y en los treintas, de
admiten excepciones. La parte por el todo,
bienvenida la facilidad de deshacerse de ene
migos con flancos tan vulnerables. El cúmulo
de odios y prejuicios deviene, voluntariamen nstrajio
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Los guardianes de este nacionalismo (en
tre los que se cuentan novelistas de la Revolu
ción, poetas, funcionarlos, pintores), quieren
eliminar de la nación misma, en una noche de
modo incesante, se exige el cese de algunos cuchillos largos del presupuesto y de la res-
escritores, su aislamiento de la sociedad o su oetabilidad. a los agentes del debilitamiento.
envío al penal de las Islas Marías. El nacionalismo cultural es enemigo implaca
La campaña se extrema. Orozco los carica ble que complementa, con su teoría de las vir
turiza (“ Los Anales”) y, en loa muros de Edu tudes de la raza, lo que despliegan chistes y
cación Pública, Diego Rivera se burla de Anto- chismes y burlas y agresiones verbales: el
nieta Rivas Mercado a quien una enérgica re rencor activo contra el comportamiento dife
volucionaria le entrega una escoba para que rente. Por eso, el tema de la homosexualidad,
barra los restos de esa simbología de liras, pa así sólo abarque a una parte de Contemporá
letas de pintor exánime, rosas blancas y un neos y no sea criterio literario, es indispensa
número de Contemporáneos de 1928, Con ex ble para entender un proceso general de mar-
presión desolada, la Rivas Mercado ve a un finalidad o integración culturales. A l ser la
obrero revolucionario ponerle el pie a un poeta heterodoxia sexual la elección límite en una
con orejas de burro. sociedad represiva, determina comportamien
El linchamiento moral es Fenómeno de am tos intelectuales, prácticas estéticas, oculta-
plias resonancias culturales y literarias. En miento y procedimientos para decir la verdad
tonces, la homofobia (el prejuicio Internaliza y desafíos sociales como el de Novo. Y deter
do, el odio contra los homosexuales) es hecho mina también rechazos muy profundos. El fe
incontrovertible de la naturaleza social, que, nómeno es internacional. En esos años escribe
en gran medida, depende del ínfimo lugar con en España Luis CernudaLos/iiacerespro/uíri-
cedido a las mujeres. Un homosexual es al do8i
guien que voluntariamente se degrada al ase
mejarse a las mujeres, y la homofobia es el re Si el hombre pudiera decir lo que ama,
gistro público y privado de esa degradación Si el hombre pudiera levantar su amor por
Un Joto es un enemigo de la continuidad de la el cielo
especie y una amenaza a Ir . valores funda Como una nube en la luz;
mentales, lo que se agrava con su presencia en Si como muros que se derrumban,
campos en donde no había participado abierta Para saludar la verdad erguida en medio,
mente, y con su actitud desafiante. L a perse Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo
cución se acrecienta, es una manera de expre la verdad de su amor,
sar lealtad a la tradición. En 1926, Jiménez La verdad de sí mismo,
Rueda se queja del “ afeminamiento de la litera Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
tura” , y es preciso recordarle la existencia de Sínoamoro deseo.
Los de abajo de Mariano Azuela para disuadí rl o Yo sería aquel que imaginaba;
de su lamentación perla virilidad perdida. D éla Aquel que con su lengua, sus ojos y sus ma
queja se va a la acción directa. Se instala en la nos
Cámara de Diputados un Comité de Salud Pú Proclama ante los hombres la verdad
blica que “ depurará al gobierno de contrarrevo ignorada
lucionarios” y el 31 de octubre de 1934, un gru La verdad de su amor verdadero.
po de intelectuales (José Rubén Romero, Mau (D e “ Si el hombre pudiera d ecir")
ricio Magdaleno, Rafael F. Muñoz, Mariano
Silvay Aceves,Renato Leduc, Juan O'Gorman, ¿Cómo dicen Pelllcer, Novo y Villaurrutia “ la
Xavier Icaza, Francisco I. Urquizo, Ermilo verdad de su amor verdadero? En formas dis
Abreu Gómez, Humberto Tejero, Jesús Silva tintas, en la plena alegoría de Villaurrutia que
Herzog, Héctor Pérez Martínez y Julio Jimé utiliza en “ Nocturno de los ángeles” al símbo
nez Rueda) le solicita a este Comité que, puesto lo universal del marino (presente en Cocteau
que se intenta purificar la administración pú y Génet), en el patetismo autovejatorio de
blica, Novo que se considera un expulsado del paraí
so y del infierno, o con la melancólica claridad
de Pellicer:
se hagan extensivos sus acuerdos a los in
dividuos de moralidad dudosa que están Sé del silencio ante la gente oscura,
detentando puestos oficiales y los que, con de callar este amor que es de otro modo.
sus actos afeminados, además de constituir
un ejemplo punible, crean una atmósfera de
corrupción que llega al extremo de impedir
el arraigo de las virtudes viriles en la ju En los veintes, la poesía cambia de status y 7
ventud. .. Si se combate la presencia del fa deja de ser la religión de multitudes de fines y
nático, del reaccionario en las oficinas pú
blicas, también debe combatirse la presen
cia del hermafrodita incapaz de identificar-
so con los trabajadores de la reforma social.
i l Nacional de IA C O N A C U L TA
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que pretendía constituir Ortiz de Montellano,
De ahí que, a partir de la publicación del direc
torio, empezara a retraerme para apartarme
al cabo.
“ amujerados” , como se llamaba a los homose El tiempo se encargó de enmendarle la pla
xuales. na a Ortiz de MonteÜBjio; echó del “ archipié
Doble exclusión pesó, pues, sobre loa “ con lago de soledades” a Genaro Estrada, Bernar
temporáneos” : la de ser supuestamente homo do J. Gastélum, Emilio Abreu Gómez y a mí.
sexuales y la de ser aficionados al cultivo de Atrajo, en cambio a Jorge Cuesta y Gilberto
las letras en una sociedad que veía con recelo Owen, a los que ba sumado los nombres de
a loa intelectuales. Fue eso lo que hizo de ellos Salvador Novo y Carlos Feiiicer, que, a decir
un "grupo sin grupo", como también se les ha verdad, no fueron contemporáneos, no obstan
llamado. Y, Analmente, fue eso lo que determi te que hoy Be les considera de los más conspi
nó el fracaso de Bernardo Ortiz de Montellano cuos entre ellos. Novo se Lo dijo a Merlin H.
en cuanto a reunir formalmente a los colabo Forster en una carta muy esclarecedora, que
radores de Contemporáneos, revista que dio el profesor de la Universidad de Illinois hizo
su nombre al "archipiélago de soledades” . pública en su libro Los Contemporáneos .e Esa
Ese intento de Ortiz de Montellano a nadie carta, no suficientemente conocida, proyecta
agradó. Villaurrutia, opinó que no tenia objeto mucha luz sobre los “ contemporáneos” . Con
constituirse en grupo. En cuanto a mí, me re viene, por eso, reproducirla:
pugnó la idea y te dije a Ortiz de Montellano “ México, D. F., 28 de marzo de 1980.
que, si llegaba a constituirse el grupo, no me “ Sr. D. Merlin H. Forster, University of
incluyera en ét- Illinois.
