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EL LEGADO DE LA REFORMA PROTESTANTE EN LA IGLESIA ACTUAL

Hablar de La Reforma Protestante es referirse al movimiento dirigido por Martín Lutero en el


siglo XVI, que tenía como propósito inicial corregir ciertos abusos que se habían introducido en
la iglesia universal. Cabe aclarar que antes de él, existieron otros hombres a quienes se les
conoce como precursores de la Reforma, entre ellos están: Juan Huss y Juan Wyclif, este último
conocido como la "estrella matutina de la Reforma"; posterior a Lutero existieron personajes
como Ulrico Zuinglio, y uno tan “juzgado” por los arminianos como lo es Juan Calvino. En la
reforma protestante la cristiandad se dividió en dos grandes bloques, y los efectos producidos
tuvieron eco en otros campos de la vida humana debido a las condiciones de esa época.

Es importante echar un vistazo rápido hacia algunas de las causas que originaron la Reforma, de
las cuales se pueden decir eran prácticas NO fundamentadas en la Palabra de Dios: Se había
cambiado el sentir de la humildad por la ostentosidad, prácticas supersticiosas, abusos
emocional-financiero-espiritual al pueblo para sostener el clero y las construcciones de templos,
los puestos eclesiásticos en su mayoría se compraban por Simonías1, la mayor parte del clero
era ignorante o carecía de una buena preparación, muchos sacerdotes vivían en concubinato,
comercio con los bienes espirituales mediante Indulgencias2, ansias de controlar el poder
político. También no se puede ignorar causas sociales como el descontento de algunas dinastías
o naciones a la intromisión de la iglesia en los asuntos concerniente a gestión, tributos, y otros.

Exponer las lecciones que se pueden sacar de este movimiento es amplio, solo hablar de las
cincos solas es una exposición extensa que nos abarcaría mucho tiempo (sola scriptura “Solo por
medio de la Escritura”, sola fide “Solo por la fe Dios salva”, sola gratia “Solo por la gracia”, solo
Cristo “Solo a través de Cristo”, Soli Deo gloria “la gloria solo para Dios”. El sentir de esta
ponencia es extraer 500 años después, solo algunos pocos aprendizajes desde mi reducida
óptica, que considero son una grande necesidad como iglesia actual.

I. Dios Siempre Ha Tenido El Control De Su Iglesia.


En tiempos donde muchos cristianos sufren “conmociones holísticas” por situaciones
desagradables que están pasando en el seno de la iglesia, la Reforma de hace 500 años atrás
nos debe recordar que Dios siempre ha tenido el control de su Iglesia. Al que inspiro las
Escrituras no se le ha olvidado que dejo una promesa bíblica en Mateo 16:18: “… edificaré mi
iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. La situación en la iglesia del siglo XVI
era de continua decadencia, se veían cosas inimaginables en el contexto donde Efesios 5:27
dice: “para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada

1
RAE define como la compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos; o temporales como
las prebendas y beneficios eclesiásticos. Otros dicen fue la venta de cargos eclesiásticos al mejor postor.
2
Indulgencias es la facilidad en perdonar o disimular las culpas concediendo gracia a los pecados. Es la remisión
ante Dios de castigos correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia.
parecido, sino santa y perfecta” (DHH). Con profundo respeto lo digo, pero 500 años después
siguen ocurriendo situaciones lamentables en el seno de la iglesia, algunos se enfadan, otros
retroceden, unos toman actitudes de aislarse ignorando realidades, otros se frustran al ver
cosas desagradables ocurrir, sea cual sea la reacción, no se nos olvide nunca que Jesucristo
prometió edificar Su iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerían contra ella.

Hoy más que nunca en el contexto de los 500 años de la Reforma debemos recordar la visión
del profeta Isaías en el capítulo 6:1 “El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un
trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo" (DHH). Esta revelación de Dios tuvo lugar
cuando el rey Uzias murió, 2 Crónicas 26: 1-15 dice había sido un rey altamente poderoso,
dio al reinado estabilidad, prosperidad y poderío, fue un rey con fuerza y coraje, él era el
monarca más excepcional desde la edad de oro de David y de Salomón. Es en este contexto,
en el que el pueblo (e Isaías era parte del pueblo) estaba inundado de aflicción.

Todas las esperanzas en un líder que gobernó 52 años se desvanecieron a su muerte, dudas
de un futuro próspero y lleno de seguridad surgían, pero el profeta ve a Dios sentado en su
trono alto y sublime… Dios estaba sentado, justo cuando cosas muy tristes emergían en el
pueblo de Dios, el Rey de gloria estaba sentado, tranquilo, inconmovible. No podemos
concebir esta imagen como una indiferencia de Dios, sino como la seguridad que Él está en
control de todas las cosas, a Dios nada le toma de sorpresa, Dios no estaba frente a su trono
como quien está nervioso porque algo imprevisto ha sucedido. Cada acontecimiento de la
historia, de tu vida, de la iglesia ya ha estado en la mente de Dios. Todo en este mundo pasa,
pero Dios permanece, líderes en quienes has confiado no terminan satisfaciendo
expectativas, pero el Dios que te llamo sigue siendo la única opción que NO nos defraudará
jamás. El que estaba sentado en el trono alto intervino en la iglesia de hace 500 años atrás
para transformarla, y te aseguro ha estado, esta, y seguirá estando activo en su iglesia.

