Melissa Yaranga Hernández Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador

CENTRO CULTURAL ITINERANTE Y VARIABLE

EN VILLA EL SALVADOR1
ITINERANT AND FLEXIBLE CULTURAL CENTER
IN VILLA EL SALVADOR
Arq. Melissa YARANGA Hernández2

Resumen
Apoyar a los jóvenes a desarrollar todo su potencial artístico y cultural debería ser una preocupación de las autoridades y de
la sociedad en general. Como arquitecta, decidí contribuir a la solución de esta falta de oportunidades y de adecuados espacios
para el desarrollo de este tipo de actividades. Mi propuesta de solución fue el diseño de un Centro Cultural Itinerante y
Variable en Villa el Salvador, el que se contempló como un medio, a través del cual se podría dar una solución a este
problema. Se propone una alternativa innovadora y sostenible, basada en el uso de contenedores.
Este artículo presenta las ideas generales desarrolladas a lo largo de mi investigación y del desarrollo del proyecto consiguien-
te, los que se realizaron luego de un trabajo de investigación preliminar, de visitas al lugar y de participación en actividades
culturales «in situ» y en otros lugares. El diseño final del Centro Cultural constituye una propuesta concreta e innovadora,
orientada a un uso inclusivo y con importantes espacios de fusión y de desarrollo cultural, logrando ser una alternativa que
busca crear nuevas formas de expresión e integrarse con las expresiones artísticas y culturales de la sociedad de la cual forma
parte.

Abstract
Helping youngsters to develop their full artistic and cultural potential should be a concern for authorities, and society as well.
As an architect, I decided to contribute to the solution to the lack of opportunities and adequate spaces for the development
of this kind of activities. My proposal to face this situation was the design of an Itinerary and Flexible Cultural Center in
Villa El Salvador, conceived as a means through which one could meet this community needs. The design, alternative and
sustainable, is based in the use of containers.
The article presents the general ideas developed along my research and the development of the resulting project, made after a
preliminary research, visits to the location and participation of cultural activities «in situ» and other places. The design of the
Cultural Center constitutes a concrete and innovative proposal, oriented to an inclusive use and to the creation of new
forms of expression and integration with the artistic and cultural expressions of the society to which it belongs.

Palabras clave:
Centro cultural, arquitectura de contenedores, arquitectura itinerante, arquitectura variable.

Key words
Cultural center, containers architecture, itinerant architecture, flexible architecture.

1
El presente artículo es un resumen de la tesis para optar al título profesional de Arquitecta en la Facultad de Arquitectura de la
UNIFÉ, cuyo título es el mismo que el del artículo y que obtuvo la calificación 19/20 (Cum Laude).
2
Arquitecta por la UNIFÉ, asistente de las asignaturas de Diseño 1 y 3. Realiza trabajos de supervisión y diseño en arquitectura de
forma independiente.

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Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
Introducción
El presente artículo describe el proyecto denomi-
nado Centro Cultural Itinerante y Variable en Villa
el Salvador, el que fue desarrollado como mi pro-
yecto de tesis de arquitectura y tuvo como princi-
pal objetivo diseñar un espacio para que los jóve-
nes del distrito mencionado puedan aprovechar
sus capacidades artísticas y culturales y, de este
modo, alejarlos de la delincuencia y de los vicios.
Si bien la problemática de la juventud involucra a
toda la sociedad, la arquitectura puede brindar so-
luciones dentro de su campo de acción y eso es lo
que busqué con este proyecto.
La relación del proyecto con la juventud, el arte, la
cultura y, por lo tanto, la innovación, se plasmó a
través del uso de elementos innovadores y apli-
cando conceptos de sostenibilidad. Por ello, se uti-
lizaron contenedores para conformar la estructura
básica del Centro Cultural. El uso de estos ele-
mentos implicó un trabajo de indagación, princi-
palmente de proyectos realizados en otros países
donde se han creado diversas propuestas exitosas,
como marco teórico. El trabajo de investigación
fue complementado con un trabajo de campo que
se detallará más adelante. Finalmente, se llevó a
cabo el trabajo de gabinete y de taller, que plasma-
ron en planos y en maqueta la propuesta final.