Pero Ortiz de Montellano era obstinado y, “ Urbina, Ul-, USA.
como director de Contemporáneos, insertó en “ Muy estimado señor:
las páginas de la publicación un directorio, en “ Contesto gustoso el cuestionario relativo
el que figuraba él encabezando, como director, a mi participación en el Grupo de Contempo
el elenco de colaboradores de Contemporá ráneos, no sin aplaudir la claridad de su juicio
neos. Los demás, a los que se nos llamó sim y la precisión de su investigación, que hará de
plemente “ redactores", fuimos Ermilo Abreu su tesis doctoral un documento muy valioso y
Gómez, Genaro Estrada, Bernardo J. Gastó completo.
lum, Enrique González Rojo, José Gorostíza, "E l lapso 1922-1932 sobre el que usted
Celestino Gorostiza. Samuel Ramos, yo, Jai pregunta si en él existió un cenáculo o grupo
me Torres Bodet y Xavier Villaurrutia. Este formal debe considerarse escindido en al me
directorio fue publicado en los números 21, nos dos etapas para entenderlo bien: una que
22, 23 y 24 de Contemporáneos, correspon iría de 1020 a 21 (restitución de la Universi
dientes a febrero, marzo, abril y mayo de dad Nocional por Vasconcelos; fundación de la
1830. Secretaria de Educación con él como Minis
El catálogo de “ redactores" fraguado por tro) a 1924 —fecha de su distanciamiento con
Ortiz de Montellano fue, por lo menos, incom el gobierno de Obregón y Calles; y otra etapa,
pleto. En él no figuraban Jorge Cuesta y Gil de 1926 a 1930 o 32.
berto Owen, no obstante que éste había cola "Vasconcelos llamó a su lado a los jóvenes
borado desde el primer número de la publica intelectuales —poetas sobre todo— de aquella
ción y que Jorge Cuesta lo hizo desde el cuar época: Jaime Torres Bodet, primero secreta
to número. Tampoco estaba presente Alfonso rio particular suyo en la Universidad, y en se
Gutiérrez Hermosillo, el joven poeta que em guida Jefe del Departamento de Bibliotecas al
pezó a colaborar en el número 6 de la revista, fundarse (1922) Educación: José Gorostiza,
en cuyo directorio, en cambio, se podían leer amigo y compañero de escuela de Jaime; Ber
los nombres de Bernardo J, Gastélum y Gena nardo Ortiz de Montellano —su amigo más ín
ro Estrada, que propiamente discernían su timo— y Enrique González Rojo, hijo de Enri
mecenazgo a Contemporáneos, sin que por que González Martínez, quien a la muerte de
eso, a pesar de la relación personal amistosa Ricardo Gómez Robelo, ocupó con Vasconce
con Torres Bodet, Ortiz de Montellano y Gon los el puesto de Jefe de! Departamento de Be
zález Rojo, merecieran un especial respeto li llas Artes.
terario. Se consideraba en primer Lugar su "Villaurrutia (n. en 1903) y yo (1904) éra
mecenazgo y en lugar muy secundario su mos un poco más jóvenes que esos poetas, con
aportación literaria. Quizás la obra de estos
doa Mecenas merezca estima; pero hasta aho
ra no se ha valorado. * Merlin H. Porater, Loa Contemporáneo». 1920-
También fue error da Ortiz de Montellano 1932. P e rfil de tai experimento vanguardista mexicano.
incluir en el directorio a Ermilo Abreu Gómez, Ediciones De Andrea. Colección Studium-48, México,
1094, p¿#. 118.
que, aunque asiduo colaborador de Contempo
ráneos. se sintió siempre distante de loa de
más colaboradores y no se cuidaba de ocultar
lo. En cuanto a mí, ya he dicho que me repug
naba la idea de quedar incluido en el “ grupo”
«A C O N A C U LTA
Digitalizado por ::¿¡
res. Si bien es cierto que en Vida Mexicana no
aparecen colaboraciones mías, ello se debe a
que la revista no continuó. Pero mi ubicación
era ya para esa época más cerca de PHU y de
su grupo, que de JTB y el suyo.
“ Creo necesario llamar su atención a otra
revista que no menciona: M éxico Moderno,
que era una publicación muy seria e impor
tante de la época. En ella PHU me hizo encar
garme de una interesante sección llamada
‘Repertorio1. Fue precisamente la extinción de
M éxico moderno la que hizo sentir, tanto al gru
po de Educación (T B ) cuanto al de la
Universidad (P H U ), la necesidad de contar
con un órgano, y la decisión de fundar la
Falange tan ol mismo tiempo que la efímera
Vida Mexicana.
“ La renuncia de Vasconcelos —que dejó
Educación en manos del Dr. Bernardo J, Gaa-
télum, Subsecretario transfirió a éste el me
cenazgo del grupo de Falange. El cambio de
gobierno en 1834 llevó al Dr. Gastélum al De
partamento de Salubridad, y con él se fueron a
trabajar Torres Bodet» González Rojo, Ortiz
de Montellano. Gorostiza. Del joven binomio
que éramos Villaurrutia y yo, él siguió a aquel
grupo, y en Salubridad (reanudado un ce
T o r r e s B ode! en sus náculo del que me alejaba físicamente la cir
años de Soere la rio de cunstancia de haber empezado a trabajar
Educaeión Pública cerca del nuevo Ministro de Educación, el Dr.
Puíg Cassauranc) ideó la publicación de
Contemporáneos, en cuyo cuerpo de redacción
no aparezco, por esa razón. Villaurru
tia y yo, sin embargo, seguimos cultivando
quienes, sin embargo, nos relacionamos en
una íntima amistad, que al llevam os a asomar
tonces. La oficina de Torrea Bodet en Educa
al teatro, y fundar el de Ullses, nos Indujo
ción, una comida semanaria en Sonbom's nos
también a publicar la revista (8 números) en
congregaba a todos y gestó la idea de la publi
que colaboraron dos nuevos escritores
cación de F A L A N G E , que usted conoce. En
—Jorge Cuesta y Gilberto Owen— cuyos
esta medida puede pues reconocerse la exis
n o m b res h a b rá u sted v is to en
tencia de un cenáculo o grupo de aspiraciones
Contemporáneos. Jorge Cuesta firmó, como
comunes, consonante con la aspiración eleva*
usted sin duda sabe, la Antología de la M o
da y ambiciosa de Vasconcelos que favorecía
derna Poesía Mexicana en 1938. Mis relacio
con empleos a aquellos jóvenes. No con em-
nes con el grupo de Contemporáneos, como
piaos a Villaurrutia y a mí, que aún estudiába
usted ve, no fueron nunca hostiles. Sencilla
mos en la Universidad.
