Sie sind auf Seite 1von 28

MARIANA AYLWIN • CARLOS BASCUÑÁN •

SOFÍA CORREA • CRISTIÁN GAZMURI •


SOL SERRANO • MATÍAS TAGLE

CHILE EN EL SIGLO XX

Prólogo de Ricardo Krebs

~Planeta
2. la política: el fin del parlamentarismo

2.1. Funcionamiento del sistema

El parlamentarismo, que había adquirido su fisonomía definitiva


después de la Revolución de 1891, imperó en Chile hasta 1924.
El poder presidencial había disminuido considerablemente como
consecuencia de las reformas que se habían hecho a la Constitución
de 1833. Sin embargo, más allá de esas reformas, el sistema parla- ]efes de partidos en 1910.
mentario se basó en algunas prácticas políticas que el Congreso utili-
zó en su favor y que fueron las que efectivamente le permitieron que afectó la marcha del país, provocando una inercia política y ad-
controlar el poder. ministrativa. Sin embargo, era necesario mantener la continuidad en
Una de ellas fue la facultad que el Parlamento tenía para derribar al las políticas ministeriales de gobierno. De allí que fuera tan importante
Gabinete a través de interpelaciones que obligaban a los ministros a el cargo de subsecretario -por lo menos en lo administrativo- den-
concurrir al Congreso para desvirtuar cargos en su contra, votos de tro de cada ministerio.
desconfianza y censuras que provocaban su caída. Todo el sistema respondía a una actitud de la clase dirigente, para
Otra fue la facultad para retardar las leyes periódicas que aproba- la cual la política era casi un deporte. Las crisis de Gabinete, los due-
ban el presupuesto, las contribuciones y algunas leyes referentes a las los verbales en el Congreso, incluso las elecciones mismas eran vividas
Fuerzas Armadas. como algo en que no se arriesgaba nada definitivo. El perfecto políti-
También fue un mecanismo típico del sistema la obstrucción par- co era aquel que sabía moverse en este ambiente "suavemente anár-
lamentaria, usada frecuentemente por las minorías, que, al no existir quico" de combinaciones que se hacían y deshacían, por lo general, sin
clausura del debate, lo prolongaban indefinidamente con tal de impe- más propósito que servir los intereses de algunas figuras.
dir la aprobación de una ley. Más que en el Congreso o La Moneda, las decisiones se tomaban
El abuso de estos procedimientos entorpeció enormemente la tar- en los centros sociales concurridos por los notables: el Club de la
ea legislativa, produjo una constante rotación ministerial y significó Unión, el de Septiembre, el Club Hípico o algunas mansiones de pro-
un freno para el desarrollo de las políticas de gobierno. minentes hombres públicos que mantenían tertulias en sus salones ...
De este modo, el sistema político entre 1900 y 1920 se hizo ino- Sin embargo, a pesar de estas características, el sistema político par-
perante para aplicar y mantener políticas de mediano y largo plazo, lo lamentario se destacó por su regularidad constitucional.

32 33
Aunque la clase dirigente había cambiado su estilo de vida, evolu- con otros bienes sociales de la época: los sectores bajos tenían un ac-
cionando desde la austeridad hasta el culto al lujo y la frivolidad, con- ceso muy restringido a ellos. ¿Cómo podían gozar de libertad de pren-
servaba aún parte del espíritu cívico que la caracterizara durante el siglo sa los analfabetos, o de trabajo los inquilinos o quienes sólo dominaban
un oficio rudimentario y no poseían bienes? Por otra parte, de la li-
antenor.
De este modo, los poderes políticos se renovaban periódicamente bertad política estaban marginados de hecho los grupos de orientación
mediante mecanismos constitucionales, aunque ellos se respetaran más revolucionaria; la libertad sindical, fundamental en nuestro tiempo,
en la forma que en el fondo, ya que el cohecho, la intervención elec- tampoco era reconocida; si bien en este caso es preciso tener en cuen-
toral y el cacicazgo político eran vicios permanentes. No obstante, es- ta que ocurría algo parecido en Europa y Estados Unidos tras casi un
ta realidad hizo posible una progresiva ampliación de las formas de siglo de luchas proletarias.
participación política y social, que permitió la configuración de una
democracia efectiva y dinámica a partir de la década del treinta. La rotación ministerial
También fue característico de este período la ausencia de caudillis- Número Número
Gobierno Período
mo militar, mal tan frecuente en la América Latina de aquellos años. de gabinetes de ministros
El Ejército chileno mantuvo una posición estrictamente profesional, Jorge Montt 1891-1896 10 40
aunque no faltó entre los hombres de armas una actitud crítica frente Federico Errázuriz E. 1896-1901 17 59
Germán Riesco 1901-1906 17 73
al sistema político, en apariencia tan ineficaz. Pero la tradición pru-
Pedro Montt 1906-1910 11 43
siana impuesta en el Ejército durante el siglo anterior, no permitió la
Ramón Barros L. 1910-1915 15 55
deliberación política dentro de sus filas, de modo que estos episodios
Juan L. Sanfuentes 1915-1920 15 78
aislados de protesta militar no tuvieron ninguna significación, ni re-
Fuente: Evolución de Chile e lberoamérica. Sergio Villalobos y otros. Editorial Universitaria, 1971.
presentaron el sentir general de la oficialidad.
El período parlamentario se caracterizó también por la paz interior
y exterior de que gozó el país. Nada hubo en esos treinta años com- 2.2. Los partidos políticos
parable a las varias guerras civiles del siglo XIX. Sin embargo, el orden
interno se vio alterado por motines y masacres obreras que ciertamente Durante el parlamentarismo, los partidos representados en el Con-
marcaron de manera imborrable esa época; pero, de hecho, estos con- greso pasaron a ser los principales actores del quehacer público, mien-
flictos no lograron perturbar la marcha institucional. Tampoco se vio tras el Presidente de la República se convirtió en un instrumento más
turbada la paz exterior y Chile preservó, como vimos, su soberanía en o menos dócil de sus combinaciones.
medio del respeto, si no siempre de la amistad, de la comunidad in- Entre 1900 y 1920, los partidos políticos más importantes tuvieron
escasas diferencias ideológicas. De hecho, todos estuvieron influidos por
ternacional.
Por otra parte, entre 1900 y 1920 existió un ambiente de libertad el pensamiento liberal y no se dieron entre ellos proyectos de sociedad
y tolerancia que se explica por la ideología liberal preponderante, pe- distintos. Sin embargo, persistió la pugna laico-religiosa que, si bien im-
ro del cual sólo podía disfrutar plenamente el sector social alto, y, en plicaba una cierta concepción diferente acerca del papel del Estado, ha-
menor medida, el sector medio. Con la libertad ocurría lo mismo que bía perdido el vigor que la caracterizara durante el siglo anterior.

34 35
Dicha homogeneidad ideológica se explica porque, en la práctica, Del mismo modo, el Partido Nacio-
los partidos representaban, en mayor o menor grado, los intereses del naL heredero del monttvarismo y del
grupo social que controlaba la vida nacional: la oligarquía. peluconismo autoritario, guardó entre
Con todo, existía un abanico político en el cual podían distinguir- 1900 y 1920 una actitud en perfecta
se tres sectores: dos polos definidos por la cuestión laico-religiosa, cons- concordancia con los usos del parla-
tituidos por el Partido Conservador, por la derecha, y el Partido mentarismo vigente, y su ligazón con la
Radical, por la izquierda, al que solía unírsele el pequeño Partido De- tradición autoritaria y centralista no pa-
mócrata; y un centro representado por el Partido Liberal, dividido en só de ser retórica. Fue, de hecho, uno
varias fracciones, y el Partido Nacional, de hecho otra rama del libe- 111ás de los grupos liberales de la época.
ralismo. El centro liberal mantenía una posición oscilante formando Los nacionales eran pocos: comercian-
parte de la Alianza Liberal, cuando se inclinaba hacia los radicales, o res, banqueros, industriales pertene-
de la Coalición, cuando lo hacía hacia los conservadores. cientes a prominentes familias. A
El Partido Radical, caracterizado por su anticlericarismo, era por comienzos de siglo, un grupo de jóve-
entonces la expresión de sectores medios urbanos, de cierta parte de la nes intentó, infructuosamente, revitali-
clase media provinciana y de terratenientes del sur que luchaban por zar su antiguo espíritu, destacándose
el laicismo y el progreso dentro de un esquema liberal. entre ellos Francisco Antonio Encina y
El edificio del Congreso Nacional.
A partir de 1906, un sector del radicalismo, encabezado por Va- Alberto Edwards.
lentín Letelier, comenzó a preocuparse también de los problemas so- A su vez, el Partido Conservador estuvo integrado por un sector de
ciales y a propiciar una mayor intervención del Estado en la regulación la clase alta y por otro menos importante del sector social medio. Su
socioeconómica de la sociedad chilena. apoyo electoral estaba en las masas campesinas de los fundos de pa-
A la izquierda de los radicales actuó el pequeño Partido Demó- rrones conservadores. Como los radicales, los conservadores se defi-
crata, que había nacido del Partido Radical, como defensor de los in- nían en función de la pugna laico-clerical. El Partido Conservador fue
tereses de artesanos y sectores obreros. Apoyaba la democracia la expresión política de la Iglesia católica. Manejado por conspicuos
parlamentaria, pero abogaba por su depuración. Sin embargo, ter- miembros de grupos terratenientes o por figuras que se destacaron por
minó por asimilarse al sistema sin lograr sus aspiraciones de igual- su talento -Abdón Cifuentes, por ejemplo-, el partido sirvió de abo-
dad político-social. gado y a veces de instrumento de la Iglesia, lo que en la época signifi-
Por su parte, los liberales eran laicizantes o indiferentes frente al te- caba asumir una posición tradicionalista en materias sociales, morales
ma religioso, y fundaban su acción política en la coyuntura de cada y culturales. Así, las principales luchas de los conservadores se dieron
momento. Inspirados en ideales de tolerancia, defensa de las liberta- para defender la enseñanza religiosa y el predominio de la Iglesia co-
des y derechos fundamentales del individuo, su estilo político estuvo mo orientadora de la nación, mientras el problema social pasaba inad-
marcado por el espíritu aristocrático de la época. Sus dirigentes perte- vertido para la mayoría. Incluso después de la Encíclica Rerum
necían a la oligarquía, pero controlaban el voto de amplios sectores novarum, en 1891, sólo pequeños grupos conservadores pasaron a
campesmos. preocuparse de la "cuestión social" en los términos planteados por el

