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La Respuesta de Dios ante la Depresión

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Ciencia
Psicología / Relaciones
Publicado el 17/05/15 11:20

¿Puede un cristiano sentirse deprimido? ¿Es pecado la depresión? ¿Por qué esta
moderna plaga emocional afecta a tantas personas, incluidos creyentes consagrados y
maduros en la fe? ¿No es Cristo el mejor médico y la oración la mejor terapia?

Estas preguntas, muy frecuentes, reflejan la inquietud de bastantes creyentes. Para ellos
es difícil entender cómo una persona con fe en Cristo puede atravesar tiempos de
depresión, agotamiento o sequía espiritual.

Se les hace difícil conciliar la exhortación de Pablo «estad siempre gozosos» con la
realidad de hombres y mujeres de fe sufriendo una depresión.

Aun mayor perplejidad sienten cuando el problema afecta a los líderes espirituales, los
pastores de la iglesia.

Vasijas de barro y no de oro


¿Qué nos enseña la Palabra de Dios al respecto? Un análisis detallado del texto bíblico
arroja mucha luz, y en especial mucho consuelo, a los que sufren una depresión.

Para empezar, es difícil encontrar en toda la Biblia un solo personaje que no haya
atravesado la angostura del valle o la oscuridad del túnel. Unas veces fue en forma de
depresión (Elías en 1 R. 19:1-18; Jeremías, ver Jer. 20). Otras veces en forma de duda
(Habacuc, Juan el Bautista); casi siempre con profundas experiencias de soledad y
frustración (David, Pablo).

Al descubrir esta larga lista de héroes de la fe pasando por duras pruebas emocionales,
nuestros ojos se abren a una conclusión realista: estos hombres y mujeres fueron gigantes
en la fe, sí, pero también hombres de carne y hueso «sujetos a pasiones (sufrimientos)
semejantes a las nuestras» (Stg. 5:17).

Y ello es así porque Dios, en su soberanía misteriosa, se vale de vasos de barro y no de


oro, vasijas frágiles, por cuanto «el poder de Dios se perfecciona en la debilidad... porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co. 12:9-10).

Dios permite sombras en sus mejores instrumentos para que solo su nombre
resplandezca. La depresión se presenta, por tanto, con mucha naturalidad en la Biblia.

Moisés, el líder que se quería morir


Vamos a analizar en detalle una de las crisis más destacadas de Moisés, el hombre
escogido por Dios para ser guía del pueblo de Israel. Este gran hombre de fe, un
verdadero modelo de quien se dice que «se sostuvo como viendo al Invisible»,
experimentó la depresión con gran intensidad hasta el punto de querer morir. Cansado de
la desobediencia y las quejas constantes del pueblo, abrumado por el peso de la
responsabilidad, sintiéndose muy solo y agotado, su espíritu desfallece:

Y dijo Moisés a Dios: ¿Por qué tratas mal a tu siervo? y ¿por qué no he hallado gracia en tus ojos, que

has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ...No puedo yo solo soportar a todo este pueblo que

me es pesado en demasía. Si vas a tratarme así, yo ruego que me des muerte, si he hallado gracia a tus

ojos; y que yo no vea mi desventura(Números 11:11-15)

Síntomas de la depresión
Veamos, en primer lugar, qué le pasaba a Moisés ya que los síntomas de su depresión
son frecuentes y ayudarán al lector a identificarse con la tribulación de Moisés.

En una etapa inicial Moisés interpela a Dios y parece que le pide cuentas por su forma de
actuar, incluso le reprocha que le llamara a esta tarea. Abundan los «por qué» que reflejan
la protesta y la confusión del gran líder. Hasta cinco preguntas le formula Moisés a Dios,
preguntas con un contenido netamente depresivo. Observemos cómo se siente
perjudicado y maltratado, sentimientos típicos de la depresión cuando la mente distorsiona
los hechos, tal como veremos después, y ve la realidad mucho peor de lo que es.

Moisés necesita verter libremente todo lo que hay en su corazón. Es una protesta
terapéutica porque la libre expresión de pensamientos y emociones tiene un notable efecto
liberador. Es como una descarga del peso que le oprime. Moisés no puede contenerse.
Necesita vaciar el enojo y la frustración contenidos en su corazón. Las palabras de Moisés,
y sobre todo su forma y tono, revelan irritabilidad, otro síntoma habitual en la depresión. Es
llamativo que Moisés, considerado «el hombre más manso de toda la tierra» (Nm. 12:3)
llegue a este extremo de irritabilidad. El hastío y las palabras duras, casi agresivas, contra
el pueblo, nos revelan a un hombre cansado, decepcionado, sin fuerzas para seguir
adelante.

La descarga de Moisés llega a su máxima intensidad en Nm. 11:12: «¿Concebí yo a todo


este pueblo? ¿Lo engendré yo para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la
que cría al que mama?»

