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APOCALÍPSIS, 5: 7.

¿Cómo puedo ver la unicidad en este versículo?: "Y vino, y tomó el


libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono..."
(Apocalipsis 5:7).”

Quiero dar contestación a tu pregunta sobre Apocalipsis capítulo 5:7

Primeramente debes de entender que el libro de Apocalipsis es


altamente de contenido simbólico. Segundo este pasaje de
Apocalipsis capítulo 5 donde aparece uno sentado en el trono y un
cordero como inmolado, con siete cuernos, y siete ojos tomando un
libro de la mano derecha del que está sentado en el trono es
simbólico.

¿Significa esto que hay dos personas en Dios? Por supuesto que no.

Juan no vio al Espíritu invisible de Dios sentado en el trono. Dios es


Espíritu (Juan 4:24) y Jesús dijo que un espíritu no tiene carne, ni
huesos (Lucas 24:39). También podemos decir que Juan no vio al
Espíritu invisible de Dios, porque Juan mismo dijo que ningún hombre
había visto a Dios; "A Dios nadie le vio jamás" (Juan 1:18). En 1. Juan
4:12 nos sigue diciendo Juan: "Nadie ha visto jamás a Dios".

Además según el apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo, dice:


"el único Dios que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a
quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver..." (1 Timoteo
6:16).

Veamos como todo el lenguaje de este pasaje sigue siendo simbólico.

Primero se nos dice que uno de los ancianos se le acerca a Juan


quien está llorando y le dice; "No llores. He aquí el león de la tribu de
Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete
sellos" (V. 5). Ahora en el siguiente versículo seis, Juan cuando mira
ve un cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos.
Los siete ojos simbolizan los siete Espíritus de Dios, en otras palabras
la omnisciencia de Dios que significa conocimiento de antemano.
Mientras que los siete cuernos simbolizan la plenitud del poder de Dios
porque cuerno en la Biblia significa poder. Aquí todo el lenguaje es
simbólico y es por eso que el anciano dice "He aquí el león", mientras
que Juan cuando mira, solo ve "un cordero."

Ahora, aquí hay dos preguntas importantes que debemos contestar si


queremos entender este capítulo 5 de Apocalipsis. Primero ¿Quién es
el que está sentado en el trono? Y segundo ¿Quién es el cordero?

Sabemos que Dios es Espíritu, que un espíritu es invisible, que un


espíritu no necesita sentarse y que por ultimo Juan no vio al Espíritu
de Dios sentado en un trono. Aquí lo que estamos viendo es una
distinción entre lo que es la Deidad de Jesús (como Dios) y la
humanidad de Jesús como cordero, como hijo de Dios. El que está
sentado en el trono se describe como "el Señor Dios Todopoderoso, el
que era, el que es, y el que ha de venir", (Apocalipsis 4:2 y 4:8).

Sabemos que Dios es uno, un solo Ser Supremo; y que en ningún


momento este pasaje bíblico se refiere a dos seres (o personas
divinas) que componen un Dios.

Cuando hablamos de Dios, decimos que Dios es Él, pero nunca


debemos de pensar que Dios es “Ellos”. Por lo tanto, el que está
sentado en el trono es Jesús en la plenitud de su Deidad, como el "el
Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir."
Esto es lo que dice Apocalipsis 1:8 donde Jesús se describe a Sí
mismo como "el Señor, el que es, y que era, y que ha de venir, el
Todopoderoso."

Además en Apocalipsis capítulo 1:11-18, Jesús en su Deidad se le


revela al apóstol Juan de tal manera, que Juan dice que el que le
hablaba era semejante al Hijo del hombre. En otras palabras Juan
conocía muy bien al Jesús humano, pero nunca lo había visto en la
plenitud de su poder y Deidad. Jesús se le revela a Juan diciendo:

"Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo


que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso,
Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví
para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de
oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del
Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por
el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos
como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus
pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su
voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete
estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro
era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí
como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome:
No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto;
mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las
llaves de la muerte y del Hades” (Apocalipsis 1:11-18).

Esta experiencia fue tan tremenda para Juan, que cuando ve a Jesús
como Dios, como el Padre eterno, dice: "caí como muerto a sus
pies." "Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el
primero y el último." En otras palabras: “Juan, Yo soy el Espíritu Santo
manifestado en carne", "Yo soy Jehová de los ejércitos manifestado
como Jesús", "Yo soy el Dios invisible vestido de humanidad". No
busquen a dos, no busquen a tres, pues "Yo soy el Alfa y la Omega, el
Primero y el Último". "Oye Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno
es."

