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EL CÁLCULO DE PROPOSICIONES Y DE PREDICADOS

6.0. INTRODUCCIÓN

6.0.1. La lógica simbólica

También llamada lógica matemática, o logística. A veces se denomina,


sencillamente, lógica moderna, o formal o cálculo lógico . Se llama “lógica
simbólica” o “lógica formal” a la lógica moderna que, mediante el simbolismo
lógico, o mediante un lenguaje formal, se ocupa de la forma lógica de los
enunciados y sus relaciones, es decir, los razonamientos. La lógica simbólica recibe
también el nombre de lógica matemática. Con este nombre se denomina a la lógica
moderna, que se basa en el desarrollo de lenguajes simbólicos y lenguajes formales
y un grado elevado de matematización. Sus orígenes se remontan a G.W. Leibniz, a
quien se atribuye haber usado por vez primera la expresión de “lógica matemática”,
pero su formulación propiamente matemática inicial se debe a G. Boole y G. Frege;
ha mantenido un desarrollo incesante durante los siglos XIX y XX, sobre todo por
obras de autores como G. Cantor, G. Peano, B. Russell, E. Zermelo, A. Church, R.
Carnap y A. Tarski.

La lógica matemática o simbólica no es sustancialmente diferente de la lógica


formal, por ejemplo, de Aristóteles. En efecto, éste, para resaltar las relaciones y
prescindir de los contenidos concretos, materiales, usaba variables; en vez de
emplear una proposición del tipo “todo conejo es herbívoro”, utilizaba fórmulas
como “todo A es B”; describía las relaciones formales del silogismo con expresiones
como “si B pertenece a A y C pertenece a B, entonces C pertenece a A”. De este
modo, la lógica matemática o formal pretende llevar más adelante el método
simbólico de Aristóteles. Así, no sólo simboliza sujetos y predicados, sino también
las cópulas o conectivas. Además, se dedica primordialmente a la lógica
proposicional, parte de la lógica prácticamente ausente en los manuales de lógica
tradicionales, exceptuando la presentación de los llamados “silogismos hipotéticos”.
La lógica matemática es, por tanto, la lógica simbólica o formal llevada a su
último refinamiento, teniendo por objeto la pretensión -entre otras cosas- de hacer
resaltar lo puramente formal y de presentar en un solo golpe de vista grupos
enteros de frases. Su culminación es el establecimiento de los sistemas lógicos o
sistemas deductivos.

6.0.2. División de la lógica simbólica

La lógica elemental, o de lógica de primer orden, se divide en lógica de


enunciados y lógica de predicados, o lógica cuantificacional, en la que sólo se
cuantifican los predicados referidos a variables de individuo u objeto. Por encima de
ella hay la lógica de orden superior o lógica de predicados de segundo orden, que
se caracterizan por introducir en la argumentación predicados de predicados y por
cuantificar también las variables de predicado. Por ejemplo:

“El libro es verde

El verde es un color

El libro tiene color”

Aquí el término “verde” es predicado en la primera premisa, y es predicado del


predicado en la segunda premisa.

La lógica de clases (predicados monádicos) y la lógica de relaciones (predicados


poliádicos) son partes de la lógica de predicados.

6.0.3. Un esquema completo


LÓGICA

- LÓGICA ORIENTAL

- LÓGICA OCCIDENTAL

- LÓGICA MATERIAL (Inductiva, Mayor)

- Metalógica

- Lógica filosófica (Lógica metafísica)

Lógica Dialéctica

Lógica Histórica

Lógica Concreta

Lógica Vital

Lógica Existencial

Lógica Fenomenológica

Lógica Arquitectónica

Lógica Realista

.../...

- LÓGICA FORMAL (Deductiva, Menor, Nueva, Moderna)

- Lógica Clásica (Ortodoxa, Normal, Estándar, Bivalente)

- Lógica Tradicional (Vieja, Clásica)

Por su desarrollo histórico:

Lógica Antigua
Lógica Griega

Lógica Aristotélica

Lógica Estoico-megárica

Lógica Medieval

Lógica Escolástica

Lógica Moderna

Lógica Neoescolástica

Lógica Contemporánea

Por su objeto de estudio:

Lógica de las nociones o conceptos

Lógica del juicio

Lógica del raciocinio

Lógica de la ciencia

- Lógica formal formalizada (Simbólica, matemática, “logística”, “álgebra lógica”,


moderna, contemporánea)

Lógica de Primer Orden (Elemental)

Lógica de enunciados (sentencial, proposicional, “cálculo de conectores”)

Lógica de Predicados (cuantificacional, “cálculocuantificacional”, “cálculo de


cuantificadores”)

Lógica de predicados monádicos (Lógica de Clases)

Lógica de predicados poliádicos (Lógica de Relaciones)

Lógica de Segundo Orden (Orden Superior, de Predicados de Segundo Orden)

Lógica de predicados monádicos de 2º orden


Lógica de predicados poliádicos de 2º orden

- Lógica No Clásica (heterodoxa, no estándar, desviada, polivalente,divergente)

- Suplementarias de la estándar

Lógica Modal

Lógica Temporal (cronológica)

Lógica Deóntica

Lógica Epistémica

Lógica de lo Borroso o Inexacto

- Alternativas de la estándar

Lógica Intuicionista

Lógica Polivalente (multivalente)

Lógica de la Creencia

Lógica de las Ficciones

Lógica de los Mandatos

Lógica Presuposicional

Lógicas Libres

Lógica de las Preguntas (Erotética)

Lógica con hiatos veritativos-funcionales

Lógica de la Mecánica Cuántica

Lógica de la Inteligencia Artificial

Lógica de la Relevancia

Lógica Paraconsciente
6.1. LA LÓGICA SIMBÓLICA DE FREGE

La gran aportación de Frege a la lógica fue inventar un sistema de símbolos


mediante el cual los lógicos pudieron formular tanto los tipos de inferencia
estudiados por la lógica proposicional de Aristóteles como aquellos a los que los
métodos aristotélicos no pueden ser aplicados.

Por ejemplo, si decimos:

“Si nieva esta tarde, la función teatral será suspendida.

Nevará esta tarde.

Por tanto, la función teatral será suspendida”

Esta es una inferencia válida, pero no fue un modo de inferencia que fuera
tratado por Aristóteles. Esto se debe a que el análisis de Aristóteles dependía de
que se dividieran las proposiciones contenidas en la inferencia en sujeto (S) y
predicado (P). Por ejemplo:

“Todos los españoles son europeos (todo S es P)

Todos los europeos son guapos (todo P es G)

Por tanto, todos los españoles son guapos (todo S es G)”

Ahora bien, la validez de la inferencia que estamos considerando no depende de


la constitución interna de las proposiciones indicadas, sino que depende más bien
de las relaciones entre las proposiciones tomando cada una de éstas como un todo.
Así pues, puede ser simbolizada como:

Si p, entonces q;

y p,

Por tanto, q
El modo en que la proposición que se sustituye por “p” se divida, por ejemplo,
en sujeto y predicado, o si se divide o no en absoluto, es irrelevante. En la lógica
simbólica de Frege se da un lugar central a esta clase de inferencias, que son
tratadas mediante el uso de dos clases de símbolos: una clase designa las
proposiciones (a través de las “letras proposicionales”: p, q, r, s, etc.), y la otra
designa a las conectivas que unen dichas letras, o, como también se las denomina,
son constantes, tales como “si.... entonces”, etc., que son las que relacionan unas
proposiciones con otras.

Hemos visto que la inferencia válida: “Si nieva esta tarde, la función teatral será
suspendida; nevará esta tarde; por tanto, la función teatral será suspendida”,
puede exponerse simbólicamente como “si p, entonces q; p; por tanto, q”. Ahora
bien, algunos han expresado esto diciendo que “si p, entonces q; y p; por tanto, q”
expresa una verdad lógica que garantiza la validez de la inferencia ‘si nieva esta
tarde, la función teatral será suspendida; nevará esta tarde; por tanto, la función
teatral será suspendida”, y de cualquier otra inferencia que tenga la misma forma
(de ahí lo de “lógica formal”). Es decir, “si nieva esta tarde, la función teatral será
suspendida; nevará esta tarde; por tanto, la función teatral será suspendida” es
válida porque es una expresión de la verdad lógica “si p, entonces q; y p; por
tanto, q”, y cualquier otra inferencia que sea una expresión de esa verdad, que
puede ser escrita en forma simbólica, es también necesariamente válida.

Pues bien, Frege desarrolló su cálculo lógico centrándose en las llamadas


verdades lógicas de este género y exponiéndolas de forma parecida a la de un
sistema aritmético. Frege muestra todo un número pequeño de tales verdades
corno axiomas, esto es, como un principio intuitivo y evidente -y, por tanto, que no
necesita ser demostrado y, adoptando la regla de inferencia “dado A”, y “si A
entonces B”, “inferir B”, muestra cómo se pueden derivar de ellas un número
ilimitado de otras verdades lógicas.

De este modo, Frege trata ciertos tipos de inferencias que no habían sido
formalizados por Aristóteles. Pero su aportación más destacable a la lógica se basa
en su tratamiento de los tipos de inferencia que Aristóteles había formalizado. Y
Frege lo hizo introduciendo un artificio matemático denominado función.
En álgebra, la expresión “x2 + 1” representa una función de la variable “x”. Es
una función de x porque su valor depende de aquello por lo que sustituyamos la
variable x. Así, sustitúyase x por 2, y el valor de la expresión antes dicha será de
“5”; y si la sustituirnos por 3, el valor de la expresión será “10”, y así
sucesivamente. El número por el que sustituimos la variable x recibe el nombre de
“argumento”.

Frege tomó todo este artificio matemático y lo aplicó a las proposiciones. Por
ejemplo, sea la proposición “Sócrates es un filósofo griego”. En lugar de hablar de
“Sócrates” como sujeto y de “es un filósofo griego” como el predicado, podemos
hablar de “x es un filósofo griego” corno la función a la que Sócrates proporciona el
argumento. En otros términos, tratamos al predicado por analogía con “x 2 + 1” y
tratamos a “Sócrates” por analogía con el número (por ejemplo, el 2), porque
sustituimos a x.

De hecho aquí existe otra opción, porque también podríamos tratar a “Sócrates
es x” como la función a la que “es un filósofo griego” proporciona el argumento. O
también a “x es y” como la función a la que le son suministrados los argumentos
“Sócrates” y “es un filósofo griego”.

Pero, ¿qué es aquí el equivalente del valor de una función? El valor de “x 2 + 1”


para el argumento “2” es un número particular “5”. ¿Cuál es el valor de la función
“x es un filósofo griego” para el argumento “Sócrates”. Frege dijo que el valor era o
lo verdadero o lo falso. O, dicho de otra forma, si se suministra un argumento para
“x es un filósofo griego”, se obtiene una proposición que es verdadera o falsa, o,
como se dice en lenguaje más técnico, tiene un “valor de verdad”. Así pues, si la
función “x es un filósofo griego” tiene por argumento a “Sócrates”, es verdadera; y
si tiene por argumento a “el señor Aznar”, es radicalmente falsa.

I. LÓGICA ELEMENTAL O DE PRIMER ORDEN

6.2. LA LÓGICA DE ENUNCIADOS O LÓGICA PROPOSICIONAL

6.2.1. La lógica proposicional: introducción


Uno de los rasgos que distinguen al hombre de sus antepasados antropoides es
el uso del lenguaje. Y un rasgo típico del lenguaje humano es el uso de
argumentos. Un argumento es un segmento lingüístico de cierta complejidad en el
cual, de la posición de trozos o subsegmentos iniciales, se sigue necesariamente la
posición de un trozo o subsegmento final.

Las principales partes o unidades lingüísticas que integran un argumento son los
enunciados. Un enunciado es un segmento lingüístico que tiene un sentido
completo y que puede ser afirmado con verdad o falsedad. Los enunciados iniciales
de un argumento reciben el nombre de premisas, y el enunciado final el de
conclusión.

El empleo de argumentos tiene lugar tanto en la vida cotidiana como en el


ejercicio de las tareas científicas. La utilidad de este instrumento lingüístico es la
siguiente: su empleo permite pasar, por la sola reflexión, de la aceptación de unos
enunciados a la aceptación de otros. Con ello queda rebasado el ámbito del
conocimiento inmediato y de algún modo ampliada nuestra información sobre el
mundo.

La lógica es la ciencia que se dedica al cálculo de argumentos; es, como se


afirma desde Aristóteles, la teoría del razonamiento. El ideal del que parte es que,
si partimos de premisas que son verdaderas, y utilizamos reglas adecuadas para
pasar de unos argumentos a otros, la conclusión que extraigamos será
indudablemente verdadera. Una forma más sencilla de expresar esto es decir que
de la verdad siempre se sigue la verdad. No ocurre lo mismo con la falsedad; en
efecto, si nosotros partimos de unas premisas falsas, puede ocurrir que,
independientemente de que el paso de unos argumentos a otros lo hagamos de
modo correcto o incorrecto, arribemos a conclusiones que pueden ser bien
verdaderas, bien falsas. Una manera más corta de expresar esto es decir que de la
falsedad se sigue cualquier cosa.

