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SERIE DIGITAL
Ciencia y Tecnología
UNQ Editorial SERIE DIGITAL Ciencia y Tecnología
Rector
Daniel Gomez
Vicerrector
Jorge Flores
Editorial
Serie Digital
Directores
Mariano Belaich, Departamento de Ciencia y Tecnología
Margarita Pierini, Departamento de Ciencias Sociales
Editor
Rafael Centeno
2007
autores
Eugenio Cálcena. Licenciado en Biotecnología. Becario (conicet) de doctorado Fundación Pablo Cassará (Laboratorio de
Biotecnología Vegetal). Cursó la materia Bioquímica II durante el primer cuatrimestre del año 2004.
Mariana Capello. Licenciado en Biotecnología. Becario (conicet) de doctorado Fundación Pablo Cassará (Laboratorio de
Biotecnología Vegetal). Cursó la materia Bioquímica II durante el primer cuatrimestre del año 2004.
Diego Ferrero. Estudiante del último año de la Licenciatura en Biotecnología. Tesista en el Instituto Leloir (Laboratorio Dr.
Wolosiuk). Cursó la materia Bioquímica II durante el segundo cuatrimestre del año 2005.
Florencia Iulita. Estudiante del último año de la Licenciatura en Biotecnología. Pasantía laboral en el Instituto de Oncología
“Ángel H. Roffo” (Unidad de Transferencia Genética). Cursó la materia Bioquímica II durante el segundo cuatrimestre del
año 2005.
Andrea Lo Ré. Licenciado en Biotecnología. Becario (ancyt) de doctorado uba (Laboratorio de Fisiología Digestiva, Facultad
de Medicina). Cursó la materia Bioquímica II durante el primer cuatrimestre del año 2004.
Andrés Romanowski. Licenciado en Biotecnología. Becario (conicet) de doctorado unq (Laboratorio de Cronobiología).
Cursó la materia Bioquímica II durante el segundo cuatrimestre del año 2005.
coordinadores
Sandra Goñi. Licenciada en Biotecnología. Becaria de doctorado unq (área temática virología humana). Profesor instructor
del Área de Bioquímica de la unq, docente de la asignatura Bioquímica II.
Mario Lozano. Doctor en Ciencias Bioquímicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la unlp. Director del Departamento de
Ciencia y Tecnología de la unq. Profesor Asociado del Área de Bioquímica de la unq, docente de la asignatura Bioquímica
II.
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Índice
Algo más que orina... Alteraciones en el ciclo de la urea, por Florencia Iulita
y Diego Ferrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
La otra cara del glutamato. ¿Qué ocurre entre las neuronas y los astrocitos?,
por Juliana Leone. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
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Presentación
La palabra leer derivó de la base indoeuropea leis (sendero, camino), y según muchos lin-
güistas lleva implícita la noción de “ganar experiencia siguiendo un camino”.
La palabra investigar proviene del verbo latino investigare, con lo que alude a la
acción de buscar, inquirir, indagar, seguir vestigios o la pista o la huella a alguien o de algo,
averiguar o descubrir alguna cosa. Así, el significado etimológico nos indica la actividad
que nos conduce al conocimiento de algo.
El curso de Bioquímica II constituye una de las primeras asignaturas que deben cur-
sar los alumnos de la Licenciatura en Biotecnología luego de haber recorrido la
Diplomatura en Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes. Al aprobar
esta materia, se espera que los alumnos manejen conceptos esenciales del metabolismo
intermediario y de la acción hormonal, en particular, las formas en que una célula obtiene,
reserva y utiliza la energía necesaria para soportar su vida.
En esta asignatura, además del aprendizaje del conocimiento específico, se busca
incentivar en los estudiantes la práctica del método científico y la actualización bibliográ-
fica constante. También, se procura discutir el rol que un profesional formado en una uni-
versidad pública debería jugar en la sociedad, no solo como agente responsable dentro
del sistema de salud o de producción, sino también como decodificador de los nuevos
paradigmas biológicos que se le ofrecen al público desde los medios de comunicación.
Una situación que se plantea frecuentemente con los alumnos, es la de ponerse en el
lugar de necesitar transmitir a la sociedad, con rigurosidad, las ventajas y los riesgos
potenciales que conlleva la aplicación de nuevas tecnologías, como por ejemplo la utiliza-
ción de los nuevos fármacos en tratamientos antivirales o antitumorales.
En definitiva, esperamos que el estudio de la asignatura, inmersa en el descubri-
miento de los avances científicos, genere en nuestros alumnos el mismo entusiasmo que
en nosotros mismos. Despertar ese interés es el principio para una adecuada ejecución
de la tarea educativa. La bioquímica, como toda ciencia establecida, es explicada y com-
prendida a partir de conceptos fundamentales. Es importante destacar que estos princi-
pios fundamentales articulan e integran con todos los niveles de la biología, desde la
estructura y función de las moléculas sencillas y de las macromoléculas hasta los proce-
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sos centrales del funcionamiento de la célula a nivel molecular o la fisiología de los orga-
nismos, la evolución y las interacciones ecológicas.
De nada serviría actualizar contenidos en las ciencias biológicas si estos fueran a
quedar obsoletos al cabo de pocos años. El ritmo de los descubrimientos es tal que aun
el científico profesional tiene dificultades serias para mantenerse informado en todo el
campo de interés. Solo una gran capacidad de lectura y la curiosidad natural de los inves-
tigadores permite que permanezcan actualizados. Es por ello que proponemos generar
entre los estudiantes de este curso el entusiasmo y la curiosidad necesaria para estimu-
larlos a un desarrollo continuo de adquisición de nuevos conocimientos. Para llevar a cabo
este propósito, es importante brindarles herramientas específicas que les permitan enten-
der literatura periódica especializada y un entrenamiento básico acerca de como acceder
a ella. Para ello, se pueden aprovechar las ventajas de las profundas transformaciones en
las comunicaciones que ocurrieron como consecuencia del advenimiento de la red mun-
dial de sistemas de computación y la existencia de bases de datos accesibles al público
en general.
Un aspecto fundamental de este sistema consiste en lograr la ejercitación de la ima-
ginación de los estudiantes tendiendo a una interpretación lo más libre posible de todo
preconcepto. De esta manera, las diferentes ideas, cada una constituyendo una interpre-
tación más de la realidad empírica, serán sometidas a discusión en clase y serán acepta-
das o no de acuerdo a su coherencia con los resultados obtenidos. El espíritu que guía el
proceso de enseñanza y aprendizaje debería fundarse en las siguientes premisas:
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Introducción
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raría estériles. De hecho, quizás esos lugares son firmes recuerdos del origen de la vida
en la Tierra.
Los invito, queridos lectores, a sumergirse en el fascinante mundo del metabolismo;
a entender su importancia, a descubrir sus misterios y a intentar mejorar, a través de su
atenta observación, nuestra calidad de vida. Como han explicado Sandra Goñi y Mario
Lozano, necesitamos leer e investigar. Solo así podremos aprovechar el uso de la inteli-
gencia racional, una maravillosa capacidad que nuestra especie ha conseguido luego de
milenios de evolución, como nuestra principal arma para enfrentar cualquier adversidad
que obstaculice nuestro camino. En consecuencia, lograremos sobrevivir, el fin último que
persigue la materia que nos anima, el destino inquebrantable que nos ha llevado a trans-
formarnos en el organismo dominante de este pequeño punto azul enclavado en un
inmenso mar de oscuridad.
MARIANO N. BELAICH
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Florencia Iulita
Diego Ferrero
INTRODUCCIÓN
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Figura 1. Esquema del ciclo de la urea que muestra la compartimentalización de las reacciones
CPSI: carbamil fosfato sintetasa I; OTC: ornitina transcarbamilasa; ASS: argininosuccinato sintasa; ASL: argi-
ninosuccinato liasa; ARGasa: arginasa (no se incluyen cosustratos como ATP).
Cada vuelta del ciclo consume dos moléculas de nitrógeno, una de dióxido de carbono y
cuatro equivalentes de ATP. A su vez, una molécula de ornitina se regenera y el único com-
puesto que se produce neto es la urea.
