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TEORÍA Y TÉCNICAS DE GRUPO – PRIMER PARCIAL

UNI 1
EPISTEMOLOGÍA DE LA COMPLEJIDAD EDGAR MORÍN
I. Con la palabra "complejo" no estamos dando una explicación sino que señalamos una dificultad para explicar. Un
pensamiento complejo, es un pensamiento donde estará siempre presente la dificultad.
Se puede decir que hay complejidad dondequiera se produzcan enmarañamiento de acciones, de interacciones, de
retroacciones. Pero hay también otra complejidad que proviene de la existencia de fenómenos aleatorios (que no se
pueden determinar y que, empíricamente, agregan incertidumbre al pensamiento). Lo que concierne a la complejidad,
es que hay un polo empírico y un polo lógico y que la complejidad aparece cuando hay a la vez dificultades empíricas
y dificultades lógicas. Dificultades empíricas: Pascal dijo hace ya tres siglos: "Todas las cosas son ayudadas y ayudantes,
todas las cosas son mediatas e inmediatas, y todas están ligadas entre si por un lazo que conecta unas a otras, aun las
más alejadas. En esas condiciones considero imposible conocer las partes si no conozco el todo, pero considero
imposible conocer el todo si no conozco las partes". Esta es la primera complejidad; nada está realmente aislado en el
Universo y todo está en relación.
El problema lógico aparece cuando la lógica deductiva se muestra insuficiente para dar una prueba en un sistema de
pensamiento y surgen contradicciones que devienen insuperables.
Retomo la frase de Pascal para resumirla: "Todo está en todo y recíprocamente". No sólo una parte está en el todo,
sino que también el todo está en la parte. ¿Cómo es eso? Cada individuo en una sociedad es una parte de un todo,
que es la sociedad, pero ésta interviene, desde el nacimiento del individuo, con su lenguaje, sus normas, sus
prohibiciones, su cultura, su saber; otra vez, el todo está en la parte. “El todo está en la parte" no significa que la parte
sea un reflejo puro y simple del todo. Cada parte conserva su singularidad y su individualidad pero, de algún modo,
contiene el todo.

II. Nuestro pensamiento es disyuntivo y, además, reductor: Queremos eliminar el problema de la complejidad. Este es
un obstáculo profundo, pues obedece al arraigamiento de una forma de pensamiento que se impone en nuestra
mente desde la infancia, que se desarrolla en la escuela, en la universidad y se incrusta en la especialización; y el
mundo de los expertos y de los especialistas maneja cada vez más nuestras sociedades.
No se puede vivir sin ideas generales, a las que conciernen a la naturaleza del hombre, de la vida, de la sociedad.
Lo paradójico es que esa ciencia moderna, que tanto contribuyó a elucidar el cosmos, las estrellas, la bacteria y, en fin,
tantas cosas, es completamente ciega con respecto a si misma y a sus poderes; ya no sabemos adónde nos conduce.

III. Si tenemos grabadas en nosotros esas formas de pensamiento que nos llevan a reducir, a separar, a simplificar, a
ocultar los grandes problemas, esto se debe a que reina en nosotros un paradigma profundo, oculto, que gobierna
nuestras ideas sin que nos demos cuenta. Creemos ver la realidad; en realidad vemos lo que el paradigma nos pide
ver y ocultamos lo que el paradigma nos impone no ver. Hoy, en nuestro siglo, se plantea el problema siguiente:
podemos preguntarnos si ha comenzado una revolución paradigmática. Una revolución orientada evidentemente en
dirección a la complejidad. Creo que se puede plantear el problema en tres planos: las ciencias físicas, las ciencias del
hombre y el de la política.
Vemos nacer ciencias de otro tipo, diferentes de las disciplines clásicas. Daré tres ejemplos. El primero es la
cosmología, el segundo ejemplo son las ciencias de la tierra: la geología, la meteorología, la vulcanología, la sismología
que eran, hace treinta años, disciplinas sin comunicación alguna. Y la ciencia ecológica.

IV. La idea que destruye todo intento reduccionista de explicación es que el todo tiene una cantidad de propiedades y
cualidades que no tienen las partes cuando están separadas. La sociedad es un todo cuyas cualidades retroactúan
sobre los individuos dándoles un lenguaje, cultura y educación. El todo, por lo tanto. Es más que la suma de las partes.
Pero al mismo tiempo es menos que la suma de las partes porque la organización de un todo impone constricciones e
inhibiciones a las partes que lo forman, que ya no tienen entera libertad. Con sólo la palabra, "organización", nos
vemos enfrentados a una complejidad conceptual y debemos observar cuáles son las ventajas y las constricciones.
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V.Y ahora entramos en el debate sobre el constructivismo. Debo decir que yo soy un co-constructivista, es decir que
pienso que construimos la percepción del mundo pero con una considerable ayuda de su parte.
El punto de vista de la complejidad nos dice justamente que es una locura creer que se pueda conocer desde el punto
de vista de la omnisciencia, desde un trono supremo a partir del cual se contemplara el universo. No hay un lugar
posible de omnisciencia. Pero lo que se puede hacer para evitar el relativismo o el etnocentrismo total es edificar
meta-puntos de vista. Pues el conocimiento debe buscar un meta-punto de vista. Es el requisito absoluto que
diferencia el modo de pensamiento simple, que cree alcanzar lo verdadero, que piensa que el conocimiento es reflejo,
que no considera necesario conocerse a si para conocer al objeto, y el conocimiento complejo, que necesita la vuelta
autoobservable (y agregaría autocrítica) del observador-conceptor sobre sí mismo..

VI. Vuelvo ahora al problema humano. El hombre no es solamente biolgico-cultural. Es también especie-individuo,
sociedad-individuo; es de naturaleza multidimensional. En ese hombre hay una mezcla inextricable, un pensamiento
doble: un pensamiento que yo llamanría racional, empírico, técnico; y también tenemos un pensamiento simbólico,
mitológico, mágico. Vivimos en ambos registros. Hoy la biología nos muestra la extraordinaria diversidad de los
individuos, no sólo anatómica, sino también psicológica. Es imposible racionalizar en una fórmula a un ser humano.

VII. Quisiera tratar ahora el problema de la complejidad política. Sabemos que la racionalidad no se incrementa por sí
misma, que puede retroceder, que puede adquirir formas delirantes de racionalización, es decir, de un sistema lógico
cerrado, aislado, incapaz de ver lo real. Esta es la gran crisis y es el duelo del futuro. Estamos en una época en que las
viejas fórmulas, como "el futuro nos pertenece" o "hay que seguir este camino", se han desmoronado y la política está
destinada a la complejidad. Diría inclusive que ya no hay una política soberana; ahora se hace necesario hablar de una
ecología de la política. La política se encuentra en un océano de interacciones en medio de las cuales intenta navegar.

VIII. Aquí hay un principio fundamental de complejidad que es el principio ecológico de la acción. Este principio dice:
"la acción escapa a la voluntad del actor político para entrar en el juego de las inter-retroacciones, retroacciones
reciprocas del conjunto de la sociedad". Dos consecuencias: 1- que el nivel de eficacia máxima de la acción se sitúa
siempre al comienzo de su desarrollo. 2- que las consecuencias últimas de una acción no son predecibles. Sin embargo,
es necesario proyectar valores, ideas-fuerza, ideas motoras. Y la acción es siempre una estrategia.
Es necesario establecer la diferencia entre programa y estrategia; pienso que allí está la diferencia entre pensamiento
simplificante y pensamiento complejo. Un programa es una secuencia de actos decididos a priori y que deben empezar
a funcionar uno tras otro sin variar. La estrategia es un escenario de acción que puede modificarse en función de las
informaciones, de los acontecimientos, de los azares que sobrevengan en el curso de la acción.

IX. Concluyo diciendo que el pensamiento complejo no es el pensamiento omnisciente. Es el pensamiento que sabe
que siempre es local, ubicado en un tiempo y en un momento. Sabe de antemano que siempre hay incertidumbre. No
cae en un escepticismo resignado porque se lanza a la aventura incierta del pensamiento. El problema verdadero sigue
consistiendo en privilegiar la estrategia y no el programa. Estamos en un periodo inicial en el que hay que repensar las
perspectivas de un conocimiento y de una política, dignos de la humanidad en la era planetaria, para que la humanidad
pueda nacer como tal. Y debemos trabajar en el azar y la incertidumbre.

EL DESAFÍO DE LA COMPLEJIDAD- FRANCISCO FERRARA


“Todo está en todo y recíprocamente”. Esta afirmación de Edgar Morin enfrenta a esa especie de lógica del desguace
que primó durante siglos y que instituye las operaciones de división, separación y simplificación como método de
conocimiento. Se establece que, para conocer, es preciso separar al objeto de su entorno, aislarlo en condiciones
especiales y buscar la explicación del todo a través de sus partes.
La ciencia de la modernidad se fundó y desarrolló a partir de estos paradigmas y avanzó desintegrando el universo,
alejándose cada vez más de la comprensión integran de una complejidad que ya no ofrece más que la aridez de lo que
ha sido llamado (en contraposición a la antigüedad) un mundo desencantado.
Sin embargo, surgieron hace algunos años gritas que encendieron luces de alarma.
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Thomas Kuhn, en su libro “La estructura de las revoluciones científicas” expone que la ciencia, en el verdadero sentido
del término, sólo hay de tanto en tanto en la historia. En esos momentos especiales, cuando nuevos paradigmas
irrumpen y desplazan a otros antiguos, es cuando se producen las llamadas revoluciones científicas. Esos nuevos
paradigmas permiten que los científicos vean el mundo de investigación que les es propio de manera diferente. Luego,
durante largos periodos entre revolución y revolución, la tarea de los científicos es la de emprolijar los resultados del
cataclismo, ordenar, explicar, difundir, enseñar. Entre sismo y sismo median largos periodos de ordenamiento y no de
“verdadera” ciencia.
Kuhn debió enfrentar la “paradoja de la historia”: el historiador es él mismo un ser histórico y debe dar cuenta de su
cosmovisión, de los marcos conceptuales que le proporcionan su época y el estado de avance de su disciplina. Sólo así
podrá escapar a la linealidad de una historia acumulativa y estará en condiciones de acercarse a la época que estudie.

