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com/educacion/2017/10/29/sin-horarios-ni-examenes-ni-clases-el-colegio-
que-revoluciona-la-educacion-en-latinoamerica/

Sin horarios, ni exámenes,


ni clases: el colegio que
revoluciona la educación
en Latinoamérica
La red colombiana de Colegios Fontán, considerada una de las más
innovadoras del mundo, aplica un modelo 100% disruptivo que ya
reciben 50 mil estudiantes de seis países. En diálogo con Infobae, Julio
Fontán, su fundador y director, consideró: "El sistema educativo no cree
en los niños"

El mismo año en que él nació, en 1957, sus padres fundaron el Centro


Psicotécnico de Medellín, dedicado a la psicología del aprendizaje. El
tiempo rindió sus frutos. En 1985, se consagraron como los responsables
de la primera "Innovación Educativa" aprobada en Colombia. Su padre
murió ocho años después, en 1993. En ese momento, Julio Fontán,
administrador de empresas de profesión, asumió la conducción y
profundizó la transformación, al punto de fundar una red de escuelas.

En un principio, los niños tenían material autodidáctico, cumplían con un


plan, todos con la misma currícula. Cuando se consideraban preparados,
rendían un examen y si lograban aprobarlo, pasaban al siguiente
tema. En Bogotá, implementaron el primer cambio: eliminaron los
exámenes. Lo que importaba, en realidad, era el proceso de aprendizaje
de los chicos. La palabra clave: autonomía.
"Cuando implementamos los cambios, hubo algunos problemas. Sobre
todo, a partir de que el estudiante tiene que llegar a la excelencia en
todos los temas. El concepto de nota ya no existe. Es que en realidad
la nota es una mentira", remarcó en diálogo con Infobae Julio Fontán,
director de la red de colegios, considerada una de las más innovadoras
del mundo según Microsoft. "En una escuela, un niño con lo que sabe se
saca una nota. Y en la de al lado, con los mismos conocimientos, se saca
otra", agregó.

-¿Cómo se organiza la dinámica en sus aulas?

-Los niños no están por cursos ni por edades, sino por niveles de
autonomía. Por caso, hay niños de 11 años en el nivel de autonomía más
alto. Lo que sucede es que el sistema educativo no cree en los niños,
pero cuando uno les da la oportunidad y las herramientas lo logran con
una facilidad que uno se queda con la boca abierta.

-¿Hacia dónde apunta su modelo?

-Lo fundamental del proceso es desarrollar las habilidades que tienen


alta correlación con la calidad de vida en todos los niños. Si un niño
desarrolla la capacidad de evaluación, está desarrollando la capacidad
de tomar decisiones por el resto de su vida. Si tú tienes un niño durante
catorce años de su vida, hay como 15 mil horas de práctica de esa
relación. El sistema educativo no puede ser el entorno donde el niño
practica la mediocridad durante catorce años.

-¿Se busca la excelencia?

-La excelencia no es una meta; es un proceso. No todos los niños tienen


que llegar a esa meta. La excelencia es un proceso de toda la vida y la
idea es que el niño tenga en cuenta cada vez más profundidad en su
evaluación. Se trata de que cada vez el niño sea mejor.

-¿Cuál es el rol del docente en este nuevo sistema?

-Hay dos roles. Por un lado, hay tutores, que se preocupan de la parte
humana de los estudiantes. Por otro, hay analistas, que es una posición
más parecida a la del profesor. Le ayuda a armar el plan individual al
niño, lo acompaña, le hace seguimiento al proceso, pero no enseña.
Ayuda al estudiante.

-¿Cómo los capacitan para llevar adelante roles tan distintos a los
tradicionales?

-El sistema educativo piensa que si capacita, resuelve el problema. La


capacitación solo sirve para aprender a manejar herramientas, ya sea
tecnológicas o pedagógicas, pero no transforma paradigmas. Entonces,
lo primero que hacemos cuando llegamos a una nueva comunidad
educativa es que todos construyan sentido. Si algo no tiene sentido, no
tiene valor. La gente no está dispuesta a poner la energía necesaria para
hacerlo. Después evalúan el estado de su institución y los ayudamos a
elaborar un plan, pero no lo hacemos nosotros. Por último, llega lo más
importante: la metacognición de toda la comunidad.

-¿Por qué es lo más importante?

-Un proyecto solo es sostenible si toda la comunidad -estudiantes,


autoridades, educadores y padres- cambian su paradigma respecto a lo
que es la educación. Aquí hay muchos paradigmas nuevos: lo primero es
que la búsqueda es mejorar la calidad de vida de los estudiantes. Las
metas no son las pruebas de estado. Aunque también, en forma
colateral, se mejoran las pruebas de estado.

-¿Tiene datos precisos sobre la mejora del rendimiento?

-Tenemos muchos datos. El último que recabamos tuvo lugar en Itagüí,


un municipio al sur de Medellín. Allí hay unos 6.000 estudiantes que
están mejorando sus pruebas de estado 6,8% por año, que es un
incremento muy alto. Fuera de eso, hay 24 colegios en el municipio. De
ellos, cinco que no están perdiendo estudiantes: cuatro son nuestros. Y,
a su vez, de ellos, tres están creciendo. Los tres replican nuestro
sistema.

El sistema Fontán, hoy, se aplica en 23 colegios colombianos. En las


instituciones privadas, sus alumnos no tienen horarios. De hecho,
pueden arrancar su ciclo de aprendizaje cuando lo deseen y finalizarlo
cuando consideren haber alcanzado la excelencia. También el modelo se
implementa en 13 colegios de Estados Unidos, México, Costa Rica, Chile
y España. En total, 50 mil estudiantes siguen el learning one to one que
diseñó el Colegio Fontán.

-Podría describirme un día en los colegios de Fontán.

-En nuestros colegios no hay clases porque no están los niños mirando
hacia adelante, a un profesor que escribe en un pizarrón. Preferimos
llamarles talleres. Tú entras y ves a grupos de niños sentados en mesas
trabajando. Cuando llegan, hay una actividad de apertura, que se planea
entre estudiantes y educadores, donde hay diálogo entre ellos para abrir
puentes de comunicación.

-¿Después de esa actividad?


-Cada niño planea su día. Él puede decir, por ejemplo, toda la mañana
voy a trabajar en matemática y en la última hora, lenguaje. Todo de
acuerdo a sus necesidades. Por más que pueden plasmar su
cronograma en el sistema, la mayoría lo escribe en un papel y lo ponen
cerca de sus computadoras. Algunos se demoran más, otros menos,
pero todos terminan las materias porque deben llegar a la excelencia en
todos los temas, por lo cual trabajan mucho más que en un sistema
tradicional, que cuando se termina el curso vieron el 70 o 75% de los
estándares curriculares.

-¿La educación va hacia este tipo de modelos?

-Según los futuristas, el 50% de las profesiones de hoy no existirán en


menos de diez años y el 75% de los niños que están en primaria van a
estudiar carreras que no existen. Según ellos, también se acaba el
trabajo de los profesores. Enseñar es quitarle la necesidad al niño de que
haga el proceso de aprendizaje y solo darle la respuesta. El problema es
que la calidad de vida depende del proceso y no de la respuesta. No
obstante, va a seguir habiendo educadores. Habrá entornos sociales de
arte, de deporte, de laboratorios, pero el concepto de escuela que
tenemos hoy se va a acabar más rápido de lo que pensamos.

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