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Ideología, Doctrina Política, Ciencia y Realidad

Por:

Watanabe Landa, Daniel Juan

Profesor:

Borcic Santos, Andrés José


Materia:
Ciencia Política
Sección:
De02N2
Aula:
203
Lima Perú

Enero, 2018
¿Qué es la mente? ¿Algo real?
¿Qué es lo real? Nada realmente.
– Homero Simpson
Contenido
Introducción ................................................................................................................ 1
1. Definiciones Previas ......................................................................................... 2
1.1. Metafísica .............................................................................................. 2
1.2. Ontología ............................................................................................... 3
1.3. Gnoseología ........................................................................................... 4
1.4. Empirismo ............................................................................................. 5
1.5. Positivismo ............................................................................................ 6
1.6. Doctrina ................................................................................................. 8
1.7. Realidad ............................................................................................... 10
1.8. Ideología .............................................................................................. 12
1.9. Política ................................................................................................. 13
1.10. Ciencia ................................................................................................. 14
2. Ideología y Realidad ....................................................................................... 15
3. Ideología y Ciencia ......................................................................................... 18
4. Ideología y Doctrina Política .......................................................................... 19
5. Conclusiones................................................................................................... 21
6. Bibliografía ..................................................................................................... 22
Introducción

El presente trabajo de investigación tiene como objeto de estudio a la ideología, la


realidad y la doctrina política, más en concreto, como es que estos términos interactúan y
convergen entre sí. Sobre todo, en el ámbito social. Sin embargo, para poder realizar dicha
tarea, es preciso definir algunos términos previos que ayuden a entender a los antes
mencionados o que, de alguna manera, guardan relación con estos o con la manera en que
estos se relacionan.
Por ende, en el primer capítulo se realizará una breve, pero justa definición de algunos
términos previos para poder apreciar la interacción entre aquellos que forman parte del objeto
de estudio de la presente. En el segundo capítulo se dedicará a la interacción entre la ideología
y la realidad. En el tercer capítulo, a la ideología y la ciencia. Para, luego, pasar a la
interacción entre la ideología y la doctrina política. Además, cabe decir, que las definiciones
de los términos previos y las interacciones vistas en cada capítulo se realizan de manera
sucesiva para que el lector pueda comprender a totalidad como es que todas estas se
relacionan unas con otras. Al final de todo ello se dará una pequeña reflexión o conclusión
de todo lo visto.
1. Definiciones Previas

Para poder iniciar un proceso de aprendizaje, una investigación o simplemente, dar


respuesta a una interrogante versada sobre la definición de tal o cual tema, se debe comenzar
por lo más básico. Esto es, la compresión y análisis de los conceptos fundamentales. Pues,
sobretodo en el ámbito científico, estas nos ayudan a comprender dichos términos, definir los
fenómenos del estudio, fijar sus limitaciones, establecer conexiones entre los temas a tratar
y precisar sus alcances. [1]

1.1. Metafísica
Entonces, es menester pues el definir que es la Realidad, la Ideología, Ciencia y la
Doctrina política. Sin embargo, es oportuno esclarecer algunas palabras previas. En primer
lugar, un término que no es escuchado con frecuencia es el de la “Metafísica”.
La palabra ‘Metafísica’ debe su origen a una denominación especial en la
clasificación de las obras de Aristóteles, hecha en el siglo I por Andrónico de Rodas.
Como los libros que tratan de la “filosofía primera” fueron colocados, en la edición
de las obras del Estagirita, detrás de los libros de la física, se llamó a los libros
primeros Metafísica [τα μετά τα Φυσικά], es decir, ‘los que están detrás de la física’.
Esta designación, cuyo primitivo sentido parece ser puramente clasificador, tuvo
posteriormente un significado más profundo, pues con los estudios que son objeto de
la ‘filosofía primera’ se constituye un saber que pretende penetrar en lo que está
situado más allá o detrás del ser físico en cuanto tal. [2]
De lo afirmado anteriormente por José Ferrater, en su diccionario de filosofía, obra
compuesta por dos tomos, la cual jugara un papel importante en este trabajo, podemos decir
que lo metafísico es aquello que trasciende al plano material o tangible. Por lo tanto, las ideas
y preceptos pertenecen a dicho campo. Al igual que las normas. Pero, no necesariamente está
enfocado al “deber ser”. Sino, al “ser” también. Pues, como veremos más adelante, la realidad
está compuesta no solo por objetos físicos.
Un ejemplo claro de esto último son las propias normas. Por ejemplo, digamos que,
actualmente, en un determinado territorio, existe una ley. Está, al ser vigente en la actualidad,
pese a pertenecer al “deber ser”, forma parte de la realidad. No en cuanto al hecho que regule
la norma1. Sino, en cuanto a la existencia de la misma dentro de la legislación de dicho
territorio.

1
La conducta a la que haga referencia la norma, sea una prohibición o una facultad.
1.2. Ontología
La siguiente palabra que debe esclarecerse es una aún más desconocida para aquellos
que no están entendidos en las materias filosóficas. Esta, es pues, la Ontología. Dicha palabra,
que a pesar de no existir como tal, estuvo presente desde el momento en que Aristóteles hablo
de una “Filosofía Primera”. Sin embargo, no es hasta el siglo XVII que “Rudolf Goclenius”
la uso por primera vez en griego “οντολογία” en su Lexicón philosophicam, quo tanquam
clave philosephiae fores aperiuntur en 1613. [2] Sin embargo, la definición de aquel tiempo
dista de la actual. No obstante, gracias a la previa explicación, se puede vislumbrar un nexo
entre la Ontología y la Metafísica. Pues, como dice Mantilla Pineda en su libro “Filosofía del
Derecho”:
La Ontología (öντοç: lo que es, lo existente), según definiciones de ALOYS
MÜLLER, trata de los objetos como objetos. La electricidad como electricidad se
estudia en la ciencia natural, los números como números en la matemática, el Estado
como Estado en la ciencia del Estado. Pero, la electricidad, los números, el estado,
como objetos, son asunto de la ontología. Esta, indica las determinaciones generales
que les corresponden como objetos. [3]

Sin embargo, aún no queda del todo claro cómo es que estos términos se relacionan
entre sí. Mucho menos, con el tema de la presente investigación. Para ello, es necesario
ahondar más en el término. A lo largo de la historia, desde su aparición en 1613, el termino
Ontología continuamente ha sido confundido con el de Metafísica y ha sido puesto en menor
rango, en cuanto a su campo de estudió, e intercambiado varias veces hasta la actualidad.
Podemos encontrar distintas definiciones por cada uno de los filósofos que se dispuso
la tarea de definir el término. Sin embargo, no serían ellos quienes pudieran explicar de
manera simple y concreta lo que la ontología es en sí misma. Esta, sería el trabajo de un
científico informático estadounidense, quien creó a la ya famosa asistente “SIRI” presente
hoy en día en todos los dispositivos Apple. Pues, Thomas Gruber expone: “An ontology is a
formal, explicit specification of a shared conceptualization.” [4] Que al español quiere decir:
“una ontología es una especificación formal y explicita de una conceptualización
compartida”. Esto demuestra que hay conceptos que trascienden del campo filosófico a otros,
tan distales como el de la informática.
Entonces, la Ontología es una rama del saber que se encarga de estudiar los conceptos
y sus características, como si de objetos se tratará. Definiéndolos y describiendo sus
características. Sin embargo, muchas veces, determina sus cualidades.
1.3. Gnoseología
¿Qué es el conocimiento?, ¿Cuál es su fuente?, ¿Cómo es posible este?, etc. Son tantas
las preguntas que han asolado a la humanidad en este ámbito. El cual, recibe varios nombres,
“teoría del conocimiento”, “crítica del conocimiento”, “epistemología” y “gnoseología” son
algunos de ellos. [2]
Desde que los filósofos comenzaron a enfrentarse a las preguntas que inician este
apartado, a su vez, relacionaban al conocimiento con la rama ontológica. Pues, trataban a este
como si fuera un objeto. Además, estaba íntimamente ligado al termino realidad. Por ende,
en las primeras etapas de la filosofía, inclusive en la etapa medieval, no era de esperarse que
filósofos como San Agustín no tratasen la posibilidad o imposibilidad del conocimiento. Es
a partir de la época moderna, en concreto con el renacimiento, que autores como Descartes,
Locke, Berkeley, Hume, entre otros comenzaron a hablar de “los problemas del
conocimiento”. Entonces, más allá de la descripción del mismo, comenzaron a centrarse en
los “métodos” adecuados para la adquisición del mismo y de su “estructura”. Esto es la
fenomenología2 del conocimiento. [5]
Entonces, como resultado de dicha fenomenología, podemos apreciar la relación que
existe entre la persona que aprende (sujeto) y el objeto del conocimiento (objeto). Es de aquí
que comienzan las discusiones filosóficas entre cómo es que se dan dichas relaciones y en
qué medida. Por ejemplo, decir que el sujeto es lo primordial (Idealismo) o viceversa
(realismo). [2]
Es de aquí que surgen las distintas ramas gnoseológicas. Sin embargo, cabe decir, que
aparte de aquellas que se preocupan por la relación entre el sujeto y objeto, también existen
las que identifican la fuente de conocimiento válido, es decir, el método de aprendizaje.
Dentro de la gnoseología se encuentran ramas como el “Empirismo”, el “Positivismo”
y el “Dogmatismo”, los cuales se tratarán en el presente trabajo. No obstante, existen
múltiples ramas como el “Escepticismo”, el “Relativismo”, el “Subjetivismo”, el
“criticismo”, el “Racionalismo”, el “Apriorismo”, el “Intelectualismo”, el “Realismo”, el
“idealismo” y el “Fenomenalismo”. [2]
En síntesis, la gnoseología es una rama del saber que se encarga de estudiar tanto la
relación entre el sujeto y objeto del proceso de aprendizaje como del método y la fuente
valida de este. Por consiguiente, dependiendo de las diferentes teorías que aplican a esta
materia divergen las distintas corrientes gnoseológicas. [6]

2
Entendiendo dicho termino de manera muy general. Pues, hace alusión al proceso de conocer como tal.
Indiferentemente de lo que se tome por conocimiento y sus características. No de la manera gnoseológica
relacionada con la rama del “fenomenalismo”.
1.4. Empirismo
El termino Empirismo3 hace referencia a “una corriente filosófica, y en particular
gnoseológica, según la cual el conocimiento se halla fundado en la experiencia”. [2] Ahora
bien, con esto no se refiere únicamente al origen del conocimiento. Sino, también a su validez.
Por lo tanto, un empirista es el que afirma que, existiendo otras fuentes del saber, la que
prevalece como válida es la sensación, es diferenciar el matiz psicológico del epistemológico.
Entonces, si bien positivamente el empirismo toma a la experiencia como fuente,
negativamente se irgue por su oposición a la razón como fuente de este. [7]
En otras palabras, el empirismo es una corriente gnoseológica que ve como única
fuente de conocimiento valido a la experiencia y se opone al racionalismo4, que toma como
fuente a la razón. Sin embargo, debemos distinguir de dos tipos de Empirismo: el idealista y
el materialista. [7]
El empirismo idealista (Berkeley, Hume, Mach, Avenarius, Bogdanov) limita
la experiencia a un complejo de sensaciones o representaciones, negando que el
fundamento de la experiencia es la Naturaleza material. El empirismo materialista
(Bacon, Hobbes, Locke, los materialistas franceses del siglo XVIII) considera que los
objetos de la Naturaleza material son el fundamento de la experiencia sensible. El
materialismo dialéctico refuta el empirismo idealista y considera justos los puntos de
partida del empirismo materialista. Pero al mismo tiempo refuta también el empirismo
extremo y unilateral, peculiar del materialismo premarxista, que menospreciaba el
papel de las teorías generales y de las abstracciones científicas. El materialismo
dialéctico, al reconocer que la base del conocimiento es la experiencia sensible,
recalca al mismo tiempo el gran papel de las teorías, de las ideas y de los conceptos
científicos. [8]
Para el empirismo el Sujeto es como una “Tabla Raza” o un “estante vacío” en donde
se van ubicando los “datos” provenientes del exterior a través de la experiencia. Asimismo,
resulta interesante distinguir entre el empirismo psicológico (a), gnoseológico(b) y el
metafísico (c). El primero, (a) sostiene que el conocimiento tiene origen en la experiencia.
Mientas que, el segundo (b) se centra en que la validez del conocimiento radica en esta. Por
último, la metafísica (c) postula que la realidad misma es fruto de la experiencia. Es decir,
básicamente intenta plantear que de no ser por la experiencia no podríamos saber que es la
realidad y por ende está solo existe en nuestra mente como tal. [2]

