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CAPÍTULO 9

NEURITIS ÓPTICAS

NEURITIS ÓPTICAS IDIOPÁTICAS Y ESCLEROSIS MÚLTIPLE


Peter J. Savino
ESCLEROSIS MÚLTIPLE: PATOGENIA Y ANATOMÍA PATOLÓGICA
Olga Carmona, Txomin Arbizu
OTROS PROCESOS DESMIELINIZANTES
Jorge Arruga
AFECCIONES POSTVACUNALES Y POSTINFECCIOSAS.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
Bernardo Sánchez Dalmau
VASCULITIS Y OTRAS AUTOINMUNES. ENFERMEDADES
INFLAMATORIAS
Antonio Vidaller, Jorge Arruga
INFLAMACIONES INTRAOCULARES
Olga García
INFLAMACIONES DE ESTRUCTURAS VECINAS
Bernardo Sánchez Dalmau
Bajo la denominación de neuritis óptica se incluyen
todos los procesos inflamatorios que afectan al nervio
óptico y que se manifiestan clínicamente por una pér-
dida de la visión, en general aguda. Según se afecte el
nervio a nivel de su porción intraocular o de una por-
ción más posterior, distinguiremos respectivamente,
las papilitis, caracterizadas por un edema del disco
óptico (fig. 9-1), y las neuritis retrobulbares, con un
fondo ocular en principio normal. Ambas constituyen
la forma de presentación característica de los procesos
patológicos más frecuentes de todo este grupo, es
decir, las enfermedades desmielinizantes, aunque pue-
den corresponder también a las demás etiologías. La Figura 9-1. Papilitis idiopática. Paciente afecto de pérdida
neurorretinitis asocia una pérdida visual aguda a un visual aguda con dolor a la movilización ocular. El disco ópti-
edema del disco óptico y del polo posterior, así como a co muestra signos inespecíficos de neuropatía óptica anterior
inflamatoria.
la presencia de exudados lipídicos alrededor de la
mácula (1) (fig. 9-2), y su causa acostumbra a ser de
naturaleza infecciosa. También es posible la presencia
de granulomas que asientan sobre el disco óptico y
son, en la mayor parte de los casos, de origen no infec-
cioso (sarcoidosis). Existen finalmente unas afecciones
inflamatorias poco frecuentes, que se caracterizan por
involucrar de modo selectivo o predominante a las
meninges. Así, por un lado, la paquimeningitis hiper-
trófica afecta a la duramadre intracraneal, y secunda-
riamente al nervio óptico en su porción proximal. Por
otro lado, el concepto de perineuritis engloba a dos
tipos de procesos que comportan una inflamación de
las meninges periópticas intraorbitarias (1). La variante
Figura 9-2. Neurorretinitis idiopática. La pérdida aguda de la
exudativa es una forma de paquimeningitis unilateral visión asociada a la presencia de un edema de la papila y del polo
localizada y la variante purulenta es una leptomeningi- posterior con una estrella macular no es sugestiva de enfermedad
tis bilateral, por extensión de una infección desde la desmielinizante, sino de infección por virus, bartonella, sífilis,
aracnoides y la piamadre intracraneales. tuberculosis o toxoplasma (Caso del Dr. G. Roca. Barcelona).
178 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

En el presente capítulo se estudiarán en primer Treatment Trial (ONTT), un estudio prospectivo,


lugar las neuritis ópticas desmielinizantes idiopáticas multicéntrico, patrocinado por el National Eye Insti-
y asociadas a esclerosis múltiple (EM). A continua- tute (3), que permanece como el de referencia en la
ción, se describirán sucesivamente las que se obser- definición de este trastorno clínico. A lo largo del
van en el contexto de otros procesos desmielinizan- ONTT se reclutaron, en 15 centros clínicos de los
tes, de vacunaciones y de infecciones, de vasculitis e E.E.U.U., 457 pacientes entre el 1 de julio de 1988 y
inflamaciones granulomatosas, así como las consecu- el 30 de junio de 1991. Nueve de estos pacientes fue-
tivas a inflamaciones intraoculares o de otras estruc- ron finalmente excluidos del estudio, de modo que los
turas vecinas. datos de los 448 pacientes restantes nos proporcionan
en su mayor parte las bases de nuestros conocimien-
tos acerca de la neuritis óptica. Los pacientes eran
NEURITIS ÓPTICAS IDIOPÁTICAS admitidos en el ONTT si tenían los siguientes crite-
Y ESCLEROSIS MÚLTIPLE rios de inclusión:
1. Neuritis óptica aguda unilateral de etiología des-
La neuritis óptica es, excepción hecha del glauco- mielinizante o indeterminada.
ma, la neuropatía óptica más frecuente en la consulta 2. Síntomas visuales de duración igual o inferior a
oftalmológica general. Aunque el término «neuritis 8 días.
óptica» significa literalmente inflamación del nervio 3. Edad de los pacientes entre 18 y 46 años.
óptico por cualquier causa, en la práctica se utiliza 4. Presencia de defecto pupilar aferente relativo
referido sobre todo a la afectación del nervio óptico (DPAR) y de defecto en el campo visual en el ojo
debida a desmielinización. afecto.
La lista de los criterios de exclusión se halla
expuesta en la tabla 9-1. Cada paciente se sometió a
Incidencia una serie de exámenes de la función visual, pruebas
complementarias (ANA, FTA-Abs, radiografía del
La incidencia anual de la neuritis óptica desmielini- tórax) y una RM cerebral. Además, se realizó una eva-
zante en un estudio basado en la población de un con- luación neurológica en cada uno para determinar si
dado de Minnesota es aproximadamente de 5:100.000 presentaba o no una EM posible, probable o definida.
individuos/año con una prevalencia de 115:100.000 (2). Se realizaron visitas de control a los 4, 15 y 30 días, las
Esta incidencia se compara con la estimada para la semanas 7.ª, 13 y 19 , los meses 6.º y 12, y después
NOIA, que es de un 0,3% para los pacientes mayores anualmente. Los datos recogidos en la visita del 6º mes
de 50 años de edad, y con la del glaucoma, que se apro- se consideraron como fundamentales para valorar la
xima al 0,5-1% de la población. Las características clí- evolución visual (4). Los pacientes que cumplieron los
nicas de la neuritis óptica han sido objeto de debate criterios de inclusión y de exclusión fueron asignados
durante años, sobre todo debido a la inclusión de tras- de forma randomizada a uno de los tres regímenes de
tornos diferentes en las publicaciones más antiguas. tratamiento siguientes (ver capítulo 15):
Por ejemplo, la NOIA no fue reconocida como una 1. Metilprednisolona (MPDN) endovenosa, 250
entidad independiente en muchos artículos hasta los mg cada 6 horas durante 3 días, seguida de prednisona
años 70. Las comunicaciones previas sobre «neuritis oral 1 mg/kg de peso al día durante 11 días.
óptica» incluían pacientes con rangos de edad que muy 2. Prednisona (PDN) oral (1 mg/kg/día durante 14
probablemente correspondían a casos de NOIA diag- días).
nosticados erróneamente como neuritis. Esto creó con- 3. Placebo oral, según un régimen similar al grupo
fusión, no sólo en cuanto a la etiología, características de la PDN oral.
clínicas y diagnóstico de la neuritis óptica, sino tam- Cada periodo de tratamiento iba seguido por un
bién en relación con su tratamiento y sus implicaciones periodo breve de disminución de la dosis oral, a 20 mg
con enfermedades sistémicas asociadas. el día 15, y 10 mg los días 16 y 18, sin administrar
La información relativa a la neuritis óptica más PDN el día 17, y prescribiendo los tratamientos orales
fiable de que disponemos procede del Optic Neuritis en una sola dosis matinal.
Capítulo 9. Neuritis ópticas 179

Tabla 9-1. Criterios de exclusión en el ONTT

• Estar recibiendo tratamiento para la neuritis óptica


• Diagnóstico previo de neuritis óptica, tratada con corti-
costeroides o ACTH
• Diagnóstico o evidencia de enfermedad sistémica dife-
rente de la EM, capaz de causar neuritis óptica, o para
la cual los corticoides estén contraindicados
• Historia previa consistente de neuritis óptica o palidez
papilar en el ojo actualmente afecto
• Hallazgos oculares sugestivos de una causa no desmie-
linizante de neuritis óptica (v.gr.: exudados maculares,
células en el vítreo o iritis)
• Alteraciones oculares preexistentes que puedan afectar Figura 9-3. Optotipos de Bailey-Lovie.
la valoración de la función visual
• Índices de fiabilidad (pérdidas de fijación, falsos posi- dos por su capacidad de contar dedos, identificar movi-
tivos o falsos negativos) en la campimetría computari- mientos de manos o percepción luminosa. Alrededor de
zada Humphrey no alcanzados en el ojo con mejor un 90 % de los pacientes con neuritis óptica presentaron
visión (casi siempre el contralateral)
una pérdida de agudeza visual (3), y el nivel de dicha pér-
• Pérdida visual indolora asociada con edema papilar y,
ya sea (1) hemorragia papilar o peripapilar, o (2) defec- dida podía ser mínimo o tan severo como la no percep-
to campimétrico altitudinal (o arciforme) ción luminosa. La pérdida de la visión solía acompañar-
• Miopía > - 6 D (equivalente esférico), hipermetropía o se de molestia o dolor ocular (ver más adelante) y
astigmatismo ≥ 3 D en el ojo afecto progresaba por espacio de unos 7-10 días. Este deterio-
• Glaucoma de ángulo estrecho inducido por dilatación ro progresivo de agudeza durante unas 2 semanas es
pupilar altamente sugestivo de neuritis óptica y, cuando aconte-
• Presión intraocular > 30 mmHg en el ojo afecto, actual- ce así, debe ser motivo de sospecha diagnóstica alta.
mente o en el pasado, con o sin tratamiento Una minoría de los pacientes mantienen una excelente
• Pacientes tratados con fármacos capaces de producir
agudeza visual, pero puede haber otros signos de neuri-
toxicidad retiniana o del nervio óptico (v.gr.: etambu-
tol, hidroxicloroquina, fenotiacinas) tis óptica, incluidos un DPAR y defectos en el campo
• Pacientes tratados con corticoides o ACTH por cual- visual. La mejoría de la visión empezó generalmente
quier afección, con cualquier duración dentro de los 3 dentro del primer mes de entrada en el estudio, y el
últimos meses, o durante > 7 días dentro de los 6 últi- mejor predictor del pronóstico fue la agudeza visual ini-
mos meses cial, ya que cuanto más baja era ésta, menor era la pro-
• Presión arterial sistólica > 180 mmHg o diastólica > babilidad de recuperar una visión normal.
110 mmHg; frecuencia cardiaca > 120/ min o presencia La visión de los colores se exploró mediante dos
de una arritmia patológica
técnicas: las láminas seudoisocromáticas de Ishihara
• Glucemia > 11,1 mmol/l en un paciente sin tratamien-
to médico para diabetes (el cual sería de por sí motivo
(11 láminas) y el test de Farnsworth-Munsel 100-Hue
de exclusión) (FM100). La percepción cromática suele estar alterada
en la neuritis óptica y, de hecho, presenta a menudo
una «desconexión» con respecto a la agudeza visual,
Características Clínicas ya que ésta puede estar relativamente preservada, a la
vez que aquélla se halla muy afectada. Por otra parte,
Las características clínicas y demográficas de los es muy infrecuente que un paciente con pérdida visual
pacientes estudiados se detallan en la tabla 9-2. En cada por neuritis óptica mantenga una visión de los colores
visita se documentó la agudeza visual con corrección de normal. En el ONTT, la prueba de Ishihara era anormal
cada paciente, mediante una técnica de refracción estan- en el 88% de los ojos afectos y el test de Fansworth-
darizada, utilizando unos optotipos retroiluminados de Munsell, en el 94,5%, e incluso cuando la agudeza era
Bailey-Lovie (fig. 9-3) a una distancia de 4 metros. Los igual o superior a 1, se constató una alteración con las
pacientes incapaces de leer letra alguna fueron evalua- láminas coloreadas en el 51 % de los ojos.
180 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Tabla 9-2. Características demográficas y clínicas de los 448 pacientes al inicio del estudio