36 37
Papa León XIII. Por otra parte, en lo puramente económico, los con- ulares. Pues bien, en nombre de la verdadera democracia cristiana,
servadores adherían a la doctrina liberal. fnspirada en las leyes de la justicia y en los sentimientos de la caridad,
Los partidos políticos de este período no reflejaron la realidad de deben los que gozan de comodidades y bienes de la tierra ir al pueblo,
nuestra sociedad porque sólo fueron expresión de un círculo muy re- conocer sus dolencias y aplicarles los remedios oportunos».
ducido de extracción social alta o media-alta que detentaba el poder Con todo, esta actitud era ignorada por la mayor parte de la jerar-
socioeconómico. Además, se encontraban dominados por "caciques" quía eclesiástica, e incluso había sectores que se oponían tenazmente
o personajes influyentes que, en la práctica, manejaron la vida políti- a las nuevas tendencias.
ca nacional en esos años. Por último, sus acciones carecieron de con-
tenido doctrinario verdadero y se mantuvieron apegadas a temas que
ya habían sido resueltos, como el de la cuestión religiosa, mientras los z.4. La Masonería
nuevos problemas sociales, que se venían insinuando desde finales de
la centuria anterior, no lograban aún captar su atención. La Masonería fue un importante vehículo de expresión de la clase
media. En el ambiente liberal y laico predominante desde mediados
del siglo XIX, el elemento masculino de la sociedad chilena se fue apar-
tando de la Iglesia católica, situación que se acentuó en los sectores
2.3. La Iglesia
medios, que veían estrechamente identificada a esa institución con el
Si bien la Iglesia católica se identificaba políticamente con los con- sector alto, que se admiraba y envidiaba, pero también se criticaba re-
servadores, su acción se extendió, aunque en mucho menor grado, a sentidamente.
En esa realidad se desarrollaron las sociedades masónicas, cuyo ori-
otras colectividades.
De hecho, fueron significativos, aunque no sólidos, los contactos gen en Chile se remonta a la época de la Independencia. Hacia la épo-
de la Iglesia católica con los nacientes grupos obreros. Algunos sacer- ca que nos interesa, la Masonería experimentó su mayor crecimiento.
dotes, como Miguel Claro, Guillermo Viviani, Fernando Vives, Ra- Si bien no faltaron entre sus filas miembros de prominentes familias
món Ángel Jara y José Mana Caro (en el Norte), y algunos laicos, santiaguinas, la Masonería fue esencialmente una institución de clase
como el propio Abdón Cifuentes, Melchor Concha y Toro y después media-alta, compuesta por profesionales, empleados, burócratas, mili-
Juan Enrique y Carlos Concha Subercaseaux, se preocuparon, a la luz tares, profesores y provincianos importantes. Como todas las sociedades
de la doctrina social contenida en la Encíclica Rerum novarum, de la agnósticas, fue elitista y no aceptó entre sus integrantes a elementos po-
suerte del obrero urbano. pulares, mostrándose también indiferente frente a la "cuestión social".
La apertura de la Iglesia católica hacia lo social estuvo estimulada Sus banderas políticas fueron la defensa de la libertad, igualdad y
por la acción del arzobispo de Santiago Ignacio González Eyzaguirre. progreso, pero, de hecho, centró su preocupación en la lucha por el
En 1916, en una pastoral colectiva afirmaba: «Conocéis también el laicismo contra la Iglesia católica, promoviendo la educación laica y
cuadro de dolores que ofrecen los hogares marcados por la miseria y empeñándose por barrer de la vida pública chilena a los elementos con-
el vicio; la mortalidad infantil, las habitaciones insalubres, el alcoho- fesionales, que veía como manifestaciones de un fanatismo supersti-
lismo devastador, la usura y todos los males que afligen a las clases po- cioso y retrógrado.

38 39
2.5. Los militares estos grupos tenían como fin luchar por reivindicaciones profesionales,
110 les era ajeno un ánimo adverso frente al acontecer político y social.
Los militares, en su mayoría, formaban parte de una clase media Eo 1907, un grupo de oficiales se reunió en el cerro Santa Lucía en un
acomodada que provenía, por lo general, de las provincias y que en las maoifiesto intento de presionar al Congreso respecto de sus problemas.
primeras décadas del siglo adquirió una conciencia de su valer y un es- Se sabe de una Liga Militar secreta creada en 191 O, y que en 1916 se
píritu renovador. Entre las características de los hombres de armas en llegó a dictar un decreto que prohibía dichas asociaciones al interior del
las primeras décadas del siglo destacaba su profesionalismo militar y Ejército. Parece ser que hubo "conversaciones" entre civiles y militares
una situación de marginación respecto de la vida civil. La de ellos durante el Gobierno de Barros Luco, y finalmente, en 1919, se produ-
transcurría en los cuarteles y casinos militares, muy apartada de otros jo el "Complot de Armstrong" cuando gobernaba Juan Luis Sanfuen-
sectores sociales y, por ende, de los problemas que preocupaban a la tes, destinado, al parecer, a robustecer la autoridad del Poder Ejecutivo.
sociedad de la época, entre los cuales sobresalía el político. Por otra No es improbable que en esta agitación militar haya influido también
parte, se sentían despreciados por la clase alta. «Entre los jóvenes uni- uoa corriente de contenido más universal que afectó a los militares tras
versitarios que no han hecho el servicio y que, por lo tanto, no nos juz- la Primera Guerra Mundial y que provocó un cambio en su mentali-
gan sino por las apariencias, la idea de que vivimos en una perpetua dad, sintiendo desde entonces la vida civil como más cercana a sus in-
bacanal está firmemente arraigada», declaraba un oficial de la época. tereses. De hecho, muchos movimientos nuevos de la postguerra fueron
Sin embargo, la Ley de Servicio Militar Obligatorio, promulgada encabezados por militares, como el de Ataturk en Turquía o Miguel Pri-
en 1900, otorgó al Ejército un nuevo papel que contribuyó de mane- mo de Rivera en España, lo cual impresionó a los oficiales chilenos.
ra importante a definir su mentalidad e ideología, al ponerlos en con- De todos modos, parece haber sido mucho más decisivo el descon-
tacto con la realidad de los reclutas, provenientes en su mayoría del tento frente a un régimen ineficiente y una situación económica y pro-
campesinado, que llevaba una existencia miserable. fesional desmedrada. Ésta se reflejaba en los bajos sueldos de la
Estos hechos influyeron para que, en el mundo político de la épo- oficialidad y en la ausencia de normas de ascensos y retiros adecuados.
ca, los militares se identificaran más bien con los aires progresistas, con Respecto a su problema económico, la situación de los militares no era
las inquietudes de la clase media y el clamor de descontento general muy diferente a la de otros empleados públicos que habían visto dis-
del país. Aun así, dentro de su formación jerárquica y disciplinada, les minuir su poder adquisitivo de manera considerable durante los últi-
eran más importantes el orden, la tranquilidad y el progreso, que la li- mos años, existiendo también el agravante de que a veces sus sueldos
bertad y la democracia. se pagaban con mucho retraso, debido a lo cual los afectados tenían
Es así que se notaba en ellos un cansancio que tenía que ver con el que recurrir a créditos o "fiados".
desgobierno, el desorden, la falta de autoridad, la postergación de la
solución de sus problemas económicos y la irrupción de las influen-
cias políticas en la carrera militar. 2.6. Los gobiernos de la época
Este descontento se hizo sentir con la aparición de grupos secretos
que, desde comienzos de siglo, empezaron a gestarse dentro del Ejérci- Gobernaron durante este período los Presidentes Federico Errázu-
to, contraviniendo las estrictas normas internas de disciplina. Si bien riz Echaurren (18 96-190 1), Germán Riesco (190 1-1906), Pedro

40 41
dad comenzó a verse
sacudida por los pri-
meros conflictos, re-
flejo del despertar de
los sectores obreros y
su organización en un
ambiente de creciente
efervescencia. Episo-
dios como la huelga
Pedro Montt. Ramón Barros Luco. ]osé Luís Sanfoentes. de la carne (1905), la
Federico Errázuriz E. Germán Ríesco.
matanza de Santa Ma-
Montt (1906-1910), Ramón Barros Luco (1910-1915) y Juan Luis ría (1907) y la elección del primer obrero para el Parlamento, fueron
Sanfuentes (1915-1920). síntomas de esta realidad.
Sus gobiernos transcurrieron en medio de los vaivenes propios del La crónica del período ilustra también algunos sucesos que impac-
parlamentarismo, sucediéndose los ministerios integrados por la Alian- taron en su tiempo: el terremoto de Valparaíso en 1906, que destruyó
za o la Coalición. barrios enteros y aisló completamente al puerto, dejando un saldo de
Los presidentes reflejaron el carácter de su tiempo. En general, fue- alrededor de 3.000 muertos; la muerte del Presidente Montt, ocurri-
ron personalidades de signo moderado y conciliador, en ocasiones ele- da cuando llegaba a Bremen (Alemania) para someterse a una opera-
gidos como candidatos de transacción por ser "garantía para todos". ción; los festejos del Centenario de la Independencia, que se realizaron
En el elogio fúnebre del Presidente Ramón Barros Luco se dijo: «No con gran brillo y orgullo por la estabilidad política del país.
tuvo jamás las grandes audacias que perturban y trastornan; tuvo siem-
pre las patrióticas prevenciones, la tranquilidad para esperar, la deci- Participación electoral (1912-1920)
sión para aprovechar la oportunidad ... ». Votantes hábiles Participación electoral Abstenciones
Año
Por otra parte, en los comienzos del siglo abundaban aún las relacio- ~ullls. absolutos % ~Úllls. absolutos % ~Úllls. absolutos %
nes de parentesco en el mundo de la política. Errázuriz y Montt alcan- 1912 593.324 17,5 290.234 8,6 303.000 51,0
zaron el sillón presidencial que antes habían ocupado sus padres. Riesco 1915 184.307 5,4 149.813 4,2 34.494 18,7
era cuñado y primo de Errázuriz. Al mismo tiempo, en los ministerios, 1918 341.872 9,6 180.664 5,0 161.208 47,1
el Parlamento y en los altos cargos eclesiásticos los vínculos familiares 1920 370.314 9,9 166.917 4,4 203.397 54,9
eran muy frecuentes, lo que revela el carácter oligárquico del régimen Fuente: Dirección del Registro Electoral. Cifras citadas por Atilio Borón, Flacso 1972.

parlamentario. Otro signo del mismo hecho fue la escasísima participa-


ción electoral de la época, que fluctuó alrededor de un 5o/o real.
Mientras uno de los temas importantes del debate en el mundo ofi-
cial era el de la conversión metálica y la pugna laico-eclesial, la socie-

42 43
3. la economía

3 .l. El salitre

No es exagerado afirmar que la economía chilena del período


1900-1920 giraba en torno al salitre, exportado en grandes cantida-
Oficina salitrera Chacabuco.
des a Europa, donde era usado principalmente como fertilizante. El
salitre se extraía del caliche, sal que se encontraba en abundancia ba-
La industria del salitre era también una fuente de trabajo muy im-
jo la costra superficial de las planicies desérticas de las provincias de
portante. La población total de trabajadores salitreros era, hacia 1904,
Tarapacá y Antofagasta. La propiedad de las oficinas salitreras esta-
de 24.445, de los cuales 17.398 eran chilenos. Entre los extranjeros,
ba hacia 1900 mayoritariamente en manos extranjeras, en particular la gran mayoría eran bolivianos y peruanos.
británicas. El Estado chileno obtenía su participación en esta enor-
El período 1900-1920 forma parte de la "época de oro" del salitre
me fuente de riqueza a través de los derechos aduaneros de exporta-
chileno, bonanza sólo interrumpida por el comienzo de la Primera
ción que cobraba en los puertos de embarque. Hacia 1900, estos Guerra Mundial, cuando se cerró el mercado alemán y el centroeuro-
impuestos cubrían el 56,29% de las entradas del Fisco, en tanto que peo; lapso por lo demás transitorio, ya que después de transcurrido el
en 1920 habían bajado a un 49,65%, aun cuando este último fue un
primer año de guerra, las exportaciones de salitre (ahora para ser usa-
año excepcionalmente bueno. Las grandes sumas recibidas por el Fis-
do principalmente como materia prima para explosivos) subieron a ci-
co eran traspasadas en gran medida a los particulares a través de me- fras nunca antes alcanzadas. Algo parecido ocurrió con el fin de la
dios directos e indirectos: ausencia casi total de impuestos, préstamos guerra: las exportaciones se desplomaron en 1919, para recuperarse en
a la banca privada, sueldos y remuneraciones de todo tipo, garantías, los años siguientes. El ciclo del salitre sólo concluiría con la gran de-
etc. Por otra parte, la riqueza del salitre tuvo un eco dinamizador del presión de 1929.
conjunto de la economía; por ejemplo, el norte salitrero constituyó
un importante mercado para la producción agrícola y manufacture-
ra de Chile central, y el aparato estatal aumentó significativamente 3.2. Una industrialización incipiente
su tamaño. La burocracia creció de 3.000 funcionarios en 1880 a
más de 13.000 en 1900 y más de 27.000 en 1919. La mayor pre-
Entre 1900 y 1920, Chile continuó siendo un país con un predo-
sencia estatal se dio en educación y obras públicas, especialmente fe- minio abrumador de las actividades minera y agrícola. Sin embargo,
rrocarriles.
aunque nuestro país estaba muy lejos de ser una nación industrializa-

