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La integración Sensorial según Isabelle Beaundy

La teoría de la integración sensorial es una respuesta científica a múltiples y


muy diversos problemas infantiles de aprendizaje, comportamiento,
desarrollo y descoordinación motriz, tales como la hiperactividad, la mala
inserción escolar, las disfunciones relacionadas con el autismo o las
dificultades en el proceso de alimentación.
Podemos definir la integración sensorial como la capacidad que posee
el sistema nervioso central (S.N.C.) de interpretar y organizar las
informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo.
Dichas informaciones, recibidas por el cerebro, son analizadas y utilizadas
para permitirnos entrar en contacto con nuestro ambiente y responder
adecuadamente.

La teoría de la integración sensorial fue creada para abordar problemas de


aprendizaje en los niños. Se trata, más que de una técnica específica, de un
enfoque terapéutico. Su creadora fue la doctora Jean Ayres, terapeuta
ocupacional estadounidense, que formuló dicha teoría de la integración
sensorial a partir de sus propias investigaciones y estableció también
la evaluación y el tratamiento de las disfunciones de integración sensorial.

Ayres se interesó, inicialmente, por los problemas perceptivos cuyo origen


se encontraba en los traumatismos craneanos, los accidentes cerebro-
vasculares y la parálisis cerebral. En los años sesenta del pasado siglo,
después de haber completado estudios de doctorado y post-doctorado en
neurofisiología, comenzó a formular hipótesis sobre los procesos
neurobiológicos susceptibles de ser asociados con los problemas de
aprendizaje en los niños, y creó una evaluación sistemática para poder
medir las funciones perceptivo-motrices.

Sus primeros conceptos teóricos se basaron en estudios de neuroanatomía,


neurobiología y neurofisiología. Durante más de veinte años realizó
numerosas investigaciones clínicas tanto con niños normales como con
niños afectados por problemas de aprendizaje, para las cuales utilizó las
evaluaciones que había creado.

Dichas evaluaciones fueron perfeccionadas por la propia Ayres a lo largo de


sus investigaciones y en la actualidad sirven para medir los distintos
procesos neurológicos que contribuyen a la capacidad de aprender. Los
resultados de las evaluaciones de los niños normales permitieron la
elaboración de escalas de actuación media según la edad. El análisis de
estos resultados permitió que se identificaran varios tipos de disfunciones
de integración sensorial.
Jean Ayres estableció unos criterios muy rigurosos para la administración y
el análisis de sus evaluaciones. Por ello, se necesita una formación
específica para poder evaluar y tratar disfunciones de la integración
sensorial. Los cursos de formación en evaluación y tratamiento de
problemas de integración sensorial impartidos en todo el mundo están
abiertos exclusivamente a terapeutas ocupacionales.

El proceso de la integración sensorial

La integración sensorial es un proceso neurológico y la teoría de Ayres


establece la relación existente entre dicho proceso neurológico y el
comportamiento. Ayres desarrolló su teoría de integración sensorial con el
objetivo de describir, explicar y predecir las relaciones específicas entre el
funcionamiento neurológico, el comportamiento sensori-motor y el
aprendizaje académico. Esperaba poder identificar patrones de disfunción
entre los niños con problemas de aprendizaje y poder desarrollar
tratamientos específicos. Buscaba, ante todo, poder explicar las causas de
estos problemas con el fin de determinar el tratamiento óptimo.

Ayres define la disfunción de integración sensorial como un mal


funcionamiento de la organización de la información dentro del S.N.C., el
cual no consigue organizar los impulsos sensoriales para poder darle al
individuo una información adecuada y precisa sobre él mismo y su
ambiente. Esta disfunción suele reflejarse en el comportamiento y en la
coordinación motora.

Para entender esta definición, Ayres propone la siguiente analogía: el S.N.C.


es como una ciudad y los impulsos nerviosos son como la circulación de los
vehículos por sus calles. Un buen proceso de integración sensorial permite
una circulación fluida y que todos lleguen a su destino rápidamente. Una
disfunción de la integración sensorial es un tipo de atasco en el cerebro. En
la disfunción de integración sensorial, parte de la información sensorial
queda atrapada en el atasco y algunas partes del sistema nervioso no
reciben la información que necesitan para poder realizar su trabajo.

Es importante distinguir entre las disfunciones de integración sensorial y


otras condiciones que pueden causar problemas de aprendizaje. Una
disfunción de la integración sensorial es un mal funcionamiento y no una
ausencia de función. Por ejemplo, la persona ciega no recibe información
visual, lo cual es una ausencia de función. Una lesión en la parte del S.N.C.
que dirige los músculos causa un problema neuro-muscular, lo cual no es
una disfunción de integración sensorial. Las disfunciones de la integración
sensorial no son siempre la causa de los problemas académicos existentes,
que pueden deberse a múltiples motivos como, por ejemplo, a una vida
afectiva perturbada.

