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SDI Ree eee cea damentales, tedricas y militantes, del marxismo de la See ee Reet ee ee eis en Su obra quienes, coincidiendo 0 no con la corriente pol SR RU OSes Rte Cees cy See CA UCR RM ee ea Pe Cn nO n Teta ee estee cee genet Paneer ae ter ms naje, por justificado que sea, debe ceder el lugar al debate y leer a Mandel es la condicién para un debate serio sobre Se ee ee ee See en et ee eens Dee a Sut ae cutters ee ee ia Cae ean Mee er eRe ha elect Semen aCe Oks Real eu ceca cM cel stelers Oe eee Reem Mend emancipatorios de su época; “Octubre de 1917: zGolpe de ee eres ae ern ea) Ree Me me Rm ae ca eee RRC enna Re eme sited eee cnt ies eect enn) RR eee Ss le mel Cre eR eh CC een Ema ea) Cec Mme ue mee case eee male a ee meee en siy Dn nee ee etn acu ent is Ren eee en mic) cee VIENTO Escritos de Ernest Mandel EL LUGAR DEL MARXISMO EN LA HISTORIA Y OTROS TEXTOS ere ear nr) PROLOGO, de Miguel Romero 9 IN MEMORIAM: ERNEST MANDEL, por Robin Blackbur 23 ENTREVISTA DE TARIQ ALI A ERNEST MANDEL: LOCURAS DE JUVENTUD 31 ‘suicameloamanu EL LUGAR DEL MARXISMO EN LA HISTORIA 39 1, Eleontexto histérico general 39 2. Las caracteristicas fundamentales del marxismo 46 3, Latransformacién de las ciencias sociales por el marxismo 49 Labaparclsn ae cain 46 5+ Latransformacién proletaria de la accién yla organizacién revolucionarias 8 6. Lafusién del movimiento obrero real y del socialismo cientifico 94 7. Elitinerario personal de Marxy de Engels 103 8. Recepeién y difusién del marxismo enel mundo 111 OCTUBRE DE 1917: ,GOLPE DE ESTADO 0 REVOLUCION SOCIAL? 123 1 Octubre de 1917: Golpe de Estado o revolueién social? Lalegitimidad de la Revolucién Rusa 123 2, Laapuesta internacional 132 3. Laapuesta nacional 145 4. Laapuesta politica 154 5, la orientacién bolchevique: un anilisiseritico 164, 6. Las concepeiones organizativas de Lenin 176 7. Laapuesta estratégica 189 8. Amanera de conclusién 203 9. Cronologia 209 LISTA DE ABREVIATURAS 222 ‘PROLOGO ERNEST MANDEL: LA MISION DEL ENLACE {Bstd viva la obra de Mandel en este primer curso del siglo XXI, tan_ diferente del futuro que orient6 sus luchas y sus suefios? ;Qué pue- den encontrar en ella quienes, coincidiendo 0 no con la corriente politica en la que Mandel milit6, buscan ahora respuestas a los desafios de la emancipacién humana, de la revolucién socialista, ‘que constituyeron la energia y el horizonte de su vida y su obra? ‘Cuando se eumplen diez afos de la muerte de Ernest Mandel, ‘el homenaje, por justificado que sea. debe ceder el lugar al debate, yleera Mandel es la condicién para un debate serio sobre sus ideas. Lareedicién eneste libro de dos de sas dltimos textos es una buena “noticia para quienes ereemos que. efectivamente, Ernest Mandel es un pensador revolucionario vivo. Estas notas quieren ser una invi~ tacién asu lectura, No existe, afortunadamente, un "mandelismo” canénico, " mérito que hay que atribuir en primer lugar al propio Mandel, que “detestaba el patético caudillismo de tantas organizaciones de jinquierda. Hay, pues, motivaciones y razones muy distintas entre quienes pensamos que Mandel sigue siendo una imprescindible ‘referencia intelectual Yolo veo como un enlace entre dos Jay Si scgecttcvsns theaccincrceapecneus te ‘corrientes revolucionarias de nuestra época, a la que Daniel 9 que habia zonas de deseonectaban durante la manana para poder hacer los cambios de guardia en las torretas de vigilancia. Asi que, simplemente, salté la alambrada. Tenia guantes, pero estaba total~ ‘mente loco, totalmente loco, TDA: El tipo de locura que te salvé la vida. EM. En cierto sentido. Habia um riesgo terrible de ser captu- rado y ejecutado en el acto. De hecho, por desgracia, me pillaron. Estuve en libertad durante tres dias, que fueron embriagadores, muy estimulantes. Por primera ver desde que me encarcelaron, ‘obtuve algo de fruta fresea. Una mujeralemana me dio peras y manza- nas, lo que me hizo feliz. Conocia el camino a la frontera, cerca de ‘Aachen. Pero me cogieron en los bosques, a la tercera noche. De ‘nuevo, tuve mucha suerte. Comencé a hablarle al guarda forestal que ‘me habia detenido. Le dije: “Eseucha, zhas leido los periédicos? Los aliados estin ya en Bruselas y pronto estardn en Aache. Si me matas ahora, pronto tendrés tn gran problema. Mejor, déjame en la céreel y ahdrrate ios", Entendi® y hasta fue simpstico. ‘TTA: Ya entonces. Ernest, eras capaz de convencer al diablo. EM. Bueno, si quieres decirlo asf, Incluso me dio un pedazo de pan. No quiero presumir. Lo que hice era algo elemental. Por ‘suputesto, les di un nombre falso. Tampoco les diel nombre correc to del campo del que me habia escapado, asf que me llevaron a otra cércel. Pero finalmente se enteraron y durante dos semanas me encerraron en una celda de castigo, esposado y con grilletes, por- que sabfan que me habia escapado del campo. Pero a pesar de ello, estaba mas seguru alli: El Comandante del campo del que me habia escapado vino a verme ala cércel —una pequeia celda oscura—y me dijo: "Eres un péjaro Taro. Sabes que si te hubieran devuelto te ‘hubiéramos colgado inmediatamente?”