44 45
r
~;
\
En concordancia con esta teoría, Chile se caracterizó durante el pe-
ríodo por la mantención de una economía abierta, continuadora de la
consagrada en 1864 con la Nueva Ordenanza de Aduanas, que había
establecido una completa libertad de comercio y cabotaje. Sin embar-
go, desde fines de la Guerra del Pacífico se habían empezado a adop-
tar algunas leyes de proteccionismo que beneficiaron ciertas ramas
industriales frente a la competencia extranjera. La más importante de
estas fue la de 1897.
Tampoco el predominio teórico del liberalismo impidió que, a par-
tir de 1880, con el auge salitrero, el Estado adquiriera un rol econó-
mico más importante a nivel nacional, lo que se manifestó, entre otros
Obreras textiles, pioneras de una larga tarea.
factores, en una alta inversión fiscal destinada especialmente a la cons-
da -sólo después de la depresión de los años treinta el sector indus- trucción de ferrocarriles y obras públicas en general. Pero estos rasgos
trial cobraría una importancia global dentro de nuestra economía-, de control y participación estatal no modificaron sustancialmente el
el auge del salitre provocó el nacimiento de una incipiente industria esquema económico liberal vigente.
mediana y algunos rubros de industria pesada que le proporcionaban
insumas. La industria mediana fue ciertamente la que se mostró más 3.4. De la dependencia británica a la dependencia norteamericana
pujante en la época, ya que muchos productos que no requerían de
una tecnología muy avanzada fueron producidos en el país, como es Entre 1900 y 1920, la tradicional ligazón económica de Chile con
el caso de paños, cueros, cerveza, muebles y otros. La industria pesa- Gran Bretaña comenzó a debilitarse, no sólo en lo que se refiere al co-
da llegó a fabricar locomotoras y locomóviles hasta fines de la Prime- mercio internacional (hacia 1890, un 45% de las importaciones y un
ra Guerra Mundial, los que incluso se exportaron al Perú. No obstante, 70% de las exportaciones chilenas estaban relacionadas con ese país),
estos eran sólo los primeros pasos de la industria nacional, que dentro sino también en las inversiones y préstamos.
del conjunto de la economía chilena aún no alcanzaba a tener una sig- Las empresas norteamericanas iniciaron la adquisición de intereses
industriales en Chile, en energía, transporte urbano y especialmente
nificación importante.
en la minería del cobre. En 1902, W Braden adquirió el mineral de
El Teniente, que no llegó a transformarse en una gran empresa hasta
3.3. Un pensamiento económico liberal 1912. Cuatro años más tarde, el grupo Guggenheim se hizo cargo de
Chuquicamata. Fue así como en 1900 las inversiones norteamerica-
El liberalismo de la escuela clásica, difundido en Chile durante la nas alcanzaban a cinco millones de dólares, y en 1920 ya llegaban a
centuria anterior merced a los esfuerzos de Courceille Seneuil y sus dis- 200 millones, de los cuales 150 correspondían al cobre.
cípulos criollos -como Zorobabel Rodríguez-, continuó siendo el También hubo presencia de capitales alemanes, fundamentalmen-
pensamiento económico predominante. te en el transporte del salitre a los mercados europeos. Sin embargo,

46 47
como vimos, el impacto de la Primera Guerra Mundial acabó prácti- nientes de las exportaciones, en la cantidad de dinero, en el nivel de
camente con la influencia alemana y disminuyó la británica, condu- intercambio y, necesariamente, en los recursos fiscales.
ciendo definitivamente a nuestro país hacia la esfera de influencia También influyeron en la inestabilidad económica las devaluacio-
económica norteamericana. nes periódicas del peso, uno de los procesos que marcaron de manera
Por otra parte, es preciso destacar que hasta 1920 el capital extranje- fundamental la economía monetaria de la época parlamentaria. El pro-
ro siguió dominando la industria del salitre, tanto en lo que se refiere a blema de la convertibilidad se transformó en un debate central en la
su producción como a su comercialización y transporte. Pero no sólo en vida política nacional.
el salitre y el cobre dominaba el capital foráneo. En 1915, un tercio de En 1878, Chile había abandonado el régimen de convertibilidad del
los establecimientos manufactureros que respondieron a cuestionarios papel moneda en oro y plata, comenzando a circular los billetes de banco
de estadísticas oficiales, declararon que su capital era extranjero. y el papel moneda fiscal en calidad de inconvertibles. Ese año, el peso chi-
Esta situación pesaba fuertemente en el sentimiento de crisis expe- leno se cotizaba a 39,6 peniques. En 1891, tras sucesivas emisiones de bi-
rimentado por muchos testigos de la época y contribuyó a la genera- lletes fiscales y bancarios no convertibles, la cotización del peso chileno
ción de un espíritu nacionalista. Como denunciara uno de ellos: había bajado a 18,7 peniques. Concluida la Guerra Civil se aprobó la "ley
«Hasta mediados del siglo XIX, el comercio interior estuvo en Chi- de conversión de 1892", que dictaminaba que Chile volvería al sistema de
le exclusivamente en manos nacionales (... ). moneda metálica, lo que se llevó a cabo en 1895. Entonces, el Fisco chi-
»En menos de cincuenta años, el comerciante extranjero ahogó leno estuvo en condiciones de realizar la conversión respaldando en oro la
nuestra naciente iniciativa comercial en el exterior, y dentro de la pro- totalidad del papel circulante, con una cotización del peso a 18 peniques.
pia casa nos eliminó del tráfico internacional y nos reemplazó en gran Sin embargo, tres años más tarde se retomó nuevamente al papel
parte en el comercio al detalle. moneda inconvertible en medio de la más grande polémica económi-
»Igual cosa ha ocurrido en nuestras dos grandes industrias extracti- ca de la época entre "oreros" -partidarios del sistema metálico- y
vas. El extranjero es dueño de las dos terceras partes de la producción "papeleros" -partidarios de la inconvertibilidad-. Ella se extendió
del salitre, y continúa adquiriendo nuestros más valiosos yacimientos durante todo el período 1900-1920.
de cobre» (Tancredo Pinochet). ¿Por qué se dieron estos cambios?
La opinión pública en general no tuvo claridad respecto a las ven-
tajas y desventajas de uno u otro sistema. No obstante, parece eviden-
3.5. Inestabilidad financiera e inflación te que el régimen de papel moneda convertible y las devaluaciones
periódicas tendían a favorecer a la oligarquía, fuertemente endeudada,
La inestabilidad fue característica de la economía chilena de esa épo- como modo de así podía pagar sus deudas en moneda de menor valor
ca, fruto en buena medida de la dependencia con respecto a la econo- que el pactado al contraerlas. El peso, que en 1895 estaba en 18 peni-
mía europea y los ciclos que ésta experimentaba. Ellos afectaban ques, en 1920 valía 12,2 y en 1921 caería a 7,8. También es preciso
principalmente a los sectores exportadores, por ende al Estado, y en destacar que la inconvertibilidad y la devaluación iban en desmedro
menor grado a la agricultura y servicios. Fenómenos como la Primera de los sectores medios y populares, ya que sus sueldos no eran reajus-
Guerra Mundial causaron grandes fluctuaciones en las rentas prove- tados y este proceso de devaluación provocaba inflación.

48 49
Esta situación fue percibida y denunciada en su época: neficio social adicional. Un obrero no calificado ganaba la mitad, y en
«El billete, depreciado, favoreció al agricultor rico, al hacendado, al mag- el caso de mujeres y niños, la mitad a su vez del jornal de un hombre
nate; como éste dominaba en el Gobierno, particularmente en el Con- adulto. Naturalmente, esto los condenaba a vivir en la miseria, si se
greso, cuando las necesidades cesaron y el Fisco pudo retirar sus billetes, tiene en cuenta que por la misma época en Santiago una pieza de con-
el régimen de papel moneda subsistió con doloroso perjuicio para el país. ventillo costaba entre 40 y 50 pesos mensuales.
»( ... )los encargados de dictar las leyes son, en su inmensa mayoría, En cuanto al trabajador agrícola, su sueldo es difícil de calcular, pues
agricultores que se benefician con el curso forzoso, puesto que sus pro- parte de él lo recibía en especies u otros beneficios. Los más favorecidos
ductos se cambian por oro y ellos pagan a sus acreedores y operarios eran los capataces, llaveros o "administradores". Pero la gran mayoría vi-
vía pobremente. De hecho, lo que recibía como salario propiamente tal
en papel...» (Alejandro Venegas).
Cabe hacer notar que investigaciones recientes (Gonzalo Vial) po- solía ser una cantidad ridícula que, hacia comienzos del siglo y depen-
diendo de la región, oscilaba entre 20 centavos y un peso por día traba-
nen en duda que esto haya sido así.
jado. Pero, por otra parte, tenían derecho a una casa, talaje, tierras y
alimentos.
3.6. Costo de la vida Por debajo del inquilino estaba el peón, por lo común un transhu-
Los grupos de clase media y baja, que vivían principalmente de un rnante, sin casa ni bienes, que pernoctaba en cualquier lugar.
sueldo o salario, eran los más perjudicados con las devaluaciones y la Un caso especial lo constituían los obreros del salitre, que tenían, en
comparación, un salario alto, de cinco a seis pesos diarios en 1907 (ha-
inflación.
Los sectores medios, incluyendo militares y profesores, copaban ma- cia el interior de Tarapacá). Lo mismo pasaba con el trabajador del car-
yoritariamente los empleos fiscales. Algunos datos respecto a sus suel- bón. No obstante, difícilmente podían ahorrar, pues a los primeros se
dos revelan que vivían de una economía de subsistencia. Por ejemplo, les pagaba en fichas, y aunque en el caso de los obreros del carbón en di-
un oficial primero de Correos y Telégrafos ganaba 900 pesos anuales nero, el sistema de pulperías y multas hacía que vivieran endeudados.
en 1905; un oficial segundo, 792; un tercero, 600, y un portero, 420. Es muy difícil establecer exactamente la magnitud del impacto de
En 1910, esas cantidades habían subido a 1.400, 1.200, 1.000 y 600 la inflación en quienes vivían de un sueldo o de un salario. Con todo,
parece evidente que ellos fueron quedando muy atrás en relación con
pesos, respectivamente.
Por la misma época, el arriendo de una casa modesta costaba entre 60 el alza del costo de la vida. El historiador Alberto Edwards señalaba en
y 105 pesos mensuales. Había grupos medios que podían exhibir mejor 1913 que «todo ha subido entre cinco y quince veces desde hace trein-
situación, como algunos profesionales; pero también los había al borde ta años, y al doble de su valor desde hace diez años». No era el caso de
de la proletarización, como los dependientes, costureras, artesanos y otros, los salarios.
cuyos ingresos no eran mayores que los de los obreros más organizados.
En el sector proletario hay que distinguir entre el trabajador urba- 3.7. Las obras públicas
no, el minero y el campesino.
En 1900, un obrero urbano calificado ganaba 3,8 pesos al día por Como consecuencia de las elevadas rentas salitreras, la inversión fis-
una jornada de diez horas y media de trabajo, sin gozar de ningún be- cal fue alta en los años que van desde 1900 a 1920 y estuvo destinada

50 51
La inversión privada también se manifestó en el trazado de líneas
férreas, alcanzando en 1920 a 3.632 kilómetros.
Entre las obras portuarias construidas en la época destaca el molo
de abrigo en Valparaíso, notable obra de ingeniería atendiendo a la
profundidad de la rada, así como otras acomodaciones que habían que-
dado destruidas como consecuencia del terremoto de 1906.
También se construyeron caminos, puentes, instalaciones de agua
potable, obras y edificaciones en general.

