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La culpa es de los Tlaxcaltecas: análisis del cuento que revolucionó la literatura del siglo XX

y desarrollo de la teoría narrativa de Pimentel

Erika Naomi Ruiz García


Lengua y Literatura Hispánicas, 301 “A”
Luz Aurora Pimentel, en su libro El relato en perspectiva (1998), hace un estudio sobre teoría

narrativa y propone un modelo de análisis profundo, con el propósito de dar al lector

herramientas que complementen la comprensión de un texto literario.

En resumidas cuentas, la autora explica detalladamente los aspectos que conforman un

relato. A través de sus apartados, desarrolla las perspectivas del relato y de otros elementos,

como los distintos tipos de narradores y la focalización.

Ayudándome de la teoría narrativa de Pimentel, analizaré La culpa es de los Tlaxcaltecas

y de la misma forma, me ayudaré del cuento para comprender los apartados de la teoría narrativa

de Pimentel, creando así una dualidad de análisis para la comprensión de ambos textos, ya que

al ejemplificar la teoría será más fácil comprenderla y al analizar el cuento, mi exégesis será

más profunda.

El cuento corto que ocuparé pertenece a Elena Garro, fue publicado por primera vez en

su libro La semana de colores en el año 1964. Este cuento es uno de los más importantes del

siglo XX, considerado una revolución dentro de la literatura del siglo.

Entrando en materia, el subgénero del cuento se encuentra en el realismo mágico, que

Garro utiliza para dar un fuerte y claro mensaje sobre el papel de la mujer en la sociedad. Es un

cuento mexicanísimo, y muchos lo describen como la reescritura de La Malinche.


Antes de comenzar el análisis es necesario resumir el cuento: la narración, a través de un

narrador extradiegético, cuenta en tiempo pasado la historia de Laura, personaje principal, quien

a partir de un viaje a Guanajuato con su suegra Margarita sufre un giro en su vida, pues tiene

cambios de realidad. El cuento se centra en dos diégesis: una en el siglo XVI donde Laura es

parte de la conquista, liderada por Hernán Cortés, y otro en el siglo XX, donde está su vida

normal de alta sociedad, en la Ciudad de México. Laura se encuentra atormentada y dividida

entre sus dos vidas, pues su vida anterior, y principalmente su "primo marido" tienen mayor

peso para ella. El final es abierto, termina cuando Laura decide irse con su primo-marido y

Nacha (cocinera y confidente de Laura) decide dejar la casa de Pablo, segundo esposo de Laura,

quien es todo lo contrario al primero y quien sigue atado a su madre.

La perspectiva de la narración

La autora del texto teórico, al inicio de su narración dice que no importa la cantidad de

información brindada por un autor, sino la calidad de la misma. En el cuento de Garro aterrizo

esta idea y compruebo que, con tan solo 13 páginas de narración, su planteamiento es totalmente

certero.

Después de esto, Pimentel dice que la perspectiva narrativa influye en la comprensión

del texto y nos da tres tipos distintos de focalización: interna, externa y focalización cero. La

focalización externa se caracteriza por la inaccesibilidad de entrar en las mentes figurales: “El

principio de selección y de restricción se funda en esta posibilidad de acceso: si lo hay es

focalización interna, si no lo hay es focalización externa” (Pimentel, 100). Ejemplifico esto con

el inicio del cuento, donde se narra desde un punto neutro y no se accede a la mente de los

personajes en ningún momento:


Nacha oyó que llamaban en la puerta a la puerta de la cocina y se quedó quieta. Cuando volvieron a
insistir abrió con sigilo y miró la noche. La señora Laura apareció con un dedo en los labios en señal
de silencio. Todavía llevaba el traje blanco quemado y sucio de tierra y sangre.
—¡Señora!… —suspiró Nacha.
La señora Laura entró de puntillas y miró con ojos interrogantes a la cocinera. Luego, confiada, se
sentó junto a la estufa y miró su cocina como si no la hubiera visto nunca.
—Nachita, dame un cafecito… Tengo frío.
—Señora, el señor… el señor la va a matar. Nosotros ya la dábamos por muerta.
—¿Por muerta?
Laura miró con asombro los mosaicos blancos de la cocina, subió las piernas sobre la silla, se abrazó
las rodillas y se quedó pensativa. Nacha puso a hervir el agua para hacer el café y miró de reojo a su
patrona; no se le ocurrió ni una palabra más. La señora recargó la cabeza sobre las rodillas, parecía
muy triste.
—¿Sabes, Nacha? La culpa es de los tlaxcaltecas. (Garro, 123)

La perspectiva de los personajes, la trama y del lector

Es importante recordar que la perspectiva de los personajes no está únicamente en el discurso

figural, pues puedo ser yo quien narre y la perspectiva corresponder al personaje. “una

descripción puede provenir, en apariencia, del personaje pero estar organizada desde la

perspectiva del narrador, o bien información o juicios, aunque transmitidos en voz del personaje,

corresponder a la perspectiva del narrador.” (Pimentel, 115)

En este caso, la perspectiva de los personajes es de una focalización variable, y los

personajes que intervienen son los siguientes:

• La señora Laura: personaje principal, es una mujer casada con Pablo y con su “primo-

marido”, a quien ve en cinco ocasiones para decidir irse con él en la última de las

ocasiones. Laura vive atormentada, deprimida e incluso desquiciada. Puede hallarse en

dos planos narrativos: el siglo XVI y el XX, por lo que crea una metadiégesis en la

historia.
• Primo-marido: personaje principal junto con Laura. Este personaje viene del pasado,

sacando a Laura de su cotidianidad y creando en ella un estado de inestabilidad mental.

Primo-marido es un indio azteca que luchó contra los Tlaxcaltecas y que fue (es) su

esposo, el primero. Varonil, cariñoso y preocupado por su esposa, tiene cualidades de

las que de Pablo carece.

• Pablo: segundo esposo de Laura y personaje secundario; es celoso, impulsivo y atado a

su madre. No le mostraba cariño ni atención a su esposa, algo que su primo-marido sí le

brindaba en otra época.

• Nacha: cocinera, confidente e, incluso, alcahueta de Laura. Le sirve de desahogo en

principio de la narración y hacia el final de ella, como muestra de un innecesario apoyo,

renuncia a la casa de Pablo y se va, al igual que su patrona.

• Margarita: madre de Pablo. Metiche, mal intencionada y desconfiada de Laura.

Por lo anterior, la perspectiva correspondiente es la del discurso narrativo, esta

clasificación se ciñe a la forma de psiconarración, donde el narrador nos cuenta lo que vive y

siente el personaje sin que haga presente su perspectiva propia.

Por otro lado, la perspectiva de la trama, según Pimentel, está fundamentada por el

principio de selección y restricción de información. En La culpa es de los Tlaxcaltecas la

información brindada se puede resumir en los encuentros entre Laura y su Primo-marido (junto

con todo lo que sucede alrededor de ellas, de nuevo selección y restricción de información):

1. Primer encuentro: se da en el Lago Cuitzeo, cuando Primo-marido la encuentra y la lleva

a su casa.
2. Segundo encuentro: cuando Primo-marido asciende a la otra diégesis e irrumpe en la

casa de Laura, en el siglo XX y entendemos que el indio es real, no alucinaciones de una

inestable Laura.

3. Tercer encuentro: se da en el Café Tacuba, cuando Laura sale a dar un paseo.

4. Cuarto encuentro: situado en el bosque de Chapultepec.

5. Último encuentro: huida.

Finalmente, en el apartado IV de El relato en perspectiva, la autora nos dice que la perspectiva

del lector sobre el mundo que lo rodea influye, al igual que la de los apartados anteriores. Aquí

hace mención de un lector implícito y de cómo yo, lector real, estoy invitada a jugar ese papel.

