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Producción y dispersión de rayos x

La producción y la dispersión de rayos x son ejemplos adicionales de la naturaleza


cuántica de la radiación electromagnética. Los rayos x se producen cuando los
electrones que se mueven rápidamente, y que fueron acelerados a través de una
diferencia de potencial del orden de 103 a 106 V, chocan con un metal. Wilhelm
Röntgen (1845-1923) los produjo por primera vez en 1895, usando un dispositivo
similar, en principio, al arreglo que se representa en la figura siguiente.

Figura 1. Aparato utilizado para


producir rayos x en 1895.

Los electrones se expulsan del cátodo calentado por emisión termoiónica, y son
acelerados hacia el ánodo (el objetivo) mediante una gran diferencia de potencial
VAC. El bulbo se evacua (presión residual 10−7 atm o menor), para que los
electrones puedan ir del cátodo al ánodo sin chocar con moléculas de aire.
Cuando VAC es de algunos miles de volts o más, la superficie del ánodo emite una
radiación muy penetrante.

Fotones de rayos x
Debido a que se emiten por medio de cargas aceleradas, es lógico que los rayos x
sean ondas electromagnéticas. Al igual que la luz, los rayos x están gobernados
por relaciones cuánticas en su interacción con la materia. Entonces podemos
hablar de fotones o cuantos de rayos x, y la energía de un fotón de rayo x se
relaciona con su frecuencia y su longitud de onda en la misma forma que los
fotones de luz, 𝐸 = ℎ𝑓 = ℎ𝑐/𝜆 . Las longitudes de onda características de los rayos
x son de 0.001 a 1 nm (1012 a 10−9 m).
Estas longitudes de onda pueden medirse con gran precisión mediante técnicas
de difracción en cristales.
La emisión de rayos x es lo inverso del efecto fotoeléctrico. En la emisión
fotoeléctrica, hay una transformación de la energía de un fotón en energía cinética
de un electrón; en la producción de rayos x hay una transformación de la energía
cinética de un electrón en la energía de un fotón. Las relaciones de energía son
parecidas. En la producción de rayos x a menudo se ignora la función trabajo del
material que sirve de blanco, al igual que la energía cinética de los electrones
“evaporados”, ya que esas energías son muy pequeñas con respecto a las demás
que se manejan.
En la emisión de los rayos x intervienen dos procesos distintos. En el primero,
algunos electrones son frenados o detenidos por el blanco (el material golpeado
por los electrones), y parte o toda su energía cinética se convierte en forma directa
en un espectro continuo de fotones, incluyendo los rayos x. A este proceso se le
llama bremsstrahlung (palabra alemana que significa “radiación de frenado”).
La física clásica es totalmente incapaz de explicar por qué los rayos x que se
emiten en el proceso de bremsstrahlung tienen una frecuencia máxima fmáx y una
longitud de onda correspondiente mínima, 𝜆min, y mucho menos puede predecir
sus valores. Con los conceptos cuánticos, en cambio, es algo sencillo. Un electrón
tiene la carga -e, y gana energía cinética eVAC al acelerarse a través de un
aumento de potencial VAC. El fotón más energético (el de máxima frecuencia y
longitud de onda más corta) se produce cuando toda su energía cinética se
emplea en producir el fotón; esto es,
Observe que la frecuencia máxima y la longitud de onda mínima en el proceso de
bremsstrahlung no dependen del material del blanco.
El segundo proceso causa picos en el espectro de rayos x en frecuencias y
longitudes de onda características que sí dependen del material del blanco. Otros
electrones, si tienen la energía cinética suficiente, pueden transferirla en parte o
en forma total a átomos individuales en el blanco. Esos átomos quedan en niveles
excitados; cuando decaen y regresan a sus niveles fundamentales, pueden emitir
fotones de rayos x. Como cada elemento tiene un conjunto único de niveles de
energía en sus átomos, también cada uno tiene un espectro de rayos x
característico. Los niveles de energía correspondientes a los rayos x son de
carácter muy distinto de los correspondientes a espectros visibles; implican
huecos en las configuraciones electrónicas internas de átomos complejos.
Las diferencias de energía entre esos niveles pueden ser de cientos o miles de
electrón volts, no de unos cuantos, como es característico en los espectros
ópticos.

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