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para resurgir de sus cenizas.

Al
parecer, el escritor había entregado
una copia a la madre de su primera
esposa, Jan Gabrial, antes de partir
a México. Este manuscrito, del que
no se había sabido nada hasta hace

LIBROS
unos años, ha sido publicado ahora
por Malpaso.
El hecho de que se trate de una
novela inacabada hace que poda-
mos divagar hasta el infinito sobre
cómo sería si Lowry hubiera segui-
do trabajando en ella. Nunca sabre-
mos si habría retocado la proa o
habría recortado algunos metros de
eslora (cosa que, seguramente, no
le habría venido mal); lo que está
claro es que el barco, tal y como está,
se mantiene a flote. En buena parte
50
Malcolm Lowry
l RUMBO AL MAR BLANCO de Rumbo al Mar Blanco, la prosa de
Lowry está a la altura de sus grandes
Carlos Marichal, Steven Topik NOVELA obras. Además, el hecho de que esté
y Zephyr Frank (coordinadores)
lDE LA PLATA A LA COCAÍNA. CINCO Un buque inconclusa tiene también su interés,
pues nos permite ver la pugna entre
SIGLOS DE HISTORIA ECONÓMICA DE
AMÉRICA LATINA, 1500-2000
de gran calado una novela a la deriva y su autor,
LETRAS LIBRES
FEBRERO
ENERO 2018
2017 Malcolm Lowry que trata a duras penas de hacerse
Sergio Ramírez RUMBO AL MAR
l ANTOLOGÍA PERSONAL. CINCUENTA
BLANCO con el timón. Decía Milorad Pavić
Traducción de Ignacio
AÑOS DE CUENTOS (1963-2013) Villaro que el escritor que resulta ser más
Barcelona, Malpaso,
2017, 384 pp.
sabio que su cuento se ha equivoca-
Jean Meyer do de oficio. En este sentido, la obra
l EL LIBRO DE MI PADRE

O UNA SUITE EUROPEA


siempre sabe algo más que su autor.
Por así decirlo, marcha un poco por
Sergio González Rodríguez delante de él. Esto es más cierto que
TEORÍA NOVELADA DE MÍ MISMO
l
REBECA GARCÍA NIETO nunca en el caso de Lowry, cuya
La tendencia destructiva que carac- tendencia a no terminar los poemas
terizó a Malcolm Lowry parece ser afectaba incluso a los que daba por
extensiva a sus obras; por suerte, terminados. Según el poeta Brad
ellas sobrevivieron: aunque estu- Leithauser, hay algo de inacaba-
vieron a punto de ser destruidas do en los versos de Lowry: quienes
en varias ocasiones, siempre acaba- admiran su poesía “se sienten fas-
ron salvándose en el último momen- cinados por algo no realizado, algo
to. En 1944, la segunda esposa de en ellos que-no-está-del-todo-allí”.
Lowry, Margerie Bonner, rescató Algo similar podría decirse de esta
Bajo el volcán de las llamas duran- misteriosa novela que sigue la este-
te el incendio que calcinó la caba- la de otros grandes barcos, como el
ña donde vivían. El otro manuscrito Pequod, de Moby-Dick.
en el que llevaba una década traba- En el arranque de Rumbo al Mar
jando, en cambio, no se salvó de la Blanco, los hermanos Tarnmoor,
quema. Sin embargo, cuando ya se Sigbjørn y Tor contemplan
lo daba por perdido, se las ingenió Cambridge desde Castle Hill, la
colina donde en el pasado se eje- peculiaridad: “Ninguno de noso- mucho de “paráfrasis, plagio o pasti-
cutaba a los reos por ahorcamiento. tros es real, ninguno tiene sustan- che” de la novela de Grieg).
