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LA

MISIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


Erick F. Tuch

Lo que comúnmente llamamos “misión de la iglesia” en realidad es la misión de Dios,
pues es Dios quien ha tomado la iniciativa de reconciliar al hombre consigo mismo. Dios
creó al ser humano para que viviera en relación con Dios, sin embargo el pecado lo ha
separado, y ha sido Dios quien decididamente ha estado buscando al ser humano
(Génesis 3:9). Esta verdad está constatada en todo el texto del Antiguo Testamento, pero
tomaremos solamente dos relatos para demostrarlo:


A. El llamamiento de Abraham (Génesis 12:1-3)

Dios llamó a Abraham para crear un pueblo que sirviera como agente de bendición de
todas las demás familias, conduciéndolas hacia Dios: “Y el Señor dijo a Abram: Vete
de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te
mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición… y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.”

En este relato, destacamos los siguientes elementos:

Primero, Dios llama a Abraham para abandonar su realidad de pagano, de idólatra a
entrar en una relación vital con Dios. Llama la atención ver a Dios saliendo del
anonimato y revelándose a un hombre y construye una relación para darse a conocer.
Es decir, Dios quiera darse a conocer para tener una relación personal con el ser
humano, porque quiere liberar al hombre el pecado y darle la oportunidad de conocer
la vida.

Segundo, le invita a ser parte de los planes de Dios. Dios quiere redimir del pecado a
toda la raza humana, por eso quiere darse a conocer al ser humano, pero quiere
hacerlo a través de otro ser humano, Abraham, a quien invita a movilizarse hacia un
destino que sólo Dios conoce, un destino que Dios trazará, pues quiere que Abraham
camine con él.

Tercero, el propósito es bendecir a los demás, sin distinción alguna de raza, idioma y
condición económica. Todos los pueblos de la tierra están en el plan de Dios. Todos
son objetos de búsqueda de Dios. La bendición de Abraham es para compartirla con
los demás. Note que Abraham no busca la bendición, Dios se la otorga, pero es para
bendecir a los demás.

Cuarto, se destaca la misión universal de Dios. En realidad Dios no es pertenencia de
Israel, Dios es Dios para todo el mundo, por eso el deseo divino es que todos tengan la
oportunidad de conocerle.



B. La alianza de Dios con Israel (Éxodo 19:6)

El plan de Dios se va desarrollando de manera extraordinaria. Cientos de años
después del llamado de Abraham, Dios ha cumplido con su promesa: el pueblo se ha
multiplicado en Egipto, ahora son conducidos por Dios en el desierto y allí sucederán
cosas determinantes para la identidad y propósito de Israel. Entre esos hechos
relevantes, está la Alianza que Dios hace con ellos, de lo que solamente tomaremos
los versículos 4 al 6 del capítulo 19 de Éxodo: “ Vosotros visteis lo que hice a los
egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si
diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre
todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de
sacerdotes, y gente santa…”

En estos versículos, Dios declara el principal propósito de haber creado a un pueblo:
ser sacerdotes de Dios para el resto de la humanidad. Cabe mencionar los siguientes
detalles:

Primero, Israel es pertenencia de Dios. Ellos han llegado a ser un pueblo por la obra
de Dios. Dios los ha traído hacia él mismo, son pertenencia del Señor.

Segundo, Israel es especial tesoro de Dios, pero toda la tierra sigue siendo de Dios.
Dios no hace acepción de personas, todos son creados por él y para él.

Tercero, el privilegio de Israel es ministrar al Señor, pues son “sacerdotes y gente
santa”, gente apartada que muestra a Dios a los demás.

La misión de Dios no es exclusiva del Nuevo Testamento, sino que inicia desde el Antiguo,
y básicamente se ha señalado la universalidad de la misión. Por cuestión de espacio y
tiempo, no se aborda la naturaleza holística de esa misión, es decir, es una misión
liberadora, que dignifica a los pobres y marginados, una misión que se preocupa por el
bienestar de cada ser humano, por eso en la Ley se incluyen clausulas de relaciones
interpersonales, de higiene y demás aspectos de la vida humana. También incluye la
creación, es decir, hay una expresión ecológica de la misión.

La idea que se desea destacar entonces, es que, la misión salvadora la comienza Dios en
el Antiguo Testamento y es una misión que abarca a todas las naciones de la tierra.

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