Según Ayres, las causas de disfunción de la integración sensorial podrían


ser las siguientes: problemas durante el parto, factores hereditarios y
químicos o bien una falta de estimulación sensorial. Los síntomas son la
hiperactividad y la distracción, problemas de lenguaje, problemas de
comportamiento, ligeros problemas de coordinación y de control postural y
problemas de aprendizaje (lectura, escritura, matemáticas).

Niños con problemas de aprendizaje y/o comportamiento debido a


una mala integración sensorial

Existen niños normales, incluso con niveles de inteligencia superiores a la


media, pero que no perciben el mundo que les rodea como los demás.
Tienen reacciones emotivas exageradas y no pueden soportar cambios en
su rutina diaria. No son capaces de atender en clase, no comprenden bien lo
que se les explica, parecen vagos, tienen graves problemas con la lecto-
escritura y/o no pueden estar quietos ni un instante. Son candidatos ideales
al fracaso escolar y a caer en la pérdida de la autoestima. Los castigos o las
clases particulares complementarias no surten mucho efecto. ¿Por qué todo
esto? Padecen un problema de integración sensorial. La información que
llega a su cerebro no es bien procesada y son víctimas de esa
desorganización.

Por supuesto, no todos los problemas de aprendizaje y de comportamiento


en los niños se deben a una mala integración sensorial. Pero los expertos
(Carte y otros, 1984. Developmental and Behavioral Pediatrics, 5 (4),
pp.189-194) consideran que un 70 por ciento de dichos problemas son
causados, en modo más o menos directo, por disfunciones en la integración
sensorial.

La teoría de la integración sensorial aplicada a niños que padecen este


problema se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los
relacionados con el movimiento), los proprioceptivos (los relacionados con
los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el
sistema nervioso de estos pequeños de la misma manera que lo hace el
sistema nervioso de la mayoría de los niños.

Las deficiencias en el procesamiento sensorial se manifiestan


frecuentemente en comportamientos de búsqueda de estímulos o de
evitación de estímulos. En ambos casos, la consecuencia es que el niño se
mueve mucho, lo cual interfiere tanto en su capacidad de prestar atención
como en su comportamiento, que muchas veces no es el que los demás
esperan de él. Asimismo, ese procesamiento sensorial anómalo provoca que
al pequeño le resulte difícil filtrar, seleccionar los diversos estímulos
sensoriales que recibe. Porque atiende en la misma medida a la sensación
de la ropa sobre su piel, que al ruido de un camión en la calle o a la voz de
la maestra en clase. Es decir, su cerebro no es capaz de inhibir las
sensaciones sin relevancia para atender solamente a las que la tienen.

Por ello, porque es una circunstancia que está fuera del control voluntario
del individuo afectado, la política de castigos y recompensas -aunque puede
ayudar a mejorar algo el comportamiento del niño- no soluciona el
problema, que a menudo provoca una pérdida de autoestima y un
aislamiento académico.
Nota: La autora de este artículo es Isabelle Beandry, Terapista Ocupacional,
fundadora del primer Centro en España especializado en Integración
sensorial. Inició su especialización en integración sensorial como discípula
de Marie-Josée Tessier. Posteriormente enriquecería sus conocimientos de
integración sensorial con terapeutas como Erna Blanche, Gina Geppert
y Zoe Mailloux, y más tarde obtuvo la certificación en integración sensorial
otorgada por la Universidad de California del Sur y Western Psychological
Services (EE. UU.). Es autora de numerosos libros, referente de la
integración sensorial en España.

Respuesta Adaptativa
¿Que buscamos en las sesiones de Integración Sensorial? Respuestas
adaptativas. Pero a qué nos referimos cuando hablamos de respuestas
adaptativas? Aquí una muy breve explicación:
Es una respuesta exitosa o apropiada del individuo a una demanda del
ambiente.Las respuestas adaptativas crean cambios dentro del cerebro.

Tipos de respuestas adaptativas:


a) Control motor
b) Interacción social
c) Organización de la conducta
d) Flexibilidad, aceptación del cambio
e) Habilidad para utilizar experiencias sensoriales para automodularse
f) Lenguaje

Según la problemática de cada niño, será el tipo de respuesta que


buscaremos. Por ejemplo en un niño con TGD solemos buscar Interacción
Social, organización de la conducta y Flexibilidad. Pero en un niño con ADD
que presente características de hiporresponsividad vestibular buscaremos
control motor, organización de la conducta y automodulación. Cada caso es
particular por eso no es posible decir que siempre, en casos similares,
buscamos las misma respuestas adaptativas. Esto es sólo a modo de
ejemplo.

NUESTRO SISTEMA VESTIBULAR


Continuamos profundizando en nuestros sistemas sensoriales… ¡ya
sabemos tenemos siete sentidos!. En post anteriores hemos hablado de
otros de nuestros sistemas, os los vuelvo a enlazar por si queréis
recordarlos:

 Comprendiendo la Propiocepción.
 Comprendiendo el sistema Táctil (I) ¿Qué estoy tocando?.
 El sistema táctil (II): Defensibilidad táctil?.

