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COYUNTURA Resumen Historia Electoral: 1900-1989

Revista de Análisis
Introducción
No. 7, San Salvador, Luego del largo período de transición que el país
Diciembre de 2012, Año 16. recorrió hasta su consolidación como República,
hacia finales del siglo XIX, la elección de las
autoridades del Estado careció de un sistema
electoral estable y por supuesto confiable.

Se asegura que el sufragio directo existe desde 1841,


cuyo ejercicio práctico se reducía a una minoría
Fundación Salvadoreña para privilegiada, la alternabilidad en el ejercicio del poder
la Promoción Social y el gubernamental estuvo marcada por las permanentes
Desarrollo Económico disputas entre “conservadores” y “liberales”, resueltas
mediante guerras internas y golpes de Estado. .

Desde mediados del siglo XIX, todos los gobernantes


¡Movilización Social para que el país tuvo, sin excepción, arribaron al poder
el Desarrollo Humano! mediante golpes de estado, lo conservaban por uno o
dos períodos máximo, que duraban entre dos y cuatro
años, mediante elecciones diseñadas de tal manera
17 Ave. Norte y 27 Calle Poniente que aseguraban esa continuidad, hasta que,
# 1434, Col. Layco, San Salvador. finalmente, eran desalojados del poder mediante otro
golpe de estado1/.

Apartado postal 1952, Centro de No existían las bases mínimas de un sistema


Gobierno, San Salvador, El electoral y menos de un estado de derecho, ni un
sistema de partidos políticos propiamente dichos. Los
Salvador, C.A. gobernantes ejercían sus acciones basándose en sus
decisiones ejecutivas y las elecciones realizadas
después de cada golpe de estado, eran diseñadas
Teléfonos: (503) 2225-1212,
según la conveniencia de los grupos con poderío
2225-0414, 2225-0416 y 2225- económico y decisiones de “Juntas de Notables”: los
2722 aspirantes a ocupar la presidencia de la república, al
mismo tiempo grandes propietarios o ricos del país,
Fax: (503) 2225-5261 hacían su clientela electoral con los trabajadores de
sus propiedades y las de su grupo, tanto a nivel
municipal y departamental como nacional2/.

Por lo que se refiere a los derechos de la ciudadanía


a la participación electoral, fue en la efímera
Constitución de 1883, en la que se estableció el
sufragio universal sólo para los hombres mayores a

1/ En los últimos veinte años del siglo XIX hubo golpes de estado en 1883, 1885, 1890, 1894 y 1898, y luego en 1913,
1931, 1944, 1948, 1960, 1961 y 1979, y también fraudes electorales.
2 /Esta tradición todavía existe: los dueños de empresas inciden en sus trabajadores, trabajadoras, empleados y
empleadas a votar por los rostros de su partido, a cambio del pago de salario o no.

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21 años, la cual fue reducida a 18 años en la Constitución de 1886. A las mujeres se les reconoció
el derecho al sufragio hasta el año de 1939, pero solo para las casadas mayores de 25 años y
solteras mayores de 30 años.

Presidencialismo: personalista y caudillista (1903-1911/13)

El último presidente del siglo XIX e inicios del siglo XX, Tomás Regalado, accedió al gobierno
mediante golpe de Estado y dejó en manos de Pedro José Escalón (2003-2007), ambos
santanecos y del grupo de los 44 que derrocaron a Carlo y Antonio Ezeta, del último gobierno
liberal que afectó a los grandes cafetaleros del país con impuestos a las exportaciones de ese
producto y otros impuestos, motivo por el cual en abril de 1894 los cafetaleros del occidente del
país, junto con militares, sacerdotes, profesionales y otros acaudalados le declararon la guerra a
los Ezetas hasta derrotarlos3.

El siguiente presidente fue el general Fernando Figueroa (1907-1911) y como vicepresidente lo


acompañó el doctor Manuel Enrique Araujo. La presidencia de Fernando Figueroa se realizó en
un momento histórico en que el capitalismo atravesaba por su primera crisis global. En El Salvador
las crisis económicas y políticas internas, y conspiraciones golpistas a su gobierno por grupos de
terratenientes que no aceptaban su mandato fueron sorteadas por el presidente. Por esta razón,
se dice, que el presidente Figueroa tuvo que gobernar durante todo su período con “mano de
hierro” y con limitaciones económicas y financieras para la continuación de obras dejadas
pendientes por el gobierno anterior de Pedro José Escalón.

Las sucesivas elecciones de 1903, 1907 y 1911, interrumpieron aquella tradición golpista del siglo
anterior. El Presidente electo en 1911, Manuel Enrique Araujo, médico, de familia cafetalera del
oriente del país (Jucuapa, Usulután). Apoyándose en las ideas liberales y progresistas de la época,
impulsó un programa de reformas para modernizar la economía, la política (libertades públicas y
dando conciencia al ciudadano de sus derechos, haciendo participar en el gobierno a distintos
sectores sociales, a dirigentes de la oposición política, etcétera), así como sociales (reformas a
legislación laboral en beneficio de trabajadores, promoviendo organizaciones sindicales y
gremiales, protección a trabajadores de accidentes de trabajo, etcétera) y sociales (en educación,
salud, trabajo y otras), que chocaron con los intereses de los grandes cafetaleros. Aplicó
impuestos a las exportaciones de café y a las importaciones de productos, a fin de obtener
recursos para el financiamiento de inversiones de infraestructura (ferrocarril desde la Unión hasta
la frontera con Guatemala, nuevas vía telegráficas y telefónicas, fabricación de muebles para
escuelas y oficinas del gobierno); aumentó otros impuestos y bajó tarifas a varios artículos de
consumo popular, y otras reformas que para el momento eran significado de progreso. El
Presidente Araujo se ganó el respaldo popular así como el rechazo de la oligarquía