3
Más cultamente llamado “empircismo”.
4
Así como al “Lunatismo” según el cual el espíritu, el alma, la mente y, en general, el llamado
"sujeto cognoscente" posee ideas innatas. [2]
1.5. Positivismo
El siguiente termino que nos toca dilucidar es uno que forma parte del vocabulario de
todo abogado, sociólogo y politólogo, o que por lo menos, ha escuchado. El positivismo.
Hablar de dicho tema hace necesariamente referirse a la obra de Kelsen y su “Teoría Pura del
Derecho”. Pero, para poder tener bien en claro la definición de este es necesario ir
delimitándolo poco a poco y de distintos criterios. Se puede decir que, en el sentido más
amplio de la palabra, el positivismo abarca toda doctrina que atiende a lo positivo y no a lo
negativo. Salve la obviedad del caso. De esta manera, no solo se “abarca más de lo que se
desea”. Sino, que se contraviene con lo acordado según la tradición histórica. Ergo, las dos
primeras reducciones que se deben hacer son en los elementos conceptuales y temporales. Es
decir, solamente tener en cuenta aquellas doctrinas que buscan o estudian conceptos formales.
Sin embargo, dicha delimitación por sí sola es insuficiente. Pues, entran en consideración
preceptos que datan de cualquier periodo filosófico. Incluyendo entonces, conceptos como
el escepticismo de platón o la ilustración. Por ende, la segunda delimitación que debe
aplicarse es la temporal. Fijando de este modo a la época de Aguste Comte. Por el momento,
tenemos como definición, a todas las doctrinas influenciadas por la escuela fundada por
Aguste Comte. Pues este es el que, a pesar de sus variantes, fundó la nombrada escuela.
Incluyendo de esta manera, corrientes filosóficas como el utilitarismo, naturalismo,
biologismo, pragmatismo, etc. Sin embargo, también se puede incluir al Empirismo de
Brentano5. Es por esto, que se deben realizar cada vez más delimitaciones. A partir de este
punto, es pertinente hacer ciertas aclaraciones. Pues, se debe diferenciar entre lo que se
establece formalmente como positivismo a lo que es considerado históricamente. Tampoco
es lo mismo hablar de un contenido doctrinal positivista, a un ambiente propiciamente
positivista. Del mismo modo, se diferencia el positivismo científico del político-social y del
histórico-filosófico. [2]
Todas las distinciones anteriores tienen un motivo esencial y es el de poder dejar de
lado aquellas áreas que, si bien es cierto, guardan relación con el tema, no es menester
tratarlas a profundidad por el momento (áreas como la economía o la antropología.). Sin
embargo, no debe de menospreciarse su importancia. [1]
En síntesis, como afirma Ferrater Mora, en su diccionario, el positivismo es: “una
teoría del saber6 que se niega a admitir otra realidad que no sean los hechos y a investigar
otra cosa que no sean las relaciones entre los hechos” [2]
De esta forma podemos inferir que el positivismo se encarga de describir el cómo y
el que. Más no necesariamente de sus causales. Ejemplificando, el positivismo se encarga de
formalizar la costumbre y volverla una norma jurídica. Es decir, vuelve esa

5
No se debe pensar que, por no incluir al empirismo, este es opuesto al positivismo. Si bien es cierto poseen
diferencias no son antagonistas como lo son el empircismo y el racionalismo.
6
Gnoseológica.
“conceptualización compartida” de una determinada sociedad en una Norma Jurídica,
explicándola formalmente. (usando la ontología) Pero, claro está, no toda costumbre se
vuelve “Norma Jurídica”. Solamente un tipo de costumbre es la puede presentar dicha
metamorfosis. Esta es la “Costumbre Jurídica” y tiene ciertas características. En primer lugar,
su uso debe ser generalizado. Hay que distinguir “generalidad” de “universalidad”. No es
necesario que una costumbre esté presente en la totalidad de miembros de una sociedad. Sin
embargo, sí en la mayoría de ellos. En segundo lugar, debe existir conciencia de
obligatoriedad por parte de los miembros sociales. Pues, deben sentirse obligados de alguna
u otra manera a realizar dicha costumbre. Por último, debe contar con cierta antigüedad. En
cuanto al este punto, en el Perú, no existe un parámetro de antigüedad. (a excepción del
derecho laboral en la que es dos años) No obstante, la reiteración de dicha conducta a lo largo
del tiempo debe estar presente. [9]
El ejemplo anterior, que se aleja un poco o bastante del tema central, sirve para poder
observar cómo es que para “positivizar” (volver positivo) un concepto, sobretodo en el
ámbito social, es necesario cumplir con ciertos requisitos o poseer determinadas
características. No es tan fácil como el común denominador cree. Por ende, es necesario ir
desechando o dejando de lado preceptos que no cumplan dichas especificaciones. Para, de
este modo, obtener una idea clara y sobretodo una definición eminentemente científica. Pues,
al tratar un tema tan subjetivo o relativo como la realidad, dichos preceptos están a la orden
del día.
1.6. Doctrina
Según la real academia española de la lengua, la cual trata de ser el vasto compendio
imparcial y universal de nuestro idioma, la palabra Doctrina tiene muchas acepciones. La
primera (I) es la enseñanza que se le da a alguien. La segunda (II), hace referencia a una
“Norma Científica” o “Paradigma”. La tercera (III), un “Conjunto de ideas u opiniones”
versadas en la religión, filosofía, política, etc. La cuarta (IV), trata a la doctrina como el
equivalente cristiano a “Catequesis”. La quinta (V), como una “platica” dirigida al pueblo.
Pero, enfocado en lo religioso. Desde acá, todas las definiciones guardan relación con la
religión y en especial con la católica. [10]
No obstante, Ferrater mora distingue entre el “sentido” en que se usa en la filosofía y
la ciencia al que impera en la religión. Pues, en esta última, los dogmas son designios de Dios
y son verdades absolutas. Sin embargo, filosóficamente hablando, un dogma puede ser falso.
Por lo que, nos encontraríamos ante un “Dogma perversum”, como proponía Santo tomas de
Aquino. Sin embargo, en este último caso y en el significado primigenio de la palabra, un
“dogma” 7 es una opinión versada sobre un principio. Por eso es que el término “Dogmático”8
significó “algo relativo a una doctrina” o “fundado en principios”. [2]
Es preciso indicar, la relación entre el significado primigenio filosófico y que le es
atribuido en las religiones están netamente ligados. Pues, “La aparición del dogmatismo está
unida al desarrollo de las representaciones religiosas, a la exigencia de que se acepten por la
fe, los dogmas de la Iglesia, establecidos en calidad de verdad indiscutible, no sujetos a crítica
y obligatorios para todos los creyentes.” [11]
Los filósofos, por otra parte, que se centraban mucho en estos “principios” tendían
a dejar de lado los hechos y los argumentos que contradecían dichos principios. Estos, no
consagraban su actividad al examen o la observación de la realidad. Es decir, no utilizaban
un método empírico.9 Por ello fueron designados como “Filósofos Dogmáticos”. [2]
El sentido de los términos 'dogma', 'dogmático' y ‘dogmatismo', aun
confinándose a la filosofía, no es, sin embargo, simple. Ejemplo de variedad en el
uso, dentro de un solo filósofo, lo hallamos en Kant. Éste rechaza que se pueda
establecer lo que llama "una metafísica dogmática", y propone en vez de ello una
"crítica de la razón" [12]. Por otro lado, declara que todas las proposiciones
apodícticas 10 tanto si son demostrables como si son inmediatamente evidentes,
pueden dividirse en dogmata y mathemata. Un "dogma" es, según ello, una

7
Del termino griego “δόγμα”.
8
Del termino griego “δογματικό”.
9
Salvaguardando el complemento circunstancial de tiempo.
10
En lógica, que expresa o encierra una verdad concluyente o que no deja lugar a duda o discusión.
proposición sintética derivada directamente de conceptos, a diferencia de un
"mathema", o proposición sintética obtenida mediante construcción de conceptos.
Sin embargo, puede decirse que, en general, Kant usa el vocablo 'dogmatismo', a
diferencia de la expresión 'procedimiento dogmático' en mala parte, y ésta es la que
se ha transmitido hasta nosotros en el campo filosófico. [2]
Por lo tanto, la “Doctrina”, también llamada “Dogmatismo”, se refiere a la práctica
de asumir ciertos conceptos, preceptos o principios como absolutos o verdades infalibles.
Esta es otra rama de gnoseología, que usualmente se confunde con la religión y se tiende a
creer que está necesariamente ligada a este. Sin embargo, la relación entre estas dos es al
revés. Pues, las religiones comúnmente se basan en dogmas. Uno de los más comunes, la
existencia de uno o varios dioses, la cual, desde el punto de vista teológico, de una
determinada religión, es una verdad absoluta e irrefutable. [11]
1.7. Realidad
Ahora, al término de las aclaraciones “A priori” podemos por fin empezar a
diseccionar el término “Realidad”. Problema que viene asolando a los filósofos desde
tiempos inmemoriales. Como punto de partida comenzaremos con la oración más obvia que
podemos evocar al hablar de realidad. Esta sería: “La realidad es lo real”. Esta oración la
analizaremos sintácticamente. Nos encontramos con el Sustantivo “La realidad” y el
predicado “es lo real” el cual abreviaremos a “es real”.
Fijaremos al sustantivo al concepto positivo y al predicado a su opuesto, el negativo11.
Todo esto es necesario, puesto que, encontramos que la “Realidad” posee dos acepciones.
Una negativa y la otra positiva. Por un lado, el predicado solo concibe a lo real comparándolo
con “lo aparente”, “lo potencial” y a “lo posible”. La manera positiva, por otro lado, se afirma
que la “realidad” es “lo que es”, “es actual” y “existe”. Esto, lo liga a los conceptos del “ser”,
“existencia” y de “acto”. Ergo, tanto la manera positiva como la negativa resultan ineficientes.
Pues, si bien es cierto, la manera negativa permite cotejarlo con su opuesto, no es lo
suficientemente positiva. A su vez, la manera positiva, lo liga a conceptos independientes.
Una de la opción, que muchos filósofos (casi todos) han optado, es a utilizar ambas
definiciones a la vez. Los mismos que aseguran que el problema con la definición de realidad
es de una índole metafísica. Por lo cual, Kant, en su crítica a la razón pura, sugiere que “lo
real” siempre está contrastado con la “experiencia” (de las sensaciones). Esta premisa: "exige
una percepción; por consiguiente, una sensación acompañada de conciencia (que no es en
verdad inmediata) del objeto mismo cuya existencia ha de conocerse; mas es también preciso
que este objeto esté en conexión con alguna percepción real según las analogías de la
experiencia, las que manifiestan todo enlace real en la experiencia posible" [13]
El concepto de Kant se fija al sujeto como un ente meramente receptivo o pasivo. Por
otro lado, Berkeley propone que es todo lo contrario y el sujeto posee un papel activo en la
realidad. Expone: “el cálculo que hacemos de la distancia de objetos considerablemente
alejados es más un acto de juicio fundado en la experiencia que un acto de sentido”. [14] En
otras palabras, para Berkeley el espacio visual de objetos que se encuentran alejados es algo
que construye en base a sus experiencias anteriores. Por lo tanto, según Berkeley, la realidad
estaría netamente ligada al conocimiento y percepción del sujeto.
Ciertamente, las diferencias entre los postulados de Kant y de Berkeley son
suficientes como para preparar un ensayo, o hasta un libro si se quiere, únicamente versados
en sus conceptos de “Realidad”. Pero, si algo sacamos de esta “discusión” es que: “Si fijamos
nuestra atención en el largo proceso que tiene que efectuar el sujeto para llegar al