La lógica de enunciados o proposiciones se refiere a un cálculo que implica una


determinada interpretación. La lógica de enunciados así concebida estudiará las
proposiciones sin analizar. En suma, a la lógica de este tipo le va a preocupar,
fundamentalmente, la forma, es decir, va a prescindir de los contenidos inmersos
en los razonamientos. La lógica va a tratar de las relaciones que se produzcan entre
proposiciones: en ningún caso, entrará a preocuparse por la organización interna de
aquéllas. En resumen, la lógica de juntores se manifiesta como una lógica de
enunciados sin analizar.

La lógica que estamos estudiando es la parte esencial de la lógica general, pues


las otras lógicas (de predicados, de orden superior, etc.) la han de presuponer. Esto
quiere decir que la lógica cuantificacional existirá a partir de la lógica de
enunciados, lo que observaremos a lo largo de este tema.

Pero, ¿qué es una proposición? Digamos que es una oración de la que se niega
o afirma algo, por tanto tal oración puede ser verdadera o falsa. Con ello estamos
aclarando que la lógica de este orden no va a hacer mención ni va a prestar
atención a otro tipo de frases tales como las que indican un deseo, una
interrogante, un mandato, etc., pues de éstas últimas nada podemos argüir o
manifestar sobre su verdad o su falsedad. Así, sólo pueden darse dos valores de
verdad acerca de una oración, y tales valores son verdadero o falso ya que los dos
no pueden aparecer a la vez. Por tanto, la lógica proposicional se encargará de
dictaminar sobre la verdad o falsedad de una proposición tomada en su totalidad. A
diferencia de ésta y para que se entienda mejor lo reseñado, veremos como en
lógica de predicados la oración susceptible de trato sí va a ser objeto de un análisis
más concreto.

Veamos un ejemplo: “todos los gatos son animales”. En lógica proposicional tal
oración la simbolizaremos así: p; mientras que en lógica de predicados la oración
enunciada cobraría la siguiente forma: x (Px → Ax ), es decir, para todo x, si x es
un perro, entonces x es un animal.

6.2.2. Las tablas de verdad en el cálculo proposicional

Ludwig Wittgenstein introdujo, ya en su Tractatus Logico-Philosophicus el


esbozo del análisis de proposiciones mediante las tablas veritativas. Wittgenstein
pretendía determinar de forma mecánica la verdad o falsedad de una sentencia o
una fórmula, una vez establecidos los valores de verdad de las fórmulas o las letras
proposicionales unidas por las conectivas. Las tablas de verdad se basan en la
significación precisa de cada uno de los elementos. Este método veritativo ha sido
muy utilizado para demostrar que las fórmulas del cálculo de Russell-Whitehead
son decidibles.
Se dan dos valores veritativos: “V” (verdad), “F” (falsedad); también se suelen
usar los símbolos “O” (falso) y “1’ (verdadero); y también “C” (correcto), “F”
(falso).

La lógica clásica es una lógica bivalente (verdadero-falso); pero se han


desarrollado otras lógicas, “trivalentes” sobre todo por parte de J. Lukasiewicz, yA.
Tarski. En esta lógica se acepta, además, el valor de “indeterminado”. Obviamente,
no admite el principio de tertio excluso.

Pues bien, en la lógica bivalente necesitamos una tabla de verdad para cada
conectiva, que muestre el valor que adopta una fórmula a partir del valor de verdad
de sus partes.

Imaginemos que queremos averiguar los valores de verdad de una fórmula.


Debemos asignar un valor de verdad, atendiendo a las conectivas, a cada una de
las conectivas que aparezca, y atendiendo también a las tablas de verdad de cada
conectiva. El valor de verdad de una fórmula bien formada (fbf) nos viene dado por
el valor de su conectiva principal. Y la jerarquización entre las conectivas las indican
(sin olvidar el uso de los paréntesis) la jerarquización entre ellas tal y como
veremos más adelante. Hay, pues, que saber si la fbf es una conjunción, un
bicondicional, etc. Por eso, primero se resuelven los valores de verdad de las
conectivas menos “importantes”, las de menor alcance, y finalmente se resuelven
los valores de verdad o falsedad de la conectiva principal de la fbf.

6.2.3. Simbología básica del cálculo proposicional

Los símbolos de un lenguaje formal, realizado con vistas al cálculo lógico, se


dividen en lógicos y no lógicos. Los primeros son las constantes lógicas. Los
segundos son las letras referentes a enunciados, a predicados, y a individuos,
divididas estas en variables y constantes.

Nuestro lenguaje lógico constará de los siguientes símbolos formales:

a) Símbolos lógicos: conectivas o juntores


1. “→” (si ... entonces) Se denomina “condicional” y no exactamente
“implicador”

2. “┐” (no) Se denomina “negación”.

3. “Λ” (y) Se denomina “conjunción”

4. “V” (o) Se denomina “disyunción”

5. “↔” (si y sólo si... entonces) Se denomina “bicondicional” o “implicador


estricto”

b) Símbolos no lógicos: Letras proposicionales:

‘‘p’’, “q”, “r”, “s”...., p1...

c) Paréntesis y corchetes

d) Fórmulas bien formadas (fbf)

1. Cualquier letra proposicional es una fbf.

2. Si A es una fbf, entonces ┐A es una fbf.

3. Si A y B son fbfs, entonces (A → B) es una fbf.

4. Si A y B son fbfs, entonces (A Λ B) es una fbf.

5. Si A y B son fbfs, entonces (A V B) es una fbf

6. Si A y B son fbfs, entonces (A ↔ B) es una fbf.

7. Si una fórmula no es una fbf en virtud de las anteriores cláusulas (1-6),


entonces no es una fbf.

6.2.4. La formalización en la lógica de enunciados


A continuación ofrecemos algunas reglas y “consejos” para formalizar la lógica
de enunciados. Pues bien, la primera regla es que no existen reglas fijas y precisas
al respecto. El lenguaje ordinario es mucho más rico y, por ende, mucho más
complejo y confuso que el lengua de la lógica formal. Una norma, sin embargo, sí
podemos ofrecer de inmediato: es necesario entender lo que se dice en el lenguaje
ordinario y circunscribirse lo más exactamente posible a su sentido.

Pese a que no hay normas, vamos a dar unos cuantos “consejos” para utilizar a
la hora de traducir al lenguaje de la lógica el lenguaje ordinario.

1. Entendemos por proposición aquella frase que posee un significado


completo. Es decir, que posea (aunque sea de forma elíptica y no expresa) un
sujeto, un verbo y, en su caso, un predicado.

2. Lo más importante es preguntarse cuántos verbos existen en una


proposición. Y a cada verbo le adjudicaremos una letra proposicional o variable
enunciativa (p, q, r, etc.).

3. Aunque las proposiciones sean muy extensas, sólo utilizaremos una de esas
variables, pues aquí lo que “manda” es el verbo. Por ejemplo, equivaldrá a una sola
letra proposicional la oración siguiente: “Frecuentemente, casi semanalmente,
leo muy pausadamente la Crítica de la Razón Pura de Kant”. Como existe un solo
verbo, le adjudico una sola variable enunciativa.

4. Debemos estar precavidos con el uso del negador, pues a veces está
explícito y o otras no. Está expreso en la proposición: “No llueve” (┐p), pero no
está explícito en la oración: “Antonio es incorregible” (┐p). Asimismo, hemos de
tener en cuenta que a veces la negación se aplica a más de un enunciado; es muy
diferente afirmar “ni soy científico ni albañil” ( ┐p Λ ┐q), que afirmar: “no es cierto
que sea científico y no albañil” (┐(p Λ ┐q)), pues aquí se está diciendo que no soy
científico, pero sí soy albañil, con lo que el valor de “no albañil”, en este contexto
es una proposición afirmativa.

5. La conjunción (Λ) simboliza usualmente la conjunción copulativa “y”, pero


también la usaremos en “pero”, “e”, así como las comas. Por ejemplo: “Pedro es
filósofo y Andrés es biólogo” (p Λ q); “Enrique vino e insistió en que le acompañara”
(p Λ q); “Me levanté, cogí un libro, me senté y estudié” (p Λ q Λ r Λ s); “al mirarla
supe que era la mujer de mis sueños” (p Λ q), etc.
6. Tengamos en cuenta que existen disyunciones incluyentes y también
excluyentes. Para simbolizar la incluyente utilizarnos el símbolo “V”, mientras que
reservamos el símbolo “V” . para la excluyente. Por ejemplo, si decimos: “necesito
un profesor de matemáticas o fisica”, estamos diciendo que necesitamos un
profesor que sepa matemáticas, que sepa física o que sepa ambas cosas. Y cuando
la exclusión es excluyente (como en “habla o calla”, o “está muerto o vivo”),
estamos diciendo que no es posible ambas cosas simultáneamente. Además de con
el símbolo “V”, podemos realizar el atajo siguiente “habla o calla”: (p V q) Λ ┐(p Λ
q). Con esto afirmamos “habla o calla, pues no es posible que hables y calles a la
vez”.

7. Los verbos es muy frecuente que estén elípticos, por ejemplo, cuando hay
varios sujetos: “Antonio, Pedro y Ramiro adoran la filosofía de Lévinas”: Aquí el
verbo “adoran” debe aplicarse a cada uno por separado; hay tres oraciones.

8. Con el símbolo del condicional (“→”) no sólo se simboliza la expresión “si...


entonces”, sino también únicamente “entonces”. E incluso puede estar también esta
expresión elíptica: “Cuando lees El Ser y la Nada siempre te entra la depre” (p →
q).

6.2.5. Las conectivas

a) El negador

" recibe el nombre de negador, y puede ser consideradoEl símbolo " como la
traducción al lenguaje formal de la partícula "no" del lenguaje ordinario. Al adosar
el negador a una expresión enunciativa cualquiera, el resultado es la negación de
esta: si un enunciado es verdadero, su negación es falsa; y si un enunciado es
falso, su negación es verdadera. Sus condiciones de verdad se pueden resumir en
una tabla del siguiente modo:

p p

V F
F V

b) El conjuntor: suma lógica

El recibe el nombre de conjuntor, y puede ser considerado comosímbolo la


versión formal de la partícula del lenguaje ordinario "y".

La combinación de dos expresiones mediante el conjuntor es la conjunción de


ellas, y se lee "p y q". Una conjunción afirma la verdad de sus componentes. Es
verdadera, pues, cuando sus dos componentes son verdaderos; cuando uno de
ellos es falso, y por tanto, cuando los dos son falsos, la conjunción es falsa. Esto se
representa, en una tabla, así:

p q qp

V V V

V F F

F V F

F F F

c) El disyuntor: producto lógico

El recibe el nombre de producto lógico, y se le puede considerarsímbolo como


la traducción al lenguaje formal, aunque sólo parcial e incompleta, de la partícula
del lenguaje ordinario "o". Su significado es el siguiente: la disyunción de dos
proposiciones es verdadera cuando al menos una de esas dos proposiciones es
verdadera; es falsa, en cambio, sólo cuando ambas son falsas. Su tabla de verdad
es la siguiente:

p q p q

V V V
V F V

F V V

F F F

El significado del disyuntor coincide sólo parcialmente con el significado de la


partícula "o" del lenguaje ordinario.

La partícula "o" en el lenguaje ordinario tiene dos sentidos: a) uno de ellos,


llamado exclusivo, según el cual la disyunción establece que unos de sus miembros
es verdadero y el otro falso, con lo que se excluye, por tanto, la posibilidad de una
simultánea verdad de ambos. b) Otras veces, "o" no excluye la verdad simultánea
de los miembros de una disyunción. Es decir, al combinar dos proposiciones
mediante la referida partícula, se indica que una al menos de esas dos
proposiciones es verdadera, pero no se dice nada con respecto de la otra, con lo
cual no se excluye la posibilidad de que esa otra sea también verdadera. Este
segundo uso se denomina inclusivo. Es este uso el que se utiliza en lógica. El uso
exclusivo puede simbolizarse como “”.

d) El implicador o condicional

recibe el nombre de implicador, y puede ser consideradoEl símbolo como una


formalización, aunque sólo parcial e incompleta, de la partícula del lenguaje
ordinario "si..., entonces...". La expresión que precede al implicador se denomina
antecedente, y la que le sucede, consecuente. Su sentido es el siguiente: una
implicación es verdadera siempre que no se dé el caso de que el antecedente es
verdadero y el consecuente falso; y falsa cuando ese sea el caso. Su tabla de
verdad es la siguiente:

p q p q

V V V

V F F

F V V

F F V
Un condicional es una afirmación tal que eso y eso -el consecuente- está
condicionado a esto y esto -el antecedente- o, dicho de un modo más común,

eso y eso, si esto y esto

si esto y esto, eso y eso

si esto y esto entonces eso y eso

eso y eso, dado que esto y esto

Etc.

Por ejemplo:

El suelo está mojado si llueve.

Si llueve, el suelo está mojado.

Si llueve entonces el suelo está mojado.

