Sie sind auf Seite 1von 9

Introducción

Los creyentes que desean andar en el camino de la obediencia a Dios,


tendrán siempre a su disposición la luz de las Escrituras, aun en los

Consejos De Dios tiempos más oscuros y difíciles de la historia de la Iglesia. Algunos


quizás evitan este camino por ignorancia o por voluntad propia; otros
tal vez sean indiferentes a él por falta de devoción; y aun otros, quizás
por falta de fe, se apartan del mismo; sin embargo, la luz necesaria para

Para El Día poder andar en dicho camino siempre estará disponible para los que
desean y buscan caminar en obediencia a la Palabra.

Encontramos esta luz en las instrucciones del Nuevo Testamento y en

De Ruina las ilustraciones del Antiguo Testamento. De este último


consideraremos tres escenas que nos ayudarán a conocer los grandes e
invariables principios de Dios que pueden guiarnos en tiempos de
divisiones y dispersiones en el pueblo de Dios.
Por Hamilton Smith
Roboam (2.º Crónicas 11)
El pueblo de Israel constituyó un solo reino que permaneció unido hasta
los días de Roboam, pero cuando éste comenzó a reinar se produjo una
división. Al estudiar la historia de esta división, ¿no hallaremos la luz
necesaria para comprender cómo se producen las terribles divisiones
que fragmentan al pueblo de Dios en nuestros días? ¡Por supuesto que
sí!

En primer lugar deberíamos preguntarnos: ¿Cuándo se originó dicha


división? Ella tuvo lugar en los días de Roboam, pero para descubrir su
origen deberíamos retroceder hasta los días de Salomón. Y algo similar
sucede con las divisiones del pueblo de Dios, ya que el verdadero
origen de éstas se encuentra muchas veces en un pasado lejano. En el
primer libro de los Reyes, capítulo 10, versículos 26 a 29 y en el
capítulo 11, hallamos los dos componentes de la raíz de la gran división en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos
que se produciría tiempo después en Israel: la falta de fidelidad a Dios y y mis decretos” (1.º Reyes 11: 31-33).
la desobediencia a su Palabra. Para comprender la verdadera causa de
este fracaso debemos recordar que la ley de Moisés tenía advertencias Aquí encontramos mencionadas otra vez las mismas causas que
muy precisas que todo rey según Dios debía obedecer. Estas originaron la división: una vida mundana que lleva a adorar a otros
instrucciones, que hallamos en Deuteronomio 17: 14-20, indicaban que dioses y la desobediencia a la Palabra de Dios; pero esta vez la
el rey no tenía que vivir una vida mundana ni debía apartarse de la acusación recae sobre el pueblo. Por grandes que fueran la locura y el
Palabra de Dios. El rey tampoco debía multiplicar para sí caballos, y no fracaso de los líderes, no se produciría una división en un pueblo cuyo
debía incitar al pueblo a retornar a Egipto, porque el Señor había dicho: estado espiritual fuera bueno. “Por cuanto ha habido esto en ti” (v. 11)
“No volváis nunca por este camino”. De la misma manera se le advertía es la acusación individual para el líder; “Me han dejado” (v. 33) indica
que no tuviera muchas esposas ni que multiplicara para sí oro y plata. la baja condición espiritual del pueblo, que no depende del fracaso del
Además, recibía otra importante instrucción: “Escribirá para sí en un líder.
libro una copia de esta ley... y leerá en él todos los días de su vida, para
que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras Luego de considerar el origen de la división, meditemos cómo ésta se
de esta ley”. produjo en la práctica. El relato lo hallamos en 1.º Reyes 12 y 2.º
Crónicas 10. Luego de la muerte del rey Salomón lo sucedió en el trono
Al leer los capítulos 10 y 11 del primer libro de los Reyes, observamos su hijo Roboam. Inmediatamente se desató una crisis. Durante los años
que el rey Salomón violó cada una de estas ordenanzas. Él multiplicó precedentes el pueblo había vivido bajo una mano dura y soportando
sus caballos; dio ocasión a que el pueblo regresara a Egipto; multiplicó una dolorosa servidumbre; ahora, gran parte de este pueblo se levantaba
esposas para sí mismo y acrecentó grandemente su fortuna en oro y para protestar. ¿Cómo actuó este nuevo líder? Los ancianos del pueblo,
plata. Y si bien mucho se ha escrito acerca de las riquezas, sabiduría y ricos en experiencia, le aconsejaron a Roboam lo siguiente: “Si tú
magnificencia de Salomón, no hallamos ningún texto que diga que él fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieres, y respondiéndoles
haya leído dicha ley. Por todo esto, el Señor tuvo que decirle: “No has buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre” (2.º
guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé” (1.º Reyes 11: 11). Crónicas 12:7). ¿No nos hace pensar en Romanos 15: 1-4? El primer
versículo nos enseña que debemos “soportar las flaquezas de los
La mundanalidad no juzgada que impide una sincera devoción a Dios, y débiles” antes que poner sobre ellos un doloroso yugo; los versículos 2
la desobediencia a su Palabra constituyen la raíz de la división que se y 3 nos enseñan que tenemos que “agradar al prójimo en lo que es
produjo en Israel y, por qué no, la de todas las divisiones que se bueno, para edificación” en vez de agradarnos a nosotros mismos; y en
producen en el pueblo de Dios. el versículo 4 hallamos las buenas palabras que nos dan “consolación”
y “esperanza”.