La aplicación de esas y otras reformas como esfuerzo por el cambio de rumbo económico y
democrático del país, durante un poco más de dos años, le costó la vida: el cuatro de febrero de
1913 fue víctima de un atentado que lo llevó a la muerte cinco días después4.

3 / El movimiento de los 44 fue considerado como su revolución; en 1994 la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa
se realizó en Santa Ana, al celebrase 100 años de ese acontecimiento.
4 /El presidente Araujo fue asesinado el 4 de febrero en el entonces Parque Bolívar, ahora Plaza Barrios o Plaza Cívica.
El asesino, Virgilio Mulatillo, fue contratado para que cometiera el asesinato, junto con otros dos cómplices.

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Instalación de la Dinastía de los Meléndez-Quiñonez y su Partido Nacional Democrático
(1913-1927)

Tras el asesinato de Manuel Enrique Araujo, tomó posesión de la presidencia de la República el


terrateniente Carlos Meléndez, como primer designado a la misma. Además de concluir el período
presidencial que finalizó en febrero de 1915, se hizo elegir de manera amañada para un nuevo
período presidencial (1915-1919) en enero y tomó posesión del cargo el uno de marzo de ese
mismo año 1915, llevando como vicepresidente a su hermano Jorge Meléndez.

En medio de las graves consecuencias económicas internas provocadas por la primera guerra
mundial y el creciente descontento político y social que se fue volviendo generalizado, motivado
tanto por la gravedad de la crisis económica como por la falta de democracia, Carlos Meléndez
tuvo que sortear varios intentos golpistas y el creciente descontento social. Esta situación forzó el
abandono de la tradición personalista y caudillista de sucesión de los gobiernos, y pasó a la
configuración de partidos políticos, aunque como mezcla de esta y la anterior tradición, todavía sin
democracia.

Así, a fin de asegurarse la continuidad en el control del poder, la dinastía creó el Partido Nacional
Democrático y postularon a Jorge Meléndez y Alfonso Quiñónez Molina como candidatos a la
presidencia y vicepresidencia, respectivamente, para el período 1919-1923, las cuales fueron
ganadas, por supuesto, por la formula Meléndez-Quiñónez. El candidato opositor fue Tomás G.
Palomo, ministro de hacienda de Carlos Meléndez, con su partido conocido como “Palomista” que
agrupó a gran parte de la oposición.

Jorge Meléndez y Alfonso Quiñónez gobernaron los cuatro años amparándose en la suspensión
de las garantías individuales, como recurso para reprimir y contener el descontento social y político
que crecía. Para ello crearon la fatídica “Liga Roja”, cuerpo represivo anexo al Partido Nacional
Democrático5.

Para las elecciones presidenciales del período 1923-1927, el partido Nacional Democrático,
postuló a la formula de los Dres. Alfonso Quiñónez Molina y Pío Romero Bosque, y el partido
Constitucional, al Dr. Miguel Tomás Molina, representante de los sectores modernizadores y ex-
ministro de Gobernación del gobierno de Jorge Meléndez. Las actividades organizativas y
proselitistas en las principales cabeceras del país de este partido opositor, terminaban en
enfrentamientos entre los simpatizantes del partido constitucional y el ejército y cuerpos de
seguridad, con saldos fatales6.

Las elecciones, realizadas en enero de 1923 las ganó la formula Quiñónez Molina- Romero
Bosque. Pío Romero Bosque, además, fue nombrado ministro de Guerra y Marina, cargo que
ocupó con el gobierno de Jorge Meléndez (1919-1923). Como el anterior gobierno, éste tuvo que
gobernar con mano dura, con las garantías individuales suspendidas y enfrentado
permanentemente a la oposición política y social.

Al final del período de gobierno el país había entrado aceleradamente a una fase de maduración

5 / En febrero de 1921 una multitudinaria protesta popular fue reprimida con el saldo de muchos heridos.
6 / El 25 de diciembre de 1922 fue brutalmente masacrada una enorme manifestación de mujeres del Partido
Constitucional, fue disuelta con pelotones de caballería, guardia y policía nacional con el resultado de varias personas
muertas y heridas.

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de la crisis nacional. Los enfrentamientos en las ciudades y el campo entre el ejército, la guardia y
la policía nacional, y la población, que demandaba democracia y mejores condiciones de vida, se
sucedían y aumentaban. La dinastía era insostenible, pero sus promotores y defensores se
aferraban a la idea de su perpetuidad.

A fin de darle continuidad a la dinastía Meléndez-Quiñonez, en diciembre de 1926 el Partido


Nacional Democrático proclamó candidato a la presidencia al Dr. Pío Romero Bosque, para el
período 1927-1931, considerado leal a la dinastía. Las elecciones se realizaron en enero de 1927,
y tomó posesión del cargo el uno de marzo de 1927, con el Dr. Gustavo Vides como
vicepresidente de la República.