Características % de pacientes Características % de pacientes

Demográficas Agudeza visual de los ojos afectos


Mujeres 77,2 1 ó mejor 10,5
Raza blanca 85 0,5-0,8 24,8
Edad media ± DS años 31,8 ± 6,7 0,125-0,4 28,8
0,025-0,1 20,3
Datos de la historia clínica Contar dedos 3,6
Síntomas visuales Movimiento de mano 5,6
Borrosidad intermitente 1,3 Percepción luminosa 3,3
Borrosidad fija 40 No percepción luminosa 3,1
Escotoma 44,6
Pérdida completa de visión 8 Hallazgos oftalmoscópicos
Otras descripciones 6 Disco óptico
Cambio de visión entre el debut y Normal 64,7
el examen visual Edema 35,3
Sin cambio 26,1 Hemorragias papilares o peripapilares 5,6
Progresión 69 Exudados retinianos 1,8
Mejoría 4,9 Células en el vítreo 3,3
Fenómenos visuales positivos
Luces coloreadas o destellos 30,4 Esclerosis múltiple
Presencia de dolor ocular 92,2 No 66,9
Leve 50,1 Posible 19,9
Moderado 37,5 Probable 7,6
Severo 12,3 Definida 5,6
Características del dolor
Constante 7,3 Resonancia magnética nuclear cerebral*
Constante, empeorando con el Grado 0 40,3
movimiento ocular 51,3 Grado I 11
Sólo con el movimiento ocular 35,8 Grado II 9,3
Intermitente, sin relación con el Grado III 6,8
movimiento ocular 3,4 Grado IV 32,5
Otros 2,2
Títulos de anticuerpos antinucleares
0 83,7
< 1:320 12,9
> 1:320 3,4

* N= 418

La sensibilidad al contraste se determinó en todos los En cuanto a la función pupilar, es una norma gene-
pacientes utilizando la lámina de Pelli-Robson (fig. 9-4), ral que los pacientes con sospecha de neuritis óptica
que consiste en tripletes de isotipos de Snellen con con- tengan un DPAR en el lado afecto, y la excepción a
traste decreciente. Un valor normal de sensibilidad al con- esta norma serían los pacientes con afectación bilateral
traste es identificar 14 de 16 tripletes (5), y la prueba cons- y simétrica del nervio óptico. La ausencia de DPAR
tituye un marcador muy sensible para la neuritis óptica. en un paciente con pérdida de agudeza visual y de
Así, se obtuvieron valores alterados en un 99% de los campo visual unilaterales o asimétricos hace muy
pacientes con agudeza visual inferior a 1 y en el 87.2% de improbable el diagnóstico de neuritis óptica. El
los que tenían una agudeza igual o superior a 1 (3). DPAR puede medirse con filtros de densidad neutra
Capítulo 9. Neuritis ópticas 181

colocados delante del ojo normal hasta neutralizar el


defecto, y ello permite una medida cuantificada de su
severidad para determinar clínicamente si la neuropa-
tía óptica está estable, mejorando o empeorando.
La presencia de dolor ocular u orbitario exacerbado
con los movimientos oculares es un hallazgo típico en
la neuritis óptica. Este síntoma puede preceder a la
aparición de la pérdida visual o coincidir con la misma,
y afecta a un 90% de los pacientes incluidos en el
ONTT. Sin embargo, el dolor no es específico de neu-
ritis y acompaña también a otras neuropatías ópticas,
como por ejemplo, la NOIA (6). Otro síntoma asociado
con la neuritis óptica es el fenómeno de Uthoff, carac-
terizado por una borrosidad visual transitoria, desenca-
denada por el ejercicio físico, el calor o el stress emo-
cional. Se presenta en pacientes que ya han padecido
un episodio de neuritis y es más frecuente cuando exis-
ten otras evidencias de EM, habiéndose registrado en
un 10% de los casos del ONTT. Figura 9-4. Pantalla de sensibilidad al contraste de Pelli-Rob-
Respecto a las alteraciones campimétricas, con son, mostrando 16 tripletes con contraste decreciente.
anterioridad al ONTT se suponía que el escotoma cen-
tral era la alteración característica de la neuritis óptica, presencia de un disco óptico pálido (fig. 9-7) indica un
pero este estudio documentó que en los pacientes afec- episodio pasado, y no es un signo oftalmoscópico valo-
tos puede apreciarse una amplia variedad de defectos rable como causa de pérdida visual reciente en el
del campo visual (7). En los 448 pacientes incluidos en paciente con neuritis óptica. En el ONTT, aproximada-
el ONTT, estas alteraciones se catalogaron como mente 2/3 de los pacientes tenían discos ópticos nor-
«difusas» o como patrones específicos de pérdida de males y 1/3 tenían papilitis, siendo las hemorragias
campo (fig. 9-5), entre los cuales cabe destacar los papilares o peripapilares y los exudados retinianos
siguientes: hallazgos infrecuentes.
• Difuso –48,2% de los ojos.
• Defectos localizados, incluidos defectos altitudi-
nales y arciformes –20,1% de los ojos. Tratamiento
• Escotomas central o centrocecal –8,3% de los
ojos. Una revisión previa a la publicación del ONTT
• Otros –23,2% de los ojos. demostró que el 65% de los oftalmólogos generales
Es interesante señalar que se detectaron alteracio- trataban las neuritis ópticas con alguna modalidad de
nes campimétricas en 308 (68.8%) de los ojos contra- corticoterapia sistémica, y cerca del 35% recomenda-
laterales de los 448 pacientes, y que muchos de ellos se ban la abstención terapéutica (10). Además, los pacien-
resolvieron dentro del periodo de seguimiento, indi- tes eran tratados con regímenes de corticosteroides
cando que no eran residuales de episodios subclínicos diferentes, como son las altas dosis por vía endoveno-
previos de neuritis (8). En general, los defectos del sa (llamado terapia en pulsos o pulsoterapia), o bien los
campo visual consecutivos a neuritis óptica tienden a corticoides por vía oral. El ONTT evaluó la eficacia de
recuperarse y, de hecho, en la visita de seguimiento del la MPDN endovenosa, así como el tratamiento con
primer año el 55,9% de los campos previamente alte- PDN oral frente al placebo oral, y las cuestiones que se
rados eran normales (9). plantearon en el estudio fueron:
En el fondo del ojo de los pacientes con neuritis 1. ¿Hay alguna forma de tratamiento de la neuritis
óptica es posible observar un disco óptico normal (neu- óptica con esteroides que reduzca el daño permanente
ritis retrobulbar) o edematoso (papilitis) (fig. 9-6). La al nervio óptico?
182 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Figura 9-5. Variedad de defectos campimétricos hallados en el ONTT. (Reproducida de Keltner et al. (7)).
Capítulo 9. Neuritis ópticas 183

Figura 9-6. Papilitis del OD, con borrosidad papilar, eleva- Figura 9-7. Atrofia óptica con defectos localizados en los
ción del disco, opacificación de la capa de fibras nerviosas e haces de las fibras nerviosas retinianas, en un paciente afecto
hiperemia. de EM que había padecido varios episodios de neuritis óptica.

2. ¿Existe algún tratamiento que acelere la recupe- Además del grupo tratado con PDN oral, las recidi-
ración del proceso? vas de neuritis fueron más frecuentes en aquellos
3. ¿Son significativas las complicaciones del trata- pacientes diagnosticados de EM durante el seguimien-
miento esteroideo en relación a la magnitud de su efec- to de 5 años.
to terapéutico?
Los resultados de las tres «pautas de tratamiento»
se presentaron tras un seguimiento de 6 meses (4) y de Enfermedades Asociadas
1 año (11). La agudeza visual al año era 0,5 o mejor en
el 95,5% del grupo de placebo, en el 94% del grupo Como parte del ONTT, se efectuaron estudios com-
de MPDN intravenosa y en el 91% del grupo de PDN plementarios en un intento de descartar las causas no
oral, no existiendo diferencia estadísticamente signi- desmielinizantes de la neuritis óptica, como enfermeda-
ficativa entre estos grupos. Por lo tanto, se concluyó des del tejido conectivo, sífilis o sarcoidosis. La punción
que el tratamiento de la neuritis óptica con corticos- lumbar con examen del LCR era opcional y se realizó en
teroides no mejora el resultado visual al final del 141 pacientes. Las pruebas efectuadas comprendían
proceso. Los pacientes tratados con MPDN endove- ANA, FTA-Abs y radiografía simple del tórax, y sus
nosa seguida de PDN oral a dosis decrecientes recu- resultados indicaron que en una neuritis óptica de carac-
peraron visión de forma más rápida, pero el resultado terísticas «típicas» carecen de valor, sugiriendo que su
visual final era el mismo en los tres grupos. Los realización no es necesaria en estos casos (4).
pacientes tratados únicamente con PDN oral, no sólo En cuanto a la asociación de EM, uno de los temas
no obtuvieron ningún beneficio añadido en la recupe- más importantes a los que se enfrenta un oftalmólogo
ración visual final, sino que experimentaron una cuando se halla ante a un paciente con neuritis óptica es la
mayor incidencia de nuevos episodios de neuritis pregunta implícita de «¿representa el primer brote de
óptica, tanto en el ojo afecto inicialmente como en el esclerosis múltiple?». El ONTT y posteriormente el Lon-
otro ojo. Así pues, otra conclusión del estudio es que gitudinal Optic Neuritis Study (LONS) (12,13) afrontaron
el tratamiento exclusivo con prednisona por vía oral este tema. Al entrar en el ONTT, los pacientes eran eva-
está contraindicado en los pacientes afectos de neu- luados por un neurólogo, con el fin de excluir el diagnós-
ritis óptica (4). tico de EM. Durante los periodos de seguimiento, eran ree-
En el punto de seguimiento de 5 años, los porcenta- xaminados para determinar si había cambios en su
jes de recidiva de neuritis óptica eran los siguientes: situación neurológica, y si se habían identificado episodios
• 19% para el ojo afecto. posteriores de disfunción neurológica sugestivos de EM.
• 17% para el ojo contralateral. El advenimiento de la RM ha modificado drástica-
• 30% para uno u otro ojo. mente el estudio diagnóstico de la EM, ya que los
184 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Figura 9-9. Estimación de Kaplan-Meier, que muestra la inci-


dencia de EM definida en relación al grupo asignado de trata-
miento. (Reproducida de Beck et al (15)).

