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Efesios 4:12-16 -- 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos
en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido
entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Mateo 5:48 -- Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Gálatas 4:1 – “Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo,
aunque es señor de todo.”
Dios quiere llevar a la Iglesia a una madurez en diferentes ámbitos, pero especialmente en 2 en su
conocimiento de Él y en nuestro carácter, nuestro comportamiento como hijos de Dios.
1 Corintios 14:20 -- Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la
malicia, pero en la manera de pensar sed maduros.
1 Corintios 13:11 -- Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como
niño; {pero} cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
Efesios 4:13-15 -- hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del
Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo;
Los líderes efectivos y de impacto, son aquellos que tienen pasión y deseo de seguir creciendo.
No se conforman con el nivel en que están y siempre tienen una meta de crecimiento.
Continuamente buscan una fuente de donde alimentarse, para desarrollarse y madurar. El nivel
de madurez y crecimiento que un líder tenga es lo que va a determinar la clase de personas que
atraerá hacia su ministerio y/u organización.
Dios no está interesado en nuestra comodidad, EL está más interesado en nuestra Madurez
Espiritual.
Mateo 5:48 “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto”.
La palabra “perfecto” proviene de la palabra griega “telio” que significa “maduro”, completo,
terminado. El propósito final de Dios es llevarnos a la madurez, a la estatura del Hijo de Dios. La
palabra “perfecto” no significa sin defectos, significa “Maduro”.
¿QUE ES LA MADUREZ?
Es la habilidad de soportar y recibir tanto críticas, rechazos y ofensas, como halagos y
admiración de las personas, sin que nos afecte.
También podemos decir que la madurez es la habilidad de conocer nuestra identidad en Dios, sin
sentirnos inseguros u ofendidos porque otros tengan mayor éxito, unción, talento, habilidades,
dones, virtudes, o simplemente piensen diferente a nosotros.
La madurez es el producto de conocer nuestro propósito o llamado de Dios para nuestra vida y
de conocer quiénes somos en El.
La madurez consiste en tener seguridad en el corazón por lo que somos y no por lo que
poseemos. Pero hay líderes que basan su seguridad en una posición en el trabajo o en el
ministerio que desempeñan, y no en el dador del trabajo y ministerios.
La madurez esta en aceptar diferentes opiniones, puntos de vista, caracteres y personalidades, sin
sentirnos ofendidos o inseguros porque alguien tome nuestra posición.
Gálatas 4:1-2 “Pero también digo: entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del
esclavo, aunque es señor en todo, sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo
señalado”.
Una de las razones por la cuales Dios no nos puede confiar su herencia, es porque todavía somos
niños espiritualmente. Por ejemplo, si Tu eres un Padre de Familia, no le darías un arma a tu hijo
de 5 años; O si posees mucho dinero, no se lo puedes heredar a tu hijo antes de tiempo, pues no
sabría qué hacer con él, y lo mal gastaría. Por lo tanto, tenemos que esperar a que crezca y
madure.
Dios, Nuestro Padre, quiere darnos su Herencia, su Unción, su Autoridad, su Poder y sus
Riquezas, pero si no estamos suficientemente maduros para recibirlas, todo eso nos conducirá a
nuestra propia destrucción. Por eso es importante tomar la decisión de crecer y madurar, para
disfrutar de todas las bendiciones de Dios.
2. El Niño Espiritual: Es una persona que tiene voluntad propia, pero que es inmaduro en su
conducta y su manera de hablar. No tiene control sobre su lengua. Amigo del mundo. De doble
animo (Santiago 1: 6-8) y sin discernimiento espiritual, pues juzga sin pensar (1ª Corintios
13:11). Se conforma solamente con los rudimentos de la Palabra (Hebreos 5:12-14). Es la etapa
de la independencia, pues comienza a alimentarse por sí solo, y ya no depende más de la madre.
Solamente se le puede dar responsabilidades a ser cumplidas bajo la supervisión de otro, Y sin
darle autoridad, pues puede herir a otros.
3. El Adolescente Espiritual: Esta es la etapa donde Dios comienza a usarlo con sus dones, y
como Dios lo usa, cree que está listo para el ministerio. No se someten y se rebelan cuando son
corregidos. Son susceptibles al orgullo (Números 12:1-2). Ponen primero los dones antes que el
carácter (Los dones se nos han sido dados, pero el carácter es desarrollado Lucas 10:17). Tienen
un Espíritu de Independencia, pues no pueden trabajar en equipo. No buscan el lugar apropiado
para servir, sino donde se les pueda dar una posición. Son los que dividen la Iglesia.
4. El Adulto Espiritual: Este ha alcanzado ya cierta madurez espiritual en el grado en que esta
listo para ponerse en posición. Esta listo para que se le confié autoridad y responsabilidad. Esta
listo para recibir la herencia del Padre (Romanos 8:14-16). Ha llegado a la madurez en la cual le
permitirá al Padre enviarlo, y no herirá a otros. Sabe oír la voz de Dios (Romanos 8:14-16). Esta
muerto a la alabanza y a la crítica (Romanos 12:3). Es maduro y sabio (1ª Corintios 2:6). Lleva
mucho fruto (Mateo 7:15-20). Conoce bien su identidad en Cristo. No se ofende fácilmente y es
prudente en su manera de pensar. Es pronto para oír y tardo para hablar. Ha desarrollado el
carácter de Cristo (Gálatas 5:22). Se sustenta de alimentos sólidos (Hebreos 5:14). Tiene
revelación directa de Dios, pues EL habla directo a su corazón. Honra siempre a sus líderes
espirituales (con su vocabulario, financieramente y con su servicio). Es estable emocionalmente
(Tito 1:8). Sabe tomar lo bueno y desechar lo malo; No critica, pues sabe que puede causar
división (Romanos 12:9). Sabe actuar y reaccionar cuando está bajo presión.
En mi corazón creo fielmente que lo más importante es que cada uno de nosotros sea desafiado a
llegar al máximo nivel de madurez espiritual posible, que es lo que el Señor desea. Dios desea
confiarnos toda su herencia, pero para eso, tenemos que ser maduros.
Comienza por el principio. Toma una Decisión de crecer y madurar. Empieza ahora mismo y no
mañana. Según el nivel de insatisfacción que tengas, así será la pasión que tendrás por crecer
hoy. Sino estas satisfecho en el nivel en el que te encuentras ahora, ni tampoco estas conforme
con el crecimiento de hoy, busca más, se enseñable, paga el precio, se dispuesto a que te corrijan
para que puedas crecer. Toma la decisión de hacer cambios drásticos en tu vida. Empieza contigo
mismo.
AHORA… En el momento en que te conformes con el nivel en que te encuentras, en ese mismo
instante, dejas de crecer; es decir, se detiene el crecimiento de tu ministerio, de tu familia, de tu
liderazgo, entre otros. Busca un ambiente de crecimiento, busca líderes que tengan visión y que
tengan objetivos definidos. Déjate influenciar por ellos. Acércate a líderes que sepan más que tú,
que han ido a donde tú no has ido. Que tienen mayor éxito que tú, para que te desafíen a llegar a
otro nivel. Camina con personas que hablan un idioma positivo de avance y de metas grandes en
Dios.