El Partido Nacional Democrático fue utilizado por la dinastía para la finalización del período de
Carlos Meléndez y su continuidad hasta 1927, hasta febrero de este año en que finalizó la dinastía,
debido al viraje que Pío Romero Bosque le dio a su gobierno.

A causa de la gravedad de la crisis del país y ascenso de organizaciones sociales democráticas y


revolucionarias en los años veinte (FRTS, primeros núcleos de revolucionarios y comunistas), Pío
Romero Bosque trató de impulsar reformas democráticas dirigidas a disipar las motivaciones de
los enfrentamientos políticos y sociales y para ello se rodeó de un gabinete integrado por
personalidades demócratas, como el Dr. José Gustavo Guerrero, en ese entonces funcionario de
alto rango de la Corte Internacional de Justicia, jurista de prestigio internacional y abanderado de
la legislación sobre la no intervención de los países en los asuntos internos de otros.

Dicho en otras palabras, Pío Romero Bosque le dio la espalda a la dinastía y ello fue motivo
suficiente para que Jorge Meléndez, junto con un grupo de militares y civiles, intentaran derrocarlo
sin conseguirlo. Fracasada la conspiración golpista y capturados los militares cabecillas de la
misma, fueron llevados a corte marcial, condenados a muerte y fusilados al día siguiente a su
captura. Jorge Meléndez huyó del país y finalizó radicándose en Costa Rica

El gobierno de Pío Romero Bosque transcurrió enfrentando a la oposición conservadora de


terratenientes y grandes propiedades de negocios que luchaban por la restauración de la dinastía
y sus reiteradas conspiraciones golpistas, en el marco de una situación económica y social
calamitosa, que obligaba a miles de personas en el campo y a otros miles de pobladores urbanos
a la búsqueda de alimentos, todo lo cual era sofocado con represión y matanzas.

La situación era incontrolable y aun así Pío Romero Bosque terminó su período presidencial,
rompió la continuidad de la dinastía y facilitó la sucesión presidencial en condiciones mucho más
democráticas que en los pasados trece años de duración de la dinastía. Aunque aprobó decretos
para justificar la represión contra los “subversivos y agitadores comunistas”, propició las que se
consideran primeras elecciones “libres” realizadas el once de enero de 1931, a las que por
primera vez se presentaban seis candidatos7, que después se redujo a tres: el Ing. Arturo Araujo;
los Dres. Alberto Gómez Zárate y Enrique Córdova.

El relativo ambiente de libertades políticas en que se desarrolló la lucha electoral, con discursos
exaltados y aparentemente radicales, en especial los del partido laborista, llegó a verse como

7 / Los seis candidatos que aspiraron a la presidencia fueron: Enrique Córdova (Partido Evolución Nacional; Dr. Gómez
Zárate (Partido “Zarista”); Miguel Tomás Molina (Partido Constitucional); Antonio Claramount Lucero (Partido
Fraternal Progresista); Maximiliano Hernández Martínez (pequeño Partido Nacional Republicano) y el Ingeniero Arturo
Araujo (Partido Laborista con doctrina socialdemócrata).

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discursos revolucionarios, similares a los que en realidad caracterizaron en sus últimos años a la
FRTS. Los agitadores y propagandistas laboristas se esforzaban por demostrar que no tenían
relaciones y vínculos con núcleos de revolucionarios y comunistas recién nacidos como
organización política (el PCS). Los laboristas convencieron a Alberto Masferrer, a incorporarse al
partido laborista y así ocurrió. Su doctrina vitalista, la del Mínimum Vital, fue incorporada al
Programa laborista y Masferrer se incorporó a trabajar intensamente por la candidatura de Arturo
Araujo.

La larga crisis estructural del capitalismo profundizada por la crisis de finales de los años veinte y
primeros de los treinta, y la profundización de la crisis general del país, intensificaron el
descontento social. Las graves condiciones internas permitieron que la propaganda política de los
laboristas entusiasmara a la población votante y se le diera a Arturo Araujo mucho respaldo
electoral. Esta situación obligó a Maximiliano Hernández Martínez, sin posibilidad alguna de ganar
con su pequeño partido, a asociarse o negociar con los laboristas el cargo a vicepresidente. Por
esa situación fue que de seis candidatos se redujeron a tres.

Como las elecciones eran orales, ante las mesas receptoras los votantes a viva voz decían por el
candidato que votarían, y aunque los insinuaban a votar por otro nombre o candidato, mantenían
su decisión. Así, después de los tres días de duración de las votaciones en el país, Arturo Araujo
ganó con amplio respaldo popular.

Los medios de prensa elogiaron a Pío Romero Bosque por “su patriotismo al devolverle al pueblo
la libertad del sufragio". El triunfo del Ing. Arturo Araujo, postulado por el Partido Laborista, copia
de la experiencia de Inglaterra donde éste había hecho estudios y trató de ponerla en práctica en
el país, intentó ejecutar un programa de reformas, incluyendo reforma agraria que la dejó de lado,
le permitió mantener el respaldo masivo de trabajadores de la ciudad y el campo y en general de la
gente pobre, que depositaron en él la confianza para que sacara al país del estado de postración
económica en que se encontraba.