. Le dije que si. Se me quedé mirando, totalmente asombrado, Pero claro, en esta eércel no podia colgarme. Ya me habian condenado, asi que me tuvieron en Eich desde octubre de 1944 hasta comienzos de marzo de 1945, Después me transfirieron a otro campo, en donde estuve tres semanas, ya final demes me liberaron. '* Traduceién d¢G- Buster. anteriormente publicada en Viento Sur n? 23, octubre de1995. EL LUGAR DEL MARXISMO EN LA HISTORIA 1. ELCONTEXTO HISTORICO GENERAL El marxismo es, en iltima instancia, el producto de la aparicién del _ teams ese ‘Alemania, Bohemia y Catalunya), sobre la base del cual surge una sociedad burguesa que domina progresivamente la vida social en todas las esferas de la acti- vvidad humana. El modo de produccién capitalista se funda en la “apropiacién privada de los grandes medios de produccién y subsis- tencia (instrumentos de trabajo, tierra y viveres) por los eapitalictas (es decir, propietarios de importantes sumas de dinero). Estos utili-~ an una parte de su capital para comprar la fuerza de trabajo de wua clase social, el proletariado, obligado a vender esta fuerza de trabajo Puesto que ya no tiene acceso a los medios de produccién para generar su manutencién. En esta relacién antagonica entre el Capital y el Trabajo asalariado, posibilitada por la generalizacién de la produccién mereantil (la transformacién de los medios de pro- duccién y de la fuerza de trabajo en mercancias), se funda el nuevo modo de produccién. Este surge en medio de una sociedad ~la sociedad feudal—, cuya lenta descomposicién abre una fase de transicién larga y 39 contradictoria, que se extiende en algunas de las regiones de Europa occidental arriba citadas entre los siglos XIII a XVI. incluso hasta el XVIII, pero cuyos aspectos continian en actividad mucho as tiempo. A menudo se designa esta fase con el término de socie~ dad semifeudal. Se funda en la pequefia produccién mercantil, en la que los principales productores —los campesinos y los artesanos~ ‘son productores libres y no siervos, que disponen de sus propios ‘medios de produccién. £1 modo de produccién capitalista no apare- ce sino cuando estos productores libres son despojados progresiva- mente de sus medios de produeci6n y del libre acceso ala tierra. El modo de produccin capitalista surge inicialmente bajo la forma de empresa agricola comercial, industria a domicilio y manufactura, En la primera, el productor (campesino) es despo- jado de sus herramientas de trabajo (la tierra, sus animales, sus instrumentos) y enganchado como obrero agricola o doméstico de hacienda por un hacendado-empresario que produce para el ‘mercado, En la segunda, el productor igualmente despojado, pro- ‘duce para un comandatario capitalista. En la tercera, los produc- tores desposefdos son concentrados ya en gran mimero bajo un mismo techo. Hacendados, comerciantes y empresarios, asi como ‘sus asalariados, comienzan a constituir un mercado interno para las mercancias (alimento, textiles, herramientas, bienes de con- sumo). Hay que subrayar, sin embargo. que esta forma inicial del modo de produecién capitalista, del siglo XIII a principios del XVIII, zno ee hegem#niea, ni ve encuentra consolidada. En esta etapa del desarrollo hist6rico, la burguesia no conquisté en ninguna parte el ‘poder politico, salvo en los Paises Bajos del Norte y en algunas ciu~ dades como Ginebra, y ain alli con su fraccién més aristocratica, la burguesia de los banqueros y de los grandes comerciantes. EL Estado sigue siendo un Estado semifeudal (a menudo una ‘monarquia absoluta). La mayoria de los privilegios de la nobleza y del clero se conservaron, aunque estas clases dominantes de la sociedad feudal se empobrecieron progresivamente en relacién con la burguesia y se descompusieron lentamente. En particular, los asalariados propiamente dichos, no constituyen sino una pequefia minoria entre los productores. que son, en su gran ry -ELLUGAR DEL MARDISHO EN LA ISTORUA mayoria, campesinos libres (pequeios productores comercian- tes) 0 parcialmente sujetos a los restos de la servidumbre. Esa partir de la revolucién industrial, que se produce en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se consolidard ¢ impondré definitivamente 1 nuevo modo de produccién capitalista. Con el sistema de la fabrica basado en el maquinismo se extenderé a tra~ vvés del mundo y pondré de relieve plenamente todas sus caracte- rristicas fundamentales. Es solamente a partir de este momento ‘cuando podra ser plenamente comprendido, y sus leyes de desarro- Mo (su logica y su dialéctica internas) podran ser El maquinismo, que es la base de la fabrica capitalista moder- na, es el resultado de una lenta transformacién de las herramientas de trabajo artesanales/industriales a partir del siglo XIII (molinos de ‘agua, téenicas de cultivo y de ganaderia, téenicas mineras, ete.) que desemboca finalmente en el empleo de una nueva fuente de ener- gia en la produccién: la fuerza del vapor. Esta transformacion es de estos progresos de las ciencias aplicadas es la difusidn de la ciencia de la navegacién y de laconstruceién naval. Estatdifusién hace posible las grandes expe- diciones de descubrimiento y pillaje desde Europa hacia Africa del Sur _ydel Este, Asiay las Américas del siglo XVI (1492; “descubrimiento" de América por Cristobal Colén), que pone en funcionamiento una ‘mientras que el mercado de alimentos se extiende a toda Europa “seguido més tarde por el de los productos manufacturados, Este ‘mundial pproletariado moderno. Por lo demés, no deja de influir tam- ‘asectores de las masas rurales, por lo menos en algunos paises. o 1a sociedad feudal se caracterizaba esencialmente por ving gran estabilidad de la existencia humana, Cada