La dimensión temporal de la lectura de Garro puede impedir una visión global del texto,

por lo que asumo, entones, un “punto de vista móvil”, lo que implica un estado de corrección,

síntesis y modificación de lo que voy leyendo.

Puedo ejemplificar lo anterior utilizando los cinco puntos de información y restricción

brindada en el cuento. Hacia el primer punto, creía a Laura trastornada mentalmente, en el

segundo entendiendo que sus visiones de Primo-marido son reales y que existe una

metadiégesis. Hacia el tercero ya comprendo su historia implícita: un indio azteca que ha sido

vencido en la guerra contra los Tlaxcaltecas (quienes se aliaron con Hernán Cortés), quien busca

a su esposa. En el cuarto y quinto punto, tras el último encuentro y la inminente huida, la

modificación y corrección de la información que fui recabando se actualiza totalmente.

La doble perspectiva opera en todas las formas de significación simbólica que va adquiriendo el
relato, mas esto no es evidente en un principio; el lector se va ubicando gradualmente, mientras la
serie de transformaciones y distorsiones que sufre la visión en el proceso de realización va poniendo
al descubierto esta doble perspectiva que le confiere al mundo representado toda una dimensión
irónica de significado. (Pimentel, 130)
Narrador y el mundo narrado

Existen dos funciones literarias de naturaliza lingüística que entran en juego a la hora de

producir un texto:

1. La función del enunciador (encargado generalmente en la figura del narrador principal).

2. La función del enunciado o contenido narrativo (se extiende hasta configurar un universo

diegético con coordenadas espaciotemporales bien definidas y una serie de actores que

establecen relaciones particulares a ese mundo).

La función del narrador en el cuento ya la conocemos: en su modalidad de narrador

homodiegético, va de Laura a Nacha desde un punto neutro, narrando las situaciones que

Laura, como testigo cuenta, y Nacha, como confesora escucha mientras está en la cocina o

en otros espacios de la narración.

Por otro lado, la función del contenido narrativo atiende a la metadiégesis, que se

encuentra bien definida por las intervenciones espacio-temporales del primo marido, donde

la diégesis en primer plano se ve interrumpida. La diégesis está conformada de esta forma:

Plano A: siglo XX, cotidianidad de Laura en la Ciudad de México.

Plano B: siglo XVI, metadiégesis sobre un pasado. Aparece con el Primo-marido.

Las flecas azules representan la convergencia de la metadiégesis con la “realidad”.


Narrador heterodiegético

El narrador heterodiegético es propio del narrador en tercera persona, tiene una gran diferencia

con el narrador homodiegético, pues difieren en que éste último encuentra involucrado con el

universo narrado, a diferencia del heterodiegético, quien no tiene mayor presencia.

Así, pues, la voz que narra en tercera persona genera mayor confiabilidad, pues el

narrador se encuentra fuera del mundo que narra y su ausencia crea un ambiente de objetividad.

Ejemplificaré lo dicho:

Después, cuando ya Laura se había ido para siempre con él, Nachita limpió la sangre de la ventana
y espantó a los coyotes, que entraron en su siglo que acababa de gastarse en ese instante. Nacha miró
con sus ojos viejísimos, para ver si todo estaba en orden: lavó la taza de café, tiró al bote de la basura
las colillas manchadas de rojo de labios, guardó la cafetera en la alacena y apagó la luz.
—Yo digo que la señora Laurita no era de este tiempo, ni era para el señor —dijo en la mañana
cuando le llevó el desayuno a la señora Margarita.
—Ya no me hallo en casa de los Aldama. Voy a buscarme otro destino, le confió a Josefina.
Y en un descuido de la recamarera, Nacha se fue hasta sin cobrar su sueldo. (Garro, 135)

Niveles narrativos y temporalidad del relato metadiegético

Hacia el final del texto teórico de Luz Aurora, encontramos una recapitulación que nos es de

mucha ayuda para comprender este relato: las tres funciones del relato metadiegético, según

Gerard Genette. Procederé a enumerarlas y continuo a ellas apuntaré su aplicación al texto.

