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El que piensa estar firme

La semana pasada hablamos acerca de la navidad, y durante esa predicación les explique la polémica tan grande que existe
entre los cristianos acerca de esa fecha.

Muchos cristianos se abstienen de celebrar, mientras que otros no. ¿Quién está bien y quien está mal? Esta es una pregunta
que solo Dios puede contestar. Y en mi opinión, Él la contesta muy bien a través de Su palabra en los estudios bíblicos
referente al tema. ¿Por qué he reiterado el tema de la semana pasada?

La razón por la que he reiterado el tema de la semana pasada es porque algo que sucede a menudo, es que personas que
aparentaban estar firmes en la fe, de momento caen y se apartan de los caminos de Dios por completo. Y esto es un gran
problema porque la realidad de todo es que cuando una persona cae de tal manera, es imposible que los que le rodean no
sean afectados de forma directa o indirecta.

Como he dicho en numerosas ocasiones, y los estudios bíblicos claramente nos revelan, el diablo es un mentiroso, y nada
le daría mayor placer que poder destruir la obra de Dios [ Juan 8:44]. El diablo y los poderes de las tinieblas no dejan de
obrar para tratar de derrotar a los cristianos fieles.

El diablo y los poderes de las tinieblas no dejan de crear trampas, y las tienden en nuestro camino [Salmos 140:5], buscando
que caigamos enredados en ellas y nos apartemos de Dios. Y es exactamente por eso que a diario todo cristiano debe pedirle
a Dios lo mismo que le pidió David, en Salmos 141:9 cuando clamo diciendo: “…Guárdame de los lazos que me han
tendido, Y de las trampas de los que hacen iniquidad…”

Pero este clamor a Dios es algo que muchos de nosotros raramente hacemos. Y la razón principal por lo que no lo hacemos
es porque el diablo nos tiene tan entretenidos con las preocupaciones cotidianas, y las cosas de este mundo, que no nos
damos cuenta que estamos enredados y atrapados en su trampa.

Es por eso que en el día de hoy deseo que examinemos algunas de las cosas que pueden hacernos caer. La razón principal
por la que deseo enfocar el estudio bíblico de hoy en este tema, es porque existen muchos cristianos que piensan que ellos
nunca podrán caer.

Existen muchos cristianos que piensan que están tan firmes en su fe, que son invencibles, y que no existe nada que les pueda
hacer tropezar, y caer en una trampa del enemigo. Pero si piensas así, siento informarte que te equivocas.

Si piensas así, siento informarte que a los únicos que quizás engañas es a aquellos que te rodean, y definitivamente a ti
mismo [1 Juan 1:8]. Manteniendo esto en mente, continuemos ahora con nuestro estudio bíblico de hoy.

1 Corintios 10:12-13– Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que
no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

El tema principal de la predicación de hoy es “caer”, así que para que mejor entendamos el sujeto, nos será necesario hacer
una breve pausa y examinar la definición de esta pequeña palabra. Una de las definiciones de esta palabra encontrada en el
Diccionario de la Real Academia Española es: “Venir un cuerpo de arriba abajo por la acción de su propio peso”.

Y la realidad es que la caída de un cristiano en casi toda ocasión se puede muy bien describir con esta definición. Pensemos
en esto por un breve momento para determinar si lo que digo tiene sentido o no. ¿Por qué caemos?

La razón por las que caemos es siempre la misma. Caemos debido a “la acción de su propio peso”. Esto es algo que queda
mejor expresado en Santiago 1:13-14 cuando leemos: “…Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de
Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su
propia concupiscencia es atraído y seducido…”
Nuestras acciones son las que nos hacen caer; Dios no nos empuja, y el diablo no te puede obligar. Nosotros escogemos lo
que hacer.

Algo triste que he visto suceder a través de los años, es ver como cristianos que profesando estar más fuertes en la Palabra
de Dios que el mismo santísimo, con frecuencia aparentan caer con fuerza de buenas a primera.

Claro está en que esto no es algo que sucede de buenas a primeras, sino que es un proceso que toma tiempo desarrollar, pero
lo que sucede es que la hipocresía ha mantenido el proceso escondido hasta que finalmente explota [Lucas 8:17].

La hipocresía causa que la caída de un cristiano aparente suceder de buenas a primera, pero la realidad es que nunca es
así. Y es exactamente por eso que en los versículos que estamos estudiando en el día de hoy se nos advierte: “…Así que, el
que piensa estar firme, mire que no caiga…”

Cuando tomamos el tiempo de estudiar la Palabra, encontramos que en este momento en la historia Pablo les estaba
advirtiendo de tener mucho cuidado de no caer en la idolatría. Y cuando indagamos más acerca de este asunto, no es difícil
encontrar que la idolatría es el traspié más grande que el diablo ha usado para hacer al hombre caer. ¿Por qué ha usado esta
táctica para hacer caer aun a los cristianos que proclaman estar firmes en la Palabra?

La razón es porque esta táctica funciona eficazmente. Como hemos aprendido, la idolatría abarca mucho más que figuritas,
estatuas, o tallados. Un ídolo es todo aquello que le des más importancia que a lo que Dios te dice. ¿Qué ídolos existen en
tu vida? Solo una pregunta para reflexionar.

Permítanme explicarles el punto que deseo hacer de otra manera para que entiendan bien lo que les estoy diciendo. En mi
experiencia ministerial, no es raro escuchar de personas que se encuentran pasando por situaciones difíciles en su vida, que
aparentan haber surgido repentinamente. Pero como les dije, las cosas raramente suceden repentinamente, sino que los
cambios que afectan nuestra vida son cosas que suceden gradualmente.