El suelo está mojado, dado que llueve.

Es importante reconocer de un modo correcto la diferencia radical entre la


afirmación condicional misma y la afirmación aislada del consecuente, la diferencia
en nuestro ejemplo entre decir que el suelo está mojado si llueve y afirmar
directamente que el suelo está mojado. Es fácil confundir estas dos afirmaciones,
pero no reconocer la diferencia entre ellas es un error que puede conducirnos a un
mal razonamiento.

La diferencia entre el antecedente de un condicional y su consecuente es


también importante. Es cuestión de orden lógico - no es, como en las anteriores
oraciones, una cuestión de orden lingüístico. La palabra "si" (o cualquier de sus
sinónimos) introduce el antecedente, independientemente de que esté al principio o
al final de la frase. El ', está colocado entre el antecedente, quesímbolo de la
implicación, ' va a la izquierda, y el consecuente, que va a la derecha. Usando las
abreviaturas 'r' para "está lloviendo" y 'w' para "el suelo está mojado", las cuatro
oraciones anteriores se escriben simbólicamente como:
wr

Lo importante en una afirmación condicional es el uso que queramos darle. Si


tenemos razones para creer que tal y tal (el antecedente, aquí "está lloviendo"),
entonces tenemos razones para creer que cual y cual (el consecuente, aquí: "el
suelo está mojado"); si suponemos que tal y tal, estamos autorizados a suponer
que cual y cual. (Téngase en cuenta que estas afirmaciones son condicionales.)
Hemos justificado el paso de tal y tal a cual y cual, del antecedente al consecuente.

Esta es la forma de hablar de la calle. Aunque el condicional de que estamos


hablando no diga:

tal y tal, condicional de cual y cual

si cual y cual entonces tal y tal (si el suelo está mojado, está lloviendo)

esto no justifica el razonamiento en la dirección contraria, de tal y tal a cual y


cual. Tomadas juntas, el par de afirmaciones:

Si tal y tal entonces cual y cual. (Si llueve el suelo está mojado)

Cual y cual. (El suelo está mojado)

no autoriza cualquier conclusión (distinta de la mera repetición de las


afirmaciones ya hechas); no dice nada sobre si tal y tal (si está lloviendo). Esta
asimetría del condicional es algo que tendremos que tener presente a lo largo de
nuestro trabajo.

e) El bicondicional o coimplicador o implicador estricto

recibe el nombre de coimplicador, y puede ser consideradoEl símbolo como


una formalización de las partículas "si y sólo si", "cuando y solamente cuando" o
"equivale". Su sentido es el siguiente: una coimplicación es verdadera cuando sus
dos componentes tienen el mismo valor de verdad; y falsa en caso contrario. Su
tabla de verdad es la siguiente:

p q p q
V V V

V F F

F V F

F F V

6.2.6. Corchetes y paréntesis. Reglas del uso de los símbolos

La función encomendada a los corchetes y paréntesis consiste en cuidar que


estén bien dispuestos los elementos de las distintas fórmulas, así como nos
destacan cuál es el operador que domina en un con junto de fórmulas o en una
única fórmula. Con ello se consigue orden, claridad perceptiva y efectividad
operativa.

En cuanto a las reglas del uso de los símbolos vamos a dar algunas importantes
indicaciones:

a) Cualquier símbolo conector es susceptible de ser dominado por la negación.

b) Si tenemos una fórmula y existe un bicondicional, éste será siempre


dominante.

c) La conjunción y la disyunción tienen un poder de dominancia entre ellas


indistinto: ambas son dominadas por el condicional.

Es decir, el orden de preferencia es el siguiente:

1º) “↔”; 2º) “→”; 3º) “” y “”; 4º) “”

6.2.7. Reglas de inferencia o deducción

Reglas primitivas

a) Introducción de supuestos (S)


Cualquier fbf puede introducirse en cualquier línea de una prueba. Como
número de su puesto se toma el de esa misma línea.

b) Modus ponendo ponens (MP) o Eliminación del Condicional (EC) o Implicador


(EI)

Si en una prueba tenemos AB y tenemos A, podemos introducir B, en


dependencia de todos los supuestos que dependan de A→B y A.

Modus ponendo ponens significa “modo que poniendo -afirmando-, pone -


afirma-”. Es una forma o modo del silogismo hipotético o condicional, también
llamada regla de eliminación del condicional, que sostiene que si tenemos un
condicional como premisa y también tenemos su antecedente, nos permite inferir
corno conclusión el consecuente. Su forma es: “si ‘p’, entonces ‘q’; y tenemos ‘p’,
por tanto concluimos ‘q’. Y también es [(p→q)  p] → q; y su formalización es:

p→q

├q

La regla Modus Ponens ha sido expuesta aquí en castellano. La representación


simbólica no es la regla o parte de ella; es un ejemplo, una ayuda que nos permite
ver la estructura de la regla. La regla misma es dada por la representación en
lengua castellana que precede a los símbolos.

Usaremos símbolos de dos clases: símbolos lógicos (llamados a veces


"constantes lógicas") para las diferentes conectivas, necesarios para eliminar la
ambigüedad (la flecha en nuestro caso), y "variables", letras que abrevian
sentencias, o frases nominales o frases predicativas. Cuando construyamos
afirmaciones (condicionales, por ejemplo), esto es, afirmaciones extraídas de otras
afirmaciones por medio de conectivas lógicas, expresadas en símbolos", las
afirmaciones resultantes serán denominadas "fórmulas".

El uso de estos símbolos nos permite brevedad y claridad de pensamiento,


ayudándonos a dejar a un lado los detalles irrelevantes y a centrarnos en la
estructura del razonamiento.

El uso de la regla Modus Ponens no tiene restricciones; es legítimo en cualquier


caso, esto es, cualquier afirmación en cualquier contexto puede ponerse en lugar de
'p' y 'q'. El uso correcto del Modus Ponens q' no debedepende de la lectura
correcta del condicional; 'p p'. La segunda premisa en este esquema
deconfundirse con 'q argumento debe ser exactamente el antecedente del
condicional que estamos usando, y la conclusión debe ser exactamente el
consecuente de tal condicional.

Veamos un ejemplo. Supongamos que estamos convencidos que si Jorge está


en Madrid (h) Jorge está en Barcelona (c). Sabemos que Jorge está en Madrid,
visitando a su hermana. Podemos concluir que Jorge está en Barcelona. El
argumento que hemos usado es algo parecido a esto:

ch

-------

que es válido, de acuerdo con el principio de modus ponens.

Debe ser obvio, por otro lado, que es absurdo argüir del siguiente modo:

ch

----------

Esto es, si estamos convencidos de que si Jorge está en Madrid entonces está
en Barcelona y sabemos que Jorge está en Barcelona, no tenemos razones para
afirmar que Jorge está en Madrid. El segundo "argumento" es una instancia de la
falacia de la afirmación del consecuente, que es la "falacia correspondiente" al
modus ponens. (En el modus ponens afirmamos el antecedente como nuestra
segunda premisa.) Hay ocasiones en que nos sentimos tentados a usar el segundo
patrón de argumentación por el primero.

Otro aspecto sobre el significado del condicional. Tal y como usamos el q', o 'q,
si p', o 'eso y eso, si esto y esto' no noscondicional, 'p dice por qué esto es así,
lo único que nos dice es que ocurre. En el "mundo real", cuando tenemos razones
para creer un condicional, (ordinariamente al menos) tenemos razones para creer
que hay una conexión de alguna clase entre el antecedente y el consecuente, como
en los siguientes ejemplos:

Si María cruza la calle con el semáforo en d)rojo, María está en peligro (c

Si Luis está en la habituación, Luis está h)en la casa (k

h) Alicia se mojará si llueve (r

etc.

No obstante, el condicional no informa sobre estas conexiones; el condicional


omite -en su forma abstracta- las razones que nos llevan a él. De este modo
tenemos más seguridad en nuestro razonamiento. Podemos hacer diferentes
consideraciones que aumenten nuestra confianza en que la conclusión se cumpla,
pero esto no es necesario.

Al usar el modus ponens no estamos estableciendo una conexión causal entre el


antecedente y el consecuente; dependemos solo del hecho (o suposición) de que,
de un modo u otro, el consecuente viene dado por el antecedente. Y todo esto a
pesar de que, tanto en filosofía como en la vida social, las razones que
fundamentan una afirmación son más importantes o más interesantes que la
afirmación misma. En el razonamiento deductivamente ordenado, los condicionales
con los que trabajamos están desprovistos de un significado causal, o propositivo, o
cualquier otro, limitándose simplemente a extraer afirmaciones.

c) Modus tollendo tollens (MT)

Si tenemos A  B y también tenemos B, podemos introducir A, en


dependencia de todos los supuestos de que dependan A  B y B.

Modus tollendo tollens, significa “modo que negando, niega”. Es un modo del
silogismo hipotético o condicional que sostiene que si tenernos un condicional como
premisa y también la negación de su consecuente, podemos inferir como conclusión
la negación del antecedente. Su forma es [(pq)  q]  p. Su formalización es:

pq

q
├p

d) Modus tollendo ponens (TP) o Silogismo Disyuntivo (SD)

“Modo que, negando, pone”. Llamada regla del silogismo disyuntivo, que
sostiene que si disponemos de una disyunción como premisa y también disponemos
de uno de los miembros de la misma negado, nos permite inferir como conclusión
la afirmación del otro miembro de la disyunción. Sus posibles formas son: [(pq)
p]→ q, y [(pq) q]→ p. Sus dos formalizaciones son:

pqpq

pq

├q├p

e) Modus ponendo tollens (PT) o Silogismo Conjuntivo (SC)

“Modo que afirmando, niega”. Silogismo conjuntivo que afirma que si tenemos
como premisa la imposibilidad simultánea de la conjunción de los dos miembros de
una conjunción, y si también disponemos del otro miembro de la misma, nos
permite inferir el otro miembro como conclusión. Su forma es [(pq)  q]→ p, y
también [(pq)  p]→ q. Su formalización es:

(pq)(pq)

pq

├ q├ p

f) Doble negación (DN)

Si tenemos A, podemos introducir A, y viceversa, si tenemos A podemos


introducir A, en dependencia de los mismos supuestos que la premisa. p ↔ p

 pp

├ p├  p

g) Prueba condicional (PC)


Si tenemos una prueba de B en dependencia de un supuesto A, entonces
podemos introducir A → B en dependencia de los restantes supuestos (si los hay).
Es decir, dado que una determinada proposición “q” depende de un determinado
supuesto “p”, junto con otros supuestos posiblemente, entonces, la PC nos permite
derivar p → q en dependencia de los restantes supuestos, si los hay. Esta regla nos
permite introducir como conclusión un condicional Esta regla nos permite disminuir
el número de supuestos.

1. p

... ....

n. q

n+1. ├ p→ q

Los números de supuestos de la conclusión serán los mismos de la línea en que


aparece “q”, a excepción del correspondiente en el que aparece la línea
antecedente, esto es, el supuesto. Este principio se conoce también como “ley de
contraposición”.

h) Introducción de la conjunción o del conjuntor o producto (IC o I)

Si tenemos A y también tenemos B, podemos introducir A  B, en dependencia


de todos los supuestos de que dependan A y/o B. Es decir, si tenemos dos
proposiciones como premisas, la regla IC nos permite derivar su conjunción como
conclusión. Como número de supuestos de la línea introducida por la conclusión
tomamos todos los de las líneas tomadas como premisas. Ejemplo: (p  q)  r ├ p
 (q  r)

1 (1) (p q) → r P

2 (2) p S

3 (3) q S

2,3 (4) p  q IC 2,3


1,2,3 (5) r MP 1,4

1,2 (6) q → r PC 3,5

1 (7) p → (q → r) PC 2,6

La primera advertencia que hay que hacer es que las afirmaciones unidas en
una disyunción deben estar "disponibles" cuando son conjuntadas; esto es, si son
premisas, deben estar siendo usadas, y, si no son premisas, sus premisas deben
estar siendo usadas.

En segundo lugar, la conjunción debe construirse correctamente. "O María y


Luis están interesados en la música o la soportan" no es la conjunción de "María
está interesada en la música o la soporta" y "Luis está interesado en la música o la
soporta", ni es la conjunción de "María está interesada en la música" y "Luis está
interesado en la música o la soporta"; no es la conjunción de ninguna de ellas. Hay
muchas sentencias que contienen "y" que no son conjunciones.

Una afirmación está disponible, para su repetición o para cualquier otro uso (en
este caso, producto) si el paso en que va y el paso citado, o no son suposiciones, o
la suposición no ha sido cerrada.

i) Eliminación de la conjunción o del conjuntor o simplificación (EC o E)

Si tenemos A  B, podemos introducir tanto A como B, en dependencia de los


mismos supuestos que la premisa. Es decir, podernos derivar como conclusión
cualquiera de sus miembros, y también los dos por separado. Como número de
supuestos: los de la conclusión serán los mismos que los de la premisa. Ejemplo: p

→ (q → r) ├ (p  q) → r

1 (1) p → (q → r) P

2 (2) p  q S

2 (3) p EC 2

2 (4) q EC 2

1,2 (5) q → r MP 1,3


1,2 (6) r MP 5,4

1 (7) (p  q) → r PC 2,6

Si yo se que a María le gustan las zanahorias y que a Luis le gustan los


guisantes, puede asegurar que a Luis le gustan los guisantes; del mismo modo,
puedo asegurar que a María le gustan las zanahorias.