La edad moderna, con sus desarrollos científicos y tecnológicos, desplazó a los paradigmas que habían reinado en la
antigüedad, acabando con aquella imagen de mundo encantado. Galileo Galilei se enfrentó con una acusación de
herejía por difundir las ideas copernicanas acerca de que el sol permanece inmóvil y es el centro del universo, y no la
Tierra como había establecido Ptolomeo y aceptaba la Iglesia como verdad indiscutible.
René Descartes será otro de los pilares que fundamentan los paradigmas de la ciencia moderna. Utiliza el recurso de
la duda metódica para desechar cualquier conocimiento que pueda ponerse en duda. Así desestima la información
proporcionada por los sentidos, puesto que está claro que éstos son fuente de error y engaño. Y hay algo de lo que ya
no puede dudar: que está dudando (“pienso, luego existo”); la prueba indudable de mi existir es que dudo, puedo
pensar; con él acto de mi pensamiento establezco mi existencia de manera indudable. Esto, que es llamado la
constitución autónoma del sujeto, significa un paso en la afirmación de este término, sujeto, sin necesidad de recurrir
a la acción divina. El sujeto es capaz de constituirse autónomamente.
Sujeto y objeto van a constituirse en la operación que permitirá fundar la ciencia moderna: un mundo objetivo factible
de ser conocido y un sujeto capaz de conocerlo por medio de su actividad racional.
Isaac Newton, el constructor de la física, formuló la ley de gravitación universal. Expuso que el hombre, a través de la
ciencia, puede descubrir esas leyes y, en consecuencia, operar sobre el universo. El desorden, el caos, la
impredecibilidad, serán fuentes de error que el científico deberá evitar a toda costa.

Pilares del conocimiento moderno desplegado en Occidente:


- La existencia de leyes de la naturaleza: una de las cuales establece que el tiempo y espacio son absolutos y están
presentes antes de la aparición de los objetos, los que luego se situarán en ellos.
Este tiempo y espacio absolutos, permiten la expresión de otra de las leyes, la reversibilidad, que plantea que las
ecuaciones pueden ser matemáticamente equivalentes cambiando los signos de sus oponentes. Esta noción implica
la imposibilidad de definir una diferencia intrínseca entre el antes y el después, es solidaria con la idea de un tiempo
como absoluto, sin principio ni fin.
- El Determinismo: la relación causa-efecto manifiesta que por la existencia de las leyes generales del universo, todo
está determinado y obedece a causas que es posible hallar mediante precisas operaciones científicas.
- Relación Sujeto-Objeto: es el elemento principal sobre el que se asentará la ciencia moderna. La ciencia, para ser
verdadera, deberá cuidar que no interfiera la condición subjetiva en sus observaciones, investigaciones y operaciones.

Serán las disciplinas sociales o humanísticas las que sentirán el imperio de estos paradigmas, ya que, a partir de aquí,
o se adaptan a los requerimientos del método científico o quedan reducidas a meras especulaciones no confiables.
Ser “objetivo”, proceder con objetividad, fueron requerimientos inevitables para poder acceder al estatuto de ciencia.

Ilya Prigogine (premio nobel en Química), nos sitúa frente al vasto movimiento que viene mostrando el agotamiento
de los paradigmas construidos en la edad moderna y proponiendo enfoques alternativos. Es quien se constituirá en
uno de los referentes del debate acerca de los llamados nuevos paradigmas.
Una de las primeras manifestaciones de incomodidad, la tuvieron los defensores de la noción de reversibilidad del
tiempo, al enfrentarse con dos fuertes evidencias contradictorias:
1. Una proveniente de la biología. Darwin va a demostrar que en la biología y en la evolución no hay reversibilidad
alguna; que en realidad esta evolución va desde los elementos más simples hasta los más complejos de una cadena.
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2. La otra surge de la física. El segundo principio de termodinámica dice que en cualquier sistema aislado la entropía
tiende a aumentar constantemente hasta un punto de equilibrio. Es decir, la entropía marca el proceso mediante el
cual un sistema agota la energía que consume de manera irreversible.
También Einstein abolirá los conceptos de espacio y tiempo absolutos, introduciendo la noción de relatividad respecto
del observador que describe los fenómenos; ya no hay lugar para un observador desde ninguna parte, con lo que la
objetividad queda cuestionada.

Así se comienza a dar lugar a enfoques basados en la complejidad y en la admisión de la existencia del azar junto a la
necesidad, presente en numerosos fenómenos.
La ciencia pierde la pretensión de universalidad que la caracterizó desde su origen moderno.
La “objetividad” puede ser reemplazada por la “objetivación”, un proceso que supera la idea de un relejo o una
representación pasiva del objeto en la conciencia, por un procedimiento activo de apropiación del objeto por parte
del sujeto, en una secuencia que pone en juego la capacidad de cada sujeto de organizar y significar el mundo, y que
incluye su accionar, sus deseos, sus esquemas de acción.
Claro que pensar a complejidad no resulta sencillo. El conocimiento es la principal traba para el conocimiento. Cuando
hemos llegado a alcanzar determinado saber, hay una fuerza presente que se alza contra toda posibilidad de
reconsiderar, replantear y repensar.

GRUPO, OBJETO Y TEORIA VOL 1 – INTRODUCCION - ROMERO


El grupo como hecho se refiere a la existencia del grupo como situación real, o los grupos realesen los cuales todo
participamos. A partir de la experiencia en estos grupos reales, se va produciendo una concepción ideológica acerca
de lo que es un grupo. Resulta una noción de grupo que se refiere al reconocimiento del grupo como conjunto.
Tenemos por un lado al grupo real, el hecho concreto con sus propias leyes, y por otro, la representación y la noción.
Para Anzieu, las representaciones espontáneas que cada individuo tiene del grupo, son representaciones imaginarias,
fantasmadas o fantaseadas. Los individuos participan, actúan, reaccionan, en función de dichas representaciones, las
que no son necesariamente concientes.
Hablar de grupo en un nivel teórico, supone entrar en la comprensión del campo de lo grupal; en este nivel se ubica la
práctica de las técnicas grupales, en donde resultaron una serie de conceptos tales como: liderazgo, interacción,
comunicación, cohesión, ansiedad, etc.
El problema epistemológico es que hace falta una teoría unificada para comprender al pequeño grupo, que permita
acercarnos al grupo como el psicoanálisis nos permite acercar al sujeto.
Pontalis propone una serie de determinantes:
a- determinaciones que resultan de la orientación del conjunto de las ciencias humanas
b- razones de orden específicamente sociológicas
c- la evolución de la psicología y la valoración que ésta hace de los fenómenos interpersonales
d- motivos de orden económico
e- motivos de orden ideológico

EL APUNTALAMIENTO DEL PSIQUISMO- CAP. VII – EDELMAN- KORDON


El concepto de apuntalamiento del psiquismo trabajado por Rene Kaes amplía la comprensión vincular del proceso de
formación del psiquismo y abre nuevas perspectivas para el análisis de fenómenos grupales y clínicos.
Kaes retoma no solo la hipótesis del apoyo de la pulsión en las funciones biológicas sino también la relación que
establece Freud en “El porvenir de una ilusión” (1927) acerca que ante las vivencias de desamparo, la ayuda y la
protección son buscadas y reencontradas por medio de la proyección común sobre las creaciones colectivas.
Freud utilizo el termino alemán anlehnung. Este tiene un triple significado: apoyo, modelo y resquicio o entreabertura.
La idea de apoyo se corresponde con el concepto corriente de sostén, la relación de apoyatura es recíproca.
La idea de modelo tiene que ver con el proceso de identificatorio.
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En cuanto a la noción de entreabertura o resquicio, relacionado con el límite y la continencia de lo que se apoya y lo
apoyado. Los elementos en apoyo están a la vez separados y abiertos sobre una de sus fases. Se trata de un espacio
que permite un proceso de transcripción.
Hablar de apuntalamiento es contemplar estos tres aspectos diferenciales y articulados entre sí.
El concepto de apuntalamiento pone el acento en lo que amenaza con caerse y reclama una consolidación, un refuerzo.
Indica la existencia de un sistema de apoyos múltiples. Parte de considerar la existencia de una red de solidaridades
que sostiene el funcionamiento psíquico.
Este apuntalamiento múltiple implica la presencia permanente de un movimiento, de apoyos y de desapoyos, de
aperturas y cierres, de crisis y de creación.
Kaes considera que el apuntalamiento se produce en relación a la estructura pulsional, al cuerpo a la función
materna y paterna, a los grupos, a las instituciones y por intermedio de estos a lo social en su conjunto.
El apuntalamiento es múltiple, reticular, mutuo y crítico.
La cualidad del apuntalamiento es definida como una apoyatura en doble apoyo, depende de la existencia del espacio
intermedio de apoyo que es la base del “Contrato de apoyatura”. Este contrato implica reciprocidad en el placer y en
el beneficio del doble apoyo. El cual se produce de la complementariedad o del antagonismo.
En cada apuntalamiento aparecen siempre los tres componentes: apoyo sobre una base originante, modelización y
transcripción.
Las características del apuntalamiento se ponen en evidencia con mayor claridad en situaciones de crisis. El
apuntalamiento es el modelo de resolución de estas, a través de la trasformación de un objeto funcional en objeto
sexual.
La crisis puede ser considerada tanto en el desarrollo evolutivo como en el funcionamiento permanente del psiquismo.
La situación de crisis coloca al psiquismo ante una vivencia de desamparo.
En lo que hace al apuntalamiento del psiquismo, la elaboración de una crisis puede seguir tres caminos:
1- La sutura o reducción del espacio transicional
2- La existencia de un espacio vacío; una distancia exagerada en el sistema de solidaridades reciprocas.
3- La creación de un espacio transicional, espacio de la creatividad, en el que se producen los procesos de
transcripción.
Kaes propone la idea de elaboración de la crisis y el desapuntalamiento, a partir de un trabajo psíquico grupal.
El grupo permite una experiencia de reapuntalamiento de aquello que no llego a constituirse como realidad psíquica.
El grupo es investido con esta capacidad de albergue psíquico, con la función de ser esta psique o de hospitalizar sus
partes enfermas, donde se pueda formar lo que no se ha constituido. El grupo funciona como un aparto protésico en
la situaciones de crisis y desapuntalamiento, cumpliendo una función anaclitica.