Moisés deja entrever el deseo de abandonarlo todo. Hoy diríamos que le presenta su
dimisión a Dios! Sin embargo en el versículo siguiente la descarga emocional empieza a
dar sus frutos y ya es capaz de articular una queja más razonada y concreta: «¿De dónde
conseguiré yo carne para todo este pueblo?» (Nm. 11:13)

Observamos, por tanto, cómo Moisés tiene una gran necesidad de vaciar su corazón,
presentarle a Dios sus cargas. No podemos, sin embargo, omitir un hecho importante:
Moisés no se queja de o contra Dios, sino a Dios. Aun en medio de su depresión, le habla
a Dios desde una posición de sumisión y lealtad. No es pecado decirle a Dios cómo nos
sentimos, aunque nuestra protesta sea tan enérgica como la de Moisés. El pecado radica
más bien en la amargura de corazón acumulada tras meses o años de silencio. Silenciar
nuestras cargas y dudas es un excelente caldo de cultivo para las crisis de fe.

Otro síntoma típico de la depresión son los pensamientos distorsionados. La manera de


razonar, sentir y percibir la realidad se altera profundamente en el sentido de verlo todo
desde una óptica pesimista y sin esperanza. Estos pensamientos negativos son
característicos de la depresión y los vemos con gran claridad en este pasaje. Moisés,
confundido por su visión depresiva, erraba en su valoración de Dios y en la evaluación de
su trabajo. En cuanto a Dios, pensaba que le había abandonado e incluso que quería
perjudicarle. En cuanto a sí mismo, se sentía un fracasado.

La crisis va in crescendo hasta culminar en Nm. 11:15 con las ideas de muerte: «Yo te
ruego que me des muerte».

Es un proceso que tiene su lógica. Las ideas de fracaso, de inutilidad e incluso de culpa
injustificada llevan a Moisés a sentirse como en un callejón sin salida en el que sólo la
muerte parece una liberación. Primero, Moisés dirigió su hostilidad (queja) contra Dios;
luego, contra el pueblo, y termina contra sí mismo. La tensión se había hecho insoportable.
Moisés ha perdido su autoestima, hecho clave en toda depresión, y ello conlleva la pérdida
de esperanza. Ante esta situación la única salida que ve es la muerte. Puesto que no hay
luz por ninguna parte, lo mejor es desaparecer. Moisés no veía ninguna salida a su túnel.

Algunas personas con depresión grave pueden tener una experiencia similar a la de
Moisés en cuanto al deseo de morirse. No olvidemos, en estos casos, que las ideas de
suicidio en la depresión son la consecuencia de una mente que, enferma, es incapaz de
pensar nada positivo. En este punto empezamos a entender que la depresión es, muchas
veces, una verdadera enfermedad que afecta a la mente, los sentimientos e incluso la
voluntad de la persona.

La causa de la depresión de Moisés


La descarga emocional –abrirle su corazón a Dios sin reservas- le da a Moisés luz en
cuanto a su problema. El hombre confundido de la primera etapa está ahora en
condiciones de ver su situación con más claridad, hasta el punto que él mismo llega a ver
la causa de su depresión: «No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es
pesado en demasía» (Nm. 11:14). Brillante diagnóstico. El contexto anterior –Nm. 11:1-10-
nos ayuda a entender la razones de su agotamiento. Las repetidas quejas del pueblo,
murmurando sin cesar, habían llegado a agotar la paciencia de Dios mismo: «Y la ira de
Jehová se encendió en gran manera» (Nm. 11:10).

No sorprende entonces, la tremenda tensión emocional de Moisés que acaba por


minar su resistencia psíquica. Estamos ante una clara depresión por agotamiento.

Ahí tenemos, deprimido y sin esperanza, al siervo a quien Dios había confiado una misión
muy especial: conducir al pueblo por el desierto, un desierto tan literal como metafórico. La
desobediencia del pueblo había agotado la paciencia y la capacidad de resistencia de
Moisés hasta llevarle a una depresión profunda.

La respuesta de Dios
Llegados a este punto debemos examinar un aspecto crucial del pasaje que es también
clave para un adecuado tratamiento del deprimido: ¿Cómo actúa Dios? Veamos la
respuesta que le da a Moisés:

Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus

principales. Y tráelos a la puerta del Tabernáculo y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí

contigo y tomaré del espíritu que está en ti y pondré en ellos. Y llevarán contigo la carga del pueblo, y no

la llevarás tú solo(Números. 11:16-17)


En el momento más necesario, cuando Moisés no puede más y desea la muerte, surge la
palabra balsámica del médico supremo. Dios sabía bien la causa del estado de Moisés y la
respuesta viene de la manera más adecuada. En la forma de actuar del Señor hay tres
aspectos que queremos destacar. Dios le provee a Moisés de las tres cosas que más
necesitaba:

Comprensión
Dios no censura a Moisés por su depresión ni le trata ásperamente; ni una palabra
de reproche sale de la boca del Señor. La comprensión sustituye a la reprensión.