Cualquier componente conjuntivo de una conjunción se sigue de la conjunción


misma. Esto es, creo, intuitivamente claro. Pero el lenguaje se desarrolla
secuencialmente, bien en el tiempo, o bien en una página escrita (de izquierda a
derecha, de arriba abajo, etc.) y esto no está de acuerdo con la radical simetría (o
direccionalidad) de la conectiva "y", que simbolizamos por ''. Sabemos, por
supuesto, que si pronuncio cualquiera de las siguientes frases

A María le gustan las zanahorias, y a Luis los guisantes.

Emilio es pobre, pero honesto.

La nieve es blanca, y la hierba verde.

no importa cuál de las sentencias de cada uno de los pares menciono primero. Pero
debo mencionar una primero; no puedo decirlas simultáneamente o escribirlas unas
encima de otras y hacerme entender.

Así, nosotros entenderemos que la ley de simplificación nos permite derivar de


una conjunción cualquiera de sus componentes conyuntivos, independientemente
del orden en que sean presentados, sobre la base de que el orden de presentación
no es importante.

Pero, se podría objetar, hay muchas sentencias en donde el orden de


presentación es importante. "María ve a Luis y sale de casa" parece que dice algo
bastante distinto a "María sale de casa y ve a Luis". Ambas sentencias pueden, por
supuesto, interpretarse a nuestra conveniencia, en vez de como una simple
conjunción, y seguramente así serían interpretadas si apareciesen en una novela.
(Quizás María tiene miedo de Luis o, por otra parte, está ansiosa de estar con él;
quizás Luis está escondido detrás del granero, etc.) Para nuestros propósitos, no
obstante, tales diferencias no son importantes. La conectiva lógica 'y', o '', igual
que '', hace abstracción de las conexiones, causales o de otro tipo, entre las
afirmaciones que une. De cualquiera de nuestras dos sentencias podemos derivas
"María ve a Luis" por simplificación; también, "María sale de la casa". Y cualquiera
de ellas será verdadera si María hace ambas cosas, independientemente del orden,
por cualesquiera razones.

j) Introducción de la disyunción o del disyuntor o adición (ID o I o Ad)

Si tenemos A o B, podemos introducir A y B, en dependencia de los mismos


supuestos que la premisa. Es decir, a partir de una proposición cualquiera como
premisa, podemos derivar como conclusión la disyunción de la premisa con
cualquier otra proposición que queramos. La conclusión descansará en los mismos
supuestos de la premisa utilizada. Recordemos que una disyunción es verdadera
cuando uno de sus supuestos es verdadero Pero esta regla no es válida para la
disyunción exclusiva.

Ejemplo:

pq

qp

p  (q → (r  s))

Dada una fórmula cualquiera, A, es lícito en el cálculo pasar a una fórmula


nueva por el procedimiento de adicionarle mediante disyuntor el miembro que nos
plazca, B (el cual puede ser cualquiera, incluso otra vez A, o también la negación de
A).

El fundamento intuitivo de esta regla es el siguiente: supóngase que A es


verdadera; entonces nada se pierde con añadirle mediante disyuntor otra fórmula
B, cualquiera que ésta sea, porque la disyunción obtenida será también una fórmula
verdadera. Y si A fuera falsa, entonces tampoco se perdería nada con la adición de
B, cualquiera que fuese su valor de verdad. A esta regla la denominaremos Ad o
adición.

k) Eliminación del disyuntor o de la disyunción (ED o E)

Si tenemos A  B, junto con una prueba de C en dependencia del supuesto A, y


una prueba de C en dependencia del supuesto B, podernos introducir C en
dependencia de los supuestos de que dependa A  B, y de los que dependa C en su
derivación a partir de A (excepto el mismo A), y de los que dependa C en su
derivación a partir de B (excepto el propio B).

Veamos esto más detenidamente.

Sean A, B y C tres proposiciones cualesquiera. Y supongamos:

1. Partimos de “A  B” como premisa.

2. Tomamos “A” como supuesto y obtenemos como conclusión “C”

3. Tomamos “B” como supuesto y obtenemos como conclusión “C”.

En esta situación, la regla ED nos permite establecer como conclusión “C”, en


dependencia de los supuestos en que descansa:

1. La premisa A  B, más los supuestos en que descansaba.

2. Los supuestos en que descansa “C” cuando fue derivada de “A”, excepto el
propio su puesto de “A”.

3. Además, los supuestos en que descansaba “C” al ser derivada de “B”,


excepto el propio supuesto “B”.

En resumen, se parte de una disyunción, más la prueba a partir de un disyunto,


más la prueba a partir del otro disyunto. Y la conclusión se sigue con independencia
de cual fuera el disyunto verdadero. Formalmente, en “raspa”, quedaría así:

AB

C (prueba a partir de A)

.
.

C (prueba a partir de B)

├C

¿Cuáles números hemos de poner en la conclusión última?

- El número de línea donde está la conclusión.

- El número de la línea donde está la premisa A.

- El número de la línea donde se ha introducido C a partir de A (primera


conclusión parcial).

- El número de la línea donde se supone B.

- El número de la línea donde se ha vuelto a concluir C a partir de B (segunda


conclusión parcial).

Su sentido es el siguiente: supuesta inicialmente una disyunción, entonces no


se está en principio autorizado a pasar a la afirmación de alguno de sus extremos
en particular. Lo que en principio se infiere de la noticia de la verdad de una
disyunción es, que uno al menos de sus componentes, no se sabe cuál, es
verdadero. Para determinar cuál sea el que efectivamente cumple tal condición o si
ambos la cumplen se requiere nueva información.

Sin embargo, aun cuando no se pueda pasar lógicamente de la verdad de una


disyunción a la verdad de ninguno de sus extremos en particular, cabe apelar a un
recurso que consiste en suponer cada uno de esos extremos con carácter
provisional o subsidiario y por separado. Si del análisis de cada una de esas dos
suposiciones se obtuviese un mismo resultado, ello querría decir que tal resultado
se sigue lógicamente de la disyunción inicial, aunque continuemos careciendo de
información precisa acerca de cuál sea el componente de ésta que cumpla la
condición de ser verdadero. Y como la conclusión así obtenida es independiente de
esa información, los supuestos subsidiarios al efecto pueden ser cancelados.

Este razonamiento se apoya en un conocido método de prueba informal: la


prueba por casos, cuya marcha puede resumirse así:

Dada una disyunción: A  B


Supóngase A: entonces se sigue C

Supóngase B: entonces se sigue c.

Por consiguiente, se sigue C

Los supuestos son subsidiarios y deben ser cancelados, por consiguiente, antes
del establecimiento de la conclusión. A esta prueba se la denominará Caso o prueba
por casos.

Ejemplo:

1 Hoy llueve o hace un sol bochornoso. (Disyunción A  B)

2 Hoy llueve.(A)

3 No podré salir a montar en bicicleta. (C)

4 Hace un sol bochornoso.(B)

5 No podré salir a montar en bicicleta. (C)

Ejemplo n° 1: p  q ├qp

1 (l) p  q P Supuesto (disyunción)

2 (2) p S Supuesto o premisa “p”

2 (3) q  p ID 2 Primera conclusión

4 (4) q S Supuesto o premisa “q”

4 (5) q  p ID 4 Segunda conclusión

1 (6) q  p ED 1-5 Conclusión final

Ejemplo n° 2: p  (q  r) ├ q  (p  r) (propiedad asociativa de la disyunción)

1 (1) p  (q  r) P

2 (2) p S

2 (3) p  r ID 2
2 (4) q  (p  r) ID 3

5 (5) q  r S

6 (6) q S

6 (7) q  (p  r) ID 6

8 (8) rS

8 (9) p  r ID 8

8 (10)q  (p  r) ID 9

5 (l1) q  (p  r) ED 5-10

1 (12)q  (p  r) ED 1-11

l) Reductio ab absurdum o introducción del negador (RA) o (IN) o (Abs)

Si tenemos una prueba de B  B en dependencia de un supuesto A, entonces


podemos introducir A en dependencia de los restantes supuestos (si los hay). Es
decir, si “A” nos conduce a una contradicción (A  A), entonces la proposición es
falsa . Se basa en la idea central del cálculo de que una contradicción es
inadmisible; toda proposición que dé lugar a ella debe ser negada. La
denominaremos Abs o absurdo.

Esta regla es muy potente, y es capaz de probar más cosas, pero a costa de
más pasos. Tiene más potencia demostrativa, pero es más laboriosa. Recordemos
que una contradicción es una conjunción, uno de cuyos miembros es la negación
exacta del otro.

Es decir, una contradicción es afirmar: “p  p”, o también (p  q)  (p  q).


Pero no es una contradicción (p  q)  (q  p), pues hay que afirmar y negar lo
mismo en el mismo sentido y en la misma forma. A la hora de ponernos a realizar
esta prueba no pretendemos directamente resolver la conclusión propuesta, sino
que hemos de buscar una contradicción. Cuando algo no lo podemos resolver, hay
que recurrir a esta regla RA. Pero también sirve para llegar a conclusiones
afirmativas, gracias a la regla DN. En general, hay que plantear una RA cuando no
se consigue obtener una conclusión. En realidad, cualquier prueba se puede
resolver por RA, pero es un camino frecuentemente mucho más laborioso.
Ejemplo: p → p ├ p

1 (l) p → p P

2 (2) p S

1,2 (3) p MP 1,2

1,2 (4) p  p IC 2,3

1 (5) p RA 2-4

m) Definición del bicondicional (DB) o (Df↔)

La conectiva ↔ se introduce mediante la siguiente definición: Df ↔: A↔B = (A→

B)  (B → A). La cual nos permite sustituir cualquier aparición de A ↔ B por (A →

B)  (B → A) y viceversa, cualquier aparición de (A → B)  (B → A) por A ↔ B. No

se trata de una regla, sino de la fuerza que aparece en su propia definición.

En lógica el bicondicional es la conectiva o conector binario que opera entre dos


proposiciones o dos letras proposicionales. También es llamado “coimplicador”,
“bicondicionador” o “equivaledor”. Su sentido es: una proposición bicondicional es
verdadera sólo cuando sus dos componentes tienen el mismo valor de verdad, es
decir, cuando ambos son verdaderos o ambos son falsos; en caso contrario, cuando
uno de los dos componente, el que sea, es verdadero y el otro es falso, entonces es
falsa. En los Principia Mathematica de B. Russell y A. N. Whitehead lo enunciaba
“≡”. Hoy se utiliza más la conectiva “↔” y se lee “si y sólo si”, o también “cuando y
solamente cuando”. Así, “p ↔ q”, se lee “si y sólo si p, entonces q”.

El bicondicional no es muy utilizado en el lenguaje ordinario, pero sí lo es mucho


es el científico y en el lógico. Recordemos que el condicional expresa una “condición
suficiente” para que aparezca el consecuente, mientras que en el bicondicional se
trata de una “condición necesaria”. La necesariedad se consigue, con el condicional
siempre que se altere condicionalmente el orden de los antecedentes y los
consecuentes.

Ejemplo: p ↔ q ├q↔p (propiedad conmutativa del bicondicional)

1 (1) p ↔ q P
1 (2) (p → q)  (q → p) Df ↔ 1

1 (3) p → q EC 2

1 (4) q → p EC 2

1 (5) (q → p)  (p → q) IC 3,4

1 (6) q ↔ p Df ↔ 5

n) Regla de Introducción de teorema (IT)

Al probar un teorema estamos probando todos los teoremas que posean la


misma forma. Llamamos instancia de sustitución de una fórmula a una fórmula que
resulta al reemplazar una o más letras proposiciones en todas sus apariciones por
otras fbf.

Además, probado un teorema tenemos probadas implícitamente sus infinitas


instancias de sustitución. Toda instancia de sustitución de un teorema es un
teorema. Y esto podemos aplicar lo también a los secuentes, por lo que toda
instancia de sustitución de un secuente es un secuente (igual que la instancia de
sustitución de una fbf, pero con el requisito de que hay que sustituir a la vez en
todas las fbf que componen el secuente).

Esto se realiza mediante la regla de introducción de teorema. Cada vez que


queramos utilizar un teorema, podemos introducirlo no dependiendo de ningún
supuesto. Pero lo indicaremos en la derivación con la sigla “IT”, e indicando el
número de teorema que estamos introduciendo, indicando, además, si está
involucrada alguna instancia de sustitución, también debe ser anotada.