11
Tomaremos a lo negativo por lo metafísico. Que, si bien es cierto, no es del todo opuesto a lo que hemos
entendido como “positivo” nos ahorra el escarnio de fijar y analizar el concepto tan amplio de la palabra
negativo. Además, más adelante, gracias a esta fijación, podremos entender con mayor claridad cómo es que
estos conceptos convergen.
conocimiento de los objetos, veremos que lo fundamental de esto es una serie de síntesis o
subsunciones que se realizan gracias a las combinaciones efectuadas por los diferentes
conceptos a priori del sujeto con los materiales entregados”. [15] Por lo tanto, la verdad está
en un punto medio de ambas corrientes.
Una idea más formalizada nos la brinda Nicolai Hartman. “La realidad es una
fenomenología ontológica”. [16] Pues, esta es desarrollada en una caterva de definiciones
que se contradicen una a otra de alguna u otra forma excluyendo ya sea a lo metafísico, a lo
ontológico, etc. Hartman, a través de su gran obra “Ontología”, de 5 volúmenes, trata de este
y muchos otros temas más.
Para resumir, La Realidad, como concepto científico, aplicando todo lo definido hasta
el momento, es todo aquello que se pueda percibir, y comparar con lo que no es real y a la
vez es compartida por más de un individuo. Tomando como referencia, los conocimientos de
estos y esto no necesariamente debe ser algo material o físico.
Una vez claro el concepto de realidad es muy fácil el relacionarlo con el ámbito social.
Pues, la inherencia del humano al mismo es innegable. Asimismo, en la definición que se
expone anteriormente, se necesita más de un sujeto para poder determinarlo como real
objetivamente. Por lo tanto, desde el momento en que se habla de una realidad científica se
está hablando de una realidad, por así decirlo, social. Esto, quizá se deba a que la gran parte
de la sociología, hasta antes de ser tratada como ciencia, tomaba (y lo toma hasta aún) sus
conceptos de la filosofía. Entonces, hablar de realidad social es simplemente cambiar de la
definición antes dada la condición de “por más de un individuo” por “una sociedad”.
Cuando Einstein hablo de la “Teoría de la relatividad” y dijo que todo depende del
tiempo y del espacio no solo aplicaba dicho concepto a la física. Pues, todo, desde la
perspectiva newtoniana, está netamente ligado a sus complementos circunstanciales (tiempo
y lugar). No solamente, lo material o positivamente llamado "Real" sino, lo ontológicamente
o metafísicamente (si se quiere) también. Ahora, con esto no me refiero, a los pensamientos
individuales, que, si bien es cierto, ocupan un lugar entre estos dos. Sino, a lo que a la
sociología como ciencia concierne. Es decir, todos aquellos aspectos que engloban a una
determina sociedad y que influyen en la misma. También llamada realidad social. Dicha
“Realidad” como el mismo concepto sugiere, positivamente o negativamente están
netamente ligadas al complemento circunstancial. Por ende, incluso en la filosofía, las
ciencias jurídicas y la sociología (inclusive la nueva sociología – jurídica) depende del lugar
y el tiempo en el que se encuentren.
1.8. Ideología
La ideología puede entenderse en cuatro sentidos diferentes. La primera (I), “como
una disciplina filosófica encargada de estudiar a las ideas y las sensaciones”. La segunda (II),
“como una distinción entre la REALIDAD política y las IDEAS políticas”. A partir de las
ideas propuestas por Maquiavelo y Hegel, Karl Marx resuelve que las ideologías pueden ser
usadas como “instrumento de lucha” de la clase trabajadora o proletariado. Por otro lado (III),
según Jean-Paul Sartre, Las ideologías corresponden a las ideas de filósofos “no creadores”.
Es decir, Maquiavelo, Hegel, Marx, Locke, etc. Pasarían a ser creadores de “mundos” por
decirlo así. En otras palabras, los ideólogos se basarían en las “Corrientes Filosóficas”
creadas por los autores antes nombrados y basarse en ellas para crear sus ideologías. Por
último (IV), el termino puede ser utilizado en el campo de la ontología. Pues, la ideología
vendría a ser una “opinión” o tesis sobre una determinada entidad ontológica. De este modo,
dicha entidad puede tener más de una ideología distinta. [17]
En cuanto al sentido “Marxista de la palabra” en el Diccionario filosófico Marxista
se define a la ideología como:
Una forma de la conciencia social; el conjunto de determinados conceptos,
ideas, nociones y representaciones. Formas de la ideología son los conceptos políticos,
la ciencia, la filosofía, la moral, el arte, la religión, etc. Todas las formas de la
ideología son reflejo de la existencia social. En una sociedad dividida en clases, la
ideología tiene también carácter clasista. Por cuanto expresa y defiende los intereses
de las clases en lucha. (...) La ideología; al nacer como el reflejo de las condiciones
de la vida material y de los intereses de determinadas clases, ejerce a su vez una
influencia activa sobre el desarrollo de la sociedad. [8]
Tanto de las definiciones (II) de Ferrater mora y lo último expuesto, se deduce que la
ideología es un reflejo del complemento circunstancial en donde nace. Asimismo, está
netamente ligada a la realidad del mismo. Pero, sobre todo, sobre un problema en dicha
realidad. Por ende, plantea una solución mediante un proceso estructurado para dicho
problema planteado.
A modo antagonista a la Cultura 12 la cual son “ideas tradicionales (Es decir,
históricamente derivadas y seleccionadas) y, en especial, los valores asociados a ellas”. [18]
Las ideologías plantean un paradigma en la realidad y busca, por ende, su cambio. En otras
palabras, rompe con dicha “tradicionalidad” característica de la cultura.

12
Tomando a la cultura desde el punto de vista sociológico. Es decir, las diversas formas en que se manifiesta
una sociedad y no únicamente como la más alta representación del saber.
1.9. Política
La Real Academia española de la Lengua define a la Política de muchas maneras. Sin
embargo, nos centraremos en dos de sus definiciones. La primera, “Arte, doctrina u opinión
referente al gobierno de los estados” [10] La segunda, “Actividad del ciudadano cuando
interviene en los asuntos públicos con su opinión, voto o de cualquier otro modo”. [10]
Según los pensamientos aristotélicos, la Política está ligada a la actividad humana. Es
decir, hablamos del hombre y de la praxis del mismo. Para Aristóteles dicha praxis siempre
se va a reflejar en lo social. Puesto que, el hombre es un ente eminentemente social.
Asimismo, la política tiene como objetivo la toma de decisiones y a su vez, mediante estas,
la transformación de la realidad. Ergo, podemos entender a la política como una “herramienta
de transformación de la realidad”. Pero, esta depende de la ideología que se imponga. [19]
Asimismo, un factor importante en la política es el poder. Este es:
una de las principales funciones de la organización social de la sociedad, que
puede realmente dirigir las acciones de los individuos, concordando los intereses
contradictorios individuales o grupales, y subordinarlos a una voluntad única con
ayuda de la persuasión o la coerción. [11]
Entonces, vemos que, al ser una herramienta de cambio, necesariamente, otorga poder
a quien dirige dicho cambio. Quien, a su vez, ejercerá dicho poder en relación a la ideología
que tenga de la realidad del estado del que está a cargo.
Sin embargo, también es la acción individual, mediante los medios disponibles, de
influir en dicha realidad. Entonces, a pesar de que de cierto modo, la política implique poder.
A su vez, dicho poder está en todos. Pues el pueblo es el mandante quien elige a los
mandatarios y cualquiera tiene derecho a elegir y ser elegido.13
Hablar pues, del poder y la política14 es entrar en terrenos ontológicos y metafísicos.
No obstante, a su vez, forman parte de la realidad de cualquier país, civilización, sociedad o
grupo ordenado de personas, al igual que el Derecho.

13
Como se estipula en el artículo dos, numeral 17 de la constitución política del Perú.
14
Más aún del poder político.
1.10. Ciencia
Etimológicamente el vocablo “scientia” proviene del verbo “scire”, el cual, significa
saber. Sin embargo, el campo semántico de la palabra ciencia no es tan amplio como el de
saber. Pues, podemos decir, que el saber engloba al de ciencia. En otras palabras, la ciencia
es un saber. Sin embargo, no todo saber es ciencia. [2] Por ejemplo, podemos decir que la
proposición “A Homero .J. Simpson le gustan las rosquillas.” es verdadera. Esto, de algún
modo, se puede considerar un saber, un conocimiento. No obstante, ello no es de rigor
científico. Una definición de ciencia más exacta sería:
Se define a la ciencia, como el “Modo de conocimiento sistemáticamente
ordenado u organizado que consiste en elaborar, mediante lenguajes rigurosos y
apropiados, sistemas de enunciados, proposiciones o hipótesis verificadas o
verificables por la observación o la experimentación o experiencia”. [20]
Pero, entonces ¿Qué nos permite diferenciar entre un saber científico y de uno que no
lo es? El mismo Platón ya encontraba diferencias entre el saber y la opinión. Por lo tanto, lo
prudente sería dar a entender que es el “Saber científico”. Muchas posibilidades existen. Por
ejemplo, decir que es un tipo de conocimiento teórico que se puede aplicar a la realidad.
Además, es riguroso y metódico. No obstante, dicha definición no nos permite diferenciar el
saber filosófico del saber científico. [2]
De lo último dicho, con ayuda de los términos anteriormente aclarados, se puede decir
que, de algún u otro modo la ciencia necesita del positivismo para ser tal. Esto, sobre todo en
las ciencias sociales, como la sociología o las ciencias políticas, es cierto a sobremanera.
Porque necesita de esa rigurosidad del lenguaje para formular leyes que permitan describir
la realidad. Además, puede permitir realizar predicciones, ya sean completas o estadísticas,
de la repetición de lo fenómenos a los que describen. [2]
Pero, entonces, la ciencia como tal ¿De qué manera estudia el fenómeno social? Dicha
inquietud está presente desde la época en que Auguste Comte fundara el positivismo, pues
¿Como la ciencia puede recabar datos de algo tan complejo como es la sociedad humana? La
respuesta resulta algo obvia pues lo que la ciencia sí puede contemplar es “cómo viven las
personas, como crían a sus hijos, cómo cultivan o recogen sus alimentos, en qué tipo de
moradas viven, que ropa llevan, que juegos practican, como se tratan unas a otras, como se
comportan, etc.” [18]
2. Ideología y Realidad

La primera interacción que nos atañe es la que existe entre los términos definidos en
los puntos 1.7 y 1.8. Estos, necesariamente, están íntimamente relacionados. Pues, la
ideología es una estructura empírica de un problema presente en la realidad. Además, dicha
ideología, a través del poder político, o la política, vista esta como una herramienta de cambio,
influye en la realidad, transformándola.
Asimismo, cabe decir, puesto a la naturaleza metafísica de la ideología, esta pertenece
al mundo del deber ser. Sin embargo, esto sucede solo tratando a la ideología en un aspecto
muy general y amplio. Pues, más específicamente, el problema en el que se versa la ideología
pertenece a la realidad. Por ende, al mundo del ser o es actual.
Entonces, podemos apreciar de lo último expuesto, que la ideología posee dos
naturalezas diferentes y opuestas. Pero, que se complementan. Por lo tanto, si hablamos de
una ideología en cuanto al problema de la realidad que identifica y determina rigurosamente,
es decir, su lado “Científico o positivo”, se centrará en el mundo del “ser”, en cuanto se limite
a únicamente a definir el problema como tal. Sin embargo, si se trata de dar solución a dicho
problema, indiferentemente de que dicha solución sea respaldada y rigurosamente
determinada, se estará adentrando en el mundo del “deber ser”. Por lo tanto, se hará referencia
a su lado “filosófico o negativo”. [21]
Cabe resaltar que, a pesar de ser opuestos, dichos sentidos se complementan.
Específicamente, en una relación condicional. Puesto que, al existir un lado positivo de una
ideología, es decir, “el problema”, presente en la realidad. Necesariamente, tarde o temprano,
surgirá su lado negativo, que tratará de darle solución. Entonces, vemos que puede existir un
problema sin solución. Pero, no una solución sin un problema que lo preceda. Cumpliendo
así, las normas de una relación condicional, en donde la existencia del consecuente está
netamente ligado a su causa. En otras palabras, su relación es de implicación material. [22]
Siguiendo con la relación entre la ideología y la realidad, se puede deducir, que de
esta surge un cambio social. La cual, es una modificación en la conducta de una determinada
sociedad. Por ende, dicho cambio se encuentra enraizado en los esfuerzos conscientes de las
personas para resolver dichos problemas, por medio de acciones colectivas. Creando una
ideología para el cambio. Es decir, definiendo el problema, creando una posible solución y
empleando los medios que resulten conveniente para resolver dicho problema. Como es
lógico, esta se da mediante el uso de la política, finalizando en el cambio o “resolución” de
dicho problema. [23]
Ahora bien, dicho grupo social no necesariamente es un estado o nación. Puesto que,
la misma forma aplica para, por ejemplo, una comunidad, un vecindario, una organización,
etc. Asimismo, dicha dinámica está presente en toda sociedad. Inclusive, se puede decir, que
es igual que el Derecho, en cuanto a que “Ahí donde hay una sociedad, una clase social, un
grupo estructurado, o simplemente un nosotros activo, hay probabilidades de que uno se
encuentre en presencia del Derecho.” [24] Del mismo modo, cabe la misma probabilidad de
que se aplique la referida dinámica de cambio.
A su vez, tampoco podemos separar los conceptos ideológicos, políticos y de cambio
del Derecho. Pues, concordando con lo dicho por José Horna Torres, en su libro, Sociología
Jurídica: “Advertí que al Derecho no podía concebirlo ni depurarlo de una ideología política
social”. [1] Lo que a su vez implica la relación intrínseca entre estos términos.
Se puede decir que la dinámica conlleva de un término a otro. En otras palabras, al
existir un problema en un grupo social, sea el que fuese, primero debe de identificarse. Luego,
definirse, buscar una posible solución y he aquí que surgen la política y el derecho para
aplicar dicha solución en conjunto. Pues, si la política es la herramienta que se usa para
determinar que ideología es la que se aplicará, porque, es normal que exista más de una
propuesta para dar solución a un determinado problema, es el Derecho quien brinda los
métodos, tanto para elegir cual, como para aplicarla.
A modo de ejemplo, hablemos del aborto. Digamos que en la actualidad se presenta
un incremento en la tasa de los embarazos no deseados y de las muertes por aborto
clandestino. Asimismo, las mujeres que sobreviven al mencionado procedimiento ilegal, son
enjuiciadas por cometer el acto delictivo. Entonces, de estos problemas, surgen varias
ideologías. La primera, la más fácil y obvia, propone la despenalización del aborto. Otra, más
conservadora, está en contra de dicha propuesta y opta por implantar una educación sexual
más eficiente a los menores y regalar condones y otros métodos anticonceptivos.
Al surgimiento de dichas ideologías, estas generan un debate en la población, tanto
como los que están a favor, como los que están en contra, presentan alegatos para defender
su postura. El estado, como es lógico, toma cartas en el asunto. Entonces, aplicando los
procedimientos establecidos por ley, decide que ideología es la más adecuada, ya sea por
votación popular o algún otro método legislativo. De esta manera, al decidir cuál es la que se
llevará acabo, utiliza al derecho para aplicarla de acuerdo a las normas pre establecidas en la
materia.
Del mismo modo, a pesar que surjan ideologías que pueden sonar muy convincentes
y tener una buena aceptación por parte de la población general, si la solución que propone
contraviene las normas preestablecidas por el estado en el que se presente, cabe la posibilidad
de que estas no sean aplicables. Al menos, no de una manera inmediata. Se utilizará a la pena
de muerte para ilustrar este punto.
A mediados del año 2017, debido al incremento de la delincuencia y otras causales,
se propuso para dar solución a estos problemas la reintegración de la pena de muerte en el
Perú. Sin embargo, puesto que el país se encuentra adscrito a los tratados de derechos
humanos, en concreto el “pacto de san José de costa rica”, de quererse optar por la alternativa
de implementar dicha pena, se necesitaría de cambiar la constitución y salir del referido pacto.
Lo cual, debido a que llevaría unos 5 o 6 años aproximadamente, sería imposible aplicar
dicha pena a aquellos que cometiesen delitos futuramente castigados con la muerte, debido
al principio de “no retroactividad de la ley”. Por lo tanto, no serviría como una solución
inmediata.
No obstante, podría aplicarse llevando a cabo todos los pasos necesarios para cumplir
con los debidos procesos establecidos por ley. Entonces, de los ejemplos anteriores, podemos
ver cómo es que el derecho converge en la relación de estos términos y de manera muy
importante.
En síntesis, la realidad y la ideología se encuentran ligadas por una relación tanto de
estudio como de cambio constante. Pues, como se dijo anteriormente, la ideología recoge los
problemas de la realidad y mediante la política y el derecho aplica los cambios que sean
necesarios.
3. Ideología y Ciencia