Ahora ya sabemos quién es el que en Apocalipsis 5 está sentado en el


trono. Es Jesús en referencia a su Deidad. Entonces debemos de
contestar la segunda pregunta. ¿Quién es el cordero que aparece
aquí? Es Jesús en su humanidad. Como Hijo, como hombre, como
sacrificio, como cordero, él es el Hijo de Dios. El Nuevo Testamento
identifica a Jesús como el Cordero que ofreció su sangre para
librarnos de nuestros pecados. Juan nos dice en su evangelio: "Y
mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios"
(Juan 1:36). Pedro también nos dice: "sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 Pedro
1:19).

Por eso Apocalipsis 5:6 describe al Cordero como inmolado (muerto).


Dios no podría morir y no murió; solamente la humanidad de Jesús
murió. Entonces el Cordero simboliza a Jesús solamente en su
humanidad como el sacrificio para el pecado. Dios manifestado en
carne, el Dios Espíritu hecho visible a través del velo de su carne, el
Cordero. El resto del capítulo 5 también prueba esto al describir al
Cordero como nuestro Redentor.

Es evidente que este Cordero no es simplemente un ser humano


ordinario puesto que El tiene la plenitud del Espíritu de Dios (tenía
siete cuernos, v. 6), incluyendo la omnisciencia y la omnipresencia
(siete ojos, v. 6). También tiene otros papeles como el León de la tribu
de Judá y como la Raíz de David (v. 5). El León denota el papel real
de Cristo y su genealogía del Rey David. Jesús era de la tribu de
Judá (Mateo 1:1-3; Lucas 3:33), la cual era la tribu real a partir de la
época de David. El León es el símbolo de Judá como gobernador
(Génesis 49:9-10). La raíz de David se refiere al papel de Cristo como
la fuente de David (Creador) y el Dios de David.

El Cordero de este capítulo 5 representa a Jesús en su humanidad,


más bien que como Dios manifestado en carne.La razón por la que el
Cordero aparece, es para abrir el libro sostenido por Dios. Se
requirió un ser humano para abrirlo, porque Dios nos redimió y se
reveló a nosotros utilizando su manifestación en carne humana.
Esa manifestación es la que ha revelado a Dios como nuestro
Redentor. El Cordero representa la humanidad de Cristo. Ni un solo
hombre de esta tierra podía tomar ese lugar, por cuanto todos
pecaron. Sólo Dios podía proveer salvación al manifestarse como
Cordero.

Podemos concluir que la visión en Apocalipsis 5 representa


simbólicamente las dos naturalezas y los dos papeles de Cristo
Jesús. Como Padre, Juez, Creador y Rey, Él se sienta sobre el trono;
porque en su Deidad Él es el Señor Dios Todopoderoso. Como el Hijo,
El aparece como un Cordero muerto; porque en su humanidad Él es el
sacrificio inmolado por nuestros pecados. Juan no vio al Espíritu
invisible de Dios, pero él sí vio una visión que retrataba
simbólicamente a Jesús en el trono en su papel como Dios el
Padre y como un Cordero en su papel como el Hijo de Dios
sacrificado para el pecado.

Si una persona insiste en que este pasaje es literal y no simbólico,


entonces tendría que concluir que Juan no vio a dos personas de Dios,
sino al contrario, vio a un Dios en el trono y a un cordero verdadero (a
un animal) cerca del trono. Esto no es lógico con el lenguaje simbólico
de dicho texto, y más bien revela que son vanas las tentativas de
todos los que quieran tratar de demostrar que este pasaje es una
prueba de una trinidad o de una cierta pluralidad de personas en Dios.

"En conclusión Apocalipsis capítulo 5 es simbólico en su naturaleza y


revela la Unicidad de Dios. Describe a uno en el trono, pero también
describe a un león, a una raíz, y a un cordero. ¿Revela esta
descripción a cuatro en la Deidad? Ciertamente no. El león, la raíz y el
cordero, todos representan en forma simbólica las características y las
cualidades del que es digno de abrir los sellos del libro. El león nos
dice que Él es el Creador. El cordero nos dice que Él es Dios
encarnado y nuestro sacrificio. Solamente en este último papel Él
puede ser nuestro redentor y puede abrir el libro. Entonces,
Apocalipsis 5 enseña que hay un solo Dios y que este único Dios vino
en carne como el Cordero (el Hijo) para revelarse al hombre y para
redimir al hombre del pecado"
Por Elder Ross Drysdale
Extracto tomado del libro "Si Sabéis Estas Cosas"