40,9% las RM, un porcentaje de normalidad mucho


más alto que en estudios previos, lo cual puede ser
Figura 9-8. RM cerebral, corte axial T2, en la que se aprecian debido a que los pacientes incluidos en el ONTT se
lesiones de la sustancia blanca periventricular características reclutaron dentro de los primeros 8 días de la aparición
de EM. de los síntomas visuales iniciales. El posterior segui-
miento de los mismos en el LONS definió la asocia-
pacientes afectos presentan lesiones típicas en la sus- ción entre neuritis óptica y el eventual desarrollo de
tancia blanca cerebral (fig. 9-8). También se sabe que esclerosis múltiple clínicamente definida (EMCD),
en casos de neuritis óptica aislada sin otros signos o aportando un inesperado e importante hallazgo. En
síntomas de EM se pueden observar idénticas lesiones efecto, los pacientes con RM anormal tratados con
en la sustancia blanca. Por ello, a todos los pacientes MPDN endovenosa seguida de pauta oral descendente
incluidos en el ONTT se les realizó una RM cerebral desarrollaron la enfermedad en una proporción menor
para identificar la presencia o ausencia de dichas lesio- que los otros dos grupos de tratamiento (15) (fig. 9-9).
nes (14). En relación a las mismas se les dividió en 5 Este valor protector de la MPDN no se mantuvo más
categorías, desde no lesiones a 4 ó más lesiones, aun- allá de un periodo de 2 años, ya que trascurrido este
que la verdadera diferencia significativa fue entre una plazo, la EMCD había aparecido en un porcentaje
RM «normal» (sin lesiones) y una RM «anormal» (con idéntico para los tres grupos de tratamiento, tal y como
4 ó más lesiones). No se observaron lesiones en el se muestra en la tabla 9-3. Según el estudio, el único

Tabla 9-3. Probabilidad acumulada de EM clínicamente definida por grupo de tratamiento

Grupo de tratamiento
MPDN endovenosa Placebo PDN oral
(N = 133) (N = 126) (N = 129)

Período de tiempo
6 meses 3,1% 6,7% 7,1%
1 año 6,4% 12,6% 10,4%
2 años 8,0% 17,6% 17,0%
3 años 18,5% 21,0% 24,5%
4 años 24,6% 26,3% 27,8%
5 años 26,4% 31,1% 32,1%
Capítulo 9. Neuritis ópticas 185

indicador pronóstico del desarrollo de EMCD fiable


era el número de lesiones constatadas en la RM
(carga lesional) realizada al entrar en el mismo
(fig. 9-10), si bien la ausencia de lesiones en la RM no
significa que no se vaya a desarrollar la enfermedad.
Al cabo de los 5 años, el 16% de los pacientes con RM
normal al inicio del estudio habían desarrollado
EMCD, mientras que para aquéllos con 3 ó más lesio-
nes en la RM inicial el porcentaje era del 51%.
La indicación del examen del líquido cefalorraquí-
deo en casos de neuritis óptica a fin de detectar indica-
dores de riesgo para el desarrollo de la EMCD, tales
como bandas oligoclonales, IgG y proteína básica de la Figura 9-10. Estimación de Kaplan-Meier, que muestra la pro-
mielina (PBM), permanece en controversia. No parece babilidad acumulada de EM definida en relación al número de
necesario someter a los pacientes afectos de neuritis a lesiones apreciadas en la RM en el momento de inclusión en el
una punción lumbar, pues los que tienen un LCR nor- estudio. (Reproducida de Optic Neuritis Study Group (13)).
mal pueden desarrollar EMCD y, por otra parte, aqué-
llos que presentan hallazgos anormales en el LCR pue- linizante agudo. La neuritis óptica como forma de
den no desarrollar la enfermedad. debut constituía un subgrupo que incluía el 50 % de los
casos, y fue después objeto de una publicación separa-
da (ver más adelante). Los pacientes del estudio
Recomendaciones para la Investigación CHAMPS eran divididos de forma randomizada en dos
y el Tratamiento grupos:
1. Tratamiento inicial con MPDN endovenosa y
Utilizando las guías del ONTT y el LONS, se dise- pauta decreciente oral, seguido de inyecciones intra-
ñó un protocolo para el estudio de los pacientes con una musculares semanales de 30 µg de interferón β-1a
neuritis óptica típica. Se consideraban como tales aqué- (IFNβ-1a).
llos que padecían una pérdida visual unilateral, en el 2. Tratamiento inicial idéntico al 1 seguido de
rango de edad adecuado, acompañada de dolor al movi- inyecciones semanales de placebo.
miento ocular, con un DPAR, un defecto de campo Los pacientes eran monitorizados para determinar
visual y un disco óptico normal o edematoso. En estos si una de las dos pautas terapéuticas era más efectiva
casos es aconsejable obtener una RM, no para la con- que la otra en la prevención de un desarrollo posterior
firmación diagnóstica, sino como un dato de valor pro- de EMCD. El estudio estaba diseñado originariamente
nóstico, ya que la presencia de un elevado número de para 3 años, pero fue interrumpido antes por el comité
lesiones comporta un mayor riesgo de desarrollar de monitorización de datos. La probabilidad de desa-
EMCD dentro de un periodo de 5 años. A este grupo de rrollar EMCD en el grupo de placebo era del 50%,
pacientes se les ofrece tratamiento con MPDN endove- mientras que el grupo del IFNβ-1a era del 35% (fig. 9-
nosa durante 3 días seguido de una pauta descendente 11), y en este último se registró además una mejoría
oral, a fin de disminuir su riesgo de desarrollar la enfer- comparativa en cuanto a los hallazgos de la RM. Efec-
medad durante los siguientes 2 años (16). tivamente, en los casos del segundo grupo se constata-
En otro orden de cosas, el Controlled High-Risk ban menos lesiones presentes al inicio, menos lesiones
Subjects Avonex Multiple Sclerosis Prevention Study de nueva aparición, y menos lesiones de tamaño cre-
(CHAMPS) combinó el régimen de corticoides del ciente, a los 18 meses. Trascurrido este plazo se pro-
ONTT con la administración de agentes inmunomodu- ducía también un descenso en el número de lesiones
ladores. Éstos han sido utilizados para retrasar la pro- captantes de gadolinio. Veintisiete de 95 pacientes
gresión de los signos clínicos y de la RM en casos de (28%) con neuritis óptica tratados con IFNβ-1a desa-
EMCD, y el estudio examinó a una serie de 383 rrollaron EMCD al cabo de 3 años de la presentación,
pacientes que presentaban un primer episodio desmie- mientras que 36 de los 97 (37%) tratados con placebo
186 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

3. Asimismo, ofrecer al paciente la posibilidad de


un tratamiento con IFNβ-1a.
Esta forma de proceder respecto a un primer episo-
dio desmielinizante es hoy en día motivo de controver-
sia. Así, por un lado, el interferón tiene efectos secun-
darios, en especial un cuadro seudogripal cuya
incidencia es casi del 50% (ver capítulo 15) y, por otro
lado, el coste elevado de la medicación dificulta su dis-
tribución de forma generalizada. Sin embargo, se trata
de una opción terapéutica que debería ser considerada
de forma seria cuando nos encontremos ante una neu-
ritis óptica de etiología presuntamente desmielinizante.
Figura 9-11. Estimación de Kaplan-Meier sobre el desarrollo
de EM por grupo de tratamiento. (Reproducida de Jacobs et
al (16)). ESCLEROSIS MÚLTIPLE: PATOGENIA
Y ANATOMÍA PATOLÓGICA
la desarrollaron en el mismo periodo de tiempo. El desa-
rrollo de lesiones nuevas o el aumento en el volumen de La EM, cuya sintomatología de inicio y de estado
las lesiones en RM se produjo con una frecuencia del más prevalente está reseñada en la tabla 9-4, es la
61% y del 73% en los grupos respectivos (17). Los resul- enfermedad crónica que con mayor frecuencia afecta a
tados expuestos han representado un impacto en rela- los adultos jóvenes. Además, constituye la segunda
ción al tratamiento que se administra en estos casos y, en causa de incapacidad en este subgrupo de población,
base a estos datos, una posible actitud a seguir con un precedida únicamente por los traumatismos craneoen-
paciente afecto de neuritis es la siguiente: cefálicos. La neuritis óptica es una de las formas de
1. Obtener una RM cerebral y valorar si ésta mues- presentación más habituales de la enfermedad (hasta
tra 3 ó más lesiones en la sustancia blanca característi- un 25%), pudiendo manifestarse en cualquier estadío
cas de enfermedad desmielinizante. de la misma, y de manera repetida.
2. En caso positivo, administrar MPDN 1 g EV
diario durante 3 días, seguido de una pauta decrecien-
te oral idéntica a la del ONTT. Patogenia

La etiología de la EM sigue siendo desconocida,


Tabla 9-4. Nivel de afectación neurológica en la EM, aunque hoy en día está ampliamente aceptado que su
por orden de frecuencia (datos de la unidad origen es multifactorial. Es probable que una cierta
de Esclerosis Múltiple de la CSUB) predisposición genética en conjunción con un agente
ambiental no conocido (tóxico, vírico, bacteriano) con-
Síntomas de inicio Síntomas de estado
dicionen una respuesta autoinmune, la cual provocaría
(monosintomático)
la desmielinización del SNC (18,19). Este tipo de res-
Nervio óptico Piramidal puesta inmunológica es bien conocida gracias al mode-
Sensibilidad Cerebelo lo de encefalitis alérgica experimental (EAE), siendo
Motor ocular Esfínteres sus principales antígenos la PBM y la glicoproteína
Vestibular Sensitivo mielínica oligodendrocitaria (GMO).
Extremidades inferiores Tronco el encéfalo Las células T helper autorreactivas circulantes
Facial Mental (probablemente mantenidas por factores genético-
Esfínteres Visual ambientales), tras un período de latencia de 10-20
Extremidades superiores
años, son activadas por un factor sistémico o local
Bulbar
Mental (infección vírica, puerperio), mediante un mecanismo
de mimetismo molecular. Estas células T activadas son
Capítulo 9. Neuritis ópticas 187