"A l transferirse Vasconcelos de la Univer mente, nos veíamos menos que antes, porque
sidad a Educación, con su ya mencionado ellos trabajaban en Salubridad y yo en Educa
grupo de jóvenes colaboradores, de que Jaime ción.
era el brillante eje, la Universidad quedó en “ Y mi empleo me mantenía muy atareado.
manos de su Rector Antonio Caso, y sus acti La revista Resumen que usted menciona, fue
vidades literarias orientadas por Pedro Hen- un intento más periodístico que literario del
ríquez Ureña desde el puesto de Jefe o direc Ministro Puig Cassauranc. El fundó esa re
tor de Intercambio Cultural. A la sombra de vista y me designó su director. La Razón no
ese erudito dominicano se aglutinó otro grupo fue una revista, sino el nombre de la editorial
de jóvenes escritores —Salomón de la Selva, que publicó, además de Resumen, semanario
nicaragüense; Daniel Cosío Villegas, Eduardo que aspiraba aparecerse a l'imes, varios libros
VUlaaeñor. Vicente Lombardo Toledana. Hen- por mi iniciativa (L a conversación, de
ríquez Ureña me adoptó, me dio clases a im Andró Maurois, traducción de José Gorostiza;
partir. guió mis lecturas y me señaló tareas de La Escuela de las M ujeres, de André Gide, tra
investigación y de redacción. Tiene usted ra ducción de Villaurrutia) y otros títulos que el
zón en asumir que Vida Mexicana (que a lo Dr. Puig acogió, como L a Calandria, de Rafael
que recuerdo sólo publicó un número) entra Delgado; Los Caciques y Las Moscas, de Ma-
ñaba una oposición a la Falange, que ya tradu
cía el dlstanciamiento entre el grupo PHU oon
respecto al de Vasconcelos, y que habría da
culminar con la partida de PHU a Buenos Ai
Digitalizado por i!
Vasconcelos, 2) el patrocinio de Gastélum
(1926) y el mecenazgo Estrada al grupo ya
entonces disperso (1930) de unos Contempo
ráneos entre los cuales ciertamente me
riano Azuela: E ntre Riscos y Ventisqueros, de cuento 'a pesor mío', como me dijo Jaime el do
Martín Gómez Palacio —y una traducción del mingo, porque in d epen dien tem en te de
Juárez y Maximiliano, de Woriol, por Enrique nuestras actividades burocráticas, nuestra
Jiménez Domínguez. vieja amistad nunca se ha quebrantado.
“ Mis colaboraciones periodísticas por los “ Si cree usted que puedo en alguna forma o
años que no ha logrado usted documentar, medida servirle, no vacile en indicármelo. Y
aparecieron prim ero en E l U n iversa l recíba un afectuoso saludo de Salvador Novo."
Ilustrado, y. en efecto, Ensayos representa La historia de los “ Contemporáneos1 que
una selección de esos tempranos artículos. trazó Novo es casi fiel a la realidad, a pesar de
Más tarde, aparte Resumen, colaboré en que hay ciertas omisiones y olvidos. Así, por
Revista de Revistas (una sección bibliográfica ejemplo, olvidó que Carlos Noriega Hope, di
El Cesto y la Mesa, 1928-1930) y en Jos dia rector de E l Universal Ilustrado cumplió una
rios Universal y Excélsior. labor de ayuda y estímulo a los escritores jó
“ Me falta hablarle de Examen. Cuando se venes, y lo hizo en una época en que la escritu
publicó esta revista, que creo que fue por ra literaria era considerada un peligro y una
1932, ya el original grupo de Contemporáneos especie de degradación. Recuerdo que mi pa
se había desbandado. A l cesar la influencia po dre llevó a casa a Rafael Heiiodoro Valle para
lítica del Dr. Gastélum, y dejar éste el puesto quB me hiciera apartarme de mis aficiones li
de Salubridad, Torres Bodet, Gorostiza y Or- terarias. Claro que Heiiodoro ( “ jAy, Heliodo-
tiz de Monte llano —principales editores de la ro, Heiiodoro!./ vamos al campo sonoro,/ al cam
revista cuyo mecenas era el Dr. Gastélum— po que en flores arde,/ y seremos en la tarde/ el
ingresaron en la diplomacia, auspiciados por alma de las jardines", escribió con som a M i
Genaro Estrada, poderoso Subsecretario de guel N, Lira, un poeta de la época de los “ Con
Relaciones Exteriores. Ortiz de Montellano se temporáneos", que se ha hundido en el silen
quedó en México trabajando como biblioteca cio), no consiguió convencerme y he seguido
rio de Relaciones y publicando todavía por al aferrado al cultivo de las letras.
gunos números Contemporáneos, ahora bajo el A Novo se le olvidó también que Antonio
mecenazgo de Genaro Estrada, mientras Helú, con su periódico estudiantil llamado P o
Torrea Bodet y José Gorostiza se ausentaban licromías, dio oportunidades a los escritores
a Europa en puestos diplomáticos, y Gilberto en agraz, entre los cuales hubo algunos que
Owen en un cargo consular; González Rojo se han logrado renombre y a los que se incluye
apartó de la literatura para trabajar en Segu entre los “ Contemporáneos", como el propio
ros y falleció en enero de 1939. Novo, Carlos Pellicer y Cuesta. También yo.
"Exam en recibió el patrocinio del Ministro Gilberto Owen sí ha hecho referencia a esta
de Educación Narciso Bassols en 1932 y tuvo etapa de iniciación en Policrom ías. De un lar
una vida muy breve. Los trozos ahí publicados go y ameno artículo de Owen. titulado "En
de la novela de Rubén Salazar Mallén, ‘Ca cuentros con Jorge Cuesta" es el siguiente ex
riátide’, escandalizaron por la crudeza de su tracto, también largo y ameno:
lenguaje a periódicos como Excélsior. y desa
“ Porque nos asfixiaba, aquella tarde, como
taron una campaña que culminó con la renun
nunca, la mordaza del aula, y porque aquel
cia a sus puestos de Educación de Samuel Ra
profesor hablaba y hablaba monótono e insípi
mos (Oficial Mayor), José Gorostiza (Jefe de
do, repitiendo cosas que ya sabíamos, adorme
Bellas Artes), Vülaurrutia (en el Dpto. Edito
ciendo a los más e irritándome a mí, cuando
rial), Jorge Cuesta y Carlos Pellicer, y con un
pronunció el disparate comenté en voz alta:
pintoresco ‘proceso' cuyos detalles Solazar
*¿Cómt> iban a caminar esos ejércitos, día y
Mallén ha recogido recientemente en un fo
noche, bajo los rayos del sol?' El silencio de
lleto (¿quiere usted que se la consiga y en
segundos que siguió a mi impertinencia se
víe?).
rompió de pronto, cuando mi compañero de la
"En papel aparte te envío una bibliografía
izquierda echó a reír. Ruidosamente, con una
mía dispuesta por fechas, que le facilitará per
áspera risa, echando la cabeza hacia atrás. Y
seguir mis actividades en los años que abarca.
luego el dómine:
Fuera de los libros que consigna, he colabo
“ —Los señores Owen y Cuesta se servirán
rado en muchas revistas y periódicos. Desde
abandonar el salón. El rector será notificado.