En correlación con el punto anterior, si la realidad se relacionaba con la ideología


siendo su objeto de estudio y cambio. La ciencia es la herramienta que va a usar para
determinar rigurosamente el problema. Pues, “la ciencia es la suma, el conjunto de los
conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad, y el pensamiento, acumulados en el curso de
la vida histórica-social” [8] Además, se caracteriza por tener un objeto de estudio, un método,
ser acumulativo, predictivo transmisible, claro, preciso, sistemático, especializado,
explicativo, abierto y útil. [20] Por lo tanto, es la herramienta idónea para poder identificar
el problema y posteriormente buscar una solución. Todo esto, mediante la investigación
social.
La investigación social es el conjunto de pasos sistemáticos o estrategias
relacionadas con el objeto de resolver un problema de carácter social. En
consecuencia, la investigación social tiene como objeto de estudio la solución de
problemas de carácter social, siempre se refiere a fenómenos que expresan la relación
entre personas o individuos y siempre se da en un tiempo y un espacio, no es estático,
es dinámico, tiene un principio y un fin. [20]
Por consiguiente, ¿De cuál de todas las ramas de las ciencias sociales se encarga la
ideología? La respuesta es que no se trata de una sola de estas. Sino, de una convergencia
entre ellas. Como se vio en el punto anterior, la ideología, al analizar y transformar la realidad,
haciendo uso de la política, el Derecho y la ciencia para ello, atañería tanto a las ciencias
políticas, como al Derecho y a la sociología. Incluyendo, a su vez, a las interacciones entre
estas.
No obstante, La ciencia en la que compete estudiar las diversas ideologías,
relacionadas con los grupos de poder y como estos las implementan para cambiar la realidad,
es netamente campo de estudio de las ciencias políticas.
En síntesis, la ideología utiliza a más de una ciencia para poder transformar a la
realidad y resolver los problemas que en ella encuentra. Sin embargo, la ideología como
objeto de estudio compete a las ciencias políticas.
4. Ideología y Doctrina Política

Para poder ver la relación entre la Doctrina Política y la ideología debemos hacer unas
aclaraciones. Primero, recalcar que la Doctrina, desde el punto de vista filosófico, es una
rama gnoseológica que se fundamenta en los principios irrefutables. Estos, al verse
adyacentes a un concepto tan variante y ligado a lo social, por ende, dependiente de su
complemento circunstancial, es sumamente difícil encontrar dichos principios. Para poder
entender ello a mayor cabalidad es menester primero ver muy someramente la relación entre
la doctrina y el Derecho.
Si bien es cierto, se ha establecido ya una definición de lo que es la doctrina o la
dogmática, no está de más aplicar una segunda definición. Pero, más centrada a lo jurídico.
Es por esto que, según Marcial Rubio: “La doctrina es el conjunto de escritos aportados al
Derecho a lo largo de toda su historia por autores dedicados a describir, explicar,
sistematizar, criticar y aportar soluciones dentro del mundo jurídico.” [9] Cabe resaltar que
dichos “aportes” tienen un valor dogmático. Que, si bien es cierto, muchas veces por su
naturaleza ontológica, entran a discusión y replanteo, en el momento que se encuentran
vigentes y manifiestas en la legislación de un país. Mientras no sean modificadas, tienen un
valor absoluto. Sin embargo, no por eso no son cuestionadas. Como expresa Carlos
Arrellano:
El Derecho Doctrinario o la obra de los jurisconsultos, la de los profesores en
la catedra universitaria, y la de los propios alumnos de Derecho expuestos en tesis
universitarias, influyen también sobre el derecho. Así, por ejemplo, las teorías de
Federico Carlos von Savigny han ingresado con fuerza gravitante en el derecho
internacional privado sobre la existencia de una comunidad de Derecho entre los
diferentes pueblos y la búsqueda de la sede de cada relación jurídica ante un problema
de colisión y leyes. [25]
En la actualidad existen una cantidad ingente de tesis universitarias que versan en
materias jurídicas no legisladas. De hecho, a partir de principios de siglo, por ejemplo,
aquellas que buscan o proponen establecer al “Divorcio” como ruptura del vínculo
matrimonial, la reimplantación de la pena de muerte, etc. [26] Pero, lo destacable de la
doctrina en el Derecho, más que su variabilidad innegable. Pero, poco frecuente, es como
cumple, aunque no totalmente, con su raíz gnoseológica. Como dice Marcial Rubio:
El Derecho está compuesto por normas jurídicas y principios, y nos interesa
destacar el rol que la doctrina cumple frente a estos últimos. En principio, como ya
viene dicho, podemos encontrar varios de ellos dentro de los textos legislativos. Sin
embargo, muchos otros no están allí. Sino, recogidos a lo largo del tiempo por las
fuentes doctrinales. [9]
Sin embargo, no pasa así en la política. Pues, todo resulta cambiante e intrínsecamente
sujeto a su complemento circunstancial. Por lo tanto, se debe entender a la “Doctrina Política”
de una manera distinta que en el Derecho.
El concepto de doctrina política o de corriente política se puede aplicar tanto para
diferenciar un partido o movimiento político de otro, como para diferenciar subdivisiones
dentro de un mismo partido o movimiento. Cada corriente política se caracteriza por los
elementos principales que defiende y pregona, como por él o los referentes más
representativos de dichos principios y valores. [27] Por lo tanto, es aquí cuando vemos su
relación con la ideología.
Entonces, la “Doctrina Política” no posee verdades absolutas dentro del plano global
en una población. Es decir, no atiende a su significado gnoseológico. Sino, a uno más básico
y primigenio, el de opinión. Pero, no una opinión sin base ni fundamento. Por lo tanto,
tampoco es idóneo definirlo de esa manera. Pero, resulta más fácil ser intercambiado por el
de una determinada ideología global que ostenta un determinado grupo de poder o asociación
política. Además, cuando dicha agrupación política se asienta en el estado, dicha doctrina
pasa a ser la del estado o gobierno.
La Doctrina de Gobierno es la Doctrina nacional. Orienta la acción general de
gobierno. Es la política general de la Nación en materia de: acción política interna;
acción internacional; acción económica; acción defensiva o de seguridad nacional;
acción social y acción cultural. Los organismos de la Presidencia de la Nación, las
Secretarias y los Ministerios del Poder Ejecutivo, los Consejos y los Acuerdos de
Gobierno y de Gabinete orientan su acción, según los principios fundamentales que
constituyen la Doctrina nacional. [28]
Por lo tanto, cuando se habla de una Doctrina política se hace referencia a una
ideología o un conjunto de ideologías perteneciente a una agrupación política. Esto, como es
lógico, también se aplica a los gobiernos. Por ende, los regímenes de los gobiernos son de
cierta manera una doctrina política.
No obstante, dicha ideología a su vez guarda relación con el tipo de gobierno que se
presenta en una determinada sociedad. Por ejemplo:
La democracia es una doctrina política de la vida social, que se fundamenta
en el principio de la soberanía del pueblo, participe decisorio por representación en la
formación de la voluntad del estado, y en el respeto a la dignidad de la persona
humana, cuyos fines son la libertad, igualdad y justicia. [29]
Por lo tanto, si la democracia es una “Doctrina política”, el socialismo, la aristocracia,
la monarquía, el autoritarismo y todos los tipos de regímenes de gobierno pasarían a tener la
misma característica. Lo cual, se ajusta más al concepto gnoseológico de Doctrina.
5. Conclusiones

Hemos podido comprobar la relación entre los términos que fueron objetos de la
presente investigación. Además, esclarecer conceptos que, si bien es cierto, no fueron el
objeto de estudio a plenitud, si guardan relación y por ende era necesaria su aclaración.
Además, se ha podido establecer cómo es que la ideología está presente en la realidad
social y como converge con la ciencia, la política y el Derecho para poder cambiar a la
realidad. Asimismo, cuando esta pasa a formar parte de los fines de ciertas agrupaciones
políticas, quienes, necesariamente proponen cambios sociales, estas ideologías se convierten
en sus Doctrinas y a su vez, al alcanzar el poder, sea la que fuere, se transforma en la doctrina
política del gobierno.
Por lo tanto, la inherencia y necesidad intrínseca de tratar todos estos temas en
conjunto se cuaja en el estudio sistemático y organizado de una ciencia que estudia el poder
y como esta altera la realidad social de un gobierno establecido. Es decir, la ciencia política.
Además, claro, de abarcar interjecciones con otras ciencias, como la sociología o el Derecho.
Las cuales, a su vez, forman parte de las ciencias sociales.
6. Bibliografía