Hoy vamos a comenzar a adentrarnos en el sistema vestibular,


probablemente el más complejo de comprender ¡vamos a ello!.
¿Qué es el sistema vestibular?

Pese a que todos estudiamos el cuerpo y los sentidos en la escuela, el


sentido o sistema vestibular nos sigue pareciendo algo bastante
desconocido. Sin embargo, su importancia para nuestro desarrollo es
capital. Es nuestro sentido del movimiento. Nuestros receptores
vestibulares envían informaciones a distintos lugares de nuestro cerebro,
por eso tiene tantas funciones. Sergio Serrada (2016) nos lo presenta con
una metáfora:
“Imagina que tu cuerpo es un coche donde toda la información se guarda y
almacena. Y dentro del oído interno se encuentra nuestro propio sistema
GPS interno, nuestro sistema vestibular. El sistema vestibular es la guía
interna que le dice a tu cuerpo dónde se encuentra y hacia dónde tiene que
ir, por lo que trabaja mano a mano con los sistemas visual y propioceptivo.
El sistema vestibular ayuda a nuestro cuerpo a responder de manera
adecuada a la atracción gravitatoria, y al igual que un GPS, envía mensajes
al cerebro y otras partes del cuerpo para informar sobre la información
recibida y cómo debe ser usada.”
Como ya hemos adelantado, los receptores del sistema vestibular están
situados en el oído interno y son:

 Los órganos otolíticos, que responden a la aceleración lineal y a la


fuerza de gravedad. El utrículo se excita con el movimiento lineal
horizontal y el sáculo con el movimiento lineal vertical.
 Los tres canales semicirculares que están dispuestos en tres
planos y responden a la aceleración angular.

Nuestros órganos receptores (fuente de la imagen).


¿En qué funciones interviene el sistema vestibular?

 En la estabilidad del campo visual: nos ayuda a coordinar los


músculos de los ojos con los de la cabeza. De esta forma, nos
permite hacer el seguimiento visual al leer o copiar la lección de la
pizarra a nuestros cuadernos.
 En el control del tono muscular y de la musculatura
antigravitatioria:
o Reacciones posturales de extensión del tronco y la cabeza.
o Mantenimiento de la postura erecta permanente del cuerpo por
activación del tono muscular.
o Mantenimiento del equilibrio tras los cambios de posición de la
cabeza en el espacio.
 Coordinación bilateral de ambas partes del cuerpo: tanto en
movimientos simétricos, por ejemplo al dar palmas; como en
movimientos alternos, por ejemplo cuando montamos en bicicleta.
Tener una buena coordinación bilateral es un prerrequisito para
prácticamente todas las Actividades de la Vida Diaria y muchas
actividades académicas.
 Junto con los sistemas propioceptivos y visual, nos ayuda a
mantener nuestro equilibrio.
 Además nos proporciona seguridad gravitacional, que es la
confianza de hallarse conectado a la tierra y de ocupar siempre un
lugar seguro en ella (componente emocional).
 Regulación del nivel de alerta:
o Un nivel de alerta alto lo pueden mostrar niños con gran
necesidad de moverse y que no paran quietos, tanto que les
cuesta mantenerse sentados. De esta manera, la atención no
es buena y acaba afectando a su rendimiento.
o Un nivel de alerta bajo va a presentarlo un niño que necesite
mucho tiempo – energía para activarse y permanecer en una
tarea forma sostenida. Pueden parecer lentos, cansados,
distraídos… y también van a tener dificultades para tener un
desarrollo óptimo.
¿Qué signos pueden indicarnos que estamos ante un problema en el
sistema vestibular?:

Recordemos que los signos que recopilamos son sólo “cuadros generales”, y
que en cada niñ@ estas dificultades se pueden manifestar de forma
diferente, debido a los diferentes perfiles sensoriales y a otros factores.
Signos de hiporresponsibilidad:

 Busca gran cantidad de movimiento y de diferentes formas… ¡no para


quieto, incluso se sube por los muebles!.
 Incluso puede buscar esas sensaciones de forma peligrosa.
 Le gusta que lo alcen o que lo eleven – lancen por el aire.
 Puede girar o balancearse sin marearse. De hecho, no se marea en
situaciones en las que otros niñ@s sí lo harían.
 Le gustan los parques de atracciones.
 Tiende a mantener encorvada la parte superior de la espalda cuando
hace deberes u otras actividades cuando está sentado.
 Tiene dificultades en usar juguetes u objetos en los que tiene que
coordinar ambas partes del cuerpo.

Que un niño disfrute con un columpio no quiere decir en absoluto que sea
hiperresponsivo,
pero debemos estar atentos a si busca en exceso ese tipo de actividades,
tanto que interfiera con sus ocupaciones diarias.
Signos de hiperresponsabilidad o defensibilidad:

 Prefiere actividades sedentarias.