Como veremos a continuación, el proyecto consi-
dera soluciones aplicadas a distintos terrenos y ge-
nerando, en cada caso, no sólo espacios donde los
jóvenes puedan recibir lecciones teóricas o prácti-
cas, sino también espacios abiertos de fusión y di-
fusión. Estos espacios constituyen un valor agre-
gado al Centro Cultural, y busca fomentar la crea-
ción de nuevas formas de expresión artística. De
este modo, la propuesta no se centra únicamente
en el concepto arquitectónico, sino también en el
aporte que la arquitectura, y los espacios urbanos,
pueden realizar a la sociedad.
Una propuesta para los jóvenes de Villa el
Salvador
El desarrollo de Lima ha sido impulsado en las
últimas décadas del siglo pasado gracias no sólo al
aporte de los grandes empresarios y de los secto-
res más pudientes de la sociedad, sino que las zo-
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Melissa Yaranga Hernández
nas populares, destacando los conos norte y sur
de Lima han sido polos de crecimiento continuo,
gracias a una población pujante que nunca se ha
rendido ante las adversidades y ante los conflictos.
Villa el Salvador es un ejemplo claro de este desa-
rrollo: se trata de un distrito con pocas décadas de
existencia y que ha enfrentado no sólo las dificulta-
des propias de un pueblo recién formado, sino
también del terrorismo.
Como parte de los proyectos que he venido reali-
zando, tanto en la universidad como en proyectos
extra curriculares, he aprendido que distritos po-
pulares, en zonas donde la población no cuenta
con algunos servicios básicos, es la imaginación y
la capacidad de las personas de innovar lo que las
hace superar ciertas carencias. Esta es una de las
razonas por las cuales decidí establecer este pro-
yecto en Villa el Salvador.
En este distrito fui descubriendo, ya durante el
mismo proceso de investigación, un gran poten-
cial y una gran capacidad de organización que hace
posible que, con muchos o pocos recursos, los
proyectos funcionen y los resultados se consigan.
Este es el caso de los Festivales Juveniles donde se
presentan obras teatrales, números musicales, obras
de pintura, etc. Sin embargo, esto viene acompa-
ñado de una problemática: los lugares donde los
jóvenes desarrollan su potencial no son los más
adecuados, porque se utilizan los terrenos baldíos
reservados para uso comunitario, aprovechando
que están conformados por arena y su ubicación
en el centro de cada sector. Un ejemplo de la dis-
tribución de estas zonas se puede observar en la
Ilustración 1.
Por otro lado, los lugares de ensayo y de desarro-
llo de obras son también muchas veces limitados,
y muchos buenos proyectos de artistas no cuentan
con la infraestructura necesaria para desarrollarse.
El problema es: ¿De qué modo y manera, la ar-
quitectura, puede apoyar a estos jóvenes? Definiti-
vamente la respuesta es con la creación de espa-
cios de for ma y dimensiones adecuadas y
eficientemente organizados para estas actividades,
hipótesis que podría definirse más mediante un tra-
bajo de investigación previo realizado a conciencia
y conociendo las necesidades propias del público
objetivo.
Melissa Yaranga Hernández
Ilustración 1. Tipología de áreas destinadas para otros
usos de un sector en el distrito de Villa el Salvador
Esto es lo que buscó el proyecto, como
contrastación de la hipótesis: ser una propuesta
apropiada para Villa el Salvador, para sus jóvenes
y para toda la población en general; ser un ejem-
plo de desarrollo arquitectónico moderno, con ele-
mentos innovadores que pudieran ser más que un
sitio físico. Este proyecto se pensó como un ele-
mento vivo, que fuera a la vez cómplice de los
jóvenes y que hablara su lenguaje de inconformi-
dad, rebeldía e imaginación, pero dentro de un
orden que les permitiera dirigir sus esfuerzos hacia
objetivos claros sin perder ese concepto de espa-
cio lúdico que atrae y que permite a la imaginación
crear algo nuevo que pueda serles de apoyo para
su desarrollo artístico, cultural, personal y profe-
sional.
La arena como concepto inicial
Todas las ideas antes mencionadas giran en torno
a lo que se desea aportar a la sociedad; a la forma
en la cual este proyecto puede generar un benefi-
cio directo a un sector de la sociedad y, de forma
indirecta, a toda la población. Sin embargo, las ideas
requieren también contar con un espacio en el que
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
desarrollarse y sobre el cual ir tomando forma.
En este caso, la idea unificadora, la idea rectora y
de origen fue el desarrollo de una arquitectura so-
bre la arena, pues Villa El Salvador está sobre un
arenal.