1937, constantemente en el semanario H oy, y
“ Fue la primera vez que oímos nuestros
desde 1933 en el diario Novedades.
nombres asociados, y ahí se Inició tina amistad
“ Coníto en haber evacuado satisfactoria
que después loe largos lustros de mi destierro
mente su consulta. El domingo le conté a To
iban a dejar languidecer irremediable mente.
rres Bodet del valioso trabajo que usted ha
emprendido, y le interesó mucho. Convino
conmigo en que ios años 1922-1932 deben es
timarse escindidos en los dos periodos que
arriba establezco, o en tres: l ) el patrocinio de
«A C O N A C U LTA
Digitalizado por
Alfonso Chiu y de Policrom ías, la revista estu
diantil.
Antonio Helú era un estudiante nada joven,
pero lleno de entusiasmos. No podría decirse
pero que nunca di ni daré por muerta, que fue un hombre culto, pero sabía estimular
“ Si noa unió una expulsión, un rechazo, iba a los jóvenes con vocación literaria. En las pá
a ser ésta, más tarde, la característica, el co ginas de Policrom ías fueron publicados traba
mún denominador de un grupo de escritores jos de Pellicer. de Novo, de Cuesta, de Owen y
solitarios, unidos también por el rechazo de míos. Quizás no hayan valido la pena, pero
los otros —de quienes temían el contagio de conciernen a una iniciación, a un principio. Y
inquietudes que su pereza encontraba peligro ese principio tuvo por ámbito, como dice
sas y que preferían no compartir— de unos so Owen, el café América de Alfonso Chiu, en
litarios que formaron una agrupación de ex donde Antonio Helú pontificaba por ser un es
pulsados, o para decirlo con una frase de tudiante viejo y por ser el editor de PoUera-
Cuesta, una agrupación de forajidas. Yo no mías.
volví a aquella ni a ninguna otra cátedra, y Aunque los datos principales relativos al
Cuesta se fue a estudiar a Ciencias Químicas, nacimiento del “ archipiélago de soledades”
pero desde esa tarde aquel muchacho alto, son los que consignó Novo en su carta a Mer-
desgarbado y de timidez provinciana como la lin H. Forster, no debe omitirse ese pequeño
mía —él subía del clima tibio y oloroso de Cór ámbito que fue el del café América, situado
doba, yo bajaba del frío aséptico de Toluca—, y en la contraesquina del edificio de la Secreta
yo, empezamos a vernos casi diariamente, en ría de Educación Pública, en la confluencia de
1& biblioteca, en nuestras guaridas de estu las calles San Ddefonso y República A rgenti
diantes (en mi caso ya de simple estudioso) o na.
en aquel oscuro café América, ai que las bromas Un dato sin importancia, pero un dato más:
estu d ia n tiles hacían a p a recer como sí al cafó América nunca asistió Gonzalo de
siempre acabara de pasar por allí el candoroso León, que fue el primero en interesarse en to
padre JBrown —sal en la azucarera, cuadros que yo escribía- Gonzalo estudiaba en la Es
colgados al revés, reloj atrasado para prolon cuela Libre de Derecho, que por entonces te
gar la velada. nía su sede en la calle de Puente de Al varado,
'‘Presidía la tertulia la ironía lenta, con sor y, & pesar de su amistad con Villaurrutia, no
dina, de Antonio Helú, a quien correspondía la tenía ocasión para frecuentarlo, por la distan
presidencia por ser el único conocido del pú cia entre el plantel en que él estudiaba y la Es
blico, ya que dirigía una revísta, Policromías, cuela Nacional Preparatoria y el café América.
de humildísimo contenido intelectual, pero de Este olvidado escritor, pergeñaba unas ra
gran ascendiente sobre los estudiantes, que quíticas prosas que oscilaban por su estilo en
aspiraban a ver en ella sus primeros versos, tre Francie Jammes y Jujea Renard, literatos
ellos, y ellas, sus retratos. Entre nosotros se franceses que fueron muy leídos por los jóve
sentaba también un muchacho que hacía enor nes cultivados de aquellos años. Mientras las
mes esfuerzos por hacernos creer que era un señoritas decentes leían a Pierre Loti, los
hombre feroz, pero que a la postre resultó el hombres sesudos se deleitaban con Anatole
más cordial e inocente de todos, Rubén Sola France y los “ depravados” iban a las páginas
zar Mallón. Y había también un poeta, Gonza- de E l ja rd ín de los suplicios, de Octavio Mir-
litos —¿cómo se llamaría? —. [Owen alude a beau. De la obra de Gonzalo de León, sólo re
Antonio González Mora, un infumable versifi cuerdo un librito, casi un folleto, titulado L a
cador, cuya obra, para descanso de las letras rú a de los trigales.
mexicanas, se hundió en la insignificancia an México era poí*entonces un país inocente y
tes que él muriera.] A aquel café llegó una tar en mucho inculto, a pesar de que Vasconcelos
de a descubrirnos, un escritor de nuestra edad lo había sacudido. Los llamados “ contemporá
y ya admirado desde entonces por muchos y neos” no podían ser estimados ni comprendi
por nosotros. Pero hay una frase de Novo que dos en aquel medio. Fueron, más bien, extem
lo dice mucho mejor: 'Entonces Xavier Villau- poráneos. Y en rigor no constituyeron un gru
rrutía, que tiene mejor carácter que yo, descu po, sino que, con toda propiedad, fueron un
brió a dos jóvenes extraordinariamente delga "archipiélago de soledades” , como dijo Villau-
dos e inteligentes: Jorge Cuesta y Gilberto rrutia: cercanos entre sí, eran, sin embargo,
Owen..,’ Casi desde la llegada de Villaurrutia distintos.
pusimos mesa aparte, y pronto nos fuimos a Llegado el momento de la dispersión, que
otro café.”3 inevitablemente llega, cada uno tomó su cami
Tiene razón Owen, No podrís hablarse del no, apartándose de los demás. Por eso la de
nacimiento de ese ‘'archipiélago de soleda signación "los contemporáneos” corresponde
des'1 que fúeron los “ Contemporáneos” , sin a un mito inventado por la posteridad. Nunca
hablar de Antonio Helú, del café del cantonée hubo “ los contemporáneos".
Instituto
Nacional de (A C O N ACULTA
Digitalizado por Bellas Artes
1 gran debate que se centró
en torno a la tendencia lite
raria de la revista Contem
poráneos es un problema ex
s. tremadamente desafiante
para el estudioso de la lite
ratura mexicana, porque no depende de una
simple serie de puntos de vista opuestos y ex
plícitos. Envuelve, más bien, un complejo de
varios grupos de puntos de vista opuestos que
están relacionados entre sí, pero que no coin
ciden exactamente. Estas posiciones relacio
nadas, pero diferentes, contribuyeron notable
V.
mente a un entendimiento de la dirección to
POÉTICA
---------------------------------------------------------♦
E sta forma, la m ás bella que los vicios, me
hiere y escapa por el techo. N unca lo hu
Porque el tam bor rotundo biera sospechado de una form a que se llam a
y las ricas b en g ala s que los cím balos M aría. Y es que no pensé en que jam ás to
trem olan en La altu ra de los cantos, maba el ascensor, tem ía las e sc a le ra s como
se anegan, ay. en un sabor de tie rra am ar grave card iaca, y. sin em bargo, subía a m e
ga, nudo h a sta mi cuarto.
cuando ei hombre descubre en sus silencios Nos conocim os en el jardín de una postal.
que su herm oso len gu aje se le a gosta. A mí, bigotes de miel y m ejillas com esti-
bles, los chicos del pueblo me encargaban y conduce la plum a
substituirlos en la m em oria de sus novias. que tr a z a en el papel su litoral.