Para explicar la transferencia de los átomos de nitrógeno desde el aspartato a la
urea, se considera la capacidad de esta vía de funcionar en conjunción con el ciclo de
Krebs (TCA), en una ruta acoplada conocida como “bi-ciclo de Krebs”.
El fumarato producido en el ciclo de la urea es el vínculo entre ambas rutas: se
hidrata a malato, el cual se oxida a oxalacetato, a expensas de NAD+. Este compuesto
puede tener tres destinos: participar en el ciclo de Krebs si condensa con una molécula
de acetil-CoA para formar citrato, utilizarse en la ruta gluconeogénica para formar gluco-
sa o, por último, transaminarse para regenerar el aspartato.
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De los dos átomos de nitrógeno involucrados, uno proviene del amonio que se
incorpora al carbamil-fosfato. El otro tiene su origen en el α-amino del aspartato. Dado que
las enzimas aspartatotransaminasa y glutamato deshidrogenasa son abundantes en las
mitocondrias hepáticas y que catalizan reacciones reversibles –cercanas al equilibro– se
considera que el glutamato es la fuente común de los nitrógenos de la urea.
Cuando existe un exceso de amonio, el sistema procede hacia la síntesis de gluta-
mato. Esto conduce a un incremento proporcional en la concentración de aspartato. En
cambio, cuando el exceso se encuentra a nivel de este aminoácido, los nitrógenos que se
liberan se dirigen hacia la síntesis de carbamil-fosfato.
Objetivos
–Presentar los efectos de una deficiencia cualitativa o cuantitativa en la enzima OTC
sobre el sistema nervioso central (CNS, por sus siglas en inglés).
–Describir los mecanismos de toxicidad del amonio en exceso.
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Se han descripto cinco enfermedades relacionadas con el ciclo de la urea, las cuales se
vinculan con cada una de las enzimas del ciclo. Todas estas enfermedades se heredan
como genes recesivos autosómicos, es decir, cada progenitor contribuye con uno de los
genes defectuosos.
La única enfermedad con un patrón de herencia distinto es la que surge debido al
mal funcionamiento de la enzima OTC. Hay tres maneras de adquirirla. Dos de ellas son
heredables y se vinculan con el brazo menor del cromosoma X (Xp, banda 21.1) aportado
por la madre o por el padre. La otra surge debido a una mutación de novo, que ocurre úni-
camente en el feto. Esta enfermedad es de las más comunes entre las relacionadas con el
ciclo de la urea; su prevalencia es de 1 en 40.000 a 1 en 80.000 recién nacidos vivos.
La presentación de la enfermedad es diferente entre varones hemicigotas1 y muje-
res heterocigotas. En el 60% de los primeros, la OTCD condiciona la aparición temprana
(primeros días o semanas de vida) de una crisis metabólica severa que se produce debi-
do a la hiperamonemia (HA) seguida por los siguientes síntomas: rechazo al alimento,
vómitos, letargia, convulsiones, hiperventilación y otros trastornos respiratorios. Si el
enfermo no es tratado a tiempo, entra en coma y muere.
Las mujeres heterocigotas, en general, son asintomáticas o desarrollan manifesta-
ciones leves. Las descompensaciones neonatales no son comunes y los síntomas apare-
cen en la infancia tardía o en la adolescencia temprana dependiendo del contenido
proteico de la dieta. Cuando la enfermedad se manifiesta en la adultez, los síntomas sue-
len ser psiquiátricos o neurológicos (crisis de náuseas asociadas con cefaleas, ataxia,
confusión y, a veces, alucinaciones y trastornos visuales).
Estudios moleculares permitieron concluir que la manifestación neonatal resulta de
la aparición de mutaciones en los aminoácidos que rodean al sitio activo, los cuales se
encuentran “escondidos” en el interior de la enzima. Por el contrario, los fenotipos que se
manifiestan tardíamente se originan debido a mutaciones que afectan a los aminoácidos
en la superficie.
Sería lógico pensar que la alteración en una enzima que cataliza una etapa clave
–regulada– resulte en un desequilibrio bioquímico importante. Si bien para la OTC no se
1 Los machos poseen un solo cromosoma X, por lo tanto cualquiera de los alelos ligados a
este, se expresará en el fenotipo. Por esta razón, no son homocigotas ni heterocigotas, sino hemi-
cigotas.
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En la bibliografía del tema existe consenso acerca de las principales consecuencias que
surgen debido a la falla en la enzima OTC, que son acumulación de amonio y de glutami-
na. A pH fisiológico, más del 98% del amoníaco se encuentra como la especie amonio
(NH4+) que es electrofisiológicamente activo, funcionando de manera equivalente al K+.
De hecho, se ha sugerido que su entrada en la célula se debe al uso de un canal de K+ .
Estudios tomográfícos de emisión de positrones2 (PET), usando 13NH +,
4 demostra-
ron un aumento en la tasa metabólica para el amonio (CMRA) –tasa que indica la canti-
dad tomada por el cerebro y metabolizada. Estas investigaciones en individuos con HA
crónica revelaron que el aumento en CMRA estaba acompañado de un aumento en la per-
meabilidad de la barrera hematoencefálica. Aunque todavía no se ha detallado el meca-
nismo, esta metodología experimental ha permitido demostrar qué ocurre. La mayor
permeabilidad resultante conduce a un aumento en la relación entre el amonio en el cere-
bro y la sangre. Esto explicaría la imperfecta correlación observada entre la severidad del
desorden neurológico y las concentraciones de amonio en sangre.
Por otro lado, según lo expuesto en la introducción, el exceso de glutamato resul-
tante procede a la formación de glutamina (Figura 2), por lo que es equivalente asociar a
la hiperamonemia con altos niveles de este aminoácido.
La acumulación de amonio origina la patología denominada encefalopatía hepática;
una disfunción a nivel hepático que tiene incidencia sobre el cerebro. Además, a esta últi-
ma se la caracteriza como síndrome neuropsiquiátrico, dado que produce un daño físico
en el cerebro que trae consecuencias sobre la personalidad.
2 En esta técnica se emplean isótopos radioactivos que emiten positrones de vida muy corta
e inocuos (11C, 13N, 18F). Estos se combinan con sustancias que cuando son utilizadas metabólica-
mente por las neuronas permiten observar in vivo las áreas cerebrales que están activas.
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Además, otros investigadores han observado que cantidades crecientes de amonio dismi-
nuyen la actividad de la enzima α-cetoglutarato deshidrogenasa (α-KGDH), que cataliza
una etapa limitante de la velocidad en el ciclo de Krebs.
Por el contrario, otro grupo demostró un aumento en la actividad de α-KGDH en
mitocondrias no sinápticas. Una posible explicación para estas diferencias radica en las
metodologías experimentales utilizadas. Uno de los estudios consistió en el agregado de
amonio in vitro a mitocondrias aisladas; este fue el caso del grupo que concluyó que dis-
minuía la actividad de la enzima. En cambio, los otros investigadores examinaron las mito-
condrias tras exponerlas a amonio in vivo, donde otras reacciones pudieron haber ocurrido
e influenciar así los resultados.
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Sin embargo, el glutamato no permanece como tal, sino que es sustrato de la enzima glu-
tamina sintasa (Figura 2) que lo convierte irreversiblemente en glutamina. Esto implica que
la reacción catalizada por la aspartato aminotransferasa se detenga y por lo tanto, dismi-
nuyan los niveles de aspartato en la matriz. Inmediatamente después, sucede lo mismo
en el citosol, ya que el transportador glutamato/aspartato no tiene sustrato para translo-
car. Por lo tanto, la actividad de la aspartato aminotransferasa citosólica disminuye y no
se produce oxalacetato. A esto contribuye la falta de α-cetoglutarato translocado hacia el
citosol. De esta manera, se acumula NADH y no se sintetiza malato. Esto determina la
inactivación de la lanzadera.
Por otro lado, el piruvato, al no ingresar en la mitocondria queda disponible en el
citosol como sustrato de la enzima lactato deshidrogenasa (Figura 4). Además, la reduc-
ción de piruvato a lactato se ve favorecida por el incremento en los niveles de NADH.