Mientras conversan, se enteran de cia; nos fundimos el uno en el otro; Tras esta correspondencia con
que uno de los barcos de la navie- somos falsos, cosas falsas, fárragos Erikson, su padre literario, asistimos
ra de su padre (el segundo en unas falsos, batiburrillos de viejas citas y a una interesante conversación entre
pocas semanas) se ha hundido. experiencias de segunda mano” y, Sigbjørn y su padre “real”. Al igual
Sobre ellos planea la sombra de en otro punto, “soy tan ignorante que ocurría con la conversación con
Caín y Abel, el mito del doble y, como ese campesino, o mucho más, su hermano, es inevitable pregun-
sobre todo, la sombra de la tragedia. porque yo solo dispongo de conoci- tarse si cuando hablan de barcos y
Los hermanos están unidos frente al mientos inútiles, finales de citas, epi- travesías no están hablando en rea-
drama familiar (su padre es objeto gramas ajenos, párrafos plagiados en lidad de sí mismos. Los personajes
de una investigación y ellos se sitúan que apoyarme”. dicen ser espectadores de su pro-
en el centro de las habladurías); No obstante, pese a estar hechos pio naufragio y nos hacen partícipes
sin embargo, muchas cosas los sepa- de papel, no se vuelan. Y no lo hacen de ese espectáculo. “¿Qué aprende-
ran, entre ellas, una mujer. porque están bien anclados a la his- mos de barcos que encallan sin moti- 51
Las múltiples referencias lite- toria que cuentan. En Rumbo al Mar vo? [...] ¿Qué ha podido provocar dos
rarias, filosóficas y citas bíblicas Blanco hay una correspondencia casi desastres así?”, se preguntan. “Dios
lastran a veces la lectura (se agrade- perfecta entre el fondo y la forma. El no explica que se hundiera otro de
cen en este sentido las notas al pie, protagonista, Sigbjørn, planea escri- nuestros barcos después del Thorstein,
imprescindibles para no desorien- bir un libro sobre su experiencia en ni tampoco explica lo del Thorstein si
tarse). Por suerte, el hecho de que el mar, pero descubre que el libro vamos al caso.” En definitiva, ¿a mer- LETRAS LIBRES
Lowry fuese un poeta impide que el que quería escribir ya ha sido escri- ced de quién estamos?, parecen cues- FEBRERO
ENERO 2018
2017
barco se hunda bajo su propio peso. to por otro “si bien con más belle- tionarse, ¿quién escribe en verdad
Algunos de los pasajes más podero- za e intensidad”. Es más, Sigbjørn nuestras tragedias? ~
sos de Bajo el volcán fueron versos en tiene la sensación de que el escritor
REBECA GARCÍA NIETO es periodista
un primer momento. También aquí noruego William Erikson, trasunto y escritora. Su novela más reciente
nos encontramos con una poten- de Nordahl Grieg, no solo ha escrito es Las siete vidas del cangrejo
te prosa poética. Algunas escenas su libro, sino que también está escri- (Editorial Alegoría, 2016).
son de una belleza perturbadora, biendo su vida: “Y no es que le tenga
à la Rilke, donde lo hermoso emer- envidia, es solo que tengo la impre-
ge de lo siniestro. Así, se dice que “a sión de ser su personaje. No, su per-
Sigbjørn se le antojó que aquella esce- sonaje no: de ser Erikson...” HISTORIA

na en que el mar se confundía con La parte más interesante de la Cadenas de


el cielo era como la vida misma, que novela es precisamente la que reco-
todo lo puede, todo lo corroe” o ge las cartas que Sigbjørn escribió, y
mercancías
Carlos Marichal,
“cada alma debe conocer su propio no envió, a Erikson: “Su libro des- Steven Topik y
Getsemaní”. truyó completamente mi identidad, Zephyr Frank
(coordinadores)
Quizá la principal crítica que se tan próximo estaba a mi experiencia DE LA PLATA A LA
COCAÍNA. CINCO SIGLOS
le puede hacer a la novela es que los personal, tanto en los hechos como DE HISTORIA
personajes no parezcan de carne y en mi propio libro, que casi empie- ECONÓMICA DE AMÉRICA
LATINA, 1500-2000
hueso, sino de papel. En su defensa, zo a creer que yo sea Benjamin Ciudad de México, FCE
/El Colegio de México,
Lowry siempre dijo que no inten- Wallae, su personaje.” Esta corres- 2017, 526 pp.
taba crear personajes en el sentido pondencia toma como modelo la
habitual y que, en el caso de Bajo el que mantuvieron Herman Melville
volcán, sus personajes eran meros y Nathaniel Hawthorne, y las cartas RAFAEL ROJAS
esbozos, ya que los cuatro personajes que el propio Lowry escribió y no Carlos Marichal, historiador que se
principales eran en realidad aspec- envió a Nordahl Grieg, cuya nove- mueve con la misma soltura dentro
tos del mismo hombre. En Rumbo la The ship sails on ejerció un fuer- de la historia económica y la historia
al Mar Blanco, los propios persona- te influjo sobre él (de hecho, llegó a intelectual, ha compilado con Steven
jes parecen ser conscientes de su afirmar que su libro Ultramarina tenía Topik, de ucla, y Zephyr Frank, de la
Universidad de Stanford, un libro los siglos xvi y xviii casi todas aque- universalización del consumo de
muy disfrutable. No es esta una his- llas mercancías se producían y cru- materias primas latinoamericanas,
toria económica más de América zaban ambos océanos, pero la plata procesadas por industrias europeas
Latina, atiborrada de cuadros esta- y el oro hegemonizaban el mercado o norteamericanas, también impul-
dísticos y gráficos de curvas, sino por su función monetaria. En las só la modernización de los países
una historia que narra una trama dos últimas centurias, el azúcar o la exportadores.