Y llegu é a ella paloma para ella de un men
sa je que cantaba: “ Siem pre esta rá s oliendo Tu voz, hoz de eco,
en mí.” es el rebote de mi vo2 en el muro,
E sta form a no tes creía. M e p restaba sus y en tu piel de espejo
orejas para que o yera el m ar en un caracol, me esto y m irando m irarm e por mil A rg o s,
o su torso p ara que to c a ra la gu itarra. por mí largo s segundos.
A bría su mano como un abanico y todos los
term óm etros bajaban al cero. P a ra reírse Pero el menor ruido te ah u yen ta
de mí me dio a m order su seno, y el cristal y te veo salir
me cortó la boca. Siem pre andaba desnuda, por la p uerta del libro
pues las te la s se hacían aire sobre su cu er o por el atlas del techo,
po. y te n ía esa gru p a e x a g e ra d a de los d e s por ei tablero del piso,
nudos de K islin g , sólo co rreg id a su volup o la página del espejo,
tuosidad por llam arse M aría. y me dejas
A veces la m ataba y sólo me reprochaba sin m ás pulso ni voz y sin m ás cara,
mi gusto por la vida: “ ¡Qué truculento tu sin m áscara como un hombre desnudo
realism o, hijo!” - Pero no la creáis, no era en m edio de una calle de m iradas.
mi m adre. Y hoy que quise enseñarle la re
tórica, me hirió en el rostro y huyó por el
techo.
P O E S ÍA
(M apa redondo:
vello sensible en superficie cálida:
durazno tierno
eterno)
Si digo ¡duerme! la flor del café sa n g ra Con un pañuelo —vela, venda, lá g rim a —
adorm ideras; en m ástil evasión
si quiero que el ángel de la llu via la noche aclara,
ponga los pies en tierra,
señas de bosque ensayo Perfil izquierdo de invisible cara
con el eco más claro de tu sombra. el m isterio fue signo
secreto llegó a se r —como palabra —
hoy noticia — no m á s - y tip o gráfica
(B ajo la lluvia
voz de sueño cortada.
el im perm eable, de gom a verd e prado,
florece de reflejo s
y esto cad as)
Digitalizado por íl
tes— y hacer una síntesis que Obregón leía a
la hora del desayuno. En esa Secretaría estu
vo, del lo. de agosto de 1923 al lo. de julio de
1928.4
Al llegar se inscribió en la Preparatoria
recordado. Padre al que alude, después de re*
Nacional, donde pronto tuvo dificultades: un
ferirse a Mazatlán cuando habla de sí mismo:
día, en clase de historia, el maestro dijo: “ Y los
ejércitos exhaustos marchaban bajo un sol
...como el de ese párvulo que esta noche se
calcinante de día y de noche". En el silencio de
siente sólo e íntimo
la clase detonó una voz: “ ¿Como iban a cami
y que suele llorar ante el retrato
nar esos ejércitos día y noche bajo los rayos
de un gambusino rubio que se quemó en ro
del sol?"", era Owen. Apenas dichas esas pala
sales de sangre al mediodía, (ver Sinbad el bras se oyó la estruendosa carcajada de otro
varado,Día tres, A L ESPEJO.)
alumno. El maestro tronó: "Los señores Owen
y Cuesta se servirán abandonar el salón- El
No encontré nada en los registros de 1904 a
Rector será notificado". Salieron los dos mu
1906, ni en el ayuntamiento ni en la parro
chachos, que hasta entonces no se conocían, y
quia.
desde ese momento no volvieron a separarse,
Sólo podemos suponer que el padre murió
fueron el uno para el otro el mejor amigo, el
siendo él muy niño, y que él y la madre se fue*
más íntimo, hasta que Jorge Cuesta, ese otro
ron a vivir a Mazatlán. pues siempre para él el
gran olvidado, murió. Los expulsaron de la
mar es el de ese puerto. .. la vida es vivida o
Preparatoria.
está vivida, que viene a ser lo mismo, no por
Y aquí viene otro de esos mitos, aparente
que el Pacífico en Mazatlán sea visto por Gil
mente gratuitos que Owen inventaba. Según
berto Owen con ojos homéricos, sino porque
sigue contando, Cuesta volvió a la Preparato
las playas de la Odisea son las mismas que él
ria y él no; Cuesta se fue a Ciencias Químicas
ha conocido, y se llaman Mazatlán o Itaca,
y é! no estudió más. Pues bien, la verdad es
como la mujer amada se llama Nausécaa o Wi-
que él también volvió a la Preparatoria Nacio
none” dice Tomás Segovia.9 Además, en bu-
nal y cursó después dos años de Jurispruden
novela L a Uamafría se reñero a lugares y pa
cia, como consta en su expediente con certifi
seos perfectamente localizables en Mazatlán.
cados y calificaciones anexos.6
aunque él no mencione el puerto por su nom
Por el tiempo de la famosa expulsión. X a
bre.
Don Francisco J. G-axiola Sr. nació en Sin alo a vier VüLaurrutia "descubrió a dos jóvenes ex
en 1870. Era abogado, historiador y profesor traordinarios, delgados e inteligentes5' en el
universitario. En 1916 fue gobernador provi oscuro café América, según cuenta Salvador
sional del Estado de México, En 1919 Gilber Novo. Desde entonces formaron parte del gru
to Owen estaba en el Instituto Científico y L i po de "forajido»" (según decía Cuesta) que
terario de Toluea, hoy convertido en Universi era de Ulises y que después fue de Contempo
dad Autónoma del Estado. En esa época la ráneos. Eran los provincianos (porque yo no
costa del Pacífico, basta Tepic, estaba prácti considero, ni él consideraba, a Carlos PelHcer
camente aislada del Centro de la República y como perteneciente al grupo de los Contempo
para ir a Sonora o Sinaloa se tenía que tomar ráneos).
un barco en Manzanillo, que iba a Mazatlán, o En 1925 ya había escrito Desvelo (que. a
ir a Ciudad Juárez y por los Estados Unidos posar de ser anunciado en esa época, sólo apa
llegar a Nogales, Sonora, y tomar el Sud Paci reció postumamente)* y L a llama jiña, que a
fico. ¿Podía un minero, o la viuda de un mine mediados de ese año publicó Norioga Hope en
ro, hacer estos gastos, más el sostenimiento lo* cuadernillos que se llamaban suplemento
de un estudiante en un lugar tan alojado? T de E l Universal Ilustrado. Tendría Owen en
¿por qué Toluea? Las personas adineradas de tonces 20 o 21 años.