capaces de atravesar la barrera hematoencefálica y, al Durante años se ha postulado que esta desmielini-
ser expuestas nuevamente a su autoantígeno, inician zación repetida sería la causa del daño axonal, respon-
una reacción inflamatoria en el SNC. No se conoce con sable final de la discapacidad progresiva de los enfer-
exactitud el mecanismo por el que las células pasan al mos con EM. Recientemente, los datos procedentes de
SNC, pero parece ser que precisa de varias etapas: la RM, la espectroscopía, la histopatología y la bioquí-
1. Las citoquinas proinflamatorias, interleucina-1 mica, sugieren que la destrucción de los axones acon-
(IL-1), factor de necrosis tumoral (FNT-α) e interferón tece ya en fases tempranas de la enfermedad (22-24).
γ (IFN-γ), provocan un aumento de expresión de las Esto apoya la teoría acerca de la independencia de la
moléculas de adhesión endotelial (E-selectina, molécu- lesión axonal con respecto al proceso desmielinizante.
la de adhesión intracelular-ICAM-1 y molécula de Es todavía objeto de estudio si dicha lesión es secun-
adhesión vascular-VCAM-1). daria a la falta de protección del axón desmielinizado
2. Las selectinas establecen enlaces débiles con los frente al medio inflamatorio o a la citotoxicidad direc-
linfocitos, que les hacen contornear el vaso. ta sobre el propio axón.
3. Este deslizamiento induce un cambio conforma-
cional en las integrinas linfocitarias (LFA-1 y VLA-4),
que permite la deformación de los linfocitos y su paso Anatomía Patológica
a través del endotelio.
4. La producción de metaloproteasas por los linfo- Los hallazgos anatomopatológicos de la EM con-
citos contribuye a degradar la matriz extracelular. sisten en la presencia de lesiones focales múltiples a
Dentro del SNC, el linfocito T activado se reactiva nivel de la sustancia blanca (placas) con «desmielini-
al hallarse frente a una célula presentadora de antígeno zación» predominante y una preservación relativa de
(microglía), la cual expresa en su superficie el antígeno los axones, que también se hallan afectados. Estas
responsable de la EM unido a una molécula de HLA de lesiones tienen una disposición perivenular caracterís-
clase II, formando el complejo trimolecular. Una vez tica, con preferencia por el nervio óptico, tronco del
formado dicho complejo, las células T helper (CD4+, encéfalo, médula espinal y regiones periventriculares.
Th1) producen citoquinas proinflamatorias (IL-1, IL-2, A nivel macroscópico, el nervio óptico y el quiasma
FNT-α, IFN-γ) y quimiocinas, que causan la expansión muestran una coloración grisácea (por desmieliniza-
clonal de las células T, y atraen a los macrófagos y la ción), una mayor rigidez (por fibrosis) y una atrofia,
microglía, encargados de iniciar la reacción inflamato- presentes según algunas series anatomopatológicas en
ria. Asimismo, los linfocitos T colaboradores (Th2) más del 50% de los casos de EM.
liberan citoquinas antinflamatorias que contribuyen a
la regulación a la baja de la respuesta inflamatoria y
estimulan la proliferación de células B (18-20) (fig. 9-12).
En conclusión, la desmielinización puede producir-
se por mecanismos celulares y humorales, y su persis-
tencia es una característica esencial de la EM, en con-
traste con otras enfermedades desmielinizantes
monosintomáticas agudas (síndrome de Guillain-
Barré, encefalomielitis aguda diseminada). En la EM
se observan también algunas zonas de remielinización
(placas sombreadas), que probablemente son posibles
gracias a las células progenitoras del oligodendrocito
(OA2), presentes con frecuencia en las lesiones des-
mielizantes agudas. Estas áreas de remielinización son
Figura 9-12. Patogenia de la esclerosis múltiple. Ag = antíge-
incompletas, lo que posiblemente se debe a que los epi-
no; BHE = barrera hemato-encefálica; IFN = interferón;
sodios repetidos de desmielinización provocan la FCDP = factor de crecimiento derivado de las plaquetas; FCF
depleción de OA2 o bien a que la falta de factores de = factor de crecimiento fibroblástico; FCI = factor de creci-
crecimiento acelera su muerte (21). miento insulínico; FNT = factor de necrosis tumoral.
188 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

gica, con características similares a la EAE. Las pla-


cas son de márgenes escarpados y de localización
perivenular típica. La diferencia principal entre ambos
patrones es que en el tipo I predominan los infiltrados
de linfocitos T, mientras que en el tipo II es promi-
nente el depósito de IgG y productos de la activación
del complemento (C9neo) en la zona de desmieliniza-
ción. Los patrones III y IV se caracterizan sobre todo
por signos de distrofia oligodendrocitaria (consecutiva
a una agresión vírica o a un tóxico ambiental). El tipo
III presenta un infiltrado inflamatorio tipo T, sin evi-
dencia de participación humoral ni disposición perive-
Figura 9-13. Ejemplo de placa de esclerosis múltiple aguda, nular clara. Las lesiones tienen márgenes mal defini-
de tipo agudo-reciente. dos y no es infrecuente encontrar anillos concéntricos
de desmielinización-mielinización tipo «Balo» en la
Clásicamente las placas de EM se han dividido en periferia. Es característica la pérdida de GMO y de
cuatro tipos: crónicas, activas-crónicas, recientes-agu- oligodendrocitos en el margen activo de la lesión. El
das y sombreadas. La placa de EM crónica se caracte- patrón tipo IV se caracteriza por un área de desmieli-
riza por áreas de sustancia blanca desmielinizadas, deli- nización bien delimitada con expansión radial y
mitadas del resto de parénquima por un margen ausencia casi total de oligodendrocitos, que tienen el
abrupto. Presenta zonas de intensa astrogliosis fibrilar DNA fragmentado (29). De todos ellos, los patrones
con disminución del diámetro de los axones desmielini- más frecuentes son el II y el III, los patrones I y II se
zados, y los astrocitos (con marcada actividad prolife- encuentran en todos los tipos clínicos de EM, el III se
rativa) se sitúan en el margen de la lesión, mientras que identifica con la EM hiperaguda y el patrón IV (más
en el centro existe una gran depleción oligodendrocíti- raro) se asocia a formas primarias progresivas de la
ca. La placa de EM crónica-activa consiste en una enfermedad (30).
superposición de un patrón inflamatorio en una placa
crónica. Tiene un margen amplio con infiltración abun-
dante de células hematógenas, astrocitos hipertróficos, OTROS PROCESOS DESMIELINIZANTES
oligodendrocitos hiperplásicos y macrófagos cargados
de lípidos, siendo la parte central similar a la placa cró- En este apartado se estudiarán, por un lado, la neu-
nica. La placa de EM aguda-reciente es de aspecto romielitis óptica de Devic y la encefalitis periaxial
rosado con un centro edematoso y márgenes difusos. difusa de Schilder, mucho menos frecuentes que la
Presenta una gran infiltración perivenular y parenqui- EM, aunque consideradas a veces como variantes de la
matosa de células hematógenas con una banda marginal misma, y, por otro lado, la encefalomielitis aguda dise-
rica en macrófagos cargados de lípidos (células espu- minada.
mosas) (fig. 9-13). Por último, la placa sombreada
representa un área de remielinización-reparación, apa-
rece como una zona pálida junto a lesiones crónicas y Neuromielitis Óptica
se caracteriza por la presencia de axones finamente
mielinizados con oligodendrocitos en hileras. La enfermedad de Devic afecta sobre todo niños y
Recientemente, Lucchinetti ha descrito dos gran- adultos jóvenes y se caracteriza por una pérdida de la
des grupos, en cuatro patrones anatomo-patogénicos visión bilateral aguda o subaguda debida a una neuritis
de las lesiones de EM, y el autor postula además que óptica, que va precedida o seguida en espacio de días o
cada paciente presenta un único patrón durante todas semanas por una paraparesia consecutiva a mielitis
las etapas de su enfermedad (25-28). Los patrones I y II transversa. La pérdida visual es severa, afecta a ambos
se caracterizan por una activa e intensa desmieliniza- ojos de forma secuencial y se acompaña de edema
ción asociada a inflamación linfocitaria-T y macrofá- papilar en grado variable. Se diferencia de la EM por-
Capítulo 9. Neuritis ópticas 189

que ésta tiende a producir una neuropatía óptica unila- consistiendo las medidas preventivas eficaces en la
teral más leve, y también de la enfermedad de Leber vacunación frente a las enfermedades víricas más fre-
porque en esta última el deterioro visual es de carácter cuentes de la infancia y en la supresión de la vacuna de
más gradual. La anatomía patológica consiste en lesio- la viruela.
nes de destrucción mielínica esparcidas por la sustan-
cia blanca y la sustancia gris, sobre todo a nivel de los
nervios ópticos y de la médula (31). No se dispone de un AFECCIONES POSTVACUNALES
tratamiento efectivo para esta afección y, al igual que Y POSTINFECCIOSAS
sucede en la EM, los corticoides intravenosos, a veces
asociados a azatioprina (32), pueden adelantar la recu- Existe un grupo de neuropatías ópticas aisladas, con
peración. Por lo que se refiere al pronóstico, casi todos un claro componente inmunológico, que se presentan
los pacientes recobran algo de visión, aunque en también varios días después de una exposición a agen-
muchos casos queda un déficit visual residual severo y tes infecciosos, ya sea tras una vacunación o tras una
permanente. Recientemente se ha descrito un síndrome infección. En este grupo cabe incluir también los casos
que asocia neuromielitis óptica con diferentes afeccio- de neuritis consecutivos a picaduras de abeja y de avis-
nes endocrinológicas (33). pa en la cabeza o en el cuello (36).

Encefalitis Periaxial Difusa Neuritis Ópticas Postvacunales

La enfermedad de Schilder está caracterizada por Se han descrito episodios de neuritis óptica aguda
un deterioro mental y neurológico progresivos asocia- tras la vacunación frente a diversos agentes víricos (37) y
dos a una pérdida visual, y muestra también una predi- bacterianos (38,39) (tabla 9-5), siendo el agente con mayor
lección por los niños y adultos jóvenes. La pérdida de frecuencia implicado el virus de la gripe (40). Suelen
la visión se puede deber a neuritis óptica (34), lesión sobrevenir al cabo de algunos días (5-21) de la vacuna-
quiasmática, papiledema o, con mayor frecuencia, a un ción, y se caracterizan por una afectación habitualmente
compromiso de las vías retroquiasmáticas o de las bilateral (80%), con dolor asociado en un 60% y por lo
áreas de asociación corticales. La anatomía patológica general, edema de la papila (80%). La patogenia de la
de esta enfermedad se caracteriza por una zona de des- neuritis óptica en estos pacientes se atribuye a una res-
trucción severa de la mielina, extensa y bien delimita- puesta inmune frente a los antígenos del nervio óptico
da. El curso habitual de la encefalitis periaxial difusa estimulada por la vacunación. El tratamiento se realiza
es progresivo e inexorable hasta la muerte en algunos con corticoides, y la mayoría de los autores los prescri-
meses o años, aunque en unos pocos casos se ha cons- ben de forma endovenosa, según la pauta descrita para
tatado una mejoría transitoria o permanente, con o sin la neuritis óptica desmielinizante en el ONTT, con lo
ayuda de la corticoterapia. que se obtiene casi siempre una recuperación completa.
No obstante, en ocasiones se precisa corticoterapia pro-
longada para mantener la visión y evitar recidivas, o
Encefalomielitis Aguda Diseminada
Tabla 9-5. Agentes descritos como causa de neuritis
Es una enfermedad inflamatoria desmielinizante del óptica postvacunal
SNC que se presenta de forma multisintomática, a dife-
rencia de la EM, que suele ser monosintomática. Casi Bacterianos: Víricos:
siempre sobreviene a continuación de una afección • Bacilo de Calmette-Guerin • Gripe (el más frecuente)
vírica (sarampión, viruela, etc.) o de una vacunación. (BCG) • Hepatitis B
La neuritis óptica es por lo común bilateral y simultá- • Bacillus antracis • Parotiditis + Sarampión
nea (35), y las lesiones anatomopatológicas son simila- • Tétanos (toxoide) + Rubeola
res a las de la EM. Esta afección tiene una tasa de mor- • Difteria (toxoide) • Rabia
• Viruela
talidad elevada y carece de tratamiento efectivo,
190 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