1 Horna Torres, José. Introducción a la Sociología Jurídica. Ediciones y Librería


Jurídica Grijley, Lima, 2011.
2 Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía. Sudamericana, Buenos Aires,
1975. Tomo I.
3 Pineda Mantilla, Benigno. Filosofía del Derecho. Editorial Temis S.A., Bogotá,
2003.
4 Gruber, Thomas. A Translation Approach to portable Ontology Specifications.
Universidad de Stanford, California, 1993.
5 Lértora Mendoza, Celina. Gnoseología y Teoría de la Ciencia en Roberto
Grosseteste. Revista española de Filosofía Medieval, XVI, 16 (Julio 2009), 11-
22.
6 Robles, Oswaldo. Gnoseología Fundamental. Primer Congreso Nacional de
Filosofía, Mendoza, 1949.
7 Barrio Gutiérrez, José. Empiricismo y Cientificismo. In Enciclopedia de la
Cultura Española. Editora Nacional, Madrid, 1965.
8 Moisevich Rosental, Mark and Fedorovich Iudin, Pavel. Diccionario Filosófico
Marxista. Ediciones Pueblos unidos, Montevideo, 1946.
9 Rubio Correa, Marcial. EL SISTEMA JURÍDICO Introducción al Derecho.
Fondo Editorial PUCP, Lima, 2011.
10 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española.
Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid, 2014.
11 Moisevich Rosental, Mark and Fedorovich Iudin, Pavel. Diccionario Filosófico.
Ediciones Pueblos unidos, Montevideo, 1965.
12 Bueno, Gustavo. Primer ensayo sobre las categorías de las 'ciencias políticas'.
Cultural Rioja, Logroño, 2008.
13 Kant, Imanuel. Crítica a la Razón Pura. Losada, Buenos Aíres, 1697.
14 Berkeley, George. Ensayo de una nueva teoría de la visión. Aguilar, Madrid,
1973.
15 Herrera Montero, Bernal. La realidad en Kant y Berkeley. Revista de Filosofía
de la Universidad de Costa Rica, 23, 57 (1985), 49-69.
16 Hartmann, Nicolai. Ontología - posibilidad y efectividad. Fondo de Cultura
Económica, Ciudad de México, 1938.
17 Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía. Sudamericana, Buenos Aires,
1975.Tomo II.
18 Skinner, Burrhus Frederic. Más allá de la libertad y la dignidad. Fontanella,
Barcelona, 1977.
19 EDUCATINA. La política. Rescatado de:
https://www.youtube.com/watch?v=JydmTbkcSRI&list=PLuWHaklNGw8lnu
CP5aMhSCzcDhWZ_LEe2&index=2, México D.F, 2013. [Consultado el 20
del 12 del 2017]
20 POLICIA DE INVESTIGACIONES DEL PERÚ. Introducción a la
investigación policial y Manual de procedimientos operativos de investigación
criminal. Biblioteca del Policía de Investigaciones, Lima, 1988.
21 Hume, David. Tratado de la naturaleza humana. Hyspamerica, Buenos Aires,
1984.
22 Quine, Willard van Orman. Métodos de la Lógica. Harvard University Press,
Cambridge, 1982.
23 Pacheco, Maximo. Teoría del Derecho. Editorial Jurídica de Chile, Santiago de
Chile, 1990.
24 Gurvitch, George. Tratado de Sociología. Kapeluz, Buenos Aires, 1963.
25 Arellano García, Carlos. Derecho Internacional Privado. Porrúa, México D.F.,
1989.
26 Basadre Ayulo, Jorge. Historia del Derecho universal y peruano. Ediciones
Legales E.I.R.L, Lima, 2011.
27 Díaz, Duharte. Teoría y Procesos Políticos Contemporáneos. Félix Varela, La
Habana, 2006.
28 PODER EJECUTIVO NACIONAL ARGENTINO. Doctrina Nacional
Política/ Decreto número 13.378. Poder Ejecutivo Nacional Argentino, Buenos
Aires, 1954.
29 Rodolfo Orlandi, Héctor. La Democracia, Gobierno político y Doctrina Política.
Lecciones y Ensayos, 7 (octubre 1958), 65-78.
30 Ritzer, George. Teoría Sociológica Contemporánea. McGraw-
Hill/Interamericana de España, Madrid, 1997.
¿Qué es la mente? ¿Algo real?
¿Qué es lo real? Nada realmente.
– Homero Simpson
Contenido
Introducción ................................................................................................................ 1
1. Definiciones Previas ......................................................................................... 2
1.1. Metafísica .............................................................................................. 2
1.2. Ontología ............................................................................................... 3
1.3. Gnoseología ........................................................................................... 4
1.4. Empirismo ............................................................................................. 5
1.5. Positivismo ............................................................................................ 6
1.6. Doctrina ................................................................................................. 8
1.7. Realidad ............................................................................................... 10
1.8. Ideología .............................................................................................. 12
1.9. Política ................................................................................................. 13
1.10. Ciencia ................................................................................................. 14
2. Ideología y Realidad ....................................................................................... 15
3. Ideología y Ciencia ......................................................................................... 18
4. Ideología y Doctrina Política .......................................................................... 19
5. Conclusiones................................................................................................... 21
6. Bibliografía ..................................................................................................... 22
Introducción

El presente trabajo de investigación tiene como objeto de estudio a la ideología, la


realidad y la doctrina política, más en concreto, como es que estos términos interactúan y
convergen entre sí. Sobre todo, en el ámbito social. Sin embargo, para poder realizar dicha
tarea, es preciso definir algunos términos previos que ayuden a entender a los antes
mencionados o que, de alguna manera, guardan relación con estos o con la manera en que
estos se relacionan.
Por ende, en el primer capítulo se realizará una breve, pero justa definición de algunos
términos previos para poder apreciar la interacción entre aquellos que forman parte del objeto
de estudio de la presente. En el segundo capítulo se dedicará a la interacción entre la ideología
y la realidad. En el tercer capítulo, a la ideología y la ciencia. Para, luego, pasar a la
interacción entre la ideología y la doctrina política. Además, cabe decir, que las definiciones
de los términos previos y las interacciones vistas en cada capítulo se realizan de manera
sucesiva para que el lector pueda comprender a totalidad como es que todas estas se
relacionan unas con otras. Al final de todo ello se dará una pequeña reflexión o conclusión
de todo lo visto.

1
7. Definiciones Previas

Para poder iniciar un proceso de aprendizaje, una investigación o simplemente, dar


respuesta a una interrogante versada sobre la definición de tal o cual tema, se debe comenzar
por lo más básico. Esto es, la compresión y análisis de los conceptos fundamentales. Pues,
sobretodo en el ámbito científico, estas nos ayudan a comprender dichos términos, definir los
fenómenos del estudio, fijar sus limitaciones, establecer conexiones entre los temas a tratar
y precisar sus alcances. [1]

1.11. Metafísica
Entonces, es menester pues el definir que es la Realidad, la Ideología, Ciencia, y la
Doctrina política. Sin embargo, es oportuno esclarecer algunas palabras previas. En primer
lugar, un término que no es escuchado con frecuencia es el de la “Metafísica”.
La palabra ‘Metafísica’ debe su origen a una denominación especial en la
clasificación de las obras de Aristóteles, hecha en el siglo I por Andrónico de Rodas.
Como los libros que tratan de la “filosofía primera” fueron colocados, en la edición
de las obras del Estagirita, detrás de los libros de la física, se llamó a los libros
primeros Metafísica [τα μετά τα Φυσικά], es decir, ‘los que están detrás de la física’.
Esta designación, cuyo primitivo sentido parece ser puramente clasificador, tuvo
posteriormente un significado más profundo, pues con los estudios que son objeto de
la ‘filosofía primera’ se constituye un saber que pretende penetrar en lo que está
situado más allá o detrás del ser físico en cuanto tal. [2]
De lo afirmado anteriormente por José Ferrater, en su diccionario de filosofía, obra
compuesta por dos tomos, la cual jugara un papel importante en este trabajo, podemos decir
que lo metafísico es aquello que trasciende al plano material o tangible. Por lo tanto, las ideas
y preceptos pertenecen a dicho campo. Al igual que las normas. Pero, no necesariamente está
enfocado al “deber ser”. Sino, al “ser” también. Pues, como veremos más adelante, la realidad
está compuesta no solo por objetos físicos.
Un ejemplo claro de esto último son las propias normas. Por ejemplo, digamos que,
actualmente, en un determinado territorio, existe una ley. Está, al ser vigente en la actualidad,
pese a pertenecer al “deber ser”, forma parte de la realidad. No en cuanto al hecho que regule
la norma15. Sino, en cuanto a la existencia de la misma dentro de la legislación de dicho
territorio.

15
La conducta a la que haga referencia la norma, sea una prohibición o una facultad.

2
1.12. Ontología
La siguiente palabra que debe esclarece es una aún más desconocida para aquellos
que no están entendidos en las materias filosóficas. Esta, es pues, la Ontología. Dicha palabra,
que a pesar de no existir como tal, estuvo presente desde el momento en que Aristóteles hablo
de una “Filosofía Primera”. Sin embargo, no es hasta el siglo XVII que “Rudolf Goclenius”
la uso por primera vez en griego “οντολογία” en su Lexicón philosophicam, quo tanquam
clave philosephiae fores aperiuntur en 1613. [2] Sin embargo, la definición de aquel tiempo
dista de la actual. No obstante, gracias a la previa explicación, se puede vislumbrar un nexo
entre la Ontología y la Metafísica. Pues, como dice Mantilla Pineda en su libro “Filosofía del
Derecho”:
La Ontología (öντοç: lo que es, lo existente), según definiciones de ALOYS
MÜLLER, trata de los objetos como objetos. La electricidad como electricidad se
estudia en la ciencia natural, los números como números en la matemática, el Estado
como Estado en la ciencia del Estado. Pero, la electricidad, los números, el estado,
como objetos, son asunto de la ontología. Esta, indica las determinaciones generales
que les corresponden como objetos. [3]

Sin embargo, aún no queda del todo claro cómo es que estos términos se relacionan
entre sí. Mucho menos, con el tema de la presente investigación. Para ello, es necesario
ahondar más en el término. A lo largo de la historia, desde su aparición en 1613, el termino
Ontología continuamente ha sido confundido con el de Metafísica y sido puesto en menor
rango, en cuanto a su campo de estudió, e intercambiado varias veces hasta la actualidad.
Podemos encontrar distintas definiciones por cada uno de los filósofos que se dispuso
la tarea de definir el término. Sin embargo, no serían ellos quienes pudieran explicar de
manera simple y concreta lo que la ontología es en sí misma. Esta, sería trabajo de un
científico informático estadounidense, quien creó a la ya famosa asistente “SIRI” presente
hoy en día en todos los dispositivos Apple. Pues, Thomas Gruber expone: “An ontology is a
formal, explicit specification of a shared conceptualization.” [4] Que al español quiere decir:
“una ontología es una especificación formal y explicita de una conceptualización
compartida”. Esto demuestra que hay conceptos que trascienden del campo filosófico a otros,
tan distales como el de la informática.
Entonces, la Ontología es una rama del saber que se encarga de estudiar los conceptos
y sus características, como si de objetos se tratará. Definiéndolos y describiendo sus
características. Sin embargo, muchas veces, determina sus cualidades.

3
1.13. Gnoseología
¿Qué es el conocimiento?, ¿Cuál es su fuente?, ¿Cómo es posible este?, etc. Son tantas
las preguntas que han asolado a la humanidad en este ámbito. El cual, recibe varios nombres,
“teoría del conocimiento”, “crítica del conocimiento”, “epistemología” y “gnoseología” son
algunos de ellos. [2]
Desde que los filósofos comenzaron a enfrentarse a las preguntas que inician este
apartado, a su vez, relacionaban al conocimiento con la rama ontológica. Pues, trataban a este
como si fuera un objeto. Además, estaba íntimamente ligado al termino realidad. Por ende,
en las primeras etapas de la filosofía, inclusive en la etapa medieval, no era de esperarse que
filósofos como San Agustín no tratasen la posibilidad o imposibilidad del conocimiento. Es
a partir de la época moderna, en concreto con el renacimiento, que autores como Descartes,
Locke, Berkeley, Hume, entre otros comenzaron a hablar de “los problemas del
conocimiento”. Entonces, más allá de la descripción del mismo, comenzaron a centrarse en
los “métodos” adecuados para la adquisición del mismo y de su “estructura”. Esto es la
fenomenología16 del conocimiento. [5]
Entonces, como resultado de dicha fenomenología, podemos apreciar la relación que
existe entre la persona que aprende (sujeto) y el objeto del conocimiento (objeto). Es de aquí
que comienzan las discusiones filosóficas entre cómo es que se dan dichas relaciones y en
qué medida. Por ejemplo, decir que el sujeto es lo primordial (Idealismo) o viceversa
(realismo). [2]
Es de aquí que surgen las distintas ramas gnoseológicas. Sin embargo, cabe decir, que
aparte de aquellas que se preocupan por la relación entre el sujeto y objeto, también existen
las que identifican la fuente de conocimiento válido, es decir, el método de aprendizaje.
Dentro de la gnoseología se encuentran ramas como el “Empirismo”, el “Positivismo”
y el “Dogmatismo”, los cuales se tratarán en el presente trabajo. No obstante, existen
múltiples ramas como el “Escepticismo”, el “Relativismo”, el “Subjetivismo”, el
“criticismo”, el “Racionalismo”, el “Apriorismo”, el “Intelectualismo”, el “Realismo”, el
“idealismo” y el “Fenomenalismo”. [2]
En síntesis, la gnoseología es una rama del saber que se encarga de estudiar tanto la
relación entre el sujeto y objeto del proceso de aprendizaje como del método y la fuente
valida de este. Por consiguiente, dependiendo de las diferentes teorías que aplican a esta
materia divergen las distintas corrientes gnoseológicas. [6]

16
Entendiendo dicho termino de manera muy general. Pues, hace alusión al proceso de conocer como tal.
Indiferentemente de lo que se tome por conocimiento y sus características. No de la manera gnoseológica
relacionada con la rama del “fenomenalismo”.