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la síntesis de ATP y se generan especies reactivas del oxígeno (ROS, Reactive Oxygen
Species). Además, ingresan metabolitos a través de la membrana interna produciendo la
hinchazón de la matriz mitocondrial. Una posible consecuencia de la MPT es la apoptosis
o necrosis, aunque esta puede ser reversible. El proceso es relevante, considerando que
las consecuencias de la hiperamonemia dependen, en gran medida, del tiempo de expo-
sición al amonio.
Por otro lado, la alcalinización que resulta tras su ingreso es otra razón por la que la fuer-
za protón motriz se disipa. Como se mencionó antes, da lugar a la formación de ROS;
entre otras especies, las que activan la apertura de los PTP permitiendo el ingreso de más
moléculas pequeñas (iones, etc). Esto conduce a la formación de un proceso cíclico que
deriva en un malfuncionamiento de la mitocondria.
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nítrico sintasa (NOS). Se ha demostrado in vivo que bajo estas patologías los receptores
NMDA (descriptos en el apartado sobre neurotransmisores) pierden sitios de unión para
el glutamato y son activados para permitir el paso de Ca+2 al interior celular. Este ión se
une a las calmodulinas y activa ciertas enzimas como la NOS, provocando un aumento en
los niveles de NO, que a su vez activan la guanilato ciclasa. Esta ruta de glutamato-NO-
cGMP modula procesos como comunicación intercelular, ciclos de sueño, memoria y
aprendizaje. Aparentemente, NO causa daños a las enzimas de la cadena respiratoria de
la mitocondria, en particular, a la citocromo C oxidasa, en el complejo IV.
Las alteraciones en el ciclo de Krebs, en la lanzadera malato/aspartato y en el fun-
cionamiento de la mitocondria detalladas en este apartado sugieren explicaciones al
mecanismo por el cual el amonio (en exceso) interfiere en el metabolismo energético del
cerebro.
El encéfalo actúa como centro de control: almacena, registra, integra y transmite la infor-
mación. Está compuesto por células nerviosas (neuronas) muy especializadas y células
gliales (neuroglia) que modulan la función de las anteriores. Las células de la glía no par-
ticipan directamente en la producción del impulso nervioso pero son imprescindibles para
el correcto funcionamiento de las neuronas –encargadas de comunicar información
mediante señales eléctricas y químicas. Las señales eléctricas procesan y conducen infor-
mación dentro de la célula, mientras que las otras lo hacen entre las células. Los sitios
especializados donde las neuronas envían y reciben información se denominan sinapsis.
Esta transmisión se realiza en un único sentido: desde la célula presináptica hacia la célu-
la postsináptica.
Los neurotransmisores son un grupo diverso de compuestos químicos contenidos
en vesículas. El ingreso de Ca+2 a través de canales regulados por voltaje induce su libe-
ración de las terminales nerviosas durante la transmisión sináptica. Luego, se unen con
receptores específicos en la superficie de la célula postsináptica, desencadenando fenó-
menos que abren o cierran canales iónicos de la membrana plasmática.
Los neurotransmisores se clasifican según estimulen o inhiban la generación de un
potencial de acción. Los primeros, que despolarizan la membrana plasmática postsinápti-
ca, se denominan excitatorios. En cambio, los inhibitorios tienen el efecto opuesto: hiper-
polarizar la membrana. A pesar de esta división, el mismo neurotransmisor puede actuar
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como un tipo u otro en distintas células. Es decir, el mensaje sináptico depende exclusi-
vamente de la interacción neurotransmisor-receptor.
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DIAGNÓSTICO
La encefalopatía hepática tiene un diagnóstico inexacto y posee una mortalidad del 90%. Su
tratamiento más eficaz es el transplante de hígado e incluso se ha demostrado que dicho
procedimiento permite la total corrección de la hiperamonemia. En cuanto a la recuperación
neurológica, el éxito dependió del estado del paciente antes del transplante. De todas mane-
ras, existen otras estrategias (químicas) para contrarrestar los altos niveles de amonio.
Una característica particular de las personas con deficiencias en esta enzima, es la
HA, considerada a partir de 60 µmol/l aproximadamente y la baja concentración de citruli-
na en plasma. En la deficiencia severa, estos niveles son prácticamente indetectables. En
cambio, cuando la gravedad de la enfermedad es menor, los niveles de citrulina son varia-
bles, debilitando así la exactitud de un resultado de diagnóstico. Además, la acumulación
de carbamil fosfato en la mitocondria permite su difusión al citosol, lo que estimula la bio-
síntesis de novo de pirimidinas. En consecuencia, disminuyen los niveles de fosforribosilpi-
rofosfato (PRPP), lo que resulta en la acumulación de orotato y su excreción en la orina.
Anteriormente, la presencia de la enfermedad se verificaba determinando los nive-
les de amonio en plasma. Dado que estas medidas no son equivalentes a las cantidades
halladas en el cerebro, se concluyó que esta prueba no es útil para predecir la HA. Por
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esta razón, se han diseñado otros diagnósticos basados en la medición de los niveles de
biosíntesis de pirimidinas.
Estos consisten en la inhibición de la enzima OMP descarboxilasa por acción de un
derivado de alopurinol (Figura 6). De esta manera, se acumula orotidina que se excreta
en la orina, la cual es analizada mediante la técnica de HPLC. Los valores obtenidos se
comparan con los hallados en personas normales. A pesar de que este ensayo es efecti-
vo, los resultados deben interpretarse con prudencia pues una deficiencia en el metabo-
lismo de pirimidinas puede dar lugar al mismo resultado (falso positivo).
TRATAMIENTOS
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cación del amonio al crear rutas alternativas para su excreción. Su estrategia se basa en
secuestrar compuestos nitrogenados formando moléculas que se excretan en la orina. El
benzoato de sodio es convertido en benzoil-CoA (con gasto de ATP) el cual se combina
con glicina para formar hipurato (Figura 7). Por lo tanto, por cada mol de benzoato sumi-
nistrado, un mol de nitrógeno es removido. Sin embargo, la eficiencia de este proceso se
ve afectada por la disponibilidad de glicina.
El fenilacetato reacciona del mismo modo que en el caso anterior con la coenzima A
(CoASH), convirtiéndose en fenilacetil-CoA. Este reacciona con glutamina para dar fenila-
cetilglutamina (Figura 8). De esta manera por cada mol de fenilacetato son excretados dos
moles de nitrógeno.
CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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Juliana Leone
INTRODUCCIÓN
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Además de todas estas funciones, los astrocitos cumplen un rol fundamental en el uptake
del neurotransmisor Glu luego de ser liberado por neuronas.
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DESARROLLO
Los astrocitos son indispensables para la eliminación del Glu potencialmente tóxico del
espacio extracelular y, además, son capaces de modular la neurotransmisión por libera-
ción de moléculas que actúan sobre las neuronas. Sin embargo, estas no son ni las úni-
cas ni las más importantes funciones que cumplen en la transmisión glutamatérgica.
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Figura 2. Reacciones que muestran las posibles transformaciones del piruvato en diferentes
productos
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En este caso, esto es todavía más importante que en otros tipos celulares porque
el metabolismo del glutamato es primordial. El glutamato se sintetiza a partir de a-cetoglu-
tarato (Figura 3). Normalmente, las reacciones de síntesis de Glu son catalizadas por
GDH (donde el dador de nitrógeno es el NH3) o la Glu sintetasa (donde el dador de N es
la Gln). En el SNC, la síntesis de Glu se realiza por transaminación con otro aminoácido
(Ala o aminoácidos ramificados –Ile, Val, Leu–).
Figura 3. Síntesis del glutamato a partir de α-cetoglutarato
Esta reacción se realiza tanto en neuronas como en astrocitos, pero como las neuronas
no tienen piruvato carboxilasa, la reacción provoca la pérdida de intermediarios del ciclo
de Krebs. Si las neuronas dependieran de su propio metabolismo no podrían subsistir. Sin
embargo, los astrocitos (una vez más) solucionan este inconveniente mediante el ciclo
glutamina-glutamato.