ca puede ser consecutiva a una infección por cualquier


microorganismo, ya sea vírico, bacteriano, fúngico o de
otra naturaleza, y en la tabla 9-6 se enumeran los agen-
tes causales más frecuentemente implicados. Empeza-
remos describiendo las principales enfermedades infec-
ciosas que afectan de forma primaria al nervio óptico,
para tratar después la neuropatía óptica asociada al
virus HIV y, finalmente, dos formas especiales como
son las neurorretinitis y los granulomas papilares. Por
lo que se refiere a los casos de afectación del nervio
óptico secundaria a una infección retiniana o de otra
estructura intraocular contigua, serán comentados en el
Figura 9-14. Papilitis postvírica. Pérdida bilateral de la visión apartado de infecciones intraoculares.
con edema del disco óptico derecho (A) e izquierdo (B), en un
niño que pocas semanas antes había padecido el sarampión.
Tuberculosis
bien otro inmunosupresor como la azatioprina (38), y aún
así existen casos sin recuperación visual. La infección por mycobacterium tuberculosis se
produce según dos variantes clínicas principales: la
forma pulmonar y la forma extrapulmonar. Esta última
Neuritis Ópticas Postinfecciosas comprende, por un lado, los casos de diseminación
intracanalicular, con participación de las mucosas res-
La neuropatía óptica parainfecciosa se presenta entre piratoria y digestiva, y por otro lado, la diseminación
1 y 3 semanas después de un episodio infeccioso, fre- linfohematógena hacia todos los órganos, también
cuentemente vírico (parotiditis, varicela, fiebre inespecí- denominada tuberculosis miliar. El nervio óptico es
fica, etc.) y más raramente bacteriano. Afecta en general afectado en esta última forma, asociado a una meningi-
a niños y puede ser unilateral, aunque casi siempre se tis tuberculosa, según las siguientes posibilidades (42):
trata de una neuropatía bilateral aguda con edema de la • En el contexto de una meningitis basal o, más
papila (41) (fig. 9-14), a veces acompañado de exudados raramente, de una aracnoiditis optoquiasmática, cau-
lipídicos en el área macular (neurorretinitis). El estudio sando una neuritis óptica que puede ser anterior o
del LCR de estos pacientes revela elevación de las pro- retrobulbar.
teínas con pleocitosis, y los estudios de neuroimagen • Asociado a la afectación de la médula espinal,
son, por norma, negativos. De hecho, algunos autores conformando una neuromielitis óptica.
consideran que tanto estas neuritis como las postvacu- • Como parte de un cuadro de neurorretinitis (43).
nales constituyen formas frustradas de encefalomielitis • Por la presencia de un tuberculoma en el disco
aguda diseminada (35). El pronóstico de las neuritis pos- óptico (44) (fig. 9-15).
tinfecciosas en cuanto a recuperación visual es excelen- • Por la existencia de hipertensión intracraneal
te, ya sea con o sin ayuda de los corticosteroides sisté- (HTI), que puede abocar a una atrofia postpapiledema.
micos, aunque lo habitual es que persista una palidez • No hay que olvidar la neuropatía óptica tóxica que
papilar con defectos sutiles de la función visual. pueden causar los fármacos tuberculostáticos, en especial
el etambutol y también la isoniacida (ver capítulo 12).
Entre un 20 y un 70% de los pacientes con afectación
ENFERMEDADES INFECCIOSAS del nervio óptico tienen otras manifestaciones sistémi-
cas de la enfermedad, dato que nos puede ayudar en el
En el presente apartado se tratarán las neuritis ópti- diagnóstico. Éste se basa sobre todo en el estudio y el
cas que se producen en el curso de las infecciones y que cultivo del LCR, que suele mostrar además un aumento
son atribuidas a la afectación directa del nervio óptico de proteínas, con un descenso de glucosa. El tratamien-
por parte de los agentes microbianos. Una neuritis ópti- to se debe realizar con el empleo combinado de varios
Capítulo 9. Neuritis ópticas 191

Tabla 9-6. Enfermedades infecciosas descritas como causales de neuritis óptica y pruebas de laboratorio
empleadas para su detección. En la mayoría de los casos la realización de estos estudios se debe apoyar
en la existencia de otros hallazgos clínicos sugestivos de la infección

Variedad Infección Prueba de laboratorio

Virus: por adenovirus serología, cultivo


por coxsackie serología
mononucleosis infecciosa serología
por CMV serología, RPC, cultivo
hepatitis A serología
hepatitis B serología, detección DNA
herpes simple serología, RPC, cultivo
por HIV serología, RPC, carga viral
parotiditis serología
sarampión serología
rubeola serología
varicela-herpes zoster serología, RPC, cultivo

Bacterias: ántrax cultivo


por estreptococo β-hemolítico antiestreptolisinas, cultivo
enfermedad por arañazo de gato serología
(bartonella henselae)
por meningococo cultivo
tosferina (bordetella pertussis) cultivo
tuberculosis PPD, Ziehl-Nielsen, cultivo
sífilis VDRL, FTA-Abs
fiebre tifoidea serología, cultivo
por micoplasmas serología, cultivo
enfermedad de Lyme serología
(borrelia bugdorferi)
enfermedad de Whipple observación, macrófagos PAS+
(tropheryma whippelii)

Hongos: candidiasis cultivo


aspergilosis cultivo
criptococosis antígeno, cultivo
mucormicosis observación hyphae

Otros: toxocariasis serología


cisticercosis serología, observación
toxoplasmosis serología
leishmaniasis serología, cultivo, observación

tuberculostáticos, siendo la combinación más habitual la • Período de incubación, que suele durar unas 3
de isoniacida, etambutol y rifampicina (ver capítulo 15). semanas (3-90 días).
• Estadío primario, caracterizado por el desarrollo
de una lesión primaria, el chancro, que suele curar
Sífilis espontáneamente entre 2 y 8 semanas.
• Estadío secundario, que se presenta entre la 2.ª y
Es una enfermedad de trasmisión sexual, causada la 12 semanas tras el contacto y se caracteriza por
por el treponema pallidum, cuyo curso clínico evolu- manifestaciones parenquimatosas, constitucionales y
ciona por 5 estadíos en la infección, a saber (45): mucocutáneas.
192 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Figura 9-15. Lesión expansiva en la papila de un paciente Figura 9-16. Neurorretinitis que afectaba a AO en un paciente
afecto de tuberculosis miliar, que se resolvió con el tratamien- afecto de sífilis secundaria. (A) Edema papilar en fase aguda,
to tuberculostático. (Caso de las Dras. M. Fossas y C. Vendrell. de difícil visualización debido a la presencia de vitritis marca-
Barcelona). da. (B) Atrofia óptica en fase crónica con presencia de tejido
conectivo epipapilar.

• Estadío latente, con manifestaciones clínicas bilaterales. Estas manifestaciones pueden presentarse ais-
mínimas o ausentes. ladas o en el contexto de una meningitis sifilítica (46), con
• Estadío terciario o sífilis tardía, con afectación o sin elevación de la PIC. En concreto, la entidad conoci-
vascular y presencia de «gomas» en piel, hígado, hue- da como perineuritis purulenta (47) se produce por exten-
sos, bazo y SNC. sión de la infección a las meninges periópticas y se carac-
El nervio óptico se afecta en relación con la afectación teriza por edema papilar bilateral sin pérdida visual, con
del sistema nervioso o neurosífilis (tabla 9-7), sobre todo posible dolor a la movilización ocular y PIC normal. La
en el estadio de sífilis secundaria, aunque también en el de afectación del nervio óptico en la fase terciaria se produ-
sífilis terciaria. En el primer caso, es posible observar (46) ce de dos maneras, a saber, como una papilitis o neuro-
(fig. 9-16) neurorretinitis, papilitis, neuritis retrobulbar, rretinitis en una neurosífilis meningovascular, o bien
perineuritis óptica o papiledema, ya sea unilaterales o como una atrofia óptica progresiva en una neurosífilis
parenquimatosa, siendo excepcionales los gomas del ner-
Tabla 9-7. Clasificación de la neurosífilis sintomática
vio óptico. La forma congénita de la sífilis también puede
(Modificada de Tramont (49)) cursar con neuritis óptica durante la infancia, pero la inci-
dencia exacta de la misma es desconocida. El diagnósti-
• Meningitis sifilítica (secundaria) co, en cualquier caso, se efectúa con la confirmación sero-
• Neurosífilis tardía (terciaria) lógica de las pruebas reagínicas (VDRL, RPR) y de las
– Meningovascular: hemiplejia, convulsiones, afasia treponémicas (FTA-Abs, TPHA), en sangre y especial-
– Cerebromeníngea: difusa, focal mente en el LCR. Hay que advertir, sin embargo, que los
• Cerebrovascular pacientes con una infección por HIV asociada pueden no
• Espinal
presentar respuesta inmune y dar un resultado falsamente
• Parenquimatosa tardía
– Tabética: dolores en latigazo, ataxia, trastornos negativo en las pruebas serológicas (48). El tratamiento de
pupilares, impotencia sexual, incontinencia vesical la neurosífilis consiste en dosis altas de penicilina por vía
y rectal, neuropatía periférica, Romberg +, endovenosa (ver capítulo 15) (49).
neuropatías craneales
– Parética: cambios de personalidad, deterioro
sensitivo e intelectual, hiperreflexia, trastornos del Enfermedad por Arañazo de Gato
habla, trastornos pupilares, atrofia óptica, temblores
– Taboparética
Es una enfermedad que se presenta después de un
• Ocular
arañazo o de una mordedura por un gato, y su agente
Capítulo 9. Neuritis ópticas 193

causal es la bartonella henselae. Se suele manifestar causar una meningoencefalitis, especialmente en


por una linfadenopatía generalizada, y sólo un 2% de pacientes inmunodeprimidos, como los infectados
los casos presentan complicaciones sistémicas, más por HIV o los neutropénicos. En este contexto, la
frecuentes en los niños (50), y que incluyen afectación afectación del nervio óptico (57,58) (fig. 9-17) puede
de hígado, bazo, pulmón, hueso, piel, así como sinto- ser consecutiva a papiledema, infiltración directa del
matología neurológica variada. La forma de presenta- nervio, vasculitis con isquemia secundaria y aracnoi-
ción neuroftalmológica más frecuente es la neurorreti- ditis optoquiasmática. El diagnóstico se confirma con
nitis, que a su vez reconoce como causa más frecuente la realización de pruebas en suero y LCR para la
la enfermedad por arañazo de gato (51), aunque tam- detección del antígeno polisacárido capsular, de las
bién se han descrito casos de papilitis (52). El diagnós- cuales la más útil es el test de aglutinación con látex.
tico clásicamente se basaba en el estudio anatomopa- El tratamiento es con amfotericina B y flucitosina, si
tológico de las adenopatías o en pruebas cutáneas, bien en los casos de pérdida visual por HTI, están
pero en la actualidad se apoya sobre la confirmación indicadas una derivación lumboperitoneal y/o una
serológica (53). La enfermedad suele tener un curso fenestración de la vaina del nervio óptico, aunque con
benigno autolimitado, si bien se recomienda instaurar peores resultados que los obtenidos en el seudotumor
un tratamiento con doxiciclina, sola o asociada a cerebral primario.
rifampicina.

Neuropatía Óptica Asociada al Virus HIV


Enfermedad de Lyme
Entre un 40 y un 90% de los pacientes HIV positi-
Está causada por la borrelia bugdorferi, una espiro- vos presentan complicaciones oftalmológicas, habién-
queta que se trasmite por la picadura de una garrapata (ixo- dose descrito todo un espectro de neuropatías ópticas
des scapularis), y trascurre por tres estadíos clínicos (54): en relación a dicho virus, tales como perineuritis, papi-
• Localizado precoz (3-4 semanas), en el que pre- litis, neuritis retrobulbar y papiledema, así como algún
dominan las lesiones cutáneas, como el eritema migra- caso de neurorretinitis (59) (ver capítulo 14). Además de
torio. las infecciones por gérmenes oportunistas (60,61), como
• Diseminado precoz (1-6 meses más tarde), caracte- CMV, toxoplasmosis, sífilis, criptococosis, pneumocis-
rizado por lesiones cutáneas, y manifestaciones cardíacas tis o virus varicela-zoster, la afectación del nervio ópti-
y neurológicas (meningitis, neuropatías craneales). co en un paciente infectado por el HIV se puede pro-
• Crónico diseminado, con artritis y alteraciones ducir en tres situaciones:
neurológicas (encefalomielitis).
La afectación del nervio óptico suele presentarse en
el segundo estadio, en forma de (55) neuritis óptica ante-
rior o retrobulbar, neurorretinitis, o papiledema (56) por
meningitis o meningoencefalitis. El diagnóstico de la
enfermedad de Lyme se basa en la sospecha clínica y
la confirmación serológica de la infección por técnica
de ELISA, y el tratamiento recomendado consiste en
doxiciclina o en una cefalosporina de tercera genera-
ción (cefuroxima o ceftriaxona).