3.8. Crecimiento económico y exportaciones


Ceremonia de la Unión Red Ferroviaria Norte Sur, un legado del período parlamentario.
El período 1900-1920 fue de un desarrollo bastante apreciable.
fundamentalmente a la construcción de ferrocarriles y otras obras pú- Las cifras promedio de crecimiento per cápita entre 1908 y 1927 se
blicas, especialmente puertos. En 1899, la red ferroviaria estatal tenía han estimado en poco más de un 1% anual, mientras el crecimiento
un total de 1.986 kilómetros; en 1920, esa cifra había aumentado a del producto geográfico bruto entre 1915 y 1924 habría alcanzado al-
4.579, quedando Chile unido entre Iquique y Puerto Montt. rededor de un 4,5% anual (M. Mamalakis The growth and structure of
También se construyeron los ferrocarriles internacionales de Arica Chilean economy, from the Independence to Allende, Yale University
a La Paz y de los Andes a Mendoza. La extensión de la red ferroviaria Press, 1976).
fue especial preocupación del Presidente Pedro Montt, aunque en ge- Ahora bien, a pesar de la magnitud de estas cifras hay que hacer no-
neral fue impulsada por todas las administraciones de la época. tar que, contando Chile con enormes recursos salitreros, sumados a los
préstamos extranjeros que año a año venían a fortalecer la economía, di-
chos porcentajes pudieron haber sido mucho mayores de haber existido
una conducción económica coherente y firme por parte del Estado y un
sector empresarial fuerte. El ahorro y la inversión fiscales aplicados al
desarrollo aumentaron considerablemente, hasta conseguir altos niveles.
En 1918 representaban un 35% del total del gasto fiscal.
Al contrario, la capacidad de ahorro e inversión del sector privado
decayó con respecto al período anterior, como consecuencia de una
"economía de consumo" que prevaleció en el único sector de particu-
lares que habría podido ahorrar y no lo hizo: la oligarquía, que como
ya se mencionó se endeudó fuertemente. De ese modo, la inversión
Puerto y muelle fiscal de Valparaíso, 1909. privada fue principalmente extranjera.

52 53
De partida, la industria del salitre -como ya se vio- estaba ma- préstitos, los que llegaron a representar un porcentaje considerable del
yoritariamente controlada por capitales extranjeros, con lo cual, ob- presupuesto fiscal.
viamente, quedaba fuera del país una parte considerable de las grandes
presupuesto: lo que había y lo que se gastaba
ganancias obtenidas por ese concepto (se calcula que un tercio de ellas).
,--
Por otra parte, el capitalismo chileno se preocupó de inversiones fi- Entradas y gastos fiscales (en miles de dólares)
nancieras a corto y mediano plazo que le prometían rápidas y fáciles f.-"
Año Total entradas Gastos fiscales
ganancias, y no tuvo la capacidad organizativa ni dispuso de los mon- r--- 1900 48.081,9 37.949,0
tos necesarios para controlar la industria del salitre o emprender ac- r--
1905 80.733,9 44.075,1
ciones económicas de mayor envergadura. 1910 94.132,5 72.288,0
Según algunos especialistas, Chile, entre 1880 y 1924, tuvo las 1915 63.516,8 63.823,5
mejores oportunidades de desarrollo, pero desafortunadamente las 1920 98.368,2 120.120,4
desaprovechó. Deuda pública (en miles de dólares)
Año Total deuda
1900 108.409,9
3.9. Balanza comercial, balanza de pagos, deuda externa
1905 120.811,4
1910 163.693,3
La balanza comercial también fue favorable entre 1900 y 1920. El
1915 165.390,3
grueso de las exportaciones estaba constituido por el salitre; luego, a
1920 115.560,9
partir de 1906, el cobre empezó a gravitar en ellas en forma impor-
tante, aunque con escaso beneficio para el país, pues a diferencia del Gastos fiscales (en %)
salitre, casi no pagaba tributos. En tercer lugar venían las exportacio- Fomento Desarrollo
nes de trigo. Por otra parte, las importaciones estaban referidas prin- Adminis- (obras social
Año Defensa Finanzas
tración públicas, (educación,
cipalmente a manufacturas o productos industriales en general. El ferrocarriles) justicia)
rubro suntuarios era significativo. 1900 28,2 18,4 25,6 11,7 16,2
Al mismo tiempo, esta época se caracterizó por un continuo flujo 1905 26,8 18,8 28,4 13,6 13,2
de créditos hacia Chile, lo que redundó en una deuda externa cre- 1910 21,1 19,0 33,2 11,5 13,2
ciente. En 1900 se debían al extranjero 234.289.413 pesos. En 1915, 1915 21,7 18,7 30,9 11,2 17,5
la deuda llegaba a 434.085.066 pesos. 1920 14,8 19,5 46,6 8,3 11,1
La necesidad de empréstitos extranjeros se explica por la existencia de arlos Humud. El sector público chileno, 1830-1960. Santiago, 1968.
déficit fiscales crónicos, que se daban a pesar de los elevados ingresos ob-
tenidos de las exportaciones del salitre y otros derechos de aduana. De Es importante tener en cuenta que, hacia 1900, los impuestos in-
allí que las entradas ordinarias del Fisco debieron ser suplementadas por ternos eran prácticamente inexistentes. Ese año, el ciento por ciento
otras extraordinarias, constituidas mayoritariamente por dichos em- de dichos impuestos estaba constituido por los que gravaban el papel

54 55
sellado, timbres y estampillas, lo que correspondía sólo a un 0,5% del 4. la sociedad: un mundo de contrastes
total de los ingresos ordinarios del Fisco. En los años siguientes se agre-
garon algunos otros que no modificaron sustancialmente la situación
a este respecto.
El gasto fiscal, además de financiar las ya mencionadas obras pú-
blicas, debió mantener un creciente aparato administrativo y militar.
Como conclusión se puede decir que Chile, entre 1900 y 1920,
mantuvo una economía basada en la minería (salitre) y la agricultura,
aun cuando por los mismos años vivía un proceso incipiente de in-
4.1. La élite oligárquica
dustrialización. Por otra parte, fueron características de la economía
de la época la dependencia, la inestabilidad, el aumento de la deuda
El poder político, social y económico de la sociedad chilena de co-
pública y una distribución muy desigual de la riqueza. No obstante,
mienzos de siglo estaba monopolizado por una élite social relativa-
se producía también un crecimiento económico no desdeñable im-
mente pequeña pero homogénea y con sentido de clase.
pulsado por la inversión pública y privada, extranjera, así como por la
Esta élite se había formado por la fusión de dos grupos. Uno, el de
acción estatal que empezaba a adquirir un rol más dinámico a pesar
la aristocracia tradicional, que venía desde la Colonia y que tenía en la
del pensamiento liberal predominante. posesión de la tierra su principal y, a veces, su única fuente de ingresos.
El otro estaba compuesto por comerciantes, mineros e industriales en-
riquecidos durante el siglo XIX y sus descendientes inmediatos. Su ori-
gen no era, por lo general, hispano y tenía una tradición de vida
burguesa y urbana. Hacia 1900, estos dos grupos se habían unido, dan-
do lugar a un tipo humano y un estilo de vida nuevo. Atrás quedó la
austeridad pacata de la vieja clase dirigente y el Santiago terroso y mo-
nótono que la albergaba. Ya en la segunda mitad del siglo anterior se
habían construido las primeras mansiones lujosas de estilo árabe, neo-
clásico o gótico.
Las costumbres cambiaron rápidamente. Lo europeo, y en especial
lo francés, entró a dominar sin contrapeso en el acontecer diario de los
sectores santiaguinos -no los provincianos- de la clase dirigente. El
ideal masculino era una mezcla de gentleman inglés y del bon vivant
francés. Se admiraba lo intelectual, lo artístico, el título universitario
o la profesión liberal, pero se admiraba todavía más un tren de vida
dispendioso.

57
56
Mantener el "buen tono" significaba llevar un estilo de vida liviano
y frívolo. El apellido era importante, pero más lo era la fortuna, que si
00 se tenía, se aparentaba. De hecho, un pequeño grupo constituido

por alrededor de cien familias vinculadas a la minería, la banca y el co-


mercio poseía una riqueza considerable, aun para patrones europeos.
El resto, más numeroso, fundaba su riqueza en la posesión de la tierra
0 en el ejercicio exitoso de la profesión de abogado. Entre ellos, había

muchos cuya fortuna no era proporcional a su nivel de vida. El dine-


Palacio Concha-Cazotte. Chalet de Agustín Ross, en Viña del Mar. ro, para la mentalidad de la oligarquía, era un instrumento para man-
tener un estilo de vida, de ahí que no importara tanto la forma del
"ingreso", sino más bien la del "gasto". Si se podía obtener dinero sin
realizar una actividad empresarial o laboral, tanto mejor. Si era nece-
sario endeudarse, los créditos se conseguían con facilidad.
La educación y la cultura también estuvieron concebidas en fun-
ción de consagrar un estatus social, o bien como un adorno de la per-
sonalidad. A la educación formal se añadía la adquirida en los viajes a
Europa que realizaban las familias pudientes de la época. Sin embar-
go, la cultura de estos viajes se reducía, por lo general, a la adopción
Elegantes en automóvil: exponentes de El Club Hípico, lugar de encuentro de de modas europeas y a la imitación del estilo de vi~ burgués.
la oligarquía santiaguina. la oligarquía.
El nuevo estilo de vida aisló al sector dirigente chileno de los otros
sectores sociales. Muchos autores de comienzos de siglo denunciaron
Tancredo Pinochet ironizaba respecto a la fascinación que suscita- la relajación moral de la oligarquía, la que era considerada como una
ban en la clase alta chilena de comienzos del siglo XX los artículos im- de las causas más importantes de una situación de crisis nacional.
portados y las marcas o nombres europeos.
De este modo, entre 1900 y 1920 se planteaba la decadencia de la
«Vale la pena seguir la vida de un joven de nuestra sociedad. Na-
ce y su cuna de bronce se la vende Busquet, Leckel, Lümaden; las ro- clase alta en cuanto grupo dirigente de la sociedad, mientras se pre-
pas que le abrigan las envía la CasaPrat, la Casa Francesa y la Casa senciaba también el surgimiento de nuevos sectores sociales, los que al
Escdcesa; el coche lleno de juguetes en que lo pasea la English nur- no tener cabida en el sistema ni el estilo predominantes, muy pronto
se lo manda Krauss. Crece y los Padres Franceses o el Instituto Inglés aspirarían a cambiarlo.
se encargan de su educación. Sus libros escolares se los vende Tes-
che, lvens o Conrad. Su ropa se la hace Pujo!, Pineaud, Cervi, Deltain,
Zene, Gianini, Lerveau, Dufresve, Comoglia, Falabella, Russo, Ou- 4.2. Los sectores medios: de la imitación a la conciencia
vrard o Casini; sus zapatos, Pepay, Vuletich, Canguihem, Rouxel, Wer-
nerburg, Anich; su sombrero, Launay, Cohé, Voigt, Haudeville ... , etc.». Durante la Colonia y la primera mitad del siglo XIX no se dieron
en Chile las condiciones para que pudiera formarse una verdadera da-