Dios se nos presenta como maestro de la simpatía hacia el atribulado. Lo que menos
necesitaba Moisés en aquel momento eran palabras de reproche. A nosotros,
humanamente, nos podría parecer que Moisés merecía algún tipo de corrección. Pero el
«Señor es lento para la ira y grande en misericordia» (Sal. 86:15).

Esta respuesta de Dios constituye una iluminadora advertencia para los que se
apresuran a emitir juicios condenatorios o gestos de desaprobación cuando ven a
un hermano como «caña cascada o pábilo que humea» (Is. 42:3). Si queremos
parecernos a nuestro Maestro, haremos bien en imitarle: la misericordia, la
comprensión y la simpatía deben abundar mucho más que el juicio severo, la
reprensión o la condenación hacia el que sufre.

Ayuda práctica
Dios provee una salida. La respuesta de Dios no se limita a comprender a su siervo
deprimido, sino que es sumamente práctica.

Le proporciona la ayuda más asequible para que Moisés pueda salir de la depresión. El
estado emocional de Moisés era muy parecido a una ciudad asediada por el enemigo. Lo
más urgente es encontrar una salida que alivie este cerco.

Observemos que Dios no le da una «solución» instantánea, de manera que el


problema desaparezca de forma mágica. No olvidemos que la palabra solución no
aparece en la Biblia ni una sola vez. En cambio sí se nos promete que «fiel es Dios que no
permitirá que seáis probados más allá de lo que podéis soportar, sino que juntamente con
la prueba dará también la salida» (1 Co. 10:13).

Dios no cambió a Moisés por otro líder ni siquiera le dió oportunidad para un tiempo de
descanso. El pueblo siguió siendo conflictivo; el peso de la dirección seguía estando allí.
Pero algo muy importante sí cambió: Dios le dio la salida precisa, le proporcionó los
instrumentos adecuados para afrontar la situación: «Setenta ancianos del pueblo llevarán
la carga contigo y no la llevarás tú solo». Dios provee la salida adecuada en el momento
adecuado.

Estímulo para su autoestima


Queda claro que Dios no consideró un pecado la depresión de Moisés. Si hubiese sido así,
Dios le habría apartado de tan estratégica responsabilidad. Lejos de ello, le reafirmó en su
tarea con una frase luminosa y terapéutica: «..y tomaré del espíritu que está en ti, y
pondré en ellos» (Nm. 11:17). Una vez más Dios se nos revela como un exquisito
conocedor de la mente humana. ¿No se había quejado Moisés de que Dios le trataba mal
y de que casi le había desechado? (Nm. 11:11).

La autoestima de Moisés, tan deteriorada, necesitaba una buena dosis de renovación. La


frase «tomaré del espíritu que está en ti y pondré en ellos» implicaba dos grandes
estímulos: por un lado, Dios no se había olvidado de Moisés, su espíritu estaba todavía
presente en el líder del pueblo.

Por otro lado, ¡Dios no podía insuflar un espíritu alicaído y débil en los otros ancianos! La
lógica de Dios se hace aplastante: «Moisés, sigo creyendo y confiando en ti» es el
mensaje claro que Dios le transmite con su decisión. Moisés estaba en depresión, pero era
capaz de entender este mensaje: «si Dios toma de mi espíritu para darlo a otros, señal de
que no debo ser tan desastre...».

El trato amoroso y delicado de Dios surtió efecto. Moisés pudo salir del valle oscuro de la
depresión. Los acontecimientos posteriores de su vida nos muestran que esta crisis no fue
estéril. Sin duda Moisés pudo aprender valiosas lecciones de esta dolorosa experiencia. El
autor de Hebreos (He. 11:26-27) nos revela dos de los grandes secretos de la fe de
Moisés:

«Tenía la mirada puesta en el galardón»


«Se sostuvo como viendo al Invisible»

Esta doble expresión de la fe de Moisés es la columna que le permitió asirse de Dios en la


hora oscura de su depresión. Es la misma columna que todo creyente tiene a su alcance.
Una Ayuda Para La Ansiedad y La Depresión
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 5 Comentarios