Criptococosis
Figura 9-17. Meningitis por criptococo en un paciente afecto
El criptococcus neoformans es un hongo oportu- de SIDA. Papiledema agudo en el OD (A) y en el OI (B), con
nista que, tras ser inhalado y producir una infección pérdida visual brusca en el primero de ellos, atribuida a inva-
pulmonar, se disemina por vía hematógena y llega a sión del nervio óptico derecho por el proceso infeccioso.
194 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Formas Especiales
Tabla 9-8. Agentes infecciosos descritos como causales
de neurorretinitis
Se describirán, para finalizar, dos formas de
• Bartonella henselae • Virus del herpes simple infección del nervio óptico que presentan caracterís-
• Toxoplasma gondii • Virus de la varicela-zóster ticas oftalmoscópicas claramente distintivas, como
• Rochalimea typhi • Virus de Epstein-Barr son las neurorretinitis y los granulomas. En casos de
• Treponema pallidum • Virus de la hepatitis B y C neurorretinitis (fig. 9-2) la EM está prácticamente
• Mycobacterium tuberculosis • Borrelia bugdorferi
descartada como causa (66), y la mayoría de ellos
• Histoplasma capsulatum • Brucella spp.
• HIV • Leptospira spp.
responden a una etiología infecciosa, destacando
• Virus de la parotiditis • Clamidia spp. sobre las demás la enfermedad por arañazo de
gato (51) (tabla 9-8). Por ello, la sistemática de estu-
dio que recomendamos ante una neurorretinitis es la
• Lesión directa por el propio HIV, a través de dos que se describe en la tabla 9-9. A pesar del creciente
posibles mecanismos, a saber, la pérdida axonal por número de agentes causales, casi la mitad de los
acumulación de infartos en la capa de fibras nervio- casos siguen sin diagnosticarse y se etiquetan como
sas (62) y la acción neurotóxica de algunas proteínas idiopáticos. En cuanto a los granulomas (fig. 9-15)
víricas (63). producidos por procesos infecciosos que infiltran al
• Neuritis óptica desmielinizante, asociada a signos nervio óptico (67), destacan entre ellos las afecciones
clínicos y neurorradiológicos similares a los de la bacterianas capaces de producir raras veces tubercu-
EM (64). lomas o gomas sifilíticos a este nivel. Recientemente
• Neuropatía óptica tipo Leber, inducida por la se han descrito otros agentes causales de granuloma
terapéutica antirretroviral a través de una alteración de del nervio como bartonella henselae (68) o pneumo-
la función mitocondrial, en pacientes predispuestos cistis carinii (69).
genéticamente (65).
El tratamiento en cada situación es diferente y,
aparte de la antibioticoterapia para una posible infec- VASCULITIS Y OTRAS AFECCIONES
ción oportunista, es necesario potenciar la terapéutica AUTOINMUNES
antirretroviral en el primer caso, administrar corticoi-
des en el segundo, y suspender el tratamiento antiHIV Bajo el término vasculitis se agrupan una serie de
en el tercero. procesos que tienen como sustrato anatomopatológi-
co común la afectación de los vasos sanguíneos por
fenómenos inflamatorios. La mayoría de estos proce-
Tabla 9-9. Protocolo de estudio en los casos sos son de etiología desconocida, y en su patogenia se
de neurorretinitis hallan casi siempre implicados mecanismos inmuno-
lógicos. Entre los diversos criterios de clasificación
• anamnesis: viajes recientes, ingesta de alimentos no de estos procesos están el tamaño de los vasos afecta-
cocinados, antecedentes sexuales, contacto con
dos, la distribución anatómica, las características his-
animales
tológicas y la presencia de ANCA. Nosotros utiliza-
• examen físico detallado, buscando rash cutáneos o remos el primero de ellos, siguiendo el esquema
zonas de inoculación propuesto por el Chapel Hill Consensus Conference
on The Nomenclature of Systemic Vasculitis (70),
• PA, bioquímica, hemograma, VSG, Rx tórax según el cual se distinguen tres grupos principales de
afecciones, que se enumeran en la tabla 9-10. Otras
• PPD, serologías: HIV, VDRL, FTA-Abs, brucelosis, enfermedades autoinmunes que se estudiarán también
Lyme, bartonella, clamidia, herpes, EBV, virus hepatitis en este apartado son las del tejido conectivo, las infla-
B y C, histoplasmosis, toxoplasmosis
matorias intestinales y, por último, las formas de neu-
• cultivos de bacterias, virus y hongos ropatía óptica aislada conocidas como neuritis óptica
autoinmune.
Capítulo 9. Neuritis ópticas 195

Tabla 9-10. Clasificación de las vasculitis

1. Vasculitis de grandes vasos: arteritis de células


gigantes, enfermedad de Takayasu
2. Vasculitis de medianos vasos: PAN, enfermedad de
Kawasaki
3. Vasculitis de pequeños vasos: granulomatosis de
Wegener, síndrome de Churg-Strauss, poliangeítis
microscópica, púrpura de Schönlein-Henoch,
crioglobulinemia esencial, vasculitis leucocitoclástica,
enfermedad de Behçet

Las afectación del nervio óptico en todos estos pro-


cesos patológicos se produce de acuerdo con tres posi-
bles modalidades clínicas principales:
• Pérdida visual aguda con dolor y signos sugesti-
vos de neuritis óptica anterior o posterior.
• Pérdida visual aguda, frecuentemente bilateral,
con signos sugestivos de NOIA o NOIP. Figura 9-18. Enfermedad de Takayasu. Infarto masivo del
• Pérdida visual crónica, sugestiva de neuropatía disco óptico asociado a hemorragias retinianas que se extien-
óptica compresiva, asociada o no a signos orbitarios. den al espacio subhialoideo. (Caso de los Dres. TJK Leonard y
En el presente apartado se estudiará la afectación MD Sanders. Inglaterra).
del nervio óptico en el curso de las diferentes enfer-
medades autoinmunes, con excepción de la arteritis varones. Cursa con síndrome tóxico, insuficiencia
de células gigantes, que se describirá en el capítulo renal, neuropatía periférica, afectación articular, diges-
10. tiva y cutánea, así como con elevación de VSG y p-
ANCA. Los criterios diagnósticos de esta afección se
hallan reseñados en la tabla 9-11. Aparte de una neuro-
Enfermedad de Takayasu rretinopatía hipertensiva, produce una neuropatía óptica
aguda anterior o posterior, de mecanismo casi siempre
Esta afección provoca una obstrucción progresiva de isquémico (72), aunque ocasionalmente inflamatorio.
las ramas del arco aórtico y se presenta sobre todo en Los pacientes afectos de PAN pueden experimentar epi-
mujeres jóvenes de razas orientales. Sus manifestaciones sodios de pérdida visual transitoria monocular y alter-
más frecuentes comprenden hipertensión arterial (HTA), nante, además de signos de isquemia retiniana o coroi-
síndrome tóxico y sintomatología relacionada con isque- dea, o de orbitopatía. La enfermedad se controla en una
mia del SNC y de las extremidades. La afectación oftal- mayoría de los casos con corticoides, casi siempre aso-
mológica se produce en forma de un síndrome isquémi- ciados a azatioprina o ciclofosfamida (73).
co ocular con neovascularización y hemorragias en el
fondo del ojo, así como posible NOIA (71) (fig. 9-18). La
enfermedad de Takayasu responde en sus fases iniciales Granulomatosis de Wegener
al tratamiento con corticoides y en ocasiones precisa
cirugía con técnicas de pontaje («bypass») vascular. Es una vasculitis granulomatosa necrosante que se
da en individuos de todas las edades y de ambos
sexos. Produce afectación de las vías respiratorias
Poliarteritis Nodosa altas y bajas, glomerulonefritis, lesiones cutáneas,
artromialgias, y neuropatía central y periférica. Cursa
La PAN es una vasculitis necrosante segmentaria con anemia normocítica, trombocitosis, aumento de
que afecta a individuos de todas las edades, sobre todo VSG y PCR, hipergammaglobulinemia, positividad de
196 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Tabla 9-11. Criterios diagnósticos de las enfermedades autoinmunes que afectan al nervio óptico

Enfemedad Criterios

Poliarteritis nodosa pérdida de peso


(3 ó más) livedo reticularis, inflamación testicular, mialgias
mono o polineuropatía
HTA, elevación de urea o creatinina
antígeno o anticuerpo frente a virus de hepatitis B
arteriografía patológica
infiltración por polimorfonucleares en biopsia arterial

Granulomatosis de Wegener úlceras orales o secreción nasal purulenta / hemática


(2 ó más) nódulos, cavitación o infiltrados pulmonares
microhematuria, cilindruria
inflamación granulomatosa en biopsia arterial

Síndrome de Churg-Strauss asma, eosinofilia, historia de alergia


(4 ó más) mono o polineuropatía
infiltrados pulmonares
afectación de senos paranasales
eosinófilos extravasculares en biopsia arterial

Enfermedad de Behçet aftas bucales recurrentes


(aftas + 2 de los restantes) úlceras genitales recurrentes
uveítis, células en vítreo o vasculitis retiniana
eritema nodoso
análisis de patergia positivo