cautivante: la de los circuitos comer- cocaína alcanzaron mayores valo- A través del concepto de “cade-
ciales de los productos latinoameri- res en el comercio internacional. En nas de mercancías”, Marichal,
canos mejor cotizados en el mercado muchos casos, el acceso de aquellos Topik y Frank proponen reba-
global y la de la cultura del consumo productos al mercado global estu- sar los enfoques analíticos tradi-
que cada mercancía difundió a tra- vo precedido o acompañado por el cionales, instalados en la tensión
vés del Atlántico o el Pacífico. contrabando. “centro-periferia”. De acuerdo con
Doce mercancías, doce teso- Existe una visión ideológica de la esta perspectiva, más atenta a los flu-
ros latinoamericanos en el lapso historia del comercio en América jos y reflujos de mercancías, técni-
LIBROS
de cinco siglos: la plata, el índi- Latina, personificada por Las venas cas y capitales, y a la expansión del
go, la grana cochinilla, el tabaco, el abiertas de América Latina (1971), de consumo, “se deja de asumir a priori
café, el azúcar, el cacao, el plátano, Eduardo Galeano, que entiende que la producción y distribución de
el guano, el caucho, el henequén aquel trueque de recursos natura- las ganancias del comercio de mate-
y la cocaína. Uno de los mensajes les por manufacturas como saqueo. rias primas y productos primarios es
52 más poderosos de este libro es que La historia que cuenta este libro es simplemente la función de una rela-
algunas dinámicas que asociamos muy distinta: gracias al comercio, el ción del centro hacia la periferia”. Y
al fenómeno de la globalización, chocolate, lujo de nobles mexicas, concluyen: “el mercado mundial no
como la transferencia de tecnolo- se convirtió en producto de masas; es uno solo, sino que existen miríadas
gía o la universalización de hábi- la cochinilla dio color no solo a los de mercados, a menudo fragmen-
LETRAS LIBRES tos de consumo, son tan antiguas lujosos tapices de la aristocracia tados, y que, en realidad, la misma
ENERO
ABRIL 2018
2017 como los viajes de Cristóbal Colón europea sino a la propia vestimen- materia prima o mercancía en cues-
a las Indias. ta popular latinoamericana y afri- tión puede pertenecer a numerosas
Las reservas naturales de esos cana; el caucho de los árboles de cadenas, dependiendo de su uso
productos han tenido siempre una pro- hule de la Amazonia, cuya produc- final o su destino”.
cedencia regional o localizada den- ción se basó en el sufrimiento de El capítulo de Marcelo Bucheli
tro de América Latina. La plata los seringueiros, terminó en millo- e Ian Read sobre la United Fruit
provenía, fundamentalmente, de nes de llantas de bicicletas, antes de Company y el comercio del pláta-
Zacatecas y Guanajuato en la Nueva que Malasia, Indonesia y Tailandia no, convertido en tópico literario
España y de Potosí en el Alto Perú. pasaran a liderar la producción por Miguel Ángel Asturias, Gabriel
El azúcar conformó el sistema de mundial. García Márquez y Pablo Neruda, es,
plantación esclavista en las islas El relato histórico del comer- en este sentido, ejemplar. Los auto-
antillanas y del Caribe hispano. El cio como despojo no carece de sen- res observan que justo cuando el
café se reprodujo en las montañas tido, sobre todo si remite a formas negocio bananero llega a su máxi-
de Brasil, Colombia y Costa Rica. despiadadas de explotación del mo rendimiento, en los años cua-
El caucho en toda la zona amazó- trabajo como las de las plantacio- renta y cincuenta del siglo xx, la
nica, el guano en Perú, el plátano nes azucareras en Cuba, las hacien- demanda de consumo genera una
en Centroamérica y el Caribe con- das henequeneras en Yucatán o las presión antimonopólica que cul-
tinental y la cocaína en Bolivia, compañías bananeras en Colombia mina con la apertura de la industria
Ecuador y Colombia. y Panamá. Pero los autores de este del plátano. El juicio antimonopo-
A esa cartografía correspon- volumen insisten en que, además lio contra la United Fruit Company
den ciclos o “fiebres”, en los últi- de desigual, el desarrollo del comer- se inició en 1955, al año siguiente del
mos cinco siglos, que se delimitan cio latinoamericano fue “combina- derrocamiento de Jacobo Árbenz en
cronológicamente de acuerdo con do” y no dejó de reportar ventajas Guatemala, organizado por la cia.