Polémica entre Kaes y Laplanche


Laplanche retoma el concepto de Freud considerando apoyo o anaclisis, de la palabra alemana anlehnung, traducida
actualmente como apuntalamiento. En el diccionario de psicoanálisis (1967) lo define como término introducido por
Freud explica la relación primitiva de las pulsiones sexuales con las pulsiones de autoconservacion: las pulsiones
sexuales, que solo secundariamente se vuelven independientes, se apoyan sobre las funciones vitales que le
proporcionan una fuente orgánica, una dirección y un objeto. Se hablara para designar el hecho de que el sujeto se
apoya sobre el objeto de las pulsiones de autoconservacion, en su elección de un objeto amoroso.
En la actividad oral del lactante el placer producido por la succión del pecho se corresponde con la satisfacción de la
zona erógena. La función corporal otorga a la sexualidad su fuente, define un objeto, el pecho y procura un placer que
está dado por un “plus” respecto a aquello otorgado por mera satisfacción de la necesidad (el hambre). Se produce
un suplemento de placer.
Kaes propone el apuntalamiento, en un pasaje que se construye permanentemente entre lo biológico y lo psíquico,
abre un camino para la compresión de la incidencia del vínculo, del grupo y de la cultura en la estructuración del
inconsciente y del conjunto del aparato psíquico.
Kaes insiste e introduce el hecho y la presencia de la madre y a través de ella al grupo y al orden de la cultura. Considera
esto de suma importancia para la constitución de psiquismo y el mantenimiento de su unidad a lo largo del tiempo.

Viñeta clínica
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Lucia perdió a su padre cuando tenía cinco años. Su familia sufrió una perdida brusca de su nivel económico. Su madre
cortó todo vínculo con la familia del marido, a quienes acusó de haberla estafado en una empresa familiar compartida.
Lucia transcurrió su infancia viviendo con su abuela, su madre y sus tres hermanos. Sus dos hermanos menores,
gemelos presentan cuadros psicóticos en forma alternada: cuando uno está asintomático el otro se enferma y
viceversa. Cuando lucia cursa todavía el colegio secundario inicia una relación de pareja con un compañero, con el cual
se va a casar siendo muy joven y sin haberse sentido nunca enamorada de él. Pero lucia consigue a través de ese
casamiento ser “adoptada” y a su vez “adoptar” una nueva familia integrada por sus suegros, sus cuñados, primos,
tíos, abuelos. Esta familia tiene algunos puntos de contactos con el modelo de la de origen, en el sentido de que hay
una empresa familiar y propiedades compartidas incluidas, las viviendas de casi todos sus miembros. En esta familia
lucia se ubica en un lugar central. Las condiciones cada vez más marcada para la locura de la relación entre su madre
y sus hermanos menores hacen que su distanciamiento autoprotector sea cada vez mayor, aunque ayuda a su
manutención económica. Su vida transcurre sin mayores. Lo único conflictivo es su relación matrimonial. Su marido
funciona como un chico más, el mayor y es evidente que no hay espacios privados para la pareja.
En un momento dado en un transcurso de tiempo muy corto muere su suegro y se enferma una tía muy mayor que
vive en un departamento contiguo al suyo.
Lucia poco tiempo después entra en crisis en su relación: reclama a su marido la falta de protección, de no ocupar este
lugar de un hombre adulto. Esto lo lleva a la separación. Comienza a sentirse ansiosa, deprimida, confundida, incapaz
de hacerse cargo de sí misma. Dice no comprender que le pasa porque ha dejado de ser la que era, adelgaza muchos
kilos, no se siente en condiciones de realizar ninguna tarea.

Este es un ejemplo clínico de como ante la situación de desapuntalamiento producida por la pérdida inicial y precoz
de su familia, Lucia pudo reconstruir en la familia del marido una red que funcionaba como sostén de sus
identificaciones, hasta que las situaciones de enfermedad y muerte la rompen. Esta red constituye para ella un sistema
de apuntalamiento psíquico. Se produce una crisis.
La importancia de la función de apuntalamiento que cumplía esta familia sustituta se aprecia, como ocurre
habitualmente ante la pérdida. El apoyo que se establece es múltiple y mutuo: de Lucia en la nueva familia y de cada
uno de los integrantes de la nueva familia en ella. Es evidente que no ha habido en Lucia una elaboración de los duelos
y conflictos vividos en sus primeros años, sino una sustitución en el segundo grupo familiar, una sustitución en la
espacio transicional, una falta de creatividad, lo que determina un déficit en la autonomía del yo que emerge en forma
de síntoma cuando se produce un desapoyo critico a partir de las modificaciones producidas en las segunda familia.
El dispositivo grupal de asignaturas no implica solo prótesis, aunque la prótesis sea, en determinadas circunstancias
condición para la supervivencia.
Implica simultáneamente la condición de posibilidad para la creación.
El sentimiento de permanencia, de seguridad y de continuidad está en relación, desde los primeros momentos de la
vida, con la disposición del medio material y maternal.

EL CAMPO GRUPAL (cap. 1-2) – ANA MARÍA FERNÁNDEZ


CAPÍTULO I: EL VOCABLO GRUPO Y SU CAMPO SEMANTICO
A. Producción histórica del vocablo grupo. Tanto el término francés como el castellano grupo, reconocen su origen
en el término italiano groppo o gruppo. Este término en el siglo XVIII pasó a significar una reunión de personas. Las
lenguas antiguas no disponen de ningún término para designar una asociación de pocas personas que comparten un
objetivo en común. Es importante dar cuenta de cuáles son las trasformaciones sociales que se produjeron en el
proceso histórico para que el término GRUPO se vuelva necesario.

B. Líneas de significación.
Una de las primeras acepciones del término italiano groppo era nudo. Derivaría del antiguo provenzal grop=nudo; éste
a su vez derivaría del germano Kruppa = masa redondeada, aludiendo a su forma circular.

Krupp————>grop————> groppo————>grupo
(Alemán) (Provenzal) (Italiano)
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Masa NUDO
redondeada

Círculo Cohesión Grupo

Están presentes en el vocablo dos líneas que se encuentran en la reflexión sobre lo grupal: por una parte la insistencia
de NUDO; por otra parte la idea de CÍRCULO, en el sentido de reunión de personas. Esta particular forma de
estructuración da cuenta de los intercambios entre los integrantes. Es frecuente encontrar en este punto la
acentuación de la igualdad jerárquica atribuida a la forma circular de ubicación.

C. Referentes etimológicos. El groppo aparece con el Renacimiento, momento de profundas transformaciones,


políticas, económicas, familiares. Es en el complejo tránsito de las servidumbres con Dios, el señor, y la fe hacia las
autonomías, las ciencias, las artes no religiosas y el libre mercado donde se van creando las prefiguraciones del
individuum; tránsitos que harán posible a partir de Descartes, las grandes reflexiones modernas del sujeto y el
surgimiento de las ciencias humanas. El groppo se autonomiza al separarse del edificio asentándose en los atrios y en
las plazas. Al mismo tiempo se produce la nuclearización de la familia; ésta inicia un proceso de transformaciones
reduciéndose desde sus extensas redes de sociabilidad feudal hasta conformar la familia nuclear moderna.
La preocupación por la noción de individuo comparte el escenario de surgimiento de las ciencias humanas; con ellas
nace dentro de la gran pregunta a la que estas nuevas áreas del saber intentan dar respuesta: ¿Qué es el Hombre?
cada una de ellas desde su ángulo de mira, pero todas preocupadas por la individualidad; preocupación ésta
impensable dentro de las sociedades feudales.
La temática de la individualidad o de la identidad personal, comienza a desarrollarse con el advenimiento de la
sociedad industrial, cuando lo privado y lo público reestructuran tanto sus territorios como sus significaciones, y se
organiza un cambio radical en las prioridades de la vida, apareciendo en primer plano el libre albedrío y la felicidad
personal.
Paulatinamente se van delineando las áreas del saber que conformarán las ciencias humanas o humanidades y las
antropologías filosóficas. El Hombre, él mismo, se tomará como objeto privilegiado de reflexión en estos campos de
saberes; los tiempos de las taxonomías serán reemplazados por la pregunta por el ser de lo humano. La temática de
la subjetividad adviene así al escenario filosófico-científico de la época.
Puede pensarse entonces que la producción del vocablo grupo es contemporánea a la formación de la subjetividad
moderna y a la constitución del grupo familiar restringido.
El vocablo grupo, en su acepción actual, se produce en aquel momento histórico que vuelve "necesaria" tal palabra
para la producción de representaciones del mundo social. Su nominación vuelve visible una forma de sociabilidad -los
pequeños colectivos humanos- que con la modernidad cobra la suficiente relevancia en las prácticas sociales, como
para generar una palabra especifica. La aparición de este vocablo se inscribe en el complejo proceso de
transformaciones tanto de las formas de sociabilidad, de las prácticas sociales y de las subjetividades, como de nuevas
figuraciones que los actores sociales darán a las "representaciones" que construyen del mundo en que viven.
Con respecto a la relación entre el proceso de la nuclearización de la familia y la aparición de la palabra grupo, es
necesario aclarar que no se plantea aquí que tal proceso haya creado las condiciones para la aparición del vocablo
grupo, sino más bien que las transformaciones socio-históricas que dan origen a la constitución de la subjetividad
moderna son parte de los procesos de gestión de los pequeños agrupamientos, entre ellos la nuclearización de la
familia.
En síntesis, el vocablo grupo surge en el momento de constitución de la subjetividad moderna. Su etimología refiere a
un número restringido de personas asociadas por un algo en común. Se destacan dos líneas en tal rastreo etimológico:
la figuración nudo, que sugiere interrogación sobre qué es lo que hace nudo y lleva implícitos necesarios enlaces y
desenlaces entre sus integrantes, y la figuración círculo, que remite a las formas de intercambio que se producen entre
los miembros.