Lupus eritematoso diseminado exantema malar, lupus discoide, fotosensibilidad


(3 ó más) úlceras orales o nasofaríngeas
artritis
pleuritis, pericarditis
proteinuria, cilindruria
convulsiones, psicosis
anemia hemolítica, leucopenia, linfopenia, trombocitopenia
ANA, antiDNA, antiSm, ACL, AL

los p-ANCA y, sobre todo, de los c-ANCA. Los crite- Síndrome de Churg-Strauss
rios diagnósticos de esta afección se hallan reseñados
en la tabla 9-11. La implicación del nervio óptico en la Consiste en una angeítis y granulomatosis alérgica
misma se produce por múltiples mecanismos, entre los que afecta a personas de cualquier edad, sobre todo
que destacan los directos, como la NOIA (74) y la neu- varones. Las manifestaciones de esta afección incluyen,
ritis óptica (75). Como mecanismos indirectos cabe entre otras, fiebre, crisis asmáticas, púrpura, p-ANCA
mencionar las oclusiones vasculares retinianas, la positivos, y los criterios diagnósticos de la misma se
compresión por granulomas orbitarios (74,76) o intracra- hallan reseñados en la tabla 9-11. A nivel oftalmológi-
neales (76) y el papiledema secundario a patología del co puede producir manifestaciones isquémicas diver-
SNC. La enfermedad de Wegener puede ser controlada sas, incluidos pérdida visual transitoria y NOIA (77)
actualmente gracias en parte a los corticoides, pero en (fig. 9-19). El síndrome de Churg-Strauss suele respon-
especial a la ciclofosfamida (74) y otros inmunosupre- der a la corticoterapia (77), y la utilidad de otros inmu-
sores (azatioprina, metotrexate). nosupresores para su tratamiento está por establecer.
Capítulo 9. Neuritis ópticas 197

como una neuritis óptica aguda o crónica intrínsecas


del propio nervio o del quiasma óptico (82). En tercer
lugar, es posible un compromiso del nervio óptico por
un proceso inflamatorio seudotumoral originado a
nivel de la órbita o del seno cavernoso. En cuarto lugar,
el papiledema (83) es unas veces secundario a patología
del SNC, pero otras veces se produce sin lesión estruc-
tural identificable, por lo que entra en la categoría del
seudotumor cerebral. El LED es una enfermedad incu-
rable y su tratamiento adecuado lo constituyen, según
los casos, los corticosteroides (82) en megadosis u ora-
les, la ciclofosfamida (84) y los anticoagulantes.
Figura 9-19. Enfermedad de Churg-Strauss. Atrofia segmenta- El síndrome de Sjögren se caracteriza por la aso-
ria inferior del disco óptico debida a un episodio de NOIA. ciación de queratoconjuntivitis seca con sequedad
bucal, y se observa sobre todo en mujeres de mediana
Enfermedad de Behçet edad. Puede ser secundario a otras afecciones (LED,
artritis reumatoide, hepatopatía por virus C), o bien
Es una vasculitis oclusiva recidivante de las arterias primario, en cuyo caso el diagnóstico se confirma por
y venas de pequeño calibre, propia de individuos jóve- los títulos elevados en sangre de autoanticuerpos anti-
nes de razas orientales, que cursa con úlceras orales y Ro y antiLa. Se acompaña en ocasiones de una neuro-
genitales, lesiones cutáneas, artritis, tromboflebitis y patía óptica, que tiene un curso agudo recidivante
meningoencefalitis. Los criterios diagnósticos de esta (fig. 9-20) o crónico y cuyo comportamiento es corti-
afección se hallan reseñados en la tabla 9-11. El nervio codependiente (85).
óptico puede hallarse implicado indirectamente en
forma de papiledema por trombosis de los senos veno-
sos durales (78) o meningitis. Asimismo, la afectación Enfermedades Inflamatorias Intestinales
directa del nervio se produce como a consecuencia de
una neuropatía óptica aguda (79) isquémica o inflamato- Las afecciones de este grupo incluyen la colitis
ria. Es posible frenar la progresión de esta enfermedad ulcerosa y la enfermedad de Crohn, se dan en indivi-
mediante los corticorticoides, los anticoagulantes, la duos de todas las edades y de ambos sexos, muchos de
fotocoagulación y, en casos severos, con agentes inmu- ellos con positividad al HLA-B27, y asocian dolor
nosupresores como ciclosporina (80), azatioprina o clo- abdominal con diarreas mucohemorrágicas, fiebre y
rambucil. artritis. La afectación del nervio óptico en estos pacien-
tes (86,87) es de naturaleza inflamatoria, isquémica o
nutricional, esta última por el déficit vitamínico conse-
Enfermedades del Tejido Conectivo cutivo al síndrome de malabsorción. El tratamiento de
las enfermedades inflamatorias intestinales consiste,
El lupus eritematoso diseminado (LED) es una según los casos, en corticoterapia, inmunosupresión
enfermedad crónica de etiología desconocida que afec- y/o cirugía gastrointestinal.
ta sobre todo a mujeres jóvenes. Desde el punto de
vista clínico se manifiesta por fiebre, además de una
variada afectación articular, cutánea, renal, cardiorres- Neuritis Óptica Autoinmune
piratoria y neurológico-psiquiátrica. Los criterios diag-
nósticos de esta afección se hallan reseñados en la tabla Este término se refiere a un grupo de neuritis ópti-
9-11. La implicación del nervio óptico en el LED (81) se cas caracterizadas por la evidencia serológica de vas-
produce en primer lugar como consecuencia de una culitis y por su dependencia respecto al tratamiento
NOIA, de una NOIP, o de otros fenómenos isquémicos corticoideo. Estos pacientes presentan una pérdida
intraoculares. En segundo lugar se puede comportar visual sin otras manifestaciones sistémicas de afec-
198 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

Tabla 9-12. Mecanismos de afectación del nervio


óptico en la sarcoidosis

• edema papilar secundario a uveítis posterior


• infiltración granulomatosa del nervio
• papilitis o neuritis retrobulbar
• neuropatía óptica compresiva
• papiledema por HTI

afectación del nervio óptico, cuya incidencia en nues-


tra experiencia es inferior al 1% estimado por algunos
autores (91), tiene lugar por mecanismos diversos
Figura 9-20. Síndrome de Sjögren. Atrofia óptica presente en AO, (tabla 9-12).
en una paciente afecta de neuritis óptica recidivante, alternante y Así, el proceso granulomatoso puede infiltrar al
corticodependiente, asociada a sequedad ocular bilateral. propio nervio en su porción intraocular, observándose
una elevación nodular a este nivel, que regresa espon-
ción vasculítica ni hallazgos patológicos en la RM, táneamente (92), o bien sigue un curso progresivo (93),
habiéndose detectado en ellos diversos autoanticuer- con deterioro visual en el segundo caso (fig. 9-21). A
pos (ANA, p-ANCA, antitiroglobulina) (88). Asimis- lo largo de su recorrido intraorbitario el nervio óptico
mo, las biopsias cutáneas practicadas a nivel de la es afectado por la sarcoidosis, con presencia de edema
región glútea pueden revelar una infiltración perivas- papilar (fig. 9-22) o ausencia del mismo, en función de
cular por linfocitos y neutrófilos (89). La respuesta a la localización anterior o posterior de la lesión y según
los corticoides, orales, en megadosis o asociados a las dos variantes clínicas antes mencionadas. Así, de
otros inmunosupresores es favorable, aunque el trata- acuerdo con Graham (94), la forma crónica cursa con
miento muchas veces debe ser mantenido durante un una pérdida visual sin dolor, que progresa de modo ine-
tiempo prolongado (90), en razón de la frecuencia de xorable, mientras que en la forma subaguda dicha pér-
recidivas. dida se acompaña de dolor y es reversible. Además, la
neurosarcoidosis es una posible causa de compresión
intracraneal del nervio óptico y del quiasma, por afec-
OTRAS ENFERMEDADES INFLAMATORIAS tación de las meninges basales, o bien de HTI (95), debi-
da a inflamación meníngea, a granulomas intracranea-
En este apartado se estudiará, en primer lugar la sar- les o a trombosis de los senos durales. Finalmente, las
coidosis y en segundo lugar las formas craneal y orbi- manifestaciones neuroftalmológicas en esta enferme-
taria de paquimeningitis. dad se producen también por afectación seudotumoral
de la glándula lagrimal o de otros tejidos orbitarios, así
como por compromiso de las vías retroquiasmáticas,
Sarcoidosis de mecanismo compresivo, infiltrativo u oclusivo vas-
cular.
La sarcoidosis es una enfermedad multisistémica La neuropatía óptica por sarcoidosis puede consti-
de etiología desconocida, cuya patogenia consiste en tuir la forma de presentación de la afección (91,94), o
una respuesta inmune celular exagerada con altera- bien sobrevenir como una complicación tardía de la
ción en la regulación de la inmunidad humoral, y se misma. El diagnóstico clínico se basa en la presencia
caracteriza por la presencia de granulomas no casei- de otros signos oftalmológicos (iridociclitis aguda,
ficantes en los órganos implicados. Afecta sobre todo periflebitis retiniana, dacrioadenitis, etc.) junto a las
a adultos jóvenes, evolucionando la sintomatología manifestaciones generales típicas de la sarcoidosis
en una mayoría de casos, de modo insidioso con aste- (parálisis facial, hepatoesplenomegalia, poliartritis,
nia y pérdida de peso, y en una minoría, de forma etc.) (96). Algunos datos procedentes de exploraciones
subaguda con fiebre, eritema nodoso y artralgias. La adicionales (tabla 9-13) respaldan el diagnóstico de
Capítulo 9. Neuritis ópticas 199

Figura 9-21. Sarcoidosis intraocular. Proceso infiltrativo cró- Figura 9-22. Sarcoidosis retrobulbar del nervio óptico, que se
nico unilateral que afecta a la papila y a la retina circundante manifiesta por palidez con edema del disco óptico, envaina-
en un caso con verificación anatomopatológica de granulomas miento de las arteriolas peripapilares y presencia de vasos
epitelioides no caseificantes en la biopsia transbronquial. óptico-ciliares. (Caso del Dr. W.F. Hoyt. California).

esta afección, siempre en conjunción con los hallazgos Afecciones Inflamatorias Meníngeas
neurorradiológicos (ver capítulo 4), que pueden faltar
en casos de afectación papilar pura. Cuando se consta- La paquimeningitis hipertrófica idiopática es un
ta un engrosamiento del nervio óptico, hay que dife- proceso inflamatorio crónico que causa infiltración de
renciar siempre otros procesos capaces de causarlo, la duramadre intracraneal y se manifiesta desde el
como son los gliomas ópticos y los meningiomas de la punto de vista neurorradiológico por un engrosamiento
vaina del nervio (ver capítulo 11). de la hoz cerebral y de la tienda del cerebelo. Aunque
La confirmación definitiva de sarcoidosis la pro- no es una causa de inflamación del nervio óptico, su
porcionan las biopsias de diversos tejidos como, la extensión puede afectar a la porción intracraneal de éste
conjuntiva, la glándula lagrimal o el propio nervio último a través de una neuropatía compresiva unilateral
óptico, entre otros (94). Son característicos de esta o bilateral (fig. 9-23), o bien de un papiledema. La evo-
afección los granulomas con abundantes células epi- lución de esta enfermedad es progresiva, con respuesta
telioides y algunas células gigantes multinucleadas inconstante a los corticoides e inmunosupresores, y
formadas por agregados de macrófagos, rodeados de nula a la radioterapia, si bien termina por autolimitarse
linfocitos, habiendo siempre que excluir la presencia sin razón aparente, quedando secuelas en las regiones
de cuerpos extraños, bacilos ácido-resistentes y hon- afectadas. Existe además una forma localizada de
gos (91). La enfermedad suele estabilizarse con el
tiempo, si bien en una minoría de pacientes se produ-
ce un desenlace fatal debido a complicaciones cardio- Tabla 9-13. Datos complementarios de interés para
pulmonares o renales. El tratamiento de elección de la el diagnóstico de la sarcoidosis
sarcoidosis del nervio óptico, en los casos que no
• hipercalcemia, aumento de la VSG y del ECA en
regresan de forma espontánea, lo constituyen los cor-
sangre
ticoides administrados por vía sistémica (ver capítulo • signos de inflamación en el LCR
15). La mayoría de las veces responden de modo • anergia cutánea (al PPD) y prueba subcutánea de
favorable al tratamiento, aunque suele quedar alguna Kveim positiva
secuela visual, y esta respuesta es por lo general • Rx tórax: adenopatía hiliar y/o infiltración pulmonar
mejor en las formas subagudas que en las cróni- con/sin fibrosis
cas (94). En ocasiones se utilizan la ciclosporina, la • gammagrafía con 67Ga: actividad de la enfermedad en
azatioprina, otros inmunosupresores o la radioterapia, los órganos afectos
ya sea como coadyuvantes o como alternativas tera- • hallazgos en la ECO, la TC y la RM de los órganos
afectos
péuticas (97).
200 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

gicas, como la sarcoidosis, la tuberculosis, la sífilis o


las infecciones por hongos.

