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ISEGORÍA, Nº 35
julio-diciembre, 2006
295-308, ISSN: 1130-2097

Entre Casandra y Clío:


A propósito del pasado, el presente y el futuro de
la filosofía de la historia
ÓSCAR MORO ABADÍA
Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, París

RESUMEN. Tomando como referencia la ABSTRACT. Taking the publication of the


publicación de la segunda edición del second edition of Concha Roldan’s Entre
libro de Concha Roldán Entre Casandra Casandra y Clío as reference, this article
y Clío, el presente artículo examina algu- analyses the philosophy of history from
nas cuestiones relacionadas con el pasa- the perspectives of the past, the present
do, el presente y el futuro de la filosofía and the future. First, the paper examines
de la historia. En primer lugar, se analiza the current disciplinary crisis in an effort
la crisis actual que atraviesa la disciplina to define the philosophy of history at the
tratando de determinar cuál puede ser el beginning of the twenty-first century.
sentido de la filosofía de la historia en Second, the article considers the histori-
el comienzo del siglo XXI. En segundo cal dimension of the debated scientific
lugar, se pasa revista al debate a propósi- nature of historical knowledge and inclu-
to del carácter científico del conoci- des the current implications of this con-
miento histórico y se examinan sus troversy. Third, the essay explores the
implicaciones en la actualidad. En ter- ways in which the philosophy of history
cer lugar, se intenta determinar la fun- can play an ethical function.
ción ética que puede desempeñar la filo-
sofía de la historia. Key words: Philosophy of history, spe-
culative philosophy of history, critical
Palabras clave: Filosofía de la historia, philosophy of history, History and
Filosofía especulativa de la historia, filo- Science, Ethics.
sofía crítica de la historia, Historia y
ciencia, Ética.

Introducción de su crisis actual: “Los autores y los


problemas tratados no son fruto del azar,
La publicación a finales de 2005 de la sino que responden a una clara inten-
segunda edición del libro de Concha ción, la de mostrar en qué puede consis-
Roldán Entre Casandra y Clío constitu- tir la filosofía de la historia hoy, a través
ye una excelente ocasión para debatir a de una historia en la que se ponen de
propósito del pasado, el presente y el manifiesto los excesos cometidos por
futuro de la filosofía de la historia. Al fin esta disciplina, excesos que la llevaron
y a cabo, tal y como la autora señala en a granjearse el rechazo que sufre en la
la introducción, el texto es una invitación actualidad”1. En otras palabras, ya desde
a pensar la filosofía de la historia a la luz buen comienzo el libro se coloca bajo el

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NOTAS Y DISCUSIONES

signo de esa tríada consustancial a la filosófica sobre la historia es, y seguirá


propia filosofía de la historia: el pasado- siendo, pertinente y necesaria.
presente- futuro. Para plantear este pequeño ensayo a
En primer lugar, Entre Casandra y propósito del pasado, el presente y el
Clío constituye una de las mejores histo- futuro de la filosofía de la historia, me
rias de la filosofía de la historia escritas gustaría retomar tres de las principales
en lengua castellana. Frente a otros tra- preguntas a las que el libro de Roldán
bajos que repasan el pasado de la disci- pretende responder. A través de ellas
plina en un tono más ensayístico2 o que espero establecer un diálogo con la auto-
plantean otras alternativas3, el texto ra que me permita, en la aurora del siglo
de Roldán permite obtener una visión de XXI, tomar el pulso a la Philosophie der
conjunto de la historia de la disciplina. Geschichte. En primer lugar, la cuestión
Desde San Agustín hasta Collingwood, a propósito de la crisis de la filosofía de
pasando por Voltaire, Vico o Hegel, el la historia: ¿Por qué la filosofía de la his-
lector encuentra en estas páginas una toria ha llegado a ser una disciplina tan
exposición clara y precisa del pensa- discutida? ¿Es legítimo seguir utilizando
miento de aquellos autores que contribu- dicha denominación? Es suficiente con
yeron a forjar esa particular forma de echar un vistazo al libro de Roldán para
reflexión sobre la historia que fue la Ges- constatar que, hasta fecha reciente, el
chichtsphilosophie4. En este sentido, pulso entre filósofos e historiadores se
Roldán hace un buen trabajo de síntesis resolvió a favor de los primeros: “En su
al definir el concepto “filosofía de la his- afán por explicar el conjunto ha perdido
toria”, limitarlo históricamente y estable- de vista los aspectos singulares e indivi-
cer cuáles han sido sus condiciones de duales de la disciplina que comenzó
posibilidad. En segundo lugar, la refle- siendo su objeto de estudio. La filosofía
xión de Roldán está orientada por una de la historia […] estaba concebida
actualidad que, desde Hegel, se ha con- como materia de especulación metafísi-
vertido en una de las tareas principales ca, de ahí que sea conocida entre noso-
de la filosofía5. Se trata, en definitiva, de tros como filosofía especulativa de la
examinar el pasado a la luz del presente, historia”7. Esa concepción especulativa
tomando como referencia la crisis de la de la disciplina8 (que Walsh denomina
disciplina para determinar si podemos filosofía especulativa de la historia y
seguir hablando de “filosofía de la histo- Danto filosofía substantiva)9 se encuen-
ria” y, si es así, en qué sentido debemos tra desde hace tiempo10 seriamente dis-
hacerlo. En tercer lugar, Entre Casandra cutida: “Ha acabado la concepción de
y Clío es una invitación a pensar sobre el una historia entendida como un proceso
porvenir de la disciplina. La crisis actual único, evolutivo, coherente hacia una
nos coloca frente a un futuro incierto meta”11. Del mismo modo, el énfasis en
donde la filosofía de la historia sólo la búsqueda de explicaciones científicas
podrá sobrevivir a condición de aceptar y de leyes generales que caracterizó a la
que “se ha roto en mil pedazos el espejo filosofía crítica de la historia también ha
de lo absoluto”6 y que es necesario bus- sido puesto en entredicho. Ante esta
car nuevos parámetros para pensar filo- situación, la actualidad nos obliga a
sóficamente la historia. Como la propia hacer frente a la crisis de las filosofías
autora señala, aunque las concepciones tradicionales para tratar de construir una
tradicionales tienen que ser descartadas, nueva reflexión sobre la historia que bien
lo cierto es que algún tipo de reflexión pudiera adoptar la forma de una filosofía

