EPISTEMOLOGÍA DE LA COMPLEJIDAD Clifor Daniel Sosa de la Cruz
El presente artículo permite darse cuenta de la evolución de la ciencia desde el
determinismo, que reduce el todo a sus partes (analítico) hasta la complejidad que lo recompone todo (sintético).
El determinismo ha constituido la principal forma para adquirir conocimientos a
través de la abstracción y la especialización, primando la aplicación de la lógica mecánica a la lógica del mundo viviente y la sociedad. Al estar guiado por la condicionalidad causal y reducir el conocimiento del todo a sus partes que lo componen, da una visión segmentada de la realidad, ocasionando desde luego un conocimiento fuera de contexto en los campos político, antropológico, ecológico y económico.
Con el criterio de complejidad el conocimiento es tratado con un pensamiento
que vincule y distinga pero sin desunir, con un carácter interdisciplinario, para lo cual es necesario incluir la incertidumbre dentro de una relación dialógica, en la cual el orden, el desorden y la organización sean a la vez antagónicas, competitivas y complementarias, sin dejar de cumplir el objetivo de globalizar y contextualizar el conocimiento.
El criterio de complejidad se sustenta en tres teorías básicas, emparentadas e
inseparables: la teoría de la información, que conjuga el orden y el desorden hasta extraer una información organizada que aporte lo inesperado y novedoso y disipar la incertidumbre; la cibernética, cuyo principio de retroacción contradice al principio de causalidad lineal al introducir causas que actúan sobre los efectos que a su vez se convierten en causa de su causa, que corresponde a fenómenos económicos, sociales, políticos y psicológicos; la teoría de los sistemas, basadas en el pensamiento de la organización que se caracteriza por sus cualidades emergentes y/o inhibidas de acuerdo a la acción que poduce el conjunto de la organización.
Adicionalmente, el desarrollo conceptual de la autoorganización que señala la
diferencia paradógica entre máquinas artificiales, que tiene elementos que se degradan, y máquinas vivientes, que tienden a desarrollarse y reproducirse; el principio de orden a partir del ruido; la teoría del azar organizador y su relación dialógica en el nacimiento del universo y aparición de la vida; organización a partir del desorden, según el cual los seres vivos son autónomos para extraer energía de su entorno, extraer información e incorporarlas en su organización.
También forman parte el principio dialógico, que vincula las relaciones
antagónicas; el de recursión organizativa, donde productos y efectos son productores y causantes de lo que produce y el principio hologramático, donde no sólo la parte está en el todo, sino que el todo está en la parte. No se trata de reemplazar una noción por otra, sino que el pensamiento de complejidad consiste en un ir y venir entre ambos extremos y de vincular lo cancreto de las partes a la totalidad, hasta complementar autonomía y dependencia y que a la vez sean complementarios, competitivos y antagónicos en el seno del universo.