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JOSÉ HUACÓN

SERES EXTRAORDINARIOS

DISEÑO DE PORTADA:
José Huacón Jaramillo

IMPRESIÓN:
IMPRENTA REINA DEL CISNE
DIRECCIÓN:
Ingresarla
Alamor – Puyango – Loja

Queda prohibida la reproducción de esta obra por


cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o
mecánico sin la autorización del autor.
Yo nací en la ciudad de
Guayaquil, el día 6 de mayo de
1997, soy hijo de José Huacón
Morán y Zonia Jaramillo Ríos,
tengo dos hermanas menores,
Emma e Ibeth.
Cuando tenía ocho años nos
mudamos a Alamor, cantón
Puyango, provincia de Loja. Ahí
comencé a inventar muchos
cuentos, hacía muchas historietas de superhéroes, mis
dibujos son feos, pero me gustaba escribir de esa manera.
Estas historietas se me perdieron a medida que fue
pasando el tiempo, pero como aún las llevo en mi mente
decidí escribir una saga, también tengo un blog donde subo
relatos de diferentes géneros.

Si estás interesado en visitar mi blog aquí te dejo el link:


jahuacon13.simplesite.com
Deseo agradecer a toda mi familia, a mis amigos y
conocidos, porque fueron los que me apoyaron en todo,
sin su ayuda no hubiera podido publicar esta obra.
Me llamo Marco Encalada, soy uno de los
científicos graduados en la ESPOL, la promoción del 99.
En la universidad siempre andaba con seis compañeros:
Reynaldo, Emilia, Carlos, Julia, Víctor y Francisco.
Nosotros éramos los mejores estudiantes del curso.
Cuando nos graduamos, nosotros 7 hicimos una promesa,
el cual era mejorar a la raza humana, ya que siempre
padecemos de enfermedades y cada segundo de cada día
mueren millones de personas en todo el mundo.
Desde ese día nunca nos volvimos a ver, cada uno tomó
rumbos diferentes.
Han pasado 5 años y ahora me encuentro en New
York, trabajo haciendo investigaciones en el Laboratorio
Cold Spring Harbor junto con mi compañero Mark
Johnson, un bioingeniero muy exigente, con el cual
trabajamos duro para poder crear un compuesto químico y
hacer lo que prometí; realizamos una combinación de
células de animales en los humanos para ver si así se
mejoran, pero no lo conseguimos, también formamos un
antídoto para que la piel sea más resistente, pero nada da
resultado. A veces quisiera rendirme, tirar la toalla y
largarme a mi país, pero no, yo hice esa promesa y debo
cumplirla a como dé lugar.
Después de algunas semanas Jacob, el propietario
del laboratorio, llega con un joven forense y nos dice que
halló un fragmento de meteorito muy extraño. Nosotros lo
investigamos rápido para sacarnos las dudas y descubrimos
que el chico tenía toda la razón, pues ese pedazo de piedra
no era del planeta y poseía una gran cantidad de minerales
nunca antes vistos. Fuimos a conversar con el muchacho.
-¿Cómo te llamas muchacho?-. Pregunta Mark con
felicidad.
-Mi nombre es Jimmy Cruz- Respondió el forense.
-Sabes, te pagaremos quinientos dólares por la
piedra, pero te pagaremos el doble si nos dices la ubicación
exacta donde la hallaste-. Yo me quedé totalmente
sorprendido, pues si le va a pagar la cantidad de mil
dólares así de fácil significa que Mark vio algo en esa
piedra que nos podría servir de mucha ayuda en nuestro
proyecto. Jimmy no lo piensa dos veces y le dice la
ubicación. Rápidamente formamos un equipo, subimos la
camioneta del laboratorio y fuimos con gran velocidad al
lugar que nos indicó el forense.
Llegamos al lugar y lo único que había era un
desierto.
-Aquí fue donde encontré ese pedazo de
meteorito- Dice Jimmy. -Estaba investigando las marcas de
un tráiler que se chocó en este sitio, pero cuando lo hacía
observaba que ciertas piedras brillaban en el suelo y cogí
una para examinarla… al principio creí que era un
diamante o algo parecido pero no fue así, ya que la
computadora no tenía ningún dato sobre dicha piedra, es
por eso quería dejárselas a los expertos, y fue así que llegue
a su Laboratorio-.
Yo miro todo el sitio y veo una gran cantidad de piedras
brillosas.
-Gracias Jimmy, ya puedes marcharte-. Le habla
Mark mientras le entrega los mil dólares que le había
prometido. -Ahora sí, empecemos a quitar todas las
piedras del lugar-. Grita.
-¿Será necesario sacar todas las piedras?-.Pregunté.
-Pero claro, ese chico puede decirle a otros
laboratorios de este hallazgo, por eso es mejor sacarlas a
todas y depositarlas en nuestro contenedor-. Respondió
seriamente.
Luego de depositarlas nos fuimos de regreso al
laboratorio.
Estaba muy cansado, pues no había dormido por 3 días; le
dije a Mark que me iba a mi apartamento para descansar.
-¿Qué te pasa?, ¿Cómo que descansar?, acuérdate
que tú fuiste el que me dijo que quería el trabajo para
cambiar al mundo y que no ibas a descansar hasta que eso
pase-. Me dice con mucho entusiasmo, pues él vio algo en
estas piedras que yo no, así que me dio ánimo y seguí con
ellos.
Nos ponemos a realizar la investigación con las
piedras, pero yo me encontraba tan cansado que ni
siquiera ponía atención en lo que hacía. Mi compañero
Mark siempre fue muy exigente en esto de los
experimentos e investigaciones y no descansaba para nada,
parecía un robot.
-No te duermas-. Me grita. -Ya falta poco para
hacer el mayor descubrimiento de nuestras vidas-.
Me doy fuertes golpes en mis mejillas para elevar mi ánimo
y seguir con la investigación, pero todo era en vano, no
podía mantenerme despierto, tenía ganas de dormir en mi
asiento más que sea una hora, pero no lo podía hacer si
Mark estaba vigilándome.
Luego de 3 largas horas Mark me dice:
-Bueno, hemos dado un pequeño paso, pero
tenemos que…-. Yo ya no aguantaba escucharlo y me
dispuse a largarme; tenía que dormir. -¿A dónde vas?-.
Dice enfadado, mientras yo abría la puerta.
-Me voy a descansar… lo siento pero ya no puedo
más-. Dije adormilado.
Como veo que no me dice nada yo salgo tranquilo del
lugar.
Me dio ganas de ir a mi apartamento, pero no podía
conducir adormilado, así que fui a un asiento cerca de mí.
En el instante que iba a cerrar mis ojos llega Alison
Williams, una de nuestras asistentes, la mujer que me
gusta; ella y yo hemos tenido momentos juntos, pero no
para estar en una relación, ya que siempre paso ocupado
con mi trabajo.
-Hola… mmm te vez demasiado cansado-. Me dice
mirándome de pies a cabeza.
-No tienes idea-. Repliqué.
-Si la tengo, recuerda que también he trabajado
con Mark… tal parece que esta vez se entusiasmó
demasiado con los pedazos de meteorito-.
-Sí, Mark no quiere descansar para nada… yo en
cambio sí soy humano y me encuentro muy cansado, no
puedo dirigirme con mi auto a mi departamento por
miedo a quedarme dormido en el camino y por eso que
vine a descansar en este asiento-.
-Si quieres te llevo hasta tu apartamento, ya se
acabó mi turno y yo vivo por la misma ruta que tú; también
te puedo traer mañana… ¿Qué dices?-.
-Por mi estaría perfecto-. Dije rápido, pues este
tipo de oportunidades no debo desaprovechar.
-En ese caso, vámonos-. Dice mientras cogía mi
brazo para llevarme hacia su auto.
Viajé apoyado en la ventana, ya me había
comenzado a doler la cabeza por no dormir.
Cuando llegamos ella se baja y me ayuda a levantar
para llevarme directo a la puerta de mi apartamento.
-Te lo agradezco mucho-. Le digo.
-No me lo agradezcas, para eso estamos, para
ayudarnos entre compañeros-. Dice de una forma muy
amigable. -¿Te vengo a ver mañana?... digo, para pasar por
aquí-.
-Sí… te espero mañana, y gracias por todo-. Le dije
con tono bajo.
-Buenas Noches, espero que descanses-. Me da un
beso en la mejilla y se marcha; yo voy a la cama y dormí
profundamente.
Me desperté muy feliz, porque sabía que ya faltaba
poco para descubrir lo que más anhelo. Me bañé, me puse
ropa, desayuné, me asee y salí a esperar a Alison.
-¿Te llevas muy bien con Mark?-. Me pregunta, y
en su auto.
-Claro; él y yo nos llevamos muy bien aunque sea
muy exigente en el momento de trabajar-.
-Él siempre ha sido así, recuerdo que una vez se
me cayeron unos archivos que debía dejárselos en su
escritorio, él se dio cuenta y me empezó a gritar porque
esos archivos eran muy importantes; luego tu llegaste y me
defendiste-.
-Si lo recuerdo-.
-No entiendo cómo lo puedes soportar-.
-Pues a él nunca le ha gustado que muevan sus
archivos, ni que los revisen, es más, a veces me muestra su
información y otras veces ni siquiera se toma el gusto en
contarme sobre sus investigaciones-
Llegamos al laboratorio y Alison me deja en la
puerta principal, ya que tenía que estacionar su auto, yo me
dirijo hacia el centro de investigaciones para verlo a Mark.
Me doy cuenta que Mark se había quedado
dormido en el escritorio, agarro su hombro y lo tambaleo
para despertarlo, él agarra mi mano, se levanta y me mira
con felicidad.
-Por fin… lo terminé-. Me dijo apretándome los
hombros. -Pero tengo que dormir-. Cayó en su asiento
fuertemente y se queda como muerto.
Busqué la información del compuesto, pero no lo
encontré, no sabía dónde lo había guardado. Lo único que
estaba cerca eran las piedras que sacamos de aquel
desierto. Como no encontré el compuesto que realizó
Mark fui a analizar las piedras.
Las observo detalladamente en la máquina y noto
que de ellas salen un destello de luz muy extraño, la noche
anterior nunca me di cuenta de eso.
Hice una pequeña investigación sobre esa luz y
descubrí que es radioactiva.
Imagino que Mark sí se ha de haber dado cuenta, ya que él
estaba más metido en esto, esas pequeñas piedras nos
pudieron matar a todos; por suerte el resto de piedras se
encontraban dentro del contenedor, como eso es de
plomo no nos hacía ningún daño; Mark estuvo arriesgando
su vida al hacer investigaciones con dichas piedras.
Agarro la piedra y rápido la guardo en el
contenedor por miedo a que sucediera algo grave; ahora lo
que tenía que hacer era esperar que despierte Mark para
que me explique la investigación.
Mientras dormía Mark le tomo sus signos vitales
para saber si se encontraba bien, gracias a Dios todo estaba
perfecto.
Él se despierta por moverlo mucho y me dice que lo dejara
descansar.
Yo me dirijo donde Alison para dialogar y
conocerla mejor, era lo único que podía hacer, ya que no
encontré el archivo de Mark para chequearlo.
-Hola Alison-. La saludé. -Salgamos a conversar un
rato hasta que despierte Mark, porque está descansando en
estos momentos-.
-¿Mark descansando?-. Dice sorprendida. -Está
bien-. Agarra su cartera y me coge del brazo para salir
juntos. Ya estando afuera comenzamos a hablar de
nuestras vidas. La invité un café y estuvimos ahí por una
hora, más o menos.
Luego regresamos al laboratorio y vemos a Mark
esperándonos en la puerta.
-Ya descanse un poco-. Dice Mark con una voz
llena de alegría, por un momento creí que estaba enfadado
por haber salido sin avisar.-Ahora acompáñame a la
instalación para que veas mi investigación-.
Alison se quedó en su escritorio y yo me voy con
Mark a la instalación; mientras íbamos para allá me acordé
de la radiación y le dije todo a Mark.
-Solo es una mínima radiación, no es nada
peligroso-. Me respondió de una forma segura.
-¿Pero y si nos afecta?-. Pregunté.
-Tranquilo, si nos afectara ya estuviéramos muertos
¿No crees?-. Me respondió tranquilo; como si eso fuera a
calmarme.
Ya dentro de la instalación Mark saca de su
bolsillo un USB.
-Mira, dentro de esta USB está la clave para hacer
de un ser humano a un súper humano capaz de regenerar
sus propias células, y que sus defensas sean mejores de lo
normal, tendrá mucha fuerza… aquí mi estimado amigo
está la fórmula para realizar nuestro primer experimento,
solo necesitamos a un ser vivo para la prueba-.
-En ese caso voy a llamar a la Doctora Sophia para
que nos pueda colaborar con un chimpancé-.
Llamo y empiezo a hablar, Sophia me dice que
está de acuerdo en llevar a su chimpancé.
-¿Para cuándo lo necesitas Mark?-. Pregunté.
-Hasta arreglar el sitio de experimentación y todo…
dile que lo traiga el lunes a las ocho y media de la noche-.
Respondió.
Después de colgar el teléfono Mark empezó a dar
órdenes a los asistentes para que ayuden a arreglar la
instalación, ya que íbamos a realizar el experimento dentro
de 4 días.
Mientras ellos trabajan, Mark y yo realizábamos el
compuesto químico para hacer el experimento; el cual
espero que sea el último de todos.
Los 4 días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, y
estábamos dentro de la instalación junto con Sophia, Mark,
Anthony “El chimpancé” y los asistentes de un lado hacia
otro preparados para ayudarnos en todo momento.
-Suerte Marco-. Me dice Alison mientras me ponía
el traje protector al igual que todos.
-Gracias… la necesitaré- Dije, mientras le giño el
ojo.
Mark realizó el primer paso, inyectar un calmante
al chimpancé que lo deja dormido, después lo colocamos
en la camilla con unas correas muy resistentes, pues si el
experimento sale bien, Anthony se convertirá en un súper
animal y podría causar muchos daños.
Minutos más tarde ingresamos a Anthony en una
cápsula, cuya característica principal es proyectar la luz que
salen de las piedras, yo pienso que todo es muy peligroso,
pues Mark ingresó todas las piedras radioactivas a la
cápsula, él me insistía que si no lo hacía no daría buen
resultado.
Yo muy asustado voy cautelosamente a la parte
trasera de la cápsula para sacar un poco de piedras y
ponerlas en el contenedor de plomo, mientras hago eso
Mark se acerca, yo escondo el contenedor con rapidez y
finjo estar anotando algo en una libreta.
-Tenemos que prepararnos-. Me dice; yo lo sigo y
nos vamos donde están los demás.
Estaba emocionalmente feliz y asustado a la vez, no me
gusta nada la cantidad exagerada de piedras que colocó
Mark, pero bueno, ya no podía hacer nada, todo está a
punto de comenzar, ya no hay marcha atrás.
Mark ordenó a su asistente que encienda la capsula, él lo
hace y la cápsula se enciende poco a poco, las luces
provenientes de las piedras iluminan al chimpancé; en ese
momento todos nos quedamos cayados, ya que era un
momento muy importante para nuestras vidas. Pasaron los
minutos, me acaloré por los nervios.
-Ya pueden apagarla-. Dice Mark.
Observamos en la computadora los signos vitales del
pequeño Anthony, nos damos cuenta que el chimpancé
está perfectamente bien, luego Mark abre la cápsula y le
extrae sangre para observarla en el microscopio.
Mark observa analiza la sangre y con una jeringa agrega un
virus a dicha sangre; Alison me empezó a mirar y
moviendo los labios y sus manos me decía ¡Tranquilízate!
Mark se separa del microscopio, da vuelta para dirigirse a
nosotros y con una cara de tristeza dice:
-Los resultados están… correctamente perfectos-.
Él nos dio un gran susto por la expresión que hizo
primero; todos comenzamos a gritar de felicidad y a
abrazarnos los unos a los otros, yo me pongo a observar en
el microscopio también y tal como dice Mark, está todo
perfectamente bien. Fue el momento más feliz de mi vida,
por fin podremos ayudar a la humanidad.
Le doy un abrazo a Mark y fui donde Alison, también hice
lo mismo, era la gran oportunidad para un beso, pero
teníamos nuestros trajes protectores aún, así que no
ocurrió nada.
-Llegó el momento de despertar a nuestro
pequeño amiguito-. Dice Mark. -Pero todavía no le quiten
las correas de seguridad, recuerden que ahora es un súper
chimpancé-.
El asistente baja la palanca y libera un gas dentro de la
cápsula, ese gas hizo que Anthony despertara. Como
notamos, Anthony está muy bien, como si nada hubiera
pasado.
De pronto la capsula bota rayos de luz color
morada, todos nos asustarnos y nos a alejamos de la
capsula lentamente; la doctora Sophia se preocupó mucho
al ver esa escena extraña y fue corriendo donde Anthony
para sacarlo de ahí; yo dejo a Alison y voy a ayudar a
Sophia, pero en esos segundos uno de los rayos cae en el
chimpancé y lo deja hecho polvo.
Sophia grita sulfurada y yo la agarro para alejarla de la
cápsula. La máquina comienza a hacer un ruido muy
fuerte, ese ruido iba creciendo rápido y se originó una
explosión.
No fue una explosión cualquiera, digo, no para matarnos,
sino que esta explosión fue de energía de color azul, era
tan transparente que a duras penas distinguí su color. Esa
energía se pone a expandirse como una onda de aire;
creció bastante rápido, traspasó los muros del laboratorio y
siguió creciendo, hasta irse del lugar.
El asistente que estaba con la computadora geográfica
observó que toda esa energía estaba cubriendo el planeta
por completo, es como si se estuviera creándose una nueva
capa atmosférica.
Después de lo sucedido todos nos quedamos
asustados, mirándonos los unos a los otros. Uno de los
asistentes enciende el televisor para ver las noticias, al
parecer todo el mundo se percató de esa onda de energía.
-La doctora Sophia, no está-. Grita una de las
asistentes, miro a mi alrededor y veo que desapareció
como si nada, eso es algo muy extraño, me deja
completamente frío, ¿Acaso murió?
-Fue víctima de la onda de energía-. Dice Mark
con tristeza, mientras observa la computadora.
-¿Qué es lo que ves?-. Pregunté.
-Esta computadora está detectando anomalías
genéticas dentro y fuera del laboratorio-. Respondió, él se
puso muy nervioso y asustado, tanto que hasta empezó a
sudar.
-¿Significa que esa energía afectó a todos los seres
del planeta?-.
-Algunos en varios países… no sé qué es lo que
tendrán esas personas, pero pronto lo averiguaremos-.
-Espera, dijiste que esas anomalías están dentro y
fuera del laboratorio, ¿Aquí dentro hay una?-.
-Sí… es la doctora Sophia, pues se sacó el casco de
su traje y no la protegió-. Mark camina para buscar a la
doctora. -¡Silencio!-. Grita.
Cuando nos callábamos empezamos a escuchar un
pequeño ruido, sonaba como si fueran barras de fierro
arrastrándose.
Mark mira en la computadora y se da cuenta que la
anomalía está muy cerca de nosotros, entonces yo caminé
un poco para ver donde se encontraba, mientras lo hacía
un extraño cosquilleo sentí en todo mi cuerpo, eso se sentí
se transformó en una bola de energía y me envía volando
hasta la computadora de Mark.
Todos se quedan atónitos; más tarde esa energía se pone a
formarse, se muestra la silueta de Sophia, es algo
fascinante. Sophia empieza a matar a los asistentes, pues la
radiación la cambió totalmente, al parecer había perdido el
conocimiento y hace actos incontrolables.
Todos salen corriendo e iban hacia la puerta para escapar,
otros en cambio van a esconderse para salvarse, pues no
estaban cerca de la salida; yo veo a Alison, la cual está
debajo de un escritorio, voy corriendo donde ella para
salvarla, un rayo casi cae sobre mí, yo seguí corriendo hasta
que llegué donde Alison, le sujeté la mano y nos vamos
corriendo hacia la salida.
Ya ahí, uno de los rayos llega donde nosotros y colisiona
con un muro, haciéndolo caer, como ya estaba cerca
empujo a Alison para que llegue a la puerta y se logre