58 59
se media. En una sociedad rural era di- 60.000 habitantes. En cambio, en
fícil que ello ocurriera. Entonces, los 1920 había 30 ciudades, que en su
estratos medios estaban constituidos conjunto sumaban 1,2 millones de
por los descendientes empobrecidos o habitantes. En menos de un siglo,
venidos a menos de los antiguos con- la población urbana había crecido
quistadores, o bien por mestizos privi- cerca de veinte veces, aunque la po-
legiados, funcionarios y artesanos que blación total fuera sólo unas tres ve-
se radicaron en las ciudades. Eran sim- ces supenor.
Con el proceso de urbanización Segundo año de humanidades
plemente un estrato intermedio entre
en el Instituto Nacional.
los notables y la servidumbre o el bajo se produjo simultáneamente la am-
pueblo urbano. Luego, a partir de la pliación de los sectores medios, que a comienzos del nuevo siglo cons-
Independencia y con el correr del si- tituían un cuerpo social heterogéneo, compuesto por varios grupos
glo, este grupo se fue fortaleciendo con diferentes: profesionales, profesores, burócratas, militares, pequeños
., . . la llegada de inmigrantes y colonos ex- comerciantes y empresarios, técnicos, artistas, etc. En gran medida,
Federaczon Femenzna de Estudzantes. tranJeros
. que se rad"1caron a 1o 1argo de1 ellos fueron el fruto del liceo y del desarrollo del aparato burocrático
territorio nacional, con el crecimiento económico general, y en espe- del Estado. Esto explica en parte por qué la clase media ha tenido una
cial con el crecimiento del aparato del Estado experimentado por el mentalidad estatista.
Hasta los primeros años del siglo XX, pese a su crecimiento, los sec-
país después de la Guerra del Pacífico.
Según Alberto Edwards, hacia 1830 casi la totalidad de la pobla- tores medios no tuvieron una fisonomía definitiva. En su origen, la
ción de Chile era rural y sólo existían tres ciudades importantes (San- clase media chilena, lejos de aceptar una identidad propia, adoptó una
tiago, Val paraíso y Concepción), que en total sumaban alrededor de actitud imitativa del sector alto. Se encontraba en una posición de trán-
sito entre el elemento popular y la oligarquía, estrato al que aspiraba
incorporarse aunque sus integrantes fueran menospreciados y tildados
de "siúticos" por ésta.
Dice el historiador Julio Heise que «al comenzar el siglo, aun hom-
bres superiores de la clase media eran objeto de postergación, burlas y
hasta humillaciones. Miembros de la clase media, que lograban desta-
car en el seno de los Partidos Conservador y Liberal, debieron enfren-
tar estas preocupaciones sociales y a menudo debieron sufrir
postergaciones injustas». Fue el caso, por ejemplo, de Arturo Alessan-
dri Palma y de Eliodoro Yáñez. El rechazo de que fue víctima la clase
media fue provocando en ella un resentimiento que hasta 1920 no tu-
La clase media adquiere conciencia propia. vo ninguna expresión social y política efectiva. Se manifestaba entre

60 61
Sin embargo, a partir de la segunda década del siglo XX se inició
sus intelectuales y aparecía también, veladamente, en la literatura mi-
un cambio trascendental en los sectores medios. Comenzaron a tomar
litar de la época. conciencia de clase. Su agudo resentimiento fue cambiando de signo
Se comprende que esta clase media, siempre huyendo de sí misma,
hacia la segunda década del siglo XX; de ser un sentimiento sordo, so-
no pudiera mostrar una posición política consistente ni estuviera en
lapado, en definitiva impotente, se transformó en rebeldía y en un ata-
condiciones de atacar el sistema creado y monopolizado por el sector
que franco al sistema. Resulta natural que desde que se abandonó la
social alto. Por otra parte, se trataba de un sector social pobre. Aque-
actitud puramente imitativa y se adquirió una conciencia propia y una
llos miembros que lograban enriquecerse, generalmente intentaban y
autoestima como grupo, los hombres del sector medio cambiaran su
lograban llegar a formar parte de la oligarquía.
crítica solapada por una acción destinada a transformar radicalmente
La pobreza de los sectores medios aparece retratada en ensayos, pren-
la estructura social.
sa y novelas de la época. Genuinos representantes suyos, como Alejan-
Las nuevas generaciones de la clase media, entusiasmadas con el es-
dro Venegas o Tancredo Pinochet, señalan la estrechez económica como
píritu liberal y la democratización progresiva del país, empezaron a ca-
característica de la vida en su medio, especialmente en provincias.
minar hacia la conquista del poder. Personajes y grupos no ocultaron
En este sentido, nada aparece más lejano a la realidad de la clase me-
su condición mesocrática y frecuentemente solidarizaron con el pro-
dia nacional que el concepto de burguesía definido en función de es-
letariado, al que pasaron a considerar su aliado en el empeño de com-
quemas europeos. Los sectores medios chilenos no fueron ni han sido
batir el sistema.
una "clase de la economía lucrativa'', como en el caso del viejo mun-
Desde entonces, ciertos rasgos caracterizaron la acción política de
do. En Chile, ellos carecieron de una tradición individualista y urba-
los sectores medios: sentido nacionalista e igualitario, anticlericalismo,
na, y su fuente de ingresos fue, casi siempre, un sueldo o un salario
estatismo, desarrollismo. Ya en 1906, el Partido Radical, que reunía a
proveniente de alguna ocupación ligada a la burocracia. Si bien había
hombres destacados de extracción media, introdujo nuevos conceptos
algunos económicamente independientes, como era el caso de profe-
y valores a la pugna política al poner énfasis en el anhelo de igualdad.
sionales, agricultores medianos o comerciantes minoristas, por lo ge-
Pero no sólo a través de los radicales se expresó políticamente la nue-
neral perseguían la seguridad de la subsistencia más que el riesgo
va actitud de los grupos medios. En 1915, también la representaban
aparejado a la actividad económica libre. La educación que recibían
sectores del Partido Liberal, del Partido Nacional y la Masonería.
era en buena medida responsable de la mentalidad económica que los
Asimismo, los círculos artísticos y literarios que se formaron en las
caracterizó en este período: una educación de carácter humanista y le-
primeras décadas del siglo XX constituyeron otras tantas formas de ex-
trada que tendía a fortalecer sus expectativas sociales, pero no a entre-
presión de los grupos medios. De ellos salió una cantidad de ensayis-
garles una preparación técnica ni una actitud psicológica adecuada para
tas y literatos que denunciaron con fuerza las desigualdades políticas
lograr el enriquecimiento. y sociales de la época. Entre ellos, Baldo mero Lillo, Carlos Pezoa V é-
La educación buscaba dar un estatus, pero un estams según el mo-
liz, Mariano Latorre, y poco después, Manuel Rojas, José Santos Gon-
delo cultural impuesto por el sector alto.
zález Vera, Pablo Neruda.
Por eso, la clase media, apenas salida de la indigencia, gastaba sus
Las mujeres de clase media, por su parte, también aportaron al des-
ahorros en adoptar un tren de vida propio de la oligarquía, entrando
pertar cultural de su medio social. Fueron las mujeres de ese sector las
también en una economía "de gasto".
63
62
primeras que incursionaron en la vida profesional. En 1907 había en
Chile 3 abogadas, 7 médicas, 10 dentistas, 10 farmacéuticas y 3.980
profesoras. También fueron mujeres de clase media las que promovie-
ron las iniciativas feministas de la segunda década del siglo, aunque en
éstas también destacaron mujeres del sector social alto.
Ningún grupo social experimentó más intensamente que la clase
media el sentimiento de crisis que invadía a la vida nacional. Intelec-
tuales como Alejandro Venegas, Alberto Cabero, Tancredo Pinochet,
Nicolás Palacios y otros de igual procedencia social hicieron las más
fuertes críticas al sistema vigente.
Santiago Sur: el desarraigo campesino.

rios y otros tantos más en el carbón, los puertos y talleres de la inci-


4.3. Los sectores populares piente industria nacional.
El gran polo de crecimiento económico fue la industria del salitre
El desarrollo industrial europeo del último tercio del siglo XIX -par- en el norte, que registró el mayor crecimiento demográfico del perío-
ticularmente en Inglaterra y también en Francia y Alemania- requería do. De acuerdo a la comparación de los censos de 1895 y 1907, lata-
para la importación de materias primas y la exportación del excedente sa de crecimiento de la población total del país fue de un 20%;
de sus productos manufacturados. Chile no podía, pues, insertarse en la Santiago creció sólo un 30%, y el Norte Grande un 65%. Este creci-
economía capitalista mundial sino como exportador de materia prima miento demográfico del norte, como es de suponer, se hizo a costa de
e importador de manufacturas, es decir, precisamente como la contra- la población campesina. Uno de los fenómenos más significativos del
parte de los países industrializados. período fue la migración rural, consecuencia del auge del salitre y del
Al despuntar el siglo XX, el país estaba viviendo las transformacio- proceso de industrialización y antecedente directo de la formación de
nes propias del fenómeno industrial en su primera etapa. Con la Gue- la clase proletaria.
rra del Pacífico se había incorporado a su territorio la enorme riqueza Fue corriente en el período que las oficinas salitreras enviaran agen-
salitrera que requería de una cierta infraestructura industrial, de un ni- tes a los campos para reclutar mano de obra; a éstos se les pagaba por
vel técnico complejo y de una abundante mano de obra. Algo análo- persona conseguida. Este reclutamiento, llamado "enganche", se rea-
go sucedía en las minas de carbón en la zona de Concepción. Además, lizaba sobre la base de promesas y la creación de expectativas salaria-
la riqueza fiscal había permitido la construcción de obras públicas, les, las que no se confirmaban en la realidad.
principalmente ferrocarriles, que empleaban abundante mano de obra;
y también se incrementó la actividad en las zonas portuarias del Nor-
4.3.1. El desarraigo campesino
te Grande y Valparaíso. Las cifras -nunca muy confiables para aquel
período de dudosas estadísticas- indican hacia 1918 la existencia de Aunque a partir de 1880 fueron muchos los campesinos que aban-
unos 80.000 obreros fabriles, 56.000 salitreros, unos 33.000 ferrovia- donaron la tierra por la ciudad y la mina, la población rural siguió sien-