las subidas y bajadas de los produc- comparativas a los nacientes esta- Bucheli y Read confirman
tos en el comercio mundial. Entre dos nacionales de la región. La la terrible evidencia de que “la
economía exportadora bananera SepSetentas, Prosa joven de la América que es ser nicaragüense, latinoa-
no hizo rico a ninguno de los paí- Hispana. En ella se encontraban mericano, en la segunda mitad del
ses productores de plátano”. Pero dos cuentos de Sergio Ramírez: siglo xx y lo que va del xxi . Se
no dudan en suscribir la tesis de “Charles Atlas nunca muere” y “A puede pensar que la declaración
Victor Bulmer-Thomas de que la Jackie, con nuestro corazón”. En de nuestro autor es solo una mues-
especialización en la exportación ambos textos su autor se instala- tra de humildad, pero creo entrever
no es necesariamente retardataria ba con maestría en los temas y la que se trata, también, de un inten-
del desarrollo, si los gobiernos y las mirada que en su obra posterior se to de conducir la lectura posterior
empresas nacionales saben apro- volverán marca de casa: un retra- de su obra. No es un autor del boom
vechar las utilidades de la venta de to sentimental pero nunca sensi- –aunque algunos críticos, y a veces
materias primas. Hay en todo este blero de Nicaragua; una crónica él mismo, lo llamen hermano menor
libro un intento soterrado de rebasar de lo sucedido en el espacio imagi- de esa generación de narradores–,
la dicotomía teórica entre neoclá- nario de algunos de sus personajes estaría más cercano a José Emilio
sicos y dependentistas que valdría la más conspicuos, por más comunes, Pacheco o Manuel Puig. Y este últi-
pena hacer más explícito, al menos, como un soldado, un tipografis- mo me permite penetrar en lo que 53
entre historiadores. ~ ta que se vuelve adivino, un joven creo que es la constante de los cuen-
aprendiz de periodista; y la mira- tos de Ramírez: un uso ejemplar de
RAFAEL ROJAS (Santa Clara, Cuba,
1965) es historiador y ensayista. Su
da que tienen esos personajes de lo popular (el cine mexicano, el box,
libro más reciente es Traductores de la un país sin tiempo, o con el tiem- el futbol, el beisbol, las historietas
utopía. La Revolución cubana y la nueva po muerto de las dictaduras. Esta populares e incluso la radionovela).
izquierda de Nueva York (fce, 2016). nueva selección de sus cuentos nos Allí donde el autor de Boquitas pin- LETRAS LIBRES
brinda la oportunidad de revisar la tadas utiliza los recursos estilísti- ABRIL 2017
ENERO 2018
narrativa breve de Sergio Ramírez cos de los géneros que retrabaja,
en su octava década de vida. Sergio Ramírez se apoya en el senti-
CUENTO ¿El cuento es un género de mentalismo y sus representaciones.
Crónica íntima excepción, como la poesía? ¿El Más preocupado por el alma de sus
cuentista trabaja con la forma, con
de Nicaragua el canon, y acaso halla a lo largo de
Sergio Ramírez
ANTOLOGÍA su vida uno o dos textos capaces de
PERSONAL.
CINCUENTA AÑOS DE
entrar en una hipotética antología
CUENTOS (1963-2013) universal? Si es así tres de los cuen-
Ciudad de México,
Océano, 2017, 308 pp. tos de este libro merecen ese pedes-
tal, los ya referidos “Charles Atlas
nunca muere” y “A Jackie, con nues-
tro corazón”, a los que añadiría “El
centerfielder”. Pero el cuento, ese
PEDRO ÁNGEL PALOU género tan complejo, no puede
La fidelidad que el flamante ser solo búsqueda y fugaz encuen-
Premio Cervantes, Sergio Ramírez tro. De allí que Ramírez explore en
(Masatepe, 1942), tiene por el géne- esta selección las distintas formas
ro del cuento puede constatarse del relato breve: la fábula, la mini-
en el voluminoso Cuentos completos, ficción, la parodia satírica del trata-
editado por el Fondo de Cultura do medieval, el cuento clásico –a la
Económica en 2013, y ahora en esta Chéjov, uno de sus maestros–. En
cuidada selección de Océano. Me recientes entrevistas Ramírez ha
acerqué a los cuentos de Ramírez de insistido en que su empeño ha sido
la mano de Miguel Donoso Pareja, ser un cronista de su país. El cuento
el legendario maestro, quien nos dio –las diversas formas del género– le
a leer los dos tomos de su antología ha permitido, con toda seguridad,
para la imprescindible colección hacer una crónica sentimental de lo
personajes que por piruetas de esti- Sin embargo, tenemos en dos tradición folclórica, el que leyó a
lo, lo que discursivamente utiliza de los textos de De tropeles y trope- los doce años un cuento en la Radio
Ramírez es el periodismo local, la lías (1971), “De las propiedades del Mundial, ha pasado ya los años de
crónica de sociales, la crónica polí- sueño (i)” y “De la afición a las bes- madurez literaria. Sin embargo, a
tica que nos instala en el mundo de tias de silla”, muestras de uno de los nosotros, sus lectores, nos queda la
León o de Granada, de las zonas libros más olvidados y más nece- esperanza de que aún no se jubile
populares de Managua. Lo que le sarios de Sergio Ramírez; el equi- (si es que cincuenta, jubileo, signifi-
permite, sin embargo, ir más allá valente nicaragüense a La feria, de ca el franco retiro) y que mientras
de la parodia o del uso provechoso de Juan José Arreola, como ha obser- sigue publicando su saga policiaca
un lenguaje y sus convenciones esti- vado el crítico Daniel Chávez, cuyo con el expolicía Dolores Morales,
lísticas, es que hay una intención de libro sobre Ramírez se publicará nos regale al menos un nuevo libro
fondo que podríamos llamar moral, este año en la editorial universita- de cuentos. Es en este género en
en el sentido de costumbre: ¿cómo ria de Purdue. el que mejor cumple su minucio-
revelar las costumbres de unos Siempre puede haber cierto so y humilde trabajo de cronista,
LIBROS
seres que vienen de la miseria, de capricho en el placer del antologa- quizá la más imperecedera de las
la pobreza, de la clase apenas media dor de cercenarse y de perdonarse labores. ~
en algunos casos, para quienes el y eso hace quizá también más inte-
PEDRO ÁNGEL PALOU es escritor.