Una Ayuda para la ansiedad y la


depresión
“LA ANSIEDAD EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE
LO DEPRIME…” (Proverbios 12:25 LBLA)
Se te hace un nudo en el estómago, sientes una fuerte opresión en el pecho,
estás muy alterado y los pensamientos se agolpan descontrolados. ¿Dónde
encontrar alivio? ¿En el alcohol, las drogas, las personas, el dinero, el
sexo, etc.? Si lo haces en alguna de esas cosas, no funcionará a largo plazo.
La Biblia nos dice: “La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime…”
(Proverbios 12:25 LBLA), y lo lleva a la desesperación. ¿Hay solución?
A veces satanás es la fuente de la ansiedad y la depresión. Cuando el rey Saúl
se obstinó en hacer su voluntad, “El espíritu del Señor se apartó de Saúl, y
un espíritu malo de parte del Señor lo atormentaba” (1 Samuel 16:14).
Nuestro orgullo y desobediencia dan cabida a satanás para que invada nuestra
mente y emociones. Pero si nos humillamos y decidimos firmemente hacer la
voluntad de Dios, Él podrá anular el ataque del maligno, lo que nos ayudará a
superar la ansiedad y la depresión.“…El que se humilla será enaltecido
[levantado]” (Mateo 23:12).
Tú tienes autoridad sobre el diablo, pero sólo la puedes usar cuando te
sometes a Dios. He aquí tres pasos para la victoria, según el apóstol Santiago
(4:7):
1) “…Someteos a Dios…”
En este paso te pones de acuerdo con la Palabra de Dios y con su poder, lo
que te da derecho a ejercer dominio sobre el enemigo.
2) “…Resistid… al diablo…”
Es jerga militar; “resistir” indica una oposición valiente, enérgica y persistente
para impedir que el diablo prevalezca.
3) “…[El diablo] huirá de vosotros”
Cuando renuncies a su control sobre tu vida y su poder para ponerte ansioso y
deprimido.
“…MIS INQUIETUDES SE MULTIPLICAN DENTRO
DE MÍ…” (Salmo 94:19 LBLA)
¿Cómo Salir De La Ansiedad y La Depresión?
Tus pensamientos pueden ser una especie de incubadora de ansiedad y
depresión; así que ten en cuenta lo siguiente:
1) Eres dueño de tus pensamientos. “
…Mis inquietudes [pensamientos negativos] se multiplican dentro de
mí…” (Salmo 94:19 LBLA). Tú los concibes, los interpretas, les das
significado, los aceptas o los rechazas. Por lo tanto aprende a distinguir qué
ideas te ayudan y cuáles no.
2) Te conviertes en un producto de tu forma de
pensar (Proverbios 23:7).
No son las circunstancias, sino tu reacción ante ellas lo que desata tus
emociones. Tus pensamientos desencadenan una reacción química que
condiciona tus sentimientos, así como la duración y la intensidad de ellos.
Cuando empieces a pensar de modo distinto, también te sentirás diferente.
3) Tus pensamientos son prolíficos.
El salmista dijo que “se multiplican” dentro de la persona. Los pensamientos
ocasionales pueden amargarte por unos momentos, pero no llegan a provocar
ansiedad y depresión profundas. Cuando llegas a ese estado, es porque has
albergado patrones negativos de pensamiento que se han multiplicado en tu
interior. Debes “llevarlos cautivos a la obediencia a Cristo”, para poder
pensar como Él y estar en control de ellos (2 Corintios 10:4-5).
4) Deja que “el Espíritu [te] renueve los
pensamientos y las actitudes [forma habitual de
pensar]” (Efesios 4:23 NTV).
Somete tus pensamientos al Espíritu Santo y deja que Él los apruebe, renueve
o sustituya con los suyos. La ansiedad y la depresión no pueden seguir
dominándote cuando le das a Dios el control de tu mente.
¿Qué dice la Biblia acerca de la depresión? ¿Cómo
puede un cristiano vencer la depresión?

Pregunta: "¿Qué dice la Biblia acerca de la depresión? ¿Cómo puede un cristiano vencer la
depresión?"

Respuesta: La depresión es un padecimiento que se ha propagado grandemente afectando a millones


de personas, tanto a cristianos como a no cristianos. Quienes sufren de depresión pueden
experimentar intensos sentimientos de tristeza, ira, desesperanza, fatiga y una variedad de otros
síntomas. Pueden empezar a sentirse inútiles y aún pensar en el suicidio, perdiendo interés en cosas y
personas con las que antes disfrutaban. Con frecuencia la depresión es disparada por las
circunstancias de la vida, tales como la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o
problemas psicológicos como el abuso o la baja autoestima.

La Biblia nos dice que estemos llenos de gozo y alabanza (Filipenses 4:4; Romanos 15:11), así que
aparentemente Dios propone que vivamos vidas con gozo. Esto no es fácil para alguien que atraviesa
por una situación depresiva, pero ésta puede mejorar a través de los dones de Dios en la oración,
estudios bíblicos y su aplicación, grupos de soporte, grupos en casas, compañerismo con otros
creyentes, confesión, perdón y consejería. Debemos hacer un esfuerzo consciente para no estar
absortos en nosotros mismos, sino más bien dirigir nuestros esfuerzos al exterior. Los sentimientos
de depresión con frecuencia pueden resolverse cuando el que sufre quita la atención de sí mismo y la
pone en Cristo y los demás.

La depresión clínica es una condición física que debe ser diagnosticada por un médico especialista.
No es causada por circunstancias desafortunadas de la vida, ni los síntomas pueden ser aliviados por
voluntad propia. Contrariamente a lo que algunos creen en la comunidad cristiana, la depresión
clínica no siempre es causada por el pecado. En ocasiones la depresión puede ser un desorden que
necesita ser tratado con medicamentos y/o consejería. Desde luego, Dios es capaz de curar cualquier
enfermedad o desorden; sin embargo, en algunos casos, el consultar a un doctor por una depresión,
no es diferente al acudir a un médico por una herida.