A causa de todas esas cosas, Dios le dice a Salomón que su reino será
dividido. No obstante, debemos reconocer que dicha división no se Tal fue la advertencia espiritual de los ancianos. Muy diferente fue el
produjo sólo por la desobediencia del rey, sino también por la de todo el consejo carnal dado por los “hombres jóvenes”. Ellos le aconsejaron a
pueblo. Cuando el profeta Ahías le advierte a Jeroboam que el reino Roboam que mantuviera una línea de conducta rigurosa, altamente
será dividido, él no hace mención del fracaso de Salomón, sino que se recomendable desde el punto de vista carnal, porque supuestamente
refiere únicamente al fracaso del pueblo. Dios anuncia los motivos de la esto mantendría en alto la autoridad y la majestad real.
división: “Me han dejado, y han adorado a Astoret... y no han andado Lamentablemente, ¡Roboam siguió estos consejos carnales! Él asumió
una actitud dominante e irracional, amenazando a los manifestantes con
una disciplina extrema y violenta (1.º Reyes 12: 12-15). La violencia Sin embargo, Roboam y todo Israel tenían que aprender que, a pesar de
del rey es contestada con la violencia del pueblo; un oficial del rey es la división, los integrantes de las diez tribus seguían siendo sus
apedreado, y, como resultado final, se produce la división (1.º Reyes 12: hermanos, y que no debían “ir y pelear contra ellos”. Semaías, varón de
16-19). Dios, anunció a Roboam que debían desistir de atacar a sus hermanos
porque Dios había dicho: “Esto lo he hecho yo”. Dios había rechazado
Sin embargo, si considerásemos que la división se produjo únicamente a Salomón por su mundanalidad y su desobediencia a la Palabra de
por la locura de Roboam, perderíamos de vista el pensamiento de Dios. Dios, y le dijo: “Por cuanto ha habido esto en ti ... romperé de ti el
El pueblo de aquel entonces, al considerar todos los hechos que tenían reino”. El fracaso de Roboam en su intento de unir al pueblo se
ante sí, podía llegar a la conclusión de que la división era producto de la convirtió en una situación propicia para que Dios le aclarara el porqué
locura de Roboam. Este pueblo podía argüir: «Si Roboam no hubiera de la división: “Esto lo he hecho yo”. Tratar de deshacer las cosas malas
tomado una actitud tan dominante e irracional, si no hubiera intentado que había hecho Salomón podía ser una intención correcta, pero ignorar
subyugarnos, no se hubiera producido la división.» No obstante, este los actos gubernamentales de Dios ciertamente era un serio error (véase
argumento que a la mente carnal le puede parecer razonable, es 1.º Reyes 11:11 y 2.º Crónicas 11:4). Roboam y sus compañeros tenían
totalmente falso. Es cierto que la locura de Roboam fue la causa que aprender, como también nosotros tenemos que aprender en medio
inmediata de la división, pero la palabra de Dios que anunció el juicio de las divisiones que nuestra locura ha provocado, que el gobierno de
había sido pronunciada mucho antes que las violentas palabras del rey, Dios no puede tomarse a la ligera.
y la poderosa mano de Dios dispuesta a ejecutar su disciplina estaba
detrás de la débil mano del monarca. El santo gobierno de Dios había Roboam y las dos tribus mostraron una gran sabiduría al desistir de sus
rasgado el reino; y detrás de la pobre condición espiritual del pueblo esfuerzos, según lo que está escrito de ellos: “Oyeron la palabra de
estaba la disciplina de Dios. Jehová, y se volvieron” (2.º Crónicas 11:4). Aceptaron la humillación y
la tristeza que causaba la división y se inclinaron bajo la mano
La división se produjo, y a partir de este hecho la historia de Roboam disciplinaria del Señor.
será para nosotros muy instructiva; nos enseñará a no caer en ciertas
trampas y cómo debemos comportarnos ante las divisiones que se A partir de entonces Roboam permaneció dentro de la limitada esfera
producen en el pueblo de Dios. que imponía la división; leemos que “habitó Roboam en Jerusalén”.