 Tiene miedo de las actividades que incluyen movimiento o que tienen
requerimientos importantes de equilibrio.
 Tampoco le gustan las actividades en las que debe despegar los pies
del suelo, de hecho no le gustan las alturas.
 Pueden no gustarle las superficies irregulares.
 Se mueve con mucho cuidado, incluso se disgusta cuando se le
mueve.
 Puede sentir miedo de actividades que al resto nos parezcan no
peligrosas.
 No le gustan los parques ni los parques de atracciones.
 No le gusta montar en bicicleta, saltar o balancearse.
 Se disgusta, enfada o pone ansioso con actividades o movimientos
rápidos y/o inesperados.
 No le gusta que le inclinen para atrás, por ejemplo, cuando le lavan el
pelo.

Esta niña se niega a hacer ninguna actividad en el campo, no quiere jugar


en los parques, ni participa actividades bi juegos con movimiento…
¿está influyendo en el desempeño de su juego y en su autonomía?
¿Qué podemos hacer? Algunas ideas generales:
Algunas indicaciones básicas sobre cómo acompañar a los niños con estas
dificultades:
1. Respetar el perfil sensorial del niñ@. Con imposiciones y obligando
difícilmente vamos a lograr que estos problemas se solucionen. No lo hace
queriendo, lo siente así. Tenemos que valorar su perfil sensorial y
establecer un plan de tratamiento integral que nos permita ir mejorando su
calidad de vida. Pero siempre desde el respeto, a todos hay sensaciones
que nos disgustan y todos encontramos nuestro equilibrio sensorial de
distinta manera. Debemos respetar su espacio personal.
2. Dar el control al niño de sus propios movimientos, así se sentirá
más seguro. No obligarle a hacer movimientos lejos del suelo y darle
seguridad desde lo visual y lo táctil.
3. Para ayudar a regular el nivel de alerta debemos recordar:
-Un input vestibular previsible lineal, sostenido, estable y lento ayuda
a organizarse. Puede acompañarse de input propioceptivo.
– Un input vestibular imprevisible, giratorio y/o irregular, tiene efectos
excitantes.
4. Consulte con un Terapeuta Ocupacional formado en Integración
Sensorial. Si cree que estas dificultades están impactando en el día a día
de su hijo, consulte con un profesional. En esta web tiene algunos de
los centros yprofesionales con formación en Integración Sensorial.
* En es siguiente post daré ideas más específicas, así como
recomendaciones de actividades y/o material para ayudar a la participación.
Para ir abriendo boca, podéis pasaros por mi Pinterest. Mirad el Tablero
de Pinterest de Procesamiento – Integración Sensorial y el de Juego
Motor Grueso, Grupal y de Exterior, ¡seguro que encontráis muchas
ideas!.

Referencias bibliográficas:

 Asociación Venezolana de Integración Sensorial. Sistema


vestibular. Enlace.
 Ayres, J. (1998). La integración sensorial y el niño. Méjico: Trillas.
 Blanche, E. (2013). Apuntes del curso 1 de la Formación Oficial de
Integración Sensorial.
 Blog Neurolandia, un mundo de sensaciones. Enlace.
 Blog Sensory Processing Made Simple. Enlace.
 Guía para padres para comprender la Integración Sensorial. Enlace.
 Mailloux, Z. El sistema vestibular. ¿Por qué es tan
importante?. Enlace.
 Morera, C. (2004). Lecciones de otorrinolaringología aplicada.
Barcelona: Glosa.
 Serrada. S. (2016). Nuestro GPS interno: el sistema
vestibular. Enlace.
 Reinoso, G. (2014). Apuntes del curso 4 de la Formación Oficial de
Integración Sensorial.

SISTEMA VESTIBULAR: EL SENTIDO DEL MOVIMIENTO

Es el sentido del propio movimiento que procesa la información acerca de la


fuerza de gravedad y movimiento en estrecha asociación a los sistemas
propioceptivo y visual.

¿Cómo funciona?

El sistema Vestibular se encuentra en el oído. Detecta el movimiento por medio


de dos tipos de receptores diferentes:

A. Aparato otolítico (Formado por el Utrículo y el Sáculo):


Responsables de las funciones estáticas
Detectan la posición de la cabeza y el cuerpo en el espacio
Controlan la postura
Registran los movimientos lineales-verticales

Los activamos cuando por ejemplo jugamos en el tobogan, sube-baja y


cuando rebotamos en una pelota

B. Canales semi-circulares
Detectan cambio en la dirección de la velocidad de la aceleración y
desaceleración angular (tridimensional).
En su interior encontramos endolinfa y células ciliadas que se mueven en
relación al movimiento de la cabeza lo cual transmite impulsos hasta una
parte específica del cerebro.

Los activamos cuando por ejemplo jugamos en la calesita o la hamaca.