4
1.14. Empirismo
El termino Empirismo17 hace referencia a “una corriente filosófica, y en particular
gnoseológica, según la cual el conocimiento se halla fundado en la experiencia”. [2] Ahora
bien, con esto no se refiere únicamente al origen del conocimiento. Sino, también a su validez.
Por lo tanto, un empirista es el que afirma que, existiendo otras fuentes del saber, la que
prevalece como válida es la sensación, es diferenciar el matiz psicológico del epistemológico.
Entonces, si bien positivamente el empirismo toma a la experiencia como fuente,
negativamente se irgue por su oposición a la razón como fuente de este. [7]
En otras palabras, el empirismo es una corriente gnoseológica que ve como única
fuente de conocimiento valido a la experiencia y se opone al racionalismo18, que toma como
fuente a la razón. Sin embargo, debemos distinguir de dos tipos de Empirismo: el idealista y
el materialista. [7]
El empirismo idealista (Berkeley, Hume, Mach, Avenarius, Bogdanov) limita
la experiencia a un complejo de sensaciones o representaciones, negando que el
fundamento de la experiencia es la Naturaleza material. El empirismo materialista
(Bacon, Hobbes, Locke, los materialistas franceses del siglo XVIII) considera que los
objetos de la Naturaleza material son el fundamento de la experiencia sensible. El
materialismo dialéctico refuta el empirismo idealista y considera justos los puntos de
partida del empirismo materialista. Pero al mismo tiempo refuta también el empirismo
extremo y unilateral, peculiar del materialismo premarxista, que menospreciaba el
papel de las teorías generales y de las abstracciones científicas. El materialismo
dialéctico, al reconocer que la base del conocimiento es la experiencia sensible,
recalca al mismo tiempo el gran papel de las teorías, de las ideas y de los conceptos
científicos. [8]
Para el empirismo el Sujeto es como una “Tabla Raza” o un “estante vacío” en donde
se van ubicando los “datos” provenientes del exterior a través de la experiencia. Asimismo,
resulta interesante distinguir entre el empirismo psicológico (a), gnoseológico(b) y el
metafísico (c). El primero, (a) sostiene que el conocimiento tiene origen en la experiencia.
Mientas que, el segundo (b) se centra en que la validez del conocimiento radica en esta. Por
último, la metafísica (c) postula que la realidad misma es fruto de la experiencia. Es decir,
básicamente intenta plantear que de no ser por la experiencia no podríamos saber que es la
realidad y por ende está solo existe en nuestra mente como tal. [2]

17
Más cultamente llamado “empircismo”.
18
Así como al “Lunatismo” según el cual el espíritu, el alma, la mente y, en general, el llamado
"sujeto cognoscente" posee ideas innatas. [2]

5
1.15. Positivismo
El siguiente termino que nos toca dilucidar es uno que forma parte del vocabulario de
todo abogado, sociólogo y politólogo, o que por lo menos, ha escuchado. El positivismo.
Hablar de dicho tema hace necesariamente referirse a la obra de Kelsen y su “Teoría Pura del
Derecho”. Pero, para poder tener bien en claro la definición de este es necesario ir
delimitándolo poco a poco y de distintos criterios. Se puede decir que, en el sentido más
amplio de la palabra, el positivismo abarca toda doctrina que atiende a lo positivo y no a lo
negativo. Salve la obviedad del caso. De esta manera, no solo se “abarca más de lo que se
desea”. Sino, que se contraviene con lo acordado según la tradición histórica. Ergo, las dos
primeras reducciones que se deben hacer son en los elementos conceptuales y temporales. Es
decir, solamente tener en cuenta aquellas doctrinas que buscan o estudian conceptos formales.
Sin embargo, dicha delimitación por sí sola es insuficiente. Pues, entran en consideración
preceptos que datan de cualquier periodo filosófico. Incluyendo entonces, conceptos como
el escepticismo de platón o la ilustración. Por ende, la segunda delimitación que debe
aplicarse es la temporal. Fijando de este modo a la época de Aguste Comte. Por el momento,
tenemos como definición, a todas las doctrinas influenciadas por la escuela fundada por
Aguste Comte. Pues este es el que, a pesar de sus variantes, fundó la nombrada escuela.
Incluyendo de esta manera, corrientes filosóficas como el utilitarismo, naturalismo,
biologismo, pragmatismo, etc. Sin embargo, también se puede incluir al Empirismo de
Brentano19. Es por esto, que se deben realizar cada vez más delimitaciones. A partir de este
punto, es pertinente hacer ciertas aclaraciones. Pues, se debe diferenciar entre lo que se
establece formalmente como positivismo a lo que es considerado históricamente. Tampoco
es lo mismo hablar de un contenido doctrinal positivista, a un ambiente propiciamente
positivista. Del mismo modo, se diferencia el positivismo científico del político-social y del
histórico-filosófico. [2]
Todas las distinciones anteriores tienen un motivo esencial y es el de poder dejar de
lado aquellas áreas que, si bien es cierto, guardan relación con el tema, no es menester
tratarlas a profundidad por el momento (áreas como la economía o la antropología.). Sin
embargo, no debe de menospreciarse su importancia. [1]
En síntesis, como afirma Ferrater Mora, en su diccionario, el positivismo es: “una
teoría del saber20 que se niega a admitir otra realidad que no sean los hechos y a investigar
otra cosa que no sean las relaciones entre los hechos” [2]
De esta forma podemos inferir que el positivismo se encarga de describir el cómo y
el que. Más no de necesariamente de sus causales. Ejemplificando, el positivismo se encarga
de formalizar la costumbre y volverla una norma jurídica. Es decir, vuelve esa

19
No se debe pensar que, por no incluir al empirismo, este es opuesto al positivismo. Si bien es cierto poseen
diferencias no son antagonistas como lo son el empircismo y el racionalismo.
20
Gnoseológica.

6
“conceptualización compartida” de una determinada sociedad en una Norma Jurídica,
explicándola formalmente. (usando la ontología) Pero, claro está, no toda costumbre se
vuelve “Norma Jurídica”. Solamente un tipo de costumbre es la puede presentar dicha
metamorfosis. Esta es la “Costumbre Jurídica” y tiene ciertas características. En primer lugar,
su uso debe ser generalizado. Hay que distinguir “generalidad” de “universalidad”. No es
necesario que una costumbre esté presente en la totalidad de miembros de una sociedad. Sin
embargo, si en la mayoría de ellos. En segundo lugar, debe existir conciencia de
obligatoriedad por parte de los miembros sociales. Pues, deben sentirse obligados de alguna
u otra manera a realizar dicha costumbre. Por último, debe contar con cierta antigüedad. En
cuanto al este punto, en el Perú, no existe un parámetro de antigüedad. (a excepción del
derecho laboral en la que es dos años) No obstante, la reiteración de dicha conducta a lo largo
del tiempo debe estar presente. [9]
El ejemplo anterior, que se aleja un poco o bastante del tema central, sirve para poder
observar cómo es que para “positivizar” (volver positivo) un concepto, sobretodo en el
ámbito social, es necesario cumplir con ciertos requisitos o poseer determinadas
características. No es tan fácil como el común denominador cree. Por ende, es necesario ir
desechando o dejando de lado preceptos que no cumplan dichas especificaciones. Para, de
este modo, obtener una idea clara y sobretodo una definición eminentemente científica. Pues,
al tratar un tema tan subjetivo o relativo como la realidad, dichos preceptos están a la orden
del día.

7
1.16. Doctrina
Según la real academia española de la lengua, la cual trata de ser el vasto compendio
imparcial y universal de nuestro idioma, la palabra Doctrina tiene muchas acepciones. La
primera (I) es la enseñanza que se le da a alguien. La segunda (II), hace referencia a una
“Norma Científica” o “Paradigma”. La tercera (III), un “Conjunto de ideas u opiniones”
versadas en la religión, filosofía, política, etc. La cuarta (IV), trata a la doctrina como el
equivalente cristiano a “Catequesis”. La quinta (V), como una “platica” dirigida al pueblo.
Pero, enfocado en lo religioso. Desde acá, todas las definiciones guardan relación con la
religión y en especial con la católica. [10]
No obstante, Ferrater mora distingue entre el “sentido” en que se usa en la filosofía y
la ciencia al que impera en la religión. Pues, en esta última, los dogmas son designios de Dios
y son verdades absolutas. Sin embargo, filosóficamente hablando, un dogma puede ser falso.
Por lo que, nos encontraríamos ante un “Dogma perversum”, como proponía Santo tomas de
Aquino. Sin embargo, en este último caso y en el significado primigenio de la palabra, un
“dogma” 21 es una opinión versada sobre un principio. Por eso es que el término
“Dogmático”22 significó “algo relativo a una doctrina” o “fundado en principios”. [2]
Sin embargo, la relación entre el significado primigenio filosófico y que le es
atribuido en las religiones están netamente ligados. Pues, “La aparición del dogmatismo está
unida al desarrollo de las representaciones religiosas, a la exigencia de que se acepten por la
fe, los dogmas de la Iglesia, establecidos en calidad de verdad indiscutible, no sujetos a crítica
y obligatorios para todos los creyentes.” [11]
Los filósofos, por otra parte, que en se centraban mucho en estos “principios”
tendían a dejar de lado los hechos y los argumentos que contradecían dichos principios. Estos,
no consagraban su actividad al examen o la observación de la realidad. Es decir, no utilizaban
un método empírico.23 Por ello fueron designados como “Filósofos Dogmáticos”. [2]
El sentido de los términos 'dogma', 'dogmático' y ‘dogmatismo', aun
confinándose a la filosofía, no es, sin embargo, simple. Ejemplo de variedad en el
uso, dentro de un solo filósofo, lo hallamos en Kant. Éste rechaza que se pueda
establecer lo que llama "una metafísica dogmática", y propone en vez de ello una
"crítica de la razón". Por otro [12] lado, declara que todas las proposiciones
apodícticas tanto si son demostrables como si son inmediatamente evidentes,
pueden dividirse en dogmata y mathemata. Un "dogma" es, según ello, una
proposición sintética derivada directamente de conceptos, a diferencia de un

21
Del termino griego “δόγμα”.
22
Del termino griego “δογματικό”.
23
Salvaguardando el complemento circunstancial de tiempo.

8
"mathema", o proposición sintética obtenida mediante construcción de conceptos.
Sin embargo, puede decirse que, en general, Kant usa el vocablo 'dogmatismo', a
diferencia de la expresión 'procedimiento dogmático' en mala parte, y ésta es la que
se ha transmitido hasta nosotros en el campo filosófico. [2]
Por lo tanto, la “Doctrina”, también llamada “Dogmatismo”, se refiere a la práctica
de asumir ciertos conceptos, preceptos o principios como absolutos o verdades infalibles.
Esta es otra rama de gnoseología, que usualmente se confunde con la religión y se tiende a
creer que esta está necesariamente ligada a este. Sin embargo, la relación entre estas dos es
al revés. Pues, las religiones comúnmente se basan en dogmas. Uno de los más comunes, la
existencia de uno o varios dioses, la cual, desde el punto de vista teológico, de una
determinada religión, es una verdad absoluta e irrefutable. [11]

9
1.17. Realidad
Ahora, al término de las aclaraciones “A priori” podemos por fin empezar a
diseccionar el término “Realidad”. Problema que viene asolando a los filósofos desde
tiempos inmemoriales. Como punto de partida comenzaremos con la oración más obvia que
podemos evocar al hablar de realidad. Esta sería: “La realidad es lo real”. Esta oración la
analizaremos sintácticamente. Nos encontramos con el Sustantivo “La realidad” y el
predicado “es lo real” el cual abreviaremos a “es real”.
Fijaremos al sustantivo al concepto positivo y al predicado a su opuesto, el negativo24.
Todo esto es necesario, puesto que, encontramos que la “Realidad” posee dos acepciones.
Una negativa y la otra positiva. Por un lado, el predicado solo concibe a lo real comparándolo
con “lo aparente”, “lo potencial” y a “lo posible”. La manera positiva, por otro lado, se afirma
que la “realidad” es “lo que es”, “es actual” y “existe”. Esto, lo liga a los conceptos del “ser”,
“existencia” y de “acto”. Por lo tanto, tanto la manera positiva como la negativa resultan
ineficientes. Pues, si bien cierto, la manera negativa permite cotejarlo con su opuesto, no es
lo suficientemente positiva. A su vez, la manera positiva, lo liga a conceptos independientes.
Una de la opción, que muchos filósofos (casi todos) han optado, es a utilizar ambas
definiciones a la vez. Los mismos que aseguran que el problema con la definición de realidad
es de una índole metafísica. Por lo cual, Kant, en su crítica a la razón pura, sugiere que “lo
real” siempre está contrastado con la “experiencia” (de las sensaciones). Esta premisa: "exige
una percepción; por consiguiente, una sensación acompañada de conciencia (que no es en
verdad inmediata) del objeto mismo cuya existencia ha de conocerse; mas es también preciso
que este objeto esté en conexión con alguna percepción real según las analogías de la
experiencia, las que manifiestan todo enlace real en la experiencia posible" [13]
El concepto de Kant se fija al sujeto como un ente meramente receptivo o pasivo. Por
otro lado, Berkley propone que es todo lo contrario y el sujeto posee un papel activo en la
realidad. Expone: “el cálculo que hacemos de la distancia de objetos considerablemente
alejados es más un acto de juicio fundado en la experiencia que un acto de sentido”. [14] En
otras palabras, para Berkeley el espacio visual de objetos que se encuentran alejados es algo
que construye en base a sus experiencias anteriores. Por lo tanto, según Berkeley, la realidad
estaría netamente ligada al conocimiento y percepción del sujeto.
Ciertamente, las diferencias entre los postulados de Kant y de Berkeley son
suficientes como para preparar un ensayo, o hasta un libro si se quiere, únicamente versados
en sus conceptos de “Realidad”. Pero, si algo sacamos de esta “discusión” es que: “Si fijamos
nuestra atención en el largo proceso que tiene que efectuar el sujeto para llegar al

24
Tomaremos a lo negativo por lo metafísico. Que, si bien es cierto, no es del todo opuesto a lo que hemos
entendido como “positivo” nos ahorra el escarnio de fijar y analizar el concepto tan amplio de la palabra
negativo. Además, más adelante, gracias a esta fijación, podremos entender con mayor claridad cómo es que
estos conceptos convergen.