INFLAMACIONES INTRAOCULARES

Los procesos inflamatorios que afectan a las diver-


sas capas del globo ocular pueden ocasionar por su
vecindad un edema del disco óptico, que es preciso
diferenciar de la elevación papilar consecutiva a otros
procesos (papiledema, NOIA, anomalías congénitas,
etc.). Esta afectación de la porción intraocular del ner-
vio óptico se ha descrito asociada a uveítis anteriores,
aunque es mucho más frecuente que acompañe a uveí-
tis intermedias, posteriores, panuveítis, o escleritis
(fig. 9-24). Algunos síntomas, tales como dolor ocular
continuo, fotofobia o miodesopsias, hacen particular-
mente sospechosa la existencia de una inflamación
Figura 9-23. RM orbitaria, corte axial T1 con gadolinio, de intraocular. Mediante el uso de la lámpara de hendidu-
una paciente con paquimeningitis que afectaba a la hoz cere- ra es posible observar en el segmento anterior la pre-
bral. El proceso inflamatorio, que muestra realce, se ha exten- sencia de proteínas y células, en el humor acuoso y en
dido hasta comprimir a la porción prequiasmática del nervio el humor vítreo. Asimismo, la lente de Goldmann de
óptico derecho. tres espejos permite identificar un edema macular quís-
tico, un desprendimiento seroso central, envainamien-
paquimeningitis que afecta a la vaina del nervio óptico, tos perivasculares o focos inflamatorios en la periferia
es generalmente unilateral y se conoce como perineuri- del fondo ocular. En el presente apartado se estudiarán
tis exudativa (98). Causa pérdida visual aguda, dolor y a dos grandes grupos de enfermedades sistémicas cau-
veces síntomas orbitarios, sus signos neurorradiológi- santes de inflamación intraocular con implicación papi-
cos son similares a los de los meningiomas periópticos lar secundaria, las infecciosas y las autoinmunes.
y suele responder de forma eficaz a los corticoides.
Ante el diagnóstico de estas entidades clínicas, es
preciso descartar siempre algunas posibilidades etioló- Infecciones

La tuberculosis afecta a cualquier estructura ocular,


siendo la uveítis la forma más frecuente de afectación,
a través de una siembra hematógena que da lugar a un
tuberculoma localizado en el iris o en la coroides (99).
En la sífilis se implican también diversas estructuras
oculares, puediendo ocasionar, además de la afectación
primaria del nervio óptico ya descrita (46), iridociclitis,
vitritis, coriorretinitis o vasculitis retiniana con afecta-
ción secundaria del nervio óptico. Por esta razón es
preciso incluir en el estudio etiológico de cualquier
uveítis la serología luética (VDRL y FTA-Abs). La
enfermedad de Lyme puede causar afectación de la
Figura 9-24. TC orbitaria, corte axial con contraste de una úvea a cualquier nivel, en forma de uveitis crónica,
escleritis posterior en el OD. Se observa un engrosamiento y vitritis o coriorretinitis, así como queratoconjuntivitis
una captación en la pared del globo ocular derecho. y escleritis (100). La enfermedad de Whipple, causada
Capítulo 9. Neuritis ópticas 201

por el tropheryma whippelii, un bacilo gram +, es una


enfermedad multisistémica caracterizada por la forma-
ción de granulomas consistentes en macrófagos con
material PAS +. Afecta a divesos órganos y produce un
síndrome de malabsorción intestinal. A nivel ocular
puede producir uveítis anterior, intermedia o posterior,
vitritis, papiledema y una miorritmia oculomasticatoria
típica. Las infecciones por citomegalovirus, que
aumentaron espectacularmente en los primeros tiem-
pos del SIDA, han descendido gracias a la nueva tera-
pia HAART. La característica retinitis hemorrágica
necrotizante es capaz de implicar secundariamente al
nervio óptico por contigüidad, o bien acompañarse de Figura 9-25. Infección por CMV en un paciente afecto de SIDA.
una afectación primaria del nervio por el propio CMV Retinitis hemorrágica y necrotizante típica, centrada alrededor
(fig. 9-25) (101). El criptococo, tras su diseminación de la papila y con afectación secundaria de la misma.
hematógena, puede producir una infección intraocular,
en forma de coriorretinitis o de endoftalmitis. La toxo-
plasmosis, en razón de ser el toxoplasma gondii es un
agente neurotropo, es causa de retinitis, vitritis secun-
daria y vasculitis adyacente, con presencia habitual de
una cicatriz pigmentada cerca de la zona de reactiva-
ción. La afectación del nervio óptico en forma de papi-
litis suele ir acompañada de un foco de retinitis yuxta-
papilar (fig. 9-26), con células inflamatorias en el
vítreo, y puede evolucionar hacia la atrofia óptica sec-
torial (102). Las pruebas serológicas específicas son
positivas en el 80-90% de la población normal, por lo
que sólo resultan útiles para descartar la toxoplasmosis
cuando son negativas. La toxocariasis está producida Figura 9-26. Presunta toxoplasmosis ocular. Retinocoroiditis
por el toxocara canis, un nematodo con preferencia por focal yuxtapapilar de localización inferotemporal, con edema
el segmento posterior del globo ocular, y se manifiesta secundario de la región macular y exudados lipídicos.
en forma de granulomas retinocoroideos (fig. 9-27)
que se pueden asociar a uveítis o a papilitis. Con fre- mática. Al examen oftalmológico se suele observar
cuencia se diagnostica tardíamente por afectar a niños una periflebitis, en forma de envainamientos perive-
pequeños que no aquejan sintomatología. Por último, nosos blancoamarillentos, de distribución salteada
la DUSN (neurorretinitis subaguda unilateral difusa) (fig. 9-28). La AGF permite valorar el grado de afec-
está causada por la migración subretiniana de otro tación real por la vasculitis, así como la existencia de
nematodo. Cursa con seudorretinopatía pigmentaria, edema en la mácula o en la papila (103). En casos de
uveítis anterior y posterior, edema de papila y lesiones neuritis óptica, la existencia de periflebitis comporta
blanco-amarillentas subretinianas recidivantes. un riesgo mayor de evolución hacia la EM, mientras
que la presencia de estrella macular (neurorretinitis)
permite descartar la EM (66). El diagnóstico diferencial
Afecciones Autoinmunes de la uveítis asociada a afectación del SNC incluye,
además de la EM, la sarcoidosis, la tuberculosis, la
La esclerosis múltiple es la afección autoinmune sífilis y las enfermedades de Behçet y de Lyme. La
que con mayor frecuencia asocia a la neuropatía ópti- enfermedad de Behçet puede causar una uveítis ante-
ca una inflamación intraocular, consistente casi siem- rior con hipopion, además de fenómenos de arteritis y
pre en una uveítis intermedia bilateral leve y asinto- flebitis retiniana, que afectan de forma secundaria del
202 Neuropatías ópticas: diagnóstico y tratamiento

nervio óptico (104). La sarcoidosis es causa de inflama-


ción a nivel de cualquier tejido ocular, siendo las for-
mas más características la uveítis anterior granuloma-
tosa y la vitritis con morfología de collar de perlas. La
afectación intraocular del nervio óptico puede ser pri-
maria o secundaria a una uveítis severa (105). Las enfer-
medades intestinales inflamatorias (colitis ulcerosa y
Crohn) se acompañan con mayor frecuencia de uveítis
anterior, aunque también producen en ocasiones uveí-
tis posterior (86) o escleritis. El síndrome de Vogt-
Koyanagi-Harada o síndrome úveo-meníngeo se
caracteriza por la asociación de uveítis, poliosis, disa-
Figura 9-27. Toxocariasis ocular. Macrofotografía de un gra- cusia, alopecia y vitíligo, con pleocitosis del LCR y
nuloma que invade la papila y es causa de tracción vítrea con signos meníngeos. La inflamación intraocular, consis-
desprendimiento masivo de la retina (Caso del Dr. M. Quinta- tente en una panuveítis granulomatosa que suele apa-
na). recer en fases iniciales de la enfermedad (106), se com-
plica a veces con edema del disco óptico y
desprendimiento retiniano exudativo (fig. 9-29). La
granulomatosis de Wegener cursa con manifestacio-
nes por vecindad de focos sinusales o nasales, así
como por vasculitis focales (75,107), entre las que se
incluyen inflamación orbitaria, escleritis, queratitis,
uveítis, vasculitis o infartos retinianos. Las diferentes
variantes de artritis (artritis reumatoide, espondilitis
anquilosante, síndrome de Reiter) se asocian de forma
significativa a uveítis no granulomatosa y a escleritis,
con mayor frecuencia anteriores que posteriores. La
afectación del nervio óptico en estos casos consiste
casi siempre en un edema de papila consecutivo a la
Figura 9-28. Esclerosis múltiple. Envainamiento perivascular inflamación intraocular. Finalmente, el síndrome de
que afecta a una rama venosa, a nivel de la periferia retiniana
(cabezas de flecha).
múltiples manchas blancas evanescentes afecta a
adultos jóvenes, sobre todo mujeres, y cursa con pér-
dida unilateral de la visión, precedida o no de pródro-
mos virales. Se observan lesiones blanquecinas a nivel
del epitelio pigmentario de la retina, de distribución
peripapilar y perifoveal (fig. 9-30), acompañadas de
vitritis. Suele asociarse a agrandamiento de la mancha
ciega con hiperemia o edema del disco óptico que se
realza en la AGF (108), mientras que las manchas blan-
quecinas son hiperfluorescentes en fases precoces y
tardías.

INFLAMACIONES DE ESTRUCTURAS
VECINAS
Figura 9-29. Síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada. Edema
papilar asociado a coroiditis multifocal, desprendimiento reti-
niano exudativo y edema macular quístico, con afectación de Aunque es mucho más infrecuente que en la era
los dos ojos. preantibiótica, la afectación del nervio óptico por
Capítulo 9. Neuritis ópticas 203

patología infecciosa de los senos paranasales sigue


existiendo en la actualidad. Cuando se trata de una
sinusitis frontal o maxilar, suelen haber signos infla-
matorios a nivel de la órbita, como celulitis, pero una
infección etmoidal puede comprometer al canal óptico
y manifestarse únicamente como una pérdida visual,
que a veces llega a ser irreversible (109). En la patoge-
nia de la lesión del nervio óptico intervienen la infec-
ción directa, una vasculitis oclusiva y las deficiencias
óseas a nivel de la pared del seno (110). De los agentes
causales de sinusitis destacan las bacterias, sobre todo
el streptococcus pneumoniae (en adultos) y el hae-
mophilus influenzae (en niños), responsables entre
ambos del 50% de los casos, y otras posibles causan-
tes son los estreptococos restantes, estafilococos y
gram negativos. Se debe tener en consideración, ade-
más de la infección bacteriana, la posibilidad de una
infección fúngica en los pacientes inmunodeprimidos
(aspergilosis) o diabéticos (mucormicosis), con afec- Figura 9-30. Síndrome de las manchas blancas evanescentes.
tación orbitaria asociada y síndrome del vértice orbi- Borrosidad de los márgenes del disco óptico (A), asociado a
tario. aumento de tamaño de la mancha ciega en el campo visual y a
El diagnóstico de sinusitis es clínico y se apoya con presencia de múltiples lesiones blanquecinas profundas en la
las pruebas de neuroimagen, en especial TC o RMN, y retina (B).
si se realiza cultivo, el material se debe obtener direc-
tamente del seno, para evitar contaminaciones por la Neuritis Treatment Trial. Arch Ophthalmol 1993; 111:
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