Cualquier posición o movimiento de la cabeza dará como resultado la


estimulación de alguna combinación de células ciliadas receptoras
vestibulares. Los canales y los órganos otolíticos trabajan conjuntamente
para una percepción adecuada de la posición y el movimiento de sí mismo
en el espacio, proporcionan un punto de referencia para la ubicación de sí
mismo en relación al mundo físico.
¿En qué mecanismos interviene el Sistema Vestibular?
 Control postural.
 Habilidad de asumir diferentes posiciones contra gravedad.
 Tono muscular.
 Coordinación motora bilateral: Uso coordinado de ambos lados del
cuerpo.
 Control óculo-motor: Movimientos compensatorios de ojos para
estabilizar el campo visual.
 Habilidad para proyectar secuencias propias de acciones en el espacio
y tiempo.
 Ajuste de la posición de la cabeza en respuesta al movimiento y la
gravedad.
 Nivel de alerta
 Desarrollo del lenguaje
 Seguridad gravitacional
Hay niños que tienen problemas en el procesamiento del movimiento. Esos
niños pueden presentar un registro más bajo o por el contrario, más alto de
lo normal.

Sistema Vestibular: Problemas de Modulación

Cuando un niño tiene problemas en la modulación de los estímulos


sensoriales puede presentar las siguientes características:

Si es Hiperresponsivo:
 Ser temeroso al movimiento, a subir y bajar escaleras, etc.
 Sentir náuseas o vomitar después de experiencias de movimiento
como andar en auto
 Evitar despegar los pies del suelo o actividades de equilibrio
 Disgustarse por movimientos sorpresivos o inesperados
 Disgustarle que lo inclinen para atrás
 Moverse con mucho cuidado
 Temor a saltar un escalón
 Disgustarse cuando se mueve en el espacio

Si es Hiporresponsivo:
 Buscar gran cantidad de experiencias de movimientos como rodar,
mecerse y girar rápidamente
 No marearse cuando otros niños sí
 Tener dificultades con el equilibrio y reacciones protectoras.
 Puede parecer débil
 Tender a mantener encorvada la parte superior de la espalda en el
desempeño de actividades de escritorio
 Tender apoyarse sobre las manos cuando realiza actividades en la
mesa
 Tener dificultades para andar en bicicleta o triciclo
 Retrasarse en adquirir logros en el habla y el lenguaje
Tanto los niños que presentan uno u otro problema suelen tener dificultades
para manejarse en la vida social y escolar. Podemos ayudarlos a sentirse
más regulados y a organizar su conducta de una manera adecuada. Más
adelante presentaremos algunas ideas prácticas para aplicar en casa o en la
escuela.

Comprendiendo el sistema Táctil (I) ¿Qué estoy


tocando?
Integración - Procesamiento Sensorial

Posted ondomingo, julio 5, 2015 9:57 am 18k views


Continuamos profundizando en nuestros sistemas
sensoriales… ¡tenemos siete sentidos! En el post anterior hablamos
de laPropiocepción y hoy vamos a tratar de conocer mejor cómo
funciona nuestro sistema táctil, aunque haremos otro post sobre
este sistema.

¿Qué es el sistema táctil?

Nuestro sistema táctil nos aporta información sobre lo que estamos


tocando. Nos aporta sensaciones a través de los receptores de
nuestra piel sobre las propiedades de los objetos con los que
estamos interactuando: textura, forma, tamaño y peso, además de
darnos información que tiene que ver con el dolor y la temperatura.
Desde nuestro desarrollo más temprano este sentido es crucial ya
que nos ayuda a ganar consciencia sobre nuestro cuerpo y a
entender todo lo que vemos. Podemos tener en nuestra cabeza la
imagen de cualquier bebé que mira un juguete, lo toca-coge y
comienza a a explorarlo. Está aprendiendo sobre ese objeto.
Igualmente con las personas. Recordamos, además, que hay zonas
de nuestro cuerpo con más receptores táctiles, como son las
manos, los pies y la boca.

Una buena integración de las informaciones que nos llegan desde


nuestro sentido del tacto (junto con los otros sentidos) es
fundamental para poder tener un desempeño adecuado en nuestro
día a día. ¿Cómo si no, podríamos abrocharnos un botón trasero o
uno a nivel del cuello, en el que no podemos compensar con la
vista? ¿o abrocharnos el sujetador? Para hacernos una idea,
seguro que alguna vez habéis intentado coger una moneda del
bolso o intentar abrir la puerta de casa con unos guantes puestos,
no habéis sido capaces y al final habéis acabado “medio cabreados”
quitándoos los guantes porque no erais capaces de realizar esa
tarea… Pues imaginad lo que sería vivir como si llevaras unos
guantes puestos todo el tiempo… complicado, ¿verdad?.