la región mandaban a sus hijos a estudiar a la Ingresó a la carrera consular el lo. de julio
capital, no a un instituto de provincia, por de 1028- El 7 de ese mismo mes tomó pose
bueno que fuera. Todo parece indicar que el sión de su empleo como canciller en Nueva
licenciado Gaxiola se interesó por Owen y se York. Curiosamente en la bibliografía que pre
lo llevó a Toluea, para protegerlo. Tendría senta en la Secretaría de Relacionas figura,
Owen 16 ó 16 años cuando llegó allí a estu además de las obras citadas en el párrafo an
diar. tenor, Gomo nube (sic). Declara hablar y es
Tres después, en una de los giras de Obre cribir ingles y francés; (A lf Chumacera me
gón. Owen pronunció el discurso de bienveni
4 . Archivo Oenand do la Secretaría de Relaciones E x
da a nombre de su Instituto, Obregón se fijó terioras; K ip . 14- 18-5.
en él y ordenó que lo trajeran a México. Tenía ©. Ibid.
10 años. Su trabajo en la Secretaría de la Pre 6 . O lib e rto O w en. Poesía y p ro s a . M é x ic o . Im p . U n iv e r
sidencia consistía en leer los periódicos en la s ita ria ., 1 9 5 3 .
Digitalizado por
Digitalizado por
R o b e rto M on ten egro,
R e t r a t o de X a v ie r % 'illa a r r u iia
— —— --------------------------------------- 1
------ J
Roberto Montenegro. R o b e rto M on ten egro.
R e í r a t o de G ilb e r t o O ir en ( I 9 S 7 ) R e t r a t o d e E lia s X a n d in o ( I 9 l t 5 )
Instituto
Nacional tie IA C O N A C U L TA
Digitalizado por Bellas Artes
na noche áe insomnio, Xa
vier Villaurrutia apunta en
un cuaderno: “ Decididamen
te soy un hombre de v n te rxo -
res. £1 paisaje Ge me olvida.
Cualquier cosa me distrae
de un paisaje.n>
Después de una excursión en el Popoeaté-
Ll INMOVIL saje.”8
Julio Castellanos limita el espacio de sus
^ , iñsnfüfo
. i ^ J Nacional de «A C O N A C U LTA
Digitalizado por iffií! BeílasAnes
ri udablemente Tamayo, Castellanos, Rodrí
guez Lozano y, sobre todo, Agustín Lazo.
Lazo no participa en la muestra de 1928, pues
vive entonces en París y, amigo de Robert
Desnos, ya recibe la influencia del surrealis
mo. Su gran cultura plástica y su buen gusto
lo vuelven a su regreso el teórico pictórico de
la revista aun cuando siempre permanece dis
cretamente en la sombra de Villaurrutia.
Lola Alvarez Bravo cuenta que no podía ha
ber, en México, una exposición de pintura que
no fuera prologada por X avier Villaurrutia. El
viaje del poeta a Estados Unidos interrumpió
esa repentina “ moda” , mas no su predilección
por esa rara forma de prosa que se llama “ crí
tica de arte.”
Villaurrutia es tal vez el primer “ crítico"
mexicano en sentido estricto, profesional. Esa
actividad se sobrepone a las demás (drama
turgo, poeta, actor esporádico, dibujante efí
mero, crítico cinematográfico por sobreviven
cia). Antes de su aparición escribir sobre pin
tura era cosa de periodistas no especializados
que reseñaban las exposiciones como si fueran
simples actos sociales, y de alguno que otro li
da. Las violas y los cuerpos femeninos de Ta terato que apoyaba a un amigo pintor (como
mayo, los madres y los adolescentes de Gaste' en los casos de Julio Ruelas y José Juan T a
llanos, los niños redondos de Lazo son tan ob blada, de Saturnino Herrón y Ramón López
sesivos como las botellas y las guitarras de Velarde). En 1921, el historiador de la Colo
Braque y Picasso, como las peras de Cózanne, nia, Manuel Toussaint edita una monografía
Su pintura es tan precisa, tan interior y tan de la obra de Herrón: caso único y aislado. A
personal como la poesía de los escritores que principios de los años veinte, Salvador Novo
los acompañan. En el segundo número de la redacta varios textos polémicos pora defender
revista Ulises, Salvador Novo y Xavier Víllau- públicamente a Diego Rivera o exaltar la la
rrutia inscriben un epígrafe de Paul Moran d: bor de las escuelas de pintura al aire libre;
“L a tete au Pote, les pieds sur l ’Equateur, pero se trata ante todo de política cultural
quoiqu ’on fas se c est toujours le voyage autour producida desde la Secretaria de Educación
de ma chambre."3*Sinbad el varado de Gilber Pública y no de una reflexión estética. En
to Owen, Nostalgia de la muerte de Villaurru- 1928, con Ea revista Form a de Gabriel Fer
tia. E l diálogo de Julio Castellanos, las acua nández Ledesma, Samuel Ramos, García Iz-
relas de Lazo y los interiores de Tamayo tie eabalceta, Anita Brenner, entre otros, buscan
nen en común esa voluntad de viaje inmóvil y instaurar un discurso estético de carácter na
es tal vez esta temática existencia! que loa di cionalista. Villaurrutia publica en Form a sus
ferencia de sus mayores y los reúne, hacia primeros escritos sobre pintura. Reseña las
1928, alrededor de la revista Contemporá exposiciones, “lanza" a Agustín Lazo y cuenta
neos. “L a historia de Diego Rivera” . Es el único au
A finales de 1928, Xavier Villaurrutia or tor permanente de Form a. Con el discurso so
ganiza “ una Exposición de Pintura Actual” , bre arte de Villaurrutia ya no se trata de ala
financiada por Contemporáneos en un local bar o de denigrar a los pintores, sino de elabo
del Pasaje América. Invita a Julio Castella rar un texto autónomo a partir de ciertas imá
nos, Carlos Mérida, Manuel Rodríguez Loza genes. En ese sentido, los escritos de Villau
no, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, rrutia complementan y, a veces, revelan su
Diego Rivera y el español Gabriel García Ma poesía: “ Interpretar estas relaciones sutiles
roto. Diego Rivera se niega a participar; Ga que me han dejado en las manos, algunas ve
briel García Maroto y Orozco se disculpan. ces, las llaves para abrir las puertas que co
Los que participan en la exposición indican munican las salas —las alas— de la pintura y
elocuentemente qué rumbos estéticos propone de la poesía, ha sido uno de los más puros y li
la recién creada revista. Aunque en sus pági bres goces de mi espíritu.”* Cuando no trata a
nas se encuentran reproducciones de pintores
tan diversos como María Izquierdo, Diego Ri
vera, Orozco y De Chirico, los pintores más 4. Villaurrutia, Xavier, '‘Pintura, sin mancha” , op. CÍt;
afines a los poetas de Contemporáneos son in p. 740.