quien “tenia yy lugar” y “permanecia en su lugar”. Los hijos de los siervos eran siervos. Los de la nobleza eran nobles o pertenecian al clero. Log hijos de artesanos legaban a ser artesanos. Habia una ideologig religiosa no menos inalterable, la rligién catélica consolidada por la escoléstica, encubria, racionalizaba y justificaba esta sociedad fuertemente jerarquizada. Por cierto, estas rigideces no eran absolutas, Al igual que la téo- nica, el pensamiento y el cuestionamiento social experimentaron rogresos significativos en la sociedad feudal en Europa (sobre todo enel siglo XIL1). Hubo avances en el campo filoséfico; la “izquierda aviceniana”, de origen islémico, por ejemplo, se acered al materia lismo. La extensién del comerecio internacional estimulé précticas intelectuales (jla contabilidad!) generadoras del pensamiento racionalista, Sin embargo, todos estos progresos fueron lentos, con tradictorios, sujetos a mareadas recaidas havia el control religioso (cl surgimiento de la Inquisicién) y el oscurantismo, sobre todo en el siglo XV. ligadas a una crisis generalizada de la sociedad feudal ‘Apartir del siglo XVLy de la aparicién del modo de produccién capitalista, el clima ideolégico y cultural se modifica, en conexién {intima con la modifieacién radical de la vida cotidiana y de las mentalidades de las poblaciones urbanas. El sentimiento de que todo cambia répidamente sustituye al sentimiento de que hay un orden fijo eterno, La duda, el cuestionamiento de los "valores esta- blecidos”, el examen critico de las pretendidas "leyes divinas”, asi como de las instituciones humanas, se generaliza progresivamente Los dogmas religiosos son los primeros sometidos a una revisién, bajo el efecto combinado de las conquistas de las ciencias natura~ les, de la propagacién del espiritu erftico y de las rebeliones contra los abusos, los privilegios y la corrupeién del clero. Ast, se desarro- an paralelamente el humanismo casi ateo, la Reforma (luteranismo, anglicanismo, calvinismo, puritanismo) y la filosofia racionalista- naturalista (Galileo, Descartes, Spinoza). En Gltima instancia, estos movimientos ideoldgicos expresan las aspiraciones de las nuevas clases urbanas y rurales que se desa- rrollan con el modo de produccién capitalista: la burguesia, la 2 [EL LUGAR DEL MARNISMOEN LA HISTORIA a de funcionarios ¢ ideélogos (maestros, sabios, unado independiente, el pre-proletariado (asala- ‘del afto solamente), los hacendados-empresarios. 0 total o parcialmente en una de las variantes ligidny en las nuevas corrientes filoséficas. ideolégica adquiri6 esencialmente una forma reli- ‘explica por el papel de la religién como ideologia sociedad feudal, ideologia dela que todas las cla- mente impregnadas por la educacién y en la vida de lo que se trata es en realidad de una ver~ e clases, como lo demuestran los grandes combates ‘en los que desembocaron estos conflictos reli- que llegan hasta guerras civiles y verdaderas revo- ‘rebelidn de los husitas en Bohemia en el siglo XV; la , campesinos en Alemania, la revolucién de los Paises i Rares hei henna abdorinte Hier Jos anabaptistas) en el siglo XVI; las guerras de er senetiipengnasttieaylienae Jo cual ena revolucién inglesa de 1640-1688, ia Ia debilidad relativa de 1a burguesia en los siglos XVI ‘movimientos resultan sélo parcialmente victoriosos. , desembocan en derretas. La Contrarreforma, triunfan- jesuitas en Italia, Espafia los Paises Bajos del Sur, Austria ‘de Alemania, sucede a la Reforma, Enel terreno politi- ‘monarquia absoluta la que st extiende y no la reptiblica Muchas secuelas de la Edad Media ~la servidumbre, la riedad judicial, incluida la Inquisicién y la tortura, lacensu- -eolocacién en el index de libros “sediciosos"— subsisten. 0 se ve obligado a confesar piblicamente que se equivocd -demostr6, contrariamente a la opinién de la Biblia, que es aque gira alrededor del Sol yno a la inversa. noes y retrocesos se combinan en todas partes del mundo. nizacién europea desemboca en la exterminacién de los de América. El capitalismo comercial organiza la trata de os, devasta Africa y extiende plantaciones y manufacturas en ca con ayuda de millones de esclavos y no de proletarios 8 ‘ERNEST MANDEL No es sino con el advenimiento del capitalismo industrial egunda mitad XVIII que el progreso y el optim ‘ante . Bajo la direccién de la burguesia la revolucién burguesa de 1789. Este movimie somo baryon Amtscn ation rineipln dal desigual los paises. ae arie nastemcseancemegceebenmieonntosisie ‘un eambio radical de las rel ria, en la lucha politica. Llevada por io : ciones de fuerea entre la burguesia por una parte, yla monarquia, 4 | LUGAR DEL MARDOSMO EN LA HISTORA opiniones reaccionarias, como Balzat, ¢ ide6logos conservadores. Esta toma de conciencia va ‘una nueva préctica social: la lucha de clases de los obreros-artesanos, los preproletarios y los proletarios contra los capitalists, Asiva a surgir el "cuarto estado”, que se enfrenta progresivamente contra el "tercer estado", contra la do en la interpretacién més radical de les principios de la democracia. ‘La igualdad entre los individuos debe aplicarse a los sexos. Ast, apare- «i6 la "Declaracién de los derechos dle la mujer y de Ia ciudadanta’ en plena Revolucin Francesa. Ella no debe permitir discriminacion de asta o raza: también se inician a emaneipacién de los judios; el movi- ‘miento por la abolicion de la esclavitud, a extensin