Ejemplo, donde hay que realizar la “prueba de casos”: ├ p → (p  q)  (p  q)

1 (1) p S

(2) q  q IT (84) (p/q)

3 (3) q S

1,3 (4) p  q IC 1,3


1,3 (5) (p  q)  (p  q) ID 4

6 (6) q S

1,6 (7) p  q IC 1,6

1,6 (8) (p  q)  (p  q) IC 7

1 (9) (p  q)  (p  q) ED 2,3,5,6,8

(10)p → (p q)  (p  q) PC 1,9

6.2.8. Distintos tipos de presentación de las reglas

Sistema clásico

Tipo Nº Nombre Abrev. Esquema


1 Introducción Supuestos S pS
2 Modus Ponendo Ponens MP p → q; p; ├q
Reglas
3 Modus tollendo tollens MT p → q; q; ├p
Primitivas
4 Modus tollendo ponens TP p  q; p; q
5 Modus ponendo tollens PT (p  q); q; ├p
6 Doble negación DN p; ├p
7 Prueba condicional PC p S; ...; q; ├p→q

8 Introducción conjunción IC p; q; ├p  q
9 Eliminación conjunción EC p  q; ├p
10 Introducción disyunción ID p; ├p q
11 Eliminación disyunción ED p  q; p → r;q → r;├r

12 Reductio ab absurdum RA p S;...; q  q; ├p


13 Definición bicondicional DfB p ↔ q; ├(p → q)  (q →

p)
14 Introducción teorema IT
Reglas 15 Eliminación negación EN p;...; p; ├q
derivadas 16 Ley de Morgan 1 DM1 (p  q); ├ p  q
negación 17 Ley de Morgan 2 DM2  (p  q); ├ p  q
Reglas 18 Conmutativa conjunción Conm.C p  q; ├ q  p
derivadas 19 Def. conjunción por  y Def.C1 p  q; ├  (p → q)
conjunción →

20 Def. conjunción por  y  Def.C2 p  q; ├  (p  q)


Reglas 21 Conmutativa disyunción Conm.D p  q; ├ q p
derivadas 22 Silogismo disyuntivo SD p  q; p¸├ q
disyunción 23 Dilema constructivo Dil.C1 p  q; p→r; q→r; ├ r
simple
24 Dilema constructivo Dil.C2 p  q; p→r; q→s; ├ r  s
compuesto
25 Dilema destructivo Dil.D1 p  q; r→p; r→q; ├ r
simple
26 Dilema destructivo Dil.D2 p  q; r→p; s→q; ├ r
compuesto
 s
27 Def. disyunción por  y Def.D1 p  q; ├ p → q

28 Def. disyunción por  y  Def.D2 p  q; ├ (p  q)


Reglas 29 Transitiva o silogismo del Sil. p→q; q→r; ├ p→r
derivadas C
condicional 30 Def. condicional por  y Def.→1 p→q; ├ (p  q)

31 Def. condicional por  y Def.→2 p→q; ├ p  q

Reglas 32 Conmutativa Conm.B p↔q; ├ q↔p
derivadas bicondicional
bicondicional 33 Transitiva bicondicional Trans.B p↔q; q↔r; ├ p↔r

6.2.8. Una ordenación más racional


TABLA I

REGLAS BÁSICAS DEL CÁLCULO DE JUNTORES


REGLAS DE INTRODUCCIÓN REGLAS DE ELIMINACIÓN
IMPLICADOR
Regla 7 Regla 2

II Introducción implicador EI Eliminación implicador

IC Introducción Condicional EC Eliminación Condicional

TD Teorema deductivo MP Modus Ponendo Ponens

PC Prueba condicional

A→B

.
A

B
--------------

-----------------
B

A→B

CONJUNTOR
Regla 8 Regla 9

IC Introducción conjuntor EC Eliminación conjuntor

IC Introducción conjunción EC Eliminación conjunción

Prod Producto Simp Simplificación


EC1EC2

A Simp1Simp2

B AB AB

---------------- -------------- ---------------

AB AB

DISYUNTOR
Regla 10 Regla 11

ID Introducción disyuntor ED Eliminación disyuntor

ID Introducción disyunción ED Eliminación disyunción

Ad Adición Cas Prueba por casos

ID1ID2

Ad1Ad2 AB

AB

------------- ----------------
A
AB AB
.

C
B

---------------------

NEGADOR
Regla 12 Regla 6

IN Introducción negador EN Eliminación negador

IN Introducción negación EN Eliminación negación

Abs Reductio ab absurdum DN Doble negación

RA Reducción al absurdo

A

. --------------------------

B  B A

---------------------------

A

TABLA II
REGLAS DERIVADAS DEL CÁLCULO DE CONECTORES
REGLAS DERIVADAS DE IMPLICACIÓN
Regla 29 Regla 34

Trans Transitiva Mut Mutación de premisas

Sil Silogismo del implicador

Sil Silogismo del condicional

Sil Silogismo hipotético

A→B A → (B → C)

B→C

--------------------------
---------------

B → (A → C)
A→C

Regla 35 Regla 36

Id Identidad CPr Carga de Premisa

A A

---------- ------------

A B→A

REGLAS DERIVADAS DE CONJUNCIÓN Y DISYUNCIÓN


Regla 18 Regla 21

ConmC Conmutativa de la conjunción ConmD Conmutativa de la disyunción


CC Conmutativa de la conjunción CD Conmutativa de la disyunción

AB AB

=========== ===========

BA BA

Regla 37 Regla 38

AC Asociativa de la conjunción AD Asociativa de la disyunción

AsocC Asociativa de la conjunción ASocD Asociativa de la disyunción

(A  B)  C (A  B)  C

================ =================

A  (B  C) A  (B  C)

Regla 39 Regla 40

DC Distributiva de la conjunción DD Distributiva de la disyunción

DistC Distributiva de la conjunción DistD Distributiva de la disyunción

A  (B  C) A  (B  C)

================= ================

(A  B)  (A  C) (A  B)  (A  C)
Regla 41 Regla 42

IdC Idempotencia de la conjunción IdD Idempotencia de la disyunción

AA AA

========== ===========

A A

Regla 43 Regla 44

AbsC Absorción de la conjunción AbsD Absorción de la disyunción

A  (A  B) A  (A  B)

============ =============

A A

REGLAS DERIVADAS DE NEGACIÓN


Regla 45 Regla 3

Cp Contraposición MT Modus (tollendo) tollens

A→B A→B

-------------------- B

B → A ------------------

A
Regla 6 Regla 15

DN Doble negación ECQ Ex contradictione quodlibet

IDN Introducción doble negador (EN Eliminación negador)

A A  A

---------------- -------------

A B

Regla 46 Regla 47

PNC Principio de no contradicción PTE Principio de tercero excluido

(A  A) A  A

REGLAS ADICIONALES DE CONJUNCIÓN Y DISYUNCIÓN


Regla 48 Regla 49 Regla 5

Imp Importación Exp Exportación PTModusPonendoTollens

A → (B → C) (A  B) → C (A  B)

B
-------------------------- -----------------------

----------------
(A  B) → C A → (B → C)

A
Regla 22 Regla 22

SD1 Silogismo disyuntivo Regla 4

SD Silogismo disyuntivo SD2 Silogismo disyuntivo

SD Silogismo disyuntivo

AB TP Modus Tollendo Ponens

B

-------------- AB

A A

--------------

Regla 23 Regla 25

DilC1 Dilema constructivo simple DilD1 Dilema destructivo simple

Dil1 Dilema 1 Dil2 Dilema 2

Dil Dilema Dil Dilema

AB A  B

A→C C→A

B→C C→B

---------------- ----------------

C C
Regla 24 Regla 26

DilC2 Dilema constructivo compuesto DilD2 Dilema destructivo compuesto

Dil3 Dilema 3 Dil4 Dilema 4

Dil Dilema Dil Dilema

AB A  B

A→C C→A

B→D D→B

--------------- -----------------

CD C  D

REGLAS DE COIMPLICACIÓN
Regla 13 Regla 13 Regla 13

DfB Def. Bicondicional DfB Def. Bicondicional DfB Def. Bicondicional

ICO Intr. Coimplicador ECO1 Elim.Coimplicad. ECO2 Elim. Coimplicad.

A→B A↔B A↔B

--------------- ---------------
B→A

A→B B→A
-----------------

A↔B

Consecuencias inmediatas de la definición del coimplicador


Regla 50 Regla 51

A↔B A↔B

A B

------------------ ------------------

B A

Propiedades del coimplicador


Regla 52 Regla 32 Regla 33

Reflexividad Simetría Transitividad

ConmB Conm.Bicondic. TransB Transit.Bicond.

A↔A A↔B A↔B

---------------- B↔C

B↔A ----------------

A↔C

Regla 53

I Intercambio o reemplazo

A↔B

CASe trata de una subfórmula en una fórmula


----------------------

CBSe trata de una subfórmula en una fórmula

LEYES DE INTERDEFINICIÓN
Regla 30 Regla 31

Def→1 Defin. Condicional por  y  Def→2 Defin. Condicional por  y 

DI1 Defin. Implicador 1 DI2 Defin. Implicador 2

A→B A→B

========== ===========

 (A  B) A  B

Regla 19 Regla 20

Def1 Defin. Conjunción por  y → Def2 Defin. Conjunción por  y 

DfC2 Defin. Conjuntor 2


DfC1 Defin. Conjuntor 1

AB
AB

============
============

(A  B)
(A → B)

Regla 27 Regla 28

Def1 Defin. Disyunción por  y → Def2 Defin. Disyunción por  y 


DfD1 Defin. Disyuntor 1 DfD2 Defin. Disyuntor 2

AB AB

============= ===========

A → B (A  B)

LEYES DE MORGAN
Regla 16 Regla 17

DM1 De Morgan 1 DM2 De Morgan 2

(A  B) (A  B)

============ =============

A  B A  B
6.2.8. El cálculo en la lógica proposicional

TABLAS DE VERDAD (Cf. supra)

EL MÉTODO RESOLUTIVO VERITATIVO-FUNCIONAL

A la hora de realizar este método hay que tener en cuenta lo dicho para las
tablas de verdad, en cuanto al valor veritativo de las conectivas. Además, si en un
condicional su consecuente es falso, su valor de verdad será el mismo que la
negación de su antecedente. Y si un bicondicional tiene como componente “F” su
valor se reduce a la negación del otro componente.

Sea la fbf siguiente: (p → q)  q ↔ (p  q).

Asignamos, previamente, el valor de “V” para “p” y el valor de “F” para q.

Y entonces, en lugar de citar las letras proposicionales, las sustituimos, en la fbf


por sus valores, y tendríamos lo siguiente:

(p → q)  q ↔ (p  q)

(V → F)  F ↔ (V  F)

F  V ↔ (V  F)

F  V ↔ F

V↔V

De aquí resulta que la fbf propuesta es verdadera cuando asignamos los valores
dichos.

¿Qué sucede si invertirnos la asignación de estos valores, p = F; q = y?

(p → q)  q ↔ (p  q)
(F → V)  V ↔ (F  V)

F  F ↔ (F  V)

V  F ↔ F  V

VF↔VF

V↔V

EL MÉTODO GENERAL RESOLUTIVO VERITATIVO-FUNCIONAL

Para realizar este método haremos lo siguiente:

1. Subdividir en dos los casos a considerar, eligiendo una letra proposicional


cualquiera, poniendo en su lugar en el primer caso “V” y en el segundo caso “F”.

2. Empezamos a aplicar las tablas hasta llegar a “V” o “F” o un esquema que no
contenga ya la letra proposicional que hemos elegido.

Sea la fbf siguiente: p → q

p→q

V → qF → q

VF

De este modo, el valor de la fbf (como dice la propia definición del condicional),
se reduce al valor de verdad que posea “q”.
LOS ÁRBOLES LÓGICOS DE CONSISTENCIA EN LA LÓGICA PROPOSICIONAL
VERITATIVO-FUNCIONAL

a) Los árboles de consistencia

Este método posee el carácter intuitivo-mecánico del método de tablas y,


además, la potencia inferencial del método deductivo natural. ¿Para qué sirve?
Teóricamente, para comprobar la consistencia o inconsistencia de una fórmula o
conjunto de fbfs. No nos responde si una fórmula es tautológica, pero si es
inconsistente, entonces no es tautológica; aunque no sabemos si es consistente.

Si una fórmula es tautológica, entonces su negación tiene que ser inconsistente.


Por esta vía indirecta, este método nos contesta si una fbf es o no tautológica. Por
ejemplo, si tres fbfs implican una conclusión lo que hacemos es saber si es
consistente el conjunto de todas las premisas y la negación de la conclusión.

En el caso de la equivalencia (bicondicional) se toma su condicional


correspondiente y se ve si es válido. Funciona, por tanto, como la RA. Suponer todo
el conjunto de fbfs iniciales como verdadero; si no nos contradecimos, no son
verdaderas; si nos contradecimos, sí pueden serlo.

b) Instrucciones sobre los árboles de consistencia

1) Introdúzcase en una misma rama todas las proposiciones del conjunto cuya
consistencia o inconsistencia se quiere probar.

2) Una rama está cerrada si y sólo si contiene como líneas una letra
proposicíonal y su negación.

3) Una rama está abierta si y sólo si no contiene como líneas una letra
proposicional y su negación.