6. Idem.
0. Villaurrutia. Xavier. “Jardín”, op. d i. p. 32.
T. Villaurrutia. Xavier. “Lectura en una exposición ',
op. cií. p. 1070. Instituto
Nacional de ía c o n a c u l t a
Digitalizado por BeStas Artes
rostro— de los cuadros de Lazo, son imperso
nales, indeterminados. La repetición de cier
tos verbos (querer, tocar, asir, correr), en el
texto de Villaurrutia, crea una implacable
quiera que supo en un momento dado desarro sensación de delirio, una rítmica espiral de ac
llar ciertos talentos que lo vuelven “ diferente” ciones quB tropiezan con sustantivos-muros
a los demás. L a pintura deja de ser una "ven (estatua, espejo, muro). Lazo repite innume
tana abierta sobre el mundo" para volverse un rables veces la misma escenografía: un telón
medio de expresión. de fondo, unas paredes chuecas que delimitan
Uno de los poemas más visuales de VLllau- un espacia teatral. Xavier Villaurrutia utiliza
rrutia es, tal vez, el Nocturno de ta estatua, metafóricamente imágenes visuales para ex
dedicado a Agustín Lazo: presar realidades internas, “ subconscientes'',
Agustín Lazo pinta diáfanos pero lúgubres
Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera ambientes cerrados por los que atraviesan
y el grito de la estatua doblando la esquina personajes —no seres— socíalmente inváli
dos: niños tiernos y crueles a la vez, que sólo
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el pueden adelantar un gBsto sádico interrumpi
grito
do; solitarios adolescentes que se observan
querer tocar el grito y sólo hallar el eco, calladamente, incapaces de mirarse de frente;
querer asir el eco y encontrar sólo el muro caballos sin silla, Ubres de toda sujeción, es
y correr hacia el muro y tocar el espejo. culpidos en la materia pictórica y que repre
Hallar en el espejo la estatua asesinada, sentan un anhelo interno siempre postergado.
sacarla de la sangre de su sombra, L a atmósfera de los cuadros de Lazo recuerda
vestirla en un cerrar de ojos, algo de los angustiantes lienzos de De Chirieo
acariciarla como a una hermana imprevista —sin las preocupaciones metafísicas. Sólo
y jugar con laa fichas de sus dedos manifiestan la sutil autorrepreaión de los de
y contar en su oreja cien veces cien cien seos; los sueños pintados son la única, la últi
veces ma fuga. Las obras de Lazo son metáforas a
hasta oirla decir: “estoy muerta de sueño.” veces tan crípticas como ciertos poemas de
Jorge Cuesta.
Con el uso sistemático del infinitivo, Villau- Agustín Lazo pinta desde la frustración; en
rrutia despersonaliza su poema y permite la soledad de su alcoba, X avier Villaurrutia
cierta identificación con lo abstracto. Los per proyecta su mirada hacia el cuerpo del inal
sonajes de rostro estereotipado —o casi sin canzable otro (cuerpo propio):
A g u s t ín L a x o y M a n u e l R o d r í g u e z L o z a n o ( F o t o d « L o l a Á l v u r e z B r a v o )
IL;^tl| Warinnnl Hd S A m W A f l II T A
Digitalizado por iS S S S Bollas Artos
Ya soy sólo un deseo, Señor,
Ya lo diga mi voz, ya mi concreto
silencio, ya mi supremo llanto
en el supremo dolor,
no soy sino un deseo,
Señor.1
Agustín L a zo , A litas c o n ja u la
Instituto
!ilíll Nacional de (▲ COÑAC ULTA
Digitalizado por • ir * #
Bellas Artes
M anuel R o d ríg u e z L oza n o, La re g la
A n ton io R u iz, l os paranoicos ( 1938)
Pu ede re c o n o c e rs e a algunos com fionentes del g ru p o de C on tem porán eos
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M anuel R o d r íg u e z L o z a n o , R e t r a t o de S a l v a d o r ,\ovo
R o b e r t o M o n te n e g ro .
K e i r a t o de J o s é O o r o s t i z a
instituto
M Naciona' de (▲ COÑAC ULTA
Digitalizado por BeMas Artes
irahuén es para mí e) lugar
de Gilberto Owen. Córdoba
guarda memoria de Jorge
Cuesta. La Capilla y el fan
tasma de los enormes anillos
de Salvador Novo están en
Coyoacán, en la Calle Madrid, Detrás del Tea
DAVID
tro Insurgentes, en la Calle de Damas, vi por
única vea a José Gorostiza. En un florido de
partamento que daba al Parque México me re
Fou shall noí lie with a mole as with a u'oman; it » Pero en la escuela
an obomination (Leviticus L8;23): tfeúher thein querrán que yo haga un mapa con un lápiz,
moral, ñor idolators, ñor adulterara, ñor homose querrán que yo trace el mundo
xual. ,. tcül inherit tte kingdom q f God
y el mundo me da miedo.
(1 Coriuthians 0:9-10).
Ah, quién pudiera oir una voz humana
Dios creó el mundo
que confiese no un pecado sino una infamia;
quo cuento no una violencia sino una cobardía: yo sólo puedo
construir un altar y una casa.
("Poema on linea reata",
Poemas de A lvaro de Campos.)
Salvador Novo es el cordero de los Cantos
(Bandido, ladrón, granuja, bribón!
de inocencia frente al tigre, es aún el niño que
Es la jauría de (as personas decentes
la que persigue al nifto. se rebela frente a las consignas y el dogmatis
mo de una educación nacionalista. Finalizan
(Prevert) do con una respuesta inocente e irónica frente
Instituto
c-c-c-oo
Digitalizado por s Artes
■ eewftcuLTA
a primer^, mitad de nuestro
siglo fue escenario y testigo
mudo del surgimiento de un
estilo de novela mexicana
cuyo destino se reducía a la
penumbra. A la sombra na
cían entonces obras que abordaban el fenóme
no narrativo con una nueva visión, con otras
JUÁREZ
3 ««8 8 ? !8 8 8 8 8 8 8 8 8 8 3 3 8 8 8 8 8
de, representa un paradigma en la búsqueda
de nuevos espacios, distintos aires para la na
rrativa de México que entonces atravesaba
por un momento de afianzamiento definitivo.
En esta ‘'novela corta” , alejada del costum
(1 9 2 8 )
J o sé f io r o s liz a y ( a r lo s P e llle e r
José C o r o * liz a
p o r Tam añ o
\ g tis tin L a z o ,
X a v ie r Vil iau rru f la |j WÍPTÍfi ^ •'
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y José B p r^jffilfaado por Bellas Artes
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c e d e n te s se e x tie n d e e; p r e s e n te
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Instituto
Nacional de ^ C O M A C U L T A
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1. Encontraron el rigor, el ejercicio del oficio. 1. Establecieron niveles de calidad rigurosos,
Desecharon las falsas nacionalidades para en aspiraron al máximo rigor artístico y esto fue
trar en el planeta y manejar la cultura univer un salto decisivo en las letras mexicanas por
sal. Además de haber Impuesto su presencia la obligada conciencia que supone.
como grupo, se abrieron a la diversidad; fue • 2. Esa es su principal enseñanza: aspirar a
ron múltiples voces alrededor de una misma la máxima calidad universa). Pero su influen
búsqueda. cia, extraliterariamente hablando, es triste.