Al haber escogido el distrito de Villa el Salvador
como el lugar de desarrollo, se contaba ya con la
condición de la arena como suelo; sin embargo,
más que verlo como una limitación, esto se vio
como una oportunidad y como una apuesta que
podría brindarle mayor valor. Realmente, conse-
guir que funcione una estructura innovadora, sos-
tenible y de espíritu social sobre un terreno de esas
características constituyó una forma de arriesgar
más y a la vez conseguir un resultado más
impactante.
Con ello, entonces, la arena dejó de ser el obstácu-
lo y pasó a convertirse en el recurso central, ya que
es un material que está siempre presente en el dis-
trito y que iba a conformar la base del proyecto.
Con ello, lo que se pensó fue en las características
de la arena y la forma en cómo alimentaría al pro-
yecto. En primer lugar, la arena suele ser asociada
con su facilidad para ser llevada por el viento; de
este modo, se buscó que también el proyecto cuente
con esa capacidad de transportarse fácilmente para
llegar a otros espacios; que no se aposente sino
que lleve a todo el distrito su espíritu y que viaje de
forma eficiente.
Además de esta capacidad, la arena en Villa el Sal-
vador es el símbolo de la lucha frente a la adversi-
dad y de la forma como un pueblo pudo surgir
sobre la base del trabajo y el esfuerzo. Justamente,
este proyecto pretende asentarse en la arena para,
a partir de ella, crecer y generar oportunidades. En
este caso, lo que surge de la arena de Villa el Salva-
dor no es un distrito, sino que el distrito ya consti-
tuido y en proceso de desarrollo, genera un aporte
a la sociedad a través de sus jóvenes.
Los espacios que conformarán el Centro Cultural
serán, entonces, resultado de la arena; surgirán de
ella y serán los elementos que extenderán su alcan-
ce por todo el distrito. De este modo, todo el dis-
trito podrá generar los frutos que la sociedad es-
pera. En resumen, es la arena el origen y también
el elemento unificador, que como concepto rodea
la estructura y lo complementa, dejando de lado
Revista De Arquitectura / UNIFE 135
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
Ilustración 2. Maqueta virtual La arena como base de las
estructuras y espacio de juegos e interacción
su papel de amenaza y estableciéndose plenamente
como clave del proyecto. Como se ve en la Ilustra-
ción 2, la arena dentro del proyecto no sólo es el
terreno, sino el elemento integrador.
El arte urbano como propuesta
El desarrollo del arte muchas veces está limitado
por las condiciones de infraestructura y por la po-
sibilidad económica de acceder a un curso. En este
contexto, la posibilidad de contar con una pro-
puesta para que los jóvenes puedan desarrollar sus
habilidades artísticas y culturales debía abarcar tan-
to la creación de un espacio adecuado como ofre-
cer cursos a bajo precio.
Pero eso no es todo. El mismo concepto artístico
debería ser lo suficientemente atractivo para cap-
tar la atención y permitir que se puedan mostrar
las creaciones en espacios al aire libre ofrecidos
por el mismo Centro Cultural. Considerando que
actualmente muchos jóvenes expresan su creativi-
dad y sus habilidades en las calles, en espacios que
muchas veces no son los adecuados, se planteó la
inclusión del arte urbano como propuesta de de-
sarrollo.
Realmente, el arte urbano tiene connotaciones muy
interesantes que, bien encaminadas, pueden ofre-
cer beneficios más allá de la estética: puede incluir
elementos de crítica social, debate de la actualidad,
reutilización y reciclaje de distintos elementos, ge-
neración de ideas en el entorno de la ciudad, etc.
Un claro ejemplo de cómo el arte urbano tras-
ciende la creación de imágenes y se entrelaza con el
contexto social es el Muro de Berlín; mientras este
permanecía en pie, fue cubierto con grafitis por
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Melissa Yaranga Hernández
artistas urbanos que expresaban sus sentimientos
hacia la situación que se vivía. De este modo, un
elemento de división se convirtió en un gran lienzo
de arte y de opinión política.
Si bien el grafiti suele ser la más popular de las
expresiones artísticas callejeras, existen muchas
otras, como el esténcil, la danza callejera o las ins-
talaciones artísticas urbanas. A pesar de su diversi-
dad, todas comparten el uso del entorno urbano y
juegan con sus elementos, logrando que el arte for-
me parte de la ciudad, al mismo tiempo que cap-
tura al espectador y lo invita a participar y enrique-
cer de este modo la obra original.