Ciclo glutamina-glutamato
Cuando el Glu es liberado al espacio extracelular por las neuronas, mediante exocitosis,
los astrocitos lo toman vía receptores específicos y, una vez en su citosol, lo convierten en
Gln (Figura 4). Esto es realizado por la glutamina sintetasa, que es del tipo de enzimas
que están presentes en los astrocitos y no en las neuronas. De esta manera, los astroci-
tos transforman un metabolito tóxico en Gln, que es inocuo y puede volver a ser liberado
para que las neuronas puedan transformarlo nuevamente en Glu (por acción de la gluta-
minasa). Por lo tanto, ambos tipos celulares son capaces de sintetizar Glu a partir de Gln
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pero las neuronas no pueden producir Gln a partir de Glu. Una vez más, las neuronas
dependen de los astrocitos. Sin embargo, no todo el Glu que es tomado por los astrocitos
es convertido en Gln sino que una parte puede ser convertida en a-cetoglutarato y oxida-
do vía TCA (ciclo de los ácidos tricarboxílicos). Además, el malato puede convertirse en
piruvato (por la enzima málica) y este a su vez puede ser transformado en lactato.
Asimismo, el oxalacetato puede seguir la ruta gluconeogénica.
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De esta manera, el uptake de Glu tendría una función extra indirectamente (por
entrada de Na+), que culminaría en la producción de un metabolito energético para las
neuronas.
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De acuerdo con este modelo, la acidificación intracelular glial deriva en una mayor
liberación de lactato. Por el contrario, la consecuencia de esto en neuronas es la deten-
ción del uptake de lactato.
Si todos los transportadores funcionan en el mismo ciclo, los astrocitos ganan dos
iones Na+ y dos H+ por cada Glu. Los iones Na+ son removidos vía ATPasa Na+/K+ y los
protones pueden ser “buffereados” por la gran capacidad buffer del bicarbonato.
Un resumen de las interacciones glía-neurona propuestas por este modelo son
expuestas en la Figura 6.
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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UNQ Editorial SERIE DIGITAL Ciencia y Tecnología
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Andrea E. Lo Ré
INTRODUCCIÓN
Los eicosanoides son una familia de moléculas biológicas de señalización muy potentes
que actúan como mensajeros de corto alcance, afectando tejidos cercanos a las células
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que los producen. En respuesta a varios estímulos, como los hormonales, la proteína fos-
folipasa A2 (presente en la mayoría de las células de mamíferos) ataca los fosfolípidos de
las membranas activando una cascada de reacciones que llevarán a la formación de un tipo
de sustancias conocido como prostaglandinas (Figura 1). Todo comienza con la liberación
de araquidonato (Figura 2) a partir del carbono central del glicerol. Enzimas del retículo
endoplasmático liso luego convierten al araquidonato en prostaglandinas, las cuales son
sustancias similares a las hormonas que alteran el diámetro de los vasos sanguíneos, ele-
van la temperatura corporal como respuesta a la infección y desempeñan un papel crucial
en la coagulación de la sangre, además de otros efectos. La liberación en el organismo de
prostaglandinas como respuesta a una lesión (quemadura, rotura, torcedura o distensión
muscular) produce inflamación, enrojecimiento e hinchazón. Las prostaglandinas devienen
de ácidos grasos monocarboxílicos insaturados de 20 carbonos, los cuales están formados
por dos cadenas y un anillo de cinco carbonos. Las distintas prostaglandinas se diferencian
solamente por pequeños cambios en la metilación u oxidación de sus cadenas carbonadas.
Inicialmente, se forma la prostaglandina H2 (PGH2), precursora de muchas otras y de algu-
nos tromboxanos (ambos tipos de moléculas están formadas por un anillo de cinco o seis
átomos). Las dos reacciones que dan origen a PGH2 son catalizadas por una enzima bifun-
cional llamada prostaglandina H2 sintasa, o ciclo-oxigenasa (COX). En el primero de dos
pasos, la actividad de la ciclo-oxigenasa introduce oxígeno molecular para convertir araqui-
donato en PGG2. En el segundo paso, se convierte al PGG2 en PGH2, en una reacción
catalizada por la actividad de peroxidasa de COX. La tromboxano sintasa, presente en las
plaquetas de la sangre, convierte PGH2 en tromboxano A2, que da origen a otros deriva-
dos. Estas sustancias son las que inducen la constricción de los vasos sanguíneos y la
agregación plaquetaria, pasos iniciales de la coagulación.
Una vez que las prostaglandinas son sintetizadas en los tejidos, comienzan su
acción a nivel local produciendo importantes cambios funcionales para luego ser distribui-
das sistemáticamente por vía venosa y muchas de ellas metabolizadas en el pulmón. Los
estímulos que promueven la síntesis y la secreción de las prostaglandinas son múltiples,
el estímulo neural y la hipoxemia son algunos de los factores detonantes; además se acti-
van por la presencia de compuestos como la serotonina, la acetil-colina, la histamina, la
norepinefrina, la angiotensina II y las bradicininas. A pesar de su amplia función, la acción
de las prostaglandinas no es específica, ya que un mismo tipo puede estimular determi-
nadas funciones e inhibir otras.
Por estas razones, las drogas antiinflamatorias no esteroideas (AINE), cumplen su acti-
vidad al inhibir la síntesis de prostaglandinas y tromboxanos al actuar sobre la enzima COX.
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MECANISMO DE ACCIÓN
¿Quién no ha tomado alguna vez una aspirina para mitigar el dolor? Es por ello que inten-
taremos describir qué es lo que sucede cuando dicho medicamento ingresa en nuestros
cuerpos.
La aspirina –ácido acetilsalicílico (Figura 3)– es una de las tantas drogas antiinfla-
matorias no esteroideas (AINE), como el ibuprofeno y el naproxen. Desafortunadamente,
la aspirina reduce pero no anula los efectos secundarios del salicilato. Es por ello que en
algunos pacientes su administración puede causar úlceras estomacales, fallas de riñón y,
en casos extremos, la muerte.
La aspirina y otros AINE inhiben la actividad de ciclo-oxigenasa de la prostaglandi-
na H2 sintasa (COX), cuya función es agregar oxígeno molecular al araquidonato para ini-
ciar la síntesis de prostaglandinas, que luego regularán muchos procesos fisiológicos,
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¿Quién no ha sufrido algún malestar colateral por haber consumido aspirinas? Como
sabemos, no existe una solución mágica cuando de procesos biológicos hablamos. Así,
los beneficios que puede tener la sustancia en estudio sobre el dolor o la inflamación, pue-
den ser tan positivos como negativos son las consecuencias adversas que la aspirina pro-
vocaría sobre diversos órganos y tejidos de nuestros cuerpos. Por ello, analizaremos
algunos efectos colaterales y los mecanismos moleculares que llevarían a ellos.
Sistema renal
COX-1 es una enzima constitutiva en el riñón y se cree que es esencial en el manteni-
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miento del flujo sanguíneo renal. Ha sido localizada en las arterias y las arteriolas, glomé-
rulo y ductos colectores. Sin embargo, COX-2 también se ha visto que es constitutiva en
el mismo órgano. Se estima que en los riñones humanos fetales y de adultos la expresión
de la COX-2 está localizada en las células endoteliales y del músculo liso de las arterias
y las venas e, intraglomerularmente, en los podocitos. Pero aún no hay pruebas suficien-
tes para asegurarlo.
Las prostaglandinas ejercen un efecto vasodilatador a nivel del riñón. Es por ello
que la inhibición de estas produce disminución en el flujo renal y la filtración glomerular.
Los efectos tóxicos asociados al uso de AINE son moderados y reversibles, sin embargo
las complicaciones relativamente raras de nefritis intersticial y necrosis papilar son por lo
general irreversibles.