Como producto de una transacción política, el Ing. Arturo Araujo llevó como vicepresidente al Gral.
Maximiliano Hernández Martínez, quien era jefe del Partido Nacional Republicano y, el día uno
de marzo de 1931, ambos fueron juramentados en la Asamblea Nacional Legislativa, en elección
de segundo grado en vista de que ninguno de los tres candidatos había obtenido mayoría de
votos.

Para la oligarquía conservadora y ultraconservadora, debido al programa de reformas a las que se


comprometió Arturo Araujo, su gobierno fue visto como una de las peores amenazas, igual como
fue visto y tratado Manuel Enrique Araujo en 1911-1913. Para la oligarquía existían objetivamente
dos amenazas: la del gobierno de las reformas de Arturo y la de la situación revolucionaria
acelerada hacia su maduración.

La oligarquía, pues, tenía que enfrentar la primera amenaza y lo hizo con el golpe militar del dos
de diciembre de 1931, a los nueve meses de comenzado el gobierno laborista, para, luego, pasar
a resolver a partir de enero de 1932 la amenaza más peligrosa, la de la insurrección popular que
objetivamente estaba en marcha, dirigida por “cabecillas comunistas” y el largo período de
represión y matanzas en todo el país, para arrancar de raíz la amenaza revolucionaria8.

8 / Arturo Araujo realizó varios esfuerzos para recuperar el poder, pero fue imposible y se vio forzado a abandonar el
país. Así, dos días después, el Gral. Martínez en su calidad constitucional de vicepresidente asumió la Presidencia.

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Instalación de la dictadura militar y sus instrumentos políticos: partidos Pro-patria; PRUD y
PCN.

De esta manera se instaló la dictadura militar martinista, con la cual la oligarquía no necesitaría
de partidos políticos propiamente tales, porque le era suficiente disponer de la dictadura militar
para el control del poder estatal, del control de la economía y el país. Pero el tres de enero de
1932 se realizaron las postergadas elecciones municipales en todo el país, originalmente
programadas para un mes antes, en las que no participaron los laboristas porque la dictadura les
impidió hacerlo.

Las elecciones municipales se transformaron en chispa de la insurrección popular que estallaría el


22 del mismo mes. Las votaciones, sobre todo en el occidente del país, donde era evidente el
triunfo de los candidatos del recién fundado Partido Comunista de El Salvador, PCS, fueron
interrumpidas por el ejército, la guardia y policía nacional, produciéndose los alzamientos
insurreccionales, los cuales fueron derrotados y seguidos de matanzas masivas por parte del
ejército, guardia y policía nacional.

Sobre esa base se consolidó la dictadura militar martinista cuya existencia se prolongaría hasta el
14 de diciembre de 1948, fecha en que produjo un golpe de estado bajo la responsabilidad de
militares profesionales egresados de la Escuela Militar General Gerardo Barrios, fundada en 1927
por el presidente Pío Romero Bosque, y se abrió una segunda etapa de la dictadura militar del
país.

El 13 de enero de 1935 el Gral. Maximiliano Hernández Martínez, sin oposición a su Partido Pro-
Patria, se hizo elegir presidente de la República para el período 1935-1939 y, sin que se realizaran
nuevas elecciones y aprobación de una nueva Constitución, se recetó un nuevo período a partir
del uno de enero de 1939 que debía finalizar el uno de febrero de 1945.

Los intentos del Gral. Martínez de perpetuarse en el poder, lo llevaron a reformar "su" Constitución
de 1939 de manera de mantenerse por seis años más en el poder, hasta diciembre de 1949, y ello
fue detonante para que se acelerara el movimiento de fuerzas políticas, sociales y económicas
antimartinista, que se venía gestando desde 1942, y que estalló en insurrección de civiles y
militares, encabezada por el Dr. Arturo Romero, el dos de abril de 1944.

El dictador logró sofocar esa insurrección, tomar control de la situación y someter a los
sublevados. Muchos militares fueron asesinados y los dirigentes principales de la insurrección,
incluyendo Arturo Romero, fueron condenados a muerte. La mayoría de ellos logró huir del país
hacia Guatemala y México, donde encontraron asilo político.

Sin embargo, debido a que el dictador enfrentaba la oposición de la mayoría de empresarios, no


contaba con el respaldo de los gobernantes norteamericanos y el antimartinismo era bandera de
lucha de los estudiantes y trabajadores y otros sectores sociales, el 24 de abril de 1944 un comité
de estudiantes universitarios convocó al país a huelga de brazos caídos para derrocar al
dictador, la cual fue detonante del desencadenamiento de protestas sociales nacionales que

Aliarse con los laboristas antes de la votación electoral fue una astuta medida política. Sin embargo transcurrieron varios
años para que el gobierno de Estados Unidos y los centroamericanos lo reconocieran, ya que existía un pacto entre ellos
de no reconocer a ningún gobierno surgido de golpe de estado, como el de Martínez.

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desembocaron en el derrocamiento del dictador, el nueve de mayo de ese año9.