Esta última característica se presenta más notable-
mente en las instalaciones callejeras. Mediante la
composición de elementos por lo general comu-
nes, el artista toma parte de la ciudad y la proyecta
en una obra que muchas veces invita al público y,
en el caso de las instalaciones interactivas, se genera
una empatía por la que reacciona y cambia depen-
diendo del tipo de interacción que se produzca.
Así, la instalación deja de ser un elemento estático
como una escultura, y se acerca más al arte con-
ceptual, ya que lo que busca no es sólo ser obser-
vada, sino que cada espectador la asocie a sus ex-
periencias y cree un concepto propio, lo cual gene-
ra expresiones únicas e ilimitadas.
Este conjunto de expresiones artísticas, junto con
otras como la danza callejera, constituyen un gran
conjunto que no siempre es aprovechado. La opor-
tunidad de crear, además de muestras individua-
les, también conjuntos artísticos es única y debe
aprovecharse. Por ello, el diseño del Centro Cultu-
ral debía basarse no sólo en el dictado individual
de cursos, sino en la generación de espacios de fu-
sión, en los cuales no se practique sólo la pintura,
el grafiti o la escultura, sino una combinación de
los tres elementos.
En algunos casos, esta fusión podría consistir en la
preparación de escenarios por parte de los estu-
diantes de artes plásticas para que los estudiantes
de teatro puedan representar una obra escrita
por los estudiantes de literatura. En otros casos,
el espacio de fusión debería permitir incluso
generar nuevas formas de expresión que, en su
conjunto, involucren tanto al entorno como al
público.
Melissa Yaranga Hernández
Es en este punto donde regreso al concepto inicial
trato de dar forma a este espacio de intersección.
Por concepto, debería ser un lugar central, donde
cada una de las expresiones artísticas y culturales
pueda converger y exponer sus resultados. Tam-
bién debe ser un espacio abierto, donde los jóve-
nes artistas puedan colocar materiales accesorios y
combinarlos. El concepto inicial de la arena como
base cobra aquí sentido y constituye el elemento
integrador que define este espacio, no presenta res-
tricciones para el desarrollo artístico y permite en-
sayar y preparar el contenido que se presentará en
un espacio formal. El resumen de actividades y
conceptos mencionados se presentan en la Ilustra-
ción 3.
La arquitectura variable y su expresión de
vida
La idea de proporcionar un enfoque artístico
creativo, abierto a la innovación y cercano a los
jóvenes fue complementada con la revisión y apli-
cación de los conceptos de arquitectura variable e
itinerante. Actualmente se realizan cada vez más
proyectos de arquitectura variable, enfocados mu-
chas veces también desde el lado de la sostenibilidad
Ilustración 3. Actividades y arquitectura relacionadas al Centro Cultural.
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
y el aprovechamiento de los recursos disponibles.
De hecho, el concepto de arquitectura variable exis-
te desde hace mucho y resulta mucho más intui-
tivo de lo que se podría creer: la arquitectura es va-
riable cuando puede realizar algún tipo de adapta-
ción, de una forma muy similar a como nosotros
nos adaptamos a las distintas condiciones ambien-
tales. Sin embargo, la capacidad de adaptarse de
una estructura depende mucho del diseño realiza-
do y muchas veces estará limitada por los supues-
tos que considere el arquitecto.
Sobre la base de este diseño previo pueden reco-
nocerse distintos criterios de adaptaciones que se
pueden aplicar sobre la arquitectura: la con-
formabilidad (cambio de forma), la movilidad
(cambio de ubicación o posición), la planifica-
ción del período útil, y la amplitud (cambio de
un espacio cubierto). Revisar esta tipología permi-
te notar que, realmente, estos conceptos son más
antiguos de lo que se podría imaginar.
Si bien la arquitectura antigua se suele asociar con
grandes construcciones de piedra inmóviles, la ne-
cesidad del ser humano de enfrentar ambientes
cambiantes derivó en la utilización de viviendas
Revista De Arquitectura / UNIFE 137
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
mucho más flexibles o adaptables, como tiendas,
donde los espacios podían tener distintos usos y
medidas. Incluso hasta la actualidad los pueblos
del desierto trashuman con sus viviendas, las cua-
les aseguran a una viga central, mientras que el uso
de telas les permite definir casas ‘personalizadas’.