adulterio, la estafa, pero también la resante un libro como este, pues En 2017, Planeta reeditó En la
convicción y el optimismo, son sus muestra cómo se lee quien escribe, alcoba del mundo, su novela
54 únicas monedas de cambio? desde dónde se lee, también. Creo sobre Xavier Villaurrutia.
El especial jubileo que representa entonces que Sergio Ramírez se lee
esta antología personal implica tam- desde el longevo cronista de su pue-
bién, para el lector, la oportunidad blo. De allí que en esta recopilación
de ir de ese juvenil libro titulado con pondere ese rasgo de su obra breve. HISTORIA

LETRAS LIBRES el género –¿en símbolo de respeto?– Es también sumamente esclarece- La gracia de
ENERO
ABRIL 2018
2017 Cuentos (1963) a Flores oscuras (2013). dor el prólogo en el que insiste en
Solo un cuento de ese libro inicial que hay solo unos cuantos temas
tallar el tiempo
(“Felis Concóloris”) ha merecido para lo literario y que se cuentan Jean Meyer
EL LIBRO DE MI PADRE
conservarse. En cambio, hay cua- con los dedos de una mano; que O UNA SUITE EUROPEA
Ciudad de México,
tro de su colección más reciente: “La las narraciones son semillas enve- Tusquets/Secretaría
puerta falsa”, “La colina 155”, “No nenadas que viajan por el tiempo de Cultura/CIDE, 2016,
604 pp.
me vayan a haber dejado solo” (una sembrando esos temas: el amor, la
joya en sí mismo) y “Flores oscuras”. locura, la muerte y el poder (que
¿Por qué el autor es implacable con es la locura máxima). El abuelo
el joven aspirante y en cambio mag- de Sergio Ramírez era un ebanista
nánimo con su última producción? laborioso y paciente. De él conser- CÉSAR MOHENO
¿Por qué no incluyó el otro cuen- va la mesa en la que trabaja, en la Hace muchos, muchos años, supe
to que, a mi parecer, podría rivali- que descansan su computadora, los por primera vez de él. Acababa de
zar con los tres de aquella hipotética libros que consulta y sus libretas de llegar a vivir a la Ciudad de México
antología universal que mencioné apuntes. Esa mesa le recuerda siem- y mis tardes, saciadas muy pron-
al principio (“Catalina y Catalina”, pre todo lo que de fábrica, de arti- to de ocupaciones, contaban con
del libro homónimo de 2001) y en ficio, tiene el acto de narrar. Pero largos paréntesis de silencio en los
su lugar colocó dos que, en mi opi- también la paciencia y el oficio que que ninguna alma se cruzaba con
nión, no están a la altura (“Shakira y va de escoger el árbol a ensamblar, mis pasos. Recorría las calles de mi
La Mosca” y “La suerte es como el lijar, pulir y barnizar. El adoles- barrio de entonces hasta el cansan-
viento”)? Me parece que la razón es cente que mandó un día un cuen- cio y me refugiaba a descansar en
el afán de hacer de esta antología un to a escondidas a La Prensa Literaria los pasillos de una vieja Librería de
libro representativo de su obra, más –el suplemento dirigido por Pablo Cristal. Allí descubrí un libro que
que una selección marcada por el Antonio Cuadra– que parecía por su título despertó mi curiosi-
puro rigor. una versión de Masatepe de una dad. Era La Cristiada, en su edición
de tapas rojas. Como no podía com- católica y ortodoxa, sobre la invasión a un tiempo descubriendo los objetos
prarlo y el encargado de la librería francesa a México, sobre la fábula de la casa en la que creció en Aix-en-
me sonreía cómplice cada vez que del crimen ritual y el antisemitismo Provence, cosas tantas veces vistas,
llegaba por allí, tomaba sucesiva- europeo, y sobre mil y una historias encontró una caja de cartón en la
mente cada uno de sus tres volú- de pueblos y regiones de México. que se leía con la letra inconfundi-
menes, me sentaba en el piso y, En la obra de Jean Meyer existe ble de su padre, André Meyer, his-
cada tarde, recostado en los estan- una permanente e inédita forma de toriador, muerto en el año 2000, Mi
tes, devoraba sus páginas hasta que encender las locomotoras del pen- autobiografía. Allí había un tesoro en
era la hora de cerrar. Así pasaban samiento. Sus historias intensifican un sinnúmero de libretas convertidas
los días y muy pronto ya evitaba el sentimiento de estar vivo, invitan en Diario que abarcaba desde 1926,
deambular por las aceras y me diri- a descubrir lo interesante en todos cuando tenía doce años, hasta el día
gía directamente hasta el pasillo los espacios, aun en el tronco de un de la Navidad de 1969; pero tam-
donde estaba esperándome la his- árbol del bosque, aun en un pedaci- bién encontró libretas y cuadernos
toria de los cristeros. Estaba subyu- to de papel de estraza con apretadas en cuyas páginas, desde esa medianía
gado por la vida de esos campesinos anotaciones. Michel de Montaigne, de los veinte, hasta el 22 de agosto de 55
que decidieron hacer una revolu- Max Weber, Yasunari Kawabata, 1993, su padre anotaba pasajes y opi-
ción para defender su cultura espiri- V. S. Naipaul, William Faulkner, niones sobre sus lecturas y sobre sus
tual. Al filo de esas páginas se podía Graham Greene, Joseph Conrad, relecturas, fueran de Michel Vovelle,
escuchar, como diría Paul Valéry, Claude Simon, para no hablar de Charles de Gaulle, Balzac, Heine,
“una voz segura en todo su regis- Joseph Brodsky, J. M. G. Le Clézio, Julien Green o Gore Vidal.