4) Al aplicar una regla a una línea, márquese esa línea con el signo /, e
introdúzcanse sus conclusiones al final de toda rama abierta que contenga esa línea
(y únicamente en esas ramas).

5) No puede aplicarse una regla a una línea ya marcada con el signo /.

6) Si, tras la aplicación de una regla, en un rama apareciera una contradicción


(entendiendo por contradicción únicamente una letra proposicional y su negación),
ciérrese esa rama marcándola al final con el signo “X”.
7) Es preferible (aunque no necesario) aplicar primero las reglas que no
bifurquen la rama. Y, entre las que bifurcan, es preferible (aunque tampoco
necesario) aplicar primero las del bicondicional.

8) Una rama está terminada si y sólo si está cerrada o han sido marcadas con /
todas sus líneas que no consistan en una letra proposicional o la negación de una
letra proposicional.

9) Un árbol está terminado si y sólo si todas sus ramas están terminadas.

10) Un árbol está cerrado si y sólo si todas sus ramas están cerradas.

11) Un árbol está abierto si y sólo si al menos una de sus ramas está abierta.

PROCESO A SEGUIR PARA SOLUCIONAR PROBLEMAS DE LÓGICA DE ENUNCIADOS:


EL MÉTODO AXIOMÁTICO

1. Si la proposición se presenta en lenguaje natural lo primero que tenemos


que hacer es traducirla o lenguaje formal.

2. Colocaremos las premisas iniciales por orden de arriba hacia abajo


(numerándolas). A continuación, cuando sea el caso, a partir de aquellas y
utilizando las reglas convenientes trataremos de alcanzar la conclusión. No
obstante, es posible como alternativa utilizar premisas auxiliares que nos pueden
un algún momento allanar el camino de acceso a la conclusión. Veamos algunos
casos.

Primer caso: Pongamos que la fórmula objeto de nuestro interés es una


implicación, pondremos como premisa auxiliar el antecedente de la implicación.
Sólo nos resta hallar el consecuente para, una vez descargados los supuestos,
emplear el Teorema de la Deducción (TD) y dar con la fórmula buscada. Puede
darse la circunstancia que el consecuente fuera una implicación; se procedería de
igual modo que en el caso anterior y así procederíamos si se repitiera el caso en lo
sucesivo hasta alcanzar la conclusión.

Segundo caso: Imaginemos que en las premisas de nuestra proposición


tenemos una disyunción; entonces, provisionalmente, supondremos cada parte
separadamente de la disyunción y deduciremos de cada parte la fórmula adecuada
a nuestros fines lógicos. Estamos ante lo que denominamos Prueba por Casos
(Cas).
En último caso podemos dejar de lado la vía de la deducción directa y acogernos
a la utilización del método de reducción al absurdo o deducción indirecta, que
consiste en suponer provisionalmente la negación de la fórmula que nos interese
establecer, intentándose extraer de esa negación una contradicción; el rechazo de
esta contradicción nos proporcionará la fórmula deseada.

Ejercicio.

1. q

2. t → q

3. p → t

├p

Solución:

1. q P1

2. t → q P2

3. p → t P3

4. p S

5. t MT 1,2

6. t MP 3,4

7. t  t IC 6,5

8. p Abs 4-7

9. ├ p DN 8

Nota: Se alcanza la conclusión pedida a partir de las reglas adecuadas de modo


que el razonamiento es válido lógica y formalmente.
6.3. LA LÓGICA DE PREDICADOS O LÓGICA CUANTIFICACIONAL

6.3.1. La función lógica y el cálculo de predicados

Hay proposiciones o inferencias que no pueden ser simbolizadas


considerándolas a cada uno como un todo, es decir, no pueden ser simbolizadas sin
tener en cuenta la estructura interna (formal) de las proposiciones de que depende
la validez de las inferencias.

Así, sea la proposición.

“todos los licenciados en filosofía hacen oposiciones”;

Mari Pili es licenciada en filosofía;

por tanto, Mari Pili hace oposiciones.

Esto se simbolizará corno “p, q; por tanto r”. Pero “p, q; por tanto r” se
amoldará tanto a una inferencia válida como a una inválida. Por ejemplo:

“Todas las españolas son guapas;

Dino es un perro,

por tanto, Induráin es el mejor ciclista”

¿Cómo hemos de proceder entonces? El primer paso es darse cuenta de que un


enunciado; “todas las españolas son guapas” es equivalente al enunciado “si una
mujer es española, entonces es guapa”. Proposiciones simples como la primera de
las anteriores citadas se pueden escribir como si constasen de dos proposiciones
conectadas por “si ... entonces”. Escribamos ahora cada una de las dos
proposiciones así conectadas en forma de función: “Si x es española, x guapa”.
Cuando se dé este modo, la proposición “todas las españolas son guapas” cae
dentro del sistema de Frege.

O, mejor, casi lo hace, pues queda una ambigüedad por resolver. “Si x es
española, x es guapa” puede dar lugar a confusión, porque es ambigua entre algún
“x” particular y cualquier “x” o todo “x”. Lo que querernos expresar es el “cualquier
x”; lo que queremos es capturar la generalidad de “todas las españolas son
guapas”. Por tanto, tenemos que tomar medidas para expresar esta generalidad.
Así, en lugar de “x es española, entonces x es guapa”, escribiremos: “para todo x,
si x es española, entonces x es guapa”. Y esto equivale a un enunciado más o
menos como el siguiente: “Sea lo que sea lo que pase, o se esté donde se esté, si x
es española, entonces x es guapa”. Si reflexionamos sobre lo que decimos cuando
decimos que “todas las españolas son guapas”, veremos que esa equivalencia
aproximada se mantiene.

De igual manera, si queremos expresar que “algunas españolas son guapas”,


entonces escribiremos “para algún x, x es española, y x es guapa”, que es más o
menos equivalente a “existe algún x que es a la vez española y guapa”.

Las dos expresiones completamente formalizadas resultarían así:

1. (x) (Ex → Gx)

2. (E x) (Ex  Gx)

Aquí tenemos, en un breve esbozo, los elementos básicos del sistema formal
axiomático de Frege.

Recordemos que esto lo comenzó a realizar Frege a partir de 1884. Dos


decenios después Russell y Whitehead desarrollaron un sistema parecido, basado
en un conjunto diferente de axiomas. Fueron D. Hilbert y W. Ackerman los que
analizaron de forma rigurosa la lógica de predicados de primer orden. Ahora bien,
alguien que haya reflexionado sobre qué es lo que ocurre en el desarrollo de esos
sistemas los habrá encontrado problemáticos en ciertos aspectos. Sobre todo
plantean problemas, por ejemplo, en lo que concierne a la naturaleza de la verdad
lógica. Con respecto a dicha verdad parece haber cierta necesidad que la distingue
de la verdad de los enunciados, por ejemplo, de los de la ciencia física. Pero, ¿cómo
se puede elucidar esta necesidad?

Es decir, consideremos las relaciones entre las verdades lógicas y los axiomas
en que se basan. ¿Dependen éstas en su verdad de los axiomas? Si es así, ¿de qué
depende a su vez la verdad de esos axiomas? Y si no es así, ¿en qué sentido se
derivan de ellos las verdades lógicas?
Analicemos de nuevo la inferencia “si nieva esta tarde, la función teatral será
suspendida; nevará esta tarde; por tanto, la función teatral será suspendida”.
Decimos que es válida porque es una expresión de la verdad lógica “si p, entonces
q; y p; por tanto, q”. Pero, ¿cuál es la naturaleza del “porque”? ¿Cómo,
precisamente, depende de la verdad lógica la validez de la inferencia? Lo que está
claro es que esto expresa un problema acerca de la naturaleza misma de la lógica.
Son cuestiones que surgen no tanto cuando se está desarrollando un sistema lógico
como cuando se reflexiona sobre lo que se está haciendo al desarrollarse así. En
este sentido, estas cuestiones no son ya competencia tanto de la lógico como de la
filosofía de la lógica o de la metalógica.

La lógica clásica consideraba como fundamentales 4 tipos de proposiciones, a


las que distinguía por medio de letras A, E, I, 0. Los criterios de distinción eran la
cantidad (si el término sujeto estaba tomado universalmente, es decir, en toda su
denotación) o particularmente; y el juicio (si la proposición afirmaba algo o negaba
algo). Las combinaciones resultantes eran éstas:

A (Universal afirmativa: Todos los F son G (Ej. “Todos los españoles son
europeos”).

E (Universal negativa): Ningún F es G. (Ej. “Ningún hombre vuela usando sus


orejas”).

I (Particular afirmativa): Algún F es G. (Ej. “Algunos alimentos son de color


rojo”).

O (Particular negativa): Algún F no es G. (Ej. “Algunos filósofos no son nada


claros”).

Esto viene a ser lo mismo que:

A Todo F es G (x) (Fx → Gx)

E Ningún F es G (x) (Fx → Gx)

I Algún F es G (E x) (Fx  Gx)

O Algún F no es G (Ex) (Fx  Gx)


6.3.2. La lógica cuantificacional o de predicados

En la lógica de Aristóteles éste distinguía entre elementos o partículas


“categoremáticas” y entre las “sincategoremáticas”.Todas las lenguas posee
elementos que no denotan nada y cuya función consiste en relacionar entre sí los
elementos denotativos. Es decir, toda lengua tiene elementos sincategoremáticos,
además de los categoremáticos o denotativos. “Categoremático” es término de
origen griego generalizado en la lógica y en la gramática medieval, aunque deriva
la lógica del estoicismo. Lo categoremático está asociado a las categorías y tienen
un contenido plenamente significativo. Los estoicos distinguían entre una oración
con sentido completo (categoremática), que afirma de un sujeto lo que expresa, y
otras con sentido incompleto en sí mismas (sincategoremáticas). Un ejemplo de
una proposición que tiene un significado completo puede ser: “Todos los hombres
son seres corpóreos”. Tiene una significación completa en sí misma, pues consta de
un sujeto (una substancia, por tanto, una categoría), un verbo y un predicado
(también categorial, como la extensión). Las proposiciones sincategoremáticas, por
el contrario, no poseen esta estructura acabada y completa; por ejemplo: “Todas”.
Aquí podemos preguntar; ¿quiénes? De este modo, las oraciones
sincategorernáticas sólo adquieren plena significación cuando van unidas a una
categoremática.

Por su parte “sintegoremético” es un término proveniente del latín medieval


(syncategorematicus), derivado del griego syn “con” y catégoreó, que significa
“afirmar”. Se refiere a los términos o las palabras que en una oración determinan,
modifican o relacionan al sujeto, al verbo y al predicado, pero que no tienen al
margen de ellos significación completa en sí mismos (cosa que sí poseen los
términos categoremáticos). Aunque el concepto se remonta a los estoicos, fue muy
utilizado en la lógica medieval. Estos términos sincategoremáticos eran, en la lógica
de Aristóteles, los cuantificadores. Son vocablos como: “sin embargo”, “entonces”,
“todos”, “ningún”, “algún”,”y”, “o”, “por tanto”, etc Estos términos
sincategoremáticos precisan ser unidos a un sujeto y a un predicado unidos a su
vez por el verbo copulativo: “es”. Sólo de esta forma un término sincategoremático
se convierte en categoremático. Pues, de forma similar, en la actual lógica de
predicados de primer orden estos cuantificadores, una vez unidos con una función
proposicional, se convierten en un “enunciado”.
Pues bien, visto esto, podemos decir que la lógica de predicados es la parte de
la lógica que se dedica a estudiar la “consecuencia” lógica entre las proposiciones o
enunciados, pero con la particularidad de que frecuentemente no es suficiente con
analizar la estructura de la totalidad de los enunciados, sino que se hace necesario
adentrarse en su estructura interna. Esto es lo que de nomina lógica de predicados
de primer orden.

1. Todas las personas a las que les gusta la poesía son melancólicas

2. A Rocío le gusta la poesía

3. Por consiguiente, Rocío es una persona melancólica. Esta inferencia


formalmente es correcta, siendo su forma lógica:

p→q

├q

Pues bien, consideremos ahora este ejemplo:

1. A todas las personas melancólicas les gusta la poesía

2. A Rocío le gusta la poesía

3. Por consiguiente, Rocío es una persona melancólica. Observamos que su


estructura lógica es idéntica a la anterior, es decir:

p→q

├q

Pero nos encontramos con un problema: el primer argumento es correcto,


mientras que no lo es el segundo, pese a poseer la misma estructura formal
superficial, con lo que no podemos decidir cuál de los dos argumentos es válido
atendiendo únicamente a su estructura formal. Y por esto se hace necesario recurrir
a analizar la estructura interna de la argumentación, incorporando operadores
internos, diferenciando entre relaciones y propiedades, así como entre objetos e
individuos. Veamos un ejemplo:

“Todos los árboles son vegetales”. En esta proposición podemos diferenciar


entre el objeto o individuo (el árbol) y la propiedad que se atribuye al mismo (ser
vegetal). Pues bien, a los términos que mientan a los objetos o individuos los
denominamos “designadores”, mientras que a los términos que se refieren a los
predicados los llamamos “relatores”. El referente u objeto puede constar de un
espacio vacío (se puede predicar algo de un objeto cualquiera), y entonces lo
denominamos “argumento”. Pero a éste se le atribuye algo, es decir, un
“predicado”, y este puede ser, bien de propiedades (los denominamos “predicados
absolutos”, válidos para todos) o bien de relaciones (que son “predicados relativos”,
pues se refieren sólo a ellos). Y a las propiedades corresponden tanto nombres
como pronombres u objetos, y a las relaciones corresponden agrupaciones de dos o
más nombres, dependiendo de que los predicados tengan dos o más lugares vacíos.