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crítica, entendida como “renuncia a vez liberada de su condición de gran


esperar el sentido último de la evolu- relato omnicomprensivo, está en condi-
ción”12. Mi primer objetivo será, por tan- ciones de desempeñar una función ética:
to, determinar qué sentido puede tener “El filósofo de la historia ya no puede
una filosofía de la historia en los inicios dedicarse a realizar terroríficas o espe-
del siglo XXI. ranzadoras predicciones de futuro, pero
Un segundo problema que el libro tampoco debe renunciar a realizar valo-
plantea es la pregunta a propósito del raciones estimativas acerca del mismo:
carácter científico de la historia: ¿Es la no puede anunciar lo que será, pero sí
historia una ciencia? Si es así, ¿debe proponer cómo debiera ser o, en todo
adoptar el modelo de las ciencias natura- caso, cómo no debiera ser jamás”16. En
les o de las ciencias sociales? Estas son este contexto, mi objetivo será plantear
preguntas a las que historiadores y filó- algunas preguntas a propósito de esa
sofos se han enfrentado desde hace casi dimensión ética de la disciplina. Quizás,
dos siglos. Para unos, como Leopold von como analizaré más adelante, la filosofía
Ranke13 o Louis Bourdeau14, la historia de la historia pueda convertirse en una
tenía que renunciar a toda especulación reflexión capaz de orientar la acción en
metafísica y convertirse en una ciencia el presente.
natural que mostrase los hechos “tal y Las cuestiones que acabo de men-
como sucedieron” (Wie es eigentlich cionar (la crisis de la filosofía de la his-
gewesen). Para otros, como Wilhem toria, la naturaleza científica de la histo-
Dilthey15, la historia tenía que construir- ria y la relación entre filosofía de la
se a partir de la metodología de las cien- historia y ética) me servirán como pie-
cias del espíritu y no de las ciencias natu- dras de toque para tomar el pulso de ese
rales. Esta polémica, que se antoja paciente aparentemente moribundo que
intrínseca al propio saber histórico, se ha es la filosofía de la historia.
reactivado recientemente gracias a la
controversia en torno al “giro lingüísti- La crisis de la filosofía de la historia
co”. La cuestión será, por tanto, retomar
el pasado de esta discusión para exami- No creo que me equivoque cuando afir-
nar los ecos de la misma en el presente. mo que el primer objetivo de Entre
Al fin y al cabo, toda reflexión filosófica Casandra y Clío es responder a una serie
sobre la historia que se pretenda crítica de cuestiones a propósito del presente de
tiene, necesariamente, que hacer frente al la filosofía de la historia: “¿Acaso […] la
problema de la cientificidad y a otras filosofía de la historia es algo que sólo
cuestiones derivadas (el problema de la pertenece al pasado? ¿Podemos seguir
verdad, de la objetividad, de la existencia hablando de filosofía de la historia? Si es
de leyes generales, etc.). así, ¿en qué sentido?”17. Sin embargo,
La tercera cuestión que me gustaría como la autora nos recuerda, para hacer
examinar es la relación entre historia y frente a dicha actualidad es necesario
ética: ¿Puede seguir Casandra profeti- mirar hacia atrás, hacer recuento e inten-
zando al oído de Clío? ¿Se le puede exi- tar dar respuesta a una pregunta siempre
gir a la filosofía de la historia algún tipo pertinente: ¿Cómo la filosofía de la his-
de compromiso ético hoy que parecemos toria ha llegado a ser lo que es? En su
instalados en el escepticismo, ya sea búsqueda de respuestas, el libro de Rol-
moderno o postmoderno? Roldán consi- dán parte de una actitud crítica hacia el
dera que la filosofía de la historia, toda pasado disciplinar: no se trata de restituir

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la gloria perdida a los padres fundadores no filosófica, mientras que la filosofía


sino de poner de manifiesto los errores subordina y por esta razón es antihistóri-
cometidos en el pasado. ca”18.
Roldán considera que pueden distin- Esta situación de incompatibilidad se
guirse cuatro grandes fases en la historia mantuvo hasta la obra de San Agustín,
de la filosofía de la historia: una larga creador de una primera filosofía cristiana
prehistoria que se prolonga desde la Gre- de la historia. En mi opinión, Roldán
cia Clásica hasta el Renacimiento; una acierta al considerar que De Civitate Dei
aurora que anuncia las ideas fundamen- constituye la primera interpretación
tales sobre las que se construirá la disci- sobre el sentido de la historia universal,
plina; una tercera fase que corresponde pero que todavía no puede considerarse
al apogeo de la filosofía especulativa de filosofía (puesto que no es una visión
la historia y, por último, un período don- racional de la historia). De hecho, sólo
de se desarrolla una filosofía de la histo- en el Renacimiento comenzó a desarro-
ria que se pretende crítica no sólo por llarse un tipo de pensamiento sobre el
poner en tela de juicio los planteamien- pasado que dará lugar, durante la Ilustra-
tos anteriores sino también por concen- ción, a la filosofía de la historia sensu
trarse en el análisis de una serie de pro- stricto. El nacimiento de esta reflexión
blemas concretos. se explica principalmente por “la eman-
Durante las dos primeras fases de cipación de una razón filosófica respecto
esta cronología (i.e. desde la Antigüedad de una tradición teológica que la venía
hasta el siglo XVI) no puede hablarse de encorsetando y que, sin el proceso de
una filosofía de la historia sensu stricto. secularización nunca habría alcanzado su
En los orígenes del pensamiento occi- mayoría de edad”19. Las obras de Leib-
dental, la historia y la filosofía siguieron niz, Voltaire, Vico y Herder son conside-
caminos paralelos que impidieron que radas el precedente inmediato de una
una filosofía de la historia pudiera cons- filosofía de la historia que alcanzará su
tituirse. De hecho, ambas disciplinas apogeo a finales del siglo XVIII y prin-
remitían a dos tipos de saber contradicto- cipios del XIX gracias a Kant y Hegel, y
rios. Por un lado, la historia (historia que se prolongará durante el siglo XIX
rerum gestarum) no podía ser objeto de de la mano de Comte y de Marx.
especulación filosófica porque se limita- La filosofía especulativa de la histo-
ba a la simple narración de los hechos ria es un tipo de reflexión que puede
por parte de un testigo de los aconteci- definirse a partir de los siguientes rasgos:
mientos. Por otro lado, la duración no era 1) tiene por pretensión explicar el con-
susceptible de convertirse en objeto filo- junto de la historia20, 2) define la historia
sófico: el filósofo era aquel capaz de como un proceso universal21, 3) equipa-
adquirir conocimientos científicos, es ra el proceso histórico a la realización de
decir conocimientos inmutables no suje- la razón, 4) busca determinar las leyes
tos al cambiante devenir. Habría que pre- que demuestren que la historia no es una
guntarse si, como señala Cassirer citando secuencia arbitraria de hechos, 5) preten-
a Burckhardt, toda la filosofía de la his- de predecir los acontecimientos futuros,
toria posterior no quedó lastrada por esta 6) está organizada en torno a las ideas de
contradicción inicial: “La filosofía de la evolución y de progreso. Esta visión de
historia, dice Burckhardt, es un centauro, la historia (que, grosso modo, es común
una contradicción en los términos porque a Kant, Hegel, Comte y Marx) está cons-
la historia coordina y por esta razón es truida sobre una distinción entre los