del sufragio uni- versal. Finalmente, implica la igualdad entre las naciones ysu derecho alaautodeterminacién, de all el surgimiento de movimientos demo- critioos nacionales, particularmente-en Irlanda, Italia y Alemania, ‘Una realidad econémica y una prictica socio-politica nuevas cengendran as{una interrogante cientifica nueva, acompafiada de ideo- Jogias nuevas. {Debe limitarse la emaneipacién al “ciudadano”, alos derechos juridicos y politicos del hombre? ;No debiera extendesse al productor, alexplotado, al "hombre (ya mujer) econémicos"? Asi l final del Siglo de as Luces surge la cuestién social, el problema de la ‘emancipacién econémica, y oon ella, el socialismo como corriente de ‘ideas y movimiento real que actia por esta emancipacién. Del surgimiento del modo de produccién capitalista al maqui- xnismo la fébrica moderna; del surgimiento del proletariado concen- ‘rado en las fabricas a la lucha de clases parlamentaria elemental, de Jas resistencias de pueblos colonizados contra las nuevas formas de cexplotacién eapitalistas alos movimientos de independlencia radica- Jes (América Latina, Irlanda, ete.); dela sparicién, en el punto culmi- xnante de las grandes reveluciones burguesas, de revolucionarios que ano se sitian exclusivamente en relacién a los objetivos de la bur- uesia revolucionaria, a un principio de articulacion de objetivos 45 ‘socialistas en favor del joven proletariado; del racionaliamo burgués del "orden social” en general (es decir a sociedad dividida en clases aantag6nicas, de la propiedad privada) sin limitarse a la critica del orden semifeudal: he ahf la evolucin y el contexto histérico que hacen posible el nacimiento del marxismo, ocialismo, la idea de un “regreso ala edad de oro", es decir, una sociedad sin clases, es mucho més viejo que el capitalismo industrial. Son practicamente tan viejos como la propia divisién de lasociedad en-clases. Encontramos ecos de ella en la antigua poesia ‘griega, en los profetas hebreos. en los primeros padres de la Iglesia ‘catélica, en numerosos pensadores de la China clasica y del islam. Durante la Edad Media y en los grandes movimientos ideol6gicos a partirdel siglo XV, esta tradiciénse extiende cada vez més. También 8 reforzada por la existencia de sociedades relativamente igualita- ras encontradas por los europeos durante viajes de descubrimien- tos 0 campaias de conquista. El marxismo se sitta sin ninguna duda en la huella de esa vieja y venerable tradicidn de suefio y combates de emancipacién de los pobres, explotados y oprimidos. Comparte con ellos interrogantes, reocupaciones, rebeliones. Pero todo lo que es espeei- fico del marxismo no se explica, en iltima instancia, sino porlo que ‘es nuevo a partir del siglo XVIII, y que esta intimamente ligado ala consolidacién del modo de produccién capitalista por la revolucién ‘industrial: la aparicién definitiva del proletariado como clase social fundada en el trabajo asalariado; la toma de conciencia radical dela ““cuestién social” nacida del nuevo antagonismo social: el del capi- taly el trabajo asalariado, 2. LAS CARACTERISTICAS FUNDAMENTALES. DEL MARXISMO El marxismo aparece a la vez como una transformacién revolucio- naria y una unificacién progresiva: de las ciencias humanas, més exactamente de las ciencias sociales; del movimiento politico de 46 filantropicas fundaciGn de las primens eolonias "coraunistas"); i ee eee “Bn el terreno de las ciencias sociales, la apropiacién ertica n sobre todo'a la filosofia elésica alemana, In economia és radicales de las organiziciones que, contra el absolu- o, quieren instaurarla repablicademocritica en Italia, Irlanda fa. Abolir la esclavitud de Estados Unidos. Brasil y en las ‘eeNEST MANDEL ‘1 andlisis de la opresién de la mujer, emprendido por los socia~ Tatas feminists ut6pieos. sel esfuerzo por transformar el socialism esencialmente ut6pico en socialismo cientifico. Simultdneamente, Marx y Engels buseanasentar el pensamiento ya oganizaciGn socia~ listas sobre la necesidad de la accién politica, es decir, de fusionarla ‘mo, o que implica que insistan sobre el colectivo socialista junto alos objetivos ive inmediatorysobrelaaccién politica revoluionaraparalela ala aceién econ6mica (sindical-mmutualista) y edueativa. De esta manera, el marxismo aparece como una cuddruple sin= tesis: sintesis de las principales ciencias sociales; sintesis de estas ciencias sociales y el proyecto de emancipacién de la humanidad; sintesis del proyecto de emancipacién humana y el movimiento real de auto-organizacién y de auto-emancipacién del proletariadg_ ‘moderno; sintesis de este movimiento obrero real y 1a accién, de organizacion jlitica revolucionaria. ‘rrraesoeiai pan ccna cca iedand e para siempre. Puesto que su tinico axioma es que la medida d ttiva de toda accién humana y el fin iltimo del ser humano es el p 0° pio ser humano, estin sometidas siempre ala prueba de lap ‘yno son enabsoluto dogmaticas. Deben ser constantemente r ‘minadas a la luz de cada experiencia 0 de datos nuevos 48 -ELLUGAR OEL MAROISMO EN LA HISTORIA en su totalidad. Cualquier enfoque fragmentario que intente “sos~ layar” esa vision global debe ser més que puesto en duda. Casi siempre desemboca fatalmente en anilisis falsos y previsiones no confirmadas por los hechos. Ademis, estas sintesis implican siempre una apropiacién cri- tica de los elementos de las ciencias universitarias més avanzadas, asi como un anilisis