Funciones del relato metadiegético según Genette (1972, 21, ss.):

1. Función explicativa: en el relato enmarcado, se narran acontecimientos en el pasado que

permiten entender una situación dada en el presente.

-Laura en el siglo XX, tras un incidente que la dejó varada en una carretera comienza a

tener regresiones de su pasado que aparecen con la presencia de su Primo-marido. Esta


metadiégesis aparece con él, únicamente. No ve, en ningún otro momento, su pueblo o

su casa sin la presencia obligatoria de este personaje.

2. Función temática: Entre el relato que enmarca y el relato enmarcado, media una

diferencia de mundo narrados; la relación entre ellos de analogía o de contraste.

-La relación entre ambas diégesis es de contraste, pues un se centra en el siglo XVI, tras

la batalla de los aztecas contra los tlaxcaltecas y otra en una ciudad (México)

contemporánea.

3. Función de diversificación: narrar es un acontecimiento como cualquier otro dentro de


la diégesis, en el que esta metadiégesis cumple una función real dentro del cuento. Tal

es el caso de la novela intercalada.

-La metadiégesis cumple su papel explicativo, entendemos, hacia el final, porqué Laura

estaba tan atormentada (se consideraba traicionera, al igual que los tlaxcaltecas, por

haber abandonado a Primo-marido y por haberse casado con otro), porqué prefería a su

Primo-marido sobre Pablo (quien era en extremo impulsivo y celoso, maltratándola y

haciéndole ver su falta de tacto, contrastante con su primer esposo) y, finalmente, porqué

huyo (no era de esa época, como dice Nacha en las últimas líneas de la narración).

Conclusión

Una narración que contiene una metadiégesis en inicio es complicada para cualquier persona.

La primera vez que leí un cuento así fue con Cortázar, en La noche boca arriba. Mi primer

semestre en la carrera me hizo creerme inexperta e incapacitada para comprender un cuento de

esta magnitud. Tras la clase del día siguiente con la doctora Magali Velasco, entendí que estas

diégesis con difíciles por naturaleza y la mejor forma de entenderlas es a través de una exégesis

profunda del texto.


La primera vez que leí a Luz Aurora Pimentel me sentí atraída por la posibilidad de crear

un análisis partiendo de sus anotaciones, pensé “Puedo entender ambos textos (el teórico y el

literario metadiegético) de un solo tiro”, y de hecho así fue como sucedió.

Luz Aurora te da la información de una forma increíblemente digerible, a diferencia de

otros textos teóricos (Genette, Todorov, Bajtín, cuyos textos tienen mi profundo respeto -quizás,

también, miedo-), lo que hace que la aplicación de su análisis sea de mayor facilidad y

comprensión para el lector poco experimentado.

Finalmente, he de decir que, tras un análisis profundo ayudado de la teoría narrativa de

Pimentel, logré comprender el cuento de Elena Garro a profundidad y viceversa: tras la

aplicación de un texto literario al texto teórico, terminé de comprender a Pimentel, pues aún

conservaba ciertas dudas que, al no haber ejemplificado antes, no digería.

Ambos textos son plenamente recomendados para los interesados en la teoría literaria y

en la literatura fantástica que marcó un hito, tanto en la vida de su escritora, como en la literatura

de su contemporaneidad. Te acercan a otras formas narrativas, te permiten conocer otras teorías

y te ayudan a familiarizarte con los textos que toda persona (estudiante de literatura o no) debe

de leer.
Bibliografía:

Garro, Elena. “La culpa es de los tlaxcaltecas”. La semana de colores. Xalapa: Universidad

Veracruzana/Porrúa, 1964.

Pimentel, Luz Aurora. El relato en perspectiva, estudio de teoría narrativa. México: Siglo

XXI editores, 1998.

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