II. Hay Cambios Significativos Al Trabajar En Equipo.


Hablar de La Reforma Protestante no solo es hablar de Martín Lutero, es hablar de Pedro
Valdo, Juan Wyclif, Juan Huss, y Jerónimo Savonarola que son catalogados como pre-
reformadores. Lutero fue la figura detonante del movimiento, es al actor central porque Dios
así lo quiso, en su defensa ante los poderosos de su tiempo se mostró débil, cansado,
incompetente, no quería dañar a la iglesia porque la amaba, tenía mucho miedo; Pablo
hablando de quienes servimos al Señor dice: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para
que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Corintios 4:7). La reforma nos enseña
que hay procesos de cambios que no ocurren por un “llanero solitario”, o por un
“revolucionario aislado”, sino por el trabajo de personas que aportan al equipo las
habilidades y dones que Dios ha formado en sus vidas. Posterior a Lutero es honroso señalar
a Ulrico Zuinglio, el “criticado” Juan Calvino, John Knox, Felipe Melanchthon, Guillermo
Tyndale y otros más.
500 años después, necesitamos recordar que una de las ilustraciones más impresionantes del
Nuevo Testamento sobre la Iglesia es como el Cuerpo de Cristo. Dios nos ha creado para que
nos relacionemos, frustramos el propósito de Dios cuando tratamos de vivir aislados, sin
tener relación unos con otros. En tiempos de reforma es bueno recordar que la iglesia es
muchos, es uno, y nos necesitamos. La Iglesia se caracteriza por la diversidad de sus
miembros, I Corintios 12:14 dice: “Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”. Previo
en el v. 12 expresa dos veces esa misma idea, y en los versículos 15-16 Pablo dice que el pie
no tiene que ser mano para ser parte del cuerpo, tampoco la oreja tiene que ser ojo para
pertenecer al cuerpo. La diversidad es algo bueno, todas las partes del cuerpo son necesarias
para que éste funcione adecuadamente. La diversidad de personas, contextos, estratos,
ministerios, y personalidades es necesaria para que la iglesia funcione de manera adecuada,
somos muchos debe ser un eco en tiempos de reforma para la iglesia.

Pablo también quería que estuviésemos claros que la Iglesia es una sola. El v. 12 dice: “Porque
así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo
muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.” El v. 20 “Pero ahora son muchos los miembros, pero
el Cuerpo de Cristo es uno solo”. Somos uno solo porque tenemos en común un solo Cristo, una
sola Escritura, una sola fe, una sola gracia, y un solo compromiso: la gloria solo para Dios. No
se nos olvide que se nos dio a beber de un mismo Espíritu, tenemos un sólo bautismo, una
misma esperanza, una sola Santa Cena, y una Gran Comisión. De todas estas fuentes de
unidad, quizás la más importante es que tenemos un sólo Señor y una misma misión. Somos
Uno debe ser un eco en tiempos de reforma para la iglesia.

El v. 21 dice: “Ni el ojo puede decirle a la mano no te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies no
tengo necesidad de ti”. Hay una palabra que la iglesia actual debe readoptar en su quehacer
misional, es la interdependencia. Ella produce apertura, compromiso compartido,
contribución, comprensión y tolerancia. Las relaciones de dependencia e independencia no
favorecen en nada a la Iglesia. La dependencia crea una relación desigual, produce cristianos
“minusválidos”, relaciones parasitarias y enfermizas. Bajo este estilo, otras personas asumen
la responsabilidad por nosotros. El lema es tu puedes hacerlo por mí. Por otra parte, la
independencia crea relaciones distantes, y no contribuye a generar lazos entre las personas.
Bajo este tipo de interacción soy autosuficiente, no requiero apoyo de los demás. El lema es
yo puedo hacerlo solo. Este es el esquema más promovido por la cultura moderna.

El camino más recomendable es el de la interdependencia, que promueve el trabajo en


equipo. Bajo este estilo se fomenta la cooperación mutua y el aprovechamiento de los
talentos y habilidades para conseguir resultados positivos. Al ser interdependientes estamos
en capacidad de dar amor, apoyo y comprensión, pero al mismo tiempo en algún momento
seremos necesitados de iguales valores. El lema es nosotros podemos hacerlo juntos. Nos
necesitamos debe ser otro eco en tiempos de reforma para la iglesia.
III. Hay Cambios Que Solo La Palabra De Dios Los Produce.
El solo por medio de la Escritura, es un legado urgente a dimensionar más que nunca en la
iglesia actual. Es una urgencia volver a la Palabra como la única autoridad infalible en nuestra
fe, es imprescindible que la Palabra vuelva a nuestros pulpitos. En estas semanas previas leí
en el muro del Facebook de una persona, la preocupación de una persona que hizo mucho
por la iglesia de Centro América: Roberto Aldana Sosa. De manera fiel transcribo las
siguientes líneas que son su preocupación, e igual las de todos quienes sabemos que solo la
Escritura es la autoridad final en cualquier discusión de fe.