critico del movimiento de emancipacién tanto «nivel de las organizaciones revolucionarias, como al de los inten- tos por resolver “la cuestion social" ya los esfuerzos elementales de auto-organizacién y auto-emancipacién de la clase obrera. En esta apropiacién critica hay un continuo equilibrio dialéctico entre la recuperacién y la innovacién. Enel espiritu del marxismo, dado el método de aproximacién 4 la realidad (al devenir social) adoptado por Marx y Engels, este ‘equilibrio es inevitable. E! marxismo no cree en la ciencia infusa y atin menos en el conocimiento intuitivo. Tampoco se compo: ‘como un “educador” unilateral ni en relacién con el proletariado, ni en relacién con el movimiento hist6rico (en las peripecias de la lucha de clases). Aprende constantemente de la realidad, que esta entransformacién continua. Comprende que los edueadores nece- sitan también ser educados, que s6lo la praxis revolucionaria colec- tiva, enraizada en la praxis cientifica por una parte, y en la praxis real del proletariado por otra, permite esta autoeducacién de los trabajadora, _3. LA TRANSFORMACION DE LAS CIENCIAS SOCIALES ‘PO! MO. 0 indola y reconstruyéndola ‘La dialéctica tiene un origen muy antiguo. Se la encuentra © el alba del pensamiento filos6fico, particularmente en el sriego Heraclito (“todo cambia’, “todo se mueve", "todo 49 [ERNEST MANDEL, se transforma”, en griego: "panta rei”) y varios pensadores chinos _ como Kung-sung Lung y Tat-chen. Posteriormente fue desarrollada ver dts flee holands Spina ig XVID. fe elerada ‘sus més altos niveles por la filosofia clésica alemana encarnada por Hegel, uno de los més grandes pensadores de todos los tiempos, Los logros del pensamiento dialéctico son ante todo: + Laconcepeién de toda realidad como sometida aun cambio continuo, es decir, no. como una suma de hechos sino como ‘una combinacién de procesos. + La concepeién de toda realidad como una totalidad en ‘movimiento, de la que ninguna parte puede ser compren= dida aisladamente, al margen de sus interconexiones, de relaciones con las otras partes. : {La concepeidn del movimiento come resultado de las con~ ‘tradicciones internas de esta totalidad. + La concepeién del conecimiento como una aprehensién de sadora, de aprehensiény de trinsformacin de lo real. + La coneepcién del conocimiento como la extraccién, mediante el anzlisis y lsacci6n, de leyes de desarrollo inhe- rentes.a los procesos aprehendidos. La dialéctica del pensa~ miento debe ajustarse ala dialéctica de lo real (al movimiento real) para poder comprender ate ltimo, Esta metodologia general del pessamiento eficar, cientifico, del pensamiemto, que permiteacercasse através de aproximacio~ nes sucesivas a una compremién dela realidad en su totalidad, constituye un enorme paso sielante ex relacién con el método puramenite analitico del saber fragmestido, excesivamente espe~ cializado, basado esencialment en laexperimentacién parcial y la ica formal. naa ydulesen no recharalscxprinenacién parcial yale formal, las incorpora. Pero 3! misu» tiempo capta sus limites. 50 FL LUGAR OEL MARISMO EN LA HISTORIA, ‘Permite asi un progreso pluridiseiplinario del conocimiento, que el ‘marxismo cristaliza particularmente en el terreno de las ciencias que tienen como objeto a toda la sociedad, y que aleanzard tarde temprano al conjunto de las ciencias humanas, El pensamiento de Hegel, estimulado por la experiencia que el ‘gran fil6sofo alemén habia adquirido de la Revolucién Francesa (en su juventud, Hegel habfa formado parte incluso de un grupo revolu- cionario prejacobino), llega al borde de un “salto cualitativo” en varios terrenos clave: particularmente en el del papel motor que ¢! trabajo social juega en la historia humana. Pero la victoriade la con- trarrevolucién politica en Francia y én Europa, y el cardcter todavia insuficientemente maduro de la sociedad burguesa y la lucha de ela~ ses proletaria durante las dos primeras décadas del siglo XIX, no le permitieron a este gran genio franquearciertos mites de su pensa~ miento. Este sigue caracterizandose por las debilidades siguientes: 8) Concibe la dialéctica como esencialmente idealista. Con- sidera el movimiento de las ideas como fundamental en relacién con ‘el movimiento de la realidad material. De hecho, lo real es a menudo ‘identificado con lo ideal. La dialéctica de la historia es reducida, en ‘ltima instancia, ala dialéctica de la "idea absoluta”, La realizacién de |a libertad se eoncibe como finalidad dela historia—Hegel comparte cesta concepcidn con el Siglo de las Luces-, es decir, con el proyecto de emancipacién humana que sustentaba todo el combate de la bur- guesia revolucionaria, la realizacién de la libertad espiritual: "El csclavo espiritualmente libre puede ser més libre que el amo”, }) La filosofia de la historia que se desprende de esta concep- clon idealista de la dialéctica adquiere, debido a esto, una dimen- sin demasiado abstracta, casi metafisica. Los protagonistas de la historia, 10s objetos de estudio y los sujetos del movimiento de emancipacién no son ya el hombre y la mujer concretos, tal como viven, trabajan, son explotados y sufrenal mismo tiempo que pien- san, tienen su “vida interior” y sus estados de énimo. Sino que demasiado a menudo este lugar lo ocupan los "seres espiritual es decir las ideas y las ideologias, ineluyendo las religiones. Es cierto que esta debilidad metafisica de la filosofia de la his- toria