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Persona Moral

Antes de describir las características y facultades de esta persona debemos


identificar de donde proviene.

Primero debemos saber que la palabra persona proviene del latín per sonare que
significan sonar mucho o resonar. Esta palabra sirvió para hacer referencia a la
careta que utilizaban los actores para cubrir su rostro en la antigua Roma,
después, dejo de describir a la mascara y se le atribuía al actor enmascarado y
más tarde al papel que desempeñaba este durante su actuación, es decir, el
personaje. Posteriormente la voz “persona” fue adoptada por la terminología
jurídica para aludir al sujeto dotado de representación propia en el derecho; más
tarde, se desplazó del ámbito jurídico a la vida cotidiana, para referirse a la función
o papel que desarrollaba cada individuo en la sociedad.

En el ámbito jurídico hoy se entiende por persona todo ente físico o moral capaz
de asumir derechos y obligaciones, por cuya razón este vocablo se utiliza lo
mismo para aludir a los seres humanos que a las asociaciones de éstos, a las
organizaciones que los agrupan, y a las instituciones creadas por ellas
Las personas jurídicas se dividen en 2 tipos las personas físicas y las personas
morales.

El primer concepto corresponde al sujeto en lo individual, o sea, al hombre en


cuanto tiene derechos y obligaciones; el segundo corresponde a un grupo de
personas asociadas, formando una personalidad jurídica distinta a la de sus
integrantes.

Ahora enfocándonos en nuestro tema principal mencionaremos que la persona


moral es toda unidad conformada por un conjunto de personas físicas o morales
organizadas, así como de bienes, que persiguen un fin sociable, económico,
político o cualquier otro no prohibido por la Ley, que sea durable o permanente a
quien el Estado le reconoce una capacidad jurídica y demás atributos.

Estas personas Morales se clasifican en:

Derecho público: la Nación, los estado y municipios, partidos políticos,


corporaciones de carácter público.
Derecho privado: sociedades civiles y mercantiles
Derecho social: sindicatos y asociaciones profesionales, asociaciones
corporativas.

Ahora nos enfocaremos en el derecho privado específicamente en las sociedades


mercantiles, la cual surge a consecuencia de la declaración de voluntad para
celebrar un pacto o contrato de sociedad, por el cual los socios se obligan
mutuamente a combinar sus recursos o esfuerzos para la realización de un fin
común, que en el caso de la materia mercantil será la especulación comercial.
Este contrato es fácilmente modificable y admite la separación o adhesión de
nuevas partes (socios), sin ser motivo para su terminación o disolución.

Son elementos de este contrato:


a) la voluntad de las personas que lo celebran llamados socios, quienes deberán
tener plena capacidad para obligarse;
b) el objeto, consistente en la obligación de aportar dinero o bienes;
c) la causa o motivo para asociarse, que es el fin que se persigue, y
d) la forma establece que la voluntad deberá ser plasmada en escritura pública
elaborada por Notario Público o Corredor Público, especialistas en materia de
comercio.

La personalidad de las sociedades mercantiles es el atributo, cualidad o carácter


esencial de las personas morales para poder ser sujeto de derechos y
obligaciones.
Los sujetos mercantiles deben cumplir con su inscripción en el Registro Público de
Comercio, siendo obligatorio para la persona moral y optativo para la persona
física, para ser reconocida su personalidad jurídica y poder realizar los actos de
comercio que le sean autorizados
El contenido de este contrato social se establece en el artículo 6º de la LGSM, a
manera de acta de nacimiento conocida como acta constitutiva, que a la letra
indica:

I.- Los nombres, nacionalidad y domicilio de las personas físicas o morales que
constituyan la sociedad;
II.- El objeto de la sociedad;
III.- Su razón social o denominación;
IV.- Su duración, misma que podrá ser indefinida;
V.- El importe del capital social;
VI.- La expresión de lo que cada socio aporte en dinero o en otros bienes; el
valor atribuido a éstos y el criterio seguido para su valorización.
Cuando el capital sea variable, así se expresará indicándose el mínimo que se fije;
VII.- El domicilio de la sociedad;
VIII.- La manera conforme a la cual haya de administrarse la sociedad y las
facultades de los administradores;
IX.- El nombramiento de los administradores y la designación de los que han de
llevar la firma social;
X.- La manera de hacer la distribución de las utilidades y pérdidas entre los
miembros de la sociedad;
XI.- El importe del fondo de reserva;
XII.- Los casos en que la sociedad haya de disolverse anticipadamente, y
XIII.- Las bases para practicar la liquidación de la sociedad y el modo de proceder
a la elección de los liquidadores, cuando no hayan sido designados
anticipadamente.

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