En Arquitectura Portátil (2008), Echavarría dice: «la
arquitectura móvil es una forma inteligente de ha-
bitar un ambiente». Algunos ejemplos significati-
vos pueden encontrarse en Microarquitectura: Creati-
vidad y Diseño (Broto, 2010).
Entonces, la idea de que una estructura cambie no
es precisamente algo nuevo, pero sí lo es el hecho
de aprovechar los nuevos elementos y materiales
que nos brinda la tecnología. Las facilidades de
transporte brindan nuevas oportunidades para la
arquitectura variable y, específicamente, para la ar-
quitectura itinerante, aquella que puede cambiar su
ubicación. De este modo, la arquitectura puede estar
al alcance de todo un sector de la población; en
este caso, incorporar este concepto al Centro Cul-
tural, permite acercarlo a todo el distrito.
Los elementos fijos y el aporte al distrito
La distribución urbana de Villa el Salvador me per-
mitió identificar ciertas tipologías de espacios pú-
blicos recurrentes; principalmente terrenos des-
tinados a parques, que podrían utilizarse para el
despliegue del Centro Cultural, y que en muchos
casos cuentan con losas deportivas o con espacios
destinados a la práctica de algún deporte. Sin ne-
cesidad de construir un escenario especial, la losa
deportiva representa un elemento que debería po-
der ser aprovechado como un escenario donde se
represente lo que se ha preparado en el espacio de
fusión: una obra teatral, un conjunto de pinturas o
la proyección de cortos.
Sin embargo, la losa deportiva debe contar con
espacios para el público, tanto de las exposiciones
artísticas como de los eventos deportivos que se
podrían desarrollar en ella. Por ello se ha conside-
rado en el diseño la construcción de graderías ubi-
cadas a un costado de la losa y que se enlazaran
con un espacio también fijo, el cual podría en su
conjunto, permanecer como un aporte al sector
en el cual se ubique el Centro Cultural, sin impor-
tar si éste cambia o no de ubicación. Este espacio
fijo, al ser complemento de la losa deportiva, po-
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dría servir para la ubicación de una cafetería que
funcionaría permanentemente, así como de servi-
cios higiénicos y vestidores. En el caso de la cafete-
ría, ésta debe verse como una fuente de ingresos,
de modo que pueda cubrir algunos de sus gastos.
Un tercer elemento fijo lo constituye el espacio de
sala de exposición. Dentro del Centro Cultural, este
espacio permitirá que las obras artísticas que se
desarrollen en las clases teóricas y prácticas, sean
expuestas de forma abierta al público. Mediante
cronogramas de actividades, los familiares de los
artistas y el público en general podrán apreciar sus
trabajos y constatar sus habilidades y avances. Una
vez retirados los contenedores, la sala permanece-
rá para albergar otras exposiciones, relacionadas al
Centro Cultural o no. También puede alquilarse el
espacio para la realización de eventos, generando
también ingresos. En la Ilustración 4 puede apre-
ciarse la sala de exposición considerando una po-
sible muestra de los trabajos de escultura y pintura.
Ilustración 4. Maqueta virtual: Vista de la sala de exposi-
ción
Todos los elementos fijos mencionados hasta ahora
han sido estructuras permanentes; sin embargo, el
Centro Cultural abarca también áreas verdes fijas,
mediante las cuales se ha arborizado la zona dejan-
do espacios libres para la colocación de los conte-
nedores. Este punto es importante, ya que los ár-
boles colocados no son retirados debido al movi-
miento de las estructuras principales.
En el caso de las especies vegetales incluidas en el
desarrollo paisajista, se seleccionaron aquellas que
puedan adaptarse al terreno (arena) y a la poca dis-
ponibilidad de agua, y a la vez, darle colorido.
Adicionalmente, las plantas controlan los vientos y
sirven de marco a la arquitectura, cuando ésta se
encuentre instalada, y crean un espacio agradable
Melissa Yaranga Hernández
cuando no. Su fin no sólo es estético y de comple-
mento, sino que también contribuyen a generar un
espacio de aire limpio que irá creciendo a medida
que el Centro Cultural ocupe nuevas ubicaciones.
Por lo mencionado anteriormente, podemos con-
cluir que la propuesta busca aportar al distrito, no
sólo al generar una estructura que en algún mo-
mento se desplazará hacia otro espacio del mismo
distrito, sino que al crear espacios fijos que se inte-
gren al entorno urbano y, al darse el movimiento
del Centro Cultural, no dejen un espacio vacío, sino
un conjunto agradable, formado por plantas y por
espacios de servicio y de exposición. Como com-
plemento, se proponen integrar también los espa-
cios de veredas dentro de las áreas verdes.