Hay algunas cosas que pueden hacer quienes sufren de depresión, para aliviar su ansiedad. Deben
asegurarse de estar firmes en la Palabra, aún cuando no sientan deseos de hacerlo. Las emociones
pueden confundirnos, pero la Palabra de Dios permanece firme e inmutable. Debemos mantener
firme también nuestra fe en Dios, y acercarnos aún más a Él cuando pasemos por tribulaciones y
tentaciones. La Biblia nos dice que Dios nunca permitirá en nuestras vidas, aquellas tentaciones que
estén más allá de nuestra capacidad para manejarlas (1 Corintios 10:13). Aunque el estar deprimido
no es pecado, el cristiano sí es responsable de la manera cómo responda a la aflicción, incluyendo el
obtener la ayuda profesional que necesite. “Así que, ofrezcamos siempre a Dios por medio de Él,
sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre” (Hebreos 13:15).
Parte 1 de 4: Identifica tu autoestima

1.

1
Aprende sobre la autoestima. La autoestima, o lo que opinamos sobre
nosotros, es un aspecto importante de nuestro bienestar emocional. Una
autoestima elevada implica que nos amamos y nos aceptamos de la forma que
somos, y que solemos sentirnos satisfechos la mayor parte del tiempo. Una
baja autoestima implica que no estamos felices con nuestra forma de ser.

 El Centre for Clinical Interventions describe a las personas con baja autoestima
como personas que tienen “creencias negativas básicas profundamente
arraigadas sobre ellas mismas y sobre el tipo de persona que son. Ellas suelen
considerar estas creencias como hechos o verdades sobre su identidad”.[1]
 Por lo general, la baja autoestima que no recibe tratamiento puede provocar
problemas para toda la vida, como ser la víctima de relaciones abusivas,
sentirse cohibido constantemente y sentir tanto miedo al fracaso que ni siquiera
tratan de fijarse metas.[2]

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2.

2
Evalúa tu autoestima. Saber que tienes una baja autoestima es el primer paso
para mejorar y superar ese hábito mental.[3] Puedes tener una baja autoestima
si tienes pensamientos negativos sobre tu persona. Estos pensamientos
pueden girar en torno a un rasgo específico (como tu peso o tu imagen
corporal) o pueden comprender muchas áreas de tu vida, tu carrera y tus
relaciones.

 Si tu voz interior, o tus pensamientos sobre tu persona, son mayormente


críticos, es probable que tengas una baja autoestima.[4]
 Si tu voz interior suele ser positiva y reconfortante, tienes una autoestima
elevada.[5]

3.

3
Escucha a tu voz interior. Cuando tengas pensamientos sobre tu persona,
determina si son positivos o negativos. Si tienes problemas para evaluar esto o
para notar un patrón, trata de anotar los pensamientos que tienes a diario sobre
tu persona por unos días o una semana. Luego revisa los enunciados para
identificar patrones o tendencias.

 La voz interior de un individuo con baja autoestima suele manifestarse en una


de las siguientes personas: un quejumbroso, un generalizador, un comparador,
un catastrofizador o un lector de mentes. Cada una de estas voces interiores
únicas puede insultarte o asumir que los demás tienen la peor percepción de tu
persona.
 Silenciar a la voz negativa es el primer paso para desarrollar tu confianza.
Reemplazarla con pensamientos más positivos será la próxima meta.
 Por ejemplo, tu voz interior puede decir “No puede conseguir el trabajo al que
postulé, así que nunca conseguiré un trabajo nuevamente y soy un inútil”.
Debes cambiar eso por “Estoy desilusionado por no haber conseguido este
trabajo, pero me esforcé mucho y el trabajo adecuado está esperando por mí;
solo tengo que encontrarlo”.

4.
4
Investiga cuál es la fuente de tu baja autoestima. [6] Nadie nace con baja
autoestima; por lo general, esta se desarrolla desde la niñez a causa de
necesidades no satisfechas, comentarios negativos de otras personas o
eventos negativos importantes en tu vida. Conocer la fuente de tus problemas
de autoestima puede ayudarte a superarlos.

 Si percibiste un patrón particular cuando evaluaste tu voz interior, trata de


identificar esos sentimientos en el primer recuerdo que tengas sobre ellos.
 Por ejemplo, si tu negatividad está relacionada con tu peso o tu apariencia,
trata de recordar la primera vez que empezaste a sentirte incómodo con tu
peso; ¿fue a causa de un comentario en particular o de un grupo de
comentarios?

5.
5
Fíjate una meta para mejorar tu autoestima. La clave para mejorar tu
autoestima es convertir tu voz interior negativa y crítica en una positiva y
alentadora. Básicamente, tendrás que decidir esforzarte para transformar la
manera en la que piensas sobre tu persona. Fijarte una meta inicial para ser
más positivo sobre tu persona te encaminará para que desarrolles una mayor
autoconfianza.