D. Primeras puntualizaciones antes de avanzar.


El mero “juntarse” no constituye un grupo. Es decir, será necesaria determinada actividad en común y ciertas formas
organizacionales. La figura del nudo indica que en tal agrupamiento se formaran anudamientos- desanudamientos.
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CAPÍTULO II: LO SINGULAR Y LO COLECTIVO


A. Antinomia individuo-sociedad
El problema de la relación de los individuos entre sí ha sido considerado desde diferentes puntos de vista. Podríamos
denotar que las posiciones más opuestas son: Por un lado, se considera al individuo, en tanto singularidad, como una
realidad en sí mismo; solo él percibe, piensa, ama u odia, se siente responsable, toma decisiones, etc. El grupo, la
sociedad, lo colectivo serían generalizaciones teóricas que no tendrían otra consistencia que la realidad misma de ese
individuo.
Por el otro, en cambio, el individuo como tal sería una entidad lógica. Únicamente el grupo, el colectivo, la sociedad
son reales; solo a través de dicha realidad se hace presente la instancia individual. El individuo seria producto de su
ambiente, sería un cruce de relaciones sociales.
En una como en otra posición, la relación individuo-sociedad está pensada desde un criterio antagónico, ambas
resuelven la compleja tensión entre lo singular y lo colectivo desde un paradigma disyuntivo, según la cual singularidad
y colectividad conforman un par de contrarios. Se pueden puntuar dos formas típicas de resolver la tensión: el
psicologismo y el sociologismo. El primero más frecuente en el pensamiento liberal, conserva la tendencia a reducir
los conceptos sociales a conceptos individuales y psicológicos. El segundo es más frecuente en el pensamiento
socialista, y va en dirección reduccionista de los conceptos individuales a una idea globalizada de la historia y de la
sociedad. El primero esta a favor de una idea abstracta de individuo, el segundo a favor de una idea abstracta de la
sociedad.

B. Espacios. Se consideran dos espacios donde ha estado presente la preocupación por las relaciones y diferencias
entre Individuos y Sociedades.
Espacio Científico-Académico: la oposición individuo-sociedad ha atravesado distintos campos disciplinarios, estas
polémicas “clásicas” no sólo han constituido los debates fundadores de las ciencias humanas, por el contrario, pueden
encontrarse aún hoy. Los primeros intentos para comprender, en el campo de la psicología, la problemática grupal, se
organizaron en un traslado mecánico de conceptos de la psicología individual. Esta polemica se desarrolla en el cruce
de un debate entre dos posiciones doctrinarias encontradas, la tesis individualista y la tesis de mentalidad de grupo.
Para la primera, los individuos constituyen la única realidad y tiende a negar la realidad de los grupos, en tanto sostiene
que los procesos psicologicos ocurren tan solo en los individuos y estos constituyen las únicas unidades accesibles a la
observación. El término grupo, constituye una ficticia abstracción cuando pretende algo más que referirse a la suma
de reacciones reciprocas de los individuos. Para la tesis individualista, no existen los grupos, “grupo” será un término
colectivo que hace referencia a una multiplicidad de procesos individuales. En síntesis no existe en los grupos,
instituciones, sociedades, nada que no haya existido previamente en el individuo. En oposición a la tesis individualista,
se desarrolla la noción de mentalidad de grupo. Ésta implica, que, cuando los seres humanos viven y actúan en grupo,
surgen “fuerzas y fenómenos” que siguen sus propias leyes y no pueden ser descriptos por propiedades que componen
a los individuos. Ésta noción intenta explicar la frecuente observación por la cual muchos acontecimientos colectivos,
exhiben una dirección definida, se desarrollan y mantienen a menudo sin relación con las intenciones de los individuos,
atribuyendo intencionalidad al proceso. Ésta “mente de grupo” sería cualitativamente análoga a la “mente individual
aunque cuantitativamente supraindividual”. Entonces, el grupo es pensado como un supraindividuo, con los mismos
mecanismos de funcionamiento interno. Es importante subrayar que la antinomia clásica de las ideas sociales (la
relación individuo-sociedad) se encuentra implícita en toda concepción sobre lo grupal, y generalmente determina el
pensamiento sobre los grupos. Opera como un verdadero a priori conceptual, como premisa implícita desde donde no
se piensa la articulación de lo singular y lo colectivo, sino también se lee al conjunto de los acontecimientos grupales.
En general estos a priori hacen posible la “resolución” de la tensión de los pares antinómicos, los cuales desde su
constitución se despliegan en tres pares de opuestos: individuo-sociedad, naturaleza-cultura, identidad-diferencia.
Cuando esta tensión es “resuelta” puede observarse con frecuencia que suele producirse desde criterios dicotómicos.
Las teorizaciones que colocan a los grupos humanos como campos de mediaciones entre individuos y sociedad, suelen
reproducir sin revisar las propiedades antinómicas de estos términos, y, en tanto parten de dos conjuntos de opuestos.
Desde éste punto, los grupos y las instituciones solo son pensados como puentes o instancias mediadoras.
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El a priori conceptual opera en los diferentes discursos sobre la grupalidad, de la siguiente manera: por un lado la
especificidad de lo grupal la aportan los individuos que lo forman (habrá que estudiar individuos en grupos). Por el
otro la especificidad de lo grupal es aportada por un plus a los individuos agregados (habrá que estudiar grupos).
Espacio ético-político: la antinomia individuo-sociedad tiene una inscripción ético-filosófica de gran importancia en el
plano político. Su origen moderno ha planteado como diyuntiva ético-política la pregunta sobre que habrá que
priorizar: por un lado intereses grupales, por el otro lado intereses individuales.

C. La relación grupo-sociedad. La relación grupo-sociedad ha sido tradicionalmente encarada desde una perspectiva
de relaciones de influencia, donde las diferentes posiciones teórico-ideológicas varían según otorguen un mayor o
menor grado de influencia de lo social sobre los movimientos de un grupo; pero, en todas ellas, lo social se ubica como
algo exterior al grupo, sobre el cual recaerá, en mayor o menor medida su influencia. Una variante de esta forma de
pensar es plantearse la relación grupo-sociedad en términos de interacción mutua. En realidad, la relación grupo-
sociedad es un subtema de la relación individuo-sociedad que tradicionalmente ha sido planteada en términos
antagónicos.
Como se vio en páginas anteriores la antinomia individuo-sociedad forma parte de un conjunto de pares antinómicos.
Probablemente el pensar estos pares desde tales lógicas sea una de las formas de mayor eficacia simbólico-imaginaria
de la producción de discursos. Asimismo, importaría señalar que tal división dicotómica no sólo ha transitado el nivel
discursivo de diferentes disciplinas sino que ha investido también sus prácticas, inscribiéndolas de forma muy
particular en diferentes estrategias de disciplinamiento social.
Se dijo ya también que el pensar la tensión entre lo singular y lo colectivo desde la antinomia individuo-sociedad opera
como a priori conceptual en las diferentes reflexiones sobre lo grupal. En el intento de desdibujar el sentido antinómico
de la tensión entre lo singular y lo colectivo, es que resulta pertinente repensar críticamente aquella noción por la cual
los grupos constituyen un campo de mediaciones entre individuos y sociedades.
La operación que parecieran haber seguido las diversas disciplinas humanísticas en sus momentos fundacionales sería
dividir ilusoriamente el campo de indagación en dos objetos de estudio "bien" diferenciados: individuos y sociedades,
organizando diferentes áreas y prácticas disciplinarias para luego buscar las formas por donde ponerlos a jugar sus
relaciones. Esto hizo necesario entonces demarcar los campos de saberes y prácticas mediadores.

INDIVIDUO SOCIEDAD

Psicología Sociología
Pedagogía Antropología
Psicoanálisis Economía etc.

