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Un lago (del latín: lacus) es un cuerpo de agua, generalmente dulce, de una extensión
considerable, que se encuentra separado del mar. El aporte de agua a todos los lagos viene
de los ríos, de aguas freáticas y precipitación sobre el espejo del agua.
Los lagos se forman en depresiones topográficas creadas por una variedad de procesos
geológicos como movimientos tectónicos, movimientos de masa, vulcanismo, formación de
barras, acción de glaciares e incluso impactos de meteoritos. También existen lagos creados
artificialmente por la construcción de una presa.
Los grandes lagos que no tienen salida al mar son llamados también «mares cerrados»,
como el mar Caspio, pero la regla no es clara, pues se habla del mar Muerto y del Gran
Lago Salado. A veces se propone distinguir los mares de los lagos por el carácter del agua
salada del mar y dulce de los lagos. Otro ejemplo de un lago que no tiene salida al mar es el
Lago de Valencia en Venezuela.
El ecosistema lacustre
Es un sistema dinámico que evoluciona lentamente con el tiempo y el clima. Durante miles
y millones de años, los sedimentos se van depositando en el fondo de los lagos,
acumulándose en espesores de metros hasta decenas de metros. Al mismo tiempo, los
pantanos o los cinturones de vegetación boscosa pueden colonizar la parte central. Un lago
con el tiempo se puede rellenar, y no funcionar ya más que como un estanque, después se
convierte en un pantano y más tarde puede llegar a ser un bosque húmedo (en las zonas que
siguen teniendo bastante humedad).
A medida que el lago es más profundo, más importante es la inercia térmica y química de la
masa de agua. Por el contrario, algunos grandes cuerpos de aguas superficiales como los
lagos poco profundos son muy sensibles y responden inmediatamente a los cambios
ambientales (clima, hidrología, contaminación, las actividades humanas). Esto es aplicable
también, pero a otras escalas a los estanques y los mares.
Algunos volcanes poseen lagos de cráter, algunos de los cuales son lagos ácidos y
altamente mineralizados (Nota: también conocido como lagos de lava).
Los lagos relativamente cerrados, son vulnerables a ciertas especies invasoras cuando han
sido introducidas en ellos (intencionalmente o no).
Equilibrio hídrico
Los lagos son alimentados generalmente por uno o varios ríos aguas arriba, ya sea por
surgencias, o por glaciares. El agua se drena de forma natural, principalmente por un río
llamado emisario o también por evaporación.
Los lagos son una importante reserva de agua dulce utilizada por los seres humanos para el
riego de cultivos, como fuente de agua potable, y en algunos casos para producir energía
eléctrica.
Corrientes
Aunque estancada, el agua de los lagos tiene movimientos internos. Además de las
corrientes creadas por los ríos, aguas arriba o aguas abajo, y los manantiales subterráneos,
pueden producirse olas provocadas por diversas causas, como la acción del viento sobre la
superficie del agua. Además, los lagos están sujetos a una serie de movimientos, auténticos
desplazamientos del agua de un lado a otro del lago, observables como depresiones reales
de una parte en la otra costa.
Por último, las diferentes capas de agua se mueven en profundidad debido a las diferencias
de temperatura, en función de la profundidad, del día y de las estaciones.
Estratos
Los lagos están más o menos estratificados térmicamente, en función del pH, del oxígeno y
ecológicamente. Esta estratificación, que puede estar sujeta a importantes variaciones
estacionales, pueden ser registrada en los sedimentos, así como los niveles de ciertos
contaminantes. Algunos moluscos (caracoles y bivalvos), en función de si colonizan o no la
zona profunda de los lagos pueden ser indicadores de fenómenos de anoxia o de toxicidad
de los fondos.3
Los lagos muy profundos quizás surgieron a raíz de movimientos tectónicos, esto es,
cuando se hunden bloques de la corteza terrestre; los redondos y de bordes altos tal vez se
formaron cuando se desplomó o voló el cráter de un volcán; los alargados podrían ser restos
de valles glaciares; por último, los de forma de media luna son por lo regular producto de
cambios más recientes en el curso de río. No obstante, ninguno de estos cuerpos de agua
dulce es permanente.
Los plegamientos de la corteza terrestre (litosfera) crean depresiones que dan cabida a los
mayores lagos. La corteza se ondula debido a la presión, lo que provoca levantamientos
redondeados llamados «domos». Entre dos domos se llega a formar una depresión, o
«cubeta», en la que quedaría atrapado hasta un brazo de mar que se hunde y crea una fosa
que suele contener algún lago muy profundo y muy antiguo. El lago Baikal, el más
profundo del mundo, el lago Tanganica, el segundo más profundo, y el mar Muerto se
formaron a raíz de esos poderosos movimientos tectónicos, ocurridos posiblemente hace
más de 20 millones de años.
Lago tectónico formado en la depresión de una falla o fosa tectónica que deforman
la corteza, por lo que son alargados y profundos, como el lago Victoria, el lago
Titicaca o el lago Baikal en Siberia, que tiene más de 1600 m de profundidad.
Las erupciones violentas originan depresiones que contienen los lagos más hermosos. Al
estallar a través de una abertura, el material fundido perfora cráteres en forma de vasija
abombada que miden hasta 1.6 kilómetros de diámetro. Lagos de este tipo los hay en
Centroamérica, Islandia, Italia, Alemania y Nueva Zelanda. Los lagos de caldera son
mucho más grandes y se producen cuando el borde de un volcán se desploma hacia el
interior de la cámara de magma vacía. En accesos de destrucción, los lagos de cráteres
cubiertos de lodo y nieve se abren paso a través de sus bordes o nuevas explosiones que los
hacen estallar. En Luzón, Filipinas hay un lago de cráter en el volcán Taal que a su vez está
dentro de un lago de caldera.
Por represamiento