Los elementos variables como centro de
aprendizaje y creación
En conjunto con los elementos fijos, la arquitectu-
ra del Centro Cultural se ve complementada por
los espacios que deben servir de centros de apren-
dizaje, o aulas. Por su misma naturaleza, estos es-
pacios son elementos propios del Centro y, al va-
riar la ubicación de éste, también deberán trasla-
darse sus elementos variables. Como concepto, la
arquitectura se plantea como un elemento vivo que
se transporta, lleva su esencia a otro lugar, y ahí se
adapta al lugar para que sus funciones se puedan
desplegar de acuerdo con ciertas condiciones.
Ilustración 5. Principales actividades incluidas en el
Centro Cultural.
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
Estas condiciones dependen, principalmente, de la
naturaleza de las actividades a desarrollarse en cada
espacio; por ejemplo, las actividades de creación
literaria tienen mucho más relación con las de poe-
sía que con las de música o danza. En el caso de las
primeras, éstas requieren un ambiente más silen-
cioso, mientras que las otras suelen requerir espa-
cios más amplios y generan más ruidos. La diversi-
dad de actividades incluidas puede verse en la
Ilustración 5.
Los contenedores han sido agrupados para gene-
rar un mayor o menor espacio, rompiendo la es-
tructura fija rectangular que parecen definirlos. En
algunos casos, se unieron dos contenedores y en
otros tres; y fueron agrupados en subgrupos, como
expresión literaria, música y danza, teatro o expre-
sión artística. También se aprovechó la capacidad
de los contenedores para ubicarse uno sobre el
otro, generando dos o tres pisos, conectados por
escaleras formadas por los mismos contenedores.
Estos espacios funcionan como núcleos de apren-
dizaje distribuidos, los cuales convergen en un pun-
to central: la caja de arena, la cual tiene un rol
integrador y de fusión de las distintas actividades.
Se busca que en este espacio los artistas compartan
sus experiencias y su aprendizaje y creen nuevas
formas de expresión artística. Su ubicación central
puede apreciarse en la Ilustración 6.
Otro aspecto importante es la creación de mue-
bles, los que siendo también variables y ubicados
en los distintos espacios del Centro Cultural, ten-
drán múltiples usos, evitando la necesidad de con-
tar con una gran cantidad de muebles para usos
específicos. Estos muebles han sido diseñados para
Ilustración 6. Maqueta virtual: Ubicación de la caja de
arena, delimitada en el centro de la imagen.
Revista De Arquitectura / UNIFE 139
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
que sean plegables. En la Ilustración 7 se puede
observar un conjunto de muebles y su uso dentro
de un espacio administrativo. Contar con muebles
que se pliegan y pueden guardar dentro de cada
contenedor ahorra costos de transporte y reduce
la generación de residuos propios de la mudanza
de gran cantidad de elementos. Lo mismo se po-
dría decir de la arquitectura completa; al tratarse
de elementos desmontables, será posible contar
siempre con nuevos espacios o nuevas distribu-
ciones sin necesidad de generar los costos ambien-
tales propios de nuevas construcciones.
Ilustración 7. Estante, escritorio y sillas.
Arquitectura de contenedores: cómo la idea
toma forma
La adaptación de los contenedores para la crea-
ción de la arquitectura es un punto importante, pues
no se trató de sólo colocar piezas para armar o de
un rompecabezas. El trabajo con estos elementos
se inició con el estudio de sus características y de
los usos que se les ha dado en otros proyectos.
Como se mencionó anteriormente, los contene-
dores pueden colocarse uno sobre otro, como se
puede ver en los muelles o barcos de transporte.
Por otro lado, existe un estándar de medidas que
todos los contenedores deben cumplir; sin embar-
go, no existe un único tamaño de contenedores
reglamentado, lo cual no ha sido una limitación,
sino la oportunidad de jugar un poco con distintas
longitudes y generar formas mucho más dinámi-
cas.