Mediaciones

Psicología Social
Psicología de los Grupos
Psicología de las Instituciones

Esta noción de los grupos como campos de mediaciones ha intentado "resolver" la tensión entre lo singular y lo
colectivo a través de la categoría de intermediación. Si bien dicha categoría merece revisión, es necesario destacar que
mantiene la presencia del polo social en su análisis de la dimensión grupal. Por el contrario, puede encontrarse fuerte
tradición en cierta forma de reduccionismo "psi", en aquellas corrientes que centran su análisis de los acontecimientos
grupales en las interacciones entre sus integrantes, produciendo un enfoque de los grupos plegados sobre sí mismos
donde si bien se abre visibilidad con respecto a sus cohesiones, liderazgos e interacción de roles, etc., se invisibilizan
los atravesamientos institucionales, sociales e históricos que confluyen en la gestión de tales movimientos grupales.
Otra manera de "resolver" la tensión aludida, suele ser la negación de la especificad de los acontecimientos grupales;
puede encontrarse en aquellas formas de abordaje donde el dispositivo grupal es visualizado sólo como un espacio-
escenario de despliegue de las singularidades, en sus diversos juegos especularas, pero excluyendo toda posibilidad
de especificidad en el agrupamiento en sí mismo.
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D. La categoría de intermediario. Esta caracterización de los grupos como mediadores, es decir, como espacios
intermedios entre "individuos" y "sociedades" lleva implícito cierto concepto operativo, a través del cual dados dos
conjuntos diferentes previamente demarcados habrá que, posteriormente, buscar sus relaciones, sus puentes
articuladores. A su vez, y correlativamente con lo anterior, dadas dos disciplinas ya constituidas -psicología y
sociología- se vuelve necesario demarcar nuevos campos disciplinarios intermedios, articuladores. En este caso, una
psicología de los grupos. Esta noción articuladora es el concepto de intermediario.
René Kaës se pregunta: ¿Puede la categoría de intermediario ayudarnos a pensar la articulación psicosocial?1 Plantea
que, por definición, esta categoría ha estado destinada a pensar lo articular, utilizándose en diferentes disciplinas:
psicología, historia de las mentalidades, psicoanálisis, antropología. Es necesario subrayar que esta categoría es puesta
en funcionamiento cuando tales disciplinas se han visto frente al desafío de pensar desde sus diferentes campos de
demarcación, las relaciones entre subjetividad e historia, entre inconsciente y cultura, etcétera. Sin embargo, sostiene
este autor que dicha categoría no ha sido objeto de una elaboración suficiente en las disciplinas que trabajan con ella.
Plantea este autor tres caracteres generales asociados a la categoría de intermediario:
1. Lo intermediario como función de lo articular, por c.¡ cual lo intermediario funciona en el campo de lo discontinuo,
en tanto resultado de una separación entre elementos que se trata de rearticular, por medio de una suerte de "by
pass" teórico. Desde esta perspectiva, lo intermediario está pensado también como un proceso de reducción de
antagonismos
2. Lo intermediario ligado a la presentación de un proceso de transformación y pasaje, asociada por ende al
pensamiento del movimiento.
3. Si bien las dos primeras características hacen aparecer lo intermediario como la necesidad de lo continuo, principio
o agente de concatenación, proceso de pasaje de un orden a otro, la tercera insiste en su función estructurante y en
su responsabilidad respecto del pasaje de una estructura a otra.

Además de señalar estos tres aspectos de lo intermediario, Kaës propone una distinción entre Intermediarios de Tipo
1, que operan en un campo homogéneo, en el interior de una misma estructura o de una concatenación, e
Intermediarios del Tipo 2, que articulan dos conjuntos heterogéneos, heterónomos, de niveles lógicos diferentes.
La cuestión de la articulación psicosocial refiere particularmente a un intermediario del tipo 2, puesto que se trata de
dos polos psicológico y sociológico, que se han constituido en el curso de su oposición diferenciada. Kaës plantea que
un punto de vista como éste podría admitir o no la mediación entre niveles heterónomos, pero subraya que,
frecuentemente, y sobre todo en las fases constitutivas de los campos disciplinarios, el resultado del debate evoluciona
asiduamente hacia posiciones reduccionistas.
Resumiendo, muchas son las formas que los reduccionismos pueden presentar. Tanto las teorizaciones como el lugar
de la coordinación suelen oscilar entre dos ficciones: la figura del gran individuo o el espejismo de los grupos como
intencionalidad. En este sentido se vuelve necesario un cambio de paradigma; de un criterio antinómico de individuos
vs. sociedades, hacia una operación conceptual que pueda evitar una falsa resolución reduccionista y se permita
sostener la tensión singular-colectivo. Singularidad descarnada de soportes corporales indivisos. Colectividad que en
las resonancias singulares produce anudamientos-desanudamientos propios.

E. Problema epistémico. En un intento -aún provisorio- de superar ciertos impasses que los reduccionismos señalados
y la categoría de intermediarios plantean, se enuncia en este trabajo la necesidad de pensar lo grupal como un campo
de problemáticas atravesado por múltiples inscripciones: deseantes, históricas, institucionales, políticas, económicas,
etc. Lo grupal en un doble movimiento teórico: el trabajo sobre sus especificidades y su articulación con las múltiples
inscripciones que lo atraviesan. Nueva manera de pensar Lo Uno y Lo Múltiple, intentando superar los encierros que
la lógica del objeto discreto impone, abriendo la reflexión hacia formas epistémicas pluralistas, transdisciplinarias.
En este sentido vuelve -insiste- la figura nudo. En su formulación metafórica y no analógica, produce significación
dentro del planteo epistemológico que aquí se esboza. Más que buscar los requisitos epistémicos para construir el
objeto teórico grupo se presentan los grupos como nudos teóricos.
Proyectos de este tipo sólo pueden desplegarse si se interroga críticamente la epistemología de las ciencias positivas,
en la cual aún se fundamentan las llamadas ciencias humanas -el psicoanálisis inclusive. Tal epistemología supone un
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objeto discreto autónomo, reproducible, no contradictorio y unívoco. Implica una Lógica de Lo Uno donde la
singularidad del objeto no se vea afectada por eventuales aproximaciones disciplinarias.
Estas lógicas de objeto discreto, imprescindibles, seguramente, en los momentos fundacionales de las ciencias
humanas, suelen ocasionar sus propias dificultades para comprender situaciones de transferencias múltiples en
diferentes territorialidades. Podría pensarse que en la actualidad han comenzado a producir un obstáculo
epistemológico en la reflexión de lo grupal. Han conformado algunas ilusiones teórico-técnicas de difícil
desarticulación; entre ellas pueden mencionarse: la posibilidad de construir un objeto teórico “grupo", la lectura de
los acontecimientos grupales plegados sobre sí mismos (los grupos "islas"), el psicoanálisis como disciplina explicativa",
unívoca, de los movimientos grupales, o la negación de la especificidad disciplinaria del campo grupal.

La aparición de propuestas transdisciplinarias da cuenta del surgimiento de otras formas del abordaje de la cuestión,
así como la necesidad de utilizar criterios epistemológicos pluralistas. Habla de la resistencia de ciertos procesos a su
simplificación unidisciplinaria y sugiere la oportunidad de los desdibujamientos de individuos y sociedades. Por otro
lado pone en jaque las configuraciones hegemónicas de ciertas disciplinas reinas, tiene como una de sus premisas más
fuertes la implementación de contactos locales y no globales entre los saberes

UNI 2
EL CAMPO GRUPAL (cap. 3-4-5)– ANA MARÍA FERNÁNDEZ
CAP III: LA DEMANDA POR LOS GRUPOS.
Las primeras intervenciones que luego darán lugar a la micro sociología o estudio de pequeños grupos fueron las de
Elton Mayo (1924) con sus labores en una compañía donde descubre que los trabadores constituyen grupos
informales, los individuos que componen un taller no son simplemente individuos sino que conforman un grupo,
donde han desarrollado “redes informales”. Su mejor rendimiento depende de las condiciones de trabajo.
Comienza a vislumbrarse la noción de un plus que tendrá el grupo con respecto a la simple sumatoria de sus
integrantes, evidenciando el mayor rendimiento.

Kurt Lewin explica la acción individual a partir de la estructura que se establece entre el sujeto y su ambiente en un
momento determinado. Tal es un campo dinámico, es decir un sistema de fuerzas en equilibrio.
En 1983 utiliza el método experimental para trabajar la noción de campo dinámico. A partir de allí desarrolla su
hipótesis: el grupo es un todo cuyas propiedades son diferentes a la suma de sus partes. El grupo y su ambiente
constituyen un campo social dinámico, cuyos principales elemento son los subgrupos, los miembros, canales de
comunicaciones, las barreras. Modificando un elemento se puede modificar la estructura. Así el grupo es una realidad
irreducible a los individuos que la componen.
Para Lewin un grupo es un conjunto de personas reunidas por razones experimentales o de vida diaria para realizar
algo en común y que establecen relaciones entre sí; conformaran de esa manera una totalidad que produce mayores
efectos que los mismos individuos aislados, el grupo es irreducible a los individuos que lo componen, en tantos estos
establezcan un sistema de interdependencia; en esto radicara la fuerza o la dinámica de grupo.

PRIMER MOMENTO EPISTÉMICO: EL TODO ES MAS QUE LA SUMA DE LAS PARTES


El aporte de la Gestalt resalta la idea de totalidad, sin embargo la relación todo-partes es un problema cuya respuesta
es compleja, porque aun aceptando que el todo fuera en los grupos más que las partes, tuvo diferentes formas de
abordaje como planteos estructuralistas donde planteaban si las partes organizaban relaciones y de qué tipo.
El reconocimiento de un todo: el grupo ha tenido una importancia histórica en la demarcación de los saberes y
quehaceres de la grupalidad. Imaginado como un todo más que la suma de las partes constituye un primer momento
epistémico en la institucionalización de saberes y practicas grupales.