¿Significaba esto que él se entregaba a una vida despreocupada e
Roboam comenzó a trabajar de inmediato para unir nuevamente a todo inactiva? ¿Ya no le concernían los intereses del pueblo de Dios? Por el
el pueblo de Dios; y para lograr su propósito, decidió utilizar un método contrario, leemos que él comenzó a desempeñarse como edificador:
muy adecuado para esa época: reunió un gran ejército. Sin dudas, esta “Edificó ciudades para fortificar a Judá” (2.º Crónicas 11: 5-10). Como
idea de unir otra vez al pueblo estaba en concordancia con los diríamos en nuestros días, él «resguardó las cosas que quedaban».
pensamientos de Dios. Cuando este pueblo había comenzado a andar en Además, se encargó de que no faltaran “provisiones, vino y aceite” (v.
los caminos de Dios estaba unido, y lo estará en el futuro según las 11). Es decir, se ocupó de que el pueblo de Dios tuviera alimento.
palabras del profeta: “Y los haré una nación en la tierra, en los montes
de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos ¿Cuál fue el resultado de este accionar? Judá se convirtió en un refugio
naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos” (Ezequiel 37:22). para todo el pueblo de Dios. Leemos que “los sacerdotes y levitas que
Esto parecería justificar los esfuerzos de Roboam para terminar con la estaban en todo Israel, se juntaron a él desde todos los lugares donde
división y unir otra vez al pueblo de Dios. vivían”, y “acudieron también de todas las tribus de Israel los que
habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel”; “Así
fortalecieron el reino de Judá” (versículos 13, 16 y 17). Esta se juntaron para preguntarle al Señor cuál era el camino que debían
prosperidad continuó durante tres años, pero, ¡Roboam olvidó la ley del seguir, y cómo tenían que obrar. ¿Qué actitud podría haber sido más
Señor, y el desastre sobrevino rápidamente! (2.º Crónicas 12:1). Si él acertada para este pequeño remanente— y en semejantes
hubiera persistido en la obediencia, ¡cuánta prosperidad más hubiera circunstancias— que volverse al Señor para buscar su guía?
disfrutado! ¿No es ésta una seria advertencia para nosotros que en estos
días sufrimos tantas divisiones en el pueblo de Dios? Muchos esfuerzos Jeremías aceptó orar al Señor por ellos y transmitirles todos Sus
realizados para terminar con las divisiones, a menudo terminaron pensamientos sin reservarse nada (v. 4). Como consecuencia de la
provocando más confusión. ¿No deberíamos ser sabios y reconocer el promesa del profeta este remanente declara solemnemente: “Sea bueno,
gobierno que Dios ejerce sobre nuestras vidas, inclinándonos bajo la sea malo, a la voz de Jehová nuestro Dios al cual te enviamos,
disciplina de Dios y cargando con la tristeza y el oprobio de la división? obedeceremos”. Además, ellos sabían con precisión las consecuencias
¿No tendríamos que permanecer en el terreno de Dios, obedientes a la benditas de actuar así: “Para que obedeciendo a la voz de Jehová
Palabra, buscando fortalecer las cosas que quedan, y alimentando al nuestro Dios nos vaya bien”. Por espesas que sean las tinieblas, por
pueblo de Dios? ¿No deberíamos hacer todas estas cosas con devoción grande que sea la ruina, ciertamente les irá bien a los que escuchan la
y fidelidad a Dios para que la gente angustiada del pueblo de Dios voz del Señor (v. 5 y 6).
venga desde todas partes a encontrar refugio?
Sin embargo, una cosa estropearía esta hermosa declaración. La
JEREMÍAS (Jeremías 42 y 43:1-7) continuación de esta historia nos revela que por detrás de las hermosas
palabras proferidas, estaba trabajando la voluntad propia de estas
personas. Ellos ya habían decidido andar por su propio camino. La
Desde la gran división que se produjo en Israel hasta los eventos
voluntad de su carne se puso de manifiesto porque ellos, llenos de
relatados en estos capítulos transcurrieron cuatrocientos años. En esa
confianza en sí mismos, prometieron obedecer con prontitud a la voz
época no sólo hallamos al pueblo de Dios dividido, sino también
del Señor. Cuántas veces se manifiesta nuestra carne cuando, tan
dispersado. Ciento treinta años antes, las diez tribus habían caído en la
seguros de nosotros mismos, proferimos palabras que dejan al
cautividad para luego dispersarse entre las naciones. En cuanto a Judá,
descubierto la voluntad propia de nuestro corazón. ¡Cuántas veces nos
reiteradas cautividades fueron reduciendo sus dominios hasta que
encontramos con personas que, al igual que este remanente, dicen: «¡Si
finalmente el reino dejó de existir.