Cuando existe una disminución de la función renal o del flujo sanguíneo renal, el
riñón sintetiza prostaglandinas por un mecanismo compensatorio que produce vasodilata-
ción para aumentar el flujo renal. Si está presente la aspirina, no se sintetizan las prosta-
glandinas en este órgano con la consecuente inhibición del mecanismo compensador y
una vasoconstricción que disminuye el flujo renal, pudiendo llevar a una insuficiencia renal
aguda. Además, la nefropatía por consumo de analgésicos puede aparecer debido a la
formación de metabolitos tóxicos que se forman al reaccionar la ciclo-oxigenasa con el
ácido acetilsalicílico.
Tracto gastrointestinal
El principal efecto deletéreo de los AINE observado se da sobre el tracto gastrointestinal,
tanto por la acción directa del medicamento sobre la mucosa como por su efecto sistémi-
co. Se calcula que entre el 30 y el 50% de los pacientes que mueren por complicaciones
relacionadas con la enfermedad úlcero-péptica han tomado AINE.
El medio gastrointestinal es mantenido por la inducción de COX-2. Esta proteína
promueve la formación de prostaglandinas “buenas”, que tienen una función fisiológica de
protección sobre el tracto gastrointestinal. El problema está en que al administrar AINEs
como la aspirina, hay un alto riesgo de úlcera, ya que estas drogas inhiben la producción
de las prostaglandinas E 1, E 2, I 2, y F 2, las cuales a nivel gastrointestinal incrementan
la producción de bicarbonato, preservando la microvasculatura de la mucosa e incremen-
tando su regeneración.
Con el fin de disminuir los efectos directos irritantes de la aspirina pueden utilizarse
compuestos tamponados. Estos productos contienen un antiácido, que crea un medio
alcalino que intensifica la disolución de la aspirina y puede reducir el tiempo durante el
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cual la aspirina está en contacto con el estómago. Sin embargo, dado que el tampón no
puede contrarrestar la reducción de prostaglandinas, la aspirina puede irritar dicho órgano.
Es por estas razones que la aspirina con envoltura entérica se ha fabricado para
pasar intacta a través del estómago y disolverse en el intestino delgado, minimizando la
irritación directa. Sin embargo, este compuesto así formulado se absorbe irregularmente
y tarda más tiempo en aliviar el dolor.
¿Quién no ha tomado alguna vez una aspirina buscando “otros” efectos no analgésicos?
Sabemos que cuando algo “parece bueno”, termina siendo recomendable para mucho
más. Si bien no existe la píldora mágica que solucione todos los problemas, pueden exis-
tir beneficios no considerados inicialmente. No debemos olvidar que los sistemas biológi-
cos son muy complejos. Es por ello que cuando uno intenta corregir, anular o desviar un
camino de reacciones, termina provocando además modificaciones en otra serie de reac-
ciones. Las consecuencias de las mismas pueden ser negativas, como las antes expues-
tas, o positivas, como las que describiremos a continuación.
Cáncer de colon
Las prostaglandinas juegan un rol importante en la patogénesis del cáncer de colon, lo
cual ha sido evidenciado por los altos niveles de PGE2 en tumores colorrectales. Basados
en esto, los AINE, gracias a la habilidad de inhibir la síntesis de prostaglandinas, bloque-
arían la inmunosupresión inducida por estas sustancias afectando el crecimiento tumoral.
Así, nuestra droga en estudio tendría también un rol importante en la prevención del cán-
cer colorrectal; y de hecho, existe abundante evidencia experimental en modelos murinos
para el uso prospectivo de los inhibidores de la COX-2 en la prevención de este tipo de
cáncer.
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Enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es otro posible objetivo para los inhibidores de la COX-2,
dado que esta patología se caracteriza por procesos inflamatorios cerebrales asociados a
incrementos en la expresión de esta proteína.
Diversos estudios epidemiológicos han mostrado una manifestación retrasada de la
enfermedad o su progresión más lenta cuando existió un uso frecuente de AINE. Esto
podría explicarse porque las áreas cerebrales afectadas por este mal (hipocampo, corte-
za), claves en el desarrollo de la memoria, presentan un alto nivel de COX-2, el punto
clave de acción de las AINE.
Sangre
Una de las aplicaciones actuales más populares de la aspirina es su acción preventiva de
accidentes cardiovasculares. Esta acción puede atribuirse a la inhibición irreversible de la
ciclo-oxigenasa. En las plaquetas, la ciclo-oxigenasa sintetiza tromboxano A2, el cual tiene
acción de agregante plaquetario y de vasoconstrictor, pudiendo perjudicar el normal flujo
sanguíneo y asociarse a patologías de índole cardíaca como la generación de trombos.
La acción de la aspirina a largo plazo (mucho mayor a su vida media dentro del organis-
mo) se debe a que las plaquetas son anucleadas y no pueden sintetizar nuevas ciclo-oxi-
genasas al no tener el material genético necesario. Debido a esto, la función de la enzima
es inhibida hasta que se sinteticen nuevas plaquetas, las cuales tienen una vida media de
alrededor de ocho días.
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PERSPECTIVAS
Tras encontrar la COX-2, se impulsó la búsqueda de nuevas drogas selectivas con simi-
lar acción y menores efectos secundarios que los AINE.
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CONCLUSIONES
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largo proceso de exploración de los mecanismo de acción y de la eficacia real de este tipo
de sustancias.
Por otra parte, sería útil analizar si, en vez de inhibir la formación de prostaglandi-
nas al modificar el sitio activo de la ciclo-oxigenasa, se puede regular la actividad de las
prostaglandinas responsables de los síntomas de dolores e inflamación, en las reacciones
posteriores a su generación.
Si bien hay constantes avances en la investigación de estas drogas, el proceso de
búsqueda es lento. Es positivo que se usen las herramientas que la naturaleza nos brin-
da para mejorar nuestra calidad de vida. Por ello, no debemos estancarnos en los descu-
brimientos del pasado sino seguir explorando el mundo biológico, continuar la tarea que
los científicos de una época comenzaron, para eliminar, de un modo más eficiente cada
día, los malestares sanitarios que afectan al hombre.
BIBLIOGRAFÍA
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Andrés Romanowski
INTRODUCCIÓN
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estado integrado. La naturaleza transitoria del estado integrado hace que este tipo de aso-
ciaciones sean extremadamente sensibles a las condiciones ambientales. Es por ello que
los cambios en el medio ambiente pueden provocar la disociación de la simbiosis. En tal
caso, los miembros de la simbiosis continúan su ciclo de vida en forma libre. Sin embar-
go, en etapas posteriores, los individuos pueden volver a integrar una nueva asociación.
Existen muchos ejemplos para este tipo de asociaciones, que fueron descriptas en su
mayor parte en estudios botánicos. Las otras asociaciones cíclicas bien conocidas son
aquellas que suceden entre animales marinos y su contraparte fotosintética (Tabla 1).
Existe un tipo de asociación muy interesante, el cual entra dentro de los límites de
la definición de simbiosis cíclica. Este se da entre babosas marinas del género Elysia y los
cloroplastos de algas del género Vaucheria. En este caso, y de ahí lo llamativo, la asocia-
ción es entre un organismo eucariota multicelular del reino animal y una organela de un
organismo multicelular de otro reino.
EL GÉNERO ELYSIA
Muchas de las simbiosis que ocurren entre animales y algas son asociaciones en las cua-
les el alga reside fuera de las células del animal o dentro de una vacuola. Este no es el
caso para algunas babosas de mar del género Elysia, las cuales establecen una relación
“simbiótica” intracelular con cloroplastos que extraen de las células de las especies de
algas que ingieren y, sorprendentemente, pueden realizar fotosíntesis (Figura 1).
Las babosas juveniles se alimentan particularmente de los filamentos de algas sifo-
náceas y cromofíticas e incorporan fagocíticamente los cloroplastos intactos en el citoplas-
ma de células epiteliales especializadas que tapizan los túbulos del sistema digestivo.
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Durante este proceso, el retículo endoplásmico del cloroplasto (una característica de los
cloroplastos cromofíticos) desaparece, dejando plástidos con su membrana externa en
contacto directo con el citoplasma animal. Estos plástidos continúan funcionales desde
días hasta meses, según la especie de babosa.