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hechos y la Historia: “Los “hechos” son esa “estructura de la humanidad históri-


sólo datos, indicios, síntomas en los que ca” en la “cultura”, verdadera protago-
aparece la realidad histórica. Ésta no nista de la historia. Spengler distingue
es ninguno de ellos, por lo mismo que es nueve culturas, cada una de las cuales
fuente de todos. Más aún: que “hechos” “imprime a su materia, que es el hombre,
acontezcan depende, en parte, del azar. su forma propia, cada una tiene su pro-
Las heridas de César pudieron no ser pia idea, sus propias pasiones, su propia
mortales. Sin embargo, la significación vida, su querer, su sentir, su morir pro-
histórica del atentado hubiera sido la pios”25. Oponiéndose a la imagen tradi-
misma”22. En definitiva, se trataba de un cional de la historia como una línea rec-
tipo de reflexión construida sobre el olvi- ta, Spengler ve múltiples culturas que se
do de la historia o, si se prefiere, de suceden llenando el tiempo histórico.
espaldas a los hechos históricos. Tanto la Utilizando la metáfora orgánica, consi-
idea de una historia universal de Kant, dera que dichas culturas son seres vivos
como la ley de los tres estadios de Com- que nacen, maduran, envejecen y mue-
te o la dialéctica (ya sea en su versión ren. El objetivo del libro es analizar el
hegeliana o marxista) eran reconstruc- último estadio de una de esas culturas:
ciones ideales a priori sobre el devenir Occidente. En definitiva, lo que la obra
histórico. de Spengler pone de manifiesto es que el
Esta concepción entró en crisis a a priori del progreso que había organi-
finales del siglo XIX con el paulatino zado la filosofía especulativa de la histo-
rechazo de las concepciones metafísicas ria ya no era válido en 1918: “el porvenir
hegelianas. A partir de ese momento, la del Occidente no consiste en una marcha
disciplina experimentó un cambio funda- hacia delante sin término, en la dirección
mental. Para ilustrarlo, quisiera exami- de nuestros ideales presentes y con espa-
nar brevemente el libro de Oswald Spen- cios fantásticos de tiempo, sino que es un
gler Der Untergang des Abendlandes fenómeno normal de la historia, limitado
(La decadencia de Occidente) que bien en su forma y duración”26. La idea de un
pudiera considerarse, si se me permite el plan, de un propósito, de una meta que
juego de palabras, der Untergang der guía el destino de la humanidad (noción
Geschichtsphilosophie. Esta obra consti- intrínseca a la filosofía especulativa)
tuyó el último intento de construir una había sido definitivamente descartada:
filosofía especulativa de la historia que, “La humanidad no tiene un fin, una idea,
en la fecha de aparición del primer volu- un plan, como no tiene fin ni plan la
men (junio de 1918), ya no era posible. especie de las mariposas o de las orquí-
Spengler, cuyo objetivo fundamental era deas”27.
predecir la historia23, comienza plante- El rechazo de la filosofía idealista
ando la división entre los hechos históri- llevó al interés por una filosofía de la
cos y la realidad histórica: “¿Hay una historia que no fuera interpretada en tér-
lógica de la historia? ¿Hay más allá de minos ni místicos ni metafísicos. Es lo
los hechos singulares, que son contin- que Walsh llama la filosofía crítica de la
gentes e imprevisibles, una estructura de historia que se interesa por el estudio de
la humanidad histórica, por decirlo así, cuatro conjuntos de problemas: a) la his-
metafísica, que sea en lo esencial inde- toria y otras formas de conocimiento, b)
pendiente de las manifestaciones políti- verdad y hecho en historia, c) objetivi-
co-espirituales tan patentes y de todos dad histórica y d) la explicación en his-
conocidas?”24. El autor alemán descubre toria28. Se trata, como Roldán señala, “de

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un planteamiento fundamentalmente seguir hablando de una “filosofía de la


epistemológico, que atañe a la posibili- historia”? Dado que se trata de una cues-
dad de conocimiento de la historia”29. Es tión fundamental, me gustaría explorar
por esta razón que Ernst Cassirer habla las dos respuestas posibles. En primer
de un “enfoque epistemológico de la his- lugar, parece evidente que hoy no pode-
toria”30 que ya no estaría interesado en la mos pensar la historia en términos
historia como objeto, sino en el modo de siquiera similares a los de la filosofía
conocimiento de dicho objeto. Se preten- especulativa. La creencia en el progreso,
día, por tanto, determinar el método de el establecimiento de leyes generales o la
conocimiento o, si se prefiere, el carácter posibilidad de predecir el futuro son ide-
específico del conocimiento histórico. ales gnoseológicos que pertenecen a un
Esta filosofía crítica de la historia (que tiempo pasado. Del mismo modo, “la
nació en el siglo XIX) se prolongó expectativa objetivista debiera conside-
durante el siglo XX metamorfoseada en rarse definitivamente descartada”32, y
una filosofía analítica principalmente con ella se han esfumado parte de las ilu-
interesada en determinar si la historia es siones, en el doble sentido del término,
o no una ciencia. Roldán sitúa la crítica de la filosofía crítica. En definitiva, las
popperiana del historicismo y las pro- formas tradicionales de pensar filosófi-
puestas de Hempel, Dray y Von Wright camente la historia no han podido adap-
en este contexto (2005, pp. 143-155). tarse a los nuevos tiempos. Esto ha pro-
Lo significativo es que algo de la pre- vocado que, no sin razón, algunos
tensión omnicomprensiva y normativa autores hayan rechazado el término
de la denostada filosofía especulativa “filosofía de la historia” por considerarlo
sobrevivió en la filosofía crítica: “La demasiado ligado a la visión tradicional
filosofía crítica de la historia, que toda- de la Geschichtsphilosophie.
vía en alguna de sus más recientes ver- Sin embargo, hay quienes creemos
siones ha tendido a autoconcebirse como que “sigue habiendo algo a lo que deno-
una reflexión de orden superior sobre la minados filosofía de la historia, sólo que
metodología historiográfica, acaparando ha cambiado de signo […] continúa pen-
para si y sometiéndolo a una tan férrea sándose sobre y a partir de la historia,
cuanto injustificada voluntad normativa como si los filósofos hubieran experi-
ese impreciso territorio conocido como mentado un giro desde lo perenne a lo
la teoría de la historia”31. En definitiva, perentorio”33. En otras palabras, si con-
el intento de conocer científicamente la sideramos la filosofía de la historia como
historia (i.e. la búsqueda de leyes gene- un intento de pensar sobre y a partir de
rales) escondía la pretensión de predecir la historia, entonces estaremos de acuer-
el futuro y, sobre todo, negaba la impre- do en que dicha reflexión no sólo es per-
dicibilidad de la historia. Sin embargo, tinente sino que es necesaria (llámese
también el énfasis positivista en la expli- “filosofía de la historia”, llámese “meto-
cación se saldó con un fiasco del que da dología histórica” como prefiere decir
fe el fracaso del Covering Law Model de Manuel Cruz). Dado que los viejos
Hempel. modelos ya no sirven como referencia, la
Llegados a este punto, me gustaría cuestión estribaría en llenar de contenido
retomar la pregunta que dio origen a esta dicha reflexión. Para ello, hay que partir
reflexión: si tanto la filosofía especulati- de un hecho fundamental: estamos en un
va como la filosofía crítica de la historia momento en el que se produce más pen-
parecen haber fracasado, ¿tiene sentido samiento sobre la historia que nunca. El