nos dan las Escrituras, si nos dan la Palabra del Señor, nos inclinaremos
ante ella!» Bien podemos percibir que detrás de estas palabras tan
Sin embargo, en la tierra de Dios todavía se hallaba un remanente. En
convincentes se esconde la voluntad propia.
los primeros versículos del capítulo 42, leemos que este remanente
recurrió al profeta en busca de luz para conducirse en medio de la
No obstante todo esto, Jeremías acude al Señor, quien le daría una
dispersión. “(Vino) todo el pueblo desde el menor hasta el mayor”. No
respuesta diez días después. Durante ese tiempo el profeta no se
obstante, contando a todos, desde los menores hasta los mayores, sólo
comunicó con el pueblo, ni se aventuró a darles su opinión en cuanto a
daba como resultado un pequeño resto; ellos mismos confirmaban esto
cómo debería ser su andar. Él esperaría las claras directivas del Señor
con sus palabras: “De muchos hemos quedado unos pocos” (v. 2). Este
(v. 7).
pequeño resto expresó al profeta su deseo: “Que Jehová tu Dios nos
enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer” (v. 3).
Los caminos del Señor son muy claros. Si este pequeño remanente
deseaba ser edificado y establecido, y si quería disfrutar de la presencia
Ellos reconocían que la nación estaba en ruina, y que sólo habían
del Señor y sus misericordias, había una condición que debería cumplir:
quedado unos pocos. En medio de dicha ruina, confesando su debilidad,
“Si os quedareis quietos en esta tierra”. Aun cuando había sido tan los principios de Dios en el lugar o escenario donde nos toca vivir...
grande el fracaso y completa la ruina, estaba reservada una bendición Aun cuando tuviéramos un enorme poder corporativo como el de aquel
para el pequeño remanente —unos pocos de muchos— que entonces, el juicio divino caería igual sobre el candelero. No debemos
permaneciera en el terreno que Dios había preparado para su pueblo. Su renunciar a los sanos principios porque nos rodea la corrupción, ni
rey y sus líderes huirían, la casa del Señor sería quemada hasta sus debemos ceder ante ella porque los esfuerzos para afirmarla nos
cimientos y los muros de Jerusalén serían derribados (Jeremías 52: 7, 8 desalientan. “Antes bien, sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso”
y 13) sin embargo, estaba asegurada una bendición para aquellos que (Romanos 3:4). No debemos abandonar dichos principios ni porque son
permanecieran en la tierra. Esta tierra era el sitio donde debía estar todo vehementemente atacados, ni porque son débilmente enseñados. Los
Israel, pero la mayoría de las personas habían sido cautivadas y principios sobrevivieron a miles de ataques que intentaban evitar que se
dispersadas entre las naciones; este remanente, en cambio, tenía que enseñaran. La luz no puede ser juzgada porque brilla a través de una
permanecer en dicha tierra para seguir gozando de todas las bendiciones lámpara sucia... Yo puedo afligirme y desalentarme porque la lámpara
de Dios (42: 9-12). ha estado, por así decirlo, bajo un almud; pero debo recordar siempre
que dicha lámpara sigue siendo útil para alumbrar toda la casa”
Deberíamos detenernos y considerar la historia de este pueblo y los (J.G.B.).
eventos que han tenido lugar hace tantos años, y preguntarnos a
nosotros mismos: ¿Tiene esta historia lecciones para aquellos que hoy Volvamos a los días de Jeremías y a la historia del remanente, en la cual
día, en pequeñez y debilidad, buscan conocer “el camino por donde encontramos advertencias e instrucciones muy útiles para nosotros.
vayamos, y lo que hemos de hacer” (v.3) en medio de tantas divisiones Jeremías les había dado la palabra del Señor a fin de que ellos
y dispersiones en el pueblo de Dios? ¿No nos brinda acaso una gran recibieran bendiciones; ahora, el profeta procedería a pronunciar
lección el hecho de que, aun cuando la ruina es muy grande y el pueblo palabras de advertencia (42:13-17). Si el remanente dijera: «No
de Dios está dividido y esparcido, hay bendición para aquellos que habitaremos en la tierra porque no queremos enfrentar conflictos,
permanecen en el terreno que Dios ha establecido para su pueblo? En sobresaltarnos por el sonido de las trompetas, ni pasar hambre; por lo
otras palabras, para gozar de la bendición de Dios, debemos seguir tanto, hemos decidido abandonar la tierra y escapar de todas estas cosas
caminando —a pesar del fracaso— en la luz de lo que es verdadero en huyendo hacia otro lugar», entonces les sucedería lo que Dios les había
cuanto a la Iglesia o Asamblea de Dios, y rechazar la posibilidad de advertido: aquellas cosas que ellos querían evitar los alcanzarían.