tro, mucho más amplia de lo que Octavio Paz, o la colección comple- Jean Meyer vivió la misma sen- LETRAS LIBRES
se precisa en poesía: una voz sabia, ta de Las aventuras de Tintín o de Cahiers sación que Hanif Kureishi y Orhan ABRIL 2017
ENERO 2018
bastante más consciente, más rica en du Cinéma desde el primero de sus Pamuk. Por ella el primero escri-
sonoridades, más atenta a tiempos y números. bió Mi oído en su corazón en 2006 y
silencios, más marcada en los cam- De esa convivencia en las repi- el segundo La maleta de mi padre en
bios de tono que la voz que de ordi- sas de su biblioteca personal nace una 2007. Y diez años después de haber
nario se presta a las obras en verso”. conversación que imagino cotidiana. encontrado una rica herencia del
Por eso cautivan cada una de las Solo así me explico las seis páginas, pensamiento en una caja de car-
páginas de la inmensa obra de Jean las que van de la 265 a la 270 de su tón en el desván, Jean Meyer publica
Meyer. En cada una de ellas subya- Yo, el francés que, a manera de prólo- en español El libro de mi padre o una
cen las emociones, la vida, los des- go, colocado a la mitad de su libro, suite europea, una especie de nuevo
lices, los sueños de los hombres de cuestionándose, nos mueve la exis- género historiográfico, una autobio-
todos los tiempos. El joven fran- tencia cada vez que las leemos. Allí grafía a cuatro manos en la que una
cés que escribió La Cristiada después nos enseña cómo se puede ser hete- vez más, como en un relámpago, nos
de recorrer, muchas veces a pie, los rodoxo siendo absolutamente clási- llega la certeza de que “los muertos
caminos de México, es hoy un his- co. Pasarán a la historia. Ellas solas viven de mil maneras, entre otras,
toriador mexicano, en plenitud, que dan para un curso de teoría y método en las palabras, escritas o no, que
lo mismo ha escrito sobre problemas de la historia, para seminarios ente- nos dejaron”.
agrarios y movimientos campesinos, ros sobre qué es ser historiador, para En el horizonte infinito que
que sobre las revueltas de Manuel discusiones sobre el tiempo. En ellas es El libro de mi padre Jean Meyer
Lozada, sobre la Revolución mexica- Jean Meyer se cuestiona sobre el sen- cumple con creces con lo que pide
na, el sinarquismo, la historia de los tido de la historia, sobre las formas de Jacques Le Goff en el preludio del
cristianos en América Latina, el cam- contarla y sobre el sentido de ser his- último libro de su vida, a un tiem-
pesino en la historia rusa y soviética, toriador. Asunto nada menor para po testamento y herencia para los
Miguel Hidalgo, Calleja y la inde- quien ha hecho pasar por sus manos historiadores, cuando expresa que
pendencia de México, Plutarco Elías y por su pensamiento, por lo me- la escritura de la historia es un acto
Calles, Samuel Ruiz, el papa de Iván nos, diez siglos de historia universal. complejo, “a la vez cargado de sub-
el Terrible, Óscar Arnulfo Romero, el Mil y un años de tiempo para contar. jetividad y de esfuerzo para producir
celibato sacerdotal, Rusia y sus impe- Y de repente, en 2006, a raíz de un resultado aceptable para la mayo-
rios, la controversia entre las Iglesias la muerte de su madre, ordenando y ría”. Parece escuchar a Eduardo
Chillida cuando nos revela que el Meyer, quien nacería tres sema- la centenaria voz del universo de los
tiempo existe en una versión que nas después: “Permítame, antes que hombres y de sus tiempos. ~
no es la versión temporal corriente, nada, felicitarlos por su felicidad. El
sino la de un hermano suyo, el espa- optimismo, mejor dicho, la confian- CÉSAR MOHENO es historiador.