El técnico sobresaliente de la sociedad industrial es el ingeniero-organizador con su aporte: el trabajo en cadena fue
suprimiendo cada vez más el trabajo viviente. Los inconvenientes aparecían como disfunciones ligadas al factor
humano. Entonces, surge el encargo a Elton Mayo: la demanda social que pone en evidencia un vacío: la carencia
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técnico-social frente a los problemas que las nuevas formas de producción generan. Los nuevos problemas exigen la
intervención de nuevos especialistas: así al ingeniero-organizador suceden los expertos en relaciones humanas.
Desde Mayo y Lewin se organiza la Dinámica de Grupos, dando lugar al “dispositivo grupal”. Este ha tenido como
función principal responder a una urgencia: Mantener y mejorar el nivel de producción de la gran empresa,
estimulando las relaciones entre los operarios; reforzar los ideales democráticos, operar sobre el consumo, etc. La
dinámica de grupos se expandirá rápidamente por diversos campos: empresarial, educacional, de mercado etc.
El análisis de un campo disciplinario deberá pensarse en tanto conjuntos de conocimiento que produce dicho campo,
elucidando cómo se articulan estas producciones de conocimiento con los juegos de poder. La conjunción de lo
antedicho, crea condiciones para poder delimitar qué zonas cobrarán visibilidad e invisibilidad para tal campo.

Dispositivo de los grupos: se refiere a la aparición histórica a de ciertos criterios en virtud de los cuales se pensó
artificios para resolver algunos conflictos que se generaban en las relaciones sociales.
Se inventa una nueva tecnología: el dispositivo de los grupos; aparece un nuevo técnico el coordinador de grupos, los
abordajes grupales pueden operar como espacios tácticos.
Dispositivos grupales: diversas modalidades de trabajo con que cobraron cierta presencia propia en función de las
características teórico - técnicas elegidas, como también de los campos de aplicación donde se han difundido.
Los dispositivos grupales forman parte del Dispositivo de los Grupos, en la medida en que se inaugura una modalidad
que abre espacios de un número numerable de personas para la producción de efectos específicos en diversas formas
de intervenciones institucionales.
Se presentan hasta aquí dos niveles de existencia de los grupos: el primero fáctico, en tanto hechos sociales; el segundo
del campo disciplinario, por cuanto al montarse los dispositivos grupales del dispositivo de los grupos, tales se vuelven
visibles observables, comprobables, etc.

CAP IV: HACIA UN CLINICA GRUPAL


Los primeros intentos de abordajes colectivos con fines terapéuticos fueron las actividades iniciadas por Pratt en 1905
al introducir el sistema de “clases colectivas” en una sala de pacientes tuberculosos. Buscando la recuperación física
de los enfermos, se daban clases magistrales sobre la enfermedad y se premiaba al buen paciente.
Su mérito fue utilizar en forma sistemática y deliberada las emociones colectivas con una finalidad terapéutica. Su
técnica se apoyaba en dos pilares: activar en forma controlada la aparición de sentimientos de emulación y solidaridad
en el grupo y asumir el mismo el papel de una figura paternal idealizada.
A los métodos que siguieron la orientación de Pratt se los denomino terapias exhortativas parentales que actúan “por”
el grupo, porque incitan y se valen de las emociones colectivas aunque no intenten comprenderlas. Se busca la
solidaridad del grupo con fines terapéuticos.
A partir de esta corriente se produjo una interesante diferenciación: las terapias que actúan “por “el grupo, son una
estructura fraternal. En este caso el dinamismo es análogo: incitar y canalizar emociones colectivas en grupos
solidarios; el tipo de relación entre el grupo y el terapeuta es: en lugar de idealizar al médico, se busca el mayor sostén
entre sus miembros disminuyendo al máximo el liderazgo centrado en el técnico (ej. alcohólicos anónimos).
Secundariamente ambas corrientes se bifurcan en lo que respecta al papel del líder; la primera busca la identificación
de los pacientes por la transferencia masiva hacia un líder de tipo paternal-deistico; la segunda tiende a formar
fraternidades, aboliendo en lo posible todo liderazgo externo o técnico profesional.
En el caso de las terapias exhortativas parentales, los enlaces se producen a través de fuertes líderes “carismáticos”;
en estos dispositivos liderazgo y coordinación no se han descentrado aun.
Noción de efecto de grupo: factores emocionales movilizados posiblemente a través de transferencias reforzadas hacia
el terapeuta, entre los integrantes, hacia la institución y un embrionario dispositivo de grupo amplio.

Los aportes del psicoanálisis en el trabajo y teorización sobre lo grupal fueron de alta incidencia y pionera en la
organización de dispositivos grupales con fines psicoterapéuticos. Esta corriente indujo la interpretación en la
situación colectiva, aplicando al grupo el “setting” psicoanalítico; a través de estos recursos crea las condiciones para
descentrar coordinación de liderazgo y para superar el procedimiento sugestivo.
Así la dirección de la interpretación adquirió un status problemático al pasar del análisis “individual” al “colectivo”.
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La primera solución fue agrupar a personas con un mismo tipo de problemas: la llamada “terapia interpretativa
individual en grupo”. Otra respuesta fue “técnica interpretativa de grupo” tomando al grupo como fenómeno central,
como totalidad, donde el comportamiento de un individuo es influido por lo colectivo, alegando la aplicación
consecuente y total del psicoanálisis al grupo con su técnica estrictamente trasferencial.
Difieren de otros psicoanalistas para quienes la transferencia abarca una pequeña parte de lo expresado por el grupo,
basándose en sensaciones contratransferenciales interpretan en el aquí y ahora del grupo la fantasía inconsciente en
sus múltiples manifestaciones.

El todo no lo es todo: las psicoterapias psicoanalíticas se agrupan en dos tendencias: psicoanálisis en grupo y
psicoanálisis del grupo. Tomando a los psicoanalistas del grupo, que analizan al grupo podría pensarse que tomaría al
grupo como un todo ha rescatado la especificidad de lo grupal. Si bien si interpreta al todo- grupo no es la garantía de
que esa totalidad haya logrado algún grado de especificidad.
Se lee la transferencia, las ansiedades y fantasías, se traslada al conjunto del corpus psicoanalítico de esta corriente
tal cual, pero en vez de interpretar a las personas singulares, es el grupo el receptor global de las interpretaciones.
Este todo-grupo se transforma en un obstáculo epistemológico para pensar lo grupal. El grupo resulto ser un “gran
individuo”. El problema radica en que estos vacíos teóricos se mantuvieron como necesarios en tanto se operó un
pasaje del campo psicoanalítico al campo grupal sin reformular ninguna área del primero.
Todos los integrantes incluido el coordinador, se sientan en círculo porque esto involucra inconscientemente la
posibilidad de hallarse todos a un mismo nivel.
Tomar al grupo como gran individuo y su consecuencia teórico técnica: la fantasía inconsciente puede mencionarse
otra forma de su extraterritorialidad que suele acompañar a la primera: la novela psicoanalítica de grupos.
Se vuelve imprescindible diferenciar la escucha analítica como instrumento imprescindible en el trabajo con grupos,
de la “comprensión” de los acontecimientos grupales desde alguna narrativa psicoanalítica de los mismos.

Del líder al oráculo: El coordinador en el acto interpretante develaba lo oculto del grupo se instituía en un lugar de
saber-poder sabía lo que le pasaba al grupo. Así se constituía otra forma de liderazgo era quien detentaba un supuesto
saber del grupo organizando un lugar de coordinación-oráculo.
La unificación de liderazgo y coordinación propia de la micro sociología es superada por el psicoanálisis de grupo, este
aporte al necesitar re crear las condiciones técnicas de la escucha psicoanalítica incorpora en su trabajo sus
condiciones de posibilidad es decir neutralidad y abstinencia. Sus lecturas de lo grupal se encontraron dentro de una
teoría de la representación-expresión y sostenían una noción de todo en el que se subsumen las partes, para re-investir
en otro lugar de hegemonía a la coordinación; surge el coordinador-oráculo, quien devuelve los liderazgos al grupo,
solo el comprende a través de las manifestaciones visible el sentido oculto del acontecer grupal.

CAPITULO V: SEGUNDO MOMENTO EPISTÉMICO


Bion realizó una primera experiencia con grupos como psiquiatra militar ingles durante la Segunda Guerra Mundial.
Enunció que el comportamiento de un grupo se efectúa a dos niveles, el de la tarea común y el de las emociones
comunes. El primer nivel es racional y conciente: todo grupo tiene una tarea que él mismo se da. Sin embargo
observaba que cuando se agrupa gente que individualmente puede comportarse de manera razonable frente a un
problema, basta con agruparlos para que se vuelvan difícilmente capaces de una conducta racional colectiva. La
cooperación conciente entre los miembros del grupo, requiere de una circulación emocional y fantasmática
inconciente entre ellos.
Bion describió supuestos básicos a los que el grupo sin reconocerlos se somete alternativamente:
1) Dependencia: sustenta el argumento por el cual el grupo está reunido para que alguien, de quien éste depende en
forma absoluta, provea la satisfacción de todas sus necesidades y deseos. Es la creencia de una deidad protectora cuya
bondad, potencia y sabiduría no se cuestionan.
2) Ataque y Fuga: consiste en la convicción grupal de que existe un enemigo y que es necesario atacarlo o huir de él.
3) Apareamiento: creencia colectiva inconciente por la cual un hecho futuro o un ser no nacido resolverá sus
problemas
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En síntesis, la actividad de un grupo de trabajo se ve frecuentemente interferida por la aparición de factores


emocionales. Asimismo, el supuesto básico predominante orienta las opiniones del grupo en un momento dado
(mentalidad grupal) y da cuenta de la cultura del grupo en esa situación.