La caída del dictador desató un período de cinco meses de apertura de amplias libertades
democráticas, marco dentro del cual surgió y se extendió nacionalmente la Unión Nacional de
Trabajadores, UNT, volvieron al país los exilados políticos, surgieron varios partidos políticos,
como el Partido de Unificación Democrática, PUD, cuyo dirigente Arturo Romero, se perfilaba
como virtual ganador de las elecciones presidenciales programadas para marzo de 1945, a cuya
realización se comprometió el nuevo gobierno encabezado por el Gral. Andrés Ignacio Menéndez,
ex-vicepresidente del gobierno de Martínez. Sin embargo, el 21 de octubre de 1944 se produjo un
nuevo golpe de estado encabezado por el Gral. Osmín Aguirre, ex-miembro del Directorio Militar
del dos de diciembre de 1931 y director de la policía nacional durante los gobiernos de Martínez.

Así fue cerrada la fugaz apertura democrática y de nuevo se abrió un período de represión en
contra de los demócratas, miles de los cuales fueron expulsados del país; los partidos políticos
suprimidos y sus dirigentes encarcelados o exilados. Aunque el dictador había abandonado el
país, la dictadura militar mantenía en pie los pilares que la sostenían. En enero de 1945 se
realizaron elecciones para presidente con el único candidato de la dictadura, el Gral. Salvador
Castaneda Castro, también ex-ministro de los gobiernos del Gral. Martínez. Para silenciar la
oposición a su gobierno, Castaneda Castro decretó estado de sitio, el cual se mantuvo durante el
tiempo que estuvo al frente del gobierno.

Los militares martinistas pudieron mantener el “martinismo sin Martínez” solo por unos años, pues
las intensas movilizaciones políticas y populares frustraron los intentos de esos viejos militares de
fila, como Martínez, de prolongar indefinidamente ese modelo de dictadura militar autocrática,
hasta volverlo políticamente insostenible. Cuando Salvador Castaneda Castro intentó reelegirse
por un período más, hacia finales de 1948, chocó con el cuerpo de oficiales del ejército, surgidos
de la nueva escuela militar fundada en 1927 durante la presidencia de Pío Romero Bosque, y que
aspiraban a asegurarse un mecanismo de acceso y relevo en el mando político, que Martínez les
impedía.

El 14 de diciembre de 1948, con el llamado golpe de los mayores, esos oficiales de academia le
pusieron fin a aquel modelo de la dictadura militar martinista, instalaron en el poder a un Consejo
de Gobierno Revolucionario, integrado por tres militares y dos civiles, e inauguraron una
segunda fase o segundo modelo político, el de más larga duración, de la dictadura militar10.

Aparte de convocar a elecciones para elegir Asamblea Constituyente, la dictadura militar


transformó las elecciones en el mecanismo para asegurarse el relevo en el gobierno. Para ello el
nuevo modelo político necesitaba de su propio partido político, el que debía postular al militar
designado dentro de la asamblea de oficiales, o DEMOS, como el candidato a la presidencia de
la República y, también, necesitaba controlar los procesos electorales y las elecciones mismas
para garantizar la “victoria” de los candidatos militares y preservar así el dominio militar sobre el
Estado y la sociedad.

En base a ese esquema, a principios de 1950 fue aprobada una Ley Electoral, que por cierto
estableció el derecho al sufragio por parte de las mujeres. Esta Ley dio origen al Consejo Central

9 / El Comité (clandestino) de Estudiantes Universitarios, lo integraron: Raúl Castellanos; Fabio Castillo Figueroa;
Reynaldo Galindo Pohl; Jorge Bustamante; José Colorado; Sidney Mazzini y Mario Colorado.
10 / El Consejo Revolucionario de Gobierno, lo integraron: los militares, coronel Manuel de J. Córdova y mayores
Oscar Bolaños y Oscar Osorio; y civiles, doctor Humberto Costa y doctor “in fiery” Reynaldo Galindo Pohl.

7
de Elecciones encargado de organizar las elecciones, las cuales se realizaron entre el 26 y el 29
de marzo de 1950, “ganadas” por el único candidato que llegó hasta el final de las mismas y
postulado por el partido Revolucionario de Unificación Democrática, PRUD, el Tte. Crel. Oscar
Osorio, uno de los del golpe del 14 de diciembre de 1948, y tomó posesión del cargo el 14 de
diciembre de 1950 y en el mismo acto, realizado en el Estadio Nacional, fue juramentada la nueva
Constitución.

El cuatro de marzo de 195611, hubo elecciones para elegir al único candidato que se presentó a
las mismas, postulado por el Partido Revolucionario de Unificación Democrática, PRUD, el
Coronel José María Lemus, quien tomó posesión del cargo el 14 de septiembre de 1956. Los
partidos políticos recién formados para competir en las elecciones para presidente, el PAN, PID,
PDN, formaron un frente político contra el PRUD, pero se retiraron de la contienda electoral debido
a la represión de que eran objeto.

En ese momento el documento utilizado para ejercer el voto llamado Cédula de Vecindad, era
emitida por las alcaldías bajo control total del partido oficial, y el “sistema electoral” no
contemplaba en las elecciones de diputados, la representación proporcional en la Asamblea
Legislativa, de manera que el PRUD que se aseguraba la mayoría simple de votos válidos, se
quedaba con el total de los 52 diputados que en aquel tiempo integraban el órgano legislativo.
Además, el Consejo Central de Elecciones, que respondía a ese partido, tomaba las medidas
necesarias para garantizar ese resultado, como anular planillas de candidatos de los partidos
opositores y otras medidas dictatoriales.