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problema es, como ha afirmado Javier Historia y ciencia


Muguerza, que los tiempos no parecen
estar para sistemas34 y que esa ingente El debate a propósito del status científico
reflexión se nos presenta bajo formas tan de la historia se remonta al siglo XIX y
diversas que apenas podemos adivinar su ha adoptado dos formas diferentes: las
sentido. Por esta razón, pienso que una de discusiones entre los filósofos en torno a
las funciones de la filosofía de la historia la cuestión de la historia como ciencia
debería ser, precisamente, explicar esa (¿Es la historia una ciencia del mismo
multiplicidad. Se trataría, en definitiva, de rango que las naturales? ¿Es posible la
que la filosofía nos ayudase a comprender predicción en historia?, etc.) y los deba-
qué tipo de historia escribimos, por qué y tes entre los historiadores que, más liga-
en qué medida esa reflexión está orientada dos a la práctica de la historia, han inten-
por la actualidad. Ese trabajo de síntesis tado determinar las posibilidades de
podría permitirnos comprender el vínculo construir un relato fidedigno del pasado.
privilegiado que la historia establece con Dado que el texto de Roldán examina en
el presente35 y, de este modo, ayudarnos a detalle la primera de estas dos formas, he
entender nuestro hoy. pensado que lo mejor sería completar el
En segundo lugar, la filosofía de la cuadro trazado por la autora recogiendo
historia debe ayudar a pensar los con- las principales discusiones entre los his-
ceptos, las ideas y las categorías del toriadores. De este modo, quizá estemos
tiempo que nos ha tocado vivir. Desde en condiciones de responder a una cues-
luego, ya no es posible imaginar la histo- tión que Iggers planteaba del siguiente
ria como la realización del progreso o de modo: “¿Qué queda hoy de la fe de la
la razón. Tampoco parece conveniente Ilustración en la posibilidad de ocuparse
salir a la búsqueda de pautas y leyes racionalmente, esto es, científicamente,
generales que expliquen el pasado y pre- de la historia y que queda del cometido
digan el futuro. Ahora bien, como Rol- emancipador de la ciencia ahora, cuando
dán señala, eso no significa que la refle- la posmodernidad ha cuestionado radi-
xión filosófica sobre la historia haya calmente no sólo la coherencia de la his-
muerto, sino que ha cambiado de signo. toria sino también la del pensamiento
Nuestro tiempo es el de la multiplicidad, humano?”37.
el escepticismo y la diversificación. En él Durante el siglo XIX, la historia se
han surgido nuevos objetos de pensa- constituyó como una disciplina universi-
miento que hace apenas dos siglos eran taria que, como Janus, presentaba dos
despreciados. La literatura, cada día más caras: la científica y la política. En efec-
abundante, a propósito de la contingen- to, desde muy pronto la actividad de los
cia, el acontecimiento, la narración, la historiadores se inscribió en un campo de
identidad o la memoria da fe de la exis- fuerza resultado de la tensión entre estos
tencia de una reflexión fértil sobre la his- dos polos. Por un lado, aspiraban a pro-
toria. Sería un error, desde mi punto de ducir un relato verdadero sobre el pasa-
vista, negarle a dicha reflexión la catego- do. El “noble sueño” de Ranke tenía su
ría de pensamiento por el mero hecho de correlato en el deseo de “permanecer
que no adopte una forma sistemática. independientes de toda opinión política y
Nuestra tarea debería ser, por tanto, religiosa […] sin proponerse otro objeti-
construir una filosofía acorde con nues- vo y otro fin que el que puede obtenerse
tro tiempo, aunque sepamos que no es de la verdad”38. Por otro lado, la institu-
definitiva36. cionalización de la historia “no puede

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separarse de la experiencia nacional que una historia capaz de ofrecer un relato