andar en cualquier otro terreno. Además, lo más grave era que no sólo no gozarían de la presencia del
Señor ni de sus bendiciones, sino que tendrían que soportar sobre ellos
Ninguna falla de nuestra parte nos exime de la responsabilidad de la mano del Señor ejecutando su gobierno. El Señor les había advertido:
caminar y actuar de acuerdo a la verdad de Dios en cuanto a su Iglesia, “No habrá de ellos quién quede vivo, ni quien escape delante del mal
ya sea en el aspecto local o universal. Los principios que deberían guiar que traeré yo sobre ellos” (42:17).
a la Asamblea siguen vigentes y están expuestos con toda su fuerza en
la primera epístola a los Corintios. En cuanto a esto, debemos tener en ¿No es una advertencia para nosotros? En estos días que nos tocan
cuenta lo que un hermano dijo alguna vez: «No debemos imitar los vivir, ¿no nos sentimos tentados a abandonar el «agobiador» camino de
eventos de aquellos capítulos, ni tratar de actuar como los Corintios Dios y buscar —en algún sistema humano con métodos y principios
como si tuviéramos todos sus dones. Tampoco debemos suponer que mundanos— la forma de evitar un continuo ejercicio de la fe? ¿No nos
constituimos la única luz en el lugar donde estamos, como fue el caso sentimos muchas veces agobiados ante los continuos conflictos para
de la iglesia que estaba en Corinto. No obstante, debemos reconocer mantener la verdad? ¿No nos sobresalta el llamado de las trompetas que
que la dispersión de los testimonios o el juicio de los candeleros no nos advierten de un ataque? ¿No somos propensos a pensar que si
significa que el Espíritu Santo se haya retirado... Debemos aferrarnos a debemos enfrentar conflictos permanentemente, terminaremos por
carecer de espiritualidad? ¿No son nuestros pensamientos atacados terreno que Dios designó para su pueblo y eligieron su propio camino;
terriblemente por la idea de renunciar a la verdad de Dios en relación en consecuencia, Dios les dijo: “No veréis más este lugar”.
con su Iglesia? Si llegaran a surgir en nuestros corazones semejantes
argumentos, o si fueren sugeridos por otros, recordemos las serias Debemos saber “el camino por donde vayamos, y lo que hemos de
advertencias que el Señor le hizo al remanente de la época de Jeremías. hacer”, y obedecer al Señor y “quedarnos quietos en esta tierra”.
Consideremos seriamente las instrucciones del Señor y no nos
En primer lugar, dar un paso en falso para escapar de los problemas es apartemos de su camino, de lo contrario, Él nos dirá a nosotros
un camino seguro hacia los mismos problemas que hemos querido también: “no veréis más este lugar”.
evitar. Abandonar el terreno de Dios para escapar de las dificultades del
camino de la fe, nos conducirá a enredarnos en el mundo y a sentirnos Daniel (Daniel 9)
abrumados por las dificultades que nos acarreará nuestra propia
voluntad. En segundo lugar, aquellos que han sido advertidos por Dios
El remanente abandonó la tierra de Dios y terminó en la dispersión.
y aun así toman este camino deben escuchar una seria advertencia: “No
Pasaron cincuenta años para que Dios, en su gracia, permitiera un
veréis más este lugar” (42:18). Ésta es una solemne enseñanza para los
avivamiento para que unos pocos de Su pueblo fueran liberados de la
que han caminado por algún tiempo a la luz de la verdad de Dios en
cautividad y pudieran retornar a su tierra. En la oración de Daniel están
cuanto a su Iglesia, y que luego la han abandonado para encontrar un
expuestas las experiencias de los que regresaron, y los principios que
camino más fácil en algún sistema humano, de donde raramente podrán
ellos debían haber seguido. Estas mismas instrucciones tienen vigencia
ser recuperados. Ellos “no verán más ese lugar”, y cuando Dios,
hoy en día para aquellos que son liberados de los sistemas humanos
ejerciendo su gobierno, dice “nunca más”, quiere decir que la cuestión
para caminar en la luz de la Iglesia de Cristo.
llegó a su fin.
Los días en que vivimos actualmente son muy diferentes a los días de
Pero, increíblemente, aquellos a quienes habló Jeremías ¡rechazaron las
Daniel; sin embargo, moralmente hay muchas cosas que coinciden en
enseñanzas y las advertencias del Señor! Jeremías no ignoraba el
ambos períodos.
motivo de este rechazo, pues él les dijo: “¿Por qué hicisteis errar
vuestras almas?” o, como leemos en varias traducciones, “os engañáis
En primer lugar, Daniel consideró los fracasos del pueblo de Dios que
a vosotros mismos” (42:20). Ellos habían sido engañados por su propia
habían ocurrido en los mil años precedentes, retrocediendo incluso
voluntad, que los llevó a transitar un camino equivocado. No hay nada
hasta cuando Dios sacó al pueblo de Egipto, y afirmó lo que desde esa
como la voluntad propia para deformar el conocimiento de la verdad e
época venía haciendo este pueblo: “hemos pecado, hemos hecho
impedir su aprehensión. Ella no verá lo que no le conviene ver.
impíamente” (v. 15).