de Hegel esta atemperada por intuiciones geniales sobre las oe FL WGAR DEL MARS MO EM LA NESTON relaciones entre el trabajo (Ia produccién), la organizacién de l De hecho, las dos interpretaciones paralelas ge encuentran en ‘vida matesialy e} Retado (n-estroctara social), intuiciones que} l pensamiento del propio Hegel. La primera predomina en sus ronnacimiento a dos escuelas, a dos lineas de discipulos. La segun- da marca 1a escuela de los “viejos hegelianos", soportes de la ‘monarquia prusiana, de la religi6n, y del Estado que se supone que ‘encarna “la virtud” (como en Platén y Arist6teles) y el “bien comin", opuesto al egoismo econiémico y social que domina “la Estado (el Estado prusiano) en el cual esté inserto el fil6sofo, sociedad civil”. La primera da vida a las escuela de los "jévenes ‘La famosa férmula de Hegel "todo lo que es real es +hegelianos", filésofos radicales, contra el sistema, contestatarios, todo lo que es racional es real’, no-es atttomiticamente: ateos (sobre todo Feuerbach), entre los que Mare se enrola en su si se considera el verbo “ser” en su acepcién dialéctica, como ¢ juwentud y euya obra despiadada de eritica filosética, historica, equivalente de “devenir, transformarse, crecer, para después; ‘social, econémieay politica continuard: nary desaparecer”. Eneste sentido la formula puede significar: En una de sus obras juveniles menos conocidas, Der Geist des Todo lo quees real sobrevive sdlo en la medida en que esta Ghristenums (El espiritu del cristianismo), Hegel llega a escribir: realidad corresponde a unanecesidad y, en esta medida. a su ‘Sola lo que e¢ objeto de liberiad.es la idea. ;Hay que propia racionalidad, En la medida en que esta racionalidad superar por to tanto el Estado! Ya que todo Estado esta desti- declina y se descompone, en la medida en que sus-contradic~ nado @ tratar< los seres humanos libres como si se tratara de. ciones se manifiestan cada vez mas yse suelven cada vez mds Piezas de un mecanismo (Raiderwerk). Eso no debe ser ast. El explosivas, esta realidad se vuelve.cada ver mds “irreal”, es (Estado) debe por cansiguiente terminar... Al mismo tiempo, decir, comienza.a descomponerse y porlo tanto a desaparecer, {quiero establecer aqui los prineipios de una nueva historia de «@-dar lugar a una realidad nueva, mds racional. ¥ paralela~ 'a humanidad, es deeir, de toda la miserable obra humana. ‘mente: Todo lo que es racianal, aunque todavia no esté reali~ del Estado, a constitucidn, et gobierno y la legislacién jy qui- zado plenamente, aunque todavia no sea mas que potencial, tarle hasta la piel! (G.W.F Hegel, Der Geist Christentums, embrionario, llegard a ser cada vez mas real. se realizaré pro- Ullstein, 1978, p: 341; traduccién de E.M.), _gresivamente en los hechos. 4d) Una dialéctica idealista desligada de la realidad material Pero esta misma formula, potencialmente revolucio ede carecer de todo criterio epistemologico, de todo criterio de a ficacion en altima instancia. Al mismo tiempo, corre el Encerraree en un razonamiento circular, Iéase en el solipsismo, Puede tomar un earicter dogmitico, al servirse tnicamente de la interna del razonamiento como justificacién altima del na de pensamiento, como prueba final de su grado de verdad, -veracidad Marx y Eogel tratarom de corsegir estes debiidades dels dia- (onoes todavia) ni racional, ni necesario: si no ya se hubie~ idealista "volviéndola a poner sobre sus pies” (en el sobre auaeae itendido de que Hegel la habia puesto de cabeza, es decir, cabeza 3 (ERNEST MANDEL £2 LUGAR DEL MARINSHO EN LA HSSTORA abajo). Tuvieron asimismo que transformar la dialéctica ide cendialéctica materialista. Esta filtima se funda enlas observaci siguientes: condiciones sociales especificas en las que viven, condiciones que cambian segin la época hist6rica. d) El movimiento de emancipacién real que se realiza progre- sivamente a través de la historia, con grandes avances a los que independientemente de los deseos, pasiones, intenciones ¢ id suceden graves recaidas, no es ni exclusiva. ni esencialmente, nien de los que buscan interpretarla, Ea une realidad objetiva primer lugar, el movimiento de emarcipacién espiritual. No es nee | _ sobre todo una conquista progresiva dea libertad del espiritu, sino pensar rata de explicar. Ni qu que los pi ‘una conquista progresiva del espacio material de vida y de libertad, de posibilidades de gozo. Entre ellos, los gozos espirituales, estéti- cone os, ete., ocupan sin duda un lugar importante. Pero su satisfaccién PON) El pesanienta jms puede enifnsetlnen oberon atria la realidad objetiva, aunque s6lo sea porque esta ultima esta de eduicacién, de acceso a la cultura, eve. Se trata de liberar a los permanente transformacién, y la transformacion de lo real individuos de las limitaciones que les impone una estrecha depen- samente precede siempre en el tiempo al progreso del pens dencia de las fuerzas de la naturaleza, ast como aquellas que impo- miento, Sin embargo puede acercarse a ella cada vex més. Lo ne tuna dependencia estrecha de otros individuos. es pues comprensible. Los avances del pensamiento, de la ci (no necesariamente un avance lineal y permanente) son po > La libertad espiritual del esclavo es sin duda vital para su se verifican conereta y précticamente en la historia humana | Supervivencia. Pero el combate por su liberacién material, es sus consecuencias (previsiones verificadas, aplicaciones decir, por