La asociación más duradera se da en Elysia chlorotica, que obtiene sus cloroplas-
tos del alga cromofítica Vaucheria litorea, y puede llegar a durar hasta nueve meses. Si
tomamos en cuenta que estas babosas viven entre ocho y diez meses, ya sea en condi-
ciones naturales o artificiales, esto resulta sorprendente. Y no sólo son capaces de man-
tener los cloroplastos, sino que también pueden realizar fotosíntesis. Además, se ha
demostrado que estas babosas son capaces de subsistir en condiciones de laboratorio sin
comida si tan sólo se les provee una fuente de luz y de CO2, e incluso aumentar su masa,
del mismo modo que lo hacen los vegetales y las algas.
Se ha descripto que esta particular simbiosis no es heredable y debe ser reestable-
cida con cada generación de babosas de mar. Es decir, los plástidos no se transmiten a
los huevos.
FOTOSÍNTESIS Y GENERACIÓN DE O2
En las algas modernas, la membrana tilacoidal posee dos fotosistemas, cada uno
con su propio tipo de centro de reacción y moléculas antena, y sus funciones distintas y
complementarias. El fotosistema II (FSII) es un sistema feofitina-quinona (como el de las
bacterias púrpuras), capaz de traslocar protones a través de la membrana; y el fotosiste-
ma I (FSI) es similar al centro de reacción de tipo I de las bacterias verdes del azufre
(Figura 2).
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Figura 2. Esquema que representa a los fotosistemas comunes para plantas, algas y
cianobacterias (Nelson y Cox, 2004)
Estos dos centros de reacción actúan en conjunto para catalizar el pasaje de elec-
trones desde el H2O a NADP+. Los electrones son transportados de un fotosistema a otro
por la plastocianina, que transporta un electrón a la vez (como el citocromo c de la mito-
condria). Para reponer los electrones que pasan del FSI al FSII a NADP+, el agua se oxida
produciendo O2 (fotosíntesis oxigénica).
En el FSII, dos proteínas similares, D1 y D2, forman un dímero, al cual los cofacto-
res que transportan electrones se unen. La excitación del centro de reacción produce un
excelente donor de electrones que en pocos picosegundos transfiere un electrón a la feo-
fitina, dándole una carga negativa. El centro de reacción queda como un radical catión. La
feofitina a su vez pasa el electrón a PQA (una quinona unida a proteína), que pasa su elec-
trón a otra quinona PQB. Cuando PQB adquiere dos electrones de PQA y dos protones del
agua, se reduce a PQBH2:
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Los electrones acarreados por PQBH2 son llevados al FSI a través de un citocromo
del tipo b6f y plastocianina. Cuando el FSI se excita, el centro de reacción le cede un elec-
trón a un aceptor A0, dejando los radicales catión P700+ y un anión A0-. P700+ rápidamente
adquiere un electrón de la plastocianina. A0- le transfiere su electrón a A1, que a su vez se
lo transfiere a una proteína de hierro-azufre. Luego el electrón pasa a la ferredoxina (Fd)
y la ferredoxina: NADP+ oxido-reductasa, transfiere el electrón de Fd al NADP+:
La función del complejo b6f (Figura 3) involucra un ciclo Q, a través del cual los elec-
trones pasan, uno a la vez, desde PQBH2 al citocromo b6. Este ciclo resulta en la traslo-
cación de protones a través de la membrana hacia el lumen. Se crea así un gradiente de
protones al pasar electrones del FSII al FSI. La diferencia de pH entre el estroma y el
lumen provee la fuerza impulsora necesaria para la síntesis de ATP.
Figura 3. A. Complejo del b6f. B. Esquema de la membrana tilacoidal (Nelson y Cox, 2004)
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generó una sonda a partir de los datos de la secuencia de esta proteína y mediante
Southern blot se observó la presencia de un homólogo a FCP en el genoma de la babo-
sa. La sonda también hibridó con el genoma del alga V. Litorea.
Juntando las evidencias farmacológicas, inmunológicas y moleculares, se puede
sugerir que un gen que codifica para una proteína de un cloroplasto del alga estaría pre-
sente en el genoma de E. crispata y, si esto es así, muy probablemente también sea el
caso en E. chlorotica.
La transmisión de genes entre el alga y la babosa resulta difícil de explicar. Sin
embargo, existe una teoría acerca de cómo puede haber ocurrido y de cómo puede estar
ocurriendo actualmente. Es posible que uno o más virus estén involucrados.
De hecho, desde hace algunos años se ha detectado que el ciclo de vida de E. chlo -
rotica pareciera estar regulado por la acción de virus. Dentro de esta investigación, se ha
observado que la expresión de los mismos coincidiría con la muerte sincronizada de todos
los adultos de la población. Este comportamiento ocurre ya sea en la naturaleza, como en
condiciones controladas de laboratorio. Además, se ha demostrado que los virus no rein-
fectan generaciones siguientes a partir de un pool externo sino que son endógenos a la
babosa. Así, se hipotetiza que dichos patógenos están involucrados en el mantenimiento
de los cloroplastos, en las células del molusco (Figura 4).
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CONCLUSIÓN
Las babosas del género Elysia describen, junto con los cloroplastos del alga Vaucheria
litorea, una simbiosis del tipo cíclica, es decir, que debe ser renovada en cada generación
de las babosas.
Según la especie de este molusco, los cloroplastos son retenidos más o menos
tiempo. Por ejemplo, las asociaciones más largas se dan en E. chlorotica (nueve meses)
y E. crispata (de cuatro a cinco meses). También, se ha demostrado que la síntesis de pro-
teínas de novo sigue ocurriendo en los plástidos y que existen proteínas que se sintetizan
en el citoplasma celular y son dirigidas al cloroplasto. Lo interesante es que estas proteí-
nas son sintetizadas en ausencia del ADN genómico del alga.
Resulta impresionante el hecho de que la babosa, un animal, sea capaz de mante-
ner los plástidos activos realizando fotosíntesis con evolución de O2, dada la dificultad que
supone mantener un cloroplasto en forma artificial y el nivel de regulación que el cloroplas-
to requiere por parte del genoma nuclear en las plantas.
¿Pero cómo pudo haber sucedido esto? Es posible que en un principio las babosas
asimilaran los cloroplastos para tener una coloración similar a las algas de las que se ali-
mentan. De esta manera, pasarían desapercibidas y tendrían una ventaja clara respecto
de sus predadores. Con el tiempo, fueron adquiriendo genes del genoma del alga, los que
les permitieron aprovechar los cloroplastos como algo más que un simple camuflaje. Tener
un cloroplasto activo supone una ventaja frente a babosas que no los poseen, ya que en
tiempos de escasez de alimento, dichas babosas pueden utilizar como fuente de carbono
y energía al CO2, y nada más.
El ciclo de vida de las babosas parece estar regulado por un virus (esto se ha com-
probado en el caso de E. chlorotica) y se hipotetiza que este es un fuerte candidato para
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explicar cómo puede haber ocurrido la transferencia horizontal de genes entre dos orga-
nismos multicelulares tan distanciados filogenéticamente. Aquí vemos cómo un patógeno
termina siendo un factor que contribuye en la adaptación de una especie. Los entes bio-
lógicos no son buenos ni malos, sólo intentan la supervivencia.
La simbiosis aquí descripta abre un nuevo capítulo en la evolución de nuevos orga-
nismos. El hecho de que un animal sea capaz de adquirir un cloroplasto de un alga, man-
tenerlo activo y ser capaz de fijar CO2 abre nuevas preguntas y muestra que la evolución
nunca deja de sorprendernos. Hasta ahora, en nuestras cabezas parecía imposible pen-
sar en un animal que pudiera vivir de la luz y del CO2, sin embargo, existe. Estos magní-
ficos descubrimientos nos deberían servir para darnos cuenta de que la evolución no es
un proceso acabado, sino que continúa desarrollándose de manera constante. ¿Cómo
serán los organismos que habiten este planeta dentro de millones de años? No lo sabe-
mos, pero seguramente las estrategias biológicas seleccionadas nos sorprenderían enor-
memente. Quizás ni siquiera podamos imaginarlas.