dicha historia pretende presentar como verídico del pasado. A pesar de que la
natural y evidente”39. El caso francés es cuestión de la historia como ciencia fue
un ejemplo paradigmático de la liaison objeto de discusión permanente (el texto
entre el proceso de legitimación del Esta- de Roldán resume perfectamente los
do moderno y el nacimiento de la profe- principales debates al respecto), lo cierto
sión de historiador. Así, la burguesía que es que nadie ponía en duda que el histo-
pasó a detentar el poder a partir del siglo riador fuera capaz de ofrecer un retrato
XIX comprendió que la nueva sociedad, fidedigno del pasado. En segundo lugar,
“para creer en ella misma, tenía necesi- los historiadores guardaron una cierta
dad de no haber nacido ayer”40. Era autonomía con respecto al poder políti-
necesario justificar el nuevo estado revo- co. Constituidos en comunidad universi-
lucionario, colocándolo “bajo el peso del taria, fueron capaces de consolidar un
pasado de Francia”41. En este sentido, la campo relativamente independiente de
historia se convirtió en un instrumento las demandas políticas. En este sentido,
de legitimación fundamental que tenía como cualquier otro campo científico, el
como uno de sus principales objetivos de los historiadores puede ser considera-
“extraer de nuestras viejas crónicas rela- do “un microcosmos autónomo en el
tos capaces de emocionar la fibra popu- interior del macrocosmos social. Autó-
lar”42. nomo, según la etimología, quiere decir
Estos dos procesos (la búsqueda de la que tiene su propia ley, su propio nomos,
verdad y la utilización política del pasa- que tiene en sí mismo el principio y la
do) instauraron una paradoja en el cora- regla de su funcionamiento”43. En defini-
zón mismo de la empresa histórica tiva, el equilibrio44 que hizo posible el
moderna: por un lado, la historia se cons- desarrollo de la historia durante el siglo
tituyó como un saber que tenía como XX estuvo basado en dos principios fun-
función principal legitimar el nuevo damentales: (a) el acuerdo a propósito
orden político y, por otro, los historiado- del carácter verdadero y riguroso del
res aspiraban a restituir la verdad de los conocimiento histórico y (b) la consoli-
tiempos pasados por encima de intereses dación de una cierta autonomía de los
políticos concretos. Durante más de un historiadores con respecto a los poderes
siglo, esta contradicción marcó la orien- políticos.
tación de los debates teóricos en la disci- Sin embargo, está situación ha cam-
plina, en los que cuestiones como la biado durante los últimos años. De
objetividad y la responsabilidad se con- hecho, creo que lo que los especialistas
virtieron en problemas fundamentales. llaman la “crisis de la historia” es un
Sin embargo, durante mucho tiempo, los proceso justamente relacionado con la
historiadores tuvieron la capacidad no de quiebra de los dos principios que hacían
superar la mencionada paradoja, pero si posible el mencionado equilibrio. En pri-
al menos de soportar el peso de la con- mer lugar, desde los años setenta ciertas
tradicción. De hecho, pienso que, hasta corrientes de pensamiento han puesto en
finales del siglo XX, los historiadores cuestión la posibilidad misma de cons-
fueron capaces de encontrar un equili- truir un relato verídico sobre el pasado.
brio entre la búsqueda de la verdad y las Ya no se trata de saber si la historia es
implicaciones políticas de su actividad. una ciencia del mismo rango que las
En primer lugar, aprovecharon el diálogo naturales, sino de determinar si el dis-
con otras ciencias sociales para construir curso histórico es una forma de retórica

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próxima a la literatura. En segundo de los setenta cuando se generalizó la


lugar, la creencia en la autonomía del idea de que la única función de la histo-
historiador ha desaparecido. Así, escu- ria ha sido (es y será) legitimar el poder.
chamos hablar constantemente de la uti- Esta “pérdida de la inocencia” no es un
lización política de la historia, de los fenómeno exclusivo de la historia: forma
usos del pasado o de los abusos de la parte de una toma de conciencia más
memoria. La idea de que la historia general a propósito de las implicaciones
“siempre tiene una función política”45 se políticas de las ciencias sociales. Desde
ha generalizado. Dado que estos dos pro- la aparición de la obra de autores como
cesos parecen haber puesto en jaque la Said o Foucault, las ciencias sociales han
posibilidad del conocimiento racional retenido la idea de que “el poder produ-
del pasado, me gustaría detenerme bre- ce saber […] que poder y saber se impli-
vemente en ellos. can directamente el uno al otro; que no
En primer lugar, desde la publicación existe relación de poder sin constitución
del libro de Hayden White Metahistory. correlativa de un campo de saber, ni de
The Historical Imagination in Ninete- saber que no suponga y no constituya al
enth- Century Europe46 y del artículo de mismo tiempo unas relaciones de
Lawrence Stone The Revival of Narrati- poder”51.
ve: Reflections on a New Old History47, Tanto el giro lingüístico como la
un número cada vez mayor de historia- generalización en la creencia del carácter
dores parecen convencidos de que la his- político del discurso histórico nos obli-
toria tiene más que ver con la literatura gan a replantearnos una serie de cuestio-
que con la ciencia. Así, el último desafío nes fundamentales: ¿Pueden los historia-
a la historia científica proviene del “giro dores superar el desafío postmoderno?52
lingüístico” (linguistic turn)48, una for- ¿Pueden volver a alcanzar el equilibrio
ma de textismo popularizada por el pro- perdido? ¿Es todavía posible una historia
pio Hayden White. Según él, la historia científica? La filosofía de la historia se
es una estructura lingüística (verbal antoja un espacio privilegiado desde el
structure) que no difiere esencialmente que responder a estas cuestiones. En pri-
de la literatura. Por consiguiente, “los mer lugar, puede aportar un diagnóstico
historiadores tienen que tomar las narra- bien informado a propósito de problemas
tivas históricas por lo que manifiesta- tales como la objetividad, la verdad o la
mente son: ficciones verbales cuyos con- explicación (cuestiones que son objeto
tenidos tienen más en común con sus de debate desde hace un siglo). En defi-
homólogos literarios que con los de las nitiva, puede introducir la reflexividad
ciencias”49. Tomando como referencia necesaria para comprender la deriva de
algunas ideas de la filosofía del lenguaje la discusión. En segundo lugar, la filoso-
de Wittgenstein50, los defensores del giro fía de la historia pueda ayudar a encon-
lingüístico consideran que el historiador trar un tercer camino que nos permita
no hace referencia al pasado, sino que escapar del callejón en el que relativistas
construye la realidad histórica. y positivistas nos han metido. Se trataría
En segundo lugar, durante los últi- de aceptar tanto la imposibilidad de la
mos años se ha insistido mucho en el uso objetividad como la determinación so-
político de la historia. Aunque los histo- cio-lingüística del conocimiento53 sin
riadores han tenido conciencia de dicha caer en el relativismo absoluto. Sólo si
utilización desde hace más de un siglo, resolvemos esa ecuación estaremos en
lo cierto es que fue a partir de la década condiciones de avanzar.