la abolicién de la esclavitud como institueién social, de das, ete.), es decir, por sus resultados pricticos. Porlo toda la realidad social que la sustenta, es de més largo aliento. De terio ultimo del grado de veracidad del pensamiento, de lac Rillas reaneras, exiate'cn ln hiatoria'tin movimiento-real’de emant es prictico. El pensamiento es eficaz (cientifico) en la medida én material por parte de los propios esclavos. El programa la explicaci6n de los procesos reales no es solamente ins, Engels se fijaron en sus obras juveniles, y al cual per- para explicar lo que ya existe, sino que sirve también par ‘manecieron fieles toda su vida es el de combatir todas las institu- lo que todavia no existe, para integrar esta previsién en la _tiones y todas las condiciones en las que el hombre es un ser inaelie as rien Tal cninenecseseetill humano miserable, explotado, oprimido, alienado, y debido a shonenehes alidad objetiv i establecido. En Gltima instancia, el conocimiento ¢s un. mento de superviveneia del género humano, un m modificar el ugar de esta especie en la naturaleza, con sumentar su viabilidad. ©) La dialéctica de la historia es una dialéctica de se a) La realidad material (la naturaleza y la sociedad) la ciencia socialista) son también procesos objetivos, ob © por el principal logro de la economia politica inglesa el nos reales y concretos, y no una dialéctica del “hombre en lcentral del trabajo social en la existencia! daulaiioyerniae a o “del hombre y de la mujer como seres esencialmente € 'y Engels elaborar de manera coherente su teoria del desarro- les". Los seres humanos reales y concretos son seres jail de la humanidad: la teoria del materialismo histérico, lla- social e histéricamente especificos, es decir, determin Sw también “interpretacién materialista de la historia’, ot 55 sRNEsT MMOL LUGAR DEL MAROISMO EN LA HISTORIA ‘42. LATRANSFORMAGION DE LA HISTORIOGRAFIA SOCIOLOGICA FRANC jiistoria humana por lo menos a grandes partes de ella abarcando 4 sung o varios siglos. En este sentido, se trata de una verdadera revo- Jucién en las ciencias sociales, que combina avances en la historio- fia con una mejor comprensién dea estructura ya dindmica de Jas sociedades. Marx y Engels son, por lo tanto, los herederos de la hhistoriografia sociolégica francesa, as{ como de la filosofia clésica alemana. Lacomprobaciénde que no "son los grandes hombres los queh la historia", sino que ésta resulta fundamentalmente de que oponen a un gran nimero de individuos, es decir co fueraas sociales, se impuso ripidamente en la historiografia sus origenes. En historiadores griegos como Tucidides encon yuna formula como ésta: "Toda ciudad se encuentra divididay | No obstante, si bien el progreso de la ciencia hist6ricay dela ciudad de ricos y una de pobres, entre los cuales se produce un ciencia de la sociedad significan indudablemente un gran progre- ra permanente”. Autores clésicos chinos llegaron répidan | 40,laobra de los historiadores franceses de principios del siglo XIX misma conclusién. La encontramos también en los mas grand ‘tiene grandes lagunas en relacién con una interpretacién cientifica sadores del mundo islamico, sobre todo en los grandes ‘dela historia, asi como contradicciones flagrantes en la compren- rres/soeiélogos Al Birunie Ibn-Khaldun, que llegan hasta el ‘sign de la realidad sociopolitica —y por lo tanto histérica~ de su rmaterialismo hist6rico. epoca, la del capitalismo triunfante: Es la experiencia de las grandes revoluciones burguesas, eS, siglo XVI al XVIII, las lecciones que de ellas se extraen y que: a) Los conceptos de “clases sotiales” y de “conflictos entre ‘mentan preocupaciones politicas actuales, la que lleva a sociales” son manejados de ura manera esencialmente des- riografia francesa de'principios del siglo XIX a crear ay . Si bien no se niega la base material de estos conflictos, € nada los conceptos de clases sociales y de conflictos entre el uso es puesta de manifiesto correctamente sobre todo en lo. que sociales, es decir de lucha de clases, como instrumentos para ¢ ere a ciertas oposiciones de clases en Ia sociedad feudal (;no prender la marcha de la historia. Asi. uno tras otro, Fra odas!), no se llega a establecer claramente el vinculo estructu- ‘Quesnay, Augustin Thierry, Mignel, Guizot y Thiers, en ‘orginico, entre el lugar de las clases sociales en la sociedad, dios sobre la revolucién inglesa, la conquista de Ing] . palmente en la produccién, y sus intereses materiales, su normandos, sobre la Revolueién Francesa y el restablecim social y las luchas politicas. Jos Borbones en 1815, manejan estos conceptos. b) Las luchas ideolégicas, los conflictos entre sistemas de Porlo demés, habtan sido precedidos en esta via poral ps "valores espirituales” (Dios, la religion la Libertad con L_ma~ autores ingleses y alemanes, particularmente Schiller eula,c! bien comin, la belleza, imcluso la naci6n) son considera- dio de la revolucién de los Paises Bajos en el siglo XVI. eralmente como superpuestas a los conflictos de intereses grandes pensadores del Siglo de las Luces, particularmente V les, como desligadas de éstos y poseedoras de un sentido que y Montesquieu, habian ya establecido que la historia est ‘intrinseco, cuando no otorgéndoles un valor eterno. ‘nada en Giltima instaneia por las condiciones materiales en! En general no seabordan, 0 s¢ tratan de forma marginal, los se desarrolla. Sin embargo, tendian