ANEXO
1 Rudman, W. B. (2005), “Elysia chlorotica Gould, 1870”, Sea Slug Forum. Australian Museum, Sydney.
<http://www.seaslugforum.net/factsheet.cfm?base=elyschlopagina>. Traducción y adaptación por Andrés
Romanowski.
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roplastos en las ramificaciones del aparato digestivo, que se distribuyen por todo el cuer-
po. Posee también pequeños puntos blancos dispersos y numerosos puntos rojos. Puede
llegar a medir 45 mm de longitud, pero usualmente no supera los 20-30 mm.
Se alimenta succionando los contenidos celulares del alga Va u c h e r i a. Se ha vuelto
un animal de importancia para el estudio de la fisiología vegetal porque, como muchos
sacoglossanos, es capaz de mantener cloroplastos de su comida, activos y funcionando en
su propio cuerpo. Se lo encuentra en márgenes saladas y estanques no muy profundos.
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INTRODUCCIÓN
Por definición, un organismo extremófilo vive en ambientes extremos. Crece en forma ópti-
ma bajo condiciones ambientales extremas de temperatura, presión, pH, radiación, dese-
cación, salinidad, etc. En el caso de que el organismo habite más de uno de estos
ambientes, se dirá entonces que es poliextremófilo. Un ejemplo de ello es el arquea
Sulfolobus acidocaldarius, la cual vive en un ambiente a pH 3 y a 80 ºC de temperatura.
El término “extremo” incluye condiciones físicas (temperatura, presión y radiación), condi-
ciones geoquímicas (desecación, salinidad, pH, oxígeno y potencial rédox) y condiciones
biológicas (nutricionales, de densidad de población) (Tabla 1).
Aunque entre los extremófilos se incluyen distintas taxas de Bacteria y Eukarya, los
miembros de Archaea son los microorganismos más abundantes y algunos de ellos,
sobreviven en condiciones prohibidas para cualquier otro ser vivo. Incluso dentro de los
organismos extremófilos también se encuentran ciertos organismos multicelulares.
El descubrimiento de ambientes extremos y de los organismos que los habitan ha
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hecho posible la investigación sobre la posibilidad de vida fuera del planeta Tierra.
Además, los extremófilos han provisto datos básicos para la biología molecular brindando
información clave, por ejemplo, sobre el plegamiento de proteínas. Sus enzimas tienen un
potencial económico muy grande en múltiples áreas: síntesis química, detergentes, fárma-
cos, agricultura, etc. También puede utilizárselas como base para modificar enzimas deri-
vadas de organismos mesófilos.
Temperatura
La temperatura puede generar desde una devastación estructural por la formación de cris-
tales de hielo, hasta la desnaturalización de biomoléculas por excesivo calor. En ambos
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casos opuestos, termina siendo una condición letal para la vida. Por otro lado, la solubili-
dad de los gases en agua tiene relación con la temperatura, produciéndose inconvenien-
tes cuando esta es alta, ya que los organismos acuáticos requieren O2 y CO2. Por citar
algunos ejemplos concretos, las temperaturas cercanas a 100 ºC normalmente desnatu-
ralizan proteínas y ácidos nucleicos y aumentan la fluidez de las membranas a niveles
letales. En tanto, la clorofila se degrada por arriba de los 75 ºC impidiendo de este modo
la fotosíntesis, proceso de transformación de la energía clave para el sostenimiento de la
vida en este planeta.
Por estos motivos, los organismos capaces de crecer a temperaturas mayores a 80
ºC se denominan hipertermófilos, y en general, no pueden desarrollarse a temperaturas
menores a 60 ºC. La mayoría de ellos son arqueas, como por ejemplo, Pyrolobus fumarii.
¿Dónde encontramos tales condiciones extremas? En verdad, no son tan comunes,
sino que debemos viajar para encontrarlas hasta áreas volcánicas o fuentes termales con
alta salinidad (3%) y amplio rango de pH (0.5-8.5). Como el O2 tiene baja solubilidad a
temperaturas altas y en presencia de agentes reductores, estos ambientes suelen ser
anoxigénicos. Sin embargo, existen superficies expuestas al aire y otras que contienen
cantidades de oxígeno razonables para que se desarrollen organismos aerobios.
Para adaptarse a las altas temperaturas, las células de estos organismos debieron
seleccionar composiciones de membranas particulares, incluyendo la cantidad y el tipo de
lípidos. Por otro lado, las proteínas han evolucionado para adaptarse a estas temperatu-
ras aumentando el contenido de pares iónicos, formando como consecuencia oligómeros
de alto ordenamiento y disminuyendo la flexibilidad a temperatura ambiente. En cuanto al
genoma y los transcriptos, las sales monovalentes (KCl) y divalentes (MgCl2) logran esti-
mular la estabilidad de los ácidos nucleicos, ya que las mismas barren las cargas negati-
vas de los grupos fosfato y protegen al ADN de la hidrólisis y la depurinización.
Todos los microorganismos y líneas celulares se pueden preservar a –196 ºC (nitró-
geno líquido), agregando diferentes compuestos que evitan la formación de cristales de
agua, pero la temperatura más baja registrada para comunidades activas es mayor que
–18 ºC. El agua líquida es un solvente universal para la vida y es utilizado como reactivo
y como producto en la mayoría de los procesos metabólicos. Es por ello que la presencia
de dicha sustancia en estado líquido es el oro que buscan las agencias espaciales en los
planetas vecinos para sugerir la existencia de vida extraterrestre.
A bajas temperaturas, como ya sabemos, el agua se solidifica. Y esto también suce-
de en el interior de las células, produciendo efectos letales para la vida. Por ello, los orga-
nismos capaces de crecer a temperaturas menores a 15 ºC son denominados psicrófilos.
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Estos seres vivos han seleccionado, luego de milenios de evolución, membranas com-
puestas por ácidos grasos con alto contenido de instauraciones, y proteínas con alta fle-
xibilidad para restaurar sus funciones.
Radiación
La radiación puede considerarse como energía en tránsito (neutrones, electrones, proto-
nes, partículas a o iones metálicos), o como ondas electromagnéticas (rayos gamma, X,
radiación UV). El daño causado por la radiación UV y por la ionizante disminuye la movi-
lidad e inhibe la fotosíntesis; pero el mayor efecto es producido sobre los ácidos nuclei-
cos. El daño directo al ADN o el indirecto a través de la producción de especies de O2
reactivas, genera bases modificadas y cortes de una o de las dos hebras de la molécula
genómica, ocasionando una rápida muerte para la mayoría de los organismos.
¿Cómo es posible entonces que existan formas de vida en ambientes donde las
fuentes de radiación son excesivas? Cuando la energía abunda y es dañina, como por
ejemplo en una salina, los organismos deben proteger su ADN para así asegurarse la
supervivencia. De este modo, D. Radiodurans se ha adaptado a tales condiciones median-
te el desarrollo de un mecanismo de reparación que involucra el rearmado del ADN frag-
mentado por la radiación, un proceso extraordinario nunca antes observado en alguna otra
forma de vida terrestre.
Altas presiones
El punto de ebullición del agua aumenta con la presión (y esta con la profundidad), de
modo tal que en los fondos oceánicos el agua permanece líquida a 400 ºC. Este factor
fuerza cambios de volumen, empaquetando por ejemplo a los lípidos, componentes base
de cualquier membrana celular, disminuyendo así la fluidez de la misma. Es por esto que
un cambio repentino de presión puede ser letal, alterando además la expresión genética.
Sin embargo, en los fondos abisales de los océanos existe vida; son, quizás, algunos de
los ecosistemas más interesantes de nuestro mundo.
Ante tales condiciones extremas y para contrarrestar estos efectos, los organismos
capaces de vivir a altas presiones debieron seleccionar conformación de membranas con
un número importante de ácidos grasos insaturados, aumentando gracias a ello su fluidez.
Además, seleccionaron buenos sistemas de reparación de ADN, pues en tales ambientes
el genoma debe estar mejor protegido a roturas y mutaciones.