Además, detrás de la voluntad propia está, como siempre, el orgullo que
no reconocerá el error; leemos que “los varones soberbios dijeron a
En segundo lugar, en los capítulos 7 y 8 vemos que Daniel mira hacia el
Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para
futuro y que allí también puede observar los fracasos y sufrimientos por
decir: No vayáis a Egipto para morar allí” (Jeremías 43: 2). Y para
los que tendría que pasar el pueblo de Dios. Él pudo avistar el poder
colmar su necedad, acusaron a Jeremías de no ser guiado por Dios, sino
gentil que sojuzgaría a los santos; el sacrificio continuo quitado; la
por el hombre (v. 3). Ellos concretamente le dijeron, «nosotros te hemos
verdad echada por tierra; el santuario pisoteado; el poderoso pueblo de
pedido palabra del Señor, y tú simplemente nos dices lo que Baruc te ha
Dios destruido y el enemigo grandemente prosperado (Daniel 7:21;
mandado para que terminemos siendo esclavos» (cf. 43:1-3).
8:11, 12, 13, 24).
Engañados a sí mismos por su voluntad propia y su orgullo, ellos se
apartaron de las instrucciones del Señor y de Su camino. Dejaron el
En tercer lugar, Daniel pudo ver que el pueblo de Dios no sería librado Este avivamiento tiene cuatro importantes características. El Señor le
de esta larga historia de fracasos hasta que viniera el Hijo del Hombre a dice a Filadelfia: 1º, “tienes poca fuerza”; 2º, “has guardado mi
establecer su reinado (Daniel 7: 13, 14). Palabra”; 3º, “no has negado mi Nombre”; y 4º, “has guardado la
palabra de mi paciencia”. En esta época en la cual la religión de la
En este momento, Daniel observaba un pasado marcado por el fracaso, carne se despliega con gran poder, según el modelo que tenemos en la
un futuro lleno de angustias y grandes caídas, y ninguna esperanza de Gran Babilonia, los creyentes que son despertados por Dios se
liberación para el pueblo de Dios hasta el tiempo en que el Rey viniera. caracterizan por su debilidad externa. Cuando en todas partes se
desprecia la Palabra de Dios, ellos la guardan en toda su pureza e
Ante estas cosas, Daniel se sintió profundamente afligido, sus integridad. Mientras que la persona de Cristo es atacada, ellos no
pensamientos lo turbaron, su rostro se demudó, y estuvo enfermo y niegan su nombre. Más aún, mientras los hombres buscan
quebrantado por algunos días (Daniel 7: 28; 8: 27). En la actualidad desesperadamente arreglar las divisiones de la cristiandad, estos fieles
quizá no distinguimos los hechos que podía discernir Daniel. Sin guardan la palabra de Su paciencia. Ellos esperan al Señor, quien sanará
embargo, si analizáramos los últimos doscientos años del testimonio del las divisiones y llevará a su pueblo unido a su presencia.
pueblo de Dios podríamos ver sus fracasos; y deberíamos saber también
que en el breve tiempo que nos resta aquí abajo observaremos un Ahora bien, hay consecuencias benditas cuando obedecemos la Palabra
marcado incremento de la ruina en el profesante pueblo de Dios. El y no negamos el nombre de Cristo. Si en este tiempo que estamos aquí
apóstol Pablo nos dice que “en los postreros días vendrán tiempos abajo nos sujetamos a las Escrituras y le damos a Cristo el lugar que se
peligrosos... los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor... merece, estaremos en condiciones de disfrutar de las verdades
porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina... y apartarán concernientes a Cristo y su Iglesia, al llamamiento celestial, la venida
de la verdad el oído” (2.ª Timoteo 3: 1, 13; 4: 3,4). El apóstol Pedro de Cristo, y otros temas importantes.
también nos advierte que “habrá entre vosotros falsos maestros... y que
éstos “aun negarán al Señor que los rescató” (2.ª Pedro 2:1) En tercer No obstante, los fieles corren el serio peligro de apartarse de las
lugar, Daniel observó algo que también para nosotros debería ser lo verdades que han sido recuperadas, por lo cual es necesaria la
suficientemente claro porque está enseñado en las Escrituras: el hecho advertencia: “Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”;
de que la unidad visible del pueblo de Dios no será recuperada hasta el notemos de paso que esta exhortación está dirigida “al que venciere”.
retorno del Señor.