cio. Hay que esculpirlo, tallarlo. “Me za de todos los alsacianos es admi- Entre sus libros se encuentran Las
historias y los hombres de San Juan
interesa el tiempo que es armonía, es rable. ¡Cuánta razón tiene usted al (El Colegio de Michoacán, 1985) y,
ritmo, son medidas.” participar y asociar a ella, por ade- en coautoría, Mayas, espacios de
Al ritmo de los días de su padre, lantado, el destino del pequeño ser la memoria (ibm/Lindero, 2000).
Jean Meyer le otorga armonía al que ustedes esperan!”
tiempo de la historia. Y André En El libro de mi padre Jean Meyer
Meyer se nos devela como un per- confiesa que el libro se le fue de las
sonaje de la vida y el pensamiento manos y el lector agradece esa fuga ENSAYO

francés del siglo xx que –al apren- pues ella se convierte en una suite De sueños,
dido ritmo de una cantiña que corre europea que, si uno mira atentamen-
LIBROS
de finales del siglo xix al alba del xx te, nos regala una lección de hacer
fantasmas y escritura
Sergio González
y que dice “francés no puedo / ale- historia; una historia regional de Rodríguez
mán no quiero / alsaciano soy”– es, Alsacia a través de las vicisitudes, las TEORÍA NOVELADA
DE MÍ MISMO
a un tiempo, un consejero pedagógi- ideas y la vida diaria en tres lenguas Ciudad de México,
Literatura Random
co fuera de serie; un cabeza de fami- –alemán, francés y alsaciano– de la House, 2017, 250 pp.
56 lia dador de afecto cargado de un familia Meyer Barth; una microhis-
pudoroso y profundo sentimiento; toria de la vida académica francesa
un académico independiente, apa- de la posguerra; una historia políti-
sionado por el buen uso de su idio- ca de Francia a lo largo del siglo xx
ma, que enseña historia y geografía y, sobre todo, a raíz de la liberación; LUCÍA MELGAR
LETRAS LIBRES a los jóvenes y también es especia- una historia familiar que llena de Ensayo literario, autobiografía inte-
ENERO 2018 lista en Stendhal y Balzac; un histo- emoción en su arco temporal que va lectual, reminiscencias de una fami-
riador germanista reconocido y un de 1822 a nuestros días; una historia lia, una ciudad, un país, perdidos y
cristiano comprometido; un patriota de la educación francesa a través de recuperados en la memoria y la escri-
combatiente que recibe, con su país la experiencia, la vida y los milagros tura, Teoría novelada de mí mismo invi-
invadido por los nazis, una amoro- cotidianos de un profesor de histo- ta a explorar dimensiones ocultas de
sa carta de otro historiador en lucha ria de bachillerato en la provincia; la realidad, sin perder consciencia
contra la ocupación, Marc Bloch, el en fin, el lector recibe lo que era el de aquella en la que con-vivimos. A
18 de enero de 1942. En uno de sus sueño de Luis González y González, través de una reflexión introspecti-
pasajes dice con alegría sobre Jean una historia universal escrita con la va, Sergio González Rodríguez deja
gracia de un novelista. Es como si constancia en esta obra de su talento
Hesíodo, Heródoto, Jules Michelet, para cruzar y borrar fronteras entre
Paul Valéry, Graham Greene, Marc erudición y cotidianidad, disciplinas,
Bloch, Raymond Aron y Juan Rulfo ámbitos de conciencia y (falsas) cla-
guiaran las manos de Jean Meyer sificaciones de lo que constituye lo
para que escribiera esta historia real. Sueños, fantasmas, cuartos de
del pensamiento francés, es decir hotel, adquieren igual consistencia
europeo, es decir universal. que una casa abandonada a medias,
Con un equilibrio entre ima- un edificio construido y caído, una
ginación, memoria y rigor críti- familia en continua reconfiguración
co, en El libro de mi padre Jean Meyer que enfrenta y supera la adversidad.