a privilegiar las cont ¥ los combates de las capas (clases) mas pobres de la naturales (clima, situaci6n geogréfica, razas, ete.) y politicas) las que en el pasado no supieron imponerse duradera~ titucionales) sobre las condiciones sociales y econd ‘eternos vencidos de las revoluciones y de las luchas Y politicas. Cuando se les elescribe se hace a menudo sin a Werles, a la luz de prejuicios y hasta de odios de clase cién sistemética de los nuevos conceptos de clase, si no 0s, 36 5T A pesar de sus aspecios a veces grotescos, cada generacién de cronistas ¢ historiadores ransmite asi innumerables calumnias ala generacién siguiente. Citemos en desorden y al azar: la leyenda que ‘cuenta de los cétaros,alaver que rechazaban tener relaciones sexua- Jes y que practicaban el infanticidio a gran escala; la que dice de los pueblos eslavos de a Alta dad Media, que habfan sido incapaces de constituir estados, “cualidad” segin ella reservada a los pueblos germénicos; aquélla que cuenta que los judfos estarian desprovistos de “cualidades marcialesla leyenda de que los anabaptistas"socia- Jizaron a las mujeres” en Munster; la que cuenta que los indios de ‘México practicaban el sacrficio humano a muy vasta escala; la de la ‘crueldad de los pieles rojas de América del Norte, y la de la "pereza ‘congénita” de los negros, que segin esto habrian rechazado trabajar demo haber sido sometidos a la esclavitud, esté influida por el marxismo— ha producido una historia reescrita ppor los vencedores. a despecho tanto de la verdad hist6rica como del honor de los vencidos, 44) Mas particularmente, la aplicacién de los mismos concep- tos de clases y de lucha de clases se hace de manera cada ver més Teticente.a medida que se trata de plantear los antagonismos entre ¢lcapital y el trabajo asalariado, a medida que el siglo XIX se acerca -yquese trata de analizar las|uchas sociales contemporéneas, la his- toriografia y la sociologia desembocan inevitablemente en la poli- tica. A partirde este momento, y bajo la presién evidente de sus “orden social” eterno, del "bien comin”, del “interés general de la nacién”, de los “valores espirituales supremos”. 7 ‘Sus adversarios de clase ya no son presentados como tales, ‘sino como “sembradores del desorden”, como “anarquistas san- Brientos” (mas tarde se hablara de bolcheviques que levan un ‘cuchillo entre los dientes y chan los dedos de los nifios en la sopa, ‘incluso de los que encarnan el "Imperio de! Mal”), " de la violencia", en resumen, como "birbaros” que se nae mis ee 58 EL WOAR DEL MAPERSMD EN LA HISTORIA “civilizacién”. Los idedlogos politiqueros racistas y fascistas lo dirén ‘mis claramente todavia: "sub-hombres", seres desposeidos de la cualidad humana, lo que permite justificar la inhumana manera en que son tratados estos adversarios. ©) Nose revelan los origenes de las clases sociales y el Estado. ‘Al mismo tiempo, ambos son presertados como fenémenos casi ‘eternos, salvo quizis en los estadios mis primitivos de la existencia ‘humana. Su desapericién se considera imposible, es decir, "con- ‘raria ala naturaleza humana”, clases sociales y lucha de clases. a) Las clases sociales no son instituciones sociales eternas y ‘permanentes de la sociedad (de la existencia) humana. Surgen en ‘una etapa determinada del desarrollo de la sociedad. Se desarrollan se transforman de formacién social a formacién social y estan destinadas a desaparecer. La organizacién social pasa y pasard por los estadios sucesivos de la sociedad primitiva sin clases, a las dife- rentes formas de la sociedad de clases, hasta la sociedad futura (comunista) sin clases. b) Para comprender esta marcha general de la historia, es decir; el origen, desarrollo, exacerbacién y desaparicién de la divi- ‘ti6n de la sociedad en clases, hay que partir de la primacia para el género humano, como para toda especie viviente, de la superviven- ‘cia material. Sin embargo, la especie humana se distingue de todas las otras especies porque ella misma produce su supervivencia (su "subsistencia cotidiana y la reproduction de la especie) mediante “una acci6n colectiva deliberada: el trabajo social. Este trabajo social - necesario y excedente social. Bl producto necesario permite mantener (y por lo tanto _reproducir) la fuerza del trabajo y los nstrumentos de trabajo exis~ “tentes. El excedente social es el conjunto de los bienes habitual- “mente producidos no indispensables para esta manutencién. 59 Mientras el excedente social sea insignificante la division de la sociedad en clases es imposible, en el sentido de que una fraccién cexcedente social sea real, incluso ereciente, pero insuficiente para liberar a la gran mayoria de la sociedad de la obligaci6n de consa- grar lo esencial de sus esfuerzos para la produccién/reproduccién desu existencia material (dela existencia material de toda la socie- dad), la divisién de la sociedad en clases es inevitable. A partir del ‘momento en que el excedente social se vuelve tan grande e impor- tante que el producto necesario es ya sélo el resultado de un esfuer- 2 reducidisimo (algunas horas de trabajo por dia), surge la base material para el advenimiento de a sociedad sin clases. ©) La magnitud del producto social, y por lo tanto también del excedente social, es en Ultima instancia funcién de la productividad social del trabajo. El progreso econémico ¢s medible por esta pro-

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