• 2. Su herencia nos viene a contrapelo, por Sin duda fueron los grandes papas de las ma
que nos levantamos contra ellos para buscar a fias que hemos estado padeciendo. Sentaron
su sombra las piedras que no habían recogido; las bases del “ culto a un grupo” , cuyos here
la seguridad de que la única forma de ser uni deros son las mafias de los cincuentas y se
versal era ser profundamente nacional. Su sentas. Por un lado su legado es positivo; por
principal enseñanza fue haber tendido la gran otro, devastador. Es urgente desmitificarlos.
red para pescar el mundo y traerlo a México. El homenaje nacional no ayuda, los petrifica
Pero en nuestros tiempos fue necesario com en el peor sentido de La palabra.
prender que la raíz debía ser cada vez más
nuestra y al mismo tiempo ser universal.
R ' -----------------
•••« +
Nacional de « a c Tó Wa c u l t a
Digitalizado por ís Artes
I. Mantuvieron la corriente disidente frente 1, Se erigieron en la conciencia de la “ inte
a la política cultural del Estado en su época, lectualidad” mexicana cuando estaba de
que era nacionalista indigenista, lo que los ha moda alabar símbolos nacionales. Abrieron
cía parecer reaccionarios. Pero llevaron ade las puertas hacia el exterior. Mientras los in
lante la tarea modernizodora de nuestra lite telectuales se dedicaban a exhortar loa valo
ratura. res nacionales de democracia, sociedad, y de
• 2. Su herencia resulta paradójica; mien más cosas wíthmanescas, los Contemporá
tras fueron disidentes en su época, hoy se han neos se incorporaron a las corrientes cosmo
vuelto oficiales. Los grupos culturales domi politas, se sacudieron la mojigatería.
nantes en la actualidad recojen la estafeta. • 2. Difícil pregunta. Yo, como muchos, vini
Paz ha insistido en ser su heredero, su conti mos a conocerlos recientemente, después de
nuador, Por un lado representan el modelo, otras lecturas. Su influencia es indirecta, tar-
completo de lo que es el escritor, son la tradi día y tangencial, porque conocimos primero a
ción más importante por el rigor que imponen los autores que ellos leyeron, antes que a
en el manejo del verso. Pero por otro lodo su ellos. En mi caso el que más ene ha afectado y
posición resulta limitante en cuanto a la fun contaminado ha sido Gilberto Owen; nuestras
ción social de la poesía. Su perfeccionismo temáticas son afines.
puede ser esterilizante. Hay que buscar otras
salidas, dejar de mistificarlos, de sacralizorlos;
el homenaje resulta mortecino. Es mejor asu
mir su espléndida vitalidad.
• • • • • • • • • • • • p* * • *3 * »• • • • • • •
Nacional de «▲ CONACULTA
Digitalizado por Be¡ las Artes
'• ir-
1 y 2. Sin duda, los Contemporáneos consti 1. Ignoro cuál haya sido su importancia como
tuyeron un núcleo fundamental de la cultura grupo animador de la vida cultural de aque
nacional', sin embargo, sua valores sólo han lla época. Pero el hecho mismo de que funcio
sido entendidos y aprovechados por sectores naran como un grupo con preocupaciones co
reducidos del público. Por eso, el homenaje munes, tanto desde el punto de vista formal
que el Instituto Nacional de Bellas Artes les como temático, es. creo, un fenómeno positivo
rinde, es altamente benéfico: es seguro que a por el enriquecimiento mutuo y la amplitud
partir de ahora, mucha más gente sabrá que que promueve; desde la complicidad crecen
alguna vez existieron los Contemporáneos. las diferencias, las voces propias; ia compe
Sobre todo los jóvenes. tencia, por el contrario, las anula. L a labor poé
tica de los Contemporáneos contribuyó a desa
tar a la poesía mexicana del Modernismo sin
negar a éste en bloque, sino de una manera de
terminada: tomando del Modernismo la rique
za sonora, incorporando a un nuevo enfoque sus
hallazgos formales y rechazando sus códigos
gastados.
• 2. Creo que la presencia de los Contempo
ráneos se deja ver escasamente en los poetas
jóvenes (hablo de conjuntos, porque obvia
mente hay excepciones); casi todos admiran
mucho a Gorostiza o recitan exaltados a Pelli-
cer a la segunda copa, pero son pocos los que
t y 2. Los movimientos literarios parecen atienden al ejemplo de rigor de estos poetas, a
abrirse y cerrarse, van de la realidad - entre sus lecciones de musicalidad y ritmo, a la co
comillas — a la irracionalidad; del nacionaJis herencia de sus imágenes; es una admiración
mo más provinciano al cosmopolismo; del de labios para afuera y no de poema para
ejercicio introspectivo a la objetividad narrati adentro. El homenaje a los Contemporáneos es
va; y así se suceden unos a otros como el sísto una magnífica ocasión para que, al discutirla,
le al diástole. “Los contemporáneos" persi su poesía nos alimente.
guieron antes que el cónclave, la afirmación
de grupo, el servicio de una idea o la identidad
en las tradiciones, embarcarse en la aventura
de la modernidad: ser, entre otras cosas, con-
tempordneos de otros hombres más allá de la
distancia, la lengua o la nacionalidad. H icie
ron literatura desde la literatura. Hicieron li
teratura por la literatura— cosa imperdonable
para muchos.
%
Estas respuestas bas
tan para dejar claro lo
siguiente en el ánimo de
mis contemporáneos
frente a loa Contempo
ráneos: vitalidad, ri
gor, renovación, universalidad. Y esto tam
bién: el rechazo a la mistificación oficialista de
un grupo de poetas cuya premisa fundamental
fue la audacia para combatir, romper, volar.
Nacional de {¿ C O N ACULTA
Digitalizado por ü s Artes
ENRI9VE GONZALEZ ROJO
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SALVADOR N O V O
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Instiluto
La iconografía presentada en este número
figura también en ia Exposición que.
a cargo de Miguel Capistrán,
está abierta en la Sala Diego Rivera
del Palacio de Bellas Artes.
Fue completada con materiales proporcionados por
Lola Álvarez Bravo,
Carlos PeLlicer López.
Clementina Otero
y Carlos Monaiváis,
a quienes la Redacción agradece
la colaboración prestada.
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A SECRETARIO DE R E D A C C IÓ N : G O N Z A L O C E L O R IO
1 5 A Y U D A N T E S DE R E D A C C IÓ N '; JOSÉ G O N Z Á L E Z C A S A N O V A ,
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R A L E JA N D R O K A T Z , A L F O N S O S IM Ó N P E L E G R Í Y ETHEL K R A U Z E
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1¡ D IS E Ñ O : V IC E N T E R O JO / A Z U L M O R R IS ► IM P R E N T A M A D E R O ISSN 0185*3570
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