10
conocimiento de los objetos, veremos que lo fundamental de esto es una serie de síntesis y
subsunciones que se realizan gracias a las combinaciones efectuadas por los diferentes
conceptos a priori del sujeto con los materiales entregados”. [15] Por lo tanto, la verdad está
en un punto medio de ambas corrientes.
Una idea más formalizada nos la brinda Nicolai Hartman. “La realidad es una
fenomenología ontológica”. [16] Pues, esta es desarrollada en una caterva de definiciones
que se contradicen una a otra de alguna u otra forma excluyendo ya sea a lo metafísico, a lo
ontológico, etc. Hartman, a través de su gran obra “Ontología”, de 5 volúmenes, trata de este
y muchos otros temas más.
Para resumir, La Realidad, como concepto científico, aplicando todo lo definido hasta
el momento, es todo aquello que se pueda percibir, y comparar con lo que no es real y a la
vez es compartida por más de un individuo. Tomando como referencia, los conocimientos de
estos y esto no necesariamente debe ser algo material o físico.
Una vez claro el concepto de realidad es muy fácil el relacionarlo con el ámbito social.
Pues, la inherencia del humano al mismo es innegable. Asimismo, en la definición que se
expone anteriormente, se necesita más de un sujeto para poder determinarlo como real
objetivamente. Por lo tanto, desde el momento en que se habla de una realidad científica se
está hablando de una realidad, por así decirlo, social. Esto, quizá se deba a que la gran parte
de la sociología, hasta antes de ser tratada como ciencia, tomaba (y toma hasta aún) sus
conceptos de la filosofía. Entonces, hablar de realidad social es simplemente cambiar de la
definición antes dada la condición de “por más de un individuo” por “una sociedad”.
Cuando Einstein hablo de la “Teoría de la relatividad” y dijo que todo depende del
tiempo y del espacio no solo aplicaba dicho concepto a la física. Pues, todo, desde la
perspectiva newtoniana, está netamente ligado a sus complementos circunstanciales (tiempo
y lugar). No solamente, lo material o positivamente llamado "Real" sino, lo ontológicamente
o metafísicamente (si se quiere) también. Ahora, con esto no me refiero, a los pensamientos
individuales, que, si bien es cierto, ocupan un lugar entre estos dos. Sino, a lo que a la
sociología como ciencia concierne. Es decir, todos aquellos aspectos que en engloban a una
determina sociedad y que influyen en la misma. También llamada realidad social. Dicha
“Realidad” como el mismo concepto sugiere, positivamente o negativamente están
netamente ligadas al complemento circunstancial. Por ende, incluso en la filosofía, las
ciencias jurídicas y la sociología (inclusive la nueva sociología – jurídica) depende del lugar
y el tiempo en el que se encuentren.

11
1.18. Ideología
La ideología puede entenderse en cuatro sentidos diferentes. La primera (I), “como
una disciplina filosófica encargada de estudiar a las ideas y las sensaciones”. La segunda (II),
“como una distinción entre la REALIDAD política y las IDEAS políticas”. A partir de las
ideas propuestas por Maquiavelo y Hegel, Karl Marx resuelve que las ideologías pueden ser
usadas como “instrumento de lucha” de la clase trabajadora o proletariado. Por otro lado (III),
según Jean-Paul Sartre, Las ideologías corresponden a las ideas de filósofos “no creadores”.
Es decir, Maquiavelo, Hegel, Marx, Locke, etc. Pasarían a ser creadores de “mundos” por
decirlo así. En otras palabras, los ideólogos se basarían en las “Corrientes Filosóficas”
creadas por los autores antes nombrados y basarse en ellas para crear sus ideologías. Por
último (IV), el termino puede ser utilizado en el campo de la ontología. Pues, la ideología
vendría a ser una “opinión” o tesis sobre una determinada entidad ontológica. De este modo,
dicha entidad puede tener más de una ideología distinta. [17]
En cuanto al sentido “Marxista de la palabra” en el Diccionario filosófico Marxista
se define a la ideología como:
Una forma de la conciencia social; el conjunto de determinados conceptos,
ideas, nociones y representaciones. Formas de la ideología son los conceptos políticos,
la ciencia, la filosofía, la moral, el arte, la religión, etc. Todas las formas de la
ideología son reflejo de la existencia social. En una sociedad dividida en clases, la
ideología tiene también carácter clasista. Por cuanto expresa y defiende los intereses
de las clases en lucha. (...) La ideología; al nacer como el reflejo de las condiciones
de la vida material y de los intereses de determinadas clases, ejerce a su vez una
influencia activa sobre el desarrollo de la sociedad. [8]
Tanto de las definiciones (II) de Ferrater mora y lo último expuesto se deduce que la
ideología es un reflejo del complemento circunstancial en donde nace. Asimismo, está
netamente ligada a la realidad del mismo. Pero, sobre todo, sobre un problema en dicha
realidad. Por ende, plantea una solución mediante un proceso estructurado para dicho
problema planteado.
A modo antagonista a la Cultura 25 la cual son “ideas tradicionales (Es decir,
históricamente derivadas y seleccionadas) y, en especial, los valores asociados a ellas”. [18]
Las ideologías plantean un paradigma en la realidad y busca, por ende, su cambio. En otras
palabras, rompe con dicha “tradicionalidad” característica de la cultura.

25
Tomando a la cultura desde el punto de vista sociológico. Es decir, las diversas formas en que se manifiesta
una sociedad y no únicamente como la más alta representación del saber.

12
1.19. Política
La Real Academia española de la Lengua define a la Política de muchas maneras. Sin
embargo, nos centraremos en dos de sus definiciones. La primera, “Arte, doctrina u opinión
referente al gobierno de los estados” [10] La segunda, “Actividad del ciudadano cuando
interviene en los asuntos públicos con su opinión, voto o de cualquier otro modo”. [10]
Según los pensamientos aristotélicos, la Política está ligada a la actividad humana. Es
decir, hablamos del hombre y de la praxis del mismo. Para Aristóteles dicha praxis siempre
se va a reflejar en lo social. Puesto que, el hombre es un ente eminentemente social.
Asimismo, la política tiene como objetivo la toma de decisiones y a su vez, mediante estas,
la transformación de la realidad. Ergo, podemos entender a la política como una “herramienta
de transformación de la realidad”. Pero, esta depende de la ideología que se imponga. [19]
Asimismo, un factor importante en la política es el poder. Este es:
una de las principales funciones de la organización social de la sociedad, que
puede realmente dirigir las acciones de los individuos, concordando los intereses
contradictorios individuales o grupales, y subordinarlos a una voluntad única con
ayuda de la persuasión o la coerción. [11]
Entonces, vemos que, al ser una herramienta de cambio, necesariamente, otorga poder
a quien dirige dicho cambio. Quien, a su vez, ejercerá dicho poder en relación a la ideología
que tenga de la realidad del estado del que está a cargo.
Sin embargo, también es la acción individual, mediante los medios disponibles, de
influir en dicha realidad. Entonces, a pesar de que cierto modo, la política implique poder. A
su vez, dicho poder está en todos. Pues el pueblo es el mandante quien elige a los mandatarios
y cualquiera tiene derecho a elegir y ser elegido.26
Hablar pues, del poder y la política27 es entrar en terrenos ontológicos y metafísicos.
No obstante, a su vez, forman parte de la realidad de cualquier país, civilización, sociedad o
grupo ordenado de personas, al igual que el derecho.

26
Como se estipula en el artículo dos, numeral 17 de la constitución política del Perú.
27
Más aún del poder político.

13
1.20. Ciencia
Etimológicamente el vocablo “scientia” proviene del verbo “scire”, el cual, significa
saber. Sin embargo, el campo semántico de la palabra ciencia no es tan amplio como el de
saber. Pues, podemos decir, que el saber engloba al de ciencia. En otras palabras, la ciencia
es un saber. Sin embargo, no todo saber es ciencia. [2] Por ejemplo, podemos decir que la
proposición “A Homero .J. Simpson le gustan las rosquillas.” es verdadera. Esto, de algún
modo, se puede considerar un saber, un conocimiento. No obstante, ello no es de rigor
científico. Una definición de ciencia más exacta sería:
Se define a la ciencia, como el “Modo de conocimiento sistemáticamente
ordenado u organizado que consiste en elaborar, mediante lenguajes rigurosos y
apropiados, sistemas de enunciados, proposiciones o hipótesis verificadas o
verificables por la observación o la experimentación o experiencia”. [20]
Pero, entonces ¿Qué nos permite diferenciar entre un saber científico y de uno que no
lo es? El mismo Platón ya encontraba diferencias entre el saber y la opinión. Por lo tanto, lo
prudente sería dar a entender que es el “Saber científico”. Muchas posibilidades existen. Por
ejemplo, decir que es un tipo de conocimiento teórico que se puede aplicar a la realidad.
Además, es riguroso y metódico. No obstante, dicha definición no nos permite diferenciar el
saber filosófico del saber científico. [2]
De lo último dicho, con ayuda de los términos anteriormente aclarados, se puede decir
que, de algún u otro modo la ciencia necesita del positivismo para ser tal. Esto, sobre todo en
las ciencias sociales, como la sociología o las ciencias políticas, es cierto a sobremanera.
Porque necesita de esa rigurosidad del lenguaje para formular leyes que permitan describir
la realidad. Además, puede permitir realizar predicciones, ya sean completas o estadísticas,
de la repetición de lo fenómenos a los que describen. [2]
Pero, entonces, la ciencia como tal ¿De qué manera estudia el fenómeno social? Dicha
inquietud está presente desde la época en que Auguste Comte fundara el positivismo, pues
¿Como la ciencia puede recabar datos de algo tan complejo como es la sociedad humana? La
respuesta resulta algo obvia pues lo que la ciencia sí puede contemplar es “cómo viven las
personas, como crían a sus hijos, cómo cultivan o recogen sus alimentos, en qué tipo de
moradas viven, que ropa llevan, que juegos practican, como se tratan unas a otras, como se
comportan, etc.” [18]

14
8. Ideología y Realidad

La primera interacción que nos atañe es la que existe entre los términos definidos en
los puntos 1.7 y 1.8. Estos, necesariamente, están íntimamente relacionados. Pues, la
ideología es una estructura empírica de un problema presente en la realidad. Además, dicha
ideología, a través del poder político, o la política, vista esta como una herramienta de cambio,
influye en la realidad, transformándola.
Asimismo, cabe decir, puesto a la naturaleza metafísica de la ideología, esta pertenece
al mundo del deber ser. Sin embargo, esto sucede solo tratando a la ideología en un aspecto
muy general y amplio. Pues, más específicamente, el problema en el que se versa la ideología
pertenece a la realidad. Por ende, al mundo del ser o es actual.
Entonces, podemos apreciar de lo último expuesto, que la ideología posee dos
naturalezas diferentes y opuestas. Pero, que se complementan. Por lo tanto, si hablamos de
una ideología en cuanto al problema de la realidad que identifica y determina rigurosamente,
es decir, su lado “Científico o positivo”, se centrará en el mundo del “ser”, en cuanto se limite
a únicamente a definir el problema como tal. Sin embargo, si se trata de dar solución a dicho
problema, indiferentemente de que dicha solución sea respaldada y rigurosamente
determinada, se estará adentrando en el mundo del “deber ser”. Por lo tanto, se hará referencia
a su lado “filosófico o negativo”. [21]
Cabe resaltar que, a pesar de ser opuestos, dichos sentidos se complementan.
Específicamente, en una relación condicional. Puesto que, al existir un lado positivo de una
ideología, es decir, “el problema”, presente en la realidad. Necesariamente, tarde o temprano,
surgirá su lado negativo, que tratará de darle solución. Entonces, vemos que puede existir un
problema sin solución. Pero, no una solución sin un problema que lo preceda. Cumpliendo
así, las normas de una relación condicional, en donde la existencia del consecuente está
netamente ligado a su causa. En otras palabras, su relación es de implicación material. [22]
Siguiendo con la relación entre la ideología y la realidad, se puede deducir, que de
esta surge un cambio social. La cual, es una modificación en la conducta de una determinada
sociedad. Por ende, dicho cambio se encuentra enraizado en los esfuerzos conscientes de las
personas para resolver dichos problemas, por medio de acciones colectivas. Creando una
ideología para el cambio. Es decir, definiendo el problema, creando una posible solución y
empleando los medios que resulten conveniente para resolver dicho problema. Como es
lógico, esta se da mediante el uso de la política, finalizando en el cambio o “resolución” de
dicho problema. [23]