Pero, ¿cómo podemos retener lo que tenemos y, además, ser
Pero ésta no es la única coincidencia que encontramos entre los hechos vencedores? Es evidente que no lo podemos conseguir con nuestras
de nuestros días y los de la época de Daniel. Él aprende, además, que a propias fuerzas. Sólo podemos lograrlo si permanecemos firmes en la
pesar de todo el fracaso del pasado y de la ruina venidera, Dios había gracia que es en Cristo Jesús. Debemos mirar al Señor Jesús y elevarle
predicho que habría un pequeño avivamiento en la mitad de los años. nuestras oraciones. La oración y la búsqueda de su gracia deben estar
Daniel aprendió por la Palabra de Dios dada a Jeremías que después de acompañados también con una condición moral aceptable ante Él, y
setenta años habría cierta recuperación en la desolada Jerusalén. Y así esto nos conduce a la confesión. En relación con estas dos cosas,
nosotros podemos mirar en las Escrituras que en medio de la corrupción oración y confesión, podemos aprender mucho de Daniel. Él observó lo
y muerte espiritual que manifiesta la cristiandad, la cual se expone en que había sucedido en el pasado y consideró la condición en la que se
los mensajes a Tiatira y Sardis, hay un avivamiento como el que se encontraba en ese momento el pueblo de Dios; y todo esto lo afligió
expone en el mensaje dirigido a Filadelfia. sobremanera. Pero, en medio de su aflicción él hizo dos cosas: en
primer lugar, apartó su mirada de los hombres y la dirigió hacia Dios
para elevar su oración, como está escrito en Daniel 9:3: “Volví mi mismo apóstol Pablo había anticipado estas cosas: “Yo sé que después
rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego”. En segundo de mi partida... de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen
lugar, hizo otra cosa muy importante: “Hice confesión” (v. 4). cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:29-
30).
Ahora, consideremos los resultados de su oración y confesión a Dios.
En primer lugar, Daniel percibió intensamente la grandeza, la santidad Podemos concluir entonces que la raíz de toda división, sea en Israel o
y la fidelidad de Dios. Daniel fue conciente de su propia debilidad y de en la Iglesia, puede ser hallada en la baja condición moral del pueblo de
la pequeñez del hombre, por eso pudo expresar con confianza “Señor, Dios visto como un todo, y no simplemente considerando los fracasos
Dios grande” (v. 4). Más aún, él comprendió que Dios es fiel a su individuales. Por este motivo, la confesión debe involucrar a todo el
Palabra, y que si el pueblo guarda su Palabra y le ama hallará pueblo de Dios. Además, Daniel no tuvo en cuenta solamente lo
misericordia a pesar de todas sus flaquezas. sucedido en la ciudad de Jerusalén (aunque esta ciudad podía tener la
mayor cantidad de fracasos), sino que involucró a “todo Israel”;
El segundo resultado de la oración y confesión de Daniel, fue que él tampoco limitó sus pensamientos a los israelitas que estaban “cerca”; en
pudo comprender profundamente la ruina total en la que se encontraba cambio, consideró a “los de cerca y los de lejos” (Daniel 9:7). Todos
el pueblo de Dios. Pudo reconocer que la baja condición moral y estos ejemplos, ¿no deberían impulsarnos a tener una actitud de
espiritual de este pueblo era la raíz de todas sus divisiones y de su confesión y humillación? Y aunque nosotros no podemos solucionar el
dispersión. Daniel no intentó echar las culpas de las divisiones a problema de las divisiones, tenemos la posibilidad de encomendar estas
algunas personas que efectivamente tenían un alto grado de cosas al Señor —a quien le hemos fallado tristemente—, con el fin de
responsabilidad y que habían pervertido la verdad y conducido a que seamos restaurados moralmente y colocados a la altura de nuestro
muchos al error; él miró más allá de los fracasos individuales y le llamamiento celestial, del que nos hemos desviado.
adjudica la culpa de los fracasos al pueblo de Dios como un todo.