Si bien las medidas de los contenedores son simi-
lares en algunas dimensiones, éstas no encajan de
forma exacta y, como toda estructura, debe consi-
derarse siempre una forma de conectarlos de for-
ma segura, de modo que no se puedan separar,
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mover o caer debido al uso intensivo o en el caso
de algún movimiento sísmico. Una consideración
adicional es el terreno de arena, para lo cual se
diseñaron pequeñas bases de concreto coloca-
das mediante un entramado proporcional que
permitiera la colocación de los contenedores
sobre éstas y a la vez que brinden una imagen
agradable al conjunto. En la Ilustración 8 vemos
el conjunto formado por los contenedores y los
espacios fijos, tanto en la primera como en la se-
gunda planta.
Ilustración 8. Primera y segunda planta.
Al ser parte del concepto la unión de dos o más
contenedores, fue necesario definir también cómo
estos se unirían entre sí. Para ello, se diseñó un siste-
ma similar al de perno y tuerca y tornillo, apro-
vechando las ranuras ubicadas en cada una de las
esquinas, a través de los cuales se pasaban los ele-
mentos de unión. Para este sistema se consideró
que los contenedores no debían permanecer uni-
dos siempre, sino que en algún momento debe-
rían separarse para su transporte o para una posi-
ble reubicación.
Si bien la base variable del proyecto la constituye
la primera planta de contenedores, se diseñaron
también plantas superiores, a las cuales es posi-
ble llegar a través de escaleras acopladas a con-
tenedores, y relacionadas mediante un sistema
de puentes y barandas. Para los puentes, tam-
bién se aprovechó la estructura de los contene-
dores, colocando elementos cortados por la
mitad de forma longitudinal. En el caso de las
barandas, para asegurar su fijación con la base,
se incluyó un sistema de losas delgadas que, ubi-
cadas en el techo de los contenedores del pri-
mer nivel, funcionan como puntos de apoyo
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para dichas barandas y los contenedores del se-
gundo nivel.
Complementando el aspecto exterior, el acondi-
cionamiento interior de los contenedores se anali-
zó detalladamente; al estar hechos de acero, no
ofrecían buenas condiciones en casos de tempera-
turas extremas; asimismo, al estar cerrados com-
pletamente debía buscarse una forma de ventila-
ción. En el caso de la temperatura, se utilizó una
cubierta de poliestireno y bambú, el cual sumado
al acero constituye una solución mucho mejor en
comparación a los sistemas tradicionales de ma-
dera o ladrillo; además, el bambú proporciona una
sensación de calidez y elegancia que hace olvidar
por un momento que uno se encuentra dentro de
una estructura de metal. En el caso de la ventila-
ción, se modificaron los contenedores de modo
que incluyan una abertura en la parte posterior,
proporcionando luz y ventilación. Se realizaron
todos los cálculos para asegurar la sensación de
confort en el interior de cada espacio.
Una modificación adicional que se realizó para al-
gunos contenedores fue la posibilidad de reclinar
una de sus paredes laterales, ampliando el espacio
y convirtiendo un espacio cerrado en uno abierto
según las circunstancias que pudieran presentarse,
ya que la pared permanece unida con el contenedor
y en cualquier momento puede reubicarse. Finalmen-
te, si lo que se necesita es ampliar el espacio sin perder
cierta privacidad, se incorporaron cubrimientos plás-
ticos retráctiles, que funcionen como un cobertor para
el contenedor abierto y que permanezcan ocultos
cuando éste esté cerrado.
Se puede señalar que el uso de contenedores puede
verse no sólo como una moda relacionada con el
uso de un nuevo material, sino como una alternativa
más ante los problemas de la sostenibilidad y de la
necesidad de contar con una arquitectura más diná-
mica, flexible y ecológica. En ese contexto, este pro-
yecto busca ser un caso de éxito que permita aplicar
ideas similares en otro tipo de construcciones.
Funcionalidad y desplazamiento: el nuevo comien-
zo La arquitectura del Centro Cultural ha sido desa-
rrollada para poder desplazarse y el espacio base
considerado ha sido el distrito de Villa el Salvador.
El objetivo es que, una vez completado un ciclo de
cierta cantidad de meses, la estructura sea des-
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador
plazada de su ubicación inicial y se ubique en otro
espacio. Ello no se contradice con la posibilidad
de que exista en paralelo más de un centro en el
distrito, sin embargo resulta menos costoso contar
con pocos elementos itinerantes que puedan ir des-
plazándose para ampliar su área de influencia.