Las jornadas de lucha desarrolladas durante 1960 por varios partidos políticos como el PAR,
PRAM, PAN, los cuales formaron el Partido Unión Nacional de Oposición, UNO, y por
organizaciones gremiales que junto a algunos de esos partidos formaron el Frente Nacional de
Orientación Cívica, FNOC, a favor de la representación proporcional en la Asamblea Legislativa y
contra la represión gubernamental. En la caída del gobierno de José maría Lemus, antes de que
finalizara su período, hubo conspiraciones “osoristas” y de militares que actuaban por cuenta
propia. Pero en el momento del golpe se desarrolla una crisis general en el país, con detonantes y
chispas estimuladas por ataques represivos a personas universitarias destacadas que sufrieron
atropellos y otros ataques; es decir, ascendían los claros síntomas de una situación
revolucionaria12.

El 26 de octubre de 1960 una Junta Cívico Militar, integrada por tres militares y tres civiles, derrocó
a Lemus. Se abrió un período de apertura democrática, marco que favoreció la creación de nuevos
partidos políticos, tales como el Partido Demócrata Cristiano, PDC, y otros. La Junta Cívico Militar
fue derrocada tres meses después, el 25 de enero de 1961, por un Directorio Cívico Militar
integrado por tres civiles y dos militares, con lo cual se cerró la fugaz apertura democrática de tres
meses que el país vivió y se abrió un período de intensa y extendida represión política. Los
golpistas argumentaron que la Junta estaba dirigida por las fuerzas regresivas del despotismo,
creando incertidumbre en el pueblo, amenazando los valores democráticos y el caos por las
fuerzas osoristas y comunistas.

11 Seis años después.


12 / Con los argumentos de interpretar el descontento popular y la pérdida del principio de autoridad, los miembros de la
Junta de Militares y Civiles del Golpe, la integraron: los militares coronel César Yánez Urías, el teniente coronel Miguel
Ángel Castillo y el capitán mayor Manuel Antonio Rosales; y los civiles, Fabio Castillo Figueroa, René Fortín Magaña y
Ricardo Falla Cáceres, y el Secretario general de la Junta era el Dr. José María Méndez.

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Con ese nuevo golpe militar, con evidente participación del gobierno estadounidense para impedir,
supuestamente, una segunda cuba en el continente, desapareció el PRUD y nació, el dos de
septiembre de 1961, el nuevo partido de la dictadura militar, el Partido de Conciliación Nacional,
PCN, cuya primera junta directiva fue dirigida por el Dr. José Vicente Vilanova, nombrado
presidente de la Corte Suprema de Justicia en enero de 1962.

El 17 de diciembre de 1961, el Directorio Cívico Militar13 convocó a elecciones para diputados a la


Asamblea Constituyente, “ganadas” por el PCN, la cual fue instalada el 27 de diciembre del mismo
año. El cuatro de enero de 1962, la Constituyente derogó la Constitución de 1950 y el día
siguiente, el cinco de enero, promulgó la nueva Constitución de la República. El 29 de abril de
1962 fueron “electos”, sin oposición“, como presidente y vicepresidente de la República, el coronel
Julio Adalberto Rivera y el Dr. Francisco Roberto Lima, respectivamente, postulados por el PCN y
tomaron posesión el uno de julio del mismo año.

Después de varios años de lucha por la representación proporcional en la Asamblea Legislativa y


en general por la apertura democrática, el ocho de marzo de 1964 se realizaron elecciones para
diputaciones incorporándose por primera vez el criterio de la representación proporcional, dando
como resultado, a pesar del fraude electoral, 32 diputados al PCN; 14 al PDC y 6 al PAR.

En esas elecciones también se eligieron Concejos Municipales y, por segunda vez, un partido de
oposición, el Partido Demócrata Cristiano, PDC, postuló al Ing. José Napoleón Duarte para alcalde
y ganó la alcaldía de San Salvador. La primera ocasión había ocurrido en 1960, cuando el PAR le
arrebató al PRUD la alcaldía de la capital.

Había comenzado una limitada apertura democrática, conquistada después de grandes jornadas
de lucha política y social. Durante las elecciones presidenciales de abril de 1967, fue sometida a
prueba por el Partido Comunista de El Salvador, PCS, que bajo el nombre de Partido Acción
Renovadora Nueva Línea, PAR, participó en esas elecciones postulando como candidato al Dr.
Fabio Castillo Figueroa, abanderando un programa de reformas políticas y económicas
democráticas, incluyendo la reforma agraria14. El lema del PAR se resume así: “cinco grandes
problemas, cinco grandes soluciones” (Reforma Agraria; Justa Distribución del Ingreso; Desarrollo
de la Educación; Independencia Económica y Política; Democracia Verdadera)

El gobierno del PCN vio en el PAR una amenaza y en el curso de la campaña electoral le fueron
cerrados los espacios para la propaganda proselitista en todos los medios de prensa, le fue
incautada la propaganda escrita y sus activistas sufrieron persecución y cárcel. Pasadas las
elecciones y “ganadas” por el partido oficial, el PAR fue ilegalizado y de nuevo fueron cerrados los
limitados espacios democráticos.