 Por ejemplo, tu meta puede ser “Seré más positivo sobre mi persona y me
hablaré como a un amigo, en lugar de un enemigo”.

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Parte 2 de 4: Mejora tu cuidado personal


1.

1
Enumera en una lista tus atributos positivos. Enfócate en los aspectos de tu
persona que te gustan para hacerte recordar que hay más cosas sobre ti, no
solo los pensamientos negativos en los que se enfoca tu voz interior. Felicítate
por tus logros sin cuestionarlos.[7]

 Las personas con una autoestima más elevada pueden aceptar que tienen
atributos positivos, incluso si no son perfectos.[8]
 Coloca tu lista en un lugar visible, como el espejo de tu baño, y mírala a diario.
Puedes agregarle más atributos conforme tu voz interior se vuelva más
positiva.
2.

2
Escribe un diario de pensamientos positivos. Anota tus logros, los
cumplidos que te hacen las personas y los buenos pensamientos que tengas
sobre tu persona. Si bien es probable que los pensamientos negativos no
desaparezcan por completo, pasar más tiempo enfocado en lo positivo
mejorará tus sentimientos generales de valor propio.[9]

 Escribir un diario puede ser una herramienta poderosa que permita controlar tu
dialogo interior y mejorar tu autoestima.[10]
 Trata de hacer que tu diario de pensamientos positivos se oponga a tus
pensamientos interiores negativos habituales. Por ejemplo, si por lo general te
insultarías por no expresar tu opinión sobre algo, asegúrate de anotar las veces
en las que sí te expresas.

3.

3
Usa tu diario para fijarte metas. Puedes fijarte metas para mejorar tu persona
sin esperar la perfección en cada aspecto de tu vida. Tus metas deben ser
claras y específicas, pero bríndate algo de flexibilidad para ser imperfecto.

 Por ejemplo, en lugar de decir “Siempre hablaré en contra de las personas que
difunden la discriminación y el odio”, podrías fijarte una meta como “Haré mi
mejor esfuerzo para oponerme calmadamente a las ideas de las personas que
difunden la discriminación y el odio”.
 En lugar de decir “Nunca más consumiré azúcar y bajaré 13 kg (30 lb)”, tu meta
podría ser “Me esforzaré para vivir un estilo de vida más saludable
consumiendo alimentos más sanos y haciendo más ejercicio”.

4.

4
Perdónate por no ser perfecto. Recuerda que eres humano al igual que los
demás. No tienes que ser perfecto para tener una autoestima elevada.[11] Si
puedes aceptarte tal y como eres, incluso si estás tratando de mejorar en
algunas áreas, tendrás una autoestima mucho más elevada.

 Crea un mantra para ti mismo, como “Está bien, de todas formas soy
asombroso”.
 Por ejemplo, si perdiste los estribos y le gritaste a tu hijo en el parque, puedes
decirte a ti mismo “No soy perfecto y me esforzaré para mantener mis
emociones bajo control. Me disculparé con mi hijo por gritarle y le explicaré
porqué me molesté. Está bien, de todas formas soy una mamá grandiosa”.

5.

5
Busca orientación. Si sientes que no podrás mejorar tu autoestima por tu
cuenta o si te molestaste mucho cuando explorabas las causas de tu baja
autoestima, puedes acudir a un terapeuta que pueda ayudarte a identificar y
lidiar con las causas de tus problemas de autoestima.[12]
 La terapia cognitivo conductual es un enfoque que tratará tus pensamientos
negativos automáticos sobre tu persona y te enseñará cómo lidiar con tus
emociones de una forma saludable.[13]
 En los casos de los problemas de autoestima más complejos, una terapia
psicodinámica más profunda puede ser una mejor opción para tratar las causas
de tus problemas.[14]

6.

6
Participa en obras caritativas. Muchas personas empiezan a sentirse mejor
consigo mismas cuando contribuyen con una causa no relacionada con sus
propias necesidades. Hacer trabajo voluntario para una organización benéfica
ayuda tanto al voluntario como a los beneficiados por la ayuda caritativa, ¡todos
ganan![15]

 Busca una organización que tenga una causa que te apasione.


 Haz trabajo voluntario en algún lugar con un amigo o un grupo de amigos; esto
ayudará a la organización (muchas manos hacen que el trabajo sea más fácil) y
la experiencia puede ser más grata.

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Parte 3 de 4: Adopta un estilo de vida más positivo

1.

1
Reserva algo de tiempo para tu cuidado personal. Puede ser difícil
reservarte un tiempo para ti, pero tomar un tiempo para hacer cosas que te
hacen sentir relajado y feliz puede aumentar tu autoestima y tu productividad
en el trabajo y en la casa.

 Busca un pasatiempo que te haga sentir mejor de forma física y mental.


Algunas personas descubren que el yoga, el ciclismo o el jogging les ayudan a
encontrar un pensamiento positivo calmado y centrado.

2.