salvar, yo en cambio me quedo dentro de la instalación.
Veo que Sophia crecía cada vez más y brillaba fuertemente,
luego me doy cuenta que Mark aún seguía adentro, pues
creía que ya había salido, me acerco a donde él para
hablarle.
-Salgamos de aquí Mark-. Le dije agarrándole el
hombro para irnos, él se resiste y no deja la computadora
en paz, él me mira directo a los ojos y dice:
-Al parecer he creado en todo el mundo personas
con anomalías genéticas, algunos tendrán habilidades
inimaginables, otros tendrán problemas en su piel, y otros
morirán, Sophia que estaba aquí fue la que recibió el
mayor impacto de todos, fue por eso que se transformó en
energía pura y perdió el conocimiento. Es algo extraño
decir esto pero… he creado Metahumanos-.
¿Metahumanos?, esa extraña palabra que siempre la
escuchaba en películas y cómics, pero jamás creí que
alguien la utilizaría en la vida real.
-No nos queda otra opción, tenemos que
destruirla-. Dice Mark.
Ambos creamos un explosivo con los químicos que
teníamos, mientras tanto Sophia iba creciendo poco a poco
y entramos en pánico. Al terminar el compuesto lo
ingresamos en un microondas y así causar la explosión,
ponemos un tiempo límite: 5 minutos, y salimos corriendo.
Sophia hizo un daño en los circuitos y hace que la puerta
principal se cierre automáticamente; veo un
compartimiento de aire que se encontraba en la parte
inferior y la destornillamos.
-Entra primero Marco-. Me dijo Mark después de
haber abierto la pequeña compuerta, yo entro y gateo
rápido. Al llegar nos encontramos con la compuerta de
salida, me tocó destornillar con velocidad, pues el tiempo
ya se estaba acabando y debíamos salvar nuestras vidas, yo
grito para que alguien venga a ayudarnos, pero no sirvió de
nada, ya que estábamos en la parte trasera del laboratorio.
-Muévete, Muévete-. Me grita Mark
repetitivamente, yo no podía destornillar rápido, tenía
mucho miedo.
Oímos la explosión y sólo me faltaban 2 tornillos, como no
iba a alcanzar a abrir inicié a golpear la compuerta, la
desesperación fue inmensa que la compuerta se dobló,
salimos rápido y luego todas las llamas salieron del
compartimiento; estuvimos muy cerca de morir.
Nos levantamos y fuimos a donde estaban los otros.
Ya ahí reunidos empezamos a llorar y a abrazarnos los
unos a los otros, ésta vez no de celebración, sino de
tristeza, pues perdimos a muchos de nuestros compañeros
en ese accidente.
Minutos más tarde llegan los bomberos para
desaparecer el incendio; la policía para hacer
investigaciones y también llegan los que nunca deben faltar,
reporteros.
Los policías interrogan a muchos de nuestros compañeros
para que les expliquen acerca del accidente.
-Yo soy el culpable de todo esto-. Dijo Mark con
un tono muy elevado, los camarógrafos lo enfocaron. -
Estábamos realizando un experimento con unas piedras
nunca antes vistas, lo cual nos iba a permitir ayudar a la
raza humana, pero dichas piedras contenían mucha
radioactividad y yo las usé más de lo normal, fui advertido
por mi gran compañero, pero no le hice caso, yo sabía del
peligro al que nos metíamos pero aun así seguí con el
experimento, en éstos momentos muchas personas en el
mundo entero estarán padeciendo anomalías genéticas que
les harán tener habilidades anormales, otros sufrirán
metamorfosis y otros… morirán, por eso yo mismo me
declaro culpable, estoy consciente de lo que hice-. Los
policías al escuchar todo ese discurso se acercan para
apresarlo. Mientras venían en camino Mark saca algo de su
bolsillo. -Toma mi USB… aquí está toda la información
acerca de las piedras, te la doy porque confío en ti, fuiste
un gran compañero y eres una persona muy responsable,
en este mundo hay personas buenas y malas y quiero que
realices algo para detener a los malos que han sido
impactados por la onda-.
-Tranquilo-. Digo. -Cuenta conmigo-.
Los policías llegan, le ponen esposas y lo suben al auto
para llevárselo, yo guardo la USB, Mark me dio una gran
idea: fundar una sociedad para capturar y rehabilitar a los
metahumanos que sean malvados.
Lunes, otra vez a trabajar, siempre es lo mismo,
esperar el tren de las 6:00 AM, ir a la fábrica, estar alzando
tubos de plástico, pintar dichos tubos y dar mantenimiento
a las máquinas hasta las 9:00 PM. Estoy harto de la misma
rutina de siempre, no entiendo como mis compañeros
pueden trabajar de lunes a sábado haciendo la misma
actividad, yo soy joven todavía y no quiero desperdiciar mi
tiempo haciendo lo mismo todos los días.
El tren llegó y las puertas se abrieron, decidí no
subir, renuncié a ese trabajo tan extraño, así que regresé a
mi apartamento, cogí mi carpeta, la llené de hojas, salí al
parque y hago lo que más me encanta hacer, dibujar; me
ha gustado eso desde que era niño, las monjas del orfanato
donde yo estaba me decían que el dibujo lo herede de mi
mamá, pues la conocieron cuando ella trabajaba allí.
Entonces ahí estaba, dibujando a los transeúntes
que visitaban el parque.
En este lugar siempre hay algo nuevo todos los días, llegan
diferentes personas a pasear, algunos de ellos les gusta
observar mi trabajo y hasta me pagan por dibujarlos.
Mientras dibujaba tuve un extraño presentimiento.
¿Quién sabe?, tal vez suceda algo bueno o algo malo, pero
tenía la sensación de que algo iba a cambiar en mi vida.
Después de varias horas, llega un señor muy bien
vestido y me dice:
-Hola muchacho… sabes, estoy buscando a alguien
con habilidades para el dibujo, muchas personas me dicen
que un joven con una carpeta amarilla y con cabello largo
viene por este lugar a dibujar los domingos, pero como
paso muy ocupado no he podido venir a ver… hasta ahora,
lo que no entiendo es por qué estás aquí un lunes-.
-Pues la verdad señor-. Le dije mirándolo a los
ojos. -Trabajaba de lunes a viernes en una fábrica, pero hoy
decidí renunciar… no era lo mío-.
-Y me imagino que tu trabajo no tenía nada que
ver con los dibujos, ¿verdad?-.
-Está en lo correcto, mi trabajo no tenía ninguna
relación con el dibujo-.
-Bueno-. Dice, con un toque de tristeza. -
Escúchame… soy el director de la escuela Pierson Middle y
vengo a ofrecerte un trabajo, necesito que enseñes a mis
alumnos el arte del dibujo-.
-Está bien, ¿Cuándo empiezo?-. Le digo rápido, al
tiempo que el señor anota algo en un pedazo de papel.
-Mañana vente a esta dirección a las 8:00 AM-.
Dice mientras me entrega el papelito con la dirección. -
Disculpa, ¿Cómo te llamas?-.
-Michael Sanders, ¿y usted?-.
-Me llamo Benjamin Thompson… bueno, espero
que llegues mañana, nos vemos-. Me estrechó la mano y
luego se fue.
-Señor Thompson-. Lo detuve. -¿Por qué me
ofrece este trabajo y no a un profesional?-.
-Eres un profesional Michael, que no tengas un
título no significa que no lo seas-. Me dijo con sonrisa; él
desaparece del lugar y yo me quede pensando, pues
presentimiento que tenía hace rato tal vez era ese; el
trabajar en un lugar y enseñar lo que más me apasiona.
Estaba tan feliz que me propuse en ir a una peluquería
para cortarme el cabello, de todas formas ya era mucho
tiempo que no lo hacía.
Mientras guardaba mis cosas una niña se me
acerca y me jala de mi camisa.
-Disculpe señor… me puede vender ese dibujo-.
Me dice señalando el dibujo de aves que lo había hecho el
día anterior.
-Toma, te la obsequio-. Le entregué mi dibujo, ella
me agradeció y muy contenta se fue donde estaba su
madre para mostrarle el dibujo, las dos se me acercan y su
mamá me dijo:
-Muchas gracias joven-.
-De nada señora-. Le dije mientras ella abraza a su
hija. Cuando lo hacía me pasa calladito un billete de 5
dólares, luego se van, a lo lejos la señora vira su cabeza, me
da una sonrisa y me guiña el ojo, yo también le doy una
sonrisa.
Fui a la peluquería de siempre; entré y me senté
para esperar, pues el peluquero tenía un cliente. Después
de eso me trasladé al consultorio veterinario Blessed
Animals a visitar a una de mis más grandes amigas de toda
mi vida, Sophia. La chica que siempre me ha cuidado, la
considero como la hermana mayor que nunca tuve, lo
único malo es que nos separamos cuando ella cumplió 8
años, la adoptó una gran familia. Como siempre le han
gustado los animales se dedicó a estudiar Medicina
veterinaria; también fue la me ayudó a salir del orfanato
para poder vivir independientemente.
Mientras caminaba hacia el consultorio entré en un
Mc Donalds, compre 2 helados y seguí mi camino; llegué
al consultorio y veo a Sophia metiendo a un chimpancé en
una jaula.
-Hola Sophia-. Dije en tono alto.
-Mickey, hola-. Dice también en tono alto, corre a
abrazarme y me da un beso en la mejilla, desde pequeños
me ha llamado Mickey, pues era mi programa favorito. -
¿Cómo has estado?-.
-Muy bien Sophia, venía visitarte y conversar un
rato, mira traje helados-. Le dije al momento que tambaleo
las fundas de helados.
-Gracias- Me quita una funda. -Que guapo te ves
así, por cierto, ¿cómo así viniste, y tu trabajo?-.
-Lo renuncié… ya estaba harto de ese tipo de vida-.
-Pero entonces ¿Qué vas a hacer después? ¿Cómo
vas a pagar tu arriendo?-.
-Por eso vine aquí para contarte que encontré un
nuevo y genial trabajo, seré profesor de dibujo en una
escuela cerca de aquí-. Le dije sonriente.
-Guau que bien… está muy genial, y mejor si es
cerca de aquí, así tendremos más tiempo para vernos-.
-Exactamente… ya empiezo mañana a trabajar…
bueno y a ti ¿qué tal te va?-.
-A mí me llamaron del Laboratorio Cold Spring
Harbor para ir con un chimpancé esta noche, al parecer
han descubierto algo y necesitan experimentar en un ser
vivo-.
-Ah… ahora entiendo por qué lo guardabas en la
jaula, me imagino que es él ¿verdad?-. Señalo al
chimpancé.
-Claro… Anthony va a tener una visita en el
laboratorio esta noche-. Le habla al animal tocando su
hocico. -Pero salgamos mientras tanto… tengo que estar en
el laboratorio antes de las ocho, ¿qué dices?-.
-Por mí excelente… salgamos-.
-Ok, espera me arreglo-.
Empecé a mirar los animales que tenía allí, pero me aburrí
rápido y me senté, estiro los brazos, de pronto un gato que
está en una jaula me aruña la mano izquierda, me hizo una
herida muy grave. Cojo una gasa del escritorio y me la
puse.
Sophia llega y me ve con la herida, rápidamente va por
alcohol para desinfectarme y me pone una gasa nueva.
-Tu gato aruña muy fuerte-. Le dije mientras me
pone la gasa.
-No es un gato, es un tigrillo y al parecer te hizo
una herida profunda… te recuperaras dentro de 15 días
más o menos, suerte que no fue en la mano derecha, ahí si
te hubiera impedido que dibujes-. Me dijo mirándome y
sonriéndome a la vez.
Fuimos al cine para a ver Todopoderoso de Jim
Carrey, y dentro de la sala empezamos a tirarnos palomitas
de maíz como si fuera una guerra de niños. Los que se
estaban cerca decían que nos comportáramos pero
nosotros seguíamos, pues ella y yo siempre éramos así, es
algo muy normal entre los dos.
Luego del cine nos trasladamos a un restaurante y como
siempre ella pagó la comida. En fin, la pasamos genial, fue
el mejor lunes que tuve.
Como ya se hacía tarde regresamos al consultorio y ya ahí
nos despedimos.
-Nos vemos… espero encontrarte mañana por
aquí-. Sophia me dice mientras cierra la puerta.
-Que te vaya muy bien-. Le dije.
Entro a una tienda de películas y compré el DVD
de los Hombres de Negro 2 y un CD de Nirvana con los 5
dólares que me había regalado aquella señora del parque.
Llego a mi apartamento y disfruté de la película. Más tarde
me puse a escuchar música de Nirvana, agarré una escoba
y empecé a simular que era el guitarrista, yo subí el
volumen a mi estéreo, me acerqué a los parlantes y canté,
de pronto siento que algo pasa por mi cuerpo, no sé qué
seria pero sentí bien claro que algo atravesó mi cuerpo. Mi
estéreo se apagó, yo me mareé bien fuerte, fui al baño y
vomité; en ese momento me dio mucho frío, minutos
después me dolió la barriga, era algo muy extraño lo que
me pasaba.
Afuera escuché a muchas personas gritando, deseé ir a la
ventana pero no podía moverme bien, pues quería saber
qué es lo que ocurría. Todo lo que está a mí alrededor
queda totalmente borroso y oscuro, me caigo en la cama.
Despierto en la mañana, mis manos están muy
frías, era algo muy raro. Mientras las veo me doy cuenta
que mi mano izquierda estaba sana, pues la gasa se había
despegado por el movimiento que hice en la noche, eso
me hace sorprender mucho, me levanto y voy a la ventana
para ver si todo estaba bien afuera, la abro y no veo a
nadie, es como si todos hubieran desaparecido.
Agarro mi reloj digital para saber la hora, pero estaba
desconfigurado, marcaba las 12:00 AM. Voy al comedor
para ver el reloj de pared pero éste en cambio estaba
paralizado, entonces no sabía si llegaba tarde o temprano al
trabajo, así que me fui a bañarme, me pongo una ropa
decente, desayuno, cojo mi carpeta y salí del apartamento.
Ya afuera noto que las tiendas están cerradas, a lo
mejor era muy temprano, pero yo seguí con el camino.
Más adelante encontré a tres señores de mi antiguo trabajo,
estaban vestidos de negro.
-Hola señores-. Les dije, ellos me miran tristes.
-Hola Michael-. Me dijo Richard.
-¿Cómo así no se fueron a trabajar?-. Pregunté.
-¿No lo sabes?, la fábrica se incendió después de
ese accidente… y nuestro jefe murió ahí-. Dice Richard,
bajando la mirada cuando nombra a mi ex jefe.
-Perdón-. Dije. -¿Qué accidente?-. Pregunté.
-¿Qué te pasa?... ¿Acaso estuviste dormido en una
cueva?-. Dice Carl, enojado.
-Lo siento… pero en verdad no sé a qué accidente
se refieren-. Dije.
-El accidente del laboratorio que ocurrió el lunes,
afectó a todo el mundo-. Me dijo en un tono muy alto.
-¿Laboratorio?, ¿cuál?-. Pregunté muy anonadado.
-Mejor vámonos de aquí… al parecer Michael ya se
volvió loco-. Richard le habla a Carl y se van enojados.
Me quedé frío y me puse a pensar de dicho accidente, no
sabía nada pero seguí caminando hacia la escuela. Más
adelante veo a un joven que se puso a descansar un rato, ya
que estaba vendiendo periódicos en su bicicleta, me detuve
un rato y observé el paquete de periódicos que traía el
joven, miré que en primera plana estaba escrito:
METAHUMANOS: La nueva era comienza.
¿Metahumanos?, una palabra muy extraña que sólo
aparece en los cómics, ¿pero en un periódico?
“A lo mejor están promocionando un cómic nuevo”,
pensé.
Quería seguir leyendo pero me llamó mucha atención la
fecha del periódico, que decía: Viernes 8 de junio del
2004, me quedé muy atónito.
-Muchacho ¿qué hora tienes?-. Le pregunté al
jovencito.
-Son las 10:30 AM-.
-Gracias-. Dije en tono bajo y muy asombrado.
Fui hacia un poste de luz para apoyarme en él y
me pregunté: ¿Cómo es posible que haya dormido por 3
días?, tal vez el mareo que sentí esa noche me hizo dormir
mucho tiempo, pero era algo inverosímil, no puede una
persona dormir por tanto tiempo, por eso es que no sabía
nada del accidente que me hablaron mis compañeros.
La campana de la escuela sonó, pues ya estaba cerca de
ahí, pero como ya era tarde no entré y además falté
muchos días, mejor me fui al consultorio veterinario para
dialogar con Sophia sobre lo sucedido, pero cuando llegué
estaba cerrado, es más, no había nada por dentro, es como
si se hubiera mudado o algo así.
Al lado mío viene una oleada de personas, ellos pasan al
lado mío, llevaban pancartas, una de ellas decía: El fin del
mundo se acerca.
Un señor del grupo se me aproxima diciéndome:
-¡Arrepiéntete!, el Apocalipsis ya envió su primera
señal-.
-¿Disculpa?, ¿de qué está hablando?-.
-Pues de aquellas personas que ahora tienen
poderes del demonio-. Me dice gritándome, porque hacían
mucha bulla los demás.
-¿Poderes del demonio?, ¿Se refiere a los
metahumanos?-.
-De eso mismo, después de ese accidente todo va a
cambiar en nuestro mundo, muchas personas se
encuentran muertas, otras con habilidades raras, todo esto
es señal de que el fin del mundo está cerca-.
-¿En dónde fue el accidente?-. Le pregunté.
-El accidente fue…-.
-Vámonos Nick-. Un señor lo interrumpe y se lo
lleva del brazo.
-Señor, ¿en dónde fue el accidente?-. Le pregunté
gritando mientras se iban, él al escucharme gira su cabeza y
me grita:
-Fue en el laboratorio…-. Pero no escuché muy
bien, lo único que capté fue la palabra laboratorio nada
más.
Me quedé mirando cómo se alejaban, entonces empecé a
correr hacia mi apartamento ya que mis ex compañeros de
trabajo y ese señor dijeron algo de un laboratorio y tuve
una sensación de que el accidente fue en el laboratorio
donde Sophia fue, ella me dijo que estaban en una
investigación y que llevaba a su chimpancé para
experimentar.
Estaba corriendo muy rápido cruzando las calles
sin mirar a los lados, cuando en una de esas un camión
aparece dándome un fuerte susto que me hizo levantar mis
brazos; de ahí una fuerte ráfaga de viento sale de mis
manos y me envía volando muy lejos.
Caí en un contenedor de basura que traía vidrios rotos; me
hice una gran herida en mi brazo derecho, grité muy
fuerte, estaba derramando mucha sangre, así que rápido
rompí la manga derecha de mi buzo para cubrir la parte
herida, me puse a caminar lentamente, porque también me
había golpeado la rodilla izquierda.
Pensé en esa extraña ráfaga de viento que me mandó
volando, pues sentí claramente que eso salió de mis
manos, mientras pensaba en eso sentí un cosquilleo en la
parte herida y ya no sentía tanto dolor como antes, luego
me empecé a marear, sentí los mismos síntomas de aquella
noche del lunes; un señor me observa desde la ventana,
sale de su casa y me lleva para adentro.
-Toma asiento-. Me dijo.
-Gracias señor-. Me senté en una silla de plástico
que estaba cerca de mí.
El señor fue por un estuche de medicamentos y utensilios
de primeros auxilios, luego me quita el pedazo de manga
que cubría la herida y me doy cuenta que esa herida no
estaba tan grande como antes. Ambos vimos como sanaba
poco a poco, fue algo increíble.
-¡Vaya!, al parecer eres uno de ellos-. Me hablo
después de ver ese extraño suceso.
-¿Uno de ellos?-. Pregunté.
-Sí… un metahumano-.
-Discúlpeme señor me puede explicar sobre eso
porque no sé nada de nada, pues según lo que he oído ha
habido accidentes en un laboratorio-.
-Está bien-. Dice muy triste. -El lunes en la noche
el Laboratorio Cold Spring Harbor…-. Cuando escuché esa
parte un frio interior corría en mí. -…se encontraba
trabajando en un proyecto para ayudar a los seres
humanos, pero algo salió mal y causó un accidente, un
accidente que no solamente fue en el laboratorio sino en
todo el mundo, desde entonces ha causado muchos
cambios en los seres humanos, unos tienen poderes, otros
murieron y otros tienen mutaciones en su cuerpo-.
-Señor… dígame la verdad, ¿Estaba ahí usted?, porque por
la forma en que me lo dice y la mirada que hace parece
que sí-.
-Yo era uno de los asistentes-. Me dijo en tono