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NOTAS Y DISCUSIONES

Filosofía de la historia y ética estadio positivo. El presente era el instan-


te previo, el espacio de posibilidad desde
La tercera gran cuestión que el texto de el que emergía el futuro: “Si nos pregun-
Roldán plantea es la relación entre filo- tamos si vivimos en una época ilustrada,
sofía de la historia y ética. En este caso, la respuesta es no, pero sí en una época
la autora enuncia la pregunta clave y de Ilustración. Todavía falta mucho para
sugiere algunas ideas que nos permiten que los hombres, tal como están las
introducir el debate: “Mi apuesta por la cosas, considerados en su conjunto, pue-
filosofía de la historia es una apuesta dan ser capaces o estén en situación de
mediada por la ética. No propongo que la servirse bien y con seguridad de su pro-
ética sustituya a la historia, pero sí que se pio entendimiento sin la guía de otro en
sirva de ella para seguir buscando el materia de religión. Sin embargo, es aho-
rumbo que evite la catástrofe. De alguna ra cuando se les ha abierto el espacio
manera, se trata de una simbiosis entre para trabajar libremente en este empe-
historia y ética ¿Podrá la ética dar un ño”56. En el caso de la filosofía crítica, el
renovado tirón del pasado y hacer que el énfasis en la explicación (que es común
ángel de la historia al que aludía W. Ben- a autores tan diferentes como Ranke o
jamin vuelva la cara hacia el futuro sin Hempel) era correlativo a una definición
dejarse arrastrar por el huracán del mal del pasado como un objeto de conoci-
llamado progreso hacia su autodestruc- miento ajeno al presente desde el que el
ción?”54. Para responder a esta pregunta historiador escribe. Se suponía que exis-
me gustaría tomar prestadas unas pala- tía un único pasado que podía ser descri-
bras de Manuel Cruz: “La historia, pues, to en términos objetivos. En definitiva, el
nos ayuda a vivir el presente de la única acento se colocaba en el conocimiento
manera que le es dado hacerlo: ayudán- del pasado en tanto que pasado, “objeto
donos a entenderlo […] Por un conoci- impávido a la espera de conocimiento”57.
miento del presente, como es obvio, Sin embargo, el pasado del historia-
pasan nuestras programaciones de futu- dor no es pretérito perfecto simple sino
ro. Como también pasa por él la noticia compuesto. El pasado sólo puede vivir a
del pasado”55. La historia debe ayudar- través de un presente que, además, es el
nos a entender nuestra actualidad para lugar de la acción. Es por esta razón que
orientar la acción o, dicho de otro modo, es allí donde debemos plantear la pre-
la reflexión sobre la historia es condi- gunta por la ética. Para hacerlo, es nece-
ción sine qua non de una acción respon- sario comenzar tomando algunas precau-
sable. ciones. Así, hay que evitar “el análisis del
¿Por qué situar el problema de la rela- momento presente como si éste fuera pre-
ción entre la filosofía de la historia y la cisamente en la historia el momento de la
ética en el presente? Porque, en mi opi- ruptura o el momento del balance, o del
nión, tanto el fracaso de la filosofía espe- cumplimiento, o el de la aurora que retor-
culativa como el de la filosofía crítica na”58. El presente no es el momento de
pueden explicarse, hasta cierto punto, por advenimiento de la historia, sino “un día
su incapacidad para medirse con la actua- como los otros, o más bien es un día que
lidad. Así, lo propio de la filosofía espe- nunca es igual completamente a los
culativa de la historia era colocar el acen- demás”59. La filosofía de la historia debe,
to en el futuro, entendido como el por tanto, colocarse al servicio de la
momento de realización de la Aufklä- actualidad no para legitimarla, sino para
rung, de la revolución proletaria o del explicarla y para permitirnos modificarla.

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NOTAS Y DISCUSIONES

José Carlos Bermejo lo ha explicado con aún cuando nuestra reflexión sobre la
brillantez: “Será necesario partir de la historia adopta formas cada vez más
situación presente, pero sin perder de variadas cuyo significado no puede ser
vista, eso sí, que este presente nuestro aprehendido más que a través de algún
no tiene sentido sin referencia al pasado, no tipo de reflexión global). Convertida en
ya porque el pasado pueda servir como una forma de diagnóstico de nuestra
fundamento del presente, sino porque actualidad, la filosofía de la historia
precisamente lo que aquél nos pone de podrá orientar la acción de la única
manifiesto es el carácter abierto del manera que le es dado hacerlo: aportan-
momento actual, su falta de fundamento, do el conocimiento necesario para que
su permanente estado de indetermina- una acción responsable sea posible.
ción”60. Esta interpretación permite con-
cebir la filosofía de la historia como una Conclusión
reflexión sobre el presente que se resume
en la cuestión del “hoy” y en el problema Con Entre Casandra y Clío sucede lo
del “nosotros”: Que sommes-nous en ce que con algunos relatos de Borges: en
temps qui est le nôtre?61. unas pocas páginas se encuentran resu-
¿En qué medida esta filosofía de la midas las cuestiones que importan.
historia entendida como una ontología ¿Podemos hablar de filosofía de la histo-
del presente puede ayudar a orientar la ria en el comienzo del siglo XXI? ¿Qué
acción? Dicho de otro modo: ¿Qué fun- queda de la fe ilustrada en la posibilidad
ción ética puede desempeñar una filoso- de conocer racionalmente el pasado?
fía crítica? Como he señalado en las ¿Puede la reflexión sobre la historia fun-
páginas anteriores, la filosofía debe ayu- damentar la acción? La respuesta a estas
darnos a comprender la relación entre la preguntas dependerá, en buena medida,
actualidad y la historia que escribimos. de la concepción que cada uno tenga de
Se trataría, como dice Manuel Cruz, de la filosofía de la historia. Quienes consi-
preguntar al que pregunta con el objeti- deran que el concepto define un tipo de
vo de asumir nuestra responsabilidad en reflexión meta-histórica que alcanzó su
la construcción del pasado: “Preguntar al cenit con los sistemas de Hegel, Kant o
que pregunta significa, por tanto, abrir Comte, probablemente entenderán que la
estos interrogantes: ¿quiénes somos, en Geschichtsphilosophie pertenece al
definitiva, los habitantes de ese presen- pasado. Quienes consideramos que el
te? ¿Qué nos define? ¿A quiénes consi- concepto remite a una reflexión sobre y a
deramos nuestros iguales en la histo- partir de la historia entendemos, en
ria?”62. Si tenemos en cuenta que cambio, que “todavía podemos hablar de
nuestras inquietudes, pensamientos e filosofía de la historia”63. Teniendo en
ideas sobre el pasado nos dicen más a cuenta la crisis de las grandes narracio-
propósito de quiénes somos que de quie- nes tradicionales, el problema estriba en
nes éramos, entonces estaremos de pensar qué sentido puede tener la refle-
acuerdo en que la filosofía de historia xión filosófica sobre la historia en este
puede ser una herramienta fundamental momento que nos ha tocado vivir.
para comprender la actualidad. Y esto es En este ensayo he propuesto algunas
así porque, como ya he señalado, sólo un ideas al respecto. En mi opinión, la filo-
tipo de reflexión meta-histórica puede sofía de la historia debe convertirse en
permitirnos comprender el sentido gene- una reflexión crítica orientada por la
ral de la historia que escribimos (más actualidad. En primer lugar, la filosofía