15
Ahora bien, dicho grupo social no necesariamente es un estado o nación. Puesto que,
la misma forma aplica para, por ejemplo, una comunidad, un vecindario, una organización,
etc. Asimismo, dicha dinámica está presente en toda sociedad. Inclusive, se puede decir, que
es igual que el derecho, en cuanto a que “Ahí donde hay una sociedad, una clase social, un
grupo estructurado, o simplemente un nosotros activo, hay probabilidades de que uno se
encuentre en presencia del Derecho.” [24] Del mismo modo, cabe la misma probabilidad de
que se aplique la referida dinámica de cambio.
A su vez, tampoco podemos separar los conceptos ideológicos, políticos y de cambio
del Derecho. Pues, concordando con lo dicho por José Horna Torres, en su libro, Sociología
Jurídica: “Advertí que al Derecho no podía concebirlo ni depurarlo de una ideología política
social”. [1] Lo que a su vez implica la relación intrínseca entre estos términos.
Se puede decir que la dinámica conlleva de un término a otro. En otras palabras, al
existir un problema en un grupo social, sea el que fuese, primero debe de identificarse. Luego,
definirse, buscar una posible solución y he aquí que surgen la política y el derecho para
aplicar dicha solución en conjunto. Pues, si la política es la herramienta que se usa para
determinar que ideología es la que se aplicará, porque, es normal que exista más de una
propuesta para dar solución a un determinado problema, es el Derecho quien brinda los
métodos, tanto para elegir cual, como para aplicarla.
A modo de ejemplo, hablemos del aborto. Digamos que en la actualidad se presenta
un incremento en la tasa de los embarazos no deseados y de las muertes por aborto
clandestino. Asimismo, las mujeres que sobreviven al mencionado procedimiento ilegal, son
enjuiciadas por cometer el acto delictivo. Entonces, de estos problemas, surgen varias
ideologías. La primera, la más fácil y obvia, propone la despenalización del aborto. Otra, más
conservadora, está en contra de dicha propuesta y opta por implantar una educación sexual
más eficiente a los menores y regalar condones y otros métodos anticonceptivos.
Al surgimiento de dichas ideologías, estas generan un debate en la población, tanto
como los que están a favor, como los que están en contra, presentan alegatos para defender
su postura. El estado, como es lógico, toma cartas en el asunto. Entonces, aplicando los
procedimientos establecidos por ley, decide que ideología es la más adecuada, ya sea por
votación popular o algún otro método legislativo. De esta manera, al decidir cuál es la que se
llevará acabo, utiliza al derecho para aplicarla de acuerdo a las normas pre establecidas en la
materia.
Del mismo modo, a pesar que surjan ideologías que pueden sonar muy convincentes
y tener una buena aceptación por parte de la población general, si la solución que propone
contraviene las normas preestablecidas por el estado en el que se presente, cabe la posibilidad
de que estas no sean aplicables. Al menos, no de una manera inmediata. Se utilizará a la pena
de muerte para ilustrar este punto.

16
A mediados del año 2017, debido al incremento de la delincuencia y otras causales,
se propuso para dar solución a estos problemas la reintegración de la pena de muerte en el
Perú. Sin embargo, puesto que el país se encuentra adscrito a los tratados de derechos
humanos, en concreto el “pacto de san José de costa rica”, de quererse optar por la alternativa
de implementar dicha pena, se necesitaría de cambiar la constitución y salir del referido pacto.
Lo cual, debido a que llevaría unos 5 o 6 años aproximadamente, sería imposible aplicar
dicha pena a aquellos que cometiesen delitos futuramente castigados con la muerte, debido
al principio de “no retroactividad de la ley”. Por lo tanto, no serviría como una solución
inmediata.
No obstante, podría aplicarse llevando a cabo todos los pasos necesarios para cumplir
con los debidos procesos establecidos por ley. Entonces, de los ejemplos anteriores, podemos
ver cómo es que el derecho converge en la relación de estos términos y de manera muy
importante.
En síntesis, la realidad y la ideología se encuentran ligadas por una relación tanto de
estudio como de cambio constante. Pues, como se dijo anteriormente, la ideología recoge los
problemas de la realidad y mediante la política y el derecho aplica los cambios que sean
necesarios.

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9. Ideología y Ciencia

En correlación con el punto anterior, si la realidad se relacionaba con la ideología


siendo su objeto de estudio y cambio. La ciencia es la herramienta que va a usar para
determinar rigurosamente el problema. Pues, “la ciencia es la suma, el conjunto de los
conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad, y el pensamiento, acumulados en el curso de
la vida histórica-social” [8] Además, se caracteriza por tener un objeto de estudio, un método,
ser acumulativo, predictivo transmisible, claro, preciso, sistemático, especializado,
explicativo, abierto y útil. [20] Por lo tanto, es la herramienta idónea para poder identificar
el problema y posteriormente buscar una solución. Todo esto, mediante la investigación
social.
La investigación social es el conjunto de pasos sistemáticos o estrategias
relacionadas con el objeto de resolver un problema de carácter social. En
consecuencia, la investigación social tiene como objeto de estudio la solución de
problemas de carácter social, siempre se refiere a fenómenos que expresan la relación
entre personas o individuos y siempre se da en un tiempo y un espacio, no es estático,
es dinámico, tiene un principio y un fin. [20]
Por consiguiente, ¿De cuál de todas las ramas de las ciencias sociales se encarga la
ideología? La respuesta es que no se trata de una sola de estas. Sino, de una convergencia
entre ellas. Como se vio en el punto anterior, la ideología, al analizar y transformar la realidad,
haciendo uso de la política, el derecho y la ciencia para ello, atañería tanto a las ciencias
políticas, como al Derecho y a la sociología. Incluyendo, a su vez, a las interacciones entre
estas.
No obstante, La ciencia en la que compete estudiar las diversas ideologías,
relacionadas con los grupos de poder y como estos las implementan para cambiar la realidad,
es netamente campo de estudio de las ciencias políticas.
En síntesis, la ideología utiliza a más de una ciencia para poder transformar a la
realidad y resolver los problemas que en ella encuentra. Sin embargo, la ideología como
objeto de estudio compete a las ciencias políticas.

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10. Ideología y Doctrina Política

Para poder ver la relación entre la Doctrina Política y la ideología debemos hacer unas
aclaraciones. Primero recalcar que la Doctrina, desde el punto de vista filosófico, es una rama
gnoseológica que se fundamente en los principios irrefutables. Estos, al verse adyacentes a
un concepto tan variante y ligado a lo social, por ende, dependiente de su complemento
circunstancia, es sumamente difícil encontrar dichos principios. Para poder entender ello a
mayor cabalidad es menester primero ver muy someramente la relación entre la doctrina y el
Derecho.
Si bien es cierto, se ha establecido ya una definición de lo que es la doctrina o la
dogmática, no está de más aplicar una segunda definición. Pero, más centrada a lo jurídico.
Es por esto que, según Marcial Rubio: “La doctrina es el conjunto de escritos aportados al
Derecho a lo largo de toda su historiapor autores dedicados a describir, explicar, sistematizar,
criticar y aportar soluciones dentro del mundo jurídico.” [9] Cabe resaltar que dichos “aportes”
tienen un valor dogmático. Que, si bien es cierto, muchas veces por su naturaleza ontológica,
entran a discusión y replanteo, en el momento que se encuentran vigentes manifiestas en la
legislación de un país. Mientras no sean modificadas, tienen un valor absoluto. Sin embargo,
no por eso no son cuestionadas. Como expresa Carlos Arrellano:
El Derecho Doctrinario o la obra de los jurisconsultos, la de los profesores en
la catedra universitaria, y la de los propios alumnos de Derecho expuestos en tesis
universitarias, influyen también sobre el derecho. Así, por ejemplo, las teorías de
Federico Carlos von Savigny han ingresado con fuerza gravitante en el derecho
internacional privado sobre la existencia de una comunidad de derecho entre los
diferentes pueblos y la búsqueda de la sede de cada relación jurídica ante un problema
de colisión y leyes. [25]
En la actualidad existen una cantidad ingente de tesis universitarias que versan en
materias jurídicas no legisladas. De hecho, a partir de principios de siglo, por ejemplo,
aquellas que buscan o proponen establecer al “Divorcio” como ruptura del vínculo
matrimonial, la reimplantación de la pena de muerte, etc. [26] Pero, lo destacable de la
doctrina en el derecho, más que su variabilidad innegable. Pero, poco frecuente, es como
cumple, aunque no totalmente, con su raíz gnoseológica. Como dice Marcial Rubio:
El Derecho está compuesto por normas jurídicas y principios, y nos interesa
destacar el rol que la doctrina cumple frente a estos últimos. En principio, como ya
viene dicho, podemos encontrar varios de ellos dentro de los textos legislativos3. Sin
embargo, muchos otros no están allí sino recogidos a lo largo del tiempo por las
fuentes doctrinales. [9]

19
Sin embargo, no pasa así en la política. Pues, todo resulta cambiante e intrínsecamente
sujeto a su complemento circunstancial. Por lo tanto, se debe entender a la “Doctrina Política”
de una manera distinta que en el derecho.
El concepto de doctrina política o de corriente política se puede aplicar tanto para
diferenciar un partido o movimiento político de otro, como para diferenciar subdivisiones
dentro de un mismo partido o movimiento. Cada corriente política se caracteriza por los
elementos principales que defiende y pregona, como por el o los referentes más
representativos de dichos principios y valores. [27] Por lo tanto, es aquí cuando vemos su
relación con la ideología.
Entonces, la “Doctrina Política” no posee verdades absolutas dentro del plano global
en una población. Es decir, no atiende a su significado gnoseológico. Sino, a uno más básico
y primigenio, el de opinión. Pero, no una opinión sin base ni fundamento. Por lo tanto,
tampoco es idóneo definirlo de esa manera. Pero, resulta más fácil ser intercambiado por el
de una determinada ideología global que ostenta un determinado grupo de poder o asociación
política. Además, cuando dicha agrupación política se asienta en el estado, dicha doctrina
pasa a ser la del estado o gobierno.
La Doctrina de Gobierno es la Doctrina nacional. Orienta la acción general de
gobierno. Es la política general de la Nación en materia de: acción política interna;
acción internacional; acción económica; acción defensiva o de seguridad nacional;
acción social y acción cultural. Los organismos de la Presidencia de la Nación, las
Secretarias y los Ministerios del Poder Ejecutivo, los Consejos y los Acuerdos de
Gobierno y de Gabinete orientan su acción, según los principios fundamentales que
constituyen la Doctrina nacional. [28]
Por lo tanto, cuando se habla de una Doctrina política se hace referencia a una
ideología o un conjunto de ideologías perteneciente a una agrupación política. Esto, como es
lógico, también es aplica a los gobiernos. Por ende, los regímenes de los gobiernos son de
cierta manera una doctrina política.
No obstante, dicha ideología a su vez guarda relación con el tipo de gobierno que se
presenta en una determinada sociedad. Por ejemplo:
La democracia es una doctrina política de la vida social, que se fundamenta
en el principio de la soberanía del pueblo, participe decisorio por representación en la
formación de la voluntad del estado, y en el respeto a la dignidad de la persona
humana, cuyos fines son la libertad, igualdad y justicia. [29]
Por lo tanto, si la democracia es una “Doctrina política”, el socialismo, la aristocracia,
la monarquía, el autoritarismo y todos los tipos de regímenes de gobierno pasarían a tener la
misma característica. Lo cual, se ajusta más al concepto gnoseológico de Doctrina.

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11. Conclusiones

Hemos podido comprobar la relación entre los términos que fueron objetos de la
presente investigación. Además, esclarecer conceptos que, si bien es cierto, no fueron el
objeto de estudio a plenitud, si guardan relación y por ende era necesaria su aclaración.
Además, se ha podido establecer cómo es que la ideología está presente en la realidad
social y como converge con la ciencia, la política y el Derecho para poder cambiar a la
realidad. Asimismo, cuando esta pasa a formar parte de los fines de ciertas agrupaciones
políticas, quienes, necesariamente proponen cambios sociales, estas ideologías se convierten
en sus Doctrinas y a su vez, al alcanzar el poder, sea la que fuere, se transforma en la doctrina
política del gobierno.
Por lo tanto, la inherencia y necesidad intrínseca de tratar todos estos temas en
conjunto se cuaja en el estudio sistemático y organizado de una ciencia que estudia el poder
y como esta altera la realidad social de un gobierno establecido. Es decir, la ciencia política.
Además, claro, de abarcar interjecciones con otras ciencias, como la sociología o el derecho.
Las cuales, a su vez, forman parte de las ciencias sociales.

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12. Bibliografía

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1975.
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19 EDUCATINA. La política. Rescatado de:
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criminal. Biblioteca del Policía de Investigaciones, Lima, 1988.
21 Hume, David. Tratado de la naturaleza humana. Hyspamerica, Buenos Aires,
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30 Ritzer, George. Teoría Sociológica Contemporánea. McGraw-
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