El sistema táctil interviene en:

Nuestro tacto nos proporciona respuestas de dos tipos:


hay respuestas protectoras, de tipo socio-emocional, que influyen
en nuestra relación con el ambiente físico y con las personas que
nos rodean (nos vamos a centrar en ellas en otro post). Y por otro
lado, tenemos las respuestas integrativas, de tipo sensoriomotor y
tienen que ver con la integración de la información táctil con
información de otros sentidos. Así, este tipo de informaciones van a
influir en:

 Coordinación motora fina y destreza manual.


 Localización y discriminación de estímulos.
 Planeamiento motor.
 Esquema corporal – conciencia corporal.
 Control oral motor.
 Atención.

¿Qué signos pueden indicarnos que estamos ante un problema en el


sistema táctil?

 Puede poner objetos en su boca para explorarlos.


 Puede tener necesidad de irlo tocando todo, tanto objetos
como personas.
 Parece no notar que le toquen, a no ser que sea con
determinada presión o intensidad.
 Puede preferir andar descalzo.
 Puede tener dificultad para realizar actividades manipulativas.
 Puede parecer torpe.
 Puede ser un poco “bruto” jugando.
 Puede buscar vibración o información sensorial más intensa.
 Puede presentar dificultades motoras orales.
 No se da cuenta de que tiene sucias las manos o la boca.
 Pede tener preferencia por alimentos con sabores fuertes.

¿Qué podemos hacer?

Experimentar con bandejas sensoriales. Podemos hacer bandejas con


cientos de materiales, como legumbres o cereales, y a partir de ahí,
que tengan que buscar distintos objetos que están escondidos. Yo
tengo una caja que se llama “La búsqueda del Tesoro” y jugamos a
que somos piratas y tenemos que buscar ese tesoro escondido en
la arena). Primero podemos usar la vista, pero después podemos
jugar a encontrar cosas con los ojos tapados. Quizá tengamos que
comenzar usando objetos a buscar con mucho contraste con el
material que usamos de base (por ejemplo, buscar letras grandes
de gomaeva entre arroz), y luego pueden irse haciendo más
parecidos (buscar pinchitos de colores entre judias).
Enlace a caja sensorial sobre el océano del blog Kids Play Box
También es muy divertido construir bandejas temáticas, mientras
vamos nombrando los objetos que estamos colocando y tratando de
diferenciar algunas de sus cualidades básicas. Podemos crear
bandejas del fondo del mar, del desierto… de lo que queramos. En
cualquier catálogo de material infantil, podéis encontrar mesas de
arenas y agua super chulas para trabajar con los chicos.

Enlace al post de destrezas sensoriales con cientos de ideas de


bandejas sensoriales
Experimentando con texturas sensoriales. Una opción son las recetas
de cocina. Hay diversas webs con recetas para niños sencillas y
divertidas, como por ejemplo PequeRecetas (enlace aquí). Otra
opción son las masas sensoriales, hay multitud de recetas para
fabricarlas, podéis fabricar plastilina casera (un ejemplo aquí) con
vuestros chicos, espuma muy densa de colores o inventaros juegos
con la espuma de afeitar. Resulta también muy divertido imitar
formas con gel o con cajones de arena, o usar tablillas de
preescritura. También os podéis hacer dominós o juegos de
empezar de texturas muy divertidos.

Enlace a la actividades de Letras sensoriales. Extraído del blog In My


World
Juegos con el propio cuerpo: Nos podemos inventar muchos juegos,
como jugar a adivinar dónde nos hemos tocado con los ojos
cerrados, jugar a ponernos gomets y ver si el chico lo nota, frotar
con distintos cepillos y/o esponjas… ¿dónde te he tocado?, dibujar
formas en la espalda y adivinar el mensaje que nos han escrito,
usar cajas de esterognosia para jugar a las adivinanzas…

Enlace a la caja de Esterognosia de Hop Toys


Aprovechar el medio exterior y/o las vacaciones. Cuando vais a la
playa, al campo, al parque, si tenéis jardín o huerto, podéis jugar
con la arena, experimentar con la hierba, el agua, hacer un pequeño
huerto…

Os recomiendo que os paséis por mi Tablero de Pinterest de


Integración Sensorial (enlace aquí) o por el de Estimulación
sensorial (enlace aquí) ¡seguro que encontráis muchas ideas!

Bibliografía:
 Ayres, J. (1998). La integración sensorial y el niño. Méjico:
Trillas.
 Reinoso, G. (2014). Apuntes del curso 4 de la Formación
Oficial de Integración Sensorial.
 Blog Neurolandia, un mundo de sensaciones. Enlace.
 Blog Sensory Processing Made Simple. Enlace.
 Blog North Shore Pediatric Therapy. Enlace
 Mailloux, Z. Explorando el sentido del tacto. Enlace.

