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El ejército de Agamenón, rey supremo de Grecia va con su ejército a invadir un reino pero

el rey enemigo no lo acepta definiendo la conquista entre uno de sus hombres y Aquiles,
pero cuando el rey lo llama este no está y mandan a un niño a buscarlo. El niño llega a una
aldea y entra en una choza donde encuentra a Aquiles durmiendo. Éste va con el ejército y
lucha contra el guerrero y lo vence. Mientras en Esparta el príncipe troyano Héctor y su
hermano menor Paris son invitados a una fiesta en el palacio del rey
espartano Menelao para consolidar la paz entre Troya y Esparta. Paris, sin embargo,
mantiene un romance secreto con la esposa de Menelao, Helena, a quien convence para
irse con él a Troya. Durante el viaje, Paris revela a Héctor que ha metido a Helena
furtivamente en el barco, lo que lo enfurece a Héctor, ya que sabe que tales acciones
podrían provocar una guerra entre Troya y Grecia.
Al enterarse de que Helena se ha ido con Paris, un enfurecido Menelao se reúne con su
hermano Agamenón y le pide que lo ayude a conquistar Troya como venganza. Agamenón
desea conquistar Troya para hacerse con el control del mar Egeo, así que acepta.
Pero Néstor, amigo de Agamenón, le dice a este que, a pesar de la magnitud del ejército
griego, necesitarán la ayuda del rey mirmidón Aquiles.
De parte de Agamenón, el rey itacense Ulises trata de convencer a Aquiles para que se
una a la campaña. En un principio, Aquiles se niega a luchar para Agamenón, a quien odia
por considerarlo un tirano sediento de poder, pero accede cuando su madre, Tetis, predice
que, aunque morirá en Troya, su nombre y sus hazañas se recordarán por siempre.
En Troya, Héctor, Paris y Helena reciben una gran bienvenida por parte de los troyanos. El
rey Príamo recibe amablemente a Helena, pero luego habla a solas con Héctor para
decidir qué hacer con ella. Héctor insiste en que lo más inteligente sería devolver a Helena
a Esparta, pero Príamo descarta la idea, argumentando que si lo hicieran, Paris iría con
ella y Menelao lo mataría. Finalmente, decide enfrentarse a los griegos cuando lleguen,
confiando en que Troya se encuentra protegida por sus altas murallas y por el dios Apolo.
Cuando los griegos llegan a la playa de Troya, son combatidos por soldados troyanos
dirigidos por Héctor. Los griegos se hacen rápidamente con la playa, teniendo especial
protagonismo en el combate Aquiles y sus mirmidones. Aquiles permite que Héctor y los
soldados troyanos supervivientes regresen a la ciudad. Los mirmidones saquean el templo
de Apolo y capturan a una sacerdotisa troyana llamada Briseida (prima de Héctor y Paris)
y se la entregan a Aquiles, pero Agamenón rencorosamente se la arrebata con la intención
de abusar de ella como esclava. Indignado por esto, Aquiles decide que él y los
mirmidones no intervendrán en la guerra hasta que Agamenón se lo implore.
Al día siguiente, el enorme ejército griego se presenta ante las murallas de Troya, y Héctor
y Paris se enfrentan a Agamenón, Menelao y los demás reyes griegos. Paris, quien se
siente culpable por la situación, propone que él y Menelao luchen en un combate a muerte
por el derecho a Helena. Ansioso de vengarse y contando con que vencerá, Menelao
acepta, no sin antes planear en secreto con Agamenón que los griegos atacarán Troya en
cuanto Menelao mate a Paris. Menelao humilla y hiere a un inexperto Paris, quien
finalmente no puede contener su miedo e intenta huir.
Indignado por la actitud cobarde de Paris, Menelao se dispone a matarle, pero es
asesinado a traición por Héctor. En la batalla que sigue, los arqueros troyanos matan a
muchos griegos y Héctor mata al poderoso Áyax. Por insistencia de Ulises, Agamenón
ordena a regañadientes la retirada a los barcos. Una vez allí, Ulises dice a Agamenón que,
si quieren tener posibilidades de ganar la guerra, deben hacer lo posible por recuperar la
lealtad de Aquiles. Algunos hombres de Agamenón intentan torturar a Briseida, pero
Aquiles la defiende y se la lleva a su tienda. Se convierten en amantes, y Aquiles decide
que él y los mirmidones regresarán a Grecia al día siguiente.