bajo. -El accidente fue causa de una sobrecarga de unas
piedras extrañas que hallamos, esas piedras contenían
mucha radiación y por eso es que causó todo esto-. Me dijo
mirándome a los ojos y con tristeza.
-¿Había una veterinaria con ustedes?-.
-Sí, ella fue la que nos llevó un chimpancé para
realizar el experimento-.
-¿Qué sucedió con ella?-.
-Ella… murió esa noche-. Cuando escuché eso mi
corazón latió muy pero muy rápido, sentí como si me
hubieran pegado en el pecho mil veces.
-¿Qué fue lo que le pasó?-. Pregunté.
-Estábamos celebrando porque creíamos que el
experimento ya estaba resuelto, entonces ella se quitó su
traje protector y ahí fue cuando todo comenzó, una onda
de energía salió del contenedor haciéndose gigante… esa
onda siguió hasta cerrar el planeta por completo, Sophia
fue la que recibió el impacto mayor y se convirtió en
energía pura, ella ya no podía razonar y estaba matándonos
uno por uno, los científicos no tuvieron más opción que
destruirla, así que realizaron un compuesto químico para
deshacerse de la primera metahumana-.
-No puedo creerlo-. Dije muy triste, comencé a
llorar. -¿Quién fue el causante de todo esto?-.
-Todos colaboramos-.
-Vamos… uno debía tener la idea de todo-. Dije
con un poco de enojo.
-Fue Mark Johnson, pero ahora se encuentra en la
cárcel-.
-¿Lo arrestaron?-.
-Él mismo se entregó, pues se arrepintió por todo
lo que hizo-. Después de esa charla me levanté para
largarme de ahí.
-Gracias por decirme todo esto-. Le dije mientras
abría la puerta.
-¿Qué era para ti Sophia?-. Me pregunta.
-Era… mi hermana-. Cerré la puerta, fui a mi
apartamento y empecé a llorar en mi cama, ni siquiera me
molesté en llamar a los padres de Sophia, pues ya han de
haber sabido todo esto, además no quería conversar con
nadie, ahora ya perdí a dos personas muy importantes en
mi vida.
Han pasado tres meses desde ese incidente; decidí
rehacer mi vida, de nuevo, así que conseguí un trabajo, soy
repartidor de pizzas, no me pagan tanto pero eso no
importa, ya que algunas personas me pagan por retratarlos.
Durante esos meses eh dibujado ancianas, familias,
animales, etc. Una vez me toco dibujar una señora, pero
desnuda; nunca pude terminar ese dibujo porque llegó su
esposo mientras dibujaba y casi me mata. En fin, con los
dibujos y las pizzas tengo lo suficiente para mantenerme.
Mi jornada de trabajo es Lunes a Viernes de 9 AM a las 3
PM; aprovecho el tiempo que estoy libre para ver películas
o sino para salir a dibujar en el parque.
Un miércoles Noah, mi jefe, recibe una llamada de
un cliente, luego de varios minutos me llama.
-Toma Michael, entrega estas 3 pizzas a esta
dirección-. Me entrega un papelito, lo leo y veo que la
dirección se encuentra muy lejos.
-Pero jefe, no llegaré a tiempo-. Le dije, mientras
hacía una expresión de tristeza con mi cara.
-Tienes que hacerlo o si no te pondré de patitas en
la calle, tómalo o déjalo-. Dice muy enojado, aunque
siempre ha sido así, de todas formas tengo que dejar esas
pizzas ya que no quería perder el trabajo.
Así que cogí las pizzas, me subí a la moto y me fui
rápidamente hacia la dirección que me dio mi jefe. El
tráfico estaba muy lleno, tenía miedo de llegar tarde, ya que
si no entregaba en menos de 30 minutos esas pizzas eran
gratis y no era nada bueno para mí, encontré un atajo en
un callejón angosto, lo bueno es que estaba en moto, lo
malo es que ya se me hacía tarde; acelero la moto, pero
recuerdo aquel incidente por andar rápido así que frene y
seguí normal.
Observo mi reloj y me di cuenta que ya se había acabado el
tiempo, todavía me faltaba una cuadra así que fui tranquilo,
la pizza ya era gratis después de todo.
Llego a la casa, toco el timbre y me abre la puerta
la niña era la que le regalé el dibujo hace tres meses.
-¡Mami, ya llego la pizza!-. Gritó la pequeña, luego
me queda mirando. -Y es el chico que dibuja-.
Puedo observar que hay muchos niños dentro de la casa,
supuse que tal vez eran amiguitos de la pequeña que me
recibió.
-Joven… Hola-. Me dijo su madre en cuanto llegó.
-Hola señora… que casualidad verla de nuevo-. Le
digo sonriéndole.
-Sí… es genial-.
-Bueno señora, aquí está su pizza gratis, no pude
llegar a tiempo-.
Entrego la pizza.
-Gracias… pero te daré el dinero de todas formas-.
-Señora ¿por qué hace esto?-.
-Porque me gusta ayudar a los que necesitan-.
-Muchas gracias señora-.
Después llega un señor que estaba en la mesa, me doy
cuenta de que es Benjamin, el director de la escuela
Pierson Middle y al parecer es el esposo de la señora.
-Hola muchacho-. Me habla golpeándome el
hombro. -Cuanto tiempo sin verte, no te volví a ver desde
aquella vez-.
-Pues la verdad señor… es que ese día hubo un
accidente y…-
-Te entiendo-. Me interrumpió. -Ese día fue muy
horrible para todos-.
-Señor… lo que pasa es que… soy un metahumano-
. Ellos se asustan al escuchar eso, la pequeña se esconde
detrás de su mamá. -No hay de que temer, pues no soy una
persona mala, existen muchas personas que dicen que los
que fuimos afectados por ese accidente somos demonios
pero no es así, solo mírenme, sigo siendo yo-.
-mmm, así que un metahumano, esto se pone cada
vez más interesante-. Dice Benjamin.
-El día del accidente me quedé dormido por tres
días, cuando me desperté no sabía nada de lo que estaba
pasando, pero me fui dando cuenta poco a poco, por eso
no fui a su escuela, bueno, también tenía miedo de que se
ponga enojado conmigo o ya haya conseguido otra persona
para el trabajo-. Me entristecí al decir eso.
-Entiendo-. Dijo Benjamin. -Pudiste habérmelo
contado… ¿por qué te pones así?-.
-Lo que sucede es que también perdí a una
hermana ese día… prácticamente no es mi hermana, yo soy
huérfano… ella me cuidaba desde pequeño en el orfanato
“El Buen Pastor” y por eso la considero mi hermana-.
-¡Oh!- Inclina su cabeza. -Cuanto lo siento, pero…
¿Ahora estas feliz con este trabajo?-. Pregunta.
-Más o menos, me pagan muy poco, pero realizo
dibujos en mi tiempo libre y eso aumenta mi salario-.
-Guau, pero sabes… la propuesta de trabajo que te
hice hace tiempo aún sigue activa… está en ti si quieres
aceptar o no, ¿qué dices?-. Dice dándome una sonrisa. -Ya
ha pasado mucho tiempo y debes aprender que la vida
sigue, no tienes que mirar atrás, me imagino que tu
hermana no quería eso para ti, tienes que aprovechar las
oportunidades que se te presentan en la vida-.
Todo lo que me dijo me hace pensar por un momento, el
señor Benjamin tenía mucha razón.
-Tiene razón señor… está bien, acepto su trabajo-.
-Me alegro que hallas aceptado… entonces nos
estaremos viendo mañana en la escuela-. En ese momento
me abraza. -¿Ya conoces a mí esposa?-.
-La conocí el día que me ofreció trabajo, aunque
aún no sé su nombre-.
-Ella se llama Elizabeth y la pequeña se llama
Ashley, una de nuestras dos hijas-. Después de decirme eso
la pequeña Ashley abraza mis piernas, yo me agacho para
jugar un rato con ella, pero en esos segundos me quedé
admirado, pues del segundo piso bajaba una chica muy
hermosa con pelo castaño, una mirada de ternura, ojos
cafés, me quedé todo el tiempo mirándola hasta que llega
hacia nosotros. -Mira, ella es mi primera hija, Dayna-. Me
la presenta. -Él es Michael, es un dibujante que descubrí y
va a trabajar en mi escuela desde mañana-.
-Hola Michael-. Dice Dayna mientras me estrecha
la mano, luego voltea su mirada a su padre. -Papá, voy a
llegar tarde a mi trabajo, ¿si me puedes llevar en tu auto?-.
-Hija, tengo que ir donde mi compañero a…-.
-Si quieres yo te llevo-. Interrumpí al señor, pues
quería conversar con ella, y qué mejor oportunidad que ir a
dejarla a su trabajo. -¿Qué dices Dayna?-.
-mmm bueno -. Dijo muy pausada y mirando a su
padre.
-Bien… asunto arreglado, que te vaya a dejar
Michael entonces-. Dice Benjamin, muy feliz.
-¿Está bien si me voy con él?-. Pregunta Dayna
asombrada.
-Si hija, confío en Michael, solo dile la dirección
para que él te vaya a dejar-. Dice con tranquilidad.
-Ok… como digas-.
Dayna se despidió de su familia, salimos de su casa
y nos subimos en la moto.
-Nos vemos-. Les digo y nos vamos.
-Vaya… mi padre te ha de conocer muy bien como
para que me deje ir contigo-. Dice Dayna mientras
conduzco.
-La verdad, sólo vámonos conociendo dos días-.
-¿Qué?... no puedo creerlo, ¿Y no eres un ladrón
verdad?-. Me habla en broma.
-No señorita, pero eso sí, debo contarle algo muy
importante… yo soy una de las personas afectadas por el
accidente del laboratorio… un metahumano-. Ella se queda
callada después de oír eso.
-¿Y mi padre ya lo sabe?-. Pregunta.
-Tu papá, tu mamá y tu hermana, les conté hoy,
sólo que no estabas cuando lo hice-.
-Guau, y… ¿Tienes poderes?-.
-Lo único que sé es que mis manos lanzan un
viento muy fuerte, eso lo descubrí cuando casi me atropella
un camión, desde ese día no he vuelto a usar ni a saber de
este poder, decidí continuar normalmente con mi vida-.
-¡Increíble!-. Dice atónita. Luego de varios minutos
ella me dice: -Aquí es Michael-. Freno la moto al frente de
un centro comercial y ella se baja.
-Por cierto, ¿en qué trabajas?-. Pregunté, aunque
fue algo estúpida la pregunta, pero es porque me puse algo
nervioso.
-Vendiendo libros, pero solo es hasta mañana
porque estoy reemplazando a una amiga de mi mami, lo
que sí, estudio todas las mañanas-.
-Ah, creí que trabajabas normalmente… y ¿qué es
lo que estudias?-.
-Estudio enfermería-.
-mmm una excelente carrera -.
-Si Michael-. Me dijo mientras mira su reloj. -
Bueno tengo que dejarte, gracias por traerme-. Me habla
apresurada, después me dio un beso en la mejilla y se va.
-Si quieres podemos salir un día de estos-. Le dije
mientras sube la escalinata, ella volteó la mirada hacia mí.
-Excelente idea-.
-¿Cuándo puedes?-. Pregunté.
-Este sábado a las 9 PM, ya conoces mi casa, así
que puedes ir a verme-.
-Genial… entonces nos vemos el sábado-.
-Ok… chao-. Luego entra al centro comercial y me
la quedo mirándola mientras iba desapareciendo, yo
enciendo mi moto y regresé a la pizzería.
Al llegar veo que mi jefe está muy enojado, pero
no me importó, lo único que tenía en mi mente era a
Dayna.
-¿Por qué llegas ahora Michael?... llegaste tarde
¿verdad?-. Me pregunta, pero no le contesté, pues seguía
pensando en Dayna, saqué el dinero de mi bolsillo y se lo
dejé en la mesa, luego me fui a mi casillero y pasé al lado
de mi jefe, él solo me ve pasar con una cara de
desentendido y luego cruzó los brazos. -¿Y ahora qué te
pasa?... pareces enamorado-.
Llego a mi casillero y saco mis pertenecías, pues ya se
había acabado mi turno. Me dirijo a la puerta para salir y
en ese momento me acordé del trabajo del señor
Benjamin.
-Señor Noah, quiero decirle que…-. Hice una
pequeña pausa, no sabía si lo decía de la forma correcta,
solo estaba pensando en salir rápido. -…renuncio al trabajo-
.
-¿Qué te pasa?, ¿Estas drogado o qué?-.
-¡Ya basta!-. Grité; Noah se queda muy
sorprendido. -Usted lo único que hace es estar gritándome
e insultándome siempre, póngase en mis zapatos para que
sepa cómo me siento… me marcho de este lugar… ya
encontré un mejor trabajo-.
-Me gritó-. Noah le habla con tono afeminado a un
señor que se encontraba comiendo, yo tuve que contener
mi risa y salí cerrando duro la puerta… Caminé hacia mi
apartamento para descansar.
Enciendo mi estéreo para escuchar música y
ponerme a tener lista la ropa para la escuela, también afilo
los lápices, pongo las hojas en mi portafolio y aseo mi casa,
después de hacer todo me cambie de ropa para estar más
cómodo y me acosté en el sofá para ver películas.
Desperté más temprano de lo normal. Me quede
ahí en mi cama mirando hacia arriba, no quería levantarme
aún. Empecé a sentir esa extraña sensación de nuevo, tenía
miedo de ir a la escuela y que algo malo suceda como la
ocasión anterior, me levanto y enciendo la televisión,
quería que haga bulla. Fui a hacer el desayuno y
rápidamente escucho que un tal Marco Encalada ha
fundado la Unidad de anticrimen y hace artefactos para
atrapar a los metahumanos que sean malos, también
escucho que Marco es el científico que trabajó junto con
Mark Johnson.
“Ese sujeto también debería estar en la cárcel”, pensé.
Enfurecí mucho, así que mejor cambié de canal y veo otra
noticia; un avión con destino a mi ciudad explotó dejando
sin vida a todos los pasajeros, y que en otra parte cerca del
lugar encuentran un helicóptero estrellado, el periodista
dice que es un acto terrorista, pero nunca se encontró el
cuerpo del que pilotaba el helicóptero.
Esa noticia me hace asustar demasiado, así que apague mi
televisión y comencé a comer; luego de todo me preparo
para salir a la escuela.
Mientras entro a la escuela veo que Benjamin está
conversando con un señor, tal vez un profesor, yo me
acerco a ellos.
-Mire señor Harrison, él va a ser el nuevo profesor
de dibujo-. Le dice al señor, luego me lo presenta, nos
estrechamos las manos y el señor Harrison me pregunta:
-¿Cuántos años tienes?-.
-Tengo 21 años señor-. Digo con timidez.
-Es muy joven-. Le dice susurrando a Benjamin.
-Tranquilo Harrison, antes mejor si es joven,
podrá entenderse muy bien con los alumnos-. Responde
Benjamin con una sonrisa. Harrison me mira con enojo,
ha de ser de esos profesores estrictos que quieren que
hagan todo al pie de la letra. -Bueno ahora sí,
acompáñame Michael para indicarte el aula de Cuarto “B”
donde enseñarás-.
-Suerte con ellos muchacho, porque la vas a
necesitar-. Habla Harrison mientras nos marchamos.
-¿Por qué me dijo eso?-. Pregunte a Benjamin.
-No te voy a mentir, tarde o temprano lo sabrás,
los alumnos de esa aula no tienen ese ánimo de estudiar,
algunos tienen problemas en sus casas, otros tienen padres
conflictivos y cosas así, en teoría son…-.
-¿Malcriados?-. Lo interrumpí preguntando una
palabra para completar su frase.
-Iba a decir problemáticos, pero si lo quieres decir
de esa forma también estaría bien… es por eso que ingresé
la materia de dibujo artístico, aunque tenemos dibujo
técnico, pero eso es otra cosa… yo decidí poner esta
materia porque el estudio del arte cultiva en ellos una
sensibilidad que los lleve a desarrollar una ética muy sólida
en su vida adulta-.
-Sabias palabras señor… excelente-. Luego nos
detenemos.
-No me alagues a mí, porque lo saqué del internet-.
Me dijo en broma. Después entramos al aula y dice en voz
alta: -Jóvenes… buenos días-.
-Buenos días Director-. Hablan algunos
estudiantes, a los otros parece que les diera pereza de
hablar.
-Les presento a su nuevo profesor, su nombre es
Michael Sanders, la materia que les enseñará es dibujo
artístico, espero que se porten muy bien con él… nos
vemos, puede proceder profesor y suerte con ellos-. Me
guiñó el ojo después de hablar y sale del aula. Luego de
que se fuera no sabía qué hacer ahí dentro, estaba muy
nervioso por lo que me puse a caminar de un lado hacia el
otro, hasta que finalmente:
-Como dijo su director soy Michael y les enseñaré
varias técnicas para dibujar y así poder sacar buenos…-.
-Disculpe-. Un jovencito me interrumpe. -¿Usted
no está muy joven para enseñar?-.
-Es mi primera clase como maestro en toda mi
vida, recuerden que todos sus profesores también iniciaron
así… jóvenes-. Les dije.
-Eso ya lo sabemos, sólo que su aspecto parece ser
el de un estudiante universitario, más no el de un maestro-.
Cuando dijo eso me puse aún más nervioso de lo que
estaba, ya que si se daban cuenta de que no soy graduado
en nada, pueden que ya no tomen enserio esta materia.
-Pues soy un maestro-. Dije, como si estuviera
enojado. -Bueno… entonces como les estaba diciendo voy
a enseñarles los fundamentos básicos para que poco a
poco vayamos subiendo nuestro nivel de dibujo, así que
vamos a hacer un pequeño ejercicio para ver cómo
estamos con ello…-.
-Profesor-. Me habla una tierna jovencita con
aspecto de estudiosa que está sentada en el centro de en
frente. -Debe tomar la lista primero-.
Yo me quedo pensativo por un momento y volteo mi
cabeza, veo mi escritorio con la lista de estudiantes, estaba
tan nervioso que se me había olvidado de ir a ese lugar.
-Tienes razón-. Le dije y me dirijo al escritorio
para tomar lista, ellos me respondían presente, durante ese
transcurso observé los nombres de: Abigail, Ryan, Joshua,
Bryan, Ashley, Hannah, Grace, Jonathan, Jhon, etc. Luego
de eso saqué hojas de mi portafolio y me voy donde
Hannah, la estudiante que me hablo hace rato; le di las
hojas para que le entregue a todos los estudiantes. -Ahora
vamos a realizar el siguiente ejercicio, llenemos toda la hoja
con líneas verticales… al hacer este ejercicio mejoraremos
nuestro pulso en el momento de dibujar cualquier cosa-.
-¿Quiere que estemos así toda la clase?-. Me
pregunta Bryan, un estudiante con ropa alborotada, parece
que no le importa el estudio.
-Claro… así vamos a mejorar bastante-.
-No quiero hacer esto-. Se acomodó en su pupitre
como si fuera su cama.
-Tienes que hacer porque si no te va a ir mal en
notas-. Le digo.
-Muchos profesores me han dicho lo mismo, pero
a mí no me interesa... escuche… la verdad es que estoy
aquí porque mi mami dice que estudie-. Puso las manos en
su cabeza, transformándola en una cabecera. -Cuando salga
de aquí seré un conductor muy famoso y ganaré muchas
carreras de automóviles, así que no necesito estar en esta
escuela para estudiar algo que nunca me servirá en el
futuro-.
Al escuchar rodo eso y ver su comportamiento me hizo
recordar mucho a mí cuando era pequeño. En el orfanato
era muy buen estudiante, hasta que adoptaron a Sophia,
desde ese entonces empecé a bajarme en notas y decir lo
mismo que está diciendo Bryan Estudiar es una pérdida de
tiempo.
-Tienes que estudiar para ser alguien en la vida, no
vas a querer estar trabajando duro y que te paguen poco,
por eso tienes que estudiar para que puedas mantenerte
bien en tu futuro-.
-Está mal profesor, porque los pilotos de carrera
ganan muy bien y eso es lo que quiero yo-.
-Niño… si sigues esa vida vas a estar arrepentido
después-.
-Usted habla como si hubiera dejado de estudiar o
algo así-. Yo mejor me quedé callado, no sabía cómo seguir
la conversación con Bryan. Lo único que tenía que decir
fue:
-Muchachos… ésta materia tiene sus notas y son
válidas, pero también es para que puedan distraerse un
poco y salir de todos los problemas que tengan en su hogar
y escuela-.
-¿Porque no siguió la conversación?-. Pregunta
Bryan.
-Porque todo lo que dices está muy mal y si sigues
ese camino sabrás que cometiste un error, así que estudia y
ponte a hacer el ejercicio… está fácil-. Hable con tono muy
alto y enfurecido, Bryan solo me hizo una mueca
haciéndome pretender que todo lo que dije no valió nada.
-Está bien… lo haré-.
Desde ese momento pensé que no iba a estar fácil mi
nueva vida como profesor, ya que ese no era el único curso
al que tenía que enseñar.