Con esto en mente, el proyecto no contempló una
sola tipología de terreno, sino las distintas que se
pueden encontrar en el distrito. Así, no sólo el Cen-
tro Cultural se trasladará de un espacio hacia otro,
sino que su forma cambiará, pasando de tener dos
a tres pisos. Para ello, los contenedores en algunos
casos dejarán de albergar las mismas actividades
que cumplían en una anterior distribución. En la
Ilustración 9, la estructura aparece integrada a una
tipología de terreno distinta: esta vez, junto a una
estructura comunitaria ya existente.
Ilustración 9. Maqueta virtual: Propuesta de distribu-
ción junto a estructura comunitaria.
Al desplazarse, el conjunto no sólo ocupa un espa-
cio distinto y cambia de forma, sino que entra en
contacto con un grupo humano distinto: llega a un
nuevo vecindario y seguramente acoge a nuevos
alumnos. Visto como un ser vivo, la estructura pasa
por un doble proceso de adaptación: adapta su
forma al nuevo entorno mientras que la población
entra en contacto con su estructura y empieza a
adaptarse también.
Lo que se busca, sin embargo, no es una adapta-
ción forzada o la simple asimilación de que se cuen-
ta con un elemento más: el objetivo es que la co-
munidad adopte al nuevo Centro Cultural como
suyo, incluso sabiendo que éste permanecerá sólo
un tiempo. Los beneficios que se busca brindar a
la sociedad, incluso cuando la estructura cambie
de ubicación, serán posibles completamente cuan-
do los mismos vecinos participen en el manteni-
Revista De Arquitectura / UNIFE 141
Centro Cultural itinerante y variable en Villa El Salvador Melissa Yaranga Hernández

miento y en el cuidado de los nuevos elementos;
por ello, estos últimos no están separados por pa-
redes ni rejas, sino que buscan ser espacios abiertos
y parte integral de su comunidad. Cada nuevo ci-
clo significará un nuevo comienzo, pero también la
oportunidad de una nueva interpretación y de una
nueva forma de recibir al conjunto estructural y el
nuevo origen de las formas de arte que los jóvenes
crearán dentro de sus espacios.
Pensando en el futuro, el Centro Cultural no busca
ser una alternativa aislada, sino iniciar un desarrollo
integrado de estructuras variables, hechas a base
de contenedores o de algún otro material, pero que
brinden soluciones reubicables y económicas, que se
hagan populares y sean reconocidas por la pobla-
ción, tal como los Hospitales de la Solidaridad, o al-
gunas oficinas de entidades públicas y privadas. Qui-
zás en un futuro, los sectores con menos recursos
puedan verse beneficiados con servicios a los que tie-
nen difícil acceso actualmente, a través de estructu-
ras itinerantes hechas a base de contenedores, tales
como cabinas de internet, locutorios o puestos de
información. Depende de nosotros como arqui-
tectos diseñar espacios donde las ideas surjan, se
discutan, fusionen, cambien… y se muevan.
Conclusiones
Actualmente, los retos en arquitectura van más allá
de conseguir una forma agradable o lograr cum-
plir con una serie de objetivos funcionales: el desa-
fío para los arquitectos es innovar y ofrecer solu-
ciones y respuestas que van más allá de nuestro cam-
po de estudio específico. Con el desarrollo de este
proyecto, he buscado generar alternativas de desa-
rrollo social, enfocado a los jóvenes pero a partir de
ideas que bien se pueden replicar para niños, adultos,
e incluso fuera del aspecto artístico y cultural.
Como experiencia, ha sido muy enriquecedor
aprender un poco más de ciencias sociales, comu-
nicación y otras áreas con las cuales deberíamos
relacionarnos mucho más, ya que estoy segura que
nos permiten ampliar nuestros horizontes y enfren-
tar problemáticas más complejas. Debemos en-
tender cómo funciona la sociedad, aprender a es-
cuchar sus necesidades y buscar las mejores solu-
ciones a sus problemas.
El enfoque de trabajar con contenedores, con es-
tructuras fijas, variables e itinerantes es un esfuerzo
que busca encontrar respuesta en otras soluciones,
seguramente distintas a ésta pero que busquen tam-
bién asumir el mismo desafío y que consigan sus pro-
pias soluciones creativas e innovadoras. El movimiento
y la adaptación son parte de nosotros como seres
humanos y, con seguridad, en un futuro cercano, nues-
tras edificaciones, incluyendo nuestras viviendas, po-
drán asimilar estos conceptos para lograr soluciones
sostenibles, eficientes y económicas.

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