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Desecación
El agua posee muchas propiedades que la hacen el solvente esencial para la vida: alta
temperatura de fusión, ebullición, constante dieléctrica y formación de gran cantidad de
puentes de hidrógeno, entre otras. Y de hecho, es casi impensable la existencia de vida
sin dicha sustancia, dado que la pérdida de agua causa cambios irreversibles en lípidos,
proteínas y ácidos nucleicos, tales como la desnaturalización y la acumulación de espe-
cies reactivas de O2, especialmente bajo radiación solar. Pero como la biodiversidad
asombra, y la vida se empeña en triunfar no importa el ambiente que toque en suerte, exis-
ten organismos que pueden tolerar la desecación. Estas formas de vida tienen la propie-
dad de entrar en anhidrobiosis, un estado de baja concentración de agua intracelular sin
actividad metabólica, aumentando también la osmolaridad del citosol.
pH del medio
Los procesos biológicos tienden a ocurrir en un rango de pH medio. De hecho, el pH intra-
celular y del ambiente normalmente se encuentran en ese rango. Esto es así porque las
proteínas se desnaturalizan a pH extremos, y sin ellas, no existe forma de vida posible.
Sin embargo, existen organismos capaces de crecer a bajos pH, los cuales se deno-
minan acidófilos, y otros que lo hacen a altos pH, denominados alcalinófilos. Estos orga-
nismos, como el resto de las formas de vida no extremófilas, mantienen su citoplasma en
condiciones de pH neutras. Para ello, utilizan mecanismos activos que involucran la cap-
tación de protones mediante antiportadores asociados a la membrana. También, utilizan
mecanismos pasivos, que incluyen polímeros cargados negativamente en la pared celular
de alcalinófilos, propiedades de permeabilidad inusuales, alta capacidad buffer interna y
sobreexpresión de enzimas exportadoras de protones.
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Psicrófilas
Aunque existen muchos tipos de ecosistemas de baja temperatura en la Tierra, cada uno
tiene su comunidad microbiana particular, y en casi todos ellos se han encontrado bacte-
rias metanotróficas.
Esto se ha demostrado utilizando CH4 marcado con C14 como fuente de carbono.
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Acidófilas
Se aislaron comunidades metanotróficas de sitios boreales ácidos en Siberia y en el norte de
Rusia. Para lograrlo, se utilizó un medio con baja fuerza iónica y bajo pH (3-6). Las tres colo-
nias aisladas utilizando dicho procedimiento se describieron como un nuevo género:
Methylocella palustris, que posee sMMO. A pesar de que esta bacteria crece en un amplio
rango de pH, su crecimiento óptimo ocurre entre pH 5 y 5.5, lo cual es típico de moderados
acidófilos. Además, se encontraron algunas particularidades en el metabolismo central de
esta bacteria, como la utilización de la vía de la serina para la asimilación del carbono y el
ciclo del glutamato para la asimilación del NH4+. Las actividades de las enzimas de la ruta de
las pentosas y la glutamato deshidrogenasa son casi iguales a las de las metanotróficas tipo
I, pero estas enzimas no se detectaron en las metanotróficas que utilizan la vía de la serina.
Recientemente, se ha aislado de Siberia otra metanotrófica acidófila, la
Methylocapsa acidophila. Este organismo está íntimamente relacionado a Methycella
palustris. No obstante, si bien comparten algunos tratamientos fisiológicos (pH, tempera-
tura de crecimiento, sensibilidad a la sal), estas metanotróficas difieren profundamente en
morfología y ultraestructura. Methylocapsa acidophila posee pMMO, pero no sMMO, sien-
do el fosfolípido predominante el fosfatidilglicerol, mientras que en Methylocella palustris
es la fosfatidiletanolamina.
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Termófilas
La solubilidad del metano en solución acuosa disminuye cuando aumenta la temperatura,
limitando así el crecimiento de las metanotróficas. Sin embargo, la solubilidad del gas en
aguas naturales de baja fuerza iónica (100 mM) desciende solo un tercio cuando la tem-
peratura aumenta de 30 a 60 ºC. Esto explica el posible aislamiento de metanotróficas de
varios hábitat con temperaturas elevadas. La primera que fue descubierta es la
Methylococcus capsutatus, un novedoso grupo de termófilas que habitan en gradientes
termales de 55-75 ºC. El crecimiento óptimo fue a los 55-62 ºC y presenta solo pMMO.
Halófilas y alcalinófilas
La primera metanotrófica que requiere NaCl fue aislada de las profundidades del mar
Sargaso, donde ocurre tanto la producción como la oxidación en la capa superior oxige-
nada del océano.
Además del agua oceánica, ecosistemas hipersalinos como las lagunas marinas
muestran una variada composición iónica, concentración total de sal y pH, debido a la eva-
poración del agua de mar. Usando radioisótopos y técnicas de PCR, como así también
análisis del consumo de 14CH4, métodos de filtración aséptica, sedimentación y diluciones
seriadas, se han aislado varios cultivos puros de metanotróficas dependientes de sal.
Un interesante grupo de organismos lo componen las metanotróficas aisladas de
“soda lakes”, puesto que tienen la capacidad de crecer a pH 11. Ellas requieren iones Na+
para su desarrollo, incluso tolerando concentraciones de hasta 8-12% de NaCl.
Por otro lado, altas cantidades de metanol favorecen el crecimiento de las metano-
tróficas que dependen de sal, las cuales acumulan formaldehído y formato. También, algu-
nas alcalinófilas son capaces de oxidar NH4+ a NO32- a pH 10, participando en tres ciclos
oxidativos distintos (C, N, S).
La característica ultraestructural más distintiva de las metanotróficas haloalcalinófi-
las es que su superficie celular está completamente cubierta con distintas estructuras gli-
coproteicas (capa S). La composición de aminoácidos de la capa S es similar a la de otras
bacterias, siendo ellos ácidos con una gran proporción de aminoácidos hidrofóbicos y defi-
cientes en aminoácidos que contienen azufre. Esta capa, que se encuentra adyacente al
ambiente, puede funcionar como un saco protector y a su vez mantener la rigidez de la
célula.
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Hipertermófilos (Tº óptima >80 ºC) Desulfuración de gases – Producción de azufre elemental
puro
Procesos biohidro-metalurgicos – –
Psicrófilos (<15 ºC) Maduración de queso, Proteasas neutras Estable a bajas temperaturas
producción lechera
Biosensores Deshidrogenasas –
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CONCLUSIONES
La vida sin dudas ha triunfado en este planeta. Desde aquel origen común hasta la enor-
me cantidad de organismos actuales (y sin contar los muchos otros que ya se han extin-
guido), no existe casi lugar sobre la Tierra que no esté ocupado por la maravillosa materia
viva. No importa que las condiciones excedan los parámetros normales, la evolución ha
permitido, a lo largo de milenios, seleccionar organismos que se han adaptado a lugares
inhóspitos para la mente humana. Ante un problema ambiental, la biología se encargará
siempre de dar una respuesta posible que permita la supervivencia.
Como consecuencia de la diversidad de extremófilos conocidos y sus característi-
cas particulares, estos organismos son una herramienta con un gran potencial de aplica-
ción en biotecnología. Sería provechoso realizar mayores estudios con el objetivo de abrir
nuevos campos de investigación y generar futuras aplicaciones a partir del conocimiento
de las bases moleculares de sus adaptaciones.
Es importante destacar que las adaptaciones que generan los extremófilos para vivir
en determinados ambientes, son tanto insólitas como de lo más diversas. Esta observa-
ción permite especular con las posibles aplicaciones de estos organismos en el beneficio
humano. Pero es todavía más excitante la idea de descubrir nuevos extremófilos que
hayan generado otras adaptaciones diferentes a las ya conocidas, y puedan ser entonces
objeto de estudio y aplicaciones novedosas, actualmente inimaginables.
Y a no dudarlo, porque quizás nosotros, los seres humanos, también deberíamos
llamarnos extremófilos. Como lo hacen los organismos aquí estudiados, hemos desarro-
llado sistemas extracorpóreos que nos posibilitaron habitar lugares absolutamente inhós-
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pitos; y eso también es una solución o adaptación biológica. Porque de hecho eso somos,
materia viva intentando sobrevivir sobre esta roca llamada planeta Tierra.
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