Sábado, por fin, el día que esperaba. Enciendo mi


radio y escucho que aún siguen investigando la explosión
del avión que estaba rumbo a mi ciudad, pero no le puse
mucha atención, ya que no tenía ganas de noticias sino de
música, entonces cambio de emisora y la detuve en cuanto
escuche rock, dejo mi radio en volumen alto y me fui a
desayunar.
El día estaba hermoso, así que pensé en ir a la piscina y
olvidarme un rato de la escuela. Sólo habían pasado dos
días pero sentí como si hubieran sido semanas. Voy a
cambiarme de ropa para estar al ambiente. Salí de mi casa
más o menos a las 10 AM, no quería gastar tanto dinero
para un bus, así que me fui caminando.
En el trayecto oigo la sirena de la policía, volteo mi
cabeza y miro que están persiguiendo a un auto, puede que
sean ladrones, como también pueden ser conductores en
estado de ebriedad, observo mis manos y pienso en poder
ayudar a esos policías, pero puedo echarlo todo a perder
así que no hice nada.
Más tarde paso frente de un señor que estaba sentado
afuera de su tienda de abarrotes, se encontraba viendo
noticias en su pequeñita televisión y escucho que el
periodista está diciendo que varios ladrones están robando
un banco y tiene rehenes dentro, me sorprendo, porque ni
apenas empieza el día y ya están los criminales haciendo de
las suyas, pero bueno, vivo en New York y eso es normal.
Llego a la piscina y lo primero que veo es a la
pequeña Ashley con su hermana Dayna, ellas me saludan y
yo hago lo mismo, me dirijo a ellas.
-Michael-. Me dice Dayna con un beso en la
mejilla y Ashley le agarra la mano a su hermana.
-Dayna… vamos a nadar-. Le dice Ashley, con
enojo.
-¿Qué le pasó?-. Pregunté a Dayna.
-Está enfadada porque mi padre tuvo una reunión
y quería irse con él al teatro… mi madre me dijo que la
traiga a la piscina para que se distraiga-.
-Ah… ¿Tu padre siempre está ocupado?-.
-No siempre... Sólo que tiene que estar en las
reuniones de profesores-. Dice. –Oye… ya que estas aquí
vente con nosotras para nadar-.
-Vamos-. Le respondí rápido.
Ingresamos a la piscina y fuimos a jugar junto a
unos niños que estaban con un balón playero.
Luego de pasar un buen rato de diversión salimos de la
misma y nos fuimos al bar, Dayna compra snacks para
comer. En esos segundos llegan un par de chicas y se paran
al lado mío.
-Hola Michael… ¿Te acuerdas de mí?-. Me dice
una de ellas.
-La verdad no-. Dije asombrado, alzando mis cejas.
-Soy Patty… Una vez me dibujaste desnuda-.
Cuando oí eso comencé a recordarla, ella es una de las
muchas personas que he dibujado en toda mi vida y por
eso es que no la recordaba, también me puse muy
nervioso, temía que Dayna piense cualquier cosa porque
Patty no parecía ser de esas chicas tranquilas sino más bien
fiestera y que pasa un día con un hombre y con otro,
además dijo que la dibujé desnuda.
-Ah… sí, estaba haciendo mi trabajo-. Digo lento y
nervioso.
-Que bien que te acuerdes… mira, te presento a mi
amiga Evelyn, a ella le fascinó mucho tu dibujo y quiere
que también la dibujes, pero ahora, ¿Si puedes?-.
-Ahora… no puedo, me encuentro con ellas, tal vez
para la próxima-.
-No, es que nos vamos a otra ciudad y ni más te
volveremos a ver, por favor di que sí, te pagaremos muy
bien-.
-Si quieres anda-. Me dijo Dayna con tranquilidad.
-¿Tú crees?-. Pregunté.
-Si claro, igual nos vamos a ver esta noche-. Al
decirme me quede frío, porque se me había olvidado por
completo de la cita, suerte que me hizo acuerdo sino no
iba.
-Está bien, tienes razón… lo único malo es que no
tengo mis materiales aquí-. Les dije.
-No importa, mi novio te llevará en su auto a tu
apartamento para que retires tus materiales y puedas
dibujarla-. Dice Patty.
-Bueno en ese caso… nos vemos de noche Dayna,
chao Ashley-. Me despido y luego Patty y Evelyn me cogen
de los brazos y me llevan a una caseta estilo playera que
ellos han de haber alquilado. Patty grita llamando a su
novio y sale de la caseta un hombre musculoso, bien
parecido, al parecer atlético, tenía el pelo corto y una barba
de tres días.
-¿Qué sucedió Patty?-. Dice él con una voz muy
gruesa.
-Mira los presento, Dylan… Michael, Michael…
Dylan-. Nos presentó muy feliz. –¿Te acuerdas del dibujo
que te mostré ya hace tiempos?... pues él es el dibujante-.
-Si ya me acordé -. Dice Dylan, yo al oír eso creí
que me iba a dar una golpiza por dibujarla desnuda o algo
así, ya que me veía medio raro. -¿Sabes?, dibujas muy
genial Michael, te felicito-. Me dice al tiempo que me da
un golpecito en el hombro.
-Quería pedirte un favor, puedes acompañarlo a
Michael a traer sus materiales de su apartamento-. Dice
Patty.
-Sí, es que quiero que me dibuje también-. Dice
Evelyn mientras me miraba y tocaba el cuerpo con su
brazo, yo nervioso me hago hacia un lado para alejarme.
-Está bien, con mucho gusto lo haré, ¿pero sí vives
cerca de aquí?-.Pregunta Dylan.
-Si claro… no te preocupes-. Dije.
-En ese caso vámonos rápido, no quiero perderme
de la fiesta-. Me dijo sacando las llaves del carro. -¿No
vienen con nosotros?-. Pregunta a las chicas.
-No… vamos a esperar aquí, además queremos
tomar cerveza y no podemos tomar mientras conduces, te
pueden multar-. Dice Patty.
-Tienes razón… por eso te quiero-.
-Y yo a ti amor-. Se san un beso de despedida.
Subimos a su auto y nos fuimos, enciende su
estéreo y se pone a escuchar música rock, al parecer le
encanta la buena música, ya me empezó a agradar Dylan.
-¿Te gusta el rock Michael?-. Pregunta.
-¿Que si me gusta?... por favor, el rock me fascina-.
-Esa es-. Alza su mano derecha para avisarme que
vamos a hacer un choque de manos; yo hago lo mismo con
la izquierda y chocamos nuestras manos, fuimos
escuchando rock todo el viaje.
-Por cierto… ¿Ustedes alquilan la caseta?-. Digo.
-Claro que sí, siempre alquilamos para hacer baile
todos los sábados-. Yo me asombré, supuse que toda la
gente del baile es adinerada para alquilar todos los sábados
esa caseta. Llegamos a mi apartamento, me baje del auto y
fui por mis materiales, no tardé mucho porque ya los tenía
preparados, luego me subo al auto de nuevo y regresamos.
-Oye… te haré una pregunta, ¿Te cogiste a Patty luego de
dibujarla?-.
-No… yo solo hago mi trabajo-. Digo con
tranquilidad.
-Bien, porque si no te hubiera ido muy mal-. Dice
riendo, yo en cambio me reía por fuera, pero por dentro
estaba muy asustado por lo que me podría hacer si fuera
verdad. -¿Sabes?... tienes que aprovechar y cogértela a
Evelyn, parece que le gustas-. Yo solo sonreí y me quede
callado.
Ya en la piscina nos bajamos del auto y entramos a
la caseta, los chicos estaban bailando, luego nos ven las
chicas y se dirigen hacia nosotros, al parecer ya estaban
algo ebrias.
-Por fin llegaron, ahora si Michael empieza a
dibujarla-. Me dijo Patty.
-¿Aquí?-. Pregunté sorprendido.
-No, sino por allá, nadie los molestará ahí-. Dice
Patty señalando un lugar apartadito dentro de la caseta que
estaba tapado por una cortina.
-Ahora si… vamos para que me dibujes, luego te
pagaré-. Me dice Evelyn mientras toma mi mano para
llevarme, Dylan me queda mirando y me hace gestos con
su cara dándome suerte.
Entramos al sitio, pero éste se encuentra algo oscuro,
Evelyn abre la ventana para dar luz, yo me siento en una
silla de madera que estaba en medio, al parecer ya tenían
todo preparado las chicas.
-Bueno ¿cómo quieres que te dibuje?-. Le dije.
-En la misma posición de la chica del Titanic-.
-Pero no hay aquí un sofá o algo parecido-. Le digo
en broma.
-Entonces me acostaré en el piso-. En ese instante
ella se desnuda y se acuesta en una alfombra que puso.
-Bueno comencemos… tratarás de no moverte
mucho-. Le dije. Empecé dibujando su rostro, luego su
cabello y los hombros, cuando llegué ahí ella se levanta y se
puso su traje de baño rápido. -¿Qué te sucede?-. Pregunté.
-Es que me siento muy mal, a lo mejor es la
cerveza, ya vengo pronto… me voy al baño-.
-Está bien, tómate tu tiempo-. Ella se va, y yo me
quedo cayado un rato, me levanto y camino a la ventana
para ver si estaba Dayna con su hermana, pero no las vi
para nada, también ya iba a ser hora de almuerzo por lo
que tenían que ir a comer.
Escucho que abren la cortina, me volteo
imaginando que es Evelyn pero no lo es, sino que es Patty.
-Patty, ¿vienes a ver a tu amiga?-.
-No, ya vi que se fue al baño… yo vengo por ti-.
-¿De qué hablas?-. Le pregunté, ella solo se me
acerca y me abraza.
-Es que me gustas mucho, y quiero tener sexo
contigo-. Yo me puse nervioso y empiezo a temblar.
-Estás loca, recuerda que tienes novio-.
-Pero no me gusta, estoy con él por su dinero,
además también ha de tener sexo con muchas mujeres-.
Ella me besa después de decirme todo eso, su aliento era
puro alcohol yo cojo sus hombros y la aparto dándome la
vuelta.
-Lo siento… pero a mí me gusta otra chica-.
-¿La chica con la que estabas cuando te
encontramos?, vamos soy mejor que ella-.
-Yo creo que no-. Digo enojado.
-Solo hazlo conmigo, me gustas desde la primera
vez que me dibujaste-. Se me acerca, yo me alejaba de ella
poco a poco, pero en ese momento baja mi pantaloneta
muy rápido.
-¿Qué te sucede?... no lo haré-. Dije susurrando,
como estaba caminando de espaldas me tropecé en el
asiento de madera y caigo, sostuve con fuerza la cortina
para no caerme, pero éste se despega y cae conmigo, todos
los que estaban bailando me vieron desnudo junto a Patty y
se quedaron totalmente cayados. Veo que Dylan también
me observa y me dieron más nervios de los que ya tenía.
-Maldito… vas a morir-. Me grita Dylan, él viene
con una gran velocidad y coge un bate de beisbol para
golpearme, yo me subo mi pantaloneta y huyo, pero me
caigo por culpa de una botella de cerveza, Dylan está muy
cerca, me volteo y abro las piernas esquivando su golpe
con el bate, casi golpea mis partes íntimas, sostengo el bate
con los pies y lo pateo.
Salgo corriendo de la caseta y dejo el lugar; Dylan
sale unos segundos después.
-No regreses o te mato, ¿me oyes?, te mato-. Gritó
bien fuerte Dylan, yo aún seguía corriendo pero como vi
que ya no me perseguía me puse en cuclillas a descansar;
una señora gorda que estaba repartiendo volantes me
queda mirando, se me acerca y dice:
-Muchacho… te ves muy exhausto, y con este calor
te recomiendo que te vayas a la piscina-.
-No señora, por el momento no quiero saber nada
de piscina-. Le dije balanceando mis manos.
-Ya entiendo, te metiste en problemas y por eso
venias corriendo-.
-No nada que ver, yo no soy problemático-. Le
digo respirando hondo.
-Claro-. Me dijo con un gesto como que no me
creyera.
-Bueno señora, nos vemos-. Le digo después de
levantarme para irme.
-Espera, antes de que te vayas, toma esto, como
eres joven tal vez te interese-. Me entrega uno de los
volantes que estaba repartiendo.
-Gracias-. Le dije, y me fui.
Como ya eran horas de almuerzo fui directo a mi
apartamento para sacar dinero e ir a comer en un
restaurante, me puse triste porque mis materiales se
quedaron en la caseta y ya no los podía recuperar, así que
mejor me puse a leer el volante que me entregó la señora,
decía FERIA DE LIBROS Y COMICS ESTA NOCHE.
Pienso que es un buen lugar para llevar a Dayna en la
noche, lo malo es que no sabía si le gustan los libros y esas
cosas, yo me quedo mirando las imágenes que tiene dicho
volante, como no ponía atención al camino choqué con
una persona que me hace tirar al suelo, el señor era
bastante raro, estaba usando un buzo negro con capucha
tapándole gran parte de su cara, al parecer no tenía calor
para nada, también veo que el color de su piel era
demasiado blanca, él hacía unos movimientos extraños y
estaba tapándose los ojos con mus manos.
-Pásame mis gafas-. Me dice el señor con una voz
muy ronca. -Que me pases las gafas-. Me dijo nuevamente
pero gritándome esta vez.
-Tranquilo señor… que genio-. Le dije mientras le
doy las gafas que se cayeron cuando nos chocamos, las
coge, agacha su cabeza y se pone las gafas. Se marcha
golpeándome con su hombro. -Se dice gracias-. Le dije
mientras se alejaba, él solo alza su brazo derecho y me saca
el dedo del medio.
Me vestí con una camisa elegante manga larga
color azul y un pantalón jean negro, claro eso si me
arremangue mi camisa porque me gusta más así.
Tomé un taxi y me dirigí a casa de Dayna, o más
dicho, del señor Benjamin.
Al llegar salgo del taxi y le pago al conductor, voy a
los escalones para subir, de pronto, el taxista me dice:
-Si no tienes carro más te vale que la lleves en tren,
porque en otro transporte te saldrá muy caro-.
-¿De qué hablas?-. Pregunto confundido.
-Ah, solo es un consejo de citas… hasta pronto-.
Mientras se va yo me pongo a pensar, el taxista adivinó que
me iba a una cita, cosa que me hace sorprender, pero ya
no importa. Sigo subiendo los escalones y luego toco el
timbre de la casa; pasaron unos minutos y me abre la
puerta el señor Benjamin.
-Buenas noches señor-. Le digo.
-Hola Michael, que gusto verte-.
-Igualmente señor-. Le doy una sonrisa.
-Así que vas a salir con Dayna… espérala un rato
que se está arreglando, ya mismo baja-. Él me habla con la
confianza de siempre, no tiene celos como todos los
padres, es más, creo que no le preocupa que salga con su
hija.
-¿Y su esposa?-. Pregunto.
-Sigue trabajando en el hospital-.
-¡Ah!-. Le digo, pues no sabía cómo continuar la
conversación, rápidamente me puse a observar cualquier
cosa para inventarme algo, veo que Ashley está cantando
en la sala, con una cámara en frente de ella grabándola. -
Por lo que veo su hija quiere ser cantante-. Digo.
-Claro que sí, el sueño de ella es ser famosa… se
vuelve loca cuando ve una cámara cerca, quiere que el
mundo la observe-.
-Ya veo-. Digo sonriendo.
-Es más, hace poco tuvimos una feria de ciencias
en la escuela… hubieron muchos proyectos geniales, llegó
un reportero a grabar para trasmitirlo en televisión, mi
familia como siempre están ahí acompañándome; mientras
el reportero me entrevistaba aparece Ashley y empieza a
gritar “Soy famosa”, luego de eso llega Dayna para
llevársela para que no me dé problemas, pero a mí no me
importó, al contrario la subí en mis hombros y continué
con la entrevista, los periodistas me dijeron que la deje a
Ashley pero yo les dije que no, porque la amo mucho y
que no está interrumpiéndonos, ellos se enojaron, pero
siguieron con la entrevista igualmente-. Al oír esas palabras
le sonreí al señor y me pongo a pensar que en esta casa
vive una familia perfecta, unas personas muy amables,
divertidas y que brindan cariño a todos, me dio un poco de
tristeza al saber que nunca tendré una familia así de
perfecta, me quedé pensando muy profundamente que no
me di cuenta cuando bajó Dayna.
-Hola Michael-. Me saluda ella con una gran
sonrisa; yo le digo lo mismo, pero en voz baja.
-Bueno hija, espero que lleguen muy bien-. Le dice
a Dayna.
-Hasta luego señor-. Le digo mientras sale Dayna.
-Tendrán mucho cuidado, recuerden que esta
ciudad es muy peligrosa, cualquier cosa me llaman-. Nos
dice Benjamin como si los dos fuéramos sus hijos, cierra la
puerta y salimos rumbo hacia el metro.
Yo pasaba muy callado, aún seguía pensando en el amor
que da Benjamin a su familia.
-¿Qué te pasa?-. Pregunta Dayna.
-Nada… sólo estoy pensando que tu padre es una
persona increíble-.
-Eso sí… Aunque a veces me trata como una niña-.
-¿Bromeas?... él hace todo eso porque te ama,
tienes unos padres maravillosos, algo que nunca tuve-.
-Lo siento… me olvidé que eres huérfano-.
-¿Te lo contó tu papá?-.
-Claro… como no te conocía le dije a mi padre que
me cuente de ti, me dio mucha tristeza al saber que tuviste
dos pérdidas fatales-.
-Sí-. Digo entristecido. -Fueron dos grandes
pérdidas en mi vida…-. Nos quedamos un rato en silencio,
pero no quería dañar la noche poniéndome triste, así que
me tranquilizo y digo: -Bueno, ya dejémonos de tristezas y
vámonos al metro-.
-Tienes razón… pero espera, ¿A dónde vamos?-.
-Pensé en ir al parque y a un restaurante… comer
cualquier cosa y dialogar, ¿por qué?-.
-Es que quería decirte para ir a una feria de libros
que hay en el centro… me gusta mucho la lectura- .
-¿La feria de Libros y comics?-.
-Sí… ¿Tú sabes algo de eso?-.
-Pero claro, en la tarde me dieron un volante- Digo
con felicidad. -En ese caso… vámonos para allá-.
-¿Te gustarán los libros?-.
-No… pero me gustan los cómics-. Ella suelta su
hermosa sonrisa.
-Está bien, vámonos para allá-.
Ya en el lugar notamos que la feria está en una
casa grande y lujosa, la cual se encontraba llena, lo que
significa que estaba muy interesante, nosotros no
desperdiciamos ni un minuto y entramos, dentro de ella
hay una gran variedad de personas exponiendo los libros
escritos por ellos mismos, otros en cambio están
disfrazados de superhéroes como el Hombre araña,
Superman, Batman, etc. Dayna se alejó de mi para ir a ver
los libros de Star Wars, tal parece que le gusta la ciencia
ficción, yo me acerco hacia ella.
-Así que Star Wars-. Le digo.
-¡Sí!-. Me dijo con alegría. -Star Wars es una obra
fascinante, he leído ya dos libros… hasta que supe que
había películas y para no gastar mucho dinero me las vi a
todas-. Al oír eso me di cuenta que es una fan de ésta saga,
lo raro es que dijo “Hasta que supe que había películas”,
pues las películas ya salieron muchos años atrás, pero
bueno, no le dije nada.
-¿Enserio te gusta tanto?-. Dije, pues no sabía qué
más decir.
-Claro… no sé por qué pero me ha gustado mucho
este tipo de cosas… me refiero a los alienígenas, planetas
de otras galaxias… siento una gran atracción hacia esto,
como si yo hubiera estado en el espacio o algo así-.
-Guau, primera vez que veo a una chica que le
guste la ciencia ficción-. Dije sorprendido.
-Mira, es un jedi- Me dice señalando al chico
disfrazado. -¿Puedes tomarme una foto con él?-.
-Pero no tengo cámara-.
-Yo sí-. Ella saca del abrigo su cámara y me la
entrega.
-Vaya… tú sí que estás preparada para todo-.
-Como noté que te gusta mucho el dibujo supuse
que te gustaría venir a la feria… fue por eso que aproveché
el momento y traje la cámara conmigo-.
-Buena táctica-. Le digo.
Yo le tomo la foto y rápido me coge la mano para ir a un
concurso que estaban realizando unas personas.
Dicho juego consistía en decir todo lo que sabias de Star
Wars, según lo que se oía, Dayna sube a la plataforma para
participar. El juego empezó y todos los concursantes se
ponen en filas; ellos deben alzar la mano para responder,
ese fue el momento en que todos los espectadores
quedaron sorprendidos, incluyéndome, Dayna no fallaba
ni una pregunta, es como si ella hubiera dirigido la
película.
-Esa chica sí que sabe de Star Wars-. Me dice una
persona que está a mi lado; volteo mi cabeza para mirarlo y
me doy cuenta que él ha sido Larry, un amigo del orfanato,
con el que solía dibujar, con el que solíamos bromear
haciendo caricaturas de las monjas odiosas para burlarnos,
pero a los 15 años de edad hubo un terremoto y el
orfanato se destruyó, tuvieron que ingresarnos a casas de
acogida y ahí fue donde nos separamos, nunca más lo volví
a saber de él, hasta esa noche.
-¡Larry!... ¿Qué tal?-. Digo con felicidad, nos
abrazamos
-Me reconociste Michael-.
-Pero cómo no voy a reconocer a mi amigo del
alma-.
-Claro, aún recuerdo todas las travesuras que
hacíamos en el orfanato, parece como si hubiera sido ayer-.
-Te acuerdas cuando dibujamos a la virgen María
debajo del puente y en las noches se reflejaba en el agua…
las monjitas creyeron que era un milagro, hasta que lo
descubrieron-.
-Y cuando se enteraron que fuimos nosotros nos
hicieron lavar todas los trastes, todavía recuerdo eso-. Me
dice con mucha risa.
-Sí que éramos unos locos-.
-Pasamos excelentes momentos, ¿bueno y a qué te
dedicas ahora?-.
-Trabajo de profesor en la escuela Pierson Middle-
.
-¿Profesor?, ¿Te graduarías en una Universidad?-.
-Shhh… No le digas a nadie, el director de la
escuela se llevó muy bien conmigo y me ingreso para
enseñar sin tener título-.
-Vaya, es una gran suerte que tengas una persona
así, ya quisiera conocer a tu director-.
-Algún día te lo presentaré, por cierto, te veo muy
bien vestido… y estás con gafete ¿Trabajas aquí?-.
-Soy estudiante de diseño gráfico y estamos
exponiendo nuestros trabajos-.
-¿Quieres decir que aquí hay diseños tuyos?-.
-Claro, los míos son los de X-Men y el de
Superman que están al fondo-.
-Interesante-.
-Exacto… oye y… ¿Cómo así por acá?-.
-Estoy teniendo una cita-.
-¿Una cita?, y… ¿Dónde está tu cita?-.
-Se encuentra participando en ese concurso… es la
chica que está ganando-.
-Guau, que genial, tal parece que encontraste a la