64 65
do mayoritaria en el período que tratamos. Hacia 1907 constituía to- sin ventanas y sin luz, a lo lar-
davía el 57% de la población total. go de una ínfima callejuela
La propiedad agraria estaba dominada por el latifundio, que em- donde las mujeres lavaban y
pleaba al sector laboral más numeroso del país: inquilinos y peones; cocinaban. Por la calle corría
aun cuando había también medianos y pequeños propietarios, entre la acequia que hacía las veces
ellos los mapuches. de alean tarillado. En 191 O se
El inquilinaje era una relación laboral, instituida en la Colonia, por contaban en la capital 1.600
medio de la cual el trabajador tenía derecho a casa, a una pequeña cha- conventillos, en los cuales ha-
cra, a talaje y a algunos alimentos que producía el propio fundo. El sa- bitaban 75.000 personas. En
lario en dinero prácticamente no existía o era ínfimo. La relación entre tanto el déficit habitacional Un conventillo de Santiago.
el terrateniente y el inquilino era un vínculo más personal que con-
hacía subir los precios de los arriendos, de modo que ser dueño de un
tractual. Los peones, en cambio, constituían una masa laboral nóma-
conventillo se transformó en gran negocio.
de, que recorría los campos empleándose en los períodos de mayor
Los sectores populares vivían en una promiscuidad que fue caldo
demanda de trabajo a cambio de un sueldo. Eran trabajadores a trato.
de cultivo para todas las enfermedades infecciosas: el cólera, la vi-
Estas formas de vida campesina no habían sufrido mayores trans-
ruela, el tifus, cobraron muchas vidas. La tasa de mortalidad infan-
formaciones desde la Colonia: se caracterizaban por un nivel de vida
til era asombrosamente alta. Se señala para el Chile de esa época un
precario, sin comodidades materiales y sin acceso a la modernidad ni
30% de mortalidad infantil. También se indica un 35% de naci-
a la nueva cultura urbana. mientos ilegítimos.
Los fuertes lazos de parentesco, el profundo arraigo de sus creencias
Los niveles de educación eran muy bajos. Los índices de analfa-
religiosas, sus tradiciones míticas y folclóricas, ayudaban a hacer del
betismo alcanzaban a un 49,7% en 1907, y alrededor de un 36,7%
sector campesino el más marginado de las condiciones sociales propias hacía 1920.
del mundo moderno.

4.3.2. La miseria del obrero urbano

Bastaba tomar el tren o, simplemente, caminar hacia el norte para


incorporarse a la vorágine transformadora que, en esta primera etapa
de la industrialización, estaba lejos de ser un sueño dorado.
El campesino que arribaba a Santiago llegaba a una ciudad que no
tenía las condiciones mínimas para recibirlo; no nos referimos a al-
cantarillado o agua potable, que habrían sido un lujo. Santiago tenía
un enorme déficit de viviendas y sus habitantes habían de concentrarse,
o más bien hacinarse, en los conventillos, hileras de pequeñas piezas Venta de verduras. La miseria era grande.

66
67
4.3.3. El obrero del salitre

Si el campesino del valle central seguía más al norte y llegaba a las


minas del salitre, su destino no era mejor.
Al norte se iba a ganar dinero y no a establecerse. El obrero con su
familia, cuando la llevaba, vivía en campamentos de pequeñas casas
con dos o tres piezas de material ligero que no salvaguardaba de las in-
clemencias del clima de la pampa, caluroso de día y muy frío de no-
che. Las condiciones de higiene, y por tanto de salud, eran muy
precarias. Se trabajaba entre doce y catorce horas diarias, sin descanso
el día domingo (éste se hizo obligatorio sólo en 1907). Las condicio-
nes del trabajo mismo eran altamente riesgosas, puesto que los cachu-
chos, donde se procesaba el caliche, no tenían rejas de protección y era
fácil caer en ellos.
Por otra parte, existía un sistema de pago en fichas, lo que consti-
tuyó uno de los principales motivos de queja y todas las protestas, co-
Las pulperías en las salitreras.
mo se verá más adelante. Estas fichas eran sólo canjeables en la pulpería

de la oficina que las emitía, y la pulpería era, a su vez, el único esta-


blecimiento comercial de la oficina. Paradojalmente, en un sistema
de economía liberal no había libertad de comercio para el obrero. El
valor nominal de las fichas no era respetado y no tenían ninguna ga-
rantía fiscal. Es decir, el obrero dependía completamente de la dis-
crecionalidad del patrón.
En la costa nortina, las condiciones de vida eran algo mejores, al
menos el clima y la vida urbana permitían olvidar, en parte, la soledad
sórdida de la pampa.
Los obreros industriales, mineros o portuarios no contaban con nin-
gún resguardo jurídico laboral. Las relaciones entre obreros y patrones
eran reguladas libremente por mutuo acuerdo, lo que se prestaba para
muchos abusos. Baste con señalar que no existía el contrato de trabajo.
El sistema tampoco contemplaba solucionar por vía jurídica lo que
entonces se llamó la "cuestión social". Los obreros estaban cercados y
Obreros salitreros antes de ingresar a los cachuchos. sólo tenían una posibilidad: su propia organización.

68 69
El Congreso Social Obrero (1900), que decía contar con 169 so-
4.3.4. Primera etapa de organización obrera
ciedades y 10.000 socios, propuso un programa de intereses más ge-
nerales, muy semejante al del Partido Demócrata. Se proponía realizar
Las primeras organizaciones populares, así como sus actos de resis-
campañas para bajar los precios, para promulgar la ley de instrucción
tencia, nacieron de la constatación espontánea por parte de los obre-
primaria obligatoria, para oponerse a la inmigración, que era compe-
ros de sus propias condiciones de vida. Estas organizaciones fueron el
tencia para los obreros, la protección de la industria nacional y la die-
antecedente necesario para la formación de un movimiento obrero que,
si bien no fue del todo homogéneo, pasó de sus problemas puntuales ración de leyes laborales.
Como ya se señaló, el Partido Demócrata expresaba las aspiraciones
a una interpretación de la sociedad y de su situación en ella, es decir,
de los artesanos y obreros. Su objetivo era que el sistema político-eco-
adquirió un carácter ideológico y político. Este es el proceso que defi-
nómico vigente elevara el nivel de vida material e intelectual de las da-
ne el movimiento obrero del período: el paso de la reacción esponta-
ses trabajadoras. No pedía el cambio radical del sistema, sino su
neísta a la organización sindical y política.
El mutualismo fue la principal forma de organización laboral que reforma. Por ello, su estrategia política consistía en incorporarse al apa-
rato del Estado por la vía electoral, para lograr -desde allí-la dicta-
se dieron los artesanos. En 1853 se fundó la Sociedad Unión de Ti-
ción de leyes que favorecieran al sector popular: mayor libertad política,
pógrafos en Santiago; en 1855, en Valparaíso; en 1862, la Sociedad
de Artesanos La Unión de Santiago y La Serena. En 1872, los sastres extensión de la educación, protección de la industria nacional, protec-
ción del Estado a las sociedades de obreros, legislación laboral, etc.
crearon su Sociedad de Socorros Mutuos. Hacia 1870, las mutuales
eran 13, en 1880 ya eran 39. Sin embargo, el juego político del parlamentarismo no hizo posible
Su objetivo era cooperar con el que la minoría demócrata en el Congreso pudiera lograr sus objetivos,
mejoramiento material e inte- y eventualmente se transformó en un instrumento de la pequeña po-
lectual del obrero sobre la ba- lítica de alianzas. Su importancia radicó, más bien, en su labor de edu-
se de la ayuda mutua. Su cación y organización popular.
preocupación, desde la recrea- Ya desde comienzos de siglo se percibía la tensión al interior del Par-
ción y la formación de peque- tido Demócrata, entre lo que se llamó la tendencia reglamentaria y la
ñas bibliotecas, hasta de la doctrinaria. La primera, encabezada por Malaquías Concha, propicia-
previsión, la vivienda y el aho- ba la integración al sistema respetando su legalidad; la otra, presidida
rro de sus afiliados. por Luis Emilio Recabarren, creía en un partido obrero opuesto al par-
Las mutuales se interesaron lamentarismo. En esta última estaban los gérmenes del socialismo.
por la situación del obrero sin Recabarren pertenecía al gremio de los tipógrafos de Valparaíso e
referirla a su relación con el pa- ingresó al Partido Demócrata a los 18 años en 1894. Como buen ti-
trón o con el Estado. Si tuvie- pógrafo, su labor inicial consistió en la fundación de la prensa obrera
ron alguna expresión política, y de allí pasó a la organización política. En 1912, Recabarren separó
ésta fue a través del Partido De- tiendas y fundó el Partido Obrero Socialista (POS). En 1906 ya había
Desfile del gremio de sastres y costureras. mócrata y de sus postulados. sido elegido diputado, aunque no pudo asumir su cargo por los obs-

70 71
táculos que se le pusieron. Recabarren fue también el principal im- 4.3.5. Protesta y represión
pulsor de la organización obrera en mancomunales.
Las mancomunales parecen haber sido las organizaciones populares Junto a este proceso de organización, la primera década del siglo re-
más significativas de la primera década del siglo. Nacieron y se consoli- gistra una verdadera estampida de protesta obrera.
daron en las oficinas salitreras y puertos nortinos a comienzos del siglo. Las primeras huelgas del país ocurrieron en el siglo XIX entre los
Los objetivos, en sus inicios, no se diferenciaron mayormente de las obreros urbanos y salitreros, los portuarios y ferrocarrileros. La de ma-
sociedades de socorros mutuos o mutuales, pero su originalidad estu- yor envergadura fue en 1890, y afectó a gran parte de la región sali-
vo en que, más adelante, asumieron características de sociedades y cen- trera. Comenzada por el gremio de lancheros de Iquique, se extendió
tros de vida social y cultural. La mancomunal no se salió de los marcos por rod2.la provincia de Tarapacá. Sus peticiones eran sencillas: pago
del sistema establecido, pero fue combativa, luchó en contra del sec- mensual en dinero y no en fichas, libertad de comercio, abolición de
tor patronal, postuló la transformación de las relaciones productivas y multas y algunos beneficios sociales. Se estima que involucró a alre-
le dio a la condición proletaria global una cierta interpretación. Las dedor de 10.000 obreros.
mancomunales tuvieron además la particularidad de ser organizacio- En 1901, la mancomunal de !quique organizó su primera huelga.
nes típicamente chilenas. De entonces en adelante hubo muchas y todos los años. En 1902 fue
Ahora bien, las mancomunales, así como el resto de las organiza- la sociedad de resistencia de los tranviarios en Santiago, luego los mi-
ciones obreras, tuvieron en sus inicios orientaciones confusas en lo doc- neros de Lota que paralizaron la extracción del mineral. En 1903 fue-
trinario y en la acción. En ellas convivieron elementos mutualistas, ron las mancomunales de Tocopilla, los obreros del carbón y los
demócratas, anarquistas, socialistas, lo que restó eficacia a sus objeti- estibadores de Valparaíso, los que al ser fuertemente reprimidos provo-
vos. De todos modos, fueron importantes en cuanto contribuyeron a caron la solidaridad de los demás trabajadores del puerto y lo inmovi-
la formación ideológica y política del movimiento obrero futuro, a fa-
cilitar el paso del mutualismo al sindicalismo y a ligar la situación obre-
ra con la sociedad como un todo.
Las sociedades de resistencia fueron otra forma pionera de organi-
zación popular a comienzos del siglo. Inspiradas en el anarquismo, re-
chazaban toda forma de acción política (sus enemigos eran el Estado,
el clero y el capital), y sólo creían en la llamada "acción directa'', es de-
cir, el sabotaje, el boicot y la huelga. Realizaban una intensa propa-
ganda y lograron apoyo en las minas de carbón, entre los portuarios y
los gremios de artesanos santiaguinos. Participaron en la mayoría de
las huelgas y organizaron varias de ellas, pero su estructura descentra-
lizada y su carencia de estrategia política a largo plazo hicieron que
murieran hacia el final del período. Ello no disminuye la importancia
que tuvieron en la formación de la conciencia obrera.
La huelga de los pampinos tarapaqueños en !quique (1 Ode diciembre de 1907).