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NOTAS Y DISCUSIONES

debe ayudarnos a comprender el presen- este trabajo, ser condición imprescindible


te determinando qué tipo de reflexión de una acción responsable.
histórica es la específica de nuestro hoy. En definitiva, estamos en un momen-
¿Por qué esa recurrente preocupación to en el que urge construir una nueva
por la tradición y la memoria? ¿Qué es lo filosofía de la historia. Quizá por ello,
que hay detrás de nuestra inquietud por me gustaría concluir deseando que la
la identidad? ¿Por qué el creciente inte- autora de Entre Casandra y Clío, des-
rés por objetos antes despreciados como pués de ofrecernos una brillante historia
la contingencia o el acontecimiento? La de la disciplina, se aplique al legado de
filosofía de la historia no debe limitarse Collingwood con el que cierra su libro:
a responder a cada una de estas cuestio- “construid vuestras historias y vuestras
nes por separado, sino que tiene que filosofías, aunque sepáis que no son defi-
decirnos algo sobre su significado. Tie- nitivas”64.
ne, por tanto, que ofrecernos una síntesis
que nos permita comprender por qué AGRADECIMIENTOS
pensamos la historia de una determinada
manera y no de otra. Ese trabajo sobre la Quisiera agradecer a Manuel Cruz,
actualidad nos permitirá determinar lo Roberto R. Aramayo, José Carlos Ber-
que de específico tiene nuestra reflexión mejo y José Luis Moreno Pestaña la
sobre la historia y, al mismo tiempo, nos lectura atenta de mi texto. Un recuerdo
ayudará a comprender quiénes somos. especial merecen Jaime de Salas,
Así, conviene insistir en que la manera que cuyos interesantes comentarios a este
nuestra sociedad tiene de pensar su histo- ensayo me permitirán plantear nuevos
ria dice mucho más a propósito de su pre- problemas, y Concha Roldán, con
sente que de su pasado. Por lo tanto, la quien pude discutir muchos de los
reflexión sobre nuestro ser histórico debe- temas aquí planteados. A todos ellos,
ría, como he indicado en la última parte de muchas gracias.

NOTAS
1 Roldán, C. (2005): Entre Casandra y Clío: de paradoja de volver a reflexionar sobre la histo-
Una historia de la filosofía de la historia, Akal, ria “después del fin de la filosofía de la historia”.
Madrid, p.13. Cfr. al respecto Rohbeck, J. Geschichtsphilosophie
2 Cruz, M. (1991): Filosofía de la historia. El zur Einführung, Junius, Hamburg, 2004, p.19, cita-
debate sobre el historicismo y otros problemas do por Roldán (2005), p. 220.
mayores. Paidós, Barcelona. 5 “La tarea de la filosofía es concebir lo que es,
3 Bermejo, J. C. y Piedras, P. A. (1999): Gene- pues lo que es es la razón. En lo que respecta al
alogía de la Historia. Ensayos de Historia Teórica individuo, cada uno es, de todos modos, hijo de su
III. Akal, Madrid. tiempo; de la misma manera, la filosofía es su tiem-
4 Suele distinguirse actualmente en alemán po aprehendido en pensamientos. Es igualmente
entre dos términos, Geschichtsphilosophie, para insensato creer que una filosofía puede ir más allá
referirse a la filosofía de la historia en sentido de su tiempo presente como que un individuo pue-
estricto - como forma tradicional de entender esa de saltar por encima de su tiempo, más allá de
disciplina durante una época - y Philosophie der Rodas”: Hegel, G. W. F. (1820): Principios de la
Geschichte en un sentido más amplio que incluiría filosofía del derecho o derecho natural y ciencia
y partiría de las críticas de la denominada posthis- política, Edhasa, Barcelona, 1999, p. 61.
toria; esto es, la última sería una manera no exenta 6 Roldán, C. (2005), p. 17.

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NOTAS Y DISCUSIONES

17 Roldán, C. (2005), 16. extinga la civilización del Occidente, acaso no


18 Concepción que, siguiendo a Manuel Cruz, vuelva a existir otra cultura y, por lo tanto, otro tipo
estaría tentado de llamar filosofía idealista de la humano para quien “la historia universal” sea una
historia: “Nada impide, por tanto, aceptar la crisis forma tan enérgica de la conciencia vigilante”, en:
o el debilitamiento de las grandes narraciones de Spengler, O. (1918): La decadencia de Occidente,
teología y filosofía de la historia heredadas de Espasa- Calpe, Madrid, 1966, p. 41.
siglos pasados […] Su error habría sido empeñarse 22 Ortega y Gasset, J. (1966): “Proemio”, en:
en buscar un fundamento objetivo, exterior, a la Spengler, O. (1918), p. 13.
esperanza o a la ilusión: al sentido positivo de desa- 23 “En este libro se acomete por vez primera el
rrollo, en definitiva. A la primera acometida de los intento de predecir la historia”, Spengler, O. (1918,
hechos mismos, todas ellas habrían mostrado su p. 25).
condición de ideales: ideal de la revolución prole- 24 En Ibíd.
taria, ideal del desarrollo económico indefinido, 25 En Ibíd., p. 48.
ideal de la democracia burguesa…, incapaces de 26 En Ibíd., p. 71.
sobrevivir a la refutación”, en: Cruz, M. (1991), pp. 27 En Ibíd., p. 48.
30-31. 28 Walsh, W. H. (1978), p. 12.
19 Walsh, W. H. (1978): Introducción a la filo- 29 Roldán, C. (2005), p.116.
sofía de la historia, Siglo XXI, Madrid, p. 12; y 30 Cassirer, E. (1944), p. 52.
Danto, A. C. (1989): Historia y narración. Ensayos 31 Muguerza, J. en “Prólogo” a: C. Roldán
de filosofía analítica de la historia, Paidós, Barce- (2005), p. 5.
lona, p. 29. A esta disquisición terminológica, 32 Cruz, M. (1991), pp. 24-25.
apuntada en pp. 13-14, dedica Roldán (2005) las 33 Roldán, C. (2005), p. 17.
pp. 117-122. 34 Citado en: Roldán, C. (2005), p.18.
10 Ya en 1944, Ernst Cassirer señalaba el fra- 35 Cruz, M. (1991), p. 16.
caso de la filosofía especulativa de la historia: 36 Cfr. Roldán, C. (2005), p. 207.
“Espero que a partir de estas observaciones podréis 37Iggers, G. G. (1995): La ciencia histórica en
juzgar si podemos continuar hablando de una filo- el siglo XX. Las tendencias actuales. Una visión
sofía de la historia. No podemos comprender este panorámica y crítica del debate internacional, Idea
término en su sentido metafísico anterior […] No Books, Barcelona, p. 11.
podemos descubrir mediante métodos simplemente 38 Monod, G. (1876): “Du progrès des études
especulativos los hechos o las leyes de la historia”, historiques en France”, en : G. Bourdé y H. Mar-
en: Cassirer, E. (1944): “La Philosophie de l’His- tin (1983): Les écoles historiques, Seuil, Paris, pp.
toire”, en: L’idée de l’histoire. Les inédits de Yale 168 y 170.
et autres écrits d’exil, Cerf, Paris, 1988, p. 52. 39 Hartog, F., Revel, J. (2001) : Les usages
11 Roldán, C. (2005): p. 17. politiques du passé, Éditions de l’EHESS, Paris, p.
12 Aron, R. 1969. La philosophie critique de 14.
l’histoire, Vrin, Paris, p. 15. 40 Guizot, F. (1820): Du gouvernement de la
13 Cfr. Roldán. C. (2005), pp. 122-128. France depuis la Restauration et du ministère
14 Bourdeau, L. 1888. L’histoire et les histo- actuel, Librairie Française de Ladvocat, Paris, p.
riens: essai critique sur l’histoire considérée com- 210.
me science positive, Alcan, Paris. 41 Michelet, J. (1869): “ Préface de 1868 à
15 Cfr. Roldán. C. (2005), pp. 128-135. l’Histoire de la Révolution Française”,en: Histoire
16 Roldán, C. (2005), p.18. de la Révolution Française, Gallimard, Paris,
17 Roldán, C. (2005), pp. 16-17. 1952, p. 11.
18 Cassirer, E. (1944), p. 52. A. Gómez Ramos 42 Thierry, A. (1835): Dix ans d’études histo-
parte de está contradicción en su libro Reivindica- riques, Just Tessier, Paris, p. XVI.
ción del centauro. Actualidad de la filosofía de la 43 Bourdieu, P. (2000): Propos sur le champ poli-
historia, Akal, Madrid, 2003; citado por Roldán tique, Presses Universitaires de Lyon, Lyon, p. 52.
(2005) p. 220. 44 De acuerdo con Iggers, dicho equilibrio
19 Roldán, C. (2005), p.49. estuvo basado en la supremacía de la “orientación
20 Como señala Danto (1989, p. 29): “Un filó- científica”. Según este autor, el pensamiento his-
sofo de la historia trata de proporcionar una expli- tórico ha tomado dos grandes orientaciones
cación del conjunto de la historia”. durante el siglo XX. (a) una orientación científica
21 Según Spengler, la idea de una historia uni- (representada por la Social History, la escuela de
versal es una creación occidental: “La historia uni- Annales o el marxismo) que propuso una crítica
versal es nuestra imagen del mundo, no la imagen del historicismo con el objetivo de reforzar la
de la “humanidad”. El indio y el antiguo no se posibilidad de una historia científica; y (b) una
representaban el mundo en su devenir. Y cuando se corriente filosófica que, desde finales del siglo