6.3.3. Simbología de la lógica de predicados

La lógica de predicados, también denominada lógica cuantificacional, se ocupa


de la organización interna de las proposiciones. Ésta es la idea principal como punto
de partida, a diferencia de lo que se afirmó para la lógica de enunciados. Así, la
lógica de predicados se va a dedicar a tratar de los términos que conforman las
proposiciones. Tales términos se refieren a individuos o a propiedades de
individuos, así como a las relaciones entre individuos, es decir, un predicado puede
relacionar más de un objeto.

Algunas breves definiciones antes de seguir:

- Individuo: Todo aquello que en lenguaje común se denomina con un nombre


propio. Cualquier ser único en algún sentido (personas, montañas, estrellas,
números, obras de arte, etc.).

- Nombre: Toda aquella expresión que se refiera a un individuo.

- Predicado: Toda expresión que haga referencia a propiedades o a relaciones


entre individuos.
¿Cómo vamos a traducir esto en lenguaje simbólico?:

- En primer lugar, hablaremos de variables individuales cuando nos refiramos


a un individuo indeterminado; para ello utilizaremos las minúsculas: x, y, z.

- En segundo lugar, hablaremos de nombres que simbolizaremos por las letras


minúsculas a,b,c a las cuales vamos a llamar letras constantes individuales.

- En tercer lugar, hablaremos de predicados; se simbolizarán con letras


mayúsculas (letras predicativas) tales como: P, O, E, S, T, etc.

Distingamos en este apartado y en este preciso instante lo que ya


anunciábamos en apartados anteriores, el objetivo de trabajo de la lógica
proposicional respecto de la lógica cuantificacional, de tal forma que una expresión
que esté formada por una letra predicativa seguida de una o varias letras
individuales no se puede tomar como si de un enunciado se tratase ya que no
podemos concluir de una expresión que sea verdadera o falsa. Abundando en ello
pondremos un ejemplo que clarifique esta cuestión. Tomemos la expresión
siguiente: “x es un librero”; esta oración no supone un enunciado, ahora bien,
podrá llegar a ser un enunciado siempre que determinemos la variable pertinente.
En otros términos, la expresión del ejemplo Lx constituye un enunciado abierto o
por determinar. Tarea nuestra será cambiar la variable existente por un nombre de
individuo: “Don José Maldonado es un librero”, por tanto, La. Lo que hemos hecho
ha consistido en cambiar por una letra constante individual una letra variable
individual. En todo caso, este enunciado será falso o verdadero dependiendo de la
constante que usemos. Además, esto dependerá de que el predicado se pueda o no
predicar del individuo al que la constante se refiere.

Aparte de esto podemos determinar la variable empleando los cuantificadores:

- Cuantificador universal , ,  = “todos”

- Cuantificador particular V,,  = “algunos”.

Observemos un pequeño ejemplo como aportación didáctica:

Vx (x es un librero).

Hemos de fijarnos en el hecho de que el cuantificador y la muestra de la


variable suponen un prefijo que ayuda a cerrar el enunciado abierto en el que esa
variable tiene lugar. Nos quedará la siguiente expresión determinada Vx (Lx).
A continuación recordemos que la lógica de predicados la podemos dividir en:

a) Lógica de predicados de primer orden donde sólo se cuantifican variables


individuales.

b) Lógica de predicados de segundo orden u orden superior, donde se trata de


analizar la validez de los razonamientos que requieren la cuantificación de
predicados de individuos o predicados de predicados de individuos.

Nos toca exponer la simbología apropiada a la lógica de predica dos: veremos


que muchos símbolos han sido ya utilizados anterior mente de modo que la
comprensión nos será más fácil.

Símbolos primitivos:

- Letras enunciativas:

p, q, r, p1, q1, r1, ... pn, qn, rn.

- Letras predicativas:

P, O, R, S, ... Pn, Qn, Rn, Sn.

- Letras individuales:

Variables: x, y, z, ... xn, yn, zn.

Constantes: a, b, .. an, bn, cn.

- Símbolos lógicos:

Juntores: , ↔, →, , 

Cuantificadores: , V y , 

Todo lo anterior significa un condicionante a la hora de formar expresiones


dentro de este apartado de la lógica. Por ello, lo que vamos a pedir a tales
expresiones es que respeten las reglas a las que se tienen que someter para poder
engrosar el espacio de las fórmulas bien formuladas.
A renglón seguido mostramos un cuadro que da fe de los tipos de enunciados de
la lógica da predicados monádicos de primer orden, con y sin especificación del
universo del discurso.

UNIVERSAL AFIRMATIVO UNIVERSAL AFIRMATIVO

x (Px → Qx) x Px

Particular afirmativo Particular afirmativo

Vx (Px  Qx) Vx Px

Universal negativo Universal negativo

x (Px → Qx) x Px

Particular negativo Particular negativo

Vx (Px  Qx) Vx Px

6.3.4. Los cuantificadores de la lógica de predicados

En la lógica formal contemporánea los cuantificadores son dos:

1. El cuantificador universal, que es simbolizado como “x (Px)” y que se lee:


“para todo x, P de x” (para todo x, se predica P), o también se simboliza como “x
Px”, leyéndose igual que la anterior forma. También suele formalizarse
simplemente como “(x)”.
2. El cuantificador existencial o particular, que es simbolizado como “x (Px)”,
que se lee como “existe o hay un x tal que x es P”, o “existe un x tal que P de x”.
También se simboliza como “Ax Px”, que se lee igual que la anterior forma.
También puede simbolizarse como “Ex”.

Utilizando las diferentes posibilidades que nos proporcionan las conectivas, daría
como resultado la siguiente tabla, que puede ampliarse en sus combinaciones:

FORMALIZACIÓN TRADUCCIÓN LENGUAJE ORDINARIO


x (Fx) Para todo x, x es filósofo Todos son filósofos
Para todo x, si x es filóso- Todos los filósofos son
x (Fx → Px)
fo, x es profesor profesores
Todos son filósofos y pro-
Para todo x, x es filósofo
x (Fx ↔ Px) fesores, o ni filósofos ni
si y sólo si x es profesor
profesores
No es el caso que para
x (Fx) No todos son filósofos
todo x, x sea filósofo
Para todo x, x no es
x (Fx) Nadie es filósofo
filóso-fo
No es el caso que, para
No todos los que son
x (Fx → Px) todo x, si x es filósofo,
filósofos son profesores
entonces x es profesor
Para todo x, si x es filóso-
Ningún filósofo es
x (Fx → Px) fo, entonces x no es
profesor
profe-sor
Existe algún x tal, que x
x (Fx) Alguno es filósofo
es filósofo
No es el caso que exista
x (Fx) Nadie es filósofo
un x tal que sea filósofo
Existe algún x tal, que x Alguno es filósofo y profe-
x (Fx  Px)
es x filósofo y profesor sor

6.3.5. Reglas específicas de la lógica de predicados


a) Regla de la eliminación del cuantificador universal o generalizador:

Formulación: EG

x Px

---------------------------

Pa

Traducción: Si “X” es un enunciado universal, podemos inferir otro enunciado


“Y” que resulte de sustituir por una constante individual alguna de las variables que
en “X” están bajo el alcance del cuantificador universal. Es decir, lo que afirmamos
de todos los elementos del dominio de una variable es verdadero para uno de ellos.

b) Regla de introducción del cuantificador universal o generalizador:

Formulación: IG

Pa

---------------------------------

x Px

Traducción: Lo que afirmamos de un individuo cualquiera de un universo


determinado, no siendo ese individuo un individuo concreto, sino en cuanto que lo
afirmamos de cualquier individuo, puede ser afirmado del total del universo de la
variable.

c) Regla de introducción del cuantificador particular o particularizador:

Formulación: IP

Pa

---------------------------------

Vx Px

Traducción: De una determinada afirmación sobre un individuo podemos pasar a


la afirmación de que hay algún individuo del que se puede hacer tal afirmación.
d) Regla de eliminación del cuantificador particular o particularizador:

Formulación: EP

Vx Px

Pa S

---------------------------------

Traducción: En la regla de introducción del cuantificador universal se hablaba de


la necesidad de un individuo cualquiera; en esta regla se exige que se trate de un
individuo concreto cualquiera.

6.3.6. Reglas derivadas en lógica de predicados

Definición del generalizador

DG x Px

Vx Px

Definición del particularizador

DP Vx Px

x Px

Negación del genarlizador

NG x Px

Vx Px

Negación del particularizador

NP Vx Px

x Px
6.4. LÓGICA DE CLASES O DE PREDICADOS MONÁDICOS

6.4.1. Introducción

La lógica de clases es la lógica de predicados monádicos. En la historia de la


lógica moderna, la lógica de clases fue la primera en alcanzar su desarrollo, por
obra de G. Boole (1815-1864) y A. de Morgan (1806-1871). Estos autores
pensaban que la lógica clásica, hasta entonces en vigor (sobre todo, la aristotélica),
podía interpretarse en términos de clases y de relaciones entres las clases. La
lógica de clases ofrecía la posibilidad de formalizar en cierto grado la lógica
aristotélica, que estaba escasamente formalizada.

Hoy la lógica de clases es posterior a la lógica de enunciados o lógica


proposicional. La razón es que decir de dos clases que se encuentran relacionadas
en cierta manera es ya enunciar una proposición: como consecuencia, un cálculo
desarrollado de clases supone nociones del cálculo de proposiciones.

La lógica de clases supone, por consiguiente, nociones de la lógica


proposicional, pero, a la vez, es una extensión de la lógica a campos que la lógica
proposicional no podía abarcar. La razón de esta limitación de la lógica
proposicional es clara: por principio, la lógica proposicional considera no analizables
las proposiciones simples o monádicas. Se limita, en consecuencia, a estudiar la
estructura lógica de las proposiciones compuestas o moleculares; es decir, a
estudiar el modo cómo las proposiciones simples son encuadradas en proposiciones
complejas por medio de las conectivas fundamentales, y las consecuencias que este
encuadramiento de las proposiciones puede traer consigo con vistas a la
argumentación y a la deducción. Esta limitación de principio tiene como
consecuencia que argumentos que son evidentemente válidos desde el punto de
vista lógico-formal son, sin embargo, inexplicables por los métodos de la lógica
proposicional. Entre estos argumentos se encuentran todos los silogismos de la
lógica tradicional.

Veamos, como ejemplo, el siguiente argumento:


— Todos los mamíferos carnívoros tienen pelo

— Los perros son mamíferos carnívoros.

— Luego, los perros son mamíferos carnívoros.

Este argumento es claramente válido. Pero es imposible dar razón de su validez


dentro de la lógica proposicional. Desde el punto de vista de esta lógica, no
tenemos aquí más que tres proposiciones simples distintas, entre las que no es
posible establecer ninguna relación. Y es que en este tipo de argumento desempeña
un papel fundamental la estructura interna de la proposición, estructura a la que la
lógica proposicional renuncia, por principio, a estudiar.

La lógica de clases evita hasta cierto punto esta limitación, entrando ya en el


análisis de la estructura interna de la proposición. Por ello supone una cierta
ampliación del campo de la lógica proposicional. No es, sin embargo, una
ampliación sistemática, como la que se encuentra en la lógica de predicados; es
más bien una ampliación especializada, pues la lógica de clases dirige su atención a
aquellas proposiciones que afirman la existencia de relaciones entre clases. Si
estudiamos la lógica de clases en este punto, no es sólo en cuanto ampliación de la
lógica proposicional, sino en cuanto enlace con la lógica tradicional y su doctrina
central: el silogismo.

6.4.2. La noción de “clase”

Se entiende por “clase” una agrupación de individuos de cualquier tipo


(personas, animales. letras, números...) que tienen en común una propiedad, por la
cual se les identifica como miembros de ella. La clase “letras de esta página” es el
conjunto de los signos escritos en este folio y que tienen la propiedad de ser letras.
Así, los términos “clase” y “propiedad” están estrechamente relacionados: a toda
propiedad le corresponde una clase, y a toda clase le corresponde, al menos, una
propiedad; una propiedad delimita o define una clase.

Las propiedades, en sí mismas, son una parte de la realidad. El ser rojo es una
característica física de la lámpara que ilumina mi ordenador, donde escribo. Bajo
esta perspectiva real, no es objeto de la lógica, pues ésta no investiga lo que es el
color. Pero esa propiedad de la lámpara es simbolizada en nuestro pensamiento, en
predicados de las cosas. Y en cuanto predicados las propiedades de la lámpara sí
interesan a la lógica.