Daniel afirmó: “Hemos pecado, hemos cometido iniquidad... no hemos La tercera consecuencia de la oración y confesión de Daniel fue que él
obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a aprendió un principio muy importante: Dios ejerce su gobierno
nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el ineludiblemente. Debemos aceptar que las divisiones forman parte de la
pueblo de la tierra” (Daniel 9:5-6). Daniel no tuvo nada que ver con los santa disciplina de Dios y que no son simples consecuencias de la
sucesos que habían provocado la dispersión setenta años antes; sin locura o la debilidad de algunos. Esto puede observarse con claridad en
embargo, el hecho de no haber tenido responsabilidades en eventos que la división que ocurrió en Israel. Es cierto que el principal instrumento
habían tenido lugar mucho tiempo atrás, no lo indujo a ignorar la de aquel cisma fue la locura de Roboam, pero Dios expresó con
división o a buscar culpables; por el contrario, ante Dios él se identifica precisión: “Yo he hecho esto” (2.º Crónicas 11:4). Cuatrocientos
con el pueblo: “Hemos pecado”. cincuenta años después de estos eventos, mientras el pueblo de Dios
estaba dividido y esparcido entre las naciones, Daniel pudo reconocer
El pueblo de Israel, lleno de fracasos y en una condición espiritual este gran principio: “Tuya es Señor, la justicia, y nuestra la confusión
deplorable, exigía tener un rey; y tuvieron muchos reyes que los de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los
llevaron por mal camino. Sucedió lo mismo en la historia de la Iglesia. moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en
En los capítulos 3 y 4 de 1.ª Corintios el apóstol Pablo explica todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que
claramente que la causa de las divisiones que ocurrían en el pueblo de se rebelaron contra ti”. Y siguó refiriéndose al accionar de Dios: “Y él
Dios tenían como raíz el accionar de la carne. Esta actitud carnal era la ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros
que también los llevó a someterse a la conducción de ciertos líderes. El jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal”; por
último afirmó: “Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros”
(Daniel 9: 7, 12, 14). De esta manera, Daniel demostró que no estaba Daniel puede elevar su ruego con absoluta confianza porque a pesar de
considerando la locura y la debilidad de los hombres. Él no mencionó que el pueblo había sido desobediente y merecía ser disciplinado, aun
nombres, no habló de Joacim y “las abominaciones que hizo”, ni de así, seguía siendo el pueblo de Dios. El profeta puede expresar: “Tu
Sedequías y sus locuras; tampoco mencionó la crueldad de ciudad Jerusalén... tu santo monte... y tu pueblo... son el oprobio de
Nabucodonosor. Más allá de todos los hombres, él observaba en medio todos en derredor nuestro... oye la oración de tu siervo... tu rostro
de la dispersión la mano de su Dios justo. resplandezca sobre tu santuario asolado” (v.16-17). Daniel rogó que la
bendición fuese concedida “por amor del Señor”. Además, él imploró al
Poco tiempo después, Zacarías escucharía la palabra del Señor dirigida Señor por “sus muchas misericordias” y, finalmente, invocó el nombre
a los sacerdotes, y a todo el pueblo, diciendo: “Los esparcí con del Señor exclamando: “Tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre
torbellino por todas las naciones que ellos no conocían” (Zacarías 7: 5- tu pueblo” (v. 19).
14). De la misma manera, Nehemías conocía muy bien las palabras que
el Señor había dado por medio de Moisés: “Si vosotros pecareis, yo os Hasta aquí hemos visto algunos de los grandes principios que deberían
dispersaré por los pueblos” (Nehemías 1: 8). ser nuestra segura guía en medio de la confusión y de la ruina.

Estos hombres de Dios sabían muy bien cómo obraba Dios mediante su Primero, necesitamos volver a Dios para orar y confesar todo nuestro
disciplina. Ni siquiera se atrevían a decir que Dios «permitía» que su mal, y considerar ante su misma presencia su grandeza, santidad y
pueblo fuese dispersado o conducido a lugares lejanos, sino que gracia que siempre están a favor de aquellos que desean guardar su
afirmaban claramente que Dios mismo había dispersado al pueblo y Palabra. (v. 3 y 4).
traído el mal sobre ellos.
Segundo, debemos confesar nuestro fracaso y aceptar que nuestra ruina
En cuarto lugar, aprendemos otro gran principio que surge de la oración es total. (v. 5 al 15).
y confesión: Dios es el único que puede reunir y bendecir a su pueblo.
Cuando reconocemos que Dios trata con nosotros mediante su Tercero, tenemos que reconocer y aceptar el justo gobierno que Dios
disciplina, también comprendemos que, por medio de ésta, Él nos ejerce sobre nosotros (v. 7, 14, 15).
brinda la esperanza de tener un avivamiento espiritual o la recuperación
de lo que se ha perdido; porque cuando miramos a Dios, miramos al Cuarto, debemos recurrir a la justicia y la misericordia de Dios por los
que puede dividir, pero también al que puede unir; al que puede cuales Él puede permitir un avivamiento en su pueblo.
esparcir, pero que puede juntar; al que puede herir, pero que puede
vendar (Oseas 6:1). El hombre puede dividir, esparcir y herir; pero no Hamilton Smith
puede unir, juntar ni sanar. Dios puede hacer las dos cosas, y de forma
justa. Esto también lo aprendemos de la confesión de Daniel: “Tuya es,
Señor la justicia... los has echado a causa de su rebelión... Jehová veló
sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro
Dios en todas sus obras que ha hecho” (Daniel 9:7 y 14). Luego, Daniel
menciona por tercera vez la justicia de Dios, pero esta vez en relación
con Sus bendiciones y con Su misericordia: “Oh Señor, conforme a
todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor” (v. 16).

Das könnte Ihnen auch gefallen