Grupo para Bion: “Un agregado de individuos”. El descubre que la cooperación conciente entre los miembros del
grupo, necesaria para el éxito de sus tareas, requiere la circulación fantasmática inconciente entre ellos. Los individuos
se combinan en forma instantánea e involuntaria para actuar de acuerdo a los supuestos básicos, que son los
verdaderos organizadores grupales y serán nudos fantasmáticos colectivos en el grupo en un momento dado.
La noción de supuestos básicos es un primer intento de tomar a los grupos ya no como un campo de aplicación, sino
como un campo de descubrimiento. Para Bion, los grupos constituyen un campo de descubrimiento que necesita la
creación de instrumentos conceptuales específicos.

CAPITULO VI: LOS ORGANIZADORES FANTASMÁTICOS


Pontalis y Anzieu ponen el acento en el grupo como objeto y como proceso psíquico; el grupo como objeto de
investiduras pulsionales, de representaciones imaginarias y simbólicas, de proyecciones y de fantasías inconcientes.
Ellos puntualizan que el encuadre psicoanalítico debe favorecer la emergencia, la elaboración y la interpretación de
las formaciones y de los procesos psíquicos imbricados en la situación de grupo; afirman que la situación grupal se
desarrolla a partir de las características del dispositivo: Hablar libre y abstinencia entre los integrantes del grupo y el
analista de toda otra relación que no sea la exigida por la escucha y la palabra psicoanalítica.
Para estos autores el grupo es un contexto de descubrimiento de las formaciones de lo inconciente, y no
estrictamente, contexto de descubrimiento de la grupalidad. El concepto de formaciones grupales del psiquismo
constituido por la estructura de los fantasmas, la organización de las identificaciones y la organización de las instancias
del aparato psíquico. Kaes puntualiza que habrá grupo, y no una simple reunión de individuos, cuando a partir de los
aparatos psíquicos individuales tiende a construirse un aparato psíquico grupal más o menos autónomo.
Anzieu dice que el grupo es un lugar de fomentación de imágenes; es una amenaza primaria para el individuo. El grupo
lleva al individuo muy lejos hacia atrás, allí donde no se había constituido aún como sujeto; la imagen común del grupo
(que aún no es grupo), es la del cuerpo despedazado, por consiguiente, el grupo no tiene existencia como grupo si no
ha conseguido suprimir esta imagen y superarla.
Luego sostendrá que entre el grupo y la realidad, entre el grupo y el propio grupo, hay algo más que las relaciones
entre unas fuerzas reales: hay primitivamente una relación imaginaria. En toda situación de grupo hay una
representación imaginaria subyacente; es en la medida en que existe esta representación imaginaria en la que hay
unidad, algo común en el grupo. No hay grupo sin lo imaginario.
Para Anzieu, los procesos claves que puntualiza para el grupo desde el punto de vista psicoanalítico son:
1- La ilusión grupal: aquel sentimiento de euforia compartido por los integrantes por pertenecer al grupo. Este cumple
una función de realización imaginaria de deseos.
2- Amenaza de pérdida de la identidad personal: es producida por la situación de grupo. El yo de cada participante se
encuentra amenazado, lo que moviliza diferentes tipos de angustias y procesos defensivos.
3- Trasferencia escindida: fenómeno que se da entre el pequeño grupo y el grupo amplio en el dispositivo de formación
diseñado para sus investigaciones.

La fantasmatización es una actividad preconciente que articula representaciones de cosa y de palabra, considerando
la capacidad de fantasear como uno de los rasgos más importantes del yo; pero sólo existen fantasmas individuales.
El fantasma es posiblemente la realidad psíquica individual por excelencia.
La resonancia fantasmática es el reagrupamiento de algunos participantes alrededor de uno de ellos, el cual hace ver
su manera de ser o sus palabras, su fantasma individual inconciente. En tanto portador de un deseo reprimido, un
fantasma suscita en aquél ante el que se devela el horror, la fascinación o la indiferencia.
El fantasma individual inconciente es el primer organizador del grupo, las imagos y los fantasmas originarios
constituyen el segundo y tercer organizadores del grupo. Luego de esta clasificación, Anzieu reconocerá que todo no
se reduce a la psicología, y que sin duda existen organizadores económicos, sociológicos, históricos, etc., pero aclara,
que esto no es de su incumbencia.
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Anzieu dice que no hay fantasma grupal, es decir, el plus de los grupos no radicaría en un fantasma colectivo. Se refuta
de esta manera la idea de una mente grupal, y se afirma la hipótesis de fantasmas individuales, que entran en
resonancia fantasmática. ¿En qué radica la posibilidad de resonancia fantasmática? En la grupalidad del fantasma;
esto es que, en tanto el fantasma es una escenificación que se desarrolla entre varios personajes, es siempre una
imagen colectiva y posee una estructuración grupal interna; de allí su carácter organizador de los grupos.
Es claro entonces, el fantasma individual es grupal, que es diferente a decir que hay un fantasma de grupo. Es decir
que la integración de las personas reales a una situación grupal, dispara, moviliza las instancias o formas grupales de
su propia subjetividad. Por esto pueden agruparse.
Aquello que resuena y habla o actúa desde los participantes de un grupo son posiciones en la escena fantasmática.

Anzieu y su escuela diseñan un dispositivo que organiza las formas de desarrollo de la situación grupal. Esta corriente
afirmará a los grupos como espacios válidos para investigar formaciones inconcientes. Es decir, no se propone
centralmente investigar grupos, sino que implementa dispositivos colectivos para investigar formaciones inconcientes.
Es necesario puntuar delimitaciones tanto epistemológicas como metodológicas; para ello es interesante la diferencia
realizada por Larriera entre psicologización y subjetivación, a partir de su análisis del texto freudiano de Psicologías de
las masas y análisis del yo. Dice el autor: Psicoanálisis de masas, de ninguna manera puede ser tomado como una
aplicación del psicoanálisis a lo social; las masas no tienen ni madre ni padre, ni pulsiones ni deseos, así como no
existen fantasmas colectivos de las multitudes. Freud puso el fundamento subjetivo del hecho de masas, su principio
material. Masa es lo que el sujeto no puede dejar de hacer por el hecho de ser sujeto.

Sustancializar: es transformar ciertos procesos grupales que determinado dispositivo y su marco teórico hacen
posibles, en los procesos esenciales o fundantes o determinantes de un grupo.
Esta corriente de Anzieu aporta inteligibilidad con respecto a las condiciones por las cuales el sujeto de su disciplina,
el sujeto inconciente, entra en resonancia fantasmática y hace grupo. A partir de allí, sería una extensión indebida
afirmar que los grupos son fantasmáticos o que la identificación es el motor de los grupos. La resonancia fantasmática,
la identificación, etc., son aquellos motores grupales sobre los que el psicoanálisis se encuentra posibilitado de
producir visibilidad y enunciabilidad.
Es importante sostener la tensión operante entreamenaza al yo y soporte identificatorio, es decir, reconocer su
coexistencia conflictiva donde no es posible reducir un polo de la tensión a la lógica interna del otro polo.
El grupo pone en juego significaciones imaginarias desde las cuales algunos de sus integrantes lo perciben como
amenazante o bien como soporte. ¿Qué es lo sostenido en tal espacio colectivo? El otro, en tanto semejante y
diferente, está allí para hacer posible que en el lazo social el sujeto se re-cree como tal-. Freud había puntualizado que
en la vida psíquica del individuo el otro interviene regularmente como modelo, sostén y adversario. Estos tres tipos
de figuraciones están en juego en los colectivos humanos.
No se puede analizar aquello que se naturaliza; no se puede teorizar aquello que se sustancializa. Condición de las
operaciones del análisis y teorización es mantener la interrogación; es necesario interrogar y problematizar lo obvio.
Los descubrimientos de esta corriente han permitido encontrar las condiciones estructuras del sujeto inconciente para
que haga nudo.

TERCER MOMENTO EPISTÉMICO: EL AGOTAMIENTO DEL OBJETO INDISCRETO


Kaes mantiene operante su preocupación por la articulación de lo que él llama el “grupo de adentro” y el “grupo de
afuera”, o sea grupalidad interna y grupo real. Puntualiza que el grupo es una imagen cuyos referentes son a la vez
endopsíquicos y externos, es decir, correspondientes a la realidad material y social. Interesa destacar el camino que
se abre a partir del propósito de sostener visibilidad de otros organizadores, más allá de los fantasmáticos.
La epistemología de las ciencias positivas supone un objeto discreto, autónomo, reproducible, no contradictorio y
unívoco; implica la lógica de lo Uno, donde la singularidad del objeto teórico no debe verse afectada, dado su
aislamiento metodológico por las condiciones de posibles aproximaciones con otros campos disciplinarios.
Las exigencias de buscar el objeto formal abstracto de una disciplina operaron en la década del 70, tanto en un sentido
positivo como negativo. En el terreno de la psicología, quedaron devaluados todos aquellos campos disciplinarios que
no quedaran claramente incluidos dentro del campo psicoanalítico.
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CAPITULO VII: EL NUDO GRUPAL


Los dispositivos grupales psicoanalíticos abrieron visibilidad con respecto a los organizadores fantasmáticos de los
grupos; pero la dificultad se presenta cuando surge la necesidad de poner en juego organizadores socio-culturales. El
criterio de operar con una sola línea de organizadores o jerarquizarlos en forma estable se vuelve restrictivo para
pensar lo grupal. Se plantea la necesidad de abrir el pensamiento de lo grupal hacia lógicas pluralistas que legitiman
epistemológicamente atravesamientos disciplinarios.
Un criterio transdisciplinario supone replantear varias cuestiones. En primer lugar, un trabajo de elucidación crítica
sobre los cuerpos teóricos involucrados, que desdibuje una intención legitimante de lo que ya se sabe para poder
despegar la interrogación de hasta dónde sería posible pensar de otro modo.
De esta forma los cuerpos teóricos funcionan como cajas de herramientas, es decir, aportan instrumentos y no
sistemas conceptuales. Herramienta que junto a otras herramientas se produce para ser probada en el criterio de su
universo, en conexiones múltiples, locales y plurales con otros quehaceres teóricos.
Los criterios transdisciplinarios buscan articular lo uno y lo múltiple. Más que una búsqueda de universales, indaga
matrices generativas, problemas den relación a los cuales los atravesamientos disciplinarios puedan dar cuenta de las
múltiples implicancias del tema en cuestión.
Se piensa a los grupos como campos de problemáticas que como campos de intermediarios entre lo individual y lo
social; en este sentido es que se los enuncia como “nudos teóricos”, aludiendo al des-disciplinamiento disciplinario.