13 / El Directorio Cívico Militar, derechista y sometido totalmente al gobierno de J.F Kennedy, lo integraron: coronel
Julio Rivera, enlace con la Escuela de Comando de la FAES y los civiles José Antonio Rodríguez Porth, Feliciano
Avelar y José Francisco Valiente.
14 / En las elecciones presidenciales de 1967 participaron el PCN, el PDC y el PCS (con el nombre de PAR nueva línea,
diferenciándose del partido de este nombre de 1950). El PCS, a través del PAR, que ocupó tercer lugar en las votaciones
electorales, con alto porcentaje, logró influenciar en la conciencia popular en las principales ciudades del país, que
habían caído bajo la influencia del PDC con el lema “la revolución de los pobres”. Además, en enero de 1967 se había
iniciado el movimiento huelguístico de los trabajadores industriales, de las ciudades, que durante 20 años anteriores no
había ocurrido ese tipo de protestas. Los movimientos huelguísticos y electorales expresados desde enero de 1967, fue
manifestación del despertar de las formas de lucha del pueblo y de su conciencia social en el país.

9
Ese segundo modelo político de la dictadura militar mostraba los síntomas de su agotamiento,
aunque su desgaste, como ya se dijo, empezó hacia finales de los años cincuenta, con el enorme
movimiento político y popular que demandaba democratización y que propició el derrumbe del
gobierno del coronel José María Lemus. Pero se debilitó profundamente con la lucha social y
política de los años sesenta, la crisis del Mercado Común Centroamericano, la guerra con
Honduras y la expulsión desde este país de más de doscientos mil salvadoreños, en su mayoría
campesinos e indígenas, que pasaron casi de inmediato a demandar tierra para trabajar y como
respuesta recibieron represión y marginación.

La crisis global del modelo era tal que del PCN se desprendieron dos fuerzas: parte de los
industriales afectados por la crisis del MCCA, que crearon el Partido Popular Salvadoreño, PPS, y
el Frente Unido Democrático Institucional, FUDI, con el objetivo de impedir intentos de reformas
agrarias o ejecución de proyectos de reformas agropecuarios, como los proyectos de distritos de
riego de Zapotitán, visto por los terratenientes y militares ultraconservadores como una amenaza
de reforma agraria para afectar a los miembros de la vieja oligarquía.

Tras los escandalosos fraudes electorales en las elecciones presidenciales de febrero de 1972 y
1977, se precipitó el agotamiento del modelo hasta volverse políticamente insostenible. Las
victorias le fueron arrebatadas a los candidatos de la Unión Nacional Opositora, UNO, una
coalición electoral entre el Partido Demócrata Cristiano, PDC, el Movimiento Nacional
Revolucionario, MNR y el Partido Comunista de El Salvador, esta vez participando bajo el nombre
de Unión Democrática Nacionalista, UDN. La dictadura impuso, con el fraude y la fuerza, al coronel
Arturo Armando Molina y al general Carlos Humberto Romero, en las elecciones de 1972 y 1977,
respectivamente15.

Los fraudes electorales y la represión en contra de los opositores políticos, cerraron las
posibilidades de toda apertura democrática por vía electoral y persuadieron a miles de personas a
apoyar e incorporarse a la lucha armada iniciada unos años antes. El segundo modelo político de
la dictadura militar se había agotado y el país marchaba aceleradamente hacia una nueva crisis
nacional, que desembocaría en la guerra.

Agotamiento de la segunda etapa de la dictadura militar y transición hacia la tercera.

El 15 de octubre de 1979, con el Golpe militar de esa fecha, colapsó el segundo modelo de la
dictadura militar instaurado desde 1948. La Nación se había dividido y polarizado, la guerra interna
era inevitable y el Golpe militar quiso evitarla deponiendo al Gobierno represivo del General Carlos
Humberto Romero, depurando la Fuerza Armada, llamando a integrarse en un Gobierno de
participación pluralista a diversas fuerzas políticas y promoviendo un programa de reformas
económicas y sociales.

Pero aquel esfuerzo fue frustrado por la acción deliberada de jefes de elevado rango que
escaparon de la depuración y de sectores de la oligarquía, quienes emprendieron una sucesión de
salvajes matanzas en las calles, llevaron al colapso a la Junta pluralista de Gobierno surgida del
Golpe, a menos de tres meses después de creada (fines de diciembre 1979).

15 / En las elecciones presidenciales de febrero de 1972, los resultados oficiales fueron: PCN el 43.40% y la UNO el
42.12%, la diferencia fue solamente de 9,844 votos. Datos que fueron proporcionados después de un largo silencio por
parte de los medios de comunicación de ese momento, los que fuero callados debido a que estaban anunciando paso a
paso el virtual triunfo de la UNO. Misma situación se dio en 1977, con la diferencia que el rellenado de urnas por el PCN
fue grotesco.

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La cúpula militar realizó las reformas socio-económicas con sentido contrainsurgente, sin la
consecuencia ni la profundidad demandada por el pueblo, mientras extendía e intensificaba la
represión, cobrando miles de vidas, incluso la de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y la de los
dirigentes del Frente Democrático Revolucionario, FDR.