2
Rodéate de personas positivas. Si hay influencias negativas en tu vida que te
hacen sentir mal contigo mismo, trata de reducir o eliminar el tiempo que pasas
con ellas. En lugar de ello, incluye en tu vida a personas que sean positivas y
que refuercen tus pensamientos positivos sobre tu persona.

 Hacer que tus seres queridos sepan sobre tu esfuerzo por aumentar tu
autoestima los incentivará a actuar como un sistema de apoyo para ti.
 Puedes decirle a tus amigos cercanos o a tus familiares algo como “Estoy
esforzándome para aumentar mi autoestima. Puedes ayudarme señalando los
momentos en los que digo algo negativo sobre mi persona, de esta forma
estaré más consciente de mi negatividad”.

3.

3
Come una dieta saludable. Elegir alimentos más nutritivos y con menos
azúcares y grasas puede aumentar tu energía, reducir los bajones de azúcar y
mejorar tu salud general.

 Evita las dietas de moda y opta por consumir alimentos integrales muy poco
procesados.
 Evita los alimentos como las barras de caramelo, las gaseosas, los bizcochos,
las donas y los pasteles, los cuales causan considerables pérdidas de energía
y posibles dolores de cabeza, no ofrecen nutrientes, pueden provocar
enfermedades y aportan calorías adicionales.
 Come más frutas, vegetales, carnes magras y legumbres. Piensa en ellos como
energía para todo el día y nutrientes abundantes para tu cuerpo, los cuales te
permitirán seguir el ritmo de tu trabajo y tus hijos, proteger tu cuerpo contra
enfermedades y extender tu vida para que puedas disfrutar más tiempo con tu
familia.
4.

4
Ejercítate más. Incluso si ir a un gimnasio no es una opción, una rápida
caminata suele ser todo lo que necesitas para moverte más y mejorar tu salud.
Un poco de ejercicio puede darte más energía, hacerte sentir mejor y ayudarte
a mejorar tu sistema inmunológico.

 Muchas personas descubren que caminar al aire libre es refrescante y


vigorizante, en particular si pasan la mayor parte del tiempo trabajando en
espacios cerrados.
 Incluso hacer un ejercicio de 10 minutos una o dos veces cada día ofrece
beneficios para tu salud.
5.

5
Dedica algo de tiempo a tu higiene personal y a tu apariencia. Si
reflexionas sobre tu apariencia personal y le dedicas tiempo seleccionado la
ropa que te hace sentir seguro y organizado, y si practicas hábitos de higiene
diaria, te sentirás más cómodo y seguro.
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Parte 4 de 4: Olvídate de la perfección


1.

1
Reconoce los estándares inalcanzables. Al igual que las pinturas de
Picasso, la perfección cambia según la perspectiva del que la aprecia. La
perfección es un estado subjetivo y suele ser autoimpuesta. Está bien ceñirte a
estándares más elevados, pero por lo general estos estándares son idealistas,
ya que la vida no siempre va de acuerdo a lo planeado. Es fácil frustrarse
cuando no concuerdas con la imagen idónea de tu persona.

 Esto no es necesariamente algo malo, ya que es lo que motiva a las personas


a mejorar, buscar formas mejores y más eficientes de hacer las cosas, y a
alcanzar la mayor excelencia posible.
2.

2
Perdónate. Puedes aprender a evitar que esta tendencia muy humana se
vuelva improductiva siendo más indulgente contigo mismo cuando las cosas no
van de la forma que te gustaría y siendo más solidario contigo mismo
sintiéndote bien con tus logros y fortalezas, de esta forma podrás disfrutar en
verdad de quien eres justo en este momento.
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Consejos
 ¡Rodéate de personas a las que les importen tus sentimientos! Las personas a
las que no les importas no serán de ayuda para tu confianza.
 Sé asertivo. Aumentar tu autoestima consiste en obtener lo que necesitas o
quieres. Haz las cosas por tu propio bienestar. Recuerda que debes ayudarte
primero antes de poder ayudar a los demás.
 Eres la persona que eres y nadie puede cambiar eso. Sé tú mismo y no trates
de imitar a los demás.
 Lo más importante de todo es que tienes que creer en ti mismo. Si crees que
eres capaz, entonces podrás hacerlo.
 Debes decirte a ti mismo que eres seguro y extrovertido incluso si no te
consideras así. Todos tus sentimientos y tus creencias provienen de tus
pensamientos, así que si crees que eres seguro y extrovertido, lo serás. Piensa
y actúa como si ni siquiera supieras cómo se siente tener una baja autoestima.
 No te enfoques en impresionar a los demás. En lugar de ello, sé tú mismo,
luego los demás tendrán una muy buena opinión de ti y tu comodidad contigo
mismo.
 Tu fortaleza interior te permitirá alcanzar tus metas en la vida. Si fracasas,
levántate y vuelve a intentarlo.
 No permitas que los anuncios publicitarios de las revistas y otros medios de
comunicación aplasten tu autoconfianza con sus estrategias de marketing. Las
campañas de marketing suelen aprovecharse del miedo y la inseguridad
sacando a relucir estos sentimientos. Debes oponer resistencia a los esfuerzos
de marketing con tu confianza interior y el conocimiento de las tácticas de
marketing.
 Mírate en el espejo todos los días. Trata de encontrar algo que admires de tu
persona: tu apariencia, tus logros y tus progresos.
 Asegúrate de siempre hablarte de forma positiva. Debes decirte lo grandioso
que eres o cuán bien luces hoy. Haz que el ser positivo forme parte de tu
estado natural.
 Sonríe. Si quieres tener más autoestima, no hay nada mejor que sonreír pase
lo que pase, no significa que nunca estés triste, por ejemplo: si te miras al
espejo nunca pienses cosas negativas como "estoy gorda, debo hacer una
dieta" o "odio mi cara, quiero ser como Megan Fox", no, tienes que mirarte y
decir "soy hermosa, nadie se parece a mi, no importa lo que pase, soy única" y
¡estoy orgullosa de mi! Esto elevará tu autoestima automáticamente.
Cómo desarrollar la autoestima a
través de Dios
Hay un tipo de autoestima que viene del entendimiento de quién es Dios y de
nuestra relación con él. Aquí te diremos como desarrollar tu autoestima a
través de Dios. Este método está basado en Jesús. Hay otros métodos pero
este es muy efectivo ya que puedes encontrarte en Dios.
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Pasos