nos regala jirones de luz, afina las El autor de Huesos en el desierto y
miradas y nos seduce con la con- La pandilla cósmica conjuntó en su obra
tundencia sutil de sus composicio- publicada, antes de su partida el 3 de
nes históricas. En cada una de las abril de 2017, una aguda y amplia
líneas de su libro nos hace escuchar visión de lo político y de la vida
pública mexicana desgarrada por comunicación con los seres queridos las disquisiciones sobre los sueños
la violencia extrema, así como una más allá de la muerte se da por igual y la teoría del fantasma vivo, la cru-
imaginación abierta a los estímulos en el sueño que en la memoria, en el deza de la violencia extrema nos
y avatares de la “ultramodernidad”, instante lúcido en que coinciden lla- recuerda que quien escribe es y ha
a los rastros de tradiciones ocultas, mado y premonición. sido un lúcido y valiente observa-
y a las fisuras por las que se cuela y Como cabría esperar de un pen- dor de una realidad que no admi-
materializa la presencia del mal. sador igualmente atento a la ficción te más sueño que la pesadilla; que
En este libro, una de sus últi- que a la teoría política y las indaga- crea en los desaparecidos presen-
mas entregas, González Rodríguez ciones en lo transhumano, González cias espectrales, y transforma a las
devela lo que llama “teoría novela- Rodríguez da muestra aquí de una víctimas en muertos vivientes, en
da”: “el reverso de sí”, que podemos originalidad conceptual capaz de seres marcados por la abyección
leer como develación de ámbitos de retomar a clásicos y contemporáneos de una crueldad casi inimaginable
su pensamiento y su vida interior y darles un giro propio, inesperado. –lo que el autor ha denominado
apenas percibidos antes en el ensa- Así, el sueño no es solo manifesta- la anamorfosis de la víctima–. Nos
yo De sangre y de sol y en derivaciones ción de deseo o temor, o cruce de recuerda también, en la unión de 57
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extrañas en algunas de sus ficciones. vivencias oníricas, a lo Borges; es un autobiografía y evocación del mal
Como también sugiere, este “desvío ámbito de conocimiento, un espacio presente, que quien representa el
de lo previsto” remite a un pensa- de encuentro con otros, conoci- impacto de la violencia extrema
miento dinámico que igual entrelaza dos o desconocidos. El fantasma como una grieta vivió él mismo el
música, escritura y fotografía (pasio- es presencia espectral que no remi- horror de ese instante que separa
nes de su vida), que sueño, escritura, te únicamente al más allá, sino que para siempre el antes y el después. LETRAS
LETRASLIBRES
LIBRES
fantasía y presencia espectral, en un aparece como pasado actualiza- A través de ese capítulo de “pesadi- ABRIL
ENERO2017
2018
todo complejo, y a ratos denso, cohe- do, como interrogante sobre el pro- llas”, González Rodríguez remite a
rente en su extrañeza. Las voces y pio ser y el mundo. Es a la vez signo esa dimensión cada día menos des-
otras efímeras presencias, malignas o del paso del tiempo, desfamiliariza- conocida, más indecible, aunque
benéficas, que en otro universo lite- ción, re-vivencia de un vínculo afec- más gráfica, de la barbarie y reafir-
rario aparecerían como elementos tivo, percepción de las huellas que ma su convicción de que hemos de
fantásticos, son aquí indicios, o prue- dejan otras presencias en un mismo enfrentarla en todo su horror, como
bas de dimensiones de la vida que espacio. compromiso ético. Aquí confirma
han quedado opacadas o margina- Sueño y fantasma son también, también su confianza en la cultu-
das por el predominio de la racionali- como la memoria del viaje, del pasa- ra y la palabra contra la barbarie,
dad y el imperio de lo visual. do o del cuarto de hotel, material de aun cuando la cultura esté también
Sueños, fantasmas, imágenes escritura, fuente de creación. Las impregnada de mal. La escritura
difusas de cuartos de hotel adquie- teorías del sueño, del “oneirograma” como vehículo de memoria, preser-
ren, a través de la escritura, igual o del fantasma nos guían a través de vación del pasado y crónica del pre-
materialidad que los fragmentos un trayecto intelectual y afectivo que sente, como trazo de una “tragedia
de un pasado autobiográfico evo- culmina en la afirmación de la vida tan personal como colectiva”, es lo
cado desde la vigilia, el ensueño o como “ser para los otros”, y cobran que permite estar adentro de la vio-
las hondonadas oníricas. Si las imá- así un profundo sentido existencial lencia, vivirla y salir de ella.
genes de la infancia, la adolescen- y conceptual. No son meros diver- Afantasmado en su último ensa-
cia o la juventud del autor iluminan timentos ni elucubraciones de una yo, González Rodríguez sigue sien-
un mundo afectivo marcado por la mente lúdica. Lo que les da mayor do hoy una voz imprescindible para
pérdida y la resiliencia, constituyen consistencia, sin embargo, es su pensar nuestro tiempo. Con este
también un marco temporal en que estrecha relación con el acto de escri- libro nos invita también a abrir ima-
contrastan pasado y presente –de la bir. Escritura que es a la vez trazo, ginación y empatía a otros mundos
ciudad y del autor– y un conducto estilo, medio de reflexión y creación, y al mundo, concreto, de los otros. ~
fluido entre lo vivido y lo evocado, música, letra y silencio, memoria y
LUCÍA MELGAR es profesora,
entre las presencias perdidas y recu- anclaje en el presente. crítica cultural y doctora en
peradas, en la memoria y en las fisu- En el centro de este libro ima- literatura hispanoamericana por
ras del tiempo o de la realidad. La ginativo y memorioso, inserta entre la Universidad de Chicago.

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