mujer perfecta, porque sí que sabe de ciencia ficción, solo
mírala le está dando paliza a los demás concursantes-.
-Pero ya deja de mirarla y anda a trabajar mejor-.
Le digo en broma.
-Tranquilo… no te la quitaré-. Me dice riendo.
-¡Larry!... ven a ayudarnos-. Grita una persona,
compañero de Larry.
-Bueno Michael, me despido, fue un gusto haberte
visto de nuevo-.
-Lo mismo digo Larry, que te vaya bien-. Nos
damos un abrazo y él se retira, en ese instante escucho el
grito de todas las personas, me doy cuenta de que el grito
es por Dayna; había ganado la competencia, observo que le
están premiando con una medalla y un libro de Star Wars;
ella viene contenta hacia mí.
-Felicidades-. Le digo con una gran sonrisa.
-Mira… por allá hay un concurso de dibujo, vamos
para que concurses tú también-.
-Está bien-. Le dije, ella me agarra de mi brazo y
nos fuimos. Ya en ese sitio descubrimos a una secretaria
con el gafete del concurso, yo hablo con ella.
-Disculpe… vengo a inscribirme en el concurso-.
-Lo siento joven, pero ya se acabó-. Me dice.
-Ya nada, por lo menos lo intentaste-. Me dice
Dayna tocándome el hombro.
-Esperen un momento… si quieres podemos
participar-.Me dice un muchacho con lentes y muy bien
uniformado, un tipo nerd.
-Eh, ¿Y tú eres?-. Le pregunto.
-Soy Steve… el ganador del concurso y como veo
que tienes aspecto de dibujante te vengo a retar a un duelo-
.
-¡Huy!, parece que tenemos un duelo de
dibujantes-. Grita un chico que estaba cerca de ahí, todos
lo escuchan y empiezan a gritar para enfrentarnos.
-Te apuesto mis materiales de dibujo, ¿qué dices?-.
Dice Steve, al escuchar eso me dio ganas de aceptar, justo
en esos momentos necesitaba de materiales para la escuela
y vida diaria; pero no podía aceptar, no tenía nada que
ofrecer.
-Es que yo no tengo nada para apostar-. Le dije
con tristeza.
-Veo que traes una cámara muy bonita, la puedes
apostar-. Me dice Steve observando la cámara como si me
la fuera a robar.
-No es mía, lo siento, no aceptaré-. Me doy la
vuelta para retirarme con Dayna y todos me gritan
“Buuuuuu”.
-Entonces eres un miedoso-. “Oh” gritó todo el
público después de que Steve dijera eso.
-¡Michael!-. Me habla Dayna. -Acepta el reto,
demuéstrale a ese creído que tú puedes-.
-Pero la cámara es tuya-.
-No importa, anda y apuéstala, yo creo en ti y sé
que le ganaras a ese presumido-. Me mira a los ojos y me
toca los hombros, me da una sonrisa, yo con muchas ganas
me dirijo donde Steve.
-Está bien-. Le digo. -Acepto el reto-. Todos
empiezan a gritar de nuevo.
-Toma un lápiz-. Me dice el chico que se puso a
gritar hace poco, yo observo la mesa y escojo un lápiz; él
mismo chico me lleva a una pared donde están 2 hojas
pegadas tamaño A3, encima de ellas hay una imagen de
Superman; las 3 hojas de la pared tenían cuadrículas.
-¿Cuáles son las reglas?-. Le digo gritando al chico,
la bulla era muy fuerte.
-Ustedes dos tienen que dibujar al Superman lo
más rápido posible siguiendo toda la cuadrícula, el primero
que termina gana-.
-Muy bien… gracias-. Le alzo el dedo pulgar y se
retira.
-¿Listo para perder?-. Pregunta Steve, yo solo lo
quedo mirando, preferí quedarme callado.
-¡Que esto arranque!-. Grita el muchacho, luego
toca una bocina y empezamos a dibujar.
Como siempre, empiezo por el rostro, lo dibujé muy
calmado; éste es como un juego de niños pero para
nosotros los dibujantes… y los nerds, este juego es como si
fuera fútbol americano o baloncesto. Miro al otro lado
para saber el avance de Steve y me hace sorprender
mucho, él ya tenía medio cuerpo dibujado, pero yo
continué calmado hasta que terminé de dibujar el cuerpo
completo, luego me pongo a hacer los detalles de los ojos y
de la ropa de Superman, observo la imagen y me doy
cuenta que ya había terminado, alzo mis manos señalando
que ya terminé y miro a Steve.
-No lograste ganarme-. Le dije con una sonrisa
malvada, él se enfurece mucho y rompe el lápiz, todos le
gritaron “Perdedor” y él aún más bravo se ponía.
-¡Rayos!-. Exclamó con fuerte voz Steve, agarra del
piso su mochila, la abre, saca sus materiales de dibujo,
camina con velocidad y deja con fuerza los materiales en el
escritorio de la secretaria; se va del lugar sin mirar a nadie;
yo en cambio feliz por ganar los materiales que me hacían
mucha falta; Dayna se dirige hacia mí y con un fuerte
abrazo me dice:
-Excelente… sabía que lo lograrías-.
-Gracias por confiar en mí-. Le digo susurrando a
su oído. -Pero salgamos a coger un poco de aire-. Ella me
agarra de la mano para irnos al balcón de la casa.
-Ésta es sin dudas la primera y mejor cita que he
tenido-. Me dice en cuanto llegamos al balcón.
-¿Primera cita?, ¿De qué hablas?, ¿No habías
tenido una cita antes?-. Le pregunto sorprendido.
-No estoy muy segura-.
-¿Por qué dices eso?-.
-Es que hace 6 meses me golpee muy fuerte la
cabeza, me dejaron sin memoria, mis padres me cuidaron
muchísimo y me hablaron de mi nombre y el lugar que
estudio, lo extraño de todo esto es que no tenía amigos,
ósea no sé si tal vez era una persona aburrida antes del
accidente o algo así, en verdad no tenía ningún amigo, es
más ni siquiera los vecinos sabían de mi existencia, mis
padres dijeron que era por cambio de casa pero mis
vecinos me dijeron que siempre vivieron en la ciudadela.
En la universidad yo estoy recién el primer ciclo… pero ya
tengo 20… lo que quiero decir es que ya debería estar por
lo menos en tercer ciclo… es como si hubiera vuelto a
nacer-.
-Esa parte de ti no sabía… guau-. Dije entristecido,
ahí entendí lo de la saga de Star Wars, luego ella me mira a
los ojos y dice:
-¿Tú crees que yo haya sido una persona mala o
algo por el estilo?-.
-Te estoy conociendo recién, hasta lo que sé… eres
una persona muy divertida, amigable, y lo más importante,
te gusta la ciencia ficción-. Le dije sacándole una sonrisa.
-Gracias por decirme eso-. Ella acuesta su cabeza
sobre mi hombro y yo la abrazo; nos quedamos así por
varios minutos.
Ya era hora de regresar a casa, caminamos a la
estación y ya ahí nos dimos cuenta de que algunas de las
personas de la feria también estaban rumbo a sus casas, eso
era algo muy bueno, si nos íbamos los dos solos podríamos
correr algún peligro.
Entramos al último vagón y nos sentamos juntos, el
tren hace su recorrido, Dayna ya muy cansada se queda
dormida en mi hombro, al parecer todos los pasajeros iban
cansados también, no hacían nada de bulla, lo único que se
escuchaba era el sonido del tren subterráneo en
movimiento. Aunque esa tranquilidad duro poco, ya que el
tren hace una parada y se suben 11 personas divididos en
tres grupos: El primer grupo que entra tiene cinco
personas de unos 28 años, tienen aspecto de mariguaneros;
el segundo grupo entran tres jovencitos en donde uno de
ellos es mi estudiante, Bryan, él me saluda con la mano, yo
hago lo mismo, pero alzándole mis cejas; como último
grupo suben tres personas, el que iba en medio estaba con
traje de corredor de autos color verde con azul y los otros
dos vestidos de forma normal, pero con chaleco negro,
todos tres tenían el nombre de “The Tigers”, lo que me
hace imaginar que es un equipo de corredores; esas
personas se sientan al final y se ponen a conversar de una
carrera que realizaron, yo en cambio veo que Bryan no les
quita el ojo de encima, me acordé en ese momento que él
me dijo que quería ser un piloto de grande y tal vez esté
llegando de la carrera donde The Tigers participó o algo
parecido.
Luego de algunos minutos el tren hace otra parada,
ahí solo entra una persona con una pantaloneta vieja color
crema y una camiseta de baloncesto del equipo New York
Knicks. A ese sujeto lo veía muy enojado, por la expresión
de su rostro, parecía un ladrón a punto de asaltarnos, él
empezó a caminar, pasa al lado mío y yo no dejo de
mirarlo por miedo a que me vaya a golpear, después
observo por el reflejo del vidrio que a ese tipo le brillaban
los ojos de un color verde, yo me asusto y la despierto
rápido a Dayna, me levanto y lo comienzo a seguir para
detenerlo en caso de que haga algo malo, pero me da
mucho miedo y me quedo a unos metros de él, el tipo
llega donde está el equipo de corredores y da un fuerte
grito:
-White… aposté por ti diez mil dólares y tú no
hiciste bien tu trabajo-. Le dice al piloto mientras saca una
pistola de su pantaloneta y lo asesina, todos los pasajeros se
despiertan, y al ver toda la escena dan fuertes gritos, otros
solo observan como yo; las dos personas con chaleco
agarran rápidamente al matón y lo golpean.
-¿Por qué hiciste eso maldito?-. Le dice uno de
ellos.
-Aposté mucho dinero y ahora estoy endeudado
por su culpa… por no correr como debería-. Después de
decir esas palabras el sujeto saco una extraña luz de sus
ojos, cuyo color era verde, esa luz los hace ceniza a los dos
de chaleco; eso no fue todo, pues también derrite gran
parte del vagón.
-Corran al otro vagón-. Grita un señor, todos le
hicimos caso, yo agarre la mano bien fuerte a Dayna y
entramos al otro vagón, ya ahí veo a algunas de las otras
personas que estaban en la feria, entre ellas, mi amigo
Larry, todos se quedaron callados hasta que la mano del
sujeto abre la puerta del vagón, dicha puerta se comienza a
derretir y nosotros nos alejamos, la gente se mueve al otro
vagón, pero el número de personas era grande y no se
logra salir rápido.
-¡Ayúdenme!-. Grita el tipo, mientras hace un
orificio al vagón y con la velocidad del tren, todos caímos a
la vía, ese sujeto se pone a correr y se detiene a unos veinte
metros, luego se arrodilla, se topa la cabeza y grita como si
lo estuviesen golpeando, ya en el suelo el bota una especie
de bola de energía color verde, esa esfera se dirige a
nosotros como si fuera un tsunami a punto de ahogarnos,
yo miro hacia atrás y observo a toda la gente, veo a una
madre con su hijo, a un par de amigos abrazándose, una
que otra pareja, veo a Larry, también a mi estudiante con
sus amigos, por último, veo a Dayna. Todos están ahí,
asustados, esperando un milagro para salvarse, yo no
quería morir y menos dejar morir a todos, así que me paré
en frente de todas las personas, alzo mis manos y expulso
todo el fuerte viento que sale de mis manos, propuse
detener la bola de energía.
Al parecer todo funcionó, esa bola de energía se
fue disipando poco a poco con mi poder, salve a todos, el
tipo con extraños poderes se queda desmayado, luego veo
a Dayna que va a ayudar a los que se hirieron cuando
caímos, ´me doy cuenta que ella aplica todo su aprendizaje
en ellos, en cambio yo, yo me senté en el suelo para
descansar, de pronto varias luces alumbran desde lejos,
creía que era un tren, pero era la famosa unidad de
anticrimen, la que se encarga de capturar a las personas
malas que tengan poderes como yo; ellos llegan muy bien
equipados y con unas armas raras que nunca en mi vida
imaginé que llegarían a realizarlas. Ellos no venían solos,
porque los acompañan enfermeros, los cuales le
agradecieron mucho a Dayna, ya que ayudó mucho a los
que estaban heridos; un señor muy bien vestido que
también venia junto con la Unidad fue donde algunas
personas a interrogarlas o algo así, noto que una de esas
personas me señala y él señor bien vestido se me acerca.
-Buenas noches joven-. Me dice.
-Buenas noches-. Replico.
-Al parecer estas personas dicen que tú las salvaste
de ese sujeto… por eso vengo hacia ti y darte las gracias-.
Me da un buen estrechón de manos.
-De nada… ¿Señor…?-. Dije en forma de pregunta
para saber su nombre.
-Marco… Marco Encalada-. En el momento en que
escuche eso mi corazón latió muy rápido, me puse muy
furioso y le doy un puñete en la cara tirándolo al piso, toda
la gente se asombra y los oficiales vienen a mí para
agarrarme pero Marco los detiene. -¿Y eso por qué fue?-.
-Pregúntaselo a Sophia-. Le dije en tono alto y muy
enfado, luego voy por Dayna. -Vamos a casa-. Le dije.
-¿Por qué hiciste eso?-. Pregunta Dayna.
-Luego te cuento… ahora debemos irnos-. Le
agarro la mano y fuimos caminando, de todas formas ya
estábamos cerca de la estación.
Cuando llegamos decimos todo lo sucedido a los
padres de Dayna; la pequeña Ashley se encontraba
durmiendo por lo que hacemos el menor ruido posible,
Dayna se acuerda del puñetazo que le di a Marco y les
cuento todo lo sucedido con Sophia.
-Bueno ya tengo que irme-. Les digo después de
toda esa larga charla.
-Elizabeth, pásame las llaves del auto, voy a dejar a
Michael-. Habla Benjamin.
-Si tienes razón, la calle está muy sólida y puede
ser muy peligroso para él-. Dice su esposa.
Me despido de Dayna y su madre y fuimos con Benjamin a
mi apartamento. Yo me quedo mirándolo a Benjamin
mientras conducía, pensé en muchas cosas que quería
saber.
-¿Te pasa algo Michael?-. Me pregunta.
-No nada, solo que quiero preguntarle algo-.
-Pregunta nomas, con confianza-. Me dice en voz
baja.
-¿Por qué no nos fue a dejar en su auto?-.
-Yo si quería ir a dejarlos-. Me contesta. -Pero
Dayna me insistía que no, porque piensa que la trato como
una niña… tiene razón, por eso la deje ir contigo, además te
tengo gran confianza, sé que no le harás daño-.
-¿Por qué confía tanto en mí?, apenas me conoce-.
-Michael, créeme esto… yo te conozco
perfectamente-.
-¿Cómo dice?-.
-Te conozco desde pequeño, cuando estabas en el
orfanato, siempre me ha gustado ayudarles a las monjitas
con ropa y útiles escolares para ustedes; mientras estaba ahí
yo te veía, un niño muy travieso, pero con un gran corazón,
recuerdo que cuidabas mucho a una niña y la defendías
cuando la molestaban, también recuerdo que una vez un
pajarito se enfermó… tú le dabas agua pensando que con
eso se curaría; es por eso que cuando supe que saliste me
puse a buscarte para ofrecerte trabajo, sabía muy bien de
tus dibujos son buenos, cuando te vi de nuevo te mentí
para guardar todo esto, pero ahora ya lo sabes-. Todo lo
que dijo me dejó boquiabierto.
-No sabía nada de eso señor-. Dije pausado.
-No te preocupes-. Me dice. -Aunque no lo creas…
yo guardo muchos secretos-.
Luego de todo eso llegamos a mi apartamento.
-Gracias señor-. Le dije, estrechando su mano para
despedirme.
El lunes llegó, ahora sí, tendré que pasar una larga
semana enseñando a jóvenes que no están nada
interesados en estudiar, bueno, no todos, pero si la
mayoría.
Estaba a punto de salir de mi apartamento cuando
me acuerdo que no traigo en el portafolio mis materiales
de dibujo, o más dicho, mis nuevos materiales de dibujo,
los había dejado en la mesa; las recojo y me voy.
Al momento que entro a la escuela me quedo muy
asombrado, porque todos me quedaron mirando como si
fuera una estrella de cine, otra cosa rara es que estaban
muy callados, yo camino en medio de todos con muchos
nervios, pues no dejaban de mirarme.
Llego al aula de cuarto “B”, abro la puerta y me
asombré aún más, todos los estudiantes estaban muy bien
uniformados y sentados sin moverse, como si fueran
robots.
-Buenos días-. Les dije.
-Buenos días profesor-. Me saludaron todos en
coro, ahora ya no me sentí como una estrella de cine, sino
como el director.
-¿A qué se debe tanta seriedad?-. Pregunto.
-¿No es obvio?-. Habla Hannah. -Están así porque
saben de su acto heroico en el tren subterráneo-.
-Vaya, ¿con que ya les contó Bryan?-. Pregunté.
-No, él ha estado callado desde que llegó-.
¿Callado?, eso es algo extraño en Bryan. Me inclino para
verlo y lo noto muy pensativo.
-¿En qué piensas Bryan?-. Le pregunté en voz alta.
-Pienso en la noche del accidente, señor-. En
cuanto oí la palabra Señor sentí que Bryan ya había
cambiado. -Quiero agradecerle por haberme salvado y
también quiero decirle que desde ahora pondré mucha
atención, no solo a usted, sino a todos mis profesores, ya
que quiero graduarme y tener una buena profesión de
grande, desde esa noche comprendí que el camino fácil
puede tener muchas consecuencias-.
-¡Oh!-. Exclamo sorprendido. -Me alegro que
hayas reflexionado, te felicito Bryan, espero que todos los
demás piensen igual-.
-Así mismo pensamos señor, desde ahora seremos
mejores alumnos-. Habla Joshua, otro de mis estudiantes
problemáticos.
-En ese caso empecemos la clase-. Les digo. Me
puse a escribir en el pizarrón acerca de la anatomía del
rostro, ni siquiera me atreví a tomar lista porque estaba
muy seguro de que vinieron todos mis alumnos. Quería
saber si mis alumnos dijeron la verdad. -¿Alguien que
quiera pasar a dibujar la anatomía del rostro?-. Pregunto,
en ese instante todos alzaron sus manos por querer
participar, yo en cambio sonrío sabiendo que desde ese día
todo iba a cambiar en la escuela.
Comencé a llevarme muy bien con todos, los
profesores ya me saludaban y también me hablaban, los
estudiantes y yo hacíamos muchos chistes en recreo y la
pasábamos súper genial, el profesor Harrison me veía con
una mirada seria, a lo mejor se puso enojado, porque
ahora ya me llevo muy bien con todos y creyó que no lo
lograría.
Los días fueron pasando rápido hasta llegar al
viernes, estaba triste porque ya se iba a acabar la semana de
nuevo.
Ahí estaba, enseñando a los alumnos del cuarto “A”,
estaban en una práctica, yo camino entre ellos para
observar el trabajo que realizan, me detengo frente a la
ventana y veo pasar a una persona rápidamente, lo extraño
en todo eso es que a esa persona ya la había visto antes, era
la que tenía piel pálida y que vi el sábado después de estar
con aquellos muchachos fiesteros en la piscina, me un muy
mal presentimiento y quería salir para investigar; abro la
puerta y veo que Harrison caminaba cerca del aula.
-Hey, Harrison-. Le doy un grito en voz baja.
-¿Qué pasa Michael?-. Pregunta con lentitud como
si fuera un zombi.
-Quiero que te quedes con los muchachos…
apóyame-.
-Pero es tu clase, no la…-. Yo lo agarro de los
hombros y lo entro rápidamente, ya no soportaba más su
lentitud para hablar.
-Bueno, ahí te los dejo, ya vengo-.
Caminé para buscarlo, pero no había rastro de él,
yo estaba muy seguro de haberlo visto, busqué desde los
baños hasta la bodega pero nada; entonces me rendí y
regresé al aula. El timbre sonó y todos los estudiantes salen
al recreo, igual seguí dirigiéndome al aula para retirar mis
materiales; en esos segundos se oye el grito de una mujer,
yo salí corriendo para averiguar lo que pasaba y veo que
hay varios profesores y alumnos en la oficina del Director,
yo entro y miro a Benjamin tirado en el piso, tenía
moretones y la camisa rasgada, descubro que la secretaria
estaba a él, lo cual sospecho que ella fue la que gritó. Me
agacho para cogerlo entre mis brazos y siento que su
espalda está mojada, pero no por agua, sino de sangre.
-¿Qué fue lo que sucedió?-. Pregunto sulfurado a
la secretaria.
-No lo sé, cuando yo vine ya estaba tirado en el
suelo-. Me dice muy nerviosa.
-Cógelo-. Le dije. -Voy a llamar a la ambulancia-.
Me levanto, camino al escritorio y agarro el teléfono para
llamar, mientras timbraba observo por la ventana al señor
misterioso, él está saliendo de la escuela con unos pasos
muy rápidos.
-Emergencias-. Me habla la operadora.
-Necesito una ambulancia-.
-Dígame la dirección-.
-Escuela Pierson Middle, se encuentra en la
Avenida Jermain y Sag Harbor… dense prisa por favor-.
Cuelgo el teléfono y salgo rápido de la oficina.
-Espera-. Me detiene uno de los profesores. -¿A
dónde vas?-.
-Creo que descubrí al culpable, tengo que
perseguirlo-. Le dije con una mirada de furia, él se asusta al
verme y me suelta. Salí de la escuela, lo vi y lo perseguí,
creo que ese tipo percibió que lo seguía y con más rapidez
camina, yo también acelero el paso, en ese lapso me doy
cuenta que dos policías estaban cerca. -Policías,
deténganlo-. Lo señalé mientras gritaba, ellos se dan cuenta
de que el sujeto está huyendo de mí y lo persiguen
también, esa persona se da la vuelta para entrar en un
callejón junto con los policías, yo llego y entro al callejón
para ver si la policía lo capturó; pero no fue así, un policía
estaba dentro de un bote de basura y el otro tirado en el
piso, me asusté, entonces camino hacia el centro del
callejón para ver si había rastro de él, pero no encontré
nada, sólo sé que debía ayudar a los policías, yo me doy la
vuelta y el sujeto estaba detrás de mí, pero lo veo bastante
cambiado, su piel está llena de escamas y de color verde,
sus ojos brillaban de color rojo intenso y no tenía nariz,
pero tenía pequeños orificios en su mejilla, tal vez sea de
ahí donde respira, éste sujeto es prácticamente un lagarto.
Ese extraño ser me agarra del cuello de mi camisa y me
apoya a la pared.
-¿Por qué me estas siguiendo?-. Me habla con su