1.

1
Empieza un estudio de las escrituras. Empieza con el nuevo testamento, el
libro de Juan. También estudia el viejo testamento. Aquí se ve cómo trata Dios
a hombre y mujeres.
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2.

2
Busca las pruebas de que eres hijo de Dios. También busca pruebas de la
existencia de Dios. Busca escritos que hablen del amor de Dios hacia sus hijos;
un amor que refleja el amor que tienen los padres por sus hijos. Te dará
verdadera confianza saber que Dios te creo tal como eres y que te ama.
3.

3
Empieza a pensar diferente con base en las cosas que has leído, Dios te
cambiará y volverás a nacer. Estas son las cosas que Dios nos ha pedido
hacer para servirle. Él nos da guía para poder servirle y siempre debemos
seguir sus mandamientos.
4.

4
Llama a Dios en oración en el nombre de Jesús. Puedes estás palabras “en
nombre de Cristo Jesús” él te ayudará a volver a nacer. Si le das la espalda al
pecado y aceptas que Jesús dio la vida por ti en la cruz el espíritu santo te
regenerará y te hará una nueva persona, tanto la oración como el cambio de
vida te darán herramientas para aumentar tu autoestima.
5.

5
Date cuenta de que Dios estará contigo. Sobre todo en esos momentos en
los que pensamos que no podríamos lograrlo estando solos.
6.

6
Valora el momento. No importa lo que piensen o digan los digas o lo que
puedas o no hacer. Tú te sentirás bien contigo mismo sabiendo cuánto te ama
Dios, es un sentimiento que nadie más te dará.
7.

7
Vive para Dios. Recuerda, si eres cristiano, vives en el mundo pero no eres del
mundo. Las reglas, vestimenta, estima y todo lo demás de ellos, es eso, ellos.
No está dado por Dios. Tú eres un hijo de Dios y como su hijo debes contar con
él en todo, incluyendo tu autoestima.

 La autoestima está altamente sobreevaluada. Si necesitas más autoestima es


que necesitas más de Dios. No importa en realidad nuestra autoestima si no
nuestra Dios- estima, recuerda eso siempre. ¿Qué importa si la gente se burla
de ti por tu fe? Al final no importa cómo nos desenvolvemos socialmente, lo que
importa es la fe.
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Consejos
 Recuerda que aunque tú no veas que las cosas de Dios son la respuesta a
todos tus problemas, lo son, mucho más de lo que te imaginas.
 Leer la Biblia y entenderla puede mejorar mucho tu autoestima. Tomate el
tiempo para el leer y reflexionar en esto.
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Advertencias
 La Biblia está inspirada por el espíritu santo y debes saber que Dios no quiere
que tengas confianza en ti mismo, él quiere que le entregues tu vida entera. Es
por eso que es tan significativo que Jesús muriera en la cruz.
 Ten claro que les mensajes de los ángeles no son mensajes de Cristo. Puede
que haya una nueva oleada occidental de terminología navideña que puede
confundirse con cristianismo pero no lo es a menos que se considere a Jesús
como salvador.
 Hay otros caminos místicos que dicen tener las respuestas a todo. Dicen tener
la forma espiritual correcta y la solución para dar paz y unidad. Sin embargo
estas son mentiras que nos llevaran a una muerte espiritual si sólo se habla de
milagros de ángeles y nada de Cristo Jesús.
 Si te sientes en el punto en el que no tienes nada de autoestima y crees que no
vales nada debes hablar con alguien lo antes posible. Estos sentimientos son
peligrosos.

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