Por ejemplo; un hogar feliz no se rompe de hoy para mañana; mucho antes de la separación matrimonial, o el divorcio,
argumentos, discusiones, y hasta violencia y abuso ha tomado lugar. Mucho antes de la separación matrimonial, la falta de
comprensión y comunicación ha tomado lugar.

Lo mismo sucede con nuestras finanzas; los recursos financieros no se agotan en un instante. Es difícil encontrar personas
que han perdido todo lo que tienen repentinamente (siempre existe la excepción).

No creo que exista una persona que salga de su casa determinado a gastar todo lo que tiene, pero si no somos buenos
administradores, tarde o temprano llegará el momento cuando agotaremos lo que tenemos. Use el matrimonio y las finanzas
porque estos son los problemas más comunes. Pero lo mismo sucede en cuanto a nuestra fe.

La caída de los cristianos es un proceso gradual.

La razón por la que es un proceso gradual es porque los poderes de las tinieblas no pueden forzarnos a hacer nada; nosotros
somos los que escogemos hacer lo que produce bendición o maldición [Deuteronomio 30:19]. Pero algo que los poderes
de las tinieblas si pueden hacer es mentirnos para tratar de desviarnos.

Las cosas que causan la caída de un cristiano son cosas que han ido socavando nuestra fe por largo tiempo. Son cosas que
sin darnos cuenta, hemos permitido al demonio que siembre en nuestra mente. ¿De qué les hablo? Les hablo de la codicia,
envidia, celos, rencor, e ira.

Estamos hablando acerca de los deseos, lascivia, y del apetito por las cosas de este mundo. Estos deseos y sentimientos son
los que socavan y lentamente debilitan nuestra fe. Y todo culmina en la separación del cristiano de Dios.

¿Por qué es que tantos cristianos caen? Una de las razones principales por la que muchos cristianos caen es porque permiten
que el diablo les separe del primer amor, y esto es algo que completamente desagrada a Dios [Apocalipsis 2:4].
Existen muchos cristianos que se enfrían, es decir, pierden interés en el Señor, pierden interés en la oración, pierden interés
en asistir a los servicios de la iglesia, y raramente testifican del amor, misericordia y el perdón de Dios. ¿Ha sucedido este
cambio tan radical de hoy para mañana en nuestra vida? ¡NO!

Este cambio ha sucedido lentamente porque hemos dejado de orar; hemos dejado de pasar tiempo a solas con nuestro Padre
celestial [1 Tesalonicenses 5:16-18]. Dile a la persona que tienes a tu lado: la oración es importante.

Este cambio ha sucedido lentamente porque hemos dejado de congregarnos y apoyar la obra de Dios [Hebreos 10:25]. Y
la realidad es que cuando escogemos no congregarnos, para juntos alabar y bendecir el nombre de Dios, lo que estamos
haciendo en realidad es rechazando una bendición de Dios.

Hermanos, tenemos que darnos cuenta que al igual que un animal en la selva, separado de la manada es presa fácil para los
animales predatorios, un cristiano apartado de su congregación y de sus hermanos en la fe son presa fácil para el diablo [1
Pedro 5:8].

Hagámonos una pregunta; ¿puede un cristiano vivir fuera de la iglesia? Aunque es posible que un cristiano pueda vivir
fuera de la iglesia, esto no es lo normal. ¿Por qué es que se nos llama a reunirnos?

Se nos llama a reunirnos porque un cristiano apartado de la iglesia, puede fácilmente ser influenciado a racionalizar acciones
pecadoras en su mente.

Como he dicho en otras ocasiones, la decaída de nuestra fe comienza cuando comenzamos a justificar pensamientos y
acciones que bien sabemos desagradan a Dios [1 Juan 1:5-7]. Pero la fraternidad con otros cristianos nos fortalece, y nos
ayuda a vencer todo ataque del enemigo.

Para concluir. Cuando permitimos que los deseos de la carne gobiernen nuestra vida, cuando cedemos al pecado, entonces
comenzamos a morir.

Ahora bien, no estoy diciendo que moriremos físicamente, pero si les estoy diciendo que comenzamos a morir
espiritualmente. Con cada pecado que cometemos, comenzamos el proceso de caer y matar la obra que Dios ha iniciado en
cada uno de nosotros.

Con cada pecado que cometemos nuestro espíritu se aleja más y más de la voluntad de Dios, hasta que eventualmente
caemos heridos mortalmente [Romanos 6:23]. ¿Existe algo que podemos hacer para evitar caer?

Claro que sí; prestemos atención a lo que el apóstol Pablo nos dice aquí para encontrar la respuesta a nuestra pregunta.

En los versículos de nuestro estudio bíblico de hoy encontramos que el apóstol dijo: “…No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará
también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar...”

Como podemos ver, Dios nunca nos desampara. Aun en momentos de tribulación y pruebas, Él está presente para guiarnos
hacia Su voluntad. Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios te enseña la salida.

El proceso de la caída de un cristiano es lento, y es algo que se va produciendo a través de las tentaciones. Y es por eso que
las predicas cristianas y estudios bíblicos que les he presentado en numerosas ocasiones nos llaman a mantenernos alertas
y a no permitir que las tentaciones nos sorprendan, sino más bien estemos preparados para combatirlas.

No le podemos permitir al enemigo que nos confunda y nos atrape en una de sus trampas; Dios nos hizo libres, y Su palabra
nos mantiene libres en todo momento [Juan 8:32]. Nosotros conocemos la verdad de Dios todopoderoso, y no le podemos
permitir al enemigo que nos ponga traspiés para hacernos caer.

Al vernos confrontados con las situaciones y tentaciones de este mundo tomemos el tiempo de siempre preguntarnos, ¿qué
desea Dios de mí? Recordemos siempre que nos ha entregado el poder para resistir y derrotar toda tentación.

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