En cuanto a la relación de la noción de predicado con la de proposición aquel es


una parte de ésta (desde el punto de vista lógico). Gramaticalmente suele tomar la
forma de un nombre común, o de un adjetivo (la distinción no tiene relevancia
lógica). Pero también podemos tratar como predicados a los verbos; así, en “todos
los buenos opositores estudian a fondo los temas de la oposición” podemos
considerar el “estudian a fondo los temas de la oposición” como un predicado.
Normalmente, es posible reformular estas proposiciones de modo que el predicado
aparezca bajo la forma de un sustantivo o adjetivo.

En todo caso, el predicado no es una proposición; carece, por ejemplo, de la


característica esencial de las proposiciones: la de ser verdaderas o falsas. Pero el
predicado no es verdadero o falso; pero se predica de unos objetos con verdad y de
otros con falsedad. El predicado “español” se predica con verdad de Laín Entralgo,
pero se predica con falsedad de Emmanuel Lévinas.

Visto lo cual, consideramos una clase como el conjunto de aquellos objetos a los
que se atribuye con verdad un predicado. Pero al margen de nuestro pensamiento
los objetos no forman clases. Sólo existe clase cuando previamente existe una
clasificación, una operación mental por la que, atendiendo a determinadas
semejanzas entre objetos, los designamos con un mismo símbolo. Los objetos, por
sí mismos, no constituyen clases.

6.4.3. El uso de las clases en la lógica

Como fácilmente puede verse, la noción de clase se corresponde con la de


denotación de un término (o predicado). Lo que interesa a la lógica no es lo que un
predicado connota, es decir, su significado, sino lo que un predicado denota, es
decir, el conjunto de objetos de los que puede predicarse con verdad. Del predicado
“perro”, por ejemplo, a la lógica no le interesan las características de mamífero de
la familia de los cánidos, etcétera, sino simplemente que la atribución correcta de
ese predicado delimita un conjunto de objetos que guarda determinadas relaciones
de inclusión con otros conjuntos, como el de los mamíferos, los animales, etcétera.
Ello equivale a decir que en la lógica de clases se emplean los predicados
extensionalmente (“extensión” de un término es lo mismo que “denotación”). Si
decimos, por ejemplo, que los lobos se incluyen entre los mamíferos, es obvio que
no queremos decir que el predicado “lobo” forme parte de la connotación de
“mamífero”, sino que la denotación de “lobo” es una parte de la denotación de
“mamífero”. Ambos aspectos se hallan generalmente en relación inversa: cuando la
denotación de A incluye a la de B, es generalmente porque la connotación de B
incluye a la de A.

Puesto que tomamos los términos extensionalmente, consideraremos que dos


clases son idénticas cuando contengan los mismos objetos, aunque los predicados
que las designan tengan diferente connotación. Así, consideraremos idénticas las
clases denotadas por los predicados “hombre” y “animal capaz de religión”, aunque
las connotaciones de ambos predicados sean obviamente distintas.

6.4.4. El cálculo de clases

a) Las variables de clase

Del mismo modo que en la lógica proposicional, la mejor manera de formalizar


la lógica de clases consiste en la construcción de un cálculo adecuado. Para ello
comenzaremos por introducir los elementos básicos del cálculo, es decir, los
símbolos primitivos.

La primera clase de símbolos primitivos la constituyen las variables de clase,


que juegan dentro de la lógica de clases el mismo papel que en la lógica
proposicional jugaban las variables de enunciado. Para las variables de clase
usaremos las letras: “A “, “B”, “C”, etcétera. Como variables, estas letras
representan una clase cualquiera, pero en todo caso una sola clase.

Aunque no sean propiamente variables, introduciremos también dos signos que


en ciertos aspectos funcionan corno las variables de clase; son los signos “V” para
designar la clase vacía, y “” para designar la clase universal. Por “clase vacía”
entendemos toda aquella clase que carece de elementos, es decir, toda aquella
clase a la que nada pertenece. Son clases vacías (dentro del universo del discurso
de las cosas reales) la clase de los centauros, o la clase de los pájaros que
resuelven ecuaciones algebraicas. Por “clase universal” entendemos toda aquella
clase a la que pertenecen todos los objetos del universo del discurso de que se
trate; por ejemplo, y dentro del universo del discurso de las cosas reales, la clase
de los objetos que tienen existencia.

Como se ve, hemos introducido una nueva noción, la de “universo del discurso”
que conviene aclarar. Cuando hablamos de relaciones entre clases, y en especial
cuando nos refiramos más adelante al complemento de una clase, estamos siempre
pensando como trasfondo en un campo determinado de objetos, con respecto al
cual tiene sentido hablar de clases y de sus relaciones mutuas. Así, si decimos, por
ejemplo, que la clase de los gatos está incluida en la de los félidos, es claro que nos
estamos refiriendo a un campo determinado de objetos (en este caso concreto, el
de los animales), del que están excluidos los astros, las nubes, los números,
etcétera. A veces, ese campo de objetos del que hablamos (el “universo del
discurso”) puede extenderse a todos los objetos, existentes o posibles, como en el
caso de la metafisica clásica; pero generalmente se limita a un conjunto
determinado de objetos: el de los animales, o los seres vivos, o los números, o las
formaciones geológicas, etcétera.

Así, pues, tanto la clase vacía como la clase universal deben siempre entenderse
referidas al universo del discurso de que se trate. La clase de los leones se
alimentan de forraje es vacía en el universo del discurso de los animales
actualmente existentes, pero no l_o es en_ el universo de la zoología fantástica.

b) Complemento de una clase

El complemento de una clase A es la clase de todos los elementos del universo


de discurso de que se trate que no pertenecen a A. El símbolo que emplearemos
para designar el complemento de una clase es “-“, sobrepuesto a la
correspondiente variable de clase, así, Â . Por ejemplo, si A representa a la clase de
las personas que son padres (es decir, padre o madre), Â representa a la clase de
las personas que no han tenido descendencia

c) Conexiones de clases

Podemos poner en conexión o combinar las clases de dos modos, que


llamaremos intersección (o producto) y reunión (o suma). Por “intersección” de las
clases A y B entendemos una nueva clase C que contiene todos los elementos (y
solos los elementos) que pertenecen a la vez a A y a B. Representamos la
intersección de clases con el símbolo “”, escrito del modo siguiente: A  B. Por
ejemplo: si A es la clase de los presidentes de República y B la clase de las
personas de sexo femenino, A  B será la clase de las mujeres que son presidentes
de República.

Por “reunión” de las clases A y B entendemos una nueva clase C que contiene
todos los lementos (y solos los elementos) que pertenecen a A o a B (o a ambas a
la vez). Representamos la reunión de clases por el símbolo “”, escrito del modo
siguiente:

A  B. Por ejemplo: si A representa a la clase de los obreros y B a la clase de


las personas afiliadas a un sindicato, A  B representa a la clase de todas las
personas que son obreros o están afliadas a un sindicato (o ambas cosas a la vez).

d) Relaciones entre clases

Las relaciones fundamentales entre clases son la inclusión y la identidad. Todas


las demás relaciones, como la de mutua exclusión, etcétera, pueden expresarse
gracias a aquellas dos. Decimos de una clase A que está incluida en otra B cuando
todos los elementos de A son elementos e B. Se representa por el símbolo “”,
colocado del modo siguiente: A  B, que se lee: “La clase A está incluida en la clase
B”.

De por sí, la inclusión no es incompatible con la identidad. Es decir, “A está


incluida en B” no quiere decir que todos los elementos de A son elementos de B y
que además hay elementos de B que no son elementos de A. Simplemente, la
inclusión afirma la pertenencia de todos los elementos de A a la clase B, y
prescinde de toda información ulterior. Por ello, “A está incluida en B” es
compatible con “A es idéntica con B “.

Decimos de una clase A que es idéntica con otra B cuando cada elemento de A
es elemento de B, y cada elemento de B es elemento de A. El símbolo de la
identidad entre clases es “=“, colocado del modo siguiente: A=B, que se lee: “La
clase A es idéntica a la clase B”.

Cuando no hay identidad entre clases e interesa subrayar este hecho,


empleamos el signo “≠“, colocado así: A ≠ B, que se lee: “La clase A no es idéntica
con la clase B”. Por lo tanto, si queremos dar a entender que la clase A está
incluida en la B, pero que no es idéntica con ella, podemos hacerlo del modo
siguiente:(A  B) . (A ≠ B,), donde el símbolo “.“ es el mismo símbolo de
conjunción de la lógica proposicional ().
Es importante subrayar que sólo cuando se dan estas relaciones entre clases
hay verdaderas proposiciones. Así, “A  B” representa la afirmación (o proposición)
de que la clase A está incluida en la clase B. Por el contrario, las conexiones de
clases no producen aún proposiciones, sino elementos de las proposiciones. Lo
veremos inmediatamente, al hablar de las reglas de formación.

e) Conectivas

Para representar las conexiones entre las proposiciones así formadas se


emplean los mismos signos conectivos que se utilizaban en la lógica proposicional

(= ., , , →, ↔).

f) Reglas de formación

En la lógica de clases encontramos dos niveles de composición, gobernados por


dos clases de reglas de formación. La primera clase rige el uso de los símbolos de
conexión entre clases, y su cumplimiento lleva a la formación de los términos de
clase; mientras que la segunda clase rige el uso de los símbolos de relación entre
clases, y su cumplimiento lleva a la formación de expresiones de clase.

He aquí las reglas de formación correspondientes al primer nivel:

1. Las variables de clase son términos de clase.

2. Son igualmente términos de clase el complemento, la reunión y la


intersección de las variables de clase. Por lo tanto, son términos de clase: Ā, A  B,
A  B.

3. Son igualmente términos de clase el complemento, la reunión y la


intersección de términos de clase. Por lo tanto, son igualmente términos de clase: Ā
 (B  C), ((A  B)  (A  C))

Las reglas correspondientes al segundo nivel son las siguientes:

1. Si “a” y ‘b “ son términos de clase, “a  b” y “a = b” son expresiones de


clase.

2. Son igualmente expresiones de clase la negación, conjunción, disyunción,


condicional y bicondicional de expresiones de clase. He aquí en consecuencia
algunos ejemplos de expresiones:
A  B,(A  B)  C, (A  B)  (B  C), ((A  (B  C)) → ((A  B) . (A  C))

g) Las expresiones universalmente válidas

El papel que en la lógica proposicional desempeñaban las tautologías, lo juegan


en la lógica de clases las expresiones universalmente válidas, a las que, como
hacemos en la lógica proposicional, denominaremos leyes en el caso de ser
particularmente importantes.

Una expresión universalmente válida es aquella que es válida en cualquier


universo del discurso que no sea vacío, es decir, en cualquier universo del discurso
que contenga algún elemento (incluimos la restricción “en cualquier universo del
discurso que no sea vacío” porque en un universo vacío no puede existir sino una
clase, a saber, la clase vacía; y, por lo tanto, la misma noción de “expresión de
clase” pierde gran parte de su significado). Podemos enunciarlo aún de otra
manera: una expresión es universalmente válida cuando da lugar a proposiciones
verdaderas siempre que (con referencia a cualquier universo de discurso no vacío)
substituyamos las variables de clase por los nombres de cualesquiera clases
especiales.

Pongamos un ejemplo: la expresión “A  B“ no es universalmente válida, pues


aunque es válida, por ejemplo, si interpretamos “A “ como “la clase de los
hombres” y “B” como “la clase de los mamíferos”, no lo es con cualquier
interpretación (dentro del universo de discurso de los seres vivos, o de los
animales). Por ejemplo, no lo es si interpretamos “A” como “la clase de los
gasterópodos” y “B” como “la clase de los foraminíferos”. Por el contrario, la
expresión “A  (A  B)” es válida para cualquier universo de discurso y para
cualquier substitución por nombres de clases concretas.

Aunque existen procedimientos para comprobar si una determinada expresión


del cálculo de clases es universalmente válida o no, no nos entretendremos en
exponerlos.

h) Las leyes del cálculo de clases

A continuación indicamos algunas expresiones universalmente válidas que son


particularmente importantes, y que por ello reciben el nombre de leyes del cálculo
de clases:

1. Leyes de identidad, de contradicción, de exclusión de tercero:


A=A

AĀ=

AĀ=

2. Ley de doble negación:

A = A

3. Leyes relacionadas con la identidad:

AA

A

A

4. Leyes de asociación:

((A  B)  C) = (A  (B  C))

((A  B)  C) = (A  (B  C))

5. Ley de transitividad:

((A  B) . (B  C)) → (A  C)

6. Leyes de conmutación:

(A  B) = (B  A)

(A  B) = (B  A)

7. Leyes de tautología:

(A  A) = A

(A  A) = A

8. Leyes de distribución:

A  (B  C) = (A  B)  (A  C)
A  (B  C) = (A  B)  (A  C)

9. Leyes de intersección y reunión:

(A  B)  A

A  (A  B)

10. Leyes de dualidad (o de De Morgan):

(A  B) = A  B

(A  B) = A  B

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