El sistema táctil (II): Defensibilidad táctil


Integración - Procesamiento Sensorial

3
Posted onmiércoles, junio 1, 2016 10:54 pm 13k views

Conociendo nuestro sistema táctil (parte 2):

Ya comenzamos a hablar del sentido del tacto en el post El


Sistema Táctil (I) ¿qué estoy tocando? (enlace), y vimos algunas
ideas para cuando necesitamos “sentir un poco más los estímulos”.
Como apuntamos:

“…Nuestro sistema táctil nos aporta información


sobre lo que estamos tocando. Nos aporta
sensaciones a través de los receptores de nuestra
piel sobre las propiedades de los objetos con los que
estamos interactuando: textura, forma, tamaño y
peso, además de darnos información que tiene que
ver con el dolor y la temperatura…”
También revisamos que nuestro sistema táctil, entre sus múltiples
funciones, intervendría en dos tipos de respuesta:

 Respuestas integrativas:de tipo sensoriomotor y tienen que ver


con la integración de la información táctil con información de
otros sentidos (coordinación motora fina, esquema corporal,
planeamiento motor, etc.).
 Respuestas protectoras: de tipo socio-emocional, que influyen en
nuestra relación con el ambiente físico y con las personas que
nos rodean. Es decir, nuestro sentido del tacto nos avisa de si
estamos en peligro: si algo pincha, corta, quema o está
helado. De esta forma, retiramos nuestra mano si notamos
que nos estamos cortando o tocando una superficie
demasiado caliente.

Sin embargo, en ocasiones algunas personas pueden percibir como


“dañinas” sensaciones táctiles que el resto incluso ni notamos.
Estas personas serían hipersensibles, hiperresponsivas o defensivas al
tacto. Nuestra piel está íntimamente relacionada con nuestras
emociones. Así, uno de los grandes problemas que tienen estas
personas es que atribuimos algunas de sus reacciones a cuestiones
conductuales. Estos niñ@s no montan un berrinche porque quieran
fastidiarnos… ¡es que no están siendo capaces de integrar una
sensación! ¡realmente les molesta!.

Por otro lado, este tipo de cuestiones influyen en nuestra atención…


¿seríamos capaces de prestar atención a alguien que nos está
explicando la teoría de la relatividad si se nos está clavando una
piedrita por dentro del zapato en el pie, nos aprieta el cinturón que
llevamos y nos estamos clavando la etiqueta de la blusa en el

costado? Pensadlo.
“Cómo se ve, cómo se siente”. Enlace al artículo ilustrado con esta imagen de la doctoral
Schaaf.

¿Qué signos pueden indicarnos que estamos ante un problema de


defensibilidad táctil?

 Evita tocar cosas con las manos abiertas.


 Prefiere tocar a ser tocado.
 No le gusta que le toquen sin que se dé cuenta.
 Está alerta para que otros no le toquen.
 Evita situaciones en las que le puedan tocar (por ejemplo, en
la fila del colegio),o juegos en los que se pueda ensuciar o ser
tocado de improviso.
 Evita tocar la pintura para dedos, la arena, el pegamento, la
arcilla…
 Prefiere que le “aprieten” (por ejemplo que le den un abrazo
firme) a que le toquen suavemente.
 Se resiste a la ropa nueva.
 Le molestan las etiquetas, ciertos tejidos y/o las costuras de
su ropa.
 Le puede disgustar que la ropa o las sábanas se le retuerza o
se le hagan arrugas.
 Podría incluso llegar ropa de manga larga cuando hacer calor
para evitar exponer la piel.
 Le molestan las costuras de los calcetines. Puede evitar
incluso llevarlos.
 Le disgustan las Actividades de la Vida Diaria que tienen que
ver con el peinado, cepillarse los dientes, ducharse, lavarse la
cara, cepillarse el cabello, cortarse las uñas…
 Se resiste a probar alimentos nuevos.

Y antes de seguir… dos puntualizaciones importantes:

 Valga para todos los sistemas: ser hipersensible, en este caso


que estamos hablando, al tacto, no implica que se tenga que
ser hipersensible a nivel de otros sistemas sensoriales.
 Además, pueden darse fluctuaciones en la forma de procesar
una sensación… como nos indica Tayza Eltoro:

“Es necesario saber que por imposible que parezca,


una misma persona puede fluctuar entre la
hipersensibilidad y la hiposensibilidad según el
momento o la situación, es decir, que en ciertos
momentos tolere ser acariciado y disfrute, y en otros
momentos reaccione negativamente.”
¿Qué podemos hacer ante esto?

Además de, obviamente, realizar una intervención desde un


enfoque sensorial con un profesional cualificado (tras haber
realizado una evaluación exhaustiva), estas son algunas ideas que
nos podrían ayudar a mejorar la calidad de vida de estas personas.