horrible voz ronca; yo no le contesto nada, ya que me
quede totalmente frío, me sentí como si estuviera en la
película de Depredador. -¿Por qué me sigues?-. Pregunta
de nuevo, pero yo sigo callado. -Responde o te mato-.
-Porque le hiciste daño a Benjamin-. Respondí
rápido, él me suelta y me deja en el suelo.
-¿Solo por eso me sigues?-.
-¿Cómo que solo por eso?, tu casi lo matas-.
-A mí no me interesa-.
-Eres un maldito-.
-Por mí di lo que quieras, igual te mataré, lo hago
con todos-.
-¿Con todos?-.
-Exacto, mira a esos policías por ejemplo, un par
de personas a las que tú pensabas que iban a ayudarte,
pero no fue así, los maté rápido y con una sola mano-. Me
dijo mirándome a los ojos con una sonrisa macabra.
-¿Por qué lo haces?-.
-Porque no quiero que las personas sepan de mi
existencia-. Me dice mientras se agacha y me agarra del
cuello; el miedo en mí es tan grande que no me deja usar
los poderes que tengo. -Ahora prepárate para morir-.
Un chico aparece, más o menos de mi edad,
vestido con una camisa verde y pantalón negro;
rápidamente le lanza de sus manos una extraña luz verde,
lo manda lejos al lagarto.
-Huye de aquí-. Me grita el chico; yo aún seguía
asustado, no me podía mover para nada. -Muévete-. Me
gritó nuevamente, el lagarto se levanta y mira al muchacho.
-De nuevo tú, creí que moriste-. Le dice al
muchacho.
-Creíste… pero aquí estoy-. Respondió.
-Ya basta… ¿Por qué no te rindes de una vez?-.
-Sabes que nunca lo haré-.
-Eres un tonto-. Grita mientras coge un contenedor
de basura que estaba cerca de él y le tira al muchacho, él
solo lanza su rayo de luz para disminuir la velocidad del
contenedor, pero mientras hacía eso el lagarto va corriendo
hacia él y lo golpea en la barriga. -Por lo menos sé que ya
estoy cerca-. Le dice con sonrisa.
-Nunca la encontrarás- Dice lentamente el
muchacho.
-Ya verás que la hallaré… y cuando lo haga serás el
primero en saberlo-.
-¡Cállate!-. Grita enfurecido y lanza de nuevo el
poder de sus manos, pero esta vez más fuerte que lo envía
volando fuera del callejón, choca con un carro mientas
todas las personas observan la escena y asustados de ver a
ese extraño salen huyendo.
El lagarto agarra el carro con el que se chocó y le tira al
chico desconocido, pero él solo lo detiene con su poder,
igual como lo hizo con el contenedor; quien quiera que
sea, salvó la vida del conductor.
Algunos policías se dan cuenta de lo sucedido y comienzan
a disparar al lagarto, pero éste coge un poste de luz y tira a
los oficiales, ellos logran esquivar y continúan
disparándole; pero todo es en vano, ya que las balas le
rebotan en la piel como si fuera una pared. -¿No querías
que nadie te conozca verdad?, ahora mira alrededor, ya
todos te conocen-. Dice el chico mientras se acerca al
lagarto.
-Esto no impedirá que te mate-. Dice el lagarto,
luego de esas palabras ambos se ponen a pelear. Noto que
el lagarto tiene una fuerza increíble ya que coge un camión
y lo arrastra hacia el chico y lo golpea, pero eso no es todo,
el camión sigue en movimiento y se dirige a varias
personas, yo corro a ellos para detener el camión, pero no
podía llegar a tiempo, así que lancé mi poder y desvié al
camión para que no choque con las personas.
El camión aún seguía arrastrándose e impacta con un
edificio, éste se mueve y hace caer a un niño que estaba en
el último piso grabando la pelea con su celular, todos se
quedan atónitos; yo pienso en lanzar mi poder y hacer lo
mismo que hizo el chico, detener la velocidad del niño
cayendo para cogerlo en mis brazos, pero aún no tengo
control de mis poderes, además estaba muy lejos, entonces
pensé otra cosa, pero no sabía si iba a salir bien.
Utilicé mi poder para saltar muy alto con rumbo al niño, ya
en el aire agarro al niño y con una sola mano lanzo mi
poder amortiguando mi caída. Dejo al niño junto a la
multitud y en ese instante salen huyendo, pues el lagarto se
estaba acercándose a mí.
-¿Quién eres?, ¿Cómo es que tienes ese poder?-.
Pregunta el lagarto.
-Obtuve este poder igual que tú-. Le dije.
-¿Igual que yo?... estás loco-. Me grita al tiempo
que viene corriendo hacia mí con su mano hecho puño,
pues estaba preparado para golpearme; yo me dispongo
para lanzarle mi poder, pero de pronto el chico misterioso
sale del camión y le da un puñete en la cara al lagarto.
-No hagas daño a las personas-. Le dice mientras lo
golpea una y otra vez, pero veo que no le pasa nada, es
como si fuera un androide que no siente dolor; el lagarto
junta sus manos y lo golpea, el chico le agarra su cintura y
lo tira al camión, se para encima del lagarto y le da muchos
golpes, pero todo sigue como antes, a ese tipo no le
sucedía nada, tal vez es inmortal.
El lagarto se pone de pie tranquilamente como si estuviera
sólo y le da un puñete muy fuerte al chico, lo envía a la
pared del edificio, el impacto fue tan fuerte que rompe el
concreto dejándolo con los pies colgados.
-Ahora sí… me largo de aquí, tengo que seguir
buscándola-.
-Sobre mí cadáver-. Grita el chico, luego se levanta
y corre hacia el lagarto para continuar la pelea.
Ellos luchan como si fueran dioses, pero estaban haciendo
muchos destrozos en la ciudad, me puse a pensar en la
Unidad de anticrimen; llegaron bomberos, ambulancias,
reporteros, policías, pero no había rastro de la unidad,
como si no supieran lo que está sucediendo, se supone que
tienen un radar de metahumanos.
El caos es muy grande, los bomberos y policías no podían
ayudar a todas las personas, no tenía más remedio que ir a
ayudarles.
Me puse a guiar a las personas a un centro
comercial, pero los dos sujetos extraños llegan encima del
centro comercial y hacen caer una pantalla que estaba
reproduciendo un video publicitario de Pepsi, yo ahí
pienso en detener la pantalla con mi poder. Entonces me
concentro y hago salir poco a poco el viento de mis manos,
es algo muy difícil pero a la final lo logré detener, la
pantalla estaba flotando encima de mí y las personas que se
encuentran cerca se quedan asombradas.
-Salgan de aquí-. Les grité, pues ya no soportaba el
peso de la pantalla.
Todos se retiran del lugar, yo no sabía qué hacer para bajar
la pantalla ya que mis manos lanzan el viento en línea recta,
así que lo que hice fue subir la intensidad del viento para
alzar la pantalla y dejarla encima del centro comercial,
rápidamente corren a dentro del centro comercial, yo hago
lo mismo.
Ya a dentro vemos a una persona que ingresa y rápido
cierra la puerta con una cadena que traía. -¡Está loco!-. Le
dije furioso. -No ve que aún hay personas que quieren
entrar-.
-¡Cállate!-. Me dice. -Si abrimos la puerta a alguien
más, las personas extrañas pueden entrar-. Habla alterado.
-No se da cuenta que ellos pueden entrar y…-.
-No me interesa-. Grita interrumpiéndome y
sacando un cuchillo. -Si alguien se acerca a abrir la puerta
lo mato-. En el instante que dice eso el chico misterioso
cae del techo, al parecer herido, después cae el lagarto y lo
golpea con su pie, el señor que no dejaba entrar a nadie
sale huyendo como loco.
-Oye… esas personas son extraordinarias-. Oigo
que un niño le dice a otro.
-¿Por qué dices que son extraordinarias?-. Dice el
otro niño.
-Porque están haciendo cosas que una persona
ordinaria no puede hacer, esto es increíble-. Dice con
mucha felicidad, como si estuviera viendo el estreno de
una buena película.
-¡Oigan!-. Les digo. -¿No deberían estar en clases?-
.
-Estudiamos en las tardes-. Dice uno de ellos.
-Basta, no me hagan enojar-. Les digo en voz alta. -
Mejor salgan de aquí, es peligroso que se queden-. Ellos
solo me quedan mirando, y con sus rostros me dicen No
señor, está muy buena la pelea, pero ya me harte de que
no me hagan caso. -¡Muévanse!-. Les grito, ésta vez con
furia.
Cuando se fueron los niños volteo mi cabeza y veo
que aún hay muchas personas dentro, voy corriendo para
ayudarlas. Subo las escaleras eléctricas, las cuales se
encuentran apagadas y mientras lo hago miro que algunos
de los bomberos entran para salvar, pero se van por otro
lado, ya que el segundo piso no era el único lugar con
peligro, sino todo el centro comercial.
Ya arriba paso por una ferretería y noto que hay personas
escondidas dentro de ella.
-Salgan de aquí-. Les dije. -Ya no es seguro estar en
el centro comercial-.
Ellos salen y se van a la escalera eléctrica para bajar, pero
un automóvil, el cual lo había lanzado el lagarto, cae justo
en ese lugar y nos bloqueó el paso a la salida. -¿Qué hace
un automóvil aquí dentro?-. Me pregunté en voz alta.
-Es el premio de un banco… y yo me lo había
ganado-. Dice un hombre con tristeza.
-Auch, cuanto lo siento-. Le dije lento.
-Ya no tenemos salida-. Dice una chica sulfurada.
-Hey, ¿hay alguien por ahí?-. Grita un señor por
afuera, la chica se dirige a la ventana. -Hola-. Dice el señor.
-¿Hay alguien más contigo?-. Le pregunta.
-¡Sí!-. Le grita la chica.
-En ese caso aléjate de la ventana-. La chica hace
caso y se aleja, luego un gancho atraviesa la pared por
encima de la ventana, yo curioso me acerco para saber
quien lanzó el gancho, y veo que es la Unidad de
anticrimen.
-Ya era hora de que vengan-. Les digo.
-Disculpen la tardanza, estábamos en una misión-.
Me dice el señor que gritó hace poco. -Ahora sí bajen por
la cuerda, utilicen sus prendas de vestir o correas para que
lo puedan hacer mejor-. Todos obedecen y empiezan a
bajar.
Ya solo faltábamos dos, pero el chico misterioso
aparece y choca con la pared, el gancho se sale y el chico
cae de rodilla, rápido se da cuenta de nuestra presencia.
-¡Oh no!-. Dice. -Métanse ahí dentro-. Nos señala
la ferretería.
Entramos, en esos segundos sentimos al lagarto subiendo,
luego se oye golpes y los dos traspasan la pared, hasta llegar
a las lámparas, hacen corto circuito y todo se incendia, el
fuego se acercaba a las pinturas de spray y explotan, yo
apago el fuego con mi poder; rápidamente salimos
dirigiéndonos a la ventana, yo me subo en ella y me siento.
-Pon tus manos en mi cuello-. Le digo al señor.
-¿Estás seguro?, ¿Qué vas a hacer?-. Dijo.
-Tú confía en mí, muévete-. Dije apresurado.
-Cómo digas-.
-Eso sí, agárrate bien-.
Me tiro de la ventana con el señor y amortiguo la caída con
mi poder, tal y como lo hice antes.
-Gracias hermano-. Me dijo el señor después de
haberlo salvado.
-Oye tú-. Me dice uno de los oficiales de la
Unidad. -Gracias por todo-.
-¿Por qué no entran a detener a esa bestia?-.
Pregunto.
-Ya estamos en eso, no te preocupes-.
Las palabras del oficial me tranquilizaron, pues ellos tienen
muchos artefactos para poder atrapar a esa bestia, me
siento en la camioneta de los oficiales para descansar, pero
me acordé de algo muy importante, el señor Benjamin.
Camino rápido por el pasillo del hospital y choco
con una enfermera, a ella se le cae su carpeta y le ayudo a
recoger, agarro un archivo y leo la hoja principal que dice
NOMBRE DEL PACIENTE: Benjamin Thompson.
-¿Usted sabe dónde está el señor de aquí?-. Le
pregunto a la enfermera, sin ni siquiera saludarla, solo
quería encontrarlo rápido.
-Claro que sé dónde está-. Me contesta de forma
muy amable.
-Me podría llevar con él, por favor-.
-Sólo tiene que ir al final del pasillo y virar a la
derecha, el señor se encuentra en la habitación Número
20-.
-Numero 20-. Repetí para no olvidarme. -Gracias
enfermera-.
-De nada, solo no corra que puede accidentarse-.
-Como diga, nos vemos-.
Llego al sitio y encuentro la puerta de la habitación
abierta, me acerco y veo a las tres mujeres de Benjamin
reunidas con él, Dayna se da cuenta de mí y se me acerca.
-Disculpa por no haber venido antes, es que…-.
-Shhh-. Me hace callar poniéndome su dedo índice
en mi boca. -Lo sabemos todo-.
-¿Qué?-. Dije en tono bajo.
-Te vimos en televisión, estuviste ayudando a esas
personas, fue un acto muy valiente y desinteresado de tu
parte-. Luego de hablarme me da un abrazo bien fuerte.
-Lo sé, pero fue muy horrible estar en ese lugar,
por lo menos la Unidad anticrimen ya se encargó de ese
ser malvado-.
-Creo que no lo sabes, pero no pudieron
capturarlo-.
-¿Qué dices?-.
-En las noticias dijeron que se escapó y la Unidad
no pudo hacer nada para detener a esa bestia-.
-No puedo creerlo-.
-Pues créelo-.
-Pero ellos cuentan con artefactos muy buenos y tú
bien lo sabes-.
-Sí, lo sé, pero recuerda que nadie es perfecto-.
-Tienes razón, nadie es perfecto-. Hice una
pequeña pausa. -¿Y qué tal tu papá?-.
-Al parecer perdió mucha sangre, pero mi madre
ya le hizo una transfusión, ahora duerme y estamos
esperando que se despierte-.
-¡Hermana!-. Grita Ashley. -Ya despertó-.
-Vaya-. Le digo a Dayna. -Como si te hubiera
escuchado-.
-Tienes razón-. Me dice sorprendida. -Vamos a
verlo-.
-Hola a todos-. Saluda Benjamin con una sonrisa,
nos vamos al otro lado de la cama y Dayna abraza
fuertemente a su papá, lo mismo hace Ashley, fue una
escena muy conmovedora.
-Papi no quiero que mueras-. Le dice Ashley.
-Tranquila hija que eso nunca pasará-. Dijo
Benjamin, todos sonreímos.
De pronto, llega a la puerta de la habitación el
chico misterioso que estuvo luchando con el lagarto.
-Al fin te encontré K-ill-. Dice el chico.
-Mira papi, es el chico de la televisión-. Se escucha
a Ashley susurrándole a Benjamin, luego el chico se acerca.
-K-ill, tenemos que irnos-. Le dice a Dayna
extendiendo su mano.
-Dayna, ¿Conoces a este muchacho?-. Pregunta
Benjamin.
-No… nunca lo he visto-. Responde Dayna.
-¡Basta!-. Exclama el chico. -Tenemos que irnos K-
ill, muévete-. Dijo en tono alto y agarrándole la mano.
-Oye no, ¿Qué te sucede?-. Dice Dayna alejándose
de él.
-Espera-. Le dije con enojo. -No te dirijas así con
ella-.
-¿Otra vez tú?-. Me dice.
-Papá, ¿No le vas a decir algo?-. Pregunta Dayna,
pero él solo queda mirando al chico, aunque no solo él,
también la señora Elizabeth.
-¿Quién eres?-. Benjamin pregunta al chico. -
¿Quién eres?-. Lo hace de nuevo.
-Ahora no hay tiempo de explicaciones, sólo
quiero que K-ill venga conmigo-.
-Te estás confundiendo con alguien más, yo no soy
Cail, me llamo Dayna-. Dice.
-¿Qué pasa, ya olvidaste tu propio nombre?-.
Pregunta.
-¿Pero de qué hablas?-. Pregunta Dayna.
-Dayna-. Habló la mamá -Hay algo que nunca te
dijimos-.
-Elizabeth, por favor-. Dice Benjamin.
-Ya no tenemos que seguir ocultándole-. Replica
Elizabeth.
-¿Ocultándome qué?-. Dayna pregunta a su mamá.
-Que tú eres una…-.
-Haga silencio, por favor-. Interrumpe el chico. -
¿Perdiste la memoria, verdad?-. Le pregunta a Dayna.
-Hace seis meses-. Responde Dayna.
-Oh rayos-. Dice el chico. -Entonces es cierto-.
-¿Si es cierto que?-. Pregunta Dayna.
-Que chocaste con un meteorito cuando estabas
viniendo-.
-¿Viniendo de dónde?-.
-De Huaccell-.
-¿Y eso es?-.
-Nuestro planeta natal-.
-¿Estás diciendo que soy una alienígena?-.
-Sí-.
-Esto es una locura-.
-No es una locura-. Interviene Benjamin.
-¿Por qué no lo es?-. Dice Dayna.
-Hace seis meses Elizabeth y yo fuimos a una fiesta
de gala, sólo era para mayores, así que dejamos a Ashley
con nuestra vecina. Ambos la pasamos muy bien esa noche
hasta que ya era hora de regresar, la fiesta era en un lugar
lejano y teníamos que cruzar una colina; mientras la
cruzábamos se escuchó un fuerte sonido y mi esposa ve a
alguien cayendo del cielo, yo primero no le quise creer,
pensé que había bebido de más, ella salió del auto para
averiguar y yo también para seguirle la corriente, ahí me di
cuenta que lo que mi esposa dijo era verdad, había un gran
agujero en el suelo, en medio estabas tú y un montón de
piedras brillosas a tu alrededor, Elizabeth se saca su abrigo
para taparte, porque no tenías nada de ropa, yo te subo al
auto y te llevamos al consultorio del doctor Evan Carter,
un buen amigo de Elizabeth. Él detectó que te faltaba
mucha sangre, así que te extrajo un poco para saber el tipo
de sangre que tienes, descubrió que el tipo de sangre tuya
no existe, nosotros nos asustamos demasiado. Luego de
varias horas despertaste, pero no sabías nada de nada;
entonces lo único lógico que nosotros deducimos es que
eres una alienígena y que caíste bien fuerte haciéndote
perder la memoria, como no tenías hogar Elizabeth y yo
tomamos la decisión de adoptarte como hija para que vivas
con nosotros-.
-Entonces-. Dice Dayna, con un tono de tristeza. -
Nunca fui su hija-. De repente se escucha un sonido
extraño y repetitivo, como si fuera una bomba a punto de
explotar, rápidamente nos damos cuenta que ese extraño
sonido proviene del brazalete del chico misterioso.
-¡Oh no!-. Dice el chico mirando su brazalete. -Ya
no hay tiempo, él viene para acá-.
-¿Quién viene?, ¿El lagarto?-. Pregunto.
-Sí-. Me dice. -Y su nombre es Rich-.
-Pero, ¿Cómo sabe que estamos aquí?-.
-No lo sé-. Dice mientras se acerca a Benjamin, él
velozmente le saca el suero que tiene.
-¿Por qué haces esto?-. Pregunta Dayna, sulfurada.
-Porque quiero salvarlos-. Contesta rápido. -Ahora
sí, ven y cárgalo-. Me dice, yo lo levanto con mi brazo
derecho a Benjamin y salimos de la habitación.
-Váyanse y escóndanse-. Nos dice el chico, luego se
para en medio del pasillo, para esperar al lagarto o mejor
dicho, Rich.
-¿Por qué haces todo esto?, ¿Somos hermanos?,
¿Cómo te llamas?-. Dayna le hace tres preguntas rápidas,
mirándolo de espaldas, él voltea la cabeza y dice:
-Me llamo Ham y soy…-. Rich llega al pasillo e
interrumpe el diálogo del chico.
-Te me adelantaste-. Dice Rich.
-Nunca voy a dejar que la atrapes-. Le habla Ham.
-Eso ya lo veremos-. Le dice, él se pone a correr
hacia él.
-Ya lárguense-. Nos grita Ham, nosotros asustados
salimos huyendo del lugar y ellos se pusieron a pelear, de
nuevo.
Llegamos al parqueadero.
-Escondámonos en nuestro auto-. Habla Elizabeth,
muy asustada.
Nos fuimos caminando rumbo al vehículo, pero en ese
momento Ham y Rich salen del muro, nos agachamos
rápido para escondernos en el carro que está frente a
nosotros y nos quedamos callados.
-¿Por qué no me lo dijeron antes?-. Pregunta
Dayna en voz baja.
-Creímos que no era necesario-. Dice Benjamin. -
Ya que tu aspecto es igual al de un ser humano cualquiera-.
-A excepción de tu sangre-. Agrega su mamá. -Al
parecer tu cuerpo no contiene mucha sangre como la de
nosotros-.
-Ahora entiendo todo-. Dice Dayna. -Papá, mamá,
gracias por haberme cuidado mucho y no dejarme
abandonada por ser diferente-.
-No nos agradezcas-. Dice Benjamin. -No te
íbamos a dejar sin hogar-.
-Los quiero mucho-. Les dice sonriendo.
-¿Y a mí?-. Dice Ashley acercándose a Dayna.
-Si a ti también, mi pequeña Ashley-. Dice
sonriendo.
En esos segundos de amor el auto en el que estábamos
escondidos es levantado por Rich, agarra a Dayna de la
cabeza y tira a Ashley al frío piso para separarlas, yo al ver
eso me levanto enojado y le lanzo mi poder, pero solo lo
logro mover un poco, Rich me queda mirando y me da un
puñete en la cabeza.
Abro los ojos y veo una fuerte luz proveniente de
un foco fluorescente que casi me deja ciego, volteo mi cara
y veo al señor Marco Encalada que me está observando.
-Hola-. Me dice.
-Ah… hola-. Le digo mientras me levanto de la
cama.
-Al parecer despertaron casi iguales-. Dice.
-¿Casi iguales?, ¿Con quién?-.
-Con ese muchacho-. Me dice señalando a Ham
que está con muchos oficiales a su alrededor preparados
para disparar.
-¿Por qué lo tienen así?-. Le pregunto.
-Porque descubrimos que ese sujeto es alienígena y
puede hacernos daño-.
-Ya déjenlo en paz, no quiere hacerles daño-.
-¿Cómo sabes?-.
-Él salvó muchas vidas cuando estuvo luchando
con Rich-.
-¿Rich?-. Pregunta atónito.
-Ese sujeto que parecía lagarto-. Digo.
-Está bien, ya déjenlo en paz-. Marco les ordena a
los oficiales, ellos guardan sus armas y se van del lugar, yo
me acerco a Ham para hablarle.
-¿Te hicieron daño?-. Pregunto.
-No-. Me dice Ham, rápido y muy sulfurado,
seguidamente se pone a observar el reloj. -Mira, al parecer
estuvimos desmayados por más de una hora, Rich aún
tiene a K-ill, ahora tengo que ir a salvarla pero no sé dónde
estará-.
-¿Caíl?-. Pregunta Marco. -¿Hablas de la señorita
Dayna?-.
-Sí, ella mismo-. Dice Ham.
-Hablando de Dayna-. Digo. -¿Dónde está su
familia?-.
-Ellos se encuentran muy asustados por el
secuestro de su hija, los ingresamos dentro de una
habitación, su padre se recuperará pronto, ellos nos han
pedido que encontremos a Dayna y la salvemos-.
-Tengo que salvarla-. Dice Ham.
-Lo sé, ya me contaron que estás haciendo todo lo
posible por salvarla, ahora mi asistente está localizando el
paradero de ese sujeto Rich, pero la pregunta es ¿Por qué
la busca a ella?-. Ham al escuchar todo eso se sienta en la
cama y nos dice:
-En mi planeta cada treinta años nace una mujer
con una extraña energía interior, esa energía es la que nos
permite tener poderes a todos los de nuestra raza y así
defendernos de cualquier amenaza inminente-.
-¿Y todos tienen el mismo poder?-. Pregunta
Marco.
-Sí, todos tenemos el poder de luz protectora,
también contamos una gran habilidad y fuerza-.
-¿Luz protectora?-. Pregunta de nuevo.
-Es una luz que sale de nuestras manos, nos
permite desintegrar o mover objetos-. Dice Ham mediante
mímicas. -Bueno, como iba diciéndoles todos los de mi
raza tienen estos poderes, todos excepto Jarah, que es el
nombre que colocamos a todas las chicas que nacen con
este misterioso poder. En esta ocasión le tocó a K-ill ser
nuestra Jarah. Ella vivía con su familia en el Departamento
de Guardianes, los cuales son los encargados de proteger a
las Jarah de cada generación, yo era uno de ellos-.
-¿O sea que tienes que protegerla cueste lo que te
cueste?, creí que eras el hermano-. Digo.
-No soy su hermano… soy su novio-. ¡Rayos!
-¿Su novio?-. Pregunté en tono alto e
impresionado.
-Correcto-. Me dice Ham, aún triste. -Ahora sí, voy
a hablar de los Cayacs. Ellos son una raza alienígena que se
encarga de colonizar planetas, pero antes de hacerlo envían
agentes para que investiguen las cosas que tiene el planeta,
utilizan una máquina para camuflarse para parecerse a
nosotros, fue así donde descubrieron las dos cosas más
importantes de nuestro planeta: el gran ordenador, que es
el que tiene el control de todos nuestros aparatos
tecnológicos y K-ill-.
-¿Querían destruirlas?-. Pregunto.
-Sólo al ordenador, para que nadie salga del
planeta, ya que el ordenador también controla a las naves
espaciales-.
-¿Y Dayna?-. Le dije.
-A ella la buscaban para utilizarla y hacerse más
poderosos de lo que ya son-.
-Y así poder gobernar con más facilidad otros
planetas-. Agrega Marco.
-Exacto-. Le dice Ham.
-¿Qué pasó luego?-. Le pregunto.
-Mataron a los padres de K-ill y a los míos,
también mataron a algunos de mis compañeros guardianes,
en el departamento sólo quedamos nosotros dos-.
-¿Cómo lograron escapar?-. Pregunta Marco.
-Con la ayuda de un anciano desconocido, él era
inventor, nos encontró escondidos en un contenedor de
basura y nos llevó a su casa, ya ahí dentro fuimos al patio,
habían cuatro naves personales que él mismo creó, una de
esas naves se encontraba medio realizado. El científico nos
dijo que subamos con el fin de escapar a un nuevo planeta,
salvar proteger a K-ill de los Cayacs y hacer que no se
pierda nuestra raza. Él estaba subiendo a una de las naves
para dirigirnos en el camino, pero un Cayac llamado Rich
lo asesina, nosotros asustados subimos velozmente a las
naves y las encendimos para escapar de ahí, Rich se subió a
la tercera nave y nos fue persiguiendo. De todos los
Cayacs, solo Rich fue tras nosotros, los demás no se dieron
cuenta, por suerte Rich no traía un transmisor o algo para
comunicarse-.
-¿Así llegaron a nuestro planeta?-. Le dije.
-Sí… pero tardamos noventa días en encontrarla-.
-¿Noventa?-. Pregunta Marco.
-Correcto-. Dice Ham.
-¿Cómo encontraron este planeta?-. Pregunto.
-Por medio del radar que tenía la nave, ellas
detectan planetas con vida, como no encontró ninguno, no
podíamos aterrizar y seguíamos viajando, hasta llegar aquí,
pero mientras aterrizábamos la nave donde viajaba K-ill
colisionó con un meteorito y nos hizo separar, ella se fue
por un lado y Rich conmigo por otro-.
-Vaya problema-. Digo.
-Eso no es todo, la atmósfera de este planeta es
muy fuerte, por lo que las naves se fueron desintegrando
poco a poco mientras caíamos-.
-Por cierto, ¿Cómo se alimentaban y el
combustible?-. Pregunta Marco.
-Nosotros podemos vivir meses sin comer, eso sí
perdemos mucha energía; en cuanto al combustible,
funciona con la energía de unas piedras provenientes de mi
planeta-.
-¿Pero toda la nave se desintegró, incluyendo las
piedras?-. Dice Marco.
-Sí-. Dice Ham.
-¿Y de qué color eran las piedras?-.
-Color azul-.
-No puede ser-. Dice Marco.
-Son las piedras del accidente, ¿verdad?-. Le digo a
Marco.
-Sí… esas mismas-. Dice Marco con una mirada
triste y en tono bajo.
-¿Qué accidente?-. Ham pregunta a Marco.
-Al parecer las piedras de la nave en que viajaba K-
ill no se destruyeron, nosotros las encontramos y las
utilizamos para hacer un experimento, pero tenían mucha
radioactividad y causó un accidente en nuestro planeta-.
-¿Y cuál es ese accidente?-. Pregunta Ham.
-Creamos Metahumanos-. Dice pausadamente
Marco.
-¿Metahumanos?, ¿O sea que esa palabra es lo
normal?-. Le pregunto.
-Metahumanos, esa palabra no la conozco ¿Qué
es?-. Dice Ham.
-Metahumanos es una palabra sacada de los
cómics, hace referencia a las personas con superpoderes
como yo-. Le digo.
-¿Significa que tú no eres un alienígena?-. Me dice.
-¡No!-. Exclamo. -Yo soy un terrícola, pero con
poderes-. Ham se asombra.
-¿Por qué no hablaste con los policías para que te
ayuden?-. Pregunta Marco cambiando de conversación.
-Si lo he hecho, pero me toman como un loco, me
dicen que les muestre al monstruo, pero él se puede
ocultar y nadie lo ha visto hasta ahora que por fin todos ya
lo conocen. Lo he tratado de asesinar, pero resulta que es
muy poderoso y es muy difícil luchar con él. Hace algunos
días creí haberlo matado, yo muy feliz paso por una tienda
de aparatos electrónicos y veo que K-ill aparece en las
noticias, escucho la ciudad donde se está grabando que es
New York y días después me creo una identificación falsa
para viajar en avión. Mientras viajaba Rich aparece
pilotando un helicóptero, él sale del helicóptero y salta al
avión, ocasiona una explosión asesinando a todos los
pasajeros dentro de el-.
-Bueno, te creo-. Dice Marco. -Pero ahora sin nave
no puede llevársela de aquí-.
-No es necesario llevársela-. Dice Ham.
-¿Por qué?-. Pregunta.
-Porque los Cayacs pueden crear artefactos con
cualquier chatarra tecnológica que encuentran, eso es lo
único bueno que tienen ellos-.
-¿Y él ya ha creado algo para asesinarte?-. Le
pregunto.
-Claro que sí, pero no ha logrado matarme-.
-Vaya suerte-. Digo.
-¿Pero entonces qué va hacer Rich?-. Pregunta
Marco, seriamente.
-Rich va a crear un artefacto que permita extraer
toda la energía interior de K-ill para hacerse más poderoso-
.
-Esto no es cierto-. Digo asustado. -¿Pero y sus
amigos?-.
-No creo que Rich comparta ese gran poder-.
-Eso significa que él va a gobernar nuestro planeta-.
Dice Marco.
-Éste planeta es poco, él quiere gobernar toda la
galaxia-. Dice Ham.
-¡Señor!-. Grita un chico, al parecer es asistente de
Marco.
-Dime-. Dice Marco.
-Hemos encontrado la localización del alien, se
encuentra en…-.
-Laboratorio Cold Spring Harbor-. Dice
completando la frase de su asistente.
-¿Cómo lo sabe?-. Pregunta el asistente.
-Lo sé porque es el único lugar abandonado con
muchos artefactos tecnológicos que no hemos recogido
aún-. Dice Marco, con rapidez.
-Entonces me voy para allá-. Dice Ham.
-Tranquilo Ham, antes no tenías ayuda, pero ahora
ya la tendrás-. Dice Marco. -¡Equípense todos!-. Les grita a
los oficiales y rápido entran en los cuartos para prepararse.
-Yo también voy contigo-. Le digo a Ham.
-Gracias por ayudarme-. Replica Ham.
-Espera que se equipen para irnos de una vez-.
Dice Marco.
-En ese caso me voy a hablar con los padres
adoptivos de K-ill, tengo que agradecerles por haberla
cuidado-.
Ham se retira dejándonos solo a mí y a Marco.
-Michael-. Dice Marco. -Perdóname por lo de…-.
-Está bien-. Lo interrumpo. -Uno de tus asistentes
me explicó todo acerca de ese día, sé que fue un accidente
y sé que estaban buscando algo para salvar a los humanos,
pero cuando te vi por primera vez esa noche sentí mucha
ira que me hizo golpearte-.
-Te entiendo-. Me dice con tono triste, veo su
mirada de arrepentimiento.
-Te perdono-. Le dije, Marco al oírme se queda en
silencio por un rato.
-Gracias-. Me dice susurrando.
-Si lo llegas ver a Mark le dices que también lo
perdono aunque no me haya pedido disculpas-.
-Como digas-. Me dice dándome una pequeña
sonrisa.
Subimos a una de las furgonetas y arrancamos
hacia el laboratorio, ahí dentro estaba Ham, Marco y tres
agentes de la unidad muy bien equipados, parecía que nos
fuéramos a la tercera guerra mundial.
-Por cierto-. Grita Marco, ya que el sonido de la
sirena era muy fuerte. -¿Cómo le hacen para hablar
nuestro idioma muy bien?-. Le pregunta a Ham.
-En cuanto nacemos, nos instalan un chip orgánico
en la garganta, en los oídos y en los ojos, ese chip analiza el
idioma que sea para entenderlo perfectamente-.
-¿Y Rich, también tiene chip orgánico?-. Pregunta
Marco.
-No, él sí tuvo que aprender su idioma-.
-¡Increíble!-. Exclamó asombrado, yo ansioso por
saber más le hago una pregunta también:
-¿Cuánto dura el poder de una Jarah?-.
-Cuando las Jarah cumplen treinta años pierden su
poder-.
-¿Y qué pasa con ustedes?, ¿Pierden sus poderes?-
.
-Sí, nosotros perdemos los poderes hasta que otra
Jarah nace, pero sólo es cuestión de meses-.
-Vaya vida la que tienen ustedes-. Digo.
-La que teníamos-. Me dice con una mirada de
tristeza.
-Señor-. Grita el conductor, que también es un
agente. -Ya estamos llegando-.
-Correcto-. Dice Marco. -Ahora sí… prepárense-.
Les dice a los agentes que están sentados con nosotros,
ellos sacan de una maleta sus aparatos y empezaron a
armarse.
El carro paró y todos bajamos, los agentes
empiezan a retirar a todas las personas que están cerca del
lugar y Ham queda mirando fijamente el laboratorio con
los brazos cruzados.
-Al parecer aún no termina la máquina-. Dice
Ham. -Hay que entrar lo más pronto posible-.
-¿Es muy rápido construyendo?-. Pregunto.
-Sí, aunque no lo creas-. Me dice.
-En ese caso organicemos el plan de una vez-. Le
dice Marco al capitán.
-Haber, ¿qué hacemos?-. Dice el capitán
acercándose.
Marco saca unos planos y los extiende en la plataforma que
sale de la furgoneta.
-Van a separarse en dos grupos y se guían con
estos planos-. Marco le dice al capitán, señalando el lugar
en los planos. -Ahora contamos con dos seres
extraordinarios que pueden ayudarles mucho, así que
manos a la obra-.
-Como diga doctor-. Le dice el capitán, él coge los
planos y se retira.
-Así que seres extraordinarios-. Le digo a Marco,
con una pequeña sonrisa. -Me gusta ese nombre, es
original-.
-Me alegro-. Dice Marco.
-Oye, quiero que sepas que soy nuevo en esto del
súper viento y no sé cómo usarlo a la perfección, como
quiera sé apagar incendios y mover cosas, así que diles a
tus muchachos que no confiarán tanto en mí-.
-Eso crees tú, pero aunque no lo creas también
puedes volar-. Me dice mientras saca una laptop de su
maletín.
-¿Y cómo hago eso?-. Pregunto.
-Lo que tienes que hacer es concentrar muy bien
todo el poder de tus manos, para que liberes el viento poco
a poco, eso te permitirá elevarte en el aire-.
-Ah-. Digo maravillado. -Pero eso es algo muy
difícil-.
-¡Oye!-. Me grita el capitán de la unidad. -Ya
tenemos que entrar, mueve-.
-Michael-. Me dice Marco, dándome un pequeño
golpe en mi espalda. -No tienes que hacerlo sino quieres-.
-Si quiero-. Le digo mirándolo muy serio. -Tengo
estos poderes por alguna razón, y un buen amigo me dijo
que nunca desperdicie las oportunidades que se me dan en
la vida, así que no debo desaprovechar la oportunidad de
salvar al mundo, y a Dayna-.
-Sabes, si la salvas ella tendrá que irse con Ham-.
Me dice.
-¿De qué hablas?-. Pregunto atónito.
-Sé que te gusta Dayna… por la forma en que
actúas sé que te gusta-.
-Bueno si me gusta, pero ya veré que hago en este
caso de Ham-. Le digo, como si estuviera bromeando.
-Está bien-. Me dice. -Que te vaya bien allá-.
Me retiro y me dirijo a donde los agentes, en ese momento
alguien me jala la camisa de atrás, yo volteo y veo a Ashley,
con una pulsera de silicona color verde en sus manos.
-Toma-. Me dice entregándome la manilla. -Es mi
pulsera de la suerte, te la doy para que puedas venir a salvo
con mi hermana-. Yo me agacho después de decirme eso.
-Tranquila Ashley, haré todo lo posible para traer a
tu hermana-. Le digo con sonrisa y acariciando su cabello,
luego veo a los padres de Dayna, que están lejos del lugar
con unos policías. -Anda con tus padres-. Le dije.
Yo me levanto, me pongo la pulsera y voy con los agentes.
Fuimos a la parte trasera del laboratorio. No se podía
entrar por la puerta, ya que atrás de ella estaban muchos
artefactos que impedían la entrada, así que ingresamos
dentro de un conducto de aire, ahí dentro fuimos gateando
poco a poco, estaba muy oscuro y casi no se veía, los
agentes encienden sus lamparitas para guiarnos mejor.
Llegamos al final del conducto, todos se bajaron uno por
uno, cuando salí lo primero que vi y me llamó más la
atención es una pantalla plana gigante, aunque estaba
dañada, pero me gustó.
-Vaya que si hay artefactos geniales aquí-. Dice
John, uno de los agentes, todos se distraen un rato viendo
los artefactos, incluyéndome.
-Ya basta-. Dice Willy, el que lidera a nuestro
grupo. -Tenemos que salvar al mundo, así que muévanse-.
Todos caminamos silenciosamente, en ese momento se
escucha el sonido de un corto circuito, nos damos cuenta
que está al otro lado de una montaña de CPUs, al observar
arriba se ve la luz del corto circuito, lo que significa que
Rich está al otro lado haciendo su trabajo, dos de los
agentes y yo iniciamos a escalar la montaña
cautelosamente.
Ya en la mitad del camino se comienza a sentir un
pequeño temblor que se hace cada vez más fuerte hasta
que todos caímos, quedamos enterrados con las
computadoras, ya ahí sentí a Rich caminando encima
nuestro, se estaba acercando a los otros agentes.
-¿Cómo me encontraron?-. Pregunta Rich,
ninguno de los agentes contestó. -Son unos idiotas-. Dice,
luego todos los agentes comienzan a dispararle con sus
armas láser, en ese momento Rich se escondió rápido, los
agentes se pusieron a buscarlo.
Todo se quedó en silencio por un rato, hasta que Rich
agarró a su primera víctima y la asesina, los agentes
disparan, pero él de nuevo se escondió; después a un
agente se le cae la linterna y alumbra a Rich, el agente solo
grita de miedo y Rich también lo asesina, yo al ver esa
escena me enojé mucho y me levanto para lanzarle mi
poder, pero cuando me levanté él ya se había escondido,
agarro la linterna y me pongo a buscarlo, escucho la voz de
un agente pidiendo ayuda, pero no sabía de dónde venía
por el eco, no podía lanzar mi poder ya que puedo lastimar
a cualquier agente, después de unos minutos todo se queda
en silencio, me puse a mover la lámpara de un lado hacia
el otro para ver si hay alguien con vida, pero todo era en
vano.
-No puede ser-. Me digo a mí mismo, susurrando,
seguidamente escucho un pequeño ruido atrás de mí,
cierro los ojos, doy un gran respiro, me doy la vuelta y veo
a Rich respirando como ser un perro hambriento.
-Tú de nuevo-. Me dice, luego me agarró del
cuello. -No sé quién rayos seas, pero estás interrumpiendo
mis planes-. En ese instante Rich recibe un rayo de Ham
en su espalda, el cual lo deja de rodillas, yo en cambio le
lanzo mi poder y lo envío lejos.
-¿Y los demás de tu grupo?-. Me pregunta Ham.
-Fueron asesinados-. Le digo.
-¡Maldita sea!-. Grita enfadado el capitán de los
agentes. –Bueno… tenemos que buscar a Dayna rápido-.
Les dice a los demás agentes.
Todos entramos a una instalación, cuya puerta estaba
abierta, ya adentro encendemos la luz y vemos dos
máquinas separadas, tenían forma de las torres gemelas; de
ellas salían dos cables bien gruesos que conectan a dos
contenedores.
-Esa ha de ser la gran máquina-. Dice uno de los
agentes.
-Creo que sí-. Dice Ham.
De pronto, se escuchan golpes que vienen de uno de los
contenedores, nos acercamos lentamente.
-¿Dayna eres tú?-. Grito.
-¿Michael?, ¿Dónde estás?-. Grita Dayna muy
temerosa, dentro del contenedor. -¡Ayúdame, por favor!-.
-Finalmente la encontramos-. Dice el capitán, cuyo
nombre es Victor.
Ham se acerca al contenedor con el fin de sacar a Dayna,
pero cuando pone las manos para abrir un rayo lo
electrocuta y lo manda lejos.
-Creíste que te la iba a dejar muy fácil-. Grita Rich
atrás de nosotros, los agentes giran y se ponen a disparar, él
se acerca corriendo a uno de los agentes esquivando los
tiros, yo arrojo mi poder moviendo al agente para evitar
que no sea asesinado, lo dejo a Rich con la mano en el
aire.
-Tú-. Me dice acercándose rápido, yo le tiro mi
poder para moverlo, pero no pasa nada, en ese instante
Rich recibe un disparo y cae al piso.
-¿Qué te pasa?-. Me dice el capitán. -Enantes lo
enviaste volando y ahora ya no, ¿Cómo es eso posible?-.
-No lo sé-. Le digo.
-¡Malditos!-. Grita Rich, que está con el arma del
agente que quería asesinar, él dispara a unos tanques de
gas, hace una gran explosión y nos arroja muy lejos a todos.
Me golpeé muy fuerte la espalda y no me permite
moverme bien, entonces me pongo a mirarlo a Rich que se
está acercando a la máquina.
-¿Qué vas a hacer?-. Le pregunto.
-Con que sigues vivo-. Dice, soltando una risa
malvada. -Me alegro, porque ahora podrás observar mi
crecimiento de poder-.
Yo me levanto con mucho esfuerzo y apoyo mi espalda en
la pared, miro que Rich saca el cartucho del arma, lo
introduce en medio de dos cables y en seguida se
encienden unas luces rojas haciendo sonar la máquina
como si fuera un tren a vapor. Rich camina al contenedor
vacío y lo abre, de ella sale una gran luz azul, alumbrando a
Rich.
-¡Detente!-. Le grito.
-Me temo que ya es muy tarde-. Me dice
mirándome, más tarde sus ojos se vuelven de color verde.
Luego Ham aparece y rápidamente lanza el rayo de luz,
impactando con el contenedor de Dayna, la separa de la
máquina; el contenedor queda en el aire y cae cerca de mí.
-Era la única forma-. Dice Ham.
-Eres un idiota-. Le grita Rich.
Mientras Rich estaba distraído yo estaba haciendo un gran
esfuerzo para levantarme, cuando lo hago corro al
contenedor, lo abro, Dayna sale rápido y me abraza al
verme.
-Gracias por venir a ayudarme-. Me dice llorando.
-Salgan de aquí rápido-. Da un fuerte grito Ham;
Rich se da cuenta, alza sus brazos y sus manos se iluminan,
estaba preparando para arrojarnos su nuevo poder; pero
Ham le tira el rayo de luz en su espalda haciéndolo gritar
de dolor, Rich se da la vuelta y le tira el poder a Ham, pero
Ham no se queda atrás, porque hace lo mismo y sus dos
poderes se chocan, crean un temblor, Dayna y yo salimos
corriendo del lugar, agarrados de las manos bien fuertes.
Llegamos a la entrada principal y yo me detengo.
-¿Qué te pasa?-. Pregunta Dayna.
-Tendrás que salir solo tú-. Le digo. -Tengo que ir
ayudar a Ham, no puedo dejarlo ahí solo-. Giro y me
dispongo para correr.
-¡Espera!-. Exclama, luego se me acerca y me da un
beso, un beso que me hace olvidar todo por unos
segundos; después de eso ella se aleja. -Espero que
regreses bien-.
-Lo haré-. Digo sonriéndole.
Cuando llegué vi a Ham tirado en el piso y Rich
acercándose a él para asesinarlo, entonces velozmente fui
detrás de un frigorífico y con mi poder lo lancé hacia Rich,
él se dio cuenta rápido y con su poder desintegra el
frigorífico.
-Eres un tonto al haber regresado-. Me dice al
tiempo que me lanza su poder, mi corazón comenzó a latir
a mil por hora, cuando de pronto, una extraña energía se
coloca en frente mío y me cubre del poder, creí que
provenía de Ham, pero él seguía tirado en el piso, luego
veo que esa energía toma forma de una mujer, eso significa
que se trataba nada más y nada menos que de Sophia, no
tenía duda alguna, ella me había salvado.
-¿Sophia?-. Le digo a la extraña energía, pero no
me responde.
Luego esa energía le tira rayos a Rich y comienzan a
luchar, esa era mi oportunidad para salvar a Ham, yo fui
apresurado a verlo.
-¡No!-. Me grita Ham en cuanto llego. -Tienes que
irte de aquí-. Me dice mientras se levanta.
-¿Por qué dices eso?-. Pregunto., pero se queda
callado un rato hasta que me dice:
-Cuídala mucho a K-ill, sé que te gusta-.
-¿Qué vas a hacer?-. Digo.
-Tengo que asesinarlo junto con la máquina que él
mismo construyó, por lo que veo ese espectro que está
luchando con Rich no durará por mucho tiempo-. Me dice
seriamente. -Así que vete y salva al capitán, él es el único
oficial con vida-. Me dice señalando a Victor.
Yo me quedo callado.
-¡Vete!-. Me grita.
Me dirigí donde el capitán y lo alzo en mi hombro, noto
que se encuentra muy grave, pero lo bueno es que está
consiente, mientras nos retiramos veo que Ham abraza a
Rich muy fuerte y lo apoya a la máquina, haciendo un
corto circuito enorme. Ellos se ponen a hablar:

RICH: ¿Qué estás haciendo?


HAM: Asesinándote para que ya no causes
problemas.
RICH: No te va a servir de nada, los de mi raza
pueden encontrar este planeta en cualquier
momento y matarlos a todos, incluyendo a K-ill.
HAM: En este planeta existen muchas personas
con poderes increíbles y estoy seguro que harán
todo lo posible para salvar su querido planeta.

Luego de escuchar eso, todo explota.


Pero eso no era todo, la explosión hizo caer parte del
techo y nos dejó sin salida, no sabía qué hacer hasta que
me acordé de lo que me dijo Marco, lo de volar, le dije al
capitán que se agarre de mi cuello, y con mucha
concentración pude elevarme por el aire, salimos por la
abertura del techo, llegamos afuera, tocamos el piso y me
sumo a la más profunda oscuridad.
Despierto, veo a los padres de Dayna durmiendo
en una silleta al lado mío, en ese mismo instante aparece
Ashley y Dayna, salían del baño, Ashley grita de felicidad al
verme consiente que los despierta a sus padres; todos se
acercan a mí y me abrazan, se alegraron de verme muy
bien. Ellos me cuentan el motivo de mi desmayo: Al
momento de volar yo perdí mucha energía y me hizo
quedar inconsciente, rápidamente me trajeron al hospital.
-Al fin pasó todo-. Dice la señora Elizabeth.
-La verdad-. Digo en tono bajo. -No todo-.
-¿A qué te refieres?-. Pregunta Benjamin, con
seriedad.
-Es un pequeño asunto que debo hablar con el
doctor Marco-. Digo. -Por cierto, ¿Dónde está él ahora?-.
-Marco está con la Unidad limpiando todo el
desastre del laboratorio-. Dice la señora Elizabeth.
-Tengo que ir para allá-. Digo, viendo afuera por la
ventana, me doy cuenta de que ya anocheció.
-En ese caso-. Dice Benjamin. -Vámonos todos-.
-Está bien-. Digo muy alegre.
Salimos, subimos al carro y luego de varios minutos
llegamos al Laboratorio, el cual está destruido por la
explosión.
-Espérenme aquí-. Les digo mientras salgo del
carro. -Voy a hablar con Marco-.
-Te acompañaré-. Me dice Dayna.
Entramos al laboratorio y vemos que hay mucho personal
arreglando y sacando toda la tecnología del lugar, cerca de
ahí veo al capitán de la Unidad.
-Michael-. Me dice el capitán en voz alta. -Gracias
por salvarme-. Me dice y me da un estrechón de manos.
-De nada Victor-. Le digo.
-¿Cómo así por aquí?-. Pregunta.
-Estoy buscando al Doctor Marco-.
-Aquí estoy-. Dice Marco mientras se acerca.
-Doc-. Le digo rápido. -Al parecer seguimos en
amenaza, Rich antes de morir dijo que los de su raza
pueden encontrar nuestro planeta e invadirlo, aunque no
se sabe cuándo-.
-Tranquilo Michael-. Me dice con calma. -
Estaremos preparados para cualquier amenaza, vamos a
hacer Unidades de Anticrimen en cada país-.
-Es una excelente iniciativa-. Dice Dayna.
Después de ese momento de charla volteo mi cabeza para
mirar el lugar donde Sophia apareció.
-Si me disculpan-. Les digo.
Me dirijo al lugar y me pongo a verlo, en ese momento se
acerca Dayna, me mira y me pregunta:
-¿Por qué estás así?-.
-Aquí fue donde apareció Sophia-. Respondí.
-¿Tú hermana?-.
-Exacto-. Dije. -No sé cómo, pero ella apareció y
me salvó-.
-Aún te sigue cuidando-. Me dice sonriente. -Y te
seguirá cuidando siempre-.
Me toca el cabello. Rápido me acordé de Ham, debía
contarle que eran prometidos.
-Debo decirte algo sobre Ham-. Digo en voz baja.
-¿Que es mi prometido?-. Pregunta.
-Sí… ¿Ya lo sabes?-.
-Me lo contó todo el doctor Marco-. Me quedo
callado un momento; luego ella dice: -Al parecer nos
queríamos mucho… como quisiera recuperar mi memoria
y recordar a Ham y a mis padres… pero no podré, lo único
que debo hacer es continuar con la vida que tengo y ser
feliz-. Me toma de la mano. -Nuestros seres queridos
querían eso con nosotros-.
-¡Sí!-. Exclamo. -Tenemos muchas cosas en
común-.
-Muchas cosas-. Dice rápido. -Pero tengo más
rango que tú… ya que eres un metahumano y yo una
alienígena-. Habla en forma de broma, como para salirse
de la tristeza.
-Corrección… soy un ser extraordinario-. Digo,
también en broma.
-Oh sí… ya me acordé, eres un “Ser
Extraordinario”-. Dice, haciendo comillas con sus dedos. -
Uno muy valiente… que fue a salvarme-.
-No quería perderte-. Dije.
-Lo sé… gracias por todo-.
Nos abrazamos y salimos del laboratorio.

FIN

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