Cristo, el Templo de Dios

Apocalipsis 21:3 dice: "He aquí el tabernáculo de Dios con los


hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios". Tanto tabernáculo como templo, son
términos bíblicos que pueden referirse al cuerpo (2 Corintios 5:4). El
cuerpo que Dios tomó para manifestarse en carne, morará con los
hombres. En dicho tabernáculo o cuerpo, habita toda la plenitud de la
Deidad, es decir el Padre (Colosenses 2:9). Por eso Apocalipsis 21:22,
dice acerca de la Nueva Jerusalén: "Y no vi en ella templo; porque el
Señor Dios Todopoderoso [es decir, el Padre] es el templo de ella, y el
Cordero [es decir, el Hijo]. ¡El Padre y el Hijo son un Templo! No sólo
eso, sino que Dios el Padre iluminará aquella ciudad a través del
Cuerpo del Cordero en el que vive, y que es la lumbrera de la Nueva
Jerusalén (Apocalipsis 21:23). Esto es lo que Pedro, Jacobo y Juan
vieron previamente cuando Jesús se transfiguró, y vieron la gloria del
Padre en el cuerpo de Cristo (Mateo 17:1-2).

Se habla de un solo trono para Dios el Padre y el Cordero, y se dice


que el único que se sienta sobre el trono tiene un solo rostro y un solo
nombre, porque el Padre y el Hijo constituyen un "Él" y no un "ellos".
"Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le
servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes"
(Apocalipsis 22:3-4). No es de extrañar que en Apocalipsis 14:1 diga:
"el nombre de Él y el de su Padre escrito en la frente" (Apocalipsis
14:1). El nombre del Cordero estará en la frente de los vencedores, y
Apocalipsis 14:1 dice que este nombre es también el nombre del
Padre. ¡Así que el nombre del Padre y el nombre del Cordero es uno y
el mismo nombre! Esto no nos sorprende, pues Juan mismo llamó a
este libro la Revelación de Jesucristo y no "la revelación de alguna
Trinidad".

El Cordero con el Libro

A menudo se presenta como una "prueba" de la teoría de las "dos


personas", al texto de Apocalipsis 5:7, donde el Cordero "vino, y tomó
el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono"
(aunque este planteamiento no lo hace Boyd). Si Jesús es el que está
sentado en el trono, entonces ¿quién es el Cordero que tomó el libro?
En esta presentación dramática (una visión) de la que Juan fue testigo,
una extraña criatura con "siete cuernos y siete ojos" (v. 6), estaba de
pie aunque parecía como inmolada (sacrificada, asesinada), y se
dirigió hacia el trono tomando el libro. Este Cordero inmolado con siete
cuernos y siete ojos, no es una persona, y mucho menos es nuestro
Señor Jesucristo. ¿Quién espera ver a Cristo con siete cuernos y siete
ojos cuando llegue al cielo? En Apocalipsis 1:12-15, tenemos una
descripción del Cristo resucitado, y no incluye "siete cuernos y siete
ojos".

Entonces, ¿qué significa este Cordero con siete ojos, del cual leemos
en Apocalipsis 5? Simplemente es un símbolo, un recurso literario que
representa la muerte de Cristo, quien es llamado el Cordero, porque
fue inmolado para pagar el precio de nuestros pecados. Debido a su
muerte y posterior resurrección, Él está acreditado para abrir el Libro
de la Vida que estaba atado con siete sellos. Juan nos revela su
visión, que es un espectáculo simbólico creado especialmente para
describir verdades espirituales. El cordero con siete cuernos y sietes
ojos, es exactamente eso - un cordero. Sin embargo, representa a
Cristo, el "Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo"
(Apocalipsis 13:8) en la presciencia de Dios. Como punto de
comparación, en el bautismo de Jesús, Dios utilizó la visión de una
paloma para simbolizar al Espíritu Santo, pero sólo alguien sin sentido,
se imaginaría que el Espíritu Santo es efectivamente una paloma.

Resumen de lo Descrito en Apocalipsis

Hemos visto que el Libro de Apocalipsis, en lugar de establecer una


identidad separada del Padre y de Cristo, en realidad demuestra que
Cristo y el Padre constituyen el único individuo que está sentado en el
trono, el Alfa y la Omega, ¡el único que podrá ser visto alguna vez!

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