La identificación en su doble dimensión constitutiva es base libidinal del lazo colectivo como de la fundación del sujeto.
Las condiciones estructurales por las que el sujeto hace masa es aquello que no puede dejar de hacer por el hecho de
ser sujeto. Esta es la base estructural de los más diversos lazos sociales, pero establece una de las especificidades de
los grupal; los enlaces identificatorios presentes en todo fenómeno colectivo adquieren características propias cuando
tales agrupamientos se constituyen en un número numerable de personas.
El carácter numerable del grupo introduce peculiaridades de los procesos identificatorios, en tanto los cuerpos de los
otros se hacen discernibles. Algo hace nudo. La distribución circular del dispositivo opera efectos más allá de lo
espacial, haciendo posible intercambios entre los integrantes, que expuestos a la visión de los otros, genera
condiciones de mirada que desencadenarán resonancias fantasmáticas y harán posibles (o no) procesos
identificatorios y transferenciales.
Lo anterior establece las condiciones para la organización de redes identificatorias y transferenciales. Tal peculiaridad
identificatoria en red hace del pequeño grupo un nudo. Nudo que se constituye en las alternancias de enlaces y
desenlaces de subjetividades.

El despliegue de una escena cotidiana en un grupo que utiliza recursos psicodramáticos en el marco de la clínica
permite explorar los juegos identificatorios poniendo de manifiesto la relación entre resonancia fantasmática e
identificación. Se va a jugar un enlace identificatorio con la singularidad de algún rasgo de ese personaje que resuena
por similar u opuesto; con aquella posición en la escena fantasmática motivo de sus repeticiones.
-Resonancia fantasmática: condición estructural para que el sujeto haga nudo.
-Fantasma: escena donde repite una posición insistente
¿Qué acontece cuando un número numerable de personas hace nudo? Se producen redes de procesos identificatorios
y transferenciales propios y únicos de ese grupo. El grupo genera efectos singulares e inéditos, despliega la producción
de sus formaciones, las invenciones simbólicas y fantasmáticas e inventa sus formaciones.
Cada grupo constituye sus ilusiones, mitos y utopías. Estas significaciones imaginarias que los grupos producen, tienen
como condición necesaria la llamada resonancia fantasmática y los procesos identificatorios. Los mitos suelen referirse
a la historia, las utopías a los proyectos.
Nada de lo común es homogéneo. El algo en común no significa subjetividades homogeneizadas. Al mismo tiempo,
resaltar la singularidad no implica invisibilizar las producciones colectivas.
El término imaginario social alude al conjunto de significaciones por las cuales un colectivo, una sociedad, un grupo se
instituye como tal, estableciendo lo permitido y lo prohibido, lo valorado y lo devaluado, lo bueno y malo, etc.
El Imaginario Radical es aquella instancia por la cual el social-histórico inventa, imagina nuevos conjuntos de
significaciones; constituye una potencialidad instituyente, transformadora, productora de utopías. Por el contrario, lo
imaginario efectivo, tiende a la reproducción-consolidación de lo instituido; cuenta para ello con mitos, rituales y
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emblemas de gran eficacia simbólica y en el disciplinamiento de imágenes, anhelos e intereses de los integrantes de
la sociedad. Es la institución de la sociedad la que determina aquello que es real y aquello que no lo es, aquello que
tiene sentido y aquello que carece.
Las ilusiones, mitos y utopías que un grupo produce forman una suerte de imaginario grupal en tanto inventan un
conjunto de significaciones propias y singulares de ese grupo.

Texto-Contexto: el llamado contexto es en rigor, texto del grupo, es decir, que no hay realidad externa que produce
mayores o menores efectos de la influencia sobre los acontecimientos grupales, sino que tal realidad es parte del
propio texto grupal; es fundante de cada grupo. La palabra con-texto alude a aquello que va con el texto.
¿Qué son esos textos, esas “escrituras”, en un grupo? Se hace referencia a las formas propias que el grupo construye
desmarcando el término texto de su connotación estrictamente lingüística y rescatando su sentido más amplio, aquel
que lo refiere a su productividad.
Los textos del grupo son inagotables. Es no sólo lo dicho y lo no dicho, sino también los movimientos corporales,
espaciales, los silencios, los pactos, etc., que van conformando el complejo entramado de las configuraciones o las
formas de un grupo.
Si pueden pensarse los grupos en tanto espacios de enlaces y desenlaces de subjetividades, se insiste en el uso
metafórico de una de sus insistencias etimológicas: nudos; de tal forma los grupos pueden ofrecerse a la indagación
en tanto anudamientos-desanudamiento de subjetividades. Un nudo está conformado por múltiples hilos de
diferentes colores e intensidades lo constituyen: desenaste, históricos, institucionales, económicos, sociales, etc., pero
lo efectivamente registrable no son los hilos que los constituyen sino el nudo.
La latencia grupal: todo está ahí latiendo. ¿Cómo delimitar ahora arriba-abajo y adentro-afuera? Todo está ahí,
latiendo-insistiendo en los pliegues de la superficie del nudo grupal.
Foucault dice que es importante no hacer con el acontecimiento lo que se ha hecho con la estructura. No se trata de
colocar todo en un mismo plano, sino de considerar detenidamente que existe toda una estratificación de tipos de
acontecimientos diferentes, que no tienen ni la misma importancia ni la misma capacidad de producir efectos.
Entonces, todo está ahí, latiendo. Pero, no todo acontecer cobra igual grado de visibilidad, ni toma forma de enunciado
Lugar del coordinador: un descentramiento en tanto la función interpretante se propone puntuar insistencias,
interrogar rarezas, resaltar sinsentidos, enunciar paradojas, etc. Ellos laten, insisten en los textos grupales; el
coordinador desde su implicación sólo registra algunos. Por ende, función interpretante realizada desde un lugar de
ignorancia: la renuncia al saber de la certeza.
La coordinación hace posible aperturas a nuevas producciones de sentido. El coordinador no es el poseedor de una
verdad oculta, sino alguien interrogador de los obvio, provocador, disparador; alguien que más que ordenar el caos
busca aquella posición que facilite la capacidad imaginante singular-colectiva.
Dimensión institucional de los grupos: una institución es una red simbólica socialmente sancionada en la que se
articula junto a su componente funcional un componente imaginario. De esta noción de institución, puede pensarse a
los grupos desplegándose en lo imaginario institucional donde inscriben sus prácticas; lo imaginario institucional tanto
puede promover como dificultar las actividades del grupo.
En el grupalismo el propósito de la organización circular del espacio se sostiene en la intención de favorecer
determinado tipo de enlaces-descenlaces de las subjetividades que ha de propiciarse al estar todos a la vista de todos.
Lo imaginario institucional puede promover o incentivar la producción grupal.
Las instituciones forman parte de las redes del poder social. La institución será un lugar donde el ejercicio del poder
es condición de posibilidad de un saber y donde el ejercicio del saber se convierte en instrumento de poder; en tal
sentido, es un lugar de encuentro entre estratos y estrategias.
Se inscribe lo grupal en lo institucioanl, sin perder lo específico de la grupalidad. Se piensa más bien en un movimiento
tal, donde grupo e institución se significan y resignifican mutua y permanentemente. Un grupo se inscribe en un
sistema institucional dado, de la misma manera que la institución sólo vive en los grupos humanos que la constituyen.

Normas de funcionamiento, la coordinación y el contrato son los indicadores del sistema simbólico-institucional en el
que un grupo se inscribe:
- Normas de funcionamiento: está haciendo referencia a los efectos implícitos que laten-insisten, produciendo
significaciones imaginarias donde se atraviesan diversas inscripciones. Se han puesto en juego dentro del grupo actos
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de nominación, procesos de producción y apropiación de sentido, narrativas, etc. Es decir, que tal colectivo ha creado
las condiciones para los pliegues y despliegues de sus acciones, sus relatos y sus afectaciones; sus invenciones y sus
políticas, sus consensos y sus disensos.
- La coordinación: invita a repensar dos problemas:
1-La relación entre las formas de coordinación y sus posibles lugares de poder: del coordinador-líder a un coordinador-
oráculo que sólo él sabe lo que el grupo dice cuando sus integrantes hablan. Ahora se renuncia a un saber de certezas
de manera tal de situar la coordinación en aquella posición que facilite la capacidad imaginante singular-colectiva.
2- la caracterización de los movimientos transferenciales en los grupos: en la figura del coordinador no sólo se
transfieren imagos familiares, sino también trasferencias institucionales; así muchas veces éste es vivido como el
representante de la institución donde el grupo inscribe su práctica.
- El contrato: rige la interacción didáctica entre el maestro y el alumno a propósito en un saber. El contrato organiza
una visión del mundo. Se instaura allí una cierta concepción de las cosas del mundo pedagógico que no son las mismas
fuera de ese mundo.

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