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NOTAS Y DISCUSIONES

XIX, ha planteado una crítica radical a la historia 53 En este sentido, estoy de acuerdo con Bour-
científica. Esta segunda corriente sólo adquirió dieu cuando escribe: “No hay contradicción, pese
un protagonismo importante a finales del siglo a las apariencias, en luchar al mismo tiempo con-
XX : “Sin embargo, ha sido solo ha finales del tra la hipocresía mistificadora del universalismo
siglo XX cuando las dudas provocadas por este abstracto y a favor del acceso universal a las con-
desafío han afectado seriamente al trabajo de los diciones de acceso a lo universal, objetivo pri-
historiadores”, en: Iggers, G. C. (1997): Historio- mordial de todo verdadero humanismo que la
graphy in the Twentieth Century. From Scientific predicación universalista y la (falsa) subversión
Objectivity to the Postmodern Challenge, Wesle- nihilista tiene en común olvidar”, en: Bourdieu,
yan University Press, Connecticut, p. 5. P. 1997. Meditaciones pascalianas, Anagrama,
45 Koselleck, R. (2002): The practice of con- Barcelona, p. 98.
ceptual history: timing history, spacing concepts, 54 Roldán, C. (2005), p. 17-18.
Stanford University Press, Stanford, p. 14. 55 Cruz, M. (1991), p. 44.
46 White, H. (1973): Metahistory. The Histori- 56 Kant, I. (1784): “Ideas para una historia uni-
cal Imagination in Nineteenth- Century Europe, versal en clave cosmopolita”, en: Ideas para una
The Johns Hopkins University Press, Baltimore & historia universal en clave cosmopolita y otros
London (hay trad. cast.: Metahistoria. La imagina- escritos sobre filosofía de la Historia, ed. de R.R.
ción histórica en la Europa del siglo XIX, México, Aramayo en cotraducción con C. Roldán, Tecnos,
Fondo de Cultura Económica, 1992). Madrid, 1987, p. 15.
47 Stone, L. (1979): “The Revival of Narrative: 57 Cruz, M. (1991), p. 13.
Reflections on a New Old History”, History and 58 Foucault, M. (1983): “Estructuralismo y
Theory, 85, pp. 3-24. postestructuralismo”, en: Estética, ética y herme-
48 Rorty, R. (ed., 1967): The Linguistic Turn. néutica. Obras esenciales. Volumen III, Paidós,
Recent Essays in Philosophical Method, The Uni- Barcelona, 1999, p. 325.
versity of Chicago Press, Chicago. 59 Foucault (1983), p. 325
49 White, H. (1974): “The Historical Text as 60 Bermejo, J. C.; Piedras, P. A. 1999. pp. 5-6.
Literary Artifact”, en: H. White (1978): Tropics of 61 Foucault, M. 1988. “La technologie politi-
discourse. Essays in cultural criticism. The Johns que des individus”, en: Michel Foucault. Dits et
Hopkins University Press, Baltimore & London, p. écrits II, 1976- 1988, Gallimard, Paris, 2001, pp.
82 (hay trad. cast. de Verónica tozzi y Nicolás 1632.
Lavagnino, El texto histórico como artefacto lite- 62 Cruz, M. op. cit, p. 26- 27.
rario, Paidós, Barcelona, 2003). 63 Roldán, C. (2005), p. 17.
50 “Los límites de mi lenguaje son los límites 64 Roldán, C. (2005), p. 207. En este senti-
de mi mundo”, en: Wittgenstein, L. (1927): Trac- do es obligado citar el trabajo de Roldán
tatus Logico- Philosophicus (trad. Pierre Klos- recientemente publicado en un volumen colec-
sowski), Gallimard (coll. Idées), Paris, p. 141. tivo dedicado a Javier Muguerza que lleva por
51 Foucault, M. (1975): Vigilar y castigar. título Disenso e incertidumbre; ver C. Roldán,
Nacimiento de la prisión, Siglo XXI, Madrid, “Nuevas vueltas a la historia. Por una filosofía
1992, p. 34. de la historia doblada de ética”, en J. F. Álva-
52 Breisach, E. (2003): On the Future of rez y R.R. Aramayo, Disenso e incertidumbre.
History: the postmodernist challenge and its after- Un homenaje a Javier Muguerza, Plaza y Val-
math, Chicago University Press, Chicago. dés, Madrid, 2006, pp. 519-546.

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