“Estoy hondamente preocupado debido a que, la mayoría de los cristianos hoy va en busca
de nuevas experiencias: sueños, visiones, caídas, danzadas, ungimientos con aceite
indiscriminadamente, festivales de "alabanza", y otros; pero carecen del más elemental
conocimiento bíblico. Dejo constancia que no estoy en contra de la experiencia carismática
de la fe, para nada; sólo quiero estar seguro que toda experiencia esté respaldada por la
Palabra de Dios, porque, ¡Qué fácil es caer en el "espíritu"; pero no es para nada fácil andar
en el Espíritu. (Romanos 8:1,17). Estimados, Dios no está comprometido con nuestros
métodos y estrategias de trabajo, no lo está con nuestros pensamientos e ideas, no lo está
con las estructuras eclesiásticas, no lo está, ni siquiera con nuestra teología. Dios SÍ está
comprometido con su Palabra. "Porque como desciende de los cielos la lluvia y no vuelve allá, sino
que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come; así
será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié" (Isaías 55:10-11).

El Hno. Aldana siguió diciendo: “Conocer, creer y vivir la Palabra de Dios es fundamental y
determinante para la renovación de la iglesia. No sólo conocerla, sino creerla y vivir de
acuerdo a sus enseñanzas. Sé de algunos que saben bastante Biblia, pero son como las
cebollas: una gran cabeza y un tallo pequeño y casi seco abajo. Tienen mucho en la cabeza,
pero nada en el corazón. Sólo quien escucha y pone por obra la Palabra de Dios es semejante
al hombre que edificó su casa sobre la roca; vinieron ríos, soplaron vientos y pegaron con
violencia sobre aquella casa, pero no cayó, porque estaba fundada sobre la roca (Mateo
7:24-25). Debe haber 500 años después un deseo de volver a la Palabra de Dios, porque "el
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35).
.
IV. Dios Siempre Pensó Una Iglesia Con Influencia Integral.
Sin duda la Reforma fue de naturaleza religiosa, el impacto en la fe de los cristianos fue
transformador, pero no es justo ignorar que tuvo efectos de largo alcance en todos los
campos de la vida humana. La ruptura con el poder papal produjo un impacto sobre la vida
política de Europa, la osadía de Lutero causo una apertura en la cosmovisión del ejercicio del
poder, la declaración que la autoridad venía de la Biblia y no de la Iglesia Católica fue una
ruptura al absolutismo de la época. Que solo Cristo era suficiente fue un “boom” al poder del
Papa, y por ende tuvo dimensiones políticas irreversibles. Hoy 500 después, en la Iglesia aún
hay algunos que usan el poder para oprimir, esclavizar, atemorizar, dañar; están ávidos del
amor al poder, y olvidan del poder del amor que emana del modelo de Jesús al liderar.

En el campo de la educación, Lutero estaba interesado en hacer que todos los cristianos
leyeran la Biblia, la traducción al alemán de las Escrituras fomento la escolarización en
algunas zonas de Alemania; la Reforma hizo que surgiera una contrarreforma en la iglesia
católica, y surgió en ese contexto un personaje llamado Ignacio de Loyola, la orden jesuita
fundo escuelas por toda Europa y se fomentó así la educación popular. Con la Reforma
también vinieron en el campo económico muchos cambios estructurales, la gente se sintió
libre de las ideas medievales, de la tiranía, y emprendieron actividades económicas con el
préstamo de dinero que antes había sido restringido por las autoridades.

El sociólogo Max Weber habla en su escrito la ética protestante y el espíritu del capitalismo,
de una teoría surgida al observar un estado del suroeste de Alemania llamado Baden, en
donde los protestantes ganaban más que los católicos y eran más propensos a asistir a
escuelas de artes técnicas. Según esta hipótesis, los luteranos lograron inculcar la idea de que
el trabajo y la creación de dinero debían verse como una vocación. El impacto de la Reforma
en el arte con el fomento de las actividades artísticas propias del Renacimiento, del derecho
con la creación de constituciones de regiones y países, la agricultura con las reformas
agrarias donde los esclavos se levantaron contra los señores feudales. Todo esto nos habla
que Dios en la Reforma de su Iglesia hace 500 años, nos mostró que siempre ha pensado en
una Iglesia con influencia más allá de los templos. Su iglesia es la sal de la tierra, y la luz del
mundo, y es tiempo de brillar en todo campo humano para darle gloria solamente a Dios.

Para finalizar cito una frase del Dr. Carlos Napoleon Canizalez en una celebración de los 500
años de la Reforma en SEBIPCA Guatemala: ¿Vamos a celebrar "La Reforma" cada año sin hacer
ninguna Reforma hoy? Que el sentir que “movió” a líderes, previo y posterior a Martín Lutero,
sea el mismo espíritu que nos invada hoy. Que nuestra oración sea hoy como el clamor del
profeta Habacuc, y que como un solo cuerpo exclamemos: " Oh Jehová, he oído tu palabra y temí.
Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer".

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