 Proporcionar oportunidades para recibir tacto profundo –


propiocepción. Evitar el tacto ligero. Es mejor que cuando le
demos la mano o le toquemos, ejerzamos una presión firme y
constante. Así, en principio, un masaje o un abrazo de oso
van a ser mejor que unas cosquillas. Podéis leer mi post
sobre Propiocepción (enlace). * Hay ciertas diferencias entre
tacto ligero y propio, pero no quiero liaros, quedaos con la
idea general de evitar el tacto ligero.
 Respetar su ritmo. Si vamos a explorar nuevas texturas, nunca
forzar al chic@. El mero hecho de tener delante algo que le
disguste y ser capaz de autorregularse, ya es un gran avance.
Tocar algo que en principio pueda disgustar con una cuchara,
una pinza o guantes ¡es un avance enorme! . Poco a poco
iremos completando el proceso de desensibilización, pero sin
forzar, ni dramas. Con diversión y motivación siempre vamos
a llegar mas lejos.
 ¡Partir siempre de sus intereses! Diseñar las actividades para que
partan de sus áreas de interés. Si adora a los Pokemon,
podemos preparar, por ejemplo una caja con figuritas que
tengamos que coger entre legumbres.
 Darle a elegir entre varias opciones de actividades/ texturas
“¿prefieres que juguemos con arcilla, lentejas o masa de
pan?”.
 También puede ser interesante usar un temporizador para que
sepa cuánto tiempo vamos a estar en esa actividad. Y/o
indicarle en la agenda de trabajo cuándo se va a dar esta
actividad (incluso podemos “jugar” con colocar su actividad
favorita justo detrás).
 Podemos usar ropa sin costuras, quitar las etiquetas (para
indicarle que la ropa está al revés se le puede hacer un dibujo
con rotulador para tejidos)… podemos usar distintas
estrategias que le hagan sentir cómodo con lo que lleva.
 Las mantas u objetos lastrados pueden ser otra buena
idea (Integrated Learning Strategies, enlace). Podemos
fabricarnos nuestras propias mantas, chalecos o juguetes
para poner a los niños antes de situaciones que puedan ser
estresantes (por ejemplo, cortarse las uñas) Esta es la media
ponderada de El Sonido de la Hierba al Crecer (enlace) y
aquí tenéis como fabricaros una manta, gracias a I love my
kids blog (enlace). Os pongo debajo algunas opciones
también para adquirirlas ya fabricadas.
 Podemos plantearnos evitar ciertas situaciones que puedan crear
un estrés innecesario. Si le molestan que le toquen, quizá
estaría bien sentarl@ al final de la clase, avisarle de cuando
se le va a tocar, que sea el último haciendo la fila en el patio,
evitar ir a lugares en las horas de máximo bullicio, etc.
 Debemos también ayudarle con herramientas que le ayuden
a autorregularse. Debemos entrenarles para que identifiquen
cómo se están sintiendo, cómo pueden comunicar sus
necesidades y cómo pueden actuar ante estas situaciones en
las que un estímulo le está molestando. Os recomiendo echar
un vistazo a mi post sobre las cajas antiestrés (enlace), y a
mis tableros de Pinterest sobre Destrezas emocionales y
autorregulación, e Integración sensorial:

Mis tableros de Pinterest de Destrezas emocionales y


autorregulación (enlace), y de Integración Sensorial (enlace).

 Como siempre, reforzar, reforzar y reforzar.


 Y lo más importante de todo: comprensión, respeto y
aceptación. Me encanta esta recomendación de Zoe Mailloux:

“Evita luchas de poder sobre este tema a menos que


se trate de un problema de seguridad o algún asunto
vital. Es fácil pensar que el niño con defensividad
táctil está tratando de manipularte para hacer tu vida
más difícil. Créele cuando te dice que algo le duele.
Es muy probable que así sea.”
Yo no soporto los jerseys de cuello vuelto ni tolero la textura de las
alcachofas. Y cuando digo que no lo soporto, es que NO LO
SOPORTO. Y pido respeto porque ni me voy a poner un jersey que
me apriete el cuello, aunque me lo regaléis; ni me voy a comer las
alcachofas que me cocinéis, bajo ninguna circunstancia. Así que lo
que pido es RESPETO. Y ese mismo respeto debemos tenerlo con
nuestr@s chic@s. Debemos tratar de encontrar el equilibrio cuando
intervenimos con ell@s. Hemos de ser capaces de ayudarles a que
se puedan enfrentar a distintas situaciones cotidianas, pero tratando
de respetar sus preferencias sensoriales. Y además yo puedo
comunicar que esto me molesta. Imaginaros que algo os duele… y no
sois capaces de pedir ayuda…

Referencias bibliográficas:

 Ayres, J. (1998). La integración sensorial y el niño. Méjico:


Trillas.
 Blog Neurolandia, un mundo de sensaciones. Enlace.
 Blog Sensory Processing Made Simple. Enlace.
 Cooley, T. 5 ways to help children who are tactile
defensive. Enlace.
 Eltoro, T. Integración sensorial y autismo. Enlace.
 Mailloux, Z. Explorando el sentido del tacto. Enlace.
 Mailloux, Z. Desensibilizad táctil: algunas personas son más
sensibles. Enlace.

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