72
73
y medidas de las pulperías, locales para escuelas nocturnas de obreros,
lizaron completamente. El Gobierno envió un regimiento para sofocar
indemnización y desahucio.
la huelga; el saldo fue de 50 muertos y 200 heridos. En 1905, Santia-
Se les unieron las demás oficinas de la pampa. Bajaron a Iquique
go presenció la famosa "huelga de la carne", que pedía la abolición del
para pedir que las autoridades de gobierno fueran mediadoras en el
impuesto al ganado argentino y protestaba por el alza del costo de la vi-
conflicto con los propietarios, en su mayoría ingleses. Los respaldaron
da. Lo que comenzó como un pacífico mitin popular terminó en una
wdos los trabajadores de Iquique y se paralizó la ciudad. Las autori-
violenta asonada, con asaltos e incendios. Esta vez el saldo fue de 70
dades, temerosas después de una semana de infructuosas conversacio-
muertos y 300 heridos.
La culminación de la protesta obrera y de la represión oficial fue la nes, decidieron reprimir. El general Roberto Silva Renard, jefe de las
fuerzas militares, ordenó balear a los trabajadores albergados en la es-
masacre de la Escuela Santa María de Iquique, en 1907. Los obreros
cuela Santa María. El número de muertos osciló entre 500 y 2.000,
de la Oficina Alianza pararon las faenas para hacer peticiones muy se-
mejantes a rodas las de las demás huelgas señaladas: eliminación de fi- según las distintas fuentes.
Este dramático recuento revela la capacidad de protesta de los tra-
chas, jornales a tipo de cambio fijo, comercio, balanza para los pesos
bajadores, a la vez que la incapacidad del sistema político-social de
comprender el fenómeno y resolver los problemas sociales.
Si bien los obreros obtuvieron algunas reivindicaciones puntuales,
no lograron durante este período lo único que podía frenar la violen-
cia: una legislación laboral que incorporara y reglamentara los dere-
El Ejército reprimió violentamente
chos de los trabajadores.
a los huelguistas en la Escuela
Santa María. La oligarquía comenzó a tomar conciencia del problema social a
raíz de estas manifestaciones. Las temieron, culparon a los agitadores
y aunque algunos políticos intentaron morigerar la violencia por me-
dio de la legislación, los resultados no fueron exitosos. Baste decir que
sólo en 1916 se dictaron algunas leyes de accidentes de trabajo y en
1918 la de previsión del personal de ferrocarriles.
La masacre de Santa María fue un duro golpe para el movimiento
obrero, que sólo recobró su energía a mediados de la siguiente década
con un ideario y una organización en parte diferentes.
En este primer período de la organización popular que se ha bos-
quejado, ya se ve claramente cuál era el desajuste fundamental entre el
movimiento obrero y el sistema: la relación se daba sobre la base de la
dinámica protesta-represión y su saldo en la violencia. El Estado con-
cebía como su deber el resguardo del orden público, y el sector patro-
nal así también lo entendía.

74 75
4.3.6. La consolidación de la organización obrera En 1918, los obreros de la FOCH y los anarquistas, junto a profe-
sores y estudiantes, formaron la Asamblea Obrera de Alimentación
Aunque el movimiento obrero quedó muy debilitado después de Nacional, que organizó reuniones masivas a lo largo del país en pro-
1907, las huelgas parciales no se detuvieron. Se siguieron presenciando resta por la cesantía y el alza del costo de la vida, logrando una pre-
en 1909 en Santiago, en 1911 entre los obreros marítimos de Valparaí- sencia que los partidos tradicionales no podían desconocer. Se calcula
so y también en 1913. Hacia el final de la Primera Guerra Mundial, la que en 1918 hubo 30 huelgas; en 1919, 82, y en 1920, hasta la elec-
rebeldía brotó con fuerza y hubo una cadena interminable de huelgas. ción presidencial de julio, 47.
El fenómeno más significativo de la segunda etapa de organización En 1919, los anarquistas lograron unirse y formar una federación
laboral, que coincide con la segunda década del siglo, fue el carácter que constituyó una sección chilena de la IWW norteamericana (In-
ideológico y político que iba adquiriendo el movimiento obrero. rernational Workers of the World). En 1921, la FOCH se afilió a la
En efecto, en 1909 un abogado conservador organizó a los ferro- Internacional Sindical Roja, con sede en Moscú, y a finales de año, el
viarios para que pidieran al Gobierno la devolución de un descuento pOS cambió su nombre por el de Partido Comunista, afiliándose a la
hecho a sus salarios, lo que efectivamente lograron. Así nació la Fede- Tercera Internacional Comunista.
ración Obrera de Chile (FOCH), de carácter mutualista. Sin embar- Para 1920, cuando el país manifestaba una crisis profunda y se ges-
go, el ingreso masivo de obreros organizados en mancomunales cambió taban nuevas fuerzas de conducción, el movimiento obrero ya era un
su carácter original. actor importante en varios sentidos. Su protesta y la violencia de la
Así, cuando en 1917 la FOCH realizó su segunda convención na- misma demostraba la incapacidad de la clase dirigente para readecuar
cional, ya estaba dominada por los socialistas. Perdió en gran medida la institucionalidad del sistema a los requerimientos de una sociedad
su carácter mutual y se convirtió en una federación sindical. Dos años industrial que ella misma había impulsado. La violencia de su respuesta
después, para la tercera convención, Recabarren, fundador del POS, no fue sólo brutal, sino altamente ineficaz. Al mismo tiempo, un sec-
fue elegido máximo dirigente de la federación, y ésta declaró tener den- tor del movimiento obrero se transformaba en un actor político autó-
tro de sus objetivos fundamentales la abolición del sistema capitalista. nomo, lo que tendría, desde entonces en adelante, una enorme
La Revolución Rusa de 1917 fue otro acontecimiento importante gravitación en la vida nacional.
en este desarrollo. El hecho de que el sueño utópico socialista empe-
zara a convertirse en una experiencia histórica, dio fuerzas al sector
obrero organizado y consolidó la postura revolucionaria.
La FOCH y el POS se transformaron entonces en las dos institu-
ciones que cumplían los objetivos de reivindicación laboral y de orga-
nización política. Por otra parte, el término de la guerra europea
repercutió fuertemente en la economía chilena y particularmente en
la industria del salitre: alto índice de cesantía, proceso inflacionario y
alza de los precios crearon una aguda agitación social que se sumó a la
agitación política en vísperas del año 1920.

76 77
Fue también a comienzos de siglo cuando comenzaron las prime-
5. la vida cultural ras críticas al carácter humanista, intelectual, abstracto o "libresco" de
la educación impartida, que no preparaba a los alumnos para la vida
práctica ni para las exigencias del desarrollo nacional. Estos temas fue-
ron tratados en los Congresos de Enseñanza Pública de 1902 y 1912,
en los cuales también se criticó la adopción indiscriminada de mode-
los educacionales extranjeros, principalmente el alemán. La Asociación
5.1. El sistema educacional de Educación Nacional, formada en 1904, señalaba que la enseñanza
debía responder a «los principios republicanos, a las necesidades del
Entre 1900 y 1920 no hubo cambios significativos en el sistema país y a las condiciones especiales de las diversas zonas».
educacional diseñado a lo largo del siglo XIX. Continuó imperando El conflicto entre la enseñanza humanista y la orientación prácti-
el principio del Estado docente, cuyas expresiones fundamentales eran ca; entre los modelos extranjeros y la realidad chilena, fue recogido
la enseñanza primaria gratuita y la Universidad de Chile, que contro- por los dos ensayos sobre educación que mayor repercusión tuvieron
laba la educación secundaria. en su época: Nuestra inftrioridad económica (1911), de Francisco An-
La educación privada, en su mayor parte católica, pues había naci- tonio Encina, y El problema nacional (1917), de Daría Salas. Para am-
do como oposición a la educación fiscal laica, recogía sólo una peque- bos, la educación chilena era uno de los factores principales de la crisis
ña proporción de alumnos. nacional.
También continuó la tendencia al crecimiento de la población es-
colar, principalmente en la educación primaria y, aunque en menor Número de alumnos en los establecimientos fiscales entre 1900 y 1910
grado, también en la secundaria. El principal problema del sistema Educación
Educación Educación
educacional del período, que se arrastraría a lo largo del siglo, era la Año secundaria Total
pnmana supenor
y especial
estratificación discriminatoria entre los niveles primarios, secunda-
1900 157.330 12.624 1.228 171.182
rios y superior. Como lo señalan las cifras del cuadro de la página si-
1905 159.379 21.497 1.549 182.425
guiente, sólo un ínfimo porcentaje del primero podía acceder al
1910 258.875 30.731 1.824 291.430
segundo, y menos aún al tercero. La promoción de un nivel al otro
dependía de la capacidad económica para solventar el ciclo educati-
vo completo. 5.2. Una nueva generación de intelectuales
La mayor preocupación de la época era reducir los niveles de anal-
fabetismo, y por ello se le otorgó mayor importancia a la enseñanza El ambiente intelectual y artístico no estuvo ajeno al proceso de
primaria. A este objetivo apuntaba la Ley de Enseñanza Primaria Obli- cambios experimentado por la sociedad chilena en las primeras déca-
gatoria -punto obligado de todos los programas presidenciales-, que das del siglo XX.
fue promulgada sólo en 1920, a pesar de que el proyecto había sido En particular, el movimiento literario ejemplifica cómo fueron cam-
presentado a la Cámara a comienzos del siglo. biando los intereses y perspectivas culturales. En efecto, hacia co-