En esas condiciones, a las organizaciones de izquierda no les quedaba más alternativa que
defenderse y responder ante la brutal represión de la dictadura, acelerar los pasos para la
unificación de sus esfuerzos hasta formar, en octubre de 1980, el Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional, FMLN.

También en ese marco fue fundado, en julio de 1981, el Partido Alianza Republicana Nacionalista,
ARENA, representante e instrumento directo de la vieja y nueva oligarquía, para suplir el vacío
dejado por el partido hasta entonces oficial de la dictadura, PCN, que quedó muy debilitado tras el
golpe del 15 de octubre de 1979 como instrumento de la Fuerza Armada. ARENA era, más bien, la
respuesta a la amenaza que el FMLN representaba según su enfoque ideológicamente derechista.

El esquema de represión y reformas inconsecuentes e inconclusas de comienzos de los años


ochenta, configuró el tercer modelo político de la dictadura militar, cuyas características
terminaron de cristalizarse con las elecciones para Asamblea Constituyente de 1982. La
Constitución de la República aprobada en diciembre de 1983 por esa Asamblea, a la par que
proclamaba el respeto a los Derechos Humanos, libertades y garantías democráticas, violadas
cotidianamente, y favorecía una apertura electoral, consagraba la supremacía del poder militar
sobre las autoridades surgidas del sufragio popular, sobre los llamados órganos de poder y en
general sobre todo el Estado. El Art. 211 de la Constitución establecía, entre otras cosas, que la
Fuerza Armada estaba “instituida para mantener...el cumplimiento de la Constitución y demás
leyes vigentes”.

Así, aunque formalmente el viejo Consejo Central de Elecciones era el organismo encargado de
organizar las elecciones y velar por su limpieza, en realidad la Fuerza Armada era en definitiva el
árbitro principal de las mismas. Además, el poderío militar, económico y político logrado por la
Fuerza Armada con los primeros años de la guerra, llegó a ser tal que no necesitaba poseer
directamente el Gobierno para gobernar, dejó de necesitar del partido oficial y el fraude electoral
para retener el poder.

Aunque el fraude electoral no desapareció, como tampoco desaparecieron las irregularidades y


anomalías, la Fuerza Armada aceptó un gobierno civil surgido de procesos electorales con relativa
limpieza. Así, en la parte final de la segunda etapa de la guerra, la del equilibrio estratégico de la
misma, se realizaron elecciones presidenciales en 1984 y por primera un vez hubo un presidente
civil surgido de elecciones y postulado por un partido que no respondía directamente a los
intereses de la Fuerza Armada y la oligarquía, el Ing. José Napoleón Duarte, candidato por el
Partido Demócrata Cristiano, impuesto por el gobierno estadounidense.

El presidente José Napoleón Duarte tuvo que gobernar durante un año con una Asamblea
Legislativa que reflejaba una correlación política adversa, correspondiente a la de dos años atrás y
de hecho controlada por el partido ARENA. En las primeras elecciones para diputados y diputadas
a la Asamblea Legislativa en marzo de 1985, los resultados otorgaron al PDC 33 de un total de 60

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escaños; a ARENA 13; el PCN 12 y otros dos a dos pequeños partidos ya desaparecidos16.

Las elecciones realizadas en 1985 no contaban con registro electoral y la ciudadanía ejercía el
derecho al sufragio utilizando cédula de identidad personal, emitida por cada alcaldía municipal lo
que se prestaba para consumar fraudes. Fue hasta las elecciones legislativas y municipales de
1988 que se contó con nuevo registro electoral lleno de vicios y el carné electoral, para que las y
los ciudadanos ejercieran el voto.

El principal fraude histórico de la tercera etapa de la dictadura militar, sin importar cuán limpias
aparentaran las elecciones, ni quien saliera elegido, en realidad era el Estado Mayor de la FAES
que, por su peso político determinante y principal en la guerra, continuaba mandando en todo lo
fundamental y vital para el país. Así, aunque más sofisticada, la dictadura militar profundizó su
carácter anti-democrático y anti-nacional, pero también se vio más desafiada y asediada política y
militarmente por el pueblo como nunca antes, hasta volverse históricamente insostenible, no sólo
como el instrumento de la guerra sino la dictadura misma.

En 1989 se realizaron las segundas y últimas elecciones presidenciales casi finalizando la guerra
entre la dictadura y el pueblo, fueron ganadas por el empresario Alfredo Cristiani, postulado por el
partido ARENA. En noviembre de 1989, el FMLN lanzó la ofensiva contra la dictadura, que puso en
jaque al gobierno y a la FAES, hizo posible un viraje histórico para el futuro de la vida del país 17.

16/ Es curioso que tras el golpe de estado del 15 de octubre de 1979, el PCN no desapareció políticamente como suele
ocurrir con los partidos oficiales después de golpes de estado.
17 / La Ofensiva hasta el Tope, iniciada el 11 de noviembre de 1989, creó condiciones para negociaciones políticas
necesarias, objetivamente, para la finalización de la Guerra y comienzo de un proceso histórico de transición hacia la
práctica de elecciones democráticas.

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