A pesar de la opinión de Héctor de que es mala idea, Príamo ordena retomar la playa de
Troya y obligar a los griegos a huir. Para sorpresa tanto de los griegos como de los
troyanos, los mirmidones se unen a la batalla, dirigidos en apariencia por Aquiles. Héctor
lucha contra él y le corta la garganta, pero al quitarle el yelmo descubre que en realidad
es Patroclo, el joven primo y aprendiz de Aquiles. Devastados, los griegos y los troyanos
deciden no luchar más por ese día, y Ulises hace saber a Héctor que Patroclo era el primo
de Aquiles.
Cuando el verdadero Aquiles se entera de que Héctor ha matado a Patroclo, se enfurece y
jura venganza. Haciéndose una idea de lo que le va a pasar, Héctor enseña a su
mujer, Andrómaca un túnel secreto para salir de Troya, diciéndole que lo use para escapar
con su hijo y con todos los troyanos que pueda en caso de que él muera y caiga la ciudad.
Al día siguiente, Aquiles se presenta ante las murallas de Troya y llama enfurecido a
Héctor, quien sale a enfrentarse con él y resulta ser un digno rival, pero aun así Aquiles lo
mata y se lleva su cadáver al campamento griego, arrastrándolo con su carro.
Disfrazado, Príamo entra furtivamente en el campamento y se reúne con Aquiles, a quien
suplica que le permita llevarse el cadáver de Héctor a Troya para organizarle un funeral
apropiado a su hijo, además de que le hace ver que sus ansias de venganza contra Héctor
no estaban del todo justificadas. Conmovido y avergonzado por sus acciones, Aquiles
accede y además permite que Briseida regrese con Príamo a Troya y promete 12 días de
tregua mientras duren los funerales de Héctor. Posteriormente, Aquiles da permiso a sus
mirmidones para regresar a Grecia, pero él decide quedarse en Troya, argumentando que
tiene una batalla pendiente.
Al enterarse de las acciones amistosas de Aquiles con Príamo, Agamenón se enfurece y
afirma que conquistará Troya 'aunque le cueste 40000 griegos'. Alarmado porque
Agamenón podría llevarlos a la destrucción, a Ulises se le ocurre una forma de conquistar
Troya sin que más griegos mueran. Durante los 12 días que dura la tregua, los griegos
construyen un gran caballo de madera y esconden sus naves para dar la impresión de que
se han ido.
Creyendo que los griegos se han ido y que el caballo es una ofrenda para el
dios Poseidón, Príamo decide introducir el caballo en la ciudad para llevarlo al templo de
Poseidón, a pesar de que Paris no está de acuerdo.
Esa noche, los griegos que se habían escondido dentro del caballo salen y abren las
puertas de Troya, permitiendo así que todos los griegos entren en la ciudad y comenzando
así el saqueo de Troya. Andrómaca se lleva a Helena y a otros troyanos a través del túnel
que le enseñó a Héctor, pero Paris decide quedarse en Troya para luchar y buscar a
Briseida que ha desaparecido, así que le entrega la espada de Troya (espada que
previamente le había dado su padre) a un joven que también huye de la ciudad, y que
resulta ser Eneas (protagonista de la Eneida), dándole instrucciones de proteger a los
troyanos en su ausencia y buscarles un nuevo hogar.
En el saqueo, Príamo y el general troyano Glauco son asesinados por Agamenón y Ulises,
respectivamente, pero Briseida logra matar a Agamenón. Aquiles finalmente encuentra a
Briseida (a quien había estado buscando durante todo el saqueo), pero recibe varias
flechas por parte de Paris (la primera de ellas en el talón, que se suponía que era su punto
débil) y justo antes de morir se despide de Briseida y la anima a huir de la ciudad. Paris y
Briseida huyen de Troya justo antes de los griegos encuentren el cuerpo de Aquiles.
Posteriormente, una vez destruida la ciudad, los griegos incineran los cuerpos de sus
guerreros caídos, siendo Odiseo quien se encarga del cuerpo de Aquiles.

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