78 79
mienzos del siglo empezó a manifestarse una nueva generación inte-
~olonos
lectual. Ella se diferenciaba de las anteriores, en primer lugar, por su
procedencia social. Hasta entonces, el movimiento intelectual chileno . IMITANDO A TOLSTOI
de la época republicana había estado formado por miembros de la éli-
te dirigente, los que junto con escribir historia -como Barros Arana Augusto D'Halmar, poeta y novelista, fue el escritor de mayor in-
fluencia en la nueva generación que surgía a comienzos de siglo. De-
o los hermanos Amunátegui- o novelas -como Alberto Blest Ga-
dicado exclusivamente a la literatura -vivía de las clases de música
na- eran diplomáticos o ministros, ocupaban algún cargo oficial o que daba su abuela-, recibía en su modesta casa del centro bajo de
vivían de sus fortunas personales. Santiago a todos sus amigos intelectuales. Allí conversaban funda-
La nueva generación, en cambio, estaba compuesta por personas mentalmente de literatura y discutían a los más variados autores: Tols-
modestas, que habían tenido acceso a la educación pública y sin rela- toi, Gorki, lbsen, Zola, Maupassant... Allí también surgiría la idea de
ciones con el sector tradicional. Ellos hicieron de su oficio una profe- Fernando Santiván, joven discípulo de D'Halmar, de formar una "co-
lonia tolstoyana" en los territorios vírgenes del sur de Chile.
sión, ya fuera como empleados públicos, periodistas o profesores.
El objeto de la colonia era, según lo relata el propio Santiván en
El segundo cambio fundamental, en lo estrictamente literario, fue sus memorias, trabajar directamente la tierra y vivir junto a los cam-
el temático. De la obra costumbrista, urbana, aristocrática y de gran- pesinos para educarlos según los métodos de Tolstoi en Yasnaia Po-
des personajes, se pasó a otra, también descriptiva, pero predominan- liana. El impulso que los guiaba era el altruismo, la generosidad y el
temente rural y popular. heroísmo que veían personificado en el escritor ruso, a la vez que una
Es cierto que la influencia extranjera estuvo presente, especialmen- avidez de infinito y de sensaciones desconocidas.
«Nosotros -recuerda- debíamos ser nada más que apóstoles de
te el naturalismo de Zola y el misticismo de Tolstoi, pero ella encon-
un evangelio novísimo, avanzada de un movimiento espiritual que po-
tró cabida en los nuevos intelectuales porque hubo elementos que eran dría transformar la vida de un pueblo .... El ejemplo de sencillez de
concordantes con sus problemáticas; como la cercanía al mundo po- nuestras costumbres atraería a las gentes humildes, a los niños, a los
pular y la existencia de una sociedad monopolizada por la oligarquía. indígenas. Crecería el núcleo de colonos, nos seguirían otros intelec-
Así, la nueva generación surgió con conciencia de ser un grupo al tuales; fundaríamos escuelas y periódicos; cultivaríamos campos ca-
margen de la sociedad y aspiró a alejarse del "materialismo burgués" da vez más extensos; nacerían una moral nueva, un arte nuevo, una
ciencia más humana. La tierra sería de todos; el trabajo en común ... ,
y redimir a los pobres. De ahí que frecuentara centros obreros y cam-
seríamos todos hermanos».
pesinos. Sin embargo, éstos fueron ensayos teóricos bajo los cuales
subyacía, principalmente, la intención de encontrar una expresión po-
pular y nacional, y a la vez proponer una ética salvadora ante el mun- De Arauco a San Bernardo
do moderno.
El misticismo social expresado en la pintoresca anécdota de la "co- A comienzos de 1904 .partieron D'Halmar, Santiván y Julio Ortiz de
Zárate hacia las tierras aún vírgenes del extremo sur. En la mitad del
lonia tolstoyana'' (ver recuadro de página siguiente) fue una de las ten-
camino, D'Halmar comenzó a atemorizarse por las dificultades mate-
dencias características que expresó la primera ruptura, aún incierta, riales del proyecto, como la falta de electricidad y agua potable del te-
teórica y voluntarista, del mundo del arte con el mundo burgués, des- rreno selvático que unos primos de Santiván les habían cedido.
de una perspectiva social. Un grupo de escritores encabezado por Au-

80 81
rancia en la literatura chilena hasta la década del treinta. Es preciso te-
Decidió que debían ir a un lugar más civilizado y convenció a los ner presente que el naturalismo había predominado ya en el siglo XIX;
otros a cambiar de tren y dirigirse hacia Concepción para instalar la la diferencia estuvo en que a comienzos del XX se pasó a la descrip-
colonia en tierras de Arauco. La estadía en Concepción fue lamenta-
ción del mundo popular. Le siguieron títulos tan ilustrativos corno El
ble; no tenían qué comer ni dónde dormir, se perdieron en el campo,
se encontraron con un grupo de campesinos borrachos y nuevamen- amor a la tierra, de Guillermo Labarca; Páginas chilenas, de Ángel Pi-
te se apoderó de ellos el temor. No alcanzaron a llegar a Arauco, por no; Del natural, de Eduardo Barrios; Escenas de la vida campesina, de
lo que adoptaron cambiar otra vez el lugar de la futura colonia. Rafael Maluenda.
Entonces, el pueblo escogido fue San Bernardo, a 25 kilómetros de El pionero más importante del criollisrno fue, sin duda, Baldorne-
Santiago, cuyo alcalde era el conocido poeta y buen amigo de ellos ro Lillo, que en 1904 publicó la famosa colección de cuentos sobre los
Manuel Magallanes Moure. Él los ayudaría a realizar sus sueños. Sin
mineros del carbón, llamada Subterra. Esta obra suele ser considerada
embargo, Santiván ya había aprendido algunas cosas desde su salida
de la capital. «Comenzaba a comprender vagamente -dice- que el corno una de las primeras denuncias de la "cuestión social". Luego fue
impulso que nos hizo renunciar a los goces materiales y encaminar Mariano Latorre, con sus Cuentos del Maule (1912), quien continuó
nuestros pasos hacia una vida ruda y aséptica tenía más de literario, con esta tendencia, aunque con menor contenido crítico al sistema.
superficial y vanidoso que de convicción sincera y perseverante». La perspectiva del criollisrno fue más ética que política. El razona-
Ya no fueron las selvas vírgenes del sur,.pero sí una modestísima miento de fondo se puede traducir aproximadamente en una idea cen-
casa de barrio popular donde se instalaron para organizar la colonia.
tral: el mundo popular, particularmente el rural, padece de angustia,
La noticia había causado expectación dentro de la intelectualidad de
pero es puro.
Santiago, y algunos grupos en Argentina y Uruguay también mostra-
ron su interés por la experiencia. Otro movimiento que se dio, a veces
la colonia duró varios meses en San Bernardo con los tres miem- confundido con el criollisrno, fue el
bros originales de planta, más varios artistas que iban y venían de irnaginisrno; un intento irracionalista
Santiago. Se hicieron algunos intentos.agrarios, perotodos fracasa- que proclamó la libertad a ultranza pa-
ron por motivos tales como no saber usar el arado, sembrar fuera de ra liberar al arte y al hombre del objeti-
tiempo, robo del agua o fuga de los bueyes.
visrno urbano, y que representó la
En definitiva, la pequeña casa que los albergaba se transformó en
un centro de creación artística en el que D'Halmar escribía, Ortiz de primera tendencia local de rebelión con-
Zárate tocaba el violín, Pablo Burchard pintaba, y en fin ... , solamente tra la lógica científica dominante. Otra
Santiván seguía pensando en la educación popular. vez encontrarnos a Augusto D'Halrnar
que, abandonando el criollisrno, reco-
rrió el camino del irnaginisrno. Le si-
gusto D'Halrnar y Fernando Santiván buscaron un camino de salva- guieron muchos escritores jóvenes, entre
ción del mundo materialista y burgués en una opción popular, ilusión ellos Pedro Prado, el más destacado,
en la que veían la vitalidad de lo primitivo e inocente. quien en 1907 publicó sus versos Flores
También la tendencia criollista, que incorporaba la cultura y la na- de cardo, muy mal acogidos por los crí-
turaleza del propio país a la temática literaria, adquirió gran irnpor- ticos oficiales. Pedro Prado.

82 83
De esta vertiente nació el "Gru- el quehacer artístico nacional a través de la enseñanza y la crítica, sin
po de los Diez", que reunía a poe- que pudieran escapar de ellas pintores con tanto talento como Pedro
tas, pintores, arquitectos, en una Lira o Valenzuela Puelma.
organización imaginaria que culti- Los primeros brotes de rebelión surgieron en la década inicial del
vaba algo el absurdo. Sin preten- siglo con pintores como Onofre Jarpa, y luego con la Generación del
siones redentoras ni populares, ni año 13, integrada por algunos jóvenes que ese año expusieron con mu-
éticas, sencillamente querían ex- cho revuelo, consagrando las nuevas tendencias. Entre ellos, Alfredo
presar su rechazo a la sociedad con Lobos, Pedro Luna, Arturo Gordon.
ironía, sentido del humor y cierta Dicha generación sobrepasó los márgenes de la pintura, ya que a
elegancia que escondía desprecio. ella pueden agregarse nombres de escultores como Julio Ortiz de Zá-
Intentaron vivir en una torre fren- rate o Alberto Ried y arquitectos como Julio Bertrand. Este último in-
te al mar, en Las Cruces, cerca de trodujo en sus edificios una influencia colonial.
Cartagena, pero terminaron en la A su vez, las mujeres empezaron a tener participación importante
capital, en la calle Santa Rosa con en el mundo artístico, destacándose las pintoras Magdalena y Aurora
Tarapacá. Eso sí, en una torre roja, Mira, y la escultora Rebeca Matte.
Un proyecto ftustrado:
J "L D· " L e
l h b'
como se o a 1an propuesto. Fun- Sin embargo, de los pintores renovadores, el que tuvo mayor im-
la torre ae os zez en as ruces.
daron una revista, Los Diez, que pacto fue, sin duda, Juan Francisco González. Su obra rompió con to-
dio a conocer a muchas de las figuras más representativas de nuestra dos los esquemas que limitaron su capacidad expresiva. Se caracterizó
literatura. por su amor a lo español y lo chileno, y se convirtió en el símbolo de
En este período se gestó también una de las tendencias más origi- la Generación dell3, que continuó la marcha por él iniciada hacia una
nales de la poesía y el pensamiento chileno: el creacionismo de Vicente pintura de carácter nacional. Perteneció al "Grupo de los Diez", atraí-
Huidobro. do por el afán de cultivar el arte en medio de una libertad absoluta, sin
Al mismo tiempo, Gabriela Mistral recorría diversos pueblos de pautas ni convenciones. Junto a él, los poetas Pedro Prado y Manuel
Chile como profesora primaria, obteniendo sus primeros éxitos litera- Magallanes Moure incursionaron también en el mundo de la pintura.
rios. Por entonces ya había escrito sus Sonetos de la muerte. Como consecuencia de la renovación cultural, el academicismo pro-
pio del período oligárquico se vio puesto en jaque. La visión del mun-
do positivista y racionalista de la oligarquía entró en crisis tanto como
5.2.1. Nuevas tendencias en la plástica
su hegemonía política, social y económica.
Asimismo, se desarrollaron nuevos estilos en la expresión plástica, Se abría paso una nueva cultura plural y diferenciada, que estaba
iniciándose una actitud desafiante frente al arte consagrado represen- destinada a dar a luz no sólo a nuestras mejores figuras individuales
tado por el academicismo europeo, y en particular francés. La moda -como la Mistral o Neruda-, sino también a elevar el nivel inte-
imperante impuesta por los chilenos que viajaban al viejo mundo era lectual nacional, en su calidad y accesibilidad.
la de los salones oficiales de París, la que influía significativamente en

84 85

Das könnte Ihnen auch gefallen